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poesía, poesía de amor, luz, fotografía.
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7nubespara un sombrero
7 nubes para un sombreroD.R. armando rivera© armando rivera
© para la presente edición: Indeleble Editores, 201411 Avenida, 2-49 zona 15 Col. Tecún Umán. C.P. 01015. Ciudad de Guatemala.Teléfono: (502) 2369-6950Correo electrónico: [email protected]
Composición fotográfica de portada e interiores: Andrea TorselliDiseño de portada: at/ar
No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de nin-guna forma o por cualquier otro medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright.
7nubespara un sombrero
armando rivera
para andreapor encontrar el trazo secreto de la luz
en la pupila
“…te encontré por fin, vagando por la lunas del pasado...”Ismael Serrano
“… no soy de nadie, dijiste, para estar conmigo,si es por amarte, todo lo olvido…”
Alejandro Filio
“...Now I’m falling even more in love with youLetting go of all I’ve held onto
I’m standing here until you make me move...”Lifehouse
las nubes para un sombrero
en el universo de la nochelas luciérnagas forman mapas estelares para que
la luz encuentre el amanecer
la luz -en los días que caen a nuestro costado- convoca estos bre-ves textos. la belleza cobró su forma, en mi pupila, al descubrir la posibilidad infinita de los instantes que ella crea. entonces, el recurso fue la palabra necesaria para reinterpretarlos. de esa cuenta, las jornadas se hicieron fecha en el calendario y escribí pequeñas epístolas al hoy de cada mañana. así se armó la primera parte del libro. luego, en la consecución que trae el arte -en su for-ma auténtica-, encontré algunos de los miles de tonos que tiene la claridad y la sombra en nuestros sentidos; a veces olor, a veces recuerdo, pero siempre luminosidad y oscuridad para entender la dualidad en nuestro ser. este libro es, en síntesis, un homenaje para andrea, por su arte en la fotografía.
pero tiene la convicción certera del amor hacia mi hija lucía, quien encontró, también, en la literatura su recurso fundamental. mis otros dos hijos en el amor, rubén y camila, son seres llenos de sonido, quienes saben expresar su belleza con las melodías. todo eso es un recuento necesario, porque con estos textos cele-
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bro 50 años de vida. por eso enumerar a cada una de las perso-nas que me ha enriquecido en la belleza del lenguaje, es -de he-cho- un imposible. pero tengo la certeza de nombres claves como víctor hugo, quien interpreta la poesía desde los universos que construye.
dejo, entonces, estas palabras introductorias -como un agradeci-miento- para todas aquellas personas, quienes creen en la posibi-lidad de una vida mejor a través del arte. mi afán por cada instan-te de creación para todos y cada una, es un deseo único como las nubes de cada cielo después de 50 años.
ar
12
armando rivera (guatemala, 1964). estu-
dió historia en la Universidad de San Car-
los de Guatemala. es cofundador de LETRA
NEGRA EDITORES. en 1995 obtuvo el pre-
mio “francisco de vitoria” de la oficina de
derechos humanos del arzobispado de gua-
temala, con el cuento “los pasos de caín”.
columnista de opinión en carretera news.
coparticipó en la elaboración de la anto-
logía: las huellas de la pólvora (cuen-
to de la guerra. 1954-1996); compiló la
antología: guatemala. narradores siglo
xx. además, tiene publicados los libros de
microrrelatos: utopía tras el farallón,
comerciales para mi muerte; el mun-
do feliz de las cigarras ciclistas. el libro
de cuentos, 37° al sur. en poesía ha publi-
cado piel para una eva desterrada, mi
ángel prófugo, la costilla de eva y más
allá del Este. en literatura infantil tiene el
libro, xalur, la niña que pintaba estre-
llas.
7nubes para un sombrero / 15
los domingos me gusta deambular por la casa va-
cía. el silencio está lleno de recuerdos. allí están los
trazos -en las paredes pintadas- con los colores de
cera de la infancia. aquel viaje que mi niña hizo con
tiza a lo largo del corredor. donde dos marineros des-
cubrieron el sur, me dijo ella con ternura. también es-
tán los libros regados por los espacios del ayer con sus
historias por contar. las risas y sus riñas cotidianas de
una vida que se hace de instantes. está la música de un
clarinero, ese que siempre se aposenta al final del día
para amanecer en el tiempo, donde los recuerdos se
visten de silencio este domingo.
