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Revista HOY la Universidad - Número 8 - Diciembre 2012

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Revista HOY la Universidad es una publicación cuatrimestral de la Universidad Nacional de Córdoba que pretende impulsar, difundir y poner el trabajo universitario al servicio de la comunidad, haciendo hincapié en el carácter público del conocimiento que en ella se genera. En el marco de los festejos por los 400 años de la UNC, HOY la Universidad dedicó esta edición especial a recorrer en profundidad los debates surgidos a partir de las actividades y productos elaborados en esta conmemoración. Es un intento de análisis de la historia, el presente y el futuro de la universidad que busca destacar las conquistas logradas, distanciándose de evaluaciones autocelebratorias.

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Revista de la Universidad Nacional de Córdoba

Autoridades de la UNC

Rectora:Dra. Carolina Scotto

Vicerrectora:Dra. Hebe S. Goldenhersch

Secretario General:Mgter. Jhon Boretto

STAFF

Dirección Editorial:María José Quiroga,Prosecretaria de Comuni-cación Institucional, UNC.

Producción y edición:Leandro GroshausGino MaffiniAriel Orazzi

Edición de imágenes:Ariel Orazzi

Diseño Gráfico:Área de Diseño, Producción Gráfica y Editorial, UNC.

Colaboraron en este número:Lucas DespósitoPrograma de Estadísticas Universitarias de la SAACorrección:Mariana Pirra

Revista cuatrimestral editada por la Prosecretaría de Comunicación Institu-cional de la Universidad Nacional de Córdoba. ISSN: 1667-6289Propietario: Universidad Nacional de Córdoba. Av. Haya de la Torre s/n, Pabellón Argentina, Ciudad Universitaria, X5000GYA, Córdoba.Redacción: Av. Haya de la Torre s/n, Pabellón Argen-tina, Ciudad Universitaria, C.P. 5000, Córdoba. Tel: 0351 - 4334069/70.

[email protected]

SOBRE HISTORIAS, AUSENCIAS Y DESTINOS

Dra. Carolina Scotto

“ME SENTÍA UNAJUGADORA DE TENIS EN

UNA CANCHA DE RUGBY”

Dra. Claudia Tomadoni

IDAS Y VUELTAS

Miradas sobre elsistema científico argentino

“PENSÉ QUE NOIBA A VOLVER MÁS”

Dr. Carlos F. Vittar

¿FICCIONES?

HISTORIETASOBRE LOS 400 AÑOS

DE LA UNC

EL PASADO ESPRESENTE

Historieta. Capítulo 1

“ALLÁ NO SEPREGUNTAN QUÉ VAN A

ESTUDIAR, SINO DÓNDE”

Dr. Julio Navarro

“NUNCA SABÉS DE DÓNDE VA A SALTAR

UNA BUENA IDEA”

Dr. Alberto Saal

“EL MÉRITO DE QUIENESSE QUEDARON ES

INFINITAMENTE MAYOR”

Dr. Carlos Dotti

50 AÑOS DE CANAL 10

JUVENTUD Y POLÍTICA

“LA SOCIEDAD DEMANDAQUE LOS MEDIOS PÚBLICOS OFREZCAN CONTENIDOSDISTINTOS”

Dr. Esteban Falcón

LOS PIBESESTÁN DE VUELTA

Entrevista a Nicolás Tereschuky Federico Vázquez.

LUCES Y SOMBRAS

Historieta. Capítulo 3.

MARCAS DE LARGADURACIÓN

Dra. Silvia Romano

LA LARGA MARCHADE LOS ESTUDIANTES

Mesa redonda con Javier Moyano, Pablo Requena y Juan Ignacio González.

VIAJE AL FIN DEL MUNDO

Historieta. Capítulo 2.

“LA JUVENTUD ES CONSCIENTE DE QUE EL CAPITALISMO TROPEZÓ CON UNA BARRERAINFRANQUEABLE”Entrevista a Atilio Borón

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PROGRAMA SUMA 400: “FORTALECER ELESTADO ES AGRANDAR LA UNIVERSIDAD”

Lic. Juan Manuel Andrés

Impreso en Heraldo Medicina Gráficos

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Desde su aparición a principios de los años 80, y bajo distintos formatos, Hoy la Universidad se propuso ser un es-pacio de contacto entre la UNC y la sociedad. En los últimos tres años se planteó además constituirse como una herramienta de difusión de las prácticas y saberes de la universidad alrededor de temáticas socialmente relevantes, como una manera de poner a disposición la experiencia de la UNC y dialogar con otros actores de la sociedad cordobesa. A lo largo de sus ocho ediciones se debatieron varias de las cuestiones más importantes para la provincia y el país: la situación de los recursos hídricos;

“EN LA UNIVERSIDAD SE PERDIÓ ESA CONTAMINACIÓN

MUTUA ENTRE SABERES,PRÁCTICAS Y DISCURSOS”

Conversaciones con el filósofoRicardo Forster.

DE ESTUDIANTESY DOCTORES

100 años del Hospital Nacional de Clínicas “Prof. Dr. Pedro Vella” (1913-2013)

Prof. Méd. FabiánCaballero

HISTORIA Y TRADICIÓN DE ENSEÑANZA

325° aniversario delColegio Nacional de Monserrat.

Arq. Hernán Enrique Moya.

DEL PERONISMOA LOS AÑOS 80

Historieta. Láminas 2 , 3, 4 y 5.

REFORMAUNIVERSITARIA 1918

Historieta. Lámina 1.

COLEGIOS PREUNIVERSITARIOS.POTENCIALIDADES Y DESAFÍOS

325° aniversario delColegio Nacional de Monserrat.

Prof. María Eugenia Rosso.

CONSTRUYENDOFUTURO

Historieta. Capítulo 4.

POSGRADOSY CALIDAD ACADÉMICA

UNA APUESTA PORLA MASIVIDAD

UNC EN CIFRASY DIBUJOS

CIENCIA Y TECNOLOGÍA AL ALCANCE DE TODOS

UNA UNIVERSIDAD MÁS ACCESIBLE E INCLUSIVA

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los avances y límites en la lucha con-tra el Chagas; los retos del desarrollo energético; los desafíos de la escuela media; los problemas urbanísticos de la capital provincial; la relación entre cor-poraciones y democracia; la situación de los bosques nativos; las políticas de seguridad; la soberanía alimentaria; las violencias de género; la crisis global del neoliberalismo; y la colonización digi-tal, entre otros temas. En el marco de los festejos por los 400 años de la UNC, Hoy la Universidad dedicó esta edición especial a recorrer en profundidad los debates surgidos a partir de las actividades y productos

elaborados en esta conmemoración. Es un intento de análisis de la historia, el presente y el futuro de la universidad que busca destacar las conquistas lo-gradas, distanciándose de evaluaciones autocelebratorias. En esta edición se pretendió también presentar los avances, retrocesos y contradicciones de una institución de cuatro siglos de una manera accesible y atractiva, no circunscriptas a la com-prensión erudita, para lo cual se recu-rrió al aporte de dibujantes e historietis-tas. En suma, se buscó que nadie quede afuera de los festejos de la universidad pública, la universidad de todos.

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SOBRE HISTORIAS,AUSENCIAS Y DESTINOS

Desde hace unos años venimos pensando que la celebración de los 400 años de la Universidad merecía la organización, con los tiempos necesarios, de un

conjunto de actividades capaces de desplegar los diversos significados que los 400 años de historia de esta Universidad tienen en Córdoba, en el país y en Latinoamé-rica. En ese sentido trabajamos en una serie de proyectos que necesariamente re-querían de instancias de elaboración y preparación previa para que el resultado final estuviera a la altura de la significación que nuestra Universidad tiene en cada una de sus diversas dimensiones: la estrictamente académica, la institucional, la labor de investigación, así como la presencia de la Universidad en el medio. Nos resulta-ba fundamental además abordar la relación de nuestra Universidad con su propio pasado, el modo en que recuperamos esa historia en su diversidad de etapas y, a su vez, de qué manera nos vemos a nosotros mismos en proyección hacia la universi-dad futura. Es así que esta idea fue tomando forma, con una serie de instrumentos de organización propia para una conmemoración que siempre supimos que tenía que tener este relieve, hasta que se cristalizó la idea de que la conmemoración no podía resumirse en un único evento institucional principal. Así se plasmó la idea de los “400 días hacia los 400 años”. Esto nos daba el espacio de tiempo para generar una propuesta de actividades en la cual se sintieran involucradas todas las áreas del rectorado y todas las unidades académicas de la Universidad.

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Dra. Carolina Scotto*

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Esta conmemoración se interesó además por reforzar los vínculos que la comu-nidad de Córdoba tuvo y tiene cotidiana e históricamente con su Universidad, que son muy diversos. En este sentido, un vaso comunicante de privilegio que te-nemos son los Servicios de Radio y Televisión de la UNC. La nuestra es la única Universidad con una estructura de medios tan sólida y sobre todo, en estos úl-timos años, donde su presencia ha crecido. En esta vinculación permanente con la sociedad aporta también el Laboratorio de Hemoderivados, que tiene ya una significación emblemática porque funciona muy bien, crece, produce insumos que son de interés para la sociedad en su conjunto. Es una empresa enteramente pública, reguladora de los precios del mercado de productos críticos para la salud. Y así también el Hospital de Clínicas y la Maternidad Nacional, entre otras insti-tuciones de la UNC.Pero también la acción de la Universidad se hace visible en la acción cultural, en la presencia estudiantil en la vida de la ciudad de Córdoba que atrae a miles de

jóvenes con su amplia oferta en educación superior, jóvenes que no son sólo del interior provincial, son también de otras provincias y en muchas épocas han sido, en gran cantidad, de países vecinos.En distintos momentos de la historia, la Universidad ha teni-do un rol político en el sentido amplio de la palabra, sea por la agitación de los movimientos estudiantiles o en distintos procesos, algunos epopéyicos y otros trágicos para la historia política de Córdoba. Por distintas razones la Universidad ha sido una referencia, aunque ciertamente en muchos mo-mentos ésta ha sido diluida y opacada. Hoy creo que estamos en otro momento; no creo que la conmemoración de los 400 años hubiera generado esta im-portante expectativa social si nos hubiera encontrado en un tiempo como el que hemos vivido en la década de los 90. Probablemente no hubiéramos encontrado en ese momen-to a nadie deseoso de festejar nada aquí adentro y además no hubiéramos podido convocar a la cantidad y diversidad de personas que se sintieron convocadas por esta propuesta, con la conciencia de que la universidad actual es una univer-sidad pública, que está abierta para todos, que tiene cosas que aportar a la sociedad. En ese sentido se ha reunido con la conmemoración un momento como el actual de expansión, crecimiento y fortalecimiento del sistema de educación pú-blica. La propuesta no podía limitarse, entonces, a conmemorar una historia tan extensa y tan significativa con un acto que nos tenga como protagonistas principales a los universitarios actuales. Debíamos también restituir su lugar en la historia a las diversas generaciones que de manera directa o indirecta

han tenido que ver con esta obra de formación y cultura; en fin, todas las huellas, incluidas las tragedias que también esta Universidad atravesó.

Las conmemoraciones en general, y una conmemoración tan importante como la nuestra, sólo tienen un efecto positivo a condición de que sea una oportunidad para que reflexionemos en un ejercicio de memoria, que es al mismo tiempo un ejercicio de reflexión crítica sobre la herencia y sobre el pasado y también un es-

"En la UNC se sabe más de la época jesuítica que de la época de Perón, de Illia o de los períodos de intervención de las dictaduras. En la historia de nuestra Universidad hay grandes lagunas de silencio".

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fuerzo de recuperación del débil conocimiento histórico que muchas veces tene-mos sobre nuestra propia historia, en este caso sobre la historia de la universidad. No se trata sólo de un asunto de sumar festejos, sino de hacernos cargo de una herencia y un legado, con toda la complejidad que contiene; sin zonas ciegas, sin períodos sobre los que nadie dice nada, una historia con etapas oscuras, difíciles, complejas. Tengo la impresión de que nosotros, los universitarios de Córdoba, te-nemos una muy débil conciencia histórica de lo que significa estar participando de esta historia como actores actuales. Hay larguísimos períodos de esta historia de los que nadie habla, se investiga poco y se conoce casi nada: es como si celebrar los 400 años sólo tuviera sentido alrededor del debate sobre cuál es la fecha de origen, o si los franciscanos tuvieron más o menos peso que los jesuitas, o cuales decisiones avaló el Rey o el Papa. En definitiva, estos debates no son más que una metáfora de cómo y sobre qué cosas ponemos equivocadamente el acento, respecto de qué significa conmemorar 400 años de historia.En ese sentido, es muy relevante saber cuántas marcas dejó en esta Universidad la presencia de los jesuitas por casi dos siglos, o la presencia de la iglesia en general en una Universi-dad que fue confesional hasta 1810; qué importancia tuvo la inclusión de las ciencias naturales y las ciencias exactas a par-tir del período de la independencia; qué distintos períodos fue viviendo la Universidad en momentos revolucionarios, contrarrevolucionarios, de disolución del Estado Nacional; qué etapas atravesó la Universidad en ese entonces, en qué medida esta Universidad fue simbiótica con los procesos de-mocráticos o dictatoriales que vivió el país, cómo impactó esa realidad en la Universidad. ¿Por qué no reflexionamos más sobre esas cosas? Pasamos de 1613 a 2012 ¿y en el medio que pasó? De los registros visibles, o incluso de los registros menos visibles pero que se pudieran encontrar, esta historia de los 400 años ha dejado muy pocas huellas. ¿Dónde están los tesoros de la universidad? ¿Por qué nos cuesta tanto indagar sobre cuán-do fue, por ejemplo, que se construyó el edificio del Pabellón Argentina? Hablo de un hecho que no sucedió en el siglo XV, sino a mitad de siglo XX. En esta Universidad se sabe más de la época jesuítica que de la época de Perón, de Illia o de los períodos de intervención de las dictaduras. En la historia de nuestra Uni-versidad hay grandes lagunas de silencio, hay muchas preguntas que no han sido respondidas, hay debates aún abiertos: ¿qué impacto tuvo la reforma universitaria y qué importancia efectiva tuvo el movimiento reformista en el rediseño de una Uni-versidad monacal, aristocrática, elitista, para minorías? ¿Cuándo empezó a sentirse ese efecto?¿Qué impacto tuvieron las políticas de desarrollo y fortalecimiento del Estado? ¿Cómo se tradujeron en planes de estudios, en estilos de gobierno uni-versitario? ¿Cuándo tuvimos autonomía y cuándo no, y qué hicimos con esa auto-nomía reconquistada? ¿Cuándo realmente esta Universidad fue gratuita y cuándo creció más? Es una historia muy larga para que nuestros debates estén centrados en si el acta de donación del Obispo Trejo, que se firmó el 19 de junio incluía mucho, poco o ningún dinero.

“Hoy nuestra Universidad sostiene una política de inclusión activa, ha consolidado su gratuidad y está más cerca que nunca antes del horizonte de la educación superior como derecho efectivo y no mera-mente como deseo o declaración de principios”.

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Las nuestras no son instituciones que estén preparadas para encarar actividades extraordinarias como éstas en el marco de sus propias rutinas de organización. Por eso esta conmemoración requería de esfuerzos excepcionales y el resultado hasta aquí nos tiene muy satisfechos. Especialmente el acto de apertura tenía por objetivo lo que efectivamente se logró, que era concretar una convocatoria amplia a la comunidad de Córdoba con un espíritu festivo pero a su vez cargado de sig-nificados. Este evento demandó para nosotros un esfuerzo de organización muy complejo, de trabajo de muchas personas, de mucho entusiasmo, de aprendizaje, y el resultado fue muy positivo. No sólo porque quedó instalado para universitarios y no universitarios, que esta Universidad abría sus puertas para una conmemoración que se prolongaría en el tiempo, sino porque también nos permitió pensar y expe-rimentar que esta conmemoración no era sólo nuestra. En ese sentido, también formó parte de nuestras preocupaciones que las universidades públicas argentinas sintieran que conmemoraban parte de su historia sumándose a los festejos de la UNC, pero también quienes habían pasado por la universidad o quienes la mira-ban, o la siguen mirando, como una institución a la que no acceden.Hoy nuestra Universidad sostiene una política de inclusión activa, ha consolidado su gratuidad y está más cerca que nunca antes del horizonte de la educación supe-rior como derecho efectivo y no meramente como deseo o declaración de princi-pios. Es por esto que la receptividad que tuvo esa conmemoración nos hizo afirmar el rumbo que estamos trazando, hacia una universidad real y concretamente inclu-siva y donde los diversos efectos que tiene la actividad académica en el ámbito de la educación pública importan a la comunidad no universitaria. Esa apuesta com-partida se hizo visible en la magnitud de la convocatoria, en la alegría, en la sintonía de propósitos que nos ligaron, y por eso el festival de apertura de las celebraciones

no fue un espectáculo que hicimos para Córdoba, sino una fiesta que compartimos con los cordobeses. A partir de allí, y con el entusiasmo de los universitarios para sumar proyectos e ideas, la agenda con actividades previstas para todos los meses de aquí a junio del año que viene se in-crementó notablemente. A lo largo de estos primeros meses, hemos podido cumplir con el cronograma de lo que nos ha-bíamos propuesto en obras, en eventos académicos, en distin-ciones y premios, en exposiciones y muestras.

Entre las distintas tareas y desafíos que llevamos adelante durante estos días de conmemoración, pusimos en marcha el programa SUMA 400 con el objetivo de aportar al forta-lecimiento de las capacidades de gestión local, colaborando con los municipios y comunas en el diseño de políticas pú-blicas centradas en la construcción de una ciudadanía social. La idea central que motorizó este programa no fue otra que la búsqueda de los mejores instrumentos para promover de manera activa el vínculo con la comunidad y a su vez canali-zarlo de manera más eficiente bajo un concepto de integrali-dad de los enfoques, de interdisciplinariedad y desligado de cualquier interés, a los que estuvieron asociadas, en otras eta-pas, las políticas de extensión y transferencia: centralmente, aquella tendencia a buscar recursos presupuestarios adicio-nales para complementar la insuficiencia presupuestaria por la que atravesaba la Universidad.

“Estos años hemos visto muchos más progresos en el sistema uni-versitario público que los que se traducen de manera efectiva en la conciencia de los académicos sobre la significación de esos cambios”.

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La respuesta iba a ser como lo fue, y como lo viene siendo, previsiblemente positiva, porque no hicimos más que revertir esta historia de relaciones fragmentarias de resultado incierto en las que cada organización del Estado o social se acercaba buscando una respuesta de la Universidad que la ayudara a resolver sus problemas. Lo que hemos propuesto ahora es que la Universidad debe encarar este esfuerzo utilizando la variedad de sus recursos y sus capacidades, pero ayudando a que lleguen de la mejor for-ma a aquellos que están esperando de nosotros una respuesta técnica o un asesoramiento. Aprovechamos también los 400 años para reformular los esfuerzos que veníamos haciendo. Pero debo decir que hay muchas universidades que hacen esto hace mucho tiempo, de manera institucionalizada y sin tanta dificultad como tenemos que sortear aquí. Lo que su-cede en nuestra Universidad es que hay un escenario de frag-mentación muy fuerte en la estructura institucional, y que, en muchos casos, subsiste una cultura institucional según la cual la Universidad debe estar guiada por el objetivo de prestar servicios profesionales para captar recursos.De hecho se viene trabajando en muchas universidades del país, incluida la nuestra, para superar varias visiones asociadas a la extensión como una de las tres grandes dimensiones de la actividad universitaria: una de ellas es el carácter voluntarista o asistencialista que tienen las iniciativas de extensión; otra de ellas es el carácter uni-lateral, esto es, que los universitarios definimos en qué cosas vamos a ser solidarios o cooperativos con la comunidad, cuando en realidad deberíamos ponernos al servi-cio de contribuir, inclusive en las etapas de diagnóstico de los problemas, debemos escuchar cuál es la voz, la posición, las necesidades que tienen quienes se acercan a la Universidad. Otro aspecto de las políticas extensionistas que hemos tratado de superar es esta marginalidad de la actividad de extensión respecto de otros roles que la institución en su conjunto tiene, y esto nos ha llevado a poner una cantidad de esfuerzos que hemos llamado de jerarquización de la función extensionista, que se traduce en un conjunto de políticas en el marco de las cuales se inserta el SUMA 400. Por eso hemos puesto a dos secretarías y al propio Rectorado a encarar la ta-rea de institucionalizar más programas de promoción de la extensión y que esos programas tengan a su vez esta orientación: más integralidad, menos unidireccio-nalidad, menos fragmentación, más presupuesto de promoción y formación de las prácticas extensionistas desde el grado, y luego también un reconocimiento de los estándares de evaluación de esa actividad para los propios profesores. Otra cosa fundamental que no teníamos era una base de datos que nos permitiera hacer una evaluación del impacto de las intervenciones extensionistas que hemos hecho en distintas comunidades dentro y fuera de la ciudad. Por eso todo lo que hemos hecho en el último tiempo se ha constituido en un enorme capital con el cual tenemos que salir a promover activamente la extensión, no solamente esperar que venga alguna demanda puntual a ver si quien viene a pe-dir ayuda acierta cuál es el lugar de esta enorme Universidad donde debe golpear la puerta para pedir colaboración. En universidades más pequeñas donde hay menos fragmentación interna, donde las políticas de extensión se conducen más integral-mente de manera institucionalizada, y no desde cada uno de los departamentos y equipos de investigación, unidades de vinculación tecnológica o Facultades, como

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ocurre acá, esto ya es una rutina de trabajo. Para nosotros esto significa construir esa rutina de trabajo y deconstruir otra, y eso supone una enorme tarea que nos llevará muchísimo tiempo.En estos años también se ha fortalecido la obligatoriedad y la puesta en marcha efectiva de trayectos de formación preprofesional para todas las carreras con per-files profesionales. La expectativa es que durante la próxima gestión rectoral se ponga efectivamente en marcha una práctica en toda la universidad, a través de un proyecto de incorporación a la estructura curricular de todas las carreras de grado de una práctica social comunitaria para nuestros estudiantes. Esto se puede conce-bir desde la extensión pero también desde el ángulo del inicio de la investigación y desde el completamiento de una formación más integral. Se trata de una demanda muy grande ya que nuestros currículos han sido tradicionalmente muy rígidos, hoy son más bien una acumulación de contenidos, en el mejor de los casos actualizada, del propio campo disciplinar. Pero la formación práctica, la iniciación en la investi-gación y la conexión con el medio han estado muy separados de la formación en el grado; dependen casi exclusivamente de una motivación individual de los jóvenes estudiantes y de los futuros jóvenes graduados, y eso explica en parte por qué tan-tos de nuestros jóvenes permanecen en el sistema académico y de investigación y siguen siendo todavía muy pocos los que desarrollan de manera sistemática activi-dades de extensión o incorporan a su perfil de docentes universitarios también una dimensión extensionista.

Otra línea de trabajo en la que pusimos un gran esfuerzo fue la consolidación de la cooperación internacional en general, y en particular la que podemos fortalecer con nuestros propios graduados en el exterior, facilitada por un vínculo que es afec-tivo, histórico y cultural. El intercambio y la vinculación entre países tiene siempre un enorme beneficio para una comunidad académica, porque nos ayuda a todos a mejorar nuestras propias herramientas y a no considerar que la manera como encaramos la actividad es la única posible, es decir, a quitarnos también muchos

prejuicios respecto de que así es como se hacen las cosas porque así se vienen haciendo. La cooperación internacional, además, no sólo a nivel de investigadores ya formados o investigadores en formación, sino también a través de la movilidad estudiantil en el exterior como parte de un trayecto de formación en el grado. Yo tengo la visión de que los académicos somos muy conserva-dores, cualquiera sea la ideología que profesemos, incluso los más abiertamente defensores del cambio, de las transformaciones y la innovación en cualquiera de las áreas, tienden a apegarse, ten-demos a apegarnos, a las propias maneras de hacer las cosas, las cosas que ya enseñamos las seguimos enseñando, las cosas que ya investigamos las seguimos investigando. Por ejemplo, nos cuesta un esfuerzo ímprobo modificar un plan de estudios aun cuando todos acordamos en el diagnóstico de que es necesario cambiar-lo. Entonces creo que la cooperación internacional es una de las vías a través de las cuales podemos estimularnos a nosotros mis-mos a modificar, revisar y también tomar conciencia de cuánto hemos avanzado y de cuánto a veces ciertos avances no se corres-ponden con ciertas prácticas. Estos años hemos visto muchos más progresos en el sistema universitario público que los que se traducen de manera efectiva en la conciencia de los académicos sobre la significación y la oportunidad que estos cambios les trae

“Cuando uno interpreta quela historia es un conjuntoacumulado de hechos que vande un principio a un final, uno no está hablando de historia,está hablando de fechas”.

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[*] Rectora de la Universidad Nacional de Córdoba

a ellos para hacer la parte que les toca. Porque no todo se puede modificar con más presupuesto ni con más programas que abran nuevas ventanillas y que potencien con estímulos a determinada actividad que está más deprimida. Hace falta que nosotros nos demos cuenta de que tenemos que impulsar eso, haciendo uso además de la autonomía y la autarquía con la que contamos las universidades. En la UNC también hemos puesto estos años un esfuerzo en apoyar e impulsar determinadas políticas: si creemos que hay que fortalecer la investigación, no todo proviene de que el CONICET financie más becas o que el FONCyT financie más proyectos o exista un Ministerio de Ciencia y Técnica, tam-bién depende de que, cuando tengamos más recursos, nuestros becarios cobren más, nuestros proyectos de investigación se actualicen en sus montos, tengamos políticas de promoción, de que más jóvenes se integren al sistema científico más tempranamente. Nosotros creamos acá el programa de gratuidad del doctorado y al poco tiempo se implementó desde el Ministerio de Educación, porque clara-mente estamos compartiendo diagnósticos, un programa de estímulo a los doc-tores y luego se incorporaron magísters. Son instrumentos distintos con el mismo propósito, estimular la formación de posgrado de los profesores. Puede que haya muchos docentes que consideren que ese es un derecho natural y adquirido de una vez y para siempre o puede haber muchos doctores que todavía no han tomado plena conciencia que los obliga a ellos a promover que sus jóvenes tempranamen-te soliciten becas, que ellos se ofrezcan a dirigirlos, que los ayuden a terminar sus becas a tiempo, etc. Quitarnos la herencia de ciertas concepciones de la vida aca-démica, a nosotros, los profesores, es a veces más difícil que conseguir gobiernos universitarios o no universitarios que sepan lo que hay que hacer. Cuando uno interpreta que la historia es un conjunto acumulado de hechos que van de un principio a un final, uno no está hablando de historia, está hablando de fechas. En el mejor de los casos con un peso simbólico vacío, sobre todo para las generaciones futuras, porque además una Universidad es por definición una insti-tución en perpetua transformación. La mirada que tenemos sobre la historia debe ser una mirada donde podamos re-conocernos en ciertas buenas tradiciones y sentirnos también en deuda por ciertas otras: tiene que ser una mirada crítica. La conmemoración de los 400 años no pue-de ser un panegírico sobre lo bueno que somos o hemos sido siempre, porque eso no es verdad. Tampoco se resume en algunas cifras del orden de cuántos presiden-tes aportó la universidad, porque algunos de esos datos, lejos de ser motivo de or-gullo, no hacen más que mostrarnos que hemos estado muy cerca de los procesos menos interesantes que ha vivido la ciudadanía en su conjunto, lo cual no debiera sorprendernos porque nosotros no somos ninguna isla. Ser capaces de dejar de mi-rarnos a nosotros con una especie de límite, de contorno cerrado, de plataforma flotante, sobre un escenario al que le puede pasar cualquier cosa porque nosotros permanecemos siempre los mismos. El sentimiento orgulloso de pertenencia y de identidad institucional no tiene por qué incluir el que estemos satisfechos con todo lo que hemos sido. La identidad, incluida la personal, se construye con una memoria más compleja, que incluye lo que uno no tiene, lo que le faltó, aquello que le produjo heridas. Por eso hacían falta 400 días para los 400 años. Hacía falta un tiempo para poder generar una reflexión, no sólo un festejo

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En mayo de 2008, durante las obras de recuperación edili-cia del Rectorado Antiguo realizadas en el marco de los

90 años de la Reforma, un pequeño incidente permitió que la Arq. Anita Lacirema, responsable del proyecto, descubriera una caja celosamente escondida. Según su relato, la caja era “una ventana para asomarse a los comienzos de nuestra uni-versidad y de la ciudad misma”. El escaso valor de los objetos encontrados y la urgencia de las obras conviertieron rápida-mente su testimonio en anécdota que pronto pasó al olvido.En agosto del 2012, una visita a la colección de libros anti-guos de la sala Ferrer Vieyra del Museo Histórico de la UNC recuperó del olvido los acontecimientos relatados por la ar-quitecta, derivando en las fotografías que acompañan esta presentación. Los mismos objetos -o mejor dicho ausen-cias- aludidas por la historia de Anita Lacirema. Anécdota, realidad, ficción. Cuánto hay de verdad y de ensueño en los relatos del pasado.

¿FICCIONES?

En sus casi 400 años de existencia, la Universidad Nacional de Córdoba ha sido escenario, cómplice y protagonista de miles de historias. Cada rincón, cada objeto podría relatar un fragmento particular, íntimo, secreto, escondido. Hoy la Universidad convocó a seis artistas para que le dieran forma y color a esta historia. Una propuesta que pretende explorar otros lenguajes en la construcción del relato de lo que es la UNC. Lenguajes que representan también una apuesta y el desafío de entablar diálogos abiertos, cruzados y polifónicos con sectores más amplios de la sociedad.Cuatro historietas y cinco láminas que recorren esta edición de Hoy la Universidad como pequeñas postales de estos 400 años. Un juego donde realidad y ficción se entrelazan hasta diluir sus límites. El lector puede andar estas páginas en clave de entretenimiento, indagación histórica o como una forma de encontrarse con algunas de las verdades de Anita Lacirema y asomarse a la ventana de los inicios de la UNC.

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Mauricio Cerbellera. S/T. 15x20 cm. Tinta sobre papel. 2012.

