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Ruta de las Cazoletas de Gran Canaria
Se denominan cazoletas aquellas
oquedades que se elaboraban
artificialmente en roca a nivel
horizontal aproximadamente, según
las características del terreno, cuyo
objeto pudo ser variado aunque se
estima que tuvieran un fin mágico
religioso. Este concepto deriva de
ciertos ritos que se realizaban en el
mundo de los antiguos canarios en
ciertos rituales que se citarán posteriormente.
Muchas veces aparecen descubrimientos de nuevos elementos para la ciencia, que aún
no han sido estudiados, o bien la técnica no está preparada para afrontar dichos
estudios por los medios de los que se dispone en la actualidad. Es por esto por lo que
no siempre se puede dar respuesta a las conjeturas que se establecen, por lo que las
mayoría de las veces se llega a conclusiones que pueden ser modificadas
posteriormente con nuevos descubrimientos o incluso tratar de dar explicación a los
mismos a través de nuevos planteamientos partiendo de ciertas similitudes con otras
culturas contemporáneas o simplemente parecidas.
El mundo prehispánico aún no está analizado con carácter definitivo, ni mucho menos.
Baste señalar que cada nuevo descubrimiento, hallazgo, estudio genético, botánico…
permite abrir una nueva puerta de posibilidades que favorece el análisis de sus
quehaceres de manera más rica, constructiva y globalizada.
Por otro lado cabe señalar las
distintas tesis que se han expuesto
numerosas veces relativas a las
oleadas humanas que llegaron a
Canarias en distintos períodos.
También, dentro de este apartado,
es preciso mencionar el contacto
con culturas del mediterráneo,
siendo citadas las Canarias con
distintos nombres incluso antes del
mundo clásico, pues aparecen supuestas citas en textos del lejano Egipto, pero ésto
requiere mayor profundización, espacio y tiempo.
Así mismo es preciso tener en cuenta la adaptación al medio durante el tiempo de
colonización y asentamiento en el espacio insular, a lo que se añade las limitaciones
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que presenta el mismo por no contar con metales. Aún no se ha aclarado con certeza
la posibilidad de comunicación interna entre islas mediante navegación… aspecto muy
importante a tener en cuenta.
Todo ello establece un preámbulo que nos conduce a la aclaración sobre cómo se fue
moldeando la cultura, las leyes, la religiosidad, la política, el ocio, la lengua como
vehículo conductor de todo lo anterior… todo ello se imprime en el carácter del
individuo mediante su proceso de aculturación, contando incluso, con la influencia
externa arribada a sus costas por distintos motivos, en este caso en la isla: Gran
Canaria.
Parece que, hasta el matrimonio de Atidamana con Gumidafe, Tamarán no logró la
unidad política y social en lo que a liderazgo se refiere. La empresa llevada a cabo por
la propia Atidamana con el propósito de unificar políticamente la isla es algo
encomiable, habida cuenta de cómo se estructuraba la sociedad de aquella época.
La comunicación interna de la isla a partir de este momento debió vivir unos cambios
enormes dado que la unidad política y de poder facilitarían la unificación de las leyes
con toda probabilidad, generando más fluidez en las comunicaciones y en el “comercio
interno” entre núcleos poblacionales. Es por este motivo por lo que el interior de la isla
tendría mayor conexión con la costa, así como entre el norte y el sur, con lo que se
facilitaría progresivamente una “unificación de costumbres”.
Se sabe que los tipos de casas, tanto el troglodita como el de planta cruciforme… esta
última elaborada con piedras y techumbre está extendido por toda la geografía insular,
costumbres como la lucha, armas como las empleadas y elaboradas en madera,
conocimientos sobre usos medicinales de las plantas autóctonas, productos
elaborados de origen animal, cultivos, recolección de distintas bayas, estilo de pesca
(embarbascado)… todos son ejemplos de lo expuesto anteriormente.
Nos queda el mundo mágico religioso. Se han recogido estatuillas de culto en distintos
puntos de asentamientos humanos cuyos topónimos aún se conservan hoy. Aquí se
llega al concepto cazoleta. Los estudios realizados sobre este particular parten del rito
de derramamiento de leche sobre éstas según lo recogido por algunos cronistas en sus
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textos, pero se tratan de espacios cuya relevancia para los antiguos fue muy
importante como en el caso del Bentayga. También hay oquedades en ciertas casas de
varios lugares que fueran parte de poblados como en Arucas, Gáldar… aunque se ha
dado escasa o poca importancia o sentido a las que se encuentran en Dos Roques, en
la costa galdense.