16 / armando rivera
hoy tenemos un lunes fugitivo, se escapa por el bor-
de de este calendario y la vida se vuelve un segundo en
la eternidad. por eso nos queda la duda sobre futuro
en este lunes. es un día más en el respaldo del tiempo,
una marca que debemos depositar en la fe primera, el
dogma para vivir. de cierto sabemos que las secreta-
rias van con el rímel agotado, los santos se visten de
angustia y una huelga inicia este lunes. también com-
prendemos que los pordioseros invocan el nombre
del pecado, alguien pierde la fe, una mujer llora por
su amante y el sicario implora a la virgen del acero,
antes que el cielo corte este lunes. hoy es un lunes sin
traza ni marca. no hay gloria en este día, no hay boda
real, no hay persecución de terroristas y el delirio de
los santos marca una fecha sin más. a veces la semana
termina en lunes, ese que nos sirve para escapar del
resto del tiempo. por eso sé que hoy tenemos un lunes
fugitivo.
24 de marzo
7nubes para un sombrero / 17
fue martes cuando ella regresó de la boda. además,
tenía la esperanza del viaje para concretar la luna de
miel. pero los viejos designios de los días y la visión
de drake la condenaron al drama de la pasión prohi-
bida. así que se arrancó el impoluto vestido blanco, se
desnudó. tiró el ticket de viaje y se echó a dormir para
llegar al límite del delirio. al ser libre no pagó a nadie
la deuda moral, solo se fue, él nunca llegó, pero ella se
hizo perfecta y rompió el hechizo de los días.
25 de marzo
18 / armando rivera
descubren un planeta habitable y fue un domingo
de resurrección cuando aquellos exploradores llega-
ron al límite, con las fuerzas casi extintas, por fin vie-
ron la luz. allí estaba el mundo prometido. uno, el co-
mandante espacial, lloró de emoción y se encomendó
a dios. la travesía llena de peligros -al fin- había sido un
éxito. llegaron. al descender a la superficie, para ma-
yor sorpresa, encontraron una tremenda civilización.
la armonía de las edificaciones les recordó el poderío
clásico del florecimiento humano. por lo que el capi-
tán abrió los brazos al cielo, se hincó y oró con fuerza,
la humanidad se salvaba. pasados los segundos vitales
un tremendo rayo lo fulminó. otra deidad malhumo-
rada lo aniquiló por la soberbia del hombre. todos en-
mudecieron.
26 de marzo
7nubes para un sombrero / 19
los jueves tienen el pudor del maniquí y la taza de
café vespertina, bebida que nos implanta la vida al filo
de una duda. los jueves esconden a los párrocos de la
curia, personajes que entran secretamente en el pla-
cer de la vida. hay jueves cercanos a la disposición de
los náufragos, como aquel viernes que llegó a la isla
guiado por el súbito instinto de supervivencia. fue un
jueves cuando aquella colegial se encontró ante la nie-
bla del pecado y el brillo de la despedida. de esa histo-
ria sé que la certeza se nutre de nostalgia. por eso los
jueves tienen el pudor del maniquí y la ferocidad de
los gorriones al alba para encontrarte.
3 de abril
20 / armando rivera
en los viernes lejanos, ícaro resuelve un crucigrama
y las margaritas del laberinto son el deseo que inten-
tas cumplir. este viernes apenas sale el sol para que
puedas volar sobre el vasto océano del arrojo. tus alas
son el viento que te arrastra por una alucinación y al
fin comprendes que él no dibuja tus dudas. ella no re-
gresa y tú inventas un dédalo, allí resuelves un rompe-
cabezas para este viernes sin resurrección.
4 de abril
7nubes para un sombrero / 21
los sábados sirven para que las estatuas de los par-
ques desaparezcan. así los héroes de la patria se fugan
a lugares increíbles, viajan distancias ignotas, donde
nadie los recuerda, por eso se vuelven mortales. así
nosotros somos más livianos, nos convertimos en tita-
nes anónimos que se ocultan en la gloria del día. otros
sábados llueve a las tres de la tarde, de esa cuenta sé
que algunos carpinteros juegan con las astillas del per-
dón y cruje la fe de la redención. este sábado amaneció
la luz en el borde de tu cama y tú inventas un itinerario
de improbables para llegar a lo posible, sorbes el café
de la mañana al amparo del deseo, donde nadie te ve
encontrar la perfección de este sábado.