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IDAS Y VUELTAS

La globalización contribuyó en gran medida a la internacionalización

de la ciencia y esto fue aprovechado por buena parte de los países desarrollados para establecer formas de cooperación conforme a sus intereses. La educación universitaria de carácter público, masivo y de excelencia que distingue al sistema argentino ha sido una gran productora de recursos humanos para los centros de investigación de las naciones desa-rrolladas, que han utilizado el sistema de becas como un mecanismo de selec-ción de los mejores investigadores. Esta situación coexistió durante mu-chos años con el rol secundario que se le asignó a los científicos en Argentina -sintetizado por el ex ministro Do-mingo Cavallo, cuando mandó a los investigadores del CONICET a lavar los platos. Todo esto determinó que muchos profesionales optaran por que-darse a trabajar en el exterior. En la última década la realidad del sis-tema científico-tecnológico cambió notablemente, con un incremento del presupuesto, de la asignación de becas y de las plazas de investigador, generando condiciones para la reinserción de egre-sados de las universidades nacionales. Este fenómeno fue catalizado por el programa de repatriación de científicos, a través del cual ya se propició el regreso

de casi un millar de investigadores.También hay otros programas que alientan diferentes formas para que los profesionales radicados en otros paí-ses puedan colaborar, ya sea mediante visitas a nuestros grupos de científicos durante un período corto, colaborando en la formación de recursos humanos o recibiendo becarios en sus centros de investigación. Con la intención de acercar a egresados de la UNC que trabajan en distintos lugares del mundo a la realidad actual de nuestra universidad, la Secretaría de Ciencia y Tecnología, en el marco de las celebraciones por los 400 años, organi-zó el ciclo de conferencias “Cordobeses por el mundo”. Durante dos semanas, investigadores que están trabajando en

Francia, Bélgica, Estados Unidos, Bra-sil, Reino Unido, Canadá y Alemania, entre otros países, pasaron por Cór-doba. Esta iniciativa permitió conocer y actualizar los temas en los que estos profesionales están trabajando y, de esa manera, facilitar instancias de coopera-ción con ellos.Hoy la Universidad entrevistó a varios de los científicos que visitaron la UNC en el marco de ese ciclo de conferencias para conocer, a partir de sus experiencias de vida y trabajo en Ar-gentina y el exterior, el lugar de nuestra universidad en su carrera como docen-tes e investigadores, sus opiniones sobre la ciencia y la educación superior en Argentina y los desafíos que advierten para el país en materia científica.

[Miradas sobre el sistema científico argentino]

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“NUNCA SABÉS DE DÓNDE VA A SALTAR UNABUENA IDEA”

De las 60 cartas disparadas a discre-ción hacia diferentes lugares del

mundo (de Estados Unidos y Europa hasta India y Japón), sólo cuatro o cinco tuvieron respuesta. Entre ellas, una del Massachusetts Institute of Technology (EE.UU.) firmada por un profesor a quien su interés por estudiar los Andes le dictaba la conveniencia de contar con un estudiante sudamericano.El relato del Doctor en Geología y Oceanografía, Alberto Saal, hace es-pecial hincapié en los modos azarosos con que fueron ocurriéndole las cosas. Una mirada con la que respalda su tesis sobre cómo y dónde surgen los grandes descubrimientos. Desde su experiencia de trabajo en Estados Unidos, destaca como una característica importante la horizontalidad del sistema cientí-fico. “Como estudiante podía ir a la conferencia de uno de los tres tipos más famosos del mundo en Geología y después de su presentación, levantar la mano y plantearle que estaba mal, que yo pensaba que podía ser de otro modo. El tipo me mira, mira el pizarrón y me pregunta: “¿Usted está seguro?”. “Me parece que sí”, le respondo. “Por qué no hablamos después…”. Y cuando lo “hablamos después” me propone que trabajemos juntos y así se transformó en mi jefe. En ningún momento se ofendió, no se puso en que era el tipo más famoso del mundo. El sistema es bien horizontal, le prestan atención a los estudiantes, porque nunca sabés de dónde va a saltar una buena idea”.Esta horizontalidad según Saal, tam-bién se traduce en modos de concebir e impulsar el trabajo científico donde lo

colaborativo adquiere una dimensión importante. Sobre todo frente a la mi-rada del éxito individual y a la concep-ción verticalista y autoritaria con la que muchos científicos traban el desarrollo de sus estudiantes o colegas por consi-derarla una amenaza a su propia carrera. “Lo primero que va a pensar la gente, me decía mi jefe (al que yo había cues-tionado en medio de su conferencia), es que te formaste conmigo. Por eso, to-dos queremos que seas exitoso”, cuenta Alberto Saal respecto del modo en que aprobaron su investigación de doctora-do sin restricciones temáticas, sin con-dicionamientos, sin áreas predefinidas. Y subraya que la competencia existe y es feroz, porque cada uno quiere de-mostrar que tiene razón, pero siempre desde una cuestión horizontal.

SISTEMA Y MENTES ABIERTAS

Desde su partida a Estados Unidos en 1991 y en los 21 años que Alberto Saal lleva trabajando fuera del país, señala como una constante de las charlas con colegas en situaciones similares, la idea de no haberse ido nunca, de seguir en contacto y el impulso por aportar a la vida de la UNC. Una conexión espe-

cial que se asienta en la nostalgia de la vida universitaria, pero sobre todo en la conciencia de lo que significó como oportunidad concreta de formación profesional la universidad pública.La concreción de trabajos conjuntos entre la UNC e investigadores resi-dentes en el exterior no es algo nuevo para Alberto, que a partir de acuerdos puntuales con miembros de la comu-nidad universitaria hace sus aportes a diferentes tesis doctorales. Desde esta perspectiva, lo que más valora es la posi-bilidad de que estos vínculos adquieran carácter institucional, y señala tanto su importancia como el desafío de soste-nerlo en el tiempo.Las continuas visitas al país y a Córdoba le permiten a Saal señalar una serie de cambios auspiciosos respecto del de-venir científico. “Con sólo caminar por ciudad universitaria uno se da cuenta de cómo cambiaron las cosas. Por pri-mera vez veo que hay dinero para hacer ciencia, para comprar instrumentos, instrumentos de alto nivel, como los que tienen en Estados Unidos. Había equipos de investigación que no tenían

[Horizontalidad y colaboración como motores del sistema científico]

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dónde trabajar y ahora se están constru-yendo muchos edificios; la gente tiene mejores salarios entonces se pueden dedicar de lleno a sus investigaciones. Pero aún con todo esto, si no tenés a la gente indicada, con la formación nece-saria, no sirve de nada”. Para Alberto es fundamental superar las resistencias in-termedias donde cada uno impone sus propias reglas para mantener su cuota de poder. “El principal desafío es pensar un sistema abierto y democrático don-de muchos fijen la dirección a seguir”.La mención de la palabra democracia dispara inevitablemente la reflexión sobre las características de la UNC en tanto universidad pública cuya masivi-dad y políticas de inclusión y accesibi-lidad se convierten en ventajas -según la perspectiva de Saal- para la genera-ción de una masa crítica que permita y estimule nuevos descubrimientos. “Es imposible saber a priori quién va a tener éxito y quién no; tampoco podés decir que aquellos que pagan caro sus uni-versidades se van a esforzar más. Y por otro lado, hay tipos que parecen vagos, desmotivados, pero un día uno agarra un tema que le interesa -hacer ante-ojos, por ejemplo-, y empieza a pensar desde una perspectiva que no lo había hecho nadie antes y da el gran salto. Hay que dejar los sistemas lo más abier-to posible, no sólo en el ingreso, sino también en el modo de pensar, en las in-quietudes, en los intereses y sobre todo, abierta tiene que ser la mentalidad de la gente que educa a esos estudiantes”

Uno de los trabajos más relevantes de Alberto Saal fue descubrir que la composición mineral de las rocas lunares era similar a la de las de la Tierra, lo cual prueba la existencia de agua en la Luna. Este descubrimiento, según cuenta, es fruto de la rigurosidad científica, pero más que nada de un alto grado de tozudez. A sugerencia de unos colegas y con el objetivo de sostener el departamento de Ciencia de los Planetas, Alberto propone realizar los mismos estudios que efectuaba sobre roca volcánica en la tierra para las rocas lunares, analizando la existencia o no de agua en su composi-ción. El proyecto le valió la burla de sus compañeros ya que durante los años 80 se habían multiplicado hasta el hartazgo dichos estudios, determinando que no existía agua en la Luna. Luego, las burlas se convirtieron en consejos para no presentar el proyecto ya que significaba un rechazo inminente. “Ese tipo de investigaciones en la Luna ya están cerradas, no hay nada más por descubrir ahí”, sentenciaban sus colegas. Alberto Saal tiene un problema particu-lar con la palabra no. Por eso, presentó el proyecto de todos modos aludiendo una nueva técnica de mayor precisión que las utilizadas hasta el momento.Tres años le llevó que la NASA le aprobara el proyecto. De la aprobación

EL LADO OSCURO DE LA LUNA

del proyecto dependía la posibilidad de obtener las muestras de roca lunar de la Misión Apolo que son custodiadas y administradas por la NASA. Aprobado el proyecto, analizaron las muestras reci-bidas y ¡Eureka!: agua. “Yo no sabía que íbamos a encontrar agua, no tenía idea. Sabía que la analítica era buena, había leído algo sobre la Luna y sabía que iba en contra del modelo, pero me molesta mucho el hecho de que me digan: no”. Naturalmente, este descubrimiento tiró por la borda todas las conjeturas sobre el origen y conformación de la Luna como planeta y hoy se hacen congresos enteros sobre la temática. “Entonces, cómo alguien que no sabía casi nada sobre el tema puede tener un descubrimiento de esa magnitud. Porque los tipos que trabajaron anteriormente en esto no son ningunos tontos y por alguna razón se enfocaron en una dirección determinada y dijeron esto ya está. Ahora yo me pre-gunto con todo lo que sé y he estudiado durante tanto tiempo respecto de la Tierra, en qué medida estoy obturando otras posibilidades de estudio y conoci-miento sobre lo mismo”, reflexiona Saal. Y se responde con tres condiciones que procura como investigador: andar sin preconceptos, seguir las convicciones propias sin importar lo que la gente diga o el temor al fracaso, y cuestionar autoridad y consenso.

Fotografía: Ariel Orazzi.

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El currículum de Claudia Tomadoni cuenta que se recibió de Licencia-

da en Historia en la UNC y que se doc-toró en Geografía en la Universidad de La Plata y en Urbanística Europea en Alemania, entre otros posgrados.Hay muchas cosas que los currículums no cuentan, historias que marcan tra-yectorias, contextos o aprendizajes, que si bien no poseen certificación oficial, en muchos casos determinan caminos y opciones de vida.En 2001 Claudia estaba embarazada al momento de recibir la noticia de que no le renovarían la beca de SECyT que tenía hasta el momento. Su hija Natasha nació el 21 de diciembre, en medio de la revuelta popular de ese año. Claudia recuerda que por aquellos tiempos no podía cubrir la canasta básica: “no pudi-mos cumplir con la tercera dosis de la vacuna contra la meningitis de Natasha porque no nos alcanzaba la plata”.

[Hacia una mayor sinergia entre empresas, sistema científico, trabajadores y Estado]

“ME SENTÍA UNA JUGADORA DE TENIS EN UNA CANCHA DE RUGBY”

Por aquellos años, el panorama de la producción científica no escapaba al clima de época, Claudia recuerda que en una oportunidad, cuando era beca-ria de SECyT, fue a la casona en donde funcionaba la secretaría, donde ahora está el Museo de Antropología, y había pilas y pilas de tesis amontonadas: “Qué feo que se ve, les dije a las personas que trabajaban en ese lugar. `Ahí morirán´, me dijeron, con mucha pena. Yo pen-saba qué horror hacer un doctorado, trabajar tanto tiempo para que se mue-ra ahí. Ese recuerdo siempre me quedó dando vueltas, la idea de que el conoci-miento no puede morir ahí adentro".Cuando Claudia se va a estudiar a Ale-mania, una persona cercana le dio ro-llitos con cuasi monedas, y le dijo que lo guarde para el momento en que Na-tasha le pregunte por qué se fueron de Argentina: “Al principio me daba cosa decir que era argentina, me sentía aban-donada. Yo soñaba con alguien que me dijera `quedate, te necesitamos´, pero eso no pasó.”

Claudia finalmente se fue a Alemania el 23 de febrero de 2004, “una marca” dirá ella en referencia a esa fecha: “Emigré porque sentí que no había lugar para los científicos en Argentina, había ago-tado todas las instancias: fui becaria de SECyT, por edad ya no podía entrar al CONICET, ¿cómo podía desarro-llar mi carrera científica? Nosotros ya habíamos iniciado vinculaciones con Alemania –fui una de las creadoras de la carrera de geografía en la UNC–, habíamos traído profesores alemanes, uno de esos profesores invitó a su país a quien quisiera. Y yo sentí, la verdad, que no tenía perspectivas en Argentina, me sentía un jugador de tenis en una cancha de rugby. No sabía cómo podía hacer ciencia”. En el marco de la Feria del Libro de Frankfurt del año 2010, la embajada argentina se contactó con los 180 cien-tíficos argentinos residentes en Alema-nia para invitarlos a una reunión con la Presidenta: “Nosotros ya nos habíamos conformado en red y estábamos orga-nizados en cuatro áreas al momento de encontrarnos con Cristina y los mi-nistros, y allí el planteo fue bien claro: como política de Estado vengo a invi-tarlos a que vuelvan, pero si –y lo repito textualmente– `no vuelven por razo-nes que no puedo objetar, les pido que por favor trabajen en cooperación. Los ministros les van a presentar los pro-gramas que estamos pensando y que se están diseñando para esto´. Al poco

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tiempo comenzaron a salir las convo-catorias a programas y proyectos. Me parece interesante resaltar que estamos ante una política de Estado, que no sólo está repatriando científicos, sino que también se incentivan las políticas de intercambio internacional. Creo que ahora las condiciones se han modifica-do, incluso en la Universidad. Cuando me fui no había tinta para las impreso-ras y las computadoras eran viejísimas. Hoy en cualquier oficina que voy, todas las computadoras son nuevas, tienen hojas, están en condiciones para traba-jar, eso es un indicador de la realidad, los docentes están mejor pagos, hay beca-rios del CONICET como nunca los hubo. Se están haciendo muchas cosas en materia de ciencia. Lo que pasa es que estas cuestiones son de largo plazo, no vas a ver los frutos mañana, hay que dar y caminar". Cuando Claudia Tomadoni habla de la década de los 90 la define como “devas-tadora” ya que, según ella, abrió una fase de mercantilización de la educación de la cual hasta hoy tenemos los efec-tos: “¿Vos viste cómo queda una casa

Claudia Tomadoni pertenece a la Red de Científicos Argentinos en Alemania (RCCA) del Programa Raíces, coordinada por la Emba-jada de Argentina en Berlín y es coordinadora de Intercambio del Doctorado Binacional de doble titulación en Estudios Urbanos Regionales entre la Bauhaus Universität Weimar y la UNC, en el marco del Centro Universitario Argentino-Alemán CUAA_DAHZ. Además, es investigadora del Cen-tro de Estudios Urbano Regionales CEUR_CONICET. Tomadoni realizó su visita al país gracias a un subsidio César Milstein del Programa Raíces del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación.

después de una inundación? Hay que limpiar para ordenar la casa otra vez”. La metáfora intenta contextualizar la his-toria reciente pero también marcar los grandes desafíos y las dificultades ac-tuales: “Este es un momento super de-safiante para la universidad: o seguimos encerrados en la torre de marfil o nos ponemos en contacto con el resto de la sociedad, porque hay mucha gente que está demandando a la Universidad y los científicos.”Una de las preocupaciones de Claudia esta centrada en la interrelación del sis-tema científico con el productivo: “El vínculo con la sociedad te da sinergia, crecen ellos y crecemos nosotros. Se da una relación ganador - ganador. Todas las instituciones (fundaciones, sindi-catos, movimientos sociales) esperan cosas de la Universidad. ¿Cómo no vamos a estar ahí sólo por una cuestión de purismo? Con una colega, Natalia Berti, que está haciendo su doctorado en la Universidad de Jena, escribimos un artículo en el cual decimos que al planteo del sistema productivo - siste-ma científico, que es el que se está pro-

poniendo como política de Estado en la actualidad, le está faltando una terce-ra pata, porque no se logra el equilibrio. Esa tercera pata es el sistema del trabajo. Hay que construir ese juego entre em-presas, sistema científico, trabajadores y el Estado. Ahí la mesa se equilibra mejor. Un Estado generando políticas industriales proactivas; empresas que se sientan respaldadas por un sistema de créditos o incentivos; científicos que vinculen su producción de cono-cimiento a una empresa y trabajadores que sean parte de esos procesos.Hoy el apoyo estatal está, tanto en el Ministerio de Ciencia como en la Anses. Sin embargo están fallando la instrumentación de los instrumentos, porque las prácticas no son correctas, entonces el empresario Pyme no sabe formular un proyecto, pierde tiempo y le termina pagando a una consultora para que se lo haga y encima no gana con ese proyecto. Creo que estamos en un proceso de acomodamiento, sa-bemos que hoy hay instrumentos pero hay que adecuar la forma de implemen-tación”

Fotografía: Ariel Orazzi.

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Julio Navarro es un hombre flaco y alto. Siempre se toma unos segun-

dos para pensar qué decir y por el modo que ordena las palabras, da la sensación de ser una persona meticulosa. Cuan-do habla expresa una mezcla de acen-tos que conviven en extraña armonía, como una receta con los condimentos justos, un plato donde el santiagueño, el inglés y el francés se entrelazan sin per-der sus aromas.Los militares tendrán una presencia des-tacada en momentos importantes de la vida de Julio, y se cruzarán desde el in-greso mismo a la Universidad: “Lo que más me sorprendió cuando llegué, fue la militarización de la Universidad. Ha-bía militares por todas partes que con-trolaban todo. Recuerdo que tuve que faltar los dos primeros días del cursillo de ingreso porque no me dejaban entrar a la Universidad si no tenía zapatos, y yo no había traído zapatos de Santiago. En-tonces lo que hacíamos era prestarnos los zapatos, uno entraba y luego le tiraba los zapatos por la ventana al compañero que estaba afuera”. Julio es uno entre siete hermanos de una familia de clase media de Santiago del Estero. “Yo tengo una gran deuda con la Universidad, mi mamá fue maes-tra y mi papá abogado, que enfermó de joven por lo que tuvo que dejar de trabajar, nunca vivimos mal pero nunca holgadamente, venir los siete a estudiar a Córdoba era imposible a menos que la Universidad fuera gratuita; de los siete hermanos, cinco egresamos de la UNC. Posiblemente me hubiera ido bien haciendo cualquier otra cosa, pero no habría hecho lo que yo quería, que

“ALLÁ NO SE PREGUNTAN QUÉVAN A ESTUDIAR, SINO DÓNDE”

[Política y democracia universitaria, apuntes para el debate]

desde chico era estudiar astronomía, los astros, las galaxias. Eso en otros sistemas no se vive así, lo veo, por ejemplo, en mis estudiantes en Canadá, ellos no son mo-tivados por la vocación, como al menos yo recuerdo que en mi época sucedía, cuando el que estudiaba astronomía lo hacía porque tenía muchas ganas de estudiar astronomía, no había ningún campo, no había perspectivas, sólo se podía estudiar por vocación. En ese sentido la posibilidad de mantener una universidad gratuita, de ingreso abierto, me parece que es sacar un obstáculo a la gente que tiene capacidad, dedicación, vocación, pero que posee menos me-dios económicos. Allá las relaciones son más mercantilistas, los estudiantes son clientes de una universidad, pagan 5 mil dólares por curso y esperan un cierto standard, una cierta organización, pero eso al mismo tiempo le quita ese mo-tor interesante que es la vocación. Los jóvenes allá no se preguntan qué van a estudiar, sino dónde”.Canadá, Estados Unidos y Gran Breta-ña serán sus referencias cuando hable del allá, sin embargo el acá de Julio si-

gue siendo el mismo de siempre. Su paso por la universidad pública también posibilitó que Julio, como muchos otros jóvenes, viviera momen-tos claves de la historia argentina desde una experiencia formativa que excedió ampliamente los contenidos curricula-res: “Yo recuerdo mucho la guerra de Malvinas. La tragedia de Malvinas que posibilita después el advenimiento de la democracia y como eso energiza a la misma universidad, incluido yo, que no tenía ninguna ambición política y terminé siendo secretario del centro de estudiantes, metido en una vorági-ne de actividad, de recuperación de la pluralidad, de la capacidad de opinión. Yo nunca entendía por qué había tan pocos profesores de una cierta edad en el Observatorio, después me di cuenta que había varios desaparecidos y los demás exiliados, había cosas que no se decían, no se hablaban. Esa historia fue muy importante, al menos para mí”.La presencia de “lo militar” lo acom-pañó hasta el último día de residencia en Argentina. Julio Navarro se fue del país el 23 de enero de 1989, el mismo

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la mayoría. Cuando por alguna razón política o económica la mayoría tiene ideas que son contraproducentes, se impone de una forma demasiado fuerte. Allá es algo mucho más estable y acá es como si hubiera turnos para gobernar. Allá hay gestores, decanos, presidentes de áreas y ese es su trabajo, es su profe-sión, es ser decano de tal lugar, son pro-fesionales de lo que hacen, es toda una carrera. Tienen gente muy preparada en lo que hacen, y en ese sentido hay una continuidad y un profesionalismo en lo que hacen que funciona muy bien. En Argentina es más volátil y caótica: gana un grupo y ese grupo intenta promover a la gente que acompaña su proyecto, hay muchas deudas políticas que pagar que allá no se ven, pero al mismo tiem-po hay muchas más posibilidades de que la gente participe, es un proyecto más plural, permite que la universidad se convierta en un polo cultural dentro de la sociedad y no en una empresa que genere capacidades nada más, que es lo que pasa allá, no es un motor cultural o político, es un rol diferente”.Dentro de estas comparaciones entre el allá y el acá, Julio realiza una valora-ción de la formación que obtuvo en la

UNC: “En lo que hacemos nosotros, que no es una profesionalización, sino que es una preparación para la investi-gación más que todo, hay dos etapas: la etapa de pregrado, de formación académica, en la cual adquirís conoci-mientos; y una segunda etapa en la cual desarrollás conocimientos nuevos, apli-cás los conocimientos a proyectos de investigación. En la primera parte, que yo la hice casi toda en Argentina y en la Universidad Nacional de Córdoba, el nivel de formación que tuve aquí es comparable a cualquier universidad buena del mundo. La segunda etapa, la de aplicar los conocimientos a pro-yectos de investigación de punta, eso estuvo bastante más difícil, por la falta de recursos, si bien creo que, en el caso del Observatorio Astronómico Cór-doba que es el espacio que conozco mejor, en los últimos años ha habido un intento por profesionalizar más las co-sas, que sean un poco más sistemáticas. Se han importado algunos métodos de diagnóstico y de evaluación académica y científica que me parece positivo”

día en que un grupo del Movimiento “Todos por la Patria” intentaba copar el Regimiento de Infantería Mecanizado 3 “General Belgrano” de la localidad de La Tablada.

EL ACÁ Y EL ALLÁ

Continuamos nuestra charla con Ju-lio jugando un poco con “el allá” y “el acá”. Nos interesa conocer su opinión sobre las diferencias y particularidades del modelo de universidad pública y gratuita de ingreso abierto, frente al de universidad privada de elite en las que actualmente Julio es profesor e inves-tigador, particularmente el lugar de la política en las instituciones de altos estudios: “Las universidades allá son elites, nunca se vota, se arman comités y se deciden cosas, hay muy poca trans-parencia acerca de cómo se toman esas decisiones, rara vez hay consultas con los profesores o los estudiantes, que no tienen voto ni representación. Los profesores sólo decidimos las cosas que atañen a nuestro departamento, eso es muy diferente aquí. Eso tiene sus cosas buenas y malas. La cosa buena de un sis-tema como el argentino es que muchas veces se escuchan voces que de otra manera no podrían ser oídas. Al mismo tiempo lo hace muy sujeto al vaivén de

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“PENSÉ QUE NO IBA A VOLVER MÁS”

[Eficiencia, autogobierno y debateinstitucional en el posneoliberalismo]

A poco de conversar con Carlos Vittar te gana la sensación de que

estás ante alguien que se mueve con naturalidad en zonas incómodas, que la amplia gama de matices entre lo blanco y lo negro le resultan particularmente nutritivas y estimulantes, y que quizás eso está muy vinculado a sus inquie-tudes más estrictamente individuales, pero también a su formación académi-ca y a su trayecto de vida.Como estudiante de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNC, a principios de la década del 90, su derro-tero estuvo caracterizado justamente por la búsqueda de un conocimiento a mitad de camino, que no encontraba ni en las materias de la carrera de Eco-nomía ni en las de Administración de Empresas. “Yo quería que el conoci-miento, desde el principio, fuera inter-disciplinario, porque ninguno de los procesos económicos de la vida real terminan siendo meramente econó-micos”, explica Carlos. Eso era aún más difícil de encontrar en una facultad que estaba atravesando un “sismo institu-cional” –como él mismo caracteriza–, “porque Domingo Cavallo acababa de llevarse al Gobierno a un montón de gente que estaba trabajando allí. La fa-cultad quedó un poco desorbitada, con una fuerte orientación de economía neoclásica que ya tenía de antes, pero que fue mucho más marcada a partir de los años 90”.Su búsqueda persistente por ese abor-daje interdisciplinar lo llevó entonces, aún sin haber terminado su carrera de grado, a Alemania, donde había estado de intercambio como estudiante se-

cundario. “Me ofrecieron una beca en la Universidad de Tübingen y me interesó ir a conocer si esto que me pasaba acá –que no terminaba de sentirme cómo-do ni en una ni en otra carrera–, pasaba también allá, o si tenía otras opciones”.Aquello que encontró en Alemania, donde trabajó finalmente los últimos 17 años, le permitió reflexionar no sólo sobre los problemas de su campo de estudios, sino sobre muchos de los de-bates que atañen a la educación pública, a partir de la relativa semejanza entre los sistemas universitarios de Alemania y Argentina. “Fue una experiencia increí-ble, en parte para darme cuenta que los problemas que teníamos en Argentina eran muy parecidos a los que veía allá. También eran poco conscientes que era necesario trabajar interdisciplinaria-mente, aunque los alemanes tenían una metodología del trabajo que de algu-na manera los obligaba a una apertura mental más grande”, explica Carlos.Subraya además que se sintió “muy preparado” para insertarse en el sistema alemán, pues la UNC contaba con “es-tructuras universales” que facilitaron su inserción. Entre ellas puntualiza la uni-ficación de la enseñanza y la investiga-ción, la estructura de centros de investi-gación, el régimen de autogobierno, y la inserción y legitimidad de la universidad en la sociedad. “La UNC me ofrecía la estructura de una universidad muy pa-recida a lo que encontré en Alemania.

Por eso la primera sensación que tuve es que realmente había un sistema que nos permitía ir de una universidad a la otra y no sentirnos sapos de otro pozo”.Su experiencia en Europa le permitió además consolidar sus opiniones con relación al sistema universitario argen-tino, por ejemplo, sobre el régimen de autogobierno de las casas de estudio públicas, una característica que no es frecuente en muchos países desa-rrollados. “Estoy en total y absoluto desacuerdo con ese estereotipo que postula que una institución autogo-bernada tiende por automatismo a una desestabilización permanente”. Para Carlos, inclusive, allí se encuentra una clave para repensar las instituciones del mundo económico. “Si se genera en base a todas estas crisis de los últimos años un cambio institucional fuerte en nuestro mundo económico, de empre-sas, de organizaciones con fines lucra-tivos, será justamente que entiendan que el autogobierno y la participación son ejes fundamentales para generar una mejor adaptación al medio; y eso en realidad es lo que venimos haciendo en la universidad desde hace mucho tiempo y que mantenemos como tradi-ción. Naturalmente tiene sus inconve-nientes: una dirección autoritaria tiene tiempos más cortos y costos menores,

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mientras que los costos son más altos en una dirección participativa, donde hay que consensuar. Lo que tenemos como desafío para estas instituciones públicas es aumentar la transparencia, generar una gobernabilidad afianzando el sistema que tenemos, pero con ma-yor transparencia”.En ese marco, Carlos enfatiza también la necesidad de repensar el concepto de eficiencia en las instituciones públicas, que a su juicio es una “camisa de fuerza” que la universidad arrastra como una rémora desde los años del más crudo neoliberalismo. “Hay que cambiarlo, no podemos trasladar el concepto clásico de eficiencia de una empresa privada a una institución pública con fines no lucrativos y con fuerte inserción social. Eso es un gran error, lo cual no quita la posibilidad de incorporar elementos de la práctica corporativa privada que pueden ser interesantes para la práctica corporativa pública. Pero hay que tener muy en claro que el largo plazo dentro de la universidad pública es un concep-to muy diferente al largo plazo de lo privado”. De esta manera, su propuesta va aún más allá: usar a la universidad “como un paradigma de institución que tiene en sus funciones naturales la responsabilidad social empresaria”.En sus visitas frecuentes a Argentina, Carlos fue advirtiendo cambios que

hasta hace pocos años le parecían im-pensados, que a su juicio modificaron el marco de trabajo de la docencia y la investigación universitaria. “Una de las diferencias fundamentales, que tiene una connotación política muy impor-tante, es el hecho de que docentes e in-vestigadores ganen un salario digno por su trabajo en la universidad, es algo que hace 15 años no se daba. Casi todos mis profesores estaban en una situación fa-miliar en la que la universidad era el se-gundo ingreso, o haciendo un part time y luego teniendo su empresa, o bien trabajando por la obra social. Ahora encuentro gente que está trabajando en y para la universidad y viviendo de eso, y me parece un factor político muy in-teresante, en la dirección correcta, por-que solamente de esa manera podemos lograr una determinada independencia de otro tipos de estamentos”.Actualmente, tras casi dos décadas fue-ra del país, Carlos está preparando su regreso para trabajar en Argentina. “En algún momento hasta pensé que era imposible volver, porque veía a Argen-tina tan orientada a una perspectiva de mercado puro, que iba a resultar difícil. Porque lo que estaba viviendo allí era un Estado social de mercado, era jus-tamente el híbrido, dejar de pensar en blanco y negro y empezar a pensar que los grises existen, en lograr matices”, y

agrega ilusionado: “Pero en los últimos tres años empecé a ver que había ten-dencias mucho más fuertes a generar matices en la sociedad argentina, y que en la universidad había una permeabili-dad más grande a hablar sobre determi-nados temas que antes ni siquiera eran temas. Hoy tenemos mejoras presu-puestarias, mejoras en el CONICET a nivel de producción científica, pero sobre todo tenemos una cierta cultu-ra de la discusión y del disenso en la universidad, que antes estaba bastante adormecida. Esa es una gran diferencia que me permite, en lo personal, tomar ahora conciencia de que mucho de lo que aprendí en Alemania es posible usarlo acá. No se trata de trasladar uno a uno lo de allá, al contrario, vengo de vuelta a re-aprender mi cultura y a re-enriquecerme de lo que la gente que se ha quedado acá todos estos años sabe sobre este sistema. Pero lo que puedo aportar es, justamente, la experiencia de un país que en los años más fuertes del neoliberalismo se mantuvo en una posición relativamente abierta a otras corrientes de pensamiento, sostuvo activos sistemas con una alta eficiencia que estaban totalmente criticados y fuera de moda –las jubilaciones, siste-mas previsionales, obras sociales–, y que todo eso lo logró en base a un alto debate social”

Fotografía: Ariel Orazzi.

