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SIGUIENDO LA RUTA DE NUESTROS MIGRANTES
POR JORGE AGUILAR PAREDES
DIPUTADO AL PARLACEN POR EL ESTADO DE HONDURAS
DÍA 1 – TUCSON, 19/AGOSTO/2014
A principios de julio de 2014 recibí una llamada del Vicepresidente por Honduras, el
Diputado Roberto Castillo, preguntándome por mi disponibilidad de acudir en una
misión del Parlacen a Arizona para ver la situación de nuestros migrantes. En los últimos
meses del 2014, hubo una oleada de niños migrantes de Centroamérica,
particularmente de Honduras, Guatemala y El Salvador, a los Estados Unidos. Esta
situación generó un drama humano que llamó la atención del mundo entero. Por
supuesto que acepté acudir en tan importante misión que me permitiría ver in situ las
condiciones por las que atraviesan nuestros compatriotas centroamericanos.
El viaje estaba previsto para los días del 22 al 25 de julio. Sin embargo, se requería de la
aprobación del gobierno Federal de los Estados Unidos de América para visitar los sitios
de la frontera y los albergues. Por lo tanto, el viaje se postergó casi un mes, pudiéndolo
concretar del 18 al 21 de agosto.
Acudimos tres diputados: el Diputado Giovanni Jacobs por Guatemala, y jefe de la
misión; la Diputada Gracia María Larrave por El Salvador; y yo por Honduras. El lunes
18 de agosto nos recibieron y atendieron en Tucson, Arizona los cónsules de Guatemala
de Tucson, Carlos De León, y de Phoenix, María Jimena Díaz; así como la cónsul de El
Salvador en Tucson, Ludmila Aguirre. Lamentablemente Honduras cerró su consulado
en Phoenix por lo que no tienen cónsules en Arizona, a pesar que fueron más de 17,000
niños hondureños los que recientemente atravesaron la frontera.
La ciudad de Tucson es muy interesante pues está ubicada en medio del desierto, y está
pintada con los colores y tonos cafés de este ecosistema. Es plana y muy esparcida por
lo que a primera vista no se puede apreciar. Sin embargo, a medida que uno la conoce
más, va encontrando y descubriendo sus encantos, como el “Barrio Viejo” que nos
recordó a nuestros pueblos coloniales, o el área de la Universidad de Arizona con zonas
vivas muy entretenidas. Cabe mencionar que Tucson fue fundada en 1775 por un
misionero jesuita español.
Comenzamos nuestra gira con la visita a la frontera en Nogales, a una hora al sur de
Tucson. Nos llevó en una Suburban de la US Border Patrol el Oficial George Trevino,
originario de Texas pero de padres mejicanos de Matamoros, Estado de Tamaulipas.
Hablaba perfecto español, con un leve acento mejicano pero no tan marcado, y se sentía
orgulloso de sus raíces, inclusive se presentó como Jorge (aunque su uniforme tenía la
“G” de George). Igualmente, el oficial Trevino, de 32 años y recién casado, fue muy
atento con nosotros, brindándonos toda la información posible y contestando todas
nuestras inquietudes.
En la frontera nos atendieron, además del oficial Trevino, los agentes Ryan Gilberg,
originario de North Dakota, y Ricky Ortega, originario de Texas, así como el agente Dean
de California. Es impresionante ver la cerca de la frontera – una verja de metal de 18
pies de altura y de 14 millas (22 kms) de longitud! La verja está de color óxido excepto
en aquellos puntos donde los migrantes la han saltado y se ha pelado el óxido. Asimismo
apreciamos torres con cámaras y los oficiales nos explicaron que incluso tienen cámaras
infrarrojas que detectan a los seres vivientes. La población de Nogales, Arizona apenas
llega a unos 13,000 habitantes; contrario, Nogales, México tiene más de 300,000
habitantes!
Es curioso cómo se aprecian los barrios y las casas del lado mejicano a la par de la cerca.
Había un potrero de ganado junto a una sección de la misma, y en otro sector se
apreciaba un barrio marginado, a excepción de una señorial casa de 3 pisos que los
oficiales del US Border Patrol nos dijeron es de los narcos.
