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Revista El Salero nº 1

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Revista con los textos que servirán para la fase de clasificación para el concurso El Salinero 2015

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Page 1: Revista El Salero nº 1

Elhuesode

Ishango

CAPTCHA

Mi querido

Michael

Spain is diffe

rent

Frankenstein

TheRaven“Je

tiens l ’

affair

e! ”

Tienes cerebro depingüino

Encender una hoguera

Mary Anning

TEXTOS PARA LACLASIFICACIÓN ON-LINE

REVISTA DIGITAL PARA ESTUDIANTES CURIOSOS 2 .0

LECTURAS PARA EL CONCURSO "EL SALINERO" 2014/2015

Edición y maquetación por Luis Clemente. IES Las Sal inas (Arrecife, Lanzarote)e-mai l de contacto: [email protected]

EL SALERONº 1. AÑO 2014

Con actividades de comprensión y expresión escrita

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El Insti tuto Belga de CienciasNaturales alberga entre sus fondosuna pieza única para la historia dela Humanidad, un peroné debabuino con unas extrañas marcasconocido como el hueso deIshango, la primera herramientamatemática de la que se tieneconstancia.

Datada hace unos 20.000 años, secree que servía para contar, aunquetambién se le atribuyen otros usos.

En 1822 Champol l ion descubrió la manera de leer los jeroglíficos egipcios medianteel estudio del contenido de la piedra Rosetta, un monol i to en el que figuraba inscri to

un mensaje en tres id iomas antiguos: griego, demótico y jeroglífico:

“ Y o l o s o y t o d o p a r a E g i p t o yE g i p t o l o e s t o d o p a r a m í . ”

MaryAnning teníasólo 12 añoscuando unasombrosodescubrimientocambió su vida. Meses atrás,su hermano Joseph habíaencontrado lo que parecía ser uncráneo de cocodri lo, pero la pequeñaMary era bastante escéptica con aquélfósi l y, como si de un pasatiempocualquiera se tratara, siguió investigandopara encontrar la verdad. Joseph, quepareció no darle mucha importancia a aquélasunto, pronto dejó a su hermana sola en suinvestigación. Esa anécdota fue el punto deorigen para que, aproximadamente un añomás tarde, cuando Mary contaba con 12años recién cumpl idos, hal lara un fascinantefósi l de 5 '2 metros de largo que no separecía a ningún animalconocido.

Sigue leyendo en pág. 1

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Los “Pingüinos de Madagascar” sonuna suerte de actual ización infanti ldel “Equipo A” de los 80. Un equipode “pingüinos mi l i tarizados” que encada episodio cumplen misiones tandescabel ladas como entretenidas.

Este equipo de cuatro pingüinos (al igualque pasaba en el “Equipo A”) l lamaespecialmente la atención por tener 4miembros con personal idades muydiferenciadas pero complementarias.

Francis Crick escribió unacarta el 15 de marzo de 1953a su hi jo Michael , de 12 años,expl icándole lo que su colega,J im Watson, y él acababan dedescubrir. El 10 de abri lMichael subastó esta carta,que alcanzó los 6 mi l lones dedólares, que irían a parar alSalk Insti tute for BiologicalStudies en San Diego, dondesu padre era profesor.

Sigueleyendo en

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Sigueleye

ndoen

pág

.3

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El único premio tecnológico del mundo que nadie ha podido ganar nunca no seencuentra entre los problemas del mi lenio (la serie de conjeturas matemáticas noresueltas que propuso en el 2000 el Clay Mathematics Insti tute por cuyodesentrañamiento ofreció una recompensa de un mi l lón de euros),   pero el test deTuring sigue siendo uno de  los retos científicos más relevantes de este siglo.Permanece como un método infal ible para cal ibrar el avance de la intel igenciaartificial , en el sentido de la posibi l idad de que pueda equipararse a la humana.

La historia que rodea la creación deFrankenstein como obra l i teraria esmás que curiosa. Como es deconocimiento general , esta genialinvención se debe a la imaginaciónde Mary Wol lstonecraft Godwin, másconocida como Mary Shel ley (1797-1851), a raíz de su matrimonio conel destacado poeta inglés PercyBysshe Shel ley. Frankenstein, entanto obra l i teraria, es una de lascumbres del género del terror y laciencia ficción, y en este últimocaso, su iniciadora, ya que es laprimera trama en mostrar los usos yexcesos de la ciencia apl icada.

¿ Losespañoles cenamos

más tarde que en ningúnotro país o en real idad

cenamos a la mismahora que los otros,

pero con el relojatrasado? Ésa es lapregunta que se le pasópor la cabeza a StefanoMaggiolo, unmatemático ital ianode 29 años, duranteuna visi ta a Salamancael año pasado. «Pensé: 'Esta

gente, ¿cena a las 10 de la nochepor una cuestión cultural o

porque tienen la horamal?’», recuerda.

Jack London fue uno de los másafamados escri tores estadounidenses,autor de l ibros tan conocidos como"Colmi l lo Blanco" o "La l lamada de laselva". Debido a una situación fami l iarpoco favorable (la relación de suspadres siempre fue un tantomisteriosa y el d inero tampocoabundaba en la fami l ia), Jack Londonse auto-educó a sí mismo cuando erapequeño. Desde niño, pasaba horasen la bibl ioteca de su ciudad leyendoobras de grandes escri tores. Ciertodía, leyó un l ibro que marcaría su vidapara siempre: Signa (novela de unaescri tora poco conocida l lamada,Ouida). Este l ibro narraba la historiade un joven campesino que, sineducación escolar, l legó a convertirseen un famoso compositor de ópera.Jack se siente identificado con él yaspira entonces a un sueño parecido:convertirse en un afamado escri tor.

Once upon a midnight dreary, whi leI pondered weak and weary,

Over many a quaint and curiousvolume of forgotten lore,

Whi le I nodded, nearly napping,suddenly there came a tapping,As of some one gently rapping,rapping at my chamber door.` 'Tis some visi tor, ' I muttered,` tapping at my chamber door -Only this, and nothing more. '

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EL HUESO DE ISHANGO

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Año 1960. La ciudad de Leopoldvi l le(hoy Kinshasa) está envuelta en unaenorme agitación, a punto de nacerun Congo independiente tras 75años de colonial ismo. Ajeno atodo este revuelo, elgeólogo belga Jean deHeinzel in de Braucourtexplora en la zona norestedel país, más en concretoen un área conocida comoIshango, si tuada en una delas riberas del LagoEduardo (frontera entre elCongo belga y Uganda),donde nace el río Ni lo.Distintos descubrimientosarqueológicos, comoarpones de hueso y hachasde piedras, han permitidoaveriguar que al l í nació ymedró hace unos 20.000años, en pleno Paleol ítico,una comunidad humanade cazadores y, sobretodo, pescadores,algunos de cuyosconocimientos puedenestar en el origenremoto de lacivi l ización egipcia ydel pensamiento y lafi losofía occidentales.Ni siquiera DeHeinzel in podíaimaginar laimportancia de lo queencontró en aquel año de 1960. Setrataba de un largo hueso marrón,en concreto un peroné de babuino,con un trozo de cuarzo incrustadoen uno de sus extremos. En unprincipio fue datado en un rangoque iba del 6.500 al 9.000 a.C. ,pero luego se pudo saber que, en

real idad, tenía más de 20.000 años deantigüedad. Pero, ¿por qué esta pieza eratan interesante?

El hueso de Ishango, comocomenzó a l lamársele,

presentaba trescolumnas de muescastal ladas que abarcabantoda su longitud. Desdeel primer momento sedescartó su carácterdecorativo al sercompletamenteasimétricas y todos losindicios apuntaban a queera una herramienta deconteo, como un ábacoprimitivo, y que el cuarzodel extremo se usabapara grabar o escribir,hacer anotaciones.Años después, otrohal lazgo de aún mayorantigüedad vendría aconfirmar el uso deherramientas simi laresen el continenteafricano. Se trataba delhueso de Lebombo,descubierto en lacordi l lera del mismonombre situada enSuazi landia. En estecaso, se habíauti l izado un peronéde mandri l y elnúmero total de

muescas hal ladas fue de29, lo que apunta más bien a un medidorde tiempo y, más concretamente, a un usopara controlar dos ciclos muy importantespara el ser humano, el lunar y elmenstrual .Pero volvamos al hueso de Ishango, quepresenta una complej idad mucho mayor

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que el hueso de Lebombo. Aunqueen un primer momento se pensó queservía para cálculos simples, comocontar a los miembros de una tribu oclan, pronto se descubrió que no. Lacolumna central tiene 48 muescas,pero están agrupadas de manerasignificativa. Comienza con un grupode 3 y luego otro de 6 (el doble);sigue un grupo de 4 marcas y otrode 8 (otra vez el doble); y luegoaparece un grupo de 10 y otro de 5(la mitad), para terminar con ungrupo de 5 y otro de 7. Desde luego,no parecen fruto del azar o laarbitrariedad y revelan un ciertoconocimiento de cálculos complejos,como la multipl icación y la división.Pero las dos columnas laterales sonaún más sorprendentes. En laizquierda, las muescas estánagrupadas formando cuatronúmeros, 19, 17, 13 y 11, es decir,todos los números primoscomprendidos entre el 10 y el 20.Por su parte, en la columna de laderecha los números representadosson el 11 (10+1), el 21 (20+1), el 19(20-1) y el 9 (10-1).

Todos los números de las doscolumnas laterales son impares y,además, en cada una de las doscolumnas laterales se cuentan 60muescas. La columna del centrotiene 48 marcas. Tanto el 60 como el48 son múltiplos de 12 y esto no esuna cuestión menor, ya que lospueblos africanos antiguos usaban labase 12 para contar y no la base 10que es la aceptada hoyuniversalmente. Teniendo esto encuenta, los números de la columnacentral cobran un nuevo significado:

3+6 (9, es decir, 12-3); 4+8 (12 );10+5 (15 , es decir, 12+3) y 5+7(12 ).En la columna lateral derecha, sinembargo, parece que se uti l iza labase 10, mientras que en la columnaizquierda aparecen los númerosprimos. Este hecho ha l levado a laconclusión a algunos matemáticosde que estamos ante una especie deherramienta que servía para hacerconteos usando las dos bases.En otros yacimientos africanos, comoShankeinab (Sudán) y Nagoda(Egipto), se han encontradopetrogl ifos con incisiones simi lares alas de Ishango que también uti l izanla base 12 . Sin embargo, en todoslos casos son posteriores, lo queapunta a que este lugar situadojunto al lago Eduardo fue unauténtico centro de irradiación decultura y conocimiento de laantigüedad.Otras teorías han intentado arrojarmás luz sobre esta herramienta y sehabla también de que recoge unciclo lunar completo de seis meses ode que fue elaborado por una mujerpara controlar su ciclo menstrual . Sinembargo, no son teoríasexcluyentes. En cualquier caso, elhueso de Ishango, que se exhibe demanera permanente en el Insti tutode Ciencias Naturales de Bélgica, enBruselas, nos sigue sorprendiendo atodos con sus enigmáticas muescashechas por seres humanos a los quesolemos imaginar más primitivos delo que realmente fueron. Nuestrosantepasados, al fin y al cabo.

FUENTE:

http://guinguinbal i .com/index.php?lang=es&mod=ne

ws&task=view_news&cat=2&id=708

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1) ¿Qué importancia tiene el hueso de Ishango?2 ) ¿Qué representan las muescas que aparecen en el hueso?3) ¿Qué conclusión sacan los expertos del hecho de que elhueso de Lebombo conste de 29 muescas? Razona larespuesta4) ¿Por qué se considera que Ishango pudo haber sido uncentro de irradiación cultural con respecto a otros pueblosafricanos?5 ) ¿Qué otras teorías se han apuntado sobre el uso del huesode Ishango, además de la de ser un instrumento de cálculomatemático?

PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN LECTORA

ACTIVIDADES DE EXPRESIÓN Y VOCABULARIODefine por ti mismo (con ayuda del d iccionario) las siguientes palabras deltexto. Ten en cuenta que en el d iccionario no aparecen así, sino que tienesque buscarlas independientemente de su género, número y otros cambios. Esdecir que para definir, por ejemplo, "definiendo", hay que buscar el verbo"definir" porque "definiendo" no aparece.

medró, incrustado, muescas, asimétricas, arbitrariedad,petrogl ifos y excluyentes.

Lee el fragmento de abajo y reescríbelo con otras palabras, pero sincambiar el contenido del mismo

Años depués, otro hal lazgo de aún mayor antigüedadvendría a confirmar el uso de herramientas simi lares en el

continente africano"

Amplía tu vocabulario. En la web tienes elLIBRO DE CRUCIGRAMAS en el que

podrás encontrar palabras relacionadas con la lectura.Échale un vistazo y haz el que más te guste.

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19 Portugal PlaceCambridge19 de Marzo de 1953

Mi querido Michael ,  

J im Watson y yo, probablemente hemos hecho undescubrimiento muy importante. Hemosconstruido un modelo de estructura del ácidodesoxiribonucleico, l lamado D.N.A. , para acortar.Puede que recuerdes que los genes de loscromosomas, los que l levan los factoreshereditarios, están hechos de proteína y D.N.A.Nuestra estructura es muy bonita. El D.N.A. sepuede concebir aproximadamente como unacadena muy larga con trozos de planos que salenhacia afuera. Los trozos de plano se l laman“bases” La fórmula es algo así (añade unesquema).

Ahora tenemos dos de estas cadenas enrol ladasuna alrededor de la otra, cada una es una hél ice, yla cadena, hecha de azúcares y fósforos, está enel exterior, y las bases están todas en el interior.No puedo dibujarla muy bien, pero se parece aesto (añade otro esquema).

El modelo es más bonito que esto.

Mi querido Michael ,

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Ahora, lo excitante es que aunque hay 4 basesdiferentes, encontramos que sólo se puedenemparejar de cierta forma. Las bases tienennombres. Son Adenina, Guanina, Timina yCitosina. Y yo las l lamo A, G, T y C.

Ahora encontramos que las parejas que podemoshacer – que tienen una base de una cadena unidaa una base de la otra – son sólo A con T y G conC.

Ahora bien, en una cadena, hasta donde nosotrosvemos, uno puede tener las bases en cualquierorden, pero si su orden es fi jo, entonces el ordende la otra cadena también es fi jo. Por ejemplo,supón que la primera cadena va: A-T-C-A-G-T-T(aquí pone una cadena de letras en la izquierda),entonces la segunda debe ir: T-A-G-T-C-A-A ( ypone una cadena de letras en la derecha).

Es como un código, si te dan una combinación deletras, puedes escribir las otras.

Creemos que el D.N.A. es un código. Esto es queel orden de las bases (letras) hace un gendiferente de otro gen (como una página deimpresión es diferente de la otra). Ahora puedesver cómo la Naturaleza hace las copias de susgenes. Porque si desenrol lamos las dos cadenasen dos cadenas separadas, y de cada cadena haceotra cadena que se une a él , como A siempre va

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con T, y G con C, nosotros deberíamos tener doscopias donde antes teníamos una. Por ejemplo(hace un diagrama).

En otras palabras, pensamos que hemosencontrado el mecanismo de copia básico por elcual la vida viene de la vida.

La bel leza de nuestro modelo es la condición deque sólo estas parejas pueden ir juntas, aunquepodrían emparejarse de otra manera si flotaranl ibremente. Puedes comprender por qué estamostan excitados. Tenemos que tener una letter offpara Nature en un día o así.

Lee esto con cuidado para que puedas entenderlo.Cuando vengas a casa te enseñaremos el modelo.

Mucho amor,  

Papi .

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PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN LECTORA

1) ¿Qué descubrieron exactamente Francis Crick y J imWatson?2 ) ¿Por qué se puede descubrir el orden de una cadenaentera de ADN a partir sólo de una de sus cadenas?3) ¿Qué son las bases de una cadena de ADN?4) ¿Cómo definirías el tono de la carta? Razona tu respuesta5 ) ¿Qué quiere decir con que la bel leza de su modeloconsiste en sólo unas parejas de bases pueden ir juntas?

