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Distribución Gratuita La fabulosa historia del Maestro Calderón Nº2 A ñ o 1 - Con este Número: Páginas 11 a 19 “El maestro Calderón en una visita de inspección en Cañadon Pelado.” ,

Revista todo

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Rio Negro- Patagonia- Argentina Año 1 Número 2

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  • D i s t r i b u c i nG r a t u i t a

    La fabulosa historia del

    Maestro Caldern

    N2A o 1 -

    Con este Nmero:

    Pginas 11 a 19 El maestro Caldernen una visita de inspeccin

    en Caadon Pelado.

    ,

  • A la vera del fogn:Miguel Caldern, un hijo del Maestro.Por Sebastin Di Silvestro

    El botiqun en el jardnPor Pap! Mam! Miren lo que escrib!Por

    Sara Itkin

    Alejandro Alfieri

    Las Memorias del Maestro CaldernPor Vicente Caldern

    Transitar el misterioPinturas de / El Bolsn

    Viviana Torres Curth

    Variaciones sobre la verdad Por / San Martn de los AndesAbuelos de la Lengua Por

    Rafael Urretabizkaya

    Arnaldo Calveyra

    Modesto Inacayal, historia de un cacique de fronteraPor Ricardo Fernndez y Laura Mndez

    Juegos, curiosidades, y cuentos para pensarEl Hombre que CalculabaPor Malba Tahan

    El plato de hoy: Pata de Cordero a la parrillaY para el postre Bavaroise de frutos rojosPor Cholo Pereira

    El Bolsn / Refugio del Hielo Azul

    Osvaldo Lauersdorff, un artista de aquellosPor Ricardo Vallmitjana

    Humor con Gabino Tapia

    Queridos amigos: En primer lugar queramos agradecerles las innumerables felicitaciones, los agradecimientos y los buenos augurios recibidos, a propsito de la reaparicin de nuestra revista. A travs del correo electrnico o personalmente, muchos de los vecinos que guardan como un tesoro aquellas viejas revistas nos aseguran que Revista TODO ya tiene destinado su lugarcito en las bibliotecas familiares. Tambin varios docentes se han mostrado entusiasmados ante la posibilidad de utilizar nuestros contenidos en las aulas. Escuchar todo esto ha sido para nosotros una alegra enorme, y realmente deseamos que este segundo nmero y los siguientes sigan siendo merecedores de tantos y tan lindos elogios. Adems de compartir con ustedes los valiosos aportes de nuestros colaboradores especiales y la obra de algunos artistas de nuestra regin, en este segundo nmero les presentamos una pequea y fabulosa historia que nos llega a travs de la pluma de su protagonista: Se trata de Las Memorias del maestro Vicente Caldern, uno de los dos primeros maestros del Territorio Nacional del Chubut y hroe ignorado de nuestra patria chica. Las memorias de este viejo maestro patagnico fueron publicadas por primera vez por el diario Esquel en 1948, y transcriptas luego en forma parcial en algunos libros y publicaciones sobre historia regional de escasa tirada y poca difusin. Sesenta y dos aos despus volvemos a publicarlas ntegramente, acompaadas de un reportaje a sus hijos, convencidos de estar haciendo un aporte original al conocimiento y la difusin de la historia de un maestro de nuestra tierra, que trabaj en la construccin de un futuro mejor para todos.

    Al igual que en el nmero anterior esperamos que disfruten de este segundo nmero de Revista TODO como nosotros disfrutamos hacindolo. Un fuerte abrazo y hasta la prxima.

    Direccin General Roberto GilioDireccin Editorial Sebastin Di SilvestroDireccin Comercial Irene Peralta

    Colaboraron con este nmero

    Humor Grfico Gabino Tapia Redaccin y Correccin Ral CatalProduccin Editorial EDICIONES PATAGONIA ESCRITADiseo y Diagramacin SERCREATIVO J.Gofin - M.Snchez Impresin IMPRENTA 2.0Registro de la propiedad intelectual en trmite.

    Escriben en este nmero Ricardo Vallmitjana, Sara Itkin, Alejandro Alfieri, Vicente Caldern, Sebastin Di Silvestro, Rafael Urretabizkaya, Ricardo Fernndez, Laura Mndez, Malba Tahan y Cholo Pereira.

    Laura Mndez, Gabino Tapia, Hernn Morfese, Viviana Torres Curth, Karina Laguzzi, Ramiro Calvo, Adrin Pacheco, Juan Marcos Zermoglio, Ernestina Caldern de Ocampo, Miguel Caldern, Elena Caldern de Jobanovski, Jorge Oriola y Gustavo De Vera.

    Cartas de Papel

    Andares y Paisajes

    Costumbres del Sabor y del Saber

    Todos los Chicos

    Hombres y Mujeres de mi Tierra

    De la Tierra a la Luna

    Arte y Oficio

    Pginas Patagnicas

    Pg. 39

    Pg. 35

    Pg. 32

    Pg. 28

    Pg .20

    Pg. 5

    Pg. 23

    Historias de Nuestra Historia

    El Fogn del Encuentro

    Salud, Ciencia y Conciencia Pg. 7

    Pg. 17

    Pg. 11

    Pg. 2

  • Chalet La Gloria...construido en Bariloche

    a fines de los aos 20: El Chalet La Gloria,

    levantado en madera y piedra de la zona,

    luciendo an su estudiada distribucin, sus balcones triangulares y una sugestiva torrecilla.

    Su creador y propietario fue Don Osvaldo Lauersdorff...

    2

    Recientemente donado a la Universidad Nacional de Ro Negro, el chalet La Gloria -obra de don Osvaldo Lauersdorff-

    es uno de los edificios ms llamativos entre los que an quedan en pie, de aquellos construidos en Bariloche a fines de los aos veinte.

    Osvaldo Lauersdorff, un artista de aquellos

    Por Ricardo Vallmitjana

    Algo oculto, tras un jardn proyectado hace ms de medio siglo, y a poco del inicio de la avenida Bustillo, es posible ver hoy uno de los edificios ms llamativos construi-dos en Bariloche a fines de los aos 20: El Chalet La Gloria, levantado en madera y pie-dra de la zona, luciendo an su estudiada dis-tribucin, sus balcones triangulares y una su-gestiva torrecilla. Su creador y propietario fue Don Osvaldo Lauersdorff, un inquieto ar-tista -pintor y escultor- de carcter bohemio y algo excntrico. Osvaldo era casi un nio cuando trabajaba en la oficina de catastro de su ciudad natal -Rosario-, ms tarde fue ayudante de topgrafo y luego agrimensor. Pero el arte lo inquietaba ms.

    En los ambientes culturales que Lauersdorff frecuentaba con sus exposiciones, donde sus obras eran admiradas y merecedoras de numerosos premios, conoci a la seorita Aurora Terre -reconocida dama de la sociedad portea-, con quien pronto form una familia. Durante un verano que disfrutaron en Mar del Plata, Lauersdorff qued impactado por la arquitectura pintoresquista de las construcciones vacacionales de las primeras dcadas del siglo XX. Un vuelo soador que persista en su mente cuando aos ms tarde visit junto a su familia la regin del Nahuel Huapi. Entonces opt por concretar aqu su obra, y as naci el chalet La Gloria: Un palacete con detalles normandos... segn se ufanaba Lauersdorff.

  • 3 Su palacete fue construido con materiales de la mejor calidad, las ms modernas instalaciones sanita-rias, y hasta contaba con el mejor grupo electrgeno de la regin. Pero cuando la creacin estuvo concluida don Osvaldo prefiri trasladarse a Europa para estu-diar arte y escultura en la Universidad de Roma. Cuando regres, al cabo de cinco o seis aos, su fami-lia haba rodeado el chalet con un vistoso jardn crea-do por Hueda, aqul famoso jardinero oriental resi-dente en la zona; y adems haban concretado la cons-truccin de un enorme estanque, que si bien pasaba por pileta de natacin, era en realidad una reserva de agua con todo el equipamiento necesario para preve-nir incendios. Ms el inquieto Lauersdorff ya tena otra propuesta: Imaginaba una casa flotante en el Nahuel Huapi para vivir navegando o anclado en alguna de las mil bahas buclicas y solitarias del lago. As como proyect y concret La Gloria, sin ex-periencia previa ni otro ttulo que el de agrimensor, se lanz al armado de una nave de porte generoso, con comodidades mximas para su familia, su coleccin de obras de arte, su valiosa biblioteca y todos los obje-tos curiosos que reuniera en sus viajes al -entonces- le-jano oriente. Improvis un astillero en la playa del lago junto al ro ireco, y all desde 1942 y por casi veinte aos, los barilochenses vieron a este hombre solitario vistiendo overol azul y trabajando en su creacin: La motonave San Michelle. Era en realidad una casa mu-seo flotante. Luca en la sala de mando una antiqusi-ma brjula, y una rueda de timn con aplicaciones en plata labrada que de solo verla se senta centenaria, realmente una nave con resoluciones constructivas in-geniosas y sorprendentes. Como ejemplo un detalle: La mesa del comedor tena en el centro un bello cua-dro en maylica. Pero era en realidad un elevador que suba la vajilla y las fuentes preparadas desde la coci-na, ubicada directamente abajo. Y otro: El bote de sal-vamento contaba con motor elctrico, con avance y re-troceso. Propiamente la obra de un artista. Ocurri que cuando se bot esta preciosa nave, los motores re-sultaron insuficientes para una navegacin ptima, y luego de algunos intentos el barco tom puerto en la Baha Anchorena de la Isla Victoria, donde por aos so-lo se alejaba cuando llegaban las lanchas de turismo.

    Don Osvaldo era un

    entusiasta deportista: esquiador,

    motociclista, navegante

    La motonave San Michelle

    De sus esculturas, la ms fantstica que qued en la regin se encuentra en el jardn privado del hotel Tres Reyes. Es inevitable estremecerse al encontrar all a Pigmalin -el mitolgico dios escultor griego- en el momento en que la escultura de la mujer que realizaba cobr vida, dada la perfeccin con la que fue creada. Una escena de amor increble, ejecutada en bronce en tamao natural. Realmente era algo muy preciado reci-bir de Osvaldo Lauersdorff una invitacin para visitarlo en su hogar tan singular; Don Osvaldo hablaba y soa-ba con sus viajes lejanos, mientras invitaba t, presen-tado en unas tacitas de porcelana provenientes de una legendaria dinasta china, en un ambiente rodeado por obras de arte de los ms remotos orgenes. De su con-versacin -siempre muy animada- surgan continua-mente ideas renovadoras.

    Pigmalinobra de Osvaldo Lauersdorff emplazada en el parque del hotel Tres Reyes.

