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Procesos de articulación social by Esther Hermitte; Leopoldo Bartolomé Review by: Denis Baranger Desarrollo Económico, Vol. 17, No. 68 (Jan. - Mar., 1978), pp. 669-671 Published by: Instituto de Desarrollo Económico y Social Stable URL: http://www.jstor.org/stable/3466416 . Accessed: 02/10/2013 15:52 Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at . http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp . JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. . Instituto de Desarrollo Económico y Social is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Desarrollo Económico. http://www.jstor.org This content downloaded from 131.252.96.28 on Wed, 2 Oct 2013 15:52:25 PM All use subject to JSTOR Terms and Conditions

Procesos de Articulación Social by Esther Hermitte; Leopoldo Bartolomé

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Procesos de articulación social by Esther Hermitte; Leopoldo Bartolomé.

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Procesos de articulación social by Esther Hermitte; Leopoldo BartoloméReview by: Denis BarangerDesarrollo Económico, Vol. 17, No. 68 (Jan. - Mar., 1978), pp. 669-671Published by: Instituto de Desarrollo Económico y SocialStable URL: http://www.jstor.org/stable/3466416 .

Accessed: 02/10/2013 15:52

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CRITICA DE LIBROS

PROCESOS DE ARTICULACION SOCIAL. Esther HERMITTE y Leopoldo BARTOLOMt (compiladores), Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1977.

Comentar una obra que consiste en la compilaci6n de articulos elaborados en for- ma independiente por varies autores, es una tarea que puede emprenderse desde distin- tas perspectivas. Puede optarse por consi- derar el libro como una unidad, o referir- se en forma separada al aporte realizado por cada uno de los autores, o bien inten- tar acometer ambos prop6sitos en forma si- multanea. Asumiendo esta ultima estrategia, dire que el libro adolece, a mi entender, de dos defectos fundamentales; por una parte, mas alla del ponderable esfuerzo rea- lizado por los compiladores en su Introduc- ci6n, carece de unidad tematica y concep- tual; pero, por otra, si se lo reduce a una colecci6n de trabajos autonomos y yuxta- puestos, se hace evidente la disparidad de nivel entre los articulos compilados. Empe- ro, estas observaciones no quisieran desme- recer el aporte sustantivo que significa esta obra para el conocimiento de las socieda- des latinoamericanas desde la perspectiva de la antropologia social. Las imperfeccio- nes apuntadas no deben oscurecer lo auspi- cioso de una publicaci6n de esta naturaleza, que posibilita una amplia difusi6n de la tarea en la que se encuentran abocados los miembros del Grupo de Trabajo sobre Ar- ticulaci6n Social (CLACSO). No cabe por lo tanto considerar este libro como el pro- ducto de un lento proceso de decantaci6n, que hubiera permitido una selecci6n cuida- dosa y un ordenamiento riguroso de los distintos trabajos; antes bien, la obra fun- ciona como un lugar de encuentro y de confrontaci6n de ideas, muchas de estas aun en proceso de elaboraci6n. De este mo- do, la obra viene a llenar el espacio propio de una revista especializada, inexistente en la Argentina en la actualidad, siendo su lectura ineludible para todos aquellos que se ubican dentro del campo de la antropo- logia social.

De los once trabajos que integran este volumen, ocho versan sobre la Argentina, dos sobre Brasil y uno sobre Bolivia. Los compiladores, conscientes de esta limita- cion, aclaran que los trabajos presentados "...no pretenden ser representativos de toda America Latina, ni siquiera de los pai-

ses que son objeto de analisis" (pag. 11). Piensan que "...su valor radica en la des- cripcion de situaciones diagn6sticas y en el hecho de que subrayan las distintas dimen- siones y enfoques posibles dentro de la pro- blemAtica de la articulaci6n social" (pag. 12). En la bisqueda de un principio que permita integrar los aportes individuales de cada autor, se nos invita a remitirnos al concepto de "articulaci6n social", verdade- ro nucleo de la obra, alrededor del cual giran los distintos trabajos.

