REVISTA TEXTOS ARKEOPÁTICOS NÚMERO 04 [verano 2013]

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  • Editorial ArKeopatas, Mxico 201300

    Las opiniones vertidas en los textos son responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el punto de vista del Proyecto ArKeopatas.

    Portada: "La Gorgoja" / Autora: Sara Onofre / En una ida a ver unas piezas arqueolgicas de las que la gente se encuentra y se queda... Resulta que una familia que vive cerca de una barranaca, se encontr muchas cuentas y las ocup para decorar su casa, en especifico elaborar un altar para la virgen. Las cuentas fueron utilizadas de adorno en la elaboracin de una capillita. La foto que tom es de la camioneta de uno de los trabajadores que andan con nosotros ayudndonos, de hecho le dicen la gorgoja a la troca de super vieja que est y me llam la atencin la cobra como palanca de velocidades...

    Ktextos sobre arqueologa y patrimonio

    a r eopaticos

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  • LEditorialLHablar del patrimonio arqueolgico entre especialistas puede ser suficiente para compartir datos

    tcnicos de las recientes investigaciones y hallazgos, aunque esto es importante consideramos que divulgar el patrimonio arqueolgico es la clave para su proteccin, cuando la gente conoce, entiende y aprende el sentido de la investigacin se apropia de ello.

    En este contexto hoy tenemos frente a nosotros el nmero 4 de la revista Textos Arkeopticos, en primer lugar un texto de Hctor Adolfo Quintanar Prez, titulado Guerra, tiempo y espacio. Un acercamiento al calendario ritual y guerrero entre los tlaxcaltecas del Posclsico, donde nos habla acerca de la cosmovisin mesoamericana y la importancia de la guerra para la sociedad tlaxcalteca. Una ventana se abre al leer el artculo de Arnulfo Allende Carrera , El patrimonio arqueolgico de Ixcaquixtla, Puebla, donde adems de ponernos en contexto sobre los hallazgos de tumbas en Ixcaquixtla presenta imgenes de la maravillosa decoracin con pintura mural polcroma encontrada en una de ellas. Viajamos por la historia hasta encontrarnos en La Fortaleza de San Carlos y la ruta Mxico-Veracruz durante la poca colonial, texto escrito por Jairo Eduardo Jimnez Sotero en el que nos relata la importancia de este camino en la poca colonial y cmo influy para la construccin de la Fortaleza de San Carlos en Perote, Veracruz. En este nmero presentamos un anlisis acerca de La arqueologa mexicana en tiempos porfirianos y revolucionarios escrito por Bertrand Lobjois , ambas pocas que polticamente influyeron en la toma de decisiones sobre el patrimonio arqueolgico.

    Continuando con los anlisis histricos Mariana Toledo Mendieta nos presenta Bajo los muros del pasado y la memoria: Treinta aos de Arqueologa Histrica en la ciudad de Puebla, en este artculo hace un recorrido por los diferentes proyectos que se han llevado a cabo en Puebla durante los ltimos treinta aos encaminados al rescate de informacin histrica. En este contexto se presenta el artculo de Ral Martnez Vzquez, Rescate arqueolgico en el Fuerte de Guadalupe, Ciudad de Puebla, en el cual relata el porqu se realiz la supervisin arqueolgica en este sitio, el proceso de trabajo as como algunos hallazgos y resultados preliminares. En su artculo Re-pensar el uso del patrimonio: Alternativas a la comercializacin del pasado, Josu Gmez Garca y Daniel Vallejo Cliz hacen un anlisis acerca del uso que se le da al Patrimonio arqueolgico e histrico en Mxico y lanzan una propuesta que abre un espacio de discusin. Para finalizar tenemos a Evaristo Ivn Valds Bautista quien presenta su Manifiesto por la salvaguarda del patrimonio cultural, invito a que lo lean; adems presentamos la Galera /Escombros de Erika Loana, el texto acompaado de las imgenes que nos ofrece es un buen pretexto para pensar en los escombros, esos restos que quedan de todo y que dan origen a los textos que leemos en este nmero. Deseamos que estos trabajos logren motivar el inters por valorar el patrimonio y agradecemos que nos lean!

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    5. Antonio Vivaldi Concierto para guitarra y cuerdas en re mayor. [http://youtu.be/u58ovvzC7EY]

    6. George Fredrich Hndel Water Music & Music for the Royal Fireworks. [http://youtu.be/q27aV-IiQWo]

    7. Giovanni Battista Pergolesi Stabat Mater. [http://youtu.be/9mrVZHPikqM]

    8. Domenico Scarlatti Fandango. [http://youtu.be/QQbW75y3P9g]

    9. Domenico Scarlatti Guitar transcription. [http://youtu.be/EEVfHdxRAIM]

    10. Georg Philipp Telemann - Concertos pour instruments vent. [http://youtu.be/E-NPcOc2cnc]

    11. Christoph Willibald von Gluck Orfeo ed Euridice: Obertura. [http://youtu.be/oXk8ilGn0c4]

    12. Jean Philippe Rameau La Orquesta de Luis XV. [http://youtu.be/v1ItcF7PWRM]

    { {cuatropor: Antonio Hermosillo Worley

  • Textos ArKeopticos opera bajo licencia de Creative Commons, Atribucin-NoComercial 2.5 Mxico: por lo que agradecemos citar este texto asi:

    Quintanar Prez, Hctor Adolfo. "Guerra, tiempo y espacio. Un acercamiento al calendario ritual y guerrero entre los Tlaxcaltecas del Posclsico" en: ArKeopticos. Textos sobre arqueologa y patrimonio. Ao I Nmero 4, verano 2013. Proyecto ArKeopatas. Mxico 2013, Pg. 9 / http://arkeopatias.wordpress.com/arkeopaticosnumero4 en lnea (fecha de consulta).

    1 Lcalendario ritual y guerrero entre los Guerra, tiempo y espacio. Un acercamiento al

    Tlaxcaltecas del Posclsico

  • HCTOR ADOLFO QUINTANAR PREZ

    l ser humano ha desarrollado a lo largo de su historia un conjunto de ideas sobre la creacin del universo y su lugar dentro de l, que le han permitido establecer una coercin social entre sus semejantes y configurar sociedades complejas. Estas creaciones materiales, le permitieron satisfacer necesidades bsicas de supervivencia, as como mejores instrumentos y medios de trabajo. El poder creador del ser humano le hizo recrear a la naturaleza y a sus fenmenos, y como mxima representacin de esta caracterstica humana, el hombre cre a sus dioses para que ellos fueran quienes decidieran el destino de su vida y sobre todo el lugar que a l y a su pueblo le corresponda en el universo.1

    La sociedad indgena del Mxico prehispnico rega su comportamiento y su comunin con sus semejantes por un sistema de ideas, y un conglomerado de acciones que eran determinadas por el grupo polticamente ms fuerte. La religin fungi como uno de los medios de comunicacin entre distintos pueblos, y estaba fuertemente cohesionada con la poltica, la economa y la cosmovisin indgena, y adems legitimaba las instituciones y las prcticas rituales. El ncleo de la religiosidad indgena estaba basado en la agricultura por ser Mesoamrica un territorio propicio para el cultivo de diversas especies que fueron parte de la dieta diaria de los pueblos mesoamericanos, y algunas de stas conformaron parte del corpus sagrado y los rituales, del mismo modo, la lluvia y la fertilidad eran parte de ste complejo sagrado que relacionaba la fertilidad, con las lluvias y la agricultura intensiva. [2]

    * [email protected] //

    calendario ritual y guerrero entre losGuerra, tiempo y espacio. Un acercamiento al

    Palabras clave: Tlaxcala, guerra, religin, tiempo, espacio.

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    Tlaxcaltecas del Posclsico

    2: Lpez, Austin, Alfredo, La religin, la magia y la cosmovisin en : Historia Antigua de Mxico vol. IV. Aspectos fundamentales de la tradicin cultural mesoamericana. pp. 240-245.

    1: Matos Moctezuma, Eduardo Vida y muerte en el Templo Mayor, FCE, 3ra edicin. 1998, p.31.

    Pgina anterior: Detalle de la escultura de Tlahuicole. Foto: http://lacamadepiedra.wordpress.com/2009/10/23/tlahuicole-2/

  • Ka r eopaticos10 | http://arkeopatias.wordpress.com/

    El ncleo de la religin mesoamericana puede reflejarse en la creacin de los dioses relacionados con las lluvias, la agricultura y la fertilidad, as como en el cmputo del tiempo en el cual se vean favorecidas las tareas agrcolas. Los dioses reflejaban una doble carga interna[3], que ilustraba los cambios que tambin sucedan a nivel terrenal con los ciclos agrcolas. Por un lado exista la abundancia y el favor de las deidades para con su pueblo, y por otro, se les tema cuando no se mostraban benvolos para con los seres humanos, la gran ventaja es que los hombres, asentados en un plano terrestre podan influir en la decisin divina mediante rituales, ofrendas y sobre todo sacrificios humanos durante el perodo Posclsico. [4]

    En este sentido podemos afirmar que durante el periodo Posclsico, la religin e ideologa de los pueblos mesoamericanos, tuvo una fuerte exaltacin hacia las prcticas y rituales militaristas, reflejados en sus dioses de carcter aguerrido y feroz, que exigan paulatinamente sacrificios humanos para lograr ser alimentados y preservar de esa manera el equilibrio entre los niveles csmicos y terrenales. Estos sacrificios se realizaban con los guerreros capturados en las guerras acometidas entre diversos pueblos, principalmente los del Altilpano central. Estas guerras floridas o Xochiyaoyotl fueron de gran ayuda para las sociedades militaristas, pues al mismo tiempo que reforzaban la cohesin social a travs de la prctica guerrera, cre un sentido nico de identidad entre los pueblos complementndose con los rituales religiosos dedicados a las deidades de las lluvias y la fertilidad. La creacin de esta prctica mstico-guerrera, confera a los ganadores el ttulo de Pueblo elegido por los dioses, y justificaba cualquier accin poltica o determinacin social que realizara la lite gobernante. [5]

    Esta particularidad mstico-guerrera de la Xochiyaoyotl, convena a las sociedades militaristas aparte de la obtencin de la materia prima para realizar sacrificios humanos a los dioses. Esta ideologa se encontraba sustentada en los mitos alusivos a la cosmovisin mesoamericana, particularmente en el referido a la creacin del Sol, donde los dioses se renen y se sacrifica a uno de ellos para alimentar al Sol que otorga la vida en la tierra. Los dioses realizaron un sacrificio en inmemorables tiempos, y ahora tocaba el turno a los seres humanos de llevar a cabo esa tarea.[6] Todo esto indica que tras la organizacin, y llevarse a cabo el combate florido, el momento ms importante es el sacrificio mortuorio de los cautivos en la batalla, para posteriormente recibir, como pueblo, la ayuda de los dioses.[7] La justificacin de este enfrentamiento reside en el pensamiento de que existe una dualidad en el universo, ncleo de la cosmovisin indgena mesoamericana, donde existe un equilibrio entre las fuerzas divinas con una clara diferenciacin dualista. El masculino se enfrenta al femenino, el Sol con la Luna, El da con la noche etc, y la

    Hctor Adolfo Quintanar Prez

    3: dem.

