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REVISTA OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN COLOMBIANAPARA EL ESTUDIO DEL DOLOR

DOLOR

Volumen 5 – Número 3 – 2010

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EDITORJohn Jairo Hernández

COMITÉ EDITORIALJohn Jairo Hernández

Carlos Moreno Juan Miguel Griego

René EstupiñánSergio Ramírez

Adriana CadavidRené RodríguezJorge Gutiérrez

COORDINACIÓN COMERCIAL Y EDITORIALElsa Bejarano

John Jairo Hernández

CONSULTORES NACIONALESGermán Ochoa

Juan Miguel GriegoCarlos Francisco Fernández

CONSULTORES INTERNACIONALESFernando Cervero (Canadá)

Oscar de León Casasola (EUA)Marc Sindou (Francia)

Pedro Bejarano (España)Miguel Ángel Cruz (EUA)

María Soledad Cepeda (EUA)Juan Vicente Gómez-Barrios (Venezuela)

Camilo Fadul (EUA)

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no coinciden necesariamente con las de los directores o loseditores de la revista Dolor. Las sugerencias diagnósticas o terapéuticas, como elección de productos, dosificación y métodos de empleocorresponden a la experiencia y al criterio de los autores.

La revista Dolor es una publicación trimestral de la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor.

Tarifa Postal Reducida N. de la Administración Postal Nacional – ISSN 1692-9985

Todos los textos incluidos en la revista Dolor están protegidos por derechos de autor. Ninguna parte de esta publicación puede serreproducida por cualquier medio, mecánico o electrónico, sin el permiso escrito del Editor.

Diagramación e impresión: Grafiweb Impresores & Publicistas. Bogotá-Colombia.

DOLOR Volumen 5 • Número 3 - 2010

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DOLOR Volumen 5 • Número 3 - 2010

AUTORES

Fernando CerveróPresidente electo, IASP. Director, The Alan Edwards Centre forResearch on Pain. McGill University, Montreal, Canada.

Pedro Fernando Bejarano R., MDMédico Anestesiólogo. Fundador de la ACED.

Elsa Bejarano RamírezDirectora Ejecutiva, ACED.

Tiberio Álvarez EcheverriMédico Anestesiólogo, Universidad de Antioquia. Miembro Fun-dador, ACED. Miembro activo, ACED.

Eliseo Cuadrado del RíoMédico Cirujano: Universidad de Cartagena Máster enAnestesiología. 1958-1960. Temple University Hospital.Philadelphia, Pens. USA. Jefe Depto. de Anestesiología. HospitalUniversitario del Valle, Cali. Colombia. 1960-1993. Jefe Clínicadel Dolor y Cuidados Paliativos (Hosp.. U. del V.), Cali, 1991-1993. Asesor Médico “Lazos de Occidente” para manejo delduelo (Dolusología). Grupo de apoyo para Cali. Miembro del “Ta-ller Literario Renata de Cali” (Palabras Mayores). Correo elec-trónico: *[email protected]

Jorge Santiago Daza BarrigaPresidente ACED. Médico Neurólogo. Internista. Experto en Do-lor. Educador Médico. Ex Presidente de la Asociación Colombia-na de Neurología. Ex Jefe de Educación Médica de la Universi-dad Libre. Profesor Titular de Pregrado y Posgrado de MedicinaInterna, Universidad Libre, Seccional Barranquilla. Coordinadorde la Unidad de Neurología del Hospital Universitario ESE CARIALTA COMPLEJIDAD de Barranquilla.

Carlos Moreno BenavidesMédico neurofisiólogo. Profesor titular - Unidad de Neurocienciay Centro de Medicina del Dolor. Coordinador del Grupo de Inves-tigación Neuros, Facultad de Medicina - Universidad del Rosario.Miembro Activo Asociación Colombiana para Estudio del Dolor(ACED). Miembro activo de la International Association for theStudy of Pain (IASP).

John Jairo Hernández CastroMédico neurocirujano, algesiólogo y paliativista. Profesor distin-guido - Unidad de Neurociencia. Director Centro de Medicina delDolor. Investigador Grupo Neuros, Facultad de Medicina - Uni-versidad del Rosario - MÉDERI. Expresidente Asociación Colom-biana para Estudio del Dolor (ACED). Miembro activo de laInternational Association for the Study of Pain (IASP)

Luis Francisco Acevedo VeraMédico Cirujano Universidad del Valle 1974. Pasantía en Unidaddel Dolor del Departamento de Anestesiología de la Ciudad Sani-taria 12 de Octubre, Madrid, España desde Julio 1983 a Diciem-bre 1984. Vinculado como Profesor Ad honorem en HospitalUniversitario del Valle, Departamento de Anestesiología, Clínicapara Alivio del Dolor de la Universidad del Valle desde Enero1989 del hasta la fecha.

Bernardo Ocampo TrujilloMédico anestesiólogo. Expresidente de la SCARE. Miembro de laACED. Profesor Titular de Anestesia Universidad de Caldas.

Omar Fernando GomezeseMédico Anestesiólogo y Algesiólogo, Director Clínica de Dolor.Fundación Cardiovascular del Oriente, Bucaramanga. MiembroActivo. ACED.

René Fernando RodríguezAnestesiólogo Especialista en Medicina del Dolor. CoordinadorClínica Alivio del Dolor del Hospital Universitario Comfenalco,Universidad Libre. Docente Universidad Libre seccional Cali.

José Fernando RodríguezEstudiante de Medicina Universidad Libre Seccional Cali.

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Asociación Colombiana para el Estudio del DolorCapítulo Colombiano de la IASP

JUNTA DIRECTIVA2009-2010

PRESIDENTEJorge Santiago Daza Barriga

VICEPRESIDENTEGermán William Rangel

SECRETARIOLuis Enrique Florez Montalvo

TESORERAGinna Rocío García Parra

FISCALDoris Cecilia Montealegre G.

VOCALESOnofre Silva Cantillo

Jesús Antonio Chaustre

DIRECCIÓN EJECUTIVAElsa Bejarano Ramírez

CORRESPONDENCIA:

JOHN JAIRO HERNÁNDEZ, MD. (Editor)Revista DOLOR

Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor.Calle 134 No. 7B-83 Of. 715, Bogotá D.C., Colombia.

Teléfono: 6271897 - Fax: (571) 6271645Correo electrónico: [email protected]

DOLOR Volumen 5 • Número 3 - 2010

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Asociación Colombiana para el Estudio del DolorCapítulo Colombiano de la IASP

COORDINADORESGRUPOS DE INTERÉS

DOLOR NEUROPÁTICOCarlos Moreno

INTERVENCIONISMOJuan Miguel Griego

DOLOR EN NIÑOSRené Estupiñán

DOLOR CRANEOFACIALSergio Ramírez

DOLOR AGUDO POSTOPERATORIOAdriana Cadavid

DOLOR POR CÁNCERY CUIDADO PALIATIVO

Ricardo Salazar

DOLOR DE ESPALDA Julio César Vergara

COORDINADORESREGIONALES

BOGOTÁDoris Montealegre

COSTA NORTEJuan Miguel Griego

ANTIOQUIA – CHOCÓJohn Jairo Vargas

ANDINAClaudia Inés Correa

SUROCCIDENTALEduardo Alape

EJE CAFETEROJosé Fernando López

ORIENTEOmar Gomezese

SURORIENTEJosé Fernando Guerrero

DOLOR Volumen 5 • Número 3 - 2010

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La Revista Dolor publica artículos originales clínicos y experimenta-les sobre dolor, reportes sobre terapéuticas médicas y quirúrgicas,estudios cooperativos, epidemiología, estudios de medicamentos,métodos diagnósticos, reportes de casos clínicos, cartas al editor yeditoriales. La Revista Dolor es la publicación oficial de la Asocia-ción Colombiana para el Estudio del Dolor (ACED). Si el manuscritoes aceptado para su publicación, el autor debe enviar una autoriza-ción escrita a la Revista Dolor concediendo a ésta los derechos decopia. Ningún aparte del material publicado puede ser reproduci-do sin permiso escrito del editor. La revisión de los artículos siguelas normas sobre publicaciones médicas en cuanto al concepto queexpresen los árbitros al Comité Editorial.

EVALUACIÓN DE PARESLos trabajos deben ser inéditos y suministrados exclusivamente a laRevista Dolor, donde se someten a evaluación por pares por elGrupo de Árbitros, quienes presentan su evaluación al Comité Edi-torial para su aceptación y publicación. Su reproducción total oparcial debe contar con la aprobación del Editor.

RECOMENDACIONES1. El trabajo no debe haber sido previamente publicado, excepto

en forma de resumen de memorias en eventos académicos na-cionales o internacionales.

2. Los trabajos deben contener los nombres completos de los auto-res con sus respectivos créditos laborales y académicos, anotan-do sus correos electrónicos.

3. Si se hace alusión a gráficos, fotos, dibujos o tablas previamentepublicados por el autor u otros autores, se debe acompañar delpermiso escrito de la entidad editorial de la revista o libro dondefueron publicados, dándosele crédito a estas entidades.

4. Los artículos deben ser escritos en español, y se debe anexar unresumen en español y en inglés.

5. Las fotos y gráficos serán enviados en formato de JPG, JPEG,TIFF o GIF, con suficiente resolución.

6. Formato de texto Microsoft Word 98 o más recientes, o WordPerfect, tipo de letra “Times New Roman”, tamaño de letra 12puntos, a espacio simple o sencillo.

ORGANIZACIÓNLos trabajos deben tener un título, autores, resumen en español einglés, palabras clave, introducción, material y métodos, resulta-dos, discusión, agradecimientos y bibliografía.1. Tamaño del manuscrito. Si el trabajo excede el número de

palabras los autores deben revisarlo nuevamente para evitarque les sea devuelto. Resumen en español e inglés: 250 pala-bras cada uno. Hasta seis palabras clave en español e inglés.Introducción: 500 palabras. Discusión: 1500 palabras. Materialy métodos, y resultados: sin límite de palabras. Si se deseapasar de estos límites se debe tener permiso escrito del editorprincipal de la Revista.

2. Página de título. Ésta debe incluir: a) título completo (preferible-mente sin fórmulas químicas y sin abreviaciones); b) Nombre yapellidos completos de todos los autores; c) Afiliaciones labora-les y académicas completas de todos los autores; d) Número depáginas de texto que contiene el trabajo (incluyendo tablas yfiguras) y el número de tablas y figuras; e) Dirección postal yelectrónica, y número de teléfono del autor principal.

3. Bibliografía. La citación de referencias bibliográficas en el textose deberá presentar entre paréntesis mencionando el autor odos primeros autores (sus apellidos) y año de la publicación(metodología Vancouver). Nunca se hará colocando númerosreferenciales. Cuando existan más de dos autores de una refe-rencia, se citarán en el texto con el apellido del autor principalseguido de las palabras “y cols”.

En la página final de bibliografía serán puestas todas las refe-rencias citadas en el texto, en orden alfabético por autor princi-pal. Éstas deben ser completas y deben incluir: a) apellidosseguidos por las iniciales de los nombres, hasta un máximo detres (si hay más de tres se deben incluir las palabras “y cols.”); b)nombre del artículo; c) nombre de la revista; d) año de publica-ción; e) volumen y número de páginas.Para citación de libros se llevará a cabo la siguiente secuen-cia: a) autor o autores; b) título del capítulo; c) editor o edito-res del libro; d) título completo del libro; e) lugar de publica-ción; f) casa editora responsable de la publicación; g) año depublicación; h) número de las páginas.Para citación de manuscritos en preparación o trabajos no ad-mitidos o no publicados, se debe citar en el texto como comuni-cación personal, pero no deben aparecer en el listado final debibliografía.Ejemplos:Adams CWM. Neurohistochemistry. Amsterdam: Elsevier, 1965.Goldenberg DL. Psychiatric and psychological aspects offibromyalgia syndrome. Rheum Dis Clin N Am 1989; 15: 105-115.Goldenberg DL. Fibromyalgia and its relation to chronic fatiguesyndrome, viral illness and immune abnormalities. J Rheumatol1989; 16: 91-93.Turner JA. Coping and chronic pain. In: Bond MR, Charlton JE,Woolf CJ, editors. Pain research and clinical management. Proc.VIth World Congress on Pain, Vol. 4. Amsterdam: Elsevier, 1991.pp. 219-227.

4. Ilustraciones. Las ilustraciones deben ser numeradas en arábigosde acuerdo con la secuencia de aparición en el texto, referidascomo Fig. 1, Fig. 2, y así sucesivamente. Se agradece no enviarfiguras en formato PDF.

5. No se aceptan fotos ni figuras a color. Si a juicio del editor prin-cipal de la revista se llegare a concluir que las imágenes a colorde un determinado artículo son necesarias, el sobrecosto de estapublicación será cargado a los autores del artículo de referencia.

6. Leyendas de las figuras. Toda ilustración enviada para publica-ción debe traer su respectiva leyenda explicativa. Éstas tambiéndeben ser escritas con números arábigos, el mismo de su figuraacompañante, que se enviarán en páginas separadas y al finaldel manuscrito. Todos los símbolos y abreviaturas usadas en lafigura deben ser adecuadamente explicados.

7. Tablas. Todas deben incluir su leyenda explicativa. Las tablas condatos numéricos deben ser escritas a doble espacio y en páginasseparadas, numeradas en secuencia arábiga (Tabla 1, Tabla 2, etc.).

8. Agradecimientos. Siempre deben situarse al final del texto yantes de la bibliografía.

ASPECTOS ÉTICOS1. Ética en investigación animal.

Los autores se deben remitir a las guías de experimentaciónanimal dadas por el Comité de Investigación y Asuntos Éticos dela IASP, publicados en Pain, 1983; 16: 109-110. Los autoresdeben especificar si el trabajo experimental fue revisado poralguna institución de cuidado de animales o un comitéequivalente.

2. Ética en investigación humana.Los autores informarán sobre el trabajo de investigación enhumanos y demostrarán que éste fue aprobado por un comitéde ética debidamente constituido en la institución para la cualse trabaja, o su equivalente.Cada uno de los autores de los artículos aceptados parapublicación tendrá derecho a recibir tres ejemplares de larespectiva revista sin ningún costo. Si se requieren más secobrará el precio correspondiente en el mercado al momentode la publicación.

DOLOR Octubre 2007 • Volumen 2 • Número 2INSTRUCCIONES A LOS AUTORES

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ÍNDICE TEMÁTICO

EditorialFeliz cumpleaños ACED

Fernando Cerveró ......................................................................................................................... 8

Acta de Constitución de la ACEDCapítulo colombiano ..................................................................................................................... 11

Miembros Fundadores ................................................................................................................... 15

Juntas Directivas ............................................................................................................................ 16

Historia de la formación y primer lustro de la Asociación Colombianapara Estudio del Dolor - Capítulo Colombiano de la IASP

Pedro Fernando Bejarano R. ......................................................................................................... 18

20 años de trayectoriaElsa Bejarano Ramírez .................................................................................................................. 28

Aproximación a la historia del tratamiento del dolor. Experiencia inicial en AntioquiaTiberio Álvarez Echeverri ............................................................................................................... 32

Algesiología (manejo del dolor). Mi historiaEliseo Cuadrado del Río ................................................................................................................ 40

Orígenes del tratamiento del dolor, influencias de la Asociacion Internacional parael Estudio del Dolor ( IASP) en Colombia, desarrollo de la Asociacion Colombianapara el Estudio del Dolor (ACED) y su implementación desde el Caribe Colombiano

Jorge Santiago Daza Barriga ........................................................................................................ 43

Mi encuentro con John BonicaCarlos M. Moreno ........................................................................................................................ 50

La Medicina del Dolor en la Universidad del Rosario. Breve reseña históricaJohn Jairo Hernández Castro ........................................................................................................ 52

La magia de los últimos días Tiberio Álvarez Echeverri .............................................................................................................. 57

Reseña histórica sobre el manejo del dolor y cuidados paliativosen el Suroccidente Colombiano

Luis Francisco Acevedo Vera .......................................................................................................... 65

Apuntes para la historia del manejo del dolor en el Departamento de CaldasBernardo Ocampo Trujillo ............................................................................................................. 67

Historia del dolor en SantanderOmar Fernando Gomezese ........................................................................................................... 71

Reseña histórica de las clínicas para alivio del dolor y cuidados paliativosen el Valle del Cauca

René Fernando Rodríguez, José Fernando Rodríguez .................................................................... 73

Galería de fotos .................................................................................................................... 75

DOLOR Vol. 5 No. 3 - 2010

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8 Revista Oficial de la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor Vol. 5 Número 3 - 2010

EDITEDITEDITEDITEDITORIALORIALORIALORIALORIAL

FFFFFeliz cumpleaños, Aeliz cumpleaños, Aeliz cumpleaños, Aeliz cumpleaños, Aeliz cumpleaños, ACEDCEDCEDCEDCED

Hace unas semanas, mientras pasaba unos días de vacaciones en Europa con mi familia,nos encontramos con un grupo numeroso de jóvenes colombianas –casi cien– que realizaban unviaje por toda Europa como celebración de ser ‘quinceañeras’. Nos dijeron que es una costum-bre arraigada en Colombia y en otros países Latinoamericanos puesto que esta edad marca sutransformación de niñas en adolescentes, un paso importante, previo y cercano a su mayoría deedad. Ni que decir tiene que el grupo era alegre y bullicioso y siempre dispuesto a demostrar suentusiasmo y alegría de vivir.

Me viene esto a la memoria porque la ACED hace ya cinco años que cruzó la línea de‘quinceañera’ y hoy es ya, claramente, una organización mayor de edad que cumple su 20 ani-versario con la experiencia de un adulto, pero sin olvidar la alegría y el entusiasmo inherentes asu juventud y a sus raíces latinoamericanas. Llegar a los 20 años para una organización profe-sional y científica es un grandísimo mérito, pero hacerlo con esa combinación de seriedad,esfuerzo, profesionalismo y calidad que caracterizan a la ACED es un motivo de satisfacciónespecial para todos los que hemos seguido la trayectoria de la ACED y conocemos y valoramossu trabajo.

La ACED es uno de los capítulos clave de la IASP (International Association for the Study ofPain) en Latinoamérica. Fue una de las primeras sociedades para el estudio y tratamiento dedolor que se fundaron en el continente americano y ha sido siempre líder de iniciativas paraaliviar el dolor en Latinoamérica. Sus congresos atraen cientos –incluso miles– de profesionalesde todas las especialidades que mantienen el alto nivel científico de la asociación y contribuyena su desarrollo. Es especialmente grato ver a muchos jóvenes profesionales en los congresos dela ACED, lo que asegura el futuro de la asociación y fundamenta su contacto con la realidaddiaria. La ACED ha sido siempre uno de los capítulos de la IASP más leales a la asociaciónmadre, manteniendo el espíritu de la IASP en todas sus actuaciones y apoyando incondicional-mente los principios básicos de la IASP.

La IASP fue fundada en 1973 por John Bonica sobre tres pilares fundamentales. El primero esel carácter de asociación de miembros individuales, cada uno de los cuales posee los mismosderechos y obligaciones y tiene en común con los demás miembros el propósito de formar unahermandad de todos aquellos que en cualquier lugar del mundo estén dedicados al estudio ytratamiento del dolor en su sentido más amplio. El segundo pilar de la IASP es el carácter inter-nacional de la asociación. Desde su fundación, la IASP ha atraído miembros de numerosospaíses y regiones y se precia de estar presente en todo el mundo, sin limitaciones ni sesgos afavor o en contra de ningún sector del planeta. Desde siempre ha habido una preocupaciónespecial por garantizar el verdadero carácter internacional de la asociación, lo cual es evidenteen la composición de su liderazgo que incluye miembros de todas las regiones del mundo.Finalmente, el tercer pilar de la asociación, y el aspecto en el que John Bonica hizo siempremayor hincapié es el carácter multidisciplinar de la asociación, que da cabida a médicos denumerosas especialidades, anestesiólogos, neurólogos, cirujanos, fisiatras, internistas, así como

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9Fernando Cerveró: Feliz cumpleaños, ACED

a científicos básicos, enfermeras, kinesiólogos, psicólogos y muchas otros profesionales con elúnico requisito de estar interesados y dedicados al estudio y tratamiento del dolor. La dimensióninternacional y el carácter multidisciplinar son los elementos diferenciadores de la IASP que lahacen una asociación única en el mundo.

La calidad de la IASP está fundamentada en las contribuciones de todos sus miembros asícomo de las sociedades nacionales que la IASP reconoce como capítulos oficiales en cada país.Esta relación entre la IASP y sus capítulos genera un beneficio mutuo tanto para la IASP comopara las sociedades nacionales de dolor. De ahí el interés de la IASP en fomentar estrechasrelaciones con sus miembros y con las sociedades nacionales reconocidas como capítulos encada país. Y de ahí el hecho de que asociaciones como la ACED sean elementos fundamentalesen la construcción de la calidad y prestigio de la IASP.

Aunque la influencia de los miembros ubicados en países del primer mundo siempre ha sidogrande, también es cierto que desde su fundación la IASP ha hecho un esfuerzo especial porextenderse a todo el mundo y contar con la valiosa colaboración de todos sus miembros. Desdesus comienzos, miembros de la IASP fundaron asociaciones de dolor en varios países latinoame-ricanos y contribuyeron a la distribución del ideario de la IASP por toda América latina. La ACEDfue una de las asociaciones pioneras y junto con las asociaciones de Argentina, Brasil, Chile yMéxico fue fundadora de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Dolor (FEDELAT)hoy en día extendida por toda Latinoamérica.

Miembros ilustres de la ACED han participado activamente en el desarrollo de la IASP. Bastemencionar la contribución de Pedro Bejarano, miembro del Council de la IASP y galvanizadordel desarrollo de la IASP en Latinoamérica. También la presencia de Germán Ochoa en el ac-tual Council de la IASP y en comités clave de la organización, tales como el comité de educacióno el comité directivo de la cumbre de dolor que se celebró en el congreso de Montreal. Miem-bros de la ACED también han participado activamente en comités y programas de la IASP. Cabemencionar el trabajo educativo de Adriana Cadavid en Medellín o el de Sandra Flórez en Bogo-tá. Este año se ha puesto en marcha un programa de formación en medicina del dolor, dirigidopor John Jairo Hernández, y que cuenta con la colaboración de la Universidad del Rosario y delInstituto Nacional de Cancerología. El programa, financiado por la IASP, está dirigido a médi-cos especialistas y su primer ‘Fellow’ se acaba de incorporar hace unas semanas. Y no olvide-mos los programas de Bogotá sin dolor, y muchas otras iniciativas lideradas por miembros de laACED y de la IASP en Colombia.

Latinoamérica ha tenido un papel protagonista especial en el desarrollo de programas parael estudio y tratamiento del dolor que ha sido reconocido por la IASP con la creación de unpuesto especial dentro del liderazgo de la organización, específicamente dedicado a fomentarlas relaciones con los miembros y capítulos latinoamericanos de la IASP. Ha sido un honor y unplacer para mí, ocupar este puesto en los últimos años, una función que me ha permitido, nosólo comprobar por mí mismo la vitalidad de las sociedades latinoamericanas del dolor, sinotambién establecer estrechas relaciones de amistad con numerosos miembros de la IASP enLatinoamérica cuya labor en pro del estudio y tratamiento del dolor ha sido, y continúa siendo,inmensa.

La colaboración estrecha entre la IASP y sus capítulos nacionales también ha generado ini-ciativas muy positivas en la gestión y organización de congresos nacionales e internacionales dedolor. Se ha fomentado la presencia de conferencistas extranjeros en las reuniones nacionalesde dolor y se ha colaborado en la organización de congresos internacionales en el ámbito lati-

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10 Revista Oficial de la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor Vol. 5 Número 3 - 2010

noamericano. Al respecto, es muy importante señalar que la IASP decidió celebrar su CongresoMundial de Dolor del año 2014, en la ciudad de Buenos Aires, siendo ésta la primera vez que laIASP celebra un congreso de esta magnitud fuera de los países del primer mundo. Esto es unreconocimiento al papel fundamental que Latinoamérica juega en el desarrollo científico y mé-dico en el ámbito del estudio y tratamiento del dolor, y será una ocasión única para que tantoLatinoamérica en su conjunto, como la ACED en particular, ocupen el lugar que justamente lescorresponde en el mundo de la IASP.

Termino estas breves líneas con un ¡Feliz cumpleaños, ACED!, que envío de todo corazón alos miembros de la asociación. Este aniversario marca un hito en la contribución de la ACEDal espíritu que John Bonica infundió en la IASP. Desde mi reciente cargo como Presidente-electo de la IASP agradezco el cariño y apoyo que siempre he recibido de la ACED y os animoa continuar una labor cuyo objetivo final no es otro que el alivio del dolor y la mejora de lacalidad de vida de todos los que viven con dolor. Como dice el lema de la IASP, que la ACEDy el resto de capítulos latinoamericanos han hecho propio, seguiremos “trabajando juntospara aliviar el dolor en todo el mundo”.

Fernando Cerveró

Presidente electo, IASP. Director, The Alan Edwards Centre for Research on Pain.McGill University, Montreal, Canada.

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11Acta reunión de Constitución. Capítulo Colombiano - Asociación Internacional para el Estudio del Dolor11 Revista Oficial de la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor Vol. 5 Número 3 - 2010

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13Acta reunión de Constitución. Capítulo Colombiano - Asociación Internacional para el Estudio del Dolor

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14 Revista Oficial de la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor Vol. 5 Número 3 - 2010

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15Acta reunión de Constitución. Capítulo Colombiano - Asociación Internacional para el Estudio del Dolor

MIEMBROS FUNDADORES AUDITORIO ARANGO TAVERAFUNDACION SANTA FÉ DE BOGOTA

MIEMBROS FUNDADORES CON CARTA

NOMBRE CIUDAD ESPECIALIDAD

1 Alvarez Echeverri Tiberio Medellín Anestesiólogo2 Baquero Casas Iliana María Barranquilla Fisiatra3 Clavijo Díaz William Cali Anestesiólogo4 Correa Diego Cali Psicólogo5 Cuadrado del Rio Eliseo Cali Anestesiólogo6 Danies Lacouture Olga Cecilia Barranquilla Fisioterapeuta7 De Lima Liliana Cali Psicóloga Clínica8 Echeverri Bueno Carlos Alberto Manizalez Anestesiólogo9 Galindo Nelly Barranquilla Fisioterapeuta10 García de Calvo María Cecilia Cali Enfermera Jefe11 Gómez Guerrero Guillermo Bogotá Neurológo Clínico12 Gonzalez Uribe Fernando Bogotá Anestesiólogo - Acupunturista13 Hadad Alejandro Barranquilla Anestesiólogo14 Hernandez Castro John Jairo Bogotá Neurocirugía15 Jiménez Hakim Enrique Bogotá Neurología16 Pardo José Vicente Bogotá Fisiatra17 Peña Quiñonez Germán Bogotá Neurocirugía18 Rodríguez René Cali Anestesiólogo19 Saavedra Espitia Polidoro Bogotá Anestesiólogo20 Solano Juan Manuel Cali Médico21 Vasquez Rafael Bogotá Anestesiólogo

1 Abella Patricia Bogotá

2 Acevedo Luis Francisco Cali

3 Acosta Carlos Jaime Bogotá

4 Ardila Clara Inés Bogotá

5 Atalaya Felipe Bogotá

6 Bejarano Ramírez Pedro Fernando Bogotá

7 Caiaffa Humberto B/quilla

8 Cardona Luz Nive Bogotá

9 Casasbuenas Luis Bogotá

10 Daza Barriga Jorge Santiago B/quilla

11 Didoménico Ricardo Bogotá

12 Fadul Camilo Bogotá

13 García Burgos Eduardo Bogotá

14 Granados Mario Bogotá

15 Griego Pizarro Juan Miguel Bogotá

16 Herrera Jaime (Q.E.P.D) Bogotá

17 Izquierdo Sandoval Mario Cúcuta

18 Martínez Adelaida Bogotá

19 Moreno Benavides Carlos Bogotá

20 Ochoa Germán Bogotá

21 Osorio Ruby Bogotá

22 Padilla Drago Luis Alberto B/quilla

23 Pardo Jorge Bogotá

24 Peña Ma. Emilia Bogotá

25 Sanmiguel Bustos Hernando Cartagena

26 Sarmiento Álvaro Bogotá

27 Sarmiento Rafael Bogotá

28 Serrano Alvaro Bogotá

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16 Revista Oficial de la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor Vol. 5 Número 3 - 2010

MIEMBROS HONORARIOS DE LA ACED

Dr. Patrick Wall 1990

Dr. Luis Alberto Zorro 1991

Dr. José María Rodríguez 1996

Dra. Isa Fonnegra de Jaramillo 1996

Dr. Ernesto Bustamante Zuleta 1996

MIEMBROS CONTRIBUYENTES - 1991

LABORATORIOS:

Hoechst de Colombia

Grunenthal Colombiana

Rhone Poulenc

PROFESORES NACIONALES INVITADOS

Dr. Carlos Moreno Benavides

Dr. Rafael Sarmiento Montero

Dr. René Rodríguez Jurado

En Homenaje Póstumo al Dr. Héctor Tejada Hernández

Dr. Germán Ochoa Amaya

Dra. Ruby Osorio Noriega

Dra. Soledad Cepeda

PREMIO A LA EXCELENCIA EN DOLOR

Dra. Luz Hidela Patiño Sánchez

Dr. Eliseo Cuadrado del Río

Dr. Mario Granados Sandoval

Dr. Haroldo Estrada López

Dr. José Vicente Pardo

Dr. Juan Miguel Griego Pizarro

Dr. Tiberio Álvarez Echeverri

Dr. John Jairo Hernández Castro

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17Acta reunión de Constitución. Capítulo Colombiano - Asociación Internacional para el Estudio del Dolor

HISTORIA ASOCIACIÓN COLOMBIANAPARA EL ESTUDIO DEL DOLOR

JUNTAS DIRECTIVAS

2003 - 2005

Presidente: Dr. Carlos Francisco FernándezVicepresidente: Dr. John Jairo HernándezSecretario: Dr. Miguel Angel CruzTesorera: Enfermera Doris MontealegreVocales: Dres: Ruby Osorio, Haroldo Estrada,

Mario GranadosFiscal: Dra. Myriam Hincapié

2005 - 2008

Presidente: Dr. John Jairo HernándezVicepresidente: Enfermera Doris MontealegreSecretario: Dr. Juan Carlos AcevedoTesorera: Dra. Ruby OsorioVocales: Dres. José F. López, Omar

Gomezese, John Jairo VargasFiscal: Dr. Mario Granados

2008 - 2010

Presidente: Dr. Jorge DazaVicepresidente: Dr. Juan Carlos AcevedoSecretaria: Dra. Patricia GómezTesorera: Dra. Ginna GarcíaVocales: Dres. Polidoro Saavedra, Sandra

Florez, Omar GomezeseFiscal: Dr. Mario Granados

Vicepresidente: Dr. Germán W. RangelSecretario: Dr. Luis Enrique FlórezTesorera: Dra. Ginna GarcíaVocales: Dres. Onofre Silva, Jesús Antonio

Chaustre,Fiscal: Enfermera Doris Montealegre

2010 - 2012

Presidente: Dr. Carlos Francisco FernándezVicepresidente: Dr. Germán W. RangelSecretario: Dra. María Patricia GómezTesorero: Odontólogo David MonroyVocales: Dres: Héctor Manrique, Carlos Jaime

Yepes, Francisco Javier MazenettFiscal: Enfermera Doris Montealegre

1990-1993

Presidente: Dr. Pedro Fernando BejaranoVicepresidente: Dr. Álvaro SerranoSecretario: Dr. Camilo FadulTesorero: Dr. Felipe AtalayaVocales: Dres. Germán Ochoa, Adelaida

Martínez, Tiberio Álvarez

1993 - 1996

Presidente: Dr. Germán Ochoa AmayaVicepresidente: Dr. Juan Miguel GriegoSecretario: Dr. Jairo MoyanoTesorera: Dra. Elena MartínVocales: Dres. Luz Hidela Patiño, Carlos

Acosta, Jorge DazaFiscal: Dra. María Soledad Cepeda

1996 - 1999

Presidente: Dr. Juan Miguel GriegoVicepresidente: Dr. Héctor Tejada (Q.E.P.D.)Secretaria: Dra. Luz Hidela PatiñoTesorera: Dra. Patricia SchiemannFiscal: Dra. Myriam HincapiéVocales: Dres. Hernando Sanmiguel, René

RodríguezFiscal: Dr. Carlos Francisco Fernández

1999 - 2002

Presidente: Dr. Carlos Francisco FernándezVicepresidente: Dr. Enrique Villamizar (Q.E.P.D.)Secretario: Dr. John Jairo HernándezTesorera: Enfermera Doris MontealegreVocales: Drs. Jaime Martina, Omar

Gomezese, Myriam Hincapié,Fiscal: Dr. Carlos Moreno B.

