50
CESEDEN PUESTO DE LA MÁRli’A EN LAESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET; (“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968) Mayo, 1968 DOLETIN DE INFOR!vACION NUM. 26 - IV

Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

  • Upload
    others

  • View
    1

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

CESEDEN

PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL

Por Raymond BousQuET;

(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)

Mayo, 1968 DOLETIN DE INFOR!vACION NUM. 26 - IV

Page 2: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

El 31 de octubre itmo, con ocasn de la salida del porta—helic6pteros ,

Jeanne d’Arc para sq cuarta campaña de ¡nstrucci6n akededor del mundo, M.PierreMessmerdeclar6:

“La Marina Nacional va a desempeñar en el porvenir un papel de creciente importancia en la defensa do nuestro país. Hasta aquí, en efecto, la amenaza venta de tierra y el medio de hacerle frente era creer un fuerte ojrcito Entonces, lamisi6n de la marina era secundaria0 Mañcno, los medios do disuasi6n nucleares sernesenciales para la supervivencia de nuestro país y la salvaguardia de la paz. Y es lamarina nacional, gracias a sus submarinos nucleares, qwcn fondra una primacia comono había conocido jamas en su historia; teniendo en cuenta esta estrategia, el gobierno so vera obligado a dedicar unos medios cada vez ri& considerables a la marina nacionci”.

Yo querría utilizar estas enérgicas palabras del Ministro de los Ejrctos como evidencia del estudio que dcdic6 a los problemas del Ej6rcito del mar. Estos problemas se plantean a corto y largo plazo a la vez.

Pero para comprender la complejidad e impor’tania del momento en quenuestras fuerzas marítimas van a asumir un papel disuasivo de primer plano en tanto que deben ejercer srnu ltneamente en el mar y rns atli de los mares una creciente accinexterior, es esencial proceder a un rpido anlisis do la situact6n polftico—estratgicadel mundo moderno. Este estudio debe abarcar tanto las zonas cubiertas por la disua —

si6n como aquellas otras en que asta estrategia particular no se elerce actualmente, niso ejercer sin duda on un previsible futuro.

ANÁLISIS DE LA SITUACION POLITICO-ESTRATEGICA DEL MUNDO MODERNO

Consecuenciasestratgkasdeladisuasi6nenlasituaci6nrelativadelossuper—grandesydeEuropa

La estrategia de la II Guerra Mundial so basaba, corno la de la primera, enlos medios do la poca; es decir, en el empleo do masas armadas a base de grandes potenciales demogrficos e inc!ustriales renovados constantemente por unas considerablesreservas. Estas permitían reparar las elevadas prdidas en hombres y armamento en elcurso de enfrertamientos militaras muy violentos y de larga duraci& (la movilizaci6nhumana e industrial so prolongaba durante todo el curso da las hostilidades). Estos en—frantamientos eran agotadores para cada campo. Finalmente, la victoria correspondíaal que mejor había sabido o podido encajar las pérdidas, al mostrarse ms capaz de reponerl as.

Page 3: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

—2—

Después de un plazo, generalmente largo, sobrevenía en caso del adversariomonos dividido el desplomo militar, industrial, demogrfico y moral. Los factores tradicionales de poderío de la poca (poblacin, industria pesada, dimensiones del territorio) así como su aléjamiento del céntro del conflicto, en virtud de su situaci6n geo —

grfica, eran ventajas que beneficiaban a los Estados Unidos que desempañaban un papel decisivo. La derroto de Alemania fue provocada en 1 945 como en 1 91 8 por susdidas en hombres y en material sobre los diversos campos de batallas terrestres, navalesy areos (tres millones de muertos o desaparecidos en 1 945), prdda que este país nopudo finalmente, ni reemplazar ni compensar.

A partir de 1 948—1 949 ante la amenaza sovitica, los Estados Mayores recurrieron de nuevo a los conceptos militares estratégicos de tipo antiguo (rearme cl6sicode Europa en la conferencia de Lisbóa én 1 952), Cuando se produjo la destrúcci6n deHiroshima y Nagasaki esto se considera solamenfe cómo el resultado de la u.tilizacinde un explosivó. m& potenté que los empleados hasta entonces. S6lo después result6 —

evidente que estas dos bombas han abierto una era nueva, enteramente distinta do laprocedente, que exige un nuevo razonamiento estratgko.

La bomba A, rpidamonte generalizada en el bando americano, estaba destinada esencialmente (después del tratado de Washington en 1 949), a reforzar una de —

fonsa cl6sica occidental demasiado débil. Sin embargo, su enorme capacidad de des—truccn pronto hizo aparecer una nueva concepcicn, conforme a la estrategia propiade la nueva era: la de las represalias at6micas masivas. La defensa clisica directa perdcS su importancia. Continuaba siendo indispensable, pero su papel disminuy6 en pro —

vecho de la formidable amenaza constituida por la fuerza del bombardeo estrahSgico nuclear, cuyo medio portador (“vector) era entonces la aviaci6n. La estrategia occidental de disuasin arrastraba la rovisi6n de todas las doctrinas anteriores. Los hómbres medirían en adelante que los conceptos de las dos guerras mundiales y de los elementos —

fundamentales que las había caracterizado (masas armadas formadas progresivamente porlentos movilizaciones en tiempo de guerra, constituckSn do una potencia industrial Ilevada a su mximo durante un largo conflicto, situaci6n geogrfica) estaban rebosadas.

Pero el concepto de disuasi6n debía evolucionar a medida de que los mediosnucleares opuestos se desarrollaban y se diversificaban, perfeccionndose. A partir de1 961 con los grandes ingenios intercontinentales operativos de ambos lados, la existencia de una amenaza recíproca do represalias entre, los dos supergrandes venía a modificar y a complicar todavía mts ci problema.

La disuasi6n se apoyaría en lo sucesivo en la capacidad —temible para el asaltanto— de la “force de frappe” dci asaltado. En otras palabras: en la capacidad de respuesta de la potencia atacada.

Como los americanos habían sostenido siempre que no tomarían la iniciativa,Occidente atribuía a la URSS la responsabilidad del desencadenamiento del primer ata—

Page 4: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

—3—

que. Alrededor de este concepto, y mientras que en el pensamiento americano los cohetes destohaban pobo a poco a la aviacicSn, aparecía una nueva estrategia bajo la ¡nfluenda de los misfles. Se creía equivocadamente en Occidente que MoscG disponíado una cantidad de cohetes y portadores nucleares, muy superior a la de Washington.De donde procedía el temor generalizado a un ataque sorpresa ruso y la aparcin enlos Estados Unidos, de la doctrina llamada “premptiva” (es decir, en lugar de prevenir mediante una mero preparacitSn, golpear dentro de una estrategia defensiva, edo —

lantindose a un ataque nuclear adversario considerado inminente). A esta nocin dola estrategia “premptive” o de anticipaci6n se asociaba, en el Pentgono, la de la —

estrategia anti—fuerzas. Esta suponía la destrucci6n en el primer ataque “pr&mptiva”de la mayor parte de las fuerzas atmcas del adversario atacado, para lo quesa noceitabo un nimero enorme de proyectiles y de portadores. En consecuencia, los EstadosUnidos desarrollaron considerablemente el ntmero de sus medios de ataque atrnico (1)e intentaron hacer comprender a los rusos que en casc de conflicto nuclear el ataqueamericano no se dirigiría a las ciudades soviticas, sino solamente a las fuerzas miRta

,uI II . . . —res. Los americanos esperaban asi educar al adversario o inducirle a adoptar una estrategia similar. Uno do los objetivos era, evidentemente, tranquilizar (de manera unpoco relativa) a la poblacin do los Estados Unidos para que no se sintiese, en lo sucesivo, directamente amenazada. Pero los sovitcos se negaron a aceptar el conceptode la estrategia anti—fuerzas. Los americanos persistieron, a pesar de todo y duranteun cierto tiempo, en esta estrategia, con la esperanza no salo de convencer a los rusosde que tratasen con miramiento la poblaci6n civil de los Estados Unidos, sine tambinde agotarlos econ&nicamente forzndoles a un esfuerzo gigantesco de armamento atSmco. Este esperanza se vio decepcionada.

Los soviticos siguieron con sus concepciones anteriores segtn las cuales pretendían no hacer distincn entre las fuerzas combatientes y las ciudades, sino asestarun golpe mortal al enemigo con todos sus misiles y aviones (por otra parte ms reduci —

dos, seg5n el informe citado, que los de los americanos).

(1) Hasta 1 965, el informe comparativo de los recursos estratgicos americanos y sOVf

cos aparecía —segin el profesor Seymour Malman— representado por cerca de 3.50011vectores1’ o portadores estrátgicos para los americanos, capaces de transportar diccinueve mil millones y modio de toneladas de T.N.T., contra 580 vectores estratrgicos para los rusos, transportando nueve mil doscientos sesenta millones de tondo—las de T.N.T.

A los tres mil quinientos vectores estratgcos americanos se agregan de cuatro a —

cinco mil vectores tcflcos, sea un total de ocho mil quinientos portadores esfratgicos y t6cticos con veintidos mil millones de tonclcdas de T.N.T. del lado de Washington. Los rusos no podían oponer a esta prodigiosa fuerza nada m& que sus qui —

nientos ochenta vectores estrat6gicos, pues sus vectores tScticos no podían alcanzarel territorio americano, sino solamente el europeo.

Page 5: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

-4-

A continuaci& de este “impcsse” o callejn sin salida estrafgico, iba asobrevenir el giro decisivo. Cada uno de los dos grandes adversarios cada vez ms —

conscientes del enorme peligro nuclear, comprendiS que la i5nica soluci6n positiva para evitarlo y conseguir verdaderamente una disuasin recíproca, consistía en contarcon fuerzas susceptibles de una respuesta eficaz, lo mismo antes del primer ataque como de los siguientes. Washington a continuacicSn do los xitos extraordinarios del submarino “Nautilus” que alcanz6 las costas de Islandia dospus de haber franqueado elestrecho de Behring y navegado bajo los hielos del polo, hacía efectuar ol mismo viajcperoensentidoinversoalsubmarino “Skate”. Poco despu& un torcer submarino “Seawolf” partía.en direcci6n al Atlntico Sur, para dar una vuelta al mundo sin escala.Instalados sobro unos submarinos at6micos lanzadores de ingenios, los cohetes Polarispodían golpear el corazn de la Unin Sovitica. Desde las posiciones 6rticas do! —

Nautilus, había 2.200 km a Mosc5, 1 .900 km a Leningrado y 650 a Mourmansk (siendo el alcance de estos cohetes 2.500 km). Los xtos da los submarinos nucleares amoricanos llevaron enseguida a los rusos a imitarlos, bien que con un cierto retraso y conun ntimero muy inferior de unidades.

Paralelamente, so multiplicaba en los Estados Unidos el nimero de ingeniosintercontinentales, almacenados en silos. La URSS, por su parte, emprendía la mismapolítica. Las fuerzas (nucleares) llegaban a ser cada vez mcís invulnerables.

A partir de entonces, la estrategia dirigida contra ellas no tenía sentido —

(M. McNamara lo reconocía Sl mismo en 1 965). Mucho mcs, las destrucciones inmensas (1) nacionales e industriales —tanto de una parto como de otra— la destrucci6n recTproca de los bienes reducidos a cenizas por ambos lados con un pequeño nGmero de pyectiles, las fuerzas nucleares recíprocas —desde oste momento ms o menos inaccosi—blos-la destrucckn pura y simple de las ciudades y la hecatombe de los hombres alcanzoclos por decenas o, centonas do millones transformaban todo intercambio nuclear en

holocausto sin objeto, eliminaban hasta la noci6n misma de victoria o de provecho —

nacional, anulando todo el valor —dado el precio a pagar— de toda apuesta política,militar o econ6mica, ya que no podría esperarse ganar alguna jcims hasta despus dehaber destruido su mismo objetivo. Así se presentaba la mutaci6n m6s grande de la historia. Por primera vez, la guerra librada en tales condiciones no equivalía —como enla era de los conflictos de tipo clcsco— a una aventura relativamente razonable o concobible do beneficio, sino que constituía un suicidio mutuo , el cual rehusaron con sogacidad, con motivo de la crisis de Cuba, tanto Washington como Mosc. En el tiem

(1) Seg5n los numerosos estudios publicados en los Estados Unidos, 200 proyectiles atS—micos —es decir, una escasa parte del arsenal— disparados por unos submarinos conportadores intercontinentales sovi&icos, destruirían el cincuenta por ciento de lazona habitable americana y causarían cerca de 100 millones de víctimas.

