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Mauricio Serrato Remberto Burgos Luis Fernando Rodríguez Diana Leal TopDoc ED.2 | MES 5 | AÑO 2014

Revista MedLife - Ed. 02 - 2014

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Revista MedLife - La revista de la vida médica | Colombia

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Mauricio Serrato Remberto Burgos Luis Fernando Rodríguez Diana Leal

TopDoc

Ed.2 | MEs 5 | Año 2014

En esta edición

4 LA ESQUINA DEL DIRECTORCarlos Leal

8 RADIOGRAFÍACarlos Ulloa

13 HOMENAJEGabriel Ochoa Uribe

14 TOPDOCMauricio Serrato

Remberto Burgos Luis Fernando Rodríguez Diana Leal

33 AMIGOS EN SALUDCarlos Entrena

Rafael Zabaraín

43 CRÓNICAEdgar Muñoz

Héctor Fabio Cruz Esteban Santos

56 EDUCACIÓNUniversidad del Fútbol

Medicina del Deporte en Colombia

65 FARMAInhibidores COX-2 en Medicina del Deporte

68 TRAVELMEDRío de Janeiro por Ana Claudia de Souza

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Es una revista de MedLife Publicaciones S. A. S.© Todos los derechos reservadosISSN: 2027-9183Cll 134 No. 7B-83 Of. L-21, Bogotá, Colombiawww.medlifemagazine.com

La Esquina dEL dirEctor4

MedLife

Medicina y fútbol: dos mundos paralelos

Parecía que iba a ser otra de esas noches frías en el Aeropuerto El Dorado de Bogotá antes de algún largo vuelo. Me acerqué a buscar algo de tomar en la barra y allí es-

taba, con su cabellera rizada y su buen humor de siempre, Carlos “El Pibe” Valderrama. Nos sentamos a conversar un rato y no pude evitar confesárselo: nunca olvidaré ese 19 de Junio del 90, cuando entre cirugía y cirugía, los residentes de Ortopedia nos escabu-llimos a ver en el “tinteadero” de salas del Instituto Roosevelt, el partido Colombia vs. Alemania en el Mundial de Italia. Creo que todos lloramos y nos abrazamos al ver su pase a Freddy Rincón en tiempo extra y vivir en cámara lenta cómo ese balón hinchaba las redes por debajo del arquero Illgner, la superestrella del Real Madrid. Ese empate fue histórico y fuimos el único equipo que Alemania no derrotó en ese mundial. No pude tampoco dejar de transmitirle la emoción que sentimos los colombianos en Boston, el 5 de septiembre del 93, cuando fuimos a un gimnasio de barrio donde pasaron el partido Colombia vs. Argentina, que ganamos cinco a cero en el Monumental de Buenos Aires. No pude más que agradecerle todo lo que hizo por nuestro país y nuestro fútbol.

Recordamos esos días de la lesión de menisco en el 94 y la cirugía con el Dr. Carlos Uri-be Vélez. Hablamos de la importancia de la medicina en el fútbol y de cómo ha vivido la evolución de los departamentos médicos en toda su carrera deportiva. Es verdad, la medicina está cada vez más metida en la vida del fútbol y en los resultados que mueven la pasión de millones de personas.

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La Esquina dEL dirEctor 5

Carlos Leal MDDirector Medlife Publicaciones

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DIRECTORProf. Dr. Carlos Leal [email protected]

DIRECCIÓN CIENTÍFICADra. María Teresa Bernal MD [email protected]

COMITÉ EDITORIAL:Dirección: Dra. Ivonne Mera MDBogotá: Alexandra Cristancho, Orlando Hernández. MeDellín: Mauricio Duque, Nadya Katich. cali: Germán Alberto Ochoa, Paulo Llinás. Barranquilla: César Carriazo, Antonio Solano. BucaraManga: Juan Carlos Rueda, Diego Martínez-Villalba. eje cafetero: Carlos Arturo Isaza, Alejandro López. españa: Silvia Ramón, Antonio Maestro. México: Edmundo Berumen, Rafael Iñigo Pavlovich. centroaMérica: Andrés Ugalde. ecuaDor: Esteban Santos, Esteban Holguín. chile: Leonardo Guiloff, Manuel Brañes. argentina: Daniel Moya, Emilse Pérez.

DIRECCIÓN COMERCIALElizabeth [email protected]

ALIANZAS Y CONVENIOSSusana [email protected]

FOTOGRAFÍAMiguel Ángel [email protected]

CORRECCIÓN DE ESTILOJoaquín Gómez [email protected]

DISEÑO EDITORIALAdela Martínez [email protected]

DISEÑO WEBFelipe Vanegas [email protected]

IMPRESIÓNLegis

Como todas las leyendas de la humanidad, nadie sabe dónde comenzó la del fútbol. Este juego que pasa muchas veces por encima de gobiernos y religiones, se ha conver-tido en un estandarte que representa y agrupa amigos, barrios, ciudades y países. La humanidad se ve reflejada en los símbolos de sus equipos y vive por ellos. Este juego de pelota que se remonta, según muchos, al año 2500 antes de Cristo, se desarrolló en las islas británicas en la edad media, cuando pateaban una vejiga de buey de pueblo a pueblo hasta, literalmente, hacer un gol en el arco de entrada de la plaza principal de la villa contrincante. Para evitar la violencia en este recorrido, se definieron en 1863 las reglas del football o balompié y se creo la primera asociación con los nacientes equipos ingleses de la época. La colonización inglesa llevó esta disciplina a tantas naciones, que se ha convertido hasta hoy en el deporte más popular del mundo. Es fácil afirmar que nadie en este planeta ha dejado de patear una pelota en algún momento de su vida.

El rendimiento deportivo de los grandes equipos estuvo siempre ligado a la salud de los jugadores, así como el mejor gladiador en la antigua Roma era el más fuerte y saluda-ble; en el fútbol siempre se manejó el concepto del atleta como algo fundamental. Era fácil saber quién iba a ser un buen jugador: alguien fuerte, hábil e inteligente. Sin em-bargo, hasta el siglo XX se comenzó a entender la fisiología y biometría del rendimiento deportivo como algo fundamental en el ajedrez que representa la acción deportiva en el fútbol, en donde la Medicina surge como una necesidad fundamental para no sola-mente manejar con criterio científico las lesiones, sino para determinar los parámetros de rendimiento deportivo, biometría para cada actividad específica y prevención de lesiones. La medicina y el fútbol son, desde siempre, dos mundos paralelos.

Colombia vive de nuevo la emoción de estar en un Mundial de fútbol después de 16 años. Ya habíamos tenido una larga sequía de 32 años de participaciones en las justas mundialistas, desde Chile 62 hasta Italia 90, pero ahora todo es más grande. Un equipo internacional, bien preparado, con un esquema táctico muy sólido y sobretodo, con una base de grandes jugadores. Parte de este éxito esta basado en el grupo médico que trabaja con la Selección Colombia. Es evidente el papel de este grupo, liderado por Car-los Ulloa, en el desempeño y logros de nuestra Selección. MedLife quiere destacar en esta edición especial, la importancia de la Medicina en el fútbol y el aporte fundamental de los especialistas en este exigente deporte que convoca tantas pasiones. Llegamos a nuestros suscriptores poco antes de comenzar el Mundial Brasil 2014, con un sentido homenaje a los médicos del fútbol.

Suena un timbre de tres tonos que desde el techo nos anuncia la salida de nuestros vue-los. “El Pibe” baja la escalera con unos cortos saltos que recuerdan sus mejoras épocas de gambeteador y atleta. Me queda en el recuerdo ese buen rato junto con las historias

de un médico y un futbolista en una sala de espera de El Dorado.

Médico y especialista en Medicina del De-porte de la Universidad El Bosque. Desde 1989 ha trabajado en el alto rendimiento deportivo en clubes profesionales de fútbol como Santa Fe y La Equidad, así como en Coldeportes y el Comité Olímpico Colombia-no. Como profesor, se ha destacado por su investigación y publicaciones en adaptación a la altura intermedia. Ha sido el médico de figuras olímpicas como María Isabel Urrutia en Sidney 2000, Mariana Pajón en Londres 2012 y Catherine Ibargüen en el Mundial de Atletismo de Moscú.

Sinuano de nacimiento y corazón, heredero de legado y nombre de una de las familias más prestigiosas de Córdoba, se hizo médico y neurocirujano en Bogotá, donde desarrolló una de las carreras académicas más destaca-das de la medicina nacional. Líder interna-cional en neurociencias, es ex presidente de la Asociación Colombiana de Neurocirugía, Presidente Honorario de la Federación Lati-noamericana de Sociedades de Neurocirugía y Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Medicina.

Médico de la Universidad Javeriana y espe-cialista en Medicina del Deporte de la Uni-versidad El Bosque. Ha enfocado su carrera al fútbol, trabajando en divisiones menores y en el Santa Fe. Asumió la responsabilidad del departamento médico de la Selección Na-cional de Fútbol de Colombia que clasificó al Mundial Brasil 2014, donde ha vivido la responsabilidad de manejar el rendimiento físico, la prevención y el tratamiento de le-siones de este grupo que está en los ojos y el corazón de todo el país.

Nació en Medellín, de padres Santan-dereanos, creció en Cali y estudió Me-dicina y Ortopedia en Bogotá. Es Mé-dico, Ortopedista y Fellow de rodilla de la Universidad El Bosque. Líder en cirugía artroscópica de rodilla a nivel internacional, instructor universitario; ha sido conferencista invitado a más de 60 congresos internacionales en Latino-américa, Estados Unidos y Europa. Es miembro del Comité de Educación de la Sociedad Latinoamericana de Artros-copia & Cirugía de Rodilla y de la Socie-dad Internacional de Cirugía de Rodilla y Traumatología Deportiva.

Médica de la Universidad El Bosque y es-pecialista en Radiología e imágenes diag-nósticas de la Universidad Nacional. Sub-especialista en imagenología del sistema músculo-esquelético del Massachusetts General Hospital de Boston. Profesora uni-versitaria de la Facultad de Medicina y del postgrado de Medicina del Deporte de la Universidad El Bosque. Trabaja en imáge-nes diagnósticas con equipos profesiona-les de fútbol, centros de alto rendimiento, Coldeportes y el IDRD. Referente interna-cional en imagenología músculo-esquelé-tica, con énfasis en deporte, donde se des-taca en publicaciones y conferencias.

Nació en Cúcuta y emigró a Caracas. Fue futbolista juvenil de “La Vinotinto” por varios años. Su interés académico lo tra-jo a Bogotá donde estudió Fisioterapia en la Escuela Colombiana de Rehabili-tación. Su desempeño profesional y su excelente comunicación con jugadores, médicos y cuerpo técnico, lo han llevado a formar parte fundamental del engra-naje del Santa Fe y ahora de la Selección Nacional de Fútbol de Colombia. Es do-cente universitario y trabaja en el institu-to MET, Coldeportes, el Comité Olímpico Colombiano y el equipo de tenis profe-sional de Colsanitas.

Carlos Ulloa Mauricio Serrato Remberto Burgos

Luis Fernando Rodríguez Diana Leal Carlos Entrena

Colaboradores

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MedLife

Edgar A. Muñoz Vargas Héctor Fabio Cruz

Esteban Santos Juan Manuel Sarmiento José María Busto

Colaboradores

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Médico y especialista en Ortopedia y Traumatología del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Fellow de Artroscopia y Reemplazos Articulares de la Jewett Orthopaedic Clinic en Orlando. Ex presidente de la Sociedad Colombiana de Cirugía Ortopédica y Traumatología y del Capítulo Colombiano de Artroscopia. Jefe del Servicio de Ortopedia y Trauma-tología del Hospital de San José en dos oportunidades. Miembro Titular de la So-ciedad de Cirugía de Bogotá Hospital de San José. Director Médico del Millonarios Fútbol Club desde hace 27 años.

Médico Deportólogo de la Universidad del Valle y Miembro del Centro Médi-co Imbanaco en Cali. Perteneció, desde 1995 hasta 2009, al club América de Cali y a la Federación Colombiana de Fútbol como director del Departamento Médi-co de mayores. Dirigió el Departamento de Medicina Deportiva del equipo Man-zana Postobón de ciclismo en el Tour de France, Giro de Italia y Vuelta a España de 1986 a 1992. En 2005, obtuvo el reco-nocimiento institucional en la Universidad del Valle por su exitosa trayectoria en el campo médico.

Médico Ortopedista con subespecialidad en México y Francia en Artroscopia, Ar-troplastia y Traumatología Deportiva. Fundador del Postgrado en Ortopedia y Traumatología del Hospital Metropolitano de Quito. Presidente del Capítulo de On-das de Choque de la Federación ONLAT, en Ecuador. Ortopedista de la Selección Ecuatoriana de Fútbol. Miembro de la junta directiva de la Sociedad Latinoame-ricana de Artroscopia Rodilla y Deporte -SLARD. Ex jefe de servicio de los Hospita-les Voz Andes y Metropolitano de Quito. Ex Presidente del Club Liga Deportiva Uni-versitaria de Quito.

Médico Deportólogo, especialista en do-cencia universitaria y actualmente Director del Programa de Postgrado de Medicina del Deporte de la Universidad El Bosque, donde es Profesor Asociado de fisiología del ejer-cicio y medicina preventiva. Coordinador del Centro de Prevención Cardiovascular de la Fundación Clínica Shaio y de la Red Colombiana de Actividad Física. Vice-Presi-dente de la Confederación Sudamericana de Medicina Deportiva y Miembro de la Co-misión de Educación de la Confederación Panamericana de Medicina del deporte. Ex presidente de la Asociación de Medicina del Deporte de Colombia -AMEDCO.

Médico de la Universidad Autónoma de Hidalgo y Ortopedista Traumatólogo de la UNAM. Subespecialista en cirugía articu-lar y Máster en Artroscopia y Traumato-logía Deportiva del Instituto de Ciencias Médicas y del Deporte de Barcelona. Pro-fesor y miembro titular de sociedades na-cionales e internacionales de Ortopedia y medicina del deporte. Director Fundador de la Clínica de Medicina Deportiva del Club de Fútbol Pachuca. Presidente de la Federación Nacional de Colegios Médicos de México. Director del Instituto de Cien-cias de la Salud de la Universidad Autóno-ma del estado de Hidalgo.

Psicólogo de la Pontificia Universidad Ja-veriana de Bogotá, con Maestría en Psico-logía de la Actividad Física y del Deporte de la UNED en España. Un destacado pro-fesional a nivel nacional e internacional en el manejo de la Psicología del Depor-te, y un verdadero pionero en este campo en Colombia. La Psicología y el manejo emocional marcan la diferencia en el alto rendimiento deportivo. Actualmente es Psicólogo de las selecciones menores de la Federación Colombiana de Fútbol y apoyo de muchos deportistas profesiona-les de nuestro país.

Rafael Zabaraín

Carlos Ulloa MD,El médico de Colombia

en el mundialEntrevista Medlife

Joven, dinámico, serio y académico. Combina conocimiento y experiencia con su cordialidad, lo que le ha dado un merecido reconocimiento entre jugadores, directivos, prensa y el público Colombiano. Ese es el perfil de Carlos Ulloa, el director del Departamento Médico de la Selección Nacional de Fútbol de Colombia que nos representará en el próximo campeonato mundial de Brasil en 2014.

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“Es increíble, pero hasta hace cuatro

años ni siquiera había un

desfibrilador en un equipo de fútbol.

Comenzamos comprando

desfibriladores a todos los equipos

profesionales, entrenándolos

en medicina del deporte, en

el manejo de medicamentos y

en doping”.

¿Cómo llegó a ser el médico de la selección colombiana de fútbol?

Llegué a la Federación Colombiana de Fútbol en 1998 durante mi especiali-zación en Medicina del Deporte. Inicié como médico de divisiones menores du-rante muchos años, además de fútbol sala y fútbol playa. He trabajado en el departamento médico del Santa Fe en los últimos 14 años, aunque curiosamente mis primeros pasos en medicina y fútbol profesional fueron con Millonarios. En la época estaba Fernando ‘el Pecoso’ Castro como técnico de Santa Fe, yo trabajaba en Coldeportes y la Federación. En esos días, cambiaron el grupo médico y, más por casualidad y por estar en el lugar y momento precisos, comencé a trabajar allí. Hice parte de las selecciones sub 15 sub 17 y sub 20. En el año 2010, asumió como Director Técnico el Profesor Her-nán Darío Gómez, quien había trabajado conmigo en Santa Fe, y quiso sumarme a su grupo de trabajo en la selección de mayores. He vivido de primera mano un cambio muy favorable hacia la medicina del deporte en el fútbol Colombiano.

Es increíble, pero hasta hace cuatro años ni siquiera había un desfibrilador en un equipo de fútbol. Comenzamos compran-do desfibriladores a todos los equipos pro-fesionales, entrenándolos en medicina del deporte, en el manejo de medicamentos

y en doping. Se crearon grupos de investi-gación y de calidad en los departamentos médicos de los equipos profesionales de fútbol en Colombia. En la última asam-blea de clubes profesionales de Colombia del año pasado, logramos la aprobación de la ponencia en la que se exige a todos los clubes de fútbol profesional a tener un médico. En muchos clubes se manejaba la medicina del deporte con un kinesiólogo y el apoyo remoto de una EPS. Logramos que la Dimayor aprobara que, para poder jugar un partido profesional de fútbol en Colombia, deben tener médicos tanto el local como el visitante.

¿Cómo recuerda su primer partido como médico en la cancha?

Inolvidable. En 1998, el médico del Once Caldas era también el de la selección sub 20. El Once jugaba la final del torneo pro-fesional colombiano y a la vez se jugaba un amistoso de la selección Colombia sub 20 en Buenos Aires. Como no podía estar en los dos, me invitaron a cubrir el amis-toso. Yo no solamente estaba en mi se-gundo año de residencia, sino que me ca-saba en pocos días. Igual, me fui a cubrir ese partido justo antes de mi matrimonio.

Nuestro amistoso era el preliminar del par-tido en el que iba a quedar campeón Boca contra Talleres en la Bombonera, con el estadio lleno. Yo ni siquiera había estado

en un banco en mi vida entera y, de he-cho, solo había ido al Campín tres veces cuando niño. Con ese estadio lleno, con ese ruido y energía, sentí entre emoción y

MedLife

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susto. Afortunadamente, iba con un kine-siólogo paisa veterano que me dijo: “tran-quilo, la cosa es fácil: si yo corro, usted corre…” Ése fue mi estreno y empatamos con Argentina en la Bombonera.

¿Cómo es un departamento médico de un equipo de fútbol?

