PROlOGO OBLIGADO

En la historia de todos los pueblos de la Hu-manidad, en sus mani f estaciones artístiçct^s ycreaciones arquitectóñicaa se marca en todoslos tiempos de modo desta.eado el iaxsustituíblevalor de los ve,getale,s como ornamentaeion desus edificacienes y palacios, sus viviendas, suscampos de deportes, y en general, como com<plemento urbanístiĉo en las aglomeracioneshumanas. -

Los libros sagrados describen ya el Paraísoeomo un vergel, donde. tos vegetales ornamen-tales alternaban eon. a.quellos otros dé fin uti-litario, que también formaban conjuntos na-bu^rtctés de gran belleza. La Mitología griegadescríbe de análoga manera el Edé^z, y a tra-^u^s de las evoiu.ciones y el desarrollo de la ci-viltzación humana los jardines ocupan siem-pre lugar destacado.

Muestra de ell.o son, los de Babilonia y^osnum.erosísimos descritoŝ en el ántiguo Egipto,aaí como los gripgos p romanos, entre los que

destaean, con citos repetidas, los del Akade-mos y el Liceo, que se7°vían de reposo a los fi-lósofos t/riegos.

Grecia y Romre, ar^ranqrue de dos civ^ilizacio-^nes, muestrarz, ta7nbién dos tendenc•ías en jar-dine^•ía bicn destacadt^s, arientándose los r•n-m-anos haci^a el jardín arquitectónico de líneas^►tarcadcts, ^/ los gr•ieyos h.acia el paisajismo,^^tzcnca desprov^ilsto de bellos motivos arq^tiitcc-tónicos. ^

Varia,dos estilos de jardines se ha^a relacio-nado a• través dc lós síglos con estos dos tiposmarcados en kcs tendencias antes citadas, y lajardineria, pasando por períodos de decreci-miento y de esplendor, se ha mantenido siem-pre, sin embargo, como una manifestación nc-eesaria en la vida del hombre.

• Falsas interpretaciones del verdadero sig-^ii f icado de lus f lores y los jardi.nes han cata-logadó u^t^s y otras como cosas de lujo.

Nada más le.jos de la real^idad, pues, apar-te de que las consir^eraciones históricxks, men-cioyu^d^as a grandes rasgos, se oponen a estainterpretación, el hom,bre desde luego no pue-de prescindir de modo alguno del contacto má•so mcnos permanente con el mundo vegetal; yprecisanaente eon a,quella manifestación de laFlora que representan las plantas ornamen-tales.

El jardín es neeesario a la familia y las flo-res cortadas'precisas en toda decoración deinteriores, sirvienclo aquél y éstas para satis-

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facci^ó^z cl<^ los sentidos y comg^,conzp!^7t,5^iónal aislarraic^nto de la naturalezaque lag^^ádu i^iu-dadana, impone a suŝ habitant¢s. k ^

El finés Reinl,d, en el úláE^►ao Ci^Nti^resoI^iter^uccional de Horticultura, ^ ce`^ebr;a^a^ ^iiSerlí^rr, el año i938, di.jo estas palabrqŝ : "Al-a•edc^d^r del hcGbiiante de la c^iudad se ha trans-formac(,o el verde de la naturaleza en dura pie-'dra y nc^yro asfalto. Esa Naturaleza, fuentedc nutrición y conservación del hombre, h,aquedado limitada entre los muros de los pe-queños parques y espaeios libres, y la paz yarmonía de la vida rural se ha cambiado enprisa excitante, intranquilidccd y ruido, en lasciudades". .

El contraste ĉon las inquietudes y brusque-^ dade,s del conti^nuo bata,llar puede proporcio-narlo el jardín o huerto familiar, adaptado alos yustos y exiyencias de su propietario ydonde en las estacio^ies templadas y cátidas sepuedén pasar mcís ayradable^rrcente las liorcrsde -reposó, yozando de la Naturaleza, tras ladura tarea .pasa^la en los terrenos de labor oen el trabajo de oficina.

El pretendido esparcimiento o reposo ha deloyrarse, en las horas disponibtes, en el par-que público o en ese luyar ornamenípdo conveyetales qlue se crea junto a la vivienda.

