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obra de Victor Rivas
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Vctor Manuel Rivas
El Puntal Comedia dramtica en prosa,
dividida en tres actos:
2
Editorial Sur-Amrica - Caracas -1933
uott BIBLJOTECA "JU4 iGNACIO IMMO.
ar, V862.42
111_11 DEL
PERSONAJES: 00 DOLORES. EUSEBIO.Z. NO PETRA. MIGUELITO.
ELENA. ALEJANDRO.
MARITZA. MIGUEL.
CLARA (CRIADA). JOHN. EVANGELISTA.
La accin del 1 9 y 31) actos en un hato guariqueo;
la del 29 en Caracas. Epoca actual.
Derecha e izquierda las del actor.
Estrenada en el Teatro Nacional de Caracas la noche 'del 16 de marzo de 1933 por la Compaia Lrico- Dramtica Venezolana, bajo la Direccin de Jess Izquierdo.
ACTO PRIMERO
Patio de un hato guariqueo. Mitad de-recha del foro, choza en pierna. Mitad iz-quierda, palizada con rboles, que dejan ver un fondo de sabana. Derecha primer trmino, rbol, bajo el cual hay algunas sillas de cuero. Segundo trmino, cuarto de palma!, con puerta practicable. Izquier-da, rboles, bajo los cuales - se supone el tranquero. En el centro de la escena, un botaln, del cual cuelgan sogas, frenos, una tapara. Es medioda.
Al levantarse el teln aparece la escena sola.
PETRA
(Sale por segunda derecha en chancle-tas, camisn de zaraza encarbonado y sin peinar. Se oye el canto de un gallo y hace un gesto de asombro). Virgen del Car-men! Las tres de la tarde y yo no he colao caf. Ahorita viene don Eusebio con sus apuros. de siempre...
EUSEBIO
(Dentro).Mir, piojito, arrea ese bece-rro para el bebedero.
VCTOR MANUEL RIVAS
PETRA
Virgen Santa! Si ah est ya! EUSEBIO
(Sale por la izquierda. Viste de liquili-que, sombrero pelo de guama, polainas y zapatos. Trae un freno en la mano. Ha-ciendo como que habla con un muchacho, hacia la sabana).-,-Por ah no me le pe-gues, muchacho. T no ves que tiene una gusanera? Ahorita los arreo a los dos!
PETRA (Haciendo medio mutis foro derecha).
Se aneg el jobo! EUSEBIO
(Colocando el freno en el botaln y co-mo advirtiendo a Petra).Bscame un tra-guito de caf, guacharaca.
PETRA Ya voy a colselo.
EUSEBIO Ah, car! Y no lo has co o?
n e ano sin ca e a as tres e la tarde s un dis iarate. I ueve e, pues, y ale un escanso a a engua!
PETRA
Una casa
Era que la seora me tena ocup ayu-
F.I. PUNTAL 7
dndole a embojot los corotos pa don Mi-guelito.
EUSEBIO
Muvete, chica, que prefiero el caf a la relacin de lo que ha pasado en la casa.
PETRA
llaciEndo mutis foro derecha). to, don Euse que estuviera sin come.
EUSEBIO Ah, negra bien intil! (Se dirige ha-
cia la primera derecha y se sienta. Llaman-do).--i Dolores! Ah, Dolores!
DOLORES
(Despus de una pequea pahsa, sale por la segunda derecha. Viste bata pulcramen-te aplanchada). Adis, peroles! Ya lle-gaste? (Se sienta).
EUSEBIO
Gu! Son ms de las tres. Hoy no me quise echar la bromita de ayer .y dej a Evangelista encargado del traba o,
'atrs yo vengo a ec lar un
DOLORES
Es que yo tampoco veo , la necesidad de estarse todo un santo da sin comer, se-
VCTOR MANUEL RIVAS
or, llevando sol y pasando sed por pura razn de gusto. T podras hacer eso todos los das: le dejas las instrucciones a Evan-gelista y te vienes temprano para la casa.
EusEmo Quin va a estar pendiente de la h ra
La 1,,, Ion rrr Rtacione : cuando nos dispone- esa 11. con tanto trabajo, Dolores? Es que
fa a ven reos, se presenta el barajuste, y si dejo a los peones solos, me dejan ir los animales.
DOLORES Eso es! Por no dejar ir dos o tres no-
villos son ca yaces hasta de i s . tar contra na alma -o poro caballo m
en un ho ro. Tota : que cogen o no cogen el ic lo, y las cosas quedan como antes.
EUSEBIO
Esas son las linduras del llano! Se co-noce que Pancho Lazo no fu sino llanero de, nacimiento!
DOLORES Pero, Eusebio, Pancho se refiere a otra
cosa; a las vistas, que no negars que son bonitas.
EL SERIO No, chica, que los toros desde lejos son
8
L PUNTAL ' 9
muy divertidos. Pero que se metan a bre-gar' con el ! .a apuna, as garzas, e banco, os palmares, todo muy bello; pero que se zumben a la laguna para que se les atasque el caballo, y se pongan a correr por el banco para que se les enreden las patas a la bestia en uno de los hoyos es-
,....Londidos debajo` de los verdecitos! Pe o
W"-gbana es como1177571-iicas: muy bo-nitas desde el pblico, pero feas hasta es-pantar, cuando las vernos de cerca.
DOLORES Es verdad! Este es el oficio peor de
todos los oficios! EUSEBIO
Yo lo comprendo. Pero, qu se va a ha-cer? Es lo que me ha tocado, y prefiero trabajar lo mo, a ser un pen bien vestido de otro. Es verdad que este hato es de Mi-guel y yo, pero estoy convencido de que le
i hago un servicio a l, que lo obliga hacia m, aunque sea a agradecrmelo. Pero eso
'I de que yo vaya casa de Fulano o Zutano
, 1 a solicitar ayudas, eso es lo que yo no ha- go ni nariceado, Dolores, porque nunca me ha gustado ponerme ms bajito. T ves. Cuando estaba en Santa Mara, fu com-paero ntimo de muchos de los que hoy estn encumbrados. T crees? Yo llego
lU VCTOR MANUEL RIVAS
hasta uno de ellos y soy capaz de conse-guir que me ayuden; pero ya no seran los compaeros de colegio, sino las perso-nas colocadas por encima de m a cuenta de que me ayudaron.
DOLORES Pero esos orgullos no dan resultado en
estos tiempos. EUSEBIO
Que no dan? Te parece poco el vivir tranquilos, sin molestar a nadie y sIn que
sin tener que es-tar pendientes de la cara que ponga el pro-tector? No, no, no. La prueba la tenemos en la familia: Miguel mi hermano. Se em-pe en ser una persona sociable, sin es-perar la oportunidad para serlo sin ayuda de vecino. Consigui una ganga, al pare-cer, y ahi lo tienes t sin voz ni voto en su casa, porque su mujer y la familia de su mujer con la ayuda que le prestaron se le pusieron por encima.
DOLORES Por qu estn por encima? Porque Mi-
guel le complace todos sus caprichos -a Elena?
EUSEBIO Mira, Dolores; yo conozco a Miguel ms
EL PUNTAL
que a la palma de mi mano; aunque no quisiera complacerla, tendra que hacerlo contra su voluntad.
DOLORES Por qu?
EUSEBIO
Por la sencilla razn de que Elena es la duea de la casa, de lp,s relaciones socia-les, de todo, y 1 fue Vg el protegido. Yo ser muy ignoran e, pero no me creo tan bruto; a mi no me entra ni con martillo por qu un individuo que cuenta con su profesin y con una propiedad, va a nece e
sitar de los dems para conseguir lo que desea. Con un poco de paciencia y confor:- mndose con trabajar lo suyo, lo consigue tambin. Convncete.
DoLoms Es que esas personas tambin se necesi-
tan, Eusebio. Si todos fuern como t quie-res, quin sera el Secretario de la Jefa-tura Civil de Guardatinajas? Y no hay que negar que el Jefe Civil necesita un secre-tario!
EUSEBIO Si. No te lo niego: se necesitan las per-
sonas de esa clase, pero mientras menos
12 VCTOR MANUEL RIVAS
haya, me or. Sobre todo, no me resigno a que Iguel mi hermano, sea de ese gne-ro. ranswin rpida. Llamando). Pe-tra! Qu hubo del traguito de caf?
PETRA
(Dentro). Ya vaaa! EUSEBIO
(A Dolores).Pero es que esos tipos co-mo Miguel encuentran con una facilidad quien les meta la mano! Todos los aos recibe los reales de la cosecha sin necesi-da de moverse de.,5u casa, ni e evar un ola ravito de sol.
Porque si no hiera yo quien le v sus intereses, el mayordomo ya hubiera empestado el ganado ntegro, pa-ra justificar lo desierto de las sabanas. Si conozco el oficito, Dolores!
DOLORES
Eusebio, pero t no te puedes quejar de tu hermano. Ya.ves lo bien que se han por-tado con Miguelito.
EUSEBIO
Seis aos tiene el muchacho en Caracas, y ni que lo complacieran durante toda su vida, quedara yo a deberles nada.
DOLORES
Eusebio! Eusebio!
777771.77141,
EL PUNTAL .`13
EUSEBIO
S. Y el hijo de Miguel que he estado cuidando como si fuera mo desde que me vine de Caracas? Yo tenia dieciseis aos cuandolZipap se muri,Mdesde entonces me mete en este monte, oVvidndome de lo poquito que aprend en 1 Colegio, para que no se perdiera e capital he nos dej.
DOLORES Pero no te conozco, Eusebio! De cun-
do a ac t hablando as de tu hermano? T que nunca te has quejado de servir a tu hato, a tus intereses y a los de tu her-mano. Adems, no puedes culpar a na-die. Para qu aceptaste la montonera y no partiste?
EUSEBIO Primero, porque un muchacho de diez
y seis aos no piensa lo que hace; y segun-do, y principal, porque pap nos rog que no partiramos, cu n o se estaba mu-riendo. (Pausa).
DOLORES
Pero bien, Eusebio, qu animal te ha picada, hoy para que vengas hablando de eso?
EUSEBIO A m, l iasta ahora, ninguno; pero estoy
14 VCTOR MANUEL RIVAS
sintiendo el zumbido del que pic a mi compadre Carrasquel.
DOLORES Pero eso es muy distinto, Eusebio. En-
tre Miguel y t nunca ha habido ni la ms mnima diferencia.
EUSEBIO Es verdad, y eso lo s yo ms que t!
Pero,Dios le conserve la vida y si fal-ta Miguel? (Pausa).
DOLORES Dios no lo quiera! (Moviendo la cabe-
za.Pausa). EUSEBIO
Pero, guacharaca, qu hubo del caf que te ped? (Levantndose de la silla y lla-mando). .
PETRA (Saliendo foro derecha con una taza).
Aqu est! EUSEBIO
Pero como que fuiste a buscarlo al pue-blo.
DoLoREs Es, que t eres muy apurado.
EL PUNTAL 15
PETRA
Unlj, m'hijita, es una garrapata! (Le entrega la taza).
EUSEBIO
(Saboreando el caf). Bicho bien cla-ro,. car! (Se sienta).
PETRA
Claro, don Eusebio! EUSEBIO
Agua teida. DOLORES
De ahora en adelante le traes sipe remo-jado, Petra, a ver si eso es1221elEttre.
PETRA
Si ese caf es una tintura, seora. EUSEBIO
(Saboreando el caf). Ti' tura? Tintu-ra ara sutes no di so e u no. orna, gua-c laraca, Le s s a taza) y uscame un ti-zn. Pero no te vayas a dilatar dos horas.
PETRA
(Medio mutis foro derecha) Manito con est, don Eusebio, t lo quiere volando.
16 VCTOR. MANUEL RIVAS
Ah, seora Dolores, se me haba olvidao: hoy viene una visita o una carta.
DOLORES Por qu?
PETRA Gu! El cristofu cant en el caruto.
EUSEBIO Ve a buscarme el tizn, chica.
DOLORES Jess, Eusebio, la azoras toda!
PETRA
De verdad, m'hijita, la atortola a una. (Mutis foro derecha).