ACTIVIDADES DE EXPRESIÓN Y VOCABULARIODefine por ti mismo (con ayuda del d iccionario) las siguientes palabras deltexto. Ten en cuenta que en el d iccionario no aparecen así, sino que tienesque buscarlas independientemente de su género, número y otros cambios. Esdecir que para definir, por ejemplo, "definiendo", hay que buscar el verbo"definir" porque "definiendo" no aparece.

modelo, genes, cadenas, código, y "letter off"

Lee el fragmento de abajo y reescríbelo con otras palabras, pero sincambiar el contenido del mismo

"La bel leza de nuestro modelo es la condición de que sóloestas parejas pueden ir juntas, aunque podrían

emparentarse de otra manera si flotaran l ibremente"

Amplía tu vocabulario. En la web tienes elLIBRO DE CRUCIGRAMAS en el que

podrás encontrar palabras relacionadas con la lectura.Échale un vistazo y haz el que más te guste.

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Lasorpresa de Maggiolo

es lógica. Los horariosespañoles no tienenparangón en el mundo. EnColombia desayunan a las7 u 8 de la mañana;comen a las 12 y mediaó 1 de la tarde, y cenan alas 7 u 8. En Estados Unidosse come entre las 12 y la 1, se cenaentre las 6 y las 7 y media y, cuando unotiene un empleo estable, d ice que tiene un trabajo«de 9 a 5», en referencia a la hora a la que entra y a la quesale. Aunque pocos superan a los habitantes de Pekín y, en general , alos asiáticos, donde suelen desayunar a las 6 ó 7, comer a las 11 ó 12 , y cenar a las 5(eso sí, en el mejor esti lo de Extremo Oriente, se pasan el día entero picando).

Maggiolo, gracias a ocho horas de trabajo, un mapa de Wikipedia y un sistemainformático, logró poner de manifiesto de forma gráfica -y también escri ta, en unpost para su blog- una tremenda real idad: no es solo que los españoles vivamos en lahora equivocada, sino que prácticamente toda la Humanidad está a destiempo.

El ser humano del siglo XXI vive o demasiado pronto o demasiado tarde. Maggiolocolgó su post, con mapa inclu ido, en Reddit. La visión del desfase horario mundialprovocó tal interés que tumbó el servidor de la web de los antiguos alumnos deCiencias Exactas de la Facultad de Pisa, donde Maggiolo había estudiado.

En el caso de España, el mapa deja poco lugar para las dudas: vamos con retraso. Osea, que no es que cenemos tarde, sino quenuestros relojes van atrasados.La culpa es de Franco, que

en 1942 decid ió poner aEspaña en la hora de la

Alemania nazi , con la queentonces estábamos al iados. El d ictador al

menos nunca se molestó en cumpl ir su promesade que «un mi l lón de bayonetas españolas

defenderán Berl ín», pero, a cambio, puso a su Ferrolnatal a la misma hora que Nyireghaza, una local idad de

Hungría situada a3.000 ki lómetros ell ínea recta hacia el

Este. No es, entonces, que los gal legos cenen tarde, sino que cenan como si fueranhúngaros. Incluso dentro del terri torio español las diferencias son considerables.

Spainis differe

nt!

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Según Maggiolo, el adelanto de Barcelona va 50 minutos más tarde queel sol mientras que Gal icia pierde más de una hora y media.

Claro que nada es comparable aXinj iang, la provincia más occidentalde China, donde la diferencia entre lahora solar y la oficial es de nadamenos que cuatro horas. Eso se debe aque China, pese a ser la cuarta naciónmás extensa del mundo, solo tiene unahora oficial : la de Pekín, que encimaestá situada en el extremo oriental delpaís, a casi 4.000 ki lómetros deXinj iang.

Para no quedar de ignorantes delante del señor Ministro,hagamos un poco de historia y repasemos algunosconceptos: ¿Qué es un merid iano? ¿qué es el merid ianocero? ¿Por qué el merid iano 0 pasa por Greenwich? ¿quées un huso horario?¿cómo se determina la hora oficial deun huso horario? y lo más importante: ¿pasa el merid ianode Greenwich por Canarias?

Los merid ianos son las l íneas imaginarias que sirven paracalcular el   huso horario  y que corresponden con   lossemicírculos máximos del globo terrestre que pasan porlos polos norte y sur.   Existen, por tanto, infini tosmerid ianos. Pero, sólo uno de el lo es el   merid iano de referencia,   a partir del cual semiden las   longitudes   y las horas. Este merid iano es también conocido como  merid ianocero, merid iano base,   primer merid iano o más popularmente el merid iano deGreenwich. En el sig lo XIX, cada ciudad tenia su propia hora y cada país su propiomerid iano de referencia. Debido al aumento del comercio internacional los gobiernosde las principales potencias se plantearon la necesidad de establecer un acuerdo conel fin de faci l i tar las comunicaciones ya que al aumentar la relación entre las nacionesfue necesario coordinar la diferencia entre la hora oficial de los distintos países. Enconcreto, el nacimiento del tren como medio de comunicación rápido trajo comoconsecuencia la necesidad de ajustar la hora de las distintas paradas de su recorrido aun sistema de horario común y normal izado.   En 1878 Sir Sanford Fleming, delDominio de Canadá, propuso para medir el tiempo un sistema de zonas horarias quesimpl ificaría el establecimiento de la hora a escala mundial , por el que la tierra sedivid iría en 24 husos horarios, de 15 grados de longitud; y como la tierra real iza ungiro completo cada 24 horas y existen 360 grados de longitud, cada hora equival ía a15 grados de longitud, y a eso se le l lamó un huso horario. Lo racional de estapropuesta l levó a varias naciones a establecer una hora común, que se l lamó hora

El Señor Ministro dixit

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oficial .

Así, el merid iano fue adoptado comoreferencia en una conferenciainternacional celebrada en 1884 enWashington, auspiciada por el presidentede los EE. UU. , a la que asistierondelegados de 25 países. En dichaconferencia se adoptaron los siguientesacuerdos:

1. Es deseable adoptar un único merid ianode referencia que reemplace losnumerosos existentes. Os recuerdo quehasta entonces, cada país tenía su propiomerid iano de referencia, que solíacoincid ir con el de su capital política.2 . El merid iano que atraviesa elObservatorio de Greenwich será elmerid iano inicial .3 . Las longitudes alrededor del globo aleste y oeste se tomarán hasta los 180°

desde el merid iano inicial .4. Todos los países adoptarán el díauniversal .5 . El día universal comienza amedianoche (hora solar) en Greenwich,y tendrá una duración de 24 horas.

Así, el huso horario es cada una de lasáreas en que se divide la Tierra

conforme a esas 24 horas. Se l lamanasí porque tienen forma de huso dehi lar, y están centrados en merid ianosde una longitud que es un múltiplo de15 , que resulta de divid ir los 360grados de la circunferencia terrestreen dichas 24 horas. De este modo, laesfera terrestre se divide enveinticuatro husos horarios de quincegrados de anchura, a cada uno de loscuales le corresponde, de formacorrelativa y en sentido creciente deoeste a este, una de las veinticuatrohoras en las que se divide el día.Aunque la Tierra, evidentemente, norota a saltos sino de forma continua,este sistema mostró ser mucho másefectivo que el antiguo basado en lashoras solares, o locales, según el cualcada población usaba la hora que lecorrespondía conforme a su propio

merid iano.

Todos los husos horarios se definenen relación con el denominadotiempo universal coordinado (UTC),huso horario centrado sobre elmerid iano de Greenwich. Puesto quela Tierra gira de oeste a este, al pasarde un huso horario a otro en

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dirección este hay que sumar una hora. Por el contrario, al pasar de este a oeste hayque restar una hora. El merid iano de 180°, conocido como línea internacional decambio de fecha, marca el cambio de día.

Está claro que el dominio de los mares por  la Inglaterra victoriana y la hegemonía desu dominio colonial en varias continentes fue la razón última de que se lograraimponer, en el seno de esa conferencia internacional celebrada en 1884 el merid ianode Greenwich, es decir, el de Londres, como merid iano cero a partir del cual sediseñaría todo el sistema de los husos horarios, el mismo que sigue vigente hoy endía.  

A partir de este merid iano se marcaron los otros veinti trés a intervalos de quincegrados, asignándole a cada uno de el los la hora correspondiente. Puesto que a estosveinticuatro merid ianos de referencia se les asignó por defecto el valor intermediode sus respectivos husos horarios, las “fronteras” entre dos husos contiguos, queserían las que determinaran el cambio de una hora a la vecina, serían obviamente losmerid ianos intermedios entre los dos de referencia. Dicho con otras palabras, elhuso horario del merid iano de Greenwich, o de cualquier otro, quedó definido en elintervalo comprendido entre el correspondiente a media hora antes (7,5 grados aleste) y el de media hora después (7,5 grados al oeste).

EL MERIDIANO DE GREENWICH NO PASA POR CANARIAS

Parece evidente que el merid iano de Greenwichno pasa por El Hierro, ni siquiera por las IslasCanarias. Sin embargo, el origen de la confusióndel ministro se encuentra en que por ambaslocal idades han pasado el merid iano cero o dereferencia. Antiguamente la mayoría de lasmarinas de Europa continental usaban elmerid iano de El Hierro, que pasaba por la Puntade Orchi l la, al oeste de esta isla canaria. De

hecho, a la Isla de El Hierro se le denomina “Isla del Merid iano” ya que durante siglosel merid iano cero estaba en El Hierro, más concretamente en dicha Punta de laOrchi l la. Antes de descubrirse América, cuando la tierra era plana para sushabitantes, la isla de El Hierro era el extremo más occidental del mundo. Segúnparece fue Ptolomeo el que colocó el merid iano cero en Punta de la Orchi l la. Ese síque era entonces el “fin del mundo” aunque este nombre lo l levara y l leve otro lugarde la costa gal lega.En el sig lo segundo de nuestra era, Ptolomeo consideró como "merid iano cero" alque pasaba por el extremo occidental de la isla y así se mantuvo durante años. En1634 el cardenal Richel ieu reunió en París a matemáticos, astrónomos y demáshombres de saber para establecer un merid iano cero, de tal forma que sirviera dereferente para todos los países. Se mantuvo la decisión de Ptolomeo y El Hierrosiguió siendo el punto de referencia. Un decreto de Luis XI I I determinaba que losfranceses no atacarían barcos españoles al este de este Primer Merid iano, ni al nortedel Trópico de Cáncer. Así permanecieron las cosas hasta que a finales del sig lo XIXfue desplazado por el que pasa por Greenwich. Por cierto, como ya sabemos laconferencia internacional celebrada en Washington se produjo en 1884 y no en1844, como dice el ministro.

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PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN LECTORA

1) ¿A qué conclusión l legó el estudiante ital iano Maggiolo alestudiar los horarios del mundo?2 ) ¿Qué acontecimiento histórico causó el hecho de que losrelojes españoles vayan con retraso con respecto a Europa?3) ¿A qué se debe que en China las diferencias horarias entresus local idades sea hasta de 4 horas?4) ¿Cómo se establecía la hora en el s. XIX?5 ) ¿Qué acontecimientos propiciaron la necesidad desincronizar los horarios de forma global entre todos lospaíses?6) ¿De dónde proviene el término "huso horario"?7) ¿Qué es el día universal?

ACTIVIDADES DE EXPRESIÓN Y VOCABULARIODefine por ti mismo (con ayuda del d iccionario) las siguientes palabras deltexto. Ten en cuenta que en el d iccionario no aparecen así, sino que tienesque buscarlas independientemente de su género, número y otros cambios. Esdecir que para definir, por ejemplo, "definiendo", hay que buscar el verbo"definir" porque "definiendo" no aparece.

parangón, blog, desfase, huso, referencia, correlativo,vigente y contiguos

Lee el fragmento de abajo y reescríbelo con otras palabras, pero sincambiar el contenido del mismo

"Está claro que el dominio de los mares por la Inglaterravictoriana y la hegemonía de su dominio colonial fue larazón última de que se lograra imponer el merid iano de

Greenwich"

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Mary Shel ley, nacida en un ambiente fami l iarmuy progresista y revolucionario para la época(su padre fue el político y autor británicoWi l l iam Godwin y su madre la destacadafeminista Mary Wol lstonescraft), debió prontosufrir los embates de los preju icios sociales dela era pre-victoriana: su relación con el poetaPercy Shel ley, un hombre casado que habíaabandonado su matrimonio para unirse a el la,la enemistó con su entorno social , razón porla cual los enamorados prefirieron viajar demanera frecuente, así evitando el desprecio yel coti l leo al que eran sometidos (en rigor deverdad, el poeta Shel ley también huía de susnumerosos acreedores). Uno de esos periplos,en 1816, los condujo a Suiza, en compañía deotro notable escri tor, George Gordon, másconocido como Lord Byron, y un amigo ysecretario de éste, el médico John Pol idori .

1816 fue un año cl imáticamente horrendo,húmedo, l luvioso y de bajas temperaturas, araíz de la erupción del volcán Tambora enIndonesia un año atrás. Tal si tuación impedíael esparcimiento al aire l ibre, por lo que elgrupo se divertía leyendo historias defantasmas en las noches pasadas en la Vi l laDiodati que Byron había rentado en cercaníasdel Lago de Ginebra. De acuerdo al estudiosoDonald Olson, en la noche del 16 de Junio de1816, Lord Byron sugirió que los cuatromiembros de la reunión escribieran unahistoria de fantasmas o aparecidos, muypopulares en tiempos del romanticismo. Elpoeta Shel ley no cumpl ió el encargo, Byronsólo esbozó una historia de vampiros de losBalcanes, región que había visi tado. JohnPol idori completó el famoso relato El vampiro,que publ icó en 1819, y que fue hasta laaparición de Drácula (1897), de Bram Stoker,la historia de vampirismo más famosa. Sinembargo, el relato de Mary Shel ley,Frankestein o el moderno Prometeo, es el quemás acabadamente homenajea a la l i teraturafantástica.

FRANKENSTEIN

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Debe aclararse que el nombre de la obra, Frankestein, no hace alusión almonstruo sino a su creador, el malogrado científico Victor Frankestein. Nuncaen las páginas de la novela se da nombre a la criatura. Frankestein apareció en1818, sin firma, ya que no se consideraba de buen gusto que las mujeres sededicasen a la l i teratura, y obtuvo un modesto éxito de públ ico, aunque fuerechazado por la crítica. La segunda edición, que data de 1822 , muestra a

Mary Shel ley como autora, ya que los lectores exigían conocer al dueño de unaimaginación tan frondosa; grande fue la sorpresa al descubrir que se trataba

de la señora Shel ley. En 1831 vio la luz la tercera edición, expurgada demuchos elementos considerados provocadores, detal le por el cual la edición

de 1818 es la preferida de todos los lectores hoy día y es consideradala verdadera y original .

