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2 S u resolución de perseverar se demuestra en su larga jornada hasta aquí” (Carta a la Madre de la Dama Oto”, Gosho Zenshu, Pág. 1223). Con estas calurosas palabras Nichiren Daishonin alienta a una madre soltera que ha viajado con su pequeña hija desde Kamakura hasta la Isla de Sado, a fin de visitar a su amado maes- tro en exilio. La jornada emprendida por esta mujer cuyo nombre se desconoce 4 es una expresión de su sinceridad en apoyar al Daishonin y buscar sus enseñanzas. La esencia de las enseñanzas del Daishonin se encuentra en el concepto de la universalidad de la budeidad dentro de las vidas de todas las personas. Por lo tanto, cualquier idea que busque la iluminación fuera de uno mismo — en algún lugar sagrado o en la persona de un supuesto santo — nos resulta absurda. Si la palabra peregrinaje es entendida como una jornada en busca de bendiciones en un santuario distante o tem- Recorrer el camino de la fe dentro de uno mismo La búsqueda de la felicidad fuera de uno es la causa de la infelicidad interior PUNTOS CLAVES – I: Las dos calumnias principales del sacerdocio Las dos graves acciones contra la Ley que el clero ha cometido (1) Romper la unidad de los creyentes: En 1991, el clero exigió la disolución de la Soka Gakkai, proce- diendo a su excomunión. Previo a la misma y pos- terior a la excomunión, el clero tomó diversas medidas tendientes a obstruir los esfuerzos de la SGI, tales como rehusar Gohonzon a los miembros de la SGI y negarles el libre acceso al Dai- Gohonzon. Un intento de destruir una agrupación de creyentes dedicados a la propagación de las enseñanzas del Buda, lo cual constituye uno de las más serias ofensas cardinales en budismo. (2) Distorsión del Budismo: A fin de justificar sus acciones contra la SGI y silenciar las críticas de los creyentes, el clero ha promovido la errada doctrina de la absoluta autoridad del sumo prelado. El sacerdocio plantea que el “principio fundamental supreme del Budismo de Nichiren Daishonin” es “obedecer las directrices del sumo prelado”. El clero exige de los creyentes “fe y obediencia absoluta al sumo prelado”. Ello con- tradice por complete el postulado de Nichiren Daishonin de que el punto focal es la fe en el Gohonzon y la fe en nuestra budeidad inherente, al igual que su recomendación de “dependa de la Ley y no de las personas”.

Recorrer el camino de la fe dentro de uno mismo - Soka Spiritsokaspirit.org/wp-content/uploads/2013/12/2_Span_Recorrer_e.pdf · mismos; por el contrario, eran la expresión de su

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Su resolución de perseverar sedemuestra en su larga jornadahasta aquí” (Carta a la Madre dela Dama Oto”, Gosho Zenshu,Pág. 1223). Con estas calurosaspalabras Nichiren Daishonin

alienta a una madre soltera que ha viajadocon su pequeña hija desde Kamakura hasta laIsla de Sado, a fin de visitar a su amado maes-tro en exilio. La jornada emprendida por estamujer cuyo nombre se desconoce4 es unaexpresión de su sinceridad en apoyar alDaishonin y buscar sus enseñanzas.

La esencia de las enseñanzas delDaishonin se encuentra en el concepto de launiversalidad de la budeidad dentro de lasvidas de todas las personas. Por lo tanto,cualquier idea que busque la iluminaciónfuera de uno mismo — en algún lugar sagradoo en la persona de un supuesto santo — nosresulta absurda. Si la palabra peregrinaje esentendida como una jornada en busca debendiciones en un santuario distante o tem-

Recorrer el camino de la fedentro de uno mismoLa búsqueda de la felicidad fuera de uno es la causa dela infelicidad interior PUNTOS CLAVES – I:

Las dos calumnias principales del sacerdocioLas dos graves acciones contra la Ley que el clero hacometido

(1) Romper la unidad de los creyentes: En 1991, elclero exigió la disolución de la Soka Gakkai, proce-diendo a su excomunión. Previo a la misma y pos-terior a la excomunión, el clero tomó diversasmedidas tendientes a obstruir los esfuerzos de laSGI, tales como rehusar Gohonzon a los miembrosde la SGI y negarles el libre acceso al Dai-Gohonzon. Un intento de destruir una agrupaciónde creyentes dedicados a la propagación de lasenseñanzas del Buda, lo cual constituye uno delas más serias ofensas cardinales en budismo.

(2) Distorsión del Budismo: A fin de justificar susacciones contra la SGI y silenciar las críticas delos creyentes, el clero ha promovido la erradadoctrina de la absoluta autoridad del sumoprelado. El sacerdocio plantea que el “principiofundamental supreme del Budismo de NichirenDaishonin” es “obedecer las directrices del sumoprelado”. El clero exige de los creyentes “fe yobediencia absoluta al sumo prelado”. Ello con-tradice por complete el postulado de NichirenDaishonin de que el punto focal es la fe en elGohonzon y la fe en nuestra budeidad inherente,al igual que su recomendación de “dependa de laLey y no de las personas”.

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plo o de manos de un hombre sagrado que viveen reclusión, entonces no cabe lugar para laperegrinación en el budismo del Daishonin.

Algunos podrían argumentar que cualquierviaje que se emprenda como expresión de devo-ción religiosa — ejemplo: las arduas jornadasrealizadas por los discípulos del Daishonin paravisitarle — son peregrinaciones. De ser así,entonces, el corazón de tales acciones palpita ennuestra determinación ardiente de buscar la ver-dad del budismo que existe dentro de nuestrasvidas. Una jornada de fe, debe ser, por lo tanto,la expresión externa de la búsqueda interior denuestra budeidad. El valor de tal jornada, no espor tanto, absoluto; él es relativo a nuestradecisión de perseverar en la búsqueda de lagema de la budeidad sepultada en lo profundode nuestras vidas, por nuestra percepción iluso-ria que se traduce en el menosprecio de unomismo. Para los discípulos del Daishonin losviajes a visitar a su maestro no eran un fin en simismos; por el contrario, eran la expresión desu aprecio y apoyo hacia el Daishonin y elvehículo que les permitía revelar el tesoro de labudeidad que ya existía en sus corazones.