Las cifras son las mismas por lo que concierne a las p&didas eventuales de los soviiStices mediante el del mismo nimero de proyectiles americanos. —

Page 6: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

—5-

po de los ejércitos cl&icos se procuraba la destruccitSn de las fuerzas enemigas con objeto de apropiarse de los bienes y de las riquezas del adversario. Esto tenía un sentidoy explica el nGmero y la frecuencia de las guerras. En ci futuro, con el arma nuclear, la mayor parte de los fuerzas nucleares estratgicas adversarias podría escapar a ladostruccn pero en cambio los hombros y sus riquezas serían aniquiládas en masa en ornbos bandos. La guerra, bajo este enfoque, pierde toda raz6n de ser. Conociendo suresultado por anticipado, cada uno do los adversarios potenciales ha renunciado a elloante el temor de semejantes consecuencias. En su lugar se ha instaurado el reinado dela disuasiSn recíproca. En materia de armamento, la dsuasi6n ha puesto fin al conceto, viejo como la historia, de la proteccn realizada por el escudo defensivo contrala espada ofensiva. La disuasitSn asegura, por medio do armas ofensivas recíprocas, —

apuntadas las unas contra las otras, la neutralizaci6n de la amenaza por la contra—amenazci. EL objeto, tanto de una como do otra, es demostrar la inutilidad, m& bien la rocura, de un conflicto do aniquilamiento, del cual sería imposible recuperarse.

De esta nueva situaci6n ostratgica, se deducen derto ni5mero de consecuoncias:

A) La potencia nuclear erige en scintucirios11 intangibles los territorios nacionales delos países que la poseen. Para proteger estos santuarios, cada naci6n dotada detal arsenal utiliza al pleno y en su beneficio la amenaza potencial de su armamento at6mico con las consecuencias arriba indicadas.

3) Al contrario, y teniendo en cuenta los riesgos recíprocos enormes que desencadenaría su ejecuci6n, esta amenaza no es verosímil en el exterior de los santuanos. No constituye puSs ventala para la defensa de los intereses nacionales, pero no vitales ni, “a. Fortiori”, para la de las naciones aliados.

Haciendo jugar la dsuasi& atcmica, los Estados Unidos y Rusia colocan fuera de juego a sus santuarios respectivos, Sin embargo, al ser sus numerosos e importantes intereses frecuentemente opuestos, los Estados Unidos y Rusia no puedenrenunciar al enfrentamiento arriado en el resto del mundo. Este enfrentamientoexterior, directo o por naciones interpuestas, puede y podrcí alcanzar todos los —

niveles de la violencia hasta la utiUzaci6n hipot&ica de las armas nucleares, contodas las consecuencias que de aquí se desprende y se desprendern para los países (distintos de los santuarios americanos y wsos) que sean teatro de aquél.

C) Esta situaciSn ha acarreado una desvalorizachn inevitable y perfectamente comprensible de las garantías at6micas (las i3nicas realas) que las dos superpotencias,ante el equilibrio del terror, habían dado a los otros pueblos, en ios sistemas dealianza en los que constituyen el elemento dominante.

El mejor ejemplo do esto se encuentra en la defensa de Ici Europa Occidental.Los Estados Unidos se han visto forzados a abandonar el concepto de las represalias at6micas masivas y casi inmediatas y esta amenaza no era ya creíble de su —

Page 7: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

-6-

parte, ante una agres6n limitada a nuestro continente puesto que el suyo se encontraría ¡nmediata y gravemente afectado por la puesta en ejecuci6n de dichaamenaza.

Washington hasusfituido aquel concepto por el de la respuesta ‘flexible” o“graduada”. Esta, salvaguarda eñ todo caso tanto el santuario nacional american o como el de los rusos.

¿En qu6 coñslste exactamente la respuesta graduada o m6s exactamente laamenaza de “respuesta graduada’ tal como est6 concebida por los americanos?.

Comprende tres consecuencias esenciales:

a) Lo respuesta a una agresi6n supondría el empleo de medios defensivos “apropiados” es decir, poco definidos para ¡os aliados de los Estados Unidos peroseguramente considerables.

b) Una agresi6n tal podría conducir con progresi6n acentuada (escalado) al en —

frentamiento extremo que se procurar6 retrasar fo m6s posible por la utiliza—ci6n de fuerzas cl6sicas importantes, susceptibles de resistir el asaltante, ——

cualquiera que sea el nivel de su agresi6n. Los defensores deben luego po —

seer un arsenal defensivo, lo m6s variado e importante posible, para podertomar en cada escalan de la escalada los medios apropiados. —

c) Sin embargo, en cada escal6n de esta escalada se espera llevar al adversarioa comprobar la inutilidad de sus esfuerzos y a detener su ofensiva. Para md

fario a este gesto se le facilita una salida honorable0

Con las represalias masivas y casi inmediatas, la potencia atacante est6 advertida de que un castigo at6mico terrible y pr6cticamente instant6neo le ser6 —

infUgido en el coraz6n mismo de su territorio, desde el momento en que su agros6n alcance un nivel crítico (concepto Eisenhower— Radford).

Con la respuesta graduada scgr5n el concepto Kennedy — McNomora, nó est6fijado m6s claramente el nivel crítico (separado el ltimo escal6n do la escala —

da, que se intentaría por todos los medios no alcanzar).

El adversario no tiene que temer sino una carencia de ganancia. El castigoest6 limitado a sus fuerzas de agresi6n y no apunta a ninguna parte de sus terri —

torios. En fin, en todo momento subsiste la posibilidad de la apertura de una ncgocicici6n (noci6n de la llamada “pausa”) con todos los peligros que acarrea(oTasaltante podría aprovecharso de la negociacin conservando su primera ganan —

cia territorial debida a su agresi6n).

Page 8: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

El efecto disuasivo es evidentemente mucho menor en el segundo caso (respueste graduada) que en el primero (represalias masivas casi inmediatas) y los riesgospara los principales interesados, os decir, para los parses europeos cuyos territorios —transformados en campos de batalla— son mucho ms elevados.

D) De aqur, la actitud de Francia que —como la de Gran Bretaña— (1), han decididodotarse de su propia “panoplia nuclear”.

Puesto que, el concepto americano no tendrfa la capacidad de impedir, tan radicalmente como antes, la guerra en Europa, pudiendo por el contrario animar a los rusos a una agresin militar sin riesgos mayores, e1 armamento atmico constitura la Gnicasolucion del problema, hoy dic mas que nunca vital, do la defensa en nuestra nacion.

Solamente en efecto, unos medios nacionales (es decir, cuya utílizaciSn no depende sino de nosotros mismos y no de una potencia extranjera, aunque aliado), capacesdo golpear las ciudades en el corazn mismo del territorio adversario, puede permitimoscontinuar aplicando racional y eficazmente el concepto de las represalias masivas y casi instantneas frente a ios agresiones contra nuestro territorio. S5lo ella nos pone encondiciones de rechazar la escalada (para Ici cual no tenemos n los medios ni nos favorece la Icititud geogrfica) y prohibir a las superpotencias practicar a nuestra costa todos los matices del dialogo, desde el regateo hasta el enfrentamiento armado con el cmPICO posible de las armas nucleares. SSlo ella nos permite erigir nuestro suelo en unsantuario tan radicalmente inviolable corno el ruso o el americano.

Entre las principales cr(ticas en contra de nuestra fuerza de disuasiSn creemosttil mencionar, aqullas en las que se insiste con mayor frecuencia, para intentar refu—tarJas :

1 2 Algunas ¡nsisten en que nuestra potencia es incomparablemente inferior a la de lossuporgrandes.

Se puéde responder a esta of irmaci5n que, en materia de dkuasi6n, la paridadde las fuerzas at6micas y cJsicas con el adversario no es imprescindible para sueficacia. Basta para conseguir cSsta, amenazar al adverdario con una respuesta —

que presente para l riesgos superiores al objetivo que codicio. Por lo tanto podemos renunciar a la carrera de armamentos. S6lo cuenta el juego que presentarnos,no la importancia de las fuerzas adversas.

(1) Si no existiese en Europa una potencia en estado de infligir al enemigo eventual unosdaños cuyos riesgos no quiera correr, este Gltimo podrra verse tentado (no mañana,sfno hoy) a desencadenar un ataque, con la convicci6n do que los Estados Unidos seabstendrn de reaccionar, salvo en el caso de una agrcsin dirigida contra Amrica(Libro Blanco britnico).

Page 9: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

8—

22 Se nos declara, no obstante, que nuestra fuerza nuclear no disjadir6 a nadie y sobre todo a un grcn adversario, Este podría preferir pagar el precio de algunas decenas de millones de muertos por la posesi6n de Franci a y quiz de Europa OccRdental.

A este argumento podría oponerse fo siguiente:

A) Parece inconcebible que un adversario de gran tal la haga un juego parecido.

En efecto, de uno parte, calcularía fcilmente que tendría que encalar las —

pérdidas inmensas que podríamos infligirle.

Por otra parte, sabría que el recurrir a las armas nucleares tendría por resu Ita—do ant regarle no una Francia o una Europa intacta, sino solamente un rnontSn deruinas y un caos, Ytal objetivo presentaría poco ¡nters. Una soluci6n parecidarealmente no conduciria a nada.

B) Por Io,qtie se refiere a los sovi&icos, no podrían omitir en sus evaluaciones el hecho de que Washington podría, a fin de cuentas, alinearse con Francia, aumentando así considerablemente el riesgo a correr. —

Suponiendo por el contrario que pueck contarse con la ahstencliSn de Washington, el Kremlin no podría ignorar que las destrucciones ¡nfligf das por Francia romperían en detrimento de Rusia, a la vez en el plano militar y en el econmico, elequilibrio relativo entre la UriliSn Sovktica y los Estados Unidos.

C) Es necesario agregar a estas consideraciones el hecho de que, al menos de sobrevenir un desarme general, hoy día irrecUzable, Francia no puede escapar a la necesidad de contar con una defensa nacional. A este respecto podría elegir entre elarma atmica y el arma cl&ica. Ahora bien, es sabido que esta última es infinitamente ms costosa que la primera y su eficacia, insignificante al lado del arma dedisuasin.

Con un ejrcito puramente convencional volvemos a las coaliciones de otros —

tiempos (prccticamente dirigidas por los Estados Unidos) del tipo de las enfrentadas en laII Guerra Mundial. En una coalicin de esta clase, las fuerzas francesas jugarían un papci subordinado y, no disponiendo de su destino, se limitarían ci ofrecer “carne de ca —

II O O. • IInon . Estariamos obligados, quisieramos o no, a aplicar el concepto de la respuestaII. • O.. ‘O • O —graduada sin poder dominarla. Esta cubriria a nuestro pais de ruinas casi analogas a

las de una guerra at6mica. Esto es tanto mcs seguro cuanto que ia Europa Occidental,al quedar los “santuarios” rusos y americanos al abrigo del conflicto, serviría de campo•de batalla cl&ica aun con todo el uso posible de las armas tcticas de ios Estados Un —

dos.

Page 10: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

-9—

Sabemos demasiado bien lo que cuestan y lo que nos costarían unas hostilidades de este tipo.

Ademas, para mantener un gran elrcito convencional llamado a servir en semejantes condiciones, es necesario asumir unos gastos ms elevados que los exigidos para el armamento nuclear. Por otra parte, tal ejrcito cl&ico traería consigo necesariamente un aumento de la duracn del servicio militar (que nosotros queremos reducir —

gracias a nuestra arma at6mica). Un ejemplo a citar a este respecto es el de Alemania.Ho aquí un país que gasta para sus nicas fuerzas cl6sicas rn& que Francia para el conjunto atmico y convencional de sus oj&citos. SSlo el veto formal do Rusia y. los acuerdos existentes obstaculizan la croacin y el rpido desarrollo de un armamento nuclearde le Bundeswehr. Consciente de lo que este armamento representa, pero incapaz deromper las prohibiciones que pesan sobre l, el gobierno do Bonn —cuyos medios industriales son al menos anlogos a los de Franci a— intenta lo imposible para aproximarseal objetivo que persigue sin dejarse engañar por las imaginarias perspectivas con las queso ha intentado calmar sus impaciencias (M. L. F. Comit de planeamiento nuclear de laNATO).

32 Se ha afirmado que nuestra fuerza disuasiva se forrn6 con quince años de retrcsopor lo que toca a la de los Estados Unidos y ocho con respecto a la de Gran Bretaña. De esto se ha sacado la conclusi5n de que la ventaja alcanzada en este —

dominio por dichos países, serra imposible de alcanzar por nosotros.

Es necesario responder que nuestros SSBS y nuestro SN LE, con sus poten.tes cabezas atrnicas, son tan moderns como los últimos submarinos Polaris o los ingenios Minuteman, dispuestos bajo Silos. Y lo que hornos logrado en este campo lohemos realizado solos, a diferencia de la Gran Bretaña.

42 Se insiste sobre los horrores de una guerra nuclear para Francia por lo que nadie,en nuestro país, se decidiría a apretar el bot6n fatal.

Nuestra fuerza af5rnica fono por objeto esencial no hacer sino impedir la guerra ante los riesgos enormes, y fuera de proporci6n, que puede correr el agresoral plantear su juego.

52 Se ha objetado que nuestra potencialidad atmica no proporcionaría sino conse —

cuencias científicas despreciables a la investigacin y la industria. El argumento puede rebatirse f6cilmente y sería f6cil señalar todo lo que en el plano de lastcnicas avanzadas (eloctrSnica, cohetes, navegacliSn por inercia, laser, inves—tigacin aplicada de toda naturaleza) se debe a nuestro desarrollo nuclear. Peros estamos limitados a un ejército puramente clsico ¿qué técnicas avanzadas y —

do investigacin aplicada podríamos desarrollar?.