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“EL MÉRITO DE QUIENES SE QUEDARONES INFINITAMENTE MAYOR”

[Creciente inserción internacional de los investigadores argentinos]

“Realmente debo reconocer que soy un poco vago”. La confesión suena

extraña en boca de un médico especia-lista en genética y biología molecular que ya realizó trabajos en media docena de países, financiado por algunas de las instituciones más prestigiosas del mun-do en lo que respecta a investigación en ciencias médicas, que intenta resumir por qué lleva trabajando casi 30 años en el exterior. Pero, a poco de escucharlo, uno se da cuenta que Carlos Dotti es un cordobés auténtico, de “Saint Vin-cent, around the Maternity” –como le gusta bromear– y que todo lo que diga no puede reducirse tan sencillamente a una interpretación literal.Carlos se recibió de médico en 1979 y luego hizo su primer posgrado en la UNC. A partir de allí, en 1985, desa-rrolló una carrera de formación e inves-tigación en el exterior, que lo llevó por Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Bélgica, Italia y España. En los 27 años que ya lleva afuera del país, sus investi-gaciones fueron financiadas por institu-ciones de primer nivel mundial, como el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos o la Fundación Humboldt en Alemania. “La formación de la UNC ha sido lo suficientemente buena como para haberme permitido insertar en otros países y conseguir becas de esas instituciones, lo cual muestra que es un título reconocido internacionalmente”.Dotti se fue del país a poco de restau-rarse la democracia, en 1985. “En ese momento, cuando uno terminaba su tesis de Doctorado tenía que irse a ha-cer una experiencia posdoctoral al ex-terior, era algo natural”. En este punto,

Carlos advierte un gran cambio con respecto al panorama argentino actual. “Esa situación ha cambiado porque au-mentó la masa crítica de científicos e investigadores y actualmente hay muy buenos sitios en Argentina para hacer una experiencia posdoctoral, no hace falta que te vayas al exterior. Después del período tan malo de hace 10 o 12 años, en Ciencias Médicas –y por lo que sé también en otras disciplinas, como Matemáticas o Ciencias Exac-tas–, hay lugares en el país que han cre-cido muchísimo y que son altamente competitivos a nivel internacional”.Su análisis de la situación en el país se nutre de diversas fuentes. Por un lado, sus visitas frecuentes, varias veces al año; por otro, la experiencia de familiares que también se desempeñan en el ámbito científico; por último, la constatación de la creciente presencia internacional de los hombres de ciencia que trabajan en el país. “Hay un importante número de laboratorios argentinos publicando en revistas en las que antes solamente se veían investigadores de Harvard, Cam-bridge, Oxford, MIT, etc. Y ahora se ve que hay muchos investigadores argenti-nos que publican en esas revistas estan-

do en Argentina, no es que trabajan en el exterior. No, es gente de acá, de Cór-doba, de Rosario, de Buenos Aires”.En ese sentido, Carlos subraya la im-portancia de la inversión pública y de un mayor acceso a equipamientos de primer nivel mundial. “La globalización ha tenido un impacto positivo para países como Argentina, Brasil o Chile, porque equipamientos que antes eran prohibitivos han reducidos sus costos. Los microscopios con focales, de fuer-za atómica, los secuenciadores, todo eso se ha hecho más accesible. La mate-ria gris siempre estuvo en Argentina, lo que pasaba era que en otros momentos se hacía muy complicado realizar cier-to tipo de experimentos utilizando la aparatología que era state of the art, lo máximo de lo máximo, para publicar en revistas internacionales. Obviamente debe haber habido un flujo importan-te de dinero por parte del Estado, que permitió que muchos lugares donde ya había gente muy buena pudieran tener acceso a esos aparatos”. El caso que Carlos mejor conoce es el del Instituto de Investigación Médi-

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ca Mercedes y Martín Ferreyra. “Veo donde publican y las cosas que hacen, es maravilloso. Me digo: ‘¿Qué hago afuera si también se puede hacer aquí?’. Obviamente no es lo mismo, el esfuer-zo que lleva aquí sigue siendo mayor, pero se ha avanzado mucho”.Desde que se fue del país Carlos con-centró su trabajo en dos grandes áreas. La primera, que comenzó en 1985 y dio por cerrada este año, estuvo vinculada a la “polaridad neuronal”, en el plano de la ciencia básica. “En una célula del cerebro, que es simétrica cuando nace, trataba de conocer cómo decide en que parte sacará una protusión, lo cual determinará en que lugar del cerebro estará alojada. Eso es determinante para que el cerebro se forme bien o no tan bien”, explica simplificando al extremo –para nuestra comprensión– aquello que lo obsesionó por casi tres décadas. Desde hace 10 años su equipo de inves-tigación se concentra además en otro tema. “Estamos indagando sobre la or-ganización de la membrana plasmática en una célula madura y cómo hace para mantener la función del cerebro con los años”, y agrega además que ese trabajo está vinculado a los procesos que se dan en las demencias seniles.Su propia experiencia de trabajo, rela-cionada a temas con muy distinto grado

de aplicabilidad, le permitió reflexionar sobre el financiamiento necesario para la ciencia y el lugar del Estado y del mer-cado en un ámbito tan delicado como la investigación en salud. “La ciencia debe ser subsidiada, no hay otra ma-nera, porque si no, no haríamos ciencia básica, pues ninguna empresa va a estar financiando que alguien estudie, por ejemplo, polaridad neuronal, no hay un mercado para eso. Y no se la puede cul-par a la empresa, pues tiene otros obje-tivos y otra filosofía. Entonces debe ser el Estado el que garantice la libertad de hacer investigación básica, en cualquier disciplina. Obviamente el Estado tam-bién tiene responsabilidades, pues los recursos son finitos, entonces deberá definir en qué disciplinas y con qué in-tensidad queremos hacer investigación básica”.Su preocupación no pasa solamente por la cuestión del financiamiento a la investigación, sino por la calidad de ese trabajo. “A menos que estemos en la so-ciedad de la abundancia, no me parece que sea socialmente justo que un inves-tigador subsidiado tenga que serlo de por vida, porque a lo mejor se está man-teniendo a científicos que no están a la altura de los estándares internacionales de la ciencia y eso corta posibilidades para traer a otra gente. La clave está,

me parece, en tener una disciplina de control. Hay que poder juzgar a alguien objetivamente, porque estamos ante recursos finitos. Eso es algo que se hace en todos lados y que en algún momen-to en Argentina se tendrá que hacer”.Si bien nació en San Francisco, al este de la capital provincial, Dotti guarda recuerdos entrañables de su paso por la UNC y la ciudad de Córdoba. Destaca “la indestructibilidad de los lazos” que construyó en esos años, “sobre todo con gente que también venía del interior” y los vínculos que se reforzaron duran-te el período de la última dictadura. “Simpatizábamos con los movimientos populares, estudiantiles y sindicales de aquella época, con sus principios”, y en ese sentido, recuerda con especial ca-riño “las amistades que se hicieron en esos momentos, basadas en sufrimien-tos y solidaridades”.Por todo ello, Carlos enfatiza la im-portancia de sostener una universidad pública y gratuita. “En muchos otros lugares donde la educación es mejor, eso también tiene contrapartidas y costos de exclusión. Lo que tenemos en Argentina no es el paraíso, pero está muy bien. Creo que es una fuente muy importante para el futuro que la uni-versidad se siga manteniendo pública y gratuita”

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Fotografía: Ariel Orazzi.

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En el marco de los festejos por los 400 años de la Universidad Nacio-nal de Córdoba se celebró también el 50°aniversario del surgimiento de Canal 10. Los Servicios de Radio y Televisión (SRT) han sido histórica-mente un espacio clave de vincula-ción y de compromiso de la univer-sidad con la sociedad cordobesa, un espacio entre tantos otros - como la Maternidad Nacional, el Hospital de Clínicas o el Laboratorio de Hemo-derivados– a través del cual la UNC aporta al bienestar y al desarrollo so-cial, más allá de su contribución en el plano académico y de la investigación científica.En el proceso de revalorización que vienen atravesando los SRT durante los últimos años, Hoy la Univer-sidad se propuso reflexionar sobre algunas de las “marcas de larga dura-ción” que caracterizan al multimedio universitario, de sus objetivos y desa-fíos actuales y de su posición en varios de los debates existentes alrededor de los medios públicos.

50 AÑOS DE CANAL 10

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MARCAS DE LARGA DURACIÓNDra. Silvia Romano*

[50 años de Canal 10]

La conmemoración del 50º ani-versario de Canal 10 amerita una reflexión acerca del contexto de su surgimiento y de los avatares de su supervivencia a lo largo de una his-toria para nada lineal ni exenta de vaivenes.

El aniversario posibilita también reflexionar sobre las líneas de conti-nuidad presentes en el transcurso de su historia y de aquellos elementos que configuraron algunos de sus principales rasgos identitarios.

Una mirada retrospectiva sobre la historia de los SRT de la UNC in-

vita a pensar en las líneas de continuidad que la recorrieron a lo largo del tiempo y en aquellos elementos que configura-ron algunos de sus rasgos identitarios. Incluso, a pensar en ciertas improntas que marcaron su desarrollo, aun cuan-do éste no fue lineal ni ajeno a los cam-bios ocurridos en el contexto histórico en el que actuaron. El estudio de los tra-yectos y vicisitudes de la historia de los SRT entre los años 60 y mediados de los 80 del siglo pasado, tan sinuosa y sujeta a la inestabilidad política e institucional del país y la provincia, atravesada por golpes de Estado y breves períodos de gobiernos constitucionales, permite ver sin embargo algunos elementos de lar-ga duración que definieron su perfil, al

menos hasta comienzos del siglo XXI y que, al mismo tiempo, constituyeron fuentes de tensión tanto en el ámbito universitario como fuera de él. Se des-taca, por ejemplo, el perfil híbrido que caracterizó su funcionamiento como un servicio (de radio y televisión) pú-blico, estatal, destinado a cumplir fines culturales, educativos y sociales y como empresa comercial sin fines de lucro que debía autofinanciarse, básicamente con la venta de espacios publicitarios. Esta sería una marca de nacimiento, producto tanto de la normativa que sustentó su creación como de las ex-pectativas ambiguas de la UNC con respecto a su gestión y funcionamiento. Naturalmente, la tensión entre ambos

“mandatos” se traduciría en la progra-mación televisiva, en los avances y re-trocesos de las políticas universitarias en la gestión de los SRT, en reclamos mutuos y en periódicas crisis financie-ras que por momentos pondrían en cuestión la continuidad de los medios. Sin embargo, las autoridades universita-rias, ya fueran designadas por gobiernos de facto, por intervenciones nacionales o electas por los claustros, defendieron junto con los SRT su permanencia en la esfera de la UNC y la posibilidad de emitir publicidad comercial. Este com-portamiento remite a otro rasgo de continuidad que se advierte entre los integrantes de los SRT y es el sentido de pertenencia a la Universidad, espejado en la voluntad de ésta por conservar los medios en su ámbito.

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CONDICIONES DESURGIMIENTO

A continuación se revisan las condicio-nes bajo las cuales se crearon los SRT, sus marchas y contramarchas, dejando de lado por razones de espacio la con-sideración de las que configuraron esos sentidos de pertenencia y sus quiebres.Para entender por qué un espacio aca-démico como la UNC comenzó a ges-tionar medios de comunicación con perfil empresarial, es necesario remon-tarse a la cesión a esta casa de estudios de LW1 Radio Splendid de Córdoba, el 28 abril de 1958 por un decreto del gobierno de la “Revolución Liberta-dora”, encabezado por el Gral. Pedro E. Aramburu. La transferencia de la emi-sora, que antes había integrado la red nacional, se produjo en el marco del proceso licitatorio para la explotación de licencias de radiodifusión y televi-sión de clara orientación privatista. No obstante, el gobierno de facto reservó para el Estado nacional, las provincias, las municipalidades y las universidades nacionales el servicio oficial de radiodi-fusión y televisión, por lo que una parte

de las emisoras radiales se adjudicaron por decreto a ocho universidades. Esta medida, dispuesta tres días antes de la asunción del presidente electo Arturo Frondizi, así como la adjudicación de licencias a particulares y la desarticu-lación del sistema de redes, tuvieron la intencionalidad política de evitar que el nuevo gobierno controlara los medios de comunicación. El decreto estableció que las universi-dades debían “conservar la explotación comercial de las emisoras mantenien-do las transmisiones un mínimo de 16 horas de servicios continuados al día, asumiendo los derechos y obligaciones emergentes de los contratos de publi-cidad y actuación artística, de locación de bienes o servicios y suministros en vigencia, relacionados con la explota-ción” y que el Poder Ejecutivo les trans-feriría las sumas que demandara la rees-tructuración de las emisoras. Aunque la radio pasó de inmediato a denominarse Radio Universidad, mantuvo su estruc-tura y personal. Las expectativas de las autoridades universitarias eran que las ganancias de la Radio ingresarían a la UNC y que, a su vez, la estación sería

un medio propicio para la difusión de sus actividades y la vinculación con la comunidad. En ese marco y contando con los recursos generados por la Ra-dio, en 1959 se iniciaron gestiones para instalar un canal de TV, proyecto que se puso en marcha en 1960. En el mis-mo año se inauguraba Canal 12. Entre 1960 y 1961 se establecieron en Buenos Aires los canales 9, 13 y 11; y durante la década del 60 se instalaron más de 20 canales privados en el interior del país. Según varios autores, esa fue la “década de oro” de la televisión privada en la Ar-gentina. A los ojos de la UNC, la TV se presentaba como un espacio de ex-ploración y formación en tecnologías de la comunicación, de modernización en el campo de la educación y la cultura que ampliaría los alcances de la radio, y rescataba la experiencia de la univer-sidad de Michigan en Estados Unidos. Desde este país se importó el equipo de transmisión y durante 1961 se preparó al personal, que incluyó a varios em-pleados de la Radio, cinco de los cua-les se capacitaron en Londres becados por la British Broadcasting Corporation (BBC).

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DISPUTAS EN LOS PRIMEROS AÑOS DE CANAL 10

LV80 Canal 10 inauguró sus transmi-siones el 11 de mayo de 1962 y pasó a integrar los Servicios de Radio y Tele-difusión de la UNC, tomándose esa fecha como la fundacional de los SRT. Pero la concesión del canal a la UNC se otorgó con carácter provisional y sólo con fines culturales y experimentales. Desde el inicio las autoridades univer-sitarias realizaron gestiones para lograr la autorización para emitir publicidad y “explotarlo comercialmente”, por cuan-to se advirtió la inviabilidad de sostener la emisora de TV exclusivamente con recursos generados por la radio. En 1963 se obtuvo una licencia precaria para vender espacios publicitarios, pero no debían superar lo necesario para cu-brir los gastos de funcionamiento. En la década del 60 los rectores se movili-zaron periódicamente para obtener la licencia definitiva o bien para que no fuera retirada la provisoria −como se comunicó en 1966 y 1967. También periódicamente la UNC se vio com-prometida a prestar ayuda económica

a los SRT, generalmente con cargo de devolución, para cubrir déficits y deu-das contraídas, o contratar auditorías.La cuestión del financiamiento de Ca-nal 10 y la lógica mercantil condujo temprana y progresivamente a la pre-ocupación por captar anunciantes y por el rating. Esto generó políticas de promoción y bonificaciones especiales “para permitir una acción competitiva coherente en relación a los restantes medios”, según directivos de los SRT. En 1966 se encaró un convenio con el Instituto de Sociología de la Facultad de Derecho de la UNC para realizar un estudio de audiencias de radio y TV, “cualitativo y cuantitativo”; y más tarde se adhirió al Instituto Verificador de Audiencia (IVA) para mantener actualizados los datos. En consonancia con lo anterior, la programación se fue integrando no sólo con los clásicos “en-latados” sino también con programas adquiridos a Telerama (Canal 11) y, a partir de 1969, con Telecenter (Canal 9), cuyo contrato incluía la provisión integral del 75% de la programación comercial de Canal 10 y su represen-tación en Buenos Aires para venta de

publicidad. Esta política entraría en conflicto con Canal 7, por incumpli-miento del decreto del Ministerio del Interior, también de 1969, que obligaba a las televisoras estatales que emitieran publicidad comercial a “adquirir no me-nos del 60% de su programación” a Ca-nal 7 por considerar de interés el hecho de difundir sus programas educativos y culturales y contribuir a la vez a amorti-zar “equitativamente” sus costos.Las alternativas planteadas por la ley de Telecomunicaciones de 1972 y la participación en su redacción del Mi-nistro de Obras y Servicios Públicos de la Nación, Ing. Pedro Gordillo, quien había presidido los SRT entre 1967 y 1971, permitieron obtener la licencia definitiva mediante la constitución de una Sociedad Anónima con mayoría estatal (99% de la UNC y 1% de la Mu-nicipalidad de Bell Ville). La amenaza de “la espada de Damocles”, según la metáfora de un antiguo empleado de los SRT, parecía haber sido conjurada y la idea de “armonizar difusión cultu-ral y explotación comercial sin fines de lucro” (Síntesis de los SRT, Nº1, 1972) se mantendría vigente sin cuestionar el

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Fotografías del Centro deConservación y Documentación Audiovisual (CDA) - Archivo Fílmico Canal 10 - UNC; y del Áreade Comunicación de los SRT.

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[*] Doctora en Historia, docente de la Facultad de Filosofía y Huma-nidades de la UNC y Directora del Centro de Conservación y Documentación Audiovisual de la UNC. Ha coordinado el libro Política, Universidad y Medios. Contribución al estudio de las condiciones de producción de noticias de Canal 10 en los 60 y 70 (Ferreyra Editor, Córdoba, 2002) y los artículos “Detrás de la pantalla. Autoritarismo, censura y represión en los medios. Un estudio de caso, Córdoba 1974-1983” (Re-vista Prohistoria, Nº 11, 2007) y “Desplazamientos y convergencias. Acerca de los orígenes, los pioneros y las producciones de la televisión pública de Córdoba, 1960-1974” (Revista Imagofagia, Nº 5, 2012).

modelo competitivo que imponía la configuración del sistema de medios en Argentina y, en particular, la forma en que debían financiarse los medios universitarios, ya naturalizada. La insta-lación de repetidoras en varios puntos del interior provincial hacía prever a las autoridades de los SRT “una positiva política cultural autofinanciada”.En las condiciones expuestas, se procu-ró delinear un perfil cultural, formativo e informativo y vincular a los SRT y a la UNC entre sí y con la comunidad. La producción de programas para niños, la transmisión de conciertos, los progra-mas sobre teatro y cine, enseñanza de idiomas y música, difusión científica, actividades artísticas y universitarias, así como la fuerte presencia de programas informativos le dieron rasgos propios a la radio y luego al canal, que los diferen-ciaron de otros medios locales. Accio-nes en el espacio público complemen-taron la visibilidad de los SRT como la publicación del boletín Síntesis, los premios a las actividades artísticas y de-portivas, o los “Recitales Populares de Radio Universidad”.En el corto lapso de vigencia del nuevo gobierno constitucional se modifica-ron parcialmente las fuentes de finan-ciamiento de los SRT, en particular a partir de la intervención de la UNC a fines de 1974 que implicó también la del Ministerio de Educación de la Nación en la gestión de los medios. En el marco de una crisis financiera de la empresa y “para asegurar su continui-dad”, en 1975 se solicitaron préstamos, refuerzos y partidas presupuestarias a la UNC, créditos en entidades bancarias y un subsidio al interventor federal en Córdoba, Brig. Lacabanne. A su vez se resolvió facturar los espacios utilizados por la UNC y que el rector gestionara el reintegro al Ministerio de Educación, así como la inclusión en el presupuesto de partidas para los SRT. A la par se ges-tionó la condonación de la deuda con Canal 7 por el suministro de programas

entre 1970 y 1975, que fue concedida después del golpe de Estado, en agosto del ‘76.

CAMPAÑAS Y APOYOSDURANTE LA ÚLTIMADICTADURA

Los años oscuros de represión y censura del terrorismo de Estado alteraron rela-ciones de dependencia e introdujeron nuevos comportamientos e intereses. Sin embargo, se mantuvo el seguimien-to del rating así como la decisión de tomar “las medidas necesarias para de-fender cualquier intento de perjudicar la subsistencia de estos Servicios de la Universidad” pues, según los borrado-res de la nueva ley de Radiodifusión, se impondría el cese de actividades de las emisoras de radio y TV universitarias. En ese contexto no deja de sorprender el desplazamiento y la diversificación de los apoyos recibidos por los SRT y el papel secundario desempeñado por el rector frente a la prohibición de emitir publicidad comercial por la radio a partir de 1982, dispuesta desde la reglamentación de la ley de 1980. En esos años los presidentes de los SRT, de-signados por el rectorado de la UNC, eran militares retirados del III Cuerpo de Ejército. Si bien no consideramos aquí esta situación, vale la pena señalar que la disposición tendiente a privati-zar las emisoras radiales conduciría a la liquidación de Radio Universidad y que quienes se movilizaron para man-tener su anterior estatus fueron los di-rectorios y los empleados de los SRT, a la sazón autorizados a realizar una campaña de esclarecimiento en defen-sa de la fuente de trabajo. Mientras, las acciones del rector se limitaron a orde-nar el cumplimiento de la normativa y a solicitar paralelamente la gestión de los gobernadores de facto de la provin-cia para que las autoridades nacionales revieran la medida. Diversos sectores y actores apoyaron con notas y decla-

raciones a la Radio y a su personal, en un arco que incluyó a la prensa gráfica, entidades gremiales de trabajadores, de industriales y del comercio, autoridades civiles y militares de la provincia, asocia-ciones civiles y partidos políticos. Algu-nas declaraciones, entre otras expresio-nes críticas, aludían a “oscuros intereses” y al “avasallamiento del Puerto” sobre el patrimonio cultural de Córdoba. Las presiones prosperaron y un decreto del presidente de facto Galtieri de marzo de 1982, otorgó una prórroga para emi-tir publicidad hasta que el adjudicatario de la licencia a concursar iniciara sus emisiones. Finalmente, a fines de ese año, el Juzgado Federal Nº1 hizo lugar al amparo interpuesto por los SRT y decretó la “prohibición de innovar” y la continuación de emisiones publicitarias por Radio Universidad. De tal modo se recuperaba la impronta de 1958, plan-teada en todas las presentaciones de los SRT, incluyendo la de su personal

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HITOS PRINCIPALES

Dos hitos son relevantes en el proceso de revalorización de los medios públi-cos que se dio en los últimos años en Argentina. El primero es la decisión del Gobierno nacional en 2005 de crear una señal educativa, Canal Encuentro, que mostró que desde el sector público se podían producir contenidos de cali-dad, atractivos y entretenidos. Esto evi-denció la capacidad del Estado, cuando se gestiona bien, de obtener buenos resultados.El segundo hito, un poco después del surgimiento de Encuentro, fue el en-frentamiento que tuvo el Gobierno con las patronales agropecuarias, que mostró a pleno y de la manera más pal-pable, el vínculo entre los monopolios informativos y los poderes fácticos. Ahí se tomó conciencia de la necesidad que había de trabajar fuertemente en la re-valorización de los medios públicos para disputar el discurso hegemónico. En ese contexto se enmarcó, entonces, la decisión política de ir por una nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (SCA).Recuerdo las dificultades que presentó la creación del Canal Encuentro en el

“LA SOCIEDAD DEMANDA QUE LOS MEDIOSPÚBLICOS OFREZCAN CONTENIDOSDISTINTOS AL SECTOR COMERCIAL”

Dr. Esteban Falcón*

[De consumidores a ciudadanos, el objetivo de los SRT]

Durante los últimos años los SRT de la UNC vivieron una profunda puesta en valor: incorporaron nuevos equipamientos e incremen-taron sus estudios; pusieron en el aire la primera señal de noticias del interior del país en formato digital; lanzaron su nueva FM, Nuestra Radio, y el portal de noticias Cba24n; incorporaron produc-ción local en la mayor parte de su grilla televisiva; dieron un lugar a las tiras de ficción cordobesas; y están aportando al desarrollo de la Televisión Digital Abierta (TDA). El presidente de los SRT analiza este presente de los medios univer-sitarios en Córdoba, los objetivos y desafíos de la empresa, y repasa varios de los debates existentes alrededor de los medios públicos.

marco de la Ley de Radiodifusión de la dictadura −la N° 22285−, que relegaba a los medios públicos a un rol mera-mente subsidiario con un canal único centralizado, con emisión desde la ciu-dad de Buenos Aires hacia el interior del país a través de Canal 7. Así se explica el poco desarrollo que tuvo la televisión pública desde el dictado de esa ley, en 1980, hasta la sanción de la nueva ley de SCA: el mapa de los canales públicos prácticamente no se modificó en ese período, no se lanzaron nuevas señales y las universidades no podían tener ca-nales. La UNC pudo conservar el suyo porque su creación fue previa a ley de la dictadura.

Más particularmente en Córdoba, el hito principal en la revalorización de los SRT de la UNC fue la llegada de Carolina Scotto al Rectorado, con la voluntad de revalorizar a los medios públicos universitarios. De hecho, las crisis recurrentes que se vivían en los SRT creo que estaban más vinculadas, a mi entender, no a una falta de gestión interna sino al abandono que la UNC había hecho de sus medios. Obviamen-te es comprensible que ello haya ocurri-do en la década del 90, cuando todas las pantallas públicas estaban banalizadas. Recordemos el slogan “Ahora también competimos” de Canal 7, durante la intervención de Gerardo Sofovich. Así como el neoliberalismo caló profun-do en las ideas económicas y sociales, también hubo un neoliberalismo de la comunicación que postuló que todo tenía que ser privado y que los canales públicos tenían que competir dentro de esa misma arena.Todo el proceso de revalorización de lo público y de lo estatal que se vivió du-rante los últimos años, de la reconstruc-ción de la política como herramienta transformadora de la sociedad que se inició con Néstor Kirchner en 2003, tuvo como consecuencia la revaloriza-

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ción de las pantallas públicas. Hoy es inconcebible pensar que desde Canal 7 o desde los SRT se postule “Ahora también competimos” y cortemos la manzana con Sofovich o tengamos es-pacios vendidos a los pastores electró-nicos. No sólo porque la universidad ha tomado conciencia de que tiene que sostener a sus medios públicos, sino también porque ya es una demanda de la sociedad que las pantallas públicas le den contenidos distintos a los que le ofrece el sector comercial. Por eso las pantallas públicas tienen que construirse como base de alternativa. Obviamente, siempre con un criterio generalista y de entretenimiento, pero deben mostrarse como una alternativa que las diferencien como tales.

OBJETIVOS

El planteo acerca de la supuesta com-petitividad que deben tener los medios públicos para participar en el mercado publicitario es falaz e intenta desviarlos de sus objetivos principales, condicio-nando los contenidos para capturar una porción mayor de este mercado. Desde las pantallas públicas tenemos que competir con otros contenidos y enfocados en otros objetivos, no en el rating y la venta publicitaria. Natu-

ralmente también interesa el rating, para saber a cuánta gente llegamos con nuestro mensaje. Pero la diferencia se produce cuando se empiezan a generar contenidos para vender publicidad o cuando se crean para cumplir con un objetivo como pantalla pública. Si bien los canales públicos también participan en el mercado publicitario, no lo hacen generando productos para ser vendi-dos, sino productos que tienen otros objetivos centrales. Luego, si por aña-didura viene la publicidad, bienvenida sea para mantener esa pantalla, pero no debe ser el objetivo principal. En el caso de los medios públicos, el eje pasa por no considerar a los televidentes como consumidores, sino como ciudadanos sujetos de derechos.En ese sentido tenemos la obligación como medio de la UNC −aunque esto no difiere mucho de cualquier pantalla pública que realmente tenga claros sus objetivos− de trabajar en la formación de pensamiento crítico, de colaborar en la apertura y el interés de la audiencia por determinados temas que no son tra-tados por las pantallas comerciales. Pero, al mismo tiempo, no debemos olvidar que estamos hablando de tele-visión y no de un espacio de educación a distancia. Desde mi punto de vista, la televisión debe brindar una primera mi-

rada o aproximación que oriente a los televidentes en ciertos temas, de mane-ra que, si a ellos les interesa, tengan las herramientas para buscar más informa-ción en otros lados. Muchas veces nos encontramos con un preconcepto que postula que las panta-llas universitarias deben ser una suerte de aula, y no es así. Hoy internet brinda una herramienta más útil y versátil para los contenidos educativos.

PRODUCCIÓN LOCAL

Desde los SRT, nuestra búsqueda está enfocada en diferenciarnos del resto de los canales locales a partir de la construcción de una pantalla con producción cordobesa, en la cual cada vez haya menos contenidos de Canal 7 o de otros canales públicos como Pakapaka o Encuentro. Si bien buena parte de esa producción no local se mantendrá, porque también interesa difundir por aire esos contenidos de excelencia, el desafío es ir construyen-do y avanzando en contenidos locales en todos los espacios de nuestra grilla. Eso es exactamente lo contrario a lo que plantean los canales de la compe-tencia en Córdoba, que básicamente son repetidoras de Buenos Aires con noticieros locales.

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TRADICIÓN INFORMATIVA

En la vasta historia de los SRT, siempre fue valorable el afán y la importancia que se le dio a los espacios informativos. En la actualidad tratamos de rescatar ese espíritu. No es por ello casualidad que hayamos decidido crear una señal local de noticias, Cba 24n, el primer ca-nal de noticias del interior del país, que se incorporó a la grilla de la Televisión Digital el año pasado y transmite las 24 horas. Lo hicimos porque tenemos un servicio informativo de excelencia que puede estar puesto al servicio de la so-ciedad bajo estos nuevos formatos. A ello agregamos además el portal infor-mativo en la web (www.cba24n.com.ar), donde toda la producción de nues-tro servicio de noticias se puede visitar diariamente.

UTILIDAD SOCIAL

Dentro de las instituciones públicas siempre hay que gestionar eficazmente y con eficiencia, pero también hay que sumar el concepto de utilidad social. Porque hablar de eficacia o eficiencia únicamente implica mensurar en tér-

[*] Presidente de los Servicios de Radio y Televisión de la UNC.

minos meramente económicos y eso implica, a nuestro juicio, un error de diagnóstico. El concepto de utilidad social mu-chas veces es olvidado, porque no es palpable o no figura en los balances contables. Pero volvemos, entonces, a la discusión sobre el slogan “Ahora tam-bién competimos”. ¿Bajo qué concepto competimos? ¿El de utilidad social o el de utilidad comercial? Pues además, es absolutamente razonable que si el Estado nacional y la UNC deciden tener medios públicos, los sostengan con fondos públicos, así como hay una salud pública, una justicia o una educa-ción pública.

