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«Que no subestimen el poder inherente en el sistema...» La importancia de esas palabras del mensaje de la Casa Universal de Justicia fechado el 20 de octubre de 2008 quedó demostrada notablemente en las intervenciones en las 41 conferencias regionales de los creyentes que relataron sus experiencias personales en relación a la puesta en práctica del marco del Plan de Cinco Años. Para muchos de los que asistieron, esta parte del programa fue el segmento más inspirador (tanto emotivo como convincente) y los amigos comprendieron que si seguían el camino de sus compañeros bahá’ís, sus esfuerzos también darían maravillosos resultados. La experiencia de las conferencias regionales ha tenido un impacto electrizante y galvanizador en miles y miles de creyentes de todos los continentes. Nos complace compartir con ustedes una pequeña muestra de los testimonios personales expuestos en las conferencias. Están organizados según los tres temas tratados el primer día de las conferencias que aclaraban conceptos clave: el proceso de instituto como motor de crecimiento, los elementos de una pauta sana de crecimiento y los programas intensivos de crecimiento. Sin duda alguna, todas estas historias, sin excepción, atestiguan el «poder inherente en el sistema que [estamos] estableciendo para la propagación de Su Fe». * * * * * * I. El proceso de instituto como motor de crecimiento Estados Unidos Algunos de los creyentes que se dirigireron a las conferencias eran bahá’ís desde hacía poco tiempo y eran los frutos tangibles del proceso de instituto y del marco de acción. Por ejemplo, una mujer se dirigió a los más de 2.200 amigos reunidos en la conferencia regional celebrada en Dallas (Texas) y contó cómo se había convertido en una creyente activa a través de los cursos del instituto. En el momento de la conferencia, ella ya estaba sirviendo en el Comité de Enseñanza de Área de su agrupación. Una amiga mía escuchó acerca de la Fe bahá’í en la televisión. Como no había oído hablar de ella antes, se conectó a Internet para investigarla. Le gustó lo que leyó y lo compartió con nosotros en el trabajo. Descubrimos que había un centro bahá’í en Plano. Nadie tuvo el valor suficiente para visitarlo, excepto yo. Me gustó mucho lo que oí y, por encima de todo, me impresionó la amabilidad y el amor de los bahá’ís que conocí. Cuando empecé el Libro 1 del Instituto Ruhí, era como si hubiera empezado a enamorarme de Dios de nuevo. Saben, había perdido la esperanza en Dios y estaba muy enfadada con Él. Había tenido una experiencia muy mala con la iglesia a la que pertenecí durante varios años. El Libro 1 conectó mi corazón con Bahá’u’lláh y con Dios. No me cansaba de los Escritos. Estoy muy feliz de haber encontrado la Fe bahá’í, no sólo por mí, sino por mis dos hijos. El mayor regalo que les puedo dar es educarlos con las enseñanzas y valores bahá’ís. Cuánto me hubiera gustado haber encontrado la Fe antes. Mi consejo para los amigos es que, por favor, abran sus bocas y hablen a la gente acerca de Bahá’u’lláh. Hay mucha gente ahí fuera igual que yo que están esperando para encontrarle. Número 23, febrero de 2009

Reflexiones sobre el Crecimiento No. 23

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El impacto electrizante y galvanizador de las conferencias regionales en miles y miles de creyentes de todos los continentes reflejados en un sólo boletín.

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«Que no subestimen el poder inherente en el sistema...»

La importancia de esas palabras del mensaje de la Casa Universal de Justicia fechado el

20 de octubre de 2008 quedó demostrada notablemente en las intervenciones en las 41 conferencias regionales de los creyentes que relataron sus experiencias personales en relación a la puesta en práctica del marco del Plan de Cinco Años. Para muchos de los que asistieron, esta parte del programa fue el segmento más inspirador (tanto emotivo como convincente) y los amigos comprendieron que si seguían el camino de sus compañeros bahá’ís, sus esfuerzos también darían maravillosos resultados.

La experiencia de las conferencias regionales ha tenido un impacto electrizante y

galvanizador en miles y miles de creyentes de todos los continentes. Nos complace compartir con ustedes una pequeña muestra de los testimonios personales expuestos en las conferencias. Están organizados según los tres temas tratados el primer día de las conferencias que aclaraban conceptos clave: el proceso de instituto como motor de crecimiento, los elementos de una pauta sana de crecimiento y los programas intensivos de crecimiento. Sin duda alguna, todas estas historias, sin excepción, atestiguan el «poder inherente en el sistema que [estamos] estableciendo para la propagación de Su Fe».

* * * * * * I. El proceso de instituto como motor de crecimiento

Estados Unidos

Algunos de los creyentes que se dirigireron a las conferencias eran bahá’ís desde hacía

poco tiempo y eran los frutos tangibles del proceso de instituto y del marco de acción. Por ejemplo, una mujer se dirigió a los más de 2.200 amigos reunidos en la conferencia regional celebrada en Dallas (Texas) y contó cómo se había convertido en una creyente activa a través de los cursos del instituto. En el momento de la conferencia, ella ya estaba sirviendo en el Comité de Enseñanza de Área de su agrupación.

