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Periódico de la Universidad Nacional de Córdoba Número 40 — Domingo 15 Junio de 2008 90º ANIVERSARIO DE LA REFORMA A noventa años del junio de 1918 en que los estudian- tes cordobeses impulsaron una reforma que cambiaría de lleno las universidades latinoamericanas, nos enfren- tamos a la disyuntiva de venerar con nostalgia esas jor- nadas o reactualizar y profundizar las transformaciones que impulsaron. La devastación producida por las dictaduras y el infier- no neoliberal así como las reformas impulsadas por nuevos gobiernos y actores en América Latina, ponen a toda la sociedad ante el desafío de pensar nuevamente la autonomía de las universidades, su papel como actor político y su aporte a la reconstrucción nacional. Hoy la Universidad convocó a intelectuales de toda Latinoa- mérica para reflexionar sobre estos temas. CAROLINA SCOTTO / JUAN CARLOS TEDESCO / ELENA PONIATOWSKA JESÚS MARTÍN BARBERO / ARMANDO HART DÁVALOS / HORACIO GONZÁLEZ CÉSAR TCACH / ROBERTO FERRERO / LUIS BILBAO / DANIEL FILMUS / RAFAEL GUARGA VLADIMIR ACOSTA / ENRIQUE MARTÍNEZ / ABRAHAM GAK / DIEGO VICUÑA VILLAR CARLOS NOTA / JORGE SAPPIA / SERGIO DÍAZ / GONZALO SARRÍA / ROGELIO ALANÍZ EDICIÓN ESPECIAL numero40.qxd 13/6/08 12:04 Página 1

Reforma Universitaria | Edición especial de Hoy la Universidad

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Edición especial del periódico impreso Hoy la Universidad, de la Universidad Nacional de Córdoba, con motivo del 90 aniversario de la gesta estudiantil cordobesa. Fecha de publicación: Junio de 2008.

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Periódico de la Universidad Nacional de Córdoba

Número 40 — Domingo 15Junio de 2008

90º ANIVERSARIO DE LA

REFORMA

A noventa años del junio de 1918 en que los estudian-tes cordobeses impulsaron una reforma que cambiaría

de lleno las universidades latinoamericanas, nos enfren-tamos a la disyuntiva de venerar con nostalgia esas jor-nadas o reactualizar y profundizar las transformaciones

que impulsaron.

La devastación producida por las dictaduras y el infier-no neoliberal así como las reformas impulsadas por

nuevos gobiernos y actores en América Latina, ponen atoda la sociedad ante el desafío de pensar nuevamentela autonomía de las universidades, su papel como actorpolítico y su aporte a la reconstrucción nacional. Hoy la

Universidad convocó a intelectuales de toda Latinoa-mérica para reflexionar sobre estos temas.

CAROLINA SCOTTO / JUAN CARLOS TEDESCO / ELENA PONIATOWSKAJESÚS MARTÍN BARBERO / ARMANDO HART DÁVALOS / HORACIO GONZÁLEZ

CÉSAR TCACH / ROBERTO FERRERO / LUIS BILBAO / DANIEL FILMUS / RAFAEL GUARGAVLADIMIR ACOSTA / ENRIQUE MARTÍNEZ / ABRAHAM GAK / DIEGO VICUÑA VILLAR

CARLOS NOTA / JORGE SAPPIA / SERGIO DÍAZ / GONZALO SARRÍA / ROGELIO ALANÍZ

EDICIÓN ESPECIAL

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Los noventa años de la Reforma universi-taria deberían ser un excelente pretextopara pensar la universidad hoy. Toda his-

toria es siempre historia contemporánea, de-cía Benedetto Croce. Indagamos lo que suce-dió en 1918 porque estamos interesados ensaber lo que corresponde hacer en 2008.En 1918 los grupos clericales oían hablar de laReforma y se persignaban. Noventa años des-pués he conocido a reformistas que cuando lemencionan las jornadas del ’18 se ponen me-lancólicos y lloran. Ni la señal de la cruz ni laslágrimas sirven en estos casos. No fueron úti-les en 1918. No tienen por qué serlo ahora.En 1918 los estudiantes se rebelaron contra eldespotismo y la mediocridad. También con-tra el privilegio y la ignorancia. Impugnaronlos dogmas y reivindicaron la inteligencia. Albecerro de oro de la idolatría opusieron el ri-gor de la ciencia. No tenían nada personal con-tra Santo Tomás, pero querían leer a Darwiny a Einstein. También a Marx y a Nietzsche.

UUNNAA RREEBBEELLIIÓÓNN PPOOLLÍÍTTIICCAALa rebelión estudiantil instaló la política enlas casas de estudios: la política como virtudpública, como afán de justicia, como accióncreadora y lúcida. En el movimiento reformis-

ta militaron socialistas, radicales, demócratas,libertarios. La historia los presentó como unpuñado de jóvenes idealistas que marchabancara al sol entonando las estrofas de La Mar-sellesa. Es verdad, pero no es toda la verdad.También se comportaron como políticos sa-gaces, que sabían lo que querían y no se pri-vaban de discutir con mucha dureza entre ellos.La rebelión en Córdoba estalló por muchasrazones y se propuso diversos objetivos. Fueuna rebelión, pero fue algo más que una re-belión. Fundó instituciones. Y creó un prota-gonista: el estudiante reformista. Ninguna otrarebelión estudiantil en el siglo veinte hizo al-go parecido.La universidad de la “Corda frates” era una is-la. La universidad de la Reforma se propusoabrirse a la sociedad, a América latina, al mun-do. Para ello su primera exigencia fue la cali-dad académica. Los reformistas de 1918 rene-garon de la universidad que entrega títulos yreivindicaron la universidad que investiga, queestudia, que elige a sus profesores no por sulinaje o su patrimonio sino por su inteligen-cia y su saber. Una vez más importa decir quela Reforma universitaria se hizo para estudiarmás y mejor. A los profesores se los impugna-ba por conservadores, pero por sobre todas lascosas se los impugnaba por ignorantes y me-diocres.La primera exigencia de los dirigentes estu-diantiles de entonces era con ellos mismos.Ortega y Gasset dijo de Deodoro Roca queera la inteligencia más destacada de la Argen-tina. Enrique Barros estuvo entre los candi-datos al Premio Nobel de Medicina. Méritosparecidos reunían Gregorio Bermann, JulioV. González, Saúl Taborda o Raúl Orgaz.

¿¿QQUUÉÉ PPUUEEDDEE DDEECCIIRRNNOOSS LLAA RREEFFOORRMMAA??Noventa años después hay muchas asignatu-ras pendientes. En los informes de la UNES-CO la primera universidad argentina que semenciona está en el puesto 800. Mi universi-dad, la UNL, en el 2074. ¿Qué puede decir laReforma de 1918 de esta realidad?Si en 1918 el oscurantismo clerical y el reac-cionarismo político había transformado a lasuniversidades en un anacronismo, ¿qué pode-mos decir en el 2008 de las universidades ac-tuales que, más allá de los esfuerzos de docen-tes y directivos, están muy lejos de cumplircon sus propios objetivos y están muy lejos desatisfacer las necesidades de la nación?Los jóvenes de 1918 fueron contemporáneos.Sus lecturas, sus deseos, trataban de expresarlas ideas más avanzadas de su tiempo. En el2008 también tenemos la obligación de ser

contemporáneos. El folklore es un lujo queno nos podemos permitir. Honrar a la Refor-ma universitaria incluye el esfuerzo por actua-lizarla. “Despojarse de toda veneración supers-ticiosa del pasado”, dijo Deodoro Roca. “Hayque desvincularse del pasado, vivir el presen-te y entregarse al porvenir”, escribió Julio V.González. De eso se trata. Nada más y nadamenos.

(*) Historiador y periodista santafesino. Docente dela Universidad Nacional del Litoral, fundada a par-tir de la Reforma de 1918. Fragmento de un textopreparado por el autor para esta edición especial.Consulte la versión completa en wwwwww..uunncc..eedduu..aarr

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Analizar actualmente los acontecimientos de 1918, entendiéndolos en sucontexto histórico particular, con sus complejidades y contradicciones, nospermite comprender un sinuoso recorrido de 90 años, lleno de logros pe-ro también de obstáculos. Repensar la Reforma universitaria desde nuestro presente implica tam-bién desacralizarla, romper con el mito construido a su alrededor para po-der recuperarla cabalmente y en toda su dimensión. Dar cuenta del ori-gen de la universidad reformista también implica reflexionar sobre la uni-versidad actual, el camino recorrido y los nuevos desafíos.

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EL MOVIMIENTO DEL ’18 EN PERSPECTIVA HISTÓRICA

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Periódico mensual editado por la Prosecreta-ría de Comunicación Institucional de la Univer-sidad Nacional de Córdoba. Creado por Res.Nº 1746/04. Registro de la propiedad intelec-tual Nº 567948. Propietario: Universidad Na-cional de Córdoba. Av. Haya de la Torre s/n,Pabellón Argentina, Ciudad Universitaria, C.P.5000, Córdoba.

Impreso en La Voz del Interior SA — Av. LaVoz del Interior 6080, X5008HKJ, Córdoba, te-léfono (0351) 475—7301. Esta edición de Hoyla Universidad circula con el diario La Voz delInterior del 15 de junio de 2008 y se distribu-ye también a través de canales alternativos dela propia Universidad Nacional de Córdoba.

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Rectora: Dra. Carolina ScottoVicerrector: Dr. Gerardo FidelioSecretario General: Mgter. Jhon Boretto

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Ing. Agr. Juan Marcelo Conrero / Lic.Marcelo Merciadri / Lic. María Ester Ro-mero / Ab. José Evaristo Montero / Lic.Elizabeth Vidal / Lic. Fernanda Juárez /Lic. Sabrina Bermúdez / Lic. Ana Cristi-na de la Cruz / Dra. Silvia Silvetti / Prof.Cecilia R. Ferreras / Lic. Javier Alba /Arq. Alicia Zurita / Lic. Analía Rey

PENSAR LA REFORMA, PARA SENTIRNOS PARTE

LA HISTORIA EN PRESENTE

POR ROGELIO ALANIZ*

GENTILEZA: MUSEO CASA DE LA REFORMA

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En 1918, tres centros de estudiantes –Me-dicina, Derecho e Ingeniería– decidieronunirse para dar lugar al nacimiento de la

Federación Universitaria de Córdoba (FUC).La unidad estudiantil era correlato de la que en1917 se había producido en la clase obrera, cuan-do quince sindicatos cordobeses formaron unacentral única de trabajadores: la FederaciónObrera Local (FOL). Esta expansión de los la-zos asociativos distaba de ser ajena a las trans-formaciones que vivía la ciudad. En los últimosveinte años había triplicado su población (de50 a 150 mil personas), extendido el uso del te-léfono y familiarizado con los tranvías eléctri-cos. Asimismo, emprendimientos fabriles decierta relevancia contribuían a modificar el pai-saje urbano. Al compás de esos cambios, se mul-tiplicó el número de estudiantes universitarios(cerca de dos mil en 1918), y sus orígenes se di-versificaron. Muchos de ellos provenían de otrasprovincias, y la mayoría vivía en casas de pen-sión, especialmente en Barrio Clínicas. La Gaceta Universitaria, publicación oficial dela FUC, retrataba en 1918 su vida cotidiana: laspensiones eran “una calamidad en todo (higie-ne, alimentación, precio)”, y se exigía pagar poradelantado para evitar “fugas”; reconocía, noobstante, que éstas no eran infrecuentes “pre-via una esquelita de despedida abandonada coninsinuante ironía sobre un clavo, que antes sos-tuviera el erótico desnudo con que es de buengrado adornarse el cuarto”.Los estudiantes provenientes de Rosario (desde1870 el ferrocarril aseguraba una comunicaciónfluida con esa ciudad) constituyeron un núcleoculturalmente significativo. El médico radicalJuan Giordano, recordaba: “Recién llegados aCórdoba un núcleo de estudiantes rosarinos, to-mamos una casa para hacer vida en común, si-tuada en la calle Ocaña Norte, y constituyó unaverdadera república soviética”, por la coopera-ción y organización de sus miembros, entre quie-nes se contaban Luis Méndez, Natalio Saibene(ambos firmantes del Manifiesto Liminar) y Ama-deo Sabattini. Le llamaban “Le Moulin Rouge”.De este modo, en el movimiento del ’18 se die-ron cita, entremezclándose, nuevos sectores –unaprimera generación de hijos de inmigrantes queaccedía a la universidad– con los hijos rebeldesdel patriciado cordobés, como el propio Deo-

doro Roca, quienes potenciaron el horizonte dela protesta estudiantil. Ese horizonte se nutríade diversos filones de pensamiento seculariza-do –Voltaire, Marx, Proudhon, Nietzsche, Spen-cer, Darwin, Comte, Freud– en un fluir de ide-as cuya pluralidad era testimonio de su antidog-matismo. El cemento que unía esta alquimiaiconoclasta en una práctica política común erael desafío al poder de las academias (sólo los aca-démicos tenían representación en la asambleauniversitaria) y de los jesuitas (en la universidadcontinúa “obrando y mandando y esclavizandoel siniestro escuadrón de Loyola”, La GacetaUniversitaria Nº12, p. 7, 12-8-1918). Así, loque comenzó como rebelión con luces de bo-hemia se convirtió en cuestionamiento de la he-gemonía clerical conservadora.El 21 de julio de 1918, Córdoba fue sede delPrimer Congreso Nacional de Estudiantes Uni-versitarios: exigió cogobierno, cátedras libres, elmonopolio universitario del Estado y la supre-

sión de “toda fórmula pre-establecida de jura-mento de los egresados”. La condena al milita-rismo, el apoyo a los obreros, las simpatías conla revolución rusa, el respaldo a la AsociaciónFeminista Nacional y la solidaridad con las mi-norías perseguidas (matanzas de judíos en Ucra-nia, Polonia y Rumania) suponían nuevos te-mas en la agenda estudiantil, que eran el prefa-cio de una nueva época. Alguna vez DeodoroRoca dijo ser parte de una generación que bus-cando un “maestro” encontró un “mundo”; fra-se que hoy podríamos completar añadiendo queese descubrimiento marcó el nacimiento del si-glo XX en Córdoba.