Tal como se lo define en la Introduc- cion, "articulaci6n social" se refiere a "...aquellos mecanismos conectivos que funcionan entre los distintos componentes de un sistema social y que canalizan la transmisi6n de la acci6n social y la circu- laci6n de bienes y servicios" (pag. 10); la idea era ".. .incluir procesos conectivos que no implicaran necesariamente una perdida de atributos diferenciales entre las unida- des consideradas, es decir, procesos cuya resultante no fuera por fuerza la homoge- neizaci6n" (pag. 10). En otro trabajo, Bar- tolome 1 plantea ". ..reservar para el t&r- mino 'articulaci6n' la categoria epistemolo- gica mas abarcante, a partir de la cual se hace posible discriminar formas y modos articulatorios mas especificos"; asi, este autor distingue tres formas principales de la articulaci6n social: la articulaci6n adap- tativa, la contradiccion dialectica y la inte- gracion. Indudablemente, esta propuesta te6- rica no carece de interes; pero su desarrollo exige una elaboracion posterior del concep- to; si no se lo especifica mayormente, puede suceder que la utilizaci6n del t6rmino sir- va para encubrir las diferencias te6ricas que separan a los distintos autores.

Plantear el problema de la articulaci6n significa inquirir acerca de los vinculos que mantienen unidas a las distintas "partes" que componen la sociedad. Un problema sobre el que se interrogaron los clasicos

1 Leopoldo J. BARTOLOME: Sobre el con- cepto de articulaci,n social (pig. 1.4), Uni- versidad Nacional de Misiones, Posadas, 1975 (mimeo).

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CRITICA DE LIBROS

(por ejemplo, el tema de la "solidaridad" en Durkheim), y cuya resoluci6n se vuelve imperiosamente necesaria al abordar la an- tropologia el estudio de las "sociedades complejas" 2. No es concebible una sociedad carente de los mecanismos y procesos que permitan articular entre si los distintos seg- mentos societales. A esto, parafraseando a Merton, lo podriamos llamar el "postulado de la articulaci6n universal". En otras pa- labras, hablar de "articulaci6n social", a este nivel de generalidad, significa o bien incurrir en una tautologia, o bien instalarse en el terreno de una metasociologia, es de- cir, mas alla del alcance de cualquier teoria cientifica. Si se lo utiliza en este sentido, el tennino "articulaci6n social" no supone ninguna orientaci6n te6rica determinada; cualquier teoria de lo social implica la existencia de este tipo de articulaci6n. Por ende, las diferentes teorias s61o podran di- ferir respecto a las "formas" que adopte la articulaci6n social, lo que significa que el problema de las formas no se reduce a una simple cuesti6n empirica, sino que es precisamente este el problema teorico de la articulaci6n social, que no encuentra solu- ci6n en la obra comentada. Mi impresi6n es, en efecto, que el concepto de "articula- ci6n social" solo podria ser compartido poi todos los autores si se lo considerara en esa acepcion metasociol6gica. Una descripci6n muy somera de los contenidos de los tra- bajos compilados aclarara este punto.

En el articulo de Greenfield el protago- nista es el "cabo eleitoral" (especie de "puntero" de la vida politica brasileina an- terior a 1968) que, a traves del mecanis- mo del patronazgo, articula los votos de la comunidad local con los recursos provenien- tes de los sistemas estadual y nacional.

