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Marcela Camarena Rodríguez

4Representantes de hacendados

en La Laguna:El caso de Ramón de

Belausteguigoitia, 1923-1928 *

* Extracto de la tesis de licenciatura de la auto-ra. Actualmente el archivo citado lleva el nom-

bre del Centro de Investigaciones HistóricasJuan Agustín de Espinoza, SJ.

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Quintín Balderrama López, SJRectorLaura Orellana TrinidadDirección General AcadémicaMaría Luisa Madero Fernández del CastilloDirección General EducativaFelipe Espinosa Torres, SJDirector de Relaciones UniversitariasJosé Édgar Salinas UribeDirector de AcequiasJulio César Félix LermaCoordinador editorial de Acequias

Consejo Asesor de la colección“El pays de La Laguna”Samuel GordonGilberto Prado GalánSaúl RosalesÉdgar Valencia

Roque Salazar RodríguezDiseño Gráfico

Grabado: Alonso Licerio Valdés

DR C 2006. Universidad Iberoamericana TorreónCalzada Iberoamericana 2255, CP 27010 Torreón,Coahuila, México.www.lag.uia.mxDR C 2006. Marcela CamarenaImpreso y hecho en MéxicoPrinted and made in MexicoISBN 968-5162-34-4“El pays de La Laguna” es una colección especial de larevista Acequias de la Universidad Iberoamericana Laguna.

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Presentación

La autora, Marcela Camarena Rodríguez,presenta una aproximación histórica a tres delas problemáticas que subyacen, (y persisten),en toda actividad económica. Establece unmarco espacial, (las haciendas laguneras) y unmarco temporal, (1923-1928), mediante unestudio de caso cuyo referente primario es lainvestigación del cuerpo epistolar entre lapropiedad y la representación del negocio.

El primer problema es el del riesgo moral yla teoría de la agencia: La teoría de la agenciaanaliza la forma de los contratos formales einformales mediante los que una o máspersonas denominadas como «el principal»encargan a otra persona denominada «elagente», la defensa de sus intereses delegandoen ella poder de decisión.

Esta situación es muy frecuente en lasociedad humana. Se da, por ejemplo, cuandolos propietarios de una empresa encargan sugestión a un administrador. La relación deagencia implica siempre la existencia del riesgomoral: la posibilidad de que el agente(administrador) busque objetivos personales endetrimento de los intereses del propietario. Elproblema así enfocado permite analizar lasdecisiones económicas desde una visiónunificada. Habrá una pérdida de eficienciasiempre que los costos y perjuicios ocasionadospor una decisión no recaigan sobre el individuoque decide. El coste en las relaciones de agenciano recae sólo sobre el principal, ya que el agente

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puede sufrir ciertos costos para transmitirinformación al principal y obtener su confianza.En general, cuando las relaciones de agencia seestablecen a largo plazo el riesgo moral sereduce.

El segundo problema son las asimetrías deriesgo y rendimiento en la relación capital ytrabajo, donde el primero, representado en eltexto que nos ocupa por los rentistas y/o losrefaccionarios para la explotación agrícolagarantizan el rendimiento mediante contratos«al tercio», «al cuarto» o mediante hipotecas,mientras que los que hacen la explotación-trabajo sólo obtienen parte de los rendimientossi los hubiera, pero asumen el total del riesgode pérdida.

Este esquema propicia en un primer tiempola concentración de los medios de producción,la aversión al riesgo, la aparición temprana deciclos depresivos en sectores industriales conalta demanda inicial; y en el mediano plazo, unaperdida de competitividad de la actividadeconómica regional.

El tercer problema es la llamada «maldiciónde los recursos naturales» un fenómeno que halugar cuando aparece una estacionalidad en elalza de precios sobre materias primas o recursosnaturales que alguna región posee, (en este casoel auge algodonero), y que provoca en términoscoloquiales una especie de «fiebre» quedistorsiona los niveles y costos de vida endeterminada región, y que cuando aparece unsustituto para dicho recurso y/o se deprime lademanda, los productores, que sin tener acceso

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a los mercados finales, suelen registrar pérdidaspatrimoniales importantes.

Así pues, Representantes de Hacendados en laRegión Lagunera, de la Maestra en HistoriaMarcela Camarena Rodríguez, es un libro quepresenta un perfil histórico multidimensional.La crónica de la praxis agroeconómica de laregión lagunera en el segundo decenio del siglopasado, una mirada a las relaciones familiaresa través de el análisis de la gestión empresarial,el rol fiduciario sobre los activos de propietariosausentes, la inferencia de las vicisitudes delmarco legal para sucesiones testamentarias ysobre todo, el puño y la letra de aquellaspersonajes que, como actores vivos de su época,son conciencias comunitarias de lo que fuimos,porque siguen en el presente construyendo elfuturo.

Heriberto Ramos Hernández

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Hay quien sostiene que el futuro de los pueblosse debe al conocimiento que tengan de supasado; el estudio de éste, así como suinterpretación es el campo de trabajo de lahistoria. Sin embargo, el deseo unificador queacompañó a los grandes imperios tendió aminimizar y en algunas épocas prácticamenteeliminó al estudio de los casos particulares, enaras del estudio universal. La historia de lasmentalidades se ocupa de la llamada patriachica, es decir, de lo ocurrido al interior de lofamiliar. Ha habido historiadores queconscientes de su importancia la estudian, latrabajan y la construyen.

Fue en la primera mitad del siglo veintecuando sin desviar la mirada de lo general seatendió de nueva cuenta a lo específico. Esto seha traducido en la aparición de gran cantidadde volúmenes acerca de los hechos de nivelregional. De cualquier manera, la jovenrevalorización de esta práctica deja grancantidad de temas inexplorados. Partiendo deestos acontecimientos surge la necesidad derealizar esta investigación para contribuir dealgún modo a la comprensión de la realidad enla que estamos inmersos1. La historia de lasmentalidades se puede abocar a la totalidad dela vida, pero a diferencia de la historia universal,sólo atiende a cierto aspecto de nuestra realidady bajo algunas circunstancias, es decir, un gruposocial, una época y lugar determinados

A finales del siglo XIX las grandes haciendascoloniales de la Comarca Lagunera sedesmembraban a causa, entre otros factores, delgran endeudamiento en que se encontraban, por

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lo que la oferta de tierra era amplia2. Estasituación fue aprovechada por gran cantidadde inversionistas tanto extranjeros comonacionales. La nueva estructura de la propiedadtrae como consecuencia una nueva forma deexplotarla en la que los préstamos tendrán unpapel primordial.

La guerra civil norteamericana representóun fuerte impulso al cultivo del algodón,además, la incipiente industria textil del norestenecesitada de algodón, su materia prima, apoyacon ventajosos préstamos a los agricultoresalgodoneros3. Con el tiempo, los prestamistasse convertirán en los dueños de la tierra.

Por otro lado, tras la guerra de Reforma,Gabino Barreda, en un intento por estabilizaral país importa el positivismo de Europa, conla finalidad de educar a la clase burguesa paraque posteriormente ocupe el poder. Con estenuevo sistema educativo se pretende restarleimportancia al clero y al ejército en aras defortalecer al Estado. Sin embargo, una filosofíaque se difunde con fines tan partidistas terminaalejándose de su origen para convertirse en unajustificación del sector en el poder. Durante elapogeo del porfiriato, el positivismo se vivecomo la defensa de la clase burguesa en plenodesarrollo y consolidación, que cobijada yapoyada por el General Díaz promueve laindustrialización y modernización del país. LaLaguna se ve favorecida por ambas corrientes4.

Pues bien, en este trabajo y con lo anteriorcomo marco referencial, atenderemos a lamentalidad laboral de algunos representantesde haciendas de la región lagunera de 1923 a

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1928, a través de la correspondencia de Ramónde Belausteguigoitia. A finales del siglo XIXhabía llegado a La Laguna Rafael Arocena, unvasco, quien aprovechando los ofrecimientos detierra, con la compra de acciones, y participandoen numerosas empresas logra acuñar una granfortuna que hereda a sus nietas Elvira y Rafaela.Sin embargo, por ser menores de edad nopueden administrarla quedando bajo lacustodia del albacea y el tutor. Al cumplir Elvirala mayoría de edad nombra a su cuñado Ramónde Belausteguigoitia su representante ante elalbacea. Precisamente de la mentalidad laboralreflejada a través de la correspondencia de estepersonaje durante su gestión se ocupa estetrabajo. A causa de la enorme distancia que losseparaba, Ramón de Belausteguigoitia secomunicaba con su hermano y representadaprincipalmente a través de cartas, verdaderosinformes de trabajo en los que se detallabansituaciones laborales y a través de los cuales esfactible reconstruir su concepción del trabajo.

