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DIFICULTADES DE LA CONSOLIDACIÓN DEL MODELO DE SALUD FAMILIAR Paula Sáez | Claudio Catalán Medicina 5º Año Docente: Luciana Guamán Vega

Salud Familiar

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Page 1: Salud Familiar

DIFICULTADES DE LA

CONSOLIDACIÓN DEL

MODELO DE SALUD

FAMILIAR

Paula Sáez | Claudio Catalán Medicina 5º Año

Docente: Luciana Guamán Vega

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Contenido Introducción ...................................................................................................................... 2

Marco Teórico ................................................................................................................... 2

La Familia como concepto ............................................................................................ 3

La Familia como unidad de salud.................................................................................. 4

Salud Familiar ............................................................................................................... 5

Atención primaria en Chile ............................................................................................... 6

Modelo de salud familiar en Chile .................................................................................... 6

Los médicos de la atención primaria de salud en Chile ................................................... 8

Especialistas en medicina familiar .................................................................................. 10

Conclusión ...................................................................................................................... 12

Bibliografía ...................................................................................................................... 14

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Introducción

Los sistemas de salud en todo el mundo están sometidos a un profundo proceso de

transformación, cuyo objetivo expreso es mejorar el nivel de salud de toda la

población. Es por ello que, independientemente de la diversidad entre países, las

reformas parten de ciertos principios fundamentales: fomentar la equidad en el acceso

a la salud, mejorar la calidad de la atención a la salud aumentar la eficiencia del gasto

en salud, impulsar la participación del sector privado en la provisión de servicios,

privilegiando los derechos de los pacientes y asegurar la sustentabilidad del sistema.

Si realizamos un análisis de lo que ha ocurrido con la salud pública desde el retorno a la

democracia, vemos que, a pesar de la ausencia de un plan o programa específico en los

distintos gobiernos de la concertación, hoy en Chile tenemos parámetros de salud

mejores que hace 12 años y ciertamente superiores a la mayoría de los países

latinoamericanos.

Uno podría pensar en justicia pero esto ha ocurrido por causa del desarrollo

económico que ha mejorado las condiciones de vida de nuestro pueblo. Sin embargo,

nadie puede ignorar que uno de los factores clave en este éxito ha sido el trabajo

generoso, sacrificado y de alto nivel técnico de los trabajadores de la salud de nuestro

país. Sin duda en los equipos de Salud ha estado centrado el auge de la medicina

chilena no tan sólo de las últimas décadas, sino del último siglo, y ningún modelo de

salud, por novedoso que sea, podrá llevarse a cabo sin el compromiso y la participación

activa de estos profesionales.

Si bien es cierto que la propuesta de transformación del actual modelo de atención se

inserta en la historia de la salud pública chilena y se proyecta hacia el futuro en el

contexto de la reforma sectorial nunca como ahora la complejidad de los fenómenos

que se deben enfrentar plantean nuevos desafíos y tareas en un escenario global,

organizacional y operativo difícil para que los equipos multidisciplinarios de salud se

conviertan en actores institucionales del cambio hacia el Modelo de Salud Familiar.

En Chile el Modelo de Salud Familiar será posible gracias al equipo de salud que esta

sensibilizado y tiene una historia de adaptarse los cambios, además hay conciencia de

la necesidad de adaptarse si los problemas cambian, tienen los conocimientos,

habilidades y competencia técnica para realizarlos.

Marco Teórico

En el nivel de atención primaria se ha comprobado que con frecuencia los síntomas

orgánicos se encuentran confundidos con situaciones conflictivas de tipo social,

económico o emocional. Una variedad de estudios ha documentado la alta prevalencia

de problemas psicosociales entre los pacientes que reciben atención a este nivel.

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Durante muchos años el interés prioritario en salud se centraba en la prolongación de

la vida y las consideraciones psicosociales de la persona enferma quedaban en un

plano secundario.