  • 5Viviana Torres Curth / El Bolsn Viviana Torres Curth naci en Comodoro Rivadavia en 1966. En 1972 se radic junto a su familia en San Carlos de Bariloche donde realiz sus estudios primarios y secundarios. Curs tres aos de arquitectura y dos aos de diseo grfico en la Universidad Nacional de La Plata. Concurri a los talleres de los artistas plsticos Miguel Alzugaray y Hebe Redoano, Pablo Cortondo, Kike Mayer, Juan Cavadas y Federico Marchesi; y en el ao 2001

    estudi con los maestros Remo Bianquedi y Marcia Swartz en su condicin de becaria de la Fundacin Antorchas. Realiz una cantidad importante de exposiciones grupales e individuales y ha recibido numerosos

    premios. Algunas de sus obras han sido adquiridas por coleccionistas privados de Mxico, Londres, Chile y Buenos Aires. Actualmente se dedica exclusivamente a la pintura acrlica sobre tela, trabajando y enseando en

    su taller particular de la localidad de El Bolsn, donde coordina Talleres de Arte en distintos centros comunitarios. Algunas de sus obras pueden verse en la expovirtual de

    www.barilochense.com

    Caadn

    La Conquista

  • 6Viviana siembra mundos de sueos en sus telas, con un lenguaje rotundo y feroz. Sus obras estn elaboradas

    con pasin y detalle; tramas, gamas, texturas, para redescubrir y atrapar con los ojos, todo aquello que anima al paisaje patagnico. Pinturas que parecen haber nacido con pulsin vegetal, esforzndose para desentraar los escenarios agrestes que habitan. Y siempre creciendo hacia la luz, para reflejar esos paisajes de manera ntida y

    misteriosa a la vez.

    "No me interesa en lo ms mnimo seguir tendencias. El arte para m es un camino para trascender, para empezar a conocer lo que est oculto, es mi manera de transitar el misterio

    e identificarme con el absoluto.

    Viviana Torres Curth

    Paisaje Mstico I Arbol de Tejo

    Mi destino es pintar

  • 7El botiqun en el jardn

    Por Mdica Generalista y Naturista Sara Itkin,

    En una expedicin arqueolgica realizada en 1975 en el sur de Asia, se encontr una gruta que fue habitada por el hombre hace unos 60.000 aos.

    En sus paredes existen dibujos de plantas y rganos humanos, en clara alusin al uso de las mismas y su correspondencia teraputica.

    Desde las ms remotas pocas el hombre hizo uso de las plantas con fines alimenticios y medicinales, aprendiendo primero de los animales (podemos ver hoy a gatos y perros comer pastitos para mejorar la digestin) y luego a travs de su propia experiencia. En una expedicin arqueolgica realizada en 1975 en una regin al sur de Asia, se encontr una gruta que fue habitada hace unos 60.000 aos aproximadamente por el hombre de Neanderthal (Paleoltico Medio Superior), en sus paredes existen dibujos de plantas, hojas y rganos humanos, en clara alusin al uso de las mismas y su correspondencia teraputica. Uno de los manuales de medicina ms antiguo que se conoce, construido sobre arcilla y hallado en las ruinas de Nippur, fue escrito aproximadamente 4000 aos antes del nacimiento de Cristo y se encuentra actualmente en el Museo de la Universidad de Filadelfia. En l se hallan inscriptos una docena de remedios, entre los que se menciona al tomillo y al peral, entre otros. Sin dudas, la Medicina de las Plantas, es la medicina ms antigua.

    Y uno de sus antiguos practicantes fue Paracelso, mdico suizo nacido en 1493 y fallecido en 1541, cuyo verdadero nombre era Aureolus Philippus Teofhrastus Bombastus von Hoheinheim, quien sola decir que los prados y las colinas son las mejores farmacias. Cuenta la historia que en 1527, Paracelso atendi a Johan Froben, persona respetable y amigo del telogo holands Erasmo. Resulta que Froben padeca una grave infeccin en su pierna y los 8 mdicos que lo haban visitado le haban sugerido que lo mejor era amputrsela. Cuando Paracelso lo evalu tom las siguientes medidas: Cambi la cama blanda donde yaca el enfermo por un colchn de paja en el piso, solicit que se le suministrara una dieta a base de frutas y vegetales, orden que sacaran a Froben todos los das de su cuarto y lo llevasen al jardn a tomar sol y aire, y por ltimo invit a un msico para que tocara el lad cada vez que su paciente se sintiese triste. La pierna fue mejorando y trece das despus el enfermo caminaba por su jardn asistido por un bastn. Al poco tiempo Paracelso fue nombrado mdico de la cuidad de Basilea y profesor de Medicina en la Universidad de

    dicho lugar, pero este reconocimiento oficial no dur para siempre. Este verdadero mdico de los de antes consideraba que dentro de cada organismo exista una fuerza curativa que poda ser aislada con los elementos de la alquimia que l propona, y adems era un gran crtico del sistema mdico imperante en la Europa de su poca. A tal punto que debido a sus fuertes enfrentamientos con sus colegas y a sus tratamientos misteriosos en determinado momento debi abandonar Basilea. De hecho muri a los 48 aos de su edad en circunstancias dudosas, y algunos historiadores de la antigedad sostienen que fue mandado a matar por sus opositores. Nosotros podemos transformar nuestro jardn en un valioso botiqun cambiando la mirada y empezando a pensar (como Paracelso) que all tenemos nuestra mejor farmacia. La mayora de los yuyos que sacamos por invasores son tesoros de salud, y es este el caso del Diente de Len, llamado tambin chicoria o achicoria silvestre. Esta noble planta es extica (venida de Europa) y se ha propagado por todas las latitudes del planeta. Toda la planta (flores, hojas y raz) tiene virtudes saludables y depurativas por excelencia. El Diente de Len limpia y fortalece el hgado (uno de nuestros grandes filtros) y mejora la calidad de la bilis. Es excelente para tratar desde malestares digestivos leves, hasta enfermedades como la hepatitis, las piedras en la vescula, y la cirrosis. Al estimular el buen funcionamiento del hgado mejora por consiguiente

    ...mdico suizo nacido en 1493 y fallecido en 1541, cuyo verdadero nombre era Aureolus Philippus Teofhrastus Bombastus von Hoheinheim, quien sola decir que los prados y las colinas son las mejores farmacias...

  • 8los trastornos de piel, por lo tanto es muy buena para tratar eccemas, urticarias y psoriasis. Es excelente estimulante de la digestin, alivia la gastritis, la pesadez estomacal, los gases y la constipacin; tambin promueve el buen funcionamiento de los riones eliminando arenillas y piedritas, y regula la presin arterial si est alta. Se la utiliza para tratar problemas hormonales y un dato importantsimo: es un diurtico ahorrador de potasio, y a diferencia de los diurticos qumicos que traen calambres, el Diente de Len los previene y los cura. Posee una sustancia (inulina) que influye positivamente en el funcionamiento pancretico y ayuda a equilibrar el nivel de azcar en las personas con diabetes. Contiene en abundancia vitaminas A y C (ambas antioxidantes y preventivas de cnceres) y por lo tanto levanta nuestras defensas y nutre nuestra piel (por fuera y por dentro). En esta noble planta abundan minerales como el hierro, el cromo, el potasio, el magnesio, el manganeso y otras biosustancias necesarias para estar sanos. Por eso es indicada en caso de anemias y cansancios. Sus flores poseen lecitina, que adems de depurar el hgado protegen nuestro sistema nervioso, y sus hojas son ricas en zinc y resultan de utilidad para tratar dermatitis, acn y otras inflamaciones de la piel, realizando cataplasmas con su infusin tibia. Aconsejo consumir todos los das sus hojas y flores crudas en ensaladas y beber infusin de sus

    hojas, tanto frescas como secas. Es en sus races donde se encuentran sus mayores propiedades depurativas, para aprovecharlas podemos desenterrarlas en el otoo, lavarlas bien, y hervirlas para beberlas en el momento, o bien secarlas, para almacenarlas y preparar luego el rico caf de Diente de Len. Para preparar esta deliciosa infusin debemos lavar bien las races bajo el chorro de agua sacndoles el barrito, luego debemos cortarlas en finas tiritas y dejarlas secar al sol directo o cerca de otra fuente de calor. Ya secas, las colocaremos en una sartn y sin agregarles nada las tostaremos hasta que tomen un color marrn oscuro. Luego las dejaremos enfriar y las moleremos con molinillo elctrico o con mortero de piedra. Les recomiendo utilizar una cucharada de sopa por taza de agua fra, llevar al fuego y apagar al romper el hervor, y por ltimo dejar reposar y colar antes de servir. Pueden realizar este caf mezclando races de bardana o de achicoria de flores celestes, de sta manera se suman propiedades. Ah! y no tiene cafena, as que a buscar ya la palita y Salud!

  • Salud, Ciencia y Conciencia

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    Cualquier alteracin anmica o corporal se manifiesta con ms claridad en la letra del nio que en la del adulto." Curt Honroth Por Docente y Tcnico Analista Graflogo

    Alejandro Alfieri

    Pap! Mam! Miren lo que escrib!

    Matas se encuentra en su dormitorio. Elige uno de sus lpices y lo siente como una prolongacin de su mano, como parte de s mismo. Nuevamente (como hace tres aos) la hoja blanca que tiene delante lo invita al juego, al desafo y al asombro. Comienza su trabajo creador y descubre un nombre plasmado en el papel: A A. Orgulloso, se lo muestra a sus padres y les aclara que escribi MAM. Matas ha descubierto que la palabra sonora tambin se puede dibujar. Ha descubierto la escritura. El tiempo pasar y llegar el inicio de su escolaridad obligatoria, y as una etapa de transicin entre su hogar y este mundo totalmente nuevo; etapa de adaptacin o inadaptacin a una nueva estructura. Si prevalece la inadaptacin, se encontrar seguramente frente al camino del Fracaso Escolar, cuyos factores desencadenantes pueden ser mltiples: personales, familiares, institucionales, sociales, etc. Lo concreto es que ser el propio nio quien sufrir este fracaso, pues no podr responder positivamente tanto a sus propias expectativas como a las de su familia y las de su entorno comunitario. Cuando nuestros hijos/as realizan su tarea en el marco de una institucin educativa, no slo asimilan e intercambian informacin, sino que tambin resuelven problemas, crean y se expresan a travs de ideas y sentimientos, muchos de los cuales quedan plasmados en un papel. Cuadernos, carpetas y apuntes no slo sirven para evaluar los avances en su aprendizaje, sino que tambin representan un valioso material para conocerlos, a travs de un proceso natural, espontneo y verdico. Los GRAFOS (letras y nmeros) no son un producto de nuestra habilidad motriz, son resultado de los impulsos motores emitidos por determinadas zonas de la corteza cerebral. Nuestro cerebro es el que escribe, razn por la cual cada escritura es nica e irrepetible. Cada trazo es una muestra de nuestra personalidad. La vida la vamos plasmando sobre el papel, no falta nada, todo est all: Alegras, miedos, angustias, preferencias, debilidades, fortalezas: Nuestra escritura es nuestra otra huella digital. Todos los adultos involucrados en la educacin

    de nuestros chicos, tenemos la posibilidad de leer las manifestaciones de sus conductas evolutivas y regresivas con slo observar sus escritos. Claro que la interpretacin corresponder que la realicen luego psiclogos y psicopedagogos. La incorporacin de la Grafologa Cientfica como ciencia auxiliar, permite elaborar un perfil psicolgico completo del autor de un escrito. Esta tcnica proyectiva es una herramienta de apoyo y de aceleracin y profundizacin de diagnsticos, que posibilita una visin ms completa de los aspectos involucrados en el aprendizaje y en los desequilibrios de la salud en general. Por medio de la Grafologa podemos detectar perturbaciones tanto fsicas como psquicas y prevenir patologas posteriores ms profundas. Tambin podemos obtener datos relacionados con las capacidades intelectuales, sociales y creativas, que nos permitirn generar estrategias y espacios motivadores para los intereses manifestados por nuestros chicos.

