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Sacapuntas en la escuela Sobre educación, política y pedagogía El arte de la historieta - Entrevista a Jorge Rovella A libro abierto Aportes para pensar la lectura literaria en la escuela De repente, las netbooks Discusiones acerca de su llegada a las escuelas Año 4 // Número 9 // Junio 2012 // $ 10.- Comparar estrategias de resolución Las puestas en común en las clases de Matemática

Revista Sacapuntas Nº 9

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Dossier: A libro abierto De abrir el libro y liberar los versos, las historias. De prestar el cuerpo, de adentro y de afuera, de prestar la voz para que Girondo o Darío puedan escapar por nuestra boca. De subir al escenario para hablar como un gigante triste o una bailarina eufórica. De iniciar un viaje por textos que se cruzan como las rutas de un mapa. De mirar con lupa las historias que atraparon las viñetas y quedarnos con todo el sabor de ese lenguaje para hacerlo propio a la hora de escribir. De la espera que desespera por saber qué nos deparará el próximo capítulo de la novela. De leer literatura. Nada más ni nada menos que de eso se tratan estas páginas.

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  • Sacapuntasen la escuela

    Sobre educacin, poltica y pedagoga

    El arte de la historieta - Entrevista a Jorge Rovella

    A libro abiertoAportes para pensar la lectura literariaen la escuela

    De repente,las netbooksDiscusiones acerca desu llegada a las escuelas

    Ao 4 // Nmero 9 // Junio 2012 // $ 10.-

    Compararestrategias

    de resolucinLas puestas en comn enlas clases de Matemtica

  • ndice3. Editorial

    Hacen historia 4. El da que las tizas semancharon

    Palabras maestras

    6. De repente, las netbooks

    Escriben los chicos 51. Fabricantes de leyendas

    14. Meterse en problemas

    Nota de tapa

    10. De bsquedas y buscadores

    2

    48. El arte de la historieta

    18. Comparar estrategias deresolucin

    Equipo de redaccinMariana lvarez (Escuela 19 DE 9)Hernn Boeykens (Escuela 12 DE 20)Facundo CantariniCecilia Chiappetta (Escuela 24 DE 12)Hernn Cortias (Escuela 3 DE 20)Augusto del Cueto (Escuela 20 DE 11)Jimena DigiglioSantiago Duarte (Escuela 1 DE 8)Julieta Iurcovich (Escuela 19 DE 9)Federico Milman (Escuela 2 DE 7)Amal Mohamed (Escuela 4 DE 7)Micaela Pino (Escuela 19 DE 15)

    ColaboradoresCarolina Lifschitz

    IlustracionesIvana Roitberg (Escuela 3 DE 7)Ezequiel Taborda (Escuela Especial N19 DE 19)Natn PoniemanMagal Prez Fernndez (ISFD n97- La Plata)Ignacio Soneira

    Agradecimientos

    A Tini por las historietas, a Caro y Sofi por

    las escrituras, a Irina por salvar la edicin,

    a Manuel y Juan por posar para la foto.

    Mandanos tus comentarios [email protected]

    Para consultar materiales, proyectosy secuencias ingres awww.sacapuntasrevista.com.ar

    Impreso en

    Editor responsable: Federico Milman GuthmannPropietario: Federico Milman GuthmannGodoy Cruz 1577 2do A - C.A.B.A - CP 1414Registro de la Propiedad Intelectual: 800572

    En debate

    Sobre gustos

    24. De cierres y subsidios

    23. Hctor Hugh Munro, SakiDante Elefante

    Lo que pasa

    26. A libro abierto

    27. Mi voz buscaba el viento

    31. Leer y despus

    34. Se abre el teln, semultiplican las lecturas

    38. Un misterio de novela

    40. Historias en cuadritos

    43. A travs de la selva

    46. Abriendo las puertas:Qu pasa con las familiasfrente a los conflictos educativos?

    En debate

    En el aula

  • S seores, a libro abierto. sa es lapropuesta. Leer, leer todo lo que nos estpasando por nuestras narices. Hacer lecturasde todos y cada uno de los acontecimientosque nos suceden. Los que nos voltean y losque nos levantan. Los que nos duermen y losque nos sacuden. TODOS.

    Dicen que leer es construir significados. Lasrespuestas que damos a cada uno de loshechos se basan principalmente en laslecturas que hacemos, no es as? Analicemosentonces las lecturas de algunos conocidos ysupuestamente destacados lectores de nues-tra cotidiana realidad

    S seores, tenemos muchos y muy famososlectores entre nuestros gobernantes. Em-pecemos por una conocidsima orado-ra, quien ante la consistencia del recla-mo salarial por parte de la mayora delos docentes, elabor su tancomentada lectura que indi-caba que si nos quejba-mos de nuestro salario,no era tal vez por lo in-suficiente del mismoni por las pauprrimascondiciones en las que desarro-llamos nuestro trabajo; sino porquesomos vagos y no nos alcanza con tra-bajar slo 4 horas y tener tres meses devacaciones.

    O tambin la lectura de su vecino deenfrente (la parte de , si de conflictosen frenteeducativos se trata, se refiere ms a laposicin geogrfica de sus despachos en laPlaza de Mayo y no tanto a las posturas queadoptan). El tambin lee, buenoTo Maurino nos animaramos a decir que es l quien lee(ya que en ms de una ocasin ha demostradosus exasperantes dificultades para entender larealidad ms all de las puertas de un barrio

    3

    Sacapuntas

    cerrado), pero s es seguro que tienecolaboradores que leen por l. As es comoante las quejas de tantos de nosotros por loantidemocrtico de su gobierno y de la falta deconsulta a quienes mantienen vivas lasescuelas pblicas mediante su trabajo diario(tanto nosotros, los maestros, como lacomunidad entera), los hper-sper-recontra-preparadsmos ministros, con vastsimasexperiencias en cualquier cosa menos eneducacin pblica, elaboran su tan nefastalectura de que en la escuela pblica hace faltaquitar la participacin de los maestros en lasdesignaciones y, por sobre todas las cosas,achicar el estado (esto ya lo haba probado

    alguien en los '90, no?) y por eso mandaa cerrar grados.

    S, seores. As estamos.Es as en-

    tonces comosurge casi con esa

    mezcla de bronca y de-terminacin desde nuestras ca-

    bezas la siempre ausente pre-guntaY para

    cundo res-ponder me-diante una

    lecturaconjunta, he-

    cha desde y para las escuelas?S, los maestros estamos listos, preparados,

    mucho hemos esperado y cada vez se hacems necesario dejarlo bien claro: los maestrossabemos leer. Tambin sabemos lo quenecesitamos y lo que necesita el lugar desde elcual decidimos trabajar para cambiar elmundo Habr llegado la hora de aplicarnuestras lecturas? Mientras tanto, sigamosluchando, sigamos leyendo.

    Editorial

    A libro abierto

  • 4Con el alma en una nube

    y el cuerpo como un lamento

    se marcha, se marcha el padre del pueblo

    se marcha el maestro.

    Patxi Andion

    El da que las tizasse mancharon

    Hacen historia

    Los docentes van en caravana. Se proponen

    hacer un corte de ruta. Uno ms, una medida ms

    en una huelga que viene dura y difcil. El lugar

    elegido es la ruta 22 a la altura de Arroyito.

    El clima es tenso, se corta con cuchillo. Cuando

    los docentes llegan, ni siquiera pueden empezar el

    piquete. Son recibidos con balas de goma, gases

    lacrimgenos y carros hidrantes. El corte no se

    efectiviza y los docentes se repliegan: corren,

    suben a los autos, se alejan como pueden de la

    brutal represin que los acecha. Luego de un

    intercambio con el uniformado a cargo, los

    manifestantes se retiran en grupo hacia Senillosa,

    escoltados por camionetas policiales.

    Precipitadamente, los mviles de la polica

    rebasan a los docentes, los acorralan y terminan

    con lo que haban empezado. Vuelven los gases,

    las balas y el garrote. Con saa.

    De una camioneta bajan unos 20 policas.

    Rodean a uno de los autos que se retira, se trata de

    un Fiat 147. Los uniformados comienzan a golpear

    el auto con las culatas de las escopetas para que se

    detenga. Cuando su conductor trata de volver a la

    banquina, un polica que viene por detrs, dispara

    una granada de gas lacrimgeno a quemarropa y a

    menos de un metro de distancia del vehculo. No

    falla. El impacto da en la cabeza de Carlos

    Fuentealba, quien muere al da siguiente.

    El Rey del Colegio

    Fue su mejor premio. Lo votaron los alumnos de

    la escuela donde daba clases. Lo eligieron como el

    mejor profesor y le dieron ese galardn: Rey del

    Colegio. Carlos hizo de la escuela y de su

    profesin un compromiso de vida y militancia. Era

    un docente que se preocupaba mucho por los

    problemas gremiales y ms an por sus alumnos.

    Sin embargo, Carlos no llevaba muchos aos de

    docencia cuando fue asesinado. Recin se haba

    recibido dos aos atrs. Antes, trabaj de lo que

    haba a mano: en un laboratorio, en un

    supermercado y en una fbrica de jugo. Luego

    comenz a desempearse en el gremio de la

    construccin. Era administrativo, pero rpidamen-

    te fue elegido delegado por sus compaeros para

    defender sus derechos y militaba en las obras. As

    lo hizo por muchos aos. Pero Carlos tena ms

    inquietudes y ganas de crecer. Su mujer Sandra

    Rodrguez, tambin docente, le recomend que

    empezara a estudiar y as lo hizo. Con 38 aos se

    convirti en profesor.

    Desde ese lugar, tambin comenz a luchar por

    los derechos de los docentes. En poco tiempo, sus

    compaeros lo eligieron delegado del colegio. Era

    de esos militantes que se ponan las actividades al

    hombro. Tanto aquellas con las que acordaba

    como con las que no. Era de esos militantes que

    estaba en todas, o en todas las que poda. Porque

    su mujer, Sandra, era como l. Entonces se

    turnaban para ir a las actividades y para quedarse

    con sus hijas. El 4 de abril de 2007 a Carlos le

    tocaba ir al piquete y a Sandra cuidar a Camila y

    Ariadna. Carlos se fue.

    Ese abril

    Ese 4 de abril de 2007, no slo los docentes

    neuquinos se encontraban en conflicto. Haba

    habido fuertes movilizaciones y paros en siete

    provincias. Pero el paro nacional no llegaba.

    CTERA se opona una vez ms a unificar las

    medidas y menos an solidarizarse con el duro

    conflicto neuquino.

    Sin embargo, hoy la Celeste de CTERA le pone el

    nombre de Carlos Fuentealba a sus encuentros,

    congresos y plenarios. Dibujos de su rostro

    aparecen en sus publicaciones y banderas. Pero el

    da que Carlos muri, la CTERA estaba lejos, bien

    lejos de Arroyito. Tan lejos, que el paro nacional

    lleg tarde, despus de que muriera Carlos.

    A 5 aos del asesinato de Carlos Fuentealba

  • 5con los asesinos de guante blanco, los que la

    justicia no toca, los que cobardemente ordenan

    las matanzas sin ensuciarse. El asesinato de

    Fuentealba acab rpidamente con sus aspiracio-

    nes presidenciales. 100% preparado deca su

    eslogan de campaa. Sac un 1,56%. El nombre de

    Carlos Fuentealba, en cambio, quedar en la

    memoria como un ejemplo de lucha, de vida, de

    coherencia militante.

