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1 Bienestar, propósito común Año 5 – Número 34 – Distribución gratuita – Medellín, diciembre de 2011 – http://saluda.udea.edu.co

Revista Saluda 34

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Bienestar, propósito común

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Bienestar,propósito común

Año

5 –

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34

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Contenido

Cambio para el éxito

El cambio en las organizaciones

La música en sintonía con la salud

La fuente del bienestar

Paso a paso por el ciclo vital

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Saluda No. 34 - diciembre de 2011ISSN 2145-843X

RectorAlberto Uribe Correa

Vicerrector AdministrativoRubén Alberto Agudelo García

Jefa del Departamento de Seguridad Social

Marta Taborda Hernández

Coordinadora del Programa de Salud

María Piedad Rivera Parra

Coordinadora del Programa de Riesgos Ocupacionales

Margarita Rosa Castro González

Coordinación En FamiliaPatricia Molano Builes

Camilo Muñoz Cardona

ProducciónCentro de Investigaciones y Extensión

Facultad de ComunicacionesUniversidad de Antioquia

EditorJavier Arboleda

PeriodistasElizabeth Cañas Rodríguez

Mariluz Palacio ÚsugaJuan Diego Restrepo Toro

Fredy Zuluaga HoyosAndrés Felipe Restrepo Palacio

Juan Camilo Gallego Castro

Diseño y diagramaciónAna María Vargas Zapata

Caricatura Max y MoJohnny Sánchez Prisco

FotografíaDiego González Torres

ImpresiónLa Patria

Programa de SaludCiudad Universitaria, Bloque 22 Oficina

340Afiliaciones: 219 8410

Plan complementario: 219 8414

Las opiniones de los autores no comprometen a la U. de A.

Circulamos con 5.000 ejemplares

Distribución gratuita

12Nos transformamos para seguircreciendo juntos

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La pubertad,mezcla de niñez y adultez

Siempre en su mesa: la cantidad y el tamaño justos

La obesidad: Un círculo vicioso que se debe invertir

Las cirugías plásticas no son pócimas mágicas

Resiliencia: la fortaleza de seguir adelante

Max y Mo

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Editorial

Si requiere información sobre citas y consulta especializada comuníquese con la Central de Referencia:

teléfonos 2198426-2198405-2198427o escriba al correo: [email protected]

La transformación no solo debe ser un punto de partida para generar mejores resultados personales y organizacionales sino para res-

ponder a la revolución constante del mundo, para satisfacer las necesidades y las aspiraciones de todos pero, en especial, para ser mejores en lo que somos y hacemos.

Con esta filosofía, el cambio debe generar no sólo bienestar de quien lo hace sino complacencia y calidad de vida de quien es directamente benefi-ciado de ese proceso. Para el Programa de Salud de la Universidad de Antioquia, la transformación se logra cuando los usuarios verifican que las ac-ciones conducen a una mejor prestación del ser-vicio y a la ejecución de políticas basadas en el mejoramiento continuo.

Muchas veces, sin la percepción de nuestros públicos, se transforman pequeños asuntos. Ahora, estos cambios se efectúan de manera planificada y justificada en razón del interés común y de la gene-ración de nuevos beneficios.

Cambio para el éxito

En el caso de En Familia, Atención Primaria en Salud (Ver página 12), la transformación se adapta a las necesidades de los usuarios, aprovechando el aprendizaje y la experiencia acumulada durante la existencia del proceso. De esta forma, es la di-námica de trabajo con los usuarios la que define el rumbo y las acciones para generar bienestar.

Entendemos la participación como un elemen-to crucial en la transformación. Por tanto, con la contribución de ustedes, nuestros usuarios, pode-mos avalar el éxito de este proceso, que por su vi-sión integral de la salud, es un programa destacado.

Esperamos atentos sus sugerencias y propues-tas para mejorar nuestro desempeño. Contamos con su compromiso para desarrollar nuevas estra-tegias, optimizar los recursos y alcanzar resultados positivos para todos.

María Piedad Rivera Parra Coordinadora del Programa de Salud

Universidad de Antioquia

“Quien pretenda una felicidad y sabiduría constantes, deberá

acomodarse a frecuentes cambios”Confucio

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El cambio en las organizaciones

Luz Yileam Zuluaga GómezCoordinadora FormaciónGestión del Talento HumanoVicerrectoría Administrativa U. de A.

Hoy, el cambio es una constante y las orga-nizaciones no son ajenas a este y, mucho menos, las personas que la componen. El

cambio en las organizaciones ha cobrado relevan-cia, pues es posible solo en la medida en que las personas que son objeto de esa transformación la asimilen de manera tranquila. El ser humano, por naturaleza, se resistente a él, porque lo nuevo o desconocido genera temor. Este es uno de los principales retos en la gestión del cambio, que no se da por decreto sino por medio de un proceso en el que la persona se motiva.

Es normal que, ante algo nuevo, surjan diferen-tes manifestaciones que se dan, a través de inte-rrogantes, afirmaciones o comportamientos: ¿por qué?, ¿cómo lo vamos hacer?, ¡siempre lo hemos hecho así! ¡No estamos preparados! ¡Nunca se ha hecho!..

Es necesario identificar las impactos que esto genera para poder gestionarlo, de ahí la importan-cia de contar con los líderes de la organización y con estrategias de comunicación, capacitación y acompañamiento, para dar una respuesta asertiva.

