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REPRESIÓN DEMOCRÁTICA (JUICIO CONTRA “ORDINE NUOVO” EN ITALIA) EDITADO POR CLEMENTE GRAZIANI Este escrito es obra del jefe histórico de ”Ordine Nuovo” Clemente Graziani y fue presentado como defensa política al juicio contra el Movimiento Político Orden Nuevo imputado de reconstitución del disuelto Partido Fascista (en Italia una ley constitucional, la ley Scelba prohibe la reconstitución de dicho partido). Es una defensa política hecha no tanto para los jueces, cuanto para el pueblo y frente a la historia al fin de demostrar las verdaderas razones que provocaron el juicio, razones que hay que buscar más allá de las fronteras nacionales, allá donde se encuentre el "poder oculto” que gobierna el mundo a partir de la Segunda Guerra Mundial y no permite la existencia de voces disonantes y sobre todo opuestas a las directrices establecidas; un poder frente al cual los gobernantes italianos no son nada más que lacayos obedientes y temerosos, Más que de una defensa se trata aquí de una enunciación de principios, los principios del mundo tradicional frente a aquellos del mundo moderno. Clemente Graziani nos da, al mismo tiempo, una clara imagen de la realidad opresiva, muchas veces absurda, siempre antidemocrática de la democracia italiana de los años setenta. Realidad que no ha hecho otra cosa que empeorar cada día más hasta convertir el Estado italiano actual en un régimen policial peor que una dictadura en donde el ciudadano no tiene ya ningún derecho mientras la policía tiene plenos poderes, llegando estos poderes hasta el ejercicio indiscriminado de la tortura, como demuestra la denuncia con relativo escándalo, (que dejará las cosas como estaban, porque Italia es el país de los escándalos sin consecuencias), del periódico “L ´Espresso" en este mismo año.

Represion Democratica - Graziani, Clemente

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REPRESIN DEMOCRTICA(JUICIO CONTRA ORDINE NUOVO EN ITALIA)EDITADO POR CLEMENTE GRAZIANIEste escrito es obra del jefe histrico de Ordine Nuovo Clemente Graziani y fue presentado como defensa poltica al juicio contra el Movimiento Poltico Orden Nuevo imputado de reconstitucin del disuelto Partido Fascista (en Italia una ley constitucional, la ley Scelba prohibe la reconstitucin de dicho partido). Es una defensa poltica hecha no tanto para los jueces, cuanto para el pueblo y frente a la historia al fin de demostrar las verdaderas razones que provocaron el juicio, razones que hay que buscar ms all de las fronteras nacionales, all donde se encuentre el "poder oculto que gobierna el mundo a partir de la Segunda Guerra Mundial y no permite la existencia de voces disonantes y sobre todo opuestas a las directrices establecidas; un poder frente al cual los gobernantes italianos no son nada ms que lacayos obedientes y temerosos,Ms que de una defensa se trata aqu de una enunciacin de principios, los principios del mundo tradicional frente a aquellos del mundo moderno. Clemente Graziani nos da, al mismo tiempo, una clara imagen de la realidad opresiva, muchas veces absurda, siempre antidemocrtica de la democracia italiana de los aos setenta. Realidad que no ha hecho otra cosa que empeorar cada da ms hasta convertir el Estado italiano actual en un rgimen policial peor que una dictadura en donde el ciudadano no tiene ya ningn derecho mientras la polica tiene plenos poderes, llegando estos poderes hasta el ejercicio indiscriminado de la tortura, como demuestra la denuncia con relativo escndalo, (que dejar las cosas como estaban, porque Italia es el pas de los escndalos sin consecuencias), del peridico L Espresso" en este mismo ao.El Movimiento Poltico O.N., naturalmente, fue condenado en este juicio y pas sucesivamente a la clandestinidad empezando la lucha revolucionaria en condiciones dursimas, sin ningn apoyo internacional al estilo de las Brigadas Rojas sino, al contrario, siendo perseguidos sus militantes en todos los pases de Europa.Actualmente las nuevas generaciones estn generosamente aportando su contribucin, en nuevos grupos que representan la lgica evolucin y actualizacin de la lucha nacionalrevolucionaria, a la batalla de siempre.Este escrito est dirigido a todos aqullos que asqueados por la realidad del mundo de hoy sepan evolucionar del pasado y puedan enfrentarse con el futuro.MEMORIAL DE DEFENSA DE CLEMENTE GRAZIANI PRESENTADO EN EL JUICIO CONTRA EL MOVIMIENTO ORDINE NUOVO POR RECONSTITUCION DEL DISUELTO PARTIDO FASCISTASeor Presidente, Seores del Tribunal.No creo que subsista ninguna duda sobre el hecho de que este juicio en el cual por primera vez y despus de muchos aos se intenta aplicar contra un movimiento poltico la ya tan debatida ley Scelba tenga una gran importancia no solamente en el plano jurdico, sino tambin y sobre todo en el plano poltico e histrico.Es normal as, que yo, como secretario poltico de este movimiento, tenga la preocupacin de no conseguir - en esta sede, a causa de las limitaciones en las cuales est necesariamente sometido un interrogarlo judicial - explicar completamente al Tribunal, a la prensa y a la opinin pblica las delineaciones ideolgicas y polticas del movimiento "ordinovista". Por otra parte, puntualizar en sus justos trminos las finalidades de la lucha poltica y revolucionaria de Ordine Nuovo" es casa absolutamente necesaria, ya que de nuestro movimiento se habl y se sigue hablando del todo a despropsito. Otra preocupacin es que los argumentos que tendr que desarrollar, argumentos que van desde el concepto aristocrtico y tradicional, a la doctrina del Estado orgnico; desde la problemtica existencial surgida con la contestacin en el mundo de los jvenes a las motivaciones de la lucha a la sociedad burguesa y democrtica, son difciles de reducir al normal proceso de verbalizacin del debate, que ya por su naturaleza es demasiado resumido y didasclico.Por estas motivaciones y por consiguiente, opino que el tribunal querr aceptar este memorial y aducirlo a las actas procesales.Ahora bien, antes de pasar a la exposicin de las finalidades polticas del movimiento ordinovista, creo que es til puntualizar que yo hablo en nombre y en representacin de aquellos camaradas que siguen militando en Orden Nuevo y que se sientan a mi lado en el banquillo de los acusados. En el momento en que ellos sern llamados a declarar confirmarn en la forma y en su contenido este documento.Para los dems, para todos aqullos que se encuentran aqu, con nosotros, complicados en unos hechos que no les corresponden, como consecuencia de inexactos informes facilitados al fiscal por las varias comisaras generales de polica, creo que es oportuna una subdivisin en grupos, hecha sobre las bases de sus cualificaciones polticas y tambin, por algunos, en relacin con su conducta moral manifestada en ocasin de este juicio.Uno de estos grupos est compuesto por quien hizo parte de Orden Nuevo en el pasado (Gentile, Stabile), cuando Orden Nuevo era simplemente un Centro Cultural, paro nunca dio su adhesin al Movimiento (Sacucci, Esposito, Marino, Ragusa y otros pocos ms) pero despus han sido reabsorbidos por la accin de recuperacin del Movimiento Social Italiano Derecha Nacional y han confluido en este partido que ya haba fagocitado la vieja clase dirigente del Centro cultural.Tenemos despus otro grupo compuesta por personas que nunca dieron su adhesin al Centro cultural, ni al Movimiento poltico, personas completamente desconocidas para nosotros antes de encontrarlas en este aula (Ligato y otros). Por lo que se refiera a Moschetto y Di Mayo es ya conocido por el fiscal como estos haban realizado una iniciativa de fraccionamiento absurda y polticamente ambigua: o sea intentaron crear una formacin autnoma, en Npoles (no muy inslito fenmeno a ciertas latitudes), usando arbitrariamente nuestro smbolo y nuestra denominacin.Estn claras las motivaciones por las cuales tambin con este grupo el Movimiento Poltico Ordine Nuovo no tiene nada que ver. Por ltimo tenemos un caso nico y original: lo de Chittaro indicado por la comisara general de Florencia como un exponente de Orden Nuevo en la antedicha ciudad. Esto nos da la idea de la superficialidad con la cual han sido redactados los informes de la Polica a la Fiscala del Estado. Quin es este Chittaro? Nos hemos informado sobre l como sobre todos los dems que nos resultaban desconocidos. Y qu es lo que hemos descubierto? Hemos descubierto que Chittaro no slo nunca pens en acercarse a Orden Nuevo, sino que es una persona que nunca ha actuado polticamente ni a la derecha, ni en el centro, ni a la izquierda, su ms autntica vocacin siendo la de animar fiestas estudiantiles. Entonces por qu ha sido arrastrado al banquillo de los acusados y se la ha puesto una etiqueta poltica que le marcar para toda la vida? Esto est clarsimo! Parece que en la casa de un conocido o amigo, que se suicid la Polica encontr una bandera nazi. Ergo... el Chittaro, como tambin el joven suicida, no puede ser nada ms que un exponente del movimiento neonazi Orden Nuevo. No es culpa nuestra si tales y tantas son las posibilidades inductivas de algunos funcionarios de la Polica democrtica... al servicio del ciudadano, como tampoco somos responsables si muchos de los acusados en este juicio resultaran completamente ajenos a Orden Nuevo.Quede bien claro que hemos desagregado este "cocktail! de acusados en sus varios y absurdos componentes no para colaborar con la justicia burguesa, y tampoco para aligerar las supuestos responsabilidades de quien ha sido arrastrado, muy inoportunamente, a compartir el destino de un grupo revolucionario que, con pleno conocimiento, acta en un clima de represin y de dictadura democrtica. Todo esto no nos atae, no es asunto nuestro. Al contrario, cuanto ms la justicia burguesa se equivoca, ms se hunde en el barro pantanoso de los juicios persecutorios donde toda concepcin de derecho desaparece en el lodo, ms fcil ser para nosotros conducir la crtica y la lucha al sistema del cual, exactamente "cierta justicia burguesa" es la expresin ms adelantada. Hemos al contrario intentado aportar un poco de claridad sobre la topografa del banquillo de los acusados simplemente con el fin de informar a este Tribunal y a la prensa, y por lo tanto la opinin pblica, de que lo que se declarar en este aula durante los interrogatorios de imputados que con Orden Nuevo no tienen nada que ver comprometer polticamente solamente a las personas que produzcan estas declaraciones y, eventualmente, a la formacin poltica a la cual efectivamente pertenezcan.Estoy seguro que el Tribunal y los mismos imputados no ordinovistas nos reconocern el derecho y el deber si este juicio debe ser el juicio al Movimiento Poltico Orden Nuevo, de disociarse, de tomar las debidas distancias de nuestra organizacin y sobre todo de quien (como Pioli y otros ms) esta disciplina y esta milicia han renegado, despus de haber sido imputados en este juicio, no por disentimiento de carcter poltico e ideolgico, como querra hacer entender un abogado en relacin con su cliente, sino nicamente por cobarda.Quedando bien claro lo antedicho, podemos ahora pasar a la acusacin especfica. Haciendo esto el Fiscal Vittori u Occorsio acredita a nuestra modestsima organizacin de haber, ni ms ni menos que, reconstituido el disuelto Partido Fascista. Aparte del hecho de que intentos parecidos cuando de verdad se verificarn, no seran un hecho poltico sino un fenmeno de maniticos reconducible a un estado neurtico, dejando aparte