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18 Revista Oficial de la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor Vol. 5 Número 3 - 2010

Historia de la formación y primer lustro de laHistoria de la formación y primer lustro de laHistoria de la formación y primer lustro de laHistoria de la formación y primer lustro de laHistoria de la formación y primer lustro de laAsociación Colombiana para Estudio del DolorAsociación Colombiana para Estudio del DolorAsociación Colombiana para Estudio del DolorAsociación Colombiana para Estudio del DolorAsociación Colombiana para Estudio del Dolor- Capítulo Colombiano de la - Capítulo Colombiano de la - Capítulo Colombiano de la - Capítulo Colombiano de la - Capítulo Colombiano de la IASPIASPIASPIASPIASP

“Cuando muchos contribuyen a ella, la recuperación de la historiaes tan viva y activa como lo es el construirla”.

Pedro Fernando Bejarano R., MD

Los orígenes y las primeras contribuciones a laLos orígenes y las primeras contribuciones a laLos orígenes y las primeras contribuciones a laLos orígenes y las primeras contribuciones a laLos orígenes y las primeras contribuciones a lanecesidad del estudio del dolor en Colombianecesidad del estudio del dolor en Colombianecesidad del estudio del dolor en Colombianecesidad del estudio del dolor en Colombianecesidad del estudio del dolor en Colombia

El dolor como mecanismo funcional de defensasiempre ha acompañado y protegido el desarrollo delas especies animales, pero desde la aparición de lahumanidad y de su gradual desarrollo de la meta-cognición (capacidad de reflexionar sobre los propiospensamientos), esa conciencia del ser interior, y suinterpretación de las percepciones sensoriales con-vierten la experiencia dolorosa en una percepciónmucho más compleja –al mismo tiempo ‘bendición ycondena’– que ha marcado desde entonces el desa-rrollo de todas nuestras sociedades y culturas.

Posterior a los desarrollos (por cierto muy avanza-dos) de las culturas precolombinas cuya descripciónno corresponde a este escrito, el interés por el trata-miento del dolor como área de interés profesional segenera durante un tiempo corto y con apreciada im-portancia probablemente a partir de las guerras deindependencia en la primera mitad del siglo XIX conla participación de médicos militares; a esto sigue unlargo período poscolonial, con falta de datos, hastaun tímido renacer con el inicio de las escuelas demedicina ‘criollas’, y más sólidamente a partir de lafundación de la primera escuela de anestesia en Co-lombia, en 1948, en el Hospital de San José.

A partir de esta época, en lo que se puede seña-lar como un período de transición, se suceden cam-

bios muy importantes en el mundo que determina-rán posteriormente el curso de la ciencia (y concien-cia) del estudio del dolor ya no solamente comosíntoma de una enfermedad, sino como el objetomismo de estudio. A ello seguirá también el estudiode sus implicaciones deletéreas sobre la evoluciónde la enfermedad, así como de su impacto en lamente, los órganos, sus funciones, y en la calidadde vida de los pacientes que lo sufren. Todo ello vaformando un escenario internacional que guiará lasiniciativas interdisciplinarias determinantes del naci-miento de esta conciencia colectiva en Colombia,dando lugar a la oportunidad de la creación de nues-tra asociación.

En el escenario mundial, entre el final del siglo XIXy la primera mitad del siglo XX, se ve florecer el conoci-miento científico en áreas como la fisiología de la con-ducción nerviosa, la farmacología del dolor, laelectroterapia, la terapia física, la cirugía del dolor, yla anestesia regional. Cada una de ellas representapara las demás un aporte hacia la construcción del‘rompecabezas’ del alivio del dolor, y todo ese cono-cimiento se viene a consolidar con la conciencia, cadavez más evidente, de la necesidad de estudiar el pro-blema del dolor y tratarlo desde una perspectivamultidisciplinaria. Este mismo fenómeno se observaen Colombia, cuando en esta época la medicina ob-tiene un gran impulso en todas las especialidadesgracias al esfuerzo de médicos que viajan a las mejo-res escuelas de medicina del exterior y regresan paradesarrollar sus campos de trabajo en Colombia.Como consecuencia de ello, se empieza a hacer máspatente la preocupación por el dolor de los pacientes,* Médico Anestesiólogo. Fundador de la ACED.

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inicialmente en el contexto de las salas de cirugía, yluego fuera de ellas.

Hitos para consolidar una especialidad en dolorHitos para consolidar una especialidad en dolorHitos para consolidar una especialidad en dolorHitos para consolidar una especialidad en dolorHitos para consolidar una especialidad en dolor

En el escenario antes descrito, son tres los hechosque demarcarán el futuro de la especialidad de doloren el mundo y en nuestro país.

El primero, la aparición en escena de John J.Bonica, inmigrante italiano que había estudiado me-dicina y anestesiología en los Estados Unidos, de-sarrollando gran destreza en el manejo de la anestesiaregional, aplicándola inicialmente al dolor obstétrico,y posteriormente al manejo del dolor crónico mediantebloqueo nervioso. Su amplia experiencia en el mane-jo del dolor secundario de lesiones del sistema ner-vioso periférico durante la segunda guerra mundialle llevaron a estructurar un gran conocimientomultidimensional del dolor y su tratamiento; así, sonclásicas sus contribuciones al manejo clínico de la‘Causalgia’. Todo ese conocimiento fue plasmado enla primera gran obra que reúne desde varios aspec-tos el desarrollo del estudio del dolor en la prácticamédica de entonces, bajo el título “El tratamiento delDolor” (Bonica JJ 1953), llegada a Colombia en ver-sión española editada tres años después por la com-pañía Salvat, siendo difundida especialmente entrelos líderes de nuestra –ya en pleno desarrollo– espe-cialidad de anestesiología.

Este libro tuvo gran éxito, probablemente debidoa que es tal vez el primer texto integral de tratamien-to del dolor al alcance de todos los médicos dentrode un concepto interdisciplinario. Ello unido a los in-flujos venidos de las escuelas francesas de neurolo-gía y neurocirugía a través de médicos colombianosespecializados allí, fueron también unos grandescatalizadores del progreso en esta área. Sus ense-ñanzas prácticas y bien articuladas temáticamente,fueron utilizadas como guía para todos aquellosmédicos, especialmente los anestesiólogos, interesa-dos en el manejo del dolor.

Así es como probablemente se apoyaron las pri-meras observaciones de los efectos del bloqueo ner-vioso en el manejo del dolor crónico secundario de laisquemia de miembros inferiores, por oclusiónvascular trombótica, en pacientes de edad. Comoejemplo cercano y viviente, el Doctor Eliseo Cuadra-do Del Río presenta su Tesis de Grado sobre este tema

en el Hospital San Juan de Dios de Bogotá. Asíes publicado por vez primera en Colombia el manejodel bloqueo continuo del simpático lumbar por víaepidural durante 15 días para el control del dolor y larecuperación tisular de un paciente de 65 años, contrombosis de la arteria pedia derecha (Cuadrado E:revista “Anestesia”, órgano oficial del Colegio Colom-biano de Anestesiología, Vol 1, nos. 3 y 4, Sept-Dic1954, p 12). El Doctor Cuadrado afirma:

“...el alivio del dolor que se obtuvo desde la pri-mera dosis fue completo, pudiendo el pacienteconciliar el sueño. El apetito volvió y su estadopsicológico fue más satisfactorio...” y añade: “elbloqueo de la cadena simpática lumbar conti-nuo por vía epidural, es la terapéutica de elec-ción en todos los estados vasculares oclusivosde los miembros inferiores”.

Aunque las observaciones del entonces nacienteanestesiólogo Cuadrado se centran fundamentalmen-te en la recuperación vascular del miembro, describedetalladamente el beneficio del alivio del dolor, y loque es más importante, enuncia el método que 50años después seguimos utilizando para el manejo deldolor posoperatorio:

“... La intervención se realizó bajo anestesiaepidural continua, para aprovechar el catéter ycontinuar el bloqueo posoperatoriamente”.

Años más tarde, en el Instituto Nacional deCancerología, a comienzos los años sesenta, losDoctores Jorge Osorio Reyes, Jaime Marín Vélez yFernando Vélez de Castro, frente a la escasa disponi-bilidad de opioides al iniciar la década de los sesen-ta, se orientaron primordialmente hacia la utilizaciónde las técnicas de neurolisis intrarraquídea y periféricacon agentes como el alcohol absoluto y el fenol parael manejo del dolor por cáncer. Su experiencia en estecampo fue presentada en 1964, en Sao Paulo, Brasil,durante la celebración del 3er. congreso mundial deanestesiología, y este trabajo, titulado “Alcoholizaciónsubdural en el tratamiento del dolor” es probablementela primera presentación internacional de un trabajoColombiano sobre el tratamiento del dolor.

Poco antes de la fundación de la aceptada como“Primera clínica de dolor”, en Estados Unidos, en Co-lombia la preocupación por el “dolor intratable” ha-bía llevado a algunos neurocirujanos del país adesarrollar la técnica de la rizotomía dorsal y de las

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neurectomías periféricas, practicadas por el DoctorJosé Mora Rubio al principio de los años setenta en elhospital de San Juan de Dios, de Bogotá. Uno de susalumnos, el doctor Juan de Dios Trujillo, desarrollaríamás tarde estas técnicas para el manejo de los pa-cientes con cáncer, en el Instituto Nacional deCancerología, en Bogotá.

El segundo hito lo constituye la fundación deuna de las primeras clínicas interdisciplinarias dedolor en el Tacoma General Hospital de Tacoma,Estado de Washington, Estados Unidos, por el mis-mo Doctor Bonica, en 1972. Aunque la experienciainteractiva de varias especialidades en el tratamien-to del dolor se había tenido anteriormente en lasescuelas de espalda, en Francia hacia 1912, a laclínica de dolor de Bonica se le reconoce probable-mente como la primera ‘Clínica interdisciplinaria dedolor’ definida dentro del concepto moderno de in-tegración de ciencias clínicas y de ciencias básicas.Unos meses después, iniciaría un centro similar enel Hospital Universitario de la Universidad del esta-do de Washington, en Seattle, institución que mar-caría la pauta del desarrollo de las clínicas de doloren el mundo y en Colombia también.

Poco después de aquel hecho, en nuestro país sedan las condiciones para el desarrollo de un nuevoavance en el progreso del alivio del dolor: se ha fun-dado ya en Bogotá el Instituto Neurológico de Co-lombia, centro hospitalario dedicado exclusivamenteal manejo de las patologías del sistema nervioso, bajoel impulso y gestión del neurocirujano Jaime GómezGonzález, quien se preocupa por darle un desarrollointegral a las neurociencias y todas las áreas afines,incluyendo el manejo del dolor. Como parte de estedesarrollo, es invitado a Colombia el Doctor AníbalGalindo, ex-alumno de J.J. Bonica en Seattle, quieninicialmente dirige el Departamento de Neuroanes-tesiología en ese instituto, a donde ingresan tambiénEduardo García Vargas y Fernando Vélez De Castro,este último quien también había trabajado en el Ins-tituto Nacional de Cancerología con las neurolisisintratecales.

El Doctor Galindo, desarrolla su interés por el do-lor en el Instituto Neurológico de Colombia y enla joven Sociedad Colombiana de Anestesiología. Así,bajo el auspicio de estas dos instituciones, y la facul-tad de Medicina de la Universidad del Rosario orga-niza el 14 y 15 de Enero de 1974 el “Primer

Simposio de Dolor” en la historia de Colombia,con la participación de John J. Bonica, para entoncesjefe del Depto. de Anestesiología y de la Clínica deDolor de la Universidad de Washington, D. Long, jefede neurocirugía de Johns Hopkins, W. Shealy del PainRehabilitation Center de Wisconsin, y el ingeniero elec-trónico N. Hagfors. Durante este curso, que contócon cerca de 100 participantes en los terrenos delMuseo Nacional en Bogotá, se discutieron extensa-mente los mecanismos del dolor, sus componentespsíquicos y emocionales, y su tratamiento. La graninnovación presentada fue la técnica de analgesiamediante la estimulación eléctrica transcutánea(TENS), y el informe de Bonica acerca de la visita for-mal a China de una comisión estadounidense parala evaluación de la acupuntura.

Un poco tiempo después, y como suele ser habi-tual en las épocas de transición al desarrollo, estainiciativa decreció en intensidad (siempre las ideasnuevas requieren ‘tiempo de asentamiento’ tanto enlas ocupadas mentes de los profesionales como en lasde las instituciones que las albergan), pero tambiénen parte por el regreso del Dr. Galindo a los EstadosUnidos, al Cedars Medical Center, en Miami. Pero pocotiempo después, en la misma institución la actividadde alivio del dolor sería reiniciada y desarrolladaampliamente por el Doctor Ernesto Bustamante Zuleta,quien había llegado al Instituto Neurológico de Co-lombia, hacia 1973, inició su “Consulta de Dolor”,especialmente dedicada a pacientes con dolor cróni-co de origen neuropático.

El tercero y tal vez más importante de los hitos esla fundación de la Asociación Internacional para elEstudio del Dolor (IASP), sellada en la ciudad deIssaquah. En 1973. Bonica organizó el Primer Sim-posio Internacional de dolor durante los días 21 a 26de mayo, invitando no sólo a científicos investigado-res de ciencias básicas y clínicas, sino también a im-portantes personalidades internacionales de laadministración de la salud. Al mismo tiempo, en lafinalización del simposio y por decisión unánime, sefundó la asociación, y se acordó el inicio de una re-vista de divulgación científica, la revista PAIN, órganooficial de esa Asociación y hoy considerada como unade las líderes en el campo de las neurociencias.

En nuestro país, esta ‘época de transición’ en lacual se generaron múltiples iniciativas para el aliviodel dolor, continuaría hasta 1981, año en que se

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publica la experiencia del doctor Ernesto BustamanteZuleta, del Instituto Neurológico de Colombia en suconocido libro titulado “El Dolor”, editado por El Ate-neo de Buenos Aires, Argentina, y probablemente elprimer libro de autor colombiano dedicado aeste tema en forma integral.

Aunque no sea un hito definido en el tiempo, paraentonces, en varios sitios de Colombia se han dadopasos iniciales para el cuidado especializado de lospacientes con dolor a través de ‘consultas de dolor’,en la mayor parte dependientes de una especialidadmédica tradicional (anestesiología, neurología,cáncer), que por el hecho de ser de predominiomonodisciplinario (‘centradas en el médico’) proveencuidado a patologías médicas específicas (de cefa-lea, espalda, etc.). En mi opinión, éste es un muy im-portante paso para madurar la idea de la necesidadde una asociación para el estudio y tratamiento deldolor, ya que la no infrecuente incapacidad de solu-cionar un problema crónico desde la perspectiva úni-ca de una especialidad médica, va creando laconciencia de esa necesidad de acercamiento‘holístico’ para el manejo del dolor crónico (donde eltodo no es la suma de las partes). Allí es donde, pornecesidad, anidan las ideas de los futuros desarro-llos en el cuidado interdisciplinario del dolor cró-nico, tan complejo en su conceptualización desde elmodelo puramente médico hasta la perspectivabiopsicosocial y los nuevos modelos traslativos(transicionales) en desarrollo que explican hoy enbuena parte los síndromes funcionales de dolorgeneralizado.

La época moderna del dolor en Colombia:La época moderna del dolor en Colombia:La época moderna del dolor en Colombia:La época moderna del dolor en Colombia:La época moderna del dolor en Colombia:Los vertiginosos años 80Los vertiginosos años 80Los vertiginosos años 80Los vertiginosos años 80Los vertiginosos años 80

El terreno está ahora creado, y la década de losochenta trae ahora un giro inmenso en el progresodel estudio y tratamiento del dolor, gracias a los es-fuerzos de nuevas generaciones de especialistas, es-pecialmente de anestesiólogos que con gran visión yhabilidades organizativas ‘echan a andar’ el movimien-to de las ‘clínicas de dolor’, le dan una imagen indivi-dual a la profesión al lograr crear la identificación delárea de dolor como nueva especialidad de la medici-na, y le estructuran una ‘imagen corporativa’ que conel paso del tiempo caracterizará la Medicina de Do-lor como un puesto de trabajo específico dentrodel concierto de las especialidades médicas.

La creación de las primeras clínicas de dolor enesta nueva etapa se asocia en forma consistente conla práctica académica de las especialidades, y es asícomo hacia finales de 1981 el Doctor TiberioÁlvarez Echeverry, anestesiólogo y profesor de la Fa-cultad de Medicina de la Universidad de Antioquia,en el Hospital de San Vicente de Paúl en Medellín,y posteriormente en forma independiente, el DoctorPedro Fernando Bejarano, en el servicio de anestesiadel Hospital Militar Central en Bogotá, ya paraentonces centro de postgrado de la facultad de Me-dicina de la Universidad del Rosario, crean sendasclínicas de dolor en grupos constituidos por variasespecialidades y con orientaciones interdisciplinariascentradas en las patologías más importantes de suspoblaciones de pacientes: en Medellín, la “Clínica paraalivio de Dolor y Cuidados Paliativos” se dedica engran parte al manejo del dolor en pacientes con cán-cer, y en Bogotá la Clínica de Dolor del Hospital Mili-tar se dedica con gran énfasis a los pacientes de dolorcrónico de origen no maligno, especialmente debidoa las frecuentes lesiones de nervios periféricos ycausalgias por heridas con armas de fuego en el per-sonal militar, y a los pacientes con dolor de espalda.

A través de los primeros años de esta década sereproduce en Colombia un fenómeno habitual en elestablecimiento de una nueva especialidad, cual esun desbordado entusiasmo general por trabajar enun campo de nuevo desarrollo. Ello también conlle-va, por una parte, competitividad y conflicto decompetencias entre especialidades y por otra, se ge-nera cierto escepticismo y recelo en otras especialida-des al sentirse invadidas algunos de sus campos demanejo por una medicina especializada en eldolor con métodos de tratamiento no quirúrgico. Deesta manera, algunos procedimientos de indicaciónfrecuente para el manejo del dolor, como por ejem-plo las simpatectomías quirúrgicas, son reemplaza-das por los bloqueos temporales y permanentes delSimpático en el manejo de los cuadros de DistrofiasSimpáticas Reflejas, las rizotomías dorsales yneurectomías en el manejo del cáncer por lasneurolisis viscerales, intraespinales y epidurales, lasneurectomías periféricas por los bloqueos neurolíticoscon alcohol y fenol, y así muchas otras indicacionesque permiten recuperar la calidad de vida de los pa-cientes con dolor, con intervenciones percutáneas.

A pesar de lo anterior, y a través de la docencia yla investigación, logra desarrollarse en estos y otros

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sitios del país una conciencia progresiva sobre la im-portancia del manejo especializado del dolor conla participación de otras disciplinas. Así, en laclínica de dolor del Hospital Militar, ya hacia 1984Pedro Bejarano logra conformar un grupo interdisci-plinario que trabaja en patología dolorosa de Co-lumna con la participación de Luis Casasbuenas, deNeurocirugía, Jorge Ramírez, de Ortopedia, MarioRomero, de Rehabilitación, Gloria María Berrío y RubyOsorio, de Psicología.

Es importante resaltar aquí que durante esta épo-ca se dio un progresivo desarrollo de la especializa-ción de otras disciplinas en el área de dolor enColombia. Tal es el caso de la Psicología: Ruby OsorioNoriega, entonces estudiante de psicología, tutorizadapor Gloria María Berrío y Pedro Bejarano en la clínicade dolor del Hospital Militar, desarrolla su tesis degrado sobre los descriptores de dolor, realizando unade las primeras adaptaciones del famoso Cuestio-nario de Dolor de McGill al idioma español, ins-trumento universal para la evaluación clínica del dolordiseñado por Ronald Melzack en la universidad deMcGill. Esta adaptación sería posteriormente galar-donada en 1995 con el premio Juan Marín de la So-ciedad Colombiana de Anestesiología.

El movimiento de los grupos interdisciplinariosdedicados al manejo del dolor lumbar, más conoci-dos como las “escuelas de espalda” ha tomadoya fuerza en el mundo, y en Europa como en Américase desarrollan grupos importantes bajo el liderazgode Alf Nachemson en Suecia, John D. Loeser en laUniversidad de Washington, en Seattle, y Hubert L.Rosomoff, en el departamento de neurocirugía de laUniversidad de Miami, entre otros. Los enfoques diag-nósticos y estrategias terapéuticas de estos grupostendrán una influencia importante en el desarrollode estas unidades en Colombia gracias al entrena-miento recibido allí en forma independiente por mé-dicos como los doctores Arnoldo Levy y Carlos AlbertoZúñiga, neurocirujanos que desarrollan la primeraClínica de Espalda en la ciudad de Cali, la cualfue bautizada en honor de “Hubert L. Rosomoff” enel año de 1984. Se destaca también el trabajo deldoctor Pedro Bejarano (quien al lado de LuisCasasbuenas, Germán Ochoa, José María Rodríguez,Luz Nyve Cardona y María Emilia Peña colabora en eldesarrollo del “Instituto de Columna” en 1986 yposteriormente en la “Clínica de Columna” en 1987).

Para 1984 se genera un nuevo impulso en la edu-cación y organización del estudio de dolor enColombia, cuando en el hospital Militar, por iniciati-va del anestesiólogo Alfredo León, se crea el deseode organizar un curso educativo en el departamentode anestesia, el cual, gracias al auge de la clínica dedolor, se dedica a este tema. De esta forma, con laorganización y auspicio de la Sociedad Colombianade Anestesia y Reanimación SCARE, el departamentode anestesia del Hospital Militar, y la Escuela Militarde medicina se realiza en el Hotel Tequendama el ti-tulado “Primer Curso Colombiano de Dolor” exi-toso evento con la participación de Terence Murphyde la Universidad de Washington en Seattle, VicentePallares y Hubert Rosomoff de la Universidad deMiami, una asistencia de 580 personas de todas lasespecialidades.

A raíz del éxito logrado por este curso, y con eladvenimiento del segundo, se crea en 1986 el comi-té de dolor de la SCARE, presidido por PedroBejarano y con la participación de Jorge Osorio, IvánNavarro, Julio Enrique Peña y Alfredo León. De estaforma se inicia un movimiento continuado de educa-ción y difusión del estudio de dolor entre losanestesiólogos a través de la sociedad. Dentro de susobjetivos se desarrolla la continuación de los cursosde dolor ya iniciados en períodos bienales, la inclu-sión de los temas de dolor en el currículo de los pro-gramas de la especialización de anestesia, y elpropender por estimular el desarrollo de grupos dedolor como nueva área de trabajo para elanestesiólogo colombiano, y lo que es más valioso yloable de la SCARE, se reconoce la necesidad de irconstruyendo las bases de una sociedadinterdisciplinaria para el estudio del dolor, pro-moviendo su estudio en otras especialidades, lo quevendría a convertirse años más tarde en la actualACED. Así, durante los años siguientes se realizancursos nacionales intedisciplinarios de dolor, en 1986y 1988 con invitación de famosos investigadoresy profesores internacionales de la talla de PatrickWall del University College London; Richard Sternbach,de la Scripps Clinic en California y Wilbert FordycePsicólogo de la Universidad de Washington; losanestesiólogos Henry McQuay de la Universidad deOxford, Peter Buckley de la Universidad de Washing-ton en las áreas clínicas de dolor, y finalmente RichardPayne, neurólogo del MD Anderson Cancer Centerde Houston, y Michael Kearney del Saint Cristopher’s

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Hospice, en Londres, con quienes se introducen enColombia los conceptos más avanzados delmanejo del dolor en cáncer y del cuidado pa-liativo. Estos enormes progresos en la difusión y edu-cación se ven reforzados en esta década con laproducción nacional de publicaciones sobre dolor.

En 1986, el Doctor Tiberio Álvarez publica a partirde su experiencia en el hospital San Vicente de Paúlen Medellín, el primer y entrañable libro de este se-gundo lustro bajo el título “Dolor: problemática y tra-tamiento”. Es un ejemplo de excelencia educativa enformato de bolsillo para sus estudiantes. En 1988,Pedro Bejarano publica las memorias del curso de1988 editadas bajo el título “Dolor Agudo, Crónico yde Origen Maligno”. Con ellos, los libros “Ayudandoa Morir con Dignidad” y “Dolor en Cáncer”, escritospor el Doctor Tiberio Álvarez, conforman para enton-ces la base de la bibliografía colombiana sobre eldolor.

El dolor en cáncer y el cuidado paliativoEl dolor en cáncer y el cuidado paliativoEl dolor en cáncer y el cuidado paliativoEl dolor en cáncer y el cuidado paliativoEl dolor en cáncer y el cuidado paliativoen la escenaen la escenaen la escenaen la escenaen la escena

Para esta época, ya se han consolidado y abiertomás consultas y clínicas de dolor en otros grandescentros como la Fundación Santa fé de Bogotá conJaime Herrera y Pedro Bejarano (quien se había tras-ladado en 1985 a este centro), el Hospital Universita-rio del Valle, en Cali, con el doctor Eliseo Cuadrado yel Dr. Francisco Acevedo (entrenado con el pionerodel dolor en España, Dr. Jose Luis Madrid Arias, a suvez alumno de Bonica), y el Instituto Nacional deCancerología, en el cual la llegada del doctor CamiloFadul entrenado en neurooncología y dolor conla indiscutible líder mundial de la investigación deldolor en cáncer hacia 1987, la Doctora Kathleen Foleydel Memorial Sloan Kettering, en Nueva York.

De esta forma los años 1987 y 1988 ven crecercon gran intensidad el conocimiento e interés por elmanejo del paciente con cáncer y el inicio de los cui-dados paliativos en Colombia. Se promueve elprograma de Alivio del Dolor en Cáncer de la OMScon el comité de dolor de la SCARE, la Fundación Santafé de Bogotá con Pedro Bejarano, el Instituto Nacio-nal de Cancerología con Álvaro Sarmiento, JuanTrujillo y Héctor Tejada, y el programa de la Clínica deAlivio del Dolor y Cuidados Paliativos de Tiberio Álvarezentre otros. Reforzando el papel esencial del cuidado

humanitario del paciente terminal, en Agosto de1987, la psicóloga Isa Fonnegra de Jaramillo, miem-bro del IWG (International Group on Death,Dying and Bereavement) y seguidora de los pa-sos de Mary Vachon (una de las pioneras del desa-rrollo del cuidado terminal en Canadá y EstadosUnidos), constituye en Bogotá la Fundación Ome-ga, primera institución de difusión nacional sobre elmanejo del duelo y los pacientes terminales en Co-lombia, con la colaboración médica del anestesiólogoJaime Herrera y otros profesores en el terreno de laOncología y la Medicina Interna. Los famosos cursosanuales de esta fundación, enseñando las dimensio-nes médicas, psicológicas y humanísticas del movi-miento estructurado de los cuidados paliativos a partirde los trabajos de Cicely Saunders en el StCristopher´s Hospice de Londres, así como la obli-gada convergencia interdisciplinaria de los desarro-llos de la especialidad de dolor en los grandes centros,dan lugar a una era moderna del cuidado de lospacientes con cáncer en Colombia. De allí par-ten innumerables esfuerzos e iniciativas para la or-ganización del cuidado de estos pacientes, laeducación en el control del dolor y otros síntomas; lacomprensión y el manejo de los duelos; la disponibi-lidad de opioides, y muchos más que ayudan aconsolidar una adelantada conceptualizaciónmultidimensional del dolor y la muerte en Colombia.

Así, en 1989, Pedro Bejarano y la psicóloga LilianaDeLima inician en Cali la primera unidad de hospita-lización independiente dedicada al cuidado de pa-cientes terminales, el primer “hospicio”, adaptandopara ello la “Casa de Recuperación La Viga”,antiguo sanatorio para tuberculosos y posteriormen-te, casa de alojamiento para los pacientes con cán-cer, que seguían tratamientos de radioterapia en elHospital Universitario del Valle en Cali. Aunque yaexisten en Colombia unidades de cuidados de enfer-mería para pacientes terminales en el Hospital SanRafael, ésta constituye la primera unidad como talcon un programa integral de control de dolor, sínto-mas y atención terminal. Al mismo tiempo la activi-dad organizativa de todos ellos y las presiones de laOMS logran abrir paso al inicio de la importación deopiodes para el manejo del dolor en cáncer en Co-lombia; se crea también la Fundación Pro Derecho aMorir Dignamente, presidida por la Sra. Beatriz Kopp.Todo lo anterior, gracias al apoyo de los medios decomunicación y el entusiasmo de muchos aneste-

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siólogos. ¿el resultado? un vuelco enorme al escena-rio científico y de la opinión general entrando a 1990,sobre los conceptos de calidad de vida, tanatología,y alivio del dolor en cáncer en el país, tema central delas actividades de dolor en Colombia.

También en 1990 se inicia en la Fundación SantaFé de Bogotá el primer programa de “fellowship” oentrenamiento de postgrado en dolor paraanestesiólogos, bajo la dirección de Pedro Bejarano yJaime Herrera, con el aval de la Escuela Colombianade Medicina, hoy Universidad el Bosque. Años mástarde será seguido por el programa del Instituto Na-cional de Cancerología y del Hospital de San Ignaciocon la Universidad Javeriana bajo el liderazgo deRené Linares, Jairo Moyano y Carlos Rodríguez. Estosprogramas permitirán una gran difusión del manejodel dolor en todas las zonas del país gracias a losnuevos especialistas, y se inicia un programa de con-ferencias regionales de Dolor a nivel nacional que ex-pande todavía más los alcances.

Creadas las condiciones, el momento llegaCreadas las condiciones, el momento llegaCreadas las condiciones, el momento llegaCreadas las condiciones, el momento llegaCreadas las condiciones, el momento llegacuando todos le necesitamoscuando todos le necesitamoscuando todos le necesitamoscuando todos le necesitamoscuando todos le necesitamos

El año de 1990 ha visto crecer con éxito la difusióndel interés en el tratamiento del dolor, desde dentrode la anestesiología hacia todas las demás especiali-dades médicas incluyendo rehabilitación, ortopedia,oncología, neurología y las neurociencias. Las aso-ciaciones de cada especialidad han desarrollado tam-bién dentro de ellas mismas este interés, y lacooperación y colaboración es cada vez más fluida,de manera que se crea la necesidad de agrupar to-das estas áreas bajo una organización de caráctermultidisciplinario, puesto que los estatutos de laSCARE, así como el de la mayoría de las sociedadeslimitan la afiliación de otros especialistas. Para esteaño, existen ya muchos médicos interesados y traba-jando en dolor, y alrededor de 20 especialistas dediferentes ramas médicas inscritos y asociados comomiembros regulares de IASP (International Associationfor the Study of Pain), fundada por John Bonica.

Aprovechando estas condiciones, Pedro Bejaranoinvita a cerca de 50 médicos especialistas, interesa-dos en práctica del dolor en todo el país, que se ha-cen físicamente presentes o a través de carta, con elfin de conformar el “Capítulo Colombiano de la IASP”.Dicha reunión se celebra en el salón de conferen-

cias “Ernesto Arango Tavera” de la FundaciónSanta Fé de Bogotá, el día 21 de Agosto de1990.

Allí, con la asistencia de 24 invitados y las cartasde otros 21 se firma el acta de constitución del capí-tulo, nombrada la primera Junta directiva conforma-da así: Presidente: Pedro F. Bejarano, Secretario:Camilo Fadul, Tesorero: Felipe Atalaya. El entusias-mo de las caras de todos los asistentes, el esfuerzode los presentes venidos de otras ciudades, y la ilu-sión, voluntad y confianza de las respuestas por co-rreo, sientan la mejor de las bases para el éxito de loque debe ser nuestra responsabilidad y la razón deser de la asociación: el compromiso con eldesarrollo y difusión del estudio y tratamientodel dolor en Colombia. Ninguna carga o esfuerzose hará pesada o difícil ante tanto entusiasmo.

Los primeros pasos de una asociaciónLos primeros pasos de una asociaciónLos primeros pasos de una asociaciónLos primeros pasos de una asociaciónLos primeros pasos de una asociaciónllamada a ser grandellamada a ser grandellamada a ser grandellamada a ser grandellamada a ser grande

Siendo una iniciativa de carácter científico, los pri-meros pasos se dieron con el objetivo fue lograr pro-gramas con los últimos conceptos y adelantoscientíficos de cada momento, para lo cual era nece-sario traer conferencistas a Colombia que fueran in-vestigadores de primera línea en el mundo. Durantesu mandato se realizaron varios eventos académicosya que en el acta de constitución quedó plasmadoque el capítulo debería realizar por lo menos una re-unión científica al año. La primera y muy memorablese realizó con la presencia como conferencista, delDr. Patrick D. Wall, editor en jefe de la revista Pain,Profesor titular de neurobiología del University CollegeLondon y candidatizado al premio Nobel por su fa-mosa “Teoría de la Compuerta” por la cual junto conRonald Melzack, de la Universidad de McGill en Ca-nadá, se abrió un nuevo capítulo del dolor al enten-der los conceptos básicos de la neuromodulación. Suconferencia versó sobre los “Nuevos Desarrollos enel Estudio Fisiológico del Dolor Neuropático”, en elauditorio Fundadores de la Asociación Médica de LosAndes, el día 30 de noviembre de 1990. En esta oca-sión se nombró al Dr. Wall como el primer MiembroHonorario del Capítulo Colombiano de la IASP.