    Federico Milman

    Ya pasaron cinco aos del asesinato de Carlos

    Fuentealba, del maestro, del militante, del

    compaero, del Rey del colegio. Jos Daro

    Poblete, el polica que dispar, hoy est preso y

    posiblemente quede en la historia como uno ms

    de los asesinos a sueldo de las clases dominantes.

    El gobernador de Neuqun, Jorge Sobisch, quien

    diera la orden de desalojar la ruta de la forma en

    que ocurri, est libre, como muchas veces ocurre

    Hacen historia

  • 6Desde que se entreg una computadora a cada nio en las escuelas primarias, los maestros de la Ciudad de

    Buenos Aires vimos nuestro trabajo atravesado por una nueva serie de cuestiones a discutir. En esta nota

    partimos de algunas situaciones reales para hacernos muchas preguntas y esbozar algunas respuestas.

    De repente, las netbooks

    En debate

  • 7Sacapuntas

    En debate

    A la derecha del signo igual, coloca la respuesta. Usa las

    flechas derecha e izquierda para modificar tu respuesta, y

    pulsa la tecla Retorno para comprobar si tienes razn. Si no,

    intntalo de nuevo.

  • 8En debate

    Algunos mitos en el discurso pedaggico sobre las netbook

    En los Lineamientos Curriculares del Plan Sarmiento nos dicen que con las netbook todo va a ser mejor: chicos

    ms motivados, aprendizajes modernos, alumnos ms protagonistas... ser as?

    Cada uno trabaja a su ritmo y en lo que necesita

    Esta afirmacin olvida que siempre, e inevitablemente, cada alumno construye su , porritmo de aprendizaje

    ms que el maestro desee con las mejores intenciones que todos los alumnos aprendan a la vez. Lo que est

    en manos de los maestros, en todo caso, es el Si las clases consisten en proveer a cadaritmo de enseanza.

    alumno de un programa o juego didctico diferente, cmo podramos intentar construir conocimiento entre

    todos? Es esto acaso el regreso de la mquina de ensear de Skinner, un regreso al conductismo?

    La diversin y la alegra son los nuevos ejes del aprender

    Aunque parezca broma, ste es uno de los ejes que figura por escrito en la justificacin del Plan Sarmiento.

    Qu diferencia hay entre hacer una suma suelta en el cuaderno y hacerla en la computadora? Muchos

    dicen que aparece el tema de la motivacin: a los chicos les gustara ms resolver cuentas cuando se trata de

    un juego en la computadora. Ms all de lo cuestionable de los aprendizajes que los chicos pueden o no

    construir con esta clase de programas, no debera estar la motivacin en el deseo de aprender en s mismo?

    Aprender tiene que ser siempre divertido? Queremos que nuestros alumnos se diviertan o que adquieran

    placer por el conocimiento?

  • Pods adquirir todos los nmeros de la revista en los siguientes puntos de venta:Sacapuntas- Fotocopiadora Copy Jet - Av. Crdoba 2074- El arca - Puan 477 1er piso- Fotocopiadora El Zcalo - Franklin 15- Fotocopiadora La Tiza del Normal 1 - Crdoba 1951Norma 1 -- Normal 4 - Centro de Estudiantes - Rivadavia 4950(Pedirla a Santiago Scayola, estudiantes del Profesorado de Nivel primario - [email protected])

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    9

    Sacapuntas

    En debate

  • La llegada de Internet nos da la sensacin de tener todas las respuestas al alcance del teclado. La

    informacin que buscamos muchas veces est en la web, y contamos con buscadores que agilizan esa

    bsqueda. Sin embargo, es una frase sencilla que exhorta a una accin muy compleja.Busc en Internet

    Para encontrar lo que buscamos no alcanza con buena voluntad, tambin hay que saber buscar.

    De bsquedas y buscadoresUna experiencia sobre la bsqueda de informacin en Internet

    10

    En el aula

  • En el aula

  • En el aula

  • 13

    Sacapuntas

    Cmo piensa el buscador?

    Poco sabemos sobre cmo piensa el buscador y el buscador nada sabe sobre lo que pretendemos al

    momento de buscar. Eso muchas veces genera malentendidos que llevan nuestra bsqueda a un resultado

    mediocre o al fracaso.

    Los buscadores cuentan con programas llamados spiders que rastrean permanentemente los sitios de

    Internet a fin de guardar las palabras incluidas en las pginas que contienen y en sus enlaces, asocindolas

    a la direccin o URL Esta informacin es conducida a una central donde ciertos programas la clasifican y(1).

    ordenan segn un algoritmo complejo que determina la relevancia de los sitios y luego es almacenada en

    una base de datos en forma de listas o ndices que contienen las palabras asociadas a cada pgina web.

    A pesar del inters de los especialistas por crear la web semntica, la relacin que establece el buscador

    entre las palabras claves que escribimos y la base de datos que tiene disponible no es semntica. De ah lo

    que nos suele suceder, por ejemplo, cuando escribimos rosario en la barra de algn buscador: los

    resultados que ste nos ofrece pueden tener que ver tanto con un elemento religioso, como con una

    ciudad de Santa Fe o el nombre de pila de algn personaje conocido.

    (1)Cabe sealar que los spiders slo rastrean informacin en una parte de la web, llamada web superficial. Se estima que hay una

    web profunda 500 veces mayor a la que tenemos acceso.

    Para seguir leyendo:& Perelman et al. (2011): Enseando a leeren Internet: pantalla y papel en las aulas.Buenos Aires: Editorial Aique.& Siri, L. (2000): Internet: bsquedas ybuscadores. Buenos Aires: Editorial Norma.

  • 14

    ltimo orejn del tarro, las Ciencias Socialessuelen tener en la escuela el estigma deasignaturas menores frente a las que realmenteimportan. La mera transmisin de informacindesconectada convalida esta idea. Sin embargo,da a da distintas formas de enseanza se ponenen prctica en las aulas para destrabar esteprejuicio. Aqu, una de ellas, en donde losproblemas son el catalizador de un aprendizajems significativo.

    Meterse enproblemas

    En el aula

    Cooperativismo. Sociedad comercial. Acciones.

    Inversin. Tecnificacin. Si el trabajo se desarrolla

    en unas pocas clases, la lista de conceptos

    funciona como un abanico de posibilidades. Otra

    mirada es posible, menos conceptual y ms

    vivencial. Desafo intelectual. Ansias de tomar la

    palabra. Un pan que se come a prisa, casi sin

    masticar, para no perder el tren de la discusin.

    Entusiasmo. Aunque tambin, absurdo invisibili-

    zarlo, ciertos rostros indescifrables, que trans-

    miten tal vez lejana, sueo, tristeza; o tal vez no.

    Difcil aunque necesario es saberlo. Este es el

    balance de una secuencia que solo en forma

    tangencial busca ser contada.

    La clase comienza como una ms. El (pre)texto,

    los orgenes de la Revolucin Industrial. Similar

    escena se repite con los movimientos migratorios,

    su contracara. La chispa que acaba de encender la

    explosin de manos alzadas y voces superpuestas

    es una pregunta. En realidad, ms que una

    pregunta. Se trata de un problema. Una familia

    inglesa est por perder el terreno que hasta recin

    los alimentaba, abrigaba y acoga. El cercamiento

    de los campos sin ttulo de propiedad y su

    posterior apropiacin en una sola mano los coloca

    en una situacin lmite. Cmo harn para

    sobrevivir?, es el problema que ya todos vivimos

    (hiprbole mediante) en carne propia. Las

    personas sin tierra se pueden unir y comprar un

    campo grande, como hizo el otro seor. Alguien

    interrumpe a Sabrina. Apura el paso de ese pan

    que se resiste a ser engullido. Algunas risas ponen

    en evidencia el desesperado intento por destrabar

    esa masa de almidn. Lo logra. Y de dnde sacan

    la plata?, pregunta finalmente Agustina entre

    confundida e indignada. [sealando el texto]Ah

    dice que no tenan mucha plata esas familias, que

    algunos apenas tenan para comer. Luego, silencio

    abrupto, murmullo o voces sobrepuestas. En los

    detalles acallados por el registro de clase, la

    memoria engaa. Lo cierto es que tras ese silencio,

    ese murmullo, esas voces sobrepuestas, algunos

    delinean las bases de una salida que ms tarde se

    acercar al cooperativismo. No hace falta que

    todos pongan plata. Los que menos tienen pueden

    trabajar las tierras ms que el resto. As estn a

    mano.

    La discusin siguiente (retomada en anloga

    situacin en un pueblito de Italia en tiempo de las

    migraciones) da fruto a soluciones con matices o

    diferencias marcadas. Algunos sealan la injusticia

    de compartir las ganancias si no todos aportaban

    dinero, y la necesidad de convertir a unos en

    empleados y otros, en patrones. Una parte del

    grupo, sutil intervencin mediante, sostiene la

    igualdad de derechos en esa nueva sociedad

    comercial, sin realizar una divisin matemtica del

    capital aportado para distribuir las acciones. La

    distancia entre las respuestas de los chicos y los

    eventos histricos no representa un obstculo al

    desarrollo de la clase. Si bien algunos alumnos

    propusieron como solucin al problema la

    bsqueda de empleo en las fbricas, la decisin de

    resaltar las respuestas alejadas de los aconteci-

    mientos efectivos tiene como finalidad sealar

    que el trabajo con hiptesis no es autosuficiente.

    Necesita de la intervencin docente para buscar

    las inconsistencias, las contradicciones con la

    informacin del texto. O, como este caso, con los

    acontecimientos ocurridos, a pesar de la

    coherencia lgica de las respuestas. Luego de

    debatir cada una de las hiptesis volcadas en el

  • pizarrn (aquellas que tuvieron en cuenta la

    informacin del texto o se destacaron por su

    originalidad), el trabajo sobre el tema contina.

    Un texto informativo, una redaccin grupal que

    resuma el debate en clase, un cuadro con su

    explicacin debajo. Los recursos son variados a la

    hora de sistematizar o profundizar lo trabajado.

    Oportunidades que se abren

    Un riesgo que se corre al trabajar cualquier

    contenido en la escuela es que la informacin se

    torne poco significativa. Sin llegar a los casos ms

    extremos (esos de la Biblia junto al calefn, que

    llevan a recordar, con suerte, hechos o

    caractersticas aisladas), existen otros ms sutiles.

    La revolucin agraria y la mquina a vapor

    posibilitaron el empleo de trabajo asalariado en

    las fbricas. Frase factible de encontrar en

    cualquier manual escolar. til si se trata del

    puntapi inicial para trabajar una serie de ideas

    clave. Jeroglfico o ideograma chino si, en cambio,

    es slo una frmula veloz para sacarse de encima

    informacin y expresiones que no pueden faltar

    en una unidad sobre la Revolucin Industrial.

