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Prisma Circular informativa del Colectivo editorial Amor y Rabia Suscripción gratuita · Número 1/2015 [16.04.2015] La conexión islamista de Amnistía Internacional La caridad como trampa y callejón sin salida La intervención suicida de Arabia Saudí en Yemen Justicia UE: Cárcel para insumisos, libertad para criminales de guerra ¡YA VALE! La vuelta del imperialismo alemán KONKRET

Prisma Nr. 1 / 01.04.2015

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Circular Interna del Colectivo Editorial Amor y Rabia. Suscripción gratuita, basta con mandar un email a: [email protected]

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  • PrismaCircular informativa del Colectivo editorial Amor y Rabia Suscripcin gratuita Nmero 1/2015 [16.04.2015]

    La conexin islamistade Amnista Internacional

    La caridad como trampa ycallejn sin salida

    La intervencin suicida deArabia Saud en Yemen

    Justicia UE: Crcel para insumisos,libertad para criminales de guerra

    YA VALE!La vuelta delimperialismoalemn

    KONKRET

  • Merkel es la diana de las crticas de los pases del sur por so-meterlos a la austeridad, pero usted sostiene que las primeras vctimas han sido los propios ciudadanos alemanes. Ha sido un movimiento en tres tiempos, que parte de la re-unificacin. En primer lugar, Alemania lleg tarde al proceso que se conoce como Gran Divergencia o Gran Desigualdad. Es decir, a lo que en el mundo anglosajn comenz a finales de los setenta, con Carter y Reagan en Estados Unidos y con Thatcher en Reino Unido, y que ms tarde se export de una u otra forma al resto de Europa. En esa operacin, Alemania se retras porque estaba en primera lnea de la Guerra Fra y tena enfrente una Alemania alternativa, la RDA, con la que man-tena una competicin en lo social. La RFA deba serlo tanto como su enemigo histrico, lo que condicion al establishment y determin la economa social de mercado. En 1990, eso se disuelve, por lo que el poder se siente con las manos libres y decide ponerse a tono rpidamente con el resto del mundo. El problema es que esto lo empieza a aplicar en el Este, donde se produce un desmonte industrial sin precedentes y se aplican nuevas relaciones laborales. Y, al mismo tiempo, se gasta una ingente cantidad de dinero, unos dos billones de euros, en la absorcin de la RDA. Un fardo que lastra la economa y la poltica alemana. Diez aos despus, en 2000, entramos en el segundo momento de esta operacin. Por un lado, la Estrategia de Lisboa de la UE, que es una agenda neoliberal para Euro-pa. Por otro, tres aos despus, la Agenda 2010 del canciller socialdemcrata Schrder, que extiende al conjunto de Alema-nia las relaciones laborales que se haban introducido ya en el Este, basadas en la precariedad. Esto nos lleva a la eurocrisis actual y, con Merkel, llegamos al tercer episodio, cuando Ale-mania exporta al resto de Europa esa agenda como modelo, en el contexto de la crisis.

    Y, en el camino, los alemanes tambin han salido perdiendo.

    Los asalariados sufren mucho en este proceso y salen ganando los ricos y las grandes empresas. Al mismo tiempo, con esta agenda se consigue una competitividad (que no ha sido logra-da a base de productividad e innovacin sino de recortar costes salariales, lo que se llama un dumping salarial) que deja fuera de juego al resto de las economas de Europa. Despus de Ma-astricht, ya no estamos en un marco de economas nacionales sino en un mercado comn con una moneda nica. Por tanto, t ya no puedes practicar una poltica econmica nacional (por ejemplo, el citado dumping salarial) sin perjudicar a tus socios.

    Han terminado pagando Espaa, Grecia y Portugal el alto coste de la unificacin alemana?

    Indirectamente, s. El enorme gasto de la unificacin fue uno de los grandes elementos que determinaron que Alemania practicara una poltica econmica y monetaria muy agresiva.

    EDITORIAL

    NI DIOS, NI AMO,

    NI NACINCuando naci hace dos dcadas Amor y Rabia, el objetivo era difundir informaciones y provo-car debates; hacer pensar, en definitiva. Por desgracia, el fn del monopolio de los medios de comunicacin burgueses ha pasado a ser sustituido por el uso de la internet como canal de propaganda nacionalista, imperialista y reaccionaria, y las consecuencias estn a la vista; paradjicamente, en el momento en que se dispone de la mayor cantidad de infor-macin de la historia, el triunfo de la propaganda del poder es absoluto.

    El silencio cmplice de la iz-quierda ante las salvajes agre-siones contra Libia o Siria, el triunfo de la burguesa catalana en usar el nacionalismo como arma ideolgica para someter a la izquierda y poder seguir su tarea de derribo neoliberal, o el xito de Rusia en reunir en torno suyo a la extrema dere-cha y la extrema izquierda en el Donbs son ejemplos del ac-tual triunfo de las lites sobre el pueblo gracias al control de la informacin.

    Prisma nace con la intencin de combatir la propaganda del poder y ayudar as a cuestionar lo que desde arriba nos pre-tenden hacer creer, mediante una seleccin y resumen de las informaciones ms interesan-tes aparecidas en la red o en la prensa internacional. No es un sustituto de la revista Amor y Rabia, sino un complemento cuya periodicidad regular per-mita mostrar una actualidad diferente a la de los medios de comunicacin burgueses.

    Prisma es la circular del Grupo Editorial Amor y Rabia, de pe-riodicidad irregular, y para ob-tenerla (en formato PDF) basta con suscribirse escribiendo a: [email protected]. Con Prisma queremos complementar nuestra cuenta en twitter, abriendo una va de comunicacin con quienes nos leeis: para redactar un nmero de Prisma nos orientaremos con los tweets que hayan ge-nerado mayor inters (RTs o FAVs).

    Entrevista con Rafael Poch

    Es tal el milagro del empleo alemn o responde a la pro-liferacin de trabajos precarios, mal pagados y a tiempo par-cial? Cuajar la frmula en Espaa?

    En Alemania no ha habido ningn milagro del empleo, aunque el Gobierno lo airea as. Medido en horas, se trabaja lo mismo que en 1990. No hay ms trabajo sino que se ha repartido entre ms gente. Al precarizarse, con esos sueldos tan exiguos esos ciudadanos no llegan a fin de mes y viven en parte de los sala-rios y, muchos de ellos, de las ayudas sociales. Es un estadio posiblemente mejor que el paro, pero no es un modelo. Se puede trasladar ste a Espaa? Bueno, es como comparar peras con manzanas. Alemania es una economa industrial y expor-tadora muy potente que ha podido plantear una estrategia de este tipo, errnea o no. En Espaa se est recortando en nom-bre de pagar las deudas de los bancos, no hay ninguna estrate-gia detrs de eso. Respecto al futuro de los minijobs en Espaa (entendidos como explotacin, bajo salario y feudalismo la-boral), ya los tenamos antes de todo esto. Le estn poniendo nombre a una relacin laboral que en Espaa es tradicional.

    Si Alemania aprieta, las exportaciones al resto de pases de la UE se ahogan. Cmo ha previsto su Gobierno vadear este problema?

    Lo que ha dejado de vender en el sur de Europa lo ha compen-sado con creces en los BRICS, en Estados Unidos y en Europa del Este. Si la coyuntura global no se enfra, puede funcionar, pero como ocurra las exportaciones pueden hundirse con fa-cilidad. En China ya hay sntomas de ello y en el resto del mundo la situacin es incierta.

    Paralelamente, la prdida del poder adquisitivo en la propia Alemania frena las importaciones desde los pases del sur.

    No todo el trabajo est precarizado. El sector exportador ale-mn, las joyas de la corona, siguen teniendo unas relaciones laborales decentes. Lo que pasa es que se ha creado un segun-do mercado laboral enorme, sobre todo en el sector servicios. Ah es donde realmente la gente est muy mal pagada y, por lo tanto, son malos consumidores. Por eso el consumo interno alemn es raqutico y no tiene ningn efecto de arrastre sobre el resto de Europa, siendo el pas ms poblado de la zona euro. La precarizacin laboral tiene consecuencias en la configura-cin general de la economa: bajo consumo, compra de pro-ductos baratos y, por extensin, fabricacin de artculos con poco valor aadido. Esto est empezando, pero tiene un gran futuro a medio y largo plazo.

    Cree que los mensajes apocalpticos de los gobernantes ale-manes o espaoles respecto a la insostenibilidad de los ser-vicios sociales responden a una campaa propagandstica?

    Totalmente. La financiacin de los servicios sociales bebe de diversas fuentes: la situacin demogrfica, la productividad, el sistema fiscal... La ideologa neoliberal pretende anularlos, slo se fija en la demografa menguante y, a partir de ah, saca conclusiones definitivas. En este contexto, hay que recordar que el estado social europeo naci y se desarroll en una poca histrica en la que la pirmide social europea conoci el mayor envejecimiento de la historia.

  • Podra la canciller llevar a cabo lo que ha venido a llamarse como "austericidio" sin el shock de la crisis?

    Las situaciones de gran desconcierto social son id-neas para imponer agendas impopulares. A una so-ciedad paralizada, que no sabe y asustada es muy fcil venderle ese discurso: "Recortamos porque hay consideraciones de fuerza mayor y no queda otra al-ternativa".

    El crdito alemn aliment la burbuja del ladrillo. En qu medida es Berln responsable, dado que co-noca en qu se iba a invertir el dinero que prestaba, de la crisis econmica en Espaa?

    El problema es convertir una situacin sistmica (o sea, un sistema ladrn y totalmente pasado de rosca como era y sigue siendo el sistema financiero interna-cional) en una cuestin de peleas entre naciones: las que hacen bien las cosas y las que las hacen mal. Este discurso nacionalista o nacionalpopulista es la alter-nativa a reconocer la realidad. Hay que afrontar que tenemos un sistema financiero internacional absoluta-mente insostenible e injusto. Los espaoles creamos la burbuja, que era lo que Franco nos ense a hacer y hemos seguido haciendo desde el posfranquismo has-ta hoy, y los alemanes financiaron eso, sin preguntar para qu era el dinero. Simplemente pensaban dn-de colocar sus enormes excedentes comerciales all donde les daban un punto porcentual de inters ms. As, entre 2005 y 2008, bancos alemanes y franceses colocaron en Espaa 320.000 millones de euros, gran parte de ellos en el sector inmobiliario. Por eso, la responsabilidad, no ya del inmobiliario sino de esta crisis sistmica, es general. Dira incluso que han te-nido ms culpa los sectores financieros situados en el centro que los de la periferia. Desde ese punto de vis-ta, Estados Unidos, Alemania y Reino Unido son ms responsables que Grecia, Italia o Espaa, por ms que no haya palabras para describir nuestra economa po-ltica, el ladrillo.

    Alemania primero presta dinero para comenzar la casa por el tejado, sin bases, lo que conduce a un estadio de euforia y falsa riqueza en Espaa. Luego, cuando se derrumba el castillo, compra deuda. A los intereses iniciales (superiores a los que obtendra en su propio pas) se suman ahora los que le reportan los bonos. Ha sido as de maquiavlico?

    Ante la situacin de penuria que haba en Espaa, los bancos han preferido retirar a puertos seguros el poco capital espaol que haba, en lugar de destinarlo a dar crditos. Y el puerto ms seguro es el del bono ale-mn, con lo cual hemos tenido no slo una ruina por la situacin que se cre en Espaa sino tambin una ruina agravada por la emigracin hacia el norte del capital que tenamos.

