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  j éreilo Revista ihistrada del as Armas Servicios Ministerio dcdEjército

REVISTA ILUSTRADA DE LAS ARMAS Y SERVICIOS

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REVISTA ILUSTRADA DE LAS ARMAS Y SERVICIOS

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  • Ej reilo.-Revistaihistrada del1asArmas y ServiciosMinisterio dcd Ejrcito

  • TERIODELEJERCITO

    ejrcitoREVISTA ILUSTRADA DELAS ARMAS Y SERVICIOS

    DIRECTOR:ALFONSO FERNNDEZ, Coronel de E. M.

    JEFE DE REDACCIN:io. Sr. D. Jos Daz de Villegas, Director General de Marruecos y Colonias.

    REDACTORES:mo. Sr. D. Mariano Alonso Alonso, de la Escuela Superior del Ejrcito.mo. Sr. D. Gregorio Lpez Muiz, de la Escuela Superior del Ejrcito.el Servicio de E. M., D. Jos Fernndez Ferrer, de la Escuela Superior

    Vicente Morales Morales, del Estado Mayor Central.1 Sericio de E. M., D. Carlos Taboada Sangro, del Regto. Artill.a n. 9.el Gonzlez de Mendoza y Dorvier, del Estado Mayor Central.nuel Chamorro Martnez, del Estado Mayor Central.el Servicio de E. M., D. Altonso Romero de Arcos, del Estado Ma

    os Bercial Esteban, de la Revista EJRCITO.Armamento U. Pedro Salvador Elizondo, de la Direc. Gral, de Industria.)s, del Servicio de E. M., U. Jos Casas y Ruiz del rbol, del Estadoicia U. Jos Rey de Pablo Blanco, de la Escuela de Estado Mayor.

    PUBLICCION MENSUAL.dministracin: MADRID, Alcal, 18, 4022-52-54 Correspondencia, Apartado de Correos 317

    PRECIOS DE ADQUISICIONripcin colectiva por intermedio del Cuerpo 7,00 Ptas. ejemplar.ipcin particular (por semestres adelantados) 50,00es, numero atrasado10,00 ral, suscripcin anual120,00anual250,00 i

    12,00

    rrespondencia para colaboracin, al Director.ipciones, al Administrador, D. Francisco de Mata Diez, Comandante

    de Infantera.

  • ;1]

    AMAM.ETO Y.:ORGAN !ZACIONDE LAINFANT EMA;0]

    1EL FUSIL AUTOMATICO INDIVIDUALLa Infantera, a partir de la G. M. 1, no dispone de

    la debida potencia de fuego. Esta crisis, acentuada enla G. M. II, di lugar a la organizacin de las Unidadesdotadas de subfusil, en Rusia; a la aparicin del M. P. 43,en Alemania; del fusil semiautomtico Garand M-I y delas carabinas automticas Garand M-I y M-II, en Estados Unidos.

    En la ofensiva, el escaso efecto til del fuego de losfusiles de repeticin y la vulnerabilidad de los hombresque los manejaban eran causa de su fracaso ante la eficacia de las ametralladoras de las defensa, servidas porpersonal casi a cubierto y poco vulnerable a las armasindividuales. Para remediar la escasa potencia de fuegode los asaltantes, naci el fusil ametrallador (culpabledel concepto del mal llamado escaln de fuego del Pelo..tn, segn defini certeramente el General Alonso Alonso), con el que no se logr el aumento necesario y, porotra parte, rest ms de un tercio de asaltantes al Pelotn, sin ventaja para la vulnerabilidad de esta Unidad alno disminuir el nmero de hombres.

    Para incrementar la potencia de choque, hay queaumentar la proporcin de asaltantes en las pequeasUnidades (i) y dotarles de armas de tiro automtico (2).

    En la defensiva actual no puede. lograrse con fusilesde repeticin que un Pelotn domine con sus fuegosuna superficie de 36 Ha., en 3600 (3); ni puede confiarseslo a las armas automticas colectivas la integridad delas organizaciones. Es necesario que los fusileros puedanbatir con buen efecto til los espacios no dominadospor las armas automticas de tiro tenso, cosa que slopodr lograrse con fusiles automticos individuales debuena precisin.

    Es necesario, pues, dotar a la Infantera del arma individual automtica, que permita volver a una mayorhomogeneidad en las pequeas Unidades y, aumentarla potencia de fuego para recuperar la armona entrelas Formas de la Accin. Los principales pases estntrabajando para dotar a sus infantes del arma individualidnea; cosa que, al parecer, an no ha sido lograda apesar del buen nmero de modelos presentados, debido,sin duda, a causas que ms adelante expresaremos segnnuestra modesta opinin.

    Creemos que la solucin para la crisis de la Infanteraest en lograr: primero, la herramienta precisa para eltrabajo de asaltante-defensor y, posteriormente, en laorganizacin de los equipos fundamentales de la accin.

    (i) General KITTEL: Devolved a la Infantera su empuje.Nm. 174, Revista EJRcITo.

    (2) Comandante SALAS: El infante y su arma individual.Nm. 184, Revista EJRcITo.

    () Teniente Coronel ARIZA: La Infantera en la de/en sivasin idea de retroceso. Nm. i8o, Revista EJRCITO.

    Comandante de Infantera, Diplomado de E. M., GERVASIOGONZALEZ REGAA, de la Escuela de A. y T. de Infantera.

    En ambos cometidos tiene valor absoluto la Tctica, quedebe plantear el problema correcto, del que surjan losdatos necesarios a la Tcnica para proyectar las armas,y a la Orgnica para dosificacin en los equipos. Perodicho planteamiento estimamos no debe fundamentarsepensando en la actuacin con armas existentes o en experimentacin; ha de hacerse estudiando el combate ens, con abstraccin total de clases y nombres de armas,nica forma de valorar de manera objetiva y exacta lasnecesidades, teniendo muy en cuenta que toda exuberancia de caractersticas, inaprovechables en las armasporttiles, se traduce, en fin de cuentas, en ms pesopara el soldado, ms culatazo y ms coste de fabricacin.

    Pretendemos hacer a continuacin una exposicin denuestro punto de vista en el

    Planteamiento tctico del problema.La Infantera actual conquista ayudada, y puede de

    fender casi sin ayuda.

    a) Ofensiva.El asaltante no tendr que hacer uso de sus armas,

    normalmente, a una distancia del enemigo mayor de300 metros, la de seguridad del apoyo, y en muchos casosesa distancia habr de acortarse para iniciar la lucha enel interior de la posicin, bajo los ltimos disparos delas armas de apoyo.

    En casos de poca densidad de ocupacinenemigomuy ablandado, etc., podrn los asaltantes apoyarsemutuamente dentro del Pelotn para progresar desde ladistancia de seguridad.

    Tambin podr ocurrir que el apoyo logrado por unarma automtica de tiro tenso (dotada de afuste que dgaranta a los asaltantes) permita a stos cerrar sobre elobjetivo a escasos metros para emplear sus armas.b) Defensiva.

    Las 36 Ha. a defender por el Pelotn estn definidas por un radio poco mayor de 300 metros, distanciaa la cual deben poder efectuar los fusileros el tiro individual con suficiente exactitud. Esta distancia no podrser muy superada en mucho ni aun con armas de muchaprecisin, como consecuencia de los errores de punterapor los rganos naturales, condiciones, de visibilidad,escasa silueta aparente del hombre, desenfoque del blancoy alza si se concentra la visin en el punto de mira, odesenfo que del blanco y punto de miraque se estrecha y acortasi miramos al alza, etc. Pudiera esto sersubsanado por el empleo de alza telescpica, pero noes necesario a la distancia, citada.

    Despus de esta breve exposicin, vamos a tratar desealar las condiciones que debb reunir el arma de lamasa de asaltantes-defensores.

    3

  • El fusil automtico iecesitai. Carga automtica con tiro a voluntad, sucesivo

    o por rfagas.2. Poco peso del arma cargada, as como de los ca:

    tuchos, pues el soldado debe llevar, por io menos, dobledotacin que con el fusil repetidor.

    30 Tan poco retroceso que permita al tirador menosfuerte mantener la puntera sobre el objetivo en el tiroautomtico, incluso por rfagas largas.

    (Creemos que ste es el ndice verdadero de que elsoldado maneja el arma.)

    40 Precisin, en tiro sucesivo y centrado, que prcporcione a la distancia de 300 metros una probabilidadmayor del 50 por ioo en cada disoaro, sobre la silueta deun hombre en pie.

    5. Que el proyectil posea, a la distancia ex:esada,una energa capaz de producir el efecto traumtico suficiente para dejar fuera de combate al hombre tocado.

    6.0 Zoha peligrosapara hombre en pie, a la distancia repetida, de unos ioo metros ( so), para subsanar el posible error de alza por la apreciacin a simplevista de la distancia de tiro. Con esta zona queda cora-pensado un error en la apreciacin de la distancia, hastadel 33 por loo.

    70 Velocidad de tiro pequea; la suficiente para lograr en una rfaga de un segundo un impacto segurosobre la silueta.

    De i8o a 240 disparos por minuto. En estas armas,las velocidades mayores elevan infructuosamente el consumo de municiones y acortan la vida de ellas.

    900 --1

    Grfico n /

    8. La baja debe poseer el mejor coeficiente de formay el balstico idneo para que pierda, durante su trayectoria, la menor velocidad posible.

    q0 Buena.s condiciones de servicio; arma sencilla,bien equilibrada, con poco calentamiento, etc.

    de as paes asactenbeas pedas.Peso.Es de importancia vital que el peso del arma

    cargada sea lo menor posible.Hay que evitar todo exceso de fatiga a la tropa, ya

    ene, como sabemos, la fatiga y el temor se infuencianrecprocamente (r). hn soldado atemorizado es vctimade una fatiga fsica inmensa porque se quema en susmsculos la reserva de glucgeno, por las descargas deadrenalina que inundan su torrente circulatorio comoconsecuencia de la fuerte emocin del peligro.