EUSEBIO
(Riendo). Es que esa negra cuando di-ce a hablar no se para,' si no le maneaii
\111-Te-iIgu:, (Transicin). VO O a lo d---Fnicompadre Carrasquel. Te pare-ce poco lo que le ha pasado? Toda su ju-ventud perdida cuidando los animales de sus leer -flan sus so renos, y porque coga quesera con gana o s e lato, le han armado un lo los sobrinitos, hijos de Ni-cols y Eugenia, hasta llevar a decirle la-drn en una carta. El ore ompadr
EL PUNTAL 17
enfurecido y -con razn. No hay derecho para pagar as a un hombre de las con-diciones de mi compadre. No. No hay de-recho!
DoLoREI Y qu necesidad tienen los hijos de Eu-
genia, con tnto dinero, de ofender a un to tan- bueno, por una miseria?
EUSEBIO
Es que ninguno de esos io 1 ni los de leo as que no cenen ms que los cuatro
animalitos ue les v mi compadre, ni ellos ued z evan ar a voz con
gr:~ Si no fuera po mi ni compa re qu reclamar tuvieran.
PETRA (Sale foro derecha con un tizn). Aqu
est el tizn. EUSEBIO
Vaya, hombre! (Toma el tizn y encien-de un cigarrillo).
DOLORES
Ya pusiste la comida? (A Petra). PETRA
S, se. (A Eusebio) Se me haba olvi-dao otra cosa, don...
mejor U/0)0-(S'
18 VCTOR MANUEL RIVAS
EUSEBIO
Car, chica! Es que t no puedes de-jar de hablar? DOLORES
Djala quieta, Eusebio. PETRA
Ust no sabe lo que hizo la gallina que le mandaron de all arriba?...
EUSEBIO Sac?
DOLORES Pero si esas bichas no se enclucan.
EUSEBIO Hasta eso ha trado la civilizacin! No
solamente las mujeres son marimachas, si-no las gallinas tambin.
PETRA Esa bicha es una salteadora, don - Euse-
bio. Ust no sabe en qu la encontr. DOLORES
EI1 qu, mujer? PETRA
Gu! Dndole pico a los pollitos de raza.
EL PUNTAL 19
EUSEBIO
Y me mat alguno? PETRA
(Se`fialando con los dedos). Tres, don Ensebio !* FM, galliha bien 'bandida!
EUSEBIO
Como todo lo musi que viene po /r es-tos lados: lo que tenemos nos lo destru-yen y ellos no nos dejan nada.
PETRA
Y esa gallina es musa, seora? DOLORES
S. Una Leghorn. _ PETRA
Una qu, seora? DOLORES
I.eghorn. PETRA
Manito, yo digo como don Eusebio, has-ta las gallinas tienen 'nombres musis! (Re y hace mutis foro derecha.Eusebio y Dolores ren).
.20 VCTOR MANUEL RIVAS
EUSEBIO
(Despus de una pausa y pesando las pa-labras).Yo no s, chica; me estn entran-do unas ganas de escribir a Miguel propo-nindole la particin.
DOLORES
Jess, Eusebio, sigues con tu mana!
IP0 Pero me da t to dolor qu `El
)apa, se par a en os pe azos, porque s que la rama que le
toque a Miguel se secar. No pudo olvidar las palbras de mi pa ' ante A (11 morirse: "Ah les dejo "El anin nle trabajado mucho para llevarlo hasta donde lo he lle-vado. No lo vayan a partir. Sean buenos hermanos!" A m me queda la satisfaccin de haber hecho todo lo que he podido: le saqu la hipoteca, he aumentado el ganado y ahora puedo coger tres queseras en vez de una. Que maana o pasado me llamen ladrn los hijos de Miguel, no importa, porque tengo mi conciencia limpia!
DOLORES
Pero, y por qu te van a llamar ladrn, Eusebio?
EUSEBIO Por la sencilla razn de que to y so-
EUSEBIO
EL PUNTAL 21
brino muy pocas veces se entienden bien: los sobrinos porque ven en los tos un es-torbo para cometer disparates; y los tos.... bueno, los tos porque no nos resignamos a dejarles el claro para qu hagan lo que les d la gana.
DOLORES (Riendo) Jess, Eusehio, t tienes unas
cosas! EusErno
Es la verdad, Dolores. A todos nos da do-lor ver al hijo de un hermano cometiendo un disparate, y aunque sepamos que va-mos a gaiiarnos una falta de respeto, le llamamos la atencin. T vas a verlo: a m inc va a suceder igualito mi _compa-dre Carrasquel.
DOLORES
M'hijito, cada loco con su tema. (Pausa). EuSEBIO
Yo tampoco quiero partir todava, por-que mal que bien, Miguelito est all con ellos.
DOLORES Y has leido sus cartas: todas tan conten-
tas con Miguel y Elena: "Esta es una mu-
22 VCTOR MANUEL RVAS
jer toda cultura y simpata", nos deca en la ltima cuando nos participaba la enfer-medad de Elena. Y si es de Maritza, a cada paso la est nombrando con cario. El que lo dice, es porque se portan bien con l. T sabes que l es poco aguantador.
EUSEBIO S, pero a John nunca lo nombra, y a
mi "esto me da mala espina. Domoms
Te repito: si se hubieran metido con l, ya ~otros lo supiramos.
EUSEBIO Tambin es.verdad! (Pausa). Pero a m
estos muchachos. de Miguel no me gustan! La ltima vez que estuve en Caracas pude ver que la muchachita es una fierita: no le gusta ms que la pinturita, el autom-vil, el club, los amiguitos... Y si es el John todo lo ve con burla; reputa a los parien-tes como personas incmodas, no sirve pa-ra nada y gasta dinero por veinte. Cuan-do falte Miguel,Dios no lo quiera,va a querer gastar ms que nunca, y Elena va a querer balancearse a costas de "El Ma-mn". En fin que todo puede ser' suposi-cin ma, poco acostumbrado como estoy a los jvenes de ahora.
EL PUNTAL 23
DOLORES
Pero, Eusebio, si ellos no se meten para nada con Miguelito.
EUSEBIO Pero se metern, Dolores. Yo no me en-
gao. Ay! Y si se meten, quin sabe lo que suceda! Un disgusto que puede traer un montn de cosas malas! Porque hija, no hay que equivocarse; con intereses de por medio, el parentezco siempre est so-bre un alambre cogiendo equilibrio.
DOLOREfi Pero, tranquilzate, Eusebio, t vas a ver
que no suceder nada. EUSEBIO
No quiero ni pensarlo! (Pausa y tran- sicin). (Levantndose de su asiento y km-
.
zando una expresin de cansancio). En fin, voy a echarme unas mecidas, a ver si se me sale este calor que me traje de la sabana.
DOLORES De veras, ests encendido.
(Medio mutis por la derecha). Consi--gueme una totuma de agua, Dolores.
24 VCTOR MANUEL RIVAS
DoLoaE;
Vas a beber agua asoleado? - EusEmo
Qu car! Lo que no mata engorda. (Mutis).
DOLORES
(Haciendo mutis detrs de Eusebio). Quin te convence a ti, Eusebio? (La es-cena queda sola unos instantes).
PETRA a
(Sale foro derecha y trae un loro en uno de sus dedos, al cul le ve-la cara, le acer-ca la boca al pico).Ta, ta, lorito real, para Espaa y no para Portugal. Lorito! Un besito, lorito. (Hace que lo besa). Otro, lorito. Ah! (Por expresin d gusto satis-fecho). Porecito,"caray! Si no es por m lo mata el gallito de laguna. Vamos a po-nelo en su aro. Porecito lorito! (Lo colo-ca en un aro que cuelga del cuarto de pal-mas). Ah no se mete naide,con ust. (Se dirige al centro de la escena y mira hacia la izquierda. Despus de una pausa) Ah viene va el loco ese de Evangelista. (Pau-sa). (Ah, negro mono, enanito!. Mralo c-mo viene montan. Cualquiera cree que la silla es chocontana! (Pausa). Ah, diablo bien preciso!
EL PUNTAL 25
EVANGELISTA
(Desde el tranquero) Mir, guacharaca. PETRA
A m no me ponga nombre, o jocico e tetero;
EVANGELISTA (Todava dentro) And buscme un tra-
guito e call y ven ac pa que me le lle-ves un recao a don Eusebio.
PETRA Gu! Y t tienes el pecho quebrao?
EVANGELISTA (An dentro) And bscme el caf,
guacharaca, y deja la conversadera. PETRA
La lengua es mia, y el que se meta es porque es muy entrpito.
Ahorita no te
busco ningn caf, terreza e comejen de
Apate, pues, del mocliar:
EVANGELISTA (An dentro) Ya voy ! 'Es que le he ense-
a() 'unas maas.a ste bicho pa que no me lo cojan los muchachos. And a buscme el caf, pues.
26 VICTOR MANUEL RIVAS
PETRA Umc! Ya va! Djese de veni
con apu-ros ( ue Ud. no es don Eusebio.rTiene que
(Mutis foro derecha). EVANGELISTA
(Se escucha un rado como (le un caba-llo que se espanta) Bicho, car! Qu mo-risquetas son esas? S! Este mocho de/ carrizo, qu estar pensando?_.(Se escu-cha que le pega) No te vas a aquiet? No se aquiete, pa que vea. (Pausa). Hoi-s! Quieto, animal!
PETRA (Saliendo foro derecha con la taza de ca-
f) Gu, ..negro del diablo, y no_ vas a apete a beb el caf?
EVANGELISTA (Sale por la izquierda) Dmelo ac,
pues. PETRA
Coge, cara de morcilla. EVANGELISTA
Cara de . morcilla y t, pero yo no s... PETRA
No sabes qu?
EL PUNTAL 27
EVANGELISTA,
Yo no s, pero en este pao de sabana, no hay dos peones como un servidor., (To-ma caf).
PETRA
No seas tan faramallero, chico. EVANGELISTA
Faramallero? S, hombre. Toi parando un ranchto en el Alto del Caafstolo, pa cuando t te resuelvas. Ah llano bonito que es aqul! Verdeciito, con bastante .agua, y cuando emprencipia a oscurec, to ese ganaaje se recoge en lalaguna. Sombra buena que es la del Caafstolo, pa viv un par de negros!
PETRA
(Complacida) No seas embustero, qu vas a estar parando casa! Y con qu?
EVANGELISTA
Y yo no tengo este par de brazos, pues? Ya tengo amontonaos los horcones: unas palmas parejiiitas. S, hombre, negra, cundo te resuelves?
PETRA No se. Mi taita me entreg a la seora
y yo no me voy de aqui ni que me saquen narici.
28 VCTOR MANUEL' RIVAS
EVANGELISTA -
Pero si te vas a qued sirvindoles. noc e es ue e
necesi o en el i171-ic To7 En cuan o escurezca n la luna, y si no hay luna, conmigo.
PETRA Si. No ve qe- t alurribras!
EVANGELISTA Casi, casi. Porque conmigo no te d mie-
do la oscurid.
PETRA Y despus pa venime de madrugat?
EVANGELISTA De madrug el llano no da miedo.;
muertos los ahu Tent. becerros
fuese , y os pupos de los machos. PETRA Pero no serr. Yo no voy pa ninguna par-
te! A busc qu?
EVANGELISTA A tu negro Evangelista.'
PETRA
Mo? Dios Inc libre!
29
EVANGELISTA (Dndole la taza) Pues hasta que no te
resuelvas no pro el rancho. PETRA
Pues, m'hijito, se. irn a podr las pal-mas amontons.
EVANGELISTA (Acercndose ms a Petra) No, negra,
yo s que t... (Titubea) que t vas a s el ama del Alto del Caafstolo.
PETRA Ser tuyo el punto.
EVANGELISTA Pero es como si fuera mo, porque es de
don Eusebio Barrios; pues lo que es de don Eusebio es de t . este cajn del Tiznao. (Se acerca y coloca una mano sobre el brazo d Petra). S, hombre, negra! (Trata de abrazarla).
PETRA
(Librndose del abrazo) No intente, porque llamo a la seora.
EVANGELISTA Llmala, pues. (La abraza violentamen-
te).
30 VCTOR MANUEL RIVAS
PETRA
(Luchando, y a meda voz) Sultame, hombre. No seas abusivo. Qu me suel-tes! Que viene gente! Que me sueltes!! (La suelta) No me jueras soltao!...
EVANGELISTA Qu jueras hecho?
PETRA Yo no s; que ahora no vas a consegu
n, peazo e loco! (Haciendo mutis foro de-i-echa) Abaxa menos me voy!