5 de abril
22 / armando rivera
aquel domingo todos los ángeles perdieron sus
alas. no hubo viento y el mar se hizo un cometa azul
en el horizonte. además de una isla zarparon los bar-
cos hacia el infinito y en la fuente del parque se insta-
ló un huracán. por eso las flores se convirtieron en la
trinchera de esta primavera y su belleza le sirvió a los
colibrís de guarnición ante el derrumbe del sol. aquel
domingo te levantaste ingrávida, dejaste las plumas en
la almohada, abriste el sonido de la luz y en tu vientre
germinó la brisa para las olas con ese color para un día
marino. aquel domingo te hiciste horizonte en las alas
de un ángel.
6 de abril
7nubes para un sombrero / 23
algunos lunes tienen la ternura de un buitre al ace-
cho. su feroz plumaje te diseña la semana. de esa rela-
ción, los ejecutivos de traje negro discuten la paz del
orbe. alguien oprime un botón y la primera bomba es-
talla, luego te sirven un café. también una cruel escolar
resuelve -con civismo- el día y se canta a la patria. todo
se encuentra sin tacha, todo comenzó un lunes, según
la referencia universal. el calendario lo condenó -en
la imposición del tiempo- al estreno de la semana. así
una sombra se hace acantilado en el inicio de tu reloj.
por eso sé que tú arrancas a mordidas la hoja de este
calendario de este lunes en derribo.
7 de abril
24 / armando rivera
los martes sirven para casarse afirman las ninfas o
para realizar viajes sin destino y con fecha de caduci-
dad exponen los corsarios. los martes son la posición
perfecta en el calendario del olvido. los martes son el
juego de soles en la idea de mercurio a la sombra de
júpiter. los martes son al fin de cuentas un día más en
la vida.
8 de abril
7nubes para un sombrero / 25
los jueves tienen la cualidad de incitar a las aves mi-
gratorias al retorno o ver volar a las jacarandas en los
tejados ajenos. los jueves pertenecen, al ritmo dentro
de los calendarios, a las deidades sabias y a las niñas
bailarinas. los jueves distantes amanecen siempre en
el murmullo de esta ciudad nuestra que se viste de luz
cuando tú lo deseas.
10 de abril
26 / armando rivera
fue un viernes cuando encontré una botella a la de-
riva, en su interior nadaban dos ballenas azules, via-
jaban incólumes al sur, frágiles, perdidas en el vasto
océano de su cautiverio. fue viernes cuando la luz se
hizo viento y las mareas me empujaron a tus costas. no
hubo deidad que lo impidiera, incluso no hubo reden-
ción en la cruz. pero era viernes y los beatos bailaron
al ritmo de la tercera caída. fue viernes cuando te en-
contré en el destello desnudo de la margarita y fue ese
viernes que me inventaste para nacer del olvido.
11 de abril
7nubes para un sombrero / 27
el silencio de este sábado es el asedio a la espe-
ranza, trae los recuerdos por delante y la memoria se
derrumbará. dicen que no hay dios, otros opinan que
vendrá. pero el sábado es una causa por deletrear. sé
que los políticos duermen, el rapaz espera el momento
de gloria, los pecadores la resurrección y tú ves caer
las horas entre tu almohada y la duda. yo te espero en
el borde de la pasión y la mariposa de tu piel anida en
el delirio de mi dedos.
12 de abril
28 / armando rivera
este domingo, después de las negociaciones res-
pectivas entre las deidades y la administración terrí-
cola, se acordó que la luna tenga viento. primero para
que cualquier bandera hondee con libertad y, además,
para que los selenitas -nobles habitantes lunares- pue-
dan suspirar al amparo fresco de la brisa, ya sea por
sus amores perdidos o por la destrucción de la tierra.
este domingo se pactó, delicadamente entre adversa-
rios acérrimos, que no habrá guerra en ninguna par-
te del planeta, para que el soplo lunar pueda ser el
próximo eclipse rojo. este domingo amaneció la calma
universal a la orilla de mi cama. este domingo -con la
impaciencia y el hálito lunar- yo suspiro por tu terrible
ausencia.
