Misión Argentina del Noroeste.Tucumán, Argentina.

EL AYUNO BÍBLICO – UN RESUMEN

LA IMPORTANCIA DEL AYUNO.“Ahora, pues, dice Jehová, convertíos ahora a mí con todo vuestro corazón, con ayuno, llanto y lamento. Rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová, vuestro Dios; porque es misericordioso y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y se duele del castigo" (Joel 2:12 y 13).

El diccionario de la Real Academia Española lo define de la siguiente manera: "abstenerse total o parcialmente de comer o beber".

"Algunas personas recibirían más beneficio de abstenerse de alimentos durante un día o dos por semana que de cualquier tratamiento o consejo médico. El ayunar un día por semana les sería de beneficio incalculable". Elena de White, Consejos sobre la salud, p.476.

Sentir hambre y no comer voluntariamente, es algo que todos deberíamos experimentar. Un ayuno breve limpia el cuerpo y la mente, pero tenemos que practicarlo en forma inteligente. El ayuno es un procedimiento natural, que Arnold Ehret calificó como "una maravillosa cirugía de la naturaleza, sin bisturí".

ALGUNOS EJEMPLOS DE AYUNO EN LA BIBLIA.Muchos personajes bíblicos ayunaron. Moisés ayunó cuando estaba en el monte Sinaí (Éxodo 34:28). Ana ayunó mientras compartía su angustia con Dios y le pedía un hijo (1 Samuel 1:12;12:22).Toda la nación israelita ayunaba el Día de la Expiación (Levítico 23:27).Esta práctica no está restringida al Antiguo Testamento.

Jesús ayunó cuando se encontraba en el desierto (Mateo 4:2). Juan el Bautista enseñó a sus discípulos a ayunar con frecuencia (Marcos 2:18; Lucas 5:33). Y hubo quienes criticaron a los discípulos de Jesús por no ayunar con frecuencia (Mateo 9:14 y 15; Marcos 2:18 y 19; Lucas 5:33-35).

Ana servía al Señor en el templo con ayunos y oraciones (Lucas 2:37). Pablo ayunó luego de su conversión (Hechos 9:9). Cornelio ayunó en Cesarea, antes de recibir una visión (Hechos 10:30). La iglesia de Antioquia ayunó antes de enviar a Pablo y a Bernabé a su primer viaje misionero (Hechos 13:3). Más tarde, durante el viaje de Pablo a Roma, él y otras personas que estaban en el navío ayunaron durante 14 días (Hechos 27:33).

Grandes hombres y mujeres de Dios buscaron su poder y su bendición, mediante el ayuno: Martín Lutero, Juan Calvino, John Knox, Charles Finney. El concepto del ayuno tiene apoyo bíblico y constituye un acto de fe; quien lo practica se priva de una necesidad vital para dedicarse con mayor eficacia a la oración.

Ester pidió a su pueblo que ayunase en su favor (Ester 4:1-6); el rey Josafat convocó a un ayuno (2 Crónicas 20:3) y Esdras hizo lo mismo (Esdras 8:21). En la Biblia, el ayuno se encuentra asociado a la oración (Salmos 35:13; Mateo 6:5{ 8; 1 Corintios 7:5). Cuando una persona ayuna se está absteniendo del alimento, que es tanto una necesidad como un placer. Esa abstinencia expresa su actitud permanente de oración interior.

TIPOS DE AYUNO.Típico. Consiste en abstenerse de alimento sólido. El ayuno típico, mencionado en la Biblia, no implicaba abstinencia de líquidos.

Completo. (Hechos 9:9). Se trata de un ayuno riguroso y puede presentar ciertos riesgos. Nadie debe practicarlo por más de un día, y aquel que tiene problemas de salud primero debe conversar con su médico.

