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TOMO  V I NÚMERO  5 ESTADOS DE DESNUTRICIÓN .289 OR IGINALE S ESTUDIOS SOBRE LOS ESTADOS DE - DESNUTRICIÓN /  Comunicación.   CUADRO CLÍNICO GENERAL  Y SU EVOLUCIÓN C.  JIMÉNEZ  DÍAZ,  L.  LORENTE,  C.  MARINA,  . E.  ORTIZ  DE  LANDÁZURI  y  E.  RODA' (Instituto de Investigacion es Médicas y Clínica Médica de la Facultad de  Madrid.  Director: PROF. C. JIMÉNEZ DÍAZ) . Los tres años de guerra duran te nuestro Movi- miento Nacional, la actual guerra europea, etc., han originado algunas dificultades de alimentación, so- bre todo en determinadas zonas de nuestra patria, que han afectado a sectores modestos de la pobla- ción y a algunas comunidades (asilos, etc.), deducién- dose de ello la aparición de cuadros morbosos debi- dos a la carencia dietética. Interesados nosotros, y preocupada la Dirección General de Sanidad por conocer estos cuadros clínicos, sus causas, evolución, evitación y tratamiento hemos podido, con el apo- yo de aquel organismo, disponer de dos Salas ex- clusivamente dedicadas a esta clase de enfermos. Si estos estudios tienen un interés se debe en gran. parte a haber podido disponer de los medios nece- sarios para instituir dietas especiales de valor nu- tritivo creciente, hasta la máxima que luego deta- llamos; con ellas hemos podido seguir la marcha de los sujetos hasta su completa reposición y cono- cer así no solamente el cuadro de la desnutrición, sino también el proceso de la reposición a un es- tado normal, que no ha sido estudiado por otros autores. Al Director General de Sanidad, profesor J. A. PALANCA, y al Jefe de los Servicios, de Nu- trición de dicho organismo, doctor BOOTELLO, so- mos deudores del interés que han puesto en este es- tudio, de la ayuda económica que le han prestado y del celo con que han seguido y cooperado en nues- tros trabajos. Otra parte de las observaciones co- rresponde a revisiones hechas en algunas comuni- dades con dietas deficientes. Queremos por último hacer constar al empezai que si esta serie de comunicaciones va firmada por algunos de nosotros, en realidad es la obra de todo el personal de nuestra clínica e instituto, pues to- dos nos han prestado <fon entusiasmo su colabora- ción. En tiempos normales se han visto alguna que otra vez cuadros clínicos de carencias parciales, pero bastante raramente; en España se han visto siem- pre como en todos los países personas desnutridas por carecer de medios económicos para procurarse una alimentación del suficiente valor nutritivo; pero dada la variedad de los productos naturales y su baratura, tales casos tampoco eran frecuentes. En cambio, estados de avitaminosis eran sumamente raros,  siendo en su mayoría secundarios a algún proceso digestivo o a intoxicaciones. El escorbuto puede decirse que no existe entre nosotros, del beri- beri se veía rara vez alguno (exceptuamos .las po- lineuritis secundarias), queratomalacia o xeroftal- mía carencial primitiva excepcionalmente, y pela- gra que en tiempos hubo de ser frecuente, era ya' sólo muy rara vez visible; en cuanto al raquitismo era el estado carencial que podía verse más a me- nudo,  y tampoco como en otros países sin duda por la intensidad del sol y el número escaso de días al año en que falta. Durante el Movimiento se vie- ron bastantes casos de carencias parciales, y una se- rie de afecciones desde la pelagra, neuritis auditivas y ópticas, polineuritis periféricas, dermopatías, xe- roftalmía, hemeralopia, etc., correspondiendo es- pecíficamente a carencias en las vitaminas A, B x grupo B 2 ; estados de déficit larvado de otros prin- cipios (C, quizá E) se han dado, pero sin relieve  ", GRANDE  y PERAITA  I O ,  DÍAZ RUBIO •?, GILZANZ * JIMÉNEZ DÍAZ  ">).  Posteriormente estos cuadros, después de la pacificación, fueron desapareciendo, y en la primavera de 1940 se vio de nuevo algún caso de pelagra, que aún recidivó, pero ya en menor intensidad en la de 1941. En cambio, desde octu- bre de 1940 hizo su aparición un cuadro de desnu- trición general, acompañado frecuentemente de ede- mas y de diarreas, que por él hecho de los edemas como síntoma relevante habíamos solido llamar "edema de hambre", igual a los casos que han sido bautizados con este nombre en otros países donde se han tenido verdaderas extensas epidemias. Este mismo cuadro había existido en las zonas no libe- radas desde 1937 hasta 1939, y nosotros le había- mos visto, unos directamente en aquellas zonas y otros en la liberación sucesiva de varias poblaciones. Sin embargo, el edema hemos podido ver que no es sino un síntoma, y que la misma enfermedad atra- viesa primero un período no edematoso y puede in- cluso cursar hasta la muerte sin haber presentado nunca edema, sino el resto del cuadro sintomático que a continuación describimos; este cuadro es por lo demás lo bastante constante en todos sus carac- teres para que pueda considerarse como una verda- dera entidad morbosa con variaciones de matiz de unos a otros casos. Tal cuadro de desnutrición p caquexia exógena por hipoalimentación es lo que con frecuencia hemos visto, y no síndromes aisla- dos de carencias vitamínicas específicas, lo cual no presentaran además fenómenos indicadores de ta- les carencias, pero como un elemento más y no el más notable del conjunta sintomático. Los síntomas principales de este estado son: la disminución de peso que pueda  alcanzar  hasta 30 y más kilogramos con descenso hasta desaparición total del panículo adiposo, apareciendo la piel arru- gada y atrófica en algunas zonas, con frecuente pa- rasitación, queratosis e infecciones foliculares, fo- rúnculos e incluso abscesos; astenia, apatía, indife-

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T O M O   V INÚMERO  5 ESTADOS DE DESNUTRICIÓN .289

O R I G I N A L E S

ESTUDIOS SOBRE LOS ESTADOS DE- DESNUTRICIÓN

/  Comunicación.  —  CUADRO CLÍNICO GENERAL  Y SUEVOLUCIÓN

C.  JIMÉNEZ DÍAZ,  L.  LORENTE,  C.  MARINA,  .

E.  ORTIZ  DE  LANDÁZURI  y  E.  RODA'

(Insti tuto de Investigacion es Médicas y Clínica M édica de laFacultad de  Madrid.  Director: PROF. C. JIMÉNEZ DÍAZ)

. Los tres años de guerra duran te n uestro M ovi-miento Nacional, la actual guerra europea, etc., hanoriginado algunas dificultades de alimentación, so-bre todo%en determinadas zonas de nuestra patria,que han afectado a sectores modestos de la pobla-ción y a algunas com unidades (asilos, etc.) , deducién-dose de ello la aparición de cuadros morbosos debi-dos a la carencia dietética. Interesados nosotros, ypreocupada la Dirección General de Sanidad porconocer estos cuadros clínicos, sus causas, evolución,evitación y tratamiento hemos podido, con el apo-yo de aquel organismo, disponer de dos Salas ex-clusivamente dedicadas a esta clase de enfermos.Si estos estudios tienen un interés se debe en gran.parte a haber podido disponer de los medios nece-sarios para instituir dietas especiales de valor nu-tritivo creciente, hasta la máxima que luego deta-llamos; con ellas hemos podido seguir la marchade los sujetos hasta su completa reposición y cono-

cer así no solamente el cuadro de la desnutrición,sino también el proceso de la reposición a un es-tado normal, que no ha sido estudiado por otrosautores. Al Director General de Sanidad, profesorJ. A. PALANCA, y al Jefe de los Servicios, de Nu-trición de dicho organismo, doctor BOOTELLO, so-mos deudores del interés que han puesto en este es-tudio, de la ayuda económica que le han prestadoy del celo con que han seguido y cooperado en nues-tros trabajos. Otra parte de las observaciones co-rresponde a revisiones hechas en algunas comuni-dades con dietas deficientes.

Queremos por último hacer constar al empezaique si esta serie de comunicaciones va firmada por

algunos de nosotros, en realidad es la obra de todoel personal de nuestra clínica e instituto, pues to-dos nos han prestado <fon entusiasmo su colabora-ción.

En tiempos normales se han visto alguna queotra vez cuadros clínicos de carencias parciales, perobastante raramente; en España se han visto siem-pre como en todos los países personas desnutridaspor carecer de medios económicos para procurarseuna alimentación del suficiente valor nutritivo; perodada la variedad de los productos naturales y subaratura, tales casos tampoco eran frecuentes. Encambio, estados de avitaminosis eran sumamente

raros,  siendo en su mayoría secundarios a algún

proceso digestivo o a intoxicaciones. El escorbutopuede decirse que no existe entre nosotros, del beri-beri se veía rara vez a lgun o (exceptuamos .las po-lineuritis secundarias), queratomalacia o xeroftal-

mía carencial primitiva excepcionalmente, y pela-gra que en tiempos hubo de ser frecuente, era ya'sólo muy rara vez visible; en cuanto al raquitismoera el estado carencial que podía verse más a me-nudo,  y tampoco como en otros países sin dudapor la intensidad del sol y el número escaso de díasal año en que falta. Durante el Movimiento se vie-ron bastantes casos de carencias parciales, y una se-rie de afecciones desde la pelagra, neuritis auditivasy ópticas, polineuritis periféricas, dermopatías, xe-roftalmía, hemeralopia, etc., correspondiendo es-pecíficamente a carencias en las vitaminas A, B xgrupo B 2 ; estados de déficit larvado de otros prin-cipios (C, quizá E) se han dad o, pero sin relieveclínico (v. los trabajos de GRANDE y JIMÉNEZ  ",GRANDE  y PER AITA I O,  DÍ AZ RU BIO •?, GILZ ANZ *JIMÉNEZ DÍAZ ">).  Posteriormente estos cuadros,después de la pacificación, fueron desapareciendo,y en la primavera de 1940 se vio de nuevo algúncaso de pelagra, que aún recidivó, pero ya en menorintensidad en la de 1941. En cambio, desde octu-bre de 1940 hizo su aparición un cuadro de desnu-trición general, acompañado frecuentemente de ede-mas y de diarreas, que por él hecho de los edemascomo síntoma relevante habíamos solido llamar"edema de hambre", igual a los casos que han sidobautizados con este nombre en otros países donde

se han tenido verdaderas extensas epidemias. Estemismo cuadro había existido en las zonas no libe-radas desde 1 937 hasta 193 9, y nosotros le había-mos visto, unos directamente en aquellas zonas yotros en la liberación sucesiva de varias poblaciones.Sin embargo, el edema hemos podido ver que no essino un síntoma, y que la misma enfermedad atra-viesa primero un período no edematoso y puede in-cluso cursar hasta la muerte sin haber presentadonunca edema, sino el resto del cuadro sintomáticoque a continuación describimos; este cuadro es porlo demás lo bastante constante en todos sus carac-teres para que pueda considerarse como una verda-dera entidad morbosa con variaciones de matiz de

unos a otros casos. Tal cuadro de desnutrición pcaquexia exógena por hipoalimentación es lo quecon frecuencia hemos visto, y no síndromes aisla-dos de carencias vitamínicas específicas, lo cual noquiere decir que en muchos de estos sujetos no sepresentaran además fenómenos indicadores de ta-les carencias, pero como un elemento más y no elmás notable del conjunta sintomático.

Los síntomas principales de este estado son: ladisminución de peso que pueda  alcanzar hasta 30y más kilogramos con descenso hasta desaparicióntotal del panículo adiposo, apareciendo la piel arru-gada y atrófica en algunas zonas, con frecuente pa-rasitación, queratosis e infecciones foliculares, fo-rúnculos e incluso abscesos; astenia, apatía, indife-

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29 0 CLÍNICA ESPAÑOLA 15 septiembre 1942

rancia, sensación  de  gran debilidad  con  frecuenteslipotimias, edemas  a  veces  muy  intensos constitu-yendo verdadero anasarca, diarreas, frialdad  de ex-tremidades, pulso lento y muy  hipotónico, polidip-'sia  y  marcada poliuria. Según  las  manifestacionespodríamos distinguir  3  grados  de  intensidad  delproceso.

1 .er  período:  sujetos  con  demacración, astenia  e.hipotensión, conservando  el  apetito,  con sed tam-bién aumentada,  y a  veces  sin más  síntomas sub-jetivos  que la  astenia, parestesias  y  cierta tendenciaal desmayo;  en  este período  el  enfermo sigue pu-díendo hacer una  vida casi normal; muchos de ellosson trabajadores  que aun con  dificultad, siguentrabajando. Cualquier proceso intercurrente revelala mala situación  de sus  funciones orgánicas; unagripe fácilmente  se complica  con  intensa bronquitiso bronconeumonía;  una  herida  se  transforma  en

un a' supuración local,  y una  afección infecciosaadopta  una  evolución grave. A veces sucede un bro-te diarreico o una  elevación febril  y  todo  el  cuadrose acentúa presentándose entonces  los  edemas  y pa-sando bruscamente  al  segundo período.  Un  estudiode  sus  funciones  no  descubre, aparte  de la  presiónarterial baja,  la  bradicardia  y la  poliuria, gran cosade anormal; contrastando  con el aspecto" pálido  lacifra  de hematíes  y  hemoglobina suele ser casi nor-mal, hay a  veces leucopenia;  las cifras  de urea en lasangre son.más bien bajas (por. debajo  de 0,25) , laglucemia también  es baja,  la  velocidad  de sedimen-tación suele estar siempre elevada;  la  cifra  de pro-.teínas totales  del  plasma  es  algo baja como luego

veremos especialmente  a  expensas  de las  albúminascon  lo que el  cociente Alb./glob. desciende  de va-lo r y  tiende a  invertirse.

2° período:  una acentuación  de  todos  los sínto-mas  que en el  anterior período están  en  esbozo, yla adición  a ellos de los edemas y las diarreas carac-terizan  a  este período.  Los enfermos  en el  anteriorperíodo  no son con  tan ta frecuencia vistos  por elmédico, pues atribuyéndolo ellos mismos todo  a lafalta  de suficiente alimentación  no consultan,  y hansido hallados  por  motivo intercurrente  o en las re-visiones  que  hemos.hecho sobre grupos  de  pobla-ción entre  los que se  daban casos del II ó III perío-

do .  En  cambio  en  este  II  grado,  el  enfermo  es in-capaz  de  ningún trabajo,  la  sensación  de astenia esya muy acentuada  y se acompaña de una cierta indi-ferencia;  se quejan  de frío  por todo el cuerpo, ador-mecimiento  u  hormigueos  por las  extremidades  yanorexia  que no es  constante. Tienen  los  edemasque suelen comenzar  por las  extremidades inferio-res y la  cara;  en ese momento  la  palidez  de la piely de los labios,  la pigmentación  de la cara y la caraedematosa integran  un  aspecto muy típico.  A vecestienen diarreas  que pueden  ser muy abundantes lí-quidas,  y  sólo en las crisis de  acentuación  o  cuandollevan  con ellas ya cierto tiempo con sangre y moco,precedidas  de  dolores cólicos;  las  diarreas como lue-

go veremos pueden preceder  a los  edemas, pero lomás frecuente  es que  aparezcan cuando todo  el cua-dro está  ya  hecho.  En la  exploración  se encuentraaparte  del  edema  y la  desaparición  de la  grasa quees' su bstituida  por una  infiltración semiblanda  del

subcutáneo, alteraciones tróficas  de la  piel, folicu-litis,  forúnculos, úlceras tórpidas, impetiginizacio-nes,  abscesos locales, frinoderma, queratosis pilary  muy a  menudo parasitaciones (acariosis) ; la¿uñas también  se abarquillan  y  estrían  y en  muchoscasos hay una caída  de vello  del  cuerpo sobre tododel tórax  y  extremidades, pero  en  algunos casoshasta en las axilas.- El  pulso  muy hipotenso  es casisiempre lento, hasta  40 por  minuto;  se  observansibilancias  y  roncus  y  cierta disnea  que se  acen-túa  con  pequeños esfuerzos.  La  exploración  neu-rológica denota reflejos débiles  y con  cierta  fre-cuencia abolición  de los  rotulianos  y  aqúíleos. Ladiuresis está  muy  aumentada, cantidades  de  orinade  3 y 4  litros  son  bastante corrientes. Estos en-fermos pueden seguir  una  evolución variable;  engeneral basta su  ingreso y el  reposo en la  cama paraque empiecen  a  orinar  aun más y se vacíen  los ede-

mas; alimentados  de

  modo progresivo  van

  mejo-rando, pero  con una  lentitud desesperante  y  siem-pre en una  situación como  se analiza  más abajo- deequilibrio muy  lábil; basta  en  efecto cualquier cosapara  que los  edemas reaparezcan  y  también  las dia-rreas,  la  astenia,  etc.  Solamente cuando llevan  yacierto tiempo con una  buena alimentación,  un meso  más, empiezan  a  aumentar  de  peso  y a  mejorardecididamente.  Se ve que su  desnutrición está  en elborde de lo  irreversible.  En  esta situación procesosque tuvieran larvados pueden actualizarse tomandouna grave  y  rápida evolución,  por  ejemplo, tuber-culosis pulmonar;  una  infección intercurrente, ver-bigracia, neumonía, toma  una  marcha grave muy

frecuentemente mortal. La muerte ocurre, pues, mu-chas veces por una  enfermedad intercurrente. Otrasveces evolucionan hacia  el  período siguiente.

_?.cr  período: el  tránsito  es  muchas veces tórpidoy lento desde  el  período anterior,  la  desnutriciónprosigue,  las  diarreas contribuyen  a  acentuarla  ycierran  un  círculo vicioso,  se  timpaniza  el  vientre,se produce intolerancia digestiva  y  anorexia, vómi-tos;  con esto la  falta  de fuerzas  se extrema y el en-fermo  no  puede levantarse  de la  cama;  su  aspectoes el que  corresponde  a un  marasmo  de  cualquieretiología, palidez, hipotermia, somnolencia.  Enotros casos el  tránsito  se  hace menos lentamente, ya partir  de una  infección intercurrente,  por  ejem-plo,  una  linfangitis  en las  extremidades edemato-sas,  una  erisipela secundaria  y muy a  menudo  lainfección múltiple  de los focos  de la  piel originandogrande abscesos, que por lo  regular  no  originan  ni

- fiebre y que  iñcindidos dejan salir abundante pus,siendo curiosa  la  evolución gangrenosa,  con ampliasmortificaciones  de  tejidos  que muchas, veces  se ad-

- vierte.  En  algunos casos el  tránsito  de uno a  otroperíodo  es tan  rápido  que un  enfermo  en el  segun-do período puede amanecer  un día con  crisis con-vulsivas, y en el  término de unas horas fallecer, conlo   que  luego estudiamos como "muerte hip ertó-nica"; Lo más frecuente es sin embargo que la muer-

te  se  produzca  en un  cuadro  de  colapso periféricoprogresivo  y coma.

Hagamos ahora  un  análisis de la  sintomatologíadeteniéndonos  en sus  principales elementos, antesde estudiar  la  etiología  y  patogénesis.

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T O M O  VINÚMERO  5

ESTADOS DE DESNUTRICIÓN 29 1

i .  EL  ADELGAZAMIENTO.  — La  pérdida  depeso  ha  sido habitualmente lenta y'progresiva:  enmuc hos  de los  sujetos observados  se  trataba  en rea-lidad  de adelgazamientos  ya  antiguos  qué se  habíanacentuado;  en el  mome nto  de  nuestra observaciónpérdidas hasta  de 30  kilogramos  en los últ imos  me-ses podían observarse. Pero  es  interesante  que el  adel-gazamiento  que  venía siendo compatible  con, unacierta actividad  aún, y sin  otros signos patológicos

qu e  la  astenia acentuada como corresponde  a lo quedescribimos antes como primer período,  en  pocotiempo empieza  a  acelerarse  y las  últ imas pérdidasse hayan hecho  en  pocos días.  El, descenso  de  pesono revela exactamente  el  grado  de desnutrición,  por-

Número

Cl

2 M3  »5  »7  »1 H

-.  2 »0

3  »4  »6  »7  »9  »

10  »11  »12  »13  »14  »15   »16  »

17  »18   »21  »C.c1368

10121415171920

242526273233343536  bis394 142444547

Peso

332632,528,5541,40045455845485543,542,5474442,5513638

574053,5

323734483833,5504242  •4 442  .

434545434533,5424745424 139584253

Talla

1,491,341,431,421,521,681,681,741,581,601,681,621,571,701,641,701,741,701,50

1,581,541,60

1,621,661,541,781,581,661,791,681,801,601,65

1,651,711,701,681,701,571,681,681,621,561,651,621,731,501,77

TABL A

Cociente

0,670,760,750,670,79 -0,660,660,780,770,800,800,700,700,670,680,600,680,500,76

0,980,750,89

0,600,560,640,610,640,500,630,610,530,630,64

0,660,630,640,630,640,600,610,690,720,740,670,620,770,840,68

I

Edemas

No»  .

Ligeros»

AnasarcaLigerosAcentuadosIntensosPocoAcentuadosPocoLigerosNoIntensosMedia  ,-NoLigerosNoIntensos

»LigerosIntensos

Poco»

»

»' »IntensosNo

»PocoNoPoco

»Intensos

»Poco

»N o  •

IntensosN oIntensos

»»

»

Desnutrición

IntensaMuy intensa

»  »»  »

Intensa»»

MediaIntensa

»MediaIntensaMediaIntensaCaquexiaIntensa

»CaquexiaIntensa

»

Media

Caquexia»»»»

»IntensaCaquexiaPocoIntensa

Media»•Intensa

»MediaDesnutric.IntensaMedia

»»»

IntensaMedia

»»

que  con  frecuencia,  y  éste es un  hecho señalado poiotros autores (SCHITTENHELM  y  SCHLECHT^..JANSEN 1^ e t c . ) ,  al  t iempo  que va  desapareciendoel adiposo  se  produce  la  retención  de  agua . El gra-do  de  desnutr ición  se  juzga pr inc ipa lmente  por Jaimpresión cl ínica total , pero  su  comparac ión  con elpeso  y la  talla  es  interesante porque demuestra  queel cuadro clínico estaba  más acusado por lo  generalen los. sujetos  con  índice  de  peso  más  ba jo . C om o

índice  de  peso noso tros hem os elegido  un  cocienteque calculamos dividiendo  por el  peso  los  centíme-tros  de  al tura  que  sobran  del  metro":  el  cociente enel sujeto  de norm al es tado  de peso es igual  a la uni-dad  por lo  menos, pero generalmente  más  a l t o ;  enlo s que han  ade lgazado  es  infer ior, p ero sobre to dolos valores  por  deba jo  de 0,80  indican  una  delga-dez marcada.  En la  T a b l a  I  recogemos  el  va lor  deeste cociente en  relación  con el  cuadro cl ínico.

D e  la  observación  de la  tabla  se  deduce  que ladesnutr ición ( juzgada  por el  aspecto cl ínico total :as tenia , h ipote rmia , h ipotensión,  etc.) va  paralelaal descenso  del  cociente  de  peso;  no hay en  cambio ,un paralelismo estrecho entre éste  y la  intensidadde  los edemas, pero esto  que en  par te  se  debe  a unaparente menor descenso  de  peso  en los  edematosospo r  la  retención  del  agua,  es  seguramente tamb iéndebido  a que  muchos enfermos pierden  el  edema  ysin embargo  su  curso sigue hacia  la  caquexia  pro-gresiva  y  grave como luego veremos.  De  t odos mo-dos  que el edema no es sino1 un  s í n toma  más  de n t r ode este cuadro  que es tudiamos,  uño de  cuyos esen-ciales elementos  es el  ade lgazamiento,  se ve muybien  en la  revisión hecha  en una  c omunida d dondese habían dado vajtios casos  de  este cuadro  de des-nutr ición, estudiando separados casos  que no  ofre-cían  el  cuadro, casos  en el I  pe r íodo  y  casos  en elII per íodo, según  se ve en la  T a b l a  II. .

TABL A  II

ESTADO

N o r m a l e s  . . . .E n f e r m o s p e r í o d o  I .E n f e r m o s p e r í o d o  II .

Promedioedad

38,8835,2439,96

Promediotalla

1,6381,6211,640

Promediopeso

60,75650,15039,96

Promediocociente

'P,9J0,800,69

Aquí es dónde se advierte con la mayor claridadque el adelgazamiento es un síntoma constante y

que la intensidad del cuadro clínico va aproxima-damente paralela al grado de adelgazamiento.El análisis que hemos hecho de las dietas tenidas

por estos grupos de sujetos nos demuestra; comomás adelante detallamos, un evidente descenso de lacifra de calorías recibida, pero mucho más intensoes aún el déficit de proteínas, y aún más de proteí-nas animales o en general de alto valor biológico.Dietas simplemente del mismo valor calórico, perocon mayor valor proteico hemos visto que no ori-ginan estos adelgazamientos tan marcados, por. locual aceptamos que hay una primera fase de adel-gazamiento que se debe simplemente a la insufi-ciencia calórica, pero que faltando proteínas en la

dieta y empobreciéndose progresivamente el orga-

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T O M O   VIN Ú M E R O   5 ESTADOS DE DESNUTRICIÓN 293

nutrición sumándose entonces ambas sintomatolo-gías. La pigmentación se hace excesiva sobre las zo-nas descubiertas, y  también sobre las zonas de com-presión;  en el  dorso de las manos, cuello y en elborde anterior  de las axilas  es donde con mayorclaridad y. frecuencia  lo hemos v isto. Alg unos su-jetos presentaron manchas pigmentarias difusas portodo el cuerpo, más en las extremidades inferiores,

* *; | s $ .  ' J 4 - ^ | l * ' , • '-;•

Fig. 4

parecidas  a  las manchas  de "café con leche" que seve n en la enfermedad de Recklinghausen  y  que pors u t amaño  y  forma hem os solido llamar "pigmen -tación  en  len te jas" . A un  en los  primeros períodosde   la  enfermedad  se ven alteraciones  de la  piel deltipo que se ha solido describir como correspondientea carencias  de v i tamina  A (véase JIMÉN EZ DÍAZ '•*,E D D I S  y  D A L L D O R F  5

,  Y O U M A N S  y  C O R L E T T E  *S,etcétera) ,  y  a  deficiencias  del  grupo  B2  (veas.SYDENSTRICKER'') ;   acné, dermatosis húmedas,queratosis  y  aun ictiosis pilares, etc. MAC LESTER -•

que refiere ob serva cion es, similare s  en  personas conuna alimentación deficiente  y  adelgazamiento, re-fiere haberlas curado simplemente con adición de le-che desnatada y  aceite de hígado de bacalao a la die-t.i. Es m uy verosím il q ue estas manifestaciones cu-táneas correspondan  en realidad  a la  carencia de A,que evidentemente  se manifiesta mejor  en  los esta-dos  de  desnutr ic ión;  la  frecuente heme ralopia ob-servada por nosotros  en estos casos, así com o tam -bién por SCHITTENHELM  y  SCHLECHT  6  en los ca-so s de  "enfermedad edem a" que estudiaron dura n-te   la  otra guerra,  así lo confirmaría. Un a hipersu-doración sobre todo  en las partes má s distales delas extremidades también  la  vim os casi siempre, y

en algún caso la presentación de telangicctasias pri n-

cipalmente  en  las sienes y  zonas malares , mu y acu-sadas y  serpeginosas que cedieron con la  renutrición.Uno de los casos las mostró intensísimas y  se acen-tuaban paroxís ticamente, acompañándose  de  epis-taxis  y de púrpu ra maculosa  en las ex tremidades ;el examen de la sangre no deno tó nada anorm al en

los factores de coagulación  y el recuento de p laque -ta s  fue normal ,  y  aunque el  fenómeno de Rum pelfue positivo  el  tratamie nto con cebión  no  p rodu joninguna mejoría.  • • • • • .

Lo que más llama  la atención  y a la  larga tienemás trascendencia entre  las ma nifestac iones de "laenfermedad  en la  piel,  son las paräsitaciones  e in-fecciones;   la  sarna  es  sum am ente frecuente entreestos enfermos  y  además  es muy per t inaz  y  resis-,tente al tratamie nto. N o cabe duda que el  aumen tode frecuencia  de la  sarna  en ciertas capas sociales yépocas  de desnutrición  se  debe principalmente  a lamayor receptividad que tiene la  piel colocada en si -tuación  de  inferioridad.  El prur i to provocando ras-cado produce nuevas lesiones que frecuentemente  seinfectan; las foliculitis  y  las furunculosis son m uyfrecuentes  en estos enferm os, así com o  la  impetigi-nización miliar hecha sobre  las lesiones  (v. el as-pecto típico de la piel de uno de los enferm os en la

Fig. 5

figura  4 ) .  Otros autores han señalado también lafacilidad con  la cual  en estos enfermo s se p roduc enforúnculos (SCHITTENHELM   y  SCHLECHT*5, JAN-SEN 7-',  etc) ; lo  más frecuente  no es que sean gran -des forúnculos sino más bien pequeños, poco dolo-rosos, con poca infiltración, que dan lugar  a la s a-lida del esfacelo central y al  pus y  sobre cuyo cráterse forma una costra que intermitente cae sin que  lalesión haya cicatrizado, sino quedando como una

úlcera tórpida  y  supurante (v. fig5) .