13 de abril
7nubes para un sombrero / 29
ese martes, después que víctor encontró la última
pieza, frankenstein dispuso que no podía viajar a nin-
guna parte, menos casarse. ese día, al anochecer, marte
-el dios de la guerra- declinó de tal imposición; expuso,
ante la audiencia, que la tonalidad roja de su sombra
era el símbolo de la vida, no de la muerte. ese martes
-por primera vez- el hombre-monstruo vio al firma-
mento y encontró un planeta rojo orbitando sobre tu
cama. esa noche, en particular, una divinidad escarlata
y él te susurraron al oído que la luna carmesí tenía una
pasión que florecía ante tu mirada. esa noche tus la-
bios danzaron suavemente en la boca de frankenstein
y tú le dijiste, me inventaste al amparo atrevido del
amor. ese díahubo un silencio largo como la sombra
roja de este amanecer.
15 de abril
30 / armando rivera
fue un miércoles cuando se abrió la audiencia. el
convicto expuso, me llamo gregorio, soy vendedor de
telas y lo dijo con tal certeza -frente al tribunal- que
un silencio denso se impuso, ni el suave murmullo de
una cucaracha se oyó. en la oscuridad un solo de luna
-en sol mayor- le aullaba al amanecer. afuera llovía se-
millas de noche y la humanidad entera hizo silencio. al
alba del tercer día era sábado. nadie comprendió por
qué, pero todos lo aceptaron. en el susurro tenue de la
nostalgia viajan los recuerdos perdidos, me dijo ella.
no había dios. ellos dicen que está muerto y gregorio
llora por su ausencia. total -entre sustancia, cucara-
cha y el ser- la vida es un ritmo pasional de mareas y
remolinos. hoy apenas me alcanza este diástole para
amar la eternidad de tus labios.
17 de abril
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fue un día de primavera y ese amanecer hubo un mis-
terio de santidad en el tiempo, creo que era viernes.
para ser precisos fue cuando encontré cien mariposas
en un instante. venían de lejos, huían de la furia de
un dios, quien había destruido -por la ego manía de
la adoración - a otra deidad. hubo un silencio crepus-
cular. algunos convictos lloraron. otros, los creyentes
crueles, lo fustigaron. yo liberé una mariposa por cada
punto cardinal, nueve más por las estaciones; tres por
la luz. a los restantes seres del viento los convoqué
para encontrar formas de amar y hacer el amor. así
cada mariposa era una eternidad por eso entre instan-
te y eternidad besé el viento y tú aprendiste a volar en
el infinito, donde las divinidades juegan a ser felices.
18 de abril
32 / armando rivera
los fieles creyentes, este sábado, afirman que no hay
dios. pero yo encontré una manada de unicornios en el
jardín -trenzaban su canto alegre- con un centenar de
colibríes. la vida era un destello de claridad y tenía el
olor del génesis. al filo de la tarde las mariposas mi-
gratorias se llevaron el cielo con su santo y su paria.
apenas quedó prometeo con su castigo y culpa. el dios
no pudo volver. pero el fuego estaba echado al viento
y me consumía la pasión de ti. mis huesos fueron la
memoria del polvo aquella noche que te amé hasta el
deliro de la luz. este sábado la gloria se viste al alba de
nuestra desnudez.
19 de abril
7nubes para un sombrero / 33
solo una día al año, domingo de resurrección, eva
es feliz y se debe a que los dinosaurios del edén toda-
vía duermen. además, dios aún no sueña con crear el
universo y el hombre, predador condicionado, camina
por nuestra galaxia en expansión. solo un día al año,
eva corre entre la luz y el tiempo. ella capta -en un ins-
tante- la imagen a color de la eternidad. solo una vez al
año, tus labios son un cometa que vuela libre por mis
emociones y ese día inventamos la vida cuando nues-
tros cuerpos son la semilla del retorno.