Parcial. Tiene varias aplicaciones y se caracteriza por lo que se come y la frecuencia con que se come. Significa abstenerse de ciertos alimentos (Daniel 1:12). Implica abstenerse de alimentos durante un cierto tiempo. En los tiempos del Antiguo Testamento comenzaba a

la puesta de sol y se extendía hasta la puesta de sol del día siguiente. El ayuno puede incluir también la abstinencia de las relaciones sexuales entre marido y mujer.

DURACIÓN DEL AYUNO.En la mayoría de los casos, el ayuno bíblico duraba un día (Jueces 20:26;l Samuel 14:24) y comenzaba al atardecer cuando, según la costumbre judía, comenzaba el día (Génesis 1:5,31). Al menos en una ocasión, hubo un ayuno que duró sólo una noche (Daniel 6:1 8). Ester convocó a un ayuno de tres días y tres noches (Ester 4:6).

Sólo tres personas ayunaron 40 días: Moisés, Elías y Jesús. Luego de cada una de estas situaciones, Dios envió un mensaje especial para su pueblo.

En estos días Dios nos habla mediante su Palabra y utiliza el ayuno para preparar nuestro corazón para su servicio.

PELIGROS DEL AYUNO.No tenemos una indicación clara respecto a la mejor ocasión para ayunar y a su duración, pero debemos considerar los males que puede generar su práctica: la hipocresía (Mateo 6:16), el orgullo (Lucas 1812) y el legalismo.

Hay personas que pretenden que los demás ayunen tal como lo hacen ellos. Pero cuando una persona llama la atención por el simple hecho de ayunar, está actuando en forma equivocada. Nuestro ayuno debe tener por objeto llamar la atención de Dios; se trata de una cuestión personal (Mateo 6:3). Si la persona no está dispuesta a entregarse a la oración durante el ayuno, no debe practicarlo. La privación de alimento, sin un ejercicio espiritual proporcional, carece de valor (Joel 2: 12 y 13).

La verdadera espiritualidad no puede ser impuesta; nace del corazón. Cada persona debe tomar su propia decisión de servir a Dios. Lo que es una bendición para uno, si Se impone, puede perjudicar la espiritualidad del otro. Quien quiera ayunar a su prójimo deberá hacerlo con una correcta motivación, sin obligarlo a seguirlo.

Desde el punto de vista científico, el ayuno acelera el catabolismo (conjunto de procesos metabólicos de degradación de sustancias para obtener otras más simples), básicamente por la pérdida de proteínas. Después de un tiempo prolongado, también hay pérdida de grasa. Por eso, procurar adelgazar pasando largos períodos sin comer, no es bueno. La dieta para adelgazar o para controlar la diabetes debe ser balanceada. Además, en los países en vías de desarrollo, una gran causa de diabetes es la desnutrición. Y un ayuno prolongado puede desencadenar ésta, u otras enfermedades.

El ayuno no necesita ser la suspensión total de comida y agua, que algunos practican como si fuese una penitencia.

COMO AYUNAR.Ayunar no significa la mera abstención de alimentos. Muchas personas permanecen algún tiempo sin ingerir alimentos por motivos de salud, otras para adelgazar, otras dejan de almorzar o cenar por causa de su trabajo, otros no acostumbran desayunar, etc. Estas situaciones no están emparentadas con ayuno bíblico.

Ayunar significa orar, arrepentirse y escudriñar nuestro corazón (Isaías 58:3).

El ayuno demuestra la sinceridad y firmeza de propósito de nuestra oración. Pero cuando dedicamos un día para el ayuno, Satanás ataca con todas las potestades del infierno. Durante el ayuno, nuestro apetito se intensifica y el diablo se burla de nosotros. Sin embargo, con la ayuda de Dios, podemos mantener nuestro voto.

