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1 Memoria III Foro Colima y su Región Arqueología, antropología e historia Juan Carlos Reyes G. (ed.) Colima, México; Gobierno del Estado de Colima, Secretaría de Cultura, 2007. Predio La Primavera, una continuidad ocupacional al norte del Valle de Colima. Andrés Saúl Alcántara Salinas Centro INAH-Colima Introducción Con la intención de cumplir con uno de los lineamientos que le son inherentes al INAH, como lo es el trabajo de divulgación, el presente artículo busca informar al público en general, a partir de un ejemplo real de trabajo arqueológico, cómo el personal que laboramos en esta institución vamos recuperando y dándole sentido a cada uno de los objetos o pistas de información que se encuentran como vestigios localizados en gran parte del territorio que actualmente habitamos, para que de esta manera se tenga una visión, por ahora muy general, de los procesos culturales que se suscitaron desde las épocas en las que el hombre comenzó a dejar constancia de su presencia por estas tierras y hasta los eventos que se dieron poco antes de la llegada de los españoles. De esta manera, dado que continuamente se están recuperando a partir de trabajos, tanto de rescates y salvamentos arqueológicos como en los proyectos de investigación específicos con que el Instituto cuenta, un cúmulo de datos que permiten comprender cada ves más nuestro lejano pasado, no dudo que en un futuro, espero no muy lejano, los investigadores que intentamos comprender todos los procesos culturales y sociales que se dieron, al menos en esta parte del

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Memoria III Foro Colima y su Región

Arqueología, antropología e historia

Juan Carlos Reyes G. (ed.)

Colima, México; Gobierno del Estado de Colima, Secretaría de Cultura, 2007.

Predio La Primavera, una continuidad ocupacional al norte del Valle de Colima.

Andrés Saúl Alcántara Salinas

Centro INAH-Colima

Introducción Con la intención de cumplir con uno de los lineamientos que le son inherentes al INAH, como lo es el trabajo de divulgación, el presente artículo busca informar al público en general, a partir de un ejemplo real de trabajo arqueológico, cómo el personal que laboramos en esta institución vamos recuperando y dándole sentido a cada uno de los objetos o pistas de información que se encuentran como vestigios localizados en gran parte del territorio que actualmente habitamos, para que de esta manera se tenga una visión, por ahora muy general, de los procesos culturales que se suscitaron desde las épocas en las que el hombre comenzó a dejar constancia de su presencia por estas tierras y hasta los eventos que se dieron poco antes de la llegada de los españoles. De esta manera, dado que continuamente se están recuperando a partir de trabajos, tanto de rescates y salvamentos arqueológicos como en los proyectos de investigación específicos con que el Instituto cuenta, un cúmulo de datos que permiten comprender cada ves más nuestro lejano pasado, no dudo que en un futuro, espero no muy lejano, los investigadores que intentamos comprender todos los procesos culturales y sociales que se dieron, al menos en esta parte del

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estado, podamos informar a la sociedad actual y transmitir una imagen de la vida y el comportamiento de nuestros ancestros. La Primavera. Localización y antecedentes. Localizado al norte del Municipio de Colima, dentro del Ejido El Diezmo, justo en el cruce de la Avenida Tercer Anillo Periférico y la actual prolongación de Av. Ignacio Sandoval, el predio La Primavera se encuentra dentro del área con mayor desarrollo habitacional, comercial y plusvalía en el estado. Actualmente, a esta zona de 12 hectáreas se le conoce con el nombre de Plaza Zentralia. Forma parte del sitio registrado como “La Capacha” (Arroyo Capos-La Capacha), con superficie total de poco más de 82 hectáreas, delimitadas a partir de interpretación de fotografía aérea y verificadas en campo.1

Imagen 1.- Predio La Primavera. Planta.

Esta superficie de terreno formó parte de un área trabajada y liberada previamente por el INAH en los años 2003-2004, y contaba con un total de 28 hectáreas; parte de él fue vendido a la empresa JOMER, S.A. de C.V., quienes en el año del 2005 darían inicio a la construcción del proyecto de la actual Plaza Zentralia. Es a ellos a quienes, mediante una denuncia ciudadana, a dos semanas de haber iniciado sus obras les fueron temporalmente suspendidas, con el fin de proteger y recuperar el potencial arqueológico presente en la zona, para posteriormente, terminado el trabajo de “rescate arqueológico”, permitir que reiniciaran los trabajos de construcción de la plaza. De esta manera se da inicio con la recuperación de datos arqueológicos, a partir de un convenio donde el Instituto no frenaría el movimiento de maquinaría, salvo en los casos donde se identificaran evidencias arqueológicas, recuperando aquellos contextos que fueran quedando expuestos en la superficie. Cabe