Un mínimo de espaci^o libre delante o detrcísde la casa, o en las eercaní,a^s también de lacasa de labor de la finca rústica, permite tra-xar estos bellos para.jes, y el moder^no urbanis-

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mo se ;ori,enta Izaei^a la creació•rz de^ mayor nú-mero ^cte.espacios libres en el interior de lasciudczdes: . ^ _

Es interesant^ citar el enorme desarrollv to-mado por las h.uertas familicvr•es d^spuestas enlos per£metros de los gran.des núcleos de po-bl,ación, donde los trabajadvres de la ciudadobtienen los alim.e^rztos vegetales suficientespara el sostenimiento de la, familia y las flo-res que han de ornamentar su vivienda o pue-den vender en el mereado próximo.

En Alema.nia existen 1.300.000 huertqs delt^ipo ^ndicauio, ^ en In^qtaterra pasan dé900.004, habiéndose desarrolla^o también congran im.tensidad en Francia,. Irlanda, B^tgiea, .Suiza, Dinaniarca, S^úeetia y Norueg^a, y dedti-cando su máxima ac^ividad la obra nacionaldel Dopolavoro italiano a la, ereaeión de estospequeños hue.rtos.

Hace77aos aquí una llamcula a quienes diri-g^en la reconstruccián de lo^ pueblos p ciuda-des españolas para que, ten0an en cuentci elim:terés so^ial que tienen obras de este tipo,qúe aparte de, re8ponder a las modernas eon-cepciones del urbanismo, significan dar unmedio de subaistencia y apego a la Natu7•alezaa multitud de famili,as, çuee, teniendo su ^mediode vida en ba ciudud, no, puealen encontrar déotra fornia, ^ f ácil ese contacto.

La esta^znpa callejera de un pueblo o de unaciud<r,d deja siempre especiízles sensacir+nes eimpresionPs en n.uestro áninio en re^ación con

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el valor espiri^tual y el nivel ^e vid po- ^bladores. El ho,qar rural, lci vzvze ` e- „; eni^- ,;ral, tienen una personalidád^ no '^^^ imen `^^sensaciones de alegría o de f^ , de o^.^``v desorden l^ de monotonía o ĉoi'd^a^b; ^i^`^,ten-dvnos aquellos lugares que, p^r ^ zñlbg^^-arseagradables, sirven de reposo a nuestras fati-gas fisicas o satisfacció^t a loŝ sentidos.

Una decoración vegetal acertada imprimsa las vivienda,s, los pueblos y.las eiud,ccdes untozao de vitalid,ad, cólorído ^► a^egría que nosólo significa satisfacción de sus pobladores, -sino marcada atracción para el tur^ismo,

Una ciudad profusamenie ornamenttcda conflore^ da a conocer mu.cho mejor los pasos deuna a otra estación, la. aparieián, de la prima-vera y la magñificencia del verano, que otra. +que no se cuide más que de cumplir estricta-mente s2^.s obligaciom,es .higiénicas para con toshabitantes destiycízndales pequeños 'parques,por lo general descuidados.

Es izidudable que la elevación de,l nivel devida qzce ha de plantearse después de los añosde lu^cha que actualmente vivimos, ha ^e llevaraparejado un ampl^a desarrollo de la floricul-tu,ra y la jardinería como absolutame•rzte in-dispen^r,bles para lh vida_ del hombre, afir-maczon que queremos dejar sentada en estepreámbulo .como justificación de la atenciónque el Itortelano esparcol ha de poner de aquíen adelante en el cultivo de flores y de plan-tda de o?^namento. • .

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El desarrolio de eataŝ aetividades en otrospaásea nos muestra, además, la veraeidad deesta afir^mación, ^/ vamos a fijar aquí algunasmuestras de lo qúe es la floricultura europeade loa últimos tiempos.

