RECORDATORIO PARA LA PAREJA

Dime muchas veces que me quieres, con palabras con obras y con gestos. No des por descontado que ya lo sé.

Tal vez te parezca que ello me violenta y hasta puede que yo te diga que no hace falta,

pero tú no lo creas y hazlo de todos modos.

Felicítame a menudo por los trabajos bien hechos y cuando algo me sale mal

no me lo eches en cara, sí anímame.

No aceptes lo que hago por ti como lo más natural del mundo,

el reconocimiento me animará a seguir.

Cuando te sientas triste, solo/a o incomprendido/a

dímelo, me confortará saber

que tengo la facultad de consolarte.

Los sentimientos, si no se expresan con palabras,

pueden ser destructivos. Recuerda que

aunque te quiero mucho, no siempre puedo leer tu pensamiento.

Expresa sentimientos y pensamientos alegres, revitalizan nuestras relaciones.

Es maravilloso celebrar cumpleaños y fiestas particulares.

Haz pequeños regalos sin motivo, y expresa con palabras tu felicidad.

Cuando tú me hagas sentirme importante con tu manera de tratarme,

ello me compensará por todas las veces que hoy me he sentido anulado/a por la indiferencia de los demás.

No desprecies mis opiniones diciendo que lo que yo veo o entiendo

no tiene importancia ni realismo. ¡Si yo lo entiendo así, para mí es importante y real!

Escúchame sin prejuicios ni ideas preconcebidas.

Ser escuchado/a al igual que ser visto/a es vital.

Si tú me ves y me oyes tal como soy ahora,

reafirmas mi personalidad y eso nos permite

ayudarnos mutuamente a evolucionar.

No temas acercarte a mí y tocarme. Mi yo físico se revitaliza por el lenguaje afectuoso del gesto.

Respeta mis silencios.

En los momentos de callada reflexión nacen posibles soluciones para los problemas,

se desarrolla mi creatividad y se manifiestan mis necesidades espirituales.