Una amiga mía escuchó acerca de la Fe bahá’í en la televisión. Como no había oído hablar de ella antes, se conectó a Internet para investigarla. Le gustó lo que leyó y lo compartió con nosotros en el trabajo. Descubrimos que había un centro bahá’í en Plano. Nadie tuvo el valor suficiente para visitarlo, excepto yo. Me gustó mucho lo que oí y, por encima de todo, me impresionó la amabilidad y el amor de los bahá’ís que conocí. Cuando empecé el Libro 1 del Instituto Ruhí, era como si hubiera empezado a enamorarme de Dios de nuevo. Saben, había perdido la esperanza en Dios y estaba muy enfadada con Él. Había tenido una experiencia muy mala con la iglesia a la que pertenecí durante varios años. El Libro 1 conectó mi corazón con Bahá’u’lláh y con Dios. No me cansaba de los Escritos. Estoy muy feliz de haber encontrado la Fe bahá’í, no sólo por mí, sino por mis dos hijos. El mayor regalo que les puedo dar es educarlos con las enseñanzas y valores bahá’ís. Cuánto me hubiera gustado haber encontrado la Fe antes. Mi consejo para los amigos es que, por favor, abran sus bocas y hablen a la gente acerca de Bahá’u’lláh. Hay mucha gente ahí fuera igual que yo que están esperando para encontrarle.

Número 23, febrero de 2009

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Malasia

Los más de 3.300 amigos que participaron en la conferencia regional celebrada en Kuala

Lumpur se conmovieron con la historia de un hombre de 70 años de un pequeño pueblo de Malasia Peninsular que se sintió inspirado a convertirse en tutor mientras estudiaba el Libro 4. Decidió visitar un pueblo vecino a 20 kilómetros con la intención de iniciar un círculo de estudio. Como no conocía a nadie en ese pueblo, se sentó a un lado de la carretera y oró por ayuda y asistencia. Poco después, se le acercó un viejo conocido que le invitó a su hogar. A través de este encuentro fortuito, el bahá’í conoció a otros lugareños y empezó un círculo de estudio con cuatro participantes. Al empezar su servicio como tutor, el creyente anciano no se olvidó de las palabras de su propio tutor, que le había dicho que un tutor debe llevar un grupo de círculo de estudio por toda la secuencia hasta el Libro 7. Su visita al pueblo vecino había ocurrido dos años antes de la conferencia. ¡Al momento de su intervención en aquel encuentro, la comunidad bahá’í del pueblo había crecido de 2 a 50 creyentes de 14 familias! El pueblo cuenta ahora con una Asamblea Espiritual Local, y él todavía sirve como tutor de un círculo de estudio del Libro 6. India

Los más de 1.500 amigos congregados en la conferencia regional de Bangalore (India)

escucharon las breves exposiciones de unos cuantos creyentes que habían participado en una campaña de instituto de 45 días dirigida por el instituto de capacitación para Maharashtra y Goa en un complejo residencial. Tras avanzar por los cursos de instituto y realizar las prácticas, los participantes de la campaña de instituto regresaron a casa cambiados. Durante la capacitación intensiva, adquirieron las capacidades que les iban a permitir transformar su propia agrupación.

Dos mujeres jóvenes, parientes cercanas, relataron a los amigos presentes en la conferencia el efecto que había tenido la capacitación del instituto y cómo podían ahora contribuir al desarrollo sistemático de su agrupación.

Las dos participamos en el curso completo de 45 días en Panchgani durante julio y agosto de 2008. Nos capacitamos en los libros del 1 al 7, incluidos el Libro 3A y los materiales de empoderamiento espiritual para prejóvenes. El estudio de los libros inspiró una gran transformación espiritual en las dos. Realizamos las prácticas de los componentes de servicio de los libros en las aldeas alrededor de Panchgani, y esta experiencia sacó a la luz en nosotras la alegría de servir. Hicimos todas las actividades básicas con la familia anfitriona que teníamos asignada. Organizamos reuniones devocionales, hicimos visitas a hogares para compartir los temas de profundización, realizamos clases de niños, iniciamos un grupo prejuvenil y ayudamos a enseñar en el vecindario de la familia anfitriona. Notábamos cómo se estaba desarrollando la capacidad en nosotras. Nuestra capacidad de entendimiento y expresión mejoró. Bahá’u’lláh estaba confirmando nuestros servicios a Su Causa. Tras volver a casa, nuestro entusiasmo no nos dejó descansar. Empezamos realizando dos clases de niños en nuestra aldea con cerca de 40 niños y un grupo prejuvenil con 17 prejóvenes. Comenzamos a enseñar a los miembros de nuestra familia, parientes y amigos, lo cual resultó en 16 declaraciones. Nuestra alegría no tenía límites. Iniciamos un círculo de estudio del Libro 1 en el que cinco de los nuevos creyentes finalizaron el estudio y empezaron a celebrar reuniones devocionales. Empezamos el Libro 2 y tres amigos lo pudieron terminar. Ahora mismo estamos haciendo un círculo de estudio del Libro 1. Participamos en la campaña de enseñanza colectiva durante la primera fase de expansión del ciclo de actividad de nuestra

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agrupación. Ahora nuestra agrupación cuenta con un programa intensivo de crecimiento. Nos alegra ser participantes activas del crecimiento de nuestra agrupación.