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29 4 REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 15  septiembre  1942

Los abscesos múltiples subcutáneos constituyenotro tipo interesante  de lesión;  se hacen  a  veces enla zona  de una de  esas úlceras, pero otras en zonasaparentemente sanas de la  piel;  a  veces son de pe-

queño tamaño (como  una  nuez) ,  se notan  por li-gero dolor, enrojecimiento  de la  superficie  sin  granaumento  de  temperatura local  y por la  fluctuación,pero otras veces son muy voluminosos (en la espalda,zonas glúteas, muslos)  y avanzan por debajo  de lapiel como  un  proceso disecante.  El  carácter frío deestos grandes abscesos  es su más  notable cualidad;pueden existir.sin  dar  apenas molestias,  y  aunquesu incisión produzca bastante  pus no  haber dadofiebre o ligera elevación térmica. Después  de  abier-tos evolucionan  con  gran torpidez,  y  cuando-asien-tan, como es lo  corriente sobre enfermos  con  altogrado  de desnutrición,  son.  siempre múltiples, apa-reciendo recién incindido  uno, otro  u  otros varios;

muchas veces al  abrirse  el pus es fétido  y  lleva es-facelo  de  tejidos profundos dejando  en  muchos ca-sos al  descubierto fascias, vainas y músculos; la evo-lución  es  muchas veces necrótica desde el principio,como también  han notado  los  autores anteriormen-te mencionados.  En un  caso nuestro  ya  publicado(JIMÉNEZ DÍAZ  rs)  la  sucesión  de  tales abscesos fuetremenda  y llegaron  a  aparecer incluso en la  lengua.

Por último, en la  piel sobre  la  zona  de edemas,al igual  que en  otras formas etiológicas  de edemascrónicos, pero  más aún en  éstos, se producen  a ve-ces flictenas, eritemas  y aun  erisipelas secundariasintermitentes.

Las uñas aparecen  muy frágiles,  y  crecen menos

de  lo  habitual,  se  estrían, abarquillan  y  deformanen muchos de los casos, y el vello del cuerpo, seguíhemos dicho  ya más "arriba, tiende  a  caerse, que-dando  en  muchos casos reducido  a las  axilas  y aipubis, aunque también menos  que anteriormente.

3 /  APARATO CIRCULATORIO. — Lo que más

llama la  atención desde el punto de  vista circulatorio•es la modificación  del pulso, que se hace lento e hi-potenso, fenómeno  que  advirtiéndose  ya en el pri-mer período  es más acentuado  en el  segundo  de laenfermedad;  en las  últimas fases, cuando el  maras-m o es acentuado e irreversible y se tiende al colapsolento persistiendo  la  hipotensión,  se  produce,  sinembargo, taquicardia. En la  Tabla  III ponemos losdatos del pulso en  enfermos tenidos en la clínica.

La bradicardia  que aparece en la  desnutrición hasido observada  ya por  todos  los  investigadores que.han estudiado el  ayuno;  BENEDICT '  señala  el des-censo  por  debajo  de 50, y  toda  la  experiencia  dela desnutrición  en  Alemania coincide asimismo(MAASSE y ZONDECK '9 , JANSEN.^, SCHITTENHELMy SCHLECHT  ÍÓ) ,  así  como  en  Madrid  en la  épocaroja (GlLSANZ s). La  bradicardia podría atribuirsea diferentes factores;  no se  trata, desde luego, deuna bradicardia  por  hipertonía vagal, puesto queno se influye  por la atropina. El EKG no demuestraningún trastorno  de conducción;  en los numerososcasos" en que lo  hicimos hemos hallado siempre,como en el que reproducimos  (fig. 6),  bradicardiasinusal  y  complejos poco marcados.  El  corazón enlas autopsias  se ha  encontrado pequeño  y con unadisminución  de peso  de ún 15-25 por 100  (según

TABLA  III

Número

1  H2  »3  »4  »5  »6  »7  »9  »

1 0  »1 1  »1 2  »1 3  »1 4  »1 5  »

1 6  »17  »1 8  »20  »2 1  »

1  M2  »-.3  »4  »

•5   »6  »7  »8  ».9  »

10  »1 1  »

1 2  »1 3  »1 5  »16  »17  »1 8  »

Presiónmáxima

12,5128,59,5

11—

8  .9,5

12,511,5

99,5

11,5

11,515

11,59,598,5

129978,599,5

1112109

—13—1111

Presiónmínima

67,555—7,5

5,5455677

77,57,5764,57,55,55 "4,54,567

- 7,51086—8,5

•  —

•  7

7

Frec.puls.

4845546042607242505676604844

10048786452SO60727460608066—8066

9290

124888662

Observaciones

Fallecida en seguida»  al ingreso»  » »»  » »»  » »»»

HUELSE hasta  de 50 por 100) ;  clínicamente  tam-poco  se  encuentra au men to  de la  matidez cardíaca,pero  a la  pantalla  se le ve en las  fases edematosasbradicárdicas frecuentemente  de  t ipo h ipotónico  y

LFig.  6

con amplitud  muy disminuida  de movimientos' Es

muy verosímil  que el  edema miocárdico juegue unpapel  en  todo.el cuadro circulatorio, pues  su  pare-cido es  evidente con el que ofrece  el  corazón hipoti-roideo  o  mixedematoso  y el del  beriberi.  De  aquíque nos parezca muy verosímil que un déficit  de B±

pueda jugar un- papel en. su génesis, pues hay otros

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29 6 REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 15 septiembre 1942

más avanzada  el  enfermo  no  solamente  no  tengaapetito sino  que  rechace  el  alimento:  la  falta  deapetito es en  parte condicionada psíquicamente  y esuna manifestación  más de la  apatía  e  indiferencia

que  se  produce  al  cabo, pero  en  parte también esdebida  a las  lesiones  de  mucosas de las  vías supe-riores.

Las mucosas bucal  y  faríngea están generalmentesecas,  a  pesar  de la  gran ingestión  de  líquidos quegeneralmente hacen estos enfermos;  y no solamentesecas, sino enrojecidas difusamente; glositis, farin-gitis  y  estomatitis  se veían  en  todos  los  enfermosen situación grave.  Muy frecuentemente esta infla-mación toma  un  tipo ulceroso y hay  parasitacionessecundarias  por  levaduras  y  hongos;  el  fenómenode la  lengua negra producido como se sabe por unalevadura  y las  aftas bucales  se vieron  con  frecuen-cia. La  glositis unida  a la anemia,  las pigm entacio-

nes y el  aspecto  de la  piel hace  que de primera in-tención  el  diagnóstico diferencial  con una  anemiaperniciosa,  un  Addison  y una  pelagra,  se plantee.T u v i m o s  un  caso  que además de los  edemas  y laintensa desnutrición presentaba  una  estomato-farin-gitis seca  con  disfagia  del  tipo Plummer-Vinson  yuna intensa anemia,  así  como koilonichia; supusi-mos que aparte  de la  desnutrición padecía  una ane-mia de Kaznelson (se confirmó  la existencia de  aqui-lia)  y con un  tratamiento  de hierro desapareció ladisfagia,  la  anemia  y el  trastorno trófico, persis-tiendo  la d esnutriciónt  de la cual se  repuso ulterior-mente.

Molestias  de  estómago  no  suelen acusar, salvosensación  de  peso epigástrico después  de las comi-das;  más frecuente  es el  meteorismo intestinal do-minantemente  del  delgado, centroabdominal  porconsiguiente,  con  movimientos intestinales aumen-tados  que se palpan  y aun ven fácilmente  a  travésde las  débiles paredes abdominales; tales movimien-tos se acompañan  de borborigmos.  La diarrea  es elmás interesante  de los  fenómenos digestivos  y alpaso constituye uno de los síntomas  más frecuentese interesantes  de la  enfermedad.  De  menor intensi-dad, algunas veces es en cambio intensísima en otroscasos, llegando  a  constituir  una  pérdida enorme delíquidos  y  sales;  12 y aun 20  deposiciones líquidas

tienen algunos casos, pero  lo más frecuente  era de3-6.  El  examen coprológico denotaba hiperperistal-tismo (restos alimenticios  en  cantidad notable), re-acción positiva de albúminas disueltas y aumento deamoníaco; cuando  se  hicieron estudios  de  utiliza-ción de las  dietas suministradas  se  pudo averiguar,como  se  detalla  en  ulteriores comunicaciones,  Undefecto  de utilización  de las albúminas  del alimentoque cesaba solamente cuando el  sujeto  se había re-nutr ido;  el  estudio radiológico (sobre  el que tam-bién  se.  insiste  en  otra comunicación ulterior)  de-mostró meteorismo, asas del  delgado dilatadas,  pro-duciéndose a veces en ellas el fenómeno  de la  "coli-ficación", y cosa sorprendente,  a pesar de la  diarrea

y  el  cuadro coprológico  de hiperperistaltismo.. unaíentificación notable,  a  veces  muy  acentuada,  deltránsito de la papilla opaca por el delgado. Contra lonormal  (4  horas  de  tránsito máximo por el delga-do)  ' en  muchos casos a las 8, 10 y 12  horas habíaaún residuos en el  íleon  y en las  asas yeyunales di-

latadas.  La  diarrea  no nos  parece,  adelantémoslo,inflamatoria  ni por  defecto digestivo, sino conse-cuencia de un  profundo trastorno^ de la función me-tabólica intestinal.  La  absorción intestinal  se altera

y la dilatación  de las asas con el retardo de  tránsitosubsiguiente  son expresión  de un  esfuerzo compen-satorio con dilatación  y alargamiento  de las asas.

L o  más  interesante  es que las  diarreas afectanprofundamente  el  estado de los enfermos  y en al-gunos casos ya  muy desnutridos  una crisis diarreicaintensa motivó  una  acentuación  de los  edemas, lapresentación rápida  del colapso periférico  y la muer-te.  Organismos en  situación  tan  lábil,  a  semejanzade lo que ocurre con los  niños pequeños  y con losancianos,  no  pueden resistir  la  pérdida  de  agua,iones  y  volumen líquido  que la  diarrea supone  ymueren rápidamente.  En  otros casos  lo que ocurrees que una  desnutrición  de  media intensidad  y lar-

vada hasta entonces, se pone de manifiesto  con mo-tivo  de una de  estas crisis diarreicas.  Al  principiopensábamos  que quizá  lo más frecuente  era que ladiarrea provocara  la  aparición  de los  edemas; nosfundábamos para pensar esto  en que las  primerasseries  de  enfermos  que  veíamos procedían  de uncampo  de  mendigos (C. Y.)  donde  la  alimentaciónera escasa, pero además por su  composición produ-cía frecuentemente diarreas,  y  como  se  trataba  depersonas  ya  depauperadas  se  originaban  muy agu-damente los cuadros graVes de diarrea, edemas y colapso periférico. Después hemos hecho  una  inda-gación  en  todos nuestros enfermos  de las  clínicasy en  varías comunidades  o  sitios  de  recogida donde

aparecían casos  de  desnutrición, atendiendo sobretodo a saber .si  las diarreas aparecían antes o despuésde  los  edemas  con la  mayor frecuencia,  y si e§toj>síntomas  y en qué  prop orción pod ían presentarsetambién aisladamente.

En  una de las  agrupaciones revisadas  (C. V.)cuya dieta detallamos  más  adelante  se  estudiaron66 personas  al  azar entre  1.800 y el  resultado delexamen  de  estos sujetos fue:

Edemas solos  6 ( = 9,09 %)Diarrea sola  13  ( = 1 9 , 6 9  %)Ambos síntomas, pero:E d e m a s a n t e s  14  ( = 2 1 , 1 8  % )D i a r r e a s a n t e s  . . . . . .  1 ( = 1,51 %)

S i m u l t á n e a m e n t e  . . .. . . . 2 ( =  3 , 0 2 3  %)

N o r m a l e s  . 30  ( = 4 3 . 3 5  % )

En otra comunidad compuesta  de 1.500  indivi-duos  se hizo  la  misma investigación sobre  120 su-jetos también tomados  al  azar  (C. C.), con este-resultado:

Edemas solos  . . . . . .  28 (= 23 ,3 3 %)Diarrea sola 10 ( = 8,33  %)Ambos síntomas, pero:E d e m a s a n t e s  23  ( = 1 9 , 1 6  % )D i a r r e a s a n t e s . . . . . .  7 ( = 5,8 %)S i m u l t á n e a m e n t e  . . . . . 2 ( = 1,42 % )D i a r r e a s s i e m p r e  1 ( = 0,71 %)

N o r m a l e s .  4 9  ( = 4 0 , 8 3  °/o)

Como  se ve el procento  de  sujetos nórmales era-muy similar  y  también  lo era el de  sujetos afectos:al tiempo  de diarreas,  y  además  que constituyen elcuadro  más  completo, habiendo  una  variación  ert

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T O M O   V INÚMERO  B ESTADOS DE DESNUTRICIÓN 29 7

los casos que presentaban sólo uno de ambos sín-tomas en el sentido de que predominaban en laC. V. las diarreas y en la C. C. los edemas. Lo quese ve asimismo con absoluta claridad es la preceden-cia del edema sobre la diarrea,'lo cual prueba que ladiarrea es un síntoma más del estado de desnutri-ción y que el edema no es la consecuencia de aquélla.

Para mayor detalle hemos puesto al final unatabla con el tiempo transcurrido entre ambos dos

grandes síntomas edemas y diarreas en la serie deenfermos primeramente recibidos en el brote de ju-nio de 1941. Allí puede comprobarse el mismohecho que en las anteriores indagaciones aparece enel resumen que ponem os. . . . •

6. EL SISTEMA NERV IOSO.—'Un hecho fun-damental hay que hacer constar, y es la diferenciaentre la intensa y rica sintomatología por,parte delsistema nervioso que ofreció la desnutrición obser-vada d uran te la guerra en Madrid (GRANDE y P E -RAITA  '° ,  D ÍA Z RUB IO •?, RO DA, GILSA NZ, etc) y la.escasez de tales síntomas en los brotes de desnutri-

ción que describimos de ahora. Aquellas psicosis ob-servadas coincidiendo con la pelagra no han sidoahora vistas; en estos enfermos existe a lo más apa-tía, depresión, indiferencia, amnesia, y solamente enlos períodos finales estados subcomatosos con on.i-rismo, pero.no delirantes, ni agitados. Solamenteen algún caso en que este cuadro se unió de pelagra,contingencia muy rara según hemos dicho antes,hu bo manifestaciones psicóticas. ' • •

En el sentido neurológico, subjetivamente lo úni-co acusado fueron parestesias, en algún caso calam-bres, y dolores por las extremidades, principalmentelas inferiores; la astenia halla fácil explicación en laintensa disminución de la masa muscular. En la ex-

ploración hemos encontrado frecuentemente reflejostendinosos débiles, y en varios-casos los rotuüanos yaquíleos abolidos; nunca espasticidad, clonus, reflejospato lógic os, etc., es decir, n ada que' hay a indicadoafección del neuro-eje. Esa hipotonia con arreflexiaha solido coincidir con mayores sensaciones subje-tivas disestésicas y con mayor bradicardia. En va-rios de los casos hemos además objetivado trastor-nos de la sensibilidad de tipo periférico. Uno de loscasos tenía un clarísima cuadro de polineuritis conanestesias totales en las extremidades inferiores enel territorio de los ciático-poplíteo externos, cuyadesaparición pudimos ir siguiendo paulatinamentecon la medicación,. El dolor a la presión en las ma-

sas musculares de las pantorrillas era un hallazgosumamente frecuente.En suma, salvo en algún raro caso de pelagra,,

éstos estados de desnutrición no dan una sintomato-logía neurológica comparable en nada a la de aque-lla enfermedad, ni tampoco desde el punto de vistapsíquico hay el menor parecido entre ambas afec-ciones; en cambio sí hay sintomatología en casi to-dos los casos en esbozo, pero en muchos claramen-te desarrollada, de una polineuritis, que hace apro-ximarse la sintomatología a la del beriberi húmedo;ya hemos dicho antes que por esta razón nosotrosno compartimos la opinión sustentada por algunosde que el beriberi húmedo y la "enfermedad edema"

no tienen nada que ver.20

En las fases premortales, cuando el éxito se vaa.verificar en coma se produce a veces un estado finalde hipertonía y entonces se observó en algunos casosBabinsky y Oppenheim uni- o bilaterales, los cua-les atribuímo s al edema cerebral termin al. •

• 7.  FENÓMENOS M ETABÓLICOS.—-Como  las co-municaciones siguientes se refieren a lo obtenido porla investigación metabólica, aquí para completar el •

cuadró nos limitamos a enumerar los datos princi-pales sin comentarlos y sin exponerlos en detalle.El metabolismo basal, que se midió pocas veces,

está disminuido, como es experiencia general queocurre en los estados de desnutrición (VOIT, BENE-DICT, FREUND, KRAUS, etc.). La temperatura ¿spor lo general baja, aunque intercurrentemente pue-

(A) (B) (C)

Fig.  7. — Pruebas de doble sobrecarga (Exton) hechas en el mo-mento del ingreso (A); a los cinco días (B); y a los diez días

y a los tres meses (C ). . _ .

de elevarse por alguna complicación que surja. Laseliminaciones de NaCl, K y de Ca están aumenta-

das,  seguramente por la gran poliuria persistente:a la sobreeliminación de calcio varios autores (JAN-SEN  '3 ,  SCHITTENHELM *-\ etc.) la han dado un aespecial importancia, considerando debidos a ellaprocesos óseos que pueden presentarse en esta afec-ción: osteopatía de hambre, osteomalacia, etc.

Las eliminaciones urinarias de nitrógeno están envalores bajos, pero la alimentación más rica en pro-teínas produce con frecuencia un aumento inmediatode la eliminación urinaria, que denota que las albú-minas ingeridas son rápidamente escindidas parautilizarse con fines calóricos; sólo más adelante sise suministra una dieta abundante en albúminas vá-lidas se ve poco a poco desaparecer esa "inercia del

metabolismo proteico" y comenzar a hacerse re-servas.La glucemia suele ser baja, en la figura 7 repro-

ducimos el resultado de la prueba de Exton en unaserie de estos sujetos en diferentes momentos; enlas pruebas hechas al ingreso en la clínica en malasituación se observan curvas elevadas indicando unamala utilización, en las hechas algún tiempo despuéslas glucemias básales siguen siendo bajas, pero lautilización es ya perfecta y prácticamente no haycurva; ulteriormente al renutrirse el sujeto la glu-cemia basal y la curva se normalizan. Es evidenteque todo esto corresponde a la falta de glucógenodepositado en los órganos y al mecanismo Staub-

Traugott. Las cifras de lípidos en el plasma apare^

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298 REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 15 septiembre 1942

cen más bien bajas cuando la' desnutrición es decierto tiempo.

Las albúminas totales del plasma están en lamayor parte de los casos disminuidas; cifras supe-riores a 6 por roo fueron excepcionales en estos

casos; hemos llegado, en cambio, a tener cifras dealrededor de 3 grs. por 100. El descenso es princi-palmente a expensas de las albúminas, con lo cualresulta un descenso e inversión del cociente alb./glob.Sin embargo, es necesario hacer constar ya, aunque.ello va a ser objeto de un análisis detallado en unade las ulteriores comunicaciones, que la relación en-tre la intensidad de los síntomas y gravedad del es-tado con los valores de prótidos del plasma no esestrechamente paralela.

Desde el punto de vista citológico se encuentraanemia orto- o algo hipocrómica, si bien hay uncontraste entre la intensidad de la palidez de lasmucosas y la hipoglobulia, que explicamos por la

disminución en la cantidad de sangre circulante. Laleucepenia, la linfomonocitosis y la trombopenia•observada en algunos casos denuncian un cierto es-tado de hipoactividad de la medula ósea. Un hechoimportante y que merece análisis aparte es la acele-ración de la velocidad de sedimentación que hemosseñalado ya anteriormente (JIMÉNEZ DÍAZ   *)  y queotros autores no mencionan porque no han debidoobservarlo.

No hemos podido hacer las determinaciones devitaminas en los humores completamente como hu-biéramos querido; esto no obstante, se han estudiadocaroteno y vitamina A (sangre y orina), ascórbicoen la sangre y eliminación urinaria después de la

sobrecarga, y nicotínico en la orina. Los' resultadoshan sido que en algunos casos los valores indicabanuna disminución de A y de C y una eliminaciónescasa de nicotínico; pero en la mayor parte de loscasos no había estado claramente carencial. Es ciertoque la experiencia ha sido pequeña en este sentido,pero poseemos datos obtenidos en nuestro Institutoen una revisión hecha en una zona de población malnutrida que serán ulteriormente publicados. Pode-mos en esencia decir que un déficit de A y de B t  seimbrican, a estos cuadros clínicos con relativa fre-cuencia; que un déficit de C larvado existe en algu-nos,  pero jamás hemos visto contrariamente a laexperiencia reproducida por otros (NlXON'-'7  LARO-CHE y cois, v, etc.) sínto m as esco rbutoides, n idesde luego, escorbuto unirse a lo que es propio deestos estados de desnutrición; muy rara vez (sólodos casos en toda esta serié) se han asociado sínto-mas de pelagra. Tenemos la evidencia de que un es-tado de subnutrición favorece la presentación de lascarencias vitamínicas, pero en cambio en estas des-nutriciones tan intensas dichas carencias específicasocupan un relieve muy secundario; los trastornos depiel, la hemeralopia, la tendencia a los catarros d¿vías superiores, las parestesias, dolor en las pantorri-llas,  hiporreflexia, zonas anestésicas, fragilidad vascu-lar, queilosis (rara vez vista), hipersudoración y en

parte la anemia y los fenómenos digestivos derivanevidentemente de carencia de A, B l f  C, riboflavinay otros factores del grupo B,. En cambio creemosque puede afirmarse que el cuadro en su conjuntofisenciai.no deriva ni tiene nada que ver con una ca-

rencia vitamínica, en lo cual coincidimos la mayorparte de los autores, y últimamente DUMONT yLAMBRECHTS

 4  en Lieja.

8. EVOLUCIÓN; LA MUERTE. — La manera co-

mo hemos visto evolucionar a estos enfermos hadependido de la situación en que ya se hallaban yde la terapéutica instituida. Los sujetos con un cua-dro que podría corresponder a ese que llamamosprimer período, rápidamente se mejoran y comien- -zan a engordar desde el principio; todos sus fenó,-menos desaparecen y parecen hallarse ya bien; unaumento de las calorías en la dieta y un refuerzo enel contenido en proteínas animales, sobre todo.enforma de leche, queso, huevos o carne, producenuna pronta mejoría; sin embargo, en muchos detales casos que hemos tratado, ya en la clínica, yaambulatoriamente proporcionándoles nosotros lacomplementación alimenticia, hemos observado que

por más que subjetivamente se encuentren bien, elcolor no mejora, la cifra de hematíes si era bajapersiste igual y la velocidad de sedimentación semantiene alta. Todo ello es expresión de que la cu-ración es aparente y la situación sigue siendo lábil,lo cual se confirma cuando se ve que cualquier afec-ción intercurrente, por leve que sea, hace caer al su-jeto de nuevo en la misma situación, al igual queen las experiencias ya mencionadas más arriba de'FRENCH y BLOOMFIELD7. Es necesario mantener la.renutrición bastante tiempo para que pueda hablar-se de una reposición absoluta, y un indicio útil comoguía es la estabilización de la velocidad de sedimen-tación y el restablecimiento de una diuresis normal

no poliúrica.Mayores dificultades hay para obtener la curaciónen los enfermos con mayor desnutrición y con cua-dro ya hecho de edemas, diarrea e "inercia de la uti-lización albuminosa". En estos casos la renutriciónno consigue al principio nada; una sobrecarga ali-menticia no tiene en esas fases verdadero objeto yno es conveniente. Los peligros de forzar la inges-tión de líquidos en estos estados ha sido analizadapor EVANS y SHULMAN6  relatando casos en los quepor estimarse que había una deshidratación la inyec-ción de soluciones salinas precipitó un edema gene-ralizado y el edema agudo mortal del pulmón; co-.mo en estos enfermos existen las alteraciones quehemos referido de las mucosas, con facilidad se tienela impresión de que están deshidratados, pero esmucho más eficaz prestar atención, como dichosautores señalan, a la cantidad de líquidos elimina-dos,  pues generalmente a pesar de todo mantienenamplias diuresis, lo cual indica que no hay verdaderadeshidratación contra todas las apariencias. Una ali-mentación abundante en hidrocarbonados de prontoinstituida es sumamente perjudicial; ya uno de nos-otros (JIMÉNEZ DÍAZ   *)  ha señalado algunos casos'que observó en procedentes de cárceles de la zonaroja que al liberarse empezaron a alimentarse in-tensamente con feculentos (patatas, legumbres) prer

sentando entonces fenómenos carenciales que no te-nían, sobre todo de B x; como se sabe, las necesidadesde Bi derivan de la simultánea ingestión de ¿lúcidos(fórmula de Cogwill) y SYDENSTRICKER  V  ha se-ñalado la producción de graves comas mortales en

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TOMO VI

NÚMERO  BESTADOS  DE  DESNUTRICIÓN 299

sujetos desnutridos  al  realimentarlos  con  hidrocar-bonados. SALAMANCA** ha  observado sujetos  quese murieron rápidamente al  realimentarlos; nosotrosno hemos visto casos similares, sino  que  muchoscasos ya en III  período mueren, coman o no coman,indefectiblemente,  y en  otros  una  alimentación ex-temporánea a base de alimentos de no  fácil digestiónorigina  un  mayor desfallecimiento digestivo  condiarreas  que  acaban  con el  sujeto.  Los enfermos enII período mejoran  ya por el  simple hecho del re-poso en la  cama;  es lo más frecuente  que  eliminenlos edemas  por  completo  o en  gran parte  sin mástratamientos  que el  reposo, pero  con  facilidad reci-divan si no son tratados a fondo.  El  tratamiento nopuede' consistir sirio  en una  renutrición progresiva;a veces puede  ser  conveniente hacer transfusiones  desangre  o  simplemente  de  plasma cuando  las  cifrasde proteinemia sean  muy bajas  y los  edemas muyacentuados  con  oliguria; pero  el  beneficio  es muytransitorio,  a la  mañana siguiente  los valores  de lasproteínas del plasma  son otra vez los mismos, segúnhemos pedido ver en varios casos tratados.  La  renu-trición  la  hemos hecho nosotros  por el  empleo  deuna serie  de  dietas escalonadas  en las  cuales  se vaprogresivamente aumentando  el  valor calórico totalde la  dieta  y el  valor de proteínas, así como su cua-lidad;  de  todo ello se habla  en detalle en las publi-caciones siguientes. Como resumen podemos decirque después  de reabsorberse  los  edemas  se sigue du-rante  un  cierto tiempo con una  poliuria marcada  yvelocidad  de  sedimentación alta  y que  poco  a  pocolos balances de nitrógeno  nos demuestran  que el in-dividuo reserva albúminas  y  mejora  su  utilizacióndigestiva. Pero el peso no  comienza a  aumentar sinodespués de  varias semanas,  y  coincide eso por lo ge-neral  con el descenso de la V. S. y la  disminuciónde  las  diuresis;  es  necesaria,  sin  embargo, muchaconstancia para llegar  a  obtener  una  reposición delpeso a lo normal, 3 y más  meses en muchos de nues-tros casos.

En muchos casos  en  período  II, y en la  mayorparte de los que ya se hallan  en período III, a pesarde todo  los enfermos  no  pueden  ser  restablecidos yevolucionan hacia  la  muerte.  En  algunos casos éstase produc e por la reviviscencia de algún proceso anteslarvado, v. gr. una  tuberculosis; otras veces por unacomplicación infecciosa  que  dada  su  situación  me-tabólíca  se  presenta  en  ellos  con  especial facilidad(bronconeumonía, neumonía, empiema,  en  un.casoperitonitis gonocócica)  o por la  multiplicación  de

las supuraciones subcutáneas o de las mucosas, gan-grenas, infección secundaria  de anaerobios,  etc., etc.Pero en  algunos casos la  muerte es más directamentedebida  a la  desnutrición misma.  Las  formas comola hemos visto producirse  han  sido  las  siguientes:a) colapso brusco;  b)  edema agudo  del  pu lmón;c) colapso lento; d)  coma.

