Existía una nación gobernada por un gitano, él tenía siervos, ellos trabajaban para beneficio y obra del gitano. Había entre ellos quienes daban su empeño, sudor, y energía para colaborar en la construcción de una obra maravillosa que el gobernante les dio como tarea.

Tenían muchas libertades, el gitano, era bueno. Constantemente verificaba su trabajo, entre ellos estaban los rebeldes, personas por las cuales sus características ocasionaban disturbios entre los siervos. El pueblo, no entendía como esos siervos daban todo por el rey, pero criticaban su conducta y su desempeño.

Un siervo, de entre ellos el más pequeño, conocía poco a poco la razón por la cual los demás trataban de trabajar para la causa del Mayor. El siervo, de nombre Jároz, buscaba la forma de agradar a él; aunque este no encontraba razón.

Un día Jároz buscaba frutos en la vereda, y se encontró con un mago de nombre Lildemash. Entabló una conversación con él:

-Gusto verte, hombre de bien- Dijo el mago a Jároz.

-Qué tal, amigo- Este le respondió.

-Tu rostro muestra preocupación, ¿qué te sucede?

-Jároz carraspeó y dijo- Pues, problemas he de tener, me encuentro en un dilema.

-¿Por qué dices eso?- contestó Lildemash.

-Soy siervo del rey, pero, no se para que trabajo, para la tarea o para el gitano.

-La causa es el motivo de nuestras acciones. Encuentra sentido a lo que haces.

-¿A qué te refieres?- Consternado lo miró.

-Guarda esto que te digo. No es por lo qué trabajes arduamente y gastes energías, ni es tan solo el motivo de ser

un buen siervo, sino que por todo eso que haces el sentido que le das.

Lildemash, desapareció a la vista de aquel pequeño hombre, pensando en el porqué de su avistamiento. Como le indico el mago, guardo las palabras en su corazón, siguiendo trabajando para el gitano, aunque no era para él, trabajando en la tarea, pero dándole otro sentido.

Personajes.

Dios: Mago Lildemash

Hombre: Siervo Jároz.

Iglesia: Demás siervos.

Sociedad: Pueblo

Acción Pastoral: Tarea.