Australia

Un joven de Sídney (Australia) explicó cómo, poniendo en práctica el aprendizaje y los

conocimientos obtenidos en un curso de instituto, se puede llegar a la transformación de un vecindario.

En Sídney hemos aprendido que el crear comunidad no empieza en otro país o ciudad o suburbio; empieza en el vecindario. Nuestra experiencia comenzó con una visita hogareña que nos llevó a una amistad que, a su vez, nos llevó a que se estableciera una clase de niños. Teníamos una clase de niños que se celebraba una vez a la semana, pero algo parecía no ir del todo bien. Tras reflexionar, nos dimos cuenta de que no estábamos llevando a cabo las clases de la manera descrita en el Libro 3, así que volvimos a reflexionar para asegurar que las realizábamos al pie de la letra según el Libro 3, es decir, siguiendo el esquema de las lecciones, anotando el progreso de los niños y trabajando con los padres para asegurarnos de que desarrollábamos juntos las cualidades espirituales de los niños. Tal como recomienda el Libro 3, empezamos a hacer un seguimiento del progreso de los niños, incluyendo lo que estaban memorizando y cómo se estaban formando sus carácteres. Ampliamos esto último para ver lo bien que podían expresar y comprender conceptos espirituales profundos, lo cual habíamos subestimado al principio. Después de interactuar con los padres y animarles a que trabajaran con sus hijos en casa, vimos la influencia que esto tuvo no sólo en los niños sino también en la vida familiar. Además empezamos a ver que se estaba formando una comunidad, y la razón de ello fue el haber aumentado la frecuencia de las clases, de una vez a la semana a cada día. Según nos centrábamos en la calidad de las clases, la cantidad aumentó. Vimos una mejora espectacular en todos los aspectos de la vida comunitaria. Por ejemplo, en el parque donde realizamos las clases, al principio éramos simplemente nosotros con una guitarra y una estera, pero ahora hay gente paseando, oliendo flores, comiendo al aire libre y charlando unos con otros. Las clases han empezado a cambiar pautas de vida comunitaria. Así que una visita hogareña llevó a una amistad, que llevó a una clases de niños, luego a un grupo prejuvenil y a un círculo de estudio, y ha llevado también a reuniones hogareñas frecuentes que se llevan a cabo al mismo tiempo que las clases de niños. Lo que estamos comprobando es que estas clases de niños son centros de atracción que han fortalecido las raíces de la Fe en esta comunidad.

II. Elementos de una pauta sana de crecimiento

México

Un creyente nuevo de Colima y su esposa se inspiraron con el estudio de la secuencia de

cursos. Después de finalizar el Libro 3 y empezar el Libro 5, comprendieron la importancia de trabajar con niños y prejóvenes. Como buenos padres, se preocupaban de sus hijos. Sin embargo,

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puesto que se sentían inseguros de establecer estas clases, se organizó de modo que recibieran el apoyo de un grupo de jóvenes procedentes de la misma ciudad y de otras partes del país. Estos jóvenes acompañaron a la pareja mientras iban puerta por puerta por el vecindario para hablar con otros padres e invitar a sus hijos a participar en clases bahá’ís. La esposa es ahora profesora de clase de niños y el marido animador de prejóvenes, y están agradecidos de que los jóvenes les ayudaran a dar el primer paso. El marido concluyó: «Nos emociona que los demás vean los cambios en los niños».

Una creyente bastante reciente de Ensenada habló también sobre la apertura de una clase

de niños. Ella se hizo bahá’í tras iniciar el Libro 1 hace casi dos años. No obstante, tenía mucho miedo a enseñar la Fe. «¿Qué dirían los vecinos?» Al fin, decidió comprometerse a iniciar una clase de niños. La coordinadora de clases de niños de su agrupación la invitó a su propia clase de niños de modo que pudiera practicar y acostumbrarse a trabajar con niños. Tras este período de práctica fueron juntas a invitar a los niños del vecindario de la creyente a formar parte de una nueva clase. La creyente nueva afirmó: «Nos ponemos en manos de Dios». Su clase de niños tiene actualmente 12 participantes, y ella añade: «Todo aquel que hace clases de niños se convierte en niño otra vez. ¡Es muy divertido!». Zambia