    Le deca que hace aos se embolsaron los intereses del crdito que aliment la burbuja y luego, cuando se fastidi todo, han comprado deuda espaola por los altos porcentuales que le reportaba.

    No podemos hablar en pasado, porque esto es un presente. Los bancos alemanes y franceses siguen empantanados en el sur de Europa. Siguen teniendo mucho dinero en riesgo aqu y por eso insisten en que todo se focalice al pago de esta deuda bancaria a costa del sacrificio de las clases medias y bajas de los pa-ses concernidos.

    Ms all de la deuda, tiene Berln la suficiente envergadura poltica y econmica para imponer su hegemona en la Unin?

    No. Es la gran conclusin: Alemania, siendo ms po-derosa que sus vecinos, no lo es tanto como para ser el nuevo hegemn de Europa, porque le falta potencia para eso. Si no hay una correccin significativa, todo se derrumbar encima de Alemania en forma de una disolucin de la Unin Europea. Es una perspectiva desintegradora.

    A la chita callando y pese al antimilitarismo de la sociedad, los gobernantes alemanes han devuelto a su pas a la senda del imperialismo, que en ltima instancia busca el control de los recursos energti-cos y las materias primas de otras naciones.

    Alemania era una sociedad alrgica al imperialismo, tras haber sido protagonista de la ola imperialista ms criminal de la historia, pero a partir de los noventa eso ha cambiado, lo cual es una psima noticia. Sigue por detrs de Francia y Reino Unido, pero progresi-vamente se est implicando ms: mantiene tropas en diversos lugares, es el tercer contingente en Afganis-tn y cada vez habla con ms desparpajo y menos vergenza de la necesidad de controlar los recursos globales... Es decir, est aceptando el discurso estn-dar noratlntico en la materia.

    Primero se conceden crditos que inflan burbujas (verde), despusel capital huye a Alemania tras explotar esas burbujas (rojo)

    El ataque alemn deshaucia a Espaa

    Los economistas reiteran hasta la saciedad que la imposicin merkeliana de austeridad es un error, pero siguen sin entender que se trata de una tru-culenta estrategia del Gobierno y la banca alema-na para desvalijar al sur de Europa con el fin de tapar el enorme agujero financiero alemn. Este expolio es posible debido a una desregulacin jurdica que desde 2000 ha desplazado el capi-talismo productivo por un mercado casino sin supervisin administrativa, en el que ha quedado suprimido el delito de informacin privilegiada y que funciona mediante apuestas en las que no hay que identificarse. Esta bolsa privada y sin transparencia, localizada en Nueva York y Lon-dres, est en manos de un cartel compuesto por seis megabancos norteamericanos y seis euro-peos, todos quebrados y rescatados por sus Go-biernos, es decir, por los contribuyentes.

    Este es el verdadero origen de la crisis: un nuevo capitalismo de casino y de apuestas en productos financieros txicos como las hipotecas subpri-me, que ahora especula con la deuda soberanade los pases del sur. El Deutsche Bank fue uno de los mayores implicados, segn el Senado ame-ricano. Este banco ha colocado productos a sus clientes a sabiendas de que perderan dinero. Ale-mania, adems, es quien promovi las apuestas contra la deuda del sur. Goldman Sachs asesor a Grecia para ocultar su deuda y as logr entrar en el euro, despus, con esta informacin privilegia-da, apost junto con Deutsche Bank que Grecia se hundira. Atacar a pases del sur fue la frmula del Gobierno y bancos alemanes para recuperar las prdidas de sus bancos ludpatas.

    Semejante giro depredador contra la propia zona euro lo motiv la filtracin del informe confiden-cial del supervisor financiero alemn, el BaFIN (confirmado por otro de Merrill Lynch), que va-loraba en 800.000 millones los activos txicos del pas en 2009. Dichos datos delataran que una Alemania especulativa haba reemplaza-do a su reputado capitalismo industrial. Las Bankias alemanas han sido muchas; el caso del Commerzbank es ilustrativo, pues el ao pasado devolvi parte del rescate al Gobierno, 14.000 millones de euros. De dnde sac tan cuantio-sos beneficios, si no es apostando en el casino con informacin privilegiada proporcionada por el propio Gobierno?

    Este es el cambio clave del nuevo capitalismo de casino: los rescates y nacionalizaciones han transformado a los Gobiernos alemn, britni-co, suizo y norteamericano en cobanqueros que ahora disculpan la prolongacin de ataques es-peculativos porque necesitan que estos bancos

    tengan beneficios rpidos y puedan devolver el dinero inyectado. Adems de estos rescates, Ale-mania oculta que el Deutsche Bank recibi, solo en 2008, 20.000 millones de la Reserva Federal norteamericana junto con 60.000 millones para Credit Suisse y UBS (Unin de Bancos Suizos) a un tipo de inters regalado del 0,01%.

    Se entiende cmo funciona un ataque especula-tivo tomando el paradigmtico caso del imperio meditico alemn, Kirch. En 2001 los directivos de Deutsche Bank (Ackermann y Baumann) difundieron rumores falsos de que el grupo no podra pagar su deuda y que no conseguira fi-nanciacin. (Les suena de algo?) Provocaron la mayor quiebra contempornea para apoderarse de l. Como se ve, antes de Grecia, ya estaban curtidos en especulacin contra empresas ale-manas. Idntico sistema se est utilizando para desacreditar al sur. Cmo se beneficia Alemania de este ataque a Espaa?

    1. Genera rumores para disparar el inters que pagar Espaa cuando pida prestado dinero. 2. Impone privatizaciones de empresas rentables (aeropuertos, AVE, lotera) que, de no resistir el Gobierno, pasarn a manos del norte a precio de ganga. 3. Provoca asfixia crediticia para de-valuar las acciones de las multinacionales (Te-lefnica, Iberdrola, Repsol, Gas Natural), con lo cual pueden apoderrselas grupos alemanes. 4. Pero lo ms rentable al propagar pnico finan-ciero que es delito es la huida de dinero por miedo a un corralito. De Espaa en ocho meses de 2012 han salido 330.000 millones de euros (a los que hay que sumar su equivalente en Gre-cia e Italia), que van a parar a bancos de Suiza, Luxemburgo, Holanda y Alemania, cifras sin precedentes, segn Bloomberg. El austericidio reporta grandes beneficios

    Bajo el disfraz de la (in)dependencia, Jens Weidmann, presidente del Banco Central alemn, ha contribuido a este pnico cuestionando cada test favorable a Espaa. La Comisin Europea no ha detectado el cartel del lbor, ni el entrama-do especulativo sobre la deuda griega oculta, ni destapa el club bancario que controla el mercado casino de Londres (denunciado todo por la pren-sa norteamericana). Tampoco indaga quines son los beneficiarios del ataque especulativo que est desahuciando a los Estados del sur.

    Thomas Mann ya nos alert: en vez de una euro-peizacin de Alemania, se est implantando una alemanizacin econmica de Europa.

    MANUEL BALLB / YAIZA CABEDO (extractos)

    La QuintaAlemaniaRafael Poch vivi dos dcadas en Mosc y Pekn, donde fue cor-responsal de La Vanguardia, antes de irse a Berln. All ha sido testigo de cmo la canciller, Angela Merkel, est exportan-do a la Europa mediterrnea el "experimento alemn", inici-ado por Helmut Kohl en la RDA y luego proba-do por Gerhard Schrder tras la reunificacin.Bsicamente, ha consistido en di-namitar el siste-ma socio-laboral, aprovechando el shock que ha supuesto la crisis para la ciudadana, y en imponer el pacto fiscal y el tope de deuda. Rafael Poch (1956) ha plasmado cmo se fragu este modelo en su ltimo libro, La quinta Alemania (Icaria), escrito a seis manos junto a ngel Ferrero y Car-mela Negrete.

    EL pnico finAnciEro y LA AustEridAd QuE imponE ALEmAniA LE rEportAn grAndEs bEnEfi-cios y fAvorEcEn LA ApuEstA dE Los grAndEs EspEcuLAdorEs contrA LAs dEudAs sobErAnAs dE Los pAsEs dEL sur dE EuropA

  • El Euro y la expansin del capitalismo alemn Ricardo Vergs, economista que trabaj en el departamento de estadstica del Ministerio de la Vivienda, fu uno de los primeros en denunciar que la zona Euro ha sido fundamen-tal para que el resto de la UE se haga cargo de os costes de la reunificacin ale-mana a travs de una gigantesca transferencia de capitales al sur de Europa, dando lugar a burbujas especulativas de todo tipo. Sus teoras sobre la responsabi-lidad alemana de la crisis que azota Espaa se exponen en el documental "Euroestafa", que puede verse en la red.

    El catedrtico de economa de la Universidad de Colonia, Juergen Donges, reuni en un libro varias contribuciones de antes de la crisis sobre el ambiente sociopoltico de algunos pases de la Unin Europea. Sobre Alemania, el autor sugie-re (cap. 9, escrito en 2004), que la economa alemana tiene dos caras. Por un lado la de dis-poner de una industria y sectores de servicios modernos, con niveles de tecnologa avanzada elevados y un grado de competitividad interna-cional envidiable; por otro lado, la de encon-trarse inmersa desde hace tiempo en una crisis de crecimiento y de empleo profunda. El pobre comportamiento de una economa tan grande como la alemana (1/3 de la UE-15), no pue-de ms que lastrar la economa europea. Las cifras hablan por s solas: durante el perodo 1991-2003 tras la reunificacin, el incremento de PIB apenas lleg al 1% anual, mientras que la Eurozona sin Alemania, registr una tasa de 1,7% y EE.UU un 2,4%. En cuanto al merca-do de trabajo, Alemania es el nico pas de la zona donde la creacin neta de empleo ha sido casi nula durante todo ese perodo y que el paro laboral ha subido, de ciclo coyuntural a ciclo coyuntural, produciendo un efecto de histresis generador de desempleo de larga duracin.

    Tales datos no permiten detectar milagro al-guno, ni tampoco recesin; en cuanto a la in-flacin, Alemania permanece en el ecuador de la gama reducida -y poco creble- de tasas del IPC de Eurostat (excluida Grecia). Donges ob-serva tambin que durante el perodo 1991-2003, el sector ms dinmico es el de la economa sumergida. Se estima su tamao a un 16% del PIB; hace diez aos era el 10%...). El fraude del IVA asciende en 2004 a casi 18.000 millones de euros (un 12% de la recaudacin debida y casi

    el doble de hace cinco aos). Es un dato ms que anecdtico, puesto que la sociedad alemana tena por costumbre de respetar las leyes y cum-plir con las obligaciones tributarias.

    Estos planteamientos chocan frontalmente con una hiptesis ampliamente difundida, que no es otra que la del ahorro alemn como fuente de los ingentes prstamos realizados a Espaa y otros pases del Sur, desde finales de 2003. Es cierto que se ahorra algo ms en el Norte, parte de lo cual ha debido revertir en financiacin inmobi-liaria en Espaa. Pero segn Comercio Exterior, el total del ladrillo en la financiacin privada de origen extranjero (y no slo alemn) arroja cifras anuales de 10 dgitos (miles de millones) y no de 12 (cientos de miles de millones) como las que ahora debemos devolver. O sea, que hay que buscar otro origen para aquellos prstamos dine-rarios privados, que no fueron inversiones, pero que bancos alemanes y de pases europeos del Norte colocaron a sus bancos homlogos del Sur, particularmente a Espaa. sta los ha momifica-do a su vez en activos txicos, hoy en manos del sector inmobiliario y afines, por un valor cercano a los 600.000 millones de euros.