el hecho que tal acusacin ha sido llevada, como ha hecho notar en seguida la defensa, sin precisar eventos y circunstancias por los cuales el hecho criminal (o de maniticos) se habra concretizado, nosotros rechazamos secamente este cargo.Se trata de una acusacin completamente sin bases y sera suficiente leer atentamente lo que desde 1953 hasta hoy ha sido publicado por el Centro Cultural en el peridico Orden Nuevo y por el Movimiento en el semanal Orden NuevoAccin sin destacar como hacen algunos sectores de la prensa, frases del contexto de uno u otro artculo para darse cuenta de inmediato que el ordinovismo se pone como hecho cultural y poltico absolutamente original respecto a todos los dems movimientos, incluido el movimiento fascista. Las diferencias, en realidad, son tales y tantas que sera ms fcil individualizar posiciones inconciliables y contrastes irreducibles entre estas dos ideologas, antes que aquella supuesta identidad oportunamente manipulada por toda la prensa del rgimen. No decimos esto para huir de la actual legislacin antifascista, relacionado a un vergonzoso artculo (Art. 17) del tratado de paz impuesto a Italia por el imperialismo yankee, sino solamente porque es la verdad.Quede bien claro de todas formas que cuando hablamos de ideologa del Partido Fascista nos referimos al documento oficial que esta ideologa define y que se titula "Doctrina del Fascismo, redactada la primera parte, la especficamente doctrinal, Por el filsofo Giovanni Gentile, y la segunda especficamente estatal y social por Benito Mussolini.Esto para no dar pie, incluso a nivel cultural, a desagradables malentendidos.Ilustraremos seguidamente, y de forma muy amplia, para que nadie pueda equivocarse en el futuro sobre nuestras instancias ideolgicas, polticas, existenciales y revolucionarias, las diferencias existentes entre fascismo y ordinovismo. De momento nos urge declarar que no obstante estas diferencias nuestra opinin histrica sobre el Fascismo (repetimos: opinin histrica y nada ms!) es en larga medida positiva, aunque lo positivo de esta opinin, naturalmente, debe ser relacionada con la poca y el ambiente social donde el rgimen fascista se afirm y consolid, no nos impide una firme crtica al nivel de las ideas y de las realizaciones. No sabemos si en este pas es todava posible expresar libres evaluaciones sobre un periodo tan importante de la historia de la Patria, evaluaciones que nacen de la comparacin con el perodo de rgimen democrtico an ms largo que le ha sucedido, sin recaer en el crimen de apologa de fascismo". Es cierto de todas formas, que los italianos que han vivido en estos dos periodos, y que no se han dejado condicionar por aquellos centros de prefabricacin de opinin pblica democrtica y antifascista que son las redacciones de los diarios del rgimen y la televisin, han expresado al propsito su veredicto inequivocable, veredicto que a nivel popular se expresa con el refrn: Se estaba mejor cuando se estaba peor!Por muchos esfuerzos que hagan las organizaciones polticas de masas que monopolizan la vida poltica italiana (Democracia Cristiana, Partido Comunista y Sindicatos), el antifascismo no tiene y no podr tener nunca una autntica base popular.Es la democracia, este tab inviolable, la que por lo tanto est denigrada y sigue denigrndose a s misma. Por eso creemos que si existieran demcratas de buena fe seran estos los que deberan juzgar a la clase poltica representada por el actual rgimen, en vez de correr detrs de las sombras de un pasado que si puede ser asumido y sublimado, por sus componentes positivos en contenidos ideolgicos de un movimiento que interpreta el destino, las tradiciones histricopolticas de todo el pueblo, pero que nunca ms podr ser repropuesto sic et simpliciter, tal como fue.Por consiguiente es fcil llegar a la conclusin de que el antifascismo de esta clase dirigente no solamente carece de una base popular, sino que adems es un instrumento dirigido a sofocar y reprimir la oposicin creciente de todo el pueblo en contra de quien lo explota y la oprime, contra quien en nombre de una libertad abstracta y falsa, ejerce una de las formas ms hipcritas y cnicas de violencia: la violencia de la dictadura democrtica.Pero volvamos a la cuestin fundamental sobre la cual ha sido construido este juicio de rgimen: El Movimiento poltico Orden Nuevo constituye una tentativa de reconstruccin del disuelto Partido Fascista o bien debe considerrsele como un movimiento que lleva adelante una lucha poltica, una idea del Estado no reconducible, en sus componentes esenciales, a una generalizacin de tipo fascista?. El problema nos parece reducido al dar una definicin del Fascismo, porque en falta de tal definicin no sera obviamente posible establecer si existen convergencias o diversificaciones entre la ideologa ordinovista y la ideologa fascista.No es ciertamente una empresa fcil. De Felice, Nolte, Togliatti y otros historiadores que por dcadas han conducido estudios profundos en el argumento no han llegado a las mismas conclusiones sobre un movimiento que, en sus mltiples y multiformes actuaciones ha caracterizado una poca.No obstante la necesidad de definir el fascismo ha surgido nada ms empezar este juicio y el Tribunal, en el rechazo de todas las propuestas de inconstitucionalidad de la Ley Scelba presentadas por los defensores, se ha visto en la obligacin forzosa de solucionar en diez horas un problema que historiadores insignes no han podido resolver en treinta aos de bsqueda cientfica. De esta obligacin ha surgido una definicin vaga, as... indefinida, por lo cual todo el mundo podra antes o despus sufrir el rigor de la ley antifascista; inclusive los crculos culturales, las asociaciones de excombatientes, las sociedades deportivas podran, en la eventualidad, ser perseguidas (esto reza exactamente la ley). Pues bien, para cundo la disolucin de la Asociacin Nacional de Paracaidistas de Italia? (los paracaidistas: ngeles de cielo y de la guerra, por lo tanto fascistas), para cundo la disolucin de las federaciones y sociedades deportivas practicantes de deportes de combate?, por lo tanto educativas a la violencia y a la seleccin de campeones de la raza. Nosotros creemos que por haber obligado a la Magistratura a tomarse tan grande responsabilidad la Ley Scelba ha sido definida por un Maestro de derecho penal como la ley idiota".Pero no es solamente el diputado De Marsico quien tiene dudas sobre la validez jurdica de esta ley.Tambin hombres de la altura jurdica de un Sandulli, Jefe del Tribunal Supremo, hombres que sin ninguna duda no pueden ser acusados de tener simpatas por el fascismo, han expresado su conviccin de que la Ley Scelba es inaplicable. Queriendo echar un poco de agua sobre el fuego encendido por Bonifacio, (Presidente de la Corte Constitucional, mximo rgano, legislativo del rgimen democrtico), con sus inauditas declaraciones a la prensa sobre este argumento (inauditas porque anticipan la sentencia y constituyen, adems, por el tono y la forma con la cual han sido expresadas un verdadero DIKTAT" para el juez que est llamado para juzgar el crimen de reconstruccin del disuelto Partido Fascista") creemos til recordar al Tribunal lo que el mismo Sandulli dijo en una entrevista a L Europeo" (nm 50 del 18/12/1971 "La ley de 1952, emanada para la actuacin de la XII disposicin final de la Constitucin, la cual veta la reorganizacin, en cualquier forma, del disuelto Partido Fascista, implica que debe ser considerada por lo tanto como fascista cualquier Asociacin o movimiento que se proponga realizar las finalidades antidemocrticas propias del Partido Fascista, o sea, las finalidades que fueron propias de aquel Partido en el cual histricamente el fascismo se encarn en Italia desde el ao 1919 hasta el 1943. A fin de aplicar la disposicin se necesita, comprobando lo hechos, no olvidar, de un lado que muchos de los objetivos y mtodos del fascismo, considerados singularmente, son comunes a regmenes o ideologas no fascistas. As entre otros, la conquista del poder, donde sea preciso, por medio de la violencia, la intimidacin squadrista (1), la supresin de las libertades y de los partidos, del parlamento, el autoritarismo, el anticomunismo, el totalitarismo. Por otro lado, es necesario tener presente que es difcil que los objetivos propios del fascismo histrico se adapten todos a una realidad histrica completamente diferente. Hace falta aadir dos consideraciones; a menos que no se trate de enfrentarse con situaciones de extremo peligro, la libertad en sentido nico no es libertad, La segunda es que no es suficiente disolver un movimiento para que sus ideas mueran: ellas se afirmaran de otras formas. Las ideas se combaten con las ideas y con las realizaciones concretas.La XII disposicin final de la constitucin representa una de las caractersticas del actual orden constitucional, nacido antifascista. Esta disposicin excluye que pueda existir en Italia, bajo cualquier nombre, un nuevo Partido Fascista, pero no consiente disolver una asociacin o un movimiento solamente por hechos de opinin. Es en base de estos criterios que hay que considerar la ley del 1952.Nosotros no tenemos la presuncin de dar una evaluacin global y definitiva de aquel complicado fenmeno histricopoltico que fue el fascismo. Reputamos, de todas formas, el poder resaltar los aspectos en los cuales el movimiento ordinovista ms se diferencia, ms se eleva como construccin autnoma y original respecto a las ideas consideradas por la "ley idiota Y POR LA CRITICA DEL REGIMEN como propias del disuelto Partido Fascista. Tambin porque una crtica, un discurso serio sobre el fascismo no es para nosotros nada nuevo. Orden Nuevo, en efecto surgi justamente a raz del intento, que se demostr sucesivamente intil, de llevar tal lnea de pensamiento al interior del MSI un partido en cuyas huestes las jvenes generaciones que haban vivido y sufrido la trgica y exaltante experiencia de la Repblica Social Italiana haban reencontrado, en la inmediata postguerra, el camino de la lucha y del empeo poltico.Qu era, como se interpretaba, en los aos cincuenta el fascismo en el MSI?.Con las palabras de un joven exponente de la cultura de derecha, podramos decir que en el partido, por un lado estaban aquellos que confundan el fascismo con un conservadurismo burgus y "papalino; de la otra ciertos esculidos sociales que confundan Mussolini con Pietro Nenni (lider del Partido Socialista), y el fascismo con una especie de socialdemocracia tricolor. Por todas partes pocas ideas, poca cultura, ninguna fantasa. Un clima poltico y cultural as configurado, preado de patriotismo burgus y lleno de referencias puramente nostlgicas, no poda seguramente satisfacer a jvenes con afn de dar una respuesta coherente a las instancias ideolgicas, polticas y existenciales que presionaban en su nimo y en su mente, como consecuencia de las grandes transformaciones de la sociedad que iban realizndose, segn ritmos vertiginosos, en los aos de la reconstruccin. Las respuestas a estas instancias, la individualizacin de una orgnica visin del mundo, la construccin de un discurso poltico en contra de la sociedad burguesa fueron por lo tanto buscadas fuera del MSI Los supervivientes del grupo juvenil que haba creado el Partido, que haban luchado en las universidades y conquistado los jvenes a la idea nacionalrevolucionaria, los supervivientes de este grupo decamos, los que se haban no obstante mantenido en las posiciones cumbre, constituyeron en 1953 el Centro Studi Ordine