INTRODUCCIÓNNos acercaremos a la Comarca Lagunera queexistió hace alrededor de ochenta años con laintención de comprenderla y reflexionar sobrelas posibilidades actuales de crecimiento deacuerdo con lo que fue posible sin la tecnologíacontemporánea. El reconocimiento de losvalores existentes nos permitirá, del mismomodo, realizar un balance sobre lo que se perdióo superó en el transcurso del siglo pasado. Laaproximación la haremos a través de lacorrespondencia de Ramón de Belaustegui-

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goitia, administrador de 1923 a 1928 de losbienes de Elvira Arocena, nieta de uno de losmayores productores de algodón en La Laguna.Dada la distancia geográfica que los separaba,su correspondencia constituye prácticamenteun informe sobre la totalidad de la situaciónlagunera desde la perspectiva de un jovenespañol que por la misma falta de familiaridadcon el contexto es más perceptivo.

Atenderemos sólo a aquellos datos que serefieran a nuestro tema de estudio, a saber, lamentalidad laboral en la región lagunera quese percibe a través de la correspondencia deRamón de Belausteguigoitia, esforzándonos porno perder de vista el que a pesar de los lazosfamiliares que lo unen a la representada, puestoque es hermano de su esposo, el principalmotivo de las cartas no es el saludo íntimonacido de la convivencia familiar, sino lanecesidad de estimular la confianza al trabajopor él realizado. De allí que sea natural el quelas referencias a los triunfos casi siempre tenganorigen en él mismo, mientras que de los fracasosElvira deba enterarse por otros medios.

El período a analizar es muy breve, sólocinco años, lo que no implica que sea pocoprofundo, ya que si bien es cierto que no sepretende abarcar la totalidad del fenómeno,sino sólo acercarnos a él para provocar en ellector la curiosidad y el deseo de conocer másde nuestra región, también lo es que se haprocurado superar el simple fisgoneoatendiendo a los sucesos siempre desde elmétodo científico.

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La gran cantidad de cartas resguardadas enel Archivo Histórico Juan Agustín de Espinoza,SJ, de la Universidad Iberoamericana Lagunaconstituyen todo un caudal de información cuyoanálisis completo tomará mucho tiempo más ydel cual las consultadas para esta investigaciónrepresentan sólo una porción menor, mas no poreso carente de importancia, pues el estímulo quepuedan brindar gracias a esta breve disquisicióna futuras investigaciones que la complementeno refuten, o el interés que sean capaces deprovocar en un sólo individuo, bastará parahaber hecho necesaria y justificar el tiempoempleado en ésta.

Sólo a través de estudio historiográficoregional podemos revalorizar el presente,ensanchar nuestras raíces y enorgullecernos delos logros, así como disponernos a proyectar elfuturo desde nuestra matria. Entendiendo pormatria el mundo pequeño, débil, femenino,sentimental de la madre; es decir, la familia, elterruño, la llamada hasta ahora patria chica(González: 1997), La Laguna, nuestra Laguna.

Contexto económico de la Comarca Lagunera

Por varias razones, entre las que destacaban elmovimiento de Reforma y la guerra civilnorteamericana, el cultivo del algodón recibióen La Laguna un fuerte impulso. La tierracambiaba constantemente de dueños y lospréstamos para laborarla eran cada día mássocorridos, estos últimos producían dosbeneficios, el enriquecimiento de los

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prestamistas por un lado y la posibilidad deadueñarse de las tierras por otro5.

La presencia de conflictos bélicos impidiópor casi una década el libre comercio entre losdos países e incluso llegó a imposibilitar hastaal mismo contrabando. La estructura de lahacienda estaba siendo además modificada nosólo por el gran endeudamiento en el que sehundían la mayoría de los propietarios, sinotambién por el establecimiento de comunidadesde personas al interior de éstas. La nacienteindustria textil, por su parte, se vioterriblemente afectada por las luchas en elvecino país y los industriales orientaron suscapitales a la modernización de lasmanufacturas, la adquisición de tierras y laconcesión de préstamos para la actividadagrícola6.

Estas condiciones llevaron a los industrialesdel noroeste del país a centrar, tanto su trabajocomo sus expectativas comerciales, a nivelregional. Fue así, como no sólo los dueños delcapital o de la tierra de la región lagunera, sinoincluso de Monterrey, orientaron susinversiones al apoyo al cultivo del algodónmexicano en La Laguna donde la posibilidadde riego y el fraccionamiento de la propiedadfavorecían su desarrollo. Los mismos motivosque en un principio dificultaron el desarrollode la industria textil, en un segundo momentofueron los pivotes que la ayudaron adesarrollarse, es decir, la incomunicación en quese vio sumida dicha región, la obligó a abastecerlas necesidades regionales que hasta entonceshabían sido cubiertas por manufacturas

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europeas, lo que obviamente repercutiótambién en el cultivo del algodón, ya quepromovió el apoyo por parte de los industrialesa este cultivo con la finalidad de acaparar todala escasa producción. Posteriormente, dichoapoyo tuvo que extenderse a la roturación decultivos y a otros rubros relacionados con lasiembra.

El apoyo a la agricultura por parte de losindustriales se llevó a cabo por medio depréstamos. Como consecuencia de estospréstamos, los comerciantes gradualmente y afuerza de ventajosos contratos con muyelevados intereses, numerosas condiciones yuna inevitable hipoteca de la propiedad, sehicieron dueños de las fincas, formandoenormes latifundios que optimizaron alcanalizar el agua, así como al introducir nuevassemillas con las que obtenían una fibra de mejorcalidad. Estas circunstancias llevaron a un mejoruso del agua. El río Nazas era el irrigador detoda esta zona, aunque su afluencia erairregular, por lo que el valor de las propiedadesdependía en gran parte de su ubicación conrespecto a este. Su importancia era por lo tantoindiscutible y a partir de ese momento fueorigen de numerosas luchas siempre en buscade obtener los mayores beneficios que de segurose traducirían en abundantes cosechas.

Hemos mencionado ya la trascendencia quelos préstamos agrícolas adquirieron en eldesarrollo de esta zona. Básicamente seotorgaban de dos maneras: el propietario lorecibía hipotecando su propiedad a cambio, enfavor del prestamista, pudiendo incluir o no

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todo lo que en ella se encontrara y, los que sólola arrendaban, lo obtenían comprometiendo deantemano su producto a un precio inferior alque se cotizaría en la época de la cosecha. Estesistema transformó la agricultura especializán-dola a un sólo cultivo, el algodón, aun cuandola calidad del mexicano dejaba mucho quedesear y su siembra no era anual7.

Existía además la refacción, esta sediferenciaba primordialmente de otras formasde préstamo en que era en efectivo y su pagoen mercancía. Mientras que lo más generalizadoen aquella época, era recibir la semilla,implementos agrícolas y/o mercancías. Larefacción fijaba de antemano el precio al quesería recibido el producto e imponía eleva-dísimos intereses, generalmente impagablesque llevaban a los agricultores a la quiebra. Enel crédito hipotecario, por su parte, losagricultores veían la ventaja de poder trabajarcon capital ajeno sin menoscabo de sus propiosbienes. Irónicamente, este fue el camino por elque la mayor parte de los comerciantes seconvirtieron después en grandes terratenientes.Las numerosas garantías hipotecarias, tantosobre las tierras como sobre los productos,disminuían enormemente las gananciasfavoreciendo siempre a final de cuentas a losespeculadores prestamistas8.

La región lagunera siempre se ha caracte-rizado por la escasez de las lluvias, de ahí quelas aguas traídas tanto por el Nazas como porel Aguanaval constituyeran la diferencia entreuna buena o una mala cosecha.

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Su irregularidad, así como las frecuentessequías que se presentaron, contribuyeronrápidamente a crear gran cantidad de conflictosentre aquellos que trabajaban las tierras y sedisputaban por lo tanto el caudal. Aun cuandoel fraccionamiento de las tierras siempre incluíasu derecho o acceso al agua de tales ríos, laconstante expansión de las áreas cultivadas, asícomo la creación de nuevos canales y acequiasy la habilitación de antiguos cauces quepermitían irrigar áreas lejanas provocaron unacreciente tensión en una zona en la que el valorde la tierra dependía de sus posibilidades deirrigación.

