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Historia Caribe - Volumen IX N° 24 - Enero-Junio 2014 pp 243-247
René Álvarez Orozco y Natalia Ra-mírez Ocampo (Comp.). Perspectivas históricas sobre la criminalidad y los conflictos sociales en Bucaramanga, si-glo XX. Bucaramanga: Universidad Industrial de Santander, (2013).
¿Qué expresan los fenómenos sociales del conflicto, la violencia y el ho-micidio dentro de las sociedades modernas occidentales? ¿Se pueden con-siderar fenómenos marginales, anómicos y disfuncionales de nuestra so-ciedad, o cabría entender la violencia como un fenómeno consustancial al modo de las relaciones sociales, políticas y culturales que se han estableci-do en Colombia, según lo señala Daniel Pécaut?1 Y en este mismo orden de ideas, cabe preguntarse si las respuestas institucionales del Estado han sido eficientes –ya sea que hablemos de políticas institucionales y carcela-rias– para servir de linde de este tipo de expresiones violentas y transgre-soras del orden social dentro de un marco de relaciones más humanas y prácticas punitivas resocializadoras. Los comportamientos y los valores que se han constituido en la sociedad colombiana a lo largo del siglo XX son variados, los cuales han encontra-do en el conflicto, en el delito y en el crimen –en un caso más extremo– una expresión que desconoce cualquier tipo de determinismo social. Estos han logrado posicionarse a lo largo del tiempo, lo que revela la exigua legitimidad y abandono de las instituciones del Estado a los diferentes sectores sociales que han constituido el país. Comprender las facetas de la criminalidad y los conflictos sociales debe ser parte de la agenda investi-gativa de todo a la Nación en la procura por entender y “des-cotidianizar” el acto de matar.
1 Daniel Pécaut, Orden y violencia: Colombia 1930-1954 (Bogotá: Siglo XXI, 1987, 2 vols), 610.
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De ahí la trascendencia del texto que aquí se reseña, pues representa un esfuerzo por llenar un vacío en la investigación histórica del país en torno al fenómeno de la violencia, al aportar desde diferentes ángulos investiga-tivos una visión de los procesos de conflictividad social y criminalidad en Santander y Bucaramanga en el siglo XX.
“Perspectivas históricas sobre la criminalidad y los conflictos sociales en Bucaramanga, siglo XX”, es una compilación científica constituida por te-sis de pregrado y maestría en Historia de la Universidad Industrial de San-tander, compilado por el profesor René Álvarez Orozco y Natalia Ramírez Ocampo con motivo de los 25 años de existencia de dicha escuela, en el que se trata de sistematizar y hacer pública una fracción de la producción que se ha venido desarrollando en torno a la línea de criminalidad y con-flictividad social en Santander desde los últimos siete años.
Comprende cinco investigaciones históricas realizadas por una nueva ge-neración de historiadores que es consciente que solo a partir de una mayor comprensión de las fuentes primarias es posible avanzar en la interpre-tación del pasado: optando por una mirada histórico-sociológica en un intento por entender más a fondo al hombre en el tiempo. Así pues, nos encontramos con una minuciosa contrastación de fuentes entre el Archivo Judicial de Bucaramanga que guarda información de más de 25 municipios de Santander, Archivo de la Cárcel Modelo de Bucaramanga, Archivos del Centro de Documentación para la Investigación Histórica Regional – CDIHR–, censos criminales del DANE regional y la prensa Vanguardia Liberal.
Su contenido proporciona información que facilita la compresión del con-texto conflictivo y criminal bumangués a lo largo del siglo XX desde di-ferentes actores y momentos del conflicto, en los que se destacan todos aquellos personajes típicos del contexto de producción cafetera como: agricultores, obreros, comerciantes, albañiles, empleadas domésticas y prostitutas, girando en torno a categorías como el homicidio, el hurto, las lesiones personales, el suicidio y la prostitución. Además ofrece un sucinto contexto sobre los avances y retrocesos de la Rama Judicial desde finales del siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX.
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Particularmente, “la criminalidad” a la que este libro hace referencia es a los comportamientos máspenalizados del momento como lo fueron el hurto, las lesiones personales y el homicidio, cuyas causas más frecuentes oscilaban entre la defensa del honor y la impulsividad o agresividad que sa-lían a flote, muchas veces, cuando se mezclaban con guarapo o aguardiente y con algún tema político, amoroso, o familiar mal llevado.
René Álvarez Orozco, en el primer capítulo: “Homicidio en Bucaraman-ga 1930-1957” describe los lugares del homicidio como: barrios obreros, barrios de clase media baja, tiendas, guaraperías, clubes y cafés; todo un contexto social que en muy poco se asimilaba al ideal de modernización de las élites y dirigentes del momento. De igual modo caracteriza y analiza los móviles y herramientas que facilitaron la expresión del crimen, en los que se encontraron como más usuales las armas de fuego (revólver) y cor-topunzantes (cuchillo).
Por su parte, Jairo Antonio Melo se preocupó por mostrar en el segundo capítulo el aumento y la distribución geográfica del fenómeno del homici-dio durante los primeros años del siglo XX; también es de su interés mos-trar la impulsividad de estos y el papel del alcohol como principal móvil, en un contexto de auge de la producción cafetera como lo fue Santander iniciando el siglo XX –particularmente en la provincia de Soto–.
A causa de lo anterior se puede decir que ni la pobreza ni la política han sido el principal motivo que ha generado crímenes en Bucaramanga. Esto es muy importante porque desmitifica, aún más, el fenómeno de la vio-lencia como una variable de la política colombiana; así también, intenta deslegitimar el vínculo que, por años, se ha hecho entre ciertos patrones culturales que son más propios del campo y la impulsividad. De manera que, más que la presencia de móviles políticos partidistas, la gran mayoría de homicidios en el área urbana de la capital santandereana tuvieron su origen en disputas interpersonales ligadas al contexto del alcohol, las ven-ganzas interpersonales y el honor familiar, entre otros. Caso diferente a la zona rural donde los hechos violentos que se presentaron fueron, en su mayoría, por causas políticas –violencia racionalizada–.2
2 Gonzalo Sánchez et al., Colombia: Violencia y democracia (Bogotá: Universidad Nacional de Co-lombia, 1987), 317.
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Por otro lado, capítulos que llaman mucho la atención, aunque poco pro-fundos quizás por su misma complejidad en el momento de comprimir la información para los artículos son: tercer capítulo: La cárcel “La Concor-dia” de Bucaramanga, estudiada durante el período 1930-1945 por Manuel Faustino Cardozo bajo la mirada de un presidiario –Luis María Millán Treviño– y la prensa –Vanguardia Liberal–, en el cual se logró caracterizar la crisis carcelaria que se experimentó durante el período histórico conocido como República Liberal donde se evidenciaron continuas huelgas al inte-rior de las cárceles, en un intento por llamar la atención de los medios de comunicación y del Gobierno ante las bajas condiciones de resocialización de las cárceles; muchas de estas huelgas concluían en motines, fugas, su-blevaciones, entre otras. Y cuarto capítulo: “El suicidio en Bucaramanga”, caracterizado durante el período 1970-1985 por Melisa Jaimes Manosalva a través de Vanguardia Liberal, el cual esgrimía todo un perfil de la víctima, la forma de su muerte y sus objetivos con el acto. También logra carac-terizar los espacios propicios para el suicidio y la re-significación de mu-chos de estos lugares por parte de la sociedad como lo fue el caso de “el viaducto Benjamín García Cadena”, atribuyéndoles categorías de lugares fatídicos o convirtiéndolos en leyendas urbanas.
Como quinto y último capítulo aparece el “Sexo venal y mujeres tarifadas de 1940-1960 en Bucaramanga” realizado por Piedad Otero Uribe, quien aborda la prostituta como un sujeto histórico y como un objeto socioló-gico, yendo más allá de las visiones impuestas por salud pública, policías, penalistas y la prensa, en un intento por comprenderla como un actor naciente con el capitalismo, deseoso al igual que todo ser humano de al-canzar un éxito. Caracterizar la cotidianidad, la intimidad y la criminalidad de las prostitutas como sujeto histórico es una deuda investigativa del país, que debe ser abordada en el diálogo de diversas disciplinas de las humani-dades como se realiza en este caso.
Para finalizar, debe decirse que este tipo de publicaciones son muy impor-tantes seguirlas promoviendo por parte de los departamentos y escuelas de las universidades, puesto que divulgan la producción científica local y regional que muchas veces no tiene lectores en los anaqueles universitarios –o que no alcanzan a ser conocidas en otras partes del país–. La com-pilación de este cúmulo de realidades, permite entender el esfuerzo del
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Estado por regular los actos violentos y “anormales” de los ciudadanos, así también el intento por neutralizar la justicia por propia mano mediante los aparatos de canalización de venganza. No obstante la amplia brecha de desigualdad social y la corrupción de los aparatos estatales promovieron una crisis institucional o crisis de legitimidad que imposibilitó el proceso civilizatorio durante el siglo XX.
Así también hay que mencionar, sin querer desconocer la importancia de este tipo de trabajos a nivel institucional y regional para la comprensión del pasado conflictivo, que la obra es dispar, es decir, algunos capítulos se quedan en una breve descripción de la composición y estructura de la tesis, y no logran ser contundentes esgrimiendo los resultados investigativos y problematizándolos con su contexto.
ALEJAndro bEdoYA AriAs
Universidad Tecnológica de [email protected]
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Historia Caribe - Volumen IX N° 24 - Enero-Junio 2014 pp 243-247
Anuario de Historia Regional y de las Fronteras, Volumen 19 - 1
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ÁLVAREZ OROZCO, René y RAMÍREZ OCAMPO, Natalia (Comp.) Perspectivas históricas sobre la criminalidad y los conflictos sociales en Bucaramanga, Siglo XX. Bucaramanga: Universidad Industrial de Santander, 2013, 190 p.
Alejandro Bedoya Arias*
¿Qué expresan los fenómenos sociales del conflicto, la violencia y el homicidio dentro de las sociedades modernas occidentales? ¿Se pueden considerar fenómenos marginales, anómicos y disfuncionales de nuestra sociedad, o cabría entender la violencia como un fenómeno consustancial al modo de las relaciones sociales, políticas y culturales que se han establecido en Colombia, según lo señala Daniel Pécaut?1 Y en este mismo orden de ideas, cabe preguntarse si las respuestas institucionales del Estado han sido eficientes –ya sea que hablemos de políticas institucionales y carcelarias– para servir de linde de este tipo de expresiones violentas y transgresoras del orden social mediante un marco de relaciones más humanas y prácticas punitivas resocializadoras?
Variados son los comportamientos y los valores que se han constituido en la sociedad colombiana a lo largo del siglo XX, los cuales han encontrado en el conflicto, en el delito y en el crimen –en un caso más extremo– una expresión que desconoce cualquier tipo de determinismo social. Estos han logrado posicionarse a lo largo del tiempo, lo que revela la exigua legitimidad y abandono de las instituciones del Estado a los diferentes sectores y generaciones sociales que han constituido el país a lo largo del siglo XX. Comprender las facetas de la criminalidad y los conflictos sociales debe ser parte de la agenda investigativa de todo el país en la procura por entender, “des-cotidianizar” y “desprofesionalizar” el acto de matar.
De ahí la trascendencia del texto que aquí se reseña, pues representa un esfuerzo por llenar un vacío en la investigación histórica del país en torno al fenómeno de la violencia, al aportar desde diferentes ángulos investigativos una visión de los procesos de conflictividad social y criminalidad en Santander y Bucaramanga en el siglo XX.
"Perspectivas históricas sobre la criminalidad y los conflictos sociales en Bucaramanga, siglo XX", es una compilación científica constituida por tesis de pregrado y maestría en Historia de la Universidad Industrial de Santander, compilado por el profesor
* Estudiante de últimos semestres de la Lic. En Etnoeducación y Desarrollo comunitario de la Universidad Tecnológica de Pereira del departamento de Risaralda, adscrito al semillero en: Investigación formativa en Historia, Cultura política y Educación. Miembro del grupo de Investigación Políticas, Sociabilidades y Representaciones Histórico-Educativas (PSORHE).1 PÉCAUT, Daniel, Orden y violencia: Colombia 1930-1954, Bogotá, SIGLO XXI, 1987, 2 vol., p. 610.
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René Álvarez Orozco y por Natalia Ramírez Ocampo con motivo de los 25 años de existencia de dicha escuela, en el que se trata de sistematizar y hacer pública una fracción de la producción que se ha venido desarrollando en torno a la línea de criminalidad y conflictividad social en Santander desde los últimos 7 años.
Comprende 5 investigaciones históricas realizadas por una nueva generación de historiadores que es consciente que sólo a partir de una mayor compresión de las fuentes primarias es posible avanzar en la interpretación del pasado: optando por una mirada interdisciplinaria (histórico-sociológica) en un intento por entender más a fondo al hombre en el tiempo. Así pues, nos encontramos con una minuciosa contrastación de fuentes provenientes del Archivo Judicial de Bucaramanga, que guarda información de más de 25 municipios de Santander, del Archivo de la Cárcel Modelo de Bucaramanga, del Archivo del Centro de Documentación para la Investigación Histórica Regional –CDIHR–, de los censos criminales del DANE regional y del periódico Vanguardia Liberal.
Su contenido proporciona información que facilita la compresión del contexto conflictivo y criminal Bumangués desde diferentes actores y momentos del conflicto, en los que se destacan todos aquellos personajes típicos del contexto de producción cafetera como: agricultores, obreros, comerciantes, albañiles, empleadas domésticas y prostitutas; girando en torno a categorías como el homicidio, el hurto, las lesiones personales, el suicidio y la prostitución. Además ofrece un sucinto contexto sobre los avances y retrocesos de la Rama Judicial desde finales del siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX.
Particularmente, "la criminalidad" a la que este libro hace referencia es a los comportamientos más penalizados del momento como lo fueron el hurto, las lesiones personales y el homicidio, cuyas causas más frecuentes oscilaban entre la defensa del honor y la impulsividad o agresividad que salían a flote, muchas veces, cuando se mezclaban con guarapo o aguardiente y con algún tema político, amoroso, o familiar, mal llevado.
René Álvarez Orozco, en el primer capítulo: "homicidio en Bucaramanga 1930-1957" describe los lugares del homicidio como: barrios obreros, barrios de clase media baja, tiendas, guaraperías, clubes y cafés; todo un contexto social que en muy poco se asimilaba al ideal de modernización de las elites y dirigentes del momento. De igual modo, caracteriza y analiza los móviles y herramientas que facilitaron la expresión del crimen, en los que se encontraron como más usuales las armas de fuego (revolver) y cortopunzantes (cuchillo).
Por su parte, Jairo Antonio Melo evidencia en el segundo capítulo el aumento y la distribución geográfica del fenómeno del homicidio durante los primeros años del siglo XX; también es de su interés mostrar la impulsividad y el papel del alcohol como principal móvil, en un contexto de auge de la producción cafetera como lo fue Santander iniciando el siglo XX –particularmente en la Provincia de Soto–.
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A causa de lo anterior, se puede decir que ni la pobreza ni la política han sido la principal causa que ha generado crímenes en Bucaramanga. Esto es muy importante porque desmitifica, aún más, el fenómeno de la violencia como una variable de la política colombiana; así también, intenta deslegitimar el vínculo que, por años, se ha hecho entre ciertos patrones culturales que son más propios del campo y la impulsividad. De manera que, más que la presencia de móviles políticos partidistas, la gran mayoría de homicidios en el área urbana de la capital Santandereana tuvieron su origen en disputas interpersonales ligadas al contexto del alcohol, las venganzas interpersonales y el honor familiar, entre otros. Caso diferente a la zona rural donde los hechos violentos que se presentaron fueron, en su mayoría, por causas políticas –violencia racionalizada–2.
Por otro lado, capítulos que llaman mucho la atención, aunque poco profundos, quizás por su misma complejidad en el momento de comprimir la información para el desarrollo y presentación de los artículos son el tercero: La cárcel “La concordia” de Bucaramanga, estudiada durante el periodo 1930-1945 por Manuel Faustino Cardozo bajo la mirada de un presidiario –Luis María Millán Treviño– y de la prensa –Vanguardia Liberal–, en el cual se logró caracterizar la crisis carcelaria que se experimentó durante el periodo histórico conocido como República Liberal, donde se evidenciaron continuas huelgas en las cárceles, en un intento por llamar la atención de los medios de comunicación y del gobierno, ante las bajas condiciones de resocialización de las cárceles; muchas de estas huelgas concluían en motines, fugas, sublevaciones entre otras; y el cuarto: “El suicidio en Bucaramanga, caracterizado durante el periodo 1970-1985” por Melisa Jaimes Manosalva, basado en la revisión de Vanguardia Liberal; un texto en el cual la autora realiza todo un perfil de la víctima, la forma de su muerte y sus posibles objetivos a la hora del suicidio. También logra caracterizar los espacios propicios para el suicidio y la re-significación de muchos de estos lugares por parte de la sociedad como lo fue el caso de “el viaducto Benjamín García Cadena”, atribuyéndoles categorías de lugares fatídicos o convirtiéndolos en leyendas urbanas.
Como quinto y último capítulo aparece el “sexo venal y mujeres tarifadas de 1940-1960 en Bucaramanga” realizado por Piedad Otero Uribe, quien aborda la prostituta como un sujeto histórico y como un objeto sociológico, yendo más allá de las visiones impuestas por salud pública, policías, penalistas y la prensa, en un intento por comprender la figura de la prostituta como un actor naciente con el capitalismo, deseoso al igual que todo ser humano de alcanzar un éxito.
Caracterizar la cotidianidad, la intimidad y la criminalidad de las prostitutas como sujeto histórico es una deuda investigativa del país, que debe ser abordad en el diálogo de diversas disciplinas de las humanidades como se realiza en este caso.Para finalizar, debe decirse que este tipo de publicaciones son muy importantes seguirlas promoviendo por parte de los departamentos y escuelas de las universidades, puesto que divulgan la producción científica local y regional que muchas veces no
2 SÁNCHEZ, Gonzalo et al., Colombia: Violencia y democracia, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, (1987), p. 317.
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Anuario de Historia Regional y de las Fronteras Nº 19 - 1
tiene lectores en los anaqueles universitarios –o que no alcanzan a ser conocidas en otras partes del país–. La compilación de este cúmulo de realidades, permite entender el intento del Estado por regular los actos violentos y “anormales” de los ciudadanos, así también el intento por neutralizar la justicia por propia mano mediante los aparatos de canalización de venganza. No obstante la amplia brecha de desigualdad social y la corrupción de los aparatos estatales promovieron una crisis institucional o crisis de legitimidad que imposibilitó el proceso civilizatorio durante el siglo XX.
Así también hay que mencionar, sin querer desconocer la importancia de este tipo de trabajos a nivel institucional y regional para la compresión del pasado conflictivo, que la obra es dispar, es decir, algunos capítulos se quedan en una breve descripción de la composición y estructura de la tesis, y no logran ser contundentes esgrimiendo los resultados investigativos y problematizándolos con su contexto.
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Un acercamiento a las primeras expresionesde las organizaciones de mujeres en Pereiradurante los años 70 y 80: Una mirada desde
el liderazgo articulador de Stella Brand(Cali, 1946-Pereira, 1993)
Mural Roberto Arenas Betancur - Edificio Seguro Social - Pereira
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SÍNTESISEl artículo presenta las primeras experiencias organizativas de las mujeres en laciudad de Pereira durante los años 70 y 80, se muestra la importancia que paradichas organizaciones tuvo el liderazgo político y académico de la intelectualStella Brand Torres. Además, se exponen los itinerarios que llevaron a la creaciónde la Corporación Casa de la Mujer y la Familia, en 1984, como un proyectoestratégico entre el Partido Comunista, la organización de Mujeres Demócratas yla Universidad Tecnológica de Pereira, organización que perdura tras 20 años desu creación, articulando su trabajo con organizaciones de víctimas para lacontinua concientización de la vulnerabilidad de la mujer en el pasado y en elpresente.
DESCRIPTORES: feminismo, Partido comunista, Pereira, sociabilidades,acción colectiva y movilización social.
Clasificación JEL: D71, J15, J1,J41, J6, L3
ABSTRACTThe article presents the first organizational experiences of women in the city ofPereira during the 70s and 80s, the importance for these organizations had thepolitical and academic leadership of intellectual Stella Brand Torres appears. Inaddition, the routes leading to the creation of the Corporation House of Womenand the Family in 1984 as a strategic project between the Communist Party(PCC), the Organization of Democratic Women (UMD) and the TechnologicalUniversity of exposed Pereira (UTP), an organization that achieved last in thecity after more than 20 years after its creation, coordinating their work withvictims' organizations for continuous awareness of the vulnerability of women inthe past and in the present.
DESCRIPTORS: feminism, Communist Party, Pereira, sociability, collectiveaction and social mobilization.
JEL Classification: D71, J15, J1,J41, J6, L3
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Anderson Paul Gil PérezAlejandro Bedoya Arias
Jhon A. Tascón Bedoya*
Un acercamiento a las primeras expresiones de lasorganizaciones de mujeres en Pereira durante los años70 y 80: Una mirada desde el liderazgo articuladorde Stella Brand (Cali, 1946 - Pereira, 1993) 1
Primera versión recibida el 16 de Octubre de 2013. Versión final aprobada el 27 de Marzo de 2014
An approach to the first expressions of women's organizations in Pereira duringthe 70s and 80s: Stella Brand a look from articulating leadership (1946 Cali-Pereira 1993).
Para citar este artículo: Gil Pérez, Anderson P., Bedoya Arias, Alejandro, Tascón Bedoya, Jhon A. (2013)." Un acercamiento a las primeras expresiones de las organizaciones de mujeres en Pereira durante losaños 70 y 80: Una mirada desde el liderazgo articulador de Stella Brand (Cali, 1946-Pereira, 1993)". En:Gestión y Región Nº. 15 (Enero-Junio 2013); pp. 91-104.
1 Resultado de la investigación titulada “Stella Brand, una intelectual orgánica”, realizada entre 2012 y 2013, en elmarco de los proyectos de investigación del Semillero en Investigación Formativa en Historia, Cultura Política yEducación, y del grupo de Investigación Políticas, Sociabilidades y Representaciones Histórico-Educativas(Colciencias-categoría B). Así mismo, contó con la asesoría académica del Dr. Jhon Jaime Correa Ramírez,profesor de la Universidad Tecnológica de Pereira.
* Estudiantes integrantes del Semillero en Investigación Formativa en Historia, Cultura Política y Educación y delgrupo de Investigación Políticas, Sociabilidades y Representaciones Histórico-Educativas (Colciencias-categoría B)de la Universidad Tecnológica de Pereira.
Introducción.
La revisión sobre el pasado histórico de la ciudad implica asumir nuevastendencias historiográficas. Entre ellas, está la posibilidad para plantearseproblemas alternativos que, en su desarrollo, permitan ampliar la comprensiónsobre los procesos de formación y consolidación de Pereira. Recientemente hantomado nuevos aires los estudios histórico-regionales, caracterizados porplantear interrogantes sobre la localidad, en relación con el contexto nacional.
Ahora bien, la celebración de los 150 años de la fundación oficial de Pereira es elmomento oportuno para la ejecución de algunos de estos temas investigativosque propenden por una explicación crítica de la historia; para citar unos cuantos:la indagación sobre la conformación urbana y las dinámicas migracionalesdespués de los años 50 provocadas tras el periodo de la violencia; las formas deplaneación de la ciudad y su capacidad adaptativa para responder con calidad–servicios públicos, educativos, empleabilidad, etc,– a nuevos y viejospobladores; las disputas por el territorio urbano y la consecución de la vivienda; lahistoria de los barrios, primero como unidad de análisis que permita entrever lasformas de resistencia y socialización internas, y segundo, como tejido de barriosque evidencia un crecimiento dispar de Pereira, sobre este tema ya se han
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desarrollado unas primeras discusiones (Gil y Valderrama, 2013); por otro lado,se requiere una mirada sobre las izquierdas en la ciudad, que valoren el papel y lainfluencia del Partido Comunista, dando cabida al pensamiento intelectual desus líderes más connotados, sobre el particular ya existen algunas miradaspanorámicas y aproximativas sobre, en el caso del asesinado ex concejal GildardoCastaño Orozco se puede consultar a Rodríguez y Rodríguez (1990), para unacercamiento al líder y dirigente comunista Santiago Londoño se puede revisar aMartínez, Serna y Correa (2013), estos son valiosos aportes pero es necesarioinvestigar la izquierda local bajo miradas cercanas a la prosopografía intelectual;los anteriores son apenas unos temas nombrados de soslayo entre los muchosproblemas investigativos que se pueden desarrollar sobre la historia local.
La organización de las mujeres y su participación en la escena política y social,aparece como uno de los principales vacíos históricos de la ciudad y la región;recientemente la historiadora Jenny Xiomara Tamayo, viene adelantando unainvestigación para optar al título de Maestría en Historia, sobre los roles yrepresentaciones de las mujeres en los años 30, una mirada desde el periódico ElDiario de Pereira, una versión de síntesis se puede encontrar en (Tamayo y Correa,2013). De ahí, que la propuesta del presente artículo sea describir las primerasexpresiones de la organización feminista que se dio en Pereira entre los años 70 y 80;mostrando cómo alrededor de ellas apareció como eje articulador la figura de laintelectual Stella Brand de Prado. La hipótesis que se defiende es: La vinculación deBrand al Partido Comunista Colombiano de la ciudad (PCC), a la Unión deMujeres Demócratas (UMD) y a la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP),permite que en la ciudad se desarrolle una preocupación en torno a la situación dedesprotección y vulnerabilidad de las mujeres; lo que deviene en la puesta enpráctica de una serie de acciones institucionales, comunitarias y educativas enalgunos sectores barriales y en los escenarios académicos, que más adelante serían elgermen de la organización feminista . El logro más destacado de dicha organización2
fue la creación de la Corporación Casa de la Mujer y la Familia en 1984.
La información que sirve para entender estas primeras organizaciones seencuentra consignada en la memoria de las y los líderes sociales y políticos deaquellos años; en los archivos de la Casa de la Mujer y la Familia, del PartidoComunista, y también en el archivo privado de Pablo Prado, que amablementepermitió su consulta; además, fue de suma importancia el acercamiento a laproducción intelectual de Stella Brand, en la que se consignan sus ideales acercade la educación, la historia, la democracia, la diversidad cultural étnica y sexual, ypor supuesto, sobre el lugar ocupado por la mujer en la sociedad contemporánea.
2 Es importante precisar que la acción política de Stella Brand se enmarca dentro de lo que Fals Borda (1991)denominó como “quiebre ideológico”, momento histórico que transformó el paradigma de la revolución, pasandode los escenarios guerrilleros y selvaticos como única alternativa de cambio, hacia la aceptación de las posibilidadesdemocráticas. Borda mencionó que era transitar de “las selvas colombianas a las aulas universitarias”.
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Plataforma de concientización: Unión de Mujeres Demócratas
Pablo Prado (2000) menciona que el origen del movimiento social de mujeres enel departamento de Risaralda ocurre a mediados de la década de los años 70. Estofue posible mediante la realización de conferencias ofrecidas por Stella Brand enescenarios como la UTP y algunos sectores populares de Pereira, como el barrioCuba, que por aquellos años recibía un alto porcentaje de población migrante,proveniente de los municipios aledaños y afrontaba problemas de poca ofertaeducativa y laboral.
Stella Brand se tituló en el año de 1960 en la Escuela Normal Superior deSeñoritas de Cali. Posteriormente ingresó a la Universidad Santiago de Cali,dirigida en ese momento por Álvaro Pío Valencia, a la primera promoción de laLicenciatura en Ciencias Sociales. Allí tuvo como profesores a Enrique y NicolásBuenaventura, y compañeros como Albeiro Valencia Llano y Pablo PradoGutiérrez; este último sería su esposo y compañero por casi 30 años hasta elmomento de su muerte, en 1993. Al terminar la licenciatura, Stella Brand juntocon Albeiro Valencia y Pablo Prado, obtuvieron una beca doctoral para estudiarHistoria Contemporánea de América Latina en la Unión Soviética, dondetambién conocerían al historiador Medófilo Medina. Tras su regreso al país, en elaño 1975, trabajó como docente en la Universidad de Nariño, en Pasto. En 1976se traslada a Pereira vinculándose con la UTP, ciudad en la que se destacaría superfil social, docente, político y feminista.
En los primeros años de la década de los 70 arriba a la Escuela de Ciencias Socialesde la Facultad de Educación de la UTP un grupo de intelectuales de izquierda,que comenzarían a dinamizar los trabajos investigativos, sindicales y deprotección a la mujer. Entre los intelectuales que llegaron a la UTP seencontraba: Domingo Taborda, Morelia Pabón, Oscar Días, Ruby Naranjo,Remigio León Romero, Gildardo Rivera y Edelberto Arias. Para 1976 llegaronPablo Prado Gutiérrez y Stella Brand.
Este grupo de educadores, en compañía de algunos estudiantes, constituirían lassociabilidades con las cuales Brand lograría desarrollar varias propuestaspensadas en la sostenibilidad social de Pereira, puntualmente para atenuar lassecuelas producidas por los hábitos culturales “lesivos”, propios de la sociedadpatriarcal .3
3 Según Gilberto Loaiza (2011), las sociabilidades de un intelectual son las que le permiten tejer redes de apoyo parala consolidación de proyectos políticos, culturales y académicos; y además-en la época moderna- se fortalecen con laparticipación de las mujeres en espacios que anteriormente eran de exclusividad masculina; de ahí la importanciade estas “redes asociativas”, porque como sostiene Doris Lamus (2011), el feminismo llegó a las ciudadesintermedias mediante la consolidación de pequeños grupos de mujeres que poco a poco lograban poner el tema en laagenda social y política, como sucedió en Pereira desde los años 70 con la presencia de Brand y sus compañeras ycompañeros.
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La violencia física, sexual y psicológica, designada como violencia de género,desde 1996 bajo la ley 294, fue una de las primeras preocupaciones de StellaBrand al llegar a la ciudad. Según Brand, la situación de acoso y mal trato contralas mujeres en Pereira y en general contra todas las mujeres del país, esgrimía ladisparidad en la relación de poder –hombre y mujer– que se vivía.
Con el ingreso de Brand a la UTP y su liderazgo al frente a la UMD, sus accionesempezaron a generar resonancia en diferentes sectores de la sociedad pereirana.Sus rigurosas investigaciones académicas realizadas con información del archivomunicipal y judicial, y el trabajo de campo realizado en diferentes barrios de laciudad, demostraron una situación de abuso laboral, acoso sexual, maltrato físicoy psicológico contra las mujeres y los niños de la ciudad. Muchas de susactividades, efectuadas en un inició por medio de la UMD, estaban orientadas adenunciar las lamentables condiciones cotidianas en las que vivían las familias ylas mujeres de la ciudad, mostrando que Pereira, en proceso de construcción yexpansión de los barrios piratas y obreros, era escenario de marginalidad para unamplio número de familias. Así mismo, mediante el acompañamientocomunitario a diversas poblaciones en la defensa de barrios, Brand participó en lacreación y mejoramiento de sectores populares como José Martí, SantiagoLondoño, Cuba, Leningrado y La Isla, tanto en Pereira como en Dosquebradas.