El colapso brusco  se ha  presentado pocas veces,así como lipotimias pasajeras  son en  cambio muyfrecuentes.  El  colapso  ha  sido  sin  provocación  ex-terna;  en uno de nuestros enfermos en el  momentode ir a incorporarse en el lecho. Su explicación parececlara,  en la  autopsia aparece  un  corazón pequeño,con atrofia parda;  la  hipotensión  y bradicardia queclínicamente había sido apreciada explicaban  la ter-

minación como  una  consecuencia  de  degeneracióne infiltración edematosa del miocardio que ha  sufridouna dilatación aguda.  El  edema agudo  del  pulmónha sido visto por  nosotros en .varios casos con  todasu sintomatología, sin embargo tampoco es frecuentecausa de la muerte  en estos sujetos; en las autopsiasse encuentra casi siempre edema pulmonar, pero nofue agudo ni de la  intensidad necesaria para impu-

társele  el  final, sino  el  edema  que aparece  en  todoslos sujetos que agonizan en coma o en colapso lento.Este último es el  cuadro que han  ofrecido  la  mayorparte de los  sujetos que han muerto. Venían algunosen una camilla en estado de  inconsciencia, con respi-ración profunda  y en  miosis,  con hipotermia, pre-siones bajas, venas vacías, abdomen meteorizado,algunos estertores en las bases y  taquicardia; en mu-chos  se  veían signos  de  desecación,  en  otros  no yhasta venían  con  manifiestos edemas. Se  encontrabaen  la  sangre cifra baja  de  urea, glucemia normal  oalgo baja,  y en la  orina  que se  obtenía  por  sondadensidad baja  y  nada anormal (m  algún caso aceto-nuria) .  Un  tratamiento  con  estrofantina intrave-

nosa,  B1F  coramina, lobelina, adrenalina,  etc., noproducía ningún efecto  y el  sujeto moría  en  pocashoras. Otros casos  han  venido  en  situación menosterminal  y los  hemos visto nosotros empeorarse; aveces el  empeoramiento  ha  sido  más  lento, comíanpoco al principio, después progresivamente más/ perolos signos objetivos seguían (hipotermia, hipoten-sión, taquicardia, indiferencia),  y o se  acentuabano reaparecían  los edemas o a veces emergía otro sín-toma complicativo  (los  abscesos  o la  diarrea, sobretodo) ; el  colapso seguía acentuándose  y  morían enverdadero  shock.  Otras veces estos enfermos  que es-taban  mal y que no  mejoraban,  de  pronto amane-cieron  un día sin  conocimiento  y muy contraídos,

con trismo.y algunos  en  franco opistótonos, miosisacentuada  y  coma;  de vez en  cuando tenían unascrisis de hipertono,  con  convulsiones en.algunos ca-sos, en los  intervalos  se  encontraba  a  veces un Ba-binsky  u  Oppenheim positivo  y  reflejos vivos;  lapunción lumbar  no dio  nada anormal;  la  sangríahubo  un  caso en que  mejoró inmediatamente  al en-fermo teniendo  la  impresión  de que fue lo que lesacó de  aquella situación. Todo  el  cuadro  nos hacepensar  en un  edema cerebral  o  isquemia; este tipode muerte  se dio  durante  una  temporada  en  todoslos que morían  en una de las  mencionadas agrupa-ciones (C. C.) que hemos revisado y no deja  de serinteresante  el  hecho  de que la  rigidez cadavérica seprodujo  muy  rápidamente.  /

Aunque  el  mecanismo funcional  sea un"  edemaagudo  del  pulmón,  un  cuadro hípertónico-comato-so-convulsivo  que  parece  un  edema cerebral,  o unadepresión circulatoria progresiva  que aboca al  coma,no  se explica  por los  datos clínicos  ni  anatomopa-tológicos  en  virtud  de qué se  llega  a esa  situacióny  son  inútiles todos  los  medios puestos en  prácticacomo tratamiento. Puede decirse  que  cuando  es-tos enfermos están  ya en una  situación maránticasu estado  es irreversible  y  aunque sintomáticamentepodamos  de  modo sucesivo  ir  quitándoles  los ede-mas,  las  diarreas, mejorando  su  estado circulatorio,

abriendo  y  vaciando  sus  abscesos,  etc., los  mismosu otros nuevos síntomas aparecen,  el estado general

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300 REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 15 septiembre 1942

se deprime progresivamente, y se aboca a la muerte.En las autopsias efectuadas no hemos encontrado

sino la gran desnutrición, la falta de grasa no sola-mente en el subcutáneo s ino también en el abdomen

(epiplon, etc.), una desaparición intensa de muscula-tura, y como dato más interesante a nuestro juicioun notable empequeñecimiento de las visceras; losórganos más importantes y por este orden: r íñones,hígado, páncreas, bazo, corazón, aparecen de dis-minuido volumen y peso, el corazón con frecuen-cia tiene el aspecto de la atrofia parda, las demásvisceras aparecen decoloradas pero nada más. Unalesión que haya podido causar la muerte por sí, nose encuentra. Los datos recogidos por PORTER (ci-tado NlXON   ")  dura nte el ham bre en la Ind ia en1877-78 son muy similares: ( . . . el corazón estáen todos los casos muy atrofiado; el músculo pá-lido y céreo tiene los caracteres histológicos de la

atrofia parda, pero no está hipertrófico ni dilatadoy las válvulas están sanas y suficientes. Los pulmo-nes son pequeños y retraídos, anémicos y blandos,salvo en los casos en que la bronconeumonía o eledema agudo pulmonar se asocien. El hígado es ,por regla general pequeño y como los ríñones y elbazo pálido y blando. Las células hepáticas no con-tienen glucógeno ni grasa. Los r íñones son his toló-gicamente sanos con epitelio y túbuli intactos .. .) .P A L T A U F *•*, J A N S E N   '¡,.  S C H I T T E N H E L M y S C H -L E C H T * 5 ,  MAASSE y ZONDECK™, etc., han hechoobservaciones coincidentes.

¿Hasta qué punto estos órganos esenciales parala vida cuyo tamaño ha disminuido han conservado

su integridad funcional?, y por consiguiente, ¿po-dría explicarse la evolución mortal por alguna alte-ración de sus funciones que no se manifieste comolesión fundamental al examen macro y microscópi-co? Investigaciones experimentales que hemos efec-tuado tienden a dar una respuesta a esta gran in-cógni ta .

LOS FACTORES ETIOLÓGICOS DEL PROCESO

No nos referimos ahora a la patogénesis que nopodrá ser analizada s ino cuando hagamos un estudiode los aspectos parciaks que más interesan en este pro-ceso,  n os referimos ahora a las circunstancias quehan podido determinar los brotes de esta afecciónque hemos presenciado.

En la his toria, los "edemas de hambre", que noson s ino una manera de designar por el s íntomamás chocante esta afección, han ido unidos a gue-rras y épocas de carencia alimenticia; no vamos ahacer ahora una revisión histórica sobre la cual seencuentran datos-en el trabajo de GlLSANZ* y en laobra-de los .NlXON.22 .  Los brotes más intensos quese han observado en estos últimos años han sido losde la India estudiados clínicamente por CORNISH;los de la guerra europea del 1914, que afectaron alos imperios céntrales y dieron lugar a los trabajos

d e H Ü L S E , F A L T A , M A A S S E y Z O N D E C K , S C H I T -T E N H E L M y S C H L E C H T , J AN S EN .. P A L T A U F , G E R -HARDT,  RUMPEL y KANACK, etc., etc.; y el actualvisto en España, en Bélgica (DUMONT y LAM-BRECHTS 4 ) ; en F rancia (LAROCHE, BoMPARD yTREMOLIÉRES  ",  GOUNELLE, BACH ET, e tc. «) y

seguramente en otros sitios que no sepamos por lascircunstancias actuales y por dificultad de comuni-cación bibliográfica. En todos estos brotes se hapodido ver que no se trataba de un proceso conta-

gioso y que aparecía en masas de población coninsuficiente alimentación; así, aunque se discuta cuálsea el mecanismo, final de la muerte, cuál el de laproducción de edemas, etc., etc., lo. que parece es-tablecido es que el cuadro en todo su conjunto esuna afección derivada de una dieta insuficiente. Úl-timamente en la India una epidemia de edemas seha demostrado que era debida a la toma de un acei-te de mostaza que llevaba mezclado aceite de argé-mona mejicana (LAL y GUPTA   l6)  pero este edematóxico no es comparable en su cuadro clínico a losestados que nos ocupan. Se trata pues de un cuadrode etiología carencial, dietética. Que las infeccionesmás diversas conforme antes hemos dejado expuesto

precipiten el cuadro edematoso, que frecuentementese produzca una s intomatología eolít ica tras de lacual el cuadro clínico se haga más patente, no quieredecir que éstos sean factores etiológicos, la frecuen-cia de esas infecciones denota ya la existencia de laenfermedad en estado larvado, y en cuanto a ladiarrea ya sabemos que es más veces ulterior queprevia al cuadro de edemas; pero además sabiendoque el cuadro edematoso no es s ino un período yuna. forma clínica de la enfermedad podem os eli-minar las hipótesis que tomen como base una im-portancia etiológica de tales factores.

Ahora bien, ¿qué es lo que en tales dietas favorecela producción de la enfermedad?; las dietas analiza-das por los diversos autores que han estudiado brotessimilares, tenían todas las mismas característicasesenciales que podemos resumir así: eran hipocaló-ricas,  pobres en proteínas y éstas muy principalmen-te de fuente vegetal, y pobres también en grasasiendo, por consiguiente, esencialmente hidrocaír-bonadas. Las dietas que habían tenido los enfer-mos por nosotros estudiados eran sumamente po-bres;  en muchos de ellos no hay lugar a hablar devalor alimenticio; uno de los casos nos dijo que lle-vaba tres meses no tomando otra cosa que un co-cimiento de ajos; tres enfermos del mismo pueblose habían alimentado los cuatro meses anteriores

a su venida con hierbas recogidas en el campo, etc.Casos que no habían tomado proteínas animales enabsoluto, y cuyas dietas no habían tenido un valorcalórico siquiera de mil calorías fueron varios. Pres-cindimos, naturalm ente del detalle de la alim enta-ción de cada caso. Puede tener algún interés en cam-bio recoger la alimentación que oficialmente reci-bían algunos de estos grupos que hemos revisado( T a b l a I V ) .

TABLA IV

Agrupa-

wmsrs

C .  A . . .

ce. .C . V .C. Y. . .

Calorías

2.1511.3991.6631.445

Proteínas

Animales

810

416,3

Vegetales

52,447,570,1545,72

H. de

383,231,238,253,

c.

73687

. Grasas

36,410,918,09

9,43

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••••£•

TOMO  VI

NÚMERO  b ESTADOS DE DESNUTRICIÓN 301

Fig. 8

En una amplia revisión de distintas zonas de po-blación, hemos hallado en algunas capas sociales,constituidas por gente muy pobre (obreros s in tra-bajo, hogares sin cabeza de familia, etc.), valoresmucho más bajos . Nosotros contamos con que losvalores de las agrupaciones citadas hayan sido en larealidad más bajos, pero el déficit que se acusa másintensamente es el de proteínas animales, pues elvalor calórico, aunque inferior al necesario, no esextraordinariamente bajo. Ha tenido por esto graointerés hacer un análisis de la frecuencia de apari-ción de los casos según variaciones obligadas porlas necesidades que hubo que imprimir a las dietasen tales círculos. En la figura 8 se ve lo que ocurrióen un o de estos centros (C . V.) ; la alimen taciónera pobre constantemente en proteínas animales ,pero de un valor calórico mantenido; cuando endiciembre de 1940 el valor calórico de la dieta hubode ser descendido a 1.000 desde las 2.300 que se ve-nían dando, bruscamente aparecieron los casos deedemas y demás síntomas de la desnutrición, en

II período, que fueron ulteriormente manteniéndose.En .la figura 9, se ve lo ocurrido en otra ( C. Ä.) querepite el caso anterior, pero con la curiosidad deque aunque el nivel de las proteínas animales seaumentó mucho, hasta que el valor calórico totalde la dieta no se elevó la frecuencia de casos siguiósiendo alta.

Esto nos demuestra que los dos factores: ca-rencia de proteínas de valor biológico alto, y dé-ficit calórico de la dieta, juegan un papel en la etio-logía; dietas de igual.valor calórico son tomadas entodos los países por un amplio sector de poblacióny, sin embargo, no aparecen estos cuadros, y dietasde más valor calórico, pero con igual pobreza de

albúminas animales también; lo importante parece

ser la conjunción de esos dos factores. El bajo aportede albúminas con dieta baja en calorías origina sin

Fig. 9

duda, a la larga, una desnutrición proteica, puesuna parte notable de las albúminas t iene que ser

empleada para subvenir a las necesidades calóricas,

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302 REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 15 septiembre 1942

y  las albú mi nas recibidas tienen escaso valo r plá s-t ico;  la  desnutrición proteica puede seguir du ranteun cierto t iempo  en  estado larvado  sin dar  s ín to -mas revelantes,  a  menos  que una  sobredestrucciónse origine  de p ron to ,  y  esto puede ocurrir  por unaafección febril intercurrente,  o por un  brusco des-censo en el  valor calórico de la  dieta,  en  cuyo casoel organismo echa mano  de sus  reservas proteicas yamuy disminuidas .  Los estudios  que se han  efectuadosobre  el  metabol ismo  en el  ayuno  .(v.  BENEDICT',LUS K rt , MORGULIS 20,  CHAMBERS, CHANDLER  yBARRER  2),  demuestran  la  impor tancia  que tiene ladesnutrición proteica  en el  ayuno p ro longado .

E n  las siguientes com unicaciones estudiam os su-cesivamente  los  aspectos parciales de las alteracioneshalladas en  estos enfermos tratando  al  final de haceruna síntesis  de  cómo  se  debe comprender  la  pa to -génesis de estos e stados.

R E S U M E N  . • • • ' .

Se hace primero  el  estudio  de  conjunto  y  luegoen detalle  del  cuadro clínico  de desnutrición  que seha tenido ocasión  de  observar  en  España- durantela pasada primavera.  El  térm ino "enfermedad ede-

m a "  con que  casos similares estudia dos anterio r-mente se han  calificado,  no parece aprop iado , pu estoque  se considera  que el edema  es solamente  un sín-t oma  en uno de los períodos evolutivos  de la en-fermedad.  Se estudian  los período s según  la  inten-

sidad  del proceso:  un  prim er período casi s intom á-tico  de  desnutrición larvada  con  adelgazamiento,apatía, as tenia,  y  resistencia disminuida; otro se-g u n d o  de estado en el cual  la hipotensión bradicár-dica, hipotermia, hipotpnía muscular , desnutrición,edemas  y  diarreas son los s ín tomas  de más  resalte,y otro tercero irreversible  de maras mo  con colapsoperiférico  y  desnutrición progresiva  y  frecuentescomplicaciones supu ratorias  de  aspecto frío  y de evo-'lución necrótica.  La  autopsia  no aclara  el  mecanis-m o  de esta evolución progresiva  que no se  remediaco n  la  realimentación,  no  revelando otra cosa queuna- notable disminución  de t a m a ñ o  de los r íñones,hígado, páncreas, bazo  y corazón.  Los  factores exó-genos  que con claridad juegan  un papel  en la  etio-logía  son la  penuria  de  proteína s animales  . y  elbajo valor calórico  ds la  dieta.  La  patogénesis det odo  el  proceso  y el  mecanismo  de producción  delos síntomas principales  así como  su  significación,son estudiados  en  ulteriores comunicaciones.

APÉNDICE

Relac ión  de  fechas  de  apar ic ión  de  s íntomas  e  ins taurac ión déla dieta  más deficiente,  asi como en tr eedemas  y  diarrea en un  grupo  de casos

Número

1 H2 »3  »4 »5 »6  »7 »

10  »11 »12 »13 »14 »15  »16  »17 »1 8 »20  »21 »

1 M. 2 »

3 »4  »5  »•6  » .

•  7 »

9 »

Instauración dietamás pobre

X-I94O'II-41I-40

VI-38III-40XI-40

1-39:  IH-4I

19391-4»1937T

i-40IV-4I

V-40Mucho tiempoV-40

1939I-40

Comienzo  delprimer periodo

I-I94IIV-41

I-4IVI- 4O 'V-40

IV-41XII-40IV-41III-4IXI-40

-  id>I-41

V-41

• IV-41V-41V-411939

XII-40IV :4OIII-41IV-41

VIH-40VH-41

I-38VI-41IV-41

Comienzo delsegundo período

II-194IIV-41

I-4IVI-41XI-40IV-41

XII-40  'VI-41IV-41

XII-40VIII-40

VI-41V-41

VI-41V-41v-41

VI-41  .VI-41

—1 1 1 - 4 1  •

.  IV-41 .VI-41

VII-41VI-41.VI-41IV-41

Relación de épocas de apariciónde edema y diarrea

Edemas y diarrea simultáneosDiarrea 20 días después que edemasSólo edemas •Edemas 4 meses después  que diarrea,Sólo edemasSimultáneamente edemas y diarreaSólo edemasDiarrea 1 mes antes que edemasEdemas 4 meses antes que diarreaEdemas  5 meses antes que diarreaEdemas solamenteEdemas solamenteDiarrea solamenteEdemas 2 meses antes que diarreaEdemas  3 meses antes que diarreaEdemas  10 dias antes que diarreaDiarrea  10 días antes que edemasDiarrea 20 días antes que edemas

Diarrea  15 días antes que edemasSolamente edemasDiarrea  15 días antes de los edemasEdemas varios meses antes que diarreaSimultáneamente  en VII-41Edemas  15 días antes que diarreaEdemas  2 meses antes que diarreaDiarrea 1 mes antes que los edemas

•  • : : < - •   BIBLIOGRAFÍA  .

1  BBNEDICT: — A  study  of  prolonged fasting,  1915  (publ.  núm. 203." de" la  Institución Carnegie  de W ashington).

2  CHAMBERS, CHANDLEB  a  BARKER.—  J.  Biol Chem.,  131, 95, 1930.3  DÍAZ RUBIO. — Rev. clin, esp., 2, 37, 161, 323, 1941.4  DUHONT  et  LÁMBRECHTS. — Rev. Beige d. Se. med., 14, 21, 1942.

5  EDDY  y  DALLDORFF. —  The  Avitaminoses.  Ed.  Williams  a. Wil-kins, 1938.

6  EVANS "y  SHULMAN.— Am. J. med. Se, 199, 237, 1940.7  FRENCH  y  BLOOMFIELD. — J. of Nutr., 14, 117, 1937.8  GILSANZ. — Rev.  clin,  esp.,  3, 189, 1941.9,  GOUNELLB, BACHLT, SASSIER  et  MARCHE. — Bull. s. med. Hop.

París,  57, 635, 1941.10  GRANDE  y  PERAITA. — Vitaminas  y  sistema nervioso, 1941.

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TOMO  VINÚMERO  6

DIVERTÍCULOS ESOFÁGICOS' 303.

11  GRANDE  y. JIMÉNEZ. — Rev. clin, esp., 1, 41, 313, 318 y 323, 1940.12  GRAWITZ. —  Organischer Marasmus, Stuttgart,  ed. F.  Enke, 1910.13  JANSEN. — Oedemkrankheit, Leipzig,  ed.  Vogel, 1920.14  JIMÉNEZ DÍAZ. — Lecciones sobre  las  enfermedades  de la  nutri-

ción. Madrid-Barcelona,  ed.  Científico-Médica, 1939.15  JIMÉNEZ DÍAZ. — Ser., I, 7, 1942.16 LAL  y GUPTA. — Eef.  en  Nutr. abst  a. Rew., 11, 130, 1941.17  LAROCHE, BOMBARD  et  TREMOLIÉRES. — Bull. s. med. Höp. París,

67,   631, 1941.18  L U S K .  — The Science  of  nutrition,  3.«  ed., • Saunders, Filadelfia

y Londres, 1919.19  MAASSE  u.  ZONDEK. — • Das Hungeroedem, Leipzig, ed. Thieme,

'  1920.  • •

20 MAC LESTER. — Nutrición  y  dieta  en  estado normal  y  patoló-

gico. — Trad.  esp. ed.  Salvat, Barcelona, 1942.21  NIXON. — The clin. Jour  , 69, 309, 1940.22  NIXON  a.  NIXON.—Text-book  of  nutrition. Oxford  med.  Publ.

Londres, 1938.23  PALTAUF. — W kl. W., núm. 46, cit. por (26), 1917.

24  SALAMANCA. — Conferencia  en el. I  Congreso Nacional  de  medi-cina forense, 1942.

25  SCHITTENHELM. — En la  obra . de  Stepp, Ernährungslehre, - Ber-lír.,  ed.  Springer,  266, 1939.

26  SCHITTENHELM  U.  SCHLECHT. — Die Oedemkrankheit, Berlín, edSpringer, 1919.

27  SYDENSTRICKER.—-An.  of int. med., 14,  1.499,  1941.28  YOUMANS  a.  CORLETTE. — Am. J. M. Se, 195, 544, 1938.

Z U S A M M E N F A S S U N G

Das klinische Bild  der U nterernährung,  so  wiees im  letzten Frühjahr  in  Spanien beobachtet wer-

den konnte, wird zuerst  im Zusamm enhang bespro-chen,  im Anschluss daran erfolgt  die Darstellungder Einzelsmptome.  Der Ausdruck "Öde mkran k-'heit"  mit dem  einige ähnlich e, früher untersu chteFälle benannt wurden, scheint  uns nicht ganz geeig-net, denn  das Ödem  ist unserer M einung nach nurein Symptom  bei einer  der  verschiedenen Entwick-lungsperioden  der ganzen Krank heit.  Man  unter-suchte  die  einzelnen Perioden, je nach  der  Intensi-tät des Prozesses, wobei man zu  folgendem Schluss:Eine erste, fast rein symptomatische Unterernäh-rüngsperiode,  die  durch Abm agerung, Apathie,Asthenie und verminderter Widerstandskraft larviertwird. Eine zweite Periode, bei der die Bradicardiemit Unterdrück, Untertemperatur, Muskelhypoto-nie,  Unterernährung, Ödeme und Diarrhöen die auf-fallendsten Symptome darstellen. Es  folgt eine drit-te,  irreversible Periode,  die mit  Marasmus, periphe-rem Kollaps  und Untere rnährun g einhergeht undbei  der g leichzeitig oft  eiternde Prozesse  als Kom-plikationen auftreten;  es  handelt sich scheinbar umkalte Abszesses mit  nckrotischem Fortschreiten. DieSektion klärt  den  Mechanismus dieser fortschreiten-den Entwicklung, welche durch  die Wiederernäh-rung nicht geheilt wird, nicht aug, sondern fördertnur eine Verkleinerung  der  Nieren,, Leber,  Pan-kreas, Milz und Herz zutage. Die äusseren Faktoren,

die deutlich  in der Äth iologie eine R olle spielen,sind  das Fehlen  von tierischem Eiweiss  .und  derniedrige Kalorienwert  der  Nahrung.  Die  Pathoge-nese  des  ganzen Prozesses und der Entstehungsme-chanismus  der  Hauptsymptome sowie deren Bedeu-tung werden  in späteren M itteilungen gebracht.

• RESUME'

On fait d'abord  une  étude d'ensemble et ensuitede détail  du  cadre clinique de dénutrition qu'on aeu Toccasion d'observer en Espagne pendant le prin-temps dernier.  Le  terme "maladie oedéme" avec le-

quel on a designé  des cas  similaires étudiés -aupara-vant,  ne semble pas  propre puisqu'on considere que

l'oedéme n'est qu'un Symptome dans une des  pério-des évolutives de la maladie.  On étudie  les périodesd'aprés l'intensité  du procés:  une  premiére périodepresque symptomatique  de dén utrition larvée avecamaigrissement, apathie, asthénie et résistance dim i-nuée;  un deuxiéme état dans lequel 1'hypoterisionbradyeardie, l'hypothermie, l'hypotonie muscu-laire, la dénutrition,  les oedémes et la  diarrhée sont

les symptomes  les  plus remarquahles,  et enfin unautre troisiéme irreversible de  marasme avec un col-lapsus périphérique  et  dénutrition progressive ainsique  des  complícations suppuratives fréquentes d'asL-pect froid  et  d'évolution nécrotique. L 'autopsien'édaircit  pas le niécanisme  de  cette évolution pro-gressive, qui n'est pas corrigée par la  réalímentation,ne faisant voir ríen qu'une diminution remarqua*ble du volume des reins, du foie,  du páncreas, de larate et du coeur. Les facteurs exogéniques, qui jouentavec ciarte un  role dans l'éthiologie c'est u niq ue-ment  Je manque  de  proteines animales et la 'valeurcalorifique tres pauvre de la diéte. On étudie dan s desrapports ultérieurs la pathogénése  de tout  le proces

et  le  mécanisme  de la production  des  symptomesprincipaux, ainsi  que sa significatíon.

DOS CASOS  DE  D I V E R T ÍC U L O S E S OFÁ G I-

COS.  OPERACIÓN EN UN  T I E M P O

E.  A L O N S O  •  • . • • • •

De Instituto   de  Invest igac iones MédicasDirec tor : PROF.  C  JIMÉNEZ DÍAZ  • .

Anatómicamente,  los divertículos  de Zencker sonuna dilatación  de la  faringe inferior  en forma debolsa hemiaria  de  tamaño progresivamente crecientey de sintom atología puram ente esofágica,  por  estohan sido designados faríngeos unas veces  y esofági-cos otras. Divertículos de límite los llamó ROSENT-HAL y de  pulsión ZENCKER, que es  quien primerolos describió bien, aunque ya antes los  había obser-vado LUDLOW (1764).  La era radiológica y el pro-greso quirúrgico inaugurado   a  este respecto porv. BERGMAN (1890)  han permitido  el  mejor cono-cimiento  de  esta penosa afección.

Etiología. —  Se trata  de una rara enfermedad,aunque no  tanto que haya impedido que FAIREN en1923 encontrara  en la  bibliografía  126 casos deellos,  7  personales. LAHEY lleva operados  132 yla estadística también americana  de  MOSHER yJUDD (Clínica Mayo) asciende  a 273 casos. Los di-vertículos faringó-esofágicos constituyen  el 90 por100  de los divertículos  del esófago. El mayor nú-mero de divertículos  se presentan  de los 50 a  los70 años, siendo  más frecuentes  en el hombre queen la mujer.

Para la  producción  del divertículo se asocian fac-tores estrECturales y  funcionales, siendo estos últi-mos los más  importantes,  ya que con  punto débilo  sin él en la  pared posterior de la faringe  no hay

duda  que la  incoordinación funcional  de la deglu-ción origina  un aumento  de presión  que hace que

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T O M O  VI

N Ú M E R O  6ESTADOS  DE  DESNUTRICIÓN 371

resultado  de la  testosterapia precoz. Paralelamente,hay  que pensar  que en la  constelación causal  de lamiodistrofia humana,  una hípofunción gonadal  fa-cilita  la presentacion.de  la miodistrofia sobre la basede la  existencia  del gen determinante heredado. Esteefecto indicaría  que la  glándula genital interviene enel metabolismo  del músculo, y por consiguiente, ensu resistencia frente  a la  tendencia  a  realizarse  laenfermedad.

•  • :  RESUMEN

En  el conejo con la  dieta productora  f"de  miodis-trofia  si e$ tratado desde -que aparecen  los primerossíntomas  con  testosterón desaparece  el  cuadro  ini-ciado  y se retrasa en más de dos meses  la presenta-ción de la enfermedad;  si, en cambio, el tratamientose instituye cuando  la  enfermedad está  ya  franca-mente declarada,  el testosterón  no tiene ninguna vir-tud curativa sobre ella.  Se discuten  los resultados .yse concluye  que interviniendo  la hormona gonadalen  el  metabolismo muscular  le hace más resistente ala carencia  de tocoferol; esto aclararía hechos clíni-

cos  que sugieren  la  cooperación  de un  factor hipo-gonadal en la  realización  de la tendencia genotípicaa  la  distrofia,  en el srr humano.

Agradecemos calurosamente  a la señorita  C- Rodrigáñez suayuda  en la  realización  de este  trabajo.

BIBLIOGRAFÍA

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ZUSAMMENFASSUNG

Wenn Kaninchen,  die mit  einer Muskeldystro-phie erzeugenden Diät ernährt werden, sofort  mitTestosteron behandelt werden, Wenn  die  erstenSymptome auftreten,  so verschwindet  das beginnen-de Krankheitsbild,  und das Auftreten  äer  Krank-heit verzögert sich  um 2  Monate. Wenn  die Be-handlung dagegen erst einsetzt, wenn  die Krankheitbereits vol ausgebildet ist, so besitzt  das Testosteronkeinerlei heilende Wirkung mehr.  Die  Ergebnissewerden besprochen, dabei kommt  man zu derSchlussfolgerung, dass  das  Fehlen  des  Tocoferolsbesser vertragen wird, wenn  das gonadale Hormonauf  den  Stoffwechsel  des .Muskels einwirkt.  Daswürde gewisse.klinische Tatsachen erklären,  die andas Mitwirken eines, hypogonadalen Faktors  beider genotypischen Tendenz  zur  Dystrophie beim

Menschen denken lassen.

R É S U M É  •

Chez  le lapin avec la  diéte productrice  de miodis-trophie,  si ón le traite avec  du  testosterón  des queles premiers syrríptomes ápparaissent; • le  cadre quis'était  initié disparait  et la'présence  de la maladie.esirétardée de plus de deux mois; si par contre,  le trai-temént  est  appliqué lorsque  la  maladie  s'est  „fran-

chement déclarée,  le testosterón  n'a aucúne propriétécurative sur cette maladie. On discute  les résultats elon déduit  que lorsque l'hormone gonadal intervienldans le  métabolisme musculaire, celúi-ci devient plusrésistant contre  le  manque  de  tocqférol; ceci vien-drait édaicir  des  faits cliniques  qui  suggérent  lacoopération  d'un  facteur hypogonadal dans  la réa-lisation de la  tendance génothypique  á la distrophie,chez l'étre humain.  •. , ,

ESTUDIOS SOBRE  LOS ESTADOSDE  DESNUTRICIÓN

II  Comunicación

Alteraciones bioquímicas  de los órganos  en la des-

nutrición proteica experimental  • .-.

H.  CAS T RO MENDOZA,  C.  J I M É N E Z  D Í A Z ,  J.  SÁN-

C H EZ RODRÍGUEZ. J. G.  V I L L A S A Ñ T E  y F.  V I V A N C O

(Instituto  de Investigaciones MédicasDirector:  PROF.' C. JIMÉNEZ  DÍAZ).

