QUE CANTAR EN LA MISA

7/28/2019 QUE CANTAR EN LA MISA

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1 Juan Carrasco C. Qu cantar en la Misa? 2

INTRODUCCION

El presente libro nace de la necesidad

de entregar herramientas claras y profundamente

documentadas sobre el valor que tiene la msica en

las celebraciones eucarsticasAl enfrentarse al presente estudio, se

quiso conocer la realidad del canto en nuestras

eucaristas y si lo que se hace est de acuerdo con las

normas litrgicas de la Iglesia, es decir, si el canto est

en real sintona con lo que ensea la Iglesia.

Y para responder estas interrogantes,

se plantearon los siguientes objetivos :

* Descubrir lo que la Iglesia ensea en materia de

canto y msica en la celebraciones eucarsticas.

* Conocer, verificar y constatar lo que distintas

comunidades cantan.

Con el estudio del presente trabajo se

pretende conocer entonces, lo que se canta en la

Eucarista, y lo que se debe cantar segn el sentidoLitrgico.

El presente libro se podra dividir en

dos grandes captulos, el primero nos mostrar la

importancia y los alcances de la msica sagrada en la

historia del hombre y en especial en la eucarista. Esto

lo enunciaremos como un anlisis preliminar. Para

luego, en el segundo captulo, descubrir el parecer de

la Iglesia en cuanto a los cantos de la celebracin

eucarstica; all se estudiar cada uno de ellos desde la

ptica teolgica y pastoral; analizaremos, adems, la

realidad de cada canto en la actualidad y daremos las

orientaciones de la Iglesia.

Por ltimo, presentaremos una rica

bibliografa de consulta para todo aquel que quisiera

profundizar el tema de la msica de nuestras

celebraciones.


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ANLISIS PRELIMINAR

a. La msica como expresin del hombreEn sus principios, el hombre, tras

satisfacer sus necesidades elementales como: la

alimentacin, vestido y vivienda, empez a observar la

naturaleza, encontrando en ella una amplia gama de

sonidos producidos por el trinar de las aves, el paso

del viento por entre las hojas o ramas de un rbol y las

montaas, el sonido producido por el agua al correr

por los ros y arroyos, y el sonido del trueno entre

otros, luego habiendo recibido de ellos diversas

sensaciones, le naci la idea de reproducir algunos de

esos sonidos a placer, cuando l quisiera, por medio de

la imitacin.

As naci la msica en su forma ms

rudimentaria, donde el hombre usaba piedras,

huesos, palos y maderas para lograr imitar esos

sonidos.

A medida que el ser humano aprendia imitar sonidos, se dio cuenta que poda repetirlos

con su voz, los cuales expresaba de acuerdo a las

experiencias que iba teniendo en el mundo en que

viva: gritos, lamentaciones, y mltiples

manifestaciones de manera rtmica, logrando con ello

melodas de la manera ms rudimentaria. Adems de

la voz, el hombre encontr que con su cuerpo poda

reproducir sonidos, por ejemplo con los dedos, las

palmas de la mano, los brazos, las piernas, los muslos,

los talones; estos le producan msica corporal rtmica,

de la cual hizo uso para sus danzas.

Posteriormente, y de acuerdo a su

evolucin, el hombre fue inventando instrumentos

musicales con los cuales poda reproducir sonidos

acompandolos con su voz, naciendo as

instrumentos como: la flauta, el tambor, raspadores de

hueso, sonajas, etc.

Conociendo algunos elementos

constitutivos de la msica, el hombre no se conform

con imitar sonidos sino que comienza a crear msica

como una manera de expresin, la cual al escucharla

le produca alegra, descanso, fuerza, vida,inseguridad, temor, y los reproduca para conservar


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dichas sensaciones de acuerdo a su estado de nimo.

El canto expresa las ideas y los

sentimientos, las actitudes y deseos. Es un lenguaje

universal, uno de los signos de expresin del que el

hombre echa mano con mayor naturalidad.

Junto a la palabra, el gesto, el

movimiento y la danza, manifiesta su dolor y su

alegra, su protesta o su triunfo. El canto tiene un

poder expresivo que muchas veces llega a donde no

llega la sola palabra.

Pero l no slo expresa, sino que

realiza la actitud interior, no es algo que meramente

acompaa o adorna a la expresin, sino que l mismo

encarna la actitud interior y el sentimiento,

hacindolos vivos y humanos. El canto no slo nos

sirve para dar noticia de una idea o un sentimiento,

sino que los realiza y los alimenta.

Podemos decir entonces que: del

espritu armonizado y alegre brota el canto que viene

a ser el smbolo y, puede ser, en el sentido antes

sealado, la causa de esta misma armona y alegra

interior.

Siendo el canto una de las expresiones

naturales y espontneas del gozo, no ha podido menos

que ser desde la antigedad un elemento integrante y

necesario de las fiestas.1

El hombre se sabe creado por Dios,

reconoce en El su ms ferviente admiracin, lo que se

trasforma en un deseo sincero de alabarle y

agradecerle con su propio canto.

b. La msica como expresin de fe


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El canto siempre ha tenido una

significacin natural en la existencia del hombre; la

gracia ha perfeccionado a la naturaleza, Slo Dios

comunica lo divino, as el canto reviste en la historia

de la salvacin una significacin ms profunda. En la

voz de Israel, y especialmente en los salmos, pasa de

un auxilio a la oracin de splica, del grito de

admiracin a la accin de gracias, de la recitacin a la

meditacin, del canto coral a la comunin de amor.

El canto que sale de la boca y del

corazn del hombre para elevarse a Dios como splica

o accin de gracias, en realidad no es ms que una

respuesta. La oracin no puede subir hacia el Dios

verdadero si antes El no se ha dado a conocer al

hombre.

En la religin revelada, la llamada de

Dios precede y funda la invocacin de la Iglesia. El

culto supone el misterio proftico, la transmisin de la

palabra divina necesita del canto para expresar su

misterio. Toda Palabra Sagrada es una palabra

poderosa y eficaz. Es Dios mismo actuando en medio

1

Cfr. Grupo Pueblo de Dios, Msica Liturgia y pastoral, Editorial

de su pueblo, Pues El habl y fue as, mand l y se

hizo (Sal 33,9).

Cantar es propio de un corazn alegre:

el canto viene a ser como la expresin espontnea y

natural de la alegra. La exhortacin de Santiago

Est alguno alegre? Que cante salmos (St 5,13),

responde a esta ley de la misma naturaleza del

hombre.

Clemente de Alejandra al referirse al

canto como expresin de felicidad, nos recomienda

que: Toda nuestra vida cristiana sea siempre un da

de fiesta y que por este motivo vivamos cantando. Es

necesario entonces Cantar no slo con la voz sino

tambin con los hechos, con toda la vida. 2

Sabemos que el canto en la liturgia

tiene una funcin clara:

Expresa nuestra postura ante Dios.

Brinda sintona con la comunidad y con el misterio

que celebramos.3

Bonum,Buenos Aires,1991, pg.762Ibd., pg.773

Cfr. Aldazbal, Jos, Dossier sobre canto y msica, Centro depastoral litrgica, Barcelona, 1989, pg.6


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Y en la oracin el canto brota de lo

profundo del espritu como alabanza a Dios adopta

una expresin ms penetrante... el misterio de la

liturgia se manifiesta ms claramente. 4

El canto no slo dice lo que sentimos:

sino que manifiesta nuestra actitud interior, nos

mueve a nosotros mismos, materializando de algn

modo los sentimientos interiores. 5

Existe un canto interior que resuena

en el fondo de nuestro corazn, y as lo explica Juan

Crisstomo a sus fieles: Sin voz tambin es

posible cantar, con tal de que resuene internamente el

espritu. Pues cantamos no para los hombres, sino

para Dios, que puede escuchar nuestros corazones y

penetrar en la intimidad de nuestra alma. 6

El canto interior es el resumen del

amor a Dios. San Agustn nos dice: Alabemos al

Seor Dios nuestro no solamente con la voz, sino

tambin con el corazn...La voz que dirige a los

4

SCR, Instruccin MS, Sobre la Msica en la SagradaLiturgia,1967, N 55

Cfr. Aldazbal, Jos.,op.cit., pg. 76

Aldazbal, Jos ,Por que cantar en la liturgia, Cuadernos Phase,Centro de Pastoral Litrgica, Barcelona,1988, pg. 31

hombres es el sonido; la voz para Dios es el afecto .

Por consiguiente, es necesario cantar no slo con la

voz, sino tambin con los hechos, no slo con la lengua,

sino tambin con la vida. 7

Existe adems la expresin externa

del hombre, la que denominaremos canto exterior, que

aparece como la manifestacin sonora del canto

interior, o sea, de la alegra y del amor de corazn

hacia el Creador, el canto de la vida (interior) expresa

nuestra relacin con Dios manifestada en el prjimo.

Para San Agustn, la alegra interior y el amor

exterior aparecen como dos realidades ntimamente

unidas, sealando claramente que Aquellos que no

tienen caridad pueden llevar al salterio, pero no

pueden cantar.8

Pastoralmente este canto sincero y

amoroso hacia nuestro Creador cantado en comunidad

es un medio eficaz para provocar el arrepentimiento y

la conversin de los pecadores. Como dice san

Ambrosio: Se canta el salmo y hasta los corazones de

piedra se ablandan. Vemos llorar a los pecadores ms

7

Ibdem.