20 de abril
34 / armando rivera
los lunes pinocho sueña que dios es una marioneta
a imagen y semejanza, por eso tú existes con la posi-
bilidad de crear el universo. los lunes el café matuti-
no sabe a redención. los lunes, luego de la pascua, los
semáforos cambian su intensidad. todo se vuelve tor-
nasolado y el títere empieza a encajar las piezas del
tiempo, lo hace con las sonrisas de la niñez, con las
plumas de un pegaso y con los restos huracanados del
viento. nada es perfecto, pero existe. así entre el lunes
y el próximo día hay una vida que compartir, por eso,
pinocho te regala un fósforo -de su epidermis- para
que incendiemos de pasión el lunes.
21 de abril
7nubes para un sombrero / 35
aquel martes, luego del ritual, emprendimos la tra-
vesía. obvio no íbamos a ítaca y menos a buscar las
respuestas con la efigie. las dudas cotidianas no lo
permitían, por eso el minotauro lloraba desconsolado.
pero era un viaje de exploración. ¿a dónde vamos? pre-
guntaste. recuerda, argumenté, este martes está cerra-
do por derribo y las ballenas son la estación glacial de
la humanidad, tal vez su derrota final. de esa cuenta, el
primer homínido juega al azar, emprende su itinera-
rio -con garrote en mano- y se enreda en un albur con
dios. al final, intuimos que ellos pierden. las preguntas
son las semillas del futuro. este martes, el mundo gira
torpe hacia el punto más lejano, allí naceremos desnu-
dos al filo de la luz.
22 de abril
36 / armando rivera
solo un miércoles -desde la creación del tiempo-
las nubes duplican la sombra y las ranas cantan su uto-
pía. solo ese día los tiranos se levantan ciegos, la polí-
tica es un poema infantil y nada impide que las flores
ataquen las ciudades. ese miércoles existe para que
nuestros cuerpos sean el sonido de la luz y la memoria
del polvo dibuje el paisaje en el viento. hoy existe la
posibilidad de encontrar dos galaxias en el borde de
nuestra cama y oír a los nuevos amantes viajar al cen-
tro del tiempo.
23 de abril
7nubes para un sombrero / 37
este jueves las ballenas azules aprenden a volar so-
bre el océano, ellas son nubes que descienden suave-
mente en el desierto más extenso del planeta, lo besan,
lo hacen germinar. este jueves el viento es oeste en tus
costas y no hay remolinos que te aten al día. los jueves
un par de vagabundos empujan un eclipse y entre as-
tros se abrazan para que nuestras manos se encuen-
tren al filo de la ternura.
24 de abril
38 / armando rivera
a veces la herrumbre del tiempo va tallando la vida.
por eso sé que cada sombra nos deja un recuerdo por
vivir. a veces los viernes nos encontramos frente al
precipicio del futuro y el viento nos otorga las alas. al
suspirar sé que hay ángeles rudos que tocan la tuba y
demonios tiernos, amantes de la poesía. ellos nos inva-
den en el vuelo y así -en la nocturnidad del día- llega-
mos al ocaso de un sábado por vivir.
25 de abril
7nubes para un sombrero / 39
seis pájaros arrastran la claridad de este sábado.
las últimas hebras de nocturnidad se van destejiendo
en la caricia de la luz. el alba envuelve a los cuerpos
amantes. seis lunas se instalan en la mesa de noche y
una constelación talla el techo de tu habitación. somos
aves melancólicas que en su brillo se traza el mapa
para que antiguos marinos encuentren el primer de-
seo. hoy tenemos seis sábados en este amanecer nues-
tro.
26 de abril
40 / armando rivera
aquel domingo, los seres de la noche -formalmente
trajeados de oscuridad- apostaron con la deidad de la
luz. perdieron. amaneció. por consiguiente hubo una
asamblea de dioses, discutieron sobre el destino del
alba. no se logró un consenso. así ese día un quásar in-
vadió la habitación. su destello era el faro en el espacio
intergaláctico de la habitación y tú poseías una conste-
lación en los hombros, como guía para los navegantes
de la luz. ese domingo un coro de aves se instaló en
la mesa de noche; entre chorchas, ruiseñores, mirlos
y demás pájaros de dulce canto invocaron el amane-
cer, incluso, dejaron participar al gallo. este domingo
clareó en la arista suave de nuestros cuerpos. este do-
mingo es el inicio de un calendario porque la luz nos
amparó desnudos .