Cuando la comunidad zambiana trasladó el énfasis puesto en enseñar en zonas rurales a

enseñar en municipios con más densidad de población, se descubrió enseguida que en las comunidades urbanas abundan los prejóvenes, por lo que se hizo imperativo que se estableciera cuanto antes un programa para ellos. La respuesta al primer grupo iniciado en el sector Chamboli de la agrupación de Kitwe fue tan abrumadora que se decidió abrir otro grupo en el sector Dacecurse donde residía un grupo base de cuatro jóvenes que podrían convertirse en buenos animadores. Estos cuatro se capacitaron en el Libro 5 sin pasar antes por los primeros libros de la secuencia a fin de agilizar la apertura del grupo prejuvenil. Empezaron de inmediato su servicio con la ayuda de los amigos del instituto de capacitación. Los grupos crecieron durante las primeras dos semanas, uno de los cuales atrajo a 28 participantes. Con tanto interés en la Fe generado por estos grupos prejuveniles, era evidente que el sector precisaba con urgencia más recursos humanos.

Se envió un tutor móvil al sector Dacecurse para facilitar círculos de estudio de modo que los cuatro animadores pasaran por más libros de la secuencia de cursos, así como para facilitar círculos de estudio para los creyentes nuevos del vecindario en el que estaban funcionando los grupos prejuveniles. Se prestó atención especial a quienes se consideró capaces de ser tutores o animadores. Dada la necesidad urgente sobre todo de animadores, se invitó a la capacitación del Libro 5 a las personas que no eran bahá’ís pero eran conocidas y habían mostrado interés en desempeñar ese servicio. Cinco de ellas finalizaron la capacitación y empezaron a facilitar grupos prejuveniles, entre los cuales se encuentra un grupo especialmente exitoso ¡que lleva ya unos dos años con 25 participantes!

Al relatar este proceso, un creyente zambiano explicó a los más de 800 amigos presentes en la conferencia regional de Lusaka cómo habían evolucionado las clases de prejóvenes a círculos de estudio de la secuencia de cursos.

Volvimos a reunirnos con la junta de instituto y el miembro del Cuerpo Auxiliar para elaborar un plan con el que incorporar en los círculos de estudio a los jóvenes que cumplieran 15 años. Sinceramente, cuando los prejóvenes cumplen 15 años, ansían continuar en grupos de otro tipo. Por ejemplo, cuando se graduaron cinco miembros de mi grupo, me preguntaron qué era lo siguiente, puesto que ahora tenían 15 años.

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Con una sonrisa y un rostro radiante, les dije que existe otro programa para ellos: un círculo de estudio. «Estudiaréis materiales del Instituto Ruhí con animadores no bahá’ís», expliqué. La siguiente pregunta fue: «¿Y qué necesitamos nosotros para convertirnos en animadores?» Con calma, les respondí: «Necesitáis capacitaros para adquirir las destrezas y confianza para este acto de servicio». Podía ver alegría en sus rostros. Organizamos una capacitación para ellos y después de servir unos meses como animadores, los cinco se declararon bahá’ís. Actualmente, la agrupación de Kitwe cuenta con 15 grupos prejuveniles y 18 animatores formados.

Canadá

Ante los más de 4.000 asistentes a la conferencia regional de Toronto, una mujer joven

de origen tamil que había servido como voluntaria de forma muy activa a niños con necesidades especiales en un centro comunitario relató una historia inspiradora. Un bahá’í le pidió que ayudara con un grupo prejuvenil, el cual cambió su vida y le acercó a la Fe.

La primera vez que acudí al grupo prejuvenil, me sentí realmente confusa y no comprendía lo que ocurría. Me sentía más como una prejoven que como una animadora. Tras la primera lección del libro Brisas de confirmación, me di cuenta de que este programa era muy distinto, pues ninguno de los programas juveniles en los que había trabajado anteriormente como voluntaria incluían lecciones ni libros. Al principio pensaba que el programa no sería muy efectivo ya que los prejóvenes creerían que los libros son para la escuela, pero con el tiempo vi que el libro le da sentido al programa. Cuando llegué por primera vez al programa de prejóvenes, tenía la mentalidad de que los animadores tomaban las decisiones por los prejóvenes. Cuando planificamos el primer proyecto de servicio, comprendí que era todo lo contrario, puesto que fueron los prejóvenes quienes decidieron limpiar el parque. Los prejóvenes decidían y los animadores estaban ahí simplemente para guiarlos. Yo pensaba que no iba a funcionar, pero me sorprendió gratamente ver que fue todo un éxito, y fue entonces cuando me enganché al programa. Cuando llevo un grupo de prejóvenes en compañía de otro animador, veo que son muy dinámicos y que están llenos de energía. El entusiasmo y energía de los prejóvenes son increíbles. Tienen menos ideas preconcebidas acerca del mundo, son capaces de aceptar cambios con facilidad y están dispuestos a crecer cuando se les presenta la oportunidad. Este programa nos ofrece la oportunidad de formar la nueva generación de líderes: gente que sabrá cómo tomar las decisiones adecuadas que no solo les beneficiarán a ellos, sino también a los que les rodean. Tienen mucho entusiasmo en lo que a proyectos de servicio se refiere. Hicimos una lista de proyectos de servicio y hasta ahora hemos realizado tres o cuatro: limpiar el parque, organizar un espectáculo de talentos, celebrar una cena comunitaria y representar una obra de teatro sobre Brisas. Siempre están pensando a lo grande. Querían ir en bicicleta hasta Montreal para recaudar dinero para un fin benéfico, por lo que tuvimos que ayudarles a confinarlo al ámbito local y guiarles a pensar a nivel del vecindario. Tienen un gran corazón.

