Ralph Waldo Emerson - Autoconfianza

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  • 7/28/2019 Ralph Waldo Emerson - Autoconfianza

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    Autoconfianza

    Ralph Waldo Emerson.

    Ttulo original: Self-reliance (1841).Traducido y transcrito por Gregorio Daz Ducca.

    "Ne te quaesiveris extra" (no busqus las cosas fuera de vos mismo).

    "La persona es su propia estrella; y el alma que puedecrear una persona honesta y perfecta,

    dirige toda la luz, todas las influencias, todo el destino;nada para ella aparece muy temprano o muy tarde.Nuestros actos son nuestros ngeles, buenos o malos,Nuestras sombras fatales que caminan a nuestro lado".

    Eplogo a "Honest Man's Fortune" de Beaumont y Fletcher.

    Lance al nio contra las piedras,amamntelo con la teta de la loba;

    pasando inviernos con el halcn y la zorra,el poder y la velocidad son sus manos y pies.

    El otro da le unos versos escritos por un pintor eminente que eran originales y no eranconvencionales. El alma siempre escucha una advertencia en tales lneas, sin importar el temadel que traten. El sentimiento que inculcan es ms valioso que cualquier pensamiento quecontengan. Creer en tu propio pensamiento, creer que lo que es cierto en el fondo de tu coraznes cierto para todas las personas, eso es el genio. Expon tu conviccin latente, y ser el sentido

    del universo; puesto que lo interior con el debido tiempo se torna lo exterior, y nuestro primerpensamiento nos es devuelto por las trompetas del Juicio Final. Familiar como lo es la voz de lamente para cada quien, el mximo mrito que les atribuimos a Moiss, Platn, y a Milton es, quetuvieron en nada los libros y las tradiciones, y hablaron lo que pensaban ellos, no lo que pensabala gente. La gente debera aprender a detectar y observar ese destello de luz que atraviesa sumente desde adentro, ms que el brillo del firmamento de los bardos y los sabios. Mas desecha supensamiento sin tomarlo en cuenta, slo porque es suyo. En toda obra genial reconocemosnuestros propios pensamientos rechazados: nos son devueltos con una cierta majestad ajena. Esa

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    es la leccin ms conmovedora que nos pueden dar las grandes obras de arte. Nos ensean amorar en nuestra impresin espontnea con inflexibilidad jovial, ms an cuando todas las vocesestn del otro lado. Sino, maana un extrao dir con sensatez magistral precisamente lo quesentimos y pensamos todo el tiempo, y nos veremos forzados a tomar con vergenza nuestrapropia opinin de parte de otro.

    Hay un momento en la educacin de toda persona en que se llega a la conviccin de que laenvidia es ignorancia; que la imitacin es suicida; que debe aceptarse a s mismo, para bien, paramal, como suyo; que aunque el ancho mundo est lleno de bienes, no hay grano de maz nutritivoque no le venga a travs de la faena hecha en ese pedazo de tierra que se le dio para labrar. Elpoder que reside en la persona es nuevo en la naturaleza, y nadie sino ella sabe lo que puedehacer, ni ella sabe hasta que lo intenta. No es por nada que una cara, un carcter, un hecho, leimpresionan tanto, y otros no. Esta escultura hecha en su memoria no carece de armonapreestablecida. El ojo se situ donde caera un rayo, para dar testimonio de ese rayo enparticular. Nos expresamos a medias, y nos apenamos de esa idea divina que representamos cada

    uno de nosotros. Puede confiarse como armnica y de buenos principios, por lo que puede serimpartida fielmente, pero Dios no hace manifiesta su obra mediante cobardes. Un ser humano sesiente aliviado y alegre cuando ha puesto su corazn en su obra y dado lo mejor de s; perocuando lo que haya dicho o hecho no sea as, no se sentir en paz. Es una liberacin que no libera.Al intentarlo, su genio lo abandona; ninguna musa se acerca; no hay creaciones ni esperanza.

    Confa en ti mismo: todo corazn vibra con esa nota. Acept el sitio que la divina providencia teasign, la sociedad de tus contemporneos, la conexin de los eventos. Las grandes personassiempre han hecho esto, y han confiado, como nios, en el genio de su era, negando supercepcin de que lo completamente digno de confianza se asentaba en su corazn, que

    trabajaba con sus manos, que predominaba en todo su ser. Y ahora somos personas, y debemosaceptar con la mayor magnanimidad el mismo destino trascendental; no como menores oinvlidos en un rincn seguro, ni como cobardes huyendo ante una revolucin, sino como guas,redentores, y benefactores, obedeciendo el esfuerzo del Todopoderoso, y avanzando hacia elCaos y la Oscuridad.

    Qu hermosos orculos nos da la naturaleza en este texto, en las caras y acciones de los nios,los bebs, y hasta las bestias! Carecen de esa mente rebelde y fraccionada, de esa desconfianzaante un sentimiento porque nuestra aritmtica ha computado la fuerza y los medios opuestos anuestro propsito. Su mente es un todo, sus ojos estn invictos, y cuando vemos sus rostros, nosdesconcertamos. Los infantes no se amoldan a nada: todos se amoldan a ellos, por lo que un bebequivale a cuatro o cinco adultos que charlan y juegan con l. Por lo que Dios ha armado a losjvenes, los pberes y los adultos con su propio encanto y sabor, y los hizo envidiables ygraciosos, sin que se puedan ignorar sus demandas, si permanecen fieles a s mismos. No penssque el joven no tiene fuerza, slo porque no puede hablar con vos ni conmigo. Oiga! en lasiguiente oportunidad su voz es lo suficientemente clara y enftica. Parece que sabe cmo

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    hablarle a sus contemporneos. Tmido u osado, pues, sabr cmo hacer de nosotros los mayorespersonas innecesarias.

    La indiferencia de los muchachos que estn seguros de una cena, y desdearan hasta a un noblepor decir o hacer algo para atraerlo a uno, es la actitud saludable de la naturaleza humana. Unmuchacho es en un saln lo que el pozo es en el coliseo; independiente, irresponsable, viendo

    desde su rincn a la gente y a las cosas como pasan, intenta sentenciarlas por sus mritos, de laforma rauda, sucinta en la que lo hacen los muchachos: bueno, malo, interesante, tonto,elocuente, problemtico. Nunca se molesta por las consecuencias, por los intereses; da unveredicto genuino, independiente. Tens que buscarlo: l no te busca. Pero la gente est, pordecirlo as, encerrada en la crcel por su conciencia. Tan pronto acta o habla con esplendor, esuna persona cautiva, observada por la simpata o el odio de cientos de personas, cuyos afectosdebe tener en cuenta. No hay Lethe ( olvido ) para esto. Ah, si pudiera ser neutral de nuevo!Quien pueda as evadir toda prenda, y habiendo observado, observe de nuevo sin sentirseafectado, influido, sobornado, intimidado, de una manera inocente, siempre ser formidable.

    Podra exponer su opinin en todos los asuntos pasajeros, que sera vista no como privada, sinocomo necesaria, y se hundira como un dardo en los odos humanos, y los atemorizara.

    Estas son las voces que omos en la soledad, pero se debilitan y se callan cuando entramos almundo. Las sociedades en todas partes conspiran contra la humanidad de cada uno de susmiembros. La sociedad es una sociedad annima, en la que los miembros estn de acuerdo enrenunciar a la libertad y a la cultura para que cada uno de ellos reciba su pan con mayorseguridad. La virtud que ms se exige es la sumisin. La autoconfianza es para ella una aversin.No le gustan las realidades ni los creadores, sino los nombres y las costumbres.

