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RESPONSABILIDAD DESARME ÉTICA MEDIOS DE COMUNICACIÓN EQUILIBRIO PAZ EQUILIBRIO PAZ PARTICIPACIÓN FORMACIÓN VIVIR BIEN DESARME ÉTICA MEDIOS DE COMUNICACIÓN RESPONSABILIDAD CONTROL DE ARMAS PARTICIPACIÓN RECOMENDACIONES PARA EL DESARROLLO DE UNA POLÍTICA COMUNICACIONAL COMUNICACIÓN Y DESARME

RECOMENDACIONES PARA EL DESARROLLO CONTROL DE …repositorios.unes.edu.ve:8080/jspui/bitstream/123456789/322/1... · Legitimidad de las propuestas para el desarme, control de armas

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RESPONSABILIDADDESARME ÉTICAMEDIOS DE COMUNICACIÓNEQUILIBRIO PAZCONVIVENCIA SEGURACONTROL DE ARMASEQUILIBRIO PAZPARTICIPACIÓNFORMACIÓN VIVIR BIENDESARME ÉTICAMEDIOS DE COMUNICACIÓNRESPONSABILIDADCONTROL DE ARMASPARTICIPACIÓN

RECOMENDACIONES PARA EL DESARROLLO DE UNA POLÍTICA COMUNICACIONAL

COMUNICACIÓN Y DESARME

RECOMENDACIONES PA R A EL DESARROLLO DE UNA POLÍTICA COMUNICACIONAL

COMUNICACIÓN Y DESARME

COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

COMISIÓN PRESIDENCIA L C ON T RO L DE ARMAS , MUNICIONES Y DESARME

TARECK EL A ISSAMI Ministro del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia, Presidente de la Comisión

NÉSTOR R EVEROLViceministro de Prevención y Seguridad Ciudadana

EDWI N R OJAS Viceministro de Política Interior y Seguridad Jurídica

EDGAR BARRIENTOSViceministro del Sistema Integrado de Policía

JOSÉ HUMBERTO R AMÍREZ Director General del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas

LUIS FERN Á N DEZDirector General de la Policía Nacional Bolivariana

TIBAYDE HERN Á N DEZDirectora General de Derechos Humanos del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia

NINOSKA QUEIPOPresidenta de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia

FREDDY BERNALDiputado a la Asamblea Nacional

JOEL ESPINOZA Director de Actuación Procesal del Ministerio Público

R EY N ALDO HIDALGOProfesor de la Universidad de Los Andes

GERARDO YGN ACIO V ELÁSQ UEZ R .Director General de Armas y Explosivos (daex), del Ministerio del Poder Popular para la Defensa

JOSÉ DAVID CA BELLOSuperintendente Nacional Aduanero y Tributario (Seniat)

GERARDO TROTTA AR NON EPresidente de la Federación Venezolana de Tiro

ANA M ARÍA SAN JUANProfesora de la Universidad Central de Venezuela

JESÚS M ACHADORepresentante del Centro de Investigación y Acción Social Gumilla

PA BLO EUGENIO FERNÁNDEZ BLANCO Coordinador General de la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz y Secretario Técnico de la Comisión Presidencial

SECRE TAR Í A T ÉCNICA

PA BLO E . FERN Á N DEZ BLAN COSecretario Técnico de la Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme

A LEJAN DRA GUÉDEZ OR BEGOZOCoordinadora del Despacho de la Secretaría Técnica y Coordinadora de Campaña

R EY NALDO HIDALGOCoordinador de Aspectos Jurídicos y Medidas Especiales. Coordinador de Investigación y Diagnóstico

M AUREEN R IVEROSCoordinadora de Consulta y Sistematización

AGLEZ BLANCOCoordinadora de Comunicaciones

LUIS R IVASCoordinador de la Unidad Administrativa

SERGIO OTEROCoordinador de la Unidad de Planificación

JOSEFINA TROMPET ERACoordinadora de la Unidad de Talento Humano

Investigadora responsable:Gabriela Arenas de MenesesAsesores: Aglez Blanco Javier Barrios Coordinación de publicación: Aglez Blanco Edición de textos: Aglez BlancoCorrección: Aglez Blanco, Emilia Miranda Jaimes y Leo Felipe CamposTranscripción de textos:María Antonia ErminyMaría Esperanza FaríasAurora QuinteroMontaje:Helena Maso

H���� D������� �� L��Depósito legal: lf80020123554517ISBN: 978-980-7492-06-5

Dirección: Av. Venezuela de El Rosal. Torre Mariana, P.B. Caracas - Venezuela.

Twitter: @ comisiondesarmeFacebook: Comisión DesarmeYoutube: comisión desarme www.comisionpresidencialdesarme.gob.ve

í n d i c e

presentación................................................................................................................................................ 5intrOdUcción ............................................................................................................................................. 9metOdOlOgía ............................................................................................................................................... 13

oBJetiVos .......................................................................................................................................................... 13Objetivo general ......................................................................................................................................... 13Objetivos específicos ............................................................................................................................. 13Tipo de investigación ............................................................................................................................. 13Diseño de investigación ...................................................................................................................... 14

expeRiencias pReVias en mateRia de comunicaciones paRa pRomoVeR pRocesos de contRol de aRmas y desaRme ............. 17

contexto ......................................................................................................................................................... 19Caracterización de la violencia en América Latina ..................................................... 20La comunicación en procesos de control de armas, municiones y desarme en América Latina ........................................................................................................ 28La información en procesos de desarme ........................................................................... 28Legitimidad de las propuestas para el desarme, control de armas y municiones, y construcción de paz .................................................................................... 34Participación del Estado, medios de comunicación y comunidades organizadas en procesos de desarme y construcción de paz ........................... 38Análisis de estrategias y experiencias de comunicación para la promoción de una convivencia pacífica en América Latina .............................. 44

políticas pÚBlicas del estado VeneZolano en pRocesos de desaRme y Rol de los medios de comunicaciÓn ....................... 49

situaciÓn actual en VeneZuela a paRtiR de la VoZ de especialistas, diRectoRes de medios, peRiodistas y oRGaniZaciones comunitaRias .............................................................................. 63

contexto ........................................................................................................................................................ 65Académicos .................................................................................................................................................. 66Directores de medios o jefes de información .................................................................. 67Periodistas ...................................................................................................................................................... 67Líderes de proyectos de construcción de paz ................................................................ 68Organizaciones comunitarias consultadas ........................................................................ 73Resultados de las entrevistas a académicos, directores de medios, periodistas, líderes de proyectos de construcción de paz y organizaciones comunitarias ........................................................................................................77

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1

Recomendaciones en políticas pÚBlicas comunicacionales paRa pRomoVeR pRocesos de contRol de aRmas, municiones y desaRme, y cultuRa de paZ ................................................................................................. 93

pRincipios GeneRales .................................................................................................................... 95Recomendaciones GeneRales y acciones pRopuestas ............. 96

Acceso a la información oficial ................................................................................................... 97Tratamiento informativo .................................................................................................................. 98Responsabilidad ética en la comunicación ...................................................................... 98Formación y educomunicación .................................................................................................. 99Comunicación y organización comunitaria .....................................................................100Campañas a favor de la paz y el desarme ..........................................................................100Legitimidad y respaldo de la política .....................................................................................102Participación y comunicación para la convivencia pacífica ...............................102

NoTas............................................................................................................................................................................ 103

4

5

Comisión PresidenCial Control de armas, muniCiones y desarme

en Venezuela, en los últimos años, se ha abierto un debate importante sobre el rol que deben jugar los medios de comunicación social en el tratamiento de la información relacionada con hechos violentos. Esta discusión se ha puesto de manifiesto por el

manejo político que han hecho y hacen algunos medios de las denominadas “noticias de su-cesos”, desde las cuales se magnifica y sobredimensiona el problema de la violencia. Esto trae como consecuencia un doble efecto: la sobre-explotación de la victimización delictiva y la invisibilización de las acciones del Estado para su prevención.

Ante esta realidad, el equipo de Comunicaciones de la Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme desarrolló una investigación para conocer: ¿Cuál es la rigurosidad y el tratamiento ético que se le debe dar al tema? ¿De qué forma los medios pueden fomentar la construcción de una cultura de paz? ¿Cuáles son los mecanismos que el Estado venezolano puede adoptar para promover una comunicación ética y responsable?

Para responder a cada una de estas interrogantes se llevó a cabo el estudio que aquí se presenta: Comunicación y Desarme. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional. Este documento reúne una serie de principios, necesidades y tareas que buscan redescubrir las funciones educativas y formativas de los medios de comunicación para coadyuvar en la construcción de una cultura de paz. En sus páginas también se identifi-can las acciones concretas que las instituciones públicas pueden implementar para estimular un tratamiento adecuado y responsable del tema de la violencia, especialmente el relacionado con las armas de fuego. Es indispensable que los medios generen cambios en el lenguaje y en la simbología de la información para evitar la producción de contenidos sensacionalistas y la manipulación informativa. Esta es una tarea ardua, sí, pero imprescindible. Urgente.

Con esta publicación queremos contribuir con esta labor y seguir alimentando el deba-te. En sus cuatro capítulos se encuentran aportes y propuestas para que el Estado, los medios y las comunidades organizadas logren abordar el tema de la violencia como un problema multifactorial relacionado con diversos ámbitos de la vida ciudadana.

En el primer capítulo, se realiza un análisis completo de las experiencias comunicacio-nales que se desarrollaron en Argentina, Brasil y Colombia. Estas prácticas contribuyeron a sembrar conciencia; y plantear la importancia del desarme en la población civil, sumado al desarrollo de acciones llevadas a cabo por las autoridades competentes para brindar seguri-dad a la población. La experiencia acumulada por estos países refleja que la manera en que

p r e s e n t a c i ó n

6 COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

COMISIÓN PRESIDENCIAl CONtROl DE ARMAS, MUNICIONES Y DESARME

estos temas son manejados en la agenda pública puede contribuir en el éxito o fracaso de los esfuerzos de construcción de paz.

En el segundo capítulo, se examinan las políticas públicas que, en materia de control de armas, ha desarrollado Venezuela desde el siglo XIX hasta la actualidad y el comportamiento de los medios durante la aplicación de las mismas. En este apartado se hace especial énfasis en las dos concepciones de seguridad: la primera consiste en la noción positivista del orden público, en la cual surgen discursos como: “mano dura” y “plomo al hampa” que legitimaron las políticas represivas para atacar la inseguridad. Casi siempre aplicadas a los sectores so-ciales más pobres. El segundo concepto que se analiza es el de seguridad ciudadana que se establece a partir de la promulgación de la Constitución de la República Bolivariana de Ve-nezuela. Desde esta nueva visión se garantiza la vida de las personas y sus propiedades, pero priva el respecto por los derechos humanos.

También se explica en esta sección, cómo durante la llamada “cuarta república” la co-bertura mediática nunca destacó el desarme y la violencia asociada al uso de armas de fuego en su agenda de temas. Sin embargo, esto cambió en los últimos años. Algunos medios priva-dos –audiovisuales, impresos y digitales– se constituyeron en una tribuna política incorpo-rando con mucha fuerza la inseguridad y violencia en su agenda noticiosa.

En el tercer capítulo, se desarrollan entrevistas con académicos de larga trayectoria en el área de la comunicación, directores de medios, periodistas especializados en la fuente de “sucesos” y líderes de organizaciones comunitarias. Desde allí: Fernando Buen Abad, Mar-celino Bisbal; Maryclen Stelling, Cenovia Casas, Vanessa Davies, Gerardo Lombardi, Eleazar Díaz Rangel, Tania Díaz, Thabata Molina, Pedro García, Wilmer Poleo, Luisa Pernalete, Pa-tricia Clarembaux y Pablo Fernández presentaron sus ideas, reflexiones y propuestas para la formulación de una política comunicacional, adaptada a las características de la situación venezolana.

Dentro de este análisis fueron fundamentales los aportes extraídos de los encuentros con las organizaciones comunitarias: Bájale Dos (Distrito Capital), Universitarios en fronte-ras (Táchira), Fundación por la dignidad sagrada de las personas (Ciudad Bolívar) y de las Madres Promotoras de paz en Catuche (Distrito Capital) y San Félix (Ciudad Bolívar). Me-diante estos encuentros se logró escuchar y registrar la voz de quienes se dedican a incentivar el desarme y la convivencia pacífica, junto a quienes han sido beneficiarios de sus acciones.

Finalmente, el cuarto apartado, destaca una serie de recomendaciones en materia co-municacional para acompañar estratégicamente las políticas de control de armas, municio-nes y desarme, así como las acciones de promoción de paz en nuestro país. Algunas de estas propuestas son:

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Comisión PresidenCial Control de armas, muniCiones y desarme

ComuniCaCión y desarme. recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

» Generar mecanismos de publicación y difusión de información oficial relacionada con hechos violentos.

» Promover espacios de encuentro permanente con medios de comunicación para que los mismos generen medidas de supervisión y análisis de los tratamientos y producción de contenidos sobre violencia.

» Desarrollar programas de formación dirigido a todos los actores que intervienen en el hecho comunicacional.

» Promover la revisión del Código de Ética del Periodista Venezolano.

» Fomentar una política de estímulos e incentivos para aquellos medios que desarrollen campañas de promoción de paz y convivencia.

» Fortalecer las experiencias comunitarias de disminución de violencia.

» Crear una instancia que promueva el debate crítico sobre el rol que deben jugar los medios en la reducción de este flagelo.

» Organizar una Red Nacional de Creadores de Contenidos.

Todos estos y otros aportes se encuentran en esta publicación. Los medios tienen mu-cho que aportar en procesos de difusión de información que deslegitime la violencia y posi-cione los temas en pro de una convivencia pacífica en la opinión pública. Sin embargo, cada esfuerzo que se haga en esta dirección debe trascender la diatriba política. ✱

Aglez BlancoCoordinadora de Comunicaciones

de la Comisión Presidencial para el Controlde Armas, Municiones y Desarme

COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

COMISIÓN PRESIDENCIA L C ON T RO L DE ARMAS , MUNICIONES Y DESARME

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Comisión PresidenCial Control de armas, muniCiones y desarme

la violencia es un problema complejo, con múltiples causas y facetas, que se ha extendi-do en la sociedad manifestándose como: delincuencia, violencia urbana, acoso escolar, violencia conyugal, maltrato infantil, abuso sexual, violencia intrafamiliar, maltrato a

personas con discapacidad o adultos y adultas mayores, entre otros. De acuerdo con el Informe de América Latina en el marco del Estudio Mundial de las

Naciones Unidas sobre la violencia contra niños, niñas y adolescentes realizado en 2006, la situación de Latinoamérica es una de las más graves en el mundo debido a los altos índices que se presentan en distintos niveles de interacción social, especialmente, en lo que se refiere al entorno de los adolescentes y jóvenes entre 15 y 24 años de edad.

La situación de la violencia en la región se agrava debido a la configuración de las estructuras socioeconómicas de los países, el bajo nivel de logro educativo y la formación cultural de los ciudadanos y ciudadanas. Adicionalmente, “muchas de las políticas de ajuste se han desarrollado sin un rostro humano, por lo que América Latina y el Caribe sufre una doble crisis: de generación de ingresos familiares y de desaparición de beneficios sociales, que agudizan tanto las disparidades como la pobreza, y ello en la práctica significa una violación sistemática de los derechos sociales y económicos de las familias”1.

En Venezuela, la situación socioeconómica y los programas sociales presentan indica-dores más positivos que muchos otros países de la región. Sin embargo, las últimas estadís-ticas oficiales publicadas en el Anuario de Mortalidad 2008 del Ministerio del Poder Popular para la Salud señalan el homicidio/suicidio como la primera causa de muerte en jóvenes entre 15 y 24 años. Al respecto: “Para el año 2010, el 94% de las muertes registradas por el Cuerpo de Investigación Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) fueron homicidios cometidos con armas de fuego”2.

Esta situación motivó, en 2011, la creación de una Comisión Presidencial para el Con-trol de Armas, Municiones y Desarme, que tiene entre sus atribuciones: “diseñar y recomen-dar a los órganos y entes competentes, directrices para la elaboración de campañas comunica-cionales que señalen aspectos contundentes acerca del riesgo que representa el uso de armas de fuego para la seguridad personal, familiar, comunitaria, para el buen vivir, y que estimulen una cultura de paz y convivencia ciudadana y la cultura de la vida”3.

i n t r O d U c c i ó n

10 COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

COMISIÓN PRESIDENCIAl CONtROl DE ARMAS, MUNICIONES Y DESARME

Para ello, resulta fundamental conocer la importancia que tiene la comunicación no sólo en el tratamiento y promoción de temas vinculados con la construcción de paz; también es vital comprender “que nuestro tiempo, y por ende los fenómenos sociales que se presentan en él, no pueden dejar de ser descritos, explicados, comprendidos y ampliados sin tener en cuenta lo fundamental que se ha vuelto para nuestras vidas la presencia de la mirada comu-nicacional4.

Esta visión y el impacto que tienen los mensajes transmitidos, a través de los medios de comunicación no pueden juzgarse a priori, sin considerar otros factores que influyen las comunicaciones, sobre todo en procesos asociados a la construcción de una cultura de paz en las sociedades.

Tomemos como ejemplo el referéndum sobre la comercialización de armas realizado en Brasil el 23 de octubre de 2005, donde el “NO” a la prohibición ganó por una amplia ventaja5, a pesar de que los ciudadanos conocían los beneficios del Estatuto de Desarme aprobado en 2003, el cual evitó en su primer año de vigencia la muerte de cinco mil personas6.

De acuerdo con la investigación presentada por el Dr. Ricardo Fabrino Mendonça*, la consulta popular llevó a 95.375.824 ciudadanos brasileros a las urnas para responder la siguiente pregunta: ¿debe prohibirse en Brasil el comercio de armas de fuego y municiones? “El resultado de la consulta fue una victoria del ‘NO’ con 63,94% de los votos, mientras que el ‘SÍ’ sólo alcanzó un 36,06%”7.

Algunos factores que coadyuvaron a la victoria del “NO”, presentados por diversos au-tores como Bernardo Sorj**, Christina Vital da Cunha*** y María Aparecida Mota**** fueron: la falta de planificación estratégica de la campaña del “SÍ”, que se concentró en la inversión de recursos para contar con la participación de artistas como voceros; la desmovilización de los activistas por el “SÍ”, quienes tenían la creencia de que la victoria del referéndum sería fácil; y la falta de apoyo de la mayoría parlamentaria. El 60,8% de los diputados federales no se pro-nunciaron a favor de ninguna de las opciones.

Sin embargo, tal como señalan Sorj, Vital da Cunha, y Mota: “El factor decisivo que determinó tal resultado fue la insatisfacción de la población con respecto a la actuación del gobierno en el área de seguridad pública”8, así como la desconfianza y, el rechazo que generó en la población el carácter institucional que se dio a la campaña por el “SÍ”.

* Ricardo Fabrino Mendonça es estudioso de teoría democrática y de la relación entre comunicación y política de la Universidad Federal de Minas Gerais en Brasil.** Bernardo Sorj es profesor titular de Sociología, IFCS/UFRJ y director del Centro Edelstein de Investigaciones Sociales.*** Christina Vital da Cunha tiene una maestría en Sociología por el Programa de Posgrado en Sociología y Antropología, IFCS / UFRJ, es PhD en Ciencias Sociales en el Programa de Postgrado en Ciencias Sociales, PPCIS / UERJ Presidente y Profesor Asociado de Antropología Cultural en la Universidad Federal Fluminense de Brasil.**** María Aparecida Mota tiene una maestría en Antropología filosófica de la Universidad de Río Grande do Sul en Brasil.

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Comisión PresidenCial Control de armas, muniCiones y desarme

ComuniCaCión y desarme. recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

Por esto, es fue importante examinar la complejidad comunicacional que supone tratar el tema de la violencia y el desarme en la agenda pública; así como estudiar la percepción que otras sociedades, que han atravesado por procesos similares, tienen en relación a las políticas públicas en materia de comunicación y a las campañas adelantadas por sus países.

De acuerdo a las consideraciones presentadas, este estudio busca conocer las experien-cias previas, que se han dado en el ámbito latinoamericano y nacional, en materia de políticas públicas en el área de la comunicación para diseñar un pliego de recomendaciones que acom-pañe estratégicamente el proceso de control de armas, municiones, desarme y construcción de paz que adelanta Venezuela. ✱

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Comisión PresidenCial Control de armas, muniCiones y desarme

OBJetiVOs

oBJetiVo GeneRalProponer una serie de recomendaciones en políticas públicas de comunicación para

promover procesos de control de armas, municiones y desarme, y cultura de paz.

oBJetiVos específicos » Identificar experiencias previas –en el ámbito latinoamericano y nacional– en materia de comunicaciones para apoyar procesos de desarme y control de armas.

» Establecer las valoraciones que sobre la comunicación en temas de desarme tienen di-versos especialistas y organizaciones sociales.

» Identificar las acciones que permitirán trazar una política pública comunicacional para el control de armas, municiones y desarme, adaptada a las características del caso Venezuela.

tipo de inVestiGaciÓnEsta investigación de tipo mixta se realizó bajo el paradigma interaccionista, el cual

permitió relacionar una variedad de factores que pueden influir en una situación determina-da. Bajo este modelo el investigador debía “asociar ciertos elementos para producir un cono-cimiento de ellos que antes estaba o se presentaba como disociado”.9

Asimismo, se trabajó bajo una perspectiva comparativa-cualitativa que permitió exa-minar de manera simultánea dos o más acontecimientos para identificar sus posibles dife-rencias y semejanzas. Para ello, se realizó un análisis de los lenguajes asociados a cada uno de los fenómenos sociales a estudiar, buscando captar su significado y la valoración que de ellos hacen quienes forman parte de esas realidades.10

El alcance es de tipo explicativo, lo que de acuerdo con Sierra Bravo* (1979) supone:

“(…) determinar algunos motivos que expliquen más o menos parcialmente los fenó-menos sociales o bien precisar los efectos sociales de situaciones nuevas, de transfor-maciones sufridas, de innovaciones introducidas o de cualquier otro factor que haya actuado en un grupo, fenómeno o situación social dada. Por ejemplo: se pueden es-tudiar los efectos de una acción educativa, una campaña (…), de la puesta en práctica

* Restituo Sierra Bravo es profesor titular jubilado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.

m e t O d O l O g í a

14 COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

COMISIÓN PRESIDENCIAl CONtROl DE ARMAS, MUNICIONES Y DESARME

de un programa de desarrollo (…) y se trata de un estudio explicativo si este busca determinar los efectos de ciertas causas, o al revés, las causas de ciertos efectos”.11

De acuerdo con lo anterior, este estudio tuvo como propósito encontrar la relación en-tre las políticas públicas comunicacionales para el control de armas, municiones y desarme, y el establecimiento de una cultura de paz en las sociedades que han pasado por procesos similares.

diseño de inVestiGaciÓnSe trabajó en base a un diseño de investigación que permitió elaborar una serie de reco-

mendaciones en materia de políticas públicas comunicacionales para promover procesos de desarme, control de armas y municiones, y cultura de paz, esto implicó abordar una variedad de aspectos (etarios, sociales y culturales) relacionados con la percepción y aceptación del problema de la violencia. Por esta razón, este estudio conjugó estrategias metodológicas de tipo cualitativo que permitieron explorar experiencias previas, dentro y fuera de las fronteras venezolanas.

Esta metodología permitió conocer los aportes de quienes abordan el tema en Vene-zuela, para que pudiesen plantear sus propias soluciones desde lo que estiman es: posible, probable y aplicable en la cotidianidad nacional. Debido a la complejidad del fenómeno de la violencia asociada al uso de armas de fuego, esta investigación se planteó bajo un enfoque integral. De esta manera, se analizaron los aprendizajes y aportes de académicos, especialistas, directores de medios y periodistas para, finalmente, contrastarlos con las valoraciones de los miembros de comunidades afectadas por el tema y de las organizaciones de base que enfren-tan la realidad diariamente.

En función de satisfacer lo planteado por el paradigma interaccionista, este estudio comprendió las siguientes técnicas: investigación documental, entrevista semiestructurada y la Investigación Acción Participativa (IAP). Esto generó una base teórico-práctica que susten-ta las propuestas y recomendaciones.

Investigación documental A través de la investigación documental se revisaron las experiencias previas que otros

países, principalmente latinoamericanos, han tenido en el desarrollo de estrategias comu-nicacionales para el control de armas, municiones y desarme, entendiendo cómo estas se relacionan con la seguridad ciudadana y políticas públicas de construcción de paz. En la selección y revisión de los textos se dio prioridad a lo siguiente: se incluyeron sólo trabajos de tipo académico, es decir, estudios y publicaciones con una perspectiva teórica del tema, un planteamiento metodológico, bibliografía de referencia y autores cuya experiencia en investi-

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Comisión PresidenCial Control de armas, muniCiones y desarme

ComuniCaCión y desarme. recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

gación académica puede ser comprobada a través de las instituciones académicas, institucio-nes del Estado y organismos internacionales.

Entrevista semiestructurada Posteriormente, se realizó una serie de entrevistas a especialistas en comunicación, di-

rectores de medios de comunicación y periodistas encargados de la generación de informa-ción relacionada con violencia, con el propósito de conocer sus valoraciones sobre los datos recogidos durante la investigación documental.

De acuerdo con Hernández* (2011), la entrevista:

Se basa en una guía de preguntas de carácter flexible (…) cuya herramienta de traba-jo es el discurso, de allí se infieren aspectos psicosociales y culturales del sujeto (…) la entrevista en profundidad se apoya en una serie de temas que pretende desarrollar y requiere de conocimiento previo de los entrevistados para abonar un acercamiento interpersonal..12

Las entrevistas, de este estudio, estuvieron relacionadas directamente con las considera-ciones comunicacionales asociadas a fenómenos de la violencia generada con armas de fuego y procesos de desarme. Los especialistas consultados cumplieron con una serie de criterios preestablecidos, a fin de obtener un grupo multidisciplinario con experiencia en el área.

Investigación Acción Participativa En el proceso que se llevó a cabo, con organizaciones de base, se utilizó la metodología

IAP. La cual, según Tomás Alberich Nistal** (1994), “tiene sus orígenes en la confluencia de un conjunto de escuelas críticas de investigación social y de las escuelas de la pedagogía social: educación popular latinoamericana; las teorías de Paulo Freire***; como la pedagogía de la li-beración; Educación de Adultos, (...) que han confluido con bases epistemológicas comunes europeas (búsqueda de una sociología práctica, socio praxis, sociología dialéctica...)”13.

La Investigación Acción Participativa apunta a la producción de un conocimiento pro-positivo y transformador, mediante un proceso de debate, reflexión y construcción colectiva de saberes entre los diferentes actores de un territorio; con el propósito de lograr la transfor-mación social. Lo que representa una base ideal para generar aprendizajes colectivos.

* Gustavo Hernández es Doctor en Ciencias Sociales, ex director del ININCO, y miembro del Consejo de Redacción de la Revista Comu-nicación del Centro Gumilla.** Tomás Alberich Nistal es profesor en la Universidad de Jaén, España. PhD en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid.*** Paulo Freire fue uno de los más destacados pedagogos del siglo XX. Recibió el doctorado Honoris Causa de más de 20 universidades y sus teorías sobre educación han sido puestas en práctica alrededor de todo el mundo. Fue fundador del Movimiento de Educación Popular, Director de la Fundación Wilson Pinheiro, profesor de la Universidad Católica de Sao Paulo y de la Universidad del Estado de Sao Paulo.

16 COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

COMISIÓN PRESIDENCIAl CONtROl DE ARMAS, MUNICIONES Y DESARME

Este método combina dos procesos: el de conocer y el de actuar, implicando en ambos a la población cuya realidad se aborda. Conjuga, además, la teoría y la praxis, lo cual posibi-lita el aprendizaje, la toma de conciencia crítica de la población sobre su realidad y su acción transformadora.

En relación a esto podemos citar: “La IAP, por tanto, no rechaza el papel del especialista, pero sí plantea el para qué y el para quién de la investigación como primer problema a resol-ver. En una IAP hablamos de objetivar la realidad en una dinámica de investigación que surge y se desarrolla como proceso en la complementariedad permanente de distintos saberes –el saber técnico, el saber cotidiano–. En este sentido, podríamos referirnos a una construcción dialéctica del saber que parte de considerar al objeto a investigar como sujeto (protagonista de la investigación) y a la finalidad de la investigación como transformación social. Este tipo de construcción, enmarcada en un proceso de investigación colectivo, genera como síntesis dinámica un nuevo conocimiento científico sobre una situación problemática determinada”14.

Una realidad social no sólo es imposible de captar desde una objetividad pura, sino que el proceso de aprehensión de la misma se desarrollará en una u otra dirección en función de la práctica social. La meta es que la comunidad vaya apropiándose del cambio y teniendo un control operativo, lógico y crítico. En el caso particular de esta investigación es fundamental que así sea para que los lineamientos comunicacionales y mensajes a proponer estén acordes con los lenguajes y realidades comunes a todos los involucrados. ✱

EXPERIENCIAS PR EVIAS EN MATERIA DE COMUNICACIONES PARA PROMOVER PROCESOS DE CONTROL DE ARMAS Y DESARM E

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Comisión PresidenCial Control de armas, muniCiones y desarme

cOntextO

durante esta investigación se otorgó mayor importancia a las experiencias vinculadas con países con características similares a las de Venezuela. Se incluyeron reportes de investigación, artículos académicos, ensayos teóricos, ponencias y extractos de

congresos internacionales, libros, revistas electrónicas y páginas web de algunos centros de investigación, en los cuales se describe, caracteriza y analiza la violencia vinculada a las ar-mas de fuego, tomando en consideración la edad de las víctimas y victimarios, la situación socioeconómica de la región y el componente comunicacional relacionado. En total se seleccio- naron más de 70 textos.

Aún cuando se mencionaron algunos aspectos vinculados a los procesos de promoción de paz en Centroamérica, estos no formaron parte del análisis de experiencias previas por las características que las guerras civiles trazaron en países como Nicaragua, El Salvador y Gua-temala, donde la desmovilización de grupos armados sin procesos de reinserción efectivos ocasionaron la aparición de bandas urbanas con matices políticos y armas provenientes de los conflictos de los ochenta y noventa.

El caso de México tampoco formó parte fundamental del análisis porque, a pesar de tratarse de un país que durante décadas ha participado activamente en la Conferencia de Desarme organizada por la Organización de Naciones Unidas, ha concentrado sus esfuerzos, comunicaciones y recursos en la promoción del desarme nuclear y de armamento bélico. “En septiembre de 2009, México participó, al más alto nivel, en la Cumbre del Consejo de Segu-ridad sobre Desarme Nuclear y No-Proliferación. Lo hizo con la plena convicción de que la mera existencia de las armas nucleares, así como su acumulación y el surgimiento de nuevos Estados poseedores de este tipo de armamento, representan una amenaza permanente a la paz y la seguridad internacionales”15.

En la actualidad, México presenta un incremento de sus índices de homicidios, lo cual –según información oficial– está asociado con los asesinatos y ajusticiamientos cometidos por los grupos armados relacionados con el narcotráfico y la trata de personas. Esta situación les ha obligado a voltear su atención hacia el interior de sus fronteras para hacer frente a tal situación.

Según Raúl Benítez Manaut*, una de las razones que explican la grave situación de la violencia con armas de fuego y la inseguridad en el país, “es que la transición a la democracia en México, desde fines de los 80 hasta inicios de los 90, no contempló como parte de la refor-ma del Estado la transformación de los sistemas de seguridad pública, justicia, defensa e inte-ligencia. Hoy ese déficit se refleja en la inseguridad que golpea la gobernabilidad y estabilidad social y política. El crimen organizado, que antes era un poder paralelo y oculto, ha ampliado

* Raúl Benítez Manaut es estudioso del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la Universidad Nacional Autónoma de México.