    La Grafologa posee la ventaja de no necesitar un tiempo extra para su administracin. Slo es necesario saber observar la letra de nuestros hijos y alumnos. Su tamao, su forma, su inclinacin, su direccin y otras caractersticas, se convierten en una fuente de informacin. Detrs de la ortografa y el orden aparecern la emocin, el miedo, el disgusto, la competencia, la alegra, la vocacin, el instinto, la razn, la frustracin, la sociabilidad o el enojo. Conocer las herramientas bsicas del anlisis grafolgico nos permite decodificar las seales que envan las palabras, no slo a los graflogos cientficos, sino tambin a las madres y a los padres, y a todos aquellos que compartimos la tarea de formar y educar. En los prximos nmeros iremos desovillando la historia de esta compleja disciplina y compartiendo sus fundamentos.

    Profesor Alejandro AlfieriTcnico Analista GraflogoEspecialista en Grafologa Infantil-Juvenil02944 - [email protected]

  • 11

    El 3 de junio de 1908 un polica del entonces Territorio Nacional del Chubut le dispar desde atrs, a la cabeza y a muy corta distancia, al primer maestro de Cholila: don Jos Vicente Caldern.

    Pero don Vicente sobrevivi al atentado y en 1947 redact de puo y letra sus Memorias.

    Las Memorias del Maestro Caldern

    Por Vicente Caldern

    En el mes de enero de 1899, por pedido especial del entonces Presidente de la Repblica General Julio A. Roca, que comprob en la visita que hizo a la Colonia Galesa del Chubut, que an no haba una sola escuela argentina en dicho territorio, el Consejo Nacional de Educacin resolvi enviar profesores normales netamente argentinos, para que fundaran all las primeras escuelas nacionales especialmente para la enseanza y la difusin de nuestro idioma, que a la sazn solo era hablado por las escasas autoridades argentinas en la referida Colonia. Recin recibido de Profesor Normal en la Escuela Normal Mariano Acosta de la ciudad de Buenos Aires, fui designado director de una de las escuelas a crearse en la Colonia Galesa, y en compaa del Inspector General de Escuelas de Territorios D. Ral B. Daz arrib a Puerto Madryn (Chubut) el da 25 de febrero de 1899 a bordo del transporte nacional 1 de Mayo. asign el pueblo de Gaiman, centro de la Colonia Galesa, para instalar la escuela, y el da 9 de marzo de

    El Inspector General me

    Jos Vicente Caldern en una visita de inspeccin en Caadn Pelado

    1899 inaugur las clases en la escuela que hoy lleva el Nro.34 del Chubut. Ese da marc una verdadera etapa para aquella Colonia que esforzados pioners fundaran en 1865. Hasta entonces haban vivido en verdadera ausencia de nuestra nacionalidad. Sus hijos, pese a nacer en nuestro suelo, no conocan otro idioma ni costumbres que las galesas y no se adverta nada que los aproximara a nosotros. Al principio con grandes dificultades que fui allanando paulatinamente, pude ir realizando una paciente obra de argentinizacin, obteniendo excelentes resultados, pues se oper en la Colonia una gran transformacin. Los Galeses comenzaron a comprender que no estaban en su pas sino en el nuestro, empezaron a conocer nuestro idioma, nuestra historia y nuestras instituciones, y principiaron as a encariarse con la tierra generosa que les haba dado albergue. Satisfecho el Consejo Nacional de Educacin con mi desempeo, dirigi la mirada hacia otra zona en la que se agitaban idnticos o ms graves problemas.

  • 12

    El maestro de visita en la escuela de orquinco Sur

    La zona cordillerana del Chubut que fuera puesta de manifiesto para los argentinos por la memorable expedicin que el Teniente Coronel Luis Jorge Fontana realiz en el ao 1885, se mantena tambin ajena al concierto de nuestra nacionalidad. En el valle denominado 16 de Octubre se hallaba radicada la Colonia Galesa, desmembramiento de la que originariamente se fundara en Trelew y Gaiman; all exista desde un tiempo antes una escuela dirigida por maestros galeses; y en todo el resto de la extensin fronteriza cuya poblacin era en su totalidad chilena, no exista una sola escuela. Evidentemente que hacia all deba acudir la escuela argentina con su misin pacfica de orientacin y afianzamiento. El Consejo Nacional de Educacin, demostrando una vez ms esa confianza que tanto me alentaba, me autoriz a emplazar la escuela cuya direccin se me confiaba, en el punto de la cordillera que yo juzgara ms adecuado. Sin ms bagaje que mi entusiasmo, mont a caballo en Gaiman el da 18 de septiembre de 1905, llevando en otro caballo pilchero mi menguado equipaje. Recorr los 750 kilmetros que separan el valle de Gaiman de la cordillera, siguiendo las huellas de la expedicin Fontana; y el da inolvidable para mi del 22 de octubre de 1905 llegu al maravilloso valle de Cholila, emplazado casi en la frontera, unas 12 leguas en lnea recta al norte del lugar que hoy ocupa el pueblo de Esquel. El viaje haba durado un mes y cuatro das, y pese a todas las penurias pasadas en el mismo me senta feliz ante la magnitud de la obra a realizarse, que en apariencia era tan humilde y sencilla, pero que tena tan hondo significado patritico. No vacil un instante respecto al lugar del emplazamiento de la escuela, y desde aqul da Cholila, ese valle encantado, qued unido para siempre a mi vida. Pero no todo era llegar y proponerse fundar una escuela. No haba ni la ms remota posibilidad de contar con un local adecuado para tales fines, pues la poblacin diseminada en el largo valle, no dispona

    siquiera de un rancho que pudiera cederme. Sin embargo mi entusiasmo era superior a las dificultades, y de inmediato reun a los vecinos, a los que expuse en sencillas palabras mis propsitos y la necesidad de que ellos cooperaran al xito de los mismos. Mi llamado encontr amplio eco, pues a los dos meses, el da 25 de diciembre del mismo ao, haba logrado ya reunir por contribucin de los pobladores todo el material necesario para la creacin del local. De inmediato se inici la construccin del rstico edificio, que qued terminado a los seis meses. Y eleg el da patrio, el 25 de Mayo de 1906, para inaugurar la escuela que hoy lleva el Nro.17. Ese da tambin inolvidable, reun a todos los pobladores en torno a la escuela, y en nombre del Consejo Nacional de Educacin proced a recibir en donacin el local construido por suscripcin pblica. An hoy no puedo reprimir la emocin al recordar aquel da del fro invierno cordillerano, cuando nuestra bandera azul y blanca ondeaba orgullosa en la primera escuela de este valle fronterizo. Pasados los meses de vacaciones que en esta zona son junio, julio y agosto, inici las clases el 1ro. de Octubre de 1906, por haber sido el mes de septiembre de muy mal tiempo para la concurrencia de los nios a la escuela. Dirig la escuela desde esa fecha hasta el 31 de mayo de 1908, fecha en que se clausuraron las clases, pues pocos das despus un acontecimiento desgraciado vino a truncar mi misin de argentinizar estas fronteras de nuestra patria, que con tanto celo me haba propuesto llevar a cabo. Voy a explicar el motivo de aquel suceso: Desde antes de mi arribo a Cholila se haba constituido en Chile una compaa, que tena por fundamental propsito adquirir esas tierras de frontera que formaban parte del conocido pleito territorial entre Argentina y Chile, y que por resolucin del rbitro (la Reina Victoria de Inglaterra) quedaron incorporadas a nuestro pas. La adquisicin de esas tierras deba efectuarse mediante la siguiente combinacin: En esa poca el gobierno argentino, como premio a los valiosos y abnegados trabajos realizados por el insigne argentino Dr. Francisco P. Moreno, como perito de nuestro pas en la cuestin de lmites, le otorg en donacin 25 leguas de campo que l mismo deba ubicar en zonas que no estuvieran pobladas en la cordillera, con nimo de no perjudicar a terceros. El Doctor Moreno, ausente por completo de las ulterioridades de la cuestin, cedi sus derechos antes de ubicar las tierras a D. Florencio Martnez de Hoz, quien a su vez vendi dichos derechos a la citada compaa chilena que tom el nombre de Compaa Cocham. Cuando yo llegu a Cholila en 1905 esa

  • 13

    compaa estaba en posesin de una parte del valle de Cholila, y estaba mensurando los campos el agrimensor D. Mario Engel, que realizaba la operacin a nombre del Sr. Florencio Martnez de Hoz. Me llam poderosamente la atencin tal circunstancia, mxime que estaban an vivos en la mente de todos los argentinos los momentos de aguda crisis que habamos pasado a raz de la delicada cuestin fronteriza. Por ello me preocup de observar atentamente las actividades de la Compaa Cocham, y pude, sin lugar a dudas, llegar a la conclusin de que la misma tena el propsito de apoderarse por medio de compra, de la parte litigiosa de territorio que haba quedado para la argentina en las zonas de Cholila, Epuyn, y El Bolsn. Y pude tambin comprobar que esa compaa no era realmente un organismo civil, sino que prcticamente era un resorte oficial del gobierno de Chile. En esa poca era Gobernador del Chubut el Dr. Julio B. Lezana, argentino de alma y de corazn, y era Ministro del Interior otro gran argentino, el Dr. Indalecio Gmez. Con mi modesta colaboracin y la decidida accin de esos dos hombres de gobierno, se consigui que D. Florencio Martnez de Hoz anulara la venta realizada a la compaa Cocham, pues no escapaba a nadie el serio peligro que tal operacin encerraba. Sin querer atribuirme el xito de la difcil cuestin, debo destacar que fueron mis informes confidenciales los que determinaron al Gobernador Lezana, a gestionar en el Ministerio del Interior la anulacin de la peligrosa operacin, que encerraba en

    El maestro Caldern en el hito del coyte

    si una verdadera maniobra militar cuyas finalidades nadie poda prever. Anulada la venta y desalojada la Compaa Cocham, vinieron las represalias que yo presenta, pues bien saba la misma que eran mis informaciones las que haban determinado el fracaso de su maniobra. La polica de Cholila era ejercida entonces por un personal de la ms baja condicin que puede uno imaginarse. Eran tres sujetos de psimos antecedentes que se hallaban entregados por completo a los empleados que la Compaa Cocham tena en sta, y que no vacilaron en ser instrumento de los mismos en un bien pensado plan de venganza. El 3 de junio de 1908 estaba yo tranquilamente en mi puesto en el lugar denominado Laguna del Mosquito, cuando a la diez de la noche ms o menos llegaron dos agentes del destacamento policial enviados por el oficial de polica Elvira Cejas. Yo me encontraba al lado del fogn, en la cocina, cuyas paredes eran de palo a pique y tenan entre palo y palo ranuras bastante grandes. Los invit a pasar, ajeno en absoluto al siniestro plan que traan; y luego de estar un rato hablando conmigo el agente Antonio Batilana, natural de Patagones, sali del recinto, dio vuelta a la cocina hasta situarse del lado de afuera frente al lugar ocupado por mi, apoy el revolver en una ranura, y a una distancia no mayor de treinta centmetros hizo fuego contra mi cabeza. La bala penetr por detrs de mi oreja derecha y al chocar sobre el hueso del crneo, y debido seguramente a la extraordinaria consistencia del mismo, desvi su