    Quien quiera ser una persona debe dejar a un lado la sumisin. Aquel que desee las palmasinmortales no debe ser impedido en el nombre de la bondad, sino que debe explorarla para ver sies la bondad. Nada es a la larga sagrado excepto la integridad de tu propia mente. Absolvete vosmismo, y tendrs la aprobacin del mundo. Recuerdo una respuesta que, cuando era muy joven,quise darle a un reputado consejero que pensaba importunarme con las viejas y queridasdoctrinas eclesiales. Cuando le pregunt: Qu tengo que ver yo con la santidad de lastradiciones, si vivo completamente de lo que tengo adentro?, mi amigo sugiri: "Pero esosimpulsos pueden venir de abajo, no de arriba", y le respond: "No me parece que sea as; pero sisoy hijo del diablo, vivir segn me diga el diablo". No hay ley sagrada para m que no sea la demi naturaleza. Bueno y malo son nombres fcilmente transferibles a esto o a lo otro; lo nico

    recto es lo que es afn a mi temperamento, y lo nico errneo es lo que no es afn con l. Unapersona debe llevarse a s misma en presencia de las mayores oposiciones, como si todo fueranominal y efmero excepto ella. Me avergenza pensar cun fcilmente capitulamos anteinsignias y nombres, ante grandes sociedades e instituciones muertas. Todo individuo decente ycorts me afecta y me mueve ms de lo que es justo. Debo ser fundamental y recto, y decir la duraverdad en todas sus formas. Si la malicia y la vanidad se visten de filantropa, sern aceptadas?Si un fantico furioso toma esta causa generosa de la Abolicin, y viene con las ltimas noticiasde Barbados, por qu no decirle: "Ame al nio; ame al leador: sea buena persona, sea modesto;

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    sea as, y nunca disimule su ambicin dura, poco benevolente con esta increble ternura hacia losnegros que estn a miles de kilmetros de distancia. Su amor a lo lejos es odio de cerca". Unabienvenida as sera cruda y grosera, pero la verdad es ms bella que la afectacin del amor. Tubondad debe tener dureza, o no es nada. La doctrina del odio debera ser predicada como lacontraparte de la doctrina del amor cuando sta gime o lloriquea. Esquivo a mi padre, a mimadre, a mi esposa, a mi hermano, cuando mi genio me llama. Escribira en el dintel de la puerta:Capricho. Espero que sea algo mejor que un capricho a la larga, pero no puedo pasarme el daexplicndolo. No esperen que muestre por qu busco o por qu evito la compaa. Pero,entonces, no me digan, como lo hizo un buen hombre hoy, que mi obligacin es ayudar a todoslos pobres. Acaso son mis pobres? Le dir, tonto filntropo, que doy de mala gana el dlar, lamoneda, el centavo que le doy a estas personas que no me conciernen ni yo a ellos. Hay una clasede personas por las que tengo tanta afinidad espiritual, que me siento muy comprometido conellas; y por ellas ira a la crcel, si fuera necesario; pero tus colectas de caridad miscelneas; laeducacin universitaria de los tontos; la construccin de capillas que terminarn tan mal comomuchas lo estn; limosnas para los borrachos; y las innumerables Sociedades de Ayuda; aunque

    confieso apenado que a veces sucumbo y doy el dlar, es un dlar malvado que luego debo tenerla valenta de reprimir.

    Las virtudes son, en la estima popular, ms una excepcin que una regla. Existe la persona y susvirtudes. La gente hace lo que llaman una buena accin, como algo valeroso o caritativo, de lamisma forma que pagaran una multa para expiar su ausencia en la revisin diaria. Sus obras soncomo una apologa o paliativo por vivir en el mundo, como los invlidos y los locos recibencomidas regulares. Sus virtudes son penitencias. Yo no quiero expiar nada, sino que quiero vivir.Mi vida es para s, y no es un espectculo. Preferira que fuera de linaje menor, pero que fueragenuina y cabal, a que sea reluciente pero inestable. Me gustara que fuera dulce y sana, y no que

    ocupe dietas y sangras. Pido una evidencia primaria de que usted es un ser humano, y me niegoa apelar a la persona por sus acciones. S que para m no hay diferencia en que haga o meabstenga de hacer estos actos que se reconocen como excelentes. No puedo pagar un privilegiocuando tengo derecho intrnseco. Tal vez mis dotes sean pocos y malos, pero soy y no necesito,para mi certeza o la de mis amigos, de un segundo testimonio.

    Lo que debo hacer es lo que me concierne, no lo que la gente cree. Esta regla, igual de dura en lavida diaria como en la intelectual, puede servir para hacer la distincin total entre grandeza yvileza. Es de la mayor dificultad, porque siempre te encontrars con personas que creen saber,mejor que vos, lo que te compete. Es fcil vivir en el mundo siguiendo la opinin del mundo; esfcil vivir en la soledad siguiendo tu opinin; pero la persona grande es aquella que en medio dela multitud mantiene con dulzura perfecta la independencia de la soledad.

    La objecin para apegarse a los usos que en tu opinin estn muertos, es que dispersa tu fuerza.Te hace perder el tiempo y nubla la impresin de tu carcter. Si mantens a una iglesia muerta,contribus con una Sociedad Bblica muerta, vots con un partido grande por el gobierno o encontra suya, pons la mesa como los anfitriones normales; detrs de todas esas pantallas mecuesta detectar la persona que en verdad sos. Y, por supuesto, perds mucha fuerza en tu vida

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    autntica. Pero hac tu trabajo, y podr conocerte. Hac tu trabajo, y te fortalecers. Una personadebera ponerse a pensar que este juego del acatamiento es como el de la gallina ciega. Si s a qusecta pertenecs, puedo anticipar tus argumentos. Escucho que un predicador anuncia que eltema de su sermn es la avenencia de una de las instituciones cannicas de su iglesia. No s,acaso, que es incapaz de decir una palabra nueva, espontnea? No s, acaso, que con toda esaostentacin de examinar los fundamentos de la institucin, no har tal cosa? No s, acaso, queest comprometido consigo mismo para ver slo hacia un lado -el lado permitido-, no como unapersona, sino como un prroco? Es un abogado contratado, y estos aires de tribunal son de lams vacua afectacin. Bueno, la mayora de la gente se ha vendado los ojos con uno o dospauelos, y se apegan a alguna de estas comunidades de opinin. Esta avenencia no slo los hacefalsos en algunos puntos, autores de algunas mentiras, sino que son falsos en todos los puntos.Sus misma verdad no es del todo cierta. Su "dos" no es el verdadero dos, ni su "cuatro" es elverdadero cuatro; por lo que cada una de sus palabras nos mortifica, y no sabemos por dndedebemos empezar a corregirles. Mientras tanto la naturaleza no tarda en vestirnos con eluniforme de presidiario del partido al que nos adherimos. Llegamos a usar un tipo nico de cara

    y de cuerpo, y vamos adquiriendo gradualmente la ms dcil y asnal expresin. Hay unaexperiencia que atormenta en particular, que no se ausenta con su clera de la historia engeneral; me refiero a "el tonto semblante de la alabanza", la sonrisa forzada que usamos comorespuesta, cuando estamos en un lugar y nos sentimos incmodos, oyendo una conversacin queno nos interesa. Los msculos, que no se mueven espontneamente, sino que lo hacen con unapremeditacin usurpadora, se traban en el contorno del rostro con una sensacin desagradable.

