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  • ESTRUCTURACIN Y SIMBOLISMOEN DE SOBREMESA, DE JOS ASUNCIN SILVA1

    LA CONSTRUCCIN de la novela es la siguiente: empieza en el comedorde una casa opulenta en una ciudad latinoamericana en los ltimosaos del siglo pasado, una noche en que alrededor de la mesa toman-do t estn Fernndez y cuatro amigos suyos. Al fin de una largaconversacin, y obedeciendo a los ruegos de sus amigos, Fernndezempieza a leer en un diario que haba llevado durante su estancia enEuropa algunos aos antes. Dos veces se interrumpe la lectura y hayunos momentos de conversacin entre los amigos antes de continuar-la. El libro termina momentos despus. En el diario se trata de unahisotria extraa. Fernndez, sensual y mujeriego, inteligente, sensi-ble, refinado y millonario, ve a una joven, Helena, bella y dotada deun extraordinario poder psquico. Nunca se hablan, la ve en un come-dor de hotel y se cambian miradas cargadas de significado espiritual yhoras despus y por la noche, ella le tira rosas desde un balcn y lobendice haciendo sobre l la seal de la cruz. No se vuelven a ver. Ellay su padre ya se han ido del hotel al da siguiente. Durante ao y me-dio la busca en Londres y Pars, y por medio de una serie de coinciden-cias llega a saber la historia de su vida y de la de su padre. Fernndezse pone enfermo ms de una vez a causa de la prdida de esta jovenque es para l no una posible conquista ms sino el ideal de una vidanueva, distinta. En varias ocasiones, por medio de smbolos (como unretrato, flores, una mariposa, ciertas palabras) parece casi como si ellase comunicara con l, especialmente en un ao nuevo cuando la angus-tia que ha venido padeciendo Fernndez culmina en un sncope asocia-do con algunos de los smbolos de Helena, y al recobrar el sentido handesaparecido los sntomas de angustia. Termina el diario sabiendo Fer-nndez que haba muerto Helena en aquel momento del ao nuevo enque haba sufrido el inexplicable desmayo. Fernndez, que adems desu fortuna, sus pecados y su amor puro por Helena, padece tambin unaprolongada crisis de fe, termina convencido de que Helena en algunaforma sigue viviendo en un ms all, aunque sabemos por los prelimi-

    1 Las citas corresponden a la 2* edicin de la Editorial Cosmos, Bogot (1925?).807

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    nares de la sobremesa que no ha cambiado su vida en cuanto a las mu-jeres ni ha vuelto a la religin de su niez.

    Respecto a la reunin de sobremesa, el lector contempla una accinrealizada en un mismo lugar y dentro de pocas horas. Respecto al dia-rio, Fernndez y sus amigos contemplan una sola accin, s, pero desa-rrollada en varias etapas y enriquecida de numerosas complejidades,accin que se realiza en tres pases Suiza, Francia e Inglaterra. Eltiempo que dura la accin narrada en el diario es de ao y medio.

    Silva se ha preocupado mucho por evitar la monotona, defecto alque est especialmente expuesta la novela psicolgica o de ideas, msan cuando se presenta en forma de diario. Adopta distintas manerasprocurando accidentar la uniformidad, sin por eso impedir demasiadoel libre curso de la historia. Una es la variedad o variacin de los anti-guos y de los humanistas (Sed iste ipse Caelius eque distinxit historiaravarietate locorum... Cicern, De Oratore, II, 54), o casi en el sentidomusical, pues todo el contenido de una novela psicolgica (y es esto sugran peligro) es una serie de variaciones del nico tema: el alma delprotagonista.