Nuovo y acabaron por salir del Partido en 1956, despus que el escandaloso congreso de Miln consagr oficialmente la entrada del MSI en el interior del corral de ovejas democrtico. Libres de otros empeos polticos, los jvenes de Orden Nuevo pudieron as dedicarse a un largo, poderoso trabajo de elaboracin doctrinal, que ha sido y sigue siendo una firme referencia ideolgica y poltica para todos los grupos y movimientos europeos que luchan en contra del capitalismo y del marxismo y en contra de la lgica imperialista de Yalta.El Centro Studi Ordine Nuovo" tiene por lo tanto el mrito de haber puesto en discusin las bases fundamentales del Credo poltico que nos haba empujado, con animus legionario, en la severa prueba de la guerra. Algunos de los valores expresados por el fascismo, que creamos imperecederos, se disolvieron como niebla al sol, una vez que fueron analizados con una crtica en la cual haba los principios de la visin del mundo aristocrtica y tradicional.Fue as que el nacionalismo, el culto naturalista de la patria resultaron non valori": SIENDO NUESTRA PATRIA ALL DONDE SE LUCHE POR LA IDEA! El concepto de Estado Totalitario fue substituido por el concepto de Estado orgnico; a la necesidad del jefe, del Dux, del dictador, fue contrapuesta la necesidad de la "ELITE" revolucionaria; hasta llegar a la religin cristiana, venida de los bajos fondos de Galilea y considerada, como todas las religiones, consecuencia de una aceptacin dogmtica o irracional, que fue contestada en el nombre de una superior realidad metafsica, en el nombre de la ascesis heroica y guerrera que reintegra el Yo en su dimensin ms profunda y originaria y es punto de salida para un efectivo adelantamiento de la condicin humana. Para volver a problemas ms inherentes con la lucha poltica nosotros no hemos tenido ninguna duda en rechazar los consumidos esquemas de la lucha contra el comunismo y la lgica burguesa del "blocco dordine" (2). Limitar la lucha en este plan, sin atacar al enemigo que, para lo que atae a nuestro pas, tenemos en nuestras mismas casas, o sea, el gran capital, significaba, en nuestra opinin, perder ya antes de empezar. Hemos, por estas razones, ampliado el frente de la lucha ordinovista al conjunto de los partidos polticoburgueses (individuable en todos los partidos, desde el PCI hasta el MSIDN) y sobre todo hemos cogido, como nica y verdadera, la postura de enemigos de la mentalidad y de la cultura burguesa y democrtica, reacia a morir, y que hasta bajo el rgimen fascista consigui mantenerse en pie, si es verdad que, con la proteccin de Gentile (filsofo oficial del fascismo), se segua con una cultura neutra, burguesa, implcitamente antifascista. Nos contestarn que el ordinovismo representa la continuacin lgica y consecuencial del proceso de desarrollo ideolgico del fascismo, que se habra seguramente realizado si Europa hubiese salido ganadora del enfrentamiento con las fuerzas del imperialismo ruso y americano. Dicha apreciacin no nos ofende, al revs nos honra y lisonja, pero hay que observar que queda siempre como hiptesis, alentadora, pero solo una hiptesis, el fascismo habiendo podido evolucionar tambin hacia otras diferentes direcciones, por ejemplo segn el modelo nacionalcomunista (casi bamos a decir nacionalsocialista!) de la China de Mao Tse Tung. Y como que aqu se celebra un juicio, y tenemos por lo tanto que atenernos estrictamente a los hechos y solamente a los hechos, es al fascismo como ha sido y como ha actuado desde 1919 hasta el 1945 que hay que hacer referencia.Llegados a este punto podramos empezar la parte final de nuestra relacin. Pero creemos que los conceptos anteriormente mencionados se deben profundizar ms, porque Vosotros habis sido llamados a juzgar sobre una materia posiblemente ajena a Vuestros conocimientos especficos. Esta afirmacin no resulta ofensiva al Tribunal. Nos referimos a nuestra cultura, a una particular forma de cultura, a la cultura tradicional y no a la erudicin. Al nivel de la erudicin acadmica, de la cultura oficial nunca nos permitiramos considerando el nivel inferior de nuestros estudios de competir con la suma de Vuestra sabidura. Pero exactamente porque no hemos sido condicionados por la enseanza iluminista o historicista otorgada por la escuela italiana hemos tenido la posibilidad de interiorizar una ms autntica cultura europea. Siendo nosotros hombres de las negaciones absolutas y de las afirmaciones absolutas no dudamos en declarar que nosotros, los de Orden Nuevo, somos portadores de una vieja y nueva cultura: afirmamos, en otras palabras, las valores originarios de una "KULTUR" frente a los valores degradados de una ZIVILIZATION para decirlo como Spengler.Ya que Vosotros sois los sacerdotes vigilantes del dogma democrtico, Vuestra raz cultural no puede ser ms que la tpica del perodo que Spengler define de civilizacin: por esto la sospecha que pueda existir un problema de incomunicabilidad, tambin a nivel de terminologa, que nos obliga a ampliar nuestra ideario. No se trata de una disgresin ociosa. Por ejemplo: en mi declaracin se puede leer que a la pregunta del fiscal sobre las conexiones del Movimiento Poltico Orden Nuevo con las ideas del disuelto Partido Fascista yo he contestado: "no es verdad que el Movimiento Poltico Orden Nuevo traiga inspiracin en las ideas propias del disuelto Partido Fascista, sino que se refiero a una, concepcin tradicional del mundo y de la vida etc."Ahora bien, para quin sepa en que sentido nosotros utilizamos los trminos tradicin y tradicional, esta respuesta tiene un significado muy preciso, lgico y completo. Para quin el contrario, y creo sea este Vuestro caso, no conoce este sentido, una contestacin as formulada puede ser entendida de forma totalmente diferente.SOBRE EL SIGNIFICADO DE TRADICINAhora, qu puede significar para Vosotros el trmino Tradicin?. Casi seguramente un conjunto de memorias, noticias, testimonios trasmitidos una generacin a otra. En nuestro ambiente poltico y cultural este trmino tiene un valor ms amplio y profundo, que incluye principios y valores metafsicos diferentes de aquellos que puede concebir el hombre moderno, pero no por esto menos verdaderos y menos reales. Tradicin se tiene por tanto que entender como una realidad ms metafsica que histrica. Expresa una totalidad, una nica esencia, una WELTANSCHAUUNG", o sea una completa y orgnica visin del mundo y de la vida que, habiendo existido desde siempre, se ha histricamente actualizado en formas y expresiones diferentes cada vez determinadas por el curso de la historia. Exactamente en cuanto realidad metahistrica no es posible identificar la Tradicin en su integridad, en esta o aquella manifestacin histrica; pero s se puede reconocer en esta o aquella manifestacin histrica la presencia de principios y contenidos tradicionales, o sea la tendencia de un tipo de civilizacin, de una organizacin estatal de orientarse hacia lo alto, hacia lo que transcienden la vicisitud meramente histrica y humana. Como tambin se puede reconocer en esta o en aquella manifestacin histrica exactamente lo contrario, o sea, el ser aquel tipo de civilizacin, aquella poca, aquella sociedad, aquella ideologa, aquella raza, aquel pueblo impregnado por el principio opuesto antitradicional por lo cual todo se orienta hacia abajo, hacia formas siempre ms materializadas de existencia.Ms all de un pluralismo de civilizacin, la interpretacin tradicional de la historia individua un dualismo de civilizacin. De un lado el mundo moderno, de otro el mundo tradicional, entendidos como dos tipos universales, como dos categoras totalmente diferenciadas de civilizacin.En los tiempos ltimos, en la "EDAD OSCURA" que caracteriza el fin de un ciclo, componentes de una y de la otra categora, en una relacin de fuerzas frecuentemente mutable, estn presentes, coexisten y se oponen en el interior de una misma organizacin social. He aqu el porqu desde los tiempos histricos, a partir de los cuales empieza el periodo de decadencia de las civilizaciones tradicionales, nosotros podemos asistir tambin a nivel poltico, al enfrentamiento y a la oposicin de dos visiones del mundo, la aristocrtica de una parte y a la plebeyo, democrtica, colectivista y materialista de la otra.De esta visin tradicional del mundo y de la vida deriva por consiguiente toda nuestra construccin doctrinal. En ella encuentran legitimacin los principios de aristocracia, autoridad, de jerarqua (no jerarquismo!) y el modelo de una sociedad organicamente estructurado y diferenciado.El fascismo, al contrario, cuando se hace doctrina, hunde sus races en un terreno distinto, el terreno del cual ha sacado savia el idealismo hegeliano hasta sus ltimas ramificaciones actualizantes e historicistas con Giovanni Gentilo. O sea, en una filosofa, en mera construccin del pensamiento, carece de una autntica "INTUICION" metafsica y de cualquier CONTACTO con la realidad trascendente.Y aqu estamos en presencia de la primera y ms importante oposicin doctrinal entre ordinovismo y fascismo, de la cual derivan consecuentemente todas las dems; mientras la ideologa ordinovista se enlaza al mundo de la Tradicin y establece una relacin directa con una cultura que expresa los valores de la estirpe de la raza europea, valores legados a "fuerzas mucho ms profundas que las del individuo y de su abstracto intelecto", el fascismo, como acabamos de decir, parte de una posicin cultural simplemente tica, la misma, en ltimo anlisis, sobre la que ha sido edificada todo la filosofa marxista.Casi no vale la pena decir que dicho contraste no se pone en evidencia hoy en vista de un nuestra situacin judicial, sino que ha sido objeto de apasionados debates desde los primeros aos de nuestro empeo poltico en el MSI, desde los primeros congresos juveniles, cuando con juvenil exuberancia, se gritaba, por una parted viva Julius Evola, por la otra viva Giovanni Gentile.Tambin respecto al filsofo Giovanni Gentile juzgamos oportuna una precisin. Nuestra oposicin a Gentile se ejercit y se ejerce exclusivamente a nivel cultural, en contra de su lnea de pensamiento. Su ecuacin humana no se discute. La coherencia a nivel poltico, demostrado hasta el extremo sacrificio de la vida por el filsofo del "actualismo, siendo para nosotros un ejemplo, una leccin a la cual siempre intentaremos conformarnos.ESTADO TOTALITARIO Y ESTADO ORGANICODonde la ideologa ordinovista ms se aleja del fascismo clsico es cuando niega toda validez a formas totalitarias de gobierno del estado. Al concepto de Estado Totalitario, que no ha caracterizado solamente el fascismo italiano, sino tambin todos los movimientos que en el fascismo se han ms o menos inspirado, Orden Nuevo contrapone el concepto de Estado Orgnico.Qu entendemos nosotros por Estado Orgnico?La ms importante autoridad del pensamiento tradicional, Julius Evola, del cual nosotros hemos recibido toda nuestra forma existencial y doctrinal, (esperemos que esta, nuestra afirmacin, no le acarree otro absurdo juicio), en un estudio sobre el fascismo (FascismoEd. Volpe 1964) afirma que el "Estado Tradicional es orgnico, pero no totalitario. Est diferenciado y articulado, admite zonas de parcial autonoma. Coordina y hace participar en una superior unidad de fuerzas a las cuales sin embargo reconoce la libertad. Exactamente por ser fuerte, no necesita recurrir a una mecnica de centralizacin: esta se requiere solamente cuando se tenga que frenar a una muchedumbre informe y atmica de individuos y de voluntades, con lo cual, de todas formas, el