De allí en adelante florece una nueva primaveraen el progreso del estudio del dolor en Colombia,puesto que amplía aún más la difusión de la especia-lidad en Colombia: continúan las actividades del

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25Pedro F. Bejarano R.: Historia de la formación y primer lustro de la ACED - Capítulo Colombiano de la IASP

comité de Dolor de la SCARE con la coordinación deÁlvaro Sarmiento, y la sociedad inicia un programamasivo de educación a nivel nacional, para cuyo pro-pósito se divide el país en 5 regiones: centro con sedeen Bogotá; zona norte, con sede en Barranquilla; zonasur occidente, con sede en Cali; zona de Antioquia yViejo Caldas, con sede en Medellín, y zona del orien-te, con sede en Cúcuta. Se elabora un programa decursos anuales en cada región, 10 congresos o cur-sos locales en ciudades menores y un Congreso Na-cional anual que a partir de 1991 se centra en lapresentación de los más recientes avances del estu-dio y comprensión del dolor, tanto acerca de la inves-tigación de laboratorio como de su manejo clínico.

Discurren entonces los más reconocidos investi-gadores del mundo en los congresos del CapítuloColombiano de la IASP, ya convertido en la Asocia-ción Colombiana para el Estudio del Dolor(ACED). Bajo el título de “Progresos en el Estudio yTratamiento del Dolor”. Personajes de la ciencia mun-dial en Alemania.

En noviembre de 1991 se realiza el primer cursoanual (futuro congreso) en el auditorio “Fundadores”de la Asociación Médica de los Andes, sobre “BasesNeurofarmacológicas de la Analgesia”. Alter-nando con conferencistas locales, como invitados vi-nieron los Drs. Robert Schmidt MD, PhD, Jefe deldepartamento de Fisiología y del instituto deNeurofisiología de la Universidad de Würzburg, des-cubridor del concepto de ‘receptores silentes’, y AlbertHerz, MD, PhD, director del programa de investiga-ción en opioides del Institut Max Planck FürPharmacologie, y quien unos años más tarde descri-biría con Cristoph Stein los “receptores opioides en laperiferia del sistema nervioso”, dando apertura a unanueva forma de entender y manejar el dolor.

En este año, luego de las publicaciones del añoanterior por Bryan Ready, en Seattle, sobre la confor-mación de servicios especializados en manejo del dolorposoperatorio, se crea el Servicio de Dolor Agudoen la Fundación Santa Fé, y se introducen los progra-mas de Analgesia Controlada por el Paciente (PCA) einfusiones continuas de anestésicos locales para anal-gesia posoperatoria. Desde entonces se comienzana discriminar las diversas áreas de aplicación del tra-tamiento del dolor con las provisiones necesarias paralos Servicios de Dolor Agudo, los EquiposInterdisciplinarios para el manejo del Dolor

Crónico, y los Servicios de control de Dolor enCáncer y Cuidado Paliativo.

Howard Fields MD, PhD, neurólogo y neurofisió-logo de la Universidad de California, creador del con-cepto de las células “On-Off” moduladoras de lossistemas ascendentes y descendentes en el tallo cere-bral, Luis Cubillos, DDS de la Universidad de NewJersey, y Patricia Schiemann DDS de UCLA presentanlos avances en Dolor Craneofacial, en 1992. Estosalternan con la programación de SCARE, la cual or-ganiza a través de su comité de dolor, –en este mo-mento dirigido por la Dra. Soledad Cepeda, MD–organiza el VI Curso de Dolor con la participación deSeymour Solomon, MD del Montefiore Medical Centery el Albert Einstein College of Medicine de Nueva York,Sri Kantha, MD de New Jersey, y David Boorsook dela Universidad de Harvard en el Mass General Hospitalde Boston.

Esta sana colaboración entre las dos sociedadespermite una potenciación del desarrollo del dolor enColombia. En este mismo año se suceden otros doseventos importantes: en primer lugar se celebra el IICongreso Latinoamericano de Cuidados Palia-tivos en el centro para pacientes terminales de “LaViga”, en Cali, donde Pedro Bejarano e Isa Fonnegrapresentan su libro “Morir con Dignidad: Fundamentosdel Cuidado Paliativo”, texto de 370 páginas publica-do con la colaboración de los miembros de la Funda-ción Omega. Desde allí se difundirá ayudando almanejo del dolor en cáncer y al desarrollo de las uni-dades de cuidado paliativo en muchos sitios de Co-lombia y Latinoamérica. En segundo lugar, conauspicios de la ACED en el mes de septiembre, se rea-liza en Cartagena la celebración del cincuentenario del‘encuentro de dos mundos’ con el primer simposioIbero-Latinoamericano sobre el Dolor, con laparticipación de España y 13 países latinoamericanos.Este evento marcaría en forma definitiva el paso deldesarrollo del estudio del dolor en Latinoamérica alcrearse con un modelo de ‘grupo colaborativo’ la Fe-deración Latinoamericana de Capítulos IASPpara el Estudio del Dolor (FEDELAT), cuya presi-dencia recayó en Colombia, representada por Pedro F.Bejarano. Esto colocaría a la ACED y a Colombia enun papel de responsabilidad y liderazgo en el desarro-llo del dolor en el continente.

En el año de 1993, durante la XLIII Asamblea dela SCARE, el doctor Eliseo Cuadrado del Río, presenta

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y logra aceptación para renovar la nomenclatura dela subespecialidad bajo el título de Algesiología parasolucionar la confusión creada por palabras como“Algología, Clínica de Dolor, etc.” En este año se re-nuevan los conceptos sobre dolor en cáncer y se daun gran impulso al manejo del dolor agudo yposoperatorio a través de las dos organizaciones. Soninvitados por la ACED dos especialistas de la Univer-sidad de Washington: F. Peter Buckley jefe del Painand Toxicity Program, del Fred Hutchinson CancerReasearch Center, y Kelly Egan, PhD psicóloga delservicio de dolor agudo de la misma Universidad, yse publica en este año la traducción de las “Guíasde manejo para el dolor agudo después decirugía o trauma” de la agencia americana parapolíticas en salud, el cual es traducido por SoledadCepeda y publicado como un número especial de larevista de la Scare.

En 1994, el nuevo presidente de la ACED, el DoctorGermán Ochoa le da un potente aire de renovación aesta sociedad, afianzando la estructura multi-disciplinaria de la misma y dedicando grandes esfuer-zos a la educación y a la creación de guías de manejoclínico. Se instaura la formación de comités especiali-zados en tipos de dolor y de esta forma se publicandurante los siguientes dos años los manuales de con-senso sobre “Dolor posoperatorio en niños yadultos” y “Dolor Craneofacial” con contribucio-nes de los miembros de la sociedad, y bajo la coordi-nación editorial de Germán Ochoa y Pedro Bejarano.Se realiza el curso anual sobre “Actualizaciones enel manejo del dolor de espalda” con la participa-ción del presidente de la IASP, John Loeser,neurocirujano de la Universidad de Washington, MartinGrabois, Rehabilitador de la Universidad de Texas, yCarol MacFarland terapista física. Ese año se bate elrécord de asistencia con más de 650 profesionales detodas las áreas afines. Mientras tanto, el comité dedolor de la SCARE, ahora bajo la coordinación de So-ledad Cepeda, publica la traducción del las “Guíasde manejo clínico para el dolor por cáncer”, dela agencia norteamericana para políticas en salud, bajoel patrocinio del ministerio de salud, el cual es difundi-do en toda Colombia. En este año, Pedro Bejarano esnombrado miembro del Council de la IASP y del Co-mité de programas científicos de los congresos mun-diales de la misma. Ello le da una mayor proyeccióninternacional a las actividades de dolor en Colombia,y establece muchas nuevas conexiones que facilitarán

las posibilidades de entrenamiento en el exteriorde muchos colegas.

Las contribuciones a nivel latinoamericanoLas contribuciones a nivel latinoamericanoLas contribuciones a nivel latinoamericanoLas contribuciones a nivel latinoamericanoLas contribuciones a nivel latinoamericano

Uno de los objetivos importantes de la ACED hasido contribuir al desarrollo de iniciativas se-mejantes en toda Latinoamérica. En sus inicios,a mediados de 1992, FEDELAT estaba compuesta porcuatro capítulos regulares. (Argentina, Brasil, Chile yMéxico) y un capítulo provisional (Colombia), que fun-cionaron como un grupo de trabajo compuesto porlos presidentes de cada capítulo, y cuya prioridad es-taba en desarrollar la formación de capítulos en losdemás países latinoamericanos. A diferencia de laFederación Europea de Capítulos de la IASP (EFIC),que se constituyó cerca de un año después pero contoda las facilidades económicas y burocráticas delmundo desarrollado, FEDELAT era sólo un grupocolaborativo de trabajo, pero bajo el liderazgo de laACED, cuatro años más tarde, gracias al trabajo delos miembros de IASP en cada país, y a la comunica-ción y estímulo organizativo desde el Council de laIASP, logró apoyar el desarrollo de las iniciativas loca-les suficientes de manera que en el siguiente congre-so mundial de la IASP en Vancouver 1996, sepresentaron seis nuevas asociaciones nacionales dedolor. Como nuevos capítulos de IASP aparecen en-tonces Ecuador, Perú, Panamá, Venezuela, Bolivia yUruguay, los cuales sumados a Costa Rica represen-tan un total de 12 capítulos afiliados a IASP.Adicionalmente se presenta Cuba como asociaciónnacional en proceso de formación.

Como uno de los propósitos de la Federación erala creación de un órgano latinoamericano de infor-mación científica, durante estos años se crea, regis-tra internacionalmente y se edita en Colombia la“Revista Latinoamericana de Dolor”, órganooficial de la FEDELAT, editado en Bogotá por P.Bejarano y publicado bajo los auspicios de la indus-tria farmacéutica, de la cual alcanzan a editarse seisnúmeros en forma trimestral, con artículos funda-mentalmente latinoamericanos. Las restriccionesposteriores del presupuesto de las farmacéuticas, yla dificultad en su distribución a nivel local en cadapaís presentan numerosos obstáculos tanto finan-cieros como organizativos para las nacientes aso-ciaciones, llevando finalmente a la descontinuaciónde su edición.

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27Pedro F. Bejarano R.: Historia de la formación y primer lustro de la ACED - Capítulo Colombiano de la IASP

Pasado reciente y futuro: La historia por escribirPasado reciente y futuro: La historia por escribirPasado reciente y futuro: La historia por escribirPasado reciente y futuro: La historia por escribirPasado reciente y futuro: La historia por escribir

Estas anotaciones representan una visión per-sonal sobre esa historia que se ha desarrollado enforma paralela a los eventos de la vida profesionalde quien escribe. Pero existen muchas otras visio-nes e importantes contribuciones de muchos otrosmiembros que están por escribirse: de la parte ad-ministrativa como la “sine equa non” de la ACED.La actual directora ejecutiva Dña. Elsa Bejarano deGonzález, quien a favor de la ACED –y a pesar denuestras fallas– ha sabido mantener el hilo con-ductor de la asociación a través de estos 20 años;de la parte ejecutiva, el grupo de los expresidentes

que han sabido aportar lo mejor de cada uno ensu desarrollo; y en la parte gremial y profesional,las de importantes colegas miembros tanto de es-pecialidades médicas como de la industria, que hanapoyado el desarrollo de todas nuestras activida-des. De todos ellos esperamos la aportación de susrecuerdos, visión y contribuciones al desarrollo deesta ciencia en Colombia, al mismo tiempo “Reinay Cenicienta de las Neurociencias” cuya singularhistoria resta por terminar de escribirse. Es la his-toria de una causa que hoy más allá de la ciencia,mantiene la nobleza y el valor de combatir en el‘cuerpo a cuerpo’ la lucha cotidiana contra el do-lor de nuestros pacientes.

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20 años de trayectoria20 años de trayectoria20 años de trayectoria20 años de trayectoria20 años de trayectoria

Elsa Bejarano Ramírez*

En este año de celebra-ciones patrióticas con mo-tivo del Bicentenario de laIndependencia de Colom-bia, nosotros, en la ACED,también tenemos nuestropropio aniversario para fes-tejar. Cumplimos 20 años.Dos décadas mitigando eldolor a los pacientes quelo padecen.

Qué labor tan encomiable de los que tuvieronesta maravillosa idea de fundar, el 19 de octubre de1990, en el auditorio Ernesto Arango Tavera de laFundación Santa Fé de Bogotá, el Capítulo Colom-biano de una importante institución mundial comolo es la International Association for the study of Pain,IASP, con el propósito de promover y unificar los es-fuerzos individuales que se tenían en su momento.Ojalá que nuestra querida ACED, y digo nuestra,pues así la considero, no desaparezca sino que, porel contrario, se fortalezca cada día más y que susmiembros al ingresar, adquieran el compromiso detrabajar por la institución sin olvidar nunca su obje-to social.

Se conformó la primera junta directiva del Capítu-lo asumiendo como presidente el Dr. Pedro FernandoBejarano, como secretario el Dr. Camilo Fadul, y comotesorero el Dr. Felipe Atalaya.

Qué decir de estos queridos profesionales todos‘encantadores’, comprometidos y con el deseo inmen-so de sacar adelante el Capítulo.

A falta de una sede propia, recuerdo de ello lasatenciones especiales en sus residencias en donde serealizaban las reuniones de junta directiva que, dicho

sea de paso, se complementaban con una buenísi-ma merienda.

En este período se aprobaron los estatutos quefueron traducidos al español a partir de los ya exis-tentes en la IASP. Inmediatamente después, el Dr. LuisAlberto Zorro, abogado prestante, hizo las modifica-ciones para ajustarlos al Capítulo Colombiano y lospresentó a la junta directiva para su aprobación puestoque los elaborados inicialmente tenían muchas in-compatibilidades con la ley colombiana. Con el Dr.Zorro hicimos una labor ardua para conseguir en laAlcaldía de Bogotá el registro de los Estatutos y obte-ner el número de identificación tributaria del Capítulo.

Se hizo la elección de los miembros de junta pen-dientes. Se presentaron a consideración los nombresde los Drs. Álvaro Serrano, para vicepresidente,Germán Ochoa, Adelaida Martínez y Tiberío Álvarez,para vocales, lo cual se aprobó por votación.

En este período se realizaron importantes eventoscientíficos, se institucionalizaron los diferentes Comi-tés que hasta la fecha han permanecido. Algunos hanseguido funcionando, otros no.

Queriendo plasmar en este escrito mis vivencias enel espacio de estos 18 años durante las presidenciasque ha tenido la ACED, empezaré por la del Dr. Bejarano,a quien debo agradecer su invitación hace 18 años aformar hacer parte de esta querida Asociación; a quiencon su tenacidad y perseverancia hizo realidad la ma-ravillosa idea de cimentar esta asociación con el únicoobjetivo de mitigar el dolor de la humanidad.

Mi ingreso a la Asociación fue el día 19 de febrerode 1992, dos años después de que ésta se fundara.Dieciocho años llenos de inmensos recuerdos, unosgratos y otros no tanto, que forma parte de mi vidahasta el día de hoy. Mucha experiencia adquiridadurante este tiempo. De cada uno de los presidentescon los que he trabajado hasta hoy y he aprendido* Directora Ejecutiva, ACED.

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29Elsa Bejarano Ramírez: 20 años de trayectoria

muchas cosas, pero lo mas importante para mí hasido aprender a conocerlos, a aceptarlos como son.Siempre recibí de ellos el mejor de los tratos, com-prensión y muchísimo afecto y como resultado, heobtenido una satisfacción inmensa por el trabajo quehe realizado y por esta Asociación que he visto crecery que quiero con toda mi alma.

Mi labor comenzó en el consultorio del Dr. PedroBejarano, en la Asociación Médica de Los Andes,como sede provisional, dos medios días a la sema-na. Transcurrieron así dos años, cuando nos trasla-damos al Edificio Somec, en la Calle 50, a la sede dela Sociedad Cundinamarquesa de Anestesiología,quienes nos arrendaron sus instalaciones por mediotiempo.

Se comenzó el trabajo conformándose la basede datos de los asociados a medida que estos ibaningresando al Capítulo así como las direcciones delas personas interesadas, a quienes se les hizo unseguimiento especial para que también ingresaran.Durante las reuniones de junta, siempre se mostróla preocupación por conseguir una sede para elCapítulo pues no dejaron de presentarse contra-tiempos por no disponer de una oficina. Ya en 1993,y a medida que la ACED crecía, nos trasladamos auna oficina independiente en el mismo edificioSomec.

El 22 de noviembre de 1993, en la asamblea ordi-naria, se nombró una nueva junta directiva por elperíodo 1993/1996. Como presidente se eligió al Dr.Germán Ochoa Amaya.

Del Dr. Ochoa, durante su gestión, tengo muchosrecuerdos gratos. A él le reconozco y agradezco supreocupación por afiliarme al ISS. Sin esto no hubie-ra sido posible esperar a que, dentro de unos pocosaños obtenga mi pensión de jubilación. Muchas gra-cias, Dr. Ochoa.

En su gestión tan importante se acordó mantenerlos Grupos de Interés, se aprobó la realización de loscursos locales y se continuó con la realización delos regionales. Se organizaron también importanteseventos como los congresos nacionales con impor-tantísimos conferencistas internacionales.

A finales de la gestión del Dr. Ochoa (año 1996) nostrasladamos a una nueva sede situada en la Cra.15No. 85-76, Oficina 506, del Edificio El Retiro 85.

Otros sucesos acaecieron durante su mandatoque, no por ser menos importantes, dejo de mencio-narlos ahora.

En Octubre de 1996 se elige nueva junta directi-va y llega a ocupar la presidencia el Dr. Juan MiguelGriego. Conformamos un buen equipo de trabajo ehicimos buena empatía. Motivos inmensos de agra-decimiento para él, quien con el Dr. PolidoroSaavedra, atendieron con especial esmero y cariñola enfermedad de mi padre. Esta época también fueimportante. En su gestión se tomó la decisión de rea-lizar el primer congreso fuera de la capital, esco-giendo la bella ciudad de Cartagena. La industriafarmacéutica aceptó nuestra invitación y gracias asu patrocinio se hizo realidad este sueño. ¡Inolvida-ble experiencia! Para la organización del evento secontrató a la empresa Viajes Aerodinámicos Ltda.Desde esta fecha hasta hoy, la Asociación se ha en-cargado de organizar en su totalidad sus eventoscientíficos. Durante su gestión se hizo una reformaa los estatutos.

Otros eventos importantes se llevaron a cabo tam-bién durante su gestión.

Por cuestiones laborales el doctor Griego tuvo quedesplazarse a la ciudad de Barranquilla y desde allípudo atender por varios meses más su trabajo comopresidente de la Asociación. Ante la imposibilidad dedesplazarse a Bogotá mensualmente y seguir mane-jando los asuntos de la Asociación, decide renunciaral cargo de presidente. Se convoca a una asambleaextraordinaria y por unanimidad se elige al Dr.Germán Ochoa, mientras se cumple el período parael cual se eligió la junta directiva actual.

Luego de cierto tiempo y ante la mala presenta-ción del edificio que ocupábamos en la calle 85, sedecide tomar en arriendo otra oficina en el EdificioAluna, en la Calle 127 con autopista.

Nuevamente exitosísima la gestión del Dr. Ochoa.Dejó a la Asociación con un superávit mayor de losúltimos tres años. Su consejo fue que, como la si-tuación financiera estaba en óptimas condiciones, yla Asociación atravesaba por un período coyunturalmuy importante, era el momento de definir la ad-quisición de una sede propia. Entonces, pide con-tactar a distintas inmobiliarias con el fin de encontrarla apropiada.

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En 1999 se nombra una nueva junta directiva yasume como presidente el Dr. Carlos FranciscoFernández.

¿Qué decir de él? Tengo mucho que agradecerle.Le dio relevancia en su gestión a mi cargo, pasandoa ser de Dirección Ejecutiva con la aprobación tam-bién del Dr. Hernández quien era el Vicepresidente.Siempre recibí de él lo mejor. Con su simpatía y gene-rosidad, su envidiable don para escribir y su dialécti-ca inigualable lo hacen una persona muy especial.En él siempre he encontrado siempre apoyo cuandola he necesitado. Un millón de gracias, Dr. Fernández.

Su gestión, importantísima también. En ella serealizaron eventos académicos, dirigidos a enferme-ras, fisioterapeutas, médicos generales. Se editaronvarios manuales de Colombia sin Dolor. En el año2000 se realiza el congreso anual conjuntamente conla Sociedad de Anestesiología y Reanimación, SCARE.En el 2004 se hace nuevamente el congreso conjun-to. También en su gestión se estructuró el programa“Hospitales libres de Dolor”.

El 3 de diciembre de 1999, en reunión de juntadirectiva, el Dr. Fernández anuncia a la junta que lapropuesta hecha en subasta pública con la inmobi-liaria Corral Maldonado, para la compra de una ofi-cina, nos favoreció y nos fue adjudicada por la sumade $ 64.000.000. Como la junta directiva sólo ha-bía aprobado la suma de $61.000.000, la diferen-cia, o sea $3.000.000, era de su responsabilidad.Ante la ganga que se presentaba, el Dr. Fernándezcomo siempre con su tenacidad incomparable, lla-ma de urgencia al Sr. Pedro Urrego, contador de laAsociación, y realiza con él un análisis financierodetallado. Finalmente se conceptúa que es posibleadquirir la oficina. ¡Qué felicidad! Estrenar por finuna oficina nuestra, situada en un lugar espectacu-lar de la ciudad, en el séptimo piso del Edificio ‘ElBosque’, con una vista envidiable a nuestras bellasmontañas, arriba de la Cra. Séptima. Gracias al Dr.Germán Ochoa por dejar en su brillante gestión ala ACED, con posibilidad de adquirirla, y gracias tam-bién al Dr. Fernández por el buen gusto que tuvo alcomprarla.

En la asamblea ordinaria del año 2000, y convoto de 100% de los asistentes, se aprobó la refor-ma del capítulo 1º., Artículo 2, de los estatutos, conla inclusión y registro ante la Cámara de Comercio

de la sigla ACED. El nombre oficial ahora es ASO-CIACIÓN COLOMBIANA PARA EL ESTUDIO DELDOLOR, ACED. En mayo del 2001 también se reali-zó otra reforma.

En este período se realiza la Primera Encuesta deDolor a nivel Nacional. En el mes de Octubre de 2002se realiza la Segunda Encuesta, La Tercera en el mesde Abril de 2004, La Cuarta en 2008 y la Quinta en2010.

Para el período 2003/2006, se reelige al Dr. Car-los Francisco Fernández presentando ante la Asam-blea un proyecto interesante sobre la LigaColombiana contra el Dolor. Se inscriben varios delos asistentes a este proyecto.

Para el período 2005/2008 se nombra nueva jun-ta directiva. El Dr. John Jairo Hernández asume lapresidencia de la Asociación por el períodomencionado.

Durante su mandato, se me presentaron algu-nos quebrantos de salud cuando me diagnostica-ron la Hepatitis C. Con Johncito, como cariñosamentelo llamo, tengo mil agradecimientos pues me brin-dó mucha ayuda y comprensión durante mi enfer-medad. Recuerdo que una vez estuvo en la oficina yme encontró con un terrible dolor en la espalda. In-mediatamente y de manera generosa me infiltró enel sitio exacto y el dolor desapareció. Gracias, mu-chas gracias.

Es invaluable su esfuerzo por reactivar los gruposde interés y los Comités Regionales. Durante su ges-tión se aprobó la edición de la Revista DOLOR, deperiodicidad trimestral. Se realizó también durantesu gestión el Simposio Internacional de Actualiza-ción en Dolor Agudo y Post operatorio y Dolor enNiños, en conjunto con la SCARE, también se hizoun evento de Cefaleas con la Asociación Colombia-na de Neurología.

En 2008, se realizó con la Sociedad Colombianade Anestesiología y Reanimación otro exitoso con-greso. Se editó el manual de dolor en el adulto ma-yor. Se realizó el Simposio de Dolor en el Anciano. ElDr. Hernández ha dedicado un espacio de su tiem-po a desarrollar semanalmente su Correo Acadé-mico dirigido a todos los miembros ACED, coninformación académica y gremial. Se editaron tam-bién el Manual de dolor en el adulto mayor. Ade-

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más, se hizo otra reforma a los estatutos. En fin,otra gestión importante con muchos eventos acadé-micos y publicaciones.

Para el período 2008/2010 se eligió al Dr. JorgeDaza, poseedor de una recia personalidad, con múl-tiples ideas para fortalecer a la ACED. Durante sugestión se llevaron a cabo dos congresos importantí-simos. En mayo de 2009 el V Congreso Latinoameri-cano de Dolor - VIII Encuentro Iberoamericano deDolor y el XVIII Congreso Internacional de Dolor, quetuvo como presidente al Dr. John Jairo Hernández.Exitosísimo a mas no poder, tuvo una concurrenciade casi 2000 personas que le dejó a la Asociaciónunos buenos dividendos.

El segundo aunque no menos exitoso, tuvo mu-chos inconvenientes que gracias a Dios se pudieronsuperar. Este evento tuvo un toque importante comofue la realización de los Talleres de Intervencionismo,que por primera vez se llevaron a cabo durante uncongreso de la ACED.

Se realizó también una nueva y exitosa activi-dad: la educación virtual e-learning.Se realizó tam-bién la actividad del Día Mundial contra el Dolorpor Cáncer.

En su mandato se dio inicio a la transformaciónde la Asociación como empresa para lograr así elposicionamiento de sus productos y servicios en elmercado. En fin, han sido muchos eventos realiza-dos con la dinámica transmitida por el Dr. Daza yque han sido importantes para el fortalecimiento dela ACED.

Gracias Dr. Daza por su gran generosidad y reco-nocimiento a mi labor. Le admiro y reconozco su in-mensa capacidad de trabajo que siempre mostró enbeneficio de la Asociación.

En estas líneas sólo he mencionado algunas co-sas de las tantas que se realizaron en cada ges-tión presidencial y que hacen parte de la historiade la ACED.

Termino aquí este escrito expresando mis agrade-cimientos a todos y cada uno de los que han hechoparte de la historia de esta querida Asociación, porhaberme permitido también a mí, ser parte de ella.

En las paredes de un monasterio medieval se leenestas bellas palabras: "El amor y la alegría acompa-ñan a aquel que decide aceptar la naturaleza huma-na, tal como es….."

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Aproximación a la historia del tratamientoAproximación a la historia del tratamientoAproximación a la historia del tratamientoAproximación a la historia del tratamientoAproximación a la historia del tratamientodel dolordel dolordel dolordel dolordel dolor. . . . . Experiencia inicial en AntioquiaExperiencia inicial en AntioquiaExperiencia inicial en AntioquiaExperiencia inicial en AntioquiaExperiencia inicial en Antioquia

Tiberio Álvarez Echeverri MD*

Las teorías sobrLas teorías sobrLas teorías sobrLas teorías sobrLas teorías sobre el dolore el dolore el dolore el dolore el dolor.....Las revoluciones del sesentaLas revoluciones del sesentaLas revoluciones del sesentaLas revoluciones del sesentaLas revoluciones del sesenta

Los años sesenta del siglo XX constituyeron unpunto de quiebre en el desarrollo de la humanidad.Se dieron nuevos paradigmas morales, culturales,sociales y científicos. Hubo cambios en la música conlos Beatles; la sexualidad y la moda con la píldoraanticonceptiva y la minifalda; la lucha revolucionariade Cuba; el poder de los negros en Estados Unidos,la quiebra del sistema soviético a partir de la invasióna Checoslovaquia… Pero también, y silenciosamen-te, la revolución en la explicación y tratamiento deldolor y el desarrollo de la medicina paliativa. Si bienel tema del dolor estaba presente no era llamativopara los médicos. Sólo dos textos importantes fueronpublicados en los primeros cincuenta años del sigloXX. El primero, el libro del doctor Richard Joseph Behan,"El dolor: su origen, conducción, percepción y signifi-cado diagnóstico", poco conocido y publicado en1914, por la editorial Appleton-Butterworth. Tenía 920páginas, 191 dibujos y un total de 1216 referencias(1).El otro texto importante fue el de John Bonica, Trata-miento del Dolor, publicado en 1953(2).

Las teorías propuestas hasta 1960 para explicar eldolor fueron simplistas por el escaso conocimiento ycapacidad de interpretación. La primera fue propues-ta por René Descartes, 1596-1650, al sugerir que lassensaciones iniciadas en el cuerpo son llevadas direc-tamente al cerebro donde son percibidas. Si bien estateoría es elemental es importante porque relaciona lapercepción sensitiva con la función cerebral. Este con-cepto mecanicista, fue reforzado con los estudios ana-tómicos y fisiológicos del siglo XIX y mantenido, con

pocas modificaciones, hasta mediados del siglo XX. Deallí las clínicas de bloqueos nerviosos y ciertas inter-venciones quirúrgicas para ‘bloquear’ el nervio o ner-vios que llevan la sensación dolorosa. Obviamente, losfracasos fueron frecuentes por la complejidad del fe-nómeno doloroso. Varios investigadores trabajaron enesta teoría cartesiana para recordar a Rudolf Wirchowque demostró el daño que la infección y el trauma pro-ducen en las células. Charles Bell, con sus observacio-nes en el folleto "Una nueva idea de la anatomía delcerebro sometida a la observación de los amigos".Francois Magendie con su trabajo, "Experiencias so-bre las funciones de las raíces de los nervios raquídeos",que demostró con Charles Bell, que las raíces poste-riores responden a las sensaciones y las raíces ante-riores a la parte motora.

Esto dio soporte a la idea de una vía neural dedi-cada a la sensación del dolor, según Johannes Muller,en 1839, con su teoría de las Energías Específicas delos Nervios. Otros autores que estudiaron el fenóme-no doloroso fueron Edgar Brown-Sequard, JohnHughling Jackson y Max Von Frey. No obstante elaporte de los investigadores anteriores, la teoría dela especificidad no fue cuestionada. Y seguía vigentepara 1950, cuando Weddell y Sinclair, basados enlas conclusiones de W. Noordenbos, sugirieron quela percepción del dolor era la interpretación de losestímulos espaciales y temporales que sufrían unamodificación multisináptica. Se consideraba, paraentonces, que el dolor era producido por la enferme-dad y que el sistema nervioso sensitivo eran simplesconexiones pasivas que conducían los impulsos alcerebro(3).

En 1965, el fisiólogo británico Patrick Wall y el psi-cólogo canadiense Ronald Melzack, propusieron lateoría del ‘Control Gate’ o de la ‘compuerta’(4). Ellossugirieron un mecanismo, en la medula espinal, que

* Médico Anestesiólogo, Universidad de Antioquia. MiembroFundador, ACED. Miembro activo, ACED.

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33Tiberio Álvarez Echeverri: Aproximación a la historia del tratamiento del dolor. Experiencia inicial en Antioquia

se cerraba en respuesta al estímulo normal de lasfibras nerviosas del tacto, de rápida conducción perose abría cuando las fibras del dolor, transmnitan len-tamente un alto volumen e intensidad de señales sen-sitivas. Esta teoría dejó sin piso la de Descartes y abrióuna nueva era en la investigación del dolor. Estable-cieron que la información sensitiva implica integra-ción y modulación dinámicas. De esta manera lainformación que proviene de un tejido u órgano peri-férico es modificada por la información emocional yconductual que viene del cerebro, así como de otrassensaciones periféricas. La integración de esas seña-les toma lugar en la médula y luego es llevada alcerebro para mayor procesamiento(4). Las alteracio-nes pueden deberse a los cambios bioquímicos den-tro de una o varias neuronas, en las vías deconducción, en el número o sensibilidad de los re-ceptores, en los canales iónicos o a nivel de las molé-culas ‘señaladoras’ internas. Finalmente el dolorcrónico puede inducir modulación de losneurotransmisores que afectan el flujo de la informa-ción de una neurona a la siguiente, o alterar su ana-tomía y conexiones. Estas alteraciones, a su vez,posibilitan la memoria dolorosa(5).

Los pioneros en el dolor y los cuidados paliativosLos pioneros en el dolor y los cuidados paliativosLos pioneros en el dolor y los cuidados paliativosLos pioneros en el dolor y los cuidados paliativosLos pioneros en el dolor y los cuidados paliativos

En el desarrollo del dolor y los cuidados paliativosa partir de los años sesenta es necesario recordar atres médicos pioneros, John J. Bonica, Dame Cecily

Doctores John J. Bonica y Tiberio Álvarez E.

Doctora Dame Cecily Saunders. Doctora Elizabeht Kubler-Ross.