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India

Un creyente explicó en la conferencia regional de Nueva Delhi cómo sus actos sencillos de

servicio dentro del marco de acción fueron la chispa que encendió su vecindario y sentó las bases

para una pauta sana de crecimiento.

Me hice bahá’í en 1998, y durante muchos años fui el único bahá’í de mi zona en

Delhi. Cuando acabé el Libro 3, empecé una clase de niños en mi vecindario. Ser

médico me mantiene muy ocupado durante el día, pero los niños disfrutaban tanto de

las clases que venían a mi casa a las seis de la mañana. ¡No tardaron mucho en rogarme

que tuviéramos clases todos los días! Así que cada mañana teníamos clase.

En 2005 se añadió un círculo de estudio del Libro 1 y, durante la primera campaña de

enseñanza directa de ese año, ¡ocho de los doce jóvenes que participaban en el círculo

de estudio aceptaron la Fe! Todos los jóvenes que terminaron el Libro 1 empezaron a

celebrar reuniones devocionales en sus hogares y como yo era el único bahá’í con

experiencia, tuve que encargarme de llamar al centro bahá’í de Delhi y decir: «Esta

semana vamos a celebrar cuatro reuniones devocionales; ¿pueden, por favor, enviar a

algunos amigos?». A la semana siguiente, teníamos seis reuniones devocionales.

Todo el mundo disfrutaba realizando reuniones devocionales en sus hogares.

Pocos meses después, se empezó un grupo prejuvenil. Tres meses después, con

ayuda de los prejóvenes y de los miembros del círculo de estudio, invitamos a todos

nuestros parientes, vecinos y amigos a una gran reunión devocional seguida de la

«presentación de Ana». Esa noche, 25 invitados se hicieron bahá’ís. Lo mismo

sucedió en cada una de las siguientes fases de expansión, en las que se dieron entre

25 y 30 creyentes nuevos.

Ahora hay 167 creyentes en mi vecindario, con tres clases de niños y un grupo

prejuvenil. Cada mes celebramos entre seis y diez reuniones devocionales. Como

vivimos cerca de la Casa de Adoración, gran parte de los creyentes acuden todos los

domingos por la mañana a las oraciones al alba en el Templo. Muchos de nuestros

jóvenes han participado en las campañas de instituto. Desde julio de 2007 hemos

celebrado nuestra propia Fiesta de Diecinueve Días en el vecindario, y también

contribuimos al Fondo de forma periódica.

Todo empezó con un solo bahá’í y ahora somos una comunidad grande. III. Programas intensivos de crecimiento

Kazajistán

La siguiente historia de dos pioneros de corto plazo que sirvieron en una agrupación «C» —Kokshetau (Kazajistán)— inspiró a los más de 700 amigos que participaron en la conferencia regional de Almaty (Kazajistán). Tras participar en el seminario de orientación para personas recurso en Almaty, el sitio de aprendizaje para la región, los pioneros dedicaron dos meses a ayudar a desarrollar la agrupación para que pudiera avanzar hacia la etapa de lanzamiento de un programa intensivo de crecimiento.

Después de participar en la orientación de 18 días para personas recurso en Kok-keinar (Almaty, Kazajistán), llegamos a Kokshetau donde nos quedamos en casa de uno de los amigos. Primero estudiamos las estadísticas de la comunidad bahá’í

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de Kokshetau recibidas del secretario de la Asamblea Espiritual Local. En aquel momento, solo dos personas habían finalizado los cursos del Instituto Ruhí. Ninguna de las dos era activa. Tres meses antes de nuestra llegada, una persona había organizado un círculo de estudio y una clase de niños. Planificamos visitas a los bahá’ís de Kokshetau y los vimos a casi todos con ayuda de algunos bahá’ís activos de la comunidad local. Durante los dos meses que duró nuestra visita, realizamos las siguientes actividades: 28 reuniones devocionales; 9 círculos de estudio con 21 participantes; 1 clase de niños; y 24 reuniones hogareñas con 55 participantes, de los cuales 44 tenían entre 16 y 27 años. Finalizamos los Libros 5, 6 y 7 con dos amigos, quienes ahora son capaces de ejecutar el marco de acción en Kokshetau. También asistimos a tres Fiestas de Diecinueve Días. ¡Un resultado de estas actividades fueron 9 declaraciones! Estaba claro que la gente de Kokshetau es receptiva a la Fe, sobre todo los jóvenes.