En el contexto del Budismo del Daishonin,ausentarnos de casa en una larga jornada, cuyopropósito es de fe, tiene significado en la medidaen que el mismo alimenta y da forma concreta alproceso de descubrirse a si mismo. Pero si nos lan-zamos en dicha jornada en busca de algo en algúnlugar de lo cual pensamos depende nuestra felici-dad, entonces, en efecto, “pensamos que la Leyestá fuera”. Bajo tales circunstancias, el Daishoninsugiere, nuestra práctica budista se convertirá en“una interminable y dolorosa austeridad” (Sobre ellogro de la Budeidad en esta existencia”, LosEscritos de Nichiren Daishonin, Págs. 3-4).

Desde la excomunión en 1991, la NichirenShoshu — por una parte — ha negado a losmiembros de la SGI acceso al Dai-Gohonzon, elcual se encuentra entronizado en el templo prin-cipal en Taiseki-ji en Japón, en tanto que, porotra parte, ha continuado criticando a los miem-bros de la SGI por no visitar el templo principaly, en consecuencia, según ellos, no profesan feen el Dai-Gohonzon. Así, de acuerdo con elclero, “al dar a sus miembros la orientación de

¿Parecer feliz o serfeliz? NichirenDaishonin enseña quela felicidad genuina yduradera viene de dentro de nuestrasvidas, al descubrir pornosotros mismos “laverdad mística que enforma original existeen todos los seresvivientes”.

© Koopman/CORBIS

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que no deben adorar al Dai-Gohonzon, la SokaGakkai se ha convertido en una organizaciónmalvada”5. Con tales comentarios insidiosos,uno se pregunta cual es la verdadera intencióndel sacerdocio al acusar a los creyentes de nohacer aquello que se les ha prohibido hacer.

Lo que el sacerdocio enseña al respecto, sinembargo, equivale a buscar la iluminación fuerade si mismo. En tal sentido el sacerdocio afirmaespecíficamente, que el sumo prelado personal-mente posee el atributo de decidir quien logra lailuminación y quien no: “El maestro sanciona lailuminación del discípulo…, la validación delobjeto de veneración por el Sumo Prelado,quien es la única persona investida con el legadodel Budismo del Daishonin, es lo que hace posi-ble el logro de la iluminación….”6

En vez de alentarnos a buscar y revelar la LeyMística dentro de nuestras vidas, como hizoNichiren Daishonin, el sacerdocio confina laLey Mística a la forma física del Dai-Gohonzony a la posesión del sumo prelado. El sacerdocioaduce que la Ley Mística no es universal, ni esinherente a nuestras vidas: “El mandala (elobjeto de veneración) es el Daishonin mismo.No existe la Ley Mística fuera del Daishonin”.7

Al respecto, el sacerdocio afirma: “Es un granerror pensar que la Ley Mística existe fuera delcuerpo de carne y hueso del Daishonin.Aquéllos que abrazan la fe en esta secta nopueden y no deben pensar de ninguna otraforma en lo que respecta a este material”.8

Esto constituye un contraste rígido visto a laluz de la clara afirmación del propioDaishonin: “Usted debe percibir la verdad mís-tica que es inherente a todos los seresvivientes”. (Sobre el Logro de la Budeidad enesta Existencia”, WND, Pág. 3)

Según la lógica del sacerdocio, como elDaishonin hace mucho que partió, el sumoprelado actual se convierte en el objeto de vene-ración: “Cuando los sacerdotes y creyenteslaicos de la fe de la Nichiren Shoshu se encuen-tren en la presencia del Sumo Sacerdote, con laspalmas unidas devotamente en sincera gratitud,deben ofrecer sus oraciones a él reverentementecomo el Maestro que representa la Esenciaviviente del Cuerpo de la totalidad de Ley de

Nichiren Daishonin diceque nuestra iluminación

“sin duda depende lafortaleza de su fe”. Sin

embargo, el clero aduceque el sumo prelado es“quien hace posible el

logro de la budeidad”.¿Acaso él posee el inte-rruptor para encender

la budeidad de todosnosotros?

© Johnny Buzzerio/CORBIS

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toda existencia, la cual le ha sido transferida através de generaciones desde los tiempos delDaishonin”.9 El sacerdocio evidentementequiere hacernos creer que nuestras vidas care-cen de la Ley Mística, y por lo tanto, debemosbuscar la iluminación fuera, en la persona y en laaprobación del Sumo Prelado Nikken. Hoy porhoy, nadie en el templo parece escuchar alDaishonin cuando él afirma: “La entidad denuestra vida…es en realidad la entidad de laLey Mística (Sobre el logro de la Budeidad enesta existencia”, WND, p. 4).

A la luz de las presentes circunstancias, nues-tra decisión de no ir en peregrinación al temploprincipal es la elección que está en total acuerdocon las enseñanzas del Daishonin y con el ver-dadero significado de la peregrinación — si talnoción tuviese cabida dentro de nuestra fe. Es elcurso de acción más sabio a tomar para todosnosotros que deseamos practicar el Budismo deNichiren Daishonin correctamente y disfrutar delos grandes beneficios que él promete. Ello sedebe a que, al visitar el templo principal, en esepreciso momento, se anula el propósito de dichoviaje — es decir, encontrar la budeidad dentro denosotros. Al mismo tiempo, al tomar la posturade no visitar el templo principal, estamos efecti-vamente rechazando y refutando la distorsión delclero de la enseñanzas del Daishonin. Estamosafirmando que el camino a la iluminación no seencuentra fuera, o en algún lugar, sino en la jor-nada interior para despertar nuestra naturaleza

de buda innata y activar la Ley Mística dentro denuestras vidas. Por el contrario, realizar peregri-nación a Taiseki-ji, en estos momentos consti-tuiría un obstáculo a nuestra jornada espiritualen busca de la gema de la budeidad dentro. Lasrazones al respecto son presentadas en mayordetalle a continuación.