Hoy en día, se manejan tres tipos de departamentos médicos en fútbol. Uno en el que el líder es Ortopedia, otro que comanda la rehabilitación y otro más reciente que es el esquema manejado por la Medicina del Deporte, la cual, curiosamente, era manejada antes por los cardiólogos. Eran grupos muy inde-pendientes que se interesaban poco en los demás aspectos de la salud y el ren-dimiento deportivo.

Hace relativamente poco se desarrolló la especialidad de Medicina del Deporte que, en fútbol, integra las tres especialidades y no quita espacio a los especialistas, sino que permite un trabajo multidisciplina-rio, más integral. Hoy, un departamento médico liderado bajo ese modelo cuenta con apoyo de un equipo grande de espe-

cialistas médico quirúrgicos, que incluyen pediatras, ginecólogos, psiquiatras, uró-logos, endocrinos y muchos más.

En todas las especialidades médicas hay avances día tras día. La nuestra no es di-ferente, y va cada vez más de la mano de la preparación física. El preparador físico es nuestro soporte de base en el equipo, y es el que lleva al campo de juego todo el conocimiento científico.

¿Es muy diferente el manejo de la Medicina del Deporte en un equipo profesional de fútbol y en una selección nacional?

Si hay diferencia. La mayor es que no hay una intervención permanente en la preparación del jugador o sea que no podemos intervenir todos los días en las decisiones que se toman. En los clubes está uno en permanente comunicación con el cuerpo técnico y ayuda a tomar decisiones sobre las diferentes condi-ciones que se presentan a diario con los jugadores. Acá en la Selección les ha-cemos seguimiento casi diario cuando están con alguna molestia o lesión. Sin

embargo, no intervenimos directamente, sino que hablamos con los departamen-tos médicos de los clubes para informar-nos sobre las decisiones que ellos toman y, si es posible, contribuimos en lo que sea necesario, siempre buscando que el jugador esté en la mejor condición. Es totalmente distinto ser médico de un equipo profesional que en una selección nacional de fútbol. Hemos logrado uni-ficar conceptos y procesos, algo que no ha sido fácil; hemos logrado crear cultu-ra dentro de los mismos jugadores, he-mos logrado cosas importantes dentro del posicionamiento de la medicina en el fútbol profesional.

¿Jugar o no en la altura fue clave para la Selección Colombia?

Jugar en la altura sí es un factor médico relevante en el fútbol. La altura es una ventaja si los jugadores viven y juegan en altura todo el tiempo. Para nosotros hace años pudo ser una ventaja, pero ahora ya no, porque ahora casi todos viven al nivel del mar. Correr ahoga, es terrible, es como correr con una bolsa en la ca-beza. El manejo en altura es un reto para

“Hace relativamente poco se desarrolló la especialidad de

Medicina del Deporte que, en fútbol, integra las tres especialidades y no quita

espacio a los especialistas, sino que permite un trabajo

multidisciplinario, más integral”.

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la Medicina del fútbol. De hecho, nuestro primer partido de eliminatorias fue contra Bolivia en La Paz. Tuvimos suerte de tener una semana de preparación en Bogotá y nos fue muy bien. Ese partido lo ganamos con un gol de Falcao en el último minuto. Entró en los últimos dos minutos, algo que le criticaron mucho al grupo técnico en su momento, pero a la gente se le olvida que en esa época estaba jugando tres copas al tiempo en Madrid. En los diez días que se preparó en Bogotá, no se alcanzó recupe-rar y lo llevamos casi de suplente.

El calor y la humedad son factores que también manejamos, porque afectan el rendimiento, incluso más que la altura. La preparación hacia Brasil ha incluido el análisis de cada detalle del clima y de las condiciones de la ciudad y campo que ya han sido evaluados. Realmente, no van a hacerse cambios grandes con respecto a lo que trabajamos en Barranquilla donde los resultados fueron satisfactorios.

Lo hemos visto viajando muchísimo a ver a nuestros fútbolistas que juegan lejos de Colombia. ¿Cómo es la experiencia con los médicos y directivos de los equipos extranjeros que tienen a nuestros jugadores?

Inicialmente, son un poco parcos porque cuando se presenta un médico de una se-lección nacional a un club profesional lo ven como si estuviéramos haciendo audi-toría. Sin embargo, cuando ya entramos

en confianza a dialogar, cuando ven las buenas intenciones con las que vamos, entienden que son simplemente las de tener una mejor y más rápida comuni-cación con ellos. La relación inclusive se hace mucho más fuerte y el jugador es el más beneficiado, porque tiene la tranqui-lidad que los dos departamentos médicos están buscando lo mejor para él. Mientras mejor esté el jugador en el club, mejor le irá en la Selección Nacional.

Todo el mundo ha visto cambios positivos en la Selección Nacional de fútbol actual, en organización, en táctica en estrategia… ¿Hay cambios desde el punto de vista médico deportivo que se puedan destacar?

Realmente no hay muchos cambios en el funcionamiento del departamento médi-co de la selección mayores. Cuando llegó el nuevo director técnico y su equipo de trabajo, encontraron funcionando muy bien al grupo médico. Nos pidieron que continuáramos en la misma línea de tra-bajo. Lo único que cambió fue el aumen-to en el número de fisioterapeutas para una mayor atención a los jugadores du-rante las concentraciones.

¿Le hubiese gustado estar en esta misma posición en otro momento histórico del fútbol colombiano?

Yo creo que cada persona que ha estado en la historia del fútbol colombiano ha

estado en el lugar y el momento indica-dos. Este es el lugar y este el momento en los cuales yo llegué y me gusta. Ima-gino que los que han estado en mi po-sición en el pasado opinarán lo mismo; es una gran vivencia y una emoción que queda para siempre.

¿Cuáles han sido el mejor y el peor mo-mento que ha tenido en la Selección?

Lo mejor han sido dos momentos: el pri-mero, cuando después de muchos años de estar colaborando con las divisiones menores se ve el trabajo realizado y me lla-man a participar en la selección mayor; y el segundo, cuando clasificamos al Mundial. Estos han sido los dos momentos en los cuales uno ve los frutos del trabajo duro que hemos tratado de hacer como grupo profesional en el departamento médico.

El mal momento es cada vez que algún jugador se lesiona. Aquí todos somos una familia y nos duele que alguno se deba ausentar de la concentración, que es real-mente un hogar, es la casa de la Selec-ción. Es una experiencia muy particular, como cuando una familia se va a reunir al final del año, todos esperando el gran día y que de pronto alguno tenga un proble-ma y no pueda viajar.

Las lesiones de Radamel Falcao y de Ca-milo Zúñiga fueron un reto y una gran experiencia. Estuvimos acompañando a Falcao en su cirugía y luego estuvo hospi-

“Jugar en la altura sí es un factor médico relevante en el fútbol. La altura es una ventaja si los jugadores viven y juegan en altura todo el tiempo. Para nosotros hace años pudo ser una ventaja, pero ahora ya no, porque ahora casi todos viven al nivel del mar”.

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talizado una semana. Era el único pacien-te en una pequeña clínica muy tradicional en Portugal. Hizo su rehabilitación en un apartamento equipado específicamente para sus necesidades. Hemos estado en-focados a su recuperación trabajando día a día. Por ser quién es, hubo todo tipo de declaraciones, con mucho protagonismo de parte de médicos en todo el mundo y más en Colombia. Aparecieron varios es-pecialistas de la Selección Colombia que nunca hemos conocido.

Mucha gente se aprovecha de las circuns-tancias e inventa historias en su beneficio. Nosotros preferimos trabajar en la recu-peración y evitar especulaciones. Con Ca-milo Zúñiga en Nápoles, fue también una experiencia interesante. Nos dejaron la

“Lo mejor han sido dos momentos: el primero,

cuando (...) me llaman a participar en la selección

mayor; y el segundo, cuando clasificamos al Mundial”.

libertad de rehabilitarlo de una lesión de la rodilla, así que viajamos allí, compra-mos todos los aparatos de rehabilitación y le instalamos un consultorio completo. Mandamos un fisioterapeuta permanente y lo recuperamos progresivamente.

Cuéntenos de su relación con los jugadores

Realmente ha sido una gratísima ex-periencia como grupo, porque somos como una familia. De hecho, tenemos una hermandad de grupo muy agrada-ble. A mí me dicen “Cachetón”, con eso les digo todo. Cada uno hace parte de este proyecto y todos estamos pen-dientes de todos. Cada cumpleaños, cada nacimiento, cada celebración se

comparte; al igual que cada lesión, cada dolor que a todos nos afecta. Todos es-peramos ansiosos ese nuevo encuentro de concentración y trabajo para vernos, darnos un abrazo, contar lo que nos ha pasado en nuestras casas y compartir como una gran familia.

¿Cuál es su perspectiva de Colombia hacia el Mundial, desde el punto de vista del médico de la Selección?

Lo que esperamos desde el Departamen-to Médico en el Mundial es lograr que los jugadores puedan estar en las mejo-res condiciones para poder dar todo de sí en los partidos. Hacer que ellos puedan desarrollar sus capacidades al máximo en

todos los encuentros.

Foto tomada de: FUTBOLRED. www.futbolred.com

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No se puede hablar de Medicina y fútbol en Colombia sin mencionar el nombre de Gabriel Ochoa Uribe. Es la

máxima expresión de la relación entre medicina y este depor-te, un médico que llega al tope de su carrera profesional como uno de los mejores jugadores, técnicos y críticos del fútbol nacional. Es una verdadera leyenda del fútbol colombiano.

Salió de Sopetran, Antioquia en los años treinta y se convirtió en el arquero del entonces Atlético Municipal, que años des-pués seria el Atlético Nacional. Comenzó a los 17 años en el América de Cali y, en 1946, llegó a Millonarios, su segunda casa. Allí aprendió la magia del arco con el gran Julio Cozzi y jugó en el mejor grupo de la historia del fútbol profesional colombiano: el “Ballet Azul” de la era de El Dorado, al lado de Pedernera, Rossi y Di Stefano. Fue parte del equipo que literalmente bailó como visitante al Real Madrid en 1952. Cuentan que alguna vez en Bucaramanga tuvo que reem-plazar en el campo a Di Stefano porque estaba enfermo, esa tarde hizo uno de los siete goles de Millonarios y fue el pri-mer arquero de la historia del fútbol profesional colombiano en anotar un gol.

Sus números son inmejorables: cinco títulos como juga-dor, siete estrellas con América, cinco con Millonarios y una con Santa Fe. Decenas de récords, cientos de historias y miles de anécdotas que lo hacen un ejemplo a seguir por muchas generaciones.

Pero además de todo, tuvo el coraje y la decisión de seguir un camino que con dificultad haría cualquier futbolista pro-fesional exitoso: buscar la excelencia entrenándose en los

Gabriel Ochoa UribeLa leyenda del médico futbolista

Homenaje

dos componentes más importantes del fútbol, la técnica y la medicina. Y lo hizo en Brasil. Se graduó como médico traumatólogo y como director técnico. Marcó el camino de la Medicina del fútbol en Colombia, e intervino siempre en el manejo de la salud, la prevención, el rendimiento y el ma-nejo de las lesiones deportivas en sus equipos.

Su legado en el fútbol es innegable, marcando un estilo de liderazgo y fortaleza que más de una vez fue controvertido, pero que siempre mostró resultados. El fútbol colombiano no sería el que es hoy en día sin el aporte que Gabriel Ochoa Uribe nos brindó en cada momento de su carrera.

Pero su legado en Medicina también ha sido importante. Sus hijos Gabriel y Germán Alberto heredaron su entereza. Son destacadísimos líderes de opinión en la Ortopedia, Trauma-tología y Medicina del Deporte en Bogotá y Cali. Los Ochoa han sido, son y serán siempre referentes de primera línea en la Medicina del fútbol en Colombia.

Retirado desde 1991, vive cada momento del fútbol, hace sus diagramas y da consejos en voz alta que alguien siempre escuchará a lo lejos. Al lado de su familia, lo que siempre ha puesto por delante como lo más importante de su vida, continúa con la fortaleza de un imponente roble.

La Medicina le dio mucho más que una carrera. Cambió su visión del mundo, de su vida y por supuesto, del fútbol. Ni él ni nadie sabe, cómo hubiese sido su vida de médico y no de futbolista. La historia nos ha enseñado que escogió el mejor camino.

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La fisiología del futbolista de alto rendimientoMauricio Serrato Roa MDMédico Especialista en Medicina del Deporte y Entrenamiento de Alto Rendimiento, Centro Médico METProfesor Asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de ColombiaComisión Médica Federación Colombiana de Fútbol y Centro de Alto Rendimiento Coldeportes

El fútbol ha evolucionado de tal forma que, sin el apoyo de la ciencia y la tec-

nología, no lograría ser competitivo al nivel exigido por el alto rendimiento deportivo. El desempeño en este deporte depende de la combinación de múltiples factores fisiológicos, antropométricos, psicológi-cos, biomecánicos, tácticos, técnicos y de inteligencia deportiva, que dan diversas posibilidades para que muchos futbolistas sobresalgan en algunas de estas dimensio-nes específicas del rendimiento.

Es precisamente la complejidad de este deporte lo que permite incluir a una gran variedad de individuos en el juego. Las posibilidades de rendimiento de cada jugador lo enmarcan en una posición estratégica o lo potencializan en una ca-racterística de juego que no siempre será la del jugador más atlético. De hecho, el fútbol requiere de una gran inteligencia deportiva, más que de un desarrollo físico superlativo, como sería el caso de la velo-cidad en un atleta de 100 metros. En el fútbol moderno, aplicamos ciencia y tec-nología, además de la documentación de

las principales cualidades que le dan a un jugador su rendimiento específico.

Este deporte se caracteriza por tener unas demandas físicas, mentales y deportivas determinadas a las que se deben adaptar las capacidades de cada individuo. Es así como logramos optimizar las cualidades de cada jugador a las necesidades com-petitivas del fútbol moderno. En realidad, este ha sido el papel central del apoyo de las ciencias del ejercicio al proceso de en-trenamiento y competición.

El fútbol moderno ha evolucionado mu-cho en las condiciones físicas exigidas a un deportista. Éste tiene que realizar actividades de alta demanda en todas las intensidades de esfuerzo, las cuales llegan a sumar un total de 12 km en un partido, dependiendo de la posición de juego y las capacidades propias del indi-viduo. Para poder correr esta distancia, un futbolista profesional debe tener una muy buena resistencia, especialmente en los movimientos acíclicos, es decir, la ca-pacidad de realizar una actividad a una

“El desempeño en este deporte

depende de la combinación de múltiples

factores fisiológicos, antropométricos,

psicológicos, biomecánicos, tácticos,

técnicos y de inteligencia deportiva...”

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gran intensidad y de recuperarse muy rá-pidamente para iniciar una nueva con el mismo nivel de desempeño.

Los jugadores profesionales de alto nivel deben tener un consumo máximo de oxí-geno de al menos 60 ml/kg/min. Esto es la capacidad de extraer oxígeno para pro-ducir la energía requerida en esta deman-da deportiva, que es una de las medidas más utilizadas en la mayoría de los depor-tes. El jugador de fútbol debe tener nive-les de fuerza máxima y, en especial, de fuerza explosiva que le permitan enfren-tar los duelos con sus rivales y producir movimientos muy potentes. Cuando se realizan mediciones de fuerza isocinética en los músculos extensores de la rodilla, se logra superar los sorprendentes 200 Nm de torque en un solo movimiento. No solo se requiere que el jugador sea fuerte, sino que también debe aplicar esta fuerza en aceleraciones y desaceleraciones muy rápidas de hasta 6 m/s. Un jugador mo-derno debe además estar en capacidad de saltar al menos 50 cm en un solo im-pulso y debe lograr velocidades de más de 20 km/h en los momentos decisivos.

Las exigencias del jugador profesional también se evidencian en el biotipo, es decir, en la estructura antropométrica

relativa a la relación de la talla con el peso y la composición corporal, que es determinante en algunas posiciones. Por ejemplo, los arqueros y defensas centrales generalmente tienen una ta-lla superior a los 185 cm. En promedio, un jugador de fútbol moderno se ca-racteriza por superar en talla los 180 cm. Esto no es un parámetro universal y, de hecho, el jugador talentoso usual-mente se sale de los esquemas espera-dos o ideales tanto en las determinan-tes fisiológicas, como antropométricas. El componente graso de la masa cor-poral no debe exceder el 7-8% de su peso, debido al lastre significativo que este representa.

Un jugador profesional, en especial si es de élite, debe poseer una técnica de jue-go superior; la técnica se define como el movimiento más preciso o potente con el menor gasto de energía posible. Esta es una cualidad coordinativa de interac-ción de complejos procesos propiocep-tivos y neuromusculares de la ejecución motriz, que se deben realizar de manera súbita, rápida y eficaz. La técnica en el fútbol es definida entonces como una cualidad fundamental y definitiva. De hecho, el jugador más técnico es tam-bién el más valioso.

Demandas físicas de un partido de fútbol (J. Bangsbo).

35

30

25

20

15

10

5

0De pie Sprint Hacia

atrásCaminando

Tiem

po e

n m

inut

os

Trotando

Actitividades en el partido

Corriendolento

Corriendomoderado

Corriendorápido

3.4 km

3.2 km

2.5 km

1.7 km

0.7 km 0.4 km 0.2 km

Distancia total: 12 km

“No solo basta con reunir requisitos fisiológicos, biomecánicos y técnicos. Un jugador de alto rendimiento debe tener una mentalidad ganadora, respaldada en ciertas habilidades psicológicas que le permiten lograr el éxito”.

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No solo basta con reunir requisitos fisioló-gicos, biomecánicos y técnicos. Un juga-dor de alto rendimiento debe tener una mentalidad ganadora, respaldada en cier-tas habilidades psicológicas que le per-miten lograr el éxito. Se debe tener una gran capacidad perceptiva con un campo visual más amplio, capacidad de concen-tración y atención, así como de control emocional. Estas habilidades se traducen en una mejoría exponencial de la capa-cidad física en términos de rendimiento, lo que finalmente resulta en una mejor capacidad de competencia.

Pero en el fútbol de alto nivel quizás lo más relevante termina siendo la inteli-gencia deportiva. Esta característica, en-marcada dentro de las múltiples formas de inteligencia, es la que hace diferente al jugador y que le permite ser ganador. Es una forma compleja de pensamiento superior en los aspectos motriz y deporti-vo. La inteligencia deportiva cubre varios aspectos determinantes del rendimiento. En primera instancia, se refiere a la inte-ligencia motriz que es la capacidad de ejecutar movimientos muy complejos de

“Pero en el fútbol de alto nivel quizás lo más relevante

termina siendo la inteligencia deportiva. Esta característica,

enmarcada dentro de las múltiples formas de

inteligencia, es la que hace diferente al jugador y que le

permite ser ganador”.

manera secuencial uno tras otro, mien-tras se toman decisiones para solucionar los problemas cambiantes de la situación de juego.