    Si la fatiga es producida nicamente por el gasto deenerga fsica, influye sobre el valor en tal manera, quellega a anular no slo la voluntad de vencer, sino tambinej instinto de conservacin, -la voluntad de vivir. Claroejemplo de esto es el soldado que preliere una muertecierta y sin ho-no: por no cumplir con su deber ante elenemigo, a cumplirlo sabiendo que es muy probable queresulte indemne en el combate.

    Estimamos que el -seso del arma cargada no debe superar mucho los 3,5 kiicgramos.

    (:) Comandante S. U A. 5/LUCSnALL: Lo eco:cs de famoreAdad del comtaiien/e. Ydm. te - Levista EjCITO.

    Ve/ocr4c/es i,gs re -maneif es y preci/LUP.

    oh /000r cnnun csparo coo nahetn cdt/icmLe en pie.

    800

    100

    90%

    i1Ii I J 9%IIiI

    y

    -

    400

    300

    200

    loo

    o

    -

    - 4_J - 1 -

    II II iii-----___--..

    II iii

    iii---- -------

    1111Iii. 1ii

    pi----------------------------h-----------------------:

    -

    500 1.000 1-Eso4letrqs. Alcances

    2000

  • Retrcceso.Esta caracterstica del retroceso exige undetenido comentario y la presencia de un nuevo trmino: Potencia de retroceso, con el que podamos expresar el concepto de la reaccin del arma en el disparo.

    Se han empleado hasta ahora dos formas de expresin para valorar el efecto de retroceso. Una, la del impulso de retroceso que origina el cartucho. Este impulso,expresado en cifrasT slo sirve para relacionar la potencia de las municiones entre s. No tiene en cuenta el rendimiento de la energa del cartucho al ser disparado endistintas armas, el peso de ellas, ni el sistema de automatismo, masas mviles, etc. Por esto no lo estimamos

    Un arma de poca potencia de retroceso permite al tirador recuperarse con mucha rapidez del efecto del culatazo, pudiendo apuntar nuevamente y disparar en escasotiempo. El arma de ms potencia no permitir un nmeroelevado de disparos en la unidad de tiempo.

    Es indudable que influye en el nmero de disparosefectuados la mayor o menor facilidad de recambio decargador; pero, en general, la prueba indica muy aproximadamente la potencia de retroceso.

    Energa remanente.En Medicina Militar hay dif erentes opiniones respecto a la cantidad de Kgm. necesarios

    400

    350

    IIiiiI IIIiI

    -t---::r-j- - t -

    2000t

    -

    apto para comparar el efecto de retroceso entre diferentes armas.

    Otra forma de referirlo es expresar la energa de retroceso. Ms apropiada que la anterior, por intervenir en elclculo la masa del arma, puede utilizarse como trminocomparativo aproximado para armas de anlogo sistemade automatismo. Entre armas de sistemas diferentes,tampoco estimamos vlido este concepto, que puede originar apreciaciones errneas a la simple inspeccin deesta caracterstica.

    La energa de retroceso se libera, segn el automatismo,en cantidades de tiempo distintas en funcin de las masas y recorrido de stas, originando en cada arma el valorrelativo de la potencia (i). El conocimiento de este valorrelativo, trabajo en la unidad de tiempo, es el que nicamente puede dar el ndice exacto del culatazo del armasin tirar personalmente con ella.

    Los americanos efectan una prueba que, indirectamente, indica la potencia d retroceso: la del minuto defuego. Consiste en disparar con un arma de carga automtica, en tiro sucesivo, sobre la silueta de un hombreen pie, a ioo yardas, y se comprueba el nmero de disparos hecho en dicho tiempo y los impactos logrados.

    K) Te,iientc Coronel 1. A. SM.,vAocOe EL1zoeuO: Conieoilanos e un arculo sove e? fusil de asalto. Nm. 182, Revista EJRcITO.

    para producir el efecto de choque traumtico. Mientra,unos tratadistas opinan que con z Kgm. hay suficientesotros sealan que, para asegurar el efecto traumticonecesario, aun por heridas no graves, hace falta un mnimo de 20 Kgm.

    No hay inconveniente en aceptar el ndice ms alto.La velocidad remanente que ha de llevar el proyectilpara lograr la precisin indicada en el nmero 4 desarrolla una energa superior a dichas cif ras.

    Zona peligrosa.ExporiemOs este concepto utilitarioen contra del concepto de tensin de trayectoria, que estimamos no es necesario en armas de tiro personal.

    Para lograr una gran tensin de trayectoria (impropiamente expresado en muchos casos por el de su efectosobre el terreno, rasancia), hay que dotar al proyectilde una elevada velocidad inicial, que se pierde en laatmsfera, en lOS primeros hectmetros del avance delproyectil por la mayor resistencia del aire en velocidadesde dos o ms nmeros de Macht. Los proyectiles de pequeo calibre han de pagar caro tributo de las velocidades iniciales elevadas por la retardacin que el valor dela funcin de la vlocidad origina segn las diferentesvelocidades remanentes. Vemo, por ejemplo (grfico x),que la bala P. P., aun siendo la de mayor coeficientebalstico delas que estudiamos, pierde a los iDo metrosde alcancede los 771 metros de velocidad inicial70

    Grahco n2

    Enerqi&r.y rcriamenfe.

    250oe

    0) 355

    ee0)1150o

    00

    50

    o

    ., e-a el1 e

    1

    .001t9tro.o. ,lIcenceS

    5

  • metros; desde los oo a 700 metros de alcance, slo 30 me- M. P. 44:tros, y desde los 1.200 a lOS 5.300, nicamente i metros.

    La gran velocidad inicial es obligada en armas de mi- = (0,0081+1,3X0,0016)X685= 0,71 Kg/seg.

    siones especficas (i) que requieran: 9,81.0 Poca duracin de trayectoria; para lograr predic

    ciones pequeas al tirar sobre blancos en movimiento;por ejemplo, ametralladoras antiareas y armas contracarr. (0,0093+5,3X0,0029)X8501 = = 1,13 Kg/seg.

    2. Velocidad remanente; en armas contracarro de 9,8perforacin fsica para obtener la suficiente fuerza vivapara lograr perforacin; y, por ltimo, CETME:

    30 Aptitud para batir amplias zonas peligrosas; como,adems de las antes citadas, las ametralladoras, para lo- = (o,oo68+1,3>(0,0018)X8oo

    = 0,74 Kg/seg.grar efectos de rasancia. 9,8

    El fusil utomtico individual no debe tener una granvelocidad inicial. El principal beneficio que reportara P. P.:sta, eliminacin del error de alza, queda anulado porcompleto al tener que emplearse un cartucho muy po- (0,0128+5,3X0,0029)>(o,ooi)x685 = 5,42 m/seg.mos; Vr = _______________________________

    V, = velocidad inicial, y 4,87g=9,8. 4,872

    Er = 0,50 Kgm. 19,6

    Carabina Garancj M-II:

    (0,00721+1,3X000114)X 585 x85o1 = ---_--_._ = 0,51 Kg/seg. Vr = (0,0093+1,3X0,0029) = 2,5 m/seg.

    ______ 9,8 4,44

    (i) Coronel VXG6N: El roblerna de las grandes velocidades Er = ._x 6,25iniciales. Nm. iii, Revista EJgRcITo. 19,6 1,41 Kgm.

    6

  • pero razones polticas (x) no permiten adoptar dichabala. Segn el artculo citado del Comandante Wilhlmi,se est trabajando en lograr un nuevo proyectil.

    No cumple la condicin de peso. Velocidad de tiro,550 d. p. ni. Logra 87 impactos en la prueba del minuto.

    Resumen: La tcnica ha satisfecho unas condicionestcticas desproporcionadas; pero, a pesar de la bala inventada (verdadero proyectil de exposicin), no ha podido satisfacerse un peso pequeo.

    Por otra parte, el sistema de automatismo no permitelograr la condicin de potencia de retroceso.

    Conjuntamente con el M. P. 44, es la nica arma quetiene moderna orientacin de fabricacin, barata y rpida, al no requerir la mayora de sus piezas construccinen fbricas especializadas.

    Cartucho hipottico que satistaria las conliciOfleS periidas.Partiendo de la bala P. P. de un coeficiente balstico

    aproximadamente = 0,3637 y del ngulo = 160que define la zona peligrosa necesaria, determinaremosla velocidad inicial que deberamos proporcionar a dichabala para lograr, en el blanco, los efectos deseados.

    Datos. Clculo de A1

    X 300 ni.C = 0,3637ca = 55 ___

    (supuesta) V, = 400 m/seg.

    log. A1 x,o655 X = 2,4771

    = 6,7958

    log 2 sen 9 2,33842 9 1o 1457

    o 37 28

    Clculo de u

    (i) Comandante WILHELMI, 1. A.: La municin asa el fusilautomtico. Nm. 584, Revista EJRcITO.

    Ha sido estudiada, adems, La balstica de la asufliCissligera dl nuevo fusil de asalto, del Dr. Gnther Voss. Memorial de la Asociacin Civil de Ingenieros de Armamentoe Ingenieros Industriales del Ejrcito. OctubrediCiembre1952.

    Fusil automtico liviano FN. Fbrica Nacional de Armas de Guerra. Blgica.

    xcc1

    F. N.:(o 0093 + 1,3 X 0,0029) x 850Vr .-.-----.- = 2,41 m/seg.

    Er = 4,59x5,8 t,3o Kgm.59,6

    CETME:(o oo68 + 1,3 x o,ooi8) x 8ooVr 8 1,51 m/Seg.

    Er 4,84X2,28 o,56 Kgm.

    Mauser 43:

    Vr (0,0528+1,3Xo,0o29)X765 = 3,0 m/seg.4,15

    kr 4,15 = 1,90 Kgm.19,6

    Crtica de las armas y cartuchos.

    La primera condicin, automatismo, es comn a todas.

    Carabina Garand M-1L

    Cumple bien las condiciones de peso, retroceso y energa remanente. Posiblemente no cumple las de precisiny zona peligrosa. Tiene nial coeficiente de forma el proyectil.

    Resumen: Es slo un buen subfusil.

    Cartucho T-65.

    Cumple con exceso las condiciones de precisin, energa y zona peligrosa.

    Su potencia no permite lograr poco retroceso, ni la

    condicin de peso. El proyectil no tiene un buen coeficiente de forma.