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mencionar que con ayuda de dicha maquinaria se llegaron a nivelar superficies con hasta 8 metros de altura, desapareciendo prácticamente las 10 lomas antes existentes en la zona. En la zona en cuestión, antes de iniciar el este rescate, solamente el P. A. Julio Berdeja Martínez había realizado trabajos arqueológicos de excavación; primeramente en el área donde el predio tiene contacto con el Tercer Anillo Periférico (Proyecto Salvamento Tercer Anillo Periférico). Ya en el predio, a fines del 2003 y principios del 2004, él mismo llevó a cabo el “Rescate Arqueológico La Primavera”, en cuyo reporte manifestó haber encontrado áreas con arquitectura y evidencia de tiestos cerámicos en las capas estratigráficas. Con base en dicho dictamen, en esta ocasión se excavaron 5 “unidades de exploración”, resultando que en 4 de ellas se recuperaron datos significativos para la comprensión de los eventos culturales y sociales que se dieron en dichos espacios.

Imagen 2.- Vista de los trabajos de nivelación del terreno. Corte norte.

Imagen 3.- Vista de los trabajos de nivelación del terreno.

Descripción de contextos por “unidades de exploración”. Unidad 1.- Localizada en la parte oeste de lo que sería la tienda departamental, constituida por 3 lomas naturales o hummuks de diferentes dimensiones, las cuales se encuentran distribuidas de sur a norte dentro del predio. Es en la denominada Loma 1 donde se identifican dos elementos arquitectónicos claros, los cuales se hallaron en la parte alta de la loma y corresponden a un patrón muy marcado dentro de la arquitectura del Occidente en Colima, el cual se presenta siempre en las partes altas de las lomas. La singularidad de éstas es que sus muros estuvieron construidos con rocas que presentan al menos una cara plana, las cuales se utilizan como fachada de las estructuras, hecho no común en el área de Colima, donde en la mayoría de las estructuras localizadas durante diversos trabajos arqueológicos, el material utilizado es cantos rodados, inclusive reportados para el Sitio Arqueológico del

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Chanal,2 que se corresponde en temporalidad con el sitio de “La Primavera”. Solamente en algunas escalinatas de diversos edificios del Chanal se ha reportado el uso de piedras con vista e incluso éstas, son labradas en la mayoría de los casos.3

Imagen 4.- Plano de distribución de las lomas o hummuks sobre el predio.

Imagen 5.- Localización de los pozos o unidades de exploración de la Loma 1.

De esta manera tenemos que la Estructura 1(Imagen 6/7), se trata de una plataforma probablemente habitacional, la cual presenta planta semi rectangular, con dimensiones de 8 metros de este a oeste y 4.70 metros norte sur. Se encuentra constituida por piedra de andesita, muy abundante en la zona, y se utilizan con una cara plana para ser expuestas como fachada de muro, tal vez algunas se encuentren careadas; no existe uniformidad en el tamaño de las piedras utilizadas, e inclusive se adaptan al terreno, utilizando como parte del muro rocas que se encuentran como afloramiento de la loma. Las dimensiones de las rocas van de los 70 X 90 cm a los 35 X 20 cm. La estructura no presenta completos los muros, pero sí es claro que forman una planta rectangular. La altura máxima de la plataforma es de 50 cm, en la parte este, en tanto al oeste su altura cuenta con apenas 25 cm. La Estructura 2(Imagen 8/9) se trata de una plataforma probablemente habitacional, la cual presenta planta rectangular, con dimensiones de 9 m de este a oeste y 2.50 m de norte a sur; cuenta con un muro transversal localizado al centro, que atraviesa la estructura en sentido norte sur, con lo que se divide en lo que al parecer son dos cuartos. Al igual que la anterior estructura, se encuentra constituida por piedra de andesita, utilizando una cara plana para ser expuesta como fachada; las dimensiones de las piedras que conforman los muros sugieren que se trató de colocarlas de manera uniforme, siendo su tamaño promedio de 15 cm a 20 cm de ancho por 20 cm de largo, y altura de 20 cm, lo cual corresponde a la altura del desplante, única evidencia que se pudó registrar. La estructura se encuentra incompleta en su costado oeste, debido a la remoción de materiales que realizó la maquinaria.

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Imagen 6.- Vista general de la Estructura 1. Imagen 7.- Fachada norte de la Estructura 1.

