La Diversidad y Perfección de las Escrituras

Salmo 19: 7-9

DHH NVI RV95 PDT7 La enseñanza del

Señor es perfecta, porque da nueva vida.

El mandato del Señor es fiel, porque hace sabio al hombre sencillo.

7 La ley del SEÑOR es perfecta: infunde nuevo aliento. El mandato del SEÑOR es digno de confianza: da sabiduría al sencillo.

7 La ley del SEÑOR es perfecta: infunde nuevo aliento. El mandato del SEÑOR es digno de confianza: da sabiduría al sencillo

7 La ley del Señor es perfecta, da calor al alma. La palabra del Señor es confiable, ayuda a los ignorantes a volverse sabios.

8 Los preceptos del Señor son justos, porque traen alegría al corazón.

El mandamiento del Señor es puro y llena los ojos de luz.

8 Los preceptos del SEÑOR son rectos: traen alegría al corazón. El mandamiento del SEÑOR es claro: da luz a los ojos.

8 Los mandamientos de Jehová son rectos: alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro: alumbra los ojos.[e]

8 Las leyes de Dios son justas, hacen feliz a la gente. Los mandamientos del Señor son buenos, le muestran a la gente el camino correcto a seguir.

9 El temor del Señor es limpio y permanece para siempre.

Los decretos del Señor son verdaderos, todos ellos son justos,

9 El temor del SEÑOR es puro: permanece para siempre. Las sentencias del SEÑOR son verdaderas: todas ellas son justas

9 El temor de Jehová es limpio: permanece para siempre; los juicios de Jehová son verdad: todos justos.[f]

9 El temor del Señor es puro, permanece para siempre en la tierra. Las decisiones del Señor son siempre justas; todas ellas son correctas.

Las Escrituras, nos dan a conocer la voluntad de Dios en cuanto a nuestros deberes. El salmista nos muestra la excelencia y utilidad de este libro sagrado.

Las Escrituras son para nosotros de mucho mayor beneficio y utilidad que el día o la noche, que el aire que respiramos y que la luz misma del sol.

Si considerásemos este pasaje de las Escrituras como una joya preciosa en forma de cubo. Veremos que el salmista presenta en cada una de las caras del cubo las excelencias de la Palabra de Dios.

Aquí tenemos seis títulos diferentes atribuidos a la Palabra de Dios, los cuales abarcan todo el conjunto de la revelación divina: preceptos, promesas e, implícitamente, el mismo Evangelio.

7a La enseñanza del Señor es perfecta, porque da nueva vida. La palabra hebrea que se traduce por perfecta significa completa, integral, lo abarca todo.

La Palabra de Dios está perfectamente libre de toda corrupción, perfectamente llena de todo bien (como un alimento integral) y perfectamente apropiada para el efecto al que fue destinada (2 Ti. 3:17).

2ª Ti. 3:17 para que el hombre de Dios esté capacitado y completamente preparado para hacer toda clase de bien.

7 b El mandato del Señor es fiel, porque hace sabio al hombre sencillo.

Nada se le puede añadir; nada se le debe quitar. Sirve para restaurar, o reanimar (lit. convertir) el alma; es decir, para hacerla volver a sí misma (Lc. 15:17 «vuelto en sí»), a Dios y al deber.

Es decir, fiable, seguro, duradero: fundamento indefectible de consuelos verdaderos, y base segura de esperanzas confortantes y duraderas.

La Palabra de Dios (Sal 25:9) puede hacer sabio (con saber de salvación [2ª Ti. 3:15)] que es el que de veras importa) hasta al más humilde analfabeto, con tal de que sea consciente de su propia simpleza y esté dispuesto a dejarse enseñar.

2ª Ti. 3:15 Recuerda que desde niño conoces las sagradas Escrituras, que pueden instruirte y llevarte a la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús.

Sal 25: 9 y guía por su camino a los humildes; ¡los instruye en la justicia!

8a Los preceptos del Señor son justos, porque traen alegría al corazón.

De acuerdo con las normas eternas y los principios del bien y del mal. Porque son rectos, su observancia alegra el corazón.

La ley, vista en las manos de Cristo, produce alegría; y cuando está escrita en nuestro corazón, pone allí el fundamento de un gozo perpetuo, al restaurarnos una mente sana.

8b El mandamiento del Señor es puro y llena los ojos de luz.

Como la luz sin mezcla de tinieblas (1ª Jn. 1:5). El «precepto», es decir, lo que Dios prescribe para casos particulares, nos dirige en el camino del deber.

1 Jn 1:5 Este es el mensaje que Jesucristo nos enseñó y que les anunciamos a ustedes: que Dios es luz y que en él no hay ninguna oscuridad.Ef. 1:18 Nos alumbra los ojos, pues ése es el medio ordinario que usa el Espíritu Santo para ese menester .

9 a El temor del Señor es limpio y permanece para siempre.

La confianza que la Palabra de Dios alimenta en los hijos de Dios es limpia, pura y, por tanto, incorruptible, «permanece para siempre», pues emana de la voluntad de Dios para que el hombre limpie con ella su camino (Sal. 119:9). El tiempo nunca podrá alterar la naturaleza del bien y del mal.

Sal 119:9 ¿Cómo podrá el joven llevar una vida limpia?

¡Viviendo de acuerdo con tu palabra!

9 b Los decretos del Señor son verdaderos, todos ellos son justos,

Literalmente juicios o sentencias pues lo que Dios quiere se ajusta siempre a la verdad: «Tu palabra es verdad» (Jn. 17:17); por eso, los juicios de Dios son todos justos, formando una sola pieza la palabra, la verdad y la justicia de Dios.

Jn 17:17Conságralos a tí mismo por medio de la verdad; tu palabra es la verdad.

Conclusiones:

La Biblia es perfecta, fiel, recta, pura, limpia y verdadera.

La Biblia no solo trae sabiduría; también alegra el corazón.

La Biblia convierte el alma, transformando todo el ser interior de la persona.

Isaías 40:8 La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece firme para siempre.