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DIRECCIÓN PROVINCIAL DE EDUCACIÓN PRIMARIA
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Prácticas del lenguaje1
LEER Y ESCRIBIR CON BIBLIOTECAS EN LAS ESCUELAS
RURALES QUE CONFORMAN UN AGRUPAMIENTO2
Material para el docente
La conformación de agrupamientos de escuelas rurales permite pensar a cada escuela rural
vinculada a otras escuelas, fortaleciendo las redes sociales de modo de avanzar hacia la
igualdad de oportunidades para todos los habitantes de la misma comunidad. El trabajo
conjunto de las instituciones involucradas está concebido como una forma de potenciar y
enriquecer las posibilidades de cada uno de los actores y de ampliar sus marcos de referencia,
más allá de las condiciones objetivas de localización geográfica.
Si bien, algunas soluciones para avanzar en la superación de las condiciones de
aislamiento de las escuelas rurales dependen de mejorar las condiciones de accesibilidad y
disponibilidad de servicios de comunicación y transporte, otras remiten a la posibilidad de
promover diversas interacciones con la cultura escrita. Se trata de construir y fortalecer
vínculos para que niños y adultos de la comunidad participen de los modos diferentes de decir
el mundo en las tradiciones literarias, las ciencias, las filosofías de diversos lugares y tiempos
y que todos puedan hacerlo desde sus diversos orígenes culturales.
La biblioteca, un espacio de encuentro para las escuelas del agrupamiento
La organización de situaciones de lectura y escritura en torno a la biblioteca constituye una
alternativa posible para formalizar vínculos y fundar comunidades de aprendizaje entre niños,
docentes y familias de un mismo espacio rural.
1 Equipo de Prácticas del Lenguaje: Alejandra Paione (coord.), Mariana Anastasio, Viviana Asens, María de la
Gloria Carli, Pablo Clementoni, María Isabel Iacoponi, Flavia Porto. DGC y E, Dirección Provincial de
Educación Primaria, año 2016.
2 El documento fue elaborado por el Equipo Prácticas del Lenguaje de la Dirección de Gestión Curricular,
Dirección Provincial de Educación Primaria, año 2013. Alejandra Paione (coord.), Celeste Carli, María de la
Gloria Carli, Marcela Errandonea, Leticia Peret, María del Carmen Pérez de Veltri.
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Pensamos la biblioteca como un espacio dinámico, vivo y cambiante; un lugar de
referencia en donde niños y adultos pueden acudir para explorar, consultar, buscar
información, profundizar sobre un tema, disfrutar, incluir nuevos títulos… Para ello, es
conveniente seleccionar un espacio institucional o un sector o rincón del aula preferentemente
luminoso, tranquilo, cómodo y ameno que posibilite el contacto intenso de los usuarios con
los materiales de lectura.
Cuando decidimos organizar y poner en funcionamiento la biblioteca incluimos
materiales que presenten diversidad de géneros textuales, de autores e ilustradores, de culturas
y tradiciones, de relaciones entre textos e imágenes, de extensiones y complejidades, de
versiones, de soportes y de lenguas. Promover la interacción con estas diversidades permitirá
que los niños se conviertan en lectores y escritores plenos desde los inicios de la escolaridad,
aún antes de saber leer y escribir por sí mismos.
Las distintas situaciones de enseñanza en torno a la biblioteca se distribuyen y alternan
a lo largo del año garantizando momentos en los cuales el docente lee diversidad de textos,
otros momentos en los cuales los niños se enfrentan al desafío de interpretar lo que dicen los
textos, momentos en los cuales escriben solos o en pequeños grupos y otros en los que el
docente es quien se hace cargo de esa tarea mientras los alumnos le dictan qué debe dejar
escrito… Escuchar leer y leer por sí mismos, dictar a otros, copiar con sentido y escribir por sí
mismos con claros propósitos sociales y didácticos, constituyen valiosas oportunidades para
colaborar en la formación de una comunidad de lectores y escritores.
Interacción entre pares, una oportunidad de aprendizaje en el marco de la biblioteca
Las aulas de las escuelas rurales se conforman de muy diversas maneras. A veces reúnen
alumnos de todos los años; otras veces, a todos los de un ciclo o a los de dos años contiguos.