27 de abril
7nubes para un sombrero / 41
hoy los colores juegan en tu mirada y tienes mil ins-
tantes para una eternidad. este lunes un niño -en el
áfrica- sueña con ser astronauta, los tiranos recogen
flores y tú modelas la luz con tus manos. nada está
quieto, todo se expande en la presencia del siguiente
segundo. entonces, los imposibles son la combinación
armónica del ímpetu que tiene la claridad de este lu-
nes por abrir.
28 de abril
7nubes para un sombrero / 45
a qué huele la luz en la distancia
tiene el viento acaso memoria
o el mar altos edificios como olas
dime si los recuerdos de los ancianos dibujan el paisaje
o la mirada de aquella niña hace germinar la flor
pregunto, porque este instante se parece a la eternidad
donde las paredes son el olvido
y el polvo la despedida
cuéntame de los imposibles
que atrapas en ese segundo frágil y eterno
deja que la luz tenga olor
el viento memoria
y el mar altos edificios como olas
mira el futuro en ese recuerdo
levanta la claridad y vuelve vestida de color
acá todo será eterno desde tu mirada.
46 / armando rivera
hay trenes que recorren el amanecer e inventan las
ciudades al alba. otros -como las antiguas locomo-
toras- duermen en los hangares al resguardo de las
historias de encuentros y despedidas. entonces sé que
los ferrocarriles crean distancias en nuestras vidas
para hurgar en los adioses o en los abrazos de la co-
munión.
28 de abril
7nubes para un sombrero / 47
a veces el cielo es el sonido de un acorde en escala
mayor y baja a nuestras emociones antes de la luz. es
-tengo la certeza- un infinito para azular el tiempo
que cae a nuestro costado. a veces es un viaje leja-
no al sur, un amanecer imposible en el polo norte
o la alegría de estas letras en la distancia. sé que el
firmamento es una nube que germina cuando el pla-
neta viaja una órbita y cae hasta la primavera. a veces
florece en el respiro nuestro, la luz es la castidad que
nos arropa desnudos. también sé que en lo profundo
de tus labios hay un cielo que tiene el mapa para el
retorno de la nubes migratorias y hace llover en tu
almohada.
1 de mayo
48 / armando rivera
la luz es la estela de los barcos en el desierto o la
senda de los peregrinos en el mar. la luz es una es-
trella solitaria en la galaxia de andrómeda o los be-
sos furtivos de los amantes en la punta del alba. por
extraño que parezca, la luz es un recuerdo cuando
cae la noche y uno inventa la sombra de las nubes al
amparo frágil de la soledad. algunos sabios le llaman
claridad, otros hacen tratados sobre su curvatura y la
lejanía que tiene en el universo, incluso la equiparan
con dios. pero yo sé que la luz es tu pupila cuando
capta la eternidad de este instante.
2 de mayo
7nubes para un sombrero / 49
hoy amanece para siempre. la luz es un movimiento
en la ramas del árbol vecino y tus dedos en mi espal-
da son el azar de esta claridad. tengo el deseo de un
océano cuando uno ama con la fuerza de un huracán
o la ternura de una gota a la deriva. leo la alegría de
un clarinero en la parte oriental de la ciudad. un des-
tello se talla en la sombra y los besos son la brisa de
este mar caribe que me ata y la arena es un asteroide
en la brida de los caballitos marinos que despiertan
al deseo para siempre.
3 de mayo
50 / armando rivera
ayer la luz del amanecer fue de un tono malva y la
ciudad se arrastraba en el cálido tema de las sombras
que crecen al filo de la claridad. al fondo, el silencio
se amantó del ritmo denso de las calles y sus habi-
tantes presurosos por llegar al ocaso, quemaron las
naves del día. así una polifonía de recuerdos te invade
y crees que los aviones son pájaros lejanos que mi-
gran por el cielo. oyes, en la distancia, el ruego de la
pordiosera, las noticias del diario son tribulaciones
que acompañas con la taza de café. así se inventa ese
tono malva del día y tú debes cerrar los ojos por la
ausencia del olor con que nos amamos.