    Vacilo en incluir bajo esta categora de variedad las primeras pgi-nas del diario dedicadas al diario de Mara Bashkirtseff y al libro La de-generacin de Max Nordau, puesto que son una introduccin al temaprincipal o a los dos temas principales en el plano concreto de la nove-la, a saber, uno: el sentido de la vida en su intensidad y en su extensi-dad del protagonista, y dos: la visin de una poderosa figura femenina,smbolo a la vez del amor y de la pureza sexual. Mara Bashkirtseffrene simultneamente en su persona y en su diario fascinador estosdos aspectos de la novela de Silva. Es evidente que la Bashkirtseff hizouna profunda impresin sobre l y sea dicho de paso que las alusionesal texto y la impresin que de l da Fernndez son muy exactas. Espues ms como introduccin y obertura a la obra total que se debe con-siderar esta seccin, que indudablemente fue escrita con anterioridad yluego incorporada a la redaccin de la novela, como adelante explica-remos.

    Entonces la primera variacin sera la contemplacin que hace Fer-nndez de la sencilla vida campesina en Suiza, que forma un contrasteal artificio y a la pobreza emocional de su vida en Pars dedicada al lujoy a la sensualidad. Esparcidas por el libro unas diez variedades "ador-nan la historia".

    Cuando se narra una serie de acontecimientos en forma de diario sepresenta este problema: que la narracin no puede ser contada de modoque viva el lector el tiempo en que pasa, pues cada vez que acude a su

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    diario el narrador, lo narrado ya pas tambin para l y lo que leemosest ya distanciado de la etapa temporal en que leemos. Con esto se re-duce algn tanto el recurso de la sorpresa. Cuando Jos Fernndez em-pieza a relatar uno de sus numerosos achaques psicosomticos, sabemosya que aquella vez no muri Jos pues nos lo est contando. Por con-siguiente, todo lo que se narra (en contradiccin a los pasajes de expo-sicin o de meditacin) en De sobremesa est, en cierto grado, presentadoen forma de flashback, con la tcnica de la mirada atrs. Tenido encuenta esto, podemos distinguir entre lo inevitablemente visto con esatcnica y lo que con especial intencin se nos presenta con esa tcnicade flashback.

    El libro empieza en Suiza, adonde Fernndez ha huido temiendo ha-ber herido de muerte hace dos o tres das a la Orloff, cocotte parisiense,primera en la serie de mujeres con quienes Fernndez tiene relacionessexuales en contraste con Helena, pero en s montonas hasta elhasto, y uno de los motivos principales por que Silva se esmera tantoen adornar su relato con variedades de otra ndole. ste es el primercaso de flashback desde cerca, y as hay siete en comparacin con los delejos o profundos, de los que se cuentan nueve. Estos ltimos que nosllenan los planos distantes del cuadro total constituyen a su vez, aunqueparte integral del relato, una forma de variedad, como por ejemplocuando el mdico ingls, Rivington (quiz Maudsley) cuenta lo quesabe de Helena y sus padres (parientes suyos) y explica la historia delretrato de la madre, que igual podra ser de la hija, que es lo que lcrea, hasta tal punto se parecen. Interesa sealar que en dos ocasionesel ambiente trgico e idealista de la novela es divertida por una escenacmica y satrica, la primera sucede en Suiza, antes de las pginas sobreel encuentro con Helena, cuando el pasaje satiriza al turista internacio-nal; la segunda hacia el final del libro, la escena de los compatriotasde Fernndez contando chismes satricos sobre los mdicos franceses.

    As como la figura de Helena constituye el nico hilo de la narra-cin, simboliza tambin, en el plano abstracto, un aspecto del tema fun-damental que es, en sus trminos ms amplios, el conflicto entre lomaterial y lo espiritual, el dualismo ineludible de la experiencia hu-mana; en trminos ms restringidos, el doble aspecto del amor humano:profano y sagrado, carnal y espiritual. En trminos filosficos y en l-gico desarrollo: el problema de la inmortalidad. La carne y sus obrasse deshacen queda algo para el espritu? Existe siquiera el espri-tu? Es tema tpico del momento cultural y uno de sus exponentesms insignes, desde luego, Huysmans. Todo el simbolismo con que estrodeada Helena, ella misma smbolo principal de la novela, subraya