Imagen 8.- Vista general este-oeste de la Estructura 2. Imagen 9.- Vista general oeste-este de la Estructura 2.

Unidad 2.- Se trata de dos lomas de baja altura encontradas en el proceso de

nivelación por medio de maquinaria, localizadas en la parte este de la futura tienda departamental. En cada una de ellas se detectaron evidencias arqueológicas, con presencia de enterramientos humanos; uno en la parte sur (Loma sur), el cual se encontraba muy deteriorado, y otro justo en el límite norte (Loma norte), que se encontraba sin perturbación, a pesar de que la maquinaría fue la que lo detectó, y

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corresponde a la Fase cultural Armería.4 A continuación se describe el contexto de este último sector.

Imagen 10.- Localización de los entierros de la Unidad 2, lomas sur y norte.

Sector norte, Entierro 1.- Se encuentra conformado por una sista funeraria, sellada por medio de lajas alargadas de piedra, donde se depositó a una persona. Con la intención de poder hacer un buen registro de este contexto, se excava por niveles culturales, los cuales se describen a continuación: Nivel 1. Corresponde a la tapa o marcador de entierro, común en los entierros Armería, la cual se encuentra a escasos 60 cm por debajo de la parte superior de la loma; con presencia de rocas en poca proporción, inmersas en un material aglutinante del cual sobresalen, y que juntos tienen un espesor de 35 cm. Esta masa de aglutinante hace contacto con un sello de lajas.

Imagen 11.- Tapa o marcador, Nivel 1 del Entierro 1, Sector norte.

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Nivel 2. Lajas de piedra con largo promedio de 40 cm, encontradas de manera horizontal y recargadas en una pared de tepetate; la forma en que están colocadas hacen que se forme la cámara funeraria, apreciándose la presencia de un cuerpo humano.

Imagen 12.- Lajas, Nivel 2 del Entierro 1, Sector norte.

Nivel 3. Al momento de retirar las lajas, se descubre un espacio excavado en tepetate, en dos niveles: el primero presenta una planta rectangular de 1.50 m por 70 cm, donde la parte más larga está orientada hacia el norte; se encuentra a 1.35 m del nivel de superficie. Al este del espacio descrito se encuentra un segundo corte en el tepetate; se trata de un cajón en donde se depositó el cuerpo de una persona; presenta planta rectangular, con la misma orientación que la anterior, y sus dimensiones son 1.50 m por 40 cm. El individuo depositado corresponde a un entierro primario, colocado en posición de decúbito ventral extendido (boca abajo y extendido), con orientación de 15 azimutales; al parecer

se trata de una persona adulta, a la que faltan parcialmente las extremidades inferiores, propiamente dicho de la pierna izquierda; cuenta además con la presencia de un elemento de ofrenda: un cajete localizado hacia el este del rostro. La parte inferior del entierro se encuentra a 1.75 m con respecto al nivel de superficie. Cabe señalar que los grupos Armería presentan diversas formas de enterramiento, pero en ésta, es el primer caso reportado para esta fase de desarrollo, en donde al parecer tratan de reproducir las costumbres de cámara de la época Clásica en Occidente: las denominadas “Tumbas de Tiro”.

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Imagen 13.- Vista general de los restos del entierro, Nivel 3 del Entierro 1, Sector norte.

Imagen 14.- Ofrenda, Nivel 3 del Entierro 1, Sector norte.

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Unidad 3.- En lo que serán áreas de estacionamiento, parte centro norte del

predio, se localizaron tres lomas, de las cuales la denominada Loma 1 fue la de mayor tamaño y que se utilizó como banco de material para rellenar el área de la nave de la tienda. El material extraído originó un corte vertical de 8 metros de profundidad en la loma. La Loma 2 se trataba de una muy pequeña elevación, localizada al suroeste de las Loma 1, y la Loma 3, de mayores proporciones que la anterior, se encontraba justo en la esquina noroeste de la Loma 1. En la Loma 1 se recuperaron diversas vasijas, extraídas por la máquina; así como un contexto funerario, en la parte alta de la loma, el cual se encontró por debajo del nivel de superficie, a profundidad de 1.60 m. En lo que corresponde al denominado Entierro 1, se trata de una cámara funeraria, construida aprovechando la existencia de manera natural de una gran roca, que funciona como techo, y el costado este sellado con cuatro bloques de roca. El espacio interior, donde se encontró el entierro, presentaba un planta semitriangular, cuyo lado sur-norte medía 80 cm de largo, en tanto que uno de los lados este-oeste, midió 1.50 m de ancho. Cabe mencionar que fue la máquina quien hizo el primer contacto con este contexto, por lo que no se cuenta con un registro del cómo se encontraba el espacio existente entre la gran piedra de techo y los bloques de piedra, que seguramente eran la entrada al espacio funerario.