DESAFÍOS

Algunos de nuestros principales desa-fíos se inscriben en el marco del desa-rrollo de la Televisión Digital Abierta (TDA), que se está expandiendo en el país bajo el liderazgo del Estado nacio-nal. Los SRT como parte de la UNC deben ser parte de ese proceso, partici-pando con sus señales en las estaciones de TDA de Córdoba. Actualmente están en marcha acuerdos con RTA y

el Ministerio de Planificación Federal para que las señales de los SRT lleguen a cada una de las estaciones de TDA que están instaladas en toda la provin-cia. En este escenario hemos tomado la decisión de generar una señal como Cba 24n y de instalar en el predio de los SRT un laboratorio de desarrollo de software para aplicaciones de TV Digital, lo que permitirá generar con-tenidos interactivos en la pantalla y ver televisión en dispositivos móviles, entre otras cosas. Por otra parte, en una ciudad como Córdoba capital en la cual el 70% de los hogares cuentan con servicio de televi-sión por cable, obviamente hay que me-jorar la oferta de contenidos de la TDA para que sea cada vez más atractiva.Si bien tenemos un futuro digital, te-nemos deudas de la era analógica con nuestras repetidoras del interior de la provincia que estamos atendiendo con mayor inversión para mejorar el alcan-ce y la calidad de recepción de la señal de Canal 10

Fotografías del Centro deConservación y Documentación Audiovisual (CDA) - Archivo Fílmico Canal 10 - UNC; y del Áreade Comunicación de los SRT.

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Gerardo Oberto. S/T.120 cm x 140 cm. 2008.

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Al ritmo de un proceso más general de discusión y movi-lización que atravesó la sociedad argentina durante la

última década, los jóvenes profundizaron su participación política, refutando así opiniones consolidadas durante los años 90 que resaltaban su desinterés y apatía en los debates sociales.En ese contexto, el movimiento estudiantil en Argentina se fue reconfigurando durante los últimos años. Lejos de las políticas de recorte presupuestario y creciente mercan-tilización de la educación pública que caracterizaron los ’90, la política universitaria estuvo atravesada por un marco de recuperación económica, mayor protagonismo de la casas de estudio en los debates y los problemas sociales y creciente incorporación de jóvenes a la educación superior. Todo ello transformó el marco de acción de las luchas estudiantiles, con consecuencias que aún están delineándose.

La creciente participación juvenil abre entonces interro-gantes sobre muchos aspectos: ¿qué características asume con respecto a otros momentos de la historia de Córdoba y el país? ¿Qué prácticas, estéticas y lenguajes están utilizando? ¿Cuál es la agenda de esta juventud? ¿Cómo puede impactar todo esto en las fuerzas políticas tradicionales? ¿Qué con-secuencias futuras puede tener este proceso? ¿Tiene alguna vinculación con otras experiencias de movilización juvenil que están ocurriendo en Europa, Latinoamérica o el mundo árabe?Hoy la Universidad convocó a historiadores, politólogos y sociólogos de distintas universidades públicas del país a reflexionar sobre estos interrogantes. Como en otros mo-mentos de la historia argentina, la juventud resulta un actor clave desde el cual pensar y comprender la etapa histórica actual.

JUVENTUD Y POLÍTICA

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- Más allá de la existencia de organi-zaciones políticas estudiantiles y de estructuras institucionales, ¿puede ha-blarse de la existencia de un movimien-to estudiantil en la actualidad?

– Javier Moyano ( JM): Es una cuestión de definiciones, partiendo de que no hay categorías canónicas como para decir que esto es así y no de otra manera. Lo cierto es que hay actores estudiantiles, independientemente que los definamos como movimiento o no, obviamente hay momentos en que involucra a masas estudiantiles y otros de retracción. Pero más allá de la defi-nición, hay sujetos que están actuando y eso de por sí amerita estudio.

– Pablo Requena (PR): También ha-bría que pensar las características mismas del movimiento estudiantil, tomando el recorte canónico de 1918 a la actua-lidad. El movimiento estudiantil tiene características específicas. Primero, que

sus militantes tienen una suerte de vida útil hacia dentro del movimiento, pue-den estar 3, 5, 7 años. Por otro lado, que a lo largo del siglo XX hubo momentos de descenso en la movilización. A prin-cipios de los años 70 hubo una disminu-ción en favor de otros mecanismos de movilización. A partir de los años 80 y 90 ocurrió nuevamente un reflujo. Y pa-reciera ser que de un tiempo a esta parte hubo otro reflujo, al punto que no es el espacio con más movilización y presen-cia en el espacio público.

– Juan Ignacio González ( JIG): Como decía Javier, nosotros los toma-mos como actores que han tenido una mayor incidencia en la escena política en ciertos momentos, también han confluido con los intereses de otros actores y perseguido otros objetivos. Sin embargo sería difícil enmarcarlo en algo que se llame movimiento, o esta-blecer una línea de continuidad desde 1918 hasta el presente.

- Si se piensa en distintos actores políticos, como por ejemplo el movi-miento sindical, el de trabajadores des-ocupados o el de derechos humanos, y se compara su situación actual con la década del 90, se advierten cambios objetivos y subjetivos importantes. Si tuvieran que comparar el movimiento estudiantil actual con el existente, por ejemplo, durante los años 80 y 90, ¿qué características advierten?

– JM: Aunando lo que decía Pablo con relación a la vida útil acotada y lo que planteaba Juan Ignacio con respec-to a los momentos de expansión y de retracción, es mucho más difícil pensar en una continuidad como en otros mo-vimientos. El movimiento obrero sufre modifica-ciones, pero podemos encontrar hasta los mismos nombres en muchos casos; mientras que el movimiento de dere-chos humanos sufre variaciones, pero a éste se van sumando nuevos sujetos que

Los estudiantes han sido el actor más dinámico en la vida po-lítica de las universidades públicas y han encabezado muchos de sus procesos de transformación, aún los más importantes. En Córdoba, los alumnos de la UNC forjaron buena parte del perfil rebelde y contestatario que supo caracterizar a la capital provincial. Hoy la Universidad convocó a Javier Moyano, Pablo Requena y Juan Ignacio González,

historiadores y sociólogos de la UNC, para reflexionar sobre las transformaciones del movimiento estudiantil durante los últimos años, la relación entre los jóvenes y la política al inte-rior de las casas de estudio y la vinculación entre los univer-sitarios y las profundas transformaciones sociales ocurridas durante la última década en el país y la región.

LA LARGA MARCHADE LOS ESTUDIANTES

[Reflexiones y debates sobre el movimiento estudiantil en Córdoba]

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interactúan con los viejos. En el movi-miento estudiantil, si a los momentos de retracción le sumás una vida útil corta de sus militantes –por decirlo de esa manera− hay mucha más disconti-nuidad entre quienes actúan en un mo-mento y quienes actúan en otro, y ahí se torna bastante más complicado pensar en líneas de continuidad. Esto también explica cierto discurso fundacional que muchas veces tienen los nuevos sujetos dentro del movimiento estudiantil, para quienes parece que lo que están haciendo no lo hubiera hecho nadie, por ejemplo, si pensamos en las tomas realizadas durante 2010. Eso tiene que ver sobre todo con esas discontinuida-des.También se advierte que no necesaria-mente dialogan con viejos sujetos del movimiento, algo que se presta muchas veces al oportunismo docente. Hay casos de docentes que jamás en la vida participaron en nada y en un momento de reflujo ven la posibilidad de posicio-narse precisamente con algún guiño a algún sector radicalizado. Eso se rela-ciona con la memoria corta que a veces tienen los nuevos sujetos estudiantiles respecto a quién es quién dentro de la universidad.

– PR: También hay una cosa que de-cía Javier, sobre la cual muchas veces he pensado, que es que el movimien-to estudiantil es un movimiento sin tradiciones. Da la impresión de ser un movimiento sin mayor vínculo con el pasado, o que tiene un vínculo que es sumamente lábil. Por ejemplo, para quienes transitamos la universidad en la segunda mitad de la década del 90 había una serie de hechos decisivos, que fueron las movilizaciones de 1995, que eran el referente a partir del cual pensar la política estudiantil en un período con mucha movilización. Sin embargo esa experiencia no aparece remitida, cuestionada, mencionada en las tomas de 2010, hay un corte muy grande. Cuando uno advierte que en los años

30, 40 o 50 empezaron a editarse de nuevo el Manifiesto Liminar o los textos de Deodoro Roca y Saúl Ta-borda, eso estuvo vinculado a tratar de crear la memoria para un movimiento que no poseía un vínculo muy fuerte con el pasado.

– JM: Sin embargo, esto último me parece una particularidad de estos úl-timos años. En otros momentos ha habido mayor preocupación por tener de interlocutores a quienes habían ac-tuado antes. Recuerdo que en la década del 80 se buscaba para paneles a los diri-gentes de la década del 70; había inclu-so hasta cierta sublimación o apología del militante estudiantil de los años 70. En esta última etapa no es casualidad, a su vez, la mayor marginalidad que tiene el activismo más activo, y hay tanto una mayor ruptura con tradiciones anterio-res como con el estudiante promedio.

– ¿Arriesgan alguna hipótesis con res-pecto a por qué pasa eso?

– JM: Si pensamos en los momentos con picos de movilización −durante la Reforma Universitaria, en el debate por la universidad laica o libre, en la década del 70, en los años 80 con el retorno de la democracia o en los años 90 con la resistencia a la Ley de Educación Su-perior−, en esos momentos había pre-ocupaciones que involucraban a masas y permitieron entonces un mayor diá-logo. Lo que pasó fundamentalmente en Córdoba en las tomas de 2010 fue un intento de reproducir mecánica-mente algunos momentos de pico de conflictividad en otras universidades, lo cual tuvo que ver con quién condujo el conflicto: agrupaciones que conside-ran que radicalizando los métodos de lucha radicalizás la conciencia de los estudiantes. Los dos años que la Uni-versidad de Buenos Aires (UBA) estu-vo sin elegir rector les permitió sustituir la toma del Palacio de Invierno como el ícono a imitar, fue un intento de radica-

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lización como forma de construcción de identidad, y eso tiene un límite a la hora de involucrar masas.

– JIG: En los momentos de la Refor-ma o en los debates sobre la universidad laica o libre era mucho más fácil encon-trar quienes pudieran adherirse. Ahora, cuando la radicalización se hace sobre un reclamo demasiado puntual o gre-mial, es difícil lograr la adhesión de los estudiantes medios.

– Señalaban que se atraviesa un mo-mento de reflujo o descenso en el nivel de movilización. ¿Qué condiciones se están dando para que haya un actor estudiantil cuya movilización está más retraída que en otros momentos de su historia?

– PR: Lo señalaba en términos de una menor presencia en el espacio público, una capacidad de interpelar a otros sec-tores mucho más débil. Hay momentos en que hay mayores posibilidades de articular demandas con otros espacios de la sociedad civil y hay espacios de la sociedad civil que están movilizados. Habría que pensar en las condiciones de posibilidad de esa articulación de demandas en la Universidad de Cór-doba y el movimiento estudiantil cor-dobés y otros actores políticos, si es que existe o si es que son caminos paralelos en los cuales puede haber saltos de un espacio político hacia otro pero nunca una confluencia.

– JM: Le agregaría además que esta-mos en el decurso de lo que está ocu-rriendo. Yo milité en el movimiento estudiantil de los años 80 y en 1990 percibía que se había terminado todo. Sin hacer una interpretación estricta en términos de ciclos, efectivamente hay momentos de retracción y otros de ma-yor movilización. Y tiene que ver con cuáles son los antagonismos que divi-den aguas en cada momento, por un lado, es decir una cuestión que va por

fuera de la propia decisión política. Y también tiene que ver con quién dirige los procesos. Me parece que lo que falta es una iz-quierda fuerte –no todo movimiento estudiantil es de izquierda, lo hay tam-bién de derecha, pero estamos pen-sando en el movimiento estudiantil de Córdoba−, una izquierda fuerte con política de masas. Además de que hay factores que exceden a la propia deci-sión política y que son qué clivajes y qué antagonismos ocupan el centro de la escena en cada momento.

– Siendo un momento histórico en Argentina donde resulta muy evidente la intensidad de los conflictos sociales que se presentan –en términos econó-micos, sociales y políticos culturales−, los estudiantes no aparecen articulados, en tanto movimiento estudiantil, a al-guno de esos grandes conflictos que la sociedad argentina viene atravesando. ¿Acuerdan con esta percepción? ¿Por qué podría estar ocurriendo?

– JM: Hay que reconocer que hay un involucramiento juvenil en la política que, sin exagerarlo, marca diferencias con épocas recientes, incluso con épocas de un activo movimiento es-tudiantil como los años 90. Y en este involucramiento juvenil hay muchos estudiantes universitarios. Ocurre también que los sujetos tienen más de una marca identitaria, no una sola: vos podés ser estudiante universitario y militante de una organización política que no pone todas sus fichas en la uni-versidad sino en otra red de militancia. Y tal vez hay un activo importante que está encontrando otros frentes de mili-tancia no universitarios, donde satisface más sus necesidades identitarias, aque-llo que lo lleva a militar. A diferencia de lo que pasó desde fines de los años 80 en adelante, ya no es el interés por algún cargo o el grupo de contención de los asados y las pegatinas, como sucedió mucho tiempo. En este momento hay

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un grupo que está encontrando otros frentes y creo que un segmento de esos grupos tal vez no prioriza lo universita-rio, quizás porque no ha encontrado la clave para traducir esa expectativa que se da en la sociedad hacia dentro de la universidad. Salvo en algunas faculta-des muy puntuales, que tienen que ver con aciertos localizados más que con una política general.

– PR: Siempre me hizo ruido algo que se está volviendo sentido común hoy en día y que es que los jóvenes vuelven a la política. En la década del 90 también hubo política, hubo muchos chicos que se acercaron, aprendieron, hicie-ron sus primeras armas en la política en aquellos años, bastante complicados a la hora de pensar en horizontes. Sin embargo, me parece que en realidad cuando uno piensa “nuestros años 90” está pensando en una militancia con características muy acotadas hacia den-tro de la universidad. Y este sentido común que se está conformando, y que dice que hay un retorno de los jóvenes a la política, está pensando en movi-mientos sociales, en una movilización hacia el seno del espacio público. Son dos realidades completamente distin-tas. Sí hay un retorno de los jóvenes a la política hacia fuera de la universidad y eso se puede constatar en el peso de los aparatos juveniles, en el peso de los jóvenes en los movimientos sociales. Ahora bien, en la universidad desde los años 80 y 90 –y tal vez antes− existía una politización muy fuerte, incluso de ciertas facultades, de ciertas fracciones estudiantiles, de ciertas carreras, que a su vez tampoco era una politización de toda la ciudadanía universitaria, sino que estaba muy sesgada hacia distintas unidades académicas que tenían mayor capacidad de movilización, que en los años 90 eran, por ejemplo, Comunica-ción y Filosofía y Humanidades. Quizás entonces hay que matizar y de-cir que son dos procesos paralelos y que suceden en dos espacios sociales com-

pletamente distintos; que la sociedad puede estar descubriendo la militancia juvenil y la política a nivel de los jóvenes, que en la universidad ya existía y existió durante muchos años. Y a su vez, mati-zar esa afirmación y decir que existe una gimnasia de ejercicio de ciudadanía des-de hace muchos años –por decirlo de manera muy lavada−, pero que también está acotada a determinadas unidades académicas y determinadas fracciones. Hay momentos en los cuales –como en los años 90− se pudo articular un frente común, movilizar gente porque existieron amenazas de arancelamien-to, recortes presupuestarios, existió una Ley de Educación Superior; y hay otros momentos en los cuales para organi-zarse y para militar, o para que sucedan cosas políticamente interesantes, tal vez la universidad no sea el espacio más aus-picioso.

– Lo llamativo es que si se analizan los procesos políticos juveniles a nivel so-cial que se dan en Córdoba, se advierte una preponderancia contundente de estudiantes universitarios.

– PR: Pero que no intervienen en tanto estudiantes universitarios. Hay espacios que tienen fuerte presencia de estudiantes universitarios en sus filas, pero que no construyen su identidad o su praxis a partir de la universidad.

– JM: Incluso si hablás individualmen-te con muchos de esos militantes, tienen cierta reticencia a militar en la universi-dad, por muchos motivos. Retomando algo que señalaba Pablo respecto a lo acotado a determinadas facultades, no hay que olvidar que desde que volvió la democracia, excepto en la década del 80, las movilizaciones estudianti-les nunca las condujo la Federación Universitaria de Córdoba (FUC). Ahí tenemos un dato que no es menor, que nos habla de que hay una capacidad de involucrar incluso masas movilizadas en algunas facultades, pero sin que eso sea

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tenido militancia estudiantil, incluso han llegado al gremialismo a partir de alguna militancia partidaria muy ancla-da en lo universitario.

– Comentaban recién que los estudian-tes universitarios no necesariamente se sienten distantes de lo político, pero lo ubican en otro lugar. Suena extraño cuando al mismo tiempo se advierte que es un momento histórico donde los actores universitarios tienen muchas posibilidades de avanzar en transforma-ciones dentro de los propios claustros.

– JM: Precisamente ahí es donde es preciso analizar qué hay y qué falta. Obviamente hay oportunidades y al-gunos segmentos del estudiantado las están aprovechando, con relación a cómo mejorar algunas condiciones de estudio, cómo articular con algunos segmentos de la sociedad –los movi-mientos de derechos humanos o cam-pesino, por ejemplo–, hay experiencias interesantes. Lo que falta para que eso se convierta en un movimiento de ma-sas es un antagonista. Hay un campo de trabajo que permite nuclear, obtener conquistas estudiantiles, pero me re-sulta difícil pensar en términos de mo-vimiento sin un antagonista muy claro, y no lo veo a ese antagonista. Aunque suene un poco apologético, estoy lejos de eso. Hay muchos pequeños antago-nismos a resolver, muchos conflictos adentro de los claustros universitarios y muchas reivindicaciones pendientes, pero lo que no encuentro es un antago-nista central.

– PR: Pero a su vez, sobre eso que podría resumirse de manera rápida como una mejora en las condiciones de la ciudadanía universitaria en base a experiencias de los últimos años, hay que considerar que son experiencias intrauniversitarias. Experiencias ha ha-bido, son para pensar y debatir: articu-lación con el movimiento campesino y de derechos humanos, trabajo con

sindicatos, experiencias dentro de las cuales se articula con estos actores pero con una camiseta que es universitaria. Ha habido otros momentos a lo largo del siglo XX donde se ha articulado pero queriendo despojarse de la cami-seta universitaria, en tanto se considera-ba que en realidad las verdaderas con-diciones de actuación política estaban afuera y no adentro de la universidad. En este momento, hay un intento por articular con otros sectores sin despo-jarse de esa identidad universitaria.

– ¿Estamos en un momento en el cual el espacio político extrauniversitario está permeando un poco más los deba-tes y los conflictos de la propia univer-sidad?

– JM: Entre las fuerzas que adscriben al Gobierno nacional en el ámbito universitario habría que distinguir dos itinerarios: uno que tiene que ver con los grupos con clara identificación kirchnerista que toman la decisión de empezar a intervenir en la universidad, y otro es el caso de grupos con más ex-periencia al interior de la universidad y que en algún momento se definen como kirchneristas. No hay una cues-tión de mejor o peor, sino simplemente dos itinerarios que marcan claramente diferencias en muchos aspectos. Obvia-mente el kirchnerismo ha seducido a un segmento importante de la militancia de izquierda independiente, incluso de izquierda más social, sin trayectoria de orgánicas partidarias, salvo la del Par-tido Comunista (PC). Obviamente el contexto político está marcando cosas al interior de la universidad, porque es muy fuerte, sobre todo desde 2008 en adelante. Lo que se forma a partir de allí, sobre todo en 2009 y 2010, es otra realidad, con dos itinerarios inversos. Creo que las agrupaciones –pues son varias– que han hecho la experiencia desde adentro de la universidad hacia afuera tienen un poco más de inserción en dicha institución, reconociendo lo

suficiente para tener una adhesión ma-yoritaria de un electorado universitario. Incluso en la década del 80, cuando sí encontramos una articulación, el voto mayoritario no venía por cómo movi-lizabas sino por dentro de qué paraguas estaba esa conducción de la FUC, por lo menos hasta el `87 u `88. Ahí tenés un punto que hay que ubicar bien: aun cuando hablamos de movimiento estu-diantil, tal vez estamos hablando de una minoría del estudiantado.

– JIG: Con relación a este debate, sir-ve también recordar otros momentos. En Argentina, en 1966, lo primero que hace la dictadura de Juan Carlos Onga-nía es intervenir las universidades. Los debates ideológicos también se daban al interior de la universidad, por ello era percibida como una amenaza. Frente a ese hecho negativo, también puede darse un ejemplo positivo, como fue el desarrollo del Taller Total en la Facultad de Arquitectura. El debate que generó ese espacio, el intercambio, la ebullición, produjo cambios no sólo en un plan de estudios, sino fundamentalmente en otras maneras de relacionarse. Recuerdo también una resolución de 1976, a través de la cual se establecie-ron los cupos para el año siguiente. Y en esos cupos de esa universidad nuevamente intervenida, aparecieron una cierta cantidad de espacios para Abogacía, Ingeniería, Arquitectura y muchísimos menos para Filosofía. En-tonces, la universidad no sólo ha sido reflejo de lo que ocurría, sino que sobre ella intervinieron procesos que hicie-ron que dejara de ser percibida como un espacio donde hacer política.

– JM: Lo que pasa también es que las agrupaciones estudiantiles –y sobre todo las que tienen algún anclaje par-tidario– siempre han tenido el doble objetivo de, por un lado, referenciar a su movimiento, y a la vez sacar cuadros de la universidad. Mucho dirigentes políti-cos o dirigentes gremiales actuales han

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Javier Moyano es Licenciado en His-toria y Magíster en Partidos Políticos por el Centro de Estudios Avanza-dos (CEA) de la UNC, Doctor en Historia por el Colegio de México y docente en la Escuela de Historia de la Facultad de Filosofía y Humanidades (FFyH) de la UNC. Entre otros textos vinculados al movimiento estudiantil, publicó Las movilizaciones estudiantiles en Córdoba durante el siglo XX. Actores, antagonistas, prácticas (Editorial Brujas, 2010) y La Universidad Nacional de Córdoba y el retorno de la democracia (en prensa).

Pablo Requena es Licenciado en Historia y docente en la Escuela de Historia de la Facultad de Filosofía y Humanidades (FFyH) de la UNC. Actualmente cursa el Doctorado en Historia en la misma casa de estudios. Su investigación se concentró en las derivas de la Reforma Universitaria y en algunos de sus principales diri-gentes, desde una perspectiva tanto política como intelectual. Es investi-gador del Programa Cultura Escrita, Mundo Impreso, Campo Intelectual (CEMICI) radicado en el Museo de Antropología de la UNC, y allí forma parte del proyecto de investigación llamado “Derivas del reformismo. Representaciones, redes y tradiciones político-intelectuales (Córdoba,1920-1980)”, dirigido por el Dr. Gustavo Sorá.

Juan Ignacio González es Licencia-do en Ciencia Política por la Univer-sidad Católica de Córdoba (UCC), Magíster en Sociología por el Centro de Estudios Avanzados (CEA) de la UNC y docente en la UCC. Su tesis doctoral –en desarrollo– aborda la relación entre estudiantes y política entre los años 1955-1969, en el marco del Doctorado en Estudios Sociales de América Latina de la UNC. Entre otros materiales, publicó Los niños del Cordobazo (Espartaco, 2009).

que decíamos antes respecto a que mu-chas veces hay un elemento generacio-nal que a veces permite permanecer y a veces no.

– JIG: A lo largo de 60 años por lo menos, luego de la Reforma, algo que caracterizó a buena parte de los actores que estaban en la universidad era un po-sicionamiento antiimperialista. Resulta difícil pensar en alguna organización de estudiantes en la actualidad que dispute ese espacio, cuando el mismo Gobier-no nacional ya dijo, por ejemplo, que en Paraguay hubo un golpe de Estado. Cuando el Gobierno dice eso, resulta difícil para el estudiante posicionarse en otro lugar.

– ¿Qué puede suceder en el futuro con otras circunstancias que no sean las que tenemos hoy, donde hay un Estado que destina más presupuesto y una universi-dad que mayormente no tiene políticas restrictivas?

– JIG: La militancia va llamando a los actores en distintos momentos. Así como hubo un grado de involucra-miento a partir de que la universidad generó el espacio para que se debatiera la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (SCA) y hubo distintos actores que intervinieron y tomaron

ese espacio –lo cual fue una buena ma-nera de resignificarlo–, puede pasar lo mismo con los debates sobre la minería a cielo abierto, o sobre el aborto no pu-nible. Empiezan con alguna facultad y después van llamando a los otros acto-res, pero ese ir llevando la política o de-terminados temas propios del escenario nacional a la universidad enriquece a los actores y en el futuro puede llevar a que esos conocimientos aprendidos sirvan a otras experiencias

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– En primer lugar, ¿acuerdan con la idea de que en los últimos años se produjo un resurgimiento del interés de los jó-venes por la política? ¿Cómo creen que se expresa eso?

– Nicolás Tereschuk (NT): Lo que se dio en Argentina a partir de la crisis política por la Resolución 125 fue un resurgimiento del interés por la políti-ca o más bien por “opinar” o “expresar posiciones” por parte de sectores más amplios de la sociedad, que comienzan a “tomar partido” por uno u otro sec-tor en disputa. Se registra además una mayor “movilización”, sobre todo de los sectores medios, alineándose con los sectores del “campo” o en torno a la coalición que encabeza el Gobierno nacional. Durante el kirchnerismo, la política vuelve a abrir espacios de incer-tidumbre en la sociedad donde los re-sultados no aparecen “dados”. Y donde, por lo tanto, el posicionamiento de la sociedad es importante.Ante la mirada de los medios de comu-nicación, la “irrupción” juvenil en polí-tica se da en el marco del oficialismo y con los funerales de Néstor Kirchner, en octubre de 2010. De todos modos, se trata de un fenómeno que puede ras-trearse hasta algunos años antes y que va más allá del ámbito del kirchnerismo. También es importante la participación en algunos sectores de la izquierda, vin-culado al ámbito sindical, por ejemplo. Me da la impresión de que es un fenó-meno cuantitativamente importante en el caso del oficialismo, aunque no necesariamente “definitorio” en térmi-nos electorales. De todos modos, es una situación que da cuenta de algunos rasgos del voto kirchnerista: crece a medida que “descendemos” en la escala social y en la pirámide etaria. En el caso del oficialismo, la “irrupción” de los jóvenes en política comienza a tomar forma de manera más sostenida a partir de estos meses del segundo go-bierno de Cristina Fernández de Kirch-

Durante los últimos años se abrió un debate en Argentina con relación a un resurgimiento −que muchos discuten o relativizan− de la participación política entre los jóvenes, quienes tuvieron fuerte presencia pública en décadas pasadas, pero durante los años 90 quedaron incluidos dentro de un proceso más general de despoli-tización y desmovilización social.Hoy la Universidad convocó a Nicolás Tereschuk y Federico Vázquez para dialogar sobre las características del proceso en marcha, los aportes de la juventud y su agenda dentro de la dinámica política argen-tina, el impacto de su participación en la gestión pública y las universidades y su relación con otros procesos de movilización que actualmente están ocurriendo en otros lugares del mundo.

LOS PIBESESTÁN DE VUELTA

[Estudiantes, juventud y participación políticaen la primera década del siglo XXI]

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ner, con el nombramiento de funciona-rios jóvenes en distintas reparticiones públicas y la mayor visibilidad pública de dirigentes jóvenes.La gran incógnita es si esta “nueva” par-ticipación de los jóvenes abre la posi-bilidad de “nuevas” prácticas, lenguajes o estéticas. Creo que eso es algo que todavía está abierto y que serán los pro-pios dirigentes y militantes juveniles los que definan esa situación.

– Federico Vázquez (FV): Estoy de acuerdo con esa idea del resurgimiento del interés de los jóvenes por la política. Aunque habría que tener cuidado en no cristalizar esa idea sobre la juventud separada del contexto histórico general en que se produce. Me parece mucho más preciso decir que existe un resurgir del interés de los jóvenes en la política, en tanto existe una repolitización de la sociedad en general, en términos muy amplios, que puede visualizarse en los debates en los medios de comunica-ción, en la calle, en los discursos sociales que vuelven a poner lo político en un

lugar central, en un reposicionamiento de los dirigentes políticos como expre-siones de intereses sociales genuinos, etc. Con esto quiero decir que lo que viene ocurriendo en los últimos años es un proceso de repolitización que exce-de en mucho a lo estrictamente juvenil. Es más, no tiene ahí ni su origen ni su característica más marcada. Y con esto no estoy menospreciando en absoluto que tantos jóvenes se estén sumando a la política, sino marcando algo que me parece interesante discutir, y es que en este momento histórico −a diferencia de otros− “lo joven” no es lo que cons-tituye, no es lo que funda la experiencia de participación ni de politización. En todo caso, lo interesante es hasta qué punto “esta” mayor participación e in-terés de muchos jóvenes por la política nos sorprende y tensiona los lugares co-munes que se habían construido sobre la juventud en los últimos años.Desde 2003 −aunque de modo más brumoso pero no menos potente, des-de 2001− estamos en lo que podríamos llamar un “proceso de democratiza-

ción” social, en el sentido que muchos actores recuperaron la palabra, recupe-raron un lugar en la discusión pública. El ejemplo más claro y más sencillo de ver esto son los organismos de dere-chos humanos: durante largos años es-tuvieron en el ostracismo, marginados en los medios de comunicación y, ob-viamente, de las políticas públicas que tenían que ver con sus intereses direc-tos. Desde hace más o menos 10 años esto se modificó profundamente. Y no porque irrumpiera un actor necesaria-mente “nuevo” (de hecho, los organis-mos de derechos humanos no lo son) sino porque se habilitó un proceso de democratización, de apertura, que per-mitió que esos actores antes marginales o marginalizados tuvieran un lugar de protagonismo insospechado. Lo mismo puede pensarse para otros casos como las luchas gremiales, por ejemplo. A veces perdemos de vista al-gunos cambios mayúsculos: que se haya terminado la represión como práctica estatal de contención de las protestas sociales, además de un sano republica-

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Mauricio Cerbellera. Perro.15x20 cm.Grafito sobre papel. 2011.