De esta manera, en cada momento com-plejo del juego existen múltiples solucio-nes. El jugador inteligente siempre toma la mejor de ellas y la puede ejecutar en el menor tiempo posible, dejando a sus rivales en incapacidad de contrarrestarlas. Un jugador como Messi decide y ejecuta sus acciones motrices de manera casi au-tomática y con tanta rapidez y precisión que es absolutamente imposible de en-tender y descifrar para sus rivales.

El segundo aspecto de la inteligencia de-portiva se refiere a la comprensión táctica del juego, el análisis de la situación y la ca-pacidad de comunicarse y articularse en un esquema con sus compañeros, para poder decidir en colectivo la forma de potenciar las propias habilidades y de aprovechar las deficiencias del rival.

Es apasionante comprender la compleji-dad del fútbol, sus determinantes y sus

interacciones, lo que le hace interesan-te, misterioso e impredecible. Entender la fisiología del deporte permite buscar los mejores métodos de entrenamiento y tratar de optimizar los pequeños detalles que marcan la diferencia del ganador. Entre más completas sean las capacida-des de los jugadores, mayor será la pro-babilidad de tener un equipo ganador. Operativamente, el problema se centra en que fichar al jugador ideal de cada posición en un mismo equipo es extre-madamente costoso y solo está al alcan-ce de los grandes clubes de fútbol inter-nacional.

La actual Selección Colombia ha logrado un momento histórico en el que se reúnen jugadores sobresalientes y únicos que han sido incorporados en una partitura ex-cepcional por el Profesor Pékerman, para llevarnos al próximo Mundial de fútbol en Brasil. En este grupo, la ciencia ha estado presente en cada momento del proceso y nuestra Selección está a la par para luchar mano a mano con los mejores del mun-do y, seguramente, dejará muy en alto el

nombre de nuestro país.

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Remberto Burgos de la EspriellaMédico Neurocirujano. Expresidente Asociación Colombiana de Neurocirugía Presidente Honorario, Federación Latinoamericana de Sociedades de Neurocirugía Miembro Correspondiente, Academia Nacional de Medicina

Cabeceo y fútbol

Se calcula que el 4% de la población se viste los fines de semana de pan-

taloneta y guayos para practicar el depor-te más popular en el mundo. Cifras en diversos países muestran la afición cre-ciente y aceptación de este deporte. En Alemania, uno de cada cinco habitantes practica fútbol, mientras que en África o parte del sureste asiático el deporte no goza de tanta popularidad.

El fútbol que nos deleita es único y el gol que anhelamos y buscamos, esquivo. Fi-nalmente, llega. Nos llena de emoción y alegría y disipa las angustias cotidianas. Pero este es el deporte donde la cabe-za del jugador se convierte en parte de las estrategias ofensivas y defensivas del partido y en el que el jugador entra a la cancha sin protector cefálico o casco y, resuelto por el espíritu batallador que lo identifica, a utilizar su cabeza para obte-ner resultados colectivos victoriosos.

Los accidentes catastróficos en el deporte son conocidos por todos. Es en estas lesiones donde se produce un daño cerebral o trauma en médula espinal severo y asociado o no, a fracturas de cráneo o de columna vertebral. Estos episodios producen secuelas neurológicas muy importantes para el atleta afectado. El NCCSI (Centro de Investigación para Trauma Severo en Deportes) detectó 1.083 casos de traumas severos en el estudio piloto de 25 años. Además, se calcula que a las urgencias hospitalarias consultan cerca de 200.000 personas por traumas no fatales derivados del deporte.

El fútbol no escapa a estas lesiones. Men-cionemos, por ejemplo, la muerte de Ho-cine Gacemi, el jugador de Argelia de 26 años, que falleció por TCE (trauma cráneo encefálico) debido a una fractura de crá-neo cuando golpeó su cráneo al chocar contra la cabeza de un oponente e im-pactar en la caída contra el piso. Otro caso fue la fractura deprimida del arquero del Chelsea, Petr Cech, al recibir trauma de cráneo (impacto con la rodilla del opo-nente) durante un partido en octubre de 2006. Para su recuperación fue necesario su traslado y cirugía de urgencia. Meses más tarde, sin lesión neurológica demos-trada, regresó a su oficio.

Pero no son los accidentes fatales lo que nos ocupan. Trataremos aquellos impac-tos leves, repetitivos y que en forma acu-mulativa van lesionando el parénquima cerebral. Aquellos que se producen por el cabeceo durante los entrenamientos y durante el partido.

¿Cuántas veces se cabecea en un parti-do? Se calcula que de 5 a 7 veces, mien-tras que en un entrenamiento se hace de 9 a 10 veces. El efecto acumulati-vo es importante, marca diferencia en los resultados de exámenes cognitivos que evalúan las funciones mentales su-periores. Los jugadores que cabecean 1.000 veces logran un puntaje superior a aquellos que superan los 1.500 cabe-zazos por año.

Pensemos en el nuevo balón de fútbol: Brazuca, con 69 cm de circunferencia y un

peso de 437 g, que puede impactar con una velocidad de 80 km/h.

Las lesiones por cabeceo son variadas y las podemos clasificar en tres tipos: agu-das, crónicas y a largo plazo.

Agudas: Son aquellas lesiones que se producen durante el partido y que el pa-ciente describe en el momento del impac-to o al concluir el juego: cefalea, mareos, inestabilidad y desorientación.

Episodios de exacerbación de migrañas han sido reportados y especialmente en la época en que los balones de fútbol ab-sorbían agua y aumentaba su peso real en un 10%.

Crónicas: Sus síntomas comienzan des-pués de dos semanas del impacto y las manifestaciones de hipertensión endo-craneana (cefalea, vómito) son usuales. La lesión más frecuente es el hematoma subdural crónico, que puede manifes-tarse como lesión aislada o complicar un quiste aracnoideo existente que el jugador presentaba con anterioridad.

Una evaluación neurológica detallada y un examen diagnóstico tipo TAC o reso-nancia de cerebro confirman el diagnósti-co. El tiempo de evolución son tres meses y su pronóstico bueno.

Largo plazo: Estas son las más complica-das y, aunque las sospechamos, requieren demostrarse mediante la potencia con que juguetea la evidencia médica.

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Se han descrito tres tipos: alteraciones en funciones cognitivas con pérdida y deterioro en las habilidades mentales superiores. Entre estas señalamos: alteraciones en memoria, juicio, raciocinio y capacidad de abstracción.

El otro espectro son las alteraciones con-ductuales en donde la tendencia a la

depresión, aislamientos y conductas ina-propiadas son rasgos acompañantes, lle-vando al enfermo hasta decisiones extre-mas como el suicidio.

Finalmente, alteraciones motoras y com-binaciones de signos piramidales y extra-piramidales (lentitud, torpeza, temblor y alteración en la marcha). Todas estas ma-

nifestaciones de largo plazo nos aproxi-man a la encefalopatía traumática crónica o demencia pugilística descrita hace va-rias décadas en los boxeadores.

Desde hace 40 años aparecen las pri-meras publicaciones aisladas sobre el efecto del cabeceo en el rendimiento cognitivo de los jugadores. Se mencio-nan alteraciones en funciones como memoria-cálculo, y los exámenes neu-ropsicológicos en grupos comparativos muestran diferencias entre deportistas sometidos durante la práctica de su oficio a cabeceos repetidos (fútbol) y aquellos en los cuales la cabeza no in-terviene en el juego (natación).

Es bien interesante el trabajo de los no-ruegos, en el que las funciones cognitivas evaluadas mediante tests neuropsicológi-cos mostraron, en cerca de 80% de los jugadores de la Selección Nacional, alte-raciones en memoria, atención y juicio.

Con técnicas de resonancia, investigado-res del Albert Einsten College of Medicine estudiaron imágenes de 32 jugadores de fútbol que en promedio cabeceaban cer-ca de 450 veces al año. El estudio tardó un año y sus participantes habían jugado fútbol durante más de 22 años.

Se utilizó la técnica en resonancia de DTI (imagen con tensor de difusión), que permi-te analizar el movimiento del agua adentro y a lo largo de los axones. Una anisotropía fraccional baja indica daño en los axones y se relaciona con las dificultades cognitivas en los pacientes con lesiones traumáticas del cerebro: tienen anisotropía baja los pacientes que han sufrido conmoción cerebral.

Interesantes también los resultados del gru-po de Lipton, que mostró que los jugadores que cabeceaban entre 885 y 1.550 veces por año evidenciaron una anisotropía frac-cional significativamente más baja en áreas específicas del cerebro. En otras palabras, el movimiento del agua en los axones (vías que conectan las neuronas) pierde el ritmo: en vez de hacerlo uniforme, empieza a mo-

“Los accidentes catastróficos en el deporte son conocidos por todos. Es en estas lesiones donde se produce un daño cerebral o trauma en médula espinal severo y asociado o no, a fracturas de cráneo o de columna vertebral”.

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verse en forma aleatoria y produce “tranco-nes en la comunicación neuronal”.

Alteraciones en el comportamiento, agre-sividad, respuestas inapropiadas a es-tímulos y depresión, son algunos de los rasgos que se describen y que, además de las alteraciones cognitivas, se observan en la encefalopatía crónica traumática.

Se han descrito en los jugadores de fút-bol americano conductas tan anormales que les han llevado al suicidio. El caso triste de Dave Duerson, exjugador de los Chicago Bears, quien se suicidó por herida penetrante en tórax con arma de fuego y, calificado unos años antes (1987) como el jugador más valioso de la temporada, es un ejemplo de las alteraciones que los impactos pueden generar en el cerebro. Duerson envió mensajes a sus familiares para que estudiaran su cerebro y los neu-

ropatólogos encontraron niveles elevados de la proteína tau.

En el 2010 se suicidó también Owen Tho-mas, jugador universitario de Pensilvania y quizá el paciente más joven (21 años) con encefalopatía traumática crónica. Otro caso es el de Jhon Grimsley, exjugador de los Delfines de Miami, a quien en los estudios de autopsia y neuropatología se le encon-traron depósitos tau y la inclusión de ovillos neurofibrilares y placas neuríticas. Hay pues hallazgos patológicos demostrados, defini-dos y estructurales en aquellos jugadores sometidos a traumas repetidos que convier-ten la encefalopatía traumática crónica en un padecimiento progresivo e irreversible.

Hoy podemos afirmar sin equivocación que esta es una enfermedad degenerativa pro-ducida por traumas craneales repetidos y que, clínicamente, se expresa de una forma

muy parecida a los hallazgos que tienen los pacientes con enfermedad de Alzheimer.

Las lesiones patológicas o depósitos anor-males se encuentran preferencialmente en el lóbulo temporal, la amígdala, el hi-pocampo y corteza entorinal. Tienen pre-dilección por el sistema límbico, eje del comportamiento del individuo.

Mientras llega la evidencia médica, seña-lemos estas tres últimas revisiones: la del Grupo de Cleveland (Neurosurgery, Vol. 28) que se titula “Fútbol: ¿juego peligro-so?” Los modelos experimentales utiliza-dos, entre estos el de Ponce (Chile), pos-tulan las lesiones frontales en los niños. La revisión más extensa en este tema fue liderada por el Profesor Scheweiser del Hospital Victoria de Canadá. De 229 publicaciones selecciona 49 con estrictos criterios de inclusión. Sus conclusiones más

“Alteraciones en el comportamiento, agresividad, respuestas inapropiadas a estímulos y depresión son algunos de los rasgos que se describen y que, además de las alteraciones cognitivas, se observan en la encefalopatía crónica traumática”.

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importantes son la mayor incidencia de lesiones en las deportistas mujeres y el llamado a la comunidad médica para adelantar estudios que permitan detec-tar oportunamente las lesiones, antes de que la cascada patológica adquiera ca-rácter irreversible.

Tenemos una responsabilidad social en cuidar la salud de nuestros conciuda-danos, es el deber primario del médico: generar comportamientos sanos y esce-narios saludables para que el individuo se desarrolle en forma integral.

Sin discriminación de especialidades o disciplinas médicas aconsejamos costum-bres sanas y dietas balanceadas, ejercicios que nos ayuden a combatir el sedentaris-mo y que eliminen los factores de riesgo cardio-cerebro vascular.

El deporte, por antonomasia, es la gran medicina preventiva; sin embargo, esta-mos en la obligación de difundir estos indicios y señales médicas de gran impor-tancia preventiva, antes que las lesiones adquieran la curva del no retorno. El ca-beceo genera traumas leves y repetidos

que eventualmente pueden lesionar en el largo plazo al jugador afectado.

¿Dónde empezamos? Estimulemos a nues-tros niños a jugar fútbol, pero enseñémos-les la forma adecuada de cabecear el ba-lón, que es con la frente y un alineamiento sagital apropiado en la columna cervical para que los músculos del cuello y los del torso mitiguen el impacto. Eduquemos a nuestros entrenadores y profesores para que identifiquen el jugador infantil con conmoción cerebral. Cuando este ocurre, debe ser evaluado por el médico general y alejado del deporte por unos días para prevenir la temible lesión que produce el segundo impacto (golpe leve que se pro-duce días después del primer trauma y con notables repercusiones neurológicas).

En forma celosa debemos proteger el cere-bro en formación de los niños, en especial aquellas edades que oscilan entre los 5 y 9 años porque durante este tiempo la pro-porción cabeza-cuerpo es mayor y su vul-nerabilidad es alta. Resultaría triste y pa-radójico que tuviésemos niños deportistas en el presente y adultos con dificultades cognitivas futuras en un país que requiere

para su desarrollo el aprovechamiento y talento de todos sus ciudadanos.

¿Por qué no discutimos, por ejemplo, si la población infantil de alta vulnerabilidad debe usar casco para la práctica de este deporte? Parece descabellado, pero favo-rece el crecimiento sano del cerebro.

Mención aparte es la encefalopatía traumá-tica crónica que jugadores profesionales y atletas valiosos presentaron años después del retiro. Un estado demencial parecido a la enfermedad de Alzheimer, alteraciones motoras que simulan Parkinson y bizarras manifestaciones conductuales marcan la triada característica. Aunque su presenta-ción es aislada, estremece conocer que el suicidio descrito en algunos exfutbolistas tenga como causa esta alteración estruc-tural cerebral secundaria a golpes crónicos.

Tenemos herramientas para detectarlas, apliquemos las pruebas diagnósticas en los jugadores profesionales de riesgo. De-bemos hacer un esfuerzo por identificar los atletas susceptibles y la decisión de re-tirarlos del campo para evitar el desarrollo

de esta patología irreversible.

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“Estimulemos a nuestros niños a jugar fútbol, pero enseñémosles la forma adecuada de cabecear el balón, que es con la frente y un alineamiento sagital apropiado en la columna cervical para que los músculos del cuello y los del torso mitiguen el impacto. Eduquemos a nuestros entrenadores y profesores para que identifiquen el jugador infantil con conmoción cerebral”.

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Luis Fernando Rodríguez Muñoz MD Médico Ortopedista y Cirujano de RodillaInstructor de Cirugía Artroscópica de Rodilla de la Sociedad Colombiana de Cirugía Ortopédica y TraumatologíaInstructor de Ortopedia y Traumatología de Unisanitas y la Universidad El Bosque

Las lesiones de rodilla y el fútbol, ¿una relación inevitable?

El fútbol es el deporte con mayor can-tidad de seguidores en el mundo. Se-

gún datos de la FIFA, el número de juga-dores es de 265 millones, de los cuales 26 millones son mujeres, quienes cada vez más practican este deporte, tanto en el campo amateur como profesional. El fút-bol es un deporte de contacto, choque, giros forzados, potencia y explosión, lo que expone al cuerpo a diferentes tipos de traumas y lesiones. Las rodillas son articulaciones que juegan un papel fun-damental en la práctica del fútbol: son apoyo y responsables de gran parte de la potencia para patear, la destreza para controlar el balón y para hacer un pase preciso, de la potencia de una carrera o de un salto e, inclusive, de la resistencia a un choque, o el control para evitar una caída con o sin agresión de un contrario.

La práctica del fútbol requiere diversas capacidades y destrezas entre las que se incluyen la resistencia, agilidad, velocidad y comprensión técnica y táctica del jue-go. Todos estos aspectos se enseñan en las sesiones de entrenamiento, pero jugar al fútbol implica también un considerable riesgo de lesión. Por lo tanto, una sesión ideal de entrenamiento debe también incluir ejercicios destinados a reducir el

riesgo de lesión. La FIFA, en compañía de un grupo internacional de expertos, ha desarrollado un programa de prevención de lesiones: los “11+”, basándose en su experiencia práctica con distintos pro-gramas de prevención de lesiones para jugadores aficionados mayores de 14 años. Se trata de un paquete completo de calentamiento, que debería sustituir el calentamiento habitual previo al entrena-miento. Los equipos que practicaron los ¨11+¨ con regularidad, al menos dos veces por semana, tuvieron un 37% menos de lesiones durante el entrenamiento y un 29% menos de lesiones en los partidos. Las lesiones graves se redujeron en casi un 50%. Este estudio fue publicado en British Medical Journal en el año 2008.

Para hablar de lesiones en fútbol, es importante definir qué es una lesión ocasionada por la práctica de este deporte. Su definición, basada en un consenso de expertos convocados por la FIFA es: “Cualquier afección del sis-tema musculo-esquelético que suceda durante un entrenamiento o partido de fútbol y requiera de evaluación médi-ca, independiente de las consecuencias en cuanto a la participación en un en-trenamiento o competición”.

En cuanto a frecuencias, primero están los problemas lumbares musculares le-ves, los esguinces de tobillo y los desga-rros musculares, como lesiones sufridas durante el entrenamiento o partidos de fútbol. La rodilla está muy expuesta a le-siones durante la práctica de este deporte y, a pesar de que en la estadística la rodilla no ocupa los primeros lugares, sí es muy frecuente como presentación de lesiones graves, con largos tiempos de incapaci-dad, siendo la lesión de ligamento cruza-do anterior y las lesiones meniscales las más frecuentes como causa de ausencia prolongada de los campos de juego.

Hay algunos aspectos anatómicos y de funcionamiento de la rodilla que se de-ben tener en cuenta cuando vamos a analizar el fenómeno de lesiones de rodi-lla y fútbol. En la rodilla, tenemos 3 tipos de tejidos que son fundamentales para su funcionamiento y están expuestos a lesio-nes: el cartílago articular, los meniscos y los ligamentos. La rodilla es la articulación en la que el fémur y la tibia se integran para dar un movimiento, principalmente de flexión y extensión. La rótula es el com-ponente óseo que brinda una palanca óp-tima al mecanismo extensor para lograr su adecuado funcionamiento en potencia

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y saltabilidad. El cartílago articular de la rodilla es el más grande del cuerpo y se comporta como una estructura altamen-te especializada que funciona como un colchón para absorber cargas y proteger la articulación. Los meniscos son dos es-tructuras fundamentales en el funciona-miento de la rodilla. Estas dos medialunas de fibrocartílago en forma de medialuna sirven también para ayudar a absorber el impacto de la articulación, dan congruen-cia y estabilidad.