    Por la disidencia el mundo te flagela con su desagrado. Y por tal, una persona debe saber cmoapreciar una cara huraa. Los transentes la ven de soslayo en la calle o en los salones dereunin. Si este rechazo tuviera su origen en el desdn y la resistencia como la de esta persona,

    bien podra volver a su casa con un semblante triste; pero las caras huraas de la multitud, aligual que sus caras amables, no tienen una razn de peso, sino que se las ponen o se las quitansegn la direccin del viento o lo que digan los peridicos. Pero a pesar de eso, el descontento dela multitud es ms formidable que el del senado o la academia. Es muy fcil para una personafirme que sabe del mundo tolerar la ira de las clases cultas. Dicha ira es decorosa y prudente,debido a que son tmidos, dado que son muy vulnerables. Pero cuando a su ira femenina se aadela indignacin del pueblo, cuando se alborota a los pobres y a los ignorantes, cuando la fuerzabruta e irracional que subyace en el fondo de la sociedad grue y se mofa, se necesita el hbito dela magnanimidad y la religin para tratarla divinamente como una fruslera insignificante.

    El otro terror que nos aleja de la confianza personal es nuestra conveniencia; una reverencia pornuestros acciones o palabras pasadas, porque los ojos de los dems no tienen ms informacinpara calcular nuestra rbita que nuestros actos de antao, y somos renuentes paradecepcionarlos.

    Pero por qu tens que estar vigilante? Por qu arrastrar este cadver de la memoria, pormiedo a contradecirte en algo que dijiste en tal o cual lugar pblico? Supon que te contradecs:y qu pasa? Parece ser una regla sabia no confiar solamente en tu memoria, ni siquiera en los

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    asuntos que requieran pura memoria, sino que es mejor traer el pasado al presente y juzgarlocon sus millares de ojos, y vivir siempre en un nuevo da. En tu metafsica le negastepersonalidad a la Deidad: mas cuando lleguen los movimientos devotos del alma, dejate llevarpor ellos, con todo el ser, aunque vistan a Dios con forma y color. Dej tus teoras, como Jos dejsu ropa en manos de la ramera, y escap.

    Una conveniencia tonta es el duendecillo de las mentes pequeas, adorado por estadistas,filsofos y telogos pequeos. Con la conveniencia un alma grande no tiene nada qu hacer. Igualpodra importarle su sombra en la pared. Dec hoy lo que penss con palabras severas, y maanadec lo que penss maana con palabras severas, aunque te contradigs en todo con lo que dijisteayer. "Ah, pero muy seguramente sers incomprendido". Y es tan malo ser incomprendido?Pitgoras fue incomprendido, y tambin Scrates, y Jess, y Lutero, y Coprnico, y Galileo, yNewton, y todo otro espritu puro y sabio que se haya encarnado. Ser grande es serincomprendido.

    Supongo que ninguna persona puede violar su naturaleza. Todos los mpetus de su voluntad se

    resumen en la ley de su ser, como las irregularidades de los Andes y los Himalayas soninsignificantes para la curva del globo. No importa cmo lo mids o lo probs. Un carcter escomo un acrstico o una estancia alejandrina: pods leerla al derecho, al revs o al travs, y siguediciendo lo mismo. En esta vida contrita y grata en el bosque que Dios me concedi, permtasemeapuntar a diario mi pensamiento sincero sin retrospeccin ni exploracin, y, no lo dudo, sersimtrico, aunque no sea mi propsito, o no lo vea as. Mi libro olera a pino y resonara con elzumbido de los insectos. La golondrina en mi ventana enhebrara la pajita que lleva en el pico enmi telaraa. Pasamos por lo que somos. El carcter nos ensea ms que nuestra voluntad. Lagente piensa que pueden expresar sus virtudes o sus vicios slo con sus acciones pblicas, y no

    ven que la virtud y el vicio exhalan a cada paso.

    Se dar un acuerdo en cualquier variedad de actos, y cada uno de ellos ser natural y honesto ensu momento. Porque venidas de una sola voluntad, las acciones sern armoniosas, aunqueparezcan muy dismiles. Esta diversidad se pierde en la cercana, cuando se piensa un poquito.Una tendencia las une. El viaje del mejor buque es una lnea zigzagueante compuesta porcentenares de virajes. Ve la lnea desde una distancia apropiada, y se acerca a la tendenciapromedio. Una de tus acciones genuinas se explica sola, y explicar tus otras acciones genuinas.Tu avenencia no explica nada. Acta individualmente, y lo que hays hecho individualmente tejustificar hoy. La grandeza apunta hacia el futuro. Si puedo ser lo bastante firme hoy para hacer

    lo justo, y desdearlo, debo haber hecho tanta justicia antes como para defenderme ahora. Seacomo sea, hac lo justo hoy. Desde siempre las apariencias, y siempre podrs hacerlo. Lafuerza de carcter es acumulativa. Todos los das virtuosos que pasaron logran esto. Qucompone la majestad de los hroes del senado y de los campos de batalla, que despierta as laimaginacin? La conciencia de un caudal de das virtuosos y victorias respaldndolos. Iluminantodos juntos al actor que avanza. Es como si una legin de ngeles le sirvieran. Eso es lo que le dael trueno a la voz de Chatham, y la dignidad al puerto de Washington, y a Estados Unidos en el ojode Adn. Nos parece venerable el honor porque no es efmero. Siempre es virtud antigua. Lo

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    adoramos hoy porque no es de hoy. Lo amamos y le rendimos tributo, no porque sea una trampaque nos hace amarlo y rendirle tributo, sino porque es auto dependiente, se deriva de s mismo, ypor tal, es de un linaje antiguo e inmaculado, incluso si se da en una persona joven.

    Espero que estos sean los ltimos das en los que se escuche hablar de la conveniencia y laavenencia. Que esas palabras sean ridiculizadas y anunciadas a partir de hoy. En lugar de que nos

    llamen a comer con un gong, que nos silben con el flautn de Esparta. No nos inclinemos ni nosdisculpemos de nuevo. Una gran persona vendr a mi casa a comer. No deseo complacerlo; deseoque deseara complacerme. Ser un pilar para la humanidad, y aunque ser gentil, ser verdico.Afrontemos y reprendamos la uniforme mediocridad y el esculido conformismo de los tiempos,y pasmosle por la cara a la costumbre, al oficio y al comercio, el hecho que constituye la secuelade toda la historia, de que hay un gran Actor y Pensador responsable trabajando donde actatoda persona; que una persona autntica no pertenece a ningn otro tiempo ni lugar, sino que esel centro de todas las cosas. Doquiera que est, est la naturaleza. Te mide, nos mide a todos,mide todos los eventos. Ordinariamente, todo miembro de la sociedad se nos parece a algo ms, o

    a alguien ms. El carcter, la realidad, no se te parece a nada ms; toma el lugar de la creacincompleta. El ser humano debe ser tal, que haga indiferentes todas las circunstancias. Todapersona autntica es una causa, un pas, y una era; requiere de infinidad de cantidades y espaciosy tiempo para lograr sus designios; y la posteridad parece seguirle los pasos como si fuera unacartera de clientes. Nace Csar, y por siglos tenemos un Imperio Romano. Nace Cristo, y millonesde mentes crecen y se ajustan a su genio, por estar condenado por la virtud y el potencial para lahumanidad. Una institucin es la sombra extendida de una persona; como el Monaquismo lo esde Antonio el ermitao; la Reforma, de Lutero; el Cuaquerismo, de Fox; el Metodismo, de Wesley;la Abolicin, de Clarkson. A Escipin, Milton lo llam: "la cspide de Roma"; y toda la historia seresume fcilmente en la biografa de algunas personas resueltas y diligentes.