(*) Historiador de la Universidad Nacional de Cór-doba (UNC) y del Consejo Nacional de Investiga-ciones Científicas y Técnicas (CONICET)

“LA GRAN BATALLA HHAA SSIIDDOO GGAANNAADDAA””

POR SERGIO RAÚL DÍAZ*

El 11 de abril de 1918, el presidente Hipólito Yrigoyen recibió a una delegación de reformistascordobeses entre los que se contaban Gumersindo Sayago, Horacio Valdés y Enrique Barros.Yrigoyen preguntó y escuchó. Sayago aseguró que en aquella universidad el alumno no con-taba. Valdés no habló. Barros, por su parte, señaló que era el régimen universitario, y no losreglamentos, lo que impedía el funcionamiento fructífero, que debían disolverse las camarillasde las Academias, que a las cátedras debían llegar los mejores y no los incondicionales. “Pa-ra eso hemos llegado a vuestra excelencia –aseguró–, no hemos venido a ver al Presidentede la República, sino al hombre que ha conspirado durante treinta años contra la oligarquía, ypudo haber muerto antes de alcanzar la primera magistratura”. Barros, impresionó a Yrigoyenquien, en más, lo llamó “el canciller de la Reforma” y lo convirtió en hombre de consulta. Terminada la audiencia, se reunieron en el Café Mayo con los obreros de la FORA y luego en-viaron un telegrama al Comité Pro Reforma en Córdoba: “Acabamos de entrevistarnos duran-te cincuenta minutos, con el señor presidente de la república. Impresión óptima. Díjonos queapoyaría a la juventud universitaria siempre que ésta aspirase a la reforma de los estatutos ymejora del profesorado, porque si nuestra época avanza en civilización tenemos el derecho anivelarnos con ella. Al retirarnos de la casa de gobierno se nos anuncia la aceptación del car-go del interventor por el doctor José Nicolás Matienzo, a quién entrevistaremos mañana. Lagran batalla ha sido ganada”. Esta entrevista con Yrigoyen derivó en un rotundo cambio del liderazgo reformista. El mismodía, los cordobeses se encontraron con los delegados de las federaciones en el Círculo Médi-co Argentino y sede del Centro de Estudiantes de Medicina. Allí, se constituyó la FederaciónUniversitaria Argentina, desde 1912 un anhelo de la Unión Universitaria de Santa Fe, ahora re-vitalizada por los reformistas de Córdoba. Al día siguiente, los representantes de la FUA fueron recibidos por el presidente Yrigoyen, queles dijo: “Veo en la Reforma Universitaria la posibilidad de una decisiva contribución al renaci-miento idealista de la República”. Por la noche, el procurador general de la Nación, José N.Matienzo, se reunió con Barros, Sayago y Valdés para ajustar su futuro proceder. El interven-tor llegó a Córdoba el 16 de abril de 1918, lo recibió una ruidosa manifestación estudiantil.Comenzaba así una nueva etapa en la Reforma Universitaria de Córdoba.

(*) Estudioso de la Reforma universitaria. Fragmento de un texto preparado por el autor para esta ediciónespecial. Consulte la versión completa en wwwwww..uunncc..eedduu..aarr

PRÓLOGO AL SIGLO XX

CORDOBÉSPOR CÉSAR TCACH*

EL MOVIMIENTO DEL ’18 EN PERSPECTIVA HISTÓRICA

FOTOS: GENTILEZA DEL MUSEO CASA DE LA REFORMA

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En 1918, en Córdoba no existía un movi-miento obrero, ni incipiente ni mucho me-nos organizado. Ello porque no había in-

dustrias, ámbito donde se incubó con perfilespropios la concepción que impulsaba el agrupa-miento de los trabajadores con fines de defensade sus intereses profesionales. Había sí emplea-dos dependientes que prestaban labores subor-dinadas en actividades de servicios, pero con es-tablecimientos de escasa densidad de personal.Me refiero a casas de comercio, establecimien-tos hoteleros o gastronómicos, panaderías, im-prentas o similares. La administración estatal ylos servicios públicos, tales como ferrocarriles,transporte urbano, alumbrado, no tenían la tras-cendencia de hoy, pero además en muchos ca-

sos quienes trabajaban en esos sectores pertene-cían a la naciente clase media y carecían de vo-cación por las luchas sociales que después enca-raron los trabajadores fabriles, y que hoy tam-bién les son propias. Quizá eso explique además,y más tarde, la escasa inserción del radicalismoen el ámbito sindical.Se constataba sí la presencia de una larvada mi-litancia sindical, que incorporaba las directricesque llegaban a Córdoba desde Buenos Aires,donde activistas sindicales de extracción socia-lista, anarco sindicalistas y anarquistas pugna-ban por obtener supremacía a través de las dife-rentes divisiones de la Federación Obrera Re-gional Argentina (FORA). Pero todavía no te-nía esa organización la fuerza suficiente comopara exhibirse en un plano de lucha abierta porsus reivindicaciones.

RREEFFOORRMMAA,, EESSTTUUDDIIAANNTTEESS YY OOBBRREERROOSSEntonces resulta que es muy difícil sostener queen 1918 la eclosión reformista pueda haber avan-zado en la construcción de una confluencia deestudiantes y obreros a partir de sus respectivas

organizaciones representativas. Primero porqueno hay documentos de la época –por lo menosque el suscripto haya encontrado– que así lo ates-tigüen. Después, casi al finalizar la década delveinte y durante la del treinta, sí hubo episodiosde convergencia obrero-estudiantil. Y no volvióa haberlos hasta los instantes previos al estallidodel 29 de mayo de 1969, como lo verifica Elpi-dio Torres, aquel viejo dirigente del SMATA, ensu libro “El Cordobazo organizado”.Hay un largo período de indiferencia entre loslíderes estudiantiles y los sindicales, producto se-guramente de la condición peronista de éstos yla postura en muchos casos francamente antagó-nica, cuando no simplemente diferente de losuniversitarios.No obstante hay en el Manifiesto Liminar de1918 una postura claramente comprometida conlas luchas y reivindicaciones sociales que teníannaturalmente como destinatarios a los trabajado-res, pero creo que estos carecían de organizacio-nes capaces de recibir y absorber esas líneas depensamiento. En 1919 se registra quizá el primerhecho de contacto cuando Deodoro Roca habla

en una asamblea de la Sociedad de Ayuda Mu-tua de los Obreros Panaderos, llevando la adhe-sión de la Federación Universitaria a la huelgaque estaba realizando ese colectivo de trabajado-res. Y como gesto de reciprocidad, el dirigenteobrero Miguel Contreras dirige la palabra a unaAsamblea de la Federación Universitaria de Cór-doba (FUC), que se pronunciaba por la solida-ridad con aquellos huelguistas.Es posible que en 1918, unos y otros no hubie-ran incorporado la idea de que estaban del mis-mo lado en las trincheras que cuestionaban elejercicio del poder, monárquico y monástico enla universidad y feudal en el trabajo, y que debíaunirlos una nueva visión democrática y solidariade la sociedad en la que ambos convivían.

(*) Abogado laboralista y profesor Consulto de la Uni-versidad Nacional de Córdoba.

EL MOVIMIENTO DEL ’18 EN PERSPECTIVA HISTÓRICA

UNA HISTORIA, DOS MOVIMIENTOS

POR JORGE J. SAPPIA*

GENTILEZA: MUSEO CASA DE LA REFORMA

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La Reforma universitaria, el gran movimien-to de renovación espiritual y pedagógicaprotagonizado por los estudiantes de Cór-

doba, se extendió no sólo por las cinco casas deestudios del país, sino por toda la extensión deAmérica Latina.La Reforma fue, como señaló Víctor Raúl Ha-ya de la Torre, “la revolución latinoamericanapor la autonomía espiritual”. Ya en su Mani-fiesto Liminar de 1918 se dirigía a “los hom-bres libres de Sudamérica” y sentenciaba: “Cre-emos no equivocarnos, las resonancias del co-razón nos lo advierten; estamos viviendo unahora americana”. Dieciocho años después, De-odoro Roca, uno de sus principales inspirado-res, dirá expresamente que la Reforma univer-sitaria había sido “el movimiento de juventudmás rico y germinativo de América Latina, des-de su emancipación política. Entronca con ella”.Superando los límites de Córdoba y del país,el movimiento había prendido intensamenteen las juventudes de Latinoamérica: el líder es-tudiantil peruano Haya de la Torre, organizaen el Perú –adonde había sido llevado por Al-fredo Palacios– un partido fundado en los ide-ales de la Reforma: la Alianza Popular Revolu-cionaria Americana (APRA); en Chile se ex-pande desde 1919 y tiene su primer mártir enel estudiante y poeta Domingo Gómez Rojas;México le brinda cordial acogida para la cele-bración del Primer Congreso Internacional dela Reforma en 1921; José Antonio Mella la li-dera en Cuba desde 1923 en su lucha contra ladictadura de Gerardo Machado; Colombia leda figuras como Germán Arciniegas, autor de“El Estudiante de la Mesa Redonda”; en Uru-guay da origen a la Federación de EstudiantesUniversitarios del Uruguay (FEUU). Dará in-cluso más de un presidente –unos buenos, otrosmalos– tales como Rómulo Betancourt en Ve-nezuela, J. Natalicio González en el Paraguay,Juan José Arévalo en Guatemala, Arturo Fron-dizi en la Argentina…

RREENNOOVVAACCIIÓÓNN UUNNIIVVEERRSSIITTAARRIIAA YYEENNTTUUSSIIAASSMMOO LLAATTIINNOOAAMMEERRIICCAANNOOA todas las dispersas repúblicas de la gran na-ción inconclusa, llevó la Reforma su programade renovación universitaria y modernización pe-dagógica. Y en todas, fue escuchado su mensa-je y sus planteos, porque en todas las latitudes

las oligarquíaslugareñas man-tenían a las univer-sidades en el mayoratraso cultural, cerra-das a los vientos delmundo, a la ciencia y alespíritu nuevo. En todoslos países, el desarrollo eco-nómico y social, lento pe-ro real, había creado nue-vos estratos –burguesía,proletariado, clases me-dias– que ansiaban y ne-cesitaban el acceso a unacultura universitaria mo-derna tanto como al po-der político. Y no se tra-taba sólo de una cuestiónde prestigio social, comopudiera pensarse, sino deun objetivo de carácterinstrumental que sirvieraeficazmente a la prosecuciónde su propio autodesarrollo.Pero la Reforma universitaria notenía solamente un programa parala renovación integral de las casas deestudios: tenía también –o principalmente– undesignio y un entusiasmo latinoamericano y na-cional que informaría toda la primera décadade su existencia.