Cuando se habla de gestión del cambio, nos referimos al diseño de procesos que tienen como finalidad facilitarlo en las personas, por medio de acciones que proporcionen los elementos necesa-rios para realizar la transición, de manera adecua-da. En última instancia, son las personas las que hacen posible que se dé.

En la vida sucede algo similar, cuando nos vemos enfrentados a un cambio, por lo general, la primera reacción es la negación, pero solo hasta cuando encontramos explicaciones que den cla-ridad, convencimiento, confianza y generen acep-tación. Esto posibilita que la nueva situación se vuelva parte del día a día y, cuando esto sucede, se puede decir que hemos interiorizado el cambio.

Durante los fines de semana y en días festivos, los pacientes que sean intervenidos quirúrgicamente o que tengan que someterse a procedimientos clínicos, recibirán los medicamentos ordenados por el médico al momento de ser atendidos.

IMPORTANTE No olvide reclamarlos.

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personas con necesidades educativas especia-les, dificultades visuales, auditivas o de lenguaje. Se usa en rehabilitación fisioterapéutica y social y como estrategia preventiva para buscar bienestar. De acuerdo con estas bondades, se recomienda a los padres, en el caso de que se aplique en niños y ninas, que: • Desde la gestación, durante media hora diaria,

pongan música a sus hijos (clásica o infantil).• Cantarles desde el embarazo y enseñarles a ex-

presar sus emociones, por medio de la voz. • Incluir en sus juguetes instrumentos sencillos y

permitirles que aprendan a tocarlos. • Enseñarles a percibir los diferentes tipos de

música. • Proponerles juegos en los que exploren su voz,

inventen, identifiquen y emitan sonidos. • Si es posible, asistir a un programa de música

prenatal y de estimulación e iniciación musical con su hijo.

Esto es importante porque los acordes musi-cales penetran en lo más profundo de la mente y el cuerpo, al convertirse en la vía de comunicación para que el paciente entienda lo que sucede a su alrededor y exprese aquello que ocurre en el inte-rior de su mundo.

Por: Mariluz Palacio ÚsugaAsesoría: Médica Clara María Solórzano Peláez [email protected]

Desde épocas inmemoriales, la música se ha usado con un fin terapéutico que contribu-ye a mejorar la calidad de vida. Mediante la

combinación del arte y la ciencia, la musicoterapia explora y potencia las habilidades individuales.

Clara María Solórzano Peláez, especialis-ta en Medicina Psicosomática, de la Universidad Complutense de Madrid (España) y musicotera-peuta del Guildhall School of Music and Drama, de Londres (Inglaterra), explica que en las tribus primitivas se hacían actos chamánicos para sanar enfermedades a través del baile. Sin embargo, el inicio de la musicoterapia, tal como se conoce aho-ra, ocurrió después de la II Guerra Mundial, cuando se descubrió que con esta los heridos en combate se recuperaban más rápido.

La música, como elemento terapéutico, se aplica en todas las personas: desde el bebé en gestación hasta el adulto que enfrenta un proce-so terminal.

Está disciplina se dirige a pacientes con es-trés, ansiedad, hiperactividad y autismo; con pa-rálisis cerebral o con retardo mental. También a

La música genera alegrías, recuerdos y recrea sensaciones que son una terapia que comunica y sana.

La música en sintonía con la salud

Violeta vibra con cada notaDesde que tenía cuatro meses, Violeta Restrepo Restrepo, ahora de 3 años, asiste a diversas terapias, debido a la pa-rálisis cerebral con la que nació. Ha sido muy sensible a la música. Su madre, Luisa Restrepo, comenta que, “a través de la música, mi hija muestra todas sus emociones”. Los padres interpretan la reacción de la niña a cada sonido. Movimientos leves, miradas y sonrisas, son la mejor respuesta de Violenta a la terapia que hace cada semana, en la que la música es sinónimo de alegría y relajación.

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La fuente del bienestar

Por: Juan Diego Restrepo Toro

Suena simple: necesitamos agua para vivir. En condiciones de mu-cho calor, una persona se puede

deshidratar en cuestión de horas. Más allá de los casos extremos, el agua es indispensable.

No solo es una cuestión de sed, pues la hidratación adecuada no solo mejora la salud sino que ayuda a mante-ner la piel bella.

El volumen de sangre que circula por nuestro organismo refleja la can-tidad de agua que bebemos. Cuanta menos sangre se aporte a los órga-nos, menos oxígeno reciben y dismi-nuye su capacidad para realizar las funciones normales.

La hidratación es esencial para mantener la salud física y mental. Aunque podemos vivir hasta 50 días sin alimento, sin agua sobreviviríamos muy poco.

Falta de saliva, boca seca, do-lor de cabeza, cansancio y ausencia de concentración o reflejos, suelen aparecer como los primeros síntomas de la deshidratación, proceso que im-plica la pérdida del líquido natural.

Cuando enfermamos (en casos de diarreas), la pérdida de agua aumenta de forma considerable. A largo plazo, las per-sonas que la beben muy poco, pueden su-frir trastornos renales, mentales, digestivos o tener problemas cardiacos.

Cualquier bebida que contenga agua puede contribuir a la hidratación, incluidos los zumos, los refrescos, el té y el café.

Las bebidas que contienen sodio es-timulan la absorción de carbohidratos, que incrementa la retención de agua y compensa la sal que se pierde con el sudor.

El cuerpo humano está constituido, en gran medida, por agua: entre un 60% y un 75%, aunque no aparece en forma líquida o visible sino que hace parte de los huesos, músculos y tejidos.

El contenido de agua del organismo disminuye con la edad: desde un 75%, en los bebés, hasta un 60%, en las personas adultas.