El subtítu lo de la obra, el moderno Prometeo, hace alusióna la historia del ti tán Prometeo, conocida por Mary Shel ley a

través de su afición a la l i teratura antigua: según cuenta el poetaromano Ovidio, Prometeo forjó a la humanidad de la arci l la y robó a

los dioses el secreto del fuego, transgresión por la que Zeus locastigo impiadosamente. Prometeo es el creador de una humanidadfrági l e imperfecta, como lo es Victor Frankestein respecto de su

criatura. En cuanto al origen del nombre Victor Frankestein, muchasversiones se han ofrecido. Una de el las sugiere que Mary Shel leytomó el nombre de pi la, Victor, del poema El paraíso perdido, de

John Mi l ton, en el cual el autor l lama a Dios the Victor, el victorioso.En referencia al sonoro apel l ido Frankenstein (cuyo significado es la

piedra o el basal de los francos), numerosos casti l los hay enAlemania y Polonia dotados del mismo nombre, en Hesse, Turingia,Si lesia y el Palatinado. Incluso existe una noble dinastía alemana deese nombre cuyos antepasados pueden rastrearse hasta el sig lo X.Algunos estudiosos han sugerido que en sus reiterados viajes el

matrimonio Shel ley se hospedó en alguno de los casti l los.La obra capital de Mary Shel ley ha dado origen a sinnúmero deadaptaciones teatrales y cinematográficas, desde la archifamosa

versión de 1931 protagonizada por Boris Karloff hasta lasuperproducción de 1994, en la que el papel de la criatura

correspondió a Robert de Niro. Así como Frankestein es la primeratrama que trata de la fusión entre esoterismo y ciencia y que seaventura en la posibi l idad de la resurreccion de los muertos através de la manipulación tecnológica, al mismo tiempo es elprimer relato zombi , ya que la criatura del infortunado Victor

Frankestein está probablemente hecha de cadáveres humanos. Enla novela, Frankestein se niega a revelar el método que uti l izó paradar vida a su creación, pero la apariencia del monstruo permite

suponer que es así.La moraleja de la obra de Mary Shel ley es una advertencia

romántica, pero a la vez muy real ista, de los pel igros involucradosen la manipulación del orden natural , los excesos del progreso

científico y el riesgo de jugar a ser creador o destructor de la vida yel universo.

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PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN LECTORA

1) ¿Qué propició que el matrimonio Shel ley viajase tanto?2 ) ¿Por qué no firmó Mary Shel ley con su nombre la primeraedición de la novela Frankenstein?3) ¿Qué diferencia hay entre la 3ª edición y el resto deediciones de la novela de Mary Shel ley?4) ¿Por qué se considera que Frankenstein es el primer relatode zombies?5 ) ¿Qué moraleja podría encerrar la obra de Frankenstein?

ACTIVIDADES DE EXPRESIÓN Y VOCABULARIODefine por ti mismo (con ayuda del d iccionario) las siguientes palabras deltexto. Ten en cuenta que en el d iccionario no aparecen así, sino que tienesque buscarlas independientemente de su género, número y otros cambios. Esdecir que para definir, por ejemplo, "definiendo", hay que buscar el verbo"definir" porque "definiendo" no aparece.

progresista, embates, preju icios, periplos, esbozó, alusión,expurgada e involucrados

Lee el fragmento de abajo y reescríbelo con otras palabras, pero sincambiar el contenido del mismo

"El subtítu lo de la obra, el moderno Prometeo, hace alusióna la historia del ti tán prometeo, conocida por Mary Shel ley

a través de su afición a la l i teratura antigua"

Amplía tu vocabulario. En la web tienes elLIBRO DE CRUCIGRAMAS en el que

podrás encontrar palabras relacionadas con la lectura.Échale un vistazo y haz el que más te guste.

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O nce upon a midnightdreary, whi le I pondered

weak and weary,Cierta vez, en una oscura medianoche,

mientras me incl inaba, triste y cansado,

Over many a quaint andcurious volume of forgotten

lore,sobre un antiguo y curioso volumen

de historias olvidadas,

Whi le I nodded, nearlynapping, suddenly there

came a tapping,mientras cabeceaba, casi dormitando,

surgió de pronto un golpeteo,

As of some one gentlyrapping, rapping at my

chamber door.como alguien, suavemente l lamando,

l lamando a la puerta de mi habitación.

"'t is some visi tor", Imuttered, "tapping at my

chamber door -"Es algún visi tante" - musité - "tocando en

la puerta de mi habitación.

Only this and nothingmore".

Sólo eso, y nada más."

Ah! , d istinctly I remember itwas in the bleak December;Ah! Claramente recuerdo, era en el frío

Diciembre;

And each separate dyingember wrought its ghost

upon the floor.y cada moribunda l lama dibujaba su

fantasma sobre el piso.

Eagerly I wished themorrow;- vainly I hadsought to borrow

Ansioso yo deseaba el alba; - en vano

había buscado olvido

For my books sourcease ofsorrow - sorrow for the lost

Lenore -en mis l ibros, fuente de pena - pena por la

perdida Elenora,

For the rare and radiantmaiden whom the angels

name Lenore -por la excepcional y radiante doncel la a

quien los ángeles l laman Elenora.

Nameless here forevermore.

Ya sin nombre aquí, para siempre.

And the si lken, sad,uncertainly rustl ing of each

purple curtainY el sedoso, triste, incierto cruj ido de cada

cortinado púrpura

Thri l led me - fi l led me withfantastic terrors never felt

before;me estremecía - me l lenaba de fantásticos

terrores nunca antes sentidos;

So that now, to fi l l hebeating of my heart, I stood

repeating,tal que ahora, para contener de mi

corazón el latido, dí en repetir,

"'t is some visi tor entreatingentrance at my chamber

door;-"Es algún visi tante aguardando entrar, en

la puerta de mi habitación;-

This i t is and nothing more".Eso es, y nada más".

Presently my soul grewstronger; hesitating then no

longer,Entonces mi alma se hizo fuerte,

demorándolo no más,

"Sir" said I , "or Madam, trulyyour forgiveness I implore;

"Señor" di je "o Señora, su perdón

sinceramente imploro;

But the fact is I wasnapping, and so gently you

came rapping,pero el hecho es que dormitaba, y tan

suavemente Usted l legó l lamando,

And so faintly you cametapping, tapping at my

chamber door;-y tan del icadamente Usted l legó tocando,

tocando en la puerta de mi habitación: -

That I scarce was sure Iheard you" - here I opened

the door:-que yo ni seguro estaba de haber oído" -

aquí abrí la puerta: -

Darkness there and nothingmore.

Oscuridad al lá y nada más.

Deep into that darknesspeeping, long I stood there

wondering, fearing,Avizorando en lo profundo de esa

oscuridad, largamente estuve

interrogándome, temiendo,

Page 20: Revista El Salero nº 1

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Doubting, dreaming dreamsno mortal ever dared to

dream before;dudando, soñando sueños que ningún

mortal osó antes soñar;

But the si lence wasunbroken, and the sti l lness

gave no token,pero el si lencio estaba intacto, y la quietud

no daba indicio,

And the only word therespoken was the whispered

word, "Lenore?"y la única palabra al l í pronunciada fue la

susurrada palabra, "¿Elenora?"

Merely this and nothingmore.

Sólo esto y nada más.

Back into the chamberturning, al l my soul within

me burning,Volviendo a entrar en la habitación, toda

mi alma ardiendo en mi interior,

Soon again I heard a tappingsomewhat louder than

before.pronto escuché un golpeteo, algo más

fuerte que antes.

"Surely", said I , "surely thatis something at my window

lattice;"Seguramente", me di je, "seguramente es

algo en el marco de mi ventana;

Let me see, then, whatthereat is, and this mistery

explore;-veamos, entonces, qué es eso, y este

misterio exploremos;-

Let me heart be sti l l amoment and this mistery

explore;-

déjame, corazón, quieto un momento, y

este misterio exploremos:-

't is the wind and nothingmore."

es el viento y nada más".

Open here I flung theshutter, when, with many a

fl irt and flutter,Aquí, de golpe abrí la persiana, cuando,

con mucho aleteo y gracia,

In the stepped a statelyRaven of the saintly days of

yore;entró un majestuoso cuervo, de los sacros

días de antaño;

Not the least obeisancemade he; not a minutestopped or stayed he;

ni el menor temor expuso; ni un instante

se detuvo u observó;

But, with mien of lord orlady, perched above my

chamber door-mas, actuando tal Lord o Lady, posó sobre

la puerta de mi habitación -

Perched upon a bust ofPal las just above my

chamber door-posó sobre un busto de Pal las justo sobre

la puerta de mi habitación -

Perched, and sat, andnothing more.

se posó, se sentó, y nada más.

Then this ebony birdbegui l ing my sad fancy into

smi l l ing,Entonces, este pájaro de ébano trocó en

sonrisa mi triste estado,

By the grave and sterndecorum of the countenance

it wore,por la grave y pomposa acti tud que su

aspecto asumía

"Thought thy crest be shornand shaven, thou", I said ,

"are sure no craven,"A pesar de tu escasa y pelada cresta",

d i je, "seguramente no eres tú, cuervo,

Ghastly grim and ancientRaven wandering from the

Nightly shore -fantasmagórico, lamentable y anciano

cuervo, un vagabundo de las costas de la

Noche -

Tel l me what thy lord nameis on the Night's Plutonian

shore."Dime cuál vuestro nombre es, en las

costas de la Noche Plutoniana."

Quoth the Raven,"Nevermore".

Dijo el Cuervo, "Nunca más".

Much I marveled thisungainly fowl to heardiscourse son plainly,Mucho me asombró escuchar a esa

desgarbada ave discursear tan tontamente,

Though its answer l i ttlemeaning - l i ttle relevancy

bore;por el escaso significado de su respuesta -

por su escasa relevancia y contenido;

For we cannot helpagreering that no l iving

human beingque no podía ayudarme a entender cómo

ningún ser humano

Ever yet was blessed whitseeing bird above his

chamber door-

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había antes tenido la bendición de ver un

ave sobre la puerta de su habitación-

Bird or beast upon thesculptured bust above his

chamber door,ave o bestia, posada en el esculturado

busto sobre la puerta de su habitación,

With such name as"Nevermore"

con un nombre tal como "Nunca más".

But the Raven, si tting lonelyon the placid bust, spoke

onlyPero el Cuervo, sol i tariamente sentado en

el quieto busto, d i jo sólo

That one word, as if his soulin that one word he did

outpour.esa única palabra, como si su alma con esa

única palabra se expresara.

Nothing farther then heuttered - not a feather then

he fluttered -Nada además entonces exclamó - ni

siquiera entonces aleteó -

Ti l l I scarcely more thanmuttered, "Other friends

have flown before,Hasta que yo, poco menos que musité,

"Otros afectos han partido antes,

On the morrow he wi l l leaveme, as my Hopes have flown

before."en el alba él me dejará, como mis

esperanzas antes han partido."

Then de bird said,"Nevermore".

Entonces di jo el ave, "Nunca más.

Startled at the sti l lness

broken by reply so aptlyspoken,

Sorprendido por el quiebro del si lencio con

respuesta tan oportunamente dicha,

"Doubtless", said I , "what i tutters is i ts only stock and

store"Sin duda", me di je, "lo que expresa es su

única memoria,

Caught from some unhappymaster whom unmercifu l l

Disaster,tomada de algún infel iz amo a quien

inmisericordes desgracias

Fol lowed fast and fol lowedfaster ti l l h is songs one

burden bore-persiguieron cada vez más, hasta que sus

pensamientos fueron una obsesión -

Ti l l the dirges of his Hopethat melancholy burden borehasta que las letanías de su Esperanza se

tornaron en esta melancól ica repetición

Of 'Never - nevermore'".de "Nunca - nunca más"

But the Raven sti l l begui l ingmy sad fancy into smi l ing,Pero, aún tornando el cuervo en sonrisas

mi tristeza,

Straigh I wheeled acushioned seat in front ofbird and bust and door;hice girar y l levé un acolchado asiento

frente a pájaro, busto y puerta;

Then, upon the velversinking, I betook myself to

l inkingy entonces, en él arrel lanado, mi ser l levé a

trenzar

Fancy unto fancy, thinkingwhat that ominous bird of

yore -fantasías entre fantasías, pensando qué

ese ominoso pájaro ancestral

What this grim, ungainly,ghastly, gaunt, and ominous

bird of yorequé este desdichado, desgraciado,

espeluznante, esmirriado y ominoso pájaro

ancestral

Meant in croaking"Nevermore".

Quería decir cacareando "Nunca más"

This I sat engaged inguessing, but no syl labe

expressingEsto me senté pensando, ni una sílaba

expresando

To the fowl whose fiery eyesnow burned into my

bosom's core;al pájaro, cuyos fieros ojos ahora

quemaban lo recóndito de mi pecho;

This and more I sat divining,with my heart at ease

recl in ingesto y más estaba yo sentado adivinando,

con mi corazón comodamente

recl inándose

On the cushion's velvetl in ing that the lamp-l ight

gloated o'er,en la acolchada tela de aquel tapiz en que

luz de la lámpara i luminó a Aquel la,

But whose velver-violetl in ing with the lamp-l ight

gloating o'er,pero en cuya tela purpurada con la

lámpara i luminándola,

She shal l press, ah,nevermore.

el la no volvería a estar sentada, ah, nunca

más.

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Then, methought, the airgrew denser, perfumedfrom an unseen censer

Entonces, sentí que el aire se hacía denso,

perfumado por un oculto incensario

Swung by seraphim whosefoot-fal ls tinkled on the

tufted floor.agitado por un duende cuyos zapateos

golpeteaban en el piso alfombrado.

"Wretch", I cried, "thy Godhath lent thee - by theseangels he hath sent thee"Malvado", exclamé, "a quien Dios ha

uti l izado - por esos angeles que Él te ha

enviado

Respite - respite andnepenthe from my

memories of Lenore;dame respiro - respiro y al ivio de mis

recuerdos de Eleonora;

Quaff, oh, quaff this kindnepenthe and forget this

lost Lenore! "Bebe, oh, bebe este bálsamo genti l , y

olvida a la perdida Eleonora! "

Quoth the Raven,"Nevermore".

Dijo el Cuervo, "Nunca más".

"Prophet! " said I , "thing ofevi l ! - prophet sti l l , i f bird

or devi l !"Profeta! ", d i je, "ser del mal ! - profeta sí,

ya seas pájaro o diablo!

By that Heaven that bendsabove us - by that God we

both adore -por ese Cielo cuya esfera está sobre

nosotros - por ese Dios que ambos

adoramos -

Tel l this soul with sorrowladen if, within the distant

Aidenn,di a esta alma cargada de tristeza, si en el

d istante infini to,

I t shal l clasp a saintedmaiden whom the angels

name Lenore -podrá abrazar la santa doncel la a quien

los ángeles l laman Eleonora -

Clasp a rare and radiantmaiden whom the angels

name Lenore."abrazar a la excepcional y radiante

doncel la a quien los ángeles l laman

Eleonora."

Quoth the Raven,"Nevermore".

Dijo el Cuervo, "Nunca más"

"Be that word our sign ofparting, bird or fiend! " Ishrieked, upstarting

"Sea esa palabra nuestro signo de partida,

pájaro o ser mal igno! " vociferé,

levantándome

"Get thee back into thetempest and the Night's

Plutonian shore!"Vuelve a la tempestuosa Plutoniana costa

de la Noche!

Leave no black plume as atoken of that l ie thy soul

hath spoken!No dejes ni una negra pluma como

recuerdo de la mentira que tu alma ha

dicho!

Leave my lonel inessunbroken! - quit the bust

above my door!Deja mi soledad intacta - sal del busto

sobre mi puerta!

Take thy beak from out myheart,and take thy form

from off my door! "Quita tu pico fuera de mi corazón, y quita

tu forma de sobre mi puerta! "

Quoth the Raven,"Nevermore".

Dijo el Cuervo, "Nunca más"

And the Raven, neverfl i tting, sti l l i s si tting, sti l l i s

si ttingY aquel cuervo, siempre quieto, sigue

sentado, sigue sentado

On the pal l id bust of Pal lasjust above my chamber

door;sobre el pál ido busto de Pal las, justo

sobre la puerta de mi habitación;

And his eyes have al l theseeming of a demon's that

is dreaming,tienen sus ojos siempre el aspecto de los

de un demonio en ensueños,

And the lamp-l ight o'er himstreaming throws hisshadow on the floor,

y la lámpara de Aquel la, con su luz,

proyecta su sombra en el suelo,

And my soulk from out thatshadow that l ies floating on

the floory mi alma, de esa sombra que yace

flotando en el piso

Shal l be l ifted - nevermore!no se l ibrará - nunca más!

Page 23: Revista El Salero nº 1

PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN LECTORA

1) ¿Qué sabes del protagonista de la historia?2 ) ¿Qué le causa tanto miedo?3) ¿De dónde crees que sale el cuervo que aparece en lahistoria? Razona la respuesta4) ¿Por qué crees que el cuervo repite "Nunca más"?5 ) ¿Qué ocurre al final de la historia?6) Reflexiona sobre los elementos que son necesarios paracrear un relato de terror ¿Crees que Al lan Poe consigueinfundir miedo al lector?