Por otro lado, “todos los años/grados” o “todos los de un ciclo” no siempre son
estrictamente “todos” (pueden faltar años o ciclos porque no hay alumnos cursantes).
Además, la cantidad de niños de cada año no siempre es equilibrada: puede ocurrir que
algunos años concentren a la mayoría, mientras que otros tengan muy pocos alumnos (a
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veces, uno solo). Así, la diversidad propia de toda aula, se acrecienta y se hace notoria en
estos contextos.
Pero lejos de reconocerla como problema, la interacción social de niños con distintos
saberes -tengan o no la misma edad- permite que los niños compartan apreciaciones o
pensamientos con otros, que aprendan a argumentar sus ideas y a coordinar distintos puntos
de vista. En esas interacciones los alumnos establecen vínculos con el conocimiento que
promueven una verdadera construcción conjunta.
La biblioteca puede constituir un contexto propicio para promover estas interacciones
entre pares. Así, es posible combinar situaciones colectivas, donde los niños de diferentes
grupos y edades comparten la misma tarea en torno a los libros – siempre que suponga un
desafío para todos- con otras donde distintos grupos de alumnos realizan situaciones
diferentes, en ocasiones de manera complementaria y en otras, en forma paralela; situaciones
donde los más grandes pueden ayudar a los más chicos o bien los más chicos asesorar y
orientar a los grandes. Las posibilidades son variadas, por ejemplo:
- los grandes ayudan a los chicos en la exploración de catálogos para seleccionar
materiales de lectura,
- los chicos dictan a los grandes los títulos que hay que anotar en el inventario,
- los pequeños fichan los datos de los libros y los grandes completan con algunos datos
del autor,
- los chicos dictan a los grandes comentarios de las obras,
- los pequeños registran los préstamos y devoluciones,
- los más grandes buscan recomendaciones
- se comparten recomendaciones producidas por todos, a veces en equipos y a veces
colectivas…
La intervención del docente juega un papel fundamental en estos intercambios: no
solo alienta estas interacciones en su grupo sino que también reconoce las que resultan más
favorables para construir un saber en común en un marco de cooperación. Se trata de
promover situaciones que permitan atender a la diversidad de niveles de aprendizaje, de
grados/años o de ciclos y posibiliten la interacción entre pares –de edades próximas o
distantes- o con el docente, quien interviene de manera simultánea y también diferenciada en
las distintas situaciones que interpelan a los alumnos como lectores y como escritores.
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Algunas situaciones de lectura y escritura en torno a la biblioteca
Presentamos algunas situaciones de lectura y escritura que las escuelas que conforman el
agrupamiento pueden desarrollar en el contexto de la biblioteca. Desde el punto de vista social
la justificación de las distintas situaciones puede estar dada por el uso específico que se
realiza con los materiales o por la gestión de la biblioteca. Desde el punto de vista didáctico,
las diferentes situaciones posibilitan distintos aprendizajes referidos tanto al lenguaje que se
escribe como a los procesos de interpretación y composición de los textos escritos y a la
reflexión sobre el sistema de escritura, en el caso de los niños que están aprendiendo a leer y
escribir.
Las situaciones de uso específico responden a la finalidad intrínseca para la que es creada
una biblioteca tales como la lectura literaria, la búsqueda de información para estudiar algún
tema y otras actividades culturales. En estas situaciones, los niños se desempeñan como
lectores-usuarios-escritores de la biblioteca. Por ejemplo:
Mesas de libros e intercambio entre lectores
Se trata de generar encuentros con los libros y otros materiales de lectura para que los niños
amplíen su conocimiento sobre el mundo y la cultura escrita. El contacto con diversidad de
materiales de lectura brinda oportunidades para ejercer prácticas similares a las que desarrolla
cualquier lector cuando visita una biblioteca, librería, feria de libros u otros eventos; entre
otras, explorar y elegir lo que va a leer, hojear los materiales, saltear páginas, cambiar de
libro, releer, observar y describir imágenes, escuchar y dar
recomendaciones.
Las escuelas del agrupamiento pueden organizar
alternadamente variadas mesas de
libros con una frecuencia quincenal
o mensual para propiciar estos
encuentros interinstitucionales.
