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5 PROTECCION DE LA MADERA DE USO RURAL (II). PROTECTORES En el primero de la serie de artículos que sobre la protección de madera de uso rural van viendo la luz en esta revista, se hi- cieron algunas consideraciones sobre la con- veniencia de utilizar madera en las explo- taciones agrarias, la necesidad de protegerla adecuadamente a fin de aumentar su vida de servicio y evitar las cada vez más costosas reposiciones, así como de las características y ventajas que reportan los tratamientos reali- zados a pie de obra por los propios agriculto- res, que para diferenciarlos de los de carácter industrial se denominan « rurales». En estas páginas se informará de los productos quími- cos (protectores) empleados y de las medidas de seguridad que es preciso seguir durante su manipulación para evitar daños en el hombre, animales y medio ambiente. Los protectores de la madera son sustan- cias químicas que, utilizadas aisladamente o en combinación, están destinadas a asegurar a la madera, previa aplicación por procedi- mientos adecuados, una mayor resistencia a los agentes destructores. Las características o propiedades de un protector, si bien no suelen influir de manera determinante en su modo de aplicación, sí le condicionan en gran medida por razones de tipo técnico y econó- mico. En consecuencia, para proceder a su elección hay que tener muy presente tanto el tipo de madera que se va a impregnar (espe- cie, dimensiones, contenido de humedad, etc.) como las condiciones de su puesta en obra, procurando, en todo caso, que reúna el mayor número posible de características favo- rables, entre las que podemos destacar: Ser tóxico, inhibidor o repulsivo para los agentes destructores. Poder ser introducido en la madera en la cantidad y profundidad necesarias. Mantener su acción protectora a lo largo del tiempo. La estabilidad química y la resis- tencia a la evaporación y al deslavado serán las características que habrá que tener más en cuenta. No afectar las propiedades físico-me- cánicas de la madera, ni de otros materiales con los que vaya a estar en contacto. No aumentar la inflamabilidad de la madera y a ser posible disminuirla. No producir daño alguno en los hom- bres, animales y vegetales una vez fijados a la madera. Poseer absoluta compatibilidad con la aplicación posterior de barnices y pinturas, así como no afectar al encolado, si alguna de estas operaciones fuesen necesarias. Tener un precio aceptable. Dar a la madera tratada un olor y color residuales no desagradables o molestos. Los protectores de la madera, que para poder ser fabricados, comercializados y utili- zados deben estar previamente inscritos en el Registro Oficial Central de Productos y Mate- rial Fitosanitario del Ministerio de Agricultura, se clasifican en razón de su naturaleza quí- mica en: hidrosolubles, orgánicos y creosotas. Protectores hidrosolubles.—Son mezclas de sales, de las que algunas tienen propiedades biocidas y otras la misión de asegurar la buena fijación de las primeras a la madera, Madera tratada con un protector hidrosoluble en un culti- vo de fresas.

PROTECCION DE LA MADERA DE USO RURAL (II). … · La utilización de barnices para proteger ... tales como postes, estacas y similares. ... res de la madera como un plaguicida más

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PROTECCION DE LA MADERA DE USO RURAL(II). PROTECTORES

En el primero de la serie de artículos quesobre la protección de madera de uso ruralvan viendo la luz en esta revista, se hi-cieron algunas consideraciones sobre la con-veniencia de utilizar madera en las explo-taciones agrarias, la necesidad de protegerlaadecuadamente a fin de aumentar su vida deservicio y evitar las cada vez más costosasreposiciones, así como de las característicasy ventajas que reportan los tratamientos reali-zados a pie de obra por los propios agriculto-res, que para diferenciarlos de los de carácterindustrial se denominan « rurales». En estaspáginas se informará de los productos quími-cos (protectores) empleados y de las medidasde seguridad que es preciso seguir durantesu manipulación para evitar daños en elhombre, animales y medio ambiente.

Los protectores de la madera son sustan-cias químicas que, utilizadas aisladamente oen combinación, están destinadas a asegurara la madera, previa aplicación por procedi-mientos adecuados, una mayor resistencia alos agentes destructores. Las características opropiedades de un protector, si bien no sueleninfluir de manera determinante en su modode aplicación, sí le condicionan en granmedida por razones de tipo técnico y econó-mico. En consecuencia, para proceder a suelección hay que tener muy presente tanto eltipo de madera que se va a impregnar (espe-cie, dimensiones, contenido de humedad,etc.) como las condiciones de su puesta enobra, procurando, en todo caso, que reúna elmayor número posible de características favo-rables, entre las que podemos destacar:

— Ser tóxico, inhibidor o repulsivo para losagentes destructores.

— Poder ser introducido en la madera en lacantidad y profundidad necesarias.