El desigual uso del suelo que favorecía a losagricultores de la parte alta, el diferente gradode fertilidad que presentaba la tierra a lo largode la ribera, así como la carencia de unalegislación sobre la materia aunado al hecho deque La Laguna perteneciera a dos diferentesjurisdicciones administrativas fueron elementosque muy pronto dieron motivos de disgusto alas autoridades, al mismo tiempo que poníanen evidencia su debilidad frente a los poderososlatifundistas.

Otro factor determinante en el desarrollo deLa Laguna fue el tendido de vías del FerrocarrilCentral que por ciertas cuestiones, tantoeconómicas como topográficas, desde 1883 lacruzó, conectándola con otras urbes tanto de laregión como del centro del país y posterior-mente de los Estados Unidos. En 1888 ynuevamente en 1897 dichas redes se ampliarony con ellas las posibilidades de comunicación ycomercio de La Laguna que ya se vislumbraba

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como un centro de desarrollo económico. En elmismo 1888 las vías de la Estación Torreón seconectaron con las del Ferrocarril Internacional,de primer momento los habitantes de LaLaguna no resultaron beneficiados, pero en ellargo plazo la comunicación con ciudades nosólo como Saltillo, Monterrey o la misma ciudadde México, sino también con varias en el estadode Texas fueron determinantes en su desarrollo.

Territorialmente la hacienda lagunera erapequeña en comparación con las dimensionesde las haciendas del resto del país. Sin embargo,si consideramos que se especializaban en unsólo producto, el algodón; que descendían deun largo proceso de desmembramiento delatifundios y que su producción dejaba enormesrendimientos, que la situaban como laproductora del 75% del algodón que a finalesdel siglo XIX se producía en México, compren-demos que su fraccionamiento era una de lascausas de su gran productividad9.

La mayoría de las haciendas en arrenda-miento eran manejadas al cuarto o al tercio, conlos frutos comprometidos de antemano, y conlos intereses impedían a los pequeños arrenda-tarios transformarse en empresarios autó-nomos, al mismo tiempo que le aseguraban alpropietario las ganancias y el acceso a la fibra,materia prima de la industria textil. Fue asícomo gracias al algodón se consolidó en LaLaguna una clase industrial que aun cuandoseguía considerando a la tierra símbolo deprestigio, a diferencia de la surgida en el restodel país no se basaba en la especulación, sinoque dividía sus intereses en actividades

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agrarias, industriales y mercantiles tendientesa una modernización e industrialización. Estasdiferencias organizacionales influyeron en elsurgimiento de una mano de obra temporal queconvivía con la de los peones endeudados; sinembargo, no permitió el de una clase media depequeños propietarios, pues la tierra eramonopolizada por un pequeño grupo. Para1885 se introdujo la semilla de algodónestadounidense, esta sí producía anualmente,pero la irregularidad del agua obligaba confrecuencia a los agricultores a dejar áreas sinsembrar, lo que permitía el descanso del sueloy evitaba con ello su empobrecimiento.

Los contratos de arrendamiento segeneralizaron a medida que la tierra se fuefraccionando y vendiendo. En su mayoríatenían una duración de siete años, el pago serealizaba mediante una renta anual fija y elarrendatario tenía la obligación de introducirmejoras en la hacienda, mantener en buenestado los caminos y terraplenes, limpiar ydeshierbar tajos y acequias, así como deabastecerse de todo lo necesario para las laboresagrícolas. La renta fija anual permitía recuperarcon rapidez el valor de las tierras, así como elempleado en la construcción de los canales.Además, siempre eran preferidos comoarrendatarios quienes tuvieran propiedades,para dejarlas en garantía y comprometeranticipadamente la cosecha. Durante losprimeros años, la renta solía ser menor, debidoa que los gastos de roturación eran algunasveces tan elevados que no sólo impedían la

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obtención de ganancias, sino que llegabanincluso a ocasionar pérdidas.

La costumbre de arrendar al cuarto o altercio, es decir, a cambio del cuarto o del terciode la producción total, se refería generalmentea las pequeñas propiedades o a aquellas, en lasque aún con una gran extensión, ya fuera porsu lejanía de las aguas o por otra razón sedificultaba establecer una renta anual fija.Además, en la mayoría de los casos el agricultortenía que comprometer otra tercera parte de lacosecha para proveerse, tanto del dinero comode los implementos necesarios para llevarse acabo la siembra, quedándose sólo con unatercera parte del producto. Los propietarios sedesentendían de cualquier responsabilidadrelacionada con el aniego; las mejorasmateriales que fueran necesarias realizarseserían en beneficio de la finca y no seindemnizaría por ellas, lo que provocó que enmuchas haciendas se alcanzaran terriblesgrados de insalubridad o atraso tecnológico enperjuicio de los peones que ahí laboraban. Lagran mayoría de los terratenientes recurrierona este método por ser la manera más productivade utilizar los terrenos10.

Los arrendatarios y subarrendatarios por suparte, en conjunto con algunos comerciantes,optaron por reunirse en sociedades mercantilescuya función consistía en proveerlos deimplementos agrícolas, todo tipo de mercancíasy auxiliarlos en la compraventa del algodón.También fue práctica común entre las familiasricas tomar en arrendamiento tierras queposteriormente subarrendaban a otros. El

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propietario se aseguraba así la renta y los costosde producción, por su parte, recaían sobre elpequeño agricultor, que a final de cuentas, eranquienes trabajaban la tierra. Como era usanzade la época, en la hacienda algodonera se prac-ticó el pago del salario parcialmente en especiey en dinero, que traía como inevitable conse-cuencia el endeudamiento del peón y queevitaba, por lo tanto, la creación de un mercadode fuerza de trabajo. Sin embargo, por su mismanaturaleza, la hacienda requería de un elevadonúmero de trabajadores, sobre todo en latemporada de la cosecha, lo que llevó alfortalecimiento del pago en dinero.

El proceso de formación de la economíaalgodonera trajo consigo un crecimiento en lapoblación debido a las migraciones, en unaprimera etapa estas se concentraron en el árearural, pero para el siglo XX su destino se situabaen el área urbana tanto de Torreón, como deGómez Palacio, las cuales gradualmenteadquirieron las características de modernasciudades. Desde noviembre de 1887, el Ing.Federico Wulff había realizado el trazado de unasentamiento urbano alrededor de la estaciónTorreón, y para 1893 se le otorgó el rango demunicipio con su jurisdicción propia11.

La Laguna experimentaba pues, unconstante crecimiento; en cuanto al algodón,éste no se limitaba al mayor uso de tierras o alesmero puesto en la canalización del agua, sinoque incluía la introducción (y esto representabaun verdadero giro) de la semilla americana dealgodón cuyos frutos no sólo eran mayores, sinode mejor calidad, al mismo tiempo que la forma

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de sus arbustos permitía una menor distanciaentre los surcos y con ello, mayor cantidad deplantas.

El grupo de los principales productoreshabía diversificado sus inversiones permitiendoel surgimiento de un sistema bancario regional,así como favoreciendo el crecimiento de unaindustria metalúrgica y textil, que aún cuandoconservaba su carácter regional les permitíagozar de una respetable capacidad financiera,así como de un instrumento en la afirmaciónde sus posiciones económicas y políticas dentrodel país a través de un producto que no eradirigido desde el centro y que había favorecidola creación de industrias textiles a lo largo detodo el noreste, incluyendo tres fábricas en LaLaguna, que como hemos dicho ya, se traducíanen urbanización y modernidad para la región.

El auge del algodón llevó también a lacreación de industrias que procesando susemilla obtenían jabones y aceites, más aúncuando tras la introducción de la semillaamericana la siembra se realizó de maneraanual. En 1892 inició labores una fábrica de esterubro creada por un grupo de comerciantes,bajo la administración de un ciudadanonorteamericano llamado John F. Brittingham.Algunos años después éste logró un conveniocon los propietarios de las tierras que leproporcionó el monopolio en el procesamientode la semilla de algodón y, con ello, en la ventade jabones y aceites en buena parte del norte, acambio de acciones de la Compañía IndustrialJabonera de La Laguna, S.A., establecida enGómez Palacio en 1898. Las relaciones entre los

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hacendados, las empresas industriales y lasinstituciones de crédito se consolidaron a partirde fines del siglo XIX12.