    En el captulo 3 del citado libro, Donges reprodu-ce otro artculo suyo de 20044: Para los alema-nes el Deutsche Mark como moneda fuerte era todo un smbolo de la identidad nacional y un emblema del llamado milagro econmico de la posguerra y, por consiguiente, costaba ms desprenderse de l. En cambio, en Espaa, no se haca notar en momento alguno un escepti-cismo sobre la substitucin de la peseta; en la poblacin incluso reinaba la euforia". Dudo que sepamos algn da cmo y a qu nivel se ar-ticul la defensa del poder adquisitivo del futuro ex marco. Lo cierto es que entre 1991 y 1998,

    y probablemente a sabiendas del propio Bundes-bank (el banco central alemn), la relacin entre la masa monetaria M3 segn las EFI del FMI y el producto interior bruto corriente en moneda na-cional segn la OCDE, no ces de crecer.

    En el grfico (abajo a la izquierda), en el que solo figuran los pases de la Eurozona-Norte (exclu-yendo Luxemburgo y Finlandia), debido a que los del Sur presentan datos desagregados errti-cos o de difcil interpretacin situados por debajo de 1,00. Lo novedoso es que en los datos econ-micos de Alemania no se observa repercusin alguna del aumento de liquidez, ni en sentido positivo (produccin, ocupacin), ni en sen-tido negativo (inflacin, paro), con la certeza aadida de que los saldos en supervit o en d-ficit en todos conceptos con el exterior, vienen incluidos tanto en el numerador como en el de-nominador. Ello significa que de alguna manera y por medio del sistema de reserva fraccionada, la liquidez adicional constituida por Alemania no reverti en inversin en su propia economa, sino que pas a formar parte de una reserva que tan solo emergi a la hora del cambio al euro.

    Mientras tanto, y a la diferencia de las estads-ticas conmicas y financieras que ignoraron el hecho, las series del FMI s que han docu-mentado el correspondiente aumento de deuda monetaria con el Bundesbank y algn que otro banco central del Norte. En todo caso, y a falta de otra informacin especfica que se nos pueda proporcionar, insisto en la hiptesis de que ste ha sido el origen ms probable del dinero pres-tado a Espaa desde octubre 2003. La deuda del sector inmobiliario espaol asciende a 490.000 millones, incluida la intermediacin cuyo inflado alivia a los balances bancarios de activos txi-cos (casi todos). Pero se rozaran los 600.000 sin los rescates del gobierno anterior y de la propia Europa. Se aprecia sobre todo que, aparte la intermediacin relativamente reciente, es con dinero extranjero con el que se ha financiado la burbuja, puesto que tal deuda acumulada co-incide en evolucin y en volumen con la deuda dineraria que los bancos espaoles mantienen con los bancos europeos partcipes del mercado interbancario de Frankfurt..

    ste es pues el dinero salido de la reserva acu-mulada sobre todo por Alemania durante los 90, que luego los bancos europeos han cambia-do al euro en 2002 y prestado finalmente a los nuestros y stos a su vez al sector inmobiliario para levantar esas monstruosidades que nadie quiere, ni siquiera como garanta. Hace 6 aos que Donges reconoca en una entrevista sobre Espaa, la existencia de un nubarrn muy se-rio que tiene este pas con el tema del mercado de la vivienda y que crear problemas para el resto de los pases europeos Es un problema de liquidez. Prcticamente toda la que generan los bancos europeos se la queda Espaa para financiar vivienda, y eso es una burrada (sic). Es una lstima que la entrevista no revelara cmo se haba generado esa liquidez, ni aludiera a la fa-cilidad con la que nuestros bancos se hacan con ella, dado que de haber sido ahorro, los europeos se habran preocupado mucho ms de su destino.

    EnTRE 1990 y 2002 EL IncREmEnTO DE LA mAsA mOnETARIA ALEmAnA fuE muy suPERIOR AL DEL PIB. DOnDE fuE EsE DInERO? POR qu nO sE TRADujO En InfLAcIn y DEvALuAcIn?

    LA GRAN ESTAFA

    de dnde sali el dinero que provoc la burbuja finan-ciera que ha hundido la economa espaola? Los datos del fmi permiten saber quienes son los verdaderos acreedores y refutan la hiptesis de que el ahorro ale-mn fue la fuente de los ingentes prstamos realizados a Espaa y otros pases del sur desde finales de 2003Ricardo Vergs (Extractos)

  • Y AlemAniA nos endos su deudA Evolucin del paro en Europa, o como Italia, Espaa, Irlanda y Grecia estn pagando el enorme coste de la unificacin alemana

    - Qu programa de noticias ve usted para saber lo que ocurre?- Ninguno.- Ninguno? Y entonces, cmo se entera de lo que pasa cada da?

    - Para qu voy a ver las noticias hoy si desde hace tiempo s qu pasara maana, el mes que viene y dentro de seis meses?

    En 1995, Robert Rubin era asistente especial para la Poltica Econmica y el hombre ms lis-to del mundo. El presidente Clinton le propuso un reto: Cmo poda EEUU crecer ao tras ao, sin crear inflacin, manteniendo la hegemona del dlar, colocando su deuda en el mercado, au-mentando la riqueza de las familias y evitando que China se convirtiera en la primera potencia mundial, todo ello al mismo tiempo?.

    Rubin encontr la solucin: globalizacin y des-regulacin financiera: importacin de productos baratos y dficit comercial financiado por un su-pervit de capital. La parte financiera la pondra la reserva Federal y la parte comercial la UE y China.

    La tarea no era fcil. La Sra. Born se empeaba en investigar los de-rivados por lo que se decidi "acabar" con ella. Greenspan, Ru-bin y Levitt pidieron al Congreso america-no una moratoria en la introduccin de la regulacin propuesta por Born. En abril de 1999, aburrida, dejo su puesto. En 2000, se firmaba la va libre a la desregulacin.

    El segundo proble-ma era crecer sin la inflacin. Fue fcil convencer a China (Asia) y a Alemania a que se unieran a la globalizacin y a que exportaran sus pro-ductos a precios bajos. Estados Unidos abri su mercado y forz el nuevo GATT. Alema-nia y China pensaron que Clinton se haba vuel-to loco. Exportar todo lo que quisieran a EEUU era una bendicin. Ni Alemania ni China vieron que eran parte del plan de transferencia de rique-za desde Europa y Asia hacia EEUU. A cambio de productos reales, Alemania y China reciban dlares creados a voluntad y sin respaldo. Cuanto ms exportaban, ms dependientes del dlar y de la economa americana se convertan.

    Los dlares que Alemania y China reciban se tenan que reciclar en sus mercados domsticos, dado que ni entidades financieras ni ciudadanos podan usarlos localmente. El BundesBank y el Banco Central Chino impriman marcos y yu-anes a cambio de esos dlares de las empresas exportadoras, aumentando el riesgo de tensiones inflacionistas.

    1. China busc la solucin esterilizando el ex-ceso de dlares, aumentando las reservas de las entidades en el Banco Central (16%), vendiendo ttulos hipotecarios que tenan que ser comprados por las entidades (10% de depsitos) e invirtien-do en materias primas.

    2. Alemania necesitaba otra solucin. Qu hacer con una pila de dlares cuando el 55% de tu co-mercio es con pases que no usan esta moneda? "Pasarle el muerto" a Europa. Crear una burbuja de crdito con la ayuda de unas castas polticas locales corruptas y una parte de su poblacin sin conocimientos econmicos. Se cre la UME y con la ayuda del BCE, las entidades alemanas prestaron los fondos para que los hermanos del Sur crecieran.

    La colaboracin necesaria de Alemania, en la gnesis de la UE

    Para evitar otro 1923 y dar salida al exceso de dlares, el BCE creara la base en euros. Las entidades alemanas daran crdito y las entidades del Sur lo expandiran, pero la oferta monetaria en euros se controlaba. El BCE no creaba la bur-buja con euros de la nada (su obligacin es la inflacin) sino con currency swaps en dlares entre entidades alemanas y del Sur y entre el BCE y la FED. De 1999 a 2006, el crecimiento monetario en euros fue del 6.7% pero el crdito a familias y empresas en Espaa fue del 20%.

    Por eso Alemania necesitaba el euro. Por eso no le import que Grecia falsificara sus cuentas o

    que nadie cumpliera con Maastricht en 2002. Los ciudadanos del Sur se hipotecaban en euros cuando en la realidad lo eran en dlares, dado que las obligaciones de sus entidades con las alemanas y la FED eran en dlares. As, parte de la deuda de los espao-les se financi con dla-res del Plan Rubin.

    Algunas entidades fi-nancieras europeas saban el juego. El Ex-change Stabilization Fund (ESF) utilizaba eu-ros, francos y Derechos Especiales de Giro para intervenir en el cambio euro-dlar. El ESF com-praba deuda soberana, acciones extranjeras e intervena en el mercado

    de futuros, fomentando que las entidades mantu-vieran activos en dlares al garantizarles un ma-yor valor futuro de sus dlares. Pedir dlares al BCE era negocio redondo. El euro era la moneda oficial, las deudas eran contablemente en euros, pero el negocio y las obligaciones de pago es-taban en dlares.

    En 2007, los $24.000 millones del supervit co-mercial alemn se haban convertido en $34 bil-lones de crdito. Tocaba cerrar el grifo. Se deja caer Lehman y los hedge funds deshacen posi-ciones en euros para recuperar dlares. El Banco Central Chino tira de sus lneas de dlares para proteger su sistema y deja a las entidades euro-peas sin dlares. Al desaparecer los dlares, apareci el estrangulamiento del crdito.

    Ha funcionado este Plan? Para los que lo di-searon y los que no necesitan las noticias para saber lo que pasa, s. Han ganado mucho dinero. No han podido evitar el desarrollo de China, pero lo han retrasado. Se ha creado una crisis mundi-al y muchos ciudadanos han perdido su trabajo, pero como dicen, no se puede hacer una tortilla sin romper huevos.

    El hombre ms listo del mundo

    o cmo Robert Rubin embauc al planeta

    J. JACKS (Publicado originalmente en 2010)

  • En febrero de 2010 Gita Sahgal, responsable de la Unidad de Gnero de AI, critic publicamen-te a Amnsita por- su asociacin estrecha con CAGE, que dice dedicarse a "llamar la atencin sobre la dificil situacin de los presos en Guan-tnamo as como otros detenidos durante la lla-mada Guerra contra el Terrorismo", as como contra su portavoz Moazzam Begg. Amnista ha sido ampliamente criticada por negarse a admitir su error y en lugar de ello despedir a quien llam la atencin del pblico hacia esta preocupante asociacin sacndola a la luz.

    Amnista empez a trabajar con CAGE y Begg como parte de su "Campaa para contrarestar el terror con justicia", redactando un informe en 2007 junto con CAGE y otras organizaciones. Esta colaboracin fu un asunto controvertido, ya que algunos de los prisioneros que defenda CAGE eran terroristas encarcelados. Pese a que CAGE afirma que esto no implica apoyar ideas terroristas, y que slo se dedica a asegurarse que los presos tengan un juicio y trato justos, la pre-sunta participacin y apoyo del terrorismo de su portavoz Moazzam Begg pone esto en tela de juicio.