— Mantener su acción protectora a lo largodel tiempo. La estabilidad química y la resis-tencia a la evaporación y al deslavado serán

las características que habrá que tener másen cuenta.

— No afectar las propiedades físico-me-cánicas de la madera, ni de otros materialescon los que vaya a estar en contacto.

— No aumentar la inflamabilidad de lamadera y a ser posible disminuirla.

— No producir daño alguno en los hom-bres, animales y vegetales una vez fijados a lamadera.

— Poseer absoluta compatibilidad con laaplicación posterior de barnices y pinturas,así como no afectar al encolado, si alguna deestas operaciones fuesen necesarias.

— Tener un precio aceptable.— Dar a la madera tratada un olor y color

residuales no desagradables o molestos.Los protectores de la madera, que para

poder ser fabricados, comercializados y utili-zados deben estar previamente inscritos en elRegistro Oficial Central de Productos y Mate-rial Fitosanitario del Ministerio de Agricultura,se clasifican en razón de su naturaleza quí-mica en: hidrosolubles, orgánicos y creosotas.

Protectores hidrosolubles.—Son mezclas desales, de las que algunas tienen propiedadesbiocidas y otras la misión de asegurar labuena fijación de las primeras a la madera,

Madera tratada con un protector hidrosoluble en un culti-vo de fresas.

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de forma que impidan su pérdida por desla-vado. Suelen llevar incorporados componen-tes secundarios, tales como inhibidores de lacorrosión, colorantes, solubilizadores, etc. Entodos ellos se emplea como solvente el agua,pudiendo ser las reacciones de fijación einsolubilización, una vez en el interior de lamadera, más o menos rápidas y complejassegún las distintas formulaciones, lo quedetermina de forma decisiva el sistema de tra-tamiento a emplear.

Ensayo de protectores orgánicos decorativos realizadospor el Departamento de Maderas del I.N.I.A.

Comercialmente se presentan en polvo o enforma de pastas más o menos viscosas, conformulaciones que suelen contener tres gru-pos de cationes: cobre-cromo-arsénico, cobre-cro-mo-boro, fluor-cromo-boro y fluor-cromo--arsénico, lo que permite asegurar, no sólo subuena fijación en el tejido leñoso por la cons-tante presencia de cromo sino también am-pliar su eficacia sobre un mayor número dehongos e insectos xilófagos.

Entre las ventajas más notables que presen-tan los protectores hidrosolubles hay quedestacar su relativo bajo precio, ya que lassales que están en su composición suelen serbaratas, y la facilidad y economía de su

transporte, pues al emplear como solventeagua, las soluciones de tratamiento pueden ydeben hacerse en el mismo lugar en queserán utilizadas. Además, no suelen tener olordesagradable, ni antes ni después de su apli-cación; no aumentan la inflamabilidad de lamadera, sino que, por el contrario, la dismi-nuyen y no son fitotóxicos, por lo que laspiezas o estructuras con ellos tratadas pue-den estar en contacto directo con los cul-tivos.

Uno de sus mayores inconvenientes, deri-vado en realidad de la principal de sus venta-jas, consiste en que al utilizar como disol-vente agua, se producen aumentos de hu-medad y consecuentemente hinchazón en lasmaderas recién tratadas, obligando a un pro-longado secado posterior antes de su puestaen obra, durante el cual pueden aparecer sino se toman las medidas apropiadas fendas,alabeos y otros defectos no deseables. Tam-bién es necesario considerar que algunospueden ser corrosivos para los metales, otrosproducen alteraciones en los plásticos y queprácticamente todos ellos no soportan, sindegradarse, temperaturas superiores a los50°C, lo que hay que tener en cuenta cuandose vayan a aplicar por el sistema de inmer-sión caliente-fría.

Como resumen de lo anteriormente expues-to, puede decirse que tiene gran interés suutilización en el tratamiento de maderas secasy recién cortadas a emplear en invernaderos,semilleros, cercados, espalderas, etc.

Protectores orgánicos.-Presentan formula-ciones más o menos completas, en las queexisten siempre: materias activas, general-mente productos de síntesis, un solvente, queconstituye el vehículo de los anteriores ysuele ser una fracción de la destilación delpetróleo y coadyuvantes, entre los que pode-mos mencionar los que tratan de asegurar laestabilidad del producto y la fijación de lasmaterias activas en la madera tratada. Lasmaterias activas que entran en la formulaciónde este tipo de protectores suelen encotn-trarse entre las más eficaces y estables queofrece la química moderna, presentandoalgunas de ellas buenas cualidades fungicidas

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y otras una acción específica contra losinsectos. Los solventes se seleccionan enfunción de su buena afinidad para la madera(deben penetrar rápida y profundamente enella), de su capacidad de solubilizar los prin-cipios activos que tienen que introducir en eltejido leñoso y de su facultad de volatilizarsecon la suficiente rapidez como para dejar loantes posible las piezas tratadas en condicio-nes de empleo y, al mismo tiempo, con lasuficiente lentitud como para no arrastrarhacia el exterior las materias activas que pre-viamente han introducido en profundidad. Lassustancias fijadoras tienden a asegurar lapermanencia de las materias activas en lamadera sometida al lavado y la evaporación,mediante una acción que puede ser pura-mente física, o bien consistir en una reacciónquímica con otros elementos del mismo pro-tector o de la celulosa o lignina del tejidoleñoso, siendo preciso que, en ningún mo-mento, este tipo de reacciones tenga comoconsecuencia una disminución de eficaciaante los organismos xilófagos.