    El T-44 posee una velocidad de tiro de 700 disparospor minuto y logra 48 impactos en la prueba del minutode fuego.

    El F. N. hace de 650-700 disparos y logra 87 impactosen la prueba del minuto.

    Resumen: El cartucho T-65 no sirve para el fusil queprecotuZarnOS.

    M.P. 44.

    Su energa de retroceso y el automatismo por gasesnos inducen a creer que cumple la condicin de potenciade retroceso. Asimismo cumple las de precisin, energay zona peligrosa, stas con holgura.

    Velocidad de tiro, 450 d. p. rn. Se desconoce nmerode impactos en prueba del minuto.

    No cumple la condicin de peso.

    Resumen: Cartucho y arma en la lnea de lo que debeser un fusil automtico individual. Mejorada la bala ycon menos energa en boca, permitira disminuir el pesodel arma, cumpliendo entonces todas las condiciones, aexcepcin de la de velocidad de tiro.

    CETME.

    Superaen mucho las condiciones de precisin, energay zona peligrosa. Con una energa en boca cercana alM. P. 44, el excelente coeficiente de forma de su proyec

    til coloca al cartucho en condiciones prximas al T-65;

    logX = 2,4771 . = 0,4391

    cc1 = 2,9162a1 = 824

    logA1 = 1,0655

    Clculo de

    A1 .X2 sen 9

    tg u tg . B log B = 0,0892tg p = 2,0382

    tg u 2,1274

    = 46 6

  • Vemos, pues, que con una V0 de 400 m/seg. superamosla zna peligrosa repetida.

    En cuanto a precisin, tambin est superada, comopuede comprobarse, con el agrupamiento representadoen el grfico 3, logrado a 300 m. de distancia, con la

    o3 010

    1

    .

    0

    7

    11

    8o

    6) 9

    j

    u

    Fura3LAS CIFRAS INDICAN EL NMERO DE ORDEN DE DIS

    FA ROS.(Escala. Y8)

    bala P. P. y con una 170 de 370 m/seg., durante laspruebas de un tiro reducido para el can sin retrocesode 75 mm.

    La y0 de 400 metros supone una energa en boca de104 Kgm., con un trabajo total aproximado de 520 Kgm.,originado aproximadamente con 0,9 gramos de plvora.

    Cartucho y arma que se proponen.La bala P. P. es muy pesada para emplearla en el fusil

    individual; el peso que a ojo de mal cubero pudieratener la bala propuesta podra ser de 9 gramos, y paralograr en ella buen coeficiente de reduccin emplear elcalibre de 762 mm., que a igual peso permite ms longitud de ojiva y culote.

    Con una carga de proyeccin de un gramo de plvora, podra obtenerse la V0 de unos 530 m/seg., quecubrira holgadamente las condiciones pedidas al fusildel infante.

    Este cartucho tendra un impulso de retroceso iguala 0,55 Kg/seg. y una Er = 0,43 Kgm.

    El arma debera tener un sistema de automatismoaccionado por gases, o de retroceso de grandes masas;por ejemplo, can mvil, para que la poca energa deretroceso se tradujera tambin en poca potencia de retroceso.

    CONCLUSIONES

    El arma individual ha de ser muy ligera y tener pocapotencia de retroceso. Para lograr ambas cosas, hacefalta un cartucho de poca energa en boca.

    Las restantes armas de tiro tenso necesitan otro cartucho ms potente.

    Opinamos, por todo lo expuesto, quela Infantera actualnecesita dos cartuchos.

    En un prximo trabajo seguiremos estudiando el restode las armas y la posible organizacin de las pequeasUnidades a travs del prisma de nuestra modesta opinin.

    Justificacin.Nos ha hecho salir a la palestra nuestro cario al Arma,

    en un intento de sumar ideas al debate sobre el armabsica del fusilero, y hacer or una voz de infante entrelas mltiples de tcnicos que nos han llegado a travsde esta Revista.

    Pretendimos exponer unas ideas y nos ha salido unfarragoso artculo; pedimos perdn por ello.

    8

  • UN RTzo i IAHIgTORIADE UN CAUDILLOExtracto de dos captulos del libro Franco of Spaindel periodista y comentarista internacional ingisS. F. A. Colee (Traduccin del Cornos. Arechederreta).

    Franco ha sido condenado, insultado y hecho objeto de venenosos ataques,n todas las latitudes del globo, en numerosas obras y escritos partidistas, por

    la terrible y aplastante derrota que infligi a las fuerzas siniestras que se desencadenaro en Espaa a partir del ao 1931. Resulta aleccionador y curioso estudiar cmo naci al caudillaje el hombre que gua a la Esbaa actual desde hacediecinueve aos, navegando en el agitado mar de la 75oltica internacional y luchando con las dificultades econmicas interiores.

    LLI abajo, ante mescribi el difunto Hilaire Belloc, aquel inveterado viajero y magnfico estilista, en su obra Muchas ciudades,

    difcil de igualar en cuanto a jugosidad y contenido histrico, se extenda Aragn... Su solonombre basta para llenar de deleite a unhombre ypara exaltarle con la historia de doce siglos. Fudesde las torrenteras del Alto Aragn desde dond.ese lanzaron sobre las Galias los enjambres de jinetes mahometanos. Y fu desde esas mismas torrenteras desde donde partieron los contraataques queda a da, generacin tras generacin, se abrieronpaso entre los infieles hasta que, hace mil aos,los cristianos ocuparo Jaca y Huesca.

    Una generacin ms tardeprosigue Belloc,el mpetu de la pequea avalancha aragonesa seexpenda y llevaba su nombre hasta Zaragoza yla oscura e inhspita cordillera ms al Sur. Y despus, batalla tras batalla, en avances y retiradassin cuento, tras alianzas y contraalianzas entre losseores cristianos de los montes y los jefes morosde los valles, Ja avalancha lleg hasta las alturasque ven nacer al Tajo. Se haba formado todo elreino de Aragn!

    Ms que Castilla o que Lenaade Bebe conaquella perspicacia que hered de su padre, tipifica la Reconquista el avance aragons, que estambin el germen de las incesantes aventurasque constituyen ,hoy el secreto de la sangre espaola.

    A ese famoso Aragn, a su bimilenaria capitalZaragoza, lleg all por 1928 el General ms jovendel Ejrcito espaol y de toda Europa. Llevaba elbagaje de sus quince aos de servicio de campaaen Africa, y el General Primo de Rivera, ante cuyos ojos haba mandado las fuerzas de vanguardiaen el decisivo desembarco de Alhucemas, le habanombrado por sus mritos primer Director de lareconstituida Academia General Militar, heredera

    de las que con el mismo nombre haban existidoen Espaa en distintas pocas del siglo XIX.

    Con ocasin de la apertura de la Academia el5 de octubre de 1928, Franco di la tnica al nuevoCentro de instruccin militar en su primera alocucin a los 494 alumnos del primer curso. De ellaextraigo dos pasajes caractersticos. El primero podra pertenecer a alguna alocucion dirigida por uncnsul romano a los veteranos legionarios de Itlica, la antigua colonia del Imperio situada, en lasinmediaciones de Sevilla, y cuyas ruinas ain nohan sido totalmente excavadas:

    A la experiencia de quienes encanecieron en laprofesin de las armas, dedicndole sus vidas detrabajo y estudio, vienen a unirse aqu los que hantenido la fortuna de vindicar en la guerra africanasu competencia y su entusiasmo y que hoy ven ensus pechos las condecoraciones militares ms preciadas.

    Como motivo de inspiracin para sus Cadetes,similar a la que para l fuera tiempos atrs la imperial Toledo, Franco les ofreci la cristiana y heroicaciudad de Zaragoza que les iba a albergar, la delos Innumerables Mrtires, del Pilar y de los Sitios:

    Estoy seguro de que emularis la historia deaquellos leales soldados que hace ms de un sigloescribieron las pginas ms brillantes de la Historia de Espaa...; la nobleza de aquellos hidalgos,que pervive en nuestros corazones, y el espritu dela inconquistada y heroica ciudad de Zaragoza, quefui el escenario de sus haza-as, la que en sus piedrasy en sus monumentos os da la primera y ms completa leccin de un sacrificio heroico.

    El nuevo Director recalc, adems, que la vidamilitar no es el camino hacia el placer y la comodidad, sino que entraa grandes sufrimientos,penalidades y acrificiospero que tambin puededatos la Gloria. Y con un floreo retrico complet:Ms sta, corno la rosa, se alcanza entre espiflas

  • Termin su alocucin con una breve reflexin que,a mi juicio, resume su filosofa y el secreto de suascendiente sobre los hombres y de su dominio delos acontecimientos: No debis olvidar que el quesufre conquista, y que en el diario resistir y conquistar est la escuela del triunfo y el camino hacia elherosmo.

    Podra Director alguno de Sandhurst o VestPoint haber mejorado esta alocucin inaugural deldebutante en su cargo? Pronnciese como quierael lector, pues slo quiero sealar que de acuerdocon su carcter de Espaol Romano y de soldadoenamorado de su oficio, Franco se lanz con sumpetu caracterstico a su nuevo empeo. Y aquellono fu meramente un destello de fe, pues el prestigio que adquiri la Academia, salindose del miito espaol, atrajo a muchos famosos militares extranjeros, quienes, una vez vista su obra, la encomiaron clidamente.

    Durante los tres aos que se le permiti dirigirla Academia pudo tambin realizar una ilusin quehaba acariciado mucho tiempo: la de visitar lasAcademias Militares de otros pases. Disfrut doscortas vacaciones en Berln y en Dresden y, en noviembre de 1930, asisti6 aun Curso de Mando yEstado Mayor en Versalles. Uno de los profesoresde aquel curso fu el Mariscal Ptain, del que Espaa iba a saber mucho diez aos ms tarde, yEuropa mucho ms en los aos siguientes; otro fuel Mariscal Foch.