Después de la exploración de los materiales seleccionados, se
sugiere momentos de lectura individual y también en pequeños
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grupos, para finalizar con una rueda de intercambios informales.
Lectura del docente y apertura de un espacio de intercambio sobre lo leído
Los docentes de las distintas escuelas pueden preparar sesiones de lectura en voz alta para los
alumnos del agrupamiento e incluir con frecuencia momentos posteriores de intercambio
sobre lo leído.
Cuando los niños escuchan leer al docente acceden a textos pertenecientes a diversos
géneros, temáticas, autores y tipos de ediciones. A pesar de no enfrentarse directamente con el
texto, pueden progresar como lectores porque interactúan con un adulto experimentado que
ejerce prácticas de lectura –diferentes, de acuerdo con lo que está leyendo, con el auditorio y
con el propósito que lo orienta– y les permite acceder al contenido de los textos y a las
particularidades de la lengua escrita.
Leer obras literarias y abrir un espacio de comentarios y opiniones con el grupo
posibilita a los niños ingresar al mundo creado en los textos, compartir efectos que la lectura
de las obras produce e intercambiar impactos y reflexiones con otros lectores, poniendo en
juego prácticas que favorecen la construcción de sentidos cada vez más elaborados.
Además de compartir textos literarios, los docentes pueden seleccionar textos
informativos tales como artículos de divulgación científica o notas de enciclopedia. La lectura
de estos materiales y los intercambios posteriores ofrecen oportunidades a los niños para
discutir su sentido al confrontar interpretaciones, al releer algunos de sus fragmentos, al
conocer otros datos a través de las explicaciones del maestro. Del mismo modo, los docentes
pueden leer y comentar artículos periodísticos, promover la discusión entre opiniones diversas
y ayudar a entender la posición del autor de la nota.
Sesiones simultáneas de lectura
Estos encuentros de lectura conservan las características centrales de la situación anterior con
la particularidad de ampliar los espacios de intercambio a grupos escolares de distintas edades
de manera simultánea. Así, es factible organizar grupos de intercambio entre niños de un
mismo ciclo o entre niños del primer y segundo ciclo de la EP. La interacción de manera
sistemática con compañeros mayores o menores, en momentos de lectura coordinados por
distintos maestros, supone un desafío institucional por considerar a la escuela en su totalidad
como una comunidad de lectores.
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La propuesta incluye distintos momentos:
- Selección de los materiales de lectura por los docentes y definición de acuerdos
institucionales. Los maestros pueden organizar diversos itinerarios de lectura en
función de distintos criterios compartidos: leer obras de un mismo autor, de un mismo
género o subgénero, leer obras en torno a un mismo personaje o temática, etc.
Asimismo, acuerdan aspectos organizativos para desarrollar la propuesta (días y
tiempos de inicio y de finalización de las sesiones, modalidades de desplazamiento,
lugares de reuniones posteriores, formas de distribución de los niños a sus grupos de
origen; etc.).
- Difusión de las propuestas de lectura en la escuela. Los maestros producen y publican
las opciones literarias que –en fecha próxima- leerán en cada salón. Unos días previos
a las sesiones de lectura, cada docente da a conocer las propuestas para que sus
alumnos elijan a cuál desean asistir. Para ello, leen las recomendaciones a todo el
grupo y luego solicitan que cada niño se anote en un registro de interesados de cada
obra.
- Desarrollo de las sesiones simultáneas de lectura en los distintos salones de clase.
Cada maestro lee el cuento seleccionado y luego abre un espacio de intercambio entre
los asistentes. A diferencia de otras sesiones de lectura, en esta oportunidad se
encuentra con alumnos de edades diferentes y con distintas experiencias literarias,
intercambio que promueve nuevas oportunidades para construir sentido del texto leído.
- Intercambio posterior a la sesión de lectura en el aula habitual. Los alumnos de cada
año - reunidos con su maestro habitual- comentan las distintas experiencias de lectura
a las que asistieron y recomiendan a sus compañeros el cuento escuchado.
Organizar sesiones simultáneas de lectura entre las escuelas del agrupamiento permite
enriquecer las prácticas del lector literario en el contexto de una creciente comunidad de
lectores más allá de la propia escuela. Al mismo tiempo, supone considerar y articular las
condiciones interinstitucionales con los momentos de la propuesta: planificar encuentros entre
los equipos docentes para acordar la selección, los espacios y tiempos disponibles para la
difusión de las opciones de lectura, la organización de las sesiones simultáneas y apertura de
instancias posteriores de intercambio entre los lectores.