A la par de este acompañamiento comunitario se daban espacios de capacitaciónen los que se intentaba fortalecer la seguridad de las mujeres y explicarles lasposibilidades jurídicas a las que podían acceder en caso de que fueran agredidaspor sus allegados. Con estas actividades educativas se empezó a consolidar unespíritu más propositivo en las propias mujeres de las comunidades de la ciudad.
De otra parte, la UMD se consolidó gracias al liderazgo de Stella Brand, lo quepermitió desarrollar un mayor trabajo social como también otras iniciativasmenos asistencialistas y con mayor enfoque de movilización. Un ejemplo precisosería la conmemoración del 8 de marzo como día internacional de la mujer, encolegios y barrios de la ciudad.
Esta capacidad crítica y de movilización que estaban desarrollando las mujeresllamó la atención de los líderes hombres del PCC, para quienes la única funciónque debía cumplir la UMD era atraer prosélitos que ayudaran en el incrementomilitante y electoral. Dicha actitud por parte de los compañeros despertó en lasintegrantes de la UMD un malestar que se intensificó con los adjetivospeyorativos expresados contra la organización, por ejemplo, reemplazar ladenominación UMD por “húmedas” punto sensible en la relación hombre ymujer en los escenarios de izquierda, para el caso señalado fue crucial en ladecisión que tomaría Stella Brand junto con Pablo Prado y otras de suscompañeras de crear la Corporación Casa de la Mujer y la Familia
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Aún cuando Stella Brand se sentía ofendida por tratos como el anterior,consideraba que era una situación “normal” pues sus compañeros de partidohabían sido víctimas de un sistema educativo anclado en la cultura patriarcal,razón por la cual sería bastante difícil erradicar este tipo de prácticas:
El trabajo del PCC no corresponde a estos cambios objetivos ysubjetivos, no por culpa de un reducido número de responsables de estefrente a nivel nacional, sino como decía Lenin en diálogo con ClaraZetkin, hace más de sesenta años, 'por el desdén hacía la mujer y hacía laobra que esta realiza'. El concebir la labor de agitación y propaganda entrelas masas femeninas, su despertar y su radicalización como algosecundario, como una tarea que afecta exclusivamente a las mujerescomunistas. Se reprocha a los comunistas que esta obra no avanza con ladebida rapidez y energía. ¡Esto es injusto, totalmente injusto! (Brand,1988: 16).
La continuidad de este tipo de violencia –verbal– sería determinante para queStella Brand, en compañía de varios colegas, estudiantes y amigas, decidieratomar distancia de la UMD y por ende del PCC, para iniciar un nuevo proyectoorganizativo sin adscripción partidista, que se llamaría Casa de la Mujer y laFamilia .4
Independencia organizativa: Corporación Casa de la Mujer y la Familia
Ante la tensión entre la UMD y el PCC apareció la alternativa de crear unaentidad que se encargará de fomentar la protección de los derechos de lasmujeres, de brindar asesoría psicológica, educativa y legal, sin que estas tuvieranque pertenecer a algún partido político. Dicha entidad, se constituiríaformalmente en el año 1984, con la denominación Casa de la Mujer y la Familia(Prado, 1998).
La Casa inicialmente tuvo una sede compartida con la Cooperativa deEducadores de Risaralda (Cooeducar) en la carrera 8 Núm. 22-17. Este era ela
antiguo centro de reuniones de un grupo de hombres y mujeres que trabajabanen áreas relacionadas con la capacitación, orientación, investigación ymovilización de las problemáticas de la mujer y la familia en el seno de unaestructura social pereirana, donde la hegemonía patriarcal estaba arraigada.
4 En la ponencia denominada “Stella Brand: una intelectual orgánica”, presentada en el “IV simposio de historialocal y regional” en la Universidad de Caldas, se dio a manera de hipótesis dos plausibles razones para que StellaBrand tomara distancia del PCC. La primera, postula el distanciamiento de Brand como respuesta a lapersecución política y militar que estaban viviendo los partidos de izquierda dentro del país, a modo de ejemplo elPCC, M19 y UP, entre otros. La segunda hipótesis consiste en que el machismo dentro del mismo partidodecepcionó a Brand, por lo que tomó distancia y se independizó a través de la formación de la Casa de la Mujer y laFamilia.
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La primera junta directiva de la Corporación Casa de la Mujer y la Familia, quedóconformada de la siguiente manera: Stella Brand Torres: Presidenta, Ana olivaGarcía: Vicepresidenta, María Danila Delgado: Secretaria, Amanda Guevara:Tesorera, Judith Quintero: Fiscal, Edilma Arango: Vocal, Dionisia Salazar: Vocal,Gloria Marcelia Cardona: Vocal, Rosa Amelia Jaramillo: Vocal. Todas estasmujeres se congregaban por primera vez en la historia de la ciudad de Pereira, conel objetivo puntual de:
Educar, orientar, concientizar, asesorar y organizar a los sectores socialesmás vulnerables de la mujer, la infancia y la familia propendiendo por susplenos derechos consagrados en la Constitución Política de Colombia,las leyes y decretos, en la carta de las Naciones Unidas, la DeclaraciónUniversal de los Derechos Humanos (Prado, 1994: 5).
El público objetivo de la Corporación Casa de la Mujer y la Familia loconstituían, por supuesto, las mujeres, en especial, las que vivían en los sectorespopulares de la ciudad como los barrios Cuba, Alfonso López, José Martí, La Isla,entre otros. Como ya se señaló, desde tiempo atrás –desde la época de la UMD–se venían realizando labores sociales apoyando la fundación, tanto de los barrioscomo de algunas escuelas.
Pero para Brand y sus compañeras era claro que la labor no se podía quedarúnicamente en la acción social, también debía incursionarse en los escenariosinstitucionales. Tal vez ese convencimiento fue lo que las llevó a plantear elproyecto de las comisarías de familia para Pereira. Este tipo de entidades ya sehabían implementado en Sao Paulo (Brasil) y en Cali (Colombia), donde habíantenido mucho éxito. Entonces Brand, con la asesoría del abogado Marino Arcila,enfocó sus energías en adaptar la comisaria según las necesidades de la ciudad.
Las condiciones de la política local a finales de la década de los años 80, permitieronque durante el gobierno del doctor Jairo Arango (primer alcalde de elecciónpopular de la ciudad) y gracias a la sumatoria de fuerzas políticas que se logró alcontar con el apoyo del concejal de la Unión Patriótica (UP), Gildardo Castaño, seaprobara el acuerdo municipal que daba creación oficial a la Comisaría de Familiade Pereira. Su función principal sería la de respaldar y asesorar a las mujeres en losprocesos jurídicos que tuviera que adelantar ante el Instituto Colombiano deBienestar Familiar (ICBF). Es importante mencionar que Jairo Arango, primeralcalde popular en Pereira (1988-1990), realizó una coalición con diversos gruposliberales, conservadores y la Unión Patriótica, este último representaba al PCC.
Según Stella Brand, principal promotora de la iniciativa y quien la defendió en laplenaria del Concejo Municipal, la Comisaria de Familia debería contribuir a lageneración de una conciencia de respeto y protección para las familias y lasmujeres de la ciudad:
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Las investigaciones hasta ahora adelantadas en inspecciones,corregidurías e ICBF y con la colaboración de las madres comunitarias,nos están indicando que la familia atraviesa por una crisis que la estádesintegrando con un costo humano y social muy elevado, condemasiada violencia y sufrimiento. Quienes más reciben esa violenciason las mujeres y los niños debido a la estructura patriarcal de la familia,lo cual no excluye que los hombres también reciban violencia y que lasmujeres sean agresoras (…) Hemos hecho un llamado a la conciencia dela comunidad, consideramos que la última palabra la tienen losconcejales, quiero hacer un llamado para que entendamos que esteproblema no tiene color político, no tiene pertenencia partidista, esresponsabilidad de todos y la comunidad pereirana requiere unarespuesta unificada ( .Brand, 1989:1)
Para la ciudad, la creación de la Comisaría fue todo un motivo de celebraciónpública. La primera dama de Pereira, María Cristina Dávila, en correspondenciaenviada a Brand, le manifestó sus agradecimientos por el compromiso que habíaadquirido con la ciudad, al intentar remediar sus problemáticas sociales. ParaDávila “la ciudad y sus habitantes y todas las familias cuentan hoy con uninstrumento [la Comisaría] con el cual confiamos logren superar, al menos enparte, los grandes conflictos que afronta nuestra sociedad”. (Comunicaciónpersonal de María Cristina Dávila con Stella Brand y la Corporación Casa de laMujer y la Familia).
De esta manera, Stella Brand hacía un importante aporte a la configuraciónorganizativa del feminismo en Pereira, base que sustentó los nuevos escenariosde participación de la mujer en la época actual (Gil, Bedoya y Tascón, abril de2013). En una dinámica que no se agotaba con la simple concientización de lasmujeres, sino que también, aprovechaba las gestiones públicas posibles paragenerar marcos institucionales de protección para la mujer y la familia; es decir,las mujeres de esa época, en cabeza de Brand, lograron –siguiendo a Tarrow(2004)– hacer una buena lectura de sus oportunidades políticas, materializandosus posibilidades de acción pública gracias a que contaban con sociabilidadesestratégicas para el momento.
Indudablemente, fue durante los años 70 y 80 que se desarrollaron las primerasexperiencias significativas de organización de mujeres en la ciudad. En esteproceso, como ya se vio, cumplió un papel importante el liderazgo de StellaBrand, que se detuvo en 1993 tras su fallecimiento. No obstante, la semilla yaestaba sembrada, gran parte de las condiciones ya estaban puestas en escena y loque vendría durante los años siguientes sería los procesos de consolidación, deaumento en las actividades sociales y de fortalecimiento de las estrategias deacción (Cordero, 2011, Tobón, 2011).
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Conclusiones
El feminismo sigue estando presente y con mayor fuerza que hace 20 años. Hanaparecido otras organizaciones que, articuladas con la Corporación Casa de laMujer y la Familia, vienen adelantando proyectos sociales con las mujeres y lainfancia, ya no sólo en el campo de los sectores populares, sino también, en otrasesferas de la sociedad. Las universidades siguen siendo el escenario privilegiadopara la discusión del estado actual de la mujer, pero además, el debate ya no seagota con la respetabilidad de los derechos constitucionales, sino que abarcanuevas dimensiones que abordan la cuestión.
La emergencia de otras organizaciones ha sido un punto clave. La labor demujeres líderes, como Sonia Pachón (actual directora de la Corporación Casa dela Mujer y la Familia); Gina Marcela Arias, que con su labor como profesora haasesorado varias prácticas estudiantiles en las organizaciones, aportando en elnecesario diagnostico tanto organizacional como de dimensiones simbólicas,sociales y psicológicas (Tobón 2011, Cuartas 2012); y Liliana Andrea Salamancacon su trabajo en el movimiento de mujeres de la Ruta Pacifica.
Sobre las actividades, formas de participación y estructuras organizacionales delas entidades y movimientos feministas actuales en la ciudad, se han empezado aadelantar algunos estudios. Entre ellos, el de Cordero (2011), quien como tesispara optar al título de comunicadora social, estudió los canales estratégicos decomunicación y los usos del lenguaje de las entidades Ruta Pacifica, Casa de laMujer y la Familia Stella Brand, y organización Vamos Mujer.
Por último, se sabe que de esta época quedó “la existencia de 16 institucionesfemeninas de carácter social, profesional, gremial y sindical en la ciudad dePereira y Dosquebradas” (Prado, 1998). De tal manera que la celebración delsesquicentenario de la ciudad “debe”, en aras de pensar en la construcción de unmejor futuro, con mayor desarrollo, progreso y oportunidades para hombres,mujeres y comunidad LGBTI, incluir una mirada que revise los aportessignificativos y poco valorados de Stella Brand de Prado.
Agradecimiento especial a
Pablo Lorenzo Prado, esposo de Stella Brand por haber permitido la consulta desus archivos personales, su biblioteca y su casa, como también por las emotivasconversaciones en medio de café, libros, discos, imágenes y recuerdos. A lasdirectivas de la Corporación Casa de la Mujer y la Familia: Stella Brand, enespecial a su directora Sonia Pachón y Amanda Galvis, por permitir la consulta desus archivos institucionales. Y los demás amigos, conocidos y simpatizantes deStella Brand que participaron haciendo memoria.
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Gálvis, Amanda. Octubre 16 de 2012. Entrevista realizada por: Gil AndersonPaul, Bedoya Alejandro y Tascón Jhon.
Pachón, Sonia. Octubre 08 de 2012. Entrevista realizada por: Gil Anderson Paul,Bedoya Alejandro y Tascón Jhon.
Prado, Pablo. Octubre 24 de 2012. Entrevista realizada por: Gil Anderson Paul,Bedoya Alejandro y Tascón Jhon.
Prado, Pablo. Enero 23 de 2013. Entrevista realizada por: Gil Anderson Paul,Bedoya Alejandro y Tascón Jhon.
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Contenido
INTRODUCCIÓN. ............................................................................................................... 4
Planteamiento del problema de investigación. ............................................................... 5
CAPITULO 1. ....................................................................................................................... 8
Panorama sociodemográfico de Pereira (1950-1970). ....................................................... 8
Pereira ciudad de rápido crecimiento. ............................................................................ 8
Pereira: Crecimiento poblacional en contravía del crecimiento de la ocupación
económica. ....................................................................................................................... 11
Pereira y su indicador de alfabetización en el periodo de estudio .............................. 17
CAPÍTULO 2. ..................................................................................................................... 19
Tendencias del desarrollo local: Hacía la proyección urbana de la ciudad de Pereira.
.............................................................................................................................................. 19
Pereira en la primera mitad del siglo xx. ...................................................................... 20
Patrones de prospectiva urbana en Pereira: el caso de la ANDI (1964) y el CEDE-
Universidad de los Andes (1967). ................................................................................... 24
CAPÍTULO 3 ...................................................................................................................... 29
Ritmos en el proceso de transformación de la forma urbana en la ciudad Pereira. .... 29
Transporte y planeación urbana en la segunda mitad del siglo XX en Pereira. ....... 31
CAPITULO 4 ...................................................................................................................... 48
La vivienda, un signo del desborde de lo popular en Pereira (1950-1970). ................... 48
Introducción .................................................................................................................... 48
Acercamiento a las políticas de vivienda en Colombia. ............................................... 49
La concepción higienista (1918-1942). ....................................................................... 49
La concepción institucional (1942-1965). .................................................................. 50
El periodo de transición (1965-1972). ........................................................................ 52
El periodo de las corporaciones de ahorro y vivienda (1971-1990). ....................... 52
La concepción de mercado y los subsidios a la demanda (1990-2012). .................. 52
Caracterización histórica del problema de la vivienda y los servicios públicos en
Pereira (1950-1970). ........................................................................................................ 53
Respuestas de la administración pública a los problemas de vivienda y servicios
públicos. ........................................................................................................................... 58
La acción del ICT en Pereira: Breve acercamiento. .................................................... 68
CAPITULO 5 ...................................................................................................................... 72
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Conflictos de ciudad: Pereira en los años 50 y 60. ........................................................... 72
Desempleo e informalidad .............................................................................................. 73
La ilegalidad y la mendicidad ........................................................................................ 80
Educación, higiene y salud pública ............................................................................... 85
CONCLUSIONES .............................................................................................................. 92
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................ 95
Índice de ilustraciones ........................................................................................................ 98
Índice de tablas. ............................................................................................................... 98
Reseña de los jóvenes investigadores. ............................................................................... 99
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INTRODUCCIÓN.
El presente proyecto fue seleccionado como la propuesta ganadora en la “Tercera
Convocatoria de Estímulos 2014” en la “línea de investigación de procesos históricos” que
promovió el Instituto Municipal de Cultura y Fomento al Turismo de Pereira durante el
segundo periodo del presente año. Con ella se buscaba dinamizar el sector cultural y artístico
del municipio, “estimulando” procesos, proyectos y actividades culturales y artísticas de
interés colectivo, que aportaran a una mejor comprensión de la diversidad cultural, de los
procesos históricos locales y de la nación colombiana en general, sin distingo étnico, religioso
o político1.
En dicho sentido, el proyecto “Crisis Urbana: El desborde de lo popular en Pereira 1950-
1970” se fundamentó en revisar el proceso de crecimiento urbano de la ciudad de Pereira,
tratando de explicar el surgimiento de varias problemáticas sociales relacionadas con el
amplio crecimiento poblacional; los altos indicadores en el déficit de vivienda; la amplia
urbanización de sectores subalternos en asentamientos espontáneos, piratas e ilegales. De
manera más detallada se buscaba indagar por los conflictos sociales emanados de los
problemas de vivienda y asentamiento poblacional sub-urbano y periférico.
De tal modo, se insinuaba que sin dicha planificación, la ciudad se vio imposibilitada para
ofrecerle a los ciudadanos recién llegados las características de las ciudades modernas
(empleo, educación, salud-higiene, recreación, participación política), generando la
disyuntiva entre una ciudad teórica versus una ciudad real, en la que por doquier afloraban
elementos de alta conflictividad social. Se debe resaltar que en el periodo señalado Pereira
afrontó un crecimiento poblacional de 73.000 habitantes, mayoritariamente migrantes del
campo que fueron desplazados durante el periodo conocido como La Violencia, caracterizada
por los enfrentamientos entre los seguidores de los partidos Liberal y Conservador, a la par
de una idea de modernización de la ciudad.
En lo metodológico fueron fundamentales dos actividades:
1 Es de resaltar las propuestas aprobadas debían ser ejecutadas durante los últimos tres meses del segundo periodo del año 2014.
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Primero, la consulta de prensa, en el entendido que los periódicos han sido tribunas
informativas desde las cuales se ponen a circular versiones discursivas sobre los asuntos
públicos de la ciudad, desde ellos las entidades municipales divulgaban las nuevas
disposiciones en temas de vivienda, aseo, servicios públicos, créditos educativos, ofertas
laborales, etc., y, a la vez, son el escenario en el que los grupos comunitarios podían expresar
sus quejas, reclamos, protestas y necesidades barriales; como también el espacio de discusión
y opinión de políticos y periodistas en relación con los temas señalados, es decir, circulación
y formación de la opinión pública frente a coyunturas puntuales.
Y segundo, la revisión y consulta de los archivos públicos de la Secretaría Municipal de
Planeación y el Concejo Municipal de Pereira. En ellos se consignó la información sobre
planes de desarrollo, criterios de urbanización, acuerdos de legalización de sectores barriales,
políticas de crédito para mejoramiento de vivienda, generación de empleo, mayor oferta
educativa, entre otros. Se realizaron algunas entrevistas semi-estructuradas a, dirigentes de
entidades de planeación y organizaciones de vivienda como el Instituto de Crédito Territorial
y la Central de vivienda Pro-vivienda.
Planteamiento del problema de investigación.
Se parte del entendido que la ciudad de Pereira durante el periodo de estudio estuvo marcada
por una profunda crisis urbana que se podría denominar como una etapa de “Desborde de lo
Popular”. Es un interés que partió de tomar en cuenta las observaciones críticas que Melo
(1991) y Leal (2001) han realizado sobre la inserción y adaptación de las ciudades
colombianas a la modernidad, planteando que éstas se encontraron durante gran parte del
siglo XX –en especial después de 1930- frente a la disyuntiva entre una modernización que
había arrojado nuevas e importantes obras de infraestructura e industria, y una modernidad
precaria que se hizo palpable en las condiciones de vida de los habitantes, en su incapacidad
para asumirse como ciudadanos modernos vinculados al sistema de consumo, con mejores
posibilidades económicas, sociales y educativas.
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Al respecto de la señalada disyuntiva entre modernidad y modernización en la formación de
las ciudades latinoamericanas, la bibliografía especializada ha observado que a diferencia de
lo ocurrido en Europa, en América Latina las ciudades se masificaron –siguiendo a José Luis
Romero (2001) – como resultado de oleadas migratorias de lo rural a lo urbano y de la poca
disposición de las élites locales para incluir en las ventajas de la modernidad a los sectores
populares, es decir del sostenimiento de los limitantes para democratizar el acceso a la
ciudad. Lo que llevó a dichas ciudades masificadas a ser ciudades escindidas, es decir,
núcleos urbanos desordenados, ciudades dentro de ciudades donde la marginalidad, la
pobreza, la violencia y también las formas de resistencias individuales y colectivas han sido
el común denominador.
A partir de dichas reflexiones, en el caso de Pereira, fundada oficialmente en 1863, hay
sólidos datos y argumentos para prever que entre los años 1950 y 1970, la ciudad afrontó los
conflictos sociales propios de la relación en contravía del progreso económico y el desarrollo
social, la misma dicotomía que Leal y Melo denominaron en el año de 2001 y 1991
respectivamente. El más claro indicio, fue un estudio de 1964 elaborado por el padre
franciscano Arturo Calle Restrepo, en los barrios Cuba, Alfonso López y el Río, donde
mostraba las realidades sociales de 45.000 mil habitantes de los 180.000 mil con que contaba
Pereira por aquel entonces. Calle (1964) evidenció que en una gran proporción los sectores
barriales que se constituyeron entre 1945 y 1960 en la ciudad fueron producto de las
migraciones forzadas del periodo conocido como la Violencia Política (1948-1957) y las
migraciones producto de las nuevas oportunidades económicas que se ofrecían en las
ciudades en proceso de modernización. Además hacía claro la efervescencia de problemas
sociales, como la falta de servicios públicos domiciliarios, de materiales adecuados para la
construcción de las viviendas, de transporte urbano, de empleo, de oferta educativa. Calle
logró mostrar ya para 1964 una ciudad real, aquella donde el trabajo era inestable, las
viviendas estaban por debajo de las demandas sociales, la existencia de los planteles
educativos era mínima, en contraste a la ciudad teórica-moderna que sí ofrecía todo esto.
Todo lo anterior implicó que esta investigación pretendiera abordar, desde las fuentes
primarias escritas de la prensa y el archivo del municipio de Pereira, así como en otras fuentes
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iconográficas y orales, la manera como Pereira afrontó las problemáticas anteriormente
referidas. De manera que se hizo pertinente la pregunta por los procesos de crisis urbana de
la ciudad y las diversas tipologías barriales: Asentamientos poblacionales piratas, barrios por
autoconstrucción y financiados por el Instituto de Crédito Territorial; además de los
fenómenos de mendicidad, zonas urbanas marginales donde la pobreza y la desocupación
eran caldo de cultivo para generar nuevos fenómenos como el robo, los homicidios, etc.
Para el efecto, el informe se presenta a continuación contará con la siguiente estructura
narrativa: Se propone un primer momento donde se relacionan las características
sociodemográficas de la ciudad de Pereira haciendo visible su crecimiento poblacional; un
segundo, que trata de insinuar las tendencias del desarrollo local tomando como base el lugar
privilegiado que ha ocupado Pereira en la geografía colombiana; el tercer momento del texto,
pretende ahondar en los procesos de zonificación de la ciudad buscando entender cómo se
reguló y planeó Pereira en el periodo de estudio, como cuarto momento, aparece el problema
de vivienda y las lógicas de construcción barrial en un periodo con múltiples problemáticas
sociales; y por último, se plantean las características más generales de los conflictos sociales
en el Municipio asociados a la mendicidad y el empleo, y se proponen las conclusiones
finales del texto.
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CAPITULO 1.
Panorama sociodemográfico de Pereira (1950-1970).
En la introducción alcanzábamos a proponer unos antecedentes históricos que permiten leer
la ocurrencia de una serie de transformaciones en la ciudad de Pereira a partir de los años 30
y que vendrían tomando fuerza en la medida que avanzaba la década de los años 40, pero que
alcanzó mayor consistencia con el arribo a los años 50.
Con el presente capítulo se ofrece una mirada al panorama socio-demográfico de la ciudad
de Pereira en los años 50 del siglo XX. Se busca que el lector se acerque a las características
de crecimiento poblacional y demanda de servicios que se estaban presentando en Pereira.
Para realizar el anterior propósito se ha recopilado la información estadística de los censos
poblacionales de 1951, 1964 y 1973 del DANE. Sumado a los aportes de los trabajos de tipo
diagnóstico Estudio sobre Pereira (1964) y Plan de Desarrollo para Pereira. Estudio
Socioeconómico, Fiscal y Administrativo del Municipio (1967).
Pereira ciudad de rápido crecimiento.
La curva de crecimiento poblacional de la ciudad muestra cómo en los 35 años que van desde
1870 hasta 1905, se presentó un aumento exponencial de los habitantes de Pereira, este
devenir es entendible por cuanto constituye el periodo de institucionalización de la ciudad,
que va desde la conformación del poblado hasta la constitución de Pereira como municipio.
(Martínez, 2013).
A partir de 1905 la ciudad mantendría la tendencia de crecimiento hasta el periodo intercensal
de 1938 a 1951, cuando se registraría un aumento cercano al 100% de la población, pasando
de 60.429 a 115.342 mil habitantes. En las siguientes dos décadas la ciudad de Pereira se
convertiría en un polo receptor de migrantes provenientes de los municipios del occidente de
Caldas, situación que sumada al crecimiento natural llevaría a que entre 1951 y 1964 se
presentara un aumento poblacional de 70.023 habitantes, y entre 1964 y 1973, de cerca de
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38.512 mil habitantes2. En síntesis tenemos que entre los dos periodos inter-censales que van
desde 1951 pasando por 1964 y llegando hasta 1973, la ciudad creció en 108.535 mil
habitantes3.
Gráfico 1. Población histórica de Pereira (1870-2011)4.
Ahora bien, la tendencia exponencial en el crecimiento poblacional de la ciudad, que
fácilmente se constata al revisar el Gráfico 1, también se puede entender en términos
porcentuales al revisar que Pereira con una tasa de crecimiento urbano de 5.20 % se ubicó
2 En el periodo intercensal de 1951 y 1964 el comportamiento poblacional de algunos de los municipios del
occidente caldense permiten constatar que se presentó un decrecimiento, que pudo haber sido producto de las
migraciones hacia la ciudad de Pereira. Belalcazar (-1.7%), Viterbo (-2.4%), La Virginia (-0.3%), Santuario (-
2.3%), La Celia (-1.5%), y Salento (-0.5%). En el caso de municipios como Finlandia, Quimbaya y Salento que
geográficamente se encuentran más cercanos a Armenia hay que tener claro que las vías estaban en mejor
condiciones hacia Pereira. (Contreras, 1967, p. 6). Así mismo, como se viene afirmando desde la introducción,
durante el periodo de estudio las ciudades colombianas estaban viviendo su proceso de urbanización, sin
embargo, “unas se convirtieron en centros de atracción, especialmente por la industrialización, como es el caso
de Bogotá, Medellín, Barranquilla y Bucaramanga; en cambio, otras ven cada día, el aumento de su población
por haberse convertido especialmente en centro de refugio para los huían de la violencia”. (Calle, 1964, p. 18-
19).
3 El crecimiento entre 1951 y 1964 equivale a una tasa del 37.21%, y el registrado en el siguiente periodo
intercensal corresponde al 20.05%. (Rivera, 2013, p. 321).
4 Información consolidada a partir de la revisión bibliográfica de Pereira. Censos 1951, 1963,1973 y 2005
(Incluida la proyección a 2011).
66319036 18501 24574
50069 60429
115342
188365
226877
300224
401909
443554 459690
1870 1905 1912 1918 1928 1938 1951 1964 1973 1985 1993 2005 2011
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únicamente por debajo de ciudades como Bogotá con 6.77 %, Medellín 6.01% y Cali con
6.32%5.
Esta tendencia al crecimiento se marcó con mayor énfasis en la población urbana, que pasó
de 76.262 mil habitantes en 1951 a 147.487 mil habitantes en 1964, y a 188.776 en 1973.
Como se puede ver en el Gráfico 2, es una curva poblacional en trayectoria ascendente. En
el caso de la población rural esta mantuvo su tendencia estable en términos de población neta,
así: En 1951 de 39.080 mil habitantes, en 1964 de 40.878 mil habitantes y en 1973 de 40.101
mil habitantes. Sin embargo, lo claro es que en términos porcentuales esto significa que en
cada periodo la población rural fue menor en comparación con la población urbana.
Gráfico 2. Crecimiento población Urbana y población Rural en los periodos
intercensales6.
En una revisión fragmentada de las tasas de natalidad, mortalidad y crecimiento natural, se
comprueba que el aumento poblacional de la ciudad de Pereira en el periodo de estudio, se
debe en su gran mayoría a las migraciones campo-ciudad. La siguiente tabla muestra cómo
5 Es importante señalar que para el periodo de estudio se puede identificar en Pereira una situación de equilibrio
entre las variables de industrialización y el crecimiento poblacional. Es decir, en ciudades como Manizales que
para el periodo tuvo una alta tasa de industrialización se constata que su tasa de crecimiento poblacional no es
proporcional, sino inferior; en ciudades como Armenia que tuvo una tasa poblacional muy alta, los niveles de
industrialización fueron bajos. (Contreras, 1967, p. 4-5).
6 Elaboración propia con información censal.
76.262
147.487
188.776
39.080 40.878 40.101
1951 1964 1973
Población urbana Población rural
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las tasas de natalidad y mortalidad tuvieron una tendencia estable en conjunto con el
crecimiento natural.
Años
Tasa de
natalidad
Tasa de
mortalidad
Tasa natural de
crecimiento
1953 45.2 17.6 27.6
1954 48.4 16.2 32.2
1955 50.3 18.2 32.1
1956 42.0 15.7 26.3
1957 37.2 18.0 19.2
1958 50.1 18.7 31.4
1959 51.0 17.3 33.7
1960 47.1 22.8 24.3
1961 47.1 15.3 31.8
1962 46.0 14.4 31.6
1963 46.2 13.2 33.0
1964 45.2 12.5 32.7
1965 41.5 12.1 29.4
1966 37.2 10.4 26.8
Tabla 1. Tasa de natalidad y crecimiento natural.
Pereira: Crecimiento poblacional en contravía del crecimiento de la ocupación
económica.
El crecimiento poblacional desbordado que estaba afrontando la ciudad de Pereira no se
correlacionaba con el aumento de las personas económicamente activas. En los dos periodos
intercensales siempre está por encima la población inactiva con respecto a la primera.
En 1951 la población total de la ciudad era de 115.342, de la cual 75.405 mil habitantes eran
población inactiva económicamente, y apenas 33.250 mil habitantes activos
económicamente. Situación similar se presenta en el siguiente censo de 1964, momento en
que la ciudad contaba con una población total 188.365 mil habitantes, de los cuales apenas
56.614 mil habitantes estaban activos económicamente con relación a 131.762 mil habitantes
inactivos. En el siguiente punto censal la diferenciación entre población activa e inactiva se
hace mucho más extensa. De la población total de 1973 que correspondía a 226.877 mil
habitantes, apenas 52.685 mil habitantes se registraban como activos, frente a unos 128.158
mil habitantes inactivos. Sobresale que la tendencia entre 1964 y 1973 con respecto a la
población activa es decreciente en 3.929 habitantes activos económicamente en 9 años.
