Requerimientos Nutricionales Para Búfalas Lactantes y Novillas

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REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES PARA BUFALAS LACTANTES Y NOVILLAS Stefano Terramoccia, Settimio Bartocci y Antonio Borghese Captulo VII de BUFFALO PRODUCTION AND RESEARCH FAO, Regional Office Europe Inter-regional Cooperative Research Network on Bufalo (ESCORENA) Instituto Sperimentale per la Zootecnia (Animal Production Research Institute) Va Salaria 31, 00016 Monterotondo (Rome), Italy Artculo traducido y adaptado por Alejandro Londoo H. Zootecnista U. Nal. de Colombia [email protected]

Con el fin de proporcionar una apropiada alimentacin cuando se consideran diferentes fases fisiolgicas de los animales, la evaluacin de los requerimientos nutricionales se convierte en un factor determinante. Existen 2 periodos diferentes en la vida de la bfala lechera: el periodo de lactancia y el periodo seco. El periodo seco es definido por la fase de tiempo entre el final de la lactacin, el parto y el comienzo de la nueva lactacin, la cual en las bfalas se extiende por aproximadamente 270 das. En este estudio se analizan los requerimientos nutricionales de novillas y bfalas lactantes y no lactantes (secas). Evaluacin de los requerimientos nutricionales de la bfala seca Como se mencion anteriormente la fase seca es el periodo que transcurre entre una lactacin y otra, en las bfalas este periodo seco dura aproximadamente cuatro meses, el periodo de gestacin es ms largo que en bovinos, y considerado como una fase improductiva por algunos ganaderos.

Debido a que el periodo seco en bfalas es ms prolongado que en las vacas, los posibles errores en la formulacin de dietas, a pesar de ser ligeros, pueden tener repercusiones negativas con consecuencias significativas tanto para la posterior lactancia como para el bienestar del propio animal (Zicarelli, 2000). Proto (1993) llev a cabo el primero estudio de investigacin para evaluar los requerimientos nutricionales proporcionando valores indicativos para raciones de bfalas no lactantes (Tabla 1).

En el periodo seco la bfala debe procurar sus requisitos de mantenimiento propios y adicionalmente las demandas de la gestacin, dado que las necesidades nutricionales del feto se incrementan en los ltimos meses y los suplementos alimenticios son esenciales. Proto (1993) considera los requerimientos nutricionales aplicados a las bfalas lactantes adecuados tambin para bfalas no lactantes y sugiere un nivel de protena y energa de 0.65 UFM (unidades forrajeras de leche)*/Kg de M.S. y 10.5 % de protena cruda. Un dato similar fue reportado por Bertoni et al. (1994), quien recomend la siguiente tendencia de energa protena para bfalas no lactantes; 0.63-0.65 UFM/Kg MS y 10-11 % de protena cruda (Tabla 2) confirmando el estudio de Proto.

Durante el periodo seco Bertoni et al recomienda que las cantidades de protena en las raciones puede ser superior al 10 %, porque con una cantidad ms baja, la actividad del rumen se puede ver comprometida. Al proporcionar estas indicaciones, para la dieta de las bfalas no lactantes, (Bertoni et al., 1994) se plante la cuestin si el alto reciclaje de urea podra permitir por lo menos un 10 % de reduccin protena cruda en la materia seca en raciones de mantenimiento; durante el periodo seco los requerimientos son casi idnticos a los de mantenimiento. Di Lella (2000) proporcion la primera respuesta; una dieta ad libitum para bfalas no lactantes debe ser capaz de proporcionar un contenido de energa no inferior a 0.65 UFM/Kg MS 1 y sobre todo una concentracin de protena menor del 10 %, con un valor sugerido del 9 %. Durante el periodo seco los animales pueden ser alimentados con forrajes frescos o heno de buen valor nutricional y es aconsejable proporcionar 15 % de materia seca con un concentrado, por consiguiente reestableciendo las reservas de vitaminas liposolubles, oligominerales y, por medio de vitaminas hidrosolubles, para normalizar la fermentacin del rumen y las funciones hepticas.1

*UFM (unit forage milk) unidad forrajera leche, es el sistema usado por INRA equivale a 1.73 Mcal de ENl