Los protectores orgánicos deben aplicarsesiempre a madera seca, en la que penetranfácilmente sin producir hinchamientos, ni varia-ciones en su color natural. Son compatiblescon cualquier tipo de acabado y no corroenlos metales, ni alteran, una vez evaporado eldisolvente, los plásticos. Por todo ello, suelenser adecuados para tratar todo tipo de made-ras que no estén en contacto directo con elsuelo, siendo sus mayores inconvenientes: lanecesidad de transportarlos en forma líquida,ya listos para su empleo; su índice de infla-mabilidad elevado y su precio, que suele seralgo alto para su aplicación en tratamientosde carácter rural.

La utilización de barnices para protegermaderas rurales colocadas al aire libre es unapráctica totalmente inapropiada, pues al pocotiempo adquieren mal aspecto y dejan decumplir la función para la que fueron aplica-dos. Por ello, cuando se desee dar a lamadera una protección exclusivamente super-ficial, e incluso, se quiera proporcionarle unadeterminada coloración, es aconsejable la uti-lización de protectores orgánicos de los lla-mados decorativos, que con una formulación

análoga a la indicada con anterioridad, poseenademás pigmentos coloreados, lo que leshace sumamente eficaces contra la fotode-gradación. El tratamiento con este tipo deprotectores, que se realiza normalmente abrocha, debe ir precedido de una impregna-ción en profundidad con un protector tam-bién orgánico pero sin pigmentar, que permi-tirá una mayor penetración y, por consiguien-te un grado de protección más adecuadocontra los agentes bióticos.

Estacas para cercas. A la derecha, tratadas con creosota;a la izquierda, preparadas para su impregnación.

Creosotas. —Obtenidas por destilación de lahulla, confieren a la madera una protecciónde muy buena calidad, ya que tienen unaacción fungicida e insecticida importante,propiedades hidrófugas notables y no soncorrosivas para los metales.

Presentan inconvenientes para muchas uti-lizaciones debido a su color negro, que setransforma con el tiempo en gris verdoso, sufuerte olor, su incompatibilidad para encola-dos y acabados posteriores, así como por sutendencia a dejar la superficie de la maderagrasienta y con posibilidades de manchar.Todo ello origina que no sean apropiadospara tratar maderas de interiores, ni aquellasa utilizar en construcciones con las que elhombre o los animales deban estar directa-mente en contacto. Por tener algunas propie-dades fitotóxicas tampoco suelen ser aconse-jables en la protección de semilleros, inver-naderos, etc.

Su empleo óptimo será en maderas a insta-

lar en exteriores en contacto directo con elsuelo, tales como postes, estacas y similares.En todo caso, las piezas a tratar deberánencontrarse secas, pues, en caso contrario,además de alcanzarse penetraciones y absor-ciones inadecuadas, la creosota absorbidaimpedirá en gran medida su correcto secadoposterior.

Es evidente que para proteger química-mente con éxito la madera contra los orga-nismos xilófagos los protectores deben con-tener sustancias tóxicas. La utilización deproductos químicos en la protección de lamadera ha sido y es muy intensa en todo elmundo desarrollado proporcionando grandesbeneficios, sin que, aparentemente, se hayanproducido daños en el hombre, animales omedio ambiente. No obstante, con objeto deoptimizar su utilización es necesario tenersumo cuidado tanto en la elección de los pro-tectores como en su correcto manejo, a finde disminuir los posibles riesgos. En estesentido, hay que vigilar el cumplimiento delas medidas que eviten los efectos perjudicia-les que produce una deficiente utilización,pero sin olvidar el importante papel que hanjugado, y que juegan en la actualidad, lo queharía imposible justificar una política de nin-gún riesgo por el elevadísimo coste econó-mico que tendría.