Los ligamentos de la rodilla son estructu-ras que estabilizan la articulación e impi-den desplazamientos excesivos del fémur sobre la tibia en los diferentes planos. El desplazamiento anterior del fémur sobre la tibia es controlado por el ligamento cruzado anterior; el desplazamiento pos-terior del fémur sobre la tibia, por el liga-mento cruzado posterior; las angulacio-nes en valgo, por el ligamento colateral medial y en varo por el ligamento colate-ral lateral. Todos estos ligamentos están

expuestos a lesiones durante la práctica de fútbol.

Los movimientos excesivos del fémur con relación a la tibia pueden producir com-presión excesiva sobre el cartílago o los meniscos, con un movimiento similar al de un mortero de cocina y ocasionar rupturas de estas estructuras. De igual manera, las angulaciones, giros o el des-plazamiento excesivo del fémur sobre la tibia pueden producir rupturas parciales o totales de los principales ligamentos es-tabilizadores.

Debemos tener en cuenta que la rodilla -como articulación que implica movilidad-está controlada en sus giros, traslaciones y angulaciones (voluntarios e involunta-rios) por los músculos y tendones que se encuentran en relación directa con esta articulación. No todos los movimientos o posiciones de la rodilla obedecen a ór-denes voluntarias. Gran parte del funcio-namiento de la rodilla está dado por el

control y equilibrio neuromuscular, que no es una entidad única, sino un conjun-to de sistemas que interactúan e integran distintos aspectos de las acciones mus-culares: estática, dinámica y reactiva. Las activaciones musculares -excéntricas más que concéntricas- juegan un papel funda-mental, no solo en el rendimiento, sino en la generación de lesiones deportivas. La coordinación por la participación de músculos multi-articulares, estabilización, posición corporal, capacidad de antici-pación y el equilibrio, son aspectos que pueden ser reeducados y optimizados para que el futbolista tenga unas caracte-rísticas neuromusculares que le permitan tener un juego óptimo con menores ries-gos de lesión.

Las lesiones de rodilla en el fútbol son las más temidas por jugadores, entrenadores y el público en general. Suelen implicar un manejo quirúrgico, una incapacidad larga y, en muchas ocasiones, significa el fin de la carrera deportiva de un jugador. Las lesiones extra-articulares como las tendinitis, los desgarros musculares y las lesiones de ligamentos colaterales suelen ser de buen pronóstico, se manejan or-topédicamente con medicación, reposo y fisioterapia y suelen retornar al futbolista al campo de juego en pocas semanas. Sin embargo, las lesiones articulares resultan (comúnmente) en daños de cartílago que suelen dejar consecuencias para toda la vida. De estas, las lesiones de menisco y ligamentos cruzados son las más frecuen-tes y en las que se ha tenido el mayor desarrollo tecnológico y biológico en las décadas pasadas.

Una lesión meniscal documentada en un futbolista profesional es una condición biomecánica que impide su adecuado rendimiento, genera una discapacidad deportiva y produce secuelas a largo pla-zo. Su tratamiento quirúrgico mediante cirugía artroscópica mínimamente invasi-va hoy en día permite remodelar, reparar, reinsertar o suturar un menisco para lo-grar su estabilización de la mejor manera posible. Las técnicas actuales permiten

“La rodilla está muy expuesta a lesiones durante la práctica de este deporte (...) es muy frecuente como presentación de lesiones graves, con largos tiempos de incapacidad, siendo la lesión de ligamento cruzado anterior y las lesiones meniscales las más frecuentes...”

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una remodelación con instrumental especializado, incluido el uso de radiofrecuencia y materiales de sutura biocompatibles. El uso de aumentación biológica con factores de crecimiento y células madre se ha desarrollado ampliamente y promete grandes avan-ces en un futuro cercano.

Las rupturas de ligamentos cruzados, especialmente el anterior, representan la lesión más frecuente que incapacita a un futbolista profesional por más de cinco meses. El tipo de gestos deportivos del fútbol hacen que un ligamento cruzado este expuesto a una alta demanda mecánica que significa una alta frecuencia de este tipo de lesiones. El tra-tamiento quirúrgico es la recomendación primaria, debido a que estas estructuras son fundamentales para el adecuado funcionamiento de la articulación. Todos los pacientes sin ligamentos cruzados desarrollan lesiones irreversibles del cartílago articular.

La evolución del tratamiento quirúrgico de las rupturas de los ligamentos cruzados ha sido el cambio más importante de la cirugía de la rodilla en los últimos veinte años. He-mos pasado de las reconstrucciones abiertas con inmovilizaciones prolongadas e incapa-cidades de más de un año, a cirugías mínimamente invasivas con rehabilitación tempra-na e incapacidades reducidas. Hace 30 años, las cirugías de ligamento cruzado anterior significaban el retiro de un altleta de su carrera deportiva. Hoy en día, la recuperación a un nivel competitivo supera el 75% en la mayoría de las publicaciones. Hemos mejorado en técnica quirúrgica, tipo de fijación, biomateriales, aumento biológico y rehabilitación.

El solo hecho de jugar fútbol implica la exposición a un alto riesgo de lesiones de rodilla; sin embargo, hoy día contamos con estrategias en el entrenamiento y en el campo de juego que pueden disminuir la frecuencia de estas lesiones y proveer a nuestros jugadores

de herramientas que les permitan practicar esta disciplina deportiva con menos riesgos.

Fig. 2Hoy en día, un ligamento cruzado anterior reconstruido artroscó-picamente, debe tener el aspecto, la ubicación y las propiedades similares al ligamento original. Las técnicas actuales nos permi-ten lograr ese objetivo.

Fig. 1Un menisco normal cumple funciones fundamentales de contac-to articular, nutrición de cartílago, biomecánica y rendimiento funcional de la rodilla. Una lesión meniscal implica una inestabi-lidad articular incompatible con el deporte.

“Hace 30 años, las cirugías

de ligamento cruzado anterior

significaban el retiro de un

altleta de su carrera deportiva.

Hoy en día, la recuperación a un nivel competitivo supera el 75% en la mayoría de las publicaciones”.

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Las imágenes diagnósticas en lesiones deportivas tienen un enfoque similar

a cualquier trauma: la radiología conven-cional y la tomografía computada valo-ran el trauma óseo inicial. La gamagrafía ósea muestra funcionalidad metabólica y es útil en fracturas por estrés o periostitis. Sin embargo, dado que la mayor parte de lesiones involucran los tejidos blandos, las dos modalidades diagnósticas más importantes son la resonancia magnética y la ecografía. La primera de ellas, como examen de alta sensibilidad y especifici-dad en lesiones musculoligamentarias (tendones, meniscos y cartílagos, además del hueso); mientras que la ecografía se aplica en el estudio de lesiones muscula-res, tendinosas y ligamentarias de manera dinámica e intervencionista.

Cuando Radamel Falcao, nuestra estre-lla futbolística, sufrió su lesión al jugar el partido de fútbol entre su equipo Móna-co y el Chasselay el 22 de enero de este año, toda Colombia estuvo a la expecta-tiva mientras se establecía el tipo de le-sión y su gravedad. Los mejores médicos especialistas, ortopedistas y deportólogos diagnosticaron clínicamente la lesión: ruptura completa del ligamento cruzado anterior de la rodilla, pero para confirmar

Imágenes diagnósticas en el fútbolDiana Leal de Tajc MDRadióloga Universidad El Bosque

la lesión y luego su evolución, la resonan-cia magnética fue fundamental.

Esta es una modalidad diagnóstica de gran sensibilidad y especificidad en lesio-nes deportivas, debido al contraste que da entre las diferentes estructuras de te-jidos blandos. Funciona mediante la ad-quisición de imágenes basadas en una re-presentación digital de las características del tejido en función de su composición química. No utiliza radiación ionizante, sino campos magnéticos para alinear la magnetización nuclear de protones de hidrógeno del agua en el organismo. Los pulsos de radiofrecuencia se usan para alterar el alineamiento de esa magnetiza-ción de forma sistemática, causando que los núcleos de hidrógeno produzcan un campo magnético rotacional detectable.

La sensibilidad de la resonancia aumenta en función de la fuerza del campo mag-nético. Los parámetros que afectan la apariencia de las imágenes son variables, dependiendo de parámetros intrínsecos de los tejidos y parámetros extrínsecos aplicados en los diferentes protocolos como los tiempo de eco (TE), tiempos de repetición entre pulsos de excitación (TR), grosor del corte y otros que darán como resultado la caracterización ana-tómica o demostración de un tipo de le-sión. Por ejemplo, las lesiones meniscales se observan mejor en secuencias con TE cortos. También se utilizan las secuencias con supresión de grasa en las cuales se sustrae la intensidad de señal de la gra-sa para realzar el contraste de la señal de alteraciones con igual intensidad (edema, desgarro o inflamación).

“La resonancia magnética es una modalidad diagnóstica de gran sensibilidad y

especificidad en lesiones deportivas, debido al contraste que da entre las

diferentes estructuras de tejidos blandos”.

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En las rupturas del ligamento cruzado anterior (Fig. 1 y 2), la resonancia magné-tica posee una sensibilidad diagnóstica del 92% al 96% y una especificidad del 99%, pero puede aumentar al 100% con equipos de 3 teslas y/o con técnicas volumétricas 3D sensibles al agua. Existen signos directos e indirectos de ruptura con diferentes sensibilidades diagnósticas. La importancia de realizar este estu-dio, no solo es la valoración del cruzado, sino las lesiones asociadas, como los esguinces de ligamentos colaterales, las lesiones meniscales, lesiones condrales y las contusiones óseas. Esto determina el tipo de tratamiento y pronóstico de recuperación del futbolista (Fig. 3).

En la valoración postoperatoria de la reconstrucción del LCA, la resonancia mag-nética permite el estudio de las causas que originan inestabilidad o falla del injerto y otro tipo de complicaciones. Permite diagnosticar la maduración del injerto tratado con factor rico en plaquetas, según lo evidencia una publicación de enero de 2010 en The Journal of Arthoscopic and Related Surgery.

Adicional a las lesiones en rodilla, otro tipo de ligamentos y tendones comprome-tidos en las lesiones de fútbol, como los del tobillo, cadera, las pubalgias y desga-rros musculares, son evaluables con resonancia magnética. Igualmente, lesiones óseas como las fracturas por estrés y la estadificación de las lesiones cartilaginosas.

En la resonancia magnética los factores técnicos y de interpretación son fun-damentales. Los protocolos de imagen varían dependiendo del tipo de lesión a evaluar. La utilización de campos magnéticos de 1.5 ó 3 teslas, antenas ade-cuadas, protocolos dirigidos al tipo de lesión, así como la interpretación de los hallazgos por parte de un radiólogo entrenado en sistema músculo-esquelético que, además, posea conocimiento clínico del caso y comunicación directa con el médico tratante son los elementos que confluyen a un mejor diagnóstico.

La Ecografía músculo-esquelética ha tenido gran desarrollo en los últimos años, hecho que ha permitido su aplicación dentro del marco de lesiones de esta índole en el fútbol. Esta modalidad utiliza ondas de ultrasonido con transduc-tores lineales de alta frecuencia de 7 a 18 MHz que generan imágenes de alta resolución en estructuras pequeñas y no tan profundas como son los ligamen-tos, tendones y músculos. La implementación de herramientas de imagen como armónicas, doppler de color y de amplitud, campo de visión extendida y so-noelastografía, por ejemplo, permite mejorar el detalle de la anatomía y de las diferentes lesiones. Su principal ventaja radica en el menor costo y, frente a la resonancia magnética, la posibilidad de realizar un estudio dinámico, compara-tivo y de servir de guía para procedimientos intervencionistas. Su indicación es limitada para valoración de cartílago, meniscos y ligamento cruzado anterior.

La valoración de los desgarros musculares es una de las indicaciones más fre-cuentes e importantes de la ecografía en el fútbol. Las lesiones musculares cons-tituyen el 31% de todas las lesiones deportivas en futbolistas de alto nivel. De ellas, el 92% comprometen los 4 grandes grupos musculares de las extremida-des inferiores: isquiotibiales (37%), aductores (23%), cuádriceps (19%) y mús-culos de la pantorrilla (13%). La clasificación y terminología han sido variables e inconsistentes en diferentes estudios y en la práctica. Takebayashi y otros auto-res publicaron en 1995 una clasificación basada en hallazgos ecográficos, divi-diendo los desgarros en 3 grados según su tamaño. Stoller en 2007, reportó una clasificación equivalente basada en resonancia magnética. La declaración del

Fig. 3 Resonancia magnética sagital DP supresión grasa. Lesión del asta posterior del menisco medial. Contusión ósea femoral y tibial. Lesión del cartílago femoral.

Fig. 1 Ligamento cruzado anterior íntegro.

Fig. 2 Ruptura completa del ligamento cruzado anterior.

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Consenso de Múnich, publicada en el Br J Sport Med 2013, intenta estandarizar los términos y tipos de lesiones musculares e incluye los hallazgos imaginológicos por Ultrasonido o Resonancia Magnética, con una diferenciación entre lesión funcional y estructural, su tamaño y localización. Otras publicaciones han apreciado la va-lidez de este tipo de clasificación como factor pronóstico del tiempo de recupera-ción del desgarro muscular.

La realización de ecografía en la fase ini-cial del desgarro debe realizarse mínimo después de las 12 horas y requiere de un especialista entrenado para la observa-ción de desgarros leves. Después de las 48 horas, la ecografía presenta su mejor evaluación en cuanto al grado del des-garro y la formación de hematomas. El tiempo óptimo para la realización de la resonancia magnética es de 24 horas. Ambas modalidades son excelentes; sin embargo, la ecografía tiene la ventaja de ser un estudio dinámico, comparativo y eco dirigido por un médico especialista que tiene contacto directo con el futbolis-ta (lo cual es realmente valioso para des-garros pequeños y precisión diagnóstica). La portabilidad del equipo, su menor cos-to, y la posibilidad de realizar seguimien-to y control del proceso de regeneración muscular con mayor facilidad, hacen del ultrasonido un aliado ideal.

La ecografía no solo es importante en el diagnóstico y seguimiento de lesiones, sino también como guía en procedimien-tos intervencionistas. Lo que tradicional-mente se había hecho en forma ciega para la infiltración percutánea de sustancias como anestésicos locales, corticoides o plasma pico en plaquetas, ahora es guia-do en tiempo real con ultrasonido, mini-mizando complicaciones y asegurando el sitio exacto de la inyección. Es el caso del plasma rico en plaquetas, en situaciones especiales de desgarros musculares. Exis-ten estudios como los publicados en Med Ultrason 2013 que demuestran la recupe-ración precoz del desgarro, lo cual posibi-lita el retorno deportivo en menor tiempo

si se cumplen las metas de fortalecimien-to muscular y rehabilitación asociadas; no obstante, su uso es controversial a pesar de los buenos resultados clínicos y faltan estudios controlados al respecto.

En el diagnóstico de otras lesiones fre-cuentes del fútbol como los esguinces de ligamentos colaterales en rodilla, es-guinces de tobillo, lesiones del tendón de Aquiles, tendón patelar, tenosinovitis, bursitis y derrames articulares, la resonan-cia magnética y la ecografía comparten su aplicación diagnóstica.

Desde 1995, cuando me vinculé con el posgrado de Medicina del Deporte de la Universidad El Bosque y empecé a desarro-llarme en el área de diagnóstico imagino-lógico de lesiones deportivas, he tenido la oportunidad de trabajar al lado de médicos deportólogos ortopedistas como el Dr. Gus-tavo Castro, fisioterapistas como Carlos En-trena, médicos de selección de fútbol como

Alexander Niño y Carlos Ulloa, para apren-der que lo más importante no es la imagen diagnóstica, sino el trabajo interdisciplina-rio. Mi labor más gratificante es trabajar en contacto con el deportista, comunicarme con su médico tratante, retroalimentar-me con las inquietudes y necesidades del fisioterapista para encontrar en la imagen ese hallazgo que le permitirá conocer su pronóstico de recuperación y reingreso al campo de fútbol. La ecografía facilita este proceso más que la resonancia magnética. Por ello trato de enseñar a mis estudiantes y a profesionales de la salud la importan-cia de incluir los datos clínicos relevantes en las órdenes médicas, especialmente en los estudios de resonancia magnética, en los cuales existe una muy frecuente y limitante crítica relacionada con la falta de comunica-ción directa entre el radiólogo, el deportista y su entorno médico. Así, en las imágenes diagnósticas, como en el fútbol, los mejores resultados se dan cuando el trabajo es en

equipo y no individual.

“Mi labor más gratificante es trabajar en contacto con el deportista, comunicarme con su médico tratante, retroalimentarme con las inquietudes y necesidades del fisioterapista,

para encontrar en la imagen ese hallazgo que le permitirá conocer su pronóstico de

recuperación y reingreso al campo de fútbol”.

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Carlos Miguel EntrenaFisioterapeuta Escuela Colombiana de Rehabilitación Miembro del equipo médico de la Selección Colombia de Fútbol de mayores MET Centro Médico Deportivo

La fisioterapia, otro integrante de la Selección Colombia

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La palabra fisioterapia se ha identifi-cado de la raíz griega physis que sig-

nifica naturaleza, así como de therapeia que quiere decir tratamiento. Como pro-fesión, hace parte de las ciencias dedi-cadas al estudio de la vida, la salud y las enfermedades del hombre, que busca el desarrollo adecuado de las funciones que producen los sistemas del cuerpo, donde su buen o mal funcionamiento repercute en los cambios del movimiento.

En Colombia esta área de las ciencias de la salud aplicadas al deporte no lleva tanto tiempo como uno pudiera esperar puesto que, hasta hace un par de déca-das, la rehabilitación se manejaba con conocimientos empíricos y personas que no tenían experiencia ni la disposi-ción académica requerida tras la entra-da de la tecnología y la modernización de los conceptos.

Y fue precisamente con la modernización y el desarrollo tecnológico que fueron apareciendo las especializaciones y diver-sas ciencias afines al deporte, que engra-nadas dentro de una gran estructura de apoyo médico, empezaron a tomar fuer-za y hacer parte de trabajo en el deporte con referentes como Fisioterapia, Sico-logía, Nutrición o Biomecánica, por citar algunos ejemplos, que han permitido el crecimiento de un grupo de apoyo inter-disciplinario para los altos logros.