    La relacin de Amnista con Begg empez cuan-do Begg fu capturado en Afganistn por fuerzas de EEUU en 2002 como "enemigo combatiente", y su padre contact con la ONG. Begg fu dete-nido sin cargos en Guantnamo durante tres aos, y dice haber sido torturado. El Departamento de Defensa de EEUU investig sus denuncias en tres ocasiones y no encontr ninguna prueba que las apoyase. Segn la Join Task Force Guanta-namo, Begg era "una gran amenaza para los EEUU, sus intereses y sus aliados". Begg fu "identificado como perteneciente a tres organi-zaciones extremistas, incluyendo al-Qaeda. El detendio ha admitido haber estado en el campo de entrenamiento de Al-Badr, cerca de Khowst, en diciembre de 1993, as como en el campo de entrenamiento para terroristas de Harakat Al-Ansar; el detenido tambin fu instructor en el campo de entrenamiento de Derunta, otro centro de entrenamiento de terroristas de al-Qaeda. El detenido tambin fu asociado con un responsable financiero de alto nivel de al-Qaeda, as como otros sospechosos clave que actualmente estn siendo investigados por las autoridades de EEUU. Se ha confirmado que el detenido es un miembro de Al-Qaeda"

    Segn EE.UU., Begg se involucr en los campos de entrenamiento de al-Qaeda a partir de 1993. Begg y su familia se trasladaron a la zona fronte-riza entre Pakistn y Afganistn en 1995, y des-pus volvieron al Reino Unido en 1998, donde abri una librera islmica que venda literatura yihadista. Begg fue arrestado, pero no acusado, de violar las leyes an-titerroristas inglesas. Ms tarde se traslad con su familia a Afganistn, en julio de 2001. Begg declar que "[los] talibanes eran lo mejor que ha tenido Afganistn en los ltimos 25 aos". Elogi a los talibanes por "algn modestos avances progreso -en la justicia social y en la defen-sa de los viejos y puros valores del Islam, olvidados en muchos pases islmicos". Begg tambin crea que los pases occidentales deberan ne-gociar con los talibanes y Al-Qaida.

    En febrero de 2014, Begg fue arres-tado "bajo sospecha de participar en un campamento de entrenamien-to terrorista y apoyar el terrorismo en el extranjero". En marzo, Begg fue acusado de apoyar financiera y materialmente el entrenamiento de terroristas en Siria. En octubre se retiraron los cargos, y fue liberado. Y, despus de la muerte de Osama Bin Laden, Begg escribi un artcu-lo de opinin en el Washington Post, afirmando que las cualidades "ad-mirables" de Bin Laden haban sido ocultadas intencionalmente por la

    gobierno americano. Despus de su liberacin de Guantnamo, Begg fue orador principal en una conferencia de prensa de Amnista Internacional en 2005, y continu trabajando junto a Amnista durante varios aos. Begg ha sido citado en los Informes de Amnista, fue presentado como caso de estudio, y se ha ocupado diversos foros den-tro de las secciones de Amnista Internacional y Amnista pas.

    Sahgal, contratada en 2002 para dirigir la Uni-dad de Gnero de Amnista Internacional y que dirigi en 2004 la primera campaa de Amnis-ta Internacional centrada en los derechos de las mujeres, expres objeciones a la promocin de Amnista de Begg como un defensor de los de-rechos humanos simplemente porque l haba sido vctima de las polticas antiterroristas. Ella cree que Amnista ocultaba la relacin de Begg como partidario de los talibanes, y seal que en la poca de los Talibanes las mujeres de Afga-nistn y otras zonas controladas por los ellos se enfrentaban a un increble sufrimiento y abuso.

    En enero de 2010, Sahgal escribi un memoran-dum al liderazgo de Amnista, afirmando que "la campaa (con Begg) daa de manera funda-mental la integridad de Amnista Internacional y, ms importante, constituye una amenaza para los derechos humanos". El 7 de febrero de 2010, Sahgal concedi una entrevista al Sunday Times en torno a sus preocupaciones; a las pocas

    horas de la publicacin del artculo, Amnista la despidi. En febrero de 2010, el Secretario Gene-ral Interino de Amnista Claudio Cordone defen-di a Begg, sealando que "la yihad en defensa propia", no es "la anttesis de los derechos hu-manos". Confirm que Amnista "sigue traba-jando con Moazzam Begg y otros ex detenidos". En una respuesta contundente a Cordone, Sahgal reprocha que "desafortunadamente, la postu-ra [de Amnista] ha arrasado todos los logros en materia de igualdad de la mujer llevados a cabo por Amnista Internacional en los ltimos aos y se ha burlado de la universalidad de los derechos humanos". Y aade "la adhesin a la jihad violenta es una parte integral de una filosofa poltica que promueve la destruccin de los derechos humanos en general y est en contradiccin con la poltica al respecto de Am-nista Internacional en relacin a la violencia sistemtica y la discriminacin, en particular contra las mujeres y las minoras".

    La reaccin de Amnista fue ampliamente con-denada. El escritor Salman Rushdie declar que Amnista "ha hecho su dao incalculable a su reputacin" y que "parece como si el liderazgo de Amnista est sufriendo de una especie de bancarrota moral, y ha perdido la capacidad de distinguir el bien del mal". El columnista Christopher Hitchens tambin critic la ONG y calific la "degeneracin y politizacin" de Amnista como "una crisis moral que tiene

    consecuencias a nivel mundia". Inst a los miembros de Amnista de dejar de pagar sus cuotas de socios. Un editorial en el Wall Street Jour-nal seal que "es una lstima que un grupo que naci para dar voz a las vctimas de la opresin ahora se dedique a hacer presentables a los opresores".

    Sahgal ms tarde dijo que "el asun-to es sintomtico de una organiza-cin que ha perdido el rumbo y de los riesgos morales que afectan a amplios grupos de simpatizantes liberales" e hizo hincapi en que la relacin con Begg "socava todos los aspectos del trabajo que hemos realizado sobre la discriminacin contra las minoras". Tambin re-chaz la justificacin de Amnista de trabajar con Begg por razones mora-les: "Cualquier persona que reciba un apoyo tan amplio es legitimado como un defensor de los derechos humanos. Esto es sin duda cierto en el caso de Begg. (...) Tambin ayud a legitimar a Cageprisoners como organizacin". Despus de su despido, los partidarios de Sahgal lanzaron una "Peticin Mundial a

    El escndalo silenciadoMientras en Espaa el escndalo ha pasado desapercibido, en Inglaterra el prestigio de Amnista Internacional ha quedado tocado

    HAN DAADO LA REPUTACIN DE

    AMNISTA SUS LA-ZOS CON CAGE?

    Gita Sahgal dice que trabajar con CAGE ha minado el trabajo de Amnista... Steve Crawshaw, subdirec-tor de Amnista, neg "estar enormemen-te decepcionado" con ellos... y que al haber firmado textos con ellos Amnista les haya ayudado

    AMNISTA IN-TERNACIONAL Y LA JIHAD: UNA

    REPUTACIN EN PELIGRO

    El grupo ms pode-roso de defensa de los derechos huma-nos se ha metido el solo en una pesadilla moral QUAGMIRE Ha estado Amnista Internacional dema-siado prxima a una organizacin que promueve la "Jihad defensiva"?

    AMNISTA INTER-NACIONAL SE

    PLANTEA CORTAR LAZOS CON EL

    GRUPO DE PRE-SIN CAGE

    El grupo de derechos humanos revisa su relacin con CAGE tras las criticas que h dado lugar la afirma-cin por dicho grupo de que el MI5 es par-cialmente responsa-ble de la radicaliza-cin de Mohammed Emwazi.

    cAgE, begg y los medios de comunicacinoccidentalesLa relacin de Begg y CAGE con los medios de comu-nicacin occiden-tales es un detalle interesante del escndalo. Los mis-mos medios que di-famaban al gobier-no sirio y exigan una intervencin publicaban artculos de Begg, que peda un gobierno Tali-ban. Cuando EEUU anunci la muer-te de Osama Bin Laden, Begg public una apologa suya en el Washington Post, y a dicho pe-riodico reconoci el director de inves-tigacin de Cage, Asim Qureshi, que el degollador del ISIS ("Jihadi John") era Mohammed Emwazi, persona estrechamente rela-cionada con CAGE, y al que calific de "bella persona"

    La conexin islmista de Amnista Internacional

    Moazzam Begg, lider de

    CAGE, islamista que luch en Afganistn con los Ta-libanes, siendo capturado por EEUU y encarcelado

    en Guantnamo. Begg est relacionado con los grupos

    islamistas sirios que luchan contra el gobierno de

    Assad, que es atacado por Amnista Internacional.

    Divisin de trabajo?

  • "Ilegal y mortal", el reciente informe de Amnis-ta Internacional sobre "ataques con cohetes y morteros por parte de grupos armados palesti-nos durante el 2014 conflicto de Gaza / Israel", acusa a Hamas y otros de llevar a cabo ataques indiscriminados contra Israel: "Cuando los ataques indiscriminados matan o hieren a civi-les, constituyen crmenes de guerra".

    El informe reitera una simetra formal entre is-raeles y palestinos (los informes anteriores han acusado a Israel de crmenes de guerra durante la Operacin de Protective Edge), pidiendo a ambas partes que tomen todas las precauciones necesarias para respetar la vida de civiles, y re-cordndoles que tienen que "elegir los medios y mtodos de ataque apropiados".

    Se prohbe el uso de armas que son inhe-rentemente indiscriminados, como cohetes no guiados. Y el uso en zonas densamente pobladas de armas imprecisas que no pue-den dirigirse contra un objetivo militar con la suficiente precisin, tales como morteros, es probable que resulte en ataques indiscri-minados y tambin est prohibido.

    Hay un contraste implcito con las capacidades tecnolgicas superiores de Israel, que segn la propaganda del ejrcito israel (FDI) le permi-ten llevar a cabo ataques areos con "precisin quirrgica". Pero las cifras cuentan una historia

    diferente. Al menos 2.100 palestinos murieron durante la campaa militar de Israel en Gaza el pasado verano; alrededor de 1500 se cree que eran civiles (segn Amnista algunos de ellos fueron asesinados por perdida lanzamiento de cohetes palestinos). Del lado israel, 72 personas murieron, 66 combatientes y seis civiles. Estas cifras apuntan a una clara discrepancia.

    No es slo que Israel mat a 300 veces ms civi-les palestinos, sino que, adems, la proporcin de muertes de civiles entre los palestinos fue mucho mayor: 70 por ciento de los asesinados por Israel eran civiles, en comparacin con el 8 por ciento de los asesinados por los palestinos. Estas cifras indican claramente que no existe una relacin entre el bombardeo de precisin y la distincin entre combatientes y poblacin civil al bombar-dear. Los sistemas de armas de alta tecnologa tambin pueden matar indiscriminadamente.

    El informe de Amnista muestra no slo lo escur-ridizo que puede ser el derecho humanitario in-ternacional, sino tambin que las organizaciones de derechos humanos tienden a ignorar las asi-metras de poder, reproducindolas. El informe dice esencialmente que el uso de misiles caseros -no hay mucho ms disponible para las personas que viven en estado de sitio permanente- es un crimen de guerra. En otras palabras, los grupos armados palestinos son criminalizados por su in-ferioridad tecnolgica.

    Amnista internacional criminaliza a los palestinos por su inferioridad armamentstica frente a israel

    siria: islamistas y ongs unidos apoyando el imperialismo occidentalUn estudio do-cumentado del papel de Amnista Internacional y otras ONGs junto con los medios de comunicacin apo-yando la agresin occidental contra el estado sirio puede leerse en el nmero 66 de la revista Amor y Rabia, que puede descargarse gratuitamente en la internet

    Amnista Internacional: La restauracin de la integridad de los Derechos Humanos", que obtuvo ms de 750.000 firmas. Amnista anunci la marcha de Sahgal de la organizacin en abril de 2010.