20 COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

COMISIÓN PRESIDENCIAl CONtROl DE ARMAS, MUNICIONES Y DESARME

su radio de acción, con una descarnada lucha de poder entre los carteles, y se ha lanzado a la ofensiva contra el Estado y la sociedad”16,

Manaut considera que las nuevas amenazas a la seguridad de México aún no han sido real-mente enfrentadas por las autoridades, por lo que es necesaria una reforma de las estructuras de inteligencia, los sistemas de justicia y de prevención civil dado que hasta ahora en el país “cada vez es más frecuente emplear las Fuerzas Armadas para combatir la delincuencia, el narcotráfico, atender desastres naturales y hasta problemas ambientales lo que obstaculiza la evolución normal de las estructuras civiles y la profesionalización y dotación adecuada de los cuerpos policiales”17.

caRacteRiZaciÓn de la Violencia en améRica latina“La violencia se define como ‘el uso o amenaza de uso de la fuerza física o psicológica,

con intención de hacer daño’ (Buvinic et al., 1999) y en sus varias manifestaciones (homicidio, robo, secuestro, violencia doméstica) es uno de los mayores obstáculos al desarrollo y bienes-tar de la población de América Latina”.18

La Organización Mundial de la Salud en el Informe Mundial sobre Violencia y Salud define la violencia como:

“El uso deliberado de fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga proba-bilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones. La intimidación y las amenazas, el abandono, la negligencia, o los actos de omisión están también contemplados en esta definición”.19

Existen diversos enfoques para aproximarse a la violencia y quizás el menos aceptado por los investigadores es aquel que plantea la violencia como una condición genética inheren-te al ser humano. Por el contrario, el análisis de autores como Londoño* y Guerrero** invitan a descartar este planteamiento para tener una comprensión integral del problema.

Si se considera que “en las ciencias sociales existen dos teorías básicas para el estudio de la violencia (…): la teoría de las formas de socialización y la teoría de la ruptura o de la ano-mia”20, podríamos entender el enfoque de la violencia culturalmente aprendida, a partir del análisis que plantea la primera donde “el énfasis se coloca en la socialización, es decir, para esta teoría la violencia comprendería dimensiones organizativas, institucionales y culturales que pueden conducir a la selección de estrategias violentas por parte de ciertos actores sociales”.21

La teoría de la socialización o el enfoque cultural para la comprensión de la violencia podría sustentar el planteamiento realizado en el Informe de América Latina en el marco del

* Juan Luis Londoño, Magister en Política Económica de la Universidad de Los Andes y PhD en Economía en la Universidad de Harvard. Fue Ministro de Salud en Colombia, trabajó con el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo; y falleció en 2003.** Rodrigo Guerrero Velasco, Alcalde de Cali para el período 2012-2015, durante su primer período en 1992-1994 implementó los progra-mas Desarrollo, Seguridad y Paz – DESEPAZ, reconocidos por la OPS por lograr la disminución de los índices de homicidios en la ciudad.

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Estudio Mundial de las Naciones Unidas sobre la violencia contra niños, niñas y adolescentes en 2006, en el cual se considera que los niños que crecen como víctimas de maltrato son más proclives a convertirse en jóvenes y adultos violentos.

De acuerdo con Mayra Bunivic*:

“En países industrializados se ha constatado que existe un vínculo entre un hombre que ha sido testigo o ha experimentado abuso de niño y su conducta violenta con su esposa o compañera. Un estudio realizado por Strauss** et al. (1980) en los Estados Unidos, muestra que la tasa de abuso por parte de cónyuges fue diez veces más alta en hombres que habían tenido una niñez violenta que en aquellos que no la tuvieron. Otros estudios en los Estados Unidos y Canadá indican que los niños expuestos a la violencia dentro del hogar tienen puntos de vista inadecuados en cuanto a la acep-tación y a la utilidad de la violencia como un medio para resolver conflictos. Dichos estudios también muestran que esos niños tienen un mayor riesgo de ser víctimas y perpetradores de violencia”.22

Estas consideraciones evidencian la necesidad primordial de atender la violencia intrafa-miliar y el maltrato hacia niños, niñas y adolescentes, no sólo por lo abrumador de las cifras en la región, también por lo que supone como vía para normalizar y dar continuidad a este fenómeno.

Según plantea Anitza Freitez***:

“Los cambios demográficos asociados con las notables transformaciones económicas y sociales en la región latinoamericana han contribuido a que la población joven (…) se hiciera más visible por su importancia numérica pero además por la intensifica-ción de sus demandas en el ámbito de la educación, la salud, el trabajo, el bienestar social y la recreación. Esas demandas no siempre han sido objeto de particular consi-deración en la formulación de las políticas públicas, de modo que las restricciones en la satisfacción de necesidades de las y los jóvenes, en combinación con los efectos de otros procesos de cambio social como el surgimiento de estructuras familiares más inestables, los efectos de la urbanización descontrolada, el aumento de las tensiones políticas y de la inseguridad pública, entre otros aspectos, contribuyen a configurar un contexto donde los factores de riesgo comprometen la salud y hasta la sobreviven-cia de esta población”.23

* Mayra Bunivic fue Jefa de la División de Desarrollo Social del Departamento de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial, PhD en Psico-logía Social de la Universidad de Wisconsin-Madison. ** Murray Arnild Strauss, psicólogo norteamericano co-autor del estudio Behind Closed Doors: Violence in the American Family junto a Richard J. Gelles y Suzanne K. Steinmetz.*** Anitza Freitez es licenciada en Geografía de la UCV, con Maestría en Estudios Sociales de la Población del Centro Latinoamericano de Demografía en Santiago de Chile y Doctora en Ciencias Sociales de la Université Catholique de Louvain, Bélgica. Actualmente es Directora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello.

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De acuerdo al estudio “La mortalidad juvenil por causas violentas en Brasil y Venezuela 1997-2007”, en la última década se ha presentado un crecimiento de la mortalidad de los jóve-nes venezolanos cuya tasa subió de “230 a 316 por cien mil entre los años 1994 y 2005, perío-do durante el cual las muertes por causas violentas incrementaron su peso de 50% a 59%”24.

Al comienzo de 1990 los homicidios eran la segunda causa de muerte en jóvenes vene-zolanos y en la actualidad “las agresiones se han convertido en la principal razón por la cual pierden la vida alrededor de 2 de cada 5 jóvenes”.25 Esta cifra expuesta se encuentra reflejada en el Anuario de Mortalidad 200826 presentado por el Ministerio del Poder Popular para la Salud.

En adición a los retos que presenta el tema de la violencia relacionada con armas de fuego, en el entorno de los adolescentes venezolanos se presenta una serie de factores como el embarazo adolescente, la no escolarización y la carencia de formación en oficios que di-ficultan a los jóvenes integrarse al sistema socioproductivo del país lo que ocasiona que el panorama sea mucho más complejo; y que se considere otro enfoque que problematiza la violencia como una reacción hacia las agresiones que los individuos perciben en el entorno.

Por su parte, aquellos se aproximan a la violencia desde el enfoque cultural sostienen que la misma responde a convenciones culturalmente estructuradas que permiten que quie-nes pertenecen a una misma cultura o subcultura reaccionen igual frente algunos detonantes.

El instinto a la agresión presente en la especie humana es regulado, fundamentalmen-te, a través de las normas culturales existentes en la sociedad. Es a través de la cultura y las normas religiosas de diversa índole, cómo las diferentes sociedades regulan esa tendencia a la agresión. Por eso, es tan importante conocer las actitudes y las normas sociales según como las perciben los diferentes integrantes de una sociedad.27

De acuerdo con la teoría de la anomia:

“la violencia surgiría de la ruptura o desajuste del orden social, es decir, de cam-bios sociales acelerados como efecto de la industrialización o la urbanización, por ejemplo, que disuelven los mecanismos tradicionales de control social y generan una brecha entre aspiraciones y los medios social y culturalmente aceptados para hacer realidad esas aspiraciones (Martínez, 1990). En esa línea, la teoría de Maltón sostiene que la conducta delictiva depende de la capacidad de los individuos para alcanzar las metas-éxitos de acuerdo a su entorno social y a la importancia asignada al éxito económico (ILPES, 1997). Por tanto, desde esta perspectiva, existiría una correlación importante entre pobreza y delincuencia”.28

Esta teoría soporta el enfoque estructuralista que supone que la violencia proviene en gran medida de las desigualdades en la distribución de recursos y de las condiciones de po-breza estructural de las comunidades.

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Moser* y Holland** (1997) señalan como ejemplo útil para ilustrar las teorías antes ex-puestas la situación de “la violencia a nivel comunitario en Jamaica, fenómeno que se convier-te en miedo generalizado, dando lugar también a una ausencia fundamental de normas de cooperación y comunicación, es decir, generando anomia, lo que a su vez destruye el capital social y el bienestar del país. Un impacto crucial de la violencia jamaiquina es la transmisión intergeneracional. Si los adultos, las escuelas y los medios de comunicación y la sociedad les enseñan a los niños y a los jóvenes que la violencia es una manera rápida de acumular riqueza, no hay que sorprenderse cuando los jóvenes, especialmente los varones, adoptan conductas violentas”.29

Según el Informe “Violencia en América Latina: Epidemiología y Costos” preparado por el Banco Interamericano de Desarrollo, en Latinoamérica la violencia es extensa y tiene inmensos costos. Los indicadores más tradicionales, que datan de finales de la década de los noventa, ilustran su cuantía. En la región para 1999 había más de 140.000 homicidios cada año. Cada latinoamericano perdía el equivalente a casi tres días anuales de vida saludable por causa de la violencia; 28 millones de familias fueron víctimas de hurto o robo en un año.30

La violencia, medida por cualquiera de estos indicadores, era para finales de la década de los años noventa, cinco veces más alta en esta región que en el resto del mundo. Y los in-dicadores no han disminuido: para 2001 se estima que globalmente circulan 875 millones de armas de pequeño calibre y ligeras, tres cuartas partes de las cuales están en manos de civiles. En el mundo, el 60% de los homicidios son por causa de este tipo de arma. Aproximadamente el 50 o 60% del comercio mundial de las armas de pequeño calibre es legal, pero las armas que se exportan legalmente generalmente terminan en el mercado ilegal, desestabilizando los Es-tados***. América Latina concentra el 14% de la población mundial y el 42% de los homicidios.****31

Según el Estudio Global sobre Homicidios, realizado por la Oficina sobre Drogas y Crimen de las Naciones Unidas, la región con mayor índice de homicidios en el mundo es Centroamérica donde ocurrieron 82,1 homicidios por cada 100 mil habitantes en Honduras, 66 en El Salvador y 41,4 en Guatemala.32

De acuerdo al Informe sobre Estadísticas Vitales elaborado por el Ministerio de Salud de la República Argentina, durante el año 2008 se registraron 2.536 muertes por armas de fuego: 665 casos de suicidios, 858 homicidios y el resto sin determinar. El 88% de las víctimas

* Caroline Moser es PhD por la Universidad de Sussex se ha especializado en antropología social urbana realizando estudios en Colombia, Ecuador, Guatemala y Jamaica** Jeremy Holland es Consultor para el Desarrollo Social, académico y profesor con más de 15 años de experiencia en investigación y aseso-ramiento para el desarrollo. Ha trabajado con el Banco Mundial y realizado diversas investigaciones en países latinoamericanos.*** Sistematización de datos de acceso en http://content.undp.org/go/newsroom/2010/may/armed-violence-threatens-progress-on-millen-niumdevelopment-goals.es?lang=es. El PNUD apoya en la actualidad a 27 países en lo relacionado con la proliferación de armas y la violencia relacionada con ellas. Si desea más información, visitar el sitio: www.undp.org/cpr/we_do/avmasa.shtml**** Datos sistematizados por la Asociación Alfredo Marcenac, en base a datos de 2002-2006 pertenecientes al Sistema de Información Esta-dística de la Organización Mundial de la Salud (OMS-WHOSIS).

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eran hombres. El grupo de edad que concentró la mayor cantidad de muertes por armas de fuego fue el de 20 a 29 años.33 En 2009, la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes se colocaba en 5,5 en todo el país sureño.

Según el Mapa de la Violencia, publicado por el Instituto Sangari en Brasil, en 2010 se co-metieron 49.932 homicidios, lo que equivale a 26,2 homicidios por cada 100 mil habitantes. Es importante destacar que en Brasil las estadísticas comenzaron a disminuir desde 2004 hasta 2007, año que culminó con 47.707 homicidios; posteriormente se observó un incremento en 2008 y 2009, año en el que se cometieron 51.434 homicidios, es decir, 27 por cada 100 mil habitantes.34

“En Colombia, la tasa de homicidios –que aumenta durante finales de la década de los ochenta y principios de los noventa– alcanza la cifra pico en el año 1992 con una tasa de 79 homicidios por cada 100.000 habitantes (hpcmh), año a partir del cual se ha presentado un descenso sostenido con un incremento entre 1999 (58,6 hpcmh) y 2002 (65,8 hpcmh), para volver a presentar una disminución en el año 2003, con 51 hpcmh. Desde 1995, en Bogotá hay un cambio significativo en el tratamiento de la seguridad, deja de ser un proceso marginal para hacer parte integral de las políticas públicas distritales”.35

En Colombia la cifra de homicidios en 2010 se ubicó en 33,4 por cada cien mil habitantes, mientras que Bolivia alcanzó los 8,9 y en Paraguay 11,5. Por su parte, Chile registró en 2009 un total de 3,7, Perú 5,2; México 17,9 y Venezuela 49 homicidios por cada cien mil habitantes.36

Tal como señala el estudio sobre Crimen e Inseguridad: Indicadores para las Américas, realizado por FLACSO por solicitud del Banco Interamericano de Desarrollo:

“En la actualidad los países centroamericanos registran más muertes que aquellas ocurridas durante las guerras civiles de los ochenta y principios de los noventa, lo cual representa un obstáculo serio para el desarrollo de estos países y un desafío para instituciones relativamente jóvenes como las policías. Los homicidios, al igual que la mayoría de los problemas sociales, tienden a estar focalizados en determinados territorios y, por ello, posiblemente, los niveles de homicidios en ciertos barrios o ciudades de los países mencionados con anterioridad, pueden ser más altos que en otras ciudades del mismo país donde los homicidios no ocurren con frecuencia. Es una variable que puede ayudar a explicar los –a veces– paradójicos contrastes entre tasas de homicidios y percepción de crimen en un país, como sucede en Chile y Perú que tienen bajas tasas de homicidios y alta percepción de delincuencia, mostrando en múltiples fuentes esta divergencia”.37

Es necesario comprender que los datos estadísticos sólo pueden dar cuenta de lo que se conoce como inseguridad objetiva, es decir, solo pueden reflejar la cantidad de ocurrencias cri-minales. Pero no dan cuenta de la inseguridad subjetiva, conocida como sentimiento de inse-guridad (Roche* 1990 y 1998) que independientemente de los datos objetivos, se puede exten-

* Sebastian Roché, sociólogo francés experto en criminología. Director de investigación del CNRS y profesor de la facultad de Ciencias Políticas de Paría y en la Escuela Nacional Superior de Policía de Lyon.

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der por varios factores, pero principalmente por el impacto emocional de los acontecimientos criminales, dependiendo de quién sea la víctima o el lugar donde se produjo el hecho criminal.38

Las consecuencias de la violencia objetiva y subjetiva son evidentes en las sociedades, y en el caso de América Latina se ha afirmado que este problema constituye una importan-te barrera para el bienestar de la población y el desarrollo económico y social de la región. Tanto la incidencia de las distintas manifestaciones de la violencia como los costos directos e impactos negativos sobre la salud, la productividad, el ahorro y la inversión han sido docu-mentados (ONU, 2006, p. 72). Esto evidencia la necesidad de entender la violencia desde una perspectiva ecológica, intersectorial e interinstitucional.39

“Los homicidios tienen como principal víctima a hombres jóvenes de sectores de bajos ingresos y los victimarios provienen del mismo grupo, lo cual complejiza la situación y las relaciones sociales en determinados barrios”.40 En el caso de Brasil, Guatemala y Venezue-la los niveles de violencia están alcanzando al punto que podrían impactar las estadísticas demográficas, es decir, “el impacto de la violencia sobre el grupo poblacional más joven ha generado la necesidad de revisar las pirámides de estructura poblacional predefinidas por la presencia de un número menor de jóvenes al esperado previamente”.41

Es fundamental para el abordaje de la violencia, especialmente en la región, considerar que más del 20% de la población de América Latina y el Caribe son jóvenes entre 10 y 18 años. De acuer-do con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), “qué tan efectivamente naveguen estos jóvenes por la adolescencia ayudará a determinar qué tan bien sobrevivan las sociedades a los desafíos del futuro. Enfocarse en los y las adolescentes puede ser la clave para mejorar la situa-ción de la salud pública, y para lograr el progreso social y económico, y el avance de sociedades”.42

La complejidad causal y manifiesta asociada al fenómeno de la violencia ha constituido uno de los mayores retos en el planteamiento de programas y proyectos dirigidos a la cons-trucción de una cultura de paz en las comunidades. Esto evidencia que no se puede reducir la comprensión del problema a variables culturales o psicológicas. Una respuesta de mayor alcance (aunque siempre provisional) debe considerar variables de diversos órdenes: políti-cas, económicas, jurídicas, sociales, entre otras. Más allá de esta complejidad causal, está lo irrefutable: el fenómeno existe y representa un grave problema social, según lo expresan las cifras objetivas de ocurrencia de homicidios por armas de fuego en la región.

Por otra parte, “las armas suelen portar un significado simbólico, ideológico y psicoló-gico que excede su utilidad objetiva, haciendo que las cuestiones sobre desarme sean parti-cularmente resistentes para lograr acuerdos y compromisos. Al mismo tiempo, controlar las armas y desarmar grupos e individuos es con frecuencia un proceso de largo plazo, y varios aspectos pudieran todavía necesitar más negociaciones o re-negociaciones en el futuro, a medida que emergen nuevas problemáticas”.43

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Se estima que en la región mueren entre 73 mil y 90 mil personas cada año por disparos de armas de fuego (Organización Mundial para la Salud, citado en Stohl y Tuttle, 2008). Esto se debe a que las armas, además de ser utilizadas para cometer delitos, vienen aumentando su participación como medio para resolver los conflictos entre las personas, ya sea entre bandas, vecinos e incluso entre familias.44

“El estudio ACTIVA* de la Organización Panamericana de la Salud, midió en algunas ciudades de América Latina las actitudes más relevantes acerca del comportamiento violento, la creencia acerca de la eficacia de las diversas instituciones sociales, al igual que la percepción referente a las habilidades individuales para resolver conflictos”45

“Aún cuando por lo general existe un alto porcentaje de aprobación de actitudes hacia la violencia en la región, resalta la cifra elevada que se declaró en Caracas (…) Habitantes de aproximadamente el 10% de las viviendas informan tener un arma de fuego; cerca del 45% de los encuestados aprueban el derecho a matar para defender la propiedad, y alrededor del 30% piensan que no pueden controlarse en caso de ser insultados”.46

El estudio ACTIVA se basó en una muestra de 10.821 entrevistas repartidas en ocho ciudades de América Latina y España. En el caso de Caracas, se aplicaron 1.297 cuestionarios (…) “la muestra fue estratificada por conglomerados, según nivel socioeconómico y densidad de población”47.

En el caso del proceso de Consulta Nacional, “Por una convivencia sin armas” (2012), desarrollado por la Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme, se realizó un estudio en el cual participaron 20.745 personas de diversos sectores sociales, quienes dieron sus aportes para contrarrestar las múltiples causas que alimentan la violencia generada por las armas de fuego.

En este proceso, se implementaron estrategias que combinaron mecanismos de con-sulta directa y difusa. En la consulta directa se realizaron talleres-consulta en 24 estados del país. La consulta difusa se realizó a través del portal: www.comisionpresidencialdesarme.gob.ve y, asimismo, 450 personas se convirtieron en multiplicadoras y multiplicadores de esta consulta de forma voluntaria y replicaron la experiencia en sus trabajos, centros educativos y comunidades.

En la muestra se incluyen 1.217 entrevistados en el Distrito Capital, lo que representa un grupo similar al consultado por el estudio ACTIVA. Entre los hallazgos del proceso de consulta se destaca: “que las principales motivaciones para el uso de armas de fuego son, en primer lugar, la comisión del delito de robo, seguido de la resolución de conflictos interper-sonales y luego el ajuste de cuentas. Sin embargo, (…) es importante señalar que la mayoría

* El estudio ACTIVA es elaborado por la Coordinación de Investigaciones de la División de Salud y Desarrollo Humano de la Organización Panamericana de la Salud. “Es un estudio multicéntrico que evalúa las actitudes y normas culturales asociadas con los comportamientos violentos en ciudades seleccionadas de América Latina y España”. Disponible en: http://www.paho.org/Spanish/HDP/HDR/serie04com-posite.PDF

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de los homicidios estuvieron motivados por el ajuste de cuentas y la resolución de conflictos interpersonales, lo cual podría estar indicando una ausencia de mecanismos de autorregula-ción y resolución de conflictos por la vía pacífica”.48

Los resultados de ambas investigaciones podrían arrojar la presencia de patrones cultura-les que favorecen el comportamiento violento. Estos patrones están relacionados con la baja ca-pacidad de autorregulación y ausencia de mecanismos alternativos de resolución de conflictos.

De acuerdo con los resultados finales del proceso de consulta que desarrolló la Comi-sión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme:

“En los jóvenes como sector consultado, el ajuste de cuentas iguala al robo como principal motivación para el uso del arma de fuego, lo que indica un nivel mayor de violencia interpersonal entre este grupo social. Siendo el único sector que presenta esta alteración de la tendencia principal”. 49

El hecho de que, tanto el estudio ACTIVA como la Consulta Nacional “Por una con-vivencia sin armas” apunten hacia una imposibilidad o dificultad de autorregulación para la resolución de conflictos por vías pacíficas podría ser indicativo de que la construcción de una cultura de paz en la región y, en especial de Venezuela, requiere que se entienda y se atienda el fenómeno desde todas sus vertientes, especialmente con programas que promuevan la re-construcción del tejido social, el aprendizaje colectivo y el desarrollo humano, dado que estas son las inversiones más importantes que los latinoamericanos podrían hacer para cimentar una convivencia segura y en paz. Sin duda alguna, la violencia es en la actualidad la limitante principal del desarrollo económico de América Latina.

Por ello, el planteamiento de programas para promover una cultura de paz podría lograr-se a través de un proceso de aprendizaje colectivo, cuyo fundamento se basa particularmente en la Teoría Social del Aprendizaje desarrollada por Etienne Wenger*. La idea fundamental de este postulado supone que “el aprendizaje no es un fenómeno que tenga lugar exclusivamente dentro de la mente del individuo sino que, por el contrario, la unidad de análisis apropiada es el individuo dentro de un contexto inter-individual. La expresión ‘aprendizaje colectivo’ se compone así de dos términos, donde ‘aprendizaje’ alude al desarrollo de un desempeño com-petente en determinado contexto; y ‘colectivo’ da cuenta de un cierto tipo de ‘comunidad’ en sentido amplio (grupos, equipos, organizaciones, asociaciones, etc.) cuyos integrantes están ligados por una historia, intereses comunes y diferentes grados de interacción”.50

En primer lugar, “el tema del aprendizaje colectivo nos interesa porque cualquier desempeño individual remite a un desempeño colectivo en función del cual la contribución individual cobra sentido. Si se piensa en las actividades más diversas de todo ser social y se

* Etienne Wenger es PhD en Ciencias de Computación por la Universidad de California, especialista en el estudio de las comunidades de aprendizaje.

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encontrarán evidencias de cómo su realización pasa indefectiblemente por la trama de lo colectivo; en consecuencia, en toda propuesta de paz, con el calibre de este emprendimiento, la gestación de lo colectivo es insoslayable”.51

En segundo lugar, interesa el tema porque las sociedades latinoamericanas que han logrado una disminución de los índices de homicidio parecen haberlo hecho a través de la promoción de diversos procesos de aprendizaje colectivo apalancados en procesos de comu-nicación, tal como lo apuntan las experiencias que se revisarán a continuación.

la comunicaciÓn en pRocesos de contRol de aRmas, municiones y desaRme en améRica latina

A pesar del incremento de los índices de homicidios, en algunos países de América La-tina durante las últimas dos décadas, ha crecido la concientización sobre la importancia del control de armas, desarme y la promoción de una cultura de paz. La experiencia ganada du-rante este período ha demostrado que la manera en que estos temas son manejados puede in-fluenciar significativamente el resultado de los esfuerzos de construcción de paz y contribuir en su éxito o fracaso.52 Procesos como los vividos por Argentina y Colombia son casos de es-tudio interesantes para comprender el alcance que la comunicación ha tenido en estos temas.

El desarme debe ser un componente formal en una estrategia integral de construcción de paz, pero no el único. Se requiere también la adopción de medidas orientadas al estableci-miento de la estabilidad y seguridad en la región. Esto es: el desarrollo de políticas y progra-mas que fortalezcan el proceso desde las áreas de justicia de transición, reforma del sector de seguridad, buen gobierno y desarrollo socioeconómico.

La comprensión de las características de la violencia con armas de fuego y el abordaje de este fenómeno a través de programas integrales de construcción de paz, requiere que se analice el papel que la comunicación tiene en los mismos, entendiendo el componente comu-nicacional como un eje que abarca principalmente tres niveles: el primero de ellos tiene que ver con la información, el segundo con la legitimación de las acciones propuestas y el tercero con la promoción de un proceso que logre el involucramiento activo de los actores políticos, los medios de comunicación y el pueblo organizado. A continuación se analizan cada uno de estos niveles a partir de las experiencias previas que otros países de América Latina han teni-do en procesos de comunicación para el control de armas, municiones y desarme.

la infoRmaciÓn en pRocesos de desaRme Para entender el primer eje de intervención de la comunicación en procesos de desar-

me, control de armas y municiones para la construcción de paz, es necesario revisar a qué nos

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referimos cuando hablamos de información. De acuerdo con Mendes de Miranda*, el término se refiere a un conjunto de hechos y/o datos acerca de algo. Lo que permite entender el acto de informar como un proceso de interacción de un sujeto con el mundo exterior.

Según la teoría de la información, “expresar un mensaje permite la reducción de la incertidumbre acerca de una realidad determinada. En este sentido, informar significa comu-nicar hechos, hacerlos públicos, y a favor de un punto de vista de los hechos como ‘cosas’, lo que propiciaría una percepción de la realidad tal como es”.53

No debe confundirse esta difusión de los hechos y el intento de mostrar la realidad tal como ocurre, con la idea de la objetividad. Principalmente porque la búsqueda de la objeti-vidad y la neutralidad ha sido un tema ampliamente discutido desde que Foucault** analizó la compleja relación entre los saberes y el poder, afirmando que todo saber es político, no por-que sea producido por el Estado, sino porque tiene su origen en relaciones de poder.

Estas relaciones de poder han sufrido cambios y rupturas en las últimas décadas, espe-cialmente con la aparición de lo que conocemos como Tecnologías de Información y Comu-nicación (TIC). De acuerdo con Delgado Flores*** en el proyecto de declaración de principios de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información se lee la siguiente definición:

“La Sociedad de la Información es una nueva forma de organización social, más compleja, en la cual las redes TIC más modernas, el acceso equitativo y ubicuo a la información, el contenido adecuado en formatos accesibles y la comunicación eficaz deben permitir a todas las personas realizarse plenamente, promover un desarrollo económico y social sostenible, mejorar la calidad de vida y aliviar la pobreza y el hambre” (Trejo, 2006: 36). Definición que dicho sea de paso, no fue adoptada por falta de consenso, tanto en Ginebra como en Túnez.54

Esta reorganización de la información en la sociedad ha complejizado el proceso de difusión de la datos en relación con la violencia. No debe perderse de vista que en la transmi-sión de mensajes también se comparten creencias a través del discurso, y en este proceso no intervienen únicamente los medios masivos de comunicación, sino también otras institucio-nes como la familia, los centros educativos, la comunidad e incluso las redes sociales, encar-gadas de proveer a los miembros de la sociedad información que contribuye a determinadas visiones de la realidad.

Si bien es cierto que los medios de comunicación juegan un papel central en la difu-sión de los discursos legitimadores de la violencia y, por tanto, en la visibilidad que un grupo

* Ana Paula Mendes de Miranda es Doctora en Antropología de la Universidad Federal Fluminense y coordinadora ejecutiva del Núcleo Fluminense de Estudios e Investigación.** Michel Foucault estudió filosofía y psicología en la Escuela normal superior de País, fue profesor en las universidades de Clermont-Ferrand y Vincennes y profesor de sistemas del Pensamiento en el Collège de France. *** Carlos Delgado Flores es coordinador del Postgrado en Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello, investigador espe-cializado en estudios de la Sociedad del Conocimiento con maestría en Comunicación para el Desarrollo.

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violento puede llegar a tener en la sociedad, por la capacidad que tienen los mismos de trans-mitir un mismo mensaje a miles o millones de personas al mismo tiempo. También es eviden-te su aporte para coadyuvar en procesos de difusión de información que deslegitime la vio-lencia generada con armas de fuego y posicione la construcción de paz en la opinión pública.

Actualmente, esta capacidad de transmisión de información que tienen los medios ma-sivos se ve influida por la transmisión de información a través de medios digitales, redes so-ciales, instituciones educativas y comunidades. Esto obedece a que toda información que se hace pública genera efectos en la agenda y en el encuadre de los medios de comunicación.55

Para entender esto, tomemos como ejemplo los videos que graban los jóvenes con sus propios teléfonos celulares con imágenes de peleas y violencia, los cuales han tenido un im-pacto significativo en las redes sociales y en los propios medios tradicionales. Para los ado-lescentes y las comunidades en general, es mucho más impactante saber que quien aparece en el video cometiendo un delito es alguien con características similares a las suyas, que la influencia que puede tener una película de acción hollywoodense o un personaje de ficción de algún videojuego.

Este tipo de mensajes han permeado, incluso, a los medios tradicionales cuando reflejan los casos en sus agendas informativas o de investigación. Según Ortiz Ariza*, esto se debe a que en este tipo de grabaciones el televidente puede verse a sí mismo, situado en el escenario de los acontecimientos, lo que produce en él mayores impactos.56

“La comunicación es un servicio público y la información un bien público. No es de nadie en particular. En cuanto tal, compete a periodistas y fuentes ciudadanas ser cada día más profesionales y más conscientes de su papel. Los procesos de violencia tienden a generar mecanismos de auto perpetuación que se alimentan a sí mismos. El informe de la Comisión de Estudios sobre Violencia, de la Universidad Nacional de Colombia, hace hincapié en este fenómeno, para recomendar que no se extienda el ambiente de violencia, a veces hasta su propia magnificación”.57

Esta magnificación de la violencia suele ocurrir en casos como la publicación de in-formación relacionada con las muertes violentas en Bogotá, las cuales están concentradas en pocos lugares de la ciudad (focos críticos) donde se han establecido como algo persistente en el tiempo. “Estos focos se pueden asimilar como un escenario de difusión contagiosa de los homicidios al converger en ellos alta densidad y concentración de la violencia”.58

Los medios masivos, medios alternativos, medios comunitarios, medios digitales, redes sociales, escuelas y organizaciones populares pueden hacer mucho para promover la cultura de paz, “si no presentan la violencia como omnipresente, cotidiana, inevitable y como parte de todos los ambientes y fenómenos sociales. Pueden mostrar que la solución de los conflictos,

* Carolina Ortiz Ariza es licenciada en Comunicación Social, miembro de la directiva de la Fundación Universitaria Libertadores en Bo-gotá, Colombia.

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sean estos familiares, sociales, e incluso nacionales, no pasa necesariamente por la confron-tación violenta”.59

Para lograr este tratamiento de la información en los medios masivos, alternativos y digitales es necesario promover, como parte de un política pública, la formación de los perio-distas y “periodistas ciudadanos”*, para que desarrollen habilidades investigativas que les per-mitan analizar la información sobre hechos violentos mucho más allá del reflejo del suceso, pudiendo así aportar noticias distintas a las habituales e, incluso, logrando identificar hechos noticiosos en las comunidades vinculados con la construcción de paz.

Según las investigaciones realizadas por Domènech** e Iñiguez*** una de las teorías más importantes para entender el comportamiento agresivo es la del “aprendizaje social”. “En esencia, lo que esta teoría postula es que se ‘pueden entender comportamientos por imita-ción, más concretamente, por la visión de que esos comportamientos observados han sido recompensados o reforzados’. De este modo, si alguien ve que un comportamiento agresivo de una persona es reforzado, entonces lo puede aprender”60.

Sin embargo, es fundamental destacar que el refuerzo a las actitudes de violencia se produce principalmente en relaciones interpersonales y no en los medios de comunicación, aunque los medios son responsables del tratamiento que se hace de la información y pueden, como se explicaba anteriormente, contribuir en la magnificación de la violencia. Es a través de las relaciones interpersonales donde se aprenden mayoritariamente las actitudes violentas.