En mi caso, vengo trabajando en el de-porte de alta competencia desde 1999, cuando me vinculé con el club Indepen-diente Santa Fe y supe que para la época

eran muy pocos los fisioterapeutas que existían, por lo que creería que realmente esta profesión no tiene más de 20 años de desarrollo efectivo.

Los conceptos básicos de la fisioterapia son prevención, rehabilitación y recuperación. Hablar de los procesos de prevención en el deporte de alta competencia, caso concreto del fútbol, significa hablar de las herramien-tas que tenemos los fisioterapeutas para tratar de evitar las lesiones o, por lo menos, para disminuir los riesgos y que la incidencia de la lesión no sea tan grave.

En la Selección Colombia, por ejemplo, hacemos una labor permanente para la prevención, que tiene énfasis en elemen-tos como la propiocepción y el fortaleci-miento, con los cuales podemos bajar la incidencia de la lesión, pero también re-calcamos al grupo la conciencia de traba-jar preventivamente, como la herramien-ta más efectiva para bajar los riesgos y las complicaciones para la competencia.

Un segundo concepto que debemos con-siderar es la recuperación. Este se refiere a todas las herramientas que tenemos en el futbolista y sus condiciones para el entre-namiento o para la competencia. Cuando hablamos de recuperación, nos referimos a una estrategia de la rehabilitación del jugador en cada una de sus áreas de tra-bajo, lo cual se considera dentro y fuera de la cancha. En palabras más sencillas, se trata de recuperar al deportista de las cargas que se dan con el día a día, como consecuencia de los entrenamientos, la alta competición y los viajes.

Finalmente, consideramos el término de la rehabilitación, que son todos los instrumentos que se tienen para recu-perar las lesiones. Es decir, que de este concepto hablamos cuando ya hay una lesión estructurada, para lo cual se tie-ne un completo plan de trabajo que permite devolver las condiciones físicas plenas al jugador.

La labor de la fisioterapia tiene variacio-nes dependiendo de cada disciplina de la actividad física, así como de elementos básicos para cada deportista tales como los niveles de exigencia, el rendimiento, el momento más alto de competencia o su cronograma de trabajo. Lo anterior, hace parte de la estructura que se tiene dentro de un cuerpo técnico.

Todo va cambiando de acuerdo con la metodología de entrenamiento y la es-tructura del trabajo de un cuerpo técnico. Así se sabe cómo se avanza según el mo-mento y si se requieren ajustes sobre el trabajo del deportista a la hora de evaluar las tareas de recuperación, rehabilitación o prevención de lesiones. Cuando el nivel es muy alto, el futbolista actúa en muchos torneos al tiempo y está sometido a un gran esfuerzo, es evidente que se tiene que hacer un mayor trabajo de recupe-ración para prevenir todo tipo de riesgo. De ahí la validez del trabajo en equipo y el conocimiento pleno del fisioterapeuta.

Cuando se respetan los roles y espacios en un grupo de trabajo y, además, se conoce bien el papel del fisioterapeuta, se logra lle-var al deportista hacia la competencia con

“Antes de salir a entrenamiento, (...) hacemos una labor de calentamiento o fortalecimiento que se complementa con el acompañamiento al empezar la práctica con un trabajo de flexibilidad, propiocepción e hidratación”.

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las mejores condiciones, gracias a las ayudas que hoy nos permite el desarrollo de la cien-cia y las especialidades dentro del deporte.

Un trabajo dentro y fuera de la concentración deportiva

El actual proceso de la fisioterapia en la Selección Colombia de Fútbol se inció desde el año 2010, cuando se empezó a desarrollar una estructura de trabajo en el equipo médico como parte de la preparación para la Copa América que se llevó a cabo en Argentina en 2011, momento desde el cual se ha considera-do el rol de la fisioterapia como parte ac-tiva de la rutina de los jugadores dentro y fuera de la concentración.

Hoy es muy importante que cada uno de los jugadores de la Selección Colom-bia tenga herramientas y planes médi-cos cuando no está concentrado con el grupo para un juego oficial o de pre-paración. Para eso, nosotros mantene-mos un contacto directo con ellos, con instrucciones generales que se pueden adaptar y cumplir en el marco de su plan normal de trabajo.

Tenemos actividades específicas coor-dinadas con el cuerpo técnico de la Se-lección para cada uno de ellos fuera de concentración. Así, podemos saber su condición y hacer el seguimiento sobre cualquier dificultad que se pueda presen-tar. Estamos pendientes del trabajo espe-cífico con cada uno de los convocados para que puedan llegar a la competencia de la mejor forma.

El compromiso más intenso para el equi-po médico y de fisioterapia se da en la Se-lección Colombia, en el momento de las concentraciones, cuando está presente todo el grupo de jugadores y de profesio-nales que rodean los procesos de compe-tencia del equipo nacional.

En cada reunión que se cumple, en pro-medio cada 40 días, lo primero que se hace en coordinación con el equipo mé-

“Los fisioterapeutas y, en general, los miembros del equipo médico (...) somos

personas con una preparación académica importante, especializados en el trabajo con los deportistas de alto rendimiento.

No obstante, la clave para el éxito con los jugadores está dada en el trabajo en equipo.”

dico, es determinar las condiciones con las cuales llegan los jugadores, si tienen algún tipo de resentimiento, dolor o pro-blemática que requiera de la ejecución de los procesos de recuperación. Allí trabaja-mos de la mano con el preparador físico para cumplir los planes adecuados, de-pendiendo de las necesidades de cada ju-gador y las disposiciones del entrenador.

Un día de trabajo en la Selección

La rutina del equipo médico en concen-tración empieza muy temprano y termina sobre las primeras horas del día siguiente. Siempre trabajamos con la guía del plan

diario determinado por el cuerpo técnico para lo cual hacemos el acompañamiento de actividades en gimnasio, entrenamien-to en campo y reuniones. Nuestra labor sigue lo acordado por el preparador físico y el departamento médico.

En cada sesión, acompañamos las ruti-nas de trabajo, corrigiendo algún tipo de movimiento, recalcando la hidratación y preparando los elementos necesarios para las actividades programadas. Antes de salir a entrenamiento, con quienes sea necesario, hacemos una labor de calentamiento o fortalecimiento que se complementa con el acompañamiento al empezar la práctica con un trabajo de

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pia, ecógrafo, equipo para manejo de calor y frío, ayudas ergogénicas y todos los me-dicamentos que se necesitan en el trabajo diario, además de un completo grupo de profesionales con la capacidad y experien-cia que cubren lo técnico y humano que ne-cesita un equipo de primer nivel o cualquier selección que sea potencia en el mundo.

Los fisioterapeutas y, en general, los miem-bros del equipo médico de la Selección Co-lombia de Fútbol, somos personas con una preparación académica importante, espe-cializados en el trabajo con los deportistas de alto rendimiento. No obstante, la clave para el éxito con los jugadores está dada en el trabajo en equipo. Cada uno tiene claro hasta dónde van sus derechos y los dere-chos de los demás. Si a esta premisa se le suman fórmulas como respeto, credibilidad y compañerismo, se logra un verdadero tra-bajo en equipo, el cual está centrado en el ser humano. Esa ha sido la base del éxito.

Sin duda, este es un ejemplo para el de-porte en Colombia, que puede incremen-tar sus logros fortaleciendo a las ciencias afines, que para el caso de la Fisioterapia, se robustece día a día en los conceptos y la investigación clínica, dando la oportu-nidad a los deportistas para crecer en la

competencia, los resultados y los logros.

flexibilidad, propiocepción e hidratación. Además apoyamos los procesos de recu-peración, el enfriamiento o la vuelta a la calma, con los estiramientos que se hacen al final de la jornada para volver al hotel.

En el departamento médico se preparan piscinas con hielo, camillas y todos los elementos que se tienen en cuenta para la recuperación, que se extiende con se-siones de masaje, fortalecimiento y segui-miento general con los equipos tecnológi-cos, evaluando el estado de cada jugador de la mano del coordinador médico. 

Un servicio que genera confianza

Los deportistas de hoy son muy profesionales. Tienen la conciencia, el bagaje cultural y la ex-periencia de los clubes en los que participan. En última, tienen un nivel claro de la competencia. Son personas con una rutina de recuperación establecida y reconocen el papel de la fisiotera-pia para la recuperación y rehabilitación.

En la Selección Colombia, gracias al tra-bajo desarrollado por muchas personas, que van desde el presidente de la Fe-deración Colombiana de Fútbol, su de-partamento médico y el cuerpo técnico, tenemos una cantidad de elementos con los que antes no se contaba, con máqui-nas que estamos utilizando para el man-tenimiento de los futbolistas.

El departamento médico ha crecido de tal manera que dentro de cada concentración, requerimos de dos habitaciones dotadas con camillas, ultrasonidos, magnetotera-

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La relevancia de la Psicología Deportiva en la preparación y participación de

nuestros deportistas ha crecido progresi-vamente en nuestro país. No ha sido una tarea fácil debido a que, lastimosamente, todavía existen muchos mitos o prejuicios que en ocasiones no permiten el adecua-do desarrollo del trabajo por parte del profesional de la psicología en el deporte de alto rendimiento.

Tuve el privilegio de ser el primer psi-cólogo en la historia del deporte co-lombiano en participar en la totalidad de las competencias del ciclo olímpico más exitoso en el ámbito deportivo na-cional (2009-2012). He podido conocer y desempeñarme como psicólogo de las diferentes selecciones menores de fútbol de la Federación Colombiana, con logros importantes como un título sudamericano y clasificaciones a mun-diales de las categorías Sub 20 y Sub 17. He podido vivir de primera mano la

La Psicología en el deporte de alto rendimiento

Rafael Zabaraín PintoPsicólogo Deportivo, Federación Colombiana de Fútbol

transformación del deporte colombiano desde la perspecrtiva de la Psicología Deportiva, cuyos orígenes en el mun-do se remontan a comienzos del siglo XX y, en Colombia, a principios de los años 70; hoy en día cuenta con muchos profesionales especializados. A pesar de ello, genera todavía en nuestro territo-rio mucha incredulidad o desconfianza, pues conceptos como que “el psicólogo

solo trabaja con personas que tienen problemas” y/o “para triunfar solo bas-ta con un buen entrenamiento técnico y físico”, han afectado el posicionamien-to de esta ciencia.

Al tener claro que gran parte de esos conceptos son emitidos por el desconoci-miento de lo que ella puede aportar en el rendimiento de nuestros atletas, se hace

“No ha sido una tarea fácil debido a que, lastimosamente, todavía existen

muchos mitos o prejuicios que en ocasiones no permiten el adecuado desarrollo del trabajo por parte del

profesional de la psicología en el deporte de alto rendimiento”.

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primordial, como un primer paso, presentarle a todos los actores del deporte (dirigentes, en-trenadores y atletas) las bondades que ofrece un trabajo de entrenamiento psicológico, es decir, hacerles ver que no tenemos una varita mágica, ni hacemos consultas exprés, sino que -así como se entrena la parte técnica, física y táctica- hay que trabajar la cabeza.

Ese entrenamiento psicológico requiere -lógica-mente- de un acompañamiento por parte del profesional. Al tener como objetivo brindarle herramientas al deportista para que pueda des-empeñarse de la mejor manera posible en los momentos cruciales e importantes de su acti-vidad, se hace necesaria una adecuada planifi-cación en la que básicamente se trabaja sobre cuatro variables: motivación, confianza, concen-tración y manejo de las emociones.

Definitivamente, esa planificación del trabajo psicológico en Colombia tiene que estar muy asociada con nuestra idiosincrasia, debido a que tenemos que partir del hecho de que sí podemos lograr grandes cosas, pues nos he-mos acostumbrado a ser testigos de excepción de las grandes gestas deportivas alcanzadas por otros. Para este cambio es fundamental un buen planteamiento de los objetivos (me-tas) a alcanzar. Estos objetivos tienen que ser ambiciosos, pero realistas; es decir, deben mostrar que la tarea no será fácil, pero que se puede lograr y que los beneficios van a ser muy importantes en lo profesional y en cada proyecto de vida.

Una vez definidos los objetivos, pasamos a revi-sar con los atletas los pasos a seguir para lograr-los. Allí, además del gusto del deportista por su actividad, debemos tener en cuenta una carac-terística propia del deportista de rendimiento: el reto; ya que este tipo de deportista es por naturaleza muy competitivo, con lo cual man-tenemos la motivación hacia las metas que se quieren lograr.

Al tener claros los objetivos, tenemos que forta-lecer la confianza de que los podemos alcanzar, valorando mucho el trabajo diario y los resul-tados que se van obteniendo progresivamente, con lo que empezamos a construir, la certeza de que vamos por el camino correcto y que se

“Ese entrenamiento psicológico requiere -lógicamente- de un acompañamiento por parte del profesional. Al tener como objetivo brindarle herramientas al deportista para que pueda desempeñarse de la mejor manera posible en los momentos cruciales e importantes de su actividad, se hace necesaria una adecuada planificación en la que básicamente se trabaja sobre cuatro variables: motivación, confianza, concentración y manejo de las emociones”.

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están haciendo las cosas correctas para lograr esas metas deseadas.

Debido a las exigencias del alto rendi-miento, es importante tener en cuenta que existe la posibilidad de no alcanzar los objetivos previstos, momento en el cual se debe realizar oportunamente un replanteamiento de los mismos para evi-tar afectar la motivación y confianza.

Por naturaleza, nosotros los colombianos somos algo dispersos y hasta folclóricos, razón por la que -al tener claros nuestros objetivos y saber hacia dónde tenemos que enfocar nuestra atención en los mo-

mentos cruciales- es de suma importancia estar concentrado en el desarrollo de la actividad deportiva.

Otra de nuestras características es que somos bastante emocionales. Por ello, aprender a controlar las emociones es determinante para un mejor desempeño. Es decir, saber mantenernos en el aquí y el ahora durante las competencias y no dejarnos afectar por cosas que ya pasaron o por posibles consecuencias, bien sean negativas o positivas.

Con lo descrito anteriormente y sin olvi-dar aspectos importantes como el sentido

de pertenencia (algo que continuamente se tiene que inculcar en nuestros depor-tistas), y la cohesión grupal (cuando se trata de deportes de conjunto), pienso que poco a poco estamos avanzado en el posicionamiento de la Psicología Deporti-va en el país.

Soy consciente de que aún nos falta mucho por hacer en Colombia; sin em-bargo, mi objetivo -algo ambicioso, pero alcanzable y sé que necesario- es que cada equipo o selección nacional incluya como parte de su cuerpo técnico a un psicólogo deportivo. ¡Ya se están viendo

los resultados!

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Edgar A. Muñoz Vargas, MDVicerrector Académico de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS)Jefe del programa de Cirugía de la Rodilla de la FUCS Jefe  de la Clínica de Artroscopia y Cirugía de la Rodilla del Hospital de San JoséDirector del Departamento Médico de Millonarios

Mi experiencia en Millonarios

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Han transcurrido 27 años desde que la vida me dio el inmenso honor

de ser el Director Médico de Millonarios. Este, el equipo de mis afectos desde mi ya lejana infancia, se convirtió en una obsesión, en esa pasión intensa que en ocasiones nos hace sufrir, pero que en otras (las más de las veces) nos desborda en alegría. Fue de hecho una de mis frus-traciones el no haber podido ser futbolis-ta por la limitación obvia que impone la secuela de la poliomielitis. Sin embargo, esta condición de alguna manera orien-tó mi inclinación profesional inicial por la medicina; posteriormente por la ortope-dia y, finalmente, por la cirugía de rodilla y la traumatología deportiva.

Indudablemente, como buen hincha, mi sueño era ser (en algún momento) médi-co de Millos, pero no tenía ningún vínculo con el Club que me ayudara a cristalizar ese anhelo. Atendí a un paciente vincu-lado con el Club que me presentó ante las directivas de la Institución, quienes

aceptaron mis planteamientos y logré fir-mar mi contrato de trabajo. Ese ideal, que parecía imposible de alcanzar, era entonces, una realidad. Con inmensa alegría y responsabilidad asumí el com-promiso; no podía, por supuesto, ser inferior a esa enorme oportunidad que me presentaba la vida, lo que aumentó en mi el crecimiento académico y en-tendí perfectamente que el respeto y reconocimiento profesional solo podría alcanzarlo con resultados.

En ese entonces, 1987, a los médicos de los clubes del fútbol profesional no se les daba la trascendencia e importancia que hoy tenemos. Es más, existían equipos sin médicos y, en especial, sin departamentos médicos organizados. Muchos eran gene-rales e inclusive supe de alguno que se desempeñaba como ginecólogo. La gran mayoría de las lesiones eran manejadas empíricamente por los llamados kinesió-logos, quienes tenían gran credibilidad gracias a sus experiencias, pero sin nin-

guna, o muy poca fundamentación aca-démica. En Millonarios había uno, César Rubens, de origen brasileño, quien había sido boxeador en su juventud y fue vin-culado al Club años antes de mi ingreso por el técnico Dr. Gabriel Ochoa Uribe. César se ganó el afecto y la credibilidad de los deportistas por su amabilidad, vo-cación de servicio permanente y acompa-ñamiento sin límite. Él atendía no solo a nuestros jugadores, sino que a él acu-dían jugadores de otros clubes y de otras disciplinas deportivas, así como deportis-tas recreativos de todas las clases socia-les. En fin, era como una leyenda en el ámbito del deporte.

Entenderemos entonces que mi situación no era fácil. Yo, mucho más joven que él, con un cúmulo de conocimientos médi-cos, pero sin experiencia en el manejo de deportistas y, además, un solemne desco-nocido en el medio; mientras que César era el “sensei”, con toda la credibilidad y respeto por parte de nuestros jugadores.

“Cuando ingresé, fui muy claro con los directivos de la

Institución manifestándoles que yo quería organizar un verdadero

departamento médico y me dieron todo su respaldo y apoyo”.

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Ante esta situación, decidí entonces acer-carme a él con modestia y respeto, ma-nifestándole que su experiencia era muy valiosa para mí y que si la utilizábamos racionalmente, serían nuestros jugadores los grandes beneficiados. Lo hice poco a poco hasta ganarme su confianza y reco-nocimiento. Se acabaron las infiltraciones que con mucha frecuencia aplicaba y me convertí en su consultor. Yo le manifesta-ba cuán importantes eran sus masajes, los emplastos que aplicaba a los jugadores con lesiones musculares y lo importante que era su protagonismo cuando estába-mos asistiendo en las canchas a nuestros jugadores lesionados. De él aprendí mu-chas cosas que a lo largo de mi carrera profesional fueron significativas. Una de ellas, el aprender a ganarse la confianza y la credibilidad por parte del jugador.