Dentro del esfuerzo actual por otorgar un enfoque más humanista y personalizado a la

atención médica recobra un papel destacado la familia. Esta se constituye en una vía

estratégica para utilizar los parámetros psicosociales en las decisiones del médico

general y del equipo de salud de atención primaria. Supone una colaboración estrecha

entre conceptos y modelos de las ciencias sociales y las biomédicas, con el fin de no

segregar el contexto social del proceso biológico en la enfermedad.

A partir de allí se pondera cómo los factores familiares entran en la solución de los

problemas de salud del individuo, ya que la familia es el ambiente social más impor-

tante en el que ocurre y se resuelve la enfermedad.

Modelo Biopsicosocial

Es un modelo holístico o modelo de salud integral utilizado en medicina de familia,

formulado por primera vez en 1977. Es un modelo general, o enfoque, que plantea que

los factores biológicos, psicológicos (lo que implica pensamientos, emociones y

conductas), y factores sociales, juegan un papel importante en el funcionamiento

humano en el contexto de la enfermedad o la percepción de enfermedad. Implica,

pues, que hay determinantes generales que influyen en la salud y en el desarrollo

humano incluidos sus determinantes sociales y, por tanto, los económicos. La salud y la

enfermedad se transmiten en red. Los elementos de la red de relaciones entre los

determinantes de la salud están interactuando de forma continua y simultánea.

Cualquier factor relativo a la salud se transmite por la red compleja de elementos

interconectados. Enfermar puede ser visto como una desconexión de las redes en que

se está inmerso. Este enfoque, evolucionado desde la Teoría General de Sistemas

puede ser visto como un contraste de complejidad con el modelo tradicional,

reduccionista de la medicina biomédica que sugiere que cada proceso de enfermedad

se puede explicar en términos de una desviación de la función normal subyacente,

como un agente patógeno, genético o anormalidad en el desarrollo, o una lesión.

La Familia como concepto

La familia es la unidad social, y se la considera como una organización social primaria

que se caracteriza por sus vínculos, y por las relaciones afectivas que en su interior se

dan, constituyendo un subsistema de la organización social. Los miembros del grupo

familiar cumplen roles y funciones al interior de esta, funciones y roles que son los que

permiten relacionarse con otros sistemas externos, tales como el barrio, el trabajo, la

escuela, etc.

Cuando tomamos a la familia con un enfoque sistémico, esta perspectiva hace

necesario tener en cuenta sus características, como sistema en su totalidad, con una

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finalidad, formado por seres vivos, complejos en sí mismos, en el que se debe tener en

cuenta que este sistema familiar es más que la suma de cada uno como individuo, que

en él se genera un proceso de desarrollo, que permite su crecimiento en complejidad y

en organización; que debe tomar en cuenta una perspectiva multigeneracional en el

que un evento histórico o situacional afectará a los miembros del sistema familiar, en

diferente grado, pero al final todos serán de cierta manera modificados por esta

situación.

Toda familia nuclear o extendida se relaciona con otros sistemas con los que debe

interactuar, que afectan su dinámica en forma negativa o positiva.

La Familia como unidad de salud

En el seno de cada familia se transmiten creencias y hábitos, así como también

percepciones de riesgo para la salud que condicionarán las actitudes y conductas de

sus miembros frente a la enfermedad y la utilización de los servicios de atención

médica. Aun cuando todo individuo al crecer y madurar se va integrando a nuevas

instituciones, siempre pertenece a una familia a lo largo de su vida, alejándose de una

para formar otra. La familia constituye entonces una imagen y un ejercicio per-

manentes en la vida humana que se caracteriza por sus relaciones de intimidad,

solidaridad y duración y es, por lo tanto, un agente estabilizador.