Page 11: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

-lo-

62 Otra crrtica sobre nuestra fuerza de disuasin la achaca el que su aspecto presupuestario serra demasiado oneroso. Esta crrtica no tiene fundamento. En efecto,la cargo financiera de nuestro annarnento at6mico no rabosa la cuarta parte de —

nuestros gastos de Defensa Nacional (en el presupuesto de 1 968, respecto a un —

total de veinticinco mil millones de francos, ios gastos nucleares militares, alcanzan alrededor de seis mil millones de francos).

Nuestro presupuesto militar os inferior al presupuesto militar (puramente clcsicode Alemania o de Gran Bretaíia, potencias comparables a Francia. Tambiénes sabido que las armas at5micas salo necesitan efectivos reducidos, mientras queaseguran ventajas no despreciables para la formacin y la ¡nvestigacin cientfi—ca y tecnol6gica. Se hace valer que, dedicados directamente a unos proyectosciviles de investigaci6n y de aplicaciSn, los gastos nucleares tendrran unos resultodos superiores. Pero el problema no es el de comparar, desde el punto de visfa civil, unos gastos militares y unos gastos civiles. Lo que deben compararse,desde el punto de vista econ6mico, son ciertos gastos militares con respecto a —

otros gastos militares. Bajo este aspecto, la parte at6mica del presupuesto militar presenta un rendimiento tecnolSgico indirecto muy importante.

Ya en 1 945, la declaraci6n Truman — King —Attlee lo constataba:

“La explotaciSn militar de la energ(a atcSmica se basa, en gran parte, en los mis

mos mtodos y procedimientos de transformacin que exigen las aplicaciones industriales”. M& recientemente, M. William Forster, director del organismo americano encargado del control de las armas y del desarme subrayaba la correspondencki existente en la tecnologra del &omo, entre ios fines pacrficos y militares

72 Otros crrticos observan el nuevo elemento introducido por el desarrollo del sistema do misiles anti—misiles, y se apoyan en conclusiones prematuras de artrculos —

de prensa, estimando que estos sistemas reducen a la nada la capacidad disuasivade nuestro modesto armamento nuclear.

El volumen de destrucci6n que serramos capaces de infligir al adversario eventual es ciertamente considerable, pero limitado al valor correspondiente que representamos en el juego.

Ahora bien, los sistemas antibalÇsticos m& evolucionados concebibles, no al—canzarn antes de largo tiempo, y muy probablemente nunca en la practica, laeficacia total absoluta que les horro perfectamente seguros. En ia lucha reanudoda asr del “cañSn y de la coraza”, elarma nuclear ha multiplicado en tales pro:porciones la potencia de un solo “golpe” que ha dado una ventaja si no definitivoal menos muy duradera, al “ca6n”. Incluso en el caso de que e1 ingenio antibQlístico detenga el mayor ntímero de los proyectiles asaltantes (lo que esta lejos delograrse) bastar con que la “coraza” dele pasar alDunos golpes para que los destrozos sean terrorfficos.

Page 12: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

—11 —

Por otra parte, ‘os sistemas cntimisiles son excesivamente costósos, mucho —

mas caros que el nmeró de misiles asaltantes siplementarios para contrarrestar los efctos de los antirnisiles.

Estos tltimos sistemas son tan onerosos que las mismas potencias como Rusia ylos Estados Unidos ro podr&i rcticarnonte proteger (y sSlo relativamente) m& que pequeñas partes de su tenltórk. Si estós sistemas —lo que no es el caso— fuesen perfectamente éficóces, quedarían bastantes poblaciones indefensas para que fusemos capaces de infligir al adversario eventual un volumen de destrucciones necesarias considerable con relacicSn a nuestro esfuerzo. Podemos alcanzar este objetivo sin aumentar ne—ces criamonte nuestra capacidad de dostrucci6n. Es suficiente que nuestros medios derespuesta sean.bastante flexibles para permitimos adaptar nuestro plan de bombardeo —

en funci& dela evoluci6n del dispositivo, adversario. Ahora bien, la combinacin —

de nuestros SSBS y de nuestro SNLE nos dan precisamente la flexibilidad requerida.

Finalmente y sobre todo, los sistemas MM, si bien son insuficientes para oponorse ci los cohetes intercontinentales de 11 .000 km de alcance (cuya duraci6n de trayectoria es de 20 a 30 minutos) son totalmente ineficaces para oponerse a unos cohetesde alcance medio como los nuestros (de 3.000km de alcance y 7 alO minutos de trayectoria).

M. Le Theule, en un valioso estudio dedicado al problema de los ABM termina asi:

u • .La nocion de disuasion no se discute por los programas ABM muy costosos,sino con objeto limitado. La barrera antimisiles, aunque muy onerosa, refuerza la po—

• ••. ,. • II • .11¡utica de disuasion. Y lo que os verdad para la politice americana lo es a priori , —

aunque con notables diferencias, para lo política francesa. Francia como Europa nopuede cubrirse contra la amenaza de ingenios de corto alcance. Este es tambhn el ccso de Rusia, teniendo en cuenta sobre todo ciertos perfeccionamientos aportados porlos modios de tiro rasante difíci les de localizar a larga distancia. La consecuci6n deun sistema antimisi les ABM, no modifica de manera fundamental nuestros conceptos.La obligaci6n de la política defensiva francesa es poner a punto un sistema diversificado. Estas dos afirmaciones exigen ciertas explicaciones. Actualmente los soviticosprotegen algunas de sus poblaciones con la ayuda de sistemas semejantes al Nike — Zeus.Pero dudo de su impermeabilidad total. ¿Se lanzar6n en el futuro, los soviéticos, a unprograma de misiles tipo ABM? No lo creo, al menos frente a la amenaza francesa, —

porque ¡nsisto en que un sistema de antimisiles se adapte a una amenaza determinada,pero no puede invertirse:si se mira hacia el Este, es decir, hacia China, no se puedeatender a (a amenaza procedente del Oeste”

¿La amenaza francesa es prioritaria para la Uni6n SovkStiva?. Ciertamenteno. Y aunque lo fuese, el precio del programa de protecci&I, equiva(dria sin duda alvalor de diez submarinos nucleares, lanzadores de misiles y los soviticos prefieren lan

Page 13: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

12-

zarse a la construcci6n de este ultimo programa, ms que a la del primero y la situacicSnconsiguiente, serra ¡dntica a la que existe actualmente.

La posesi6n del arma nuclear y la estrategia do disuaslin, radical y eficaz queaqullc nos permite ejercer, nos ponen en condiciones de rehuir la carrera de armamentos.

El potencial nuclear suficiente depende en oto caso únicamente del valor dela puesta en juego que representamos, independientemente de la ¡mportcncia actual ofutura do las fuerzas adversarias.

Lo mismo sucede con respecto al medio cl6sico afecto a este armamento. La

estrategia de respuesta graduada necesita grandes batallones y medios de apoyo convoncionales considerables (1) frente a un adversario eventual de la falta de Rusia. Al controno, con las represalias masivas y casi instantneas basadas en la fuerza at6mica noses suficiente un medio cl6sico, ciertamente no despreciable, pero limitado a los ele —

montos necesarios (2) para asegurar, de una parte Ja seguridad de nuestra fuerza de respuesta nuclear, y de otra, la prueba de eventuales agresiones adversas. Las fuerzas —

aeroterrestres, areas y aeronavales, de seguridad, estn destinadas a preservar los diferentes componentes de nuestro sistema do respuestas, frente a posibles acciones, yasean preventivas o “preemptives adversarias, la importancia a concederle debe ser directamente proporcional a la de nuestras fuerzas de represalia y no a la de las fuerzasdel adversario.

La seguridad de nuestras fuerzas nucleares estratgi cas de la 2a etapa reposa —

r, primeramente sobre la distribuci6n do nuestra capacidad de respuesta entre dos sis —

temas diferentes y complementarios: tos SSBS, en silos, y los SNJLE. La combinacinde estos dos sistemas complca considcrablemente los problemas planteados al adversariopara una acci6n preventiva o proempfive’ contra nuestros medios de respuesta.

(1) Es por io que, desde el año 1 962, M. McNamara no ha cesado de reclamar el ro —

fuerzo de los medios clsicos europeos para la defensa do nuestro continente.

(2) La alternativa aqurest clara: o bien, se acepta con el gobierno frcinc& la disua—sin nuclear nacional, en cuyo caso puede reducirso a fuerzas clsicas de nivel muymoderado, como actualmente. (La duracin del servicio militar puede y debe redu—cirse a doce meses en lugar de diccisis), O bien, se rechaza la concepci6n at6mica nacional, en cuyo caso, a menos de renunciar a toda defensa organizada, es necesario doblar al menos el nGmero do nuestras divisionos y de nuestros diversos mediosclsicos.

Esto implica una pesada carga en el presupuesto militar debido a los precios muyelevados do los armamentos convencionales y al aumento de la duracicSn del serviciocon todas sus consecuencias civiles y econmf cas.

Page 14: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

13

Y en efecto no es técnicamente imposible que un ataque nuclear masivo sobre nuestros SSBS pudiese considerarse un dra eficaz.

Poro este ataque ci interior de nuestros santuarios justificarra innegabiemente la respuesta de nuestros SN LE. Para evitarlo, el adversario tendrí’a —anterior o simult&ieamente— que poder destruir todos nuestros SN LE. Ahora bien, si no le es técnica—mente imposible aniquilar nuestros SN LE, este resultado sSlo podrra alcanzarse de modogradual y al precio de una acd6n antisubmarina de gran envergadura y de muy larga duraci6n. Esto obligarrci al adversario a revelar muy anticipadamente sus intenciones.

Para dar a nuestras fuerzas do respuesta un nivel satisfcctorio de seguridad,ser6 suficiente prever:

— Una protección pasiva (silos) de nuestros SSBS.

— Una existencia de medios aeronavales aptos para aumentar las dificultadesde una acción eventual antisubmarina adversaria.

— Una protección activa y pasiva co’ntra el sabotaje de los puntos terrestres —

sensibles de nuestro dispositivo.

Las fuerzas aeroterrestres y aeronavales de “test” son un alemento esencialde la razonabildad y del cródito de nuestra disuasión. Constituyen un potencial de información y de resistencia destinado no a una forma cualquiera de escalada, sino porci contrario, a materializar —por su sola existencia— a los ojos del adversario, que nopuedo soslayar, ni poner en duda nuestro concepto de ics represalias masivas y casi inmediatas.

Deben, en efecto, facilitamos los medios:

— Por una parte, de descubrir, identificar y evaluar, con tiempo suficiente,toda agresión o amenaza de agresión sobre nuestro territorio, a fin de demostrar al adversario que nuestra respuesta sólo se desencadenaró con pleno conocimiento de las intenciones reales del adversario y en el momento oportuno.

— Por otra parte, resistir eficazmente a las agresiones reducidas para justificarel recurso de nuestra respuesta atómica. El adversario se ve de este modo —

obligado a no considerarla agresión sino a un nivel superior a nuestra capacidad de resistencia clasica, nivel que 1ustificcria el recurrir a la represo —

Ra nuclear.

La capacidad necesaria y suficiente de nuestras fuerzas de “test” no dependo, por tanto, del potencial adversario sino mós bien del nivel crítico a partir del cual

estimemos que la importancia de una agresión adversaria justificarra, por nuestra parte,el recurso de la represalia atómica.

Page 15: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

- -

En la situaci6n estratgica europea, el “test11 se plantea sobre todo como unproblema de vigilancia en los dominios areo y naval. Sobre nuestras fronteras terrestres supone, po otro lado, la existencia de una capacidad de resistencia limitada (nose trata de escalada) pero s6lidci; esta niis6n corresponde a las cinco divisiones de nuestro ejrcito de tierra.

El concepto de la respuesta graduada que ha sustituido a partir de 1 962 lasrepresalias masivas anteriores con tos medios at6micos de los Estados Unidos, ha dadosu pleno sentido al armamento nuclear francas, cuya mporfancia habran ya comprendido nuestros gobiernos desde hacía muchos años.

En el mundo actual, cualquiera que sean las vicisitudes futuras de la situa—ci6n internacional, la posesi6n de un aparato de disucsi6n completo y eficaz constituye para una potencia como Francia el medio m& certero de asegurar su independenciay seguridad, y de contribuir a la conscrvaci6n de la paz en Europa.

Para que este sistema sea realmente eficaz debe incluir, independientemente de la respuesta nuclear, un medio clsico de seguridad y de test”, limitado perosuficiente.

CONSECUENCIAS POLITICAS DE LA DISUASION NACIONAL FRANCESA

Tras los argumentos estrafgicos, repasemos ligeramente los elementos polr—ticos.