Posteriormente nos trasladamos a la estación central del US Border Patrol en Tucson
para reunirnos con el alto mando. Aquí hay 4,000 agentes de esta agencia Federal que
se encuentra bajo el Departamento de Homeland Security (DHS por sus siglas en inglés).
Los oficiales son entrenados por 12 semanas, al menos aquellos que no saben hablar
español quienes entrenan por 12 semanas adicionales para aprender el idioma de
Cervantes. No permiten reclutas mayores de 36 años al menos que hayan servido en el
ejército de EEUU. Sin embargo, la mayoría de los aplicantes tienen entre 18-36 años, y
de 5,000 aplicantes aceptan 50.
Tucson tiene una frontera de 262 millas de longitud, y de éstas, 212 tienen cerca. Donde
no hay cerca es porque hay alguna barrera natural, como montañas. Normalmente la
patrulla fronteriza tiene jurisdicción dentro de 75 millas desde la frontera, pero en
Arizona, por la gran cantidad de migrantes, la jurisdicción abarca las 100 millas tierra
adentro desde la frontera.
Los oficiales, todos muy atentos y muy deseosos de brindarnos toda clase de
información, nos informaron que la frontera ya no es como antes, cuando los migrantes
podían cruzarla solos. Hoy toda la frontera está controlada por los traficantes, de
personas y de drogas. Esto provoca que el cruce sea más duro y más caro para los
migrantes pues éstos son extorsionados por los traficantes en distintas maneras.
También nos informaron que en el caso de Brownsville, Texas, los carteles de droga de
Tamaulipas han llegado a cruzar drogas con un valor equivalente de $20 millones por
semana! Entendimos lo complejo que es el paso fronterizo.
En la reunión con el alto mando, nos atendieron José G. Cruz, el número dos (el número
uno, Padilla, estaba agendado en atendernos pero a última hora no pudo hacerlo), Allan
White, George W. Allen, Steven Passement y Christopher Defreitas. La reunión fue
amplia e incluso se prolongó más del tiempo previsto, y pudimos plantear varias
situaciones que nos preocupan, como el respeto a los derechos humanos,
particularmente de los niños. En mi participación, les hice ver que nosotros no queremos
que nuestro mayor recurso, nuestra gente y particularmente nuestra juventud, se nos
vaya de nuestros países; pero entendemos que la falta de oportunidades en trabajo,
educación, salud, deporte, arte, recreación, así como los altos niveles de violencia e
inseguridad provocan estas migraciones. Acepté que tenemos mucho que hacer en
nuestro país para generar las oportunidades requeridas. Enfaticé que las migraciones
humanas son tan antiguas como la existencia del ser humano, que Estados Unidos es un
país de migrantes, que todos ellos tienen ancestros que fueron migrantes y que por lo
tanto, la migración no debía criminalizarse. Les hablé del rol del Parlacen como un ente
regional representativo de 6 países centroamericanos y por lo tanto, un gestor político.
Aun cuando no tenemos poderes vinculantes, tenemos importantes contactos políticos
en cada país y podemos gestionar firma de convenios y flujo de información, así como
ser voces importantes para divulgar lo que acontece en la región. Finalmente, enfaticé
que parte del problema, especialmente con los niños migrantes en los últimos meses,
se debía a la falta de una política migratoria integral de los EEUU. Igualmente los
diputados Jacobs y Larrave expusieron preocupaciones así como propuestas.
Por su lado, los “jefes” como les llamó el agente Trevino, expusieron ampliamente la
situación en la frontera. En el 2000, alrededor de 600,000 migrantes fueron arrestados;
para este año 2014, esperan arrestar menos de 100,000. Plantearon que la US Border
Patrol no hace las leyes pero si tiene que enforzarlas. También nos hablaron sobre la
iniciativa para la frontera segura que incluye 32 torres de rescate, identificadas con luz
azul de alta densidad, ubicadas en las zonas de la frontera donde hay más flujo de
personas y que están para atender a los migrantes en caso que se encuentren en malas
situaciones (heridos, deshidratados, débiles). Admitieron que las migraciones no se van
a detener, pero que si esperan que se reduzcan los abusos y las muertes de los
migrantes.