EVANGELISTA (Haciendo mutis por la izquierda) Yo
he amansao mucha potranca, negra. (Vuel-ve .a quedar sola la escena por breves ins-tantes).
PETRA (Saliendo con cautela por foro derecha)
Se ira el loco ese? (Mirando hacia la izquierda) Ay, gracias a Dios: all v! Ah, negro bien mojino! (Ejecutando con la mano un gesto despectivo) Esos besitos tiraos sern pa tu mai, negro del diablo,! (Sigue mirando hacia la izquierda y des-pus de una pequea pausa) Aguaite co-mo hace! Ojal lo tumbe el peazo e.mo-cho ese!
EL PUNTAL 31
DOLORES
(Sale segunda derecha) Pero, Petra, hablando sla?
PETRA No seri, con Evangelista.
- DOLORES Y dnde est Evangelista?
PETRA Ahoritica se "t aba de . Por cierto que
me llam pa mand.le un recao a don Eu-sebio, pero por fin no me dijo n.
DOLORES Y entnces, qu hacan?
PETRA Gu! seor'a, conversando, est cree que
los negros no conversamos? DOLORES
Mucho cuidado, Petra, mucho cuidado. Mira que t sabes las rdenes que tengo de tu papa, y hasta ahora no he tenido necesidad de cumplirlas.
PETRA No, seora, Evangelista no me ha dicho
n de eso.
. 32 VCTOR MANUEL RIVAS
DOLORES De eso?
PETRA Gu ! de eso que ust cree.
DOLORES Mucho cuidado. Toma. Derrite ese sebo
an es Le da una vela). PETRA
Quin tiene punt e cabeza? DOLORES
Quin va a ser? Eusebio que es muy ter-co. Mire que yo le he dicho : "No te aso-les tanto, que eso te hace dao!" Pero l no le hace caso a nadie.
PETRA Ah, carato! y don Eusebio cuando tie-
ne punt e cabeza se pone como una ma-panare. (Muti ss foro derecha).
DOLORES (Mirando hacia la izquierda) Y quin
es aqul? (Acomodndose para mirar me-jor) Como que es mi compadre Alejan-dro. (Pausa). S, l es. Y para dnde ir? (Pausa) S, l es! (Como hablando con una persona que an viene a distancia de
El, PUNTAL 33
unos cien metros) Gu!, compadre, pa-ra dnde va?
ALEJANDRO (Dentro .y corno lejos). Pa la Portugue-
sal... DOLORES
Cmo est la comadre? ALEJANDRO
(Dentro.y ms cerca) Buena, y por aqu?
DOLORES Bien, compadre, menos Eusebio, que es-
t con su fulano dolor de cabeza.
ALEJANDRO (Dentro) Aqu les traigo cartas de Mi-
guelito. DOLORES
Y de dnde viene usted?
ALEJANDRO (An dentro) Del pueblo. Esas cartas
estaban en la pulpera de Silvestre y l se las mand conmigo. (Sale por la izquierda y le da la mano a Dolores) Es decir, yo
34 VCTOR MAN CEL RIVAS
creo que son de Miguelito. (Le da las car-tas).
DOLORES
(Tomando las cartas y leyendo el sobre) S, sta es letra de Miguelito, compadre. Dios le pague! (Se dirigen hacia la dere-cha, primer trmino y se sientan) Y el ahijado?
ALEJANDRO
Pues en estos das lo hemos tenido muy enfermito con la cuestin de los dientes.
DOLORES
Qu broma, compadre! Y no le han dado el agua de yantn? El agua de yantn es muy buena.
ALEJANDRO Yo no s. Josefa es la que se entiende
con l. DOLORES
Como que me dijo que iba par "La Portuguesa"?--
ALEJANDRO S. Voy a comprar unos novillos para
llevarlos para Arriba. DOLORES
Para Valencia?
EL PUNTAL 35
ALEJANDRO Para Valencia y para La Villa.
DOLORES
Etisebio piensa ir tambin hasta Valen-cia.
ALEJANDRO El mismo va a llevar el ganado?
DOLORES S, y despus pasar a Caracas a llevar-
le los reales a Miguel y a traerse a Migue-lito a pasar la vacante.
ALEJANDRO Hace bien en traer a Miguelito, para que
el muchacho no se olvide del terruo, co-madre. Eso malo tiene Caracas: acostum-bra mal a la gente, y despus no quieren seguir trabajando en el monte. Venden los animalitos que tienen por aqu, compran dos casas, y a flojear! Porque flojear es muy sabroso, pero, qu seria de nuestros hijos? Pues cuando uno est flojeando, el otro est aprovechando.
DoLoms (Riendo) Y si todos flojearan?
ALEJANDRO Aprovechan los de fuera: los misis. Por
36. VCTOR MANUEL RIVAS
eso es bueno traer a los 'muchachos de vez en cuando, para que , recuerden los conse-jos de sus taitas, que son los nicos que ensean sin cobrar y los que mejor ense-an.
DOLORES s verdad, compadre!
ALEJANDRO Y cunto ganado va a sacar el compa-
dre? DOI:ORES
De l, poco; la mayor parte es de Mi-guel y de la sucesin.
ALEJANDRO La vida de Caracas! Eso cuesta mucho
real! Dgame, comadre, y qu sera del doctor Miguel si no se hubiera encontra-do con mi compadre Eusebio? Y aunque stas no son cuentas mas, lo ms seguro es que le paguen mal, como le hicieron a Pablo Carrasquel. Qu feo ha sido eso, comadre! En ts esos hatos no se habla de otra cosa.
DOLORES A Eusdbio tambin lo ha 'preocupado
mucho, y le ha 'entrado una mortificacin por lo que pueda suceder ms tarde, que
EL PUNTAL 37
hasta me dijo que tena ganas de escribir a Miguel proponindole la particin.
ALEJANDRO
Es que hoy est la gehte que se imagina que los que vivimos en lo montes no te-nemos derecho a nada. Sobre todo esos nios bonitos que quieren encontrarl to-do hecho, y si DO lo encuentran. a su gusto, regaar y darle con los pies a los que sa-bemos bregar. (Enumerando con los de-dos). Que si el to manda muy poquito, que si coge quesera con vacas .de ellos, que se l est robando todo, y ii ven que el lo no les cobra ni un centavo por cui-darle los bichos, pasando ms trabajo que un condenado.
DOLORES
S, es verdad, compadre. Esta es la peor de las vidas! Pero no le vaya a decir na-da a Eusebio, que est hoy de apenitas, y ahora, para completar, con el dolor de cabeza. Ni siquiera le nombre a mi com-padre Carrasquel. A. m en estas cosas de familia lo que me toca es tratar de evi-tar un disgusto, pero a Eusebio en cuanto se le mete una cosa en la cabeza, no se la sacan ni con anzuelo; desde que lleg de la sabana est, como le digo, con la mana de partir el hato..
38 VCTOR MANUEL RIVAS
ALEJANDRO Y sera lo mejor!
DOLORES Pero a l lo paran las recomendaciones
que les hizo don Miguel a los dos, antes de morirse. Y adems, Eusebio, por ms que se queje, no puede abandonar "El Ma-mn", porque lo quiere hasta el m m-nimo rincn.
ALEJANDRO
Eso s *es verdad. Hasta con los , revolca-deros ha tenido que hacer mi compadre. Quiere un pedazo de sabana ms bonito que ese? Pero cunto le cuesta a mi com-padre! Todos los aos, machete con el cu-jizal, y con los primeros aguaceros volva a retoar el cuj; hasta que por fin logr ahuyentarlo. Y as en todo el hato: las queseras, los molinos, y esta casa, la me-jor de todos estos lados. Y, para qu? Pa-ra que maana o pasado le paguen mal y tenga que partir de todos modos!
DoLoaEs A m, para hablarle con toda franqueza,
me gustara mucho que partieran, por-que as se le quitaran a Eusebio esas ca-lentazones de cabeza con el ganado ageno; pero yo en este asunto no me meto, pues
EL PUNTAL
de todas maneras se es su hermano, y de seguro que no le gustara que yo descon-fia ra de l. Aunque Eusebio est descon-fiando!
PETRA (Saliendo foro derecha) Aqu est el se-
bo derreto. (Advirtiendo a Alejandro) No le dije, seora, que hoy venia visita? Es que ese cristofu del caruto no manca. (A Alejandro) Cmo est la sal? Y la se-ora Josefa, cmo qued?
ALEJANDRO Buena, y t cmo ests? .
PETRA
Pues, yo buena tambin. List sabe que negro cuando se enferma, no dura ms que tres das, porque al tercero panquea. (A Dolores). Y, cmo que vino carta, seo-ra?
DOLORES S, las trajo mi compadre.
PETRA No poda s de 'otro modo. Si el cristo-
fu se guind en el caruto desde las seis y tuvo hasta las nueve finito.
40 'VCTOR MANUEL RIVAS
ALEJANDRO
Siempre hablando esta muchacha, coma-dre.
DOLORES Siempre;
compadre. PETRA
Gu! Pa eso Dios me di la lengua.
EusEmo (Dentro. Llamando) Dolores ! Dolo-
res! DOLORES
(Levantando la voz) Aqu est mi com-padre Alejandro.
ALEJANDRO (Tambin en' voz alta) Salga para ver-
le la cara, compadre. EUSEBIO
(Saliendo por la- derecha, segundo tr-mino) Compadre, dichosos los ojos que lo ven! (Se abrazan). (A Petra) Y t, Ti haces aqu, guacharca?
PETRA UMj! Ya viene. (Levantando la voz)
o-
EL PUNTAL
41
Trayendo un sebo caliente pa su punt e cabeza.
EUSEBIO No, yo no me voy a poner eso.
ALEJANDRO Y usted no se ha hecho ver eso, compa-
dre?
DOLORES No, si con l es dems de abandonado.
Eusono
Para qu, compadre? El boticario del pueblo me va a mandar a casa de los m-dicos de Calabozo, y los mdicos de Cala-bozo me van arreglar con lo de siempre: "Slgase de ese monte que va acabar con usted". Y yo no puedo abandonar esto con
tanta responsabilidad que tengo.
PETRA
(Que se ha acercado al loro) Ta, ta, _lorito.
EUSEBIO
Pero, guacharaca, t no ves que tengo dolor de cabeza? Calla ese pico. (Ren to-dos, inclusive Petra).
49 VCTOR MANUEL RIVAS
DoLoaEs Mir, Eusebio, el compadre trajo cartas
de Miguelito. ALEJANDRO
Esas estaban en la pulpera del pueblo hace corno cuatro das.
EuSEBIO Dame. ac la ma. (Toma la carta. A Pe-
tra) Anda, cotorra, bscame los anteojos_ PETRA
Y yo qu voy a hac en este sebo? EUSEBIO
Untatelo en la lengua Y vlase a buscar los anteojos.
PETRA
(Medio mutis derecha, segundo trmino) Tn en la blusa?
EUSEBIO
S, hombre, chica. Acaba de salir. (Pe-tra hace mutis) (A Alejandro) Y cmo_ est la comadre?
ALEJANDRO Josefa est buena. El muchacho es el que
est embromado de los dientes.
EL PUNTAL 48
EUSEBIO Eso es natural, compadre. Est en la
edad. DoLonEs
Eusebio, el compadre va para "La Por-tuguesa".
EUSEBIO
Y a qu? ALEJANDRO
Voy a comprar unos novillos a ver si los vendo en Valencia.
EUSEBIO Eso como que no est muy bueno, com-
palre. DOLORES
(A Eusebio) Y t no me dijiste el otro dia que Leopoldo Ramos haba vendido a muy buen precio?
EUSEBIO Si, pero es que los novillos de Leopoldo
se venden solos. ALEJANDRO
Yo le voy a decir, compadre. Los novi-llos que voy a buscar a "La Portuguesa",
or
44 VCTOR MANUEL RIVAS
me dijo el Renco Antonio que eran de pri-mera.
PETRA (Saliendo por la derecha, segundo tr-
mino, con los anteojos) Tome, don Euse-bio, no estaban en la blusa. Debajo del chinchorro era que estaban.
EUSEBIO (Colocndose los anteojos) Bueno, com-
padre, con su permiso, que voy a leer la carta del muchacho.
ALEJANDRO Ust lo tiene, compadre. Y ust, coma-
dre, por qu no la lee tambin? (Eusebio lee).