Otro problema gigantesco era el uso de estimulantes (fundamentalmente anfe-taminas) que en ese momento se con-sumían sin restricciones en todo el ám-bito deportivo y con lo que él, de alguna manera, comulgaba. Pero haciéndole entender de manera respetuosa que los efectos negativos de estas sustancias ge-neraban efectos indeseables en nuestros atletas, aprendió claramente la situación y, hasta donde supe, el problema des-apareció o por lo menos si existía algo, era a nuestras espaldas.

Cuando ingresé, fui muy claro con los direc-tivos de la Institución manifestándoles que yo quería organizar un verdadero departa-mento médico y me dieron todo su respaldo y apoyo. Solicité un médico deportólogo, un nutricionista, un psicólogo, equipos de rehabilitación y dos fisioterapeutas, quienes se convirtieron en un apoyo invaluable en la recuperación de nuestros deportistas. Comenzamos entonces con un grupo aca-démicamente robusto y los resultados posi-tivos no se hicieron esperar.

La cirugía artroscópica, la eliminación de las inmovilizaciones con yesos en el mane-jo de los esguinces, las lesiones musculares y, en general, el concepto acuñado por la

Asociación para el estudio de la Osteosín-tesis -AO- en Suiza, según el cual de que “la vida es movimiento y el movimiento es vida”, disminuyó dramáticamente los tiempos de recuperación de nuestros ju-gadores. Enmarcamos nuestros conceptos médicos con la filosofía de mover tempra-namente las extremidades lesionadas y mi-ramos con escepticismo el uso de yesos e inmovilizaciones prolongadas, conductas que eliminamos del “arsenal” terapéutico. Difundimos nuestro pensamiento a lo lar-

go y ancho del país, así como en Améri-ca latina, en múltiples eventos científicos, simposios y congresos.

Insistimos en la importancia de recons-truir el ligamento cruzado anterior de los deportistas utilizando el tendón patelar, convirtiéndonos en pioneros en el desa-rrollo de ese procedimiento en nuestro medio. Pregonamos con insistencia casi que patológica que las meniscectomías abiertas eran patrimonio del pasado y

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que lo correcto era reparar esas lesiones por vía artroscópica. Pensamos que una manera muy importante de darle altura al departamento médico para que esti-mulara nuestro desarrollo y formación académica, era compartiendo sin egoís-mo nuestras experiencias docentes con colegas en proceso de formación. Fue así como logramos que el recién fundado programa de Medicina del Deporte de la Universidad El Bosque y el postgrado de Ortopedia de la Universidad del Rosario nos enviaran residentes a rotar por nues-tro servicio. Este paso fue trascendente para las instituciones pues, con el entusias-mo de esa muchachada ávida de conocer nuestras experiencias, crecimos académi-

camente y nuestras conductas médicas se difundieron positivamente. Pienso que de esas reuniones que se hicieron y que las seguimos haciendo semanalmente -ahora con los residentes de la Fundación Uni-versitaria de Ciencias de la Salud- se han beneficiado no solo nuestros deportistas y nuestros estudiantes, sino que el entusias-mo de éstos ha sido un estímulo que de algún modo ha permitido mi crecimiento y realización profesional.

A lo largo de nuestra vinculación a Millos hemos posicionado nuestro departamen-to médico en un altísimo sitial, que nos ha permitido ganar la admiración y el res-peto de todos y cada uno de los técnicos,

preparadores físicos y jugadores que han transitado por el Club, así como la con-fianza de otros clubes que con frecuencia solicitan nuestra opinión y consejo. Esto ha retribuido con creces nuestro esfuer-zo, además, de los tres campeonatos que hemos obtenido desde 1987.

Mucha agua ha corrido bajo el puente. Hoy solo debo agradecerle a Dios el que me haya permitido crecer a la sombra del equipo de mis afectos y, de alguna mane-ra, contribuir con nuestro grano de arena al crecimiento del deporte de nuestro país y en la formación de profesionales que desarrollan su actividad médica de una

forma brillante.

“Hoy solo debo agradecerle a Dios el que me haya permitido crecer a la sombra del equipo de

mis afectos y, de alguna manera, contribuir con

nuestro grano de arena al crecimiento del deporte

de nuestro país y en la formación de profesionales

que desarrollan su actividad médica de una

forma brillante”.

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Entre el juego cruzadoEl médico deportólogo de una selección nacional de fútbol

Héctor Fabio Cruz MDCentro Médico Imbanco - Medicina Deportiva Centro Dermatológico de Cali y Especialidades Quirúrgicas, Cali Medicina Deportiva Nutrición Enteral Cetogénica, Bogotá - Global Medical Center

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Mi llegada al complejo universo del fútbol profesional se produce en

1992, luego de seis años de actividad plena en el ciclismo, en aquella época dorada que destacó nombres como el de Luis Herrera, con quien ganamos la Vuel-ta a España en 1987, la primera y, hasta hoy, única victoria en las tres grandes del ciclismo mundial.

Trabajar en el ciclismo fue sin duda una experiencia única pues hasta entonces no había un deporte donde la medicina de-portiva jugara un papel tan importante en su desarrollo, al punto de llegar a traspasar ciertos límites legales y éticos; razón para entender porque la Unión Ciclista Interna-cional endureciera los protocolos de inves-tigación para iniciar una cruzada contra el dopaje. Fueron muchos años, décadas qui-zá, en las que el ciclismo apareció como el deporte de las trampas, pero ello era pre-cisamente el resultado de esa persecución.

Hoy podría decirse que este deporte, uno de los de más alta exigencia, está más limpio que nunca. La nueva explosión del ciclismo colombiano con Nairo Quintana, Rigoberto Urán y Carlos Betancur es la mejor respuesta a la situación. Son mu-chas las medidas que hoy en día se em-plean para garantizar los resultados de las carreras, desde los controles hasta el pa-saporte biológico, la que considero hoy, la mejor herramienta científica.

lo que se estaba haciendo y la disciplina para asimilar los instructivos médicos. De esta manera, el técnico tenía claro el por-qué no debía contar para un juego con tal o cual jugador, por muy importante que fuese para su diseño táctico y estratégico de ese compromiso. Un asunto de con-vencimiento, credibilidad y confianza.

Por ello, vale la pena decir que durante mi proceso con la Selección Colombia los episodios de lesiones fueron realmente mínimos, porque se cumplieron las fases

Esa experiencia y el contacto cercano con los más reconocidos médicos deportivos de Europa, como el doctor Gerald Porte, director del departamento médico del Tour de Francia, y el doctor George Uber, director de los Centros Olímpicos de Ale-mania en ese entonces, me llevaron al fútbol cuando ingresé como director de los servicios médicos del América de Cali, a instancias del profesor Francisco Matu-rana. Conformamos un equipo interinsti-tucional con el apoyo del profesor Diego Barragán. Iniciamos los controles bioquí-micos del entrenamiento y un seguimien-to científico a la plantilla de jugadores que paulatinamente fuimos incorporando a la Selección Nacional, cuando en ese año, gracias al llamado del profesor Maturana, iniciamos los primeros acercamientos.

Comenzamos entonces la implementación de valoraciones de medición del atleta en su parte interna, no lo que subjetivamente se podía ver a través de lo que sentía o de-cía el deportista. Nos acompañábamos del reflotrón, un laboratorio ambulante donde teníamos a disposición todos esos elemen-tos de control.

La idea central era practicar una medici-na deportiva más de prevención que de curación y era fundamentalmente impor-tante el apoyo del entrenador y prepara-dor físico porque en este protocolo entra-ban otros aspectos como la convicción de

“Comenzamos entonces la

implementación de valoraciones

de medición del atleta en su parte

interna, no lo que subjetivamente se podía ver a través de lo que sentía o

decía el deportista”.

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de prevención. Y hago énfasis en este concepto porque desafor-tunadamente vivimos situaciones realmente molestas y que te-nían origen en otros conceptos médicos: colegas que entregaban opiniones a la ligera sin siquiera consultar la fuente de origen (en esos casos, la mía) y, mucho menos, la evaluación física del atleta. Esto daba pie para controversias ridículas que se amplificaban en los medios de comunicación pero que, para fortuna nuestra, tenía un cuerpo técnico que sabía lo que se estaba haciendo y lo valoraba a través de los resultados.

Yo, por fortuna, tenía “el camerino” suficiente para asumir las decisiones que debía tomar y la conciencia de hacerlo con claro criterio profesional. Uno debe entender que el médico tiene enor-mes responsabilidades cuando tiene en sus manos jugadores de categoría mundial que representan altas cotizaciones en el merca-do internacional y, de hecho, se convierten en joyas valiosas para sus equipos. Por eso tantos celos, tantos conceptos desenfocados, porque al final la salud del individuo está por encima de cualquier cosa. De ahí que, como lo titulé en estas reflexiones, aprendí a tra-bajar en medio del “juego cruzado” de los intereses que tiene un deporte como el fútbol profesional.

En ocasiones, afortunadamente no muchas en mi caso, el mé-dico se convierte en una piedra en el zapato para el presidente del club, para su sus socios y para sus entrenadores, cuya conti-nuidad laboral depende del resultado de cada partido. Por eso, muchos conceptos médicos terminan chocando contra esos in-tereses y, al final del camino, cuando los daños se causan, el deportista termina siendo la única víctima en medio del mal trato y la desatención.

Un ejemplo: siempre se me consultó sobre el lugar donde debía jugar la Selección y mi respuesta fue siempre la misma: en Barran-quilla, porque teníamos como ventaja sus altas temperaturas a las que podíamos acondicionarnos mejor que los futbolistas extran-jeros, pero los intereses comerciales primaban y se cambiaban los valores fisiológicos. Por fortuna, años más tarde, lo entendieron y los resultados también combinaron los valores económicos. Otra anécdota: cuando viajábamos a La Paz, a esos cerca de 4 mil metros de altitud de la capital boliviana, mi sugerencia era concentrar el equipo en Santa Cruz de la Sierra y desplazarnos a la sede del juego el mismo día del partido. A pesar de esto, esa sugerencia médico-científica, que no era invención mía, sino el producto de años de investigación, era desechada porque no ha-bía dinero para pagar un vuelo charter o simplemente los mane-jos administrativos no lo permitían y, entonces, éstos terminaban prevaleciendo sobre lo deportivo.

Fueron muchas las batallas internas que planteamos, como la creación de un Centro Nacional de Informática que permitiera un seguimiento completo a cada futbolista desde las divisiones

“La idea central era practicar una medicina deportiva más de prevención que de curación y era fundamentalmente importante el apoyo del entrenador y preparador físico (...) Un asunto de convencimiento, credibilidad y confianza”.

formativas hasta la élite. Esto facilita el trabajo de los futuros médicos y cuerpos técnicos responsables. Actualizarse a la modernidad y aprovechar los avances cada vez más sorpren-dentes de la tecnología. Ignoro si esta idea ya esté en desa-rrollo, pero urge hacerlo si es que se quiere sacar adelante un proyecto serio y bien estructurado.

No hay duda, fueron años inolvidables. Como esa Copa Amé-rica que ganamos, en la que se unió todo un equipo en un bloque blindado, conformado por directivos, cuerpo técnico, jugadores, periodistas y toda Colombia. Y esa Copa Confe-deraciones en la que hicimos una presentación de alto prota-gonismo. Conocer muchas personas valiosas entre dirigentes, técnicos, gente de fútbol…

Hoy sigo la Selección que va camino al Mundial de Brasil con la misma pasión y el mismo interés y confío en que tenemos los argumentos para llegar lejos. Sobre Falcao, aspiro a que su recuperación cumpla todos los protocolos médicos. Está en buenas manos y lo importante es su recuperación total como un verdadero jugador fuera de serie. Finalizada la pasada eli-minatoria al mundial Sudáfrica 2010, decidí a motu proprio dar un paso al costado. Creí haber cumplido un ciclo de vida importante en el campo profesional y tenía en mente otros

objetivos profesionales.

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El fútbol es lo más importante de lo menos importante

El médico dirigente deportivo

Esteban Santos MDEspecialista en Traumatología Deportiva, artroscopia y artroplastia - Hospital MetropolitanoExpresidente de Liga Deportiva Universitaria FC - Quito, Ecuador

Los médicos, cuando niños, seguramente tenemos sueños similares a la mayoría de chicos: “Jugar

fútbol y luego, cuando seamos viejos… ¡ser médi-cos!”. Mi casa en Quito, colindaba con la Universidad Central, donde entrenaba su equipo representativo, la Liga Deportiva Universitaria. Verlos actuar invitaba a soñar. Las divisiones inferiores del equipo se inicia-ban con la pre-juvenil, los menores de 11 años. Con los amigos de barrio fuimos a buscar la oportunidad y algunos tuvimos la dicha de ser aceptados en el equi-po, una sensación que nunca se borrará de mi espíritu y es difícil describirla. Solo digo que fue una alegría que marcó en mucho mi vida.

La niñez y juventud transcurrieron en la más sana y feliz de las actividades: jugando fútbol el día ente-ro. Con el paso de los años, ya no suena a petulan-cia contarles, logramos muchos triunfos. Nuestro equipo de Liga fue siempre campeón de las divisio-nes menores hasta la categoría de reserva. Tuve la suerte de estudiar la secundaria en el Colegio San Gabriel que pertenece a los jesuitas; un referente en el país, pero que nunca había sido campeón en fútbol. Apareció una persona muy especial: Pepe Suárez, un maestro en todos los sentidos, que pro-puso un ambicioso proyecto deportivo y fue apo-yado por el padre Maestre. Este consistía en ser campeones intercolegiales luego de cinco años. Y así lo hizo: nos preparó desde el primer año de se-cundaria y, al llegar al quinto, se logró el objetivo: la final la ganamos 3 x 1 al Colegio Montufar. ¡Cómo olvidarlo! Perdonen que les cuente, pero ¡son los mejores dos goles de mi vida!

Al terminar la secundaria, los curitas del colegio me contrataron como entrenador de la selección del Co-

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legio. ¡Mi primer trabajo! Con ese equipo llegamos a la final, pero lamentablemente perdimos, por eso ya no recuerdo los deta-lles. Inicié la Medicina y el fútbol fue que-dando de lado. Siempre he dicho que por los estudios, pero aquí en confianza les cuento que veía que había otros mejores.

Durante la carrera de Medicina, trabajé en la enfermería del Estadio Atahualpa y fui fundador del primer centro médico deportivo creado por el Gobierno. Termi-né la carrera y viajé para hacer el posgra-do en Ortopedia y Traumatología. Regre-sé a Quito con mi esposa Mayra, un hijo y un mundo de ilusiones. Mi búsqueda de trabajo fue corta, lo encontré a los pocos días. Ya podrán imaginarse: nada menos que como médico traumatólogo de las divisiones menores de Liga Deportiva Uni-versitaria. Al poco tiempo, ya estaba con el primer equipo y, en una forma fantás-tica, como cuando las cosas son de ser, llegué a ser médico de la Selección Ecua-toriana de Fútbol.

La Federación contrató un entrenador brasileño de nombre Antoniño, perso-na de edad, a quien conocí durante un partido de Liga en Guayaquil. En la can-cha conversamos y la charla se prolongó muchas horas. A los pocos días recibí la invitación del Presidente de la Federación, indicándome que el profesor Antoniño me pedía como médico, cuando bordea-ba mis 30 años. A partir de ahí aprendí a querer y respetar al ser humano deportis-ta, sin importar si era o no de mi equipo.

Las anécdotas son innumerables. Una de ellas sucedió el día anterior a salir de viaje con la selección para los partidos de las eliminatorias contra Chile y Uruguay. Fue-ron separados del equipo tres jugadores. Antoniño decidió no convocar otros ele-mentos y nos pidió que, para completar el equipo de suplentes durante los entre-namientos, jugáramos el utilero, el prepa-rador de arqueros y yo.

Jugué, en el estadio de Lima en un partido amistoso previo, en Santiago y en el Cente-

nario de Montevideo. ¡Qué recuerdos! Me tocó estar al borde de la cancha en la época de los “casi”: casi empatamos, casi gana-mos y la consiguiente decepción luego de las eliminaciones. La enseñanza fue buena y clara, finalmente es solo fútbol, no más.

La profesión médica, como saben, va cre-ciendo y demanda mayor tiempo. Debí priorizar el hospital y la consulta priva-da, pero la afición no podía abandonar-la, por lo que incursioné en la dirigencia con nuevas metas e ilusiones en mi Club, LDU. Se planificó, con 5 años de anticipa-ción, llegar a ser campeones de la Copa Libertadores de América. Difícil olvidar, el momento que llegamos al hotel en Rio de Janeiro para la final. Un grupo de ecuatorianos había llegado previamente por tierra y colocaron en una ventana un rótulo escrito a mano, que decía: “Y la Copa, ¿por qué NO?”. La final en el Ma-racaná la ganamos. Histórico. Al terminar el escenario para la premiación, dispuesto hacia el lado de la barra del Fluminense, los ecuatorianos tras la tarima no veía-mos nada, el público brasilero desalojó el escenario en pocos minutos, nuestros jugadores fueron premiados frente a na-die y cuando recibieron sus medallas, se dirigieron hacia nosotros y, ahí sí, ¡la fies-ta! La persona que merece todo el crédito por los logros alcanzados, que incluyen cuatro copas internacionales, se llama Rodrigo Paz Delgado.

Fue por el 2006 que recibí el honor más grande: llegué a ser presidente de Liga

Deportiva Universitaria. Uno de los me-jores recuerdos lo constituye la organiza-ción del Primer Congreso de Medicina del Fútbol que organizamos conjuntamente con los amigos de la Universidad El Bos-que de Colombia, bajo la inspiración y en-tusiasmo de Carlos Leal. Un evento que además del alto nivel científico, constitu-yó la consolidación de la amistad eterna, que hemos cuidado siempre, entre cole-gas de diferentes países.

La presidencia del equipo me enfrentó con una dualidad, el fútbol del corazón, lo romántico que siempre fue mi vivencia con el fútbol profesional y lo que no se conoce en las tribunas, una realidad que, aunque no estemos de acuerdo, existe y no la podemos cambiar. Es una sensación similar a lo que siente el joven cuando se le acaba el primer amor de juventud.

Por mi condición de Presidente de Liga y ortopedista de la Comisión Médica de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, acom-pañé a la selección ecuatoriana al mun-dial de Alemania. Ahí viví la mejor expe-riencia en mi vida junto al deporte. Nos

“Me tocó estar al borde de la cancha en la época de los “casi”: casi empatamos,

casi ganamos y la consiguiente decepción luego de las eliminaciones.

La enseñanza fue buena y clara, finalmente es solo fútbol, no más”.

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concentramos en Bad Kissingen, un pueblito hermoso, que acogió a la selección como propia. Sus calles y edificios públicos estaban vestidos con nuestra bandera, las instalaciones y organización fueron simplemente perfectas. La fiesta deportiva en su máxima expresión, porque el país brindaba todas las facilidades para vivir el mundial. Los días en que no jugaba nuestra selección, viajábamos a otras ciudades a ver otros encuentros y, en cada plaza y calle, teníamos la oportunidad de sentir y disfrutar de las diferentes culturas.