  • 14por la cortada, llegando a ese pueblo el 4 de junio a las diez de la maana. Afortunadamente encontr all al mdico de la Gobernacin Dr. Hrcules Mussachio que andaba de gira, y me atendi con toda solicitud ponindome fuera de peligro. Al cabo de un mes y medio estaba completamente restablecido, y mi primer impulso fue volver a Cholila a proseguir mi obra de argentinizacin; pero el Inspector de Escuelas de la Dcima Seccin D. Marcelino B. Martnez se opuso a mis propsitos que juzgara temerarios, pues no dudaba que se repetira el atentado, pese a que los delincuentes ya estaban arrestados. El Consejo de Educacin escucho al inspector y me destin a la colonia indgena de Nahuel-Pan sita en las inmediaciones de Esquel, cuya direccin ejerc durante cuatro aos. Pero Cholila era parte de mi mundo afectivo y deseaba ardientemente a ese rincn, en el cual bien saba cuanto se necesitaba de argentinos de verdad en esas horas difciles, tan distintas a las actuales. Consegu mi objetivo y volv a la direccin de la escuela de Cholila, en la que segu cumpliendo mi silenciosa tarea de maestro hasta 1917, en que el Consejo, quizs en premio a mi tesonera accin, me nombr Inspector de Escuelas de la Dcima Seccin de Territorios, que comprenda la parte central y cordillerana de los territorios de Chubut y Ro Negro. Durante diez aos desempe las tareas de Inspector, recorriendo muchas veces toda la seccin a mi cargo tanto en invierno como en verano, por sitios casi intransitables y con el medio de movilidad del que generalmente se dispona en aquellos tiempos difciles; el caballo. As alcanc a fundar treinta nuevas escuelas en campaas casi desiertas, instaladas en ranchos construidos y donados por los pobladores en diferentes puntos de ambos territorios. El 31 de marzo de 1927 se me acord la jubilacin, y desde entonces me encuentro ubicado definitivamente en este pedazo de patria, por el que tanto me afan hasta exponer la vida a fin de que no sea disgregado.

    Cholila, Septiembre 18 de 1947VICENTE CALDERNEx Inspector de Escuelas de Territorios, Jubilado.

    trayectoria hacia abajo, me atraves el cuello y fue a incrustarse en los tizones del fogn. Al sentirme atacado me incorpor rpidamente con el propsito de llegar a mi dormitorio y tomar un arma, pero al instante me desplom baado en sangre dentro mismo de la cocina. Segn pude despus establecerlo, los forajidos me arrastraron largo trecho en direccin a la Laguna del Mosquito que queda cerca del lugar, con el propsito de arrojarme al agua. Pero posiblemente mi cuerpo era muy pesado, pues me abandonaron a unos cincuenta metros del rancho en medio de un malln. Seguramente por la humedad y el fro recobr el conocimiento y con gran esfuerzo pude incorporarme apoyndome en unos arbustos de chacay. Al instante sent voces que llegaban de mi rancho, dentro del cual me pareci que peleaban y vociferaban. Era que haban estado asesinando a mi pen, que qued en la cocina, pues al siguiente da se encontr el cadver acribillado a pualadas en el interior de la misma. Comprendiendo el peligro de muerte en que me hallaba experiment una violenta reaccin, y arrastrndome, cayendo en menucos y pantanos, consegu hacer una legua y llegar a la casa del vecino D. Sixto Gerez, uno de los pocos argentinos que poblaban la zona. All me recibieron solcitamente y consiguieron parar la peligrosa hemorragia. Comprend que aparte del inminente peligro que significaba la grave herida recibida, deba huir del alcance de esa polica pervertida que seguramente no descansara hasta liquidarme. Ped a D. Sixto un caballo y montando en pelo, emprend la marcha a las tres de la maana del da 4 de junio rumbo a Esquel. Para ganar tiempo deb ir por el camino de la cortada de la cordillera que estaba totalmente cubierta de nieve. Fue esa marcha un episodio que jams olvidar. Mi caballo se hunda hasta mitad del cuerpo en la espesa capa de nieve, que en partes tena peligrosa consistencia. Pero el afn de salvar la vida es superior a todo obstculo, y pude as trasponer las doce leguas que dista Esquel

    La Inspeccin de Escuelas de Esquel en los tiempos del maestro Caldern

  • Las historias detrs de esta historiaLas historias detrs de esta historia

    La historia del maestro Caldern me la refiri el Chingolo Casalla en la esquina de Mitre y Villegas, unas semanas despus me comuniqu con Ernestina (una de sus hijas) y un mes ms tarde tuve la suerte y el agrado de conversar en Esquel con ella y dos de sus hermanos. Fue doa Ernestina la que puso a mi disposicin Las Memorias del maestro, los documentos, las cartas y las fotografas familiares, y quin me obsequi una copia del libro Hroes Olvidados de Jos I. Tamburini, donde el autor recrea la historia de don Vicente. Por esos das obtuve muy buena informacin leyendo en internet las columnas dominicales Curiosidades Patagnicas, firmadas por Francisco N. Jurez y dedicadas exclusivamente al caso y su contexto histrico, publicadas por el diario Ro Negro entre abril y julio del ao 2008. Hay muchos pormenores que las sobrias memorias del maestro no refieren, por caso los nombres de las dos vctimas fatales que tuvo esta historia: Don Juan Bonansea, el vecino que junto al maestro elev el petitorio al gobernador Lezana, y fue asesinado el 8 de marzo de 1908 en el paraje Pozo Cayuqueo (cerca de Telsen) precisamente cuando regresaba de entregar el petitorio; y Don Asuncin Mayorga, el pen del maestro asesinado por los policas luego de dar por muerto a Don Vicente. Al momento del atentado la empresa Cocham no slo haba adquirido los derechos de las 25 leguas cuadradas cedidas al Perito Moreno por el Estado Nacional, sino que haba comprado varias parcelas que se extendan hasta Tecka en las que pastaban 35.000 ovejas; adems haca muy poco que la empresa haba abierto una picada trasandina hasta El Manso (del lado Argentino) para abreviar los arreos. Esto alteraba los trminos del Tratado de Lmites firmado entre Argentina y Chile en 1902 (haca apenas 6 aos) y fue denunciado por Clemente Onelli en su excelente libro Trepando los Andes. El que vendi las 25 leguas cuadradas a la empresa Cocham fue Florencio Martnez de Hoz, descendiente de

    Jos Martnez de Hoz (fundador de la Sociedad Rural Argentina en 1866) y ancestro de Jos Alfredo Martnez de Hoz, Ministro de Economa de la ltima dictadura militar. Al momento de la transferencia Don Florencio presida la Argentine Football Association, que es como se llamaba la AFA por aquellos aos. Entre las cartas dirigidas al maestro Caldern que obran en poder de sus hijos hay una -fechada en Cholila el 26 de Agosto de 1908 y firmada por el vecino Miguel Iribarne- que sugiere que detrs del atentado al maestro estara la mano del entonces gobernador del Territorio Nacional de Chubut, el doctor Julio B. Lezana. Este supuesto se relaciona con algunas sugerentes notas periodsticas publicadas por esos das por el diario La Prensa, y con una curiosa coincidencia: Un nombramiento por parte del gobernador Lezana de don Vicente Caldern como comisario ad honrem (cargo que nunca ejerci) fechado el mismo da del atentado. Siempre (o casi siempre) hay varias historias detrs de la historia, ojal la lectura de Las Memorias del maestro, del reportaje a sus hijos y de este breve apunte, alienten la curiosidad de los lectores vidos, motiven una investigacin ms profunda y pormenorizada por parte de algn profesional en la materia, y sirvan para rescatar del olvido la figura de este maestro argentino, que al decir de Francisco N. Jurez en sus columnas era un norteo inmenso, morocho y serio, silencioso y activo, tan corpulento como el maestro Carlos Fuentealba.

    S. Di Silvestro

    15

    Doa Ernestina Caldern de Ocampo

  • 16Cholila, Agosto 26 de 1908.-

    Seor Don Vicente CaldernRawson

    Muy seor mo:

    Por la presente me permito hacer a Uds. una indicacin. Ayer llegu de Bariloche (Nahuel Huapi). En esa encontr a Gmez (el ms joven) agente que se desert de aqu el 26 de mayo en la noche, presentndose en Bariloche. Dice que se resolvi a marcharse por no verse comprometido en asuntos incompatibles. Creo que sera conveniente para su causa, hacerle tomar declaracin a ese y a Bustamante, que sali este ltimo el da del atentado contra su persona para orquinc. Rafael Beltrn desea tambin prestar declaracin, es el agente de 16 de Octubre a quin se debe la aprensin de Batilana.

    Corre aqu el rumor de que Uds. no vuelve ms a la Cordillera. Con esta noticia queda triste todo el vecindario, y sienten los corazones quedarse apartados de la persona a quien le deben la vida. Todos estaramos contentos y agradecidos si Uds. volviera a vivir ac, porque entonces tendramos un protector para garanta de nuestras vidas e intereses.

    Aqu es opinin general de que el seor Gobernador es responsable de todos los hechos pasados. Esta opinin confirman los procederes del seor Mugica segn se dice aprobados por la Gobernacin. Como casi todos los damnificados son chilenos, se han presentado en masa al cnsul de su nacionalidad. Se dice que el Gobierno Chileno se interesa en esclarecer las causas del antagonismo contra esa nacionalidad, por lo que parece habr intervencin internacional. El tiempo dir el resultado.

    Causa extraeza el silencio de los diarios de julio, nada dicen de su causa, se hace sospechar que se quiere ocultar la verdad y libertar a los comprometidos, porque en otros crmenes de menor inters saben dedicar pginas enteras con minuciosos detalles. Debo de manifestar a usted francamente, que estoy dispuesto a sacrificar mi vida por su causa, y el da que no vea cumplir la ley castigando a los culpables ejemplarmente ser el da del grito, mientras esperar los trmites del sumario. El mvil del crimen no es otro que hacer desaparecer a Uds. para acusar al vecindario en masa, y para conseguir el desalojo de todos los pobladores, esta es la verdad desnuda, que hace dudar, nos hallemos en el siglo XX, en un pas culto como la Repblica Argentina.

    Soy padre de un varn argentino, como le tengo cario a ese hijo, soy argentino de corazn, aunque extranjero materialmente, por lo tanto debo de morir defendiendo los principios de justicia, combatiendo las barbaries con la fe de todo hombre de ser til a la humanidad. Acaso los ascendientes de los actuales argentinos han sido hijos de este suelo?

    Seor Caldern me dispensar Uds. este relato, es lo que siente mi corazn, semejante a un volcn por reventarse, cada vez que me acuerdo el cobarde y horroroso atentado contra su vida. Le deseo se encuentre con salud y proceda Uds. con energa contra sus verdugos, no merecen compasin.

    Saluda a Uds. Atte.Miguel Iribarne

  • 17

    Para saber un poco ms sobre la vida del Maestro charlamos en Esquel con sus hijos: Miguel Caldern, Ernestina Caldern de Ocampo

    y Elena Caldern de Jovanovski. En la voz de don Miguel compartimos con ustedes algunos recuerdos de estos tres hermanos,

    que atesoran la memoria domstica de uno de los primeros maestros patagnicos.

    A la vera del fogn:

    Miguel Caldern, un hijo del Maestro.