    Es quiz ocioso especular ahora sobre el grado deeficiencia a que su Academia hubiera podido llegary sobre la fama que hubiera podido alcanzar si sehubiese permitido a Franco continuar su trabajoen ella durante algunos aos ms. Reuna para elcargo cualidades que raramente se dan juntas enun solo hombre: una inteligencia militar de primerorden unida a un conocimiento sin igual (al menosen Espaa) de la Tctica; un historial de campaanico, y, cimentando lo anterior, un profundo espritu tradicionalista y el ms lmpido patriotismo,que despertaba la ms ferviente adhesin en lagenerosa juventud espaola que pasaba por susmanos.

    El Destino haba dispuesto las cosas de otromodo. Unas elecciones municipales de mbito nacional, cuyos resultados finales arrojaron una mayora sustancial a favor de la Monarqua, dieronocasin a que los republicanos, explotando el votoantimonrquico de las ciudades, provocaran unaenorme agitacin. El Rey, cediendo ante ella, aceptsu expatriacin. As fu cmo el 13 de abril de 1931,pocas horas despus de terminadas las elecciones,sali de Madrid y abandon el suelo espaol, queya no volverla a ver. La Reina y los Infantes salieron al da siguiente, pero no por Cartagena y enun barco de guerra como el Rey, sino en un trenque tomaron discretamente en El Escorial y queles llev a Francia.

    El 15 de abril siguiente, Franco redact una orden del da especial en la que haca saber a sus Cadetes que, habindose proclamado la Repblica enEspaa, y asumidos los ms altos poderes delEstado por un Gobierno Provisional, cmplenos atodos en este momento cooperar con nuestra disciplina y virtudes militares para que la paz no sealtere y la vida del pas discurra por los canales -naturales legales. Aadi, adems, que los militares deban apartarse de la poltica y pensar slo enla Nacin.

    Esta declaracin de su actitud y de la de la Academia, el apartamiento de la poltica, no parececonvenciera al Ministro de la Guerra republicano,Manuel Azaa, un antiguo funcionario del Estadoque haba entrado enla notoriedad pblica cuando,en un mitin celebrado en la Plaza de Toros de vIadrid, pregunt a sus oyentes si iban a seguir dejndose gobernar por antropoides. El adjetivo mscorriente que despus le iban a aplicar a l los madrileos cuando fu gobernante fu el de paquidrmico.

    Segn afirma un espaol conocido mio, Azaa,hombre friamente rencoroso, haba sido expulsadode la Academia de Infantera cuando era Cadete,por causas inconfesables. Desde entonces odiabatodas las cosas militares. No fu, pues, extrao que,al llegar al Poder, no considerase til la AcademiaGeneral Militar ni apreciase la vala de su Director,a quien el nuevo Gobierno miraba, como a todo elEjrcito, con profundo recelo. La Academia fucerrada, y su Director qued disponible duranteun ao entero. -

    En su discurso de despedida a los Cadetes, pronunciado a los tres meses exactos de la instauracinde la Segunda Repblica, Franco dijo, entre otrascosas:

    La Academia General Militar ha funcionadodurante tres aos.., durante los cuales vivimos avuestro lado educndoos e instruyndoos, e intentando forjar para Espaa el Cuerpo de Oficiales mscompetente y honorable que pas alguno pudierasoar. En nuestro camino de abrojos hemos experimentado una genuina satisfaccin cuando lostcnicos extranjeros ms competentes hicieron clidos elogios de nuestra obra, estudiando y encomiando nuestro sistema y ponindolo como modeloentre los modernos Centros de enseanza militar...

    Nosotros estudiamos nuestro Ejrcito, sus defectos y sus virtudes, para corregir los primeros yaumentar las segundas. Al mismo tiempo promovimos una evolucin real en los procedimientos yen los mtodos. As vimos cmo los libros de textorgidos y anticuados daban paso a guiones ms adecuados del nuevo profesorado consciente de su misin... Cmo los exmenes de ingreso, automticosy annimos, antes abiertos a la intriga y a la influencia, no estn ya prostitudos por las recomendaciones y el favor. La mquina ha sido des-

    lo

  • montada, pero su obra persiste. Vosotros sois nuestra obra, los 720 Oficiales que maana estaris allado del soldado para protegerle y dirigirle, y queseris, sin duda, campeones de la lealtad, de lacaballerosidad, de la disciplina, del cumplimientodel deber y del espritu de sacrificio por la Patria,cualidades todas inherentes al verdadero soldadoentre las que destaca la Disciplina, esa virtud sublime indispensable para la vida de todo Ejrcito, yque estis obligados a guardar como la ms preciosade vuestras pertenencias.

    E inmediatamente el orador, introduciendo unanota personal en su elocuente homila, revela cunaguda era su angustia al ver su obra, fruto de una

    larga experiencia, del esfuerzo intelectual y de untrabajo intensivo, interrumpida cuando alcanzabala plenitud de su utilidad:

    1Discilina!... que muestra su verdadero valorcuando el cerebro aconseja otra cosa, cuando el corazn pugna jor alzarse en rebelin esiritua1 o cuandolas rdenes son arbitrarias o errneas. Esta es ladisciplina que os hemos inculcado! Este es el ejemplo que os ofrecemos!

    La alocucin, animada como estaba por un profundo patriotismo mezclado con algo as como unheroico dominio de s mismo, no le gust nada aAzaa, quien mentalmente (y sabe Dios si tambinmaterialmente) puso a quien la pronunciara en sulista negra.

    Quiz mi relato ganara en inters si, llegado estepunto, pudiera revelar alguna actividad turbia oconspiradora del depuesto y frustrado Director deuna de las ms brillantes Academias Militares deEuropa; algn complot contra el Gobierno, algunarelacin secreta con el fascismo internacional onegociacin indirecta con los Dictadores del Ejeque, por entonces, deban de estar siguiendo atentamente los acontecimientos de Espaa, entregadaal mismo proceso de agitacin social e infiltracincomunista sufrido por Italia, Hungra y Bavieradespus.de la G. M. 1.

    Sin embargo, despus de investigar intensivamente en todos los archivos a mi alcance y de inquirir personal y activamente sobre el particular,no he podido encontrar dato fehaciente alguno quepruebe actividades de esa clase. Slo tropec conun rumor, que public en su da un diario londinense, de que se crea que los Generales Franco yGoded estaban maquinando algn complot. Talrumor se desvaneci, al parecer, rpidamente.

    Al terminar el ao de disponibilidad en que elMinistro de la Guerra le mantuvo a raz de su ceseen la Academia, Franco recibi el mando de la Brigada de Infantera que guarneca La Corua. Estoocurri en enero de 1932, el mismo ao en que yopas a prestar mis servicios de corresponsal extranjero en Madrid.

    El carcter liberal e ilustrado que a la Repblicadi su famosa Constitucin (que prohiba la guerra,pero trajo un rencor y una lucha a vida o muerteen la Nacin por el apoyo tcito o declarado querecibieron los elementos subversivos) haba sido yaborrado por la Ley de Defensa de la Repblica,que estuvo vigente durante toda la vida de aqulla.

    De un plumazo esa Ley acab con todas las libertades democrticas de que presuman los republicanos y convirti virtualmente a Espaa en unEstado-Polica, en el cual el miedo, la tirana yla injusticia acechaban a todos los espaoles.

    Franco, patriota incorruptible, no fu personagrata para los capitostes izquierdistas liberalizantes. Todos ellos (Azaa, Prieto, Albornoz, Fernandode los Ros, la incendiaria Nelken, la Kent, etc.) desconfiaban de l. Por eso., parecindoles que en Galicia no estaba suficientemente lejos mientras estaban llevando a cabo su drstico programa, en 1933el joven General fu trasladado a Palma de Mallorca como Capitn General de las Islas Baleares.

    A pesar de su creciente ansiedad por el cursoque segua Espaa y de su desesperacin por elritmo que se le imprima, el nuevo Capitn Generalse limit estrictamente a sus deberes militares yaprovech la oportunidad para redactar un plancompleto de defensa del archipilago en caso deguerra. La eficacia de este plan se prob de maneracategrica, en circunstancias muy distintas de lasque previera su autor, cuando las Baleares resistieron mejor que muchas otras partes del pas la severa prueba a que se vieran sometidas durante lacrisis nacional, derrotando decisivamente un decidido intento de invasin de elementos comunistasdesde Valencia.

    Parece verosmil que por entonces Franco pensseriamente en dejar el Ejrcito y dedicarse a lapoltica a fin de servir ms eficazmente los intereses nacionales. Incluso se dijo que un delegado .deAccin Popular fu a visitarle a Palma para ofrecerle un puesto de Diputado.

    Sea lo que fuere, lo cierto es que permaneci ensu puesto hasta fines del otoo de 1934, en que fullamado urgentemente a Madrid por el entoncesMinistro de la Guerra, D. Diego Hidalgo, quien lenombr su asesor militar para hacer frente al mayorpeligro que hasta entonces haba amenazado a laRepblica: la simultnea rebelin de los separatistas en Catalua y de los mineros comunizantes deAsturias.

    Si la opiin del resto de la Europa Occidentalhubiera tenido, metafricamente hablando, la f acultad que se dice tienen los pieles rojas norteamericanos de interpretar los ruidos subterrneos queperciben pegando el odo a la tierra, quiz hubieracomprendido el significado de las expresivas noticias que le llegaban de la emancipada y liberadaEspaa. Los dos levantamientos, coincidentes nopodan tener ms que una significacin: que era

    Li

  • innrinente una revolucin del proletariado. La raznque determin la doble rebelin no fu otra que eltriunfo de los drechistas capitaneados por Gil Robles en unas elecciones generales. Si el Presidentehubiera procedido constitucionalmente, habra encargado al jefe de la CEDA de formar Gobierno.

    La inesperada frustracin de sus esperanzas y designios por el resultado de las elecciones enfurecia los extremistas. Dirigentes tales como Prieto yLargo Caballero, el Lenin espaol, amenazaronabiertamente con la insurreccin, para la cual sevenan almacenando secretamente desde haca meses armas y municiones en diferentes partes delpas. Porque cuando la voz del pueblo era adversaa ellos y a sus doctrinas revolucionarias, los lderesextremistas no estaban dispuestos a acatarla...