“La familia es uno de los contextos donde la violencia se produce de forma más alar-mante, inesperada y cruel. Todas las combinaciones son posibles y de ello dan testimonio diario los medios de comunicación. Padres y madres contra hijos, miembros de la pareja unos contra otros. Hermanos contra hermanos e hijos contra padres”61 (…) En este sentido, un estudio de orientación crítica difícilmente puede atribuir una relación causal directa a los medios de comunicación y la agresividad actual en las sociedades latinoamericanas, “más bien volcará sus interés en comprender los procesos por los que las sociedades se dotan de recursos interpretativos para definir la violencia”62, esto quiere decir que se interesará por los discursos en torno a la agresión y la violencia, que emanan de lo social.

La información en procesos de control de armas, municiones y desarme, y promoción de una cultura de paz, no sólo está relacionada con la publicación de información relacionada con violencia en los medios tradicionales, se vincula también con el registro transparente de

* De acuerdo con el artículo del profesor Koldobika Meso Ayerdi, Periodismo Ciudadano: Voces paralelas a la profesión periodística, pu-blicado en la Revista Latinoamericana de Comunicación Chasqui, Nº 090, junio 2005 y disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/160/16009003.pdf. Se entiende el periodismo ciudadano como las noticias o textos publicados por lectores para generar contenidos comunitarios fuera del status quo de los medios. ** Miquel Domènech Argemí es profesor titular de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro del Centro de Investigación de Psicología Social.*** Lupicinio Iñiguez es doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Barcelona, catedrático de psicología social y miembro del GESCIT y del Grupo de Investigación en Metodologías Cualitativas.

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la inseguridad objetiva. Es por esto que el tema de la información sobre violencia es sensible y complejo. En la medida en que por falta de mecanismos adecuados de información hay un desconocimiento profundo sobre las dimensiones de este problema, se impide tomar decisio-nes al respecto y poner en marcha políticas efectivas de cara al fenómeno.63

De acuerdo con Germán Rey*:

“La comunicación tiene un lugar central en la vida social contemporánea, y a la vez es un campo tensionado de intereses, un ámbito en que se producen colisiones se-mejantes a las que se viven en otras áreas de la sociedad entre la diversidad y la con-centración, la democratización o el predominio hegemónico, lo local y lo global, la exclusión o la participación (…) Esta crisis se manifiesta en los medios de comunica-ción de muchas maneras: a través de su representación de los problemas que vive la sociedad, de las distancias entre la información ofrecida y las demandas y expectati-vas de la sociedad, de la instauración de regulaciones sociales, donde la invisibilidad de unos temas y actores, legitiman otros”.64

Según establece el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “todo individuo tiene derecho a investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difun-dirlas”.65 Y de acuerdo con Mattelart**: “cada sociedad tiene un modo particular de apropiarse de los llamados “universales de la comunicación” que se merece. Lo hace con el peso de su cultura, de su historia y de la pluralidad de los actores que les actúan y actualizan (…) por lo que cada vez más actores sociales, económicos, políticos, culturales, con intereses no necesa-riamente convergentes, pueblan el espacio público”66.

La proliferación de actores que interactúan en la difusión de la información en el espa-cio público ha facilitado el acceso a la misma. Sin embargo, en los casos donde esta informa-ción no emana directamente de las instituciones oficiales es mucho más complejo evitar la tergiversación y manipulación de la información.

Según lo planteado por el Gobierno de Nicaragua:

“El acceso a la información es un instrumento de participación ciudadana que genera inclusión social, no sólo porque permite a los ciudadanos conocer el destino y uso de los recursos públicos, también porque (…) permite determinar prioridades y contar con las opiniones, necesidades e intereses de todos los sectores de la sociedad, para que sean considerados en el diseño de políticas públicas (…) Es un instrumento de la lucha contra la corrupción, ya que cuando la sociedad accede a la información sobre

* Germán Rey es comunicador social, con estudios en la Universidad Nacional de Colombia y en la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente es Asesor de la Presidencia de la fundación Social y defensor del lector del diario El Tiempo de Bogotá. Es profesor en los postgrados en Comunicación de la Universidad Javeriana y en la Universidad de los Andes.** Mattelart es sociólogo, con doctorado en Derecho de la Universidad de Lovaina en Bélgica. Co-dirigió la película La Espiral y fue co-autor del texto Para leer al Pato Donald. Profesor catedrático en Ciencias de la Información y la Comunicación en la Universidad de Paris VIII, es un destacado estudioso de la sociología y la comunicación.

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la ejecución de los recursos públicos se garantiza la transparencia de la gestión, difi-cultando las prácticas corruptas. Por lo que los regímenes de acceso a la información fomentan mayor eficiencia en la administración pública (…) generan más confianza entre gobernantes y gobernados, ayudando a mejorar la imagen del gobierno ante la ciudadanía”67.

La comunicación, en especial la información transparente acerca de la violencia genera-da con armas de fuego, ha sido fundamental en el fortalecimiento de los procesos de desarme, control de armas y municiones que se han llevado a cabo en el ámbito global, especialmente en América Latina, donde las experiencias de Brasil, Argentina y Colombia son importantes para entender la relación que existe entre estas dos variables. En la actualidad, estos casos son todavía más valiosos porque en su revisión se pueden encontrar lecciones aprendidas que han sido ajustadas por los gobiernos y las instituciones de estos países para incrementar el éxito de sus políticas y acciones en pro de la promoción de una convivencia pacífica.

En Argentina, la falta de estudios rigurosos y periódicos sobre el tema y los problemas metodológicos que tienen los actuales instrumentos de medición estadística, han sido un problema recurrente y un condicionamiento negativo para la implementación de todo tipo de política pública en materia de disminución de la violencia. Más allá de información oficial exploratoria (del Poder Judicial y Procuraciones), existen básicamente dos fuentes oficiales que dan cuenta de información sobre las muertes provocadas por el uso de armas de fuego: las Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud y el Sistema Nacional de Información Crimi-nal (SNIC) del Ministerio de Seguridad, Justicia y Derechos Humanos.68

Ahora bien, los datos oficiales sobre el impacto de las armas de fuego abordan la cues-tión desde dos perspectivas: a partir de la información oficial sobre muertes registradas en el sistema de salud o bien de la información sobre criminalidad registrada por el sistema penal. Pero, a su vez y a partir de ambas perspectivas, en los últimos años se han llevado a cabo encuestas y entrevistas que abarcan otros interesantes aspectos relacionados con la temática, como la victimización. Este tipo de estudios contribuyen a obtener información complemen-taria para entender mejor el fenómeno.

Este nuevo análisis de la situación desde una perspectiva más profunda, y la publicación de los datos obtenidos han permitido una mayor concientización de la población con respec-to a la situación y un involucramiento de mayor cantidad de instituciones y gobiernos locales en la implementación de las políticas de prevención propuestas por el gobierno central.69

En el proceso de desarme civil en Argentina ha sido fundamental el manejo de la infor-mación desde el momento en que se realizó en la provincia de Mendoza la primera experien-cia, en la cual organizaciones de la sociedad civil recolectaron cerca de 2.500 armas y 6.600 municiones en 45 días. “La implementación del plan comenzó en los meses de abril y mayo

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2001 cuando comenzaron a entregarse bonos de compra en comercios locales y entradas para ver partidos de fútbol a cambio de armas de fuego”70.

“Para el año 2004, nacía la Red Argentina para el Desarme (RAD), que reúne a las organizaciones especializadas en la materia (INECIP, APP, Fundación Espacios, Fundación Lebensohn, La Comuna, La Casa del Sur, Asociación Alfredo Marcenac e ILSED)”71 La suma-toria de estas fuerzas comenzó a tener como resultado la proliferación de campañas de sen-sibilización dirigidas a autoridades, y se inició un trabajo con concejales, legisladores, entre otros. “El problema de la inseguridad se convirtió en uno de los centros de la agenda pública argentina, llegando a convocar a más de 200.000 personas en la plaza del Congreso pidiendo mayor seguridad en el año 2004”72.

A partir de esta acción el tema se posicionó en la agenda política del país, y se comen-zaron a dar los primeros pasos que permitieron en 2006 la promulgación de la “Ley 26216 de Armas de Fuego”, proceso que estuvo acompañado por la campaña “Tenés un arma, tenés un problema” la cual fue desarrollada por el Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Huma-nos, pero contó con la activa participación de diversos sectores sociales, quienes fueron los encargadas de la difusión del mensaje a través de los medios de comunicación* y de la Red Argentina para el Desarme**.

De esta forma, la campaña de entrega voluntaria de armas no se presentó como un mensaje gubernamental, por el contrario, la activa participación de organizaciones de la so-ciedad civil, los medios de comunicación y líderes de opinión como voceros de la misma, le dieron un sentido mucho más ciudadano a la propuesta que incluso fue utilizada, posterior-mente, en Uruguay y en Ecuador para promover procesos de desarme.73

Es importante resaltar que la ejecución del programa de desarme argentino se realizó con la participación de varios niveles de gestión y de varios sectores de la sociedad. Así, se estableció una nueva forma de hacer política en el área de seguridad ciudadana, abriendo varios espacios de interlocución e, incluso, institucionalizando una mesa de participación comunitaria y una mesa de gestión interministerial a nivel nacional, el Consejo Consultivo y el Comité de Coordinación de las Políticas de Armas de Fuego74.

leGitimidad de las pRopuestas paRa el desaRme, contRol de aRmas y municiones, y constRucciÓn de paZ

En los procesos de construcción de paz posteriores a la firma de acuerdos tras los com-bates armados tiene lugar un complejo proceso por medio del cual los excombatientes en-tregan sus armas, se separan de los grupos con los cuales combatieron y se reintegran a la vida civil. Este complejo proceso se conoce como Desarme, Desmovilización y Reintegración

* Para visualizar uno de los reportajes realizados por el canal 4 en Uruguay, visitar http://www.youtube.com/watch?v=2suzHty34Jw** Para mayor información, visitar www.redparaeeldesarme.org.ar

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(DDR).75 En el desarme de población civil armada el proceso no es necesariamente tan com-plejo, pero si requiere en algunos casos de una modificación de las condiciones y oportunida-des para las comunidades donde se encuentran las bandas o individuos armados.

Aunque cada programa tiene características particulares dependiendo del contexto del conflicto o de la situación del país donde ocurra, todos requieren de la participación de los implicados y del apoyo y legitimación de la sociedad para lograr los objetivos de control de armas y municiones antes de convertirse en experiencias que permitan la construcción de paz en las regiones.

De acuerdo con Enrique Serrano Gómez*,

“Weber** definió la legitimidad como la creencia en la validez de un orden social por parte de un número relevante de los miembros de la sociedad (…) por lo que el problema de la legitimidad requiere de una revisión crítica de la noción de funda-mentación racional (…) para él, la fundamentación de los principios normativos sólo puede localizarse en las condiciones que permiten la construcción de las relaciones sociales, con la pluralidad y los conflictos a ellas inherentes”.76

Esto supone que los individuos asumen las normas que constituyen un orden social como obligatorias o como modelos, es decir, como algo que “debe ser”. Entendida de esta manera, la legitimidad es un requisito indispensable para lograr la estabilidad de un orden, así como también para mantener restringido el uso de medidas coercitivas.77 Para alcanzar la legitimidad es fundamental compartir un discurso social que contenga información, premi-sas y creencias compartidas y aceptadas por los diversos grupos sociales que forman parte de la estructura de un país.

Tal como lo explican Barreto***, Borja**** y López-López*****:

“El papel del discurso como práctica social es importante, ya que a través de él se influye en la forma de adquirir, aprender o modificar ideologías en la sociedad (…) En este sentido, Van Dijk****** (2003) plantea que las creencias sociales que conforman el discurso tienen una estrategia básica que se fundamenta en la categorización de los grupos. Es decir, una vez diferenciados el endogrupo, entendido como el interior

* Enrique Serrano Gómez es Doctor en Ciencias Sociales y Humanidades, investigador del departamento de Filosofía de la Universidad Autónoma Metropolitana de Iztapalapa, México.** Max Weber, filósofo, jurista, historiador y sociólogo alemán es considero uno de los fundadores del estudio de la sociología moderna.*** María Idaly Barreto es Doctora en Psicología de la Universidad Santiago de Compostela, docente i investigadora de la fundación Konrad Lorenz con Maestría en Psicología del consumidor por la Universidad Católica de Colombia.**** Henry Borja Orozco es Director de la Unidad de Investigaciones de la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Colombia.***** Wilson López-López es profesor miembro de la Federación Iberoamericana de Asociaciones de Psicología y Miembro Titular del Comité Científico Asesor del Sistema de Información Científica Redalyc – red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe y Portugal. ****** Teun Van Dijk es lingüista, Doctor por la Universidad de Ámsterdam y es considerado uno de los fundadores del análisis crítico del discurso.

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del grupo donde comparto ideas y creencias; y el exogrupo, grupo que comparte creencias sociales y experiencia diferentes a las mías, la estrategia del discurso ideo-lógico es referirse a los aspectos positivos del endogrupo y a los aspectos negativos del adversario. El objetivo de todo ello es, al igual que en cualquier otro agente de influencia, conseguir la adhesión de los sujetos a sus posiciones”78.

La aparición de información proveniente del endogrupo, donde se coloca a sus miem-bros como víctimas es fundamental para lograr justificar sus acciones violentas. En especial cuando estas son resultado de un largo período de los que ellos consideran sufrimiento o exclusión del grupo. Ejemplos de esta posición de victimización pueden encontrarse las ban-das urbanas que se niegan a entregar sus armas justificando su tenencia como algo necesario para garantizar su supervivencia en el barrio e, incluso, en los grupos que defienden el porte de armas como una herramienta de protección frente a la inseguridad existente en sus países. Esta aparición de información proveniente de los endogrupos afecta considerablemente la legitimidad que logran tener planes y campañas presentadas a la población por los gobiernos.

Para Barreto, Borja y López-López, “una confrontación armada provee a los medios realidades interesantes desde el punto de vista mediático, ofreciendo hechos dramáticos que llaman la atención de las audiencias, suministrando a los medios la materia prima ideal para elaborar relatos noticiosos que se prestan fácilmente a la simplificación de roles de los actores implicados (el bueno, el malo, el héroe, la víctima) y que, por su evolución, proporcionan his-torias que dejan en suspenso, suscitando así un interés particular en los receptores que desean conocer el desenlace de la historia”79. Por esta razón la actuación y la interacción con los me-dios (masivos, comunitarios y redes sociales) durante las experiencias de desarme, control de armas y municiones son fundamentales para lograr posicionar las propuestas como acciones legítimas en pro de la construcción de una cultura de paz.

Esto supone lograr que los medios difundan información y discursos que legitimen las acciones de desarme propuestas por las autoridades y deslegitimen la violencia. Un claro ejem-plo de esto puede ser la experiencia vivida en Brasil con la incorporación de discursos desle-gitimadores de la violencia en las telenovelas o en Uruguay, donde los noticieros realizaban la cobertura de las acciones de desarme y de las noticias vinculadas a muertes por armas de fuego desde una perspectiva de promoción del desarme y no de presencia espectacular de la violencia.

En el caso de Colombia, Antanas Mockus* durante su primer período como Alcalde de la Ciudad de Bogotá, entre 1995 y 1997, empleó fundamentos comunicacionales, pedagógicos y simbólicos para modificar el comportamiento de los ciudadanos y su percepción respecto a la violencia y la importancia de las normas de convivencia. En este sentido destacan iniciati-

* Antanas Mockus tiene una Maestría en Filosofía de la Universidad Nacional de Colombia, Licenciado en Matemáticas y filosofía de la Universidad de Dijon en Francia y recibió el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Paris y de la Universidad Nacional de Colom-bia. Alcalde de Bogotá entre 1995 y 1998, y luego en 2001 y 2003.

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vas como las jornadas de vacunación contra la violencia, jornadas de resistencia civil, y el uso de mimos para concientizar a los ciudadanos respecto a la importancia de respetar el espacio público, entre otras acciones.80

Estas experiencias de comunicación directa con alta carga de contenido simbólico y donde se resaltaban los aspectos positivos de la resolución pacífica de conflictos frente a los elementos negativos de la violencia, se transformaron para los bogotanos en manifestaciones simbólicas que coadyuvaron a cambiar el imaginario del ciudadano respecto a la convivencia, enfatizando en la importancia de la vida como derecho y la importancia de su protección. Estas acciones generaron un proceso de legitimación de otras medidas adelantadas por la municipalidad como el análisis epidemiológico de las muertes violentas en la ciudad, los con-troles al porte de armas y el consumo de alcohol.

Otro punto en el que coinciden los artículos sobre los planes de desarme es que estos pueden lograr un mayor impacto si son parte de una estrategia más amplia de reducción de armas y de otras políticas de seguridad, especialmente a nivel local. En ese sentido, las otras medidas que integran el Estatuto de Desarme brasileño y las políticas de seguridad a nivel estatal –ley seca, reformas policiales, entre otras– contribuyeron, junto con mejoras socioeco-nómicas, a que el impacto del plan de entrega voluntaria de armas fuera mayor en las ciuda-des de Río de Janeiro, pero especialmente en Sao Paulo.81

Barreto, Borja y López-López sostienen que:

“Es evidente la dificultad de concebir la construcción de una cultura de paz sin di-lucidar el tipo de legitimación que se hace en relación con la paz. Teóricamente, las conceptualizaciones sobre paz han girado en torno a dos propuestas centrales (Chris-tie, 2006; Fisas, 2002, 2004; Galtum, 1969, 1993, 1995; Reettberg, 2003). Por una par-te, la noción de paz negativa o como ausencia de guerra y conflicto. Esta posición implica necesariamente que uno de los actores sea obligado por vía de la fuerza a salir del conflicto y, en términos del discurso, a desaparecer la idea de que está ante un conflicto o una guerra. Desde esta perspectiva, el objetivo es lograr que uno de los actores termine por ser “eliminado” del panorama y así terminar la guerra. Esta propuesta supone entonces, la legitimación de acciones de fuerza y violencia de los actores de un grupo y la deslegitimación de las acciones y miembros del otro. Por otra parte, se encuentra la denominada propuesta de paz positiva que es la asumida por la UNESCO, en sus diversas declaraciones, y el Peace Global Index. Esta postura apuesta por una paz como proceso de carácter estructural y cultural, es decir supo-ne que la paz no es un estado, sino un proceso en el cual la ausencia de guerra es sólo un elemento y está atado a variables de carácter estructural de tipo psicosocial, económico, político y cultural (Basabe &Valencia, 2007; De-Rivera, 2004; Romeva i Rueda, 2003). En este sentido, de lo que se trata cuando se legitima la búsqueda de

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una cultura de paz, es asegurar que los diversos actores sean legitimados en la medida en que no actúen en forma violenta”.82

La legitimación de los actores involucrados en el proceso, entendiendo estos como: go-bierno, bandas armadas, delincuentes, víctimas de la violencia, y comunidades, es mucho más sencillo de lograr con la intermediación del Poder Popular, instituciones religiosas y cultos, las ONG especializadas en el tratamiento de los temas vinculados con violencia, los medios de comunicación, entre otros actores sociales, dado que son vistos por los diversos grupos como posibles mediadores naturales en los conflictos.

paRticipaciÓn del estado, medios de comunicaciÓn y comunidades oRGaniZadas en pRocesos de desaRme y constRucciÓn de paZ

En Brasil, en diciembre de 2003, luego de un intenso debate entre Estado y organiza-ciones de la sociedad civil, el Congreso Nacional aprobó el “Estatuto de Desarme”, legislación que prevé un riguroso control de todas las fases de la circulación de armas y municiones en Brasil, desde la producción hasta la destrucción de armas recogidas, pasando por los requisi-tos para la posesión y porte de armas.

“En su primer año de vigencia, se estima que la ley evitó la muerte de cinco mil personas (UNESCO, 2005). Uno de los principales aportes comunicacionales que se incluyeron en el estatuto fue la unificación de un sistema único de registro de ar-mas (SINARM), con el objetivo de concentrar los datos de armas de fuego en manos civiles y centralizar estas acciones con la Policía Federal. Sin embargo, las fallas en la actualización del banco de datos impiden que el inmenso potencial del SINARM sea realizado plenamente. La información sobre los números de armas registradas, robadas y aprehendidas en cada Estado no se pasa de forma completa, ya que las policías estatales no tienen acceso directo para alimentar el sistema y los datos difícil-mente llegan a la Policía Federal. En el caso de armas robadas y perdidas, la falta de alimentación del SINARM es fatal, ya que están pasando del mercado legal al ilegal y la falta de esta información no permite identificar ni su origen ni su destino”.83

Estas dificultades para el registro de armas, así como la imposibilidad de publicar in-formaciones verificables y datos auditables provenientes de este sistema han afectado la cre-dibilidad de las autoridades como organismos encargados de la disminución de las armas en circulación.

La falta de legitimidad del gobierno se evidenció al realizarse el referéndum para la prohibición de ventas de armas en el país. De acuerdo con Sorj:

“A pesar de que gran parte del pueblo brasileño no está armado, lo que en princi-pio favorecería la disposición a apoyar el desarme de la población, la propuesta de

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prohibición de la venta de armas fue rechazada por una mayoría de dos tercios de los votos. El factor decisivo que determinó tal resultado fue la insatisfacción de la población con respecto a la actuación del gobierno en el área de la seguridad pública, y la consecuente sensación de inseguridad y desamparo que esto genera. Los argu-mentos planteados tuvieron, ciertamente, un impacto específico; pero posiblemente la disposición de la ciudadanía a emitir un voto de protesta fue decisiva para generar la predisposición a cerrarse a los argumentos presentados por la campaña del ‘SÍ’.”84

Los contenidos informativos de las campañas a favor del “SÍ” y del “NO” eran similares. La página web del “SÍ” presentaba información sobre la violencia y las consecuencias del uso de armas en Brasil. También incluía los nombres de empresas, instituciones religiosas y orga-nizaciones de mujeres que apoyaban el fin de la comercialización de armas.

“Por su parte el sitio web del “NO” incluía las siguientes secciones: “Por qué votar No”, con una lista de argumentos; “Noticias”, con algunas noticias o artículos extraídos de periódicos; “Estadísticas”, donde solamente se presentaba una tabla con datos de un conjunto de países, donde brevemente se argumentaba que no existiría correlación alguna entre el número de homicidios y el número de domicilios con armas; “Artí-culos”, generalmente extraídos de periódicos, algunos de los cuales fueron escritos por intelectuales, periodistas conocidos o políticos; “Opinión Popular”, con textos supuestamente escritos por personas “del pueblo”; “Historias Reales”, con textos so-bre padres cuyos hijos fueron asesinados por asaltantes, y que aunque no poseían ni pretendiesen poseer armas, defendían el derecho de las personas a armarse”.85

Aunque los contenidos informativos y la estructura eran similares, el sitio del “SÍ” ha-blaba en un lenguaje mucho más institucional, dado que fue desarrollado por voluntarios de la ONG Viva Río y con el apoyo de organizaciones de la sociedad civil, el gobierno, los medios masivos de comunicación y el sector empresarial. “Esto podría indicar que el “SÍ” tendría una victoria garantizada frente a un pequeño grupo constituido por productores, comerciantes y propietarios de armas de fuego, quienes apoyaban el “NO”. Sin embargo, la experiencia de-mostró cómo el carácter más personal y no institucional de los mensajes de correo electrónico masivos (SPAM) tuvo mucho más impacto que los mensajes explícitamente institucionales”86.

“La campaña del “SÍ” vía e-mail, realizada por el mismo grupo que organizó el sitio, consistía en un e-mail diario (Sí-Express), cuyo lenguaje básicamente coincidía con el del sitio. Dado su formato institucional, el Sí-Express ya anunciaba su contenido y, por lo tanto, carecía de la atracción de la novedad que los SPAMS sin filiación obvia prometían. La lista de e-mails del Sí-Express, constituida por 15.000 direcciones en el inicio de la campaña y 30.000 al final, estaba constituida por direcciones de personas conocidas o cercanas a Viva Río. El número de direcciones era extremadamente bajo

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y de cierta forma redundante: representaba un universo de personas que ya simpati-zaban con la causa”87.

“Los propietarios y comerciantes de armas representaban un grupo de activistas com-prometidos. Aunque eran una minoría de la población (menos del 10%), este grupo cierta-mente se empeñó con más ahínco que los no propietarios en la campaña del referéndum rea-lizada a través de la Internet, divulgando los SPAMS producidos por la campaña del ‘NO’”.88

La campaña del “NO” se realizó utilizando mensajes masivos no identificados, (SPAMS). En estos correos se incluían testimonios de personas que perdieron a sus familiares víctimas de la violencia y la inseguridad. Eran mensajes cargados de emocionalidad, carecían de un lenguaje institucional y se aproximaban al tema desde un punto de vista mucho más personal, defendiendo el derecho de las víctimas a armarse en defensa personal. Estos correos electró-nicos fueron enviados a través de listas de correo masivo que llegaban a millones de lectores.

“Todo indica que el carácter aparentemente no institucional del SPAM tiene un im-pacto más contundente que la promoción de mensajes explícitamente gubernamen-tales. Además, esta última aparece como propaganda, y por lo tanto, el receptor asu-me una actitud de desconfianza frente a la misma. La campaña del SI en Internet fue particularmente frágil; desarticulada estratégicamente de la campaña realizada en la TV y en la radio, simplemente reprodujo los mensajes divulgados en estos vehículos y no captó la novedad del lenguaje y las potencialidades del nuevo medio”.89

“Además de no entender cómo utilizar internet para potenciar el alcance de su men-saje el equipo de campaña del “SI” tuvo dificultades a la hora de encontrar un lengua-je que fuese familiar para la población, esto se debe a que acostumbradas a trabajar con personas cercanas a sus campañas, las ONG utilizan un lenguaje, si no auto com-placiente, por lo menos auto referido, orientado a personas que ya son propensas a su discurso y/o estilo intelectual”.90

Resulta fundamental entender que el aporte de las ONG en los procesos de información relacionados con procesos de desarme, control de armas y municiones no es el desarrollo de mensajes y campañas. Por el contrario, su verdadero valor está en la legitimación de la infor-mación, en la difusión de la misma a través de sus redes y voceros; además de lograr la movi-lización activa para contar con la participación de las comunidades. El desarrollo de mensajes y campañas debe ponerse en manos de especialistas que sepan traducir el sentir del interlocu-tor y de los medios que serán quienes podrán apoyar en el posicionamiento de los mensajes.

Aún cuando la participación de las ONG en el proceso de promoción de la campaña por el “SI” en el referéndum para la prohibición de ventas de armas en el país no fue exitosa, si lo fue su participación en el proceso de desarme voluntario, donde “una de las características

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destacables del plan de entrega en Brasil fue, en líneas generales, la gran participación de la sociedad civil, en particular de las iglesias y de varias ONG como Viva Rio y Sou da Paz, que impulsaron las medidas y fueron actores fundamentales en su implementación, pues funcio-naron como puestos de recepción de las armas”.91

Esta participación de la sociedad civil como mediadora en un proceso de entrega volun-taria de armas no sólo aumentó la confianza en la neutralidad del proceso, también permitió ampliar el alcance a muchas más comunidades que las inicialmente pensadas. Esto fue evidente cuando se estableció un puesto de recogida de armas en una de las sedes de la ONG Viva Río, en Río de Janeiro, el éxito de esta iniciativa hizo que se extendiera a otros 23 estados brasileños.

“Viva Río confeccionó material conceptual y práctico gratuito sobre el desarme (y al ser una ONG secular sin vínculos políticos o religiosos la aceptación que tuvo como mediadora en la entrega voluntaria de armas fue mayor considerando que Brasil no tiene conflictos interreligiosos, sus problemas son la violencia y la pobreza), orga-nizaron talleres en los 23 estados implicados, se conectaron con líderes locales y re-gionales de todo el país y supervisaron todos los puntos de recogida de armas con el apoyo de la policía civil”92.

En Brasil, gran parte de la aceptación de la población hacia el proceso de entrega volunta-ria de armas tuvo que ver con la participación de las ONG como veedoras y con la selección de 240 iglesias católicas y evangélicas como lugares apropiados y seguros para entregar las armas. “Las razones para seleccionar las iglesias incluían el hecho de que eran muy conocidas, estaban ubicadas cerca de los lugares de trabajo y de los hogares de la mayoría de la población, eran fia-bles (mucho más que las comisarías policiales) y el hecho de que las armas eran destruidas por los propios propietarios (quienes simbólicamente las inutilizaban con un martillo) hicieron del proceso una experiencia exitosa en la que se destruyeron más de 5.000 armas de fuego”93.

En cuanto a la campaña de promoción del proceso,:

“fue fundamental el compromiso de los medios de comunicación como O Globo y Folha y la inclusión del tema en telenovelas, en publicidades con personalidades y en eventos artísticos. Sin embargo, dado que los valores del incentivo económico fueron menores al precio de las armas tanto en el mercado legal como en el ilegal, no se fo-mentó la participación de sectores sociales bajos. Tampoco los jóvenes participaron de forma masiva de la entrega de armas, un problema frecuente en estas campañas”.94

En 2002, el entonces Ministro de Justicia de Brasil, José Gregori decidió regular la pro-ducción de contenidos y la exhibición de programas con contenidos violentos en medios audiovisuales “a partir del ‘derecho de los niños’ a no ser sorprendidos por productos inade-cuados a sus perfiles psicológicos a través de la pantalla (…). A finales de 2006, el sucesor del

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Ministro Marcos Thomas Bastos, presentó un documento legal, estableciendo una política de ‘clasificación indicativa’ de las producciones (…). Cuestiones técnicas, culturales y políticas pasaron a figurar en los programas de educación para la recepción, especialmente en los es-pacios de educación no formal. Efectivamente en Brasil, al igual que en América Latina, no es exactamente en la enseñanza formal, sino en la educación popular y el trabajo que realizan las organizaciones no gubernamentales, junto a niños y adolescentes, el ambiente privilegiado para los ejercicios direccionados a la formación de espectadores críticos (…). El centro de las preocupaciones no radican exactamente en la pantalla –sus signos, lenguajes o contenidos–, sino en la relación entre las audiencias y los medios”95.

Claudia de Almeida Mogadouro* garantiza que desde la niñez los jóvenes se relacionan con la televisión, y arroja que “43% de los adolescentes encuestados en escuelas públicas de Brasil, ven telenovelas diariamente, el 44% las ven a veces y el 13% no las ven (...). Así la te-lenovela se ha convertido en uno de los productos culturales con más fuerte presencia en la vida diaria de los jóvenes (…). Al profundizar el debate se hizo evidente que los adolescentes pueden, a partir de lo que ven en la pantalla, profundizar temas importantes para sus vidas”.96

Muchos de los temas vistos en la telenovela son discutidos en la familia y, a pesar de esto, todavía hoy en día las instituciones gubernamentales y la escuela permanecen ajenos a esta realidad, en algunos casos por considerar a los medios y a la telenovela como influencias negativas y en otros por considerar que son asuntos secundarios en el proceso de disminu-ción de violencia generada con armas de fuego.

En el caso de Brasil, la Agencia de Noticias de los Derechos de la Infancia (ANDI), en Brasilia, entendió la importancia del medio y de la telenovela como socializador no sólo porque efectivamente puede coadyuvar en el aprendizaje social de la violencia, también por-que diversos estudios realizados en USA y Canadá reflejan que la exposición prolongada a la violencia en televisión ocasiona una normalización de la misma por parte de los jóvenes espectadores97.

Para incentivar un cambio en el tratamiento de temas relacionados con violencia en telenovelas y demás programas transmitidos en horario infantil, Brasil comenzó a participar cada segundo domingo del mes de diciembre en el Día Internacional de Radio y TV a favor de los niños. Esa fecha “todas las emisoras que participan, cuentan con el apoyo del Área de Comunicaciones de UNICEF”98 quienes proporcionan talleres y materiales audiovisuales para la formación de sus equipos de producción, guionistas y periodistas.

“El objetivo y reto principal de ese día es que los niños se conviertan en participantes activos de los medios para hablar de los problemas que les incumben (…) Esta idea está sien-do premiada cada año, desde 1994, por el Consejo Internacional de la Academia Nacional de

* Claudia de Almeida Mogadouro es investigadora del Núcleo de Investigación de la Telenovela de la Universidad de Sao Paulo, Brasil.

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Artes y Ciencia de la Televisión en Nueva York”99 y Brasil ha sido ganadora en varias opor-tunidades por el tratamiento que ha dado al tema de la violencia armada y la infancia en los programas de TV y, especialmente, en las telenovelas.