Partiendo de este término de la Furnia,
en cuya costa hay un conjunto de
cazoletas muy importante, es posible
partir a un nuevo abanico de
posibilidades de estudio. Esto quiere
mostrar cómo no todo lo conocido está
ceñido y encorsetado, sino que la
visión amplia y abierta permite un
análisis más objetivo. En este sentido
es preciso señalar que cabe la posibilidad de encontrar distintos conjuntos de cazoletas
en el anillo costero de la isla en distintos municipios: El Burrero ( Ingenio), Tufia y La
Restinga ( Telde), El Rincón (Las Palmas de Gran Canaria), El Puertillo (Arucas), La
Furnia (Gáldar), Agaete…
Existe la posibilidad de que algunas de ellas
sean marmitas (oquedades elaboradas por la
acción de elementos naturales: agua,
piedras…) por supuesto que sí, aunque
precisa de los estudios pertinentes por
equipos de técnicos multidisciplinares. Ante
esta situación de duda surgen las siguientes
preguntas: ¿Por qué son marmitas naturales
y no cazoletas artificiales en los lugares señalados?, ¿Por qué son marmitas aparecidas
de manera caprichosa, al “azar” en estos espacios y no unos metros más allá?, o ¿Por
qué simplemente son marmitas en las zonas localizadas en vez de cazoletas
artificiales?
Bajo estos argumentos que conducen a la disyuntiva, surgen preguntas que podrían
convertirse en hipótesis de trabajo al respecto como: ¿Fueron marmitas que
posteriormente se aprovecharían para dar culto en la costa como cazoletas?, ¿Por qué
surgieron en estos enclaves en concreto y no otros?, ¿Eran para rendir culto? ¿Hubo
una jerarquía por clanes familiares relacionada con los grupos de cazoletas? ¿La altura
sobre el mar estaba relacionada con el estatus social de cada clan? ¿El número de
cazoletas tenía relación con el estatus social de cada clan? ¿Están relacionadas con el
ciclo lunar o con las constelaciones? ¿Qué conexiones tienen estas hipótesis?, ¿Por qué
se eligieron estos espacios costeros y no otros? (si son verdaderamente cazoletas)...
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Algunas características comunes a los grupos de cazoletas:
o En ellas coinciden simultáneamente ciertos elementos naturales, agua, tierra
(roca volcánica), sol (calor-fuego) y aire.
o Aparecen en ciertos espacios rocosos o peñas sobre el nivel del mar.
o Hay referencias de poblados prehispánicos costeros muy cercanos a éstos.
o Los conjuntos están agrupados en un espacio relativamente corto.
o No sirven para recoger sal.
o Cada estación de cazoletas fue adaptado al medio atendiendo a las
características y posibilidades que permitía el mismo.
o Habitualmente no suelen tener canales de salida.
o Su fondo tiene forma oval.
o El agrupamiento es irregular, es decir no permite la introducción de troncos o
palos para la elaboración de estructuras.
o Suelen estar muy cercanas unas de otras.
o En los casos en los que están separadas por grupos, altitud… puede responder a
estatus social de cada clan.
Es posible buscar relación con el mundo mágico religioso dado que las ofrendas al mar
han sido motivo de culto por los antiguos: “la Rama de Agaete” como elemento actual
de festividad tiene origen en la petición de fertilidad y de lluvias, la pesca del
embarbascado llega a nuestros días a modo de festividad como las “fiestas del charco ”
en La Aldea, el transporte del palos de gran porte y su ubicación en lugares escarpados
llega a nuestros días en forma de “la Bajada del Palo” en Firgas… es posible que
aparezcan nuevas líneas de trabajo que permitan a los investigadores trazar novedosas
líneas de actuación y encuentren un enfoque que permita vislumbrar ciertas relaciones
con elementos culturales del mundo indígena que aún se desconozca.
El mundo pastoril hasta hace relativamente nada ha conservado remedios naturales de
cura, nombres de plantas, motes para cabras, costumbres de pastoreo… conservadas
desde tiempos inmemoriales, quizá se perdiera por represión ciertos usos y, por ende
el lugar en los que se desarrollaban. También existe la posibilidad de que trajeran a la
costa los propios pastores sus costumbres del interior, ¿no creen?
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Así pues, no es labor de quien escribe sino de los técnicos analizar con detenimiento
las distintas posibilidades, pues si son cazoletas y su uso es el que se cree, podría
crearse una Ruta de Cazoletas que relacione los poblados y su relación con el entorno
desde una perspectiva de su mundo mágico - religioso…
Sirvan estas líneas como vía de enlace desde un punto de vista más humano, hacia un
hombre que vivía, sufría, soñaba y sonreía los prolegómenos de su vida en familia con
otros recursos que simplemente eran diferentes. Lo mismo una mujer cuya
laboriosidad y relaciones sociales deben ser entendidas en su tiempo, y no desde el
nuestro como se hace en ocasiones erróneamente. Un noble pueblo celoso de lo suyo
y muy orgulloso, acosado en ocasiones, que supo adaptarse con dificultad y paciencia
al correr de los tiempos como mejor supo. Las Cazoletas pueden ser un eje vertebrador
que permitan verlo con “otros ojos más cercanos”.
Un estudio desde las ciencias: Sociología, Antropología, Psicología, Medicina…
permitiría una visión amplia del hombre que habitaba Gran Canaria de hace más de
500 años, que muchas veces deja carente de contenido aquellos estudios
potencialmente fantásticos pero inconexos. Espero y confío en que a partir de estas
líneas surjan nuevos proyectos que sirvan como retos. Queda una notable labor
científica por desempeñar, dado que las respuestas están en los yacimientos, únicos
centros de interés que podrían convertirse en museos de sitio dentro de los conjuntos
arqueológicos estudiados.
Cristóbal Navarro Saavedra