Siete de Julio

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    siete de julio

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    La gran campanada epopyica de tu nombre resuena por todo el

    continente.

    En tus entraas, durante un siglo, el dolor de tu raza se dramatiza

    hasta la Tragedia; se repliega sobre s mismo y acecha el instante

    preciso para convertirse en Martirio.

    TRUJILLO! TRINCHERA!

    Ya eres la barricada de la Revolucin.

    Ya eres la coraza contra la Tirana.

    Ya eres el Atalaya de la Libertad.

    Ya eres el Semforo de la Justicia.

    Ya eres la Leyenda, el Mito y la Epopeya del Porvenir.

    TRUJILLO! 7 DE JULIO!

    Ya se traz la lnea de fuego que es como una ascua encendida para el

    calcao del Dspota.

    trujillo!antenor orrego

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    Ya se rompi el broche cabalstico de la Colonia.

    Ya se desvaneci el hechizo deslumbrador de la Conquista.

    La gorguera, la espada y las botas de Francisco Pizarro ya no

    empaarn la Crueldad, la Insolencia, la Explotacin y la Tirana delCivilismo.

    Ya el Per podrn mirar, cara a cara, la faz simblica y legendaria del

    Padre Atahualpa.

    El viejo Manco ha hundido, nuevamente, su venablo de oro en los

    senos de tu gleba.

    El esforzado Pachactec ha vibrado, otra vez, de coraje frente a las

    murallas heroicas de Chanchn y ha visto que los golpes constructores

    de su maza no han sido vanos para su estirpe.

    TRUJILLO, YA REHICISTE LA HISTORIA!

    Con la sangre de tus mrtires y con el brazo de tus hroes hasfundido, nuevamente, el eslabn de tu progenie que se rompiera en

    Cajamarca.

    COLONIA! PADRE VALVERDE!

    Durante cinco siglos tenebrosos habis traicionado a nuestra raza y

    a los grandes destinos de Amrica.Pero en Trujillo ha vibrado la trompeta de la Liberacin y la Historia se

    hizo Leyenda, el episodio se troc en Mito y el combate se convirti

    en Epopeya.

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    Tahuantinsuyo, extraviado y perdido en el Ddalo oscuro de la

    Colonia, te has vuelto a encontrar; te has puesto, frente por frente, al

    gran espritu de tu raza.

    EL SIETE DE JULIO DE 1932

    Muertos gloriosos de Trujillo, sangre heroica y prolca la vuestra,

    semilla fecunda que hace prvidos los surcos de laLIBERTADY DE LA

    JUSTICIA SOCIAL, recibid la impetracin de vuestros hermanos que

    estn todava sobre la lnea de combate!

    Muertos gloriosos y luminosos de Chanchn, saludad la gran Sombra

    de Pachactec y decidle que su raza est despierta y que su espritu

    se reencarne en el prximo gran combate de laVICTORIA!

    SALVE, POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS, MUERTOS GLORIOSOS

    DE CHANCHAN Y DE TRUJILLO!...

    Fuente: APRA,Tomo V, No.1, noviembre 1933.

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    pFelipe

    Felipe COSSO DEL POMAR

    Los fusilamientos de Chan Chan

    leo

    1938

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    Por las trincheras rojas de Trujillo

    hoy la maana ha extendido su llanto,

    y el valle palpita como un corazn tatuado.

    44 corazones silenciosos, silenciosamente

    fros como los volcanes de las cordilleras,yacen en tierra con la vida sumergida en sangre.

    Fuego! fue la palabra que hizo temblar

    de miedo a los jefes del pelotn.

    Y la mirada pura y amplia de los hombres

    frente a los fusiles homicidas,cari la conciencia de los verdugos.

    Habis sentido la ltima mirada

    de vuestras vctimas propiciatorias?

    27 DE JULIOserafn delmar

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    Y esos hombres duermen, y tiene esposas

    e hijos a quienes querer y amar!