De acuerdo a los resultados de la observación de programación televisiva de ficción realizada en ocho países iberoamericanos durante 2008, desde el Observatorio Iberoamerica-no de la Ficción Televisiva (OBITEL), en Brasil fueron producidos doce títulos de producción nacional que incluyeron unitarios, micro series, docudramas y telenovelas100. Estas últimas son las más destacadas y las que en los últimos años han formado parte de un debate en torno al “estrecho límite entre ficción y realidad, y la intención de educar a partir del abordaje de temáticas reales y actuales”101.

Un ejemplo son las telenovelas escritas por Manoel Carlos y producidas por la Red Globo: Mujeres apasionadas (2003) y Páginas de vida (2006). “Ambas ficciones son urbanas, realistas y contemporáneas. Abordan hechos sencillos, presentes en el cotidiano de la vida de las personas. Muestran la vida rutinaria, con situaciones incluso banales, teniendo como re-ferencia el presente, el día a día del telespectador (…) Ambas telenovelas alcanzaron récords de audiencia (…) por lo que desde hace varios años la Red Globo incluye en sus telenovelas lo que denomina mercadeo social. En un informe anual de la productora y emisora se reveló que en 2002 se emitieron un total de 1.138 escenas vinculadas con temas de interés social. Abordaron temáticas como el alcoholismo, la salud sexual, la donación de órganos, el uso de preservativos y el cuidado del medio ambiente, entre otros”102.

“Manoel Carlos, Benedito Ruy Barbosa y Gloria Pérez son algunos de los guionistas y productores brasileños que se adhirieron a este propósito. ‘La ficción ha sido una buena aliada en momentos de aclarar cuestiones importantes para la sociedad. La telenovela como uno de los géneros con más alcance, debe estar atenta a esto’ (…). En ‘Mujeres apasionadas’, Manoel Carlos introdujo una campaña en pro del respeto al adulto mayor, que tuvo como objetivo sensibilizar a la audiencia y abrir camino para mostrar que en Brasil los ancianos son relegados a un segundo plano. El abor-daje de esta temática trascendió el ámbito de la telenovela y aterrizó en el Congreso Nacional, la telenovela también incluyó entre sus temáticas a la violencia doméstica, con el objetivo de incentivar la denuncia de estos casos y la violencia armada.”103.

El tratamiento de los temas relacionados con violencia en Brasil y más recientemente en Colombia, dentro de la programación de los medios privados, ha contado con la asesoría técnica del Sistema de Naciones Unidas y de diversas ONG especializadas en la materia. Esto es fundamental para poder hacer un tratamiento adecuado del tema, lo cual contribuya a la disminución de la violencia y logre prevenir su posicionamiento.

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De acuerdo con Rondelli* “los medios de comunicación actúan como constructores privilegiados de representaciones sociales y, específicamente, de representaciones sobre el crimen, la violencia y sobre aquellas personas involucradas en sus prácticas. Comprender el sentido de esta violencia representada como agente directo e indirecto de la dinámica social y cultural, posibilitará una reflexión y un análisis más adecuado de su relación con el proceso general de simbolización de la realidad social”104.

La información, en especial aquella que se difunde a través de los medios, considerando las premisas de la Comunicación para el Desarrollo, “puede ofrecer a las sociedades información verificable y contextualizada, de tal manera que los ciudadanos puedan participar más activa-mente en la defensa de sus derechos y en el ejercicio de la vida democrática de las naciones”105.

“Los medios de comunicación juegan un importante papel en el desarrollo de las orien-taciones culturales, las visiones del mundo y las creencias, como también en la distribución global de los valores e imágenes. Ellas no sólo son espejos de tendencias culturales sino tam-bién son en sí mismas partes importantes de la sociedad (…) Por eso es importante identifi-car cuál es su contribución a la propagación de la violencia”106, o el aporte que pueden hacer para disminuir la aceptación de la misma.

En este sentido, es importante fomentar la responsabilidad y el comportamiento ético de los medios de comunicación. “El control centralizado y la censura han demostrado no ser eficientes, y no cumplen con los criterios de las sociedades democráticas. Por lo que se deben considerar tres estrategias importantes: el debate público y las conversaciones en ‘terreno neu-tral’ entre políticos, productores y profesores; el desarrollo de códigos de ética entre los profe-sionales de los medios y la autodisciplina de los productores; establecer formas innovadoras de educación para los medios que permitan crear usuarios más competentes y críticos”107.

Este proceso requiere –sin lugar a duda– del diálogo entre las instituciones guberna-mentales, las comunidades organizadas, las instituciones religiosas y cultos, ONG y medios de comunicación, entre otros actores. De lo contrario, las iniciativas orientadas a disminuir la violencia en los medios fracasarán por la omnipresencia de medios universales como internet o las redes sociales.

análisis de estRateGias y expeRiencias de comunicaciÓn paRa la pRomociÓn de una conViVencia pacífica en améRica latina

Analizar estrategias de comunicación y promoción de procesos de desarme, control de armas y municiones, resulta complejo debido a las características particulares de cada caso. Sin embargo, existen experiencias que han sido documentadas y sistematizadas donde se re-conocen logros importantes en materia comunicacional.

* Elizabeth Rondelli es profesora en la Universidad Federal de Río de Janeiro e investigadora del Núcleo de Estudios y proyectos en Co-municación.

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Como primer elemento de análisis se encuentra el uso de la comunicación como ca-talizador para el desarrollo de programa de aprendizaje colectivo o aprendizaje social. Un ejemplo de esto es la estrategia de comunicación: “Mejor hablemos”, desarrollada entre 1996 y 2000 para promover la convivencia pacífica en Cali, Colombia.

“La estrategia tenía como objetivos generar herramientas para la prevención de la violencia, la promoción de la convivencia, la resolución de conflictos de forma pacífica y el desarrollo de habilidades específicas para resolver problemas a través de formas no violentas; cambiar las percepciones subjetivas sobre normas sociales y practicas violentas, teniendo en cuenta que el comportamiento violento está controlado, al menos en parte, por normas y actitudes sociales”.108

“Mejor hablemos” se basó en la Teoría del Aprendizaje Social de Bandura que sostiene que los individuos adquieren sus conocimientos, destrezas y conductas de un modo instru-mental, mediante la observación y la imitación de otros. Esto se explica, de acuerdo a este planteamiento teórico, porqué en el ser humano ocurre una serie de procesos cognoscitivos mientras observa, que influyen en su decisión de imitar o no alguna acción específica.

“Basándose en esta teoría, se buscaba disminuir en el mediano y largo plazo las acti-tudes y prácticas violentas que llevaban a que las comunas 13 y 20 tuvieran las tasas de homicidios más altas de la ciudad, promoviendo comportamientos de convivencia y el desarrollo de habilidades específicas para resolver los conflictos interpersonales a través de procesos de observación aprendidos e implementados por sus habitantes”.109

En principio se dio capacitación principalmente a mujeres, líderes de hogar, interesadas en aprender y compartir información sobre temas relacionados con la convivencia. Luego se incluyó en los procesos de formación a otros grupos como personas de tercera edad, jóvenes excluidos del sistema escolar y estudiantes.

A partir de la evaluación realizada se pudo identificar que la “estrategia de comunica-ción tuvo mayor penetración y fue mejor conocida en las áreas con intervención comunita-ria y personalizada que en las áreas que usaron medios masivos de comunicación (…) Las evidencias de promoción de la convivencia pacífica y prevención de la violencia con armas de fuego han demostrado ser más costo-efectivas en los niveles primarios que en los niveles secundarios y/o terciarios, por tanto estrategias como “Mejor Hablemos” es necesario pro-moverlas, estimularlas, desarrollarlas y difundirlas dentro de un proceso de ‘construcción social’”110, no a través de medios masivos, sino del trabajo directo con las comunidades y es allí donde el apoyo de las instituciones gubernamentales, las universidades y las ONG es-pecializadas es fundamental para formar a las comunidades organizadas para que puedan emprender acciones como esta en función de lograr los objetivos.

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Por su parte, en Pereira-Colombia, ciudad fuertemente afectada por la violencia con armas, la municipalidad con el apoyo de diversas ONG ha desarrollado un amplio paquete de proyectos en el cual se destaca una campaña pedagógica donde jóvenes que pertenecían a grupos violentos recorren los colegios de la localidad llevando el mensaje: “No a las armas”.111 Este tipo de estrategias de educomunicación no sólo son útiles para deslegitimar el papel de las armas como elemento de protección o seguridad, también son exitosos en la desmitifica-ción de la violencia como elemento de estatus entre los jóvenes de sectores populares.

En el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud de 2003, se resaltó que mientras el programa estuvo en funcionamiento “la tasa de homicidios de Cali descendió de un nivel máximo nunca visto de 124 por 100.000 habitantes a 86 por 100.000 entre 1994 y 1997; es decir, una reducción de 30%.”112

En 1995, en el Plan de Desarrollo: “Formar Ciudad”, el alcalde Antanas Mockus (1995-1997) estableció la cultura ciudadana como eje transversal, la cual definió como “el conjunto de costumbres, acciones y reglas mínimas compartidas que generan sentido de pertenencia, facilitan la convivencia urbana y el reconocimiento de derechos y deberes ciudadanos.113

“Se afirmaba la existencia en Colombia de un divorcio entre cultura, ley y moral, que daba cuenta de la existencia de una violencia y alto grado de conflictividad generalizadas, por lo que, a partir del enfoque de la cultura ciudadana se buscaba modificar el comportamiento de los bo-gotanos introduciendo formas de regulación individual y colectiva a través de la pedagogía y la comunicación (Llorente y Rivas, 2004:312)”.114 Este proceso es considerado por organismos in-ternacionales como la ONU, PNUD, BID como uno de los planes estratégicos y de políticas pú-blicas más exitosos para la reducción de la violencia generada con armas de fuego en la región.

“Durante la gestión de Enrique Peñalosa* (1997-2000) se puso en marcha el Plan de desarrollo: ‘Por la Bogotá que queremos’, el cual basó su modelo de políticas públicas para la ciudad argumentando la necesidad de un modelo igualitario de ciudad, con un mayor énfasis en las condiciones externas a favor de los ciudadanos, mediante la defensa del espacio público y la recuperación de entornos urbanos deteriorados, a fin de generar espacios de orden (Llorente y Rivas, 2004:314). El manejo de la seguridad se caracterizó por la adopción de la teoría de la ventana rota y el principio de cero to-lerancia. Respecto a la teoría de la ventana rota, esta da cuenta de la importancia que fue atribuida al espacio público y sus implicaciones para los ciudadanos, su entorno y seguridad. Según dicha teoría, “si alguien rompe una ventana en un edificio y el daño no se repara rápidamente, pronto romperán otras; luego comenzaran a arrojar basura; enseguida personas dedicadas a actividades no lícitas se ubicarán allí y el lugar terminará volviéndose de alta criminalidad” (Martín y Ceballo, 2004:159)”115.

* Enrique Peñalosa es licenciado en Economía e historia en la Universidad de Duke, USA. Con postgrados en administración y adminis-tración pública en el IIAP y la Universidad de Paris. Fue Alcalde de Bogotá entre 1998 y 2001

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Dichas medidas fueron acompañadas de estrategias comunicacionales donde se exhor-taba a los ciudadanos a no ser tolerantes con la violencia, para ello se establecieron mecanis-mos anónimos que permitían denunciar y hacer públicos a través de medios comunitarios y alternativos las alteraciones al orden público, los hechos de violencia e, incluso, las violaciones de los derechos humanos sin que esto representara un riesgo para el denunciante. Estas medi-das se acompañaron de la difusión a través de medios (masivos, alternativos y redes sociales) de mecanismos alternativos para la resolución de conflictos, lo que impulsó las “Unidades de conciliación y Mediación” y las “Inspecciones de Policía”. Esto además consolidó la participa-ción de la ciudadanía como garante y defensor de la seguridad ciudadana.

En el caso de Brasil, la estrategia de comunicación asociada a la campaña para promo-ver el desarme voluntario en 2003 tuvo sus efectos sólo como parte de una estrategia más amplia de control de armas (implementación del Estatuto) y gracias a la participación de las ONG y de los medios en dicha campaña (…) Las conclusiones provenientes de las evaluacio-nes analizadas sostienen que el plan de entrega de armas tuvo un importante impacto en la reducción de la violencia, especialmente en Sao Paulo y Río de Janeiro (…) donde el plan de entrega de armas redujo en un 11% las tasas de muertes con armas de fuego, especialmente los casos de violencia interpersonal y por causas triviales (Dreyfus et ál., 2008).116

“En el Estado de São Paulo, las tasas de homicidios se redujeron en un 29% en el perío-do 1999-2004 (de 56 a 40 homicidios por 100.000 residentes) (…) aún mayor en barrios muy violentos dentro de la ciudad”.117 Algunos de los factores que explican esta reducción de los hechos violentos asociados a las armas de fuego son similares a las experiencias de Cali y Bo-gotá, e incluyen el uso de sistemas de información integrados sobre violencia y control de ar-mas que han facilitado la acción policial, la participación de las comunidades en programas de promoción de convivencia pacífica, las oportunidades de desarrollo de espacios creativos para los jóvenes, lo que apoyado por las campañas de promoción del desarme, la disminución de armas ligeras a disposición de la gente y programas de desarrollo social como bolsas de trabajo en zona populares, han significado un cambio sustancial en el bienestar de las comunidades.

“La importancia de los programas de prevención dirigidos a los jóvenes se debe a la prevalencia de jóvenes entre los agresores y las víctimas de violencia. Hay numerosos pro-gramas de prevención social en América Latina que se centran en modificar los factores de riesgo (aumentar los factores de protección) que llevan a los jóvenes a tener conductas vio-lentas. Varían desde programas que enseñan técnicas de resolución pacífica de conflictos en las escuelas (prevención primaria), a programas que promueven la reintegración a la familia de jóvenes en riesgo o niños de la calle (prevención secundaria), al trabajo con los jóvenes delincuentes, como los programas de libertad asistida (prevención terciaria)”118. Todos estos programas son mucho más exitosos si se acompañan por una estrategia de comunicación que

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posicione mensajes claves asociados a la convivencia pacífica, y si esta estrategia se basa en una comunicación viral no institucionalizada tanto mejor.

Otro aprendizaje importante extraído de la experiencia del estado de Río de Janeiro tiene que ver con la publicación mensualmente de los registros de crímenes y otros eventos ocurridos en todo su territorio en los Diarios Oficiales. Estas informaciones también están disponibles en Internet y forman parte de un trabajo que se inició en 1999 como parte del programa de Certificación de estadísticas y relaciones con los medios. Cuando se inicio la pu-blicación de las cifras muchos de los ciudadanos dudaban de la transparencia de las mismas y acusaban al gobierno de maquillar los hechos violentos para no dejar en evidencia sus de-bilidades en materia de provisión de seguridad a la población.

Como mecanismo para garantizar la veracidad de las estadísticas, el gobierno del esta-do de Río de Janeiro invitó a participar en el proyecto a diversos sectores de la sociedad, en especial, investigadores que estudian el tema de la violencia, el crimen y la seguridad pública. Los objetivos principales de esta inclusión fueron: garantizar la transparencia de los datos, in-corporar conocimiento especializado en el análisis de las estadísticas provenientes de fuentes policiales; y desagregar los datos por Áreas Integradas de Seguridad Pública (AISP), a fin de producir mapas de riesgo que indiquen los puntos de concentración de ocurrencia delictiva.

Esta publicación periódica de las estadísticas auditadas por entes no gubernamentales ha incrementado los niveles de confianza de los habitantes de Río de Janeiro hacia el gobierno regional y ha permitido que la cantidad de publicaciones de noticias relacionadas con sucesos disminuya en los medios masivos porque las estadísticas son públicas y se encuentran a dis-posición de todos los ciudadanos.

Estas líneas que han sido trazadas a través de las experiencias comunicacionales aso-ciadas a procesos de promoción de cultura de paz en América Latina, serán profundizadas y analizadas en los próximos capítulos a partir de las entrevistas realizadas a expertos en comunicación, directores de medios de comunicación, periodistas y líderes de proyectos de promoción de paz. De esta forma, se espera lograr una visión integral que permita trazar un pliego de recomendaciones en materia de políticas públicas en comunicaciones para el control de armas, municiones, desarme y la promoción de la convivencia pacífica en el país.

Se hace imprescindible comprender los tres ejes transversales donde actúa la comuni-cación en un proceso de desarme y construcción de paz: información, legitimación y parti-cipación. Luego, es necesario cruzarlos con los alcances que las acciones comunicacionales tienen en la prevención de la violencia asociada con armas de fuego a través de programas de formación y comunicación directa en comunidades; de deslegitimación de la violencia a par-tir de acciones simbólicas, campañas y experiencias testimoniales y a partir del tratamiento transparente de la información para disminuir la espectacularidad asociada a la publicación de sucesos en medios. ✱

POLÍTICAS PÚBLICAS DEL ESTADO VENEZOLANO EN PROCESOS DE DESARM E Y ROL DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

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las políticas públicas asociadas al mantenimiento del orden público y específicamente al control de armas en poder de civiles no es algo desconocido en nuestro país. Desde la llamada Constitución Federal de Venezuela de 1811, redactada por Cristóbal Men-

doza y Juan Germán Roscio se incluyen en el Capítulo VIII, sección Primera y Segunda, una serie de artículos que regirán la seguridad pública en los primeros años de la construcción de la República de Venezuela. En tal sentido, se pueden mencionar los siguientes artículos:

“178. Una milicia bien arreglada, é instruida, compuesta de los ciudadanos, es la de-fensa natural más conveniente, y más segura a un Estado libre. No deberá haber por tanto tropas veteranas en tiempo de paz, sino las rigurosamente precisas para la se-guridad del país, con el consentimiento del Congreso.

179. Tampoco se impedirá a los ciudadanos el derecho a tener y llevar armas lícitas, y permitidas para su defensa; y el Poder Militar en todos los casos se conservará en una exacta subordinación a la autoridad civil, y será dirigido por ella”119.

Luego de esta Constitución que tuvo un lapso de vida muy corto, Venezuela pasa por varios procesos de organización político territorial. Con la separación de la Gran Colombia en 1830, el país se fragmenta según Elías Pino Iturrieta* “la ausencia de recursos materiales no permite a un solo jefe, ni a un solo partido, ni a un solo puñado de notables, establecer las reglas del juego. Los gobiernos pretenden imponer una suerte de manual de conducta común, pero sus propuestas permanecen en el papel”120.

Esta fragilidad en la convivencia pacífica nacional se mantiene durante el gobierno de Ignacio Andrade y es Joaquín Crespo el llamado a recomponer el orden, pero no logró pro-teger al presidente y muere al iniciarse una nueva guerra civil. Durante un largo período, ca-racterizado por lo que comúnmente la historiografía denomina el “Caudillismo”**, Venezuela vive el sobresalto de los combates en las regiones, la debilidad institucional, el endeudamiento con otras naciones y las luchas políticas entre federales y liberales.

* Elias Pino Iturrieta es historiador por la Universidad Central de Venezuela. En 1969 obtiene su doctorado en El Colegio de México y luego se desempeña como investigador, escritor, director de la Academia Venezolana de la Historia y del Centro de Investigaciones Históricas de las Universidad Católica Andrés Bello.** El caudillismo, es como tradicionalmente se llama al fenómeno político-social que surgió en los territorios Latinoamericanos durante el siglo XIX con el auge de los caudillos. De acuerdo con el Dr. Pedro Castro, investigador adscrito al departamento de sociología en la Uni-versidad Autónoma Metropolitana de México: “El origen de la palabra caudillo viene del diminutivo latino caput, que significa “cabecilla”, y aunque no existe una definición actual única e incontrovertible, tanto en términos académicos como populares el término evoca al hombre fuerte de la política, el más eminente de todos, situado por encima de las instituciones de la democracia formal (…) los caudillos ejercen un liderazgo especial por sus condiciones personales; que surge cuando la sociedad deja de tener confianza en las instituciones.

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Según Inés Guardia*:

“Se puede comprender este proceso recurrente en la historia venezolana, señalando que a partir de 1830, la violencia sistemática se convirtió en un mecanismo funda-mental en el debate político, a pesar de que en 1840, con la fundación del partido liberal, se pretendió crear otro escenario de lucha política y dar a conocer una nueva manera de oposición a los distintos. Sin embargo, fueron las luchas caudillistas de fines del siglo XIX expresadas alzamientos, rebeliones, movimientos armados, insu-rrecciones y revoluciones, los mecanismos de lucha política que se manifestaron en cada crisis”121.

A pesar de la situación de reyertas y alzamientos que se producen en el país, Venezuela proclama en 1858 su segunda Constitución, texto de importancia capital porque establece el sufragio directo y universal (aunque el mismo no tuvo aplicación práctica). Adicionalmen-te, es la primera oportunidad en la que se crea legalmente la figura de los jurados para los juicios criminales, lo cual supuso establecer las diferencias entre los derechos y las garantías de los habitantes en el país, fuesen estos venezolanos o extranjeros. Asimismo, aunque no se observan políticas específicas en materia de desarme, en esta carta magna se menciona en el título V, de los derechos individuales, artículo 15. “Todos los venezolanos tienen el derecho de asociarse o reunirse, sin armas, con cualquier objeto público o privado, y el de representar a las autoridades lo que estimen conveniente”. Este aporte de la constitución sirvió de base para exponer en las ordenanzas municipales que en las reuniones públicas no se podía portar armas de fuego, ni blancas.

Años más tarde, “cuando Cipriano Castro llega al gobierno en 1899, el país sigue di-vidido en multitud de parcelas que no le rinden obediencia al poder central”122. El gobierno de Castro es convulso y el endeudamiento de Venezuela ocasiona un bloqueo a sus costas. A partir de esta situación, el discurso del presidente y sus acciones patrióticas logran unificar las regiones divididas, reconociéndolo como líder.

Una vez que Cipriano Castro logra superar las barreras impuestas por el bloqueo inter-nacional, comienza a unificarse el país en torno a un presidente, cuya primera acción, una vez eliminada la amenaza internacional, fue el desarrollo de un plan de desarme civil. “Procura el go-bierno quitarle a la sociedad, pero especialmente a sus cabecillas, los hierros que la hacen levan-tisca: fusiles, escopetas, chopos, navajas y todo cuanto pueda ofender y alarmar. Aunque no logra completar la operación, puede hacerse de numerosos objetos bélicos que pone a resguardo”123.

Este proceso de desarme, estuvo dirigido principalmente a los grupos armados de la Re-volución Restauradora y de bandas irregulares en las diferentes regiones del país que tenían como fin llegar al poder. En este momento político, la idea de seguridad estaba relacionada

* Inés Guardia Rolando es licenciada en sociología y candidata a doctora en historia por la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas. Obtuvo su maestría y doctorado en ciencias políticas por la Universidad Simón Bolívar en Caracas.

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con el componente militar, el cual fue ordenado con una formación profesional por Cipriano Castro para poder controlar a los grupos armados y unificar la República.

Esta es la primera oportunidad en que Venezuela atraviesa por un proceso de desarme progresivo, ocasión de especial interés porque antecede a una serie de gobiernos dictatoriales y democráticos, donde la posición del Estado es la de reprimir o la de controlar el orden y el espacio público para proporcionar seguridad a los ciudadanos.

En relación a los lineamientos de regulación de medios, durante la época era común durante los gobiernos de Cipriano Castro y de Juan Vicente Gómez ver “decomisos de libros en las aduanas del país, expulsiones de extranjeros, y obstaculización de la distribución de periódicos y revistas. Tal fue el caso del periódico “El Pregonero” en 1904 –quizás el primer acto censor del siglo XX–. Para aquel entonces Castro decretó que debido a las permanen-tes críticas efectuadas por el periódico contra el servicio postal, este no podría continuar consignando sus ediciones en las estafetas de correo para su oportuna distribución. Castro suspendió la medida tres meses más tarde”124.

Con la llegada de Juan Vicente Gómez al poder, se establece una dictadura que se ex-tiende hasta 1935. En este período se produjeron siete reformas constitucionales, entre las que destaca la “Constitución de 1936, donde se establece: ‘La Nación garantiza a los venezolanos la libertad del pensamiento, manifestado de palabra, por escrito o por medio de la imprenta u otros medios de publicidad, pero quedan sujetas a pena, conforme lo determine la ley, las expresiones que constituyan injuria, calumnia, difamación, ultraje o instigación a delinquir. No es permitido el anonimato ni se permite ninguna acción o propaganda de guerra ni en-caminada a subvertir el orden público o social. Se consideran contrarias a la independencia, a la forma política y a la paz social de la Nación las doctrinas comunista y anarquista, y los que las proclamen, propaguen o practiquen serán considerados como traidores a la Patria y castigados conforme a las leyes’”125.

El mantenimiento del orden público era potestad absoluta del Estado, los cuerpos de se-guridad eran rigurosos en el control de su cumplimiento y, durante la época, aquellos que no adversaban los ideales políticos de la dictadura vivieron un clima de aparente seguridad. “Para aquel momento estábamos en presencia de un tipo de Estado formal y concretamente autocráti-co. La “política” era abiertamente despótica. El rasgo fundamental de la “Política Comunicacio-nal” era la concentración de poder en manos de una minoría: una minoría con poder de comu-nicar, con poder de informar, de censurar, de decidir quién tenía derecho a hablar y opinar”126.

Posterior a la muerte de Juan Vicente Gómez comienzan a surgir diversas fuerzas polí-ticas, que luego se consolidan como partidos políticos. En este marco, se desarrolló el período presidencial de Eleazar López Contreras, quien durante su gestión adelantó diversas acciones en materia de seguridad y control de armas. Así tenemos que creó la Guardia Nacional el 4 de

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agosto de 1937, según decreto N° 1320, el cual tenía como fin servir como cuerpo de coope-ración a las fuerzas armadas y las policías.

Del mismo modo, en 1939 promulga la Ley General de Armas y Explosivos, según Gaceta Oficial N° 19.900 de fecha 12 de junio de 1939, en la cual se define quién puede tener un arma, qué tipo de arma puede ser y bajo qué condiciones puede obtenerla; destacando que el único que pueda controlar y aprobar que otros porten armas es el Estado. Además, de promulgar el Código Penal y la Ley Contra Vagos y Maleantes, las cuales son utilizadas para que cualquier persona pudiera ser acusada de alterar el orden público o ser reclutada para incorporarse en los cuerpos militares.

En materia comunicacional, en este período “la normativa jurídica para los medios radioeléctricos (…) aparece en nuestro país entre 1936 y 1940. Para esas fechas se promulga, en pleno gobierno del General Eleazar López Contreras, la Ley de Telecomunicaciones y el Reglamento de Radiocomunicaciones. En esos instrumentos se regulaba todo lo relativo ‘(…) al establecimiento y explotación de todo sistemas de comunicación telegráfica por medio de escritos, signos, señales, imágenes y sonidos de toda naturaleza, por hilos o sin ellos u otros sistemas y procedimientos de transmisión de señales eléctricas o visuales’”127.

Esta legislación estuvo vigente durante 60 años, hasta que en el año 2000 se aprueba la Ley Orgánica de Telecomunicaciones. Antes de la aprobación de este nuevo instrumento legal se aprobaron varios decretos y resoluciones “que tenían que ver con aspectos sociales, culturales, de contenido, educativos y de operación”128

Ahora bien, entre 1945 y 1948, Venezuela experimentó un llamado proceso democrá-tico que dio pasó a una Asamblea Constituyente, elecciones presidenciales y municipales. El proceso de democracia no logró cristalizarse en el país y en pocos meses se produjo un giro político que sumió a Venezuela en la dictadura de Marcos Pérez Jiménez hasta el año de 1958.

Durante la dictadura de Pérez Jiménez el orden público continuaba siendo potestad absoluta del Estado. La creación de la Seguridad Nacional* no sólo criminalizaba la militancia de los partidos Acción Democrática y del Partido Comunista de Venezuela, también reprimía con rigor cualquier intento de alterar el orden público. La cantidad de presos se incrementó de forma importante durante estos años.

Es importante destacar que “el 22 de noviembre de 1952, en plena dictadura, irrumpe en Venezuela, al igual que en Argentina, Colombia y Perú, la televisión. Se inicia como un medio estatal, aunque rápidamente irán surgiendo estaciones con patrones de televisión privada-comercial, casi nula reglamentación y con gran influencia de las trasnacionales audiovisuales americanas”129.

* La Seguridad Nacional era una dirección policial que tenía como fin mantener el orden público, dependiendo del entonces Ministerio de Relaciones Interiores. Sin embargo, este cuerpo de seguridad fue utilizado como policía política de Marcos Pérez Jiménez para controlar a los grupos que le eran adversos.

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Este hecho dará paso a futuras experiencias de promoción de convivencia pacífica a través de campañas y programas para radio y televisión. Hasta entonces toda la información relacionada con seguridad y orden público se transmitía a través de comunicados, proclamas y decretos emanados del Estado y, salvo contadas excepciones, más bien de carácter personal y aislado. No se desarrollaban ni en la prensa, ni en la radio campañas ni estrategias de comu-nicaciones para promover la convivencia y el orden público.

Luego del derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958, se inicia el llamado período democrático venezolano, precedido por la alianza conocida como el “Pacto de Punto Fijo”, que supuso un acuerdo establecido entre los partidos de oposición para cul-minar la situación de transición.

Durante esta etapa continuó entendiéndose el orden público como una responsabilidad del Estado, que debe mantenerse para garantizar a los ciudadanos la seguridad personal. Esta posición permite que surjan discursos, ampliamente aceptados entre los ciudadanos, como “mano dura”, “lucha contra el crimen” y “plomo al hampa”, buscando legitimar políticas repre-sivas para luchar contra la inseguridad. En el ámbito de las comunicaciones el primer período de la historia democrática venezolana transcurre sin mayores pronunciamientos en cuanto al desarme y la violencia asociada al uso de armas de fuego. No eran temas fundamentales en la agenda pública, las preocupaciones más álgidas del país eran otras para ese entonces.

Las propuestas venezolanas en relación a la comunicación durante ese período histórico, “estuvieron marcadas por un espíritu de concertación con el sector privado y por el interés por brindar servicios complementarios. Los presidentes Carlos Andrés Pérez (74-79) y Herrera Campíns (79-84) realizaron planteamientos de políticas de comunicación en una continuidad pluralista, pese a las presiones empresariales, la crisis económica y las limitaciones del Estado”130.

Según sostiene Max Tello*, en términos de legislación y elaboración de políticas públi-cas en comunicaciones:

“Los corpus políticos venezolanos han sido los más coherentes e integrados de Amé-rica Latina. La razón es que siempre se han sostenido en un esfuerzo de investigación previa. Durante la administración del presidente Pérez se reguló la publicidad, se crearon y reorganizaron los Ministerios de Comunicación e Información, se creó la Oficina Central de Información y la Comisión Nacional de Cultura. Esta última encargó la producción del informe RATELVE, que contenía propuestas sobre radio-difusión de servicio público, concertación entre los sectores público y privado, ser-vicios complementarios, calidad de infraestructura y programación y ampliación de la cobertura.

* Max Tello es licenciado en Comunicación Social egresado de la Universidad de Lima en Perú, con un Master en Estudio sobre informa-ción y tecnología por la Universidad de Liverpool; y estudios de postgrado en Estudios de Población por la Universidad de Costa Rica.

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El V Plan de la Nación (1976-80) –durante la administración de Pérez– vincula la co-municación al desarrollo, reconoce la necesidad de control estatal, plantea la creación del Sistema Nacional de Comunicación Social, la participación colectiva, la integra-ción regional y la evaluación de la tecnología a incorporar. Finalmente se pronuncia en favor del Nuevo Orden Económico Internacional

Durante la administración de Herrera Campíns el VI Plan (81-84) define las políticas de la comunicación en razón del desarrollo, el acceso y la participación, la consoli-dación del sistema de medios del Estado y el apoyo al Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación”131.

El proyecto RATELVE sostenía que el gobierno debía regular el sistema nacional de radiodifusión, generando una política pública de comunicaciones que fortaleciera la creación de un sistema de propiedad de medios mixtos y que ejerciera control sobre los contenidos y la publicidad transmitida por los medios radioeléctricos. Este esfuerzo no logró concretarse debido a las críticas de los medios privados y parte de la sociedad, convirtiéndose así en un esfuerzo teórico y académico reconocido internacionalmente, pero sin mayor repercusión en el panorama de los medios venezolanos.