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Gráfico 3. Población activa y no activa económicamente7.
Las anteriores estadísticas de los dos periodos intercensales muestran que en Pereira para el
periodo no fue equilibrada la relación a mayor población-mayor ocupación económica, por
el contrario, los años 1964 y 1973 muestran un aumento de la población inactiva en relación
con 1951, año en que la población de la ciudad era menor.
La población económica activa incluía varios aspectos que revisados de manera detallada
aumentan el panorama sobre el periodo. Para 1951 la población activa económicamente en
Pereira se dividía en población independiente (19.975), población asalariada (17.000). A su
vez la población asalariada, es decir los empleados estaban distribuidos de la siguiente
manera: Agricultura y ganadería (3.899), industria manufacturera (6.318), construcción
(1.119), comercio (3.031), banca y finanzas (383), transportes y comunicaciones (387),
servicios (2625), y otros (644).
En 1964 las actividades económicas habían aumentado en el departamento de Caldas y así
mismo en la ciudad de Pereira: Agricultura, servicultura, caza, pesca, industrias extractivas,
7 Elaboración propia. DANE. Censo de 1951, 1964 y 1973.
115342
188365
226877
75405
131762 128158
33250
56614 52685
1951 1964 1973
Total No Activa Activa
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industrias de transformación, construcción, servicios públicos, comercio, transporte y
comunicaciones8.
Por otra parte, en 1973 el censo del departamento de Risaralda, muestra como actividades
económicas el siguiente detallado: Agricultura y caza, 1.518 habitantes; explotación de
minas, 42; industrias manufactureras, 13.242; servicios públicos, 57; construcción, 2348;
comercio, 11.536; transportes, 2.604; establecimientos financieros, 1.246; servicios, 14.073;
sin información y no especifica, 4.2749.
Pereira: Situación de la vivienda en cifras.
La vivienda es uno de los indicadores de bienestar social. Se encuentra entre las necesidades
básicas y por lo tanto hace parte de las búsquedas que primero realizan los migrantes al llegar
del campo a la ciudad. Así ocurrió en la Pereira del periodo de estudio. Entre 1950 y 1970 la
vivienda sería uno de los principales temas de interés social y estaría dentro de las
preocupaciones de la administración pública, es decir, del Concejo Municipal y la Alcaldía
Municipal.
La relación entre los nuevos pobladores de la ciudad, la demanda de vivienda y la oferta de
esta por parte de las entidades públicas locales y nacionales, se describirá con mayor
precisión en el capítulo sobre vivienda y servicios públicos. En este apartado interesa dar
cuenta de manera breve sobre los indicadores en el déficit de vivienda que se tuvieron en el
periodo, como una forma más para construir un panorama socio-demográfico de la ciudad en
los veinte años estudiados.
8 Según el censo de 1964 del DANE estas eran las actividades económicas para todo el departamento de Caldas,
por lo tanto las cifras aparecen globales y no por municipios, por lo mismo no se registran los estimativos
poblacionales por cada actividad para el caso de Pereira. Sin embargo sirven de referentes para entender que
los municipios y en especial las tres ciudades importantes (Armenia, Manizales y Pereira), estaban
experimentado transformaciones en las actividades comerciales, en principio como parte de un proceso de
modernización, pero luego como forma de atender las nuevas poblaciones que estaban llegando.
9 DANE, Censo 1973.
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Gráfico 4. Déficit de vivienda en periodos censales.
Al comienzo del periodo, en los años 50, no se registra un déficit tan alto de vivienda en
comparación con el total de la población. Sin embargo la situación se va transformando en la
medida que avanzan los años y que se consolida el crecimiento poblacional, de 1.342
viviendas en déficit en 1951, se pasa a 5.447 en 1957, y a la preocupante cifra de 10.000
viviendas en 1960. Luego se registra una leve disminución a 8.620 viviendas en 1963, sin
embargo al final de la década en 1970 se vuelve a presentar un incremento en 10.583
viviendas faltantes en la ciudad. Ante este panorama de aumento en el déficit de vivienda y
el crecimiento poblacional con tendencia positiva, la ciudad estaría en un escenario de
necesidades insatisfechas, que debieron ser cubiertas, en muchos casos, por los mismos
pobladores10.
En términos de un panorama general sobre la vivienda hay que aclarar que el censo de 1951
no se preocupaba por articular este indicador en sus estudios. En cambio, en el censo de 1964
ya entró la vivienda y el uso de los edificios como uno de los puntos censados11. Al respecto
10 Entre 1961 y 1984 se construyeron entre 10.000 y 11.000 viviendas por parte del Instituto de Crédito
Territorial. (Carmona, 2011, p. 49-51).
11 Según la ficha técnica del censo de este año, se entiende por edificio lo siguiente: "La indagación sobre
"edificio" tuvo por objeto establecer una unidad de control de la vivienda. Por "edificio" se consideró
la construcción independiente, de cualquier material, uso o destinación, aislado por muros desde los
cimientos hasta la cubierta principal, contiguo a otros o separado por un vacío. En las edificaciones
compuestas por bloques, se contaron separadamente los edificios de que constaban. No se consideraron
edificios independientes, aunque estuvieran separados, las instalaciones O dependencias tales como los
1342
5447
10000
8620
10583
1951 1957 1960 1963 1970
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Pereira contaba en esa fecha con 24.132 edificios (construcciones como casas, edificios aún
no se asumía en la concepción contemporánea de propiedad horizontal), de los cuales estaban
destinados a habitaciones 23. 379 viviendas, distribuidas de la siguiente manera, de 1
vivienda (1 piso) 21. 659, de 2 viviendas 1.607, de 3 viviendas 280, y de 4 viviendas o más
119. Según el tipo de vivienda están discriminadas de la siguiente manera: casas
independientes, 8.113; apartamentos, 4.532; chozas, 6.57012; cuevas, carpas y similares, 120;
viviendas no familiares, 143; viviendas desocupadas, 1.059. Las restantes 753 estaban
divididas en hoteles, industrias, oficinas, bodegas, almacenes, escuelas, hospitales, de tipo
administrativo, recreativo y militar.
En este sentido el censo de 1964 ofrece más elementos para una dimensión más cercana. Del
total de 25.122 viviendas ocupadas en Pereira, 9.522 tenían servicio de agua al interior, 789
por fuera, y 15.081 no tenían agua de ningún tipo13. Así mismo, 9.883 viviendas tenían baño
frente a 15.739 que no tenían14; en relación al inodoro lo tenían 9.463 en contraste con las
14.600 que no15, y 1.509 con letrina16. En términos del alumbrado eléctrico apenas 10.430
viviendas lo tenían en comparación con las 14.692 que no17.
pabellones en los hospitales, las bodegas o depósitos en las fábricas, y otros similares”. (DANE, Censo
de 1964, p. 12).
12 Según la ficha técnica del censo de este se entiende por “Chozas” aquella vivienda de la zona urbana que es
transitoria o temporal.
13 Según la ficha técnica del censo de este año se entiende por "servicio de agua" lo siguiente: “La
disponibilidad de agua corriente dentro de la vivienda, conectada a una red pública por tubería de
conducción, o bien fuera de ella pero dentro del edificio”. DANE, Censo de 1964, 12.
14 Según la ficha técnica del censo de este año se entiende por "servicio de baño" lo siguiente: “El "baño" es
aquel constituido por un cuarto o recinto cerrado, con ducha de agua corriente por tubería, ya sea que
en él se encuentren o no los demás servicios higiénicos. La información cubre el uso del baño para
una o más familias”. DANE, Censo de 1964, 12.
15 Según la ficha técnica del censo de este año se entiende por tenencia de inodoro: “Se tiene por "inodoro"
aquel que se halla en la vivienda y está dotado de agua corriente y desagües a una red de servicio
público de alcantarillado. La información se extiende al uso del inodoro por una o más familias”. DANE,
Censo 1964, 12.
16 Según la ficha técnica del censo de este año se entiende por tenencia de letrina: “La "letrina" es el artefacto
ubicado en la vivienda que carece del servicio de sanitario de agua corriente. Incluye, por lo mismo, el
"pozo séptico" y cualquier otra forma de foso para el uso sanitario”. Censo 1964, 12.
17 Según la ficha técnica del censo de este año se entiende por tenencia de alumbrado eléctrico lo siguiente: “El
"alumbrado eléctrico" comprende el provisto de instalación eléctrica para fines de alumbrado de la
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Finalmente el censo de 1964, posibilita tener un panorama sobre la forma de tenencia de las
viviendas. De las 25.122 viviendas que existían en la ciudad, 10.807 eran propiedad de sus
habitantes, 10.597 se encontraban en arrendamiento, y 3.718 mediante otras formas de
tenencia como inquilinos, fideicomisos, y bajo la figura de los cuidanderos18.
En el caso del censo siguiente de 1973. Perera contaba ya con un total de 33.767 viviendas
de las cuales 30.262 estaban ocupadas y las restantes 1.537 desocupadas. Las ocupadas se
clasificaban de la siguiente manera: Casas independientes 27.841; apartamentos 2.121;
cuartos de habitación 336; inquilinatos 240; vivienda de desechos 10919; rancho, choza y
cabañas 760; vivienda en construcción 204; viviendas colectivas 1.568.
En este censo ya se incluyó el indicador de número de hogares albergados por vivienda. Del
total de las 30.262 viviendas ocupadas, 26.483 albergaban (1) hogar, a su vez, 2.476 (2)
hogares, 764 (3) hogares, 260 (4) hogares, y 246 (5) o más hogares. En este censo finalmente
no se registraron datos sobre las formas de tenencia de las viviendas.
vivienda, siempre que dicha instalación se halle conectada a la red eléctrica de servicio público”. Censo
1964, 12.
18 Según la ficha técnica del censo de este año se entiende por otras formas de tenencia lo siguiente: La forma
de tenencia comprendió las siguientes condiciones de ocupación de la vivienda: a) En propiedad: “Cuando
se halló ocupada por el propietario o su familia; b) En arrendamiento: Cuando los ocupantes pagaban
por el uso de la vivienda; c) Otra Tenencia forma de tenencia: Cuando la vivienda estaba ocupada por
personas que no eran ni propietarios ni inquilinos de ella, tales como las habitadas por cuidanderos, en
fideicomiso y similares”. DANE, Censo 1964, 12.
19 Según la ficha técnica del censo se entiende vivienda de desechos de la siguiente manera: “Toda forma de
alojamiento construida con materiales de desecho: Cartón, tela, tablas, latas, o con materiales de segunda mano
o de demolición, en mal estado”. DANE, Censo 1973, XXVII.
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Pereira y su indicador de alfabetización en el periodo de estudio
Gráfico 5. Población analfabeta.
Como se puede ver en el Gráfico 5, la tendencia de la población alfabetizada se mantuvo al
alza durante el periodo. En el primer censo de 1951, se registraba 68.916 personas
alfabetizadas y en el punto de medición final en 1973 el promedio era de 158.396 personas
alfabetizadas. En ese sentido, se entiende que la tendencia de analfabetismo se mantuvo
estable durante los tres puntos censales entre 22.000 y 26.000 personas analfabetas.
Esta información estadística ha sido crucial para el actual estudio porque sirve de indicio para
intuir la presencia de la acción gubernamental local como forma de enfrentar el
analfabetismo, en especial porque ante el crecimiento poblacional que se ha registrado en los
párrafos anteriores, se esperaría como un comportamiento normal que aumentarán las tasas
de analfabetismo de manera exponencial.
La información consignada en el presente capitulo es en su totalidad estadística. Con dicha
información, antes que construir hipótesis de análisis histórico, se quiere elaborar un
panorama informativo que permita entender el crecimiento de la ciudad de Pereira en
68916
124395
158396
22436 23750 26702
1951 1964 1973
Alfabetas
Analfabetas
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conexión con otros temas como la ocupación económica, la vivienda y el analfabetismo.
Pereira tuvo una serie de transformaciones en el periodo de estudio. Los capítulos que vienen
en adelanten permitirán entender con mayor detalle cómo se asumió en la ciudad las
demandas de la nueva población en términos de vivienda, servicios públicos, educación y
empleo.
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CAPÍTULO 2.
Tendencias del desarrollo local: Hacía la proyección urbana de la ciudad de Pereira.
Este capítulo constituye un intento por sintonizar el pasado de la ciudad desde las principales
características del desarrollo local que fueron consignadas en un par de informes claves
producidos en la década los años 60 de la ciudad de Pereira. Es de mencionar que para ello,
se hará necesario recrear aproximativamente un panorama general del progreso material de
la ciudad durante la primera mitad del siglo XX, para luego proponer un hilo explicativo que
sugiera los elementos de proyección urbana que fueron planteados, primero, en el
denominado “Estudio sobre Pereira”20, y segundo, en el informe, “Plan de Desarrollo para
Pereira: Estudio Socioeconómico, Fiscal y Administrativo del Municipio” elaborado por
Víctor Contreras en 196721.
De tal manera, estos documentos presentados al análisis, representan una fuente sobresaliente
a la hora de procurar establecer, de manera inicial, las dinámicas de proyección de la ciudad
de Pereira y las representaciones de ciudad que estos estudios ofrecían, además de las
similitudes entre ambos. En este sentido, la argumentación a desarrollar será de manera
paralela, comenzando en un primer momento por los aspectos del desarrollo económico más
relevantes de la ciudad de Pereira durante la primera mitad del siglo XX, para luego tratar de
observar a través de los planes en mención, las características que fueron propuestas en clave
de prospectiva de la ciudad en la década de los años 6022.
20 Este ejercicio hace parte de la serie de textos de “Geografía Económica Urbana” realizados en las principales
ciudades del país en el año de 1964 por la Asociación Nacional de Industriales (ANDI).
21 Este trabajo apoyado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Económico de la Universidad de los Andes
(CEDE), sede Bogotá, hace parte del Plan de Desarrollo para la ciudad de Pereira, cuyo estudio físico fue
realizado por el Instituto Agustín Codazzi entre la década los años 50 y los años 60.
22 Los planteamientos que se proponen en el presente capítulo, continúan siendo parte de una proceso
investigativo que está en construcción y los interrogantes e hipótesis a desarrollar se contemplan
sugerentemente.
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Pereira en la primera mitad del siglo xx.
El municipio de Pereira, durante las primeras cinco décadas del siglo XX, contaba con una
superficie total de 654 Km cuadrados23, ubicados sobre la vertiente occidental de la cordillera
central, limitando al sur con el Río Barbas, al norte con el Río Otún, al Occidente con el Río
Cauca y al oriente con el macizo central en el nevado de Santa Isabel. Situada en el corazón
del departamento del antiguo Caldas, rápidamente se le empezó a reconocer por su
privilegiada ubicación respecto del sistema vial colombiano, lo que posibilito el desarrollo
de vías para el sistema de transporte ferroviario –punto clave- y consiguió el traslado de
grandes volúmenes de mercancías, así como la movilidad de pasajeros migrantes, nuevas
industrias, ampliación y diversificación de actividades comerciales, servicios públicos,
además de proyectos financieros y bancarios, etcétera.
Según Antonio García Nossa (1978) la ciudad de Pereira era “el verdadero vértice geográfico
de las vías interiores” (p. 256), como se puede observar en el Mapa 1. Su extraordinaria
ubicación como ciudad intermedia representaba un paso casi ineludible entre numerosas rutas
y medios de comunicación terrestre y ferroviaria. De ahí que desde los años veinte, Pereira
haya contado con calles, vías y caminos que le permitían establecer una relación muy directa
con las dinámicas comerciales del occidente colombiano y ciudades como Bogotá, Popayán,
Cali y Medellín (Sánchez, 2002: p. 183). Durante esta misma década y hasta mediados del
siglo XX, diversos frentes de trabajo empezaron con la creación de arterias viales que
permitieran la comunicación con poblaciones cercanas como Santa Rosa de Cabal, Marsella,
Cartago, Armenia y Riosucio, lo que contribuyó a el desarrollo de una economía muy activa
entre todas estas localidades, mediante el transporte de confecciones, manufacturas,
alimentos y café. (Correa, 2013: p. 13).
No en vano, el hecho de haber construido un ferrocarril de montaña en 1921 (caso Pereira),
donde se erigieron líneas férreas desde el nivel del mar –0 metros- hasta los 1400 metros en
23 Añádase a este punto que, como dato comparativo, Singapur que es una isla cuenta con 700 km cuadrados,
es decir, Pereira es casi del tamaño de un país por lo que no debe ni debió ser fácil pensar en los mecanismos
administrativos más democráticos que la ciudad debió implementar para urbanizar y modernizar su entramado
urbano.
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la ubicación actual del municipio, representó un gran avance en el progreso material de la
ciudad para la época, no sólo en términos de infraestructura, sino también de la economía,
puesto que dicha estructura técnica fue lo que permitió que el café tuviera un precio para ser
comprado en New York y ayudó a que se desarrollaran todos los pueblos de la región, la
economía cafetera24, y el andamiaje de una modernización inicial en estos sectores25.
Ilustración 1. Red vial 194026.
24 Entrevista (A). Meneses, H. Roberto, Pereira, 24 de octubre de 2014.
25 Menciona Tirado (2000) que “ningún producto agrícola ha tenido tanta importancia para la economía nacional
como el café. Es el único cuya exportación significativa se ha mantenido por casi un siglo. Además, (…) su
vinculación con el occidente colombiano, contribuyo en forma definitiva al surgimiento de la industria liviana
en el país”. (p. 222).
26 Fuente: Asociación Nacional de Industriales –ANDI-. (1964). Estudios sobre Pereira.
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En este orden de ideas, el ferrocarril entendido como una estructura de logística, con una
troncal con puntos de acopio que atraviesa fincas cafeteras cada tres kilómetros, para recoger
y apertrechar el café en los vagones jalados por cada locomotora, representó para la ciudad
de Pereira una movilidad de miles de toneladas de café al año27 y consigo el desarrollo
paulatino de la urbe. Análogamente, también se movilizaba mercancías del orden de los
textiles, materiales para la construcción, y otra cantidad considerable de materia prima que
se necesitaba en los centros urbanos.
Según Correa (2013), fue de este modo que el paisaje de Pereira evidenció prontamente un
sinnúmero de cambios:
“como si se tratara del inicio de una nueva época en la que los modos de vida del
pasado se iban borrando paulatinamente de la faz pública, para dar lugar a la
construcción de vías para ferrocarriles, tranvías, cables aéreos, nuevas vías de
comunicación terrestre y aeropuertos, así como para la creación de nuevas industrias,
la ampliación y diversificación de servicios públicos –alumbrado eléctrico,
acueducto y telecomunicaciones–, además de bancos, hoteles, clubes sociales, teatros
e instituciones educativas”. (p. 10)
De cierto modo, resulta necesario retomar este tipo de lecturas del orden de la economía del
café y compañías ferroviarias para visualizar un contexto en el que las ciudades colombianas
como Pereira o Manizales, se vieron directamente relacionadas, en este periodo, con una
27 A manera aproximativa, si se tratara de ejemplificar las dimensiones de tal movimiento de mercancías, habría
que mencionar que cada locomotora traía consigo un total de cinco (5) o diez (10) vagones como máximo. A
su vez, cada uno de ellos tenía una capacidad de carga aproximada de cuarenta (40) toneladas, por lo que si se
multiplica por cinco (5), se tiene un total de doscientas (200) toneladas de mercancía por viaje. Ahora bien, si
se proyecta tal cifra al compendio de un año, el volumen de carga férrea tanto de entrada como de salida
representa la vertiente central de la proyección económica e infraestructural de la primera mitad del siglo XX
en Pereira y los municipios aledaños. Con lo anterior, comparando la dinámica comercial antes del Ferrocarril,
tenemos que: “se contaba con una estructura logística que consistía en ir en mula hasta La Virginia, en vapores
(barcos) desde La Virginia hasta puerto Isaacs sobre el río Cauca, en puerto Isaacs volver a poner el café sobre
mulas y llevarlo hasta Buenaventura; en Buenaventura no había puerto, pero los barcos atracaban (llegaban
hasta) en Altamar, en la bahía y gracias a una barcazas se llevaba el café en sacos de 60 kilos, luego braceros
subían con lazos el café al barco. Así era antes de 1921 para llevar el café al mundo”. Los elementos referidos
al interior de las comillas, hacen parte de: Entrevista (A). Meneses, H. Roberto, Pereira, 24 de octubre de 2014.
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etapa inicial de procesos de modernización28, a partir de los cuales las dinámicas de
producción, procesamiento y transporte de mercancías de los sectores rurales, fueron
transformándose paulatinamente para lograr vincularse y proyectarse al mercado y desarrollo
de la industria nacional, lo mismo que hacia las rutas para el intercambio y ampliación del
mercado mundial con las características capitalistas del momento.
En efecto, estos elementos bien podrían ser los primeros indicios de proyectos de desarrollo
local que se empezaría a crear a futuro en el municipio, la región y el país. Para el caso de la
ciudad de Pereira, quizá estos factores hundieron raíces de largo aliento en las mentalidades
de las clases dominantes, que luego serían los que propondrían modelos de desarrollo urbano
tratando de articular los flujos de mercancías a nivel nacional e internacional con el centro
urbano de la ciudad. A manera de ejemplo, se podría recordar el impulso que se le dio al tema
de la construcción del Aeropuerto Matecaña, inmortalizado a nivel nacional con el apoyo de
la prensa, por el célebre convite cívico que se llevó a cabo para el año de 1945. También se
podría mencionar siguiendo a Valencia (1990) la construcción de carreteras como la de
Manizales y Cartago, o como la vía Apia–Itsmina, en el departamento de Chocó que servía
de salida alterna hacia el Océano Pacífico, que más allá de los beneficios económicos y de
infraestructura aportados para el país y para la ciudad de Pereira, representaban lo que el
autor ha denominado como el “salto histórico” de la mula y la arriería, al cable aéreo, el
ferrocarril, los aeropuertos y las carreteras
28JARAMILLO, Jaime, Juan FRIEDE y Luis DUQUE (1963) esboza –apoyado de fuentes primarias y
secundarias– cómo producto del proyecto económico expansivo de colonización antioqueña se desarrolló una
ciudad intermedia como Pereira. Describe, a grandes rasgos, las características del proceso de su fundación y
la distribución territorial que se dio con la primera ola migrante que llegó la ciudad (colonos campesinos-
arrieros); así como el aumento positivo en las variables económicas de la ciudad producto del monocultivo del
café. De igual modo, muestra los dos ciclos económicos que posibilitan la modernización y expansión urbana
de Pereira (1925-1929 y 1940-1963), caracterizando los cambios morfológicos que fue adquiriendo la ciudad
para adentrarse en el mercado nacional e internacional del café. Así mismo, muestra cómo producto de una
segunda ola migrante (Colonos empresario y comerciantes) insistentes en la modernización social, económica
y cultural de la ciudad de Pereira modifican la morfología urbana para hacerla mucho más llamativa a la
inversión nacional e internacional.
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Patrones de prospectiva urbana en Pereira: el caso de la ANDI (1964) y el CEDE-
Universidad de los Andes (1967).
Hasta el momento, se ha venido sugiriendo un panorama general de los aspectos más
relevantes del progreso material de la ciudad de Pereira en la primera mitad del siglo XX.
Con esto se ha querido indicar de manera propositiva que dichas características históricas,
marcaron el acento del desarrollo local y regional29. De esta circunstancia, a continuación se
referencian los estudios de la ANDI (1964) y el CEDE (1967) como puntos de partida
mediante los cuales se puede empezar a entrever las proyecciones y tendencias del desarrollo
para la ciudad de Pereira en la década de los años 60, tratando de percibir si ha habido algún
bisel adicional en el variopinto de características resultantes de la transformación de una
ciudad tradicional, a una moderna; desbordada en su población, con nuevos mecanismos
logísticos y de infraestructura, así como con nuevas mentalidades.
En 1964, la ciudad de Pereira contaba con 101 años de fundación, por lo que la Asociación
Nacional de Industriales (ANDI), quien había creado una sucursal en 1960 en la ciudad,
decidió presentar un informe sobre las posibilidades de desarrollo industrial de la urbe
centenaria. “Estudios sobre Pereira”, es una investigación compuesta de 9 capítulos que nos
ofrece información general de los aspectos geográficos, climáticos, demográficos, de
servicios urbanísticos, económicos y financieros en un periodo de 10 años: 1952-1962. Puede
decirse que el propósito de este ejercicio era analizar los principales aspectos de la vida
económica de la ciudad de Pereira haciendo especial énfasis en las posibilidades que este
territorio ofrecía para el desarrollo febril y de manufactura. De igual modo, como propósito
implícito, se encontraba el generar una base de investigación financiera de la ciudad para la
posterior realización de proyecciones económicas por parte de sectores industriales y
comerciantes ávidos de invertir.
En el caso del informe “Plan de Desarrollo para Pereira: Estudio Socioeconómico, Fiscal y
Administrativo del Municipio”, elaborado por Víctor Contreras con el apoyo del Centro de
Estudios para el Desarrollo Económico de la Universidad de los Andes (CEDE) en 1967, se
cuenta con un estudio del ordenamiento físico de la ciudad, donde se propone al análisis, una
29
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revisión histórica que incluye factores poblacionales, prospectiva de crecimiento; análisis
económico de los sectores industriales, comerciales, agropecuario y de servicios, así como
también se incluyen temas de salud, educación, vivienda y criminalidad.
Temporalmente, este informe da cuenta de muchas características de la ciudad desde los años
30 en adelante. Pero se concentra en las décadas de 1950 y 1960. Por ser un documento de
tipo diagnóstico, en varias ocasiones ofrece elementos de prospectiva, esto es, aporta
sugerencias que a nivel administrativo se deberían implementar para dinamizar la economía,
el sector social, entre otros. Con ello tenemos que su marco de tiempo también se ubicaría en
un futuro hipotético, puesto que se exponen alternativas para empezar a comprender los
interrogantes emergentes sobre el devenir de la ciudad.
Ambos estudios, constituyen un instrumento de gestión del desarrollo local de la ciudad para
la década de los años 60. Como proceso estratégico orientado a la acción, se puede decir que
representan un punto de partida desde el cual se buscaba unir esfuerzos para construir una
ciudad más competitiva y sostenible. El rol del Gobierno local, aparece descrito de manera
clave pues estaba claro que se necesitaba articular los esfuerzos de las instituciones y
organizaciones. Para ello, el estudio de la ANDI resaltaba la excepcional posición geográfica
de la ciudad, lo que permitiría una fácil distribución de los productos manufacturados así
como lo había venido haciendo décadas atrás con los beneficios del transporte por
locomotora. En dicho sentido, se recomendaba a la administración que pusiera especial
atención a este tema, pues los datos censales ofrecidos para el año de 1953 que fueron
corroborados por las cifras de la muestra de 1961 representaban una primera idea sobre la
estructura de la industria pereirana y sus posibilidades de desarrollo, como se puede observar
en el Mapa 2.
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VALOR BRUTO DE LA PRODUCCIÓN FABRIL
(Valores en miles de pesos)
Censo 1953 Muestra 1961
Clase de Industria Valor %
total
Valor %
total
Alimentos (café trillado, granos trillados, confites, jugos enlatados,
harina de trigo, galletas y demás productos de panadería)
70.903 63.9 98.187 43.9
Bebidas (Cerveza, bebidas gaseosas) 15.028 13.5 30.683 13.7
Prendas de Vestir (Calzado de cuero para hombre, mujer y niño,
vestidos de paño y dril para hombre, en general todo el ramo de
confecciones de hombre y mujer)
16.670 15.0 61.665 27.6
Madera (Madera aserrada, cajas de madera, muebles en general) 816 0.7 1.660 0.7
Muebles de madera 833 0.8 1.487 0.7
Imprentas, editoriales e Industrias conexas (Papel toilette,
servilletas, toallas de papel, pañuelos faciales, papel de envolver,
libros, revistas, periódicos y demás trabajos de imprenta. Sellos de
caucho y trabajos de encuadernación)
480 0.4 944 0.5
Cuero y sus productos (Medios para la talabartería, aperos y
maletas)
1.428 1.3 6.046 2.7
Productos químicos y Farmacéuticos (Aceites, jabones, velas,
almidones, productos farmacéuticos)
1.654 1.5 1.448 0.6
Fabricación de productos metálicos excepto equipo de
transporte (Fundición de acero y otros metales, accesorios
industriales, maquinaria industrial, ensambles de maquinaria de
coser, persianas y venecianas)
1.835 1.7 2.519 1.2
Maquinaria Mecánica 476 0.4 2.678 1.2
Maquinaria y artículos Eléctricos (Ensamble y reparación de
radiolas, tocadiscos, televisores y aparatos radioreceptores)
194 0.2 578 0.3
Material de transporte (Construcción de bicicletas, sus repuestos y
accesorios, motocarros, motocicletas y reparación de vehículos
automotores)
370 0.3 1.442 0.6
Industrias diversas (Juguetería, plástico) 331 0.3 14.194 6.3
TOTAL 111.018 100.0 223.531 100.0
Tabla 2. Valor bruto de producción 30.
30 Fuente: Asociación Nacional de Industriales –ANDI-. (1964). Estudios sobre Pereira.
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Sobre este punto, se puede destacar que las recomendaciones de la Asociación Nacional de
Industriales, basándose en las cifras y proyecciones económicas, determinaban que la
producción fabril, así como su distribución al mercado departamental y nacional, debían ser
los puntos a incluir dentro del compendio de patrones del desarrollo del municipio de Pereira
y del departamento para la época31. Más aún, si estaba claro que dicho sector económico
arrojaba para Pereira en 1961, un total de 223.500 millones de pesos que correspondían al 48
% del presupuesto del departamento de Caldas32. Es de notar, que estos datos también
ofrecían un panorama implícito de la gran expansión industrial de la ciudad que exhibía uno
de los índices de crecimiento más acelerados del país.
Por otra parte, el estudio del CEDE (1967), presenta algunas similitudes respecto del informe
anterior, esto es, señalar el enclave posicional de la ciudad de Pereira equidistante de los tres
grandes centros consumidores del país: Bogotá, Medellín y Cali, con los cuales se menciona,
está conectada por vías férreas, aéreas y carreteables. Además, el informe destaca la
condición favorable de la ciudad para el desarrollo de la industria. Conviene, sin embargo
advertir que, en el trabajo de Contreras otras son las recomendaciones sobre el crecimiento
industrial de la ciudad. Basándose en la pregunta si “¿es posible estar seguros de que en el
porvenir de la ciudad continuará el mismo o superior ritmo de crecimiento industrial?”,
propone brevemente cuatro fuentes de trabajo para plantear el futuro desarrollo
manufacturero, que son los siguientes:
“1: observar las perspectivas y planes industriales nacionales, la localización de las
futuras inversiones y el dominio de otras ciudades en los renglones industriales que
presentan mercados con elasticidad de demandas crecientes. (…) 2: obtención de
capitales para su financiamiento. (…) 3: vinculación del máximo de fuerza de trabajo
31 Según el estudio de la ANDI (1963): “La División Pacífico de los Ferrocarriles Nacional de la cual Pereira
es una de las estaciones principales, movilizó en 1961, 278 millones de toneladas-kilómetros de carga y 200
millones de pasajeros-kilómetros. Dentro de la División, por la línea Cartago-Pereira-Nacederos, se transportó
en el mismo año 21.1 millones de toneladas-kilómetros. (…) La estación ferroviaria de la ciudad tiene una
movimiento de carga global (recibida y despachada) con un promedio de unas 7.500 toneladas mensuales, lo
cual pone de relieve la importancia del transporte férreo en Pereira”. (p. 52).