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Lectura de los niños para compartir con otros
En el marco de los intercambios interinstitucionales es factible organizar situaciones de
lectura que por su sentido social y personal son oportunas para desarrollar prácticas de lectura
en voz alta a cargo de los alumnos. Por ejemplo: los niños más grandes pueden leer a otros
niños poemas o cuentos escogidos de la biblioteca, los resultados de una experiencia o
informaciones recogidas en el marco de un proyecto de estudio o participar en encuentros de
teatro leído. Se trata de situaciones que requieren organizar un conjunto de actividades: la
selección de textos oportunos para leer ante un auditorio, la lectura previa y, muy
especialmente, los ensayos necesarios que permitan lograr los efectos buscados. Aun los niños
que recién se aproximan a la lectura pueden hacerse cargo de leer las intervenciones de un
títere en una representación o de participar en una lectura poética, si los ensayos han sido
suficientes.
Producción de recomendaciones
La conformación de agrupamientos ofrece valiosas oportunidades para habilitar espacios
formales de comentarios y recomendaciones bibliográficas entre lectores más allá de las
paredes del aula. Para ello, los docentes pueden organizar encuentros periódicos entre los
niños de las distintas escuelas con el propósito de conversar sobre los textos que conocen y
comunicar preferencias lectoras. Al mismo tiempo pueden planificar
situaciones de producción de recomendaciones escritas y definir junto
con los niños, los circuitos de circulación de textos más adecuados a
los propósitos y destinatarios, por ejemplo, organizar un panel
compartido, afiches de propagandas, un folleto o cartilla para
distribuir, suplementos de revistas escolares o locales, el blog de las
escuelas u otros sitios de Internet...
En el marco de la producción de recomendaciones, los niños tienen la oportunidad de
avanzar como escritores y profundizar en la interpretación de textos literarios ya que no solo
tienen que expresar sus gustos sino, además, identificar en las obras ciertas pistas que
permitan sustentar la opinión expresada: rastros de estilo de un autor o un ilustrador,
características de los personajes, recursos literarios utilizados que promueven ciertos efectos
en el lector, etc.
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La difusión de
recomendaciones escritas entre las
escuelas del agrupamiento puede
promover otras situaciones en
torno a la biblioteca: préstamos de
libros, organización de círculos de
lectores, sesiones de lectura en voz
alta (los niños más grandes leen a
los más pequeños la obra
recomendada), etc.
Circulación de “Bolsas viajeras”
El intercambio entre lectores puede incursionar también en el contexto familiar de las escuelas
del agrupamiento. Se trata de favorecer espacios compartidos de lectura invitando a las
familias a participar de la circulación de algunos materiales de las bibliotecas.
Las bolsas viajeras pueden contener diversos materiales de lectura destinados a los
niños y material específico para adultos. Asimismo, puede incluir un cuaderno y una lapicera
para que alguno o varios miembros de la familia expresen su opinión, realicen comentarios,
soliciten materiales o envíen sugerencias lectoras.
La lectura periódica de estos comentarios familiares ofrece oportunidades para
conocer y compartir la opinión de otros lectores y generar nuevos intercambios.
Las situaciones que derivan de la gestión de la biblioteca son aquellas que están destinadas
a la organización, administración y buen funcionamiento de una biblioteca. En estas
situaciones, los niños aprenden las tareas que normalmente desarrolla un bibliotecario. Por
ejemplo:
Fichaje de los materiales de la biblioteca
Fichar los materiales de la biblioteca registrando sus datos más
importantes garantiza el control del acervo y facilita su
ubicación. Al diseñar y producir fichas, los niños se ven
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obligados a analizar los datos de las portadas, las contratapas, los índices y otras
informaciones para volcarlas a las fichas. Para ello, leen, anticipan, escuchan leer a otros para
localizar el título, autor, editorial, serie o colección, lugar y año de edición, etc. La necesidad
de registrar estos datos, justifica la tarea de copia. En este caso, se trata de una copia con
sentido porque “se sabe lo que dice” y, al mismo tiempo, una copia selectiva, porque no se
copia toda la portada del libro sino, determinados datos y en un lugar preciso de la ficha.