Las primeras dos décadas del siglo XXrepresentaron para la Comarca Lagunera y parael país entero el final de una época decrecimiento económico debida básicamente a laestabilización lograda por el Gral. Porfirio Díazen materia política y al gran estímulo para lainversión extranjera, factor determinante en elcrecimiento económico orientado en primertérmino a la construcción de ferrocarriles y ensegundo a la industria extractiva cuyas inver-siones provinieron principalmente de EstadosUnidos, Gran Bretaña y Francia.

Es precisamente en la época de la llegada aLa Laguna de los ferrocarriles nacional (1883) einternacional que va a los Estados Unidos(1888), cuando ocurre el desmembramiento delos grandes latifundios y con esto aumenta laventa de tierras en la Comarca. El ferrocarriltransforma la región en un centro de desarrolloindustrial en el que se expanden vías férreas,canales de riego y caminos, al mismo tiempoque se instalan telégrafos, teléfonos y sistemaseléctricos, recordemos que Torreón fue lasegunda ciudad del país (sólo precedida por laciudad de México) en contar con servicio detranvía eléctrico.

Para 1907 se introducen nuevos factores deapoyo a la urbanización, se realiza la nivelacióny trazo de avenidas y calles, la introducción deagua potable y la construcción del HospitalCivil. La influencia del proyecto urbanístico esnetamente americana, así en 1910 se dice la

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ciudad con más rápido crecimiento en México.Son estas condiciones las que favorecen lallegada de inversionistas tanto extranjeros comonacionales a La Laguna, quienes traen con ellosnuevas técnicas y tecnología. Por otro lado, alfinal de la primera guerra mundial Europanecesitaba materias primas, entre ellas algodóny La Laguna ya se había definido como unaregión algodonera. Una crisis azotaba la regióny de hecho, los únicos capitalistas que lasobrevivieron fueron aquellos que arrendabansus tierras o que se dedicaban a otrasactividades tales como la especulación. Estaúltima generalmente se orientaba a las bienesraíces, lográndose incluso la duplicación anualen el valor de las propiedades. Para 1907 deacuerdo a un diario de la época era raroencontrar un residente en Torreón que noespeculara con el auge de los bienes raíces enla ciudad.

Al mismo tiempo en el centro del país sehabía conformado alrededor del Gral. Díaz elgrupo de los “científicos”, quienes acercan elpositivismo europeo. En La Laguna, el procesoes llevado a cabo de manera diferente, pues envez de ser recibido del centro, llega direc-tamente del viejo continente por los inmigranteseuropeos. Una vez terminada la Guerra deReforma, el país necesitaba cimen-tarse y elgobierno había decidido iniciar el cambio desdelas bases, integrando y educando a la claseformada por los burgueses, para depositar elpoder en ellos en un futuro. Esto se tradujo enun fuerte apoyo a este sector que contribuyó adesarrollarlo, al mismo tiempo que lo

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concientizó de sus potencialidades. Dentro deeste sector se encontraban los industrialeslaguneros, que sintiéndose bajo el amparo delgobierno se aventuraron a la consolidación nosólo de su clase y sus intereses, sino de la regiónentera, mediante el establecimiento deindustrias, asociaciones mercantiles e inclusobancos de manera conjunta, creando fuentes detrabajo y asegurando el ensanchamiento de susfortunas. Esta era la situación en La Lagunacuando Ramón de Belausteguigoitia llegó a ella.

La familia ArocenaLa región vasca en España contaba entre suscostumbres con la del mayorazgo, es decir, conla de sólo heredar al hijo mayor. Los siguientesdebían buscar su propio medio de super-vivencia. Esto fomentó el ingreso de muchosvascos al ejército, al clero o su emigración alnuevo continente, entre otras actividades. Porotro lado, la hidalguía, linaje y pureza sanguí-nea de los hijos de este país estaba aseguradaen el Fuero Nuevo de 1526, permitiendo a losvascos dedicarse a cualquier actividad sindemérito de su honor. Así, entre la grancantidad de emigrantes que llegaron a Américaun fuerte porcentaje era español y másespecíficamente vasco.

Uno de esos vascos fue Rafael Arocena,quien llegó a México en el transcurso del segun-do imperio mexicano para poco después venira instalarse en la Comarca Lagunera. Era laépoca en la que los grandes latifundios lagune-ros se desmembraban y la oferta de tierra eraamplia, otorgando facilidades a todo aquel que

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tuviera recursos con qué aprovechar lasituación. Rafael Arocena pasó a formar partede este grupo de incipientes terratenientes altiempo que, favorecido por el estallido de laGuerra Civil en Estados Unidos, el cultivo delalgodón vio crecer su demanda.

La posesión de tierras, la visión en la comprade acciones de diversas industrias,preferentemente de aquellas en las que seutilizaban derivados del algodón, pero sobretodo el gran acierto que tuvo al introducir en laComarca la «semilla egipcia» de algodón cuyosfrutos eran mayores que los de la semilla queregularmente se usaba, permitieron a RafaelArocena acuñar cierta fortuna.

Don Rafael había procreado con Da.Ambrosia Ávila dos hijos: Zenaida, nacida el22 de octubre de 1879 en Ciudad Lerdo yAdolfo, un varoncito muerto en la infancia.Doña Ambrosia era originaria de Aguas-calientes, mas se había mudado en compañíade su hermana Florencia a Villa de Lerdo conunos parientes maternos y es ahí donde Rafaely ella se conocen. La situación económica deDon Rafael había mejorado considerablemente,así que la pareja decide que sus hijos debenrecibir una educación adecuada a sus posi-bilidades económicas, por lo que la Srita. MaríaZenaida de Arocena y Ávila es enviada aEuropa como interna con las monjas de Nevers,allí desarrolla todas las habilidades propias auna dama, al mismo tiempo que aprendecastellano, vasco, francés, inglés, alemán ychino. Adolfo, por su parte, estudia en un

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colegio jesuita hasta 1892 cuando muere a laedad de trece años.

Zenaida, al cumplir los 23 años de edadcontrae matrimonio con Francisco de Paula deArocena y Muñuzuri, sobrino de su padre yoriginario de Vizcaya. Esta unión convertiría aFrancisco en el hombre de confianza de DonRafael y lo ocupa en numerosos negocios,además de fortalecer los lazos tanto vizcaínoscomo familiares con la parte de la familia quepermanecía en Europa. La nueva pareja sóloengendraría dos hijas: Victoria María ElviraAurora de Arocena y Arocena Muñuzuri yÁvila quien nació el 25 de enero de 1904 y MaríaRafaela Fabiola de Arocena y ArocenaMuñuzuri y Ávila, nacida en México en 190913.

Al año siguiente estalla la revoluciónarmada y con ella se desencadena unainestabilidad política, así como una graninseguridad que entorpece no sólo la comuni-cación, sino el mismo desarrollo de lashaciendas. De hecho en 1913, Don Rafael essecuestrado por las fuerzas de Francisco Villay recluido en el Hotel Salvador, donde se leobliga a pagar la cantidad de doscientos milpesos para no hacerse merecedor de «severaspenas». Al subir al poder el General Huerta, losespañoles se apresuran a darle su apoyo, puescreen que restaurará la política económicaporfiriana, las fuerzas revolucionarias, a partirde entonces los consideran enemigos para lalucha y los hacen víctimas de terribleshostigamientos que se traducen entre otrasformas en saqueos a sus propiedades. La

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hacienda de Santa Teresa, propiedad de lafamilia Arocena, no se libra de estos ataques.

Don Rafael se muda a los Estados Unidosexiliado, y se instala en el Hotel Plaza de NuevaYork de donde nunca regresó. Su estancia enaquel país le facilita los tratos con los grandesindustriales norteamericanos mientras que enLa Laguna su sobrino yerno Francisco Arocenaadministraba los negocios. El 26 de septiembrede 1911 María Zenaida murió. Francisco quedósumido en una tristeza de la que nunca serecuperaría, en consecuencia, además de lasituación que atravesaba el país, sus hijas fueronenviadas a estudiar a España bajo la custodiade su tío Teodoro quien se encargaba de todossus asuntos e informaba periódicamente a suhermano.