Proteger la integridad delBudismo del Daishonin

El clero actual de la Nichiren Shoshu,dirigido por su Sumo Prelado Nikken,promueve “la absoluta fe y obedienciaen el Sumo Prelado”10— una enseñanzaajena por completo al Daishonin y aNikko Shonin. El clero aduce: “Aún si

se posee un Gohonzon tradicional, si la personaque le venera, calumnia al Sumo Prelado…norecibirá beneficios”.11 En palabras simples, elclero considera la obediencia al sumo sacerdotecomo un asunto de mayor importancia que la feen el Gohonzon.

El clero, igualmente declara: “El principiofundamental supremo del Budismo de NichirenDaishonin descansa en la obediencia y obser-vancia de las directrices del Sumo Prelado, laúnica persona en quien la Ley ha sido investiday encomendada, para la transmisión correcta delBudismo del Daishonin. Fe en la NichirenShoshu significa observancia estricta acerca dela calumnia, y debemos saber, por tanto, que

¿Tiene nuestra iluminación que ser aprobada poralguien? El clero aduce, “El maestro da su san-ción a la iluminación del discípulo”. De acuerdocon la Nichiren Shoshu, el sumo sacerdote per-sonalmente tiene el poder de establecer quienlogra la budeidad y quien no.

© Ken Kaminesky/CORBIS

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solamente el Sumo Prelado, el protector de laHerencia de la Ley, es quien puede juzgar si laforma y el contenido de la enseñanza están enconsonancia con el Budismo del Daishonin; y esél quien juzga lo que es correcto y lo que esincorrecto. Por lo tanto, se desprende que unapersona a quien el sacerdocio ha señalado suerror, debe arrepentirse sinceramente y confesar,su error, erradicando de esta forma la falta.12 Estaes la actitud fundamental de la fe en la NichirenShoshu….” De acuerdo con la Nichiren Shoshuel sumo prelado es la única persona que puedecomprender los escritos del Daishonin.

La misión primordial del creyente, entonces,no es la búsqueda y estudio de las enseñanzasdel Daishonin, sino la obediencia al sumo sacer-dote. Una vez que un creyente ha sido encon-trado culpable de “calumnia” por el clero suúnico recurso estriba en el “arrepentimiento” yla “confesión”. La virtud suprema de uncreyente, de acuerdo a la Nichiren Shoshu, es suobediencia al sumo prelado, en consecuencia, elpecado mayor es la desobediencia al mismo.

Estos puntos de vista contradicen laenseñanza fundamental del Daishonin, cuandoél afirma: “Lo más importante es que, al invocarNam-myoho-renge-kyo, usted puede lograr la

budeidad. Ello dependerá, sin duda, de la for-taleza de su fe. Tener fe es la base del Budismo”.(El Verdadero aspecto del Gohonzon”, WND,Pág. 832) Contrario a lo aducido por el clero, elDaishonin expresa claramente que la virtudsuprema de un creyente es la fe en la Ley y en larealización del potencial supremo de la budei-dad. La obediencia a la autoridad religiosapertenece a la Nichiren Shoshu, no al Budismode Nichiren Daishonin.

Adicionalmente, el Daishonin hace énfasis enla práctica y el estudio del creyente como expre-siones y soporte de su fe en el Gohonzon: “Creaen el Gohonzon, el supremo objeto de devociónen todo Jambudvipa. Asegúrese de fortalecer sufe…. Ejercítese en los dos caminos de la prác-tica y el estudio. Sin práctica y estudio no puedehaber budismo”. (El Verdadero Aspecto detodos los Fenómenos”, WND, Pág. 386) Estasdeclaraciones, y muchas otras similares, dejanclaro que nuestra fe en el Gohonzon, fundamen-tadas en la práctica y el estudio del individuo, esel fundamento de su budismo. En ninguna parteen sus escritos el afirma que “fe y obedienciaabsoluta en el sumo prelado” son esenciales paranuestra felicidad.

El intento del clero de subordinar la fe en el

Desde el exilio Nichiren Daishoninescribió: “Deseo que aquellas personascon mentes buscadoras lean esta cartajuntas, a fin de que sean alentadas porla misma”. Pero el sacerdocio señala,“Solo el sumo prelado…puede juzgar loque es correcto e incorrecto”. ¿Es él laúnica persona que puede leer y com-prender los escritos del Daishonin?

© Jennifer Kennard/CORBIS

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Gohonzon a la obediencia al sumo sa-cerdote — obscureciendo de esta mane-ra la enseñanza esencial del budismodel Daishonin — equivale claramente acalumniar la Ley. Cuando reconocemosesta transgresión al budismo, es impor-tante retirar el apoyo a aquéllos que lapropugnan. Al respecto el Daishonindice: “Es característico que el gran malasuma la forma de un monje venera-ble…. Sin importar lo que digan, ycuan astutamente traten de engañarle,para que deseche la Ley, no lo acepte”.(“Aliento a una persona enferma”,WND, Pág. 81) Aquí el Daishonin nosadvierte que la influencia de la autori-dad, especialmente del clero, a menudointenta disuadirnos de nuestra fe enGohonzon, que es el Sutra del Loto delÚltimo Día de la Ley. El Daishonin nosurge a no condonar ni apoyar dichainfluencia negativa.

Asistir a una peregrinación al temploprincipal, en este momento, por lotanto, equivaldría a brindar nuestroapoyo al clero de la Nichiren Shoshu, elcual reduce la importancia de la fe en elDai-Gohonzon a un asunto trivial, a finde resaltar y fortalecer la autoridad delsumo prelado. Esto implica no sóloofrecer apoyo espiritual a la calumniadel clero, sino también apoyo material,ya que los participantes en la perigri-nación tienen que dar una contribuciónfinanciera al templo principal. Alrespecto, el Daishonin enfatiza laimportancia de abstenerse en dar con-tribuciones financieras a sacerdoteserrados: “Ahora si todas las cuatro cate-gorías de creyentes, a lo largo de lasdiez mil tierras y de los cuatro mares,dejaran de dar limosnas a los sacerdotesque actúan contra la Ley, y en cambiose sumaran a las filas del bien, ¿cómosería possible que siguiéramos pade-ciendo calamidades y enfrentandodesastres?” (“La Pacificación de latierra mediante la propagación del

PUNTOS CLAVES – II:Seis rezones para no participar en peregrinacionesVisitar el templo principal en este momento es una mala ideaporque…

(1) Proteger la Ley: Al rehusar ir en peregrinación a laNichiren Shoshu, rechazamos las acciones negativascalumniosas (Ver Puntos Claves I), y al hacer esto, protege-mos la integridad del Budismo del Daishonin.