La eficacia de la defensa requiere que se posea el recurso de las armas m&modernas. Si estamos solos seremos m& fuertes con armamento at6mico que sin l. Siestamos situados en un juego de alianzas, aportaremos a nuestro campo una fuerza m&apreciable en el primer caso que en el segundo. Deseamos jugar un papel en los asuntos internacionales y, para ello, es Indispensable que poseamos la cualidad de miem —

bro del “club” nuclear. Si formamos parte del grupo de los estados iniciados, depositorios de los secretos ms graves del mundo moderno, obtendremos un suplemento de —

crSdito y estima. Frente a los otros pafses de potencia media y a los que se encuen —

tran en vras de desarrollo, nuestro ascendente no puede sor el mismo si quedamos ms —

critos en la categorrci de “colonizados atmicos”. Por el contrario, nadie en el tercermundo nos hace ci reproche de no haber firmado el tratado de Mosca.

Lo que temen las naciones proletarias es un “caudillaje” bicSfalo sobre losasuntos del mundo, con reparto del monopolio atmico entre Washington y Mosca. Lamodestia relativa de nuestros medios ahSmicos no constituye un “hcndicap” sino al controno. En este dominio, una dosis de potencia media nos permite obtener el mximoposible de prestigio inspirando un mrnimo de desconfianza.

Page 16: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

Otros estados, en los cuales se deposita menos confianza que en Francia,forman ya parte, o son susceptibles de formarla, del “club” at6mico (China, Indonesia,Israel, etc.). Siendo asr: ¿c6mo se puede seriamente sostener que es oportuno o urgente retiramos de la escena?.

CONSECUENCIAS DE LA ESTRATEGIA DE DISUAS ION SOBRE LA SITUACION EN

EL RESTO DEL MUNDO

La estrategia de disuasin, que ha estabilizado la situacin entre Europa yAmérica no ha influido igualmente para evitar el desequilibrio en el resto del mundo.La inica estrategia de disuasin verdaderamente eficaz (mediante amenaza de repre —

saCias masivas) no protege, segtn hemos visto, nada ms que ci santuario nacional docada una de las potencias at6rnicas y sSlo en cierta medida, las cercanfas inmediatasde estos santuarios. Fuera de estas zonas privilegiadas (Europa, Rusa, América delNorte) la disuasin cesa do jugar. Es necesario prever otra estrategia apropiada a unasituaci6n diferente.

Es en estas regiones del mundo, no cubiertas por la disuasi6n, donde figuranuna buena parte de nuestros departamentos y territorios de ultramar o los estados de —

Africa ligados a FranCia por acuerdos do cooperaci&1. Es también en estas regiones,en las que se extienden la mayor parte de mares y océanos, por donde circula una parte no despreciable y creciente de nuestras importaciones esenciales (y de nuestras exportaciones), constituyendo la mayor reserva de recursos alimenticios y minerales a disposicicn de la humanidad en expansi6n. —

Las causas de tensin y los conflictos internacionales no han disminuido; msbien sucede lo contrario, Es en estas regiones, no cubiertas por la disuasin, donde nacerEin y se desarrollar6n los conflictos futuros de la era nuclear. —

Cada dra aporta una prueba de que este tipo de conflicto se incremenfa, seenvenena baio la polvareda levantada por los j6venes nacionalistas de constinentes como Africa, ÁsiaoAmricc del Suri —

En Europa la paz esta menos amenazada que nunca. Por el contrario, el reste del mundo ofrece el espectcculo inquietante de tensiones y conflictos, que se extiende de dra en dra. Estn hoy exentos de crisis armadas Europa Occidental, ciertas partas de Africa, Jap6n, Filipinas, Malasia, lrn, en Asia; Argentinayhile en Américodel Sur; Canada y Mjicoen AmSrica del Norte; y Australia.

Al contrario, estén en plena guerra convencional o subversiva: Vietnam,desbordndose sobre Tailandia, Camboya, Laos; Oriente Medio irradkndo hasta el Mogrob al Oeste y hasta Irak, al Este, Siria al Norte y Ad&i al Sur. En Africa el Congo

Page 17: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

-16-

y Ngeria est6n en guerra abierta o larvada; Angola y Mozambique en situaci6n incierta lo mismo que Rodesia, con un signo de interrogaci6n en Africa del Sur.

El Asia, china esta en revoluci&i interior y exterior. Fuera de sus fronte —

ras se opone a la vez a los Estados Unidos y a Rusia. India y el Pakist&i estn en conflicto abierto o latente.

Amrica Central y la zona ms al norte de la Amrica del Sur, estn (y esto es lo menos que se puede decir) en posicion inestable con las guerrillas en accionaquí o cll, animadas desde el exterior, especialmente por Cuba, mientras que unosregímenes militares anticastristas detentan el poder por la violencia para hacer frentea la amenaza comunista. La democracia y sus caminos estn., de hecho, en retrocesogeneral.

Raramente en ci curso de la historia, fuera de las grandes guerras mundiales, la inestabilidad ha estado tan generalizada. La causa de esto es evidentementela descolonizaciSn, amplificada por las consecuencias de una natalidad que se desa —

rrolla sin freno y por la conciencia cada vez m& extendida del foso econ6mico que separa las naciones desarrolladas de las demas. La dcscolonizacion, cuyo proceso se hadesencadenado a partir de 1 947 por la independencia do la India, esta lelos de haberalcanzado su t6rmino. Este proceso continia a travs de la guerra del Vietnam, el conflicto arabe—israelí, los diversos enfrentamientos de Africa, la oposiciSn de India yPakist6n, las perturbaciones en Amrca (incluso en los Estados Unidos), la situacicSnen Rodesia yen Africa del Sur, los conflictos raciales, así como la gigantesca muta—ci6n china, con todas sus consecuencias.

Asistimos hoy día, en todas estas zonas de conflictos (como maiana sucede—r en otras regiones del mundo),a una crisis de adaptacn de los pueblos subdesarrollodos a la civilizaci6n moderna. Estemos seguros de que a este título tendremos muchasetapas que recorrer, grandes tensiones, conflictos y guerras.

El desfondamiento de Europa durante la II Guerra Mundial, ha favorecidola ascensin y la extraordinaria potencia de los supergran des. Poro, .en razn mismado esta potencia, se disputan el tercer mundo descolonizado. La guerra fría frente asus territorios respectivos, una vez descartada por ci equilibrio del terror, se ha transformado en luchas de influencia, en nombres de la democracia para los unos y del comunismo para los otros. Es así como el conflicto de Oriente Medio y la guerra del —

Vietnam, complicada esta ltima por la intervenci6n de China, han tomado una dimensi&1 mundial. —

Washington y Mosca arman o ayudan en el extranjero a las distintas faccionos, gobiernos o ideologías que apoyan su doctrina política respectiva. Los neutralismos positivos de Oriente Medio han desembocado en un fracaso. Los dos supergrandesse fuerzan de implantar en casa de los subdesarrollados unas posiciones de influenciamientras que tanto el uno como e! otro son incapaces do llevarles la paz y organizarladespuis.

Page 18: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

17 -

En estas condiciones, los conflictos, lejos de arroglarse, se eternizan o seenvenenan. La baza china viene todavfa a complicar m& las soluciones posibles0

Esta impotencia para resolver las crisis exteriores (de ultramar), no carecede riesgos. El fen6meno puede extenderse como la mancha de aceite sobre las partesdel globo que, en esta inmensa zona, cstn todavra exentas do enfrentamientos armados. Se exten.der sin duda poco a poco hacia ci mar, i5limo recurso para el hambrecreciente Qn los pueblos y el nico medio que no pertenece todavra a nadie.

Desde luego, en presencia de una extensi& cada vez mayor de las guerrasrevolucionarias y de los conflictos surgidos en el tercer mundo, se impone una conclusion.

Aparte de la estrategia de disuasi6n, que cubre efectiva pero exciusivamente nuestros santuarios, es indispensable una estrategia de acciSn exterior, para asegurar la salvaguardia de nuestros interesas rnarflimos al otro lado de los mares. Esta, debe permitirnos participar eficazmente en la prevenci6n o en ci control de crisis crea —

das, explotadas o sufridas por los suporgran des.

“Enlahoraactual,elmayorpeligromundialestaconstituidoporciriesgodelaescaladadeunconflictoexteriormenor,quedegenereenconflictogeneralizadocomoconsecuenciadelatorpezaodelaimpotenciadelossupergrandes.”

Si, frente a tal situaci’n, Francia adopta una poiflica de absten clin, Ile—garra a ser rpidamente (y a pesar do la eficacia real poro localizada de su aparato dodisuasi&i) un “objetivo” de la polflca mundial, cesando, si os que lo habra sido en elpasado, de constituir un “sujeto” de asta. Serra en fin, para ss aprovisionamientos —

esenciales y sus exportaciones, tributaria de la buena o mala voluntad de Moscó o deWashington y de sus clientes. Sus intereses poirticos, econmicos y culturales de ul —

tramar llegarfan a ser rpidamente prosa de las naciones rivales, tanto de las pequeñaspotencias deseosas de engrandecer su patrimonio, como do las grandes potencias parti—cipcintos en la partida mundial de ajedrez.

Por el contrario, si cada uno sabe que Franck comprende cuales son los modios necesarios para no dejar prescribir eno1 mar ni en ui tramar sus intereses y sus posibiliclaccs de intervencton y puede proporcionarselos, su influencia asi reforzada podrapermitirle atenuar las oposiciones y atenuar el casi monopolio de los supergrandes. Lavoluntad y la posibilidad de intervoncicn francesas tendrcmn muchas oportunidades de —

ser secundadas o apoyadas por otras potencias cuya visin pueda dirigirse en el mismosentido que la nuestra, frente a otros intereses divergentes.

Entonces podrc crearse un factor regulador de las tensiones mundiales, Francia saIvagiardar sus intereses exteriores y conservar su libertad do accin e indepo

Page 19: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

18—

clenda. Contribuir adem& a dficultar eL que los conflictos periféricos evolucionenhacia otra gran guerra, lo que provocaría el retroceso de la causa progresiva de la estabilidad do Europa.

En este inmenso dominio no cubierto por la disucsi6n, la parlisis provocadarecíproca y frecuentemente entre los dos supergrandes, permitir a Francia una vez quesu Usantuarloil esta protegido por la disuasi6n, jugar una parflda eficaz dentro de susmedios.

La independencia de un estado de potencia intermedia como el nuestro, adquiere todo su valor por el hecho mismo de que estamos situados al margen de la luchapor el dominio mundial. Ni bastante fuertes para ser dominadores ni tan dbiles comopara ser dominados, estamos en perfectas condiciones de imparcialidad. Con la potencia de disuasi6n que construimos seremos bastante fuertes para conservar un mínimo deprestigio y lo suficientemente dbiles como para merecer un mximo de confianza. Noperseguimos una política nacionalista. Si en efecto tuvicSramos miras territoriales, como Alemanki, estaríamos obligados a secundar a los Estados Unidos hasta en sus erroresms manifiestos.

En la poca de nuestras dificultades coloniales, no podíamos tomar una libreiniciativa con relacliSn a los asuntos internaCionales. Estibamos encadenados en el proceso de los conflictos qúe acarrea el dominio.

Hoy día, nuestra política exterior de independencia, es todo lo contrario alnacionalismo.

Esto no constituye una política estrecha, replegada sobre sí misma, sino quepermanece abierta al exterior, hacia todo el mundo y ante el futuro. La reconciliacicSncon el Este y la ayuda al tercer mundo son ejemplos de ello. No estrechamente nacional, sino aut&tica y ampliamente internacional, Francia parece hoy el único país occidental do potencia media, plenamente descargado de problemas de dominaci6n, de —

reivindicaciones territoriales o de litigios fronterizos y disponiendo de una completa libertad de concepci6n de exprcsi6n y do iniciativa. Encama el espíritu de síntesis y deconcordia que corresponde a ¡a evoluci& de nuestra poca.

Pero no podríamos desempeñar este papel si no conseguimos los medios de ac—cian exterior modestos pero sufidentes que ollo supone. Aunque la disuasin asume laseguridad do nuestros santuarios y nos proporciona de hecho una gran libertad do acciSnen el resto del mundo, no podríamos aprovechar prcficamonte esta libertad si no somoscapaces cta señalar nuestra presencia material.

Despus del aparato de disuasiSn, instrumento fundamental de su seguridad,Francia debe dotarse de otro de acci6n exterior, complemento natural del primero e mstrurnento do su libertad reconquktacla.

Page 20: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

-19-

Uno y otro de estos aparatos condicionan nuestra política exterior totalmente pacflica. Mientras que el primero cubre el territorio nacional, el segundo nos proporciona el medio de estar presente en el lugar y en el momento requerido. Debe permitir, por su movilidad, provenir los indendios” y, si se presenta el caso, extinguir —

los en los plazos m& breves.

Nuestros intereses exteriores continian dispersos por todo el mundo. De aquila necesidad de Lin aparato de acdcSn exterior, m6vil y rpido, que nos asegure los medios de presencia repartidos en las zonas importantes y compuestos de elementos terrestres, marftimos y aéreos.

Tenieñdo en cuenta los datos y caracterrsticas goopolfticas y geoestratgicasde los problemas, los modios marftimos son indispensables on.toda accin en el moro enultramar para asegurar la proteccin contra todas las evoludones locales posibles, mentras que los medios aéreos podrin realizar una ir,tervenciSn rpida en un cielo geogr6ficamente limitado aunque muy importante para nosotros. Finalmente, debe haber medios terrestres de un volumen m&dmo do dos brigadas, perfectamente equipadas e ms —

truidas y dispuestas perm entemento pard su accin inmediata.