LLAATTIINNOOAAMMEERRIICCAANNIISSMMOO YY SSOOCCIIAALLIISSMMOO RROOMMÁÁNNTTIICCOO YY DDEEMMOOCCRRÁÁTTIICCOOHerida por la balcanización de América Latina,y conmovida por la nueva aurora de la revolu-ción rusa, el despertar de los pueblos, la guerramundial y la caída de los viejos imperios mul-tinacionales, la juventud universitaria de Cór-doba y del continente todo, buscaba confusa-mente en el latinoamericanismo y en su apro-ximación a los ideales de un socialismo román-tico y democrático, un camino propio y unaideología que expresara sus aspiraciones. Esahonda intuición latinoamericana de la Refor-ma, así como la rápida y entusiasta adhesión quealcanzó en los medios estudiantiles e intelectua-les de todos los países del sur del Río Grande,obedecía contradictoriamente a la ausencia debases materiales para que las clases medias y bur-

EL MOVIMIENTO DEL ’18 EN PERSPECTIVA HISTÓRICA

guesas rea-lizaran launidad de-mocráticade la anti-

gua heredadibérica: políti-

camente redu-cida a la impo-

tencia, su genera-ción más joven trató

de realizar en el “reinodel espíritu” –como de-

cía Manuel Ugarte– los pro-yectos revolucionarios de los

libertadores que les eran vedadospor la inmadurez de la situación his-

tórica.Con el exilio, el asesinato y la muerte oscu-

ra de los grandes paladines de la emancipa-ción (San Martín, Sucre, Bolívar), la idea de

la unidad latinoamericana se había ido borran-do de la faz del continente, salvo los esporádi-cos momentos de pánico causados por los ata-ques de las tropas francesas en México o lasincursiones navales de las potencias europeas

en las costas del Pacífico. En el filo del deslin-de de los siglos XIX y XX, la revivieron Martí,Vasconcelos, Ugarte, José Enrique Rodó, Inge-nieros. De ellos la tomó y reverdeció la genera-ción del ’18. Todavía en el Manifiesto del 1° dejulio de 1928, durante la gran huelga del 10°aniversario, la Federación Universitaria de Cór-doba diría: “Las circunstancias de Latinoaméri-ca han querido que sea en sus Universidades don-de se elaboren las modalidades del futuro, y quela Nueva Generación sea su intérprete y arqui-tecto. Estamos dispuestos a nuestra misión…para proseguir con sacrificio la Reforma, cadavez más orgánica –la pura y tensa voluntad di-rigida hacia los ideales/fines, hermanados connuestros compañeros de Latinoamérica, hasta sucompleta realización”. Así sea.

(*) Historiador. Fragmento de un texto publicado enla revista Umbrales. Consulte la versión completa enwwwwww..uunncc..eedduu..aarr

EL APRA Y LA RREEFFOORRMMAA DDEELL ‘‘1188

POR DIEGO VICUÑA VILLAR*

“El Grito de Córdoba” es uno de los anteceden-tes de la fundación de la Alianza Popular Revo-lucionaria Americana (APRA), en México en1924. Así lo señala su fundador, Víctor Raúl Ha-ya de la Torre: “El APRA se ha iniciado por unmovimiento educacional que deseaba la eman-cipación del pueblo. Su origen histórico en suprimera fase fue la Reforma universitaria de Cór-doba, que quería reformular la universidad a finde colocarla al alcance del pueblo”.En una de las primeras entrevistas como de-legado de la Federación de Estudiantes del Pe-rú, decía: “Los estudiantes han convertido lasviejas universidades en amplios centros de cul-tura libre. El Congreso Nacional de Estudian-tes reunido en Córdoba concretó todos los gran-des lineamientos de la ideología reformista yhoy no hay una sola conclusión que no se ha-ya cumplido, entre otras, la inauguración de laUniversidad del Litoral y la nacionalización yampliación de la de Tucumán. El gobierno delos claustros es ejercido por la docencia y losalumnos igualmente y este nuevo sistema, quesuperficialmente parece absurdo, constituye lamás fuerte sugestión de estímulo para el tra-bajo de unos y otros". En el libro “El Drama de América Latina”, del es-critor norteamericano John Gunter, aparece elsiguiente texto: “Estuve con Haya de la Torre yme pareció estar en presencia de uno de lospersonajes más singulares de América, funda-dor –como lo expresó él– de la nacionalidad pe-ruana. Cuando aún no había cumplido 25 años,le sucedieron cosas que jamás ha podido olvi-dar. Una de ellas fue cuando visitó la Universi-dad de Córdoba y fue testigo del fermento so-cial y político, ‘la Revolución espiritual’, como élla llama, que se operaba entre los estudiantes.La mayor parte de las viejas universidades, co-mo la de San Marcos en Lima, eran catedralesde la reacción o, como dice Haya de la Torre enuna de sus frases, ‘virreinatos del espíritu’. Cór-doba era diferente. Los jóvenes se estabanemancipando de la tradición católica europea...”. Víctor Raúl Haya de la Torre, no obstante ha-ber sido presidente de la Federación de Estu-diantes del Perú que dirigió en 1919 la Refor-ma universitaria desde la Universidad de SanMarcos en Lima, con absoluta honestidad, re-conoce la “primogenitura”en los movimientosestudiantiles de América al de Córdoba.

(*) Ex miembro del Comité Ejecutivo Nacionaldel Partido Aprista Peruano (PAP). Texto com-pleto en wwwwww..uunncc..eedduu..aarr

DE CÓRDOBAAL CONTINENTE

POR ROBERTO A. FERRERO *

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La autonomía universitaria es uno de los pi-lares centrales del legado democratizador dela Reforma. Es también un resguardo fun-

damental para que las universidades públicas serijan por criterios de excelencia académica y pa-ra que los representantes de los claustros deba-tan democráticamente las mejores estrategias pa-ra cada institución. Este espíritu de la autono-mía debe ser, por lo tanto, respetado y protegi-do desde dentro y desde fuera de la universidad. También es cierto, sin embargo, que una idea

que no se revisa, corre el riesgo de fosilizarse yempobrecerse. Si no lo hiciéramos, caeríamosen los anacronismos que los reformistas repu-diaron en su célebre Manifiesto. Volveríamosla espalda a su anhelo de renovación, de crea-tividad y de honestidad intelectual en el mun-do académico. La universidad y la sociedad son hoy profunda-mente diferentes a las de 1918. También lo sonel tipo de conocimientos que se imparten y seproducen en su seno y los vínculos entre cono-cimiento, producción y demandas sociales. Esoscambios exigen reflexionar acerca del sentidoque adquiere hoy la autonomía y sobre los ca-minos que debemos seguir para adecuarla a lasnecesidades actuales de la sociedad. En tiempos de la sociedad del conocimiento,la formación profesional e intelectual es el ma-yor capital estratégico de las naciones. Por eso,el Estado argentino ha reasumido su deber degarantizar el derecho a la educación superior

pública y gratuita de calidad, ampliando losfondos para concretar la tarea. Como es sabi-do, la nueva Ley de Financiamiento Educati-vo prevé un importante incremento del presu-puesto que asegura una mayor capacidad parainvertir en las universidades y en el sistema cien-tífico tecnológico. Invertir con responsabilidad los fondos públicossupone consensuar con las autoridades univer-sitarias estrategias de aliento a las áreas priorita-rias para el modelo de desarrollo que nos plan-teamos como país. Cada institución y cada re-gión tiene rasgos particulares que deben ser res-petados, pero todos tenemos la responsabilidadcomún de aportar lo mejor de nosotros mismospara consolidar la etapa de renacimiento pro-ductivo y de mayor integración social que atra-viesa nuestro país.No hacerlo sería confundir autonomía con au-tismo. Sería traicionar los ideales de los jóvenescordobeses de 1918. Ellos bregaron por una uni-

versidad abierta al cambio porque sabían que,de lo contrario, “la ciencia, frente a estas casasmudas y cerradas, pasa silenciosa o entra muti-lada”. La investigación y la formación universi-taria de nuestros jóvenes deben estar profunda-mente arraigadas en las características y necesi-dades de la sociedad en la que desarrollarán suvida profesional.Nuestra responsabilidad es no sólo construir lamejor universidad para los jóvenes estudiantes,sino también edificar junto a ellos el mejor paíspara que puedan desplegar su vocación y ponerel conocimiento al servicio de una sociedad justa y pluralista.

(*) Senador nacional (Alianza Frente para la Victo-ria) y ex ministro de Educación de la Nación.

Fue una de las conquistas del movimiento reformista de1918. Con ella se pretendió salvaguardar a las univer-sidades públicas del autoritarismo político de los gobier-nos centrales y propiciar un ámbito de libre pensamien-to y creación intelectual al margen de los vaivenes ins-titucionales.Hoy nuevos actores intervienen en la vida universitaria.La lógica del mercado, en muchos casos, ha desplaza-do al Estado en la definición de políticas estratégicas.Ante esta realidad el concepto de autonomía debe serrepensado para que las universidades puedan atendera las demandas nacionales, al tiempo que garantizar ca-pacidad de decisión sobre sus propias necesidades.

AUTONOMÍA Y DEMANDAS POPULARES

LA AUTONOMÍA NECESARIA

CONTRA EL AUTISMO

POR DANIEL FILMUS*

ILUSTRACIÓ

N: CAPE

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Periódico de la Universidad Nacional de Córdoba / www.unc.edu.ar Domingo 15 de junio / 2008 / Página 7

Pese a que hay semejanzas en el cuadro la-tinoamericano, prefiero hablar a partir dela situación venezolana, la que mejor co-

nozco. Creo que la autonomía universitaria,que he defendido por décadas, es un conceptoválido. Sin entrar en demasiados detalles cono-cidos, estimo que es garantía de libertad de cá-tedra, diversidad de pensamiento, posibilidadde libre creación intelectual e independenciafrente a la injerencia del Estado (pero no pre-cisamente del capital privado, que ha resulta-do una amenaza tan peligrosa o más contra esaautonomía). Pero creo también que el concep-to de autonomía universitaria debería implicarmás que lo que implicó en su momento, hacecasi un siglo, cuando surgió como propuestade lucha en las aulas de la Universidad de Cór-doba en 1918. Los cambios democráticos, lalucha por esos cambios, los logros conquista-dos por nuestros pueblos, han transformado elpanorama latinoamericano. Y las esperanzas dejusticia, igualdad, democracia y soberanía queempiezan a materializarse, así lo exigen.Sin embargo, no olvidemos que las universida-des han sido y son, hoy más que nunca, cen-tros de poder del sistema capitalista. Ellas for-man sus cuadros, sus dirigentes, sus profesio-nales; y que la clase media que las controla com-parte con el aparato de dominación mundialuna concepción segmentada del conocimientoy una visión neocolonial y dependiente de nues-tros pueblos. Las recientes décadas de neolibe-ralismo, junto con el temor de esas clases me-dias al ascenso social de los sectores populares,a que se les acerquen, han convertido a las uni-versidades en reductos reaccionarios divorcia-dos del país, de la causa popular, enemigos detodo lo que huela a revolución social, a reduc-ción de la distancia que separa a los sectores po-pulares de su estatus y de sus posibilidades.En la clase media había fuerzas progresistas ha-ce cuatro décadas. Luchaba por su ascenso so-cial. La universidad se abrió entonces hasta a al-gunos sectores populares que ascendieron a cla-se media, mientras sectores de ésta lo hacían aburguesía, aprovechando ese ambiente de rela-tiva apertura social. Pero lo que fue bueno ayerpara ellos no les parece ahora bueno para losque les siguen, para los pobres de hoy, a los queel proceso de cambios que estimula el gobiernobolivariano les está dando todo tipo de oportu-

nidades de ascenso social. El progresismo rela-tivo y coyuntural de esa clase media se agotó(sólo escasos grupos de ella lo mantienen). Y elneoliberalismo dominante en las últimas déca-das no sólo la golpeó, volviéndola más temero-sa, conservadora y egoísta, sino que obstruyó elascenso de los sectores populares excluyéndolosno solamente de las universidades sino incluso,a muchos de ellos, de la educación media (pri-vatizada al debilitar la educación pública). Elneoliberalismo casi privatiza del todo la educa-ción superior, a la que sólo podían acceder losricos y la clase media, con una minoría de sec-tores pobres, que lo lograban con enorme es-fuerzo o mediantes escasas becas.