    Con Catalua y Asturias en un estado de rebelin y de anarqua, la vida de Madrid estaba siendoparalizada por huelgas relmpago en sus servicios esenciales. Mientras 20.000 mineros rebeldesarmados con material que se deca haba sido desembarcado de noche en los acantilados de la costacantbrica avanzaban sobre Oviedo y Gijn, losciudadanos de la capital no tenan luz ni agua nicosas tan necesarias corno el caf y la leche. Laprofeca de Lenin de que Espaa sera el segundoEstado sovitico pareca estar a punto de cumplirse.

    En el punto lgido de aquella alarmante situacin,y urgentemente requerido por el Gobierno, lleg aMadrid el desterrado Capitn General de Baleares. Los archivos actuales demuestran que su actitud serena, callada y radicalmente eficaz le hizoaparecer, ms que nunca, corno el caudillo predestinado para la ya inevitable lucha por la supervivencia nacional contra el sofocante abrazo delpulpo de la influencia izquierdista. Sin embargo,an deban pasar dos aos para la pugna final.

    Especialmente en el Norte no se di cuartel a loselementos anrquicos enquistados en las ciudades.Las concentraciones de comunistas, anarquistas ydinamiteros fueron bombardeadas desde el mary desde la tierra y expulsadas de las posiciones-clave que haban ocupado. La dureza de esta represin hemos de juzgarla teniendo en cuenta loque entonces estaba en juego, que era nada menosque la vida y el futuro destino de Espaa y (depaso sea dicho) de toda la Europa Occidental.

    Franco aport su competencia tctica .y estratgica a la batalla contra la anarqua interior. Unobservador contemporneo extranjero escriba porentonces que Espaa avanaba rpidamente haciael caos total. Y el Ministro de la Guerra republicanomismo, el agudo Hidalgo, rindi tributo al hombrea quien haba acudido como ltimo recurso:

    Enteramente dedicado a su profesin, Francoposee en alto grado todas las virtudes militares, ysu dinamismo y capacidad de trabajo, su claridadde juicio, su inteligencia y su cultura estn siempre

    dispuestos al servicio de su vocacin militar. Lams notable de sus cualidades es su concentracinen el examen, anlisis, escudrifiamiento y desarrollo de los problemas. Su sentido de la responsabilidad le induce a ser minucioso en los detalles,exacto en el servicio, objetivo al enjuiciar, estrictoy exigente en cuanto a la disciplina y al mismotiempo comprensivo, tranquilo y entregado a sutarea...

    No es verdaderamente sorprendente que un Ministro de la Segunda Repblica rinda ese tributoa un General que no le haba servido a Azaa?

    Franco sofoc las rebe]iones de Asturias y Catalua en momentos en que la suerte de su pas penda de un hilo y aprendi durante las operacionesde la represin muchas cosas que no aparecen enlos libros sobre la era republicana. Descubri dednde haban obtenido sus armas los rebeldes asturianos y el verdadero carcter de la propagandaque se les vena inculcando desde el advenimientodel nuevo rgimen. Se did cuenta entonces de loque Jos Antonio Primo de Rivera haba estadopredicando durante dos aos, dentro y fuera de lasCortes, de que el enemigo que los patriotas espaoles deban afrontar unidos y con la mxima determinacin, si la Patria haba de salvarse, no eranmeramente aquellos espaoles voluntaria o involuntariamente descarriados por una ideologa extranjera sino la confabulacin multicfala e insidiosa que da a da, semana a semana, se vena infiltrando en el medio nacional. Haba visto al separatismo militante y sus objetivos cara a cara enCatalua, zona de actuacin preferida por el anarquismo de Bakhunin, y al comunismo militanteactuando abiertamente en Asturias. Su ideario futuro iba a ser influenciado y moldeado por esta,experiencia y esta informacin. As como durantela G. ]. II muchos ciudadanos de los pases neutrales decan que no se puede ser neutral mentalmente, tampoco un patriota puede ser indiferentecuando la subversin pone en peligro la existenciamisma de su pas.

    El ao que sirvi como Comandante en Jefe dela Zona de Marruecos (1934), y su nombramientocomo Jefe del Estado Mayor Central durante elbreve perodo en que Gil Robles fu Ministro dela Guerra (en cuyo cargo asisti en Londres a losfunerales de Jorge V) no iban a ser sino el prembulo de la tragedia final: la guerra civil.

    A principios del fatdico ao de 1936 fu desterrado de nuevo, esta vez como Capitn Generalde Canarias. Pero antes de tomar el barco paraLas Palmas en Cdiz, se entrevist por primera yltima vez con el Fundador de la Falange, a quienel Destino slo reservaba unos pocos meses ms devida. Nunca se ha revelado sobre qu hablaron ensu entrevista, pero podemos esta.r razonablementeseguros de que no se entretendran en bagatelas.

    12

  • lA ARTILLERIADE CANj.PAAEN LA GUE RRA ATOMICAComandante de Artillera, del Servicio de Estado Mayor, JUAN CANO

    HEVIA, del Gobierno Militar de Ceuta.

    H AN aparecido, con anterioridad, en la revista EJRCITO, artculos en los que se habla de la transformacin que estn sufriendo

    actualmente los Ejrcitos de Tierra, como consecuencia de la aparicin del arma atmica (1),transformaciones que, aparte de algunas modificaciones orgnicas, afectan fundamentalmente alarmamento, medios de transporte y de mando(transmisiones), y que tienen por finalidad hacerque las Unidades adquieran las cualidades combativas que s ha hecho imprescindible aumentar,por todos los medios, y que son las siguientes:velocidad y dispersin, y como consecuencia deestas dos, revalorizacin del rendimiento combativo especifico y conservacin de las posibilidades de mando.

    Se trata en este trabajo de estudiar la forma deque la Artillera de campaa adquiera esas cualidades, apoyndonos para ello, en parte, en transformaciones orgnicas, tcnicas y tcticas quehemos visto realizadas totalmente, o a punto derealizarse, en otros Ejrcitos.

    Previamente se dan algunos datos de interstctico, referentes al nuevo explosivo, que sirvende base para algn razonamiento posterior y sonya utilizables, por su grado de aproximacin, parala resolucin de casos concretos en los que se tengaen consideracin el arma atmica.

    Tres nuevos elementos han venido actualmentea engrosar los medios de accin de la Artillera de

    (1)Vase, por ejemplo, el trabajo del autor del presente articulo Ms sobre el Arma Atmica y la Tctica, publicado en el nmero 87 de la Revista.

    campaa: los proyectiles-cohete, los proyectilesdirigidos y los proyectiles atmicos (2).

    Es permitido suponer que de ellos, o de su combinacin armnica, nacer la futura Artillera decampaa. Se ha dicho con frecuencia que el armadel artillero es el proyectil, y no hay razones parapensar que el can debe ser eterno.

    No obstante, es posible que para que veamosesto falte mucho tiempo. En la actualidad, lamasa fundamental de la Artillera sigue estandoconstituda por la clsica pieza de tubo rayado,que lanza proyectiles con explosivo qumico. Losdems elementos citados pueden ejercer influencia decisiva en algunos momentos, pero no sonmuy numerosos relativamente, y el problema fundamental que crean a un Ejrcito es el de si secuenta o no con ellos.

    El disponer de una Artillera clsica puesta apunto sigue siendo, hoy por hoy, el problema fundamental. Los problemas que presenta la puestaa punto de esta Artillera son los que se intentaanalizar en este trabajo, aunque slo sea superficialmente. Estos problemas son grandes en cuantoa la influencia decisiva que ejercen sobre la efica

    (2) Los proyectiles-cohete y dirigidos son tambin,a veces, proyectiles atmicos. Los ms conocidos son losamericanos Honest John y Corporal, el primero similar a las V-i, de calibre 75 y alcance superior al cande 230 (atmico); sus efectos son parecidos a los delcan de 280. Es Artillera de campaa (arma de apoyo).Se apunta como una pieza de artilleria.

    El Corporal es arma de mucho ms alcance, que puedellevar explosiv9 normal o atmico y alcanza velocidadesmuchsimo mayores (supersnicas).

  • cia de un Ejrcito, y pequeos en el sentido de queno exigen transformaciones tcnicas revolucionarias, no plantean gravsimos problemas industriales, etc., para ser solucionados.

    Radios de accin del explosivo atmico.

    En el grfico 1 se sealan los diferentes radiosde accin, explosivo, trmico y radiactivo (3),para una bomba A de tipo medio (equivalente,

    Grc/ico n. 1

    aproximadamente, a la explosin de 20.000 toneladas de T. N. T.) que hiciera explosin a 600 metros de altura, caso en que la radiacin residuales prcticamente nula.

    (3) Los radios de accin que se han tomado son losque proporcionan seguridad contra cada uno de los efectos al personal a descubierto. As, por ejemplo, un contador acusara radiactividad a distancias mayores de lasefialada, pero la dosis adquirida no sera peligrosa paraun ser humano.

    Se seala tambin el radio de accin en tiempobrumoso, como se ve, considerablemente inferior.

    Si la bomba hiciera explosin a percusin, variaran algo los radios de accin, con tendencia adisminuir, producindose un embudo que ha sidosealado en la figura, para un terreno de durezani edi a.

    El radio de accin de la radiactividad instantnea es el nico que aumenta (ciento y pico demetros) en este caso; la radiacin residual (polvoradiactivo) aparece, como se sabe (4).

    Cre//ce e2

    En el grfico 2 se sealan los radios de accinaproximados de las cargas atmicas ligeras, medias y pesadas (5).

    La eficacia de la Artillera en el combate.

    Arma que acta exclusivamente por el fuego,es, por tanto, incompleta, y su misin principales el apoyo a otras armas ms completas o a Grandes Unidades.

    (4) Vase el artculo citado en nota (1). La radiactividad residual, como todos los efectos radiactivos, queestn tratados con bastante detalle en reglamentos franceses y de otros paises, no se estudia aqu por haber sidopublicado, no hace mucho, en el nmero 83 de la Revista, un articulo del Teniente Coronel Prez Gonzlez,en que se trata con detenimiento del asunto, al que remitimos al lector interesado.

    (3) Ver clasificacin de los ingenios atmicos por sucarga en el artculo citado en (1).