6/47

obstinados . Y el propio San Agustn nos seala en

sus confesiones que llor al escuchar los himnos y

cnticos de la Iglesia. 9

La msica en la liturgia adquiere una

misin providencial, querida por Dios para nuestra

salvacin. Por eso el canto ser considerado por los

Padres, como un medio instituido por Dios para

restablecer y reformar al hombre cado se comprende

as la funcin del canto litrgico, en el cual la meloda

est subordinada a la Palabra y ha de tratar

nicamente de subrayar con sencillez y dignidad el

sentido de la misma, lo mismo que la msica y el canto

estn subordinados al culto.10

El ideal del canto litrgico es el lema

de Juan Bautista: Disminuir para que la palabra

crezca. Por eso el mejor canto litrgico es aquel que

ms obediente es a la Palabra provocando cambio de

corazn en los oyentes. 11

8

San Agustn, Sermon h 9,89

Cfr. Aldazbal, Jos., Por que cantar en la liturgia, pg. 3010

Cfr. Pablo VI, La msica y el canto al servicio del culto divino, ala asociacin de Santa Cecilia, 1968, pg. 211

Cfr. Grupo Pueblo de Dios., op.cit., pg. 75

Como la Palabra es la que convoca y

realiza el misterio de la salvacin, al ir acompaada

de meloda, resulta agradable en el momento de

recibirla y, lo que se ha aprendido de esta forma, a

gusto y por propia voluntad, es mucho ms difcil que

se olvide.12 Oh, sabio invento del Maestro, exclama

SAN BASILIO, que ide un arte para a la vez cantar y

aprender cosas tiles, pues de esta forma los preceptos

quedan impresos con ms fuerza en el alma.13

Finalmente las palabras, que tanta

importancia tienen en la celebracin litrgica, por

medio del canto se resaltan todava ms y reciben una

especial expresin de solemnidad, belleza y dignidad

que permiten sentirse en cierto modo ms prximo a

la santidad del ministerio mismo operante en la

liturgia. 14

La msica busca, en primera instancia:

gustar, conmover, seducir, y gracias a estos

componentes musicales, el canto puede orientarse

hacia algunas zonas de nuestro psiquismo, de nuestra

12

Ibd., pg. 7413

Ibdem.


7/47

sensibilidad, a las cosas que de una forma espontnea

y natural agradan al ser humano. Es la razn por la

que el canto resuena en los labios de cualquier

persona, y en cualquier momento o circunstancia de la

vida. En relacin a este dato de la experiencia

cotidiana, he aqu un bello texto de Juan Crisstomo,

Los cantos poseen tan grande atractivo para nuestra

naturaleza, que secan las lgrimas, y acallan el llanto

de los nios de pecho, consiguiendo

adormecerlos...pues el alma, gracias a estos cantos,

soporta sin quejarse las ms duras fatigas.15

14

Cfr. Juan Pablo II, Msica y Liturgia,Congreso Internacional deMsica Sacra, 1980, N 115

Aldazbal, Jos., Por que cantar en la liturgia, pg. 12

c.La eucarista centro de la vida cristianaEl sacramento de la Eucarista es el

misterio central de la vida cristiana y por ello resume

y encierra, bajo el velo de los signos, las dimensionesfundamentales de nuestra fe. En donde Dios habla y

el pueblo responde con canto y oraciones.16

Y el mismo Jess nos dice En verdad,

en verdad os digo: si no comis la carne del Hijo del

hombre, y no bebis su sangre, no tendris vida en

vosotros (Jn 6,53). Y para realizar esta obra tan

grande, Cristo est siempre presente en su iglesia y

sobre todo en la accin Eucarstica, presente adems

en las splicas y cantos17 segn su propia promesa:

16

Concilio Vaticano II., Constitucin SC, n 3317



8/47

donde estn dos o tres congregados en mi nombre, all

estoy yo en medio de ellos. (Mt18,20)

En la Eucarista como sacramento

se dan cita no slo el sacrificio redentor de nuestro

Seor, sino el misterio mismo de la Encarnacin, ya

que en los sacramentos Cristo por propia voluntad

sigue actuando en los hombres.18 En el misterio

eucarstico se consuma tambin la unidad de la Iglesia

en donde recibimos la prenda de la gloria futura, pues

el cuerpo de Cristo que comulgamos es su cuerpo

glorioso y resucitado y esta presencia implica mucho

ms que la transmisin y aceptacin de las verdades

de Cristo ya que a travs de esta nueva presencia es

posible el contacto del hombre con la obra salvadora.19

Con la Comunin, siguiendo el ejemplo

de los Apstoles en la Ultima Cena, los fieles

recibimos el pan del cieloy el cliz de salvacin, el

Cuerpo y la Sangre de Cristo que se entreg para la

vida del mundo (Jn 6,51). Por lo que se considera a la

18

Cfr. Aquilino de Pedro, Misterio y Fiesta, Seminario Pontificiomayor, santiago,1996,pg.1719

Ibd., pg. 22

Liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo.

20

Todos estos aspectos de la Eucarista

los ha sintetizado maravillosamente el Concilio

Vaticano II en el siguiente prrafo lleno de

profundidad teolgica:

Nuestro Salvador, en la ltima cena,

la noche que le traicionaban, instituy el sacrificio de

su cuerpo y sangre para perpetuar as el sacrificio de

la cruz a lo largo de los siglos hasta su vuelta,

confiando de este modo a su amada Esposa, la Iglesia,

el memorial de su muerte y resurreccin; sacramento

de piedad, signo de unidad, vnculo de caridad,

banquete pascual, en el que se come a Cristo, el alma

se llena de gracia y se nos da la prenda futura .(SC

n47)

En este sentido, la finalidad de la

Iglesia se identifica con la de la liturgia: rendir culto

a Dios y santificar a los hombres.21 Por todo ello se

comprende que la Eucarista sea la principal fuente

20



9/47

de la vida cristiana. En ella todo nuestro trabajo,

nuestra oracin, obras de apostolado y labor por el

Reino, se ven culminados en el altar. A su vez, la

Eucarista es la fuente de la vida cristiana en la

medida en que los fieles, con la participacin en el

sacrificio de Cristo, se robustecen con los dones del

Espritu, y se hacen acreedores del mismo amor con el

que el Padre acoge la ofrenda de su Hijo. 22

La Iglesia siempre ha comprendido que

su centro vivificante est en la Eucarista, en donde se

hace presente a Cristo, continuamente, con el

sacrificio Pascual de la Redencin.23

En la Misa, el mismo Autor de la

gracia se manifiesta y se da a los fieles,

santificndoles y comunicndoles su Espritu, espritu

que en la Liturgia se encarga de preparar la asamblea

para el encuentro con Cristo, 24 y los fieles participan

de forma activa en tan digna manifestacin del

21

Cfr. Aquilino de Pedro., op,cit., pg. 3322

Cfr. Says, Jos Antonio, Pastoral centro de la vida Cristiana,

Editorial BAC, Madrid 1982, Pg.323


Cfr. CEC., n 1112

creador, por medio de aclamaciones, respuestas de

salmos, cantos, gestos y acciones.25

Participacin que los Papas han

recordado con insistencia :

Po XI, por ejemplo, Es

absolutamente necesario que los fieles no asistan a los

oficios como extranjeros o espectadores mudos, sino

que, por la belleza de la liturgia, participen en las

ceremonias sagradas, (Divini cultus).26

Po XII, escriba a su vez, Conviene,

pues que todos los fieles se den cuenta de que su

principal deber y su mayor dignidad consiste en la

participacin en el sacrificio eucarstico....27

Juan XXIII, dijo al final de una

celebracin litrgica en una Iglesia de Roma: Cunto

sufro al pensar que no habis entendido las bellas

oraciones que he recitado...Es necesario que un da

estos tesoros lleguen a ser asequibles a todos.28

El anhelo de ver a los fieles

participando activamente en esta fiesta eucarstica iba

25

Cfr.


26


Po XII, Mediator Dei, n 79


10/47

exteriorizndose como un clamor cada vez ms fuerte.

El Concilio Vaticano II lo escuch e hizo de la

participacin activa de todos los fieles el principio

inspirador de la constitucin de Sagrada Liturgia;

sealando que La Santa Madre Iglesia desea

ardientemente que se lleve a todos los fieles a

aquella participacin plena, consciente y activa en

las celebraciones litrgicas que exige la naturaleza

misma de la liturgia y a la cual tiene derecho y

obligacin, en virtud del bautismo, el pueblo cristiano,

linaje escogido, sacerdocio real, nacin santa, pueblo

adquirido.29

Evidentemente, la participacin de

todos ha de hacerse no en forma uniforme, sino que

cada cual har todo y slo lo que le corresponda.30

Suele esto denominarse carcter sinfnico: cada

instrumento toca lo suyo y entre todos interpretan la

obra.31

La liturgia es por s misma, por su

naturaleza, accin de la comunidad ya que las

28


29

Concilio Vaticano II., Constitucin SC, n1430

Ibd., n 28

acciones litrgicas no son acciones privadas, sino

celebraciones de la Iglesia, que es sacramento de

unidad, es decir, pueblo santo congregado y ordenado

bajo la direccin de los obispos 32. En ella quien mejor

participa no es el que ms se mueve, responde o canta,

sino el que mejor se adhiere internamente al espritu

de lo que se celebra, y lo expresa externamente. La

participacin ha de ser, ante todo, interna y

consciente. 33

Participar en la asamblea significa :

* Cantar con piedad y entusiasmo.

* Responder en los dilogos, y hacerlo con

inters, sin languidez; intervenir con vida

en las aclamaciones, tales como Amn;

Aleluia, te alabamos, Seor, entre otros.

* Colaborar como lectores, salmista,

anunciadores y directores del canto.

* Tomar las posturas adecuadas, penetrando

el significado de cada una de ellas.