La dieta caracterstica de esta fase tiene una baja velocidad de fermentacin en el rumen, la cual condiciona la produccin de cidos grasos voltiles y favorece la proliferacin de bacterias celulolticas. Mientras que aun en esta fase se nota un descenso de los procesos de absorcin con una cada en la actividad de las papilas del rumen. Los requerimientos nutricionales se incrementan en el parto y las dietas muestran diferentes caractersticas con un gran incremento en los carbohidratos no estructurales (CNH) y el contenido de protena. Los cambios repentinos en la dieta no son compatibles con las variaciones en el rumen, como un aumento de la poblacin amiloltica y el desarrollo de las papilas del rumen, lo cual ocurre a un ritmo ms lento. Por lo tanto, es importante que la bfala seca sea alimentada con la misma dieta cuando lactante; esta nueva estrategia de manejo podra empezar al menos tres semanas antes del parto, conformando un grupo que se llame cercanas al parto. Este grupo puede ser manejado con una dieta adecuada en contenido de energa conteniendo al menos 0.90 UFM/Kg MS, una reduccin de carbohidratos estructurales en la dieta y un incremento de carbohidratos no estructurales. Adems del contenido de energa, la dieta de las bfalas cercanas al parto deben garantizar una cantidad apropiada de componentes nitrogenados: de acuerdo con Di Lella (2000) el requerimiento ptimo de protena en la ltima fase de la gestacin podra ser alrededor del 13 %. El 1999 se estableci el comit tcnico cientfico del consorcio para la proteccin del queso mozzarella de Campania. El comit elabor las directrices para la regulacin de la higiene y nutricin en los hatos bufalinos en relacin con el queso mozzarella de Campania, publicado en 2002. Adems el comit tcnico cientfico sugiri evaluar a los animales con la calificacin de la condicin corporal (BCS), para evaluar correctamente las dietas y para alcanzar un peso ideal en el noveno mes de gestacin. La tabla 3 reporta los requerimientos nutricionales para bfalas secas gestantes.

El promedio del nivel de energa de los ltimos tres meses es aproximadamente el mismo que el sugerido anteriormente por varios autores (Proto 1993; Bertoni et al., 1994; Di Lella, 2000), mientras que el nivel ptimo de protena cruda es indicado como 800 g/da, con un nivel de protena de aproximadamente 7 %. Particular atencin se da al contenido de minerales, especialmente cuando se compara la relacin calcio:fsforo. De hecho a partir del noveno mes la relacin C:P puede ser de 1:1.1 para evitar la posibilidad de prolapso uterino (Zicarelli et al., 1982). En dietas con elevada relacin de C:P se puede causar una alteracin en la relacin Ca:Mg en sangre, resultando en la exitabilidad de las fibras musculo uterinovaginales, causando atonicidad del rgano llevndolo al prolapso. (Campanile et al., 1989) Un exceso de calcio durante el periodo seco puede causar una menor actividad paratiroidea y como consecuencia hipocalcemia al parto. La incorporacin de sales hper fosfricas mejoran la relacin de los macroelementos y estn ms cercanos a la actividad de estimulacin de la paratiroides (Campanile et al., 1995). La suplementacin mineral, la cual se calcula teniendo en cuenta el contenido de calcio, fosforo y magnesio de la dieta, se puede suministrar adicionndolo al concentrado o suministrndolo por separado. Para proporcionar un suplemento bien equilibrado es fundamental analizar la composicin de los ingredientes de la dieta

suministrada a los animales. Debido a esto el comit considera conveniente suministrar heno de diversas especies, heno de alfalfa y heno de ryegrass italiano, durante el periodo seco, lo cual corresponde aproximadamente a 4.0-7.0 g/Kg de calcio / Kg de MS y 2.5-4.8 g de fsforo/kg de MS. Desde este punto de vista el heno de avena, paja de maz y ensilaje de maz (en cantidades que no superen ms de 5.0-7.0 kg/cabeza/da parecen ser adecuados que suministrar pocos minerales. Las amplias variaciones de estos elementos en la dieta no influyen en el contenido final. Los requerimientos nutricionales de bfalas no lactantes tambin fueron evaluados por Bartocci et al. (2002). Veinte fincas fueron evaluadas en la regin de Lazio (centro de Italia) y fueron subdivididas de acuerdo a su produccin diaria de leche: alta produccin (> 9 Kg), produccin intermedia (8-9 Kg) y baja produccin (< 8 Kg). Las dietas para las bfalas no lactantes fueron caracterizadas con un promedio de energa de 0.64 UFM/ Kg de MS, y no hubo diferencias significativas entre las fincas. El contenido de protena mostr un promedio de 7.5 %, con una elevada diferencia significativa entre las fincas de baja produccin y las otras dos categoras (6.3 vs. 8.0, 8.1 %; p < 0.05). Bartocci et al., (2002) evalu los requerimientos nutricionales de bfalas secas solo en las fincas con un elevado e intermedio nivel de produccin (Tabla 4).

