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8/19/2019 Santamaria SafoPoemaVejez
1/10
LA SL-IERTE DE
TITONO. EN
TORNO
AL
I\.II]EVO
POEMA DE
SAFO SOBRE LA VEJEZ
N'f.crrco
Ax'loxro
SrvrLrnní,t Ár.r.,rrrr
z
I
i
t
i
L'c'
t's
icl
ttrl tlc,lal ¿t
nt
ar¡ cct
8/19/2019 Santamaria SafoPoemaVejez
2/10
LA SIJERTE
DE
TITO]\O.
EN
TORNO AL I\UEVO
POEMA DE
SAFO SOBRE LA VEJEZ
M¡nco
ANroNro
S¡Nr¡lrlnÍ¡
Arv¡Rnz
Uniuersidacl
de
Salamanca
RACIAS
a la
reciente publicación
de
tres
fragmentos
papiráceos
dei s. u
a.C.,
procedentes
del carfonaje
de una ñromia
y
conserwados en Colonia,
hemos
podido
conocer algunos restos
de un nuevo
poema
de Safo, otro
bastante
completo también
de
ella
y
un tercero de autor
inciertol.
Las lagunas
que presenta
al final
el segundo poema pueden
suplirse
gracias
a otro
papiro,
de
Oxirrinco, que
transmite las últimas
palabras
de
cada
1ínea2,
mientras
que
sobre el comienzo
de
los cLlatro primeros
versos
sólo
podemos
hacer
conietu-
ras. El poema,
sobre el
que
versa
este trabajo,
ha
sido
reconstruido
así:
metftim:
hog2'
ll
hag2c
7x
-
-
-
-
--)
a
[x
-
'
-
Moícov
i]or[ó]].nr¡v rúl"cr
6cipo,
ficxi6r0cr,
2
lx
-
-
-
-
tdlv
8/19/2019 Santamaria SafoPoemaVejez
3/10
786
MARCo
ANToNro SANTAMARÍA
Álv,A.nnz
10
ifrot
Qit
8/19/2019 Santamaria SafoPoemaVejez
4/10
I-A.
SUERTE
DE
TITONO.
EN
TORNO
AI
NUEVO
POEMA
DE
SAFO SOBRE LA.
\'ETEZ
787
El poema está estructurado en cuatro
partes
claramente diferenciadas:
at
vt.
l-2.
preludio:
exhortat
ión a
las jóvcnes.
b)
r..v.
3-6,
descripción: efectos
negativos de 1a vejez sobre el cuerpo
y
e1 ánimo
tle
1a ar.rtora.
c)
r.'v.
7-8,
alusión
personal
y
sentencia
universal.
..
d')
w.
9-12,
conclusión: narración sucinta de1
mito
de Titono.
Estas
cuatro
panes
están distribuidas
en
el poema de modo muy cquilibrado
y
formando un
paralelismo, pues ia primera
y
la tercera ocupan
dos versos,
frente
a 1os cuatro de la segunda
y
la cuafta.
El
final de
todas
e1las coincide
con
fin de
verso, lo que contribuye
a
perfilarlas.
Además,
la línea
de
pensamiento
es
muy
clara:
aI
escenario del
inicio
(a)
opone
la atrtora su
situación
personal
(b),
causa
del
sentimiento
y
de Ia
idea expresados
en
(c),
los
cuales se ilustran
a través de un
mito
(d),
del
que
se
puede
extraer una conclusión
táctta.
A conti-
nuación se analizarán cada una de estas
partes,
atendiendo sobre
todo
a la
lógica
interna de
la
composición,
más
que
a
sus conexiones con
pasajes
paralelos
de
Safo u
otros líricos,
que ya han
sido señalados
y
estudiados
por varios
autoress.
a)
Preluclio
El poema comienza con una invocación
a
unas
muchachas
(integrantes
de
,-,t
.oio,
imaginamos) mecliante
un
vocativo,
luhto
a1
cual hay dos
sintagmas
nominales, uno en acllsativo
(cuyo
núcleo es
Xelówsv)
y
otro seguramente
también
(con el núcleo
6ópcx),
Ios
cuales
han de
ser complementos directos
de
un
verbo
o régimen de
una
preposición. Por su significado, es
difícil
hacer depender
ambos
bintagmas
de un solo
verbo, por lo
que
habría
que
suponer
dos,
bien
ambos
finitos
y
coordinados o bien un
verbo
finito
y
un
participio. El vocativo hace
proba-
ble
que
e1
modo
del(os)
verbo(s)
finito(s)
que
falta(n)
sea
el imperativo más
que
el indicativo,
pues éste serviría
para
describir un
hecho,
lo
que
no
casa del
todo
bien Con e1
vocativo.