31



Cfr. Ibd., n 11


11/47

* Saber escuchar a Dios y a la Iglesia,

oyendo con atencin las lecturas.34

Por ltimo, la intensidad de la

participacin no se mide por el nmero de

intervenciones externas; un simple amn puede

encerrar una adhesin interna muy profunda; y eso es

lo que cuenta.35

En efecto, por la Liturgia,

sobre todo en el divino Sacrificio de la Eucarista, se

contribuye en sumo grado a que los fieles expresen en

su vida, y manifiesten a los dems, el Misterio

de

Cristo y la naturaleza genuina de la

verdadera Iglesia.36

La Liturgia es la obra de Cristo

total, Cabeza y Cuerpo. Nuestro Sumo Sacerdote la

celebra sin cesar en la Liturgia celestial, con la santa

34


Ibd., pg. 7636

Cfr. Concilio Vaticano II., Constitucin SC, n 2

Madre de Dios, los apstoles, todos los santos y la

muchedumbre de seres humanos que han entrado ya

en el Reino.37 Por eso con verdadera insistencia, el

Vaticano II afirma que la Eucarista es Fuente y

cumbre de toda la Vida cristiana. 38 Ella es, como

deca Pablo VI, el corazn de la vida de la Iglesia

(Mysterium fidei). Como la sangre fluye a todo el

cuerpo desde el Corazn de Cristo en la eucarista

fluye la gracia a todos los miembros de su cuerpo.

La celebracin de la Misa como accin

de Cristo y del Pueblo de Dios, es el centro de la vida

cristiana para la Iglesia universal y local y para todos

los fieles individualmente, ya que en ella culmina la

accin con que Dios santifica en Cristo al mundo y el

culto que los hombres tributan al Padre, adorndole

por medio de Cristo, Hijo de Dios. En ella, adems, se

recuerdan a lo largo del ao los misterios de la

redencin. As pues, todas las dems acciones

sagradas y cualesquiera obras de la vida cristiana se

37

CEC n 118738

Concilio Vaticano II., Constitucin LG, n 11


12/47

relacionan con ella, proceden de ella y a ella se

ordenan. 39

En la liturgia siempre celebramos

este misterio de Redencin, por eso la Liturgia es la

cumbre a la cual tiende la actividad de la iglesia y al

mismo tiempo la fuente de donde emana toda su

fuerza .40 Aunque le demos otros nombres y lo

realicemos de diversas formas, en el fondo,

siempre es el Misterio Pascual de Cristo lo que la

Iglesia celebra en la liturgia.

Ese misterio se celebra en la forma

ms solemne en el Triduo Pascual, desde la tarde del

jueves santo y cada semana en el Domingo.

Por lo que es necesario que los

fieles se acerquen a la sagrada Liturgia con recta

disposicin de nimo, y pongan su alma en

consonancia con su voz. 41 Y que celebren la liturgia

terrena como anticipo de la fiesta celestial donde

cantaremos al Seor el himno de gloria. 42 Ya que

cuando la Iglesia ora y canta, la fe se alimenta y el

39

OGMR, Coeditores Litrgicos, Madrid,1993, n 1

40


Ibd., n 11

alma se eleva hacia Dios para tributarle un culto y

recibir su gracia con mayor abundancia. 43

Celebra el existir, que es la base de

todo su ser, y descubrimos por la fe que en el origen de

nuestra vida est Dios. El es dador de toda vida.

Sentimos que vivir es un don, un regalo, y lo

celebramos, no a solas sino en comunidad donde todos

ponen en comn su alegra.44

En esta fiesta se utiliza lo mejor,

nuestra disposicin, nuestro agradecimiento y nuestra

msica.45

En la fiesta celebramos el sentido

positivo de la vida. Ese sentido lo descubrimos en la

Resurreccin de Cristo, que nos muestra hacia dnde

caminamos. En la Pascua llega a cumplimiento pleno

el misterio de Cristo. Y l mismo, estando ya en

estado glorioso, sin limitaciones de espacio ni de

tiempo, se hace presente en nuestras celebraciones.46

42

Cfr.Ibd., n 843

Cfr.Ibd., n 3344

Cfr. Aquilino de Pedro., op,cit., pg 15045

Ibd., pg 13746

Ibd., pg 152


13/47

Pero hay que reconocer, que a pesar de

esta posibilidad de activa participacin y centralidad

indudable de la Eucarista, son pocos los cristianos

que tienen de ella y de su msica un conocimiento

suficiente. Desconocen, por ejemplo, la estrecha

conexin con la accin litrgica, dando a la

participacin unnime de la asamblea, el carcter

sagrado de la celebracin.47

Y esa ignorancia litrgica es la que

muchas veces lleva a interpretar cantos no apropiados

y fuera de toda normativa eclesistica. En este

sentido, la renovacin litrgica impulsada por el

Vaticano II es un don inmenso del Espritu Santo a la

Iglesia actual. Es una gracia de cuya magnitud quiz

no nos hemos dado cuenta todava. Esta renovacin

iniciada hace unos aos, no solamente ha verificado

los ritos litrgicos en muchos aspectos, devolvindoles

su sencillez y su genuino sentido, sino que, sobre todo,

ha impulsado la renovacin espiritual litrgica del

mismo pueblo cristiano. Se ha logrado llevar los

hombres a la liturgia, pero es preciso llevar la liturgia

47

Cfr. CEC n 1191

al pueblo, es decir , reformarla de suerte que se adapte

mejor a las necesidades del hombre renovando su

vivencia.48

Todava la mayor parte de los

cristianos de hoy apenas entienden nada de lo que en

la liturgia, concretamente en la Eucarista, se est

celebrando e incluso se podra afirmar sin equivocarse

que estn mal formados para poder entender dicha

riqueza espiritual. Pero dnde est el problema, dnde

est la dificultad para comprender y, sobre todo, vivir

los santos misterios entregados por Jess. La

respuesta pareciera ser simplemente formacin.

Formacin que en los adultos se ha

visto ausente y los jvenes por su parte han tenido que

sufrir catequesis escasamente religiosa,

excesivamente tica, muy poco capaces de revelar el

mundo formidable de la gracia en la liturgia. Y as,

unos y otros aunque sean practicantes -para qu decir

de los que no lo son -, entran con gran dificultad en la

accin sagrada de la misa; la siguen de lejos, con no

pocas distracciones, tan devotamente como pueden,

48



14/47

pero sin facilidad alguna para participar en ellas

activa y conscientemente, con lo cual terminanaburrindose.49

Por lo que es necesario que los

pastores de almas fomenten con diligencia y paciencia

la educacin litrgica y la participacin activa de los

fieles, tanto interna como externa, conforme a su edad,

condicin, gnero de vida y grado de cultura

religiosa.50 Y entre los medios que promueve el

Concilio para la participacin de los fieles estn las

aclamaciones del pueblo y el canto.51

Sin duda, y como hemos sealado, la

debilitada formacin litrgica es uno de los elementos

que dificultan la celebracin eucarstica. Por ello, es

preciso que cada uno a su manera est profundamente

penetrado del espritu de la liturgia y que sea

instruido para cumplir su funcin debida y

ordenadamente,52 ayudando con esto a percibir el

49

Cfr. Iraburu, Jos Mara, Sntesis de la Eucarista, FundacinGratis Date, Pamploma, 1995, pg 3 y 450


Cfr. Ibd., n 3052

Ibd., n 29

misterio de Cristo resucitado en la Eucarista, que es

nuestra gran Fiesta.

LOS CANTOS EN LACELEBRACION EUCARISTICA

I. RITOS INICIALESCANTO DE ENTRADA* Referencia Teolgica y Pastoral

El canto de entrada comienza desde el

momento en que el sacerdote y sus ministros salen

hacia el altar; y lo acompaa durante todo el trayecto

que, si es largo, constituye la solemnidad de la


15/47

entrada,53 y finaliza cuando stos o ste se ubican

convenientemente.54Terminado el canto de entrada, el

sacerdote y toda la asamblea hacen la seal de la cruz.

A continuacin el sacerdote, por medio del saludo,

manifiesta a la asamblea reunida la presencia del

Seor. Con este saludo y con la respuesta del pueblo

queda de manifiesto el misterio de la Iglesia

congregada.55

El Pbro. Pedro Farns, liturgista

espaol, al referirse a este punto de Iglesia

congregada, dice : ... Cuando nuestras voces se unen

en el canto y se funden con las de otros bautizados,

ms que nuestra propia oracin personal, resuena

ante la presencia de Dios la oracin de su Hijo,

pronunciada por labios de la Iglesia...56

53

Cfr. Nicolau, Miguel, Subir al monte santo : La Misa, EdicionesAlonso, Madrid,1982, pg. 3854

Cfr. Grupo Pueblo de Dios., op,cit., pg. 11155

Cfr. OGMR., n2856

Sosa Rosa Esther, en Documento de la IV jornada nacional decanto en la liturgia, Buenos Aires,1998

Este canto de entrada debe tener ms

sentido de himno y de marcha que de meditacin.57La celebracin entonces comienza con

una marcha. En realidad la asamblea congregada

permanece en sus bancos y los que caminan son los

ministros, pero toda la comunidad, como cuerpo,

marcha con ellos motivada por el dinamismo del canto.

Si no hay canto de entrada, los fieles o

algunos de ellos o el lector recitarn la antfona que

aparece en el Misal. Si esto no es posible, la recitar al

menos el mismo sacerdote despus del saludo.58

* Anlisis de la realidadYa en el siglo V, en Roma, se inicia la

eucarista con una procesin de entrada, acompaada

por un canto. Hoy, como entonces, el canto de entrada

es el primer elemento, ms all del mismo espacio

57

Cfr. Aldazbal, Jos., op,cit., Dossier sobre canto y msica, pg.7158

Cfr. OGMR ., n 26


16/47

fsico dispuesto que rene a la asamblea con la

celebracin del da.

El canto de entrada tiene una funcin

mistaggica, es decir, la asamblea necesita ser

introducida en el momento que va a celebrar y para lo

cual se la ha convocado, y el canto de entrada, por sutexto y msica, debe cumplir esta funcin; pero

muchas veces nuestra realidad dicta lo contrario, y es

habitual encontrar celebraciones con poca o ninguna

introduccin musical, y, lo que es peor, un grupo de

msicos que se rene cada domingo, con su guitarraen el asiento destinado al coro del templo, sin ensayo,

sin previa preparacin ya sea a la asamblea o

personal. El ensayo previo a la misa, sobre todo

cuando los fieles no saben o no estn seguros del

canto, se hace conveniente y hasta necesario.