desorden nunca podr ser eliminado, sino provisionalmente contenido. Para utilizar una feliz expresin de Walter Henrich, el Estado verdadero es "OMNIA POTENS", no "OMNIA FACIENS, o sea en el centro detente un poder absoluto que puede y debe hacer valor sin impedimentos en caso de necesidad o en las decisiones ltimas, ms all del fetiche del as llamado "Estado de Derecho"; pero no se entremete por todas partes, no se sustituye a todo, no tiende hacia un encuadramiento de cuartel (en el sentido negativo) ni a un conformismo allanador en lugar del libre reconocimiento y de la lealtad. Y siempre el mismo autor, en "Los Hombres y las Ruinas, 1953, criticando toda forma de totalitarismo, afirma que el totalitarismo no representa nada ms que la imagen contrahecha del ideal orgnico. Es un sistema en el cual la voluntad se impone desde el exterior, no en razn de la fuerza intrnsica de una idea comn y de una natural y reconocida autoridad, sino a travs de formas directas de intervencin y de control que se derivan de un poder puramente materialmente poltico que se afirman como extrema razn del sistemaAdems, en el totalitarismo es insita la tendencia niveladora, la intolerancia para cada forma parcial de autonoma y para cada grado de libertad, para cada tipo de unidad social intermedia entre el centro y la periferia, entre el vrtice y la base".La labor de Orden Nuevo desde 1953 hasta hoy ha sido la de transferir a nivel poltico las enseanzas de Julius Evola. Por lo tanto, tambin en la enunciacin de nuestra "Doctrina del Estado" hemos hecho referencia a estas enseanzas. En todos los documentos, los escritos, las publicaciones de Orden Nuevo nunca se he expresado un juicio favorable al totalitarismo y al Estado Totalitario; aunque implicara la incomprensin en ciertos ambientes demasiado relacionados a las experiencias histricas del cercano pasado, nosotros hemos siempre hablado de Estado Orgnico, de un Estado que no tenga fundamento en los partidos sino sobre formas de representacin ms aptas al siglo XX, las cuales realicen completamente las exigencias de la organicidad y de la funcionalidad, hoy totalmente insatisfechas" (Manifiesto de Orden Nuevo1966). Es verdaderamente difcil, por no decir imposible, reconducir al movimiento fascista en general y al disuelto Partido Fascista Italiano en particular a esta doctrina del Estado.Con la oposicin existente entre totalitarismo y visin orgnica y tradicional del Estado y de sociedad, tenemos, entonces, una segunda importante diversificacin ideolgica y doctrinaria del movimiento fascista respecto al movimiento ordinovista.Es nuestra opinin que el totalitarismo es componente caracterizante e imprescindible del fascismo, sea este italiano o europeo. Y no es solamente nuestra opinin, que adems en este sede tendra escaso valor, sino que es tambin la conclusin a la cual han llegado eminentes personalidades de la cultura antifascista como Hans Kohn (Ideologas Polticas del siglo XX, Florencia 1964); Jacques Maritain (Umanesimo Integral1967): Augusto del Noce (Totalitarismo y Filosofa de la HistoriaEd. II Mulino, 1957).LA FIGURA DEL JEFE, DEL DUX, DEL DICTADOR EN EL FASCISMO.Aunque la historiografa de estos ltimos treinta aos no se ha detenido, en su intento de encontrar un comn denominador entre todos los movimientos fascistas, sobre el hecho de que estos movimientos se han siempre desarrollado alrededor de la figura de un jefe carismtico, de un dux que despus, una vez en el poder, adquiere todas las atribuciones del dictador, nosotros individuamos exactamente en la presencia de un hombre con capacidades extraordinarias de los grandes jefes de pueblos una de las condiciones indispensables para la formacin de un movimiento fascista. No se puede en efecto concebir el fascismo italiano sin Benito Mussolin, el nacionalsocialismo sin Adolfo Hitler, el falangismo sin Jos Antonio Primo de Rivera, la Guardia de Hierro rumana sin Codreanu, el justicialismo sin Pern.Conectado indisolublemente al fascismo est entonces el bonapartismo, fenmeno estigmatizado por Orden Nuevo como hecho contrarrevolucionario. Para Orden Nuevo, la revolucin no obtiene ningn beneficio de unas masas robotizadas, en continua adoracin del jefe. Un movimiento verdaderamente revolucionario tiende a despersonalizar al mximo la figura de sus dirigentes y educa al militante, al soldado poltico a servir y seguir, con fidelidad y honor, solamente por la Idea por la cual se lucha. Solamente as es posible seguir la lucha an cuando los jefes caigan.Este concepto prctico se una al otro, espiritual, asctico, por el cual es la Accin: despersonalizada, llevada en plena libertad contra vinculas "engaosos" que frecuentemente se establecen con los jefes prestigiosos (imaginen lo que puede representar para el comunista chino y no solamente para el chino Mao Tse Tung), lo que ms importa y ms valor tiene a nivel de realizacin individual. Orden Nuevo, por lo tanto opone al mito del jefe, del dux, del dictador, la fuerza y la voluntad de una aristocracia poltica, de una ELITE, revolucionaria.Este concepto est bien expresado en el anteriormente citado Los Hombres y las Ruinas", un libro que puede considerarse el evangelio poltico de la juventud nacionalrevolucionaria.En las formas modernas de bonapartismo escribe Evola en dicha obra divulgativa de doctrina poltica sobre todo en aquel que se enlace al totalitarismo dictatorial se puede reconocer una mezcla entre el concepto maquiavlico de "El Prncipe y aquel del demagogo hijo de la democracia, porque una mstica invertida haciendo referencia a un pseudohroe tiene aqu como contrapartida una tcnica perfeccionada, totalmente libre de escrpulos y tal vez incluso demonaca, en cuanto a los medios para estabilizar el poder y controlar las fuerzas irracionales de las masas: "poltica absoluta", a la cual el significado posible del hombre como libre personalidad es ignoto, como es ignoto, en los jefes, aquel respeto hacia s mismo, hacia su propia dignidad, que es condicin primaria para toda superioridad aristrocrtica".Afirmacin de la ELITE revolucionaria, de la aristocracia poltica en oposicin al culto a de la personalidad, a la mitificacin del jefe: he aqu la tercera importante diversificacin entre ordinovismo y fascismo.DEMOCRACIA Y DICTADURALos demcratas "tout court" consideran al fascismo un fenmeno poltico aberrante, una clase de enfermedad del espritu y de la cultura europea, sobre todo a causa del afirmarse el fascismo bajo la forma de frrea dictadura personal.De aqu el preconcepto de que toda dictadura sea de alguna manera reconducble al fascismo, o sea tenga origen y justificacin en presupuestos antidemocrticos.Tambin la "ley idiota" cuando lo es tanto como para prohibir y reprimir la crtica a la democracia, mira en efecto de impedir la constitucin de regmenes dictatoriales.A este propsito, por lo tanto, es con una cierta dosis de sarcasmo y de "maldad" que ilustrando a los magistrados, a la prensa (demcrata y antifascista) y a la opinin pblica (demcrata y antifascista) una cuarta oposicin y diversificacin entre fascismo y ordinovismo: nosotros afirmamos que Orden Nuevo lucha en contra de toda forma de dictadura, la del disuelto Partido Fascista incluida, por que la dictadura es expresin lgica y consecuente... de la democracia!No se trata de un "boutade" y adems no somos solamente nosotros los que lo afirmamos. Togliatti, durante una serie de lecciones sobre el fascismo, dadas en Mosc en 1935 a la Seccin Italiana de la Escuela Leninista, declar: "Est claro que no se puede contraponer la democracia burguesa a la dictadura. Cada democracia es una dictadura" (Crtica Marxista, Julio-Octubre de 1969).Ms explcito en el toma, es el filsofo Ugo Spirito. "La dictadura personal, lejos de representar la anttesis de la democracia, representa solamente una forma de ella. Al contrario el dictador, exactamente por que supera la aristocracia de minoras que pueden ocultar ms o menos hbilmente su poder a las mayoras, sufra directa, inmediata y personalmente el juicio del pueblo y tarde o temprano es derribado por l cuando lo traicione. El dictador es querido por el pueblo ms que cualquier otra forma de ELITE y el voto plebiscitario que lo acompaa en su camino hasta que no lo decepcione, es menos impuesto de lo que pueda serlo en los regmenes caracterizados por otros tipos de minoras. Quien piensa que Krushev o Mao extorsionan por la fuerza el voto electoral de la masa est incapacitado de comprender realmente la psicologa de las masas y el afirmarse de las dictaduras. La mayora o la casi totalidad del consenso a favor del dictador priva al trmino dictadura de todo significado antidemocrtico.Y ms aun. Creo que sea ms fcil establecer un gobierno absoluto y desptico en una nacin democrtica escriba Alexis de Toqueville que en cualquier otra.... el despotismo me parece, por lo tanto, temible especialmente en los pases democrticos.... no hay por consiguiente, que pretender que en estos pases la esfera de la libertad individual sea tan ancha cuanto en los pases de rgimen aristocrtico.Contraponer por lo tanto democracia a dictadura o, mejor dicho, establecer una relacin de causaefecto entre la concepcin aristocrtica del Estado y dictadura es un craso error, del cual nos permitimos poner en guardia a nuestro jueces, en el momento en que por la libertad del pueblo, tendrn que motivar de cualquier forma la sentencia de condena que, digmoslo con franqueza, dado el cuadro poltico actual, nos parece ampliamente por descontada.ORDINE NOUVO Y LA DOCTRINA DE LA RAZAOrden Nuevo pasa por ser, segn la opinin de la prensa burguesa, una organizacin racista que tiene como fin un oscuro diseo de persecucin y de exclavizacin del judo y del pobre negro,Segn nuestros exgetas, en la misma calificacin racista del Movimiento Poltico Orden Nuevo sera inequivocablemente "probado" el estricto parentesco de esta organizacin con el disuelto Partido Fascista.Que sean solamente juicios superficiales de hilaciones gratuitas de gacetilleros poco serios es fcilmente demostrable.En efecto, nosotros hemos afrontado el problema de la raza, pero desde un ngulo de visin completamente diferente de aquello que nos viene impuesto. El racismo como se ha expresado en el fascismo, el racismo "zoolgico, o sea la idea de una raza pura en el sentido exclusivamente biolgico, corpreo no ha sido nunca sostenida por nosotros... por el simple hecho que razas puras, en nuestros das, no existen. Ni tanto menos hemos tenido nunca propsitos persecutorios contra esta o aquella raza, esto o aquel pueblo. Pero s que hemos expresado un juicio positivo sobre una particular doctrina de la raza entendida como mito, porque puede suscitar fuerzas que se opongan al proceso nivelador que acta en el mundo moderno. La doctrina de la raza, en efecto, es sobre todo, un mito antidemocrtico que redescubre los valores del orden y de las diferencias.Tambin en lo que se refiere al problema de la raza y del antisemitismo (mejor sera decir antihebraismo), no podemos por menos que citar lo que Evola del cual el mismo De Felice, en Historia de los Hebreos durante el fascismo, se ha visto obligado a reconocer que se ha de computar entre aquellos que, en el plan del racismo, invocado un camino supieron recorrerlo con dignidad y hasta con seriedad ha escrito a propsito.Segn la doctrina racista, la humanidad, el gnero humano es una abstracta ficcin o sea, la fase final, imaginable solamente como lmite, pero nunca enteramente realizable, de un proceso de involucin, de