    4: dem.

    6: Cervera Obregn, Marco Antonio, La guerra florida en el mundo azteca-mexica en: Revista: Desperta Ferro #9 , p 37-40.

    7: dem.

    5: Canseco, Jorge, La guerra Sagrada, INAH, 1966, Serie: Historia Num. XIV. PP.102-104

    8: dem.

    9: dem.

  • enfrenta al femenino, el Sol con la Luna, El da con la noche etc, y la guerra tomar parte en este eterno enfrentamiento como el renovador de los ciclos csmicos que mantiene el universo y como regulador del equilibrio terrenal. [8]

    De esta manera se justificaba ideolgicamente la prctica de las guerras Floridas, que fueron las ms recurrentes en la sociedad Tlaxcalteca. Ya que polticamente los tlaxcaltecas no desarrollaron una actitud de conquistas militares para la obtencin de terrenos, el otro tipo de guerra que practicaron fue la de su defensa en contra de los peridicos embates que realizaban los Mexicas y sus aliados en contra de ellos. Pero la prctica de los combates floridos se llevaba a cabo con una organizacin impecable, se tenan acuerdos entre los jefes polticos para que se llevasen a cabo en determinadas fechas y en terrenos cercanos, para no desgastar a los guerreros ms de lo debido. Estos fueron combates, que no se deben confundir con las guerras de conquista territorial se realizaban en pocas de secas, cuando el ciclo agrcola y los dioses de la fertilidad requeran sacrificios.[9]

    En la mayora de las culturas El arte, la ciencia y la religin son elementos que conjugados se convierten en la columna vertebral de la idealizacin de la guerra como una prctica sagrada. En prctica tambin estaba ligada a la observacin de los movimientos estelares y los ciclos agrcolas, como ya hemos mencionado, y es en este punto donde es insertada como una prctica ritual. Incluso los colores adquiran una carga simblica asociada a los movimientos solares, ciclos agrcolas y fertilidad, adoptando los dioses de la mitologa Nahua una actitud, un color, y un hogar dentro del cosmos imaginario que sustentaba la ideologa militarista de los pueblos indgenas del Posclsico,[10] incluso en cantares y poemas se hacen evidente la sealizacin y carga simblica entre los puntos cardinales y los colores.

    Grficamente podemos ilustrar la cosmovisin indgena y su relacin con los ciclos agrcolas y la fertilidad terrestre, asociada a los sacrificios humanos que renuevan cclicamente el equilibrio csmico.

    En referencia al calendario del ciclo agrcola y su relacin con la guerra, podemos afirmar que existieron fechas especficas en el ao para realizar las guerras de captura, mayormente practicadas por los indgenas Tlaxcaltecas, ya que su poltica frente a las dems sociedades nunca fue encaminada hacia la expansin territorial y conquista de pueblos como sus enemigos Mexicas. El arquelogo Jos Luis Punzo, dentro de sus estudios sobre la guerra entre los Xiximes y Acaxes , refiere que la practica guerrera estaba ligada al tiempo de secas, particularmente en los meses de agosto y enero, cuando las mazorcas de Maz se encontraban en

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    Guerra, tiempo y espacio. Un acercamiento al...

    10: Mart, Samuel. Simbolismo de los colores, Deidades, Nmeros y Rumbos., Tomado de: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/nahuatl/pdf/ecn02/019.pdf El Jueves 16 de Mayo a las 4:33 pm.

  • Ka r eopaticos12 | http://arkeopatias.wordpress.com/

    meses de agosto y enero, cuando las mazorcas de Maz se encontraban en crecimiento, cumpliendo as el ciclo de 6 meses dedicados a la agricultura y preparacin del maz, y otros seis meses en el que se poda llevar a cabo la guerra para conseguir cautivos o practicar la antropofagia.[11][12] En este caso coincidimos con el investigador, pues las fuentes Tlaxcaltecas refieren peridicos enfrentamientos guerreros en contra de los Mexicas y sus aliados.

    En el caso de la sociedad Tlaxcalteca podemos realizar un anlisis de las fuentes histricas como Diego Muoz Camargo, o Fray Bernardino de Sahagn, para tratar de establecer grficamente los perodos de guerras y su sincrona con las temporadas de siembras y cosechas, as como los rituales que en ambos casos se realizaban. El ordenamiento calendrico que completaba el ciclo solar de 365 das, estaba dividido en 18 veintenas que duraban 20 das. Durante este tiempo se llevaban a cabo festejos y celebraciones que involucraban los ciclos solares y agrarios, as como lo demuestran las evidencias escritas de Diego Muoz Camargo. Fue nuestra tarea plasmar grficamente esas celebraciones para tratar de comprender en qu parte del ciclo es cuando se realizaban los rituales guerreros, as como las guerras floridas y de conquista por parte de los tlaxcaltecas.[13]

    Del mismo modo los mexicas contaban con sus propias festividades asociadas a estos ritos. Hay que diferenciar a los Mexicas y Tlaxcaltecas en cuanto a su ideologa militarista por una razn, Los Tlaxcaltecas no lograron establecer una hegemona conquistadora de grandes territorios, su praxis guerrera se limitaba en muchas ocasiones a la defensa del territorio y a las guerras sagradas, contrario a los Mexicas, que dominaron el territorio mesoamericano con base en estricto rgimen conquistador. El calendario ritual Tlaxcalteca, segn la evidencia histrica quedara configurado de la siguiente manera [14]:

    Izquierda: Ilustracin 1. Diagrama grfico de la cosmovisin cclica indgena. (por: Hctor Quintanar)

    Hctor Adolfo Quintanar Prez

    11: Jess Bonilla, Informacin personal.

    12: Punzo, Jos Luis, en: ponencia: Guerra ritual entre Xiximes y Acaxes Siglo XVI en : Jornadas permanentes de Arqueologa, Octubre 2011.

    13: Op. Cit. Muos Camargo. P.p. 229-235.

    14: dem.

    Pgina siguiente: Ilustracin 2. Ilustracin 2 Calendarizacin agrcola/Guerrero y festividades. por: HAQP.

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    Guerra, tiempo y espacio. Un acercamiento al...

  • Hctor Adolfo Quintanar Prez

    En otra perspectiva podemos concebir este mismo calendario de la siguiente manera:

    De este modo es cmo podemos comprender mejor la asociacin entre la guerra sagrada, el equilibrio csmico y la ideologa guerrera compartida por los pueblos mesoamericanos del perodo Posclsico, y en especfico de los Tlaxcaltecas. Pueblo que dedic grandes esfuerzos en el establecimiento del orden csmico a travs de la prctica blica, reflejada no slo en la praxis blica per se, sino, como hacen referencia las fuentes mencionadas a lo largo de la investigacin. Los dioses eran partcipes en las campaas militares. Camaxtle fue la deidad militarista patrono de los Tlaxcaltecas. A esta deidad se le realizaban ritos para ganar atributos y hazaas guerreras. En un principio, en la conformacin de la sociedad Tlaxcalteca, durante las pocas chichimecas, esta deidad les refiri el lugar donde tenan que asentarse y a que pueblos deban subyugar y poder establecer su hegemona como pueblo elegido y establecer el dominio regional y el control econmico. Es as como se realizan rituales religiosos, antes, durante y despus de las batallas para que los dioses jugaran un papel decisivo en los enfrentamientos y, con el sacrificio ptimo de los guerreros cautivos, poder obtener un beneficio divino y por ende, la victoria final.

    Ka r eopaticos14 | http://arkeopatias.wordpress.com/

    Izquierda: Ilustracin 3. Diagrama Transversal que muestra la calendarizacin Tlaxcalteca segn el anlisis de las fuentes escritas. (Muoz Camargo, Sahagn) POR: HAQP.

  • Guerra, tiempo y espacio. Un acercamiento al...

    Entre los rituales asociados a la religin e ideologa militarista encontramos el Exquinian, celebracin acontecida inmediatamente despus de las batallas floridas, cuando los guerreros mancebos y novatos llevaban a su primer prisionero cautivado y era desollado en los templos para regocijo del pueblo, para despus usar su piel arrancada de sus msculos como ropaje, agradeciendo as al dios de las Batallas por su favor en la guerra.[15] Simultneamente, cuando los grandes guerreros veteranos regresaban de la batalla con la victoria o con vida, sabido que ellos ya gozaban de un gran prestigio basado en su valenta y xito militar, eran ensalzados con cnticos y festejos, de tal manera que sus hazaas eran inmortalizadas con composiciones lricas.[16] No podemos dejar de lado los rituales y ceremonias realizados durante los meses de junio, julio y agosto. En estas fechas se realizaban las fiestas en honor a los guerreros mancebos y veteranos, y es probable que se tratase de las fechas cuando los jvenes culminaban con su preparacin militar. En esta fase de 80 das, que coincide con los 3 meses mencionados, mas 10 das, se ayunaba y se guardaba una preparacin espiritual y doctrinaria en las artes de la guerra y estrategia militar. En el templo mayor eran presentados ante los sacerdotes viejos, y se les horadaba la nariz y las orejas en seal de sacrificio. Ante el pblico reciban sus armas y divisas de sus respectivas rdenes: Caballeros jaguar o guila.[17] Este ritual funcionaba como un enaltecimiento y reconocimiento ante la sociedad como parte de la casta militarista. Los caballeros jvenes reciban consejos por parte de los sacerdotes y guerreros veteranos, y se les impona la vestimenta que llevaran durante el resto de su vida, por ser parte de la lite social militar Tlaxcalteca.[18] Podemos decir que la sociedad Tlaxcalteca configur gracias a sus costumbres, tradiciones e ideologa, un estilo propio para poder plasmar sus valores militaristas hacia una sociedad que deba estar siempre preparada ante la posibilidad de una contienda armada. En las representaciones pictricas se observa claramente como se conform el estilo propio de la sociedad de Tlaxcala para imprimir una iconografa distintiva de la sociedad misma y de su carcter guerrero. En este caso se confirma por medio del anlisis de las fuentes documentales y de las representaciones pictricas de este pueblo en particular.

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    18: dem

    15: Muoz Camargo, Op cit. pp. 206-207

    17: Op cit. pp. 151

    16: dem

    *Mxico D.F. / 1990. Arquelogo, actualmente trabajando en consultora de Patrimonio Cultural e Histrico: Amelia Snchez en Guayaquil, Ecuador como: Jefe de Campo en Proyecto de Rescate Arqueolgico dentro de las Instalaciones de Refinera del Pacfico. Interesado en estudiar el arte, la ciencia y los ritos vinculados a la guerra Mesoamericana en su carcter simblico y como proceso social.