De la concepción anterior de la familia se desprende la necesidad de visualizarla

también como unidad de salud y atención médica. Esto no solamente por la transmi-

sión de pautas culturales sino porque el proceso que se inicia con la definición de

enfermedad hasta su curación está pleno de decisiones sociales que toma el grupo

familiar, acuda o no a las instituciones de salud oficiales. Algunas de estas decisiones se

relacionan con la percepción de una alteración de la normalidad como enfermedad, la

validación preliminar del papel del enfermo, los pasos iniciales para buscar consejo o

ayuda, la determinación de cuándo deben darse y a quién hay que acudir y, por último,

el cumplimiento de las indicaciones recibidas.

Antes de intervenir sobre la salud de los componentes de una familia es necesario

definirla como grupo. En el lenguaje cotidiano el vocablo “familia” suele designar una

variedad de acontecimientos sociales significativos, por ejemplo, un grupo social

concreto con relaciones de parentesco entre sí, el matrimonio, o la red de relaciones

interpersonales que permiten al individuo sentirse cómodo y seguro (“en familia”).

La forma tradicional de familia nuclear como unidad de procreación sigue siendo la

más frecuente y podría considerarse como el prototipo. Sin embargo, la realidad

muestra una variedad de organizaciones familiares que escapan a la norma de la

familia nuclear. Se plantea la necesidad de precisar qué es la familia y quiénes la

integran. La dificultad surge cuando se requiere dar al concepto un sentido funcional

para poder actuar frente a familias concretas.

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La calidad de la familia como recurso de apoyo resalta la importancia de su dimensión

psicosocial.

Salud Familiar

El enfoque para examinar a la familia como sistema integral se apoya más en las

relaciones interpersonales que en los individuos mismos aislados, por lo que la familia

como grupo adquiere una identidad diferente a la de la simple suma de sus

componentes. Por analogía, la aplicación de este análisis al campo de la salud conduce

a la consideración de la salud familiar, como una síntesis diferente de la salud

individual. Esta última alude a la incidencia y prevalencia de enfermedades de los

componentes de una familia, mientras que, de acuerdo con el enfoque de sistemas, la

salud familiar describiría su funcionamiento como grupo social.

La salud familiar puede también considerarse como el ajuste o equilibrio entre

elementos internos y externos del grupo familiar. El modelo epidemiológico ha

entendido la salud del individuo como el equilibrio ecológico entre este y su medio,

según la tríada conformada por el huésped, el ambiente y los agentes internos o

externos.

Conceptualmente, no hay inconveniente en acentuar lo colectivo y definirlo como la

capacidad de la familia para cumplir con sus funciones sociales, dentro de las cuales

está incluida la formación de individuos sanos física y psíquicamente. Sin embargo, el

acercamiento a la familia en salud siempre se produce a través de uno de sus

miembros o caso índice. La familia como grupo solo es sujeto de tratamiento en casos

extremos de disfunción, como los que encara la terapia familiar. Por consiguiente, sin

perder de vista el carácter de grupo, la acción recaerá siempre sobre el individuo en el

enfoque familiar de la atención de salud primaria.

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Atención primaria en Chile

Chile tiene una larga tradición de desarrollo en el tema de salud. En el año 1924 se

dictó la Ley de Seguro Obrero, por la cual empleadores y obreros estaban obligados a

imponer mensualmente cierta cantidad de dinero para un fondo solidario. Esta ley

significó el compromiso del Estado en proporcionar atención de salud a todos los

trabajadores, lo que dio nacimiento a la medicina social en Chile. En 1952 se promulgó

la Ley que estableció el Servicio Nacional de Salud, organismo público encargado de

realizar todas las acciones sanitarias: fomento de la salud, prevención de las

enfermedades, curación y rehabilitación (1).

Este desarrollo del tema de seguridad social en salud, llevó a médicos chilenos a

realizar propuestas relacionadas con lo que posteriormente sería definido como

atención primaria de salud. La atención descentralizada, próxima al hogar o al sitio de

trabajo, a cargo de un equipo funcionario bien integrado, en estrecha armonía y

continuidad con el Hospital Base y con todos los organismos locales, nació de la idea

del Dr. Salvador Allende por 1964. El propone que la atención sea integral, en cada

prestación, tanto como los aspectos somáticos y como los psíquicos, lo individual como

lo social, así como las acciones preventivas y curativas. Por fin de cuentas, la atención

puede ser planificada y con permanente intención educativa (2).