ORIENTACIONES PARA UN AYUNO CORRECTO Y SEGURO.(1) Ayuno Parcial. Puede ser la abstención de la cena o de dos comidas - el almuerzo y la cena -, después de haber

tomado un buen desayuno. No deje de lado la primera comida.(2) Ayuno con Jugos de Frutas. Esta práctica puede realizarse ingiriendo fruta o un jugo de frutas cada tres horas,

de acuerdo con la siguiente orientación.Jugos de fruta diluida sin azúcar (puede usar edulcorante): Ingiera una porción de 300 ml, o una clase de fruta por vez. Beba cada tres horas, desde las 6 hasta las 21 horas. Su almuerzo puede consistir en un caldo de legumbres o verduras. (Sólo si el posible, use aceite de oliva

crudo; hasta 10 gotas después de hecho el caldo). Tome agua cada hora.

(3) Ayuno Completo de 24 Horas. Permanezca un día sin alimentarse, manteniendo siempre la ingesta de agua. Realice durante este período sus actividades normales y evite compensar la abstinencia el día siguiente. Estas instrucciones son aplicables a las personas que, aunque gozan de buena salud, consideran que deben mejorar sus hábitos de vida.

LA ACTITUD DE LA PERSONA QUE AYUNA.Es imprescindible que durante los momentos de ayuno mantengamos la actitud de comunión, relación e intimidad con Dios. Este es nuestro objetivo.

Elmer L. Towns, autor del libro Liberación espiritual a través del ayuno escribe: "El propósito primario de la oración y el ayuno es conocer a Dios. El ayuno no se trata de alimento; se trata de meditación, reflexión sobre las Escrituras y comunión con Dios".

El centro no está en la comida, en lo material, sino en Jesús. Esta perspectiva fue presentada por el Maestro cuando los discípulos de Juan el Bautista le preguntaron por qué sus discípulos no ayunaban. Entonces Jesús afirmó que mientras él estuviera con ellos no sería necesario. Pero cuando él completara su misión en esta Tierra, entonces sería el momento de ayunar. (Lucas 5:33-35).

Nuestro objetivo es acercarnos a Jesús; comunión, intimidad y relación son palabras clave para entender el ayuno. La práctica de esta disciplina se materializa mediante la planificación. El día indicado, levántese temprano para aprovechar el tiempo leyendo la Palabra de Dios; luego haga una cadena de oración cada hora, sin importar dónde esté ni lo que se encuentre haciendo.

"No hay tiempo o lugar en que sea impropio orar a Dios. No hay nada que pueda impedirnos elevar nuestro corazón en ferviente oración. En medio de las multitudes y del afán de nuestros negocios, podemos ofrecer a Dios nuestras peticiones e implorar la divina dirección, como lo hizo Nehemías cuando hizo la petición delante del rey Artajerjes. En dondequiera que estemos podemos estar en comunión con É1. Debemos tener abierta continuamente la puerta del corazón, e invitar siempre a Jesús a venir y morar en el alma como huésped celestial".-Elena de White, CAC, p.59.

En síntesis: Determine el tiempo que durará su ayuno. Elija el tipo de ayuno que va a practicar. Planifique ocupar buena parte del tiempo orando. Comience con el arrepentimiento. Analice su vida para eliminar todo vestigio el pecado. (Salmos 1912). Pida perdón. Ore incesantemente, haciendo pedidos específicos. Disfrute de la lectura de la Palabra de Dios. Seleccione algunos versículos para memorizar. Ayune y ore a Dios. (Lucas 2:37).

COMO TERMINAR EL AYUNO.Quién ayuna debe terminar correctamente el período de abstinencia. Si la persona se arrepintió de sus pecados, pasó por una experiencia espiritual y buscó la presencia de Dios, su ayuno tendrá los resultados esperados. Un creyente no puede pasar de un espíritu de oración y suplica a una atmósfera de total despreocupación.

Durante el ayuno ore, busque la presencia de Dios, arrepiéntase de sus pecados, pida perdón y busque un reavivamiento mediante el bautismo del Espíritu Santo. De esa manera terminará el período con una mayor percepción de las cosas espirituales. Luego, antes de comer, haga una oración agradeciendo a Dios por la experiencia y por el alimento que le entrega a diario. Luego coma con la misma actitud con la que ayunó. Así como nos privamos del alimento para la gloria de Dios, también deberemos alimentarnos para su gloria. (1 Corintios 10:31).