    Por Sebastin Di Silvestro

    Luego de escribir sus Memorias pap me pidi que se las pase a mquina. Qued el manuscrito, pero no s donde est. Despus entregamos todo al periodismo y no nos quedamos con ninguna copia. Cuando uno es joven no le da a las cosas la importancia que tienen. Nuestro padre naci en La Rioja el 16 de noviembre de 1876 y en 1893 se recibi de maestro normal. Pero ejerci muy poco tiempo en su provincia natal. No recuerdo en que ao se fue a seguir estudiando a Buenos Aires, pero en 1898 se recibi de profesor en el Mariano Acosta, y al ao siguiente lleg a Gaiman. Fue uno de los dos maestros que acept venir a la Patagonia por aquellos aos, el otro se llamaba Eduardo Alderete. Pap lo cuenta en sus Memorias: Roca visit la Colonia Galesa de Gaiman en enero de 1899, iba rumbo a Punta Arenas a abrazarse con el presidente chileno Federico Errzuriz (abrazo que la historia recordara como el abrazo del estrecho) y cuando lleg a Gaiman se encontr con que no haba maestros argentinos. Los galeses eran colonos en el Territorio Nacional de Chubut desde 1865 y hasta ese momento sus maestros haban sido galeses. Como habr sido esto de llamativo para Roca que inmediatamente mand a Buenos Aires la orden para que fueran designados dos maestros, y a los dos meses pap estaba izando por primera vez la bandera argentina en la que hoy es la Escuela Nro. 34 de Gaiman. La que recordaba siempre la visita del presidente Roca era nuestra abuela materna, porque nuestros abuelos maternos -los abuelos Pugh- eran los dueos del Hotel Gaiman, donde se le hizo la recepcin a Roca en su visita y donde dos meses despus lleg a vivir nuestro pap. As que nuestra abuela fue la cocinera de esa recepcin a la que asistieron ms de 250 personas, algo espectacular para Gaiman por aquellos aos. Y nuestra mam se llamaba Elena Pugh, haba nacido en Rawson en 1886 y se conocieron cuando pap lleg a Gaiman, pero se casaron muchos aos despus.

    Pap siempre recordaba elogiosamente a sus primeros alumnos, deca que se haban adaptado muy bien a las costumbres, y que rpidamente haban comprendido que eran argentinos. Porque por aquellos aos la Patagonia era un territorio difuso, y una de las tareas de esos primeros maestros fue la de argentinizar a la poblacin lugarea. l estuvo a cargo de la escuela de Gaiman durante 5 aos, hasta que en 1905 lo designaron para que funde y dirija una escuela en las cercanas del entonces paraje Cholila. Viaj solo y de a caballo. Los primeros kilmetros se gui por la huella de Los Rifleros de Fontana, que haban remontado el ro Chubut 20 aos antes, en la primavera de 1885. Y despus se habr guiado con esa brjula chiquitita que invariablemente llevaba consigo. Siempre recordaba la fecha en que lleg al valle de Cholila, deca que haba sido uno de los das ms felices de su vida. A los pocos das de llegar eligi el lugar donde levantar la escuela y enseguida reuni a los vecinos. Hay que ver por aquellos aos como colaboraba la gente. Familias que no tenan muchos recursos y que en poco tiempo reunieron lo necesario para levantar la escuela. Porque la escuela se hizo por suscripcin pblica, cada uno colabor con lo que pudo, as fueran 5 o 10 pesos, por ah tenemos el acta con nombres y apellidos. Se dice que fue mi padre quien levant esa escuela con sus propias manos, pero no fue as; el vecino que con la colaboracin de otros pobladores hizo aquel trabajo

    Don Miguel Caldern

  • 18fue don Martn Echeritobehere. Despus del atentado el Consejo de Educacin no le permiti regresar a Cholila y lo puso a cargo de la escuela de la Colonia Nahuel Pan. Recin cuatro aos despus fue restituido en su cargo y pudo regresar. Y en 1917 lo nombraron Inspector de Escuelas de la Dcima Seccin de Territorios, que comprenda la parte central y cordillerana de los Territorios Nacionales de Chubut y Ro Negro. Siendo Inspector haca giras largusimas, a veces arrancaba a la altura del ro Senguer y llegaba hasta Bariloche, durante los primeros aos recorra las escuelas de a caballo, y aos despus con un Ford T modelo 1915. El ao pasado se nos quem un galpn en la Casa de Piedra donde tenamos el Forcito y lamentablemente no lo pudimos sacar.

    Casa de Piedra, hogar del maestro Caldern y su familia en Cholila

    El maestro Caldern en la puerta de su Casa de Piedra

    El maestro vadeando el rio Epuyn en su Ford T

    Mir que cambio, del caballo a un Ford T del ao 15, yo tendra trece aos ms o menos cuando me ense a manejar. El motor se arrancaba con una manija y el acelerador era una mariposa que se mova con la mano. Tena tres pedales, una vez que se pona en marcha haba que apretar el pedal de la izquierda, bajar una palanca y acelerar con la mariposa. Despus se soltaba la palanca y sala en directa porque tena una sola velocidad. El pedal del medio era la marcha atrs y el de la derecha el freno, y la nafta era otro tema: vena de Alemania en latas de 18 litros (un cajn traa dos latas), y me acuerdo que los cajones traan una cruz esvstica; claro, eran los aos del nacional socialismo. Por aquellos aos no haba surtidores por todos lados como ahora, entonces en los viajes largos (a Gaiman o a Trelew) haba que llevar dos cajones por lo menos. Los Ford T traan correas en los estribos para atar los cajones, y cuando al auto le faltaba nafta haba que poner la lata arriba del tanque, y agujerearla con un punzn cuidando de que el agujero quedara justo en la boca. Con el Forcito pap recorra desde las costas del ro Limay hasta el lmite con Santa Cruz. Kilmetros y kilmetros. Un to nuestro, que lo acompaaba en algunos viajes, nos contaba que cuando se le pinchaba una rueda la rellenaba con paja del campo para poder seguir, mir si se las arreglaba con su caballito nuevo. Con el paso de los aos al coche se le rompi la carrocera, estaba partido por todas partes y no se lo poda soldar, entonces pap lo hizo desarmar todo y sobre el chasis le mand hacer una carrocera de madera, adelante un asiento (sin capota ni nada) y en la parte de atrs unas baranditas. Era duro como un carro, no tena asientos mullidos, pero con esa carrocera sigui prestndole servicios por muchos aos ms.

    El maestro vadeando el rio Epuyn a caballo

  • 19

    Un perfil de la Casa de Piedra

    en la actualidad

    Mi padre se cas en 1917, 10 aos antes de jubilarse. En 1918 naci Tito -nuestro hermano mayor ya fallecido- y despus nosotros. La Casa de Piedra la termin de construir en 1927 cuando ya estaba jubilado. Mi seora y yo vivimos ah actualmente, tenemos una casa de t y la mantenemos lo mejor que podemos. Nuestra familia se vino a vivir a Cholila en febrero de 1929, hasta ese momento vivamos en Gaiman; hicimos el viaje en el Ford T por un camino que comenzaba en direccin a Telsen, yo tena 9 aos pero me acuerdo como si fuera hoy. Tardamos dos das. Al mes siguiente pap tena que ir a Esquel y lo acompaamos con mi hermano. Yo admiraba como manejaba, en esos tiempos de Cholila a Esquel se demoraba 6 horas, y l estaba tan acostumbrado a estar en campaa que siempre llevaba un churrasquito para hacer en el camino, el lugar donde a menudo le gustaba parar a churrasquear era el arroyo La Madera. Otro de los recuerdos que tengo de chico es del invierno de 1930, nuestra mam no andaba bien y pap la llev a Gaiman para que pase esos meses difciles, los varones lo acompaamos y volvimos con l a pasar todo el invierno (de abril a septiembre) en Cholila. Durante esos meses cada uno de nosotros tena su actividad en la cocina y con la limpieza, pap era muy ordenado y buen cocinero, no tena esos prejuicios sobre las tareas de varn o mujer. Yo no he comido tortas fritas ms ricas que las que haca mi padre, y hablando de tortas fritas me acuerdo de una historia que el siempre contaba: Resulta que andando de escuela en escuela por esos desiertos, una vez encontr un maestro jovencito al que lo haban nombrado no haca mucho, un muchacho del norte (todos eran del norte) que estaba completamente abatido en medio de esas soledades patagnicas. Entonces l pens A este muchacho lo voy a hacer yo y se qued unos cuantos das acompandolo, ayudndolo y aconsejndolo, y todos los das le

    haca tortas fritas! Deca que cuando l finalmente se fue el muchacho ya era otro, estaba animado y entusiasmado con la tarea que tena por delante. Pap no era de manifestarse demasiado, era un hombre sumamente callado y yo pienso que no le daba importancia a lo que haca, haca lo que tena que hacer sin pensar en la trascendencia. Siempre nos arrepentimos de no haberle dicho que escriba ms. Era muy serio, muy recto y nos enseaba mucho. Nos haca leer todas las noches y luego nos haca explicar lo que habamos ledo para ver si lo habamos comprendido. Siempre nos recitaba poesas de memoria y tocaba muy lindo la guitarra. En casa haba mucho para leer: Libros, diarios, revistas que le mandaban directamente de Buenos Aires, porque entre otras cosas l fue corresponsal del diario La Prensa. Con Ernestina y Elena lo recordamos a menudo sentado en su escritorio, leyendo y estudiando. Le gustaba levantarse temprano, ensillar un caballo y salir al trotecito a recorrer su valle. La verdad es que era un hombre de costumbres magras: el mate amargo, la comida sencilla, y el asado como mejor agasajo. Nunca haba estado enfermo hasta que el corazn empez a flaquearle, entonces sufri mucho, tena 75 aos. La muerte lo sorprendi el 13 de marzo de 1948 mientras dormitaba envuelto en su poncho pampa en un hotelito de Ingeniero Jacobacci. Al da siguiente iba a tomar el tren con destino a Buenos Aires con la esperanza de curarse. Lo haba llevado en auto un amigo quien finalmente lo trajo sin vida de regreso a Cholila. Se ve que la noticia corri rpido por toda la comarca porque a las pocas horas empez a llegar gente a la Casa de Piedra. Llegaban de todos lados, en catangos, de a caballo o de a pi, y en unas pocas horas se junt un montn de gente. Era noche cerrada cuando vimos que los focos del auto se asomaban a la lomada. Al da siguiente, camino del cementerio, se fueron sumando las escuelas, y cuando llegamos estaban todas las escuelas del distrito rodeando a la familia, para darle el ltimo hasta siempre a su querido maestro.

    Don Miguel y su seora (con visitas) en el frente de la Casa de Piedra

  • 20

    Cuando son que al pueblo venan los titanesfuimos baados por la luz de un cometa,salimos a mirarnos por la callehasta quedar convencidos que se trataba de

    /nosotros.

    El aire fue distintono qued ni un reflejo de esos que ramos anteslas mams, las vecinas, todo se hizo extranjerouna nueva manera de estarnos tom el cuerpo

    sin embargo,alguien que caminaba por Dorrego y hacia abajo(alguien que iba para el Industrial o capaz, para el

    /lado de Lzaro)solt que estos titanes, los que venan a nosotros,no eran los autnticosargument que a la misma hora que actuaban en el

    /pueblotambin lo hacan por la tele,y en el pueblo de un primo.

    Ah noms,los creyentes retrucamosque el colectivo de ellosrajaba por el aire, como locono esperaba por nada, no tena miedo ni le faltaba

    /naftaque la tele es toda una mentira y ese primo,un huevn confundido

    igual qued flotandoun calor que nos conoca por el nombreun aire rezongnun pensamiento que luchaba desde atrs de la nucapor tomarnos los ojos de repentees decir:donde haba brillado una certezaahora camorreaba una pregunta.