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En niños y ancianosEs importante vigilar la

frecuencia y la cantidad que los niños beben al

día, porque su sensación de sed no está tan desarro-

llada como en los adultos.

Durante el envejecimiento se puede notar una deshidratación leve. Si se reduce la ingesta dia-ria de líquidos, para ahorrarse las frecuentes idas y venidas al baño, el riesgo de deshidratación es aún mayor. Se recomienda que los an-cianos tomen, con regularidad,

además de agua, zumos de fru-tas, té, café, chocolate ca-

liente y sopas.

En la actividad físicaEl deporte activa la sed. El ejercicio y el au-mento de temperatura corporal incrementan la sudoración y la pérdida de agua.

“Mantener la hidratación antes y duran-te los ejercicios resulta eficaz para mejorar el rendimiento”, explica Carlos Felipe Hoyos, educador físico del proceso En Familia.

Una pérdida de líquidos superior al 5% del peso corporal puede disminuir la capaci-dad de hacer un esfuerzo, en un 30%.

Según la nutricionista Angélica Díaz Gómez, “para controlar de forma adecuada la cantidad de fluido que se ha de recuperar, debe pesarse antes y después de la actividad física y beber un litro de agua por cada kilo-gramo que pierda”.

Perdemos agua de forma continua, a través de la piel y la respiración: cerca de 700 ml al día. Otros 100 ml se eliminan en las heces, alrededor de 1,5

litros en la orina y 200 ml en la transpiración normal.

Las bebidas con un 10% de alcohol o más, como la mayoría de los vinos, contribuyen a la deshidratación, pues ocasionan

pérdidas evidentes de líquido.

Debemos beber agua en cantidad suficiente para compensar la pérdida.

Los procesos metabólicos de nuestro organismo producen alrededor de 250 mililitros (ml) y obtenemos otros 750 ml de la comida. Por lo tanto, debemos procurarnos otros 1,5 litros restantes.

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Ciclo VitalPaso a paso por el

Las etapasTodo empieza con la gestación, en la cual se desa-rrolla y madura el embrión. Durante nueve meses, paralelo al desarrollo intrauterino, se consolida el feto y se estrechan los lazos entre el hijo y la madre; por esta razón, es necesaria una continua evalua-ción del embarazo.

Después se presenta la infancia y la niñez, am-bas caracterizadas por el crecimiento y en las que se fijan las características inherentes a la persona. La interacción con el medio y con sus semejantes es definitoria, porque fijará los patrones de com-portamiento y la diferenciación sexual.

Luego, se presenta la juventud, una etapa de tránsito a la adultez e incluyente de los periodos de la pubertad y la adolescencia. Se experimenta mayor velocidad en el crecimiento y la maduración sexual, al punto que son muchos los casos de pro-creación juvenil. En esta etapa, es relevante la per-sonalidad y el influjo que el medio exterior tiene en la intimidad del sujeto.

Por: Andrés Felipe Restrepo Palacio

Asesoría: Laura Múnera, enfermera

El ciclo vital se puede entender, de forma sen-cilla, como el tiempo que transcurre desde la concepción hasta la muerte. Hacen parte de

él las etapas de desarrollo del ser humano, con sus particularidades, de acuerdo con el género y los estilos de vida de cada persona, por mencionar al-gunas variantes.

En principio, son varias las diferencias entre hombres y mujeres, respecto a lo que sucede en la transición de una etapa a otra y las transformacio-nes que esto implica; es decir, cómo se asume el cuerpo y los rituales de paso en cada edad.

En lo que respecta al ciclo vital femenino, al-gunos periodos importantes son la menarquia (la aparición de la primera menstruación), la iniciación sexual, la maternidad y la menopausia. Mientras que en el ciclo vital masculino, la construcción de figu-ras arquetípicas, la experimentación sexual, la pa-ternidad y la andropausia (menopausia masculina).

La búsqueda de bienestar es una tarea de todos los días y de cada una de las etapas de la vida. En ningún periodo, el compromiso con la salud debe concluir; por eso, se habla de estilos de vida saludable.

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2. Lactantes (de 0 a 2 años)

Por su alto contenido nutricional y los lazos afecti-vos que ayuda a construir entre la madre y el hijo, la lactancia materna es el mejor regalo que pueden recibir los bebés. Se recomienda que sea exclusiva hasta los seis meses.

Con el fin de desarrollar la autoestima y la afectividad, es aconsejable la estimulación tem-prana de los niños. Además, es necesario cumplir con el esquema completo de vacunación, porque se previenen las enfermedades predominantes en la infancia.

3. Preescolar y escolar (hasta los 11 años)

En estas edades son importantes los buenos há-bitos de higiene y la alimentación variada y rica en componentes nutricionales, porque se prevendrán los contagios de la Enfermedad Diarreica Aguda (EDA) y la Infección Respiratoria Aguda (IRA).

4. Adolescencia y Juventud

Los cambios corporales y su incidencia en el de-sarrollo psicológico, deben entenderse como una condición propia de este periodo. Se debe acom-pañar al adolescente para prevenir el embarazo a temprana edad y el consumo de sustancias psico-activas. A partir de la información y la educación se brindan las bases que les permitirán a los jóvenes tomar decisiones con sentido y disminuir los ries-gos en materia sexual y reproductiva.

5. Adultez

Una dieta balanceada y la práctica de actividad fí-sica, contribuirán para prevenir las enfermedades cardiovaculares. Estos hábitos le ayudarán a pre-pararse para los cambios hormonales que llegan con la menopausa y la andropausia.