(2) Evitar la complicidad: Mediante nuestra acción de pagaral clero por venerar y visitar al Dai-Gohonzon, estaríamosen forma tácita aprobando y apoyando las acciones calum-niosas del sacerdocio (Ver Puntos Claves I). Ello equivale acometer la acción calumniosa contra la Ley, la “complici-dad”, y de esta forma, calumniar el Budismo.

(3) Nuestro Gohonzon es el mismo que el Dai-Gohonzon: ElGohonzon en nuestros hogares es exactamente igual al Dai-Gohonzon, en lo que respecta a su cualidad básica, esdecir, su poder benéfico basado en el principio de la “dis-persión del cuerpo del buda”. Adicionalmente, de acuerdocon los principios de las enseñanzas de Nichiren Daishonin,al igual que la historia y la tradición de la escuela Fuji, noes necesario que los creyentes oren directamente frente alDai-Gohonzon.

(4) El sumo prelado no es el Gohonzon: Nichiren Daishoninjamás enseñó que el contacto directo con un sumo preladoera necesario para nuestra felicidad. El sumo prelado no esel objeto de devoción.

(5) No existe en Budismo un lugar intrínsicamente sagradopor si mismo: Ningún lugar, inclusive el templo principal,es sagrado per se, y en si mismo. La idea de que mera-mente por ir al sitio, ello nos traerá beneficios o lograremosla iluminación, tal idea es ajena por completo al Budismode Nichiren Daishonin, quien realidad enseñó: “Tener fe esla base del budismo”.

(6) Trabajar por kosen-rufu es tener fe en el Dai-Gohonzon:Nichiren Daishonin inscribió el Dai-Gohonzon para toda lahumanidad. Tener fe en el Dai-Gohozon, es por tanto, orar yesforzarse por la propagación de Nam-myoho-renge-kyo.Visitar el templo principal y, de esta manera apoyar lasacciones del clero, destinadas a socavar los esfuerzos delas personas en pro del kosen-rufu (Ver Puntos Claves I),equivaldría a traicionar la intención del Daishonin alinscribir el Dai-Gohonzon.

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La fe trasciende la distancia. Así, leescribió Nichiren Daishonin a unamujer de edad que habitaba en laIsla de Sado, “Simplemente buscarla faz del uno y del otro, sería en simismo insignificante. Es el corazónlo que importa”.

© Bob Krist/CORBIS

Budismo Verdadero”, WND, Pág. 23)Nuestra decisión de no efectuar una perigri-

nación al templo principal no es meramente unacto de resistencia pasiva ante las enseñanzaserróneas del sacerdocio; por el contrario, es unacto de valentía para proteger la integridad delBudismo del Daishonin; una causa que nos per-mitirá acumular buena fortuna y beneficios.Nuestra postura valiente al “Decir no” a losintentos del clero de fomentar la obediencia enel sumo prelado en contraposición al Gohonzoncontribuirá a proteger la enseñanza esencial delDaishonin en relación con el Gohonzon.

El Daishonin, a menudo pone de relieve, ensus escritos que podemos erradicar nuestrokarma negativo del pasado mediante “las bendi-ciones obtenidas al proteger la Ley”. (Carta deSado”, WND, Pág. 305) Aquéllos que protegenel Gohonzon obtendrán la protección delGohonzon y disfrutarán de innumerablespoderes benéficos. Tal como el Daishoninexpresa en su carta a la Dama Nichinyo: “Unamujer que hace ofrendas al Gohonzon invita lafelicidad en esta vida, y en su próxima, elGohonzon estará junto a ella y la protegerá siem-pre”. (El Verdadero Aspecto del Gohonzon”,WND, Pág. 832) Al no participar en la peregri-

nación, protegemos la esencia de la enseñanzadel Gohonzon.Ello equivale a proteger y fomen-tar el “Gohonzon dentro de nuestras vidas”, esdecir, de nuestra propia budeidad.

Dar la espalda a la “ofensa porcomplicidad en la calumnia”

No importa cuan sinceros seamos ennuestro deseo de ver al Dai-Gohonzon,si fuésemos en peregrinación al temploprincipal en este momento, nuestraacción constituiría un endoso a lasenseñanzas erróneas del clero.

Respaldar a aquéllos que intentan confundiro distorsionar la verdad del budismo es cometerlo que el Daishonin denomina “ofensa por com-plicidad en la calumnia” y, de esta manera,somos partícipes en la responsabilidad que cabea dichas acciones contra la Ley. (Recomendandoesta enseñanza a su señor y evitando así laofensa por complicidad en la calumnia”, WND,Pág. 461)

La sinceridad es importante, pero debe seratemperada por la razón y el entendimiento. Delo contrario, podría ser fácilmente explotada poraquéllos, cuyas intenciones son servirse a si mis-

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mos. Nuestra sinceridad podría, entonces, con-vertirse en causa de nuestra miseria y sufri-miento. Hay quienes asocian sinceridad coningenuidad, y conocimiento y experiencia conorgullo y arrogancia. La sinceridad genuina, sinembargo, es puesta a prueba por la experiencia yfortificada por el conocimiento y la compren-sión. Es por ello que el Daishonin nos advierte:“Aún cuando uno pueda realizar actos merito-rios, si los mismos estuviesen dirigidos a aquelloque es falso, entonces esos actos acarrearán granmal, y jamás darán como resultado el bien”.(Los cuerpos y mentes de las personascomunes”, WND, Pág. 1134).

Del mismo tenor, nos amonesta NikkoShonin: “No debe sentarse junto a calumnia-dores de la Ley. Debe temer el acto de la calum-nia por complicidad”. (Las 26 amonestacionesde Nikko”, GZ, Pág. 1618) Participar en unaperegrinación auspiciada por el clero, que se hadedicado a desvirtuar el Budismo del Daishoninpara satisfacer sus propios fines, es perderse enbosques de confusión en la jornada destinada aencontrar la felicidad.