Saunders y Elizabeth Kubler-Ross. El primero de ellos,Bonica, nació el 16 de febrero de 1917, en la IslaFilicuda, Italia. Recibió el título de médico, en NewYork, en 1942. Luego de terminar su entrenamientomilitar en 1944, fue asignado jefe de la sección de

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Anestesia del Centro de Operaciones del MadiganArmy Hospital, en Tacoma, Washington, un hospitalde 7.700 camas donde atendían a los soldados heri-dos en la Guerra del Pacífico. Además de organizarlos servicios de la terapia pulmonar y el banco desangre, se dedicó a aliviar el dolor de los soldadosheridos en guerra. Entrenó a varios profesionales enlas técnicas básicas de anestesia y promovió el usode la anestesia regional en muchos de los procedi-mientos quirúrgicos. En 1945 escribió una monogra-fía sobre los diferentes aspectos del ejercicio de laAnestesiología. Debido a que su esposa sufrió ungrave accidente cuando se le administró anestesiageneral para su primer parto, John Bonica, le colocóanalgesia epidural para la atención exitosa de su se-gundo hijo y desde entonces fue un defensor de estatécnica. Basado en su experiencia escribió el tratadosobre Analgesia Obstétrica. En 1947 era jefe de Anes-tesia del Tacoma General Hospital, donde inició elprograma, para médicos, de especialización enAnestesiología, en el estado de Washington. Organi-zó además los servicios de anestesia quirúrgica y obs-tétrica y formó un grupo de médicos que se reuníancon frecuencia para discutir aspectos sobre el dolorcrónico. De su experiencia concluyó que había pocainvestigación e información en el tratamiento del do-lor, que eran escasos los libros y revistas dedicados aeste tema, que no se enseñaba cómo tratarlo y queera un tema complejo que requería estudio, expe-riencia y dedicación.

Cecily Saunders se inició como enfermera de salaen el St. Thomas’s Hospital, en 1941, en una épocade escasos recursos farmacológicos. Después se gra-duó en Oxford como Trabajadora Social. En 1948trabajó como Voluntaria en una de las Casas paraEnfermos Terminales y luego en el St Luke´s Hospital,que tenía 48 camas para pacientes con cáncer avan-zado. Allí empezó a utilizar, por horario, el coctailBrompton, modificado. Además, se ajustaba la dosisde morfina de acuerdo con la intensidad del dolor.En 1957 se graduó de médica. Después investigó enel Departamento de Farmacología de la Escuela deMedicina del St Mary´s Hospital lo relacionado con elalivio del dolor en el paciente Terminal. E inició aque-llo de sentarse y escuchar al paciente lo cual humani-zó la atención en esas salas de pacientes terminales.En noviembre de 1962 demostró, ante la Royal Societyof Medicine, que no había adicción a los opioides enlos pacientes con dolor por cáncer y los terminales.Comprobó, con el doctor Robert Twycross, que no

había diferencias en la administración oral de la mor-fina y la diamorfina. Las actividades en el alivio deldolor se incrementaron de 1958 a 1965, con la apa-rición de nuevos fármacos, un mayor acercamiento alos pacientes, el uso de la radioterapia y la aplicaciónde los bloqueos nerviosos analgésicos. Con las notastomadas durante varios años y con la colaboracióndel doctor Twycroos y otros autores, publicó, en 1963,el libro Oxford Textbook of Palliative Medicine. Así es-cribió: "Creemos que hay pocas reglas en el trata-miento del dolor intratable en la fase final. Lo primeroes una cuidadosa evaluación de los síntomas... paratratar el dolor y todo lo que hace miserable al pacien-te... es claro que cada muerte es individual como lofue la vida y que esa experiencia total se refleja encada persona...Por eso es necesario hablar del ‘Do-lor Total’, que integra los componentes físicos, emo-cionales, sociales y espirituales. Allí tienen cabida laansiedad, la depresión, el miedo, la aflicción, la bús-queda de significado existencial y el encuentro de algosuperior en quien puedan confiar". Como observóClark esas ideas fueron más profundizadas cuandoSaunders conoció las ideas de Bonica sobre la im-portancia de la aproximación multidisciplinaria(7).

Otra persona importante fue Elizabeth Kubler-Ross, que en 1969 publicó el libro, Sobre la Muerte ylos Moribundos, donde refiere sus experiencias en laatención de moribundos. Se centró en la atenciónmédica humanizada. Expresó que las personas quevan a morir presentan cambios mentales y emocio-nales que se pueden clasificar en cinco etapas: nega-ción, ira, negociación, depresión y aceptación(12). Eltrabajo de Kubler-Ross, al fijar y sistematizar el es-quema global del morir abrió un amplio horizonte enel acercamiento al moribundo. Estas etapas han sidocriticadas pues no tienen en cuenta las diferenciasrelacionadas con la edad, el sexo, las causas de lamuerte y el medio en que se produce; las etapas pue-den superponerse, hay retrocesos; ciertas etapaspueden estar ausentes como en el caso de los niños ylos ancianos que llegan rápido a la aceptación. Detodas maneras la soledad termina por imponerse(8,9).

La experiencia en Antioquia La experiencia en Antioquia La experiencia en Antioquia La experiencia en Antioquia La experiencia en Antioquia

Cuando el autor de esta líneas conoció de las en-señanzas de Bonica ya había tenido experiencia, desde1978, en la atención de algunos pacientes con doloren la salas de Medicina Interna, del Hospital San Vi-

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cente de Paúl, Universidad de Antioquia. Los resulta-dos fueron poco halagadores porque si bien la acti-tud era positiva, poco era lo que sabía y no teníaalguien o algo para consultar. En 1981 habló con loscolegas de la Clínica de tumores del Hospital San Vi-cente de Paúl y le permitieron utilizar uno de los con-sultorios para atender pacientes, como médicovoluntario, en horas del mediodía, en el intermediodel trabajo en anestesia pediátrica. Esos días eranlos miércoles. De esta manera se acercó al mundodel dolor y el sufrimiento de los pacientes cancero-sos, la mayoría ya de retorno de los tratamientosinstaurados o de los que por el avanzado estado dela enfermedad no tenían ninguna opción, salvo lamuerte próxima… Esto lo obligó a estudiar sobre lamedicina paliativa y descifrar ese mundo del sufri-miento. También a leer y releer las grandes obras dela literatura universal donde aparece el sufrimiento,aspecto negado en los textos médicos por aquello dela dicotomía cartesiana. Por la escasa literatura so-bre el tema optó por entrevistar, grabadora en mano,con la debida autorización del paciente y la familia, a50 de ellos. Así conoció y conservó, de primera mano,sus angustias, miedos, expectativas y maneras deacercarse a la muerte.

Con esa poca experiencia y ante la necesidad sen-tida se dio comienzo ‘oficialmente’ a la consulta depacientes con dolor en abril de 1983 con el propósitode "lograr el alivio del dolor agudo y crónico especial-mente de los pacientes cancerosos, teniendo en cuen-ta las variables somáticas, sicológicas, sociológicas yantropológicas que influyen en su incidencia, propo-niendo y aplicando pautas de tratamiento de acuer-do con los recursos disponibles y afrontando con elpaciente la problemática de la muerte próxima man-teniendo el respeto por las costumbres y creenciaspropias de la comunidad"(10).

Los objetivos para esa primera experiencia fue-ron: Aliviar el dolor y el sufrimiento, mejorar la cali-dad de vida, ayudar a morir con dignidad, disminuirla dependencia del sistema de salud, investigar lasvariables que influyen en el dolor, instruir a los estu-diantes del área de la salud, motivar la creación declínicas de alivio del dolor, y humanizar la relaciónmédico - paciente. Presentó, además, a las directivasde la Facultad de Medicina, de la Universidad deAntioquia, un programa de enseñanza sobre el dolory su alivio a través de toda la carrera, involucrandolas diferentes disciplinas: anatomía de las vías dolo-

rosas, fisiología de receptores y neurotransmisores;la bioquímica, la semiología, el acercamiento clínicohumanizado al sufriente, el tratamiento... Para lo-grar esta colaboración habló con cada uno de losjefes de departamentos en quienes encontró la ayu-da necesaria. Al mismo tiempo se diseñó un CursoBásico sobre Alivio del Dolor y Cuidados Paliativos,para los estudiantes de medicina del décimo nivelque rotaban obligatoriamente por el Servicio deAnestesia y Reanimación, de la Universidad deAntioquia, donde cada estudiante tenía la oportuni-dad de acercarse a los aprendizajes básicos paraatender al paciente con dolor y al que estuviera enfase terminal; estos aprendizajes se complementa-ban con los recibidos, previamente, en las diferen-tes cátedras. Este curso básico se justificaba porqueel dolor hiere cada día a más personas y es obliga-ción del médico dar el alivio necesario. Porque si sealivia el dolor se reducen los problemas económicosocasionados por la enfermedad. Porque el dolorproduce angustia, desesperanza, aislamiento, com-plejo de minusvalía e inutilidad. Porque al ser consi-derado un tema tabú era explicable la apatía porestudiarlo y tratarlo. Por ello, otra justificación fueprecisamente para corregir, por lo menos en parte,esas deficiencias con un curso remedial sobre el do-lor. Finalmente, como el dolor y el sufrimiento sonfieles compañeros del paciente terminal, es justo queel médico esté preparado para dar los cuidados pa-liativos a quien está cerca a la muerte; comprendasu situación; ayude en la toma de decisiones; se acer-que como persona y como profesional; maneje ade-cuadamente las distancias entre las vivencias delpaciente, la familia, el entorno social y las vivenciaspropias del médico como persona. Así ayuda a al-canzar una muerte con digna, sin torturas, valora-ciones moralizantes o encarnizamientos terapéuticos.

Este curso tenía su debida Estructura de Aprendi-zaje, para que al final el estudiante, más tarde profe-sional de la salud, pudiera definir, explicar, interpretar,atender y evaluar para lograr el objetivo final de tra-tar integralmente al paciente con dolor.

Cronología del Programa en Medellín,Cronología del Programa en Medellín,Cronología del Programa en Medellín,Cronología del Programa en Medellín,Cronología del Programa en Medellín,1981-19901981-19901981-19901981-19901981-1990

• 1981. Se inicia el programa como un grupo deestudio que va a las salas de hospitalización yatiende pacientes con dolor.

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• 1983. Se abre la Clínica de Alivio del Dolor, enlas instalaciones de la Clínica Oncológica delHospital San Vicente de Paúl. Es un programacon recurso humano, voluntario, de profeso-res y estudiantes y sin soporte en el organigra-ma hospitalario ni universitario. Comienzan loscursos básicos sobre el dolor y su tratamiento.Se inicia el Servicio del Voluntariado con la co-laboración de Medicáncer. Se inicia el estudiode la medicina paliativa. Se abre el Libro deHuéspedes, donde los pacientes y sus familia-res expresan sus inquietudes: frases, agradeci-mientos, oraciones, recuerdos, poesías…

• 1984. Se inicia la publicación, por parte de Ti-berio Álvarez Echeverri, de los libros, "Dolor,Problemática y Tratamiento". "Ayudando a mo-rir con dignidad", "Dolor en cáncer". Más ade-lante publica, "Cuando los niños se van". Detodos se sacaron varias ediciones. Para lograreste objetivo de las publicaciones el doctorÁlvarez creó la Editorial Por Hacer Ltda., nom-bre que encerraba una filosofía de servicio conalgo de ironía. Estos libros se vendieron a bajocosto a los médicos y estudiantes. Además, eldoctor Álvarez aprovechaba los congresos ycursos a los que era invitado como conferen-cista en Colombia y México para venderlos.Así se generaba de alguna manera la inquie-tud por estos temas. Esto se complementabacon las conferencias radiales y los programasde televisión.

• Se realiza en Bogotá con la colaboración del laSociedad Colombiana de Anestesiología y Re-animación - SCARE -, el Departamento de Anes-tesia del Hospital Militar y la Escuela Militar deMedicina, en el Hotel Tequendama, el PrimerCurso Colombiano de Dolor con la asistenciade los doctores Terence Murphy, de la Universi-dad de Washington, Vicente Pallares y HubertRosomoff, de la Universidad de Miami. Asistie-ron 580 médicos de diferentes especialidades.

• 1985. Se crea el Grupo de Estudio y Apoyopara el manejo del paciente con dolor confor-mado por estudiantes de la Facultad de Me-dicina de la Universidad de Antioquia. Se iniciael programa de La Visita Domiciliaria, en co-laboración con la Cruz Roja de Antioquia, consu recurso humano, técnico y de transporte.Así, se programaba la visita a los pacientesde Las Comunas o Barriadas con los debidoscuidados porque era la época de la ‘guerrasucia’ del narcotráfico. Todo el personal debíacolocarse el peto de la Cruz Roja para evitarsorpresas desagradables incluyendo las "ba-las perdidas y las no perdidas". Posteriormen-te la Cruz Roja estableció un programa similar,luego de varios cursos didácticos, de visitasdomiciliarias para los pacientes terminales. Secrea el Programa de la Droga Analgésica Bá-sica, dirigido por el personal de Voluntarias.La finalidad era suministrar, sin costo, la dro-ga analgésica a los pacientes pobres. Tambiénlos pasajes dentro de la ciudad o en avióncuando el paciente debía desplazarse, porejemplo, a Urabá o Chocó. Los fondos prove-nían de donaciones, de recoger y vender ropao juguetes usados, de las ventas en El Ropero,un almacén de segundas y, a veces, de prime-ras, ubicado cerca del Hospital y de la Zonade Tolerancia.

• 1986. Se inicia la investigación sobre "Caracte-rísticas demográficas, sociales, psicológicas, fí-sicas y tanatológicas de los pacientes queasisten a la clínica del dolor". Se publica el pri-mer número de Prodolore, órgano de difusióndel Programa. Se publicó durante diez años.Fue la primera publicación en español sobreeste tema específico junto con la revista espa-ñola, Dolor, cuyo primer número se publicó enese año. Pro-Dolore tenía ISSN0120-8047 y seTiberio Álvarez Echeverri, MD.

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istribuía a nivel local y a personas y entidadesde otros países. Se publicaban artículos sobreel dolor y la fase Terminal, noticias, programa-ción de eventos, relatos y poemas, como aquel,"Qué será del caminante fatigado", de Borges…¿En qué idioma habré de morir? ¿En el caste-llano que usaron mis mayores para comandaruna carga o para conversar un truco? ¿En elinglés de aquella Biblia que mi abuela leía fren-te al desierto? -Otros lo sabrán y lo olvidarán.¿Que hora será? ¿La del crepúsculo de la palo-ma, cuando aún no hay colores, la del crepús-culo del cuervo, cuando la noche simplifica yabstrae las cosas visibles, a la hora trivial, lasdos de la tarde?...

• Se realiza en Medellín, el Primer Curso Regio-nal del Dolor, con la participación del doctorJoris de Castro, uno de los estudiosos de lasbutirofenonas, de Bélgica y el doctor AlbertoVanegas, uno de nuestros principales aneste-siólogos investigadores en Colombia. Se iniciala rotación, obligatoria, de los residentes deAnestesia y Fisiatría. Luego rotarían los de Ra-dioterapia y algunos de Psiquiatría y MedicinaInterna. Se realiza el video, Clínica de Alivio delDolor, por parte de Tele Antioquia.

• Se crea el Comité de Dolor presidido por eldoctor Pedro Bejarano, con la participación delos anestesiólogos Jorge Osorio, Iván Navarro,Julio Enrique Peña y Alfredo León. Este Comitépropone continuar con los cursos de dolor,

cada dos años; incluir el tema ‘Dolor’ en el cu-rrículo de la especialidad de Anestesiología yestimular la conformación de grupos de estu-dio del dolor en el país y de anestesiólogos quese dediquen a esta área de la medicina. Se rea-liza el Curso de Dolor, patrocinado por la So-ciedad Colombiana de Anestesiología, yReanimación.

• 1987. Se dictan conferencias radiales, con cu-brimiento nacional, sobre el manejo del dolory la fase Terminal. La doctora Isa Fonnegra creaen Bogotá la Fundación Omega, primera insti-tución para la asistencia en el duelo y los pa-cientes terminales.

• 1988. Se realiza en Medellín el Curso sobreEducación para la muerte, con la colaboracióndel doctor Donald Irish, de la Universidad deHamline, Minesotta, Estados Unidos. Se elabo-ra el audiovisual "El fenómeno comunicativo enel proceso del dolor y el sufrimiento". Se elabo-ra la investigación sobre "Expresiones Verbalesque se escuchan con más frecuencia en la Clí-nica del Dolor".

• Se realiza en Bogotá el Congreso del Dolor, conla asistencia de los doctores Patrick Wall, delUniversity College of London; Richard Sternbachy Wilbert Fordyce de Psicología de la Universi-dad de California y Washington; losanestesiólogos Henry McQuay de la Univer-sidad de Oxford; Meter Buckley de la Universi-dad de Washington; Richard Payne, neurólogode MD Anderson Cancer Center de Houston, yMichael Kerney, del Saint Cristopher´s Hospice,de Londres.

• El doctor Pedro Bejarano publica en Bogotá ellibro Dolor Agudo, Crónico y de Origen Maligno.

• 1989. Se crea en Cali, por los doctores PedroBejarano y Liliana de Lima, el primer Hospicioen la Casa de Recuperación La Viga. Se fundaen Bogotá, por Beatriz Kopp, la Fundación ProDerecho a Morir Dignamente.

• 1990. El doctor Pedro Bejarano con la colabo-ración de diez médicos colombianos que tra-bajaban en el alivio del dolor, miembros de laInternacional Association For Study Pain –IASP–y otros 25 especialistas, funda el Capítulo

Primer Curso Regional de Dolor. Medellín. 1986.Doctores Tiberio Álvarez, Alberto Vanegas, María

Eugenia Gómez y Joris de Castro.

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Colombiano de la Iasp, en el Salón de Confe-rencias de la Fundación Santa Fe de Bogotá, eldía 21 de agosto de 1990. Se constituyen cincoregiones del país para promover las activida-des del estudio y tratamiento del dolor. Se ela-bora un programa de cursos anuales en cadaregión y un congreso nacional anual(11).

Evaluación de los primeros diez añosEvaluación de los primeros diez añosEvaluación de los primeros diez añosEvaluación de los primeros diez añosEvaluación de los primeros diez añosde la Clínica del dolor en Medellínde la Clínica del dolor en Medellínde la Clínica del dolor en Medellínde la Clínica del dolor en Medellínde la Clínica del dolor en Medellín

En junio de 1990 el grupo de profesores, estu-diantes y voluntarios –en realidad, para entonces to-dos éramos voluntarios y sólo contábamos con lospermisos de los diferentes Servicios–, tuvo una reunióncon las directivas del Hospital San Vicente de Paúl y laFacultad de Medicina. Hasta entonces el Programade la Clínica del Dolor no figuraba en los cuadrosdirectivos y era atendido por voluntarios. Poco estatustenía. El número de pacientes atendidos había creci-do bastante, de 60 en 1983 a 1200 en 1989, pero elnúmero de personas encargadas de su manejo noaumentó en la misma proporción. Además, como loinformábamos entonces y según datos de la OMS,para la época se diagnosticaban en el mundo 7

millones de nuevos pacientes con cáncer cada añoque se sumaban a los 7 que ya lo tenían. Además,en el mismo año morían 5 millones por esta enfer-medad. Se consideraba que entre 55 y 85% sufríandolor en algún momento de la evolución. Recordá-bamos además que en Antioquia, en 1988 hubo28.240 muertes de los cuales 3.302, 11%, fueron porcáncer. En ese mismo año se descubrieron 5000 ca-sos nuevos que, sumados a los 2000 que venían pa-deciendo la enfermedad, hacían un total de 10.000en ese año de 1988. El mayor problema era que noencontraban alivio a su dolor debido a la poca pre-paración de los médicos, la falta de una actitud posi-tiva para su enfoque y tratamiento, y porque no setenían los sitios de referencia. Además, como lo re-cordaba Scwartzenberg, a pesar de los grandes avan-ces en oncología, dos terceras partes morirían de laenfermedad, no importaba lo que se hiciera por ellos.Se consideraba que de cada 100 personas, 25 deellas sufrirían de cáncer y de éstas morirían 18, fue-ran tratadas o no. Sólo 7 personas que sufren cáncertendrán la oportunidad de controlarse(12). Por las mis-mas razones, de acuerdo con la OMS, y ésta fue unade las justificaciones de establecer la Clínica de Aliviodel Dolor y el Sufrimiento, lo más importante, lo que

Integrantes de la Clínica de Alivio del Dolor. Universidad de Antioquia - Hospital San Vicente de Paúl.Medellín. 1996. De izquierda a derecha: María Eugenia Cardona, Óscar Velásquez MD.,

John Jairo Vargas MD., Adriana Arroyave, Psicóloga y Tiberio Álvarez, MD.

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daría más impacto era controlar la calidad de vidade esas personas al aliviarles el dolor, controlarles losdemás síntomas y ayudarles a morir con dignidad.Ésta es la medicina paliativa que no busca curar sinopaliar, aliviar los síntomas mientras llega la muerte.El enfermo, en especial el que evoluciona mal, es elser más solo que existe porque "es víctima de unaenfermedad desconocida; requiere cuidado misterio-so de manos y aparatos extraños; está distanciadode sus familiares y amigos; está alejado de la socie-dad; porque enfrenta en soledad el proceso de moriry la muerte; porque experimenta la repulsión hacia elmoribundo de las personas encargadas de su salud".(Scwartzenberg). Esto llevó a exceso de trabajo, can-sancio, cierta pérdida de la perspectiva del programay una sensación "de estar perdiendo el tiempo" puesera un programa poco atractivo para las directivasuniversitarias y hospitalarias. Entre las inquietudes delos asistentes figuraron:

Exceso de trabajo. Sentimiento de que este pro-grama era “un cajón de basura donde van los des-perdicios de la medicina –pacientes con dolor crónicoo en fase terminal”–. Sentimiento de poco valor cien-tífico del programa que produce alejamiento del per-sonal de la salud que sólo busca la satisfacción delsaber médico. Impacto nulo o negativo en la comu-nidad médica que no cambia la actitud hacia estetipo de pacientes. ¿Estrategia errónea por incomuni-cación o no cabida en la mentalidad médica por aque-llo de dolor, agonía, muerte, toma de decisiones,sufrimiento?. Deserción de los voluntarios. Poco apo-yo institucional. Insensibilidad del médico por excesode academicismo. Poca importancia de los aspectosespirituales. Donación de la droga analgésica a va-rios pacientes que posiblemente perpetúen el doloral aumentar las ganancias secundarias… Se pidió en-tonces, formalmente, el 5 de junio de 1990, que elHospital San Vicente de Paúl a través del ComitéInterinstitucional Hospital - Universidad aprobaraoficialmente este programa y tuviera el respaldo

necesario. Días antes el Consejo Académico de laUniversidad, según Acta 204 del 16 de mayo de 1990,"Aprobó recomendar ante el Consejo Académico, laoficialización de la Clínica de Dolor y Cuidados Palia-tivos, sin embargo, quiere hacer algunas sugerenciaspara una mejor sustentación ante las instancias su-periores de la Universidad, específicamente en el áreade la administración y recursos y en el área de do-cencia donde deben diseñarse cursos con objetivosmuy bien definidos y diferentes de pregrado, postgradoy educación continuada"(13).

BibliografíaBibliografíaBibliografíaBibliografíaBibliografía

1 Loeser John. Editor's Note on Pain: Clinical Up dates,December 2000; VIII:6.

2. Bonica JJ. The Management of Pain, 1st ed. Philadelphia: Leaand Febiger, 1953.

3. The John C. Liebeskind History of Pain Collection. Http://unitproj.library.ucla.edu/biom

4. Wall P. Melzack M. "Pain Mechanisms: A new Theory" Science1965;150:171-179.

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6. Loeser John D. M.D. Seattle, 21 August 1994 Bonica J. JohnBiography, Pain Clinical Update 1994;59,1.

7. Neill O´Bill, Fallon Marie. ABC of Palliative Care: Principlesof Palliative care and Pain Control. BMJ 1997;315:801-804.

8. Shneidman, ES. Aspects of the dying process. Psychiatric Annals1977;8:25-40.

9. Álvarez Echeverri, Tiberio. La agonía. Aproximación a sumisterio. Texto sobre Urgencias. En preparación CIB 2009.

10. Álvarez Echeverri, T. Evaluación del programa de la consultade alivio del dolor 1983 - 1984. Universidad de Antioquia -facultad de Medicina - Hospital Universitario San Vicente dePaúl.

11. Herrera Ponton, Jaime. Historia de la Anestesia en Colombia.Publicado por la Sociedad Colombiana de Anestesiología yReanimación - SCARE - con motivo de los 50 años de sufundación 1949-1959. Santa Fe de Bogotá, julio 1999.

12. Scwartzenberg, León. Cambiar la muerte. Barcelona, GranicaEditores, 1978.

13. Álvarez Echeverri, Tiberio. Reflexiones en torno al programade la Clínica de Alivio del Dolor y Cuidados Paliativos.Prodolore 1990;4:1-4.

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Algesiología (manejo del dolor). Algesiología (manejo del dolor). Algesiología (manejo del dolor). Algesiología (manejo del dolor). Algesiología (manejo del dolor). Mi historiaMi historiaMi historiaMi historiaMi historia

Eliseo Cuadrado del Río, MD*

Mi primera experiencia con “El manejo del dolor”fue en 1954, en Bogotá, durante el “Curso dePostgraduados de 1954”, organizado por el Dr. Gus-tavo Delgado Sierra, en el Hospital San Juan de Dios,con un paciente a quien le instalé un Bloqueo anal-gésico peridural continuo1, cuya técnica habíamosaprendido del Dr. Robert Hingson, Prof. Invitado alcurso.

El diagnóstico de admisión fue: Trombosis de laarteria pedia derecha con necrosis de la piel del dor-so del pié y tejidos blandos adyacentes. El dolor eratan agudo que, al no ceder con los analgésicos dis-ponibles, decidimos, previa autorización del Dr. Del-gado, colocarle un catéter peridural cuya localizaciónhicimos con “La pérdida de resistencia”. Después dela primera dosis de cinco ml de Meticaina al 1%, eldolor desapareció por completo. Al día siguiente eledema había disminuido y la piel había empezado arecuperar la perfusión. Pero el dolor había vuelto.Entonces inyectamos por el catéter una dosis del anal-gésico local diluido a un tercio, cuando volviera eldolor, lo que ocurría cada seis horas.

Durante la revista, a la mañana siguiente, elcirujano decidió amputar el antepié, pero el pa-ciente de ochenta y cinco años de edad, no acep-tó la propuesta.

La Jefe del Pabellón, una monja amiga, me pusoal tanto del problema y decidimos ‘esconder’ al pa-ciente, sin su consentimiento, en el pabellón vecinodestinado a mujeres. El traslado se hizo con la anuen-

cia de la Jefe del Depto de Enfermería, otra monjaamiga, quien aceptó la propuesta por considerar queun ser humano a esa edad ya no constituía un riesgocontra la integridad física o moral de sus compañe-ras de piso. Pero nos equivocamos y tuvimos quesedarlo con Diazepán para anular sus ímpetus emo-cionales renovados y yugular el inevitable escándalo.

La monja en jefe nos puso una condición: Aislarlocompletamente con tantos biombos como fuera ne-cesario para evitar cualquier reacción de atracción o“Efecto de serrallo” de las pacientes más jóvenes. Leañadimos con letras rojas el aviso “NO PERTURBAR”.

No recuerdo como apareció en mis manos la agujade Touhy2 con la que introduje el catéter. No me ente-ré si ya existía en el stock del Departamento, si seconseguía en el almacén de Guillermo Ortiz, granbenefactor de la anestesiologia colombiana, o si latrajo el Dr. Hingson.

Afortunadamente teníamos el catéter No. 3 B &D, tan rígido que a veces perforaba la duramadre locual nos permitía seguir el procedimiento con Anes-tesia subaracnoidea continua. Fue mucho despuésque los cirujanos se enteraron de que esta novedosatécnica era el producto de una complicación durantela introducción del catéter.

Dejamos el catéter en el espacio epidural por quin-ce días para que la necrosis se delimitara completa-mente. Entonces localizamos al Dr. José IgnacioMantilla, cirujano plástico, a quien le contamos la odi-sea que habíamos vivido. Afortunadamente tenía ungran sentido del humor y aceptó, no solamente sernuestro cómplice, sino practicarle un injerto de piel.

Una vez terminada la cirugía regresamos al pa-ciente a ‘Cirugía de Hombres’. Nunca pudimos fes-tejar la hazaña para no violar el estatus de ‘Secreto’que tuvo la acción. Fue una gran satisfacción habercambiado una amputación por un simple injerto.

* Médico Cirujano: Universidad de Cartagena. Máster enAnestesiología. 1958-1960. Temple University Hospital.Philadelphia, Pens. USA. Jefe Depto. de Anestesiología. Hos-pital Universitario del Valle, Cali. Colombia. 1960-1993. JefeClínica del Dolor y Cuidados Paliativos (Hosp.. U. del V.), Cali,1991-1993. Asesor Médico “Lazos de Occidente” para mane-jo del duelo (Dolusología). Grupo de apoyo para Cali. Miem-bro del “Taller Literario Renata de Cali” (Palabras Mayores).Correo electrónico: *[email protected]

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41Eliseo Cuadrado del Río: Algesiología (manejo del dolor). Mi historia

Para realizar la cirugía aumentamos la dosisde Meticaina y ésta se llevó a cabo con anestesiaepidural. Al final de la intervención, el Dr. Manti-lla comentó “Guardemos el secreto porque si losabe José del Carmen, es capaz de echarnos atodos”. José del Carmen, era en ese momento elprestigioso José del Carmen Acosta, Director delHospital.

El paciente nunca comprendió del todo porquéhabíamos tenido que cambiarlo de Pabellón dos ve-ces. Ni qué tipo de cirugía le habíamos practicado.Fue un testigo menos de las infracciones piadosascometidas.

Basado en estos hechos redacté un artículo contoda la ciencia posible, que fue publicado en el 1er.ejemplar de la recién inaugurada revista “Anestesia”3

Órgano oficial del Colegio Colombiano de Aneste-sia. Conservo el diploma que recibí del Colegio Co-lombiano, firmado por el Dr. José Vicente Sandino,actualmente residenciado en Cali.

Lógicamente no pudimos ocultar lo que habíamoshecho y las monjas me llamaban cuando un pacien-te era admitido con edema y dolor en miembros infe-riores de cualquier etiología. En esa época sepresentaban a consulta muchos pacientes con úlce-ras varicosas a quienes se manejaba con panela enpolvo en forma tópica. La peridural continua por al-gunos días, les quitaba el dolor, reducía el edema yla úlcera empezaba a cerrar, más que todo, por lamilagrosa acción de la panela.

Hubo un momento en que se nos acabó la exis-tencia del catéter de plástico Becton Dickinson, quetoleraba la esterilización en autoclave, y tuvimosque recurrir a cables telefónicos a los que les extraía-mos los hilos de cobre y usábamos el tubo de plásti-co que afortunadamente pasaba sin resistencia poruna aguja de Touhy # 16.

La idea fue de Álvaro Niño Espinoza, compañerodel Curso de Anestesiología. Los encargados delmantenimiento de la red telefónica del Hospital nun-ca nos preguntaron el destino que tenían los peda-zos de cable que les sobraban. Ésa era una fuenteinagotable de materia prima.

Los esterilizábamos sumergiéndolos veinticuatrohoras en un líquido que se conocía por sus iniciales:C.R.I. Pero nadie supo lo que significaban estas tres

letras. Siempre fue un secreto del encargado de pre-pararlo en la farmacia.

Este ‘catéter’ tenía la ventaja de no perforar laduramadre por ser muy maleable. Jamás pensamosque pudiéramos producir una meningitis. Y no latuvimos.

Indudablemente tuve la precaución de regresara Montería con una buena cantidad de cables tele-fónicos, por no estar seguro de que este elementocapitalino se conociera en provincia. No conocían elCRI, pero usaban un líquido para esterilizar, tan efi-caz e inocuo.

Mi regreso a Montería era inevitable, porque te-nía que cumplir un contrato por dos años comocontraprestación a la beca que había hecho posiblemi primer entrenamiento en Anestesiología. Fueron$400.oo (cuatrocientos pesos) mensuales que jamáspude gastar en todo el mes a pesar de mi soltería yde mi actividad docente en Cumbia y Porro con elrespaldo de la Orquesta de Lucho Bermúdez, de plan-ta en el Hotel Granada.

El vasopresor disponible era la Efedrina, para tra-tar la hipotensión que siempre acompañaba al blo-queo. La diluíamos hasta cinco cc e inyectábamostambién por el catéter peridural. La acción era ins-tantánea, como si fuese administrada por vía intra-venosa. También inyectábamos Atropina por esa vía.

Nuestra técnica llegó a oídos del Dr. Alfonso BonillaNaar, cirujano general famoso, también cartagenero,y en ese momento Jefe de las recién inauguradas Salasde Operaciones, quien nos preguntó si era posibleinstalarle una analgesia peridural segmentaria alta aun paciente programado para una comisurotomíapor presentar una estenosis mitral.

Se presenta el siguiente diálogo: -“¿Cuánto durala cirugía?”. – “La toracotomía de piel a piel dura unahora. La comisurotomía en sí: Sesenta segundos. Esun mete y saca.” – “Está bien” (el terror sólo me per-mitió balbucir esas dos palabras).