6. Adultos mayores

Durante esta etapa es importante comprender la transformación de las capacidades físicas y men-tales, aceptarlas con la mejor disposición y poten-ciarlas. No se trata de ver limitantes sino posibili-dades. Se cuenta con mayor tiempo para dedicar a la práctica de actividades lúdicas y recreativas, que ayuden a prevenir sensaciones de angustia o soledad. Es cuestión de buscar la mejor alternativa; es decir, aquella que se adapte a las circunstancias de cada persona. También es fundamental el acom-pañamiento médico y familiar, así como el cumpli-miento de los tratamientos médicos recomendados por los profesionales.

La llegada a la adultez, exige la evaluación de los cambios que se han generado en las etapas precedentes. Además, en la mayoría de los casos, es cuando se ejerce la sexualidad, se elige pareja y se procrea.

Al final, está la vejez. El tiempo para hacer ba-lances y resignificar la vida, a partir de las experien-cias que se acumularon en los periodos anteriores.

Prevención y promoción Durante las diferentes etapas que experimenta el ser humano, la construcción de identidad, la adap-tación y la aceptación en el grupo social, al cual se pertenece, configuran pautas de comportamiento. Se trata de un proceso en el que se moldea la per-sonalidad y se incoporan hábitos en la cotidianidad.

Recomendaciones1. Gestación

Es indispensable el control prenatal que ayude a prevenir o tratar enfermedades como la diabetes gestacional y la preeclampsia (hipertensión ocasio-nada por el embarazo). Se aconseja vigilar el pe-riodo de gestación para llevar a buen término el embarazo y generar condiciones favorables para la sana formación de una nueva vida y así evitar efectos negativos en la salud de la madre y el bebé.

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La pubertad,mezcla de niñez y adultez

Los primeros cambios del cuerpo hacia la adultez lo experimentan los niños en la pubertad, una etapa en la que se modifica la forma de pensar y las relaciones con los demás.

Por: Juan Camilo Gallego Castro

De un momento a otro, las niñas calzan taco-nes, maquillan su cara y consiguen su primer novio. Los niños cambian la voz y experimen-

tan un crecimiento más rápido del normal. En poco tiempo, se sienten mayores y con los mismos dere-chos de un adulto; desean tener la libertad de sus hermanos mayores y creen tener la autoridad para tomar sus propias decisiones.

A medida que el cuerpo experimenta sus pri-meros cambios, en la Pubertad también se modifi-ca la forma de ver el mundo y de convivir en él.

“Hay una serie de transformaciones en los que predominan las hormonas que empiezan a producir los ovarios, en la mujeres y; los testículos, en los hombres, y que se llaman estrógenos y testostero-na”, explica Ginna Posada, ginecóloga infantojuve-nil y docente de la Universidad CES.

Posada explica que esas hormonas permiten el desarrollo mamario y el aumento del vello, en-tre otros cambios pero, “antes de eso, ocurre el estirón puberal, proceso por el cual, los niños pre-sentan un aumento de la talla respecto de la que venían teniendo”.

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La edad promedio de la Pubertad está en los 12,5 años. Sin embargo, existen variaciones que se consideran normales, inclusive, desde los 10.

Dejar de ser niñoA medida que los cambios físicos se pronuncian, los niños experimentan sentimientos de miedo e in-seguridad, aspectos que son normales, de acuerdo con la psicóloga Margott Rodríguez:

“Estas personitas están llevadas a sentir mucho temor, porque es la etapa en la que más cambios tenemos. Miedo a que su cuerpo cambie y de en-frentarse a la sociedad. A las niñas les da vergüenza mostrarle a las compañeras y a sus padres que los senos les están saliendo; por su parte, los niños son recelosos con el cambio de la voz y de que les está creciendo el vellito en la cara y el pecho”.

También empiezan a compararse. Si alguien ha crecido más, si una niña tiene los senos más grandes, si la otra ya menstruó. A juicio de la psi-cóloga, frente a esos aspectos, los niños empie-zan a mentir por miedo a que se burlen de ellos o a ser rechazados.

Aceptación socialEl papel de la familia en la Pubertad es fundamental para que el crecimiento no sea traumático. En esta etapa es cuando más trastornos hay: depresivos, de ansiedad y problemas de alimentación, porque muchos no aceptan su aspecto físico.

Entonces, existe mayor predisposición a que se presente un desorden de alimentación como anorexia y bulimia.

Para ello, tanto los padres como maestros, deben estar atentos y ser precavidos. De igual manera, deben explicar qué pasa en el cuerpo y cuáles cambios mentales pueden ocurrir, porque los chicos tienden a sentirse solos y agresivos, debido a que se altera su temperamento.

Otro aspecto a tener en cuenta es considerar que quienes pasan por la Pubertad, buscan aliados y estos suelen ser los mismos amigos que ejercen su rol como compinches y no como orientadores.

Para Rodríguez, hay un dilema en la forma que quieren ser llamados los niños, “porque ya no lo son, ya se creen grandes, quieren actuar como personas mayores y tener los mismos derechos. Hay niñas que dicen que tienen 17 ó 18 años. E, inclusive, he visto otras que han sacado contraseña de cédula para tener los beneficios de los adultos”.

Los hombres tienen características diferen-tes. Mientras las niñas quieren hacer actividades diferentes y tener más edad, a ellos les da miedo crecer, porque ser adultos implica tener responsa-bilidades, de ahí que disfruten más de la niñez y maduren más tarde que las mujeres.