LLAA SSIITTUUAACCIIÓÓNN VVEENNEEZZOOLLAANNAAEse proceso lo cortó en seco la victoria de Chá-vez en 1998. Hoy esa clase media conservado-ra teme al ascenso social popular. Sus intelec-tuales y cuadros profesionales dominan la uni-versidad autónoma y la han convertido en re-ducto reaccionario, por cierto de una gran me-diocridad intelectual. El gobierno actual, queno ha perjudicado a la clase media, ha dado to-do tipo de recursos a las universidades autóno-mas: mejoras de presupuesto y sueldos, libertadabsoluta de pensamiento, rango constitucionaly pleno respeto a la autonomía. Pero la derechaque las controla grita a cada paso que la auto-nomía está amenazada y ha convertido el defen-derla de molinos de viento en su bandera.La autonomía universitaria debería ser instru-mento para vincular la universidad autónomaal pueblo, a la lucha por los avances sociales

que han logrado las misiones del gobierno bo-livariano: salud, educación, seguridad social,derecho a la tierra, al trabajo, solidaridad, lu-cha por la unidad latinoamericana y la sobera-nía de nuestros pueblos. Pero la universidadautonóma está en contra. Es una trinchera dela derecha y se aísla cada vez más del país y desus luchas. La mayoría de sus profesores sonreaccionarios, muchos de ellos venidos de laizquierda de hace décadas. Y el acceso a los es-tudiantes de origen popular está casi cerrado.La política del gobierno democrático y progre-sista venezolano ha sido respetar plenamente suautonomía, darles recursos y dejarlas que se si-gan aislando solas mientras desarrolla en formaparalela universidades nuevas, abiertas a los sec-tores populares, con otra visión del país, de susluchas, del compromiso de sus profesores y es-tudiantes con la solidaridad, con la soberanía,con la unidad latinoamericana. Con visión in-ternacionalista, porque a esas universidades acu-den estudiantes de otros países de América La-tina, Asia y África que no pueden acceder en lossuyos a la universidad, formando profesionalescon otra visión distinta a la usual, de hacer di-nero para alejarse de su pueblo. Son universi-dades populares, democráticas, vinculadas almedio social y geográfico en el que actúan.

(*) Escritor y profesor titular de la Universidad Cen-tral de Venezuela. Fragmento de un texto prepara-do por el autor para esta edición especial. Consultela versión completa en wwwwww..uunncc..eedduu..aarr

AL PIE DE LAS ESPERANZAS

SOCIALESPOR VLADIMIR ACOSTA*

AUTONOMÍA Y DEMANDAS POPULARES

UN MUSEO RREEFFOORRMMIISSTTAA

POR GONZALO SARRÍA*

Cuando en 1918 se inicia el movimiento re-formista, la UNC contaba con algo más demil alumnos, el 60 por ciento de los cualesestudiaban Medicina y habitaban el BarrioClínicas. Fue allí donde a través del pasado siglo XXse fueron gestando la mayoría de las huel-gas, protestas y acciones estudiantiles quemarcaron la vida de la universidad cordo-besa. Fue allí donde se ubicó la sede de laFederación Universitaria de Córdoba (FUC).Fue allí donde vivieron la mayor parte delos dirigentes e intelectuales que nutrierony alentaron la lucha estudiantil. Fue allí don-de se ubicó el comedor universitario, en ca-lle Sol de Mayo, donde se originaron lashuelgas del ’43, las del ’58 las del ’66 y de-más. Allí comenzó y finalizó el Cordobazo,uno de los movimientos sociales más im-portantes de América en el siglo XX.Córdoba como ciudad y centro cultural delpaís se explica y entiende si consideramosen toda su dimensión lo que significó y sig-nifica la Reforma universitaria, por su origi-nalidad, por su fuerza creativa y por las hue-llas claras y rotundas que dejó en nuestracultura nacional y americana.Por eso, este museo procura llevar a cabouna labor inteligente y constante para quetantos esfuerzos individuales no se malo-gren, se unifiquen y proyecten con singularfuerza y eficacia.El Museo Casa de la Reforma se ubica enel corazón del Barrio Clínicas y, desde allí,ofrece un lugar para proyectar en toda sucolosal dimensión el sentido del movimien-to estudiantil del ‘18. Esta casa, donde lle-gan estudiosos del mundo entero, no es unsimple “memorial”, es un activo centro dedivulgación de la permanente vigencia dela Reforma universitaria, en el convenci-miento de que los cordobeses no deben ol-vidar ni malograr sus mejores acciones ysus más inteligentes empresas. Saber conprofundidad lo que fue este movimiento ser-virá para saber lo que somos los cordobe-ses y los argentinos. Reafirmar nuestra iden-tidad es reafirmarnos como pueblo.

(*) Director del Museo Casa de la Reforma (ubi-cado en Pasaje de la Reforma esquina La Rioja.Abierto de lunes a viernes de 8 a 14 horas). Con-sulte la versión completa en wwwwww..uunncc..eedduu..aarr

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Page 8: Reforma Universitaria | Edición especial de Hoy la Universidad

Pensar desde América Latina la transfor-mación de los saberes en la llamada so-ciedad del conocimiento debería implicar

elucidar lo que eso significa en sociedadesque son, al mismo tiempo, sociedades del des-conocimiento: del no reconocimiento de lapluralidad de saberes y otras competenciasculturales que comparten tanto las mayoríaspopulares como las minorías indígenas o re-gionales. Saberes y competencias que ni lasociedad ni la propia universidad están sa-biendo valorar e incorporar a sus des–actua-lizados mapas del conocimiento. Nos halla-mos así ante una “crisis de identidad” del co-nocimiento pues la sociedad de la informaciónes a la vez, y estructuralmente, una sociedadde mercado, esto es, aquella en la cual el mo-do actual de producción y circulación del co-nocimiento y su valor responde a una lógicamercantil.De ahí que, gran parte de espaldas a nues-tro sistema educativo, se halla en marcha unatransformación en profundidad del mapa“moderno” de las profesiones, transforma-ción ligada, de un lado, a la emergencia denuevos saberes y destrezas mentales que larevolución tecnológica introduce en la neo-alfabetización del mundo laboral; y de otro,a la configuración de los nuevos oficios exi-gidos por las nuevas formas del producir ydel gestionar. Y hay otro plano en que el cam-bio de cartografía es aún más opaco en nues-tras universidades: el del nuevo estatuto deltrabajador en una sociedad que condensa lacara socialmente más dolorosa de la globa-lización –la mal llamada flexibilización labo-ral, en verdad la disolución de la figura “mo-derna” del trabajador de tiempo completopara toda la vida– y al mismo tiempo rom-pe con la también “moderna” figura hege-mónica de la especialización, reinventando

la figura de trabajador camaleón, móvil ymultiforme, capaz de situarse con rapidez enlos más diversos ambientes y campos profe-sionales.

LLÍÍNNEEAASS DDEE CCAAMMBBIIOODe ello se derivan tres líneas de cambio quedeberá afrontar la universidad si no quiereverse marginada de los procesos que confi-guran las nuevas sociedades y convertida enmarginadora de los profesionales que forma.La primera puede cifrarse en esta pregunta:¿está la universidad, al menos la pública, aus-cultando, pensando, investigando, la com-plejidad de relaciones entre los cambios delsaber en la sociedad del conocimiento y loscambios del trabajo en una sociedad de mer-cado? La segunda, también supone una in-terrogación: ¿el papel de la universidad pue-de y debe ser únicamente el de analizar ten-dencias –las que ponen el mercado y el de-sarrollo tecnológico en la globalización so-cioeconómica y en la mundialización de lacultura– para ver cómo se adapta a ellas? ¿Nodebería la universidad asumir como tareapropia, estructural y estratégica hoy más quenunca, la de formular y diseñar proyectossociales, la de pensar alternativas al modelohegemónico del mercado? No estoy postu-lando utopías suicidas sino alternativas via-bles, esto es capaces de negociar con algunoshechos inapelables tanto de la sociedad delconocimiento como de la de mercado, perocapaces también de arriesgarse a imaginarsocial, cultural, políticamente; de arriesgar-se a ser de veras socialmente creativa. Y ter-cera, la universidad no puede renunciar aponer en su agenda docente ciertos saberesindispensables, posiblemente muy poco o na-da rentables o funcionales al modelo de so-ciedad hegemónico, pero saberes sin los cua-

les el trabaja-dor profesionalno podrá sobrevi-vir como sujeto humano enuna sociedad de lucha amuerte por encontrar un ni-cho de trabajo. La educaciónva a tener que distinguir –sinoponerlos– entre saberes ren-tables y saberes indispensables,pues es ahí, en esa encrucija-da, donde se dirime el senti-do y el futuro de nuestras uni-versidades que se han dado así mismas explícitamente unproyecto social; esto es nosólo un oficio, el detransmitir conocimien-to, sino también unavocación, la de formarciudadanos.

EENNTTRREE EELL CCLLAAUUSSTTRROO UUNNIIVVEERRSSIITTAARRIIOO YY EELL TTOORRBBEELLLLIINNOO SSOOCCIIAALLFrente a una larga tradición, en la que la inde-pendencia del saber se hallaba ligada a su aleja-miento de los avatares del contexto social, hoyse afirma otra figura de independencia defini-da por su capacidad de gestionar tensiones en-tre saberes y contextos, y entre saberes de la abs-tración y saberes de la experiencia. Ubicar el sa-ber en tensión con los procesos sociales, cultu-rales y políticos, nos ayuda a reubicar el lugarde la universidad en una sociedad cuyas incer-tidumbres generan tendencias fuertemente im-plosivas o escapistas. Pues, o se busca mantenera la universidad lo más alejada posible de la ve-locidad y opacidad de unos cambios que la lle-nan de confusión, o se busca insertarla directa-mente, y a cualquier costo, en las lógicas y di-námicas que rigen a esos cambios en términos

de rentabilidad. Ello nos está exigiendo dibujarfiguras de esa otra posición, arriesgada pero res-ponsable, que busca el lugar-entre (M. Serres)el “claustro” universitario y el torbellino social,una de cuyas figuras es la que emerge en el en-trecruzamiento de nuestras académicas, y confrecuencia inertes, líneas de investigación y unaagenda de país que desestabilice nuestros narci-sismos e inercias obligándonos a mirar de fren-te ese afuera cuya realidad a la vez que nos sos-tiene –laboral e intelectualmente– nos desafíaradicalmente. Realidad de lo social que no sedeja reducir a lo ya pensado y por tanto nos exi-ge entrelazar permanente y cotidianamente nues-tra vida universitaria a un proyecto de ciudada-nos, único que puede servir de modelo de vidaa nuestros alumnos y a nosotros mismos.

(*) Investigador del campo de la Comunicación dela Pontificia Universidad Javeriana (Colombia)

UNIVERSIDAD, SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

Y AGENDA DE PAÍSPOR JESÚS MARTÍN BARBERO*

AUTONOMÍA Y DEMANDAS POPULARES

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A noventa años de la Reforma universitaria de 1918,¿qué espera de la universidad latinaomericana?La universidad en América Latina debe ser cadadía más incluyente. En México tenemos una delas universidades más grandes del mundo, comoes la Universidad Autónoma (UNAM). Debe-mos construir una universidad en que no se dis-crimine a los estudiantes y a la que puedan asis-tir todos, sin limitaciones de costo o de otro ti-po. La UNAM es un barómetro de la vida polí-tica de México. Desde allí han salido las energí-as más generosas: las brigadas de apoyo a loszapatistas y las brigadas de voluntarios durante elterremoto de 1985. Los impulsos y las organiza-ciones sociales han salido de la UNAM y eso de-be mantenerse y fortalecerse para honrar una his-toria, pero también para aportar al presente.La UNAM ha tenido un decidido apoyo, de ma-nera permanente, a los problemas sociales del pa-

ís, y esto debería ser repetido en otros países tam-bién. De allí han salido los impulsos más purosy más limpios de México, a través de los jóvenesfundamentalmente. El movimiento estudiantil,que tanta importancia ha tenido en la vida polí-tica y social de nuestro país, ha sido forjado en launiversidad y esa experiencia no puede perderse,sino profundizarse.Por otra parte, la universidad aporta también en-señanza y capacidad científica dentro de los pro-cesos que estamos viviendo. Aporta capacidad dedivulgar y de dar a conocer materiales, autores yexperiencias a las cuales seguramente es muy di-fícil acceder si no se recurre a la universidad.

(*) Escritora y periodista mexicana. Ha recibido el Ho-noris Causa en diversas universidades de México y Es-tados Unidos.