Tan bajo contenido de protena (7.9 %) podra justificarse debido al metabolismo de los bfalos, el cual es diferente a las vacas (Abdullah et al., 1990). Por otra parte, estudios realizados por Puppo et al., (2002) indican una gran digestibilidad en la protena en bfalos comparada con dietas de ganado vacuno con una alta concentracin de carbohidratos estructurales. Todo esto lleva a la conclusin que los bfalos tienen una mayor capacidad para utilizar las fuentes de protenas, al menos en estas dietas del periodo seco, por lo tanto brindan la posibilidad al ganadero de formular dietas de bajo contenido de protena. Es evidente que los grandes avances se han hecho con respecto a la comprensin de los requisitos nutricionales de las bfalas no lactantes. No hace muchos aos, Proto (1993) y Bertoni et al., (1994) afirmaron que las bfalas lactantes podan ser alimentadas con la misma dieta que las bfalas lactantes, durante el mismo periodo fisiolgico. Sin embargo, los resultados de subsecuentes estudios (Comit tcnico cientfico, 2002; Bartocci et al., 2002) demostraron que el nivel de energa en la bfala seca puede fluctuar desde 0.60 hasta 0.65 UFM/kg de MS, mientras que el nivel de protena puede caer a 7.5 % de la materia seca en la dieta. Para nuestra opinin este nivel de protena que puede parecer bajo comparado con el de ganado bovino, requiere mayor investigacin. Adems se debe prestar particular

atencin a la relacin de Ca:P la cual puede ser de 1:1.1 a partir del noveno mes. Evaluacin de los requerimientos nutricionales de bfalas lactantes La fase de lactancia en las bfalas es de aproximadamente 270 das, la produccin de leche se incrementa despus del parto y alcanza el pico de produccin entre las cuatro a seis semanas. Adems de las variaciones en la cantidad de la leche tambin est sujeta a las variaciones en su composicin qumica durante la lactancia, este fenmeno es mucho ms evidente en esta especie comparada con el ganado vacuno. Esto implica una gran atencin cuando observamos la curva de lactacin, teniendo en cuenta las variaciones qumicas cuando calculamos los requerimientos de produccin. De acuerdo con Proto (1993) se debe prestar particular atencin a la variacin del porcentaje de grasa el cual flucta entre 6.0 al 12.0 % e influencia los requerimientos de energa. En el mismo sentido el nivel de protena vara entre 3.5 y 5.5 % influenciado por los requerimientos de protena. La tabla 5 registra los requerimientos de protena y energa para la produccin de 1 Kg. de leche de bfala relacionado con su contenido de protena y grasa (Proto, 1993).

Adicionalmente a los requerimientos de protena y energa, en la demanda de minerales se podra considerar importante el contenido de calcio, fsforo y magnesio. Los requerimientos de produccin de estos tres elementos, de acuerdo con el mismo autor, pueden ser considerados del mismo nivel que para bovinos, 6.7 g. calcio, 2.2 g. fsforo y 0.9 g. de magnesio, por cada kilo de leche. Otro criterio sugerido por Proto (1993) fue la transformacin de leche de bfala en leche estandarizada al 4.0 % de grasa y 3.1 % de protena, usando la ecuacin de Di Palo (1992):Kg de leche estndar = Kg de leche producida * (((g de grasa-40) + (g protena-31)) * 0.01155+1.0)

Una vez la conversin de leche de bfala se ha llevado a cabo Proto considera que las necesidades energticas de los bovinos eran adecuados en los clculos de necesidades para bfalos: 0.44 UFM/Kg de leche normalizada al 4.0 % de grasa, y subsecuentemente aplicar los requerimientos de produccin de leche determinados por el Institut National de la Recherche Agronomique (INRA, 1988). Bertoni et al., (1994) propuso que una tcnica de manejo podra ser dividir a las bfalas lactantes en 2 grupos: uno con la produccin mayor de 8-9 Kg. y otro con produccin baja. En el primer grupo se sugiere que la racin tenga una densidad energtica de 0.80-0.85 UFM/Kg MS y 13.5-14.5 % de PC; en el otro grupo la densidad energtica debe ser de 0.76-0.80 UFM/Kg de MS y 12.5-13.5 % de PC (Tabla 6).