    El problema es, precisamente, el no plan-

    teo de un problema. Por qu en cierto

    momento fue pensable y realizable la

    construccin de una mquina ahorra-

    dora de tiempo y mano de obra (y

    antes no), el empleo de tra-

    bajo asalariado (y no otro

    tipo), la fbrica, el au-

    mento de la produc-

    tividad de la tierra,

    son algunas pre-

    guntas a ser

    formuladas

    para proble-

    mas sin enun-

    ciar. Por supuesto

    que no es necesa-

    rio plantearlas todas.

    Ni tampoco son las nicas.

    Tan slo ejemplos entre otros tantos que pueden

    surgir.

    Para comprender un proceso tan extenso es

    importante establecer la mayor cantidad posible

    (dentro de un tiempo limitado) de nexos entre

    distinta informacin. Retomando la experiencia

    En el aula

    15

    Sacapuntas

  • 16

    En el aula

    de clase anterior, el planteo de problemas abre el

    juego para conectar el nacimiento de la empresa

    agraria capitalista (capaz de alimentar a una

    creciente poblacin que ahora no producira

    alimentos) con el sur-gimiento de la mano de obra

    fabril (que necesita de un salario para comprar los

    productos antes obtenidos, de forma directa o

    indirecta, a travs del autoabastecimiento), al

    tiempo que permite a los chicos formular otras

    soluciones que no por irrealizadas sean

    irrealizables. Adems, y tal como lo seala

    Ausubel, las mltiples conexiones que se tejen en

    este tipo de trabajos dotan de sentido a la

    informacin y evitan su rpido olvido.

    El trabajo a partir de problemas, as mismo,

    permite (es importante destacar la condicin de

    posibilidad, ya que no existe estrategia que

    funcione por s sola) el estudio en base a la

    formulacin de hiptesis y la bsqueda de

    inconsistencias. Por varios motivos, tal vez sea

    ste el punto ms importante a destacar. En

    primer lugar, porque invita a decir algo que no est

    escrito. Las hiptesis son creaciones de los chicos.

    Nacidas de sus palabras; atravesadas por sus

    experiencias, sus deseos (y la informacin del

    texto, claro est). Adems, permite balancear el

    trabajo individual y grupal. Es necesario

    establecer un tiempo acotado pero flexible para

    las respuestas personales y otro ms extenso para

    la socializacin de las hiptesis, la deteccin de

    sus originalidades y su reformue inconsistencias -

    lacin. Porque el llamado conocimiento colectivo

    (complemento y no antnimo del pensamiento

    individual, del cual se nutre), implica potenciar las

    ideas cuando stas se comparten.

    El planteo de este tipo de preguntas es tambin

    una forma de acercar a los chicos al funcionamien-

    to de las disciplinas productoras (en un sentido

    universal) de conocimiento. Nadie investiga sin

    plantearse problemas. se es el desafo que

    moviliza a encontrar nuevas respuestas. Esta

    mirada ayuda a ver la Historia, la Geografa, las

    Ciencias Naturales, como reas mviles, no

    limitadas a su funcin meramente enciclopedista.

    Cambiar la lgica de trabajo (desentraar los

    problemas a los que responden los textos) es tal

    vez un propsito de mxima para otra instancia.

    Pero podemos plantearnos objetivos ms

    cercanos, aunque esto implique alejarnos a la

    formulacin de preguntas para grandes

    problemas. Tomemos a modo de ejemplo la

    polmica Conquista del Desierto, enmarcada en la

    construccin del Estado Nacional. En los distintos

    textos escolares encontramos temas invisibiliza-

    dos (en algunos, las matanzas y el proyecto

    poltico y econmico de ), otros puestos sobrel pas

    relieve (las gestas individuales y la recupe-

    racin de territorios, en unos; el proyecto poltico

    y econmico, en otros). El diferente tipo de

    informacin sobre un mismo hecho esconde, en

    muchos casos, divergentes,problemas (Cmo

    "consolidar" la Nacin/expandir la produccin?).

    Hacer explcitas las preguntas detrs de algunos

    prrafos seleccionados es un ejercicio introducto-

    rio til.

    Llevarse Historia es de vago...si slo hay que

    estudiar! (lase, recordar). Frase recurrente, en

    especial bajo el calor de los exmenes. Necesario

    es que los mltiples abordajes (los problemas son

    slo una variante) contribuyan a cuestionarla y

    revalorizar las disciplinas sociales. Para que la

    solucin a la incgnita no sea nicamente un

    nmero.

    Facundo Cantarini

    Pueden encontrar algunos ejemplos de

    problemas de Ciencias Sociales en

    www.sacapuntasrevista.com.ar

  • Sacapuntas

    17

    En el aula

    Crear problemas

    La redaccin de un problema tiene sus caractersticas. Un libro til para meterse en esta tarea es Didctica

    operatoria de las Ciencias Sociales, del profesor de Ciencias Sociales Roberto Carlos Gargiulo. Aqu, unos

    apuntes sobre las partes que componen un texto-problema, en sentido inverso al orden en que aparecen

    redactadas.

    El problema

    Hace referencia a una dificultad que personas en el pasado o presente se han planteado. El motor puede ser

    una necesidad bsica de cualquier individuo (obtencin de alimento, agua, refugio, abrigo), una motivacin

    ajena a la supervivencia entendida en sentido biolgico (riqueza, poder) o una mezcla de ambas. Se formula

    en forma de pregunta. En relacin con la expansin de las ciudades industriales en Inglaterra, Alemania y el

    norte de Francia a mediados del siglo XIX y la consiguiente necesidad de alimentos para la poblacin y

    materias primas para las fbricas en crecimiento, una pregunta-problema posible es: Cmo pueden los

    pases del oeste europeo abastecerse de alimentos y materias primas de forma ms econmica?

    Datos

    Es toda la informacin necesaria para resolver el problema. La tarea ms ardua, ya que se tiene que atender

    a la particularidad del grupo en que se trabaje. Hay que buscar un equilibrio entre los datos imprescindibles,

    para evitar constantes intervenciones ad-hoc, y la informacin excesiva, a fin de no guiar demasiado la

    respuesta. En el caso anterior, datos que no pueden faltar son:

    *la agricultura y la ganadera son las actividades econmicas principales de los pases no industrializados,

    con ejemplos concretos, como el algodn de la India, el trigo y la cebada en Europa oriental o Sudamrica

    *los medios de transporte existentes son slo a traccin a sangre

    *dados esos medios de transporte, resaltar la lejana de esos campos respecto de los puertos (medido en

    das o semanas) y lo costoso del traslado (dos o tres veces el valor de las mercaderas a transportar en

    muchos casos)

    Es necesario que los datos se presenten en forma narrativa (no

    enlistados como recin). Hablar en una oracin sobre su im-

    portancia.

    Ttulo

    Es deseable que condense el conflicto. Siguiendo el pro-

    blema antes planteado, un ttulo viable es Ciudades gran-

    des, campos chicos. Otra alternativa es explicar un trmino

    clave que resulte novedoso para los chicos. Un ejemplo para la

    conquista de Tenochtitln a manos de Pizarro, adaptado de un ttulo

    creado para otro contexto por el autor antes mencionado, es Los invaso-

    res rodean la ciudad: El sitio La ubicacin del trmino al final de la defini-.

    cin, y en un lugar destacado como es el ttulo, es una estrategia til.

  • 18

    Existen diferencias cuando se discute para qu hacer puestas en comn en las clases de Matemtica.

    Hacemos pasar al pizarrn a muchos alumnos para que todos puedan mostrar lo que hicieron? Las

    empleamos con la idea de evaluar si aprendieron? Es slo para la autocorreccin? O analizamos algunos

    procedimientos que van surgiendo para que los alumnos puedan aprender nuevas formas de resolver y

    validar las que ya tienen?

    Comparar estrategias de resolucinAlgunas reflexiones sobre las potencialidades delas puestas en comn en las clases de Matemtica

    En el aula

    Marisa gast $48 en la carnicera y $42 en la

    verdulera. Cunto dinero gast en total?

  • 19

    Sacapuntas

    En el aula

  • 20

    En el aula

    En la calesita hay lugar para 27 nios. Ya

    subieron 24. Cuntos pueden subir todava?

  • 21

    Sacapuntas

    En el aula

    El Centro de jubilados est organizando una

    excursin a la montaa y decidieron alquilar

    camionetas. En 6 camionetas iguales entran 72

    personas. Cuntas personas entran en 9

    camionetas iguales a sas?

  • 22

    En el aula

  • 23

    Sacapuntas

    Sobre gustos

    Libros recomendados

    Dante ElefanteJavier RovellaDomus editora

    Historietas para chicos hay pocas. Pero algunos no estn seguros de que sea una de ellas.Dante Elefante

    Pongamos clara esta confusin. En primer lugar, este libro conforma, junto a ms de una decena de historietas la,

    coleccin (coordinada por Csar Da Col e integrada por autores argentinos de la talla de CarlosAventuras Dibujadas

    Trillo) del Adems, Dante Elefante esMovimiento de Banda Dibujada para la difusin de la Historieta Infantil y Juvenil.

    un animal de permanente gesto refunfun que se ve envuelto en situaciones de lo ms sencillas y cotidianas. Cambia,

    por ejemplo, cada tantos cuadritos, de ser corredor de motocicletas a karateca, de enamorado a colocador de piercings.

    El dibujo es por lo menos sencillo, unos cuantos trazos pintados a computadora, fondos limpios y prcticamente

    ninguna palabra, a no ser por alguna onomatopeya suelta por ah.

    Hasta aqu vamos bien. Una seguidilla de historias ms que breves, que a simple vista parece de gil lectura. Sin

    embargo, detrs de una esttica que podra parecer inocente, hay en estas tiras algo profundamente metatextual: el

    paquidermo decide por s mismo qu globo de dilogo usar, pasea con soltura por dentro y fuera de los cuadritos y,

    hasta en ocasiones, los rompe por su propio peso. Parece que a Rovella le divierte rerse de su propio gnero, y no duda

    en compartir la irona, el absurdo y hasta el humor ms negro con el pblico infantil. A lo largo de las pginas, el elefante

    se ve sujeto a calamidades tales como el paso del tiempo, la obesidad, los accidentes viales y la prisin. Muere por lo

    menos tres veces y resulta herido otras tantas.

    Quiz ahora s podamos comprender por qu refunfua el paquidermo.

    Cecilia Chiappetta

    Muchas veces hemos hablado ya en esta revista, de diferentes obras de Roald Dahl, destacando ese estilo crudo,

    que a veces roza el humor negro, y que tantas reacciones y admiraciones genera en nuestras aulas. En este caso,

    rescataremos a uno de sus precursores, estamos hablando de Saki.

    Nacido en un colonia Britnica, vivi a pleno las frivolidades propias de la sociedad victoriana de la Gran Bretaa de

    fines del siglo XIX y principios del XX, plagada de formalidades y reuniones de t a las cinco de la tarde.

    Sus cuentos son ejemplo de brevedad y eficacia, donde la realidad, la fantasa, el humor y el terror se mezclan de tal

    manera que no dejan indiferente a nadie. Saki logra captar la atencin con un lenguaje sencillo, no da vueltas al asunto,

    acta de manera directa. Sus sarcsticos ataques a las costumbres de las clases altas y a las formalidades sin sentido, sus

    giros inesperados sobre el final, y las ironas constantes sobre el mundo de los adultos hacen que sus cuentos sean, casi

    podramos asegurarlo, adictivos.