    Los condenados en tierra, encogindosecomo acordeones frente a la muerte,

    mientras en el Palacio el tirano libaba

    vino como si fuera sangre del pueblo.

    Entonces las mujeres deshojaban su canto

    como ptalos de rosa sobre las trincheras

    y los nios con sus pequeas manos,

    conducan municiones, saltando sus ojos

    como tiernas palomitas de canto.

    Prgromos contra los apristas

    porque supieron ser heroicos y altivos!Y cmo persigue la sombra de los cados,

    de los cados que engendran nuevas victorias.

    Gigantescas sombras recorren el campo

    despertando a los pobres y a los humildes,

    stos que no pueden apartar los ojos de la tierra

    y que sientes que el Per es una inmensa crcel!Es la hora santa.

    Hay un pueblo donde los hogares

    orecen negros crespones en las puertas.

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    Negra la ciudad. Negras las mujeres

    que pasean como atades por las calles.

    Los nios tienen la palabra enlutada.

    Ya no hay voz que diga: Padre.Las tropas del desorden saben dnde estn.

    Los pjaros no cantan, lloran sobre los techos.

    Oh, santo pueblo de hombres que lucharon

    por nosotros y por la nueva religin aprista,

    sobre tu grito regado de sangre, se levantarn

    los cimientos de una nueva sociedad

    generosa y sin odios mezquinos.

    En estos das donde el viento alla,

    arrastrndose como un felino por los hogaresun dolor amargo ahoga la garganta

    de todos los peruanos, pero el viento

    empieza a rugir una tempestad.

    Sobre las cruces clavadas en el campo

    las mujeres y los nios que han perdidola mano buena y guiadora del hombre,

    se consuelan con su llanto, que crece

    con la noche, como las aguas de los ros,

    agujereando la tristeza de su soledad.

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    As, caminando por las hojeras del dolor,

    buscando a tientas una esperanza,

    vislumbrarn una estrellita

    que les besar suavemente el corazn.

    Los hombres no olvidamos 27 de Julio!

    como la imagen de la madre grabada en los ojos,

    los compaeros fusilados estn enterrados en nosotros.

    44 pensad un momento en el nmero!

    Y fueron 102 los condenados!

    1934

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    Mariano ALCNTARA LA TORRE M.

    La masacre

    Xilografa

    1934

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    El pueblo en la PLaza de Armas de Trujillo

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    Anochece entre el fragor de un grito de rebelin y libertad. Contemplo

    tus despojos de madre yerta entre las tumbas de tus hijos. Han

    muerto los unos en el combate; y asesinados fueron los otros

    mientras gritaban: Justicia.

    Duerme, Madre de la Libertad! La madre de ellos a vuelto tusentraas. La tierra parda lleva un tinte rojo y se abre tu dolor en la

    esperanza de que ellos vivirn hechos carne en la obra. En una

    convulsin de tu raz, tu linaje dar estentreo el grito de Libertad!

    Trepidar la tierra de confn. Y grito y convulsin sern la vida nueva

    en que encarnen tus mrtires.

    Madre! Madre! Tuvimos fe y en lucha y sangre volcamos nuestras

    energas para romper por siempre las cadenas de la esclavitud.

    trujillocarlos Gonzales

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    Trujillo, Tierra Prometida! Tierra fecunda de una luz ideal

    que genera almas puras... Para ti es mi canto, para ti es mi saludo.

    Trujillo, madre mrtir en quien el servilismo sacia su sed de sangre;

    levanta alto tu frente y deja que la historia corone tus mrtires!

    Junio de 1934.

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    c. Agustn Cucho Haya de la Torre,

    1933

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    Yo estoy muy satisfecho de que la FAJ me haya llamado para charlar

    sobre la Revolucin de Trujillo. Creo contar con un auditorio

    curioso y capaz. Con polemistas leales. Con hombres limpios de los

    prejuicios de antao y sin vnculos con el demo-liberalismo. Con

    revolucionarios que han comenzado a hacer la revolucin dentro de

    sus mismos espritus, que es la nica manera de hacer la revolucinnal. Yo estoy seguro de que ustedes, como apristas, como fajistas,

    tienen una nueva visin de Indoamrica y del Mundo. Y de acuerdo

    con esta nueva visin econmica y social vamos a intentar

    un estudio y un anlisis de la Revolucin de Trujillo. El civilismo es

    duende y ha planteado el origen de la Revolucin de Julio en forma

    oscura. Lo atribuye tcitamente a la inuencia de perniciosas ideas.Pero cmo tales ideas, siendo tan perniciosas, tuvieron una gran

    inuencia en el pueblo, es algo de su duendera. Nosotros no somos

    duendes, desde luego, y s marxistas, y sabemos que la economa es

    la que determina el ritmo del Mundo. Todos los movimientos sociales

    interpretacin de la

    revolucin de trujillo

    ciro alegra

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    tienen raz, entraa, mdula econmica. Creer otra cosa es divagar

    en la sombra. Es ser duende.

    NO TIENE PRECEDENTE EN INDOAMRICAHemos de comenzar por plantear un hecho concreto. La Revolucin

    de Trujillo no tiene precedente en Indoamrica como movimiento

    ideolgico. Ha habido muchos alzamientos en el Per y en toda esta

    fraccin del Continente; pero ninguno respondi a un sistema de

    ideas, a un plan de accin, a una praxis. Aun la revolucin mexicana

    fue planteada un tanto demaggicamente. Careci de denidas

    premisas previas. El zapatismo, autntica expresin del sentido

    ms aguzado de las masas respecto a la revolucin apenas

    alcanz a gritar: Tierra y Libertad. Pero no deline ningn plan

    previo. Y as los otros bandos revolucionarios aztecas, excepcin

    hecha del villismo, cuyo estado mayor ignoraba el sentido de lalucha planteada. Ya en el gobierno, por eso, la revolucin mexicana

    ha accionado en forma bastante desorganizada, sin que por esto

    pretendamos quitarle validez renovadora.

    El resto de las revoluciones, explotando la angustia del

    pueblo, confrontaron solamente ambiciones de caudillo. Fueron

    revoluciones, por ejemplo, de Salaverry, de Vivanco, de Castilla, deCceres y en esos casos la preposicin de debe valorizarse como

    explicatoria de propiedad personal, y de usufructo ms personal

    todava. Tales movimientos carecieron de ideas constructivas, de

    planes econmicos. Sus banderas referanse nicamente

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    demagogia populachera a meras condiciones de menudo carcter

    circunstancial, epidrmicas, superciales. No sucede as con la

    Revolucin de Julio. Adviene en un medio tpicamente imperialista y

    donde tambin, por eso, el Aprismo es tpico. Tiene, pues, un ampliorespaldo ideolgico. Su plan es el plan aprista. Sus reivindicaciones

    son reivindicaciones apristas. El pueblo lo sabe as y va al movimiento

    por eso.

    LA PENETRACIN IMPERIALISTA

    Hemos dicho que Trujillo es una regin imperialista o imperializada,

    mejor. Acaso el nuevo lxico requiera del verbo imperializar. Pues

    bien: Trujillo est, digmoslo as, imperializado. Un imperio moderno

    precisa nicamente de dinero y es lo que all pasa. Marxistamente,

    armamos que poltica es economa y es as como la inuencia

    econmica se prolonga en inuencia poltica, fenmeno tpicamenteimperialista.

    El capital imperialista que domina en Trujillo es el de la Negociacin

    Agrcola Casa Grande. Comenz aduendose de una hacienda y

    termin aduendose de todo un valle, de toda una regin. El valle

    de Chicama, con excepcin de tres haciendas: Chicln, Chiquitoy

    y Cartavio, y las cada vez ms reducidas tierras de cultivos depanllevar que circundan los poblados distritales, est en posesin

    de Casa Grande. Esta negociacin, poco a poco, ao tras ao, debido

    a su prepotencia econmica que, como ya hemos dicho, es tambin

    prepotencia poltica, fue acaparando toda la tierra. Una de las

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    ltimas haciendas en capitular fue Roma, de propiedad de don