Otra realidad muy semejante en

nuestros coros, es la que tiene relacin con el estilo

del canto, el cual muchas veces, ms que ser una

invitacin a celebrar la eucarista, se convierte en el

concierto de un solista, quien se siente la estrella de

la fiestay no deja centrar la atencin en el momento

que nos preparamos a vivir.Finalmente, ante la importancia de

este canto, siempre es deseable la existencia de un

coro que favorezca la participacin comunitaria,

motivndolo y sostenindolo.

* Orientaciones de la IglesiaEl canto de entrada ayuda a poner a la

asamblea en el estado de nimo apropiado para

escuchar la Palabra de Dios.59 Ayuda adems a

construir comunidad, donde el sujeto de la celebracin

es el mismo pueblo de Dios reunido en asamblea, en

donde no existe el YO sino el nosotros, yo no me reno

con otros sino que nosotros estamos unidos en torno al

altar.

59



17/47

La finalidad de este canto es abrir

la celebracin, fomentar la unin de los que seencuentran congregados ayudando al pueblo a

volverse consciente de s mismo como comunidad de

culto,60 e introducirlos en el misterio del tiempo

litrgico y acompaar la procesin del celebrante y sus

ministros61 y, al mismo tiempo, debe darautnticamente el tono litrgico del tiempo o del da,

ya que es la primera impresin que los asistentes

reciben (y as por ejemplo, si en Adviento una

comunidad no sabe ms que un canto propio de este

tiempo, es mejor cantarlo en la entrada que en la

comunin o al final) adems sin que sea necesario se

recomienda que est muy acorde con las lecturas del

da.62

Si no hay canto de entrada, (porque no

hay posibilidades, o bien porque algn domingo en

Cuaresma, por ejemplo, para destacar la austeridad

del tiempo, parece mejor no cantarlo) es necesario

60

Aldazbal, Jos, Dossier sobre la Msica en la Litrgia,Documento n 38, Centro de Pastoral Litrgica, Barcelona, 1988,

pg. 7061Cfr. OGMR., n 25

62

Cfr. Aldazbal, Jos., Dossier sobre canto y msica, pg. 71

hacer una entrada en silencio, lo cual es algo distinto

de una entrada sin hacer nada. El silencio deentrada, en efecto, ha de ser vivido como verdadero

inicio de la celebracin, como primer acto colectivo de

la asamblea reunida: la misa empieza cuando todos se

ponen de pie y esperan la llegada del presbtero, y no

cuando ste ha empezado a decir las primeraspalabras.63

Conviene que todos canten; que no

sean espectadores mudos, que alaben a Dios con la

mente, con el corazn y con la boca, todo lo hemos

recibido de Dios; todo tiene que ser para Dios.

Existen algunas recomendaciones para

que este canto procesional de entrada se convierta

efectivamente en preparatorio e introductorio a la

celebracin eucarstica .

Debe ser un canto comunitario, con una meloda en

que haya movimiento y dinamismo, y un texto ms

bien sencillo, relacionado con el carcter de la

celebracin.

63

Ibdem.


18/47

Un preludio instrumental puede contribuir a

ambientar a la asamblea para el canto. Debe ser un canto enteramente en consonancia con

el momento celebrativo o el tiempo litrgico,

porque, de lo contrario, anula su funcin de

ministerio o servicio y aunque sea muy bueno en s

mismo, se vuelve impropio. Por el contrario, unbuen comienzo puede garantizar toda la calidad de

la celebracin.

Debe terminarse cuando el sacerdote llega a la

sede, despus de besar el altar o, si es del caso,

incesarlo. Es un canto que acompaa una accin

(procesin de entrada); no conviene que el que

preside escuche de pie, largo rato, que termine el

canto. Digamos tambien que el rol de este canto es

unir las voces para unir los corazones,64 y por eso

puede empezar antes de la misma procesin de

entrada.

SEOR , TEN PIEDAD

64

Cfr. OGMR., n 25

* Referencia Teolgica y PastoralTerminado el saludo del sacerdote, l u

otro ministro idneo puede hacer a los fieles una

brevsima introduccin sobre la Misa del da. Despus

el sacerdote invita al acto penitencial, que se realiza

cuando toda la comunidad hace su confesin general yse termina con la conclusin del sacerdote.65

La letana corta del Seor, ten piedad,

fue tradicionalmente una oracin de alabanza a Cristo

resucitado. El cual ha sido resucitado y hecho Seor,

y le pedimos que muestre su amorosa bondad.66Con frecuencia los Evangelios nos

muestran personas que invocan a Cristo, como Seor,

solicitando su piedad: as la cananea, Seor, Hijo de

David, ten compasin de m (Mt 15,22); los ciegos de

Jeric, Seor, ten compasin de nosotros (Mt 20,30-

31) o aquellos diez leprosos de Lucas 17,13.

En este sentido, el (Kyrie eleison)

Seor, ten piedad, es la proclamacin gozosa de Cristo,

como Seor del universo, y viene a ser prlogo del

65

Cfr. OGMR., n 29


19/47

Gloria que sigue luego. En efecto, Cristo, por nosotros,

se anonad, obediente hasta la muerte de cruz, yahora, despus de su resurreccin, toda lengua

confiese que Jesucristo es Seor, para gloria de Dios

Padre (Flp 2,11).67

Autores plantean que es muy

antigua la insercin, del Kyrie en la liturgia. Dicen porejemplo que por el ao 390, la peregrina gallega

Egeria, en su Diario de peregrinacin, describe

as, estas aclamaciones en la iglesia de la

Resurreccin, en Jerusaln, durante el oficio

lucernario: un dicono va leyendo las intenciones, y

los nios que estn all, muy numerosos, responden

siempre Kyrie eleison, sus voces forman un eco

interminable.68 Anlisis de la realidad

Moiss, antes de acercarse a la zarza

ardiente, antes de entrar en la presencia divina, ha de

66

Cfr. Aldazbal, Jos., Dossier sobre canto y msica, pg. 7167Cfr.Iraburu, Jos Mara., op,cit., pgs.36,37

68

Ibdem.

descalzarse, porque entra en una tierra sagrada ( Cf.

Ex 3,5). Y nosotros los cristianos, antes que nada,para celebrar dignamente la Eucarista,69 debemos

solicitar de Dios primero el perdn de nuestras culpas.

Hemos de tener clara conciencia de

que, cuando vamos a entrar en la presencia divina,

cuando llevamos la ofrenda ante el altar (Cf. Mt 5,23),debemos examinar previamente nuestra conciencia

ante el Seor ( Cf. 1 Cor 11,28) y pedir su perdn, ya

que solo los limpios de corazn vern a Dios(Mt 5,8)

.70

En la realidad este canto muchasveces no cumple dicha funcin en el corazn del

oyente, ya que se convierte en un canto demasiado

rpido que el sacerdote no motiva bien.

* Orientaciones de la IglesiaDespus del acto penitencial, se

empieza el Seor, ten piedad (antiguamente Kyrie),

a no ser que ste haya formado ya parte del mismo

69

OGMR., n 24


20/47

acto penitencial. Siendo un canto con el que los fieles

aclaman al Seor y piden su misericordia,regularmente habrn de hacerlo todos, es decir,

tomarn parte en l el pueblo y los cantores.

Cada una de estas aclamaciones se

repite, normalmente, dos veces, sin excluir, segn el

modo de ser de cada lengua o las exigencias del artemusical o de las circunstancias, una ms prolija

repeticin o la intercalacin de algn breve

tropo. Si no se canta el Seor, ten piedad, al menos

se recita.71

Cuando se canta, el arreglo debe serbreve y simple a fin de no dar una importancia

indebida a los ritos introductorios.72

Puede cantarse alternadamente en

forma de letana entre el sacerdote (un cantor o el

coro) y la asamblea. Tambin, cada par deinvocaciones puede ir precedida por una intencin (o

70

Cfr.Iraburu, Jos Mara., op,cit., pg 3571Cfr. OGMR., n 30

72


monicin) recitada por el gua o por el mismo

sacerdote.73

GLORIA* Referencia Teolgica y Pastoral

El Gloria, la grandiosa doxologa

trinitaria, es un himno bellsimo de origen griego, que

ya en el siglo IV pas a Occidente. Constituye, sinduda, una de las composiciones lricas ms hermosas

de la liturgia cristiana.

Es un antiqusimo y venerable himno

con que la Iglesia, congregada en el espritu Santo,

glorifica a Dios Padre y al Cordero y le presenta sus

splicas.74 Es el canto de los ngeles en el

nacimiento de Jess. As suenan las primeras

palabras de este himno : Gloria a Dios en las alturas,

73


OGMR., n 31


21/47

y en la tierra paz a los hombres en quienes l se

complace (Lc 2,13-14).75Es un himno de alabanza gozosa al

final de los ritos iniciales de la eucarista. En l nos

unimos a los ngeles que glorifican al Padre, al Hijo y

al Espritu Santo y, por su misma naturaleza, un

canto de la asamblea; es una oracin modelo queproclama la salvacin en Cristo Jess, da gracias al

Padre y suplica al Salvador para que esta salvacin

llegue a nosotros.76

Este canto contiene la alabanza de

Dios Padre, la alabanza al Hijo Unignito, y lamencin del Espritu Santo cuando termina con la

doxologa trinitaria slo t Altsimo, con el Espritu

Santo, en la gloria de Dios Padre.77

* Anlisis de la realidad75

Cfr. Nicolau, Miguel., op,cit., pg 5876Cfr. Grupo Pueblo de Dios., op,cit., pg. 112

77

Nicolau, Miguel., op,cit., pg 58

Esta gran oracin es rezada o cantadajuntamente por el sacerdote y el pueblo. Su

inspiracin primera, como hemos dicho, viene dada

por el canto de los ngeles sobre el portal de Beln.