    Variaciones sobre la verdad

    Rafael

    Aunque la cosa era a las ochoa las dos ya estuvimos,sin bajarnos de las bicis esperamos as,de la manera que lo hace el que va a crecer de golpe

    a las cuatro lleg el colectivo(uno de lnea, de Morn,feo pero fileteadoraspado contra todo)de ah fumando se bajaron tres tiposcharlaron con Elpidio, el cantinero,ni miraron a los cuatro paisanosque jugaban al tute,despus baj otro ms, con tres valijas,Karadagin no era ninguno

    al rato en un torinollegaron otros cuatro,tenan anteojos negros de turismo carreteray unas gorras cancherasaireadas por los bordes,fumaban y aunque pasaron rpidoKaradagin no eran tampoco

    uno rengueaba un poco, pero no tanto como para /ser la momia

    que como todos sabenrenguea parejo para atormentar a su enemigo

    ni el cole ni el torino eran medio ligerosparecan cascajos que pedan disculpas

    con Methol y Galeano entramos primeroy nos sentamos adelante,se acerc el que haba bajado tres valijasy nos mand hasta la tercera filadetrs de una piola

    arrancaron Tuf Mem contra Pepinose trabaron y enseguida volaron por el aire,

    UrretabizkayaSan Martn de los Andes

  • no aguantaba verlos azotarse contra el pisotampoco poda cerrar los ojos,apagaba mi cabeza, la dejabacomo un caldo que se olvida en la olla

    Cuando el Caballero Rojo se trep a las sogas de la /esquina

    para reventar por fin a Mercenario Jou,(por quien yo sufra aunque a l no lo quisieran ni su

    /padre ni su madre)pens que ser,es algo bien difcily ellos a un tiempo eran dos cosas,que luchar disfrazado es regar bajo la lluvia,y que as y todo estos tipos, se parecan a algo cierto.

    La ltima pelea de la nocheencontr a dos de los buenos:Karadagin contra la momia.

    De golpe supe cosas que me nacieron solascomo nacen el hambre o los granitos,que Karadagin era el mismo que tempranome haba mandado para atrsque la momia era el piloto del torino

    21

    Se pocas cosas, entonces escribo para hacer preguntas. Nac en Dolores en 1963, donde de chico mis tas me mandan a la esquina a ver si llova. Pero mis primeros aos fueron vividos en Comodoro Rivadavia, donde mi pap amansaba pulpos y mi mam les venda motonetas a los empleados de YPF. Soy maestro y desde 1983 vivo en la provincia de Neuqun, ac trabaj 17 aos en comunidades rurales y desde hace unos aos con mi compaera y mis seis hijos vivimos en San Martn de los Andes. Escribo y publiqu algunas cosas: Te agarro a la salida (cuentos) Editorial Corregidor, 1997; Aim (novela) en coautora con Wille Arrue, Editorial Mingaco, 2000 (reeditado por Ediciones De la Grieta, 2004); Tita y Toto (cuento) Ediciones Nuevo Siglo, 1997; Tierras de aventuras (cuentos) compartido con Emilio Urruty y Silvia Iparraguirre, Editorial Desde la Gente; Carlito el carnicero (poesa) De la Grieta, 2004; y Teresa, Plan Nacional de Lectura. Hice una adaptacin de El Quijote de la Mancha para tteres, estrenada en 2005 y ahora estamos trabajando con el maestro titiritero Daniel Aguirre en otra obra que ya tiene ttulo: La esquina del redondel. Particip de la Revista La Grieta de San Martn de los Andes y me encanta trabajar con los amigos de Efecto Tbano

    el portal de radio Calf Universidad.

    (www.efectotabano.com.ar)Rafa Urretabizkaya

    cuando William B arranc el combateme salt al cuello con una doble nelsonenfurecida! la pregunta:qu cosa es la verdad?

    Los luchadorespelearon algo msescondidos de ellos,

    seguan dndose tortazoscuando los otros ya cargaban las valijas

    Tuf Mem recin duchado se arrim a la cantina,Elpidio sin mirarlo le sirvi un cinzano,los cuatro gauchos que jugaban al tutese tiraron a menos,con Methol y Galeano agarramos las bicis.

    la verdad se hace a golpes?son de verdad los gritos de los chicos?la verdad tiene mscaras?es la verdad lo que da cuerda al mundo?es verdad que los buenos siempre ganan?es la verdad lo que hago o lo que digo?lo callado es mentira o es silencio?la verdad viaja en cole, en torino?

  • 22

    Abuelos de la lengua: Arnaldo CalveyraEl viaje lo trajimos lo mejor que se pudo

    El viaje lo trajimos lo mejor que se pudo. De todas las mariposasde alfalfa que nos siguieron desde Mansilla, la ltima se rezagen Desvo Cl. Nos acompaamos ese trecho, ella con el volar y yocon la mirada. Vena con las alas de amarillo adis, y, de tantoagitarse contra el aire, ya no alegraba una mariposa sino que unafuente arda. Y corri todava con las alas de echar el resto:una mirada tambin ardiendo paralela al no puedo ms en el costadode tren que sigui.La gallina que me diste la compart con Rosa, ella me dio budn.El tren es casi lo que andar en mancarrn.Los que tocaban guitarra cuando me despedas vinieron alegreshasta Buenos Aires. Casi al medioda entr el guarda con paso de"aqu van a suceder cosas", y hubo que ocultar a cuanta cotorrao pollo inocente de Dios se estaba alimentando.En el ferry fue tan lindo mirar el agua.Y sabes?, no supe que estaba triste hasta que me pidieron quecantara.

    Cosas que me pasaron durante la infancia me estn sucediendo recin ahora"Arnaldo Calveyra

    Poeta, novelista, cuentista y dramaturgo, Arnaldo Calveyra naci en Mansilla, en la provincia de Entre Ros, en 1929. Se licenci en Letras en la Universidad Nacional de La Plata y a comienzos de la dcada del sesenta una beca de investigacin lo llev a Pars, donde vive desde entonces, dedicado a la docencia y la literatura. Entre sus libros de poesa se destacan Cartas para que la alegra; Iguana, iguana; El hombre del Luxemburgo; Diario del fumigador de guardia y Libro de las mariposas. Como narrador public la novela La cama de Aurelia, el libro de relatos El origen de la luz y el ensayo Si la Argentina fuera una novela. Varias de sus obras de teatro (Latin American Trip; Moctezuma y Cartas de Mozart) fueron representadas en Argentina y en el extranjero. La mayor parte de su obra ha sido traducida al francs y editada por la editorial Actes de Sud. Recibi la condecoracin de Commandeur de l'Ordre des Arts et des Lettres, otorgada por el Ministerio de Cultura francs, y a fines del 2008 Adriana Hidalgo editora public una excelente antologa de su poesa bajo el ttulo Poesa Reunida. Imperdible.

  • Que a Inacayal lo cobije el suelo del que nunca debi ser expulsada su estirpe, ser justicia. Que todos apoyemos esa iniciativa, tal vez no nos redima, pero puede que nos gane algunas indulgencias." Editorial del Diario El Oeste (15 de junio de 1990)

    MODESTO INACAYAL, Historia de un cacique de frontera.

    Por Ricardo Fernndez y Laura M. Mndez (1)

    Inacayal, el indio amigo

    Modesto Inacayal fue un lder tehuelche que vivi entre 1835 y 1888 en la zona norte de la Patagonia. Form parte de la numerosa familia del cacique Huincahual, y entre sus parientes figuran sus primos hermanos Foyel y el poderoso cacique Valentn Sayhueque, amo y seor del Pas de las Manzanas en la zona del Caleufu. Un par de aos antes de su nacimiento Juan Manuel de Rosas haba realizado una campaa contra los pueblos indgenas que lleg hasta el corazn de la isla de Choele Choel. Si bien en aquel momento no se estableci poblacin blanca efectiva en territorio indio, esta primera campaa militar dio origen a un largo perodo de negociaciones, pactos y alianzas entre el gobierno criollo y los pueblos originarios: sueldos y raciones (en especial yerba, azcar y tabaco) a cambio de colaboracin en la poltica interna nacional y freno a los malones, que en busca de cautivos y hacienda era una prctica habitual de ambos grupos. Comenz as a fortalecerse la posicin de algunos caciques de la Patagonia norte, quienes actuaron como intermediarios y tuvieron la capacidad de disponer de lanzas para eventuales enfrentamientos, y de distribuir los bienes que reciban a cambio de conservar la paz. Inacayal y su grupo fueron indios amigos del gobierno. De nio fue llevado a Buenos Aires y cristianizado por una familia portea, quien lo bautiz como Modesto y le ense las primeras prcticas de la lengua castellana. Treinta aos despus, Utrac, hijo de Inacayal, repiti esta situacin y fue all donde conoci a Francisco Moreno quien lo recibi en su casa y le regal una bandera argentina.

    La vara se tensa

    En las ltimas dcadas del siglo XIX la Nacin se interes por ocupar los territorios del sur. El aumento de la demanda internacional de lanas, la intencin poltica de defender la soberana nacional ante las supuestas pretensiones territoriales de Chile, y la intencin de imponer la civilizacin por sobre la barbarie india hizo que se comenzara a pensar en una conquista. En ese clima de ideas, tanto Argentina como Chile patrocinaron viajes cientficos a la Patagonia para conocer su geografa y su gente. Las noticias que tenemos de Inacayal provienen de estos viajeros. En las tolderas de su padre, en las orillas del Quemquemtreu, lo hall el expedicionario chileno Guillermo Cox, quien dijo sobre l en 1863: "Inacayal me agrad al momento, tiene el ademn franco y abierto, la cara inteligente y sabe algo de castellano; de cuerpo rechoncho pero bien proporcionado." El escocs George Musters lo conoci en 1869 en su periplo desde Punto Arenas hasta Carmen de Patagones. Musters advirti la existencia del liderazgo de Sayhueque y los conflictos que ste generaba al interior del grupo, como el desplazamiento de Inacayal y Foyel ms al sur, al disgustarse porque Sayhueque no distribua bienes, dineros y raciones que reciba del gobierno nacional a cambio de su amistad. El 22 de enero de 1875 un grupo de viajeros divisaron el lago Nahuel Huapi, entre ellos Francisco Moreno, quien se constitua as en el primer huinca que desde el Atlntico alcanzaba la regin lacustre andina. Por entonces Inacayal ocupaba tierras al sur del Caleufu hasta la margen sur del lago Nahuel Huapi. En sus propiedades estaba el tekel malal o corral de madera, lugar donde se guardaban los animales para su posterior traslado a Chile, constituyendo una rinconada clave para contener la hacienda en trnsito a los pasos cordilleranos Cajn Negro, Puyehue, e incluso el paso Cocham sobre el ro Manso. A fines de 1879 la gran invasin blanca sobre territorio indio era un hecho, en ese contexto Moreno emprendi un nuevo viaje a la Patagonia Norte. Lleg a uno de los

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  • toldos de Inacayal, al que consideraba su amigo, cerca de la pampa de Esquel, en cuyo frente flameaba la bandera argentina que Moreno haba obsequiado a Utrac unos aos antes. Inacayal y Foyel los recibieron con gran algaraba junto a una fila de 130 indios guerreros. A una de las hijas del cacique Inacayal, Skak, Moreno le confi antes de partir hacia el Caleufu su posesin ms valiosa: una valija con libros y papeles donde estaba su diccionario Anik-aish, la lengua de los tehuelches meridionales. Un ao despus el tesoro lleg intacto a Buenos Aires. Los aires de guerra no daban espacio para la amistad, Moreno fue declarado traidor por delatar las posiciones de las tolderas y logr huir a Buenos Aires. El gran maln huinca se haba desatado con inusitada violencia.