ACTIVIDADES DE EXPRESIÓN Y VOCABULARIODefine por ti mismo (con ayuda del d iccionario) las siguientes palabras deltexto. Ten en cuenta que en el d iccionario no aparecen así, sino que tienesque buscarlas independientemente de su género, número y otros cambios. Esdecir que para definir, por ejemplo, "definiendo", hay que buscar el verbo"definir" porque "definiendo" no aparece.

musité, moribunda, en vano, imploro, avizorando, golpeteo,ébano y desgarbada.

Lee el fragmento de abajo y reescríbelo con otras palabras, pero sincambiar el contenido del mismo

"Cierta vez, en una oscura medianoche, mientras me incl inaba,triste y cansado, sobre un antiguo y curioso volumen de

historias olvidadas, surgió de pronto un golpeteo de alguienl lamando a mi habitación"

Amplía tu vocabulario. En la web tienes elLIBRO DE CRUCIGRAMAS en el que

podrás encontrar palabras relacionadas con la lectura.Échale un vistazo y haz el que más te guste.

Page 24: Revista El Salero nº 1

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“Je tiens l ’affaire!”“¡Ya lo tengo! ” fueron las primeras palabras de Champol l ion a suhermano antes de comunicarle que era capaz de descifrar laescri tura sagrada del Antiguo Egipto. Acto seguido,sufriría un desmayo como resultado delagotamiento mental . Con la ayuda de los grabadosde la piedra Rosetta, que ofrecían un mismo textotraducido a tres lenguas (jeroglífico, demótico ygriego), Champol l ion acababa de demostrar que laescri tura jeroglífica no era exclusivamentesimból ica como erróneamente se había creídodesde hacía siglos.

¿CÓMO LO HIZO?

En primer lugar, comparó el número decaracteres egipcios con el de palabras griegas:1.419 caracteres egipcios y 486 palabrasgriegas; por lo tanto, los jeroglíficos no podíanrepresentar palabras, sino fragmentos depalabras. Además, se fi jó especialmente enaquel los grupos de símbolos jeroglíficos queaparecían en un círculo (cartuchos) y que,según se pensaba, debían designar nombresde personajes que reinaron. Por lo tanto,hacían referencia a nombres propios quetanto en griego como en jeroglífico sedeberían pronunciar del mismo modo.

Si el texto griegohablaba de unaalabanza alrey “Ptolmis”(Ptolomeo),descendientedel general deAlejandroMagno, nocostaría demasiado local izar loscorrespondientes cartuchos para comprobarque, efectivamente, los egipcios podíantambién hacer referencia a una entidad delmundo real (por ejemplo el faraón) a través, node uno, sino de más de un símbolo. ¿Se podríahablar pues de la existencia de símbolos que

representarían sonidos como ennuestros alfabetos?

El hecho de que la palabra“faraón” (Ptah) y el mismo nombredel faraón (Ptolemeu) presentaranlos dos mismos símbolos iniciales(p y t), parecía responderafirmativamente a esta pregunta.Para reforzar el planteamiento,

Champol l ion sólo debíafi jarse en nombres deregentes en otrasfuentes quecompartieran elmáximo de letras conel cartucho de Ptolmis.En el obel isco Fi las

aparecía el nombre deCleopatra, que ofrecía

hasta cuatro letras comunes (p, t,o y l ). Con respecto a la letra T,Champol l ion dedujo que se podríaescribir de dos manerasdiferentes, cosa que resultócorrecta.

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Este procedimiento permitía aChampol l ion ir confeccionando unprimer alfabeto de símbolos fonéticos(fonogramas), con el cual se aventuró adescifrar más cartuchos, como este:

Las letras que conocía eran lassiguientes:

1 2 3 4 5 6 7 8 9A L ? S E ? T R ?

Así, dedujo que este nombre era el deALKSENTRS (Alexandre), y añadió 3símbolos nuevos a su diccionario.Mediante este procedimiento, en pocassemanas, estudiando numerososcartuchos disponibles no traducidostodavía, l legó a definir alrededor de 100signos jeroglíficos. Pero no acabaronaquí sus descubrimientos. Losjeroglíficos no eran tan senci l los.

IMÁGENES QUE REPRESENTAN SONIDOS

Los éxitos de Champol l ion no radicansólo en identificar algunos signosjeroglíficos con letras que representansonidos (fonogramas), sino también endescubrir por qué se escogíanprecisamente estos signos para cadasonido. Esto lo consiguió gracias a susgrandes conocimientos de copto, lenguaemparentada con el egipcio de la épocafaraónica. Los signos jeroglíficos nodejaban de ser figurativos(representaban objetos, como porejemplo, un león) y fue al expresar estasimágenes en copto, cuando Champol l ionse dio cuenta de que se escogía laimagen para representar los sonidosiniciales. Por ejemplo, un león pararepresentar el sonido inicial : "L".

La complej idad de la escri tura jeroglíficase hacía bien patente, puesto que unmismo nombre podía componerse deideogramas y fonogramas. Por ejemplo,en el cartucho siguiente: El círculorepresenta el Sol , pronunciado RA en

copto. En la piedra Rosetta,Champol l ion encuentra el segundosímbolo traducido al griego por“nacimiento”, que en copto sepronuncia como MS. Finalmente, losdos últimos signos ya los habíadescri to en su diccionario como SS.Así, dedujo el nombre de RAMSSS,Ramsés, el faraón del gran Éxodohebreo. Acto seguido, traducetambién el siguiente.

El pájaro del jeroglífico representaun ibis, que a su vez es símbolo deld ios egipcio Thot. Latraducción sería, pues:THOTMSS, Tutmosis,otro famoso faraón.

Estas fueron losprimeros pasos deChampol l ion a la horade resolver el misteriode los jeroglíficos.Unos años después,—con el sistema másperfeccionado—, l legaría a laconclusión de que el jeroglífico eraun combinado complejo deideogramas, fonogramas ydeterminativos (símbolos para evitarambigüedades). Desde entonces, laegiptología se serviría de todosestos estudios para seguirinvestigando.

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La vida de J . F. Champol l ion(1790-1832) es unaverdadera carreracontrarreloj que da

sentido a la monumentaltarea para la cual el

l ingüista francés se sintióen todo momentopreparado: el

desciframiento de losjeroglíficos.

Hablamos de un apasionado oriental ista queya con dieciséis años manifestó la sospechaque la escri tura jeroglífica del Egiptofaraónico estaba directamente relacionadacon el copto, el lenguaje egipcio coincidentecon la era cristiana. En sólo cuatro años, sindejar de investigar y profundizar susconocimientos en otras lenguas (árabe,hebreo, persa o sánscri to), Champol l ion fuenombrado miembro de la AcadémieDelphinale de Grenoble y profesor de lafacultad de historia de la misma ciudad. Antesde su exi l io a Figéac (1816-1817), tuvotiempo de publ icar su trabajo L’Egypte sousles Pharaons (1814) y de elaborar unagramática y un diccionario del copto. Desdeentonces y hasta 1822 , Champol l ion retomóintensamente el estudio de los jeroglíficos enGrenoble y en París. La fecha clave en estatarea fue el 22 de septiembre del mismo1822 , cuando el incansable l ingüista hizopúbl ico a Lettre à Monsieur Dacier que,estudiando la piedra Rosetta, habíaconseguido lo que parecía imposible:descifrar los jeroglíficos egipcios. En 1828viajó a Egipto y se dedicó a la frenéticarecopi lación de material que despuéstraduciría. En veinte meses puso a prueba insitu todos sus conocimientos. No es extraño,pues, que la primera cátedra de egiptologíade la historia se creara en 1831 en el Col lègede France expresamente para Champol l ion.Finalmente, el agotamiento venció aChampol l ion, pero ni siquiera una muerteprematura no impidió que se publ icaranpóstumamente —durante más de diez años—obras que habían quedado en el cajón, entreel las la Grammaire égyptienne y elDictionnaire égyptienne.

DICCIONARIO JEROGLÍFICO

Champol l ion descubrió que losjeroglíficos representaban sonidos oconjuntos de sonidos. Pretendíanplasmar por escri to el lenguajehablado. Pero a menudo losjeroglíficos omitían las vocales y poresto hay palabras que nuncasabremos completamente como sepronunciaban. Los jeroglíficos,además, se podían escribir deizquierda a derecha, de derecha aizquierda o de arriba abajo. Parasaber en qué sentido de los dosprimeros se deben leer, debemosfi jarnos si aparecen símbolos querepresenten hombres o animales. Simiran hacia la izquierda, el texto seleerá de izquierda a derecha.

Lapiedra Rosetta hasido fundamentalpara el nacimientode la egiptología.Esta importancia seorigina gracias a laúltima frase deltexto queencontramos grabado: “Estedecreto ha de ser escri to sobre piedra conlos símbolos de la escri tura sagradajeroglífica, popular demótica y griega”. Latranqui l idad de saber que el texto en laenigmática lengua contenía la mismainformación que el texto griego, no sóloanimó a Champol l ion, sino también aSi lvestre de Sacy (1758-1838), ThomasYoung (1773-1829) o Karl Richard Lepsius(1810-1884), entre otros. Como vemos,todo un reto que seducía a cualquiera.

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PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN LECTORA

1) ¿Qué le hace pensar a Champol l ion que el jeroglífico noera completamente simból ico, tal y como otros pensaban?2 ) ¿Qué importancia tuvieron en el desciframiento jeroglífico"los cartuchos" que se referían a nombres de faraones?3) ¿Qué procedimiento usó Champol l ion para eldesciframiento de la escri tura jeroglífica?4) Según Champol l ión, ¿con qué criterios elegían los egipcioslos pictogramas de la escri tura jeroglífica?5 ) ¿Cómo el ayudó el copto a Champol l ion en eldesciframiento de la piedra Rosetta?6) ¿Qué hecho dificu lta saber cómo se pronunciaba elegipcio antiguo representado en los jeroglíficos?7) ¿Por qué dice el autor del texto que la vida deChampol l ion es "una verdadera carrera contrarreloj"?

ACTIVIDADES DE EXPRESIÓN Y VOCABULARIODefine por ti mismo (con ayuda del d iccionario) las siguientes palabras deltexto. Ten en cuenta que en el d iccionario no aparecen así, sino que tienesque buscarlas independientemente de su género, número y otros cambios. Esdecir que para definir, por ejemplo, "definiendo", hay que buscar el verbo"definir" porque "definiendo" no aparece.

símbolos, regentes, dedujo, radican, ideogramas, éxodo,decreto y retomó.

Lee el fragmento de abajo y reescríbelo con otras palabras, pero sincambiar el contenido del mismo

"La vida de J . F. Champol l ion (1790-1832) es una verdaderacarrera contrareloj que da sentido a la monumental tarea para

la cual el l ingüista francés se sintió en todo momentopreparado: el desciframiento de los jeroglíficos"

Amplía tu vocabulario. En la web tienes elLIBRO DE CRUCIGRAMAS en el que

podrás encontrar palabras relacionadas con la lectura.Échale un vistazo y haz el que más te guste.

Page 28: Revista El Salero nº 1

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TIENES CEREBRO DE PINGÜINOLos “Pingüinos de Madagascar” son una suerte de actual ización infanti l del “Equipo A”de los 80. Un equipo de “pingüinos mi l i tarizados” que en cada episodio cumplenmisiones tan descabel ladas como entretenidas. Este equipo de cuatro pingüinos (aligual que pasaba en el “Equipo A”) l lama especialmente la atención por tener 4miembros con personal idades muy diferenciadas pero complementarias.

Para entender por qué este tipo de equipos (extremadamente diferentes perocomplementarios tiene éxito) tenemos que viajar a Suiza a principios del sig lo XX. Al l íencontramos a Carl Gustav Jung, padre de la Psicología Analítica. Este coetáneo (yamigo) de Sigmund Freud sentó las bases para entender de forma clara por qué cadapersona reacciona de una forma distinta ante situaciones idénticas. En su l ibro “TiposPsicológicos” (Psychologische Typen, 1921), Jung detal laba dos acti tudes básicas(introversión y extraversión) y cuatro funciones (pensamiento, sentimiento, sensacióne intuición).

En una persona equi l ibrada, una de las funciones será dominante mientras que otrasdos serán las auxi l iares. Una de las funciones suele quedar inerte quedandoúnicamente como opuesta a la principal . En cada cuadrante estarán los pensamientos,sentimientos y repertorio conductual de cada indivíduo.

Si contrapusiésemos los dos cuadros, se formaría un cubo con 4 zonas diferenciadas.

De este modo, Jung nos presentaba que cualquier persona más al lá de la acti tud con laque decid iera (consciente o inconscientemente) actuar en cada momento o situación(introvertida o extrovertida) tenía una serie de pensamientos, sentimientos y repertorioconductual idénticos.

De forma muy simpl ificada, podríamos decir que podemos clasificar a las personas en4 tipos básicos, de los que podríamos conocer tanto la personal idad como la formapreferente de actuación en cada situación.

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A decir verdad, lo único que Jung hizo fueplasmar de forma analítica lo que todossabíamos desde hace siglos. Frases como:“la cabra tira al monte” y fábulas como ladel escorpión y la rana no hacen más queaclarar que desde la antigüedad, podemossaber (aproximadamente) como secomportará una persona a la queconocemos bien en una situaciónconcreta.

Vamos a hacer una pequeña prueba:

● Escribe en un papel una situación que consideres l ímite (un incendio en casa, unaccidente en la piscina, una boda…)● Ahora piensa en cómo se comportarían en ese caso las siguientes personas:○ Tu jefe○ Tu madre○ Tu mejor amigo○ Tu camarero favorito de tu bar favorito

Estoy casi seguro de que acertarías en un 90% de los casos la forma en que esaspersonas se comportarían en ese momento. La personal idad humana es muy complejapero mucho más senci l la de entender si encierra dentro de unos l ímites. Vamos aponer esos l ímites y para el lo uti l izaremos a los Pingüinos de Madagascar.

Cada uno de los pingüinos de Madagascar representa cada una de las zonas del cubode Jung. Podría decirse que se trata de personal idades “desequi l ibradas” según lateoría de Tipos Psicológicos ya que carecen de rasgos de otros cuadrantes.

SKIPPER

Su personal idad estaría definida por el cuadrante de la racional idad (pensamiento) y laintu ición, podría decirse que tiene el máximo posible de ambas cosas. El lo le hacedecid ido a la hora de tomar decisiones. Prefiere la acción a la reflexión. Esextremadamente competitivo siempre que se plantea una situación en la que haya algoen juego, odia perder. Además, su exceso de intuición y ansia deacción, le hace l legar a ser temerario y a no evaluarsuficientemente los riesgos en algunas ocasiones. En momentosde stress y cuando las cosas se tuercen se vuelve intolerante (veinsubordinación por todas partes), controlador y agresivo.

KOWALSKI

Se trata del pingüino que ocuparía el cuadrante entresensación y el pensamiento. Prefiere la reflexión a la acción,pero esa reflexión ha de estar basada siempre en hechosracionales. Es el más imparcial de los pingüinos, nunca tomauna decisión sin tener el máximo de información posible. Le

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gusta anal izar los pros y los contras y desarrol lar un método paracualquier acción. En un mal día, se vuelve suspicaz e indeciso.

RICO

No busques reflexión o racional idad en este pingüino, si hay acciónde por medio es tu pingüino. Además puedes contar con élsiempre. Nunca te preguntará por qué le pides las cosas, las haráporque se las pides. Es emoción e intuición al 100%. Siempre estáanimado y optimista. Es espontáneo, efusivo y sociable, perocuidado… la mayoría de las veces, sin alguien que lo controle seexcitará y se volverá precipitado, frenético e indiscreto.