AUTONOMÍA Y DEMANDAS POPULARES

PROFUNDIZAR LOS IMPULSOS MÁS PUROS Y

LIMPIOS DE MÉXICO

ENTREVISTA A ELENA PONIATOWSKA *

VIGENCIA EN AAMMÉÉRRIICCAA LLAATTIINNAA

POR RAFAEL GUARGA*

A principios de este mes, 3.500 representantesde la educación superior y de gobiernos de laregión, se reunieron en Cartagena de Indias res-pondiendo a la convocatoria del Instituto Inter-nacional para la Educación Superior de Améri-ca Latina y el Caribe, en la Conferencia Prepa-ratoria Regional de la Conferencia Mundial con-vocada por la UNESCO para julio de 2009 enParís. En el preámbulo de la Declaración finalde Cartagena se señala que el encuentro “serealiza a 10 años de la Conferencia Mundial so-bre la Educación Superior (1998), a 12 años dela Regional de la Habana (1996) y a los 90 añosde la Reforma de Córdoba cuyos principios cons-tituyen hoy orientaciones fundamentales en ma-teria de autonomía universitaria, cogobierno, ac-ceso universal y compromiso con la sociedad”.Dichos principios, formulados por los jóvenesde 1918 y su actualización 80 años más tarde,fueron el sustento ideológico que permitió a lasuniversidades públicas enfrentar sin claudica-ciones el neoliberalismo. Es sabido que en laregión, con muy pocas excepciones, los go-biernos de turno sostuvieron y aplicaron polí-ticas neoliberales en todos los aspectos delquehacer nacional y la universidad no fue unaexcepción. En particular, se impuso como re-gla el ahogo presupuestal de la enseñanza pú-blica y la promoción de la privada.Pero dichas políticas oficiales encontraron fir-me resistencia en las universidades públicasde la región y también en sus redes, como laUnión de Universidades de América Latina yel Caribe y la Asociación de Universidades Gru-po Montevideo, entre otras.Hoy, cuando las crisis sucesivas mostraron lainviabilidad histórica del neoliberalismo y Lati-noamérica y el Caribe han comenzado a ins-talar, por la vía democrática, gobiernos quebuscan construir el futuro mediante políticaspúblicas muy alejadas de aquellas nefastas re-cetas, el legado de los estudiantes cordobesesy el movimiento continental de reforma por ellosdesencadenado, sigue vivo y vigente.

(*) Secretario General de la Asociación de Uni-versidades Grupo Montevideo.

ILUSTRACIÓN: CAPE

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Page 10: Reforma Universitaria | Edición especial de Hoy la Universidad

¿Qué aspectos de la Reforma son necesarios re-cuperar y cuáles revisar para pensar la univer-sidad actual?La Reforma era el voto estudiantil, la cátedraparalela, la libertad de cátedra. Como estu-diante nunca me animé a decir que esas nofueran grandes banderas o valores que habíaque respetar. Nuestra generación veía a la Re-forma con cariño, pero con muchas críticas.Era el lugar de las clases medias, de la peque-ña burguesía intelectual, un lugar interesanteque cuestionaba una vieja capa de profesoresajenos a la experiencia viva del conocimiento,pero que muchas veces terminaba en la fábri-ca de títulos, en la certificación de saberes bur-gueses. De modo que la Reforma siempre fueun dilema, y actualmente también lo es. Ahora la revindico más y no precisamente por-que no le vea problemas. En el Manifiesto Li-minar veo algunos problemas de definiciónrespecto a la presencia de la inmigración, delas poblaciones que terminaban su ciclo itine-rante en un remoto país. No hay una posiciónclara al respecto. Hasta tiene una puntita lu-goniana en ese aspecto. Y sin duda, como acon-tecimiento interno de la universidad, su granvestimenta revolucionaria ocultaba mal el he-cho de que se trataba de generar una capa pro-

fesional que a veces en su aspecto más pobre,desde el punto de vista cultural, tuvo un me-ro aspecto gerencial. Dicho esto, la Reforma es totalmente reivin-dicable como lugar histórico, como la sede mo-ral de grandes textos, y uno de ellos se lo de-bemos a Deodoro Roca, el Manifiesto Limi-nar, al que también se le pueden criticar cier-tas retóricas del modernismo de la época. Sinembargo es un texto que comienza ubicandola Reforma en una serie que expresa grandesluchas para generar espacios de emancipación.Y esa larga serie coloca el momento originariode esas luchas en siglos muy anteriores: la lu-cha contra el absolutismo, contra los espíritusmás oscuros de la historia del hombre. Por lotanto los acontecimientos de Córdoba veníana coronar una larga gesta de la humanidad. Esun atrevimiento muy interesante afirmar queno sólo pertenecen al ámbito estudiantil. Qui-siéramos tener hoy atrevimientos de esa índo-le, atrevimientos que pongan a los países a laaltura de grandes historias del espíritu colecti-vo de reparación y justicia.El espíritu de Deodoro, que es el espíritu dela eterna ‘juvenilia’ argentina, está en la pre-gunta que el movimiento estudiantil deberíavolver a hacerse. Es la pregunta respecto a silos grandes cambios en la universidad antici-pan cambios en la sociedad y en el mundo engeneral. Ese interrogante ya no tiene la pro-fundidad de los tiempos de Deodoro. Y fuesu interrogante. Años después, cuando él siente el miedo dehaberse hecho esa gran pregunta, inaugura unasuerte de realismo político del movimiento es-tudiantil, donde define que los cambios tie-nen que tener una antecedencia en la socie-

dad para después ser incorporados por el mo-vimiento estudiantil, que debe escuchar lasvoces de los movimientos sociales, del movi-miento obrero, etcétera.Pero el espíritu originario de la Reforma es unespíritu desmesurado. Declara que toda ciu-dad debería ser universitaria, que toda revo-lución debería comenzar en la universidad,que América Latina debería ser una red de uni-versidades, imaginando un gran cambio so-cial. Eso ha ocurrido parcialmente en la his-toria del siglo XX en Latinoamérica. Y en diálogo con el movimiento estudiantilde esta época, hay que ver si no es posible re-cuperar el hecho de que la autonomía univer-sitaria no es sólo una fórmula política, finan-ciera, económica y cultural, sino que es unafórmula vinculada a que el conocimiento seauto–constituye.

Y en ese sentido quizás hasta sea cierta esa grandimensión utópica de la Reforma universita-ria, que es la de imaginar aunque sea un mi-nuto, un segundo en la vida de una institu-ción, que lo que aparece como novedad en suvida cotidiana, lo que podríamos llamar el im-pensado ejercicio de sentirse dentro de la vi-da del conocimiento, pueda ser una inspira-ción colectiva que luego se disemine en el res-to de las prácticas políticas y sociales de la hu-manidad. Y digo de la humanidad porque allíse pretendió la Reforma universitaria. Y novendría mal, y no sería desacertado, volver apronunciar esas grandes palabras y revivir esosgrandes textos.

(*) Sociólogo y director de la Biblioteca Nacional.

Los reformistas del ‘18 fueron representantes paradigmáticos del compro-miso con los desafíos de su época, pero no los únicos. Históricamente lasuniversidades públicas, y principalmente quienes le dan vida (sus estu-diantes, docentes e investigadores), jugaron un rol central en los distintosprocesos políticos abiertos en Latinoamérica a lo largo del siglo XX.El lugar que tienen –o deberían tener– las universidades públicas y parti-cularmente el movimiento estudiantil en los nuevos procesos políticos ysu vínculo con las necesidades populares, son elementos centrales paradelinear una universidad democrática, plural y solidaria.

EL PROTAGONISMO DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA

EN BUSCA DE LA UNIVERSIDAD POLÍTICA

UNA DESMESURADA INSPIRACIÓN

COLECTIVAENTREVISTA A HORACIO GONZÁLEZ*

Página 10 / Domingo 15 de junio / 2008 Periódico de la Universidad Nacional de Córdoba / www.unc.edu.ar

ILUSTRACIÓN: CAPE

GENTILEZA: MUSEO CASA DE LA REFORMA

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Page 11: Reforma Universitaria | Edición especial de Hoy la Universidad

EL PROTAGONISMO DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA

Desde hace más de medio siglo, llevo en elcorazón las reformas de Córdoba como par-te integral de los fundamentos de mi pen-

samiento político y cultural. Las reformas universitarias, a partir de sus ante-cedentes en 1918 en la ciudad de Córdoba, Ar-gentina, están insertas en la historia del movimien-to de las ideas políticas y sociales del siglo XX.Aparecieron paralelamente al triunfo del leninis-mo en Rusia, a la Primera Guerra Mundial, quepuso de manifiesto su carácter imperialista con elreparto de colonias y mercados y la radicalizaciónque en el plano de las ideas ello significó.Por esas circunstancias podemos afirmar que enla historia del socialismo en América Latina, lasreformas de Córdoba tuvieron un punto esencialde referencia. Fue por la vía de la cultura y delpensamiento universitario como llegaron a nues-tra América las ideas socialistas y fue, en la Ar-gentina, donde primero se recepcionaron y mul-tiplicaron.

RREEFFOORRMMAA YY TTRRAADDIICCIIÓÓNN AANNTTIIIIMMPPEERRIIAALLIISSTTAAFue una luz que se extendió por América. En Cuba, aquella simiente encontró un terreno abo-nado por la tradición patriótica y antiimperialis-ta del siglo XIX, cuya cúspide más alta está, pre-cisamente, en José Martí. Es decir, el pensamien-to de Córdoba y el socialismo fructificaron enCuba en el siglo XX a partir de la tradición cul-tural decimonónica, le dimos continuidad a aquellegado cultural. He ahí una clave esencial de larevolución triunfante en 1959 y cuya significa-ción es bien conocida.Este significativo aniversario de aquel movimien-to iniciado en Córdoba nos compromete a hon-rar la cultura de Martí y de José Ingenieros, y elloconstituye una necesidad para forjar el ideario la-tinoamericano del siglo XXI. Será posible en lamedida en que nos apoyemos en la tradición in-dependentista vinculada a la lucha por la libera-ción social y nacional iniciada por Simón Bolí-var, José de San Martín, Bernardo O’Higgins,Tiradentes y tantos más en el siglo XIX, y en lade Aníbal Ponce, José Carlos Mariátegui, José deVasconcelos, Augusto César Sandino, EmilianoZapata, entre otros, en el XX.

RREEFFOORRMMAA UUNNIIVVEERRSSIITTAARRIIAA YY RREEVVOOLLUUCCIIÓÓNN SSOOCCIIAALLJulio Antonio Mella y los revolucionarios cuba-nos de la década del 20, inspirados en estas ide-as, se propusieron descender de la colina, en cu-ya cima se encuentra ubicada la Universidad deLa Habana, ascender al pueblo y tomar el cielopor asalto con la revolución social. En 1925, Mella escribió al escritor y médico ar-gentino Araoz Alfaro lo siguiente: “Creo que laReforma universitaria no podrá ser definitiva coneste régimen social, ni que los estudiantes po-drán, ellos solos, obtener todos los fines. (…) laReforma universitaria es parte de una gran cues-tión social, por esta causa, hasta que la gran cues-tión social no quede completamente resuelta, nopodrá haber nueva universidad”.Hoy, frente a la crisis de la civilización burguesaimperialista que está a nuestra vista, estamos lla-mados a encontrar las respuestas, y por consi-guiente las acciones, que demandan los colosalesdesafíos que tiene ante sí la humanidad. Sólo asu-miendo con rigor las ideas esenciales que inte-gran el legado de los próceres y pensadores denuestra América y de todo el mundo, incluida lamejor tradición popular y democrática del pue-blo de Estados Unidos, podremos articular unaacción política dirigida a lograr cambios en lasrelaciones objetivas actuales de dominación eco-nómica del capital transnacional.Nuestro sentido homenaje a todos los que lucha-ron y continúan luchando desde la universidadpor las radicales transformaciones que nuestrospaíses reclaman, haciendo realidad aquel man-dato martiano contenido en estas dos ideas: “In-jértese en nuestras repúblicas el mundo; pero eltronco ha de ser el de nuestras repúblicas”. “Serculto es el único modo de ser libre”.

(*) Abogado y educador. Ex ministro de Educación yex ministro de Cultura de Cuba. Fragmento de untexto preparado por el autor para esta edición especial.Consulte la versión completa en wwwwww..uunncc..eedduu..aarr

¿Qué papel político desempeñan los universitarios enlos procesos de transformación en América Latina?