Estos proyectos, decretos y regulaciones representaron algunos de los esfuerzos realiza-dos para promover un uso más equilibrado del espacio en los medios, en especial en lo que se refiere a los medios radiofónicos. Sin embargo, durante este período e, incluso hasta nuestros días, son los medios privados quienes dominan los contenidos, la penetración y las audiencias en todo el territorio nacional.

Los medios públicos y privados desarrollaron durante todo el período 1958-1988 una variedad de campañas de concientización para promover la convivencia ciudadana y pacífica. Pero es importante destacar que estos esfuerzos no respondían a una política pública consul-tada y consensuada. En su mayoría partían de las preocupaciones particulares de los medios o de alguna recomendación gubernamental o empresarial.

Entre las campañas con mayor repercusión en promoción de una convivencia pacífica se encuentran las desarrolladas por Renny Ottolina. El conocido animador fue el primer director de Venevisión en 1953, cuando el canal inicia sus transmisiones “con el apoyo de la cadena nor-teamericana American Broadcasting Company (ABC) y la corporación de bebidas gasesosas Pepsi-Cola Internacional”132, en sociedad con el empresario cubano-venezolano Diego Cisneros.

Luego Ottolina pasa a trabajar en 1954 en Radio Caracas Televisión (RCTV), primero como animador del programa “Lo de Hoy” y luego con programas como “Tómelo o déjelo”, “Venezuela mira su futuro” y “El Show de Renny”. En 1960 se convierte en el primer animador latinoamericano en tener sus propio programa en inglés, al ser contratado por el canal 7 New York-W ABC TV. En 1964, de vuelta en Venezuela, Renny Ottolina se convierte en el anima-

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ComuniCaCión y desarme. recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

dor número uno de Venezuela, gracias al programa “Renny Presenta” y a la tercera etapa de “El show de Renny”, transmitidos por RCTV.

A principio de los años setenta, Ottolina comienza a participar en una serie de campa-ñas de concientización para promover la ciudadanía y la convivencia entre los venezolanos. Por esto, renuncia a ser imagen de publicidades de cigarrillos y licores y participa como voluntario en una campaña desarrollada por el Ministerio de Transporte y Comunicaciones para incentivar el respeto a las normas de tránsito. Dichas campañas son todavía referencia para los ciudadanos y para algunos medios de comunicación que se encuentran desarrollan-do experiencias similares.

En el ámbito sociopolítico existe durante los años 60, 70 y 80 una tendencia a la profe-sionalización en el país, se incrementa el acceso a la educación básica, se fortalece el sector cultural y se crea un sistema de salud y seguridad social. Sin embargo, “esto no parece haber influido en la marcha de los asuntos políticos internos; en estos años, la corrupción fue cre-ciendo, las desigualdades sociales se acentuaron y, por último, en febrero de 1983 se produjo la mayor crisis económica de la historia de Venezuela, con la devaluación del bolívar y la constatación del prodigioso crecimiento de la deuda exterior, acompañado de los síntomas clásicos de la crisis: paro, inflación, etcétera”133.

Entre los años setenta y noventa comienza a surgir una serie de investigaciones aca-démicas que analizan la relación entre lo transmitido por los medios de comunicación, es-pecialmente por la televisión y lo percibido por las sociedades. De acuerdo con McCombs* “en casi todos los temas del repertorio público los ciudadanos ven una realidad de segunda mano que viene estructurada por las informaciones que dan los periodistas de esos hechos y situaciones. Esta información viene seleccionada y filtrada, desde la escogencia del tema, pasando por el espacio que se le dedica o la cantidad de tiempo o repeticiones que se hagan de la misma (…) El autor, sin embargo, advierte sobre cualquier determinismo de su teoría: ‘el establecimiento de la agenda no es un regreso a la teoría de la aguja hipodérmica (o de la bala): no postula unos efectos todopoderosos de los medios. Ni tampoco considera a los miembros de la audiencia unos autómatas, que están esperando a que los medios informati-vos vengan y los programen”134.

La referencia teórica es fundamental para entender lo ocurrido a finales de los noventa. Las agendas informativas de los medios estaban cargadas de violencia, pero esto no se debe ne-cesariamente a un interés en posicionar el tema en la agenda pública, sino que se explica por-que los hechos que marcan este período histórico están marcados por acontecimientos muy violentos. “En 1989 ocurre el llamado Caracazo y en 1992 hubo dos intentos para derrocar al

* Maxwell McCombs, profesor de comunicación en las universidades de Los Ángeles (1965-66) y Carolina del Norte (1967-73). Fue di-rector del News Research Center de la American Newspaper Publishers Association (1975-84). Es uno de los principales referentes de la “Teoría del establecimiento periodístico de temas” o “Agenda Setting”.

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gobierno. El sistema representativo se pone en tela de juicio y aumenta progresivamente la abstención electoral. Entra en crisis la democracia representativa y aparece de nuevo el pen-samiento antipartidista en la opinión pública. Todo esto prepara el escenario para el ‘colapso electoral de los partidos políticos tradicionales en 1998, el triunfo como presidente de quien ha-bía sido el protagonista de una de las rebeliones militares del año 1992 Hugo Chávez Frías’”135.

Luego de la llegada de Hugo Chávez Frías a la Presidencia de la República se inicia un período de reformas, que tiene su punto central en la aprobación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Las modificaciones en la carta magna y la situación de exacerbación de la violencia que se vivía en el país, son fundamentales para entender la situación actual.

De acuerdo con Gilda Núñez*:

“En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) de 1999 se consagra por primera vez a nivel constitucional la seguridad ciudadana (artículo 55), entendida en sentido amplio como la protección de los derechos, libertades y ga-rantías constitucionales. Ello implica –al menos conceptualmente– la superación del tradicional modelo de seguridad basado en el orden público acuñado durante largo tiempo en el país, que garantizaba sobre todo el normal funcionamiento de las ins-tituciones del Estado y bajo el cual se protegía el orden económico y político, tanto en gobiernos dictatoriales como democráticos, incluso por encima de los derechos y garantías civiles”136.

Este paso del orden público a la seguridad ciudadana generó un quiebre de la irrupción del control del Estado en la lucha contra la inseguridad, que diera paso a la protección de los derechos ciudadanos a través de un servicio público de protección de la seguridad y la pro-moción de una mejor convivencia desde las instituciones gubernamentales.

“Para el período 2001-2007 fue diseñado un Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación (…) donde se reconoce la seguridad ciudadana como una condición fundamental para el desarrollo humano, garantizando la superación de amenazas, vulnerabilidad y riesgo para la vida de las personas y sus propiedades, la paz y la con-vivencia pacífica, y ello se alcanzará –según el Plan– con la nivelación de los desequi-librios macrosociales, la prevención y control del delito y con la reestructuración del sistema penitenciario. Bajo esta concepción en materia de seguridad ciudadana, el Plan establece que: El enfrentamiento de los índices de criminalidad, se asume como una política integral, que comprende, por una parte, la reducción de las desigualda-des sociales, el incremento del nivel de empleo y la atención a los grupos sociales re-lativamente pobres y, por la otra, una política específica para la prevención y combate de la criminalidad y la violencia”137.

* Gilda Núñez es Doctora en Derecho por la Universidad de Barcelona en España; y se desempeña como docente e investigadora del Insti-tuto de Ciencias Penales de la Universidad Central de Venezuela.

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ComuniCaCión y desarme. recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

Esta propuesta que supone la evolución hacia una seguridad ciudadana más humana y preocupada por los derechos humanos encontró graves escollos en la práctica real por el ni-vel de pugnacidad que generaron en el país los sucesivos hechos de violencia ocurridos entre 1992 y 2002. Es importante destacar que desde 1899, luego del primer plan de desarme de la población civil realizado durante el gobierno de Cipriano Castro, Venezuela siempre tuvo políticas de seguridad que implicaban el resguardo del orden público a través de las fuerzas de seguridad y en algunos casos a través del uso de fuerzas represivas. El cambio que supone esta nueva política pública en la forma de entender la seguridad ciudadana –acompañada de una disminución de las políticas– requería de la participación de la sociedad para poder cristalizarse y profundizarse.

“Cuando se habla de seguridad ciudadana se ven involucrados distintos actores: dis-tintas instancias públicas y privadas, organizaciones gubernamentales y no guberna-mentales, y sobre todo la sociedad civil como parte importante para la solución de los asuntos públicos; sin embargo –y muy especialmente– son las actividades desarrolla-das por (y desde) el Estado las que ponen a prueba la coherencia política e institucio-nal de todo el sistema, por cuanto el desarrollo de la política de seguridad requiere de la intervención de una multiplicidad de organismos, y en su debida articulación, el Estado tiene una gran responsabilidad. Específicamente a los organismos del Poder Público Nacional (Asamblea Nacional, Ministerio del Interior y Justicia, Ministerio Público y Tribunales de la República, entre otros) les corresponde desempeñar un papel fundamental en el desarrollo de la política nacional de seguridad”138.

En lo referido a las comunicaciones, “en cada una de estas coyunturas el papel de las empresas privadas de comunicación ha sido protagónico (…) los medios de comunicación privados se han constituido en una importante tribuna política para la oposición al gobierno. Por su parte, el gobierno ha tenido unas recíprocas relaciones virulentas con las empresas pri-vadas de comunicación, en una clara aversión política mutua. Ante la relevancia que ha alcan-zado la diatriba político-mediática con las empresas privadas de comunicación, el gobierno ha creado nuevos medios de comunicación del Estado, así como promovido el surgimiento de medios de comunicación alternativos”139.

Desde la perspectiva de Maryclen Stelling*:

“Los medios de comunicación social se han convertido en ejércitos, en la batalla de confrontación del enemigo, de destrucción del enemigo a través de la palabra, de las caricaturas (…) tratando de destruir al contrario de manera simbólica. Los medios

* Maryclen Stelling es socióloga, con especialización en Desarrollo Organizacional. En su ejercicio profesional ha sido Directora Ejecutiva del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos; Coordinadora del Observatorio Global de Medios, Capítulo Venezuela; Rec-tora suplente del Consejo Nacional Electoral Vicepresidenta de la Junta Directiva de la Asociación de Planificación Familiar (PLAFAM) y Miembro del Consejo Asesor del Portal de Estudios en Comunicación y Periodismo.

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tienen ahorita una importancia absoluta en la confrontación política, porque ade-más, los partidos políticos están absolutamente debilitados, llámese PSUV, llámese Primero Justicia, no son fuertes como partidos, se han convertido en maquinarias electorales.

Los partidos son hoy en día maquinarias electorales y al presentarse esa situación los medios toman protagonismo por lo que podrían ser importantes actores en coadyu-var en políticas de promoción de la cultura de paz”.

Aún cuando el Estado venezolano se ha preocupado por abrir nuevos espacios comu-nicacionales y por incrementar la participación de los medios comunitarios en el debate na-cional, los medios privados han incorporado con mucha fuerza el tema de la inseguridad en su agenda noticiosa. La inclusión de este tema se incrementó “a mediados del año 2006, cuando las empresas de comunicación dieron una impresionante cobertura a cuatro casos: 1) El asesinato de tres estudiantes universitarios en el sector Kennedy (Caracas) por parte de cuerpos policiales; 2) el secuestro y posterior asesinato de los hermanos Faddoul y su chofer; 3) el asesinato del influyente empresario Filippo Sindoni y 4) y el asesinato del sacerdote Jorge Piñango, quien fue encontrado muerto en la habitación de un hotel capitalino”140.

Esta situación convirtió el tema de la violencia y la victimización delictiva en un asunto politizado. Sectores de la oposición, los medios e incluso algunos voceros del gobierno co-menzaron a vincular los hechos de violencia con la pugnacidad existente entre los afectos al oficialismo y la oposición, explicando el tema como un resultado de las “agendas mediáticas” o “con la ineficiencia del gobierno”, lo que ha ocasionado que se pierda de vista los verdaderos detonantes del problema y las acciones que permitirían una disminución del mismo.

De acuerdo con Keymer Ávila*:

“La conflictividad y violencia social son temas que ameritan una discusión política profunda, seria y comprometida, que trascienda a las meras coyunturas electorales (...) La instrumentalización de estos temas por este tipo de coyunturas hace difícil crear condiciones para la construcción y desarrollo de políticas democráticas de pre-vención y contención de la violencia. La política criminal no debe estar supeditada a los ritmos de la agenda mediática (…) En este sentido, es necesario que las institu-ciones gubernamentales no sean tan fácilmente seducidas o inducidas por estas lógi-cas, el debate político coyuntural es inevitable para el gobierno, pero la elaboración y ejecución de políticas coherentes, democráticas e inclusivas, de protección de los derechos fundamentales en el día a día de las personas, es su deber”141.

* Keymer Ávila es abogado, egresado de la Universidad Central de Venezuela, con Master en criminología y sociología jurídica penal de la Universidad de Barcelona, España.

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ComuniCaCión y desarme. recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

El debate en torno al tema del posicionamiento de la violencia en la agenda pública, no debe centrarse en la búsqueda de culpabilidades, debe dirigirse hacia la comprensión del fenómeno y la formulación de estrategias conjuntas por parte del Estado, la sociedad y los medios de comunicación que logren contribuir a la disminución de la violencia.

“La demanda que ejercen sobre los gobiernos grupos de poder que a su vez operan sobre medios de comunicación que aptos para generar una gran alarma social a partir de una difusión escandalizadora de los hechos delictuales, emprenden campañas de ley y orden. Estas campañas de ley y orden crean, o más bien aumentan un sentimiento de inseguridad que usualmente está muy por encima de los índices reales”142.

Para evitar esta sensación de inseguridad se requiere que los medios utilicen fuentes oficiales e índices confiables sobre la violencia generada por las armas de fuego que diversifi-quen el tratamiento que tradicionalmente hacen de la noticia de sucesos, incluyendo análisis sobre las causas y consecuencias de la misma. De esta forma, los ciudadanos podrán tener una comprensión mucho más amplia del problema. ✱

SITUACIÓN ACTUAL EN VENEZUELA A PARTIR DE LA VOZ DE ESPECIALISTAS , DIRECTORES DE MEDIOS, PERIODISTAS Y ORGANIZACIONES COMUNITARIAS

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cOntextO

en Venezuela, la mayoría de los medios informativos, impresos y digitales, publican la información relacionada con homicidios y hechos violentos que involucran armas de fuegos en una sección denominada “sucesos”. Así lo refleja la consulta realizada, duran-

te el desarrollo de esta investigación, a 60 diarios y semanarios de distintas regiones del país.

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No poseen sección de sucesos Tienen sección de sucesos

El 85% de los medios consultados poseen una sección para la publicación específica de las informaciones relacionadas con violencia, principalmente los diarios regionales que representan un 75% de la muestra. Sólo dos de los periódicos: Wayuunaiki en Zulia y diario el Católico en Los Andes, carecen de un espacio específico para este tipo de noticias. Sin em-bargo, incluyen algunos hechos destacados en sus páginas de actualidad.

En el diario de mayor circulación nacional, Últimas Noticias, este tipo noticias son escritas por periodistas especializados en el tema y suelen ser supervisadas por los jefes de información. Así lo expresó Wilmer Poleo, coordinador de sucesos de ÚN en una entrevista realizada para el desarrollo de esta investigación. Al respecto, Poleo expresó: “Muchas veces, hay una línea editorial en los medios para trabajar las noticias de sucesos, aquí particular-mente, las cosas se dicen en formas muy sutiles. Hay periódicos en donde si te ordenan explí-citamente seguir casos específicos”.

El tratamiento de la violencia en los medios de comunicación es un tema ampliamente estudiado por académicos, así como la importancia que tiene el marco regulatorio que supo-nen las políticas públicas en comunicaciones para poder incentivar y promover una cultura de paz a través de estos espacios informativos.

66 COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

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De acuerdo con Fernando Buen Abad*: Fundador de la Universidad de la Filosofía, Miembro del Comité Consultor de Telesur y representante de la Fundación Federico Engels en Argentina:

“Las herramientas de comunicación con que contamos hoy tienen una capacidad para incentivar la construcción de conciencia y la clarificación de problemas sociales que todavía no hemos acabado de descubrir en su mayor y mejor potencia, (...) en el campo específico de las tareas de construcción de climas de paz, en los cuales la convivencia se haga más fraterna, más solidaria, más participativa, las herramientas comunicacionales pueden ser de gran utilidad”.

Por las razones antes expuestas, se incluyó en el análisis una caracterización de la pu-blicación o transmisión de información relacionada con violencia y una serie de entrevistas realizadas a un grupo de especialistas en el área.

La especialización se estableció desde lo académico, especialmente relacionado con personas que han formulado estudios sobre comunicación, así como a partir del ejercicio pe-riodístico o la formulación de líneas editoriales en los medios de comunicación que realizan cobertura a los temas vinculados con violencia. Adicionalmente, se incluyeron profesionales que han desarrollado proyectos comunitarios, cuyo objetivo primordial ha sido lograr la dis-minución de este flagelo.

Los perfiles establecidos para la selección de los entrevistados fueron subdivididos en cuatro grupos: académicos, directores de medios o jefes de redacción, periodistas y líderes de proyectos para promoción de una convivencia pacífica.

académicos Los criterios establecidos para la selección de los académicos fueron los siguientes:

» Ser profesionales egresados de las carreras de Comunicación Social o de licenciaturas afines en el área de las ciencias sociales con especialización en el estudio de la comuni-cación.

» Título de maestría, estudios de postgrado o doctorado en áreas vinculadas a la comu-nicación.

» Investigaciones en materia de comunicación, las cuales debían estar arbitradas y publi-cadas por universidades o institutos de investigación iberoamericanos.

» Se consideró como deseable que los académicos en alguna de sus investigaciones hubie-sen trabajado temas como: políticas públicas en comunicación, violencia y procesos de comunicación alternativa y popular.

* Fernando Buen Abad es fundador de la Universidad de la Filosofía, Miembro del Comité Consultor de Telesur y representante de la Fundación Federico Engels en Argentina

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ComuniCaCión y desarme. recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

Estos lineamientos permitieron reunir a un grupo de entrevistados con trayectoria en el estudio riguroso de la comunicación social y sus implicaciones políticas, sociales, culturales y formativas.

diRectoRes de medios o Jefes de infoRmaciÓn El segundo grupo de entrevistados estuvo conformado por directores de medios, jefes

de redacción o información. Para la selección de los mismos se establecieron los siguientes parámetros:

» Ser profesional egresado de la carrera de Comunicación Social o de licenciaturas afines en el área de las ciencias sociales.

» Tener la responsabilidad profesional de dirigir un medio de comunicación, bien sea impreso, radiofónico o televisivo. En caso de no haber tenido experiencia como direc-tor de algún medio, fue necesario contar con profesionales que se desempeñaran como jefes de redacción o información.

» Tener dentro de sus responsabilidades profesionales la formulación o establecimiento de líneas editoriales para los periodistas que cubren las fuentes vinculadas con la vio-lencia, especialmente relacionada con armas de fuego.

» Se consideró como deseable que tuviesen alguna especialización o maestría en comuni-cación, pero no se estableció como un elemento limitativo si su trayectoria profesional era sólida y comprobable.

Estos lineamientos se establecieron para lograr reunir en el grupo de entrevistados a quie-nes tienen la responsabilidad de definir los lineamientos fundamentales para el tratamiento de las informaciones vinculadas con violencia. Para ello fue fundamental contar con personas encargadas de establecer, regular y supervisar las líneas editoriales que rigen la labor periodís-tica, sobre todo de aquellos profesionales que cubren las denominadas “noticias de sucesos”.

peRiodistas Este grupo estuvo integrado por periodistas especializados en la cobertura de hechos

violentos. Los criterios de selección fueron: » Ser profesionales egresados de la carrera de Comunicación Social o de licenciaturas afines en el área de las ciencias sociales.

» Responsabilidad en el quehacer periodístico, trabajo reporteril o de investigación de los temas vinculados con violencia, especialmente asociada a las armas de fuego. En caso de no haber tenido experiencia profesional en el diarismo fue indispensable que el pe-riodista haya tratado el tema a través de entrevistas o programas de opinión.

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» Manejo y tratamiento de noticias vinculadas con violencia.

» Se consideró como deseable que tuviese alguna especialización o maestría, pero no se estableció como un elemento limitante, si su trayectoria profesional era sólida y reconocida.

Estos criterios garantizaron que se pudiera contar con periodistas conocedores del ofi-cio reporteril que tienen en sus manos la responsabilidad de registrar los hechos noticiosos vinculados con la violencia en Venezuela.

lídeRes de pRoyectos de constRucciÓn de paZ El cuarto y último conjunto de entrevistados estuvo conformado por líderes de proyec-

tos comunitarios para la construcción de paz. Los criterios establecidos para la selección de los ciudadanos y ciudadanas consultados fueron los siguientes:

» Contar con experiencia en el liderazgo de proyectos comunitarios para la disminución de violencia y construcción de paz.

» Tener más de dos años de trabajo sostenido en el desarrollo de proyectos comunitarios. Se consideró deseable que los mismos estuviesen sistematizados a través de las Tecno-logías de Información y Comunicación.

» No se consideró limitante la formación académica de los entrevistados en este grupo.

En este grupo se incluyó a líderes de organizaciones no gubernamentales o comunida-des organizaciones, con experiencias personales y directas en el parea de mediación, resolu-ción pacífica de los conflictos y estudios sobre violencia.

Para realizar las entrevistas fueron seleccionados tres académicos, cuatro directores de medios, cuatro periodistas de sucesos y tres líderes de proyectos de construcción de paz. Los entrevistados no sólo cumplieron con los perfiles antes mencionados sino que, además, se logró una muestra equilibrada de especialistas, a saber:

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secTor represeNTaNTe currículo

académico

marycleN sTelliNg

Los estudios de Maryclen Stelling van desde la sociología hasta el desarrollo organizacional. Las universidades don-de estudió incluyen: Universidad Católica Andrés Bello, Universidad Central de Venezuela en Caracas, Instituto Universitario de Pesquisas de Río de Janeiro-Brasil; École Pratique des Hautes Études de París-Francia. Durante su ejercicio profesional ha sido directora ejecutiva del Centro de Estudios Latinoamericanos “Rómulo Gallegos”; coor-dinadora del Observatorio Global de Medios, Capítulo Ve-nezuela; Rectora Suplente del Consejo Nacional Electoral; vicepresidenta de la Junta Directiva de la Asociación de Planificación Familiar (PLAFAM) y Miembro del Consejo Asesor del Portal de Estudios en Comunicación y Perio-dismo. Su hoja de vida también incluye más de diez años como profesora de postgrado y pregrado en la Universi-dad Católica Andrés Bello; en la Fundación Escuela de Ge-rencia Social y en la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Nacional.

marceliNo BisBal

Marcelino Bisbal obtuvo su licenciatura en Comunica-ción Social en la Universidad Católica Andrés Bello, con el mérito de Cum Laude. Una vez culminada su carrera se dedicó a la docencia, la investigación y la comunica-ción. A través de su trabajo ha logrado obtener el respeto y reconocimiento de la comunidad de especialistas lati-noamericanos en el área, por su trayectoria como investi-gador y docente en la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Católica Andrés Bello. Bisbal cursó el doc-torado en Ciencias Sociales otorgado por la Universidad Central de Venezuela, y obtuvo el grado de especialista en Análisis Semiótico de Textos por el Instituto Pedagógico de Caracas. Fue director de la Escuela de Comunicación Social de la UCV entre 1987 y 1990. Actualmente, es di-rector del Postgrado en Comunicación Social de la Uni-versidad Católica Andrés Bello.

FerNaNdo BueN aBad

Fernando Buen Abad es Doctor en Filosofía. Tiene un Máster en Filosofía Política, Licenciado en Ciencias de la Comunicación, además, es Director de Cine, egresado de la Universidad de Nueva York. Es uno de los fundadores de la Universidad de la Filosofía; Miembro del Comité Con-sultor de Telesur y representante de la Fundación “Federi-co Engels” en Argentina. Fue vicerrector de la Universidad Abierta de México, director del Instituto de Investigacio-nes sobre la Imagen de la misma casa de estudios, y pro-fesor de semiótica, cine, producción audiovisual, periodis-mo, radio, lingüística, comunicación profesional integral, técnicas en comunicación y comunicación internacional en los pregrados y postgrados de diversas Universidades de México, Argentina y Estados Unidos.

70 COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

COMISIÓN PRESIDENCIAl CONtROl DE ARMAS, MUNICIONES Y DESARME

secTor represeNTaNTe currículo

direccióN de medios

ceNovia casas

Cenovia Casas es Licenciada en Comunicación Social, egresada de la Universidad Católica Andrés Bello, con un master en Ciencias Políticas de la Universidad de Geor-getown, Estados Unidos; y una trayectoria que incluye años como reportera del diario El Nacional, cubriendo la fuente parlamentaria; luego en la jefatura de la sección “Internacional” del mismo periódico y actualmente en su jefatura editorial. También fue consejera en la Misión de Venezuela ante la OEA y parte del equipo responsable del rediseño de El Nacional.

vaNessa davies

Vanessa Davies es periodista egresada de la UCV, con una maestría en Comunicación Social de la misma casa de estudios. Durante 17 años trabajó como periodista del diario El Nacional, y actualmente es directora del Correo del Orinoco. Además, es moderadora del programa Con-tragolpe, transmitido por Venezolana de Televisión.

gerardo lomBardi

Gerardo Lombardi es Licenciado en Comunicación So-cial, con amplia experiencia en comunicación alternativa y comunicación para el desarrollo. Actualmente, Lom-bardi es Director Nacional del Instituto Radiofónico Fe y Alegría; Presidente de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER); y miembro de la Direc-ción General del Instituto Latinoamericano de Comuni-cación para el Desarrollo.

eleazar díaz raNgel

Eleazar Díaz Rangel es Lic. Comunicación Social en la UCV. Su dilatada trayectoria en el ámbito de la comuni-cación social lo ha convertido hoy en día en el Director del diario de mayor circulación en Venezuela, Últimas Noticias (UN). Recibió la Mención de Honor del Premio Nacional de Periodismo en 2006. Fue director de Vene-zolana de Televisión; presidente de la Asociación Vene-zolana de Periodistas, directivo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa; y presidente-fundador de la Federación Latinoamericana de Periodistas. Actualmente esprofesor jubilado de la UCV, donde se desempeñó como director entre 1983 y 1986.

periodismo

TaNia díaz

Tania Díaz es periodista, egresada de la Escuela de Comu-nicación Social de la UCV. En su trayectoria profesional ha trabajado en diversos medios de comunicación entre los que se encuentran Radio Nacional de Venezuela y la anti-gua Venpres, hoy Agenda Venezolana de Noticias (AVN). En 2002 entró a formar parte del equipo de Venezolana de Televisión (VTV), y en 2010 fue designada presidenta de esa planta televisiva. Ese mismo año fue nombrada Minis-tra del Poder Popular para la Comunicación e Informa-ción (Minci). También formó parte del equipo fundador de ANTV, el canal de la Asamblea Nacional de Venezuela y, actualmente, se desempeña como diputada por el Parti-do Socialista Unido de Venezuela y como conductora del programa Toda Venezuela, transmitido por VTV.

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ComuniCaCión y desarme. recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

secTor represeNTaNTe currículo

periodismo

THaBaTa moliNa

Thabata Molina es Comunicadora Social, egresada de la Universidad Santa María. Tiene diez años trabajando en la fuente de sucesos. Los primeros cinco años fue pasante del diario El Nacional y luego se quedó trabajando como una de las periodistas fijas encargadas de la cobertura de hechos violentos. En 2004 recibió el Premio Rafael Ángel García otorgado por el Centro Comunitario de Aprendiza-je por los derechos de niños, niñas y adolescentes (Ceco-dap), en la categoría Mejor Reportaje.

pedro garcía

Pedro García Otero es periodista egresado de la Universi-dad Católica Andrés Bello. Actualmente, es jefe de la sec-ción Caracas del diario El Universal.

wilmer poleo

Wilmer Poleo es comunicador social con 23 años de ex-periencia en medios impresos. Comenzó su carrera pe-riodística en el Diario El Globo, haciendo la cobertura deportiva, pero el oficio lo llevó a la fuente de sucesos. Fue reportero de esa fuente en los diarios El Universal y El Nacional. Hace 10 años entró a formar parte del equipo de periodistas de Últimas Noticias, el diario con mayor circulación en el país, donde comenzó realizando la co-bertura de hechos noticiosos en la fuente política. Luego de estar tres meses en esa área pasó a coordinar la sección de sucesos de este diario. En el año 2005 recibió el Premio Nacional de Periodismo, Mención Informativo-Prensa Escrita por su columna semanal “Crónicas Negras”, donde realiza análisis y reportajes de investigación sobre hechos violentos.

líderes de proyecTos de coNsTruccióN de paz

luisa perNaleTe

Luisa Pernalete es Licenciada en educación, pero su vo-cación por la formación de niños, niñas y adolescentes la ha llevado mucho más allá de cumplir con lo establecido en los programas formales de aula, dedicando su vida a educar familias alrededor de Venezuela. Se inició en Fe y Alegría mientras era estudiante universitaria. En 1990 fue directora de este movimiento educativo en el estado Zu-lia. Luego, en 1997 se trasladó a Ciudad Guayana, estado Bolívar, donde dirigió la seccional de esta organización. Actualmente forma parte del Centro de Formación e In-vestigación “Padre Joaquín”, donde desarrolla el área de educación para la paz y la ciudadanía.

paTricia claremBaux

Es comunicadora social egresada de la Universidad Cató-lica Andrés Bello. Se inició en el periodismo en el Diario Tal Cual, donde fue reportera de la fuente penitenciaria por más de dos años. Durante año y medio, Patricia se de-dicó a investigar la situación de las cárceles venezolanas, esa experiencia dio como resultado la publicación del li-bro “A ese infierno no vuelvo”. Actualmente, Patricia Cla-rembaux se desempeña como oficial de comunicaciones de la oficina del coordinador residente en el Sistema de Naciones Unidas en Venezuela.

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secTor represeNTaNTe currículo

líderes de proyecTos de coNsTruccióN de paz

paBlo FerNáNdez BlaNco

Pablo Fernández Blanco es profesor de enseñanza prima-ria, con especialización en conducción del aprendizaje, título que obtuvo en Córdoba, Argentina. Actualmen-te cursa la Maestría en Seguridad Ciudadana y Sistema Penal con Perspectiva Crítica en la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES). Desde el año 2007 es Coordinador General de la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz, organización no guberna-mental venezolana, dedicada desde hace 27 años a la de-fensa y promoción de los derechos humanos.En la actualidad es Secretario Técnico de la Comisión Pre-sidencial para el Control de Armas, Municiones y Desar-me y Miembro del Consejo Académico de la Fundación Juan Vives Suriá, adscrita a la Defensoría del Pueblo de la República Bolivariana de Venezuela.Durante su trayectoria profesional ha sido autor de diver-sos artículos y publicaciones educativas, ha desarrollado actividades pedagógicas en el campo de la educación en derechos humanos para contribuir a la formación de do-centes, funcionarios públicos, policiales, militares y líde-res comunitarios.

Debido al amplio volumen de los datos obtenidos en las entrevistas, se utilizó un aná-lisis cualitativo que permitió “darle estructura a los mismos (Patton, 2002), lo cual implica organizar las unidades, las categorías, los temas y los patrones”143 presentes en los aportes obtenidos durante el proceso. Dentro del análisis se incluyeron los datos extraídos de los encuentros con las organizaciones: Bájale Dos, Universitarios en fronteras, Fundación por la dignidad sagrada de las personas y de las Madres Promotoras de paz en Catuche y San Félix.

Estos encuentros se realizaron utilizando la técnica de la IAP, a través de la cual se pre-sentó a los representantes de las organizaciones comunitarias las reflexiones y aportes hechos por los entrevistados. A partir del diálogo en relación con estos planteamientos, las organi-zaciones aportaron sus opiniones y consideraciones de acuerdo a su propia experiencia en el desarrollo de programas y proyectos de construcción de paz en las comunidades.

En los casos en los que fue posible fueron consultados también algunos beneficiarios de las acciones realizadas por estos grupos, con el propósito de conocer cuál ha sido la repercu-sión que estas iniciativas han tenido en la comunidad.