En la capacidad de entender la Pubertad como un período de transición y tolerar los cambios tem-porales de los chicos está la clave no solo para el acompañamiento acertado sino para el reconoci-miento de esta etapa formativa e identificada como el primer paso hacia la adultez.

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“El cambio busca acercarnos, cada vez más, al cumplimiento de los principios que supo-ne la Atención Primaria en Salud, al fortale-

cer, en especial, la estrategia de Promoción de la Salud que viene desarrollando el proceso”, dijo la Coordinadora General del Proyecto, Patricia Molano Builes, tras comentar que, hasta ahora, son 2.000 familias las que se benefician con el acom-pañamiento de la estrategia En Familia-APS, del Programa de Salud de la Universidad de Antioquia.

Antes, el modelo por líneas de interacción per-mitía hacer el acompañamiento a las familias sólo en la temática específica.

Con la trasformación se pretende brindar una atención holística, que responda a las necesidades de las familias en cualquier momento del proceso. Además permite -con la apertura de la oferta de redes de apoyo- extender el acompañamiento más allá de los 3 años previstos, tal como se planteaba en el modelo anterior.

Nos transformamos para seguir

Trabajo interdisciplinario, promoción para la participación activa de las familias y el desarrollo de estrategias para garantizar crecimiento y mayor cobertura, son los fundamentos de la transformación del Proceso En Familia-APS.

creciendo juntos

La médica Patricia Molano Builes, Coordinadora de En Familia, presentó el nuevo modelo de trabajo durante los eventos de transición realizados en el Jardín Botánico.

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Para lograrlo, es necesaria la participación de las familias. “Nos propusimos fortalecer la partici-pación, buscando que las familias cuenten con las herramientas necesarias para procurar su autocui-dado y tener un mayor control sobre las condicio-nes que afectan su salud”, explicó Molano Builes.

Se trata de brindar herramientas para ayudar al desarrollo de habilidades que aporten al bienes-tar de las familias.

En este sentido, es grande el compromiso del recurso humano que trabaja en el proceso, puesto que se trata de compartir conocimientos que con-tribuyan a la toma de decisiones más saludables.

Para ello, el nuevo modelo potencia las re-des mediante la creación de grupos de apoyo enmarcados en cinco grandes ejes temáticos: Entornos Saludables, Arte y Lúdica para la Salud; Cuidados de la Salud, Orientación Familiar y Estilos de Vida Saludable.

Aníbal, Olga, Johana y Samuel, hacen parte de En Familia, desde el inicio del Proyecto.

Para los Valle Marín, el desarrollo del Proyecto En Familia ha sido sorprenden-te. Aníbal, quien laboró como vigilante en la Universidad de Antioquia, manifestó que “he-mos aprendido mucho y nos beneficiamos con diferentes servicios. Se ha visto el adelanto y nos gusta mucho la integración”.

Su hija Johana, agregó que “la propuesta de cambio es buena, porque nos ayuda, como familia, a compartir y, además, nos impulsa a buenas prácticas en salud. El enfoque hacia la prevención es muy importante”.

Marta Isabel, feliz con las atenciones En Familia.

Para Marta Isabel Morales Sánchez, la vin-culación al Programa de Salud de la U de A, ha sido encantador y está de acuerdo con la orien-tación del Proyecto En Familia, por singular y diferente a ofertas de Promoción y Prevención de Salud que dirigen otras entidades.

“Eso de compartir los programas en la casa, genera mucha alegría. Estoy segura de que los cambios serán para mejorar el servicio. Yo trabajé 27 años con la Universidad y siempre doy gracias, por la buena oferta de servicios, en especial, de la salud”.

De igual forma, los equipos de trabajo dejan de ser equipos de profesionales de una misma dis-ciplina (o disciplinas afines), para constituirse en equipos interdisciplinarios, en los que el aporte de cada disciplina es fundamental para comprender todos los factores que intervienen en la salud y la calidad de vida de las familias, al facilitar, de paso, un abordaje integral.

FAMILIA VALLE MARÍN MARTA ISABEL MORALES SÁNCHEZ

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Por: Andrés Felipe Restrepo Palacio

Asesoría: Angélica Díaz Gómez

Ningún alimento aporta todos los nutrientes necesarios para el organismo; es decir, con-trario a lo que algunos piensan, comer bien

no significa ingerir solo frutas y verduras y dejar por fuera las grasas y las harinas. La alimentación saludable implica consumir variedad de los distin-tos grupos alimenticios (ver recuadro). A partir de esto, es importante cuestionarse sobre ¿cuántas porciones se deben incluir de cada grupo?, y ¿en qué cantidades?

La respuesta no es general. Por eso, es fun-damental considerar que las recomendaciones de este artículo hacen parte de un posible plan de ali-mentación para personas saludables. Sin embar-go, ayudarán a acercarse al propósito de alimen-tarse mejor aunque, si es el caso, es bueno acudir a un nutricionista.

Los tamaños de las porciones son los mismos para todas las edades. Pero la cantidad es diferen-te. Por ejemplo, a un niño se le pueden recomendar tres harinas en el día; en cambio, al adulto seis o siete.

“Cuando hacemos un plan de alimentación, le decimos a la persona: ‘su dieta diaria consta

de cinco harinas, dos grasas, ocho frutas y siete verduras, entre otras cosas’. Todo depende de las necesidades energéticas de cada quien”, explica la nutricionista Angélica Díaz Gómez.