DOLORES No, compadre. Yo espero acostarme en
el chinchorro para leerla poquito a poco, sin que me estorbe nadie, y despus repa-sarla veinte veces.
ALEJANDRO Ah, cosa grande que son las madres!
EVANGELISTA (Saliendo por la izquierda) Don Euse-
bio...
EuSEBIO (Sin levantar la vista de la carta que lee)
Esprate un momento. PETRA
Ya viene el bicho ese!
ALEJANDRO Qu hubo, zambo?
EVANGELISTA Pues pasndola; don Alejandro. Y es-
t? PETRA
Ah, negro bien faramallero, manito!
DOLORES (Aparte a Petra) Y t pendiente de l!
EVANGELISTA Y que va pa La Portuguesa?
ALEJANDRO S. A compr unos novillos.
DOLORES Cul fu el recao que ibas a mandarle
a Eusebio con Petra?
46 VCTOR MANUEL RIVAS
EVANGELISTA A eso vengo, seora, porque se me ol-
vid dselo. DOLORES
Y qu es lo que tienes que decirle?
EVANGELISTA Que se necesita sal pa la quesera del
Caafstolo. PETRA
Qutate el sombrero, Evangelista, no ves que ests delante de gente de respeto? (Evangelista obedece).
ALEJANDRO
Y la negra corno que te cuida? DOLORES
Por lo que estoy viendo. EuSEBIO
(Se levanta violentamente de la silla, de-jando de leer) Ah tiene usted. Me lo avi-saba el corazn! Y t, Dolores, me decas que eran cosas mas!
DOLORES (Alarmada) Qu es lo que sucede?
E.I. PUNTAL 47
EusEmo Lo que yo esperaba. (1ntens. ificando la
voz) Lo que tena que suceder. Miguelito y John han peleado. Y han peleado por m! Por mi reputacin! Lo mismo que a mi compadre Carrasquel!!
PETRA (Aparte a Evangelista) Qu pasara?
DOLORES Pero explcate, Eusebio, por Dios!
EUSEBIO Nada, compadre, que la gente honrada
lleva palo por la cabeza para que no sea zoqueta.
ALEJANDRO Pero, y qu fu lo que pas, compadre?
EVANGELISTA (Aparte a Petra) Cuestiones de blancos.
EUSEBIO Oigan todos. Todos, hasta Petra y Evan-
gelista. 'Todos! (Leyendo la carta) "Que-rido pap: el principal objeto de esta car-ta es algo bastante desagradable, que temo te vaya a mortificar macho. Se trata de que necesito mudarme de casa de mi to Mi-
J8 VCTOR MANUEL RIVAS
guel. Yo no tengo ninguna queja de mis tos ni de Maritza. Pero John se ha equi-
votado y' he tenido que ponerle los pun-tos sobre las es: -Comenz por 'indagar en mi presencia con mi to Miguel cuntas cabezas tena "El Mamn", y como mi to Miguel le dijera que t eras quien sabas de eso, l se sonri con cierto visible ci-nismo que me quit toda la paciencia y le pregunt a quema ropa qu estaba pen-sando. Luego, la discusin violenta que no te s pormenorizar, y en pleno comedor que le lloy un golpe por la boca que trat de ensuciar tu nombre. Tio Miguel, ta Ele-na y Maritza se han mortificado mucho, y no descansaron de regaar a John; pero t comprenders que con este . suceso yo no voy a poder entenderme con John". (Re-presentando). S, que se mude.
DOLORES
No te violentes, Eusebio. EUSEBIO
Que se mude! DOLORES
Pero que no haya pleito!
EUSEBIO
Si es necesario que lo haya.
EL PUNTAL 49
ALEJANDRO No se violente, compadre. Tenga calma.
EUSEBIO
Cmo quiere Ud. que la tenga si mi hi-jo vive en una casa donde se calumnia a su padre? Que se mude! LEvangelista!
EVANGELISTA Sefi!
EUSEBIO Alstese para que vaya Al pueblo a lle-
varme un telegrama! DOLORES
Qu vas a hacer, Eusebip? EUSEBIO
Petra! Busque papel y lpiz. (Petra sale rpidamente por derecha, segundo trmi-no). "S! Que se mude!
DOLORES Pero sin pelear, Eusebio.
EuSEBIO Peleando! Hasta cundo vamos a ser
buenos? T no ves a Miguel que todo lo consigue?
La particin! S! La particin! T ha-ras lo mismo, pap.
' ALEJANDRO
50 VCTOR MANUEL RIVAS
Compadre
Compadre! Lo ltimo que le encarg su pap!
EU SEBIO
No soy yo quien rompe el hato, compa-dre. (Colrico) Es Miguel! Es Miguel!
DOLORES
El no, Eusebio. Su hijo. EUSEBIO
Y quin te ha dicho a t que de lo que hagan los hijos no tienen la culpa sus pa-dres ? Es Miguel quien lo rompe. Es l! Yo, nunca, pap! Yo nunca! ...
ALEJANDRO
! EUSEBIO
TELON 'RAPIDO
ACTO SEGUNDO
Corredor de una casa caraquea. Foro: tres puertas cerradas; la del centro, que se supone da a la calle, para abrirse y cerrar- se.Derecha. e izquierda: puertas que dan a habitaciones interiores, abiertas y con cortinas de encajes.Muebles de mimbre,
cuadros y una mata sobre la mesa del centro.
CRIADA
(Dirigindose a la puerta del [oro). Quin
MIGUELITO
(Dentro) Gente de paz. CRIADA
(Abriendo la puerta) Adelante, joven Miguelito. Cmo le fu por Valencia? (Aparecen Eusebio y Miguelito).
MIGUELITO
.Bien. Y cmo estn por aqu? (Eusebio y Miguelito avanzan hasta el centro de la escena).
52 VCTOR MANUEL RIVAS
CRIADA
Por aqu bien. Es su pap, no? (Por Eusebio)".
EUSEBIO
(Complacido). S. Nos parecemos? CRIADA
El joven Je hn es l que es exacto a Ud. EUSEBIO
No tanto, no tanto. (Se sienta en una me-cedora).
MIGUELITO
En la cara es posible. (Se sienta en el sof).
CRIADA
En todo: en la manera de rerse, en este sacadito de Ios ojos, en el caminado. En todo.
EUSEBIO Miguel, est aqu?
CRIADA El est en el bao. Pero ya voy a avisar
a la seora y a la seorita Maritza. MIGUELITO
Hace mucho tiempo que entr al bao mi to Migiiel?
EL PUNTAL 53
CRIADA
No. Hace un momento. Pero djenme llamar a la seora y a la seorita. Es cues-tin de un momentico. (Mutis por la 'iz-quier(da).
MIGUELITO
Ellos se imaginan que te fu a esperar a Valencia. Todo se arregl, pap. Yo com-prendo que no puedo seguir viviendo aqu, pero no quisiera disgusto.
E u smo No te preocupes, que yo arreglar las co-
sas de la mejor manera posible. No te preo-cupes. Pero yo tengo que hablar con Mi-guel y exponerle a l solo los motivos que me mueven a hacer la particin.
MIGUELITO
Bueno, pap,- yo no te digo lo contrario, pero ese disgusto que traas en proyecto debe desaparecer. Porque John no es sino un pobre diablo. (Despus de una pequea pausa) Ya te digo. Tu telegrama lleg quince das despus de que todo estaba arreglado. A . mi me dolera toda la vida el que yo hubiera sido la causa de un dis-gusto entre to Miguel y t, dos hermanos que siempre han vivido en la ms cordial armona, a pesar de que se ven tan poco.
54 vcTon MANUEL RIVAS
EusEmo
Por eso: porque no nos vemos. Por eso. Minum.no
No- te comprendo. EusEmo
Porque si yo hubiera estado presente no hubiera soportado esta renuncia de Miguel a su personalidad, a las costumbres de su familia. Hubiramos discutido, l me hu-biera dicho quin sabe cuntas cosas para defenderse, y
no hubiramos podido vivir en paz. En cambio, la distancia todo lo atena.
MIGUELITO
Pero, pap, eres demasiado severo. No veo .esa claudicacin de to Miguel.
EUSEMO
No la ves? Y has vivido seis aos con, secutivos en su casa!
MIGUELITO
Sinceramente, he cred a mi to un hom-bre correcta.
EUSEBIO
S. Esa es su posicin actual y en ella, es verdad, rs donde t lo has conocido. Pero
EL PUNTAL 55
para llegar a esto, en el camino, qu dis-tinto! Porque llegar no es slo lo que se necesita; es necesario cine por el camino no se robe a nadie cuando nos. falten los recursos. Y Miguel no se cuid de ello, asalt a un apellido sociable, se dobleg y se rebaj para poder saquearlo, y ah lo tienes t sin voz ni voto en esta casa. Yo no te lo deba decir, pero pdedes creer que tu padre le tiene envidia.
MmtELITO Nunca he -credo eso, tii seria capaz tam-
poco. Demasiado te conozco y m.e cabe ex-cesiva honra en ser tu hijo. Solamente creo que miras las cosas ceido a una lnea de-masiado extricta, sobr todo en este asunto de mi to Miguel, quien acaso pdr su mis-ma profesin necesit una posicin social que no tena. Consecuencias del punto de vista inmvil en que te sitas.
EUSEM Yo no podr hablar con esa literatura,
hijo, pero respndeme. Est bien hecho que Miguel se agarre de otro .para poder subir? No poda esperar a que tuviera lo suficiente para hacer lo mismo sin adeu-darse con personas extraas? Con su pro-fesin y con las entradas anuales de su ha-to, muy bien hubiera podido comprar esta misma casa, ser de la crema de Caracas y ,
56 VCTOR MANUEL RIVAS
tener esta familia, con la diferencia de que l sera el jefe, y no el padre de su mujer.
MIGUELITO Impliciencias, pap, muy propias de un
joven que desea llegar cuanto antes a un sitio. ' n
EUSEBIO S. Errores ! Pero errores de los cuales
tiene l slo la culpa. Y, ya lo ves, los est purgando: John y Maritza no son Barrios ni de corazn, ni de costumbres. Son Gil, de la familia de su madre, porque es su madre quien lleva las riendas de la casa.
MARITZA (Saliendo por la izquierda) To Euse-
bio, to Eusebio, bendicin! (Se abrazan). EUSEBIO
Dios me la bendiga. MARITZA
(A Miguelito) Y t, me trajiste las con-servas de naranja que me ofreciste?
MIGUELITO Yo te voy a decir...
MARITZA Se te dtvidaron.
EL PUNTAL 57
EUSEBIO
Y por qu no me lo dijiste, Miguelito? MARITZA
No, to, eso no tiene importancia. Ya es-toy convencida de que con quien menos se puede contar es con los hombres de la fa-
- milia. Por supuesto, (Corrigiendo) que to-da regla tiene excepciones y en este caso, usted es la excepcin.
ELENA (Saliendo por la izquierda) Eusebio,
caramba!, por fin llegaste. Tres das espe-rndote. (Se abrazan) Y Dolores, cmo est?
EUSEBIO Muy bien.
MIGUELITO Ta, y a m no me saluda?
ELENA Vamos por partes: primero tu
luego t. Pap y
MARITZA Es que l quiere siempre ser el primero
en todo, menos en pagar el tranva cuando va con unos amigos.
jffiOTINII~V:7"7"-~1!"`":'' 58 VCTOR MANUEL RIVAS
EUSEBIO
Pero es posible, Miguelito? Mira que los llaneros tenemos fama de agarrados.
ELENA No, hombre, eso fu recin llegado, pera
Maritza se lo ha pegado para toda la vida. MIGUELITO
Y adems, no tena en el bolsillo nada ms que el mediecito. -
MARITZA
Y por qu no trajo a ta Dolores? EUSEBIO
, Cmo la iba a traer en un viaje de ga nado?
MIGUELITO Es que Maritza habla sin pensar, pap.
No extraes que dentro de poco te pregun-te" si trajiste las cuatrocientas reses en
MARITZA
Mire, to, desde que le publicaron un `cuento en los peridicos, no lo podernos aguaitar. . (Con afectacin) "Las mujeres no piensan" "Ests leyendo a Elynor Glyn"? (Sonre con burla) "Uf, qu fasti-
EL PUNTAL 59
dio r (Con naturalidad) Y as por el es-tilo.