Comienza este himno claramente

trinitario por cantar con entusiasmo al Padre, por tu

inmensa gloria, acumulando reiterativamente

frmulas de extrema reverencia y devocin. Sigue

cantando a Jesucristo, Cordero de Dios, Hijo del

Padre, de quien suplica tres veces piedad y

misericordia. y concluye invocando al Espritu Santo,que vive en la gloria de Dios Padre.78

Existe gran confusin a la hora de

interpretar el Gloria y una gran diversidad de cantos

suplantan al recomendado por el cantoral litrgico

nacional el cual no debe cambiar su texto originalque a continuacin redactamos:

Gloria a Dios en el cielo,

y en la tierra paz a los hombres que ama el Seor.

78

Cfr.Iraburu, Jos Mara., op,cit., pg. 37


22/47

Por tu inmensa gloria Te alabamos, Te bendecimos Te

adoramos,

Te glorificamos, Te damos gracias

Seor Dios, Rey Celestial, Dios Padre todopoderoso

Seor Hijo nico,Jesucristo

Seor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre

T que quitas el pecado del mundo, ten piedad de

nosotros

T que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra

splica

T que ests sentado a la derecha de Padre,

ten piedad de nosotros

porque slo T eres Santo; slo T Seor;

slo T Altsimo Jesucristo, con el Espritu Santo

en la gloria de Dios Padre,

amn79

* Orientaciones de la Iglesia

79

MR, Coeditores litrgicos, Espaa, 1993, n 7

Lo canta o el sacerdote o los cantores

o tambin todos a una80 Si no se canta, al menos lohan de recitar todos, o juntos o alternadamente.

Se canta o se recita los domingos, fuera

de los tiempos de Adviento y de Cuaresma, en las

solemnidades y en las fiestas y en algunas peculiares

celebraciones ms solemnes.81 Sobre todo en tiempo deNavidad debe procurarse que este himno adquiera el

suficiente relieve (monicin, canto, msica de fondo,

etc.).82 En los tiempos de Advientos y Cuaresma se

deja de cantar o rezar, para retomarse en la fiesta de

Navidad y en la de Pascua.Si no se puede cantar, sera necesario

encontrar el modo para que no fuera un simple

recitado sin gracia. Por ejemplo, alternando el recitado

(que puede hacer un buen recitador o la asamblea) con

el canto de una antfona (por ejemplo, Gloria, gloriaaleluia). Tambin podra recitarse (todos juntos o

alternndose la asamblea, pero siempre sin

atropellarse) con msica de fondo.

80

OGMR., n 8781Cfr. Ibd. n 31

82



23/47

II. LITURGIA DE LA PALABRASALMO RESPONSORIAL* Referencia Teolgica y Pastoral

Este canto excepcional y muy

importante es la respuesta a la primera lectura,83 y es

cierto que la liturgia de la palabra se aviva ms

plenamente si entre las dos primeras lecturas un

cantor, el salmista, canta el salmo y todos cantan larespuesta,84 por algo es el canto ms importante de la

primera parte de la Misa.85

83

Cfr. Aldazbal, Jos., Dossier sobre la Msica en la Litrgia,

pg. 7084Ibdem.

85



24/47

El salmo responsorial pone en prctica

dos acciones: escuchar y responder, por eso se llamaresponsorial.

Ordinariamente, la respuesta de la

asamblea est sacada o inspirada en el mismo salmo;

de modo que la asamblea responda al Seor con las

palabras que El mismo ha inspirado.

Por su carcter lrico, Salmo quiere

decir canto y valga la redundancia, debe ser cantado.

* Anlisis de la realidad

Este canto que tericamente es tan

perfecto, encuentra muchas dificultades para ser

llevado a la prctica.

La primera podra ser la falta de

formacin litrgica o de inters por parte de los

responsables del canto. Que han hecho odos sordos a

las palabras del Concilio que nos invita a tomar una

genuina educacin litrgica, tanto a compositores

como a cantores.86La segunda, la dificultad de encontrar

personas idneas para cantar de un modo afinado y,

por qu no decirlo, a personas que canten bien, y no

tan slo con una buena voluntad y muy mala

afinacin, que distrae a la asamblea.87La tercera, el hecho de que este canto

sea propio o sea cambiante en cada misa dominical o

diaria,88 ya que el salmo se toma habitualmente del

Leccionario, donde cada uno de estos textos est

directamente relacionado con cada una de laslecturas.89

Lo ideal es que un cantor interprete

ntidamente, desde el ambn u otro sitio oportuno, las

estrofas y la asamblea escuche sentada para luego

responder cantando el estribillo o antfona a no serque el salmo se pronuncie todo, es decir, sin

intervencin de respuesta.90 Esto supondra cambiar

86

Cfr. Concilio Vaticano II., Constitucin SC, n 11587



89

Cfr. OGMR., n 3690

Ibdem.


25/47

cada domingo el salmo, lo cual requiere tener un buen

salmista y una asamblea bastante preparada pararepetir un estribillo que se le exige memorizar de

improviso; quiz por carecer de esto, nos encontramos

con que el salmo es recitado, quedando as convertido

en otra lectura, a la cual la asamblea presta poca

atencin, o lo que es peor, en algunas partesdirectamente se lo suprime; o en otras, se le reemplaza

por otro canto no bblico (mal llamado de

meditacin).91

Es importante, adems, que se pueda

dar una reflexin entre las lecturas, para lo cual esrecomendable que se d un breve perodo de silencio

entre la primera lectura y el salmo responsorial.92

* Orientaciones de la IglesiaPero mientras no se puede llegar al

ideal de cantar el salmo responsorial para cada

91


92

Cfr. Aldazbal, Jos., Dossier sobre la Msica en la Litrgia,pg. 70

domingo o fiesta, se puede optar por alguno de estos

pasos: Cambiar el salmo indicado para el da por uno que

ya se haya ensayado, as con unos 6 o 7 salmos tipos

se podra conseguir una buena participacin de la

asamblea.

Cantar el mismo salmo todo el tiempo litrgico,

esto tiene la ventaja que los textos repetidos

penetran ms fcil en nuestro interior; lo

importante es entonces que sta sea una

experiencia de oracin para el pueblo de Dios.93

Si no se puede cantar el salmo y solamente se

proclama el carcter de plegaria de l, podra

resaltarse con un suave acompaamiento musical de

fondo, rgano, teclado, guitarra o algn instrumentode percusin, procurando que la msica no ahogue la

palabra.94 Y sabiendo que en el culto divino se puede

admitir otros instrumentos, a juicio y con el

93




26/47

consentimiento de la autoridad eclesistica

territorial competente.95

ALELUIA96* Referencia Teolgica y Pastoral

Se trata de una aclamacin hebrea.

La palabra Aleluia etimolgicamente tiene un

significado: halelu = alabar, y iah = Dios, significa

entonces Alabar a Dios.97 Pero ms que su

95


Los nuevos leccionarios vienen con esta ortografa i y no y.Las Academias de la lengua de los paises de America Latina.

Admiten la forma con i. Es tambin la forma usual en otros idiomas,francs, ingls, y en algunos paises, la y se pronuncia llie. Por

eso se acord utilizar la i en nuestros paises del Cono Sur.(P.A.Pouilly)97

Cfr. Biblia de Jerusaln., comentario, Ap 19,1

significado particular lo que importa es el ambiente

que suscita, el misterio que encierra.Tanto en las Sinagogas como en el

Templo judo los salmos aleluiticos eran cantados por

el solista y todos los asistentes respondan Aleluia

despus de cada versculo. El Aleluia penetr en el

culto cristiano a partir de la formacin de las liturgiasde Oriente y Occidente y siempre en la forma

responsorial. Para San Agustn es la palabra que

sintetiza toda autntica alabanza cristiana.98

A partir del siglo IV, el Aleluia es el

canto responsorial ms conocido y practicado en laliturgia. Pertenece a la antigua tradicin de la Iglesia.

En Occidente se acentu el carcter festivo y se

suprimi en la Cuaresma y en los das de ayuno, en

Oriente se cant siempre, incluso el viernes Santo.

Trento lo prohibe expresamente en Cuaresma, y yadesde el siglo IV - V es el canto pascual por excelencia

98

Cfr. San Agustn, Sermn 363, cap. 28


27/47

en toda las liturgias occidentales (romana, africana,

mozrabe y ambrosiana.)99Mientras no podamos llegar a la

alegra eterna, el Aleluia es el canto y el consuelo del

peregrino, el canto del navegante, el que vamos

murmurando caminando a la Patria celestial donde,

una vez que hayamos llegado, desaparecer todo lodems y permanecer el Aleluia constante en nuestro

corazn. Ahora cantamos Aleluia en esperanza, pero

all, delante del trono, cantaremos en la realidad y

presencia este canto nuevo. (Cfr. Ap 14,3)

Cierto es que a la segunda lectura,sigue el Aleluia u otro canto, segn las exigencias del

tiempo litrgico, ya que como hemos dicho, el Aleluia

se canta en todos los tiempos litrgicos a excepcin del

tiempo de Cuaresma, y lo comienza o todo el pueblo,

o los cantores o un solo cantor.100


Cfr. Pbro.Ricardo Dotro, Las aclamaciones de la comunidad en

IV Jornadas Nacionales de canto en la liturgia, Argentina 1998 pg.5

El aleluia no es un canto esencial de laliturgia de la Palabra, pero cumple una funcin

importante sobre todo en la celebracin dominical, o

en una solemnidad o fiesta. Su aclamacin da un

carcter festivo y jubiloso.101Tiene lugar antes del Evangelio o

despus del Salmo responsorial si no hay segunda

lectura.102 Y constituye un rito musical preparatorio

de la proclamacin del Evangelio.