PRIVATE

Es el cuadrante de la sensación y elsentimiento. Es tranqui lo y conci l iador.Intenta evitar las confrontaciones ya quehuye de cualquier sensación que no seaconfortable para él . Es paciente, tolerante y muy sensible.Cuando se le intimida, se vuelve dóci l y sumiso, pero si porel contrario no se le presta suficiente atención, se vuelveobstinado y repeti tivo.

Todos tenemos un poco de cada pingüino en nuestrapersonal idad, pero saber cual es nuestra función dominante ynuestras funciones auxi l iares pueden determinar en muchoscasos (no en todos), la forma en la que nos comportaremos,

qué decisión tomaremos y cómo nos afectarán ciertas cosas.

Para determinar todo el lo, durante la segunda guerra mundial , se desarrol ló elindicador MyersBriggs. Un conjunto de herramientas que permitían medir, anal izar yclasificar a cada persona en función del peso de cada una de las funciones(pensamiento, sentimiento, sensación e intuición), de laforma de interactuar con los demás (introversión yextroversión) y de si d icha interactuación eraconsciente o inconsciente.

Si queréis conocer un poco más de la vida de Carl GustavJung os recomiendo echarle un vistazo a la película “ADangerous Method” de David Cronenberg con MichaelFassbender, Viggo Mortensen (interpretandomagistralmente a Freud) y Keira Knightley. Aunque no sehable de los tipos psicológicos, os ayudará a entender unpoco más como desarrol ló Jung la teoría de la PsicologíaAnalítica.

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PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN LECTORA

1) ¿Qué estudia Carl Jung en su l ibro Tipos Psicológicos de1921?2 ) ¿Cómo actúan las funciones establecidas por Carl Jung?3) ¿Qué quiere decir la expresión popular "La cabra tira almonte" y qué quiere decir el autor del texto con esto?4) ¿Cuál crees que puede ser la moraleja del cuento delescorpión y la rana?5 ) Lee las personal idades de cada uno de los pingüinos ypiensa en alguna profesión o trabajo que encaje con esosperfi les. Razona tu respuesta

ACTIVIDADES DE EXPRESIÓN Y VOCABULARIODefine por ti mismo (con ayuda del d iccionario) las siguientes palabras deltexto. Ten en cuenta que en el d iccionario no aparecen así, sino que tienesque buscarlas independientemente de su género, número y otros cambios. Esdecir que para definir, por ejemplo, "definiendo", hay que buscar el verbo"definir" porque "definiendo" no aparece.

descabel ladas, complementarias, extraversión, coetáneo,repertorio, cuadrante, racional idad e imparcial

Lee el fragmento de abajo y reescríbelo con otras palabras, pero sincambiar el contenido del mismo

"De forma muy simpl ificada, podríamos decir que podemosclasificar a las personas en 4 tipos básicos, de los quepodríamos conocer tanto la personal idad como la forma

preferente de actuación en cada situación"

Amplía tu vocabulario. En la web tienes elLIBRO DE CRUCIGRAMAS en el que

podrás encontrar palabras relacionadas con la lectura.Échale un vistazo y haz el que más te guste.

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Si bien 2012 fue el año dedicado a la memoria de  Alan Turing, y el legado delmatemático fue divulgado masivamente,   existe una película, Blade Runner, que hacontribuido a la difusión de un test que se ha convertido en una leyenda, aunque suobjetivo no es otro que  demostrar la existencia de intel igencia en una máquinamediante una senci l la prueba donde un juez humano debe discernir, a través de unaserie de preguntas, si su interlocutor es un robot o una persona.

Desde 1990, auspiciado por el fi lántropo  Hugh Loebner,   también se celebra el   PremioLoebner para honrar la memoria de Alan Turing. Una vez al año, robots de todo elmundo compiten para tratar de superar la prueba, aunque nadie ha podido hacerlotodavía. Si bien existen premios menores de consolación, los 100.000 dólares delpremio gordo permanecen desiertos.

Cuando un androide sea capaz  de hacerse pasar por un humano ante los jueces, elconcurso se desconvocará para siempre. Aunque muchos han estado cerca, aún no hal legado el día en que una máquina haya imitado la intel igencia humana.

A PUNTO DE LOGRARLO

Entre todos los robots presentados, ha habido uno que estuvo a punto  de conseguirlo.Fue en 2010, cuando el andoide Suzette   (puedes probarlo onl ine), desarrol ladopor  Bruce Wi lcox, que volvió a ganar el certamen al año siguiente,   logró engañar aljuez del Premio Loebner gracias a una conversación sobre política en la que el botsembró la confusión con una imitación casi perfecta de un humano.

En la palabra "imitar" está la clave. De hecho, los críticos del test de Turing esgrimen elargumento de que la mayoría de los robots que se enfrentan a él no están basados enun auténtica intel igencia artificial , sino en una especialmente dirig ida para superar laprueba. Además, todo está permitido, desde las respuestas absurdas hasta lasmentiras.

De hecho, Wi lcox es especial ista en la programación de  chatbots,   y una de susapl icaciones, de nombre Tom Loves Angela, es ya un clásico de los programas deconversación basados en intel igencia artificial .

Completely AutomatedPubl ic Turing test totel l Computers and

Humans ApartLos captchas son uti l izados para evitar que robots, también l lamados spambots,puedan uti l izar ciertos servicios. Por ejemplo, para que no puedan participar enencuestas o foros de discusión, registrarse para usar cuentas de correo electrónico (osu uso para envío de correo basura) y más recientemente, para evitar que un bot deeste tipo pueda enviar correo basura (el remitente debe pasar el test antes de que seentregue al destinatario).

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Según los expertos, el Premio Loebner es la prueba más fiel al test original , aunqueexisten una serie de concursos en la misma línea. Entre el los,   Turing 100, donde elaño pasado se produjo una sorpresa protagonizada por un robot que imitaba a unadolescente de trece años.

El programa  Eugene Goostman   (también puedes testarlo), que también obtuvo losmejores resultados en varias ediciones del Premio Loebner, obtuvo un 29% derespuestas consideradas humanas, cuando el l ímite para superar el test de Turing seencuentra en el 30%.

FECHA LÍMITE

Como ocurre con la ley de Moore, sobre la que existen pronósticos sobre su fecha decaducidad (unos hablan de que será el año que viene, mientras otros le dan algunosaños más), con el test de Turing también existen especulaciones sobre cuándo losrobots superarán el l ímite de su intel igencia hasta el punto que puedan serconsiderados, desde esa perspectiva, completamente humanos.

En ese sentido, Ray Kurzwei l , uno de los principales teóricos de este tipo de teorías,ha predicho que un   ordenador pasará la prueba de Turing en el año 2029, basándoseen el concepto de la  singularidad tecnológica. En la misma línea, Luis Von Ahn, uno delos mayores   expertos en intel igencia artificial de nuestra época, y creador de los quehoy se considera un test de Turing inverso, considera que aún resta un largo caminopara que un androide sea capaz de igualar a los humanos.   “Es difíci l saberlo, peroquizás hasta dentro de 10 ó 20 años no sea posible. Por ejemplo, un ordenador capazde escribir noticias correctamente estaría muy cerca de superar el test de Turing”,expl ica el experto en ciencia computacional .

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PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN LECTORA

1) ¿Qué es un spambot?2 ) ¿Qué es un bot?3) ¿Qué es el test de Turing?4) ¿Qué opinan aquel los que se muestran escépticos conrespecto al test de Turing?5 ) Según Luis Von Ahn, ¿qué podría hacer un ordenadorcapaz de pasar el test de Turing? Reflexiona la respuesta.

ACTIVIDADES DE EXPRESIÓN Y VOCABULARIODefine por ti mismo (con ayuda del d iccionario) las siguientes palabras deltexto. Ten en cuenta que en el d iccionario no aparecen así, sino que tienesque buscarlas independientemente de su género, número y otros cambios. Esdecir que para definir, por ejemplo, "definiendo", hay que buscar el verbo"definir" porque "definiendo" no aparece.

remitente, legado, auspiciado, fi lántropo, androide,esgrimen, pronósticos y singularidad

Lee el fragmento de abajo y reescríbelo con otras palabras, pero sincambiar el contenido del mismo

"Los Captchas son uti l izados para evitar que robots,también l lamados spambots, puedan uti l izar ciertos

servicios"

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ENCENDER UNA HOGUERADe Jack London

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Acababade amanecer un día gris y frío, enormemente

gris y frío, cuando el hombre abandonó la ruta principal delYukón y trepó el alto terraplén por donde un sendero apenas visibley escasamente transitado se abría hacia el este entre bosques degruesos abetos. La ladera era muy pronunciada, y al l legar a la cumbreel hombre se detuvo a cobrar al iento, d isculpándose a sí mismo eldescanso con el pretexto de mirar su reloj . Eran las nueve en punto.Aunque no había en el cielo una sola nube, no se veía el sol ni sevislumbraba siquiera su destel lo. Era un día despejado y, sin embargo,cubría la superficie de las cosas una especie de manto intangible, unamelancolía suti l que oscurecía el ambiente, y se debía a la ausencia desol . El hecho no le preocupaba. Estaba hecho a la ausencia de sol . Habíanpasado ya muchos días desde que lo había visto por última vez, y sabíaque habían de pasar muchos más antes de que su órbita alentadoraasomara fugazmente por el horizonte para ocultarse prontamente a suvista en dirección al sur.

Echó una mirada atrás, al camino que había recorrido. El Yukón, deuna mi l la de anchura, yacía oculto bajo una capa de tres pies dehielo, sobre la que se habían acumulado otros tantos pies de nieve.Era un manto de un blanco inmaculado, y que formaba suavesondulaciones. Hasta donde alcanzaba su vista se extendía lablancura ininterrumpida, a excepción de una línea oscura quepartiendo de una isla cubierta de abetos se curvaba y retorcía endirección al sur y se curvaba y retorcía de nuevo en dirección al

norte, donde desaparecía tras otra isla igualmente cubierta de abetos. Esa l ínea oscuraera el camino, la ruta principal que se prolongaba a lo largo de quinientas mi l las, hastal legar al Paso de Chi lcoot, a Dyea y al agua salada en dirección al sur, y en dirección alnorte setenta mi l las hasta Dawson, mi l mi l las hasta Nulato y mi l quinientas másdespués, para morir en St. Michael , a ori l las del Mar de Bering.

Pero todo aquel lo (la l ínea fina, prolongada y misteriosa, la ausencia del sol en el cielo,el inmenso frío y la luz extraña y sombría que dominaba todo) no le produjo al hombreninguna impresión. No es que estuviera muy acostumbrado a el lo; era un reciénl legado a esas tierras, un chechaquo, y aquel era su primer invierno. Lo que le pasabaes que carecía de imaginación. Era rápido y agudo para las cosas de la vida, pero sólopara las cosas, y no para calar en los significados de las cosas. Cincuenta grados bajocero significaban unos ochenta grados bajo el punto de congelación. El hecho setraducía en un frío desagradable, y eso era todo. No lo inducía a meditar sobre lasusceptibi l idad de la criatura humana a las bajas temperaturas, ni sobre la fragi l idadgeneral del hombre, capaz sólo de vivir dentro de unos l ímites estrechos de frío y decalor, ni lo l levaba tampoco a perderse en conjeturas acerca de la inmortal idad o de la

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función que cumple el ser humano en el universo. Cincuenta grados bajo cerosignificaban para él la quemadura del hielo que provocaba dolor, y de la que habíaque protegerse por medio de manoplas, orejeras, mocasines y calcetines de lana.Cincuenta grados bajo cero se reducían para él a eso. . . a cincuenta grados bajo cero.Que pudieran significar algo más, era una idea que no hal laba cabida en su mente.

Al volverse para continuar su camino escupió meditabundo en el suelo. Un chasquidoseco, semejante a un estal l ido, lo sobresaltó. Escupió de nuevo. Y de nuevo cruj ió lasal iva en el aire, antes de que pudiera l legar al suelo. El hombre sabía que a cincuentagrados bajo cero la sal iva cruje al tocar la nieve, pero en este caso había cruj ido en elaire. Indudablemente la temperatura era aún más baja. Cuánto más baja, lo ignoraba.Pero no importaba. Se dirigía al campamento del ramal izquierdo del ArroyoHenderson, donde lo esperaban sus compañeros. El los habían l legado al l í desde laregión del Arroyo Indio, atravesando la l ínea divisoria, mientras él iba dando un rodeopara estudiar la posibi l idad de extraer madera de las islas del Yukón la próximaprimavera. Llegaría al campamento a las seis en punto; para entonces ya habríaoscurecido, era cierto, pero los muchachos, que ya se hal larían al l í, habríanencendido una hoguera y la cena estaría preparada y aguardándolo. En cuanto alalmuerzo. . . palpó con la mano el bulto que sobresal ía bajo la chaqueta. Lo sintió bajola camisa, envuelto en un pañuelo, encontacto con la piel desnuda. Aquel erael único modo de evitar que secongelara. Se sonrió ante el recuerdo deaquel las gal letas empapadas en grasa decerdo que encerraban sendas lonchas detocino fri to.

Se introdujo entre los gruesos abetos. Elsendero era apenas visible. Había caído almenos un pie de nieve desde que pasarael ú l timo trineo. Se alegró de viajar a piey l igero de equipaje. De hecho, nol levaba más que el almuerzo envueltoen el pañuelo. Le sorprendió, sinembargo, la intensidad del frío. Sí,realmente hacía frío, se di jo, mientrasse frotaba la nariz y las mej i l lasinsensibles con la mano enfundadaen una manopla. Era un hombrevel ludo, pero el vel lo de la cara no loprotegía de las bajas temperaturas,ni los altos pómulos, ni la narizávida que se hundía agresiva en elaire helado.

Pegado a sus talones trotaba unperro esquimal , el clásico perro lobode color gris y de temperamento muysemejante al de su hermano, el lobosalvaje. El animal avanzaba abrumado

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por el tremendo frío. Sabía que aquél no era día para viajar. Su instinto le decía másque el raciocinio al hombre a quien acompañaba. Lo cierto es que la temperatura noera de cincuenta grados, ni siquiera de poco menos de cincuenta; era de sesentagrados bajo cero, y más tarde, de setenta bajo cero. Era de setenta y cinco gradosbajo cero. Teniendo en cuenta que el punto de congelación es treinta y dos sobrecero, eso significaba ciento siete grados bajo el punto de congelación. El perro nosabía nada de termómetros. Posiblemente su cerebro no tenía siquiera una concienciaclara del frío como puede tenerla el cerebro humano. Pero el animal tenía instinto.Experimentaba un temor vago y amenazador que lo subyugaba, que lo hacíaarrastrarse pegado a los talones del hombre, y que lo inducía a cuestionarse todomovimiento inusitado de éste como esperando que l legara al campamento o quebuscara refugio en algún lugar y encendiera una hoguera. El perro había aprendido loque era el fuego y lo deseaba; y si no el fuego, al menos hundirse en la nieve y

acurrucarse a su calor, huyendo del aire.

La humedad helada de su respiración cubría sus lanasde una fina escarcha, especialmente al l í donde el morro y

los bigotes blanqueaban bajo el al iento cristal izado. Labarba roj iza y los bigotes del hombre estaban igualmentehelados, pero de un modo más sól ido; en él la escarcha sehabía convertido en hielo y aumentaba con cada exhalación.El hombre mascaba tabaco, y aquel la mordaza heladamantenía sus labios tan rígidos que cuando escupía el jugono podía l impiarse la barbi l la. El resultado era una barbade cristal del color y la sol idez del ámbar que crecía

constantemente y que si cayera al suelo se romperíacomo el cristal en pequeños fragmentos.

Pero al hombre no parecíaimportarle aquel apéndice asu persona. Era el castigoque los aficionadosa mascar tabaco

habían de sufrir en esasregiones, y él no lo ignoraba, pues había yasal ido dos veces anteriormente en días de intenso frío.No tanto como en esta ocasión, eso lo sabía, pero eltermómetro en Sesenta Mi l las había marcado en una

ocasión cincuenta grados, y hasta cincuenta y cinco grados bajo cero.