Las porciones se basan en estudios que pro-median la cantidad de alimentos que se consumen en diferentes comunidades y, a partir de ello, se analizan sus componentes para sugerir la ración adecuada.

De este modo, se establece un equilibrio entre la cantidad y los nutrientes que pueden aportar al organismo y, de igual manera, una buena relación entre la necesidad de satisfacer los requerimientos nutricionales y llegar a la saciedad.

Los buenos hábitos pueden modificar, de for-ma gradual, la cantidad de alimentos que ingiere una persona para sentirse satisfecha. Entre ellos, establecer un horario para las comidas, fraccionar-las, masticar despacio y no hacer otras cosas al tiempo.

La nutricionista Díaz Gómez comenta que “el tamaño del estómago es variable y uno lo vuelve pequeño o lo vuelve grande. A medida que se em-pieza a comer, según lo que se le manda, la capa-cidad del estómago disminuye y la porción que se consuma será suficiente”.

Por eso, presentamos algunas posibilidades de alimentos y porciones para las comidas principales:

Saber cuánto y qué poner en su mesa hace la diferencia entre una alimentación adecuada y otra llena de excesos.

Siempre en su mesa: la cantidad y el tamaño justos

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1. Cereales y derivados, raíces, tubérculos y plátanos.

2. Hortalizas, verduras y leguminosas verdes.

3. Frutas.

4. Carnes, vísceras y productos elaborados; huevos, leguminosas secas y mezclas de vegetales.

5. Leche, kumis, yogur y queso.

6. Grasas.

7. Azúcar, miel, panela y dulces (es único grupo que no es indispensable).

Grupos de alimentos

El desayuno puede tener una o dos harinas. Quienes acostumbran a comer calentao, deben considerar que una porción de este alimento son cuatro o cinco cucharadas y, si a eso se le suma una arepa mediana, se completa el requerimiento de harinas.

Además, se puede incluir una tajada de queso o quesito como proteína. Cuando se quiere variar, el huevo es otra alternativa. La bebida puede ser un pocillo de chocolate o un café con leche.

Quienes prefieren desayunar con cereal, deben saber que ¾ de pocillo son una porción de harina; es decir, que la dosis son dos porciones. Se acom-paña con leche y, para no dejar por fuera a las proteí-nas, se recomienda consumir una tajada de queso o quesito. También se pueden adicionar frutas.

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Un almuerzo, por lo general, lleva dos o tres harinas. La sopa y el arroz (cuatro o cinco cucha-radas) hacen parte de este grupo. Otra opción es una porción de tres papas criollas. Con respecto a la carne, debe ser un quinto de libra. Si las papas y la carne se saltean en aceite, se cumplirá el reque-rimiento de dos grasas. La cantidad de ensalada debe ser lo que quepa en un pocillo chocolatero y, para que sea ideal, tiene que incluir variedad de ver-duras como arvejas, zanahoria, brócoli o lechuga. Al final, un vaso de jugo es una buena sobremesa.

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La comida puede ser similar al almuerzo, pero las harinas se deben disminuir a dos. La cantidad de ensalada es la misma, pues se recomienda co-mer dos porciones durante el día. En cuanto al horario, se aconseja que la última comida del día se haga una o dos horas antes de dormir, así se evitará el reflujo y la calidad del sueño será mejor.

Los siete grupos definidos en las guías alimentarias para la

población colombiana son:

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18 - 24,9 peso ideal

25 - 29,9 sobrepeso

30 - 34,9 obesidad grado I

35 - 40 obesidad grado II

Mayor de 40 obesidad grado III o mórbida

La obesidad: Un círculo vicioso que se debe invertir

¿Qué sucedió en el mundo para que 43 mi-llones de niños menores de 5 años tuvieran sobrepeso en el año 2010? Hablar de obe-

sidad es referirse a un problema de salud pública, una epidemia que se propaga por América Latina, heredada de los países desarrollados.

A esa cifra y de acuerdo con la Encuesta Nacional de Demografía y Salud que realizó Profamilia el año pasado, Colombia ha contribuido a la propagación, en forma creciente, en los últimos cinco años. De hecho, se estima que la obesidad se incrementó en 25,9 % en niños y jóvenes, entre los 5 y los 17 años y que el aumento de la obesidad en la población adulta fue del 11,3%.

El sobrepeso, ¿es conmigo?La diferencia entre sobrepeso y obe-sidad es que el primero es un paso previo. La obesidad es un exceso de grasa corporal, que se define por su peso y su talla, y se mide por el índice de masa corporal.

La obesidad es una de las enfermedades que más amenazan a la población mundial. Además de ser crónica, se le considera una epidemia.

Según el resultado de tu IMC:

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18 - 24,9 peso ideal

25 - 29,9 sobrepeso

30 - 34,9 obesidad grado I

35 - 40 obesidad grado II

Mayor de 40 obesidad grado III o mórbida

Los especialistas apuntan a que lo más grave de la obesidad es su relación con las enfermeda-des cardiovasculares, cerebrovasculares y renales.

También con la discapacidad física, porque para el obeso, el esqueleto es el mismo, pero, con más peso. Además, la obesidad genera 93 veces mayor riesgo de padecer diabetes, porque la grasa hace que los tejidos sean resistentes a la insulina e impide el transporte de los azúcares necesarios al cuerpo.

Si esto no fuera poco, la obesidad hace dos veces mayor el riesgo de infarto y triplica la posibi-lidad de que ocurra muerte súbita.