Toda la asamblea se pone de pie para

cantarlo, cambiando su actitud, se dispone a unencuentro fuerte con el Seor que habla. Por esto, no

vale convertir el aleluia en un canto de estructura

similar a la del salmo responsorial. As, pues, la

forma ideal sera :

Aleluia ! Entonacin solista o coro. Aleluia ! Repeticin asamblea.

Versculo Coro o asamblea (si lo sabe)

100

Cfr. OGMR., n 37

101




28/47

Aleluia! Repeticin toda la asamblea103

Es necesario que la asamblea

conozca el versculo del aleluia motivando con esto a

su participacin, asamblea que antes ha escuchado,

meditado, sentido, ahora aclama jubilosa al Seor.104

* Orientaciones de la IglesiaCuando hay slo una lectura antes del

evangelio, se puede tomar o el salmo aleluitico o elsalmo y el aleluia con su propio versculo.105

En tiempo litrgico en que no se canta

el aleluia, se puede tomar el salmo o el versculo que

precede al Evangelio. El salmo que hay despus de la

lectura, si no se canta, se recita. En cambio, el Aleluiao el versculo que precede al Evangelio, si no se canta,

puede omitirse.106 Por el contrario, existen autores que

sealan que no es conveniente omitir este canto ya

103

Cfr. Aldazbal, Jos., Dossier sobre canto y msica, pg. 59104Ibdem.105

Cfr. OGMR., n 38

que da un ritmo especial a la liturgia de la palabra y

seala la presencia del Maestro Resucitado en mediode nosotros.107

106

Ibd., n 36,39107



29/47

ILE

PDD*RTP

Preparadoelaltar,sepresentaelpan

yelvino;tambinsepuedeaportardinerouotras

donacionesparalospobresoparalaiglesia.108Estecantoacompaalapresentacin(oprocesin)y

lapreparacindelasofrendasysealargaporlo

menoshastaquelosdoneshansidodepositadossobre

elaltar.109Yserigeporlasmismasnormasdelde

entrada.110Elcantodepresentacinnosdebe

incorporaralmismosacrificiodeCristo,yyalodijo

SanAgustn:Cristoquisoquenosotrosfusemosun

sacrificio;porlotantotodalaciudadredimida,es

decir,lasociedaddelossantos,esofrecidaaDios

comosacrificiouniversalporelGransacerdote,quese

108

Cfr.OGMR.,n49109

Ibd.,n50110

Ibd.,n26

ofrecipornosotrosenlapasinparaquefusemos

cuerpodetangrancabeza...Asespues,elsacrificiode

loscristianos,dondetodossehacenunsolocuerpode

Cristo.EstolocelebralaIglesiatambinconelsacramentodelaltar,dondesenosmuestracmoella

mismaseofreceenlamismavctimaqueofrecea

Dios111yelPapaPabloVItambinsealaque:La

Iglesia,aldesempearlafuncindesacerdotey

vctimajuntamenteconCristo,ofrecetodaenterael

sacrificiodelamisaytodaenteraseofrececonl

(Mysteriumfidei).112

Luego,Terminadalacolocacindelas

ofrendasylosritosquelaacompaan,seconcluyela

preparacindelosdonesconunainvitacinaorar

juntamenteconelsacerdote,yconlaoracinsobrelas

ofrendas,astodoquedapreparadoparalaPlegaria

Eucarstica.113

*A111

SanAgustn,CiudaddeDios,10,6112

Cfr.Iraburu,JosMara.,op,cit.,pg.51113

OGMR.,n53


30/47

Al analizar la realidad, al momentode interpretar este canto que acompaa a la

presentacin de dones, nos encontramos con mltiples

sorpresas, como por ejemplo:

Es muy utilizado y muy pocas

veces se le omite ya que, de ser as, el sacerdoteinterpreta una meloda de acompaamiento, los

coros por su parte interpretan cantos casi siempre

referidos al pan y al vino, este canto adems en

ocasiones se hace demasiado largo ya que una vez que

las ofrendas llegan al sacerdote, el coro sigueinterpretndolo, retrasando por lo dems la Plegaria

Eucarstica.

* Orientaciones de la IglesiaNo es imprescindible que se refiera

siempre a las ofrendas, ya que conviene tratar de

actualizar el sentido de estos cantos: ya no son de

ofertorio. El verdadero ofertorio tiene lugar cuando

se ofrece al Padre (en la Plegaria Eucarstica), el Pan

de Vida y el Cliz de Salvacin en unin con todo elCuerpo eclesial del Seor. En efecto la Iglesia en este

memorial, sobre todo la Iglesia aqu y ahora reunida,

ofrece al Padre en el Espritu Santo la vctima

inmaculada, y la Iglesia quiere que los fieles no slo

ofrezcan la vctima inmaculada, sino que aprendan aofrecerse a s mismos y que de da en da perfeccione,

con Dios y entre s, para que, finalmente, Dios lo sea

todo para todos.114

En conformidad con esto, advirtase

que el canto de presentacin de dones es hecho juntocon el sacerdote y el pueblo ya que son ambos los que

se ofrecen.115 Tambin puede estar referido al tiempo

litrgico o la fiesta o sacramento celebrado, as bien

podra cantarse el Ave Mara u otra melodia

mariana apropiada en una fiesta de la Virgen.116 Eltexto, por tanto, puede ser cualquier canto apropiado

de alabanza o de regocijo de acuerdo con el tiempo.

114

Ibd., n 55

115




31/47

Los interludios instrumentales pueden

acompaar eficazmente la procesin y la preparacinde los dones y as mantener esta parte de la Misa en

una perspectiva adecuada a la oracin eucarstica que

sigue.117

La primera posibilidad es hacer este

momento todo en silencio o con una msica de fondoen donde las plegarias de presentacin de ofrendas

(Bendito sea, Seor) se recita en secreto. De esta

manera, se destaca el carcter de espacio de descanso

que tiene esta parte de la celebracin, y se pone el

acento en los gestos de preparacin y presentacin,que es necesario hacer especialmente visible.118

La segunda posibilidad es la del canto,

solo el cantante del coro y no toda la asamblea, ya que

esto obligara a la misma a estar atenta en la letra y

no en el momento de la eucarista.119No es necesario cambiar cada domingo

de canto. Se puede tener uno para cada tiempo

litrgico y una coleccin para los domingos ordinarios.

117


pg.72118


SANTO* Referencia Teolgica y Pastoral

Toda la asamblea, unindose a lasjerarquas celestiales, canta o recita el santo, esta

aclamacin, que constituye una parte de la plegaria

eucarstica, la pronuncia todo el pueblo con el

sacerdote.120

Esta aclamacin se conoce con diversosnombres como por ejemplo: se llama, por su contenido,

trisagio (tres veces santo), epinicio (canto de

triunfo), himno de gloria o canto de los serafines.

Alabamos a Dios no slo por sus acciones creadoras y

redentoras, sino por El mismo, porque es Santo msque en el sentido moral de su bondad suma en el

trascendente de su ser totalmente otro, misterio que

nos desborda y nos envuelve, nos fascina y nos

sobrecoge. La repeticin entonces significa el

119

Ibdem.


32/47

superlativo de la santidad divina, de quien es el Santo

de los Santos. (Cfr. 2 Cro 3,8)Es uno de los cantos ms antiguos de

la liturgia Eucarstica. Es como una gran aclamacin

ante la nueva venida del Seor en la Eucarista. Es

netamente bblico tomado de Isaas 6,3 donde hoy

nosotros ntimamente unidos lo entonamos a una solavoz.121

En la Plegaria Eucarstica entr

en el siglo IV, primero en Oriente donde se llam el

canto de los serafines, el mismo que escucharon Isaas

y el apstol San Juan en Apocalipsis 4,8.122Tambin, desde el principio, el Santo

va unido a una frase de glorificacin y alabanza a

Dios, que vara en las liturgias primitivas y luego en

todas, es Hosanna in excelsis, benedictus qui venit y

nomine Domini. Hosanna in excelsis. El origen deesta aclamacin la encontramos en la liturgia del

Domingo de Ramos donde se aclama a Cristo que

entra en Jerusaln. (Cfr. Lc 19,35-38)

120

OGMR., n 55b121

Cfr. Pbro.Ricardo Dotro., op,cit., pg. 7122


Santo es el nombre mismo de Dios,

y ms que una cualidad moral de Dios, designa lamisma calidad infinita del ser divino: slo l es el

santo, (Lv 11,44) y al mismo tiempo es nica fuente

de toda la santidad123. El pueblo cristiano, en el

Santo, dirige tambin a Cristo, que en este momento

de la misa entra a actualizar su Pasin, las mismasaclamaciones que el pueblo judo le dirigie en

Jerusaln, cuando ingresa en la Ciudad Sagrada para

ofrecer el sacrificio de la Nueva Alianza. Hosanna,

salvamos; bendito el que viene en el nombre del

Seor (Mc 11,9,10). El Prefacio, y concretamente elSanto, es una de las partes de la misa que ms pide

ser cantada.124

El santo es una aclamacin, mejor

dicho, un himno compuesto por una serie de

aclamaciones que demuestran los ms profundosdeseos del hombre para con su creador, como por

ejemplo :

Santo, Santo, Santo es el Seor... = Triple adoracin.

123

MR., Plegaria Eucarstica II


33/47

Llenos estn... = Una confesin.

Hosanna... = Un grito de alabanza.Bendito el que viene... = Una bendicin.

* Anlisis de la realidadEs la aclamacin de alabanza del

pueblo que concluye el prefacio de la oracin

eucarstica. Es donde nos unimos, sacerdote y pueblo,

a toda la comunin de los santos para aclamar al

Seor.El Santo por ser un canto festivo, da

para muchas interpretaciones que pocas veces tiene

relacin con el original texto litrgico.

En la prctica, es bastante comn que

el coro desahogue aqu toda sus fuerza interpretativay agote todos sus instrumentos para aclamar el

seoro de Jess Eucarista.