disgregacin de derrumbe. Normalmente la naturaleza humana es al contrario diferenciada, diferenciacin que se refleja, entre otras cosas, exactamente en la diversidad de las sangres y de las razas... El racismo, a este propsito, se presenta como una voluntad que bien se podra definir clsica de "forma", de "lmite", y de individuacin. Esto exhorta a no considerar esencial todo lo que, representando lo genrico, lo informe, lo aun no individuado, vale en realidad como un "menos", como un residuo de materia aun no formada... Que el racismo, a estas alturas, potencie el nacionalismo en sus aspectos positivos, es bien evidente. Lo uno y lo otro representan una saludable reaccin contra el mito sea democrtico, sea colectivista, contra el mito de la masa proletaria sin patria y sin cara; tienen un significado de afirmacin de la calidad contra la cantidad, del cosmos" contra el caos, y, como se acaba de decir, de la forma contra lo informe".Adems contestando a ciertas orientaciones del racismo alemn y tambin del italiano, por los cuales el concepto de raza iba a identificarse con toda la nacin, con todo el pueblo, Evola sostiene que: Hasta ayer, la "raza" era un concepto aristocrtico: ser de raza y ser noble, o sea, perteneciente a una determinada lite cerrada y hereditaria eran casi sinnimos, y la sangre era el nico privilegio que se haba salvado de la escalada democrtica a todos los valores. La nueva concepcin y el nuevo mito racista, segn el cual la raza tiende a hacerse sinnimo de pueblo, de nacin", mediante esta generalizacin, amenaza destruir este ltimo resto, no en una o en la otra supervivencia histrica, sino y solo esto es lo grave en el principio. En un pueblo, devenido y concebido como una nica raza, desaparece toda diferencia y exactamente la antigua nocin aristocrtica de la sangre se transforma en un instrumento de nivelacin".Acerca, despus, de la cuestin hebrea, es notorio que hoy cualquiera que se atreva a criticar el hebrasmo, el espritu y la mentalidad hebraica, se encuentra automticamente obligado a responder, a nivel moral, de que no se sabe bien cuntos millones de hebreos muertos en los campos de concentracin nazis durante la ltima guerra. Ha venido as a determinarse una especie de "imposibilidad" a pronunciarse en relacin a ciertos aspectos del alma y de la cultura hebraica, que tanta influencia negativa han ejercido sobre la cultura europea, hasta constituir el elemento determinante de su involucin racionalista e iluminista.Dicho condicionamiento" parece vlido tambin en relacin a una crtica y a una denuncia de la actual agresin sionista contra el pueblo palestino. Nosotros mismos, para no exponernos polticamente a ataques que nuestro movimiento no puede, tal como estn las cosas, sostener, hemos cuidadosamente evitado de tomar una posicin neta frente al hebrasmo, internacional y al sionismo. Y en este sentido, podemos tambin nosotros considerarnos vctimas de un racismo al revs, o sea, vctimas del antirracismo democrtico por un lado, y del superracsmo hebraico por el otro.Despus de haber precisado que nosotros no tenemos nada contra el hebreo persona y tampoco, en sentido estricto, contra el hebreo como pueblo - no podemos eximirnos de declarar nuestra foraneidad a una forma de pensamiento, a una concepcin del mundo y de la vida tpicamente hebraicas que, por otro lado, hoy son ms comunes a los no hebraicos que a los hebraicos mismos.Los fragmentos que siguen, cogidos del ensayo de Evola "Tres aspectos del problema Hebraico" (1936), nos parecen extremadamente significativos al fin de una puntualizacin de nuestras ideas sobre esta difcil y caliente" cuestin.Se puede todava hablar de un espritu hebraico disgregador a travs del racionalismo y del clculo, hasta llegar a un mundo hecho de mquinas, de cosas, de dinero ms que de personas, de tradiciones, de patrias solo usando este trmino hebraico en sentido analgico, pero sin un referimiento obligado a la raza. Cmo se podra, si no, identificar seriamente hebrasmo, y americanismo?. En el proceso concreto del desarrollo de la civilizacin moderna, el hebreo puede ser considerado como una fuerza operante de acuerdo con otras en la construccin de la "civilizada" decadencia racionalista, cientifista y mecanicista moderna, pero no como la nica causa previsora. Creer esto, sera de veras una tontera. La verdad es que se ama mejor luchando contra fuerzas personificadas que en contra de principios abstractos y contra fenmenos demasiado generales para poder ser prcticamente alcanzados As nos hemos dirigido hacia el hebreo, en la medida en que este pereci recoger en s, en una forma caracterstica, lo que todava se encuentra difundida en esferas mucho ms amplias y, en el presente, entre naciones que han quedado inmunes de la infiltracin hebraica".Y adems, siempre extrado del ensayo citado: no disposiciones extrnsecas o intervenciones violentas, si no un profundo revolvimiento y resaneamiento espiritual y un impulso interior que haga revivir estos valores que en sede esencialmente superbiolgica, superracial, en sede de tipo de civilizacin y de espiritualidad, hemos definido como arios", puede aportar una solucin verdadera De otra forma no se puede pasar de un mal ms que a otro: como el caso en el cual no se sabe luchar contra el capitalismo o la finanza o la internacional hebraica sin acabar en encubiertas tendencias socializantes y plebeyas, permanecientes tales tambin cuando asumen disfraz de nacionalismo o de dictadura nacional, o cuando no se sabe llevar la guerra al hebrasmo, mas que de forma hebraica, o sea, en nombre de un exclusivismo racista y particularista recalcado sin saberlo, exactamente sobre el modelo de aquel del cual Israel dio en la historia el ejemplo ms tpico".Es evidente, por lo que acabamos de citar de los escritos de Evola en orden a la raza y al problema hebraico, que aqu estamos en presencia de una superior concepcin de la doctrina de la raza, en la cual Orden Nuevo se reafirma totalmente, que nada tiene que ver con cierto racismo expresado Por otro lado, ms en obsequio a una oportunidad poltica que a una exigencia verdaderamente sentida por el rgimen fascista y del cual, adems de fascistas como Interlandi, se hicieron abanderados y pregoneros entusiastas incluso mendigos del antifascismo como Guido Piovene, Luigi Chiarini, Enzo Santatelli y muchos otros.Si entonces nuestras ideas sobre la raza no son aquellas, como hemos comprobado, oportunistas y pseudocentficas afirmadas por Chiarini, los Santarelli y Piovene, por consiguiente tambin en relacin a este aspecto, Orden Nuevo se encuentra en una posicin completamente diferente y antittica a aquella asumida por el fascismo.EL FASCISMO: MOVIMIENTO ANTIDEMOCRATICOHemos hasta aqu examinado cinco elementos fundamentales y caracterizantes de la ideologa ordinovista que resultan en clara oposicin con la ideologa del fascismo.Siguiendo con rigurosa objetividad nuestro anlisis que, al final, sea dicho por subrayar, no es tanto un memorial defensivo, como un documento poltico, un exhorto contra este vergonzoso rgimen, un testimonio para los que quieran en los aos venideros, estudiar este absurdo juicio nos enfrentamos ahora con otra componente bsica de la ideologa ordinovista en la cual, por otro lado, no podemos reconocer una oposicin con el fascismo, si no una cierta convergencia.Nos referimos a la caracterizacin antidemocrtica de los dos movimientos.Es afirmacin no suena en contradiccin con lo que ha sido afirmado anteriormente en relacin a ciertos aspectos del fascismo (totalitarismo, dictadura), reconducibles a una esfera democrtica. En efecto, si es verdad (y lo es) que el movimiento fascista, en sus actuaciones de Estado y de rgimen, en Italia como en otros pases europeos, no ha conseguido liberarse completamente de la influencia negativa de una cultura democrtica, es decir, no ha conseguido darse una doctrina del Estado conforme con la visin del mundo aristocrtico y tradicional, tambin es verdad que empez con el rechazo de la "generacin del frente de combate" hacia el mito democrtico, y contra la sociedad de los iguales.Si este impulso fuertemente sentido, no ha conducido a formas coherentes del rgimen poltico, ha llevado al contrario, a unas formas desviadas (totalitarismo, dictadura personal, etc.) que mutatis mutandis" vinieron a constituir paradjicamente, una especie de correccin al sistema democrtico, acelerando, con una ms efectiva organizacin de las masas, el desenlace lgico y natural de la democracia hacia el colectivismo, todo esto se le imputa sin duda a particulares contingencias histricas y a la agresin de las plutocracias democrticas a los regmenes fascistas, hechos estos, que retrasaron e impidieron el desarrollo de la revolucin aristocrtica.Acertada por lo tanto la vocacin antidemocrtica del movimiento fascista, es posible a este nivel, establecer de la alguna manera, una identificacin entre fascismo y ordinovismo; movimiento, este ltimo, que siempre se ha declarado aristocrtico y por lo tanto, implcitamente, antidemocrtico.Mientras escribimos este prrafo sabemos bien que encontraremos bastantes dificultades en convencer a nuestros valerosos defensores a autorizar tal declaracin, cuando, por correccin someteremos a su examen este documento. Aunque no seamos expertos de los complicados y abstrusos mecanismos de la ley, sabemos, de todas formas, que es suficiente hacer profesin de fe antidemocrtica para ser, como reza la ley idiota, juzgados y condenados! como fascistas. A nivel puramente tcnico, procesal, es obvio que nuestros defensores tienen perfectamente razn; pero nosotros somos hombres polticos, hombres polticos que han dedicado toda su vida a la revolucin nacional, y no podemos renunciar a la ocasin que nos brinda este juicio de llevar una ataque al Sistema, de demostrar, con nuestra actitud, al pueblo italiano que existen todava en el pas hombres, fuerzas y movimientos polticos que se oponen decididamente a la degeneracin partitocrtica y parlamentaria de las instituciones y a las malas costumbres democrticas que se propagan en cada sector de la vida pblica, o mejor dicho, que enviste ya todo aspecto de la sociedad italiana.Es decir, estamos dispuestos a recoger el desafo lanzado contra nuestro movimiento por la Magistratura y por el sistema del cual ella es la expresin. Nos gustar ver a travs de cuales acrobacias jurdicas y culturales, a travs de que funmbulas interpretaciones conseguirn, la Magistratura y el Sistema, motivar una condena por crmenes... antidemocrtiticos. Por que condenndonos condenan y niegan todas las civilizaciones y las culturas occidentales, desde Platn a Dante, de Aristteles a Goethe. Y se condenan tambin los grandes pensadores, los grandes hombres polticos que por haber vivido en sintona con una poca iluminada por la razn y por los inmortales principios (Burke, el Conde de Montalenber, Lord Acton, J. S. Mill, Lord Brinche, sir Henry Maine, Henry Adams, Benjamn Disraeli) pueden definirse democrticos, aunque no por esta se permitieron exteriorizar crticas a la democracia y a los sistemas de gobierno degenerados a los cuales ella ha dado vida.Para llegar a nuestros das hay que observar con confianza y esperanza, como el conformismo democrtico imperante entre los intelectuales empiece a manifestar algunas grietas, o como desde la coral uniforme, alabante y jaculatoria del mundo de los iguales de cuando en cuando se eleve, desesperada la voz del rebelde. El caso de catlicos como Von Kuehel, como Roncuzzi o de una