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    este significado. Notemos de paso que Helena no es nunca un personajelogrado y real: aparece durante unas seis horas en el corazn de la na-rracin y con todo lo que llega a saber el lector de ella y su familia,nunca nos adentramos en su vida interior. Su importancia es doble: elefecto que opera ella en el alma de Fernndez (quien es despus de todoel nico contenido de la novela o quiz mejor dicho, el envase del nicocontenido de la novela, que son las ideas) y las operaciones exterioresy aparentemente espirituales que efecta despus de su desaparicin dela vida de Fernndez y aun despus de muerta. Todos los smbolos su-bordinados que la rodean refuerzan este concepto. Esto es, primero ellaencarna el ideal femenino de Fernndez, ella recibe la proyeccin de sunima, y sirve de argumento para resolver de un modo o de otro el pro-blema espiritualista. Todos los smbolos subordinados que la rodeanrefuerzan este concepto del doble papel. Las flores (en la realidad, ro-sas t; en las alucinaciones y fantasas de Fernndez, mimosa y otras; enel retrato, azucenas blancas). El nombre de Helena que, Fernndez mis-mo nos lo cuenta, viene asociado en su mente con la Elaine de Tenny-son (Idylls of the King), princesa virgen que se enamora del pecami-noso Lanzarote y quien se muere sencillamente de amor. Luego, elretrato, que es en realidad el de la madre de Helena, que Fernndez"ve" en su fantasa antes de mostrrselo Rivington. El retrato es de laescuela pre-Rafaelita, ms an, es del tipo de cuadro de Burne-Jones ode Rossetti (menciona a ambos) cuando pintaban a la modelo ElizabethSiddal (se habla del pelo castao), con lo cual nos exhibe a Helenacomo un tipo excelso de idealismo femenino dentro del gusto ingls delsiglo diecinueve. A la joven del retrato se le da azucenas y la cita del li-bro sexto de La Eneida: Manibus date lilia plenis, que, en el contextodel original, es una frase funeraria y que nos vuelve a introducir a lamuerte, la que acompa el motivo original de Helena. Innecesario in-dicar que en Jos Fernndez y Helena Scilly Dancourt, Silva cre unamodalidad del mito del amor imposible. La muerte, como ya se vio, seinsina tambin en la seleccin de nombre de Helena. Finalmente,antes de dejar la consideracin de Helena como smbolo del tema prin-cipal del libro, registremos la importancia de Mara BashkirtsefL Esaspginas introductorias del diario, que consisten en la insercin que hizoSilva del ensayo-resea Dos libros, estn muy bien colocadas ah, puesexpresan perfectamente el conflicto materialismo-espiritualismo, ademsde lo cual, el diario de Mara Bashkirtseva puede contener, segn creo,uno de los grmenes del concepto todo de la novela.

    Como ya he dicho, el tema nico verdadero es el alma de Fer-nndez v sus conflictos. Por ello es De sobremesa una novela autobio-

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    grfica, psicolgica, tpica del siglo diecinueve, como las de Huysmans,cuya influencia sobre Silva ya se ha anotado. El profesor Beebe, en suestudio de la novela psicolgica (Ivory Towers and Sacred Founts) ob-serva atinadamente que en muchas de ellas se crea un como marco queles confiere ms definicin separando el yo del autor actual, el nove-lista, del yo pretrito del diario (o cartas), y que en esta forma la novelapsicolgica supera a las que presentan llanamente el diario sin ningncomentario de este segundo yo autor. Pues bien, aqu en De sobremesatenemos el caso de una novela confesional sin editor, pero con el marcode que habla Beebe, que le confiere alguna superioridad formal, puesel hecho de estarlo leyendo el mismo que escribi el diario y comen-tarlo, constituye un marco, marco que tiene otra funcin relacionadacon el fin mismo de la novela.