ELENA
As viven, Eusebio. MIGUELITO
Pero es verdad: ninguna de las mucha-chas de la "cuerdla" es capaz de media idea. Lo que ha'ce na por,un tiro de suer-te, las otras lo repiten hasta el infinito. Que si Perencejita de Tal acaba de llegar de Pars y trajo un modismo francs, con su correspondiente mohn; al da siguiente amanecen todas.como unos discos repitin-dolo exacto, con idntico mohn y sin va-riar ni siquiera el tono de voz.
Er sEmo Pero de seguro que Maritza es la excep-
cin. MIGUELITO
Maritza? Es la primera que lo repite. MARITZA
Hasta cundo me desacreditas, chico? ELENA
Ni Maritza, ni t, ni ningn joven, tienen serenidad para pensar: todo lo abordan con violencia, con Imprudencia.
60 VCTOR MANUEL RIVAS
EUSEBIO
Y se dejan sugestionar con cualquier co-sa..
ELENA S. No piensan los inconvenientes que
puede crear una sola palabra dicha sin pe-sarla, sin ver las consecuencias que pueda traer, llegando a crear verdaderos conflic-tos. T no ves, Eusebio, que el otro da una imprudencia de John ocasion un al-tercado desagradable entre l y Miguelito, y por poco un disgusto innecesario?
MIGUELITO. Pero no, ta; para qu vA a recordar
usted eso? MARITZA
De veras, mam? ELENA
No. Es necesario que Eusebio sepa la ver-dad de - las cosas.
EUSEBIO Pero si ya Miguelito me ha contado, y yo
no le he dado ninguna importancia. Son cosas de muchachos que no importan nada.
ELENA De veras que no tebpreocup? Se trata
EL PUNTAL 61
de que John tiene una parte de sangre que no es la tuya, y hubieras podido sospe-char...
MIGUELITO
Nada. No sospech nada. ELENA
S. Lo ms natural es que supusieras que haban sido sugestiones de mi familia.
EuSEBIO Pero, Elena, a qu vienen esas preocu-
paciones? MARITZA
Pero no hables de cosas desagradables, mam. Ya esas son chocheces.
,MIGUELITO
(Se levanta de le silla) - Pero qu ganas de refrescar una cosa muerta. Ya todo ha pasado.
EUSEBIO S, hombre, vamos a hablar de otra co-
sa. Despreocpate de eso. ELENA
Bien. Ya veo que no lo has tomado como lo crea.
62 VCTOR MANUEL RIVAS
MARITZA
Y pap, qu hace? MIGUELITO
Clara nos dijo que estaba. en el bao. ELENA
Pero estar pontificando, porque ya hace bastante que entr.
EUSEBIO Hay tiempo para hablar con l; yo pien-
so pasar quince das en Caracas. ELENA
S? Cunto gusto para nosotros tenerte en casa siquiera unos cuantos das.
MARITZA Ya Clara meti las maletas?
EusEm6 No, las maletas estn en el hotel.
ELENA Cmo en el hotel? Pero es que no vas
a llegar aqu? MIGUELITO
Usted conoce a pap, tia. Se imagina que viene a molestarlas...
EL PUNTAL 63
ELENA Eso no, Eusebio. Te vienes para ac.
EUSEBIO Es que...
MARITZA Es que no es posible.
MIGUELITO Yo se lo dije.
ELENA Pero has debido tomarle las maletas y
traerlas para ac. MIGuELrro
Pero es que cuando a pap se le mete una cosa en la cabeza...
MARITZA Pero sta se la voy a extraer con pinza.
MIGUEL (Sale por la derecha) Qu hay, herma-
no? Por fin llegaste! (Abrazndolo) Te he hecho esperar mucho? Estaba en el ba-o y...
MARITZA Si. Las canas, las canas... y la locin.
64 vic.:ToR 'MANUEL RIVAS
MIGUEL
(Sentndose en otra mecedora) No, no. No fu eso. La muchacha esper que sa-liera del bao para avisarme esta grata noticia. Me he vestido en un santiamn. Y aqu me tienes. (Por Miguelito) Y el jo-ven ste te sirvi para lo que lo deseabas?
EusEBio Me ayud mucho. La relacin, corno
siempre, es hecha por l. ELENA
Pero, sabe, Miguel, que Eusebio lleg .a un hotel.
MIGUELITO Usted lo conoce, to.
MIGUEL Pero eso no es posible. Me disgusta mu-
cho, Eusebio. Miguelito: t no has debido permitirlo. Pero, qu digo? Si an hay Mempo de impedirlo. A qu hotel llegas-te?
EUSEBIO Al "Caracas".
MIGUEL Bien, Miguelito, encrgate de traer el
EL PUNTAL 65
equipaje. El automvil debe estar en la puerta. Vete ahora mismo. '(Miguelito tra-ta de tomar el sombrero).
EUSEBIO No, Miguelito, no. (Miguelito "se detiene)
Es que los voy a molestar demasiado, y t sabes que a m no me gusta molestar.
MARITZA Pero, to, por Dios!
EUSEBIO Me parece que bastante los ha molestado
este nio para que yo venga a abusar. ELENA
No veo en qu nos haya molestado Mi-guelito.
MIGUEL
Pero chico, qu caso? Me desconcier-tas. No puedo permitirlo. Miguelito: hz lo que te digo.
EUSEBIO No, Miguelito.
ELENA Djalo, Miguel; no quiere llegar aqu.
VECTOR -MAN UEL RIVAS
MARITZA
No lo obligues, pap, que l tendr sus motivos.
MIGUELITO No es eso, ta. Ya les he dicho la causa.
MIGUEL
Pero yo no puedo consentir en eso, Eu- sebio. Por qu obras as?
ELENA Djalo, Miguel, que l ms que nadie sa-
be que aqu slo hay cario para ellos.
E USEBIO No, Elena, no te disgustes. No debes
creer...
MARITZA Ni que furambs cie piedra, to.
M'o UELITO No te pongas susceptible, Maritza.
MIGUEL Pero qu es lo que te obliga a ello?
MIGUELITO Nada, to, nada en suma.
: F- EL PUNTAL 67 MIGUEL Pero, qu es esto que me ocultas, Euse-'
bio? Unicos hermanos y ahora asumiendo actitudes diplomticas, inadecuadas entre MI y yo, entre los dos hijos de un hombre que fu todo claridad, todo luz...
Eu sollo Entre t y yo, (Recalcando siempre --afa-
ble) nunca lo ha habido, ni lo habr, por-que yo no lo permito.
MARITZA Estorbamos?
MIGUELITO Maritza, piensa antes de hablar.
ELENA (Con demasiada cultura y afabilidad)
Esta ha sido una de las pocas veces que ha pensado antes de hablar.
EL SEBIO Elena: no he querido ofenderlas. Slo
que me disgust un poco que Miguel' haya pensado en que yo pudiera resistir un re-sentimiento solapado.
MIGUEL S, Elena, fu una simple ambigedad, y
4 -
68 VCTOR MANUEL RIVAS
acaso un exceso de susceptibilidad por par-te de ustedes.
ELENA
(Sin perder la amabilidad) No, no, no, Si eso es lo ms natural: ds hermanos que se ven con tanta distancia de tiempo, es lgico que deseen hablar a solas sus asuntos.
MIGUELITO Pero, es que en esta visita no va a po-
der establecerse la cordialidad? MARITZA
Es que... MIGUELITO
Espera y con eso piensas. ELENA
Es verdad, es que parece que hay algo en reserva.
MIGUELITO No es nada, ta; es que todos parecen que
estn hrinados contra un enemigo que no existe.
MIGUEL S. Da esa imprsin. Qu rivalidad es
sta?
EL PUNTAL 69 ge.
MIGUELITO
Todo deriva quiz del incidente entre John y yo. Pero si eso ha pasado, y acaban mi ta y pap de solucionarlo todo.
MARITZA Pero, to Eusebio, por qu se empea
en ese misterio? Por qu no llega aqu y se acaba la discusin?
nusErno Pero si no ha sucedido nada. Ya veremos
si me mudo y estn complacidos. MIGUELITO
Es un exceso de susceptibilidad inexpli-cable.
MIGUEL
Inaudito. ELENA
Y sin / causa. MARITZA
Hablen de cosas que no tengan tanta "pi-mienta" porque puede caer en los ojos y hacer ver cosas que no existen.
MIGUELITO Has hablado ppco, pero bueno. En qu
portn lo oste?
70 VCTOR MANUEL RIVAS
MARITZA
En el de tu abuela. ELENA
Nia! EUSEBIO
Si es que Miguelit la embroma mucho.
MIGUEL A m este muchacho me hace recordar
mucho a mi pap. EUSEBIO
S. Es muy parecido.
MIGUEL
Exacto. S, a veces cuando lo observo discutir, me parece estar viendo a pap; tal es la seguridad con que expone sus ar-gumentos, la jovialidad que imprime a su fisonoma, la poca aficin a la ofensa. Es exacto.
MARITZA
Si lo siguen elogiando, lo van a vito-quear.
MIGUELITO
Ser yo Maritza Barrios. ,
EL PUNTAL 71.
EUSEBIO Pero parecn perro y gato.
MIGEL No obstante, jams se han disgustado.
-(Transicin) No te he preguntado por Do-lores, porque s que est buena: siempre tan sana.
MARITZA-
A buena hora, pap, vienes a preguntar por mi ta Dolores.
ELENA Nia!
MIGUF:LITO (Aparte a Maritza) Cllate, altoparfan-
te. MIGUEL
Ah, mujeres como Dolores slo las da la provincia!
MARITZA Cuidado con la escoba.
EuSEBIO Y pga duro?
ELENA Esas son cosas de esta nia.
VCTOR MANUEL RIVAS
MIGUEL Lo temible es la campana.
MIGUELITO Pero con taparse los odos.
Eusono El repique sigue en la cara. Lo digo con
experiencia. MARITZA
Bien. Se cierran los ojos. ELENA
Sigue resonando en la conciencia. MARITZA
En cul? MIGUELITO
Explquele, ta, qu es la conciencia, que ese es un animal muy raro para Maritza.
MARITZA Pero, Miguelito, deja la estupidei
MIGUEL (A Eusebio) Mucha sequa en "El Ma-
mn"?
F.I. PUNTAL 73
EUSEBIO (A Miguel) No. Con la tapa grande que
dej mi pap y las dos que he cogido, hay agua suficiente.
MARITZA
(Aparte a Miguelito) Qu es tapa, Mi-guelito?
MIGUELITO
(Con afectacin) Un animal muy gran-de que hay en el Llano que, como los ca-mellos en el desierto, guarda agua para cuando no haya.
MARITZA
Imbcil! Qu es tapa, tio? , MIGUEL
Es una espcie de laguna artificial, don-de se recoge el agua de, la lluvia.
ELENA
De qu la hacen? EUSEBIO
Con tierra que se amontona, y qUeda co-mo una laguna. Y a t, Maritza, no te gus-tara ir al Llano?
MARITZA
Ay, me trastornara! Debe ser bello.
no.
74 VCTOR MANUEL RIVAS
MIGUEL
Hermoso! Los crepsculos ms gran-diosos, tremendos, porque parecen un cla-mor de la tierra; las faenas llenas de sa-criTicios y de verdaderos herosmos; los pa-noramas ilimitads llenos de una belleza que agarra la sensibilidad. Todo es gran-de y bello.
EUSEBIO
(Sonriendo) Se conoce. que no has bre-gado con "l, hermano.
MIGUEL
Es que tambin la costumbre de estar en lo bello le quita novedad al asunto.
EUSEBIO
A m no me llama la atencin. MARITZA
No me desencante, to. MIGUELITO
Yo lo que admiro ms en el Llano es la desnudez de todas las humanidades, , a pe-sar de que el llanero es arisco, pero des-pus de un rato de conversacin, se da todo.
"EL PUNTAL 73 n
ELENA
Debe ser curioso verlos cantar. EUSEITIO
Eso s, en el Llano hay el negro. inteli-; gente que juega garrote.
MARITZA Yo tambin quiero ir, porque ahora to-
do el mundo en Caracas habla del Llano. Donde quiera se oye: "El Llano es un en-canto""El Llano es una preciosidad" Las Snchez, que fueron a una cacera en la Semana Santa vinieron vueltas locas con las bellezas que vieron.
MIGUELITO Snobismo, chica, snobismo.. Qu van a
saber las Snchez distinguir lo bonito de lo feo!