No obstante, en orden a evitar un exage-rado temor, desde ningún punto de vista justi-ficable, es necesario dejar claro que en laactualidad el peligro existente es muy bajo enla mayor parte de los casos si se siguencorrectamente las instrucciones de utilización,ya que es preciso distinguir con claridad ladiferencia existente entre la toxicidad intrín-seca de un producto y los riesgos que llevaconsigo su empleo correcto. En todo casodeberá cumplirse la «Reglamentación TécnicoSanitaria para la fabricación, comercializacióny utilización de plagicidas» aprobada por el R.D.3349/1983 de 30 de noviembre (BOE de 24 deenero de 1984) que considera a los protecto-res de la madera como un plaguicida más.Hay que indicar, sin embargo, que al contra-rio que los plaguicidas, los protectores no seaplican nunca sobre los alimentos, ni sobrela superficie de los vegetales, ya que se

introducen a mayor o menor profundidad enel interior del tejido leñoso de la maderafijándose en el mismo, por lo que no existeningún riesgo de que los componentes tóxi-cos se incorporen a las cadenas tróficas.

Equipo aconsejable para manipular los protectores de lamadera y realizar los tratamientos.

Las recomendaciones que se dan a conti-nuación, si bien tienen una aplicación gene-ral, están especialmente dirigidas a los trata-mientos de maderas de uso rural, dondedeberá exigirse un especial sentido de res-ponsabilidad para reducir al máximo las posi-bles contaminaciones, y se centrarán exclusi-vamente en el manejo de los protectores y delas soluciones de tratamiento de los mismos,dejando, para cuando se hable de los diferen-tes métodos de aplicación, las medidas espe-cíficas de seguridad que exigirán cada uno deellos.

Los efectos contaminantes de los protecto-res varían ampliamente con el tipo de protec-tor, su composición específica y su modo deaplicación (Cuadro I). En líneas generalespuede afirmarse que:

• Los protectores hidrosolubles presentanpeligro especialmente cuando se ingieren,existiendo poco riesgo de que produzcandaños por inhalación y no excesivo porcontacto con la piel. Las mezclas de salesque contienen cromo pierden rápidamentetoda su peligrosidad un mes después desu tratamiento, ya que se fijan a la paredcelular formando sales insolubles.

• Cuando se utilizan protectores orgánicos

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Tipode

ProtectorComposición

Hidrosoluble

Sustanciasactivas

Sales de arsénicoSales de cobreFluorurosCromatosPentaclorefenato sódico, etc.

Solvente Agua

Orgánicos

Sustanciasactivas

PentaclorofenolTBTOLindano, etc.

Solvente Orgánico

CreosotasMás dediferentes

100 sustancias

Nivel de riesgopara el hombre y animales

Principalmente por ingestión.

Reducido por vía cutáneae inhalación

Ninguno

Principalmente por vía cutánea einhalación.Reducido por ingestión a pesar desu toxicidad.

Medio por vía cutánea e inhalación.

Medio por vía cutánea einhalación.

Cuadro I.—POSIBLES EFECTOS CONTAMINANTES DE LOS PROTECTORES DE LA MADERA DURANTESU UTILIZACION (H. Willeitner y W. Liese)

los riesgos de envenenamiento por inges-tión en hombres y animales son reducidos,pues es muy poco probable que se bebauna cantidad apreciable de los mismos acausa de su desagradable sabor. Sin em-bargo, este tipo de protectores puedeinfluir de forma muy negativa sobre lacalidad de las aguas, a las que proporcio-nan mal olor. Sus efectos más negati-vos tienen lugar cuando entran en con-tacto directo con la piel, así como cuandose inhalan, ya que la presencia frecuenteen los mismos de materias activas de altapresión de vapor puede ocasionar proble-mas cuando se utilizan en locales peque-ños y cerrados.

• Las creosotas presentan efectos tóxicosmás bajos que los protectores orgánicoshasta el punto de que un hombre nomoriría, incluso, si bebiera una cantidadreducida de creosota pura. Sin embargo,producen algún daño cuando se respiransus vapores o entra en contacto con lapiel.

Por último, las recomendaciones de tipogeneral que deberá cumplir el personal quemanipule los protectores y realice los tra-tamientos son las siguientes:

Utilizar ropa protectora impermeable paralos líquidos, así como un modelo de gafasadecuado que evite salpicaduras a losojos.

Usar guantes protectores que protejan lapiel de las soluciones de tratamiento. Estambién imprescindible el uso de estosguantes durante la manipulación de lamadera recién impregnada.

Cuando se produzcan vapores intensos onieblas de protector, a causa del sis-tema de tratamiento utilizado, es precep-tivo el uso de máscaras protectoras.

— Untar crema en las zonas de piel quepermanezcan al descubierto. Estas cre-mas no deberán contener grasa cuando seutilizan protectores orgánicos o creosotasy, por el contrario, deberán tenerla cuandose emplean protectores hidrosolubles.

— Durante el trabajo no se debe fumar,comer o beber.

— En los períodos de descanso o cuandofinaliza la jornada, se procederá a unalimpieza a fondo de cara y manos.

Alejandro López de RomaJefe del Departamento de Maderas

Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias