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1 SEGURTASUN PUBLIKOA GAIAREN GARRANTZIA (1) La seguridad pública en Euskal Herria y, por tanto, también en Donostia ha estado condicionada por el conflicto polí- tico. Por un lado, nos hemos encontrado con la dejación de funciones por parte de las fuerzas policiales españolas (policía nacional y guardia civil) que se han dedicado casi exclusivamente a su lucha contra el pueblo vasco, el movimiento popular y la izquierda abertzale. Por otro, una policía autonómica, copia mimética de las anteriores, politizada desde su creación y, por ello, condicionada en su labor diaria a realizar funciones básicamente represivas. (2) En este contexto, las policías locales, unas más que otras, sobre todo en las capitales y grandes ciudades, también han estado condicionadas por el conflicto político. Sin embargo han podido atender las demandas que en temas de seguridad pública más preocupan a la sociedad y ofrecer un servicio diferente, más cercano a la realidad cotidiana a las necesidades de los diferentes municipios de Euskal Herria. (3) La historia reciente de la policía local en Donostia, en general, es la historia de una actuación basada en la prioridad partidista o el interés discrecional de quien se ha encontrado en el poder. (4) La utilización y gestión interesada de lo que debiera considerarse un servicio ciudadano ha sido evidente. La asunción de competencias, la organización interna, la respuesta a los diferentes problemas, etc. no ha estado sujeta a discusión. También en el ámbito municipal es hora de revertir esos parámetros y situar la función policial cerca de los inte- reses populares. (5) Si entendemos el concepto de “seguridad” como el ejercicio dirigido a la defensa de los intereses, derechos y libertades de la ciudadanía parece imprescindible dotarse de un criterio sobre el modelo policial que debe regir la organización de los cuerpos policiales y en concreto de las Guardias Municipales. (6) En Donostia bajo la autoridad de su alcalde hay un grupo de trabajadores/as con funciones policiales, por lo que es imprescindible definir los objetivos que impulsaremos en este ámbito. (7) De los procesos de participación ciudadana realizados sabemos lo que los barrios y pueblos demandan: presencia permanente de udaltzainas. Pero, la cuestión es saber que labor tiene que realizar cada udaltzaina en cada barrio (modelo policial). Hay que desarrollar las grandes definiciones que tenemos en la cabeza: proximidad, cercanía, prevención, inmediatez, carácter asistencial, servicio público municipal. (8) Es importante dar respuesta a estos interrogantes, y así poder definir nuestros criterios y poder ofrecer un modelo diferente. Una policía municipal comunitaria, euskaldun, cercana y al servicio de la ciudadanía para hacer frente a las de- mandas que la sociedad donostiarra solicita. (9) Debemos dotarnos de opinión y de criterios de trabajo allá donde desarrollemos nuestra labor, ya sea en el gobierno o en la oposición con un objetivo claro: poner a la policía local al servicio de la sociedad y no en contra de los intereses de la misma. (10) Sin lugar a dudas un modelo policial diferente facilitará la consecución de otro modelo social y nacional más justo. Sin que se dé este cambio, la policía será un gran obstáculo para la consecución de nuestro objetivo de transformación social y nacional, también en el ámbito municipal.

Segurtasun publikoa

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SEGURTASUN PUBLIKOAGAIAREN GARRANTZIA

(1) La seguridad pública en Euskal Herria y, por tanto, también en Donostia ha estado condicionada por el conflicto polí-tico. Por un lado, nos hemos encontrado con la dejación de funciones por parte de las fuerzas policiales españolas (policía nacional y guardia civil) que se han dedicado casi exclusivamente a su lucha contra el pueblo vasco, el movimiento popular y la izquierda abertzale. Por otro, una policía autonómica, copia mimética de las anteriores, politizada desde su creación y, por ello, condicionada en su labor diaria a realizar funciones básicamente represivas.

(2) En este contexto, las policías locales, unas más que otras, sobre todo en las capitales y grandes ciudades, también han estado condicionadas por el conflicto político. Sin embargo han podido atender las demandas que en temas de seguridad pública más preocupan a la sociedad y ofrecer un servicio diferente, más cercano a la realidad cotidiana a las necesidades de los diferentes municipios de Euskal Herria.

(3) La historia reciente de la policía local en Donostia, en general, es la historia de una actuación basada en la prioridad partidista o el interés discrecional de quien se ha encontrado en el poder.

(4) La utilización y gestión interesada de lo que debiera considerarse un servicio ciudadano ha sido evidente. La asunción de competencias, la organización interna, la respuesta a los diferentes problemas, etc. no ha estado sujeta a discusión. También en el ámbito municipal es hora de revertir esos parámetros y situar la función policial cerca de los inte-reses populares.

(5) Si entendemos el concepto de “seguridad” como el ejercicio dirigido a la defensa de los intereses, derechos y libertades de la ciudadanía parece imprescindible dotarse de un criterio sobre el modelo policial que debe regir la organización de los cuerpos policiales y en concreto de las Guardias Municipales.

(6) En Donostia bajo la autoridad de su alcalde hay un grupo de trabajadores/as con funciones policiales, por lo que es imprescindible definir los objetivos que impulsaremos en este ámbito.

(7) De los procesos de participación ciudadana realizados sabemos lo que los barrios y pueblos demandan: presencia permanente de udaltzainas. Pero, la cuestión es saber que labor tiene que realizar cada udaltzaina en cada barrio (modelo policial). Hay que desarrollar las grandes definiciones que tenemos en la cabeza: proximidad, cercanía, prevención, inmediatez, carácter asistencial, servicio público municipal.

(8) Es importante dar respuesta a estos interrogantes, y así poder definir nuestros criterios y poder ofrecer un modelo diferente. Una policía municipal comunitaria, euskaldun, cercana y al servicio de la ciudadanía para hacer frente a las de-mandas que la sociedad donostiarra solicita.

(9) Debemos dotarnos de opinión y de criterios de trabajo allá donde desarrollemos nuestra labor, ya sea en el gobierno o en la oposición con un objetivo claro: poner a la policía local al servicio de la sociedad y no en contra de los intereses de la misma.

(10) Sin lugar a dudas un modelo policial diferente facilitará la consecución de otro modelo social y nacional más justo. Sin que se dé este cambio, la policía será un gran obstáculo para la consecución de nuestro objetivo de transformación social y nacional, también en el ámbito municipal.

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(11) Dejando a un lado a las policías españolas, no podemos obviar que los servicios de policía vascos están formados por más de 11.000 miembros (8.000 ertzainas y 3.000 udaltzainas aproximadamente), en Donostia unos 800 (345 udaltzainas).

(12) Hay que reconocer que el tema de la seguridad lo hemos vivido en muchos casos desde el otro lado, y que el acer-camiento a este problema lo hemos realizado siempre desde el lado de la defensa de los derechos humanos y el de las libertades públicas sin abordar un debate teórico suficiente sobre el modelo policial.

(13) Queremos construir la “Casa Vasca”. Un aspecto importante de la construcción de una casa es su seguridad. Una seguridad entendida como servicio, como garante de derechos, como vehículo para ejercer las libertades ciudadanas. Un servicio público que afronte con proporción las situaciones de inseguridad, que actúe con un criterio preventivo de intervención mínima y con respeto de todos los derechos. Una seguridad que se adecue a la realidad económica, social y cultural de este país, en su realidad actual, así como en sus aspiraciones futuras.

(14) En la medida que seamos capaces de incidir en el ámbito local en este debate global sobre el modelo policial que como país necesitamos, estaremos impulsando nuestro proyecto. Un proyecto donde prevalezcan los derechos humanos y libertades ciudadanas. Una aspiración popular que no se ha visto realizada en nuestro pasado.

(15) Sí es cierto que según los últimos datos estadísticos en cuanto al número de delitos Donostia es la ciudad más segura de Hego Euskal Herria y una de las más seguras del estado español. Además los delitos más graves (asesinatos, violaciones, robos con violencia) han disminuido. Por eso la percepción de inseguridad que los/as ciudadanas tienen se puede decir que es subjetiva y en gran medida viene generada por el distanciamiento en su trabajo de la udaltzaingoa.

GURE ARDATZAK

(16) Conocidas las demandas de la ciudadanía en materia de seguridad y los datos estadísticos de los delitos en la ciudad estamos en condiciones de marcar unos objetivos y elaborar una estrategia para su consecución.

(17) Marcamos tres objetivos principales en este ámbito de actuación municipal:

(18) 1. Mantener bajo el número de delitos contra las personas y sus bienes en la ciudad. Hay que recordar que la función básica de la policía debe ser la defensa de los derechos y libertades de la ciuda-danía y la lucha contra la criminalidad. En esta esfera la actuación se debe centrar en la prevención.

(19) 2. Aumentar la sensación de seguridad en la ciudadanía, apostando por un nuevo modelo de Udaltzaingoa.

(20) 3. Ofrecer una serie de servicios de calidad a la ciudadanía (a concretar).

(21) Para la consecución de estos tres objetivos es fundamental un cambio del modelo de seguridad pública en Donostia y, en consecuencia, en lo que respecta al ámbito municipal del modelo de Udaltzaingoa.

(22) Estos serían los ejes generales de actuación para cambiar el modelo de Udaltzaingoa:

1. ORDENAR LAS FUNCIONES Y TAREAS DE LOS DIFERENTES CUERPOS DE POLICÍA VASCA EN LA CIUDAD EVITANDO DUPLICIDADES.

(23) Estudiar y redefinir el actual convenio de seguridad entre el ayuntamiento de Donostia y el Gobierno Vasco, teniendo en cuenta que las competencias en esta materia son, en principio, autonómicas y que los mayores re-cursos los tiene el Gobierno Vasco. Las competencias locales son de “auxilio y colaboración”. Ante esta evidencia, es lógico proponer que la udaltzaingoa se centre en cubrir las competencias en seguridad que al ayuntamiento le corresponden y que las funciones técnico-policiales más específicas sean asumidas por la policía autonómica.

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2. DIMENSIONAR Y AJUSTAR LOS RECURSOS HUMANOS Y MATERIALES DE LA UDALTZAINGOA AJUSTÁNDOLOS A LAS NECESIDADES REALES Y TAREAS QUE SE LE ASIGNEN.

(24) Para asumir las competencias locales en materia de seguridad el ayuntamiento dispone de la udaltzaingoa. Un servicio público municipal actualmente compuesto por 350 trabajadoras y trabajadores (el 26% de la plantilla del ayuntamiento). Además dispone de una unidad operativa de movilidad para la ordenación del tráfico que hace cinco años asumió parte de las tareas que tiene asignadas la udaltzaingoa (otras 65 personas más).

(25) Parece evidente que la udaltzaingoa tendrá que seguir realizando tareas de prevención de la seguridad ciuda-dana, así como algunas de las relacionadas con el tráfico (controles de transporte escolar, controles de alcoholemia, controles de documentación, accidentes, campañas de tráfico), así como todas las relacionadas con las normativas municipales (velar y hacer cumplir bandos y ordenanzas).

(26) Actualmente la udaltzaingoa también destina un importante número de efectivos a prestar otros servicios como pueden ser:

(27)- la recepción de denuncias de tipo penal y su tramitación a los correspondientes juzgados.- la recepción y custodia de los objetos perdidos.- la impartición de educación vial en los centros escolares.- Las custodias de los arrestos domiciliarios.- Notificaciones judiciales.- Las tareas derivadas de la investigación de delitos incluida la inspección ocular.

(28) Por tanto es importante determinar las tareas que la udaltzaingoa debe realizar en aras de dimensionar la plantilla y dedicar correctamente los recursos disponibles.

3. ACERCAR EL SERVICIO A LA CIUDADANÍA E INTERACTUAR CON ELLA.

(29) Este es el paso decisivo para que se produzca un cambio de modelo policial en Donostia. Para materializarlo hay que diseñar un despliegue general y permanente de efectivos por toda la ciudad, asignando zonas de actuación reducidas (barrios), donde la labor a realizar se defina, esto es, se le dé contenidos, y se realice a pie. Creando una POLICÍA COMUNITARIA donde la proximidad no sea mera cercanía física.

(30) Con esto se conseguirá acercar el servicio al ciudadano/a, interactuar en los diferentes barrios, conocer las diferentes problemáticas de cada sector de la ciudad, hacer un trabajo preventivo más eficaz facilitando la media-ción para la resolución de conflictos. Esto hará que aumente la sensación de seguridad que perciba la ciudadanía.

(31) También se conseguirá la implicación del/la udaltzaina que conocerá la realidad del barrio donde trabaja al ser parte de él, donde se establecerán relaciones estrechas con el vecindario y se detectarán de una manera más efi-caz las situaciones problemáticas anticipándose a los problemas. Es decir, su trabajo se centrará en la prevención.

(32) Este modelo de cercanía es incompatible con el desempeño de algunas tareas que actualmente en mayor o menor medida se realizan y que tienen un componente “político” claro, como es la utilización de la GM en los desalojos de edificios previamente cerrados y abandonados y que han sido ocupados para realizar alguna iniciática social y popular. El control abusivo/preventivo/sospechoso de la juventud o en lo relacionado con carteles y propa-ganda en general.

(33) Para lograr este despliegue por los diferentes barrios de Donostia y conseguir implementar este nuevo mode-lo de trabajo se necesita una importante dedicación de recursos humanos, por lo que será imprescindible modificar de manera sustancial la estructura de la udaltzaingoa. Una estructura diseñada durante estos últimos 20 años para satisfacer los intereses políticos de quién se encontraba gobernando.

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(34) A medio plazo, hay que establecer un PERFIL DE UDALTZAINA que se ajuste al modelo policial que propug-namos y tener especial atención a la hora de diseñar los procesos selectivos de acceso potenciando una udaltzaina paritaria con un perfil euskaldun y que refleje una actitud de absoluto respeto a todas las sensibilidades sociales, culturales y políticas de la ciudadanía.

(35) Paulatinamente, la FORMACIÓN LABORAL deberá cambiar tendiendo a fomentar habilidades y capacidades hoy en día minusvaloradas encaminadas a encajar con el nuevo modelo de policía comunitaria (mediación en la resolución de conflictos, problemáticas sociales de todo tipo… )

(36) Del mismo modo, este nuevo modelo debe potenciar una POLICÍA TRANSPARENTE, para lo que se deben:

(37)- Establecer conductos de monitoreo interno y externo de la actuación policial.- Implantar un sistema imparcial de supervisión y control continuo.- Establecer un sistema de verificación interno y externo de protocolos, ordenes e instrucciones.- Fijar mecanismos de control ciudadano.