32 (ANDI, 1963, p. 88)
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posible. (…) Y por último, 4: lograr una planeación que integre el sistema industrial
de Manizales, Pereira, Armenia y el Pacífico”. (p. 60-63)
A su vez, se recomienda un punto clave en la planeación urbanística de la ciudad,
principalmente, relacionado con la ubicación de las nuevas zonas industriales en Pereira,
donde se sugiere que el Municipio de Dosquebradas debía ser uno de los epicentros de este
sector. Por esa vía, también se aconseja que la zona específicamente para industria, a corto
plazo en la ciudad de Pereira, debe considerarse en el sector de la Albania, en donde se decía
que existían las suficientes cuadras para su acondicionamiento, así como: “terrenos cercanos
a las carreteras principales, a los servicios del aeropuerto y del ferrocarril, a conjuntos de
vivienda obrera, y a la facilidad de servicios públicos”. Además de ello, se hace un llamado
a la Administración Pública para que optimice la obtención lo más rápido posible de estos
terrenos, puesto que pertenecían a pocas personas, lo cual facilitaba los trámites jurídicos.
Es significativa la importancia que tienen estas recomendaciones no sólo para el desarrollo
económico de la ciudad, sino también para el futuro ordenamiento urbanístico del entramado
urbano de Pereira. A su vez, se destaca que tal zonificación mencione los nexos con barrios
de obreros, lo que implica una relación de experiencia de ciudad muy determinada por sus
lugares de empleo, equidistantes del centro de Pereira y de los lugares para la recreación y el
ocio. Por tal motivo, se puede decir que este ejercicio propone unos indicadores de desarrollo
local basados en la articulación con empresas dedicadas al estudio de las ciudades, como es
el caso del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, por lo que su mirada comprende amplios
aspectos de la vida de la ciudad, entre los cuales, se destaca la industria manufacturera,
liviana, y la capacidad de articular la ciudad mediante grandes vías de comunicación con
otras.
Para concluir, en vista de los datos ofrecidos por los estudios en mención, habría que decir
que se hace importante y necesario seguir retomando sus lectura para entre ver las
posibilidades de proyección de ciudad que estos ejercicios proponen.
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CAPÍTULO 3
Ritmos en el proceso de transformación de la forma urbana en la ciudad Pereira.
Para aproximarnos a reflexionar sobre la estructura urbana del municipio de Pereira, se
requiere sobre todo, ser conscientes de la existencia de variados enfoques que estudiosos del
tema de la ciudad en Colombia, han utilizado para interpretar qué es una ciudad, cómo
funciona y por lo tanto qué debe reformarse de ella33. También, es necesario advertir, que la
lectura de los procesos históricos de Pereira o cualquier otra ciudad de Colombia, debe
suscitar interrogantes que traten de percibir su complejo tejido social, en relación con su
estructura espacial.
Uno de los puntos en común que ha caracterizado el avance reciente de la investigación y
reflexión de la ciudad, refiere que en lo esencial, nuestras ciudades se han erigido bajo unos
parámetros que apenas han tenido en cuenta las necesidades de los ciudadanos migrantes, las
formas de ocupación urbana y las alternativas de organización social. A manera de ejemplo,
García Villegas (1991, p. 29) nos menciona los aspectos particulares que dieron pie al
surgimiento a contra marcha de “dos ciudades en Medellín”. De una parte, el autor describe
un área urbana “determinada por grandes edificios, amplias avenidas y enormes centros
comerciales”. Luego, Villegas se traslada a las márgenes de la ciudad “planeada”, donde
“emerge una periferia sin signos de urbanización, con una aglomeración humana que está
ausente de toda planeación y acompañada por la marginalidad”. El autor, señala además que
en las zonas para la industria de Medellín, se empezó a formar en sus alrededores, un
proletariado con condiciones de vida precarias.
33 Es de mencionar, de manera general, que el estudio del término de “ciudad” en Colombia, ha estado
directamente ligado al elemento conceptual de lo “urbano”, donde su utilización ha dependido siempre de quién
lo define y para qué lo usa. “El sociólogo ha entendido ambos conceptos en relación a las actitudes que adopta
la población cuando se concentra; el economista, por la vinculación de la población a determinados sectores
propios de la aglomeración; los ingenieros y arquitectos, ven la ciudad y lo urbano como la transformación del
medio natural con estructuras e infraestructuras aptas para el ejercicio de las actividades humanas; el abogado,
como un elemento constitutivo de una entidad territorial; el administrador, como la sede de una empresa
comunitaria y compleja, regida por las disposiciones espaciales”. (Giraldo, Fabio, Isaza, 1989, p. 177). A su
vez, los historiadores, han tratado de entender estos elementos como una serie de procesos históricos que hacen
parte de la nueva dinámica del país durante el siglo XX.
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De manera similar, Ocampo (1972) describe a Manizales como una ciudad en crisis en los
años 60s, con problemas de vivienda, donde cada año los deslizamientos afectaban las zonas
populares y periféricas, consideradas como asentamientos piratas. Y Calle (1964), señala
para el caso de la ciudad de Pereira, que a partir del proceso de adaptación y asimilación de
las personas recién llegadas del campo a los sectores que conformarían los barrios Cuba,
Alfonso López y el Río, surgen altas tasas de desempleo, se incrementan las condiciones de
marginalidad y pobreza extrema, además de los ineficientes sistemas de servicios públicos.
Estos textos, reflejan en cierto modo, dinámicas similares que las ciudades latinoamericanas
como Buenos Aires, Quito, Ciudad de México o Bogotá, experimentaron al momento de
atravesar la masificación y desborde de sus capacidades administrativas, a través de un
periodo que siguiendo a Castells (1981, p. 2) podemos decir fue de “crisis urbana”. Estas
características, menciona el autor, emergen a partir del momento en que “la organización de
las ciudades contradice las necesidades de la mayor parte de los grupos sociales”.
Con esto, se puede inferir que en el conjunto de los casos, ha existido una relación en
contravía del poder municipal y las demandas sociales, puesto que, las soluciones
administrativas que fueron más relevantes para controlar las situaciones de “crisis urbana”,
se concentraron en el fortalecimiento de un equipamiento urbano que privilegiaba la
consolidación del comercio y la estética de la ciudad, y no tanto la articulación de los sectores
populares que se hacían cada vez más visibles, en parte, producto de grandes oleadas de
migrantes que siguieron llegando a las ciudades. (Romero 2001, p. 109).
Estos enfoques, permiten plantear someramente que quizá la ciudad de Pereira no es un caso
sui generis de la ciudades colombianas, en la medida en que posiblemente haya atravesado
procesos históricos similares. En tal sentido, el presente capitulo pretende examinar a la luz
de diferentes fuentes –prensa, archivos institucionales y memoria oral– qué tipo de
representación de ciudad sobresalía durante el periodo de estudio, teniendo como posibles
factores, asuntos relacionados con la distribución espacial, las tendencias de urbanización y
planes viales en la ciudad. A partir de allí, se pretende dimensionar el desarrollo perimetral
y la realización de nuevas vías, justificadas sólo para el tráfico de vehículos y mercancía, lo
que constituyó en una de las primeras herramientas para la segregación urbana.
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Para el efecto, la estructura del capítulo se desarrollará de la siguiente manera:
En el primer momento, se abordarán las tendencias del uso y distribución del suelo en Pereira,
enfocando de manera general lo que se ha conocido como “planes viales” de la ciudad. Este
punto, será planteado como un eje central que sirvió de columna vertebral al proceso de
zonificación de la ciudad, al tiempo que permitía mantener vigente un orden y una
estabilidad, buscando regular la vida urbana de la Pereira masificada. Se trata, de percibir la
forma que fue tomando la urbe, cómo se produjo, y cómo se reguló la ciudad en el periodo
de estudio, teniendo como variable el lugar en que está situada la ciudad, en materia de
progreso económico.
En el segundo y último momento, se intenta plantear algunas reflexiones a modo de
conclusión, con relación a los efectos que se produjeron bajo las medidas tomadas por parte
de la Administración Municipal -mecanismos de inclusión- para intentar que los sectores
populares tuvieran acceso a la ciudad y que se materializaban sobre el espacio urbano. Esta
lectura, es importante porque se intenta sintonizar, de manera general, la segunda mitad del
siglo XX de Pereira que atravesaba por una situación de transición (ciudad moderna-ciudad
masificada) y se lee este proceso desde las calles, vías, empleo y vivienda, como algunos de
los elementos que conforman lo que se ha llamado “Conjunto Urbano” (Mejía, 1999. p, 25)34.
Por tanto, tomar el pulso de la ciudad de Pereira desde los mecanismos de su planeación
urbana durante las primeras décadas de la segunda mitad del siglo XX, debe asumirse como
un reto que está por construirse, que debe ser consolidado sin precipitaciones y con las
hipótesis y razones más discretas.
Transporte y planeación urbana en la segunda mitad del siglo XX en Pereira.
Los ritmos pausados de la vida cotidiana que vivieron los pereiranos durante los inicios de la
centuria pasada, los tiempos y el espacio como unidades de medición desde que la ciudad de
Pereira empezó su camino hacia la modernidad y modernización, adquirieron significados y
34 Vale la pena mencionar que con este ejercicio no se pretende acotar el tema de investigación, por el contrario,
con ello, se intenta comprender diferentes procesos históricos de la ciudad desde diferentes lentes.
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connotaciones muy diferentes durante este periodo. De pasar de un tiempo lento, medido por
los compases naturales del trabajo y un espacio rural que estaba fuertemente influido por las
actividades del campo y el minifundio, se empieza a re-establecer una valorización de ese
tiempo según los nuevos ritmos de la producción industrial y el intercambio mercantil,
tratando de potencializar los nuevos escenarios de ciudad35.
Como lo señala Mejía (1999):
El progresivo mejoramiento de las vías y medios de comunicación, así como la
conversión de algunos viejos caminos en carreteables, aceleraron los ritmos de la
vida, y de las transacciones, y acortó las distancias entre ciudades al aumentar la
velocidad de las comunicaciones terrestres. Así la unidad de los ritmos urbanos
empezó a diversificarse. Se comenzó a vivir progresivamente bajo los impulsos del
intercambio capitalista, donde la velocidad y el volumen de las transacciones fueron
elementos básicos del proceso de acumulación y progreso de las ciudades. (p, 25)
35 Se debe recordar que como se mencionó anteriormente a lo largo del capítulo anterior, la ciudad de Pereira
atravesó por varios procesos de modernización e industrialización durante el siglo XX. A saber, un primer ciclo
que fue desde 1925 hasta 1929, y un segundo, de 1940 a 1960.
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Ilustración 2. Panorámica de Pereira, años 5036
De esta forma, entendemos de manera aproximativa que los procesos de urbanización e
industrialización en la ciudad de Pereira durante el siglo XX, se han forjado bajo lógicas de
un poder regional, que le denotó funciones específicas a la ciudad, cuya intencionalidad
radicó en la mayoría de los casos, y siguiendo los elementos argumentativos de Harvey
(1989. Pág. 251), en establecer ese nuevo control espacial y temporal, regido en función del
intercambio, el volumen de las transacciones, la velocidad, la localización geográfica y
administrativa, así como en la distribución de poderes socio-económicos.
En vista de estos elementos, el transporte aparece en las lógicas de administración-ciudad
como uno de los sectores estructuró por excelencia la economía, la industria y los sistemas
urbanos como se pudo notar en el capítulo anterior37. Éste factor, actuó como un elemento
36 Vista panorámica de la ciudad de Pereira en la década 1940. Fotografía extraída el día 20 de octubre de 2014
de la página web: https://www.facebook.com/groups/fotosantiguasdepereira/?fref=ts
37 Al respecto, es importante mencionar, a modo de comentario, la idea que aporta Castro-Gómez (2009),
cuando plantea que más allá de la funcionalidad de estos nuevos medios de transporte, lo esencial es
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definitorio sobre la forma en que la administración hizo uso del suelo urbano y, por ende de
su zonificación, trazando los primeros compases de los ritmos de su urbanización y de la
nueva vida en la urbe.
En 1950, la ciudad de Pereira tenía como Alcalde al Dr. Jorge Roa Martínez, quien se había
destacado por sus enormes contribuciones al progreso material y cultural de la ciudad para la
época.38 Roa fue testigo y partícipe de los intentos por “sincronizar” la ciudad de Pereira en
la dinámica de la modernidad y la modernización. En este mismo sentido, resulta muy
significativo poder mencionar las características puntuales de la planeación urbana que Roa
proyectó para una ciudad con un aumento poblacional de 50.000 habitantes, elevados índices
de mendicidad, carencia de vivienda y servicios públicos.
Al respecto, el Alcalde de la ciudad, decretaba lo siguiente:
“Decreto No. 83. Por el cual se dictan disposiciones sobre ocupación de vías públicas.
Para efectos del pago del derecho a ocupar las vías, se divide la ciudad en las
siguientes zonas: 1. Zona cívico-comercial. 2. Zona residencial-céntrica. 3. Zona
residencial. 4. Zona obrero-industrial”39.
entender “los imaginarios de una sociedad conectada con el mundo por medio de aeropuertos, rieles y
autopistas, o el de ciudades equipadas con modernas calles y avenidas por donde todos podrían circular con
rapidez. (…) El automóvil otorga al individuo una identidad específica: la del sujeto que “progresa” y es libre
para moverse hacia donde quiera, sin depender para ello de la voluntad de otro (p. 14).
38 Según Correa (2014), “el Dr. Jorge Roa Martínez se constituyó en un auténtico “visionario cosmopolita” de
la ciudad del futuro, mediante su participación en el Club Rotario, la Sociedad de Mejoras Públicas y hasta la
misma alcaldía de la ciudad – cargo que ejerció en 1950– contribuyó a forjar una imagen moderna y planificada
de la ciudad (Acevedo, Rodríguez y Giraldo, 2009). Muchas de sus propuestas –entre las que se incluye la
creación de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP), en el año 1961– estaban dirigidas a promover un
desarrollo urbano con base en elementos de urbanismo ambiental y la creación de zoológicos cuando esta
actividad tenía un gran reconocimiento entre las elites progresistas de todo el país, tratando de imitar lo que ya
era frecuente hallar en las grandes ciudades capitales del mundo”. (p, 171).
39 Se menciona además, que dichas zonas estarán delineadas de la siguiente manera: “1. Zona cívico-comercial:
Comprenderá el siguiente sector: Partiendo del cruce de la calle 14 con la carrera 7a, por esta hasta la calle 21,
de aquí hasta el cruce con la carrera 9a., sigue esta carrera hasta encontrar la calle 21, continúa por ésta hasta la
carrera 13, de aquí hasta la calle 19; de la calle 19 hasta la carrera 10., por la carrera 10 hasta la calle 14 y por
ésta hasta encontrar de nuevo la carrera 7a. 2. Zona céntrica-residencial: Por la carrera 5a, desde el cruce con
la calle 13, hasta la calle 26, por la calle 26 hasta encontrar la carrera 9a., por ésta hasta la calle 23, sigue por la
calle 23 a encontrar la carrera 10a, de aquí hasta el crucen con la calle 21, sigue la calle 21 hasta cruzar con la
carrera 13, por la cual sigue hasta la calle 16 y por la calle 16 hasta la carrera 11 y de aquí a la calle 13 por
donde se prolonga hasta encontrar de nuevo la carrera 5a. 3. Zona residencial: partiendo del puente Mosquera
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Este modelo de planificación urbana que decretó Roa Martínez en el año de 1950, debe
servirnos como punto de referencia para tratar de comprender cómo se produjo y se reguló
la ciudad en el periodo de estudio. La zonificación urbana, más allá de ser el instrumento
predilecto en la configuración del tipo de espacio urbano contemporáneo en Colombia
(Viviescas, Fernando, 1989, p. 35), representó a su vez, la creación de ciertos mecanismos
racionalizadores del uso del suelo –suelo-habitacional, suelo-comercial, suelo-industrial- e
incorporó dispositivos estructurales en la ciudad, que buscan mantener –por un lapso
imprevisible de duración- el control sobre el espacio público y el funcionamiento de dos
conjuntos sociales coexistentes y yuxtapuestos –nativos de la ciudad y nuevos pobladores
urbanos-40.
En concordancia, el “zoning” de Pereira ofrece un panorama que puede ser leído desde varios
enfoques, a saber, un primero, relacionado con el objetivo económico de la configuración de
la ciudad, y un segundo, que podría definirse como una estrategia para distribuir las
actividades urbanas en contextos donde las capacidades técnicas y administrativas de la
ciudad se han desbordado por múltiples causas41.
por la Avenida Circunvalar, hasta la calle 12, por ésta hasta la carrera 4a, siguiendo ésta hasta la calle 17, por
la calle 17 hasta la carrera 3a., por la carrera 3a., hasta la calle 28, de aquí por la misma hasta la carrera 5a.,
sigue por esta hasta la calle 31, desde aquí hasta la carrera 6a., sigue por la carrera 6a hasta la calle 35, por la
cual continúa hasta la carrera 7a., prolongándose la zona por esta carrera hasta 'Turín'. Del cruce de la calle 35
con carrera 7a. pasa hasta la carrera 8a., por ésta continúa hasta la calle 28. Quedan incluidas las urbanizaciones,
La Corea, Libaré, La Julia, Ciudad Jardín y Barrio Popular. Partiendo del cruce de la calle 16 con carrera 13,
hasta la quebrada La Arenosa, siguiendo ésta aguas arriba hasta la calle 2 y de aquí a la 'Avenida Mosquera',
sigue esta Avenida hasta encontrar la Carretera a los Filtros y por ésta hasta la 'Avenida Santander'. Quedan
incluidas en esta zona la 'Avenida del F.F. C.C. y la Avenida Gabriel Turbay'. 4. Zona obrera: Comprende el
perímetro urbano no incluido en ninguna de las zonas anteriores". Decreto No. 83. Por el cual se dictan
disposiciones sobre ocupación de vías públicas. Jorge Roa Martínez (Alcalde), Pereira, 5-Jul-1950, AAMP,
Decretos, Archivo Central Alcaldía Municipal. Pereira-Colombia.
40Durante la década de 1950, ciudades como Medellín y Bogotá implementaron los modelos de urbanización
por zonas que propuso Le Corbusier durante su estadía en la Capital de la República desde el año de 1947 hasta
1950. Viviescas (1989, p, 18) menciona que “una vez “zonificada” la ciudad, se aceleró el proceso de
planificación que garantizaría la eficacia de aquel “zoning” salvando el centro para la gestión cívico-
administrativa y trazando las grandes avenidas”.
41 Al respecto de la zonificación de Roa, hay que mencionar que para el año de 1951, el “Plan Regulador” de la
ciudad adoptó dichos lineamientos y agregó las siguientes nuevas zonas al plano de Pereira: 1: industria pesada,
2 industria ligera, 3 comercio pesado, comercio ligero, mercado y comercio de influencia, 6 centro cívico y
cultural, 7 habitación, 8 hospitalaria, 9 zona verde, 10 zona de reserva para industria y habitación y 11, zona de
reserva para obras de interés público. (ANDI, 1964, p. 38).
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Desde el punto de vista que trata de relacionar los modelos de zonificación urbana con el
desarrollo económico, es posible que exista una relación entre la infraestructura, los planes
viales y las normativas zonales de la ciudad de Pereira, teniendo en cuenta que se trata de un
periodo donde se procuraba resaltar las grandes características económicas y financieras de
la ciudad. Así, puede entenderse que quienes comenzaban a proyectar la creación de fábricas
en Pereira para fomentar su desarrollo –y siguiendo a Romero (2001)– buscaban:
“(…) infraestructura favorable, buena provisión de agua y energía, buenos
transportes y comunicaciones; esperaban hallar un aparato eficaz para la
comercialización y quizá aspiraban a participar en los privilegios acordados a ciertas
zonas para localización de industrias. Esa era la gran ciudad preferida”. (p, 326).
Ilustración 3. Zona comercial Pereira años 50. 42
En dicho orden, no es fortuito que cuando se debilitaban los mecanismos que permitían el
desarrollo y progreso económico de la ciudad, desde muchos frentes de trabajo, se intentara
solucionar la problemática, de hecho, fue en medio de esas coyunturas que se conocieron los
convites cívicos. A manera de ejemplo, y como se podrá notar a continuación, la prensa de
42 Zona cívico-comercial de Pereira, carrera 8 va con calles 17 y 18, en la década de 1950. Foto extraída 23 de
octubre de 2014 de la página web: https://www.facebook.com/groups/fotosantiguasdepereira/photos/.
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la época hacia llamados de atención para que las autoridades respectivas proporcionaran
diligentemente soluciones cuando el caso era vital.
“La amenaza de cierre de la carretera Pereira-Armenia provoca reacciones en todos
los sectores. Esta mañana en un reportaje que concedió al periódico La Patria de
Manizales, el ingeniero jefe de la zona de carreteras nacionales de Caldas, el Dir.
Alberto Huber Luna, anunció que la carretera Pereira-Armenia, sería clausurada de
manera definitiva. Inmediatamente después de conocerse dicho informe, todos los
sectores sociales, cívicos, industriales y comerciales de Pereira, reaccionaron contra
lo que calificaron de "absurda medida" que paralizaba totalmente la producción de
riqueza en todo el Quindío y por ende en el departamento de Caldas”.43
En efecto, se parte de considerar el transporte como una unidad anexa a las forma de
funcionamiento y desarrollo de cada modo de producción de la ciudad, y cada modo de
estructurar lo urbano. De ahí, la necesidad de que una ciudad como Pereira se insertara a las
dinámicas del intercambio capitalista que atravesaba el país, donde la velocidad y el volumen
de las transacciones son los elementos básicos en los procesos de acumulación del capital.
Por ello, la prensa seguía resaltando la importancia de tener vías departamentales que
comunicaran la ciudad con el Quindío y Armenia, lo que representaba una garantía para los
negociantes que deseaban instalar sus empresas en la ciudad. Para el efecto, se decía lo
siguiente:
“Nuevo mensaje de Fenalco al Ministro de Obras Públicas. Solo hay una carretera y
debe mantenerse en buen estado. Como actualmente no existe carretera departamental
Pereira-Armenia vía Montenegro Quimbaya, pues de este solo han construido dos
tramos inconexos. Se hace indispensable sortear tránsito por carretera nacional pues
de otra manera no quedaría ninguna vía carreteable que comunique Pereira con
43 La amenaza de cierre de la carretera Pereira-Armenia provoca reacciones en todos los sectores. El Diario.
Pereira. 09-03-1951. p, 1 y 8
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Armenia y poblaciones del Quindío. Ocasionándose con ello gravísimos perjuicios
comerciales”.44
A estas consideraciones, se le debe agregar que Pereira sigue ocupando en la actualidad el
centro del triángulo Bogotá-Medellín-Cali. Para el segundo periodo de la centuria pasada,
esto representaba una coincidencia geográfica muy práctica puesto que conectaba la ciudad
con las rutas de transporte terrestre más importantes del país, esto es, por la carretera troncal
occidental se recorría Pasto, Popayán, Cali, Medellín, Montería, Cartagena y Barranquilla. A
su vez, si se partía por las carreteras secundarias hacia el sur del país, la ciudad se comunicaba
con Armenia, Ibagué y Bogotá, y al norte, se encontraba con Manizales. En últimas, ello
explica la importancia de proyectar a la ciudad como un centro vial, y especialmente como
un punto de convergencia de los intercambios comerciales del país45.
44 Nuevo mensaje de Fenalco al Ministro de Obras Públicas. Solo hay una carretera y debe mantenerse en buen
estado. El Diario. Pereira. 13-03-1951. p, 01.
45 Ciertamente, el tiempo de las ciudades tradicionales en relación al de las modernas ha sido muy diferenciado.
La una, caracterizado por la belle époque, y la otra, por el ritmo vertiginoso que traía consigo el progreso y el
aire cosmopolita que tanto enorgulleció a los pereiranos de la época.
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Ilustración 4. Vía que comunica Pereira a Cartago, 1950. 46
Sin duda, parte de la zonificación de la ciudad incluyó planes urbanísticos que contemplaban
grandes desarrollos viales y ensanches del casco urbano, buscando articular el uso del suelo
al aparato productivo, y con ello, preservar aquel espacio “planificado” a usos
complementarios al comercial; tanto en el caso de los proyectos viales como en el de los
futuros ensanches para Pereira, “se buscaba la incorporación del suelo sobre el cual fuera
posible realizar operaciones fabriles” (Contreras, 1967, p. 148).
Esta ciudad de Pereira, con nuevas características urbanas y modernas, al tiempo que crecía
aceleradamente en el número de habitantes y necesidades sociales, se hallaba urbanizada en
distinta medida durante las primeras décadas del siglo XX. El ritmo de urbanización de la
ciudad se caracterizó por servir a las exigencias de los nuevos modos de producción, donde,
como se ha mencionado anteriormente, la velocidad y el volumen fueron las piezas clave.
46 Punto fronterizo entre Cartago y Pereira, década de 1950. Foto extraída el 24 de octubre de 2014 de la página
web: https://www.facebook.com/groups/fotosantiguasdepereira/photos/.
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Respectivamente, se acude a los archivos del Consejo y la Alcaldía Municipal de Pereira,
como una “tribuna” desde la cual se puede empezar a tomarle el pulso a este proceso. A partir
de allí, en consultas realizadas a dichos fondos documentales, se pudo constatar que además
de existir decretos que reglamentaron la utilización del suelo urbano dentro de un
cuadriculado de ciudad –zoning-, no se pensó de manera estática, ni sus diferentes sectores
y zonas como partes independientes y desconectadas entre sí. Para ello, y por la misma
dinámica del movimiento de la modernización y la modernidad, la ciudad de Pereira fue
estructurada como una red de canales que regulaban los flujos entre las partes del plano47.
Ilustración 5. Trazado urbano de Pereira, 1950. 48
47 Al respecto de los canales viales que intentan regular los flujos de diferentes elementos en la ciudad, el 5 de
febrero de 1952, por Decreto Extraordinario # 5, aprobado por el Alcalde de la Ciudad, el señor José Domingo
Escobar, se decretó la creación de 16 caminos en el siguiente artículo: “Art 1: Calculase en la cantidad de
229.283.70, del presupuesto departamental por contribución de caminos municipales, para el periodo de 1952.
Asignándose de esta forma recursos para el sostenimiento de caminos como: Llano grande-La Esperanza,
Bodega-Chisperos, Pital-Portero grande, Convención-La Fría, Nacederos-Marsella, Ciudad Jardín-La Secreta,
dirigida hacia tribunas, Pereira-Huertas dirigida a San Joaquín, Pereira-Canceles-El Choco-Morrón-La Bella-
Corozal, Huertas Altagracia, Minerva-Génova, Dosquebradas-Altamira, Tribunas-Altagracia, Morelia-El
retiro, Limones-Escuela la Palmilla, San Joaquín-Escuela Sta. Teresa, chapas-Puerto Caldas. (José Domingo
Escobar, 11-Feb-1952, Pereira, AAMP, Decreto, Archivo Central Municipal, Pereira-Colombia).
48 Mapa con las características generales de la ciudad de Pereira en 1950. Fuente: Patiño, Eduardo. (2010).
Transformaciones del Referente Local del Desarrollo en Pereira (1863-2010): Un Estudio Histórico de las
Instituciones Locales a partir de Análisis Cognitivo de Políticas Públicas y la Teoría de Sistemas-Mundo. (Tesis
de maestría inédita). Universidad de los Andes. Bogotá.
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Con esto, se quiere decir que la circulación de mercancías, capital o fuerza de trabajo en
Pereira, fue posible en cierto modo, gracias a la construcción y ensanche de las vías en la
ciudad. Por tanto, en dichos archivos, aparecen depositados aproximadamente un total de 14
documentos, que entre Decretos y Acuerdos, buscaban conectar a Pereira con Cartago,
Medellín, Manizales y toda la región Pacífico-colombiana, donde la construcción de la
Avenida Gabriel Turbay fue pieza clave en dicha idea (Actualmente Avenida 30 de Agosto).
Por la extensión de los archivos encontrados en la fase de consulta y que fueron referidos
anteriormente, se traerán a colación los siguientes documentos que reflejan las
representaciones de ciudad que figuras como el personero municipal o el Alcalde, podían
proyectar desde el periodo de 1950, con repercusiones hasta la actualidad:
“Decreto Extraordinario No 23. Por el cual se aprueba una minuta de contrato
celebrado entre el Personero Municipal y Gerardo, Aura María, Eduardo Jorge y
Ramón Vargas Art 1: Apruébese la compra de un lote de terreno con su
correspondiente casa de habitación ubicada a orillas de la carretera que de esta ciudad
conduce a Cartago con 10 M y 25 Cm de frente y 14 M y 40 Cm de fondo (sic),
necesaria para la construcción de la avenida Gabriel Turbay. Dicha venta se realiza
por el monto de 3000 pesos.”49
Continuamente, tan sólo 20 días después de los sucesos de abril, con la gestión del Personero
Municipal, el señor Marceliano Ossa, aún se continuaba con la dinámica de compra de
terrenos que paradójicamente estaban destinados a soluciones habitacionales, pero que por
estar en un sector aledaño a la carretera que se necesitaba para conectar Pereira con otras
ciudades, y por estar en una “zona” no apta para edificaciones de este tipo, se procede con su
compra. En el archivo se constata de la siguiente manera:
“Decreto Extraordinario No. 29. Por el cual se aprueba una minuta de contrato
celebrado entre el Personero Municipal y la Srta. Virginia Ramírez de Loaiza.
Suscritos: Marceliano Ossa Personero Municipal y Srta. Virginia Ramírez de Loaiza
49 José Domingo Escobar, 15-Abr-1952, Pereira, AAMP, Decreto, Archivo Central Municipal, Pereira-
Colombia.
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Art 1: Apruébese la compra de un lote de terreno con su correspondiente casa de
habitación, situado a orillas de la carretera que de esta ciudad conduce a Cartago
constante de 5 varas y media, por el precio de 2.000 pesos, necesaria para la
construcción de la avenida Gabriel Turbay.”50
A estos propósitos, se anuda que la zonificación de los modos de uso del suelo urbano en la
ciudad, donde se privilegió la industria y el progreso material de Pereira a partir de la
consolidación de grandes avenidas, sirvió de columna dorsal al proyecto urbanizador de los
primeros años del siglo XX en Pereira. Mientras esto ocurría, la otra ciudad “no planeada”
se expandía en aproximadamente 115.342 habitantes desde 1938 hasta 1952, de manera
caótica, desbordada y en pésimas condiciones urbanísticas (Calle, 1964, p. 15). Este proceso
adjunto al proyecto económico de la administración municipal, y que podríamos denominar
de “crisis urbana”, fue el resultado de una planeación que implicaba la puesta en marcha de
unos dispositivos de diferenciación espacial que generaron la segregación de los distintos
sectores sociales, donde los más afectados, fueron los migrantes que recién llegaban a la
ciudad, y que por condiciones de adaptabilidad e integración, desconocían los mecanismos
de acceso a la ciudad.