5 de mayo
7nubes para un sombrero / 51
constelado es el sonido de las estrellas que amane-
cen en el acantilado de la cama. por eso las alas de
un pegaso -en vuelo nocturno- caen en mi espalda.
tengo un crepúsculo con los seres de luz, quienes me
inventan en la ternura, esa que persigue nubes embo-
telladas de suspiros.
7 de mayo
52 / armando rivera
el motivo de la sombra es la luz, por eso sé que el
rayo es la sensación de un labio en el beso, te ilumi-
na. hoy hay nuevos amantes, quienes florecen cuan-
do una tormenta encuentra el cauce de las caricias
-en los relámpagos- que otorga el deseo. nadie puede
contra el brillo incandescente que te arrebata la piel
en la sombra de la luz.
8 de mayo
7nubes para un sombrero / 53
a veces la luz deja un rastro en la memoria y amanece
en el perfil del sur. allí dos cuerpos dibujan una estela
en la nocturnidad que los cobija. al fulgor tenue de
ese destello se construyen mil risas de niños crisálida,
quienes atrapan en los sueños a los cometas peregri-
nos. así el primer navegante traza los signos en la rosa
de los vientos, para que los cuerpos amantes tejan el
sendero de la luz en los recuerdos.
9 de mayo
54 / armando rivera
en la geografía de la luz dos sombras pueden crear
una caricia o la distancia entre una caracola marina y
cien pájaros fugitivos. son, lo sabemos, seres incor-
póreos que trazan los mapas de las estaciones. tiñen,
cuando quieren, el cielo de rojo siena para ver los
ocasos en el oriente de la cama o, a veces, juegan a
dibujar los astros que se guardan en los bolsillos de
los amantes. de esa cuenta cada quien lleva la figura
de la luz en sus dedos. por eso sé que la luna es la
comunión de este anhelo para llegar hasta tu sombra.
10 de mayo
7nubes para un sombrero / 55
aquella luz dio golpes suaves en la ventana, traía la se-
milla, un invierno y las ganas de germinar en tu orilla.
luego se sentó en la cornisa y vio las eras pasar. por
una esquina asomó el rocío nocturno y un navegante,
quien empujaba los alisios para jugar con las nubes,
regó los océanos con el tiempo. luego se durmió y al
tercer día ella nació en la claridad que tiene la vida
cuando brota de la pasión.
11 de mayo
56 / armando rivera
hoy encontré un rocío de luciérnagas en tu almoha-
da, eran las estrellas que dejaste en el cielo de estos
labios, trazos de luz en los sueños de los navegantes
más solitarios que invaden nuestras costas.
13 de mayo
7nubes para un sombrero / 57
entre mi cuerpo y tu cintura, yo me invento viento
del amanecer. entre un labio y tu boca, tú eres gota
de tornado. entre dos instantes y una mirada, nues-
tros cuerpos desnudos al amparo tibio de las sábanas
fugitivas de la luz.
16 de mayo
58 / armando rivera
los corderos insumisos no balan la sombra. por eso
las ovejas insurrectas del insomnio atacan a los seres
nobles de la noche, sobre todo, cuando tú no estás.
así entre un millar de luciérnagas y un conjuro de
hormigas se invade la orilla oscura del tiempo. por
eso la claridad es un espectro por caer y los corderos
una distancia entre tu almohada y el primer beso para
construir nuestro amanecer.
17 de mayo
7nubes para un sombrero / 59
la luz de abril se hizo en la sombra de un pétalo, ató
el rocío al hilo ligero de un ser con luz y es vientre en
el tiempo cuando la semilla regresa de la memoria. sé
que germina en los labios de esta claridad impuesta
cuando te beso. por eso rozarte la boca es suspirar la
luz de abril en el viento.
18 de mayo
60 / armando rivera
el fantasma de la luz llegó cerca de la primera esta-
ción. dicen los seres ilustrados que era mayo, pero yo
sé que fue el tiempo justo para atar las flores a los
molinos y el viento a la semilla. fue en ese instante
perpetuo que las palabras se pintaron en una antigua
fotografía. la colgamos en nuestras emociones. hoy la
claridad se mezcla suave con el café de la mañana en
el muro del tiempo.