criptomarxista como Ugo Spirito que han portado, no seguramente con una visin fascista, una crtica cerrada a la democracia y una contribucin a la lucha contra la infatuacin democrtica con un lenguaje as de explicito, decidido o iconoclasta que hay que temer verlos aparecer, tarde o temprano, a la par que nosotros, en el banquillo de los acusados, en la jaula de los enemigos del pueblo" por ser... reaccionarios y fascistas!Lo importante, hoy, no es tanto evitar cueste lo que cueste una condena, como denunciar de la forma ms efectiva y clamorosa posible y este proceso es solamente la primera accin de una batalla que queremos llevar hasta sus extremas consecuencias a la opinin pblica, a todo el pueblo, pero sobre todo a aquellos intelectuales todava no prostituidos con los partidos y con el sistema, el terrorismo cultural ejercitado por la dictadura democrtica.Sintomtico, a propsito, es lo que afirma el filsofo Ugo Spirito en Crtica a la democracia" (Florencia 1953), un libro en donde se facilita una crtica, una interpretacin histricamente y especulativamente fundamentada del sistema democrtico: "... lo que sobre todo sorprende y preocupa es el hbito que ya es cotidiano de considerar el valor de la democracia como definitivamente adquirido y capaz de no ser susceptible de discusin.En la historia de la civilizacin puede que no haya otro ejemplo de una conviccin tan difundida y tan asentada como esta, universalmente reconocida despus de la Segunda Guerra Mundial. Todo el mundo se proclama democrtico, en los pases de vieja y de nuevsima formacin de un lado y del otro del teln de acero. Cualquiera que sea la fe religiosa, la certeza filosfica, la ideologa poltica, el mito de la democracia es aceptado a priori" con igual ostentacin. El conformismo democrtico ha llegado a tal punto, de rendir nada menos que inconcebible la figura de quien se declara antidemocrtico u ose solamente sublevar dudas al propsito. Creyentes y ateos, espiritualistas y materialistas, liberales y comunistas pueden enfrentarse hasta convertir en imposible toda colaboracin y amenazarse cada da de guerra; pueden inspirar su propia vida en principios totalmente diferentes y recprocamente inconciliables, pero todos, despus, hacen acto de homenaje al ideal democrtico y ms aun reivindican una verdadera y ms autntica fe democrtica. Dogma y conformismo. El ms grande de los dogmas y de los conformismos".La democracia, en cuanto idea igualitaria y niveladora, es enemiga de la libertad, y lleva, tarde o temprano, a la tirana.Que tales afirmaciones, considerado el condicionamiento psicolgico de las masas, realizado por las vestales del verbo democrtico, en relacin a los pseudovalores de esta doctrina falsa y plebeya, mejor dicho, falsa por ser plebeya, y la sabidura, el decir conforme a la verdad siendo privilegio de pocos, no de las multitudes puedan aturdir, hoy, hasta a hombres de cultura, no nos extraa en absoluto. Es tpico de la democracia el estupro psicolgico de las masas. "Excluidas dos o tres honorables excepciones, anotaba Fustel de Coulanges en su Cit antique Paris, 1880, los tranos que en el III y IV siglo surgieron en todas las ciudades griegas consiguieron reinar solamente a travs de la adulacin de los ms bajos entre el gento, y abatiendo con la violencia cualquiera que fuera superior por extracin, por censo o por sus mritos".Democracia, por lo tanto, enemiga de la libertad.Donoso Cortes afirma, sobre el tema, que la igualdad, que debe ser necesariamente impuesta, y la libertad, que por definicin es contraria a toda cohercin, son dos trminos inconciliables.William Lecky, en Democracy and Liberty, New York, 1866, escribi que la tendencia hacia la democracia no es la tendencia hacia un gobierno parlamentario, ni siquiera hacia una mayor libertad. Al contrario, tanto de la historia como de la naturaleza de las cosas se pueden deducir argumentos vlidos para demostrar que frecuentemente la democracia puede revelarse exactamente como el opuesto de la libertad. En la antigua Roma la vieja repblica aristocrtica fue gradualmente transformada en una democracia, que rpidamente traspas a un despotismo imperial. En Francia, anlogas transformaciones se han manifestado ms de una vez. Un despotismo basado en un plebiscito es obviamente una forma de democracia como una repblica, y algunas de las ms fuertes tendencias democrticas son evidentemente hostiles a la libertad. La igualdad es el dolo de la democracia, pero, considerada la infinita variedad del talento y de la energa humana, ella no puede ser realizada sino por medio de una continua, sistemtica y rigurosa represin del desarrollo natural. "Continuando con estas citaciones. la mayora de las cuales son extradas del libro El error democrtico" de Erick Von Kuehnelt Leddihn, ed. Volpe, Roma, 1966 un texto precioso para determinar los deterioros materiales y morales obrados por el sistema democrtico, decimos con Nietzsche que la idea democrtica lleva a la creacin de un tipo humano predispuesto a la esclavitud en el sentido ms sutil del trmino. Al mismo tiempo cada democracia es involuntaria escuela para la formacin del tirano, debindose entender aqu la palabra "tirano" en el ms amplio sentido, incluso en sentido espiritual". Bachofen el gran estudioso de las civilizaciones antiguas, afirma odiar la democracia por que ama la libertad y De Tocqueville, casi con las mismas palabras, escribe: "me parece que el despotismo sea especialmente de temor en las edades democrticas. Creo que habra amado la libertad en cualquier tiempo; pero es exactamente en la poca en la que vivimos que me siento empujado a adorarla". Antes de cerrar este pargrafo ser oportuno desarrollar, por amor a la claridad, una consideracin ms.Aqu hemos objetivamente reconocido que, a nivel de "impulsos", de motivaciones, existe, en efecto, una cierta convergencia entre el fascismo y ordinovismo al nivel de rechazo y de la lucha al sistema democrtico.Hemos tambin demostrado, recurriendo a citaciones tradas de los libros de hombres de cultura y de estadistas de fama mundial y de indudable extraccin liberal, que crticas y denigraciones de la democracia provienen, numerosisimas, tambin por parte de una ambiente cultural y poltico no seguramente cercano al nuestro.Todo esto, sea como fuera, no sera suficiente para ponernos al abrigo del rigor de la Ley Scelba. Ella existe y, aunque si es profundamente injusta y equivocada, hay que respetarla. Lo nico que podramos hacer, sera pretender compartir nuestro destino de "criminales" en buena e ilustre compaa: con Spirito, Roncuzzi, Von Kuehnelt y tantos cuantos sean los que se han aventurado en la contestacin del dogma democrtico. Pero, llegados aqu, aunque no seamos juristas, quisiramos hacer observar a este Tribunal, con una pequea intromisin en el dominio de nuestros defensores, que la Ley Scelba veta la reorganizacin, bajo cualquier forma del disuelto Partido Fascista" y precisa que se determina esta reorganizacin cuando una Asociacin o un movimiento persiga finalidades antidemocrticas propias del Partido Fascista, exaltando, amenazando o usando la violencia como mtodo de lucha poltica y propugnando la supresin de las libertades garantizadas por la Constitucin o denigrando la democracia etc..." De lo cual se deduce que la exaltacin, la amenaza o el uso de la violencia, el propugnar la supresin de las libertades garantizadas por la Constitucin, el denigrar la democracia se tienen que considerar solamente como medios utilizados para conseguir aquellas finalidades antidemocrticas propias del Partido Fascista. Quien utilizara, por lo tanto, estos mismos medios para realizar finalidades antidemocrticas, pero no propias del Partido Fascista (se tomen por ejemplo los grupos de izquierda as llamada revolucionaria que luchan para instaurar la dictadura del proletariado) no podra ser punible por la Ley Scelba.Ahora, nosotros creemos haber ampliamente demostrado, en este documento, que nuestras finalidades antidemocrticas (ms exacto sera definirlas aristocrticas) no son en absoluto propias a las del disuelto Partido Fascista.De hecho el fascismo actu en contra de la democracia para firmar el Estado totalitario, mientras que Orden Nuevo es antidemocrtico por ser autor del Estado Orgnico. De esta diversificacin derivan sucesivamente las dems: Orden Nuevo es antidemocrtico, contrariamente al fascismo, tambin porque es contrario a toda forma de dictadura personal, nacional, social, de clase, etc. que, como podemos ver, no es nada ms que una expresin ms verdadera y ms directa de democracia. Adems, Orden Nuevo es contrario a la democracia porque est a favor de la mxima libertad para todo los ciudadanos, libertad que ellos realizan cumplidamente en el mbito de sus capacidades y competencias, mientras el fascismo, y sobre todo los regmenes democrticos, tienden a suprimir estas libertades; esto se justifica con el hecho de que el Estado Orgnico y aristocrtico, siendo verdaderamente fuerte de una fuerza que no consigue de la bajo, puede conceder al ciudadano libertades que en los regmenes regidos con frmulas democrticas son conculcadas anteriormente con medios fraudulentos e indirectos y despus con medios decididamente explcitos y claramente persecutorios.Y entonces, porqu se ha querido empezar cueste lo que cueste, aunque falten hechos concretos y una real situacin de peligro para las instituciones democrticas, este proceso que, por circunstancias varias y bien conocidas, y nos una paradoja, rinde igualmente difficil, y puede que imposible, tanto una sentencia de condenacin, como una sentencia de absolucin.Por falta de previsin del sistema? Seguramente!LAS ELECCIONES NO SON SNTOMA DE SOBERANIA POPULARAcerca, del otro tab, que se ha firmemente establecido entre las arrugas del cerebro de las masas, que pretenden ser el parlamentarismo y el mtodo electoral las nicas formas institucionales garantizantes de una relativa participacin del pueblo al gobierno de las cosas pblicas, no queremos gastar demasiadas palabras. Ser suficiente observar, como hace Walter Weyl referente a las ltimas tendencias democrticas americanas, que tanto inters han encontrado sucesivamente en Italia, a lo mejor en obsequio al artculo 17 del tratado de paz, que: "el elector americano, tan confundido como un nio en un circo de cuatro pistas, intenta responder a una docena de preguntas y de elegir entre un centenar de candidatos, no escribiendo una obra de tres volmenes, sino poniendo una seal bajo el smbolo de los demcratas o bajo el de los republicanos. Para expresar su preferencia al propsito de todos estos problemas, le hara falta tener la boca de "Garganta (3). Mientras, para variar de metfora, l puede solamente mover la cosa arriba y abajo.Diciendo esto no queremos declarar que en un Estado orgnico, tal cual nosotros lo concebimos, no se tenga que recurrir a libres elecciones para determinar algunas representaciones. En nuestro caso, el barrendero tendr solamente que decidir y tendr la capacidad y la posibilidad de hacerlo- quien entre sus compaeros de trabajo lo podr representar mejor en los organismos de su categora; as como el estudiante podr y sabr elegir a sus representantes de instituto; los profesores universitarios el rector y as siguiendo.En el Estado y en la sociedad existen estructuras verticales y horizontales. las elecciones son un criterio correcto de seleccin de una clase dirigente al interior de cada estructura horizontal y, en una caso dado, hasta en aquellas verticales.No es seguramente un concepto