    Vctor Larco Herrera. Pero capitul tambin. Una hbil maniobra,

    un aaire bancario adems, determin la cada de don Vctor

    como se le llamaba en Trujillo en manos del podero imperialista.Los propietarios judo-alemanes de Casa Grande extendieron con

    ello su labor de conquista. Igual cosa sucedi, con ms facilidad

    puesto que se trataba de capitales y haciendas ms pequeas, con

    las propiedades de las comunidades y de particulares. Casa Grande

    monopoliz toda la tierra, llegando los plantos de caa de azcar a

    desembocar en las terminales de las callejas de los pequeos pueblos

    regados en el Valle. Hasta las lindes del mismo Trujillo lleg tambin

    la caa de azcar casagrandina. Era, pues, un monopolio consumado.

    EL ACAPARAMIENTO COMERCIAL

    Pero Casa Grande no se adue nicamente de la tierra. Acapartambin el comercio. Por medio de Puerto Chicama puerto propio

    import mercaderas que vendi a precios mnimos en un Bazar

    instalado en Casa Grande. El comercio de Trujillo no pudo resistir el rudo

    golpe desleal y muri. Cerca de treinta casas comerciales mayoristas

    quebraron en Trujillo en el espacio de un ao. Casa Grande pas a

    alimentar el comercio minorista que anteriormente haba vericadosus compras en Trujillo. En esta ciudad apenas si quedaron dos o tres

    casas fuertes. El resto de la actividad comercial est representado por

    pulperas asiticas o sucursales disimuladas de la misma Casa Grande.

    El capital imperialista, pues, se anca y adviene omnipotente.

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    LA CONDICIN DEL PUEBLO

    El pueblo, las clases productoras, sufren desde luego la dominacin

    imperialista. Los obreros son mal remunerados, se alimentan

    decientemente, ocupan viviendas antihiginicas, visten en forma

    inadecuada. La mesocracia de Trujillo, con la paralizacin comercial,

    se queda prcticamente en la calle. Todo esto determina una

    gran inquietud social y las huelgas y paros son frecuentes. Los

    movimientos obreros adquieren gran volumen, duran mucho, a

    veces conquistan reivindicaciones ocialmente, pero todas ellas

    quedan escritas solamente en el papel. Al volver al trabajo, resulta

    que las anteriores condiciones persisten an. La negociacin no

    hace caso de nada. Lo puede todo. Las leyes son solamente para

    estar escritas. Los obreros, despus de algunas etapas, vuelven a

    la carga. Nuevos paros, nuevas huelgas, nuevas reclamaciones.

    Iguales resultados intiles. Solo que, en cada movimiento, las lasobreras sufren numerosas bajas. La soldadesca proporcionada por

    el ocialismo incursiona entre los huelguistas y los masacra sin

    piedad.

    Y cada da, obreros y mescratas, ven extenderse la inuencia del

    capital imperialista. Las condiciones de trabajo empeoran. Cuando

    Casa Grande arrend la Hacienda Laredo, situada en el valle de SantaCatalina, era yo empleado de la sesin denominada Galindo. Ocupaba

    el modesto rol de repartidor de raciones. Al vericarse el cambio,

    la hacienda pas de administradores peruanos a administradores

    alemanes y la variacin fue inmediata y brusca.

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    En Galindo trabajaban cerca de trescientos peones y el nmero

    fue reducido a cincuenta. El tareaje fue aumentando en forma

    desproporcionada y un hombre tena que realizar diariamente, para

    ganar un sol y una racin de carne y arroz, la tarea que antes habanvericado dos. Este es un ejemplo que demuestra claramente cmo

    opera el capital imperialista.

    Desde luego, toda competencia est descartada. Ninguna hacienda

    paga ms altos salarios ni otorga mejores condiciones de vida que

    Casa Grande. Los capitalistas azucareros se entienden muy bien y no

    tienen por qu echar a perder el negocio.