Hay una contradicción muy grande en la si-tuación del movimiento estudiantil actualen comparación con el lugar histórico que

ha ocupado. Históricamente los movimientos es-tudiantiles han sido una vanguardia social y po-lítica de sus respectivos pueblos. Y eso es algo ló-gico, porque son el sector donde no solamente seresumen diferentes clases sociales, sino donde tam-bién se debería resumir todo el pensamiento y eldebate ideológico, político y conceptual.Pero en los últimos 25 años se ha verificado uncambio muy drástico de este antecedente históri-co, al punto de llevar al movimiento estudiantila una situación exactamente inversa, ya sea por-que directamente no está en el escenario político,o porque cuando está lo hace desde posiciones re-accionarias. Y esto tiene diferentes explicaciones, pero básica-mente es el resultado de un retroceso en el planode las ideas a nivel mundial en toda una etapa his-tórica. En el período posterior al derrumbe for-mal de la Unión Soviética se produjo en la inte-lectualidad mundial un viraje muy drástico, queconstituyó un retroceso en todos los ámbitos delpensamiento. Los intelectuales y académicos hansido engranajes y vehículos para este retroceso enmuchas partes del mundo y, muy particularmen-

te, en Argentina. Por supuesto que siempre ha ha-bido brillantes excepciones, pero es importanteseñalar esta tendencia general.La combinación de la crisis política que supusola caída de la Unión Soviética con el viraje brutalde los intelectuales tomó como una tenaza a losmovimientos estudiantiles, confundiéndolos y pa-ralizándolos al mismo tiempo. Estamos todavíaviviendo los efectos de esa rémora histórica y has-ta el momento en ninguna parte del mundo losmovimientos estudiantiles pudieron recuperar ellugar que tuvieron en el pasado.Es difícil apreciar en el conjunto de América La-tina una posibilidad cierta de que el movimientoestudiantil recupere ese papel histórico, con ex-cepción, aunque con dudas, de Argentina. Estepaís está en condiciones de dar ese salto y recupe-rar aquel hilo histórico, porque tiene como acer-vo el mayor desarrollo intelectual y político deAmérica Latina en los comienzos del siglo XX.Esto no se manifiesta actualmente en los movi-mientos estudiantiles del país, sin embargo está.Es una poderosa corriente subterránea que pug-na por expresarse por los medios más diversos. Ynosotros no podemos dejar de trabajar para recu-perar esa fuerza.

El debate sobre la noción de autonomía universi-taria está muy entroncado en la tradición refor-mista, y actualmente está revisándose en muchospaíses latinoamericanos. ¿Qué opinión le mere-ce esa noción y ese debate?Como cualquier otro concepto, el de autonomíauniversitaria no puede ser ahistórico. Nosotros te-nemos, podemos y debemos reivindicar el con-cepto de autonomía reivindicado por el movi-miento reformista en el primer cuarto del sigloXX en Argentina, a partir de donde se expandióa todo el mundo. Sin embargo, tenemos que comprender cuántoha cambiado el mundo desde entonces hasta aho-ra. Así, hay que comprender que la autonomíadebe ser reivindicada con la relatividad que pre-supone el hecho de que en un momento de gra-ve, profunda y extensa crisis estructural del capi-talismo, como la que domina hoy el panoramainternacional, con la proliferación de guerras y laamenaza de hambrunas más masivas todavía delas que se sufren en la actualidad, el movimientoestudiantil, no puede pretender ser una isla. De allí que la autonomía es inseparable del com-promiso, y éste es inseparable de un proyecto depaís. Se puede ser autónomo respecto de tal o cualgobierno, o respecto de tal o cual poder, pero nose puede ser autónomo de un proyecto de país. Yese proyecto naturalmente no tendría ningunajustificación histórica si no defendiera los intere-ses de las mayorías, de los trabajadores urbanos yrurales, las juventudes, los marginalizados, el con-junto del pueblo explotado y oprimido.

(*) Escritor y periodista. Director de la revista América XXI .

CÓRDOBA EN LAS IDEAS

Y EN LOS SENTIMIENTOS

POR ARMANDO HART DÁVALOS*

RESCATAR EL CONTENIDO

REVOLUCIONARIODE LA REFORMA

ENTREVISTA A LUIS BILBAO*

Periódico de la Universidad Nacional de Córdoba / www.unc.edu.ar Domingo 15 de junio / 2008 / Página 11

Cordobazo 1969 Manifestación estudiantil 1999

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La necesidad de una profunda transforma-ción en la universidad y en la enseñanzasuperior en su conjunto es un reclamo

cada vez más intenso y general. La urgenciade este debate se ubica en el marco del con-senso general que existe acerca de la centrali-dad que adquiere el conocimiento en las es-trategias de desarrollo social. Pero el optimis-mo inicial con el cual se analizaron las con-secuencias sociales del nuevo papel del cono-cimiento ha desaparecido. Las tendencias alaumento de la desigualdad y de la exclusiónsocial indican que una sociedad y una econo-mía basadas en el uso intensivo de conoci-mientos pueden ser mucho más inequitativasque una sociedad y una economía basadas enel uso de otros factores. El papel de las uni-versidades, en tanto instituciones responsa-

bles de producir y de distribuir conocimien-tos, debe ser analizado en el marco de estastransformaciones globales.En este sentido, la agenda de discusión sobreel papel de las universidades puede ser orga-nizada en dos grandes categorías. La primerade ellas se refiere a los problemas relativos alacceso al conocimiento y la segunda a las rela-ciones entre universidad, Estado y sociedad.

AACCCCEESSOO AALL CCOONNOOCCIIMMIIEENNTTOOEl debate actual sobre el acceso al conocimien-to debería tomar en cuenta, al menos, tres fac-tores. En primer lugar, asumir que será nece-sario educarse a lo largo de toda la vida. El ac-ceso al conocimiento no se reduce, por lo tan-to, a los mecanismos de pasaje de la secunda-ria a la superior, sino que será preciso garantizarla reconversión profesional continua. En estesentido, deberíamos discutir la validez tem-poral de los diplomas universitarios. En segundo lugar, la democratización del ac-ceso a los niveles más complejos del conoci-miento no puede quedar confinada, como aho-ra, al acceso a la universidad. La democratiza-ción del acceso al conocimiento implica dise-ñar instrumentos que materialicen la obliga-ción por parte de los universitarios, de

contribuir al mejoramiento de la calidad de laeducación básica general. En tercer lugar, el acceso al conocimiento su-pone encarar los desafíos que plantean las nue-vas tecnologías de la información. En pocotiempo más, las nuevas tecnologías permiti-rán poner a los mejores especialistas de cadadisciplina en contacto directo con todos losestudiantes, independientemente del lugar fí-sico donde cada uno se encuentre o de la uni-versidad a la cual pertenezca. Pero además deeste cambio tecnológico, la velocidad en el rit-mo de producción de conocimientos y de in-formaciones modifica el sentido de la forma-ción inicial de los profesionales. El estudian-te debe ser cada vez más responsable de su pro-pio aprendizaje y, para ello, deberá dominarlas operaciones cognitivas fundamentales aso-ciadas a cada dominio del saber y desarrollarlas actitudes básicas asociadas al aprendizajepermanente: curiosidad, interés, espíritu crí-tico, creatividad, etcétera. Este enfoque im-plica cambios importantes en la estructura delos diseños curriculares e, incluso, en las esca-las de prestigio con las cuales operan nuestrasinstituciones educativas. Será necesario, en elfuturo, otorgar incentivos más importantespara que los mejores docentes se dediquen a

los primeros años de estudio, donde tienen lu-gar los aprendizajes básicos fundamentales.

UUNNIIVVEERRSSIIDDAADD,, EESSTTAADDOO YY SSOOCCIIEEDDAADDCon respecto al vínculo entre universidad ysociedad, es preciso analizar dos fenómenosdistintos: la relación con el Estado y la rela-ción con el sector productivo. Históricamen-te, la universidad argentina y latinoamerica-na en general, estuvo caracterizada por un fuer-te grado de conflicto o de separación con am-bas instancias de la sociedad. La relación conel Estado está expresada a través de la tradi-ción de autonomía, cuya conquista marcó elorigen del movimiento estudiantil organiza-do. La autonomía fue, desde este punto de vis-ta, una consigna destinada a garantizar la li-bertad académica, la creatividad y la indepen-dencia frente al autoritarismo político. Perola autonomía fue concomitante con un pro-ceso de aislamiento con respecto al sector pro-ductivo. Las razones de esta desvinculaciónhan sido señaladas reiteradamente y, en últi-ma instancia, tienen que ver con el estilo dedesarrollo basado en la sustitución de impor-taciones. Este aislamiento, sin embargo, no significaque la universidad haya estado desvinculada

La producción de conocimientos so-cialmente relevantes es una de lasfunciones más importantes de la uni-versidad pública. Para los reformis-tas del ‘18 la universidad no podíapensarse aislada de los procesospolíticos, económicos y sociales enlos que se hallaba inserta.En la actualidad, tanto el modo enque los saberes producidos en launiversidad son apropiados por lasociedad que la financia, como lasestrategias de articulación entre lasnecesidades de desarrollo nacionaly la formación científica y tecnoló-gica, son debates urgentes y nece-sarios dentro y fuera de las univer-sidades públicas.

UNIVERSIDAD Y PROYECTO DE PAÍS

PARA QUE EL CONOCIMIENTO VUELVA

TRANSFORMACIÓNUNIVERSITARIA:

UN DEBATE URGENTEPOR JUAN CARLOS TEDESCO*

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de la sociedad. Sus vínculos más fuertes se es-tablecieron a través de su papel en la movili-dad social y en la promoción de pensamientocrítico y de creación cultural. Pero el escena-rio en el cual tuvo lugar la definición de estasmodalidades de articulación entre universidady sociedad ha cambiado profundamente, locual obliga a re-pensar el concepto de auto-nomía y las formas a través de las cuales la uni-versidad se articula con la política, con la eco-nomía y con la cultura. Dicho en pocas palabras, la demanda de au-tonomía ya no está vinculada, como en el pa-sado, a la lucha contra el control ideológicode las universidades, sino a la tensión entre lalógica de los intereses generales y la lógica delos intereses particulares en la producción ydistribución de conocimientos. En esta ten-sión, el Estado aparece como la instancia prin-cipal, sino la única, desde la cual es posible in-troducir aspectos tales como la inversión enproyectos de largo plazo, la formación de re-cursos humanos en función de estrategias dedesarrollo y la toma de decisiones a través deprocesos de concertación social. Por último, la discusión sobre el vínculo en-tre universidad y sociedad debe incluir el pa-pel que ella juega en la promoción del pensa-miento crítico. Vivimos un período en el cualla desaparición de las utopías ha provocado lasacralización de la urgencia. En este contex-to, una de las responsabilidades de la univer-sidad consiste en responder a la demanda desentido que la sociedad contemporánea estárequiriendo. Obviamente, la respuesta a estademanda no puede ser satisfecha desde los en-foques tradicionales, de corte fundamentalis-ta o mesiánico. Pero tampoco puede ser satis-fecha desde los enfoques a-sociales que dejanen la lógica del mercado la solución de todoslos problemas de la sociedad.El debate sobre la transformación de la uni-versidad es, en consecuencia, no sólo necesa-rio sino urgente. Un debate amplio, con re-glas de participación claras y con el compro-miso de todos los actores de escuchar y no só-lo de expresarse, sería una demostración deque el diálogo democrático es una fórmulamás apropiada para resolver los problemas quela pugna salvaje del fundamentalismo, sea demercado o de cualquier otro signo.

(*) Ministro de Educación de la Nación.

UNIVERSIDAD Y PROYECTO DE PAÍS

Cuando los jóvenes de Córdoba lanzaronsu Manifiesto Liminar, salieron a com-batir la educación escolástica, la medio-

cridad y la estrechez intelectual que impedíaa la universidad ser protagonista de su época.Su mirada visionaria iba más allá. En reali-dad lo que querían era que la universidad for-mara parte de un movimiento social que co-locara al pueblo como protagonista de un pro-ceso de cambio basado sobre la justicia y lademocracia. Como dijo Deodoro Roca: “Re-forma universitaria es lo mismo que reformasocial”. Tan es así que el Manifiesto fue leído en Amé-rica Latina como un llamado a una profundareforma social. Esa influencia se mantuvo du-rante estas décadas que nos separan del '18 yaún hoy se manifiesta en nuestra defensa dela educación pública, del cogobierno en launiversidad, en la presencia de las cátedrasparalelas y, sobre todo, en el compromiso conla sociedad.