CON CLUSION

Nuestra estrategia miUtar, enteramente conforme y adaptada perfectamentea nuestra poiflica general de paz nos asegurarcS, entre todas las estrategias concebiblesde la poca actual, el medio de garantizar la seguridad de nuestro territorio y de contribuir del modo m6s pr&tico posible a la conservacin do la paz en Europa y al apa —

ciguarniento de los conflictos ene1 resto del mundo.

Elia nos permitr hacer respetar en todas partes nuestros intereses exteriores,con una libertad de accSn lo m& extensa posible.

Esta estrategia, forlada a la medida de nuestros medios, nos permite inhibir—nos de la carrera de armamento y utilizar unos crdttos militares Umtados, con el m—ximo rendimiento, teniendo en cuenta nuestra economra y nuestra poblacn.

Por primera vez en nuestra historia, nos libera de la obsesin de una invasinenemiga. Nos permitir, en fin, proseguir sin aprenskSn una polrtica constructiva amigable en Europa y fuera de asta.

Los dos “aparatost1 siguientes son la expresi6n de esta estrategia.

El aparato de disuasi6n, en primer lugar, que comprende:

— Las fuerzas nucleares estrahSgicas (actualmente Mirage IV, en el futuro SSBSySNLE);

Page 21: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

20 -

II ULas fuerzas aeroterrestres de test o comprobacion de las intenciones adverserias (del orden de cinco divi’siones, con el apoyo terrestre y a&eo necesario);

1 .4’ • II II— Las fuerzas aereas de policia del cielo ( test de las intenciones adversariasen el espacio areo naCional);

— Las fuerzas aeroterrestres de seguridad de fas instalaciones fijas de nuestroFNS en el interior del territorio nacional;

— Las fuerzas aeronavales de Ufest de las intenciones adversarias sobre la cos

te y cercanías marítimas del territorio, y de la seguridad de nuestros SN LE.

El aparato de acckn exterior, que comprende:

— Los medios navales, aéreos y terrestres de presencia, repartidos apriori enlas zonas importantes;

— Una fuerza aeronaval de intervencn;

— Unos medios areos y terrestres de intervencicSn.

Teniendo en cuenta esta estrategia, sus componentes, los niveles de eficacia a alcanzar y las prioridades relativas definidas, tendremos la posibilidad do repartir los crditos adludicados a nuestros ejrcitos, én funciSn esencialmente de sus misiones y de las prioridades respectivas de astas.

Page 22: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

Los problemas del Ejército de Mar, para ser claramente enunciados y juiciosamente resueltos, exigen: de una parte, una justa apreciaci6n en la evaluacin del —

mundo moderno y del papel que en éste entiende desempeñar Francia; y por otra parte,el conocimiento de los medios necesarios para aplicar una política acorde. Las fuerzasnavales representan entre estos medios, uno de los ms esenciales.

Ahora bien, son necesarios varios años para concebir, construir y armar unnavío antes de que pueda entrar en servicio. Por otra parte, su duraci6n operafiva, nopasa de los 20 años, excepto para un rn5mero limitado de unidades. Desde luego es esenda1 tomar las medidas necesarias para evitar el tener que afrontar la tarea, casi impo -

sible, de renovar en bloque un conjunto de buques envejecidos, cuya calidad operativaesta en razn inversa al elevado coste de su mantenimiento.

La necesidad de tal política de construcci6n naval ha sido bien coprendida,al concebir ios primeros y segundos planes a largo plazo.

Pero estos planes se han seguido, sobre todo, para la realizaci6n prioritariade los fuerzas nucleares estrafgtcas, componente capital de nuestro sistema de disua —

si6n. Esto nos ha llevado inevitablemente, dentro del límite de los presupuestos militores moderados, a retardar la renovacion do nuestros meaios mas convencionales.

Ahora bien, la estrategia de disuasi6n que hemos adoptado implica no sola —

mente la posesliSn de armas nucleares estratégicos capaces de amenazar al adversario —

con destrucciones inaceptables por la intervención de, un volumen —si todavía limitado—de todos modos no despreciable, de medios clóscos aeroterrestres, areos y navales. —

Estos medios son en efecto indispensables. De una parte garantizan la eficacia de nuestra disuasión (seguridad de la fuerza nuclear estratégica y capacidad de “test” de lasintenciones adversarias); y por otra parto nos permiten aprovechar plenamente la libertadde acckn y la independencia que nos confiere ladisuasi6n. Así, asegurando la salvaguardia de nuestros intereses exteriores en el mar y en ultramar, nos ponen en condi —

ciones de seguir una política exterior verdaderamente propia.

La marina se encuentra hoy y mañana lo estaró ciGn mcs, frente a un doble -

problema a resolver; el de la puesta en servicio de unos elementos mayores de nuestrafuerza de disuasión y el de la renovacióri de numerosas unidades envejecidas. Esta re—novación condiciona a la vez la eficacia de nuestra disuasión y la de nuestra acción extenior.

Frecuentemente en nuestra historia, los gobiernos franceses no han sabido niconcebir ni aplicar con la continuidad indispensable una política naval valedera. Ya seconocen las consecuencias que esta falta de previsión ha acarreado ci nuestro pa en elmismo momento en que por la Gran Bretaña se aplicaban concepciones ms inteligentes,especialmente durante ci siglo XVIII. Merced a este hecho nos arrebató, junto con el

Page 23: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

— 22 —

primor puesto en el mundo, la influencia que nos proporcionaban las fundaciones excepcionales anteriormente constituidas y despus perdidas por nosotros, en ultramar.

Hoy, en presencia del fen6rncno nuclear, las fuerzas navales vienen a ser —

uno de los elementos principales de la estrategia que de este hecho se derivan: protec—ci6n del santuario nacional y acci6n exterior, la cual permanece hoy día muy activa.

Habkndose decidido, en 1 964, confiar a la marina uno de los dos componentos capitales de su aparato de disuasn —los submarinos nucleares lanzadores de ingenks (SN LE)— el gobierno concedi6 en sus planes a largo plazo, primero y segundo, igrado de prioridad elevada en el logro de este instrumento fundamental. Al hacerlo —

así, aceptaba sacrificar provisionalmente, a este objetivo prioritario, la renovacn donuestras fuerzas navales convencionales con el ritmo progresivo que hubiese sido —econmicc y militarmente— deseable.

COMPONENTES NAVALES DE LA DISUASION

Luego, la credibilidad de nuestra disuasi6n reposar6 tanto sobre los SNLE como sobre el cerco convencional que les es indispensable: fuerzas aeronavales de seguri

• dad, y de “test” de las intenciones adversas.

Las fuerzas de seguridad tendrn por primera mTsitn el vigilar las inmediacknos del o de los puertos de estcicionamiento de nuestro SNLE y neutralizar los buques —

adversarios que allí se encuentren (buques de superficie, submarinos, minadores) C1 finde preservar no solamente la inmunidad de estos SNLE sino tarnbn la discreckn de susmovimientos a las entradas y salidas de la base, especialmente en las aguas poco profundas que cubren la plataforma continental.

Estas mismas fuerzas de seguridad llevar6n igualmente consigo unos ciernen —

tos capaces de explorar, peri6dica u ocasionalmente, las zonas de trEinsito y de patru —

ha de los SN LE, a fin de ¡nformarlos sobre la actividad adversaria.

En caso de refuerzo de las medidas adversarias, o del repliegue tempord douno o de varios SNLE a partir de una base lejana, las fuerzas de seguridad deber6n, enfin, poder cumplir ocasionalmente —sca en la proximidad de una base lejana, sea enciertos puntos de paso obligado (estrechos o aguas poco profundas)— la misma misin queen las cercanías de nuestras bases.

Nuestras fuerzas aeronavales de ItestU tendr6n un volumen limitado. En efecte, en la situaci6n internacional actual y en su desarrollo previsible, la ocasi6n de unaagrosin —puramente naval— contra nuestro territorio, os y ser probablemente muy débil.

Page 24: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

— 23 —

Sin embargo, aquellas fuerzas deber6n permitimos ejercer en nuestras aguasterritoriales y sus cercanías una actividad de vigilancia y de policía para manifestarsecll(y —si so presenta ci caso— hacer respetar nuestra soberanía y nuestras legítimas pretensiones. (1)

Dober6n, por otra parte, poder efectuar ocasionalmente operaciones de 1 u—cha antirninas y de lucha antisubmarina a lo largo de nuestras costas, a fin de evitar —

que —en caso de crisis— nos encontremos desarmados ante un minado discreto de los canales de acceso a nuestros puertos o ante un bombardeo nuclear o cl6sico —pero an6nimo—de nuestro territorio, por un submarino con ingenios de corto alcance.

Una acci6n por nuestra parte contra los submarinos nucleares equipados coningenios baUticos de largo alcance (superior a los 1 .000 krn) en la pr6ctica no pareceni concebible ni, sobre todo, nccesaro. En efecto, las naciones que actualmente poseen o posean en el futuro este sistema de armas son y ser6n bien conocidas y su n6me—ro, limitado. Pero es muy deseable poder, llegado el caso, neutralizar o identificarlos submarinos m6s rudimentarios y provistos de ingenios de m6s corto alcance (hasta 4006500km).

En efecto, estos submarinos estar6n ciertamente mucho m6s esparcidos.

En resumen, la componente aeronaval convencional de nuestro aparato de disuasi6n constituir6 un conjunto, limitado en volumen pero con medios variados. Paraque nuestra dsuasi6n se ejerza en permanencia, el volumen necesario de estos mediosdeber6 encontrarse constantemente disponible. No podr6 de ning6n modo dedicarse ciotra mis6n. Los medios de test” son necesarios desde ahora. Los medios de seguridaddebern ercortrcirse disponibles, en n6mero suficiente, desde la entrada en servici o deniiestro primer SN LE.

COMPONENTES NAVALES DE LJ ACCION E)(TERIOR

Nuestras fuerzas de acci6n exterior constituyen ci complemento material denuestras fuerzas de disuasi6n y la componente militar de nuestra estrategia indirecta enun clima de disuasi6n, estando destinadas a actuar fuera del “santuario” y de las zonasdel mundo éubiertas por la disuaskSn. Tienen por finalidad el permitimos asegurar —cada vez que sea necesario y hasta el límite de los mares— la salvaguardia de nuestros intereses y el mantenimiento de la libertad de acc6n necesaria en todos los dominios denuestras empresas exteriores. Contrbuir6n, siempre que sea posible, al control y a lasolucliSn de las crisis internacionales peligrosas para la paz del mundo

,, II • . ..ç1) En el cuadro II, fuerzas de test y de seguridad se resumen ba1o el epigrafe unico“fuerzas de seguridad”.

Page 25: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

-24-

Los hemos llamado, la componente fundamental de nuestro aparato de accin

exterkr, teniendo en cuenta los datos goograficos, geopolcos y geoestratgicos delproblema, esencialmente el elemento noval.

El mar adquiere, en efecto, un puesto cada vez mas importante en la estrategia mundial. Este factor captal ha sido apreciado plenamente por la Gran Bretañay 1os Estados Unidos, potencias tradkionalmente navales, pero tambian, despuas de laII Guerra Mundal, por la Rusia de los s6viets. Ademas do su flota submarina, puntade lanza siempre destacada sobre el mar de las potencias continentales, Mosca desarrolic hoy una imponente flota militar de superficie.

Ya hemos destacado la importancia creciente y el caracter irreemplazabledel mar, medio privilegiado para los transportes e intercambios internacionales, aitimodep6sito do riquezas alimenticias y minerales. Pero el mar no pertenece todavra a nadie (res nullius). Parece por tanto dificilmonte evitable que la expansian de las actividades econ6micas no vayan acompañadas de litigios y conflictos en dicho medio.

Elmar ha llegado a ser, en la era nuclear, el dominio en el cual las naciones dudaran menos en recurrir a las armas; una agresian armada no lleva aqura alcanzarla integridad del suelo. No puede de ningan modo justificar razonablemente el recursoa las represalias masivas.

El conflicto aqurno arriesga los territorios nacionales. A pesar del aumentode las actividades mar(timas (transportes y explotaci6n), el nt5mero de los pasajeros ma—rttimos disminuye sin cesar en beneficio de los transportes aareos. Un conflicto netamente naval arriesgara cada vez menos el causar un gran nimero de pardidas humanas, so —

bre todo si se domina la situaci6n, ya que es tacnicamento realizable el graduar la pro—grcsicSn. De otro modo, podrran, causarse en tal conflicto, unas parclidas materiales —

muy sensibles. Aislados por naturaleza, los objetivos marinos estan netamente caracterizados. Pueden ser destruidos sin arriesgarse a alcanzar o unas personas o unos bienesexteriores a ellos. La fuerza sobre el mar permite a cada beligerante el dosificar el —

grado de la agresi6n. Asr msmo, el empleo enel mar de bombas atamcas tacticas noacarrea el riesgo de alcanzar a otras personas u otros bienes que los escogidos como v(ctimas de oste demostraci6n de fuerza. Un conflicto limitado al dominio rnarflimo evita,por otro lado, la mayor parte de las consecuencias de. caracter fuertemente apasionadóresultantes de los golpes llevados a los territorios nacionales. El ataque a los civiles ensu carne y en sus bienes personales, esta reducido aqural mrnimo, o es inexistente. Noobstante, la opresian sobre el desarrollo de la vida econcSmica de la ncician puede ser —

considerable. El miedo a la calera de las multitudes es mucho menos de temer. De este modo, las consecuencias polflicas y militares de una agresión naval limitada son ini—cialmente mas sensibles a los gobiernos que a las poblaciones y el proceso de escaladamas ccntrolable.