La selección de las organizaciones se realizó considerando que su trabajo estuviese diri-gido a promover una cultura de paz en sus comunidades a través de labores como: mediación en conflictos entre bandas, promoción de los derechos humanos entre los jóvenes, forma-ción a otros miembros de la comunidad para que puedan intervenir como mediadores en conflictos interpersonales, además de acciones que le permiten servir de interlocutores con las autoridades para desarrollar iniciativas que disminuyan la violencia en su entorno. Cada

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organización realiza estas acciones de acuerdo a sus competencias y a las necesidades de sus comunidades.

oRGaniZaciones comunitaRias consultadasorgaNizacióN descripcióN

Bájale dos, creaNdo coNcieNcia

De acuerdo con Isaac Martínez, miembro de la organización: “Bájale dos, creando con-ciencia” se inició en el año 2008 con un proyecto audiovisual que surgió de un encuentro sostenido por sus miembros con reclusos del internado judicial La Planta. En esta visita identificaron que los privados de libertad tenían la necesidad de expresar lo que hacían, de mostrar a sus familiares que no todos son personas dedicadas al delito dentro de la cárcel y que son muchos los que se trabajan la artesanía, el deporte y la cultura.Escogieron el nombre “Bájale dos, creando conciencia” para identificarse con el lenguaje de los sectores populares caraqueños y como reflejo de su interés por prevenir la vio-lencia. En sus primeros programas transmitidos por “Ávila TV”, recorrieron 17 recintos penitenciarios para mostrar otra cara de la realidad que viven los privados de libertad. Al iniciar este proyecto contaban con el apoyo de los equipos audiovisuales de Ávila TV y aprovechaban las pautas de grabación para hacer este trabajo social, promoviendo ac-tividades deportivas y culturales. Darwin Landaeta, miembro del equipo, señala que obtener los permisos necesarios para poder realizar su trabajo en estos recintos fue muy difícil. Además, indica que entrar a una cárcel sin conocer a nadie representa un riesgo muy alto. Sin embargo, - refiere – que siguieron adelante porque consideran que los medios privados solo muestran las infor-maciones negativas, pero no se preocupan por exaltar las experiencias positivas que hay en las cárceles.La labor con los privados de libertad fue la base para luego iniciar actividades de preven-ción del delito en los sectores populares.Hasta la fecha han realizado más de trece conciertos en barriadas de Caracas como la Cota 905, Petare, Santa Rosalía, entre otras. El objetivo de estas presentaciones es integrar a jóvenes que están ociosos a las actividades culturales para promover su talento. Tam-bién incentivan a las organizaciones populares y a los jóvenes que están sin estudiar para que recuperen junto a ellos sus espacios públicos y sus canchas. Para los jóvenes fundadores de “Bájale dos, creando conciencia” ha sido fundamental el hecho de saber comunicarse con los jóvenes de los sectores populares a partir de un lenguaje común y de los códigos que ellos respetan. Consideran que su mayor acierto ha sido utilizar la música y los conciertos para como herramientas para acercarse a los sec-tores populares. A partir de estas experiencias comienzan a ganarse el respeto de quienes forman parte de la comunidad e inician su trabajo de prevención.

madres de saN Félix

Las madres promotoras de paz en San Félix, estado Bolívar, están divididas en diferentes grupos, entre los que se encuentran: el Grupo de Brisas del Orinoco, el Grupo de Pablo Sexto, el Grupo de La Victoria, entre otros. Todos están organizados de acuerdo a su co-munidad, a su escuela o a la vicaría que haya apoyado la formación de las participantes. Las madres pasan por un programa educativo del Centro de Formación e Investigación “Padre Joaquín” donde comparten herramientas para ser más comprensivas, poner lí-mites y disciplina sin violencia y para aprender a resolver conflictos por la vía pacífica.Para ello inician un proceso donde aprenden a autorregular sus propias expresiones vio-lentas, e identificar los miedos y los bloqueos que sienten cuando se encuentran frente a un problema. Una vez que terminan esta primera etapa de formación se inicia un proceso que les permite comprender cómo disminuir la violencia en su familia, cuáles son los marcos legales que pueden utilizar para proteger a sus hijos (Ley Orgánica para la Protec-ción de Niños, Niñas y Adolescentes (Lopnna), Ley Orgánica de Educación, entre otros). En este nivel de formación se trabaja también para romper esquemas que legitiman la violencia como parte de la crianza o de la disciplina.

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orgaNizacióN descripcióN

madres de saN Félix

Una vez que las participantes han desarrollado habilidades de autorregulación y de re-solución de conflictos en la familia por la vía pacífica, se inicia un proceso para entender cómo pueden extrapolarse estas experiencias a la comunidad. Cuando culmina su formación, las Madres de San Félix inician acciones y proyectos de promoción de cultura de paz en sus comunidades. Sin embargo, una de las principales dificultades que han encontrado para llevar adelante su trabajo es que muchas personas en las comunidades no creen que sus comportamientos sean detonantes de violencia y no quieren cambiar. Algunos padres consideran que deben golpear a sus hijos para edu-carlos; piensan que dejar la basura frente a la puerta del vecino o colocar la música a un volumen alto no contribuye al caos en la comunidad y no están dispuestos a colaborar.A pesar de esto han logrado influir en familias donde se presentaban casos muy graves de maltrato familiar y de violencia de género. El trabajo lo han iniciado con los niños y jóvenes, quienes han sido mucho más receptivos que los adultos.Entre las acciones que las madres promotoras de paz han realizado en sus comunidades se encuentran: planes vacacionales, talleres de dibujo para niños, turnos de cuidado para que los niños que no tienen actividades en las tardes estén acompañados y supervisados por algún adulto, paseos con los adolescentes, caminatas de promoción de paz, activi-dades deportivas con los jóvenes y talleres de formación para madres y docentes en las escuelas.

madres de caTucHe

La experiencia de las madres de Catuche se inició en el año 2007, después de que la mamá de un joven asesinado en la comunidad acudiera a Fe y Alegría, con la finalidad de solici-tarle su apoyo para disminuir los enfrentamientos armados en su entorno. Desde entonces, Fe y Alegría se constituyó como un espacio para el diálogo entre las madres de las comunidades de La Quinta y Portillo. En sus primeros encuentros, estas madres decidieron dialogar con los jóvenes y los miembros de las dos comunidades para establecer un acuerdo de convivencia.Crearon instancias para la resolución de conflictos en cada comunidad, los llamados “co-mités” son los grupos a los que deben acudir los vecinos para resolver sus diferencias. Quienes forman parte de estos grupos son miembros de las comunidades que han recibi-do formación en temas vinculados con la construcción de paz, el diálogo y la mediación.Para estas madres, las situaciones de tensión originadas por los enfrentamientos entre los jóvenes fueron la motivación para la acción. Ellas sostienen que la comunicación ha sido fundamental para el logro del cese al fuego.

uNiversiTarios eN FroNTera

Esta organización nació como un voluntariado formado por los jóvenes que habían par-ticipado en el programa de Liderazgo Universitario de la Universidad Católica Andrés Bello – núcleo Táchira. En su proceso de formación, los jóvenes comenzaron a plantearse qué podían hacer para trabajar con los demás.Luego de algunos meses de planificación comenzaron a trabajar en una parroquia del Barrio 23 de enero, en el sector La Concordia de San Cristóbal. Allí organizaban reunio-nes con los padres y líderes comunitarios, pero no lograron una buena participación de la comunidad, por eso decidieron cambiar sus actividades a “La Cruz de la Misión”, un pequeño sector ubicado justo en el centro de la comunidad.Desde que iniciaron sus actividades en La Cruz reciben cada sábado a niños y jóvenes que participan en talleres de dibujo y en actividades deportivas. También han organizado cines-foros con la comunidad y reuniones con los líderes comunitarios.El objetivo de Universitarios en Fronteras no es solucionar los problemas de las comuni-dades, sino darles formación a los propios vecinos para que puedan pensar por sí mismos en las soluciones que mejor se adapten a sus posibilidades.Para esta organización el mayor reto ha sido lograr el apoyo de las madres para que se integren en los proyectos y dialoguen con sus hijos adolescentes de forma que respeten acuerdos y espacios de convivencia que se han tratado de establecer.

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orgaNizacióN descripcióN

FuNdacióN “por la sagrada digNidad de las persoNas”

La Fundación “Por la sagrada dignidad de las personas”, surge cuando un grupo de veci-nos de Puerto Ordaz decidió comenzar a rechazar la violencia con acciones de calle en las que tomaban espacios públicos con pancartas y mensajes para tratar de crear conciencia sobre la magnitud del problema en la región.Luego, cuando la violencia comenzó a incrementarse en su entorno inmediato vieron morir al hermano de una de las fundadoras de la organización. Posteriormente, fueron asesinados tres familiares más de miembros de esta fundación. Uno de ellos fue víctima de homicidio el 29 de marzo de 2010, cuando un joven que pertenecía a una banda de la zona lo confundió con un integrante de la banda rival.El dolor de estas familias fue un detonante para que comenzarán a desarrollar acciones para apoyarse unos a otros y llamar la atención de las autoridades competentes. Para la organización, el trabajo no implica solo activismo para levantar la voz frente a la vio-lencia, también supone atender a las víctimas sociales que genera este problema: niños que pierden a sus padres y quedan huérfanos, ancianos que dependían de un hijo para mantenerse y quedan desatendidos, etc.Esta fundación organiza grupos de apoyo psicológico, proporciona los insumos nece-sarios para que puedan satisfacer sus necesidades básicas y acompaña en su duelo a las víctimas para que puedan superar, eventualmente, el dolor que la pérdida de su familiar les ha producido.

Para el análisis de los datos obtenidos en las entrevistas y de las declaraciones que se recogieron como resultado de los procesos de Investigación Acción Participativa con las comunidades, se utilizó la teoría fundamentada en el “método interpretativo que comparte una filosofía común a la fenomenología –o sea, son métodos que se emplean para describir el mundo de mundo de la persona o personas en estudio– (…) Existe un gran número de similitudes entre todos los métodos interpretativos, en los que etnógrafos, fenomenólogos y teóricos fundamentados utilizan la observación y la entrevista como una forma de recopilar datos. Sin embargo, los métodos subyacentes difieren”144.

De acuerdo con Morse*: “El marco teórico de la teoría fundamentada está enraizado en el interaccionismo sim-

bólico, en donde el investigador intenta determinar qué significado simbólico tienen los ar-tefactos, la ropa, los gestos y las palabras para las personas cuando interactúan con otras. Desde este punto de vista, el investigador espera construir lo que los interactuantes ven como su realidad social (…) los teóricos fundamentados también funcionan en un marco teórico en el cual el investigador da por sentado que los individuos le dan información que ellos, los participantes o entrevistados, consideran precisa”145. El teórico entra al proceso sin una teoría preformada. La observación y las preguntas son guiadas por la interacción con los individuos que participan en las consultas.

* Janice M. Morse es PhD en Antropología y PhD en Enfermería por la Universidad de Utah en los Estados Unidos. Ha sido distinguida con diversos reconocimientos por sus aportes en el campo de la investigación cualitativa. Es profesora honoraria de la Universidad de Bour-nemouth, miembro vitalicio de Sigma Theta Tau en la Universidad de Columbia y recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Newcastle en Australia.

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Para garantizar la mayor imparcialidad, la identificación de los entrevistados se ha mantenido como confidencial durante el análisis de los datos obtenidos en las entrevistas. Esta decisión obedece a la necesidad de separar el tema del ámbito político para destacar la importancia de su comprensión académica, profesional y social. Por esta razón las entrevistas fueron codificadas de la siguiente forma:

ENtREvIStADOS CÓDIgO ASIgNADO A lAS ENtREvIStAS

grupo 1. Académicos

Entrevista 1.AEntrevista 1.BEntrevista 1.C

grupo 2. Directores de medios y jefes de información

Entrevista 2.AEntrevista 2.BEntrevista 2.CEntrevista 2.D

grupo 3. Periodistas

Entrevista 3.AEntrevista 3.BEntrevista 3.CEntrevista 3.D

grupo 4. Líderes de proyectos de construcción de paz

Entrevista 4.AEntrevista 4.BEntrevista 4.C

En el caso de las organizaciones comunitarias, la codificación fue realizada de forma diferente porque fueron varios los voceros que dieron su opinión en relación a la experiencia de cada organización. Por ello, se codificaron de la siguiente manera:

CÓDIgO ASIgNADO A lA ORgANIzACIÓN CÓDIgO ASIgNADO A lOS vOCEROS

orgaNizacióN 1. Bájale dos, creando conciencia

Entrevista 5.AEntrevista 5.BEntrevista 5.C

orgaNizacióN 2. Madres de San Félix

Entrevista 6.AEntrevista 6.BEntrevista 6.CEntrevista 6.D

orgaNizacióN 3. Madres de Catuche

Entrevista 7.AEntrevista 7.B

orgaNizacióN 4. Universitarios en Frontera Entrevista 8.A

orgaNizacióN 5. Fundación “Por la sagrada dignidad de las personas”

Entrevista 9.AEntrevista 9.BEntrevista 9.C

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resUltadOs de las entreVistas a académicOs, directOres de mediOs, periOdistas, líderes de prOyectOs de cOnstrUcción de paz y OrganizaciOnes cOmUnitarias

Los datos fueron organizados de acuerdo a su relación con las tres dimensiones fun-damentales del eje comunicacional que deben servir de sustento a una política integral de disminución de la violencia generada con armas de fuego y de promoción de una cultura de paz, a saber:

1. La información en procesos de desarme, control de armas y municiones y promoción de una convivencia pacífica.

2. Legitimidad de las propuestas para el desarme, control de armas y municiones, y cons-trucción de paz

3. Participación del Estado, medios de comunicación y comunidades organizaciones en procesos de desarme y construcción de paz

Dentro de la dimensión asociada a la información en procesos de promoción de con-vivencia pacífica, desarme, control de armas y municiones los temas que se plantearon en las entrevistas fueron los siguientes:

acceso a la infoRmaciÓn oficial soBRe Violencia GeneRada con aRmas de fueGo

En relación a este tema, todos los entrevistados coincidieron en que actualmente es di-fícil tener acceso a las estadísticas oficiales relacionadas con el tema de la violencia generada por las armas de fuego en el país. Señalan que los medios, universidades y grupos organizados a los que representan no reciben datos provenientes de fuentes gubernamentales.

Para los académicos la carencia de información oficial representa una dificultad im-portante a la hora de desarrollar investigaciones sobre el tema, porque no se conoce a ciencia cierta la dimensión del problema en Venezuela. Refieren también que las cifras publicadas por los medios de comunicación no pueden considerarse como insumos para estudios for-males porque carecen de exactitud y validez, debido a la forma como son recopiladas.

Los entrevistados pertenecientes a los medios de comunicación afirman que la impo-sibilidad de contar con estadísticas provenientes de los cuerpos de seguridad, representa una dificultad importante a la hora de trabajar, profundizar y conocer las causas que alimentan la violencia. Algunos directores de medios señalaron que han preferido dejar de publicar datos sobre la cantidad de homicidios que ocurren en el país, por lo complejo que resulta discri-

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minar las cifras si no se tiene acceso a los expedientes o a la información proveniente de las autoridades competentes.

Para los representantes de las organizaciones comunitarias y los líderes de proyectos de construcción de paz, es necesario que las instituciones del Estado venezolano generen meca-nismos que garanticen mayor acceso a la información oficial para que los medios desarrollen un tratamiento informativo más ajustado a la realidad.

Es importante apuntar que todos los grupos consultados cuestionaron el hecho de que algunos medios publiquen información no verificada. Los periodistas con mayor experiencia en la cobertura de sucesos y algunos directores de medios calificaron como una manipulación aquellas informaciones que se publican sin aclarar explícitamente al lector y a los usuarios de radio y televisión que las cifras que se incluyen no están discriminadas, porque se desconocen las causas y las circunstancias de algunos hechos de violencia.

Los entrevistados consideran que los voceros de los organismos competentes en el tema deben establecer un protocolo formal de acceso a la información que permita a los periodis-tas, académicos y organizaciones sociales que trabajan esta materia recibir datos oficiales. Consideran que si el Estado venezolano establece una política de publicación de información, este tema dejaría de ser tan atractivo para los medios o sectores que se benefician de la infor-mación no oficial que obtienen de familiares o vecinos de las víctimas.

Durante las entrevistas, algunos de los aportes más destacados fueron: » “Como ciudadana, no solamente como periodista, me gustaría ver que puedo tener un acceso a la información que en este momento no tengo. Yo creo que el tema de la trans-parencia de la información es absolutamente vital. Como periodistas hemos sufrido al tratar de conocer el número de víctimas de homicidios y las causas de los mismos. Esa estadística antes provenía de la oficina de prensa del CICPC, luego esa oficina se clausuró; y al no poseer información oficial es terrible lo que los periodistas de sucesos tienen que hacer para poder recabar las cifras de muertos de los fines de semana en este país. Además, nunca tenemos exactamente la seguridad de que las cifras que estamos publicando son las correctas”. (Entrevista 2.B)

» “Al al negarse a dar las cifras es más fácil que exista la manipulación, no solamente porque vayas a manipular los datos, sino que además la manera y el lugar donde los obtienes no sabes con toda certeza si son totalmente confiables”. (Entrevista 1.B)

» “Yo particularmente me inscribo e, incluso, en las oportunidades en que he podido hacerlo lo he planteado, que si la población no tiene acceso a la información oficial la buscarán por las vías alternativas o sencillamente la inventarán. Además, planteo las dos posibilidades porque está quien actúa de buena fe buscando la información, pero no la consigue en la fuente oficial, y está quien actúa de mala fe”. (Entrevista 4.C)

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» “Se ha dado un proceso de magnificación de la violencia, y si tú no estás pendiente como reportero, corres el riesgo de caer en ese juego. ¿Qué están haciendo los perio-distas hoy en día? En primer lugar, no están asistiendo a los sitios donde ocurren los hechos violentos, se conforman con la versión de los hechos que les llega, a través de la familia del muerto, o de algún vecino. Entonces, ¿qué pasa?, se consiguen, por ejem-plo en la morgue de Bello Monte, a alguien que les dice que en lo que va de mes han ingresado 400 cadáveres, pero no te especifican cómo murieron esas personas (…) Si el periodista no puede conseguir la discriminación, tiene que hacer la aclaratoria: “in-gresaron 48 muertos, de los cuales no se ha determinado cuántos son por accidentes de tránsito, cuánto por homicidio, etc.” Lo importante es dejar abierta la posibilidad para que el lector reflexione, y entienda que no todos esos muertos son víctimas de homici-dios o secuestros”. (Entrevista 3.D)

» “Las autoridades deben responder a las comunidades. Tienen que estar en capacidad de responder sin tener que esperar una respuesta de Caracas. Uno de los principales problemas que tenemos es que rotan a los funcionarios cada tres meses, de esa forma no es posible darle continuidad a las acciones y se pierde el contacto entre las autoridades y los periodistas. Al final los periodistas terminan escribiendo lo que encuentran en la calle, porque no tienen un funcionario capacitado para responder sus preguntas en relación con los hechos de violencia que se presentan”. (Entrevista 8.A)

desaRRollo de estRateGias y campañas de sensiBiliZaciÓn paRa pRomoVeR una conViVencia pacífica

Para los académicos, la cultura de la violencia no está legitimada en la sociedad venezo-lana. Aunque existe un incremento de los hechos de violencia a causa de la imposibilidad de la resolución pacífica de los conflictos interpersonales, esta tendencia no refleja la forma en que actúa la mayoría de los venezolanos.

A pesar de estas consideraciones, existe una preocupación entre los representantes del sector académico, organizaciones comunitarias y ONG que trabajan el tema de la violencia, quienes consideran que en la actualidad se está generado un cambio en la valoración que los jóvenes venezolanos tienen sobre la violencia, llegando incluso a entenderla como mecanis-mo para lidiar con los problemas, obtener recursos económicos o lograr un mayor estatus y reconocimiento en las comunidades a las que pertenecen.

Los académicos consultados afirmaron que los medios de comunicación pueden con-vertirse en aliados fundamentales para cambiar la percepción positiva que algunas comuni-dades tienen sobre la violencia, especialmente en los jóvenes. Para ello, refieren que es impor-tante diseñar estrategias para lograr una construcción de sentido y no respuestas efímeras en

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la población. Sin embargo, advierten que estas acciones no deben ser coercitivas, porque se ha comprobado que ese tipo de mensajes no generan respuestas que coadyuven a disminuir el problema.

Por su parte, los representantes de los medios de comunicación, tanto directores como periodistas, afirmaron estar de acuerdo en la necesidad de que los medios logren potenciar estas iniciativas, incluso manifestaron su interés en participar y apoyar cualquier acción diri-gida a promover la construcción de una cultura de paz y destacar el trabajo de las institucio-nes públicas, organizaciones de base y ONG en la reducción de la violencia.

En este sentido, resultaron claves los siguientes aportes: » “Una estrategia para promover el desarme no puede ser restrictiva. Acuérdate de la es-trategia que se utilizó en los años 90 para disminuir el consumo de drogas, que le decía al público: “No consumas”. Esa fue una estrategia que no funcionó, ya está probado y estudiado. Por eso, yo creo que habría que hacer un trabajo previo para identificar bien los tipos de violencia que están imperando ahora en Venezuela y desarrollar una estra-tegia que trabaje sobre sus causas”. (Entrevista 1.A)

» “Yo creo que una campaña bien hecha: incisiva, sistemática pero creativa, puede hacer algo. Nosotros, por ejemplo, vamos a empezar a hacer unos micros con las mamás, don-de ellas cuenten su experiencia resolviendo casos, no sólo de los extremos, sino de casos más sencillos en su familia” (Entrevista 4.B)

» “No se trata de que a través de estos objetivos comunicacionales se produzcan ni res-puestas efímeras, ni respuestas superfluas y mucho menos respuestas que conduzcan a conductas esquivas o particularmente a respuestas de maquillaje o de pura mascarada. La tarea profunda, la tarea compleja consiste en elaborar un proceso de construcción de conciencia, un proceso de análisis, un proceso de síntesis y un proceso de compromiso, lo que en términos concretos significa –por un lado– generar movilización colectiva, pero por otro lado afianzar los valores.”. (Entrevista 1.C)

» “Desde el periodismo se puede promover la publicación de todas las actividades y no-ticias que tengan que ver con disminución de violencia, todas las noticias positivas. Se puede apoyar las iniciativas de recuperación y reinserción de los privados de libertad. Se puede promover todo lo que tenga que ver con construcciones de cárceles con con-diciones más humanas”. (Entrevista 3.A)

» “Además de hacer campañas, hay que hacer la tarea de ir casa por casa para saber que están haciendo los jóvenes; para ver si están estudiando o no están estudiando, y para apoyarlos hasta que puedan conseguir un trabajo con el que puedan reunir para pagar el pasaje, las camisas, un pantalón, y unos zapatos. Así pueden volver a estudiar y crear algo sustentable que se mantenga en el tiempo”. (Entrevista 5.A)

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foRmulaciÓn e implementaciÓn de estRateGias de educomunicaciÓn Los representantes de las comunidades que han desarrollado proyectos de construcción

de paz consideran que ninguna estrategia o campaña comunicacional modificará las acti-tudes de los jóvenes y de las personas en general si no está acompañada de un componente formativo. Este proceso debe intervenir transversalmente el sistema educativo para lograr incorporar el tema de la seguridad ciudadana, las medidas alternativas de resolución de con-flictos y la construcción de una cultura de paz desde la educación inicial hasta la universitaria.

En este sentido, los académicos consideran que los medios pueden ser utilizados como herramientas para la formación si se incluye dentro de la práctica comunicacional elemen-tos de educomunicación. Esta línea de trabajo no sólo incluye el uso de los medios para la formación, sino que incorporar procesos de educación dirigidos a los ciudadanos para que manejen herramientas de análisis crítico de los contenidos expuestos a través de los medios de comunicación.

Algunos de los comentarios más destacados en relación a este tema fueron: » “Yo creo que discutir sobre la violencia o sobre las dificultades en la convivencia en la sociedad, debería ser un eje transversal. Este es un tema que se debe abordar, incluso, con los niños que a lo mejor no saben cómo resolver un conflicto. También debe tratar-se con la mamá y el papá para que dejen de resolverlo con el típico: “pégale tú más duro (…) Entonces debería ser un eje transversal en la educación, la resolución en paz de los conflictos, creo que es algo que nos ayudaría mucho”. (Entrevista 2.C)

» “Podríamos pensar en las ONG y en los grupos organizados dentro de las propias co-munidades para que sean ellos los que promuevan y lancen, no solamente una campaña por la convivencia pacífica, sino programas de formación para mediación y resolución pacífica de conflictos en comunidades. Luego en un segundo orden, pueden apoyarlos el parque de medios, tanto privados como públicos, pero creo que en la medida en que se le da un nivel de poder en la toma de decisiones a la comunidad organizada, en esa misma medida la comunidad será más exitosa porque tiene un acceso o un puente más directo con su propia gente (…) Desde hace mucho tiempo hay académicos que vienen proponiendo esto. En el caso venezolano, el profesor, Gustavo Hernández; y en el caso latinoamericano Guillermo Orozco, de México. Ellos han propugnado la idea de que el tema de los medios, el tema del análisis de los medios, internet y el mundo de las redes sociales forme parte de los contenidos curriculares en la educación, y yo no diría solamente educación universitaria, sino educación media. Ahí va una línea de trabajo que permitiría educar a las audiencias para analizar críticamente el contenido de los medios y que contribuiría a desarrollar mensajes formativos interesantes y novedosos”. (Entrevista 1.B)

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» “Deben trabajarse estas unidades representativas comunicacionales, siempre en un contexto de dinámica que reciba acompañamiento logístico de otro conjunto de accio-nes comunicacionales, si no me parece que el riesgo es que efectivamente, de manera episódica y efímera, construyas cierto tipo de reflexión y cierto tipo de conductas, pero es necesario para que estas conductas permanezcan lograr un afianzamiento y un siste-ma de espejos contextuales que apoye cada cosa que se dice. Por eso, es necesario que la estrategia comunicacional esté acompañada de acciones interdisciplinarias y multidis-ciplinarias en un contexto específico” (Entrevista 1.C)

» “Todo lo que sea formación es algo bueno y algo nutritivo. No hay nada que te forme que no sea beneficioso. Entonces, la idea de dar formación en comunicación es muy buena, pero hay que ver a que mamá se le dice, porque hay que tener el ojo clínico para saber cuál es la indicada para conseguir frutos ¿no? Tiene que ser una mamá que no desista después o que esté consciente que la violencia no es el camino (…) y ya se está despertando el interés de las personas por acá, o sea, es algo nuevo que están recibiendo de manera positiva. Entonces, eso también es un cambio, conocer otra manera de ver las cosas y saber que hay un espacio donde se puede trabajar, que no se necesita tantos recursos o tantas cosas para involucrarse y demostrar que con compromiso se logra un cambio progresivo, porque no todo es de hoy para mañana, son plazos largos, pero, eso también es algo positivo que lo vean ellos, que lo respeten y lo acepten”. (Entrevista 9.B)

equiliBRio infoRmatiVo y RedimensiÓn del tRatamiento de la Violencia en los medios de comunicaciÓn

La mayoría de los entrevistados consideran que los medios de comunicación son co-rresponsables en la disminución del problema de la violencia porque afianzan antivalores que legitiman la misma como mecanismo para la resolución de conflictos. Además, no profundi-zan en el tratamiento de la información relacionada con hechos violentos, suelen magnificar este flagelo y descontextualizarlo de sus causas y consecuencias.

Todos coincidieron en que los medios de comunicación deberían equilibrar la cantidad de información que publican sobre este tema y las que tienen que ver con iniciativas positivas de construcción de paz. Sin embargo, algunos directores de medios señalaron que lograr este tipo de práctica resulta sumamente difícil, porque es muy poca la información que reciben de las organizaciones comunitarias responsables de estas experiencias.

Es importante destacar que algunos de los periodistas consultados asumieron que des-conocen la información sobre experiencias de organizaciones sociales que han coadyuvado en la disminución de la violencia en diversas comunidades del país, razón por la cual no han desarrollado trabajos al respecto.

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Al ser consultados sobre la preponderancia de las noticias de sucesos, algunos directo-res de medios y periodistas justificaron esta tendencia señalando que los lectores y usuarios de radio y televisión respaldan y buscan este tipo de información. Para algunos de los entre-vistados, las noticias de sucesos forman parte de una “tradición” de la prensa.

En relación a este punto destacan los siguientes aportes: » “Yo creo que la responsabilidad de todos los medios (prensa, radio y televisión) en la promoción de la violencia es muy alta. Seguramente, con una investigación profunda podría determinarse que los medios son uno de los factores que estimulan o promue-ven las acciones violentas de los delincuentes. Ahora bien, el caso de Últimas Noticias no escapa a esa generalización. En la última página, casi siempre va una noticia de sucesos, una noticia policial. Eso significa que se le da un valor significativo a ese tipo de información (…) Lo que ocurre es que aquí en Venezuela ha habido una tradición, particularmente en los tabloides, donde las noticias de sucesos siempre han sido muy importantes. Esto se debe a que los tabloides generalmente tienen un nivel de lectura muy alto, en los niveles populares, los niveles socioeconómicos D y E”. (Entrevista 2.A)

» “El derecho humano fundamental es el derecho a la vida. Cuando una vida se quita violentamente, tu deber es denunciarlo como medio. ¿Publicar sucesos te hace sensa-cionalista? No todos los medios hacen sensacionalismo. Hay medios que hacen sensa-cionalismo, que han encontrado un target en el sensacionalismo. Yo te puedo hablar por El Universal, nosotros no hacemos sensacionalismo con los sucesos, contamos las cosas con sobriedad. No sacamos las cosas de su contexto y tratamos de no escandali-zar con fotos explícitas, tratamos de no escandalizar con textos que incluyan groserías, imprecaciones, etc.; pero no vamos a maquillar cifras, no vamos a maquillar realidades” (Entrevista 3.A)

» “Hay que hacer visibles las conquistas de ese pueblo que ha venido trabajando, pero vi-sibles de verdad, o sea, no hablar de un graduado de la Misión Sucre como una estadís-tica; sino ver de dónde viene y qué posibilidades tuvo de graduarse, que antes no tenía (...) Hay que dejar de hablar de los muchachos que han incurrido en violencia o son víctimas de la violencia como alguien que irremediablemente tenía ese destino. Hay que ver lo que hay detrás, quién es la familia, en qué momento se desvió. De manera que, las otras familias, los otros barrios, se vean reflejados y aprendan de su experiencia (…) Eso me parece que es fundamental y que debería tener un espacio privilegiado dentro de los medios de comunicación, ¿por qué?, porque la violencia es uno de los principales problemas que tenemos. Es el cáncer de la sociedad venezolana, y como periodistas de-bemos contribuir con las experiencias que puedan luchar contra eso.” (Entrevista 3.C)

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» “El mensaje audiovisual que llevan los canales privados es que el que tiene más plata vale más, el pobre siempre está humillado, la mujer solo se ve en las novelas culebreras, pero nunca se ve el que estudia, el chamo que hace deporte, o el que resalta bien (…)… y eso lo ven los muchachos, los niños que están creciendo que se pegan todo el día en una te-levisión. Y la visión que tienen es que para yo tener una pistola o un carro tengo que ser un capo, el más maduro en el barrio, el más respetado (…) por lo menos ahora tenemos la ley Resorte que está tratando de poner un filtro (…) Pero vámonos ahora un poco a la autocrítica, porque nosotros debemos estar claros que dentro de este trabajo hemos visto cualquier cantidad de irregularidades dentro de los ministerios”. (Entrevista 5.B)

» “Bueno, yo personalmente, al leer la página de sucesos de la prensa, lo que me lleva es a despertar más, a que mi ambición por la paz siga creciendo, donde yo lo que hago es respirar profundamente, y ver que hace falta seguir trabajando por la paz. Hace falta llevar eso a muchos otros lugares, donde la gente pueda tener ese despertar (...) Hace falta también una página más grande con información comunitaria, social, donde la gente pueda leer mensajes lindos, mensajes que le llenen, mensajes que le transformen, que nos haga ver que hay un Dios demasiado grande, y que él es el que nos ayuda para hacer esto y muchas cosas más” (Entrevista 6.D)

posicionaR el tema de la ética peRiodística en medios pÚBlicos, pRiVados, alteRnatiVos y comunitaRios

Luego de identificar la responsabilidad que tienen los medios de comunicación y los propios periodistas en el tratamiento y difusión de la información relacionada con violen-cia, indefectiblemente todos los consultados hicieron referencia a la necesidad de abordar el asunto desde la perspectiva ética.