El endocrinólogo Hernán Yupanqui, de la Fundación Colombiana de Obesidad, dice que “es tiempo de adoptar políticas públicas que bus-quen la prevención de esta enfermedad; y en lo individual, no se trata de fórmulas mágicas que se compren en el mercado sino de una fórmula perso-nal de cambio de estilo de vida”. La Ley 1355, de 2009, define a la obesidad y a las enfermedades asociadas a la misma, como una prioridad de aten-ción de salud pública y adopta medidas para su control, atención y prevención.

Calcula tu IMC dividiendo tu peso en kilogra-mos por el cuadrado de tu estatura en metros:

Peso (Kg.)

Estatura2 (m.)IMC =

Llegar a ser obeso o dejar de serlo, parece un proceso lento, en especial al principio. “Se pierde peso gramo a gramo, en un círculo virtuoso que comprende alimentarse de forma sana, ejercitar el cuerpo, disfrutar en familia… y se gana peso en el círculo vicioso de la baja autoestima, de la ansiedad que se alivia con comida, del sedentarismo...”, expli-ca la médica Claudia Gallo, de la IPS Universitaria y la estrategia En Familia.

Los aumentos de obesidad en la población colombiana se deben al sedentarismo, la mala ali-mentación, la falta de ejercicio, la depresión y la baja autoestima. Los médicos recomiendan buscar ayuda psicológica al menor síntoma.

¿Prevenir o curar?A pesar de que la obesidad puede prevenirse, el mercado promueve la cirugía como el único méto-do efectivo para su tratamiento, eso dice la página web del médico Juan José Uribe Pardo, especia-lista en cirugía general y en cirugía de la obesidad, quien es pesimista frente al tema: “es una guerra perdida, subir de peso es muy fácil pero bajar es di-fícil. La cirugía es lo único que sirve, también cerrar la boca, pero los pacientes se dan por vencidos”.

“Esto no es cierto, lo ideal es no llegar a ese punto”, explica Yupanqui, quien hace parte de la Asociación Colombiana de Endocrinología e insis-te en que “la cirugía podrá ser solución en los pa-cientes obesos en un grado III o mórbido, mientras el principal problema de los colombianos son las obesidades moderadas”.

La médica Gallo, señala que el círculo vicioso de la obesidad, puede cambiarse por uno virtuoso, en el que el paciente asuma que una intervención en el quirófano no es una solución definitiva.

“La cirugía no cambia tu estilo de vida. Hay quienes se operan y vuelven a ganar peso en se-manas; la obesidad se puede prevenir con cam-bios mínimos para progresos lentos, avanzando hacia estados de vida mucho mejores”, concluye.

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Las cirugías plásticas

no sonpócimas mágicas

El deseo de tener un cuerpo esbelto y proporcionado, ha hecho de las cirugías plásticas

una opción para cambiar aspectos corporales. Sin embargo, estas intervenciones no son un conjuro mágico para trasformar la vida.

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La cirugía moderna apareció en Inglaterra a fina-les de la I Guerra Mundial, para tratar las que-maduras y malformaciones de los soldados he-

ridos. Con la evolución médica, los profesionales se percataron que, además de curar, podían cambiar factores estéticos de las personas.

Según Juan Esteban Sierra, médico cirujano y presidente de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, Capítulo Antioquia, la cirugía plástica se divide en reconstructiva y estética.

La primera, por lo general, es necesaria, porque mejora aspectos físicos alterados por accidentes o malformaciones congénitas. Uno de los procedi-mientos más comunes son las operaciones por labio leporino y paladar hendido. En el caso de la cirugía estética, se trata de un procedimiento, de libre elec-ción, que mejora la apariencia de partes del cuerpo con las que no se está satisfecho. Estas últimas, han tenido gran auge, por lo que muchas personas han optado desde levantar sus parpados hasta reducir las medidas de su cuerpo en un quirófano.

Lo preocupante, es que para muchos, los pro-cedimientos estéticos son asumidos como prácticas suficientes para cambiar, de forma radical, su vida.

Cambios corporalesHace dos años Lina Gaviria se sometió a una ciru-gía estética para cambiar sus senos. “Son una de las partes más bonitas del cuerpo femenino y los míos eran demasiado pequeños. Me hacían sentir como un niño. Fue difícil decidirme por los tabúes y mitos que hay en la sociedad, pero lo hice”.

Según Lina, la cirugía le dio mayor confianza en sí misma y mejoró su autoestima.

Este caso es un ejemplo positivo, pero las co-sas se complican cuando las personas cifran todas las esperanzas en un cambio estético, al pensar que perfeccionará su vida, sin prever que las ci-rugías pueden tener efectos secundarios para la salud o desmejoras por malos cuidados.

Astrid María Zora Gómez, sicóloga de la Universidad Cooperativa de Colombia, explica que muchas personas creen que, al practicarse una cirugía saldrán de una crisis, conseguirán el “príncipe azul” o su pareja no los abandonará.

“El cambio de vida depende del mismo ser humano, jamás de aspectos externos y esto se logra explicar a través de terapias cognitivo-con-ductuales que permitan un cambio comportamen-tal adecuado”, comenta la profesional.

La escala de valores construida por la perso-na hace que sea honesta consigo misma y defina el objetivo de hacerse un cambio físico.

“En estos procedimientos, la evaluación mé-dica como sicológica determinan aspectos de la personalidad que inciden en el resultado de un cambio de imagen. No es solo una cirugía sino el resultado a nivel de pensamiento-comportamiento que genera en la persona”, concluye la sicóloga Zora Gómez.