Por
el sentido, hemos de suponer
que
el
primer verbo
tendría el
valor de
'cultivar,
honrar, móstrar' o similar,
y
el segundo de
'tocar,
tomar.
honrar'la lira o actuar según su música
('bailar.
cantar').
Según estas
premisas, no
resultan verosímiles
algunas conjeturas6.
Son
convin-
centes
las
primeras
propuestas de
Di
Benedetto
(2004),
aunque tienen el problema
t5l
Sobre todo Gronewald-Daniel
(2004a:
3,
6-8);
(2004b:2-4'\Dr
Benedetto
(2004)
y West
(2005:
4-6). Aspectos concretos: Di Benedetto
(2005:
18-20);
Bernsdorff
Q004
y
2005); Puelma-Angió
(2005);
Hardie
(2005:
27-29); Geissler
(2005)
y
Danielewicz
(200(r):,
t6l
El
verbo
en
primera persona que postulan los editores
(
8/19/2019 Santamaria SafoPoemaVejez
5/10
788 MARCO
ANTONIO
SANTAMARÍA
ÁTv¡R¡z
de
que
los
dos imperativos
no
están
coordinados
y
de que
uno
está
en
presente
y
otro
en aoristoT.
Hardie
sugiere
(énr-)6eí¡vupr
como verbo
inicial,
baiánclose
en un paralelo
de Alcmán8, pero
no ve
forma
de
acomodado.
una
posibilidad
es
vüv
6eí1vute (también
es
imaginable
6érec0e,ud),
que
indicaría
qr_re
el
poema,
escrito
como
don
de
las
ryIlrsas,
es
actualizado
o
mostrado
en
ese momento
mediante
la
ejecución
de las
muchachas,
que
danzan y
quizá
también
lo
cantan.
Pan
el
segundo verso puede
proponerse
exe?npli gratia
[pé],nec0e
6é
rdt,
con
el valor
de
'cantar
y
t>ailar'
,
partiendo
de
la
sugerencia
de Di
Benedetto
ftope.(tcureg.
cualesquiera
qlle
sean los
verbos que
faltan,
es claro que
quien
exhorta
a las
jóvenes
es la propia
safo, seguramente
actuando
de
maestra
del coro.
No invoca
directamente
a
las Musas
para
que
inspiren
el
poema,
pero
es muy
apropiada
su
mención
a
comienzo
de verso y
su
vinculación
con el
poema,
don suyo
(v.
1).
b)
Descri.pción
La reconstrucción
del v.
3
de Di
Benedetto
(2004:
5)
es bastante
convincente
y
cuenta
con e1 apoyo
de
varios
paraleloslo.
Para
el
v.
4,
6ról,ec€
es ciertamente
demasiado
drástico,
como
dice
\fest
(2005:
4), por
Io que
parece
mejor
su
opción
énél,l,cxBe.
con
todo, considero
más
probable
rq.uécreOe,
con
el valor
de
'echarse
sobre, poseer,
apoderarse
de',
r-rsado
a menudo
para
rndicar
el manclo
sobre
una
región
o
grupo
(1. /s.
v.
II,
1)11.
En
los
dos siguientes
dobletes
la poetisa
hace
una enumeración
de los
efectos
que
ha
causado
en
e1la
Ia
vejez
(en
puridad
no
puede
hablarse
de
síntomas,
como
se
viene
repitiendo, pues
no
se trata
de
una
enfermedad).
Hemos
de
suponer que la
conciencia
de
sus
achaques surge
de la contemplación del
coro
de doncellas
(por
eso las
menciona
en primer
lugar),
de las que
se
ve
tan
dife-
rente.
Menciona
cuatro
males:
la pérdida
de tersura
en la
piel,
los
cabeilos
canosos,
eI
corazón
pesaroso
y
la
debilidad
de sus
rodillas.