En Strickon, se trata de un sector de es- tancieros argentinos que funcionaron (y, en cierta medida, siguen funcionando) como articuladores entre el campo y la ciudad, por el hecho de compartir una cultura "criolla" en comun con sus trabajadores. Los "articuladores sociales" son asi aque- llos terratenientes ".. .estrat6gicamente si- tuados, que utilizan los recursos de la cam-

2 Cf., los trabajos de S. N. EISENSTAD: "Anthropological Studies of Complex Socie- ties", Current Anthropology, vol. 12, NQ 3 (june 1'96l) p&ginas 2101-222: Robert REDFIELD: The Little Community / Peasant Society and Culture, The University of Chicago Press, Chicago, 191631; Richard N. ADAMS: Crucifixion by Power, University of Texas Press, Austin, 19'70.

pana para desempeniar un papel significa- tivo en los centros de poder urbanos, y que utilizan los centros de poder urbanos con el fin de desempeiiar un papel estrategico en la campaiia" (pag. 57).

En el trabajo de Whiteford, los sujetos son zafreros bolivianos en las plantaciones azucareras de Salta, cuyas necesidades co- lectivas no pueden ser articuladas eficiente- mente ni por el contratista ni por el sin- dicato.

Muratorio describe c6mo los "tinterillos" (abogados callejeros) de una poblaci6n bo- liviana actuan como articuladores entre el campesinado y las instituciones de la socie- dad nacional, perpetuando la explotacion y el aislamiento de los campesinos.

Por su parte, Ackerman analima el pro- ceso de aculturaci6n reciproca entre "crio- llos" y "extranjeros" que tiene lugar en una ciudad de Misiones, y muestra c6mo ese proceso articulatorio se ve facilitado por la incapacidad de ambos grupos de concen- trar el poder de manera de lograr ascen- diente.

Al analizar los mecanismos de herencia entre colonos algodoneros del norte de San- ta Fe, Archetti y Stolen revelan la existen- cia de discontinuidades entre la ideologia de los colonos y el orden normativo nacio- nal. Las estrategias de herencia aparecen articulando los distintos niveles implicados sin que se produzca necesariamente la asi- milaci6n de los colonos al orden normativo de la sociedad nacional.

Vessuri compara dos comunidades de obreros caiieros tucumanos que evoluciona- ron diferentemente al transformarse una de ellas en una cooperativa, lo que supuso el cambio de las relaciones de producci6n. En este caso el desarrollo de la participaci6n social y de la conciencia de clase impli- can una mejor articulaci6n interna y exter- na de la comunidad.

Hermitte y Herran analizan la articula- ci6n de una comunidad agricola-artesanal de la provincia de Catamarca a la sociedad nacional, bajo la forma de captaci6n del flujo de recursos provenientes de esta. En este proceso, destacan el rol jugado por el grupo domestico, las alianzas asim6tricas (bloques de patrono-cliente) y las alianzas simetricas, entre actores de status y poder similares.

Bartolome trata de los sistemas de acti- vidad y las estrategias adaptativas de co- lonos de origen polaco-ucraniano afincados en Misiones, demostrando c6mo la adopci6n del cultivo de la yerba mate funcion6 co-

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CRMTICA DE LBROS CRMTICA DE LBROS

mo un mecanismo de articulaci6n a la so- ciedad nacional; ello evit6 que la colonia se constituyera en un enclave 6tnico, aun- que sin implicar la perdida de ciertos atri- butos diferenciales.

Cardoso de Oliveira, al considerar las re- laciones inter6tnicas en Brasil, postula su condicionamiento por el sistema social in- ter6tnico en el que se encuentran insertas. En este sentido, presenta una tipologia de sistemas interetnicos que suponen distintas formas de articulaci6n 6tnica, para centrar- se luego en la articulaci6n entre indios y blancos, que se entrelaza con procesos de articulaci6n interclase y rural-urbanos.

Finalmente, el trabajo de Miller se dife- rencia del resto al tomar como objeto la articulaci6n entre dos sistemas simb6licos: el correspondiente a la cosmologia tradicio- nal de los tobas y el del cristianismo pen- tecostalista. Sostiene que la articulaci6n no se da por medio de la transmisi6n de sim- bolos bien definidos de un sistema social a otro, sino a traves de los simbolos que

mo un mecanismo de articulaci6n a la so- ciedad nacional; ello evit6 que la colonia se constituyera en un enclave 6tnico, aun- que sin implicar la perdida de ciertos atri- butos diferenciales.