124


* Orientaciones de la IglesiaEs el canto ms importante de la

Eucarista. Debe ser masivo, donde apenas cabe algn

dilogo del solista o coro con la Asamblea. No se debe

demorar su entrada (respuesta a la invitacin del

sacerdote) por culpa de largas introduccionesinstrumentales; destaca el carcter festivo de los

instrumentos, concretamente los de percusin,

parecen muy importantes.125

El texto debe ser el verdaderamentelitrgico donde, unindonos con los ngeles y

serafines, evocamos la alabanza universal y csmica,

traspasando los lmites del tiempo y anticipando, el

oficio de nuestra gloria futura y lo expresamos

cantando;Santo, Santo, Santo, es el Seor

Dios del universo

Llenos est ,el cielo y la tierra de tu gloria

Hosanna en el cielo

125



34/47

Bendito el que viene en nombre del Seor

Hosanna en el cielo.126

Se debe tener especial cuidado al

finalizar este canto ya que conviene que se mantenga

un buen clima de oracin para comenzar con Santo

eres en verdad, Seor....; por tanto lo que puedepensarse como final del canto , no es en realidad el

final.

Amn* Referencia Teolgica y Pastoral

Esta aclamacin es una ratificacin

alegre, solemne y vigorosa de la oracin del sacerdote,

portavoz de todo el pueblo. Es un signo fuerte de la

fe,127 donde creemos fielmente que todo honor y toda

gloria le viene al Padre por Cristo, con Cristo y en

Cristo en la unidad del Espritu Santo.

126

MR., n 131127

Cfr. La Msica Litrgica en los Seminarios del SeminarioMetropolitano de la Arquidicesis de Buenos Aires, Equipo de cantolitrgico.

Este Amn solemne ya es

mencionado desde antiguo por San Justino, el cualseala que ...terminada la accin de gracias, todo el

pueblo aclama: AMEN. Amn en lengua hebrea

equivale a As sea. Y despus de terminar la accin

de gracias y que el pueblo ha dicho su amn (...)

distribuyen el pan y el vino.128Este Amn, es un canto que sirve

de coronacin a la Oracin Eucarstica, donde el texto

de las distintas plegarias va elevando el clima de la

oracin por lo que este Amn en particular debera

resaltarse con el canto, dado que es el ms importantede toda la misa129


128

San Justino,Apologia I,65;PG 6,428

129

Inaestimabile donum Instruccin de la SCCD, del 03 de abril de1980.


35/47

La palabra Amn de origen hebrea

ha pasado a todos los idiomas y significa : deacuerdo, es cierto y la usamos para responder a la

oracin que la lglesia reza, en voz alta, en nombre de

nosotros, para afirmar que la hacemos realmente

nuestra.130

Este canto es capaz de expresartoda nuestra fe, toda nuestra adhesin a Dios, a la

imitacin de Jess que era todo Amn, todo s a su

Padre. ( Cfr. 1 Cor 1, 19-20)

* Orientaciones de la IglesiaLa asamblea responde con un

Amn fuerte y entusiasta, que, de acuerdo a su

msica, podra ser repetido dos o ms veces. Mucho

ayudar a este canto tan pleno y significativo, el hecho

de que el presbitero cante la Plegaria Eucarstica, o, al

menos, la doxologa final. Aunque, an en el caso de

130

Jorquieres, Guido S.J., Palabras para la fe , Diccionario

que el sacerdote solamente recite, proclamando la

doxologa, un acorde a tiempo del rgano, teclado oguitarra, podra indicar y ayudar a guiar este gran

Amn cantado por la asamblea. Conviene, s, preparlo

con ensayo previo y prctica constante de la

asamblea.131

catequstico, IV edicin, Arzobipado de Santiago,1995

131



36/47

IV. RITO DE COMUNIONPADRENUESTRO* Referencia Teolgica y Pastoral

En la oracin dominical se pide el pan

de cada da, con lo que tambin se alude, para los

cristianos, al pan eucarstico, y se implora la

purificacin de los pecados, de modo que, en realidad,

las cosas santas se den a los santos.132El sacerdote invita a orar, y los fieles

responden con la oracin. Luego el sacerdote slo

aade el embolismo, y el pueblo lo termina con la

doxologa; el embolismo, que desarrolla la ltima

peticin de la oracin dominical, pide para toda lacomunidad de los fieles la liberacin del poder del

mal.133

132

Cfr. OGMR., n 56a133

Ibdem.

La invitacin a la oracin misma, el

embolismo y la doxologa, con que el pueblo cierra estaparte, se pronuncian o con canto o en voz alta.134La oracin del Seor, cantada o rezada

pausadamente por toda la Asamblea, adquiere

aqu su mxima expresin como asimilacin de lossentimientos de Cristo: perdn de las ofensas, pedido

del pan (material y espiritual), alegre expectativa de

la venida del Seor, y comienzo de nuestra

preparacin para la participacin en el Banquete

Pascual.


El Padrenuestro, en s, no es un cantosino una oracin. Es ambigua entonces la expresin

cantar el Padrenuestro.

134

Ibdem.


37/47

Claro es que el Padrenuestro se

interpreta de muy diversas formas, pero nos cabepreguntar :

Por qu alargar tanto el

Padrenuestro, si en la Eucarista forma parte del rito

introductorio a la comunin?

Por qu cambiar las palabras delSeor, patrimonio de toda la Iglesia?

Por qu hacer esperar a la

asamblea, deseosa de rezar la oracin de su Seor? ,

cuando el sacerdote la incita a hacerlo de inmediato

dicindoles ...nos atrevemos a decir...

Adems existe un importante factor

que se ve dificultado al intervenir en la letra o msica

del Padrenuestro, ya que para muchas personas

sencillas y alejadas que ocasionalmente van a Misa,

posiblemente el Padrenuestro sea el momento de

mayor participacin en la Eucarista. Por qu no

respetarlas y dejar que, al menos, participen con lo

que saben, la Oracin del Seor, por qu ser

insolentes con los fieles orantes que van a la

Eucarista a rezar la Oracin del Seor y no la

oracin que han recreado o inventado un grupo de

cantores de misa.135

* Orientaciones de la IglesiaLa msica del Padrenuestro no debe

convertirlo en una pieza de canto, sino que deberevestir musicalmente, con discrecin, la recitacin

colectiva, lenta, de sus sublimes palabras. Por eso, no

cabe cambio de palabra ni repeticiones, para

completar una frase meldica.

Si hay algn texto que no debe sersacrificado textualmente sino ntegramente respetado,

es ste. Por lo dems, el mismo Jesucristo lo

transmiti y es la primera oracin que todos los

cristianos saben de memoria :136

Padrenuestro, que ests en el cielo.Santificado sea tu Nombre;

venga a nosotros tu reino; hgase tu voluntad,

en la tierra como en el cielo.

135

Cfr. Alcalde, Antonio, Pastoral del canto litrgico, Editorial SALTERRAE, Espaa,1998, pg. 116136



38/47

Danos hoy nuestro pan de cada da;

perdona nuestras ofensas, como tambin nosotrosperdonamos a los que nos ofenden;

no nos dejes caer en tentacin

y lbranos del mal.137

Una recitacin colectiva lenta, a media

voz, es una excelente manera de rezar el Padrenuestroen una comunidad normal, respetando su naturaleza.

Todos los arreglos deben facilitar la

participacin del sacerdote y de todos los presentes.138

Finalmente, cabe sealar que se ha

unificado el texto para todos los pases de hablahispana, con multitud de esfuerzos y reuniones de las

distintas Conferencias Episcopales para cambiar y

unificar, por ejemplo deudas por ofensas. 139

GESTO DE PAZ137

MR., n140138

Cfr. Aldazbal, Jos., Dossier sobre la Msica en la Litrgia,pg. 71

* Referencia Teolgica y PastoralEste es el signo ... Con el que los fieles

imploran la paz y la unidad para la Iglesia y para toda

la familia humana, y se expresan mutuamente la

caridad, antes de participar de un mismo pan.140El gesto de expresarse y desearse

mutuamente la paz es un gesto muy antiguo que tiene

sus races en los tiempos Apostlicos y en las

comunidades primitivas . El beso ritual, el beso

fraterno, el beso santo, el sculo de la paz (Cfr.Rom 16,16) son expresiones que indican un gesto de

toda la asamblea en un principio, y que luego se fue

reduciendo a los ministros y corales, hasta ser dado a

los fieles, en determinados das. As lleg hasta el

Vaticano II, en que fue restaurado por el Misal dePablo VI, siendo, sin embargo, desmedidamente

valorado por unos y sistemticamente rechazado por

otro. A lo largo de la historia, el rito de la paz ha

conocido dos distintas ubicaciones dentro de la

139

Cfr. Alcalde, Antonio., op,cit., pg. 116


39/47

Eucarista, al final de la liturgia de la palabra,

despus de la Oracin de los Fieles o Antes de lacomunin.141

* Anlisis de la realidadAlgunas veces sustituimos el Cordero

de Dios por los llamados cantos de la paz,

desarrollando el rito de la paz, con saludo, besos,

abrazos, movimientos de la gente de unos bancos a

otros, bajando el sacerdote a repartir la paz a los delos primeros bancos o incluso recorriendo toda la nave

de la iglesia saludando a los que estn en los

extremos de los bancos, subiendo los nios al

presbiterio a besar el sacerdote porque es muy

simptico, quiere mucho a los nios y, adems, es eljefe de la catequesis; o subiendo algunos fieles devotos

a darle la paz al sacerdote, mitigando as su soledad

140

OGMR., n 56b141


en el presbiterio, porque el pobre no tiene ni siquiera

monaguillos que le den la paz.142

Existe gran pluralismo al

momento de interpretar el canto en el momento de la

paz. Por un lado, se cantan largos temas que ms bien

sirven para moverse por el templo saludando a quien

se nos ponga de frente. Esto distrae e interrumpe lasolemnidad del momento litrgico, atrasando el

Cordero de Dios que a continuacin se debe

interpretar.