En  los  estudios experimentales  que se han  efec-tuado acerca de las consecuencias  de dietas  con con-tenido bajo  en proteínas  los resultados  han variadosegún  la  clase  de  animal empleado, edad  de  éste,proteína empleada  y  valor calórico  de la  dieta. Yalos experimentadores  en el  hombre  o en los ani-males (VOIT, FREUND,• TlGERSTEDT..  etc.) en elsiglo pasado advirtieron  que la  intensidad  de laautodestrucción juzgada  por la negatividad  del ba-lance  del nitrógeno dependía  de la alimentación an-teriormente llevada por el animal  y por  consiguien-te de sus reservas grasas; en las autopsias  de anima-les muertos  en  ayuno prolongado  se encuentra unadesaparición  de las reservas  de glucógeno  y de gra-sas que indica su utilización preferente para  los fines

energéticos  de  mantenimiento. Cuando estas reser-vas  aun existen  el consumo  de proteínas  es  muchomás restringido,  y por eso se verifica  el hecho seña-lado por primera vez por VoiT  y que en consecuen-cia podemos llamar "fenómeno  de Voit"  de aumen-tarse  en los  últimos días notablemente  la  elimina-ción  de  nitrógeno  por la  orina. MORGULIS20  haestudiado  los  efectos  del  ayuno dividiéndolos  encuntro períodos, cada  uno de los cuales viene  a co-rresponder  a la pérdida  de 1/8 del peso  del cuerpoy en el IV es donde advierte  ese aumento premortalde  la autodestrucción;  las diferencias  en la  intensi-dad  de este fenómeno  de unos  a otros animales ob-

servada  por  CHAM3ERS, CHANDLER  V  BARKER'

7

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372 REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 30 septiembre 1942

PáncreasRiñones .Bazo  .HígadoGenitalesSangreMúsculos

62  %55 %57 %50 %49  %48 %42 %

que les hacen dividirlos en animales N -altos y N-ba-jos,  corresponden fundamentalmente  a la  cuantíade  sus  reservas, M A C COLLUM '9  critica experien-cias como,  por  ejemplo,  las de  SLONAKER con die-tas  de  contenido progresivamente creciente en pro-

teínas porque  no se  diferencian entre  sí  solamentepor, la clase y  cantidad  de  proteínas, sino porque enel alimento añadido van otros principios, entre otrossales^  m inerales, etc.

En  las experiencias  de  ayuno total  se ha  podidoseguir  la  marcha  del  catabolismo  del  nitrógeno  ytambién  la  participación  que los  diferentes órganostoman  en  ella.  Así  KUMAGAWA (cit.  LUSKl8)  ob-servó  lo que  cada órgano desciende  de  peso compa-rando el que  tienen  en un  animal normal  de  igualclase y  tamaño, con el perro que ha sufrido  un ayu-no de 24  días, y encuentra que las  pérdidas fueron:

Es tóma go 'e in te s t inos  32P u l m o n e s  . . . . 2 9Pie l  . . . . . 28Ce re bro  y  me dula  . 22C o r a z ó n  . . . . 16Esque le to  . . . . 5O j o s  3

' Como estos pesos corresponden  a los órganos pri-vados  del  tejido graso  los  resultados ofrecen graninterés. La  muerte de los  animales en  ayuno, que seprecede de esa elevación de la autolisis no ha podidoser hasta el  presente satisfactoriamente aclarada, peroparece natural pensar  que la  gran autodestrucciónde órganos importantes pudiera  ser su  causa;  sin

embargo,  el  estudio anatomopatológico  no  revelaalteraciones importantes  y  habría  que  pensar comoVoiT  que o su reducción va  acompañada  de una al-teración funcional profunda,  o el  órgano  que haido  así  reduciéndose pierde  la  capacidad  de  utilizarlos materiales nutritivos.  En la  anterior comunica-ción hemos descrito  el  cuadro clínico ofrecido  porsujetos  que han  pasado  un  tiempo variable,  en ge-neral de varios meses, con una  dieta insuficiente tantoen su  aporte calórico total como en el contenido enproteínas  de  valor biológico;  el  estudio  de estos su-jetes constituye  en  realidad  una experiencia  de ayu-no parcial prolongado, por lo  cual ha  sido estudia-

do  con

  detalle  en

  nuestra clínica.  Mas al

  igual  que

en  las  experiencias animales, pasando  por una  seriede manifestaciones  de  enfermedad, cuando llegana cierto extremo mueren  con un  cuadro  de  depre-sión general  y  circulatoria indefectiblemente.  Lasautopsias  ni en  nuestros casosl6 , ni en los de PAL-TAUF; SCHITTENHELM y  SCHLECHT, PORTER, etc.,explican  la  muerte, ni  permiten hallar otra cosa queuna reducción  del  volumen  de los  órganos glandu-lares  más  importantes (hígado, bazo, ríñones...)igual que se  advierte en los  estudios experimentales.

En vista  de lo  anterior hemos emprendido  unaserie  de estudios  en  ratas  a las  cuales se les  puso aun.:i dieta  muy  intensamente oligoproteica, estu-diando, las  alteraciones  en el  peso  y  contenido  de'albúminas  de  hígado, riñones, músculos  y  plasma,y simultáneamente  sus  funciones fermentativas,  así-como su contenido en  vitaminas.

TÉCNICA

Se utilizaron ratas de la  colonia estabilizada  delInstituto;  al  principio  se  comenzaron  las  experien-cias en  animales jóvenes, pero pudimos darnos cuen-

ta  de que  eran  muy  sensibles  a la  falta  de  amino-ácidos indispensables  y  morían  en  poco tiempo sinpermitir  por  consiguiente  una  experiencia  de  ayunoprolongado. Desde entonces se han  hecho  ya  todaslas experiencias con ratas adultas entre los 4 y 5 me-ses de edad, y de  pesos oscilantes entre 171-200 grs.los machos  y  140-153  las hembras. Las que pone-mos como patrón normales  (20  ratas) tenían  unadieta  de  cebada  y  leche fresca  con  levaejura comobase  y  recibían carne cruda  3  días  por  semana,  yen los' otros alternaban zanahoria  con  repollo  o le-chuga. La dieta de  desnutrición proteica estaba com-puesta (dieta  XVI) de este modo:

A l m i d ó nSacarosa  . . .A c.  h íg. bac. .A c.  ol ivas  .Me z c la . s a l ina  .

•  631 02

2 0

5 %  (m. de  M c C o l l u m ) .

Bien mezclados  los elementos de la dieta se derra-man sobre ellos  100 c. c. de un  extracto  de hígadoen el que 1 c. c. = 1 gr. de  hígado fresco (extractodesproteinizado).  El  contenido  en N es de 1,39po r  ioo en la  dieta total (proteínas 8,68 por 100).La cantidad  de  dieta consumida  fue  libre  en  unasratas y  limitada  a 8 grs. diarios en otras, en las cua-les  se  índica.  En  algunos animales  se  instituyeronotras dietas especiales  que van  señalándose  en el

texto (experiencias sobre vitaminas).Algunos animales aparecían muertos  en la  jaulauna mañana,  por lo  general pasados  los 40  días;así  se  eligió ulteriormente  la  fecha  de  sacrificio;  enunas series fueron matándose  con  intervalos  que semarcan, en grupos de ellas para seguir  la marcha delfenómeno, otras fueron muertas cuando  se  adver-tían  los  síntomas  del  último período (alrededor  delos  50  días).  Se  estudiaba  en  todas  la  marcha  delpeso,  cantidad  de  alimento consumida, diuresis  yestado general.

A medida  que  avanza  la  experiencia  se  nota unadisminución  del  apetito  y de la  diuresis,  la  cualllega a ser nula en el último día; en los días últimos

se nota  una  cierta apatía  y en  algunas disnea, frial-dad  y  pelo erizado; quedan luego tendidas  en unestado semicomatoso y en  poco tiempo mueren. Lasexperiencias  que no  corresponden  a  días marcados,son de  animales sacrificados cuando habiendo ya pa-sado  los 40  días  se les  veía  en esa  situación.-  Lamuerte  se provocó  por  sangría  en la  vena cava  in-ferior  sin  anestesia, siendo  los órganos,  ya  privadosde sangre, pesados inmediatamente en la balanza deprecisión.

Las técnicas especiales empleadas  en  cada estudiose van  detallando  al  presentar cada grupo de  resul-tados.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

I . EVOLUCIÓN DEL PESO DE LOS ÓRGANOS (HÍ-

GADO Y RÍÑONES) Y DE SU CONTENIDO EN PROTEÍ-

NAS. — La  determinación  de proteínas en los órga-

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TOMO   VIN Ú M ER O  6

ESTADOS  DE  DESNUTRICIÓN: 373

no s  fue hecha  por el método  de  Kjeldahl, haciendola digestión  con la mezcla  de A rnold-Gunning.

No hemos considerado necesario poner en prác-tica un método  más  complejo como es el preconi-zado por ADDIS,  POO,  LEW  yYUEÑ* aislando lasalbúminas y  pesándolas; estos autores creen  que  ladeterminación  por dosificación' del  nitrógeno y mul-tiplicación  por 6,25 no es  correcta, pues este factorque es el'  válido para  una  clase  de proteínas no lo

es para otras;  sin  embargo, tomando  de sus propiascifras  los valores hallados gravimétricamente  y lo

que resultaría calculando  del, N  6,25  vemos queel error sería obtener  16 por 100 si se calculador N,en lugar  de lo que hallan  16,02 por 100 ( •).' paralas proteínas del hígado, ó 15,91 para las del riñon;como se ve no puede hablarse de una diferencia.

Primeramente se hicieron determinaciones de  pesode los órganos y de contenido en  albúminas de hí-gado, ríñones y músculos en  ratas normales; adver-timos unas diferencias según   el sexo  que nos hanimpulsado a separar  las  cifras normales de hembrasy machos conforme  se ve en la tabla I.

Tabla  I. — PESO  Y CONTENIDO  EN  PROTEÍNAS  DE HÍGADO, RÍÑONES  Y  MÚSCULOS

'  . • EN LOS ANIMALES NORMALES

Número

Machos:

• 0 • .

435132

436. 434

Pesosgrs .

203

220227   .22 723 423 7245

Val.  medios.

Hembras:439437438

54

16 817 017 7206210

Val.  medios.

Pesogrs .

6.0826.4557.1417.1837.2017.4217.531

7.002

4.5644.4274.2025.1815.656

4.806

HÍGADO

Proteínas totales

G r s . %

19.119

19.17521.12521.47520.69421.46920.56120.517

22.56123.63822.25021.38822.11322.390

Grs . abs.

1.162

1.2381.5091.5431.4891.5931.5481.440

]í.0¿9-1.0460.9351.108  .1.2511.074

Pesogrs.

1.139

1.4341.3141.2091.4211.6131.5471.382

1.0331.0241.0591.1111.1261.071

RIÑON

Proteínas" totales

G r s . .°/o.

19.388

20.98819.28718.47019.35620.46920.21919.739

20.52520.306

.19.88518.96319.52219.840

Grs. abs.

0.221

0.3010.2530.222

;  0.2750.3300.3130.274

0.2610.2080.2110.2110.220Ó. 222

MÚSCULOProteínas

totalesgrs.c/o

20.990

21.58821.867 •19.83020.36321.19422.34221.168

21.90622.77522.95020.46321.74621.968.

Tabla II.  PESO  Y CONTENIDO  EN PROTEÍNAS  DE LOS  ÓRGANOS  EN  ANIMALES

EN ÚLTIMO PERÍODO  DE LA DESNUTRICIÓN PROTEÍNICA

Número

Machos:

39139 4401402

•  403

4404 4144 2

Pesosinicial-final

grs .

186-90171- 92185- 91

195- 88180- 93200- 89198- 96188-105

Val. m edios.

Hembras:395407443444445

145- 72140-  73153- 96148- 88148- 82

Val.  medios.  . ..

Pesogrs .

1.9682.8362.0492.9122.1572.1863.190-2.2952.449

2 3432.2172.8362.7841.7952.395

HÍGADO

Proteínas totales

G r s . °|0

22.27518.39420.35018.87519.62518.31117.21919.121

19.271

19.09418.54320.17519.24523.925

20.196 

Grs . abs.

0.4370.5220.417

0.5500.4.-30.4000.5490.439

0.467

0.4470.4110.5720.5360.430

0.479

Pesogrs .

1.0000.8190.991

0.9350.8500.8671.2340.957

0.8190.8681.0220.8980.7510.872

R I Ñ O N

Proteínas totales

G r s .  0/0

19.77517.213.21.788

20.65019.11318.13122.013

19.811

16.99616.52517.31221.10623.300

19.030

Grs . abs.

0.1980.1410.216

0.1930.1720.1570.272

0.193

0.1390.1430:177

.  0.190-0.175

0.165

MÚSCULOProteínas

totalesg r s . °/o

25.325

26.739

25.10225.722

22.71922.600

22.660

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374 REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 30 septiembre 1942

S e g ú n  se ve en los  m a c h o s  los  ó r g a n o s  son  m a y o -re s  qué en las  h e m b r a s ,  así  c o m o  lo es  t a m b i é n  elp e s o p a r a  la  m i s m a e d a d ;  sin  e m b a r g o , t a m b i é n  re-l a t i v a m e n t e  al  peso  el  h í g a d o  es  m a y o r  en el ma-

c h o ,  p u e s c o n s t i t u y e  el 3 por 100 del  peso to ta ld e l c u e r p o  y en la  h e m b r a el 2,58 por 100. Los va-l o r e s  de  p r o t e í n a s  son muy  c o n s t a n t e s s e g ú n  se ad-v i e r t e p a r a c a d a s e x o ,  en  c a m b i o  se  observa  que lac o n c e n t r a c i ó n  de las  m i s m a s  en eí  h í g a d o  es  m a y o re n l a s . h e m b r a s ; a h o r a b i e n ,  el  cá lcu lo  de  c a n t i d a dd e p r o t e í n a h e p á t i c a  por 100 grs. de  peso to ta l  delc u e r p o d e m u e s t r a  que hay una. escasa d iferencia  so-l a m e n t e  (0,63 en el  m a c h o  y 0,57 en la  h e m b r a ) .Las c i f r as  de  r í ñ o n e s  son  e q u i v a l e n t e s  en  a m b o s  se-x o s  y  a s i m i s m o  en los  m ú s c u l o s .

E n  los  a n i m a l e s  en el  per íodo f ina l  de la  d e s n u -t r i c i ó n c o m o  se ve en la  t a b l a  II, se  p r o d u c e n g r a n -d e s v a r i a c i o n e s .  El  h í g a d o  ha  d i s m i n u i d o  de  t a m a -

ñ o h a s t a  ser  s o l a m e n t e  el 35,4 por 100 de su  v o l u -m e n a n t e r i o r ( p é r d i d a  de un 64 ,6 por 1 00) , en losm a c h o s ,  y al 49 ,7 por 100  ( p é r d i d a  de 50,3) enl a s h e m b r a s ,  en  t o d o c a s o  más de la  m i t a d .  Los ri-ñ o n é s  han  d e s c e n d i d o a u n q u e m e n o s i n t e n s a m e n t eq u e  el  h í g a d o ,  a un 69,3 por 100 en el  m a c h ó  y8 1 , 3  por 100 en la  h e m b r a ( p é rd i d a  del 30,7 y1 8 , 7 ,  r e s p e c t i v a m e n t e ) .  En  c u a n t o  a la  c o n c e n t r a -c i ó n  de  p r o t e í n a s  es  c u r i o s o o b s e r v a r  que  p r á c t i c a -m e n t e  no hay  n i n g u n a d i f e r e n c i a , s i n o  que la con-c e n t r a c i ó n  se  c o n s e r v a  la  m i s m a ; e s t e h e c h o p a r e c es u m a m e n t e i m p o r t a n t e p a r a d e m o s t r a r  que:  el hí-gada  y el  riñon  han  proporcionado proteínas parala nutrición  del  anim al , pero  a  expensas  de  dismi-nui r  la  cant idad  de  parénquima  y en  cambi o  sin al-

terar  su  concentración  en el  tejido restante.  En  c u a n -t o  a los  m ú s c u l o s , 'c u y a m a s a t o t a l  no fue  d i r e c t a -m e n t e e s t i m a d a ,  se ve un  a u m e n t o  de la  c o n c e n t r a -ción  que se e x p l i c a r í a  por una  d i s m i n u c i ó n  del con-

t e n i d o  en  a g u a .El descenso  del  peso  de  h í g a d o  y  r í ñ o n e s  ha  s i d os e g u i d o  en  o tras ser ies  de  a n i m a l e s  a los  cua les  sesacr if icó sucesivamente  a los 10, 17, 24 y 31  d í a s ;l o s r e s u l t a d o s o b t e n i d o s  son  b ien v is ib les  en la ta-b la  III, y en  fo rma g ráf ica  se  r e g i s t r a n  en la  figu-ra  1. En los  p r i m e r o s  10  d í a s  el  descenso  de  p e s od e l h í g a d o  y de los  r í ñ o n e s  se  h a c e  muy  p a r a l e l a -m e n t e  al del  c u e r p o ; a l r e d e d o r  de los 24 los  r í ñ o -nes  se ve que han  d i s m i n u i d o  de  p e s o  lo que erapos ib le  y ya su  peso  se  e s t a b i l i z a ,  y el  h í g a d o s i gu ep e r d i e n d o a u n q u e  no tan  i n t e n s a m e n t e c o m o  elp e s o t o t a l .

L o s a n t e r i o r e s h a l l a z g o s c o n f i r m a n  el  p u n t o  de

v is ta  ya  a c e p t a d o  de  a n t i g u o  de la  ex is tenc ia  en elo r g a n i s m o v i v o  de  reservas  de  p r o t e í n a s  que  p u e d e nser u t i l i zadas  en  ocas ión  de  p e n u r i a  de  e l las  en lad i e t a . E v i d e n t e m e n t e a p a r t e  del  v a l o r p l á s t i c o  de lasp r o t e í n a s ,  en los  o r g a n i s m o s  en  c r e c i m i e n t o ,  en lar eparac ión  de  les iones  de  ó r g a n o s  o en la  r e g u l a c i ó nde  su  t a m a ñ o  y  c o m p o s i c i ó n c o n s t a n t e s  a  p e s a r  delo s desgas tes func iona les ,  y  a p a r t e t a m b i é n  de suu t i l i z a c i ó n  con  f ines energéticos,  las  a l b ú m i n a s  rea-l i z a n  una  serie  de  funciones específ icas  que no eséste el  m o m e n t o  de e n u m e r a r  (v.  J I M É N E Z D Í A Z  v).Las inves t igac iones  de los  ú l t i m o s a ñ o s  por los mé-t o d o s  de los  isó topos (SCHOENHEIMF.R  y  c o l a b o r a -dores -'• ) de m ue str an  la  ex is tenc ia  de un  i n t e r c a m -b i o  de  g r u p o s c o n s t a n t e s  de los  a m i n o á c i d o s u n o s

Tabla  III. —  EVOLUCIÓN  DE LOS CAMBIOS EN LOS  ÓRGANOS DURANTE  LA  DESNUTRICIÓN PROTEICA

Número

-

10 días de

500.  . 502

503

Pesosinicial-final

g r s .

régimen:0

240-192232-193 '232-183

Val . , med ios .i j días de 'régimen :

50150 4  •

.  : '499 .

240-192240-199240-192

Val. medios. .  . .

,24 días de régimen:

. /: '496" .  '•;: ' 497

/ ; . 4 9 8   • ' •

2 4 0 - 1 6 52 3 6 - 1 6 52 3 5 - 1 6 4

;.Va l . med ios .  ;

.7 1  días de  régimen:

• ' • 4 9 5

•:.  50 6 . •

.;..;• 51 6

2 3 9 - 1 3 82 3 2 - 1 3 3245-157

•;Val. medios.

Pesogi s .

5.1184.4484.734

4.776

4.5564.4004.359 •

4.438

3.5443.523'  .3.398

3.488  ••

3.2242.967 •

/3.779

3 323

H Í G A D O

Proteínas totales

Grs. %

20.00619.78118.544

19.444

17.63819.00620.001

18.882

19.5441 5 . 9 6 3 '16.325

17.277

19 .04422.10320.600

20.582

Grs. abs.

1.0240.8800.878

0.927

0.8400.8360.872

0.849 •

0.6930.5620,555

O.6Ö3

.  0.6140.6580.779

0.684

Pesogrs.

1.1681.0460.947

1.054.

1.0931.0941.091

1.093

0.9430.9160 .751

0.870

0.7350.900

.1 .290

0.975

R I Ñ O N

Proteins

G r s . »/„

19.91920 .01319.544

19.825

19.44419 .55020.013

19.669

19.30618.34420.794

19.481

• 19 .36318.88819.031

19.094-

s totales , •  •

Grs. abs.

0.2330.2090 .185

0.209 .

0 .2130.2140.218

0 .215

0.182  :0.1680.156

0.169

0.1420 .1700.245

0.186

MÚSCULOProteínas

totalesgrs. «/o

22 .61321.41322.819

22.282

18.44420 .26319 .331

19.346 .

22 .238"24 .969

2O:956'

22 .721

22^58822.94420.881

22 .138

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T O M O  VI :NÚMERO  6 ESTADOS DE DESNUTRICIÓN 37 5

c on   otros , tanto de los preexis tentes en las albúmi-nas celulares como de los que ingresan con el ali-mento, de aquí que el concepto de indispensabilidadde determinados aminoácidos deba tomarse comoaportadores de determinados núcleos químicos queel organismo no puede s intetizar ni derivar más quedel mismo aminoácido entero, puesto que presenteese radical indispensable el aminoácido puede ser

resintetizado en el organismo util izando fraccionesde otros que se destruyen. En el papel descubiertotambién en los últimos años a la methionina como

Fig. 1. — Cambios en peso total ^P. t.) , peso del hígado (H.)y de los ríñones (Rñ.).

aporte de radical CH 3  indispensable en los procesosde mediación (curación con methionina de la caren-cia ¡colínica (GRIFFITH,  W A N Ü E L L  y  W A D E  " ) ,substitución de la methionina para el crecimientopor la colina y homocistina, Du VlGNEAUD, CHAND-LER, MEYER y KEPPEL   9) tenemos la demostraciónde lo antedicho. Dichos núcleos elementales son indis-pensables para ciertos procesos metabólicos esencia-les,  para la constitución de cadenas enzimáticas,hormonas, etc., y en este sentido ninguna diferenciaeesncial hay entre ellos y las vitaminas. Las diferen-tes proteínas de órganos tienen una constitución queles caracteriza, pero todas ellas se pueden formar

agregándose los elementos escindidos de otros com-plejos albuminosos. La conservación de una ciertaconcentración de albúminas y de composición de-terminada en las células es indispensable para lavida, y de aquí que en situación de necesidad seeche mano para conservarlas de las albúminas queno sean tan indispensables y de este modo vengana constituir una "reserva lábil" , como ha s ido lla-mada po r  W H I P P L E  W.  L O  mismo que ocurre conla grasa podría suponerse un equilibrio reversibleentre albúmina en reserva lábil y albúminas de losrespectivos tejidos regulándose la cuantía de la re-serva por ,el balance entre la ingresada y la necesa-ria. Ahora bien, lo que ha sido discutido es si laalbúmina en reserva está en forma especial neutra;

es decir, utilizable ráp idam ente po r cualquier órga-no y dis tinguible de la proteína propia del órganodonde la reserva asiente, por ejemplo, el hígado on o ;  los estudios q uím icos de LUCK (cit.- W HI P-PLE  ?)  no permitir ían establecer tal dis tinción.Pero además  estas investigaciones,  nuestras demues-tran que las proteínas,  que órganos como el hígadoy los ríñones pueden liberar para la reconstrucción

de las más indispensables (proteínas del plasma, porejemplo) y sobre todo para con sus núcleos ins ub s :

tituíbles subvenir a las necesidades de construcciónde enzimas , hormonas , e tc . ,  no se l iberan sin cam-biar el tamaño del órgano;  en esto también el para-lelismo con el tejido adiposo sería exacto en cuanto,según sabemos, no solamente la plenitud de las cé-lulas adípicas , s ino también la "cantidad" de tejidoadiposo depende de la cuantía de los materiales ofre-cidos para reserva.

Los órganos que pueden variar su tamaño y de-parar más albúminas a las necesidades orgánicas to-tales parecen ser el hígado, los músculos y los ríño-nes en estas experiencias, de acuerdo con los resul-

tados obtenidos por ADDIS y colaboradores en estosú l t imos años ' , 3 , ¡,   sobre la participación de los dis-tintos órganos en las pérdidas de albúmina. Pareceindudable que el hígado empieza a perder muy pre-cozmente por cuanto del total que pierde en unayuno de 7 días ya ha perdido la mitad en los dosprimeros (ADDIS, POO y LEW 2 ) ,  y esto constituyesimultáneamente un argumento en pro de su papelimportante como reserva de albúmina disponible.Asimismo parece evidente que la actividad de todosestos parénquimas en la obtención y movilizaciónde reservas es activa y se hace con una cierta electi-vidad, pues el procento de aumento en cada órganoes distinto con diferentes niveles de proteínas en ladieta (ADDIS, LEE, LEW y POO  •?)  y con a lbúminasde diferentes orígenes  ( Y U E N ,  POO. LEW y ADDIS2¡ ) .

Como se ve, aunque las ratas hayan perdido yauna cierta part e de' su híg ado , riñones y mú sculospueden tener un comportamiento normal, y es sola-mente al f inal cuando se producen otros fenómenosque originan la muerte; ésta no puede, pues, seratr ibuida a la disminución de tamaño de tales órga-nos importantes; se sabe que se pueden extirpar2/3 del hígado sin que ocurra nada por eso, y encuanto a los riñones su disminución no pasa de lamitad y equivaldría en cuanto a tamaño a la nefrec-tomía unilateral; pero además ya se ve en la figura-1

como su tamaño viene disminuyendo hasta un lí-mite del cual no se pasa. La muerte no es en sumadebida al empequeñecimiento de los órganos mien-tras éstos conservan, y lo hacen durante muchotiempo, sus funciones normales , y   pueden ser teni-das sus variaciones de tamaño como expresión dé laintervención que t ienen en cuanto reservas lábilesque pueden cederse hasta c iertos l imites cua ndo esnecesario al organismo ; ahora bien, estas reservasvan un idas a la can tidad de tejido parenquim atosoexistente. ,

2 . V A R I A C I O N E S D E L A S P R O T E Í N A S D E LPLASMA. — L a determ inación se hi zo en la sangre

tomada de la cava para sacrificar al animal; la sepa-ración de las fracciones fue hecha según el método

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37 6 ¿?£V/STA   CLÍNICA ESPAÑOLA 30 septiembre 1942

de HOWE  '3  y la del  fibrinógeno según CULLEN  yV. SLYKE  Ó;  la  digestión  del  mater ia l n i t rogenadoco n  la  mezcla  de  A r n o l d - G u n n i n g ,  y la  oxidaciónsegún KOCH y MAC MEEKIN  '? destilándose  el amo-

níaco en el apa ra to  de  Pregl modificado  por  Goebel .La cantidad  de  sangre  en los  animales  en  desnutr i -ción estaba considerablemente disminuida; como ent odas  las experiencias  se  obtenía toda  la  sangre queera exprimible  se ha pod ido  ver que la  cantidad  ob-tenida  en  animales  iba  d isminuyendo  a  medida  quela desnutrición  era más intensa, s iendo menos  de lamitad en los animales en  per íodo terminal ;  una me-dida exacta no se h i zo  sin embargo por no  d isponerentonces de un  mé todo  que nos  satisficiera,  de  aquíque  en  algunos animales  no  haya podido hacerse  ladeterminación  del  fibrinógeno  por no  tener bastantesangre para ello.

T a m b i é n  se  hizo previamente  el  estudio  de una

serie  de 11  ratas normales , mantenidas  con la  dietamixta antes detallada,  por ser la  misma  que  hab íanten ido  los  animales experimentales  al  instituírselesla dieta  XVI. Con  aquella dieta  los  animales  nor-males tienen tina proteinemia inferior  a la  hal ladapor otros autores  y  bastante variable.  El  promedioes  sin  embargo bastante s imilar  en  hembras  y ma-chos (4 .828  y  4 . 7 4 3  grs. por 100  respect ivamente) .E n  la  tabla  IV se ven los  valores obtenidos  y asi-mis mo los de las  fracciones,  en las cuales  se  advierte

Tabla  IV.  VALORES DE PROTEÍNAS TOTALES Y SUS

FRACCIONES EN SANGRE DE RATAS NORMALES CON DIETA

•  MIXTA.

Tabla  V:—PROTEÍNAS  PLASMÁTICAS Y FRACCIONES EN

: • .  •• .  DESNUTRICIÓN PROTEICA

Núm.

M a d

43443543 6

123

Val.

Pesosinicial-final

grs .

ios:

200-245198-220182-237

22 723 4

•••  2 27

medios." .

Hembras:43 7438439

45

Val.

148-170151-177148-168

21 020 6

medios.  .

Proteínastotalesgrs.°/o

6.0384.4635.7753.7633.5005.425

4.828

4.2004.7254.9884.725

: 5.075

4.743

Albúminasgrs .  "/o

2.6601.6801.8201.9602.5202.6602.217

* 2.2402.8003.5002.9403.2202.940

Globulinasgrs .  %

3.2912.5653.8471.7160.8052.5902.469

1.9601.6331.3671.6981.7681.685

Fibrinó-geno grs. °/o

0.1740.2180.1080.1740.1750.1750.171

0.1740.2920.1080.0870.1740.167

también  una  labilidad superior  a la que en los ani-males mayores (perros)  y en el hombre se observan;consideramos  que  esto tiene cierto interés porque silas experiencias no son hechas con suficiente núm erode animales hay el peligro  de  interpretar como sig-nificativas variaciones aisladas.

En  los  animales  en  desnutrición proteica  se hircieron determinaciones  en 5  animales  en  situaciónterminal, ,y en los  grupos  que se  sacrificaron  a los10,  17/24 y  31. días Los  resultados quedan reco-gidos en la  tabla  V, y la  evolución  del  fenómenodurante el curso de la desnu trición  en  forma gráfica

Núm.

39139544144244 3

• - Pesosinicial-final

grs .

186-90145-72198-96188-105153-96

Val. medios.  .,

Proteínastotales

grs. "/o •

4.363. 3 . 6 1 9 '

5.1254.9566.4134.895

10 días de régimen:500502503

240-192232-193232-183

Val. medios.  .