Hasta aquí, se ha insinuado un tipo de urbanización al servicio de la lógica capitalista,
ajustada también, a lo que se ha conocido como el “marketing city”. Ya se ha hecho el
recorrido por las características más generales de este proceso, dando cuenta de cómo se
construyó un entramado urbano a partir de la zonificación. Sin embargo, aún queda pendiente
una tarea de suma importancia: Conocer cuáles fueron los efectos que se produjeron bajo
esas medidas tomadas por parte de la Administración Municipal.
En tal sentido, a continuación se planteará a modo de conclusiones, cuáles fueron esos efectos
colaterales producidos por la zonificación de la ciudad en el periodo trabajado.
50 José Domingo Escobar, 08-May-1952, Pereira, AAMP, Decreto, Archivo Central Municipal, Pereira-
Colombia.
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A modo de cierre
De una u otra forma, dentro de la ciudad de Pereira “planificada” o “zonificada” comenzó un
proceso de consolidación de múltiples barrios de acuerdo con el tipo de actividad que las
personas ejercían sobre esos espacios (zonas de mercado popular, zonas obreras, zonas
habitacionales, entre otras.).
Respecto del sector marginal, es oportuno señalar que si bien, existió un entramado urbano
con ciertas características de “planeación” que podía ser parcialmente regulado con los
instrumentos que dispuso la Administración Municipal, el sector popular e informal, el que
se consolidaba día a día con las personas recién llegadas de diferentes municipios del país,
no se podía administrar con esos mismos instrumentos. Sin embargo, al limitar las
posibilidades de expansión de la aglomeración por medio de “zonas”, las urbanizaciones para
los grupos de más bajos ingresos son compelidas a localizarse por fuera del perímetro
mediante invasiones, barrios piratas o por autoconstrucción.
En cualquiera de los casos, la administración de la ciudad no debió haber sido un asunto de
fácil manejo, más aún, si se tiene en cuenta que apenas sobre los años de 1960 se creó el
Departamento de Planeación Municipal:
“Acuerdo No. 4. Por el cual se crea el Departamento de Planeación Municipal. Créase
el departamento de Planeación Mpal, el cual tendrá a su cargo el estudio y orientación
de los recursos humanos, físicos y económicos del municipio, y servirá de entidad
asesora del órgano ejecutivo y consultora del legislativo para lograr el bienestar de la
comunidad.51
A su vez, como bien lo diría Gustavo Orozco –alcalde de la ciudad en los años 70–:
“La ciudad no tenía un Plan de Desarrollo, tenían era lo que se llamaba desde la
Personería un Plan Piloto, señalaban unas zonas donde se podía construir, pero no
consideraban zonas de expansión, no se consideraban planes de desarrollo de los
51 Javier Ramírez Cardona (Gobernador de Caldas). Pereira, 23-Feb-1960, Resolución, archivo Central Alcaldía
Municipal. Pereira-Colombia.
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servicios públicos ni de acueducto, ni energía, ni alcantarillado, que integraran
posibles zonas de expansión a la ciudad, o las zonas de expansión eran unas zonas
absolutamente de propiedad de unos terratenientes urbanos que ya tenían precios
inalcanzables para este tipo de compradores que estaban reclamando asentamiento”.52
En este orden de factores, las clases populares no tuvieron otra alternativa que empezar a
ubicarse en esta ciudad zonificada y ello se debió a su vinculación más o menos franca con
el sector productivo (ventas ambulantes), como una de las únicas actividades que les permitía
sobrevivir, lo que representaba para la sociedad tradicional un gravamen a la estética y
normativa urbana imperante.53 Por esa vía, la zonificación de Pereira, determinó
drásticamente la forma cómo los habitantes debían comportarse en el espacio público, no
solamente era ilegal edificar en zonas no estipuladas para ello, sino que también, iba contra
la normatividad, ejercer actividades comerciales en sectores no aptos para dicho ejercicio.
Así, la gran cantidad de migrantes que buscaban de manera desesperada medios que los
vincularan con esa ciudad del progreso y las oportunidades, experimentaron cómo las
medidas de la administración los segregaban de las zonas que tradicionalmente habían
ofrecido los códigos de acceso a esa gran ciudad como lo habían sido las plazas de los parques
y las zonas céntricas.
De esta situación, en los archivos del Consejo y la Alcaldía se dictaban las siguientes
disposiciones respecto de los vendedores ambulantes:
“Decreto No. 87. Por el cual se dictan algunas disposiciones referentes a venteros
ambulantes. Artículo 1. Desde la vigencia de este Decreto no se podrá ocupar ningún
andén por los expendedores ambulantes de dulces, frutas, helados, comestibles,
específicos y cualquier clase de mercancías o cacharros. (...) Artículo 3. No podrán
colocarse expendios en los pavimentos de las calles o carreras de doble vía, ni en las
Plazas de Bolívar, Parque de la Libertad y El Lago. Artículo 4. Si el vendedor no
52 Entrevista a Gustavo Orozco Restrepo. Septiembre 15 de 2014.
53 En el capítulo 4 se ahondara un poco más en los mecanismos implementados por los sectores políticos para
re ubicar a los sectores marginales del centro de la ciudad en barrios populares a las afueras de la ciudad.
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cumpliere los requisitos señalados en el artículo anterior será retirado por la Policía y
pagará por la primera vez una multa de Diez Pesos ($10.00); por la segunda, diez y
nueve con cincuenta ($19.50) y la tercera le será decomisada la mercancía y además
se le impondrá la reclusión de cinco días”.54
Esta estrategia para distribuir las actividades urbanas de todos los habitantes de la ciudad,
transversalizó muchos aspectos de la experiencia de vivir en una ciudad moderna. Retomando
las problemáticas planteadas por Calle (1964), se tiene que para la época existía un aumento
poblacional de 50.000 habitantes que no podían instrumentalizar sus vidas y formas de
acceder a los mecanismos de ascenso social tan fácilmente como se hacía en los planos de la
ciudad con aquellas normativas zonales. Por tanto, barrios como Alfonso López, El Río, o
Cuba, presentaban rasgos de tugurización, muy alejados de lo que debía ser una edificación
“ideal” y de una forma muy paradójica, la administración del municipio decretaba lo
siguiente:
“Artículo 1: se autoriza a los señores Alcalde y Personero Municipal para que
procedan a enajenar en la forma determinadas por las leyes, los pequeños lotes de
terrenos situados en el área urbana o rural y que por sus condiciones de construcción
no sean adecuados de acuerdo con la ingeniería municipal, reportando ningún
beneficio, ni finalidades económicas”.55
54 Jorge Roa Martínez (Alcalde), Pereira, 14-Jul-1950, AAMP, Decretos, Archivo Central Alcaldía Municipal.
Pereira-Colombia.
55 Camilo Mejía Duque (presidente del Concejo Municipal), Pereira, 26-Oct-1951, ACP, Acuerdos, archivo
Central Alcaldía Municipal. Pereira-Colombia.
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Ilustración 6. Barrio El Río 1963.56
Lo que se puede rescatar de esta revisión de fuentes documentales es la forma en que la
Administración Municipal construyó una visión de ciudad, en la que se buscaba mantener el
orden vigente desde normativas que segregaban el espacio y la población en clases sociales.
Este no sería el primer y último intento por regular la vida urbana de esta manera, puesto que
para el año de 1968, se establecían nuevas zonas en la ciudad57. A su vez, el crecimiento
periférico, puede asumirse como una respuesta al crecimiento planificado y excluyente, en
donde grandes porciones de la población se encontraron en claras condiciones de
56Barrio el Río (1963). Foto extraída de Calle (1964).
57Acuerdo número 1 enero 29 de 1968 por el cual se establece la zonificación de la ciudad. El Consejo Municipal
de Pereira, en uso de sus atribuciones legales, ACUERDA: Art. 1. Mediante el presente Acuerdo se determina
la zonificación de los terrenos situados en la ciudad de Pereira dentro del siguiente perímetro (…) Art. 2. Zona
R1: perímetro formado por la calle 14, la avenida Mosquera y la avenida Ricaurte. Dentro de esta zona los
terrenos correspondientes a la Universidad Tecnológica se denominarán de uso público. (...) Art. 7. Comercio
General. La comprendida por el perímetro empezando en la intersección de la calle 26 con la carrera 9na hacia
el oriente hasta la calle 19 hasta la carrera 13 hacia el oriente hasta la calle 18. Art. 8. Comercio Pesado. A)
Calle 26 con avenida 30 de agosto hasta la calle 20, carrera 10, calle 26. Carrera. B) Carrera 13 con calle 18,
carrera 9a hacia el oriente hasta la avenida del ferrocarril. C) Avenida Belalcazar hasta la calle 17. Art. 9. Zona
Industrial Liviana. A) Avenida del río y avenida 30 de agosto. B) Avenida de Cuba a Huertas. Art. 10. Zona
Industrial Pesada. Vía que lleva de Pereira a Cartago, por el oriente la Avenida Sur. Art. 13. Las zonas que no
aparecen delimitadas en la anterior zonificación y que están dentro del perímetro urbano definido y que por su
topografía o por su distancia al centro de la ciudad no permiten aprovechamiento inmediato, se dejan como
reserva con denominación "Non Edificandi". (Hernando Mejía Valencia (secretario) y Arturo Valencia
Arboleda (Presidente). 31-02-1968. ACP, Archivo Central Alcaldía Municipal, Pereira-Colombia.).
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desequilibrio en sus formas de reproducción social: zonas carentes de servicios, apenas
anexas o cercanas de las vías de ensanche, barrios que se ubican a 5 o 6 kilómetros de
distancia del casco urbano central.
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CAPITULO 4
La vivienda, un signo del desborde de lo popular en Pereira (1950-1970).
“Los denominados complejos habitacionales piratas son estimulados por la
propia condición paupérrima de las gentes; el hambre, la desnutrición, el
desempleo, las enfermedades, son el común denominador de estos sectores,
los cuales, como un verdadero cinturón de miseria rodean la ciudad. Por sus
cuatro costados se aprecia este cuadro dramático: Viviendas sostenidas en
guaduas y que tienen un piso por su entrada principal y cinco o seis más por
el interior; habitaciones en donde la sanidad se desconoce en forma total;
cuartuchos fríos, malolientes albergan a familias enteras; pequeñas covacha
sin piso en donde los niños mueren de enfermedades parasitarias porque allí
muy cerca está el depósito para las inmundicias; y hacinamientos que chocan
contra las leyes naturales, porque en una verdadera pocilga duermen el
matrimonio con sus ocho o diez hijos”. (Ocampo, 1972, p. 170).
Introducción
¿Cuál ciudad es la que describe Ocampo (1972), en la cita que se ha utilizado como epígrafe
para este capítulo? En este caso puntual José Fernando Ocampo está hablando sobre la
situación de Manizales, reproduciendo la forma como La Patria denunciaba y a la vez
recreaba las características de desprotección social en que se encontraban miles de habitantes
que vivían en los “cinturones de miseria que rodeaban la ciudad”; un problema que se había
agravado desde 1950 y que no había sido atendido de manera coherente y social por las élites
de aquella ciudad.
Ahora bien, lo interesante es que esta ciudad que se refracta en el epígrafe podría ser Bogotá,
Medellín, Bucaramanga, Ibagué, o cualquiera otra ciudad colombiana, como por ejemplo
Pereira. Ciudades que estaban experimentando las tensiones entre el progreso infraestructural
de sus centros urbanos, producto del esfuerzo de sus líderes por alcanzar el desarrollo
económico y la experiencia de lo moderno, y la emergencia de los sectores populares y su
posterior asentamiento a las afueras de la ciudad. Lo anterior, como resultado de un
desorbitante y exponencial aumento de los pobladores urbanos, la mayoría de ellos migrantes
que venidos del campo a la ciudad tenían puestas sus esperanzas en que la vida urbana les
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ofrecería los servicios básicos y sociales más inmediatos como la vivienda, los servicios
públicos, la salud, la educación y el empleo.
Por lo tanto, el presente capitulo propone una revisión histórica a las manifestaciones sociales
del “Desborde Popular” en Pereira durante 1950 y 1970, a partir de la correlación entre
vivienda y servicios públicos. Para ello se desarrolla un esquema expositivo que parte de un
breve acercamiento a las políticas de vivienda en Colombia, haciendo énfasis en lo
significativo del “periodo institucional”, más adelante caracterizaremos de forma
fragmentada un panorama general de lo que fueron los problemas sociales por la vivienda y
los servicios públicos en Pereira en el periodo de estudio. Posteriormente, se plantea la
descripción de lo que fueron, en términos generales, las respuestas brindadas por la
administración pública (Concejo Municipal, Personería Municipal y Alcaldía Municipal) a
las necesidades de los nuevos pobladores urbanos de la ciudad en el tema en mención.
Acercamiento a las políticas de vivienda en Colombia58.
El estudio sobre la vivienda en Colombia es un campo amplio que debe ser transdisciplinar,
no sólo se trata de la revisión a la legislación, sino que también debe incluir las
transformaciones conceptuales de la arquitectura y del pensamiento social. Por lo tanto, en
el presente apartado se busca ofrecer una mirada muy general sobre los diferentes tipos de
políticas de vivienda durante el siglo XX.
Por lo tanto, en Colombia se podría hablar de la existencia de 5 periodos históricos en los
cuales hubo una tendencia particular sobre el abordaje de la necesidad humana de contar con
una vivienda que albergue a los individuos y a sus familias.
La concepción higienista (1918-1942).
La necesidad de vivienda siempre ha estado presente en la historia del país, no obstante como
preocupación estatal hace parte los avances del siglo XX. Ceballos (2008), sostiene que la
etapa higienista se inicia en la segunda mitad del siglo pasado como consecuencia de las
denuncias de muchas organizaciones por las precarias condiciones de habitabilidad,
58 Para la construcción de este apartado fueron muy valiosas las síntesis encontradas en el documento
institucional del Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio “Colombia: 100 años de políticas habitacionales”,
del año 2014, preparado para el Séptimo Foro Urbano Mundial, marzo de 2014.
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salubridad e higiene de la población colombiana, en especial aquella que residía en los
campos.
Durante los gobiernos presidenciales de Marco Fidel Suarez, Jorge Holguín Mallarino, Pedro
Nel Ospina y Miguel Abadía Méndez, son los momentos en que más énfasis se haría en el
problema de la vivienda para los pobladores del campo. Pero sería después de 1930 que se
empezarían a crear entidades encargadas de buscar soluciones a este problema. En 1939 la
creación del Instituto de Crédito Territorial (ICT), sumado a la del Banco Central Hipotecario
y el Banco Agrícola, comenzarían a regular los créditos de vivienda, a su vez, esto llevaría a
que en la ciudad se crearán los primeros barrios de obreros59.
En este periodo en la ciudad de Pereira los problemas de la vivienda no eran aún tan críticos,
por lo menos en apariencia. Correa (2013), ha mostrado en su investigación doctoral que
durante los años 20 y 30 del siglo pasado, Pereira era controlada por las prácticas coercitivas
impulsadas desde la Sociedad de Mejoras Públicas, que tenía a su cargo el cobro de multas
por el mal cuidado de las fachadas de las casas y el ornato de los parques. Si bien no se puede
hablar de que en Pereira se haya tornado como una tendencia fuerte la preocupación
higienista sobre la vivienda, lo cierto es que como lo muestra Correa, se ejercían prácticas de
control social que hacían parecer que la ciudad estaba muy bien, sin embargo podría intuirse
que poco a poco se empezaban a formar situaciones problemáticas.
La concepción institucional (1942-1965).
Este es el periodo de mayor demanda de vivienda. Las ciudades como se ha explicado en la
Introducción al informe y en el capítulo 1 y 2 se masificaron como resultado de las
migraciones de lo rural a lo urbano. Es por ello que la población que abandona sus lugares
de residencia en el campo y que deben asentarse en la ciudad espera encontrar en la ciudad
una vivienda adecuada para poder iniciar una nueva vida.
59 Para tener una representación histórica de las características de la vivienda urbana durante el periodo
higienista, se puede revisar el galardonado trabajo de Jorge Mario Betancur (1997, 2006 2ed), sobre el barrio
Guayaquil en Medellín entre 1984 y 1934. Con una factura histórica y narrativa excepcional, Betancur logra
explorar los elementos asépticos de la vivencia en este barrio de Medellín, con títulos que hacen referencia a la
suciedad y las difíciles condiciones de higiene y salubridad del sector. Además Betancur subraya cómo a partir
de los años 20 se empiezan a presentar casos de limpieza social hacía los mendigos y personas que habitan por
las calles.
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A nivel de la atención para la vivienda se fortaleció la intervención del Estado como mediador
en la relación oferta y demanda dentro de la progresiva constitución de un mercado de la
vivienda (Ceballos, 2008). Lo que se evidenció con la ampliación de las posibilidades de
acción y los recursos presupuestales del Instituto de Crédito Territorial y el Banco Central
Hipotecario. Se fueron generando transformaciones en el enfoque, pasando de la vivienda
higienista-social que se preocupaba por la oferta básica, hacía una más compleja, donde
importaban otros indicadores como los servicios públicos.
Precisamente la preocupación por estos servicios tomó mayor fuerza a partir del censo
nacional poblacional de 1951, cuando se determinaron los amplios índices de hacinamiento
y viviendas sin servicios de alcantarillado, inodoro-baño y energía. Así mismo, hubo un
cambio en la concepción de los beneficiarios de la vivienda:
“Se dejaron de llamar obreros y campesinos a los potenciales beneficiarios de la
política sectorial y también se intenta profundizar la participación de los
departamentos y municipios, estableciendo diferentes instancias en estos dos niveles
territoriales (…) Este esfuerzo de descentralización abarcó las cooperativas y
asociaciones de obreros o empleados, que ahora podían ser objeto de créditos y
desempeñarse como oferentes de proyectos de vivienda económica”. (MinVivienda,
2014, p. 28).
Estos cambios tenían que ver con la progresiva transformación del equilibrio poblacional
entre habitantes de la ciudad y del campo, que tradicionalmente había sido rural por encima
de lo urbano, y que ya para la década de los años 50 empezaba a comportarse de manera
contraria. En este sentido, lo claro es que la política de vivienda que se promovía desde la
institucionalidad colombiana intentaba responder a las nuevas dinámicas de las ciudades. Ya
no se trataba entonces de buscar optimizar las condiciones de vida en el campo puesto que
este cada día se encontraba más deshabitado, en cambio la iniciativa giraba en torno a cómo
acondicionar las ciudades para asumir su función de polo receptor poblacional.
Las adecuaciones en la política de vivienda llevarían a incluir otras formas de organización
habitacional que antes no eran recurrentes pero que ante el déficit de vivienda, empezarían a
presentarse con mayor continuidad, por ejemplo, la adquisición de lotes, los apoyos para la
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construcción de vivienda, recuperación de viviendas, créditos hipotecarios y los inquilinatos
(MinVivienda, 2014).
El periodo de transición (1965-1972).
Una de las características centrales de este periodo fue la creación del Fondo Nacional del
Ahorro (FNH), en 1968. Van tomando fuerza las preocupaciones alrededor de la capacidad
de pago de los ciudadanos, porque de ella depende que se asignaran subsidios de vivienda,
en vista de que el Estado, ya no era el único encargado de suplir esas necesidad. Para ofertar
posibilidades ante estos problemas económicos de los pobladores, se estipulan subsidios
gubernamentales y diferentes tipos de ayuda, a partir de “la formulación de programas
claramente diferenciados para hogares pobres –autoconstrucción–, con ingresos suficientes
–programas con subsidio–, vivienda no subsidiada y vivienda comercial” (MinVivienda,
2014, p. 34).
El periodo de las corporaciones de ahorro y vivienda (1971-1990).
En este periodo se destaca la promulgación de la Ley 9 de 1989, por la que se establecía la
reforma urbana. Es decir que se estipulaban los lineamientos que deberían quedar en los
planes de desarrollo local y en la normatividad nacional sobre la vivienda en las ciudades.
Esto incluía zonificación del territorio, participación de los actores privados y el cada vez
más lejano papel del Estado.
Esta nueva normatividad estableció dos formas de producción de la vivienda, una encargada
por el Estado para ofertarla a los sectores populares mediante la figura de la vivienda de
interés social (que ya había aparecido en 1966) o mediante subsidios a los estratos con alguna
capacidad de pago, y la otra, por demanda y oferta de los empresarios de la construcción.
Quizás uno de los más significativos avances es que en este periodo se establecen los criterios
para el adecuado funcionamiento de las Corporaciones de Ahorro y vivienda, como entidades
que podrían hacer edificaciones de tipo residencial y establecer con sus afiliados las formas
de adquisición de la vivienda. (Ceballos, 2008).
La concepción de mercado y los subsidios a la demanda (1990-2012).
El tema la vivienda experimenta en este periodo muchos de los cambios económicos del país.
Los discursos neoliberales que promulgaban una menor intervención del Estado en aquellos
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bienes y servicios que las entidades privadas podrían prestar con mayor eficiencia,
repercutieron de manera negativa en el ICT, que se encontraba en medio de una fuerte crisis
puesto que no lograba subsanar el déficit de vivienda del país que a la vez tenía sus finanzas
colapsadas. La convergencia de estos elementos darían pie para la expedición de la ley 3 de
1991, que propuso otro modelo de gestión. A partir de allí se suprimió el ICT y se creó el
Instituto nacional de vivienda de interés social y reforma urbana (INURBE). Este nuevo
sistema fracasaría totalmente a partir de los fallos de la Corte Constitucional que dejaron sin
piso jurídico el sistema de financiación y cobro.
Caracterización histórica del problema de la vivienda y los servicios públicos
en Pereira (1950-1970).
“No cuenta el barrio con red de distribución de agua, siendo esto suplido por
servicios comunales, así: 9 casetas, cada una con 12 baños, 12 lavaderos y 8
llaves para el abastecimiento de agua, la cual es acarreada a los domicilios
en recipientes destapados en los que permanece hasta su consumo. Significa
esto que hay un baño y un lavadero por cada 83 personas, y eso en caso de
que permanezcan en perfecto buen estado, lo que no sucede. Los baños
comunales han sido focos de infecciones por su estado de desaseo”. (Calle,
1964, p. 23).
La descripción detallada que hizo el padre Arturo Calle Restrepo (1964), de las penurias que
tenían que afrontar los habitantes del barrio Cuba para poder cumplir con necesidades básicas
del diario vivir como lavar ropa, ir al baño o abastecerse de agua, corresponde en cierta
medida con los problemas de vivienda y de servicios públicos que tenían muchas de las
gentes de la ciudad en aquellos años.
Es pertinente recordar que las personas de municipios cercanos a Pereira estaban viviendo
un éxodo que entre 1950 y 1970 atraería a la ciudad cerca de 110 mil habitantes, que
empezarían a necesitar de un techo para la protección. Muchos de ellos al llegar, seguramente
no sabían que conseguir ese espacio para el refugio y la tranquilidad de sus familias sería una
odisea urbana que se extendería por muchos años, y que en lo posterior requeriría de la
combinación de métodos formales de petición de derechos y la mediación pública a través
de importantes figuras políticas.
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En el capítulo 2 sobre el Panorama socio-demográfico de la ciudad, se veía cómo el déficit
de vivienda en Pereira tuvo un comportamiento ascendente, comenzando en 1951 con 1.342
viviendas faltantes, y pasando en 1963 a 8.620 que llegó en 1970 a la cifra de 10.583. Esto
muestra una relación de continuidad con respecto al crecimiento de la población, en una
conclusión que parece lógica, entre más estaba creciendo la población de la ciudad más
aumentaba el déficit de vivienda, a pesar, de que se iban realizando acciones tendientes a
subsanar dicho problema.
El problema de la vivienda en la ciudad transitaba por diversas aristas de la vida diaria. Por
una parte estaba la ya señalada nueva población migrante venida del campo que requería de
acceso a la ciudad mediante una vivienda digna y adecuada con los debidos servicios públicos
básicos, pero por otra parte, estaba la población nativa, aquella que llevaba mucho tiempo en
la ciudad, y que se desempeñaba en diferentes oficios y empresas entre las cuales ocupaba
un lugar importante el municipio.
Estos empleados y obreros dependían de los moderados ingresos que recibían por su trabajo
en alguna de las dependencias municipales, como la Secretaría de Obras Públicas. Sin
embargo, para ellos también existía un gran problema a pesar de vivir de tiempo atrás en la
ciudad, y era el de la adquisición de la vivienda propia.
Los dos grupos poblacionales –nativos pobres y migrantes pobres– llamaban constantemente
la atención de la prensa local. No sólo porque las posibilidades de adquirir una vivienda
propia fueran limitadas y muy circunscriptas a la acción estatal, sino también porque las otras
formas de solución temporal del problema como el pago de un arriendo eran aún mucho más
complicadas. En varias ocasiones se podía encontrar observaciones y preocupaciones por
parte de la prensa local en relación con este tema:
“La crisis que actualmente afecta a los colombianos es de verdad un poco rara en sus
características fundamentales. (…) Especialmente se nota este aumento en el valor de
los arriendos, que hoy por hoy, constituyen un magno problema para el padre de
familia. Mientras que en Pereira el fenómeno de la crisis continua haciendo subir
todos los precios, especialmente en los arrendamientos. (…) Lo más natural es
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ponerle un precio humano y justo, que el inquilino pueda pagar sin que su economía
se resienta”.60
La preocupación lógica por el precio de los arrendamientos tenía que ver con la apremiante
urgencia de muchos pobladores por ubicarse de una manera legal en la ciudad, pero con altos
cánones se hacía mucho más difícil. El anterior problema se sumaba a otros. Por ejemplo,
con el incumplimiento en el pago de las cuotas de financiación de la vivienda de los obreros
o empleados a los que se les adjudicaban las viviendas cofinanciadas por el municipio:
“Por varias veces hemos hecho saber al público que los deudores morosos, que han
recibido casas en los diferentes barrios de la ciudad, sufrirán las consecuencias
funestas que la falta de pago les traerá. (…) Es inconcebible que varios ciudadanos
que recibieron aquellas casas por avalúos ínfimos, exiguos, y cuyas cuotas de
amortización son excesivamente pequeñas, hayan dejado alcanzarse. Algunos de
estos señores han estado permanentemente colocados como obreros o empleados.
Han abandonado el incumplimiento de esta pequeña deuda y hoy se hallan en peligro
evidente de perder las casas. El día primero de diciembre próximo, quienes sean
sorprendidos con deudas pendientes de dichos inmuebles, caerán en la sanción de la
caducidad”61.
Por otra parte, estaban las difíciles condiciones de salubridad de los habitantes que recién
llegados se iban organizando a las afueras de la ciudad en lugares como Cuba, Alfonso López,
El Río, la Julita, etc, y sectores donde carecían de acueducto y alcantarillado, e incluso el
problema se presentaba en barrios que habían sido creados en los años 40 y que aún 15 y 20
años después carecían de algunos servicios públicos:
“Hace exactamente un mes que los señores gerentes de las Empresas Públicas
Municipales, administración delegada e ingeniero jefe de la Eléctrica, anunciaron en
declaraciones que publicamos en este mismo periódico, que antes de quince días,
60 Editorial: Baja de arrendamientos. El Diario. Pereira. 20-jun-1951. p, 04.
61 Editorial: caducidad de contratos de casas adjudicadas. El Diario. Pereira. 25-nov-1951. p, 4.
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estarían sancionados los graves problemas que contemplan los habitantes del Barrio
Modelo, pues no hay agua a ninguna hora del día y como si esto fuera poco, el servicio
de energía es tan deficiente que casi puede afirmarse que no existe. La situación
anterior se viene contemplando desde hace varios años y a pesar de las constantes
promesas, y declaraciones para la prensa, no se ve la solución efectiva por ninguna
parte”62.
Además eran temas que inquietaban a muchos sectores, por ejemplo a la entidad que más
había tenido que ver con la planeación de la ciudad en las décadas anteriores, como lo fue la
Sociedad de Mejoras Públicas:
“Recientemente la Sociedad de Mejoras Públicas de Pereira aprobó dirigirse a la
gerencia de las empresas públicas municipales delegadas, a efecto de que se disponga
de la instalación y prospección del acueducto para la región de "La Julita", que ha de
ser uno de los sectores residenciales de Pereira, con mayor perspectiva hacia un gran
desenvolvimiento, ya que aquella será la zona residencial de Pereira en 1963”63.
Pero así mismo había un llamamiento constante a que la Alcaldía Municipal diera solución a
los grupos de lustrabotas, carreros, motorizados, en su afán por acceder a una vivienda. El 30
de Agosto de 1966, se registró en el periódico Pluma Libre, una petición formal para atender
con vivienda a los lustrabotas:
"El problema de la vivienda como de todos es sabido, afecta a numerosos sectores de
la ciudad entre ellos al de los señores lustrabotas, gente de escasos recursos
económicos, por no decir ningunos. El municipio, tiene grandes terrenos, parte de los
cuales podrá destinar, como acaba de hacer con los señores carreros, al gremio de los
lustrabotas. Creemos muy sensata esta solicitud que ya empezaron a gestionar los
citados trabajadores, y con respecto a la cual hay gran interés en todos los círculos de
62 "Sin agua ni luz en el barrio modelo". El Diario. Pereira, 16-may-1957. p. 5.
63 Editorial: El acueducto y los barrios. El Diario. Pereira. 27-may-1953. p, 4.
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la opinión pública, y en diferentes entidades privadas. Es de justicia el que estos
servidores de la sociedad se los tenga en cuenta en las obras de beneficio comunitario
que preocupa de manera especial al gobierno, ellos y todas aquellas clases menos
favorecidas por la fortuna son los que merecen las primeras soluciones y el mayor
entusiasmo”64.
Calle (1964), deja entrever que la situación de la vivienda sumada a la falta de servicios
públicos era verdaderamente crítica:
“La ciudad de Pereira con este crecimiento en número de habitantes que no ha sido,
en efecto, seguido por un crecimiento adecuado de fuentes de trabajo suficientes para
dar ocupación a los que llegan. Tampoco el desarrollo de la vivienda ha sido capaz
de superar las necesidades crecientes cada día (…) De todo esto surge un interrogante:
¿Podría aplicarse este significado teórico a la ciudad, donde un porcentaje elevado de
sus habitantes padecen todos los problemas de la ciudad real y donde sólo gozan de
la esperanza de que la urbe llegue a ser un día la real expresión de una organización
humana y de una civilización superior?”.(p. 144-145).