    ADVIENE EL APRISMO

    El primer stock de literatura aprista comienza a circular en Trujillo el

    ao 28. Pero esta es una historia que no voy a hacer. El movimiento

    es muy pequeo todava, y comprende solamente a unos cuantosintelectuales y alumnos de colegio. Es en el ao 30 cuando las

    ideas apristas pueden ser pblicamente expresadas. Cuando el

    movimiento comienza a adquirir volumen, Snchez Cerro, desde

    la Junta de Gobierno que presida, tiraniza de nuevo e impide la

    propagacin. Pero ya la llama haba prendido. Y es as que, cuando cae

    el tirano seismesino entonces, en Trujillo se realiza un mitin al queconcurren cinco mil personas. Ya estaba. El Aprismo en Trujillo era

    una cosa hecha. El interregno de libertad que vino despus no sirvi

    sino para que el Aprismo se aanzara y ampliara. Llega a totalizar

    bajo sus banderas a las clases productoras de la regin. Y era lgico

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    que sucediera as. Se produca el contrapunto. Hegelianamente,

    aparecan los contrarios. Y si planteamos dialcticamente la situacin

    poltico-social de Trujillo tenemos que decir as: Tesis, Imperialismo;

    Anttesis, Aprismo; Sntesis, Justicia Social. Y hacia all se marcha.Solamente que la pugna no se ha entablado formalmente. El Aprismo

    necesita dejar de ser teora de masas para poder convertirse en

    accin de masas. El Aprismo necesita ser Gobierno. Vale decir que

    necesita tomar el Poder. Y para tomar el Poder estn el camino de

    la legalidad y el camino de la violencia: el camino de la revolucin.

    El pueblo de Trujillo entendi que deba irse por el camino de la

    revolucin y, dentro del tiempo, ese era en verdad el nico camino.

    Pero la insurgencia tuvo tambin su necesario clima. Una serie de

    hechos tirnicos y sangrientos crearon el estado psicolgico de la

    revolucin. Veamos cmo.

    LA TIRANA SANCHISTA

    El pueblo de Trujillo obtiene para el Aprismo una victoria holgada

    en las elecciones. Pero en el resto del Per se realiza el fraude. La

    voluntad ciudadana sufre un burlesco escamoteamiento en las manos

    de un Jurado. El pueblo de Trujillo realiza un gran paro general para

    protestar de esta mascarada. Y el paro termina con un brbaro hechosangriento. La fuerza armada incursiona en el distrito de Paijn y

    asesina a doce ciudadanos y hiere a otros tantos. Luego, en la noche

    de Pascua, la misma fuerza armada, por orden de las autoridades

    polticas como la vez anterior, ataca el local del Partido donde los

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    apristas estaban celebrando tranquilamente la Navidad y mata a

    dos aliados y hiere a otros, llevando a la crcel a ms de cien, entre

    ellos muchas mujeres y nios. Despus, la tirana, interesada por

    propia expresin en pulverizar al Aprismo, desencadena sobre

    Trujillo una serie interminable de violencias. Cientos de aliados,

    dirigentes, intelectuales, periodistas, empleados, obreros, van a

    llenar las cuadras de Casas Matas o El Frontn o son connados en

    el Madre de Dios y el Satipo. En tiempos en que ser aprista era un

    delito, el pueblo trujillano apareca como un gran culpable y por eso

    entraba, da a da, a la crcel.

    Luego se produjeron la deportacin de los 23 representantes

    parlamentarios del pueblo, la condena a muerte de Seoane, Melgar y

    Delmar, violatoria de las leyes; el fusilamiento de los ocho marineros;

    la prisin y connamiento de Haya de la Torre en una inmunda celda

    de la Penitenciara de Lima y toda la cadena de abusos encaminados aromper la unidad del Partido del Pueblo y a destrozarlo para siempre.

    Trujillo vio, estuporado, el desenvolvimiento de la tirana. La

    indignacin aument cada vez ms. La idea de la revolucin fue

    penetrando y hacindose carne en la conciencia del pueblo.