    Esposa del cacique Foyel junto a la hija del cacique Inacayal

    Skak Inacayal en el cuartel de Retiro y luego en el Museo de La Plata

    Inacayal y la Conquista Militar

    La guerra contra el indio estaba en sus instancias finales, cuando el 3 de abril de 1881 el general Conrado Villegas, mximo responsable de la Campaa al Nahuel Huapi, enarbol la bandera argentina en el cerro Carmen. En su informe sostuvo que habitaban la regin ms de un millar de chilenos con unas 10.000 cabezas de ganado. En el Gran Lago viva el cacique Inacayal, con alrededor de 30 familias indgenas. El informe de Villegas sostena que all se produce trigo (blanco y colorado), cebada, maz, quinua,

    porotos, arvejas (blanca y colorada), zapallos, papas, batatas, etc. etc. Jos S. Daza, teniente coronel participante de la campaa militar, record que en esa oportunidad Inacayal y Foyel se acercaron al improvisado fortn para someterse al Estado argentino y manifestaron: "Que, en verdad, eran indios errantes, pero que a nadie haban robado, cautivado ni muerto; siempre haban sabido vivir de su trabajo y esto lo podan atestiguar con las poblaciones de Chubut y Patagones. Agregaron que la desgracia los haba hecho pobres, que en esta pobreza haban nacido y crecido en sus propios campos legados por sus mayores, y les sera penoso dejar ese pedazo de suelo donde haban vivido hasta llegar a la avanzada edad de la vejez, que algunos de sus hijos residan en la cristiandad, siguiendo espontneamente las costumbres de la civilizacin, a lo cual ellos nunca se haban opuesto. (Dijeron) S, seor general; exigirnos someternos a otras sociedades de distinta religin, en desconocidos lugares, a nosotros nacidos en las soledades de los bosques, acostumbrados a vivir en el silencio de los campos, sera condenarnos mucho a sufrir, lo que acelerara nuestra muerte de las pocas lunas que nos quedan de vida. Preguntseles el nmero de familias que tenan, con cuntas lanzas podan presentar las tribus tehuelches en caso de invasin extranjera. A lo cual contestaron que haba cerca de 3.000 familias, muy desparramadas en varios puntos de la Patagonia. Podan poner sobre las armas mil hombres aguerridos y diestros para los combates y para el manejo de la lanza: pero que tambin la mayor parte andaba en los campos con las boleadoras.

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  • Cautivos en el Museo de La Plata. De izquierda a derecha, mujeres de los caciques Inacayal, Foyel y Ariancu, Margarita y Taf

    Villegas tambin record ese hecho y encontr en los acontecimientos posteriores la justificacin a la arremetida final contra el indgena: En la operacin que llev en 1881 hasta el lago Nahuel Huapi, haba tenido en mi poder al cacique Inacayal con sus caciquillos, capitanejos e indios, ms, como tena la creencia de que dicho cacique era de ndole mansa, despus de hablar largamente con l, dndole consejo de obediencia y de respeto a las leyes de la Nacin, resolv dejarlo en su territorio, pero con la condicin de no admitir en l al cacique Sayhueque, lo cual me prometi Inacayal. Ms tarde supe que no slo Sayhueque se haba refugiado en los territorios del sur del Limay, sino tambin que el hijo de Inacayal cuidaba de los intereses del cacique ancucheo, el indio ms reacio e indmito de los que habitaban la Patagonia. Convencido, pues, de la ndole desleal y falsa de los indios; resolv, al efectuar la operacin que acabo de terminar, no dejar indio que no sintiera el poder de la Nacin, sometindoles a sus leyes o exterminndolos. (2) Como puede observarse para Villegas ya no hay lugar para indios amigos en un Estado que quiere hacerse dueo tanto de sus hombres como de sus territorios. Al final de la ofensiva militar, no se los distingui ni por su procedencia ni por la historia de

    vnculos amistosos con los blancos, sino que se vio en todos ellos a enemigos de la Nacin. La comunidad Inacayal traslad su campamento hacia la provincia de Chubut, establecindose en lo que hoy es la localidad de Tecka. Desde all parti hacia el Alto Ro Senguer donde se prepar junto a Foyel para dar batalla en su ltimo da de libertad. Fue en los llanos de Appeleg donde -tras un brutal enfrentamiento armado- se quebr la resistencia india. Ms al sur, no fueron necesarias nuevas incursiones. La arremetida militar culmin recin en enero de 1885, con la presentacin en Junn de los Andes del cacique Sayhueque al teniente coronel Nadal, con 700 indios de lanzas y 2500 de chusma. Terminaba as, al menos temporalmente, una larga resistencia que incluy estrategias de supervivencia, que admitieron momentos de alianza, de paz y de guerra.

    Una vida tras las rejas del Museo

    Una tarde, mientras se diriga a Palermo, lleg a Francisco Moreno la noticia de que los caciques Inacayal y Foyel se encontraban prisioneros en un penal de la isla Martn Garca. Inmediatamente se dirigi al encuentro de esos viejos amigos del

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  • Familias de Inacayal y Foyel en el Museo de La Plata

    desierto. Pero el cuadro con el que Moreno se encontr distaba mucho de reflejar la respetuosa altivez que aquellos caciques le haban mostrado durante sus expediciones por las tierras del sur. En un cuarto en penumbras se vislumbraba un toldo improvisado habitado por hombres y mujeres sucias y desalineadas. Inacayal estaba acostado, Foyel en cuclillas, con la cabeza mirando el suelo. Desde el interior de la sala, una nia not la presencia de una persona a la que inmediatamente reconoci. Al levantar la vista, los dos caciques se apuraron a saludarlo: Moreno -le dicen mientras extienden la mano derecha- qu van a hacer de nosotros? Por qu nos separan? Al da siguiente Moreno utiliz sus contactos directos con autoridades de la ms alta jerarqua del gobierno como Carlos Pellegrini, y consigui la autorizacin formal para que Sayhueque, Foyel e Inacayal fueran liberados de su cautiverio donde permanecan recluidos. Los dos ltimos fueron trasladados a las instalaciones del recientemente fundado Museo de La Plata junto a un nmero no definido de indgenas cautivos. Inacayal pas a desempaarse como portero de la institucin, y como partcipe obligado de las exhibiciones vivientes de indgenas, que mostraban a la Argentina civilizada,

    los ltimos vestigios del indio brbaro. La secuencia de muertes ocurridas en el Museo hacia 1887 dej un manto de dudas sobre lo acaecido con el grupo de Inacayal. El 21 de septiembre muere una de sus hijas menores, el 2 de octubre su esposa y a los ocho das su hija mayor. El cacique vivi un ao ms y sobre su final se han escrito relatos de diversas grandilocuencias, originados en cierto ritual que habra realizado antes de morir. Si de algn modo supo anticiparse a su muerte, lo arrojaron por las escaleras al desnudarse, o se suicid ante el tormento de ver expuestos los huesos de su gente, es objeto de disputas irresolubles. Sobre sus ltimas horas escribi Clemente Onelli: "Un da, cuando el sol poniente tea de prpura el majestuoso propileo de aquel edificio (...), sostenido por dos indios, apareci Inacayal all arriba, en la escalera monumental; se arranc la ropa, la del invasor de su patria, desnud su torso dorado como metal corintio, hizo un ademn al sol, otro largusimo hacia el sur; habl palabras desconocidas y, en el crepsculo, la sombra agobiada de ese viejo seor de la tierra se desvaneci como la rpida evocacin de un mundo. Esa misma noche, Inacayal mora, quizs contento de que el vencedor le hubiese permitido saludar al sol de su patria"

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  • El da despus

    Los huesos de Inacayal estuvieron en exhibicin hasta la dcada de 1940, luego fueron retirados del aparador. En 1989 la provincia de Chubut reclam su traslado. Despus de varios aos de debate entre representantes del mundo cientfico y autoridades polticas, los restos del cacique llegaron a Tecka el 19 de abril de 1994 para que pudiera ser testigo de aqu en ms de la historia de sus valles y mesetas. La urna fnebre fue trasladada desde la escalinata del avin por dos jvenes representantes de pueblos originarios hasta las instalaciones aeronuticas, secundada por una doble guardia de honor compuesta por efectivos del Ejrcito argentino, como caprichosa imagen de un pasado y un presente inevitables. Su gente rode el fretro para dar comienzo a la ceremonia de bienvenida a cargo de las ancianas y ancianos de las comunidades asistentes, quienes en lengua dieron sentido al regreso de uno de sus lonco. Mercedes Nahuel Pan reivindic la importancia del regreso del cacique a sus tierras porque fue uno de los que opuso resistencia a la conquista del hombre blanco. Somos los verdaderos dueos de esta tierra, pero que le vamos a hacer, sostuvo como una clara sentencia de lo mucho que an queda por pelear. Se hizo justicia? Este es el interrogante que an soslaya al presente histrico que podr responderse, cuando el camino de la reivindicacin seale que todos los viejos ancestros descansan en sus terruos.

    Notas y Bibliografa sugeridaNotas

    1 El profesor Ricardo Fernndez es egresado de la Carrera de Historia de la Facultad de Humanidades en el Centro Regional Universitario Bariloche. La doctora Laura Mndez es docente-investigadora de la misma y coordinadora de la seccin Hombres y Mujeres de mi Tierra. 2 Parte sobre el Combate de Apul o Appeleg elaborado por Villegas y trascripto por Teodoro Caillet Bois, en Patagonia, citado por lvarez, Gregorio (1985:309, tomo V).

    Bibliografa

    lvarez, Gregorio: Neuqun, su historia, geografa y toponimia, Neuqun, Imprenta del Congreso de la Nacin, 1985, T. IV. Bandieri, Susana: Historia de la Patagonia, Editorial Sudamericana, Bs. As., 2005.Cox, Guillermo: "Geografa de Chile. Viaje a las regiones septentrionales de la Patagonia" Manara, Carla y Varela, Gladis: Dinmica histrica de un espacio cordillerano norpatagnico. De las primeras sociedades indgenas a los ltimos cacicatos, en Hecho en Patagonia, Editorial Educo, CEHIR, UNCO, 2005. Moreno, Eduardo Reminiscencias del Perito Moreno, Editorial El Elefante Blanco, Primera Edicin, Bs. As., 1997.Musters, George: Vida entre los patagones, Editorial Elefante Blanco, Bs. As., 2005, segunda reimpresin.Onelli, Clemente: "Conferencias" y citado por Vignati, Milcades Alejo (1942) en: "Iconografa Aborigen", pg. 25.Villegas, Conrado: Expedicin al Nahuel Huapi, Editorial Sudestada, Bs.As., 1974.