Con posterioridad, y como consecuencia de las políticas impulsadas por el gobierno

militar, se realizaron reformas del sistema global de salud, que cambiaron el rol y la

importancia del Estado y promovieron al sector privado. A partir de 1979 se

reestructuró el sector estatal de salud, reorganizando el Ministerio de Salud y se creó el

Sistema Nacional de Servicios de Salud que rige actualmente. Desde 1981 se concretó

el traspaso de la administración de establecimientos de nivel primario de atención a las

municipalidades (3).

A nivel nacional la administración de la mayoría de los consultorios generales, urbanos

y rurales y de las postas rurales públicas, se encuentra en los municipios a través de

departamentos de salud o corporaciones de carácter privado. Las responsabilidades,

atribuciones e interrelación con los servicios de salud, están regulados por el Estatuto

de Atención Primaria de Salud Municipal, que posibilita aplicaciones locales no

estandarizadas, situación que produce una amplia variedad de carreras funcionarias,

con remuneraciones dispares, programas de capacitación definidos en cada comuna

entre otros problemas.

Modelo de salud familiar en Chile

El Ministerio de Salud (Minsal) realizó el año 2003 una descripción del Modelo de

Atención de Salud, determinando que en lo que se refiere a la atención primaria, los

consultorios no cuentan con la capacidad para resolver los principales problemas de

salud de la comunidad. Esto se evidencia en deficiencias en la oportunidad de la

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atención, afectando la impresión de la población sobre su confiabilidad y generando

problemas de trato del personal hacia los usuarios. Lo anterior se traduciría en una

gran demanda de la comunidad hacia los servicios de urgencia hospitalarios

(aproximadamente un 50% de las consultas totales) y la derivación excesiva desde el

consultorio al nivel secundario, con un nivel de resolución menor del esperado para el

nivel primario de atención.

Se establece que una de las áreas para la transición del modelo de atención, debe

realizarse “desde el eje hospitalario al eje de la atención primaria”, ya que producto de

los cambios epidemiológicos se requiere efectuar un esfuerzo para la detección

temprana y la atención continua de las personas que presentan enfermedades crónicas

no transmisibles; siendo la atención primaria, el lugar de atención de las patologías

más prevalentes, además de ser responsable de asegurar que las personas reciban una

atención de mayor complejidad médica cuando efectivamente la necesiten. Para lograr

estas funciones, contará con especialistas y con tecnología adecuada para el

incremento de resolutiviadad requerido, incorporados en un plan de salud familiar.

Es así como el Minsal postula que en la APS, se debe desarrollar el Modelo de Salud

Integral, Familiar y Comunitario, orientado hacia la resolución de los siguientes desafíos

del nivel primario de atención (4):

Lograr el equilibrio entre la necesidad de acercar la atención a la población beneficiaria, aumentar la satisfacción del usuario, mejorar la capacidad resolutiva y controlar los costos de operación del sistema simultáneamente, sin privilegiar un factor en desmedro de los otros.

Alcanzar un aumento porcentual creciente de las acciones de promoción y prevención, sin que se produzca deterioro en la resolución oportuna y eficiente de la demanda por morbilidad.

Favorecer, mediante sistemas eficientes y efectivos de participación, que el usuario y la comunidad asuman un rol activo como agentes de cambio de su propia situación de salud.

En relación con la última reforma de salud, ésta releva el rol de la atención primaria y le

atribuye una alta responsabilidad en los cambios del modelo de atención del sistema

en general, y en la implementación de estrategias destinadas a enfrentar muchos de

los problemas de salud priorizados, por el Plan de Acceso Universal con Garantías

Explícitas (AUGE).