    Alguna vez otro famoso escritor britnico dijo que Si empiezas un relato de Saki, lo terminars. Cuando lo hayas

    terminado querrs empezar otro, y cuando los hayas ledo todos nunca los olvidars. Nada ms claro: falta de respeto

    por las costumbres, situaciones incmodas, nias horrorosamente buenas, cuentos asquerosamente divertidos,

    personajes diplomticamente incorrectos, pequeos -aparentemente buenos y educados- que engaan a los ms

    incrdulos adultos. Qu ms podemos pedir? Qu otra cosa podran desear nuestros alumnos?

    Augusto del Cueto

    Autores recomendados

    Hctor Hugh Munro, Saki(Gran Bretaa, 1870-1916)

  • 24

    La escuela pblica es (o debera/podra ser) un espacio donde todos los nios, adolescentes y adultos

    podamos aprender y ensear. Un lugar de debate, de encuentro, que haga su aporte para lograr una mejor

    sociedad. Sin embargo, esto no es lo que propician las polticas educativas. En este caso, analizaremos

    algunas cuestiones desarrolladas por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y en particular su decisin de

    cerrar grados de primaria y cursos de media.

    De cierres y subsidiosDecenas de candados para la educacin pblica,

    miles de millones de pesos para la privada

    Lo que pasa

    De los muchos ataques que puede recibir la

    educacin, uno de los peores es que se cierren

    aulas. Esto implica la desaparicin, incluso fsica,

    de la posibilidad de aprendizaje de los alumnos y

    coarta el derecho a trabajar de los docentes. Si

    bien el cierre de cursos no es una poltica

    novedosa (ver cuadro 1), el gobierno de Macri

    inici este ao pretendiendo profundizarla.

    Desde el macrismo, sostienen que impulsan

    los cierres de grados porque hay aulas con pocos

    chicos. Esto es cierto. Pero tambin es cierto que

    el gobierno promueve cada vez ms que los

    alumnos se vayan a las escuelas privadas y

    abandonen las escuelas pblicas.

    La situacin en la que estamos en la actualidad

    muestra un aumento del presupuesto destinado a

    las escuelas privadas (ver cuadro 2) mayor a

    cualquier otro rubro de la educacin, alcanzando

    la escandalosa cifra de $ . Las cifras1.332.869.952

    ms altas de subsidios se encuentren en el DE 10

    (127 millones anuales) y en el DE 9 (90 millones)

    que es donde el gobierno de Macri intenta cerrar

    la mayor cantidad de aulas.

    En cuanto a la educacin pblica, en cambio, el

    presupuesto para Infraestructura Escolar

    desciende un 3% en 2012 respecto de 2011, sin

    contar la inflacin (1). A esto summosle que hay

    56 establecimientos educativos pblicos con

    problemas de calefaccin. La lista, a la que

    podramos agregar la falta de gabinetes

    psicopedaggicos, la disminucin de las viandas,

    la falta de fondo de las cooperadoras, los bajos

    salarios docentes, la no construccin de escuelas

    ni jardines, es casi interminable.

    De todas las afirmaciones que el gobierno

    hace, slo una es cierta: la situacin actual es

    heredada de problemas de gestiones anteriores.

    Ni los cierres de grado, ni los subsidios a las

    privadas, ni los problemas de infraestructura

    comenzaron en el 2007. Pero hay que decir que,

    lejos de solucionar los problemas reales de las

    escuelas, el gobierno los agrava cuando no agrega

    nuevos, como la eliminacin de las Juntas

    Docentes de Clasificacin en el 2011.

    Hay nmeros que son claros para analizar la

    situacin: mientras la poblacin aumenta en

    todos los distritos con respecto al ao 2001, desde

    ese ao se cerraron 245 grados de primaria. A esto

    hay que agregar que en el 2000 haba 708.314

    personas menores de 19 aos en la Ciudad,

    mientras que en el 2010 la cifra aumenta a

    2000

    7028 6904 6897 6826 6825 6822 6783

    3810 3961 3976 3993 3958 4039 4090

    2005 2006 2007 2008 2009 2010AoEscuelas

    Escuelas

    pblicas

    privadas

    Cuadro 1: Cantidad de grados de primaria en la CABA Cuadro 2: Subsidio a la educacin privada (en

    millones de pesos)

  • en todo el 2011 se usaron 358 millones de pesos sobre

    un total de 560 millones. La subejecucin de las

    partidas destinadas a obras de infraestructura escolar

    durante el perodo 2005-2009 suma ms de 400

    millones de pesos. Slo durante 2010 el Gobierno de la

    Ciudad no utiliz 270 millones de pesos que tena

    asignados. Datos extrados de Dj vu noventista, o

    cmo los privados se abusan del Estado, Miradas al

    Sur, 25 de marzo de 2012.

    25

    Sacapuntas

    761.028. Si hay menos aulas pblicas, a dnde

    irn a estudiar todos esos chicos?

    Las polticas educativas de los gobiernos de la

    Ciudad de Buenos Aires, y sus resultados,

    evidencian de esta forma que existe una paulatina

    privatizacin de la educacin: hoy, tenemos tantos

    alumnos en escuelas pblicas como en privadas.

    As, Esteban Bullrich, licenciado en Sistemas y

    Master en Administracin de Empresas egresado

    Lo que pasa

    de la Escuela Kellog, no

    hace otra cosa que

    cumplir el anhelo de

    Carlos Pirovano, otro

    funcionario del PRO,

    que en 2011 escribi un

    comentario en Twitter

    que deca: Y si asumi-

    mos que la educacin

    pblica est muerta y

    con esa plata le paga-

    mos a los chicos una es-

    cuela privada?

    Sin embargo, esta

    poltica por la que el

    gobierno promueve

    que los alumnos vayan a

    escuelas privadas mien-

    tras vaca las pblicas,

    encontr, encuentra y

    encontrar una gran

    resistencia. No slo de

    los docentes, s ino

    tambin de padres y

    estudiantes. Si logra-

    mos pelear muchos y

    juntos, con organiza-

    cin y democracia, po-

    demos lograr cambiar el

    rumbo de la educacin.

    Santiago Duarte

    (1)Adems se subejecuta:

    MAS EDUCACIN PBLICABASTA DE SUBSIDIAR A LAS PRIVADAS

    NO LAS CIERREN

    CONSTRUYANESCUELAS

    EDIFICIOS DIGNOSPARA APRENDER

    Y ENSEAR

    NO AL CIERREDE GRADOS

    VIVA LAESCUELAPBLICA

  • 26

    De abrir el libro y liberar los versos, las historias. De

    prestar el cuerpo, de adentro y de afuera, de prestar la voz

    para que Girondo o Daro puedan escapar por nuestra boca.

    De subir al escenario para hablar como un gigante triste o

    una bailarina eufrica. De iniciar un viaje por textos que se

    cruzan como las rutas de un mapa. De mirar con lupa las

    historias que atraparon las vietas y quedarnos con todo el

    sabor de ese lenguaje para hacerlo propio a la hora de

    escribir. De la espera que desespera por saber qu nos

    deparar el prximo captulo de la novela. De leer literatura.

    Nada ms ni nada menos que de eso se tratan estas pginas.

    Esta vez decidimos olvidarnos del dnde dice?,

    del selame con tu dedito. En este olvido voluntario de la

    lectura como aprendizaje del sistema de la lengua optamos

    por atender otros aspectos. Leemos por diversos motivos,

    con distintas finalidades: el placer, la expresin, la

    interpretacin son algunas de ellas. Para ello tenemos la

    enorme responsabilidad de trabajar y desmenuzar el trabajo

    con la lectura en la escuela, de permitirles a los chicos

    intercambiar sentidos sobre lo ledo, de saber sobre los

    autores, de entender cundo deben hacer una pausa o

    colocar la voz en otro registro o de cambiar los tonos para

    leerles a los dems, de analizar los recursos que hicieron

    posible la sorpresa, la risa o el miedo, de entender cada vez

    ms lo que leen.

    Lejos de las recetas, a vuelta de pgina, se podrn

    encontrar con algunas propuestas de lectura que intentaron

    llenar nuestras aulas de lectores. Nada ms y nada menos.

    A libroabierto

  • Son cuatro relatos los de aqu abajo. Cuatrorelatos de dos maestros que por separado hanledo poesa en sus aulas y han enseado a leerpoesa a sus alumnos. El propsito de aquellasclases: leer, leerles a los dems, y todo -o casitodo- lo que eso implica. Cuatro experienciassueltas, reunidas.

    Mi voz buscabael viento

    27

    Sacapuntas

    A libro abierto

    inconveniente si repiten la lectura del poema de

    un compaero, la lectura siempre renueva lo que

    se dice a travs de la forma que toma en la voz de

    quien lee.

    Las primeras lecturas son de un singular

    atractivo para todos, el grado de atencin es tal

    que no hace falta hacer ningn tipo de

    sealamiento o advertencia. Se escuchan, se

    reconocen, se interesan. Construyen un silencio

    artesanal donde entran cmodas las palabras. La

    lectura de Estado de nimo que hace Walter con

    su voz de laguna es tan acertada que todos nos

    quedamos en silencio un tiempo largo. Le explico

    que ese silencio nuestro es un elogio porque

    demuestra nuestras ganas de seguir escuchando.

    Luca, alumna con una gran predisposicin

    para el canto y la actuacin, sumada a su

    desenfado natural, me propone cantar en vez de

    leer el poema de Daro Ama tu ritmo. Como la

    empresa me parece demasiado compleja para

    que se lleve a cabo en la improvisacin total, le

    propongo que esta vez nos lo lea y que ensaye una

    interpretacin musical para ms adelante. Le

    explico que el poema es en s muy difcil (los

    versos encabalgados y el uso de palabras

    desconocidas son la dificultad mayor), y que su

    sola lectura le va a llevar trabajo. Acepta, pero

    insiste que nos lo cantar la prxima. Nos parece

    bien.

    Todos los que leen reciben de parte del

    auditorio de compaeros un silencio indito y

    bajo mi recomendacin por ser los primeros

    ensayos slo palabras elogiosas que destacan lo

    positivo de la lectura, porque ya tendremos

    oportunidad de marcar errores.

    El timbre, que resulta tan ajeno a todo lo que

    hemos logrado en cuarenta minutos, nos arrebata

    la paciencia, la escucha y la palabra serena como

    quien deja caer una pequea vasija al suelo.

    Un ro Mississipi de manzanas

    El lugar es un aula anaranjada, de techos

    perfectamente altos. Hay silencio: hemos

    esperado a un da en que no haya clase de

    Educacin Fsica en el patio contiguo, hoy

    Artesanos de la voz y del silencio

    Estamos en la biblioteca recin comenzada la

    maana. Los alumnos de sptimo deban escoger

    de nuestra antologa un poema para leer en voz

    alta. Antes de comenzar con la lectura hacemos

    algunos ejercicios para relajar las cuerdas vocales

    y mejorar nuestra postura. Es muy temprano y

    muchos de nosotros no hemos usado la voz en

    absoluto. Les explico cmo nuestro aparato

    fonador emite el sonido de la voz y cmo

    podemos ayudar a que sta sea ms clara.