La tarea ofrece diversos desafíos de lectura y escritura en función de las posibilidades
de los niños. Así, para los que aún no leen convencionalmente, el
problema consiste en localizar la información específica y copiarla
en el lugar correspondiente; para los que leen convencionalmente,
el problema puede consistir en encontrar el lugar y fecha de
edición -que suele figurar en lugares variados- o saber cuál es el
nombre de la editorial cuando se la desconoce y realizar el registro
correspondiente.
Registro de préstamo
En el marco de los encuentros interinstitucionales, las escuelas del agrupamiento pueden
intercambiar libros en calidad de préstamo.
Registrar el préstamo y devolución de los materiales bibliográficos permite dejar
constancia de la circulación y destino de los mismos. Si bien la situación suele estar cargo de
los docentes, un alumno (o grupo de alumnos), puede asumir la función de bibliotecario y
cumplir con la actividad de manera rotativa.
El registro de los libros de la biblioteca puede realizarse
de diversas maneras, por ejemplo, en fichas organizadas por
título de la obra o por nombre del lector. Cualquiera sea el
formato que se adopte, la situación supone oportunidades para
desarrollar distintas prácticas de
lectura y escritura según las
posibilidades de los niños. Así,
para los que están aprendiendo a leer y escribir les permite
resolver problemas de lectura y escritura por sí mismo. El
desafío consiste en localizar -con ayuda del maestro o de algún
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compañero mayor- dónde está escrito el título o el nombre buscado. Una vez localizado, la
copia adquiere sentido pues resulta necesario guardar memoria del poseedor del material.
Selección de materiales bibliográficos
El material de las bibliotecas se renueva periódicamente para sostener el interés, ampliar y
profundizar el horizonte lector de los niños. Para ello, el docente propone la exploración y
consulta de „textos que hablan sobre otros textos‟ (contratapas de libros, listados
bibliográficos o catálogos de bibliotecas y de editoriales, publicidades y reseñas de textos
publicadas en distintos medios gráficos, sea en soporte papel o digital) con el propósito de
tomar decisiones acerca de los materiales de lectura que se deseen incorporar en la biblioteca
del aula. Se ofrece así, oportunidades para que los niños puedan seleccionar textos atendiendo
a diferentes criterios (por autor, género, temática, colección) y al mismo tiempo, aprender a
leer. Cuando los docentes organizan esta situación en el aula distribuyen materiales en
pequeños grupos o individualmente, leen algunos datos y reseñas publicadas y proponen a su
vez, diversas situaciones de lectura para enseñar a leer. Pueden incluir también material
perteneciente a sitios web.
Clasificación de materiales de la biblioteca
Organizar los materiales bibliográficos de las bibliotecas facilita su circulación en las aulas.
La organización de la biblioteca no es rígida, más bien distintas necesidades plantean nuevos
problemas que según el momento y la experiencia lectora de los niños adopta diferentes
soluciones. Para ello, el docente propone situaciones de exploración y clasificación de
materiales de acuerdo a las posibilidades y recorridos lectores de los niños.
Producción de agendas de lectura
Registrar los títulos de los libros que se han leído o se desean leer permite llevar un control en
la organización de lecturas durante cierto período. Las agendas de lectura se pueden producir
en un papel afiche o soporte visible para todos, en los cuadernos de clases, también en
agendas o libretas destinadas especialmente para tal fin.
En algunas oportunidades los títulos que se incluyen en las agendas de lectura son
seleccionados por el docente; en otras, luego de una situación de exploración de materiales, el
docente les puede proponer a los niños que ellos decidan y seleccionen qué títulos incluir.
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Para los más pequeños, agendar las obras que se leen ofrece oportunidades para reflexionar
sobre el sistema de escritura: leen por sí mismo para localizar el título de un libro en un
universo acotado de posibilidades, escriben o copian títulos para organizar sus lecturas.
Elaboración del reglamento de la biblioteca
La circulación de los libros de la biblioteca demanda la necesidad de elaborar el reglamento
para su uso. Se trata de documentar un acuerdo del grupo que sirve de “marco legal” al
especificar las normas de cumplimiento obligatorio en el cuidado y circulación de los libros.