Anduvo varias mi l las entre los abetos, cruzó una ancha l lanura cubierta de matorralesachaparrados y descendió un terraplén hasta l legar al cauce helado de un riachuelo.Aquel era el Arroyo Henderson. Se hal laba a diez mi l las de la bifurcación. Miró lahora. Eran las diez. Recorría unas cuatro mi l las por hora y calculó que l legaría a esepunto a las doce y media. Decid ió que celebraría el hecho almorzando al l í mismo.

Cuando el hombre reanudó su camino con paso inseguro, siguiendo el cauce del río,el perro se pegó de nuevo a sus talones, mostrando su desi lusión con el caer del raboentre las patas. La vieja ruta era claramente visible, pero unas doce pulgadas de nievecubrían las huel las del ú l timo trineo. Ni un solo ser humano había recorrido en más

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de un mes el cauce de aquel arroyo si lencioso. El hombre siguióadelante a marcha regular. No era muy dado a la meditación, yen aquel momento no se le ocurría nada en qué pensarexcepto que comería en la bifurcación y que a las seis de latarde estaría en el campamento con los compañeros. Notenía a nadie con quien hablar, y aunque lo hubieratenido le habría sido imposible hacerlo debido a lamordaza que le inmovi l izaba los labios. Así que siguióadelante mascando tabaco monótonamente y alargandopoco a poco su barba de ámbar.

De vez en cuando se reiteraba en su mente la idea de que hacía mucho frío y quenunca había experimentado temperaturas semejantes. Conforme avanzaba en sucamino se frotaba las mej i l las y la nariz con el dorso de una mano enfundada en unamanopla. Lo hacía automáticamente, alternando la derecha con la izquierda. Pero en elinstante en que dejaba de hacerlo, los carri l los se le entumecían, y al segundosiguiente la nariz se le quedaba insensible. Estaba seguro de que tenía heladas lasmej i l las; lo sabía y sentía no haberse ingeniado un antifaz como el que l levaba Bud endías de mucho frío y que le protegía casi toda la cara. Pero al fin y al cabo, tampocoera para tanto. ¿Qué importancia tenían unas mej i l las entumecidas? Era un pocodoloroso, es cierto, pero nada verdaderamente serio.

A pesar de su poca incl inación a pensar era buen observador y reparó en los cambiosque había experimentado el arroyo, en las curvas y los meandros y en las

acumulaciones de troncos y ramas provocadas por el deshielo de laprimavera. Tenía especial cuidado en mirar dónde ponía los pies. En

cierto momento, al doblar una curva, se detuvo sobresaltadocomo un cabal lo espantado; retrocedió unos pasos y dio un

rodeo para evitar el lugar donde había pisado. El arroyo,el hombre lo sabía, estaba helado hasta el fondo (era

imposible que corriera el agua en aquel frío ártico),pero sabía también que había manantiales que

brotaban en las laderas y corrían bajo la nieve ysobre el hielo del río. Sabía que ni el frío más intenso

helaba esos manantiales, y no ignoraba el pel igro querepresentaban. Eran auténticas trampas. Ocultaban bajo lanieve verdaderas lagunas de una profundidad que osci labaentre tres pulgadas y tres pies de agua. En ocasiones estabancubiertas por una fina capa de hielo de un grosor de mediapulgada oculta a su vez por un manto de nieve. Otras vecesalternaban las capas de agua y de hielo, de modo que si elcaminante rompía la primera, continuaba rompiendo sucesivascapas con pel igro de hundirse en el agua, en ocasiones hastala cintura. Por eso había retrocedido con pánico. Había notado

cómo cedía el suelo bajo su pisada y había oído el cruj ido de una fina capa de hielooculta bajo la nieve. Mojarse los pies en aquel la temperatura era pel igroso. En el mejorde los casos representaba un retraso, pues le obl igaría a detenerse y a hacer unahoguera, al calor de la cual calentarse los pies y secar sus mocasines y calcetines delana. Se detuvo a estudiar el cauce del río, y decid ió que la corriente de agua venía dela derecha. Reflexionó unos instantes, sin dejar de frotarse las mej i l las y la nariz, y

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luego dio un pequeño rodeo por la izquierda, pisando con cautela y asegurándosecuidadosamente de dónde ponía los pies. Una vez pasado el pel igro se metió en laboca una nueva porción de tabaco y reemprendió su camino.

En el curso de las dos horas siguientes tropezó con varias trampas semejantes.Generalmente la nieve acumulada sobre las lagunas ocultas tenía un aspecto glaseadoque advertía del pel igro. En una ocasión, sin embargo, estuvo a punto de sucumbir,pero se detuvo a tiempo y quiso obl igar al perro a que caminara ante él . El perro noquiso adelantarse. Se resistió hasta que el hombre se vio obl igado a empujarlo, y sóloentonces se adentró apresuradamente en la superficie blanca y l isa. De pronto el suelose hundió bajo sus patas, el perro se ladeó y buscó terreno más seguro. Se habíamojado las patas delanteras, y casi inmediatamente el agua adherida a el las se habíaconvertido en hielo. Sin perder un segundo se apl icó a lamerse las pezuñas, y luego setendió en el suelo y comenzó a arrancar a mordiscos el hielo que se había formadoentre los dedos. Así se lo dictaba su instinto. Permitir que el hielo continuara al l íacumulado significaba dolor. Él no lo sabía, simplemente obedecía a un impulsomisterioso que surgía de las criptas más profundas de su ser. Pero el hombre sí losabía, porque su ju icio le había ayudado a comprenderlo, y por eso se quitó lamanopla de la mano derecha y ayudó al perro a quitarse las partículas de hielo. Seasombró al darse cuenta de que no había dejado los dedos al descubierto más de unminuto y ya los tenía entumecidos. Sí, señor, hacía frío. Se volvió a enfundar lamanopla a toda prisa y se golpeó la mano con fuerza contra el pecho.

A las doce, la claridad era mayor, pero el sol había descendido demasiado hacia el suren su viaje invernal , como para poder asomarse sobre el horizonte. La tierra seinterponía entre él y el Arroyo Henderson, donde el hombre caminaba bajo un cielodespejado, sin proyectar sombra alguna. A las doce y media en punto l legó a labifurcación. Estaba contento de la marcha que l levaba. Si seguía así, a lasseis estaría con sus compañeros. Se desabrochó la chaqueta y lacamisa y sacó el almuerzo La acción no le l levó más de uncuarto de minuto y, sin embargo, notó que lasensibi l idad huía de sus dedos. No volvió aponerse la manopla; esta vez se l imitó asacudirse los dedos contra el muslo unadocena de veces. Luego se sentósobre un tronco helado a comersesu almuerzo. El dolor que lehabía provocado sacudirse losdedos contra las piernas sedesvaneció tan pronto quese sorprendió. No habíamordido siquiera laprimera gal leta. Volvióa sacudir los dedosrepetidamente yesta vez losenfundó en lamanopla,descubriendo,en cambio, la

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mano izquierda. Trató de hincar los dientes en la gal leta, pero la mordaza de hielo leimpidió abrir la boca. Se había olvidado de hacer una hoguera para derretirla. Se rióde su descuido, y mientras se reía notó que los dedos que había dejado a laintemperie se le habían quedado entumecidos. Sintió también que las punzadas quehabía sentido en los pies al sentarse se hacían cada vez más tenues. Se preguntó sisería porque los pies se habían calentado o porque habían perdido sensibi l idad. Tratóde mover los dedos de los pies dentro de los mocasines y comprobó que los teníaentumecidos.

Se puso la manopla apresuradamente y se levantó. Estaba un poco asustado. Dio unaserie de patadas contra el suelo, hasta que volvió a sentir las punzadas de nuevo. Sí,señor, hacía frío, pensó. Aquel hombre del Arroyo del Sulfuro había tenido razón aldecir que en aquel la región el frío podía ser estremecedor. ¡Y pensar que cuando se lodi jo él se había reído! No había vuelta que darle, hacía un frío de mi l demonios. Paseóde arriba a abajo dando fuertes patadas en el suelo y frotándose los brazos con lasmanos, hasta que volvió a calentarse. Sacó entonces los fósforos y comenzó apreparar una hoguera. En el nivel más bajo de un arbusto cercano encontró undepósito de ramas acumuladas por el deshielo la primavera anterior. Estabancompletamente secas y se avenían perfectamente a sus propósitos. Añadiendo ramaspoco a poco a las primeras l lamas logró hacer una hoguera perfecta; a su calor sederri tió la mordaza de hielo y pudo comerse las gal letas. De momento había logradovencer al frío del exterior. El perro se solazó al fuego y se tendió sobre la nieve a ladistancia precisa para poder calentarse sin pel igro de quemarse.

Cuando el hombre terminó de comer l lenó su pipa y fumó sin apresurarse. Luego sepuso las manoplas, se ajustó las orejeras y comenzó a caminar siguiendo la ori l laizquierda del arroyo. El perro, desi lusionado, se resistía a abandonar el fuego. Aquelhombre no sabía lo que hacía. Probablemente sus antepasados ignoraban lo que erael frío, el auténtico frío, el que l lega a los ciento setenta grados bajo el punto decongelación. Pero el perro sí sabía; sus antepasados lo habían experimentado y élhabía heredado su sabiduría. Él sabía que no era bueno ni sensato echarse al caminocon aquel frío salvaje. Con ese tiempo lo mejor era acurrucarse en un agujero en lanieve y esperar a que una cortina de nubes ocultara el rostro del espacio exterior dedonde procedía el frío. Pero entre el hombre y el perro no había una auténticacompenetración. El uno era siervo del otro, y las únicas caricias que había recibidoeran las del látigo y los sonidos sordos y amenazadores que las precedían. Por eso elperro no hizo el menor esfuerzo por comunicar al hombre sus temores. Su suerte nole preocupaba; si se resistía a abandonar la hoguera era exclusivamente por sí mismo.Pero el hombre si lbó y le habló con el lenguaje del látigo, y el perro se pegó a sustalones y lo siguió.

El hombre se metió en la boca una nueva porción de tabaco y diocomienzo a otra barba de ámbar. Pronto su al iento húmedo lecubrió de un polvo blanco el bigote, las cejas y las pestañas.No había muchos manantiales en la ori l la izquierda del

Henderson, y durante media hora caminó sinhal lar ninguna dificu ltad. Pero de pronto sucedió.

En un lugar donde nada advertía del pel igro, dondela blancura ininterrumpida de la nieve parecía

ocultar una superficie sól ida, el hombre se hundió.

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No fue mucho, pero antes de lograr ponerse de pie en terreno firme se había mojadohasta la rodi l la.

Se enfureció y maldi jo en voz alta su suerte. Quería l legar al campamento a las seis enpunto y aquel percance representaba una hora de retraso. Ahora tendría que encenderuna hoguera y esperar a que se le secaran los pies, los calcetines y los mocasines.Con aquel frío no podía hacer otra cosa, eso sí lo sabía. Trepó a lo alto del terraplénque formaba la ribera del riachuelo. En la cima, entre las ramas más bajas de variosabetos enanos, encontró un depósito de leña seca hecho de troncos y ramasprincipalmente, pero también de algunas rami l las de menor tamaño y de briznas dehierba del año anterior. Arrojó sobre la nieve los troncos más grandes, con objeto deque sirvieran de base para la hoguera e impidieran que se derri tiera la nieve y sehundiera en el la la l lama que logró obtener arrimando una ceri l la a un trozo decorteza de abedul que se había sacado del bolsi l lo La corteza de abedul ardía con másfaci l idad que el papel . Tras colocar la corteza sobre la base de troncos, comenzó aal imentar la l lama con las briznas de hierba seca y las ramas de menor tamaño.

Trabajó lentamente y con cautela, sabedor del pel igro que corría. Poco a poco,conforme la l lama se fortalecía, fue aumentando el tamaño de las ramas quea el la añadía. Decid ió ponerse en cucl i l las sobre la nieve para podersacar la madera de entre las ramas de los abetos y apl icarlasdirectamente al fuego. Sabía que no podía permitirse un solo fal lo. Asetenta y cinco grados bajo cero y con los pies mojados no sepuede fracasar en el primer intento de hacer una hoguera.Con los pies secos siempre se puede correr media mi l la pararestablecer la circulación de la sangre, pero a setenta ycinco bajo cero es totalmente imposible hacercircular la sangre por unos pies mojados. Cuanto más se corre, más se hielan los pies.

Esto el hombre lo sabía. El veterano del Arroyo del Sulfuro se lo había dicho el otoñoanterior, y ahora se daba cuenta de que había tenido razón. Ya no sentía los pies. Parahacer la hoguera había tenido que quitarse las manoplas, y los dedos se le habíanentumecido también. El andar a razón de cuatro mi l las por hora había mantenido bienregadas de sangre la superficie del tronco y las extremidades, pero en el instante enque se había detenido, su corazón había aminorado la marcha. El frío castigaba sinpiedad en aquel extremo inerme de la tierra y el hombre, por hal larse en aquel lugar,era víctima del castigo en todo su rigor. La sangre de su cuerpo retrocedía anteaquel la temperatura extrema. La sangre estaba viva como el perro, y como el perroquería ocultarse, ponerse al abrigo de aquel frío implacable. Mientras el hombreandaba a cuatro mi l las por hora obl igaba a la sangre a circular hasta la superficie,pero ahora ésta, aprovechando su inacción, se retraía y se hundía en los recovecosmás profundos de su cuerpo. Las extremidades fueron las primeras que notaron losefectos de su ausencia. Los pies mojados se helaron, mientras que los dedosexpuestos a la intemperie perdieron sensibi l idad, aunque aún no habían empezado acongelarse. La nariz y las mej i l las estaban entumecidas, y la piel del cuerpo seenfriaba conforme la sangre se retiraba.

Pero el hombre estaba a salvo. El hielo sólo le afectaría los dedos de los pies y lanariz, porque el fuego comenzaba ya a cobrar fuerza. Lo al imentaba ahora con ramasdel grueso de un dedo. Un minuto más y podría arrojar a él troncos del grosor de su

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muñeca. Entonces se quitaría losmocasines y los calcetines y mientras se

secaban acercaría a las l lamas los piesdesnudos, no sin antes frotarlos, naturalmente, con

un puñado de nieve. La hoguera era un completo éxito. Estaba salvado.Recordó el consejo del veterano del Arroyo del Sulfuro y sonrió. El

anciano había enunciado con toda seriedad la ley según la cual pordebajo de cincuenta grados bajo cero no se debe viajar solo por la

región del Klondike. Pues bien, al l í estaba él ; había sufrido elaccidente más temido, iba solo, y, sin embargo, se había salvado.

Abuelos veteranos, pensó, eran bastante cobardes, al menosalgunos de el los. Mientras no se perdiera la cabeza no había nadaque temer. Se podía viajar solo con tal de que se fuerahombre de veras. Aun así era asombrosa la velocidad a que se

helaban la nariz y las mej i l las. Nuncahabía sospechado que los dedos pudieran quedar sin vida en tan poco tiempo. Y sinvida se hal laban los suyos porque apenas podía unirlos para coger una rama y lossentía lejos, muy lejos de su cuerpo. Cuando trataba de coger una rama tenía quemirar para asegurarse con la vista de que había logrado su propósito. Entre su cerebroy las yemas de sus dedos quedaba escaso contacto.

Pero todo aquel lo no importaba gran cosa. Al l í estaba la hoguera cruj iendo y chisporroteando y prometiendo vida con cada l lama retozona. Trató dequitarse los mocasines. Estaban cubiertos de hielo. Los gruesos calcetines alemanes sehabían convertido en láminas de hierro que l legaban hasta media pantorri l la. Loscordones de los mocasines eran cables de acero anudados y enredados en extrañaconfabulación. Durante unos momentos trató de deshacer los nudos con los dedos;luego, dándose cuenta de la inuti l idad del esfuerzo, sacó su cuchi l lo.