    Permitmosle a la gente conocer su vala, y mantener las cosas bajo sus pies. Que no seanfisgones ni ladrones, que no anden al acecho de aqu para all, con los aires de un pordiosero, unbastardo, o un entrometido en el mundo hecho para ellos. Pero la gente en la calle, como noencuentra valor en s misma que corresponda a la fuerza que erigi una torre o esculpi un diosde mrmol, se siente mal cuando las ve. Para ellos, un palacio, una estatua o un libro costosotienen un aire extrao y prohibido, como si fuera un equipaje, y parecen decir: "quin es usted,Seor?" Mas esas cosas le demandan la atencin, le piden a sus facultades que salgan y tomenposesin. La pintura espera mi veredicto: no me ordena, pero voy a satisfacer sus demandas dealabanza. Esa fbula popular del borrachn que levantaron de la calle casi muerto en su ebriedad,que lo llevaron a la casa del duque, lo baaron y lo vistieron y lo acostaron en la cama del duque,y cuando despert lo trataron con toda pompa, como un duque, y le aseguraron que haba sufridode locura, le debe su popularidad al hecho de que simboliza muy bien el estado del ser humano,que es una especie de borrachn en el mundo, pero de vez en cuando se despierta, hace uso de larazn, y descubre que es un prncipe autntico.

    Nuestro estudio es mendicante y lisonjero. En la historia, nuestra imaginacin nos engaa. Reinoy seoro, poder y propiedades, son vocabulario ms llamativo que Juan y Eduardo, los

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    particulares, que viven en una casita y que tienen un trabajo comn; pero los asuntos de la vidason los mismos para ambos; la suma total de ambos es la misma. Por qu toda esta deferencia aAlfred, y a Scanderbeg y a Gustavus? Supon que fueron virtuosos; se les acab la virtud? Sejuega lo mismo en los actos privados de hoy, que en los pasos pblicos y reconocidos. Cuando losparticulares acten con puntos de vista originales, el esplendor se transferir de los actos de losreyes a los actos de los caballeros.

    El mundo ha sido instruido por sus reyes, que han magnetizado as los ojos de las naciones. Pormedio de este colosal smbolo se ha enseado la reverencia mutua que le debe una persona a laotra. La lealtad gozosa con la que las gentes en todo el mundo han soportado que los reyes, losnobles o los grandes terratenientes anden entre ellas con una ley propia, que hagan su propioorden de personas y de cosas, e inviertan el de ellas, paga sus dividendos no con dinero sino conhonor, y representa la ley en su persona, fue el jeroglfico mediante el cual oscuramente dieron aentender la conciencia que tenan de su propio derecho y gracia, el derecho de cada persona.

    El magnetismo que ejerce toda accin original se explica cuando inquirimos la razn de la

    autoconfianza. Quin es el Depositario? Cul es el Yo originario, en el que puede fundarse unaconfianza universal? Cul es la naturaleza y el poder de esa estrella que frustra a la ciencia, sinparalaje, sin elementos calculables, que enva un rayo de belleza incluso a las acciones triviales eimpuras, si aparece la menor marca de independencia? La bsqueda nos lleva a esa fuente, quees a la vez la esencia del genio, de la virtud y de la vida, a la que llamamos Espontaneidad oInstinto. Denotamos esta sabidura primordial como Intuicin, mientras que todas las demsenseanzas son instrucciones. En esa fuerza profunda, el hecho ltimo que no puede serpenetrado por el anlisis, todas las cosas encuentran un origen comn. Puesto que, la sensacindel ser que surge en horas tranquilas, no sabemos cmo, en el alma, no es diferente de las cosas,

    del espacio, de la luz, del tiempo, del ser humano, sino que es uno con ellos, y procedeobviamente de la misma fuente de la cual proceden tambin su vida y su ser. Primerocompartimos la vida mediante la cual las cosas existen, y despus las vemos como apariencias enla naturaleza, y olvidamos que compartimos su causa. Esta es la fuente de la accin y delpensamiento. Estos son los pulmones de esa inspiracin que le dio sabidura al ser humano, yque no puede ser negada sin impiedad ni atesmo. Descansamos en el regazo de una inteligenciainmensa, que nos hace receptores de su verdad y rganos de su actividad. Cuando discernimos lajusticia, cuando discernimos la verdad, no hacemos nada nosotros, sino que permitimos que susrayos pasen. Si preguntamos de dnde viene esto, si buscamos entremeternos con el alma quecausa, toda filosofa est equivocada. Su presencia o su ausencia es todo lo que podemos afirmar.Toda persona discrimina entre los actos voluntarios de su mente, y sus percepcionesinvoluntarias, y sabe que a sus percepciones involuntarias se les debe una fe perfecta. Puedeerrar al expresarlas, pero sabe que estas cosas son as, como el da y la noche, que no deben serdiscutidas. Mis acciones premeditadas y adquisiciones son errantes; el ensueo ms ocioso, lams ligera emocin primigenia, merece mi curiosidad y respeto. La gente irreflexiva contradicetan fcilmente la afirmacin de las percepciones como la de las opiniones, o puede que ms; yaque no distinguen entre percepcin y nocin. Se imaginan que escojo ver tal o cual cosa. Pero la

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    percepcin no es caprichosa, sino fatal. Si veo un rasgo, mis hijos lo vern despus de m, y con elpaso del tiempo, lo ver toda la humanidad, aunque pueda ser que nadie lo haya visto antes queyo. Ya que s lo percibo, y eso es tan cierto como el sol.

    Las relaciones del alma con el espritu divino son tan puras, que buscar interponer ayuda es unaprofanacin. Debe ser que cuando Dios habla comunica, no una cosa, sino todas; llena todo el

    mundo con su voz; esparce luz, naturaleza, tiempo, almas, del centro del pensamiento presente; yfecha y crea todo de nuevo. Siempre que una mente es simple, y recibe sabidura divina, lo viejose desvanece: los medios, profesores, textos y templos se caen; vive ahora, y trae el pasado y elfuturo al presente. Todas las cosas se sacralizan por su relacin, una tanto como la otra. Todas lascosas son disipadas hacia su centro por su causa, y, en el milagro universal, los milagrosparticulares e insignificantes desaparecen. Si, por tal, una persona afirma que conoce a Dios yhabla de l, y te regresa a la fraseologa de alguna nacin vieja y desmoronada, en otro pas, enotro mundo, no le cres. Es la bellota mejor que el roble que es su totalidad y consumacin? Esel padre mejor que el hijo a quien le ha legado su maduro ser? De dnde viene, entonces, esta

    idolatra al pasado? Los siglos conspiran contra la cordura y la autoridad del alma. El tiempo y elespacio son slo colores fisiolgicos creados por el ojo, pero el alma es luz; donde est, es de da;donde estaba, es de noche; y la historia es una impertinencia y un perjuicio, si es que hay algoms que un alegre aplogo o parbola de mi ser y mi transformacin.

    El ser humano es tmido y apologtico; ya no anda derecho; no se atreve a decir: "Pienso", "Soy",sino que cita a algn santo o sabio. Se avergenza ante la hoja de pasto o la rosa que florece.Estas rosas en mi ventana no hacen referencia a rosas anteriores o mejores que ellas; son lo queson; existen con Dios hoy. Para ellas no hay tiempo. Slo existe la rosa; es perfecta en cadamomento de su existencia. Antes de que se abra un botn, acta toda su vida; en la rosa

    desarrollada no hay ms; en la raz deshojada no hay menos. Su naturaleza est satisfecha, ysatisface a la naturaleza, siempre de la misma manera. Pero el ser humano pospone o recuerda;no vive en el presente, sino que volviendo los ojos llora el pasado, o, ignorando las riquezas quele rodean, se para de puntillas para anticipar el futuro. No puede ser feliz y fuerte hasta que vivacon la naturaleza en el presente, por encima del tiempo.