    A raz del escndalo, Amnista encarg una re-visin de lo ocurrido de la relacin de Amnista con Begg. Los evaluadores emiti un informe en julio de 2010: "Amnista Internacional, Traba-jar con otros: una revisin independiente, con-clusiones y recomendaciones". Los auditores detectaron que las ideas imperantes en Amnista dieron lugar a "la ausencia de un dilogo so-bre las 'gafas' a travs de las cuales [Amnista] imagina problemas y evala los xitos" y que "las opciones pueden ser conformadas a partir de suposiciones y principios no examinados". Cordone reaccion a la auditora diciendo que "no encontramos razones por las que no debe-ramos haber trabajado con Moazzam Begg o Cageprisoners" . Su respuesta plantea preguntas sobre si Amnista estaba capacitada para llevar a cabo una auditora de manera seria y hacer los cambios institucionales sugeridas por los audito-res.

    En marzo de 2015, la colaboracin de Amnista con CAGE di lugar a nuevas crticas hacia la superpotencia de los derechos humanos y a la posible ruptura de la colaboracin, despus de que se revelasen los vnculos de CAGE con Mo-hammed Emwazi, el britnico identificado como el asesino 'Jihadi John' del Estado Islmico. El director de investigacin de CAGE, Asim Qures-hi, describi el Sr. Emwazi como "bondadoso", "amable", y "un atractivo joven", y culp a los servicios de inteligencia del Reino Unido por su radicalizacin y brutalidad. CAGE fue muy criti-cado, y varias organizaciones benficas decidie-ron cortar los lazos con ellos.

    Sahgal critic una vez ms a Amnista para dar legitimidad a CAGE: "se ha hecho un dao in-menso a Amnista, entre otras cosas porque no van a salir limpios de su colaboracin con CAGE". Amnista ha "tomado sus datos de ellos, han compartido logos con ellos, han re-dactado documentos de manera conjunta, fir-mado cartas al gobierno juntos". De hecho, en una fecha tan reciente como diciembre de 2014, Amnista y CAGE firmaron una carta al primer ministro britnico, David Cameron.

    La directora de Amnista para el Reino Unido, Kate Allen, rest importancia a la colaboracin con CAGE y a una posible cooperacin con ellos, diciendo: "Estamos revisando si sera apropiado colaborar con el grupo en el futuro".

    MEZCLANDO CHURRAS CON MERINAS

    A comienzos de esta semana estuve envuelto en un debate con un voluntario de Amnista Interna-cional sobre la promocin que esta ONG hace de CAGE y especialmente del antiguo prisionero de Guantanamo Moazzam Begg. La discusin gir en torno a la validez de CAGE -una organizacin de relaciones pblicas salafista- como socio de Amnista Internacional en su reciente campaa a favor del derecho a un juicio justo.

    El argumento que me daba es que, aunque Am-nista no est de acuerdo con los puntos de vista defendidos por CAGE, no obstante comparten el mismo punto de vista sobre el derecho a la jus-ticia y contra la desgracia que es Guantnamo. Mi argumentacin era preguntarle simplemente si sra aceptable para el colaborar con una orga-nizacin de la extrema derecha britnica de una manera similar. Sera aceptable compartir una plataforma con (el lider fascista britnico) Nick Griffin simplemente por tener algo en comn, como por ejemplo la oposicin a la guerra de Iraq?

    Naturalmente no, y sospecho que mi interlocutor se acaba de dar cuenta de ello, dado que desde que la poco atractiva naturaleza de CAGE se hizo evidente ayer por la tarde, sus tweets defendien-do al grupo han desaparecido de manera miste-riosamente; y es que quin quiere ser visto publicamente como al-guien que califica a Mo-hammed Emwazi (alias Jihadi John) como una "bella persona"?.

    La conferencia de pren-sa de ayer no puede ser defendida con el argu-mento de poner las acti-vidades de Mohammed Emwazi en el contexto "apropiado". Tan slo hace falta considerar du-rante un slo segundo lo estpido (y siniestro) que sera hablar de manera similar del genocida noruego Anders Breivik: no como un asesino sin compasin sino como una victima incomprendi-da del sistema. Como un amigo deca esta ma-ana, la argumentacin tipo "el MI6 me llev a hacerlo" es un insulto a todas aquellas personas que se hunden debido al sistema de inmigracin y que no obstante no reaccionan decapitando a personas. Personas que deberan haber sabido lo que estaban haciendo han estado cortejando a

    CAGE durante los ltimos aos y sin duda mos-trarn su sorpresa ante la noticia de que no es un grupo de derechos humanos sino una organiza-cin activista islamista. Pues bien, lamento decir-lo pero: os lo advert. Como Noor Elahi escribi aqu en octubre de 2014:

    "Incluso aunque CAGE dice que saba que en Siria se cogiendo a britnicos como HOSTAGES, en una poca en que la mayor parte de la poblacin no lo saba, dijeron que el Reino Unido no deba temer nada de los musulmanes que viajaban a Siria para luchar. Cuando se hicieron evidentes los crmenes contra britnicos del ISIS y del frente Al-Nusra, ese anlisis fu abando-nado de manera sigilosa, y reemplazado por la queja de que los musulmanes britnicos estn siendo criminalizados de manera co-lectiva, o que en las acciones en particular del Estado Islmico eran incompatibles con la sharia"

    Uno tiene la esperanza de que despus del lamen-table espectculo de ayer Amnista se distancia-r de CAGE, de la misma forma que lo hara de cualquier otro grupo tan prximo a peligrosos extremistas (y tan dispuesto a justificarlo). De manera similar, la izquierda debera trazar una

    clara linea de separa-cin entre ella misma y grupos como CAGE cuando hace campaas a favor de los derechos humanos. Como escri-ba Noor en su texto:

    "[Aunque] es absolu-tamente correcto ha-cer campaas contra la abominacin tica

    de Guantnamo... Lo que la izquierda no debe hacer jams es blanquear las ideas y creencias de gente como CAGE y Moazzam Begg. Su objetivo es ser un grupo en de-fensa del fundamentalismo islmico en la sociedad britnica, y usar la izquierda como el jabn para llevar a cabo dicho blanqueo"

    Desde ayer, parece evidente que este eun un hecho indiscutible. Es una vergenza que haya tardado tanto tiempo en quedar claro; algunos hemos estado advirtiendo durante aos sobre CAGE.

    CAGE, al descubierto por suapologa del degollador del ISIS

    El ejemplo ms reciente de la colaboracin entre isla-mistas y Amnista Interna-cional se ha dado durante

    la reciente ofensiva del "Frente Al-Nusrah", que

    forma parte de la nebulosa de Al-Qaeda, Mientras los fundamentalistas tomaban

    Idlib, una de las principales ciudades del norte de Siria, la "oposicin" los apoyaba

    mediante una campaa de propaganda (EN LA IMAGEN) acusando al

    gobierno de Assad de usar armas quimicas. Amnista

    Internacional rapidamente apoy las denuncias, pese a

    carecer de prueba alguna

    Gaza: bombardeo israel con fosforo blanco, un

    crimen de guerra

  • La intervencin militar dirigida por los saudes acaba de empezar, y ya es difcil imaginarse que tenga algn final positivo, por los riesgos e incgnitas que tiene asociada. Los sucesos que tienen lugar actualmente podran ser el final de una evolucin iniciada en 1990, cuando la falli-da unificacin del Yemen di lugar a un proceso de fragmentacin que se hizo evidente tras 2004, acelerndose en 2011 con la Primavera rabe.La razn para lanzar ataques areos contra los Huthis, que controlan la capital y la mayor parte del norte y el oeste de Yemen, es el derrocamien-to del presidente legtimo, Abd Rabbuh Masur Hadi. Este suceso es tan slo el ltimo desarrollo de una serie de guerras, luchas sectarias y luchas polticas en un pas que nunca ha estado realmen-te pacificado desde su unificacin en 1990.

    Un estado fallido desde el principio?

    Yemen es el resultado de un intento fallido de unificar dos pases con diferentes trasfondos histricos, religiosos y polticos. Hasta 1990, Yemen del norte y Yemen del sur eran dos esta-dos diferentes. El norte era un reino chiita zaid, hasta que un golpe de estado llevado a cabo con la ayuda del Egipto de Nasser lo transform en 1962 en la Repblica rabe del Yemen. Duran-te muchos aos, una guerra civil enfrent el pas, con rebeldes monrquicos infringiendo derrotas vergonzosas a la fuerza militar egipcia, hasta el punto de que algunos en Egipto consideran el Yemen como su Vietnam, como Afganistn lo sera para los soviets 20 aos ms tarde.

    Por extrao que parezca, a nadie le pareca in-quietante en su momento que los rebeldes (chii-tas) zaids fuesen financiados, apoyados y arma-dos por la monarqua wahabita saud, la misma que ahora est bombardeando a los hijos y nietos de sus antiguos aliados. Son los mismos saudes que estuvieron en guerra con el emirato zaid en los aos 30, anexionndose tres provincias (As-sir, Najran y Jizan). El sur por su parte se convir-ti en 1967 en la pro-sovitica Repblica Popu-lar Democrtica del Yemen, formada a partir de dos reas, una en torno a la antigua colonia bri-tnica de Aden, y la otra en torno a la regin de Hadhramaut, hogar de la dinasta de Bin Laden.

    La existencia de una repblica en su frontera sur provocaba un profundo resentimiento al ser vista como un riesgo para los fundamentos de su propia monarqua, debido a los intensos in-tercambios que tenan lugar entre ambos pases, particularmente a travs de los numerosos yeme-nes que constituyen una parte sustancial de la fuerza de trabajo inmigrante en Arabia Saud. Un slo hombre se las arregl para mantenerse en el poder desde 1990 hasta la primavera rabe de 2011. Ali Abdallah Saleh, que fue presiden-te de Yemen del Norte ya en 1978, logr evitar ser asesinado por lderes tribales rivales, pero al precio de perder el control del pas, dejando a las fuerzas sunitas fundamentalistas en el Sur

    y el Este ir aumentando lentamente su influen-cia con ayuda de los saudes. Su expulsin de la Presidencia a raz de las protestas masivas que tuvieron lugar en Sanaa en la primavera de 2011, no debe interpretarse como una victoria de las fuerzas pro-democracia. Al contrario, fueron los fundamentalistas y sus patrocinadores saudes quienes se hicieron con el poder, teniendo cuida-do al mismo tiempo de no ser demasiado visibles para los medios de comunicacin occidentales. Lo que no pudieron conseguir a travs de la ne-gociacin, finalmente lo lograron a travs de una pseudo-revolucin...

    La toma del poder por los Huthis

    En septiembre de 2014, los Huthis finalmente pudieron apoderarse de la capital, San. Aunque son un grupo chiita que nunca ocult sus simpa-tas por la Repblica Islmica de Irn, su oposi-cin a Israel o la guerra de Estados Unidos contra el terrorismo, no se debe considerar su victoria simplemente como la de un grupo sectario. Por supuesto, no se puede negar que la brecha sec-taria ha profundizado en los ltimos diez aos debido a una combinacin de elementos, siendo uno de los principales las guerras del presidente Saleh contra los Huthis desde 2004. Pero no debe exagerarse; los Huthis en particular siempre han exigido demandas que incluyen a un amplio aba-nico de temas sociales, econmicos y polticos, extendiendo as sus seguidores ms all de los miembros de las tribus zaides.