Cardoso de Oliveira, al considerar las re- laciones inter6tnicas en Brasil, postula su condicionamiento por el sistema social in- ter6tnico en el que se encuentran insertas. En este sentido, presenta una tipologia de sistemas interetnicos que suponen distintas formas de articulaci6n 6tnica, para centrar- se luego en la articulaci6n entre indios y blancos, que se entrelaza con procesos de articulaci6n interclase y rural-urbanos.

Finalmente, el trabajo de Miller se dife- rencia del resto al tomar como objeto la articulaci6n entre dos sistemas simb6licos: el correspondiente a la cosmologia tradicio- nal de los tobas y el del cristianismo pen- tecostalista. Sostiene que la articulaci6n no se da por medio de la transmisi6n de sim- bolos bien definidos de un sistema social a otro, sino a traves de los simbolos que

contienen las mayores zonas de ambigiiedad. Esta breve resenfa de los articulos com-

pilados permite hacerse una idea de la va- riedad de temas y enfoques que los carac- terizan. El termino "articulaci6n" no es uti- lizado univocamente en los distintos traba- jos, y su ambigiiedad permite encubrir las diferencias que se producen entre teorias muchas veces antit6ticas. Si el objetivo es el desarrollo de una teoria unificada de la articulaci6n social, el camino que resta por recorrer es aun largo. Si consideramos la obra como el resultado de un "primer son- deo exploratorio" (pag. 20), entonces la disparidad de enfoques no es necesariamen- te negativa sino que puede convertirse en una cualidad positiva. De ser 6ste el caso, la tarea que se impone ahora es la expli- citacion de los distintos conceptos de "ar- ticulaci6n social", manejados por los autores.

Denis Baranger Universidad Nacional de Misiones

contienen las mayores zonas de ambigiiedad. Esta breve resenfa de los articulos com-

pilados permite hacerse una idea de la va- riedad de temas y enfoques que los carac- terizan. El termino "articulaci6n" no es uti- lizado univocamente en los distintos traba- jos, y su ambigiiedad permite encubrir las diferencias que se producen entre teorias muchas veces antit6ticas. Si el objetivo es el desarrollo de una teoria unificada de la articulaci6n social, el camino que resta por recorrer es aun largo. Si consideramos la obra como el resultado de un "primer son- deo exploratorio" (pag. 20), entonces la disparidad de enfoques no es necesariamen- te negativa sino que puede convertirse en una cualidad positiva. De ser 6ste el caso, la tarea que se impone ahora es la expli- citacion de los distintos conceptos de "ar- ticulaci6n social", manejados por los autores.

Denis Baranger Universidad Nacional de Misiones

CIENCIAS SOCIALES. PALABRAS Y CONJeI'URAS. FRANlCS KORN (compiladora). Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1977 (216 p4ginas).

CIENCIAS SOCIALES. PALABRAS Y CONJeI'URAS. FRANlCS KORN (compiladora). Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1977 (216 p4ginas).

En el fragmento nQ 4 de la edici6n Brunschvicg, Pascal dice que la verdadera filosofia se burla de la filosofia, poco des- pues de haber afirmado lo mismo sobre la verdadera elocuencia y la verdadera moral. En esta perspectiva, el mejor servicio que se puede prestar a las ciencias sociales es ponerlas en tela de juicio y depurarlas de todos los mitos y adherencias incorporados en una etapa inflatoria y engaiosamente triunfal.

Bajo la direccion de Francis Korn, un gru- po compuesto por una antrop6loga, tres his- toriadores, un especialista en ciencia poli- tica, dos sociologos y un urbanista empren- dieron esa tarea valerosa e higi6nica, cuya meta fija claramente la compiladora en la Introducci6n: por un lado, superar el "fa- rrago de confusiones" y lograr un real com- portamiento cientifico; pero tambien des- cartar un lenguaje "pretencioso y dificil de seguir", que suele "esconder una proposi- ci6n banal tras un parrafo lleno de neolo- gismos".