Otro aspecto importante es que el ayuno debe llevarnos al cumplimiento de la misión. El valor de nuestro ayuno se mide por el esfuerzo que hacemos por lograr la salvación de los demás. Jesús nos dio el ejemplo cuando, luego de estar 40 días en el desierto, salió a cumplir su misión.

Nadie debe hacer del ayuno el aspecto más importante de su vida espiritual. Recomendamos el ayuno como forma de mantener el cuerpo bajo control. El secreto de la victoria espiritual es el auto control. Lo desafío a que, durante sus días de ayuno, se alimente de Jesucristo, buscando su presencia y su poder.

¿QUIÉN NECESITA AYUNAR?Todos los que quieren vivir una vida santa pueden vencer, como Cristo venció. Esta victoria se genera en la sangre de Cristo y mediante su testimonio. El largo ayuno del Salvador lo fortaleció para realizar su tarea. Jesús comenzó su obra desde el punto donde se había iniciado nuestra ruina: el apetito.

Además de la extraordinaria limpieza y revitalización orgánica, esta experiencia genera otros beneficios, como el desarrollo de la fuerza de voluntad para librarse de los vicios alimentarios.

"Las personas que han complacido su apetito, comiendo carne en abundancia, y salsas muy sazonadas acompañadas de pasteles y conservas excitantes, no pueden inmediatamente apreciar un régimen sencillo, sano y nutritivo. Su gusto está tan pervertido que no les apetece una dieta sana compuesta de frutas, pan sencillo y verduras. No pueden pretender que hallarán agrado al principio en una alimentación tan diferente de aquélla, a cuyo gusto estaban acostumbrados. Si al principio no les agradan los alimentos sencillos debieran ayunar hasta que logren su objeto. Ese ayuno les resultará de mayor beneficio que la medicina, porque el estómago maltratado encontrará que el descanso que le era tan necesario y un hambre verdadera pueden ser satisfechos con un régimen sencillo. Se necesitará tiempo para que el gusto se recupere de los abusos que ha sufrido y recobre su tono natural. Pero el perseverar en una abnegación completa en cuanto al comer y beber no tardará en demostrar que el alimento sencillo y saludable es más apreciado y se comerá con más satisfacción que los alimentos rebuscados".- Elena de White, Consejos sobre el régimen alimenticio, p.225.

ELENA DE WHITE Y EL AYUNO:La complacencia del apetito embota la percepción de las cosas sagradas. "El Redentor del mundo sabía que la complacencia del apetito produciría debilidad física y embotaría de tal manera los órganos de la percepción, que no discernirían las cosas sagradas y eternas. Cristo sabía que el mundo estaba entregado a la glotonería y que esta sensualidad pervertiría las facultades morales. Si la costumbre de complacer el apetito dominaba de tal manera a la especie que, a fin de romper su poder, el divino Hijo de Dios tuvo que ayunar casi seis semanas en favor del hombre, ¡qué obra confronta el cristiano para poder vencer como Cristo venció! El poder de la tentación a complacer el apetito pervertido puede medirse únicamente por la angustia indecible de Cristo en aquel largo ayuno en el desierto".-Ibíd, p.63.

Nuestra única esperanza. "La sensualidad irrefrenada y la enfermedad y degradación consiguientes, que existían en tiempos del primer advenimiento de Cristo, existirán, con intensidad agravada, antes de su segunda venida. Cristo declara que la condición del mundo será como en los días anteriores al diluvio, y como en tiempos de Sodoma y Gomorra. Todo intento de los pensamientos del corazón será de continuo el mal. Estamos viviendo en la víspera misma de ese tiempo pavoroso, y la lección del ayuno del Salvador debe grabarse en nuestro corazón. Únicamente por la indecible angustia que soportó Cristo podemos estimar el mal que representa el complacer sin freno los apetitos. Su ejemplo demuestra que nuestra única esperanza de vida eterna consiste en sujetar los apetitos y pasiones a la voluntad de Dios".-Ibíd., p. 179.