Resultaría
demasiado
plano
y
monótono
que
cada elemento
ocupara
un
verso,
por
lo que
Safo
ha
buscado
una
distribución
más
elaborada:
el
primer
eiemento
acaba
(con
un
verbo)
ai
comienzo
del
segundo verso,
y
el cuafto
comienza
alfinal
del
tercer verso
(también
t7l
Menos aceptables
son
las segunclas
conjeturas
de
Di
Benecletto
(2005:18).
El v.
1 quecla
sobre-
cargado
con tres
acljetivos y
resulta rara
la unión
de un verbo
elíptico
éo.n
en inclicativó
(v.
1)
y
¡n
ve¡bo modal como
npéner.
t8l
Hardie
(2005:
27,
n.95);
Arc¡¡.
fr.
59b,
fr. 4,1,
6;
THGN.
769-71.
9l
Paralelos
para
vtv a
cornienzo
de verso
y/o
con
imperativo:
S¡pps.
fis. 7,25:113,160;
ALC.
frs,
6,
12; 114,
8.
82;
332;
inc.
auct.34a,76.
y.2:
Sepps,
fr.
27,5:
¡t€\,nec},
úy
raútal.
Cf.
It.
7,
247;
16, 782,
b.
bom. 19,21.
tiOl
La conjetura
de
Gronewald-Daniel
(2004a:
7)
para
el
v.
3
es
atractiva, pero
carece
cle cone-
xión sintáctice
con
lo anrerior.
l11l
Contamos
con varios paralelos:
Hns.
fr.
133,
4:
cl,rpog
Tdp
Iño
núvrr,, rarécyett);
oct. 11,
497:
vtv
xctd
yr1-poq
éyer
xei,ps4re;
It.3,213:
¡oig
6'ii6r1 ráre1ev... yoio;
erc. ii.
tlz, 12:
p¿oiw
xotÉor[e6e;
119,3:
ficrpéc:Ke;O',
a comienzo
de verso.
8/19/2019 Santamaria SafoPoemaVejez
6/10
LA SUERTE DE TITONO. EN TORNO AI NUEVO POEMA DE SAFO SOBRE IA,
VE.JEZ
789
con un
verbo), lo
que
crea Llna estructura simétrica.
Los elementos
primero y
último
se
asemejan
también
en
el
léxico: adj.
+
not'
éovaa"
(3),
retomado
en
fio:c
+
adj,
+
éov
(6),
con lo
que
se
pone
fin en ani11o a
la
segunda
parte
del
poema.
La
variación
entre los cuatro efectos de la
vejez
está conseguida mediante
los
tiempos verbales,
el segundo aoristo
(éyévovto,
y
el
primero
probablemente
también), el tercero
perfecto
(nenóqrat)
y
el cuarto presente
(géporcr).
En los tres
primeros
la primera
palabra
es
un adjetivo,
qLle
en
el
primero indica la
sitt¡ación
pasada
(ónsl,ov)
y
en el segundo
y
tercero
la presente
(l,eurar,
Pdpr;c)
El primero
y
el
último
se
asemejan
en
que
describen sólo la cualidad
perdida
(ú.nat.ov,
l"críyr¡pc),
mientras
que
el
tercero menciona
sólo la
actual
(Bápuc)
y
el segundo,
ambas
(l,e0rar,
pelaívav).
Llama
la
atención
qlle
entre los fenómenos
físico.s Safo
haya
introducido
uno
psíquico,
la
pesadumbre
del
corazón,
con la
iunctura
novedosa
Búpr-rc
0tpoc,
en
la
que
el
adjetivo tiene
Lln
valor
metafórico, tomado
de
la esfera
del
cuerpo12.
Con todo,
Oópoc no ha
perdido
todavía
las
connotaciones físicas tan
presentes
en Homero.
E1 adletivo
puede
tener una
finalidacl sorpresiva,
pues
lo esperaría-
mos
referido
a1
cuerpo,
demasiado pesado
para
qLle las
rodillas 1o
sostengan,
y
no
aI
corazón,
que
se hace
insoportable como
si
estuviera cargado
de
preocu-
paciones
(cf.
en
español
los
términos
psicológicos
de
'pesadumbre'
o
'pesar').