nuevo, este, y parte de la experimentacin democrtica de las antiguas ciudades griegas es basada ms o menos sobre un principio anlogo. Por lo visto, tambin el Papa viene elegido... no por algunos centenares de millones de cristianos, sino por un centenar de cardenales y con la ayuda del Espritu Santo!SOBRE LA VIOLENCIALa nica forma de violencia que nosotros conocemos y hasta el momento estamos recibiendo es, en nuestros das, la ejercitada con hipcrita y cnica determinacin por la sociedad burguesa y democrtica, Ella se manifiesta con las detenciones, y los juicios persecutorios, el espionaje telefnico, la instigacin al odio y con toda una serie de pequeas y grandes dificultades que las autoridades constituidas cada da entreponen a nuestra accin poltica. Nosotros podemos de hecho dirigir un movimiento poltico, pero no podemos ser los directores responsables de nuestros peridicos, no habiendo todava escrito, en un ao, los cincuenta artculos necesarios para conseguir la inscripcin en los registros de los periodistas, y el problema de encontrar a un director tan audaz como para firmar el peridico de Orden Nuevo se convierte en una tarea cada vez ms difcil. El da 7 del pasado Abril, hemos hecho una demanda oficial para celebrar mtines en varias ciudades: solamente en Turn, a lo mejor por la presencia de un funcionario de polica que no ha entendido como estn exactamente las cosas en la democracia nos han concedido la plaza. Casi imposible la distribucin del peridico y de panfletos a la puerta de las escuelas donde parece que los policas de guardia han recibido ordenes precisas de impedir cualquier forma de propaganda de Orden Nuevo, Tampoco han faltado intimidaciones y presiones psicolgicas dirigidas a los padres de nuestros jvenes militantes. Cual sea la situacin de nuestros jvenes al interior de las escuelas y en las universidades, usted, Sr. Presidente, la sabe muy bien, ya que usted durante aos ha militado, segn nuestros informes, en posiciones antitticas a las nuestras, en el consejo de padres en uno de los institutos... ms rojos de Roma: el Mamiani. Esta es la violencia que nosotros conocemos: ella constituye un parmetro para medir la direccin correcta y la eficacia de nuestra lucha del sistema. Ms se desencadena la represin hacia nosotros, ms estamos en lo justo y ms tenemos que perseverar.Adems la violencia democrtica se ejerce sobre todo de formas ms sutiles, menos advertibles y ms perniciosas: al nivel de la persuasin oculta de las masas, realizada con los medios de informacin televisin, cinema, prensa - siempre ms poderosos e invasores, siempre ms concentrados en las manos del poder.Existe despus la violencia provocatoria, la que llaman antifascista, de los siervos del sistema, de los pseudorrevolucionarios de opereta, de los vendidos a las fuerzas polticas que establecen y califican el rgimen.Contra todas estas formas de violencia, verdaderas, concretas, funestas, porque empujan el pas al abismo de la guerra civil, nosotros queremos reaccionar, virilmente, responsablemente, pero estamos decididos a reaccionar.No somos cristianos, y el mandamiento evanglico que ni siquiera Cristo respet cuando ech a latigazos los mercaderes del Templo - de ofrecer la otra mejilla no vale para nosotros. Nosotros no os decimos que seamos en absoluto opuestos a la violencia, Por otra parte, qu quiere decir estar en contra de la violencia?. Una afirmacin parecida, de cualquier parte que venga, es siempre mistificadora, mentirosa. La vida, en todas sus manifestaciones, es lucha, es composicin de fuerzas, y por lo tanto, en sentido extremo es violencia.Tambin Vosotros, cuando pronunciarais y como no podrais hacerlo! - Vuestro veredicto de condenacin para Orden Nuevo, cumpliris una accin: de violencia inequvoca, violencia legitimada, de acuerdo!, violencia para la salvacin de la democracia, seguramente!, pero siempre violencia.Qu es entonces la violencia, cuando se justifica? Depende de la opinin de cada uno. La violencia, como la guerra que es su ltima y total expresin, puede ser justa a injusta, santa o criminal, burguesa, proletaria o revolucionaria; por lo tanto, no se puede juzgar intrnsecamente, hay que adjetivarla de alguna manera.Existe despus un prejuicio del cual es necesario librarse.Orden Nuevo es un movimiento revolucionario. Nosotros nos definimos revolucionarios. Lo hemos dicho siempre, escrito y aqu lo confirmamos En estos tiempos, al concepto de revolucin, se ha asociado cada vez ms la idea de violencia, de la superchera y del arbitrio. Por el cual, un movimiento revolucionario, segn esta forma aproximada y superficial de pensar, debe necesariamente ser una organizacin poltica que persigue sus finalidades con el uso de la violencia ms cnica e indiscriminada,Que esto no sea siempre verdad est demostrado por numerosos ejemplos que nos indica la historia de revoluciones que se han cumplido sin recurrir al terrorismo y a la lucha armada. El cristianismo fue una revolucin una gran revolucin, as como lo fue seis siglos antes el budismo, Pero estas dos revoluciones se afirmaron nicamente a travs de la fuerza de sus propias ideas. Para pasar despus a pocas ms cercanas, tenemos el movimiento de Ghandi, la gran revolucin democrtica sobre la cual se asienta el actual ordenamiento social de la India, se desarroll de forma tan pacfica que el movimiento lleg a ser denominado movimiento de la no violencia".En efecto, los verdaderos movimientos revolucionarios, exactamente por luchar para realizar una revolucin, o sea, una honda transformacin del hombre y de la sociedad, y no simplemente para conquistar el poder (esta es la fase ltima, la consecuencia lgica e imprescindible de una accin revolucionaria llevada hasta el final) hasta cuando puedan, hasta cuando las autoridades y el orden constituido se lo permiten, intentan afirmar sus ideas de forma pacfica, o mejor dicho, exclusivamente en la legalidad. Solamente cuando las ideas desarrolladas por la revolucin empezaran a cuajar, empezarn a reagrupar una ELITE y esta ELITE a sus seguidores, explotar por un lado la represin, la violencia ciega y desesperada del sistema, por el otro la voluntad de la revolucin de sobrevivir y la conciencia de la misma del derecho a la reaccin violenta.Y esta reaccin violenta, en las verdaderas revoluciones, es restablecedora de un ms alto orden de valores, no es desencadenamiento de fuerzas ciegas e incontroladas. Alguien en efecto ha dicho que la revolucin no es nada ms que un medio al alcance del orden que quiere resurgir y los verdaderos revolucionarios no son nada ms que los instrumentos de este orden, porque se alzan en contra del caos para crear el Novus Ordo.El movimiento poltico Orden Nuevo ha llevado hasta ahora su lucha revolucionaria en contra de la sociedad burguesa en el cauce de la legalidad, utilizando aquella fraccin mnima de libertad que el Estado burgus y democrtico todava le concede. Nosotros luchamos contra esta sociedad tambin porque estamos convencidos que ella tiende a suprimir, antes o despus, toda forma de libertad.Estamos por lo tanto a la espera, Seores del Tribunal, de conocer Vuestro veredicto, para saber si Orden Nuevo puede seguir actuando en la legalidad o s al contrario tendr que recurrir a los medios de lucha provistos para los periodos de represin y persecucin democrtica.Porque una cosa es cierta: las revoluciones tienen sobre todo el deber de seguir adelante".Todo esta lo afirmamos con la finalidad de criticar la "ley idiota" y no por lo que puede concernir especficamente a nuestra vicisitud personal. Es verdad que el fiscal Vittoro Occorsio se ha visto obligado para justificar este juicio, a condimentarlo con la salsa de la violencia fascista. Mejor dicho, es justamente desde un inaudito" episodio de "violencia que el Proceso a Orden Nuevo ha empezado. He aqu la realidad de los hechos.Como reza el informe de la Jefatura General de polica de Roma, el 31 de Enero de 1971, a las 17 horas, seis o siete jvenes de 14 a 17 aos de edad llegan a la Plaza de Jess donde se ubica la Direccin Nacional de la Democracia Cristiana con pancartas y panfletos celebrantes del levantamiento popular de Reggio (4), pancartas y panfletos firmados con el smbolo de Orden Nuevo: el hacha doble, El inaudito episodio de violencia" consistira en una media docena de piedras tiradas contra las ventanas de la sede de D. C.. Nada ms. La polica no consigui identificar ninguno de los componentes del comando" y se limit a declarar que la responsabilidad de los hechos se deba imputar a Orden Nuevo.Nosotros, naturalmente, nada sabemos de este modestsimo hecho que, si lo hubiramos organizado nosotros hubiera sido diferente tanto en el nmero de los participantes cuanto en el texto del panfleto. Es probable, "y seguimos estando a nivel de hiptesis", que esta accin surgi espontneamente de algn grupo de jvenes estudiantes simpatizantes de Orden Nuevo pero no afiliados a nuestra organizacin, y nosotros podramos tambin sostener polmicamente, vista y considerado como se desarrollaron los hechos, que el que tir las piedras haya sido alguien que tena inters y la seguridad de hacernos dao. Y adems, bastara un episodio como este para marcar Orden Nuevo como un movimiento que se dedique a la violencia como mtodo de lucha poltica?. Vamos, seamos serios!Ms grave sin duda sera otro hecho del cual se hace tmida mencin en las actas procesales y que se refiero al ataque de un grupo de personas a la Universidad de Verona, ocupada por los marxistas. Por adeudar a elementos de Orden Nueva esta expedicin punitiva se encontr despus de algn tiempo, una seora dominada por la rabia y la humillacin por haber sido abandonada por su joven, demasiado joven, amante Claudio Bizzarri. En estas condiciones de nimo y de espritu dicha seora hubiera estada seguramente dispuesta, si hubiera hecho falta, a afirmar adems de lo que haba ya muy confusamente afirmado que Bizzarri y Orden Nuevo eran responsables de cualquier cosa... tambin de haber provocado la Primera Guerra Mundial. Es el caso frecuente, por la visto, humano y piadoso de aquellas mujeres que no quieren envejecer, ni rendirse frente a la realidad (fisiolgica) de las cosas, y, una vez abandonadas por su amante, ofendidas en su amor propio... desvaran. Un percance parecido, adems, nos parece haya ocurrido tambin al grupo anarquista incriminado y despus absuelto por las bombas a la Feria de Miln. Tambin en este caso la acusacin fue sostenida por una vieja profesora abandonada por su demasiado joven amigo. Como podemos comprobar, la historia se repite!, pero por s acaso, sobre estos hechos se est desarrollando una instruccin procesal, todava abierta despus de dos aos de investigaciones, por lo cual, bien mirado, de este asunto ni siquiera se debera hablar en un juicio "delicado" como el nuestro, Adems es significativo que el Juez que lo ha empezado tan precipitadamente haya sido trasladado al civil, perdiendo as una buena ocasin para pertenecer a la ya larga serie de los "magistrados televisivos (5), aspiracin, esta, largamente compartida por algunos de sus colegas del Veneto.Aqu esta entonces toda la violencia (si as se puede llamar) ordinovista a la cual se refieren las autoridades inquisidoras despus de un par de aos de atenta bsqueda. Decididamente poco para nuestros veinte aos de actividad... "neonazi!.Admitiendo que, por absurdo, estos dos episodios de violencia pudiesen ser efectivamente imputables a elementos de nuestro movimiento, yo, Seores del Tribunal, parafraseando a Togliatti, os