Los problemas de Pereira estaban alcanzando un nivel de crisis urbana con una alta
intensidad. No obstante parecía que esto no fuera percibido con igual magnitud por las clases
dirigentes locales como sí lo hacía, por ejemplo, la prensa local, con sus continuos
comentarios editoriales, en los que proponía reflexiones sobre el problema de la vivienda o
sobre quienes debían asumir parte importante en su solución. Los elementos a que se hacía
referencia tocaban aspectos como la comodidad, la higiene y la necesidad que tenía todo
colombiano de tener su propia vivienda:
“Nunca se insiste lo suficiente en el problema de la vivienda. Cuando se habla de la
cuestión social y de la justicia, necesariamente se llega a concluir que en esta era del
hombre colombiano, la vivienda propia, cómoda, higiénica y de fácil adquisición es
asunto fundamental. Y es que no puede concebirse una organización social, si a la
64 Vivienda para lustrabotas. Idea Libre, Pereira. 30-jul-1966. P, 3.
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familia, no se le adscribe un centro físico. Corresponde al Estado, dentro de su misión
de dirección de toda la vida nacional, buscar los medios para hacer viable la aspiración
de la vivienda propia. Y a la vez, acabar con el espectáculo desolador de nuestras
grandes ciudades, donde hay gentes -y en número considerable- que viven en
condiciones lamentables” 65.
Esta nota sirve para acotar aún más la problemática de vivienda que se vivía en la ciudad y
la preocupación desde la prensa para que el municipio atendiera esta necesidad a diversos
sectores productivos y sociales. También da cuenta del sistema estatal, en parte benefactor,
con que se contaba en aquel entonces, la vivienda aún concebida como una obligación del
Estado y no, únicamente, como un negocio de mercado (Oferta y Demanda).
Respuestas de la administración pública a los problemas de vivienda y servicios
públicos.
En la primera parte de este capítulo se describían algunas de las características de las políticas
de vivienda con enfoque institucional, señalando que en el Estado recaía la mayor obligación
en la oferta de vivienda para los diversos sectores, y muy especialmente para los populares -
Estado entendido no sólo como el gobierno nacional sino también como los municipios-.
Con ello se explica que en Pereira el dinamismo alrededor de la vivienda y la adecuación de
los servicios públicos estuviera, particularmente, orientado por la administración pública. En
la época de estudio las entidades que tenían injerencia directa eran tres: La Alcaldía
Municipal, el Concejo Municipal y la Personería Municipal.
La Alcaldía Municipal tenía funciones de planeación y ejecución, a ella estaba adscrita la
Secretaría de Obras Públicas y más adelanta al empezar los años 60 la Secretaría de
planeación, que inicialmente se llamó Departamento de planeación; era la entidad municipal
encargada del manejo adecuado del presupuesto que previamente había sido aprobado por el
Concejo Municipal, así mismo era quien hacía los convenios con otras entidades para la
realización de contratos de obras públicas, construcción de viviendas y acueductos, vías, etc.
65 Editorial: Vivienda Popular. El Diario. Pereira. 12-ago-1954. p, 4.
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Por su parte en el Concejo Municipal se desarrollaban las más importantes discusiones
alrededor de los temas sociales prioritarios en Pereira, allí se autorizaba al alcalde y personero
para que hicieran gestiones en favor de algún barrio o para la compra o venta de un lote
destinado a la construcción de conjuntos habitacionales. Finalmente la Personería Municipal
cumplía un papel de entidad mediadora, en especial, el personero municipal que era el
funcionario encargado de legalizar muchos de los trámites que interponían los nuevos
pobladores, también tenía dentro de sus funciones la de adjudicar y velar por la entrega de
las viviendas a los obreros del mismo municipio; era el intermediario en conjunto con el
alcalde ante entidades como el Instituto de Crédito Territorial para el perfeccionamiento de
acuerdos de construcción o mejoramiento de viviendas y servicios básicos en los nuevos y
emergentes barrios.
Ahora bien, interesa revisar de qué forma desde estas entidades públicas se estaba orientando
el presupuesto y las acciones gubernamentales para ofrecer a las gentes que abundaban y que
pedían vivienda, al menos un techo temporal o un lote para que por autoconstrucción
obtuvieran su casa.
(Calle, 1964), señalaba de manera contundente que en Pereira, existían esfuerzos por
consolidar una “ciudad teórica” pero que ya había “una ciudad real” que iba en contravía de
la primera66.
No obstante, en el marco de dicho proceso de crecimiento, la ciudad también vivía dinámicas
propias de la institucionalización de su propia administración pública, por ejemplo, en lo
concerniente a cómo debía ser el manejo de lo público. Lo anterior es fácil de identificar a
partir de las diferentes posesiones, renuncias, creaciones y supresión de cargos, y constitución
de juntas que se encontraban reseñadas en los archivos del Concejo Municipal.
66 La ciudad teórica es aquella que ofrece suficiente trabajo, con un salario estable, una vivienda confortable
para la familia, la posibilidad de acceder a los servicios de educación básica y especializada, y recreación, sin
problemas de transporte, higiene, salud y seguridad social. En cambio la ciudad real es aquella donde el
desempleo es muy alto, el poco empleo es inestable y los salarios son bajos, existe un déficit de vivienda, y en
el caso de las existentes, no cuentan con adecuados servicios públicos; allí la educación es escasa a falta de
planteles educativos, la recreación es casi inexistente, y los servicios sociales son precarios. (Calle, 1964, p.
131-134).
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De ahí que al iniciar los años 50 todavía las preocupaciones en el Concejo y la Alcaldía no
fueran los nuevos barrios, los asentamientos piratas, sino elementos más básicos de la estética
urbana como las fachadas de las casas del centro y los barrios aledaños, o los andenes y
jardines. Este tipo de adecuaciones eran ordenadas y reglamentadas por el Concejo
Municipal, quien además imponía el precio de la multa a cada poblador por no cumplir en
determinado lapso con dicha exigencia. En parte, este tipo de acciones institucionales
muestran que para la administración pública los cambios no fueron inmediatos, y la
percepción sobre lo que era “problemático” empezando la década, aún estaba muy centrada
en la belleza del centro y el ornato de los parques.
Tanto era así, que desde el Concejo Municipal se continuaba legislando aun pensando en una
ciudad que apenas crecía en su centro urbano. El decreto No. 100 de agosto 4 de 1950
reglamentó lo relativo a las construcciones de edificios, en él se delimitan los materiales, las
medidas de los muros, los anchos de las puertas, de las ventanas, la altura de los pisos cuando
podía haber un segundo; incluso una segunda parte del decreto contempla que se urbanicen
nuevas zonas de la ciudad con óptimas condiciones de alcantarillado, acueducto, jardineles
y plan de arborización; su mayor trascendencia radicó en dividir las urbanizaciones en
residenciales y obreras67.
67 Por considerar que este decreto es un hallazgo importante para entender la primera reglamentación de la
vivienda en la ciudad, se transcribe casi completo, no obstante hay que aclarar que en el archivo no se encontró
la página 1 del Decreto No. 100. “CAPITULO II. Normas generales para el diseño y construcción de edificios.
Artículo 12. Del Terreno.- a). El terreno sobre el cual haya de erigirse una edificación, debe sanificarse
previamente.-Cuando el terreno haya sido antes depósito de materias orgánicas o pantanoso, es necesario
practicar las obras de saneamiento y disecación necesarias.- b)- El pavimento interior, así como los muros deben
quedar a cubierto de la humedad, para lo cual se construirán filtros de una profundidad suficiente para recoger
las aguas tanto superficiales como subterráneas del terreno mismo y de los colindantes. Artículo 13.- De las
fundaciones.- Tanto de las fundaciones como el subsuelo sobre que descansan, deben ser los suficientemente
resistentes para que garanticen la estabilidad de la edificación.- Del Subsuelo se hará un edificio de más de dos
pisos, y en este caso se ejecutarán sondeos y estudios que muestren la naturaleza y resistencia del suelo, para
que sirvan de base el cálculo de las fundaciones. Artículo 14. De los muros. a) El espesor mínimo en los muros
de ladrillo será de diez y siete (17) centímetros para aquellos que vaya a recibir- pisos o techos y en edificios
de dos pisos; ocho (8) centímetros para los muros de división de interiores y los cuales no vayan a recibir pisos
o techos ni carga distinta de su propio peso. b) Los muros medianeros de ladrillo, tendrán un espesor mínimo
de diez y siete (17) centímetros. c) En los muros de fachadas a una altura mayor de dos metros con cincuenta
(2.50 metros) podrán proyectarse voladizos no mayores de treinta (30) centímetros y sólo en casos muy
especiales el Secretario de Obras podrá autorizar relieves mayores, pero en ningún caso excederá de la décima
parte del ancho de la calle. Parágrafo- Queda terminantemente prohibido en los primeros pisos que las puertas
y ventanas abran fuera del hilo de la calle. (...) Artículo 16. De los Techos (...) Artículo 17. De las piezas (...)
Artículo 18. De las escaleras. (...) Artículo 19. De los pisos. Artículo 20. De los patios (...). Artículo 21. De las
cargas vivas (...) Artículo 24. Del sistema sanitario (...). Artículo 42. De las aguas lluvias. a) Las aguas lluvias
se recogerán en la parte baja de los techos fronterizos a las vías públicas, por medio de canales de dimensiones
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apropiadas, de manera que vayan rápidamente hacía los orificios de los tubos de descenso, los cuales bajarán
hasta el suelo, para evitar que se humedezca el edificio y se perjudique el tránsito de la acera o de la calle.-
Estos bajantes deberán hacerse de tubería metálica y un diámetro no inferior a tres pulgadas y deberán derramar
a la alcantarilla exterior y en último caso a la cuneta de la calle, pasándolo por debajo de la acera. (...)
CAPITULO X. DE LAS URBANIZACIONES. Artículo 99. Sólo se admitirán proyectos de urbanizaciones en
el área señalada en el plano de la ciudad como área urbanizable y se considerará como tal cualquier terreno
donde se desarrolle la edificación definitiva, como también los predios donde se hayan construido vías públicas
pero que actualmente no tengan ninguna edificación fuera de la vía. Artículo 100. Toda persona o entidad que
desee urbanizar deberá presentar a la Secretaría de Obras Públicas, para su aprobación los siguientes planos: I)
Plano topográfico con curvas de nivel de metro en metro, levantado por sistema de polígono cerrado con un
límite de error de cierre de 1.200 que llevará los siguientes detalles: a)-Proyecto de calles y carreras; b)-Proyecto
de aceras y prados; c) Proyecto de arborización; d) Proyecto de plazas, jardines y locales especiales; e)- Proyecto
de lotes edificables o loteo; f)- Proyecto de alcantarillado, con sus dimensiones, pendientes, detalles de manolas,
sumideros, tajeas, etc., Además un cuadro completo con el cálculo de la red; g) Proyecto de canalizaciones
eléctricas, con su cálculo completo; h)-Proyecto de canalizaciones telefónicas con su cálculo completo; i)-
Proyecto de acueducto, con su cálculo completo. II)- Un plano de perfiles de las calles y carreras referenciado
a un B.M. cercano al lugar de la urbanización, punto que dará la Secretaría de Obras Públicas Municipales.-
Este plano debe tener los siguientes detalles: a)- Proyecto de secciones transversales, aceras, prados,
pavimentos, pendientes, perfiles y rasantes,- Para esto debe tenerse presente las siguientes especificaciones:
pendientes longitudinales para calles y carreras diez por ciento (10%)- como máximo para las zonas
comerciales, arterias principales y avenidas; en las demás vías se permitirá hasta un diez y seis por ciento
(16%).- Cuando el terreno es de topografía accidentada, deberán seguirse las curvas de nivel del terreno, sin
excederse de las pendientes anotadas. Pendientes máximas para aceras de dos por ciento (2%); para prados,
16% y éstos tendrán un ancho igual a los dos tercios 2/3 del andén; para pavimentos transversales 4%.- Debe
conservarse hasta donde sea posible, las diversas pendientes se unirán por medio de curvas verticales.- Artículo
101. La Secretaría de Obras Públicas Municipales, tendrá especial cuidado en que las diversas urbanizaciones
colindantes coincidan entre sí, permitiendo la conexión de los diversos sectores, en aprovechamiento efectivo
del área urbana de los sistemas de alcantarillado, redes de acueducto y canalizaciones eléctricas. Artículo
102.Para aprobar una urbanización es necesario que los desagües se proyecten en colectores cerrados, que se
llevarán a la red general de alcantarillado, pero en caso de no existir ésta, debe sacarse fuera de los sectores
poblados o regiones destinadas a recreo, deportes u otras necesidades. Artículo 103. En los terrenos urbanizados
se exigirá la cesión gratuita de las áreas necesarias para vías, jardines y establecimientos públicos en un
porcentaje hasta del treinta y cinco por ciento (35%) del área total. Parágrafo. En lo relacionado con las vías, el
ancho de las avenidas principales será de quince metros con cincuenta centímetros (15.50 metros) como
mínimo.- En urbanizaciones adyacentes a vías urbanas ya existentes, el área para ceder se rebajará a una
cantidad igual al área que represente la distancia entre el contorno del terreno y el centro de la vía, siempre que
medio ancho no exceda de ocho (8) metros.- En caso que el propietario comprobare haber cedido al Municipio
en épocas anteriores y en terrenos adyacentes áreas para vías públicas, éstas se sumarán al bloque para hacer el
área total y se descontarán del 35% de ese total. Artículo 104. Cuando las urbanizaciones tengas más de cinco
(5) hectáreas, deberán ceder al Municipio un lote de cincuenta por cincuenta (50 * 50) metros, para la
construcción de una escuela, jardín, plazuela o lugar de recreo.- Cuando la urbanización abarque más de diez
(10) hectáreas, debe cederse un lote para plaza pública, cuyas dimensiones no serán nunca inferiores a ochenta
(80 * 80) metros.- Esta regla servirá para dejar dos, tres o más plazas según el área urbanizada.-Artículo 107.
Una vez legalizada la cesión de las fajas, se presentará para su aprobación el plano de lotes, que servirá de base
para otorgar la licencia de construcción. Si un lote no corresponde al plano del lote aprobado no obtendrá
licencia de construcción. Parágrafo. En las urbanizaciones destinadas a residencias de lujo no podrán los lotes
tener un área menor de quinientas varas cuadradas. En las de carácter popular no se permitirán lotes con un
frente menor de seis (6) varas (5. 10 metros). La secretaría de Obras Públicas no autorizará ninguna construcción
en lotes que se presenten con menor frente. Artículo 8. No se aprobará el proyecto de urbanización, si contiene
un área destinada a construcciones industriales en caso de existir sobre el terreno que va a urbanizarse alguna,
y debe rodearse ésta con una zona verde en todo su perímetro. Artículo 109. El municipio no autorizará la venta
de solares ni concederá licencias para edificar en las urbanizaciones, mientras los urbanizadores no hayan
ejecutado totalmente las obras de alcantarillado, sardineles, prados, arborizaciones, y andenes necesarios para
servir los predios que van a ser vendidos o edificados. Parágrafo. Las infracciones a este artículo se castigarán
con multas de trescientos ($300.00) a mil pesos ($1.000,00), que pagará el vendedor o el gerente de la compañía
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Poco a poco se iría construyendo una representación local sobre la creciente necesidad de
vivienda. El Concejo y la Alcaldía continuarían con sus pequeños planes de urbanización en
los que se entregaban entre 20 y 30 casas en barrios cercanos a la zona del centro. Un
acontecimiento significativo en estos primeros años de la década de 1950 es la adjudicación
de 20 casas en el barrio Primero de Mayo a los trabajadores del municipio. Para su
legalización el municipio tuvo que hacer un acuerdo entre el personero municipal el señor
Eduardo Correa Uribe y cada uno de los beneficiarios. Las casas constaban de:
urbanizadora y que ingresarán al tesoro municipal, previa Resolución que dictara la Alcaldía mediante informe
a la Secretaría de Obras Públicas Municipales. Parágrafo. Las vías que tengan carácter de avenidas serán
pavimentadas con cemento o asfalto por el urbanizador y las calles o carreras secundarias tendrán el menos
pavimento de macadam (sic) y mientras tenga este carácter su sostenimiento correrá por cuenta de los
urbanizadores. Parágrafo. Cuando las calles o carreras tengan a sus costados distintos propietarios, la
pavimentación y conservación será de cargo de todos ellos en proporción a sus respectivos predios. Artículo
110. Los registradores de Instrumentos Públicos no podrán registrar escrituras en que se transfiera propiedad
de lotes o zonas de terrenos urbanos mientras no se les presente certificación escrita, expedida por la Secretaría
de Obras Públicas Municipales, en que conste que el terreno en donde se halla ubicado el inmueble está
acondicionado con los requisitos exigidos en el artículo anterior. Artículo 111. Se prohíbe a los funcionarios
oficiales autorizar aun cuando sea en forma provisional, la construcción de habitaciones urbanas en zonas de
terrenos en donde no se hayan cumplido todos los requisitos de saneamiento. Artículo 115. Si dentro del terreno
que se va a urbanizar, hay fuentes naturales, quebradas, etc., deben dejarse zonas verdes protectoras, en toda su
longitud, con el ancho que a cada lado reserva la ley como área de la Nación-. Tampoco podrán estas aguas
emplearse como conductoras de aguas negras. Artículo 116. La Secretaría de Obras Públicas Municipales, dará
licencias de construcción únicamente cuando se hayan llenado los requisitos siguientes: 1. Aprobación del plan
de urbanización, con todos los detalles exigidos en el artículo 100. 2. Cesión al Municipio de la zonas en las
calles, plazas y parques, lotes escolares y demás zonas públicas, cesiones que sólo se considerarán aceptadas
una vez que en la Personería Municipal response copias de las escrituras públicas correspondientes y
debidamente registradas. 3. Aceptación de las obras de urbanización por la Secretaría de Obras Públicas
municipales para lo cual se requiere: a). Recibir el replanteo de la urbanización. b) Recibir las obras de
alcantarillado, pavimentación, sardineras, andenes, prados y arborización, que conforme a este Decreto quedan
obligadas todas las personas o entidades que desarrollen o estén desarrollando urbanizaciones dentro del
perímetro de la ciudad. Artículo 117. Queda facultada la Secretaría de Obras Públicas Municipales, para que
reglamente todas las consideraciones técnicas que deban llevar las diferentes obras de las urbanizaciones.
Artículo 118. Los planos de urbanizaciones aprobadas por la Secretaría de Obras, con anterioridad al 20 de julio
de 1950 y que no sean presentados para su revisión, dentro de los sesenta (60) días siguientes a partir de esta
fecha, quedarán sin valor y en consecuencia no podrán ser utilizados por los interesados. Artículo 120. La
Secretaría de Obras Públicas Municipales impondrá como condición indispensable para darle su aprobación a
los planos de urbanización que presenten para su estudio, la de que las zonas para calles, plazas, etc., sean
cedidas al Municipio dentro de los ciento ochenta (180) días siguientes a la fecha de su aprobación y que las
obras de saneamiento sea construidas dentro de un (1) año siguiente a la fecha de su aprobación. Artículo 121.
Divídanse las urbanizaciones en dos categorías: Residenciales y obreras.- En los planos presentados para sus
estudios a Secretaría de Obras Públicas Municipales deberá constar qué categoría se la ha asignado. Artículo
122. En las urbanizaciones residenciales no se permitirán construcciones con menos de dos pisos y se exigirá
un ante jardín por lo menos con tres veces el ancho de la zona verde de la calle, en caso de que la hubiese.- Los
antejardines exigidos por acuerdos anteriores, permanecerán vigentes”. Decreto No. 100. Jorge Roa Martínez
(Alcalde), Pereira, 4-Ago-1950, AAMP, Decretos, Archivo Central Alcaldía Municipal. Pereira-Colombia.
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“ocho metros con ochenta y tres centímetros de frente a la carrera tercera bis, por
diez y siete metros con setenta y cinco centímetros de fondo, junto con el terreno
sobre que está edificada, casa constante de cuatro piezas, cocina, y servicios sanitarios
de inodoro, baño y lavadero, construcción de adobe, siete instalaciones de luz
eléctrica y respectivas llaves de agua”.68
Los trabajadores tendrían hasta 25 años para pagar el valor de la casa estipulado en Siete mil
trescientos setenta y tres pesos, con ochenta y ocho centavos, la cuota mensual sería de
veinticuatro pesos con cincuenta y cinco centavos.
Más adelante aparecería en el panorama de la urbanización, lo que sería el comienzo de una
de las grandes zonas residenciales como lo fue el sector de los Alpes en 195469. Este tipo de
68 “El ejercicio de esta tenencia está sometido a las siguientes condiciones que se estipulan como obligaciones
a cargo del locatario: a) Someterse a los reglamentos de higiene que el director Municipal dictare; b) A hacer
en la finca a su costa las reparaciones locativas que corresponden al deterioro proveniente del uso o culpa de
sus habitantes, indicadas por el Municipio; c) A no hacer en la finca mejoras útiles de ninguna clase. Quedan
especialmente prohibidas las obras tendientes a cambiar la forma de los cerramientos, la distribución de las
piezas y la forma de edificación; d) A observar buena conducta; e) habitar la casa con su familia exclusivamente,
prohibido arrendarla”. José Domingo Escobar (Alcalde), Pereira, 05-Ene- 1953, AAMP, Decretos, Archivo
Central Alcaldía Municipal Pereira-Colombia. Mediante el Decreto Extraordinario No. 9. (13-Ene-1953), Se
le adjudicó la casa No. 16 al señor Fabricio Vélez Aldana. Por un valor de ($ 7.413,88). Mediante el decreto
Extraordinario No 10. (14-Ene-1953). Se adjudica la casa No. 12, al señor Abelardo Montaño por valor de ($
7.413,88). Decreto Extraordinario No. 13. (23-Ene-1953). Se adjudica la casa No. 4, al señor José J.
Bustamante, por valor ($ 7.373,88). Decreto Extraordinario No. 29 (25-Feb-1953). Se adjudica la casa No. 20,
al señor Pedro A. Quintero, por valor de ($ 7.413,88). Decreto Extraordinario No. 30. (28-Feb-1953). Se
adjudica la casa No. 1 por valor ($7.413,88). Mediante el Decreto Extraordinario No. 95. (03-Jul-1953). Se
adjudica la casa No. 11 al señor José Jesús Giraldo L. Decreto Extraordinario No. 28. (09-Jul-1953). Se adjudica
la casa No. 5 por valor de ($ 7.363,88). En 1959, nuevamente la Alcaldía Municipal volvería a adjudicar unas
casas a los trabajadores. Así se constata al revisar el Acuerdo No. 100. “Artículo 1. Destínese el lote de terreno
de propiedad municipal situado en la carrera segunda hasta el Río Otún, con calles 29 bis a 31, (…) para la
construcción de viviendas para trabajadores. Artículo 2. Por peritos que designarán: uno el Alcalde, y otro el
Concejo se fijará el valor del globo de terreno que se destina en el artículo anterior y su precio tendrá en cuenta
para abonar el saldo que el Municipio adeuda al FONDO DE VIVIENDA PARA TRABAJADORES". Acuerdo
No. 100. Guillermo Echeverri Bustamante (Presidente ConcejoMpal), Pereira, 21-Ago-1959, AAMP, Archivo
Central Alcaldía Municipal, Pereira-Colombia.
69“Motivo de orgullo para Pereira es el grupo de construcciones que en este importante sector de la ciudad y
que bautizado con el nombre de "Los Alpes", numerosos miembros de nuestra sociedad han elegido para
levantar sus residencias. Encontramos en esta moderna urbanización, construcciones que no tienen nada que
envidiarle a las más modernas y confortables de los barrios residenciales más exclusivos con que cuenta Bogotá.
Los moradores de esta zona no han escatimado gasto y detalle para levantar suntuosas residencias con todo el
confort y lujo requerido para la moderna arquitectura. Por otra parte este grupo de residencias dan a la ciudad
un aspecto de gran urbe, pues, es claro principio que sus habitantes ya van buscando sitio donde construir la
zona netamente residencial que la ciudad necesita, para en esta forma descongestionar los sitios centrales y
comerciales para que el comercio y otras actividades de índole no relacionadas con lo residencial puedan
expandir sus actividades”. Residencias los Alpes. El Diario. Pereira. 11-ago-1954. p, 2.
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construcciones habitacionales modernas se empezaban a combinar cada vez más con
urbanizaciones pensadas bajo la óptica de la caridad, como lo fue la construcción por parte
del Club de Leones de algunas casas para que sirvieran de alojamiento temporal a los
pobladores que lo necesitaran, o como decían puntualmente para que sirvieran de “albergue
a las familias vergonzantes”70.
El crecimiento de la ciudad continuaría pero cada vez de una manera más espontánea y
acelerada, lo que también llevaba a que fuera menor el tiempo que tenía la dirigencia de la
ciudad para atender de manera adecuada las nuevas necesidades que se iban presentando en
algunos de los barrios. Una clara diferencia está en la forma como se aprobó el alcantarillado
del barrio Boston en 195971 y lo difícil que fue aprobar el del barrio Cuba en 1963.
Pero además la aparición en escena de los sectores populares como Boston y Cuba pone de
presente la emergencia de una figura política como la de Camilo Mejía Duque. Sus continuas
exposiciones de motivos dan cuenta de la preocupación e incidencia que tenía en la solución
de los problemas de los barrios populares de la ciudad. En el caso de la exposición de motivos
sobre la importancia de que el Concejo aprobará la construcción del alcantarillado en el barrio
Cuba, hace visible su conocimiento de la ciudad, pero a la vez, que la segregación espacial
ejercida sobre los habitantes de este barrio no fue planeada y por lo improvisada dejó muchos
elementos pendientes:
"No es necesario de muchas palabras para llevar al conocimiento de los legisladores
distritales la urgencia de la obra. El problema creado en virtud de una determinación
quizás ligera y sin el más mínimo estudio ha traído secuelas que están a la vista,
70 Acuerdo No. 15. Evelio Gómez Botero (Presidente del Concejo Municipal), Pereira, 28-May-1956, ACP,
Acuerdos, archivo Central Alcaldía Municipal. Pereira-Colombia.
71 “Se autoriza celebrar un contrato entre Omar de la Pava Gómez, Fabio A. López Salazar (Personero
Municipal). y Néstor Botero Jiménez. "El contratista se compromete a ejecutar los trabajos de construcción de
alcantarillado en la Urbanización de Boston (Erradicación de tugurios) situada en el Sur Oeste de la ciudad,
conforme a los planos elaborados por el Municipio, que comprende lo siguiente: 1). TUBERÍA DE
CONCRETO DE 6 para derivaciones domiciliarias, 1.200 metros lineales a $9.00 el metro lineal. 2). Tubería
de concreto de 8 pulgadas. 3) Tubería de concreto de 8 de pulgadas. 4) Tubería de concreto de 10 pulgadas. 5).
Tubería de concreto de 12 pulgadas. 6) Tubería de concreto de 15 pulgadas. 7) Cámaras de inspección y
cámaras de caída en concreto. 8) Sumideros. 9) Cámaras de asiento para terrenos flojos". Acuerdo No. 91.
Alonso Valencia Arboleda (Presidente ConcejoMpal), Pereira, 17-Jun-1959, AAMP, Archivo Central Alcaldía
Municipal, Pereira-Colombia.
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cuando varios centenares de familias fueron enviadas a vivir en condiciones
realmente incomodadas y antihigiénicas por la carencia de medios y elementos
indispensables para la vida en comunidad. El barrio Cuba fue construido en una época
que urgía de ello y a esto se debe el que ni las autoridades ni el Instituto de Crédito
Territorial, ni los mismos adjudicatarios hubiesen reparado los problemas y las
incomodidades que se vendrían cuando los habitantes de ese barrio estuvieran allí
instalados. Sólo cuando había un crecido número de adjudicatarios se vino a ver cómo
era de grave el problema del alcantarillado. Los medios previstos por el
INSCREDIAL y las autoridades municipales para atender a las necesidades sanitarias
que ese numeroso núcleo requería fallaron desde los primeros meses. La solución se
ha buscado por diferentes caminos sin que se haya llegado a punto alguno satisfactorio
a la vista. El único es el que ahora se prepone decir que el Municipio lo absorba
totalmente obteniendo un empréstito suficiente a cubrir el valor total de la obra, sin
que se trata de recargar a los actuales adjudicatarios dueños de pequeñas viviendas
como se ha pensado en distintas ocasiones, ya que ella ha debido construirse antes de
iniciar o adjudicarse tanto lotes como las viviendas. Es una situación creada a ciencia
y paciencia del Municipio y de sus autoridades por lo cual no hay razón para sacarle
el cuerpo a su solución. Sobre el problema del barrio Cuba el suscrito ha venido
tratando ante distintas entidades tanto locales como foráneas en miras a conseguir la
atención que el agudo caso requiere sin lograrlo. Sólo el INSCREDIAL en Bogotá ha
tomado en serio mi petición y allí se prometió a Pereira un Empréstito de Un millón
de pesos, con 15 años de plazo con intereses del cuatro por ciento anual para pagarlo
por el sistema de amortización gradual. (…) Por este lado, pues, no hay obstáculo, y,
al contrario, tengo la seguridad que existe buen ánimo de hacerlo en procura de ayudar
a una solución que clama la mano de quienes tengan los instrumentos para realizarla.
En días pasados, no hace veinte días, comuniqué esta posibilidad a la Junta de Acción
Comunal del barrio Cuba en un mensaje suscrito en Bogotá en donde insinuaba
adelantar una campaña ante las autoridades municipales a fin de que tomara una
determinación ajustada a la urgencia de este improrrogable problema.
Inexplicablemente dicha Junta nada hizo, ni atendió esa sana y oportuna sugerencia
por lo cual me veo ahora obligado a presentar el proyecto de acuerdo como medio
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definitivo a poner fin a lo que anhelo y necesidad de una población respetable por su
número, calidad y pobreza. Sobre el caso del alcantarillado del Barrio Cuba ha habido
agitaciones de orden social muy dignas a tener en cuenta, y que merecieron la
preocupación, no sólo de las autoridades locales, sino de los poderes de la Nación, ya
que hasta nos tocó, a los parlamentarios Pereiranos, llevarlo en busca de ayuda, por
lo alto. De todo esto se tiene una memoria, pero con el correr de los días, todo hubo
de relegarse al olvido. Entrevistas con ministros, gerentes de institutos y otras
entidades pusieron en conocimiento amplio lo que hasta entonces se debatía en el
simple tapete de las cosas locales. El Ministerio de Salud Pública fue enterado y
apurado a estudiar el caso a la luz de sus funciones para que se creara una conciencia
suficiente a lo que creíamos los pereiranos del caso decirle. Los vecinos, atendieron
entonces lo que me pedían las autoridades como era el que suspendieran la
manifestación anunciada mientras se transitaba por los caminos que llevarán a una
solución suficiente y definitiva del problema. (…) Está lista la plata en el Instituto de
Crédito, es justa y necesaria la obra; razones suficientes para que el Concejo proceda
a darle su aprobación en el menor tiempo posible72.