Las empresas continuaban creciendo cadavez más bajo el esmerado cuidado de Francisco,quien lo mismo atendía la Hacienda de SantaTeresa en La Laguna, que viajaba a la ciudadde México o incluso a los Estados Unidos siem-pre bajo el consentimiento de su tío, desgra-ciadamente, el 18 de febrero de 1918, Franciscomuere quedando como albaceas del capitalconseguido mediante su desempeño comoadministrador de los bienes de su tío–suegroRafael Arocena, así como del aportado por cadauno de los esposos al matrimonio, el propioRafael junto con el Sr. Enrique Buj, mientras queTeodoro Arocena, hermano del finado quienresidía en España, fue designado tutor de susdos hijas. El capital de dicha sociedad conyugalse había incrementado en más de un doscientospor ciento, ya que habiéndose iniciado con un

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activo de 86,943.71 pesos contaba ahora con296,144.74 pesos, además de alhajas, unautomóvil y dos casas entre otros bienes14.

Un año y cuatro meses después, el 13 dejunio de 1919, tras haber perdido a su hija y asu hombre de confianza, Don Rafael Arocenafallece, sus únicas herederas son sus dos nietasElvira y Rafaela menores de edad y por lo tantoincapacitadas para administrar la fortuna querecibían. El manejo de los bienes, queúnicamente en México ascendían a más de ochomillones de pesos diversificados tanto enacciones de diferentes empresas como encréditos, algodón, bienes raíces y por supuestoefectivo; mientras que en Estados Unidossobrepasaban al millón de dólares, estuvo acargo, hasta mayo de 1925, del albacea y deltutor. La mayoría de edad permitiría a cada unade las hermanas manejar personalmente susfortunas tal y como lo establecía la Ley deRelaciones Familiares de España.

Hasta 1917 los negocios de Rafael Arocenafueron manejados por su sobrino-yernoFrancisco, pero para 1918 Rafael ya habíaplaneado una nueva organización para suspropiedades nombrando encargado general aEnrique Buj y Echeverría. Durante el tiempo queFrancisco estuvo al frente de los negocios, lastierras habían sido manejadas al tercio, es decir,la obligación de los Arocena se limitaba aentregarlas en arrendamiento y sus derechos arecibir la renta en especie. La nuevaadministración en cambio, incluía la entrega devarios ranchos en aparcería, la firma de nuevoscontratos y la aparición de Buj como socio

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capitalista entre otras cosas. La muerte de RafaelArocena dejaba pues el control de laadministración en manos de Enrique Buj.

En 1921, Buj, junto con Teodoro Arocena yotros socios crearon la Sociedad MercantilAgrícola José Larrea y Compañía, la finalidadera compartir las utilidades erogadas por laadministración de la hacienda, la testamentaríapor su parte continuaba recibiendo su terceraparte de la cosecha bruta en especie. Un añodespués venció el plazo del contrato medianteel cual Arocena, en conjunto con LeandroUrrutia, se comprometía a trabajar la finca.Urrutia había muerto desde 1908 y Arocena en1919 por lo que sus sucesores dieron porterminada la relación y procedieron a repartirsetanto las tierras como el agua. Tras siete añosdurante los cuales se observó la frecuenciapluvial en vistas de ser lo más justos posiblesen la división del agua, la división quedófinalizada. Sin embargo, desde 1922 latestamentaría había establecido la CompañíaAgrícola de Lequeitio en conjunto con otrossocios. Los rendimientos que esta les reportabasuperaban en mucho a los de la anteriorsociedad, pues si en aquella recibían lasutilidades de un buen número de ranchos, enesta nueva percibían las de todos.

La Compañía Agrícola de Lequeitio recibióamplias facilidades por parte de la testa-mentaría quien incluso le entregó un inmueble,el edificio Arocena, para el establecimiento desus oficinas y fue reduciendo gradualmente sucomisión hasta que se limitó al once por ciento,es decir, a la tercera parte de lo que lo corres-

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pondía. La testamentaría veia disminuir cadavez más sus ingresos sin reacción alguna porparte de aquellos que debían velar por susintereses, mientras que la Compañía Agrícolade Lequeitio se fortalecía a pasos agigantadosal mismo tiempo que emprendía numerososnegocios manera independiente.

Elvira, por ser la mayor, fue la primera enpedirle a su tío Teodoro, tanto su parte deherencia, como estados de las cuentas queestaban a su cargo. Esto inició el 15 de mayo,mismo día en el que la joven contrajomatrimonio con Francisco de Belausteguigoitiay Landaluce, joven doctor vasco por quienElvira siempre sintió un respetuoso amor.Apenas celebrada la boda, la pareja nombró aIgnacio, hermano del esposo, representante deElvira ante su tío. Sin embargo ciertosproblemas judiciales le impiden trasladarse aMéxico y en su lugar viaja Ramón, tambiénhermano de Francisco. Feliz con el nuevo cargoque le permite dejar un incómodo empleo, sedirige a México en octubre de 1925. Lascondiciones del viaje son de lo más apresuradas,pues Ramón intenta llegar a su destino antesque el tutor. Desconociendo las costumbres, elterritorio y los habitantes del país, inicia unaserie de investigaciones entre cuyos resultadosdestaca el de haber ocasionado fuertes gastos asu representada. Su primer fracaso tiene lugarcuando se enfrenta a la Compañía Agrícola deLequeitio, Ramón, completamente ajeno a lasituación de La Laguna, a la relación de laCompañía con los agricultores y sobre todo ala forma en que la testamentaria había

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manejado los bienes por tantos años exige laliquidación de un enorme adeudo, le quita a latestamentaria la función de banquera yestablece a nombre de su representada unaoficina propia para refaccionar a los parcio-neros, es decir, para entregar tanto maquinaria,como semilla e incluso dinero en efectivo aaquellos que trabajaban las tierras Arocena, esdecir, asume las funciones de la testamentaría,este error le impedirá pedirle las cuentas de suadministración.

Todas estas medidas irónicamente sólolograrán disminuir aún más los ingresos deambas hermanas, sin embargo, a él se debe laentrega por parte de Enrique Buj del capitaldejado en Estados Unidos por Rafael Arocena.Este saldo fue entregado en especie, pues Bujlo tenía invertido. Varios fracasos agropecuariosseguidos, un ingenio que se quiso habilitarcomo finca platanera, cuatro mil cabrasextranjeras que al no adaptarse al nuevo climamurieron, el uso de tecnología americana parala que no había ni personal ni maquinaria enLa Laguna provocaron que cuando Elvira se diocuenta de tales egresos procediera rápidamentea retirarlo del cargo. La inexperiencia de Ramónpara manejar su puesto sólo lo llevó a verseobligado a reconocer que la testamentariasiempre había actuado de la mejor manera y apagarles en nombre de su representada loshonorarios correspondientes a los serviciosprestados entre otros gastos.

El joven matrimonio se arrepentiría pos-teriormente de tal designación por considerara Ramón «impetuoso e imaginativo, lo que no

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se compagina con la labor meticulosa, tenaz ypaciente que incumbe a un administrador debienes, desordenado en su gestión, imprudenteen el impulso y lego en el negocio»15, es decir,ajeno en todos los sentidos al perfil deladministrador. Una vez que Ramón fue desti-tuido retiró una gran cantidad de pesos oro quepertenecían a su representada así que paracuando en 1930 le fueron entregados sus hono-rarios restantes, estos sólo equivalían a cientocincuenta mil pesos del millón y medio que élpretendía. El cargo fue entonces destinado aquien originalmente había sido elegido paraocuparlo, es decir, a Ignacio, quien se distinguiópor el ahorro en los gastos y continuó enfunciones hasta en 1931 cuando fue sucedidopor Heliodoro Dueñes del Palacio, ex–gerentebancario.

Por otro lado, el 18 de julio de 1930 Rafaelaalcanza su mayoría de edad al mismo tiempoque contrae matrimonio con Enrique deZunzunegui y Moreno, por esta razón ladivisión de los bienes heredados que no seencontraban en efectivo se inicia, no termi-nándose sino hasta febrero de 1932. En buscade la mayor equidad posible las hermanasdividen las propiedades en dos lotes sin sabercual le corresponderá a cada una para poste-riormente sortearlos. Es al período durante elcual Ramón de Belausteguigoitia estuvo alfrente de las empresas de Elvira de Arocena alque se enfoca este trabajo en el que se pretendemostrar la mentalidad laboral de la época através de algunas de las numerosas epístolasconservadas en el Archivo Histórico Juan

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Agustín de Espinoza, SJ, de la UniversidadIberoamericana Laguna, el material recopiladose sintetizará buscando hilvanarlo con el orgullopor la región.