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  • Su actuacin eficaz depende: de la adopcin deun despliegue adecuado, de su capacidad paramaniobrar con los fuegos, de sus posibilidadespara cambiar de posicin y de la eficacia de susmedios de transmisiones.

    a) Despliegue: Es un problema exclusivamentetctico. Cabe en l, y la Historia lo demuestra, laidea genial, en un momento determinado, con influencia decisiva sobre el resultado de la accin.

    b) Maniobra de los fuegos: La posibilidad deesta maniobra depende de factores tcnicos (materiales y medios de direccin de que se disponga,preparacin de la Oficialidad, etc.), pero dependetambin del despliegue efectuado (tctico) y dela organizacin que se haya dado a las Unidades(orgnico).

    c) Cambios de posicin: La rapidez de los mismos depende fundamentalmente de los medios detraccin o transporte. Cierran el ciclo de la actuacin del Arma, puesto que conducen al nuevo despliegue.

    d) Mtdios de transmisiones: De su eficacia yseguridad de funcionamiento depende continuamente la del Arma. No es necesario insistir sobrela importancia que tienen.

    En la mente de todos est que los despliegues, lamaniobra de los fuegos, los cambios de posiciny las transmisiones, tal corno lo concebamos hacenada ms que diez aos, o con los medios de queentonces se. dispona, no permiten a la Artilleraactuar con eficacia en el combate moderno, resultando un Arma muy vulnerable, lenta en los preparativos, de movilidad insuficiente y de eficaciaen la accin inferior a lo que sera de desear. -

    Analicemos, pues, uno por uno, los factores delos que depende la eficacia del Arma.

    Despliegue.

    La aparicin del explosivo atmico en el campode la tctica, como arma de empleo normal y cotidiano (6), obliga a aumentar extraordinariamente la dispersin de las Unidades, que ya haba empezado a exigir el Arma area (7). Un

    (6) Vase artculo del autor de este trabajo El proyectil atmzco y la tctica, publicado en el nmero 181 dela revista EJRCITO.

    (7) En las maniobras del Ejrcito americano en Alemania, realizadas en otoo de 1954, en las que se tena

    Grupo de Artillera ser una Unidad en la cualno se podr contar con un mnimo de posibilidades de supervivencia (aunque sta sea parcial),ante una explosin atmica, si las Bateras noestn distanciadas entre s ms de 1,5 kilmetros, si las redes de transmisiones no cuentan concircuitos independientes, con separaciones similares, y si el Mando del Grupo no est dobladoen condiciones parecidas.

    Esto nos obliga a meditar sobre las tendenciasque aparecieron en nuestra Guerra de Liberacin,consolidadas posteriormente en instrucciones decarcter oficial, normativas para la ejecucin deltiro de Grupo. Con el fin de conseguir el empleoen masa de la Artillera, y para dar flexibilidad aestas masas, se impona hacer del Grupo la unidad de tiro, y para que el Grupo pudiera actuarcomo tal Unidad de tiro, consideraciones tcnicasaconsejaban que desplegara en un frente reducido.

    La tctica manda sobre la tcnica, en este caso,obligando a una independizacin de las Bateras,en todo momento y lugar, por lo menos desde elpunto de vista del oespliegue (8).

    Veamos las razones que nos inducen a dar estadistancia mnima entre Bateras, superior al kilmetro y medio:

    Los radios de accin antes sealados en la figura 1 son vlidos para terreno llano, reducindose notablemente para terreno movido y cubierto (9). As, estando los asentamientos artillercs,en cuenta el empleo de proyectiles y bombas atmicasa las que asist, siempre que pude ver un Grupo de Artillera desplegado, encontr a sus Bateras muy distanciadas, con desprecio de las condiciones tcnicas idealespara realizar un buen tiro de Grupo.

    (8) Los despliegues dispersos de la Infanteria y losespacios de frente sin cubrir, o dbilmente cubiertos,crean un problema de seguridad a la Artillera, previstoya en el Reglamento tctico (asentamientos englobadosen posiciones de Infantera, coincidiendo con zonas desituacin de reservas, etc., segn los casos).

    En cuanto a los posibles ataques inopinados (nuncaimprevistos) de carros, tambin se habla en los reglamentos de la disposicin de piezas dentro de la Batera (des.pliegue en rombo) y de las condiciones de campo de tirodespejado que deben reunir los asentamientos.

    (9) El radio de accin trmico puede tambin serreducido artificialmente, creando cortinas de humo (vernoticia aparecida en la prensa del da 3 de marzo de 1955,sobre experiencias realizadas en Las Vegas, en este sentido, con vistas a la defensa de ncleos urbanos). Una

    15

  • normalmente, en lugares desenfilados, no pareceexageradameite reducida la cifra de 1.600 metroscorno la distancia iflnima media de seguridad, delcentro de la explosin, en terreno movido (10).

    Para evitar presentar al adversario objetivosde ms valor, que le puedan inducir a emlearproyectiles de ms radio de accin, s hace imprescindible, triplicar, al menos, la distancia en-

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    Grf co .o.JCaso C (8 mas/va (2 8ater,sy a /rf. oe Givipo).

    y b Perc2 cs 8afr/ y /?/f cJe Gruoo co,o

    Como se ve en el grfico 3, la separacin dems de 1.600 metros entre Bateras da bastantesprobabilidades de que no sea eliminado totalmente el Grupo por un ingenio atmico de tipomedio o ligero, siempre que estn resguardadoslos asentamientos de Bateras por escarpados delterreno.

    cortina de humo produce una reduccin en los efectostrmicos semejante a la que producen las nubes que seinterponen entre la Tierra y el Sol. astas cortinas, quetienen un espesor adecuado, no son eficaces respecto alas radiaciones gamma, de efecto instantneo, que enNagasaki e Hiroshima causaron la muerte a millares depersonas.

    (10) A algunos les parecer reducida esta cifra de1.600 metros, a la vista de los radios de accin sealadosy de las noticias que tengan sobre efectos del explosivo A. Hubiera sido fcil dar un nmero mayor, o recomendar los enterramientos de las piezas y personal, comose hace, basado en la experiencia obtenida por el Ejrcito ingls en la guerra de Birmania, en la que pareceobtuiieron magnificos resultados enterrando prcticamente su artillera, en un interesante artculo, fraducdodel ingls por el Comandante Alonso Iarra, que aparecien el nmero 186 de la revista EJRCITO.

    En cuanto a la proteccin que se pueda dar a las Unidades, con trabajos de fortificacin ms o menos rpidos,nunca estar de ms obtenerla; pero creemos que la mejor arma para defenderse del explosivo atmico no es sa,sino la movilidad.

    En cuanto a la dispersin de las Unidades, tiene suslmites, y ya a alguno le parecern exagerados los quedamos.

    /- B

    UCPM

    c

    tre Grupos, a no ser que la situacin local (superioridad area y de cargas atmicas propia) nospermita limitarnos a doblarla. Si la situacin tctica 10 permite o exige, habr que hacer atinmayores las distancias entre Agrupaciones.

    Esta dispersin, que, estando acostumbrados aver Unidades desplegadas en frentes estrechos,impresiona y confunde a primera vista, no re-

    Es de suponer que, conforme vayan aumentando elnmero de armas atmicas de dotacin en los Ejrcitos,la dispersin vaya aumentando (al mismo tiempo quese hace ms eficaz el armamento individual y colectivo,que es lo que permitir este aumento); pero, en la actualidad, creemos que bastante es separar las Unidades inferiores lo suficiente para que tengan robabi1idades desubsistir individualmente, sin llegar a hacer la dispersintan grande buscando la segurad de supervivencia que,dadas las posibilidades del armamento actual, que lascondenamos a la inutilidad, ante la imposibilidad deefectuar una accin coordinada.

    Por otra parte, se ha dicho repetidamentever, porejemplo, los artculos citados en (1) y (6)que el terrenollano es desfavorable para la guerra atmica, debiendobuscarse, para dar la batalla, aquellos cubiertos y movidos que dificultan la informacin adversaria y disminuyen los efectos del nuevo explosivo.

    Todo esto, unido a las condiciones normales de losasentamientos artilleros y a los trabajos de proteccinque, como se ha dicho, es conveniente hacer cuando sepueda. ncs ha inducido a dar esa cifra de 1.600 metros,qur un tiene un valor categrico y, aun dentro de esto,es tan relativa y sujeta a variacin como lo son todaslas cifras que, a ttulo de orientacin, se dan en Tctico.

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  • sulta tan anormal si se piensa que la dispersinse puede lograr tambin en profundidad y que elfrente de 3 kilmetros de un Grupo no es superioral que van a tener los Batallones de Infantera,ni el de la Artillera divisionaria va a ser suficientepara cubrir los 20 kilmetros que, con frecuencia,abarcar una Divisin en el ataque y en la defensa.

    Maniobra de los ruegos (11).

    a) Materiales: La dispersin de las Unidadesde Artillera indicada anteriormente, que no es,por otra parte, ms que una adaptacin del Arma a los despliegues a que se ven obligadas lasapoyadas, exige, sise quiere conservar la posibilidad de realizar fuertes concentraciones, aumentarlos alcances eficaces de la Artillera divisionaria

    (11) El principio del empleo en masa de la artillerasibsiste. Dentro de l subsiste tambin la necesidad deconcentrar fuegos de varias Unidades, ya que, aunqueun solo proyectil atmico puede causar efectos superiores a los de cualquier concentracin, el que el empleode stos sea normal y cotidiano no quiere decir an quese emleen con profusin.

    actual (12), que no debern ser inferiores a los 14 15 kilmetros.

    b) Tcnica de la maniobra: La antigua preparacin topogrfica y balstica result lenta, y laclsica conduccin del fuego, muy imperfecta.