    Esto debera ser lo bastante sencillo. Mas ve cuntos intelectos fuertes todava no se atreven a ora Dios mismo, a menos que use la fraseologa de no s cul David, o Jeremas, o Pablo. Nodeberamos ponerle un precio tan alto a unos pocos textos, a unas pocas vidas. Somos comonios que repiten mecnicamente las aseveraciones de las abuelas y los tutores, y a medida que

    envejecen, de las personas de talento y carcter que hayan podido ver, recogiendo con penuriassus palabras exactas; despus, cuando adoptan el punto de vista de aquellos que pronunciaronesos dichos, los entienden, y estn dispuestos a dejar las palabras; puesto que, en cualquiermomento, pueden usar palabras igual de buenas si llega la ocasin. Si vivimos autnticamente,veremos autnticamente. Es tan fcil para una persona fuerte ser fuerte, como para una dbil serdbil. Cuando logramos una nueva percepcin, jovialmente descargaremos la memoria de sustesoros acumulados como si fueran basura vieja. Cuando una persona vive con Dios, su voz sertan dulce como el murmullo del arroyo y el crujido del maz.

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    A la postre, la mayor verdad sobre este particular no se ha dicho todava; y probablemente no sepueda decir; dado que todo lo que decimos es el recuerdo distante de la intuicin. Esepensamiento, con el cual me puedo acercar ms a expresarlo, es esto. Cuando el bien est cercade vos, cuando tens vida en vos mismo, no se da por ninguna forma conocida o habitual; nodiscernirs las huellas de nadie ms; no vers la cara del ser humano; no oirs ningn nombre; laforma, el pensamiento, el bien, sern completamente extraos y novedosos. Excluir el ejemplo yla experiencia. Sacs el camino del ser humano, no hacia el ser humano. Todas las personas quehan existido son sus ministros olvidados. El miedo y la esperanza bajo l son iguales. Hay algobajo incluso en la esperanza. En la hora de la visin, no hay nada que pueda ser llamado gratitud,ni propiamente gozo. El alma erigida sobre la pasin contempla la identidad y el origen eterno,percibe la auto existencia de la Verdad y la Rectitud, y se calma al saber que todas las cosasmarchan bien. Los lugares vastos de la naturaleza, el Oceano Atlntico, el Mar del Sur, --largosintervalos de tiempo, aos, siglos--, no cuentan. Esto que siento y en lo que creo refuerza todoestado anterior de vida y de circunstancias, como refuerza mi presente, y lo que se llama vida, ylo que se llama muerte.

    La vida sola vale, no el haber vivido. El poder cesa en un instante de reposo; reside en elmomento de la transicin de un estado antiguo a uno nuevo, en el retoar del golfo, o cuando seapunta a un fin. Este es un hecho que el mundo odia: que el alma deviene; por ello degrada elpasado por siempre, convierte todas las riquezas en pobreza, toda la reputacin en vergenza,confunde al santo con el pcaro, empuja igualmente hacia un lado a Jess y a Judas. Por qu,entonces, hablamos de la autoconfianza? Porque el alma est presente, habr poder que no esseguro, pero es activo. Hablar de confianza es una manera externa, y pobre, de expresarse. Mejorhabl de quien confa, porque funciona y es. Quien tiene ms obediencia que yo me domina,aunque no mueva ni un dedo. Alrededor suyo debo girar por la gravitacin de los espritus.

    Cuando hablamos de la verdad eminente nos imaginamos que es retrica. Y no vemos que lavirtud es Altura, y que una persona o un grupo de personas, permeables y plsticas hacia losprincipios, por la ley de la naturaleza deben subyugar y dirigir a todas las ciudades, naciones,reyes, ricos, poetas, que no lo son.

    Este es el hecho fundamental al que llegamos tan rpido en este, como en todo tema, laresolucin de todo en el siempre bendito UNO. La auto existencia es el atributo de la CausaSuprema, y constituye la medida del bien por el grado en el que entra en todas las formas msbajas. Todas las cosas verdaderas lo son dependiendo de la cantidad de virtud que contengan. Elcomercio, la agricultura, la cacera, la pesca de ballenas, la guerra, la elocuencia, la importanciapersonal son algunas, y se granjean mi respeto como ejemplos de su presencia y accin impura.Veo la misma ley operando en la naturaleza para la conservacin y el crecimiento. El poder es enla naturaleza la medida esencial de la rectitud. La naturaleza no tolera en sus dominios a nadaque no pueda ayudarse a s mismo. El nacimiento y la madurez de un planeta, su equilibrio y surbita, el rbol torcido enderezndose solo tras un viento fuerte, los recursos vitales de todoanimal y vegetal, son demostraciones de la auto suficiencia, y por tal del alma que confa en smisma.

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    As todo se concentra: no vaguemos; quedmonos en casa con la causa. Aturdamos yasombremos a la chusma entrometida de personas, libros e instituciones, con una simpledeclaracin del hecho divino. Ordenmosles a los invasores que se quiten el calzado de los pies,porque Dios est aqu adentro. Que nuestra sencillez los juzgue, y que nuestra docilidad anuestra ley demuestre la pobreza de la naturaleza y la fortuna junto a nuestras riquezas nativas.

    Pero ahora somos una gentuza. El ser humano no reverencia al ser humano, ni se le recomienda asu genio que se quede en la casa, y que se comunique con su ocano interno, sino que van alextranjero a pedir una taza de agua de las urnas de otras personas. Debemos hacerlo solos. Megusta cuando la iglesia est en silencio, antes de que comience el servicio, mucho ms quecualquier sermn. Cun lejanas, cun tranquilas, cun castas se ven las personas, rodeadas cadauna por un recinto o un santuario! Que nos sentemos as siempre. Por qu deberamos asumirlos errores de nuestro amigo, o nuestra esposa, o nuestro padre, o nuestro hijo, slo porque nossentamos alrededor de la estufa, o porque se dice que tienen la misma sangre? Todas laspersonas tienen mi sangre, y yo la de todos. Pero no por ello adoptar su petulancia o sus

    desatinos, hasta el punto de sentirme avergonzado. Pero tu aislamiento no debe ser mecnico,sino espiritual, esto es, debe ser elevacin. En ocasiones todo el mundo parece conspirar paraimportunarte con frusleras insistentes. Un amigo, un cliente, un hijo, la enfermedad, el miedo, lanecesidad, la caridad, todos tocan a la vez la puerta de tu armario, y te dicen: "Ven hacianosotros". Pero manten tu estado; no te uns a su confusin. El poder que la gente posee paramolestarme, se los doy por una dbil curiosidad. Ninguna persona se me puede acercar sino es atravs de mi acto. "Que amamos lo que tenemos, pero con el deseo nos privamos a nosotrosmismos del amor".