    En ese sentido, la ofensiva Huthi que condujo a la toma de San en septiembre del ao pasado en realidad comenz debido a la duplicacin de los precios del combustible y la prdida de po-der adquisitivo entre los yemenitas de diferentes

    credos y colores polticos, dando a los Huthis un apoyo mucho ms amplio, lo que podra expli-car su espectacular triunfo militar. Los Huthis y los partidarios del clan Saleh, se enfrentan a una coalicin de tres fuerzas: las tribus salafistas en el sur y el este, Al Qaeda en Yemen (AQAP), y el partido islmico Al-Islah, patrocinado por la Hermandad Musulmana.

    El temor saud a ser rodeados

    Los Huthis y sus aliados entre los militares que permanecieron leales al ex presidente Saleh han avanzado en dos direcciones que deben haber he-cho saltar las alarmas en toda la regin, as como en Washington. Por un lado hacia el puerto me-ridional de Adn, vital para el acceso al mar y el control de parte del Sur; y por otro lado tratan de al puerto de Mocha, en el Mar Rojo, que permiti-ra apoderarse de la zona costera cerca de la Bab el Mandeb -el estrecho que domina la entrada al Mar Rojo, una arteria fundamental no slo para el Yemen y Arabia Saud, sino tambin para pa-ses como Egipto, Sudn y otros.

    Ver el estrecho de Mandeb caer en manos de una fuerza supuestamente -y probablemente- ayuda-da por Irn fue la lnea roja que llev a la for-macin de la coalicin liderada por Arabia. Para los sauditas, en particular, dedicados como estn en una guerra sectaria contra Irn y la Media Luna Chi, la toma de posesin Huthi del Ye-men y el estrecho de Mandeb se ve como como un paso ms en su cerco por los iranes.

    Los saudes consideran Irak -en sus zonas chii-tas-, as como la Siria de Bashar al-Assad y las zonas libanesas de Hezbol como parte de un cerco en su flanco norte. Pero este sndrome sau-d de ver la mano invisible de Tehern en todas partes, incluso en los lugares en los que a veces no estaba presente, va an ms lejos. Las ricas provincias petroleras del este del reino saud tambin tienen una mayora chiita. Bahrein, a pe-sar de ser gobernado por una familia sun, parece ser otra pieza del puzle que cae en manos de los chiitas... esta vez en el sur, debe haber empu-jado el liderazgo saudita a ir ms all del lmite.

    Una fuerza militar dbil

    Un estudio cuidadoso de la coalicin militar arroja una luz interesante sobre su naturaleza. Oficialmente, las fuerzas militares reunidas bajo la direccin operativa de Arabia Saud parecen impresionantes. En realidad, son cualquier cosa menos impresionante. Diez paises se han uni-do en el esfuerzo comn de hacer retroceder la Houthis, pero slo dos o tres de ellos son real-mente importantes militarmente. Los ejrcitos simblicos de los Estados del Golfo no van a sembrar el miedo en el corazn de los guerreros de la montaa Huthi o las fuerzas especiales del ejrcito yemen que permanecieron leales a Sa-leh. Los nicos pesos pesados en esta agrupacin variopinta son Egipto y Pakistn. Ambos pases, sin embargo, tienen problemas en su propio patio

    yEmEn 1962-67: EL viEtnAm dEL pAnArAbismoLa intervencin del lider panarabista egipcio Nas-ser en Yemen entre 1962 y 1967 para sustituir la monarqua chiita por una repblica panarabista fu respondida por Ara-bia Saud con un apoyo masivo a los monrqui-cos, dando lugar a una guerra civil. El terreno, ideal para una guerra de guerrillas, as como la lucha contra la injerencia egipcia en el Yemen dieron como resultado una continua serie de emboscadas y derrotas para el ejrcito egpcio, que se desprestigi usando armas qumicas y matando civiles. La re-tirada egipcia de Yemen tuvo lugar en 1967, tras la derrota a manos de Israel en la Guerra de los Seis Das, y contribuy a que se enfriase la sim-patia en oriente Medio hacia el panarabismo (y de manera indirecta tambin hacia el laicismo y el socialismo).

  • trasero y es poco probable que a la bsqueda de otra pelea.

    Los egipcios tienen un inters estratgico en mantener abierto el acceso al Mar Rojo, pero Egipto ya acab con la nariz ensangrentada la ltima vez que llev a cabo una campaa militar terrestre en Yemen y sin duda no van a enviar tropas de tierra a una larga campaa. La situacin es similar para Pakistn, que no est interesado en una confrontacin con una insurgencia con apoyo local. Ya tienen que hacerse cargo de una en su casa, y eso es ms que suficiente para ellos. Las relaciones militares entre Arabia Saudita y Pakistn son probablemente las ms fuertes y estrechas: militares y voluntarios de Pakistn siempre han jugado un papel destacado en la Guardia Nacional de Arabia. El ltimo ejemplo de esto fue el aplastamiento de la revuelta chiita de Bahrin, en 2014, llevado a cabo por mercena-rios pakistanes mandados por saudes.

    Pero la Guardia Nacional es una fuerza destinada a sofocar disturbios; hay serias dudas sobre su capacidad de llevar a cabo una ofensiva terrestre contra un enemigo mucho ms potente. Esta de-bilidad militar inherente del Estado saud, a pesar de todo el equipo de alta tecnologa que han esta-do comprando en Occidente, se va a convertir en un verdadero problema, una vez se den cuenta de que los ataques areos por s solos no van a ser suficientes para dominar a los Huthis.

    Tormenta decisiva, indicio de la debilidad saud

    Lo ms interesante de la coalicin militar no es tanto quin participa, sino quin no lo hace. Omn, el vecino de Yemen en el este, se ha ne-gado. Este rechazo tiene lugar tras negarse a par-ticipar en el proyecto saud de crear una Unin de los Estados del Golfo. De hecho, dejando de lado Arabia Saud y Bahrin, todos los de-ms miembros del GCC aprobaron el proyecto de acuerdo entre los EEUU e Irn en 2013. Y Kuwait se neg a firmar el Pacto de Seguridad Interna elaborado por Riad, destinada a contra-rrestar la influencia iran en la regin.

    El movimiento saud contra Yemen es un intento desesperado de cambiar el rumbo de los aconte-cimientos por una potencia regional que se siente cada vez ms acorralada. No es casualidad que la intervencin saud tenga lugar al acercarse un acuerdo entre EEUU e Irn. Esto no significa que los EE.UU. abandonen su tradicional alianza con Arabia Saudita, pero sta perder parte de su influencia estratgica, y obligar a los saudes a llevar a cabo algn tipo de compromiso con Te-hern, una idea que debe ser insoportable para algunas personas en Riad.

    El reino de Arabia Saud, en peligro

    No tardarn en darse cuenta de que sus ataques areos no son suficientes para provocar una reti-rada decisiva de los rebeldes Huthi y sus aliados. Los saudes podran ir a por todas, algo que implica enormes riesgos para la mismsima mo-narqua saud. Si tienen xito militarmente, los saudes slo habrn creado ms inestabilidad en su frontera sur, sin una estructura de poder cen-tralizada que controle Yemen, y varios grupos y facciones controlando sus respectivos pedazos de territorio, incluyendo a Al Qaeda en la Penn-sula Arbiga y posiblemente otros grupos Sala-fistas / Takfiris.

    Si, por el contrario, los saudes no consiguen al-canzar ningn xito decisivo, los fundamentos de la monarqua saudita quedarn debilitados, en un momento en que necesita parecer lo ms fuerte y estable posible. Despus de haber roto hasta cierto punto con la Hermandad Musulma-na, haciendo frente en su frontera norte al Estado Islmico que le es hostil y habiendo fallado pro-bablemente en evitar el acercamiento entre los EE.UU. e Irn, la familia real saudita parecer un blanco fcil para los grupos salafistas, wahabes y Takfiris de cualquier denominacin que siem-pre la han considerado una abominacin contra el islam.

    Nadie podr decir que los saudes no han sido advertidos. La ltima vez que intervinieron en Yemen, en 2009, perdieron varios aviones, cien-tos de sus soldados fueron hechos prisioneros, e incluso hubo ataques de los Huthis en las zonas fronterizas saudes. Con la actual operacin en marcha a una escala mucho mayor, las conse-cuencias sern exponencialmente mayores, no slo para los Huthis, sino tambin para la Casa real de los Saud.

    Poco antes de morir en 1953, el fundador de Ara-bia Saud, el rey Abdulaziz Ibn Saud, supuesta-mente dijo lo bueno o malo para nosotros ven-dr de Yemen. Con el comienzo de los ataques areos sobre el Yemen, es cada vez ms evidente que la ltima parte de la profeca se har realidad. Nada bueno -y con seguridad nada decisivo- pue-de esperarse de la Operacin Tormenta Decisi-va que lidera Arabia Saud.

    La intervencin saud en Yemen -junto con la in-tervencin del reino en Bahrin en 2011- marca un distanciamiento significativo de una poltica exterior que se ha caracterizado histricamente por la precaucin, la reticencia y el uso de terce-ros. En Bahrin, el esfuerzo saud para aplastar la rebelin dirigida por chiitas fue un xito. Sin embargo, Yemen no podra ser ms diferente de Bahrin, que es una minscula nacin con un terreno plano y una poblacin desarmada. Esto contrasta con el Yemen, que tiene una de las po-blaciones ms armadas del planeta, un territorio que es el sueo de cualquier guerrillero, y una historia de dos mil aos de resistir y expulsar a invasores.

    A finales de 2009, Arabia Saud puso en marcha una campaa discreta pero bien organizada con-tra los Huthis, que pertenecen a la secta Zaidi de la rama chiita del islm. Por aquel entonces, los Huthis estaban sumidos en su sexta guerra -que sera la ltima- con el gobierno del antiguo pre-sidente yemen, Ali Abdullah Saleh. Como res-puesta a un ataque de guerreros Huthis contra guardias fronterizos saudes, el gobierno saud inici una operacin militar contra ellos. Los sauds desplegaron tropas del ejrcito, las fuerzas especiales y la fuerza area. La campaa fue un desastre para los saudes y provoc una revisin al ms alto nivel de la preparacin de su ejrcito para la guerra. Los Huthis, que por aquel enton-ces estaban mal equipados y tenan que hacer frente tanto a las fuerzas del Yemen como a las saudes, se las arreglaron para capturar al menos un soldado de las fuerzas especiales saudes as como equipo especializado. A lo largo de 2009 y 2010, los Huthis lucharon, llevando a las fuerzas yemenes y saudes a un punto muerto.

    Tras 2010 y a raz de la revolucin de 2010 que llev a la dimisin del presidente Saleh y la llegada al poder de su antiguo vicepresidente, Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, que fue nombra-do nuevo presidente, los Huthis consolidaron su posicin en un amplio territorio del noroeste de Yemen. Los Huthis expandieron el territorio bajo su control estableciendo alianzas con las tribus y clanes ms influyentes debido al mrito de ser una fuerza de relativamente bien disciplina-da. No obstante, la llegada al poder del ineficaz presidente Hadi ayud a rpida expansin de los Huthis.

    Abd Rabbuh Mansur al-Hadi fue nombrado vi-cepresidente por el maquiavlico antiguo presi-dente de Yemen por un motivo: Hadi carece de una base de poder real en Yemen y por ello jams podra ser una amenaza para Saleh o su familia. Hadi proviene de Yemen del sur, que fue un pas independiente y quiere volver a serlo. Muchos habitantes del sur siguen viendo a Hadi, que se uni a Saleh y al norte del pas contra el sur en la guerra civil de 1994, como un traidor. Al mismo tiempo, al ser del sur Hade tiene poca o ninguna influencia sobre las poderosas tribus del norte. Hadi fue una brillante eleccin para la vicepre-sidencia por un hombre que quera entregar la presidencia a su hijo.