150 1504499

7  días de  reo240-192240-199240-192

Val. medios.  .

2

496497498

4 dia< de  rég

240-165236-165235-164

Val. medios.  .

4.7254.6384.9004.754

im  en :5.0754.988

.5.075. 5.046

imen:5.3384.7254.9885.017

ji días de  régimen:49 5

506516

239-138

232-133245-157Val.-medios.  .

4.900

4.9004.9004.900

Albúminasgrs. »/o

1.3881.212

3:6401.8202.1002.520

1.9602.2402.3802.193

1.2442.2400.8401.441

0.980

2.5201.9601.820

Globulinas

. g r s .%2.378'2.147

1.0422.7302.7132.162

2.8522.4852.1702.502

4.0942.4854,1483.576

3.920

2.3802.9403.080

Fibrinó-geno grs. °/o

0.5970.260

0.1430.1860.1800.170

0.2630.2630.5250,350

en la  figura 2. En lo  referente  a las proteínas totalesno  se ve ninguna disminución, habiendo por el con-trario algún animal  (r; 443, v. gr.) que tenía unacifra más alta posiblemente por anhidrosis.  Una al i -mentac ión , muy  pobre  en  proteínas durante hasta52 días, no produce ningún  descenso  de las pro teí-nas del p lasma . El estudio de las fracciones nos m ues-tr a  en  cambió  que las proporciones  de  albúminas-globulinas se altera por aumento de la fracción glo-

bulínica  con  disminución recíproca  de las  albúmi-nas,  el  cociente  va por  tanto disminuyendo hastaun cierto límite en el cual se estabiliza;  no obstanteesta alteración  del espectro proteico  los animales noexhibieron ningún síntoma patológico (edemas, etc.)que pudiera relacionarse  con ello.  Un  hecho intere-sante observado  con absoluta, constancia  fue el au-mento  del fibrinógeno.  Constanc ia de  las proteínastotales, y. descenso  de l cociente  alb./globs., así com oaumento  del fibrinó geno son los hechos observados.

La observación  de  valores bajos  en el  plasma deprótidos totales e inversiones  del cociente, en  enfer-mos  con  edemas  de  desnutrición (SCHITTENHELMy  SCHLECHT  ,  JANSEN '*,  WEECH  y  LING  2¡,  PE -

TERS  y  colaboradores * ,  DARROW,  HOPPER  yCARY   S,  etcétera)  se ha  hecho reiteradamente. Losconocimientos adquiridos sobre  la  intervención  enla génesis de los  edemas nefróticos  de  similares alte-raciones,  así  como  del  edema  por  plasmaferesis  en

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T O M O  VINÚMERO  6

ESTADOS  DE  DESNUTRICIÓN 377

los perros ,  ha  hecho aceptar  que en la  desnutriciónel descenso  de  a lbúminas  del  plasma  por  falta  deapor te pro te ín ico  y  calórico suficiente originaría  unah' ipoproteinemia  con  cociente descendido cuya  con-secuencia sería  el  edema. Como veremos  en  comu-nicaciones ulteriores,  el  edema  no  puede  ser  expli-cado de ese m o d o . En los pírro s , diversos experimen-tadores (WEECH,  S N E L L I N G  y  GOETSCH*5,  etc.)han p roduc ido por una  dieta pobre prolongada ede-

m a  e  in tensa h ipoprote inemia; pero  la  relación  en-tre ambos fenómenos  no es  constante, pues,  por

O-

C V

• • J

6-

J

2-

I-

 

> • >• •

• • • * 7

^

1  / • • • • —

\

Fig. 2. — Evolución de los valores de proteinns totales, albúmi-nas,  globulinas y fibrinógeno en el curso de las experiencias de

:  desnutrición proteica en las ratas.

e jemplo ,  en los  estudios  de los  citados WEECH  ycolaboradores  y en los de  SHELBURNE  y  EGLOF ^los valores  no son  idénticos.  En las  ratas, FRISCHMENDEL  y  PETERS "  obtuvieron descensos hastade  un 40 por 100 en las pro te ínas  del  plasma  condieta pobre  en  a lbúminas durante  2-3  meses. Nues-tros estudios  no han  podido pro longarse  más  alláde   55  d ías , porque  se  mor ían  los  animales , peroden t ro  de ese  t iempo contrar iamente  a lo  expuesto,no encontramos nosotros , según  se ha  v is to , n ingúndescenso  de la  pro te inemia .  En  cambio, coincidenco n  los nues t ros los resultados  que m e nc io na M c C o -LLUM  ' 9 ,  y que no  hemos podido leer directamentede BLOOMFIELD  y de  WEECH, GOETSCH  y  R E E -VES,  que con  dieta baja  en  pro te ínas mantenidasdurante 2 r  semanas  no se  origina nin gú n descensode  las  pro te ínas p lasmát icas , a t r ibuyend o  las  vistasp o r  los  anteriores autores  al  efecto  de las  tomas su-cesivas  de  sangre  en tan  pequeños animales . En su-m a,  los  efectos sobre  el  p lasma  de una  dieta  de des-nutrición proteica  en las  ratas  son: la  d isminuc iónde  la  cantidad  de  sangré,  el  manten imien to  de lacifra  de  proteínas (¡como  en los  órganos )  y losc amb io s  en la  relación alb./globs.  Esra semejanza  decompor tamien to  del  p lasma sanguíneo  con los ór-

ganos estudiados es muy  interesante  a  nuestro juicio.

3.  V A R I A C I O N E S  EN LA  A C T I V I D A D  DE LOS SIS-

TEMA S  FERMENTATIVOS DE LOS ÓRGANOS. -— De'una parte el .no encontrarse les iones  que  expl iquen-la muerte de estos anima les  así como de los  hombresque mueren  en  desnutrición,  y  de -o t r a ,  la  convic- 'ción  que  hemos razonado  en  líneas anteriores  dequ e  la  disminución  del  t a m a ñ o  de los  órganos pr in-cipales  por sí no  puede explicárnosla tampoco,  noshan llevado  a  investigar cómo estaban  las  funcio-

nes fermentativas  de  algunos órganos  en la  desnu-tr ición.  Los  estudios  se han  hecho sobre hígado,r iñon, músculo  y: mucosa intestinal  y  fueron refe-rentes a actividad  de las  oxidaciones, glucolisis anae-robia  e  intensidad  de la  deaminación.  '  •  '

Estos estudios fueron hechos sobre  los órganos  de[animales  no  anestesiados, muertos  por sangría brus -ca  de la  cava  y  recogidos inmediatamente para  suestudio en el aparato de W a r b u r g .  El  h ígado  y  r iñonen cortes  de  espesor inferior  a 0,3 mm.. el  músculoen forma  de papilla  o en  porciones finas  de  músculoíntegro,  y los  preparados  de  intestino  en  forma  depared completa,  o en  mucosa obtenida ais ladamen-te  por  raspado  con  porta, previo lavado cuidadosocon Ringer.  ' •

Ringer —  bicarbonato —  glucosa, para glucolisis..Ringer-fosfato   de  Krebs, para respiración,  y el mis-m o,  más  d-a lan ina (M /i o o ) para deaminación .( Q O 2 N . )

V f  = 3 c. c.  para glucolisis  y 3,5 c. c.  para co-cientes  de  oxígeno. Atmósferas :  CO2 al 5 por 100en N2 para  los primeros y O , para  los ú l t imos . T iem -po  de  aireación,  dos  m i n u t os . T i e m p o m á x i m otranscurrido desde  la  muerte  del  an imal  por san-gría hasta  la  introducción  de los  vasos  en el ba-ñ o :  25'.  Tempera tu r a  de  és te , 37° ,5 . T iempo  deexperiencia óo'-cjo'.  ' • "

Tabla  VI.  —  AC TIVIDAD  DE LOS  SISTEMAS ENZIMA TICOS

DEL HÍGADO  EN  ANIMALES NORMALES  Y EN  DE S NUTR IC IÓN

P R O TE IC A   • .

A)   R a t a s

Val .medio

1,82,75 ,3

4 ,85,74 ,34,661,6

s4,l

normales

Q 0 2

12,910,7

7,76,83,89,8

4 ,15,46, 52, 95, 89, 64,9o, 56,84,22,56,46

Q 0 2N

14,21312,810,8

9,711,1

11,9

B)   Ratas en  desnutrición proteica

Núm.

44344244044 4390392

391395403

Sexo

9dc/1

0

' c/1

cf

cf9<?

O   N 'Q c o 2

1,83, 71,21,400,4

22, 4

1,6

QO 2

11,86,49,8

14,84 ,3

10

10,19,414,1

10,0

Q 0 2 N

14,411,812,718,5

9, 6

13,4

A continuación exponemos  los  resultados alcan-

zados  en los  diversos órganos estudiados:

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373 REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 30 septiembre 1942

a)  Hígado.  — E n la tabla V I se ven los resul-tados obtenidos con cortes de hígado de ratas biennutridas en dieta mixta y otras sacrificadas en elestado de desnutrición premortal. Se ve-ante todouna dism inuc ión "acentuada de la glücolisis, pues

en tanto que en aquéllas el cociente es de 4,1, es. en éstas solam ente de 1,6. E l cociente de oxíg eno es

normal y aún parece algo más alto en las desnutri-das,  de 6,46 a 10, pero al añadir a los cortes elsubstrato ccn a. ácido (alanina), el cociente que enlas normales asciende de 6,46 a 11,9 (casi al doble)en éstas asciende notablemente menos (de 10 a1 3 , 4 ) .  Los sistemas enzimáticos de la toma de oxí-geno (respiración celular) están, pues, conservados,pero, en cambio, la glücolisis muy intensamente dis-minuida y la deaminación que ya en el hígadonorm al no es enorm emen te intensa, es aún más bajaen los animales desnutridos.

b )  Riñon.  — La tabla V I I recoge los resul-Tabía Vil.  — A CTIVIDAD DE LOS SISTEMAS FERMENTATIVOSEN EL RIÑON DE LOS ANIMALES NORMALES Y LOS EN

DESNUTRICIÓN PROTEICA

A)   Ratas normales

Val.

O  N *

Q c o 2

3,63,2

10,3

8,69,4

3,2

medios 6,3'" . ' 1 •

Q O 2

1215,412,818,313,6

20,210,3"17,2

15,79,9

11,520,1

14,613,811,9

8, 214,1

Q02N

32,34542,535,934,1

37,9

B)   Ratas en

Núm.

4 43442440444390

392391395403

Sexo

9cTcf9c?

c?<?• 9

c?

desnutrición proteica

O   N 2C O 2

5,75,63,63,92 ' •

003,9

3,1

QO 2

20,016,611,915,411,5

18,413,815,718,7

15,8

QO 2N

23,413,314,518,8

7,2

15,4

tados obtenidos sobre los cortes de riñon. Al igualque ocurre en el hígado, el sistema de glücolisisanaerobia tiene una disminuida actividad con todaevidencia, toda vez que de 6,3, que es el cocientenormal, se obtiene en las ratas de desnutrición so-lamente 3,1. También de modo semejante al hígadola respiración (QCX) se mantiene normal (14,1 y15,8,  respectivamente), pero la adición de alaninaque produce en el animal normal un aumento de con-sumo de oxíge no desde Q( X = 14,1 a Q O Í = = 3 7 >9( ), en el caso^ de los aninia les en des nutr ició n n o 'varía (siendo de 15,8, previamente, es después de1 5 , 4 ) .  Esto quiere decir queja función denminantedel riñon está totalmente desaparecida. . ' .

c)  Músculo y m uco sa intestinal .  — En estosórganos se estudió solamente la glücolisis anaerobiay la respiración, recogiéndose en la tabla VIII losresultados obtenidos. En el músculo la glücolisis,

•desde los valores normales de 3,8 ha descendido a 1en el grupo carente, y la respiración también estáalterada, pues desciende desde un QO 2  de 4,2 a 1.7;parece que en los otros órganos, aunque destruidos odisminuidos los sistemas enzímátiecs, las células si-guen respirando, y en cambio en el músculo (quizápor una alteración estructura l pro fun da ) incluso larespiración está muy disminuida.

En tanto en pared intestinal íntegra, así como enmucosa duodenal ais lada, no hallamos ninguna al-teración de su capacidad respiratoria, se observa, porel contrario, un aumento de la glücolisis de las ratasdesnutridas en relación con las normales, mucho

más marcado para los preparados de mucosa que paralos de pared completa. .Después de averiguados estos hechos nos ha pa-

recido interesante saber hasta qué punto se tratadé alteraciones precoces o solamente tardías, pues nonos parecía concebible que el animal hubiera podidovivir hasta su entrada en el período final con unaaparente normalidad y con un trastorno tan pro-fundo de sus actividades fermentativas. A este objetose ha hecho en otro grupo de ratas el estudio, sacri-ficando algunas a diferentes tiempos desde que sehabía instituido la dieta pobre en proteínas. En la

Tabla   VIII.  — GLUC OLISÍS Y RESPIRACIÓN DE MÚSCULO Y PARED INTESTINALDE LOS ANIMALES NORMALES Y DE LOS EN DESNUTRICIÓN PROTEICA

.4).—   Ratas

. ' ' • ' : ' . .  • . • " • ' .

" ' • ' • • - .   ; :  '

  t V   . ' • ' ' . •

.Valores medios ..

normales

Músculo

2,3

2,9-

5,9 '

4,6. 3,5

3,8

Q O 2

í l ,5• • • 5 , 2 - .

6,2• ' 5 , 7 ,

  3,7•-:3,3 i

4,2

Intestino

O   N ' ' 'Q  c o 2 .

12,9.. 7 •

6 , 0

. 6,6

QO 2

15,66,95,34,26,3

.7,6

Número

44344 244 0444 .3903 9 2 '

391395403

B) .  — Ratas en desnutrición

Sexo

O

O '

d ¡

r f •

o-

• . Músculo

Qco 2

0 ,50,201,60,41,8

2, 51,2

1,0.

QO 2

.2,20,40,81,7

•2 ,1

3,80,91,91,7

proteica

Intestino

0 - N 2y  CO2

8,5

17,4.20,311,2

2,8

7,2-27,6

13,6 .

QO 2

2,47

. 10,4 '16,1

3,5

16,819,86,4

10,3

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TOMO VINÚMERO 6

ESTADOS  DE  DESNUTRICIÓN -379

'Tabla IX.— L AS AL TE R AC IO NE S F E R M E NTAT IVAS  EN LOS  ÓRGANOS  A  D IF E R E N T E S T I E M P O S

DE ESTAR SOMETIDOS  A LA  DIE TA P O B R E  EN  P R O TE Í NAS

X ú m .

51 4511

513515512509510.

•  50749 45054 93508

ValoresValores

Sexo

c?< ?

c f< ?   '&•0  ••

o•  o

o9 .9  •

9 .

.Díasde dieta

1519

2023252627333435

medios  .

Pérdidapeso

grs .

.4 967

6 86065   :

38.53524645

medios lote.anteriordesnutridos (1 .a  serie)  .

Valores m edios lote anteriornormales (]

Valoresles (2

.a  serie)  .

medios de 6 norma-." serie)  . .

HÍGADO/

O N 2Q C O 2

1,53.1,84

1,150,914,211,35"

'  3,111,82 •

0,002,28

1,82

1,6

4 ,1

Q O 2 .  .

10,18— ,•

8,058,608,055,70  '

. 6,68 •7,429,256,67

7,84

10

6,46

Q N  .

10,50—

10,459,6010,5011,30

8,927,82

13,35•  7,95

10,04

13,4

11,9

o N*

4,90—

2,302,672,703,764,70

. 3 , 8 63,554,48

3,63

3 ,1

6 ,3

R IÑON

Q O 2  .

• 9 , 9 2—

10,307,9511,05

8,76.—   .—

16,857,67

;10,35.

15,8

14,1

Q N '

20,7.  — •

12,9014,20  '18,20•16 ,6018,3817,1515,5516,42

16,7

15,4

37,9

INTESTINO

Q C O 2

30,46•  — .

11,8056  .20,9016,10

•  15,6130,60'  —

—  •

25,9

6 ,6

13,6

12,8

M Ú S C U L O

O  N2C O 2

• 0 , 5 6—

.  2,364,950,952,824,901,362,603,22

2,63

1,00

3,8

6 ,1

Notas .—'Los valores  de  r i ñon  se  refieren  a  corteza  renal :Los valores  de  intest ino  de los  lotes  de  desnut r i das  y de

normales  de la  primera serie corresponden  a  pared duodenacompleta.  Los del  lote siguiente  se  refieren  a  mucosa duodenalexclus ivamente,  obtenida  por  medio  de  raspado ,  por lo que no

son comparables  con  aquél l os . Tampoco  son  comparables  losde músculo ,  ya que en la  primera serie  se  hicieron  en  múscu-lo   del  abdomen t r i t u rado  a  p un ta de* t ijera  y los  de  la se--gunda serie  en  suficientemente pequeñas porciones finas  demúsculo í n t egro  del  a b d o m e n .

tabla  IX se ven los  resultados obtenidos.  El  estudiode estos valores confirma  lo  obtenido  en la  serieanterior  en  todos  sus  aspectos, pero, además,  de-muestra  que la  alteración  en la  actividad glucolítica'de  los  órganos ( tanto  de  h ígado como  de  r iñon  ymúsculos) empieza precozmente.  En  cuanto  a las

variaciones  de la  actividad deaminativa  del  r iñon  nose  ven en los  animales sacrificados  en los  quinceprimeros días  y  luego  en  unos  se  inicia  y se  hacecompleta  o  casi completa  en  intervalo  de  t iempovariable (coincidiendo esto también  con la  diversi-da d  de las  fechas  a las  cuales  los  animales entran -en  el  per íod o final), viéndose  ya a los  26-27 d íasen  las  r a t a s 509 -510 ,  y en  cambio,  no  habiéndosepresentado  aún a los 33 en la 507.

Lo anter ior  nos  revela  un  hecho sumamente  in-t e r e s a n t e :  los  órganos  que van  perdiendo  en  peso  ycediendo proteínas para el m etabolismo general,  van,simultáneamente, perdiendo  Id  act ividad  de  a lguna

de sus func ion es, pero  no por  lesión estructural, sinopor falta  de  determinado s sistem as ferm entat ivosfundamentales;  la  glucolisis anaerobia padece desdemuy pronto, conservándose  la  actividad respirato-ria, y a lo  ú l t imo ,  el  organismo pierde  su  capacidaddeaminante .  El  resultado  que en  es te momento  se haobtenido  es el  mismo  que el que producir ía  la  extir-pación renal  y la  anulación profunda 'del h ígado enlo   que  respecta  al  metabolismo proteico,  y por eso,sin duda,  su  fracaso  es  natura l  que sea  incompat ib lecon  la  vida.  La  muerte sería, pues,  por un  mecan is -mo anenz imático , puramente b ioquímico .   O t r o  as-pecto interesante  de  estos hallazgos  es el de  demos-trarse  que sin  alteración estructural fundam ental

puede existir  una  anulación funcional  de un  ó rgano

ó s is tema.  El  resultado  de las  experiencias  deELMANN y  HEIFETZ  IO en  perros  con  dieta exclusivade zanahor ias , ha l lando  al  t iempo  que  bajan  lasa lbúminas  del plasma  y el  peso conteniólo  en  proteí-nas  del h ígado  un  marcado déficit funcional  de  este,órgano, demos trado con la  prueba  de isodeikon, po-

drían interpretarse  en  igual sentido.  La  figu-ra  3  recoge  el  resultado  en  conjunto  de  estasexperiencias.

RATAS HORMALCS

ID EN DESNUTRICIÓN PROTEICA

Fig. 3

t

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380 . REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 30 septiembre 1942

4.  C O N T E N I D O  DE LOS  Ó R G A N O S  EN  V I T A M I -NAS  A Y C. — Se  hiz o esta investigación comple-mentar ia  por dos  razones :  en  primer lugar,  porhaber hal lado  en  algunos animales s íntomas  que pa-recían corresponder  a una  carencia  de A que nos

pareció relacionaba  con la. _ . _ _ .  —_—r  ,  f re cu en te h c m e r a l o p i a  y

¡ trasto rnos cutáneos que pre-¡  -., • i  sentan  los  humanos desnu-

•  "  tr idos,  y en  segundo térmi-no ,  porque queríamos  versi la  síntesis del  ácido ascór-

, b i c o  en la  r a t a  se  h a c í aigualmente  en el  estado  decarencia proteínica  que enlos animales normales.

• E fe c t iv am en t e , a lgunosanimales clínicamente exhi-

• bieron  una  conjuntivitis  yunida  a  ello  una  cierta  fos-quedad  del  pelo,  que  pare-cían poder corresponder  a

una carencia  en A;  pero, sobre todo,  nos  l lamóla atención  en la  autopsia  el  hecho de que entre  24ratas,  7  tenían  una  intensa calculosis renal:  en lafigura 4 reproducimos  el  hal lazgo  en uno de loscasos,  viéndose  la  pelvis llena  de  cálculos.  Se  inves-

Fig.4.

tigó entonces  la  colpoqueratosis  en  todas  las hem-bras,  obteniéndose s iempre resultado negativo. Estono obstante, como  se ve en la  tabla  X, los  animalesnormales  con una  dieta mixta conteniendo  ac. híg.bac .  como fuente  de A  tienen valores en el h í g a d o de

33 2  U. I. por gr., las  ratas  en  desnutrición  que re-cibían también  A dan  2 .242  U. I. por gr. y ent o t a l , 5 .419 ;  es  decir,  en  estos animales  el  h ígadocontiene más  bien mayor cantidad  de A  seguramenteprocedente  de los  depósitos util izados  del  adiposo,etcétera,  que  iría  a  acumularse  al  h ígado.  Las  ratasa las que se supr imió el aporte de A en la  dieta, perose  les  m a n t u v o  con una  dieta buena  en  proteínastenían  al  final  de los  veinte días  de  experiencia  va-lores de 412 U. I. p. gr. híg. En  suma,  en las  ratasen desnutrición proteica  el  depósito  de  v i tamina  Adepende, como  en las  normales ,  en  gran parte  deíaporte exógeno. Ésos animales  que  manifestaronconjuntivitis, alteraciones  del  pelo  y  calculosis  re-nal,  no  tenían carencia  de A.  Es to  nos  hace pensarque  su  presencia  en los  animales  con  carencia expe-rimental  de A no se  deba tanto  a  ésta como  a ladesnutrición concomitante.

E n  lo  referente  a la  v i tamina C. la  misma tabla  Xnos  da  cuenta  de lo  obtenido .  En  ratas normales  lacarencia  de C en la  dieta determina  un  aumen to  depeso de las glándulas suprarrenales (de 17,8 a 27,4) ;

Tabla  X.  —  CONTENIDO  EN LOS  ÓRGANOS  EN  VITAMINAS  A Y C

Ratas

H

Vitamina C.

Mgs.o/o" A b s

í G

V.  1

A D 0

Vitamina

U. 1.1gr U. I

A

. abs.

R

\

Mg s

I ÑONES

ritamina C.

• ° / o Abs. y

SUPRARRENALES

Pesomgs.

.  Vitamina "C.

Mgs.;<Y0 A b s .  Y

O b s e r v a c i o n e s

446447

434435436

Medias.437438

439Medias.

39 03 9 1 .39239540Í

.403"407.44 044 1442

. 4 4 3 -•  444 -.,•445;.

Medias. '

5 ,09,7

9,99,6

8, 7

4 ,74 ,6

5 ,44 ,9

265,6590,0

715,4639,0712,4

584,5208,0193,3

246,4215,9

237123

42948 8385

332

3325 73

330412

1.259748

3.2303.1502.S57

2.2681.4702.408

1.5061.761

A).—  RATAS NORMALES

13,011,9

6 ,26 ,27,4

8, 9

2 ,32 ,1

6 ,83, 7

148,6135,7

95,988,8

119,3

117,623,522,2

70,337,6

16,518,4

16,917,420,0

17,827,828,8

255827,4

186,3135,0

121,2100,3127,2

134,073,165,2

80,372,8

30,724,8

20,5*17,925,4

23,820,218,8

10,719,9

6 ,5.  4,7

3 ,46 ,40 ,72 ,42 ,2

10,310,0

2 ,6

.  8,57 ,65 ,0

5,4.

161,692,578,7

149,91,5

51,848,8

292,1319,0

59,7

241,0211,689,7

138,3

2.309

2.0751.0541:8601.232

2.2082.6032.980

1.7532.5274.063

.2.242

B). —  RATAS EN

5.730

4.7912.4593.9622.657

6.2628.3036.839

4.5706.8357.199

5.419

S,54 ,2

10,1' 6 , 2

0 ,72, 76 ,57,2

11,310,2

12,6'  7,34 ,9

7 ,1

DESNUTRICIÓN PROTEICA

99,042,0

118,352,0

6 ,925,256,459,098,0

.125,9

128,865,638,2

70,4

17,319,617,618,819,915,014,915,015,220,3

25,021,619,2

18,3

264,592,251,8

151,061,969,3

126,1232263207,6

189,0206,615,0

147,7

45,7.18,0

9,128,412,310,418,834,8 .40,0

•42,1

47,2.44,62 ,9

27,2. .

Éstas cogidas  de la  jaulageneral para  ser sacri-ficadas. (Dieta mixta.)

Dieta mixta.

Dieta mixta. (Sin Vit. C ni

caroteno.) Desde el dia20 de  experiencia.

Dieta XVI

I n g . l i m i .  8gr . d.  dieta.

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TOMO  VI

NÚMERO  6ESTADOS  DE  DESNUTRICIÓN 381

el contenido en C que procentual mente parece me-nor, lo es menos en valores absolutos en el animalcon dieta sin C que en el que la recibe (valores pro-centuales respectivamente de 134 y 72,8, y valores .absolutos de 23,8 a 19,9). Da la impresión de queel aumento de las suprarrenales tiende a contrarres-tar el defecto de C en la dieta; en otros órganos, éncambio, el descenso es muy marcado (hígado: de584,5 a 215,9; riñones, de 117,6 a 37,6). La

desnutrición proteínica sin suministro de C no afectaa la utilización y depósito de la vitamina C, pueslas suprarrenales de esos animales dan una media de147.7 y 27,2 mgrs. de valor absoluto igual a lade animales que reciben buen aporte de proteínas.En el hígado y riñones el contenido en C está algodisminuido, pero poco intensamente.

En suma, los animales en carencia proteínica uti-lizan bien y depositan normalmente la vitamina A;igualmente las ratas en desnutrición, proteica que noreciben C  en la dieta siguen teniendo valores en losórganos equivalentes a los del animal con dietamixta sin. C.  La supresión del ácido ascórbico a larata (sabido es que en este animal no se puede pro-

vocar escorbuto experimental por efectuar la sínte-sis del ácido ascórbico), origina un evidente aumen-to de tamaño de la suprarrenal que mantiene undepósito aproximadamente igual en su valor abso-luto al del animal que recibe en la dieta la vita-mina C.

A medida que presentábamos los datos en lospárrafos anteriores, hemos ido discutiendo su signi-ficación; queremos ahora solamente resumir lo quenos parece esencial de estos resultados. El estudio delos animales en diferentes períodos, y el disponerde un número bastante bueno de animales patrónnos ha permitido formarnos un juicio de la marchade los fenómenos a la larga de la experiencia dedesnutrición. La dieta ha sido sumamente pobre enproteínas, y también en valor calórico, pues uncierto número de ratas tuvieron un cebo restrin-gido a 8 grs. diarios de la mezcla (401-403-407-440) y las otras manifestaron en seguida anorexia.por lo cual la cantidad de dieta consumida no fuesuperior a ésta a partir de la segunda semana.

Los animales pierden de peso pero se conservanrelativamente bien; pasado un cierto tiempo (desdela segunda-tercera semana) muestran anorexia, apa-tía, menor vivacidad, reacciones menos espontáneas,fosquedad del pelo y algunas conjuntivitis. En estaforma y aumentando muy lentamente los síntomas

se mantienen hasta llegar un momento (por lo ge-neral entre los 45-55 días') en que de pronto decaenprofundamente, quedan indiferentes y algo anhelo-sas,  y mueren en el término de unas horas; lamuerte parece un coma lento. Todo ello es suma-mente similar a lo que en la clínica se encuentraen los enfermos desnutridos, salvo que faltan los .edemas y las diarreas. Los edemas han sido obteni-dos por otros autores que han prolongado la expe-riencia con una dieta menos pobre en proteínasque la empleada por nosotros, lo cual les ha per-mitido llegar a la fase de edema. Evidentemente,cuando la carencia es más intensa, como en nuestrasexperiencias, los fenómenos finales causantes de la

muerte se precipitan; también esto ofrece paralelis-

mo con lo advertido, en la clínica, donde algunosenfermos llegaron a la situación mortal sin haberpresentado nunca edemas, seguramente por haberestado sometidos a una desnutrición más. intensa yrápida.   ' ) . ; • '

La carencia de proteínas exige una movilizaciónde las del organismo, existiendo algunos órganos(hígado, músculos, riñones), que las ceden con- cier-.ta rapidez, y sin afectarse en una primera época sus

funciones; en este sentido puede hablarse de unareserva de proteínas en los órganos, pero es necesa-rio hacer hincapié en el hecho importante de queesta cesión se hace no disminuyendo su concentra-ción en éstos órganos, que se conserva hasta lamuerte, sino por una disminución del tamaño delos órganos mismos. Hay, pues, una verdadera he-pato-, mío- y nefrolisis, que dentro de ciertos lími-tes no parece afectar apenas a sus funciones. Sola-mente se encuentra un precoz descenso de la actividadde sus sistemas enzimáticos relativos a la glucolisisanaerobia; la respiración se mantiene normal enestos sistemas celulares. A lo último es cuando laactividad de ciertos (?) de las cadenas fermentativas

disminuye rápidamente hasta anularse: nosotrosdemostramos esto en lo que respecta a la deamina-ción que desciende en el hígado y llega a desaparecertotalmente en el riñon. La muerte nes parece debidaal agotamiento de ciertos radicales, que posiblementese proporcionan por determinados aminoácidos, yque son necesarios en dichos sistemas; sería, pues,una muerte de mecanismo bioquímico. Simultánea-mente, estas experiencias nos parece que por prime-ra vez establecen cómo puede obtenerse la anulaciónfuncional de un órgano esencial sin lesión funda-mental del mismo, simplemente por paralización dealguno de sus sistemas fermentativos.