La situación laboral en La LagunaLa gran cantidad de inmigrantes influye tantofísica y económicamente en el ambiente, perotambién en la manera de percibirlo, de captarla realidad. Esta influencia es percibida, en eltrabajo en particular, de dos maneras diferentes,pues lo mismo que «hay parcioneros que notienen necesidad de pasar por sus ranchos porlo que se ve que el trabajo personal no es detanta importancia»16, es decir, dueños o admi-nistradores de las tierras que ni viven en ellasni las visitan con frecuencia dando una imagende desinterés hacia la región, sus actividades yproductos, también existe un sector que sabeque «todos los negocios tienen la posibilidadde emborrachar son exactamente como el juegoy se llega a un momento en que casi ya no sepersigue la ganancia sino el negocio por elnegocio»17, personas cuya vida se orienta másal trabajo que a disfrutar de sus rendimientos.

Personas que guiadas por la «ideología dela ganancia» han olvidado el sentido prístinodel trabajo, a saber, el servicio a la sociedad.Para ellos el trabajo ha dejado de ser, o quizásnunca fue, la actividad mediante la cualretribuyen a la comunidad su posibilidad deexistencia, el hombre debe vivir de sus frutos,más aún en un mundo laboral como el nuestroes erróneo subordinar todas las accioneshumanas a la ganancia, de la misma manera en

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que sería ilógico pretender sobrevivir sinocuparse debidamente en alguna actividadlaboral. Ninguno de los dos casos es deseable,el trabajo es una actividad digna, necesaria, masse debe cuidar no ser absorbido por él. La razón,la libertad, el afán creador, el continuo esfuerzopor trascender son cualidades o aspectos denuestra vida que comprometemos en el trabajo,pero también en el juego, en la fiesta y en todaforma de vida comunitaria, es decir, lotrascienden, el hombre se percata de que suactividad trasciende al trabajo productivo enque está incorporada y se niega a aceptar queesta sea la única forma de su actividad; de ahíque en aras de mantener el mayor equilibrioposible se procura «simplificar los negocios…no meterse en nuevas aventuras… pues pormuy lisonjera que se presente la situaciónactual… los negocios que no se pueden vigilarde cerca más vale simplificarlos lo másposible»18.

Francisco consideraba que lo más sensato enuna situación como esa en la que se laborabaen un país tan joven era «organizar todos losasuntos» de manera tal que los propietarios noestuvieran a merced de los administradores ypudieran tener cierto control sobre la situacióny que no fuera el representante el que dirigieratodo19. El industrial, el dueño de las tierras,acude con muy poca frecuencia a suspropiedades, ocupado en vigilar todos losnegocios dedica muy poco tiempo a visitarlosrevisándolos casi siempre únicamente porescrito, queda en una situación en la que sólosabe de su empresa lo que su representante le

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dice, esto lo lleva a buscar la simplificación delos negocios pensando que de esa manera corremenos riesgo de ser engañado.

Los representantes son personas que a cam-bio de un porcentaje de producto, administranlas tierras, es decir, las siembran, arriendan,compran maquinaria y realizan todas lasmejoras necesarias para su mantenimiento, asícomo los arreglos que sean necesarios con elgobierno, fincas colindantes, etc., el represen-tante equivale a lo que en la actualidad denomi-namos administrador de empresas. Eladministrador era pues, quien realizaba eltrabajo duro, rindiendo cuentas a los terrate-nientes, mas estos últimos como dueños de losmedios de producción emitían sus juicios, loscuales en muchos de los casos no eran los másprudentes, o al menos no muy atinados debidoa la distancia, no solo física, sino también encuanto a información se refiere, que losseparaba de la situación real, pero siempre envista de no realizar gastos innecesarios niemprender negocios peligrosos.

El positivismo, favorecedor de la moder-nización pronto empieza a determinar loshábitos y actividades, sin embargo, no se creapor esto que el trabajo, las inversiones o lacreación de nuevas industrias son la prioridadde los individuos económicamente aptos paraestos fines, ya que como menciona Francisco deBelausteguigoitia en una carta dirigida desdeBilbao a su hermano Ramón el 15 de febrero de1928, en esa época había demasiadas oportu-nidades, sin embargo, no era conveniente serambicioso sino dejar que otros se aprovecharan.

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El trabajo no es el origen de la vida humana, supropia autorrealización precede y trasciende alproceso del trabajo, si nos limitáramos a sertrabajadores nuestra vida quedaría empo-brecida, sin libertad ni autonomía, pues si bienes cierto que necesitamos estar incorporados aun sistema de trabajo, también lo es el que nodebemos identificarnos en cuanto a nuestraincorporación a dicho sistema, él proveenuestras necesidades comunes, pero muchas deellas van más allá de lo meramente económico.

La actividad del hombre se denomina«trabajo» en cuanto queda comprendida en unsistema de provisión, en cuanto abastece lasnecesidades de los seres humanos, pues bien,el hombre tiene necesidades materiales perotambién tiene las que trascienden a este orden,en consecuencia hay dos tipos de trabajo, elprimero provee los bienes materiales, es decir,es un trabajo productivo en el sentido estrictode la palabra mientras que el segundo produceservicios y sirve al hombre en su ser individualy social, dentro de este rubro quedancomprendidos los maestros, los doctores, losabogados y los administradores. En la segundadécada del siglo XX el trabajo en la ComarcaLagunera se basaba en gran medida en laconfianza que el inversionista podía depositaren sus administradores y era necesario no sóloque el terrateniente confiara en el adminis-trador, sino que además se lo hiciera saber juntocon la gran responsabilidad que le daba dichocarácter pues no se sabía cuánto podría duraresa relación laboral20.

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Muchas veces el terrateniente se enfrentabacon críticas hacia su administrador que lomismo eran pruebas a la confianza queoportunidades para despedirlo. Los terrate-nientes estaban conscientes de que losadministradores se enfrentaban a grupos deintereses creados y que por lo tanto el que todopareciera estar en contra de ellos no eraforzosamente señal de ineficiencia y debíandecidir entre confiar en ellos y esperar queestuvieran realizando bien sus labores de lamisma manera que los administradoresesperaban que sus esfuerzos fueran apreciados21

o tomar medidas. Sin embargo, el dueño seencuentra en una posición de desconocimientode la situación, no sabe qué es verdad22 y sólorecibe larguísimas cartas en las que le explicanel avance de los negocios23, solicita copias delos contratos24, de los testamentos25 y enfatizaen la ventaja de recibir constantementeinformación en lugar de esas extensas cartas quelo dejan mucho tiempo desinformado y por lotanto sin posibilidades para comentar sobre elcurso de los negocios26.

Francisco cree necesario incluso laelaboración de un inventario donde se registreel avance de cada uno de los negocios27 y que lepermita estar un poco más al corriente aunqueaún así no estará suficientemente enterado y noestará en capacidad de opinar o juzgar muchosde los actos de su administrador28. De hecho enocasiones ha tenido que aprobar proyectos opersonas que desconocía totalmente o inclusode los que no estaba convencido valiéndoseúnicamente de la opinión del administrador29.

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La confianza hacia Ramón era tal que podemosresumirla con estas líneas «hubiese bastado quelo hubieses dicho sin necesidad de documen-tación pues desde luego estoy confiado en tubuena fe en asuntos de más importancia y noiba a ser cosa de que ahora dudase de ti porcosas secundarias.»30

Sin embargo, al igual que cualquieractividad, el trabajo podía ser exitoso o fracasar;así, en la medida en que era el administradorquien tenía el control real de la hacienda, eratambién él quien compartía con sus patroneslas victorias o derrotas, de este modo los dueñosprocuraban tener satisfechos a sus empleadosa través de gratificaciones de la misma maneraen que estos se empeñaban en agradarlos31.Sucedía también que los patrones buscaran lamanera de elevar las condiciones de vida de sustrabajadores creando para ellos fracciona-mientos, jardines, medios de entretenimientoso servicios que les proporcionaran ingresosextras ya fueran en especie o en efectivo, tal fueel caso de una granja agrícola a la que Franciscoconsideraba un medio de retribuir a la sociedadmexicana algo de los muchos beneficios quehabía recibido de ella a cambio de nada quevaliera la pena32.