19 de mayo
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la luz es la soledad en la gota antes del rocío. guarda
su equilibrio en la orilla de un infinito próximo, don-
de el pétalo es el sonido antiguo del alba. allí un mur-
mullo suave inventa estos cuerpos que vagan alegres a
nuestro costado. por eso sé que tú eres antes del rocío
la gota que apunta la armonía en la luz.
20 de mayo
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ato la luz como tu cuerpo a la transparencia del día
que germina. nos inventa. dejo como constancia un
rebaño de nimbos, dos luciérnagas y el suave afán
del viento que desciende al costado del silencio. vivo
suspendido en la claridad. ato por atar lo bello -por
fundamental- al amanecer de la sombra que dibuja tu
cintura en mi anhelo.
21 de mayo
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el viento se hace nudo cuando “los amorosos” se
trenzan en la neblina del horizonte. por eso la clari-
dad es paisaje al este de la cama. la tarde se viste de
viento y la luz se teje en un lazo de sombras cuando
los cuerpos comprenden el delirio.
22 de mayo
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amar hasta volverse raíz en la luz del día. ser una
sombra tenue -de este calendario- que nos inventa en
el océano de la pasión. habitar en una esquina para
descubrir en cada destello el alba. oír el sonido de
la claridad cuando los relámpagos son las raíces de
nuestros cuerpos en comunión.
24 de mayo
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tu luz inventa el aliento de la aguja que empuja el
reloj de esta mañana. por eso existe el universo cada
vez que tu mirada atrapa la eternidad. descubres cin-
co mares en la esquina del tiempo y otros dos en
los cuerpos que caen en la claridad. atas el eco de la
noche a tu almohada y revelas la ruta de los seres que
migran de la pasión al amor.
25 de mayo
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esta luz se envuelve de enigmas, crea la noche, te in-
venta en el precipicio de un ala. es un viento que
arrastra este vuelo al sur del infinito. al llegar te en-
cuentro en el misterio de la nocturnidad, esa que nos
envuelve. somos el dorso de un suspiro y el anverso
de la luz que nos atrapa.
26 de mayo
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la luz de la tarde talló el horizonte con la certeza de
un celaje. allí las nubes jugaban al paisaje y los seres
voladores eran el ensayo de los besos. unas sombras
inventaron el sonido, de esa cuenta tengo un acorde
mayor con cadencia de suspiro. fue la secuencia de
un dios a dos días de la creación, por eso sé que en
tu piel se tatuó la primera galaxia y el infinito cobró
sentido.
27 de mayo
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hoy la luz se desplazó, amaneció en la orilla de tu
cama. dos veces el viento la hizo volver y tres veces el
fuego la devolvió. era un destello de cuerpos desnu-
dos en el filo de la pasión. hoy intenté buscar parte
de mí y encontré una colección de claridades en el
umbral del día, cuando la luz emigró hasta tu límite.
28 de mayo
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la luz cayó al flanco izquierdo del mundo, se hizo
cielo en tu mirada. una vez claridad, amarró las pri-
meras nubes del día y las hizo un cometa en mis de-
seos. ella me inventó a la sombra suave de su piel,
cuando las luciérnagas son la ruta del mapa nocturno
que concibe el placer.
30 de mayo
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de tus labios a mi boca, descubrimos la semilla de la
luz. allí germinó la lluvia y aprendimos de la palabra
amar, nos hicimos debutantes por la virtud de la vida,
en la intensidad de las nubes que inventan el color de
las sombras y son el filo de los deseos enamorados de
nuestros cuerpos en la claridad.
31 de mayo
7nubes para un sombrero / 71
tenía una red de mariposas para atrapar la claridad
del atardecer y una malla de pescadores que atajaba
las sombras del amanecer. con eso podía atar los bor-
des del infinito. tenía el fulgor del “polvo enamora-
do” para viajar por los vericuetos de los cuerpos, con
eso lograba delinear la intensidad de las nubes al filo
del placer. entre las sombras y la claridad fuimos la
comunión de estas nubes en la vida.
final
7 nubes para un sombrero se terminó de imprimir, en el mes de julio 2014, en los talleres de ARMAR EDITORES, 11 Avenida 2-49 zona 15, Colonia Tecún Umán, Ciudad de Guatemala.