El Gohonzon en nuestros hogares es el mismo que elDai-Gohonzon

Los Gohonzon entronizados en nuestroshogares son transcripciones del Dai-Gohonzon, y son exactamente lo mismoque el Dai-Gohonzon, en lo que serefiere a que su poder benéfico. Ello sebasa en el principio de la “dispersión del

cuerpo del Buda” (Jpn bunshin santai).El Sutra de los Significados Infinitos, el cual

es considerado como el prólogo del Sutra delLoto, explica que el Buda “esparció” su cuerpoen muchas tierras, a fin de conducir a todos losseres vivientes por igual hacia la iluminación.Este concepto implica la universalidad de la mi-sericordia y de la budeidad.

El budismo es una enseñanza universal sinataduras a un lugar específico. El budismo per-mite a las personas lograr la iluminación inde-pendientemente de donde se encuentren locali-zadas. Basados en este principio, el Gohonzon

ha sido reproducido de manera que los creyentespuedan disfrutar del mismo beneficio que obten-drían si estuviesen orando directamente frente alDai-Gohonzon; es decir, dondequiera que ellospractiquen. Por lo tanto, siempre ha sido enten-dido que cuando oramos al Gohonzon entro-nizado en nuestros hogares, ello es lo mismo queorar directamente al Dai-Gohonzon.

El clero, sin embargo, en este momento aduceque debemos “pensar en el Dai-Gohonzoncomo la raíz, y en todos los otros Gohonzoncomo las hojas”.13 Con ello pretenden sugerirque hay una diferencia fundamental en la cali-dad o efectividad del Dai-Gohonzon y elGohonzonentronizado ennuestros hoga-res. El cleroasegura tam-bién, que debe-mos venerar alDai-Gohonzondirectamente, afin de disfrutarel beneficioderivado denuestra prác-tica: “No existeabsolutamente ningún beneficio si se rehusa vi-sitar al Dai-Gohonzon… y en venerar un simpleGohonzon entronizado en casa, el cual es unatranscripción del Dai-Gohonzon”.14 Todoparece indicar que el clero ignora por completoel principio de “la dispersión del cuerpo delBuda”. De la misma manera en que el mismoBuda aparece en muchas tierras en el Sutra delSignificado Infinito, el mismo Dai-Gohonzonestá entronizado en cada uno de nuestros hoga-res alrededor del mundo.

El clero parece, estar igualmente confundido,acerca del fundamento de lo que ellos denomi-nan la “raíz” del Gohonzon. Nuestra fe en nues-tra budeidad innata es la fuente del poder bené-fico del Gohonzon. Tal como afirma elDaishonin: “Nunca busque este Gohonzonfuera de usted mismo. El Gohonzon existe solodentro del cuerpo de aquéllos que abrazan elSutra del Loto e invocan Nam-myoho-renge-

Nuestra decisión de noefectuar una peregrinaciónal templo principal, es unacto de valentía que protege la integridad delbudismo del Daishonin,una causa que nos permiteacumular buena fortuna ybeneficio.

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El Sutra del Loto compara la belleza y fortalezade los Bodhisattvas de la Tierra a la flor del lotoque florece en un estanque lodozo. Todos nosotrosposeemos el poder de crear nuestra felicidad enel aquí y en el ahora, como dice NichirenDaishonin, “Dondequiera que moremos y prac-tiquemos el único vehículo, ese lugar será laCapital de la Luz Eternamente Tranquila”.

© Lois Ellen Frank/CORBIS

kyo…. Este Gohonzon se encuentra solamenteen los dos carácteres de la palabra fe”. (ElVerdadero Aspecto del Gohonzon”, WND, Pág.832) Cuando oramos al Gohonzon en nuestroshogares con fervorosa fe, de forma natural dis-frutaremos a plenitud el beneficio de practicar elbudismo del Daishonin. Buscar la Ley Místicafuera de nosotros, indica el Daishonin, es unatontería, como en el caso del “hombre pobreque pasa la noche y el día contando la riquezade su vecino, sin que ello le produzca un solocentavo”. (Sobre el logro de la budeidad en estavida”, WND, Pág. 3)

Además, el énfasis del clero en la veneracióndirecta del Dai-Gohonzon con prelación sobreel Gohonzon personal, contradice completa-mente su propia tradición.

A lo largo de la historia de Taiseki-ji, los suce-sivos sumo prelados transcribieron elGohonzon, de forma que, los creyentes pudie-sen practicar el Budismo del Daishonin, sintener que, orar directamente frente al Dai-Gohonzon. Hori Nichiko, el cincuenta y nue-veavo sumo prelado, y reconocido erudito enmaterial de la historia del Budismo de Nichiren,explicó que la intención fue mantener “ensecreto el Dai-Gohonzon hasta llegado el

momento del kosen-rufu”.15 El sumo sacerdoteNichiko, también escribió: “En los primerostiempos, este asunto [el Dai-Gohonzon] no fuedado a conocer ni dentro de nuestra escuela nifuera de ella”.16

Si el orar frente al Dai-Gohonzon hubiesesido un asunto tan importante para el logro denuestra budeidad, cómo fue posible,entonces, que el sacerdocio anterior hubiesemantenido escondida su existencia de loscreyentes y, en apariencia, incluso de sus pro-pios sacerdotes? De acuerdo a los registroshistóricos, muchos creyentes desconocían laexistencia del Dai-Gohonzon.

El Sumo Prelado Nichiko explicó que sólo“aquéllos de fe fuerte y conexión especial”, y losuficientemente afortunados de enterarse delsecreto celosamente guardado por el clero, se lespermitió “adorar al Dai-Gohonzon”, a pesar dela reticencia del sacerdocio”.17 Tenemos queasumir que los sacerdotes de aquél entonces, nopretendían impedir la iluminación a los creyentesal esconder el Dai-Gohonzon; sino que por elcontrario, este hecho pone claramente de mani-fiesto que el dogma del sacerdocio actual, de quedebemos orar directamente al Dai-Gohonzon,constituye una fabricación reciente.