  • Textos ArKeopticos opera bajo licencia de Creative Commons, Atribucin-NoComercial 2.5 Mxico: por lo que agradecemos citar este texto asi:

    Allende Carrera, Arnulfo. "El patrimonio arqueolgico de Ixcaquixtla, Puebla" en: ArKeopticos. Textos sobre arqueologa y patrimonio. Ao I Nmero 4, verano 2013. Proyecto ArKeopatas. Mxico 2013, Pg. 16 http://arkeopatias.wordpress.com/arkeopaticosnumero4 en lnea (fecha de consulta).

    2 LEl patrimonio arqueolgico de Ixcaquixtla, Puebla

  • ARNULFO ALLENDE CARRERA

    a regin de Ixcaquixtla, Puebla, es reconocida en el mbito de la arqueologa por ser productora de cermica del tipo Anaranjado delgado, la predilecta en Teotihuacan durante su periodo de mximo esplendor en la poca prehispnica, adems de tener una alta densidad de sitios arqueolgicos. De estos sitios destacan sus grandes Teteles[1] y los stanos [2], que desde tiempos muy remotos han sido objeto de admiracin y curiosidad.

    Existen dos opiniones acerca de la etimologa de su nombre; unos dicen que Ixcaquixtla, se form de las palabras "ixcaqui", que en mexicano quiere decir: "oye, ven ac" y de la palabra "tla", tomada como sinnimo de lugar; esto es: lugar adonde se llama a alguien, aduciendo como razn para esto que el primer habitante que hubo aqu, vindose solo, llam a un transente que por ah pasaba para que lo acompaara: otros exponen que la palabra Ixcaquixtla significa llanura de caquixtle: cierta planta medicinal que crece en abundancia en los terrenos contiguos a este lugar y tla, llanura o campo adonde abunda el caquixtle (Franco, 1976: 163)

    Las tribus popolocas, las mexicas, tlaxcaltecas y chichimecas llegaron al Anhuac en peregrinaciones sucesivas procedentes del norte. Los popolocas ayudaron a los chichimecas a la conquista y destruccin de la Ciudad de Tula, y posteriormente, hacia el sur continuaron establecindose principalmente en el valle de Ixcaquixtla, despus de desalojar a los pueblos toltecas, atribuyndose a ellos la construccin de las pirmides que se encuentran en el centro del poblado. Pocos lustros despus fueron dominados por los aztecas, dispersndolos y teniendo que pagar tributo al cacique de Tepexi.

    * [email protected] //

    El patrimonio arqueolgico de

    Palabras clave: tumba, entierro, ofrenda, pintura mural, nuie.

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    Ixcaquixtla, Puebla

    2: Con la palabra sotano se refiere la poblacin a las numerosas Tumbas prehispnicas que se localizan en el subsuelo.

    1: Tetel significa montn de piedras, es decir, basamentos piramidales que abundan en la regin.

    Pgina anterior: Figura 3.- Craneo de piedra caliza tallada, parte de un antiguo edificio y colocada como adorno en una barda de Ixcaquixtla (fotografa del autor).

  • Ka r eopaticos18 | http://arkeopatias.wordpress.com/

    Ya en el ao de 1867 se tiene noticia de que ... el Sr. D. Cristbal, gefe politico... del distrito de Tepeji, mand hacer una escavacion en uno de esos Teteles, sito en la municipalidad llamada Ichcaquixtla; hecha la escavacion, encontr all los restos de la persona sepultada, una grande esttua, varios objetos de barro y un collar... (Mendoza, 1877).

    Casi un siglo mas tarde se reporta en San Juan Ixcaquixtla ... una tumba en forma cruciforme con una antecmara, con tres escalones que conducen a la tumba. A ambos lados haba una cmara ms. La cmara funeraria se hallaba cubierta por una loza monoltica que sellaba la tumba. Las jambas estaban... formadas por lozas cortadas, cubiertas de estuco (Landa 1964).

    La poblacin actual de San Juan Ixcaquixtla creci sobre la ciudad arqueolgica, por lo cual hasta mediados del siglo XX an se conservaban varios montculos de considerable tamao en el pueblo. Existen testimonios fotogrficos y pictricos de la presencia de un Tetel (basamento piramidal) en el sitio que actualmente ocupa la Escuela Normal de Ixcaquixtla. Tenemos referencias de que al demoler con maquinaria este edificio fueron halladas enormes cantidades de cermica, as como un monolito esculpido con una figura presumiblemente femenina ataviada con un collar de chalchihuites, que probablemente sea una deidad relacionada con la tierra. Esta escultura se conserva y puede ser visitada en la entrada de la Escuela Normal de Ixcaquixtla.

    En una pintura realizada al leo en el ao de 1922 por un pintor que firma como JtaJ Tobn, podemos ver el momento en que parte de la poblacin se encuentra sobre este gran montculo para observar el paso de un cometa. El cuadro tiene escrito al reverso la siguiente leyenda: la nube en forma de pluma que aparece en el cielo del paisaje se present el 12 de noviembre de 1922 cruzando el espacio de Noroeste a Sureste y llenando de justa admiracin a cuantos la contemplaron por su extrema y misteriosa belleza. Yxcaquistla, nov. De 1922. La pintura se conserva en la sacrista de la Parroquia de San Juan Bautista.

    Los montculos de Ixcaquixtla fueron construidos utilizando en la base grandes piedras calcreas, y para dar forma cnica emplearon piedra chica y tierra especial que se torna arcillosa y compacta con agua. Actualmente solo se conserva un montculo, sin embargo en las edificaciones levantadas a partir de la poca virreinal y hasta nuestros das podemos notar algunas piezas de roca trabajada cuya forma nos permite saber que son parte de alguna edificacin de la poca prehispnica. En abril del 2004 se descubri de manera fortuita una tumba totalmente decorada con pintura mural policroma. La Tumba I de

    Arnulfo Allende Carrera

    Pgina siguiente: Uno de los personajes representados en la Tumba I de Ixcaquixtla (fotografa de Cuauhtmoc Rodriguez Horta/CNCPC-INAH)

  • Ixcaquixtla cuenta con un Vestbulo que da acceso a tres Cmaras funerarias. El conjunto se excavo sobre el caliche que es el suelo natural de la regin, y fue dividido en cmaras mediante muros construidos con sillares de piedra caliza recubiertos con estuco.

    El patrimonio arqueolgico de Ixcaquixtla, Puebla

    La Tumba 1 de San Juan Ixcaquixtla, PueblaJuan Cervantes Rosado, Diana Molatore Salviejo, Arnulfo Allende Carrera, Ivn Rivera Guzmn http://www.arqueomex.com/S2N3nIxcaquixtla75.html

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  • Ka r eopaticos20 | http://arkeopatias.wordpress.com/

  • 21Nmero 4 / Verano 2013

  • Arnulfo Allende Carrera

    La Cmara 1 es un espacio rectangular (irregular) de aproximadamente 2.35 m. de largo x 1.85 m. de ancho, cuyas paredes fueron decoradas totalmente con pintura policroma. De acuerdo con los estudios realizados estas pinturas tienen relacin con el estilo uine del norte de Oaxaca. En ellas podemos observar una caravana integrada por cinco personajes que llevan ofrendas a una figura central, que es la que custodia al personaje enterrado.

    La cmara 2 es un espacio de planta irregular, el aplanado de esta Cmara carece de decoracin. En su interior se localiz un entierro de un individuo en posicin flexionada. Debido a las precarias condiciones de conservacin de la osamenta se puede inferir nicamente que se trata de un adulto masculino. El entierro tena asociada una ofrenda de 57 vasijas del tipo Anaranjado delgado en su versin local (Rattray, 1990: 190; y 2001: 310), producido en el rea riberea del Ro Carnero, aproximadamente a 8 Km al Oeste de San Juan Ixcaquixtla. Los cajetes y jarras que componen la ofrenda son diagnsticos de la Fase Tlamimilolpa (200 a 350 d.C.).

    Durante el proceso de exploracin del vestbulo, se localiz al extremo sur la entrada a un espacio que denominamos Cmara 3, la cual contena solo restos seos apilados y carece de decoracin. Es muy probable que este conjunto funerario haya pertenecido a una familia integrante de la lite gobernante de Ixcaquixtla en la poca prehispnica.

    En el ao 2005 fue descubierta otra tumba, esta totalmente distinta. La Tumba II result ser muy sencilla, con solo una cavidad para un individuo que se descubri asociado a una ofrenda de vasijas de cermica roja, caf y anaranjada muy sencilla. Una de las particularidades de este hallazgo es que en una de las vasijas ofrendadas se localizaron restos seos de animales, que parecen pertenecer a alguna especie de ave, lo que nos permite suponer que en estos cuencos fue depositada comida para acompaar al difunto en su viaje.

    Estos dos hallazgos son muy relevantes para la arqueologa, ya que es primera ocasin en que se exploran tumbas de manera controlada en la regin, lo que nos permitir definir algunas caractersticas de los rituales funerarios prehispnicos en Ixcaquixtla.

    Bibliografa

    Cervantes Rosado, Juan; Diana Molatore Salviejo, Arnulfo Allende Carrera e Ivn Rivera Guzmn 2005, La Tumba I de San Juan Ixcaquixtla, Puebla en: Arqueologa Mxicana, Vol. XIII-Num. 75, septiembre-octubre de 2005, Mxico.

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  • *Puebla de los ngeles / 1971. Arquelogo por la Escuela Nacional de Antropologa e Historia (Mxico). Ha participado en diversos proyectos de arqueologa en Mxico, Puebla, Cholula, Ixcaquixtla e Izucar. Como ejemplo estn el Paseo de San Francisco, la Tumba I de Ixcaquixtla y La Constancia Mexicana. Actualmente es investigador del Centro INAH-Puebla donde dirige el proyecto de investigacin Casa del Mendrugo en Puebla.

    Landa, Maria Elena. 1964, Observaciones arqueolgicas en el camino de Puebla a Ixcaquixtla. Citado en Tschol, Peter, 1977, Catalogo arqueolgico y etnohistrico de Puebla-Tlaxcala, Mxico. FAIC, Kln, 1977.

    Mendoza, Gumesindo. Idolo Azteca de tipo Chino, En: Anales del Museo Nacional de Mxico, 1 poca, Tomo I, Mxico 1877, pp. 39-42.

    Rattray, Evelyn Childs (1990). New findings on the origins of thin orange ceramics, Ancient Mesoamerica, vol. 1:2, W. Fowler and S. Houston (eds.), Cambridge University Press, pp.181-195.

    - (2001). Teotihuacan, Cermica, cronologa y tendencias culturales, Serie Arqueologa de Mxico, Instituto Nacional de Antropologa e Historia/University of Pittsburgh.