    Despus de los ejercicios les leo yo primero. Para

    abrir la ronda de lectura eleg el poema

    Vegetaciones del de PabloCanto general

    Neruda. Luego, les pregunto quines quieren leer.

    No todos levantan la mano, pero se anima la

    mayora.

    Antes de que ellos le den continuidad a la

    ronda, subrayo que para lograr una buena lectura

    la responsabilidad corre por cuenta del que

    escucha y del que lee. El primero aporta su inters

    en lo que el otro leer, tambin el silencio, y el que

    lee hace su parte con las palabras compartidas, la

    expresin, las pausas, el tono de voz. Los poemas

    de la antologa ms elegidos son Estado de

    animo (Benedetti), En la carpeta (Gelman),

    Ama tu ritmo (Daro), Sombras de los das por

    venir y La carencia (Pizarnik). No tenemos

  • 28

    A libro abierto

    queremos escuchar.

    No es la primera vez que nos encontramos con

    el disco. Hace unos das, el poeta nos pidi

    permiso para pasar, se present, y nosotros,

    irreverentes, nos remos por primera vez de su

    tono de voz, ntimo, quiz cansado de viajar desde

    Isla Negra hasta nuestro barrio, Floresta. Omos

    sus primeros versos, los de su juventud.

    Hoy escuchamos un poema que ya les haba

    ledo yo: Oda a la manzana. Seo, l lo lee mejor

    que vos!- anuncia algn desacatado. Yo asiento.

    Sin dudas, l lo lee mejor. Cuando vuelvo a poner

    la pista, los chicos de tercero empiezan a imitar a

    Pablo Neruda. Con naturalidad, arrastran, como el

    poeta, los versos: los vuelven canciones, juegos de

    palabras, en fin, poemas. Me sacudo mis restos de

    solemnidad y, mientras ellos me esperan, jugando

    a declamar, en el pizarrn copio unos versos que

    aprend a querer, versos cuya estupenda

    entonacin me seal un compaero, maestro y

    poeta, cuando me prest el CD Pablo Neruda lee

    sus poemas: Yo quiero / una abundancia / total,

    la multiplicacin / de tu familia, / quiero / una

    ciudad, / una repblica, / un ro Mississipi / de

    manzanas, / y en sus orillas / quiero ver / a toda / la

    poblacin / del mundo / unida, reunida, / en el acto

    ms simple de la tierra: / mordiendo una manzana.

    As, del pizarrn, lo leemos a coro, siempre

    acompaados por la grabacin. Retrocedemos el

    poema y volvemos a empezar. Una y otra vez, y

    cada vez ms parecidos y unos con el universo,

    exageramos y corremos, nos quedamos sin

    aliento. An vivo, desde un grabador desvencija-

    do, Pablo no est solo. Lo acompaan, a coro, las

    vocecitas de los chicos de 3er grado.

    Poemas de transicin

    Fue el diciembre pasado, el mes en que me

    invitaron a despedirlos de su escuela primaria.

    Volv de esa fiesta con los bolsillos chorreantes de

    recuerdos de mis primeros alumnos de la escuela

    pblica. Te acords cuando grabamos el disco de

    poesas?- me pregunt Ayln.

    Fue ese disco, grabado ya hace casi cinco aos,

    acaso, una excusa para leer en voz alta, como

    justifiqu en mi planificacin anual de Prcticas del

    Lenguaje? Que s, que es cierto, que cada clase es

    una especie de ficcin para ensear algo. Pero all

  • 29

    Sacapuntas

    A libro abierto

    sucedieron tantas otras cosas.

    Habamos ledo un buen nmero de poemas de

    los autores ms diversos. Deseosa de contagiarles

    el gusto, yo los copiaba, imprima y pegaba en las

    paredes del aula, a veces acompaados de una

    pequea foto de su autor. Un da, les propuse

    grabar nuestro propio disco de poemas, y ellos

    estuvieron de acuerdo.

    Qu holgados me resultan los tiempos de

    jornada completa. Nos dimos al menos dos

    semanas ms, slo para elegir qu poema

    grabara cada uno. De los veintitantos alumnos,

    varios prefirieron a Garca Lorca, otros a Neruda y

    alguno que otro a la contempornea Sha. Pero

    algunos se detuvieron en el cubano, el poeta que

    canta a la cultura mulata y tambin a la revolu-

    cin, a la justicia. Mientras mis dos antologas de

    Nicols Guilln circulaban por los bancos y las

    casas, cada nio empez a practicar su lectura.

    Los pensamientos de Ayln fluctuaban quin

    sabe por dnde. Su atencin en clase pareca

    imposible de atrapar. Cuando le pregunt qu

    poema haba elegido para la grabacin, apret

    entre sus manitas blancas el volumen del cubano

    y lo abri, sin palabras, en el breve poema Caa:

    El negro / junto al caaveral. / El yanqui / sobre el

    caaveral. / La tierra / bajo el caaveral. / Sangre

    / que se nos va!

    Ese poema no lo habamos ledo en clase,

    aunque s otros tantos de . AylnSngoro Cosongo

    haba descubierto este poema solita. Me atrev,

    no sin rodeos, a preguntarle por qu lo haba

    elegido. Ella alz los hombros, sonri con sus

    pequeos dientes de caries, y yo decid no

    preguntar ms.

    Empezamos, entonces, con la etapa ms

    interesante: las grabaciones en borrador que

    escuchamos entre todos para hacer sugerencias y

    destacar virtudes de los lectores. Todava no s

    cmo logramos ese silencio total para que al

    acercar el pequeo grabador de periodista a un

    alumno, no hubiera ms que sus palabras y su

    ligera respiracin.

    Cuando escuchamos a Ayln por primera vez,

    todos se sorprendieron: ese poema no lo

    conocan. Entonces le ped que lo volviera a leer, y

    ellos hicieron sus recomendaciones. Propusieron

    que lo leyera ms lento y ms serio. Cuando les

    pregunt por qu, ellos explicaron que el poema

    hablaba de algo triste, de la guerra. Les dije que

    quiz la palabra que buscaban era solemne.

    Adems parece que estuviera cantando, porque

    repite muchas veces la palabra caaveral- seal

    alguno.

    Karen y Brian, dos tmidos irremediables,

    haban elegido el mismo poema: Cancin de cuna

    para despertar a un negrito. Les suger leerlo

    juntos, o alternndose, pero cada uno quera tener

    su grabacin. An tras la prctica en la escuela y en

    casa, Brian ley trastabillando con las palabras, por

    lo que le propuse que elija una porcin breve del

    poema para grabar. En cambio, Karen decidi

    hacerlo de forma completa.

    A la semana, todos omos sus primeras

    grabaciones. Conmovidos por un Brian que ley

    con parsimonia de alt iplano y profunda

    musicalidad su , loscoco-cacao-cacho-cachaza

    compaeros aplaudieron. Cuando lleg el turno de

    Karen, en su lectura completa se destac el punto

    ms alto del poema: Negrn, negrito, / ciruela y

    pasa, / salga y despierte, / que el sol abrasa, / diga

    despierto / lo que le pasa... / Que muera el amo, /

    muera en la brasa! Las voces de los compaeros se

    encimaron. -Eso lo tens que leer ms fuerte!

    opin Melanie. - le grit laCon ms bronca!

    efervescente Romina- porque el amo los hace

    sufrir a los esclavos.

    Varias semanas ms nos tom terminar las

    grabaciones. En algunos casos hicimos hasta seis o

    siete, en otros, slo dos. Para cerrar ese ao

    maravilloso, repartimos copias del disco Poemas

    de 3er grado a las familias y los escuchamos

    juntos.

    Casi al final de la audicin, empezaban a

    soltarse las palabras de Nahuel, quien haba

    elegido la del chileno Neruda:Oda al tomate La

    calle se llen de tomates. / Medioda, verano. /

    Corre por las calles / el jugo. Yo, que ya haba

  • 30

    A libro abierto

    escuchado cada grabacin en mi casa al menos

    una decena de veces, fui la primera en opinar: No

    me digan que no ley hermosa esa parte del jugo!

    Su mam, orgullosa, responde: Hace algo as

    como que sube su vocecita cuando dice jugo.

    Mientras el ao se nos iba, la voz de Nahuel,

    liviana, nos dejaba su marca, como ese jugo.

    Persuasin de los das

    Decidida, les pregunto a los chicos de sexto qu

    creen de la poesa. As, sin ms introduccin. Me

    responden que la poesa , que la poesaes de amor

    es rima que es para mujeres!, No resisto: digo que

    a m, por lo menos, no me interesa tanto esa

    poesa de amor ni me emociona mucho la rima,

    pero que hay otra que s me gustara compartir

    con ellos. Algunos se decepcionan (ellos s

    queran poemas de amor!), otros solamente no se

    entusiasman.

    Pero pasa el tiempo, y en 6to B leemos en das

    diferentes y desde sus libros a Neruda, a Lorca, a

    Gelman, a Tun, a Guilln, a Pizarnik. Se me va

    haciendo costumbre merodear anaqueles por la

    calle Corrientes, rastrear atenta la poca poesa,

    descubrir ediciones viejsimas en casas amigas y

    acumular dinero para adquirir otras nuevas. En

    esos das, los chicos y yo encontramos en los

    p o e t a s c o s a s c o m u n e s , p e r o t a m b i n

    particularidades. Ernesto afirma con gusto y cara

    de sapiencia que era verdad que no todas las

    poesas son de amor. A su vez, Paola, Camila y

    Florencia ya tienen, aunque nadie ms que yo lo

    sepa, una coleccin de poemas inventados en un

    cuadernito, la mayora, s, de amor. Gonzalo dice

    que la poesa habla tambin de lo que es justo, y

    Brian asiente. Les pregunto a qu poetas o

    poemas se refieren: me nombran los ya ledos La

    luna con gatillo de Tun y Preguntas de un

    obrero que lee de Brecht. Para Lorena, los

    poemas son casi como canciones, porque tienen

    partes que se repiten mucho, como si fueran

    estribillos, y eso a ella . Ella prefierele gusta

    escribir en papelitos rotos. Sigilosa, me entrega

    uno que versa: Ser ciego para no ver / ser sordo

    para no escuchar / ser diferente para ser nico /

    ser igual para encajar / ser deliberadamente yo. La

    delicada Guadalupe espera al recreo para robar-

    me mi nueva antologa rosada de Alejandra

    Pizarnik. Anota el ttulo en el libro de prstamos.

    Adoro su tristeza, me susurra. Y lo hace en voz baja

    porque sabe que lo que estamos haciendo tiene

    una pizca de ilegal: ltimamente, a los libros de

    poesa hay que sortearlos porque todos quieren

    llevrselos a casa, a hacer sus propias lecturas,

    esas que son privadas.

    Hoy es el turno de Oliverio Girondo. Vamos

    navegando por una compilacin de Colihue, que

    yo, tmida, les leo como mejor me sale. Zarpamos

    desde los turbulentos, sonoros y masmedulares

    El puro no y Yolleo y llegamos hasta las

    enumeraciones surreales de Cansancio y

    Gratitud.

    Y despus de tanta repeticin persistente, de

    tanto sonido y palabra que no tiene por qu

    cuadrar, la escritura se hace inevitable para todos.