    Ahora, el gobierno saud, junto con sus socios del CCG (Consejo de Cooperacin del Golfo), Egipto, Sudn, Marruecos y Jordania, ha puesto

    en marcha la operacin Tormenta decisiva para devolver al poder a Hadi, que huy de Yemen a Arabia Saud. El ms que evidente objetivo de la campaa militar en Yemen es el reinstalar el gobierno dirigido por Hadi y forzar a los Huthis a deponer las armas y negociar. Es poco proba-ble que se alcances esos objetivos. En lugar de reducir el apoyo a los Huthis, las acciones de los saudes y sus socios en el Yemen pueden provo-car el apoyo a corto plazo para los Huthis y el antiguo presidente Saleh, que ahora est aliado nominalmente con los Huthis. La mayora de los yemenes simpatizan poco con la Casa real saud y hay muchos yemenes an vivos que recuerdan la sangrienta y desastrosa invasin egipcia del Yemen del norte en 1962-67, que cost la vida a 20.000 soldados egipcios y miles de guerreros y civiles yemenes.

    La operacin Tormenta Decisiva va a asegurar que Yemen siga en la senda de la guerra civil, que organizaciones radicales como al-Qaeda en la Pennsula Arbiga y ahora el Estado Islmico (enemigos declarados de los Huthis y de los chii-tas en general) florezcan, y que tenga lugar una crisis humanitaria. Ms de la mitad e los nios y nias en Yemen sufren malnutricin y, de acuer-do con la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinacin de Asuntos Humanitarios, el 61% de la poblacin yemen de 24 millones de habi-tantes necesita ayuda humanitaria. El comienzo de la operacin Tormenta Decisiva los precios de los alimentos, que ya estaban creciendo de-bido a la cada del riyal yemen, han subido an ms ya que los yemenes -los pocos que pueden permitrselo- se preparan para lo que pueden ser meses de guerra. La nica cosa que aumenta de precio ms rpido que la comida es la municin y el armamento. La mayora de las familias del norte poseen como mnimo un Ak-47 y con mu-chas familias y clanes que mantienen almacenes de armamento que incluyen RPGs y granadas.

    Si los saudes y sus socios, especialmente los egipcios, dan el siguiente paso y empiezan una invasin terrestre, sus fuerzas muy posiblemen-te habrn de hacer frente a una feroz resistencia tanto por parte de los Huthis como de los nuevos aliados que sin duda atraern como resultado de la invasin. En los reductos en las montaas del noroeste de Yemen, las canciones y poemas so-bre como los yemenes hicieron que los turcos, que invadieron Yemen dos veces y fallaron en someterlos, acabaron baados en su propia san-gre, siguen siendo recitados por los descendien-tes de quienes expulsaron a los turcos y luego a los egipcios. El ejrcito saud no est preparado para nada que vaya ms all de una accin lo ms limitada posible en Yemen. Sus socios egipcios estn igual de mal preparados y luchan actual-mente para contener la creciente insurgencia en la pennsula del Sina.

    Una invasin terrestre atar al terreno a miles de soldados saudes durante meses o incluso aos justo cuando el reino tambin se preocupa por la amenaza del estado islmico en sus fronteras del norte. Y merece la pena recordar que el ejrcito saud emplea a un amplio contingente de solda-dos que son tnicamente yemenes. Es una cues-tin por aclarar como respondern -o no- esos hombres cuando se les ordene matar a otros ye-menes. Mientras el gobierno saud se encarga de lo que sin duda es una guerra prolongada y san-grienta, tendrn que hacer frente a lo que podran ser decenas de miles de refugiados atravesando la frontera sur desde el Yemen.

    La intervencin militar en Yemen puede llevar a la Casa real de los Saud al abismo que el rey Ab-dulaziz Ibn Saud pudo tener en la cabeza cuando hizo su aviso proftico.

    propaganda sectaria en

    los media: el ejemplo de

    yemenEl conflicto en

    Yemen ha sido presentado por los

    medios decomunicacin con

    un filtro sectario segn el cual es

    parte de una lucha el el seno del islam

    entre sunitas y chiitas. Buen

    ejemplo de ello son los mapas que circulan ocultan la complejidad de la situacin, como el

    que puede verse arriba, del New

    York Times, que presenta la caida

    del gobierno como una ocupacin

    Houth. La realidad es que la caida del gobierno pro-saud

    de Yemen ha sido posible gracias

    a una alianza entre la guerril-la, el ejrcito y

    amplios sectores de la poblacin.

    Asimismo, la zona que se presenta

    como Huthi es en realidad la zona

    donde se concent-ra la mayora de la poblacin yemen,

    que es sunita. Los nicos que

    defienden sobre el terreno ese anli-

    sis sectario son los grupos fundamen-talistas apoyados por Arabia Saud,

    EEUU y los medios de comunicacin

    occidentales.

  • Mientras por toda la UE se absuelven criminales de guerra, un soldado de EEUU que desert para evitar participar en la guerra de Irak ha sido sometido a una campaa de silencio en los media y el desinters por parte de la izquierda

    Lasoledadde losdesertores

    29.10.2014 Cinco militares acusados de practicar torturas sistemticamente en la base espaola de Diwuaniya (Iraq) en 2004 son absueltos. Moti-vo? Espaa no declar la guerra a Iraq, y al no haber guerra (tcnicamente hablando), no hay crimenes de guerra. Adems segn el tribunal la Convencin de Ginebra no es valida para civiles, que califica de posibles terroristas.

    Desde 12.03.2015 Revisin de la absolucin del coronel alemn Klein, que orden bombardear en 2009 un camin de combustible robado a la OTAN cuando los civiles se repartin el botn. Resultado: al menos 142 muertos, incluidos ni-os. Los pilotos fueron condenados en EEUU, y Klein ha sido absuelto y ascendido a general.

    francotiradores de EEuu en Afganistn, posando con una bandera de las SS (foto aparecida en 2010). Precisamente este tipo de gentuza ha sido homenajeado con la pelcula American Sniper por clint Eastwood.

    Actualmente, el nmero de paises involucrados directa o indirectamente- en conflictos militares es el mayor desde el fn de la Segunda Guerra Mundial. Por desgracia, el aumento constante del uso de la violencia militar es inversamente proporcional al nmero de protestas antimilita-ristas. La ilusoria y autoritaria- idea de que las armas pueden solucionar se ha extendido entre la extrema izquierda; buena prueba de ello son los voluntarios en el Donbs del lado de los prorusos, en cuyas filas abundan fascis-tas europeos y nostalgicos zaristas rusos, por no hablar de su total dependencia del Kremlin, sin cuya ayuda sera imposible su supervivencia al carecer de suminis-tros de cualquier tipo (alimentos, ener-ga, etc). Este apoyo a los novorusos y los nuevos brigadistas internacionales contrasta con la ausencia del antimilita-rismo, una idea fundamental de la lucha contra el poder.

    Un ejemplo de esta situacin es la sole-dad de Andr Shepherd.

    Tras pasar entre 2004 y 2005 cinco me-ses en Irak como mecnico poniendo a punto helicpteros de guerra de tipo Apache, Sheperd decidi desertar cuan-do supo que tena que volver al pas arrasado por EEUU; segn el tribunal superior de justicia de la UE, Shepard tom esa grave decisin por estar convencido de que no deba participar en una guerra que consideraba ilegal ni en crmenes de guerra que, segn l, estaban siendo cometidos en Irak. Cuando le y o sobre como reducan a despojos a los habitantes del pas con las ame-tralladoras o que les reventaban en pedazos con los misiles Hellfire empez a sentirme aver-gonzado de lo que estaba haciendo. Por ello, en 2007 desert, solicitando asilo en Alemania, alegando que desde el punto de vista estadou-nidense, la desercin es un delito grave.

    En 2011, Alemania rechaz ofrecer asilo a She-pard (que est casado con una ciudadana alema-na), abriendo la va a una deportacin. Shepard recurri la sentencia entonces ante un tribunal alemn (en Munich), que prefiri lavarse las manos y pedir al tribunal superior de justicia eu-ropeo que interprete la directiva (ley europea) sobre el estatuto del refugiado. Dicha directiva afirma que un acto de persecucin puede, ent-

    re otras, revestir la forma de 'procesamientos o penas por la negativa de cumplir el servicio mi-litar en un conflicto en el que el cumplimiento del servicio militar conllevara delitos.

    A pesar de ello, en un ejercicio de cinismo sin precedentes el tribunal de justicia de la UE afir-ma que una agresin militar desplegada sobre la base de una resolucin del Consejo de Seguridad ofrece, en principio, todas las garantas de que en ella no se cometern crmenes de guerra, algo que, asegura, es improbable debido a que los estados participantes en la coalicin militar agre-sora incluyen en su legislacin el castigo de los

    crmenes de guerra; todo ello, afirma el tribunal puede hacer menos verosmil la tesis segn la cual un militar de uno de estos estados podra verse llevado a cometer tales crmenes.

    Esta fra argumentacin podra haberse utilizado tambin contra desertores de la Alemania nazi, ya que pese a su racismo la legislacin persegua (teoricamente, claro est) a los judos de cual-

    quier tipo de agresin. Y no olvidemos que, en nuestros das, un informe oficial de la UE reconoce que una mafia nacionalista kosovar se dedic a vender los rganos de los soldados yugoslavos que cogi prisio-neros, cuyo jefe se convirti en el primer jefe de gobierno del recin estado. La intervencin de la OTAN, cuyos estados incluyen en su legislacin la persecucin del crimen organizado, no impidi que la antigua provincia yugoslava se convirtiese en un narcoestado bajo el protectorado de la OTAN.

    El colmo del cinismo del dictamen del tri-bunal superior de justicia de la UE es su exigencia de que Shepard demuestre que EEUU llev a cabo crimenes de guerra en Irak. Segn el tribunal, el mantenimiento de las fuerzas armadas es un ejercicio

    legtimo por parte de un estado que la deserci-n impide, por lo que para que Shepard pueda recibir asilo ha de demostrar que hubo motivos para ello. Es decir, el tribunal deliberadamente busca un medio de evitar aplicar la legislacin europea que ofrece asilo a quienes no quieran participar ven crimenes de guerra, para lo cual exigie a Shepard que demuestre que su negativa a cumplir con el servicio militar era el nico medio para poder evitar participar en la rea-lizacin de crmenes de guerra; en otras pala-bras: Shepard necesita presentar evidencias de crimenes de guerra en Irak para poder recibir el estatuto de refugiado.

    LA rEsistEnciA En EL sEno dEL EJrcito, unA trAdicin usAUna diferencia impor-tante entre los EEUU y las anteriores potencias hegemnicas es la exis-tencia de una arraigada resistencia en el seno de su ejrcito a desobe-decer ordenes. Esta re-sistencia a la jerarqua, reflejo de la mentalidad estadounidense, alcanz su climax durante la guerra de Vietnam, don-de la resistencia de los soldados fu un factor tan importante como ocultado de la derrota de EEUU. La resistencia se manifest en la negativa a obedecer rdenes por parte de batallones y un sabotaje generalizado contra el esfuerzo militar que lleg incluso a poner fuera de combate portaaviones, y alcanz el climax con el llamado "fragging", consistente en quitar de enmedio a mandos lanzndoles una granada de mano.19.03.2015 Un tribunal militar polaco absuelve

    a cuatro militares acusados de asesinar civiles en Afganistn en 2007. Motivo: el tribunal no est convencido de que se tratase de un intento deliberado de matar civiles. Segn el tribunal, no tenian intencin de disparar a la aldea, ni matar civiles. Los soldados dispararon 24 sal-vas de mortero mientras se celebraba una boda, matando 8 civiles (entre ellos ancianos, nios y una embarazada).