Historia de Salud Familiar La Salud familiar en Chile no nació de la presión de los usuarios como lo hizo en

Estados Unidos, sino más bien fue acogido del ámbito académico. En 1979 el Dr.

Tannenbaum, en Rodelillo, Valparaíso, da comienzo a una experiencia asistencial

voluntaria, apoyado por alumnos de las carreras de la salud, consistente en atender los

problemas de salud de las personas en forma integral, multidisciplinarias y con enfoque

biopsicosocial. En esta experiencia contó con el apoyo del Dr. Sergio Santibáñez, quien

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se mantiene fuertemente involucrado en el modelo de salud familiar y el desarrollo de

la especialidad en el V Región.

En Santiago, la Universidad de Chile en 1981, contando con el financiamiento de la

Fundación W.K. Kellog, desarrolla un proyecto de transformación del Consultorio La

Reina, de la comuna del mismo nombre, en un centro docente asistencial de Salud

Familiar. Este centro, comienza a ser utilizado por los alumnos de pregrado como lugar

de formación en los problemas prevalente de la consulta médica ambulatoria.

Ese mismo año, la Dra. Isabel Segovia, médico recién egresada, plantea a la Universidad

de Chile su deseo formarse como especialista de Medicina General. La Universidad de

Chile, quien había iniciado la experiencia de docencia en medicina general en pregrado,

abre ese año dos becas para postgrado en el mismo centro docente asistencial.

Surgió entonces una amplia discusión respecto del nombre de la especialidad y en el

transcurso del primer año se le dio el nombre de Medicina General y Familiar. Medicina

General, ya que buscaba formar a un médico general bien capacitado clínicamente, con

enfoque familiar y comunitario, distinto del médico integral de ese entonces y Familiar,

para darle la equivalencia internacional.

Probablemente, lo más importante de estos proyectos, fue permitir la formación de un

grupo de médicos motivados por la atención primaria y al salud familiar que permitió a

la postre el desarrollo de la Medicina Familiar en Chile.

De 1982 a 1986 se forman cuatro médicos especialistas, los Dres. Isabel Segovia,

Enrique Corvalán, Christel Hanne y Jeanette Vega. Entre 1987 y 1990 la escuela de

Postgrado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, se aboca a reelaborar

un nuevo programa de formación de Especialistas en Medicina General Familiar, con

algunos de los médicos formados anteriormente y médicos de consultorios,

entusiasmados con la idea. En 1990 se reinicia la formación de dichos especialistas, a

cargo del Dr. José Manuel Borgoño, Director del Departamento de Salud Pública del

Campus Sur de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, hoy Departamento

de Medicina Preventiva y Comunitaria y, como Tutor General de la beca, el Dr.

Armando González Benedetti. Se inicia con cuatro médicos becados, a los cuales se le

agregan dos mas el año siguiente y así hasta el día de hoy, en un numero variable de

becados de año en año. El total de egresados del Programa de Medicina General

Familiar de la Universidad de Chile, hasta la fecha, es de 21 especialistas.

Los médicos de la atención primaria de salud en Chile

El desarrollo de los médicos de atención primaria en Chile desde la fragmentación del

Servicio Nacional de Salud se ha caracterizado por un déficit sustantivo, una rotación

constante, la falta de espacio de capacitación continua, lo que se podría traducir en la

ausencia de una política integral para el recurso médico del nivel primario de atención.

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Esto constituye una debilidad muy importante para cualquier modelo de salud que se

base su sistema en la APS, así como para lograr un aumento de la capacidad resolutiva

del sistema de salud.

La Unidad de Estudios del Colegio Médico (UNEDI) el año 1998, concluye que entre las

consecuencias de la municipalización del nivel primario de atención, se encuentra la

imposibilidad de acceder a una carrera funcionaria que permita el desarrollo

profesional y una especialización posterior. Por otra parte, los médicos habrían

percibido que las condiciones laborales no son las adecuadas para un desempeño

profesional ética y técnicamente apropiados. Estas habrían sido las razones más

poderosamente esgrimidas por los médicos chilenos para explicar el desinterés por

trabajar en el nivel primario bajo administración municipal.