Finalmente acudimos al “Hold Room” más conocido como la “hielera” por los migrantes
por las bajas temperaturas del aire acondicionado, que se mantiene entre 55º-60º F
(12º-15ºC) para matar los gérmenes en los migrantes y mantener condiciones más
higiénicas. Este espacio contiene un centro de control central, y alrededor, en forma de
semicírculo, están ubicadas las celdas donde se encuentran los migrantes clasificados
entre hombres, mujeres, niños, familias, “streamline” (que son aquellos que han
repetido el cruce ilegal de la frontera por dos o más veces). Aquí son ubicados los
migrantes arrestados para clasificarlos y poderlos orientarlos a otros programas una vez
que obtengan más información sobre ellos. La idea es que permanezcan aquí menos de
12 horas, y hasta un máximo de 24 horas. Se podían ver a los migrantes allí, no muchos
por cierto, a través de los ventanales que tiene el centro de control. No obstante, no
estuvimos permitidos a tomar fotografías dentro de la estación central del US Border
Patrol.
Seguidamente nos trasladamos a un albergue de niños siempre en Tucson. Este
albergue se llama “Estrella del Norte” y es manejado por la organización privada sin fines
de lucro Southwest Key. Aquí nos recibió Ivonne Velásquez del US Department of Health
and Human Services, y los encargados del centro por parte de Southwest Key, Ana
Navarro, Alberto Salinas, Adriana y Alicia.
Southwest Key es contratista del gobierno Federal de los EEUU. Maneja 5 albergues en
Phoenix, con más de 100 niños cada uno a excepción de uno que cuenta con 68 niños, y
este es el primer albergue que maneja en Tucson. Pero también tiene presencia en otros
estados como California y Texas, y dispone de más de 3,000 camas para niños de 0-17
años. Nos aclararon que también hay albergues para familias.
La “Estrella del Norte” tenía 283 niños, pero al momento de nuestra visita ya habían
enviado a 167 niños con sus familiares en otras partes de los EEUU por lo que estaba
con baja ocupación para su nivel de capacidad.
La ley de los EEUU exige el trato humanitario de niños migrantes, específicamente
después del caso Florest vs. Reno de 1996 que estableció el nivel de cuidado que debe
de dárseles, con un trato de dignidad y respeto. El gobierno Federal contrata
organizaciones como Southwest Key para proveer estos servicios, que son pagados con
impuestos federales.
Southwest Key es por lo tanto, un programa de servicios sociales. Tienen un acuerdo
cooperativo con el gobierno Federal, que realiza una supervisión constante de los
servicios prestados.
Al entrar un niño al albergue, se identifica qué familiar tiene en los EEUU para poder
tener un “patrocinador”. Si no hay familiares, se buscan amigos de la familia. De esto
depende el tiempo que los niños permanecen en el albergue. En el caso que un niño no
tenga patrocinadores, se va a la Corte y es la Corte quien decide si el menor se queda o
se regresa a su país de origen.
Fue interesante escuchar cómo nos plantearon que los niños llegan con muchos
problemas y que en algunos casos, se “les enseña a ser niños de nuevo”. Igualmente, les
enseñan las reglas en los EEUU.
Después de esta amplia reunión procedimos a recorrer las instalaciones del albergue.
Verdaderamente son instalaciones de muy buen nivel con programas completos para
los niños. Hay una cocina y comedor grande, y pudimos leer los menús de alimentación
para los niños, los cuales son revisados por nutricionistas y se miraban muy completos,
con los tres tiempos y dos meriendas diarias. En el comedor hay una pared con arte de
los niños que se han ido, donde expresaban su agradecimiento por las atenciones
recibidas en el albergue. Pude leer varios testimonios de niños hondureños.