Estados Unidos

Los asistentes a la conferencia regional de Dallas escucharon el inspirador relato de cómo

la agrupación de Harris County (Houston) logró una pauta sana de actividad en su programa intensivo de crecimiento mediante la acción sistemática y la reflexión. La agrupación de Harris County abarca 4.064 kilómetros cuadrados y cuenta con 700 bahá’ís, más de 50 círculos de estudio, 13 clases de niños y más de 100 amigos que han finalizado los Libros 6 y 7. El secretario del Comité de Enseñanza de Área explicó el progreso de la agrupación.

Hace alrededor de un año, empezamos a aprender a aprender. Queríamos ser estudiantes del Plan de Cinco Años estudiando la guía y actuando, reflexionando, consultando y actuando una y otra vez dentro del marco del Plan que la Casa Universal de Justicia ha trazado ante nosotros. La única forma de aprender era salir y hacerlo. Tenemos un mapa, así que salgamos y actuemos y veamos qué sucede. Cometamos algunos errores y aprendamos de ellos para el próximo ciclo. La primera campaña hace un año era en realidad una campaña de invitación para invitar a los amigos a las actividades básicas y no para enseñar la Fe de forma directa. Resultó ineficaz, y aprendimos enseguida que necesitábamos encontrar una población receptiva a la que ofrecer la «presentación de Ana». Así que en la siguiente campaña de enseñanza colectiva, encontramos una zona receptiva en la que obtuvimos más de diez declaraciones. En el siguiente ciclo tuvimos 15 declaraciones. En el último ciclo, se dieron solo 4 declaraciones. Esta era una oportunidad para aprender. ¿Por qué tan solo 4 declaraciones? El caso es que, tras reflexionarlo, vimos que nos habíamos centrado solamente en la campaña de enseñanza colectiva sin haber integrado los demás componentes del Plan. Por eso, el Comité de Enseñanza de Área, en consulta con el miembro del Cuerpo Auxiliar y los coordinadores de instituto de la agrupación, volvieron a revisar el plan desde el principio y se aseguraron de que todos los componentes del Plan estuvieran integrados. Como resultado, en la reunión de reflexión del 14 de noviembre, se pidió a los amigos que se comprometieran con esfuerzos personales tales como enseñar la Fe de formas distintas y que no dependieran únicamente de la campaña de enseñanza colectiva para generar buscadores. Los amigos se comprometieron a celebrar devocionales y reuniones hogareñas, buscar almas receptivas, realizar clases de niños y grupos prejuveniles, iniciar el Libro 1 con buscadores y finalizar la secuencia de cursos en seis meses.

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¡En este ciclo actual hemos tenido 10 declaraciones hasta ahora! ¡Nuestra meta es tener 20, así que no nos relajaremos!

Reino Unido

Uno de los aspectos más destacados de la conferencia regional de Londres para los 3.200

amigos presentes del noroeste de Europa y Groenlandia fue el informe de unos de los primeros proyectos de enseñanza de la región que se enfocó en un vecindario en particular. Lo que sigue es la historia de los creyentes de la agrupación de West Midlands que llevaron a cabo un proyecto de enseñanza en Hillfields durante la fase de expansión de su duodécimo ciclo y el rico aprendizaje que ganaron.

Nuestra experiencia de crecimiento en el vecindario de Hillfields ha sido un intento muy modesto y simple de llevar a la práctica los conceptos de crecimiento sistemático, empezando con una actividad básica a la que, poco a poco, añadimos los demás componentes del marco de acción. En este viaje, las confirmaciones de Bahá’u’lláh, siempre tan oportunas, han proporcionado la verdadera energía e ímpetu para progresar. Los esfuerzos empezaron con una serie de reuniones devocionales en las que participaban cinco buscadores. Ésta sea quizás la más sencilla de las actividades básicas, pero puede tener un efecto muy profundo. Al sentarnos alrededor de la sala, simplemente compartimos oraciones relacionadas con los problemas y preocupaciones que afligen al alma. Paulatinamente, podías ver los corazones de los buscadores elevándose a medida que empezaban a experimentar una sensación de paz y tranquilidad, y una nueva perspectiva conforme empezaban a aprender a volver sus corazones hacia Dios. Se les fue presentando gradualmente conceptos del Libro 1, y en poco tiempo, tres de los participantes iniciales pasaron a iniciar el libro y declararon su fe al terminarlo. Pero, haciendo caso a la guía de la Casa de Justicia, vimos la necesidad de desarrollar la capacidad de estos tres creyentes nuevos, por lo que acordamos terminar la secuencia juntos. Ese grupo original se encuentra en estos momentos en el Libro 6. Durante el proceso de capacitación alentamos a estos nuevos creyentes a invitar a sus amigos a una serie de reuniones devocionales (el mismo portal por el que ellos habían entrado en un principio). Siete personas empezaron a asistir con regularidad, lo cual era un claro indicio de lo cómodos que se sentían los nuevos creyentes al adoptar las actividades básicas y lo fácil que les resultaba hacerlo. Estos siete participan ahora en un Libro 1, y algunos ya se han declarado. Pero el proceso de crecimiento cobró mayor energía e impulso cuando el Comité de Enseñanza de Área decidió organizar dos proyectos de enseñanza directa en el vecindario. De pronto surgió una nueva oleada de clases de prejóvenes y de niños y tuve la suerte de poder apoyarlas como pionero interno en el vecindario. Al mes siguiente, tuvimos tres declaraciones más, que están participando ahora en otro círculo de estudio del Libro 1. Algo que también surgió con naturalidad de estos pasos fue un proyecto de desarrollo social sencillo pensado para servir a la comunidad local. Tomó la forma de una clase