    El patrimonio arqueolgico de Ixcaquixtla, Puebla

    23Nmero 4 / Verano 2013

    http://www.academia.edu/1513273/La_tumba_1_de_San_Juan_Ixcaquixtla_Puebla._2005

    L"Documentacin Americana de los Siglos XVIII y XIX. El caso de las falsificaciones de cdices". Dr. D. Juan Jos Batalla Rosado. Profesor Titular de Antropologa de Amrica Universidad Complutense de Madrid: http://pendientedemigracion.ucm.es/centros/cont/descargas/documento11388.pdf

    L

    INFORMACIN EXTRA:

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  • Textos ArKeopticos opera bajo licencia de Creative Commons, Atribucin-NoComercial 2.5 Mxico: por lo que agradecemos citar este texto asi:

    Jimnez Sotero, Jairo Eduardo. "La Fortaleza de San Carlos y la ruta Mxico-Veracruz durante la poca colonial" en: ArKeopticos. Textos sobre arqueologa y patrimonio. Ao I Nmero 4, verano 2013. Proyecto ArKeopatas. Mxico 2013, Pgs. 32 http://arkeopatias.wordpress.com/arkeopaticosnumero4 en lnea (fecha de consulta).

    3 L

    La Fortaleza de San Carlos y la

    durante la poca colonialruta Mxico-Veracruz

  • JAIRO EDUARDO JIMNEZ SOTERO

    l surgimiento del Camino- Mxico Veracruz y su desarrollo durante el periodo novohispano.

    La conceptualizacin desarrollada por los hombres con relacin a un territorio, implica un proceso mediante el cual, la poblacin dota de significacin a los principales elementos conformantes de dicho espacio, dgase naturales, geogrficos o faunsticos. De tal manera, es interesante conocer, mediante distintas herramientas metodolgicas y analticas, como un determinado segmento de la poblacin adecua su imaginario a su entorno.

    * [email protected] //

    La Fortaleza de San Carlos y

    durante la poca colonial

    Palabras clave: Camino, Fortaleza, Nueva Espaa, Comercio

    33

    LE

    la ruta Mxico-Veracruz

    Pgina anterior: Una torreta del Fuerte de San Carlos en Perote, Veracruz, Mxico. Autor: Jos Francisco del Valle Mojica. "This file is licensed under the Creative Commons Attribution 2.0 Generic license."

    Resumen: El presente trabajo tiene como objetivo presentar algunas reflexiones sobre la principal ruta comercial de la Nueva Espaa durante sus 300 aos de existencia. Se pretende poner de manifiesto como las cuestiones econmicas y polticas de una poca pueden influir en el trazado de las vas de comunicacin de una formacin social y como a su vez este camino fue un factor decisivo para la construccin de un edificio de corte militar de gran envergadura, como la Fortaleza de San Carlos, del municipio de Perote, en el estado de Veracruz.

    [1]: El presente artculo constituye una versin adaptada del captulo II perteneciente a una investigacin ms amplia, presentada en forma de tesis para obtener el grado de licenciado en Arqueologa elaborada por quien esto escribe titulada: "La Fortaleza de San Carlos; cono de poder Colonial. Siglo XVIII".

  • Ka r eopaticos34 | http://arkeopatias.wordpress.com/

    En primera instancia, es claro que la formacin colonial mexicana y todo su universo cultural estaba inmerso en una dinmica histrica mucho ms amplia, por ello es interesante la propuesta historiogrfica de la historia atlntica [2] mediante la cual se plantea una articulacin econmica y social con base a los contactos interocenicos establecidos en funcin de factores de distintos y muy variados ordenes (exportaciones e importaciones de productos, trata de esclavos etc.) entre varios territorios. Para el caso de la Nueva Espaa, esto es factible respecto a lo sealado por el Dr. Horst Pietschmann, en relacin a las sumas de snodos y situados que la formacin novohispana estaba obligada a proveer a la regin norte del Virreinato y al Gran Caribe, por ello :

    [] Este segundo aspecto econmico evidentemente atribuye a la Nueva Espaa un papel muy especial dentro del imperio espaol, llmese imperio o de otra manera: por ejemplo, metrpoli colonial de segundo nivel. Es precisamente este aspecto el que vincula a la Nueva Espaa con el mundo caribeo, y a travs de este, con la economa atlntica ms all del propio comercio normal de importacin y exportacin [4]

    Esta clase de remesas, conocidos como situados (envos de fondos econmicos de una zona del Imperio espaol a otra[6]) extrados de la Colonia a lo largo de toda su historia, eran vitales para el sostenimiento de otras entidades alejadas del virreinato. Tanto as que las entidades coloniales que los reciban para bien o para mal- se acostumbraban a depender de estas ayudas para subsistir[7]. Esto, a su vez, brindaba un dinamismo econmico e injerencia poltica regional a la Nueva Espaa bastante importante, y la insertaban en una dinmica econmica atlntica de primera importancia.

    El Dr. Manuel Mio Grijalva nos presenta el concepto de regin como una nocin que se mueve en la esfera de lo espacial, en la cual los hombres moldean y ordenan su territorio, otorgndole sentido y especificidad[8]. Esto no quiere decir, sin embargo, que al estudiar lo regional, debamos dejar de lado las caractersticas particulares y definitorias de los distintos componentes de una regin, entre ellos pueblos y ciudades. Dichas caractersticas actan como una expresin social y cultural de los grupos locales, que permean en el mbito de lo regional y se insertan dentro de una dinmica ms amplia. En otras palabras, los anlisis regionales, ms que un localismo, reclaman una vinculacin con los niveles nacional y mundial[9]. Adems de esta articulacin que nos exigen los estudios a los tres niveles planteados (local, regional y mundial), se debe tener en consideracin cada uno de los factores enlazadores de esa dinmica social e histrica y tambin, los procesos de desarrollos autnomos, que no independientes, entre los distintos territorios del Virreinato. De tal modo es importante recalcar:

    [2] Pietschmann Horst. Mxico y la economa atlntica Redes comerciales, comerciantes y poltica exterior, ca. 1770-1830 incluido en Kuntz Ficker Sandra y Horst Pietschmann (edit.) Mxico y la economa atlntica. Siglos XVIII-XX Mxico. El Colegio de Mxico. Centro de Estudios Histricos. 2006 p. 25

    Jairo Eduardo Jimnez Sotero

    [6] Velzquez Mara del Carmen. El estado de Guerra en Nueva Espaa 1760-1808 Mxico. El Colegio de Mxico. 1950 p. 24

    [7] Ibd. p.28

    [4] Pietschmann op cit nota 2 p.36

    [8] Mio Grijalva Manuel. El mundo novohispano. Poblacin, ciudades y economa. Siglos XVII y XVIII. Mxico. El Colegio de Mxico. Fondo de Cultura Econmica. 2001. p 35

    [9] Gonzales Esparza Vctor. Regin, territorialidad y nacin en Mxico siglos XVIII y XIX: un ensayo exploratorio. incluido en Historias. Revista de la Direccin de estudios histricos del INAH No. 38 Abril-Septiembre 1997 p. 69

  • procesos de desarrollos autnomos, que no independientes, entre los distintos territorios del Virreinato. De tal modo es importante recalcar:

    Si estudiamos, no lo regional, si no los pueblos y ciudades, obtendremos una dinmica ms histrica, en la que se observa una permanente interrelacin entre los centros, aunque con diferencias de autonoma y crecimiento que, como efecto domino, generaron un movimiento continuo que reconoca jerarquas espaciales sucesivas, lo que refuta la teora centro-perifrica, amorfa y unilineal[10]

    Los centros urbanos y proto-urbanos con un estatus jurdico propio funcionaron como los ejes articuladores principales, en los cuales bas su funcionamiento la vida novohispana[11]. En relacin a las ciudades de la Nueva Espaa, retomando nuevamente a Manuel Mio Grijalva, este investigador seala varias caractersticas de estas aglomeraciones humanas en el continente americano, para este trabajo se consideran primordiales 3 cuestiones;

    1) La ciudad fue por principio un centro poltico que orden y domin el espacio. As, la administracin y las instituciones fueron claves en el tejido poltico[12]

    2) La ciudad fue el centro organizador de una empresa econmica, tanto rural como de servicios

    3) Adems del abasto, los centros o plazas de las ciudades fungieron, por lo menos hasta finales del siglo XVIII, como el mercado principal, como centro de consumo donde se realizaron las transacciones mercantiles de la poca[13]

    Resulta por dems interesante la propuesta de Mio Grijalva, al dotar a la ciudad de un carcter de concentradora de aspectos tanto econmicos y polticos, lo cual al mismo tiempo, determin la configuracin urbana del espacio, en funcin, desde luego, de un discurso controlador y dominante en el cual los espaoles ocupaban los puestos claves en la administracin de las ciudades. Con esto podemos dejar de lado la concepcin de los asentamientos humanos del periodo novohispano, como simples aglomeraciones humanas y entenderlas como un escenario social en el que se plasmaba un claro discurso de sojuzgamiento, en el que en la mayora de los casos, las castas y los pueblos indgenas llevaban la peor parte. En el tercer punto se destacan las cualidades de la ciudad como agente dinamizador de las actividades mercantiles, a la vez que constituye el destino final de las actividades productivas desarrolladas en la esfera ms prxima de dominio de la ciudad, el campo. Por ello, acertadamente seala Manuel Mio Grijalva, en Amrica, la ciudad fue primero, como ente corporativo y organizador del espacio1

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    La Fortaleza de San Carlos y la ruta Mxico-Veracruz...

    [10]: Mio Grijalva. p. cit nota 8 p.35

    [11]: Ibd. p.37

    [12]: Ibd. p.46

    [13]: Ibd. p.47

  • Ka r eopaticos36 | http://arkeopatias.wordpress.com/

    campo. Por ello, acertadamente seala Manuel Mio Grijalva, en Amrica, la ciudad fue primero, como ente corporativo y organizador del espacio[14]

    Sin embargo, es claro que s las ciudades constituan el fin esencial del andamiaje econmico de la Colonia, los caminos y transportes formaban parte esencial de esa dinmica. Por ello, resulta pertinente la idea de la Dra. Carmen Blzquez Domnguez, en la cual plantea que el estudio de las comunicaciones y transportes tanto de personas como de efectos, adquiere gran importancia en la medida en que ambos sistemas son considerados no solo como indicativos de intercambio mercantil, sino como vnculos enlazadores de las mltiples actividades humanas desarrolladas dentro de una sociedad[15]. De tal forma pueblos y ciudades, al desempearse como concentradores de grupos importantes de poblacin, fueron entendidos a manera de un eslabn de primera importancia en el desarrollo regional. Influan de un modo determinante en los rumbos que tomaran las cuestiones econmicas y polticas del Virreinato y por ello, su ubicacin no se daba al azar, si no que responda a una clara dinmica articuladora del desarrollo colonial. En este sentido, se debe entender el marco de desarrollo del comercio en Nueva Espaa durante la poca colonial, el cual, en palabras de Ins Herrera Canales y Armando Alvarado fue establecido por la corona espaola en base a pautas y reglamentos que le permitieron ejercer un control monoplico de los intercambios ultramarinos y regular el ejercicio interno de la prctica comercial[16].En tales trminos los Doctores. Juan Ortiz Escamilla, Michael Ducey y Silvia Mndez sealan que por lo general, el comercio colonial, se haba regulado por una institucin heredada de la tradicin hispnica de la Edad Media; el Consulado, dicho cuerpo funcionaba como un gremio con un sistema de juzgados que vigilaban el comercio y hacan efectivo, hasta lo posible, los convenios comerciales entre sus miembros[17]. En tales trminos, se entiende el inters estatal de la Corona Espaola a lo largo del periodo novohispano por preservar para si, la administracin de la red de caminos en los territorios, en tanto que dichas vas de comunicacin eran obras de primera importancia para el buen funcionamiento del aparato burocrtico, social y econmico conocido como Virreinato.