Pasamos por varias aulas con clases de inglés, dibujo y otros. Allí pudimos ver algunos
de los niños que han quedado. Conocí a Junior, un niño hondureño de 14 años de El
Progreso. Como yo andaba con una gorra de la “H”, que compré en el aeropuerto de
Toncontín para obsequiarla a algún catrachito, Junior me identificó y se identificó como
hondureño. Pronto me pidió la gorra la cual por supuesto le obsequié diciéndole que se
la había ganado. Me contó Junior que le tomó 8 días en llegar al “río” (el Río Bravo en la
frontera con Texas), donde lo capturaron. Tenía 40 días de estar en el albergue, y estuvo
3 días en la “hielera” primero, contradiciendo lo que nos habían explicado que allí los
migrantes permanecían un máximo de 24 horas. Sin embargo, esta situación se dio con
la fuerte oleada de niños migrantes por lo que las capacidades se debieron haber
desbordado. Pero Junior se irá pronto donde su hermano mayor (de 24 años) en Virginia,
donde Junior piensa estudiar.
También conocí a Saúl de Puerto Cortés, un joven de 17 años que se reunirá con su
hermana en California. Saúl además tiene familiares en otros lugares de EEUU y en
Canadá también. Igualmente conocí a una niña de 14 años de Danlí así como a dos
jóvenes de 17 años, ambas de Santa Rosa de Copán y una de ellas muy bonita.
Indudablemente que se arriesgan estas jóvenes en ese trayecto hasta la frontera!
El albergue cuenta con piscina y canchas deportivas, siendo el futbol el preferido por los
jóvenes. Dentro del programa comienzan con deporte a las 6:30am por las altas
temperaturas de Tucson, que les impediría hacer deporte a otras horas. De hecho, las
jóvenes hondureñas junto con otras chicas de Guatemala y El Salvador estaban por
acudir a clases de yoga en el gimnasio, que está aclimatado con aire acondicionado.
Vimos también la clínica médica, muy bien equipada con personal y equipo. Hay otra
sección para los infantes, los que se encuentran con sus madres, también menores de
17 años (niñas criando niños!) y otra de niños de 2 a 5 años. Adicionalmente, visitamos
varias habitaciones donde solo permiten dos niños, o una madre y su hijo en esos casos.
Son habitaciones muy bien acondicionadas, limpia e higiénicas y muy ordenadas.
Lastimosamente, tampoco en el albergue son permitidas las fotografías, por razones de
seguridad para los niños, según nos dijeron. Pero podemos concluir que los servicios y
programas que vimos en la “Estrella del Norte” son de excelente calidad, y nuestros
niños y niñas migrantes son atendidos con dignidad, respeto y cariño, algo que muy
probablemente no obtienen en nuestros países.
DÍA 2 – PHOENIX, 20/AGOSTO/2014
¿CAMPO DE CONCENTRACION?
Arizona es un enorme desierto que lleva este mismo nombre. Sin embargo, en medio de
este desierto hay ciudades, siembros de algodón y muchos “saguaros”, los cactus
gigantes que solamente habíamos apreciado en muñequitos o en paquines. El “saguaro”
está protegido por ley, por lo que es prohibido cortarlo, y tiene tantas formas y tamaños
que semejan personajes saludándolo en el camino.
Salimos de Tucson después de una entrevista con la periodista Perla Trevizo del
periódico Arizona Daily Star, ya con varios minutos de retraso. Íbamos camino al Centro
de Detención de hombres adultos en Florence, en la ruta hacia Phoenix. Solo nos
detuvimos en una gasolinera en el sitio denominado “El Picacho”, versión Arizona, por
un pico que se levanta allí y luce imponente.
Ya en la carretera del desvío a Florence, nos hablaron por teléfono planteándonos que
por el retraso nos recomendaban solo hacer una visita antes de llegar a Phoenix, al
Centro de Detención de Florence o al aeropuerto de Mesa de donde despachan a los
deportados. Sugerí que por estar cerca de Florence fuésemos al centro; los compañeros
de viaje pensaban que sería más interesante ir al aeropuerto que cierra el ciclo desde la
entrada a la frontera hasta la deportación. Al final decidimos parar brevemente en
Florence para proseguir con la gira completa en Mesa.
El Centro de Detención de hombres adultos era una cárcel de máxima seguridad. Por lo
tanto, tiene todas las condiciones características de ella. Logramos tomar unas fotos del
exterior aunque nos llamaron la atención pues es prohibido, tanto de afuera como
internamente.