"La fuerza de la tentación a complacer el apetito puede ser comprendida sólo cuando se recuerda la inexpresable angustia de nuestro Redentor durante su largo ayuno en el desierto. Él sabía que la complacencia del apetito pervertido amortecería tanto las percepciones del hombre, que éste no podría discernir las cosas sagradas. Adán cayó por la satisfacción del apetito; Cristo venció por la negación del apetito. Y nuestra única esperanza de recuperar el Edén es por medio de un firme dominio propio. Si el apetito pervertido tenía un poder tan grande sobre la humanidad que, a fin de quebrantar su dominio, el divino Hijo de Dios hubo de soportar un ayuno de casi seis semanas en favor del hombre, ¡qué obra está delante del cristiano! Sin embargo, por grande que sea la lucha, éste puede vencer. Con la ayuda del poder divino que soportó las más fieras tentaciones que Satanás pudo inventar, él también puede ser completamente victorioso en su guerra contra el mal, y finalmente podrá llevar la corona de victoria en el reino de Dios".-Ibíd., p.198.

¿Quiénes entrarán por las puertas en la ciudad? "Cristo peleó la batalla en el terreno del apetito, y salió victorioso; y nosotros también podemos vencer por medio de la fuerza derivada de é1. ¿Quiénes entrarán por las puertas en la ciudad? No los que declaran que no pueden quebrantar la fuerza del apetito. Cristo resistió el poder de aquel que quisiera retenernos en la esclavitud; aunque debilitado por su largo período de ayuno de cuarenta días, resistió la tentación, y demostró por medio de este acto que nuestros casos no son desesperados. Yo sé que no podemos obtener la victoria solos; y ¡cuán agradecidos debiéramos estar de que tenemos un Salvador viviente, quien está listo y dispuesto a ayudarnos!"-Ibíd., p.201.

El principal motivo. "El principal motivo que tuvo Cristo para soportar aquel largo ayuno en el desierto, fue enseñarnos la necesidad de la abnegación y la temperancia. Esta obra debe comenzar en nuestra mesa, y debe llevarse estrictamente a cabo en todas las circunstancias de la vida. El Redentor del mundo vino del cielo para ayudar al hombre en su debilidad, para que, con el poder que Jesús vino a traerle, lograra fortalecerse para vencer el apetito y la pasión, y pudiese ser vencedor en todo".-Consejos sobre la salud, p.124.

¿Por dónde debe comenzar la hora de la redención? "El poder de la tentación a ceder ante el apetito pervertido puede ser medido solamente por lo que Jesús sufrió durante su largo ayuno en el desierto. Cristo sabía que para llevar adelante el plan de salvación tenía que comenzar la obra de la redención exactamente donde se habla iniciado la ruina. La caída de Adán se produjo con respecto al apetito. Cristo inició la obra de la redención justamente donde la ruina había comenzado.

Lo mismo ocurre en nuestro caso. Debemos comenzar la obra de la redención exactamente donde se siente en forma más aguda la obra de la degeneración".-Cada día con Dios, p.150.

Apetito: El ídolo del hombre. "La razón del largo período de ayuno y sufrimiento de Cristo en el desierto. Su angustia no se debió tanto a los tormentos del hambre como a su comprensión de los terribles resultados de la complacencia del apetito y de las pasiones sobre la raza humana. Sabía que el apetito sería el ídolo del hombre y lo induciría a olvidarse de Dios, y que obstruiría directamente el camino de su salvación".- Mensajes selectos t. 1, p. 334.