Llevado al dominio puramente marfllmo, el conflicto se ha vuelto m6s preciso. La amenaza puede dosificarse, la firmeza de decisn del adversario aqur esta mejor

Page 26: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

—25-

evaluada. Existe también en este dominio un medio muy sutil de ejercer presi6n sobreun gobierno sin que Ea poblackSn que controla pueda f6cilmcnte apreciar sus reflejos defensivos como las concesiones que pueda estar inclinado a hacer.

En fin, el mar es un lugçir de paso obligatorio cuando se trata de una accinde alguna importancia y de alguna durcicn, exterior al teatro europeo. Nuestras posibilidades en este dominio dependern primeramente del grado de libertad de acci6n quetengamos sobre los ac&inos.

Cierto que continúa siendo necesario que dispongamos de una capacidad deintervcnci6n rpida por vra area. Si se considera de un lado la importancia y el carcter particular de los lazos que hemos conservado con nuestros antiguos territorios africanos ya independientes y de otro, la situaciSn geogrfica de estos territorios, a menos de6.000 krn en Irnea recta, de nuestras bases metropolitanas, resulta que debemos y podemos estar en estado de responder, en unos plazos a veces muy breves, a una petickSn desus gobiernos.

Asr, conviene distinguir dos tipos posibles de cicckSn:

a) La intervencicSn casi ¡nstantnea, de corta duracicSn y de escasa envergadura(tal como el lanzamiento de paracaidistas franceses sobre Libreville, efec —

tuado a petici6n del gobierno de Gabn para ayudarle a reprimir unos motines locales.) Este género do misiones se ajusta perfectamente a las posibilidades de nuestra aviaci6n metropolitana.

b) Una acci6n combinda de carcter graduado o prolongado, susceptible de —

conducir al despliegue y despus al empleo de efectivos rnportantes.

Ejecutada con unos medios puramente a&eos, tal acci5n exterior necesitarro disponer bien de escalas preparadas con anticipacin, o de bases exteriores situadas favorablemente, asr como las autorizaciones de escala o desobrevuelo necesarias.

Ahora bien, la preparaci6n de escalas, la elecci6n de bases favorables y, —

— • u •mas todovia, las autorizaciones de soerevuelo, dependen en gran medida de las condiciones políticas, tanto m& cuanto ms importantes sean los elementos aéreos de inter —

venci6n. (1)

(1) Del mismo modo que, antes de efectuar —a tflulo de ejercicio— transportes aéreosmasivos de América en Europa y en el cuadro de la NATO, los americanos com —

probaban la necesidad de consultar a sus aliados sobre la oportunidad politica detales ejercicios.

Page 27: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

— 26 -

En general, ci transporte careo cuesta caro y continuara cost6ndolo durantelargo tiempo (1). Los aviones de gran transporte, cuyo empleo puede tener ventajas, no se construyen por el momento nada m& que por las superpotencias, respectoa las cual os queremos haçer exteriores nuestras acciones independientes.

En fin, para los problemas de aprovisionamiento, e transporte areo quedarcí —sin duda alguna— tributario de ios modios de transporte marítimo.

Es indudable que hasta en Africa, una acción de un cierto volumen y deuna cierta duraclin no sería posible Sirio con el apoyo de una fuerza aeronaval (el radio de accin de nuestros aviones embarcados sobre los portaviones estc lejos de ser —

despreciable) y con la afluencia de refuerzos de aprovisionamiento por vra marítima.

Pero fuera de la zona africana considerada, tenernos todavía dispersos enel mundo otros muchos ¡ntereses, y lcizos.de uni6n. Teniendo en cuenta esto debemosser capaces de contribuir, no importa en qwS lugar del mundo, y siempre que sea posible, al control y arreglo de crisis peligrosas para la paz del mundo. En fin, nuestrosintereses marítimos actuales y futuros pueden ser puestos en juego’en todos los octanos.

En los decenios venideros, la componente aeronaval de nuestro aparato deacci6n exterior permanecer como un factor indispensable de toda intervencSn y nuestro potencial marítimo deber mantenerse en consecuencia a la altura conveniente. —

Bien entendido qúe las fuerzas de acci6n exterior se dosifican, después de las fuerzasde disuasn (fuerzas nucleares estratgiccs y fuerzas aeroterrestres, areas y aeronavalos de seguridad y de “test” de las intenciones adversas). El car&tor permanente dela disuasin excluye la posibilidad de desviar, en beneficio de la accliSn exterior,, losmedios necesarios a dicha disuasi6n . Esto es tanto m& verdadero cuando, con oca —

si6n de una acci6n tal, incIu5o en clima de di.suasión, el enfrentamiento real es siempre posible (y, frecuentemente, probable). Podría uno preguntarse si no es irrazonable para una potencia como Francia disponerse —frente a los supergrandes— a la constituci6n de una fuerza de maniobra naval.

Un frente comGn ruso—americano nos pone con toda seguridad en la imposibilidad de actuar. Pero existen muchas otras naciones de las cuales las m& a9resivasno son las rn& poderosas. Por otra parte, Washington y Mosca son y permanecer6n —

(1) Unos estudios hechos en los Estados Unklos han demostrado que hacen falta m&buques (petroleros) para hacer un transporte por aviones transoceánicos a gran distanda, que buques “cargas” para efectuar directamente este transporte por vía —

marítima y las demoras resultan mayores en el primer caso, si el transporte de carburanto necesario a los aviones no se ha efectuado anticipadamente, al obleto dereunir reservas importantes sobre el terreno a utilizar. Por otra parte., estas reservas ser&i siempre vulnerables, particularmente en ambiente subversivo.

Page 28: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

- 27 —

siendo sin duda durante largo tiempo unos competidores que desconffan el uno del otro.Con frecuencia, podrn neutrelizarse recrprocamente. iAcrced a esto, una potenciamedia estarra en condiciones de actuar eficazmente, a posar de su relativa inferiori —

dad. China1 hoy dra sobrecargada de incertidumbres, puede modificar mañana las —

circunstancias, y medknte su entrada en escena, facilitar unas neutralizaciones recÇ—procas.

Las.dos superpotencias navales tienen tamblin ¡ntcreses civiles y comerciales considerables. Por ello mismo son vulnerables en el mar. Una potencia militar —

mente inFerior puede alcanzarlos en unos parajes mal defendidos por ellos (y siemprelos habrc),,

El esfuerzo de los sovticos (en el desarrollo do las fuerzas navales de su—porficio a pesar de que su inferioridad actual a oste respecto, probablemente, continuar en el futuro con relacicn a los Estados Unidos) constituye el mejor ejemplo. Enfin, en numerosos casos, nuestra posickSn o nuestros intereses coinciden con los de unou otro do los supergrandes.

No podemos participar en un acuerdo final defendiendo nuestra posicicSn onuestros intereses, sino en el caso de que hayamos participado, aunque modestamente, en la accin, manifestando tambkSn sobreelterreno nuestros derechos y nuestraspretensiones.

Francia debe continuar defendiendo sus intereses exteriores, participar —enla medida de sus medios— en la gran competencia econ6mica do fin de siglo e intentarcontribuir eficazmente al mantenimiento de la paz en el mundo. Puede hacerlo per —

fectamentc.

Por ello, ademas de sus fuerzas nucleares y de sus elementos clsicos de seguridad, debe contar con un aparato mfnimo de acciSn exterior, de composicicSn fundamental aeronaval.

Esto,. para ser valedero, lleva Consigo:

— Por una parto, un n5mero reducido de elementos de presencia, buques desuperfide de tonelaje medio que actilen normalmente aislados, repartidos“a priori” en las zonas de intonSs polftico o estrahSgico, para manifestar —

sobre el terreno nuestros derechos y nuestras legrtirnas pretensiones; parainformar al gobierno; y sobre todo para poder solventar, sin prdida de —

tiempo, posibles conflictos menores y, llegado el caso, llevar a nuestrosdepartamentos y territorios de ultramar la asistencia o el apoyo inmediato;

Page 29: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

28 -

— Por otra parte, una fuerzo aeronaval de acckSn exterior, con buques de superficie, aeronaves embarcadas (1), submarinos (2), medios de desembarcoanfibio y de apoyo logístico. Esta fueza debe ser capaz de operar sea enun conjunto coherente y hornogneo, sea para grupos autSnomos, a todas lasdistancias do la metr6poli en el mar y en ultramar y de mantenerse sobre ellugar del conflicto durante el tiempo necesario.

En conclusicSn, nuestra política de independencia y las estrategias militaresde disuasin y de accliSn exterior en cliria de disuasi6n, sin las cuales una política talno sería factible, implican —independientemente de nuestros SN LE— la necesidad de —

fuerzas aeronavales abundantes.

Este esfuerzo esti a nuestro alcance porque las capacidades necesarios tanto en la disuasi6n como en la ccci6n exterior son limitadas.

Por primera vez en nuestra historia estamos en posici6n de liberarnos de lapreocupaci6n por la ¡nvasi6n, renunciando a la carrera de armamentos. Como los bri—tnicos, protegidos desde siglos por su insularidad, podernos por fin volvemos hacia elexterior y dar a la marina e1 puesto que nuestra poliica le reserva.

(1) Los britncos han decidido no construir ms portaviones por el momento. Los actualmente disponibles quedaran en servicio hasta 1 980. Representaran hasta esta fechaun potencial de aviaci6n embarcada netamente superior a la francesa. La decisi6ninglesa de limitar las cargasde ultramar esta atemperada por la existencia de un rosano de bases insulares (particularmente en el ocano Indico, Socotra, Aldabra, —

Farquhar, Maldives, Chagos, Andarnan, Cocos, y —en el Atl6ntico Sur— Ascensi6n,que posee un aerdromo ultramoderno, y Santa Elena, que presenta unas posibilidades, sin hablar del Pacífico). El porvenir político de estas bases no se discute.Son el fruto de la anterior política de Londres. Estn aisladas, pr&ticamente deshabitadas y seguras. Asi puede explicarse la decusion inglesa do no construir masportaviones inmediatamente. El Almirantazgo, que por otro lado continuara disponiendo de portaviones y de helic:Spteros durante el prSxirno decenio, puede, en efecto —gracias a la existencia de bases insulares habitadas— considerar la sustituckSn —

parcial de la aviaci6n embarcada por aparatos con base en tierra. Pero el Reino —

Unido no ha renunciado, por tanto, a ningn tipo de buques. Nuestra política naval no ha sido, por desgracia, la do la Gran Bretaña, y no disponemos de una redde bases seguras anloga a la suya. Luego tenemos necesidad no solamente de buques de todos los tipos, sino tambi& de portaviones.

(2) Los submarinos nucleares de caza scrn en efecto sin duda la mejor de las armas futuras contra las vulnerabilidades marítimas adversas.

Page 30: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

— 29 -

Conviene ahora evaluar el número y las caracterrsiicas do los medios necesarios a esta politica, y despues, sobro los planos tecnicos y financieros, calcular elesfuerzo a llevar a cabo durante los futuros diez o quince años precisos para cónseguiresos medios. Como consecuencia de la prioridad acordada en los dos primeros planesa largo plazo a ia puesta en pie do nuestras fuerzas nucleares ostrahgicas, nuestro esfuerzo dober ser m& importante durante los pr6ximos años que ulteriormente.

APTITUD DE LA MARINA PARA OCUPAR SU PUESTO EN LA ESTRATEGIA NACIONAL

TENIENDO EN CUENTA EL ESTADO ACTUAL DE SUS MEDIOS

Examen de la situacin actual de sus medios

El cuadro 1 indica en detalle la composicin de nuestras fuerzas navales en1 de enero de 1 968, con indcaci&i del importante nimero de unidades afectas permcinentemente al Centro de Ensayos del Pacrfico.

Este cuadro se completa con un estado del avance, como de las previsionos de entrada en servicio, de los buques en construcci6n o en terrninacin.

So pueden sacar de este cuadro las siguientes conclusiones:

1. Disponemos de 5 grandes unidades de combate (2 portaviones modernos, 1 portoviones antiguo, un porta—haflcSptoros, un crucero antiareo). El crucero DeGrasso no figura en esta rolacicSn. En efecto., despucSs de su misicSn actual el Pacrfko, ser irrecuperable como gran unidad operativa.

No hay nada que decir do los dos portaviones modernos, que se encuentrenen perfecto estado, El portaviones antiguo Arromanchos, a pesar de su antigüedad, ha sido mantenido en servicio en raz&i de su gran utilidad como buque deapoyo de nuestra fuerza anfibia do maniobra. El porta—heUc6pteros Jeanne —

d’Arc se utiliza corrientemente como buque escuela de aplicaci&i. Finalmente, al crucero antiareo Colbert permanece en buenas condiciones y sirve debuque de mando a la Escuadra del Mediterrneo.