Imagen 15.- Plano del la Unidad 3, indicando la ubicación del Entierro 1 de la Loma 1.

Imagen 16.- Sello de la cámara funeraria del Entierro 1, Loma 1, Unidad 3.

El contexto presenta, de acuerdo a lo observado durante el proceso de excavación, dos niveles de depósito, los cuales se describen a continuación: El interior de la cámara medía entre 60 y 65 cm de alto, y desde la superficie de la loma, el piso se encontraba a una profundidad de 1.60 m. De acuerdo a como fue encontrado, el contexto estaba totalmente azolvado por una capa de tierra de textura arcillo limosa, la cual muy probablemente provenía de la superficie de la loma. Al retirar este material se sacó a la luz un contexto que por la presencia de huesos, escasos y al parecer de humano, le dieron el carácter para denominarlo como entierro. Se trata de huesos largos, depositados de manera secundaria y sin rasgos de presentar posición anatómica, los cuales se asocian a dos elementos cerámicos que conforman la ofrenda. El “Elemento 1” de

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excavación corresponde a una vasija fitomorfa, de medidas muy pequeñas y acabado de superficie pulido en tonos de color rojo, que corresponde a la Fase cultural Ortices;5 éste se localizó al norte del contexto. El “Elemento 2” lo constituía una vasija localizada al sur del elemento anterior; se encontraba totalmente fracturada; se trata de un cajete de paredes rectas, con tonalidad café pulido y también de filiación Ortices. Como característica del piso del contexto, se encontraron varios fragmentos de roca de diferentes tamaños, como si se tratara de un empedrado.

Imagen 17.- Vista general del Entierro 1, Loma 1, Unidad 3.

Imagen 18.- Detalle de la ofrenda del Entierro 1, Loma 1, Unidad 3. Imagen 19.- Tapa o sello del Entierro 1, Loma 1, Unidad 3.

La tapa o sello de la cámara, estaba constituida por cuatro bloques de roca,

localizados al sur del contexto, alineados con un rumbo de 245 azimutales, desde la parte interna este de la cámara; los bloques presentaban medidas muy

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homogéneas, de 35 cm de largo por 35 cm de ancho y altura de 70 cm, en promedio. Dentro de esta misma Unidad 3, en la denominada Loma 3, localizada hacia el noroeste, se realizaron diversos pozos de sondeo, identificándose un “fogón” en el Pozo 8. Este pozo se localizó al centro de la parte alta de la loma, orientado norte sur, con dimensiones de 2 x 2 m. En él se identificaron tres capas estratigráficas: la denominada Capa II (a profundidad de 10 cm. con respecto a la superficie del terreno), se encontró el fogón, que presentó restos carbonizados de materia orgánica, específicamente mazorcas de maíz (teozintle) y madera quemada. Se encontró cubierto en un primer nivel -Nivel 1- por piedras de aproximadamente 25 cm de largo por 15 cm de ancho, depositadas en una matriz de lodo compactado; este elemento cubre de manera perfecta la boca del fogón; el espesor de la capa de lodo compactado fue de alrededor de 25 cm, de tal manera que se trató de un contexto totalmente sellado. Al momento de retirar esta capa surgió una huella de tierra negra, la que se considero como Nivel 2, presentando un ancho de 80 cm en su eje norte sur, en tanto el ancho del este oeste fue de 60 cm. El nivel de contacto con esta tierra negra fue a los 35 cm por debajo del nivel de superficie, y en su parte más profunda presentó poco más de 70 cm. Este material fue recuperado y preparado para realizar pruebas de fechamiento por radiocarbón (Carbono 14), así como para identificación de especie, la cual considero se trate de teozintle, pero esperaremos el dato que proporcione el especialista (etnobiólogo).

Imagen 20.- Sello del fogón, Nivel 1 del Pozo 8, Unidad 3.

Imagen 21.- Tierra negra en el fogón, Nivel 2 del Pozo 8, Unidad 3. Imagen 22-. Piedras del fogón, Nivel 3 del Pozo 8, Unidad 3.

En el último nivel, por debajo de las cenizas y el carbón, se identificaron dos rocas, que se presentaron equidistantes y que de acuerdo a su posición y nivel, seguramente fueron utilizadas para la colocación de objetos u ollas para cocinar. Este nivel se denominó 3.