    Cundo vamos a escribir poesa nosotros?- me

    preguntan. Entonces, as, como Oliverio, Rub se

    cansa de tener sentimientos impdicos incapaces /

    de carecer de alas / de carecer de confianza / de no

    ser pjaro pero / no regurgitar ni que regurgiten /

    el al imento; mientras que la sol itar ia y

    autodenominada poetisa Johanna Mamani

    agradece al ruido, las plantas, al nacimiento y a la

    muerte / a los poemas / y al silencio que tanto

    merezco; y Gonzalo Gonzlez usa y abusa de la

    repeticin que tanto le pertenece cuando escribe

    A veces me despierto / A veces me enojo / A veces

    camino / A veces pienso que es viernes y es lunes /

    A veces me ro / A veces pienso por qu tengo lo

    que tengo / A veces sueo / Y a veces escribo

    poemas / como ste.

    Cecilia Chiappetta

    Hernn Boeykens

    Pueden encontrar la antologa de poemas aqu

    mencionada y escuchar los poemas ledos en

    voz alta por los alumnos en

    www.sacapuntasrevista.com.ar

  • En nuestras aulas solemos recurrir a la lectura de literatura con diferentes objetivos: para acercarnos a un

    formato textual, como disparadora de una consigna de escritura, para responder preguntas acerca del

    contenido de los textos. Sin embargo, es poco frecuente que se discuta sobre recursos literarios. A

    continuacin, relatamos una secuencia de lectura que tuvo como objetivo central el anlisis literario de

    distintos libros lbum.

    Leer y despusUna secuencia de lectura en tercer grado

    En l, el efecto risueo se produce gracias a los

    dibujos y lo escatolgico del tema: a un topo le

    hacen caca en la cabeza e intenta descubrir quin

    fue el culpable. Son los diferentes dibujos de la

    caca los que hacen rer a chicos y esperaba que con

    ellos discutisemos por qu ocurra esto. Si est

    bien o no que la caca haga rer.

    Mis alumnos se rieron mucho de la caca. S, el

    humor en este caso funciona como transgresor. En

    el Topito se habla de la caca y mucho, y eso hace

    rer. Pero cuando lemos esto no surgi

    rpidamente. Lejos de las risas generalizadas, lo

    primero que se dej or cuando comenc a leer fue

    un gesto de asco: dddddd. Pareci que

    esperaban que yo habilitara el hecho de que eso

    poda ser gracioso. Mi intervencin entonces

    sirvi para destrabar: Ven la caquita?. La sola

    palabra caquita fue un buen desencadenante.

    Hay que aclarar que en el texto no aparece nunca

    la palabra caca. Las risas afloraron. Pero el

    Speryo de una alumna logr cohibir por un

    momento al resto. La caca es asquerosa, no es de

    risa, me dijo Diana con cara de enojada.

    Repregunt si est mal rerse de la caca y Diana

    estaba convencida: Si!. Fue necesario que yo

    reconociese que a m me daba risa la caca en todas

    sus formas para que el resto de los alumnos se

    animara a dar su opinin.

    El final inesperado es otro de los aspectos

    interesantes que tiene el libro. Una venganza a

    medias en la que el topo se desquita con el

    culpable hacindole un poquito de caca en la

    cabeza. Qu es lo que dio risa de que haya sido

    tan pequeo el chorizo del Topito Birolo?

    pregunt cuando leamos. Que ni le va a importar

    A libro abierto

    31

    La escuela puede jugar un papel importantsi-

    mo en la actitud de los chicos ante la lectura de

    literatura. Sin embargo, por lo general solemos

    recurrir a ella con el objetivo de escribir algo

    despus. No queremos decir que esto est mal,

    sino que esta tarea se debe complementar con

    otra: la discusin acerca de lo que se lee, la

    indagacin, el anlisis minucioso de los recursos

    literarios que utilizan los escritores y, en el caso de

    los libros lbum, los ilustradores.

    En un tercer grado nos propusimos analizar

    junto con los chicos los recursos en juego en los

    libros lbum, poniendo el acento la construccin

    de sentido. Se trat de contrastar las diferentes

    interpretaciones, con el objetivo de empezar a

    desarrollar las disposiciones especf icas

    necesarias para la apreciacin de la literatura.

    Los libros lbum permiten un juego intertextual

    que se produce gracias a la interaccin entre los

    cdigos de la imagen y del texto. Estos se

    complementan perfectamente generando un ida

    y vuelta constante, abriendo tremendas posibi-

    lidades para la construccin de diversos modos de

    apropiacin. En la secuencia que realizamos,

    el hilo conductor fue el anlisis de los

    distintos recursos utilizados para

    generar el humor, tanto desde

    el texto como desde la i-

    magen. Cada ttulo fue

    elegido para trabajar un recurso

    diferente.

    El primer libro que lemos

    fue Del Topito Birolo y de to-

    do lo que pudo haberle cado

    en la cabeza (Wolf Erlbruch).

  • al otro, me contest Jess. Pero el topito se fue

    contento, vieron?, acot. As, concluimos que en

    esta parte lo que daba risa no era tanto por lo

    asqueroso de la caca sino que la venganza

    esperada llega a medias. Se veng, pero no se

    veng tanto, resumi Julieta. Hablamos sobre

    cmo lo inesperado fue lo que produjo el efecto

    humorstico.

    Otra de las cosas que analizamos fue el uso de

    las onomatopeyas. A m me gusta como hacen los

    ruidos, tatataata; Si, cuando hace PLOP.

    Comentarios como este motivaron la discusin

    acerca de cmo se llama a esas palabras que sirven

    para describir a los sonidos y que contribuyen a

    generar el efecto risueo de los lectores.

    Otro de los ttulos que dio lugar a discusiones

    interesantes fue (Isol) SeTener un patito es til, .

    trata de un libro acorden en el que de un lado se

    ven las imgenes en amarillo en las que el

    narrador es un nio que cuenta qu hace con su

    patito de hule. Cuando concluye este relato,

    comienza otro. Los dibujos son los mismos y con

    las imgenes slo celestes es el patito quien

    cuenta esos hechos, pero desde su punto de vista.

    Es un libro que habilita a rerse de cmo los

    diferentes narradores cuentan su versin en la

    historia. Este fue el recurso principal que nos

    propusimos analizar con esta lectura: el humor

    generado por las diferentes perspectivas de sus

    narradores.

    Cuando pregunt qu fue lo que les hizo rer

    tanto de este libro, Fabrizio lo puso en un ejemplo

    muy claro: Que cuando el nene cuenta cmo usa

    al patito uno piensa que al patito no le gusta, pero

    que cuando lo cuenta el patito te das cuenta que

    en realidad el patito lo usa al nene para divertirse

    l. Otros nenes usaron luego ejemplos parecidos.

    Eso dio pie para hablar acerca de cmo otra

    mirada puede ofrecer una nueva perspectiva de

    un mismo hecho que puede resultar graciosa.

    Los dibujos de este libro ofrecen varias lneas

    narrativas. Y es a travs de las pistas que brindan

    ambos cdigos, imagen y texto, que se puede

    interpretar la relacin existente entre una historia

    y otra y as desdoblar el hilo argumental. Esto lo

    notaron mis alumnos y lo expresaron de distintas

    formas. Ian lo expuso as: Estn los mismos

    dibujos de los dos lados y cada uno cuenta lo

    suyo. Cuando mostr mientras relea me

    encontr un patito y lo agarr, me encontr un

    nene y me agarr, pregunt nuevamente: Son

    exactamente iguales?. Ian intent ahondar en su

    explicacin: Dice lo opuesto. Para que explique

    mejor su idea lo ayud con una pregunta: Quin

    habla en cada caso? De un lado habla el pato y del

    otro lado habla el nene y cada uno explica lo que

    pasa como le parece. Julieta explic cmo esto se

    puede notar a partir de las ilustraciones: Te das

    cuenta por el color.

    El tercer ttulo de la secuencia fue El misterioso

    caso de Oso (Oliver Jeffers). En este libro el humor

    se genera a travs de dos recursos: el absurdo y la

    parodia. El objeto parodiado son los cuentos

    policiales. El absurdo est dado desde un

    comienzo, cuando un grupo de animales investiga

    quin se roba los rboles del bosque y enjuicia al

    culpable luego de encontrarlo. Este ttulo se

    destaca adems por imgenes muy ricas y

    detalladas, planos generales en los que se puede

    ver al mismo tiempo a varios personajes de la

    historia haciendo cosas diferentes, una ms

    delirante que la otra: cerdos cocinando tocino de

    desayuno o patos en la peluquera.

    Los chicos destacaron que eran muy graciosas

    distintas escenas: cuando apareca un osito de

    felpa como culpable de un crimen (as como si

    nada) o la naturalidad con la que un venado se

    mostraba jugando a la Play Station.

    Otra estrategia para generar el humor absurdo

    es la postulacin de un universo regido por el

    desorden. En este libro eso es muy claro desde el

    comienzo. El delirio constante es el comn

    A libro abierto

    32

  • denominador de cada pgina y as lo charlamos:

    Recuerdas cuando el cerdo cocinaba otro

    cerdo?, me dice Juan. Le pregunto por qu es

    gracioso. Porque cocinaba a un familiar,

    contesta. Es un cerdo canbal, agrega con una

    sonrisa. Yo me re del avin con el oso arriba,

    cuenta otra nena. Se refiere al final donde el Oso

    viaja en un avin de papel Puede haber un.

    avin de papel que soporte un oso?, me meto.

    No, no existe. Es como muy pesado, dice Romina

    acompaando con un gesto.

    La mejor mascota (David La Rochelle) es una

    obra interesante para analizar el humor absurdo.

    En l, un nio pide una mascota a su madre y esta

    accede con la condicin que sea un dragn, al que

    el protagonista finalmente encuentra en una

    farmacia. Se trata de un dragn muy civilizado que

    se comporta como Homero Simpson. La discusin

    a raz de la lectura dio lugar a charlas como la

    siguiente: A m me hizo rer que el dragn vea la

    tele y coma nachos, trae Juan. Pregunto si uno

    espera que un dragn vea la tele y coma nachos.

    Intento explicitar de alguna manera esta lgica

    trastocada. No, que coman carne y que sean

    terrorficos y vivan en cuevas, desarrolla Diego.

    Asiento. Bien. Uno espera ms que sea malo y

    mate a todos.

    En el humor absurdo, la voz que narra no acude

    a grandes esfuerzos de argumentacin para

    convalidar lo insensato. En realidad, el truco de la

    voz que cuenta, suele ser el de no advertir la

    calidad extravagante de su material. Estrategia

    decisiva es encajar lo inslito en el envoltorio

    lingstico de lo conocido. Tambin discutimos

    mucho sobre este aspecto tras la lectura del libro.

    Es raro que un dragn aparezca en una farmacia,

    explica Ivn. Interrogo: Qu genera eso, un

    dragn en una farmacia as como si nada?.

    Risas, me contesta. Pregunto si alguien en la

    farmacia pareca sorprendido por esto. Con esta

    intervencin trato de que salga a la luz cmo el

    humor est generado por una situacin en lo que

    lo extrao es percibido como natural. No, es

    como normal, pero no es normal, argumenta Ian.