-“Ven acá. ¿Cómo vas a colocar ese catéter tanalto? Lo necesito en T8.” La pregunta significaba queel coloso de la cirugía del momento ignoraba el pro-cedimiento y pude tomar suficiente aire para res-ponderle: - “Lo metemos por L2 – L3 y lo subiremoshasta allá.”

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- “¡Recórcholis! Me lo he debido imaginar”. (Laexpresión real de cuatro letras, ñ incluida, tan usadaen España y en la Costa Atlántica se omite por pu-dor). Todo salió bien. Le dejamos el catéter para anal-gesia postoperatoria durante cinco días.

En menos de seis meses había llevado a cabo elprocedimiento en veintiún pacientes y decidí redactarmi Tesis de Grado utilizando esta casuística. La termi-né en agosto de 1955 con el nombre de “Aplicacio-nes clínicas del bloqueo continuo del sistema simpáticolumbar”, que en realidad no era continuo sino condosis fraccionadas.

En esa época se exigía presentar un trabajo cien-tífico para ingresar a la Sociedad Colombiana deAnestesiología en calidad de Miembro Activo Fun-dador. La sesión se llevó a cabo en el Salón Rojodel Hotel Tequendama, durante una sesión del Con-greso nacional de ese año. El mes pasado me llegóel Diploma que me acredita como tal, fechado el

23 de septiembre de 2009, cincuenta y cuatro añosdespués.

Con la ayuda de Antonio Zaker Chagüi, de Cereté(a veinte minutos de Montería), residente depostgrado de Ortopedia en Temple University Hospi-tal, Philadelphia en 1956, conseguí ser admitido enesa Universidad como Residente en el Departamentode Anestesia. De allá regresé a Cali en 1960, con elgrado de “Master in Anesthesiology”.

B i b l i o g r a f í aB i b l i o g r a f í aB i b l i o g r a f í aB i b l i o g r a f í aB i b l i o g r a f í a

1. Hingson, R. A. and J. L. Southworth. Continuous peridural anes-

thesia, Anesth. And Analgesia 23:215, 1944 (Emplea la pérdida

de resistencia con aguja recta de bisel corto).

2. E. B. Touhy. Continuous spinal anesthesia. A new metod of

utilizing a uretral catheter. Surg. Clin. Of north Am. 1945

(Primera publicación del Dr. Touhy en que utilizó la aguja de

punta curva diseñada por él).

3. Anestesia: 1: 10, 1954 (Colegio Colombiano de Anestesiología).

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Orígenes del tratamiento del dolorOrígenes del tratamiento del dolorOrígenes del tratamiento del dolorOrígenes del tratamiento del dolorOrígenes del tratamiento del dolor, influencias de, influencias de, influencias de, influencias de, influencias dela Asociacion Internacional para el Estudio del Dolorla Asociacion Internacional para el Estudio del Dolorla Asociacion Internacional para el Estudio del Dolorla Asociacion Internacional para el Estudio del Dolorla Asociacion Internacional para el Estudio del Dolor(IASP) en Colombia, desarrollo de la Asociación(IASP) en Colombia, desarrollo de la Asociación(IASP) en Colombia, desarrollo de la Asociación(IASP) en Colombia, desarrollo de la Asociación(IASP) en Colombia, desarrollo de la AsociaciónColombiana para el Estudio del Dolor (AColombiana para el Estudio del Dolor (AColombiana para el Estudio del Dolor (AColombiana para el Estudio del Dolor (AColombiana para el Estudio del Dolor (ACED) y suCED) y suCED) y suCED) y suCED) y suimplementación desde el Caribe colombianoimplementación desde el Caribe colombianoimplementación desde el Caribe colombianoimplementación desde el Caribe colombianoimplementación desde el Caribe colombiano

Jorge Santiago Daza Barriga, MD*

Las ideas acerca del dolor han evolucionado deacuerdo con el desarrollo mismo de la historia de lahumanidad; desde la prehistoria el tratamiento deldolor era un arte justo a los conocimientos y a lasproporciones de su desarrollo, hasta el año 1.600d.C. en el cual prevalece la alquimia, o el descubrir el‘elíxir de la vida’ y, en el mejor de los casos, desdeel punto de vista simbólico o filosófico, alcanzar latransformación interior de cada ser humano al con-vertir la piedra bruta en piedra filosofal, y así disiparel dolor. Entre los años 1.600 y 1.750 se entra real-mente en el desarrollo de la química en que se sinte-tizan y purifican muchas sustancias para combatir nosólo el dolor, sino muchas enfermedades que ago-biaban en ese momento. En este proceso de evolu-ción científica aparece un periodo al que se ledenomina flogístico o de la quemadura, entre los años1.770 y 1.777. Antonie Lavoisier, hacia 1.777, inicialos estudios de la masa y la materia, estructurándosela química moderna hasta alcanzar los albores delSiglo XIX: de allí en adelante la medicina entra en unaera fascinante, la de la fisiología, con el advenimien-to de C. Barnard, con la química analítica, la sintéticay la de los quimo-receptores. Hacia finales del SigloXIX y comienzos del Siglo XX nacen la bioquímica y la

industria farmacéutica. A mediados del Siglo XX sedesarrolla la biología molecular, consolidándose laquímica sintética, la analítica, los fundamentos de labiología molecular y estableciéndose los blancos te-rapéuticos específicos y la síntesis de medicamentos.Ya en las décadas del 60 al 80, el hombre alcanza,por tecnología recombinante, medicamentos biológi-cos contra blancos moleculares específicos. Se alcan-za una etapa cercana al análisis intrínseco de lacomposición del hombre, el descifrar el genoma hu-mano hacia la década del 90, con una etapa aluci-nante del desarrollo científico. En la década que acabade pasar se consolidan las alianzas estratégicas en laindustria farmacéutica, el desarrollo de la bioética yel descifrar con mayor precisión los efectos colatera-les de los productos de biotecnología y de genéticamolecular, poniendo de presente el cuidado especialque hay que procurar en el medio ambiente, en quie-nes nos rodean, y en el ser humano en sí, con el pro-pósito especial de alargar su subsistencia en mediode parámetros de calidad y felicidad y, con ello el ma-nejo del dolor como derecho humano fundamental.Han sido precisamente los precursores de losanalgésicos, la amapola, la espiracea, la quina, laadormidera, la marihuana, el guaraná, el café y unsinnúmero de productos que la naturaleza nos dio,los que nos han permitido descifrar no sólo su orga-nización, sus mecanismos de acción, su farmaco-dinamia, sino la estructura misma intrínseca denuestro organismo, que nos recuerda todo el tránsi-to de nuestro desarrollo por miles de millones de años,en el cual nuestra genética nos ha llevado a poseer

* Presidente ACED. Médico Neurólogo. Internista. Experto enDolor. Educador Médico. Ex Presidente de la Asociación Co-lombiana de Neurología. Ex Jefe de Educación Médica de laUniversidad Libre. Profesor Titular de Pregrado y Posgrado deMedicina Interna, Universidad Libre, Seccional Barranquilla.Coordinador de la Unidad de Neurología del Hospital Uni-versitario ESE CARI ALTA COMPLEJIDAD de Barranquilla.

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dichas estructuras, y no sólo esto, sino también a sin-tetizarlas, señalándonos cuán cercano está el princi-pio del fin, qué es lo elemental y qué lo complejo;esto incluye el conocimiento del dolor, la felicidad, laadicción, la dependencia, el abuso, la tolerancia y, enfin, un sinnúmero de circunstancias que hacen quecerca de un ochenta por ciento de nuestra poblaciónpadezca dolor, treinta por ciento dolor crónico y, pro-bablemente, en el 50 por ciento de este segmento, eldolor y el sufrimiento sean persistentes y no tenganaún soluciones con el desarrollo del intervencionismoanalgésico y de la nanotecnología.

La medicina es definida como la ciencia y el artede prevenir, curar o aliviar la enfermedad. Tiene comoobjeto de su acción al Hombre, y su meta no es sim-plemente la de alcanzar la prolongación de la vidabiológica, sino la de postergar la muerte, prevenir oreducir los padecimientos y las deformidades, curarlas enfermedades, ampliar las capacidades biológi-cas y psicológicas de los seres humanos y ocuparsede los sufrimientos de las personas.

A través de todos los tiempos ésa ha sido su mi-sión, y Colombia no ha sido ajena a esa tarea y muyespecialmente en lo concerniente al dolor y el sufri-miento, acción fundamental en los parámetros decalidad a través de todos los tiempos. La historia nosseñala que la utilización, por ejemplo, de los anal-gésicos opioides en Colombia data de 1799 cuandolos padres Dominicos publican un arsenal de medi-camentos que vendían en sus boticas, entre ellos fi-guran el aceite de amapola, el agua teriacal, el extractode opio, el láudano, el láudano de Sydenham, elnepente y la triaca magna. Pablo Fernández De laGuerra, hacia 1817, cuando era médico del ejércitodel pacificador Morillo, fundó en Bogotá la «Real Aca-demia de Nuestro Monarca Fernando VII y de Nues-tra Reina y Señora Doña Isabel Francisca deBraganza», en la que se estableció que los días jue-ves que no fueran festivos, de nueve a doce del día yde cuatro a siete de la noche, todos los médicos esta-ban obligados a dictar conferencias. Allí el ProfesorJosé Félix Merizalde habló el 6 de febrero de 1817,acerca del «Dolor en medicina, qué se llama y en quéconsiste». Dolor intensivo, dolor gravativo, dolor pul-sativo, dolor pungitivo, sus síntomas, y cómo se pro-ducen. Lecciones de Hipócrates, de los árabes, deGaleno y de otros muchos sobre el dolor». Ya en elsiglo XX, en la ciudad de Medellín, se habla de mane-ra directa en un Congreso acerca del dolor. Durante

el Segundo Congreso Nacional Médico, se presentala temática sobre el «TRATAMIENTO DEL DOLOR PORSUGESTIÓN», y desde la década del 50 se comien-zan a realizar bloqueos nerviosos.

Entre 14 y 15 de enero de 1974 los profesoresJohn J. Bonica, Jefe de Anestesiología de la Universi-dad de Washington, y D. Long, Jefe de Neurocirugíadel Johns Hopkins, participan en Bogotá en uno delos primeros Simposios de Dolor en Colombia, en elMuseo Nacional, al que asistieron cerca de 100 parti-cipantes, bajo la orientación científica del doctor AníbalGalindo. El profesor Bonica diserta acerca de su co-misión oficial a la China para la evaluación de laacupuntura; el profesor Ernesto Bustamante Zuleta,eminente neurocirujano de Colombia, desde 1973desarrolla estudios sobre el dolor e inicia su consultaexterna de Dolor en el Instituto Neurológico de Co-lombia y posteriormente publica un interesante tra-tado sobre el tema.

El desarrollo científico y su aplicación en el objetoprincipal, el hombre, se fundamenta en las asocia-ciones científicas, que adquieren valor desde antesdel advenimiento de la industria farmacéutica. Por ello,el profesor Bonica entiende el papel trascendental derescatar el estudio y tratamiento del dolor medianteinstituciones científicas que trascendieran las fronte-ras, cuya inspiración fue de la constituir un foro igua-litario, interdisciplinario e internacional, para mejorarel conocimiento acerca del dolor, mejorar la educa-ción de los profesionales de la salud y mejorar la aten-ción de los pacientes. Para alcanzar esa visión eldoctor Bonica motiva al instituto Nacional de Salud, yrealiza el Primer Encuentro Internacional de Dolor enmayo de 1973, en Issaquah, Washington E.U.A., conla participación de 13 países y la asistencia de 350participantes. Estos primeros miembros de la IASP,bajo la orientación del profesor Patrick Wall, creanuna publicación trimestral a partir de enero de 1975,la Revista PAIN. Los estatutos elaborados por Bonicase incorporaron el 09 de mayo de 1974. Este movi-miento febril de integración mundial no dejó de tra-bajar un solo día y, para el mes de septiembre de1975 tendría el Primer Congreso Mundial de Dolor,siendo Denise Albe-Fessard el primer presidente yBonica el presidente electo. A partir de ese momentose comienzan a organizar varios subcomités, entreellos el de taxonomía; aparecen así las definicionesde dolor en 1979, y se inicia la organización de loscapítulos nacionales. Hacia 1982 la revista PAIN se

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publica mensualmente y aparece el Comité de Éticapara la Investigación en Animales. En 1986 se haceuna edición especial de taxonomía: “Clasificación deldolor crónico”, que apareció en PAIN. Hacia 1987 seorganizan los primeros grupos de interés, entre ellosel de tratamiento del dolor agudo, otro curricular yotro para los GRANTS. Hacia 1987 se reconoce a laIASP como una organización no gubernamental porparte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).El esquema Curricular aparece hacia 1988 y el Pri-mer Grupo de Interés especial sobre el dolor en lainfancia se organiza en 1989. Hacia el año 1993, elconsejo de la IASP constituye la IASP PRESS y asumeel neurólogo Howard L. Fields en calidad de coeditorde la revista PAIN, y se aprueban los parámetros éti-cos de la investigación en dolor en seres humanos,que se publica en 1995, al igual que el plan básicopara la educación profesional en dolor. La revistaPAIN queda en manos de Allan Basbaum, quien com-pite en el 2010 por la Presidencia de la IASP con Fer-nando Cerveró (actual Presidente electo). Para el año2002, se declara el 15 de octubre como el día mun-dial contra el dolor, y a partir de 2000, se inicia con ellema “El tratamiento del dolor un derecho humano”.El año 2005-2006, es el año de “Dolor en la infan-cia”, el año 2006-2007, el año del “Dolor en adultomayor”; el año 2007-2008 “Dolor en la mujer”, elaño 2008-2009, el año del “Dolor por Cáncer”; elaño 2009-2010, Dolor Músculo Esquelético y el año2011-2012, “Dolor Agudo”. En el SUMIT de la IASP,el 3 de septiembre de 2010, se sientan las bases po-líticas para enfrentar el dolor en la década de 2010 a2020.

Desde los albores de la humanidad hasta hoy, eldolor será siempre un componente esencial en la es-tructura del hombre, y cuando no se presenta, haytrastornos severos en el desarrollo de esa persona,que presenta una serie de síndromes especiales queretardan su cognición y crecimiento en todos los sen-tidos; pero cuando el dolor se presenta en un sernormal, es indicio de vida y de lesión de nuestro or-ganismo, pero cuando el dolor pasa la barrera deltiempo, de los tres meses o más, se convierte en en-fermedad y obliga al que lo trata, al estado, a la fa-milia y a toda la estructura de las ciencias médicas aconseguir y estructurar esquemas investigativos y te-rapéuticos idóneos para que la prestación de dichosservicios sea de calidad, eficacia, efectividad y efi-ciencia. A pesar de ello el dolor estará presente de

manera permanente en un grupo reducido de la so-ciedad. Son las asociaciones científicas, con filosofíasclaras en los procesos educativos, científicos, de in-vestigación y proyección social, los que podrán desdesu estructura constituirse en instrumentos precisospara prevenir, estudiar, tratar y erradicar el dolor y elsufrimiento.

Como lo hemos señalado, otros innovadores enColombia son Aníbal Galindo y Ernesto Bustamante,el primero en apresurarse a traer a Colombia al pro-fesor Bonica en 1974, para que hablara acerca de ladisciplina del dolor en el Museo Nacional, y el segun-do, no sólo por publicar su obra sobre el dolor, sinotambién por dar origen al manejo del dolor, comodisciplina independiente, tarea que ejercía igualmen-te el doctor Tiberio Álvarez en Medellín, en el HospitalSan Vicente de Paúl.

Tuve la fortuna de dar mis primeros pasos comoInternista en el Hospital Militar Central de Bogotá, en1982, e ingreso al Servicio de Neurología, en 1983,bajo la dirección del Profesor Eduardo PalaciosSánchez, mi mentor como neurólogo. Fui afortuna-do también de haberme encontrado con una seriede compañeros de residencia quienes me guiaron ytutelaron mis enseñanzas. Con ellos hicimos equipoen múltiples tareas que desarrollamos de maneraarmónica, llenos de rigor científico, en medio de lasolidaridad, el respeto, la camaradería, pero, sobretodo, de la hermandad. Entre esos compañeros que-dan profundos recuerdos de tareas inmensas com-partidas; logramos plasmar investigaciones pioneras,publicaciones que con tesón quedaron para la histo-ria del HOSMIL, y una entrega infinita a nuestros es-tudiantes y pacientes. Me encontré con GuillermoGómez, Camilo Fadul, Diego Rosselli, Luis Morillo,Enrique Jiménez Hakim, Felipe Atalaya, Jaime Zeinuk,Álvaro Villanueva, Rafael Valle, Eduardo Burgos, DaríoSarabia y Gustavo Aroca, entre otros. Un sinnúmerode profesores de elevadas calidades humanas y cien-tíficas y reconocido rigor académico, entre ellos LuisDíaz, Jaime Potes, Miriam Peñaranda, Luis MiguelCamacho, Hernán Torres Iregui, Ernesto Laverde yLuis Casasbuenas; y recuerdo muy especialmente aun inquieto residente de anestesia, que aupaba aGuillermo Gómez, para constituir un grupo de Dolor,con quien, a comienzos del año de 1984, tratamoslos primeros casos sobre dolor de difícil manejo: Pe-dro Bejarano. Establecimos una amistad maravillosa

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con Pedro y desde allí surgen motivaciones profun-das en el campo del dolor, que se convierten en dína-mo para el desarrollo académico y científico del dolor,por él a nivel nacional y por mí, a nivel de Barranquillay el Caribe colombiano. Debo señalar, modestia apar-te, que desde el año 1986 hasta el día de hoy esteproceso se convirtió en mi norte en la prestación deservicios académicos, científicos y asistenciales. Esainfluencia marcó el desarrollo de múltiples SimposiosNacionales e Internacionales en la Costa Caribe, laelaboración de las memorias de muchos de esos even-tos, así como la publicación en el año 2003 del libroDolor: Estrategias Diagnósticas y Terapéuticas; igual-mente contribuimos en la constitución de la Asocia-ción Colombiana de Pacientes con Dolor, con sedeen Barranquilla.

En unión con Pedro Bejarano, Guillermo Gómezy Camilo Fadul, realizamos varios eventos desde elaño de 1987 en Barranquilla, y se comienza a ges-tar la idea del Capítulo Colombiano de la IASP; en-tre esos profesores invitados estuvo el profesor PatrickWall. Fue en el mes de mayo de 1988, se hospedaen el Hotel del Prado, y realizamos un evento socialen el Club Alemán, con una muestra folclórica deBarranquilla, con la asistencia de excelentes alum-nos de la Universidad Libre; la muestra del Carna-val de Barranquilla estuvo a cargo del Grupo deGloria Peña. Encargamos a distinguidas estudiantesde hermosos ojos azules el cuidado del profesor P.Wall, quien muy complacido aceptó todas nuestrasatenciones. El profesor, un poco tímido, se fue sa-liendo de su gélida indumentaria y se muestra alfinal muy comprometido con toda la audiencia y fe-liz de haber estado en Barranquilla y de haber dis-frutado del Vallenato y del Carnaval de Barranquilla.Al año siguiente fuimos más atrevidos, nos visitaMiriam Martelete, profesora de muchos de nuestrosasociados y quien era en esos momentos consiliariade la IASP. Hicimos la reunión en el Yumbo delCountry Club, en el cual se congregaron más de1.200 asistentes. En esos eventos estuvieron PedroBejarano, Camilo Fadul y Felipe Atalaya, entre otros,y aquí nos acompañaban Cecilia Algarín, HumbertoCaiaffa, Edgard George, Manuel Sánchez, LuisPadilla, Rufo Pantoja, entre otros. Todos estos even-tos eran siempre revestidos de una profundidad aca-démica y de integración social. Estas actividadessiempre contaron con el Laboratorio Grunenthalcomo único ente patrocinador.

Así asistimos, desde Barranquilla, a la consolida-ción de la obra que ya tenía una misión obvia: la deser un foro igualitario, interdisciplinario, que brinda-ra los escenarios propicios para el estudio y trata-miento del dolor, para beneficio de los profesionalesde la salud y de los pacientes, según lo estipulara sufundador John Bonica, y se ratificara en los estatutosdel Capítulo Colombiano de la IASP. En 1992 se leasigna el nombre Asociación Colombiana para elEstudio del Dolor, Capítulo de la IASP. Es la ACEDuna institución científica y gremial, con persona jurí-dica de Derecho Privado, sin ánimo de lucro, regidapor las leyes de la República de Colombia, que seconstituye como el Capítulo Colombiano de la Aso-ciación Internacional para el Estudio del dolor (IASP),cuyo domicilio principal es la ciudad de Bogotá, Re-pública de Colombia, y su sede está ubicada en laCalle 134 No. 7B-83, oficina 715. Sus objetos estándefinidos en sus Estatutos actuales: de carácter cien-tífico, académico, gremial y de beneficencia, relacio-nados con el estudio, prevención, y tratamiento deldolor y debe proyectarse hacia una dinámica desostenibilidad, que involucre la investigación en susdiferentes áreas del conocimiento: estadístico, bási-co, clínico y de rehabilitación o paliación, utilizandopara ello todos los recursos jurídicos, normativos,administrativos, estratégicos y logísticos, que el esta-do colombiano le permita, entre ellos: COLCIENCIAS,MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL, MINISTE-RIO DE LA PROTECCIÓN SOCIAL. Así lo tiene esta-blecido la ACED al señalar que: Fomentará ypromoverá la investigación sobre los mecanismos ysíndromes dolorosos y colaborará con el tratamientode pacientes que sufren de dolores crónicos o agu-dos, reuniendo a los científicos, médicos y otros pro-fesionales de la salud de diversas especialidades yexperiencia, cuyo interés esté dirigido hacia la investi-gación y manejo del dolor. Promoverá la educación ycapacitación en el campo del dolor. Promoverá y faci-litará la divulgación de nueva información en el cam-po del dolor. Fomentará la participación de susmiembros en actividades científicas programadas porla Asociación o por otras Asociaciones Nacionales eInternacionales en el campo del dolor. Fomentará eldesarrollo de una base de datos nacional e interna-cional y promoverá el desarrollo de sistemas unifor-mes de registro respecto de la información relativa alos mecanismos, síndromes y manejo del dolor. In-formará a la opinión pública sobre los resultados eimplicaciones de la investigación vigente en el men-

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cionado campo. Que para alcanzar la visión, misión,objetivos, autosuficiencia, eficacia, efectividad y efi-ciencia, debe contar con dirección corporativa, deapoyo logístico, con una institución pro congresoanual de dolor, una editorial, y una estructura aca-démica de educación médica continuada, de investi-gación y producción del conocimiento en dolor, basede datos para la generación de políticas investigativasen dolor, de consejería para la docencia en centrosde formación del recurso humano en dolor en pre yposgrados existentes en el país e identificados conpolíticas internacionales de sus pares como IASP,FEDELAT, IBEROAMERICANA, WIP, etc., y de la pro-moción del conocimiento institucional y del Estadocolombiano para cumplir su función de proyecciónsocial. Debe la ACED adicionalmente notificar de to-dos sus propósitos a sus pares correspondientes, na-cionales e internacionales sobre las tareas planeadas,realizadas, y acerca de todos los productos obteni-dos anualmente. Igualmente debe realizar notifica-ciones a los organismos internacionales, nacionalesy regionales sobre las normas relativas al uso demedicamentos, drogas, materiales, equipos y proce-dimientos empleados en el tratamiento del dolor.Emprenderá todas aquellas actividades que puedanincidir o contribuir al desarrollo de los fines anterior-mente mencionados. Promoverá la adecuación dehonorarios en los procedimientos relacionados conel manejo del dolor ya sea hospitalario, ambulatorioy/o domiciliario. El patrimonio de la Asociación locomponen las cuotas de sus miembros y de los bie-nes que hayan adquirido o adquiera en lo sucesivo,a cualquier título, a través de los servicios y estrate-gias gerenciales; dichos bienes serán empleados ex-clusivamente en la realización de sus fines sociales.

La ACED, en sus 20 años, ha celebrado de mane-ra ininterrumpida XIX Congresos Internacionales, so-lamente uno de ellos se efectuó en la Ciudad deCartagena, los demás en Bogotá, con rotundos éxi-tos científicos, académicos e investigativos y, además,económicos, lo cual le ha permitido su sostenibilidady reputación. La ACED es la única en su esencia en elpaís, por las características propias e inherentes a sumisión inspiradora: interdisciplinaria e igualitaria, parael estudio y conocimiento del dolor y para la aplica-ción al paciente de los conocimientos adquiridos.

La ACED ha realizado varias publicaciones, entreellas, Dolor en el Adulto Mayor, Dolor en la Mujer,Dolor por Cáncer, Opioides, En la práctica médica y

el libro de Dolor Músculo Esquelético. La revista Do-lor es el órgano oficial de publicación de la ACED, lacual se ha realizado de manera ininterrumpida du-rante cinco años.

En los últimos años ha impulsado la investigación,premiando no sólo los trabajos de investigación, sinoimplementando su base de premiación con el fin depenetrar en las facultades de ciencias de la salud enpre y postgrado, y en sus procesos curriculares en elpaís; para ello premia la mejor malla curricular endolor, en pregrado, en ciencias de la salud, así comolos mejores trabajos de revisión en dolor para los es-tudiantes del pregrado y los mejores proyectos de in-vestigación en el posgrado.

Ha establecido convenidos con instituciones edu-cativas, entre ellas la Escuela de Ciencias de la Salud,FUCS, con el objeto de integrar interinstitucionalmentelos aspectos educativos, científicos y de investigaciónde manera horizontal, para el fortalecimiento del es-tudio del dolor en Colombia. Es así como se realizapor primera vez en el año 2010, el primer TALLER DEINTERVENCIONISMO para médicos especialistas,preferente para los miembros de la ACED; así comolos de los cursos e-learning, y demás tareas acadé-micas y científicas por venir, para el crecimiento fun-damental de los asociados. El proceso de Certificación,homologación y recertificación irá dando los frutosesperados en la medida de la voluntad política al in-terior de las entidades que proponen este apoyointerinstitucional y las que se logren establecer en elfuturo.

Una de las tareas transcendentales de la ACEDque ha venido realizando como investigación en elcampo epidemiológico es la encuesta nacional dedolor, cuyos datos pueden obtenerse de la páginaweb. Ello se ha venido perfilando y nos muestra lagran necesidad de implementar las políticas edu-cativas en dolor para las escuelas formadoras de re-cursos humanos en salud, para atender lasnecesidades insatisfechas en los diferentes nivelesde atención en salud, los cuales sólo se alcanzaríana suplir en cuarenta años, si se comienzan aimplementar estos programas en las diferentes dis-ciplinas de ciencias de la salud.

La descentralización de la ACED es una necesidadsentida que únicamente se logra con líderes regiona-les realmente decididos, y con una ACED fortalecida

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financieramente para que pueda dar soporte a losgrupos de estudios regionales, especialmente agluti-nados alrededor de las facultades de ciencias de lasalud, a través de convenios interinstitucionales, y conla promoción de la constitución de clínicas de doloren todas las regiones.

La otra tarea trascendental es la de imponer so-luciones efectivas en cada grupo de interés, conplaneación estratégica y hoja de ruta en las que sepuedan verificar los cumplimientos de cada grupode interés. La fortaleza de cada uno de ellos permi-tirá el fortalecimiento de la investigación y produc-ción científica del dolor en Colombia. Ésta quedóentre las tareas que serán implementadas, a pesarde los incentivos establecidos.

Por mandato de la Asamblea General del año2009, se viene implementando al interior de la ACED,el cual se entregará en octubre del 2010, para locual se tiene que adoptar un plan de mejoramientocontinuo que adopte y haga la implementación delmaterial de la transformación de la ACED. Le co-rresponde a la nueva Junta Directiva dimensionar laestructura Jurídica, para adaptar la ACED a los gran-des retos de auto sostenibilidad, la de la necesidadde que todos los miembros ACED sean miembrosIASP, por lo menos los miembros de la Junta Directi-va. A la ACED hay que orientarla con herramientasgerenciales efectivas para que todos los miembrosse sientan motivados, y que sea incluyente en todoslos campos. Allí están esas herramientas para sumejoramiento e implementación con el fin de res-ponder a los cambios en el contexto legal, científico,académico, investigativo, económico, social y ase-gurar su desarrollo, crecimiento, supervivencia y cum-plimiento de su misión.

Desde el punto de vista gremial, la ACED formaparte activa de la ASOCIACIÓN DE SOCIEDADESCIENTÍFICAS, en la cual dos importantes miembrosACED participaron en una de las tareas encomen-dadas por los ministerios de la Protección Social yHacienda, en el año 2009, cual fue la actualiza-ción de los CUPS, y de la participación en el ma-nual tarifario, que está a la espera de la reformade la Ley 100.

Los programas de Hospitales sin Dolor y Colom-bia sin Dolor, esperan una implementación y revisiónde sus tareas y reinventarse para cumplir con su mi-

sión. Se espera que el proyecto de Bogotá sin Dolor,comience a dar sus frutos para observar su viabili-dad y para que pueda expandirse a nivel nacional y,ojalá, adoptarse por parte del próximo Ministerio deSalud.

Una real penetración social de la ACED es la depatrocinar o asesorar una Red Nacional de Pacientescon Dolor. Esta tarea es pertinente y hay queretomarla.

ConclusionesConclusionesConclusionesConclusionesConclusiones

La medicina es definida como la ciencia y el artede prevenir, curar o aliviar la enfermedad. Tiene comoobjeto de su acción al Hombre, y su meta no es la dealcanzar la simple prolongación de la vida biológica,sino la de postergar la muerte, prevenir o reducir lospadecimientos y las deformidades, curar las enfer-medades, ampliar las capacidades biológicas y psi-cológicas de los seres humanos y ocuparse de lossufrimientos de las personas. Esta tarea la ha cum-plido desde los albores de la humanidad, hasta lafecha actual, habiéndose alcanzado los mássofisticados procedimientos diagnósticos, terapéuti-cos y la implementación de una serie de medidas desalud pública, de desarrollos de la biología molecular,de la inmunogenética, de la biotecnología, y de lageneración del conocimiento de manera extraordi-naria a través de tecnología de punta. A pesar de ellono se alcanzan a solucionar las dificultades existen-tes tanto en la prevención, como en el manejo deldolor; por ello y para ello se han constituido institu-ciones sin ánimo de lucro que aglutinan las tareas denuestros antecesores universales, y a nivel nacionaldesde Pablo Fernández de la Guerra, José Merizalde,quienes a través de la institución de la academia yahablaban, hacia los años 1799 y 1817, acerca de lanecesidad de establecer grupos de estudio, y por otrolado, traer las enseñanzas desde Hipócrates al ha-blar del dolor intensivo, gravativo, pulsativo, pungitivoy de los diferentes productos de la época para aliviarel dolor como el nepente, el láudano, el aceite de ama-pola, el agua teriacal, el extracto de opio, el láudanode Sydenham, y la triaca magna.

Al tiempo en que el National Institute of GeneralMedical Sciences auspicia el Primer Simposio Interna-cional, sobre dolor en 1972, organizado por JohnBonica en la cual se organiza la IASP, que se concretaen 1974. Ese mismo año es traído a Colombia el pro-

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49Jorge S. Daza Barriga: Orígenes del tratamiento del dolor, influencias de la Asociación Internacional en Colombia...

fesor Bonica, invitado por el Profesor Aníbal Galindo,evento que se realiza en el Museo Nacional de Co-lombia. Le suceden al Profesor Galindo el profesorErnesto Bustamante, hasta que se forma comoAnestesiólogo el Dr. Pedro Bejarano en el HospitalMilitar Central para inicio de la década del 80; con ély con el doctor Tiberio Álvarez, realizamos numero-sos simposios en Barranquilla desde el año 1987, ycontribuimos en la Fundación de la ACED, en el año1990. En esa década dorada para el estudio del do-lor en la Costa Caribe, contamos entre otros con lapresencia ilustre de los profesores Patrick Wall y MiriamMartelete, entre otros. Se coincide casi con la apertu-ra de los demás capítulos internacionales de la IASPel naciente Capítulo Colombiano, al cual llega nues-tro fundador a ser su primer Presidente y, al mismotiempo, el primer Consiliario ante la IASP, como esactualmente nuestro ex presidente Germán Ochoa.

La ACED ha cumplido una fiel tarea de acuerdocon la misión de la IASP, de ser interdisciplinaria yexpandir el conocimiento del dolor en Colombia. Através de sus órganos de divulgación, la Revista Do-lor ha publicado varios libros, ha realizado investiga-ciones epidemiológicas, publicaciones de varias obrasen lo concerniente al dolor, procesos educativos por

e-learning, talleres teóricos y prácticos en intervencio-nismo en dolor, con sus grupos de interés en variasdisciplinas, líderes regionales. Ha propiciado la cons-titución de grupos de interés en dolor, de políticas deproyección como los de Colombia sin dolor y Hospi-tales sin Dolor, y ha realizado convenios con institu-ciones educativas para consolidar su procesoeducativo.