Los días que jugaba nuestro equipo eran una fantasía: al aeropuerto escoltados por la policía, avión privado, hoteles de primera, la charla técnica, la adrenalina, presenciar la fe religiosa y compromiso de los jugadores… Hago una disgresión para comentar una trillada frase de los aficionados en los graderíos que dice que: “los jugadores no siem-pre ponen toda la entrega en la cancha” ¡Qué error más grande! Ellos, más que nadie, quieren que los resultados se den, pero no siempre se puede.

En mi hospital en Quito, entre varios amigos colombianos que trabajan, está Hugo, técnico instrumentista del Chocó, quien dice que en la semi final del mundial de Brasil nos enfrentaremos Colombia y Ecuador y que nos ganan por penales. Yo le digo que no le permitiremos que el árbitro nos perjudique.

Ojalá en Brasil lleguemos muy lejos las dos selecciones. Debemos disfrutar de la fiesta a la que estamos invitados. Como bien se ha dicho, el fútbol es lo más importante de

lo menos importante.

“Ojalá en Brasil lleguemos muy lejos las dos selecciones. Debemos disfrutar de la fiesta a la que estamos invitados. Como bien se ha dicho, el fútbol es lo más importante de lo menos importante”.

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La Universidad del FútbolJosé María Busto Villarreal MDOrtopedia y Traumatología del Deporte Director del Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo Director Fundador de la Clínica de Medicina Deportiva del Club de Fútbol Pachuca. Pachuca, México

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Educación 57

Sin lugar a dudas, la práctica de la medicina me ha representado una

verdadera experiencia de vida, enrique-cedora en todos los ámbitos y en especial con la Universidad del Fútbol y Ciencias del Deporte; institución vanguardista que cuenta con programas de licencia-tura y posgrados, en donde se potencian las capacidades, fusionando las habili-dades futbolísticas con las académicas. En 2003 se funda la Clínica de Medicina Deportiva, que luego se convierte en el Centro de Excelencia Médica en Altura (CEMA). En 2012, la FIFA le otorgó su Certificación a los Servicios Médicos del Club Pachuca como una Clínica de Exce-lencia Médica, lo que se considera como una garantía de atención para deportis-tas de alto rendimiento en México.

La Universidad del Fútbol es la primera institución educativa en fundamentar la necesidad de desarrollar un modelo aca-démico deportivo que brinde la oportuni-dad única a los estudiantes de disfrutar la práctica sistemática de fútbol y, en para-lelo, adquirir experiencias académicas. Su misión es promover el desarrollo acadé-mico, deportivo, comercial, social y cultu-ral alrededor del fútbol.

Somos de las pocas universidades en el mundo y la única en América Latina en ofrecer e impartir carreras profesionales en las áreas deportivas a nivel medio su-perior, a través del bachillerato bivalente. La conformación de la plantilla docente de este nivel de estudios está conforma-da por miembros altamente calificados y profesionales reconocidos en el campo de la especialidad que se cursa.

También contamos con un novedoso mo-delo de alto rendimiento e internamiento y concentración total, mixto y flexible, con un alto contenido técnico-deportivo-académi-co, que potencia las capacidades naturales y formativas de los jóvenes estudiantes.

Las instalaciones disponibles son de alto nivel. Todo esto se logra gracias a la in-fraestructura física con la que cuenta el campus, en la que destacamos el servicio de residencia, que les permitirá a los es-tudiantes convivir con jóvenes de todo el país y otras partes del mundo que com-parten el mismo sueño: el deporte, el fút-bol y las experiencias de vida. Esta cons-trucción les permitirá ser independientes y fortalecer su personalidad para alcanzar las metas que se propongan, acompa-

“La Universidad del Fútbol es la primera

institución educativa en fundamentar la necesidad de

desarrollar un modelo académico

deportivo que brinde la oportunidad única

a los estudiantes de disfrutar la práctica

sistemática de fútbol y, en paralelo, adquirir experiencias

académicas”.

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ñando toda su formación y entrenamien-to para ser unos campeones; a través del uso de áreas especializadas como gimna-sios, piscina, pistas de atletismo, aulas in-teractivas y laboratorios. Destacamos también que la participación y competencia en torneos profesionales y federados hacen que la formación en la personalidad y carácter de los jóvenes estudiantes les permita conducirse de

manera adecuada para lograr sus objeti-vos. Es así como se consolida el Modelo Académico Deportivo, único en Latinoa-mérica y que tiene el reconocimiento de validez oficial e incorporación a la Secre-taría de Educación Pública, logrando la formación integral en los jóvenes para enfrentarse a los retos de la vida

Realmente, la Universidad del Fútbol se inicia en primaria, continúa con secunda-

ria -como bachillerato bivalente- y termi-na con siete licenciaturas, cinco maestrías y un doctorado en Deportes.

Nuestro modelo de primaria incluye un trabajo sistémico para el desarrollo del talento deportivo y académico en etapas tempranas, por medio de una planeación personalizada a partir de las fases sensibles y características individuales de cada uno de nuestros alumnos. La excelente coordi-

Universidad del Fútbol

“Esta construcción les permitirá ser independientes y fortalecer su personalidad para alcanzar las metas que se propongan, acompañando toda su formación y entrenamiento para ser unos campeones; a través del uso de áreas especializadas como gimnasios, piscina, pistas de atletismo, aulas interactivas y laboratorios”.

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nación entre los componentes académico, deportivo y de servicios, promueve compe-tencias para la convivencia armónica y la vida en sociedad, lo que le da un nuevo impulso a la identidad personal y a la cons-trucción del proyecto de vida de nuestros estudiantes. Contamos con un equipo multidisciplinario de expertos en el ámbito de las Ciencias Aplicadas al Deporte que se dedican a la investigación y desarrollo de talentos deportivos. Nos preocupamos porque nuestros alumnos cuenten con las competencias y valores firmes para enfren-tar los retos del mundo moderno.

Nuestro modelo académico-deportivo, a nivel secundaria, se distingue por ser un modelo bivalente de educación que les permite a los jóvenes adquirir su certifi-cado de bachillerato para continuar con sus estudios de licenciatura y alcanzar de manera simultánea un grado académico (título y cédula profesional) con especia-lidad en Administración, Arbitraje Depor-tivo y Preparador Físico, formación que les permite desarrollarse en el ámbito profesional. Además, en este bachillerato se estudia de manera intensiva y se logra concluir hasta en un periodo de dos años y medio logrando -por su contenido al-tamente práctico- competencias profesio-nales que ponen al egresado en situación diferente de cualquier otra institución que imparta el mismo nivel de estudios.

Los programas de licenciatura mantie-nen principios claros que nos han per-mitido organizar la formación deportiva y académica a partir de entender a nues-tra institución como una organización la cual, a su vez, es considerada como un sistema. Bajo este principio, contamos con siete programas de licenciatura con-centrada en deporte y fútbol: Adminis-tración, Educación Física, Mercadotec-nia, Psicología, Comunicación, Terapia Física y Nutrición.

El Sistema de Universidad Abierta (SUA) es una modalidad educativa que ofrece la posibilidad de potenciar los aprendizajes de una manera flexible e independiente y bajo condiciones académicas que permi-tan el desarrollo profesional, ya sea para iniciar, continuar o enriquecer la educa-ción formal individual. El alumno que elija ingresar a esta modalidad y desee cumplir con este objetivo necesita ser autodidac-ta, administrar su tiempo y conocer, de-sarrollar y aplicar habilidades de estudio independiente. Este sistema aplica a to-das las carreras.

La Universidad del Fútbol y Ciencias del De-porte ofrece dentro de su programa de pos-grado las maestrías en Ciencias del Deporte y Alto Rendimiento, Educación Física, Fisio-terapia y Kinesiología Deportiva, Medicina del Deporte y Nutrición Deportiva.

El Programa de Maestría y Doctorado de Investigación en Ciencias del Deporte se implementa desde un enfoque flexible, que combina características de dos mo-dalidades de estudio propias de los pro-gramas de posgrado a nivel internacio-nal: a formación de carácter escolarizado y la modalidad del proceso tutorial, en un espacio semipresencial.

He tenido la oportunidad de elegir una de las carreras más nobles y apasionan-tes de la vida, elegí ser médico porque creo en la solidaridad y la equidad de la salud. El pertenecer al Club de Fútbol Pa-chuca es una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida, es el sitio que me permite combinar mi pasión por el fútbol y el amor por preservar la salud de

mis pacientes.

“El pertenecer al Club de Fútbol

Pachuca es una de las mejores cosas

que me ha pasado en la vida, es el sitio

que me permite combinar mi pasión

por el fútbol y el amor por preservar

la salud de mis pacientes”.

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La formación avanzada en la espe-cialidad de Medicina del Deporte

requirió de varios años de maduración para su inicio. Su gestación se da sepa-radamente con dos frentes diferentes, en las ciudades de Medellín y Bogotá, con los doctores Álvaro Ortiz en la Uni-versidad de Antioquia y Nicolás Barbosa en la Escuela Colombiana de Medicina, hoy Universidad El Bosque; quienes para esa época eran quijotes y titanes de la especialidad porque, después de vencer varios paradigmas debido a que éste era un campo nuevo, lograron que, con el apoyo de las universidades mencionadas, el ICFES aprobara el programa de forma-ción en la especialidad en la Universidad de Antioquia y la Universidad El Bosque, en marzo de 1990 y en octubre de 1991 respectivamente. Al iniciar las actividades académicas formalmente, la Universidad

22 Años del posgrado de Medicina del Deporte de la Universidad El BosqueJuan Manuel Sarmiento MDMédico del DeporteDirector del posgrado de Medicina del Deporte, Universidad El Bosque

de Antioquia contó con cuatro residentes en el mes de agosto de 1990 y en enero de 1992 lo hizo la Escuela Colombiana de Medicina, con ocho residentes.

Este posgrado dura tres años y tiene como objetivo formar a médicos en la na-ciente especialidad de la Medicina del De-porte, con el enfoque biopsicosocial que siempre ha caracterizado a la Universidad

desde sus inicios en 1978. El egresado tiene como base fundamental en su for-mación la morfo-fisiología de los sistemas cardiovascular, respiratorio, metabólico, endocrino, osteomuscular y de fisiología del ejercicio, con el fin de estudiar y com-prender los cambios adaptativos que se obtienen en estos sistemas con la activi-dad física, el ejercicio y el deporte, y así poder aplicarlo en:

“El egresado tiene como base fundamental en su formación la morfo-fisiología de

los sistemas cardiovascular, respiratorio, metabólico, endocrino, osteomuscular y

de fisiología del ejercicio...”

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• Personas sedentarias para incentivar-les a ser físicamente activas, realizando una valoración previa y estratificación de riesgos.

• Personas activas aparentemente sanas, con el objetivo de contribuir a que per-manezcan saludables.

•Pacientes que padezcan algunas pato-logías, con el fin de evaluar y utilizar la terapéutica del ejercicio, para luego aplicarlo en la prevención primordial, primaria, secundaria y terciaria de al-gunas de las patologías crónicas que tienen alto impacto en la salud pública y la morbi-mortalidad de la población, como son la diabetes mellitus, hiper-tensión arterial, obesidad, enfermedad arterial coronaria, enfermedad pulmo-nar obstructiva crónica y patologías de-generativas osteomusculares, el cáncer, el asma y las dislipidemias, entre otras.

•Deportistas de alto rendimiento, donde trabajará interdisciplinariamente con otros especialistas y profesionales, sien-do capaz de participar en la formación integral del deportista y de atenderlo en los diferentes niveles de prevención

de las repercusiones de la práctica de-portiva, desarrollando las acciones ne-cesarias para mantener y promover su salud. Además, orientará científica y técnicamente todo el proceso meto-dológico, elaborando protocolos y pro-gramas relacionados para alcanzar su máximo rendimiento y óptimos resulta-dos competitivos.

Después de 22 años de actividades aca-démicas ininterrumpidas se han formado 120 especialistas, que se desempeñan en las diferentes áreas que la especialidad tiene como competencias en su quehacer del perfil profesional.

Para poder desarrollar lo mencionado, por su perfil ocupacional y nivel académi-co, el especialista ha logrado posicionarse en instituciones deportivas, tanto públicas como privadas, así como en hospitales, clínicas, centros deportivos y empresas, ejerciendo en el ámbito nacional e inter-nacional su conocimiento deportivo. Te-nemos egresados en equipos profesiona-les de fútbol, ciclismo, tenis, baloncesto, natación, entre otros; haciendo parte del Centro de Estudios Biomédicos de Colde-portes Nacional, Comité Olímpico Colom-

biano, los Institutos Deportivos de varios municipios y departamentos del país, en las selecciones de mayores e inferiores del fútbol masculino y femenino. En el pano-rama internacional, se resalta el trabajo de algunos egresados en el área de las ciencias del ejercicio en la Universidad de Mac Master en Canadá y la Universidad de Castilla-La Mancha en Toledo, España.

Es también de destacar que el 9 de abril de 1994, por iniciativa de los médicos re-sidentes del posgrado, se creó junto con algunos médicos reconocidos por ASCO-FAME, la Asociación de Medicina del De-porte de Colombia (AMEDCO), la cual ha representado en Colombia y el mundo la Medicina del Deporte del país. A lo lar-go de estos 20 años, siete egresados han ocupado el cargo de presidentes del post-grado de los ocho presidentes electos.

Asimismo, algunos de los egresados han sido parte de comités de otras Asocia-ciones como la de la Asociación Colom-bina de Nutrición Clínica y la Sociedad Colombiana de Cardiología y Cirugía Cardiovascular. Igualmente, en el ámbito internacional, se han ocupado puestos en la Confederación Panamericana de Me-

“Después de 22 años de actividades académicas ininterrumpidas se han

formado 120 especialistas...”

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dicina del Deporte (Copamede), Confe-deración Sudamericana de Medicina del Deporte (Cosumed) y en Comisiones Mé-dicas de la Organización Deportiva Pana-mericana y de la Comisión de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA).

En el área de investigación, como requisi-to para obtener el título de especialista, el residente deberá presentar y sustentar un trabajo de investigación. Varios de estos trabajos se han presentado en forma oral o de póster en diversos congresos nacionales e internacionales, tanto en la especialidad, como de otros campos, entre los que se en-cuentra la cardiología. De igual forma, se ha logrado publicar en revistas indexadas.

El posgrado de Medicina del Deporte de la Universidad El Bosque, sigue demos-trando su liderazgo en la formación de especialistas en esta área de la Medici-na y se ha convertido en un centro de referencia, tanto en el entorno nacional como el internacional, para seguir for-mando médicos, por el nivel de su edu-cación académica, dentro del esquema biopsicosocial, con sentido ético y cultu-ral que contribuyen a la formación holís-

tica del egresado.

“El posgrado de Medicina del Deporte sigue demostrando su liderazgo en la formación de especialistas en esta área de la Medicina y se ha convertido en un centro de referencia...”

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Farma 65

Una gran proporción de lesiones agu-das asociadas a la práctica deportiva

requieren de atención profesional. Una de las intervenciones habituales es la adminis-tración de antiinflamatorios no esteroideos AINES, con el objetivo de limitar el proce-so inflamatorio y de controlar el dolor. Los AINES tienen su principal efecto al inhibir la actividad de la enzima ciclo-oxigenasa. Existen dos isoformas de esta enzima: COX-1 (constitutiva) y COX-2 (inducible).

La producción de prostaglandinas a través de la COX-1 tiene un papel importante en la hemostasia y la agregación plaquetaria, la citoprotección de la mucosa gastroin-testinal y la regulación del flujo sanguí-neo renal. Por otra parte, la producción de prostaglandinas por la expresión de la COX-2 ocurre en condiciones patológicas posteriores a una lesión aguda, como un trauma o una cirugía. Participa en la res-puesta inflamatoria mediante la vasodila-tación y el incremento de la permeabili-

Inhibidores COX-2 en Medicina del Deporte

Daisy Paola Silva MD,   María Fernanda Arboleda MD,  Rodolfo Bohórquez MD, Argelia Lara MDDepartamento de Clínica del Dolor, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, Ciudad de México

dad vascular, generando dolor. Los AINES son inhibidores no selectivos de la COX, generando actividad antiinflamatoria y analgésica por su acción en la COX-2; sin embargo, al también tener acción sobre la COX-1, pueden producir efectos adver-sos significativos.

El perfil terapéutico de los AINES tradicio-nales no llenó las expectativas de eficacia y seguridad que se esperaban durante los años 90. Esto condujo al desarrollo de la in-vestigación de los inhibidores selectivos de la COX-2. Los dos primeros fueron el Cele-coxib y Rofecoxib, introducidos en el mer-cado en 1999. Con los COXIBS se buscaba superar el perfil de seguridad de los AINES tradicionales y estos se convirtieron rápida-mente en una opción para el manejo del dolor e inflamación en modelos de dolor agudo, incluyendo las lesiones en atletas.

A lo largo de los últimos años, diferentes publicaciones a partir de modelos anima-

les alertaron acerca de posibles efectos deletéreos del uso de este grupo farmaco-lógico. Por ejemplo, la inhibición de COX-2 ha mostrado una reducción en la osifi-cación endocondral durante la reparación de fracturas y, en consecuencia, retraso en la unión ósea. En cuanto al efecto de los COXIBS sobre las lesiones agudas de ligamento, varios modelos animales han demostrado una influencia significativa sobre la reparación del tejido. En tendón también hay varios estudios en ratas que demuestran una influencia negativa sobre la recuperación de lesiones agudas.

Los COXIBS alteran la recuperación del tejido muscular debido a una menor pro-liferación de miofibras, que participan en su regeneración 14 días después de la lesión, según lo reportado por Prisk en modelos básicos. Estos hallazgos se han reportado en estudios en animales que utilizan dosis variables en diferentes pa-tologías. Por lo tanto, es difícil extrapolar

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esta información a los humanos y, más específicamente, a los deportistas.

En contraste, los estudios en humanos han tenido resultados positivos. Es el caso del estudio de Buvanendran, en el que los pacientes tratados con COXIBS por lesio-nes agudas de tejido músculo esquelético de rodilla mostraron mejor control del do-lor, recuperación de funcionalidad, menor consumo de opioides, menores puntajes en escala de dolor y menor tiempo de terapia física para alcanzar la movilidad efectiva de la articulación afectada. No obstante, por el corto período de segui-miento en este estudio, no se responde a la pregunta de los efectos que tienen los COXIBS a largo plazo sobre el grado de recuperación del tejido.