El reconocimiento del triunfo era, comohasta la fecha, un importante aliciente en eldesempeño de las actividades, de ahí que elhincapié en los logros obtenidos así como enlas dificultades que debían superarse para esosfines fuera un tema común dentro de lasepístolas laborales tomando los más diversosmatices. Así, mientras Francisco escribe «nadie

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te niega condiciones y todo el mundo está deacuerdo en que lo que tú has hecho, no lohubiera hecho nadie, pero piensa que tú noconocías para nada el negocio, en tanto que losdemás llevan en él toda la vida»33, Elvira por suparte escribe: «ha sido un verdadero triunfopues no creíamos pudierais llegar a eseresultado.»34

La valoración de los empleados es unatemática recurrente, poniéndose en cualquiermomento en tela de juicio la justificación de susnombramientos, sea porque no se ve el porquéde seguir empleando a alguien basándoseúnicamente en el parentesco35 o en la confianza36

o por el contrario porque los empleadosdestacados no deben quedar recluidos a puestossecundarios37 sobre todo cuando su trabajopodía ayudar a su jefe sin demeritar su auto-ridad38. Este tipo de personas son consideradasútiles no sólo por lo que pueden realizar por símismas sino también por lo que pueden enseñara otros o por la ayuda que pueden prestar en laorganización de los datos destinados a informara los dueños39 teniendo cuidado de que no sedediquen a asuntos particulares40 que lospongan en peligro de fallar a su trabajo.

Para Francisco cada nueva empresa, cadainversión, debe ser calculada con esmero,analizando que no vaya a ser la «ambicióndesmedida y no la razón la que guíe», debetenerse en cuenta que las complicacioneslaborales no son deseables, mucho menoscuando implican riesgo futuro o inversiones quepuedan no ser cubiertas con el capital con quese cuenta41. El uso que se da al dinero obtenido

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es el origen de grandes disertaciones, gastarlono es lo más conveniente, se deben esperar lasvicisitudes que pueden presentarse, pues pormás atractivos que parezcan los negocios, sólose debe entrar a ellos si se tiene dinero desobra42. El capital no se invierte así nada más,siempre debe considerarse antes que el dineroes para cubrir las obligaciones43, las necesidadesy es por lo tanto sobre la base de este criteriocomo se debe destinar ya que de no tomar lasprecauciones necesarias se puede llegar alpunto de esperar angustiosamente la llegadadel dinero para cubrir una gran cantidad degastos44.

Buscar el dinero por sí mismo no es lafinalidad pues se dispone de lo que se necesita45,sin embargo, tampoco debe emplearse enactividades exclusivamente placenteras. Eldinero es para invertirse en nuevos negociospreviamente analizados por expertos quepuedan garantizar la seguridad de la inversiónpues no se trata de hacer negocios simplementepor hacerlos46. Desde luego que parte del dineropuede orientarse a actividades lúdicas, mas nose debe perder de vista que antes ha de sepa-rarse lo que compensará los gastos aunquedespués se designe otra cantidad a la especu-lación o a cualquier actividad47.

De acuerdo con Francisco de Belaustegui-goitia esa era una época de grandes oportu-nidades, sin embargo, mas valía no entusias-marse con muchas de ellas y avanzar un paso ala vez en lugar de entrar de lleno pues lasituación podría invertirse, además de que unagran parte de las propuestas que a diario se les

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presentan, sobre todo las que tienen que ver conla industria, no son en realidad verdaderasoportunidades, sino propuestas millonarias quede ser verdad habrían enriquecido ya a todos yque parecen haber sido formuladas ingenua-mente sin tomar en cuenta que es mejor iniciarcon pequeñas inversiones e irlas ampliando enfunción de las demandas el mercado48.

En otro orden de ideas, la relación entrepersonas que compiten suele llevarse dentro deun marco de hostilidad, hipocresía, o en el mejorde los casos reserva, pues en muchas ocasiones,la otra persona «está visto que juega a doscartas»49 por lo que más vale estar en guardia.La perspicacia se torna entonces en unaimportante herramienta para el conocimientodel otro así como de sus capacidadesocasionando que al mismo tiempo que se leconoce, se es conocido por él. Según Elvira,Ramón poseía esta cualidad, agregando que esaera la razón por la que las personas de laCompañía Agrícola de Lequeitio rápidamentelo mandaron de regreso a España confiando enque, debido a su inexperiencia, podrían engañarmás fácilmente a Ignacio por más que Ramónse empeñara en abrirle los ojos50 y mostrarle elmundo51.

Obviamente esta doble cara en ocasiones eraúnicamente percibida por los no directamenteafectados, sobre todo si estos eran jóvenes o sise encontraban en un medio que no era el suyo52.Además siempre existía el peligro de que laspersonas mudaran sus intereses, se vendierano simplemente cambiaran, tal fue el caso deEnrique Buj, con quien compartieron intereses

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y negocios por mucho tiempo pero quien desdela óptica de Teodoro tenía una ambicióndesmedida, a pesar de que no dudaba que entiempos de Don Rafael y Don Francisco fueradiferente53.

El hombre de negocios antes que nada es unhombre precavido que no se apresura a decidiro a hacer inversiones, mucho menos a dar suconfianza sin suficientes antecedentes. Losparticipantes en los negocios Arocena no podíanmenos que poseer también estas características.Elvira, consciente de esto aprovecha cualquieroportunidad para enfatizar la importancia deestas cualidades aconsejando a Teodoroprudencia y habilidad para arreglar los asuntoscon Enrique Buj de manera que no fuera a serengañado54. Los señores Arocena saben quenunca se es demasiado prudente, mucho menoscuando se trata con personas dispuestas a hacercualquier cosa por proteger sus intereses55 y poracabar con aquellos que vienen a limitar sudespilfarro56 a un grado tal que a Francisco nole queda más que compadecer a su hermanopor estar en ese país donde no puede confiaren nadie57.

Antes de concluir con este breve estudio delpapel del representante en los negocios de lafamilia Arocena en La Laguna a principios delsiglo XX vale la pena recuperar algunoscomentarios hechos por Francisco de Belauste-guigoitia sobre los mexicanos, la situación delpaís y de la región. En primer lugar muestra sudesacuerdo con la manera «estridente» de losmexicanos de celebrar los convenios58, esto nodebe interpretarse como una concepción

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cerrada de los negocios, ya que en cierta ocasióncancela un proyecto simplemente por el hechode que esa noticia está causando gran revueloaunque añade que no pueden ser las malaslenguas las que rijan nuestros actos59. Su sentidoempresarial no derivaba en una utilizacióncapitalista del ser humano, pues se continuabaviendo por el bienestar aun cuando quizás lascapacidades y aptitudes de las personas, de serutilizadas, resultarían en mejoras para las fincaso propiedades, baste enunciar aquella vez enque no se le permitió laborar en la hacienda aun joven educado en el extranjero, que habíaviajado por el mundo por considerar que notendría futuro en la hacienda.60 Para concluirvalga una observación sobre el elevado sentidonacionalista de los vascos, pues al evaluar acierto individuo respecto a sus posibilidadespara ocupar un determinado puesto, el señorArocena destaca la importancia de colocarpreferentemente, si no hay mucha diferencia, avascos61, sirva esto como materia de reflexiónsobre la actitud que nosotros los mexicanoshubiéramos tenido de haber estado en su lugar.

CONCLUSIONESEl objetivo de este trabajo es provocar unacercamiento del lector a la mentalidad laboral,para despertar no solo el interés por la región,sino también por el pasado de esta, es decir, porsu historia. Para tal efecto se recurrió al ArchivoArocena, el cual forma parte del Archivo JuanAgustín de Espinoza, SJ, de la UniversidadIberoamericana Laguna. Uno de los principalesproblemas encontrados durante el curso de esta

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investigación fue el ordenamiento de los datosencontrados, pues aun cuando sí se cuenta conuna considerable cantidad de investigacionesimpresas acerca de la Comarca, la pocaantigüedad de la ciudad de Torreón no le hapermitido formar un grupo de investigadoresque de manera conjunta y no aislada seinteresen por el pasado regional y promuevanen consecuencia su estudio de manera formalsuperando la simple curiosidad y propor-cionando a los interesados la metodología yherramientas necesarias para realizar estetrabajo de una manera profesional y exitosa; eltrabajo común que deje atrás la época en la queel conocimiento histórico es visto como unprivilegio de pocos e inaccesible a la granmayoría a la manera de los gremios feudales.

La información pues, si bien es cierto seencuentra al alcance de todos, necesita iracompañada de su contexto, pues no es posibledescifrarla de manera aislada y para ello serequiere el conocimientos de la mayor cantidadposible de estudios históricos realizados en laregión, es decir, del apoyo y la colaboración dela mayoría, sino de la totalidad de los histo-riadores regionales. Por otro lado, la desvalo-rización en que se encuentra la historia dificultael abordaje de este tipo de temas pues labibliografía es muy difícil de conseguir, sonediciones pequeñas o antiguas con elevadoscostos, sin embargo, contrariamente, con unaadecuada asesoría pueden conseguirserápidamente los títulos necesarios. El estudiodel pasado requiere además de días enterosdentro de los archivos, sin embargo, la

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satisfacción emanada del feliz hallazgo de losdatos requeridos lo compensa instantánea-mente.