    Si no podemos de una vez elevarnos hasta las santidades de la obediencia y la fe, al menos

    resistamos nuestras tentaciones; entremos en un estado de guerra, y despertemos a Thor y aOdn, al valor y a la constancia, en nuestros pechos sajones. Esto debe hacerse en nuestrosmomentos de tranquilidad diciendo la verdad. Revis esta hospitalidad mentirosa y este afectomentiroso. Ya no vivs a la expectativa de estas personas engaadas y engaadoras con quienesconversamos. Deciles: Oh, padre, oh, madre, oh, esposa, oh, hermano, oh, amigo, hasta elmomento he vivido con vos segn las apariencias. A partir de ahora pertenezco a la verdad.Quiero que seps que a partir de ahora no obedecer ninguna ley inferior a la ley eterna. Notendr pactos sino aproximaciones. Me esforzar por alimentar a mis padres, por mantener a mifamilia, por ser el casto esposo de una sola mujer, pero estas relaciones debo llenarlas medianteuna forma nueva y sin precedentes. Renuncio a tus costumbres. Debo ser yo mismo. No puedoromperme ms por vos, ni vos por m. Si pods amarme por lo que soy, seremos muy felices. Sino pods, an buscar merecer tu amor. No esconder mis gustos ni mis aversiones. Por talconfiar en que lo que es profundo es sagrado, que har con entusiasmo bajo el sol y la luna loque interiormente me regocije, y lo que me asigne el corazn. Si sos noble, te amar; si no lo sos,no herir a ninguno de los dos con atenciones hipcritas. Si segus la verdad, pero no la mismaque yo, adherite a tus compaeros; yo buscar los mos. No hago esto de manera egosta, sino conhumildad y verdad. Es inters, tanto tuyo, como mo, como de toda la gente, vivir en la verdad,

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    por ms que hayamos morado en la mentira. Suena muy duro esto hoy? Pronto amars lo que tedicte tu naturaleza al igual que la ma, y, si seguimos la verdad, saldremos con bien al final. -Perohacindolo, le causars dolor a estos amigos. S, pero no puedo vender mi libertad ni mi poder,para salvar su sensibilidad. Adems, toda la gente tiene sus perodos de razn, cuando ven yexaminan la regin de la verdad absoluta; entonces me justificarn, y harn lo mismo.

    El populacho cree que si rechazs los estndares populares rechazs todos los estndares, y quees una mera antinomia; y el sensualista osado usar el nombre de la filosofa para hacer brillarsus crmenes. Pero la ley de la conciencia persiste. Hay dos confesionarios, y en alguno de ellosdebemos confesarnos. Pods cumplir con tu conjunto de deberes, absolvindote de una manera,o directa o refleja. Consider si han sido satisfactorias tus relaciones con tu padre, tu madre, tuprimo, tu vecino, tu pueblo, tu gato y tu perro; o si alguno de ellos podra reprocharte. Perotambin puedo desatender este estndar reflejo, y absolverme a m mismo. Tengo mis propiosreclamos severos y un crculo perfecto. Le niega el nombre de deber a muchos oficios que sonllamados deberes. Pero si puedo eximir sus fallos, me permite renunciar al cdigo popular. Si

    alguien se imagina que esta ley es vaga, que intente mantener su mandamiento un solo da.Y en verdad que le demanda algo divino a aquel que haya renunciado a los motivos comunes dela humanidad, y que se haya aventurado a confiar en s mismo para ser el capataz. Ser alto sucorazn, fiel su voluntad, clara su visin, para que pueda con buena determinacin ser doctrina,sociedad, ley, para s mismo, que un simple propsito sea para l como el acero, tan fuerte comola necesidad es para otros!

    Si alguna persona considera los aspectos presentes de lo que se llama por distincin sociedad,ver la necesidad de esta tica. La fibra y el corazn del ser humano parecen haber sido sacados,y nos volvemos tmidos y abatidos llorones. Le tememos a la verdad, a la fortuna, a la muerte, y anosotros mismos. Nuestra era no produce personas grandes y perfectas. Queremos hombres ymujeres que renueven la vida y nuestro estado social, pero vemos que la mayora de lasnaturalezas son insolventes, incapaces de satisfacer sus propias necesidades, poseen unaambicin desproporcionada con respecto a su fuerza prctica, y se apoyan y ruegan da y nochesin parar. El manejo del hogar es mendicante, y nuestras artes, nuestras ocupaciones, nuestrosmatrimonios, nuestra religin, no hemos elegido, sino que la sociedad ha elegido por nosotros.Somos soldados de saln. Esquivamos la spera batalla del destino, donde nace la fuerza.

    Si nuestros jvenes fallan en sus primeras empresas, pierden toda la esperanza. Si el joven

    comerciante falla, la gente dice que est arruinado. Si el mayor genio estudia en una de nuestrasuniversidades, y no est instalado en un empleo al ao siguiente en las ciudades y suburbios deBoston o de Nueva York, le parece a l y a sus amigos que tiene razn en descorazonarse, y enquejarse el resto de su vida. Un muchacho vigoroso de Nueva Hampshire o de Vermont, que a suvez trabaja en todo tipo de oficios, que enyuga, cosecha, es buhonero, se encarga de una escuela,predica, edita un diario, va al Congreso, compra un municipio, y as, en aos sucesivos, y siempre,como un gato, cae sobre los pies, vale cien veces ms que estas muecas citadinas. Anda al tantocon sus das, y no se avergenza de no "estudiar una profesin", ya que no pospone su vida, sino

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    que ya vive. No tiene una oportunidad, sino ciento. Que un estoico descubra los recursos de lahumanidad, y le diga a la gente que no son sauces reclinados, sino que pueden y deben separarse;que con el ejercicio de la auto confianza, aparecern nuevos poderes; que una persona es elverbo hecho carne, nacido para esparcirle la cura a las naciones, que debera avergonzarse denuestra compasin, y que en el momento en el que acta desde s mismo, arrojando las leyes, loslibros, las idolatras y las costumbres por la ventana, ya no nos compadecemos de l, sino que leagradecemos y lo honramos, y ese maestro restaurar la vida del ser humano hasta hacerlaesplendorosa, y har que su nombre sea querido por toda la historia.

    Es fcil ver que una mayor autoconfianza lograr una revolucin en todos los oficios y relacionesde las personas; en su religin; en su educacin; en sus bsquedas; en sus modos de vivir; en susasociaciones; en sus propiedades; en sus visiones especulativas.

    1. En qu oraciones los seres humanos se aprueban a s mismos! Eso que llaman oficio religiosono es algo tan valiente ni tan animoso. La oracin va al extranjero y pide aadiduras de afueraque vengan mediante virtudes de afuera, y se pierde en inacabables laberintos de ndole natural

    y sobrenatural, mediadora y milagrosa. La oracin que pide un beneficio en particular, --cualquier cosa que baje de lo mejor--, es malvada. La oracin es la contemplacin de la realidadcotidiana hecha desde el punto de vista ms elevado. Es el soliloquio de un alma regocijada yobservadora. Es el espritu de Dios afirmando la bondad de sus obras. Pero la oracin usadacomo medio para lograr un fin privado es una maldad y un robo. Supone dualismo y desunincon la naturaleza y la conciencia. Tan pronto como la persona es una con Dios, no rogar.Entonces ver la oracin en toda su gloria. La oracin del granjero inclinado en su campodesyerbndolo, la oracin del remero inclinado por la palada del remo, son oraciones de verdadque se escuchan en toda la naturaleza, aunque sus consecuencias son pequeas. Caratach, en la

    Bonduca de Fletcher, cuando se le advierte que investigue la mente del dios Audate, responde:

    "Su significado oculto se encuentra en nuestros comportamientos; nuestros valores son nuestrosmejores dioses".