SSIIGGLLOO XXXXII :: NNUUEEVVOOSS EESSCCEENNAARRIIOOSS YY AACCTTOORREESSEn esta primera década, el panorama local ylatinoamericano presenta, por un lado, situa-ciones inéditas y altamente preocupantes; porotro, nuevos actores con voluntad de protago-nizar cambios sustantivos para sus sociedades. La desocupación, marginación y exclusión so-cial de amplios sectores de la población si-guen mostrando índices muy superiores a losde comienzos de siglo, inclusive a los del pe-ríodo de la crisis mundial del ’29. AméricaLatina no sólo ha tenido décadas perdidas si-no décadas de retroceso.La concentración del poder económico y fi-nanciero de las corporaciones transnaciona-les, la conformación de poderosos bloques en-tre las naciones desarrolladas, junto con elprogreso científico, la globalización de la eco-nomía y el formidable desarrollo de las co-municaciones y la tecnología originan unabrecha entre los países de nuestra región y lospaíses centrales muy difícil de salvar. Muchas decisiones se someten a los requeri-mientos de los grandes centros de poder eco-nómico y se desarrollan políticas regresivasque se traducen en una marcada inequidad

en la distribución del ingreso, que nos llevana inaceptables índices de pobreza con todo loque ello significa: mortalidad infantil, dete-rioro en la atención de la salud, limitacionesserias en el acceso a la educación, deserciónescolar, trabajo infantil y, naturalmente, de-sesperanza y falta de expectativas en el pro-yecto de vida de grandes sectores sociales.

EELL PPAAPPEELL DDEE LLOOSS RREEFFOORRMMIISSTTAASS HHOOYYY bien, ¿cuál es el papel que debemos desem-peñar los reformistas de ayer y de hoy? ¿Cuá-les son los objetivos que deben concentrarnuestros esfuerzos? ¿Cuál es el mensaje que ledebemos a la sociedad? El conocimiento es la herramienta más im-portante que un país o una región tienen pa-ra generar crecimiento y desarrollo. Pero, ¿quéclase de conocimiento? ¿A quién debe bene-ficiar?En las respuestas a estos interrogantes estánlas nuevas metas de los reformistas. Ya no bas-ta la cátedra paralela, ya no basta el cogobier-no, ya no basta disponer de un ámbito de li-bre discusión de las ideas. Nuestra misión es trabajar para generar igual-dad de oportunidades, equidad en la distri-bución del ingreso, desarrollo sustentable yconservación de una identidad propia, aunen un escenario de globalización, de tránsitoirrestricto de capitales financieros.Quienes trabajamos cotidianamente en edu-cación sabemos de las dificultades que debe-mos enfrentar: insuficiencia de orientacionessólidas para la generación del conocimiento,falta de recursos para hacer frente a los reque-rimientos de una enseñanza de calidad y deuna masividad creciente, a la que se une unescepticismo en los jóvenes, consecuencia delmodelo de sociedad en que vivimos.El movimiento reformista nació como un pro-ceso de rebeldía, transgresión y utopía. Pre-tendió cambiar la universidad hasta en sus ci-mientos y, con ella, la sociedad. Hoy enfren-tamos un desafío igual o mayor al de los jó-venes del '18.Estoy convencido de que sin rebeldía, sintransgresión y, sobre todo, sin el convenci-miento de que existen otros caminos por re-correr que no pasan por la miseria y la deses-peranza, poco o nada haremos. Es hora, pues, de redactar un nuevo Mani-fiesto Liminar que sea el compromiso de quie-nes transitamos las aulas universitarias paramodificar esta realidad con la que no transa-mos y para comenzar a hacer frente a la deu-da de honor que contrajimos al abrazar la cau-sa de la Reforma.Ojalá podamos decir, como los jóvenes del’18: “Estamos pisando sobre una revolución,estamos viviendo una hora americana”.

(*) Profesor Honorario de la Universidad de Bue-nos Aires y director del Plan Fénix. Fragmento deun texto preparado por el autor para esta ediciónespecial. Consulte la versión completa enwwwwww..uunncc..eedduu..aarr

UNA DEUDADE HONOR

REFORMISTAPOR ABRAHAM LEONARDO GAK*

ILUSTRACIÓN: CAPE

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UNIVERSIDAD Y PROYECTO DE PAÍS

Junio de 1918, hace exactamente 90 años,el grito de la juventud cordobesa sacudíala adormecida Universidad Nacional de

Córdoba: nacía la Reforma universitaria. Suspropuestas llegarían rápidamente a las otrasuniversidades nacionales y recorrerían Lati-noamérica. Autonomía universitaria, cogo-bierno, docencia libre, universidad científicay no dogmática y participación de la univer-sidad en la sociedad como extensión de la mis-ma, fueron las principales consignas de estehistórico movimiento. Pocos años después surgiría la contrarrefor-ma sucediéndose un ir y venir de la políticauniversitaria argentina hasta que el golpe mi-litar de 1930 sepultó las intenciones reformis-tas. Pero no para siempre. Muchos años de-bieron transcurrir hasta que en 1955 (sin sos-layar el repudio que mereció el golpe militarantipopular), comenzaron a implementarseen las universidades argentinas algunos de lospostulados reformistas. Fue en el período1958-1966 cuando alcanzó su mayor esplen-dor la universidad de la Reforma. Fueron qui-zás los años de mayor desarrollo intelectual,científico, cultural y democrático de las altascasas nacionales de estudio. Otro golpe mili-tar, el de 1966, con la “Noche de los Basto-nes Largos” como paradigma de barbarie, agre-gó otra herida a la educación argentina. Launiversidad pública agonizante llegó a 1976para padecer otro trágico retroceso, la regre-sión en su expresión más oscura. En 1984 renacería la esperanza con la reins-tauración de las instituciones democráticas,pero los avatares políticos y económicos nopermitieron el despegue de la maltratada uni-versidad argentina. La política neoliberal en-contró en nuestro país el mejor modelo expe-rimental y las propuestas del FMI y el BancoMundial, siguiendo el Consenso de Washing-ton, se aplicaron en todas sus dimensiones.Las carreras universitarias se centraron en lorentable; aquellos aprendizajes con aplicaciónpráctica inmediata encontraron recompensaeconómica por parte de la empresa privada;

las humanidades y las ciencias teóricas agoni-zaron asfixiadas por las leyes del mercado.

CCRREECCIIMMIIEENNTTOO EE IINNVVEESSTTIIGGAACCIIÓÓNNCCIIEENNTTÍÍFFIICCAAHoy nadie pone en duda la importancia delconocimiento en el crecimiento. Tampoco lanecesidad de generar conocimiento a travésde la investigación científica y tecnológica.Lo contrario implica recorrer el camino delanalfabetismo científico, la dependencia, lapobreza y todas las miserias que brinda la ig-norancia. En nuestro país se desprecia la investigacióncientífico–tecnológica por la falsa creencia deque su contribución al crecimiento es pocorelevante en comparación con los resultadosque brinda la inversión de capital. El produc-to ha crecido en los últimos decenios en lospaíses occidentales y desarrollados a una tasamedia del 3,2%; de ella, sólo el 1,1% se haatribuido al crecimiento cuantitativo de losfactores de producción (capital, trabajo y tie-rra), mientras que el importante 2,1% restan-te se debe a las mejoras en la educación y enel saber humano. La inversión en educación superior en Argen-tina es alrededor del 0,65% del PBI; Brasil, Mé-xico y Paraguay llegan al 0,90%, Finlandia y

Canadá al 2%, EEUU el 2,7% (sumando la in-versión estatal y privada), con el agravante deque nuestros PBI son magros comparados conlos de los países desarrollados, lo que ensanchay profundiza la brecha científica y técnica.Sería ingenuo plantear para nuestro país lanecesidad de un desarrollo científico en to-das las áreas del conocimiento, hoy imposi-ble e innecesario. Más realista e imprescindi-ble es definir núcleos críticos que debemosdesarrollar y que hoy están abandonados.Ejemplo de ello es la actividad científica y tec-nológica agropecuaria del país que llevan acabo el INTA, facultades de agronomía deuniversidades nacionales y el CONICET: elgasto anual en investigaciones agropecuariasde estas instituciones ronda el 0,5% del PBIde productos de origen agropecuario, porcen-taje totalmente exiguo, incluso comparadocon los países en vías de desarrollo.

RREECCUUPPEERRAARR LLAA EEXXTTEENNSSIIÓÓNN UUNNIIVVEERRSSIITTAARRIIAAOtra de las grandes banderas de la Reformafue la extensión universitaria, sepultada porlos avatares de nuestra historia. La nación es-tá conmovida en estos días por un serio en-frentamiento entre el gobierno y los sectoresagropecuarios. La sociedad observa atónita el

desarrollo de los acontecimientos. Su infor-mación es a través de los medios de comuni-cación, en general parcial y tendenciosa. La explotación minera en el país está gene-rando graves consecuencias en el medio am-biente de las regiones involucradas; sus habi-tantes ven comprometida su salud y reclamanapoyo; el país mira silencioso. La producciónenergética compromete el presente y preocu-pa seriamente el futuro; no se avizoran pro-yectos que ofrezcan fuentes de energía alter-nativa; los agrocombustibles alimentarán au-tos en países desarrollados a costa del ham-bre de muchos millones de seres humanos. Eltren de alta velocidad, un proyecto faraónicoalejado de las auténticas necesidades del trans-porte argentino, puede transformarse en tris-te realidad en un futuro próximo. La enun-ciación sería extensa. Es necesario que las universidades estatales in-tegren grupos de trabajo multidisciplinariospara que se expidan institucionalmente, no através de individualidades, sobre estos proble-mas, aportando opiniones y proyectos, instru-yendo a la sociedad y orientando a los funcio-narios de turno para que sus políticas tenganun sustento más racional. De este modo, lo-graríamos la recuperación de la extensión uni-versitaria para las funciones que debiera ejer-cer en el seno de la sociedad. El Plan Fénix,una estrategia económica para el crecimientocon equidad, surgido a partir de una convoca-toria de la Facultad de Ciencias Económicasde la Universidad de Buenos Aires, demuestraque acciones de este tipo son posibles.A partir de una educación superior científi-ca, democrática y pluralista, vinculada estre-chamente con la sociedad, podemos tener es-peranzas en el aporte de la universidad al cre-cimiento y desarrollo nacional. Es responsa-bilidad del Estado garantizar por todos losmedios la expansión y desarrollo adecuado dela universidad pública acorde a los requeri-mientos del mundo actual. De este modo, launiversidad, el Estado y la sociedad podránparticipar y apoyar un programa de desarro-llo científico tecnológico como condición ne-cesaria para lograr un país independiente, jus-to y democrático.

(*) Médico y ex secretario académico de la Univer-sidad Nacional de Córdoba. Fragmento de un tex-to preparado por el autor para esta edición especial.Consulte la versión completa en wwwwww..uunncc..eedduu..aarr

LA LLAVE DEL DESARROLLO

POR CARLOS A. NOTA*

COLLAGE: ARIEL ORAZZI

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UNIVERSIDAD Y PROYECTO DE PAÍS

¿Cómo pensar el vínculo entre universidad y pro-yecto de país?

Los tiempos han cambiado categóricamen-te, de manera casi irreversible, alejandoa los profesionales de banda estrecha de

especialización de las necesidades comunita-rias. Se necesita cada vez más personal conformación amplia, interdisciplinaria, que en-tienda que más allá de la mirada del merca-do la sociedad tiende a organizarse alrededorde la resolución de problemas tan básicos co-mo la energía, el medioambiente, los alimen-tos, el transporte o la seguridad colectiva. Porlo tanto, un especialista del conocimientopierde utilidad y es reemplazado por respon-sables que vienen de una vertiente políticaque normalmente no domina la metodologíacientífica y no domina ningún conocimien-to detallado, con lo cual se pierde calidad enla resolución de los problemas.A las universidades les falta en el ámbito ins-titucional un debate acerca de los vínculosque se generan al interior de la sociedad. Unauniversidad profesionalista es una universi-dad que no discute por qué razón tenemosuna distribución de ingresos injusta o por quéel problema de la energía no es asumido co-lectivamente. Es decir, la universidad cuan-do discute estos temas reduce el mundo en-tre buenos y malos, y reduce las cuestiones aun problema ético, cuando en rigor hay cues-tiones estructurales. No son las personas, si-no la estructura la que hay que reformular.

Se trata de poder plantear una discusión en tér-minos políticos antes que morales...Si la política no ingresa a la universidad deuna manera sana, ingresa de una manera en-ferma. Y, en definitiva, quienes hoy hablande política en la universidad hablan, por loque he podido percibir, de un modo un tan-

to alienado, ya sea por izquierda o por dere-cha, no logran conocer la realidad a la cualdescriben y por lo tanto inventan su propiarealidad. Eso es consecuencia de que la polí-tica fue considerada un mal para la sociedad,se intentó dejarla afuera de la universidad,asociando la excelencia sólo al profesionalis-mo y no al verdadero liderazgo comunitario.Y lo que hay que hacer es volver a meter lapolítica en la universidad, con todas las dis-cusiones ideológicas que correspondan, peromirando como factor de medida del éxito lacapacidad de describir la realidad y transfor-marla en beneficio de las mayorías.