Nos recibió Miguel Zackowski y Albert Carter además de una gran comitiva. El centro
tiene una capacidad de 392 hombres, pero todo el estado de Arizona tiene capacidad
para aproximadamente 2,600 adultos, de los cuales 464 son facilidades para mujeres.
Este centro es manejado por el Immigration and Customs Enforcement (ICE), parte del
Homeland Security, el aparato de protección y seguridad que surgió después del 9/11.
Al comenzar la visita, se me vino en mente los campos de concentración de Hitler de la
segunda guerra mundial, por la cantidad de cercas y alambres de serpentina allí, además
porque los detenidos andan uniformados. Hay presencia de 80 nacionalidades entre los
detenidos, prácticamente de todo el mundo, pero la mayoría son centroamericanos. Los
inmigrantes ilegales son identificados con uniformes de colores – vimos un grupo de
hombres con uniformes verde fluorescente que indica los recién llegados. Nos
explicaron que el blanco es para los que trabajan en la cocina, y que también hay azul y
naranja.
El promedio de estadía en este centro es de 17 días, y pueden recibir visitas de
familiares. Al llegar, les quitan todas sus pertenencias las cuales son registradas y
guardadas para su partida. Sin embargo, pueden conservar un máximo de $60 en
efectivo con ellos.
Caminamos contiguo al área deportiva donde hay canchas deportivas, de fútbol,
basquetball, zona de pesas y otros espacios para recreación. De allí procedimos a entrar
al Departamento Médico.
Igualmente, al ingresar los detenidos al centro, les realizan un chequeo médico. Primero
hay un prescreening con una enfermera, y luego hay un chequeo completo que incluye
una radiografía para revisar si hay tuberculosis. Existe el TB Net que es un programa
mundial para el tratamiento de tuberculosis, a los cuales se registran los infectados.
También están montando un programa similar para el HIV. En el departamento médico,
hay una farmacia completa, una clínica dental, un psicólogo a medio tiempo (llega una
vez a la semana) y un psiquiatra a tiempo completo, pues también reciben una
evaluación psicológica. Las facilidades, además de completas, son impecables. Solo
pensé en las precarias condiciones en las que nuestra gente es atendida en nuestros
hospitales públicos. Indudablemente, aquí están recibiendo una mejor atención médica.
Tienen una lavandería donde lavan las ropas de los recién llegados, y continuamente
están lavando ropa, pues hay cambio de ropa diariamente.
Procedimos a un área cubierta pero al aire libre donde reciben servicios religiosos y
orientación legal. De aquí hay acceso a la cocina, donde se preparan los alimentos para
el centro pero además para las comidas y meriendas de la operación aérea. Hoy estaban
preparando tamales. Disponen de menús de 5 semanas, es decir, los menús cambian
cada cinco semanas, y hay menús especiales para diabéticos y prácticas religiosas.
La cafetería es muy amplia, aseada y ordenada, y hasta tiene islas de refrescos. En ese
momento de la visita, estaban comiendo muchos detenidos. Yo andaba puesta una gorra
de Honduras, con las cinco estrellas resaltadas. Los detenidos hondureños rápidamente
me detectaron. Uno de ellos, de uniforme naranja, me saludó. Quise darle mi gorra pero
al preguntar si podía, me dijeron que no pues se considera contrabando. Otros
hondureños me saludaron a la distancia y sonreían conmigo. Por lo menos esta gorra les
había sacado estas sonrisas.
De la cafetería se pasa a un lounge, con sofás, TV´s, mesas de dameros y teléfonos
públicos. Allí pueden disfrutar de descanso y ocio, pero también les explican las reglas y
leyes de EEUU. Pueden hacer llamadas telefónicas e incluso hay un tablero en la pared
con los códigos de todos los países del mundo.
Pasamos luego a los dormitorios. Son salones amplios con 64 camas tipo literas, con su
ropa de cama ordenada y limpia. Contiguo están los baños completos y abundantes.
Aquí mantienen una temperatura agradable con aire acondicionado, considerando que
estamos en medio de un desierto. También hay lockers personales.
El centro dispone de un programa de trabajo voluntario. Los que deseen trabajar,
pueden hacerlo y ganan $1/día pero trabajan un máximo de 2-3 horas por día.