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Unidad 5.- Localizada al centro norte de lo que sería el área de estacionamientos, se presenta otra loma de gran tamaño, con medidas norte-sur de 70 m y este-oeste de 40 m. Se iniciaron los trabajos con la realización de pozos de sondeo en diversas áreas, para después pasar a una excavación intensiva, que permitió la recuperación y liberación de una estructura de cuatro niveles, y para concluir con los trabajos se realizaron los sondeos correspondientes, mediante 10 calas de aproximación alrededor de la loma.

Imagen 23.- Plano de la Unidad 5, indicando la ubicación de las calas y Unidad habitacional.

La denominada Unidad habitacional se localizó en la parte noreste de la loma; ésta consistió en una estructura de 4 niveles, de planta rectangular, orientada al norte-sur, con dimensiones de 20 m (norte-sur) por 16 metros (este-oeste), distribuida desde las partes bajas del costado este, y en donde se fueron edificando terrazas conforme la loma toma altura con respecto a la aparición del tepetate. Asimismo presentó construcciones: accesos, cuartos, muros circulares y semicirculares, canales de drenaje, escalones y fogones, que en conjunto le dan el carácter de habitacional a la estructura. (Imágenes 24 a 28)

Imagen 24.- Planta general. Imagen 25.- Cuerpo 1.

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Imagen 26.- Cuerpo 2. Imagen 27.- Cuerpo 3.

Imagen 28.- Cuerpo4.

El sistema utilizado en la construcción de este edificio fue: muros o cajones rectangulares de alturas y espesores variados, que van de los 40 a los 70 cm de altura y ancho de entre 15 y 25 cm. Al interior de estos cajones se les coloca un relleno de tierra y piedras, mismos que se van adosando uno a uno con la intención de ampliar la estructura, que respondía a una necesidad de espacio; reutilizan grandes piedras de afloramientos naturales, las cuales se dejaron en su lugar para la conformación de los muros. La construcción de estos últimos, la realizaron con bloques diversos de piedras de andesita, material que tiene la característica de presentar una o varias caras planas al momento de su extracción, mismas que fueron utilizada en el muro como fachadas o vista.( Imágenes

29 al 32) Un hecho que nos tiene intrigados es la existencia, en el tercer cuerpo, de una estructura circular o semicircular, debido principalmente a que en apariencia en su costado sur no se cierra. La forma y características que presentó recuerdan a los temascales reportados por otros investigadores para el centro de México,6 lo cual parece confirmar el hecho de que en la parte abierta del círculo da inicio un canal, que posiblemente servía como drenaje, tal vez con la finalidad de que el agua que se vertía al interior del supuesto temascal corriera hacia abajo de la estructura. Al centro de esta estructura circular, fue recuperada una ofrenda de

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cerámica y lítica, que consistió en cuatro elementos cerámicos y dos líticos (manos de metate), recuperados en dos niveles de deposición.

Imagen 29.- Vista de los cajones construidos. Imagen 30.- Adosamientos de muros.

Imagen 31.- Subestructuras. Imagen 32.- Detalle de línea de cajones.

En el costado norte de la loma se realizó la Cala 10, con extensión de 12 m en su eje norte-sur. En ésta se identificó un elemento cerámico semicompleto: un plato de la fase Armería.7 Este elemento se localizaba al centro de la cala, a 9.30 m al sur de su perfil norte y 40 cm al este del perfil oeste, y a profundidad de 75 cm por abajo del nivel de superficie.

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Imagen 33.- Detalle del canal.

Imagen 34.- Ofrenda de la estructura circular. Nivel 1. Imagen 35.- Ofrenda de la estructura circular. Nivel 2.

La temporalidad de este edificio se fundamenta a partir de los contextos recuperados durante el proceso de excavación, tanto de ofrendas, como de materiales registrados en las capas estratigráficas identificadas. De esta manera se tiene que el edificio fue ocupado y edificado desde la época Armería, a partir de la cual se le realizan diversas ampliaciones y modificaciones, con la intención de adaptar el espacio a la demanda de una población cada vez más numerosa. Con la presencia abundante de fragmentos de materiales cerámicos correspondientes a la fase Chanal, se presume que este grupo ocupó la zona y reutilizó los espacios arquitectónicos, realizando algunas modificaciones al edificio, como se aprecia en algunos muros circulares hechos con piedra bola del segundo cuerpo (imagen 38). Dada la importancia y singularidad de la estructura, se decidió proteger la zona como parte del patrimonio cultural, preservando un polígono irregular de 47.42 m al norte, 29.08 m al este, 50.61 m al sur y 31.67 m al oeste.