¿Cuáles son las áreas en que la universidad tie-ne un fuerte papel a la hora de aportar al desarro-llo nacional?Está muy desplazado el centro de gravedad.Las universidades han sido estimuladas a loque, a mi juicio, es el peor aporte: generar re-cursos de consultoría profesional reemplazan-do los profesionales que forma. Hay que des-plazar con fuerza ese centro de gravedad a unadiscusión como la que se intentó dar con elPlan Fénix, que lamentablemente queda arrin-conado en lo académico cuando podría pasara ser el responsable de llevar adelante las so-luciones del hoy y del ahora. La universidad debería plantearse la necesi-dad de tener respuestas operativas sobre lasgrandes cuestiones sociales, que involucranmultitud de participaciones profesionales: losalimentos, el medio ambiente, la pobreza. Sila universidad trabaja en esa dirección dejade tener como eje la prestación de serviciosalrededor de la ley de innovación tecnológi-ca de la década pasada, que le ha hecho mu-cho mal a la, porque es una ley enferma, tri-butaria del peor de los capitalismos. Hay quesalir de esa ley por arriba, discutiendo los gran-des temas nacionales.

(*) Ingeniero y presidente del Instituto Nacionalde Tecnología Industrial (INTI).

ENFRENTAR LOS GRANDES

DEBATES NACIONALES

ENTREVISTA A ENRIQUE MARTÍNEZ*

MARTES 1718 hs: Presentación de los dos primeros tomosde “Obra reunida”, de Deodoro Roca. Salónde Grados de la UNC. Presentadores: Lic MaríaCristina Mata, Lic. Gustavo Sorá y Lic. Guiller-mo Vázquez.19 hs: Inauguración de la exposición de objetospersonales de Deodoro Roca, pinturas y docu-mentos originales. Hasta el 17 de julio. Sala delMuseo Histórico (Obispo Trejo 242).

MIERCOLES 1815 hs: Encuentro-taller estudiantil latinoamerica-no. La mirada estudiantil a 90 años de la Re-forma. Facultad de Filosofía y Humanidades.18 hs: Encuentro con dirigentes estudiantiles ar-gentinos de las décadas del 50 y 60, impulsoresde la Reforma del ’18. Organiza Escuela de His-toria (FFyH). Pabellón España.

JUEVES 19 Sala del Consejo Superior – Baterías D – Ciu-dad Universitaria10,30 a 11,30 hs: Encuentro de rectores de lasuniversidades que integran el Consejo Interu-niversitario Nacional (CIN): Evaluación de laConferencia Regional de Educación Superior Car-tagena 2008.11,45 hs: Entrega de documentos y objetos re-lacionados con la Reforma de Córdoba, incluyen-do la llave de la Casa de Trejo por parte del rec-tor de la Universidad Nacional de Rosario, Dr.Darío Maiorana, a la rectora de la UNC. 12,15 hs: Descubrimiento placa alegórica 90 Añosde la Reforma de Córdoba por parte del CIN. Pa-labras presidente del CIN: Lic. Horacio AlbertoGegunde (rector Universidad Nacional de Lo-mas de Zamora).Salón de Actos - Pabellón Argentina - CiudadUniversitaria15 hs: Encuentro “Visión de la Universidad La-tinoamericana a 90 años de la Reforma uni-versitaria de Córdoba”. Apertura a cargo delDr. Alberto Dibbern, secretario de Políticas Uni-versitarias del Ministerio de Educación de la Na-ción. Palabras de Bienvenida a cargo de la rec-tora de la UNC, Dra. Carolina Scotto.15 hs: Descubrimiento de placa alegórica delPartido Aprista de Perú. Palabras a cargo de au-toridades del APRA. 16,10 hs: Conferencia del Dr. Marco AntonioDias (Consultor internacional en Educación Su-perior y representante de la Universidad de lasNaciones Unidas ante la UNESCO): “Desafíosde la educación superior a la luz de la Refor-ma de Córdoba”.17,30 hs: Conferencia a cargo del Dr. RafaelCordera Campos (Secretario General de la Uniónde Universidades de América Latina y el Caribe

- UDUAL): “La autonomía universitaria en lasociedad del conocimiento”.

VIERNES 2010 a 13 hs: Visita de Invitados y Rectores a laSala del Museo Histórico en el Rectorado Viejo(Obispo Trejo 242). Presentación de objetos per-sonales, pinturas y documentos originales de De-odoro Roca.Salón de Actos - Pabellón Argentina - CiudadUniversitaria17.20 hs: Conferencia a cargo del Dr. HelgioTrindade (Presidente de la Comisión de, Univer-sidad Federal de la Integración Latinoamericana(UNILA) - Brasil: “A Reforma de Córdoba e areinvencao da universidade para o sec XXI”. 18.10 hs: Cierre a cargo del vicerrector de laUNC, Dr. Gerardo Fidelio.19.30 hs: Presentación de la edición de La Ga-ceta Universitaria de 1918. Convocan las uni-versidades que participaron de la edición con lapresencia de los rectores de Córdoba, BuenosAires, La Plata, Tucumán y El Litoral.

SÁBADO 21 13 hs: Estudiantina “Locro y Recital Popular”. Co-medor de la Ciudad Universitaria.

MIERCOLES 25 17 hs: Conferencia a cargo del Dr. Horacio Cres-po: “Contribuciones de la universidad al sis-tema democrático. Experiencias en México yArgentina”. Escuela de Graduados de Medicina(Av. Enrique Barros esquina Enfermera Gordillo).

DEL 24 DE JUNIO AL 6 DE JULIOHomenaje: Designación de complejos de aulasy lugares especiales con los nombres de perso-najes ilustres de la Reforma. Ad Referéndum delHonorable Consejo Superior:Complejo Baterías A: Ceferino Garzón MacedaComplejo Baterías B: Ismael BordabehereComplejo Baterías C: Julio H. BrandánComplejo Baterías D: Saúl TabordaSalón de Actos del P. Argentina: Gregorio BermannComedor de C. Universitaria: Gumersindo SayagoSubsuelo Cultural Pabellón Argentina: Juan FilloyComedor Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano: Horacio MiravetInst. Hematología y Hemoterapia: Tomas BordonesSala Principal del Museo de la Casa de la Reforma:Luis Marcó del PontPabellón Francia Anexo: Miguel Contreras

Para conocer las actividades conmemorativas del 90ºde la Reforma que se realizarán hasta fin de año pue-de consultarse el cronograma en www.unc.edu.ar

AGENDA DE ACTIVIDADES

TODA LA INFORMACIÓN UNIVERSITARIA, ENCONTRALA EN:

wwwwww..uunncc..eedduu..aarr

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Page 16: Reforma Universitaria | Edición especial de Hoy la Universidad

El legado de la Reforma para la historia delas universidades públicas latinoamericanasy para nuestros países, es rico y complejo.

Más que una dogmática o que un conjunto deprescripciones con valor intemporal, los efectosde aquel proceso de transformaciones en las ide-as y en las realidades debe medirse por su capa-cidad para continuar estimulando una visión crí-tica sobre nuestro papel como instituciones pú-blicas y sobre nuestra responsabilidad como ciu-dadanos en la proyección y el desarrollo de nues-tros pueblos. Entre esos efectos perdurables se cuenta, justa-mente, la revitalización de una visión latinoa-mericana de nuestros valores culturales, de nues-tras prioridades y de la necesidad de nuestra in-tegración; la defensa de una actitud desprejui-ciada en favor de la libertad de pensamiento, delvalor de la formación y la producción científicay de la necesidad de la democratización del co-nocimiento; la conciencia de un claro compro-miso de los universitarios con los problemas dela comunidad a la que pertenecen. Estas y otrasbanderas, que tuvieron entonces su justificaciónhistórico–contextual particular y sus especialesmaneras de formularse, se expresan todas comomodalidades de un valor más amplio y perdura-ble que las abarca: la autonomía, entendida co-mo la capacidad para determinar nuestro desti-no como pueblos, para elegir libremente y revi-sar críticamente nuestras ideas, para aportar a laconstrucción de un orden social más justo. Enla búsqueda de esas grandes metas, los universi-tarios tenemos mejores herramientas y por lotanto mayores responsabilidades.En estas últimas décadas, sin embargo, los uni-versitarios nos hemos acostumbrado a una ideamás estrecha y distorsionada de la autonomíauniversitaria. Las causas pueden reconstruirse,a grandes trazos, a través de los constantes con-flictos en torno a las políticas educativas o cien-tífico–técnicas, los crónicos e insatisfechos re-clamos de atención presupuestaria, los debatespúblicos cargados de dogmas e incomprensiónrecíproca, que en forma regular nos enfrenta-

ron con casi todos los poderes políticos al fren-te de los organismos del Estado y también conotros sectores sociales que se aliaron prejuicio-sa o interesadamente con aquellos. Ni unos niotros fuimos capaces de remover obstáculos pa-ra integrar esfuerzos, y con el tiempo los uni-versitarios más celosos de la significación estra-tégica de nuestro trabajo terminamos constru-yendo un estilo institucional predominantemen-te reactivo, una actitud recelosa o auto–justifi-catoria ante las críticas o ante las demandas, esdecir, un sentido más bien defensivo de la au-tonomía. El resultado de este proceso es que nonos hemos fortalecido, más bien al contrario,hemos reducido nuestro papel y nuestras expec-tativas. Si bien se trataba muchas veces de pro-tegernos de peligros reales, tantos que en algún

momento amenazaron la razón de ser de nues-tras metas básicas e incluso nuestra superviven-cia como instituciones educativas públicas, laslecciones ya aprendidas y los desafíos actualesestimulan de nuestra parte una lúcida revisiónde estas actitudes porque empobrecen nuestravisión de la autonomía y nos debilitan. En este contexto es especialmente oportuno re-cuperar el sentido que los reformistas supierondarle a la autonomía, poniéndolo a tono con lascondiciones actuales en las que se desarrolla laactividad universitaria, la docencia y la investi-gación, el desarrollo tecnológico, la innovacióny la extensión social y cultural, menos como lacapacidad para reclamar atención y soluciones anuestros problemas, y más como la concienciade nuestro poder para proponer esas soluciones

y participar de las decisiones que nos atañen yque atañen a la sociedad. Ese sentido reformis-ta y vigoroso de la autonomía nos devolverá unamás plena conciencia de nuestras capacidadespero sobre todo permitirá revitalizar el sentidoplenamente social de la inversión en la educa-ción superior universitaria que nos justifica. La autonomía no debe verse entonces comouna muralla que nos protege sino como un po-der que nos obliga, dentro del ámbito de in-cumbencia que nos es propio, a cooperar en elesclarecimiento y la solución de los problemasde la comunidad. Debatir, analizar, asesorar,intervenir, cooperar, son todas actividades quehay que ver esencialmente ligadas a la enseñan-za y la investigación. Lo que enseñamos y loque investigamos, directa o indirectamente, sonparte esencial del capital con el que podremosconstruir y fortalecer nuestra independencia,que es precondición del desarrollo integral, tan-to de las universidades como de las sociedadesque las sostienen. Es paradójico que se haya creído que mayor eranuestra autonomía cuanto más lográramos man-tenernos desapegados y distantes de los proble-mas y los debates públicos. Al contrario, si losuniversitarios asumimos una participación pú-blica comprometida, mediante una intervencióndecidida en los temas de la agenda de todos losdías así como en la definición de nuevos temaspara la agenda futura, aseguramos lo que es pro-pio y esencial de la condición universitaria: elpluralismo de opinión y el espíritu crítico. Las universidades gozamos de un alto crédito so-cial. Tenemos que devolver esa confianza ha-ciendo que nuestra participación sea al mismotiempo comprometida e independiente. Ese,creo, fue el principal mensaje que la acción deaquellos jóvenes dejaba, a principios del siglo pa-sado, a una sociedad enclaustrada y a una uni-versidad ausente. Ese mensaje, a la luz de nues-tra realidad, tendrá sentido todavía por muchotiempo.

(*) Rectora de la Universidad Nacional de Córdoba.

PARTICIPACIÓN COMPROMETIDA E INDEPENDIENTE

AUTONOMÍA: EL PODER QUE NOS OBLIGA

POR CAROLINA SCOTTO*

ILUSTRACIÓN: AGUSTÍN MASSANET

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