Se encuentra actualmente inmersa en procesos deadaptación con nuevas herramientas administrativasque le permitan una sostenibilidad para el cumpli-miento de su misión.

Dejamos una institución sólida, con equilibrio fi-nanciero y proyectada a la próxima década, con uncompromiso serio con sus asociados y el país en laeducación continuada en dolor y con el reto impor-tante de implementar, apoyar, asesorar y cristalizarproyectos, planes y programas para la solución delas necesidades en recursos humanos capacitados enel tratamiento del dolor para los próximos treinta añosen el país.

Nos sentimos felices por haber elegido este norte,por el cumplimiento de nuestro deber y honrados depertenecer a una institución seria, científica y social.

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Mi encuentro con John BonicaMi encuentro con John BonicaMi encuentro con John BonicaMi encuentro con John BonicaMi encuentro con John Bonica

Carlos M. Moreno Benavides, MD*

Mi interés por el control del dolor comenzó tem-prano en mi vida, mucho antes de empezar a estu-diar medicina. Jamás entendí por qué muchos de losprofesionales de la salud (médicos y odontólogos)creían y, lamentablem ente, algunos todavía lo pien-san así, que los niños no sentían dolor. No sobradecir que en mi niñez padecí algunos tratamientosmédicos y odontológicos dolorosos sin recibir anes-tesia ni medicamentos analgésicos. Por ello, cuandoinicié mi carrera académica como docente de fisiolo-gía del sistema nervioso, primero en la Facultad deMedicina de la Universidad Nacional de Colombia y,luego, en la Universidad del Rosario, me sentí alta-mente motivado por el estudio de los mecanismosfisiológicos del dolor y, en mis cursos, introduje clasessobre fisiología del dolor.

En aquella época, comienzos de la década de los70 del siglo XX, era escaso el tratamiento del tema enlos textos tradicionales de Fisiología; no había revis-tas científicas dedicadas a ese tópico y, mucho me-nos, existía algo parecido a lo que hoy conocemoscomo Clínicas de Dolor.

En 1974, los días 14 y 15 de enero, por iniciativadel Dr. Aníbal Galindo, importante anestesiólogo co-lombiano, se realizó en Bogotá el primer simposiosobre Medicina del Dolor, y su control mediante eluso de estimuladores eléctricos. Este evento se llevó acabo en el auditorio del Museo Nacional de Bogotá.El personaje central era el profesor John Bonica. Rei-naba, obviamente, una gran expectativa por escu-charlo, ya que además de ser el padre de la medicinadel dolor, acababa de regresar de un viaje por Chi-

na, a donde lo había enviado el Presidente Nixon comoalto comisionado para el estudio de la acupuntura.

La conferencia del Profesor Bonica fue, precisa-mente, sobre la acupuntura en China. Durante cer-ca de 2 horas, nos deleitó sobre su experiencia en elpaís oriental. Se puede decir que, más que una charlasobre acupuntura, fue una disertación sobre lacultura china. En relación con la acupuntura, el pro-fesor nos informó sobre los diversos tipos de proce-dimientos que se llevaban a cabo, la manera comolos pacientes eran seleccionados para ser interveni-dos quirúrgicamente y cómo en grandes cirugías,por ejemplo toracotomías, los pacientes eran ope-rados bajo anestesia con acupuntura, pero, de ma-nera preventiva se llevaba un equipo de anestesia ala sala de cirugía en caso de que durante la inter-vención el efecto anestésico de la acupuntura nofuera suficiente. Mencionó, además, que cuando nose disponía de agujas para la práctica del procedi-miento, se podían utilizar trozos de bambú en for-ma de astillas, o, simplemente hacer presión(acupresión) en los mismos puntos de acupunturacon resultados similares. Entonces, como ahora, nohabía una explicación totalmente válida en la medi-cina occidental, acerca del efecto analgésico de laacupuntura. Sin embargo, se planteaba la hipótesisde que ello se podría comprender mediante la teo-ría de la Compuerta de Control (Gate-Control) deMelzack y Wall, pues, posiblemente, la estimulacióncon las agujas y particularmente con la presión,podría estar activando las fibras A beta y, de esamanera, se estaría bloqueando la actividad de lasfibras nociceptivas A delta y C, en el nivel del astaposterior de la médula espinal.

El Profesor Bonica mostró fotografías de investi-gadores chinos que empezaban a realizar investi-gaciones sobre los posibles mecanismos biológicosde la acupuntura, especialmente estudios experi-mentales de tipo neurofisiológico. Y señaló que se

* Médico neurofisiólogo. Profesor titular - Unidad de Neuro-ciencia y Centro de Medicina del Dolor. Coordinador del Gru-po de Investigación Neuros, Facultad de Medicina -Universidad del Rosario. Miembro Activo Asociación Colom-biana para Estudio del Dolor (ACED). Miembro activo de laInternational Association for the Study of Pain (IASP).

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51Carlos M. Moreno: Mi encuentro con John Bonica

estaban adelantando acuerdos entre los gobiernoschino y norteamericano para que algunos de esosinvestigadores viajaran a los Estados Unidos paraadelantar formalmente estudios de Doctorado en in-vestigación básica.

Sin duda, la conferencia del Dr. Bonica colmó concreces las expectativas del auditorio y, puedo afirmarcon certeza, que fue uno de los factores más impor-tantes que desencadenaron, posteriormente en nues-tro país, el gran interés por el estudio y la práctica dela Medicina del Dolor.

Durante el Simposio tuve la fortuna de ser invita-do, a un almuerzo, por el Dr. Antonio Becerra Lara,neurocirujano prestigioso, lamentablemente falleci-do en forma trágica, quien en ese momento era Jefedel Servicio de Neurocirugía del Hospital de San Joséy Profesor de la Facultad de Medicina de la Universi-dad del Rosario. El motivo de la reunión era brin-darle una atención al Dr. Bonica. Ese almuerzo tuvolugar en el Restaurante Pozetto y entre los asistentesrecuerdo, además de los dos personajes menciona-dos, a los Drs. José Vicente Pardo, fisiatra, y ManuelPalacios, neurocirujano, médicos del Hospital de SanJosé y, también, profesores de la facultad de Medici-na del Rosario.

Se seleccionó ese restaurante teniendo en cuentaque era especializado en comida italiana, acorde conel origen natal del Dr. Bonica, y que quedaba relativa-mente cerca del Museo Nacional, lo que nos permiti-ría retornar oportunamente a la sesión vespertina delSimposio. Por aquella época ese restaurante gozabade gran prestigio gastronómico y no había sucedidoaún la tragedia que una década después ocasionaraun veterano de la guerra de Vietnam.

El Dr. Bonica aceptó complacido la invitación y,ya sentados a manteles, agradeció la atención. Seplaticó sobre diversos temas, pero los menos fueronlos de dolor. Bonica era un conversador ameno ydotado de gran amabilidad, así que rápidamentefuimos tomando confianza y pudimos conversar fá-

cilmente sobre aspectos más personales y anécdo-tas de su vida.

Bonica nació en Filicudi, una isla cercana a la cos-ta de Sicilia, en 1917, y a los 11 años emigró con sufamilia a la ciudad de Nueva York. Cuatro años des-pués murió su padre y él se vio obligado a trabajaren oficios varios para poder ayudar con algún dineroal sostenimiento de su familia. Fue lustrabotas, ven-dedor de frutas y repartidor de periódicos y, luego,para poder costear sus estudios de medicina trabajócomo luchador profesional y llegó a ser campeónamericano de lucha libre en la categoría de peso li-viano. Esta práctica le dejó una lesión dolorosa enuna de sus manos, molestia que no se podía contro-lar fácilmente con los medicamentos disponibles.Contó que, por ello, se había sometido en dos oca-siones a tratamientos de acupuntura, una vez enHong-kong y la otra, más reciente, con motivo de suviaje a China. Con mucha gracia, refería que habíatenido mejor efecto analgésico con el primer trata-miento que con el practicado en la patria milenariade esa técnica. Esa anécdota tenía, en esos años, unclaro sentido político y, por ello, la sonrisa del profe-sor al relatarla.

John Bonica pasó pocas horas en Bogotá, rápi-damente regresó a los Estados Unidos y, hasta don-de tengo información, no volvió a nuestro país. A raízde aquel evento y de la oportunidad de conocer per-sonalmente al padre de la Medicina del Dolor, se for-taleció más mi interés por el estudio de losfundamentos biológicos del dolor y de la nocicepción.Seguí, luego, con mucho interés sus actividades y suspublicaciones científicas, hasta su lamentado falleci-miento en 1994, veinte años después de aquelencuentro.

Me parece importante, finalmente, recordar queel Profesor Bonica fue, además, uno de los gestoresde la Asociación Internacional para el Estudio delDolor (IASP), de la cual la ACED es, desde hace veinteaños su capítulo en nuestro país.

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LLLLLa Medicina del Dolor en la Universidada Medicina del Dolor en la Universidada Medicina del Dolor en la Universidada Medicina del Dolor en la Universidada Medicina del Dolor en la Universidaddel Rosario. Breve reseña históricadel Rosario. Breve reseña históricadel Rosario. Breve reseña históricadel Rosario. Breve reseña históricadel Rosario. Breve reseña histórica

John Jairo Hernández Castro, MD*

Hace 25 años nació un grupo de dolor pujante,emprendedor y lleno de energía. Hace 25 años ungrupo de médicos especialistas profesores de la Uni-versidad de la Rosario y del cuerpo asistencial delHospital de San José formaron un grupo de dolor,que posteriormente, y por cosas que aun hoy nadiecomprende, se terminó dividiendo (cuando ambasinstituciones decidieron separarse y acabar con suconvenio) para tener hoy dos importantes institucio-nes: el Centro de Medicina del Dolor y Cuidado Palia-tivo de la Universidad del Rosario, y la clínica de dolordel Hospital de San José.

Los antecedentes de estos acontecimientos se re-montan a la llegada al país y procedente de los Esta-dos Unidos de un importante personaje: el DoctorAníbal Galindo, anestesiólogo, alumno de JohnBonica. Trae consigo todo ese bagaje de conocimien-tos en Medicina del Dolor para demostrarlo en el Ins-tituto Neurológico de Colombia y en el Hospital deSan José, donde es nombrado como Profesor de laUniversidad del Rosario. Muestra los primeros proce-dimientos modernos para alivio del dolor y deja lasemilla sembrada en todos los que fueron sus alum-nos. Organiza, entre el 14 y 15 de enero de 1974, elprimer simposio de dolor en Colombia, auspiciadopor el Instituto Neurológico, la facultad de Medicinade la Universidad del Rosario y la naciente SociedadColombiana de Anestesiología (hoy Sociedad Colom-biana de Anestesia y Reanimación - SCARE), que sellevó a cabo en las instalaciones del Museo Nacionalen Bogotá, y al cual asistieron aproximadamente 80médicos interesados en el tema. El ponente principal:

John Bonica, el padre de la medicina del Dolor y fun-dador de la IASP. Desdichadamente el paso del Doc-tor Galindo fue corto y retorna a Norteamérica en1976.

Pero la Universidad del Rosario ha tenido presen-cia en la Medicina del Dolor desde antes de los acon-tecimientos relatados. En 1970, uno de sus profesoresmás queridos y connotados, el Doctor Carlos More-no Benavides, actualmente Profesor Titular de la Uni-dad de Neurociencia, introduce en la cátedra el temade la Fisiología del dolor. He de anotar, por su propiainformación, que su gran temor a la odontología lollevó a investigar y, posteriormente, a transmitir esenaciente conocimiento.

* Neurocirujano - Algesiólogo y Paliativista - Profesor Unidadde Neurociencia. Director Centro de Medicina del Dolor yCuidado Paliativo, Investigador Grupo "Neuros", Facultad deMedicina - Universidad del Rosario - MEDERI. Ex presidenteACED.

Profesor Carlos Moreno Benavides

Aparece en la palestra Pedro Bejarano, anestesió-logo formado en la Universidad del Rosario - HospitalMilitar Central, el gran promotor de la moderna Me-

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dicina del dolor en nuestro país. Regresa a Colombiaen 1981, con entrenamiento formal en los EstadosUnidos, y crea la primera Clínica de Dolor de origenno maligno, en las instalaciones de la institución quelo formó durante su Residencia. Casi al mismo tiem-po se crea en Medellín, adscrita a la Universidad deAntioquia, la primera Clínica de Dolor por cáncer yCuidado Paliativo, en cabeza del Profesor TiberioÁlvarez. De aquí en adelante, sobre todo a partir de1984, el florecimiento de las Clínicas de Dolor enColombia es un hecho.

En 1985 se crea el primer grupo de dolor formal enel Hospital de San José - Universidad del Rosario, encabeza del Servicio de Neurocirugía y, como gran im-pulsor el profesor Manuel Roberto Palacios Palacios.Sería el mes de Marzo cuando siendo el autor deeste artículo residente de tercer año y jefe de resi-dentes, se le acerca al Profesor Palacios y le dice:"Profe, ¿qué tema vamos a revisar el próximo mes?".En la unidad se tenía una reunión mensual acadé-mica y extramural, el segundo martes de cada mes,que se llevaba a cabo, habitualmente, en la resi-dencia de alguno de los profesores. El Doctor Pala-cios dice: "John Jairo, como uno de los temas del

Dr. Pedro Bejarano

Profesor Manuel Roberto Palacios Palacios

próximo congreso nacional es dolor, revisemos esetópico". Bastante escéptico le mencioné "Dr. Palacios,no será mejor revisar algún otro tema, masneuroquirúrgico?" La verdad revisar dolor, en esemomento, me parecía "tonto". El Profe fue contun-dente. Debíamos revisar este tema.

Me dirijo a la biblioteca de la facultad y hospital,reúno 10 artículos actualizados de diferentes Publi-caciones Internacionales. El Doctor Palacios les da elvisto bueno, y se reparten a todos los miembros delgrupo (Profesores y Residentes). El día programadose hace la reunión y la gran conclusión de ésta es"NO SABEMOS QUÉ ES DOLOR". Incluso, muchos as-pectos de ciencia básica ni siquiera los entendíamos.Acción a tomar, al otro día ir directamente a la uni-dad de fisiología en búsqueda del personaje que po-día darnos una solución al problema: el profesorCarlos Moreno Benavides. Se le plantea la situación,y él, con su consabida sonrisa socarrona, nos citapara el siguiente día, jueves a las 7 AM, reunión a lacual asistimos todos los del grupo de neurocirugía, ynos sentamos a escuchar clase de ciencia básica so-bre la morfología y la fisiología del dolor clínico, y asídilucidamos y degustamos cada uno de los diez estu-dios escogidos; fueron 10 días jueves continuos.

Al cabo de éstos, se decide continuar la agrada-ble y académica disertación. Se escogen más artícu-los y se invita a todos los interesados en el tema.Aparece Medicina Física y Rehabilitación. Recuerdo miacercamiento al Profesor José Vicente Pardo cuandole mencioné que estábamos realizando todos los jue-ves esta reunión y que deseábamos que nos acom-pañara. Su respuesta fue clara: "amigo fiel (así solíadecirme porque yo tenía en ese momento un auto-móvil Renault 4) pensé que nunca me iban a invitar,porque si alguien ve pacientes con dolor soy yo esapersona". Y era cierto; recuerdo que todos los casos

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de dolor crónico a los cuales no les encontrábamosexplicación razonable simplemente se remitían afisiatría y a psiquiatría.

Un día nos acercamos al Departamento deAnestesiología. "estamos realizando una reunión se-manal de dolor y sabemos de la importancia de laanestesiología en este proceso". Aparece Julián Cor-tés mencionando que le interesaba. Luego Psiquia-tría, Psicología, Ortopedia, y luego de seis meses deir entendiendo poco a poco cual era el verdadero pro-blema del dolor, se decide ver pacientes complica-dos, y nace la consulta de Dolor.

Recuerdo que un día el Doctor Gonzalo López Es-cobar, coordinador de consulta externa, nos abordóy dijo "no hablen tanta carreta y les abro un espaciopara que hagan consulta". Y efectivamente, nace laconsulta de dolor en el Hospital de San José. Dosmedias tardes a la semana: una la realizaba JulianCortes y algún residente de anestesia, y la otra esta-ba a cargo de neurocirugía, y habitualmente era yoquien la enfrentaba.

Buenos tiempos aquellos. De esa forma secimenta una interesante Clínica de Dolor que de-sarrolla un trabajo mancomunado hasta 1997cuando la Universidad del Rosario y la Sociedad deCirugía de Bogotá deciden abrirse por caminos di-ferentes. Los Doctores Manuel Roberto Palacios Pa-lacios, Juan Mendoza Vega, Juan Antonio BecerraSuárez, John Jairo Hernández Castro, Carlos Mo-reno Benavides, José Vicente Pardo Hernández,Julián Cortes, Rafael Vásquez, Cecilia Burgos deTaborda y Luz Stella Serrano dieron vida y nombrea ese gran grupo que marcó los caminos inicialesen la vida de la Medicina del Dolor en forma aca-démica y ordenada en la Universidad del Rosario yen el Hospital de San José.

En 1989, otro antecedente importante para laUniversidad del Rosario; nace la Clínica de Dolor Lum-bar del Hospital de Occidente Kennedy, en ese mo-mento, importante centro de práctica de nuestrafacultad de medicina, y en cabeza de Rosaristas comoJohn Jairo Hernández, Ricardo Londoño, Arturo Va-lencia, Helena Martín, y el grupo de fisioterapeutas yterapeutas ocupacionales de la institución.

1990 fue un año clave en Colombia porque nacióla Asociación Colombiana para Estudio del dolor(ACED), capítulo de la IASP. Ese año se reúnen en el

Salón fundadores de la Fundación Santafé 28 perso-nas de cuerpo presente, y 21 con carta, todos congran interés en el campo de la Medicina del Dolor.Varios Rosaristas y Profesores del Rosario participanen este importante hecho: Pedro Bejarano, GermánOchoa, Carlos Moreno, José Vicente Pardo, John JairoHernández, Camilo Fadul, entre otros. La ACED ini-cia un programa bien ambicioso: reunir a los intere-sados en el tema, dar educación a todos los servidoresdel área de la salud, y, posteriormente, desarrollarun trabajo gremial digno de admirar. Hoy la ACEDreúne en su Congreso anual más de 2000 personas.

Centro Interdisciplinario para EstudioCentro Interdisciplinario para EstudioCentro Interdisciplinario para EstudioCentro Interdisciplinario para EstudioCentro Interdisciplinario para Estudioy Alivio del Dolory Alivio del Dolory Alivio del Dolory Alivio del Dolory Alivio del Dolor

Con la llegada de la facultad de Medicina a laQuinta de Mutis, se notó el gran vacío de la Clínicade Dolor. Desde este momento todos los interesadosen el tema comenzamos a movernos, y es así comoel 31 de octubre del año 2000, en la sala de Juntasde la Escuela de Ciencias de la Salud, se reúnen losDoctores Jaime Pastrana Arango (Decano de la

Drs. Patrick Wall y John Jairo Hernández.Estambul - Turquía - 2001

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facultad de Medicina), Leonardo Palacios Sánchez (Jefede Educación Médica), Ciro Alfonso Casadiego To-rrado (Director del Instituto de Ciencias Básicas), RaúlCorredor Gutiérrez, John Duperly Sánchez, John JairoHernández Castro, Carlos Moreno Benavides, JaimeRuiz Sternberg, Manuel Uribe Granja y Alberto Vélezvan Meerbeke, y protocolizan la constitución del Gru-po de dolor de la Universidad del Rosario (las actasde este solemne acto reposan en los archivos del gru-po de Medicina del dolor).

Desde este momento comienzan las reunionesperiódicas, tanto administrativas como académicas.Los contactos nacionales e internacionales se ponena la orden del día. Surgen los primeros trabajos deinvestigación, y se da toda la infraestructura para re-comenzar a trabajar como un grupo grande.

En el año 2003 aparece el Centro Interdisciplinariopara Estudio y Alivio del Dolor. Somos un Grupo don-de participan o ha participado Neurología,Neurocirugía, Neurofisiología, Psiquiatría, Psicología,Medicina Física y Rehabilitación, Odontología,Anestesiología, Medicina Interna y Ginecología.

Por esta misma época aparece un espaldarazoenorme. Nuestro rector Hans Peter Knudsen, en unareunión del consejo académico de la facultad, del cualtuve la honra de pertenecer, nos mencionó y quedóescrito en actas: "el norte de las facultades de saludde hoy en adelante es el alivio del dolor; deseo queen corto tiempo cuando en Latinoamérica se hablede dolor se piense en el Rosario, y cuando se habledel Rosario se piense en el alivio del dolor y del sufri-miento humano". Vía libre para crecer.

Se organizan varias actividades académicas:

1. Cátedra de Medicina del Dolor, en pregrado,de carácter transversal.

2. Boletín Virtual (por correo electrónico) llamadoDOLOR AL DÍA, donde diariamente se envíainformación relacionada con alivio del dolor ydel sufrimiento, acompañada de artículos ac-tualizados e interesantes sobre el tema.

3. Curso superior Universitario de Medicina delDolor, de 140 horas de duración, dirigido a todoel personal del área de la salud. Brinda la posi-bilidad de capacitación en aspectos básicospara manejo del dolor.

Encabezado del acta de constitución del grupo de dolorde la universidad del Rosario

4. Línea de Investigación en Dolor, como parte delgrupo Neuros clasificado por Colciencias comoA-1, y en la cual participan nuestros estudian-tes de pregrado.

5. Labor Asistencial con la consulta de Dolor yCuidado Paliativo, que se llevará a cabo en laQuinta Mutis y en MEDERI.

6. Junta Médica y Reunión Académica Semanal,donde se revisan y analizan enfermos con do-lor de difícil diagnóstico y/o manejo, y se ha-cen revisiones de temas que nos sirven para irdesarrollando o revisando nuestros protocolosde trabajo.

7. Club semanal de revistas que se desarrolla enel Hospital Universitario Mayor.

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8. Rotación permanente de Estudiantes de sexto ynoveno semestre, internos y residentes.

Desde el mes de mayo del año 2008 se ha inte-grado todo este programa a nuestros hospitales uni-versitarios: Mayor y Barrios Unidos, pertenecientes ala corporación MEDERI, de la cual la universidad esuno de los socios. A partir de este momento se iniciael proyecto de Hospital Sin Dolor (programa de laACED), y se proyecta toda la actividad docenteasistencial hacia un centro de excelencia académica,investigativa, y de alta efectividad para el alivio delsufrimiento de las personas que consultan.

En mayo de 2009 fuimos visitados por los Profe-sores Fernando Cerveró y Jane Ballantyne (Directi-vos de la IASP), y aprobaron nuestra gestiónacadémica, para convertirnos en centro de entrena-miento para Latinoamérica, dándose inicio en agostodel presente año 2010 al ‘fellowship’ mediante becaconcedida por la IASP, con la presencia de la Dra.Sandra Rodríguez, médica internista proveniente deGuayaquil - Ecuador.

Somos un grupo pujante que desea desarrollaruna labor académica e investigativa amplia, y quesea reconocida internacionalmente. Nos ceñimos alos lineamientos de la IASP y la ACED, de las cualessomos partícipes activos.

Apoyamos los proyectos internacionales DOLOREL QUINTO SIGNO VITAL, y EL ALIVIO DEL DOLOR YEL CUIDADO PALIATIVO SON DERECHOS HUMA-NOS FUNDAMENTALES. Damos apoyo y asesoríapara la creación de nuevas clínicas de dolor. Preten-demos colaborar con la ACED en abarcar la mayorparte de la población de trabajadores de la salud enaspectos educativos.

Apoyamos y participamos con el lema de la ACED:POR UNA COLOMBIA SIN DOLOR, HOSPITALES LI-BRES DE DOLOR.

La Facultad de Medicina de la Universidad delRosario y la Corporación MEDERI ofrecen a la ACEDsus más sinceras felicitaciones por estos primeros20 años.

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57 Tiberio Álvarez Echeverri: La magia de los últimos días

LLLLLa magia de los últimos díasa magia de los últimos díasa magia de los últimos díasa magia de los últimos díasa magia de los últimos días

Tiberio Álvarez Echeverri, MD*

Aproximación a la magia escénica y médica Aproximación a la magia escénica y médica Aproximación a la magia escénica y médica Aproximación a la magia escénica y médica Aproximación a la magia escénica y médica

Soy admirador de las ‘reina de las artes’ como seconsidera a la magia. Tiene historia y encanto. Laconocí en mi pueblo con uno de los curas que hacía‘pruebas con las manos’ y luego con el mago que undomingo en la tarde, después de la clase de catecis-mo, hizo varios juegos, entre ellos el de convertir loque llamábamos aleluya, en confites. Fue la algara-bía y la dicha ¿Cómo lo hizo? Esa pregunta quedó enmi memoria. Más tarde, en un matinal del teatro Ala-meda, en el intermedio de la película, apareció unmago que cambiaba, a ojos vista, las marcas de lospaquetes de cigarrillos y disminuía las cartas hastadesaparecerlas en las manos. Aprendí más tarde quefue de esta manera como los magos introdujeron elcine en la mayoría de los países y que uno de loscreadores del lenguaje cinematográfico fue GeorgeMéliès, mago de París que siguió de cerca las ense-ñanzas de Roberto Houdin el hombre que le dio elstatus artístico a la magia escénica. Cuando inicié losestudios de medicina, me enseñó el maestro HéctorAbad Gómez que la medicina es ciencia, arte y ma-gia. Ésa es la definición que practico y enseño. Des-pués, alguien que se decía ser mago me pagó unadeuda con un juego de magia para hacer aparecerhasta el infinito bolas rojas en la boca. Con este jue-go me presenté una vez en la clase de semiologíacon el doctor Jaime Borrero Ramírez, que con susalumnos y pacientes, en esa sala de 30 pacientes veíanal fondo la imagen de la Virgen y a un lado un estu-diante con blusa blanca sacando bolas rojas de laboca, que de lejos aparentaban sangre. Más tardeestudié en París y no me perdía el programa queGerard Majax tenía en televisión. De él aprendí algu-nas cosas y todavía me acompaña su libro. Repetía,con mi hija, funciones en el Circo de Boulogne sólo

para mirar la actuación del mago. Y pude ver en di-recto a los grandes magos que se presentaban en elCrazy Horse y en el Moulin Rouge. Allá me maravillécon el mago oriental que sacaba y sacaba pollitos queluego desaparecía. Vi también el jarrón de aguaque nunca termina de vaciarse. Y sobre todo el juegoque inmortalizó Norm Nielsen, donde un violín des-aparecía en el aire y luego, cuando recibía los aplau-sos del público, al borde del escenario, salía el violín yambos inclinaban la cabeza al mismo tiempo. Al re-gresar, traje algunos juegos de cartas y cuerdas y conellos monté durante algún tiempo mi pequeña se-sión de magia hasta el día que una inundación borrólas figuras de las cartas y la capacidad de hacer nu-dos en las cuerdas. Pasado el tiempo y con el iniciodel programa de la Clínica del Dolor y Cuidados Pa-liativos en el Hospital San Vicente de Paúl y la Univer-sidad de Antioquia, para los pacientes que padecíancáncer, muchos de ellos en fase terminal, organizabacada año una especie de ‘acto final’ con la colabora-ción de los compañeros, estudiantes, enfermeras yvoluntarias. Primero se celebraba el ritual mágico dela misa con luces, flores, cantos, piedras preciosas,figuras en el interior del cáliz que al escanciar el vinoproducen en el oficiante y en los asistentes las evoca-ciones divinas y humanas. Son los objetos inductoresde experiencias mágicas, la función de los vitrales enlas catedrales góticas de la Edad Media. Luego veníala magia de la música con el Dueto Remembranzas.Y para cerrar la velada, salía el médico-mago, quecada año presentaba el mismo espectáculo porquelos espectadores eran diferentes. Claro que adelantópoco en su técnica pues no tenía que hacer mayorespreparaciones. Pero igual “nos la gozábamos todos”.Era una tarde mágica porque se aliviaba el dolor, lospacientes manifestaban sus inquietudes y los que te-nían alguna cualidad artística la demostraban. Tam-bién había abrazos, saludos, deseos de buena suertey hasta despedidas definitivas por aquello de laspremoniciones de muerte. Este campo de la magia

* Médico Anestesiólogo, Universidad de Antioquia. MiembroFundador, ACED. Miembro activo, ACED.

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premonitoria me lo enseñó una ayudante. La‘partenaire’ dirían los franceses. Fue traída en sillade ruedas ese 22 de diciembre. El cabello había desa-parecido y la cara mostraba los estigmas de la enfer-medad maligna. Su cuerpo lo cubría una largasábana. Aún así me colaboró. Se sorprendió con mimagia, la vi sonreír en ese deseo de vivir intensamen-te los pocos días de vida que le quedaban porque alfinal me dijo al oído: –Doctor-mago ayúdeme con losjefes de mi sala para que me dejen ir a pasar lasnavidades en mi pueblo, con mi familia. Pues sé quemoriré al finalizar el año. Ella siguió con el goce de latarde y luego con los regalos que le dábamos a cadapaciente. La llevamos a la sala y se despidió “comopara siempre”. Luego de cumplir su petición pudoregresar a la parcela donde murió precisamente ese31 de diciembre. Después los integrantes del CírculoMágico de Medellín supieron que había un médicoque hacía magia y lo invitaron como integrante delmismo. Desde entonces me considero médico, profe-sor universitario, paliatólogo y mago aficionado queha llevado su arte a muchos escenarios, en tiemposde paz y de guerra, incluyendo las salas de conferen-cias, los pabellones de hospitalización y los escena-rios de las barriadas. Sabe de risas contenidas y deasombros. De miedos “dominados” por el arte de lamagia que reaparecen cuando acaba la función y, yacamino a casa, es posible que el atraco, la extorsión,el secuestro ‘relámpago’, y, quiérase que no, la balaperdida que encuentra acomodo en algún lugar dela geografía corporal, hagan olvidar pronto “las fan-tasías de las sedas multicolores”. Es difícil hacer y hacersentir la magia en los escenarios cuando te vigilanhombres encapuchados o con pasamontañas. Cuan-do ‘te recogen’, misteriosamente, a determinadas ho-ras, sin mediar palabras y te llevan por lugares dondelas balaceras son constantes, las miradas esquivas otorvas, los escenarios tanáticos y las sonrisas inocen-tes de los niños tienen la urdimbre del no futuro. Aquíen mi ciudad, Medellín, hubo días donde las muertesviolentas, la mayoría de jóvenes entre 10 y 20 años,superaron las de los nacimientos. Desde aquí se oyenlos pum-pum-pum y, lo sabemos por experiencia, noes pólvora para juegos pirotécnicos sino para muer-tes súbitas. Anoche no más, y hoy durante todo eldía, el tableteo fue continuo y el ‘conteo’ fue de veintemuertos y muchos más heridos. Esos niños que go-zan con nuestras pilatunas mágicas ahora lloran, so-brecogidos y escondidos, en lo profundo de losescasos rincones pues ni espacio hay para los rinco-

nes. Y asomarse al balcón es buscar la muerte comoesa hija de un colega médico que aprovechó sábadoy domingo para preparar el examen del lunes y yapor la tarde, en son de descanso, suspiró por últimavez en el balcón pues una de las balas que llamanperdidas tenía la dirección certera de la muerte. Unode nuestros compañeros, una noche en son de bús-queda de nuevos y sutiles engaños, recibió una balaen su vientre cuando le robaban su moto de mago.No valieron las súplicas ni los abracadabras. Al díasiguiente, ya recuperado de las dolencias, según élmismo, convirtió el lecho en un escenario e hizo suúltimo espectáculo a las enfermeras. Trató de son-reírle al porvenir. Pero vio en una de las caras –¿pi-cas, lanzas o espadas, por si acaso?– la sombra deThanatos y comprendió que sus días estaban conta-dos. Muchas barajas lo acompañaron en su descen-so. Hubo un tiempo en que nuestras reuniones delos martes terminaban en punto de las diez porquelas calles se tornaban como aquellas de la películaSombras del Mal, de Orson Wells. Aún así, la magiatambién es abstracción que permite “seguir en la lu-cha”, no obstante las viscisitudes. Y de cambiar a es-cenarios quizá un poco más seguros aunque aquí eneste hospital también ha habido balaceras, carreras,gritos y muertes. Aquí hospitalizan los sicarios heri-dos que escaparon de la muerte pero la llevan conellos y de ella disponen en un santiamén. Pero lamagia sigue, quizá en otro horario y en otro escena-rio. Es posible que por esa lucha de la sobrevivenciamientras amaina la mega-muerte, por esa búsque-da de caminos para salir de la crisis, incluyendo enella la magia, la Facultad de Medicina de la Universi-dad de Antioquia haya dado a este servidor, Maqrollel Magiero, una distinción A las Artes y a las Letras,porque “Ha sido un incansable trabajador por la cul-tura en la Facultad. El cine mudo, la fotografía, lahistoria, los libros, la magia, las letras, son apenasuna muestra de sus logros...”. Y sí, he llevado la magiaa mis colegas, alumnos y laicos. En todos he logradoel asombro o el comentario como aquel del sabio dela Nasa, Pablo Llinás, cuyo asombro se integraba ala explicación por los vericuetos de las ecuaciones ylos teoremas. Para él la magia era el camino a otrasposibilidades matemáticas. O como aquel niño quevisité en su buhardilla, cuya pieza era un rincón se-parado por burda, transparente y sucia tela, que memiraba con los ojos en un lado de la cara, me habla-ba con la boca en otro lado de la cara y me trasmitíasu angustia de muerte por el tercer lado de la cara.