En cuanto al plasma, observamos que parejamen-te a lo que pasa con los órganos, disminuye su vo-lumen (no se han hecho medidas exactas), pero sobretodo mantiene su concentración total en proteínasaunque disminuyendo las albúminas y aumentandolas globulinas; se presentó como fenómeno cons-tante también un aumento progresivo de la concen-tración del fibrinógeno.

Todos estos hechos nos parece que aclaran elmecanismo de la muerte en los estados de desnutri-ción, la naturaleza de las reservas proteínicas de losórganos y su participación en el aporte de los radi-cales necesarios en caso de no recibirse del exteriorcon las proteínas de valor biológico.

RESUMEN

Los autores estudian las alteraciones bioquímicasde los órganos en los animales en desnutrición pro-teica experimental; aparte de otros hechos que nose prestan a un resumen abreviado, se obtienen  co-mo  resultados principales los siguientes:

r. El hígado, músculo y riñones constituyenreservas de proteínas que son puestas en circulacióncuando la dieta es carente en ellas; estas reservas nose movilizan disminuyendo la concentración deproteínas en los órganos, .sino disminuyendo elvolumen de los órganos, pero conservando siempre

su misma concentración; son por tanto reservas in-'

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382 'REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 30  septiembre 1942

tracelulares y su liberación se hace por un mecanismoautolítico.

2.  El  descenso de volumen  del hígado y de losríñones se hace sobre todo en  los primeros tiemposde la dieta  de desnu trición; después el  riñon estabi-liza  su  peso  y el  hígado sigue perdiendo, aunquemás lentamente. Seguramente el límite de esos cam-bios se basa en la  cantidad de parénquima que puedecederse sin que sufra  la intervención  del órgano enel metabolismo general.

3.  Ulteriormente  se  produce  una  alteraciónprofunda  en la  actividad de los sistemas fermentati-vos de los órganos (glucolisis anaerobia, deam ina-ción) hasta  que llegan  a  desaparecer conservándosesolamente  el  sistema  de oxidación,  o  sea,  la  respi-ración  de sus células. La muerte parece ser debida aesta anulación de funciones fermentativas esenciales,la cual  se produciría  al  agotarse  las reservas  y no

recibirse del exterior ciertos radicales indispensables.4.  Las proteínas totales  del plasma  no  dismi-nuyen, descendiendo  en  cambio  el  volumen totalde plasma;  el  cociente albúmina/globulina descien-de y el  fibrinógeno aumenta.

5.  La  síntesis  del  ácido ascórbico  se mantieneigual  que en los animales  con  buen aporte proteí-nico.

6. Las reservas de la vitamina A  tampoco se al-teran; se produce en algunos animales una litiasis si-milar  a la  señalada  en  los estados de carencia  de A,que,  por tanto,  no  puede atribuirse a tal carencia,sino simplemente a la  desnutrición.

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19

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21

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23  Y U E N  POO, LEW A ADDIS.—Am  J. P hys. , 129, 685, 1940.

Z U S A M M E N F A S S U N G

Die Autoren untersuchten die biochemischen Or-gänveiränderungen  von Tieren  mit experimentellerProtéiñunterernahrung. Äusser anderen, nicht kurzzusammenfassbaren Tatsachen erhielten sie vor allemfolgende Resultate:

1.  Leber, Muskel und Niere stellen Proteinreser-ven dar, die bei proteinarmer Diät  an  den Kreislaufabgegeben werden. Diese Reserven werden nichtdurch eine Herabsetzung  in der  Proteinkonzentra-tion  in  Anspruch genommen sondern  nur bei Vo-lumenabnahme  der Org ane, aber stets unter Beibe-haltung derselben Konzentration.  Es  handelt sichalso um intrazelluläre Reserven, die durch einen au-tolytischen Prozess freiwerden.

2.  Die Volumenabnahme  von Leber  und Nierevollzieht sich vor allem zu  Beginn der Unterernäh-rungsdiät.  Die  Niere h ält aber nach einer  ge-wissen Zeit  ein  bestimmtes Gewicht  bei, währenddie Leber weiterhin langsam abnimmt. Die Organ-veränderungen hören dann  auf,  wenn soviel Paren-chym verloren gegangen  ist,  dass  der  allgemeineStoffwechsel des Organs  zu  leiden beginnt.

3.  Später entsteht eine weitgreifende Verände-

rung in  der Tätigkeit der fermentativen Systeme derverschiedenen Organe (anaerobe Glykolyse, Verar-mung an Aminosäuren), bis zum völligen Schwund.Nur das Oxydationssystem oder die Atmung seinerZellen bleibt bestehen. Der Tod  erfolgt scheinbarinfolge Aufhebung dieser wichtigsten fermentati-ven Funktionen, wenn die Reserven erschöpfen undvon aussen keine neuen unentbehrlichen Radikalezugeführt werden.

4.  Die Gesamtproteine des Plasmas nehmen nichtab:  dagegen verringert sich das Gesamtvolumen desPlasmas.  Der Quotient Albumin-Globulin nimmtab und das Fibrinogen nimm t zu.

•5.  Der Aufbau  der Asko rbinsäure bleibt beiden

Tieren  mit guter Proteinzu fuhr unverändert.6." Die Vita m in A-Reserven v erändern sich auchnicht. Bei einigen Tieren entsteht eine Steinerkran-kung, wie sie bei den Karenzuständen von VitaminA auftreten  und die deshalb also n icht  auf die  Ka-renz zurückzuführen sind sondern ganz einfach aufdie Unterernährung.  '

R É S U M É

Les auteurs étudient  les  altérations biochimiquesdes organes chez des animaux en  proie d'une dénu-trition protéique experiméntale;  sí  l'on excepte d'au-

tres faits qui ne se prétent pas ä un  resume tres suc-cint,  les résultats p rincipaux que  l'on  obtient sont:1.  Le foie,  les  musdes et. le rein constituent des

reserves  de  protéines  qui  sont mises' en circulationlorsque  la diéte en  manque; ees reserves ne sont pasmobilisées lorsqu"on diminue  la  concentration  deprotéines dans  les organes.  íl  faut faire diminuer levolume des organes, mais oh doit toujours garder laméme concentration;  on  voit done qu'il  s'agit dereserves intracellulaires  et que sa  libération  se  faitpa r un  mécanisme autolitique.

2.  La  diminution de volume  du  foie et'des reinsa lieu surtout dans les premiers temps de  la. diéte dedénutrition; ensuite  le  rein stabilise  son poids,  tan-dis que  le foie, bien que plus len tem ent, continu é äle perdre. Assurément  la  limite  de ees variations estbasée sur la quantité de parenchime qui peut étre ce-dée sans souffrir Tintervention  de  l'organe dans le

. métabolisme general.

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T O M O   V INÚMERO  6 ESTADOS DE DESNUTRICIÓN • 383

3.  . II se produit ultérieurement une imp ortantealtération dans l'activité des systémes fermentatifsdes organes (glycolisis anaérobie, diamination), jus-qu'á ce qu'ils arrivent ä disparaitre en gardant ríenque le Systeme d'oxydation/c'est ä diré la respírationde ses céllules. La mort semble provenir de cette an-nulation des fonctions fermentatives essentielles, la-quelle aurait lieu lorsque les reserves seraient épui-

sées et lorsqu'on ne ne recevrait pas certains radicauxindispensab les vena nt de l'extérieur. • . '4 .  Les protéines totales du plasma ne diminuent

pas ,  tandis que le volume total du plasma descent;le quotient albumine glbbuline descend et par con-tre le fibrinigéne augmente.

5.  La synthése de l'acide ascorbinique reste laméme que chez les animaux quí ont de bonnes re-serves proté iniqu es. -

6. De méme les reserves de vitamine A ne sontpas altérées; chez quelques animaux il se produitune lithiase analogue á celle qui est remarquée dansles états de carence de A, done on ne peut pas l 'at-tribuer ä cette carence, mais tout simplement ä la

dénutr i t ion .

ESTUDIOS SOBRE LOS ESTADOSD E D E S N U T R I C I Ó N

/ / / Comun i cac ión

Las proteínas del plasma y sus fracciones en los'

desnutridos y su evolución durante la renu tric ión

C . J I M É N E Z D Í A Z , H . C A S T R O M E N D O Z A , F . L Ó -

P E Z R U I Z , C. M A R I N A , E . R O D A , E . O R T I Z D E

LANDÁZURI  y  L. LORENTE^Instituto de Investigacion es Médicas y Clínica Médica de laFacul tad de  Madrid.  Director: PROF. C. JIMÉNEZ DÍAZ,)

Uno de los datos que ofrecía más interés estudiaren nuestros enfermos eran los valores de proteínastotales y sus fracciones en el plasma. Las observa-cione s de SCHITTENHELM y SCHLECHT --, JAN-SEN '-', BRUCKMAN y PETERS ¡,  etc., sobre la protei-nemia en los edemas de inanición, establecieron sudescenso como un factor muy constante, de evidenteimportancia en la génesis de los edemas. Desde unpunto de vista experimental, FRISCH MENDEL y

PETERS 9

  en las ratas, demostraron que la dieta dezanahorias productora de edemas, según los traba-jos de DENTÓN y  K O H M A N ?.  lo hacía por dismi-nuir la proteinemia, y otros varios autores han vis toproducirse la hipoproteinemia por la alimentaciónpobre en albúminas en diferentes animales (WEECHy GOETSCH   ¡'i   F.LMANN y HEIFETZ S)  , e tc. Se-parándonos del problema del mecanismo del edemaque hem os de trata r en otra comunicación futura ,tampoco hay unanimidad en asegurar que la ali-mentación pobre en proteínas baste para originar eldescenso de la proteinemia. En nuestras experien-cias en las ratas 1  ya hem os visto que aun despuésde más de 50 días de una dieta pobrísima en albú-

minas los valores de la proteinemia eran normales,

y lo'mismo ha sido visto por otros autores (B1.ÖOM-:FIELD, citado McCOLLUM   "> );  esto hace pens'arque las dietas productoras de hipoproteinemia no lohacían solamente por ser pobres en proteínas, s inbquizá por otras razones (¿falta de algún elementoesenc ia l? ) coinc iden te s. ' . • . • ' ' • " _ •

Fig- 1. — Curvas de distribución de : A,  proteínas totales;  B, co-ciente albúmina: globulinas y  C,  fibrinógeno. .

Con el objeto de aclarar estas incógnitas, hemosestudiado nuestros enfermos a su ingreso, y conintervalos durante él t iempo que han estado some-tidos a renutrición, uti l izando para ello dietas di-versas que se detallan al final (véase apéndice), las

[

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384 REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 30 septiembre 1942

cuales diferían no solamente por su contenido enalbúminas, s ino también por su origen (albúminasvegetales o animales, carne, leche, huevos, queso).Estos estudios han sido hechos en los sujetos inter-nados en nuestras clínicas, y una parte en los perte-

necientes a la enfermería de alguna de las agrupa-ciones estudiadas. Simultáneamente se ha hecho unestudio de las proteínas en el plasma de sujetos sinsíntomas, pero sometidos a idéntica alimentación,y sobre individuos sanos de sectores de la poblaciónde Madrid que fueron revisados desde el punto devista de su alimentación y estado nutritivo.

TÉCNICAS EMPLEADAS. — L a sangre era tom a-da en la flexura del brazo con oxaíato en la pro-porción de 20 mgrs. por cada 10 c. c. de sangre;después de centrifugada, se separaron las fraccionessegún HoWE ", haciendo las determinaciones por cl

Kjeldahl. El fibrinógeno se determinó según latécnica de V. SLYKE-CULLEN*5. Se hicieron al prin-cipio determinaciones paralelas por el método deKlNGSLEY, utilizando el colorímetro fotoeléctrico,pero del es tudio comparativo obtuvimos la convic-ción de ser más seguro el método anterior, que hasido adoptado para toda la investigación.

Tabla I . '— VALORES EN ENFERMOS DESNUTRIDOS

Número

C l.  H . 1

2345679

1011121314151617182021

C l.  M . 12345679

C. C. 810111213

2041424950515253

C. S. l345

. 6. : 7

Proteínastotales

5,5

5 ,14 ,95,15,154 ,55,05,667, 05,295,517,307,355,464,554,815,406,096,694,646,547,015,336,526,655,644,423,774,034,805,313,06

4,265,804,755,695,344,644,814,296,563,813,943,721,642,71.

Albúminas

——

———

2,884,044,592,524,404,372,732,332,102,922,884,551,783,614,102,663,673,682,892,031,061,172,301,621 , 2 1  •

1,212,801,922,803,223,081,963,083,712,10.0,491,541,201,26

Globulinas

——

—.—

2,552,960,252,642,902,662,301,862,712,473,202,152,852,472,912,592,852,972,51

. 2,082,622,742,09

. 2,861,39

2,562,532,252,271,721,25 .2,320,902,761,533,271,910,351,45

Fibri-nógeno

.

——

———

0,21—

0,350,35

——

0,430,35

—. — •

— •

0,45 .—

0,08——

0,230,300,080,130,400,820,46

0,490,520,570,610,390,300,520,300,080,170,170,260,08

Cociente

——

———

1,131,36

18,3 (?)0,951,511,701,191,200,77 .1,220,902,160,621,231,40,991,2

"1,2 '1,050,840,400,421,09

• 0,560,80

0,471,100,851,231,86

- .2,45 .0,843,241,34

. 1,370,140,800,340,86

Ind. nut r.

0,66 dni.

0,66 dni.0,78 dn.0,77 dni..

—0,80 dni.0,80 dn.0,70 dni.0,70 dn.0,67 dni.0,68 dnmi.0,60 dni.0,68 dni.0,50 dnmi.0,76 dni.0,98 dn.0,75 dni.

•— dni.0,89 dn.

- dn.0,67 dni.0,76 dni.

• — d n i .0,75 dni.0,67 dni.0,79 dn.

— dni.0,61 dnmi.0,64 dnmi.

— dnmi. .0,50 dnmi.

-^- dnmi.

0,64 dni.0,67 dnmi.0,62 dni.0,63 dni.0,75 dni.0,75 dni.0,65 dni...0,81 dn.

— dni.:— dnmi.— dnmi.— dnmi.— dnmi.— dnmi.

Sintonías

E, D, dA,DB,

E, D, dA ,dB 2E.dB,E, D.dBi.dBaE.dB,E, D, dA ,dB 2E, dA •E,dA, dß 1 ;d B 2K,  D .E, D,dA,dB , ,dB 2

E, D, dA, dB2E,dB 2E, dA,dB 2D , d A , d B 1 ;d B 2E, D, dA,dB , ,dB 2E , D ••E, D, dA, dB 2

E, D, dA dB, dB2E, D, dB,E , D .dAdB ,E, dB 1dB 2E, D, dA ,dB 2E, D, dB^dB,,E, D, dB,E, Dd,B.,,dB 2E, D, dAE, D, dA,dB 2E, DDDE , DE , D •

DE, D

. . . E , DE, DE ,DEEE • .DDE , DDDD

Notas. — Prots. tot. = proteínas totales; Albs. fc= albúmi-nas ;  globuls. —g lobulinas; fibro — fibrinógeno; coc. = co-ciente a lb./ glo bs. ; ind. n utr.. = índice ele nutrición (hecho se-gún la. técnica relatada en la com. I; .d n. ¡= desnutrido

clínicamente; dni. ¡intensamente desnutrido ; dnm i. = muy in-tensamente desnutrido; síntomas: E = ed em a , D = diarrea,dA = manifestaciones atribuibles a déficit de A ; dBi y dBj, id.respectivamente a Bi y Bi.

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TOMO  VI ESTADOS  DE  DESNUTRICIÓN 385

•••

I .  LOS  VALORES PROTÍDICOS  DEL  PLASMA ENRELACIÓN  CON LA  ALIMENTACIÓN  Y EL  ESTADODE NUTRICIÓN.—-Empezamos  por  exponer  los va-lores obtenidos  en una  serie, de  enfermos, haciendocons tar  los  s íntomas clínicos  que  exhib ían ,  a suingreso (véase tabla  I ) .

Los valores observados  de  proteínas totales  re-velan cifras menores que las existentes en la vida co-rr iente  y en  personas  con  buena alimentación  quecomo  se  sabe están entre  7-8 grs. por 100; la  varia-ción  en  personas normales , sobre todo  en  varones,es relativamente poco amplia, viéndose ya  pocos ca-sos  de 6,5 y de 6, por eso  estos valores  se  puedenreputar cómo bajos  en  general, llegándose en  a lgunocomo en el C. S. 6 a una  cifra  que  nunca habíamosvis to  de 1,64, que  t a n t o  nos  sorprendió  que fuerepetida tres veces confirmándose siempre  el  mis movalor .  En la  figura  1 se ve la  curva  de  variación  delos valores donde  esa  amplificación  es muy  clara.

L o  que  inmedia tamente  nos  interesa  es qué  rela-ción puede tener  esa  cifra baja  con los  s ín tomasmanifiestos  y  sobre todo  con el  edema.  En  este sen-

t ido  la  conclusión tiene que ser  negativa, pues halla-mos edemas  con  pro te inemias  de  7 ,0 -7 ,30 -7 ,01  y7»35, que son  absolu tamente normales ,  y en  cambiocon cifras  de 1,64, 2,71 y 3,72 no  existen edemasen otros tres sujetos; parecen  ser,  pues, necesariosotros factores.

A cont inuación debemos comparar  con  estos  va-lores hallados  en los  enfermos  los  encontrados  ensujetos aparentemente sanos, con una  dieta modesta:los resultados  se ven en la  tabla  II. Las  cifras  sonmanifiestamente  más  altas  y  corresponden  a lo quehab i tua lmen te ha l l amos  en  tiempos corrientes.

Tabla  II.  PROTEÍNAS DEL PLASMA EN SUJETOS SANOS

CON DIETAS POBRES

Número

. 365 379

12 112 513 613 716717 7178181199216

Cifras medias  .

Proteínastotales

7,487,876 , 526 , 4316,0386,7P>76,8256,9036,6036.9896 , 8177,2896,976

6,888

Albúminas

4,694,901,343,223,504,554,6204,3093,2934,5284,3224,8024,194

4,252

Globulinas

2,48  .2,841,833,1242,4511,9241,9422,5081,5092,1182,0662,144

.2,736

2,283

Fibrinóg.

0,306•0,1310,3500,0870,0S70,2630,2630,0860,2570,3430,4290,3430,046

0,230

En  la  revisión hecha  por  nuestros colaboradores,G R A N D E  y  R OF con  ROBINS ON,  bajo  los auspiciosde la  Dirección General  de Sanidad  y con el auxiliode  la  Institución Rockefeller,  se han  obtenido mu-chos datos  que  serán publicados  a su  tiempo, de losque entresacamos  por ser  útiles  a  nuestro actualobjeto  los  siguientes, como ejemplo.  En  familias dediferentes distritos  del  Puente  de  Vallecas,  se han

obtenido  los  siguientes promedios ("tabla  III) :

Tabla III.—VALOR PROTEICO Y CALÓRICO DE -LAS DIETAS

Y PROTEÍNAS DEL PLASMA . '.

Distrito

S u r  •. 'N o r t e  . . .C e n t r o

P i c a z o   • . - . . " .  . . .D o ñ a C a r l o t a  . . . .E v i l l o s   . . .E n t r e v i a .

Proteínasdieta

6 86 7 '5 3

4239  -- 5 2

66

Caloríastotales

1.3501.2201.200  "

1.1301.0651.0401.160

Proteínasplasma

6.967.066.90

7.127;046.716,66

La alimentación  no  difiere mucho  de la que ha-bían tenido algunos de los enfermos  que nos  dieronunos valores bajos  de  pro te inemia;  es a  todas lucesde baj o valor "calórico "y pr ote ínic o  y sin  embargola proteinemia  no  está alterada; y. por  ú l t i m o , com-parativamente, es mayor  la  proteinemia media, verbi-gracia en el  sector Doña Carlota,  con 1.065  caloríasy  39 grs. prote ínas (casi tota lm ent e vegetales)  que

en  el Sur con  x.350 calorías y 68 grs. pro te ínas .  Acontinuación reproducimos ( tabla  IV)  valores  deproteínas  del  p lasma,  en  relación  con las  pro te ínas

Tabla IV.  — PROTEINEMIA EN SUJETOS CUYO INJESTA

PROTEICO EN LA DIETA VARIA A DIARIO

Prot.dieta

1725

553451425058505743395236

Prot.plasma

Prot.dicta

Prot.plasma

Prot.dieta

Prot .plasma

Prot .dieta

66

,9 5,7 9

3027

Sujetos

6,886,83

del grupc

2124

/

67

,83,2 1

2019

Sujetos del grupo .6,666,857,057,527,497,257,137,066,597,037,537,07

524154443636503556526036

6,976,456,367,106,617.756,997,277,007,076,807,26

513547565653445050534841

7,356,156,597,337,337,207,497,096,226,817,196,84

354 0594846344 5465 85 5594 1

8564886465856169709387

8,166,837,346,537,327,236,976,876,986,736,83

Sujetos del grupo

9076648963637062986366

6,296,897,216,237,046,656,747,107,466,807,46

7468757672708485787062

/ / /

7,267,096,956,576,336,877,148,046,776,856,65

7395968 16578666 8 .658 1

Prot .plasma

6 78

7 24

6,806,856,706,657,016,837,156,566,866,927,057,34

6,817,277,487,096,916,826,706,456,837,06

10 410 7

67

,8 6,5 2

14 310 3

Sujetos del

7,507,33

grupo

11110 8

IV6,7,

7427

12 313 7

7,257,10

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386 REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 30 septiembre 1942

de lá dieta en un conjunto de sujetos que agrupamosde este modo: grupo I, de 10-30 grs. al día; gru-po II, 30-60; grupo III, 60-100; grupo IV, másde roo grs.

-  En lo referente a las fracciones proteínicas seobserva en la tabla que por lo general la disminuciónafecta más a las albúminas que a las globulinas, porlo cual los valores del cociente que son normales enmuchos sujetos, tienden a ser bajos (véase tambiénen la figura 1) ; no obstante esto, se ve tambiénque no hay ninguna relación fija de esta variacióncon la tendencia a los edemas, pues, casualmente, elvalor más alto corresponde a un sujeto con edema,y en cambio, el más bajo a otro que no tenía. Lascifras de fibrinógeno (valores normales medios ennuestra experiencia de 0,230) o son normales otienden a ser altas; en la misma figura 1 se observatambién esta mayor amplitud de variación a cifras

altas.  Pero tampoco se ve un paralelismo con lapresentación de edemas.

De la revisión de esta primera parte de nuestroestudio tenemos forzosamente que concluir que lascifras de proteínas totales del plasma en los sujetosvistos con la enfermedad "desnutrición" son másbajas que en otras personas con una alimentacióntambién pobre en proteínas, pero no enfermos; porconsiguiente, no parece que la hipoproteinemia seauna consecuencia directa de la menor cuantía de pro-teínas en la dieta. Un examen de ambos valorescomparativamente en un amplio sector de poblaciónha demostrado que no hay relación entre ellos; su-jetos con dietas muy pobres en proteínas y en calo-rías mantienen al tiempo que una aparente saluduna cifra normal de proteínas del plasma; esto con-firma los resultados obtenidos por nosotros en lasratas con dietas muy pobres en proteínas, ya comu-nicados.. La hipoproteinemia, en suma; i.° No pa-rece ser la causa de los otros síntomas (edema), y2.0  No se explica simplemente por el hecho de estartomando el sujeto una dieta pobre en proteínas. Esun síntoma del estado de desnutrición que coincidecon otros de los que hemos estudiado al trazar elcuadro clínico, pero cuyo mecanismo no es, sencilla-mente, el aporte bajo, sino algo más complejo quees necesario averiguar.

2; .EVOLUCIÓN DE LOS VALORES DE PRO TEÍ-

NAS  Y SUS FRACCIONES DURANTE LA RENUTRICIÓNY CON DIFERENTES DIETAS.—- La marcha de la re-nutrición depende, según hemos podido advertir, denumerosos factores algunos individuales, pero en ge-.neral de la existencia o no de complicaciones muyprincipalmente; así en los sujetos que tenían unaafección febril, infección aguda, etc., lá renutricíóno no se hacía, o muy tórpidamente y con progresomuy inseguro. En otros casos aun sin complicacionesse advirtió una marcha más lenta, que como ulte-riormente veremos podía depender de la intensidadde desnutrición a que se había llegado, o del estado

de la utilización intestinal. Dada la variedad de re-acción, y como sería imposible analizar uno poruno; los numerosos casos que se estudiaron en de-talle, en el apéndice reproducimos los datos de evolu-ción de los prótidos plasmáticos durante la renutri-

ción en un número de casos en los que se siguió du-rante un cierto tiempo. Como puede verse el com-portamiento es distinto de unos casos a otros; habíaalgunos en los que rápidamente se obtuvo la des-aparición de los síntomas (edemas, diarrea, apatía,astenia, etc.), la diuresis se estableció pronto y el pesocomenzó rápidamente a aumentar; estos enfermosque son los que llamamos de "renutrición fácil",en general tenían un cuadro clínico menos intenso.Hay otros en los cuales en cambio el aumento de

i M 

Ulli

Fig. 2. — Marcha de los valores en un caso de  renutrición fácil

peso tardó mucho en empezar, y en ellos toda lasíntomatología cedía mucho más lentamente y conmenor seguridad, pues intermitentemente parecíanempeorar de nuevo; durante un tiempo prolongadose establecieron grandes diuresis, pero todos los da-tos, patológicos, y entre ellos los valores de proteí-nas, plasmáticas permanecían igual; éstos son losque llamamos de "renutrición lenta". En algunosde ellos se observó que pasado un cierto tiempo depronto empezó la renutrición y se hizo ya rápida-

mente como en los primeros, otros en cambio todoel tiempo de observación (alguno más de tres meses)siguieron mejorando con grandes dificultad y len-titud. En las figuras 2 y 3 se reproducen dos ejem-plos típicos.

Es interesante ver en estos dos grupos de enfer-mos cómo eran los valores de proteínas del plasmaa su ingreso. Todos aquellos que tenían valores al-tos de proteínas del plasma se renutrieron fácil-mente, no hubo ninguno en que el aumento de pesoy la desaparición de los síntomas costara trabajo pormás que hubieran disminuido mucho de peso y tu-vieran intensos edemas o' diarreas. Entre los que te-nían hipoproteinemia hubo algunos que se rehicie-

ron también fácilmente, pero la mayoría de ellospertenecían al grupo de los de respuesta lenta y tór-pida. Otro hecho fundamental observado fue éste:no existió paralelismo clínico entre la evolución delas cifras de proteinemia y la de los síntomas clíni-

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TOMO  VI

.NÚMERO 6 ESTADOS DE DESNUTRICIÓN 387

eos;  en efecto, én algunos enfermos todos los s ínto-mas desaparecieron, se elevó el peso y el sujeto seencontraba perfectamente y esto no obstante los va-lores de prótídos totales y las fracciones siguieronsiendo como a su ingreso. En la tabla V hemos re-unido para permitir una vis ión de conjunto la mar-cha de la renutrición, del peso y los valores de pro-teínas, al ingreso y al final, en la cual puede obser

varse perfectamente lo ante dicho . .La influencia de las diferentes dietas fue también

el estado general no normalizó én cambio las pro-teínas del plasma hasta los i i o días en el caso 50 ,y no las modificó en todo el tiempo en el 53; loscasos finales con dietas de alta potencia no se modi-ficaron tampoco. No puede hablarse, pues, en estoscasos de un efecto electivo de tal o cual albúmina,sino sencillamente del efecto beneficioso del aumen-to p rol ong ad o del va lor . calórico y proteico de ladieta; hay, por ejemplo, casos como el C1H 15 enel cual la normalización de los valores del plasma

J

2 .

I ,

 \  5

Jó .

a .

• 6 •

•# .

S .