La i►mportaeión ale^raa.na de plantas orna.-mentalea alcanxaba má,s de SD millones demarcos el a^.o 19,^8, y fué compen8álndose porla producción na,eional h.asta dejarta redueidaCn 1995 a unoa 10 m^ltones de marcos. La im-portación de .flores car^ailas en d2cho paía su-panía m^ás de 15 ^rcillones áe marcos el a^io de19^5 y se evaluaba en tres millonea de mareosen la camparña 198B-S7, ^

Ex'i,9ten en Alemania una.s ^.000 hectáreasy 55.000 ex"plotac^iones flor^colas, y la ^rnpor-taneia eeonómica de estos eultiroos ae mues-tra en los datos aportados por el profesorMeyer el año 1919, d.ictiendo que medva hectá-rea cubicrta de vidrio con eatufas, represen-tando un valor ,de mejora en la explotaeián de50.000 a 60.000 marcos, producía zin rendi-mtiento en, claweles cortados que podía evaluar-se en benefictios brutos•de 80 a 35.0'00 mar^cós•

' a^tacale8, aifra no ig^ualada por otros cultivosintenaivos.

Ha^/ que hacer constar, naturalmente, queel riespo en el cultivo f loral es elevado y.tam-bién ed captital circutante preeiso en las explo-taccv^onea.

- En Italia el deáarrollo de la f loricultura haal^canzado límites insospeehados en los últimos

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años, existiendo cerca de 6.000 hectáreas des-tinadas al cultivo de flores a pleno aire, y una^^DO hectáreas cubiertas de vidrio destinadas`al f orzado. ^

Lct xonu de la Riviera presenta una gran in-te,nsid,ad de czuttivo, o^^entando la selecci^ónfloral la E'stación experimeratal de floricultu-ra de. San Remo, que exticnde especialmentesus activida,des al clavel y la rosa, de los cua-lea se )ian obtenido variP,da,d.eá nueva.s de graotvalur comercial,

It,alia exporta do8 millones y medio de ki-logramos de flor fresca eada año, represen-tando la pro.ducción de f lor ĉortada el 8^ porl oa de la totat de ornam.entales, y q^uedicndoun 15 pór 100 para plantas de tiesto ^/ hojaverde, ^ un 3 por 100 para pkr.ntas destinadasa pérfupnéria.

De la producción. toíat de plantas oryiamen-'talea abaorbe et consumo interior el t^d porIOD, deatinándose el 56 por 100 a lcc exporta-^rit, y siendo cultivos preferidos el clavel, larosa, da margarita, la m2mosa y la violeta. Lospaíaes de Centro-Europa e Inglaterra son losdestinos nor7rutles de la ezportaeión, italianaen épo^ca de pax. ^^

Son de me,n^ionar como mercados florale^destacaaios dentro de Italia, los de ^San Remo.Yentimiglia' ^/^ Bordighera, donde, arparte delos mercados semanalea de flor existentestodo ed año; se celebram co^^uraos estacionalescah,^ p.remios de gran importánciá.

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L^ñ, Hol,^,nda la hortic^cltura supóne un va-ior i^e más^de 64 millones de florines anuales,existii^}qlb^ 8.50Q hecttí,reas destinadas al cul-tivo `dé ^l^^ctas :1^ulbosas y'viva.ces de flor yespeQt"^rni4nte desiinadas a la ^iroducción delbulbo v^'-ta ^nat,µ; y unas 1.500 hectáreas deeultii'o dF,.o"^tc` ĉlase de ornamentales, habién-dose tripZicado, aproximadámen.te, la supc:rfi-cie culti.vadu, hace vei•rcte años.. Unicamente laexportaeión de bulbos alcanza, más de 20 mi-llarces de f lorines, ^/ dos rnillones la de otraclase de f lores, estando equilibrada en igualproparcisín la exportaciára ĉon el co^nszvmo ,zn-terior en ^lo que se refiere a esta8 últimas, ysuponiexdo l<a exportación de planias y f tá3^esed 5U pór 100 del to^al de la export^Ción ho-landesa, deatinándoee in nucyor parte de' lamereancút a los Países escandinavos, Alemtt-

.nia, l^glaterra y Suiza.

En la zona formada pox La Hay^a-Rotter-dam•Maashui^s existen 2.000 hectáreás cubier-tas de vidrio, ctesti^tadas a la producción def lor, siendo los mereados f lorales más impor-tantes los de Alsmeer y A^^msterdam, de don-de diariamente salen en avión, en época nor-mal, cientos de cajas .ca►x flor cortada, desti-naakc a todos los países de Europá.