También pasamos por el área de cuarentena, unas instalaciones de aislamiento para los
detenidos que resultan positivo en tuberculosis. De aquí procedimos a otra sección con
pequeñas celdas llenas de reclusos con uniformes verde bosque y amarillo. Ellos son los
que van a la Corte o que tienen entrevista con algún otra agencia.
Atravesamos el área de visitas, el cual es un salón abierto con mesas y sillas. También
hay otros pequeños cuartitos con una ventana divisoria que sirven para las entrevistas
de los detenidos con sus abogados.
Posteriormente vimos la sala de la Corte, con un puesto para el detenido, para el juez,
el abogado del gobierno y el abogado del detenido. Nos explicaron que de perder el
caso, pueden apelar en otra Corte, e inclusive tienen una segunda apelación en el
Distrito Federal, que es la última instancia.
Marcos Contreras, quien nos dio el tour, nos explicó que los reincidentes pueden volver
a este centro de detención si son enviados aquí por el US Border Patrol. Pero también el
detenido puede ser procesado enviándolo a un US Marshall, y depende lo que éste
decida, puede volver a este centro.
Nuestra gira rápida concluyó aquí. La primera impresión de estar en un campo de
concentración me hizo reflexionar. Tal vez los “campos de concentración” están en
nuestros países, de donde “escapa” nuestra gente en busca de una mejor vida…
OTRO AEROPUERTO LLAMADO “MESA”
El aeropuerto de San Pedro Sula, hoy llamado “Ramón Villeda Morales”, fue por mucho
tiempo conocido como “La Mesa”, probablemente por lo plano del sitio donde está
ubicado. Pues así como en Arizona hay un “Picacho”, como el que tenemos en
Tegucigalpa, también hay un aeropuerto llamado “Mesa”, con el de San Pedro Sula.
Muy cerca de Florence se encuentra este aeropuerto, de uso civil y militar. Las
instalaciones son amplias, modernas y ordenadas, y hay un movimiento significativo en
este aeropuerto, definitivamente más grande que el de Tucson.
Arribamos a buen tiempo, ya habiendo recuperado el tiempo perdido en Tucson por la
entrevista del diario local. Nos recibió la directora de las operaciones aéreas, una joven
mujer muy dinámica, simpática y determinada. Con otros elementos de su equipo, nos
explicaron las operaciones aéreas que viene siendo la última parada antes de la
deportación. Las instalaciones han sido acondicionadas para esta operación, que en
promedio mueve 10 aviones de deportados semanalmente, con un promedio de 135
pasajeros cada vuelo. Hay semanas que han llegado a sacar 15 vuelos, la mayoría para
Centroamérica.
La aerolínea que opera los vuelos es una empresa privada subcontratada para esto. En
las instalaciones hay un área de espera para los detenidos que serán enviados a sus
países de origen, con cuartos especiales para familias. Se les brinda alimentación en caso
de retraso de vuelos, y en los vuelos hay meriendas y comidas, más que lo que dan
muchas aerolíneas comerciales hoy en día.
Sin embargo, los deportados son subidos al avión con grillas en las manos y los pies, y
así vuelan hasta ya casi llegar al destino. Nos explicaron que han tenido violencia en
algunos vuelos, pero principalmente los destinados a África, Haití y Jamaica, nunca en
los vuelos a Centroamérica. Pero el protocolo establecido incluye este denigrante hecho
que aplican parejo a todos los deportados.
Aquí si nos permitieron tomar fotografías en la rampa de los aviones, donde pudimos
apreciar cuatro aviones en fila, uno de ellos que estaba siendo cargado con deportados.
LA CIUDAD DE PHOENIX
Muy cerca del aeropuerto “Mesa” está ya la ciudad de Phoenix, una esparcida ciudad de
1.6 millones de habitantes, de los cuales cerca del 40% son de origen hispano. Phoenix
es una ciudad moderna, insertada en el desierto y muy bien adaptada al mismo. Me
llamó la atención que no hay engramados sino áreas con grava fina de tonos cafés y
plantas nativas que crecen muy bien en este ecosistema. Solo recordé la insistencia que
hay en Tegucigalpa, tanto de las autoridades como de los privados, de sembrar palmeras
en un ambiente seco por lo que las palmeras lucen raquíticas y amarillentas, en lugar de
sembrar árboles nativos que se desarrollan muy bien sin mayor riego o cuidado, tal como
observamos en Phoenix. Igualmente me impresionó la presencia en Phoenix de
imponentes museos como el Museo de Arte.