Adems, con la equivocada seleccin de

algunos cantos, se disipa el significado autntico delgesto de la paz, dando pie a que este gesto se

convierta:

En un respiro o relajarse del formalismo o seriedad

de la liturgia, resultando un jolgorio colectivo

parecido al que se crea en los primeros momentosde una fiesta.

O en un simple saludo descorts y sin ms

miramientos que cumplir el ritual.

* Orientaciones de la Iglesia142

Ibd., pg.158


40/47

El gesto de paz y la fraccin del pangira en torno a una idea comn: la unin y la

comunin vital entre aquellos que participan de la

comunin eucarstica por medio de Jesucristo, y que se

realiza de una manera especial a travs del

sacramento que todos compartirn.Existen autores que plantean que el

rito de la paz, no debe ir acompaado de ningn canto,

ya que la asamblea est ocupada en ese gesto

fraterno tan significativo en s mismo, antes de la

comunin sacramental.143

CORDERO DE DIOS* Referencia Teolgica y Pastoral143


Mientras transcurre dentro de laliturgia, la fraccin del pan y la inmixtin (mezcla),

los cantores o un cantor cantan el Cordero de Dios,

como de costumbre, con la respuesta del pueblo; o lo

dicen al menos en voz alta. Estas invocaciones pueden

repetirse cuantas veces sea necesario para acompaarla fraccin del pan . La ltima vez se concluir con las

palabras : Danos la Paz .144

Algunos liturgistas quisieron

suprimir esta ltima splica, por considerarla una

interferencia del rito de la paz, pero el Papa Pablo VIintervino personalmente para que se la respetara, en

atencin a los tiempos turbulentos por los que

atraviesa el mundo moderno.145

El Papa Sergio I (687-701), de origen

sirio, quiso que el rito de la fraccin del pan fueraacompaado de algn canto por parte del pueblo, y

estableci el Agnus Dei o canto del Cordero de

Dios, inspirado en las palabras de Juan el Bautista al

saludar al Redentor, y con los acentos de gloria y

144

OGMR., n 56e


41/47

alabanza tomados del Apocalipsis, donde el Cordero

aparece con toda su aureola pascual.146

El cantoinvoca claramente a Cristo como el Cordero, como el

Siervo que se entrega por nosotros para quitar el

pecado del mundo. (Cfr. Jn 1,29)

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

danos la paz147


Es un canto litnico paraacompaar la fraccin del pan en preparacin para la

comunin. Y no se contempla que el sacerdote recite o

cante el Cordero de Dios, ya que mientras el coro

145


Ibd., pg.147147

MR., n 144

canta o recita, el sacerdote hace en silencio la fraccin

del pan.Cabe destacar que el rito recobrara

ms sentido si, en lugar de consagrar con formas

pequeas, lo hiciera el sacerdote con formas grandes.

As la asamblea podra ver ms claramente el gesto

pausado y solemne de la fraccin, y lo comprenderamejor.148

* Orientaciones de la IglesiaAcabado el gesto de paz y durante la

fraccin, se canta el Cordero de Dios un antiguo canto,

repetitivo y meditativo.La manera mejor de realizarlo sera

que un solista repita Cordero de Dios que quitas el

148



42/47

pecado del mundo y la asamblea responda : ten

piedad de nosotros.149

Musicalmente, se tendra que

seleccionar muy bien la meloda que acompaa la

fraccin, de tal manera que fuese una meloda con

uncin.

Al ser un canto litnico, la mejormanera de realizarlo es que un cantor entone las

invocaciones, y la asamblea le responda con la

peticin; o bien que el coro haga de cantor solista, y la

asamblea le responda; o bien que el coro y la asamblea

juntos respondan a las invocaciones del cantor solista.La forma menos correcta es la que ms se ha

popularizado: la asamblea lo canta todo, invocaciones

y respuesta.150

149


CANTO DE COMUNION* Referencia Teolgica y Pastoral

Mientras sacerdote y fieles reciben el

sacramento, tiene lugar el canto de comunin, canto

que debe expresar, por la unin de voces, la uninespiritual de quienes comulgan, demostrar al mismo

tiempo la alegra del corazn y hacer ms fraternal la

procesin de los que van avanzando para recibir el

Cuerpo de Cristo. Se comienza cuando comulga el

150



43/47

sacerdote, y se prolonga mientras comulgan los fieles

hasta el momento que parezca oportuno.151

El canto de Comunin expresa la

relacin personal del que comulga con Cristo, y la

relacin comunitaria de todos los que comulgan juntos,

es el momento cumbre de la celebracin cuando se

encontrarn con el Cuerpo y la Sangre del Hijo deDios.152

La mayor parte de los himnos de

comunin no son adecuados debido a que enfatizan la

adoracin ms que la comunin. Debe fomentar un

sentido de unidad, ser simple y no exigir gran esfuerzoa la asamblea. En general, durante los tiempos ms

importantes del ao eclesistico, Pascua de

Resurreccin, Cuaresma, Navidad y Adviento, es

preferible que la mayor parte de los cantos usados en

la comunin sean de una naturaleza propia deltiempo, sin embargo, para el resto del ao eclesistico,

pueden usar cantos locales durante la procesin de

151OGMR., n 56y

152

Cfr. Aldazbal, Jos., Dossier sobre canto y msica, pg.67

comunin, con tal que estos textos no choquen con el

carcter pascual de cada domingo.153

El canto de comunin es procesional,

pone en movimiento el cuerpo social de la asamblea

que se dispone a recibir al Salvador en el banquete de

la vida.

* Anlisis de la realidadActualmente, la forma del canto de

comunin suele ser la de himno o cancin, donde todoscantan todo. Tambin se acoge , aunque menos, la

forma original donde la asamblea canta el estribillo y

el coro o un solista se encarga de las estrofas.154

Es importante que ste, en la prctica,

motive al encuentro con Jess, al peregrinar constantede nuestras vidas hacia el Sacramento del altar, donde

una vez encontrado con Jess, es recomendable junto

153


pg.70154

Cfr. OGMR., N 56y


44/47

a una ambientacin sonora instrumental, dar paso al

silencio interior155

El canto de comunin supone la

participacin de la asamblea, pero esto muchas veces

se ve afectado con la eleccin de cantos poco conocidos,

algunos encargados lo solucionan entregando

pequeas hojas con los cantos de la celebracin, peropara una asamblea que se desplaza difcilmente puede

cantar de un texto que debe ser ledo.156

* Orientaciones de la IglesiaEs posible que un lector pueda

interpretar pasajes del evangelio del da, ambientado

o no por el sonido del rgano. el canto que ambienta la

accin o el movimiento comunitario debe tambinayudar al clima interior del que comulga. El silencio o

el sonido discreto del rgano pueden, as mismo,

ayudar a esta actitud.

155Cfr. Aldazbal, Jos., Dossier sobre canto y msica, pg.68156

Ibd., pg. 68

No es recomendable que se cante

durante todo el tiempo de la comunin, Cuando se haterminado de distribuir la comunin, el sacerdote y los

fieles, si se juzga oportuno, pueden orar un rato

recogido. Si se prefiere, puede tambin cantar toda la

asamblea un himno, un salmo o algn otro canto de

alabanza.157

CANTO FINAL

* Referencia Teolgica y PastoralEl canto final o de salida nunca ha

sido parte oficial del rito; pero se ha generalizado la

costumbre de entonarlo en algn momento del rito de

conclusin o despus de la despedida. En este ltimocaso puede tener el sentido de salida gozosa y de

acompaamiento a la procesin de los ministros.


OGMR., n 56j


45/47

Como hemos sealado, este canto no es

estrictamente necesario, pero se ha hecho comn entrenosotros para realzar el final de la misa y, muy

frecuentemente, para honrar a la Virgen Mara,

madre y modelo de toda la vida cristiana.

Tiene sentido slo si es cantado por la

asamblea presente, si sta se est disolviendo, puede

ser aconsejable usar solamente un himno de salida

instrumental158 de rgano teclado o guitarra. Los

msicos son libres de planificar msica que

proporcione una terminacin apropiada a la liturgia.

En algunas partes es aconsejable que,

despus de una o dos estrofas, se interrumpa el canto,

el sacerdote bendice y despide, y luego el canto se

retoma por parte de los cantores y msicos. Los cantos

a la Virgen son especialmente adecuados como cantosfinales, tradicin que da a da se hace ms difundida,

pero estos podrn ser tambin de accin de gracias, de

envo y relacionados con el tiempo litrgico que est

en curso.

* Orientaciones de la IglesiaUno de los fines que ha perseguido la

reforma litrgica es procurar que los ritos respondan a

la verdad. Antes del Concilio poda comprenderse que

despus del Podis ir en paz se aadiera todava labendicin, el ltimo evangelio y las tres avemaras y

dems oraciones finales. Pero ahora se ha puesto el

Podis ir en paz como ltima formula de la

celebracin.

Este canto final es pastoralmente muyeficaz. Enmarca nuevamente el ao litrgico, resume

los contenidos de lo que se ha celebrado. Se puede

comparar a una de las funciones del canto de entrada.

Ambos son la puerta de paso entre la vida ordinaria y

la celebracin. Lo nico que hay que tener en cuentacomo hemos sealado, es situarlo antes de la monicin

Podis ir en paz. De lo contrario se da el

contrasentido de invitar a salir del templo y, al mismo

158Cfr. Aldazbal, Jos., Dossier sobre la Msica en la Litrgia,pg.72


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tiempo, retener la asamblea para que siga

cantando.159

Puede entonarse, adems, algo muy

breve, acorde al misterio celebrado o a otras

circunstancias, y s as se quiere que lo canten todo,

inmediatamente antes del saludo de despedida.

159



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QUE CANTAR EN LA MISA