    El que hace la ley hace la trampa

  • lamarea.com

    Un buenmomento para el documental

    social?Ouroboros es un ejemplo del creciente inters del pblico en temas sociales

    La espiral de la pobreza

    De dnde viene la idea de impulsar una pelcu-la sobre este tema?

    Pues nos animamos a intentarlo a raz de la in-vestigacin que un miembro de nuestro grupo, Julio, haba hecho sobre este tema. Vimos que la participacin de quienes han estado o estn en proyectos de solidaridad de base y sus experien-cias topndose contra las instituciones de benefi-cencia de toda la vida ligadas a la Iglesia catlica podan ser un buen complemento a la crtica que ya se estaba haciendo en forma de conferencias.

    De dnde viene y qu significa "Ourboros"?

    Hubo algunas reticencias a poner esta palabra por ser poco comn, pero finalmente nos decidimos porque encierra una alegora que refleja perfecta-mente el mecanismo de la caridad. Es una pala-bra de origen griego que hace referencia a un sis-tema cerrado, infinito, del que no se puede salir (entre otras acepciones). Estamos acostumbrados a verlo representado por una serpiente comin-dose la cola y seguro que muchos se acuerdan del "Auryn" de aquella obra genial de Michael Ende titulada La historia interminable. Con ello queremos simbolizar la realidad perversa, don-de quienes son los responsables de la miseria de una parte importante de la poblacin (cada vez mayor) con sus polticas desde los distintos go-biernos, con la explotacin indiscriminada de los trabajadores desde la patronal, o con la mentira defensora del orden vigente desde los plpitos, se colocan a continuacin en la primera lnea de la "preocupacin por la pobreza" e impulsan donativos respondiendo a un deber cristiano, que es mucho menos molesto que la tica, que cues-tionara el origen de su riqueza. Hay quien lo ha apuntado certeramente al decir que es contra la riqueza contra lo que hay que luchar, no contra la pobreza, porque una es el origen de la otra.

    Con quin habis contado para la realizacin del documental?

    En la parte tcnica hemos contado con gente de un nivel profesional al que no estamos acostum-brados, si somos sinceros, y se va a notar en el acabado final. Pero adems de las cmaras y el sonido ha sido realmente emotivo poder contar con compaeras en las tareas de transcripcin, traduccin, subtitulado y otras, que se ofrecieron desde el primer minuto y sin cuyo esfuerzo mili-tante no lo hubisemos terminado ni en el tiempo ni con la calidad que lo vamos a poder disfrutar.Por otro lado, para dar voz a la historia, hemos credo conveniente entrevistar a personas como

    Tierra y Libertad

    Es prcticamente imposible encontrar algo posi-tivo en la crisis que se vive desde 2008, a no ser que se dirija la vista hacia el despertar de la con-ciencia en muchos de los mbitos de la sociedad (siendo optimistas, claro). La cultura ha sido uno de ellos y el xito del documental de carcter so-cial es uno de los ejemplos ms relevantes.

    Con Ourboros Julio Reyero es, por supuesto, uno de los participantes junto a sus compaeros en ese repunte y comparte la idea del buen mo-mento del gnero:

    Esa es la sensacin que tenemos, y por eso hemos adoptado este formato, porque es ms accesible y mucha ms gente pide informacin y crtica social por encima del entretenimiento vacuo cuando com-prueba que su vida dista mucho de la de los anuncios publicitarios o las promesas que nos hicieron. Que lo que llaman de-mocracia no es sino un decorado tras el cual existe un horror que Ciutat Morta, por ejemplo, ha sido capaz valientemente de denunciar.

    El nombrado por Reyero es uno de los ttulos esenciales de esta oleada de pelculas, principal-mente por su repercusin. Su estreno recuper un caso que la Generalitat de Catalua haba inten-tado silenciar por todos los medios y que supuso un sesmo en la percepcin que una gran parte de la ciudadana tena de las instituciones.

    Otro ejemplo es el de ReMine, el documental sobre la resistencia minera durante la huelga del verano de 2012, que se estren a finales del ao pasado y fue premiada en varios festivales y proyectado en cines de todo el pas.

    Corrupcin, el organismo nocivo se une a la lis-ta despus de una campaa de micromecenazgo que consigui 451 aportaciones. Estrenada hace unos das, incluye testimonios de expertos como ex fiscal Anticorrupcin Carlos Jimnez Villare-jo o Itziar Gonzlez, exconcejal del distrito de Ciutat Vella en Barcelona, que explican cmo funcionan los mecanismos del poder ante una de-nuncia de corrupcin en las instituciones.

    Por la misma fecha tambin se ha estrenado Temps de CanVi(e)s , que recoge los sucesos ocurridos en Barcelona durante el mes de mayo de 2014, cuando el Ayuntamiento decidi der-ribar el centro social okupado Can Vies y que provoc el rechazo masivo de los vecinos que encendi las calles del barrio de Sants durante una semana.

    Gonzalo Puente Ojea, exembajador en la Santa Sede y autor de muchos libros desmontando el cristianismo que hemos heredado y en defensa del atesmo, y Ana Lima, presidenta del Consejo General del Trabajo Social, desde donde se de-nunci el programa "Entre Todos" en el primer minuto de emitirlo en la televisin pblica. Desde el plano de la lucha organizada asambleariamen-te incorporando prcticas de intervencin social participan dos portavoces del colegio cordobs ocupado Rey Heredia, un miembro del Campa-mento Dignidad de Mrida, que nos cuenta su choque con la Fundacin Banco de Alimentos de Badajoz, un miembro de la asamblea del 15-M del barrio madrileo de Tetun donde montaron un Banco de Alimentos propio que fue cerrado por la polica por la intervencin de la FESBAL (Federacin Espaola de Bancos de Alimentos) y dos personas de la OFIAM (Oficina de Apoyo Mutuo de Manoteras, tambin barrio de Madrid). A todos y todas ellas y a otros que no mencio-namos no nos cansaremos de agradecer lo fcil que nos han puesto las cosas. Tambin utilizamos una entrevista en radio a nuestro compaero Ju-lio Reyero para aportar datos de su investigacin sobre las instituciones de caridad ms relevantes a las experiencias que cuentan el resto de com-paeros.

    Cmo habis financiado la pelcula?

    Pues como no poda ser de otra forma con la co-laboracin de quienes nos rodean en primer lu-gar. Las fundaciones Anselmo Lorenzo y Aurora Intermitente han participado generosamente, as como varios compaeros de nuestro grupo y de los dems grupos de la Federacin Anarquista Ibrica. Tambin nos ha echado una mano AMAL (Asociacin Madrilea de Ateos y Librepensado-res), as como sindicatos de la CNT como Aranda de Duero, Mlaga, Salamanca, Toledo y muchas otras personas que se sintieron interesadas por el tema a raz de los artculos y las charlas que se han dado al respecto. Aprovechamos estas lneas para mandar un saludo carioso a todos ellos, y a todas aquellas personas que siguen colaborando o piensan hacerlo al leer esta entrevista, a las que invitamos a ponerse en contacto con el grupo.Ha sido un desembolso considerable si hablamos en bruto y teniendo en cuenta a lo que estamos acostumbrados, pero en relacin al resultado se ha abaratado muchsimo por la colaboracin de toda la gente participante que ha credo que me-reca la pena que este proyecto saliese adelante. Desde luego no podemos esperar que algo as salga de las instituciones del rgimen porque es un hachazo a la raz ideolgica del sistema.

    LA igLEsiA y sus instru-mEntos dE podEr sobrE LA sociEdAdQue la Iglesia Catlica est presente, de ma-nera obvia y poderosa, en la realidad poltica y econmica espaola es un hecho indudable. En 2013, Julio Reyero public un trabajo sobre ese peso que las instituciones religiosas tienen en las vidas de los ciudadanos, cuya ltima parte versaba sobre la caridad y sus resultados negativos en materia de justicia social. Dicha reflexin acab convirtindose en un documental titulado Ourboros: la espiral de la pobreza que se estrena ahora. El trabajo original, "La religion y sus institu-ciones. Un problema social de primer or-den" puede descargar-se de manera gratuita en la pgina del periodico CNT.

  • Hoy da, cuando hasta el len de la metro tiene malas condiciones laborales,

    la nica forma de cambiar estasituacin es ORGANIZNDOSE

    LO QUE QUIEREN QUE OLVIDEMOS

    ISLANDIA, 1975: LA HUELGA GENERAL DE LAS MUJERES Annadis Rudolfsdottir

    Cuando la ONU proclam 1975 Ao de la Mujer, un comit con representantes de cinco de las mayores organizaciones de mujeres en Islandia se cre para organizar ac-tos conmemorativos. Un grupo feminista llamado "Medias Rojas" propuso entonces : "Por qu no vamos a la huelga?" Esto, argumentaron, sera una poderosa manera de recordar a la sociedad el papel de la mujer en su funcionamiento, sus bajos sala-rios, y el escaso valor asignado a su trabajo dentro y fuera del hogar. La propuesta fue muy discutida, y finalmente fu aprobada por el comit, pero slo despus de cambiar la palabra "huelga" por "da libre". Se pens que esto hara la idea ms aceptable para las masas y para los empresarios, que podan despedir mujeres por ir a una huelga pero tendran problemas para negrlas "un da libre".

    En los das anteriores al 24 aparen-temente las mujeres de todas partes se fueron agrupando, tomando caf, fumando sin cesar, y hablando mucho de manera agitada. Mi abuela, que estaba trabajando muy duro en una fbrica de pescado, no iba a tomarse el da libre. Pero las preguntas plan-teadas por los movimientos de muje-res zumbaban en su cabeza. Por qu los hombres jvenes tenan salarios ms altos que ella cuando su trabajo no era menos agotador fisicamente? Mi madre, que tena 28 aos y traba-jaba en una lechera, tuvo que utilizar todas sus habilidades de negociacin para convencer a su jefa, una mujer de unos 50 aos, para que no traba-jasen. Cuando mi madre f al piso de su jefa para convencerla de que fuese a la manifestacin que se haba orga-nizado en el centro de Reykjavik, ella intentaba apaciguar su culpa por no trabajar cocinando furiosamente.

    En Reykjavik aproximadamente 25 mil mujeres se reunieron para escu-char discursos, cantar y discutir -un nmero asombroso teniendo en cuen-ta que la poblacin de Islandia era entonces de en torno a 220.000 per-sonas. Las mujeres eran de todos los mbitos, jvenes y mayores, abuelas y alumnas; Algunas llevaban puestos sus uniformes de trabajo, otras se ha-ban disfrazado. "Fue un movimiento social autnticamente de base", recuerda Elin Olafsdottir, que tena 45 aos y ms tarde represent a la Alianza de Mujeres en el consejo de la ciudad de Reykjavik. "Fue, sin duda, una revolucin silenciosa". Fue este sentimiento de unin y la tranquila determinacin, lo que la mayora de las mujeres recuerdan de ese da. Ger-dur Steinthorsdottir, entonces un estudiante de 31 aos de edad en la Universidad de Islandia y ahora profesora, ayud a organiza