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¡Quién lo creyera! Era un ritual macabro porque laenfermedad le ‘tridimensionó’ el cerebro al estilo delas Señoritas de Avignon –tal la furia del tumor– y mimagia condolida fue servida para tres tristes carasque sonrieron en paralelo.... Esas risas y asombros,por siempre, ¡irán conmigo! Pero aquí entre nos, lamagia me ayudó en las noches de la extorsión y ame-naza de muerte. Fue una llamada tanática al comienzode la noche. Fui “vacunado” con el pago de un dine-ro so pena de secuestro, desaparición y muerte encarne propia o la de una de mis hijas. Esas noches deinsomnio fueron pasadas rumiando soluciones, oran-do al Gran Mago y manipulando las cartas en labúsqueda de mensajes aliviadores.

La La La La La medicina: ¿ciencia, arte y magia?medicina: ¿ciencia, arte y magia?medicina: ¿ciencia, arte y magia?medicina: ¿ciencia, arte y magia?medicina: ¿ciencia, arte y magia?

La medicina es ciencia porque investiga objetiva-mente sobre los principios y las causas de las enferme-dades y tiene un cuerpo de conocimientos medibles,previsibles y reproducibles, ordenados con método. Esarte por la habilidad que tiene el médico para “haceralguna cosa”, donde cabe la subjetividad que es sucualidad inherente(1). Es en la armonización de los cono-cimientos y las actuaciones donde está el sustrato dela medicina al determinar las causas científicas –obje-tivas– de las dolencias así como la comprensión per-sonal –subjetivas– de cada paciente que busca en elmédico la curación de las dolencias, pero también ali-vio, consuelo, comprensión, apoyo y “algo más”. Lafrialdad y la apatía de la ciencia se equilibran con elarte al permitir la expresión de las emociones y los sen-timientos confiriéndole a la actuación del médico, unestilo. Cada paliatólogo o psicopompo tiene un estilo,un arte de saber llegar, con compasión e ingenio, alsufriente. Aplicamos la ciencia a través de la dimen-sión interpersonal en una atmósfera terapéutica efec-tiva. Esa atmósfera es la magia donde reside elcomponente artístico del acto médico que permite lamanifestación de los sentimientos y las emociones, daconfianza y seguridad y establece los consejos y lasprescripciones. Y por otra parte por despertar, a nivelinconsciente, el contenido mágico arquetípico del héroeépico –paciente– que debe superar una prueba –laenfermedad– con la ayuda del demiurgo –auxiliador omédico–. Desde esta magia, inconscientemente evo-cada, se sustentan sentimientos de fe y esperanza parasuperar la enfermedad, seguir el duro camino, infor-marse de la situación y remediarla, pero también deayudarse para ese más allá variable según la cultura y

aplicar, para los cristianos el “pharmakon atanasias”o medicina de la inmortalidad como era llamada laÚltima Cena, léase comunión, en tiempos de la cartade Ignacio a los efesios (siglo I d.C.). Infortunadamentehoy los médicos no ejercen el acto o arte tradicional yno se les enseña a los alumnos lo relacionado con lohumano, lo ético y lo moral que no está en los librossino en los maestros y compañeros de trabajo. Decíael gran clínico William Osler, en 1903, en una confe-rencia ante sus alumnos sobre La palabra clave enmedicina: “…no estamos aquí para sacar de la vidacuanto más podamos para nosotros mismos, sino paraintentar que la vida de los demás sea más feliz… Lapráctica de la medicina es un arte… una vocación enla que hay que emplear el corazón igual que la cabe-za. Con frecuencia lo mejor de vuestro trabajo no ten-drá nada que ver con pociones y polvos, sino con elejercicio de la influencia del fuerte sobre el débil, deljusto sobre el malvado, del prudente sobre el necio…No penséis en encender una luz que brille ante loshombres para que puedan ver vuestras buenas obras;al contrario, pertenecéis al gran ejército de trabajado-res callados, médicos y sacerdotes, monjas y enferme-ras, esparcidos por el mundo, cuyos miembros nodisputan ni gritan, ni se oyen sus voces en las calles,sino que ejercen el ministerio del consuelo entre la tris-teza, la necesidad y la enfermedad”(2). Yo me pregun-to: ¿Estas palabras de Osler no son mucho más queciencia y arte? Sí, ese “mucho más” es la magia. El arteejercido en la medicina es sui géneris. No coincide demanera exacta con lo que los griegos llamaban technéy lo que otros denominan ars o arte. El concepto detechné es una creación de la cultura griega, del librereconocimiento pensante de las cosas, y del logos, deesa disposición a dar cuenta de los fundamentosde todo lo que el hombre considera como verdadero.Este concepto es muy importante en la medicina. Apartir de allí el médico deja de figurar como curandero,con todos sus poderes mágicos, y pasa a ser un hombrede ciencia. Lo cierto es que, mientras la ciencia noshace médicos, el arte nos hace humanos que buscanmás el alivio que la curación(3).

Cómo crear un ambiente mágico-empáticoCómo crear un ambiente mágico-empáticoCómo crear un ambiente mágico-empáticoCómo crear un ambiente mágico-empáticoCómo crear un ambiente mágico-empático

Cuando los estudiantes llegan a mi consulta lesexplico las características generales de los pacien-tes. Muchos de ellos están en los trámites del diag-nóstico, temen los resultados confirmatorios, lasterapias y los cambios corporales. Otros reciben la

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terapia correspondiente y hablan de sus efectos –envejecimiento prematuro, desfiguración, caída delcabello, alejamiento del trabajo o estudio -, Algu-nos hablan de milagro o piden otra oportunidad.Los hay que otean la muerte en el horizonte cerca-no. Les hablo de que el médico y el paciente tienencada uno un espejo real o imaginario para confron-tar su imagen. Les digo que conmigo tienen permi-so de derramar las lágrimas, que no las escondanporque compadecen, muestran una actitud positivaque alivia y comparte y les recuerdo que no se llorapor el otro sino por uno mismo y cuando esto ocu-rre las lágrimas caen en terreno abonado que ayu-da en la humanización o ese “ablandarse decorazón” y en la humildad del médico en su aten-ción del paciente. Les enseño que llamo a los pa-cientes por su nombre y apellido, y los recibo conuna sonrisa en los labios que aproxima al otro y lesenseño la frase de Gandhi, “Tú no estás vestidoadecuadamente –de médico– si no llevas una sonri-sa en tu cara”. Con una sonrisa atendían al mori-bundo San Vicente de Paúl y la Madre Teresa.También vi sonreír a Cicely Saunders en el SaintChristopher Hospice, de Londres. Y veo sonreír a to-dos los paliatólogos del mundo porque aman el tra-bajo y hacen sonreír al que muere así no lo expresencon los músculos pero sí en la serenidad. El humor yla risa son poderosas modalidades mágico-terapéu-ticas en la fase terminal. Le sirve al que muere y tam-bién al cuidador y acompañante. Como la lágrima,la sonrisa abre corazones, disminuye angustias, espuente de comunicación, permite ir donde uno mis-mo y mirarse en su grandeza y miseria. Y, si cae enterreno humilde es fuente de crecimiento interior. Larisa se presenta “con el auditorio lleno” pero tam-bién en la soledad, ese momento que permite ir don-de uno mismo, como dijera Rojas Erazo. Los queutilizamos el humor, sabemos lo útil que es para lle-gar al otro, para ir de menos a más, de lo superfi-cial a lo trascendental. Muchos mueren con la sonrisaen los labios y la ecuanimidad en sus rostros al con-templar, sonrientes, las visiones beatíficas o el tu-multo del ser, como dijera el de Aquino. Y el quesigue viviendo enriquece su carisma. La risa es larespuesta física más evidente del humor. Éste es laacción o estado que es cómico o divertido, lo quecada cual piensa que es cómico y que lleva a la risa.Es subjetivo, espontáneo e incongruente. Varía demomento y de individuo. Compartir lo humanístico,meta del cuidado paliativo es compartir el humor.

Ya lo dice la Biblia: “El corazón alegre es excelentemedicina”. La risa tiene beneficios fisiológicos,comunicativos, psicológicos y espirituales. Desde elpunto de vista fisiológico se estimula el sistema cir-culatorio, respiratorio, nervioso simpático. La pre-sión arterial disminuye, hay relajación, buenadigestión y se disminuye el dolor por la liberación deendorfinas. A veces se acompaña de lágrimas y au-mento de las secreciones nasales lo cual es benéficoporque así se eliminan toxinas, esteroides y hormo-nas. La risa también es comunicación, empatía, co-nexión en momentos difíciles; inspira confianza ydisminuye el miedo. Psicológicamente permite “quese escapen las emociones encerradas”, se aumentela autoestima y se fortalezcan los vínculos. Espiritual-mente aumenta el sentido humano del contacto: Ayu-da en el desespero, engendra esperanza, crea sentidode perspectiva, facilita la interacción. Quien tiene sen-tido del humor es más creativo, flexible y capaz deresolver problemas, cualidades básicas en los terre-nos del cuidado paliativo. Es importante el ‘timing’ omomento, para el humor. No es conveniente en mo-mentos de intensa emotividad, de pérdidas, crisisemocionales, espirituales o médicas. Se requierereceptividad y que el contenido sea importante. Tam-bién, sensibilidad e intuición. Las fuentes del humorson variadas desde la historia, el chiste, el comenta-rio oportuno, los libros, las caricaturas, los videos,las películas, los juguetes, los juegos, la magia(4).

La empatía, palabra acuñada en 1909 porTichener, procede del griego, en y pathos que signifi-ca, sentimiento interno. Es la habilidad de compren-der la situación, a perspectiva y el sentimiento delpaciente. Con ello se afirma el diagnóstico, la adhe-sión al tratamiento y la satisfacción en la relación.Implica comprensión del paciente y empleo de la des-treza del médico en la solución racional del problemadel paciente. Tiene un componente cognitivo, unoafectivo o emocional y un componente de acción oretroalimentación para saber si se está en lo correc-to. No debe confundirse la empatía con la simpatía,que es simplemente la identificación emocional conla condición del paciente. La empatía hace que elpaciente se sienta comprendido, respetado y satisfe-cho. Les enseño también a los estudiantes que a lospacientes los miro a la cara procurando el contactovisual que se mantiene durante la mayor parte de laconsulta. Luego los saludo de mano y les expreso conello la actitud de ayuda. Les ayudo a sentarse, a

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moverse en la camilla o en la silla de ruedas, a subir-se a la báscula o a la camilla. Con ello expreso deseode ayuda, acortamiento de la distancia y ninguna im-posición médica, religiosa ni política, de entera liber-tad. Al encontrarse los romanos, levantaban y abríanlas manos para mostrar que no tenían armas escon-didas. Para eso es el saludo. Para significar que noestamos armados de conceptos médicos, religiosos,éticos, culturales.

La magia del tactoLa magia del tactoLa magia del tactoLa magia del tactoLa magia del tacto

Los cuidados paliativos en la fase terminal nobuscan la curación sino el alivio. Es por ello que lasrelaciones personales se tornan más importantes.En estos casos, el tacto de persona a persona, enuna atmósfera de amor y compasión, revela cuánsignificativo es estrechar la mano o acariciar la fren-te. Estas acciones tienen más significado que unaplegaria, sobre todo si nace de la espontaneidad.La presencia de alguien que hable calmadamente,y sin mayor emoción sobre la muerte, escuche conpaciencia, aporte sabiduría, se siente con devociónal lado de la cama del moribundo, brinda unacompañamiento que expresa más amor que laspalabras elocuentes pero frías. A mayor intimidadmayor importancia del contacto. La muerte se en-frenta mejor cuando el agonizante siente que esaceptado como ha sido y es y sabe que no estásolo al final de la existencia. El tacto ha sido utiliza-do por el hombre a través de la historia. Hipócratesdijo que el médico debía masajear para aliviar eldolor y calmar a los trastornados de la mente. Se-gún Lucas, “A la caída del sol, todos cuantos te-nían enfermos de diversas dolencias se los llevaban;y, poniendo él las manos sobre cada uno de ellos,los curaba”. En la Edad Media los reyes de Franciae Inglaterra celebraban la ceremonia de imposiciónde las manos para curar la escrófula. Desde el pun-to de vista espiritual la imposición de las manos esuna especie de bendición que lleva paz y confianzaal enfermo. Significa poder y autoridad. Casi todoslos milagros de Cristo tuvieron que ver con el tacto,menos en los poseídos del demonio. Es el signo deamor por excelencia. Ello explica los rituales de laextremaunción con aceite y del saludo de manosdurante la celebración de la misa(5). El tacto es ellenguaje de las relaciones que permite al sicopompoo cuidador comunicar su mensaje aliviador a aque-llos que están en medio de la lucha, de la soledad,

la duda y el miedo. Es una forma de llegar en pro-fundidad donde el otro que permite cambiar eldolor en alivio, el vacío en plenitud y el desesperoen esperanza. Este encuentro ‘toca’ de alguna ma-nera al cuidador al recordarle su soledad, finitud,fragilidad, culpabilidad y angustia. Esto a su vezpermite el crecimiento interior y la facilitaciónmultiplicadora de su labor. El tacto es expresión fí-sica de cercanía y parentesco. El sentarse al ladode la cama, estrechando en silencio la mano delmoribundo la da gran soporte emocional y espiri-tual. El tacto permite compartir experiencias nega-tivas y positivas. Dar y recibir información al mismotiempo. Y aunque el moribundo no tenga la fuerzapara responder a ese toque maravilloso aún sienteel alivio, el confort y la paz, la aceptación aún conel cuerpo mutilado. Es importante el contacto vi-sual, la proximidad física, el tono seguro de la vozpara la atención del moribundo quien ha perdidoel sentido de lo que tiene de valor en su persona.Cuando están solos, se les evita, no se les toca,cuando la atención es simplemente una cortesía cor-tante. Muchas veces las palabras son insuficientes,insignificantes, frías y vacías. El tacto es esencial enel cuidado emocional y espiritual(5). Como diceElizabeth Kubler-.Ross “...al final el moribundo quie-re una persona amada, sentada confortablementey en silencio al lado de la cama, sin palabras perotocando las manos, mesando los cabellos, dandosuaves pellizcos en la piel, aplicando y masajeandocon una crema o simplemente estando ahí” (6).Cuando el moribundo pierde la comunicación tam-bién pierde la identidad y el rol. Acá el tacto cari-ñoso le demuestra empatía y permite expresar laansiedad, el estrés. Con el tacto se debe ser autén-tico y veraz para que comunique una intención real.Una vez que entramos en comunión con el mori-bundo a través del tacto empezamos a amar mu-cho más. Permanecer al lado de la cama delmoribundo, mirarlo, relacionarnos con él, comuni-carnos con él y aprender de él sin tener respuestaa sus inquietudes simboliza nuestra cercanía comofamilia. Hay varias formas de tocar el paciente ter-minal. Por ejemplo el brazo alrededor del hombrosignifica protección, defensa contra un ataque, apo-yo en tiempo de debilidad; las manos cogidas sim-bolizan confort y cierta intimidad en las relaciones.La mano gentilmente colocada en el brazo es cáli-da pero respetuosa más que íntima, sin connota-ción sexual. La mano del paciente entre las manos

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del médico o la enfermera simbolizan la completaseguridad en las manos de quienes lo cuidan. Lasrelaciones integrales darán más ayuda que la me-jor de las técnicas. La presencia depara una tera-pia de acompañamiento que puede transformar eldesespero en esperanza, que ilumina en medio dela niebla de la inutilidad, como le ocurrió a IvánIllich antes de morir(7). Permite investigar por la pre-gunta que hay detrás de la pregunta, por el miedoque hay detrás de la bravata, por la inseguridadque hay detrás del pretexto, por la fe que hay de-trás de la timidez. La necesidad de tacto pareceaumentar en tiempos de estrés y por ello son re-ceptivos al tacto que les permite la comunicación yel confort. Porque, como dice Alejandro González,“Nosotros con nuestras angustias, nosotros connuestros silencios, nosotros con nuestras injusticias,nosotros con nuestras bondades, con nuestras mi-serias, con nuestros vacíos del alma, con nuestrasvirtudes y defectos... nosotros también hacemosparte de la gente”.

Personalmente empleo mucho el tacto humaniza-do –y también el instrumental para la palpación latoma de reflejos– Este sentido tiene su propio len-guaje que humaniza, comparte, aproxima, disminu-ye barreras, tiene significado, comunica… Es la formaprimitiva de la comunicación que facilita el aprendi-zaje, el discurso, el conocimiento y la simbolización.Es oración, intimidad, contacto, compañía en la sole-dad, alivio en la agonía, expresión física en la rela-ción personal y signo tangible de aceptación de laimagen alterada. En el tacto hay interés y no indife-rencia; aprobación y no recriminación; aceptación yno rechazo; confianza y no duda; respeto y no hipo-cresía. Es compasión. El tacto permite crear un espa-cio de paz en el caos de la fase terminal, pararecolectar el pasado en la unidad del ser; reconocerpara “llegar a ser de nuevo”. “Ser habiendo sido”;poseer de nuevo para emanciparse de las cosas queesclavizan –poder, dinero, riqueza–, y llegar, en pro-fundidad, al ser que siempre se quiso ser. Durante elinterrogatorio procuro no aplicar mis “amplios cono-cimientos” de la medicina sino escuchar la queja, elreclamo, el motivo de la consulta, las inquietudes ytratar de solucionar la petición, así sea el deseo demorir, no en el sentido de matarlo sino de escucharla inquietud y el porqué de la misma. En el fondonadie quiere morir antes de tiempo y muchas vecesla petición de la eutanasia o el suicidio ayudado es

un mensaje cifrado del miedo, la angustia, el dolor,el insomnio, los problemas familiares y laborales. Delo que se trata es de que haya un lenguaje de la per-sona del médico con la persona que sufre y no delcientífico y la enfermedad. Es un lenguaje de tú a tú.De acuerdo con la inquietud busco en mi acerbo deconocimientos la solución médica y ética más favora-ble. Por la parte administrativa debo seguir el forma-to clásico de elaboración de la historia clínica, elexamen físico y el análisis de los datos de laborato-rio. Para el paciente es importante que se le examinecorrectamente, que sienta que es mirado, palpado,auscultado, tocado, movido, interrogado. Este pro-ceso requiere que se dedique tiempo, se tenga pa-ciencia, se escuche atentamente, se de consuelo y semusite, a veces una oración. Si durante el interroga-torio y el examen noto que aparece una lágrima en elpaciente o en el acompañante aprovecho ese mo-mento para tomarle la mano, mirarlo fijamente, lla-marle por el nombre y decirle. ¿Quieres llorar? ¡Hazlo!Te doy permiso. Esto funciona. Viene el silencio, seagacha la cabeza, hay suspiro y llanto. Espero unpoco, en silencio, que pase ese momento mágico,poético, subliminal y hago que se abrace con los fa-miliares. En el debido momento le digo al pacienteque eso es lo que debe hacer con toda la familia.Que les diga que está orgulloso de todos, que losquiere, que por ellos trabajó y se sacrificó en la vida yque va a oír palabras muy lindas de los familiares. Yle enseñó que si le salen las palabras, está bien, si laslágrimas no lo dejan hablar, está mejor. Que si vieneel silencio, mucho mejor y que finalmente se tomende la mano, se abracen y entre todos digan una ora-ción o canten algo. Que invite a todos los hijos. Y siestán lejos es bueno que el teléfono o el skype funcio-nen en ese momento. Éste es un momento trascen-dental donde se expresan el amor, el cariño, elperdón, se agradece y se dice adiós. También le doyimportancia a las historias de vida, al discurso luegode la revisión panorámica de la vida. Razón tenía al-guien cuando expresó que la muerte es un discurso.Como lo expresó bellamente el Maestro GuillermoValencia en su poema Hay un instante en el crepús-culo: Hay un instante en el crepúsculo/en que las co-sas brillan más,/fugaz momento palpitante/de unaamorosa intensidad…/ Mi ser florece en esa hora/demisterioso florecer;/Llevo un crepúsculo en el alma/deensoñadora placidez./En el revientan los renuevos/de la ilusión primaveral,/y en él me embriago con aro-mas/de algún jardín que hay más allá.

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La magia de las historias de vidaLa magia de las historias de vidaLa magia de las historias de vidaLa magia de las historias de vidaLa magia de las historias de vida

Como dicen Curtis y Eldridge, “Las profundasconvicciones de nuestro corazón están compuestasde historias con imágenes y emociones. La vida no esuna lista de proposiciones sino una serie de escenasdramáticas”. Cuando alguien enfrenta la fase termi-nal, su historia personal es central para encontrarsignificado a la existencia. John Steinbeck escribió:”Somos animales solitarios que gastamos la vida tra-tando de ser menos solitarios. Uno de nuestros másantiguos métodos para estar menos solitarios es con-tar una historia para que quien nos escuche diga ¡esoestá bien! ¡Usted no está tan solo como cree!”. Cuan-do alguien tiene la oportunidad de morir de formanatural desarrolla varias tareas: adaptarse a la finitud,adaptarse al proceso de la debilitación física, de re-estructurarse constantemente a la pérdida de tenersignificado para los otros. Y estas son las tareas esen-ciales en los cuidados paliativos que van mucho másallá de tratar el órgano afectado. La historia de vidacompromete la revisión de la misma, la expresión delos sentimientos, el reconocimiento de los conflictos yel abandono de las inhibiciones. Es una disciplinaexplorada por las disciplinas religiosas y espirituales.Tiene varias aplicaciones, por ejemplo, la transmisiónde los valores culturales, ideológicos o políticos, lainvestigación, la influencia en el cambio de otras vi-das, la ayuda y soporte a otros sufrientes como lohacen con los alcohólicos anónimos o en los serviciosreligiosos. La revisión puede ser en silencio o con al-guien que escucha. Esto requiere tiempo, concentra-ción, imaginación, sentido del humor y actitud decolocar al paciente en el papel del héroe de su propiahistoria, prestar atención a las claves y detalles, a lalectura entre líneas, a la manera de moverse, a lapostura adoptada, a la sensibilidad manifiesta(8). Es-tos conceptos se resumen en la contextualización, elperdón y el ‘vivir’ la vida no vivida. La contextualizaciónse refiere a la aceptación y corrección de los errores yfallas de una manera serena y madura después dehaber examinado los eventos negativos mirados aho-ra como positivos, pues de los momentos críticos sepasó a las soluciones; de no mirarse como una vícti-ma, de aceptar las cosas negativas que se hicieronpero que ahora están controladas y reparadas, demirar las cosas como oportunidades que se dieron,de perdonarse así mismo y a los otros, de cambiarlas actitudes negativas por positivas, de recobrar losmomentos no vividos adecuadamente, de pasar

consejos, tradiciones y conocimientos a otros. Paraalcanzar estas metas es importante la ayuda de fa-miliares, amigos y paliatólogos. Para los pacientes queconservan sus funciones físicas, cognitivas y emocio-nales es importante la presencia de los paliatólogos.Algunas historias se cuentan mejor con palabras perootras se manifiestan por el simbolismo y la metáfora,como la música o alguna manifestación artística. Esimportante tener presente que algunos pacientes noquieren recordar nada de sus vidas pasadas.

Esto de la revisión de la vida sí que es interesantey permite una perspectiva renovada, enriquecida yportadora de sentido existencial. Permite que los erro-res y las malas acciones sean mirados como partesde un todo que lleva al auto-perdón para alcanzar lapaz interior. Esto es lo que los griegos llamabanla metanoia o proceso de analizar para volver al buencamino. Como lo expresan Lewis y Butler, “Las posi-bilidades de la revisión de la vida son complejas. Hayla oportunidad de reexaminar la vida entera y darlesentido a la propia y en comparación con la de otros.La identidad como persona puede examinarse y re-estructurarse. Hay la oportunidad de resolver los pro-blemas, de hacer enmiendas y restablecer la armoníacon familiares y amigos”(9). ¿Cómo crear un ambien-te mágico? Procuro que todo en mi consultorio ayu-de a crear el ambiente mágico. Lo empiezo por mipresentación personal que incluye la blusa blanca ylos implementos propios de la profesión, la ropa ta-lar que llamaban los antiguos. Tengo un escritoriopequeño con computador y continuamente suena lamúsica, casi siempre de JS Bach, con su efecto rela-jante que alcanza esa parte profunda no racional delespíritu humano que afecta los sentimientos de laaflicción, el miedo, la angustia, la tristeza, la rabia yayuda a liberar los sentimientos dolorosos y a esti-mular los positivos como la esperanza, el amor y lagratitud. También ayuda en la reflexión. El médico debedemostrar de ambas maneras, verbal y no verbal,que la parte más importante de la entrevista médicaes la persona que está frente a ellos, – y no laenfermedad.

ColofónColofónColofónColofónColofón

Estuve en los momentos finales de mi amigo y co-lega Luis Fernando Vasco. Sufría tanto que sólo que-ría descansar sin más tratamientos prolongadores dela agonía. Sentía que no había hecho lo suficiente en

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la existencia. Y le recordé sus luchas como represen-tante estudiantil, su trabajo como radiólogo en loshospitales de pueblo, sus enseñanzas y descripcio-nes radiológicas que crearon eso de la “lectura de lasplacas”. Con la morfina generosa pudo dormir máslargas horas, toser y aclarar la voz, encontrar la sere-nidad de los momentos finales. Pocas horas antesdel desenlace pidió a su compañera que trajera tresvasos y los llenara con el jugo hecho “con los limonesde la casa de mi mamá”. Pudo sentarse y brindó porla existencia, la amistad y la paz interior que alcanzócon la visión panorámica de la vida. Lo felicité. Loacostamos en silencio y cariño en ese largo recorridoa la posición horizontal. Sonrió por última vez y mu-rió en la equanimitas. Ahora leo el relato de RaymondCarver sobre los últimos momentos de Chejov, elmédico y literato ruso, cuando su médico personal,presintiendo ya el final hizo traer una botella del me-jor champaña. “…Sirvió luego las tres copas y, congesto maquinal debido a la costumbre, metió el cor-cho a presión en el cuello de la botella. Luego llevólas tres copas hasta la cabecera del moribundo. Olgasoltó momentáneamente la mano de Chejov (unamano, escribiría más tarde, que le quemaba los de-dos). Colocó otra almohada bajo su nuca. Luego lepuso la fría copa de champaña contra la palma, y seaseguró que sus dedos se cerraran en torno al pie dela copa. Los tres intercambiaron miradas: Chejov,Olga, el doctor Schwöhr. No hicieron chocar las co-pas. No hubo brindis. ¿En honor de qué diablos iban

a brindar? ¿De la muerte? Chejov hizo acopio de lasfuerzas que le quedaban y dijo: «Hacía tanto tiempoque no bebía champaña...» Se llevó la copa a los la-bios y bebió. Uno o dos minutos después Olga leretiró la copa vacía de la mano y la dejó encima de lamesita de noche. Chejov se dio la vuelta en la cama yse quedó tendido de lado. Cerró los ojos y suspiró.Un minuto después dejó de respirar”(10).

BibliografíaBibliografíaBibliografíaBibliografíaBibliografía

1 Marongiu Federico A. El arte médico. Educación Médica,Barcelona Dic. 2008;11(supl. 1).

2 Gutiérrez Fuentes J.A. La medicina, una ciencia y un artehumanos. Director de la Fundación Lilly. Madrid, España.E-mail: [email protected]

3 Revista Argentina de Cardiología, Buenos Aires, marzo/abrilde 2006;4:2 .

4 Dean R. Humor and laughter in palliative care. Journal ofPalliative care, 1997;13(1):34-39.

5 Autton Norman, Touch, an exploration. London: Darton,Longman and Todd Ltd, 1989;155P.

6 Kubler Ross E. Sobre la muerte y los moribundos. Barcelona:Grijalbo 1989.

7 Tolstoi LN. La muerte de Ivan Illich. Madrid: Aguilar; 1956.

8 Gonzalez Leah, Mary Jane Seymour. Life review with theterminally ill. Journal of hospice and Palliative Nursing. May/June 2007; 9(3):159-167.

9 Lewis, C.S., Butler, R.N. Life review therapy, putting memoriesto work in individual and group psychotherapy, Geriatrics,nov. 1974;29:165-173.

10 Carver R. Tres rosas amarillas. Anagrama; 1991.

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65Luis Francisco Acevedo Vera: Reseña histórica sobre el manejo del dolor y cuidados paliativos en el suroccidente...

Reseña histórica sobre el manejo del dolorReseña histórica sobre el manejo del dolorReseña histórica sobre el manejo del dolorReseña histórica sobre el manejo del dolorReseña histórica sobre el manejo del dolory cuidados paliativos en el suroccidentey cuidados paliativos en el suroccidentey cuidados paliativos en el suroccidentey cuidados paliativos en el suroccidentey cuidados paliativos en el suroccidentecolombianocolombianocolombianocolombianocolombiano

Luis Francisco Acevedo Vera, MD*

El Hospital Universitario del Valle (H.U.V.) abrió suspuertas en el año 1956, con autonomía jurídica yadministrativa, para cumplir los objetivos de atenciónmédica y hospitalaria. Sin embargo, desde el año1948, el Ministerio de Justicia le había asignado,mediante personería jurídica, la función de ser el hos-pital docente de la Universidad del Valle.

Desde su apertura se brindó la prestación de ser-vicios de atención en los aspectos de prevención, pro-moción, tratamiento y rehabilitación de la salud. Entreestos servicios se encuentra la Clínica para Alivio delDolor.

La Clínica para Alivio del Dolor nace en Noviem-bre de 1986, producto de un proyecto de práctica deun grupo de estudiantes de último año de Psicologíade la Universidad del Valle, liderados por el doctorDiego Correa Sánchez, con la ayuda y asesoría devarios anestesiólogos: el Dr. Isaac del Realm, en eseentonces Jefe del Departamento de Anestesiología delHospital Universitario del Valle, el Dr. Sigifredo Muñoz,el Dr. José Fernando Castro, y la supervisora de prác-tica de Psicología, la Dra. María Clara Cuevas. Enmayo de 1987 se vincula a la Clínica para el Alivio delDolor del HUV el Dr. Luis Francisco Acevedo Vera quienhabía realizado una pasantía en la Ciudad Sanitaria12 de Octubre, en Madrid, España teniendo en cuen-ta su experiencia, logra dar fortaleza y continuidad

académica a la atención de los pacientes y así mis-mo, ofrecer una oportunidad de práctica a los estu-diantes de último grado de pregrado de la Escuelade Medicina, Residentes de Anestesiología y de Medi-cina Física y Rehabilitación, a las futuras Licenciadasen Enfermería de la Universidad del Valle, y a losestudiantes de Psicología de las diferentes universi-dades del suroccidente colombiano, como La Univer-sidad del Valle, La Pontificia Universidad Javeriana,La Universidad de Manizales, La Universidad Tecno-lógica de Pereira y La Universidad Antonio Nariño.

La Clínica para Alivio del Dolor se creó como unarespuesta hecha inicialmente desde el área Psicológi-ca para ofrecerles alternativas a las personas que su-frían de dolor crónico y que no habían tenido unarespuesta efectiva en sus tratamientos y así podermejorar de esta forma su calidad de vida y la de susfamilias.

Se tuvieron en cuenta varios referentes bibliográfi-cos de las diferentes clínicas del dolor que existían enel mundo, especialmente en Norteamérica y algunospaíses europeos; a partir de estos documentos se rea-lizó una revisión teórica del proyecto y se dio inicio ala atención de pacientes a través de la implementaciónde este programa esperando responder con excelen-cia y eficacia a las necesidades de pacientes pediá-tricos, adultos y a sus familiares que solicitabanatención en esta área en el Hospital Universitario delValle “Evaristo García”, y que presentaban enferme-dades graves o de riesgo vital, aplicando los princi-pios de los Cuidados Paliativos.

La Clínica para Alivio del Dolor ofrece atención apacientes que presentan dolor en enfermedadesoncológicas y no oncológicas; en otras palabras, pa-cientes con cáncer u otro tipo de dolores crónicos.

* Médico Cirujano Universidad del Valle 1974. Pasantía en Uni-dad del Dolor del Departamento de Anestesiología de la Ciu-dad Sanitaria 12 de Octubre, Madrid, España desde Julio1983 a Diciembre 1984. Vinculado como Profesor Ad honoremen Hospital Universitario del Valle, Departamento de Anes-tesiología, Clínica para Alivio del Dolor de la Universidad delValle desde Enero 1989 del hasta la fecha.