Un medio de mitigar el posible
hastío
de
Llrta
enllmeración es la
compara-
ción de
sus
rodillas antaño
ágiles con
las de los
cervatillos,
la cual cierra elegan-
temente
esta
pafte
del
poema
con Lrn término inesperado
que aviva la imaginación
del
oyente
alejándolo
por
Lln
momento de una reaiidad triste. Con Ia alusión
a
Ia
danza,
que probablemente
abría el
poema,
se
cierra en
anillo
su
prirnera mitad,
bien
diferenciada
de la
segunda.
c) Alusión
personal
y
sentencia
Sigue una
confesión
directa y
rotunda
de la
autora,
sin
circunloquios ni eufe-
mismos: td,
cteva¡íc8co
0cxpécoc, hecha
con la
mayor concisión
posible.
Safo
nos
revela
que
la
conciencia
de
sufrir
el
desgaste
de
los
años
le
produce un
frecuente
dolor
interio¡
ya
aludido al hablar del
"corazón
apesaclumbrado'.
Además,
se
considera
impotente para poner remedio
a
su
angustia,
como
expresa
en
la
preglrnta
retórica
al,ld tí
Kev
[oeínv;,
1o
que
contribuye a agravarla. No
puede
hallar solución al
sufrimiento
porque no está
en su
mano cambiar aqr-rello
que
lo
provoca:
su
deterioro físico.
Esta
imposibilidad
de
actuar, expresada con el
l12l
Bernsdorff
(2004)
ha mostrado mediante nunerosos
paralelos que
la
expresirin
Bopr)c
Oo¡róc
vale por
.abatimiento,
y
ha
de
considerarse
un
efecto
psíqr.rico
de la
vejez, Lln
tenla
que
no está
en
Homero. pero
sí encontramos
en
Mimnermo.
8/19/2019 Santamaria SafoPoemaVejez
7/10
790
MARCo ANToNIo SANTAMARÍA Árvennz
verbo en activa
ruoe͡v,
negado indirectamente mediante la pregunta
sin
respuesta,
va
en
paralelo con el verbo
en
pasiva
fiefióI1:.,olL
(v.
5),
que
indica el
proceso
por
el cual el O0¡roc se
1e ha r.uelto pesado
a Safo,
y
finalmente el estado irre-
versible (expresado
por
el
perfecto). La vejez es
1a
única
que
actúa,
mientras
que
ella no
puede
esperar..sino ser
1a
receptora impotente de
sus
perjuicios.
Sólo le
queda
el consuelo de 1a resignación, que procura
de dos maneras,
mediante dos comparaciones implícitas: la primera,
con el resto de los hombres,
que
no
pueden evitar
el
envejecimiento
(v.
8); la segunda, con una figura
mítica,
que incluso
siendo un favorito de los dioses
y
habiendo recibido la inmor-
talidad no
pr-rdo
zafarse de Ia ve1ez. El atributo ctyr1poov queda
enfatizado al
colocarse a comienzo de verso
y
1o más lejos posible
de su verbo copulativo,
que va
justo
ai final. La
esperanza
que podría
introducir el v.
8,
si se tomara
como respuesta a la
preÉaunta
de1
v.
7,
queda
descafiada con la aparición
de
la
negación
oü
en
medio
del
verso.
Safo no
pane
de una reflexión
general
sobre el hombre
t.lodos
envejecen')
para
luego aplicarla a sí misma,
sino
que
su
punto
de
partida
es el análisis de
un
sentimiento
pafiicular doloroso, que
la lleva, en una línea inductiva, a un
pensa-
m¡ento
universal expresado en
la
scntencia
del
v.
8. Lo enuncia no como
indaga-
ción en la nafiraleza del ser humano, sino
para
obtener consuelo. Incluso
al
formular
una sentencia
global
Safo
permanece
en el ámbito
de su
psicología
íntima.