No existen fórmulas mágicas para obtener cambios o logros en la vida y, aunque las cirugías pueden subir la autoestima, constituyen un porcen-taje mínimo en la transformación personal.

1. Compruebe en la página de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica (www.cirugiaplastica.org.co/) o en los correos de la Secretaría Seccional de Salud [email protected] o [email protected], que el médico sea especialista en cirugía plástica. En los correos también puede verificar si la clí-nica está habilitada.

2. Si el médico estudió en el exterior, verifi-que la información con la universidad de la que egresó.

3. Las cirugías se hacen en quirófanos, no en consultorios.

4. En la actualidad, los médicos piratas co-bran igual que los especialistas, así que los precios no son punto de referencia.

La confiabilidad de los procedimientos

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Por: Mariluz Palacio Úsuga

La resiliencia es un término de la física que ex-plica cómo algunos metales fraccionados en pedazos pueden volver a su forma inicial. En

los años 60, el concepto fue adoptado por las cien-cias sociales para hablar de la capacidad que tie-nen los seres humanos de enfrentar los problemas, superar las crisis y salir fortalecidos de ellas.

La profesional en Desarrollo Familiar, Luz Andrea Moreno, explica que la resiliencia se gene-ra y se consolida con el tiempo. Para el caso de los niños, si esos recursos no se aprenden en familia pueden provenir del maestro, el vecino o cualquier otra persona significativa.

“Hay una idea que resume la resiliencia: adap-tarme luego de un situación problemática, quedar sin trauma y lograr darle un significado a lo que pasó”, comenta la profesional.

Fue el caso de Luz Marina Zapata Sepúlveda. “El impacto más fuerte fue la pérdida del empleo. Después de 10 años de estabilidad, verme sin nada qué hacer, me dio duro. Luego me separé y, ese mismo año, me descubrieron cáncer de mama. La primera reacción fue entregarme a la muerte”, .

Moreno sostiene que la expresión de senti-mientos, la comunicación, la colaboración y el sis-tema de creencias de la familia, además del sentido que se adopte ante el infortunio, incentivan a que una persona sea resiliente.

Para Luz Marina, lo más importante fue enten-der sus retos. “Mi proyecto era levantar a mis hijas, construir una casa, estudiar. Quería sanarme, y si estaban los medicamentos lo iba a lograr”.

Con esta actitud, inició la quimioterapia y lue-go pasó por cirugía y radioterapia. “Llegaba a las sesiones echando chistes”. A juicio de Moreno, el concepto que las personas adultas construyen de la resiliencia se hace desde la lectura de su propia historia. “Uno puede tener 90 años y hacer un pro-yecto de vida para otros diez, eso es resiliencia”.

En conclusión, cada dificultad es un escalón para aprender a desarrollar defensas. La entereza para asumir los problemas es algo que ahora Luz Marina tiene más que presente: “El éxito consiste en estar contenta y tener la convicción de que ten-go algo por hacer”.

Resiliencia: la fortaleza de seguir

adelanteSer fuerte y afrontar con entereza los problemas no es sencillo. No obstante, tenemos la capacidad para asumir las dificultades.

Pasos hacia la resilienciaLa experta Luz Andrea Moreno recomienda tra-bajar desde la infancia cinco factores que fo-mentarán la resiliencia:

1. Perspicacia: Capacidad de mirar hacia afuera y saber cómo puedo aportar o no a la solución de un problema.

2. Independencia: Permite ser más objetivo y responsable frente al propio comportamiento.

3. Iniciativa: Posibilita tener velocidad de pensa-miento para decidir.

4. Relación familiar y social: Fundamental para solucionar los problemas.

5. Humor y creatividad: Permite ver el lado joco-so al problema.

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Área MetropolitanaCaldas (Antioquia). Hospital San Vicente de Paul Cra. 48 No. 135Sur 41 (Caldas, Antioquia) 378 6300Copacabana. Hospital Santa Margarita Cra. 45 No. 52 26 (Copacabana) 274 0203Envigado. Hospital Manuel Uribe Ángel Diagonal 31 No. 36A Sur 80 (Envigado) 339 4800Girardota. Hospital San Rafael Cra. 16 No. 11 01 Girardota 405 2440Itagüí. Clínica Antioquia Cll. 45 No. 49 02, piso 5 (Itagüí) 370 7000

AntioquiaAndes. Hospital San Rafael Av. Medellín No. 48 20 (Andes) 841 4343Concordia. Hospital San Juan de Dios Cra. 18 No. 16 05 (Concordia) 844 6161El Peñol. Hospital San Juan de Dios Trans. 7A No. 11 84 (El Peñol) 851 5750Hispania. Hospital San Juan del Suroeste Cll. 50 No. 46 47 (Hispania) 843 2211La Ceja. Clínica San Juan De Dios Av. San Juan de Dios (La Ceja) 553 1330Puerto Berrío. Hospital La Cruz Cra. 7 No. 48 03 (Puerto Berrío) 833 2490Rionegro. Clínica Somer Cll. 38 No. 54A 35 (Rionegro) 569 9999Rionegro. Hospital Gilberto Mejía Cra. 70 No. 40 68 (Rionegro) 531 6927Santa Fe de Antioquia. Hospital San Juan de Dios Cll. 10 No. 3 24 (Santa Fe de Antioquia) 853 1020Sopetrán. Hospital Horacio Muñoz Suescún Cll. 13 No. 11 53 (Sopetrán) 854 1555Titiribí. Hospital San Juan de Dios Cra. Bolívar No. 18 55 (Titiribí) 848 2626

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