    Les digo que eso tambin genera humor porque

    en realidad todo el mundo se sorprendera de ver

    un dragn en una farmacia. Que eso en el cuento

    no pase, es gracioso.

    Ms ttulos como (Gusti),La mosca Piatas

    (Isol) y Hctor: El hombre extraordinariamente

    fuerte (Magal Le Huche) completaron la

    secuencia. A travs de su lectura analizamos otros

    recursos y profundizamos sobre otros ya vistos.

    Con el correr de las clases las intervenciones de los

    chicos comenzaron a ser ms precisas y las

    discusiones, ms largas. Fueron encontrndole el

    gusto a la charla literaria.

    La secuencia que relatamos no tuvo que ver con

    leer y charlar un poco sobre lo ledo al terminar,

    sino con realizar diferentes tipos de intervencio-

    nes durante y al final de cada lectura. Se trat de

    volver hacia atrs cuando algn nio quiso

    explicar algo o releer un fragmento para

    analizarlo. Otras veces preguntbamos acerca de

    alguna lnea argumental. Nuestras intervenciones

    tambin apuntaron a resaltar un recurso

    determinado o a repreguntar y pedir ejemplos. En

    ocasiones se hizo necesario ser incisivo y pedir a

    los chicos que desarrollen algunas ideas y en otras

    poner en palabras ms adecuadas algunas de las

    explicaciones de los compaeros: resaltar una

    conclusin, poner nfasis en una acotacin, etc.

    En el caso de los libros lbum es importante

    tambin mostrar detenidamente alguna imagen

    para que los chicos la contemplen y encuentren

    detalles significativos para la lnea argumental de

    los textos.

    Son estas intervenciones las que dieron sentido

    a la discusin acerca de los textos literarios ledos y

    los recursos utilizados por los autores.

    Federico Milman

    A libro abierto

    33

    Sacapuntas

  • Decenas de miradas ansiosas se detienen, el silencio va invadiendo lentamente el ambiente. Una vozirrumpe, mientras otra reacciona. Continan dialogando una detrs de otra, frente a innumerables ojosque casi no parpadean, y otras tantas sonrisas que acompaan. El silencio vuelve, uno o dos segundos, y losaplausos, al fin, estallan.

    Se abre el teln,se multiplican las lecturas

    Todos los nios juegan a ponerse los zapatos

    del padre y de la madre. Para ser 'ellos'. Para ser

    ms altos. Pero tambin, simplemente, para ser

    'otra persona' Todo sirve. La imaginacin del

    nio, si se la estimula para que invente palabras,

    se aplicar sobre todos los aspectos de la

    experiencia que desafen su capacidad

    creadora. Gianni RodarI

    No pocas veces desde la escuela se propone

    abrir las puertas de la cultura escrita, y del gnero

    teatral en particular. Por esto mismo, resulta

    interesante repensar diferentes dinmicas, en

    donde se fomente la interaccin entre los

    compaeros, el docente, los autores y las obras

    seleccionadas.

    Antes de avanzar en las experiencias puntuales

    resulta interesante diferenciar, retomando a

    Rodari, lo que es 'Teatro para los chicos y 'Teatro

    de los chicos'. En el primero, ellos toman el rol de

    espectadores, buceando en nuevos mundos

    fantsticos. En el segundo, en cambio, se ponen

    en el lugar de otro, interpretan un papel, inventan

    una vida, descubren nuevos gestos, desarrollan su

    expresividad. Son dos dinmicas bien diferentes,

    pero igualmente importantes. Si la una y la otra

    estn, y saben ponerse al servicio de los

    muchachos, se complementan.

    En nuestras escuelas, ms all de los actos

    escolares, resulta poco comn el desarrollo de

    proyectos de 'Teatro de chicos'. Por este motivo,

    narraremos aqu una experiencia de este tipo, sin

    dejar de mencionar la importancia de salir a ver

    teatro con ellos.

    Manos a la obra

    Desarrollar una propuesta teatral por fuera de

    los tiempos y pautas de un acto escolar, nos brind

    un marco de mayor libertad en donde los chicos

    pudieron ser los protagonistas de gran parte de las

    decisiones del proyecto.

    La iniciativa que nos dio el puntapi fue la

    presentacin de una funcin de teatro ledo, para

    ser escuchado por compaeros de otros grados

    (otras opciones podran haber sido: para que lo

    escuchen las familias del grado, o grabarlo y

    sonorizarlo al estilo de un radio teatro para luego

    subirlo a un blog). Frente a la propuesta, la

    respuesta fue un desborde de entusiasmo; ellos

    seran los protagonistas de ese da y esperaban

    ansiosos comenzar a prepararlo.

    La primera intervencin fue proponer la lectura

    de varias obras de teatro, para luego elegir una por

    grupo o pareja (segn la cantidad de personajes de

    la obra). Una vez desplegadas las diversas obras

    escogidas por encima de las mesas, los chicos

    comenzaron a explorarlas. Lean sus ttulos,

    autores y contratapas. Ms tarde, en soledad o en

    pequeos grupos, fueron buscando rincones del

    aula para zambullirse en su lectura. Los minutos

    pasaban y las miradas estaban cada vez ms

    concentradas en aquellos dilogos. Esta dinmica

    la repetimos en otras horas, y tambin en las

    casas, con prstamos por el fin de semana.

    En simultneo fuimos planificando y llegando a

    acuerdos sobre la organizacin del proyecto:

    A libro abierto

    34

  • quin nos va a escuchar, los das de ensayos, la

    distribucin de tareas, los materiales necesarios,

    etc. A medida que los das pasaban y los chicos

    vean que se iba concretando lo planeado, su

    compromiso fue en aumento. Acercaban de sus

    casas otras obras. Comentaban en clase lo que

    haban encontrado en internet sobre uno de los

    autores que les haba gustado. Planteaban la

    posibilidad de pensar el vestuario, ms all de que

    sea teatro ledo. Entre tantas otras propuestas.

    Al mismo tiempo que fuimos haciendo estas

    primeras lecturas, hicimos otras de manera

    colectiva, en donde analizamos diferentes pasajes

    en los cuales se manifestaba cierta intensidad del

    relato o motivaciones de los personajes. Detena-

    mos la lectura y comenzaba el juego teatral. Con

    uno o dos dilogos, nos turnbamos para repre-

    sentarlos. Pensbamos cmo expresarlo, y le

    ponamos el cuerpo. De a poco la timidez

    desapareca y las risas se multiplicaban. Voces

    gordas y enojadas, otras flaquitas y tristes, nadie

    quera dejar de leer, de ponerle su voz.

    Tambin hicimos otros juegos teatrales. Uno de

    ellos consisti en leer una sola frase, pero

    interpretando lo que indicaba la tarjeta que le

    haba tocado. As fuimos viendo qu tanto podan

    cambiar esas mismas palabras segn el personaje

    que lo dijera y sus sentimientos (viejita enojada,

    un ogro tmido, una hormiga alegre, una bailarina

    eufrica, una gigante triste). Como cierre de

    estas actividades charlbamos sobre la necesidad

    de conocer el personaje que lemos y poder

    expresar sus emociones.

    Otros das nos dedicamos a analizar los aspectos

    ms tcnicos del guion teatral. Para eso fuimos

    pensando Qu partes del texto dicen los

    personajes? Para qu piensan que se usa la raya

    de dilogo? Y los parntesis? Para quin estarn

    escritos? Para el pblico, para los actores?. Con

    todo esto fuimos armando un glosario con

    A libro abierto

    35

    Sacapuntas

  • 36

    A libro abierto

    trminos y frases especficas del gnero teatral:

    acto y escenas, anunciador o presentador, guion

    de dilogo, acotaciones, escenografa, puesta en

    escena, etc.

    Luego de todas estas lecturas, que se fueron

    abriendo como ramillete en muchas otras, nos

    lleg el momento de detenernos a pensar qu nos

    gustara mostrar y cules eran las obras ms

    adecuadas a nuestro pblico. As seleccionamos 5

    obras y armamos cinco grupos para poder abarcar

    todos los personajes y que nadie se pierda la

    oportunidad. Comenzamos as con la relectura de

    estos textos.

    En esta propuesta, los ensayos (lectura y

    relectura en voz alta) del material seleccionado

    cobraron sentido para los chicos por el hecho de

    que el texto iba a ser ledo ante un pblico que

    tena que entender y, en lo posible, compartir el

    placer de la lectura y las sensaciones que el texto

    transmite y el lector recrea.

    Para esto la consigna fue buscar lo que ms les

    guste y lo que ms pueda atrapar a la audiencia

    para leer en la funcin. La idea fue seguir

    reflexionando sobre los diferentes matices de las

    obras de teatro y su lectura, interpretar cundo

    los personajes estn hablando, cundo se est

    haciendo una aclaracin o cundo se enfatiza un

    parlamento. A su vez, pensar que la

    velocidad o lentitud de la lectura

    de cierto pasaje permite al lector in-

    terpretar el ritmo de la historia. Para es-

    to fue importante proponer ciertas relec-

    turas de pasajes seleccionados por noso-

    tros referidos a la intensidad de las emociones o

    de un rasgo de temperamento de los personajes.

    El objetivo era no slo leer con clara diccin

    delante del auditorio, sino adems, lograr un

    efecto en quien escuchaba.

    Algunas notas al pie

    Nos interesa sealar tambin que la preparacin

    de la funcin de teatro ledo nos dio un marco de

    significatividad para proponer otras situaciones

    de escritura tanto colectivas o en pequeos

    grupos tales como: preparacin de los programas,

    confeccin de afiches informativos, invitaciones,

    cartas de permiso, entre otras.

    No podemos dejar de recalcar tambin el

    compromiso que despiertan en los chicos las

    propuestas teatrales en la escuela. Incluso

    tambin cuando la consigna fuera la produccin

    escrita de un guion. Quedar para una prxima

    nota contar esa experiencia.

    Nos gustara, finalmente, aclarar que no se trata

    de un proyecto limitado a la expresin oral y a la

    lectura. Dedicarle su justo tiempo a esta

    propuesta, implica analizar en mayor profundidad

  • los textos teatrales. Cuando los personajes hablan

    se expresan de diferentes maneras: piden,

    ordenan, ren, se quejan; es decir, la carga

    semntica de algunos verbos empleados permite

    inferir el tono con que se leer cada parlamento

    para explicitar los actos de habla de los

    personajes. Por otro lado los personajes

    manifiestan sus estados de nimo durante la obra,

    es decir se muestran contentos, enojados,

    temerosos, asustados. Estas motivaciones

    muchas veces se explicitan en el texto a travs de

    las marcas lingsticas (signos de entonacin,

    letras maysculas, detalles tipogrficos), y otras

    tantas el lector debe reponerlas a partir de su

    propia interpretacin.

    Este proyecto nos aport un marco de

    motivacin y sentido a la lectura y relectura de

    una obra. De este modo, nos resultaron fructferas

    las reflexiones acerca del lenguaje que fuimos

    planteando, ya que los propios chicos fueron

    apropindose de esas preguntas y de esas

    respuestas que fuimos construimos y sistematiza-

    mos entre todos.