    UN MOVIMIENTO DE MASASLas masas estaban dominadas por una gran angustia y tenan, al

    mismo tiempo, un frentico deseo de accin.

    El obrero Manuel Barreto, ms conocido por el mote de Bfalo, y dos

    dirigentes ms, el viejito Delfn Montoya y Remigio Esquivel, Jefe

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    de los apostas de Laredo, pulsaron bien este ambiente y prepararon

    la revolucin. El Comit de Trujillo tach la pura gestin de masas

    y vot por la revolucin de militares y civiles que se preparaba,

    pero Bfalo, designado jefe por los suyos, hizo caso omiso de estaactitud.

    Personalmente, guardo mucho cario por la gura de Bfalo.

    Inclusive he hecho un poema, que ustedes conocen, en el que

    exalto su herosmo. Pero ponindome en el plano aprista, en

    el plano de la disciplina aprista, tengo que tachar ese acto de

    rebelda, como tienen que tacharlo todos. Se llev al pueblo a un

    acto impremeditado, a una contienda desigual, con escasas, y muy

    escasas, probabilidades de xito. Que nos sirva la leccin para ser

    cada vez ms disciplinados. Que el recuerdo de Bfalo nos ensee

    su decisin heroica de luchar y triunfar. Pero que no nos ensee su

    indisciplina. Ya vimos lo que pas y que no fue poco. Solamente sedio ocasin a que la tirana descargara su odio contra el Aprismo y

    produjera un ro de sangre.

    Es el caso que la revolucin estall. Doscientos apristas, la

    madrugada del 7 de julio de 1932, asaltaron el Cuartel ODonovan

    y lo tomaron. El cuartel estaba defendido por trescientos hombres

    de artillera e infantera. La lucha fue heroica. Despus se produjo laresistencia a las fuerzas del gobierno y la prdida. Finalmente vino

    la Corte Marcial que, no obstante condenar a 102 apristas a muerte

    y a ms de 80 a presidio, fue solamente una especie de biombo para

    disimular la matanza. Los muertos fueron ms. Fueron dos mil. (El

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    compaero Alegra hizo una relacin detallada de todo el proceso

    de la lucha armada, del funcionamiento de la Corte Marcial y de los

    fusilamientos).

    Hay que hacer constar que la revolucin de Trujillo fue unarevolucin de masas. Una revolucin de clases productoras, de

    mayoras oprimidas. Mescratas y proletarios intervinieron en ella.

    Fue el frente nico en accin. Tiene, pues, una denida y neta calidad

    aprista.

    CAUSAS DEL FRACASO

    Hemos examinado las causas que determinaron el estallido de

    la revolucin. Ahora hemos de hacer lo mismo respecto a las que

    determinaron la derrota de la revolucin. Una de ellas, y la hemos

    de situar en primer lugar, fue la indisciplina. Hubo derroche de valor

    y herosmo pero hubo tambin derroche de desorden. Las rdenesdel comando improvisado por la muerte de Bfalo y de Montoya

    en la toma del Cuartel eran mal ejecutadas o no eran ejecutadas.

    El pueblo, con las armas en la mano, accionaba segn su propia

    determinacin. As fue como la iniciativa lanzada para emprender

    una retirada a la Sierra, y organizar la resistencia all, fue rechazada

    por el pueblo, nada ms que por un arranque sentimental. Se querapelear. Se quera hace frente al enemigo. Otra cosa era interpretada

    como correr. Y fue as como el pueblo se qued a combatir en

    Trujillo, lugar accesible, fcilmente accesible al ataque, y no tom las

    alturas rspidas y abruptas de los Andes desde donde hubiera podido

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    desenvolver una ecaz lucha de guerrillas, dando tiempo a que otras

    localidades del Per se sublevaran. Se qued en Trujillo y, pese a la

    resistencia heroica, fue derrotado.