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acuerdo cuando plantea como una falta importante que la juventud carezca de un “programa” propio). Creo que todo eso tiene un condimento interesante para los jóvenes: el mundo con el que se encuentran es uno bastante estimulante si pensamos el que teníamos en los años 90, cuando el sentido común imponía que todo debate ideológico era o inútil o pasado de moda.A esa descripción general habría que agregar hechos puntuales que sin duda conmovieron a los jóvenes, como la cri-sis por la Resolución 125, el debate por la Ley de Medios, el matrimonio igua-litario o la muerte de Néstor Kirchner. Cada uno de esos episodios dijo algo muy potente y que puede haber funcio-nado como disparador en la cabeza de muchos jóvenes: en la política se juegan cosas importantes. No es una obviedad. Venimos con un discurso construido en ese sentido. En el sentido de que la política es sólo el terreno del negocio y el arreglo, del ascenso personal por el poder mismo sin convicciones, etc. Esos hechos, cada uno a su modo, mostraron que no era así, que la política sigue sien-do disputa de intereses, que la política modifica cosas de la vida cotidiana y en-tonces tiene algún sentido molestarse por opinar algo al respecto, intervenir de alguna forma en ese escenario.

nismo bien entendido −es decir, que el Estado no atente contra sus propios ciudadanos−, supone también permitir y potenciar un lugar no estigmatizado del dirigente gremial, del sindicalismo en general, más allá de las lógicas dis-putas políticas que se generen (y que de hecho, también muestran hasta qué punto los sindicatos son más parte hoy que ayer del debate social y de la escena política). Entonces, como parte de ese proceso de democratización, muchos jóvenes empezaron a tomar partido, a involucrarse. Pero con una característi-ca importante, que me parece útil para entender muchas cosas respecto a esta juventud: que no surge rompiendo con otra, no surge como un bloque que desplaza a otro bloque generacional. En los años 70, cuando la juventud pe-ronista asumió un protagonismo desta-cado en el proceso político, los jóvenes en Argentina y en el mundo estaban en medio de una revolución cultural y generacional que excedía la coyuntura política local. Se podría decir que era un proceso casi inverso al actual. La militancia era una manifestación más de “rebeldía”, junto con el rock, nuevas pautas de consumo, la ruptura de los mandatos familiares, etc. La manta de Woodstook cubría, de alguna forma, a la primavera camporista de 1973. No es

lo que pasó ahora. En estos años no asis-timos a una revolución generalizada de los jóvenes, ni desde lo familiar, ni desde las pautas de consumo, ni desde cam-bios muy visibles en las manifestacio-nes culturales. En términos mundiales −incluso regionales, donde se dan pro-cesos políticos similares al que vivimos nosotros− los jóvenes no aparecen, al menos hoy, como sujetos centrales de procesos de cambio. En ese marco ge-neral “conservador”, se da un aumento muy considerable de la politización de jóvenes en Argentina, en su gran mayo-ría, apoyando al kirchnerismo. ¿Cómo se explica esa peculiaridad? Bueno, por un lado, por lo que comentaba antes de un proceso de democratización que in-vadió muchos aspectos de la vida social. Más allá de lo que se piense del gobier-no, hoy abrís un diario y te encontrás de manera más o menos tramposa o transparente −ese es otro asunto− con un choque de visiones, con enfrenta-mientos ideológicos, con largas discu-siones sobre adjetivos o calificativos (“populista”, “progresista”, “peronista”, etc.), con presidentes que usan el poder para, en definitiva, luchar contra otros poderes (y en ese sentido, coincidiría con lo que dice José Natanson sobre el carácter atractivo del kirchnerismo como anti-poder, y estoy menos de

Mauricio Cerbellera. Estación Belgrano II.12x25 cm. Técnica mixta sobre carton. 2009.

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– ¿Qué aportes le puede dar −o efecti-vamente le da− “lo joven” a la política ar-gentina? Para ustedes, ¿cuál es la agenda de esta juventud?

– NT: En primer término, creo que está justamente aquello que se le cues-tiona a la juventud, sobre todo a la ju-ventud kirchnerista. En primer lugar, su “falta de heroísmo”. El apego a la vida, en contraposición con el “espíritu sacri-ficial” de la “juventud maravillosa” de la década del 70, es algo que se cuestiona implícita o explícitamente a los jóvenes militantes de la actualidad. Cuando justamente se trata de un activo, de un valor muy importante.De igual modo, la valorización que es-tos jóvenes militantes hacen del rol del Estado, cuestionado por los críticos de este fenómeno, considero que también es un activo. Es justamente el Estado el que vuelve a tomar centralidad, desde donde se concretan una serie de trans-formaciones. Por eso no resulta una contradicción la importancia que para estos sectores juveniles puede tener el hecho de cumplir una función en el sector público. Esto que algunos secto-res cuestionan, al señalar los salarios que se cobran en puestos estatales, el uso de los “Blackberries”, etc., también puede ser un valor positivo, al destacar el rol de la gestión, de la acción del Estado que puede ser relevante para la vida cotidia-na de miles y miles de ciudadanos.Creo que la agenda de esa juventud está marcada por distintos aspectos que significan desmantelar herramientas, instituciones, políticas que signaron las políticas neoliberales de los años 90. De todos modos, esta agenda debe ser construida. Y un punto que significa una tensión y una incógnita en la construcción de esta agenda es el alineamiento de la ju-ventud kirchnerista con la conducción de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En los años 70, la “autonomía” de la juventud peronista con respecto a la conducción de Juan Perón implicaba

a su vez una agenda “propia” que estaba más o menos construida y más o menos cerrada.En este caso, la agenda de la juventud kirchnerista tiene lugar “en diálogo” con Cristina. Y esto abre distintas po-sibilidades pero también cierra otras. O por lo menos implica unos ciertos “tiempos” de concreción y de apertura de esa agenda.

– FV: Por lo que decía antes, creo que sería un error evaluar el “aporte” de la juventud en términos de agenda. Justamente porque no estamos en un momento de acumulación de deman-das que pasen estrictamente por la edad, ni en un momento de ruptura cultural-generacional como ocurrió en otras épocas. Si pensamos lo que está aportando la juventud politizada a la política argentina, por una cuestión de magnitudes, habría que referirse con-cretamente a la juventud identificada con el kirchnerismo. Y en ese sentido el aporte pasa, claramente, porque la consolidación de una fuerza juvenil le otorga al proceso político actual visos de una prolongación en el tiempo muy superiores a si esa participación no existiera. Creo que el centro del asunto pasa por ahí. Y no es menor. Que sea específicamente allí donde cada vez más se concentran los ata-ques por parte de la oposición política y mediática, es muy sintomático. ¿Por qué molesta tanto la juventud kirch-nerista? ¿Por qué se eligió de manera tan burda lanzar por ahí los cañones, sin que existieran motivos concretos para la demonización? Es más, esa ope-ración de desprestigio es sumamente compleja porque necesita desarmar un discurso anterior que estaba muy asen-tado: el que criticaba a los jóvenes por no participar, por estar en “la pavada”. Es un discurso que hoy está desaparecido casi por completo, pero que era el sen-tido común imperante hasta hace muy poco tiempo atrás. Entonces, ¿cuál es la razón de ese cambio? Creo que pasa

porque la consolidación y convergen-cia de militancia y gestión por parte de gente joven altera los nervios de los que piensan que este proceso político es un mal o una incomodidad pasajera. Una “excepcionalidad” de la que Ar-gentina, más temprano que tarde, se va a desembarazar. Si el kirchnerismo fue un (mal) necesario, sería uno breve. Ahora, si de alguna forma ese proceso puede ser pensado en el largo plazo, ahí la participación de los jóvenes se vuelve fundamental, biológicamente impres-cindible, digamos. Por ahí creo que pasa tanto la explicación de los ataques absolutamente desmedidos de algunos sectores, como también el principal aporte que, al menos en esta instancia, parece tener la juventud en el marco del kirchnerismo. Dicho esto, diría que el propio crecimiento político de estos sectores tendría como resultado lógico la creación de demandas propias, e in-cluso más, de una mirada mucho más

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aquellos jóvenes que se vinculan con luchas ambientalistas y que visualizan a las actividades mineras en las provincias cordilleranas como una tensión de pri-mer orden.

– FV: Habría que pensar qué quere-mos decir exactamente con “identi-dades juveniles”. Pero diría que el tipo de acercamiento de los jóvenes a la realidad política tiene algunas caracte-rísticas interesantes y particulares. Una es el peso de lo iconográfico. No es una juventud que se sumerge en los libros de historia o de filosofía política para encontrar una identidad. En la era Ca-pusotto, la síntesis es más veloz, salvaje y ácida: El Eternauta y Néstor Kirchner se pueden fundir en una imagen, en un símbolo, porque se toma de cada uno sólo lo esencial, pasando por arriba muchas otras capas de análisis, o inclu-so podríamos decir capas de “verdad histórica”, en la que personas de otras generaciones inevitablemente caerían o necesitarían rastrear antes de asumir el símbolo como propio.Por ahí considero que pasa una de las fallas de los dispositivos mediáticos y discursivos que intentan hacerle frente: suelen centrarse en la supuesta incohe-rencia que tendría el kirchnerismo de cara a la historia, algo que, en todo caso, puede hacer algún ruido en personas

generacional, tomando prestado cada vez menos términos, simbologías e identidades de otros momentos, o aun con todo ello a cuestas, reapropiándo-selos de una forma más clara y contun-dente.

– ¿Qué tipos de identidades juveniles han emergido en la realidad política argentina durante los últimos años (vin-culadas o no a activos militantes)?

– NT: Una de las identidades que salen a la luz es la de toda la militancia juvenil que se vincula con el oficialismo, que ve en éste un impulso transforma-dor. También cobra visibilidad una mi-litancia juvenil de izquierda que amplía su margen de acción del ámbito uni-versitario, a donde parecía confinada, e ingresa en nuevas experiencias de lucha sindical. La figura de Mariano Ferreyra, como víctima en esas disputas, es una muestra de ello, aunque claramente es un caso, una situación y una historia que expande su influencia mucho más allá del sector partidario al que pertenecía. Y también tenemos las identidades que se vinculan con peleas por derechos relacionados a los de género, de no discriminación (donde el oficialismo también ha hecho punta con la aproba-ción de leyes y la aplicación de ese tipo de derechos). Por otra parte, vemos

que comparten la edad de los dirigentes cuestionados, pero difícilmente haga mella en los jóvenes cuya referencia concreta es lo que ocurrió en esta últi-ma década.Siguiendo con la idea de lo iconográ-fico, me parece interesante esa mezcla entre lo colectivo y el liderazgo, nece-sariamente individual. Ahí hay otra sín-tesis, que en otras generaciones puede molestar más. Tal vez como nunca la identidad se funda hoy en términos personales, de realización, de visualiza-ción, toda la cuestión tecnológica está puesta en ese lugar, etc. Por otro lado, se acusa al kirchnerismo de personalista, ¿y acaso el resto de la política se asien-ta en algo más que figuras personales? ¿Dónde está el “programa” del PRO, o de cualquier otra fuerza? Ahora, a diferencia de las demás alternativas po-líticas (o alternativas culturales, donde también, por lo que decía antes, hay una exaltación de la individualidad), el kirchnerismo promueve la idea de “proyecto”, lo que supone una instancia colectiva. Promueve, además, la parti-cipación política, la militancia, lo que implica lugares de referencia, de con-tención, de sociabilidad grupales. En-tonces, me parece que este encuentro entre la política y los jóvenes −aunque siempre es bueno recordar que se trata de un sector minoritario de los jóvenes

Mauricio Cerbellera. Estación Belgrano III.12x25 cm. Técnica mixta sobre carton. 2009.

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argentinos− tiene el secreto de la per-tenencia individual a un colectivo. Los medios de comunicación opositores llenan páginas enteras contando los “desembarcos” de jóvenes militantes en despachos oficiales, pero son muy poco afectos a explicar de dónde y por qué surgen esos jóvenes, qué los motiva y alienta.

– En líneas generales, ¿qué implican-cias tiene este proceso que atraviesa la juventud en las fuerzas políticas −par-tidos básicamente− y en la gestión del Estado?

– NT: Creo que se enriquecen las fuerzas políticas con la participación juvenil. Pero dependerá de los jóvenes definir en qué medida. Es sabido que los jóvenes pueden tender a generar una renovación o a reproducir e imitar las prácticas políticas, las limitaciones de la generación anterior. Y lo mismo ocurre en la gestión del Estado. Me pa-rece que ese es el gran desafío. Lo interesante en este caso, sobre todo en el del oficialismo, pero también en las otras identidades políticas que men-cioné, es que no hay aún una “agenda nueva” que aporte la juventud. La agen-da proviene en general de los dirigentes de la generación anterior. En la década del 70 existía esa “autonomía” de la ju-ventud con respecto a las generaciones anteriores. Eso en el peronismo resultó no sólo una gran potencialidad −por ejemplo en la forma en que se gestó la vuelta de Perón al país en los primeros 70− sino también una limitante y una fuente enorme de conflictos −a media-dos de la década, en un enfrentamiento que incluyó a Perón y sectores sindica-les. En la etapa actual me parece que eso sigue abierto y habrá que ver cómo lo resuelve la juventud. Insisto, es posible que esa juventud aporte nuevos temas de acción sobre los que “la política” aún no ha dado respuesta. También es factible que esa juventud genere “nuevas modalidades de acción

política” y que, por distintas situaciones, la generación anterior no haya podido ni querido poner en práctica. Pero esa potencialidad no está definida de an-temano. Puede ser sólo un conjunto de buenas intenciones o empezar a plasmarse en hechos concretos. Para eso también habrá que ver en qué me-dida esta “participación juvenil” puede empezar a plasmarse en la figura de dirigentes jóvenes que puedan exponer su visión del país sobre distintos temas y no sólo sobre “lo juvenil” y pensando más allá de la “audiencia propia”, sea oficialista, de partidos de izquierda, am-bientalista, etc.

– ¿Visualizan algún punto de encuentro entre los procesos políticos que involu-cran a los jóvenes en distintas partes del mundo (países árabes, movimientos de indignados, estudiantes chilenos, jóve-nes mexicanos, entre otros) y la realidad política argentina?

– NT: No me parece que exista un vínculo directo. Creo sí que ese tipo de realidades tienen en común los valores de respeto por la vida en la lucha políti-ca, nuevos cruces entre “lo individual” y “lo social”, el mayor respeto por la diver-sidad, las diferencias, los procedimien-tos democráticos. También está la cues-tión del uso de la tecnología, aunque no creo para nada que la tecnología sea lo central en este tipo de movimientos. Se trata de una herramienta más sobre la que se genera un uso con un sentido político. Pero la política es la que define la situación y no la tecnología. Es la pa-labra, son las ideas el elemento previo al uso de la tecnología o de determinada estética.

Y lo que los jóvenes que participan en cada uno de esos países en política ha hecho es entender claramente cuál es la demanda central a plantear y llevar ade-lante en cada contexto (la lucha por de-rechos civiles, políticos y sociales en el Norte de África, la disputa por la edu-cación pública en Chile o las formas de hacer política en México).

– FV: La verdad es que cuesta un poco encontrar un punto de encuentro entre esos procesos. Creo que hay similitudes en el sentido que decía antes: algunas marcas de época como lo iconográfico, o la utilización de los nuevos medios de comunicación, pero eso no alcanza para trazar paralelismos más profun-dos. Por otro lado, usar internet para co-municarse no dice mucho en términos de parentescos políticos, sino el simple hecho de que los jóvenes en Argenti-na y en los países árabes, en Chile o en México, son consumidores de las mis-mas herramientas tecnológicas. Por-que en todo caso, y con esto vuelvo al comienzo de la conversación, creo que el error es intentar analizar a la juventud separada del contexto político general. La diferencia entre un joven chileno y uno argentino, más precisamente, entre

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Jessica Agustina Gómez. S/T16 x 12 cm. Impresión digital

sobre papel. 2011.

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Nicolás Tereschuk es politólo-go graduado en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Magíster en Sociología Económica recibido en la Universidad de San Martín (UNSAM). Actual-mente es docente en la Maestría en Políticas Públicas para el Desarrollo con Inclusión Social de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y uno de los editores del blog Artepolitica.com.

Federico Vázquez cursó la car-rera de Historia en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Es fun-dador del Observatorio Político Noticias del Sur, periodista en el diario Miradas al Sur y coautor del libro Integración o depen-dencia. Diez tesis sobre el pre-sente de América Latina junto a Emanuel Damoni y Emiliano Flores. Escribe además en el blog político Acquaforte.

un joven politizado chileno y un joven politizado argentino, no está más que en el contexto social en que le toca ac-tuar a cada uno. Probablemente com-partan muchas referencias culturales epocales, pero claramente los separa un abismo en cuanto al escenario político en que cada uno interviene.

– ¿De qué manera impactó en las uni-versidades públicas argentinas –en el caso de haber ocurrido− esta repolitiza-ción de la juventud que se mencionó al principio?

– NT: Me da la impresión de que hay otra mirada sobre el peronismo y los fenómenos políticos que lo rodean. Cuando a mí me tocó cursar la univer-sidad, de mediados de la década del 90 en adelante, lo más común era mirar hacia la izquierda, sobre todo a autores extranjeros. En la actualidad creo que hay posibilidades de hacer relecturas del peronismo desde las universidades nacionales.También vuelve a existir una mirada so-bre la relevancia de las políticas públicas y el rol del Estado y sobre la realidad la-tinoamericana. Con anterioridad, este

tipo de temáticas estaban “tapadas” por otro tipo de debates.Me parece que también se ve una ma-yor disposición de las universidades a vincularse con lo que “ocurre afuera” de los claustros. Aunque, sin embargo, algunos de las acciones más visibles de las universidades en este sentido ocu-rrieron encabezadas por profesores de la “generación anterior” antes que la ac-tual. Así, el aporte realizado por el Plan Fénix a fines de la década del 90 o la aparición del grupo “Carta Abierta” du-rante el conflicto de la Resolución 125 fueron expresiones de esa situación. Que me parecen muy valorables, pero que no incorporan específicamente la mirada de la juventud. Creo, además, que la universidad reac-ciona con cierta lentitud a los cambios que se van planteando en la sociedad y que todavía hay un largo trayecto para recorrer en este sentido

Jessica Agustina Gómez.S/T. 16 x 12 cm.Impresión digital sobre papel. 2011.

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“LA JUVENTUD ES CONSCIENTE DEQUE EL CAPITALISMO TROPEZÓ CON

UNA BARRERA INFRANQUEABLE”

[Entrevista a Atilio Borón]

– ¿Cómo viene analizando los nuevos movimientos que surgen con un fuerte componente juvenil en distintas partes del mundo y qué particularidades co-munes pueden trazarse entre ellos?

– Son procesos diferentes los que se dan en Europa, en Estados Unidos, en el norte de África o en América Latina. En nuestros países (en América Latina), son protestas contra gobiernos que han instituido un sistema educativo profun-damente desigual, en donde la educa-ción ha dejado de ser un derecho de ac-ceso universal y se ha convertido en una mercancía muy cara y que para acceder a ella se requiere hacer inversiones muy cuantiosas o endeudarse por un perío-do muy largo de años, con el agravante de que, en general, es una educación de mala calidad. Entonces la combinación

de ambas variables produce este efecto de reacción en cadena. Y en los casos de Chile y Colombia, son países en los cuales la oposición política no se pre-senta realmente como una alternativa al gobierno.En Chile se pasó del gobierno del pi-nochetismo a la Concertación y luego a la derecha, y en realidad la política pú-blica en este país ha sido prácticamente la misma en los últimos 30 años, con lo cual los jóvenes crearon una alternativa que corriera por fuera del sistema polí-tico, porque por dentro del sistema po-lítico lo que hay es un carrusel de per-sonajes que van y vienen, dan la vuelta, pero en el fondo la política es la misma. En el caso de Colombia se da una situa-ción bastante parecida: un gobierno que se basa en la negación de guerra civil interior y que por lo tanto intro-

duce restricciones de diversos tipos a las libertades públicas, a la libertad de organizar democráticamente un pro-yecto de transformación. En Colom-bia hubo una montaña de muertos –se calcula más de 5.000– cuando se formó la llamada Unión Patriótica, lo que po-sibilitó que la guerrilla deje las armas y pase a la política en el terreno electoral; en poco menos de dos años le liquida-ron dos candidatos a presidente, varios candidatos a gobernadores, concejales, diputados y militantes. Esto habla de una rigidez del sistema político que ex-plica que, de repente, haya una juventud harta de todo pidiendo cambios. Sobre todo porque Colombia este año entró en el Tratado de Libre Comercio y pro-fundizó medidas de corte neoliberal que obturan las posibilidades de expre-sión y de desarrollo de la juventud. Este

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Mauricio Cerbellera. Estación Belgrano I. 12x25 cm. Técnica mixta sobre cartón. 2009.

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es un elemento muy importante en estos países. La juventud sale a la calle a reconquistar un espacio público y a reconstituir un sistema de partidos po-líticos que no está funcionando. En realidad, el sistema de partidos polí-ticos está en crisis en todo el mundo y eso hace que repentinamente la juven-tud, que es la que primero corre los ries-gos de este fracaso del sistema político –porque se le cortan las esperanzas de un futuro–, salga a buscar alternativas. Por eso los indignados en su mayoría son jóvenes. El grupo “Ocupemos Wall Street” es un grupo de gente joven. La gente que hace las revoluciones en el mundo árabe, sobre todo en Túnez, son jóvenes también, porque no tienen nin-gún futuro. Las políticas neoliberales, que generaron una situación en la cual el futuro prácticamente queda cancela-do, promueven la aparición de actores inesperados en el rodaje político con-vencional, entonces surgen los movi-mientos indígenas, los movimientos de mujeres y aparece la juventud.Acá en Argentina también ha habido un proceso muy interesante, sobre todo desencadenado después de la muerte de Néstor Kirchner (hay que decir eso porque a veces hay mucha confusión al respecto). La movilización tiene lugar en el marco del Bicentenario, que tocó

una fibra nacional muy importante que estaba oculta y que mucha gente pensa-ba que eso ya no contaba, con toda esta historia de la globalización. De repente apareció un sentimiento nacional que es muy importante, por una parte. Y por la otra, la muerte de Néstor generó una situación de enorme perplejidad e incertidumbre social y política muy grande e hizo que la juventud, que se había empezado a movilizar muy fuer-temente con las celebraciones del Bi-centenario, tomara nuevamente la calle y asumiera un papel muy importante.Entonces, creo que un poco son estos los factores que explican este proceso, aunque como decíamos al principio hay variantes. En el caso del norte de África, el agotamiento del modelo neoliberal o su aplicación a ultranza generó casos de chicos como el que se inmoló en Tú-nez, que era un chico que había hecho algunos estudios en la universidad y no encontró más remedio que inmolarse porque no tenía absolutamente ningún futuro. En Egipto fue más mezclado, jóvenes con gente más grande. En América Latina lo que estamos tenien-do son muchos movimientos juveniles, en Chile y Colombia principalmente; en Argentina también aunque no con la misma fuerza, acá está más encauza-do y el kirchnerismo ha sido de alguna manera el receptor privilegiado de esta movilización de la juventud.

– Y en países como Venezuela, Bolivia, Ecuador, que tendrían algunas simili-tudes con lo que ocurre en Argentina, en el sentido de que hay algún nivel de movilización alrededor de las figuras que conducen el Estado, ¿este proceso se da también?

– Se da también pero no tiene carac-terísticas tan marcadas como las que

tiene en Chile, Colombia y Argentina; está mucho más atenuado. En el caso de Bolivia hay una fuerza de la juventud pero que se canaliza a través de movi-mientos de diversos tipos (indigenistas, campesinos, sociales, territoriales), no aparece la juventud recortada como un actor tan significativo como en los otros países. En el caso de Venezuela hay un poco más de movilización, hay un perfil de juventud un poquito más diferenciado del resto. Y en Ecuador la juventud se expresa básicamente a través de las fuerzas que conforman la Alianza País, pero no aparece como un actor diferenciado del resto.

– ¿Es posible caracterizar qué pasa, no sólo en la juventud, sino en aquellos sectores no movilizados? Pensando en Argentina, ¿cómo se está expresando la política en la juventud no movilizada?

– Primero habría que tener en cuenta que uno debería poder hacer una esti-mación de qué proporción de la juven-tud está movilizada o no, en todos los casos. Porque de repente uno puede ver a 200 mil jóvenes en la calle y parecen muchos, pero hay 5 millones de jóve-nes, entonces me parece que ahí hay un elemento a tener en cuenta. No te-nemos estimaciones cuantitativas que permitan decir que tal proporción está movilizada o no. Es una primera falen-cia no sólo en Argentina, sino también en Chile o Colombia, es todo a ojo de buen cubero. La impresión que uno tiene es que la mayoría de la población joven no se involucra en esa moviliza-

Mauricio Cerbellera. Escritorio17x22 cm. Lápiz sobre papel. 2012.

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ción, lo cual es perfectamente normal. La gente que se moviliza casi invariable-mente constituye minorías dentro de sus propios países, salvo en coyunturas preinsurreccionales o prerrevoluciona-rias, pero que son coyunturas de corta duración, son situaciones transitorias. La pregunta es: ¿este tipo de sociedad en la cual vivimos ayuda o no a la poli-tización? La respuesta es que no ayuda, en realidad lo que hemos visto en Ar-gentina fue un hecho inesperado, tomó a los sociólogos y los politólogos de sorpresa así como también a los mismos gobernantes y a los partidos políticos; nadie esperaba que con la festividad del Bicentenario hubiera esta efusión de participación juvenil tan grande, lo cual vuelvo a decir que es un dato muy saludable. Y claro, después la muerte de Néstor galvanizó eso. Que luego eso se refleje en algún tipo de estructuras

tipo La Cámpora u otra cosa, ahí ya hablamos de una especie de destilado mucho más condensado y mucho más pequeño.Pero volviendo a la pregunta, este tipo de sociedad en realidad no estimula la politización, de hecho de manera cada vez más rotunda la sociedad capitalis-ta es una sociedad que desestimula la participación, desestima la política, en general tiene una prédica contraria a cualquier estrategia de acción colecti-va. Uno de los legados más pesados del neoliberalismo ha sido haber implanta-do de manera muy fuerte en la cultura argentina que no hay salvación colecti-va, que la salvación es individual y que eso se logra por cualquier medio; hay una especie de carta libre a la inescru-pulosidad, el menemismo de la década del 90 era la apoteosis de todo esto. En general lo que hay es una tendencia a

arreglarse por su cuenta. Pero claro, esto puede valer para algunos. Los sectores populares, los sectores más carenciados de lo que podemos llamar gruesamen-te el campo popular, que no es precisa-mente proletariado –algunos autores hablan de que más que proletariado, si Marx renaciera, acuñaría otra categoría mucho más abarcativa que sería el “pre-cariado”, todo ese universo social que vive en condiciones de extrema preca-riedad, inclusive los que tienen trabajo. Entonces en la inmensa mayoría de ese sector del “precariado” hay una gran re-sistencia a engancharse en las estrategias de carácter colectivo, lo cual explica entre otras cosas la debilidad de los sin-dicatos en Argentina, que han venido perdiendo poder relativo comparado con el poder que tenían en la década del 60. No tengo que venir a Córdoba a ha-blar de lo que fue, hoy en día no tenés ni

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Mauricio Cerbellera. Sueño. 20x25 cm. Tinta sobre papel. 2012.

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remotamente un poderío igual, porque entre otras cosas a nivel social quedó establecido que la estrategia colectiva –tipo partido político, tipo sindicato– no sirve, no funciona, lo que sirve es el trabajo individual, que cada uno se pre-ocupe por lo suyo, eso va en contra de la politización y de la movilización. Ade-más todo el discurso neoliberal –que la política es una cosa sucia, que el Estado es corrupto, que en la política son todos ladrones–, hay un maniqueísmo que postula que la sociedad civil es buena y si trabajás, te esforzás y te organizás, podés salir al frente. La sociedad capi-talista desestimula la participación y la movilización, son vistos como ruidos que afectan el sereno funcionamiento

de los mercados. Por eso es importante que en Argentina haya un sector que de todas maneras está determinado a nadar contra la corriente.

− En los procesos, ya no en Argenti-na, sino los que se dan en Sudamérica y África, usted decía que hay una idea que prima entre los jóvenes que es la de la desesperanza, de no ver un futuro cla-ro. Pareciera que en la actual coyuntura de crisis financiera internacional eso se va a agudizar. Sin hacer futurología, ¿qué caminos ve en ese sentido?

− El capitalismo está entrando en una fase larga pero terminal, los datos son irrefutables. Hoy en día el capitalismo

se enfrenta ya no a la contradicción clá-sica, que sigue vigente, entre el trabajo asalariado y el capital, que se expresa hoy en Estados Unidos cuando los ocupados dicen “somos el 90% de la población”. Lo que están diciendo es una gran verdad, porque si ves los nú-meros de los últimos 30 años, el 90% de la población norteamericana vio congelar o disminuir sus ingresos y el enriquecimiento fenomenal se produjo en el 1% superior de la pirámide social. Entonces, objetivamente hablando, la contradicción clásica del capitalismo está operando con toda fuerza. Hay que mirar a España: allí salvan un banco, le ponen 10 o 15 mil millones de euros y al mismo tiempo recortan la salud pública, la educación, la jubilación. Esa contradicción sigue presente, pero aho-ra hay otra más, que es la contradicción entre el capitalismo y la naturaleza. Sí a la primera la podés edulcorar, y ahí está Gramsci con toda su discusión sobre la hegemonía. Cuando Gramsci hablaba de hegemonía lo que quería decir era cómo una clase dominante –en este clase la burguesía– podía transformar su dominio en una especie de derecho universalmente aceptado, al ser esta clase concebida como la vanguardia de las energías nacionales, aquella ca-paz de desarrollar al país. Hoy en día lo que sucede es que esa capacidad de legitimación choca con un hecho ab-solutamente inmanejable, que es que para seguir avanzando en el desarrollo del capitalismo, para universalizar el pa-trón de consumo de Estados Unidos, hoy se necesitan cinco planetas como la Tierra. Para que todos consuman acero, petróleo, gas, hierro, papel, carne, trigo, cereales como los Estados Unidos, ne-cesitás cinco planetas. Ahí el sistema choca con un frontón impenetrable. Si con la anterior, la contradicción clásica, tenías mecanismos de carácter ideoló-gico que te permitían de alguna manera hacer aparecer tu proceso de explota-ción o dominación como algo razona-ble, que podía ser justificado y aceptado Mauricio Cerbellera. Patio.17x22 cm. Lápiz sobre papel. 2012.