El Rofecoxib fue retirado del mercado por inducir lesiones cardiovasculares serias. A pesar de esto, no se ha comprobado un efecto de tal magnitud para los demás AINES y COXIBS. Se cree que esta compli-cación sobre el sistema cardiovascular se relaciona con los diferentes productos ge-nerados por las dos isoenzimas. La COX-1

produce tromboxano A2 en las plaquetas y la COX-2 produce prostaciclina I2 por las células endoteliales vasculares. Estos dos compuestos son vasoactivos y tienen efectos opuestos sobre el sistema cardio-vascular. El TXA2 es un vasoconstrictor, proliferador del músculo liso y activador plaquetario, mientras que la PGI2 es un vasodilatador e inhibidor de la agrega-ción plaquetaria. La inhibición selectiva de COX-2 puede incrementar el riesgo de eventos cardiovasculares, porque remue-ve el efecto antitrombótico de la PGI2 permitiendo la predominancia del efecto protrombótico del TXA2.

Se han reportado efectos renales secunda-rios al uso crónico de AINES. Las prosta-glandinas son vitales para el mantenimien-to de la perfusión renal en momentos de estrés, incluido el ejercicio. Se ha demos-trado que durante el ejercicio extremo, el flujo sanguíneo renal y las tasas de filtra-ción glomerular se reducen hasta en un 50 %. Muchos atletas toman AINES dia-riamente para el dolor. Se estima que el 10 % de la insuficiencia renal crónica en esta población se debe al uso crónico de AINES.

Otro efecto adverso importante en atle-tas, especialmente en corredores de ma-ratón y deportistas de alto rendimiento, es la hiponatremia. La etiología de la hi-ponatremia en esta situación es multifac-torial y se debe, en gran parte, a la so-bre-hidratación y al consumo de líquidos hipotónicos. La inhibición de las prosta-glandinas producidas por el uso de AINES evita la diuresis del exceso de líquido. Este efecto podría llevar a edema cerebral, pulmonar o incluso ocasionar la muerte, como se ha documentado en algunos casos de corredores durante la última década. Los factores de riesgo para desa-rrollar hiponatremia asociada al ejercicio en el género femenino incluyen bajo peso corporal, carreras de ritmo lento, consu-mo de líquido en exceso y las condiciones ambientales de calor o frío extremo.

En un estudio realizado por Page en el 2004 durante un triatlón en Nueva Ze-landa, donde se incluyeron corredores de maratón, ultra-maratón, triatletas, excur-sionistas y militares, se buscó establecer la relación entre hiponatremia y consumo de AINES 24 horas antes de la carrera y

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durante la carrera. Este estudio demostró que el consumo de AINES o COXIBS no provocó ninguna alteración en el sodio sérico después de la carrera, en compa-ración con los no usuarios de AINES. No hubo diferencias significativas entre los grupos en la función renal. Se encontró, además, una asociación entre la edad del corredor y la disminución en la depura-ción de creatinina después de la carrera. La pérdida de peso no se asoció con una caída en la depuración de creatinina. En todos los casos en los que la creatinina era anormal al final de la línea de meta, esta revirtió a la normalidad al repetir la prueba unos días más tarde.

Otro estudio aleatorio - controlado y do-ble ciego- realizado por Paulsen, concluyó que el uso de COXIBS no afectó la recu-peración de la función muscular después de episodios de ejercicio excéntrico. Estu-dió a 33 hombres sanos y físicamente ac-tivos sometidos a ejercicio, consistente en repeticiones del músculo flexor del codo utilizando su brazo contrario como con-trol. No hubo diferencias estadísticamen-te significativas con respecto a marcado-res de inflamación entre los dos grupos. Este es el primer estudio que investiga el efecto de inhibidores de la COX-2 en la recuperación del daño muscular inducido por el ejercicio en humanos.

Un meta-análisis realizado por Jones y Lamdin reporta resultados de alta o mo-derada calidad provenientes de ensayos controlados y aleatorizados, en cuatro di-ferentes continentes. Participaron 3.060 pacientes representativos de la población de adultos jóvenes saludables, con una edad media de 31 años, y con lesiones agudas de tejidos blandos.

El resultado primario no mostró diferencias clínicamente importantes entre COXIBS, AINES o Tramadol. Se observó que la efica-cia analgésica de los COXIBS y el Tramadol fueron similares; sin embargo, el riesgo de cualquier efecto adverso gastrointestinal fue del 41% más bajo en los pacientes tratados con COXIBS que en los pacientes

tomando AINES. Este riesgo fue del 61% menor en los pacientes que toman un CO-XIB que en aquellos que tomaron Trama-dol, debido al elevado número de reportes de náuseas y vómitos en este grupo. Por otra parte, el riesgo de reacciones adversas del sistema nervioso central como dolor de cabeza, somnolencia y fatiga fue de 46% menor en los pacientes que toman un CO-XIB que en los que recibieron Tramadol.

Los AINES y los COXIBS pueden pro-porcionar más beneficios en términos de eficacia en las lesiones muscula-res y de ligamentos que en tendinitis y fracturas. El beneficio de cualquier medicación debe contrastarse contra el potencial de efectos adversos. Por lo tanto, se debe ser cauteloso cuando se prescriban AINES y/o COXIBS a atle-tas, especialmente justo antes de ma-

ratones o pruebas de larga distancia, debido a la posibilidad de desarrollar hiponatremia asociada con el ejercicio. En el caso de existir una clara contrain-dicación al uso de AINES o COXIBS en el contexto de una lesión deportiva, se puede plantear la opción de un AINES tópico, paracetamol oral o medidas como fisioterapia dirigida.

En conclusión, los COXIBS son tan efica-ces para la analgesia después de lesio-nes agudas músculo-esqueléticas como los AINES, pero tienen claras ventajas en cuanto al perfil de seguridad gastroin-testinal. Hasta la fecha, no hay evidencia de incremento en el riesgo de eventos cardiovasculares con el uso de COXIBS a corto plazo, pero se sugiere hacer una evaluación individual previa para descar-

tar factores de riesgo.

“Los AINES y los COXIBS pueden proporcionar más beneficios en términos de eficacia en las lesiones musculares y de ligamentos que en

tendinitis y fracturas. El beneficio de cualquier medicación debe contrastarse contra el

potencial de efectos adversos”.

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Río de Janeiro, ciudad maravillosaAna Claudia de SouzaOrtopedia y Traumatología Instituto Cortrel de LeblonRío de Janeiro, Brasil

“Minha alma canta, Vejo o Rio de Janeiro,Estou morrendo de saudade.

Rio, teu mar, praias sem fim, Rio, você foi feito pra mim.”

Samba do avião – Tom Jobim

“La Ciudad Maravillosa, llenó de mil encantos, corazón de mi Brasil...” cantan los versos de la canción compuesta por André Filho, que magnifica la belleza natural

de Río de Janeiro. Fuente de la inspiración para poetas, músicos y la imaginación de sus visitantes. Además, de su belleza natural, la ciudad es reconocida mundialmente por el cariño y la hospitalidad con que su pueblo, el carioca, da la bienvenida a sus visitantes.

El calor de Río de Janeiro no viene solo del sol, sino también de la receptividad. Todo este calor humano, que puede ser visto en la ciudad, se encuentra en todas las actitudes de los cariocas en su día a día. Se trata de un comportamiento expansivo y voluntarioso, dispuesto a ayudar aunque el carioca no hable el idioma del visitante. Río de Janeiro es la segunda ciudad más grande de Brasil y la más conocida en el extranjero, por eso es también el principal destino turístico en América Latina y en todo el Hemisferio Sur. Se estima que la población es de alrededor de 6.429.923 habitantes.

Considerada como uno de los más grandes centros económicos y culturales de América del Sur, la ciudad se encuentra en el corazón del Sudeste de Brasil y recibe anualmente

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más de dos millones de turistas extran-jeros. Con su amplia infraestructura de servicios turísticos, la ciudad se encuentra entre los destinos más importantes del mundo en la recepción de los encuentros culturales, comerciales, técnicos y cientí-ficos, simposios, conferencias y exposi-ciones. Su exuberante naturaleza incluye 90 km de playas, las lagunas Rodrigo de Freitas, Camorim, Tijuca y Marapendi, además del Parque Nacional da Tijuca, el bosque urbano más grande del mundo. En 2012, el paisaje urbano de la ciudad fue considerado Patrimonio de la Huma-nidad por la UNESCO.

Desde que en 2007 se confirmó que Bra-sil sería la sede de la Copa del Mundo de 2014, la ciudad se prepara para recibir el mayor evento deportivo del planeta. Con obras estructurales y de movilidad urbana, ha sufrido grandes transforma-ciones en la búsqueda de la excelencia que caracteriza la preparación para este mundial. Con solo unos meses por delan-te antes de las competiciones, nosotros estamos preparando una gran fiesta para vivir intensamente nuestra pasión nacio-nal: ¡el fútbol!

Cómo llegar

El aeropuerto Santos Dumont opera principalmente vuelos entre Río y São Paulo y los procedentes del centro del Estado de Río de Janeiro, más los regio-nales que unen las principales ciudades del país. La ubicación privilegiada de Santo Dumont, en el centro, permite que se llegue rápidamente a los prin-cipales hoteles y atracciones turísticas. También hay empresas de taxis y varias líneas de autobuses que llevan a varios puntos de Río de Janeiro.

El Aeropuerto Internacional de Río de Janeiro, Galeão / Antonio Carlos Jobim, está situado a solo 20 kilómetros del centro y es servido por varias autopistas, como las líneas roja y amarilla, y la Ave-nida Brasil, lo que facilita los desplaza-mientos para los distintos puntos de la

ciudad, tanto en la zona sur, como en el norte y el oeste. El sistema de transporte urbano ofrece taxis especiales y líneas de autobús que conectan el Galeão a varios destinos, incluyendo al otro aeropuer-to de la ciudad. El Galeão se encuentra actualmente en obras de reforma y am-pliación en los Terminales 1 y 2, con el fin de prepararlo para un estimado de 44 millones de pasajeros por año, según cifras oficiales de la Empresa Brasilera de Infraestructura Aeroportuaria.

Dónde quedarse

En la actualidad, Río de Janeiro tiene 32.425 cuartos de alojamiento, incluyen-

do hoteles, casas de huéspedes y apar-tahoteles. Pero, ante la amenaza de los altos precios debido a la demanda du-rante la Copa Mundo, el Gobierno se ha comprometido a hacer frente a “precios excesivos”. En este punto, un estudio de los precios, la ubicación y el costo-beneficio es bienvenido, para lo que se recomienda la Guía Oficial de la ciudad en internet: http://www.rioguiaoficial.com.br/onde-ficar

Lo que no se puede perder en Río

Río está llena de atractivos culturales y turísticos, pero algunos se destacan. Hay programas para realizar al aire libre, que

“Considerada como uno de los más grandes centros económicos y culturales

de América del Sur, la ciudad se encuentra en el corazón del Sudeste de Brasil y

recibe anualmente más de dos millones de turistas extranjeros”.

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son una alternativa diferente a las playas que están llenas de gente durante los fines de semana. Dado que la ciudad estará llena, vale considerar algunos programas gratis para disfrutar de los días de cielos azules y el clima templado del otoño / invierno.

El Aterro de Flamengo se caracteriza por ser uno de los ma-yores complejos de ocio de la ciudad. La ubicación es ideal para aquellos que quieran disfrutar de un día de sol y hacer actividades al aire libre. La zona -que se extiende desde el aeropuerto Santos Dumont, en el centro, hasta el comienzo de la playa de Botafogo, a través de los barrios de Gloria y Flamengo- es apetecida, sobre todo los fines de semana, para practicar deportes como el ciclismo, el patinaje y el skate, o simplemente caminar y correr. Vale la pena hacer un paseo en bicicleta para recorrer las largas distancias y disfrutar de la maravillosa vista de la bahía y el Pan de Azú-car. Las calles están cerradas los domingos desde las 7 a.m. hasta las 6 p.m., así sucede en los sectores de Copacabana, Ipanema y Leblon. Para más información, visite http://www.bikeinriotours.com

Conocida como importante espacio cultural de la ciudad, la calle Lavradio llama la atención por su belleza arquitec-tónica exuberante. El lugar fue sitio de encuentros de per-sonas ilustres como poetas, escritores, políticos y artistas que marcaron la historia del escenario de Río de Janeiro. En el tercer sábado de cada mes, la calle recibe músicos de jazz, arte y una muestra gastronómica. En el show se puede encontrar buena música, objetos de arte y antigüe-dades -expuestos por algunas tiendas y puestos de venta-,

“Vale la pena hacer un paseo en bicicleta para recorrer las

largas distancias y disfrutar de la maravillosa vista de la

bahía y el Pan de Azúcar. Las calles están cerradas los domingos desde las 7 a.m.

hasta las 6 p.m., así sucede en los sectores de Copacabana,

Ipanema y Leblon”.

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y la comida brasileña de calidad. A las 2:30 p.m. una banda de jazz comienza a hacer una bella presentación en frente de la Plaza Emilinha Borba. No se alarme si usted escucha un “chorinho” o la bos-sa nova. A menudo, el repertorio llega a la samba y ritmos latinos.

¿Qué tal un café de la mañana diferente? Situado al lado de la montaña del Corco-vado y del Jardín Botánico, el Parque Lage llama la atención de los visitantes por sus jardines diseñados en el estilo romántico europeo. En total, hay 52 hectáreas de zonas verdes, con una variedad de espe-cies de la Mata Atlántica y son parte del Bosque Nacional de Tijuca. Las mansiones del siglo XIX, la Escuela de Artes Visuales del Parque Lage y el patio central de la mansión y la piscina, son buenos lugares

para visitar, mientras que el restaurante DRI Jardim Botânico Café ofrece un de-licioso desayuno. ¡Vale la pena probarlo!

Las playas son extraordinarias y mun-dialmente conocidas. Están ubicadas en la Zona Sur y Zona Oeste de la ciudad. La belleza natural en todo el camino si-gue la costa del Río de Janeiro, donde se puede disfrutar de la gente carioca y la relación con sus hermosas playas. Vale la pena disfrutar la famosa y muy aprecia-da puesta de sol en la roca de Arpoador en la playa de Ipanema.

¿Cómo ir a Río y no visitar el Pan de Azú-car? Desde la cima de esta gigantesca roca, se despliega un paisaje impresio-nante de la ciudad, incluyendo la Bahía de Botafogo, la playa de Copacabana y

la entrada a la Bahía de Guanabara. ¡No olvide su cámara! Para más información, visite http://www.bondinho.com.br

En la cima de la montaña del Corcovado está la estatua del Cristo Redentor. Una de las atracciones más populares de Río de Janeiro, a 710 m sobre el nivel del mar, desde donde se puede disfrutar de las más bellas vistas de la ciudad. La famo-sa estatua fue nombrada una de las Siete Maravillas del Mundo, una votación lleva-da a cabo en 2007 por la Fundación New 7 Wonders. El monumento es accesible en tren, taxis o coche.

El templo mundial del fútbol, el Estadio Maracaná, es una visita obligada para los amantes del fútbol. Ofrece tours de una hora donde los visitantes tienen la opor-

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tunidad de caminar por las galerías de la fama y de prensa, camerinos, vestuarios y cerrar el paseo, literalmente, pisando el cesped de la más famosa y más icóni-ca cancha de fútbol del mundo. La visita es acompañada por guías bilingües que cuentan hechos que matizan la historia de este escenario deportivo.

No deje de visitar otras atracciones menos conocidas, como el Parque Nacional de Ti-juca, el Jardín Botánico, la Lagoa Rodrigo de Freitas y el Teatro municipal. El primer sába-do de cada mes, la calle Lavradio recibe la Fe-ria del Río Antiguo. La calle centenaria, tiene mansiones históricas, bares, tiendas de an-tigüedades y sitios con músicas, ofreciendo un horario relajado para aquellos que quie-ran conocer la historia de la ciudad. Uno de

los mejores clubes nocturnos que no debe perderse es el Río Scenario, una antigüedad de tres pisos donde se aprecia la música bra-sileña con vida. ¡Simplemente, un deber!

Dónde comer y qué tomar

Río tiene una lista enorme de buenos res-taurantes y bares. La gran diferencia en la gastronomía, es justamente, su comida tí-pica. Una de las formas más sencillas y re-lajadas que Río tiene para beber y comer es, especialmente, su cultura de bote-quim (sitios para degustar tragos típicos) y el balcón. No deje de probar una buena feijoada, una buena barbacoa (El Porcão es el más famoso ), una caipirinha (famo-so coctel hecho con cachaça brasileña y limones), bocadillos y aperitivos acompa-

“El templo mundial del fútbol, el Estadio Maracaná, es una visita obligada para los amantes del fútbol”.

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ñados de una cerveza fría para relajarse. Pruebe también un “escondidinho” o un açaí en la tienda Bibi Sucos. Recuerde comer empanadas de camarones en la Murada, delante de Bar Urca; cenar en Gabbiano al Mare - Ipanema; y almuerzo en Niterói, en el mejor restaurante de co-mida portuguesa en Río: “Gruta de San-to Antonio“, verá cómo vale la pena la comida y el hermoso paseo en el Puente Río - Niterói.

Ante la llegada de grandes eventos como la Copa del Mundo y los Juegos Olímpi-cos en el año 2016, los precios de los ser-vicios en Río experimentaron aumentos y la gente carioca comenzó a sufrir con estos aumentos. Hoy en día hay un gru-po (Río Surrealista) que difunde el boicot a los precios exorbitantes que se cobran en los bares, restaurantes, tiendas y en la calle de Río de Janeiro. Es importante en-tonces consultar primero los precios.

Algunos consejos

Como en toda gran ciudad, el turista que vi-sita Río por primera vez debe ser consciente de los oportunistas. Y este Mundial no será diferente. Al llegar al aeropuerto, utilice solo taxis legales y obtenga toda la información en las tiendas oficiales de turismo. En la ciu-dad, el transporte urbano es bueno, se pue-de montar en los autobuses, taxis y el metro. Si usted va al Maracaná, opte por los trenes o el metro. Sepa dónde y cómo actuar en este tipo de transportes. La seguridad en Río ha mejorado, pero es importante estar pen-diente de los objetos de valor, evitar el uso de joyas y siempre tener cuidado.

Si usted no consigue entradas para los juegos, no se preocupe, la fiesta será en todos los lugares, bares, restaurantes y pantallas al público. ¡Únase a la multitud brasileña y venga a disfrutar de la alegría

de la gente!

“Si usted no consigue entradas

para los juegos, no se preocupe, la fiesta será en

todos los lugares, bares, restaurantes

y pantallas al público. ¡Únase a la

multitud brasileña y venga a disfrutar

de la alegría de la gente!”

Dr. Víctor Raúl CastilloBucaramanga:el primer transplante de un corazón artificial en Colombia

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