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El sumo prelado no es elGohonzon

El clero aduce, “Al hacer esta peregri-nación, podemos cambiar cualquiersufrimiento con nuestro deseo de ver alDai-Gohonzon, la representación delDaishonin mismo, y ver al sumoprelado, el legítimo sucesor de

Nichiren Daishonin”.18

Además, el clero afirma que el sumo prelado“posee la iluminación del Daishonin como elBuda Verdadero”.19

¿Alguna vez el Daishonin dijo que teníamosque ver al sumo prelado para eliminar nuestrossufrimientos? Ciertamente no. Por el contrario,el Daishonin siempre hizo énfasis en mantenerla fe frente a la adversidad. Por ejemplo, él alentóa Shijo Kingo de la siguiente manera:“Considere tanto el sufrimiento como el júbilocomo hechos de la vida, y continue invocandoNam-myoho-renge-kyo, no importa lo quesuceda. ¿Cómo podría esto ser otra cosa, sino eljúbilo infinito de la Ley? Fortalezca el poder desu fe, ahora más que nunca”. (La felicidad eneste mundo”, WND, Pág. 681)

El Daishonin hace énfasis en la importanciade la fe para poder recibir o heredar su budis-mo. El jamás describió su enseñanza como algoque tendría que transferirse mediante una heren-cia exclusiva o vehículo sanguíneo “recibido poruna sola persona”,20 como afirma el clero. Parael Daishonin, la verdadera herencia del budismono es otra cosa que la fe, y él luchó para compar-tirla con todas las personas por igual. Por ejem-plo, el Daishonin escribió: “Nichiren ha tratadode despertar a toda la gente del Japón a la fe enel Sutra del Loto, de manera que ellos, igual-mente, puedan compartir su herencia y lograr labudeidad”. (La Herencia de la Ley Fundamentalde la vida”, WND, Pág. 217)

De hecho, el Daishonin concluye la cartaantes mencionada diciendo: “Aún abrazar elSutra del Loto sería inútil sin la herencia de lafe”. (WND, Pág. 218). Lo que hace falta paralograr nuestra felicidad es la herencia de la fe, nola herencia esotérica del sumo prelado. Ni el veral sumo prelado, ni la obediencia al mismo,

tienen cabida en el Budismo del Daishonin o ennuestra iluminación. El sumo sacerdoce,después de todo, no es el objeto de devoción.

‘No hay dos tierras, pura e impura’

Poner los pies en Taiseki-ji donde el Dai-Gohonzon está entronizado y dondeNikko Shonin se afanó en restaurar lasenseñanzas de su maestro después de latraición de los cinco sacerdotes mayo-res — podría darnos un sentido de la

historia y un aire de un lugar sagrado. Pero nodebemos permitir que estos sentimientoshumanos comprensibles noslleven a dar nuestro apoyo a laidea de que los predios deltemplo principal son sagradospor si mismos, y que el merohecho de ir allí, nos garantiza lailuminación o nos otorga elbeneficio.

Al respecto, el Daishoninafirma: “Si las mentes de laspersonas son impuras, su tierra también esimpura. No existen dos tierras, pura e impurapor si misma. La diferencia estriba únicamenteen la bondad o maldad de nuestras mentes”.(Como lograr el estado de buda, WND, Pág. 4)Aquí el Daishonin sugiere que no cambiamosnuestras vidas yendo de un lugar a otro.Transformamos nuestro sufrimiento en un tram-polín para el crecimiento y la felicidad mediantela fe y la práctica.

Nichiren Daishonin pasó sus últimos días enel Monte Minobu, donde entrenó a sus jóvenesdiscípulos a pesar de las adversas condicionesque la vida presentaba en dicho lugar y su deli-cada salud. El Monte Minobu ocupó un lugarespecial en el corazón de Nikko Shonin. Allíforjó imborrables recuerdos de las luchas com-partidas con su amado maestro y sus esfuerzospor propagar la Ley Mística. Cuando los cincosacerdotes mayores se desviaron de las enseñan-zas del Daishonin, y Hakiri Sanenaga, el señorde Minobu cometió una serie de acciones contrala Ley, tales como eregir una estatua deShakyamuni y hacer ofrecimientos a la escuelade la Tierra Pura, Nikko Shonin supo que, el

No cambiamosnuestrasvidasmoviéndonosde un lugar aotro.

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Nichiren Daishonin inscribió el Dai-Gohonzon, con el fin de que todas lapersonas puedan sobreponerse a sussufrimientos y vivir en paz y felicidad.Orar y luchar por la propagaciónmundial del Budismo del Daishonin, espor lo tanto, la práctica acorde con elespíritu del Dai-Gohonzon.

momento de abandonar el lugar había llegado,en consideración a las palabras de su maestro:“No viviré en este lugar, si el señor de la provin-cia llegase a actuar contra la Ley”. (Respuesta aMimasaka-bo”, Hennentai Nichiren DaishoninGosho, Pág. 1729)

Posteriormente Nikko Shonin haciendorecuento de sus pensamientos y sentimientos aldejar el Monte Minobu escribiió: “Es difícildescribir cuanto sentí y lamenté el haber dejadoel valle de Minobu. Después de ponderar elasunto, sin embargo, me di cuenta de que eraesencial llevar las enseñanzas del sabio donde-quiera que yo estuviese, y establecerlas en elmundo. Todos los demás discípulos, sinembargo, traicionaron al maestro. Yo, Nikko, soyel único que comprendí la enseñanza correctadel maestro original y descubrí que me tocacumplir con mi verdadero propósito. Por lotanto, jamás he olvidado mi intención original”(Respuesta a Hara, Hennentai NichirenDaishonin Gosho, Pág. 1733). Nikko Shoninsabía que su compromiso de proteger la integri-dad del Budismo del Daishonin era mucho másimportante que cualquier nostalgia o sentimen-talismo que pudiese sentir del Monte Minobu.

El sacerdocio en la actualidad, a menudo cita

el siguiente pasaje de los escritos del Daishoninpara señalar la santidad de los terrenos del tem-plo principal: “Aquéllos que visiten este lugarpodrán instantáneamente expiar las ofensas quehayan acumulado desde el pasado infinito ytransformar el mal resultado de los tres tipos deacciones en las tres virtudes”. (La Persona y laLey, WND, Pág. 1097) Ya que el contexto, amenudo determina el significado de una palabrao pasaje en cualquier escrito, es importanteconocer el contexto de este pasaje. En primerlugar, “este lugar” en la cita anterior, se refiere alMonte Minobu donde vivía el Daishonin, no altemplo principal actual.