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de idioma, la cual, junto con las clases de niños y los grupos prejuveniles, está atrayendo a unos 30 niños y prejóvenes que participan de forma periódica. Este proceso ha sido muy orgánico y ha crecido sin ningún plan exorbitante. La mera reunión devocional, reforzada por el proceso de instituto de capacitación, ha sido, en nuestro caso, la semilla para 9 declaraciones, 12 buscadores capacitados que sirven con nosotros y 30 familias de la comunidad en general que participan en actividades bahá’ís. Me gustaría tan solo compartir con ustedes unos pocos aspectos aprendidos que han empezado a hacerse evidentes: • La base es la amistad. Hemos obtenido un vislumbre de las admoniciones de los

Escritos sobre la necesidad de mostrar amor y amibilidad auténticos a todo aquel que se cruce en nuestro camino. Sacar tiempo para pasarlo con la gente es la expresión práctica de nuestro amor por los demás.

• En todas las comunidades hay gente con capacidad. En toda población receptiva de un vecindario hay personas que son respetadas, que pueden influir en los demás y movilizarlos.

• Los proyectos de enseñanza directa liberan el potencial. Forjan el coraje de los que participan en el proyecto del vecindario y arraigan la presencia de la Fe en la localidad.

• El pioneraje interno refuerza el esquema de crecimiento de la agrupación. Incalculables bendiciones le pueden llegar a quien se levanta como pionero en su propia agrupación. Levantarse como pionero en un vecindario receptivo y vivir junto a los nuevos creyentes crea fuertes vínculos de conexión con estas almas y ayuda a sostener el proceso de crecimiento y construcción de comunidad.

• Es esencial tener una visión integral que abarque a toda la familia. El primer intento de establecer clases de niños y prejóvenes resultó insostenible debido a que nuestra visión se limitaba a los jóvenes participantes. Posteriormente, se ofreció a los padres una explicación de los programas y de su capacidad para influir de manera positiva en sus hijos. Ahora el nivel de participación no solo se mantiene, sino que está aumentando.

• Los propios buscadores pueden y desean asumir responsabilidades. A fin de que nuestros recursos «avance[n] al mismo ritmo» que el crecimiento, estamos aprendiendo a invitar y luego acompañar, desde el principio, a los nuevos creyentes (e incluso a los buscadores) a ayudarnos a sostener las actividades. Lo que esto requiere es creer fundamentalmente en la capacidad de otras almas.

Estados Unidos

La agrupación de Oklahoma City, una de las muchas agrupaciones que lanzaron su

programa intensivo de crecimiento en Riḍván de 2008, ofreció un excelente ejemplo para los amigos presentes en la conferencia regional de Dallas de los pasos que es necesario dar para conseguir un programa intensivo de crecimiento exitoso.

Se pidió a la agrupación de Oklahoma City que pasara a ser agrupación «A» en Riḍván de 2008. La agrupación asumió el reto sin dudarlo, y todo empezó a suceder muy rápido. Nosotros estábamos felices y a gusto con ser una agrupación «B» hasta que los miembros del Cuerpo Auxiliar nos animaron. En cuanto nos pusimos en marcha, no hubo vuelta atrás.

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Reflexiones sobre el crecimiento—Número 23, febrero de 2009 página 10