MIGUEL No se requiere ilustracin para saber
cuando una cosa es bella, Miguelito. MIGUELITO
No es eso lo que digo. Es que las Snchez y todas las que piensan como las Snchez, han venido a encontrar bellezas en el Lla-no, despus que "Doa Brbara" fu de-clarado en Espaa el mejor libro del mes.
76 VCTOR MANUEL RIVAS
CRIADA
(Dentro) Seorita Maritza! La llaman por telfono.
MARrrzA Permiso. (Mutis por la derecha).
MIGUEL
Sin que sufra menoscabo la cordialidad, Miguelito. (A Eusebio) Eusebio, por qu no dejas que Miguelito vaya a buscar los equipajes?
ELENA
De veras, Eusebio. . EUSEBIO
Dejen: maana o pasado me vengo. Es que tengo que hacer unas diligencias.
ELENA Y aqu no las puedes hacer?
EUSEBIO S. Pero es que stos son los das de las
visitas de los paisanos, y les voy a llenar la casa de provincianos.
MIGUEL Pero, Eusebio, eso no importa.
EL PUNTAL 77 -
EUSEBIO Es-que a lo mejor se eximen de visitar-e porque tienen pena de venir a casa de
icos. MIGUELITO
Es verdad, tio; a la gente de la provincia e disgustan las etiquetas.
ELENA Bien; , pero despus que recibas tus vi-
sitas, t vienes con nosotros. EUSEBIO
Vamos a ver.' MIGUELITO
Si, ta, si se viene. MARITZA
(Dentro) Mirelito ! MIGUELITO
Voy! (Mutis por derecha) Con permi-o. Voy a ver que quiere el altoparlante.
EUSEBIO . 'Bueno, Miguel; vamos a arreglar cuen-
tas. MIGUEL
Con darme el dinero que me correspon-de, sin especificar. Como siempre.
78 VCTOR MANUEL RIVAS
ELENA
No veo en qu hayan podido variar las relaciones de ustedes.
EUSEBIO Es que cuentas claras conservan . amis-
tades, Elena. MIGUEL
. Yo s que t eres claro, y por eso ,me eco-nomizo el estar sacando cuentas.
EuSEBIO Fis necesario, Miguel.
MIGUL Bien. Vamos a complacerte.
EI,ENA Vn a sacar cuentas? entonces, yo me
voy. 9 MIGUEL
Te puedes quedar, porque esto ser bre-ve.
ELENA
No. Tengo que dar instrucciones; por-que t te quedars a almorzar con nos-otros, no es as, Eusebio?
EL PUNTAL 79
MIGUEL
Ah, desde luego! ELENA
Bien. Vuelvo dentro de unos minutos. (Mutis izquierda).
MIGUEL
(Despus de una pausal Bien, Eusebio; ahora que estamos 'solos, qu es lo que t tienes?
. EUSEBIO En primer lugar, vamos a salir. de las
cuentas de dinero. . MIGUEL
Es qe tienes tras 'que arreglar?. EUSEBIO
Es posible. O no: se trata de una propo-sicin que vengo a hacerte.
MIGUEL Hazla de una vez y salgamos de esta in-
certidumbre. EUSEBIO
Es mejor que salgamos de esto primero. (Saca una cartera) Para lo otro hay tiem-po.
80 VCTOR MANUEL RIVAS
MIGUEL COptillaS en tu misterio.
EUSEBIO Nada de misterios: orden pa
-ra arreglar los asuntos. (Saca un cheque de la cartera y se lo da) Toma: Treinta y cuatro mil cuatrocientos veintids bolvares, con se-senta y dos cntimos, que es el valor de tus trescientas ochenta y dos reses, descon-tads los gastos. Esta relacin, (Le entre-ga un papel) es para que veas esos gastos, y para que John la examine, la calcule y la estudie a su antojo.
MIGUEL John? Y qu tiene John que meterse
en los asuntos de nsotro's das? EUSEBIO
Tiene derecho. Es tu heredero. MIGUEL
Pero repara en que todava estoy vivo. EUSEBIO
S. Lo veo. Y as quisiera verlo siempre, pero John es ya un hombre, y...
MIGUEL Y qu?
EL PUNTAL -81 .
EuSEBIO Y debe sentir deseos de saber cmo se
manejan tus intereses. MIGUEL
Pero esta vez has venido enigmtico, asu-miendo una actitud extraa, desesperante. Qu es esto de relaciones para que John las estudie? Qu es esa reserva incom-prensible?
EUSEBIO No oculto nada, Miguel. Te he dicho que
Jhn debe estar al tanto de lo que tienes bajo mi administracin, porque tiene de-recho. Es el futuro dueo de "El Mamn". Y como todas las relaciones que anualmen-te te traigo estn hechas con toda clari-dad, me contentara que l viera que no hay peligro...
MIGUEL Peligro de qu?
EtTsEnto No. Por si acaso.
MIGUEL Pero detrs de esa prevencin hay algo;
un resentimiento que estorba la cordiali-dad entre t y yo, entre mi familia y t.
,-
82, VCTOR MANUEL RIVAS
EUSEBIO Solamente hay un refrn.
MIGUEL Un refrn?
EUSEBIO S.-- Un refrn. Este: "Hombre prevenido
vale por dos". MIGUEL
Y qu quieres decir con eso, Eusebio? No me has dicho hace un momento que entre t y yo no podra existir nada sola-pado, porque t lo impediras? Bien; te ruego esa claridad que predicas, sobre to-do en este asunto.
EUSEBIO Te lo he dicho y lo cumplo. Bien sabes
que a t y a m nos criaron de muy distinta manera que a John y a Maritza; que nos ensearon a sentir con el corazn de la provincia, donde todos somos, o por lo me-nos, una gran mayora, sabemos cumplir con nuestros deberes. Y an ms, sabes c-mo procedemos en estas cuestiones de in-tereses.
MIGUEL Y qu quieres decir con eso?
EL PUNTAL 83
EUSEBIO
No te impacientes. Bien sabes tambin que cuando quisiste llegar a donde has lle-gado, no tuviste ningn inconveniente en olvidar muchos de los consejos de pap. En tu deseo de mejorar de posicin, de rea-lizar tus ambiciones, cambiabas tu modo de ser, para acomodarlo a lo que ms te convena y no reparaste en que cuando lle-garas a donde queras, llegaras con las manos amarradas y completamente cam-biado.
MIGUEL
Eusebio! DISENO
Te repito: no ,te violentes. Para conse-guir los escalones prestados, fuiste olvidn-dote de t mismo y hacas lo que ellos que-ran, sin ver que para siempre continua-ras siendo el ayudado, el favorecido, y que no sabras imponerte.
MIGUEL
Pero, qu dices, Eusebio? EusEmo
Djame terminar, si quieres claridad. Y te ha llegado el momento, hermano, el mo-mento que tendra que llegar. Cmo quie-
84 VCTOR MANUEL RIVAS
res t que tus hijos piensen en estas cues-tiones de intereses comunes si no los has educado t? Los ha educado Elena, la fa-milia de Elena, y t no has podido influir en la ms mnima idea de ellos, porque vendiste tus derechos por una posicin so-cial.
MIGUEL (S,e levanta violentamente de la silla)
Basta, Eusebio; no puedo tolerar ms. Me insultas, me haces cargos que no merezco, y ves en mis hijos una especie de mons-truos abominables que ellos no son.
EUSEBIO No queras sinceridad? No queras cla-
ridad? Pues_aunque te disgustes, es nece-' sario que te encandile con mucha ms cla-ridad.
MIGUEL Pero, y qu piensas hacer?
EUSEBIO Lo vers despus, pero primero vamos
a los motivos. Cuando faltes t, tus hijos, dos personas completamente distintas a t, no tienen por qu confiarse tan desinte-resadamente en un to, a quien apenas co-nocen. Y es posible que ellos no encuen-tren bien hechas las cosas, porque piensan
F.I. PUNTAL 85
de otra manera. Y es posible tambin que yo sea el que primero falte; luego, fatal-mente, quedarn las cosas en que nuestros herederos quizs no se entiendan. Y ven-dr el disgusto: mi nombre en boca de tus hijos de manera. un poco desagradable, y acaso Miguelito no aguante eso.
MIGUEL
;,Y de todo tendr yo la culpa, segn veo? EUSEBIO
Te habla un corazn honrado, Miguel. Tu mejor amigo. El nico quizs.
MIGUEL
S. Comprendo lo que piensas de m. No me perdonas el que me haya casado con una mujer -a quien en mucha parte debo esta (recalcando) envidiable posicin so-cial. Y, aunque t creas lo contrario, tam-bin he hecho mucho por el apellido: lo he hecho canocer en la sociedad y en el mun-do intelectual.
EUSEBIo
Es natural que creas te te envidio: te sabes de memoria de que has disfrutado de muchas comodidades, de las que me he privado para no dejar perder el hato, y pa ra que t las goces. Pero yelo: el apelli-do Barrios no ha ganado nada con tu ma-
r7"7"7:7".27~1111!111lMPgq~9. 71:411~"YeT7 .,'"vT.9.!' "472.7,7W ,,,,,,,J
86 VCTOR MANUEL RIVAS
trimonio ventajoso. Para la sociedad de Caracas, para esta sociedad de que te enor-gulleces, no eres ms que el marido de Ele-na Gil, y nunca el doctor Miguel Barrios.
MIGUEL Cmo?
EUSEBIO Por qu no esperaste a igualarte con tu
dinero y con tu posicin social, para no te-ner que agradecer despus favores a per-sonas extraas?
MIGUEL Pero, Eusebio, a qu vienen esos cargos
despus de veintids aos de mi matrimo-nio? Comprenders que por ms que te quiera, que por ms que seas mi hermano, la tolerancia en este sentido tiene su lmi-te. Esa prevencin contra mi familia, con-tra mi mujer, contra mis hijos, dicha en esas palabras es una falta de consideracin de tu parte. Es... un abuso! Si me he co-locado, como dices, por debajo de la fami-lia de mi mujer, si he sido un asesino con-tra el apellido y la memoria de mi padre, por qu eres t, mi nico hermano, el que te conviertes en mi acusador? Qu nocin del afecto tienes? Qu es lo que entien-des por consideraciones?
EUSEBIO
Eso. Abrirte los ojos. No mandas en tu casa.
MIGUEL Es que los padres tenemos que plegarnos
a los tiempos, a las circunstancias que trae el progreso consigo. A qu vienen esos antagonismos? Cmo quieres que eduque a rilis hijos para vivir en un hato si han de vivir en Caracas? Aspiras a que yo sea una especie de ogro intratable, inasequible para mis hijos y para mi mujer? John, de-bes saberlo, se gana sus gastos en un cargo que tiene en un banco. Y Maritza es una mujer educada, plena de una gentileza en-cantadora. No es tambin esto educacin? Son unos pervertidos? Mi casa es una bancarrota disparatada? No veo esa falta de autoridad que t me atribuyes. Te si-tas en un punto de vista demasiado estre-cho para analizar mis actos.
EUSEBIO No 'tendr esa facilidad tuya para mane-jar las palabras. Pero veo esa falta de au-
toridad y la veo clara: "si por t fuera, tus hijos pensaran de otra manera, y, contra tu voluntad, sus sentimientos son muy dis-_ tintos.
88 VCTOR MANUEL RIVAS
MIGUEL 're equivocas, Eusebio-
. 'Prejuicios tUyos. EusEsio
Son tu mujer y tus hijos, Miguel, y tienes razn en ponerte de su parte. Yo quiz lia-ra lo mismo. Es posible que me haya ex-tralimitado, y por eso, porque ests con tu mujer y tus hijos, vengo a proponerte la particin del hato.
MIGUEL - Pero, qu dices, Eusebio? Olvidaste las recomendaciones de nuestro padre? Eres t, el _que se precia de seguir al pie de la letra sus .consejos, quien me propone desobedecer lo ltimo que nos pidi a los dos en su lecho de mperte? Es que ya no recuerdas el esfuerzo que hizo para pro-nunciar esas palabras? Se te borr de Ja memoria el brillo macabro de sus ojos vi-driosos cuando nos abarc en una sola mi-rada?