1. La obra se divide en dos partes, "Pa- labras" y "Conjeturas". Abre la primera un trabajo de Francis Korn que, desde su ti- tulo, plantea un interrogante: "iClases so-

En el fragmento nQ 4 de la edici6n Brunschvicg, Pascal dice que la verdadera filosofia se burla de la filosofia, poco des- pues de haber afirmado lo mismo sobre la verdadera elocuencia y la verdadera moral. En esta perspectiva, el mejor servicio que se puede prestar a las ciencias sociales es ponerlas en tela de juicio y depurarlas de todos los mitos y adherencias incorporados en una etapa inflatoria y engaiosamente triunfal.

Bajo la direccion de Francis Korn, un gru- po compuesto por una antrop6loga, tres his- toriadores, un especialista en ciencia poli- tica, dos sociologos y un urbanista empren- dieron esa tarea valerosa e higi6nica, cuya meta fija claramente la compiladora en la Introducci6n: por un lado, superar el "fa- rrago de confusiones" y lograr un real com- portamiento cientifico; pero tambien des- cartar un lenguaje "pretencioso y dificil de seguir", que suele "esconder una proposi- ci6n banal tras un parrafo lleno de neolo- gismos".

1. La obra se divide en dos partes, "Pa- labras" y "Conjeturas". Abre la primera un trabajo de Francis Korn que, desde su ti- tulo, plantea un interrogante: "iClases so-

ciales?". Porque, si esa expresi6n no parece, en principio, ajena al imbito conceptual de la gente comun, no siempre ocurre lo mis- mo cuando un profesional de las ciencias sociales la utiliza en un trabajo academico. La autora parte de un ensayo de Juan F. Marsal y, luego de comentarlo, deduce dos problemas: uno vinculado con la necesidad de incluir en casi todos los estudios de naturaleza social a entidades cuya defini- ci6n queda supuestamente sobreentendida y a las que se denomina generalmente "clases sociales"; el otro se relaciona con el hecho de que cuando a estas entidades se las in- cluye en la demostraci6n hipot6tica de algo, se las mide de manera ritual y harto arbi- traria. Un corolario de la relativizaci6n del concepto de clases sociales seria el derrum- be del mito de la lucha de clases, sobre el cual se ha estructurado un cuadro de guerra civil permanente, si no fuera que, como advirti6 Sorel, el mito es invulnerable a la raz6n 1.

1 Carta a Daniel Halevy que sirve de pro- logo a Reflexiofis sur la violence, Paris, 1912, pags. 33 y 49: el mito es totalmente refrac- tario al analisis y a la refutaci6n.

ciales?". Porque, si esa expresi6n no parece, en principio, ajena al imbito conceptual de la gente comun, no siempre ocurre lo mis- mo cuando un profesional de las ciencias sociales la utiliza en un trabajo academico. La autora parte de un ensayo de Juan F. Marsal y, luego de comentarlo, deduce dos problemas: uno vinculado con la necesidad de incluir en casi todos los estudios de naturaleza social a entidades cuya defini- ci6n queda supuestamente sobreentendida y a las que se denomina generalmente "clases sociales"; el otro se relaciona con el hecho de que cuando a estas entidades se las in- cluye en la demostraci6n hipot6tica de algo, se las mide de manera ritual y harto arbi- traria. Un corolario de la relativizaci6n del concepto de clases sociales seria el derrum- be del mito de la lucha de clases, sobre el cual se ha estructurado un cuadro de guerra civil permanente, si no fuera que, como advirti6 Sorel, el mito es invulnerable a la raz6n 1.

1 Carta a Daniel Halevy que sirve de pro- logo a Reflexiofis sur la violence, Paris, 1912, pags. 33 y 49: el mito es totalmente refrac- tario al analisis y a la refutaci6n.

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