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66 Revista Oficial de la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor Vol. 5 Número 3 - 2010

Con el pasar de los años la clínica se ha venido con-virtiendo en una unidad de cuidado paliativo integralpuesto que se le ofrece atención interdisciplinaria alos pacientes en fase terminal, donde el dolor es unode los componentes y de igual forma se hacen inter-venciones médicas y psicológicas con las familias so-bre cómo manejar la situación del enfermo en estadoterminal en casa. El cuidado brindado se caracterizapor considerar todas las dimensiones del paciente yla familia, utilizándose evaluaciones de tipo integralpara identificar y aliviar el sufrimiento a través de laprevención o el tratamiento físico, psicológico, socialy espiritual; de igual forma se realiza acompañamientoen el duelo del enfermo y las familias por la posibili-dad de muerte y se da la opción para que continúencon estas asesorías profesionales.

A través de los años, una de las cosas más impor-tantes que le ha dado reconocimiento a la Clínicapara Alivio del Dolor es que el personal de salud re-conociera que existía una forma de manejar el dolory el sufrimiento del paciente y su familia desde el puntode vista profesional interdisciplinario, y de esta ma-nera fueran remitiendo los pacientes a este Serviciodesde otras instituciones y regiones del Departamen-to del Valle, y del suroccidente colombiano.

La clínica ofrece un cuidado paliativo integral conun acompañamiento clínico médico-psicológico porparte del personal de salud, tanto a los pacientes comoa sus familias. El plan de tratamiento debe estar cons-truido teniendo en cuanta las necesidades, las metasy preferencias de los pacientes y familiares, quienescon el apoyo del equipo de salud deberán ser capa-ces de tomar decisiones adecuadas e informadas.

Se realiza también un acompañamiento en la ad-ministración de fármacos que reduzcan el dolor y otrossíntomas concomitantes por medio de analgésicos uotros medicamentos coadyuvantes; y si es necesariobloqueos regionales; de la misma manera se brin-dan cuidados continuos con una asistencia domici-liaria profesional de buena calidad y amplia cobertura.

Se han realizado investigaciones y trabajos depregrado y posgrado, como:

- Reacciones emocionales frente al diagnóstico

- Afrontamiento de duelos

- Programas de intervención psicológica

- Conceptualización de la muerte

- Creencias y cáncer

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67Bernardo Ocampo Trujillo: Apuntes para la historia del manejo del dolor en el Departamento de Caldas

Apuntes para la historia del manejo del dolorApuntes para la historia del manejo del dolorApuntes para la historia del manejo del dolorApuntes para la historia del manejo del dolorApuntes para la historia del manejo del doloren el Departamento de Caldasen el Departamento de Caldasen el Departamento de Caldasen el Departamento de Caldasen el Departamento de Caldas

Bernardo Ocampo Trujillo, MD*

No es muy brillante la historia del manejo del do-lor en el departamento de Caldas y en su capital, laciudad de Manizales. A pesar de contar con dos fa-cultades de medicina, una de ellas con más de 50años de existencia, la preocupación por este impor-tante aspecto del manejo de los pacientes aquejadosde dolor es relativamente pobre.

Los desarrollos de la anestesia en Caldas se re-montan al año 1955, con la llegada a la ciudad delDr. Hernán Cordovés, quien rápidamente dejó la anes-tesia angustiado por las limitantes tecnológicas de laépoca. Le siguieron el Dr. Hernán Cuartas y el Dr.Gustavo Gómez Calle, con entrenamientos cortos enanestesia y con una limitante mirada hacia el dolor.Con las limitaciones tecnológicas que habían sacadode circulación al Dr. Cordovés, la prioridad de la anes-tesia en esas épocas era la supervivencia de los pa-cientes. El gas anestésico fundamental era el éter, larecuperación de los pacientes se hacía en los cuartosde hospitalización y el despertar era prolongado ytormentoso. Se pudiera decir que el dolor era partedel acto quirúrgico y que si bien se atendía con anal-gésicos, no estaba en la mente de los cirujanos resol-ver de fondo esta problemática. Los ‘anestesistas’ quepoco a poco pasaban a ser ‘anestesiólogos’, poca onula participación tenían en el posoperatorio de suspacientes, unas veces por falta de interés, otras porsus múltiples ocupaciones ante la escasez de quiénadministrara la anestesia, y no pocas por la oposi-ción de los cirujanos de que les tocaran SUS pacientes.

En muchas clínicas e instituciones hospitalarias dela ciudad y de la región, la anestesia estaba a cargo

de señoritas y de monjas que en su ocupación nopasaban de ‘dormir y tratar de despertar’ al pacientede la anestesia.

El control del dolor del parto pudiera decirse queera mejor manejado y alguna preocupación teníanlos obstetras por paliarlo. El Trilene y el dispositivoespecial para administrarlo, permitían a las pacien-tes autoadministrarse la analgesia. El dispositivo sefijaba a la muñeca con una cadena y la paciente secolocaba la mascarilla cuando tenía dolor; cuandoentraba en somnolencia por el efecto del anestésico,la mascarilla caía de la cara de la paciente y al regresarlas contracciones y el dolor, la paciente se autoad-ministraba la analgesia.

A partir del año 1958, el Dr. Gómez Calle instaurala cátedra de anestesia en el pregrado de la facultady uno de los temas era el manejo del dolorposoperatorio; no había referencias al dolor agudoo al crónico y menos al dolor del paciente terminalcon cáncer. Varios estudiantes de la primera promo-ción de la facultad se entusiasmaron con la anestesiay se entrenaron en su aplicación. Pudiera decirse queallí con los Drs. José Posada (quien posteriormente sededicaría a la cardiología y al cuidado intensivo) yAbsalón Giraldo (quien posteriormente se traslada-ría a ejercer en Pereira) se inicia la preocupación porel control del dolor. Tímidamente ellos usaron losopioides fuertes, demerol particularmente, combina-do con analgésicos vía intravenosa, y la dipirona es-pecialmente, en una especie de analgesia multimodal.Paralelamente llega al Hospital Santa Sofía, hospitalantituberculoso en esa época, el Dr. Manuel Venegas,cirujano de tórax quien cambia la perspectiva delmanejo del dolor postoperatorio en los pacientes conesta cirugía. Igualmente aparece un importante‘anestesista’, estudioso como ninguno y preocupadocomo el que más por el bienestar de sus pacientes

* Médico anestesiólogo. Expresidente de la SCARE. Miembrode la ACED. Profesor Titular de Anestesia Universidad deCaldas.

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68 Revista Oficial de la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor Vol. 5 Número 2 - 2010

(se graduó de médico y se certificó como especialistamuchos años después), el Dr. Hernán Barona quienigualmente cambió, no sólo la técnica anestésica, sinoel manejo del dolor posoperatorio de estos pacientesa los que se les practicaban en general, grandes ciru-gías para el tratamiento de la Tuberculosis.

De nuevo, hasta aquí poco se sabía y se hacía porel dolor crónico y por el paciente con cáncer.

En el año de 1961 inician ‘residencia’ de anestesiael Dr. Pedro Bonivento y el autor de este artículo, y seinician cambios sustanciales en el ejercicio de la anes-tesia en la región. Ya había seis médicos trabajandoen la especialidad, la facultad de medicina privilegia-ba las discusiones académicas, y los Dres. Venegas,Barona y el Dr. Fabio Franco en el H. Santa Sofía,impulsaban una nueva mirada médica. Llegan a laciudad nuevos especialistas en medicina interna, ci-rujanos, ginecólogos, obstetras, etc., y el manejo delos pacientes se cualifica globalmente. Sin embargoel manejo del dolor no progresa, no es prioridad yhay pocos cambios en ello.

El Dr. Ocampo viaja a México y en la UniversidadAutónoma busca complementar su formación enanestesia, rota por las diferentes hospitales del Cen-tro Médico Nacional del IMS y en uno de ellos, elHospital de Oncología, encuentra una mirada dife-rente frente al dolor y frente al paciente terminal. Igual-mente su paso por el hospital de Neumología y elhospital General, del mismo Centro, este último paracirugía de corazón, le muestran una visión diferentedel manejo del dolor posoperatorio. Sin embargo, ensu recuerdo queda poca información de un manejodel dolor agudo y del dolor crónico agresivo, siquierade interés que atrajera su atención.

En el postgrado de Anestesia de la facultad demedicina de la Universidad de Caldas y en su sedehospitalaria el Universitario de Caldas, se trabajóde forma intermitente en todos los aspectos delmanejo del dolor con énfasis en el dolor agudo y eldolor posoperatorio. Sin embargo muchas frustra-ciones hubo que pasar frente a las creaciones deClínicas de Dolor que se intentaron fundar en tresoportunidades.

En varias de ellas, el autor de este relato intentócrear clínica de dolor y convocó especialmente a orto-pedistas y neurocirujanos para conformarlas. Variasreuniones se hicieron, se establecieron grupos de lec-

tura, se hicieron algunos esfuerzos por dictar confe-rencias al respecto, pero finalmente el desánimo in-vadía a los participantes y se caía de nuevo enacciones aisladas del manejo del dolor, particularmen-te del dolor crónico.

Algunos de los residentes del programa de espe-cialización, liderado por alguno de los docentes, seentusiasmaban con manejar pacientes crónicos, de-sarrollando algunos trabajos de investigación, traba-jos de grado sobre el tema, que cambiaronparcialmente, y por períodos cortos, la estrategia delmanejo del dolor. El residente se graduaba y el entu-siasmo decaía y estos esfuerzos no tenían continui-dad. Producto de estos períodos de actividad sobre eltema se desarrollaron trabajos entre los cuales sepuede destacar: “s, y ”.

Con estas técnicas se manejaron pacientes porlargos períodos de tiempo y vale la pena relatar al-gunos casos que muestran su uso en pacientes cró-nicos.

Caso 1

Aproximadamente, década del 80. Paciente conuna carcinomatosis por un tumor de ovario, con se-veros dolores y una calidad de vida absolutamentenegativa que comprometía la vida familiar. Se le co-locó un catéter peridural tunelizado, y la paciente asis-tía diariamente al servicio para la colocación deanestésicos locales para la analgesia, la cual se com-plementaba con el narcótico por vía subcutánea. Esde recordar la inexistencia de narcóticos para la víaperidural porque la morfina venía con preservativos yen esa época no había llegado a la medicina local elconocimiento sobre los receptores de narcóticos enesas zonas, además controversiales para la adminis-tración de drogas por períodos prolongados. Esta pa-ciente que antes de la terapia peridural instauradapermanecía en casa, la mayoría del tiempo en cama,recobró sus actividades, limitadas por supuesto, acu-día al hospital caminado y tuvo una muerte que lla-maríamos hoy ‘digna’, acompañada por su familia ycon control parcial del dolor.

Caso 2

Año 1977. Paciente que aún vive, consultando elgrupo por un severo dolor de miembro fantasma. Sele coloca un catéter peridural tunelizado con aplica-ción, inicialmente hospitalizada, de una mezcla de

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69Bernardo Ocampo Trujillo: Apuntes para la historia del manejo del dolor en el Departamento de Caldas

anestésicos locales de corta y mediana duración –lidocaina-marcaina–, aplicada inicialmente dos tresveces al día, luego disminuyendo la frecuencia deaplicación; dada de alta y manejada por más de tresmeses en su casa con aplicación de droga inicialmentediaria, interdiaria y así hasta que la aplicación eraocasional. Al final la desaparición del dolor totalmentehasta el día de hoy.

Caso 3

Año 1975. Paciente que recibió un severo trau-ma con compromiso de vertebras cervicales. Luegodel manejo inicial y recuperación del trauma persis-te un severo dolor en la región del cuello que dismi-nuye progresivamente sin desaparecer pero tolerable.Aparece una alodinia de tal severidad que el pacien-te no se puede afeitar ni motilar. Recibimos al pa-ciente con una gran melena y una barba de meses.La interconsulta buscaba ver cómo se podía mane-jar para motilarlo y afeitarlo. Después de varios in-tentos se decidió una peridural cervical con catétertunelizado. El paciente, con la adición de casi unabotella de whisky pudo ser intervenido por el barbe-ro, pero manifestó una disminución de la alodinia ydel dolor por un período de casi un mes sin llegar aEVA 0, pero con un cambio en su calidad de vida.Reapareció el dolor con la misma intensidad y envarias oportunidades se tomo la misma conductacon mejorías post motilada y afeitada muy significa-tivas. El paciente después de un tiempo no regreso yno se supo más de la situación del dolor crónicoque padecía.

En los inicios de la residencia, años 1964-1965, setuvo la oportunidad de conocer el trabajo de los Doc-tores Jorge Osorio, Jaime Marín Vélez y Fernando Vélezde Castro, jefe el primero del servicio de anestesia delInstituto Nacional de Cancerología. El trabajo titulado“Alcoholización subdural en el tratamiento del dolorincoercible del cáncer”fue (publicado en Tribuna Mé-dica N° 100 del 26 de agosto de 1963. Se invitó al Dr.Osorio a Manizales y con el grupo de esa época seintentó desarrollar la técnica en estos pacientes. Se frus-tro la implementación continua de la técnica luego devarios intentos, por dificultades de tipo radiológico ypor no disponer de un equipo que permitiera poneren práctica el procedimiento.

Múltiples intentos se hicieron por implementar es-tas y otras técnicas y por mejorar el tratamiento del

dolor crónico sin mucho éxito y con muchas frustra-ciones. Algunos de los esfuerzos más significativosfueron dos cursos de manejo del dolor que se hicie-ron después de la creación de la Asociación Colom-biana para Estudio del dolor en las cuales participaronpersonas como Eduardo García, Pedro Bejarano, Ti-berio Álvarez, entre otros.

El interés y entusiasmo por el manejo del dolor enla ciudad reaparece a finales del siglo pasado cuan-do se inician consultas individuales de anestesiólogos,todos presionados por las necesidades de las EPSs eIPSs de atender estos pacientes. Uno de los más per-sistentes, el Dr. Octavio Augusto Nieto en la Clínicade la Presentación, con su controversial técnica delóxido nitroso en sesiones cortas, pero con éxito en elmanejo de muchos pacientes; otro de losanestesiólogos que ha liderado procesos de manejodel dolor ha sido la Dr. Olga Marina Restrepo enComfamiliares y con la organización de una consultaespecializada de dolor en la Clínica San Marcel, re-cientemente inaugurada; otro de los líderes del ma-nejo del dolor ha sido el anestesiólogo Dr. FedericoOcampo quien mantiene una consulta especializadadesde hace más de 10 años en el Hospital Santa So-fía y en el Hospital Infantil en el último año.

Desde hace cuatro años ha surgido el interés pordesarrollar clínicas multidisciplinarias, del manejo deldolor, y es así como en la Universidad de Caldas,Facultad de Ciencias para la Salud, se organizó unaclínica con la participación del neurólogo Dr. RicardoDíaz, el internista Dr. Felipe Marulanda, el oncólogoDr. Juan Paulo Cardona, la enfermera Ximena Sáenzy Bernardo Ocampo como anestesiólogo. Este grupoha organizado semestralmente un programa de“Profundización en Dolor” para los estudiantes depregrado del programa de medicina, curso al queinicialmente se inscribían 4, 6 estudiantes y que enlos últimos cursos ha contado con grupos de más de20 participantes. Este mismo grupo organizó en 2006y en 2007, cursos de manejo del dolor los cuales hancontado con importantes conferencistas nacionales yel apoyo de la ACED.

En la recientemente desaparecida, como institu-ción funcionante, Clínica Manizales, se organizó otrogrupo que se denominó “Clínica para el Manejo In-tegral del Dolor”, compuesta por un internista, el neu-rólogo Mauricio Medina, el fisiatra Dr. José FernandoGómez, Bernardo Ocampo como anestesiólogo y una

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psicóloga. Este grupo logro motivar a los directivosde la clínica para formar un algólogo con entrena-miento en técnicas invasivas, profesional al cual se lepagó el curso de especialización y se le respetó susalario en la clínica por un año. Infortunadamenteeste profesional no cumplió su compromiso con lainstitución y se frustró el tener un especialista con es-tas características en la ciudad. El grupo ha organi-zado dos cursos de manejo del dolor, uno de ellossobre dolor de espalda, una de las patologías másfrecuentes en su consulta.

La vinculación a la ACED no ha sido una alterna-tiva entre los profesionales que manejan dolor y sólopertenecen a ella el Dr. Octavio Augusto Nieto y elDr. Ocampo, miembro fundador por invitación del

Dr. Pedro Bejarano en los inicios de esta importanteasociación.

Se aprecia un cambio importante en la actitud delos diferentes actores en el manejo del dolor; sin em-bargo, sigue faltando personal capacitado en proce-dimientos invasivos y profesionales con postgrados yespecialización en el manejo del dolor. En la regiónsiguen persistiendo las dificultades de parte de las EPSsy las IPSs en la atención del paciente con dolor crónicono oncológico, del paciente oncológico y del pacienteterminal. Hay una renovada actitud entre los especia-listas de la anestesia, de reciente graduación, paraimplementar programas agresivos de manejo del do-lor agudo, del dolor posoperatorio y de la analgesiaen el paciente obstétrico.

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71Omar Fernando Gomezese: Historia del dolor en Santander

Historia del dolor en SantanderHistoria del dolor en SantanderHistoria del dolor en SantanderHistoria del dolor en SantanderHistoria del dolor en Santander

Omar Fernando Gomezese, MD*

El desarrollo del Dolor en el departamento deSantander ha tenido una historia corta pero con undesarrollo muy rápido. Desde principios de los años90, cuando desde diferentes perspectivas empiezana surgir inicialmente bajo el liderazgo de algunos mé-dicos pioneros, centros que se preocupan por el ade-cuado manejo de el dolor.

Los primeros grupos son liderados por Fisiatrascomo el Dr. Nelson Iván González, y el Dr. EnriqueEstévez, entre otros, como líderes en el manejo deldolor crónico. En el control del dolor por Cáncer, al-gunos oncólogos, como el Dr. Jesús Insuastegui o laDra. Adriana Zableth, entre otros, del Centro de Cán-cer del Antiguo Hospital Universitario Ramón GonzálezValencia, lideran el cuidado paliativo de pacientes conenfermedades oncológicas avanzadas, y desde laperspectiva del Dolor Agudo Posoperatorio, apare-cen algunos médicos anestesiólogos que empiezan adesarrollar programas de dolor agudo como los Drs.Samuel Duarte, Germán W. Rangel y Jorge Chona,entre otros.

A finales de la década de los 90, la región deSantander tiene una necesidad de una clínica de do-lor interdisciplinaria que maneje de forma integral eldolor; ante esta necesidad, la Fundación Cardiovas-cular de Colombia, liderada por el grupo de aneste-sia de esa institución, decide crear la primera clínicade dolor integral de la región, trabajo encomendadoal Dr. Omar Fernando Gomezese, con el apoyo deun equipo creciente de especialistas de las áreas deanestesia, cirugía cardiovascular, fisiatría, neurología,especialistas en terapias alternativas, psicología, psi-quiatría, terapia física, y enfermería. Se desarrollacomo parte de esta clínica una reunión semanalinterdisciplinaria para discusión de casos difíciles, entre

todos los especialistas, bajo la filosofía, de ser abier-ta a todos los médicos interesados en el tema de do-lor en la ciudad, y a su vez sin ningún costo y con laúnica intención de promover el desarrollo del doloren la región se invita a todos los médicos de la ciu-dad a llevar sus casos difíciles para una discusión cien-tífica y un estudio profundo de posibles soluciones aestados dolorosos crónicos.

Simultáneamente, la Clínica Ardilla Lulle inicia unasegunda clínica de dolor, la cual, además, por primeravez, permite la rotación de estudiantes del posgradode Anestesia de la Universidad Industrial deSantander, diseminando de esta forma el interés porel alivio del dolor.

Con el patrocinio de la Industria Farmacéuticaespecialmente de los Laboratorios Grunethal y Pfizer,entre otros, y con el Aval de la Asociación Colom-biana para el Estudio de el dolor – ACED, se empie-zan a realizar múltiples cursos de actualización enconceptos básicos de alivio del dolor, enfocados tantopara médicos generales como para grupos específi-cos de especialistas, logrando sembrar en menosde 5 años un interés muy importante en la regiónpor el alivio del dolor, por parte de gran cantidad demédicos generales y diferentes especialistas de to-das la áreas.

El Hospital Universitario de Santander, adscrito ala Universidad Industrial de Santander, crea la pri-mera clínica de dolor del área en un hospital público,con énfasis en Cuidado Paliativo, trabajo que en tansólo dos años se ve reflejado en la certificación comoun Hospital sin Dolor, segundo en el departamentoluego de la Fundación Cardiovascular, certificaciónque otorga la Asociación Colombiana para el Estu-dio del dolor. Liderado por estas clínicas de dolor sedesarrollan una serie de eventos científicos de reper-cusión nacional, con conferencistas de talla interna-cional, como el Dr. Tiberio Álvarez y el Dr. HaroldoEstrada, entre muchos otros.

* Médico Anestesiólogo y Algesiólogo, Director Clínica de Do-lor. Fundación Cardiovascular del Oriente, Bucaramanga.Miembro Activo. ACED.

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En el año 2002, y viendo la necesidad de crear unservicio de manejo intervencionista del dolor, la Fun-dación Cardiovascular solicita a su director entrenar-se en estas artes para lo cual viaja a EEUU, y bajo elauspicio de importantes clínicas de dolor de ese país,se entrena en la creación de un servicio de dolorintervencionista el cual, años después, será reforza-do por la Dra. Luz Helena Cáceres que recibe su en-trenamiento formal en la Clínica de dolor del Dr. Buzo,en Puerto Rico.

Los avances en el manejo del dolor no se detie-nen, y se empieza a desarrollar investigación pro-pia que permita solucionar los problemasespecíficos de la población santandereana, porejemplo en el área del dolor isquémico; se creanprotocolos de investigación para su manejo, con-virtiéndose en líderes en Latinoamérica, cuando eldolor isquémico no es susceptible de revasculari-zación tanto de miembros inferiores como en laangina. Hoy en día es uno de los grupos pionerosen esta área, con importantes publicaciones enprestigiosas revistas. Así mismo, durante el año2009, Santander se coloca a la cabeza de Latino-américa al tener la primera institución hospitalariacertificada por la Joint Comission, y dentro de ésta,la primera clínica de dolor certificada por la mismaentidad, distinción que recibió la clínica de dolorde la Fundación Cardiovascular, en 2009.

El Desarrollo del dolor en el departamento no sedetiene, incursionando en áreas tecnológicas tannovedosas como la telemedicina, con un interés prin-cipalmente social permitiendo a la Clínica de dolorde la Fundación Cardiovascular llegar a más de 100hospitales de regiones muy apartadas del país, comouna de las primeras experiencias nacionales de llevarvirtualmente estos servicios.

Simultáneamente al desarrollo que hemos seña-lado, al menos dos de las más importantes escuelasde medicina deciden incluir dentro de sus currículosel dolor como un área importante para que sus estu-diantes desarrollen, llegando por ejemplo a dedicarun número de una de las revistas locales más presti-giosas exclusivamente a dolor, siendo un éxito total.Incluso se llegaron a hacer reimpresiones que fuerondistribuidas con el apoyo de la industria en uno delos congresos Latinoamericanos de dolor.

El futuro del alivio del dolor en el departamentode Santander es muy prometedor. Actualmente y conel beneficio de las zonas francas se encuentra endesarrollo un gran proyecto hospitalario de calidadinternacional, y cuyo objetivo fundamental es con-vertirse en uno de los centros de referencia más im-portantes a nivel nacional e internacional, recibiendoel apoyo de prestigiosas instituciones como la Uni-versidad de Pittsburgh.

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73René F. Rodríguez & José F. Rodríguez: Reseña histórica de las clínicas para alivio del dolor y cuidados paliativos

Reseña histórica de las clínicas para alivio delReseña histórica de las clínicas para alivio delReseña histórica de las clínicas para alivio delReseña histórica de las clínicas para alivio delReseña histórica de las clínicas para alivio deldolor y cuidados paliativos en el Vdolor y cuidados paliativos en el Vdolor y cuidados paliativos en el Vdolor y cuidados paliativos en el Vdolor y cuidados paliativos en el Valle del Caucaalle del Caucaalle del Caucaalle del Caucaalle del Cauca

René Fernando Rodríguez MD, MSC*, José Fernando Rodríguez**

* Anestesiólogo Especialista en Medicina del Dolor. Coordina-dor Clínica Alivio del Dolor del Hospital Universitario Com-fenalco, Universidad Libre. Docente Universidad Libreseccional Cali.

** Estudiante de Medicina Universidad Libre Seccional Cali.

La primera unidad de cuidados paliativos de laque se tienen datos históricos es la de Roma, en elaño 474 dC, fundada por una noble romana, discí-pula de San Jerónimo, llamada Fabiola, y cuya fun-ción era atender a los peregrinos procedentes deÁfrica. A finales del siglo XIX surgió en Inglaterra elmovimiento Hospice que fue la base del desarrollomundial de los cuidados paliativos. Pocos años des-pués, en 1962, nace en Cali una institución de carac-terísticas similares a los primeros hospicios, y en ladécada de los ochenta se empiezan a constituir lasprimeras unidades de Medicina de Dolor y CuidadosPaliativos.

Considerando que en la actualidad laboran en laCiudad de Cali un sinnúmero de algesiólogos ypaliativistas formados en el país y en el exterior, y quese desempeñan en instituciones públicas y privadas,sería imposible nombrarlos a todos en esta breve re-seña; por este motivo, en esta revisión histórica seabordarán tan sólo las primeras unidades que fun-cionaron en la ciudad.

Fundación Casa de Recuperación La VigaFundación Casa de Recuperación La VigaFundación Casa de Recuperación La VigaFundación Casa de Recuperación La VigaFundación Casa de Recuperación La Viga

La Fundación Casa de Recuperación Nuestra se-ñora de los remedios ‘La Viga’ fue constituida en no-viembre de 1962 por Soledad Garcés de Sardi y SorJoaquina de Sardi, con el fin de albergar pacientescon tuberculosis. Después de cerrar sus puertas a estetipo de pacientes, en 1970 se vio la necesidad de ofre-cer albergue a los pacientes que desde otras ciuda-

des se desplazaban a Cali para recibir tratamientoantineoplásico. Fue así como al año siguiente ‘La Viga’abrió sus puertas con seis camas destinadas a aten-der pacientes con cáncer. Sor Sardi murió en ‘La Viga’el 25 de diciembre de 1988.

En agosto de 1989 tomó las riendas de la institu-ción la psicóloga Liliana de Lima y se empezó a con-formar un grupo interdisciplinario de profesionalesde la salud encaminado a prestar cuidados paliati-vos a los pacientes con cáncer. Durante el periodoque funcionó esta institución sirvió además como cen-tro de entrenamiento para médicos, enfermeras yestudiantes de medicina. En marzo de 1992 se reali-zó en sus instalaciones la Segunda Reunión Latinoa-mericana para expertos en Medicina del Dolor yCuidados Paliativos, evento al que asistieron 90 pro-fesionales provenientes de México, Venezuela, Argen-tina, Chile, Uruguay, España, Italia, Brasil, Ecuador,Canadá, Estados Unidos, Costa Rica, Puerto Rico,República Dominicana y Colombia, constituyéndoseen esa época como ejemplo para todos los progra-mas de cuidados paliativos en Latinoamérica. For-maron parte de este grupo interdisciplinario, entreotros, los doctores Álvaro Guerrero, John Jairo Fran-co, René Rodríguez y Mercedes Franco. Lamentable-mente esta institución cerró sus puertas al público enel mes de marzo de 1995.

Clínica para alivio del dolor del HospitalClínica para alivio del dolor del HospitalClínica para alivio del dolor del HospitalClínica para alivio del dolor del HospitalClínica para alivio del dolor del HospitalUniversitario del ValleUniversitario del ValleUniversitario del ValleUniversitario del ValleUniversitario del Valle

Este servicio surgió como un proyecto de prácticade estudiantes de último año de psicología de la Uni-versidad del Valle desarrollado por el alumno DiegoCorrea, su fundador, bajo la coordinación de su do-cente María Clara del Real, durante el año 1986. Des-pués de la aprobación del proyecto por parte de lasdirectivas de la consulta externa, abrió sus puertas

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en el mes de septiembre del mismo año. La motiva-ción inicial fue ofrecer una alternativa desde el puntode vista psicológico para las personas que enfrenta-ban dolor crónico y el objetivo era ofrecer soporteemocional y estrategias de afrontamiento como com-plemento de la intervención médica.

En el año 1987 se vinculó a este servicio el depar-tamento de anestesiología de la Universidad del vallea través del doctor Isaac del Real, quien entró a con-formar el equipo con psicólogos y una enfermera,siendo reemplazado posteriormente por el doctorSigifredo muñoz. Durante los años 1987 y 1988 seincrementó notablemente la consulta, especialmentede enfermos terminales remitidos por oncología, loque obligó a las directivas del Hospital a contratarpor medio tiempo al psicólogo Diego Correa (Funda-dor) y al médico Luis Francisco Acevedo. Durante losaños 1990 y 1991 se vincularon a la Clínica del Dolorlos doctores Eliseo Cuadrado del Río, como director,y los doctores Jorge Álvarez y René Rodríguez,anestesiólogos con estudios en Medicina del dolorrealizados en Brasil. En la actualidad forman partedel cuadro médico los doctores Francisco Acevedo yCatalina Baena, médica fisiatra con especialidad enMedicina del Dolor; este servicio constituye un centroen el que se sensibiliza y capacita al futuro profesio-nal en estrategias clínicas y psicológicas para abor-dar integralmente al paciente con dolor. Actualmente,realizan rotaciones estudiantes de psicología, medi-cina, psiquiatría y fisiatría.

Clínica para alivio del dolor y cuidadosClínica para alivio del dolor y cuidadosClínica para alivio del dolor y cuidadosClínica para alivio del dolor y cuidadosClínica para alivio del dolor y cuidadospaliativos del Instituto de Seguros Socialespaliativos del Instituto de Seguros Socialespaliativos del Instituto de Seguros Socialespaliativos del Instituto de Seguros Socialespaliativos del Instituto de Seguros Sociales

y Universidad Libre de Caliy Universidad Libre de Caliy Universidad Libre de Caliy Universidad Libre de Caliy Universidad Libre de Cali

Este servicio abrió sus puertas al público el 17 demayo de 1991, bajo la coordinación del doctor RenéRodríguez, contando con el apoyo de la doctora Ma-ría Cristina Zapata, coordinadora del Servicio deAnestesiología del Seguro Social. Durante el primeraño de funcionamiento se prestó atención médica sólolos días viernes en la mañana.

En 1993 empiezan a realizar sus prácticas médi-cas los estudiantes de medicina de la Universidad Li-bre de Cali.

En 1997, bajo la coordinación de la doctora DerlyTrujillo se logró que las labores del anestesiólogo coor-

dinador del programa sean realizadas en su totali-dad en el Servicio de la Clínica del Dolor.

Después de la desaparición del Seguro Social, laClínica Rafael Uribe Uribe se convirtió en el HospitalUniversitario Comfenalco Universidad Libre,lográndose en el 2009 que el servicio tuviera un fun-cionamiento propio, sin depender del Servicio deAnestesiología.

En la actualidad es el servicio interdisciplinariomás grande del suroccidente colombiano, confor-mado por dos anestesiólogos especialistas en dolor(René Rodríguez y René Linares), dos neurocirujanos(Pablo Arango y Libardo Trujillo), un neurólogo clí-nico (Gustavo Ramos), una fisiatra (María AnaTovar), un médico general con estudios en medici-na alternativa (Luis Carlos Rebolledo), una psicólo-ga (Natalia Jordán) y una auxiliar de enfermería(Maryury Orejuela).

Sección Medicina del Dolor de la ClínicaSección Medicina del Dolor de la ClínicaSección Medicina del Dolor de la ClínicaSección Medicina del Dolor de la ClínicaSección Medicina del Dolor de la ClínicaFundación Valle del LiliFundación Valle del LiliFundación Valle del LiliFundación Valle del LiliFundación Valle del Lili

La sección de Medicina del Dolor del Departamen-to de Anestesia inició sus actividades el 1 de febrerode 1994, conformada por un grupo científico y deapoyo permanente cuya responsabilidad es brindaralivio del dolor en todas sus formas, y la enseñanzade su práctica e investigación mediante los más avan-zados métodos disponibles para este fin.

El equipo es coordinado por el anestesiólogoalgesiólogo Mario Hernán Villegas y lo conforman losdoctores Cristian Herrera, Mercedes Fajardo y la li-cenciada Gloria Isabel Segura.

La áreas de trabajo de la sección se dividenen: servicio de dolor agudo que maneja pacien-tes con dolor posoperatorio; servicio de consultaexterna donde se evalúan pacientes con dolor porcáncer y dolor crónico benigno; servicio de dolorlumbar donde se cuenta con la colaboración deespecialistas en neurología, neurocirugía, fisiatríay ortopedia.

BibliografíaBibliografíaBibliografíaBibliografíaBibliografía

Rodríguez RF. Reseña histórica de las clínicas para alivio deldolor y cuidados paliativos en Cali. En: Rodríguez RF. Medi-cina del Dolor y Cuidados Paliativos. Cali, Editorial Catorce1998;3-8.

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