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Imagen 36.- Vista de la Cala 10. Imagen 37.- Plato Armería, ofrenda de la Cala 10.

Otros contextos en el Sitio.

Ofrenda 1.- Al oeste de la denominada Unidad 5, en la pared norte que se formó durante los trabajos de nivelación del área, se identificó una intrusión de tierra negra, la cual se distribuía desde la parte superior del corte hasta una profundidad de 1.15 m, donde se encuentra el piso de un nicho excavado en tepetate, del que se pudo recuperar un cajete correspondiente a la fase Armería. Este nicho presentaba una planta oval de 45 cm en sentido este-oeste, delimitado en su parte oeste por una roca cuadrada de 30 X 30 cm, y altura de 67 cm, a partir del piso del nicho. Sobre piso, en la parte suroeste del nicho se encontró el elemento cerámico. Petrograbado 2.- Éste se encuentra al norte de la Unidad 2, por lo tanto fuera del terreno trabajado. El levantamiento del diseño se realizó mediante la técnica de papel aluminio y el plástico. Se trata de una piedra semicircular, con diámetro de 1.70 m y altura de 60 cm. Se pudo obtener el registro de círculos cóncavos de diversos tamaños, los cuales se encuentran conectados entre sí por medio de canales; existe un círculo en la parte central, la más alta de la roca, en donde si se vierte agua ésta se distribuye a varios de los círculos que se encuentran en niveles inferiores. Este tipo de diseños es muy común en Colima, los denominados “moneros” los identifican como representaciones de las áreas donde se encuentran cementerios prehispánicos, en las que los círculos corresponden a tumbas, y se denominan “piedras mapa”.

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Imagen 39.- Vista general del corte, nicho y Ofrenda 1, Unidad 5, Loma 2.

Imagen 40.- Corte en perfil estratigráfico, Ofrenda 1, Unidad 5, Loma 2.

Imagen 41.- Trabajo de levantamiento del diseño del Petrograbado 2.

Imagen 42.- Dibujo del Petrograbado 2.

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Análisis de materiales.

Industria alfarera La realización de cualquier tipo de análisis en el estado de Colima, se fundamenta en los trabajos de la Dra. Isabel Kelly,8 quien trabajó durante varias temporadas de reconocimiento de sitios, así como de excavaciones en los estados de Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Colima y Michoacán, una primera etapa entre los años 1939 y 1940, y la segunda entre los años sesenta y setenta del siglo XX. Como parte de sus resultados se encuentra el haber establecido trece provincias cerámicas para la zona noroccidental de México, entre ellas la denominada Autlán-Tuxcacuesco, definiendo para el interior de Colima 4 subáreas: 1. Costa desde Cihuatlán hasta Manzanillo. 2. Parte noroccidental o montañosa. 3. Cuenca del río Armería y parte de la Cuenca del Salado. 4. Extremo oriental. Pudo realizar fechamientos por medio de Carbono 14, lo que permitió tener puntos de correspondencia entre los elementos cerámicos y su ubicación en el tiempo; por lo que para el presente trabajo se tomará como marco de referencia la denominada subárea 3, Cuenca del río Armería y parte de la Cuenca del Salado, en la cual se presentan las siguientes fases culturales: Capacha1500 a.C. –500 a.C. Ortices100 a.C. –250 d.C. Comala 250 a.C. –650 d.C. Colima 650 d.C.–950 d.C. Armería 950 d.C.–1150 d.C. Periquillo 1150 d.C.–1350 d.C. Chanal 1350 d.C. – 1500 d.C. También se utiliza la descripción de tipos cerámicos reportados por la Dra. Ángeles Olay Barrientos, en diversos trabajos publicados y sus informes técnicos entregados.9 Es a partir de estos puntos de referencia, se realizan dos trabajos en la cerámica: a) las piezas completas, a las que se les denomina elementos, fueron enviadas a la Sección de Restauración y Conservación del Centro INAH Colima, a cargo de la Rest. Judith Cárdenas Carvajal; y b) los materiales fragmentados o tepalcates, que se recuperaron durante todo el proceso de excavación en las diversas capas estratigráficas identificadas. Del primer proceso, se limpiaron y restauraron un total de 18 piezas, en las cuales destaca la presencia de materiales Armería y en menor frecuencia materiales de las fases culturales Ortices y Comala. En tanto que del proceso de análisis de tepalcates, los resultados fueron más variados, presentándose otros tipos cerámicos, además de los correspondientes a las fases culturales identificadas con los materiales completos. De esta manera se identificaron materiales correspondientes a épocas tempranas, como la fase Capacha y Ortices; materiales correspondientes al denominado

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periodo Clásico de Colima, como lo es la fase Comala, y por último, materiales de épocas tardías, como los correspondientes a las fases Armería y Chanal, las cuales son las de mayor presencia en la zona, lo que sugiere que el sitio tuvo su mayor auge de ocupación justo en estas etapas.