Como se puede leer en el discurso de Mejía Duque, la ciudad estaba afrontando las
consecuencias de haber permitido o haber “enviado” al sector sur occidental un amplio
número de pobladores que movidos por su necesidad de contar con un techo habían obviado
realizar la debida preparación de los terrenos. Sin embargo Mejía Duque, hacía gala en sus
argumentos de un conocimiento del devenir urbano de Pereira y de una conciencia sobre la
obligación del municipio para asumir estos problemas73. De igual factura argumentativa es
la exposición de motivos de Mejía Duque, promoviendo la aprobación por parte del Concejo
Municipal de un barrio para el gremio de los carreros:
72 Srs. Concejales. Camilo Mejía Duque. Camilo Mejía Duque (Concejal Municipal), Pereira, 01-Ago- 1963,
AAMP, Archivo Central Alcaldía Municipal, Pereira-Colombia.
73 En abril de 1961 Camilo Mejía Duque presentó ante el Concejo Municipal de Pereira un proyecto de acuerdo
en el que se aprobaría al Alcalde y al Personero la adquisición de un terreno para la construcción allí del Barrio
de los Carreros. Camilo Mejía Duque (Concejal de Pereira), Pereira, 11-Abr-1962, AAMP, Archivo Central
Alcaldía Municipal, Pereira-Colombia.
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"Señores Honorables Concejales: El gremio de carreros de Pereira, es sin duda alguna
el más numeroso y que tiene su existencia jurídica antes que ningún otro Sindicato de
la localidad. En realidad, desde el año de 1.934 (Febrero 6) fue fundado y desde
entonces viene cobijando bajo las normas legales que rigen las actividades laborales.
Desde hace también muchos años tiene su Personería Jurídica No. 22. 894 y en la
actualidad tiene doscientos- ochenta y nueve afiliados todos ellos hombres de bien y
de magnificas costumbres. Es un gremio ejemplar que ha servido y sirve al comercio
y a la Sociedad Pereirana con innegable eficacia. También existen a la fecha un
número que llega a ciento cuarenta y dos carreros sin sindicalizar con lo cual el
número de carreros que prestan su servicio en Pereira llega a la cifra de 431,
respetable por cierto, y por lo tanto digna de tenerse en cuenta por las entidades
oficiales. El proyecto que presento tiende a señalar un barrio específico para este
gremio, ya que las condiciones mismas del oficio así lo requieren. Todos saben que
el carrero necesita para su actividad de un caballo, por lo menos, y que ese
complemento también reclama de un lugar adecuado para su cuidado y permanencia
por varias horas del día. De ahí que los carreros hayan solicitado en meses pasados al
Concejo el señalamiento de un Barrio Especial, que sea propicio con un lote adecuado
para construir la vivienda para el hombre y su familia y el lugar o estancia para el
caballo y el carro. Solo en esta forma se consigue tranquilidad a ellos, pues en otro
sitio o mejor sin estas taxativas condiciones solo querellas y disputas se verían con
los vecinos, que no sean del mismo gremio ni tengan las mismas condiciones
anotadas. Por ello creo de justicia atender a esta necesidad y ella se lograría aprobando
este Proyecto como primera parte de una realización urgente de cumplir”74.
Concejo y Alcaldía municipal continuarían con su política basada en proponer atenuantes
antes que soluciones definitivas para el déficit de vivienda. Se construyeron algunos otros
barrios por iniciativa del municipio para los periodistas y los motoristas75.
74 Exposición de motivos. Camilo Mejía Duque (Concejal de Pereira), Pereira, 11-Abr-1962, AAMP, Archivo
Central Alcaldía Municipal, Pereira-Colombia.
75 Acuerdo No. 60. Alfonso Giraldo Aristizabal (Concejo Municipal), Pereira, 28- Ene - 1966, AAMP, Archivo
Central Alcaldía Municipal, Pereira-Colombia. Acuerdo No. 44. Alberto Mesa Abadía (Presidente del Concejo
Municipal), Pereira, 08-Jun-1962, ACP, Acuerdos, archivo Central Alcaldía Municipal. Pereira-Colombia.
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La acción del ICT en Pereira: Breve acercamiento.
“En los años 50 hay un aumento de la población de Pereira sumamente grande
(…) desorganizado, caótico, improvisado casi siempre, porque la gente
llegaba acá buscando refugio, (…) huyendo de la violencia que había en Belén
de Umbría, Mistrató, en Balboa, en ciertas partes del Norte del Valle. Y
comienzan a venirse para acá, a poblar desordenada y caóticamente el
territorio; nacen tugurios que no son lo que hoy existe y que ustedes pueden
conocer y que los puede espantar, pero que son hoteles de cinco estrellas
comparados con los asentamientos que se forman acá en los años 50: ahí a la
orilla del río del barrio San Judas, por ejemplo, en unas condiciones de
salubridad muy malas, sin servicios públicos, sin agua, sin electricidad,
obviamente sin alcantarillado, sin educación, sin empleo; porque la ciudad
venía con un desarrollo económico muy sencillo, basado fundamentalmente
en la manufactura, en la trilladora del café, porque el café venía creciendo e
iba ser muy importante en los años 50s, 60s e inclusive en una parte de los
70s, pero eso no era una oferta económica o de empleo, la suficiente para
atender a toda esta gente que llegaba; entonces empiezan a darse problemas
de empleo, de educación, problemas de salud, poblamiento totalmente caótico,
improvisado del territorio; por lo tanto hay gran cantidad de personas
buscando ayuda, buscando beneficios del Estado”. Gustavo Orozco Restrepo.
En 1961 se establece en Pereira la primera oficina del ICT, inscrita a la dirección de
Manizales. Ya desde finales de los años 30 se venían realizando acciones urbanísticas en la
ciudad por cuenta de esta entidad desde el orden nacional. Pero sería a partir de 1962 que
Pereira empezaría a contar con una seccional propia que incluía a La Virginia, Santa Rosa y
Dosquebradas (Carmona, 2011, p. 51-52).
El ICT contemplaba varios tipos de planes para cumplir con su objetivo. El programa de
vivienda sin cuota inicial, viviendas por auto-construcción, préstamo comunitario, crédito
individual supervisado y mejoras de vivienda. (Álvarez y Roldán, 1990, p. 103).
La mayoría de los proyectos desarrollados por el ICT en el periodo de estudio, fueron
producto de alianzas entre la entidad y el municipio de Pereira. La acción se efectuaba de
diversos modos. Por ejemplo, el municipio ponía los terrenos y el ICT la asesoría técnica y
materiales para la construcción de viviendas en los barrio, así ocurrió en los casos de Cuba
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(todas las etapas)76, Boston, Libaré, El Vergel, San Luis, San Camilo, entre otros. Estos
convenios debían de quedar previamente aprobados por el Concejo Municipal que establecía
cuales eran los niveles de participación:
“Decreto No. 35 de 1962.
Art 1: Autorizase a los Señores Alcalde Municipal y Personero Municipal, para
adelantar con el Instituto de Crédito Territorial, las gestiones tendientes a la
construcción de un lote mínimo de 30 casas con destino a los empleados municipales,
cuyo sueldo mensual no sea inferior a 1.000 pesos, ni superior a 1.500 pesos.
Art 2: el municipio de Pereira para la construcción de tales viviendas aportará los
terrenos necesarios, procurando que el valor de cada lote constituya la tercera parte
del precio de edificación”77.
En otras ocasiones el ICT apoyaba los procesos de mejoramiento de vivienda y de adecuación
de barrios. Muchos de los barrios que se iban construyendo en la ciudad producto primero
del asentamiento ilegal, como es lógico, no contaban con acueducto y alcantarillado. Desde
el ICT se promovía la regulación de estos barrios, en primer término, había que legalizarlos
para hacer viable la inversión pública78, y luego en asocio con la Alcaldía se efectuaba el
proceso de normalización. Usualmente el ICT era quien ponía el presupuesto y el municipio
la mano de obra, que a veces terminaba siendo en realidad los mismos pobladores de los
76 Construcción de la red eléctrica del barrio Cuba. El Diario de Risaralda, 29-jul-1966. p. 8.
77 Acuerdo No. 35. Gerardo López (Presidente del Concejo Municipal), Pereira, 05-Jun-1962, ACP, Acuerdos,
archivo Central Alcaldía Municipal. Pereira-Colombia.
78 Entrevista Gustavo Orozco. Septiembre 15 de 2014.
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barrios79. Incluso en algunos momentos se presentaban tensiones cuando el Concejo
Municipal se estaba demorando para autorizar la celebración de los contratos80.
Para terminar, como se puede ver en la tabla siguiente, los proyectos de mayor envergadura
efectuados por el ICT entre 1950 y 1970, fueron las 3033 viviendas en el barrio Cuba a partir
del año 1961, las 1079 viviendas del barrio Otún en 1963, y la tercera etapa del barrio El
Vergel con 2300 viviendas para el año 1969.
79 Otro ejemplo de este trabajo colaborativo se evidencia en la construcción del barrio de los Carreros. “Acuerdo
No. 30. Por el cual se da una autorización al señor Alcalde y Personero Municipal para adquirir un lote de
terreno destinado al Barrio de los Carreros. La Alcaldía reglamentará la forma de adjudicación de los lotes y
la forma de pago, teniendo en cuenta las mejores ventajas para los beneficiarios, es decir trabajadores del
sindicato de carreros o trabajadores con más de un año en la labor de Carrero y que posea menos de 20.000
pesos en bienes”. Acuerdo No. 30. Camilo Mejía Duque (Presidente del Concejo Municipal), Pereira, 16-Abr-
1962, ACP, Acuerdos, archivo Central Alcaldía Municipal. Pereira-Colombia.
80 "Sí el Concejo del municipio no se reúne en los próximos días, el plan multifamiliar de vivienda será afectado
por aplazamiento que se definiría en noviembre de este año cuando se integre el nuevo cabildo. Así lo manifestó
el Personero doctor Fabio Gómez Botero al referirse programa de construcción de 80 apartamentos que se harán
en el sector de la actual plaza de ferias. (...) Como en tantas veces se ha informado, la obra del P-T (sic) que
consta de 80 habitaciones multifamiliares será financiada por el ICT y por el mismo municipio. El costo total
de ese plan está fijado en los 3.600.000 pesos". El Diario de Risaralda, 27-Jul-1966, p. 3. Uno de los proyectos
más ambiciosos del ICT, fue divulgado en 1969 por la prensa local: "El ICT tiene pensado la construcción de
un total de dos mil trescientos cincuenta casas en terrenos de la Urbanización el Vergel, que fueron adquiridos
el año pasado por el Instituto, mediante compra a doña Pobreza Vélez, por un valor superior a cinco millones
de pesos. Esas casas serán de tipo clase media alta y clase obrera, con diferentes valores. La inversión de ese
plan representa cifra superior a dos millones de pesos $ 2.000.000, siendo de anotarse que el proyecto mereció
la aprobación previa del organismo internacional que está financiando los planes del ICT. (...) Igualmente los
funcionarios de Crédito Territorial se entrevistaron con los del departamento, para asegurar la cesión que hace
el ICT, por venta al Risaralda, de terrenos adecuados, en la misma zona de la Urbanización El Jardín, para la
construcción del Instituto de Enseñanza Media, que ha programado el Ministerio de Educación en Pereira y el
cual tendrá un costo aproximado de veinticinco millones de pesos". El Diario, 03- mar- 1969. p. 5.
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PROYECTO
AÑO
NÚMERO DE
VIVIENDAS
PROMOTOR
Coop. R.C. Jardín 1950 6 ICT
Coop. Magisterio 1951 18 ICT
Primero de Mayo 1952 226 ICT
La Corea 1959 33 ICT
Boston 1960 339 ICT
Cochapro 1960 22 ICT
Cuba 1961 3033 ICT
Castaño Robledo 1962 14 ICT
Libaré 1962 327 ICT
El Otún 1963 1079 ICT
El Vergel 1963 56 ICT
Hilos Cadenas 1963 19 ICT
La Julia 1963 15 ICT
Paños Omnes 1963 10 ICT
Bavaria 1964 48 ICT
MinHacienda 1964 5 ICT
Fondo Rot. Licorera 1965 27 ICT
Coop. San Luis 1966 117 ICT
Empresas Públicas 1966 51 ICT
Telecom 1966 6 ICT
La Feria 1967 160 ICT
San Camilo 1967 206 ICT
Sind. Carreros 1967 230 ICT
Primero de Febrero 1968 10 ICT
El Vergel 3era etapa 1969 2300 ICT
Cuba 5º 1971 106 ICT
El Jardín I 1971 598 ICT
El Jordán 1972 309 ICT
El Porvenir 1972 20 ICT
Adecol 1976 14 ICT
Cuba 6º, 7º y 8º 1976 289 ICT
El Jardín II 1976 331 ICT
El Jardín III 1978 110 ICT
Gama 1979 617 ICT
Ilustración 7. Proyectos de vivienda ICT
(1950-1970).
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CAPITULO 5
Conflictos de ciudad: Pereira en los años 50 y 60.
“Aquí no hay forasteros, todos somos Pereiranos”
Maestro Luciano García Gómez 1947
Ilustración 8. Panorámica Pereira 1940. 81
El término general de “conflicto social” hace referencia constante lucha por posicionar unos
determinados valores y estatus –por encima de otros– que a su vez permiten el acceso al
poder y a la distribución de los escasos recursos. El “conflicto” es considerado como uno de
los factores que contribuyen al progreso de la sociedad o al deterioro de la misma, en vista
que promueve la formación de grupos de cambio y acción social que posibilitan la integración
o fragmentación –mediante pactos o acuerdos– con una serie de actores que coexisten en un
mismo territorio. A su vez, a partir de él, puede surgir un nuevo orden social representado en
relaciones y estructuras de poder, es decir, que un conflicto entre grupos pasa a ser un
conflicto social cuando transciende de lo individual o lo grupal y cuando afecta al
funcionamiento de la estructura de la sociedad.
En el caso de la ciudad de Pereira, este cumulo de encuentros y desencuentros entre diversos
valores culturales que pugnaban por espacio, reconocimiento y poder, comienzan a
intensificarse con la segunda ola de industrialización de la ciudad, ubicada entre el periodo
81 Foto extraída de: el día 22 de octubre de 2014.
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de 1940 a 1963, generando un caos que se fue materializado en la desigualdad, la
segmentación y segregación social del espacio urbano de Pereira.
Siguiendo a Jaime Jaramillo Uribe (1964, p. 393-394) durante el segundo ciclo de
industrialización, la ciudad sobrepasó la industria de tipo artesanal, para entrar en la etapa de
la “gran fábrica” con la utilización de técnicas más modernas. Para el año de 1948, ya se
encontraba en funcionamiento la “compañía de Lana S. A” fundada por inversionistas
franceses, dos años más tarde –en 1950– llegarían a la ciudad inversionistas americanos con
la iniciativa de producir comestibles y confitería, fundando “Comestibles la Rosa”, y en 1952
inversionistas ingleses fundan la “Fabrica de Hilos Cadena”.
Desempleo e informalidad
Según estadísticas de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), para el año de 1962 la
ciudad tenía un total de 289 establecimientos industriales legalmente reconocidos, los cuales
empleaban un aproximado de 7.865 obreros, cifra insignificante si se tiene en cuenta que para
ese mismo año, tan solo 3 barrios emergentes de la ciudad como Cuba, Alonso López y El
Rio contaban con una población laboralmente activa de 6.389 personas, y en general la
ciudad tenía una población laboralmente activa de 151.240 personas82. Lo que hace evidente
la poca capacidad que tenía el municipio de Pereira para emplear a su población, puesto que
solo el 5% de la población activa de la ciudad. De ahí, que se plantee al desempleo como
una de las principales causas que contribuyó a la formación de una crisis económica y social
en el tejido urbano de Pereira.
82 Este consolidado de cifras son de elaboración propia, a partir de información presentada por Calle (1964) y
ANDI (1964).
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Población laboralmente activa de la ciudad de Pereira en década de los 60
Niños, jóvenes y adolescentes 29.779
Población laboralmente activa 151.240
Población económicamente activa83 56.614
Población económicamente inactiva 131.762
Tabla 3. Población laboral década años 60.
Como se ha venido mostrando, la ciudad de Pereira pese a no encontrase preparada política,
económica e infraestructuralmente para la llegada –en tan solo 20 años– de 111.512
habitantes a sus márgenes, continuó durante los años 50 y 60, con campañas radiales que
invitaban a nuevos pobladores a tener a la ciudad de Pereira como una opción de vida,
posicionándola como una de las ciudades intermedias del país más apta para la inversión
comercial por ser un vaso comunicante entre ciudades como Medellín, Bogotá y Cali (el
triángulo de oro del país) y por ser el centro del triángulo del café; estas campañas
promocionadas por emisoras como: Voz del Café, Voz del Pueblo, Voz de Pereira y Voz
Amiga, terminaron por hacer atractiva la ciudad para muchos refugiados de la violencia y de
los “pájaros” conservadores que vieron en la ciudad una oportunidad de cambios de vida.
Dicha publicidad puede ser resumida con la siguiente frase: “si está aburrido o si tiene
problemas donde vive, vengase a vivir a Pereira, la ciudad sin puertas” o “aquí no hay
forasteros, todos somos iguales” (Calle, 1964, p. 20 y 59).
De ahí, la necesidad de entender la crisis de empleo en la ciudad desde dos puntos en
contravía: Primero, los ideales y aspiraciones de la élite por insertar a la Nación en las
dinámicas de comercio global bajo el proyecto modernizador con unas instituciones estatales
débiles y corruptas, y segundo, la cultura mayoritariamente campesina y agraria que
componía la ciudad para ese entonces, y que no logró responder a las necesidades laborales
83 “Se llama población económicamente activa aquella de 12 años y más, que durante el año censal ejerció
una ocupación remunerada en la producción de bienes o servicios, y la que en condición de "ayudantes
familiares'' trabajó sin remuneración en la empresa de su respectivo jefe de familia o pariente por lo
menos durante un tercio del Concepto de tiempo normal de trabajo. Dentro del año censal o período
de referencia, el censo económicamente activa establece un límite de duración de actividad, continua o
discontinua, de nueve meses, para la denominación de "ocupados" y "no ocupados" (DANE, 1964, p. 10).
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del momento –en su mayoría de conocimientos técnicos y tecnológicos–, terminando por ser
segregada de los beneficios y prácticas de la ciudad.
En vista de que el desempleo y el analfabetismo continuaba en aumento (ver gráfico 5), y la
administración municipal no ofrecía respuestas efectivas a dicho problema, los desempleados
optaron por la informalidad y la ilegalidad laboral, puesto que el empleo en la ciudad
representaba no solo un hogar con luz eléctrica, alcantarillado y agua potable, sino también
un plato de comida, vestido y educación. Razones que contribuyeron a que los ciudadanos
iniciaran labores de lustrabotas, de lotero, vendedor ambulante, cotero o bultero, empleada
doméstica o prostituta, oficios que les permitiera encontrar ingresos para subsistir en una de
las ciudades que para aquel momento tenía uno de los más altos costos de vida.
En entrevista hecha por El Diario al Dr. Antonio Álvarez Restrepo -Ministro de Hacienda en
el año de 1951- se le preguntaba si él consideraba que el alto precio del café facilitaba o no
el costo de la vida de los ciudadano. El Ministro respondió:
“es una extraña paradoja el hecho de que, cuando más alto ha sido el precio del café
en los Estados Unidos, es cuando más han tenido que apretarse el cinturón los
ciudadanos, especialmente los de clase media con sueldos entre 150 y 600 pesos. Por
ejemplo, he encontrado que las ciudades de Manizales y Pereira, grandes centros
cafeteros, son los que registran un costo de vida más elevado y difícil. Puede decirse
entonces que el costo de la vida viene detrás del alza del precio del café”.84
Si detallamos el cuadro número dos, podemos observar los ingresos mensuales por jefe de
hogar en los barrios El Rio, Cuba y Alfonso López donde se presentaban 818 personas con
salarios mínimos mensuales entre 100 a 200 pesos, es decir, que dicha población se
encontraba en estado de pobreza extrema y vulnerabilidad, si se tiene en cuenta que por cada
jefe de hogar en promedio dependían 8 personas.
84 Pereira y Manizales registran el más alto costo de vida en el país dice el Ministro de Hacienda. El Diario.
Pereira. 03-mar-1951. p. 01 y 08.
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Ingresos por Jefe de Hogar
Ingresos al mes El Rio Alfonso López Cuba
100 a 200 28 87 703
201 a 500 114 57 566
501 a 1.000 7 20 56
No respuesta 15
Tabla 4. Ingresos jefe de hogar.
Barrio Número de
habitantes
Número de
Familias
Número de
casas
Habitantes
por casa
Personas por
familias
El Rio 1.642 164 128 12.8 10
Alfonso
López
3.118 362 2600 12 9
Cuba 9.022 1.388 864 9.4 6.5
Total 13.782 11.914 1.252 11.4 8.5
Tabla 5. No. de habitantes por casa.
.
Ilustración 9. Calle 17, Pereira 1965.85
85 Calle 17 Pereira 1965 (Archivo digital compilado por Álvaro Camacho).
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Ilustración 10. Galería de Pereira, años 5086.
Tal fue la situación de informalidad que se presentó en la ciudad, que para el año de 1958 la
Alcaldía Municipal en cabeza de Oscar Vélez Marulanda, expidió un decreto para
reglamentar las profesiones ambulantes:
“En uso de sus atribuciones legales, y, CONSIDERANDO: A) Que no existe en la
ciudad, normas legales sobre control en el ejercicio de algunas profesiones
ambulantes, como las de lustrabotas, loteros, y vendedores ambulantes B) Que varias
agremiaciones de ese género, organizadas por medio de sindicatos, han solicitado de
la Alcaldía que se tomen medidas sobre el particular, en defensa de los mismos
gremios y como protección para los asociados, DECRETA: Art.1. Toda persona que
se dedique al oficio de LUSTRABOTAS, o de LOTERO, o de VENDEDOR
AMBULANTE, deberá proveerse de un carnet que le será suministrado por la
Dirección de Transporte y Tránsito. (…) Art. 4. Sin el carnet de que trata el presente
86 Galería Pereira Carrera 10, 1958 (Archivo digital compilado por Álvaro Camacho)
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decreto, no podrá ejercerse en la ciudad ninguno de los oficios en mención. La policía
vigilará su estricto cumplimiento y la Dirección de Circulación o de Transporte y
Tránsito impondrá sanciones pecuniarias de diez pesos de multa en favor del Tesoro
Municipal, convertibles en arresto a la proporción legal, por cada infracción
comprobada; (...) Art. 6. La dirección de Transporte y Tránsito del Municipio,
señalará las zonas o lugares de estacionamiento de los vendedores ambulantes, con la
aprobación de la Alcaldía y con sujeción a las normas establecidas en el Decreto 87
de 14 de julio de 1950; Art. 7. Queda prohibido, en lo sucesivo, el ejercicio de la
profesión de LUSTRABOTAS, la de LOTERO y la de VENDEDOR AMBULANTE,
a menores de doce años de edad. Exceptuase el caso de que se establezca que su
trabajo es indispensable como único medio de subsistencia para sus padres o
hermanos menores. En ningún caso podrán ejercer su oficio en zonas de tolerancia,
mancebías y cantinas; Art. 8. Los Lustrabotas no podrán ejercer su oficio sino hasta
las diez de la noche”.87
Esta estrategia de control, oscilante entre la permisión y la represión, buscó reducir
considerablemente el aumento de profesiones ambulantes, así como los problemas de
territorialidad que se estaban presentando entre estos. Dicha magnitud de la informalidad en
el empleo dio paso a la creación de diversos sindicatos, por ejemplo, según su oficio,
profesión u ocupación, lo cual les permitió a los sindicalistas la injerencia en los diferentes
acuerdos y decretos que regulaban su actividad económica. Esta medida llevó en el año de
1962 a que la administración de Germán Martínez Mejía, zonificara ciertos sectores de la
ciudad para la realización “legal” de las profesiones ambulantes, de la siguiente manera:
“A) Frescos: Hasta un total de trece puestos discriminados en la forma siguiente: Los
cinco que funcionan en el sector de las galerías y el resto que funcionan en el sitio
que se ha autorizado previamente por el señor inspector del permanente de occidente,
primer turno, B) Víveres y cacharros: Estarán situados en la calle 16 carrera 12 en la
plazuela que hace esquina con el ferrocarril; C) Frutas: Se autorizan los puestos
87 Oscar Vélez Marulanda (Alcalde Mayor). 30, jun, 1958. AAMP, Archivo Central Alcaldía Municipal,
Pereira-Colombia
"Será reglamentada la Profesión del Vendedor Ambulante". El Diario. Pereira, 04-mar-1957.
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siguientes en la carrera 7a de la calle 14 a 17, dos puestos. En la carrera 7a de la calle
20 a 23 dos puestos. En la carrera 8a calles 14 a 17 dos puestos. En la carrera 8a calles
20 a 23 dos puestos. Tales puestos estarán situados sobre la calle y a una distancia
mínima de unos quince metros de la esquina y funcionaran en vitrinas debidamente
acondicionadas. Fuera de esta autorización no habrá más para la carrera 7a y 8a. D)
Confites y cigarrillos: Se autorizan los puestos que siguen: uno en cada esquina de las
galerías centrales y los otros se distribuirán en la siguiente forma: Carrera 6a calles
10 a 25, un puesto cada dos cuadras, situado por el lado inverso donde voltean los
carros, carrera 9a a 12, calles 10 a 25 organizados en la misma forma que los
anteriores: E) Venta de parva: Dos en cada flota que prestan servicios
intermunicipales y con la debida autorización de los gerentes de dicha empresa; (...)
(…) Art. 8. Quedan absolutamente prohibidas dentro del área urbana de la ciudad, en
plazas, parques, calles, andenes y avenidas toda clase de fritangas. (...) Art.10. Las
infracciones al presente decreto serán sancionadas con multas de diez a ciento
cincuenta pesos convertibles en arresto en la proporción legal”.88
88 Germán Martínez Mejía (secretario de gobierno). 17, abril, 1962 (sic). ACP, Archivo Central Alcaldía
Municipal, Pereira-Colombia
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Ilustración 11. Ventas informales89.
No obstante, pese a los múltiples espacios que se destinaron –dentro y fuera de la plaza de
mercado– para las ventas ambulantes, las calles y sectores adyacentes a la plaza seguían
siendo invadidos, lo que llevo a que el Concejo Municipal de Pereira en uso de sus
atribuciones legales, prohibiera el funcionamiento de toda clase de mercados libres y ventas
ambulantes a menos de dos cuadra de distancia de las plazas de mercados que funcionan
dentro el perímetro urbano. Para dar cumplimiento a lo anterior se dieron instrucciones
precisas a la policía y a los inspectores que funcionaban en la localidad. 90
La ilegalidad y la mendicidad
A este fenómeno del desempleo y la informalidad se ligaba el de ilegalidad y la mendicidad.
Ya desde el año de 1951 era recurrente que desde El Diario se diera aviso público de los
89 Carrera 9 con Calle 17 Pereira, 1970(Archivo digital compilado por Álvaro Camacho).
90 Germán Martínez Mejía (secretario de gobierno). 10, abril, 1962 (sic). ACP, Archivo Central Alcaldía
Municipal, Pereira-Colombia
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operativos policiales en la lucha contra el contrabando y adulteración de licores en la ciudad,
a modo de ejemplo:
“Gran fábrica clandestina de licores fue descubierta esta mañana en la ciudad. Dentro
de la condena de investigaciones que han venido realizando el detectivismo y los
funcionarios del resguardo en lucha para acabar con el contrabando de licores en
Caldas y principalmente en Pereira, hoy fue hecho el sensacional descubrimiento de
una fábrica clandestina y el decomiso de gran cantidad de aguardiente fabricado y de
los materiales y aparatos, lo mismo que la captura de los comprometidos. La fábrica
se encontraba en Frailes ubicada en la jurisdicción de Santa Rosa”.91
Con la dispersión de los elementos socio-económicos que componían la ciudad de Pereira en
la década de los años 50, el riesgo de pululación de la mendicidad en el centro de la ciudad
aumentó considerablemente, producto de una débil estructura social y económica que
permitiera la inmersión de todas las personas a una dinámica urbana. Para ese mismo año, el
Alcalde Municipal de Pereira –Jorge Roa Martínez– consideraba que debido al espíritu
generoso de los pereiranos la ciudad había sido invadida por incontables mendigos en las
calles y tiendas de comercio, que interferían y mortificaban con su presencia a los
ciudadanos, por su actitud de abandono social y falta de aseo, por lo que decide decretar:
“Artículo 1. No se permite la mendicidad pública. Artículo 2. Los mendigos se
internarán por ahora en el Asilo de Ancianos. Artículo 3. Los niños-mendigos serán
internados en el Hospital Infantil. Artículo 4. La Policía dará estricto cumplimiento
al presente Decreto."92
Sin embargo, dichos decretos restrictivos, poco o nada sirvieron para resolver la situación de
pobreza extrema que se estaba presentando en la ciudad, puesto que para el año de 1956 por
Acuerdo No. 37, la administración pública dispuso la construcción de una casa para
91 Gran fábrica clandestina de licores fue descubierta esta mañana en la ciudad. El Diario. Pereira. 07,mar,1951.
p,01
92 Jorge Roa Martínez (Alcalde), Pereira, 09-Sep-1950, AAMP, Decretos, Archivo Central Alcaldía Municipal.
Pereira-Colombia.
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aislamiento de mendigos.93 Para el año de 1966 El Diario de Pereira narraba la ola de
mendicidad de todas las edades y colores que se estaban apoderando de la ciudad:
“Diariamente vemos niños semidesnudos, tirados sobre las aceras, solicitando a los
transeúntes una moneda, para mitigar el hambre. No sabemos de dónde afluyen tantos
limosneros. Pero lo cierto es que la inmensa mayoría de ellos no son pereiranos. El
espectáculo que nos presenta la ciudad en relación a la avalancha de pordioseros, es
algo que conmueve y contrasta el corazón. Porque, a pesar de que muchos de ellos
practican la mendicidad como una profesión, hay otros que en realidad de verdad si
necesitan acudir a la caridad pública para poder subsistir. La mendicidad conlleva
otros problemas, lo hemos dicho ya, como son la insalubridad, la prostitución, el robo,
etc. Sería muy importante que las autoridades competentes, pusieran mayor atención
a esta difícil situación por demás vergonzosa, y que implica descredito para quienes
han venido ocupando el primer puesto en materia de civismo en Colombia.94
La preocupación de la prensa local también pasaba por denunciar las escenas que a diario se
vivían en las calles de la ciudad:
“Pereira, que hasta hace poco conservó el título de ser una de las ciudades más aseadas
de Colombia, ostenta hoy en día el de la ciudad mugrosa por excelencia. Las canecas
de basura obstruyen todos los andenes; las calles no se barren, los parques no son
atendidos y las dos irrigadoras en servicio, solo sirven para regar a las gentes. Por
carreras y avenidas se ven cantidades abrumadoras de basura sin que nadie disponga
su recolección. La octava en toda su extensión, es un pésimo camino de herradura. En
verano el polvo es un enemigo de primer orden, y en invierno el barro es
verdaderamente aterrador. De igual modo un 80% de los andenes de la ciudad, se
encuentran en mal estado y constituyen un verdadero peligro para los peatones, las
cajas de contadores de agua carecen de tapas y los accidentes son constantes. Otro
punto digno de tenerse en cuenta es la mendicidad, la noche pasada, para no ir muy
93 Evelio Gómez Botero (Presidente del Concejo Municipal), Pereira, 24-Ago-1956, ACP, Acuerdos, archivo
Central Alcaldía Municipal. Pereira-Colombia.