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Atilio Borón es un recono-cido politólogo y sociólogo argentino, doctorado en Ciencia Política por laUniversidad de Harvard(Estados Unidos).Actualmente es investigador superior del CONICETy director del ProgramaLatinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED).

por los dominados, con la naturaleza no podés hacer es: cuando destruís un río destruís un río, no hay discurso que valga, se acabó la magia de las palabras. Y el capitalismo está destruyendo la na-turaleza de una manera irreparable.Immanuel Wallerstein habla que como máximo le da 30 años. George Soros dice que ya no se puede jugar más en el casino financiero mundial porque las variables giran de una manera absoluta-mente loca e impredecible, que impiden que un apostador consciente y riguroso pueda ganar dinero. “Yo pude apostar contra la libra esterlina en la década del 80, estudiando minuciosamente todas las variables, su comportamiento, y eso me permitió ganar 2 mil millones de dólares en cuestión de horas”, cuenta Soros. Pero agrega que eso ya se acabó, porque las variables están girando de una manera desquiciada. Viene la pre-gunta entonces, si el capitalismo está languideciendo, ¿qué viene después? No lo sabemos, nadie puede dibujar el

perfil de la sociedad emergente, lo que sí se puede decir es que va a ser una so-ciedad postcapitalista, o sea que no va a estar regida por la ley del valor ni por la mercantilización total de la vida social y económica de las naciones, una socie-dad de otro tipo que puede llegar a ser mejor potencialmente, mucho más de-mocrática, pero también puede ser una forma final de despotismo, producto de la barbarie que genera el capitalismo. Lo que está claro es que ese proceso de expansión capitalista ha tropezado ahora con una barrera infranqueable y la juventud es consciente de esto, por-que ve que hay un sistema que no tiene

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posibilidades que permitan acceder a una vida razonablemente digna.El capitalismo está quemando sus úl-timos cartuchos. Esto no quiere decir que se termine mañana, puede ser un proceso largo, la decadencia del impe-rio romano duró siglos. Sin embargo, este es un proceso que se va a medir en décadas, no en siglos

Mauricio Cerbellera. S/T.17x22 cm. Lápiz sobre papel. 2012.

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José Quinteros. Racional irracional. 15 x 43 cm. Objeto. 4 botellas de vidrio incoloro y tapón; con base de madera de cancharana segmentada y torneada. 2011.

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Lic. Juan Manuel Andrés*

[Programa Suma 400]

FORTALECER EL ESTADO ES AGRANDAR LA UNIVERSIDAD

SUMA 400 es la resultante del proceso de transformación que se viene llevando dentro de la Uni-versidad Nacional de Córdoba. Es el intento institucionalizado de fortalecer las capacidades de ac-tuación de los Estados municipa-les, que son los principales actores (y en algunos casos, los únicos) de promoción del desarrollo de una región y son sus intervenciones las que explican, muchas veces, el efectivo acceso a derechos de los ciudadanos y la generación de condiciones para el progreso eco-nómico y social.

El Programa SUMA 400, enmar-cado en los festejos de los 400 años

de la UNC, promueve la orientación de actividades de extensión, investi-gación y transferencia de tecnología a gobiernos locales, puesto que ellos son quienes terminan asumiendo la respon-sabilidad de la gestión de derechos y servicios elementales como el primer nivel de salud, la planificación del uso del suelo o la administración y remedia-ción de situaciones que pueden afectar el medio ambiente, muchas veces sin los recursos económicos o técnicos para enfrentarlos.Esta iniciativa se propone entonces fortalecer las capacidades de los mu-nicipios, poniendo a su disposición los medios para mejorar las capacidades de gestión a través de actividades formati-vas o asistencias técnicas que permitan a los gobiernos locales asumir eficaz-

mente sus responsabilidades.Este objetivo implica un claro posicio-namiento ideológico acerca del rol de la universidad en la sociedad; del lugar preponderante que debe tener el Esta-do en la regulación e intervención de los conflictos sociales y del modo en que deben resolverse; y de la discusión sobre la modernización de la adminis-tración pública, en la cual hay un explí-cito convencimiento en que no sólo debe ponerse el foco en la eficiencia del proceso de gestión sino también en la gestión política del mismo, centrada en el ciudadano y en garantizarle el acceso a sus derechos. No se puede pretender fortalecer el rol del Estado desde un discurso meramente técnico acerca de su gestión. Es necesaria la profesio-nalización de dicha gestión, pero esta concepción necesariamente implica reconocer una dimensión político-

técnica que involucre a los ciudadanos en el proceso de gestión, incorporando al debate los conocimientos científicos que permitan dimensionar y dar res-puesta a los problemas, favoreciendo procesos sociales inclusivos.En este sentido, SUMA 400 recono-ce que hay una dimensión de un saber técnico-científico que la Universidad puede poner a disposición de los go-biernos locales, pero también puede favorecer articulaciones institucionales, sociales e interestatales que demuestren que es posible el camino de un Estado local que incluya a los ciudadanos en el proceso de gestión de la política públi-ca y que garantice sus derechos. Y este proceso nos pone frente a frente con el desafío más grande que tiene la univer-sidad argentina hoy: ser partícipe nece-sario y determinante en el desarrollo de nuestra nación.

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APERTURA, INTEGRIDAD,ARTICULACIÓNY VISIBILIZACIÓN

SUMA 400 tiene como misión “apoyar desde la UNC el fortalecimiento de la acción del Estado y de las organizacio-nes de la sociedad civil desde el nivel más próximo a las problemáticas loca-les, mediante tareas de asesoramiento, capacitación y transferencia”, según su resolución de creación. En este sentido, su inicio reconoce al-gunos puntos de partida. El primero de ellos, considerado piedra basal del pro-grama −y que consta en la resolución de creación−, es que SUMA 400 no sería una superestructura que intentara reemplazar los espacios institucionales ya creados dentro de la Universidad, ni se propondría resolver demandas que pudieran ser abordadas por los pro-fesionales que la misma Universidad forma. SUMA 400 aborda de manera interdisciplinaria e interinstitucional, apoyándose y articulando con las uni-dades académicas, institutos y cátedras dispuestas a hacerlo, respuestas sobre problemas que no puedan ser aborda-dos por profesionales independientes. El programa funciona como una “ven-tanilla única” donde los municipios pueden recurrir y es un articulador de las capacidades institucionales de cada espacio universitario que organiza y fa-cilita una respuesta integral a partir de demandas concretas. Y esto nos lleva a un segundo aspecto central: la Universidad no podía caer en la lógica del “ofertismo”, armando paquetes de capacitaciones y asisten-cias técnicas de manera unilateral, sino que debía construir un diálogo donde los gobiernos locales pudieran expresar demandas bien concretas para identifi-car las líneas problemáticas que luego serían priorizadas por la Universidad, a partir de su capacidad de respuesta ante las mismas. Desde esta lógica, se avan-zó en encuentros regionales, donde se ponderaron problemáticas comunes

y las posibilidades e interés de articula-ción entre los municipios para aprove-char la escala a la hora de enfrentar la resolución de problemas.Es así que el programa terminó defi-niendo una estrategia centrada en cua-tro pilares:1. Apertura y agilidad institucional, para receptar demandas e identificar aquéllas donde haya capacidad institu-cional para darle pronta respuesta.2. Integralidad de la presencia universi-taria en el territorio, trabajando puertas adentro de la UNC para reconocer y articular las prácticas que ya se encuen-tran en marcha −que están alineadas a los objetivos y que pueden ser potencia-das institucionalmente en el marco del SUMA 400−, así como generar un siste-ma de incentivos para que los proyectos de investigación, extensión y culturales se alineen a la propuesta de SUMA 400 y fortalezcan la presencia de la Universi-dad en el interior provincial.3. Articulación con otros niveles es-tatales y ámbitos de cooperación, ya que muchas de estas problemáticas son objeto de programas provinciales, nacionales y redes de cooperación in-ternacional que facilitan el acceso de recursos y la implementación de solu-ciones, a los que hoy los municipios no siempre tienen acceso por falta de in-formación o por insuficiente capacidad técnica para impulsar proyectos a ser presentados para su financiamiento.4. Visibilizar la UNC en las localidades del interior, no sólo por las actividades concretas del programa sino también en acciones complementarias cuyo ob-

jetivo sea fortalecer el vínculo con la co-munidad, por ejemplo, participando en actividades organizadas por los munici-pios y que cursen invitación a la UNC, difundiendo los instrumentos de acce-sibilidad social a la vida universitaria, o incorporando eventos y programas en el interior al cronograma de actividades culturales de la SEU, entre otros.Se espera entonces que SUMA 400 tenga una fuerte orientación a la ac-ción y rápida respuesta ante demandas concretas, promueva una doble articu-lación –al interior de la UNC y con otros espacios estatales que puedan colaborar en la resolución del proble-ma− y haga más próxima la Universidad a comunidades que muchas veces la perciben distante. Las actividades que lleve adelante SUMA 400 deberían desarrollarse “haciendo pie” en varias de estas estrategias simultáneamente.

LAS DEMANDAS DE LOSGOBIERNOS LOCALES

SUMA 400 organizó, entre mayo y julio, cuatro encuentros regionales con gobiernos locales: en la UNC, Quilino, Villa General Belgrano y Laborde. De estos encuentros con más de 60 mu-nicipios, hemos podido identificar seis objetivos dentro de los que se enmarca-rán las líneas de acción y las actividades que lleve adelante la UNC, las cuales son:1. Facilitar el acceso a la educación superior al interior provincial.2. Promover el cumplimiento del derecho al medio ambiente.

José Quinteros. S/t.Objeto de madera torneada (guatambú) e hilo. 2008.

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modalidad también se ha aplicado con jóvenes en escuelas secundarias como en el caso del taller de educación am-biental en Colonia Caroya o el Taller sobre violencia en el noviazgo en La-borde o las charlas informativas sobre carreras y herramientas de inclusión so-cial que tiene la UNC (becas, comedor universitario, instrumentos de inclusión para discapacitados, etc.).

Cursos y seminarios de formación técnica. En términos generales, los cursos y seminarios han estado orien-tados a funcionarios y equipos técnicos con el objetivo de fortalecer la capaci-dad de los municipios para gestionar políticas específicas. Ejemplo de estos son el “Curso de Identificación, For-mulación y Evaluación de Proyectos de Inversión” dictado conjuntamente con la Dirección Nacional de Prein-versión (DINAPREI) del Ministerio de Economía y Finanzas de la Nación, al que asisten representantes de más de 50 municipios; o el “Curso de Herra-mientas de Gestión Participativa en las Sierras Chicas” en el que participan fun-cionarios y técnicos de diversas áreas de esa región (y que se espera replicar en otras regiones de nuestra provincia) que han tenido esta lógica. También se han llevado adelante actividades de un día de duración, como el Taller sobre Legislación Ambiental Aplicada, que se dictó en Los Reartes con la asistencia de funcionarios de varios municipios de Calamuchita.

Asistencias técnicas. La identifi-cación de situaciones que exceden la posibilidad de transferencia de conoci-mientos en el corto plazo y que podrían ser resueltas de contarse con los conoci-mientos específicos, es la característica que identifica las asistencias técnicas lle-vadas adelante hasta la fecha. Así, el Ins-tituto Superior de Estudios Ambienta-les (ISEA), dependiente de la Secretaría de Ciencia y Tecnología, viene llevando a cabo la tarea de asistir a los municipios

3. Aportar a la mejora en la calidad del empleo y la agregación de valor a la producción local.4. Fortalecer las capacidades institu-cionales y de gestión de las administra-ciones públicas municipales.5. Promover prácticas saludables y aportar a la consolidación del sistema de Atención Primaria de la Salud.6. Fomentar la generación de procesos de desarrollo que respeten e integren la cultura local.Además, existen demandas puntuales que SUMA 400 intenta canalizar y atender que quizás pueden parecer me-nores pero que resultan relevantes para quien la realiza, como la participación de la UNC en ferias del libro locales, solicitudes de libros para bibliotecas, revisión de la heráldica del municipio, participación de docentes en charlas y cabildos abiertos a la comunidad, etc., que se enmarcan en las actividades de “visibilización y proximidad” de la uni-versidad al interior provincial.

PRIMERAS EXPERIENCIAS

Una vez identificados los objetivos, se procedió a definir las modalidades de intervención más adecuadas para cada situación. Esto implica un trabajo cuasi artesanal, donde se deben ponderar los recursos de los que dispone la univer-sidad, la disponibilidad de docentes e investigadores para asumir la responsa-bilidad de la gestión de la demanda, los territorios más activos y aptos para la intervención y las posibilidades de co-operación entre municipios cercanos.Es por ello que los distintos disposi-tivos que hasta ahora se han aplicado fueron:

Charlas y Talleres con la pobla-ción interesada en la problemáti-ca. Este fue el caso de la participación en los Cabildos Abiertos organizados por la Comuna de Los Hornillos don-de la UNC participó con expositores sobre temas de medio ambiente. Esta

en la problemática que ellos mismos han identifico como la prioritaria en la vinculación con la UNC: la gestión integral de residuos sólidos urbanos. En este sentido, el ISEA viene asistien-do en diversos niveles desde grandes ciudades, como la ciudad de Córdoba –con una gran complejidad por el volu-men de producción pero también por las dificultades para implementar pro-cesos de gestión elementales como la separación en origen–, hasta pequeñas localidades como Villa del Dique en Calamuchita o grupos de municipios como Balnearia, Marull y Miramar, cuya asociatividad permitió un rápido diagnóstico y puesta en marcha de ac-ciones de remediación. También se está diseñando una asistencia técnica para la

José Quinteros. Paisaje domesticado.Objeto. Madera, tela. 2011.

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Oficina de Empleo de Jesús María en colaboración con el Ministerio de Tra-bajo y Seguridad Social de Nación.

Revisiones e informes técnicos.Diversos municipios han solicitado a la Universidad una opinión técnica sobre proyectos y reglamentaciones que iban a ser enviadas a los Concejos Deliberan-tes a los fines de incorporarles mejoras y garantizar la solidez técnica de las pro-puestas. De esta manera, la localidad de Almafuerte solicitó un informe téc-nico sobre el Proyecto de Ordenanza del Código Ambiental Municipal así como también el gobierno de Monte Maíz realizó un pedido semejante ante el Proyecto de Ordenanza General del Arbolado Urbano, los que fueron respondidos por docentes del ISEA y del Programa de Gestión Ambiental Sustentable (GASus) de la UNC.

Trabajos de estudiantes con su-pervisión docente. Esta modalidad de intervención es una de las que mayor potencial tiene, debido a la cantidad de estudiantes que posee la UNC. Sin em-bargo, requiere un esfuerzo institucio-nal –para enfrentar el traslado de los es-tudiantes y propiciar en la currícula este tipo de experiencias– y docente, para garantizar la calidad de los productos

La accesibilidad a la educación superior es un capital que todos los ciudadanos y ciudadanas aspiramos, pero no todos podemos acceder por diferentes razones de tipo geográfico, económico, de capitales sociales puestos en juego. En los encuentros regionales en los que participa-ron intendentes, funcionarios y otros actores tales como OSC, vecinos de los municipios y comunas de la pro-vincia de Córdoba, una demanda significativa es poder lograr un mayor acceso a estudios superiores en el inte-rior provincial, sobre todo para las regiones más alejadas como los municipios del norte (de los Departamentos Río Seco, Ischilín, Cruz del Eje), de Traslasierra y otras localidades del este cordobés. Las extensiones áulicas son una manera de resolver esta necesidad y desde el SUMA 400 se realiza un proceso de articulación y con-sulta con la Secretaría Académica de la UNC para poder construir la viabilidad y la sostenibilidad de la propuesta, tomando como referencia diferentes proyectos y expe-riencias que la UNC ya viene generando en este sentido. En articulación con la Dirección de Inclusión Social, se promueven ferias de carreras en localidades del interior con el fin de poner a disposición la información y el ase-

FACILITAR EL ACCESO A LA EDUCACIÓN SUPERIOR AL INTERIOR PROVINCIAL

soramiento sobre nuestra oferta educativa. Estas instan-cias son muy requeridas por los municipios más alejados de Córdoba Capital; de hecho, se realizaron ferias en Laboulaye, Jesús María y están previstas otras en Oncati-vo y Laborde. La información sobre becas, posibilidades de acceso y apoyos económicos que la UNC brinda a su población estudiantil es sumamente requerida en estos espacios de encuentro.

Estas demandas se construyen en la medida en que los gobiernos locales identifican como problemática la inserción social de los jóvenes, tanto sea en proyectos educativos que los incluyan en el nivel superior o en una línea de formación más específica, referida a los oficios requeridos por las estructuras productivas regionales. La UNC ofrece también las alternativas de articulación de los municipios con otros espacios de promoción de empleo y educación, como Gerencia en Capacitación Laboral del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social que promueve la formación laboral para jóvenes de 18 a 25 años.

Mgter. María Teresa Bosio.

entregados. La primera experiencia de este tipo fue un grupo de 150 estudian-tes de Diseño Industrial que visitó en dos ocasiones la localidad de San An-tonio de Arredondo, a los fines de ge-nerar proyectos de mobiliario urbano para la ribera y la playa del Río San An-tonio. De esta experiencia se espera que surjan unos 50 proyectos de los cuales, un jurado conformado por docentes y

José Quinteros. La Jangada.Maderas intervenidas con trasferencias y grabados a máquina. 2008.

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EXTENSIONES ÁULICAS DE ENFERMERÍAY TRABAJO SOCIALNorte Cordobés

ASESORAMIENTO SOBRE DIVERSAS CUESTIONESMEDIOAMBIENTALESLos Hornillos (Cabildos Abiertos con la ciudadanía); Tránsito (Reemplazo de bolsas de supermerca-do); Almafuerte (Análisis y recomendaciones al proyecto de Ordenanza del Código Ambiental); Colonia Caroya (Talleres de Educación Ambiental en secundarios); Villa Ciudad Parque Los Reartes, Villa General Belgrano, Villa Yacanto y Villa del Dique (Taller sobre Legislación Ambiental); San Marcos Sierra y La Granja (Asesoramiento para creación de Reserva Natural).

ASESORAMIENTO EN EMPRENDIMIENTOS PRODUCTIVOS Quilino (Innovación tecnológica para fábrica de transformadores); Miramar, La Para, Balnearia y Marull (Análisis de barro de la Mar Chiquita para uso cosmético).

EXPOSICIÓN E INFORMACIÓN SOBRE CARRERASUNIVERSITARIAS Laborde, Oncativo, Jesús María, Quilino, Villa General Belgrano y Río Ceballos.

CURSO DE GESTIÓN DE PROYECTOS DE INVERSIÓN (con la dirección nacional de preinversión)Villa del Dique, Agencia para el Desarrollo Econó-mico de la Ciudad de Córdoba, La Granja, La Puerta, Río Ceballos, Balnearia, General Deheza, Tancacha, Colonia Tirolesa, Achiras, Las Acequias, Deán Funes, La Cumbrecita, Las Caleras, Viamonte, Los Chañari-tos, La Paquita, Villa Carlos Paz, Villa María, Unquillo, Toledo, Villa Rumipal, Estación Juárez Célman, La Calera, Río Cuarto, Ucacha, Viamonte, Arias, Alejandro Roca, Berrotarán, Corralito, Noetinger, Río de los Sauces, Wenceslao Escalante y Suco.

REDISEÑO DEL MOBILIARIO URBANOSan Antonio de Arredondo.

PARTICIPACIÓN EN TALLER INTERNACIONALRío Ceballos.

CURSO DE HERRAMIENTAS DE GESTIÓNPARTICIPATIVARío Ceballos, Unquillo, Salsipuedes, Villa Allende, Jesús María, Deán Funes y Quilino.

INTERCAMBIO DE EXPERIENCIAS CON MUNICIPIOSQuilino, Estación Juárez Célman y Coronel Baigorria.

TALLERES PARA JÓVENESLaborde (sobre violencia en el noviazgo)y Río Ceballos.

ACCIONES CULTURALESRío Ceballos, Quilino y Estación Juárez Célman.

ASESORAMIENTO EN CUESTIONES VINCULADASAL TRATAMIENTO DE RESIDUOSBalnearia y Marull; y Córdoba (Evaluación de posibles localizaciones de la planta de acopio final de residuos).

ASESORAMIENTO SOBRE EMPLEO Jesús María (Fortalecimiento de la Oficina de Empleo).

INTERVENCIONES A TRAVÉS DEL PROGRAMA SUMA 400

Deán Funes

San Marcos Sierras

La Granja

Va. Carlos Paz

Unquillo

Río Ceballos

Anizacate

Oncativo

Corralito

La CumbrecitaLos Hornillos

TancachaAlmafuerte

Villa del Dique Villa María Noetinger

Gral DehezaCoronel Baigorria

Ucacha

Pascanas Laborde

Monte Maíz

Wenceslao Escalante

Alejandro Roca

Las Acequias

Achiras

Viamonte

Arias

Suco

Río IV

Va. Gral. Belgrano

Va. Cdad. Los Reartes

BerrotaránRío Los Sauces

Las Caleras

Los ReartesVilla Rumipal

Yacanto

Salsipuedes

Jesús María

Colonia Caroya

Colonia Tirolesa

Los Chañaritos

Estación Juárez Celman

Villa Allende

ToledoLa CaleraSan Antonio de ArredondoCÓRDOBA

La Puerta MarullBalnearia

Miramar

Tránsito

La Paquita

Quilino

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funcionarios municipales, seleccionará tres para su realización.

Intercambio de experiencias entre municipios. Existe mucho conoci-miento disponible en el territorio y en los municipios sobre gestión que pue-de ser de utilidad para otros. SUMA 400 ha llevado adelante algunas expe-riencias piloto de intercambio como por ejemplo, invitando a los municipios de Quilino y Estación Juárez Celman a visitar la planta de gestión de residuos sólidos de Coronel Baigorria, donde funciona un sistema de biodigestión di-señado por un equipo de investigación del ISEA que prevé, en el corto plazo, brindar alumbrado público a la locali-dad con el metano producido a través del biodigestor.

Asesoramiento en elaboraciónde proyectos para la gestión derecursos. Se ha reconocido que mu-chos municipios desconocen la oferta de programas nacionales e interna-cionales. En este sentido, SUMA 400 brinda acompañamiento para la pre-sentación de proyectos ante diversos organismos. Un ejemplo es la presenta-ción de un proyecto ante el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación para la incorporación de equipamien-to, que permita a la fábrica pública de transformadores de la Municipalidad de Quilino, incrementar la potencia de 160 KVA a 1200 KVA, lo que posibili-taría también el aumento del personal, pasando de 17 empleados a 32.

Recuperación de las producciones de tesis. Cada año, miles de universita-rios elijen un tema de tesis en función de intereses personales y de oportuni-dades del contexto. SUMA 400 viene trabajando en dos sentidos. El primero es que las tesis puedan estar orientadas a demandas concretas de comunidades interesadas en su aplicación y desa-rrollo. Así, hay equipos de estudiantes que han comenzado a trabajar en los

diversos usos industriales que podrían darse a la fibra de palma a pedido de la comuna de San Pedro Norte y se pre-vé la puesta en marcha de un “Banco de Temas de Tesis” a través del cual, los estudiantes puedan conocer las deman-das de los municipios y elegir un tema de tesis con una aplicación concreta. El segundo sentido es el de recuperar esos conocimientos que se construyeron en la producción de las tesis. Con el Área de Egresados de la Facultad de Artes se está organizando un ciclo de corto-metrajes elaborados por estudiantes de Cine y Televisión como trabajo final de grado, para realizar muestras itinerantes y video debates.

Actividades mixtas. A fines de agos-to, tuvo lugar un Taller Internacional sobre ciudades inclusivas llamado “Tica San : Sobre el Río”, en la localidad de Río Ceballos, organizado por el muni-cipio de esa ciudad junto a las Cátedras Arquitectura IIIA, Tesis Arquitectura VIC de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño, y SUMA 400. Este seminario fue un espacio de re-flexión, discusión y planificación entre panelistas de distintos lugares de La-tinoamérica, arquitectos, estudiantes, funcionarios y la población de Río Ce-ballos y de las localidades vecinas, sobre el modelo de desarrollo que pretenden para la región y para su localidad en par-ticular.

RESULTADOS

A poco menos de seis meses, más de 70 municipios y comunas se han inscripto para participar del Programa SUMA 400 y se han puesto en marcha al menos dos actividades en cada una de las líneas de intervención propuestas (ver cuadro “Intervenciones a través del Programa

[*] Lic. Juan Manuel AndrésCoordinador del Programa

SUMA 400.

SUMA 400”). Se están capacitando más de 100 funcionarios y profesiona-les municipales y se han iniciado cinco asistencias técnicas nuevas, principal-mente en lo relativo a gestión de resi-duos urbanos. Hemos involucrado a 150 estudiantes y más de 50 docentes e investigadores en actividades vincula-das al Programa, promoviendo articu-laciones interestatales entre municipios y organismos nacionales.

EXPECTATIVAS

SUMA 400 abre, puertas afuera, un conjunto de expectativas que sólo pue-de ser cubierta por la comunidad uni-versitaria toda: con becas y programas de extensión; con asistencias técnicas desarrolladas eficaz y rápidamente; con estudiantes orientando sus trabajos fi-nales a resolver problemas concretos de comunidades específicas, acompaña-dos por tutores comprometidos y por espacios institucionales que faciliten su inserción y realización; con equipos de investigación que se propongan com-prender las problemáticas que afecten el desarrollo local o que generen tecno-logías para su resolución. SUMA 400 es un instrumento más desde el cual hoy la universidad es capaz de comprometerse desde un rol claro y estratégico con el mejoramiento de las condiciones de vida y los derechos de los ciudadanos que hacen posible que la universidad exista

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La transformación del sistema de salud público provin-cial en torno a la estrategia de Atención Primaria de la Salud, y en particular, mediante el fortalecimiento del primer nivel de atención a cargo de los municipios, im-plica superar una gran cantidad de obstáculos de tipo políticos, económicos y socioculturales. La descentrali-zación de la mayoría de los efectores de salud desde la provincia hacia los municipios implicó que estos últimos reciban nuevas funciones y las procesen a través de las es-tructuras que tradicionalmente utilizaban, lo cual genera niveles de ineficiencia en la operación cotidiana. Los problemas de financiamiento, de falta de recursos humanos y de dificultades de coordinación con las otras jurisdicciones están en el centro de las preocupaciones. Pero no menos graves son los obstáculos para implemen-tar programas de prevención y promoción de prácticas

El Programa SUMA 400 pretende aportar a la renova-ción de la gestión pública municipal a partir de la iden-tificación de problemas centrales para la administración pública a nivel local, como son: el burocratismo, la frag-mentación, la poca permeabilidad a la participación ciudadana y los déficits de capacitación del recurso hu-mano. Los objetivos de esta renovación son ofrecer servicios públicos de mejor calidad y aumentar la productividad del Estado municipal. Sus grandes líneas de acción son apostar a optimizar los programas ofrecidos y optar por los modos de prestación de servicios más apropiados, de mejora de la calidad y de acceso a derechos. En síntesis, las propuestas de transformación se orientan a revertir la pri-vatización del Estado y a promover modalidades de con-trol de la acción pública por parte de los ciudadanos. Las

MÁS Y MEJOR ESTADO: LA GESTIÓN PÚBLICA MUNICIPAL

LA SALUD A NIVEL LOCAL: “PUERTA DE ENTRADA” AL SISTEMA.

nuevas capacidades que se le demandan al Estado muni-cipal son complejas y requieren de personal capacitado.La construcción del conocimiento y de la acción refe-rida a las nuevas tecnologías de la Gestión Pública no se debe basar sólo en el voluntarismo de muchas de las prácticas que se llevan adelante en el marco de la admi-nistración pública. Tampoco se puede basar en el cono-cimiento y la aplicación mecánica de técnicas puestas en práctica en otros países o municipios sin contextualizar localmente su aplicación. Por lo tanto, con las acciones del Programa SUMA 400 intentamos proporcionar ele-mentos teóricos y herramientas concretas que permitan una apropiación crítica de las tecnologías utilizadas en la administración pública, y reconceptualizar las mismas en la dirección del efectivo cumplimiento de los derechos ciudadanos.

saludables, la atención a problemas de salud complejos tales como las adicciones, la adhesión a los tratamientos en las enfermedades crónicas, el impacto en la salud de la población del deterioro ambiental así como el abordaje de la salud sexual y reproductiva. Para responder a semejantes desafíos, quienes están a cargo de conducir las instituciones sanitarias a nivel local necesitan mejorar y ampliar sus competencias, incorpo-rando conocimientos y destrezas para el manejo de áreas que no le eran habituales. Es aquí donde la UNC, a través de la articulación del Programa SUMA 400, tiene para aportar los conocimientos desarrollados en el ámbito académico.

Mgter. Jacinta Burijovich.Equipo de gestión Suma 400.

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DE ESTUDIANTES Y DOCTORESProf. Méd. Fabián Caballero*

[100 años del Hospital Nacional de Clínicas “Prof. Dr. Pedro Vella” (1913-2013)]

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El Hospital Nacional de Clínicas nació como Hospital-Escuela, rol

que viene cumpliendo hace casi 100 años, generando vínculos de fuerte arraigo entre alumnos, docentes e insti-tución. Esta relación de mutuo respeto y aprendizaje suele derivar en la perdu-rabilidad de sus integrantes dentro de dicho nosocomio, quienes se entregan con dedicación al trabajo hospitalario en un marco académico y profesional de excelencia. El Hospital Nacional de Clínicas de Córdoba, junto con el Hos-pital General San Martín de Buenos Aires, constituyen los únicos Hospita-les-Escuelas Universitarios Polivalentes del país expresamente diseñados para tal fin.El proyecto de creación de la Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba había sido impulsado durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento y se aprobó el 10 de octubre de 1877. El Dr. Hendrik Weyenberg fue el primer decano y quien orientó el trabajo de los

primeros años de la Facultad: redactó el plan de estudio de la carrera, asumió la responsabilidad del dictado de las ma-terias del primer año e implementó el primer material didáctico. Pocos años después, el Decano Dr. Luis Rossi inició las gestiones para construir un hospital que pudiera ser utilizado como centro de aprendizaje. Los terrenos fueron cedidos por el Intendente de la ciudad, Juan Manuel de la Serna. El Hospital Nacional de Clínicas se ubicó entre calle Santa Rosa y el Río Primero, en el llamado “Barrio de las Quintas” –por estar dedicado a la pro-ducción de frutas y verduras. La cimen-tación del edificio se inició en 1885, sobre un proyecto de fuerte imagen italianizante que completó el ingeniero Francisco Tamburini. Con dificultades y atrasos, el Hospital quedó inaugurado oficialmente como parte integrante de la Facultad de Cien-cias Médicas, el 24 de mayo de 1913, año memorable para la Universidad

que cumplía su tercer siglo de existen-cia. En ese entonces, el Clínicas tenía cinco pabellones para hombres y cinco para mujeres con capacidad para 282 enfermos, y aulas para 621 estudiantes de las carreras de Medicina, Obste-tricia y Farmacia. Contaba con salas para tratamientos de electrofisiología, mecánica, electroterapia, hidroterapia completa, laboratorio de microscopía y química clínica, farmacia, y también con el servicio de anatomía normal, clínica médica, neurología, cirugía, ginecología, obstetricia, urología, der-matosifilografía, anatomía patológica y un anfiteatro. Además, contaba con una fábrica propia de hielo, una sección completa de calderas, lavadero, cocina y cámaras frigoríficas. Para dar respuesta a las necesidades de los numerosos pacientes que concu-rrían al Hospital, entre 1915 y 1917 se anexaron nuevos pabellones a la planta inicial del edificio destinados al servicio de las diferentes especialidades médi-

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Prosecretaría de Comunicación Institucional de la UNC

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cas como infectología, de aislamiento, otorrinolaringología, oftalmología y anatomía patológica. Muchísimos profesionales se desempe-ñaron en el Hospital de Clínicas donde se destacaron por haber realizado apor-tes significativos a la medicina. Entre ellos, se encuentran los siguientes nom-bres: Dr. Pablo Luis Mirizzi, Dr. Hum-berto Dionisi, Dr. Juan Martín Allende, Dr. Pedro Ara, Dr. Osvaldo Suárez, Dr. Pedro Vella; y cientos de expertos que a través de los años aportaron y siguen aportando a la tradición médica y do-cente que define al Hospital como uno de los referentes nacionales en materia académica y sanitaria. También fue im-portante la labor de las parteras, enfer-meras y monjas vicentinas.