    En esta lgica, podemos comprender a la ruta Mxico - Veracruz, la cual est concebida en funcin, hasta hoy da, en el transporte y distribucin de productos desde el Puerto de Veracruz a la Ciudad de Mxico. La importancia econmica de este camino radicaba en que entre Veracruz y la Capital del Virreinato, circulaba la plata Novohispana y las mercancas procedentes del comercio sevillano, adems de que constituy la primera ruta, la ms importante de la Colonia y la mejor atendida por el reformismo borbnico.1 Esto es completamente justificable y se puede

    [14]: Ibd. p.50

    Jairo Eduardo Jimnez Sotero

    [15]: Blzquez Domnguez Carmen. Veracruz - Perote: contrata de postas (1800 - 1840). Incluido en la Palabra y el Hombre Revista de la Universidad Veracruzana. Xalapa, Veracruz. No.52 1984. p.55

    [16]: Herrera Canales Ins y Armando Alvarado. Comercio y estado en el Mxico colonial e independiente. Incluido en La participacin del estado en la vida econmica y social mexicana 1767 - 1910 Coleccin Cientfica INAH. Mxico. 1994 p. 171

    [17]: Ducey Michael , Juan Ortiz Escamilla y Silvia Mndez. Las reformas borbnicas y la invencin de Veracruz. Incluido en Aguilar Snchez Martin y Juan Ortiz Escamilla. Historia general de Veracruz. Gobierno del estado de Veracruz Xalapa, Veracruz 2011 p.171

  • reformismo borbnico.[18] Esto es completamente justificable y se puede entender de manera ms global y determinante, si tenemos en cuenta la importancia estratgica del virreinato novohispano para las autoridades metropolitanas y la monarqua espaola. En primera instancia, la Colonia hacia finales del siglo XVIII estaba enviando el volumen de plata al exterior ms alto de toda la historia colonial[19], entre 1780 y 1810 la Nueva Espaa envi aproximadamente 250 millones de pesos plata al exterior[20]. En esa mismo intervalo de tiempo, la formacin colonial novohispana, proporcionaba cerca del 75% del total de las remesas oficiales de Amrica[21]. De igual forma, tenemos que del total de oro y plata enviado por las tesoreras coloniales, las remesas mexicanas fueron, con mucho, las ms importantes, alcanzando dos terceras partes de total de metal enviado por la Real Hacienda desde Amrica entre 1780 y 1810[22]. En palabras del Dr. Carlos Marichal, esto es un reflejo de la importancia del Virreinato de la Nueva Espaa por encima del resto de las colonias hispanoamericanas[23]. Por ello, resulta indispensable tratar de entender, en lo general, la dinmica histrica que llev al establecimiento de las rutas comerciales novohispanas de la Costa del Golfo, ya que eran estas las vas de comunicacin, por donde circulaban todas esas impresionantes cantidades de metales, en su trayecto a Espaa y sobre todo, al Gran Caribe[24]. Pero no solo eran los metales preciosos lo que aportaban grande divisas a las arcas espaolas durante este periodo histrico. Destacan por su importancia econmica, los tintes, los principales en la Nueva Espaa eran la grana cochinilla, el ail y el palo de tinte. Alicia del Carmen Contreras Snchez seala acertadamente que la grana cochinilla al igual que los metales, jug un papel muy importante en el proceso de integracin de la formacin colonial mexicana al mercado mundial[25]. Las regiones productoras de grana eran los actuales estados Oaxaca, Tlaxcala y Puebla[26]. El ail por su parte, se produca principalmente en los territorios de Jalisco Michoacn, Guerrero, Puebla, Oaxaca y en Centroamrica la regin ms rica- se cortaba en Honduras, Guatemala, San Salvador, San Vicente etc.[27]. Por lo que respecta a los tintales (como se le llamaba a las zonas boscosas de palo de tinte) estos se ubicaban en las regiones ms hmedas del virreinato, como Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Campeche, Yucatn[28] entre otras. Contreras Snchez apunta que los colorantes novohispanos se movilizaban fundamentalmente por dos circuitos; el de Veracruz (Oaxaca - Puebla - Mxico - Veracruz, Tabasco - Veracruz, Campeche - Veracruz, Presidio - Veracruz) y el de Campeche (Tabasco - Campeche, Presidio -Campeche y Yucatn - Campeche)[29] y es de notar que el camino predilecto por los grupos comerciales, era el que tena como destino el Puerto de Veracruz. Todo esto a su vez, nos podr dar luz sobre cuestiones relacionadas con la edificacin posterior de la Fortaleza de San Carlos.

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    [18]: Gutirrez `lvarez Secundino - Jos. Las comunicaciones en Amrica. Colecciones MAPFRE. Espaa. 1993 p. 116

    [19]: Marichal Carlos. La bancarrota del Virreinato. Nueva Espaa y las finanzas del imperio espaol, 1780-1810. Mxico. Fondo de Cultura Econmica. 1999 p.32

    [20]: dem

    [24]: Carlos Marichal seala que durante la mayor parte del siglo XVIII, las remesas enviadas desde la Nueva Espaa a guarniciones militares en el Gran Caribe, tendieron a superar el valor de las transferencias anuales de metal, hechas por la Real Hacienda de Mxico a Espaa

    [21]: Ibd. p.47

    [22]: Ibd. p.55

    [23]: dem

    [25]: Contreras Snchez Alicia del Carmen Capital comercial y colorantes en la Nueva Espaa. Segunda mitad del siglo XVIII. Zamora, Michoacn. El Colegio de Michoacn. UADY. 1996 p.34

    [26]: dem

    [27]: Ibd. p.44

    [28]: Ibd. p.54

    [29]: Ibd. p.125

  • Jairo Eduardo Jimnez Sotero

    Es claro el origen de esta ruta, la cual se da con la llegada de los espaoles al actual territorio mexicano. Pero algo importante a tener en cuenta es que los espaoles iniciaron su marcha hacia Mexico-Tenochtitlan no por las rutas indgenas principales, si no por rutas de segundo orden[30], es decir, en poca mesoamericana en el actual emplazamiento de Veracruz, prcticamente no exista asentamiento alguno[31]. Con respecto a esto, Peter Gerhard seala lo siguiente:

    Segn la de 1532, la regin de la costa prxima a Veracruz era insalubre mucho antes de la llegada de los espaoles, arrasada por epidemias que la dejaron despoblada en varias ocasiones, despus de lo cual, el emperador mexica enviaba millares de colonizadores de la meseta central, dndoles tierras y eximindolos transitoriamente del pago de tributo. Otra fuente indica (Durn, I, p.248-249) que la inmigracin a este territorio clido y frtil ocurrira en las pocas de hambres en el centro de Mxico. Mictlancuauhtla aparece entre las conquistas de Ahuitzotl, y es posible que la mayor parte de esta regin o toda ella se hubiera poblado recientemente en esta forma cuando llegaron los espaoles[32]

    Por ello, la ruta seguida por Hernn Corts, precisamente iniciada en la Villa Rica de la Veracruz, puede considerarse como un camino marginal. Desde pocas tempranas de la Colonia, el Ayuntamiento de la Ciudad de Mxico solicit al Virrey que se construyera un camino para carretas, debido a que el actual en funcionamiento, era solo para caballos. Ello lo confirma Constantino Bravo de Lagunas hacia el ao de 1580 en su Relacin de Xalapa de la Veracruz al sealar que en el camino proveniente de la ciudad Veracruz, -ubicada a trece leguas del pueblo de Xalapa[33]- circulaban ya contingentes de carretas tiradas por caballos. Bravo de Lagunas apunta que la ruta Veracruz Xalapa atravesaba un terreno llano, sin muchas dificultades topogrficas y cuesta abajo[34]

    Otra descripcin de los primeros tramos de la ruta Mxico-Veracruz, es la hecha por el dominico britnico Thomas Gage, el religioso seala; El da 14 de septiembre [de 1625] salimos de la ciudad de San Juan de Ula y entramos en la calzada de Mxico, que durante tres o cuatro leguas, nos pareci muy arenosa, pero tan ancha y despejada como el camino de Londres a San Alban[35]. Este testimonio fechado ya en la segunda dcada del siglo XVII nos da cuenta de las condiciones precarias de la ruta que conduca a la capital del virreinato y si bien en lo general, era funcional en el estado en que se hallaba, si era preciso ser sometida a una reconfiguracin y adecuacin integral, si de alguna manera se quera tener un trnsito eficaz desde el puerto de Veracruz a la Ciudad de Mxico.

    [30]: Garca Martnez Bernardo. Los caminos prehispnicos y las estrategias de conquista. Incluido en Arqueologa Mexicana Vol. IX No.49 Mayo-Junio 2001 p.44-47, p.45

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    [31]: dem

    [32]: Gerhard Peter. Geografa histrica de la Nueva Espaa 1519-1821. Mxico. Instituto de Investigaciones Histricas-UNAM. 1986 p.369

    [33]: Bravo de Lagunas Constantino. La relacin de Xalapa de la Veracruz. Incluido en Los Papeles de la Nueva Espaa. Tomo 5 Madrid. 1905 p.101

    [34]: dem

    [35]: Gage Thomas. Nueva relacin que contiene los viajes de Toms Gage en la Nueva Espaa. Guatemala. Tipografa Nacional 1946 p.32

  • Es pertinente hacerla la aclaracin que desde finales del siglo XVI existan ya dos rutas de comunicacin desde la capital del Virreinato a Veracruz[36]. Estas eran, los caminos de Los ngeles o Puebla y el de las ventas o de los carros[37]. Esta ltima va sala de la ciudad de Mxico, pasaba por San Cristbal, Tequisistln ( Estado de Mxico), Venta de Cceres, Perote y finalmente llegaba al Puerto de Veracruz.[38] La existencia de dos vas alternas de comunicacin desde la Costa del Golfo al altiplano central se debe entender, por la existencia del macizo montaoso conocido hoy da como la Sierra Madre Oriental. Esta cordillera solo puede flanquearse con relativa facilidad por dos pasos, uno al Norte del cofre de Perote y el otro al Sur del Pico de Orizaba[39]. En el siglo XVI la va que cruzaba la sierra por el Norte fue conocida como el camino de la Veracruz y el segundo al Sur se le denomin Camino Nuevo, en relacin con el primero.[40]

    Retomando la creacin paulatina de los distintos ncleos humanos, a lo largo de los aproximados 400 km de distancia entre la capital de la repblica y el puerto ms importante de Mxico el cual ha sido y es Veracruz, debemos ver estos procesos como resultado de una interaccin de factores tanto econmicos, sociales y polticos. Estas cuestiones fueron las detonantes propiciatorias a lo largo del periodo colonial, de una importante competencia por la hegemona de la ruta principal de transito de productos, mercancas e ideas. Por un lado tenemos al grupo de Xalapa y en contraparte, al de Orizaba-Crdoba. Ambos grupos a su vez, representaban intereses ms amplios (Mxico, Puebla, Veracruz y hasta Espaa), lo que junto con la posibilidad de obtener importantes beneficios econmicos, estimul la duplicacin de la alineacin de rutas[41].