94 Idea Libre, 30, Ago., 1966.Página tres. Biblioteca del Banco de la República.
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lejos, las entradas de 14 establecimientos comerciarles servían de dormitorio a
mujeres con 2, 3 y hasta 4 niños cubiertos con periódicos.95
Los discursos emitidos en los periódicos no sólo buscaban poner el problema de la
mendicidad en el ámbito de la opinión pública, además se utilizaban como forma para ejercer
presión sobre la administración y los funcionarios públicos encargados del tema:
Y ni hablar de los mendigos trasnochadores, es bien doloroso, por decir lo menos, el
aspecto que presentan todas las noches, las mujeres y los ancianos que acompañados
de una tropa de niños pequeños, se estacionan permanentemente en las aceras y
frentes de los almacenes, en donde organizan sus dormitorios a la intemperie y usando
como frazada los periódicos y cartelones que se encuentran o que arranca de las
paredes. Esto, claro está, resulta detestable y más en una ciudad que como la nuestra,
se enorgullece de ser la capital cívica y por ende la capital caritativa de Colombia.
Una pésima, una lamentable situación se deben llevar los forasteros, al contemplar
este repetido espectáculo de dolor y de miseria. Nosotros nos permitimos llamar la
atención de las autoridades pero en forma muy especial del señor inspector de
permanencia, don Federico Sánchez, en la seguridad de que este funcionario, con la
buena colaboración de la policía, hará despejar esas gentes, a quienes deben obligarse
que abandonen sus "residencias" de las aceras y que vayan a refugiarse en el asilo y
en otros sitios adecuados.96
95 Pereira carece hoy por completo de calles transitables, andenes en muy mal estado, la más desaseada de
Colombia, la mendicidad. El Diario. Pereira. 02-abr.1954. p, 02
96 Mendigos trasnochadores. El Diario. Pereira. 16-mar-1953. p, 06.
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Ilustración 12. Entrada al barrio Leningrado.
En general la crisis que presentaba la ciudad de Pereira, era algo propio de todas las ciudades
colombianas en proceso de expansión y masificación. En ciudades como Bogotá, Medellín o
Cali, como ya lo ha expresado el cineasta de la pornomisera Carlos Mayolo, se hacía visible
la proliferación de:
“Casos de abandono de familia, vagancia infantil, delincuencia precoz, demencia,
mendicidad y analfabetismo. Y en un plano más amplio se trata de una gigantesca
masa humana que no participaba, ni en los beneficios de su Nación ni en las
decisiones políticas y sociales. Víctima de un conjunto de circunstancias, no podían
hacer nada significativo para alterar sus condiciones de vida. Su decidía a veces, a
veces su estado de ignorancia forzoso, a veces la urgencia dramática de ganar el
sustento, a veces todos estos factores juntos y otros, impiden al hombre, a la mujer y
al joven marginal hacer oír su voz” (Mayolo, 1970).
En cuanto a población pobre que habitaba la ciudad en los años 50 y 60, la zona centro–
carrera 5 a 10 y calles 15 a 23– es decir, la plaza de Bolívar y sus alrededores, y los barrios
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San José, Los Alpes, Avenida Circunvalar y San Luis, tenían menos del 2% de hogares
pobres, mientras que en los extremos de la zona sur-occidente y norte de la ciudad donde se
encontraban –y se encuentra actualmente– localidades como Ciudad Jardín, Boston,
Providencia, Alfonso López, El Rio, San Judas, Jesús de la Buena Esperanza, Cuba, Libaré,
se contaban con el 84% de hogares pobres y en miseria, barrios piratas, de emergencia y por
autoconstrucción (Calle, 1964, p. 12-16).
Educación, higiene y salud pública
Como se ha venido observando, la calidad de vida que estaban llevando hombres, mujeres,
niños y ancianos en la ciudad, era materia de preocupación por parte de la prensa y la
administración pública, más aún, cuando el incremento de la pobreza y marginalidad venía
acompañada de problemas de higiene y salud pública.
Para la década de los años 50, la falta de agua potable, de electricidad y de alcantarillado que
había en algunas sectores de la sociedad, y el hacinamiento que se presentaba en un alto
porcentaje de hogares, acompañado de una mala nutrición y poco descanso, contribuyó en la
generación de focos epidemiológicos y en enfermedades como la fiebre eruptiva, sarampión,
varicela, escarlatina, roséola, difteria, la desnutrición infantil, la poliomielitis, la Enfermedad
Diarreica Aguda (EDA), piojos, sarna y rabia (Ministerio de Salud Pública, 1960).
En materia de enfermedad, el hacinamiento fue una de las principales causas para el contagio
directo de enfermedades como la tuberculosis, el sarampión, la viruela y varicela; patologías
que podían ser adquiridas sin distinción de edad. Sin embargo, eran más los casos de muertes
de niños que quedaban registrado en los kardex médicos.
Si observamos el siguiente cuadro de muertes por edad y sexo en Pereira, se puede identificar
a simple vista que en tan solo 5 años –1959 a 1964– de un total de 4.108 muertes, 2.181
fueron de niños, niñas, jóvenes y adolescentes a causa desconocida por falta de archivos de
los hospitales o puestos de salud existentes desde la época, que supera incluso las muertes
por causas violentas. Se presume que dichas muertes infantiles fueron efecto de
enfermedades letales para la época como la viruela y el sarampión, erradicados de Colombia
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solo hasta los años 70 con los Programas o Planes Ampliados de Inmunización (PAI)97.
Promoviendo desde esta fecha programas de atención primaria dirigidos a prevenir, detectar
y tratar oportunamente las enfermedades infecciosas.
Muertes por Edad y Sexo en Pereira
Año de 1959 a 1964.
Barrio Número de
Familias
Número de
Hombres
Número de
Mujeres
EDAD
0 a 1 2 a 15 16 y más
El Rio 164 192 176 193 128 47
A. López 302 490 216 203 312 90
Cuba 1.112 858 792 634 702 314
Total 1.588 1.540 1.184 1.030 1.142 451
Ilustración 13. Muertes por edad y sexo en Pereira.98
Muertes a causa de la violencia en Pereira 1959-1964.
Barrios: El Rio, A. López y Cuba
Hombres Mujeres Hombres y Mujeres
919 566 1.485
Ilustración 14. Muertes a causa de la violencia en Pereira.99
En el año de 1952, en editorial de El Diario, se daba a conocer a la ciudad algunas de sus
estadísticas censales, donde se hacía alusión al elevado índice de muertes infantiles. En el
artículo se mencionaba lo siguiente:
97 Como en la mayoría de los países de Latinoamérica, las acciones de vacunación en Colombia tienen sus
inicios en la década de los años 60, mediante la oferta pasiva de los productos inmunobiológicos, la demanda
espontánea de la población o el Servicio de Erradicación de la Malaria (SEM), además de acciones de
intensificación masiva con el objeto de cumplir con la erradicación de la viruela. Con la implementación del
Sistema Nacional de Salud en 1973, el programa fortaleció su estructura vertical, política y
administrativamente, garantizando los insumos críticos para toda la población desde el nivel central, y se
certificó la erradicación de la viruela.
98 Cuadro extraído de: Arturo Calle (1964, p. 42).
99 Cuadro extraído de: Arturo Calle (1964, p. 42).
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“Tenemos entonces que, leyendo con detenimiento las estadísticas de la ciudad
encontramos que de 2.337 defunciones ocurridas en el pasado año, 751 de estas
pertenecen a niños que mueren antes de llegar al primer año de vida. Cuáles eran las
causas de esa pavorosa mortalidad infantil? seguramente que en la ciudad tenemos
médicos muy distinguidos, cuatro o cinco de ellos especializados totalmente en
enfermedades de los pequeñuelos que podrían darle una respuesta a esa azarosa
pregunta. (...) tenemos pues, que la tercera parte de las defunciones que ocurren en
Pereira, se producen en criaturas, es decir en aquella parte sobre la que radica más y
mejor el porvenir de las ciudades. Se nos argüirá que este hecho viene
contemplándose desde hace muchos años y que él se repite año por año. Sin que hasta
ahora nadie haya vuelto sus ojos aterrados a ese prólogo de caos social en el que está
naufragando la parte más delicada, y desde luego, la que debería verse con mejor
criterio humano, de parte de quienes tienen en sus manos, los medios todos para evitar
ese pavoroso estado de cosas, en que vamos derrumbándonos también año por año,
pero cada vez con mayor cantidad de cifras aterradoras.”100
La creación de organizaciones como el Hospital Infantil, el Hospital Anti-Tuberculoso e
Infantil-Antituberculoso, y el Hospital Materno-Infantil, entre otras organizaciones de
beneficencia y caridad como la Fundación Amparo de Niños San Marcos,101 dan muestra de
las necesidades que estaba respondiendo el sistema de higiene y salud pública de la ciudad.
En el año de 1969 el Club Rotario se vinculó al Programa del Control de la Tuberculosis102,
así como el Club La Popa, quien en cabeza de los señores Julio Naranjo y Guillermo Ríos –
propietarios– donaron 2.490 pesos para el beneficio de los tuberculosos de la ciudad.103
Con todo esto, el complejo sistema de salud, caridad y beneficencia no logró reducir la crisis
sanitaria que se presentaba en la ciudad, era usual en El Diario encontrarse titulares como:
100 Editorial: Mortalidad infantil. El Diario. Pereira. 31-ene-1952. p, 04
101 Gonzalo Vallejo Restrepo (Presidente ConcejoMpal), Pereira, 16-Feb-1959, AAMP, Archivo Central
Alcaldía Municipal, Pereira-Colombia.
102 El Diario, 01, Abr, 1969, página cuarta. Biblioteca Pública Ramón Correa Mejía, Pereira-Colombia.
103 Editorial. "2.490.00 fue el producido de la fiesta en el Club "La popa" a beneficio de los tuberculosos.
Dineros Entregados al Club Rotario". El Diario. Pereira, 04, feb, 1957.
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“Así es la caridad en Pereira… Anciano rechazado hoy en el hospital, falleció poco después
en un portón de la carrera 8va”.104
Por otro lado, una problemática que tomaba fuerza en la ciudad era la delincuencia infantil
que se estaba generando ante la crisis educativa que se presentó en la ciudad durante la
segunda mitad del siglo XX, desde las páginas de la prensa se exponía así:
“El índice de delincuencia infantil registrado en Pereira en este año ha venido en
aumento considerablemente con respecto a otros meses del pasado año. En los
primeros seis meses de 1966 las autoridades suministraron los siguientes datos
estadísticos sobre delitos cometidos por menores en esta ciudad. Contra la vida, 23;
contra la propiedad, 86; contra el pudor, 7; por el tráfico de marihuana, 3; por otros
delitos, 2. Se cometieron 121 delitos en total, saldo superior al registrado en el primer
semestre del año de 1965. Los delitos contra la propiedad se han aumentado en un
40%, lo mismo que los casos de lesiones personales y los intentos de homicidio.”105
Como respuesta surge el Acuerdo No. 36 de 1956 por el cual se dispone la construcción de
un patio para aislamiento de menores,106 así como la Fundación de Amparo de Niños cuyo
objeto era prestar asistencia social para proteger, educar y capacitar mediante la enseñanza
de cualquier arte a los niños varones huérfanos de padres o que se encontraban en estado de
indigencia, es de aclarar que dicho establecimiento no era una correccional, ni estaba
destinado a la atención de niños que padecieran enfermedad crónica o incurable.107
En general fueron muchos los propósitos privados y particulares que promovieron prácticas
y sistemas enfocados a mejorar la calidad de vida de sectores pobres y marginales de la
104 "Así es la caridad en Pereira… Anciano rechazado hoy en el hospital, falleció poco después en un portón de
la carrera 8va". El Diario. Pereira, 24, abr, 1957.
105 El Diario de Risaralda, 30, Ago, 1966, página veinticuatro. Biblioteca Banco de la República, Pereira-
Colombia.
106 Evelio Gómez Botero (Presidente del Concejo Municipal), Pereira, 24,Ago,1956, ACP, Acuerdos, archivo
Central Alcaldía Municipal. Pereira-Colombia.
107 Gonzalo Vallejo Restrepo (Presidente Concejo Mpal), Pereira, 16,Feb,1959, AAMP, Archivo Central
Alcaldía Municipal, Pereira-Colombia.
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ciudad. Por parte de la administración, se inició una comprometida tarea por vincular a la
educación formal tanto a niños como adultos.
Desde el año de 1951, se hacían llamados por parte de la comunidad de la necesidad de una
universidad en la ciudad para posibilitar la permanencia de los jóvenes en la misma y a su
vez proyectarla como el centro de industria y comercio que se postulaba ser. Pedro Marín en
editorial de El Diario presentaba dichos clamores de la siguiente manera:
“Una distinguida señora, madre de familia, me llamó por teléfono para rogarme
continuar la campaña por el establecimiento de una facultad. Me dijo que tenía dos
niñas y un joven en estudios secundarios y que debido a la pobreza de su hogar, no
podría enviarlos a otra ciudad a coronar una carrera. "Dios ha de ayudar, señor, a que
la idea de la facultad se convierta en una bella realidad. Sería la salvación para la
juventud de ambos sexos y, más que todo, para nosotros los padres de familia que no
podemos enviar a nuestros hijos a Bogotá, Medellín, Popayán y otras ciudades, en
este caso, más afortunadas que la nuestra. Yo como madre de familia, y creo que
conmigo muchas, estamos elevando nuestra oraciones al cielo para pedir que nuestra
ciudad sea dotada de una universidad, en donde nuestros hijos puedan coronar una
carrera lucrativa".108
La necesidad eminente de sistemas educativos de calidad que permitieran contribuir a generar
una sociedad preparada para el proceso de modernización del Estado-Nación, llevó a que la
administración municipal decretara la construcción de centros de alfabetización en barrios
como Ciudad Jardín y Barrio América.109
Para 1960, el total de la población escolar de la ciudad era de 29.979 alumnos, pero se
calculaba, que no menos de 6.000 niños, particularmente del campo se quedaban cada año
sin recibir educación. Para ese mismo año contaba el municipio con 150 establecimientos de
educación primaria, 15 de educación secundaria y una universidad tecnológica (Calle, 1964,
108 Pedro J. Marín. Editorial: Pereira Universitaria. El Diario. Pereira. 13, mar, 1951. p,04
109 José Domingo Escobar (Alcalde), Pereira, 26, jun, 1953, AAMP, Decreto, Archivo Central Alcaldía
Municipal, Pereira-Colombia.
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p. 18), así como diversos programas de comedores escolares en barrios como Ciudad Jardín,
El Rio, Alfonso López y Cuba.110
No obstante, y siguiendo al Padre Arturo Calle (1964) el estado de los establecimientos
públicos de enseñanza eran muy deficientes y con reducida capacidad, algunos carecían de
agua y luz eléctrica, y en la mayoría estos servicios se presentaban de forma inadecuada.
Muchas escuelas funcionaban en locales arrendados de pésimas especificaciones (1964, p.
18), situación que persistía desde la década del 50.
En editorial de El Diario, en el año de 1951, se hablaba de las especificaciones de los locales
escolares desde un informe realizado por el Dr. Emilio Molina Londoño, donde su respuesta
fue la siguiente:
“Las escuelas llamadas "Fatima", "La Mejía Robledo", la del barrio de "La
providencia", la "Simón Bolívar" y todas, quizás con una o dos excepciones, son
inmundas pocilgas, sin techo, sin patio, sin luz, sin sol, sin higiene y en veces sin
sanitarios adecuados ya que algunas de ellas solo poseen zanjones asquerosos, de
aquellos que se usaban por las pobres gentes a quienes les tocó vivir hace 100 años.
Y hay casos tan originales y estupendos como el de la escuela del barrio 19 de Mayo,
en donde los servicios higiénicos, son en comunidad para las educandas de este
establecimiento y las gentes de la calle, que cuando transitan por frente al local, entran
allí como pedro por su casa y ejercen sus funciones naturales, con una tranquilidad y
una desvergüenza que conmueven y pasman (...) la desventaja máxima es que estos
locales no están totalmente concluidos, por ejemplo el local de la escuela "Antonia
Santos.”111
En este contexto de poca cobertura escolar e inadecuada infraestructura educativa, los
colegios y liceos privados tomaron el rumbo de la educación en la ciudad, desde la
administración era habitual –durante toda la década de los 50– que otorgara becas de estudio
a jóvenes de escasos recursos para cursar el bachillerato, pues recordemos que para el año de
110 El Diario, 18, Abr, 1969. P, 2. Biblioteca Pública Ramón Correa Mejía.
111 Editorial: Locales Escolares. El Diario. Pereira. 15-dic-1951. p,04
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1964 –según Arturo Calle (1964)– solo habían 15 establecimientos públicos para la
educación secundaria.
Solo hasta el año de 1967, por orden de la Secretaria de Salud Pública y Educación, se abre
inscripciones, en los barrios Cuba y Boston, para cursar el primer y segundo grado de
secundaria.112 Y en 1969, se realiza una obra educativa en el barrio Cuba avaluada en $
300.000 pesos.
En conclusión, puede decirse que fueron muchos los intentos de la administración pública
por resolver tanto los problemas de educación como de higiene y salud que se presentaban
en la ciudad en los 50 y 60. Obras como la Universidad Tecnológica de Pereira, la Biblioteca
Pública Municipal, el Hospital Universitario San Jorge y demás entidades públicas y
privadas, que se unían a la lucha contra la tuberculosis y de otras patologías, son una muestra
clara de los deseos por intentar mitigar el mosaico de conflictos sociales que era Pereira. No
obstante, dicha labor no fue fácil, puesto que la ciudad llevaba años generando focos de
pobreza extrema, delincuencia, ilegalidad, desempleo y enfermedades que no lograban ser
reducidas sin la existencia de planes de desarrollo que posibilitaran adelantos en materia de
desarrollo social e infraestructural.
112 "Inscripción de alumnos para curso de bachillerato en el Barrio "Cuba y Boston". El Diario. Pereira, 14, ene,
1967.
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CONCLUSIONES
A lo largo de los anteriores capítulos nos hemos centrado en la descripción y el análisis
histórico de las principales características de crisis urbana que se presentaron en la ciudad de
Pereira durante el periodo que va de 1950 hasta 1970. Los énfasis se han puesto a nivel
estructural en cuatro ejes, que a la vez sirvieron de capítulos, primero, un panorama socio-
demográfico de la ciudad (capitulo 1), segundo, un análisis sobre las representaciones locales
del desarrollo construidas desde los diagnósticos de la ANDI y el CEDE (capitulo 2), el
tercero, un acercamiento descriptivo a las formas de expansión urbana y planeación vial de
Pereira (capitulo 3), y el cuarto, una revisión de los problemas y conflictos en temas de
vivienda, servicios público, empleo, educación, salud y mendicidad (capitulo 4 y 5).
En el primer capítulo se mostraron los índices de crecimiento desbordado que experimentó
Pereira. Se hizo visible que las diferencias entre mayor población urbana y menor población
rural se intensificaron. A su vez, la proliferación de nuevos habitantes no estuvo acompañada
de un incremento en el sistema de industrialización de la urbe, y por lo tanto, no hubo una
absorción de la nueva mano de obra disponible, de allí que los indicadores de la población
económicamente inactiva hayan estado en niveles altos. A esto, además, se le sumaba la
amplia cantidad de personas que eran analfabetas y que no contaban con acceso a un plantel
educativo.
En el segundo capítulo se hizo un análisis interdisciplinario a partir de los informes de la
ANDI y el CEDE (Universidad de los Andes). Allí se escudriñaron las representaciones sobre
progreso y desarrollo que se hacían visibles en dichos diagnósticos. Se concluyó que la
ciudad tuvo desde principios de siglo XX diferentes momentos de planeación que se hicieron
visibles en los esfuerzos por conectar a Pereira con el pacifico a través del ferrocarril y poder
fomentar la comercialización del café. A partir de allí se configuraría un sistema de
acumulación de riqueza leíble en el panorama económico de los años 50, pero que según la
ANDI y el CEDE, debía ser complementado con la proyección de la industrial fabril.
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El capítulo 1 y 2 constituyen en su conjunto las dos caras de Pereira en una misma época.
Mientras que el primero ofrece las cifras de crecimiento y ocupación económica que ponen
de presente que la ciudad se hacía más grande y que tenía graves complicaciones para asumir
la nueva masa poblacional, el segundo sintetiza los referentes que se tenían sobre Pereira
como una ciudad moderna, conectada al mundo y con altas tasas de industrialización. Lo
cierto es que el armazón que significaron estos dos capítulos es el mejor abrebocas para
entender lo que Calle (1964) anunciaba sobre la existencia de dos ciudades en Pereira, y que
además, constituye el aporte central de esta investigación y se abordó en los siguientes
capítulos.
En dicho sentido el capítulo 3 aportó en el análisis de las primeras formas de planeación
urbana de Pereira. Los primeros planes de zonificación y uso del suelo hicieron evidente que
en ese momento la ciudad apenas se estaba planeando en el centro y sus lugares aledaños, sin
que las márgenes y los nuevos habitantes que allí se estaban asentando tuvieran significación
alguna, distinta a la de representar el caos y el desorden de la bella ciudad.
Con el capítulo 4 se mostró una serie de problemáticas de Pereira relacionadas con el acceso
a la vivienda. La gran conclusión de este capitulo es la heterogeneidad con que fue asumido
el problema. Por una parte, la administración pública (Alcaldía Municipal, Personería
Municipal y Concejo Municipal) desarrollaron pequeños proyectos urbanísticos, que no
pasaban de 30 y 40 casas, y que apenas servían de paliativos pero que además la mayoría de
las veces estaban orientados a los obreros o empleados municipales. Por la otra parte, estuvo
la acción del ICT que fue crucial en el desarrollo de vivienda de la ciudad en estos años, bajo
su dirección, asesoría y asistencia técnica se consolidaron cerca de 34 proyectos urbanísticos
que significaron una suma aproximada de 10.751 viviendas. A pesar de esto el déficit de
vivienda siempre estuvo en niveles muy altos.
Por último, en el capítulo 5 se planteó un panorama aproximativo sobre los demás servicios
sociales como la educación, el empleo y la salud. Pereira en ningún momento pudo atraer la
mano de obra disponible, en parte porque el insuficiente desarrollo industrial necesitaba poco
personal, y el poco que se necesitaba debía de contar con algún tipo de especialización. Ello
produjo que proliferara la informalidad laboral y las tensiones en vista de la reglamentación
pública que pretendía limitar el ejercicio de las actividades ambulantes.
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Los capítulos 3, 4 y 5 dan cuenta de un escenario local marcado por la crisis urbana, las
tensiones entre los pobladores y la administración pública; en un periodo marcado por el
aumento de los habitantes, la falta de vivienda, el desempleo, la ausencia de educación, la
segregación territorial en las márgenes de Pereira, la emergencia de sectores populares como
Cuba que más adelante tendría un rápido poblamiento hasta convertirse en la ciudadela que
es actualmente.
Finalmente, es preciso aclarar que durante la investigación se asumió la historia como una de
las disciplinas y campos de saber sociales que permiten reconstruir el pasado a partir de
indicios y e interpretaciones de las fuentes que en muchos casos pueden resultar un poco
subjetivas. Y en ese mismo sentido esta investigación no ha pretendido construir una versión
oficial sobre la historia de Pereira, por el contrario, surgió como conjunto de inquietudes que
están ausentes en la historiografía local tradicional y socialmente aceptada. Su único interés
–y el nuestro como investigadores– es el de ofrecer un pequeño pero significativo aporte al
entendimiento de las dinámicas de crecimiento de esta ciudad, haciendo hincapié en que la
ciudad ha estado compuesta por muchas más historias que las contadas con tono
rememorativo y cívico, ha sido más bien una ciudad marcada por el conflicto y la emergencia
de lo popular pidiendo espacio y reconocimiento.
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Índice de ilustraciones
Ilustración 1. Red vial 1940. .............................................................................................................. 21
Ilustración 2. Panorámica de Pereira, años 50................................................................................... 33
Ilustración 3. Zona comercial Pereira años 50. ................................................................................. 36
Ilustración 4. Vía que comunica Pereira a Cartago, 1950. ................................................................ 39
Ilustración 5. Trazado urbano de Pereira, 1950................................................................................. 40
Ilustración 6. Barrio El Río 1963. ..................................................................................................... 46
Ilustración 7. Proyectos de vivienda ICT (1950-1970). .................................................................... 71
Ilustración 8. Panorámica Pereira 1940. ............................................................................................ 72
Ilustración 9. Calle 17, Pereira 1965. ................................................................................................ 76
Ilustración 10. Galería de Pereira, años 50. ....................................................................................... 77
Ilustración 11. Ventas informales. ..................................................................................................... 80
Ilustración 12. Entrada al barrio Leningrado. .................................................................................... 84
Ilustración 13. Muertes por edad y sexo en Pereira. ......................................................................... 86
Ilustración 14. Muertes a causa de la violencia en Pereira. ............................................................... 86
Índice de tablas.
Tabla 1. Tasa de natalidad y crecimiento natural. ............................................................................. 11
Tabla 2. Valor bruto de producción .................................................................................................. 26
Tabla 3. Población laboral década años 60. ...................................................................................... 74
Tabla 4. Ingresos jefe de hogar. ........................................................................................................ 76
Tabla 5. No. de habitantes por casa. .................................................................................................. 76
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Reseña de los jóvenes investigadores.
Jhon Anderson Tascón
Correo electrónico: [email protected]
Estudiante decimo semestre de la Licenciatura en Etnoeducación y Desarrollo Comunitario
de la Universidad Tecnológica de Pereira. Integrante del Semillero en Investigación
Formativa en Historia, Cultura Política y Educación de la Universidad Tecnológica de
Pereira. Integrante del grupo Políticas, Sociabilidades y Representaciones Histórico-
Educativas, categoría B. de Colciencias y la Universidad Tecnológica de Pereira. (30 horas
mensuales). Ha participado en comité de evaluación de la Convocatoria de Estímulos a la
Creación Artística y a la Gestión Cultural, Buga 2013, en: Alcaldía Municipal de Guadalajara
de Buga. Ha participado en eventos regionales, nacionales e internacionales en calidad de
ponente y asistente desde el año de 2010. Ha participado en la publicación de artículos en
revistas científicas con reconocimiento Regional. Experiencia investigativa en temas
relacionados con la historia regional y local, desborde popular, crisis urbana, historia
intelectual e institucional, proyectos de investigación en archivos fotográficos, de memoria e
identidad barrial, local y regional. Actualmente hace parte del equipo investigativo del
proyecto Agenda Investigativa para el fortalecimiento de la línea en investigación en
Historia Urbana y Regional, financiado por Colciencias y la Universidad Tecnológica de
Pereira. Coordinador del Departamento de Estudios Investigativos, del proyecto Casa
Cubabierta de la Fundación Colombia Pinta financiado por Fondo de inversiones
comunitarias (FIC), Junta de Acción Comunal San Fernando-Cuba, Programa Nacional de
Casas de Justicia -sede San Fernando Cuba- , Policía Nacional, Corporación de Estudios Para
la Mujer, Fundación Colombia Pinta, dedicación: 12 horas semanales.
Anderson Paul Gil Pérez
Estudiante de decimo semestre de la Licenciatura en Etnoeducación y Desarrollo
Comunitario. Integrante líder del Semillero en Investigación Formativa en Historia, Cultura
Política y Educación de la Universidad Tecnológica de Pereira. Integrante del grupo
Políticas, Sociabilidades y Representaciones Histórico-Educativas, categoría B. de
Colciencias y la Universidad Tecnológica de Pereira. (30 horas mensuales).Ha participado
de la publicación de artículos en revistas indexadas. Participó del libro conmemorativo del
Sesquicentenario de la ciudad, Al recio empuje de los Titanes: Pereira 150 años de
Historia.Experiencia investigativa en temas de historia urbana, historia de la movilización
social universitaria y procesos de participación política y ciudadana. En varios proyectos
desarrollados con la financiación de la Universidad Tecnológica de Pereira. Actualmente
hace parte del equipo investigativo del proyecto Agenda Investigativa para el fortalecimiento
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de la línea en investigación en Historia Urbana y Regional, financiado por Colciencias y la
Universidad Tecnológica de Pereira. 2014-2015.
Alejandro Bedoya Arias.
Estudiante de decimo semestre de la Licenciatura en Etnoeducación y Desarrollo
Comunitario, estudiante Beca Talento de la UTP con diplomado en Gestión de perteneciente
al semillero en Investigación Formativa en Historia, Cultura Política y Educación que se
encuentra adscrito al Grupo de investigación Políticas Sociabilidades y Representaciones
Histórico-Educativas (PSHORE) de la Universidad Tecnológica de Pereira.
Reconocimientos Matrícula de Honor, Universidad Tecnológica de Pereira, agosto del 2010-
2011-2012. Cursos de corta duración Diplomado en Gestión de la responsabilidad Social
en las organizaciones, Universidad Tecnológica de Pereira, 2013.En su trabajo
investigativo se relacionan los siguientes proyectos: Stella Brand: Una Intelectual
Orgánica. Inicio: Julio 2012. Fin proyectado: Febrero de 2013. Fin: Marzo de 2013. Duración
9 meses. Acompañamiento y control social al Concejo Municipal de Pereira: Proyecto
financiado por Inicio: Enero 2012 Fin
proyectado: Diciembre 2012 Fin: Diciembre 2012 Duración 12.
Participación enventos como PONENTE: Intelectualidad comunista en Pereira y sus
incidencias en las reivindicaciones feministas: El caso de Stella Brand (Cali, 1946- Pereira,
1993). Abril de 2013. IV Simposio Colombiano de Historia Local y Regional. Universidad
de Caldas. Evento Regional. Ponente: De los escenarios y actores tradicionales a las nuevas
formas de participación: La movilización feminista en Pereira, una mirada al pasado y
presente. (1975-2012)". Ponencia aceptada para ser presentada en Octubre de 2013. VII
Congreso Latinoamericano de Ciencia Política (ALACIP). Asociación Latinoamericana de
Ciencia Política. Universidad de los Andes. Evento Internacional Ponente: III Encuentro
Interinstitucional de Semilleros, realizado el: 2013-05-14, 2013-05-15, II Encuentro
Nacional De Experiencias Significativas En Investigación Formativa, realizado el: 2013-10-
24, 2013-10-25, Izquierda en Pereira entre 1970-1990: una aproximación desde el perfil de
Stella Brand en: Otras miradas a la Historia, Asamblea Departamental de Risaralda,
Realizado el: 2013-11-20, 2013-11-20.
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