Dentro del Archivo Arocena un considerableporcentaje de los documentos es constituido porepístolas, la dificultad de comunicarse por otrosmedios, así como la distancia, favorecían elcorreo. Las familias lo utilizaban para enterarsede lo que le ocurría a sus parientes lejanos y losdueños de propiedades para informarse delcurso de sus negocios. En el caso del establecidoentre Ramón de Belausteguigoitia y su hermanoFrancisco, se cumplían ambos objetivos.Francisco, preocupado por su hermano que seencuentra en un lugar desconocido por los dos,indaga sobre su estado, mas consciente de quela razón por la que se encuentra allá es la deponer en orden los asuntos de su esposa, seinteresa también en ellos pidiendo le informelo más detallado y minuciosamente posible todolo que sucede.

Las cartas son el único medio estable demantenerse en contacto pues la posibilidad deexplayarse en ellas así como de abordar diversostemas a la vez y la facilidad de enviarlas orecibirlas desde prácticamente cualquier lugarlas ponían por encima del telegrama, el teléfonoy el telex. Finalmente, es por medio de de ellascomo podemos acceder a nuestro propio pasadopara conocerlo y comprender mejor nuestropresente. El estudio de la concepción del trabajoes un ejemplo de la casi ilimitada variedad detópicos que pueden ilustrarnos tras el análisisordenado y metodológico. Es el esfuerzoconstante y conjunto de los que en una región

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habitamos lo que puede recuperar lascostumbres, pensamientos, actividades ynombres de quienes nos precedieron.

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Notas1 Luis González, Otra invitación a la microhistoria, FCE,México, 1997, pp. 23-25.2 Manuel Plana, El reino del algodón en México La estructuraagraria de La Laguna (1855-1910), Col. Historia económicadel Norte de México (Siglos XIX y XX), Facultad deFilosofía y Letras UANL, Archivo Papeles de Familia UIALaguna, Centro de Estudios Sociales y Humanísticos deSaltillo, Monterrey, 1996, pp. 83-9 y 151.3 Las fábricas textiles del norte surgieron en 1840, para 1878había 17 fábricas de hilados de algodón. Las facilidadesfiscales y la disponibilidad de la materia prima permitieronel surgimiento de tres fábricas en La Laguna en la décadade 1880. Manuel Plana, El reino del algodón en México…, pp.247.4 Fernando Martínez Sánchez, «El porfiriato» en Nuevahistoria de Torreón, Ayto. de Torreón – Teatro IsauroMartínez- CNCA- Programa Cultural de las fronteras-INBA, México, 1993, pp. 139, 143, 145. Leopoldo Zea, Elpositivismo y la circunstancia mexicana, SEP FCE Lecturasmexicanas Tomo 81, México, 1985, pp. 133 y 147.5 Manuel Plana, El reino del algodón en México… pp. 110-115, 151, 161, 166-167.6 Manuel Plana, El reino del algodón en México… pp. 99-101.7 Plana,Manuel, Op.cit., pp. 107.8 Op.cit., pp. 115.9 Entre 1895 y 1900 se había consolidado definitivamentela hacienda algodonera compuesta por partes querepresentaban un área de riego, que coincidía en algunoscasos con la superficie total, y grandes zonas no cultivadasde reserva cuya uniformidad no se modificó sino hastadespués de la Revolución. Manuel Plana, El reino del algodónen México…pp. 161-162, 219-224.10 Manuel Plana, El reino del algodón en México…pp. 151=152.11 Manuel Plana, El reino del algodón en México…pp. 207.Fernando Martínez Sánchez, «El porfiriato» en Nuevahistoria de Torreón, Ayto. de Torreón – Teatro IsauroMartínez- CNCA- Programa Cultural de las fronteras-INBA, México, 1993, pp. 153.12 Manuel Plana, El reino del algodón en México… pp. 250.13 Mario Cerutti, Vascos, agricultura y empresa en México RafaelArocena: La siembra comenzó en La Laguna, UIA Laguna,

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Fundación E. Arocena, Grupo Editorial Miguel ÁngelPorrúa, México, 1999, pp. 31–3414 Para más información sobre los bienes de la sociedadconyugal formada por Don Francisco Arocena y DoñaZenaida Arocena véanse los cuadros elaborados porRoberto García Martinez en Mario Cerutti, Vascos,agricultura y empresa en México…15 Mario Cerutti, Vascos, agricultura y empresa… pág. 13416 Archivo Histórico de la Familia Arocena, UniversidadIberoamericana Laguna, Archivo Histórico Papeles deFamilia, Carta enviada por Francisco de Belausteguigoitiaa su hermano Ramón desde Bilbao el 10 de enero e 1928.17 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 15 de febrerode 1928.18 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 15 de febrerode 1928.19 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 17 de enerode 1927.20 Archivo Histórico de la Familia Arocena…15 de febrerode 1928.21 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 22 de abril de1927.22 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 22 de marzode 1927.23 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 12 de julio de1926.24 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 22 de marzode 1927.25 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 22 de marzode 1927.26 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 1 de diciembrede 1927.27 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 1 de diciembrede 1927.28 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 22 de marzode 1927.29 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 1 de febrerode 1927.30 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 23 de julio de1928.31 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 23 de juniode 1927.

4732 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 1 de febrerode 1927.33 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 1 de febrerode 1927.34 Archivo Histórico de la Familia Arocena… julio de 1926.35 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 24 de mayode 1926.36 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 1 de febrerode 1927.37 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 23 de juniode 1927.38Archivo Histórico de la Familia Arocena… 23 de junio de1927.39Archivo Histórico de la Familia Arocena… 23 de junio de1927.40 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 1 de febrerode 1927.41 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 15 de febrerode 1928.42 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 10 de enerode 1928.43 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 15 de febrerode 1928.44 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 20 denoviembre de 1925.45 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 20 denoviembre de 1925.46 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 18 de octubrede 1927.47 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 1 de febrerode 1927.48 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 19 de juniode 1928.49 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 24 de febrerode 1926.50 Archivo Histórico de la Familia Arocena, UniversidadIberoamericana Laguna, Archivo Histórico Papeles deFamilia, Carta enviada por Elvira Arocena deBelausteguigoitia a NIta, esposa de Ramón deBelausteguigoitia de Bilbao el 2 de octubre de 1926.51 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 22 de marzode 1927.52 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 1 de diciembrede 1927.

4853 Archivo Histórico de la Familia Arocena, UniversidadIberoamericana Laguna, Archivo Histórico Papeles deFamilia, Carta enviada por Teodoro Arocena a Elvira deBelausteguigoitia de México el 10 de marzo de 1923.54 Archivo Histórico de la Familia Arocena, UniversidadIberoamericana Laguna, Archivo Histórico Papeles deFamilia, Carta enviada por Teodoro Arocena a ElviraBelausteguigoitia de México el 10 de marzo de 1923.55 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 20 denoviembre de 1925.56 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 1 de diciembrede 1927.57 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 24 de mayode 1926.58 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 23 de julio de1928.59 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 23 de julio de1928.60 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 12 de julio de1927.61 Archivo Histórico de la Familia Arocena… 1 de febrerode 1927.

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Marcela Camarena RodríguezGraduada con excelencia académica de lalicenciatura en Ciencias Humanas por laUniversidad Iberoamericana Laguna y de laMaestría en Historia por la Universidad Autó-noma de Sinaloa. Ha sido becaria Telmex ymiembro del Programa de Intercambio México-Francia para la promoción del español y lacultura mexicana entre los estudiantesfranceses. Se ha desempeñado como Historia-dora investigadora del Centro INAH Sinaloa(Instituto Nacional de Antropología e Historia)así como asistente de dirección de la UnidadEstatal de Culturas Populares de Sinaloa(UECP-Sinaloa) y de la Dirección deInvestigación de DIFOCUR (Dirección deinvestigación y Fomento de la Cultura Regionalde Sinaloa). Actualmente es catedrática de laFacultad de Historia de la UniversidadAutónoma de Sinaloa en las líneas teórica y dedivulgación y del Centro de Estudio de Idiomasde la misma universidad en el área de francés.