    Esta es, sin duda, una de las causales de la derrota. Pero no es lanica. Falt tambin previa labor de organizacin. Los jefes que

    quedaron despus del asalto no fueron sucientes para controlar a

    toda la masa que despus tom las armas. Esta no tena jefes y, si los

    tena, no les haca caso, como hemos apuntado ya. Desde luego, as

    hubieran existido una rgida disciplina y una ecaz organizacin, era

    un hecho que Trujillo, solo, no hubiera podido vencer a las fuerzas

    del Gobierno. La desigualdad numrica, y la mayor desigualdad de

    elementos tcnicos de combate eran abrumadoras. Mientras los

    revolucionarios se batan con museres y caones mal manejados,

    las fuerzas del Gobierno usaban ametralladoras, caones, aviones,

    hidroaviones, cruceros de guerra y submarinos. La revolucin, paratriunfar, hubiera necesitado el apoyo de otras regiones del Per. Y ese

    apoyo planeado ya, no pudo producirse por la forma en que fueron

    precipitadas las cosas debido a la actitud de Bfalo. La revolucin

    estall antes del tiempo jado y cogi de sorpresa al resto de

    organizaciones actuantes en la nacin. Dentro de la poca, slo pudo

    triunfar la revolucin de militares y civiles que se estaba gestandoy organizando bajo las banderas del PAP. De ninguna manera si esa

    revolucin contaba con el aporte de slo una fraccin de las mayoras

    nacionales, de las clases oprimidas. Y no hay que olvidar que los

    militares forman tambin, en la civilidad, dentro de las clases del

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    frente nico. Ociales y soldados provienen de la mesocracia y del

    proletariado de la ciudad y del campo. Son, pues, nuestros hermanos

    de clase y en la revolucin aprista tienen su puesto.

    LA MSTICA EN LA REVOLUCIN

    Ya hemos visto cmo la revolucin, por su trayectoria ideolgica y sus

    componentes, estuvo agitada por el sentido aprista. Pero el Aprismo no

    es solamente doctrina y accin revolucionarias. El Aprismo se dene

    tambin una mstica. He relatado ya los ms grandes episodios de la

    lucha, muchas ancdotas de la forma en que se combati y en que se

    muri. Hemos de constatar que todo ello no proviene solamente de

    un impulso racional. El Aprismo, a travs de la gesta revolucionaria,

    se toca de profunda emocin, de fe indestructible aun ante la muerte,

    de intensa vibracin espiritual, de alta y clara esperanza. El Aprismo

    no es solamente un sistema ideas. Es tambin un estado espiritual.Un diario colombiano armaba, ltimamente, que el Aprismo est

    tocado de cierta emocin religiosa. Pero la armacin debe ser

    ms rotunda. Est tocado de emocin religiosa. Bajo la opresin, en

    la lucha entre las balas, ante los fusiles de la ejecucin, en el trajn

    cotidiano, ante el diario espectculo de la miseria, recordando a los

    hroes y a los mrtires, el Aprismo no solamente piensa. El Aprismosiente, cree y espera. El Aprismo es una religin superada. Tiene, pues,

    una profunda vibracin mstica. Y as fue de mstico en la revolucin.

    Y as fue de mstico hoy. La mstica aprista lazo rme de unin

    multitudinaria ratica la alta calidad de las premisas renovadoras

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    y justicieras y el sentido liberatriz de nuestro Partido. Slo a base de

    la cabal apreciacin de una causa se llega a crear en tomo de ella una

    vibracin mstica. As sucede con el Aprismo. As sucedi con todos

    los grandes movimientos de avance de la humanidad.

    Fuente: Accin Aprista. Lima, 28 de julio de 1934, pp. 18-19 y 22.

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    cc. Julio Ore Pinto y Carlos Ibez asesinados en Ascope

    Fotografa: Segundo Silva Llanos

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    Lgrimas de sangre mis ojos vertieron

    el da que supe la horrenda verdad.

    Que en Trujillo muchas personas murieron

    el fusilamiento que hubo sin piedad.