    Es una novela de la muerte. Helena como figura simblica est sa-turada de muerte; Fernndez trata de matar a las dos cocottes del prin-cipio del diario. El manuscrito que lee Fernndez ao y medio de suvida, se abre y se cierra con una muerte, la de la abuela, la de Hele-na. Esta misma preocupacin de la muerte campea en los poemas quehaba publicado Fernndez aos atrs. Silva articulaba aqu dos acti-tudes opuestas: por boca principalmente de Rivington quiere demostrarque la fuente de nuestro concepto del ms all est en nosotros mismos,es una proyeccin de la psique. Pero al mismo tiempo hace decir a Fer-nndez: Para m lo que se llama percibir la realidad quiere decir nopercibir toda la realidad (p. 133). La relacin de Fernndez con He-lena pende precisamente de esta cuestin de si nuestra percepcin coti-diana de lo que est en nuestro contorno apura verdaderamente la rea-lidad completa, y, como queda dicho, al final del libro, Fernndez estconvencido de que Helena se ha comunicado con l bajo las coinciden-cias del tiempo y de los smbolos asociados con ella, de la mariposa,de las hojas y del reloj de ao nuevo.

    Pero tambin es una novela del tiempo el tiempo es la forma de laexperiencia por medio de la cual ms nos damos cuenta de la angustiade la oposicin materia-espritu, de la impermanencia de lo mate-rial, del punto final de la muerte, de la tragedia del amor, de la incg-nita del ms all, del ms ahora se debera decir. "A qu le debo elplacer de su consulta" le pregunta a Fernndez el Dr. Charvet (Char-cot, por supuesto) a quien ha acudido en Pars, y contesta:

    A una abominable impresin de ansiedad y de angustia bajo la cualestoy viviendo desde mi llegada a Pars; de angustia sin motivo y porconsiguiente ms odiosa, de ansiedad que no se refiere a nada, y a la cual

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    preferira el dolor ms intenso . . . Le ha sucedido a usted, doctor, correr,ya en retardo, a una cita urgente, contar los minutos, los segundos, abrirel reloj, no ver la hora, volverlo a abrir, ver que el instantneo se mue-ve, rectificar si el cronmetro funciona, aplicndole el odo, creer que seha parado, buscar la hora en los relojes de la calle, sentir que el tren oel coche no caminan y no descansar de la horrible impresin que le hacecorrer sudor fro por las sienes y le aprieta el epigastrio, sino despusde estar en el lugar convenido? . . . (pp. 141-142) .

    (Vale la pena notar de paso esta aguda diagnosis del mal moderno, eltan trado y llevado angst de nuestros das.) Smbolo tambin del papelque desempea el tiempo en nuestras infelices vidas es el reloj que con-templa Fernndez como hipnotizado en el momento de ao nuevo quees el de la muerte de Helena, aunque esto no lo haba de saber hastams tarde:

    La hora se acercaba . . . En la pesadilla sin nombre en que se desha-ca mi ser, vi avanzarse hasta m el reloj de mrmol negro, como un serviviente, y aterrado camin para atrs cuatro pasos. . . . Confundidos lospunteros en uno solo para marcar la hora trgica del horror supremo, elvolante se detuvo, inmvil, como obedeciendo a un mandato de lo invi-sible . . . ca desplomado sobre el hielo (p. 158).

    El tiempo, simblicamente, es aqu aniquilado y al recobrar el sentidoFernndez, se halla por fin libre de su angst.

    Y ms tarde dice Nelly norteamericana una de las mujeres conquienes tiene Fernndez relaciones amorosas: "Odio el tiempo. El tiem-po es una cosa estpida, a stupid thing: . . . que slo existe para elcuerpo." Y ms tarde; "todo ha sido ideal y adorable. . . , etctera (pp.202 y 203).

    Finalmente y en ltimo plano, De sobremesa es una novela de Hispa-noamrica. Tanto ms cuanto que no se nombra a Colombia ni a Bo-got, solamente las alusiones a lugares relativamente desconocidos, a lavegetacin y hasta los nombres de familia revelan que el pas de Fer-nndez es un pas existente y no generalizado. Toda la vida de Fernn-dez en Pars y Londres es un trasunto de la vida del rastaquoure de lasegunda mitad del siglo xix, satirizada y sin embargo comprendida. Todala seccin del ensueo de Fernndez sobre cmo haba de obrar parallegar a ser presidente e imponer el progreso en su pas es un comentarioa la vez amargo y sentimental sobre la condicin poltica y social de lospases latinoamericanos en el siglo xix.