Imagen 43.- Plato correspondiente a la Fase Armería. Ofrenda 1, Unidad 5, Loma 2.

Imagen 44.- Vasija fitomorfa correspondiente a la Fase Ortices. Ofrenda del Entierro 1, Loma 1,

Unidad 3.

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Imagen 45.- Material cerámico de la Fase Capacha. Imagen 46.- Material cerámico de la Fase Comala.

Imagen 47.- Material cerámico de la Fase Armería. Imagen 48.- Material cerámico de la Fase Chanal.

Industria lítica Los materiales líticos se analizaron con base en los parámetros expuestos por el maestro García Cook (1967), donde los criterios como categoría, uso, superfamilia, familia, tipo y materia prima son la base del análisis, además de su estado de conservación. De esta manera tenemos la Industria lítica Pulida y la Tallada. De estos materiales se extrae como conclusión, que la mayoría de los materiales líticos recuperados corresponden a un uso totalmente funcional doméstico, destacando los metates y manos de metate, así como las navajillas y lascas de obsidiana.

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Imagen 49.- Lítica Tallada. Imagen 50.- Lítica Pulida.

Resultados y Conclusiones. Los trabajos arqueológicos realizados en el predio La Primavera, tanto en lo que se refiere a la excavación del sitio como a los análisis realizados a los materiales recuperados en el proceso, ponen de manifiesto tres conclusiones interesantes: El sitio muestra una presencia ocupacional humana bastante prolongada, la cual va desde el formativo, con materiales Capacha y Ortices, llegando hasta la Fase Chanal, siendo las dos etapas tempranas las menos representadas, en función del número de tiestos recuperados. Por otra parte, las fases Armería y Colima tienen una representación abundante, pero no tanta como la tienen los tiestos del periodo Chanal. Los materiales cerámicos, y en especial la gran cantidad de lítica pulida y tallada, ponen de manifiesto que el sitio excavado es totalmente habitacional doméstico, definición que también se apoya en la arquitectura registrada, la cual se caracterizó por ser de plataformas habitacionales. La utilización de un mismo espacio en tiempos distintos nos indican que la zona era de gran importancia para la vida de grupos, por lo que se reutilizaron incluso los mismos edificios, que se fueron adaptando a las necesidades de cada grupo que los habitaron. Tal es el caso de lo visto en las unidades de excavación 1 y 5, donde se puede observar este fenómeno. Otro dato importante para los estudios de cerámica en la región, es el hecho de que en este análisis se retoman los tipos cerámicos definidos por Isabel Kelly y que el P. A. Carlos A. Salgado Cevallos recupera en su trabajo de tesis, “La Fase Cerámica Armería: Una reconsideración” (en fecha de titulación), para las fases Colima y principalmente la Armería, las cuales, dadas sus características, se prestaban a confusiones o entremezclas de ambas y que ahora,