tendra que decir que como a nadie le ha venido por la cabeza responsabilizar la Polica de Aduanas por la matanza hecha por un oficial del cuerpo en un cine de Ancona, as igualmente sera absurdo responsabilizar Orden Nuevo por eventuales acciones violentas realizadas, de forma espordica y autnoma, por personas pertenecientes a esta organizacin,Nuestra exposicin sobre la violencia termina aqu. Podramos solamente aadir que el hecho de haber sido incriminados como personas adictas a la violencia ha generado en nosotros un hondo sentimiento de desconfianza hacia la justicia democrtica y burguesa, desconfianza que nos empuja a estudiar los medios ms idneos para neutralizar su accin prevaricadora.LA JUSTICIA ES COMO EL TIMN, DONDE LA VUELVES VA (LaoTze)Para terminar, a mayor gloria de quien tanto ha trabajado para montar este "difcil" juicio, intentaremos reconstruir todo el itinerario poltico y jurdico que a l se refiere segn nuestra libre interpretacin de eventos, hechos y circunstancias. Libre interpretacin, s, pero absolutamente verdadera. Naturalmente no es que nosotros estemos en condiciones de probar lo que vamos afirmando, pero Seores del Tribunal, podis fcilmente verificar la exactitud de nuestra tesis" y esto nos basta.31 de Enero de 1971: la escena se desarrolla en la Plaza de Jess frente a la direccin de la D.C. Un grupo de chiquillos improvisa una manifestacin de solidaridad con el pueblo de Reggio en lucha por su derecho a la vida y tiran alguna piedras contra las ventanas de la sede democristiana. Una de las piedras roza la cabeza pensativa (pensativa por el porvenir del pas) del diputado Sullo. El diputado se asusta ( y como no podra ) cree que la piedra sea una bomba, cree en le tetra me nere, (6), cree que la revolucin est ya en marcha, y est al lmite del infarto y otros fenmenos fisiolgicos estrictamente inherentes a un gran csmico" miedo. Es normal, por lo tanto y no somos seguramente nosotros los que se lo reprochen que l llame a su amigo y colega Restivo, Ministro del Interior, reclamando la punicin de los culpables, indicados por las pancartas y los panfletos como ordinovistas.Pero los "asusta Sullo" han desaparecido y nada ha sido encontrado en la sede de Orden Nuevo o en las casas de algunos militantes, entre las cuales la de quien suscribe, en seguida registradas, que pueda facilitar el camino de la justicia. A estas alturas, el asunto pasa de la polica poltica de Roma a los Servicios de Seguridad del Estado, a los especialistas de la represin no ortodoxa". Los asusta Sullo" deben pagar por su grave actuacin.7 de Febrero de 1971: diarios y revistas meritorios" por los servicios prestados al ministerio de la represin" y especializados para instruir en sus redacciones procesos clamorosos (golpes de Estado, matanzas, complots fascistas, etc.) como "LExpreso", "Paese Sera y similares, descubren improvisadamente a Orden Nuevo y lo dedican columna tras columna de publicidad gratuita. El asunto nos deja perplejos, pero por poco tiempo.31 de Marzo de 1971: desde el 7 de Febrero al 31 de Marzo, a escondidas de nosotros, se desarrolla un intenso trabajo de carcter informativo. La polica y los carabineros envan sobre pedido informes que no dicen nada, y nada podan decir, sobre nuestra organizacin. En un momento dado, el coronel Alferano contesta al pedido de informes, con tono seco, afirmando: Orden Nuevo casi no existe, si la Procura de la Repblica quiere identificar los responsables de la violencia poltica en Roma, estos tienen que buscar en los ambientes de la ultrazquierda, y sobre todo en aquellos de Lucha Continua (7).Pero entonces sigue siendo nuestra suposicin el ministerio (de la represin) empuja y como no lo hara! los "asusta Sullo estn todava en libertad.Llegamos as al primer acto formal: aviso de crimen por reconstitucin del disuelto Partido Fascista contra ocho personas de las cuales solamente el suscribiente y mi amigo, el camarada Tedeschi resultarn pertenecer a Orden Nuevo. Los dems, cinco chiquillos sorprendidos por la polica al comprar libros en nuestra sede y por esto ncriminados, sern absueltos por el fiscal Vittorio Occorsio. Romano Coltellacci fue, al contrario, absuelto a travs de la presentacin de un certificado de Almirante (est en las actas procesales) que documentaba su pertenencia al Comit Central del M. S. I.Entonces, resumiendo, la tarde del 31 de Marzo solamente dos ordinovistas, no obstante largas y laboriosas investigaciones, haban cado en las manos de la justicia.Se debe solamente al examen del material secuestrado por parte de los funcionarios que las autoridades judiciales supieron, que la misma tarde, que Orden Nuevo publicaba una revista regularmente autorizada, dirigida por el Dott. Tommaso Stabile de Latina. Inmediatamente, entonces, con hoja aparte, pero con la misma fecha, fue notificado el 2 de Abril idntico aviso de reato a Stabile. La trama negra" estaba por gracia de Dios tomando forma. Algunos boletines interiores del Movimiento, algunas cartas, conjuntamente con relaciones fantasiosas de las jefaturas de polica de toda Italia, permitieron extrapolar, sacar de todo este material algn otro nombre: de aqu... Graziani Clemente y 41 ms, etc, etc...La justicia haba triunfado y el diputado Sullo poda ya dormir tranquilamente.Esta reconstruccin en plan chistoso de la gnesis del juicio al Movimiento Poltico Orden Nuevo no debe inducir a nadie pensar que ella no sea real. Los hechos se desarrollaron efectivamente de esta forma.Pero seguimos adelante. Mientras tanto nosotros de Orden Nuevo, tan injustamente afectados, nos hemos dado cuenta de que por resistir a la represin o para enfrentarse a ella con la cabeza erguida debimos y pronto crecer polticamente. Y en este sentido hemos trabajado. As, despus de una ao, o poco ms, sobre nuestro semanal Orden Nuevo Accin" (8), estuvimos en condicin de poder afirmar, sin jactancia pero conocedores de nuestra fuerza: "Orden Nuevo es hoy el instrumento de la Revolucin Nacional. Orden Nuevo ya no es simplemente un Centro de Estudios, sino un movimiento revolucionario que persigue el plan hegemnico de unificar en la lucha contra la sociedad burguesa todo nuestro mundo poltico".Mientras, el cuadro poltico nacional est cambiando.El gobierno de centralidad democrtica de Andreotti era en efecto un gobierno de centro derecha clandestino, y que por lo visto utilizaba, para mantenerse en pi, los votos fascistas" de la Derecha Nacional (M. S. I.). Esta utilizacin de los votos misinos ha marcado su fin, ya que para Andreotti no fue suficiente la ley Valpreda" y la lucha contra los movimientos extraparlamentarios de derechas para hacerse perdonar por el apoyo "fascista" a su gobierno.Se regresa as con extrema desenvoltura, nuevamente al centro izquierda, con las mismas frmulas y los mismos hombres que haban demostrado ad abundantiam su incapacidad en cercanas catastrficas experimentaciones de gobierno. A estos, por lo visto, no se aplica el Instituto de la Interdiccin (9) del cual al contrario goza el ciudadano que no ha conseguido llevar adelante su pequeo comercio.Exactamente porque el pueblo, o mejor dicho, el electorado, no se para demasiado tiempo a reflexionar sobre ciertas alteraciones" se desva su atencin hacia el peligro fascista, en un intento, no se sabe hasta que punto conseguido, de distraer la opinin pblica de ciertos sucios juegos de poder. El antifascismo de esta clase dirigente viene sacado de la naftalina cada vez que hace falta, y para darle aquel necesario substrato de credibilidad se empiezan juicios persecutorios en contra de los movimientos polticos que se baten frente al sistema. En esta "accin distractora" los atentos guardianes de las instituciones y del poder democrtico tienen una suerte maldita: encuentran, ya preparado el juicio contra Orden Nuevo a celebrarse de inmediato.As este proceso nacido, como un chiste, del miedo del diputado Sullo se convierte, de inmediato aunque con algn que otro pequeo golpe a la direccin del timn de la justicia (lanse las declaraciones del Presidente de la Corte Constitucional Bonifacio en tema de aplicabilidad de la Ley Scelba) una cosa seria, mejor dicho muy seria, una ficha de consolacin para ofrecer a los socialistas a cambio de su pasiva aceptacin de los intereses del gran capital.Con esto no queremos decir que este proceso nace de un designio previsor de la D. C. (dejamos ciertas fantasas a los sabuesos de las pistas negras); digamos solamente que no poda haber momento ms oportuno para programar este proceso y magistrados ms idneos para celebrarlo.Quien pensara que Orden Nuevo se resigne a representar el cordero sacrifical en un rito de poder y de establecimiento de nuevas alianzas se equivoca. Se ver pronto que las cuentas de estos depredadores del pueblo italiano no cuadran; la operacin contra nuestro movimiento no ir tan tranquila y por ella se deber pagar un precio poltico mucho ms alto del que esta incapaz clase dirigente pueda hacer presupuesto.LTIMAS CONSIDERACIONES MORALES SOBRE CIERTA JUSTICIA BURGUESAYa lo habamos dicho: no tenemos ninguna confianza en la justicia democrtica y burguesa. Y no nos pueden quitar la razn. Un mismo crimen, configurado por la misma ley, puede ser juzgado de forma diferente, segn la pertenencia del juez a esta o aquella tendencia o faccin en las cuales est hoy dividido el ordenamiento jurdico.Despus de haber escuchado las mociones de rechazo de las excepciones de constitucionalidad expresadas por este Tribunal consideramos ya decidido nuestro destino y el de nuestro Movimiento en este Juicio.Por lo tanto nuestros valerosos defensores quedan libres, cuando lo juzguen oportuno, de renunciar a nuestra defensa, y que nosotros mismos, por las razones antes dichas, juzgamos a estas alturas intil que sigan defendindonos al fin de evitar un macroscpico error, no solamente judiciario.As como juzgamos intil y faltante de dignidad cualquier otra forma de colaboracin que, siempre con la misma finalidad, hubiramos pedido dar a este Tribunal. Nuestra presencia en la sala ser desde ahora en adelante limitada a aquellos casos en que el ritual judiciario nos obliga.Seor Presidente, Seores del Tribunal. No consideren nuestra actitud irrespetuosa haca Ustedes. Nosotros condenamos un sistema, no aquellos convencidos de actuar correctamente sirvindolo y que operan por lo tanto en buena fe, o sea, sin buscar el inters personal, como exactamente, estamos seguros, es Vuestro caso.Pero, no se puede decir que hombres como Ustedes no puedan caer en el error. Y la aplicacin de la Ley Scelba por lo que nosotros se refiere como para cualquier otro grupo o movimiento es un error histrico.No envidiamos Vuestra tarea, Seores del Tribunal.Somos algo bien diferente (y lo hemos demostrado) del fascismo y el sistema os pide condenarnos como fascistas.No obstante los informes suplementarios que en estos das llegan sobre Vuestra mesa de las Jefaturas de Polica de toda Italia, no habis encontrado nada que indique que el Movimiento Poltico Orden Nuevo como una organizacin dedicada al uso de la violencia y el sistema os pide condenarnos por violentos, o sea, os exhorta, con medios sutiles y con presiones polticas y psicolgicas de todo tipo y procedencia a ejercitar Vosotros la ms execrable de las violencias y de los arbitrios: las que se esconden y se amparan bajo la toga.El sistema os pide sofocar las ideas utilizando las esposas, pero Vosotros bien sabis que las ideas no se destruyen con la persecucin.Adems, Ustedes saben que, cual