\

\

/x ,

— * "  flti^

\ A/vy l .\ /Ä^ /  v  \\

A /  V

f

l \

1  V

/A \

\ V\s\

//  ^ ^ 5

/

/

i  cioauis

Fig. 3. —  Marcha de los valores en un caso de renutriciónmu y tórpida

observada; en los casos de "renutrición fácil" éstaempieza a hacerse ya con la dieta B, que tiene comofuente de proteínas esencialmente alimentos vegeta-les.  Con las dietas siguientes que tienen en primerlugar mayor contenido en proteínas, y en segundotérmino más proteínas animales , la renutrición per-siste y la cifra de albúminas se normaliza, pero enalgunos casos en que se prosiguió más tiempo conla dieta B, esto no obstante se obtuvo el mismo re-sultado. Claro que como estos enfermos tenían untrastorno según parece menos profundo a juzgarpor la rapidez de su respuesta, son menos apropia-

dos para juzgar el mayor beneficio de determinadasdietas. Interesan por eso más aquellos enfermos enlos que la renutrición se hizo con dificultad; hayen éste sentido (véase Apé ndice, IV p arte) alg uno jcasos que demuestran como determinadas albúminasson má s eficaces. En el caso O H 9 la mejoría de losvalores de proteínas plasmáticas se inicia desde queS Í   añade hígado a la dieta, lo mismo parece pasaren el C1H 18. En los casos de la serie C. C. 50 y 53no empezó a notarse clara mejoría hasta que se aña-dió leche a la dieta que en el 50, por ejemplo, an-tes tenía solamente 17 grs. diarios de proteínas ani-males y 15 vegetales; pero este efecto no es ni mu-cho menos inmediato; as í como desde el principioinfluyó favorablemente sobre los síntomas y sobre

coincidió con el establecimiento de una dieta congran contenido en garbanzos y arroz. En resumen,no podemos asegurar que los valores del plasma serehagan mejor o peor con una u otra albúmina,aunque nos ha parecido observar un efecto benefi-cioso de la de hígado, y quizá de la de leche (y que-so) , pero las a lbúm inas vegetales parecen tam biénválidas a  este  respecto dependiendo todo de que la rc-nutrición total se haga. Es decir, ningún caso quetenía valores bajos de proteínas plasmáticas los harecuperado normales siguiendo con sus restantes sín-tomas; cuando la cifra de proteínas se ha normali-

zado todos los síntomas se han desvanecido, lo cualnos demostraría una vez más que la hipoproteine-mia era una consecuencia más del estado, no simple-mente expresión de la carencia en tal o cual amino-ácido, sino de la alteración de algún .mecanismo pro-fundo de formación y regulación de las proteínasdel plasma.

D I S C U S I Ó N

Una reflexión sobre los datos obtenidos nos llevaa conclusiones algo diferentes de lo que era de es-perar dadas las ideas actualmente aceptadas sobre es-tas cuestiones y que parecen fundadas sobre hechosde observación clínica y experimental. Según ellas

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388 REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 30 septiembre 1942

Tabla V.  — RESUMEN DE LA MARCHA DE LA RENUTRICIÓN, PESO Y VALORES DE PROTEÍNAS DEL PLASMA

Número

C1H

10

11

12

13

14

15

16

17

18

Proteínas plasma

Proteínas totalesProteínas totalesProteínas totalesProteínas totalesProteínas totalesProteínas totalesProteínas totales

Proteínas totalesAlbúminas. .Globulinas. .Fibrinógeno .Cociente . .

Proteínas totales

Albúminas. .Globulinas. .Fibrinógeno .Cociente .

Proteínas totalesAlbúminas. .Globulinas. .Fibrinógeno .Cociente .

Proteínas totalesAlbúminas. .Globulinas. .Fibrinógeno .•Cociente .

Proteínas totalesAlbúminas. . •Globulinas. .Fibrinógeno .Cociente .

Proteínas totalesAlbúminas. .Globulinas. .Fibrinógeno .Cociente . .

Proteínas totalesAlbúminas. .Globulinas. .

Fibrinógeno .Cociente .

Proteínas totalesAlbúminas.Globulinas. .Fibrinógeno .Cociente .

Proteínas totalesAlbúminas.Globulinas. .Fibrinógeno .Cociente .

Proteínas totales

Albúminas. .Globulinas.Fibrinógeno .Cociente .

Valoresiniciales

5,55,104,905,105,154,55,0

5,662,882,550,211,13

7,0

4,042,96

1,36

5,294,590,250,35

18,36

5,512,522,640,350,95

7,304,402,90

1,51

7 354 372 66

5,462,732,30

0,431,19

4,552,331,860,351,20

4,812,102,71

0 77

5,40

2,922,47

1,22:

Valoresfinales

5,45,44,60

5,24

5,45

7,173,52,230,471,56

7,30

5,112,000,192,05

6,965,461,060,435,15

6,742.803,370,560,82

6,424,841,380,193,49

7,004,552,050,392,20

8,014,762,90

0,351,64

6,913,223,160,521,00

7,214,202,580,461,62

7,35

3,922,940,481.33

Días dentervalo

31

20

38

100

20

40

16

56

25

54

37

31

48

55

78

70

94

DiferenciapesoKilos

107375,507

9,5

OBSERVACIONES

9,5

16,5

13

14,5

21

Lenta al principio; luego rápidaLenta al principio; luego rápidaFácil rápidaTardíaFácil y rápidaMuy difícil -Lenta en su comienzo, luego rápida

Fácil y rápida

Fácil y rápida

Lenta y difícil al principio; luego rápida

Difícil (tenía una T. P.)

Fácil y rápida

Muy fácil y rápida

Difícil al principio, luego rápida y com-pleta.

Muy lenta y difícil (tenía T. P.)

Tardía de comienzo, luego rápida

Difícil al principio, luego rápida

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T O M O   VINÚMERO  6 ESTADOS DE DESNUTRICIÓN 389

Número

C1H 20

21

22

C1M 1

2

3

4

5

6

7

9

C .C . 20

Proteínas plasma

P r o t e í n a s t o t a l e s . . .A l b ú m i n a s . . . . .G l o b u l i n a sF i b r i n ó g e n o . . . . . .C o c i e n t e . . . . .

P r o t e í n a s t o t a l e s . :.' .A l b ú m i n a s .G l o b u l i n a s . . .Fibrinógeno . . . :Cociente . - .

Proteínas totales .Albúminas. . . '.Globulinas.Fibrinógeno . . . .Cociente . ' .' .P r o t e í n a s t o t a l e s . .A l b ú m i n a s . . . .

G l o b u l i n a s . . . . .F i b r i n ó g e n o . . . .

Co ci e n t e . . . . .P r o t e í n a s t o t a l e s .A l b ú m i n a s . . .  '.' .G l o b u l i n a s . . . . .F i b r i n ó g e n o . . . .C o c i e n t e . . . . . .

P r o t e í n a s t o t a l e s . . .A l b ú m i n a s . . .G l o b u l i n a s .F i b r i n ó g e n o . . .C o c i e n t e

P r o t e í n a s t o t a l e s . . .A l b ú m i n a s . . . . .G l o b u l i n a sF i b r i n ó g e n o . . . .C o c i e n t e

P r o t e í n a s t o ta l e s . . . .A l b ú m i n a s . . . . .G l o b u l i n a sF i b r i n ó g e n o . . . .C o c i e n t e

P r o t e í n a s t o t a l e s .A l b ú m i n a sG l o b u l i n a sF i b r i n ó g e n o . . . .C o c i e n t e

P r o t e í n a s t o t a l e s .

A l b ú m i n a s . . . . .G l o b u l i n a sF i b r i n ó g e n o . . . ' .C o c i e n t e

P r o t e í n a s t o t a l e s . .A l b ú m i n a s .G l o b u l i n a s . . . . .F i b r i n ó g e n o . . . .C o c i e n t e

P r o t e í n a s t o t a l e s . .A l b ú m i n a s . . . . .G l o b u l i n a sF i b r i n ó g e n oC o c i e n t e

Valoresiniciales

6,092 , 8 8 •3,20

0,90

6,694,552,15

2,16

7,084,492,400,19 '1,85

4.641,782,85

0,626,543,612,470,45 '1,23

7,014,102,91

1,4

5,332,662,590,080,99

6,523,672,85

' 1,2

6,653,682,97

l~2

5,64

2,892 , 5 1 /0,231,05

4,422,032,080,300,84

4,261,212,560,490,47

Valoresfinales

6,913,992,350,561,69

7,084 , 7 6 •2,020,302,30 <

7,354,482,600,261,80

7,524,34

• 2,930,20

1,366,093,692,040,351,55

7,564,902,18 .0,481,75

8,364,763,420,171,32

7,174,4692,090,381,38

7,744,063,240,401,10

7,52

4,832,520,171,78

6,693,702,640,341,23

4,481,682,510,260,67

Días deintervalo

71

65

30

60

67

74

92

7 7 •

79

68

70 •

30

Diferencia'pesoKilos

13 ;

15

6

6 ,5

8

12,5

10,5

13,5

12

10,5

3,5

0,5

• OBSERVACIONES '

Difícil al principio, luego rápida

Fácil y rápida . •

Estaba bien nutrido

Difícil muy lenta

Tardía de comienzo, luego rápida

Fácil y rápida

Difícil, tardía, muy lenta, rápida al finalsolamente.

Fácil y rápida

Fácil y rápida

Difícil al comienzo, luego rápida

Muy difícil y lenta

No mejora nada (pleuritis)

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390 REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 30 septiembre 1942

Número Proteínas plasma Valoresiniciales

Valoresfinales

Días deintervalo

DiferenciapesoKilos

OBSERVACIONES

C.C. 42

49

5 0

5 1

52

53

Proteínas totalesAlbúminas.

Globulinas. .Fibrinógeno .Cociente .

Proteínas totalesAlbúminas. .Globulinas. .Fibrinógeno .Cociente .

Proteínas totalesAlbúminas.Globulinas. .Fibrinógeno .Cociente .

Proteínas totalesAlbúminas. .Globulinas. .Fibrinógeno .Cociente .

Proleinas totalesAlbúminas. .Globulinas. .Fibrinógeno .Cociente .

Proteínas totalesAlbúminas. .Globulinas. .Fibrinógeno .

Cociente .

4,751,922,250,57

.0,85

5,692,802,270,611,23

5,343,221,720,391,86

4,643,081,250,302,45

4,811,962,320,520,84

4,293,080,900,30

.3,24

6,213,36

. 2,420,441,30

6,263,562,69

1,32

5,423,081,740,601,76

5,313,151,900,251,66

5,7702,812,540,341,10

5,8633,082,380,40 .

1,29

60

100

200

90

100

200

14

0,75

16

Mejora poco (bronconeumonía)

Renutrición de ritmo rápido constante

De difícil comienzo, luego persiste ya enritmo constante. ' •

Sigue igual

Sigue igual

Se inicia muy tardíamente

podríamos pensar de este modo: la construcción delas albúminas del plasma se hace en el organismo aexpensas de albúminas ingeridas, o en su defecto dealbúminas de la reserva lábil de los órganos; elmantenimiento de una cifra constante de proteine-mia y de un espectro albuminoso adecuado en lossujetos normales depende de la reparación de las al-búminas y globulinas que se gasten, por los siste-mas encargados de hacerlo; una normalidad en losvalores protídicos del plasma es necesaria para elmantenimiento de la presión oncótica normal (apar-te de otras funciones) ; la presión oncótica en juegocon la presión capilar mantiene el debido intercam-bio entre la sangre y los fejidos. Cuando la dieta esdeficiente en proteínas, o éstas no aportan los ami-noácidos indispensables, es necesario echar mano delas propias proteínas, uti l izándose primeramenteaquellas, que por eso se llaman de "reserva", quepueden desprenderse de los órganos sin que éstos pa-dezcan en su integridad funcional; cuando estas re-servas se vayan consumiendo la autolisis va crecien-do y l legará un momento en que el organismo yano puede mantener cifras normales de proteínas,siendo sobre todo el valor de albúminas el que pa-dece, pues está demostrado que la fabricación deglobulinas es más fácil, de donde se reduce e in-vierte t i-cociente albú m inas /glo buli nas ; la hip opr o-teinemia puede tener consecuencias varias, pero unade ellas sería sin duda el descenso de la presión on-

cótica, y por consiguiente la formación de edemas.En vista de todos estos postulados, el proceso en

los sujetos desnutridos que estudiamos sería de sen-cilla explicación: falta de proteínas en la dieta, des-censo de proteínas en el plasma con reducción delcociente, edemas y desnutrición. Como frecuente-mente ocurre, esta cadena tiene algunos eslabonesmuy firmes y seguros, pero otros en cambio son engran parte suposiciones o posibilidades sugeridas in-directamente por los hechos observados, pero nodirectamente basadas. Por ejemplo, es evidente que

se puede provocar un edema descendiendo la presiónoncótica del plasma; así lo prueban las experienciasde plasmaferesis (LEITER, SHELBURNE y EGLOFF <»,LEPORE  "Í ,  etcé tera) , pero ¿basta esto para afir-marque el "edema de hambre" es debido a un des-censo de las proteínas del plasma?, cuando uno re-visa directamente el problema encuentra sujetos conedema y cifras de proteínas altas, y otros con ellasbajas y sin edema. Se necesita, pues, depurar losconceptos que tienen una base segura y separar losque parecen probables; una actitud como, por ejem-plo,  la de  M A D S E N  y WHIP P LE/Ó   que en su revi-sión de lo que se sabe sobre las albúminas del plas-ma se excusan de no saber más cosas seguras y dicenque estamos todavía en los.aspectos principales enel terreno de las hipótesis, es la m,ás adecuada sinduda. Si nos paramos a refiexio'nar nos darnos cuen-ta de que n o sabem os, todav ía qué sean las proteí-

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392 REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 30 septiembre 1942

Tabla  VIL  EFECTO DE LA TRANSFUSIÓN DE PLASMA DE

ESPECTRO  PROTEÍNICO CONOCIDO SOBRE EL ESPECTRO DEL

RECEPTOR

Antes

Proteínas totales .Albúminas.  .Globulinas.Fibrinógeno  .Cociente  .

Antes

5,8352,5203,0990,2630,76

Inmediata-mente

después

5,3202,5202,6850,1750,90

.A las2 horas

8,0645,1802,5780,3061,79

A l a s4 horas

5,5132,8002,6260,0871,03.

A las24 horas

4,4202,3801,7770,2631,16

Observación.  —— Se  habí an t ransfundido  ioo c. o de unplasma cuya composi c ión pro t e ín i ca  era:  proteínas totales4 . 1 6 2 ; a l b ú m i n a s , 2 . 6 6 0 ; g l o b u l i n a s ,  1.327;  fibrinógeno,0 , 1 7 5  y  cociente,  1,77. • • .

ca  a  nues t ro ju ic io ,  de  acuerdo  con  otros datos queantes comentamos ,  que la  persistencia  de un  espec-

t ro a lbuminoso pato lógico  en el  plasma  de los des-n u t r i d o s  no es  consecuencia  de la  desnutrición  mis-ma; pers is te aunque  el  estado  de  nutr ic ión  se  hayahecho aparentemente normal  y los  s íntomas clíni-co s  se  hay an desvanecido,  y  aunque  la  dieta  con-tenga  ya' unos valores  muy  altos  de  pro te ínas  va-l iosas ;  en  c a m b i o ,  el  choque orgánico  que  suponela inyección  del  pentanucleót ido  se  sigue de una rá-p ida no rma l i zac ión .  No  podr íamos in terpre tar  es-tos hechos si no es acep tando que el  man ten imien tode  los  valores proteínicos normales  es  función espe-cial  de  a lgún ó rgano  o  sistema,  y por  consiguienteque  no  basta  con que  exis tan  los elementos  de cons-t rucción , s ino  que es  indispensable  que  dicha  fun-ción esté íntegra;  de  aqu í que se  pueda producir esecuadro  de h ipop ro te inemia  con  cociente bajo (curio-samente s iempre  que se da el  pr imero  se da el se.-g ú n d o ) ,  por  resta  de  a lbúminas t rans formables  alorgan i s mo ,  o por  alteración  de  dicha función.  Enla experiencia  del  pentanucleót ido  nos parece ev iden-te   que se  t ra ta  de una  acción sobre dicha función;y  en  cuan to  a la  h ipop ro te inemia  de la  desnutricióntambién creemos  que es  debida  a una  alteración  dela misma,  ya que  como v imos  por los  datos obte-nidos, sujetos  con  dietas semejantes, pero  que mt ienen  la  enfermedad  que  estudiamos presentan  va-lo res normales  de  pro te ínas  en el  p lasma,  ya tam-

bién  que hay  a lgunos enfermos  que  conservan  va-lo res pro teoplasmát icos normales ,  y ya —- por úl-t i m o —  que  se pueden l levar much o t iempo con unbuen estado general,  sin  s ín tomas ,  y  t o m a n d o die-ta s  de. más de ioo  gramos d iar ios  de  proteínas  deal to valor b io lógico  y  alta potencia plasmoforma-do ra ,  y sin  embargo  el  espectro seguía siendo anor-ma l . . O tra experiencia h emos ins t i tu ido  a  cont inua-ción  que nos  parece bastante elocuente; trasfundiren  una de  estas personas  que  mant ienen  el  espectroal terado  un  p l a s ma  de  persona normal ,  con  cocientea l b . / g l o b . n o r m a l ,  y  es tudiar tomando sangre  in-mediatamente an tes , inmedia tamente después ,  a las2  4 y 24  horas p lasma  del  enfermo es tudiando  en

t odas  las  mues tras  los  valores proteínicos;  la ta-<bla  VII nos  mues tra  los  resultados.  A las 2  horasde  la  transfusión  se ha  elevado  a una  a l tura normalla proteinemia total (desde  5,8 a 8,0 ( ),  or ig inán-dose un . aum en to no tab le  de la  fracción albúmina,

el fibrinógeno también  se  eleva. ¿Cóm o interpretareste resultado? Podría pensarse  que la  elevación s<.debiera  a las  mismas proteínas inyectadas, pero  ha-biéndose puesto  100 c. t. y  siendo  su  concentraciónde proteínas totales inferior a la del  receptor no pue-

de explicar  el  aumento; podría pensarse  que  fuerauna incorporación solamente  de las  pro te ínas  eli-minándose  el  agua, transfundida , pero ¿p or qué au-mentan  las  a lbúminas  y no las  g lobul inas?;  ade-más, ¿cuál  es el  mo t ivo de que  inmedia tamente des-pués  de la  transfusión  no se  manifieste  ese  efecto,y  en  cambio aparezca  a las 2  horas para irse desva-neciendo y a las 24  horas haberse restaurado  a  unascifras poco diferentes  de las que  había antes  de laexperiencia?  (*). No  creemos  que  pueda darse otraexplicación sino ésta:  que con el  p lasma normal he-mos in t roducido "a lgo" ,  una  substancia  que  existaen  el  plasma normal  y que  regularice  el  espectro  al-buminoso; este "algo"  se  gastaría,  y los  valores

volverían  a sus  niveles iniciales.  En  este sentido sonnecesarios naturalmente ulteriores investigaciones,pero  es  evidente  que con  arreglo  al  criterio actual-mente aceptado  no  podemos explicarnos  los  hechosexperimentales expuestos  ni los  resultados  que elestudio  del  espectro albuminoso  del  plasma  en losdesnutridos  y  durante  la  renutrición  nos  ofrece.

Sobre la  regeneración  de las a lbúminas  del  plasmahay  en  suma  dos  factores  de  intervención esencia-les,  de un  lado  el  aporte  de los  materiales  de  cons-trucción  y de o t ro  la  función formadora.  La  ausen-cia de  determinados radicales en la  alimentación pro-vocaría  la  movilización  de las  reservas  que los con-

tengan  en los  órganos, (principalmente hígado,  rí-ñones  y  músculos) , según hemos vis to  en la  an te-rior comunicación  •»  y  has ta  el  l ími te compat ib le .con  el  mantenimiento  de la  función normal  de di-chos órganos; probablemente cuando esta posibilidadse haya agotado  la  cantidad  de  plasm a circulantedisminuye, antes  de q\ie  descienda  su  concentraciónen albúminas, pero  si se  hace  una  resta persistente,por plasmaferesis repetidas,  o  bien  si se  persiste  enuna dieta carente  en  dichos elementos indispensa-bles debe suceder  una  etapa  de  h ipoprote inemia .  Sila hipoproteinemia  es pu ramen te  por  falta  de dichosmateriales como  en el  caso  de las  plasmaferesis  re-petidas  (met; de  W H I P P L É  y  MADDEN  I¡-- IS)  O con

plasmaferesis asociada a una  dieta aproteínica (MEL-NICK, COGWILL  y  BURACK'?),  se  obtiene  una  fácilrecuperación  al  incorporar  a la  alimentación proteí-nas,  en  grado variable según  la  pro te ína apor tada;las investigaciones  de los  tres grupos  que se hanocupado  del  problema  con  mayor persistencia( W H I P P L E  y  colaboradores '6,  '? , lS,  MELNICK-CÖGWILL'9 y  WEECH  y  GOETSCH *<).,-han permi-tido averiguar cuáles son las más  útiles para obteneresta regeneración, siendo muy  interesante que no hayparalelismo entre  el  valor biológico  de una  albú

(* )  En un  t raba jo  que  recientemente  ha  publ i cado  AL-DRIDGE2  sobre t ratamiento  de la  deshidratación  en la  i n fan-cia  por  varios métodos, reseña  uno  t ra t ado  con  t ransfusión  deplasma  en el  cual hace determinaciones  de  proteínas totales:después  de la  t ransfusión  y  observamos  un  a u m e n t o  que es.t ransi torio también;  el  a u t o r  no ha  perseguido nuest ro  mis-:mo objet ivo  y no  valora ese. resul tado, tampo co  se  m i r ó  elcompor t amiento  de las  fracciones; pero  el  hecho  nos  parece:simi lar  al  hal lado  por  noso t ros .  .

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T O M O  VIN Ú M E R O  6

ESTADOS  DE  DESNUTRICIÓN 393

mina  y su  "potencia plasmoformadora". Así pareceque son las propias albúminas plasmáticas (suero decaballo ) las que tienen una m ayor potencia, así co-co las de la  clara de huevo, queso, hígado  y deter-minad as albúm inas vegetales como la soja y el arrozentero; estas diferencias parecen deberse al conteñidoen determ inado s aminoácidos, pues la adición v.. gr.a  la  gelatina  de cistina  y  tríptófano  o  tirosina laconfiere  una  gran potencia.  La escuela  de WHIP-PLE I7  ha demostrado que la  cistina ocupa una posi-ción clave  en la  construcción  de las proteínas delplasma  y  tiene  por consiguiente  una  gran potenciaactivadorá de su formación;  la  methionina no tienela misma actividad en cambio. El efecto de la caseínase debería  a su  contenido en cistina,  y  asimismo laacción demostrada de un digerido de caseína  'i .l8 ,  *•y *'\  La  índole  de la  observación humana  que nopermite hacer experiencias  tan escuetas de alimenta-ción, hace que nosotros  no  podamos decir en nues-tros desnutridos  con evidencia  qué  alimentos acti-varían más la  regeneración; pero, por otra parte, esque,  como ya se ha visto en el  caso de los desnutri-dos,  esta reparación parece  ser en  gran parte inde-pendiente de la cualidad  de las  albúminas suminis-tradas,  ya  que  hay casos  que se  regeneran rápida-mente simplemente  al  aumentar  el  contenido auncon proteínas vegetales,  y  otros  en los que  a pesarde suministrar bastantes albúminas de leche, hígado,etcétera  los valore? siguen igual  (v. apéndice  T, II

y H D   •Es que no  se puede perder de vista  el  otro meca-

nismo posible  de hipoproteinemia,  un trastorno enla función formadora  de las proteínas plasmáticas.

,  Habiendo observado  que la  desnutrición llegada aciertos límites acarrea una profunda alteración de lasfunciones  de los  órganos fundamentales  por  afec-

tarse sus sistemas fermentativos, no nos parece aven-turado suponer que las alteraciones del espectro pro-teínico del plasma  en la  desnutrición, aunque tam-bién en parce se deba a la  falta de materiales básicospara  su  formación, derivan esencialmente  de la dis-función  de  órganos  que normalmente  le  regulan,cuyo mecanismo  al  igual que  la glucolisis y la de-aminación  se afectan:  la transfusión  de un plasmanormal aporta  un  "algo"  que procedente  de losórganos  de la  proteoplasmoformación existe  en lasangre circulante;  la  inyección  del pentanucleótidoparece actuar sobre la  función misma reactivándola;la realimentación permite  la  pronta reposición deun espectro normal cuando su  alteración sea simple-mente expresiva del agotamiento de  reservas lábiles,y en cambio es ineficaz si no es muy a la larga cuan-do se trata de una alteración funcional más profundade  los  órganos. Esto  es lo  que creemos que puedesugerirse como base  de  futuros trabajos  que  tene-mos en marcha.

RES UMEN

Entre los enfermos con desnutrición hay algunosque conservan  un  espectro proteínico normal,  y apesar de esto presentan edemas y  otros síntomas, locual demuestra  a  los autores que estos síntomas no

son consecuencia  de  una alteración  en el contenidoen proteínas  del plasma, sino que ellos  y la hipo-26

proteinemia cuando existe  son  síntomas coordina-dos de la  desnutrición sin relación de causa a efecto.Entre los que tienen hipoproteinemia  y descenso delcociente los hay que se reponen rápidamente  al ins--tituirles  un  régimen rico en proteínas;  en éstos po-dría aceptarse que la  alteración del espectro albumi-noso  sea la  consecuencia inmediata  de la  carencia,por falta  de materiales (am inoácidos) básicos parala construcción de_ las proteínas del plasma. Hay, encambio, otros en los que  la  renutrición  o no tieneningún efecto  o  mejorando  el  estado general, sinembargo,  no  influye  los valores  de  proteínas delplasma; y  esto aun cuando las proteínas suministra-das sean  de las  reconocidas como  de  alta potenciaplasmoformadora. Esto hace pensar que la hipopro-teinemia  y la  alteración  de las fracciones sean con-secuencia  de la  desnutrición sólo mediatamente,  osea  a  través  de una alteración  que la  desnutriciónocasione en la  función de los órganos encargados demantener  un  espectro albuminoso normal,  del  mis-mo modo  que  altera otras funciones fermentativasesenciales. Iría  de  acuerdo con este punto  de vista,además de  los hechos observados en la renutrición,el efecto  de la  inyección  de un pentanucleótido, re-gulando aun sin cambiar la  dieta rápidamente el  esrpectro,  y la  acción  de la  transfusión  de un plasmanormal que  ya a las dos h oras restablece un a pro -teinemia  y un  cociente normales  que pasadas  máshoras vuelve  a su  situación previa. Ta mb ién con-firma este punto de vista el  hecho observado de queseries de sujetos que no están enfermos, pero recibenuna dieta muy pobre en proteínas, no experimentanninguna alteración en el nivel de sus proteínas plas-máticas. Los autores piensan que se olvida con fre-cuencia  que no  solamente  por  falta  de  aporte demateriales sino también por alterarse la función for-madora pueden producirse  las  variaciones que en el

estado patológico  se producen  en el  contenido deproteínas  del  plasma  y en la  distribución  de susfracciones.  - . , . ' .

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1I

 

I

 I

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39 4 REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 30 septiembre 1942

A P É N D I C E

EVOLUCIÓN  DE LOS VALORES PROTEÍNICO S  DEL  PLASMA DURANTE LA

RENUTRICIÓN   EN  CASOS CON VALORES NORMALES AL INGRESO

"  Cl.a M.,  n.°  2.—Albúmina s del plasm a'-:

Días de ingreso  .»  »  régimen.

Proteínas totales .Albúminas.  . . .Globulinas.  . . ,Fibrinógeno  . . ,Cociente

22 lác.

6,5453,612

•2,4780,4561,231

238A - 7B-

4 C7,0884,0602,6340,3941,340

332 C - 6 D

7,6563,7103,6400,3060,942

4317 D

.  7,4383,3603,8150,2630,821

6135  D

7,525,461,840,2192,651

A los 6 días3r, lácteo y 3 A

6,0906,6962,0440,3501,553

C l. a  M., n.° 3 . — Albúmina s del plasma

Días de ingreso  .»  »  régimen.

Proteínas totales .Albúminas.  .Globulinas.  . . .Fibrinógeno  . . .Cociente.  . . . .

33 leche7,0184,102

———

134 B

6,4493,9062,3500,1931,53

3710 C6,9134,3402,2230,350-1,68

4618 C

• 7,0005,3201,5050,1753,17

5730 C6,8254,4802,1700,1751,91

6738 C5,384,690,340,354,00

7750 C7,5694,9002,1880,4811,75

C l. a  M., n.° 5 . — Albúmina s del plasma

Fracciones albúm. Ingreso

6,5283,6752,85

—1,22 R . L .3R .A.

15 días

6,5894,0462,1750,3681,591

5R.B.6R .A.

28 día s

6,5194,2203,8610,4381,2801 R . B .

11R .C .

36 día s

7,2194,7602,1090,5501,9405R . C .3R.D.

50 días

7,6563,5003,7620,3940,842

14R.D.

/Odias

7,442,804,028.0,6120,603

20R.D.

77 dia s Alta

Proteínas totalesA l b ú m i n a s . . .Globulinas-.  . .Fibrinógeno  . . .Cociente.  . . . .Régimen

7,174,692,090,3841,38

7R.D.

Cl.a  H., n.° 10.—Albúminas del plasma

Días de ingreso  .Albúminas totales.-Albúminas  .- . .Globulinas  . .Fibrinógeno  . .Cociente  .Régimen  . .

574,042,960

1,362 leche3 R . A .

167,2754,622,625

•1,74'  (*)

2 37,4204,900  ,2,520

_1,54

7R . C.

307,3065,112,0030,1932,05.

7R . D

(*) Cinco dias de régimen A, dos de régimen.B y  cuatro'de régimen B modificado.

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•TOMO.. VI . :N Ú MER O 6 ¿ESTADOS DE DESNUTRICIÓN 39 5

Cl." H.,- n.° 13.—Albúminas  del plasma

Días dé ingreso .Albúminas totalesAlbúminas

Globulinas. . ;Fibririógeno  . •  .Cociente . . .Régimen . . • .'.

27,304,40

.2,901,51

• 2 leche •

12 . -7,804,72

3,08•

1,536 R : A .5 R. B.

33 .6,424,84

1,38 '0,1933,496 R. C

. 14 R. D

Cl .a  H., n.° 14.—Albúminas  del plasma

Días de ingreso .Albúminas totales .

Albúminas. .Globulinas . . . . .Fibrihógeno . . .Cociente . . . .Régimen . . .

47,35

4,3752,660—

1,72 leche2 R . A .

127,263

4,8442,1390,2802,26

I R . A .3R .A.mod .4R .D.