    En palabras del investigador Peter Rees, la competencia y constante rivalidad entre ambas alternativas se mantuvo lo suficientemente fuerte como para evitar la traza de un camino dominante[42].Asi, ambas propuestas cobraban importancia al ser sustentadas, como se mencion lneas arriba, por distintos grupos de poder, que trataron siempre de privilegiar los intereses colectivos de sus corporaciones. Para ejemplificar, a finales del siglo XVIII, el camino por Xalapa, era apoyado por el Gobierno Virreinal y el recin fundado Consulado de Comerciantes de Veracruz (1795), el cual a su vez funga como responsable de la construccin de la obra en cuestin y por su parte, la ruta por Orizaba era respaldada nicamente por el Consulado de Comerciantes de la Ciudad de Mxico, y estos en su mayora, eran personajes de origen mexicano[43]. Por ello, nos es complicado entender la postura del Gobierno virreinal, el cual inclinaba sus preferencias por el camino de Xalapa, siendo este la primera opcin y a todas luces el ms aceptado. Otra seal de la preferencia de Xalapa por sobre Orizaba en temas econmicos, fue la eleccin de la sede de la feria mercantil de

    39Nmero 4 / Verano 2013

    [39]: Del Valle Pavn Guillermina. La economa novohispana y los caminos de la Veracruz y Orizaba en el siglo XVI. Incluido en Chantal Cramaussel (Edit.) Las rutas de la Nueva Espaa. Mxico. El Colegio de Michoacn 2006 p.39

    La Fortaleza de San Carlos y la ruta Mxico-Veracruz...

    [36]: Florescano Mayet Sergio. El camino Mxico - Veracruz en la poca colonial. Xalapa. Veracruz. Centro de Investigaciones Histricas. Universidad Veracruzana.1987 p.23

    [37]: Ibd. p. 25

    [38]: Ibd. p. 28

    [40]: dem

    [41]: Rees Peter. Transportes y comercio entre Mxico y Veracruz 1519-1910. Mxico. Secretaria de Educacin Pblica. 1976. p.14

    [42]: dem

    [43]: Ibid. p. 79

  • Jairo Eduardo Jimnez Sotero

    aceptado. Otra seal de la preferencia de Xalapa por sobre Orizaba en temas econmicos, fue la eleccin de la sede de la feria mercantil de 1720. Las Ferias eran un evento mercantil y comercial en el cual, se vendan los productos movilizados por el sistema de flotas espaolas[44]. Este sistema fue duramente criticado a lo largo del siglo XVIII, por muchos personajes, entre ellos el ministro de Felipe V, Jos de Campillo y Coso[45] durante la primera mitad del siglo, debido a que constitua un bastin comercial de la antigua monarqua y era en s, un lastre para la economa metropolitana. Cabe sealar que los beneficios de las Ferias, era casi exclusivamente para las grandes casas comerciales europeas, a travs de rganos mercantiles intermediarios, como los Consulados de comerciantes de Cdiz y Sevilla. Dichos grupos, acaparaban casi totalmente la exportacin e importacin de productos a Amrica, no permitiendo que otras provincias tuvieran acceso a enviar sus mercancas en las flotas[46].

    Pese a haber constituido un tremendo fracaso en su primera edicin (1718) la feria fue ratificada para Xalapa nuevamente. Esto porque, hacia esa parte del siglo XVIII existan ya en la ciudad intereses muy poderosos[47]. La feria permanecera en Xalapa hasta 1778[48] Tales decisiones en torno a la traza de la ruta y a la ubicacin de la Feria nunca dejaron de irritar al grupo de poder que constituan los comerciantes de la Capital de la Nueva Espaa.

    Por ello, la incesante rivalidad entre Xalapa y Orizaba fortaleci a todas luces la competencia en la costa del Golfo por el transporte de mercancas, lo cual en trminos comerciales implicaba un reparto del valor mercantil de los productos ms equitativo y de largo alcance. No obstante, la regin de Xalapa sigui siendo durante toda la colonia, el lugar por donde circulaban la mayor cantidad de trnsito a larga distancia entre Mxico y Veracruz; y por la zona de Orizaba se mova casi exclusivamente productos para el comercio local y regional[49]. Ya que desde inicios del periodo colonial la Va de la Veracruz se emple para la comunicacin directa entre la capital del Virreinato, las ciudades del altiplano y el Puerto de Veracruz[50] y por otro lado la ruta de Orizaba y su importancia radic bsicamente en la posibilidad de circulacin entre diversas regiones del Centro, Oriente, Sur y Sureste de la Nueva Espaa[51].Un factor esencial que contribuy a la consolidacin del perfil regional de la ruta Orizabea fue la mercantilizacin del trigo, cereal que muy posiblemente provena de la regin de Tehuacn y zonas circunvecinas dependientes de la ciudad de Puebla[52]. El carcter regional de la ruta por Orizaba queda demostrado claramente, en los trabajos del camino Mxico-Orizaba-Crdoba-Veracruz efectuados hacia el ao de 1796. Dicha obra fue planeada para favorecer al comercio de exportacin e importacin, pero principalmente, como un medio para fortalecer el desarrollo de las regiones azucareras y tabacaleras

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    [44]: Arcila Faras Eduardo. Reformas econmicas del siglo XVIII en Nueva Espaa I. Ideas econmicas, comercio y rgimen de comercio libre. Mxico. SEP Setentas. 1974. p.79

    [45]: Ibd. p.105

    [46]: Jurez Martnez Abel. Las ferias de Xalapa 1720-1778. Incluido en Primer Anuario del Centro de Estudios Histricos. Facultad de Humanidades. Universidad Veracruzana. Xalapa 1977 p. 22

    [47]: Rees p. cit nota 42 p.76

    [48]: Jurez Martnez p. cit nota 46 p.32. Algunos autores como Peter Rees sealan la permanencia de las ferias de Xalapa hasta 1787

    [49]: Rees p. cit nota 42 p.93

    [50]: Del Valle Pavn p. cit nota 40 p.40

    [51]: dem

    [52]: Ibd. p.49

  • un medio para fortalecer el desarrollo de las regiones azucareras y tabacaleras de Crdoba y Orizaba[53]. Se tena claro que era preciso motivar la economa de esas zonas, en las cuales los beneficios de la ruta nortea principal ciertamente, no llegaban de manera importante.

    Ms all de las controversias suscitadas por el trazado de la ruta y de la direccin que deba seguirse (Xalapa u Orizaba), las obras fueron siempre lentas y tardadas, no se entenda que dicha va, era de vital importancia para comerciar con los productos ms importantes del Virreinato[54], como la caa de azcar de Orizaba, los tintes procedentes de Oaxaca, Puebla e incluso Guatemala, los algodones de los obrajes poblanos y especialmente, los alimentos destinados para el abastecimiento de las flotas ancladas en Veracruz[55].

    Tanto la crtica al sistema de flotas espaolas como las controversias suscitadas por la sede de los eventos derivadas de estas -las ferias- fueron algunos de los motivos por los cuales se introdujo en los territorios espaoles quizs, la mas importante de las reformas en el terreno econmico, el sistema de comercio libre[56] el cual fue instaurado por la Real Cdula de 1765[57]. Sin embargo, hay ciertos puntos del llamado Comercio libre a tenerse en consideracin.

    Se menciona la libertad de las provincias americanas para ejercer un comercio recproco[58] pero a ultranza, ya que ni todos los productos, ni algunas vastas y principales regiones del imperio espaol se vieron beneficiadas desde los inicios del rgimen de Comercio libre. Como muestra, la ms importante posesin espaola en Amrica, el Virreinato de la Nueva Espaa slo pudo entrar al sistema de comercio libre de modo completo hasta 1789[59], es decir 34 aos despus de su implementacin en la mayora de los territorios del imperio espaol.

    Este supuesto nuevo rgimen comercial, se trat de instaurar a manera de contrapeso a la creciente injerencia e importancia de las potencias europeas en la zona del Golfo y Caribe, lo cual a todas luces constituan una competencia desfavorable para la Corona Espaola. Una muestra de ello es que desde la primera mitad del siglo XVIII se tienen noticias de un navo de permisin de bandera inglesa que poda transportar 500 toneladas de mercancas britnicas a los puertos de Veracruz, Cartagena y Portobello[60]. Y las cosas no pararon ah, en el ao de 1721 los britnicos mediante la Compaa de comercio inglesa obtuvieron licencia para internarse en la Nueva Espaa[61] y no solo establecerse en el Puerto de Veracruz para comerciar. Situacin que pona en entredicho la hegemona comercial espaola en el territorio virreinal.

    41Nmero 4 / Verano 2013

    [53]: Florescano Mayet p. cit nota 37 p.32

    La Fortaleza de San Carlos y la ruta Mxico-Veracruz...

    [54]: Sarabia Viejo Mara Justina. Los caminos del Golfo de Mxico. Incluido en las Rutas de la Nueva Espaa Chantal Cramussel (edit.) Mxico. El Colegio de Michoacn. 2006 p. 103- 104

    [55]: dem

    [57]: Ibd. p.125

    [56]: Arcila Faras p. cit nota 45 p.124

    [58]: dem

    [59]: Ibd. p.132

    [60]: Ibd. p.58

    [61]: dem

  • Jairo Eduardo Jimnez Sotero

    La Fortaleza de San Carlos y su papel como eslabn defensivo en la Ruta Mxico-Veracruz

    Entendido todo este complejo juego de intereses econmicos y polticos, en los que cada grupo (desde la misma Corona Espaola hasta los Consulados de Comerciantes) se mantena en la pelea por procurar la hegemona de sus posturas, podemos detectar algunas cuestiones sobre el papel de la Fortaleza de San Carlos en la regin. La incidencia e importancia que tenia la preservacin de una ruta segura, como mecanismo para el mantenimiento de un flujo comercial constante entre el Puerto de Veracruz y la Ciudad de Mxico, debi motivar medidas fuertes para preservar tal estado de los hechos. Al ver que la alternativa de comunicaciones que conflua a Xalapa, como la principal opcin, no es raro ver el inters de la Corona Espaola, por mantenerla en un estado ms o menos decoroso y sobre todo seguro.