    Otra forma de falsa oracin la constituyen nuestros pesares. El descontento es la necesidad de laautoconfianza: representa la debilidad de nuestra voluntad. Lamentate de las calamidades, sipods de algn modo ayudar a la vctima; si no pods, concentrate en tu labor, y ya el malempieza a repararse. Nuestra simpata es igual de baja. Nos sentamos con los que llorantontamente, y los acompaamos con nuestros llantos, en vez de impartirles la verdad y la salud

    mediante bruscos choques elctricos, ponindolos de nuevo en contacto con su propia razn. Elsecreto de la fortuna es alegra en nuestras manos. Siempre bien recibida por los dioses y loshumanos es la persona que se ayuda a s misma. Para ella todas las puertas estn abiertas de paren par: todas las bocas la saludan, todos los honores la coronan, todos los ojos la siguen condeseo. Nuestro amor va hacia ella y la rodea, porque no lo necesitaba. Con solicitud y apologa lahalagamos y celebramos, porque no dej su camino y menospreci nuestros reproches. Losdioses la aman porque los humanos la odian. "Al mortal perseverante --dice Zoroastro--, losbenditos Inmortales le ayudan con presteza".

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    Al igual que las oraciones de la gente son enfermedades de su voluntad, sus credos sonenfermedades de su intelecto. Dicen, de la misma forma que esos israelitas tontos: "Que no hableDios con nosotros, para que no muramos. Habla t, o cualquier otro, y obedeceremos". Y pordoquier se me impide encontrar a Dios en mis hermanos, porque han cerrado las puertas de sustemplos, y recitan las fbulas de sus hermanos, o del Dios del hermano de su hermano. Todamente nueva es una clasificacin nueva. Si se prueba una mente de poder y actividades pococomunes, un Locke, un Lavoisier, un Hutton, un Bentham, un Fourier, le impone su clasificacin aotras personas, y he aqu un nuevo sistema! La complacencia es proporcional a la profundidaddel pensamiento, y al nmero de objetos que toca y pone al alcance del pupilo. Peroprincipalmente es esta aceptacin de los credos y las iglesias, que tambin son clasificaciones deuna mente poderosa que acta sobre el pensamiento elemental del deber, y la relacin del serhumano con el Altsimo. Tal es el caso del Calvinismo, del Cuaquerismo, del Swedenborgismo. Elpupilo se divierte tanto subordinndolo todo a la nueva terminologa, como una nia que acabade aprender botnica y que ve un mundo nuevo y estaciones nuevas a cada paso. Llegar unmomento en que el pupilo notar que su poder intelectual ha aumentado tras haber estudiado la

    mente de su maestro. Pero en todas las mentes desequilibradas, la clasificacin es idolatrada, setoma como el fin, y no como un medio rpidamente agotable, por lo que, para sus ojos, los lmitesdel sistema se unen en el horizonte con los lmites del universo; las luminarias del cielo leparecen sostenidas por el arco que su maestro dise. No pueden imaginarse cmo ustedes, losextranjeros, tienen derecho a ver, cmo pueden ver; "De algn modo, ustedes nos robaron la luz".An son incapaces de percibir, que la luz, carente de sistemas, indmita, irrumpir en cualquierrecinto, inclusive en el de ellos. Si son honestos y hacen el bien, pronto su lindo y nuevo redil sermuy estrecho y pequeo, se partir, se secar, se pudrir y se desvanecer; y la luz inmortal,llena de alegra y juventud, con millones de luces de colores, alumbrar el universo como si fuera

    la primera maana.2. Es por necesidad de autocultura, que la supersticin de Viajar, cuyos dolos son Italia,Inglaterra y Egipto, sigue fascinando a todos los estadounidenses cultos. Los que hicieron aInglaterra, Italia, o Grecia venerables en la imaginacin lo lograron mantenindose en dondeestaban, como un eje terrestre. En la hora del arrojo, sentimos que nuestro lugar es el deber. Elalma no es viajera; el sabio se queda en casa, y cuando sus necesidades, sus deberes, en algunaocasin lo sacan de su casa, o lo llevan a otras tierras, se est quieto en su casa, y har a la gentesensata con la expresin de su semblante, ya que va como el misionero de la sabidura y la virtud,y visita a ciudades y a las personas como un soberano, y no como un intruso o un criado.

    No tengo ninguna objecin grosera a la circunnavegacin del globo, para propsitos artsticos, deestudio y de beneficencia, por lo que la persona est domesticada, o no viaja esperando hallaralgo mayor de lo que conoce. Aquel que viaja para divertirse, o para conseguir algo que no porta,viaja para alejarse de s mismo, y envejece entre cosas viejas, aunque est joven. En Tebas, enPalmira, su voluntad y su mente envejecen tanto como esas ciudades. Aade ruinas a las ruinas.

    Viajar es el paraso de los tontos. Nuestros primeros viajes nos demuestran la indiferencia de loslugares. En casa soaba que en Npoles, en Roma, me embriagara de belleza, y perdera as mi

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    tristeza. Empaco mi valija, reno a mis amigos, me embarco, y al fin despierto en Npoles, y veoante m la dura verdad, el triste yo, inexorable, idntico, del cual hua. Busco el Vaticano, y lospalacios. Busco embriagarme con visiones y sugerencias, pero no me embriago. Mi gigante meacompaa doquiera que vaya.

    3. Pero la moda de los viajes es un sntoma de una corrupcin profunda que afecta toda la accin

    intelectual. El intelecto vagabundea, y nuestro sistema educativo fomenta el desasosiego.Nuestras mentes viajan mientras nuestros cuerpos se ven forzados a quedarse en la casa.Imitamos; y qu es la imitacin sino un viaje de la mente? Nuestras casas estn construidassegn los gustos de afuera; nuestras estantes estn llenos de adornos extranjeros; nuestrasopiniones, nuestros gustos, nuestras facultades, flaquean, y siguen lo Pasado y lo Distante. Elalma cre las artes en cualquier lugar que florecieran. Fue en su propia mente que el artistabusc su modelo. Fue una aplicacin de su propio pensamiento a lo que deba hacerse y a lascondiciones que deban observarse. Y por qu tenemos que copiar el modelo Drico o el Gtico?La belleza, la utilidad, la grandeza del pensamiento, y la expresin pintoresca estn tan cerca de

    nosotros como de cualquier otro, y si el artista estadounidense estudia con amor y esperanza loque debe hacer exactamente, considerando el clima, el suelo, los hbitos y la forma de gobierno,crear una casa en la que todas estas cosas hallarn un lugar apropiado, y tambin se satisfarnel sentimiento y el gusto.

    Insist en tus capacidades; nunca imits. Pods presentar en todo momento tu propio don con lafuerza que da toda una vida de cultivarlo; pero sobre el talento que adopts de otro, slo loposees a medias, de improviso. Las cosas que cada quien puede hacer bien, slo su Creadorpuede enserselas. Ninguna persona sabe lo que es, o de lo que es capaz, hasta que lo hayademostrado. Dnde est el maestro que pudo haberle enseado a Shakespeare? Y dnde est el

    maestro que pudo instruir a Franklin, a Washington, a Bacon, o a Newton? Toda gran persona esnica. El Escipionismo de Escipin es precisamente la parte que no poda tomar prestada. Nuncase lograr hacer un Shakespeare estudiando a Shakespeare. Hac lo que se te asign, y no podrsesperar demasiado ni atreverte a hacer demasiado. En este momento hay para vos unadeclaracin valiente y grandiosa como la del colosal cincel de Fidias, el palustre de los egipcios, lapluma de Moiss, o la de Dante, pero diferente de todas ellas. Probablemente sea imposible queel alma que es toda riqueza, toda elocuencia, con lengua mltiple, se digne repetirse; pero siescuchs lo que dijeron estos patriarcas, de seguro podrs responderles con el mismo tono devoz; ya que los odos y la lengua son dos rganos que comparten su naturaleza. Mor en lasregiones simples y nobles de tu vida, obedec a tu corazn, y reproducirs el Mundo Antiguo.