EiJ sEBIo
No he olvidado nada, Miguel. Lo he te-nido presente toda la vida; pero mi pap no pens que una de las ramas para flore-cer iba a'necesitar de un injerto, que la do-min y ahora no da sino flores distintas. Mi pap pens que nuestros hijos seran
EL PUNTAL 89
corno nosotrs,-y nunca que t ibas a ple-garte, corno dijiste, a circunstancias de con-veniencia.
MIGUEL No. No puedo permitir eso, Eusebio. Me-
dita lo que haces. SEBIO
Lo he pensado bastante y no me arre-piento.
MIGUEL Pero es que eso no puede ser.
Eu SEBIO Bien. Hay otra solucin: s t el admi-
nistrador del hato. MIGUEL
Pero 'eso es mi absurdo, Eusebio. EU SEBIO
Por qu? MIGUEL
Porque. sabes que yo no puedo adininit-trarlo, porque no tengo las suficientes ap-titudes para esa clase de trabajos.
Eu SEBIO Yo tampoco las tena cuando me encar-
gu.
VCTOR MANUEL RIVAS
MIGUEL
S. Pero eras un muchacho, eras una ma-teria sin forma definida que te. podas amoldar a cualquier clase de vida. No te-
r nias ningn inters creado: yo tengo mi profesin, mi mujer y mis hijos nacidos en este medio; mi mujer con suficientes re-cursos patrimoniales para que yo le impon-. ga sacrificios de esa ndole:
EUSEBIO Por fin lo has dicho t mismo; porque
tu mujer y tus hijos son los que mandan. Ves ahora la falta de autoridad?
MIGUEL
Te has empeado en insultarme, Euse-bio.
EUSEBIO
No es ese mi intento. Quiero partir, porque para tus hijos soy una persona en quien no se puede confiar, porque me re-putan extrao, y tienen- razn: son Gil, no son Barrios.
MIGUEL
Eusebio, qu dices? EUSEBIO
Lo que oyes. Y para comprobarlo, ah tienes el pleito entre John y Miguelito.
EL PUNTAL 91
MIGUEL
Pero, Esebio, por Dios, si eso ha pasa-do ya! Ni el mismo Miguelito le ha dado importancia.
EuSEBIO 7-- Pero yo s. Se trata de un aviso para lo que suceder despus.
MIGUEL Crees t que John?...
EUSEBIO
S. Eso; que John sigue pensando que te robo.
MIGUEL Pero, Eusebio!
EUSEBIO Pero t tienes la culpa. Es un castigo.
MIGUEL Y6?.
EUSEBIO S. T. Son las consecuencias de no ha-
ber reparado en el camino. Te metiste por uno embarrialado porque era ms corto, y no cogiste el desecho, ms largo s, pero ms limpio y ms seguro. Ahora te ves las
92 VCTOR MANUEL RIVAS
salpicaduras, y aqu tienes, no puedes ca-llar la boca a John de una trompada, por-que no tienes autoridad.
MIGUEL Eusebio!
EUSEBIO
No te asustes de tu propia sombra. Te limitaste a hacer un acomodo malo, a pro-
.. " ceder C011, miedo a John, y habrs conven-
cido a Miguelito, pero a m no. MIGUEL
Eusebio! EUSEBIO
Y a eso vengo: a castigar a tu hijo, como to, o como hombre. ,
MIGUEL Corno to, es posible. Pero como hombre
n, porque -encontrars otro hombre' que defienda a su hijo!
EUSEBIO
De cualquiera de las dos maneras lo cas-tigar.
MIGUEL (Pausa y transicin) Pero, Eusebio, pa-
EL PUNTAL 93
rece mentira que hubiramos llegado a es-te punto: a convertirnos en enemigos.
EUSEBIO Se trata de mi reputacin.
MIGUEL Comprendo lo que deseas. (Llamando)
John! John! No ha llegado John? MARITZA
(Entrando, por la derecha con Miguelito) John no ha llegado todava, pap. (Acer-cndose y mirndoles los rostros descom-puestos) Pero, qu tienen ustedes?
MIGUELITO Qu ha sucedido, pap?
EUSEBIO Nada. Por qu?
MARITZA Pero por qu estn tan serios... y tan
rojos? MIGUEL
Estbamos arreglando cuentas. Tardar mucho John?
MIGUELITO Y qu es lo que quieren con John?
. (Pausa).
94 VCTOR MANUEL RIVAS
MARITZA
Pero qu ha pasado aqu? EUSEBIO
Nada. (Recalcando) Arreglos de cuen-tas.
MIGUELITO
Qu clase de cuentas? MIGUEL
De todas clases: tu padre quiere partir el hato.
MARITZA
Por qu, to? MIGUELITO
S, ya lo saba. El me ha dicho que se siente viejo y desea descansar.
MIGUEL
El puede dejar un encargado, que to-do lo que l hga . est bien hecho, -si ese es el motivo. Pero es otro.
MARITZA
C u l? MIGUEL
Dnde estar John?
`,
EUSEBIO
Ese es el motivo. MARITZA
Pero, cul? EUSEBIO
Ese que te dice Miguelito: que estoy can-sado.
MIGUEL
(Consultando el reloj) Pero, qu raro! Son las doce y John sin llegar. (Llamando) Elena!
MARITZA
Pero, y para qu necesitan a John? Pri-mera vez que veo que a John se le necesite, y por eso ser que no se presenta.
ELENA
(Sale por la izquierda) Qu? Termi-naron de arreglar cuentas?
MIGUEL
An hay alguna pendiente. Dnde est John?
ELENA
No s. Debe estar al llegar.
96 VCTOR MANUEL RIVAS
MARITZA
Porque John es ahora una persona im-portantsima.
ELEN A En qu sentido?
MARITZA Es un misterio. Ellos que te lo expliquen.
MIGUELITO No estar en casa del seor Gil?
MIGUEL \No. De seguro que est en el Club.
MARITZA Hoy da de trabajo?
ELENA Y para qu necesitan a John con tanta
urgencia? MIGUEL
Para arreglar la cuenta que falta. MARITZA
Pera si John no sabe ni sumar! MIGUELITO
Cmo va a ser? Y emplado de un banco? El no lleva unos libros?
EL PUNTAL 97
MARITZA
No, hon,ibre, qu va! Es el secretario de la seorita que le escribe la corresponden-cia al Gerente.
ELENA Quin te lo dijo?
MARITZA Yo que lo vi con estos ojos el otro da
que fu al banco con Fif Ramrez a cobrar un giro.
MIGUEL " a Debes estar errada: l me ha dicho que
est en el departamento de contabilidad. MARITZA
Qu va, pap! T no conoces a John? EUSEBIO
Secretario de una secretaria! Y por qu no lo haces secretario tuyo, ms bien? (Con irona).
MIGUELITO Pap!
ELENA No, Eusebio. Es pap quien lo ha colo-
cado en el banco.
n
,,
98 VCTOR MANUEL RIVAS
EUSEI3I0 All! Fil tu pap? Santa palabra!
MIGUELITO
Ah viene John. Estn abriendo la puer-ta.
JOHN
(Sale por el foro. Viste lujosamente y tiene un rostro desdeoso y burln) Oh! Qu hay, to Eusebio?
EUSEBIO 1 (Con sequedad) Qu hay? (Le da la
mano). JOHN
Lleg hoy? ELENA
Ayer, pero ha llegado a un hotel, qu te parece?
JOHN Al Majestic?
MIGUELITO
No, al Caracas. JOIIN
Ah se est muy bien.
EL PUNTAL
MIGUEL
Por qu has llegado tan tarde? JOHN
(Levantndose rpidamente de la silla) , Regaos? Entonces sigo a baarme.
MIGUEL (Con carcter) John! Usted no se val
Su to Eusebio est aqu y l desea hablar con usted.
JOHN (Volvindos.e) Conmigo?
MARITZA
S. Para. que luzcas tus habilidades co-mo tenedor de libros.
ELENA Y qu es lo que -sucede, Miguel?
GrEL Ya lo sabrs. John: le he dicho que su
'to Eusebio desea hablar con usted. JOHN
Bien. Pero para eso no hay necesidad de' exasperarse. Vamos a ver, qu es lo queusted desea?
100 VCTOR MANUEL RIVAS
EU SEBIO
Su padre tiene la relacin de este viaje de ganado y en mi poder, en el "Caracas", donde se est muy bien, estn las otras a sus rdenes.
JOHN
Francamente. No comprendo. EUSEBIO
Que se le presenta a Ud. la oportunidad de comprobar el robo tan grande que le he hecho a su padre durante mi administra-cin.
JOHN
(Lvido) Cmo? ELENA
Pero no has dicho hace un momento que no habas dado importancia a eso?
MARITZA
No entiendo, de veras. EUSEBIO
No le he dado sino la importancia que le he debido dar. Se trata de que debemos hacer particin porque este seor, (seala a John) desconfa de m. No es as? (Pau-sa) Es preciso que Ud. responda ahora
EL PUNTAL 101
mismo, si no quiere que le saque la res-puesta de otra manera.
JOHN Pap, he de aguantar regaos de toda tu
familia tambin? MIGUELITO
(Enfrentndose a John) Regaos no. IIas de rectificar aqu mismo...
MIGUEL IVIiguelito!
ELENA Qu vas a hacer?
MiouEmo A ensear a ser hombre a este secretario
de las secretarias. JOHN.
Miguelito cllate! MIGUELITO
Si t me mandas a callar, yo te mando a que le pidas perdn a los hombres hon-rados. (Se abalanza a l y lo agarra por el cuello).
MIGUEL Eusebio!
, 102 VCTOR MANUEL RIVAS .
ELENA Qu iniquidad es sta, Miguel?
MARITZA
Que se matan y usted tan tranquilo. (A Eusebio).
EUSEBI Djenlos que o pasar nada. Ofiguel y
Elena los apartan). MIGUELITO
(Agarrado por Miguel) Djeme, to, que es que reclamo la reput*cin .de mi padre. Tia Elena, djelo que s'e defienda de k los hombres, que ya tiene mucho tiempo en-tre las faldas.
ELENA
Peyo esto es inslito, Eusebio! Hemos de seguir aguantando t venganza? Llama la atencin a Miguelito.
MIGUEL
Es que quieres que peleen? , .
EUSEBIO
Miguel: soy partidario de que los hom-bres peleen ms con los puos que con la lengua. (Con mucha tranquilidad).
EL .PUNTAL 103 .
JOHN
-Sultame, mam. EUSEBIO
Y su mam tiene ms fuerza que usted? O es qu usted no se quiere soltar?
MIGUEL Eusebio, ya basta! Quieres provoca -r el
pleito entre Miguelito y John? EUSEBIO
Quiere presentarte el cuadro para cuan-do uno de los dos falte. No es sta la par-ticin? Qu esperas?
TELON.
Dnalo por GILBERTO PINTO
FRANCIS RUEDA
ACTO TERCERO
Decoracin.La misma del primer acto. (Al levantarse el teln aparecen Alejan-
dro y Dolores sentados .en la primera de-recha).
ALEJANDRO .
Es lo ms conveniente, comadre: mejor es evitar que remediar. Y ms vale as que fu ahora y no despus.
DOLORES
Si. Pero de todas maneras. Eusebio y Miguel se ven tan tristes, que parece que estn esperando la muerte de alguna per-sona muy querida; y no solucionando un problema que se puede presentar.
ALEJANDRO
Usted me lo dijo el otro da, comadre: "la particin del hato es como la segunda muerte de don Miguel". Cmo trabaj el viejo Barrios para que "El Mamn" fuera el hato mejor de estos contornos! Pero es-to tena que llegar; los viejos nos morimos
106 ViCTOR "MANUEL RIVAS --
para que vivan, los jvenes, y quin di -Ce que los dos hatos que van a resultar de "El Mamn", lleguen a ser tan ricos corno el taita? Lo malo es que el doctor no va, a Obderlo atender l mismo, y "el oji - del amo es el que engorda l caballo".
DOLORES
Se les ve en la cara, compadre, la tris-teza. Solamente Miguelito es quien les da bro para llevar el muerto hasta el cemen-terio.
'ALEJANDRO
' Ese muchacho es urr palo de hombre! Desde chiquito se le vea en los ojos lo que iba a ser. Y, ya le digo, a lo nico que he venido es a saludarlo, a ver al puntal de mi compadre. Porque uno es como una casa vieja, si no corta su puntal con tiem-po, a los primeros aguaceros se viene aba-jo. Y si lo corta en monte de niadera 'po-drida, le pasa lo mismo. En cambio, si la madera es buena y la curamos con tiempo, kasta despus de muertos; seguimos para-dos. Y Miguelito no se pudre ni que lo re-mojen.