El centro de la ciudad es grande con edificios altos e impecables, y atravesado por un
moderno sistema de metro superficial. También se me vino en mente el malogrado
proyecto del Trans 450 en Tegucigalpa, un “copy paste” mal hecho que ha dejado un
mal sabor a los capitalinos y que, contrario a resolver el problema del tráfico, lo ha
venido a acrecentar por la falta de operación del mismo, a tal grado que he incluido una
nueva palabra en mi vocabulario, el “tránsfico”!
Acudimos al edifico de la Alcaldía de Phoenix, un alto edificio de casi 20 pisos ubicado
en una céntrica esquina. Allí nos reunimos con el Concejal del Distrito 7 de Phoenix,
Michael Nowakowski, un descendiente de emigrantes polacos y mexicanos, muy
campechano, receptivo y completamente identificado con el tema migratorio.
Pudimos plantear la problemática que vive nuestra gente que los ha obligado a emigrar
en busca de oportunidades. Enfatizamos la preocupación que tenemos por la
criminalización de la migración y por la falta de sensibilización que existe en un gran
sector de la población norteamericana, particularmente en este estado de Arizona
donde la percepción nuestra previa a esta visita era de un estado hostil a los migrantes.
El Concejal Nowakowski nos propuso conformar un grupo de líderes políticos, religiosos
y comunitarios locales para que hiciesen una gira a nuestros tres países y pudieran ver
de primera fuente las condiciones prevalecientes que provocan las migraciones, como
una manera de sensibilizar a la población. Desde luego que abrazamos la idea la cual nos
comprometimos a plantear a la Junta Directiva del Parlacen para que se pueda llevar a
cabo.
Pero hubo una voz de esperanza por parte del Concejal Nakawosky, quien es Demócrata
al igual que el actual alcalde de Phoenix (no así la Gobernadora de Arizona que es
Republicana), cuando nos planteó que muy probablemente después de las próximas
elecciones legislativas en EEUU (primer martes de noviembre), se procederá a legalizar
el estatus de aproximadamente 6 millones de los doce millones de latinoamericanos que
viven y trabajan en EEUU sin legalidad. Estos serían aquellos que tienen más tiempo de
residir en EEUU y que tienen fuentes de empleo estables. Indistintamente que se logre
brindar algún tipo de visa de empleo a 6 millones o a un millón, este ya sería un gran
paso para resolver este complejo problema migratorio.
Por la noche acudimos a la reunión con líderes latinos, principalmente guatemaltecos,
de organizaciones de base que trabajan con y por los migrantes. Fue muy satisfactorio
ver el dinamismo de estos líderes y organizaciones que comenzaron por lograr que
Guatemala estableciera su consulado en Phoenix, que por cierto está muy bien
acondicionado y excelentemente dirigido por la cónsul María Jimena Díaz. Aspiramos a
que Honduras restablezca su consulado aquí ante la alta afluencia de hondureños que
están migrando por este sector.
Concluimos nuestro apretado, pero muy provechoso programa de visitas con nuestra
participación en el noticiero nocturno de Univisión Arizona a las 10:00 de la noche. Aun
cuando nuestra participación fue sumamente breve, escasamente un minuto, el estar
presente en tan prestigiado y observado noticiero permitió enviar el mensaje que aquí
en Centroamérica si estamos preocupados por nuestros hermanos migrantes.
Con Oficiales de la Patrulla Fronteriza (US Border Patrol) en la frontera de Nogales:
En reunión con alto mando del US Border Patrol en la estación de Tucson
Reunidos con personal del Albergue Infantil “Estrella del Norte” en Tucson:
Centro de Detención de Hombres Adultos en Florence:
En el Aeropuerto de Mesa, con los aviones de deportados al fondo:
Adentro de un avión utilizado para deportados (arriba) y en la entrada de la Operación
Aérea del Aeropuerto de Mesa (abajo)