    4. Como nuestra Religin, nuestra Educacin, nuestro Arte ven al exterior, tambin lo hacenuestro espritu social. Toda la gente se jacta de mejorar la sociedad, y nadie mejora.

    La sociedad nunca avanza. Retrocede por un lado, tan rpido como avanza del otro. Sufrecambios continuos; es brbara, es civilizada, es cristiana, es rica, es cientfica; pero este cambiono la adelanta. Por cada cosa que se agrega, otra se arranca. La sociedad requiere nuevas artes, ypierde viejos instintos. Cun grande es el contraste que se da entre el estadounidense bien

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    vestido, que lee, que escribe, que piensa, que tiene reloj, un lpiz, y una letra de cambio en elbolsillo, y el Neozelands desnudo, cuyas pertenencias son su maza, su lanza, su manta, y ladcima parte de un cobertizo ntegro para dormir! Pero compar la salud de estos dosindividuos, y vers que el blanco perdi su fuerza aborigen. Si el viajero nos dice la verdad,cuando hers al salvaje con un hacha, en un par de das la herida se cierra y sana, como sihubieras atacado un poco de brea, pero si hers as a un blanco, lo envis a la tumba.

    La persona civilizada hace coches, pero ya no usa los pies. Se apoya en muletas, pero no puedeapoyarse en sus msculos. Tiene un bonito reloj genovs, pero no puede calcular la horamediante el sol. Tiene un almanaque nutico de Greenwich, y por tal est seguro de tener lainformacin a su alcance, pero no puede reconocer ni una estrella cuando sale a la calle. Noobserva los solsticios; casi no sabe nada de los equinoccios; y el brillante calendario anual carecede un indicador en su mente. Sus libretas de apuntes deterioran su memoria; sus bibliotecassobrecargan su agudeza; la oficina de seguros aumenta el nmero de accidentes; y cabrapreguntarse si las maquinarias no se daan; si no hemos perdido por refinamiento parte de

    nuestra energa, por un cristianismo atrincherado en formas e instituciones, algo del vigor de lavirtud salvaje. Como cada estoico era un estoico; dnde est en el cristianismo el cristiano?

    No hay mayor desviacin en el estndar moral que en el estndar de la altura o el volumen. Nohay hoy mayores hombres que antes. Se puede observar una igualdad singular entre los grandeshombres de los primeros y de los ltimos siglos; ni pueden toda la ciencia, el arte, la religin y lafilosofa del siglo diecinueve lograr educar mayores personas que los hroes de Plutarco, hacetres, o cuatro o veinte siglos. Ni progresa la raza con el tiempo. Focin, Scrates, Anaxgoras,Digenes, eran grandes hombres, pero no dejan clase. Aquellos que son de su clase no sernllamados por esos nombres, sino que sern personas propias, y a su vez, fundarn una secta. Las

    artes e inventos de cada periodo son slo su vestido, y no fortifican a la gente. El dao de lamaquinaria mejorada puede compensar su bondad. Hudson y Behring lograron tanto con susbarcos pesqueros, que impresionaron a Parry y a Franklin, cuyos equipos agotaron los recursosde la ciencia y el arte. Galileo, con unos anteojos para la pera, descubri una serie de fenmenoscelestes ms esplndidos que cualquiera de sus antecesores. Coln encontr el Nuevo Mundo enun barco que no tena cubierta. Es curioso ver el desuso peridico en el que caen, para luegoperecer, los medios y las maquinarias que fueron presentadas con grandes pompas haca unoscuantos aos o siglos. El gran genio regresa al humano esencial. Estimamos los avances en el artede la guerra como uno de los triunfos de la ciencia, y sin embargo Napolen conquist Europacon el vivaque, que consista en apoyarse en el valor puro, y desembarazndolo de toda ayuda. ElEmperador no pudo hacer un ejrcito perfecto, nos dice Las Casas, "sin abolir nuestras armas,polvorines, comisarios y carruajes, hasta que, imitando la costumbre Romana, el soldadorecibiera su porcin de maz, para que lo moliera en su molino y cocinara su propio pan".

    La sociedad es una ola. La ola se mueve hacia delante, pero el agua que la compone no se mueve.La misma partcula no se levanta del valle a la colina. Su unidad es slo fenomenal. Las personasque construyen una nacin hoy, mueren maana, y su experiencia con ellos.

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    Y as la confianza en la Propiedad, incluyendo la confianza en el gobierno que la protege, es lanecesidad de autoconfianza. La gente se ha alejado tanto de s misma y de las cosas, que hallegado a estimar a las instituciones religiosas, eruditas, y civiles como guardianes de lapropiedad, y desaprueba que las ataquen, porque siente que atacan a la propiedad. Miden laestima de cada persona no por lo que es, sino por lo que tiene. Pero una persona culta seavergenza de sus propiedades, puesto que siente un nuevo respeto por su naturaleza. Odiaparticularmente lo que tiene, si ve que es un accidente, sea que lo obtuvo por medio de regalos,herencias, o robos; entonces siente que no tiene; porque no le pertenece, no tiene racespersonales, y meramente yace ah, porque ni la revolucin ni los ladrones se lo llevan. Pero loque una persona es forzosamente lo adquiere, en todos los casos, y esto que adquiere espropiedad viviente, que no espera someterse ni a gobernantes, ni a las masas, ni a lasrevoluciones, ni a los incendios, ni a las tormentas ni a bancarrotas, sino que se renuevaperpetuamente doquiera que la persona respire. "Tu heredad o porcin de la vida -deca el CalifaAl-, es la bsqueda de ti mismo; por tanto no te afanes buscando otras cosas". Nuestradependencia en estos bienes forneos nos lleva a la esclavitud respetuosa por las cantidades. Los

    partidos polticos se renen en inmensas convenciones; mientras mayor sea la concurrencia, ycon cada nuevo grito de anuncio: La Delegacin de Essex! Los Demcratas de Nueva Hampshire!Los Whigs de Maine!, los jvenes patriotas se sienten ms fuertes que antes porque se aadenmiles de ojos y brazos. De igual manera los reformistas organizan convenciones, y votan ydeciden en multitud. No es as, oh amigos!, como Dios se dignar entrar en ustedes y vivir conustedes, sino de un modo completamente opuesto. Slo cuando una persona arroja de s todaayuda extranjera, y se yergue sola, la veo como una persona fuerte, que prevalece. Se debilita concada persona que se reclute bajo su bandera. No es una persona mejor que un pueblo? No lepids nada a la gente, y en la mutacin infinita, vos [debs ser] la nica columna que debe

    aparecer como sostn de todo lo que te rodea. Aquel que sabe que el poder nace adentro, que esdbil porque ha buscado el bien fuera de s, en todas partes, y percibiendo esto, se deja caer delleno en sus pensamientos, de inmediato se endereza, se mantiene firme, domina sus miembros,hace milagros; del mismo modo que una persona que se para sobre sus pies es ms fuerte queaquella que se para sobre su cabeza.

    Por tanto, us todo lo que se llama Fortuna. La mayora de la gente juega a la lotera con ella, ygana todo, y pierde todo, segn gire la rueda. Pero vos consideralas ganancias ilcitas, yentendete con la Causa y el Efecto, los cancilleres de Dios. Adquir y trabaja en la Voluntad, yhabrs encadenado a la rueda de la Suerte, y ya no temers sus giros. Una victoria poltica, un

    incremento en la renta, la recuperacin de un enfermo, o el regreso de un amigo ausente, u otroevento favorable, elevan tu espritu, y penss que vienen tus das buenos. No lo cres. Nada tepuede dar la paz, excepto vos mismo. Nada te puede dar la paz, excepto el triunfo de losprincipios.