    De ah la cuestin de la construccin de la Fortaleza de San Carlos, como un mecanismo de defensa y control militar, que actuaba a manera de puesto de vigilancia, no solo de mercancas y productos, sino tambin de personas. Es claro con base en esto que la cuestin econmica fue la detonante para la construccin de este tipo de edificaciones, al percatarse la Corona Espaola de la importancia de mantener siempre segura su posesin imperial ms importante. Por tanto son los intereses econmicos, los que tambin motivaron el establecimiento de otros tipos de recintos en el camino de Veracruz hacia la capital de Virreinato, como lo son las posadas. Dichos puestos de comercio actuaron como lugares de descanso para los comerciantes que recorran el difcil camino hacia el Centro del pas.[62] Es por ello que las posadas, desempearon tambin un papel de concentradoras y distribuidoras de cierta parte de recursos que provenan del comercio colonial, aunque de forma un tanto indirecta e irregular.

    Otro aspecto a tomar en cuenta en el camino Mxico-Veracruz, de vital importancia para la vida Novohispana, es el social y poltico. Primeramente, es obvio que la figura poltica ms importante de la Nueva Espaa, el virrey, hacia su llegada al territorio, invariablemente mediante barco por el Puerto de Veracruz. El trayecto efectuado hasta la capital del virreinato le serva por un lado, para empezar a conocer el territorio, la poblacin y los usos y costumbres del territorio que iba a gobernar, desde luego como individuo que investa todos los poderes del monarca espaol en la Colonia. Es por ello, que todo el ceremonial que acompaaba al virrey desde su llegada a Veracruz y su posterior recorrido a la Ciudad de Mxico, estaba encaminado a hacer sentir la importancia poltica del lugarteniente del rey[63]. El nuevo gobernante de la colonia, pretenda con ello penetrar en el imaginario de sus sbditos y as, mostrarse como una

    [62]: Gutirrez `lvarez p. cit nota 19 p.114

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    [63]: Florescano Mayet p. cit nota 37 p.47

  • ello penetrar en el imaginario de sus sbditos y as, mostrarse como una figura concreta y cercana de poder que pudiera ser accesible y a la vez implacable en el proceso de aplicacin de las polticas metropolitanas ibricas.

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    La Fortaleza de San Carlos y la ruta Mxico-Veracruz...

  • Jairo Eduardo Jimnez Sotero

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  • 45Nmero 4 / Verano 2013

    La Fortaleza de San Carlos y la ruta Mxico-Veracruz...

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    [3] Imagen 1: http://www.rutadelaindependencia.travel/queretaro-bicentenario-de-l: -independencia-de-mexico.php

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    [5] Imagen 2: http://traianeum.blogspot.mx/2010/01/actualidad-el-drama-de-haiti-la-aguja.html

  • Ka r eopaticos46 | http://arkeopatias.wordpress.com/

  • Arriba: Imagen correspondiente al acceso principal a la Fortaleza de San Carlos. Municipio de Perote, Veracruz, Mxico. Fotografa del autor

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    La Fortaleza de San Carlos y la ruta Mxico-Veracruz...

    *Tuxpan, Veracruz / 1989. Arquelogo por la facultad de Antropologa de la Universidad Veracruzana. Xalapa, Veracruz, con la tesis La Fortaleza de San Carlos; icono de poder colonial. siglo XVIII. Ha realizado trabajo de campo durante cuatro temporadas, en el "Proyecto Arqueolgico Piedra Labrada" en Veracruz. Se ha presentado como ponente en diversos foros de arqueologa en Veracruz y el Edo. de Mxico.

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    Pgina anteriror: Imagen area de la Fortaleza de San Carlos / tomada de: http://www.inehrm.gob.mx/imagenes/perote/01.jpg

  • Textos ArKeopticos opera bajo licencia de Creative Commons, Atribucin-NoComercial 2.5 Mxico: por lo que agradecemos citar este texto asi:

    Lobjois, Bertrand. "La arqueologa mexicana en tiempos porfirianos y revolucionarios" en: ArKeopticos. Textos sobre arqueologa y patrimonio. Ao I Nmero 4, verano 2013. Proyecto ArKeopatas. Mxico 2013, Pg. 48 / http://arkeopatias.wordpress.com/arkeopaticosnumero4 en lnea (fecha de consulta).

    la arqueologa mexicanaen tiempos porfirianos yrevolucionarios4

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  • BERTRAND LOBJOIS

    ntroduccin

    Teotihuacn, Xochicalco, Monte Alban, el Templo Mayor de Tenochtitln son clasificados dentro del Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO. Pero, quin en la actualidad se acuerda de esos exploradores, quines a mediados del siglo XIX mostraron el Mxico prehispnico al resto del mundo por medio de acuarelas como lo hizo Guillermo Dupaix, las primeras fotografas del francs Brasseur de Bourbourg, o de la labor inmensa del austriaco Alexander von Humboldt? Poca gente probablemente los recuerda. Sin embargo, ser explorador no significa necesariamente brindar el cuidado y el estudio necesarios con los cuales un arquelogo moderno considera sus descubrimientos. Por ejemplo Dsir Charnay, otro viajero francs, no dud en usar dinamita para excavar la Pirmide B en Tula, Hgo. (1885)

    *[email protected] //

    La arqueologa mexicana

    L

    Palabras clave: historiografa, arqueologa, Mxico, Porfiriato, Revolucin

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    I

    en tiempos porfirianos

    Pgina anterior: Fig. 1: Porfirio Daz debajo la Piedra del Sol (Ramirez, 2010: 61).

    y revolucionarios

    Resumen: A travs de nuestra ponencia, presentaremos los avances decisivos de la arqueologa mexicana bajo el mandato de Porfirio Daz y luego durante la Revolucin. Resaltaremos elementos centrales de la poltica arqueolgica porfiriana. Destacaremos las figuras centrales de la arqueologa durante esta parte esencial de Mxico. Veremos cmo esta rama de la antropologa se convirti en una herramienta al servicio del poder, y cmo era sometida a una cierta visin de la identidad mexicana.

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    Los diferentes gobiernos y dirigentes desde la Independencia, han tratado de exaltar el sentimiento nacional. Con la llegada de la figura controvertida de Porfirio Daz al poder en 1877 y su reeleccin en 1884, la sociedad mexicana alcanza una cierta forma de estabilidad. Queremos mostrar cmo su largo mandato fue positivo para la arqueologa y el conocimiento de nuestras culturas antepasadas. Explicaremos cmo las infraestructuras porfirianas siguieron vigentes durante la Revolucin, con la meta clara de fortalecer los gobiernos y la identidad nacional.

    Leyes y decisiones polticas

    En 1827, se haba votado una ley para prohibir la exportacin de monumentos y antigedades mexicanas. Antes, el primer presidente de Mxico, Guadalupe Victoria, fund el Museo Nacional de Mxico, por decreto en el ao del 1825. Luego el emperador Maximiliano de Habsburgo orden el traslado de las colecciones a la Casa de la Moneda en 1865. Con Porfirio Daz, se multiplicaron las decisiones legales y polticas para preservar e investigar el pasado prehispnico. Pero en 1896 se public un nuevo decreto sobre los permisos para hacer excavaciones arqueolgicas, completado en 1897 por la Ley sobre Monumentos Arqueolgicos: ahora se consideran los sitios arqueolgicos como propiedad de la nacin y los dueos de terrenos pueden ser expropiados para fines cientficos, y cualquier deterioro o destruccin se considera como un delito federal[1]. Adems se contempla la necesidad de una carta arqueolgica de la Repblica para conocer. Una medida importante fue la creacin del Gran Saln de Monolitos en el Museo Nacional en 1883. Dicha galera, ubicada en el fondo del museo, permita una mejor proteccin de los monolitos ms destacados como la Piedra del Sol o la cabeza de Coyolxauhqui, que se identificara veinte aos despus gracias al historiador alemn Eduard Seler (1900-1901: p.117).

    En 1885, la creacin de la Inspeccin y Conservacin de monumentos arqueolgicos por Justo Sierra tena como objetivo la exploracin y el rescate de los vestigios arqueolgicos, limitando las investigaciones a extranjeros y los saqueos. Se asigna la jefatura de esta dependencia al arquelogo Leopoldo Batres, quien ocup el puesto hasta 1911[2]. En 1906, Justo Sierra decret la separacin de las colecciones del Museo Nacional: la multiplicacin de los descubrimientos necesitaba un nuevo manejo de las colecciones y se trasladaron temporalmente las piezas arqueolgicas hacia el Palacio Nacional donde permanecern hasta el 9 de septiembre de 1910, con la reapertura del nuevo museo por Porfirio Daz[3]. Este evento fue parte de los festejos del centenario de la Independencia.

    Bertrand Lobjois

    [3]: Una fotografa de Porfirio debajo la Piedra del Sol fue tomada en 1905 y publicada hasta 1911 (Ramrez: 61).

    [2]: Sobre la creacin de esta institucin independiente del Museo Nacional, vase Rutsch, 2004: 94-106.

    [1]: Rutsch, 2004: 104-106 citando a Lombardo y Ruiz, 1988: 68-69.

  • El uso del pasado y de la historia prehispnica durante el Porfiriato tena objetivos cientficos pero sobre todo polticos. En este sentido Porfirio Daz sigue los pasos de Jurez y de gobernantes precedentes de Mxico, pero quiere que su pas retome su lugar en el concierto de las naciones. Consideremos la dcada de 1880 como la del reconocimiento internacional de Mxico gracias al pago de la indemnizacin de los conflictos pasados con EEUU y Espaa; este reconocimiento se alcanz tambin gracias a la exaltacin de las culturas prehispnicas y de sus figuras portaestandartes que son Cuauhtmoc, Moctezuma o el episodio de la Noche Triste.

    La arqueologa para forjar una identidad nacional

    La figura ms importante de la arqueologa mexicana durante el Porfiriato fue sin duda Leopoldo Batres, exmilitar, coleccionista y comerciante de antigedades prehispnicas. Al trabajar de 1883 a 1888 en el Museo Nacional; ubicado en la calle Moneda, Batres adquiri la proteccin del secretario de Justicia y de Instruccin Pblica, Joaqun Baranda, y del mismo Porfirio Daz. Antes de ser nombrado Inspector y Conservador de Monumentos Arqueolgicos en 1885, Batres descubri las pinturas murales del Templo de la Agricultura, en el ngulo suroeste de la Plaza de la Luna en 1884: lamentablemente carecen de realismo y de precisin (Teotihuacn, 2008: 33). Poco despus se encontr una escultura monumental por la cual tenemos un dibujo de Chabrand (1892). Batres decidi sacarla del suelo a pesar de sus dimensiones fuera de lo comn y trasladarla al Museo Nacional Mexicano en 1886[4]. Hoy en da, esta conocida como Diosa del Agua.