Para los entrevistados es importante avanzar en la promoción de principios éticos en la cobertura de hechos de violencia, con el fin de evitar la producción de contenidos sensacio-nalistas y la manipulación informativa. Desde diversas ópticas, consideraron que no es ético publicar información no verificada y hacer un uso indiscriminado de fuentes que no deseen ser identificadas, lo que se conoce en el quehacer periodístico como información “off the record”. También insistieron en la necesidad de profundizar en las causas de los sucesos y no producir contenidos que fomenten antivalores.

Comentarios más importantes en torno a este tema: » “El gran debate que hay que dar en Venezuela, no sólo en lo comunicacional sino en lo político, es el tema de la ética; es decir, desde cuál perspectiva nosotros estamos cons-truyendo lo que estamos construyendo en los medios, en la educación formal, en las instituciones, en la sociedad civil, en nuestros ámbitos naturales de interacción social.

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ComuniCaCión y desarme. recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

Yo creo que en Venezuela, tenemos un quiebre de valores bien grave, porque tenemos una lógica consumista, individualista, marcada por prácticas históricas del rentismo petrolero del que venimos. Mucha gente piensa: “yo estoy haciendo lo que tengo que hacer”, pero actúan bajo una lógica del ataque y la defensa, y efectivamente eso es parte del problema”. (Entrevista 4.C)

» “Así como Chávez habla de la refundación ética y moral de la patria, yo creo que en este momento es indispensable una refundación ética y moral del periodismo. Y me parecería ideal que esa refundación ética y moral se construya al sentar en una mesa a los directores y periodistas del Sistema Nacional de Medios Públicos, de los medios privados y a las escuelas de Comunicación Social de las universidades para generar un documento que recoja sus pareceres, experiencias y que se convierta en algo comparti-do por todos”. (Entrevista 2.C)

incluiR temas de constRucciÓn de paZ en telenoVelas, miniseRies y otRos foRmatos audioVisuales

Al ser consultados sobre la posibilidad de incluir temas sobre experiencias de dismi-nución de la violencia en telenovelas, todos los entrevistados estuvieron de acuerdo en que podría ser un mecanismo exitoso para la promoción de una convivencia pacífica. Algunos especialistas señalaron que no sólo en este formato, sino además en miniseries y otras pro-ducciones audiovisuales, las cuales permitan posicionar experiencias constructivas a escena-rios de violencia.

En su mayoría consideran que esta incursión del tema debe hacerse con la asesoría de especialistas, porque de lo contrario podrían generarse contenidos que refuercen antivalores o que tergiversen los mecanismos de abordaje del problema de la violencia en la sociedad.

En cuanto a este asunto, los entrevistados plantean: » “Las telenovelas tienen una función educativa muy importante. Las novelas brasileras han pasado, incluso, por etapas. Tuvieron una etapa donde tenían contenidos, yo diría que hasta feministas. Eran historias donde la mujer lograba cierta autonomía con su tra-bajo, su formación académica y su independencia económica. No lograba la realización a través de un príncipe valiente que llegaba y la salvaba para llevarla a vivir al Country Club, donde ella descubría ser hija de otra señora riquísima, y así de la noche a la ma-ñana ella salía de su miseria por azar y magia. Esas novelas no existen en Brasil desde hace años, incluso, allá tienen hoy en día una real convicción de que se puede educar a través de las novelas. Eso pasa por convencer a los medios de comunicación social de que tienen que cambiar la tónica de sus historias, pero allí hay otro círculo vicioso. Las

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novelas de nuestros países que se ven en todo el Caribe, México, etc., tienen rating. Esas novelas donde el azar y la magia son la solución tienen rating (Entrevista 1.A)

» “Las novelas, tal como están planteadas –lo sé porque tuve la oportunidad de conversar con un amigo que trabaja en Venevisión– quien me contaba: ‘no Patricia, si tú escuchas las discusiones que tienen en las mesas para plantear una novela ¡te puedes morir! ‘Pon-la bien pobrecita, bien pobrecita, que no se supere, porque eso es lo que vende’, y esa pobrecita es la que se enamora del más rico. Siempre tienen unos planteamientos tan escuetos que no tienen ni el más mínimo de raciocinio, ni análisis, nada de objetividad, ni el más mínimo interés de enseñar algo”. (Entrevista 4.A)

» “Estoy convencido de que efectivamente estos vehículos narrativos como el formato telenovela o la radionovela, incluso, tienen una capacidad de aproximación muy grande en públicos masivos. Y eso lo podemos probar también en el sentido inverso, ¿no? Las telenovelas han sido uno de los vehículos que con mayor facilidad han instaurado exac-tamente todo lo contrario de lo que se quiere. Hemos visto cómo las narco-telenovelas, narco-mensajes, narco-música o la llamada narco-cultura, han establecido un conjunto de antivalores. Sí creo que la vía del relato, por ejemplo, haciendo uso del modelo narra-tivo del melodrama o de la construcción de escenas en las que se pueden construir ma-quetas de conductas cotidianas, en las cuales se pueden verificar o modelizar acciones y respuestas de influencias o de las salidas de escenarios de violencia o de inseguridad, puede ser una herramienta muy poderosa, pero ¡no la única!, y no aisladamente, sin contexto”. (Entrevista 1.C)

» “Una de las formas que estamos estudiando para llegarle más a las personas es a través de los micros radiales, para que escuchándolos puedan darse cuenta de que hay algo para las madres que no es una cosa del otro mundo, y que va a ayudar a la paz a entrar en sus hogares a través de las escuelas, porque así empezamos nosotros, ¿cierto? Cuan-do a mi me llega la invitación para formarme como mediadora es porque mi hijo había entrado en secundaria y había en el colegio un ambiente violento terrible. Y, podemos decir con convicción, que la violencia en el colegio bajó, con los cuatro talleres que se han hecho y los cuatro grupos que se han organizado”. (Entrevista 6.A)

leGitimidad de las pRopuestas paRa la pRomociÓn de pRocesos de desaRme, contRol de aRmas y municiones y cultuRa de paZ

En cuanto a la legitimidad de las propuestas para la promoción del desarme y de la cultura de paz, se presentaron las siguientes consideraciones:

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ComuniCaCión y desarme. recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

Despolitizar el tema de la violenciaTodos coinciden en que uno de los principales obstáculos para entender el tema de la

violencia como un problema multifactorial relacionado con diversos ámbitos de la vida ciu-dadana, es el hecho de que se haya politizado la concepción del mismo.

Sostienen que, durante los últimos años, algunos medios de comunicación y sectores de la oposición han utilizado la violencia como mecanismo para descalificar las acciones gu-bernamentales en materia de seguridad de ciudadana y prevención del delito. De acuerdo con los entrevistados estas situaciones han generado que la información en relación con hechos violentos generalmente se presente vinculada a la diatriba política.

En relación a este tema fueron fundamentales los siguientes planteamientos: » “El problema es la polarización. Al gobierno no le gusta escuchar la crítica, y a veces las críticas de la oposición tampoco son ajustadas a la realidad. Pero cuando tú no tienes argumentos reales, empiezas a pelear por cosas tontas y empiezas a exigir tonterías. Lamentablemente eso parece que sólo se resuelve cuando en las comunidades dos per-sonas con posiciones políticas encontradas se sientan y dicen: ‘me mataron a mi hijo, ¿cómo resuelvo yo este rollo?” (Entrevista 4.A)

» “Un tema como el de la violencia y el desarme abarca todos los órdenes de la vida, porque ataca el orden valorativo, el orden cultural, la violencia, el dinero que gana una persona que está inserta en la violencia organizada y también el dinero que gana un canal de televisión con una telenovela que expone el tema de la violencia, no de manera educativa, sino para lograr rating. Entonces, al trabajar con una estrategia conjunta para promover el desarme estaríamos rompiendo con estructuras económicas, culturales y políticas”. (Entrevistado 1.A)

» “Los venezolanos no hemos elegido la violencia, a pesar de vivir esta situación política donde podríamos haber llegado a una guerra civil. Nosotros hemos elegido otras vías para confrontar al contrario. Una de ellas son las caricaturas con contenido político. Los me-dios de comunicación social se han convertido en ejércitos, en la batalla de confrontación del enemigo, de destrucción del enemigo a través de la palabra, de las caricaturas. Noso-tros estamos tratando de destruir al contrario de manera simbólica” (Entrevistado 1.A)

desaRRollaR iniciatiVas en las cuales paRticipen diVeRsos sectoRes del país

Para darle mayor legitimidad a las estrategias comunicacionales que se emprendan, buena parte de los entrevistados estiman que sería de gran ayuda que las mismas sean desa-rrolladas en conjunto por diversos actores de la vida nacional: instituciones gubernamentales,

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Sistema Nacional de Medios Públicos, medios privados, alternativos y comunitarios, comu-nidades organizadas, universidades, organizaciones no gubernamentales especializadas en temas de disminución de violencia, instituciones religiosas y cultos, entre otros.

En este sentido, los entrevistados algunos de los entrevistados expresaron lo siguiente: » “Yo apoyaría cualquier iniciativa hecha con el espíritu de esa campaña realizada en Ar-gentina, definitivamente. Primero, porque a veces las organizaciones llegan a donde no llega el gobierno y de maneras distintas. Tienen más credibilidad, porque en verdad la gente se siente tocada por el trabajo de la organización”. (Entrevista 4.A)

» Para que una campaña sea efectiva, el Estado tiene que nuclear a las ONG, darles el es-pacio y dejar que ellas trabajen. Por una razón muy sencilla, porque el Estado tiene los recursos, no sólo los recursos económicos, también los recursos coercitivos, una ONG no puede llegar a un barrio a decirle al malandro: ‘deme su arma’, porque le van a dar unos tiros. Necesita llegar con el apoyo de las fuerzas de seguridad”. (Entrevista 3.A)

» “Aparte de los videojuegos que se ven en una pantalla, tenemos también muchos vi-deojuegos en vivo y en directo: papás que golpean a mamás, mamás que golpean a los hijos por todo, mamás que gritan, mamás que simplemente se les va la paciencia, mamás que buscan un trabajo no adecuado. Eso, eso influye demasiado. Y si nosotros podemos transformar nuestras vidas, cambiar nosotros primero, y luego trabajar juntos, como un todo: gobierno, medios y comunidad, podemos cambiar mucho”. (Entrevista 6.C)

» “Para nosotros está organización ha sido facilitadora del proceso de paz en la comuni-dad, nos ha enseñado a dialogar, nos ha brindado espacios y formación, por eso confia-mos en ella, por eso le pedimos que sea nuestro apoyo cuando tenemos que llegar a los medios o las autoridades”. (Entrevista 7.B)

paRticipaciÓn de los medios y comunidades oRGaniZadas en la VeRificaciÓn de las estadísticas Relacionadas con Violencia aRmada

En relación a este tema, los entrevistados consideraron que la creación de una red de veedores que pueda verificar las estadísticas oficiales antes de que las mismas sean publicadas por las instituciones competentes sería de gran ayuda para darle mayor legitimidad a los da-tos. Esta red debería estar conformada por representantes de instituciones gubernamentales competentes en la materia, medios de comunicación y organizaciones sociales. Al consultar sobre la posibilidad de que sean sólo las ONG las que auditen estas cifras, no hubo consenso al respecto. Algunos consultados señalaron que la mayoría de las ONG han perdido legitimi-

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ComuniCaCión y desarme. recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

dad porque han utilizado los temas de seguridad ciudadana, derechos humanos y libertad de expresión para descalificar al gobierno nacional.

En este sentido, algunos de los aportes más destacados fueron: » “El hecho de que las cifras sean auditadas por Organizaciones No Gubernamentales no es una señal de confianza. Creo que las organizaciones están bastante cuestionadas, por lo que ha ocurrido en nuestro país, eso lo quisiera aclarar de entrada. Además, en se-gundo lugar, no creo que teniendo el boletín oficial habría una especie de sanción moral para quienes no se ajustaran a él. Aquí ocurren bastantes irregularidades mediáticas y la sanción moral parece que no interesarle a nadie, aquí es común la política de mentir, de tergiversar, de exagerar, de ocultar y la sanción moral no tiene ningún efecto en los medios venezolanos”. (Entrevista 2.D)

» “Haciendo la salvedad de que las ONG no son la tapa del frasco, sí creo que son impor-tantes, de cara a dar un aporte sustancial desde su experiencia, y ahí es donde creo que ha habido un éxito en algunos países como los que tú estás nombrando, donde las ONG pudieron jugar un rol protagónico, sin opacar las responsabilidades directas que tiene el Estado. En el caso venezolano, la propuesta que estamos haciendo es que las ONG ten-gan un rol dentro del plan para el canje voluntario de armas, como órganos receptores de armas, por ejemplo. Esto va generar una dinámica de confiabilidad social, hay gente que puede confiar en las instituciones del Estado, pero hay gente que absolutamente no va a confiar, ni ahora ni nunca, en ir a entregar un arma a un cuerpo policial, a un organismo militar o a una oficina del Ministerio”. (Entrevista 4.C)

» “Para nosotros está organización ha sido facilitadora del proceso de paz en la comuni-dad. Nos ha enseñado a dialogar, nos ha brindado espacios y formación. Por eso, confia-mos en ella, por eso le pedimos que sea nuestro apoyo cuando tenemos que llegar a los medios o las autoridades”. (Entrevista 7.B)

paRticipaciÓn del estado, medios de comunicaciÓn y comunidades oRGaniZaciones en pRocesos de desaRme y constRucciÓn de paZ

Desde el punto de vista de la participación de los medios de comunicación, las comu-nidades organizadas y las instituciones del Estado en los procesos de desarme, control armas y municiones, y construcción de una cultura de paz, se plantearon los siguientes temas:

Creación de una instancia multidisciplinaria para la comunicación y promoción de una sociedad pacífica

Para algunos de los entrevistados, fundamentalmente representantes del sector acadé-mico, sería importante crear un “Consejo Nacional de la Comunicación”, entendido como un

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órgano integrado por representantes de diversos sectores del país vinculados con la comu-nicación: el sector gubernamental, medios públicos, privados, alternativos y comunitarios, líderes de proyectos de construcción de paz, académicos, periodistas, guionistas, productores de radio, televisión y cine, locutores, entre otros. Este consejo tendría entre sus objetivos desa-rrollar estrategias para promover la comunicación para el desarrollo, velar por la promoción de mensajes y contenidos que promuevan una convivencia segura y en paz y desarrollar pro-gramas de formación para periodistas y organizaciones sociales en esta materia.

Al respecto, estos fueron los aportes más significativos: » “Tendría mucho sentido crear un Consejo Nacional de la Comunicación, donde pudie-ran estar representados todos los sectores de la vida del país. Desde allí, se podría iniciar acuerdos entre el parque privado de medios de comunicación, que es mayoritario, y que son los que tienen mayor número de unidades comunicacionales, el sector guberna-mental y comunitario”. (Entrevista 1.B)

» “Dada la dinámica sociopolítica del país y el peso importantísimo que tienen los me-dios, podrían ser llamados a colaborar en una estrategia que promueva el desarme”. (Entrevistado 1.A)

VisiBiliZaciÓn en los medios de las expeRiencias de constRucciÓn de paZ y disminuciÓn de la Violencia

La mayoría de los entrevistados coincidieron en que sería enriquecedor visibilizar las experiencias que han tenido diversas organizaciones comunitarias, movimientos sociales, or-ganizaciones no gubernamentales y otras formas de organización social en la implementa-ción de proyectos de construcción de paz y disminución de la violencia.

Los participantes consideraron que el registro y la difusión de esas experiencias a través de los medios públicos, privados, alternativos y comunitarios pueden inspirar a otras comu-nidades que enfrentan problemas similares.

Con relación al tema, algunos de los aportes extraídos de las entrevistas fueron: » “Hay que llamar a todas las organizaciones, escuchar sus experiencias y de ahí trazar estrategias para cada área. Eso sí, hay que llamarlas a todas, no importa el color político. Lo fundamental es romper con las distancias políticas que hay ahorita en Venezuela”. (Entrevista 1.A)

» “Creo que es necesario que haya una participación de las organizaciones sociales con cierta trayectoria, sin desmerecer ninguna otra. Lo que pasa es que estamos en un ejer-cicio en Venezuela un poco peligroso a mi modo de ver, con el tema de la creación de los Consejos Comunales de nuevas estructuras de la organización comunitaria, que

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si bien son necesarias, legítimas y pertinentes bajo un nuevo modelo de organización inclusiva; porque las ONG en un cierto momento han llegado a ser un tanto elitistas y responden a una concepción de sociedad mucho más liberal, pero los Consejos Comu-nales no se pueden terminar convirtiendo como dijo muy acertadamente la Ministra de las Comunas, en el mentol chino, que dan pa’ todo, que sirven pa’ todo y que lo curan todo; es decir, el Consejo Comunal tiene que saber de seguridad, tiene que saber de los problemas del aseo urbano, de arquitectura, de los problemas de servicios básicos, del tema de la vivienda, de educación, de justicia, de paz y de cuanta idea salga por allí, no, el Consejo Comunal no es Dios y la propia dinámica del Consejo Comunal ha demostra-do que saturamos los Consejos y al final ni pintan, ni prestan el pincel”. (Entrevista 4.C)

» “Yo estaría dispuesta a mostrar estas iniciativas. Sobre todo para que la gente pueda ver cómo algunas de ellas han dado resultados, porque si bien es cierto que nos están ma-tando, tampoco podemos sumirnos en la desesperanza”. (Entrevista 3.B)

foRmaciÓn y capacitaciÓn de las comunidades oRGaniZadas y del talento humano que laBoRa en los medios de comunicaciÓn comunitaRios soBRe heRRamientas Relacionadas a la pRoducciÓn de contenidos, tRatamiento de los temas asociados a la Violencia y constRucciÓn de una cultuRa de paZ

En relación a este punto, todos los consultados coincidieron en que el trabajo que vie-nen realizando los representantes de los medios comunitarios y digitales (redes sociales, blogs, portales web) se convierte en una oportunidad para crear espacios de producción y transmisión de contenidos relacionados con la prevención de la violencia y promoción de una cultura de paz.

Para cumplir con este propósito se hace necesario diseñar un programa de formación y capacitación dirigido a elevar la calidad de las programaciones y generar procesos de in-novación en los formatos y lenguaje utilizado en las producciones. Estas acciones educativas redundarán en una mayor aceptación, aumento de las audiencias, usuarios y lectores de estos medios comunitarios que efectúan una labor más localizada.

En este sentido encontramos los siguientes aportes: » “A partir de los sucesos de abril de 2002, el gobierno le dio apertura a la creación de una gran variedad de medios comunitarios a través del Reglamento de Radiodifusión Sonora Televisiva para las Comunidades y, a partir de allí, han crecido este tipo de emi-soras de manera considerable. Allí hay un sector muy importante, porque son peque-ños medios que están circunscritos a comunidades pequeñas, pero que hoy no tienen

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audiencia, lamentablemente. Si tú logras convertir a esos medios – porque además la Ley Orgánica de Telecomunicaciones así lo establece– en medios de servicio público que coadyuven a este tipo de políticas en pro de la convivencia, creo que sería muy efectivo, porque ellos responden a espacios pequeños, y pueden mediar en comunida-des muy reducidas y alejadas. A través de CONATEL, debe financiarse la formación y el desarrollo de estos medios comunitarios”. (Entrevista 1.B)

» “Es necesario fortalecer a la sociedad organizada para que comience a presionar. Noso-tros somos un pueblo al que le encanta acometer nuevos proyectos pero nos cuesta mu-cho hacerle seguimiento. A mí me llamaron en un principio para evaluar los contenidos que se transmitirían con el apoyo de la Ley RESORTE, pero creo que esa función de la ley se perdió. La Comisión de Responsabilidad Social era la responsable de esto pero yo no sé si aún existe y qué está haciendo. Yo creo que hay que reformar la Ley RESORTE. Creo que hay que hacer una evaluación de esa ley, identificar qué funcionó y qué no funcionó; evaluar si esa ley más bien protegió a los grandes consorcios y dejó por fuera a los pequeños productores, a las veedurías, los observatorios”. (Entrevista 1.A)

» “La labor de nosotros es social, nosotros aprovechamos el trampolín del canal con el que trabajábamos y hacíamos trabajo audiovisual, pero no teníamos ningún equipo audiovisual, ni cámaras ni nada de eso. Aprovechamos esos equipos y ese trampolín para hacer el trabajo social en las cárceles (…) y dentro de ese trabajo nos encontramos muchas piedras en el camino por los permisos (…) pero explicábamos que el trabajo que nosotros queríamos mostrar era algo que nunca se había hecho. Nosotros quería-mos llegar ahí, no para mostrar sus delitos, o lo malo que fueron, sino todo lo contrario. Porque ese trabajo de mostrar lo malo, ya lo hacían los periódicos o los medios televi-sivos, los medios de radio. Nosotros queríamos mostrar lo contrario: el joven que hace deporte, el joven que hace artesanía, el que boxea, el que canta; todo lo contrario, o sea, mostrar todos los talentos para que esta sociedad, que esta aquí afuera, vea que en la cárcel hay hombres y mujeres que tienen la necesidad de ser reinsertados en la socie-dad”. (Entrevista 5.B) ✱

RECOMENDACIONES EN POLÍTICAS PÚBLICAS COMUNICACIONALES PARA PROMOVER PROCESOS DE CONTROL DE ARMAS , MUNICIONES Y DESARM E, Y CULTURA DE PAZ

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principiOs generales

la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece en su artículo 55 que “toda persona tiene derecho a la protección por parte del Estado a través de los ór-ganos de seguridad ciudadana regulados por ley, frente a situaciones que constituyan

amenazas, vulnerabilidad o riesgo para la integridad física de las personas, sus propiedades, el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes. La participación de los ciu-dadanos y ciudadanas en los programas destinados a la prevención, seguridad ciudadana y administración de emergencias será regulada por una ley especial. Los cuerpos de seguridad del Estado respetarán la dignidad y los derechos humanos de todas las personas. El uso de ar-mas o sustancias tóxicas por parte del funcionario policial y de seguridad estará limitado por principios de necesidad, conveniencia, oportunidad y proporcionalidad, conforme a la ley”.

La Carta Magna también dispone en su artículo 58 que “la comunicación es libre y plu-ral, y comporta los deberes y responsabilidades que indique la ley. Toda persona tiene derecho a la información oportuna, veraz e imparcial, sin censura, de acuerdo con los principios de esta Constitución, así como el derecho de réplica y rectificación cuando se vean afectados di-rectamente por informaciones inexactas o agraviantes. Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a recibir información adecuada para su desarrollo integral.

Por su parte, la Ley Orgánica de Participación Ciudadana y Poder Popular, en su artícu-lo 5 señala que es una “obligación por parte del Poder Público de proporcionar al ciudadano la oportuna y necesaria información para el efectivo ejercicio de su derecho a la participa-ción”. Destacando en el artículo 6 los fines de la participación ciudadana que son “consolidar una sociedad democrática, participativa, protagónica, pluralista, deliberativa, solidaria y tole-rante en función de optimizar la aplicación y los resultados de las políticas públicas”.

Del mismo modo, la Ley Orgánica de Educación promueve la participación ciudadana y el uso de los medios de comunicación como instrumentos fundamentales de servicio públi-co. En tal sentido, en su artículo 9 impulsa las funciones recreativas, informativas y formativas de los medios. Además, incorpora en los subsistemas educativos la formación para el cono-cimiento, comprensión, uso y análisis crítico de los contenidos que transmiten los medios de comunicación.

En esta misma línea, la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión en su capí-tulo I, Disposiciones Generales. Artículo 1. Objeto y ámbito de aplicación de la Ley, establece que: “Esta Ley tiene por objeto establecer, en la difusión y recepción de mensajes, la respon-sabilidad social de los prestadores de los servicios de radio y televisión, los anunciantes, los productores nacionales independientes y los usuarios y usuarias, para fomentar el equilibrio

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democrático entre sus deberes, derechos e intereses a los fines de promover la justicia social y de contribuir con la formación de la ciudadanía, la democracia, la paz, los derechos hu-manos, la cultura, la educación, la salud y el desarrollo social y económico de la Nación, de conformidad con las normas y principios constitucionales de la legislación para la protección integral de los niños, niñas y adolescentes, la cultura, la educación, la seguridad social, la libre competencia y la Ley Orgánica de Telecomunicaciones”.

En virtud del interés que tiene el Estado venezolano de trabajar junto a los diversos medios de comunicación social para fomentar los derechos de cada ciudadano e impulsar los valores democráticos de paz y desarrollo pleno de nuestra cultura, sin distinción de sexo, lu-gar, nacionalidad, situación de residencia, religión, preferencia política o cualquier otra con-dición, desea estimular un debate sobre la responsabilidad de los diversos actores en el hecho comunicacional.

Asimismo, el principio de justicia social y respeto a los derechos humanos, que es parte de los lineamientos fundamentales que establece el Estado en sus cuerpos legales, es la base para diseñar una política pública de comunicaciones que promueva el desarme, el control de armas y municiones, y la convivencia pacífica.

Considerando estos principios, las experiencias en promoción de convivencia pacífica en Latinoamérica y las opiniones de quienes abordan el tema en Venezuela se propone incluir las siguientes recomendaciones en una política pública en comunicaciones para promover la cultura de paz en el país.

recOmendaciOnes generales y acciOnes prOpUestas

Las recomendaciones que se presentan a continuación están enmarcadas en las dimen-siones de la comunicación que debe servir de sustento a una política integral para promover procesos de control de armas, municiones y desarme, y construcción de una cultura de paz, a saber:

1. Información en procesos de desarme.2. Legitimidad de las propuestas para el desarme, control de armas y municiones, y cons-

trucción de paz.3. Participación del Estado, medios de comunicación y comunidades organizaciones en

procesos de desarme y construcción de paz.

En relación con el tratamiento de la información en procesos de desarme, control de armas y municiones, y construcción de una cultura de paz, se recomienda:

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ComuniCaCión y desarme. recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

acceso a la infoRmaciÓn oficial » Crear un Sistema Nacional de Información Oficial sobre violencia, especialmente re-lacionada con el uso de armas de fuego. Este sistema deberá incluir: cifras, estadísticas estratificadas, causas e impacto de la violencia generada con armas de fuego y muni-ciones en el país. Asimismo, facilitará datos con sustento científico a los medios de comunicación, académicos, cuerpos de seguridad del Estado, instituciones públicas y organizaciones sociales para generar una comprensión profunda de las dimensiones de este problema. Adicionalmente, contendrá información relacionada con la implemen-tación de la política pública para el control de armas, municiones y desarme, a saber: cantidad de armas incautadas a la delincuencia; inutilización y destrucción de armas de fuego; procesos de entrega voluntaria de armas, supervisión de Zonas Libres de Armas; auditorías de parques de armas y salas de evidencias que están bajo la responsabilidad de los cuerpos policiales, marcaje de municiones; entre otros aspectos. También, refle-jará las investigaciones realizadas en este campo. La creación de este Sistema Nacional de Información Oficial se propone a partir de la experiencia en Brasil, donde los datos han permitido importantes avances en los tra-tamientos comunicacionales y han logrado disminuir la espectacularidad asociada a la publicación de sucesos en medios. Igualmente, los especialistas consultados sobre el tema consideran que un sistema de información con estas características permitiría que los medios generen un abordaje del tema de manera integral, lo cual contribuiría a pre-venir el sobredimensionamiento de las cifras de homicidios y fortalecería la confianza en las instituciones gubernamentales. Cuando este tipo de información no emana di-rectamente de los organismos oficiales es mucho más complejo evitar la tergiversación y manipulación de la misma. Además, la publicación de datos permite una mayor con-cientización de la población con respecto a la situación y un involucramiento de mayor cantidad de instituciones, organizaciones sociales, entre otros sectores.

» Generar mecanismos de publicación y difusión de información oficial relacionada con hechos de violencia asociados a las armas de fuego. Para ello es necesario:

» Diseñar un protocolo de publicación y difusión permanente de información vincu-lada a hechos violentos con armas de fuego, políticas públicas en materia desarme, prevención del delito, seguridad ciudadana y procesos de construcción de paz. Esta política aportará conocimiento contextualizado del problema y estimulará tratamien-tos informativos responsables.

» Diseñar un manual de vocería para todos los órganos competentes en materia de control de armas y seguridad ciudadana. Este documento deberá establecer los lineamientos

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sobre quiénes serán los organismos o funcionarios encargados de proporcionar in-formación oficial; qué tipo de información se suministrará; con qué frecuencia; y a través de qué medios. Esto evitaría que los funcionarios que no conocen realmente la dimensión del problema faciliten información inexacta ante la opinión pública.

tRatamiento infoRmatiVo » Promover mesas de diálogo con periodistas, directores y dueños de medios de comu-nicación social públicos, privados, alternativos y comunitarios para construir acuerdos que faciliten un tratamiento equilibrado y responsable de la información relacionada con violencia y la incorporación de contenidos asociados a la construcción de una con-vivencia pacífica y experiencias de desarme y control de armas.

» Fomentar espacios de encuentro permanente con los medios de comunicación para que los mismos generen mecanismos de supervisión y análisis de los tratamientos y producción de contenidos sobre violencia y así evitar la publicación o difusión de in-formación sensacionalista o amarillista, la cual pueda perjudicar a individuos, familias o comunidades.

ResponsaBilidad ética en la comunicaciÓn » Estimular el debate público sobre la importancia de la deontología periodística en el tratamiento de las noticias vinculadas con hechos violentos, con el propósito de visibi-lizar las responsabilidades que tienen los periodistas y los medios de comunicación en la publicación y difusión de información ajustada a la realidad.

» Fomentar el conocimiento y el debate del Código de Ética del Periodista Venezolano; así como las normativas que rigen la materia (Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, Ley Orgá-nica de Educación, entre otros), dentro de las Escuelas de Comunicación Social del país.

» Promover una revisión del Código de Ética del Periodista Venezolano, con miras a ac-tualizar su contenido con el consenso de periodistas, comunicadores populares, direc-tores y dueños de medios, académicos y comunidades organizadas.

» Exhortar a las organizaciones y gremios que agrupan a periodistas para que impongan las sanciones morales y disciplinarias a que hubiere lugar cuando uno de sus agremia-dos viole los acuerdos éticos establecidos.

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foRmaciÓn y educomunicaciÓn » Incorporar dentro de los pensum de estudios un componente relacionado con el uso de los medios de comunicación social como herramientas para difundir contenidos rela-cionados con: construcción de paz, ética en la cobertura y tratamiento periodístico de hechos violentos, análisis crítico de los contenidos que transmiten los medios, y las im-plicaciones y riesgos asociados al uso y circulación de las armas de fuego y municiones.

» Exhortar a los dueños y responsables de los medios de comunicación públicos, priva-dos, alternativos y comunitarios a dar cumplimiento a las normativas vigentes sobre la obligación que tienen los medios en divulgar contenidos y programaciones que pro-muevan valores de convivencia, cultura de paz, resolución pacífica de los conflictos, prevención a delitos, entre otros aspectos.

» Crear y poner a disposición una red de especialistas que trabajen los temas de violen-cia en el país para que puedan prestar asistencia técnica a los periodistas, guionistas, productores, dueños de medios y afines que quieran hacer investigaciones al respecto o deseen incorporar esta temática en sus producciones audiovisuales.

» Generar programas de formación en materia de violencia, dirigida a estudiantes y co-municadores sociales, productores, realizadores, creativos, comunicadores populares, guionistas, y población general, con el propósito de fortalecer el conocimiento sobre los temas relacionados con la violencia, especialmente asociados a las armas de fuego y municiones, con miras a lograr una mayor comprensión en esta materia y mejorar el tratamiento y producción de este tipo de contenidos.

» Proponer una política de estímulos e incentivos para aquellos medios de comunicación que realicen investigaciones periodísticas con sustento científico sobre el problema de la violencia, o desarrollen campañas de concienciación sobre los riesgos del uso de las armas de fuego y las herramientas alternativas de resolución de conflictos, cultura de paz y convivencia. Por ejemplo, en el caso de los medios privados, se puede emplear un estímulo fiscal dirigido a las personas jurídicas de derecho privado que presten servicio de comunicación social para disminuir la carga de impuestos que los mismos deben cancelar si incluyen en su programación regular este tipo de contenidos. Esta estrategia se llevó a cabo en Brasil, donde los medios televisivos y radiofónicos comenzaron a in-cluir el tema dentro de las tramas de sus telenovelas –con el apoyo de especialistas en el área–, y lograron, a través del alcance masivo de este tipo de producciones, cambiar la valoración que la población tenía en relación con la violencia.