Los mismos autores recomiendan una dieta conteniendo principalmente forraje ya que el bfalo utiliza mucho mejor este que los concentrados; con el fin de evitar problemas digestivos en el rumen o en el intestino, las grasas y almidones ms el contenido de azcar no deben exceder respectivamente 4.0-4.5 % de la MS y 16.0-17.0 % de MS (Bertoni et al., 1994). Zicarelli (1999) tambin ha prestado especial atencin a las dietas de las bfalas durante la fase de lactancia. Cuando se emplea la ecuacin de Di Palo (1992) y se compara la leche de bfala con la leche de vaca, con la misma energa para producir 1 Kg. de leche (Tabla 7), surge el hecho de que la leche de bfala se caracteriza por un bajo valor de protena y fosforo comparado con la que produce la vaca. De acuerdo con el mismo autor, de forma anloga a las variaciones en la vaca lechera, en los primeros 50 das de lactancia las bfalas registran un consumo de materia seca inferior a sus requerimientos lo que las conduce a una prdida inevitable de peso. Como consecuencia la produccin de leche tiende a disminuir ya que los animales tienen la habilidad para acumular reservas como medida de precaucin para los periodos en que la disponibilidad del forraje escasea, ayudando as a su bienestar, mientras que no favorece la galactopoyesis. Los posibles excesos de consumo de energa en bfalas no causan el sndrome de la vaca gorda el cual es tpico en bovinos, pero modifica la composicin qumica de la leche, especialmente el contenido de lpidos.

A medida que la produccin de leche aumenta durante la lactancia, los requerimientos se incrementan de acuerdo a la cantidad de leche producida; en promedio se puede considerar que cuando se aumenta 1 Kg de leche el requerimiento se incrementa en 0.76 UFM, mientras que el consumo de materia seca se eleva en 0.475 Kg. Despus de 150 das del parto las bfalas tienden a ingerir ms de sus requerimientos, por lo tanto acumulan reservas en exceso. Con el fin de prevenir la excesiva ganancia de peso en esta fase la densidad energtica podra ser reducida, el FDN incrementado y los almidones reducidos (no mayor que 18 % de la MS). Unas grandes reservas de grasa son ms comunes en animales que exceden los 270 das de lactancia debido a razones de fertilidad, o en animales de baja produccin. Con el resto de los animales este fenmeno parece menos evidente ya que la condicin anterior es fcilmente reestablecida en el periodo seco. Como se mencion anteriormente la cuota de protena de la leche de bfala, en comparacin con la energa producida es menor que las de las vacas. Una de las caractersticas de los bfalos es la degradabilidad de la protena en el

rumen, la cual es mayor que en vacas (Terramoccia et al., 2000); por otro lado el tiempo de permanencia de los alimentos en el rumen de los bfalos es mayor en comparacin con las vacas en las cuales la tendencia es inversa en el tracto intestinal (Bartocci et al. 1997). Esta caracterstica favorece el paso de la protena empleada en menor grado que en vacas, evitando as problemas de fertilidad o mastitis en el caso de exceso de protenas. Zicarelli (1999) sugiere una racin de 2.47 g. de PC por cada gramo de protena de la leche (valores similares a los de vacas) Como en el inicio de la lactancia el consumo de materia seca es menor, es recomendable incrementar el porcentaje de protena en un 10 %, teniendo en cuenta que los requerimientos no son adecuados si se usa una dieta que contenga menos de del 13.5 % de protena cruda (Campanille et al., 1995). Cada Kg de leche de bfala contiene 1.8-2.0 g de calcio y 1.1-1.2 g de fsforo; en cuanto a los requerimientos de mantenimiento se aplican los valores proporcionados por INRA para vacas. Zicarelli (1999) calcul que para produccin de leche los requerimientos de calcio alcanzan 5.2-5.8 g/kg de leche y los de fsforo son de 2.1-2.3 g/Kg de leche. La tabla 8 registra los factores de conversin para calcular la produccin de leche normalizada a 8.30 % de grasa y 4.73 % de protena y por consiguiente para calcular los requerimientos y formular la racin.