327,228

4,4242,5240,2801,7

- 1 R. B.6 R . C .

13 R. D.

527,000

4,55:  . :.2,0560,3942,2

2R . D.5 R . D .  mod.

13 R. D. más 2 huevos

C l. aM., n.° 6. — Albúminas del plasma

Fracciones albura.

Proteínas totales. .Albúminas .Globulinas .Eibrinógeno .Cociente . ' . .Régimen . •  .

Ingreso

6,6593,682'2,97

1,22 R . L .

1:' dia s

6,8163,6122,8800,3241,127

10R. B.

24 dias

6,6063,8502,3180,4381,396

11R . C .

34 dias

5,5563,6401,5660,3501,899

3 R . C .7 R . D .

56 dias

6,9562,940 .3,7660,3500,714

R. D.

74 dias

7,52-4,48 .2,600,4381,477

18R. D.

Alta

7,744,063,240,4381,100

15R . S .

Cl.a  H., n.° 20.— Albúminas del plasma

Dias de ingreso .Albúminas totalesAlbúminas .Globulinas.Fibrinógeno .Cociente .

26,0902,8883,204

0,90

226,233,6962,2280,3061,66

3 7 •

6-56S4,0602,1350,3501,88

516,8691,540 "5,0660,2630,30

726,9103,9902,3500,5691,69

Régimen C. durante toda la experiencia excepto desde el dia 69 que toma régimen D.

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396 REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 30 septiembre  1942

Cl.a  H., n.° 21.—Albúminas  de l plasma

Días de ingreso. .Albúminas totales.Albúminas . . . .Globulinas . . . .Fibrínógeno . . .CocienteRégimen . . . .

106,694,552,15

:  2,16• 2  l e c h e

2 R. A.\6R . C .modificado

296,514,991,320493,7

19 R. C.modificado

476,955,181,350,122,82

16R.C.modificado

587,134,762,020,352,3

11 R. C.modificado

757,084,76  '2,020,3062,3

17 R. C.modificado

/ / . EVOLUCIÓN  EN CASO  CON HIPOPRO TEINEM IA INICIAL

Cl.a M., n.° 1.—Albúminas  del plasma

Días de ingreso .» » régimen.

Proteínas totales .Albúminas.- .Globulinas.- .Fibrinógeno '. .Cociente . . -.

1Lácteo4,6461,7882,858

•  _

0,625

155R.B.4,7862,2542,2960,2360,890

2517 R.B.

6,8253,7102,6770,4381,016

3914R.C.

7,0004,0162,5900,3941,349

5126 C.6,4754,2002,0120,2631,846

61

36 C.

7 525

4 340

2 979

0 206

1 363

Ä1 ingreso: Valor bajo  de a lbúm ina tota l ,  a  expensas  de la  fracción albúmina, valor  de lafracción globulina normal; cociente por debajo  de la  unidad.

Subida progresiva  en  días sucesivos de las prote ínas totales, exclusivamente  de la  fraccióna lbúmina ,  las globu linas permanecen in variables.  El  pr imer aumento  de los valores  en  fase  de

recuperación  se aprecia  a los 17  días  de  régimen B.

Cl.a  H., n.° 15.—Albúminas  de l plasma

Dias de ingreso .Albúminas totales.Albúminas .GlobulinasFibrinógeno . .Cociente . . '.Régimen . .

15,4692,7302,3010,438.1,19

55,3812,6602,1960,5251,22

2 leche

3R. A.

125,5132,8002,2750,4381,22

6 R.B.

IR. C.

185,4252,8702,0740,4811,35

6R. C.

55

8 010

4 760

2 900

0 350

1 64

8R C .

29 R D mod.

Cl.a  M., n.° 4.— Albúminas del plasma

Fracciones albuminoideas

P r o t e í n a s t o t a l e sA l b ú m i n a s  - . . ' - .G l o b u l i n a s  . . . .  '••-.•F i b r i n ó g e n o .  , /;  .. . .-i .C o c i e n t e .  . . . . .

R é g i m e n .

Ingreso

5,3382,6602,590

•  0,0880,992

22 día s.

6,7382,380

' 3,798:  0,560

0,546 -

12 R. B.10R. C.

3Ó dias

6,8693,3603,1590,3500,957

16R.C.

35 días

7,2633,6403,3600,2631,004

15R. D.

56 días

8,05•-4 ,06  •3,810,1751,018

36R.D.

63 días

7,483,923,430,1311,072

39R.D.4d.R.S.

74 días

8 , 0 0  '••

4,483,34

.0,1751,27-.

15R. S.

SOtjías

8,224,413,460,3501,130

21R.S.

92 días

8,364,763,420,1751,320

33R. s:

Lá abreviatura R. S. indica el régimen ordinario de la sala.

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- ' • - . - . - •   j . • • - • . .   ÍK:

TOMO VI

NÚMERO  C ESTADOS  DE  DESNUTRICIÓN. ; ;; 397

Cl. ' .H. ,  n.° 12.—Albúminas  del plasma

Días  de ingreso  .Albúminas tota les  . .Albúm inas  . . . .Globul inas  . . . .F ibr inógenoCociente  . .  :

R é g i m e n   .•'.'.-..'.  .

5,512,522,640,350,95

115,862,522 , 8 1  ••

0,520,89

2 leche ,:

2 R. A.7 R. es-

pecial

24~5,421,683,390,350,49

Régimenmás 2

:  305,772,662,850,2630,93

C. mocLnuevos

- ;3 7  - 'Ü:  6 , 7 4 - •• •

2,80• 3 , 3 7  - 

- 0 , 5 6 9  •-

0,82  •7 R . D .  mod.más 2 huevos

• • . ' . : • ' .  ;  \  ?

El régimen llamado especial  no corresponde  a  ninguno  de los  administrados  en  otros en-fermos,  y su  valor cualitativo  y cuantitativo  no se  puede precisar dado que por su  estado "deenfermedad  (T. P.),  tomaba  una  dieta  muy variable  e  irregular.

Cl.a  H., n.° 17. —Albúminas del plasma

Días de ingreso  .Albúminas totalesAlbúminas.  .Globulinas.  .Fibrinógeno  . .Cociente  . .Régimen  .

24,812,102,71

-—0,77

2 R . A.

145,162,532,62

—0,96

6 R. A.4 R. B.2 R. B.mod.

2 15,42

. 2,972,45

—1,_O

7 R. C.

416,794,462,0530,2802,17

2 0 R . D .

597,088

•4,282,580,2191,65

Régimer2 hu

717,2104,20 -;

2,580,431,62

Cl.a  M., n.° 7 .—Albúmina s  del plasma

Fracciones albuminoideas

P r o t e í n a s t o t a l e s  .A l b ú m i n a s .  . . . .G l o b u l i n a s .  . . . .F i b r i n ó g e n o  . . . .C o c i e n t e

Régimen

Ingreso

5,6442,8982,5100,2361,055

6 días

5,9593,1923,5310,2361,155

6 R . A .

2-4 días

7,3504,2702,8170,2631,386

3R.  C.

33 días

7,1754,8502,1260,2192,068

3R. D.

40 días

8,0505,9731,8140,2632,870

10R. D.

51 días

7,3944,6902,3540,350,1,734

21R. D.

68 días

7,5254,832,520,1751,78

3 5 R . D .5 R. C.

Cl.a

  H., n.° 9 .—  Albúmina s del plasma

Dias de ingreso  .Albúminas totalesAlbúminas.  .Globulinas.  . .Fibrinógeno  .Cociente  . . .Régimen  . . .

25,6612,8882,5540,2191,13

2 leche

45,8363,0622,5110,2631,21

2 R. A.

256,7994,4662,0530,2802,17

(3 )

346,8604,2702,2220,3681,92

447,4384,8302,2580,3502,13

(5 )

577,1753,5002,2370,4381,56

(6 )

(3 )  Dos régimen  A, más dos  régimen  A  modificado,  más dos régimen  C, más quincerégimen  E, más hígado;  (4)  Cinco régimen  E, más hígado,  más  cuatro régimen  E, más hí-gado,  más huevo;  (5)  Diez régimen  E, más hígado,  más  huevo;  (6)  Trece régimen  E, máshígado,  más huevo.  ' . • .

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398 REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 30 septiembre 1942

Cl." H.,  n.°  11.—Albúminas ,  dd  plasma

Días dé ingreso .Albúminas totalesAlbúminas. . .Globulinas. .Fibrinógeno . .Cociente . . .Régimen . ' . .

15,294,590,250,35

18,36(1 )

64,682,242,090,351,07

(2 )

10

5,602,872,550,171,12

(3 )

196,122,943,010,170,97(4 )

,v  266,563,223,160,171,01

( 5 ) .

356,912,943 , 5 3 '0,430 ,83(6 )

4573 , 7 8 .2 ,610 ,611,44

546,965,461,060 ,435,15(8 )

(i) Ingreso;  (2) 4  días  R. A. y 2 R. D.; (3) 4  días  R. D.; (4) 9  días  R. C;(5 )  7 días  R. C ; (6) 9  días R. C ; (7) 10  días  R. D.; (8) 9  días R. D.

Cl."  H., n.° 16 . —Albúminas del plasma

Días de ingreso .Albúminas totalesAlbúminas. .Globulinas. .Fibrinógeno .Cociente . .Régimen

44,55

. 2,3381,8620,3501,2

2 leche2 R. A.

mod.

195,0142,4222,2160,3761,09

5 R. A. mod.lOR.C.mod.

305,6442,6042,7600,2800,94

11 R. C.mod.

566,738..3,5702,6870,4811,31

26 R. C.mod.

736,6942,2404,1040,3500,54

23 R. C.mod.

826,913,223,160,5201

9R. C.mod.

El régimen  C.  modificado  que consta  en la  presenta tabla, varía  de un día a  otro dadaslas características anímicas  y  patológicas  del  enfermo.

C l . a H . ,  n.°  18 .—Albúminas del plasma .

Dias de ingreso .Albúminas totalesAlbúminas. .- .Globulinas. .Fibrinógeno .Cociente . . . .Régimen .

15,402,922,47'

1,22—

106,152,973,17

—0,93

10 R. A.

25 .6,233,652,300,281,58

3 R. B.12R.C.

396,673,902,490,281,60

8 R . C .6 R . D .mod.

476,943,972,510,451,58

8 R . D .2 hue-

vo s

705,684,201,130,353,7

R.( l )

856,344,201,920,222 ,1

R. (2)

947,353,922,940,4811,33R.(3)

(1 )  . 13  régimen  D, más dos huevos;  10  régimen  D, más dos  huevos;  (2) 10  régi-men D, más dos huevos;  .(3) 9  régimen  D, más dos huevos.

Cl..a  M., n.° 9 .— Albúmina s del plasm a

Albúminas totales .Albúminas ..  •.'...  ..Globulinas '. ':Fibrinógeno. .. .Cociente. . . .Régimen. . . • .

4,422,032,080,300,84

.. Dieta

4,992,3,8,.2,220,390,91

6,381,684,440,260,35

6,032,243,620,170,60

ordinaria de la sala.

6,3873,642,390,351,32

5,773,781,900,031,89

5,912,942,710,260,98

7,374,392,720,261,47.

6,6903,702,640,341,23

Ingresa  con  valores bajos  de  proteínas totales, sobre todo  a  expensas  de la  fracciónalbúminas,.en  los  valores obtenidos  en la' 3.0 columna  se  había puesto los.cuatro días ante-riores  una.  inyección, diaria  de  Mielosaníl, observándose aumento  de las  proteínas totales, aexpensas  de las  globulinas "con descenso  de las  albúminas,  con  mayor"'descenso  del  cociente,1

a partir  de ese día comienzan" a  subir  las albúminas,  la  potencia total  se estabiliza  por  encimade 6 y el  cociente sube por encima de la  unidad.  . . •

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4 »  C C

Decenas

Albúminas  . '.'Seroalbúminas  .Globulinas  . . . .Fibrihógeno  .Cociente  . . . .C a l o r í a s 3  . . .Proteínas animales.Proteínas vegetales.Peso  . . . . .

1. "

11.7602481500

o a

12.5001921900

3. "

5,692,802,2780,6121,2313.090

229150

+ 1,5

4. a

12.590232150

+.0,250

5. "

4,862,662,0690,1311,2812.200

240150+ 1

ii . a

12.840240150

+ 2,5

7. "

12.100168150

+ 1,750

8."

5,4253,0802,1700,1751,41

19.4001

450150

+ 0,5

9. "

6,302,873,2550,1750,88

22X00 2712150+ 2

10."

5,6603,8421,5610,2572,58

23.790 2770160

+  1,5

11."

5,0593,2931,5090,2572,18

23.4602766160

+ 1,25

1 2 . "

5,2313.0181,8700,3431,60

21.6002660160

+ 1,25

13."

.6,2603,5672,693

—1.32

25.2002

780210

.  1

1 4 . "  . 1 5 . " 1 S . " ,  17."

|t

1 8 . " 1 9 . " 2 0 . "  . 2 1 . "

50  C. C.

Decenas

Albúminas .SeroalciúminasGlobulinas .Fibrinógeno .Cociente . .

Calorías .Proteínas animales.Proteínas vegetales.Peso . . .

. 1 .

11.7602481500

12.500192190+ 1

.5,343,221,720,391,86

13.090229150

4,642,521,880,211,34

12.560232150+ 1

12.200240150

- 0 , 5

G.a

f 073.151,650.261,90

12.8402401500

12.100168150

+ 0,5

4,723,081,470,172,09

16.40014501500

10."

4,59 5,96 5,572,094  3,97 3,561,47 1,72 1,700,17 0,25 0,301,42 ' 2,30 2,08

22.0002 23.790=23.4602712 770 766150 160 160

+ 1,750 + 1 +0 ,5

1 1 . " 1 2 . "

5.743,292,100,341,55

21.6002760160

+ 0,750

13."

5,913,561,830,511,94

25.2002 27780210

+ 2,5

14 .a

5,913,292,280,341,43.6002860250+ 1

6,173,122,590,441,2

25.0002800.2800

1 6 . " "

5,7302,913,720,880,78

26.000 2

820290

.+ 1,5

1 7 . "

5,823,242,270,211,47

25.8002

800290— 1

18."

5,333,621,390,312,60

25.0002820

'300+ 3

19 .a2 0 ."

8,034,482,980,571,49

5,812,353,410,04-0,69

27.000 2 24.000? 25780300+ 1

790220+ 1

2 1 . "

5,423,081,740,60.1,76.000271Ó'210  :

+  • : '

51  C. C.

Decenas

A lb ú m in a s .  .Seroalbúminas  .GlobulinasFibrinógeno  .Cociente  . . . .C a l o r í a s 3  . . .Proteínas  animales.Proteínas vegetales.P e s o   . . . . .

1. "

4 , 6 43 , 0 81,250,302,45

13.090229150

- 1

2.

a

12.560232150

—1,250

3.

a

5,163,291,600,262,04

12.200240150

+ 1,5

4.

a

12.800240150+ 1  -

5. "

12.100168150

- 0 , 5

4,7253,0801,420,212,1511.400

200150

+ 0,5

7. "

4,6873,01 '1,530,431,9512.000

2121500

8.

a

5,5743,9101,400.262,7813.790

270160+ 1

9.

a

'

5,3173,1561,900,25

1 0 . " . 1 1 , "

1,66  j13.450.2661600

1 2 . "

1 3 . " 1 4 . "

1

1 5 . " 1 6 . " 1 7 . " 1 8 : - 1 9 . "

•,.

.  20.

a

21 .

a

. - • ' •

. ; . . . -  -¡ -

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TOMO  VI .'-NÚMERO  6 ESTADOS DE.DESNUTRICIÓN]: 401

/ / / . INFLUEN CIA DE DIETAS ESPECIALES EN CASOS QUE NO REGENERAN

•• .;,-•••- r ' - ;  •-••;• G l. ' - H . y n: ° 1 .—Albúmina s del plasma '  —••-—.-—,,•

Dí a s  d e i n g r e s o - . ' . • ; • • . . j - ; • 4 .° d í aR é g i m e n   : . r / . ;.  f .; v\ /  . : . | - ' . 4 : R . ' A / 1

¡   A l b ú m i n a s t o t a l e s  '• . • - .  ¡ . ..  •  •,'  5 ,5 :

1 8   d ías1 4   R . A / 1

5

2 8   días •• 1 0 R . B / 1•  5,25  C.

35 días7¡R.C/1

5,40. ' i r • ' - - '

•   Cl." H ., n.°  2 .  —Albúminas  d e l  plasma

Días de ingre so. .¡Régimen. . .f Albúminas totales .

10 días 20 días10 R. A/1

5,6010 R. B/l

5,40 •

Días de ingreso .Régimen.•Albúminas totales

C l . H ., n. ° B.—Albúminas del plasma.

38 días24 R. especial

4,60

C l . H. , n .° 5 .— A l b ú m i n a s   d e l  plasma

Días de ingreso.Rigimen.Albúminas totales

1.° 10 días 20 días10 R. B/l j 10 R. B/l

5,15 5 5,25

Días de ingreso . .Régimen. . .Albúminas totales

C l .a   H . , n . °  1.—Albúminas  d e l  plasma

26 días6 R.C/1

5,25

IV .  DE TA LL E DE LAS DIETAS EMPLEADAS

• Régimen  A

L e c h e  . . .J u d í a sV e r d u r a   . . . . .A r r o z .

P a t a t a s   . . . .Plátano s . . . . .

TOTAL   . . .

Gr a m o s '

200200200270200100

C al

134 :6321409 1 2 -186

87 .

2.101

H .  C.

9,8110

20212

41,620

413,4

Gramos

7,42,081,80,80,20,2

12,48

Prot.

6,840

. 9,818

4, 4:M80,3

A.N.

100500

6

V .  A.

300400

2.00000

80

2.780

V .  B,

0,0980,7680,1600,0270,3000,054

1,407•

V .  B2

0,0341,1200,1000,1650,200 "0,030

1,649

v .  c.

' 0,10,0

900

308

128,1

I

1iiI

lí ;

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402 REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 30  septiembre 1942

Régimen  B

Lechei  . .Patatas . . . . . .Pescado  . . . . .Jud íasP a n  . . . . . .

AceitePlátanos  . . . . .

TOTALES  : .

Gramos

25070030010015060

100

C al

16765121031637854087

2.349

H. C.

12,25146,6

05578

20

31 0

Grasas

9,20,71,201,800,65

600,20

. 73,80

Prot.

8,515,4482012

1,30

135,2

A.N.

1,2510,50001,50

:  0

13,25

V . A.

.-  3750

900200

0

80

1.555

V.B,

0,1250,05000,384

0

0,540

1.099

V . B2

0,4250,70000,560

0

0,030

1,715

v . c .

1,25105,00

00

 

8

114,25

Régimen  C

L e c h e .  . . •.P a t a t a s  . . . .C a r n e .  . . . .P e s c a d o

Q u e s o   . . . . .P a n   . . . .P l á t a n o s  . . . . . .

T O T A L E S   .. .

Gramos

500300150150150150100

C al

33 427921410544537887

1.852

H . C.

24,562,4003

7820

187,9

Grasas

18,50,3

10,50,6

400,60,2

70,75

Prot,

176,6

302430121,3

120,9

A. N.

2 ,54,5

15.  0

01,50

23,5

V. A.

75 00

150450

3.000

80 .

4.430

.  V.B,'

0 2500,4500,170

00,060

0,540

1,470

V . B2

0 8500,3000 370

00,450

0,030

2,000

v. c.

2 545

3

\0O

O

8

61,5

Régimen  A  modificado  ' • ' .

Este régimen es igual al A,  pero sin verdura.

Régimen  B  modificado

Este régimen es.igual al B,  pero sin aceite.

Régimen  D

Alimentos

L e c h e .Patatas  . . . . . . ...

A r r o z .  .

Pescado  . • •C a r n e .  . . . . .

Q u e s o  . . . .P a n  . . : . . .Plátanos  - - . -

Aceite  '.  .;  .' '. '.

T O T A L  .  . • •.•  ' • . . • • •

Cantidadgramos

5007003 5 0 .15025 0150150100•70

Calorías

334651

1.183105355

'445378

87.'630

'4.168

H. deC.

24,5146,6209

003

' 7 820 ^

541,1

Grasas

18,5 •0,71,050,6

17,540,00,650,20

70,0

149,2

Proteínas

1715,424,5245030121,3

174,2

Acid. N.

2,510,57

25

1,5 -

46,00 .

vit. A:

750

450250 .-.

. 3.000

s

3,905

Vit. B,

0,3500,0500,135

2,8700,060

0,540

3.905

Vit. B 2

0,80,70,2

0 ,60 ,6

0,03

2,93

Vit. C.

2,5•105

8 • .

123,5..

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TOMO  VI. NÚMERO 6 ESTADOS DE DESNUTRICIÓN  •:  4 0 S

Régimen D, modificado

Alimentos

L e c h e .  . •'.. .P a t a t a s  . . . .A r r o z .

G a r b a n z o s  . . . .P e s c a d o  .A c e i t e .

P a n  . . .P l á t a n o s  .

T O T A L   . . .

Cantidadgramos

500 :700350200150

70300100-

Calorías

334651

1.183640

' 175' 630

736 .87

4.386

H. de C.

24,5146,6269•:48

15620

764,1

Grasas

18,5. .0,7

0, 812,6

• 7 0 ' •1,30,2

.104,7

Proteínas

1715,4184 5 • '24

241,3

144,7

Acid. N.

^ 2,510,5

510

3

31,0

Vit . A.

750'

45 0

80

1.280

Vit. B,

0,250 .0,0500,0270,934

0,540

1,801

Vit. B 2

0,8500,7000,165

0,030

1,745

Vit. C.

2,5ios ;

— •

_ •

.8,7 '115,5

TOTAL

Régimen D m odi f icado, más dos huevos  .- . . •.

4 .528 770,1 115,3 155,9 33,0 2,68 0 i 2 ,602 I 2,019 I 115,5

TOTAL

Régimen  D simple, m ás dos huevos  .4.310 I 541,7 159,8 185,4 I 48,0 I  5.930  ¡ 4,081  :  3,209 | 123,5'

Régimen b

Alimentos

Leche. . . .Patatas  . . . .

A r r o z . . . .Ca rne . .Pescad o . . ' .Ace i t e .P anPlátanos ." .

TOTAL . .

Cantidad"Tamos

500350

2004001 5 0 •

70150 .100

Calorías

334335,5

676512105630378

87

3117,5

H.  deC.

24,572,8

154

7830

327,3

Grasas

18,50,35

0,628 '0,6

700,650,2

118,90

Proteínas

17,57,7

148024

121,3

156,15

Acid. N.

2,55,25

440

1,5

53,25

Vit . A.

750

40045 0

80

1.680

VitB,

0,250,525

0,0020,460

0,540

1,777

Vit. B 2

0,850,03

0,161

0,03

1,07

Vit.C.

2,552,5

8- .

8

71,0

Régimen C modi f icado

.  •• -  . Alimentos

Leche. .Patatas .Judías. .Carne. .. . .Hígado . . ..Pescado .Pan . . . .Aceite . . .Plítanos".- .

TOTAL .

Cantidadgramos

500350100200

50150150

70100

Calorías

334335,5..316286

. 61105

. 3 7 8630

87

2532,5

H. deC.

. 24,572,8 .55—1,5—

78— -

20

251,8

Grasas

. 18 ,5 ..0,351,8

14,01,50,60,65

700,20

107,60

Proteínas

177,7

2040102412—1,3

132,0

Acid. N.

2,55 ,25 .

2010

—1,5

39,25

Vit . A.

750—200200

2.500450_

- :80

4.180

Vit. B,

0,2500,5250,3840,2300,133

——   :"

0,540

2,062

Vit. B 2

0,8500,0350,5600,5001

——

— •

0, 3

2,975

Vit. C.

2,5. 52,5

. .;4   ;

12,5• — '

• — '

8

.79,5

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404 REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA 30 septiembre 1942

T O T A L

Régimen C modificado, más dos huevos

2674,5 252,4  118,2 I 143,2 41,25  5.580  I  3,238  I  3,249  I 79,5

TOTAL

Régimen E, más jo gramos de hígado

3178,5 328,8  I 120,4 166,0  63,25  I 4.180 I 1,910 I 2,07 83,5

TOTAL

Régimen E, más  j o  gramos de hígado y dos huevos

3420,5 i  329,4  131,0 I 177,2  65,25  I 5.580  2,086  1 2,34 83,5

-- Dietas correspondientes  al  Grupo  primero:

Enfermos  n ú m s .  i, 2, 3, 4, 5, 6 y 7. C .H.

Régimen C/i:

Calorías,  2,651./ .  Protcinas, 147 gramos (70 gramos de proteínas animales,

Kegimen  A/1.  repartidas  en  el. siguiente orden:  19  gramos  de  carne,  16 gra-Calorías,  2 , 1 1 3 .  mos de  queso,  22,9  gramos  de  pescado  y 11,5  gramos  de le-Proteínas,  87  gramos  (7  gramos  de  proteínas leche  y 80 che y el  resto  de  proteínas  vegetales),

proteínas vegetales).

Régimen  B/i:

Calorías, 2,176.Proteínas  138, 5 gramos  (53,5  gramos  de proteínas  de pes-

cado  y  leche  y 85  gramos  de  proteínas  vegetales).

Régimen especial  en el  enfermo número  5 :

Calorías.Proteínas,  225 , de las cuales  60 son de  carne,  ig ,2 de pes-

cado,  15 de  leche  y el  resto vegetales.

Z U S A M M E N F A S S U N G

Unter  den Kranken  mit  Unterernährung gibt eseinige,  die einen normalen P roteinhau shalt aufwei-sen;  und  trotzdem haben  sie  Ödeme  und  andereSymptome. Das spricht dafür, dass diese Krankheits-zeichen nicht die Folge einer Veränderung des Plas-maproteingehaltes sind, sondern  sie  stellen zusam-men" mit einer eventuell vorhandenen Hyp oprotei-nämie koordinierte Symptome  der  Unternährungdar ohne irgendwelches Verhältnis von Ursache undFolge. Unter  den Patienten  mit  Hypoproteinämieund Verminderung  der  entsprechenden Quotientengibt es einige, die sich mit  einer proteinreichen Diätrasch wieder erholen.  Bei  diesen darf  man anneh-men, dass  die Veränderung  des  Eiweissspektrumseine" unmittelbare Folge  der Karenz  ist. d. h. aufeinem Fehlen  der  Grundstoffe (Aminosäuren) zumAufbau  der  Plasmaproteine beruht.  Im  Gegensatz

hierzu besteht eine zweite Gruppe,  auf  welche dieWiederernährung keinen Einfluss  hat  oder aber,wenn  der Allgem einzustand sich auch bessert, keinEinfluss  auf die Plasmaproteine  zu  bemerken  ist.Die verabreichten Proteine könen ruhig  von eineranerkannt hohen plasmabildenden Wirkung sein.Das lässt  den Gedanken aufkommen, dass  die Hy-poproteinämie  und  die. Änderung  der  einzelnenFraktionen  nur  eine indirekte Folge  der  Unterer-nährung sind, d. h., es  handelt sich hier  um eineStörung, welche  die Unterernährung  in der Funk-tion  der  Organe erzeugt, welche  die  Aufgabe ha-ben,  das Eiweisspektrum  auf  normalen Niveau zuerhalten.  In  ähnlicher Form werden auch andere

wichtige fermentative Funktionen beeinflusst und ve-rändert. Diese Ansicht.wäre auch mit der Tatsachevereinbar, wonach, ganz abgesehen  von den bei derWiederernähung beobachteten Zuständen,  die In-jektionen eines Pentanukleotides  von  regulierender

Wirkung  auf das Spektrum sind, ohne rasche  Ve-ränderung  dar Diät.

Ähnlich steht  es mit der Tran sfusion eines nor-malen Plasmas, das bereits nach zwei Stunde n einenormale Proteinämie  und  normale Quotienten zurFolge hat, die jedoch nach einigen Stunde n wieder

auf ihren vorherigen Stand zurückkehren. DieserStandpunkt wird weiterhin durch  die Tatsache ge-sichert, dass gewisse Menschen,  die  nich krank sindaber eine proteinarme Diät erhalten, keine Verän-derung  des  Plasmap roteinspiegels aufweisen.  DieVerfasser glauben, dass  man zu oft  vergisst, dassdie Variationen,  die  pathologischerweise  im  Plas-maproteingehalt  und in der Verteilung ihrer Frak-tionen auftreten nicht  nur  durch eine mangelhafteZufuhr  von  Materialien Zustandekommen sondernauch durch eine Veränderung  der  Aufbaufunktion.

R É S U M É

Parmi  les  malades souffrant  de  dénutrition,  ilexiste quelques uns qui conservent  un aspect protéi-nique normal,  et  malgré ceci  ils présentent  des oe-démes et  d'autres symptömes,  ce qui demontre auxauteurs  que ees symptömes  ne  sont  pas la  consé-quence d'une altération dans le contenu de protéines.du plasma, sinon  que ees symptömes  et  l 'hypopro-téinemie, lorsqu'elíe existe, sont  des symp tömes coordonnés de la  dénutrition sans relation  de cause äl'effet. Parmi ceux  qui ont de  l'hypoprotéinémieet descente du quotient,  il y en a qui se retablissentrapidement lorsqü'on leur impose  un  régime richeen protéines; chez  ees sujets  bn  pourrait admettre

queTalttration   du spectre a lbumine ux  est la consé-quence immédiate de la  carence, a cause du manquede matériaux (amine-aeides) basiques pour  la cons-truetion des protéines du plasma. Par contre il exis-te d'autres  qui la  rénutrition,  ou  bien  ne  produit

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