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comunicaciÓn y oRGaniZaciÓn comunitaRia » Fortalecer en el ámbito comunicacional las experiencias comunitarias de disminución de violencia. Para ello es necesario: diseñar e implementar un programa de formación dirigido a diversas organizaciones comunitarias, movimientos sociales y organizacio-nes no gubernamentales que trabajan el tema de la reducción de la violencia, con el pro-pósito de brindarles las herramientas comunicacionales que les ayuden a divulgar con eficiencia, mayor alcance e impacto sus acciones y experiencias. Esta formación puede hacerse de la mano de instituciones del Estado venezolano, universidades, organismos especializados, ONG, entre otros. Desde la perspectiva de las experiencias en Colom-bia y Argentina, y de los académicos consultados, es necesario desarrollar un proceso de educomunicación para dar formación crítica a las comunidades y proveerles de las habilidades necesarias para el desarrollo de mensajes, cuya construcción simbólica y semántica apunte a la construcción de una cultura de paz.

» Desarrollar una política de financiamiento para que las organizaciones comunitarias, movimientos sociales y organizaciones no gubernamentales puedan desarrollar campa-ñas de comunicación en sus espacios comunitarios a través de mensajes formativos que genere movilización colectiva sobre la prevención de violencia, resolución pacífica de los conflictos, riesgo de uso de las armas de fuego y temas conexos. Es importante que se pueda generar un registro de cada una de las organizaciones que tienen una trayectoria trabajando y estudiado el tema. Esta recomendación surge de los aportes realizados por las organizaciones comuni-tarias. Desde su perspectiva, no se debe trasladar a las familias y comunidades la res-ponsabilidad de mediar en un tema tan delicado sin tener el conocimiento adecuado y necesario. Esta estrategia produciría movilización, conciencia y activación civil, pero es fundamental nutrirse de la experiencia de quienes llevan años desarrollando procesos de disminución de violencia en los espacios comunitarios.

campañas a faVoR de la paZ y el desaRme » Desarrollar estrategias que incluyan campañas de comunicación directa en las comuni-dades y acciones simbólicas para promover el desarme y la construcción de una cultura de paz. Esta recomendación nace de la experiencia de Argentina, Brasil y Colombia, donde fueron exitosas las campañas y acciones simbólicas desarrolladas por diversos actores sociales: instituciones gubernamentales, medios de comunicación, organizacio-nes comunitarias, instituciones religiosas y cultos, organizaciones no gubernamentales, entre otros.

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Estas estrategias incentivaron, por ejemplo, la entrega voluntaria de armas y deslegiti-maron el papel de las armas como elemento de protección y seguridad. En este sentido destacan también los aportes hechos por los académicos consultados, quienes consi-deran que la difusión de información relacionada con experiencias de construcción de paz puede coadyuvar a que se generan aprendizajes colectivos que permitan a otras comunidades conocer y emprender este tipo de acciones. Para el desarrollo de las campañas se requiere tomar en cuenta las siguientes acciones: » Evaluar estudios previos sobre el problema de la violencia y realizar consultas públi-

cas para analizar a profundidad los contextos locales y comunitarios donde se va a desplegar la Campaña. Esto permitiría construir los mensajes claves con la participa-ción de los ciudadanos. También se deben identificar las experiencias exitosas en la promoción de una cultura de paz para conocer cuáles fueron las prácticas y metodo-logías utilizadas.

» Definir los objetivos comunicacionales de la campaña.» Caracterizar el público o beneficiarios de la misma (niños, adolescentes, jóvenes, en-

tre otros). » Conceptualizar la campaña (definir los mensajes claves, datos e información a trans-

mitir).» Identificar los voceros y voceras (comunitarios, ONG, medios de comunicación, ins-

tituciones del Estado, instituciones religiosas y cultos, entre otros).» Elaborar presupuesto. » Efectuar diseño creativo de los mensajes (afiches, micros de radio, pancartas, folletos,

materiales de divulgación, etc.)» Desplegar la campaña:

1. Difusión en medios de comunicación impresos, digitales y audiovisuales. 2. Agitación popular (marchas, concentraciones, caminatas, actividades culturales y

deportivas, conciertos, encuentros, entre otros); jornadas de promoción y divulga-ción (toma de espacios públicos, estrategias de stencil, grafitis, murales, concursos, entre otros).

3. Acciones de educación y formación (desarrollo de estrategias pedagógicas para concientizar a la población sobre el problema de la violencia y mecanismos de pre-vención, así como construcción de una cultura de paz. Algunas acciones serían: talleres, foros, charlas, conversatorios, exposiciones, entre otras)

4. Multiplicación del mensaje (sumar a aquellas personas que de manera voluntaria quieren contribuir con la difusión de estos mensajes).

» Evaluar su incidencia en las comunidades.

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leGitimidad y Respaldo de la política Para conseguir que las políticas públicas en materia de control de armas, municiones y

desarme obtengan el respaldo social y la legitimidad necesaria, es indispensable construir un discurso socialmente compartido, empleando fundamentos comunicacionales, pedagógicos y simbólicos para modificar el comportamiento de los ciudadanos y su percepción respecto a este tema. Para ello se propone:

» Crear una instancia conformada por diversos sectores sociales que promueva el debate crítico sobre el rol que deben jugar los medios en la disminución de la violencia, el cual trascienda la diatriba política. Además de establecer las líneas y acciones comunicacio-nales y educativas para contribuir en la construcción de paz y promover estrategias di-rigidas a desmitificar el uso de las armas de fuego como símbolo de seguridad, poder y reconocimiento social. Esta sería una instancia plural, conformada por organizaciones comunitarias, instituciones del Estado, medios de comunicación, académicos, organi-zaciones no gubernamentales, instituciones religiosas y cultos, productores, guionistas, locutores, entre otros.

paRticipaciÓn y comunicaciÓn paRa la conViVencia pacífica » Organizar una Red Nacional de Creadores de Contenidos para la reducción de la vio-lencia. Esta sería una instancia plural y estaría integrada por equipos multidisciplina-rios con experiencia en el tema de la violencia: instituciones del Estado, productores, creativos, educadores, psicólogos, sociólogos, historiadores, académicos, criminólogos, dramaturgos, guionistas, organismos especializados, profesionales de la comunicación, líderes comunitarios, comunicadores populares y organizaciones comunitarias dedica-dos a trabajar el tema de la violencia en sus comunidades, entre otros. Su misión fun-damental será la conceptualización y construcción de mensajes para poner en el debate público las acciones que como sociedad debemos adoptar para disminuir el problema de la violencia. En este sentido, se encargará de la producción de telenovelas, miniseries, ra-dionovelas y otros formatos audiovisuales, con el propósito de generar una construcción de signos que posicionen el tema. Para lograr esto, se requiere que los equipos aporten elementos de investigación, análisis de contextos y de los destinatarios del mensaje y efectuar ejercicios creativos que compitan con la maquinaria del discurso mercantil.

» Promover mesas de diálogo que faciliten las transmisiones simultáneas en medios pú-blicos, privados, alternativos y comunitarios de campañas, programas y mensajes diri-gidos a fomentar valores de convivencia pacífica. Esta mesa deberá reunir a dueños de medios de todos los sectores de la comunicación, sin distinción. ✱

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notas1 Asamblea General de Naciones Unidas (2006). Informe del experto independiente para el estudio de la violencia contra los niños. Bruselas. Disponible en: http://www.unicef.org/republicadominicana/Estudio_violencia(4).pdf

2 Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme (2012). A un año de gestión, rendimos cuentas al pueblo 2011-2012. Disponible en: http://comisionpresidencialdesarme.gob.ve/descargas/comunicados/Informe-de-ges-tion-2011-2012.pdf

3 Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela. Año CXXXVIII . Mes VIII. Caracas, viernes 13 de mayo de 2011. Número 39.673. Disponible en: http://comisionpresidencialdesarme.gob.ve/descargas/gacetas/gaceta_oficial_39673.pdf

4 De Los Reyes, David (1995). La Mirada Comunicacional. Revista Comunicación. Estudios Venezolanos de la Comunica-ción, Nº 90. Fundación Centro Gumilla, Caracas.

5 Sorj, Bernardo (2006). Internet, Espacio Público y Marketing Político: Entre la promoción de la comunicación y solipsismo moralista. Centro Edelstein de Investigaciones Sociales. Brasil. Disponible en: http://www.bernardosorj.com.br/pdf/wp2_es-panol.pdf

6 Mack, Daniel (2011). Implementación del Estatuto de Desarme en Brasil: Del papel a la práctica. Urvio, Revista Latinoame-ricana de Seguridad Ciudadana Nº 10. Quito.

7 Fabrino Mendoça, Ricardo (2009). A Cooperaçao na Deliberaçao Pública: Um Estudo de Caso sobre o Referendo da Proi-biçao da Comercializaçao de Armas de Fogo no Brasil. Revista de Ciências Sociais, Río de Janeiro, Vol. 52, Nº2, pp. 507 a 542. Disponible en: http://www.scielo.br/pdf/dados/v52n2/v52n2a07.pdf

8 Sorj, Bernardo (2006). Internet, Espacio Público y Marketing Político: Entre la promoción de la comunicación y solipsismo moralista. Centro Edelstein de Investigaciones Sociales. Brasil. Disponible en: http://www.bernardosorj.com.br/pdf/wp2_es-panol.pdf

9 Hernández, Gustavo (2011). Manuales de investigación en comunicación. Revista Comunicación. Estudios Venezolanos de la Comunicación, Nº 155. Fundación Centro Gumilla. Caracas.

10 Ibid.

11 Sierra Bravo, Restituto. (1979). Técnicas de investigación social. Madrid: Paraninfo.

12 Hernández, Gustavo (2011). Manuales de investigación en comunicación. Revista Comunicación. Estudios Venezolanos de la Comunicación, Nº 155. Fundación Centro Gumilla. Caracas

13 Alberich Nistal, Tomas. La Investigación Acción Participativa, método y práctica. Ponencia realizada durante el IV Con-greso Internacional sobre Investigación Acción Participativa. Octubre, 2007. Valladolid, España. Disponible en: http://hera.fed.uva.es/congreso/images/TomasAlberich.doc

14 Arenas, Gabriela; Henríquez, Jogreg; Ojeda, Janet; y Soto, Naibet. (2010) Estudio sobre la violencia a partir de su con-ceptualización y valoración por parte de los niños, niñas, adolescentes, madres y educadores de las comunidades de la fila de Turgua. Maestría en Comunicación para el Desarrollo, UCAB. Caracas, Venezuela.

15 Intervención del Embajador Juan José Gómez Camacho, Representante de México, en la primera reunión del primer período de sesiones de 2010 de la Conferencia de Desarme. Recuperado el 14 de junio de 2012, de: http://portal.sre.gob.mx/oi/popups/articleswindow.php?id=640

16 Benítez Manaut, Raúl. La crisis de la seguridad en México. Revista Nueva Sociedad Nº 220, marzo-abril 2009, ISSN:0251-3552.

17 Ibid.

18 Buvinic, Mayra; Morrison, Andrew; y Orlando, María Beatriz (2005). Violencia, crimen y desarrollo social en América Latina y el Caribe. Papeles de Población, Nº 043, Enero-marzo. México

19 Larizgoitia, Itziar (2006) La violencia también es un problema de salud pública. Grupo de trabajo para el estudio de la violencia colectiva de la SEE y grupo ISAVIC. Disponible en: http://www.sespas.es/informe2006/p2-3.pdf

20 Arriagada, Irma (2001). Seguridad Ciudadana y violencia en América Latina. Ponencia presentada a LASA durante su XXIII Congreso Internacional. Extracto del artículo publicado en Revista de la CEPAL N° 70 en co-autoría con Lorena Godoy.

21 Ibid.

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COMISIÓN PRESIDENCIAl CONtROl DE ARMAS, MUNICIONES Y DESARME

22 Bunivic, Mayra. (s.f.) Un balance de la violencia en América Latina: los costos y las acciones para la prevención. Revista Pensamiento Iberoamericano Nº 2. Banco Mundial.

23 Freitez, Anitza; Romero, Dalia y Di Brienza, María. (2011) La mortalidad juvenil por causas violentas en Brasil y Venezuela. V Encuentro Nacional de Demógrafos y Estudiosos de la Población. Universidad Central de Venezuela FACES-FAU. Recu-perado el 6 de junio de 2012, de: http://www.somosavepo.org.ve/download/cdt_573.pdf

24 Ibid.

25 Ibid.

26 Ministerio del Poder Popular para la Salud. (2010) Anuario de Mortalidad 2008. Disponible en: http://www.bvs.org.ve/anuario/anuario_2008.pdf

27 Londoño, Juan y Guerrero, Rodrigo (1999). Violencia en América Latina. Epidemiología y Costos. Publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Recuperado el día 15 de abril de 2012, de http://www.iadb.org/res/publications/pubfi-les/pubr-375.pdf

28 Arriagada, Irma (2001). Seguridad Ciudadana y violencia en América Latina. Ponencia presentada a LASA durante su XXIII Congreso Internacional. Extracto del artículo publicado en Revista de la CEPAL N°70 en co-autoría con Lorena Godoy.

29 Bunivic, Mayra. (s.f.) Un balance de la violencia en América Latina: los costos y las acciones para la prevención. Revista Pensamiento Iberoamericano Nº 2. Banco Mundial.

30 Londoño, Juan y Guerrero, Rodrigo (1999). Violencia en América Latina. Epidemiología y Costos. Publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Recuperado el día 15 de abril de 2010, de http://www.iadb.org/res/publications/pubfi-les/pubr-375.pdf

31 Concaro, Carola & Olaeta, Hernán. Violencia Armada y el desarme de la sociedad civil. El caso de la República Argentina. Urvio, Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana Nº 10, Noviembre 2011: 60-76, FLACSO, sede Ecuador. ISSN: 1390-3691

32 UNODC (2011). Global study on homicide. Descargado el 9 de julio de 2012, de: http://www.unodc.org/unodc/en/data-and-analysis/statistics/crime/global-study-on-homicide-2011.html

33 Ibid.

34 Waiselfisz, Julio (2011). Mapa da Violência 2012: Os novos padroes da violência homicida no Brasil. Instituto Sangrai. Re-cuperado el 10 de junio de 2012, de http://mapadaviolencia.org.br/pdf2012/mapa2012_web.pdf

35 Vargas Velásquez, Alejo y García Pinzón, Viviana (s.f.). Violencia urbana, seguridad ciudadana y políticas públicas: la reducción de la violencia en las ciudades de Bogotá y Medellín (Colombia) 1991-2007. Revista Pensamiento Iberoamericano Nro. 2. Banco Mundial.

36 Gibbons, Jonathan. (2011) Global study on homicide. United Nations Office on Drugs and Crime (UNODC). Recuperado el 06 de junio de 2012, de http://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/statistics/Homicide/Globa_study_on_homi-cide_2011_web.pdf

37 Dammert, Lucía (2010). Crimen e Inseguridad: Indicadores para las Américas. BID-FLACSO, Chile.

38 Mendes de Miranda, Ana Paula (s.f) Informação, política de segurança pública e sentimento de (in) segurança. VIII Con-gresso Luso-Afro Brasileiro de Ciências Sociais Simpósio da Rede Interdisciplinar de Estudos Comparativos (RIEC): Direito, Justiça e Segurança Pública. Painel 3 - Políticas Públicas, Violências e Discursos.

39 Arenas, Gabriela; Henríquez, Jogreg; Ojeda, Janet; y Soto, Naibet. (2010) Estudio sobre la violencia a partir de su con-ceptualización y valoración por parte de los niños, niñas, adolescentes, madres y educadores de las comunidades de la fila de Turgua. Maestría en Comunicación para el Desarrollo, UCAB. Caracas, Venezuela.

40 Dammert, Lucía (2012). La Seguridad Ciudadana: El principal problema de América Latina. Latinobarómetro, Chile. Re-cuperado el 11 de junio de 2012 de http://www.latinobarometro.org/latino/latinobarometro.jsp

41 Ibid.

42 UNICEF (2008). La Promoción del Desarrollo Adolescente en América Latina y el Caribe. Recuperado el 26 de mayo de 2012, de: http://www.unicef.org/venezuela/spanish/resources_23678.htm

43 Buchanan, Catherine. (2008) Puntos de Vista: Negociando el Desarme Volumen I. Reflexiones sobre armas, combatientes y violencia armada en procesos de paz. Centro para el diálogo humanitario

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ComuniCaCión y desarme. recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

44 Otamendi, Alejandra. Las armas de fuego en América Latina: Tiempo de balance. Urvio, Revista Latinoamericana de Se-guridad Ciudadana No. 10, Noviembre 2011: 7-13, FLACSO, sede Ecuador. ISSN: 1390-3691

45 Londoño, Juan y Guerrero, Rodrigo (1999). Violencia en América Latina. Epidemiología y Costos. Publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Recuperado el día 15 de abril de 2010, de http://www.iadb.org/res/publications/pubfi-les/pubr-375.pdf, p-35.

46 Ibid., p-37.

47 Cruz, José Miguel. Proyecto ACTVA: La victimización por violencia urbana: niveles y factores asociados en ciudades se-leccionadas de América Latina y España. Disponible en: http://www.paho.org/Spanish/HDP/HDR/serie04composite.PDF

48 Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme (2012) Proceso de consulta y sistematización por una convivencia sin armas. Caracas, Venezuela.

49 Ibid.

50 Vázquez Mazzini, Marisa y Gore, Ernesto. (2003) Aprendizaje colectivo y capacitación laboral. XIII Congreso de Capaci-tación y Desarrollo, Buenos Aires

51 Arenas, Gabriela; Henríquez, Jogreg; Ojeda, Janet; y Soto, Naibet. (2010) Estudio sobre la violencia a partir de su con-ceptualización y valoración por parte de los niños, niñas, adolescentes, madres y educadores de las comunidades de la fila de Turgua. Maestría en Comunicación para el Desarrollo, UCAB. Caracas, Venezuela.

52 Buchanan, Catherine. (2008) Puntos de Vista: Negociando el Desarme Volumen I. Reflexiones sobre armas, combatientes y violencia armada en procesos de paz. Centro para el diálogo humanitario

53 Mendes de Miranda, Ana Paula. (s.f.) Informação, política de segurança pública e sentimento de (in) segurança. VIII Con-gresso Luso-Afro Brasileiro de Ciências Sociais Simpósio da Rede Interdisciplinar de Estudos Comparativos (RIEC): Direito, Justiça e Segurança Pública. Painel 3 - Políticas Públicas, Violências e Discursos

54 Delgado Flores, Carlos (2010) Ciberpolítica para la sociedad del conocimiento en Venezuela. ILDIS. Caracas, Venezuela.

55 Barreto, Idaly; Borja, Henry; Serrano, Yeny; López-López, Wilson. (2009) La legitimación como proceso en la violencia política, medios de comunicación y construcción de culturas de paz. Univ. Psychol. Bogotá, Colombia V. 8 Nº 3 PP. 737-748 sep-dic 2009 ISSN 1657-9267

56 Ortiz Ariza, Carolina (2002). El papel de los medios de comunicación en una situación de violencia como la colom-biana. Revista Latina de Comunicación Social, Nº 48. Disponible en: http://www.ull.es/publicaciones/latina/2002/latina49abril/4902ortiz.htm

57 Ibid.

58 Llorente, María; Escobedo, Rodolfo; Echandía, Camilo y Rubio, Mauricio. (s.f.) Violencia Homicida en Bogotá: Más que intolerancia. Disponible en: http://www.insumisos.com/lecturasinsumisas/Violencia%20homicida%20en%20Bogota.pdf

59 Ibid.

60 Domènech i Argemì, M; y Íñiguez, L. La construcción social de la violencia. Revista Athenea Digital. Nº 2, otoño 2002. Universidad Autónoma de Barcelona. Disponible en: http://psicologiasocial.uab.es/athenea/index.php/atheneaDigital/arti-cle/view/54/54

61 Ibid.

62 Ibid.

63 Vargas Velásquez, Alejo y García Pinzón, Viviana (s.f.). Violencia urbana, seguridad ciudadana y políticas públicas: la reducción de la violencia en las ciudades de Bogotá y Medellín (Colombia) 1991-2007. Revista Pensamiento Iberoamericano Nro. 2. Banco Mundial.

64 Rey, Germán (2003). Ver desde la ciudadanía: Observatorios y veedurías de medios de comunicación en América Latina. Revista Probidad, Edición 24. Disponible en: http://revistaprobidad.info/024/011.pdf

65 Gobierno de Nicaragua & The Carter Center (2006) El derecho de acceso a la información y los servidores públicos. Dispo-nible en: https://cartercenter.org/resources/pdfs/peace/americas/nicaragua_public_servants_spanish.pdf

66 Mattelart, Armand. La Sociedad de la Información: El enfrentamiento entre proyectos de sociedad. Trabajo tomado de su exposición en la VI Conferencia Internacional “Los retos de México ante la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Informa-

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COMISIÓN PRESIDENCIAl CONtROl DE ARMAS, MUNICIONES Y DESARME

ción”, celebrada en el Senado de la República del 28 al 30 de mayo de 2003. Disponible en: http://www.dialogosfelafacs.net/wp-content/uploads/2012/01/67-revista-dialogos-la-sociedad-de-la-Informaci%C3%B3n.pdf

67 Ibid.

68 Concaro, Carola & Olaeta, Hernan. Violencia Armada y el desarme de la sociedad civil. El caso de la República Argentina. Urvio, Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana Nº 10, Noviembre 2011: 60-76, FLACSO, sede Ecuador. ISSN: 1390-3691

69 Ibid.

70 Godnick, William (2001). Transforming attitudes towards the tools of violence: The arms Exchange Programme in Mendo-za, Argentina. Peace Studies Papers, University of Bradford.

71 Ibid.

72 Fleitas, Diego (2006). El Problema de las Armas de Fuego en el Cono Sur: Los casos de Argentina, Paraguay y Uruguay. Secretaria General FLCSO, Buenos Aires. Disponible en: http://www.redparaeldesarme.org.ar/biblioteca/investigacion%20armas%20en%20argentina%20paraguay%20y%20uruguay.pdf

73 Concaro, Carola & Olaeta, Hernan. Violencia Armada y el desarme de la sociedad civil. El caso de la República Argentina. Urvio, Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana Nº 10, Noviembre 2011: 60-76, FLACSO, sede Ecuador. ISSN: 1390-3691

74 Ibid.

75 Caramés, A. Y Sanz, E. (2009). Análisis de los programas de DDR existentes en el mundo durante 2008. Bellaterra: Escola de Cultura de Pau.

76 Serrano Gómez, Enrique. (1994). Legitimación y racionalización: Weber y Habermas: la dimensión normativa de un orden secularizado. Editorial Anthropos. Barcelona, España.

77 Barreto, Idaly; Borja, Henry; Serrano, Yeny; López-López, Wilson. (2009) La legitimación como proceso en la violencia política, medios de comunicación y construcción de culturas de paz. Univ. Psychol. Bogotá, Colombia V. 8 Nº 3 PP. 737-748 sep-dic 2009 ISSN 1657-9267

78 Ibid.

79 Ibid.

80 Vargas Velásquez, Alejo y García Pinzón, Viviana (sf). Violencia urbana, seguridad ciudadana y políticas públicas: la reduc-ción de la violencia en las ciudades de Bogotá y Medellín (Colombia) 1991-2007. Revista Pensamiento Iberoamericano Nº 2. Banco Mundial.

81 Otamendi, Alejandra. Las armas de fuego en América Latina: Tiempo de balance. Urvio, Revista Latinoamericana de Se-guridad Ciudadana Nº 10, Noviembre 2011: 7-13, FLACSO, sede Ecuador. ISSN: 1390-3691

82 Barreto, Idaly; Borja, Henry; Serrano, Yeny; López-López, Wilson. (2009) La legitimación como proceso en la violencia política, medios de comunicación y construcción de culturas de paz. Univ. Psychol. Bogotá, Colombia V. 8 Nº 3 PP. 737-748 sep-dic 2009 ISSN 1657-9267

83 Mack, D. Implementación del estatuto de desarme en Brasil: Del papel a la práctica. Urvio, Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana Nº 10, Noviembre 2011: 93-105, FLACSO, sede Ecuador. ISSN: 1390-3691

84 Sorj, Bernardo. (2006) Internet, espacio público y marketing político: Entre la promoción de la comunicación y el solipsismo moralista. Centro Edelstein de Investigaciones Sociales.

85 Ibid.

86 Ibid.

87 Ibid.

88 Ibid.

89 Ibid.

90 Ibid.

91 Ibid.

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ComuniCaCión y desarme. recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

92 International Network on Religions and Mediation in Urban Areas (2005). La elevada violencia juvenil y urbana exige una movilización coordinada de todos los agentes sociales, incluidas las iglesias. Disponible en: http://www.rel-med.net/fitxer/656/cas_rio_armes_CAST.pdf

93 Ibid.

94 Otamendi, Alejandra. Las evaluaciones de impacto de los planes de recolección de armas en Brasil: Alcances y limitaciones. Urvio, Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana Nº 10, Noviembre 2011: 106-119, FLACSO, sede Ecuador. ISSN: 1390-3691

95 Oliveira Soares, Ismar. El derecho a la pantalla: de la educación en medios a la educomunicación en Brasil. Revista Comu-nicar, Nº 30, v. XV, 2008. Revista Científica de Comunicación y Educación; ISSN: 1134-3478, páginas 87-92.

96 Ibid.

97 ANDI (2012). Mídia e Infancia: O impacto da exposiçao de crianças e adolescentes a cenas de sexo e violência na TV. Disponible en: http://www.andi.org.br/politicas-de-comunicacao/publicacao/midia-e-infancia-o-impacto-da-exposicao-de-criancas-e-adolescent

98 Chacón Medina, Antonio. La infancia ante los nuevos medios: La televisión. Revista Etica.net. Año II, Nº 4. Enero 2004. Disponible en: http://www.ugr.es/~sevimeco/revistaeticanet/Numero4/Articulos/Formateados/Lainfancia.pdf

99 Ibid.

100 Orozco Gómez, Guillermo y Vassallo de Lopez, María. Observación de la ficción televisiva en ocho países latinoamerica-nos. Revista Comunicación y Sociedad, Nº 13, enero-junio 2010, pp. 13-42. ISSN 0188-252x

101 Ayres de la Barrera. Telenovela, entretener y educar. Cuadernos del Claeh, Nº 98. Montevideo, 2ª serie, año 32, 2009. ISSN 0797-6062. pp 55-68. Disponible en: http://www.claeh.org.uy/html/images/cuadernos/98/c98-melina-ayres.pdf

102 Ibid.

103 Ibid.

104 Siqueira Montoro, Tânia, (2001) La violencia como noticia: Un análisis de los telediarios de mayor audiencia en Brasil. Tesis doctoral para la obtención del grado de doctora en Ciencias de la comunicación audiovisual. Universidad Autónoma de Bracelona. Disponible en: http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/4098/tsm01de13.pdf?sequence=1

105 ANDI (2012). Adolescentes em conflito com a lei: Guia de referência para a cobertura jornalística. Disponible en: http://www.andi.org.br/infancia-e-juventude/publicacao/adolescentes-em-conflito-com-a-lei-guia-de-referencia-para-a-cobertu

106 Groebel, Jo (1999). La violencia en los medios: Estudio global de la UNESCO. Disponible en: http://www.infoamerica.org/documentos_pdf/violenciatv.pdf

107 Ibid.

108 Fandiño-Losada, Andrés.; Rodríguez, Jorge.; Muñoz, Edgar.; y Gutiérrez, María. (2006) Evaluación de la Estrategia de Co-municación “Mejor Hablemos” para promover la Convivencia Pacífica en Cali, 1996-2000. Revista de Salud Pública. Volumen. 8, Noviembre 2006: 168-184. Colombia.

109 Ibid.

110 Ibid.

111 Aguirre Tobon, Katherine. (2006) Hacia un plan de desarme integral

112 Ibid.

113 Martín, Gerard y Ceballos, Miguel (2004) Bogotá: Anatomía de una Transformación. Políticas de Seguridad Ciudadana 1995-2003. Editorial Pontificia Universidad Javeriana, Colombia.

114 Vargas Velásquez, Alejo y García Pinzón, Viviana (s.f.). Violencia urbana, seguridad ciudadana y políticas públicas: la reducción de la violencia en las ciudades de Bogotá y Medellín (Colombia) 1991-2007. Revista Pensamiento Iberoamericano Nº 2. Banco Mundial.

115 Ibid.

116 Otamendi, Alejandra. Las evaluaciones de impacto de los planes de recolección de armas en Brasil: Alcances y limitaciones. Urvio, Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana Nº 10, Noviembre 2011: 106-119, FLACSO, sede Ecuador. ISSN: 1390-3691

108 COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional

COMISIÓN PRESIDENCIAl CONtROl DE ARMAS, MUNICIONES Y DESARME

117 Bunivic, Mayra (s.f.) Un balance de la violencia en América Latina: los costos y las acciones para la prevención. Revista Pensamiento Iberoamericano Nº 2. Banco Mundial.

118 Ibid.

119 Constitución Federal para los estados de Venezuela (1811) p. 55. Disponible en: http://www.fakemink.com/1811.PDF

120 Pino Iturrieta, Elías (2006) Venezuela metida en cintura, 1900-1945. Universidad Católica Andrés Bello, Caracas.

121 Irwing, Domingo; Langue, Frédérique; Guardia Rolando, Inés y otros (2005) Militares y poder en Venezuela. Ensayos históricos vinculados con las relaciones civiles y militares en Venezuela.

122 Ibid.

123 Ibid.

124 LiCausi, Raúl. Política comunicacional, radiodifusión y grupos privados no tradicionales. Revista Comunicación. Centro Gumilla. Disponible en: http://gumilla.org/biblioteca/bases/biblo/texto/COM198551-52_122-128.pdf

125 Villabona Blanco, María. Política y elecciones en Venezuela. Revista de Estudios Políticos Nueva Época. Nº 52. Septiem-bre-Octubre 1986.

126 LiCausi, Raúl. Política comunicacional, radiodifusión y grupos privados no tradicionales. Revista Comunicación. Centro Gumilla. Disponible en: http://gumilla.org/biblioteca/bases/biblo/texto/COM198551-52_122-128.pdf

127 Ibid.

128 Ibid.

129 Bisbal, Marcelino (2005) Televisión: Pan nuestro de cada día. Alfadil Ediciones, Caracas.

130 Tello, Max (2008) La historia efectiva de una utopía: Políticas y planificación de la comunicación en América Latina. Disponible en: http://www.maxtello.com/24-08MaxTello.pdf

131 Ibid.

132 Bisbal, Marcelino. El espectáculo visual de la modernidad. Revista Comunicación. Centro Gumilla. Disponible en: http://gumilla.org/biblioteca/bases/biblo/texto/COM2002120_4-17.pdf

133 Ibid.

134 Ávila, Keymer. La instrumentalización del délito: política, empresas de comunicación e inseguridad, sobre cómo la inse-guridad logró posicionarse en el primer lugar de la agenda pública en Venezuela. Revista Crítica Penal y poder. Nº 2, 2012. Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos, Universidad de Barcelona. Disponible en: http://revistes.ub.edu/index.php/CriticaPenalPoder/article/view/2944/3186

135 Ibid.

136 Núñez, Gilda (2001) Policía, Política y Seguridad Nacional. Tesina presentada para la obtención del título de Master Europeo en Sistema Penal y Problemas Sociales. Universidad de Barcelona, España.

137 Ibid.

138 Ibid.

139 Ávila, Keymer. La instrumentalización del delito: política, empresas de comunicación e inseguridad, sobre cómo la inseguridad logró posicionarse en el primer lugar de la agenda pública en Venezuela. Revista Crítica Penal y poder. Nº 2, 2012. Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos, Universidad de Barcelona. Disponible en: http://revistes.ub.edu/index.php/CriticaPenalPoder/article/view/2944/3186

140 Ibid.

141 Ibid.

142 Ibid.

143 Hernández Sampieri, Roberto; Fernández Collado, Carlos y Baptista Lucio, Pilar (2010) Metodología de la Investigación. McGraw-Hill, Chile.

144 Morse, Janice (2003) Asuntos críticos en los métodos de investigación cualitativa. Editorial Universidad de Antioquía, Colombia.

145 Ibid.

Rif:

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