Otra investigacin la cual proporciona indicaciones sobre los requerimientos nutricionales de bfalas lactantes (Tabla 9) fue la que elabor el comit tcnico cientfico del consorcio para la proteccin del queso mozzarella de Campania (2002)

Este trabajo combina la experiencia adquirida en varios centros de investigacin (Universidad de Npoles 2 facultades y el Instituto de

Investigacin en Produccin Animal, Roma) quienes han estudiado esta especie con gran profundidad. De acuerdo con estos autores el consumo de materia seca depende de: el peso corporal, la produccin de leche y la fase fisiolgica del animal, tambin la relacin de forraje:concentrado y por ltimo la calidad de los alimentos utilizados en la racin. Los requerimientos reportados en la tabla 9 se han evaluado considerando la incidencia del 20 % de primparas en el grupo de lactantes. Por otra parte la posibilidad de la ganancia de peso se consider que en los bfalos sucede entre 100 y 170 das despus del parto, este periodo corresponde al paso de la fase de catabolismo a la de anabolismo en la curva de lactancia. El valor de UFM fue calculado al evaluar la energa necesaria para asegurar la produccin de leche en el hato. En cuanto al contenido de protenas el comit tcnico cientfico decidi citar los valores obtenidos por los centros de investigacin que hacen parte del grupo de trabajo. Estos valores difieren de los requerimientos tericos ya ellos no solo consideran la produccin de protena en leche, el crecimiento y desarrollo de las primerizas y el peso recuperado por los animales, sino tambin el efecto endocrino-metablico que las protenas del alimento tienen sobre la produccin de leche de bfala. Por ejemplo el porcentaje de protena cruda sugerida por el comit para un grupo de bfalas que producen 12 Kg/da de leche normalizada es 15.9 %, comparado con los requerimientos calculados de 13.2 %. Excesos leves de protena en las dietas de bfalos no producen los efectos negativos que se producen en vacas. Estudios sobre lactacin en bfalas demostraron que elevadas concentraciones de protena con respecto a los requerimientos, muestran aumento de azotemia pero tambin resultan en un incremento de glicemia y reduccin de insulinemia. Esta particular condicin metablica garantiza una gran disponibilidad de glucosa para la ubre debido a la sntesis de lactosa, que a su vez favorece la galactopoyesis debido al efecto osmtico. Al formular raciones para bfalas lactantes se debe considerar que los elevados

niveles de carbohidratos estructurales limitan la capacidad de ingestin y que grandes concentraciones de almidones altamente fermentables y azcares pueden conducir a una excesiva ganancia de peso lo cual resulta en un acortamiento de la curva de lactancia. La contribucin del calcio y el fsforo esta correlacionada con los requerimientos productivos del rebao; por lo que en este caso la relacin Ca:P puede ser de 2:1, para que la cantidad de estos 2 minerales est en una proporcin para la cantidad de leche producida (Comit Tcnico cientfico, 2002). La tabla 10 reporta los requerimientos indicativos para bfalas lactantes elaborados por Bartocci et al. (2002).

Estos datos fueron obtenidos al evaluar el consumo total de materia seca, la composicin qumica, el valor nutricional y la produccin de leche para una fase de lactancia completa de 258 bfalas en 20 granjas. A fin de estimar los requerimientos indicativos de bfalas lactantes se calcularon ecuaciones de regresin (p 1.5 ng/ml. Dos bubillas mostraron desrdenes ovricos; una con cuerpo lteo persistente y otra con quiste lutenico. En este ensayo, sobre el experimento 1 en la misma granja (TM), el inicio de la actividad ovrica cclica fue influenciado por la disminucin del fotoperiodo con una elevada concentracin en el otoo. Nueve animales, nacidos entre diciembre y mayo, alcanzaron la pubertad en octubre y febrero con cerca de 22 meses de edad (614 das en el grupo de alto nivel de alimentacin), mientras 15 bubillas, nacidas despus de mayo no fueron capaces de alcanzar la pubertad dentro de la siguiente estacin favorable del ao siguiente y retras su actividad ovrica hasta el prximo otoo, con un promedio de edad de 27 meses (796 das en el grupo de alto nivel de alimentacin). Por lo tanto tambin fue confirmado en este estudio que la edad de la pubertad es afectada por la temporada de nacimiento. En el experimento 3 durante el curso del primer ao (ensilaje de maz 1 pastura 1) se obtuvieron ganancias significativamente ms elevadas (+ 42 %) con el sistema intensivo (693 g/da) que con el pastoreo (488 g/da). En el segundo ao (ensilaje de maz 2 pastura 2) las diferencias entre