DOLORES
Mucha gracias, compadr; esas son sim-patas patas suyas, por el muchacho.-
EL PUNTAL . 107
ALEJANDRO
Usted lo ha dicho, comadre, porque a m no me son simpticas sino las persolins que sirven.
DOLORES Miguelito tiene una.gran cosa: es un ex=
celente hijo. Conmigo es tan carioso, que algunas veces me empalaga con tnto ca-rio. Y si es con Eusebio, lo ayuda en todo lo que puede.
ALEJANDRO La madera, comadre, que es buena por
las dos races. Y despus el riego. Porque la semilla no nace sola, liay que regarla. La crianza, la crianza, que no la sabe dar todo el mundo.
DOLORES
Es que algunas veces ni la crianza pue-de. Usted ve a Eusebio y Miguel, criados por el mismo padre, 'DT son tan ckistintos! Por supuesto que esto se lo digo en con-
*fianza. ALEJANDRO
Al doctor lo desmadraron muy chiquito y lo mandaron a pastar en sabana agena. Pero algo le queda: la pinta, el respeto a la memoria de su padre. Es verdad que se
108 VCTOR MANUEL RIVAS
le haba borrado un poco el hierro y lo ca-chilapearon, pero le queda la pinta.
DOLORES
Pobre Misuel! A mi en medio de todo lo que me da es lstima! El pleito de Mi-guelito y John lo convenci de la necesi-dad de partir, pero se v que lo hace con-tra su voluntad, obligado por el carcter de John. Y el pobre, a pesar de todo, sigue lo mismo con nosotros: no desperdicia oca-sin para elogiar a Miguelito y, sobre todo, para reconocer en Eusebio, a una perso-na ms capaz en estos asuntos del Llano.
ALEJANDRO
. No le digo, comadre? La pinta de los Barrios.
DOLORES
Obedece todo lo que Eusebio quiere. Se va para la sabana porque Eusebio le dice, pero si por l fuera, dejara que Eusebio y Miguelito le entregaran su parte, sin l ha-berse metido en nada.
ALEJANDRO
No, comadre, mi compadre hace bien: hay que tirar el vquiro antes de que se nos venga encima. Es necesario que el doc-tor est en lo que debe estar, para que ma-ana o pasado no vayan a decir los hijos
- 4 EL PUNTAL 109
del doctor que mi compadre los rob. (Pau-sa y transicin) Y Miguelito brega en la particin?
DOLORES Es un pen para trabajar: enlaza, corre
a caballo, amansa potros, colea, y ahora est empeado en aprender a hacer queso,
ALEJANDRO Igualito a su abuelo. En el Llano cuando
se nombra a don Miguel Barrios, hay que quitarse el sombrero. (Transicin) Mire, comadre, no calcula usted las ganas que tengo de ver a ese palo de hombre.
DOLORES No deben dilatar. (Llamando) Petra!
(A Alejandro) No quiere caf, compadre? ALEJANDRO
Pues nunca est. dems. PETRA
(Sale por la derecha) Se! Gu!, don Alejandro, cmo est?
ALEJANDRO Bien, muchacha.
DOLORES Qu hora ser?
110 VCTOR MANUEL RIVAS
PETRA
Ya van a, s las cuatro. En cuanto llegue el sol a la pata de ese palo, son las cuatro de la tarde.
DOLORES - Y buscle un poquito de caf' a mi com-padre.
ALEJANDRO Entonces, ya deben venir.
PETRA Qujn? La gente? Ya deben ven por
ah. Dgame, seora, el dotol tan patiqun y con este trajn en que lo tiene don Euse-bio. Esta madrugata me pidi un limn con sal.
DOTARES Para qu?
PETRA Pa untselo en una mate]. ra que le jizo
el caballo atrs. ALEJANDRO
Cmoel caballo? PETRA
No, hombre, la silla.
El, PU NT.U. 111
DOLORES
Bscale l caf a don Alejandro, .pues. (Petra hace mutis foro derecha).
ALEJANDRO
(Riendo) Cuando el doctor llegue a Ca-racas v a tner qu estar acostado patas arriba sus.diez dias-largog.
DOLORES
Le parece poco, compadre? De un au-tomvil a una chocontana?
ALEJANDRO Dgame, si le hubieran dado una vaquera,
llega sin rabadilla. (Re). DOLORES
-Pero Miguelito es el que n se cansa. ALEJANDRO
r. Ese es de madera de corazn. La mejor para los puntales.
-
DoLoms Hace como cuatro noches, despus de ha-
ber bregado tanto en el da, se ful para el Alto del Caafstol a un joropo que te-
_
nian los peones. ALEJANDRO
gk En el rancho de Evanctelista?
112 VCTOR MANUEL RIVAS
DOLORES ,
Si, hombre; el negro, que ya est termi-nando de techar y quera bautizar la casa para que asistiera Miguelito.
ALEJANDRO
Y para qu est el negro parando casa? DOLORES
Yo no s. A m me dijo Miguelito que el negro est enamorando a Petra!
ALEJANDRO
Anj ! DOLORES
Y que le dedic un corrido muy bonito. Miguelito se qued encantado en el corri-do y cada vez que ve a Petra la pone a que se lo diga. Qu inteligente es ese negro, compadre! ---
ALEJANDRO Que si es!
PETRA
(Sale foro derecha con el caf que en-trega a don Alejandro) Cmo que esta-ban hablando de m?
ALEJANDRO Anj! Y que me le cantaron un corro?
EL PUNTAL 113
PETRA
Gu!, don Alejandro, y ust cree 'que los negros no tenemos derecho a enamor-nos con versos?
DOLORES
Con que esas tenemos? PETRA
Pero, seora; una cosa es que l me est enamorando, y otra que yo est enamora-da.
ALEJANDRO
(Saboreando el caf) Lo que. es Evan-
gelista se cuadr. Negra pa hacer el caf sabroso!
DOLORES
Espreme m momento, mientras voy a .buscarle un tabaco de unos que trajo Eu-sebio de Caracas.
ALEJANDRO
Y me viene al pelo: para aprovechar el amarguito del.caf. .
DOLORES
Bueno. Ya vuelvo. (Mutis primera dere-cha).
114 VCTOR MANUEL RIVAS
ALEJANDRO Y t no te has dejado enamorar, Negra?
Es verdad eso? A mi comadre la engaa-rs, pero a m, ni a tiros. No me niegues que has ido al rancho de Evangelista, una noche que otra, salteadita, pero has ido.
PETRA
Ave Mara Purisima! Ust tiene unas cosas, don. Alejandro!
ALEJANDRO
Hum! Llanero viejo conoce el venado por el lucungo del rabo aunque est en un mastrantal de dos varas de alto.
PETRA
Vamos a ve, y ust qu va a gana con sablo? _
ALEJANDRO
Nada. Para felicitar. a Evangelista.
PETRA
Por qu? Por una negra tan fea? No venga, don Alejandro!
ALEJANDRO
No tan fea. Yo lo nico que te s decir es que envidio a Evangelista.
Er. PUNTAL 115
PETRA
Manito con ust, don Alejandro; djeles quietas las negras a los negros.
ALEJANDRO
Y Miguelito no te ha gustado? PETRA
Pa qu, don Alejandro? A las negras no nos quieren ms que los negros, y aun-
' que no nos casa el cura, vivimos lo mesmi-to que los blancos. Y ustedes los blancos nos ven como otra cosa.
ALEJANDRO
Negra bien lanza! - PETRA
Y jacemos nuestro matrimonio, corno di-Ce 'el corro de Evangelista:
"Sin pag a la autorid, "sin cura ni con sortija, "con un chinchorro- bien ancho, "y una casa bien chiquita".
ALEJANDRO Y eso lo acote el negro?
PETRA
Gua! Y quin va a s, pues? Evangelis-
116 .
VCTOR MANUEL RIVAS
n ta saca los versos como pastore un ganao manso, y los negros no sabremos escrib, pero el golpe del arpa nos hace dec lo que queremos.
ALEJANDRO Y todo eso te lo ha enseao Evange-
_ lista? PETRA
Y quin va a s, don Alejandro? El do-tol y don Miguel, que son personas enten-das, dicen que Evangelista es muy inteli-gente. C vez que me ven me hacen, deciles el corro que me cant Evangelista. l Y des-pus se ponen a conversa unas cosas que yo no he podio entend. Toas las noches es eso, don Alejand-ro: en cuanto oscurece cuelgan los chinchorros en esos palos y mandan a cant a los peones. Por cierto qe antenoche, don Alejandro, Evangelista cant un crro que los puso muy tristes, porque no se, reyeron ni dijeron nata.
ALEJANDRO Y t te sabes ese corro?
PETRA Qu va, don Alejandro, si no lo ha vuel-
to a cant! Quien lo, puede sab es la ora, .pues don Miguelito comoue lo apunt.
EL PUNTAL 117
DOLORES
(Saliendo por derecha, primer trmino con un tabaco) Dispnseme, compadre, que lo haya hecho esperar, pero no encontraba los tabacos. (Le da el que trae) Y t aqui todava? (A Petra).
ALEJANDRO Muchas gracias, comadre.
PETRA Era que le estaba contando a don Ale-
jandro lo del corro de Evangelista, el de antenoche.
DOLORES Si, hombre, compadre; Evangelista se ha
tomado muy a pecho lo de la particin. Esa noche bebi aguardiente y ech un corro que nos toc el alma. Miguelito lo llam aparte para que se lo dijera y lo co-pi.
PETRA Ust no se lo sabe, seora?
ALEJANDRO. Estoy curioso por conocerlo. Dgalo a
ver, comadre. DOLORES
Cundo me han odo ustedes recitando versos?
118
VCTOR MANUEL RIVAS
ALEJANDRO Pero dgamelo, comadre, conversadito,
sin recitar. PETRA
S, hombre, seora. ALEJANDRO
Dganoslo, pues. DOLORES
Bueno. Voy a complacerlos. Vamos a ver si se me ha pegado la manera como los Ve-cita Miguelito.
ALEJANDRO Eche pues, comadre.
DOLORES (Recitando con naturalidad)
"Vienen a part "El Mamn", "lo van a part ea dos peazos. "Van part a don Miguel "cuando le partan el hato. "Van a part la sabana, "la corriente de los caos, "la mit pa don Eusebio, "la mita pa el otro hermano. "Ya parti todo el palmar "el lindero de dos hatos;
EL PUNTAL 119
"el ganado de "El Mamn" "ya no es ganao de dos amos.
"Que van a part "El Mamn", "afname, negto, el cuatro, "pa que no lloren las cuerdas "cuando las partan en peazos".
ALEJANDRO
(Pausa larga. Todos quedan pensativos) S, es verdad. Es muy duro para Evange-lista. Demasiado, comadre: ese negro na-ci aqu y aqu se ha criado. Y el taita no sali tampoco de aqu nunca. Usted debe
-acordarse de don Julin. DOLORES
Cmo no! Cuando yo' me cas todava no se haba muerto.
PETRA
Evangelista me ha contao de que y que sti taita ensalmaba muy bueno: con l no haba gusanera en t este pao e - sabana. Le venan y le decan: "Don Julin: en tal parte est un becerro con la gusanera", y ah mesmito le rezaba la oracin y la gu-sanera se reventaba.
DOLORES
S, es verdad.
?,
120 VCTOR MANUEL RIVAS
ALEJANDRO En esas cosas hay que creer, comadre.
(Se oye a lo lejos ruido de muchos caba-llos).
PETRA
Escuche. Las piss e las bestias. Ah vie-ne ya la gente.
ALEJANDRO Cara! Y regresan tarde.
DOLORES Es que ahora estn en el aparte de la ci-
marronera.
ALEJAN DRO Ah, car! Y esa cimarronera de "El
Mamn" que es tan peligrosa! PETRA
-Gu! A Evangelista lo iba matando un
toro antier. DoLoREs
Y Miguelito que es tan loco, compadre! ALEJANDRO
Que tenga cuidado con los barajustes, porque entonces es cuando son ms peli-grosos. En una vaquera que hicimos jun-.
- EL PUNTAL 121
tos mi compadre y yo, un , novillo colorao,
bien bravo, me le barajust al c