Ayuno para estudiar la Palabra de Dios. "La Palabra de Dios es apenas medio comprendida. Si cada cual proclamara un ayuno para su propia alma, para estudiar la Palabra de Dios con ferviente oración y leer sólo los libros que pudieran ayudarle a obtener un conocimiento más claro de ella, el pueblo de Dios tendría más salud y fortaleza espiritual, más conocimiento y comprensión espiritual de lo que ahora manifiesta. Necesitamos buscar a Dios de manera que sea precioso para nuestras almas. Necesitamos que sea siempre nuestro huésped y compañero para no apartarnos nunca de Él'.-Cada día con Dios, p.150.

El mejor ayuno para nuestros días. “Ahora y hasta el fin del tiempo, el pueblo de Dios debiera ser más ferviente, más despierto, no confiando en su propia sabiduría sino en la de su Dirigente. Debieran apartar días para el ayuno y la oración. Quizá no se requiera una abstinencia completa de alimento, pero debieran comer frugalmente de los alimentos más sencillos".-Eventos de los últimos días, p.83.

"El verdadero ayuno que debiera recomendarse a todos es la abstinencia de toda clase de alimento estimulante, y el uso apropiado de alimentos saludables, sencillos, que Dios ha provisto en abundancia. Los hombres necesitan pensar menos sobre lo que comerán y beberán como alimento temporal, y mucho más en-cuanto al alimento del cielo, que dará tono y vitalidad a toda la experiencia religiosa".-Ibíd p.84.

"La intemperancia en el comer es, a menudo, causa de enfermedad, y lo que más necesita la naturaleza es ser aliviada de la carga inoportuna que se le impuso. En muchos casos de enfermedad, el mejor remedio para el paciente es un corto ayuno, que omita una o dos comidas, para que descansen los órganos rendidos por el trabajo de la digestión".- El ministerio de curación, p. 180.

Llamado de Dios. "Dios nos ha honrado mostrándonos cuánto nos valora. Fuimos comprados por la sangre preciosa del Hijo de Dios. Cuando su heredad siga conscientemente la palabra del Señor, su bendición descansará sobre ella como respuesta a sus oraciones. 'Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo' (Joel 2:12 y 13)".- Dios nos cuida, p.154.

"Debemos estar constantemente meditando en la Palabra, comiéndola, digiriéndola y asimilándola, al practicarla, de manera que sea llevada a la corriente de la vida. El que se alimenta de Cristo diariamente enseñará a otros, por su ejemplo, a pensar menos en lo que come y a sentir mucha mayor ansiedad por el alimento que da a su alma".- Consejos sobre el régimen alimenticio, p.106.

Los ministros deben proclamar el ayuno. "Ojalá que los muchos ministros de Cristo proclamen ayuno, convoquen a solemne reunión y busquen a Dios mientras puede ser hallado. Clamad a él mientras yacéis ahora al pie de la cruz del Calvario. Despojaos de todo orgullo y, como guardianes representantes de las iglesias, llorad entre la entrada y el altar, y clamad: 'Perdona a tu pueblo, oh Señor, y no rechaces tu heredad. Quita de nosotros lo que quieras, pero no nos quites tu Santo Espíritu, porque somos tu pueblo'. ¡Orad, oh, orad por el derramamiento del Espíritu de Dios!-Mensajes selectos, t.3, p. 215.

El ayuno en el tiempo del fin. "De ahora en adelante, hasta el fin del tiempo, los hijos de Dios debieran ser más fervientes y más despiertos, y no confiar en su propia sabiduría. sino en la sabiduría db su Caudillo. Ellos debieran dedicar días especiales al ayuno y la oración".-Ibíd., p.223.

"Los santos esperaban anhelosamente a su Señor con ayunos, vigilias y casi continuas oraciones".-Primeros escritos, p. 238.

"La sabiduría de ningún instrumento humano es suficiente para trazar planes y proyectos en este tiempo. Exponed cada plan delante de Dios con ayuno, y humillando el alma delante del Señor Jesús, y encomendad vuestros caminos al Señor. La promesa segura es que Él dirigirá vuestras sendas. Él posee recursos infinitos".-Mensajes selectos, t.2, p.418.