Para ello, el docente planifica situaciones específicas que dan sentido a la tarea y orienta a los
niños en el proceso de la producción escrita del reglamento (planificación-textualización-
revisión-edición del texto).
A modo de cierre
Hemos presentado diversas situaciones que tienen el propósito didáctico de enseñar a leer y
escribir al mismo tiempo que los niños interactúan con los textos, elaboran interpretaciones y
encuentran pistas en el escrito que las avalen, comparten con otros lo leído y recomiendan sus
preferencias lectoras. En todas estas situaciones, la biblioteca se convierte en el eje
vertebrador de estas prácticas.
Las propuestas presentadas, tanto de uso específico como aquellas derivadas del
gobierno de la biblioteca, son sólo algunas posibles a realizar en las aulas de las escuelas del
agrupamiento. En su diseño se consideran diversidad de:
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- propósitos comunicativos: agendar las lecturas, registrar el préstamo y devolución de
los libros, reglamentar el uso de la biblioteca, escribir para recomendar, leer y
escuchar leer para informarse o adentrarse a otros mundos posibles…
- situaciones de enseñanza: lectura por sí mismos y por parte del maestro, situaciones
de copia, de dictado al docente y de escritura por sí mismos.
- soportes: cuadernos o carpetas, libros, fichas, afiches, pantalla…
- unidades lingüísticas: palabras, (nombre propio y otros nombres); enunciados más
extensos que las palabras (títulos, fragmentos de cuentos), hasta textos completos;
- modos de agrupamiento de los niños: situaciones en las que los alumnos tienen
oportunidades de escuchar leer o de escribir de manera colectiva; situaciones en las
que escriben o leen agrupados en pequeños equipos (los más grandes ayudan a los más
pequeños o bien los más pequeños asesoran y orientan a los grandes), así como
también situaciones de producción e interpretación individual.
En suma, se trata de plantear diversas situaciones de enseñanza que posibiliten el avance
de los niños como lectores y escritores y asimismo, tengan oportunidades de poner en
juego sus saberes relativos al sistema de escritura y al lenguaje escrito.
Materiales de consulta:
DGCyE (2008), Diseño Curricular para la Educación Primaria. Primer Ciclo Prácticas del
Lenguaje. La Plata, DGCyE, 2008. Disponible en:
http://abc.gov.ar/lainstitucion/organismos/consejogeneral/disenioscurriculares/documentosdes
carga/primaria1ciclo.pdf
DGC y E (2008). La lectura en la alfabetización inicial: situaciones didácticas en el jardín y
en la escuela / coordinado por Claudia Molinari y Mirta Castedo. La Plata, Dir. General de
Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires. Disponible en:
http://servicios2.abc.gov.ar/lainstitucion/organismos/lecturayescritura/publicaciones/maqueta
_lectura.pdf
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DGCyE (2008). La escritura en la alfabetización inicial. Producir en grupos en la escuela y
en el jardín. Molinari, Claudia (coord.). La Plata. Disponible en:
http://servicios2.abc.gov.ar/lainstitucion/organismos/lecturayescritura/publicaciones/la_escrit
ura_en_la_alfabetizaci%C3%B3n_inicial.pdf
Castedo, Mirta, Molinari, María Claudia, Torres, Mirta y Siro, Ana (2001), Propuestas para el aula.
Material para docentes. Lengua. Nivel Inicial. Programa Nacional de Innovaciones Educativas.
Ministerio de Educación de la República Argentina. Disponible en:
ftp://ftp.me.gov.ar/curriform/propuestas/lenguani.pdf
Castedo, Mirta, Molinari, María Claudia, Torres, Mirta y Siro, Ana (2001), Propuestas para el aula.
Material para docentes. Lengua. EGB1. Programa Nacional de Innovaciones Educativas. Ministerio
de Educación de la República Argentina. Disponible en:
ftp://ftp.me.gov.ar/curriform/propuestas/Lengua1.pdf
Corral, Adriana. Inés (2012) Sesiones simultáneas de lectura de cuentos e intercambio entre lectores
en el nivel inicial [en línea]. Trabajo final de posgrado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de
Humanidades y Ciencias de la Educación. Disponible en:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.752/te.752.pdf