    La preparacin del tiro en la Artillera de losEstados Unidos se realiza, normalmente, incluso encalibres grandes y materiales de alcance respetable, por procedimientos que a alguno de nuestrosviejos y estudiosos maestros hubieran parecidorudimentarios, tanto que la situacin en el planode las Bateras se hace, a veces, en forma quehara enfermar a alguno de ellos si lo viera;algosimilar se puede decir de la topografa de la zonade observatorios y objetivos, y no hablemos dela conexin topogrfica entre las dos zonas, quealgunas veces no existe. A cambio de esto entranen fuego con una rapidez extraordinaria, y lasimperfecciones de la preparacin las compensancon. una moderna, abundante y siempre bien do

    (2) Nos referimos a la Artillera divisionaria, especficamente, porque es en la que ms se nota la falta de alcance cuando se intenta adoptar un despliegue amplio.Esto no quiere decir que no fuera muy til contar conartillera de ms alcance en las Grandes Unidades superiores.

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  • tada organizacin para la observacin y correccindel tiro, como explicar ms adelante.

    Hay que reconocer un gran espritu prctico enesta forma de concebir las cosas, porque la correccin de tiro es mucho ms importante que la preparacin, y la direccin del fuego debe brillar claramente, como elemento predominante entre fodos los que componen la tcnica del tiro artillero.

    La misma correccin no es, normalmente, enla realidad, una cuidadosa operacin de precisinen la que se llevan los disparos a un punto definido, sino que se reduce a llevar una masa de proyectiles a una zona imprecisa y de dimensionesapreciables.

    Ya haca bastante tiempo que en nuestros librosreglamentarios, y en los que lo eran oficiosamente,se haba dado un gran paso hacia etas ideas; pero,comparndole con el que han dado otros, encontramos que ha sido un paso corto.

    La tcnica que se emplee en la conduccin deltiro est condicionada por la organizacin que sed a las Unidades, especialmente a las Planas Mayores.

    c) Organizacin: En la ocasin citada en (7),observ que una Batera divisionaria de 105, similar a las nuestras en material, dispona de dosPelotones de observacin y enlace destacados enla primera lnea. El Capitn estaba en lo quepudiramos llamar su puesto director de tiro,cerca de la lnea de piezas, y no se preocupaba dever la zona enemiga desde un observatorio elevado, a la manera clsica, cosa que, por otra parte,no hubiera podido conseguir en aquella zona deinmnsos bosjues, sin abandonar a su gente,yndose a gran distancia de la Batera, para desempear, por s mismo, el papel de uno de losPelotones de observacin.

    Dos conclusiones podemos sacar de esto: 1.a Elpredominio de la funcin de mando y direccin deltiro sobre la de observacin y correccin. 2.a Ladesproporcin existente entre nuestros Grupos,que cuentan con medios para organizar dos Pelotones de observacin y enlace, a lo sumo, y los citados, que cuentan con dos por Batera, precisamente a disposicin del Capitn de la misma, independientemente de los elementos con que puedacontar el Grupo.

    Esta organizacin es la que tolera esas preparaciones de tiro tan elementales, y la que permite

    que el problema de la eficacia de la Artillera gravite sobre la zona avanzada de observacin, mucho ms que hasta hace unos aos, obtenindose,en mi modesta opinin, ms rapidez en la acciny una mejor solucin al importante problema delenlace con la Infantera, que no se resuelve satisfactoriamente limitndolo al escaln Grupo, ymenos con medios limitados. Hay que aadir,adems, y todo el que la ha practicado lo sabe,que la observacin prxima es muy superior a lalejana a la hora de obtener resultados eficaces.

    De la Artillera de Cuerpo de Ejrcito se puededecir algo similar; la nica diferencia consiste enque la superabundancia de Pelotones de observacin hay que cambiarla por la de medios areos(avin o helicptero), en los que ha de gravitarnormalmente la correccin del tiro, debiendo considerarse la correccin como consecuencia de laobservacin personal del Jefe de la Unidad, comoprocedimiento eventual.

    La necesidad de dispersar los despliegues y lade descentralizar con frecuencia las Bateras repercute en las acciones artilleras debilitar do losefectos de masa, es decir, las fuertes concentraciones. Esto ocurre, precisamente, cuando parecalgico tender a reforzarlos. Se compensa este inconveniente satisfactoriamente adoptando la Batera de seis piezas. Esta organizacin, a la vistade cuyos efectos nos declaramos personalmentepartidarios, tiene la ventaja de ahorro de personal de Ps. Ms. para la misma cantidad de material puesto en accin, ventaja que es muy importante si se tiene en cuenta lo que supone doblarlas Ps. Ms. de Grupo y dotar a las Unidades deunas Ps. Ms. tan numerosas como se ha indicado.

    d) Despliegue: El despliegue disperso a que seha aludido anteriormente no impide la centralizacin del tiro en el Grupo. Dificulta algo la filigrana exhibicionista, pero no las concentracionessobre una zona amplia y sin precisar matemticamente, que es el objetivo normal del Grupo en laguerra.

    Por otra parte, ese despliegue de Pelotones avanzados por las Bateras hace ms factible la descentralizacin, que ser an ms corriente en el fturo, y no estaba muy clara cuando la Bateratena que actuar en frentes amplios y terrenosdifciles, por falta de medios de observacin.

    Los tiros de precisin, a veces necesarios, se

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  • realizan con ms facilidad por la Unidad Bateraen estas condiciones.

    En cuanto a la posibilidad de realizar fuertesconcentraciones de Artillera normal en la zona deaccin de un Batalln,.por ejemplo, que ataca odefiende una zona de 3 kilmetros de amplitud (13),no es tan pequea si la Artillera tiene los alcancesindicados. En el grfico 4 se ve la posibilidad deque sea apoyado por cuatro o ms Grupos de calibres divisionarios, aparte del apoyo que le puedan prestar materiales de alcances superiores ylos proyectiles atmicos.

    No queda en malas condiciones, pues, la Infantera apoyada. Los cuatro Grupos citados, conBateras de seis piezas, equivalen a seis Gruposcon Bateras de cuatro, pudiendo reducirse elfrente de apoyo de un Grupo de doce piezas a500 metros (14).

    Cambios de posicin.

    Todos sabemos lo que s necesario para que laArtillera pueda seguir el ritmo del combate actual, obteniendo, adems, esa velocidad que debeir unida a la capacidad de dispersin que exige laguerra atmica.

    En cuanto a las tendencias generales que imperan en el exterior, parecen ser las siguientes: laArtillerdivi si on aria contina siendo remolcada,con vehculos todo terreno, de los que ha de disponerse en cantidadsuficiente para el transporteindependiente del personal (segn sus misiones),municiones y equipo. Bastar con que alguno delos elementos no di.sponga de la adecuada facilidad de movimiento independiente para que lanidad carezca de la rapidez necesaria.

    La Artillera de ms peso, de Cuerpo de Ejrcito,se monta, en general, sobre orugas, con lo que a lagran rapidez de movimiento se une un gran sectorde tiro y mucha facilidad para hacer las punteras.

    (13) Ya se ha dicho que ese frente de ataque no seranormal, ni mucho menos, en lo sucesivo.

    (14) Esta reparticin de frentes entre Unidades artilleras, de la que tanto se usa para efectos didcticos (daidea de la densidad de artillera en una zona), es completamente ficticia. Ni las Unidades de Artillera se reparten el frente normalmente ni actan simultneamenteen todo l, sino que lo hacen por concentraciones, que seescalonan, con soluciones de continuidad, en frente yprofundidad.

    Medios de Transmisiones.

    En los amplios frentes que tiene que desplegarla Artillera actual con la rapidez que se exigea sus actuaciones y la frecuencia de cambios de

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    posicin que exige la guerra atmica (guerra demovimiento), el seguro y magnfico medio demando que es el telfono es demasiado lento detendido, s&bre todo si se trata de enlazar con losmviles Pelotones de enlace. Para compensarsusdeficiencias nos ofrece la tcnica actual la radio,suficientemente perfeccionada.

    Contra sta hay cierta prevencin entre algunos de nuestros Oficiales, debido seguramente aque se han visto obligados a actuar, a veces, conmedios defectuosos en calidad y cantidad y conscasez de personal suficientemente instruido.

    Aumentando la potencia de los aparatos reglamentarios en Artiller, dotando a las Unidadesextraordinariamente bien de estos elementos(nunca con el nmero de paratos imprescindibles

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  • para actuar, como si todo fuera a ir bien y ningunose pudiera estropear o ser destruido), cuidando,como de importancia vital, de esta instruccin,practicando mucho en los Regimientos, sin miedoa gastar pilas y estropear aparatos, y con unadisciplina rgida en cuanto a respetar las limitaciones que para las emisiones de la red artilleradicta la Superioridad, est demostrado que laArtillera puede actuar tan perfectamente con lared radio como con el telfono, y as hemos vistohacerlo en algunas Unidades.

    RESUMEN

    Como consecuencia de lo dicho, y salvo el errorde que puedan estar afectados los razonamientosanteriores, pueden deducirse las siguientes normas, agrupadas segn los conceptos que, al principio del artculo, se daban como caractersticosde la guerra atmica:

    1.a Dispersin: Se debe aumentar, acusada-mente, en los despliegues artilleros, llegndose enella, en casi todas las ocasiones, al escaln Batera.

    2.a Velocidad: Es necesario aumentarla hastael lmite de nuestras fuerzas, as como la movilidad. El problema se resuelve dotando a las Unidades en pie de guerra de los vehculos adecuadosen calidad y cantidad.

    3. Revalorizacin del rendimiento combativo es-

    pecu/ico: Se lograr mejorando las caractersticasbalsticas (alcances) y mecnicas de las piezas yproyectiles y con la organizacin de Bateras deseis piezas.

    4a Conservacin de las posibilidades de mando:Es necesario dotar a las Unidades de elementosradio potentes, abundantes y seguros.

    En las Unidades Grupo y superiores ser necesario doblar las Ps. Ms.

    5a Modificaciones orgnicas: Para obtener larapidez en la accin artillera (concepto velocidad) y aumentar la eficacia (concepto revalorizacin del rendimientoespecfico de las Unidades),se deberan aumentar las plantillas de las Ps. Ms. deBatera y Grupo hasta conseguir esta abundanciade equipos de observacin y enlace que echbamos de menos, as como dotar de los medios areosde correccin citados a las Unidades de Cuerpo deEjrcito y superiores.