Actualmente, la mayoría de los médicos de atención primaria en nuestro país se rige

por el Estatuto de Atención Primaria de Salud Municipal, teniendo una proporción

importante contratos a plazo fijo, carreras funcionarias inestables, con remuneraciones

variables, sin claridad en las posibilidades de capacitación. Además se ven obligados a

tomar otros trabajos para mejorar su salario, con el desgaste de la calidad de vida que

ello implica.

Las condiciones laborales descritas anteriormente estarían fomentando una alta

rotación de los médicos de atención primaria, así como un déficit de ellos respecto a

las necesidades de la población y al modelo de salud en desarrollo. En cuanto a la

relación entre cantidad de médicos por población, el año 2002, el Ministerio de Salud

definió la razón de un médico con jornada completa (44 horas semana) por cada 3.333

personas. Sin embargo, hasta la fecha persiste un déficit importante de profesionales.

Los motivos de la brecha de médicos APS se podrían estar explicando por la

persistencia de una serie de problemas, como por ejemplo: la escasez de cupos en las

plantas funcionarias, el desinterés de los médicos egresados, la influencia de la

educación médica universitaria y la carencia de un perfil adecuado a las necesidades de

la atención primaria. Este inconveniente es relevante debido a la importancia que el

nivel primario de atención ha cobrado en los últimos años, motivo por el cual, para que

la atención primaria pueda constituirse en la base del sistema de salud, requiere de

médicos capaces de resolver los problemas clínicos de la enfermedad, de establecer

acciones de promoción y prevención, de liderar al equipo de salud, de gestionar una

acción coordinada con los especialistas de la red, entre otras acciones para los que no

han sido capacitados.

La Agrupación Nacional de Médicos de Atención Primaria en el documento

“Prioridades Gremiales: Visión de la Agrupación Nacional de Médicos de Atención

Primaria”, establece la necesidad “de crear una Política Integral para Desarrollo del

Recurso Médico de la Atención Primaria, con el objetivo de hacer atractivo el trabajo

en este nivel de atención y así disminuir el déficit y la alta rotación de los médicos en la

atención primaria. Lo que va en directo beneficio de la población que se atiende en el

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Sistema Público de Salud, al mejorar la calidad de la atención brindada”. Determinando

medidas en relación con esta política, en donde destacan: mejorar los rendimientos de

atención (un mínimo de 15 minutos para la atención de morbilidad), aumento de la

resolutividad (formación médica continua y concurso nacional de especialidades),

destinar tiempo para prevención y promoción de salud, disminuir la inestabilidad

laboral, mejorar las remuneraciones, entre otras.

A pesar que en los últimos años, la información del Minsal muestra una disminución de

la gran brecha existente en años anteriores, el estándar establecido para calcular la

necesidad de médicos en el nivel primario de atención aparece claramente insuficiente

al compararlo con los determinados en otros países. En el caso de España, se considera

que la cantidad de médicos por población debería estar alrededor de las 1.500

personas asignadas por médico (5). Por otro lado, en Estados Unidos se estima que

sería necesario, para los cuidados de patologías crónicas y para entregar los cuidados

preventivos, 10,6 horas y 7,4 horas médico al día respectivamente, considerando una

población de 2.500 personas, lo que ajustado a jornadas de 44 horas semanales,

corresponde a 1 médico cada 1.225 personas.

Especialistas en medicina familiar

Se ha establecido que debido a la complejidad de los problemas de la APS, se necesitan

especialistas con competencias específicas para trabajar efectivamente en este nivel de

atención. El desafío de la formación universitaria de médicos especialistas en medicina

familiar ha sido asumido por varias Universidades. Estos especialistas, que existen en la

mayoría de los países desarrollados, son los que cuentan con las competencias para

hacerse cargo de la salud de las personas y de su familia en forma continua e integral, y

que a su vez, cuentan con una mayor capacidad resolutiva.