El Daishonin escribió esta carta a NanjoTokimitsu al enterarse de su enfermedad. Alprincipio de la carta, él afirma, “Espero que serecupere pronto y venga a verme”. (WND, Pág.1097). Obviamente que el Daishonin deseabaque su discípulo enfermo se recuperase cuantoantes; él deseaba motivar a Tokimitsu brindán-dole la meta concreta de visitar el MonteMinobu. En la misma carta, el Daishonin explicaque el carácter y calidad del ambiente dependede las personas, y al final de cuentas, de lasenseñanzas y filosofía que practican: “Ya que laLey es maravillosa, la persona es digna de

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respeto; ya que la persona es digna de respeto, latierra es sagrada”. (WND, Pág. 1097).

A través del texto de esta carta, el Daishoninalaba a Tokimitsu por su fe y práctica inalterablesa través de los años. El Daishonin deja claro quelos “beneficios extraordinarios” que Tokimitsudisfrutaría se deben a su desinteresada dedi-cación a la propagación de las enseñanzas delDaishonin, y no a ninguna visita futura que élpudiese realizar al Daishonin. (En referencia conotro pasaje a menudo citado por el sacerdociofuera de contexto, favor ver “Interpretando mal,a fin de desviar” en la página 28).

El Budismo del Daishonin no está circuns-crito a un lugar en particular; es una enseñanzauniversal destinada a mejorar nuestro estadointerior y de esta manera transformar nuestroambiente. En “Registro de las enseñanzas trans-mitidas oralmente”, en forma suscinta él aclaraeste punto: “Donde usted mantenga y abrace elSutra del Loto es el lugar de práctica. Este no seencuentra en ningún otro lugar. El lugar de lapráctica es la morada de los seres vivientes delos diez mundos”. (GZ, Pág. 781) En “LaPersecución de Tatsunokuchi”, el Daishoninexplica que uno puede lograr la budeidad me-diante su dedicación desinteresada al Sutra delLoto y a su devoto. El afirma, “Cualquier lugardonde Nichiren enfrenta persecución es la tierradel buda”. (WND, Pág. 196) No cualquier lugares por si mismo y en si mismo la tierra de buda;un lugar se transforma en la tierra de budadebido a que las personas revelan su naturalezainnata de budas mediante su fe y su práctica. Noes que las personas se convierten en budasporque visitan una tierra de buda; en vez de ello,una tierra se convierte en tierra de buda debidoa que en ella moran budas.

Es un asunto muy humano imaginar quenuestras dificultades desaparecerán mágica-mente una vez que ponemos los pies en ‘tierrasagrada’ y respiramos ‘aire sagrado’. No debe-mos permitir, sin embargo, que tales debilidadeshumanas nos impidan retarnos dondequiera quenos encontremos. Cualquier noción de peregri-nación que alimente una actitud escapista hacialas realidades de la vida es contraria al Budismodel Daishonin. Después de todo, si hemos deemprender una jornada hacia la felicidad genui-

na, ésta sería nuestra jornada interior de fe.Al final de cuentas, a fin de transformar nues-

tro ambiente en una tierra de buda, debemos enprimer lugar convertirnos nosotros en budas.Tal como indica el Daishonin: “Ni la tierra pura,ni el infierno existen fuera de nosotros mismos;ambos existen sólo dentro de nuestros propioscorazones. Despertar a esto, uno es llamado unbuda; confundido sobre esto, uno es un mortalcomún. El Sutra del Loto revela esta verdad, yaquél que abraza el Sutra del Loto comprenderáque el infierno es la Tierra de la Luz Tranquila”.(El Infierno es la tierra de la Luz Tranquila,WND, Pág. 456). Lo que importa, en verdad, noes donde estamos, sino qué estado de vida cons-truimos dentro de nosotros mismos.

Practicar en consonancia conel espíritu e intención delDai-Gohonzon

El sacerdocio interpreta erróneamente lahistoria, al igual que las enseñanzas delDaishonin, al afirmar: “Durante la vidade Nichiren Daishonin, tozan21 era laperegrinación que efectuaban los dis-cípulos para verlo. El significado origi-

nal de tozan era permitirles verle directamente yrecibir sus directrices. En aquellos tiempos, lapresencia misma del Daishonin era el centro deadoración basado en la fe”22.

El Daishonin jamás dijo a sus discípulos quedebían verle en persona o considerarle como“centro de adoración”. Por el contrario, instaba asus discípulos a orar al Gohonzon y contribuir ala felicidad de la gente común mediante losesfuerzos para compartir sus enseñanzas conellos — de la misma forma que él lo hacía. Porsupuesto, siempre expresó suinmensa gratitud por la fesincera y diversas ofrendas, aaquéllos que le visitaban enSado o en el Monte Minobu,sin las cuales su vida hubiesesido en extremo difícil. Sinembargo, jamás forzó a susdiscípulos a visitarle. Por elcontrario, escribió de la

Donde usted venera y abraza elSutra del Loto esel lugar de práctica. No seencuentra enningún otro lugar.

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¿Se encuentra el buda demasiado cercapara que podamos verle? NichirenDaishonin afirma, “Nosotros, mortalescomunes no podemos ver nuestras pestañas que se encuentran tan cerca,ni el firmamento en el horizonte. Deforma similar, no vemos que la budei-dad existe en nuestros corazones”.

© Lee White/CORBIS

siguiente manera a uno de sus discípulos:“¿Cómo es posible que tenga fe, a pesar de quenunca nos hemos conocido? Es, sin duda, elresultado de su karma del pasado. En vista deque el tiempo ha llegado para que usted asegureel logro de su iluminación en su próxima vida,usted ahora ha despertado a la fe”. (Carta a LordMatsuno, GZ, Pág. 1379) Durante toda su vida,consistentemente señaló la importancia de la feen el logro de la budeidad.