    Por ltimo, cabe una revisin en los procedimientos normales de tiro que casi no se puedeconsiderar de trascendencia. Es muy satisfactorio comprobar cuando se ve actuar a otros Ejrcitos que, si cabe modernizar algo el nuestro enmaterial, nuestra Oficialidad, por su parte, estsuficientemente bien preparada. Por eso esta revisin sera ms necesaria desde el punto de vistade reglamentar y limitar procedimientos tcnicos,que desde el de introducir o ensear nuevas formas de actuar que, en general, son conocidas.

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  • Teniente Coronel de Ingenieros, Jefe del Parque Central de Transmisiones,CLAUDIOPALMERO SOTELO,

    U NO de los problemas que ms han preocupado alpersonal encargado de las transmisiones en las

    Unidades de Infantera es el de la comunicacin telefnica entre un puesto de mando que se est moviendoy un punto fijo de origen de la lnea.

    La radio ha venido a resolver en parte este problema con los radiotelfonos de mano y de espalda;pero hay veces en que la comunicacin telefnica esinsustituible. Como exista, segn vamos a ver, unanica solucin tcnica, esa misma solucin la iban inventando peridicamente, con distintas variantes, todos los que sentan el problema y se preocupaban del, hasta que modernamente, en el Ejrcito norteamericano, se le ha dado solucin definitiva por un procedimiento radical y revolucionario que es el principal objeto de este artculo.

    Vamos a tratar de exponer en primer lugar la esencia del problema; luego, la solucin corriente hastaahora, y, por ltimo, la descripcin y empleo del nuevodispositivo norteamericano.

    EL PROBLEMA

    El cable de campaa se emplea en todos los Ejrcitos enrollado en carretes de distintos tamaos. Unos,ligeros, se llevan a mano o a la espalda; otros, medianos se llevan a la espalda, en mulos o en carretillasespeciales; otros, ms pesados, se emplean en uncarrito especial o para el tendido desde camionetas.

    Pero el elemento comn a todos ellos es un carretesobre el cual se ha enrollado previamente el cable,para irlo soltando a lo largo de su recorrido girandosobre si mismo. Este giro del carrete es el que da origen al problema que nos ocupa.

    El extremo del cable queda en el interior del arrollamiento, en la capa de espiras ms profunda. Es fcilhacerlo asomar al exterior por un costado o pororificios a propsito en las caras del carrete; pero loque no es fcil es agarrarlo durante el tendido,porque est dando vueltas al igual que todo el conjunto cable-carrete.

    Si hacemos alto en el tendido, ya es posible conectarun telfono a estos terminales y (a travs del hiloenrollado an sin tender y del hilo ya tendido) llamary hablar por telfono a la estacin de origen. Peroantes de iniciar de nuevo la marcha hay q-ue desconectar el telfono, pues de lo contrario el trozo de cable que va desde el telfono al carrete se retorcera yacabara rompindose.

    Este es el problema de la comunicacin telefnicacon el origen de la lna: la necesidad de detenersepara comunicar y la imposibilidad de hablar estandoen marcha sin introducir alguno de los inventos a queantes nos referamos.

    Se une a este problema otro cfue no se menionatan a menudo, y que hasta ahora no estaba resuelto,y es el problema de los empalmes. Cuando se estterminando el cable de un carrete, no se le puedempalmar otro, porque se retorcera con el giro del

    /j PM L

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  • carrete. Hay que esperar a que se termine el cable,detenerse, hacer entonces el empalme y continuarluego tendiendo el segundo carrete. Este es un inconveniente grande cuando sehacen tendidos desde cocheocamin.

    SOLUCIONES ANTERIORESAL WIRE DISPENSER

    La comunicacin elctricaentre un rgano que est girancio y otro que est quietoslo se puede conseguir por unprocedimiento, que es el conocidsimo frotador o escobilla.Todos los inventos para comunicacin telefnica durante eltendido se reducen a lo mismo:unos anillos metlicos y unasescobillas o frotadores.

    Unas veces, los anillos estnfijos y son las escobillas lasque giran con el carrete; otrasveces, van los anillos en el

    Grfico del magnfico artculo delCapitn Puches en el nmero 146

    de EJRCITO.

    carrete y las escobillas en la parte fija (mochila, carrito, etc.); otras veces es el propio eje del carreteel que hace el frotamiento en sus muones o cojinetes...Variaciones sobre el mismo tema.

    Nuestra mochila ligera de tendido para Infanteralleva un dispositivo, del tipo de anillos fijos y escobillas mviles. La mochila pesada o de cable ordinario no lleva nada de esto y es el conejillo de Indiasde los inventores.

    En esta misma revista EJRCITO se publicaronhace algn tiempo dos artculos sobre el terha (1).

    El primero de ellos es la descripcin de un sistemadel tipo de anillos giratorios y escobillas fijas.

    El segundo es un estudio muy completo (contactopor el eje de las bobinas) que se extiende a varioscasos distintos y demuestra un gran inters y conocimiento por parte del autor.

    En la Jefatura de Transmisiones del Ejrcito,donde me encontraba destinado en la poca en que sepublicaron estos artculos, se reciban tambin numerosas propuestas y sugerencias acerca de la comunicacin durante el tendido, siempre a base de los frotadores.

    Est muy ligado este problema al del tipo reglamentario de cable de campaa. Debe ser de un soloconductor, o debe ser de dos conductores (ida yvuelta)?

    Nuestros cables reglamentarios son de un solo conductor. El partirlo por la mitad y enrollarlo doble

    (1) Nmero 142, noviembre 1951, Nuevo modelo debobina bara conversacin telefnica ininterrumpida, Capitn Blanque; nmero 146, marzo 1952, La comunicacintelefnica ermenente, Capitn Puelles.

    Procedimiento tpico anterior al Wire Dispenser, anillosy escobillas. (Del artculo del Capitn Bien que en el n

    mero 142 de EJRCITO.)

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    /end do de /000,,,.

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  • no es admisible ms que para distancias muy cortas,porque se duplica el nmero de empalmes necesarios.La softicin correcta en este aspecto es la que aplicael Capitn Puelles en su artculo: hilo doble tendidodesde dos bobinas distintas.

    Sera de desear un cable de campaa doble trenzado? Hay quien tiene por misin el estudiarlo, yahora se est considerando esta posibilidad.

    Desde luego, una solucin completa del problemade la comunicacin ininterrumpida exige el empleode cable doble anlogo al que emplean otros Ejrcitos,entre ellos el usado por los norteamericanos en susWire Dispensers, que, como vamos a ver, representan la solucin definitiva del problema que nos ocupa.

    En un ovillo de bramante el hilo va saliendo delinterior mientras la punta exterior est fila.

    LA SOLUCION

    Aqu del refrn muerto el perro, se acab la rabia.El causante de todo este problema era el carrete quedaba vueltas. Solucin radical: suprimamos el carerteque gira.

    Todos hemos visto los ovillos de bramante, que tienen su interior hueco (carretes sin alma o molde). Semete un dedo en ese hueco, se saca la punta del hilo,y no hay ms que ir tirando. Estando el ovillo fijo y sindar vueltas, podemos ir tendiendohilo.

    Esto es lo que han hecho los norteamericanos, sustituyendo el carrete de tendido por el ovillo detendido, que ellos llaman VsTireDispenses (distribuidor o repartidor, de hilo).

    Como el ovillo no da vueltas, almismo tiempo que de su interior va

    Dos ovillos de tendido. Uno de ellostiene conectado en su standing end, oextremidad tija, un telfono de campaula.

    saliendo el cable que queda tendido a lo largo delrecorrido, disponemqs en la capa ms exterior deuna punta o extremidad del cable, que se estd quieta,y por tanto podemos conectar a ella un telfonoordinario y comunicar durante el tendido.

    Pero hay otra ventaja an mayor, y es que en lapunta fija del cable podemos empalmar el extremointerior de un nuevo ovillo sin necesidad de eslerar aque se termine el primero, y podemos hacer el empalmesin detener la marcha, e incluso sin suspender la comunicacin, que puede establecerse en el extremo fijodel segundo ovillo. Cuando se termina el cable delprimer ovillo, su extremo tira del cable del segundo,el cual se desovilla a continuacin, sin necesidad dehacer una parada intermedia.

    Esta segunda ventaja es la que ha permitido hacerlargos tendidos de hilo desde jees, desde helicpteros (1) y hasta desde aviones, empalmando de antemano todos los ovillos necesarios; e incluso sin perderni un momento de la comunicacin con el punto deorigen. En la prctica, emplean una especie de recipientes de tendido en cuyo interior se colocan ordenadamente seis ovillos o Wire Dispensers ya empalmados.

    Otra modalidad curiosa de empleo del ovillo detendido es la que permite salvar barrancos y cursosde agua o alcanzar rpidamente con la comunicacintelefnica un observatorio situado en lo alto de unpico. Se sujeta a tierra el Wire Dispenser, se sacala punta del hilo del interior y se ata esta punta delhilo a un proyectil de bazooka o granada de fusil ode mortero. Con un efecto parecido al de los tpicosarpones de cazar ballenas, queda tendido el hilo enunos instantes, salvando un obstculo o una diferencia de cotas que hubieran exigido largas horas detrabajo por mtodos ordinarios.

    El ovillo de tendido resuelve de raz otro viejo problema que tambin ha dado trabajo a los inventores:el tendido desde mulo o caballo.

    (i) El Grupo Divisionario de Transmisiones lleva doshelicpteros de plantilla.

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  • DESCRIpCION DEL WIRE DISPENSERU OVILLO DE TENDIDO

    El ovillo de tendido presenta la forma que tiene elhilo enrollado en un carrete, pero suprimiendo elcarrete. Las dos placas del carrete existen, pero sonde lona y tienen un agujero en el centro cada una; noexiste el ncleo o alma del carrete, de forma que porlos agujeros citados se ve la parte interior del arrolamiento. Por la parte perifrica se completa la fundadel ovillo mediante cinta adherente que tapa el anillode separacin entre los dos discos de lona, uno decada costado. Una de las lonas lleva la indicacinPayout end (extremo de salida), y por el agujerode esta cara sale el hilo que va quedando tendido. Laotra cara de lona lleva la indicacin Standing end(extremo fijo),