Pero antes de que pudiera cortar los cordones ocurrió la tragedia. Fue culpa suya o,mejor dicho, consecuencia de su error. No debió hacer la hoguera bajo las ramas delabeto. Debió hacerla en un claro. Pero le había resultado más senci l lo recoger elmaterial de entre las ramas y arrojarlo directamente al fuego. El árbol bajo el que sehal laba estaba cubierto de nieve. El viento no había soplado en varias semanas y lasramas estaban excesivamente cargadas. Cada brizna de hierba, cada rama que cogía,comunicaba al árbol una leve agitación, imperceptible a su entender, pero suficientepara provocar el desastre. En lo más alto del árbol una rama volcó su carga de nievesobre las ramas inferiores, y el impacto multipl icó el proceso hasta acumularse toda lanieve del árbol sobre las ramas más bajas. La nieve creció como en una avalancha ycayó sin previo aviso sobre el hombre y sobre la hoguera. El fuego se apagó. Dondepocos momentos antes había crepitado, no quedaba más que un desordenado montónde nieve fresca.

El hombre quedó estupefacto. Fue como si hubiera oído su sentencia de muerte.Durante unos instantes se quedó sentado mirando hacia el lugar donde segundosantes ardiera un alegre fuego. Después se tranqui l izó. Quizá el veterano del Arroyo delSulfuro había tenido razón. Si tuviera un compañero de viaje, ahora no correría

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pel igro. Su compañero podía haber encendido el fuego. Pero de este modo sólo élpodía encender otra hoguera y esta segunda vez un fal lo sería mortal . Aun si lolograba, lo más seguro era que perdería para siempre parte de los dedos de los pies.Debía tenerlos congelados ya, y aún tardaría en encender un fuego.

Estos fueron sus pensamientos, pero no se sentó a meditar sobreel los. Mientras merodeaban por su mente no dejó de afanarse en sutarea. Hizo una nueva base para la hoguera, esta vez en campo abierto,donde ningún árbol traidor pudiera sofocarla. Reunió luego un haz derami l las e hierbas secas acumuladas por el deshielo. No podía cogerlas conlos dedos, pero sí podía levantarlas con ambas manos, en montón. De estaforma cogía muchas ramas podridas y un musgo verde que podría perjudicar alfuego, pero no podía hacerlo mejor. Trabajó metódicamente; incluso dejó enreserva un montón de ramas más gruesas para uti l izarlas comocombustible una vez que el fuego hubiera cobrado fuerza. Ymientras trabajaba, el perro lo miraba con la ansiedad reflejándose enlos ojos, porque lo consideraba el encargado de proporcionarle fuego, y elfuego tardaba en l legar.

Cuando todo estuvo l isto, el hombre buscó en su bolsi l lo un segundotrozo de corteza de abedul . Sabía que estaba al l í, y aunque no podíasentirla con los dedos la oía cruj ir, mientras revolvía en sus bolsi l los.Por mucho que lo intentó no pudo hacerse con el la. Y, mientras tanto,no se apartaba de su mente la idea de que cada segundo que pasabalos pies se le helaban más y más. Comenzó a invadirlo el pánico, perosupo luchar contra él y conservar la calma. Se puso las manoplas conlos dientes y blandió los brazos en el aire para sacudirlos despuéscon fuerza contra los costados. Lo hizo primero sentado, luego depie, mientras el perro lo contemplaba sentado sobre la nieve con sucola peluda de lobo enroscada en torno a las patas para calentarlas, ylas agudas orejas lupinas proyectadas hacia el frente. Y el hombre,mientras sacudía y agitaba en el aire los brazos y las manos, sintió unaenorme envid ia por aquel la criatura, cal iente y segura bajo sucobertura natural .

Al poco tiempo sintió la primera señal lejana de un asomo de sensaciónen sus dedos helados. El suave cosqui l leo inicial se fue haciendocada vez más fuerte hasta convertirse en un dolor agudo, insoportable,pero que él recibió con indecible satisfacción. Se quitó la manopla de lamano derecha y se dispuso a buscar la asti l la. Los dedos expuestoscomenzaban de nuevo a perder sensibi l idad. Luego sacó un manojo defósforos de sulfuro. Pero el tremendo frío había entumecido yatotalmente sus dedos. Mientras se esforzaba por separar una ceri l la delas otras, el paquete entero cayó al suelo. Trató de recogerlo, perono pudo. Los dedos muertos no podían ni tocar ni coger. Ejecutabacada acción con una inmensa cautela. Apartó de su mente la idea deque los pies, la nariz y las mej i l las se le helaban a enorme velocidad, yse entregó en cuerpo y alma a la tarea de recoger del suelo lasceri l las. Decid ió uti l izar la vista en lugar del tacto, y en el momento

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en que vio dos de sus dedos debidamente colocados uno a cada lado del paquete, loscerró, o mejor dicho quiso cerrarlos, pero la comunicación estaba ya totalmentecortada y los dedos no obedecieron. Se puso la manopla derecha y se sacudió la manosalvajemente sobre la rodi l la. Luego, uti l izando ambas manos, recogió el paquete defósforos entre un puñado de nieve y se lo colocó en el regazo. Pero con esto no habíaconseguido nada. Tras una larga manipulación logró aprisionar el paquete entre lasdos manos enguantadas, y de esta manera lo levantó hasta su boca. El hielo quesel laba sus labios cruj ió cuando con un enorme esfuerzo consiguió separarlos.Contrajo la mandíbula, elevó el labio superior y trató de separar una ceri l la con losdientes. Al fin lo logró, y la dejó caer sobre las rodi l las. Seguía sin conseguir nada. Nopodía recogerla. Al fin se le ocurrió una idea. La levantó entre los dientes y la frotócontra el muslo. Veinte veces repitió la operación, hasta que logró encender el fósforo.Sosteniéndolo aún entre los dientes lo acercó a la corteza de abedul , pero el vapor deazufre le l legó a los pulmones y le causó una tos espasmódica. El fósforo cayósobre la nieve y se apagó.

El veterano del Arroyo del Sulfuro tenía razón, pensó el hombre en elmomento de resignada desesperación que siguió al incidente. Amenos de cincuenta grados bajo cero se debe viajar siempre conun compañero. Dio unas cuantas palmadas, pero no notó en las manos lamenor sensación. Se quitó las manoplas con los dientes y cogió el paqueteentero de fósforos con la base de las manos. Como aún no tenía helados los músculosde los brazos pudo ejercer presión sobre el paquete. Luego frotó los fósforos contra lapierna. De pronto estal ló la l lama. ¡Sesenta fósforos de azufre ardiendo al mismotiempo! No soplaba ni la brisa más l igera que pudiera apagarlos. Ladeó la cabeza paraescapar a los vapores y apl icó la l lama a la corteza de abedul .Mientras lo hacía notó una extraña sensación en lamano. La carne se le quemaba. A su olfatol legó el olor y al lá dentro, bajo lasuperficie, lo sintió. La sensación

se fue intensificando hastaconvertirse en un dolor

agudo. Y aún así losoportó manteniendo

torpemente la

l lamacontra la corteza que no se

encendía porque sus manos seinterponían, absorbiendo la mayor partedel fuego.

Al fin, cuando no pudo aguantar más,abrió las manos de golpe. Los fósforos cayeron

chisporroteando sobre la nieve, pero la corteza de abedul estabaencendida. Comenzó a acumular sobre la l lama ramas y briznas de hierba.

No podía seleccionar, porque la única forma de transportar el combustible erauti l izando la base de las manos. A las ramas iban adheridos fragmentos de madera

podrida y de un musgo verde que arrancó como pudo con los dientes. Cuidó la l lama

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con mimo y con torpeza. Esa l lama significaba la vida, y no podía perecer. La sangrese retiró de la superficie de su cuerpo, y el hombre comenzó a tiri tar y a moversedesarticu ladamente. Un montonci l lo de musgo verde cayó sobre la l lama. Trató deapartarlo, pero el temblor de los dedos desbarató el núcleo de la hoguera. Lasrami l las se disgregaron. Quiso reunirlas de nuevo, pero a pesar del enorme esfuerzoque hizo por conseguirlo, el temblor de sus manos se impuso y las ramas sedisgregaron sin remedio. Cada una de el las elevó en el aire una pequeña columna dehumo y se apagó. El hombre, el encargado de proporcionar el fuego, había fracasado.Mientras miraba apáticamente en torno suyo, su mirada recayó en el perro, que

sentado frente a él , al otro lado delos restos de la hoguera, semovía con impaciencia,levantando primero unapata, luego la otra, ypasando de una a otra elpeso de su cuerpo.

Al ver al animal se leocurrió una ideadescabel lada. Recordóhaber oído la historia deun hombre que,sorprendido por unatormenta de nieve, habíamatado a un novi l lo, lohabía abierto en canal yhabía logrado sobrevivirintroduciéndose en su cuerpo.Mataría al perro e introduciríasus manos en el cuerpo cal iente,hasta que la insensibi l idaddesapareciera. Después encenderíaotra hoguera. Llamó al perro, peroel tono atemorizado de su voz asustóal animal , que nunca lo había oídohablar de forma semejante. Algoextraño ocurría, y su naturalezadesconfiada olfateaba el pel igro. Nosabía de qué se trataba, pero en algúnlugar de su cerebro el temor sedespertó. Agachó las orejas y redoblósus movimientos inquietos, pero noacudió a la l lamada. El hombre sepuso de rodi l las y se acercó a él . Supostura inusitada despertó aúnmayores sospechas en el perro, quese hizo a un lado atemorizado.

El hombre se sentó en la nieve unos

momentos y luchó porconservar la calma.

Luego se puso lasmanoplas con losdientes y selevantó. Tuvo quemirar al sueloprimero paraasegurarse de quese había levantado,porque la ausenciade sensibi l idad enlos pies le habíahecho perdercontacto con la tierra.Al verle en posiciónerecta, el perro dejó dedudar, y cuando elhombre volvió a hablarle

en tono autoritario con elsonido del látigo en la voz,volvió a su servi l ismo

acostumbrado y lo obedeció.En el momento en que

l legaba a su lado, el hombreperdió el control . Extendió losbrazos hacia él y comprobó conauténtica sorpresa que lasmanos no se cerraban, que nopodía doblar los dedos ni notabala menor sensación. Habíaolvidado que estaban ya heladosy que el proceso se agravaba pormomentos. Aun así, todosucedió con tal rapidez queantes de que el perro pudieraescapar lo había aferrado entrelos brazos. Se sentó en la nieve ylo mantuvo aferrado contra sucuerpo, mientras el perro sedebatía por desasirse.

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Aquel lo era lo único que podía hacer.Apretarlo contra sí y esperar. Se diocuenta de que ni siquiera podíamatarlo. Le era completamenteimposible. Con las manos heladas nopodía ni empuñar el cuchi l lo ni asfixiaral animal . Al fin lo soltó y el perroescapó con el rabo entre las patas, sindejar de gruñir. Se detuvo a unoscuarenta pies de distancia, y desdeal l í estudió al hombre concuriosidad, con las orejasenhiestas y proyectadashacia el frente.

El hombre se buscó lasmanos con la mirada ylas hal ló colgando delos extremos de susbrazos. Le parecióextraño tener queuti l izar la vista paraencontrarlas.Volvió a blandir losbrazos en el airegolpeándose lasmanos enguantadascontra los costados. Losagitó durante cinco minutos conviolencia inusitada, y de este modologró que el corazón lanzara a lasuperficie de su cuerpo la sangresuficiente para que dejara de tiri tar.Pero seguía sin sentir las manos. Teníala impresión de que le colgaban comopeso muerto al final de los brazos,pero cuando quería local izar esaimpresión, no la encontraba.

Comenzó a invadirle el miedo a lamuerte, un miedo sordo y tenebroso.El temor se agudizó cuando cayó en lacuenta de que ya no se trataba deperder unos cuantos dedos de lasmanos o los pies, que ahora consti tuíaun asunto de vida o muerte en el quel levaba todas las de perder. La idea leprodujo pánico; se volvió y echó acorrer sobre el cauce helado delarroyo, siguiendo la vieja ruta ya casi

invisible. El perro trotaba a su lado, ala misma altura que él . Corrióciegamente sin propósito ni fin, con

un miedo que no había sentidoanteriormente en su vida.Mientras corría desesperadoentre la nieve comenzó a ver

las cosas de nuevo: lasriberas del arroyo,

los depósitosde ramas, los

álamosdesnudos, el

cielo. . . Correr lehizo sentirse mejor.Ya no tiri taba. Eraposible que siseguía corriendo lospies se ledescongelaran yhasta, quizá, sicorría lo suficiente,podría l legar alcampamento.Indudablementeperdería variosdedos de las

manos y los pies yparte de la cara, pero suscompañeros se encargarían decuidarlo y salvarían el resto. Mientrasacariciaba este pensamiento le asaltóuna nueva idea. Pensó de pronto quenunca l legaría al campamento, quese hal laba demasiado lejos, que elhielo se había adueñado de él ypronto sería un cuerpo rígido,muerto. Se negó a dar paso franco aeste nuevo pensamiento, y lo confinóa los lugares más recónditos de sumente, desde donde siguiópugnando por hacerse oír, mientrasel hombre se esforzaba en pensar enotras cosas.

Le extrañó poder correr con aquel lospies tan helados que ni los sentíacuando los ponía en el suelo ycargaba sobre el los el peso de sucuerpo. Le parecía desl izarse sobre la

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superficie sin tocar siquiera la tierra. En alguna parte había visto un Mercurio alado, yen aquel momento se preguntó qué sentiría Mercurio al volar sobre la tierra.

Su teoría acerca de correr hasta l legar al campamento tenía un solo fal lo: su cuerpocarecía de la resistencia necesaria. Varias veces tropezó y se tambaleó, y al fin, en unaocasión, cayó al suelo. Trató de incorporarse, pero le fue imposible. Decid ió sentarse ydescansar; cuando lograra poder levantarse andaría en vez de correr, y de este modol legaría a su destino. Mientras esperaba a recuperar el al iento notó que lo invadía unasensación de calor y bienestar. Ya no tiri taba, y hasta le pareció sentir en el pecho unaespecie de calorci l lo agradable. Y, sin embargo, cuando se tocaba la nariz y las mej i l lasno experimentaba ninguna sensación. A pesar de haber corrido del modo en que lohabía hecho, no había logrado que se deshelaran, como tampoco las manos ni los pies.De pronto se le ocurrió que el hielo debía ir ganando terreno en su cuerpo. Trató deolvidarse de el lo, de pensar en otra cosa. La idea despertaba en él auténtico pánico, ytenía miedo al pánico. Pero el pensamiento iba cobrando terreno, afirmándose ypersistiendo hasta que el hombre conjuró la visión de un cuerpo totalmente helado. Nopudo soportarlo y comenzó a correr de nuevo.

Y siempre que corría, el perro lo seguía, pegado a sus talones. Cuando el hombre secayó por segunda vez, el animal se detuvo, reposó el rabo sobre las patas delanteras yse sentó a mirarlo con fi jeza extraña. El calor y la seguridad de que disfrutaba enojaronal hombre de tal modo que lo insultó hasta que el animal agachó las orejas con gestocontemporizador. Esta vez el temblor invadió al hombre con mayor rapidez. Perdía labatal la contra el hielo, que atacaba por todos los flancos a la vez. El temor lo hizocorrer de nuevo, pero no pudo sostenerse en pie más de un centenar de pies. Tropezóy cayó de bruces sobre la nieve. Aquel la fue la última vez que sintió el pánico. Cuandorecuperó el al iento y se dominó, comenzó a pensar en recibir la muerte con dignidad.La idea, sin embargo, no se le presentó de entrada en estos términos. Pensó primeroque había perdido el tiempo al correr como corre la gal l ina con la cabeza cortada(aquel fue el sími l que primero se le ocurrió). Si tenía que morir de frío, al menos loharía con cierta decencia. Y con esa paz recién estrenada l legaron los primerossíntomas de sopor. ¡Qué buena idea, pensó, morir durante el sueño! Como si lehubieran dado anestesia. El frío no era tan terrible como la gente creía. Había peoresformas de morir.