El grupo base se había estado reuniendo con frecuencia pero las reuniones cambiaron; estábamos más centrados y sentíamos que teníamos un propósito. Ya ni me acuerdo de qué hablábamos cuando nos reuníamos antes. Pasamos muy rápidamente de «ser» a «hacer». Todo empezó a moverse deprisa y, al principio, no sabíamos qué es lo que estábamos haciendo o cómo íbamos a cumplir con la tarea; lo único que sabíamos era que teníamos la meta de pasar a ser «A» en Riḍván y que debíamos lograr esta meta. Al principio cometimos muchos errores porque empezamos a compararnos con las comunidades grandes que ya se habían convertido en agrupaciones «A», cuando en realidad debíamos trabajar de acuerdo a nuestra capacidad y con nuestros recursos humanos y dejar de comparar nuestra agrupación con otras. Debíamos ser realistas en nuestras metas y, al mismo tiempo, aprender a salir de la rutina. ¡Y no vean cuánto salimos de la rutina! Empezamos a planificar nuestro primer proyecto de enseñanza colectivo, en el que formamos equipos de enseñanza y nos centramos en un vecindario. Empezamos considerando nuestros recursos humanos y la zona que nos habíamos propuesto. En nuestra primera campaña de enseñanza colectiva se utilizó un método invitacional. Nos dimos cuenta de que cometimos el error de volver al antiguo método de llamar a las puertas e invitar a la gente a un acto. Enseguida se hizo patente que los actos no eran lo que atraía a la gente. La gente era cordial con nosotros pero la respuesta no producía el resultado deseado. Tuvimos que admitir, a regañadientes, que debíamos hacer lo que se nos había dicho: practicar, practicar, practicar la «presentación de Ana» hasta que nos sintiéramos seguros con ella y salir a realizarla. Nuestro coordinador de instituto de la agrupación hizo un trabajo magnífico al organizar repasos del Libro 6 en los que se practicaba constantemente la «presentación de Ana». Pero la «presentación de Ana» no era lo único que debíamos practicar. Teníamos que aprender a ser eficaces en las devocionales, reuniones hogareñas, clases de niños y visitas hogareñas para presentar temas de profundización antes de las campañas de enseñanza. También teníamos preparadas reuniones hogareñas durante la semana, que llevábamos a cabo cerca de las zonas donde estábamos enseñando. Cuanto más enseñábamos, más nos dábamos cuenta de que una parte importante de la enseñanza es reflexionar sobre lo sucedido. Los equipos de enseñanza se juntaron después de enseñar y comentaron las lecciones aprendidas. Analizamos los éxitos y los fallos, pulimos y redefinimos métodos, algunos de los cuales mantuvimos, mientras que otros los descartamos rápidamente. Tuvimos que aprender a ser flexibles, y modificamos estrategias cuando las condiciones lo justificaban. Tras el primer proyecto de enseñanza colectiva, empezamos a planificar más proyectos de enseñanza con más y más participantes. Comenzamos con 10 personas, y el número creció enseguida conforme empezábamos a tener éxito; en ocasiones llegamos a ser 35. Los adultos jóvenes, los jóvenes y los prejóvenes eran piezas clave. Uno podría esperar que en los fines de semana, los jóvenes salgan y queden con sus amigos, pero ellos estaban ahí con los equipos y eran a menudo los que hacían la «presentación de Ana». Los amigos persas que tenían dificultad en realizar la presentación en inglés se convirtieron en un tremendo recurso al estar ahí y orar en silencio mientras se ofrecía el mensaje. A medida que se enseñaba, la gente empezó a superar sus temores y les entusiasmaba participar en los proyectos de enseñanza. En cuanto salían y veían la respuesta, estaban deseosos de volver a salir.

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Cada uno empezó a encontrar su propio papel en el plan. Algunos traían comida, ofrecían sus hogares para reuniones hogareñas y devocionales, oraban por el éxito de la agrupación, y más gente entraba en los libros del Instituto Ruhí. La participación de no bahá’ís en los círculos de estudio también aumentó, lo cual resultó en declaraciones. A medida que nuestros recursos humanos crecían, teníamos que perfeccionar nuestro método aún más. El grupo base comprendió que las reuniones de reflexión eran nuestro medio para recargar nuestro espíritu, entusiasmo y recursos humanos. Son también una oportunidad para mantener a la agrupación informada de las metas, éxitos, aprendizaje y próximos planes. Otro componente que es esencial para el buen desarrollo de un programa intensivo de crecimiento es la oración. Hemos comprobado que nunca se ora demasiado. Orábamos antes de ir a enseñar, al regresar y alrededor de los vecindarios. Los que se quedaban en los hogares que se utilizaban como puntos de encuentro oraban mientras los demás salían a enseñar. Tuvimos varias campañas de enseñanza pero tan solo dos declaraciones. No obstante, el llevar a cabo varias campañas de enseñanza colectiva mientras éramos una agrupación «B» fue lo que nos ayudó a convertirnos en agrupación «A». Nunca piensen que es demasiado tarde o pronto para lanzar una campaña de enseñanza colectiva. Las campañas hicieron que la agrupación experimentara el aprendizaje, las emociones, la alegría, los desafíos y la práctica que nos permitió lanzar nuestro programa intensivo de crecimiento como agrupación «A» ¡en la que tuvimos 16 declaraciones! Nuestra agrupación está a punto de lanzar su tercer ciclo, y les puedo decir que todavía estamos aprendiendo, todavía estamos cometiendo errores y todavía nos sentimos desafiados a veces.

Preparado bajo los auspicios del Centro Internacional de Enseñanza para la institución de los Consejeros. Pasajes de estos informes pueden haber sido modificados para facilitar su gramaticalidad, claridad o tamaño. Puede reproducirse el texto en su totalidad o en parte y distribuirse dentro de la comunidad bahá’í sin el permiso previo del Centro Internacional de Enseñanza.