    37

    Sacapuntas

    A libro abierto

    Las voces no callan

    As lleg el esperado da, toc el timbre de fin del

    recreo y los chicos festejaron. Nuestra aula ya

    estaba convertida en auditorio. De a poco se

    fueron acomodando nuestros pequeos invitados

    para la primera funcin. El silencio fue invadiendo

    lentamente el ambiente. Una voz irrumpi, otra

    reaccion(1). Innumerables ojos que casi no

    parpadearon y enormes sonrisas nos acompaa-

    ron. El silencio volvi uno, dos segundos, y los

    aplausos estallaron.

    Hernn Cortias

    (1) La Calle de los Fantasmas de Javier Villafae,

    ediciones varias.

    Pueden encontrar obras de tatro en:

    & Villafae, Javier: ,Cuentos y tteres

    Ediciones Colihue.

    & Fernndez, Ren: ,Reinas y leyendas

    Ediciones Teatro Papalote.

    & Basch, Adela: , Sudame-Llegar a Marte

    ricana.

    & Basch, Adela: El reglamento es el

    reglamento, Sudamericana.

    & Pescetti, Luis Mara: Historias de los

    seores Moc y Poc (dilogos), Sudamericana.

    & Pescetti, Luis Mara: (dilogos)Natacha ,

    Sudamericana.

    & Coleccin de EdicionesMascaritas

    Colihue

  • Es posible crear una comunidad de lectores enel aula? Qu puertas nos abre leer una novelaen tercer grado? Qu lugar le cabe a la lecturapor placer en nuestras clases? Una experiencialiteraria para seguir pensando estas preguntas.

    Un misterio de novela

    38

    A libro abierto

    Una experiencia de lectura en 3er grado

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    Sacapuntas

    A libro abierto

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    A libro abierto

    En un segundo grado de una escuela pblica delbarrio de Caballito, las historietas hicieron lahistoria. En esta nota pueden leer unaexperiencia, un camino posible entre tantos, paraabordar la lectura y produccin de historietas enel aula.

    Historias encuadritos

    Haba una vez un proyecto de lectura y escritura

    que comenzaba distinto. Esta vez no haba una

    vez. A las letras a veces confundidas de los chicos

    que recin empezaban segundo se sumaron otras

    formas que dejaba el lpiz. Al lpiz negro se le

    aadieron los colores. El lenguaje del abecedario

    se contamin con dibujos. En este caos de trnsito

    entre las palabras y otras formas distintas de

    contar, nos embarcamos cuando empezamos a

    trabajar con historietas.

    De mltiples lecturasA menudo en la escuela primaria nos olvidamos

    que el cuerpo, las imgenes, la voz tambin

    pueden ser buenos narradores. Como fruto

    inevitable de esta amnesia colectiva antes de

    encarar el proyecto me invadieron no pocas

    dudas: Podrn los chicos contar una historia que

    se entienda fundamentalmente a travs de

    dibujos? Cmo enseo el meticuloso lenguaje

    del dibujo, el uso de los planos, los colores, los

    movimientos? Y si se pasan completa, la jornada

    simple dibujando y pintando? Escribirn poco?

    Desoyendo estas inquietudes tom coraje -y

    unas cuantas historietas- y empezamos a andar.

    Lo nico que tena claro es que primero

    debamos leer mucho. Y bajo esta idea empez a

    armarse una biblioteca del aula slo con

    historietas. Junto con los chicos, organizamos la

    biblioteca y los prstamos para llevar a casa. Los

    viernes era el da elegido para la gran cita: el

    bibliotecario, elegido minutos antes ordenaba en,

    mi escritorio las historietas que haban devuelto el

    da anterior. Por turnos iba llamando a sus

    compaeros, que desde su silla hacan malabares

    por descubrir si an permaneca en el lugar aquel

    librito en el que haban puesto el ojo y por el que

    estaban esperando. Mientras tanto los que

    esperaban su turno cumplan con la tarea a la

    perfeccin: del murmullo al bochinche, en sus

    pequeos grupos se encargaban de comentar

    sobre aquello que haban ledo. Yo serpenteaba

    entre los grupos disfrutando sus comentarios y

    pidiendo explicaciones: Qu te pareci Mayor y

    Menor? Por qu te gust? Qu te parecieron las

    ilustraciones? Sabs que es del mismo autor que

    Misin + cota? Pronto la ansiedad y la voracidad

    lectora de los chicos hizo que crecieran a dos los

    das de prstamo y que los ms de treinta ttulos

    que tenamos en el aula no alcanzaran y

    tuviramos que ir por ms.

    Otra actividad habitual de lectura de historietas

    se daba dentro de la escuela. Logramos justificar,

    en parte, el cuantioso gasto de la pizarra digital,

    que sirvi para que todos pudiramos leer en

    simultneo la misma historieta. Poco a poco

    pasamos de ser lectores de dilogos a lectores

    mltiples: de letras, de colores, de los gestos de los

    personajes, de los planos, de los textos, del uso de

    los cuadros. Las preguntas y respuestas

    circulaban: Por qu en este cuadro aparece slo

    la cara del personaje en grande? Por qu habrn

    dibujado este globo como con pinches? Qu

    quiere decir el autor con toc toc? Por qu salen

    estas rayitas de los pies de los personajes? Y esa

    lamparita que sale de una cabeza? Por qu el

    ltimo cuadro en esta historieta es ms grande

    que los dems? Todo deba ser ledo para ir enten-

    diendo el lenguaje en el que nos contaban.

    Debamos ir descubriendo los recursos de los

    historietistas para hacerlos propios a la hora de

    producir. Pronto para los chicos los cuadraditos o

    marquitos empezaron a llamarse vietas y

    expresiones como onomatopeya o globo de

    pensamiento fueron de uso cotidiano.

    De lectores a dibujantesCuando lleg el momento en que las manos ya

    queran ponerse a la obra, la vieta en blanco no

    pareca la mejor manera de comenzar.

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    Sacapuntas

    A libro abierto

    Es bien sabido que antes de comenzar a escribir

    un cuento muchos escritores planifican la historia,

    hacen un punteo, bosquejan un esqueleto.

    Planificar un cuento es una actividad habitual

    antes de ponerse a escribir en los primeros

    grados. Las historietas por estar dibujadas, a veces

    padecen la mala fama de parecer un trabajo

    espontneo, a mano alzada, hasta fcil pero sin

    embargo con ellas no ocurre lo contrario. No son

    el producto inmediato de la inspiracin de algn

    genio, tambin se planifican. A esas planificacio-

    nes se las llama guin de historieta. Y por ah

    continuamos.

    Los chicos leyeron guiones de historietas para

    saber como deberan escribir los suyos.

    Aprendieron que en los guiones se escribe cuadro

    por cuadro, tanto lo que el dibujante debe dibujar

    como los textos que van a aparecer en forma de

    dilogo, carteleras o cartuchos.

    Leyeron guiones y dibujaron las historietas en los

    cuadros a partir de lo ledo, tuvieron que traducir

    el personaje camina enfurecido del guin, por

    cejas puntiagudas de enojo, hombros alzados y

    rayitas de movimientos entre una pierna y la otra.

    En este viaje del lenguaje escrito al lenguaje

    plstico tuvieron que poner en juego aquello que

    con tanto detenimiento habamos analizado en las

    lecturas anteriores.

    Los trabajos con los guiones continuaron. Los

    cuadernos comenzaron a llenarse de consignas:

    Complet el ltimo cuadro de este guin,

    pensando el final para la historieta, Mir

    atentamente lo que dice el primer cuadro y el

    ltimo de este guin y escrib que podra suceder

    en el cuadro del medio, Le atentamente lo que

    pasa con los personajes de esta historieta y escrib

    los dilogos.

    Nuestra propia FloripLo que comenz como una posibilidad remota se

    convirti en un hecho: un historietista de verdad,

    Clemente Montag, dibujante de Patoruz y autor

    de conocidas historietas iba a visitarnos. A sus

    pequeos colegas de mi grado, que tachaban en el

    calendario hasta los segundos que faltaban para la

    visita, se les ocurri esperar al invitado con una

    sorpresa. As fue que decidimos comenzar a

    trabajar con un personaje creado por l y sus

    historias: Florip. Esa

    b r u j a e n a n a y

    traviesa de Montag

    se multiplic por

    cada uno de los chi-

    cos. Ellos crearon

    sus propios brujos,

    les pusieron nom-

    bre, los dotaron de

    elemento mgico y

    escribieron una fr-

    m u l a p a ra s o l u -

    cionar problemas

    semejantes a los que

    resolva nuestra mu-

    sa. En un primer cua-

    dro de historieta,

    apareca Florip ob-

    servando a un ven-

    dedor de globos que

  • a fuerza de stos comenzaba a despegar del suelo.

    Acto seguido Florip apareca en primer plano

    sentenciando sus palabras mgicas para resolver

    el problema en la vieta siguiente, transformando

    los zapatos del vendedor en un pesado calzado de

    hierro. Los chicos se animaron a replicar la magia a

    travs de sus propios brujos que, enfrentados a la

    misma situacin, resolvan la ltima vieta atando

    al vendedor a la vereda con los hilitos de sus

    propios globos, convirtiendo las piernas del

    globero en las races gordas de un rbol para que

    no se vuele o simplemente transformando sus

    globos en plumitas.

    De dibujantes a guionistas: ida y vueltaExpertos en este asunto de los guiones y las

    vietas, lleg el momento de comenzar a pensar

    en historias de su absoluta autora y para ello en

    sus personajes. El aula se colm de brujas,

    superhroes, chicos como cualquier otro,

    conejos ladrones y otros personajes que salieron

    de sus cabezas y aterrizaron directamente en sus

    cuadernos. Les pusieron nombre, gustos,

    ocupaciones, enemigos. Les probaron vestuario,

    formas, colores. Les eligieron un escenario donde

    andar sus aventuras. Y ya los tuvieron preparados

    para meterlos en una historia.

    Con un lpiz negro y mucha goma comenzaron a

    circular los borradores de los guiones que ponan

    en accin a esos personajes. Los revis, los

    revisaron, los revisamos.

    Ellos haban aprendido que a veces las

    historietas tienen dos autores: un guionista y un

    dibujante. Y por ese motivo los guiones deben ser

    lo ms claros posibles para poder transmitir a

    otro, cuadro a cuadro, la idea de la historia. Como

    si todo lo anterior hubiera sido poco, los guiones

    de los chicos tambin enfrentaron esta prueba.

    Cada uno encomend el guin a un compaero

    que asumi el rol del dibujante, poniendo a

    prueba la eficacia comunicativa de sus escritos.

    Manos a la obraYa habamos planeado que tanto trabajo se

    mereca un final a gran escala. Habamos

    desechado hace ya algn tiempo la idea de la

    revista con las historietas propias como producto

    final, cambindola por un festival de historietas.

    Las historietas que estaban a punto de tomar

    cuerpo en el papel iban a ser expuestas en las

    paredes de la escuela y para ello las hojas nos

    quedaron chicas.

    Armados entonces con cartulinas, lpices,

    tmperas y acuarelas, varias veces los chicos

    tuvieron que zambullirse de panza en el piso del

    saln de actos para dibujar aquello que dictaban

    sus guiones. Los guiones -siempre a mano- se

    fueron metamorfoseando a partir de los tmido