    Ahora bien, cul es el efecto total sobre nosotros de esta obra dearte? Vemos que en cada plano se reduce la multiplicidad a la unici-

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    dad. Los personajes son Fernndez; la visin de Helena es el conflicto,el amor, la muerte, la vida. Todos esos lugares son una pieza en lapatria de Fernndez.

    Y en cuanto al tiempo, esos meses agitados de la vida de Fernndezquedan reducidos a unas horas de sobremesa en una tarde de no se sabequ estacin ni qu ao.

    La colocacin de la accin primaria (la de la lectura y comentariodel diario) en unas horas escasas en que desfila por la imaginacin dellector 18 meses de vida agitada en tres o cuatro pases, tiene el efectode enfocar la atencin en el transcurso de los acontecimientos en unmbito amplio de tiempo y lugar, reducindolo a un solo lugar y a unosmomentos en comparacin con el tiempo que "realmente" ocuparon.

    Si examinamos bien los dems personajes, ocupndonos tan slo delos de primer plano la abuela, Helena, la sucesin de amantes, loscuatro amigos en el comedor, todos simbolizan aspectos de la persona-lidad de Fernndez. Si miramos de cerca a los cuatro amigos que estnde sobremesa con Fernndez, nos fijamos en que de Senz, Cordovez,Prez y Rovira, este ltimo, fuerte, atleta, representa la sensualidad;inmediatamente antes de la introduccin de Helena en la historia, selevanta Rovira y se va. Prez, de quien se nos dice poco, parece ser elhombre de sentimiento que tiene tino de las diversas situaciones; Senz,el de ms influencia sobre Fernndez, es el hombre de intelecto, el que sepreocupa por l y por sus extravagancias, el racionalista. Cordovez es elque ms se parece a Fernndez, es intuitivo y soador y es el que en unaocasin le insta a seguir con la lectura. En mi opinin los cuatro amigosy los dems personajes sirven principalmente para realzar y poner derelieve aspectos del carcter de Fernndez. Tiempo, lugar y personajes,todo tiende a la reduccin, a la concentracin en un solo foco; el planmismo del libro ayuda a este fin. Ni qu decir tiene que las flores, losobjetos como el reloj, las piedras preciosas, Helena misma, las mariposasy las tres hojas tienden a concentrar la atencin en el fin de la obra, enuna artificial reduccin de la multiplicidad de la vida, de la experien-cia, a la unidad, a una sola impresin, instantnea si fuese posible Eltiempo es una cosa estpida, ya vimos que lo dijo Nelly, y aadi: "Yoquiero suprimirlo en mi vida" (p. 202). Y si ese momento unitariofuese eterno tendramos resueltos los problemas que nos suscitan eltiempo y el espacio, el amor no perdurable, la muerte y el ms all.Nos habramos curado de nuestra angustia.

    Resta ver si Jos Asuncin Silva positivamente qued en decirnosalgo en claro respecto a la cuestin del ms all, Para tratar de con-testar esta pregunta conviene tener en cuenta que Helena, en cuya

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    fuerza simblica se ha puesto tanto esmero, tanto clculo y tantoesfuerzo, es una joven pura si no asexual; si es ella la que, con-virtindose al catolicismo, puso fin a la bsqueda interminable delpadre a travs de la historia de una verdad religiosa, y es ella la que hatrastornado la vida a Fernndez, quien se queda al final del diario cre-yendo en su continuada existencia despus de la muerte, existenciaideal, inexistente si as hay que convenir, pero con mayor realidad quela de las cosas llamadas reales; y al fin de la novela Fernndez sigue de-dicado a su memoria, dedicacin que expresa con la construccin de laVilla Helena, y, claro, tambin en el diario que acaba de leer y Silvamismo en el libro que acaba de escribir. En alguna forma, pues, vencela fe. No exactamente la catlica, o no explcitamente la catlica, peros la fe en que lo material no lo es todo.

    EDWARD SARMIENTOState University of New York(Binghamton)

    InfoAIH: AIH. Actas III (1968). Estructuracin y simbolismo en De sobremesa, de Jos Asuncin Silva. EDWARD SARMIENTO