alimentacin intensiva y pastoreo fueron reducidas notablemente; 679 (+6.6 %) versus 637 g/da, sin duda debido a las mejores condiciones de los pastos por el clima en el segundo ao, el cual permiti una ganancia diaria constante similar a la obtenida con alimentacin ad libitum. Al contrario la pobre pastura en un verano muy caliente (el primer ao) detuvo el crecimiento de las bubillas, determinado por una disminucin de su peso corporal, el cual, sin embargo, fue seguido por una pronta recuperacin en el otoo. En ambos ensayos, la edad de la pubertad fue la misma en los grupos de alimentacin intensiva v. pastoreo (Tabla 11), debido al crecimiento balanceado realizado por as bubillas en la pastura, las cuales fueron capaces de alcanzar el mismo desarrollo corporal y sexual durante el otoo, temporada en la cual normalmente se promueve la actividad ovrica cclica. La pubertad temprana fue alcanzada por el grupo de ensilaje de maz (16 meses, 23 das antes que el grupo de pastura) con 402 Kg de peso corporal (22 Kg ms que el grupo de pastoreo), mientras que en el siguiente ensayo, la edad de la pubertad retras hasta por 20 meses con el ensilaje de maz y hasta 19 meses con el pastoreo, alcanzando un peso corporal comparable con estos el ao anterior. La eficiencia alimenticia fue tambin la misma y ms conveniente en comparacin que la de los ensayos previos caracterizados por sistemas alimenticios ms eficientes. El sistema de pastoreo fue el ms conveniente en trminos econmicos. Todos los animales tenan actividad ovrica cclica, detectada mediante la palpacin rectal, cuando apareci el primer nivel de progesterona < 1.5 ng/ml y por lo tanto los animales concibieron a edad muy temprana; menos de 20 meses (primer ao) y en unos 22 meses en el segundo ao sin variaciones entre grupos. En el experimento 4, siete bubillas del grupo de ensilaje de maz (77.8 %), siete del grupo de pastura (87.5 %), y todas los 10 animales del grupo de

alimentacin completa alcanzaron la pubertad dentro de los 2 aos de edad (Tabla 12).

Todos los animales mostraron actividad ovrica cclica, la cual fue detectada mediante palpacin rectal y mediciones de progesterona, cuando apareci la primera P4 < 1.5 ng/ml, sin mostrar periodo de anestro. No se encontraron cuerpos lteos persistentes ni quistes luteinicos. Las bubillas en este ensayo alcanzaron la pubertad entre julio y octubre, debido al efecto favorable de fotoperiodo decreciente debido a la accin intermedia de la melatonina sobre la actividad ovrica cclica (Borghese et al., 1995). Dado que estas bubillas nacieron en invierno (diciembre- marzo), mostraron un largo periodo de anestro que las bubillas nacidas en primavera-verano (mayo- agosto), las cuales se haban utilizado en otros ensayos; el ltimo tambin alcanz la pubertad en el otoo (octubrediciembre) a una edad muy corta (15-18 meses), ya que estos animales haban nacido cerca del otoo, mientras que las bubillas de este ensayo, nacidas en el invierno, alcanzaron la pubertad a los 18-20 meses. Por lo

tanto, en los ensayos anteriores, se confirma que la edad de la pubertad es afectada por la poca de nacimiento. Como el sistema de alimentacin afecta el peso corporal durante el ensayo (Fig. 1)

El grupo con alimentacin completa mostr elevadas ganancias de peso particularmente entre los 498-550 das de edad (p