UN PEDAZO DE BARRIO

El Hospital contribuyó a modificar la vida e identidad del antiguo “Barrio de las Quintas”, que empezó a denominar-se “Barrio Clínicas”, el cual se caracteri-zaba por sus viviendas bajas y sencillas. También se hizo famoso por sus peñas,

personajes y por el compromiso con la vida política y social del país. Su vida estuvo fuertemente ligada a la historia universitaria cordobesa ya que la clau-sura del internado de estudiantes del Hospital en 1917, no sólo lo mantuvo como centro de las protestas estudian-tiles y obreras, sino que fue el inicio de la Reforma Universitaria de 1918. También asumió un rol central en el co-mienzo, desarrollo y fin del Cordobazo, uno de los movimientos sociales más importantes de América del siglo XX.Así, el Hospital Nacional de Clínicas no sólo se destacó por sus funciones relacionadas a la medicina o a lo acadé-mico, sino también por otorgar a su en-torno y a la ciudad una identidad pro-pia, la cual se sigue formando a diario, haciendo de Córdoba “la Docta”.Históricamente y como legado actual, el Hospital construye y transmite el conocimiento desde la docencia y la in-vestigación, vinculándose con la comu-nidad a través de la extensión, misión fundamental de la Universidad.Recibe alrededor de 20 mil consultas mensuales, 700 internaciones y realiza

unas 650 cirugías por mes, de las cuales el 10% son del Servicio de Guardia del Hospital. Además, absorbe intercon-sultas y pacientes de distintas regiones del país. También, participa de las políticas y planificaciones sanitarias implementa-das tanto por el Ministerio de Salud de la Nación como por el Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba, en campañas de Promoción de la Salud, Campañas de Prevención de Enfer-medades Crónicas no Transmisibles y Programas de Vacunación (este último se desarrolla en forma conjunta con el Ministerio de la Nación y con la Direc-ción de Epidemiología de Córdoba).

ENSEÑAR HACIENDO

En la parte académica, cuenta con más de 30 cátedras de la carrera de Medicina y permite realizar prácticas a estudian-tes de otras carreras como Enfermería, Nutrición, Fisioterapia, Farmacia y Laboratorio, así como aquellas de los cursos de posgrado. Además, ofrece comedor gratuito a los residentes que

Jardines del Hospital de Clínicas. Década de 1910.Gentileza Dra. Branka Danodi. Archivo Histórico de la UNC.

Archivo de La Voz del Interior digitalizado.

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Personal médico:400 profesionales.

Personal no docente:700 personas.

Servicios:Clínica Médica,Cirugía General,Traumatología y Ortopedia, Ginecología,O.R.L,Oftalmología,Urología,Diagnóstico por Imágenes,Anestesiología,Dermatología,Nefrología y Hemodiálisis,Neurología, Neurocirugía, Psiquiatría,Alergia,Reumatología,Medicina Familiar,Nutrición,Cirugía de Tórax,Laboratorio clínicos y especiali-zados,Anatomía Patológica,Cirugía Cardiovascular,Unidades de Terapia Intensiva, Unidad de Cuidados Intermedios,Endoscopia Digestiva,Flebología y Linfología,Hemoterapia,Oncología,Cobaltoterapia,Radioisótopos,Kinesiología y Fisioterapia,Medicina Laboral,Consultorios Odontológicos.

HOSPITALNACIONALDE CLÍNICAS

realizan sus estudios de especialización.A su vez, se llevan a cabo actividades con colegios y escuelas de nivel prima-rio y medio donde se brindan charlas, jornadas y talleres en los cuales se infor-ma y orienta a los niños y adolescentes, manteniendo la fiel creencia que la edu-cación es uno de los pilares de nuestra sociedad. Finalmente, cabe mencionar que es sede del Museo de Ciencias de la Salud donde se abordan temas sobre la crea-ción e historia de la Facultad de Cien-cias Médicas y del Hospital-Escuela Universitario, y del Museo Anatómico Pedro Ara orientado principalmente a la docencia y a la formación de los es-tudiantes de medicina, aunque también es muy visitado por alumnos secunda-rios y terciarios. Dicho Museo cuenta con 1.108 preparaciones anatómicas humanas en las que se pueden observar

y estudiar diferentes elementos y es-tructuras, tratadas con diversas técnicas de conservación: Parafinado, Glicerina-dos, Transparencias.Estos datos son la prueba tangible y concreta de la inserción vigente que tie-ne la institución en el Sistema Sanitario de la Provincia de Córdoba y reflejan el desafío constante que afronta por per-tenecer y permanecer dentro del siste-ma de salud y educativo, como un esta-blecimiento de gran reconocimiento

[*] Secretario de Extensión yRelaciones Internacionales de la Facultad

de Ciencias Médicas de la UNC.

Fachada del Hospital de Clínicas.Gentileza Luciano Fernández.Archivo de La Voz del Interior digitalizado.

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“EN LA UNIVERSIDAD SE PERDIÓESA CONTAMINACIÓN MUTUAENTRE SABERES, PRÁCTICASY DISCURSOS”

[Conversaciones con Ricardo Forster]

Una reflexión descarnada pero a la vez esperanzada sobre la tarea de pensar, la filosofía y las lógicas que atraviesan el ámbito universitario. Así podría resumirse este diálogo entre Ricardo Forster y Leandro García Ponzo, realizado a mediados de 2010, pero aún con la sufi-ciente actualidad como para inquietar la labor de estudiantes, docentes e investigadores que se empeñan en forjar una institución creativa y disruptiva en su labor intelectual, con presencia y relevancia social y no reducida a los criterios del eficientismo y la gestión de lo dado. Fo

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– Leandro García Ponzo (LGP):En principio nos gustaría evitar la sim-ple pregunta académica –es decir pre-guntarte por tu formación, o por algún texto en particular–, y a la vez evitar también la inmediatez periodística –la coyuntura política actual o tu compro-miso. No quiere decir que estos dos ejes no estén tácitos en toda la charla, pero de todos modos nos interesaría apelar a cierto laconismo e ingenuidad de las preguntas. En ese marco, enton-ces, ¿qué es pensar para vos?

– Ricardo Forster (RF): No es tan simple, ingenua y lacónica. Pensar es tratar de indagar por aquello que siento que me conmueve, tratar de preguntar por qué pienso de determinada mane-ra, es una interrogación. Te diría que en primera instancia es un modo de inda-gar que tiene la forma de la pregunta inquietante, de la puesta en cuestión de lo dado, de lo establecido, de la certeza. Y no hablo de las certezas exteriores solamente sino también de las certe-zas propias, pero también es un modo de habitar el mundo, pensando que el acto de pensar –valga la redundancia– es un modo de estar, de hacer, de atra-vesar aquello que llamamos “mundo” o “realidad” y que por lo tanto es un juego siempre de ida y vuelta. Es algo que está, no trato de imaginar que es un estamento apartado, que está cerrado sobre sí mismo, sino que de alguna ma-nera el pensar está en el flujo de la vida también.

– LGP: A partir de esa caracterización de la tarea del pensar, ¿quién piensa? O dicho de otra manera, ¿quién puede pensar?

– RF: Si hacemos abstracción de las condiciones de vida de una parte funda-mental de la humanidad y la respuesta está circunscripta a experiencias subje-tivas o individuales, uno diría que cual-quiera; el hombre está allí habitando el pensamiento. Pero incluso también

pensar no es simplemente un atributo de unos pocos, es algo que tiene que ver con la experiencia humana. Lo que pasa es que también está atravesado por la violencia, por la imposibilidad, por las condiciones reales de la existencia, no es simplemente una experiencia lú-dica, un gesto autosuficiente, un deseo que estando como tal se puede cumplir inexorablemente. Puede estar el deseo pero puede estar también la traba, la imposibilidad, la reclusión, el impedi-mento, la violencia. Seguramente hay como un acto último quizás, que tiene que ver con la libertad, allí donde uno puede encontrar un resquicio por el cual meter una palabra interrogadora o interrogativa, ya está operando un me-canismo del pensar. Una cosa es si hablamos del pensar en general, de esta aventura de lo huma-no, de esta definición spinoziana, o si queremos ir hacia una dimensión más antropológica; y otra cosa es si ya que-remos meternos en la trama de lo cultu-ral, de lo político, de lo ideológico, de lo económico-social, de los mecanismos que impiden, de los modos del extra-ñamiento, de la alienación, de la expro-piación de la capacidad de la reflexión crítica. Creo que estamos situados en un tiempo histórico en el que pensar no es fácil.

– LGP: ¿Considerás que en este tiem-po, donde el pensamiento se torna difí-cil, la universidad piensa?

– RF: Pienso que la universidad está extraviada y en gran medida está buro-cratizada; que ha perdido una dimen-sión en la que se puedan cruzar, en con-taminación mutua, saberes, discursos y prácticas; que hay un sofocamiento de la libertad creadora; que no hay una re-lación que calificaría como renacentista entre los diversos saberes; que hay una lógica de la especialización; que hay una estructura funcionalista en su in-terior; que el avance de lo corporativo tiende a producir lejanías que impiden esa irradiación común. Pero eso no significa que, de todas ma-neras, dentro de la universidad no haya quienes ejercen una actitud interrogati-va, especulativa, que busca salirse de las pragmáticas vigentes, que busca eludir la línea de investigación que tiene como objetivo fundamental adecuarse a los financiamientos. Los hay, hay meca-nismos de resistencia, hay experiencias colectivas, pero me parece que estamos en una época particularmente pobre de la universidad, pobre en relación a la construcción de un saber interesante y pobre en relación también a su relación con el acontecer histórico contempo-ráneo. Estamos en un momento parti-cularmente difícil, donde la universidad está como encriptada, como habitando una habitación cuyas paredes están cu-biertas de espejos y sólo se ve a sí misma. Le está costando mucho preguntar por aquello que está pasando por fuera. Asimismo, soy de aquellos que siempre

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han defendido la posibilidad de imagi-nar una universidad no reducible a lo que demanda la sociedad, porque si la reducimos a eso todo aquello que a mí personalmente me interesa no se ense-ñaría más en ella. Hay que huirle a esto de “la universidad para el pueblo”, tanto en su vertiente de izquierda como en su vertiente nacional-popular o de dere-cha. La vertiente de derecha que pro-pone adaptar la universidad a la lógica del mercado y la vertiente progresista que quiere que la universidad sólo se preocupe por lo que el pueblo deman-da y desea. Me parece que una y otra confunden ese lugar que tiene que ser de interrogación, de crítica, de circula-ción libre de los distintos lenguajes. Un latinista que pueda seguir enseñando en la universidad, un poeta que pueda seguir construyendo una retórica me-tafísica en el campo de la poética, o un filósofo que pueda dedicarse a indagar sobre un Duns Scoto, tienen un valor trascendente, así como lo pueden tener un químico, un físico o un arquitecto. Para eso la universidad tiene que lograr sustraerse a esas demandas canibalescas de la sociedad de consumo, del produc-tivismo, del eficientismo, de la funcio-nalidad y de las lógicas de la gestión que todo lo reducen al esquema de la renta-bilidad. El tema es cómo huir de la ren-tabilización de la creación universitaria. Es muy difícil, porque estamos en una sociedad que también ha capturado a la universidad en el interior de sus propias lógicas.

– LGP: De alguna manera tu temor es que atender a ciertas demandas urgen-tes, coyunturales, no resulte subsidiario de una lógica de inmediatez mercantil. Y que además es necesario preservar la demora y la especificidad del pensa-miento o del trabajo del pensar en la universidad en las diferentes discipli-nas.

– RF: Lo que pasa es que eso es una resistencia. Creo que estructuralmente

la universidad no es ajena al predomi-nio y a la hegemonía de este tiempo capitalista, y que por lo tanto suponer que la universidad es una isla donde dis-curren con absoluta libertad las diversas formas de la interrogación especulativa, o del hacer científico no vinculado a las demandas reiteradas y sistemáticas de la lógica de la productividad y de la renta-bilidad, es un absurdo. La universidad está atravesada por las contradicciones, por las demandas sociales, por las di-versidades políticas, por un debate no resuelto –o que generalmente se resuel-ve mal– respecto a ese lugar equívoco de la universidad en ese espacio cultural simbólico, y más siendo una universidad pública, en el espacio de lo público. Creo que en todo caso lo que hay son ámbitos de resistencia, de tozuda insis-tencia en la defensa de una tradición crítica, que a veces se expresa mejor –quizás, no siempre– en alguna facul-tad de humanidades que en las que están inclinadas a las ciencias exactas, o a las ingenierías, o a la arquitectura, o a lo que fuere, aunque a veces uno se sor-prende y encuentra una visión mucho más crítica entre los matemáticos o los físicos que entre los sociólogos o los fi-lósofos. A veces el prejuicio nos impide ver que un astrofísico está especulando poéticamente sobre el universo mien-tras que el sociólogo está absorbido por la lógica cuantificacional, productivista y mercantil, y lo único que termina ha-ciendo son reducciones matematizan-tes de la vida, invirtiendo los términos del matemático. La universidad siempre es un campo referencial, nosotros somos parte de la universidad, cada uno de nosotros con sus experiencias, sus derivas. Hubo mo-mentos más festivos, más intensos, más ricos de la universidad, me da la impre-sión que éste no es justamente uno de esos momentos. A nivel institucional las universidades –yo conozco más la de Buenos Aires– están atravesadas por pequeños feudalismos, por un proyec-to totalmente desregulado donde cada

facultad –y dentro de cada facultad cada escuela– tiene su propia lógica, su propia dinámica, que atenta contra la posibilidad de imaginar un proyecto compartido, están esas zonas siempre complejas donde lo público y lo priva-do se mezclan. En fin, es como un ámbi-to de cierta resistencia en ciertos lados. También veo, y con preocupación, que no hay un movimiento estudiantil que pueda salirse de la autorreferencialidad universitaria, de esas pequeñas cuestio-nes de la universidad, que a veces están incluso ligadas a ese pequeño negocio de proteger un ámbito que te da ciertas prebendas y justificado dentro de un discurso que a veces tiene más de dog-matismo cerrado que de interpelación crítica. Escucho mucho a las agrupa-ciones estudiantiles cuando vienen a las clases teóricas y piden hablar, y mi sen-sación es que hay una regresión discur-siva, interrogativa y crítica muy grande, que abarca desde las agrupaciones que pueden estar cerca del gobierno hasta las más opositoras, no es que unas en particular son mejores que las otras.También está esta otra cosa no menor de un tiempo estudiantil en el que no hay una correlación con lo que está pasando, y creo que están pasando mu-chas cosas en la sociedad argentina y, en un sentido más amplio, en América Latina, lo que es todo una pregunta en-tonces: ¿qué está pasando?Y este proceso de cooptación por par-te del engranaje, cada vez más salvaje y despiadado, de las becas, los doctorados y CONICET, que hace que un estu-diante que todavía pudiese aventurarse por esos ámbitos de la pura gracia inte-rrogativa tenga que a los 21 o 22 años estar metido en la maquinaria, definir su proyecto de investigación, presentar-se a la beca, buscar desesperadamente un director, imaginar que ya tiene todo el camino recorrido antes de siquiera empezarlo, me parece que ahí hay un problema no menor. También se ha producido una expro-piación del concepto de maestro y su

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transformación en investigador; o sea, si no sos investigador no sos nadie. Yo tuve una relación muy intensa con Pan-cho Aricó, vinculada a lo que podría ser un maestro como también a la amistad. Pancho no era ni un investigador ni un docente, era un conversador infatiga-ble, y un hombre de una vastedad cul-tural y de una capacidad para interrogar esa vastedad cultural que no hubiera podido nunca encontrar un lugar en la universidad. O Nicolás Casullo, que por la fuerza de las cosas tuvo que acoplarse a una dinámica académico-investigativa, pero cuya escritura última no tenía nada que ver con la demanda propia de la monografía académica. O podría pensar en un Horacio Gonzá-lez. Esos ejercicios donde uno trata de ir por los intersticios, esa gran tradición del ensayismo crítico argentino, que en general habitó en los márgenes de la universidad. Por estas circunstancias de época, en los últimos tiempos se hizo más fácil que muchos de aquellos que reivindicamos la tradición del ensayo pudiéramos te-ner nuestros pequeños nichos en la uni-versidad, y a fuerza de haber generado cosas, ganar ese lugar y no ser molesta-

dos, pero sabiendo y teniendo concien-cia que son ámbitos secundarios o no centrales de la disputa universitaria.

– LGP: En ese mismo sentido, ¿cuál es el deseo que comporta y al mismo tiempo el deseo que satisface el estudio, la vida de estudiante?

– RF: Nunca me sentí atraído por la especialización, nunca me sentí devo-to de un pequeño campo referencial y dedicar la vida a recorrerlo de todos los modos posibles. Más bien siempre me sentí más cómodo en la idea de una biblioteca renacentista. O entrar en una librería sin saber con qué libro me iba a topar y encontrarme con ese libro no esperado que transformó las lecturas de la semana siguiente e incluso habi-litó otro camino. O jugar con esto que Benjamin lo dice de otra manera: aque-lla cita que casi elegida al azar te permi-te interrumpir un discurso e ir por un lugar que no estaba previamente esta-blecido. Creo mucho más en la aventu-ra de las lecturas abiertas, en los cruces. En la formación de alguien que quiere o intenta hacer filosofía, creo que hay que tratar de mezclar la gran tradición

de los clásicos de la filosofía con la lite-ratura, la poética, el cine, todo aquello que tiene que ver con lo que está alre-dedor de uno y que no se circunscribe al campo disciplinario. En ese sentido imagino más bien una experiencia de lector ávido, de lector errático, de lector ecléctico, que sin embargo tiene fideli-dades, porque todos tenemos fidelida-des, y está bien que uno tenga fidelida-des y tenga amores y tenga pasiones. Yo digo que aquel que siendo estudiante de filosofía no pasó –por lo menos eso era antes, quizás ahora es otra cosa– por un hegelianismo apasionado, se perdió algo universal, decisivo, que es tocar la verdad, y sentir que uno es parte de la verdad y la arrogancia de la verdad, y sentir que ella es parte del cuerpo de uno. Después vendrá el tiempo de la distancia, la revisión crítica, volver a leer a Hegel bajo otras características. Pero está ese momento, que es un momen-to lúdico, apasionado, arraigado en eso que está dentro de la experiencia filosó-fica. También está la soberbia filosófica. El estudiante de filosofía en general se cree, con cierta razón entre comillas, que es portador de una tradición de

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2.500 años y que puede pensar con iró-nía respecto de los pobres pigmeos de las otras disciplinas que no entienden la verdad. Él en cambio está ahí, en las alturas, aquello de Heidegger y las dos alturas, el poeta y el filósofo. Heidegger, que no era humilde pero ahí le agarró un ataque de humildad, dijo: “No, el poeta mira más lejos”. Bueno, el estudiante de filosofía piensa que mira más lejos que el poeta, que el físico, que el astrónomo. Pero no está mal, creo que es parte de la experiencia y de la aventura, después vienen los golpes.Incluso lo pondría en otro lugar tam-bién, siguiendo esa línea. A mí me llama mucho la atención, cuando a veces dis-cuto con algunos estudiantes, que están muy desilusionados. Y les digo: me parece muy bien desilusionarse, pero primero hay que ilusionarse con algo; o sea atravesar la experiencia de la ilusión, del enamoramiento de aquello que te transfigura y después, bueno, vendrá el desgarramiento trágico de sentir que aquello por lo que estabas peleando en realidad estaba medio envenenado. Con la filosofía pasa algo por el estilo: si uno no se enamoró de Platón, o de

Hegel, o de Marx, o de Kant, después se pone más difícil. Es como con las lec-turas de la infancia: quien no tuvo la ex-periencia de ser lector en la infancia no puede entender después lo que es estar adentro de esa experiencia; pasarse una noche con una linternita tapado hasta arriba para que no te vieran leyendo un libro de Mark Twain, y sentir que la historia sos vos, y que la aventura te inte-gra, y que hay algo mágico y tremendo que te atraviesa. Después, por supuesto, vendrán otras lecturas. O es la otra sensación: el haber encon-trado un libro y con un gesto melancó-lico y horrible, sentir que ese libro llegó tarde. Son momentos únicos en la vida también, cuando decís: “Pucha, ¿por qué no lo leí 10 años atrás?”. Bueno, parte de todo eso tiene que ver con la formación. Y me parece que el caso de la formación filosófica tiene también esa dimensión de lo que está afuera, de lo paralelo, de esos maestros que encontrás afuera de la universidad, de esos libros que te sorprendieron y que justamente nunca te los pusieron en la bibliografía obligatoria. Y, por supuesto, los pares, no hay nada

más intenso e imprescindible que la cofradía de amigos que están apasiona-dos por algo en común, ese es un pun-to también importante, que la lógica actual del productivismo universitario académico tiende a impedir. Es como el sistema anglosajón, particu-larmente el norteamericano: cada estu-diante siente que el otro es un compe-tidor, por lo tanto oculta lo que él hace al otro, en un sentido literal y también metafórico. Y si la experiencia universi-taria está directamente ligada a la cons-trucción de tu “mundo laboral”, lo que hace ese mundo laboral es literalmente fagocitarse ese momento ácrata, liber-tario, de la experiencia universitaria, porque estás enloquecido en resolver los pasos adecuados que te permitan entrar en carrera, y el de al lado ya no es el tipo con el que vos estás compartien-do porque sí algo que te interesa. Yo provengo de una generación –sobre todo si optabas por estudiar filosofía, o historia, o sociología, o lo que fuere en ese campo–, que no tenía como pre-condición de su decisión de qué iba a vivir, no era una pregunta que nos ha-cíamos. Primero porque la vida pasaba

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de una manera medio urgente y rápida y no quedaba muy claro cuáles eran las oportunidades de ese tipo. Pero aparte porque no estaba dentro del espíritu de esa decisión resolver la vida en términos del recurso laboral-económico. Eso vendría, qué se yo… iba a acontecer al-guna vez. En cambio las circunstancias actuales son otras.

– LGP: También queríamos charlar sobre algo un tanto más complicado. ¿Cuál creés que es la verdad no sabida e impronunciable, lo ominoso, de esos que podríamos llamar “los intelectua-les”?

– RF: Tengo una paradoja, porque a la palabra “intelectual” uno la podría reconstruir eruditamente y hacer un recorrido de su punto de partida hasta su extenuación, pero lo cierto es que estaba fuera de época, estaba coloca-da en una dimensión absolutamente secundaria y sin espesor y sin ninguna incidencia sobre el orden de la realidad. Repentinamente vuelve a aparecer, vuelve a emerger una figura que estaba degradada, que ya había pasado su tiem-po histórico. No tengo muy claro efec-tivamente bajo qué condiciones hoy vuelve a aparecer la palabra intelectual, o qué diferencia al intelectual –si es que todavía hoy existe– contemporáneo, de la sociedad de masas, massmediática, telemática, etc., del intelectual compro-metido bajo paradigma sartreano, o del intelectual crítico de matriz voltaireana. Creo que estamos en un momento ob-viamente diferente, donde la figura del intelectual tiene una resonancia muy compleja y equívoca en el dispositivo de los medios de comunicación. Quizás lo no dicho por parte del inte-lectual, cuando pasa a proferir una voz pública, es aquello que efectivamente piensa de cierta trama sociocultural, hay algo ahí que te coloca en una cierta autocensura. ¿Qué responder frente a ciertas preguntas que en realidad exi-gen una respuesta de una crudeza que

seguramente no puede ser pronuncia-da, no puede ser dicha?; o hay que bus-car la forma de decirla que no termine reduciendo lo que se dice a un elitismo distante de quien, como si fuera un en-tomólogo, analiza esos pobres bichos que llamamos “lo humano”. Ahí siem-pre hay un lugar complicado. También el lugar de la relación con la política. Cuando uno habla de intelec-tual habla de aquel que interviene en un debate público, que a veces tiene la forma del debate político, que asume una palabra frente a la situación de la in-justicia o que interviene para discutir el orden del mundo. Pero puede haber un intelectual crítico de izquierda y puede haber uno de derecha, la función del intelectual no es exclusivamente la del intelectual popular o de izquierda, sino que ha habido una enorme tradición –y muy venerable en muchos casos y de un riesgo intelectual muy grande– en tradiciones de derecha, que hoy ya se ha extraviado. Uno diría que las líneas maestras de la crítica de la modernidad, en un sentido a veces más profundo y abismal, proviene de intelectuales de derecha. Creo que a veces el problema es la ló-gica de la proposicionalidad; es decir, la intervención pública y el tipo de decodificación que todo discurso pú-blico genera tiene muchas veces esa

traba, que en la ensayística libre o en la escritura que va por otro lado uno no se la plantea, que es justamente el pe-ligro de la positividad, el peligro de la afirmación, de la proposicionalidad en el discurso. Eso es lo que a mí me pro-duce más inquietud personal, mucha inquietud. Esa cosa de tener a veces que decir una parte de lo que desearía decir, o decirlo de tal manera que el lugar de la proposicionalidad domina al de la crítica y al de la negatividad. Sobre todo para alguien, en el caso mío, que viene de una tradición crítica, de ciertas lec-turas benjaminianas o adornianas don-de la potencia de la negatividad es muy fuerte. Sin embargo uno se encuentra a veces en una encrucijada individual, social y política que te exige otras cosas. Estos últimos años entendí lo que im-plica cierto desgarramiento, respecto a un camino de indagación filosófica o de escritura ensayística y la interven-ción pública, cuando uno sabe que su palabra de alguna manera está metida en un gran debate que es del orden po-lítico y que tiene que ver muchas veces con el efecto de esa palabra. Y este es un tema no menor, inquietante, del orden existencial también.

– LGP: Con respecto a eso que dijiste acerca de que muchas veces los filóso-fos o los sociólogos están muchísimo

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Ricardo Forster es filósofo y ensayista, profesor e investi-gador de Historia de las Ideas en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Distinguished Professor de la Universidad de Maryland (College Park). Ha sido profesor invitado de diversas universidades de Estados Unidos, México y España. Actualmente es integrante del Espacio “Carta Abierta”.Leandro García Ponzo es Licenciado en Filosofía por la UNC y doctorando en la misma disciplina bajo la tutela de Alain Badiou, a quien además ha traducido y prologado. Integró el proyecto editorial de Lektón. Filosofía de re-vista. Publicó Badiou. Una introducción (Quadrata, Bs. As., 2012) y se prevé la próxima aparición de La fundación de una ciudad (Dykinson, Madrid).

más preso de la lógica mercantil que algunos matemáticos que trabajan temas muy específicos o generales, y que quizás guardan un vínculo con un trabajo estético y creador muy fuerte, ¿no considerás que varias veces el cues-tionamiento excesivo y constante de los presupuestos disciplinares nos quita quizás la posibilidad coyuntural de pro-poner y de sugerir?

– RF: Nosotros habitamos una zona donde nuestros interpeladores están muertos; es decir, los muertos son nuestros contemporáneos. Hacemos viajes por el tiempo porque hay algo de eternidad en textos escritos hace 1.000 años o hace 100 años, y la manera como dialogamos con el presente está total-mente atravesada y configurada por figuras espectrales. Somos una relación con lo espectral, y no me imagino de otra manera, no me imagino que poda-mos eludir esa relación, ese vínculo con el pasado, con la memoria. Uno dice la memoria pero la memoria es dema-siado áspera, demasiado compleja, hay demasiadas formas de caracterizarla, de pensarla, de vivirla: una cosa es la tarea del historiador que de modo paciente y erudito busca indagar sobre un deter-minado tiempo y contexto histórico, y otra cosa es el modo en cómo puede estallar la memoria en un contexto de lucha política: no tiene la misma di-mensión. La memoria involuntaria, la travesía individual, lo que te sorpren-de, lo no dicho en el interior de lo que recordás, el trabajo de lo reprimido; en fin, la memoria es siempre un lugar cargado de sortilegios, de problemas, de cuestiones no reducibles a ningún paradigma, más bien es algo que tiene que ver con lo inquietante. Pero sí, e insisto mucho en eso, proba-blemente en un punto, imagino, el físico no dialoga con espectros, por eso pue-de actuar sobre un tiempo que se abre hacia adelante, mientras que el filósofo o el escritor o el poeta o el músico o el pintor, lo sepa o no, tenga la conciencia

de eso o no, lo experimente con ganas o lo intente clausurar, en su trazo, en su escritura, en su obra, en lo que piensa, está contaminado por esos espectros y por esos muertos. Entonces su rela-ción con el presente no es una relación de puro presente, es una relación en la que aquello imposible que llamamos pasado sigue insistiendo sobre lo que se está fugando que denominamos pre-sente. Yo no lo vivo como un problema o como una mutilación. Sí probablemente hay algo de la gravi-dez, de la fuerza demiúrgica que tiene el artista o quizás en un punto bajo otras condiciones –poniéndolo entre comi-llas, porque esto habría que reflexio-narlo un poco–, el científico, que no lo tiene del mismo modo el historiador,

el filósofo o el sociólogo, porque están más inscriptos en un tipo de discurso que es un discurso del intérprete o del erudito que tiene que atenerse a las re-glas de la disciplina, a las reglas del arte, a la estructura de la transmisión que muchas veces es antagónica a ese gesto libertario de la creación. Pero cuando uno se mete incluso en la creación, ese gesto ahí fuerte del artista, se encuentra que también está obviamente la dimen-sión técnica, la conceptualización, el ar-duo trabajo de la preparación, etc. Pero bueno, son muy pocos los filósofos que han tenido potencia creadora

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– LGP: ¿Por qué creés que en esa declaración máxima que es la declaración de igualdad hemos fallado tanto?