2. Siguen 55 buques de escolta de diferentes clases (de oscuadra, destructores, avisos, guardacostas). Estos buques de escolta estn repartidos entre la escuadrcidel AtIntico, la del Mediterrnco, los Departamentos marrtimos y las estaciones lejanas. Al comienzo de 1 963, estos buques representan un valor militar —

efectivo. Algunos de ellos han sufrido, o estn sufriendo, importantes reformasde sus equipos. Estas reformas les aseguraran, durante el segundo decenio de —

su vida marítima (1 966—1 967, 1 978—1 979), un buen valor operativo.

Page 31: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

— 30 —

3. Diecinueve submarinos de propulsi6n cl6sca cuyo valor militar, particularmenteen lo que concierne a los de la clase Daphn continuar6 siendo considerable paro los m6s antiguos hasta el 1 972 y, para los m6s recientes, hasta 1 980.

El Gymnote, banco de pruebas de lo submarinos lanzadores de ingenios, notiene nada m6s que un valor de buque experimental. Pero como tal su valor esinestimable.

4. La fuerza logrstica comprende los siguientes elementos esenciales:

— 5 buques modernos de apoyo;

— 2 petroleros de escuadra;

- 2 petroleros de almactn.

Los 5 buques de apoyo, que acaban de ser construidos, podr6n durar hasta alrededor del año 1 980. Por el contrario los petroleros deber6n ser reemplazadosantes de 1975.

5. La fuerza anfibia comprende esencialmente unos buques de desembarco; su naturaleza es desigual, tanto por sus características como por la edad de los buques,y su velocidad pr6ctica es muy escasa. Esta fuerza se utiliza ampliamente porel Centro de Ensayos del Pac(fico. Deber6 ser renovada, progresivamente, a partirde 1970.

6. Los buques drcigamnas y otros buques muy Ugeros.

Entre los primeros, hay 120, pero cerca de 50 de ellos est6n en reserva.

Seg5n el concepto estrat6gico de la NATO, estos buques estaban destinadosa la proteccin de ias zonas cercanas a los puertos de la metrpoli, contra la —

guerra de minas.

Dentro del concepto de disuasi6n nacional, su ntmero podr6 reducirse notablemente y bastar6, en consecuencia, renovar progresivamente una cincuentenaentre ellos, a partir de 1970.

7. La aeron6utica naval.

Disponemos de 250 aeronaves do combate. Estas comprenden:

- de una porte, la aviaci6n embarcada sobre los portaviones y los porta—helic6pteros, compuesta de aviones Crusader, Etendard y AIiz, y de helic6te ros.

Page 32: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

— 31 —

— de otra parte, la avacin antisubmarina pesada, con base en tierra, quecomprende 54 Neptune y BrguetAtlantio.

El cuadro IV,. que expone la evolucin del porque de la aerornutica navaldurante el perrodo 1 971 —1976, demuestra que nuestra aviaci6n naval se encuentra ensituacion de validez. Permanecera igual hasta 1 972. En esta fecha, convendra reernplazar progresivamente los uEtendardU por una versi6n naval del programa “Jaguar’

Estas fuerzas constituyen en la hora actual un conjunto operativo muy valedoro. Esta, por otra parte se utiliza ampliamente en la actualidad para una forma deacci6n exterior especial: la puesta en marcha y vigilancia de los ensayos nucleares —

del Pacífico.

Esta misi6n, a gran distancia do las bases metropolitanas, ilustro —por su aspecto tcnico, militar y polflico— cuan variadas o inesperadas pueden ser las misionesexteriores de la Marina y hasta qu punto su aptitud para cumplirlas depende de un —

con junto de medios diversos, de la mxima polivalencia.

En tanto dure esta misn primordial, nuestra capacidad de actuar estaré Umitada durante seis meses del año:

— 2 grandes unidades, alo mcs, y en las mejores condiciones;

— 1 cuarentena de unidades ligeras;

— 19 submarinos clsicos;

- Un solo petrolero de escuadra.

El cuadro 1 tiene en cuenta, naturalmente, el estado actual de la ejecuci6nde la ley correspondiente al programa 1 965—1 970. Esta iey de programas ha aseguradouna prioridad a la Fuerza nuclear estratgca.

.La evolucion de nuestras ruerzas clasicas ha sufrido necesariamente las consecuencias. Así es que se han introducido notables retardos en nuestros programas decorbetas, guardacostas y dragaminas. Y la financiaci6n do nuestro submarino nuclearde caza ha sido remitida.

EvolucicSndelasituaci6ndenuestrasfuerzasnavalesapartirde1970

En 1 970, en el momento de la entrada en servicio del primero de nuestros —

submarinos nucleares lanzadores de ingenios, la stuacin nurnrica de la flota ser, —

rn& o menos, la de 1 968 (cuadro 1).

Page 33: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

32 —

La mayor parte de los buques que hemos construido desde 1 945 a 1 966 fueronconcebidos para proteger, en tiempo de guerra y en e1 cuadro de una alianza, a los convoyes contra ci peligro submarino. Es por lo que se llamaron “escoltas” y para fijar suntímero se tuvo en cuenta la existencia de numerosos buques aliados de tipo an6logo.

En el cuadro de nuestra política de disuasi6n, conviene asegurar no s6lo entiempo de guerra sino en clima de disuasi6n (es decir, en tiempo de paz), la seguridadde nuestros submarinos lanzadores de ingenios esencial mente contra una amenaza submcirina, detectando y —llegado el caso— neutralizando e incluso destruyendo los submarinos adversarios, por lo que se necesitan unidades de las mismas caracterticas generales, tenkndo en cuenta los progresos hcnicos, que las de los buques denominados “escoltas” y, aproximadamente, el mismo nGmero de estos.

En lugar de proteger —en tiempo de guerra— con la ayuda de buques aliadoslos convoyes contra la amenaza submarina, protegerían —en tiempo de paz pero solos -

nuestros SN LE, contra una amenaza de la misma naturaleza.

Una comparaci6n entre los cuadros l y II muestra que hasta 1972, teniendoen cuenta el hecho de que 2 corbetas y 1 submarino nuclear de caza debern entrar para entonces en servicio, la marina dispondr, en cantidad y en valor operativo, de lasfuerzas requeridas para segurar, en las condiciones convenientes, la seguridad del submarino nuclear lanzador de ingenios puesto en servicio despus de 1 970, al mismo tiempo que las misiones navales exteriores concernientes a nuestra Flota.

Necesidaddeunprogramaderelevodolasfuerzasentre1970—1980

En esta poca llegaremos al liiiite. Por una parte, la mayor parte de las unidados actuales en servicio tendr m& de diez años de edad; por otra, una cuarentena —

de aquellas “escoltas” de todas las categorías construidas en 1 956 y 1959 habrn ya alcanzado los veinte años fatídicos de utilizocin entre 1 976 y 1979. Su valor operativono podre prolongarse mas ella del umbral extremo de 1 978 con algunas excepciones. —

Aunque tales prolongaciones resultasen posibles en ciertos casos particulares, serían probcblemente prohibitivas desde el punto de vista econmico.

En estas condiciones, en 1 976 (en ausencia de un programa de renovacin) —

la flota francesa no contaría sino con un nimero de unidades suficientes en aparienciapara constituir a la vez los elementos de una fuerza de seguridad y los de una fuerza demaniobra (1).

(1) Los cuadros III y IV, que tienen en cuenta no solamente los buques y aeronaves existontos sino tambin los previstos para los primeros y segundos PLT, demuestran la rparticin de los buques por etapas de edad, en 31 de dkiembre de 1 970; así como (aovoIucin del parque de la Aeroncutica Naval entre 1970 y 1976.

Page 34: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

-.33—

Tal situaciSn no serra aceptable.

Porlotanto,esindispensablequeunnuevoplanalargoplazo,eltercero—

(1970—1975)organicelosrelevosindispensablesparaunprogramadeconstruccionesesiLonadasencincoaños(cuadroV).

Las ventajas de un ritmo regular de construcciones, organizado en el cuadrode tal plan, son muy numerosas tanto en ci plano militar corno en el financiero, perotambin lo son en el econmico y socia!.

Es esencial una produccin regular para responder, mediante la construcci6nde buques modernos, a las demandas do la clientela extranjera, la cual reconoce la —

gran importancia para nuestra moderna industria de armamento.

Por otra parte, asegura a nuestros arsenales y a nuestra industria de construcclones navales unos planes de carga regulares que favorecen el progreso en el plano —

tcnico y la confianza en el plano social.

El tercer PLT (1 970—1 975) se centrar esencialmente, aparte la construcci&de nuestros SN LE, en la constituci6n de una fuerza de seguridad y sobre la reconstrucci6n de la flota logrstica y anfibia (estas dos Gltimas, en esa poca estarn agotadas).

El programa del tercer PLT, en sus puntos esenciales, debenS conducir a poner en servicio de 1971 a 1 975

1 . Para la componente naval y la fuerza d disuasin

- 3 SNLE adem6s del Redoutable.

— 1 5 corbetas modernas y

— 3 submarinos nucleares de caza (fuerzas de seguridad).

2. Para la componente naval de nuestras fuerzas de acci6n exterior:

— 2 grandes buques anfibios rpidos y adaptados a los mtodos modernos dedesembarco de personal y del material pesado.

— 1 porta—heiic6pteros destinado a reemplazar enArromanches.

3. Para la flota logtica destinada a apoyar, siempre que sea necesario, a todas —

nuestras fuerzas navales:

— 2 petroleros rpidos de escuadra.

Page 35: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

-34-

Suponiendo que se lleve a cabo este tercer PLT, que condiciono primordial y esencialmente la eficacia de nuestra fuerza de disuasi6n, queda por examinarcuL sería, hacia 1 976, la situacin de nuestras fuerzas do acci& exterior.

Estas comprendern los dos veteranos portaviones Foch y Clemenceau,todavía robustos y bien equipados con aviones a5n ¡avenes (ontrados en servicio en968—l969)y diez submaiinos clsicos, con diez o doce años de vejez.

Seguramente que algunos de nuestros avisos y escoltas de escuadro, cu —

ya edad se escaIonar entre 17 y 20 años, podrn utilizarso entonces para misionesmuy secundarias. Pero serra engañoso hacerles Figurar en nuestras apreciaciones como buques operativos en la pocc examinada.

Siendo este conjunto insuficiente o muy prxmo al Irmite de edad parala mayor parte de nuestras unidades ligeras, serra necesario —para asegurarle una —

cierta eficacia— poder, completarlo en caso de necesidad absoluta, por la deduccínde dos o tres corbetas de la fuerza de seguridad, admitiendo que esto puede hacersesin inconveniente.

Por ello, es indispensable que — inmediatamente despus del tercer PLTsugerido precedentemente y en el perrodo 1 976—1 979— un cuarto PLT venga a re —

construir los elementos de nuestras fuerzas de maniobra (ademts de los buques anfi —

bios y logrstcos ya previstos hipotticamente en el tercer PLT).

En 1981, la composici6n do las fuerzas de acciSn exterior se aproximo —

rra ci esquema que figura en el cuadro II, balo e eprgrafe ‘Fuerzas de acci& exte—ror, pero con unas unidades verdaderamente modernas.

Los clculos de nuestras fuerzas navales bajo el tulo de los “PLT tercoro y cuarto (1 970—1 981)”, son particularmente modestos si se los compara con la situaci6n de las fuerzas de la Gran Bretaña en el mismo perrodo.

Como nosotros, el Reino Unido, como consecuencia de las economfas —

draconianas del gobierno laborista y con un presupuesto militar ligeramente superior

Page 36: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

35 -

al nuestro para un estado de potencia comparable a Francia(l), tiene intencliSn de disponer cia una fuerza de disuasn a base de cuatro submarinos nucleares lanzadores dingenios y —como nosotros— pretende mantener las posibilidades de una acci&1 exterior.

La Gran Bretaña, en 1 970, podr dedicar fci Imante a la seguridad de sussubmarinos el nimero mrnimo de unidades modernas de superficie y de submarinos nu —

cleares de caza que querr(amos para nosotros mismos. Pero hasta 1 976 —es decir, conun retardo de seis años— no podernos esperar, gracias al tercer PLT (en proyecto) disponer de 1 8 corbetas y de 3 submarinos nucleares de caza.

Ademas, el Reino Unido tiene en servicio una importante flota logrstica. Esta subsistir6 entendida en su conjunto de 1 970 a 1 976. Las fuerzas de las que podr6 —

disponer Londres a trtulo de fuerzas de r1aniobra sern considerables tanto en 1 976 como en 1970 (cuadro vi). Nosotros, en ese mismo año 1976, no podremos alinear paralas misiones exteriores ms que 2 fragatas para escoltar nuestros portaviones, una docenc de avisos escoltas y dos submarinos (llamados a desaparecer hacia 1 980). El gobierno ngls dispondr adem& de sus 2 portaviones de combate complementados con dos

(1)Para el ejercicio econ6mico 1967—1 968, la distribucin decrditos entre los tres —

ejrcitos (y ciertos departamentos que contribuyen al potencial de defensa) es el siguiente, comparado con el ejercicio precedente 1966—1 967, en miles de millonesdo francos.