En esta línea, se realizó el estudio de las competencias que debieran tener los médicos

para un buen desempeño en centros de salud familiares en Chile, describiendo dos

etapas de avance en diversas áreas: enfoque multidimensional integral, población a

cargo, continuidad del cuidado, énfasis en prevención y promoción, mirada

transdisciplinaria para asumir el cuidado de las familias, en equipos de salud,

comunidad como sujeto que toma parte en las decisiones sobre su salud.

En concordancia con la pertinencia de la medicina familiar, como especialidad de la

APS, la Agencia Acreditadora de Programas y Centros Formadores de Especialistas

Médicos (Ápice), refiere que “El Médico Familiar debe manejar el proceso de salud

enfermedad de personas y familias a cargo desde una mirada sistémica, considerando

la complejidad biopsicosocial, de manera continua a lo largo del ciclo vital y familiar,

con énfasis preventivo y promocional, en equipo y en red, preferentemente en el

ámbito de la atención primaria, en contextos tanto públicos como privados,

procurando el aprendizaje familiar y el desarrollo de los sistemas de cuidado para

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contribuir al mejor nivel de salud y calidad de vida posible de la población bajo

cuidado” (6).

Sin embargo, la formación de médicos de familia en nuestro país ha sido muy lenta e

insuficiente, considerando que desde hace más de 15 años el Minsal realizó una

coordinación con las universidades para impulsar más fuertemente este tipo de

especialidad. En nuestro país existe una cantidad aproximada de 470 especialistas en

medicina familiar, es decir, solamente un 1,5% de los médicos totales que existirían en

Chile. Esta lentitud e insuficiencia de la formación se podría deber a la falta de la

continuidad de una política pública de formación de médicos de familia, con

inconsistencias de parte de la autoridad ministerial.

Resolutividad en APS

En el año 2005, el Minsal, describe el Modelo con Enfoque Familiar en la Atención

Primaria de Salud, que contiene dentro de sus características, una atención primaria

altamente resolutiva, con capacidad para solucionar gran parte de las emergencias, así

como el énfasis en la promoción y la prevención, la resolución ambulatoria e integral

de la mayor parte de los problemas de salud, equipos de salud familiar y comunitaria

“de cabecera”, con una cantidad definida de familias a cargo, tecnología y

equipamiento y coordinación con la atención de especialidad. Sin embargo, la mayoría

de estos aspectos presenta hasta el momento, un nivel de desarrollo limitado.

Si bien se podría calcular el nivel de resolutividad de la APS, considerando que en cada

consulta médica de las personas que acuden a un consultorio, se presentan en

promedio 3 o 4 problemas de salud, derivándose cerca del 10% de las personas, es

decir, de cada 300 a 400 problemas de salud, se derivan 10 (2,5% al 3,3%). Lo que dicho

de otra manera, significaría que los médicos de APS resuelven entre el 96,7% y el 97,5%

de los problemas de salud de la comunidad. Por otro lado, persisten altos niveles de

rechazo de atención de personas que requieren una consulta médica en los centros de

salud. A ello que se agrega que en la APS, se podrían resolver más problemas de salud,

para lo que sería necesario contar con recursos económicos necesarios para dotar de

mayor apoyo diagnóstico y de arsenal farmacológico a los consultorios públicos.

Acerca de otras alternativas de aumento de resolutividad para la APS, es importante

mencionar los resultados de una revisión sistemática que muestra que asociar

especialistas a los médicos APS, mejora el acceso, el uso de los servicios y los

resultados en salud, solamente cuando son parte de intervenciones multifactoriales

que incluyen consultas conjuntas, reuniones clínicas y seminarios educativos, entre

otras iniciativas de trabajo colaborativo entre especialistas y profesionales de atención

primaria.