En el Budismo del Daishonin, la distancia noplantea un obstáculo a la fe. Al respecto, elDaishonin afirma: “Por lo tanto, dondequieraque usted more y practique el vehículo único,ese lugar será la Capital de la Luz EternamenteTranquila. Y, sin tener que dar un paso, aquéllosque son nuestros discípulos y partidariospueden ver el Pico del Aguila en la India día ynoche, ir y volver a la Tierra de la LuzEternamente Tranquila que ha existido porsiempre. Qué júbilo verdaderamente inex-presable éste es” (Respuesta a Sairen-bo, WND,Pág. 313) La libertad verdadera que elDaishonin expresa aquí, no es ir a algún lugar,sino convertirse en la clase de persona que siem-pre puede sentirse feliz de ser quien es, indepen-dientemente de las circunstancias externas. El

júbilo que se deriva de practicar el Budismo delDaishonin, es por tanto, la alegría de encon-trarse a si mismo. Después de todo, la LeyMística que buscamos es la esencia de nuestrasvidas. Como explica el Daishonin, “Por tanto,cuando invoca myoho y recita renge, debe haceracopio de la profunda convicción de queMyoho-renge-kyo es su vida misma” (Comolograr el estado de buda, WND, Pág. 3)Conectarse verdaderamente con el Dai-Gohonzon es practicar de acuerdo con su inten-ción, más que meramente orar frente a él. ElDai-Gohonzon no es un ídolo representando unpoder exterior o una reliquia de un Salvadorque hoy está muerto.

El Daishonin inscribió el Dai-Gohonzon paraque toda la gente pudiese vencer sus sufrimientosy vivir existencias felices. Orar y luchar por lapropagación mundial del Budismo delDaishonin, es por tanto, practicar de acuerdo conel espíritu del Dai-Gohonzon. Como indica elDaishonin: “Ahora, no importa lo que suceda,esfuércese en la fe y hágase conocer como undevoto del Sutra del Loto, y siga siendo mi dis-cípulo el resto de su vida. Si usted es de la mismamente que Nichiren, entonces usted debe ser unBodhisattva de la Tierra”. (El Verdadero Aspecto

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de todos los Fenómenos, WND, Pág. 385).Haber visto al Daishonin en persona debe

haber sido una oportunidad grandiosa y enrique-cedora para aquéllos que pudieron hacerlo, peroello nunca fue más importante que practicar sin-ceramente para uno mismo y para los demás, talcomo él lo enseñó. Por cierto, entre quienes leconocieron, incluyendo los cinco sacerdotesmayores, algunos a final de cuentas, se tornaronen su contra. De la misma forma, ver al Dai-Gohonzon puede sonar muy atractivo, pero antetodo debemos ponderar el significado de prac-ticar basados en el Dai-Gohonzon.

Orar ante la presencia física del Dai-Gohonzon no constituye garantía de que nuestrafe se mantendrá pura y correcta. Esta es nuestraresponsabilidad personal. El hecho cierto esque, a pesar de que el sacerdocio tiene accesodirecto al Dai-Gohonzon, ellos se han desviadodel espíritu correcto de la fe. Quizás su compla-cencia al creer que el hecho de encontrarse enposesión del Dai-Gohonzon, les confiere un sta-tus especial en el mundo de la fe, es lo que hacausado que su fe se haya deteriorado. Debido aque el sacerdocio actual distorsiona el budismodel Daishonin en sus esfuerzos por apoyar laautoridad del sumo prelado, el elegir no ver alDai-Gohonzon concuerda exactamente con laintención y espíritu del Daishonin. Si “NichirenDaishonin reside en Taiseki-ji… al igual que elDai-Gohonzon”23, como dice el clero, elDaishonin ciertamente querría que practicáse-mos tal como él enseñó, en lugar de violar elespíritu de sus enseñanzas simplemente paraverlo en persona.

Hacia una jornada de fe interior

Através de muchos de sus escritos,como indicamos antes, el Daishonindeja claro que en gran medida muchade nuestra infelicidad proviene de labúsqueda de la misma en el exterior.Podría valer la pena citar al

Daishonin nuevamente cuando él amonesta con-tra la trágica tontería de “un hombre pobre quepasa la noche y el día contando la riqueza de suvecino, sin que ello le produzca un solo cen-

tavo” (Como lograr el estado de buda, WND,Pág. 3). Aquéllos que piensan que deben partici-par en la peregrinación de la Nichiren Shoshuson como el hombre pobre contando en vano lasriquezas de su vecino.

Ellos participan de la ilusión creada por elclero de que su felicidad se encuentra fuera deellos — en el objeto físico del Dai-Gohonzon yen la aprobación del sumo prelado.

Sin la refutación consciente y clara de estaconcepción equivocada de la felicidad, sería vir-tualmente imposible aceptar la verdadera felici-dad, tal como la misma es expuesta por elDaishonin. Cada intento de buscar la felicidadfuera se inicia con la presunción de que la gentees capaz de construir su propia felicidad y ter-mina con el fracasopreestablecido seguidopor la auto calumnia deque no se es suficiente-mente bueno,reforzando, de estamanera, la presunciónoriginal. Así, este círcu-lo vicioso continúahasta el punto en que lapresunción se convierteen convicción.

La verdadera senda hacia la felicidad, por otraparte, comienza con la convicción de que somoscompletamente capaces de construir nuestrafelicidad y es seguida por el descubrimientointerior y la experiencia de la budeidad. Cadavez que nos retamos a nosotros mismos en estadirección, y profundizamos nuestra fe en labudeidad, ello nos prepara para enfrentar elpróximo obstáculo. De esta forma, nuestrasvidas se convierten en jornadas jubilosas de autoencuentro, en las cuales la felicidad crece y seprofundiza en nuestra confianza y en nuestracapacidad para albergar con nuestra misericor-dia a los demás.

Por lo tanto, podemos iniciar esta jornada defe rechazando la idea errónea de que la felicidad,iluminación o budeidad puede encontrarse enun lugar y reemplazarla con la convicción deque nuestras vidas son mucho más fuertes y her-mosas de que lo que jamás imaginamos.

El Daishoninseñala en formaclara que muchade nuestra infelicidad resultade nuestrabúsqueda de lafelicidad fuera deuno mismo.