Estos dos versos tan intensos funcionan
como el eje en torno al cual
gira
el
poema y
sirven de eslabón entre la segunda
parte y
la cuarta.
cl) Mitu
Los dos dobletes qr-re
cierran e1
poema
cuentan de manera resumida e1 mito
de
Titono,
cuya belleza
y
juventud
enamoran a la diosa Eos
(la
Aurora)
y
la
conducen a raptarlo. Sabemos, aunque nada diga Safo, que Eos pidió
a
Zeus
que
concediera a su amado la inmortalidad y que
él accedió,
pero
como oividó
pedir
también
para
él
la
eterna
juventud,
Titono se vio abocado a envejecer
sin límite.
Es
un mito bien conocido desde Homero
y
tratado por
otros
poetas
posterioresl3.
Los editores
proponen
la lectura 6énsc eicavpúpev
(forma
inco-
rrectamente acentuada como
sobreesdrújula), apoyándose en
pasajes
de Estesícoro
y
Mimnermola.
Sin embargo,
la
alusión a un
vaso)
sin especificar
que
es el del
l13J
il. 20,237
=
Od.
5,
7, Tirt. 1-2,5, Mimn. 4, 1. Está narrado
en h.
Ven.218-38.
t1,il
Gronewald-Daniel
(2004b:
3)
y
Di Benecleno,
(2005:
18ss.): Safo se habría inspirado en
SrEstcH.
fr. 185, 1 PMG:'AéLrog... 6énog éorc'uéparve
y
habría tomaclo
su
verbo
cambiando rcto-
por
civ-;
Mimnermo usa el mismo
verbo para
Eos
(fr.
12.3-4
V/.):
eioovdBlil. Los editores
se
plantean
una
posible corrección
lesbia eicoppá¡rev',
pero no
es necesaria, pues
con
av
8/19/2019 Santamaria SafoPoemaVejez
8/10
LA
SUERTE
DE
TITONO.
EN
TORNO
AL NUEVO
POEMA DE SAFO
SOBRE
T.A,
\¡EJEZ
797
sol, sería demasiado
desconcertante,
por
lo
que
parece más
apropiada la
conje-
tura 6ígpov
de
Magnanil5.
En
cuanto
al estilo,
el nombre
Titono
queda
muy
realzado al
ir
bastante
por
delante
del
verbo
del
que depende,
al final del
siguiente
verso (10,
géporcov).
Aunque
el sujeto
sea
Eos, la
prolepsis
está
jr-rstificada
porque
es
a
él
a
quien
se
menciona
a
propósito del envejecimiento,
no
a
Eos. Al
usar
el
término
épqpVe,
Safb
convierte
a la
vejez en la antagonista
de la diosa,
como si clispLltaran
por
Titono: ésta
lo
raptó de
joven,
pero aquélla
(personificada
mediante
este
verbo)
Io ha atrapado
después, a
pesar
de
su alejamiento.
En este eiemplo
mítico
queda
de manifiesto
e1
poder
absoluto
de la
vejez,
que
ni
siquiera
estará limitado
por
la mlrerte.
¿Con
qué
objetivo
se introduce
este
mito
al
final del
poema? Gronewald-
Daniel
(2004b;)
creen
que funciona como
ilttstración de1
tema de la
vejez,
por
ser
Titono
en
Grecia
por
antonomasia
el
hombre
que
enveiece. Bernsdorff
(2005:
2)
piensa
que
sirve
para
mostrar la
validez del aserto
de que todos
los
hombres
han de envejecer
por fuerza,
pr-res ni siqr-riera
Eos
pudo
sLlstraer
a sll
amado de la
vejez. También se
ha
repetido
que
el
mito
tendría
r-rna
función
consc¡latoria.
Por ejemplo, Hardie
(2005:
28
ss.) señala
que
e1 consltelo
radica
en
qLle
Safo
compensaría
1a pérdida de
la
belleza
física con
la
belleza
moral
que
sí
posee y
que
articula sus
versos,
beilos
dones de
las Musas.
Es ttna idea
poco
convincente,
por
1o arduo
que
es
percibir
en
el
poema alguna ah-rsión
a
esta
belleza
perdurablel6.
Geissler
(2005:707-1.11)
bbserva
qlre
en el b.
Ven.237
se
dice
que,
aunque
Titono era cada
vez más decrépito,
sin
embargo
conselvó
su
voz.