    Lgrimas de sangre mis ojos vertieronque son desprendidas de mi corazn,

    al saber que muchos muertos hubieron

    inocentemente y hay! sin compasin.

    Lgrimas de sangre mis ojos vertieron

    cuando en tantos muertos me puse a pensar...mrtires benditos que al cielo se fueron!

    Mrtires benditos de la libertad.

    lgrimas de sangre

    cantado con msica de el ltimo

    adis

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    Fusilamientos en Chan Chan

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    Estaba en cinta la pura

    noche del seis de julio.

    Llevaba en su inmenso vientre

    los seis mil hijos del pueblo

    banderas de Libertad

    (El aire se entretenadistribuyendo perfumes

    entre las caas y el pueblo.

    Y en laberinto de estrellas

    fulguraban los machetes)

    Estaba en cinta la noche

    negra y enorme de espera,y dio a luz un alba aprista

    esperanzada, innita

    por donde empieza Trujillo.

    Bfalo brilla en esa alba

    XIII fragmento

    Felipe Arias Larreta

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    con el aliento cado

    sin morir, sobre su muerte

    De su mano izquierda parten

    caminos al porvenir,por ellos la muchedumbre

    echa a andar su valenta.

    Luego ondea en la maana

    sus cien pendones al tope

    la Marsellesa del Apra.

    El odio llega de afuera

    metlico, retumbante,

    y el pueblo lava sus venas

    y se rompe los odos.

    El tamao del coraje

    es igual al de la sangre.La Gloria no escoge a nadie

    se los va llevando a todos.

    1947

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    c. Vctor Eloy Caldern c. Remigio Esquivel Diestra

    c.Mara Luisa Obregn

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    Mariano ALCNTARA LA TORRE M.

    Barreto

    Xilografa

    1934

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    7 de julio de madrugada

    el pueblo avanza casi en silencio

    todo Trujillo se pone en alerta

    cuando se escucha el ruido de balas.

    Delante de ellos esta BARRETOque los dirige valientemente

    todos en orden se han acercado

    todos ya listos para atacar.

    La guardia lista estaba avisada

    pero no importa si es que hay traicintodos los pasos ya estaban dados

    slo nos queda el de avanzar.

    7 de juliowalter falla bustamante

    Esta es la historia de la primera revolucin popular, realizada en Trujillo, Per, el siete de julio de 1932, dirigida por

    el mrtir obrero e inmortal, Manuel Bfalo Barreto y continuada por el hroe de aquella revolucin Alfredo Tello

    Salavarra

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    Bfalo! gritan los compaeros

    Bfalo! Bfalo! hay que matar

    que viva el APRA mis compaeros

    que viva el pueblo que ha de triunfar.

    Los militares ya preparados

    han disparado sin compasin

    todos los hombres asesinados

    bajo la furia de la traicin.

    Era el ao del 32

    miles murieron en toda accin

    seis mil murieron gritando APRA

    junto a las zanjas del paredn.

    Chan Chan testigo de la masacre

    slo espera la intervencin

    del pueblo Aprista que triunfe pronto

    que triunfe pronto con la razn!

    http://www.youtube.com/watch?v=ER-aKXW1si0

    1975

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    Sepelio de Manuel Bfalo Barreto Risco

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    cc. Manuel Arvalo Cceres y Vctor Ral Haya de la Torre

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    c. Antenor Orrego Espinoza

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    Ciro Alegra Bazn

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    c. Alfredo Tello Salavarra

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    Los muertos, nuestros muertos, levantaron

    a nuestro Partido a los planos de las obrasinmortales. Y nosotros les debemos a ellos

    eso: que nuestro Partido sea como fuerza

    histrica, algo eterno. De all que nuestro

    Partido nos imponga a los apristas, hacernos

    gigantes, transformarnos, puricarnos,

    limpiarnos, baarnos en nuestra propia

    sangre, ser limpios y ser buenos, ser grandes

    y fuertes, porque somos los padres de una

    nueva etapa de la historia.Vctor Ral,

    Trujillo, 18 de diciembre de 1933

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