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con el trabajo de Salgado se puede llevar a cabo una separación adecuada de estos materiales. En lo que respecta al estudio de los materiales arqueológicos recuperados, de éstos se realiza la selección de materiales tanto líticos como cerámicos, agrupándolos por tipos, conformando a su vez, parte de un muestrario que permitirá la comparación en investigaciones futuras. En cuanto a los materiales óseos recuperados, estos se encuentran en espera de ser enviados para su análisis a los laboratorios de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Entre los resultados que se esperan está el conocer el género de los individuos sepultados, es decir, si son femeninos o masculinos, cuántos individuos fueron sepultados, el tipo de rasgos culturales presentes en los huesos (deformación craneana, la mutilación dentaria, entre otros). También, en el caso que los materiales lo permitan, se podrá obtener la posible actividad laboral que los individuos ejercían. Existe la posibilidad de que estos materiales sean de los primeros en ser estudiados mediante análisis de ADN, en los laboratorios de la ENAH. Con los datos obtenidos se ha logrado dar valor trascendental a la zona, remarcando el gran potencial arqueológico con que aún cuenta el área y haciendo, en consecuencia, necesaria la realización de trabajos más específicos, y evitar en la medida de lo posible la realización de trabajos al vapor, pero sobre todo, que éstos se desarrollen a partir de un proyecto bien estructurado, a modo de salvamento, en el que se tenga la oportunidad de buscar objetivos específicos y no solamente recuperar lo que nos permitan las máquinas. También es necesario desarrollar trabajos urgentes de prospección del área, a partir de los cuales se pueda contar con datos concretos del estado actual que presenta la zona norte del Valle de Colima, en materia arqueológica; desde los años setentas no se han llevado a efecto trabajos de esta naturaleza, y muchos de los sitios que se registraron en esas épocas presentan, con mucha seguridad, modificaciones al patrón arqueológico registrado. Tal es el caso de este sitio, donde el terreno de 12 hectáreas que se trabajó, es sólo parte de un sitio registrado en los setentas con extensión de 48 hectáreas, al que se le denominó “La Capacha”. Dado que la zona norte de Colima y Villa de Álvarez se encuentran inmersas en constantes modificaciones de uso de suelo, aunado a que estas áreas se han convertido en las zonas de mayor plusvalía, se ha venido generando una gran demanda de terrenos para explotar su potencial urbano, se requiere de manera urgente el fortalecimiento de los convenios ya existentes, celebrados con diversos Ayuntamientos, para que se reglamente de manera categórica las condiciones a las que deberán sujetarse los particulares que quieran modificar el uso de suelo, en sitios donde se esté poniendo en riesgo de pérdida el patrimonio arqueológico de la nación. De no tratar de implementar una estrategia de este tipo, se corre el riesgo de que en un futuro no muy lejano, el Centro INAH-Colima se encuentre con un problema que rebase en mucho su capacidad de respuesta para proteger nuestro patrimonio arqueológico.

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Notas: 1 Registro E13B3406023, Catálogo e Inventario de Zonas Arqueológicas del INAH. 2 Olay, 2003. 3 Ibid. 4 Kelly 1980. 5 Kelly lo fecha para el 100 a.C. –400 d.C. 6 Arqlgo. Víctor Arrivalzaga, información personal; adscrito a la Dirección de Estudios Arqueológicos-INAH. 7 Fechado por Kelly para el 950 d.C.–1150 d.C. 8 Kelly, 1980. 9 Olay, 2001. Bibliografía ALCÁNTARA, S., “Rescate arqueológico: parcela 6 Z-1 P1/1 del Ejido El Diezmo/ Colegio Alfa”. Archivo Centro INAH Colima, agosto, 2002. - “Informe de trabajo: Rescate Fraccionamiento Lomas de la Villa”. Archivo Centro INAH Colima, diciembre, 2003. - “Rescate arqueológico: Parcela 28, del Ejido Comala”. Archivo Centro INAH Colima, diciembre, 2005. - “Rescate arqueológico: La Primavera 2005". Archivo Centro INAH Colima, septiembre, 2006. AVILA PALAFOX, R. (Comp.), El Occidente de México, arqueología, historia, antropología. Universidad de Guadalajara, México, 1989. BAUSS REED CZITROM, C., Figurillas sólidas de estilo colima: una tipología. INAH (Colección Científica, Serie arqueología, núm. 66), México, 1978. BERDEJA, J.; “Informe Técnico. Rescate Arqueológico Hospital Universitario y Tercer Anillo Periférico”. Archivo Centro INAH Colima, octubre 1998-noviembre 1999. - “Informe Final. Rescate Arqueológico Ampliación del Libramiento Oriente de la Ciudad de Colima”. Archivo Centro INAH Colima, enero-marzo, 2000. - “Reporte Parcial. Rescate Arqueológico Fraccionamiento Residencial Segunda Sección Prados del Sur”. Archivo Centro INAH Colima, 2001. BRANIFF, B. (Coord.); Introducción a la Arqueología del Occidente de México. Universidad de Colima e INAH, México, 2004. INAH Colima, “Catálogo e Inventario de Zonas Arqueológicas del INAH”. Archivo Centro INAH Colima. EECKELS, H.; “Informe Final del Proyecto de Investigación Estratigráfica Residencia Esmeralda”. Archivo Centro INAH Colima, junio, 2001. KELLY, I., “Ceramics Provinces of Northwest Mexico”, en El Occidente de México. Cuarta Mesa Redonda sobre Problemas Antropológicos de México y Centro América. SMA, México, 1948, pp. 55-71. - “Ceramic Sequence in Colima: Capacha, an Early Phase”, en Anthropological Papers of the University of Arizona, núm. 37. University of Arizona Press, 1980.

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