    Museo de Ciencias Naturales de La Plata

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    En 1829 una doa mulata del Ro de la Plata descubri sin darse cuenta la frmula del dulce de leche. El hecho ocurri en Cauelas, provincia de Buenos Aires, en la poca de las disputas entre unitarios y federales. Cuenta la Historia de las cosas ricas que el general Lavalle lleg al campamento del Brigadier Juan Manuel de Rosas, su gran rival, en la estancia La Caledonia. Cansado de tanto cabalgar se acost en el camastro de Rosas mientras los soldados le iban a anunciar a este su visita. Justo en ese momento esta doa mulata fiel a Rosas estaba preparando leche con azcar para el mate. Al ver al enemigo descansando en la cama del brigadier general sali corriendo a buscar ayuda y se olvid el jarro con leche azucarada sobre el fuego. Al regresar encontr sobre la hornalla un lquido espeso de color marrn muy sabroso. Sin darse cuenta haba inventado el dulce de leche...

    En 1829 una doa mulata del Ro de la Plata descubri sin darse cuenta la frmula del dulce de leche. El hecho ocurri en Cauelas, provincia de Buenos Aires, en la poca de las disputas entre unitarios y federales. Cuenta la Historia de las cosas ricas que el general Lavalle lleg al campamento del Brigadier Juan Manuel de Rosas, su gran rival, en la estancia La Caledonia. Cansado de tanto cabalgar se acost en el camastro de Rosas mientras los soldados le iban a anunciar a este su visita. Justo en ese momento esta doa mulata fiel a Rosas estaba preparando leche con azcar para el mate. Al ver al enemigo descansando en la cama del brigadier general sali corriendo a buscar ayuda y se olvid el jarro con leche azucarada sobre el fuego. Al regresar encontr sobre la hornalla un lquido espeso de color marrn muy sabroso. Sin darse cuenta haba inventado el dulce de leche...

    Pods encontrar ms Historias de las cosas muy ricas y tambin juegos, adivinanzas, recetas,

    cuentos y muchas cosas ms, en el portal Mundo Nio del Ministerio de Educacin de la provincia

    de Mendoza: www.chicos.mendoza.edu.ar

    Haca pocas horas que viajbamos sin interrupcin, cuando nos ocurri una aventura digna de ser referida, en la cual mi compaero Berems puso en prctica, con gran talento, sus habilidades de eximio algebrista. Encontramos, cerca de una antigua posada medio abandonada, tres hombres que discutan acaloradamente al lado de un lote de camellos. Furiosos se gritaban improperios y deseaban plagas: No puede ser! Esto es un robo! No acepto! El inteligente Berems trat de informarse de que se trataba.

    Somos hermanos -dijo el ms viejo- y recibimos, como herencia, esos 35 camellos. Segn la expresa voluntad de nuestro padre, debo yo recibir la mitad, mi hermano Hamed Namir una tercera parte, y Harim, el ms joven, una novena parte. No sabemos sin embargo, como dividir de esa manera 35 camellos, y a cada divisin que uno propone protestan los otros dos, pues la mitad de 35 es 17 y medio. Cmo hallar la tercera parte y la novena parte de 35, si tampoco son exactas las divisiones?

    Es muy simple -respondi el Hombre que calculaba- me encargar de hacer con justicia esa divisin si me permits que junte a los 35 camellos de la herencia, este hermoso animal que hasta aqu nos trajo en buena hora. Trat en ese momento de intervenir en la conversacin: No puedo consentir semejante locura! Cmo podramos dar trmino a nuestro viaje si nos quedramos sin nuestro

    Historia de las cosas muy ricas: EL DULCE DE LECHE Historia de las cosas muy ricas: EL DULCE DE LECHEJuegos, curiosidades, y cuentos para pensar

  • 29camello? No te preocupes del resultado Bagdal -replic en voz baja Berems- se muy bien lo que estoy haciendo. Dame tu camello y vers, al fin, a que conclusin quiero llegar. Fue tal la fe y la seguridad con que me habl, que no dud ms y le entregu mi hermoso jamal (1), que inmediatamente junt con los 35 camellos que all estaban para ser repartidos entre los tres herederos. Voy, amigos mos -dijo dirigindose a los tres hermanos- a hacer una divisin exacta de los camellos, que ahora son 36. Y volvindose al ms viejo de los hermanos, as le habl: Debas recibir, amigo mo, la mitad de 35, o sea 17 y medio. Recibirs en cambio la mitad de 36, o sea, 18. Nada tienes que reclamar, pues es bien claro que sales ganando con esta divisin. Dirigindose al segundo heredero continu: T, Hamed Namir, debas recibir un tercio de 35, o sea, 11 camellos y pico. Vas a recibir un tercio de 36, o sea 12. No podrs protestar, porque tambin es evidente que ganas en el cambio. Y dijo, por fin, al ms joven: A ti, joven Harim Namir, que segn voluntad de tu padre debas recibir una novena parte de 35, o sea, 3 camellos y parte de otro, te dar una novena parte de 36, es decir, 4, y tu ganancia ser tambin evidente, por lo cual slo te resta agradecerme el resultado. Luego continu diciendo: Por esta ventajosa divisin que ha favorecido a todos vosotros, tocarn 18 camellos al primero, 12 al segundo y 4 al tercero, lo que da un resultado (18 + 12 + 4) de 34 camellos. De los 36 camellos sobran, por lo tanto, dos. Uno pertenece, como saben, a mi amigo el Bagdal y el otro me toca a m, por derecho, y por haber resuelto a satisfaccin de todos, el difcil problema de la herencia (2).

    Sois inteligente, extranjero! -exclam el ms viejo de los tres hermanos-, aceptamos vuestro reparto en la seguridad de que fue hecho con justicia y equidad. El astuto Berems -el Hombre que calculaba- tom luego posesin de uno de los ms hermosos jamales del grupo y me dijo, entregndome por la rienda el animal que me perteneca: Podrs ahora, amigo, continuar tu viaje en tu manso y seguro camello. Tengo ahora yo, uno solamente para m. Y continuamos nuestra jornada hacia Bagdad.

    (1) Jamal: Una de las muchas denominaciones que los rabes dan a los camellos.(2) Este curioso resultado proviene de ser la suma 1/2 + 1/3 + 1/9 = 17/18 menor que la unidad. De modo que el reparto de los 35 camellos entre los tres herederos no se habra hecho por completo; hubiera sobrado 1/18 de 35 camellos. Habiendo aumentado el dividendo a 36, el sobrante result entonces 1/18 de 36, o sea los dos camellos referidos en el reparto hecho por el Hombre que calculaba.

    El hombre que calculaba fue publicado por primera vez en 1938, su autor fue un matemtico brasilero llamado Julio Csar de Mello Souza, ms conocido como Malba Tahan. Este libro imperdible lo pods descargar completo ingresando a www.taringa.net y escribiendo su ttulo en el buscador de la pgina.

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    Por qu se ha en

    ojado el Duende?

    Por qu est re

    funfuando?

    Ponele palabras

    a su expresin y

    contanos que dice

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  • Antes de que llegue el invierno te proponemos que agasajes a los tuyos con un plato tpicamente patagnico, y para que el agasajo sea completo lucite con un postre que dar que hablar a grandes y chicos.

    El plato de hoy: Pierna de Cordero a la parrilla

    Por Cholo Pereira

    En esta ocasin te proponemos un plato tpicamente patagnico ideal para una noche de verano: Pierna de Cordero a la Parrilla, pero de una manera diferente. Para empezar tens que prender el fuego, que deber ser abundante, ya que la coccin se extender casi una hora. Al momento de comprar pedile al carnicero una pata grande, de un cordero que pese entre 12 y 14 kilos, te aseguro que son los ms sabrosos. A la pieza realizale incisiones bien profundas con un cuchillo delgado (a lo largo de la pieza y en el garrn tambin) y ayudado por un palito de esos de armar brochetas (o con el mango de una cuchara de madera) colocale tiritas de panceta salada. Tambin realizale pequeas incisiones a toda la pieza y coloc en ellas lminas de ajo. A continuacin extend sobre la mesada el papel de aluminio necesario como para envolver bien la pieza, untalo bien con aceite (si tens de oliva mejor) y coloc sobre el papel hojas de puerro, cebollas de verdeo, algunas fetas de panceta y hierbas aromticas (romero, mejorana, organo, salvia) todo alineado como cuando hacs un matambre. Colocs sobre la preparacin la pata de cordero (aceitado tambin por fuera), lo envolvs bien con dos o tres vueltas de papel metlico y lo llevs a fuego muy fuerte en la parrilla: 20 minutos de un lado y 20 minutos del otro. Lo sacs, le retirs las hojas de puerro, el verdeo, y las aromticas, guards la panceta para servirla con el cordero, y volvs la pata a la parrilla para dorarla bien, siempre a fuego fuerte: 5 minutos de un lado y 5 del otro. Ya est listo el cordero!

    1 cuarto trasero de cordero grande (o capn chico)200 gramos de panceta salada4 cebollas de verdeo grandes4 puerros grandesAjoHierbas aromticasAceite y salPapel de aluminio

    Lo que necesits para el cordero a la parrilla:

    Para acompaarlo en forma pods preparar unas sabrosas papas rellenas y una rica ensalada. Para preparar las papas rellenas herv 6 papas grandes durante 15 minutos, dejalas enfriar y luego partilas por la mitad sin completar el corte. Para preparar el relleno rehog una cebolla grande (si es de verdeo mejor) y agregale una taza de queso rayado, una taza de pan rayado, un toque de aj molido y otro toque de organo, sal, pimienta y un huevo crudo para ligar los elementos. Luego aceits y salpiments las papas, y despus de rellenarlas las envolvs con dos o tres capas de papel metlico previamente aceitado. Cuando pons la pata de cordero a dorar pons tambin las papas en la parrilla: 5 minutos de un lado y 5 minutos del otro, de modo que estarn listas para que las sirvas junto con el cordero. Y para preparar la ensalada vas a cortar bien finito un repollo colorado y lo vas a dejar macerar un rato con sal, vinagre o limn. Una vez que se ablande un poco le vas a retirar los lquidos y le vas a agregar 2 choclos desgranados, 3 cucharadas de mayonesa, un diente de ajo picado bien bien chiquito y un poco de perejil. Ahora s: Todos a la mesa!

    6 papas grandes1 cebolla grande (si es de verdeo mejor)1 taza de queso rayado1 taza de pan rayado1 huevoAj molido y organoSal y pimienta1 repollo colorado grande2 choclos desgranados (o una lata de choclo en grano)3 cucharadas de mayonesa1 diente de ajoAceite y vinagre (o limn)Papel de aluminio

    Lo que necesits para las papas rellenas y la ensalada:

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  • Para el postre: Bavaroise de frutos rojos

    El Bavaroise es un postre fro que tradicionalmente se prepara con una base de crema inglesa, a la que se le aade crema montada o merengue italiano y luego se la moldea y refrigera para que tome consistencia. Para hacer nuestro Bavaroise reemplazaremos la clsica crema inglesa por un pur de frutos rojos con un poco de gelatina sin sabor, lo que le dar frescura y sabor autctono a nuestra versin patagnica. Para hacer el pur de frutos rojos vas a procesar un kilo de frambuesas, frutillas, grosellas, o bien un kilo de alguna de ellas En caso de que la preparacin quede con muchas semillas la cols con un colador de maya y a continuacin pons el pur en una olla y le agregs 300 gramos de azcar. Luego lo llevs al fuego y lo revolvs constantemente con cuchara de madera hasta que forme un almbar, lo que suceder en aproximadamente 10 minutos. Para probar el punto pons una cucharadita en un pl