Se imaginó el momento en que los compañeros lo encontrarían al día siguiente. Se vioavanzando junto a el los en busca de su propio cuerpo. Surgía con sus compañeros deuna revuelta del camino y hal laba su cadáver sobre la nieve. Ya no eraparte de sí mismo. . . Había escapado de su envoltura carnal y juntocon sus amigos se miraba a sí mismo muerto sobre el hielo. Sí, laverdad es que hacía frío, pensó. Cuando volviera a su país lecontaría a su fami l ia y a sus conocidos lo que era aquel lo. Recordóluego al anciano del Arroyo del Sulfuro. Lo veía claramente con losojos de la imaginación, cómodamente sentado al calor del fuego,mientras fumaba su pipa.

-Tenías razón, viejo zorro, tenías razón -susurróquedamente el hombre al veterano del Arroyo del Sulfuro.

Y después se hundió en lo que le pareció el sueño más tranqui lo y reparador que

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había disfrutadojamás. Sentado

frente a él esperaba elperro. El breve día l legó

a su fin con un crepúsculo lentoy prolongado. Nada indicaba que se

preparara una hoguera. Nunca habíavisto el perro sentarse un hombreasí sobre la nieve sin apl icarseantes a la tarea de encenderun fuego.

Conforme el crepúsculo se fue apagando, fue dominándolo el ansia de calor, ymientras alzaba las patas una tras otra, comenzó a gruñir suavemente al tiempo queagachaba las orejas en espera del castigo del hombre. Pero el hombre no se movió.Más tarde el perro gruñó más fuerte, y aún más tarde se acercó al hombre, hasta queolfateó la muerte. Se irguió de un salto y retrocedió. Durante unos segundospermaneció inmóvi l , aul lando bajo las estrel las que bri l laban, brincaban y bai laban enel cielo gél ido. Luego se volvió y avanzó por la ruta a un trote l igero, hacia uncampamento que él conocía, donde estaban los otros proveedores-de-al imento yproveedores-de-fuego.

FIN

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PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN LECTORA

1) ¿Por qué dice el texto que el hombre "era rápido y agudopara las cosas de la vida, pero sólo para las cosas, y no paraprofundizar en los significados de las cosas"?2 ) ¿Qué opinión tenía el hombre de los veteranos del lugar,como el anciano del Arroyo de Sulfuro?3) ¿Cómo era la relación del hombre con su perro?4) ¿Qué hizo el hombre antes de morir por congelación?5 ) ¿Qué error crees que cometió el protagonista de lahistoria?

ACTIVIDADES DE EXPRESIÓN Y VOCABULARIODefine por ti mismo (con ayuda del d iccionario) las siguientes palabras deltexto. Ten en cuenta que en el d iccionario no aparecen así, sino que tienesque buscarlas independientemente de su género, número y otros cambios. Esdecir que para definir, por ejemplo, "definiendo", hay que buscar el verbo"definir" porque "definiendo" no aparece.

terraplén, inducía, conjeturas, pie ("un pie de nieve"), ávida,subyugada , exhalación, bifuración, carri l los y reparó

Lee el fragmento de abajo y reescríbelo con otras palabras, pero sincambiar el contenido del mismo

"El hombre quedó estupefacto. Fue como si hubiera oído dsusentencia de muerte. Durante unos instantes se quedó sentadomirando hacia el lugar donde segundos antes ardiera un alegre

fuego"

Amplía tu vocabulario. En la web tienes elLIBRO DE CRUCIGRAMAS en el que

podrás encontrar palabras relacionadas con la lectura.Échale un vistazo y haz el que más te guste.

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Mary Anning La buscadora de fósiles querevolucionó la paleontología

Mary Anning tenía sólo 12 años cuando un asombroso descubrimiento cambió su vida.Meses atrás, su hermano Joseph había encontrado lo que parecía ser un cráneo decocodri lo, pero la pequeña Mary era bastante escéptica con aquél fósi l y, como si de unpasatiempo cualquiera se tratara, siguió investigando para encontrar la verdad. Joseph,que pareció no darle mucha importancia a aquél asunto, pronto dejó a su hermanasola en su investigación. Esa anécdota fue el punto de origen para que,aproximadamente un año más tarde, cuando Mary contaba con 12 años reciéncumpl idos, hal lara un fascinante fósi l de 5 '2 metros de largo que no separecía a ningún animal conocido.

Era el año 1810 en Gran Bretaña, una época en la que lateoría creacionista estaba empezando a tambalearsefrente a nuevas hipótesis (sólo un año antes, en el 1809,Lamarck había presentado su teoría evolutiva). Eldescubrimiento de aquel la niña causó furor en loscírculos científicos y toda la sociedad inglesa estabaentusiasmada por poder ver el fósi l de aquel monstruodesconocido. El natural ista Wi l l iam Bul lock expusopúbl icamente el hal lazgo en una mansión de Londres, y prontoel mundo de la geología y la biología empezó a investigar qué eraen real idad. Científicos como Everard Home escribieron largosartículos describiendo al monstruo: Al principio pensaba que era un pez, más tardel legó a la conclusión de que se trataba de un ancestro del ornitorrinco, e incluso l legó aafirmar que era una mezcla entre salamandra y lagarti ja.

Pero lo que en real idad había encontrado Mary Anning era ni más ni menos que unespécimen de ictiosaurio, un repti l marino procedente de la época del Jurásico. Suapariencia, simi lar a la de un delfín, hizo que se ganase el nombre de "pez lagarto"(Ichthyosauria). Lo más extraordinario del fósi l que Anning había encontrado es queestaba prácticamente completo y tenía unas condiciones de mantenimientomaravi l losas (anteriormente, se habían encontrado indicios de la existencia delictiosaurio por pequeños huesos, pero nunca nadie se había topado con un ejemplarcompleto).

Por aquel la hazaña digna de los más grandes paleontólogos, Mary Anning sólo ganó27 l ibras, pero algo mucho más importante que eso había nacido: Su vocación comobuscadora de fósi les.

Mary venía de una fami l ia de clase baja, lo cual , sumado a que era una mujer, hizo quese dificu ltara enormemente su entrada en el mundo de la ciencia. La Sociedad

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Geológica de Londres nunca la admitió entre sus miembros y siempre se la tomó comoa una intrusa. De hecho, si hubiera formado parte de la comunidad científica,probablemente tendríamos mucha más información sobre sus descubrimientos, ya que,en ocasiones, los paleontólogos publ icaban estudios a base de los fósi les que el laencontraba sin ni siquiera mencionarla. Uno de los mejores amigos de Mary escribióuna vez: "Mary dice que el mundo la ha uti l izado hasta la saciedad. . . estos hombres deciencia han chupado su cerebro, y han sacado un gran partido publ icando obras de lascuales el la elaboró los contenidos, recibiendo nada a cambio".

Pero todas estas adversidades no impidieron que Mary desarrol lara su afición: Tras eléxito que había generado su hal lazgo del ictiosaurio, se decid ió a abrir por sus

propios medios una tienda de fósi les. Por aquél entonces tenía 27 años yuna larga experiencia como coleccionista de fósi les. Este nuevo

proyecto atrajo a geólogos de toda Europa y América, quevenían en busca de sus exóticos descubrimientos.

Personajes de tan reconocida importancia comoGeorge Wi l l iam Featherstonhaugh (primer geólogode la historia de los Estados Unidos y uno de los másimportantes contribuyentes al Liceo de Historia

Natural de Nueva York) iban hasta a Inglaterra paracomprarle fósi les a Mary. Incluso el rey Federico Augusto

I I de Sajonia formó parte de su cl ientela, que se permitió el"capricho" de comprarse un ictiosaurio para su colección

particu lar.

Lo más curioso de Mary Anning era su educación autodidacta: Diseccionaba peces ysepias para compararlos con los fósi les que encontraba y devoraba cualquier l ibrosobre paleontología que cayera en sus manos. Todo el lo consol idó el papel de Anningcomo una de las más grandes expertas en la materia. De hecho, años antes de haberfundado su tienda de fósi les, ya había real izado muchos otros grandesdescubrimientos. Incluso convendría decir que, desde el hal lazgo del ictiosaurio, Maryno paró nunca de encontrar nuevos fósi les.

Por ejemplo, durante 1820-1821 (cuando el la tenía 22 años de edad), real izó otrodescubrimiento: Un extraño fósi l de lo que parecía ser otro repti l marino. De nuevo,volvió a ser el foco de atención de numerosos paleontólgos que empezaron a idearhipótesis sobre el origen de aquel la rareza. Resultó ser el primer fósi l registrado delplesiosaurio, un animal de 5 metros de longitud procedente del Jurásico Superior, elcual despertó la admiración de todos los científicos. Unos años más tarde, la propiaMary encontró otro fósi l del plesiosaurio que estaba incluso en mejores condiciones (elprimero que encontró carecía del cráneo, pero el segundo era perfecto).

El geólogo Wi l l iam Daniel Conybeare escribió el artículo más importante sobre elPlesiosaurio y le dio su nombre, pero en ningún momento mencionó a Mary comodescubridora del fósi l . Esta no es más que una de las numerosas muestras deldesprecio que sufrió Mary a lo largo de su historia (de hecho, además de encontrar elfósi l , el la había sido la responsable de muchos de los bocetos que acompañaban alartículo).

Pero sus descubrimientos también generaban desconfianza. El natural ista Georges

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Cuvier, que era una de las mayores autoridades en el campo de la anatomíacomparada, dudó de la veracidad del fósi l y se dispuso a examinarlo por sí mismo paracomprobar si era un fraude (algo nada extraño en aquel la época). Y es que, el enormecuel lo del plesiosaurio, que constaba de 35 vértebras, extrañó de sobre manera aCuvier, quien pensó en la posibi l idad de que fuera una combinación de las vértebrasde varios animales. Sin embargo, después de una investigación junto a la SociedadGeológica de Londres, l legó a la conclusión de que era un fósi l legítimo, reconociendoque se había equivocado con sus acusaciones.

A lo largo de su carrera, Mary Anning real izó muchos más descubrimientos que, apesar de no ser tan espectaculares como los anteriores, tuvieron bastante importanciaen el avance de la ciencia. Por poner un ejemplo, en el año 1828, descubrió unejemplar en magníficas condiciones del Dapedium pol i tum, un pez que vivió durante laépoca del Triásico y el Jurásico. A pesar de que el la no fue la descubridora de estaespecie, fue la que aportó uno de los fósi les mejor conservados y que permitían unmejor estudio de sus características.

También encontró partes del esqueleto del pterosaurio, los famosos vertebradosvoladores que convivieron con los dinosaurios durante casi toda la era Mesozoica. Otrade sus contribuciones fue el de los descubrimientos relacionados con los belemnites,un grupo de moluscos ya extinto de gran parecido con los calamares y sepias actuales(en concreto, Mary l legó a la conclusión de que los belemnites usaban la tinta paradefenderse al igual que lo hacen los cefalópodos de nuestros días).

Pero la importancia de Mary Anning en la historia de la ciencia va mucho más al lá queel simple descubrimiento de simples especies: Las pruebas paleontológicas que aportófueron uno de los mayores apoyos a la teoría de la extinción de las especies, unelemento indispensable en la teoría de la evolución por selección natural . En aquel laépoca aún algunos pensaban que ninguna especie se había extinguido. Aunquecientíficos como Cuvier ya habían comentado que ciertos mamíferos como el mamut,habían desaparecido, muchos otros pensaban que esos animales seguían existiendo enzonas inexploradas del planeta (ya que, para el los, la desaparición natural de unaespecie creada por Dios era una muestra de imperfección). Sin embargo, cuando Maryl legó con aquel los extraños animales, nadie se atrevió a dudar que podrían seguirexistiendo.

También fue una de las fundadoras de la ciencia geológica que hoy conocemos comopaleontología, demostrando que se podía estudiar la historia de los seres vivosmediante pruebas fósi les. El anál isis de la cronología de la tierra a partir de pruebasgeológicas y paleontológicas sufrió un momento de auge gracias a muchos de susdescubrimientos.

A los 47 años de edad, murió de cáncer de mama, dejando tras de sí un legadoinolvidable. Tras su muerte, numerosas obras se real izaron en su honor. Desde laSociedad Geológica de Londres, le dedicaron un homenaje que nunca antes se le habíahecho a alguien ajeno a la propia sociedad, y menos aún a una mujer. Otros ejemplosde reconocimiento son la iglesia de San Miguel Arcángel , en Lyme Regis, que tiene unavidriera real izada en honor de la paleontóloga; y el famoso escri tor Charles Dickens,que l legó a dedicarle un artículo en una de las revistas en las que escribía, recordandolas grandes dificu ltades por las que pasó esta pionera y experta de la paleontología.

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PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN LECTORA

1) ¿Cómo le surgió a Mary Anning su afición por lapaleontología?2 ) ¿A qué contribuyó Mary Anning con sus descubrimientosen el ámbito de la ciencia?3) ¿Cómo fueron recibidos sus hal lazgos por la comunidadcientífica?4) ¿De qué modo pudo la insigne paleontóloga sacarprovecho de sus hal lazgos5 ) Reflexiona sobre el papel de la mujer en la historia, y enconcreto de la historia de la ciencia ¿Qué otros casos demujeres relevantes en la ciencia conoces?

ACTIVIDADES DE EXPRESIÓN Y VOCABULARIODefine por ti mismo (con ayuda del d iccionario) las siguientes palabras deltexto. Ten en cuenta que en el d iccionario no aparecen así, sino que tienesque buscarlas independientemente de su género, número y otros cambios. Esdecir que para definir, por ejemplo, "definiendo", hay que buscar el verbo"definir" porque "definiendo" no aparece.

ancestro, ejemplar, saciedad, convendría, legítimo,indispensable, legado y pionera

Lee el fragmento de abajo y reescríbelo con otras palabras, pero sincambiar el contenido del mismo

"Tras su muerte, numerosas obras se real izaban en su honor.Desde la Sociedad Geológica de Londres, le dedicaron un

homenaje que nunca antes de le había hecho a alguien ajeno ala propia sociendad, y menos a una mujer"

Amplía tu vocabulario. En la web tienes elLIBRO DE CRUCIGRAMAS en el que

podrás encontrar palabras relacionadas con la lectura.Échale un vistazo y haz el que más te guste.

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FUENTES Y AGRADECIMIENTOS

Los artículos que aquí aparecen,y sin los que este proyecto no sería posible, hansido extraídos de Internet, y son de l ibre acceso. A continuación de reseñan lasdiversas fuentes:

El Hueso de Ishango:http://www.guinguinbal i .com/accionporafrica/index.php?lang=es&mod=news&task=view_news&cat=11&id=708

Mi querido Michael :http://www.loscaminosdedarwin.com/tag/doble-hel ice/

Mary Anning :http://elbustodepalas.blogspot.com.es/2011/03/mary-anning-la-buscadora-de-fosi les-que.html

Tienes cerebro de pingüino:http://naukas.com/2013/09/09/tienes-el-cerebro-de-un-pinguino/

Je tiens l ’affair! :http://www.portaleureka.com/accesible/ l inguistica/108-el-desciframiento-de-la-piedra-de-rosetta

CAPTCHA:http://www.elconfidencial .com/tecnologia/2013-11-11/el-unico-premio-tecnologico-del-mundo-que-nadie-ha-podido-ganar-nunca_52085/

Encender una hoguera:http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/london/encender_una_hoguera.htm

Spain is different:http://www.elmundo.es/ciencia/2014/03/10/531a3c08e2704e23248b4588.html

El señor ministro dixit:http://naukas.com/2013/10/15/espana-esta-que-se-sale-el-merid iano-y-la-hora-oficial/

Frankenstein :http:// leyendas.about.com/od/criaturasmonstruosas/a/Frankestein-De-Mary-Shel ley.htm

The Raven :http://www.ciudadseva.com/sevacity/poems/en/poe/the_raven.htm