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    Abajo: Fig. 2: Retratos de a) Joaquin Barranda (Batres, 1900), b) Leopoldo Batres (Batres, 1903), c) Justo Sierra (Espinosa Quiroz, 2008).

    a) b) c)

    [4]: Esta escultura mide 3.19 m de altura y alcanza 16 toneladas (Teotihuacn, Gua Visual, 2008: 64-65).

  • Bertrand Lobjois

    En 1902, Batres public un amplio reporte sobre las excavaciones que dirigi en la Calle Escalerillas, en la ciudad de Mxico en 1900. No olvid a sus prestigiados patrocinadores y les dedic su libro a Porfirio Daz, Joaqun Baranda y Ezequiel Chvez. Segn Batres la presencia de dos esculturas representando a Ehcatl-Quetzalcoatl comprobara que el edificio donde se encontraron, fue su templo.

    Una cabeza monumental de perro con pendientes de concha fue descubierta tiempo despus, representando al dios Xoltl (Aztecs, 2002: cat. 140). Pero Batres la percibe como una cabeza de simio. De hecho no es el nico error de interpretacin cometido por l: confunde Xiuhtecuhtli y Tlaltecuhtli sobre un relieve esculpido o consider que el Templo Mayor se encontraba debajo la catedral (1902: 53, fig.6). En 1901, encontr un ocelocuauhxicalli y una cabeza de Xiuhcatl, la serpiente de fuego, debajo del edificio del Marqus del Apartado (Olivier, 2005: 52, fig.1).

    Con la voluntad poltica de recuperar la arqueologa y el pasado prehispnico, arrancaron nuevas excavaciones en Teotihuacn dirigidas por Batres entre 1904 y 1910. Era importante que Mxico luciera para los festejos del Centenario de la Independencia. La intervencin de Justo Sierra fue decisiva para tener los crditos suficientes para las excavaciones: l enfatiza la necesidad que estn realizadas por mexicanos (Rutsch, 2004: 108). Batres cita tambin a Seler, segn quien las excavaciones llevadas a cabo en Teotihuacn no slo [eran] un servicio a la arqueologa, sino a la humanidad entera (1908: 5). Entre otros afirm haber encontrado los restos de nios sacrificados en las esquinas de los tres cuerpos inferiores de la Pirmide del Sol (1906: 22).

    Batres efectu investigaciones y restauraciones tambin en el estado de Oaxaca. Su atencin se enfoc primero sobre el sitio zapoteco de Monte Alban. A pesar de una hiptesis rara sobre el origen yucateco de los zapotecos, Batres concentr sus esfuerzos sobre el Edificio de los Danzantes donde encontr varias estelas (Batres, 1902: lm. V).

    Mitla es otro caso interesante. Conocida desde Fray Toribio de Benavente en el siglo XVI, viajeros y exploradores como el francs Dsir Charnay (1889), y el norteamericano Adolph F. Bandelier (1885) haban fotografiado sus edificios prehispnicos. Pero fue Batres (1908) quien realiz excavaciones y restauraciones en el Grupo de las Columnas, con un presupuesto de la Secretara de Justicia e Instruccin Pblica. La arqueloga Nelly Robles explica tambin que Batres emple al ejrcito para recuperar elementos arrancados al Grupo de las Columnas, protegiendo la zona colocando rejas y una caseta de vigilancia permanente (2009: 63).

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  • La continuidad a pesar del cambio poltico

    Irnicamente es cuando la arqueologa del pas alcanza su reconocimiento a nivel internacional que al mismo tiempo estall la Revolucin Mexicana. Despus la victoria manipulada de Daz contra Madero en 1910, este ltimo proclam el Plan de San Luis. Al mismo tiempo, San Juan Teotihuacan fue sede del XVII Congreso Internacional de Americanistas. El mayor encuentro de investigadores originarios del antiguo y del nuevo mundo fue la oportunidad para Batres de proponer un recorrido de Teotihuacn, durante el cual los participantes admiraron la Pirmide del Sol, recin excavada y restaurada (Garca-Brcena, 2009, p. 40, figs. a, b, c).

    De hecho se critic con justa razn la libertad con la cual Batres decidi dinamitar el cuarto cuerpo de la pirmide, creando un quinto cuerpo que nunca haba existido, yendo en contra de las leyes federales. Para exponer el resultado de todas esas excavaciones se construy el primer museo de sitio en Teotihuacn. Se abri el 11 de septiembre de 1910, como parte de los festejos para el centenario de la Independencia.

    La arqueologa mexicana en tiempos porfirianos...

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    Abajo: Fig. 3: Leopoldo Batres y Justo Sierra a la derecha durante la inauguracin del Congreso de Americanistas, San Juan Teotihuacn.SINAFO, nm inv. 35822.

  • Bertrand Lobjois

    Esos festejos fueron cuidadosamente planeados por la administracin porfiriana con el fin de reafirmar el rgimen, dar una imagen gloriosa y moderna de Mxico como de su presidente. Tambin deban exaltar el sentimiento de nacionalismo, completando el sentido de la pintura indgena al fin del siglo pasado. Una fotografa tomada en 1905 del General fue publicada hasta el 1911 en Crnica oficial de las fiestas del centenario de la Independencia de Mxico[5]. En la misma obra, podemos observar el desfile del 15 de septiembre del 1910 cuando se represent el encuentro entre Moctezuma y Corts (ibid.). Paralelamente, adems de preservar las piezas arqueolgicas recin excavadas, el Museo Nacional de Arqueologa, Historia y Etnografa se convirti en un centro de investigacin de primera importancia donde E. Seler colabor brevemente en 1907 (Rutsch, 2003: 1).

    En 1910, gracias a la presencia del antroplogo americano Franz Boas en Mxico, se haba creado la efmera Escuela Internacional de Arqueologa y Etnologa Americana (EIAEA), cuya direccin fue asumida por dos mujeres pioneras en la antropologa entre 1910 y 1914, mientras la Revolucin estuvo a su paroxismo. Se trata de Zelia Nutall y de Isabel Ramrez Castaeda. La primera tuvo una vida bastante aventurera para una mujer de su poca; pero, en un ambiente mayormente masculino, empez a trabajar en el Museo Nacional Mexicano y en el Peabody Museum de Harvard desde 1886. Adems su nombre queda estrechamente relacionado con un manuscrito zapoteco encontrado en la biblioteca de Lord Zouche, en Inglaterra: el cdice Zouche-Nutall. Revel tambin al publico el Cdice Magliabecchiano. En 1910, dirigi excavaciones en Isla de Sacrificios, Veracruz. Despus de diferencias violentas con Batres, renunci a su cargo de profesora honoraria del Museo Nacional y fund EIAEA[6]. En cuanto a Ramrez Castaeda, fue colaboradora de Nutall y recibi la enseanza de Boas y Seler. Acompa al segundo y particip en exploraciones y excavaciones en Chichen Itza y Palenque (Rutsch, 2003).

    1911 es un ao clave para el pas como para la arqueologa mexicana. Mientras Daz decidi abandonar el poder y exiliarse, Batres, negado por el nuevo gobierno, se vio obligado a salir de Mxico hasta la presidencia de Venustiano Caranza. Los tiempos y los responsables cambiaron, sin embargo las investigaciones antropolgicas no paraban, Manuel Gamio siendo la nueva autoridad de la antropologa mexicana. Perteneci a la primera generacin de alumnos del Museo Nacional con Ramrez Castaeda en 1906. Estudi con Boas en la Universidad de Columbia, Estados Unidos y tena una concepcin de la arqueologa muy diferente de Batres: la considera como una rama de la antropologa y no de la historia. Recin egresado, se encarg de estudiar Azcapotzalco en 1906. Dirigi las excavaciones de la zona arqueolgica Alta Vista en el municipio

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    [5]: Garcia, 1911 citado en Ramrez, 2009, p. 61.

    [6]: Para una biografa de Zelia Nutall, vase su obituario en Tozzer, 1933.

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    municipio de Chalchihuites, Zacatecas en 1908 (Gamio, 1910-1911). Fue el primero en Mxico en usar el mtodo estratigrfico en San Miguel Amantla en 1913: este mtodo sigue vigente en el trabajo arqueolgico actual (Garca-Barcena, 2010: 42, figs. a y b). Luego encontr una esquina del Templo Mayor (Gamio, 1920-1921). En el mismo ao, fue nombrado inspector general de Monumentos Arqueolgicos, puesto que ocup hasta el 1916. Sucedi a Eduard Seler como director de la EIAEA de 1916 hasta 1920 y el cierre definitivo de esta institucin por falta de recursos. En 1916 public Forjando Patria, obra esencial en el pensamiento indigenista que fue rechazada en su tiempo[7]. En 1917, Gamio explor y restaur la Pirmide de la Serpiente Emplumada, en Teotihuacn (Gamboa Cambezas, 1997). Report sus investigaciones en una publicacin novedosa por su tiempo, agregando observaciones etnogrficas sobre la poblacin vecina del sitio (Gamio, 1922).

    Paralelamente se ampli la ley de 1897 en dos ocasiones: en 1914 con La Ley sobre Conservacin de Monumentos Histricos y Artsticos y Bellezas Naturales, y en 1916 con la Ley sobre Conservacin de Monumentos, Edificios, Templos, y Objetos Histricos y Artsticos (Tovar y de Teresa, 1997: 92-93). Los lderes de la Revolucin necesitaban, al igual que sus antecesores, el conocimiento del pasado, en particular prehispnico, para justificar su accin y adecuar su accin con el sentimiento de identidad nacional.

    La arqueologa mexicana en tiempos porfirianos...

    Abajo: Fig. 4: Grupo de las Columnas, Mitla (Batres, 1908: lm. 2).

    Pgina siguiente: Fig. 5: Diosa del Agua (Fotografia: B. Lobjois);

    [7]: Para el rechazo de la obra de Gamio, vase Lemprire, 1992: 43:

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    Conclusiones

    Est reconocido que el Porfiriato, a pesar de ser un rgimen dictatorial, brindo estabilidad poltica y econmica a Mxico. No se resolvieron todos los problemas sociales pero este periodo de estabilidad permiti lograr una verdadera poltica de investigacin arqueolgica pblica que expusimos anteriormente. La arqueologa deba servir el rgimen de la Pax Porfiriana y difundir una imagen progresista y moderna de Mxico, a pesar de una poblacin mayormente analfabeta y de muy bajos recursos. Pero sirvi tambin a nutrir una paradoja: favorecer y conocer el pasado indgena mientras se repriman violentamente las rebeliones de comunidades indgenas como los Yaquis y los Mayas. No obstante tenemos que recordar que la mayora de las disposiciones legales o cientficas siguieron vigentes durante la Revolucin. La ley de proteccin del patrimonio fue profundamente reformada hasta 1947, mientras la Inspeccin de Monumentos Arqueolgicos diseada por Batres se convertira en el Instituto Nacional de Antropologa e Historia en 1939.

    Los