En este escenario, la resolutividad de la APS, pareciera estar más relacionada a la falta

de respuestas a las necesidades de atención de salud de la comunidad, producto de los

problemas en la implementación de la reforma de salud, acerca de situar a la atención

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primaria como el eje central del sistema de salud, que a problemas teóricos del modelo

de atención propuesto.

Conclusión

La historia de la Salud Pública demuestra que siempre ha enfrentado situaciones

sociales no deseadas por lo tanto, se ha orientado siempre al cambio de las

condiciones de vida las personas.

Los funcionarios de salud están sensibilizados en la necesidad del cambio y las ventajas

del modelo de salud familiar para enfrentar con éxito los desafíos del nuevo milenio

que corresponden a factores con condicionantes asociados a cambios culturales y

estilos de vida.

Por eso más que un plan mágico de salud, necesitamos políticas ministeriales claras,

coherentes y consistentes con la modernización, asesores que tengan la competencia

técnica comprometidos con el cambio que sean reales facilitadores y guías para los

equipos de salud. Las mismas consideraciones son válidas para la administración

municipal, la cual no recibe ninguna supervisión de las autoridades de salud respecto a

la aplicación de las políticas de salud en la comuna.

En este escenario uno podrá pensar en justicia que diferentes autores están

escribiendo el mismo libro sin relacionarse entre sí, por lo cual mensajes divergentes

solo producen caos, confusión, conflicto y rechazo al interior de los trabajadores

dejándolos en una posición muy difícil, sin el apoyo administrativo, financiero y con

todo el peso del cambio del modelo.

La importancia de la intersectorialidad, el trabajo comunitario y en equipo adquiere

una importancia relevante no solo como estrategias para aplicar en la atención

primaria sino como una herramienta indispensable a desarrollar entre los diferentes

actores del acontecer nacional y especialmente los relacionados con los distintos

niveles y redes de salud.

Debe darse respuesta a las inquietudes gremiales de manera razonable y el Estado

tiene que asumir los costos de las modernizaciones principalmente en los modelos de

atención, por ejemplo, implicaran un recargo de la responsabilidad en los primeros

niveles de atención. Para esto este nivel deberá desarrollar su capacidad de apoyo

diagnóstico, a fin de lograr las metas de resolutividad especificadas. Además tendrá

que enfrentar las exigencias del nuevo modelo con posibilidades amplias de

perfeccionarse y de ejercer la medicina, con niveles de ingresos acordes.

La formación de médicos familiares, Diplomados y pasantías sumados a la

sensibilización al cambio, a la gran acumulación de conocimientos en la atención

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primaria por su cercanía con la comunidad con la cual están interactuado en conjunto

para buscar solución a sus problemas le concede asumir este nuevo desafío.

Sin duda en los equipos de Salud ha estado centrado el éxito de la Medicina chilena en

el último siglo y el Modelo de salud familiar por novedoso que sea no podrá llevarse a

cabo sin el compromiso y la participación activa de los trabajadores ya que solo ellos

podrán garantizar que sea realidad en el futuro

Una razón por la dificultad de la implementación del modelo de salud familiar es el

desconocimiento sobre en qué consiste realmente el modelo de salud familiar, esto

porque si en parte hay un cambio en el modelo de atención, este no se implementado

de manera correcta a quienes van a ejercerla en el futuro, y que es a los estudiantes.

Las mallas curriculares se las distintas escuelas de Medicina están enfocada a atención

secundaria, más que primaria. Esto es culpa de la mala visión que se tiene respecto a la

atención primaria, y de cómo se alimenta la idea de que para llegar a tener éxito se

debe ser subespecialista. Este problema se destaca aún más, cuando se revisa que la

mayoría de las escuelas carece de un curso de Salud Familiar en pregrado,

adquiriéndose la experiencia durante la práctica profesional y durante el post-título.

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