– RF: Existe esa reflexión muy valiosa que plantea que el litigio por la igualdad está en el punto de partida que es el equívoco de la democracia, esa mesa a la que se invita a todos pero en la cual a la hora de servir el banquete se sirven unos pocos y aquellos otros que fueron convocados, que suelen ser los numerosos o los incontables, interrumpen al que está comiendo y le dicen que quieren asumir efectivamente en ese instante la invitación a la igualdad democrática. Por eso la igualdad es quizás el punto exacto en el que se juega el litigio de la democracia y en el que se habilita la experiencia políti-ca, pues la política viene a expresar que hay un conflicto no resuelto, que hay un lugar ciego, un lugar de contradicción, que hay un núcleo de desigualdad que en realidad transfor-ma muchas veces a la democracia en una estructura ficcional, y lo que quiere el litigio por la igualdad es materializar lo que puede ser solamente una retórica. A partir de allí, discutir la igualdad es algo demasiado complicado. Alguna vez se pensó que la igualdad atraviesa la vida social, la vida espiritual, construye una utopía societaria, y nos vuelve definitivamente a todos portadores de eso común que nos identifica en el interior de un paradigma igualitario. Y al mis-mo tiempo vamos descubriendo que lo que uno va buscan-do es volverlo polisémico al término. El problema es cuando el concepto de igualdad se cierra sobre sí mismo, y eso ha impedido pensar de otra manera la tradición del socialismo, la tradición del comunismo, o ha creído que es posible reducir una vastedad compleja y con-tradictoria a un paradigma. Me parece que la igualdad en ese sentido es un territorio de conflictos, de batallas, de polise-mias, es un lugar imposible, pero por ser un lugar imposible, es ese lugar al que necesariamente tenemos que ir una y otra vez, una y otra vez, porque lo que expresa la cuestión de la igualdad es lo que falta, el punto ciego, la injusticia, expresa la desigualdad, expresa la violencia. Entonces, pensando a la igualdad y actuándola, lo que ponemos en evidencia no es

que se pueda realizar como paradigma normativo, sino que eso que está como horizonte viene a interferir la monotonía de un discurso de la dominación, y de eso se trata. Por eso a veces el litigio por la igualdad no parece estar expresando la igualdad con mayúsculas, sino que se agarra de pequeños fi-lamentos de igualdad para justamente abrir la posibilidad de una igualdad más pronunciada, más radical, más subversiva. Las condiciones históricas abren a veces los dispositivos de una igualdad posible, y de vez en cuando uno tiene que refugiarse en la lenta reconstrucción de una tradición que fue rapiñada y envilecida, porque en nombre de la igualdad se generaron condiciones horrorosas de sometimiento, y tenemos que hacernos cargo. A mí siempre me gusta decir que es mucho más fácil criticar el discurso del otro, y sobre todo el discurso del mundo neoliberal o del capitalismo de época, que hacer la crítica de aquellas tradiciones que bajo paradigma o matriz emancipatoria o igualitarista, emponzo-ñaron esa misma tradición. Hoy estamos frente a ese desafío, discutir la igualdad. Me parece que hoy la igualdad es muy in-teresante como posibilidad subversiva, tiene una dimensión subversiva que en otro contexto no la tenía, porque hoy es un escándalo, porque hoy ha sido declarada imposible. Y como ha sido declarada imposible –en un sentido distinto al que señalaba, en un sentido pragmático–, creo que vale la pena plantearla, porque aquello que hoy puede aparecer como ge-nerando escándalo o generando una dimensión maldita, lo irreductible para el sistema es aquello sobre lo que tenemos que volver una y otra vez. Entonces el de la igualdad sería un viaje potente, poderoso, y también un viaje que tiene algo de trágico. Decía por algún lugar René Girard que el problema del hom-bre, del homínido y de la construcción de la experiencia hu-mana, es el problema de la construcción mimética, cuando el otro es demasiado igual a mí tengo que ejercer una violencia que habilite la diferencia, con lo que el problema de la igual-dad puede terminar convertido en un problema de violencia generalizada en el que nos vamos a devorar los unos a los otros. Entonces, cómo jugar con la diferencia en la igualdad

“HOY ESTAMOS FRENTE AL DESAFÍO DE DISCUTIR LA IGUALDAD”

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HISTORIA Y TRADICIÓN DE ENSEÑANZA[325° aniversario del Colegio Nacional de Monserrat]

Arq. Hernán Enrique Moya*

Colegio Nacional de Monserrat. Fotógrafo: Oscar Beguan. Mayo de 1987. Archivo de La Voz del Interior.

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El Colegio Nacional de Monserrat, dependiente de la Universidad

Nacional de Córdoba (UNC), fue fundado el 1º de agosto de 1687 como Real Colegio Seminario Convictorio de Nuestra Señora de Monserrat por el Presbítero Dr. Ignacio Duarte y Qui-rós, quien donó todos sus bienes a los jesuitas para su creación. Desde su fun-dación han transcurrido 325 años, en constante cambio y acompañando la transformación social, política, econó-mica, educativa y cultural de Córdoba y de la Nación.El Colegio fue anterior al nacimiento de la Patria y muchos de sus egresados formaron parte de la Revolución de Mayo de 1810 y de la gesta emancipa-dora independentista del 9 de julio de 1816. También se cuentan entre sus egresados Presidentes de la República como Nicolás Avellaneda, Santiago Derqui y José F. Alcorta; e importantes pensadores como Deodoro Roca, re-conocido por haber sido el redactor del Manifiesto Liminar de la Reforma Uni-versitaria de 1918 que cambió el rum-bo de una universidad hacia un modelo público de mayor accesibilidad. No sólo dentro de la vida política el Monserrat ha dado sus frutos a la socie-dad, sino en todos los campos. En este sentido, se pueden mencionar nombres como el de Leopoldo Lugones, Joaquín V. González, Marcos Juárez, Saturnino Laspiur, Marcos Sastre, Juan C. Lafinur, entre otros. En el último cuarto de siglo, el Mon-serrat comienza un camino de nuevas transformaciones, interpretando las de-mandas actuales de la sociedad y ante los nuevos desafíos educativos del siglo XXI. Estos cambios, lejos de hacer de-clinar su nivel académico, pedagógico e institucional, lo refuerzan dando una vez más prueba de la esencia inalterable de educar en Virtud y Letras, con un plan humanista de sentido integrador, que ofrece una opción de calidad a la sociedad cordobesa. En 1998 se produce el ingreso de las

alumnas, que luego de una resistencia interna, mejoró la calidad educativa y hoy es sólo un recuerdo para aquellos que debieron pasar esta transición, ya que actualmente el Colegio es mixto (tal como la vida misma) y con una leve mayoría de alumnas.En diciembre de 2000 el Colegio es declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, conjuntamente con la Manzana Jesuítica y Las Estancias. Ese año se crea el Museo, que cuenta la his-toria viva de dicho Colegio. En 2001 un nuevo plan de estudio se sustenta en el humanismo y refuerza todas las áreas del conocimiento, con sólidos valores. Las alumnas que co-mienzan a cursar en 1998 se gradúan en 2004, siendo la primera cohorte en donde una alumna accede a la máxima distinción como escolta de la bandera, demostrando no sólo su capacidad, voluntad y esfuerzo para el desarrollo académico, sino un gran sentido de pertenencia e identificación con la ins-titución, con su “Monse querido”, tal cual ocurre con cada uno de sus estu-diantes sin distinción de ninguna clase, ya que todos son la identidad misma del Monserrat.En 2009 se constituyen los Consejos Asesores que democratizan el Colegio, espacio en donde toda la comunidad educativa está representada. Ellos tie-nen, entre sus funciones, la de elevar ternas de candidatos de autoridades. En mayo de 2010, la primera terna fue electa por mayoría y avalada por el Honorable Consejo Superior (HCS) de la UNC, cambiando de este modo la designación de las autoridades del Colegio, que hasta entonces era una de-cisión del Rectorado de la Universidad. Quizás éste sea uno de los cambios más

profundos en la vida institucional del Colegio y de su relación con la UNC. Hoy, a 325 años, nuestra realidad es apostar a la educación pública, inclusi-va, pluralista y democrática. Educación, que considere y premie el esfuerzo e incentive los valores del respeto, la res-ponsabilidad, el trabajo y la honestidad en el marco de un modelo humanista de calidad.Desde sus orígenes el Colegio ha esta-do unido a la UNC, trabajando en con-junto para lograr objetivos comunes en una política educativa pública y para todos, con una amplia inclusión en res-puesta a las necesidades de la sociedad, sin renunciar por ello a la calidad educa-tiva, en un amplio marco democrático y pluralista. Año tras año se incrementa la confianza que la sociedad deposita en nuestro Colegio, superando am-pliamente los 1.100 aspirantes que provienen de los más diversos sectores sociales.Evidentemente, este modelo público, democrático, plural, inclusivo, de exi-gencia, esfuerzo y calidad, es el resulta-do de una larga trayectoria y de su per-tenencia a una institución que le otorga mayor prestigio como es la UNC, que es ampliamente valorado y aceptado por nuestra sociedad

[*] Director del Museo yVicedirector del Colegio Nacional

de Monserrat de la UNC.

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Colegio Nacional de Monserrat.Fotógrafo: Oscar Beguan. Mayo de 1987.

Archivo de La Voz del Interior.

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PERÍODO JESUÍTICO (1687-1767)

Desde su fundación y hasta el 26 de julio de 1767, fecha en que se expulsó a los religiosos jesuitas. Los estudios estaban claramente fijados por La Ra-tio Estudiorum, que tenían validez universal para todos los colegios de la Orden.

PERÍODO FRANCISCANO (1768-1807)

La Universidad y el Colegio fueron entregados a los regulares de San Fran-cisco. En este período el Colegio fue trasladado al local que actualmente ocupa, el día 9 de febrero de 1782. Hasta entonces había funcionado en la colonial casa de la familia de Duarte en la calle Caseros, hoy Museo San Alberto.

PERÍODO DEL CLERO SECULAR (1808-1820)

Esta entrega fue dispuesta por el Rey en la cédula del año 1800 por la que creaba la Real Universidad de San Carlos y de Nuestra Señora de Monse-rrat, sobre la base de la antigua Universidad y el Colegio Convictorio. Esta cédula se cumple en Córdoba por mandato del Virrey Liniers, en 1807, y se designa Rector al Dr. Gregorio Funes.

PERÍODO PROVINCIAL (1821-1854)

En la esfera provincial, el Gobernador Bustos encargó a José Gregorio Bai-gorrí la reforma de los planes de estudio. A su vez, el Colegio debió soportar en este período las luchas por la independencia y las guerras civiles.

PERÍODO NACIONAL (1855-1906)

Por primera se rompe el vínculo con la Universidad que los unía desde su fundación: el Colegio deja de depender de la Universidad para depender directamente de las autoridades federales. La nacionalización beneficia a la enseñanza, se suprime el internado, a partir del año 1879 ya no es convicto-rio. Con el decreto del año 1864 se crean los estudios secundarios indepen-dientes de la Universidad. Se tiende a suministrar una enseñanza enciclo-pédica clásica con una duración de cinco años y luego se amplía a seis años. En 1879 se incorpora el Colegio a la Facultad de Humanidades. En 1884 se reforma nuevamente el plan de estudios con el que se procura dar a la enseñanza secundaria un sentido propio.

PERÍODO UNIVERSITARIO O ACTUAL (1907 HASTA NUESTROS DÍAS)

El 22 de febrero de 1907 el Colegio vuelve a unirse a la Casa de Trejo. “El Colegio nació para la Universidad, vivió para ella y separado eventualmente, el destino inicial afloró de nuevo para reunirlo con personalidad propia a la vieja Casa que le había dado su razón de ser”, al decir del Dr. Martínez Paz. En 1924 se conoce el nuevo plan, el bachillerato de 6 años de duración, de enseñanza humanística. Éste se aplica con ligeras variantes hasta el año 1972, cuando se agrega un año al bachillerato, por lo cual sus alumnos ingresan dos años antes de la finalización del ciclo primario.

LOS DIFERENTES MOMENTOS HISTÓRICOS

Colegio Nacional de Monserrat.S/D. Marzo de 1983.Archivo de La Voz del Interior.

Colegio Nacional de Monserrat.Fotógrafo: Oscar Beguan. Mayo de 1987.Archivo de La Voz del Interior.

Colegio Nacional de Monserrat.Fotógrafo: Raimundo Viñuelas. Julio de 1992. Archivo de La Voz del Interior.

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El 325°aniversario del Colegio Nacional de Monserrat dio origen a una Comisión de Festejos que programó dis-tintas actividades culturales, académicas, recreativas y un acto académico de cierre, que se desarrolló el 1° de agosto en el patio mayor del Colegio, presidido por la Sra. Recto-ra de la Universidad Nacional de Córdoba, Dra. Carolina Scotto, acompañada por las autoridades del Colegio, el Intendente de la Municipalidad de Córdoba, Dr. Ramón Javier Mestre, y autoridades provinciales y nacionales.Toda la comunidad del Colegio vivió días de festejos y preparativos. Entre ellos, la publicación de un libro rea-lizado por profesores y docentes de la Casa, que recoge imágenes y textos de nuestra historia reciente para mante-ner viva la llama del sentimiento de pertenencia a la insti-tución. Además, un disco compacto donde los estudian-tes se manifestaron artísticamente con su canto solista o coral, en canciones tan sentidas para todos los alumnos como el himno del Colegio, el Gaudeamus, Aurora, el Himno Nacional y otras de gran interés.Otro momento para recordar y destacar fue el 31 de ju-lio, que se realizó la Noche del Reencuentro y la Vigilia, una noche llena de recuerdos gratos, compañerismo y anécdotas que unieron a generaciones pasadas y presen-tes en un mismo sentir, cantando el himno del Colegio todos juntos abrazados rodeando la fuente. Amenizaron la noche distintos espectáculos de danza, exposiciones, y todo culminó con el cielo brillante por los fuegos artifi-ciales que anunciaban las cero horas del 325°aniversario del Colegio.En este marco, el Museo del Colegio está siempre presen-te rescatando y destacando objetos, libros, documentos, que rememoran y enmarcan la historia viva de la institu-ción. Su sala exhibe una colección de instrumental de física de principios de siglo XIX, entre muchos otros ele-mentos que nos ayudan a entender una historia tan vasta. El Museo fue creado en el año 2000 en el marco de la De-claración de Patrimonio Cultural de la Humanidad. En el año 2005 el Colegio comenzó a realizar visitas guiadas y de esta forma no sólo abrió el Museo a la sociedad, sino toda la institución, recibiendo durante todo el año una gran cantidad de turistas locales, nacionales y extranjeros.Las visitas se realizan en castellano e inglés. Constituyen una franca apertura a la sociedad toda y pertenece al Pro-grama de Museos (PROMU), que aúna a todos los Mu-seos dependientes de la UNC.

CELEBRACIÓN Y REENCUENTRO

Colegio Nacional de Monserrat.S/D. Enero de 1986.Archivo de La Voz del Interior.

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COLEGIOS PREUNIVERSITARIOS.POTENCIALIDADES Y DESAFÍOS

[325° aniversario del Colegio Nacional de Monserrat]

La conmemoración de los 325 años del Colegio Nacional de Mon-

serrat nos invita a celebrar el aconteci-miento, valorando el pasado a la luz de los desafíos del presente.Tal como lo afirmara la Rectora al ini-ciar los festejos de los 400 años de la Universidad, “no podemos limitarnos a custodiar las tradiciones o repetir unas únicas maneras de ser o de hacer; querer una Universidad mejor implica revalorizar la historia desde la perspec-tiva de las tareas que aún nos faltan y de todas las que ni siquiera imaginamos”.Por eso este evento se constituye en una oportunidad para pensar colectiva-mente los logros obtenidos, las poten-cialidades y los desafíos educativos no sólo para el histórico Monserrat sino también para revisar el rol de la edu-cación secundaria que brinda nuestra Universidad.El Colegio Nacional de Monserrat y la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano son instituciones educativas valoradas por la comunidad. Las fami-lias de los aspirantes a ingresar a nues-tros colegios los eligen por su prestigio académico, por su relación con la Uni-versidad Nacional de Córdoba y por la propuesta pedagógica que ofrecen. En tanto escuelas públicas universi-tarias, los colegios tienen funciones específicas de “enseñanza con fines experimentales, de innovación pedagó-gica o de práctica profesional docente”, como plantea la normativa vigente. Esto implica un gran desafío político, pedagógico, didáctico, organizativo para ambas instituciones. Desafío que

Prof. María Eugenia Rosso*

invita a desarrollar procesos de trabajo colectivos y creativos en la construc-ción de innovaciones que articulen las prácticas educativas a la investigación, la experimentación y la evaluación.Lejos de posiciones elitistas, estas ins-tituciones tienen la potencialidad y los recursos humanos para propiciar la construcción de proyectos de van-guardia pedagógica, cada vez más de-mocráticos e inclusivos que brinden el derecho a aprender con igualdad de oportunidades y posibilidades. Asumir un rol protagónico como escuelas pú-blicas, centros experimentales y labo-ratorios pedagógicos, permite generar propuestas que puedan ser analizadas, evaluadas y eventualmente tomadas y transformadas por otras escuelas, fun-ción que potencia su inserción social y su vínculo con el sistema educativo en general.Pensar los colegios preuniversitarios como “escuelas piloto” promueve también la búsqueda de alternativas para superar la tensión entre calidad e inclusión. Contemplar la diversidad y la heterogeneidad de los alumnos man-teniendo las exigencias académicas es otro de los desafíos que hoy enfrentan las escuelas.

POTENCIALIDADES

Ambas instituciones tienen diferentes orígenes, distintas tradiciones académi-cas y propuestas curriculares. Más allá de estas diferencias identitarias, com-parten un conjunto de rasgos definidos por su pertenencia universitaria.

En las dos escuelas los directivos son propuestos por los actores institucio-nales a través de sus Consejos Asesores. Este órgano de representación eleva una terna de fórmulas con sus respecti-vos proyectos de gestión al Rectorado y al Honorable Consejo Superior para su tratamiento y designación. De esta ma-nera, los equipos directivos cumplen un mandato temporalmente acotado que se organiza en torno a un proyecto de gestión específico para cada escuela con un grado de consenso importante. Por su parte, la gestión directiva está acompañada de Consejos Asesores en los que participan regentes, docentes, preceptores, padres y estudiantes. Estos organismos de consulta tratan las polí-ticas generales que atañen a la vida ins-titucional de los establecimientos, ase-soran a los equipos directivos, formulan propuestas, intercambian opiniones sobre cuestiones académicas relativas a normas, a asuntos administrativos, económico-financieros, de extensión y estudiantiles. Otro rasgo distintivo es el lugar prota-gónico que asumen los alumnos en los Centros de Estudiantes y en la repre-sentación que ejercen en los Consejos Asesores.Respecto de los cargos docentes, la normativa plantea concursos abiertos de títulos, antecedentes y oposición y la permanencia de los docentes en sus car-gos está determinada por los resultados del control de gestión. Otra particularidad de estas institucio-nes es que la tarea docente se organiza en departamentos con coordinadores

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que posibilitan una mirada atenta sobre los procesos de enseñanza y sobre la producción de materiales educativos propios. Los coordinadores de depar-tamento conforman un órgano con funciones deliberativas respecto de las políticas académicas.En ese marco los colegios preuniversi-tarios convocan a los alumnos a cons-truir conocimientos para comprender y actuar en el mundo, tanto en sus pro-puestas curriculares como en las varia-das ofertas extracurriculares. Las escuelas cuentan con equipos pro-fesionales que apoyan la labor educativa en diversas áreas tales como psicopeda-gogía, pedagogía, salud escolar, trabajo social, comunicación audiovisual, entre otros, que habilitan espacios de ayuda para los jóvenes.

LOS DESAFÍOS

Los rasgos mencionados, algunos con-solidados y otros en vías de instituirse, son una plataforma para profundizar los logros y enfrentar nuevos retos.Frente a los cambios socioculturales y las nuevas identidades juveniles, se hace necesario evaluar de manera permanen-te los planes de estudio y las prácticas educativas para generar propuestas en función de la heterogeneidad del alum-nado. Esto implica por un lado elaborar proyectos que flexibilicen el formato

clásico de asignatura con la inclusión de talleres, ateneos, laboratorios, traba-jos de campo, seminarios. Por otro, di-señar ofertas que incluyan espacios cu-rriculares alternativos, opcionales para los estudiantes a la vez que permitan nuevos usos del espacio y otros modos de agrupamiento de los estudiantes. En este marco, el uso de las TICs, en parti-cular el uso de las netbooks provistas por el Programa Conectar Igualdad a todos los alumnos y docentes, se constituye en un recurso con potencialidades para la estructuración de las propuestas di-dácticas cotidianas en los diferentes espacios curriculares. Una de las funciones que marca la im-pronta universitaria de estas escuelas es la extensión. Un proyecto extensionista que llevan adelante de manera conjunta estudiantes de los dos últimos años del Belgrano y el Monserrat es “Punto de Encuentro”, cuyo objetivo principal es contribuir a la disminución del fraca-so escolar en niños y niñas de escuelas públicas primarias a partir de la realiza-ción de apoyo escolar en matemática y lengua. Profundizar las actividades de extensión existentes y proponer nue-vas, dará lugar a experiencias educativas fuera del ámbito escolar, a acciones de aprendizaje-servicio. Estas instancias podrán incluir acciones de voluntaria-do, emprendimientos cooperativos, ex-periencias de trabajo solidario que po-

sibiliten a los estudiantes, acompañados por docentes, una aproximación crítica a los problemas sociales y una implica-ción activa frente a ellos, en el marco de su formación como sujetos políticos capaces de comprometerse en la cons-trucción de una sociedad más justa.Finalmente, revitalizar el desafío siem-pre presente de sostener y profundizar la participación democrática de todos los miembros de las escuelas, ya que es en la práctica cotidiana donde se apren-de a vivir democráticamente, a desa-rrollar la capacidad de dialogar, el re-conocimiento de la existencia del otro, de planificar, de trabajar en equipo, así como la responsabilidad que implica asumir el protagonismo.Sostener los logros alcanzados, anali-zar los problemas todavía pendientes y asumir un fuerte compromiso con las problemáticas actuales colaborará para seguir trabajando y proyectando desde la Universidad y sus colegios, una edu-cación pública comprometida con su historia y revitalizada con los desafíos del presente y con aquellos que aún no podemos siquiera imaginar

[*] Directora del Programade Colegios Preuniversitarios,

Secretaría de Asuntos Académicos de la UNC.

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Jessica Agustina Gómez.Campamento.21 x 14,70 cm.Fibra y tinta sobre papel. 2011.

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En el marco de los festejos de los 400 años de la UNC, el Programa de Estadísticas Universitarias (PEU) de la Secretaría de Asuntos Académicos editará un libro que recopila las estadísticas elaboradas a lo largo de la historia de la UNC. En las siguientes páginas, Hoy la Universidad recupera los datos centrales, a modo de anticipo,que permiten visualizar y dimensionar la dinámica que tuvieron las transformaciones políticas, culturales,sociales y económicas hacia dentro de nuestra institución. El ascenso social, la masividad, el acceso de lasmujeres a la educación, la evolución de una universidad de elite a la universidad de todos explicadas a partirde números y dibujos.

UNC EN CIFRAS Y DIBUJOSD

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UNA APUESTA POR LA MASIVIDADA lo largo de sus 400 años de historia, la UNC pasó de ser un espacio de formación de las elites a una universidad masiva,la segunda en envergadura a nivel nacional. Ese proceso,que se inició con la Reforma de 1918 y aún está en marcha, fue complementado además con una creciente inclusión de sectores y grupos sociales que, sobre todo en las últimas décadas, están pudiendo acceder a una educación pública gratuita y deexcelencia que antes les estaba vedada.

Actualmente 30% de los jóvenes de entre 18 y 23 años de la provincia de Córdoba se encuentran estudiando en la UNC. De acuerdo a estándares internacionales, si esa cifra es inferior al 10% se considera una institución elitista; si se ubica entre 10% y 50% se trata de una universidad masiva; y por encima del 50% se considera universal.

La UNC es la segunda universidad del país en envergadura: concentra 8,2% de los estudiantes universitarios del país y 10,4% de los egresados.

En 1912 se graduaron profesionales en seiscarreras, mientras un siglo después, en 2012,la UNC cuenta con graduados en 84 carreras.

La UNC cuenta a lo largo de sus casi 400 años de historia con poco más de 265 mil egresados en carreras de grado, pero 74% de ellos se gradua-ron en los últimos 35 años (1977-2012) y 95% en los últimos 68 años (1944-2012).La masificación de los estudios universitarios fue más intensa desde el primer peronismo hasta principios de los años 60 y durante la primera década del siglo XXI hasta la actualidad.

Mientras en 1960 la universidad propiciaba 49 egresados por cada 100 mil habitantes del país, en la ac-tualidad cuadruplicó esa cifra y alcanza 200 graduados por cada 100 mil habitantes.

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hasta 1976

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En la actualidad, 56% de los alumnos de la UNC no provienen de Córdoba capital, esto significa que más de 60 mil estudiantes provienen de pueblos y ciudades del interior del país.

En 1975 por primera vez se igualó el número de egresados de cada sexo y a partir de entonces la cantidad de mujeres creció mucho más rápida-mente, a punto tal que en 2011 representan el 66% del total de graduados.

La UNC intensificó las políticas tendientes a garantizar la permanencia y el egreso de sus estudiantes y logró ubicarse por encima de la media nacional: mientras que en el país la relación promedio entre graduados e ingresantes es de 22,9%, en Córdoba es de 28,2%.

Según datos de la encuesta SIU-KOLLA, 88% de los egresados de la UNC se encuentran trabajan-do. De ellos, además, 93% se desempeña en el rubro que preveía hacerlo al egresar.

Actualmente 1405 estudiantes extranjeros cursan carreras completas en la UNC. En el último año se realizaron 1050

intercambios internacionales de estudiantes y docentes a través de programas institucionales (800 de

ellos correspondieron a estudiantes y 250 a docentes).

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Desde 2007, la UNC ha incorporado una serie de políticas tendien-tes a profundizar la inclusión y la accesibilidad. Estas medidas le imprimen un carácter específico a su condición de masividad, bajo la convicción de que la universidad pública no sólo debe ser abier-ta, sino que además tiene que impulsar las acciones necesarias

para garantizar la igualdad en el acceso al derecho a estudiar de los ciudadanos. Y esto implica atender tanto cuestiones socio-económicas y culturales, donde la UNC constituye una oportuni-dad de movilidad social ascendente, como en el reconocimiento y la ampliación de derechos.

alcanzaron un nivel de formación superior al de sus padres.Son los primeros de su familia en acceder a estudios universitarios.

provienen de hogares con ingresos medios y bajos (considerando el ingreso del jefe de hogar).

a través de distintos programas en 2011.

invertidos en la adecuación de la infraestructura existente de ciudad universitaria para mayor accesibilidad (construcción de rampas, circuitos mínimos accesibles, instalación de ascensores, refuncionalización de sanitarios).

para docentes y no docentes con fondo presupuestario para cubrir institucionalmente las licencias y 15 días por paternidad.

libres en ciudad universitaria,95% de cobertura de internet en los edificios de la universidad.

Prácticas docentes inclusivas; materiales bibliográfi-cos en diferentes soportes (impresión braile, sonoros, digitales); incorporación de intérprete de lengua de señas para todas las actividades académicas; creación del repositorio virtual de la Editorial de la UNC donde sus publicaciones están disponibles de manera libre y gratuita; rediseño de la página web contemplando dificultades visuales y de variabilidad en las condicio-nes de equipo y tipo de servicio de internet; programa “Entrenamiento para el trabajo” que incorpora a personas en situación de discapacidad a diferentes dependencias de la UNC.

Desde 2011, los miembros de la comunidad universitaria pueden identificarse con su identidad de género autopercibida.

UNA UNIVERSIDAD MÁS ACCESIBLE E INCLUSIVA

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Al tiempo que se masificó el ingreso a las universidades públicas en Argentina durante el último siglo, también se intensificó el proceso de formación de posgrado, en línea con un crecimiento de la oferta académica en lo que respecta a especializaciones, maestrías y doctorados en todas las áreas del conocimiento. En la UNC, a partir del año 2008 se generaron políticas específicas

que apuestan a la jerarquización de los docentes universitarios como las becas para finalización de maestrías y doctorados y la implementación de los doctorados gratuitos para todos los do-centes de la universidad, medidas que repercuten fuertemente en la calidad académica de la institución y por tanto en la forma-ción de los estudiantes.

otorgados a lo largo de la historia de la UNC.

entre 1977 y (abril de) 2012.

de los títulos se concentran en los últimos 35 años,

de los estudiantes de posgradoproviene de otras provincias del país.

de los estudiantes provienen del extranjero, mayormente de Colombia, Chile y Brasil.

POSGRADOS Y CALIDAD ACADÉMICA

en el último siglo.

Entre 2010-2011, como con-secuencia de la implementación de la gratuidad en los Doctorados para todos los docentes de la UNC, se registró un incremento del 29% en las inscripciones con respecto a 2008.

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CIENCIA Y TECNOLOGÍA AL ALCANCE DE TODOS

Durante el año 2011, los docentes e investigadores de la UNC realizaron1.200 publicaciones científicas en revistas con referato nacional e internacional, en el mismo año produjeron 400 libros científico-académicos con ISBN.

Desde 2008 se repatriaron a 22 inves-tigadores provenientes de Canadá, Estados Unidos, España, Italia, Suiza, Francia, Bélgica, Alemania, Chile y de tres provincias argentinas. Científicos que continúan con sus investigaciones en nuestra universidad, a la vez que se desempeñan como docentes formando nuevos investigadores.

En 2009 se creó la oficina de Propiedad Intelectual y de Innovación Tecnológica que posibilitó pasar de 1 patente registrada a 200. Entre los desarrollos patentados se destacan: la producción de biocombustibles para aviones, analgésicos para pacientes crónicos y dispositivos para tratamientos dentarios.

Subsidiados con recursos propiosde la UNC en 2011.

En el año 2011 se lanzó des-de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UNC, una línea de becas de doctorado en áreas de vacancia destinadas a graduados latinoamericanos con el propósito de fortalecer áreas de estudios poco desarrolladas en otras naciones. A cambio, estos investigadores deben comprometerse a retornar a sus países de origen y continuar allí su labor profesional.

La UNC cuenta con un Parque Científico Tecnológico y una Incubadora de Empresas donde brinda asistencia a los primeros cinco proyectos aprobados hasta el momento, para acompañarlos en sus primeros pasos y otros cinco proyectos preincubados, con el objetivo de forma-lizar cada una de estas ideas en la conformación de empresas de base tecnológica. En una segunda etapa, esa idea convertida en empresa podrá radicarse en el medio o, en función de sus características, se le asignará uno de los lotes del Parque Científico Tecnológico.

Desde 2007, se establecieron más de 300 convenioscon universidades e instituciones de 34 países.

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