En Bélgica constituyen, espectialmente lasaxaleas, ^laa bromeliítceaa y la^.s a^rquídeas, uncapítnalo muy importante de su camercio deea.portación con América.

El culti^vo de azaleas ha al^anzado un grado

de es^ecit^lización grandé, que ha anuia•ao laconzpetencia. con otras naciones, existiendo enlas ce9•ct^nías dé Ga^nte y de Brujas mcís de un^rzillar de esta.blecimientos o Empre,sas desti.-nados a la floricultura. •

Re.specto a Á,ynaérica, exponemos como datolos granaGes ^zercados flórales de BuenosAires, ert cuya estacián del Retiro ^xiste unalonja destinada a la. subasta de la flor apor-tada por todos los med•ios de comunicación adicho mercado , central, existíendo mc'r,s de, •^.000 iz$ociados a dícha lonja ^ verificán^losetransacciones díartas t^ué pasan de los ^5.000pesos:

•• La organixaeión de lós m:ereados f lorales hasufrido variaciones en los últtimos tiempos; ^eentralizándose las transacciones en grandeslocales dispuestós con todos los ,adelantos téc-nicos precisos para que se ve>^ifiquen las con-trataci.ones eon facilidad y rapidez. •

De ello es uña muestra el citado ^nerea^dode Buenos• A^ires, el de Alsmeer en Holanda,y los de Colonia, Léipxi^q y Dor^tmund, ^rtAtemanicc.

En esto$ a:cltimos la mereancía eg eontrata-da con arreglo a lás dísposiciones de orde•ru+^éión del mercado, dictadas por el Gobiernoalemfin para todas las transacciones con pro-ductos hortíeola,s; es decir, que ee verifica enf orma de grandes subástas, en la ^que se ga-:rantíza un preCio mín^Tmo para el producíar,;y donde el pago de la contratación no se. verí="^

If ^^ ti dt I;unrut .

fica de modo directo, sino por i7até^eo^L`lltd,^e"-.^una ofticina de carácter oficial dstbt^l e^ e^ft rw.cada ^ mercaao, y permitiendo l.^ org , 'ón :del mismo una gran facilidq^^` en l"^^''^;; - -

^ ^ <acciones .Las zonas de Erfurt, Quedl^vi^yr^y t^lúnieh^,

Frankfurt p Stuttgart, especia Ĉ^i`é^t^p^e^^-- toras de ornamentales, tienen `é^^ftp^ecid^s

mercados. locales para el abasteeimián:tn pro-pib, pero^ envían el grueso de su produceióna lós t^res mercados indicados,

En Francia, el desarrollo de la 3torticuttu-7 a y, como consecuencia, del cultiuo de oa,np,-me,ntales, ha sido destacado des^de ha^ce mu-clzos áños, distinguiénáose la zona de la 'Cos-ita Azul por la prodúcción ^ de f lor eortada yde productos de perfumer£a de origen floral,así eomo la zona de Versalles por sus produc-tos jorzados y de primor y la produceión desemillas seleccionadas de orrur^►nentales.. '

La organización francesa alcanzaba en losdecenios antery•ibres a 193.9 una extensión am-plí•sima, llegando deade las grandes Empresasliasta las Liqas o Asociaciones de aficionados'a laŝ f lores, pud^endo decirse que rfzra es la,negtión donde no era apreciable el ^desarrollo

^ de la floricultura, p muy espec^a^lmente en laobt®n.ción de nuevas variedade.^ y conserva-ción de"las existentes ĉon adecua,dos mediosde cuitivo se han distingutido de modo desta-cado los floricultores franceses y helgas.

Ea.afición por la flor y por ei'c2cltivo floral^.oRtcn^Tao^

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en los h,uertos familiares, donde el aficionadomostraba el máximo interés en una compe-tencia con el vecino erc todo lo referente aplantas de flor, son características acusad.ctsy dignas de imztar del hortelano francés, rCueha conservado el espíritu maqnífi,co de lnst/rartdPS' creadores de jardi•ne.s cte szc paí,s.