Segútn
éste
y
otros paralelos homéricos
sobre Néstor,
que
aLln
siendo
anciano
rnantenía sn elocuencia,
cree la autora
que
Safo apllnta
a
la
conclttsión
de
que,
aLlnqLre ella
envejezca,
sLl
voz poética sigue
incólume. Su
perdurabilidad
en
e1
tiempo sería su mejor
consuelo.
De
nuevo es difícil
que
e1
auditorio
tuviera
en
mente estos
pasajes
y
a
partir
de
ellos
llegara
a
tal deducción.
El mito
tendría
una
fr¡nción demasiado
débil si
se
redujera a ejernplificar
una
sentencia
general
(por
lo
clemás, obvia
y
no
necesitada
de clarificación)
y nada
tr,rviera
qLle ver con la aLltora,
como si
fuera para ella un
medio de evasión.
Antes
bien,
Safo efectúa
Lrn sutil
paralelismo entre Titono
y
ella rnisma,
mediante
repeticiones léxicas.
En concreto,
al
hablar de él ret
8/19/2019 Santamaria SafoPoemaVejez
9/10
1c)7
MARCo
ANToNIo
SANTAMARÍA
Árv¡nez
que
utiliza
para
clescribir sus achaques: como ella, también él fue
joven
y
hermoso
(éov'uq:
3,
11) hace tiempo
(nora:3,6;9)
y
le llegó
laveiez
(Tnpcrc,
3,72),
cali-
ficada
como
canosa, como los cabellos
de Safo
(l,eórcr:
4;
nó\tov: 12, ambos adje-
tivo.s
en
segr-rndo
lugar
de
verso).
También
usa Safo
de
nuevo
8/19/2019 Santamaria SafoPoemaVejez
10/10
L{
SUERTts DE TITONO. EN TORNO
AL NUEVO
POEMA
DE SAFO SOI]RE I-{
\EJEZ
793
qlle
podríamos llamar negativo: ella
viene a ser una
más entre todos
los
hombres,
y
no debería considerarse
más desgraciada
que ellos.
Por
otro
lado,
el mito
da
h-rgar
a
r¡n
consuelo
positivo. Titono sufrió
r-rn
completo
revés
cle
su sllefie,
plles
pasó
de
ser
privilegiado amante
cle
una
diosa a
padecer
una
desgracia
peor
aún
que 1a muerte
(cl.
Mimnermo): el
eterno envejecimiento.
Safo,
como
cttalquier
otra
persona,
puede
sentirse
más dichosa
que
é1,
graciá.s a
qlle
conocerá
ia muefte.
Su
consuelo
radica en
su mortalidad. Como
ha señalado
Hardie
(2005:
esp.
13s.),
Safo no
tiene Llna
visión negativa de
la
nnrerte, como
la qLle encontramos en
otros
poetas
arcaicos,
sino
que
a
menudo
la
concibe
como una
liberación. En
el
poema
que precede al de la
vejez habla incluso
de una recompensa
en
el
Hades,
quizá para
ella
misma
(t'v.
4-5';.
El
poema
está
articulado mediante
un
contraste
doble, con
resultados
opues-
tos.
El
primero
se
produce entre
las
jóvenes
y
Safo,
y
causa en ella
tristeza,
al
notar
que
ha perdido
las
cr-ralidades
que
ellas
aún
disfrutan. La
segunda
anti
tesis tiene lugar entre
Safo
y
Titono,
pero
conduce
al
consL¡elo,
pues
ella
está
en
mejor sittiación,
por
conservar
a\go
que
él
perdió: su mortalidad.
El
punto
álgido
del sufrimiento,
expresado en el
v.
7,
es resuelto
en
parte
por la
senten-
cia
(consuelo
negativo),
pero
definitivamente,
de
manera
velada, mediante
la
consecuencia
que
se
desprende
del
mito
(consueio
positivo). De acuerdo con
esta
interpretación,
el
poema
no
se
reduce a un
análisis soble
la
vejez
y
sus
secuelas
negativas, fuentes de
dolor en
sll cllerpo
y
sLr alma. Antes
bien,
clel
mito
que
cierra
el
poema
parece sugerirse
Llna esperanza,
fvndada
en
Ia
condición mortal
de
todo
ser
humano,
gracias a la
cr-ral
Safo
pr-rede
tener
la
certeza
de
verse
un
día
libre
de
sus
males.