1966-1967 1967-1968

Ministerio de Defensa0,40 0,29

Marina . . . . . 8,35 8,89

E IrcIto7,77 8,27

Aire .......•.7,58 7,63

Ministerio de Tecnologra . ......... .. . .3,86 3,43

Ministerio de Trabaos Públicos ............... 2,32 2,46

Energra atmca . . . . . . . . .. . . . . . . . . . .0,07 0,07

Las sumas no gastadas en el curso del ejercicio anual quedan acumuladas.

Los gastos de estudios y de prototipos (misiles, aeronaves, armas, ttomo, etc)est6n a cargo del Ministerio de Tecnologra (en Francia estos trabajos incumben a la Seccian Coman).. —

Los trabajos de infraestructura de los tres ejrcitos est&i a cargo del Ministe

rio de Trabajos PhIicos. —

Las cifras correspondientes del presupuesto francas han sido en 1 967: Tierra,6,02; Mar, 3,9; Aire, 5,4; Secci& Coman, 8,13. El porcentaje del presupuesto de laArmada Real en relaci6n con el de las Fuerzas Armados ha sido incrementado de 24%en 1960—1964 al 28,1% en 1967—1968.

Page 37: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

- 36 -

grande5 porta—helicSptaros de cerca de 120 buques (cruceros, porta—heIicpteross destructores lanzamisiles, corbetas, submarinos nucleares de caza y submarinos modernos)disponibles para su acc6n marflima exterior, sin nlr9una deduccin sobre las fuerzas —

de seguridad de sus SNLE (cuadro VI).

Losproblemasfinancieros

La reconstitucin progresiva de nuestras fuerzas navales a partir de 1 970 yhasta 1 980 no aparece, por tanto, corno una opci6n sino m& bien como un imperativo16&co de nuestra poFitica general. La esencia de asta es ejercer una influencia ori&nal e independiente, partiendo de nuestra polrtica de defensa del territorio, basadasobre la disuasi&, lo que hace posible una acci6n exterior.

Sin las fuerzas de seguridad, los SN LE, que constituyen con los SSBS los —

dos pilares de la disuain, corren unos riesgos inaceptables.

Sin las fuerzas de acci&1 exterior, no podemos aprovechar unas ventajas quenos confiere la seguridad recuperada de nuestro territorio nacional.

Por la marina es relativamente fcil evaluar el c&nputo de los medios necesanos en clima de disuasin. Estos clculos son evidentemente mucho m& precisos ymodestos que los basados en nuestra hiptesis de un conflicto generalizado (Tierra, Mary Aire), en ambiente nuclear.

El c3mputo de los medios marCtimos estimados como necesarios es objeto delcuadro II, donde se han repartido entre las fuerzas que ponen en obra la disucsi6n y lasfuerzas de ciccliSn exterior.

Este conjunto no esta muy alejado del que tenernos actualmente. Tambinexiste primordialmento un plan de relevo de los elementos envejecidos del cual es conveniente preocuparse sin tardar.

Estos medios representan un potencial que parece convenk a Francia, teniendo en cuenta sus posibilidades Financieras e industríales, para asegurar la defensa de —

sus intereses (la polflica de disuasiSn y la acci6n exterior). Su dilculo est6 basado enhiptesis y ambiciones realistas.

En el anSI isis de las posibilidades de crear y de mantener nuestro potencialmarimo, conviene tomar en consideracitn el hecho de que una gran parte de nuestrosmedios actuales han sido adquiridos gracias a una ayuda extranjera masiva, pcirticu lar—mente entre 1950 y 1956.

Ahora bien, despus de esto pcrrodo y teniendo en cuenta precisamente laexistencia de estas adquiskiones, los crditos que figurcn en el presupuesto de la man

Page 38: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

- 37 -

nc han sido reducidos por dos razones: por una parte, la guerra de Argelia, cuya carga de 1 954 a 1 962 nos ha impelido no solamente a conservar sino a reforzar medios aparativos rebasados pero necesarios para la continuaci6n de las operaciones coloniales.Porósta circunstancia no hemos podido asegurar la aplicacin de los planes de renovack’n, especialmente navales, de nuestras fuerzas armadas; por otra parte, despu& de1962. hemos tenido que desarrollar con prioridad nuestros medios nucleares y poner enpie nuestras fuerzas atmcas de pri mera gencracin (bomba A, Mirage IV).

Los efectos de esta polflica se traducen claramente sobra las curvas del cuadro YLU, establecidas paraot trtulo Y.

En materia de crditos globales (ttul o lii ms el trtulo V):

— Los créditos de la Secci6n Coman pasan de tres mil millones a 8.500 millones. Esta aumento asegura la finan ciacicSn para todos los ejércitos de losprogramas atmico y de grandes ngenios,. adern& de las cargas clsicas deinvestigaciones de baso, equipo de la gendarmcrta, del Servicio de Sanidad,de las pcIvoras, de pagos diversos, etc.

As(, la SeccicSn Comin ha financiado las bombas de los Mirage IV y financia ahora los ingenios MSBS y SSBS, y financiart el programa de ingenios “PlutcSn”. Do esta forma contribuye al potencial de los ejércitos y dela marina y se beneficia de ella a travs del programa SN.ILE—MSDS(reactor prototipo, estudio y fabricacin de los ingenios y de sus cabezas).

— Los crditos de la Secci6n Aire han doblado prcticamente, pasando de tresmil quinientos millones a 5.600 millones.

Al mismo tiempo, los crdtos globales de la Seccin Marina sufrran unaregresin que los rebajaba aun nivel medio del 14 al 15 por ciento del prosupuesto de los ejrcitos. Dospus, los crditos de la SecciSn Marina sehan levantado progresivamente hasta alcanzar casi ci 1 7% en ci presupuestopropuesto para 1968 (cuatro mil doscientos treinta millones de francos) de —

entrada en funciones de nuestras fuerzas nucleares de la segunda genercicicn(SSBS y MSBS), lo que supone confiar a la marina un primor papal en la d—suasi6n. Suponiendo que el sistema de distribuci6n actual de cargas conti—nGe —es decir, que la Secci&i ComGn financie los MSDS— significa que laSecci6n Marina del presupuesto debe proveer a la finan ciacn de los tresSNLE que siguen al Redoutable y a la renovachSn de la fuerza de seguridad,cuya importancia es primordial. Del mismo modo, el Ejrcto del Aire ha —

debido proveer en su tiempo, a la fincinciaci&i sirnultnea de los Mirage IVy de su medio, as corno la do sus aviaciones tctica y de transporte. Estoobliga a que sean ampliados los crditos presupuestarios de la Seccin Manna, que no ha sido incrementada desde 1966 (del nivel del 14 a 15%, al cia1 7%), para alcanzar en conjunto un 22%.

Page 39: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

- 38 -

Las demoras inexplicables pero reales, que hemos tenido desde 1 961 , nosobligar& a realizar un especial esfuerzo en el porrodo 1970—1975, duranteel cual nos es necesario prever en prioridad la renovacin de nuestras fuerzas de seguridad y la terrninaci6n del programa SN LE.

Se puede calcular aproximadamente de doce mil cien millones de fran —

cos de créditos de pago las sumas a dedicar a lasnuevas realizaciones durante los cinco años 1 971 —1975. Esto corresponde a un ritmo actual de dos milquinientos millones de francos 1 967. La cifra correspondiente al presupuesto 1 968 es de mil quinientos millones de francos (suponiendo que los ¡nge —

nios MSDS queden financiados por la Secci& omin).

Los crditos estudiados para el perfodo 1 971 —1 975 conducirran as( a fijar la parte de la Seccin Marina en el presupuesto de tos ejrcitos al 22%en lugar del 1 7%. Hay que tener en cuenta que, a partir de 1 975, el cornponente naval de nuestro aparato de acci6n exterior estar entonces formado por elementos que se aproximan al término de su existencia.

Al menos que de nuestra estrategia nacional, no haya cambiado radicalmonte, en este aspecto, entonces ser necesario proveer a la reconstruc —

cion de nuestras fuerzas de accion extenor con navios modernos.

Si no es posible, ni por otra parte indispensable, cifrar desde ahora —conprecisicn— los crditos que serran necesarios, no es menos esencial preocu —

parse de poner nuestro potencial naval de la poca en condiciones de continuar llevando sus dos misiones fundamentales, Conviene pues realizar unosestudios prospectivos como lo hacen otras potencias maritimas m& ricas y —

ms avanzadas que nosotros.

Unos planes estudiados con largo tienpo de anticipacin y cuya ejeçucian debe permitir a rwestras fuerzas armados mantener su puesto en el cucidro de una estrategia bien definida, cuesta en definitiva menos caro, quelos que resultan de la prosn instantcnea de acontecimientos exteriores.

Independientemente do la Seccn Coman, que continuara sin duda sinasegurar la financiaci6n de los grandes medios estratgicos comunes a los —

tres cj&citos, el cuarto PLT marcara el principio de una renovaci6n regularde nuestras fuerzas navales, dando sin duda inicialmente una prioridad a —

las fuerzas de acci& extedor.

Teniendo en cuenta la experiencia de los programas navales anterioresy el hecho de que las caractcríticas generales de la construccí6n naval pormanocen prcticamonte constantes, se puede esperar que la renovacn de

Page 40: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

- 39 -

nuestro potencial naval se efectGe después de 1975 siguiendo un ritmo presupuestario regular m6s moderado que el previsto en ci título del tercer PLT.

Esta parte no parece excesiva cuando se encaja en el cuadro de nuestrapolítica general o de nuestra política de defensa, tanto desde ci punto devista do la prioridad de las misiones como del referente ci coste y a la cfi —

cacle.

A este respecto, es naturalmente mSs fccil evaluar el rendimiento de lasfuerzas encargadas de poner en funcin la disuasin SSBS - SNLE o de proteger, en un clima de disuasi6n, nuestros intereses en el mundo, que el delos elementos que tendrían que combatir sobre el territorio nacional en dr—

cunstancias apocalípticas, si no llegase a jugar la disuasin. Pero, ain enestas circunstancias, nuestras fuerzas navales, relativamente menos vulnerabIes, podrían contribuir a la supervivencia material y política de nuestropais.

Se puede esperar que la importancia adquirida por !a misin de disuasi6n,y los progresos realizados en el dominio at6mico o nuclear, permitirn repartir —en funci6n de la prioridad de las misiones y de las etapas ya alcanzadas—los crditos del presupuesto de los ejrcitos, concediendo una parte un pocomayor a la Marina, sin perjudicar por ello a los presupuestos comunes y, especialmente, a las misiones de nuestros ejrcitos de Tierra y Aire.

CONCLUSION

El mar es un medio internacional por excelencia. Cubre las tres cuartas partos del globo. Pertenece a todos. Es necesario a todos. Ignorando las fronteras, coloca frente a frente a la mayor parte de las naciones de la tierra.

La estrategia de disuaskSn nacional —de la cual la Marina constituye uno delos elementos capitales, liberndonos do la preocupacicSn de las misiones continentalesnos permite renunciar a la carrera de armamentos y repartir mejor nuestros esfuerzos enel mundo. Estos deben apoyarso sobre un aparato de accin exterior, relativamente modesto pero eficaz. El examen de los datos geogrficos, geopolíticos y geoestratgicosdel problema muestra que uno de los componentes fundamentales, que es también el m6srentable en el plano de costes y eficacia de nuestro aparato de accin exterior, ser elcomponente naval. En etapas decisivas de nuestra historia, los desfallecimientos en —

nuestra política naval han comprometido el porvenir de las rns brillantesvctorias pos1bIes y han modificado nuestro destino.

Constituye una imperiosa necesidad el mantenimiento, a un nivel convenien—’fe, de nuestro potencial marítimo, modesto en el cuadro do urfla polflica basada sobre ladisuasi6n nuclear y notoriamente insuficiente en su conjunto.

Page 41: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

-40-

Desde este mismo momento deben tomarse las decisiones que, afortunadas ofunestas, afectaran en diez aíos nuestro potencial marrtimo y por aMo es indispensableque se disipen lo antes posible las dudas que han impedido hasta ahora tomar una deci—$ iOfl.

Esta es la razn por la que en mi informe sobro los problerias de lo Marina,a proposito de la discusion del presupuesto 1 968 en la Comision de Defensa Nacionaly en Sesin Ptblica de la Asamblea Nacional, solicit que ci gobierno se comprome—ta ante la Comisli5n de la Defensa Nacional y del Parlamento a proponer, en 1 969, oa lo nis tardar en 1 970, una ley—programa de reconstruccliSn de nuestro potencial ma—rflimo que sui4a efecto a partir de 1 971 (1).

Por otra parte parece obligado que al hacerlo se tengan en cuenta en presupuesto las necesidades de cada uno de nuestros ejrcitos no s4Slo aisladamente sino porcompcracin a tos dems y sus relaciones con ellos.

Después que hemos tenido el valor y la decisiSn de definir la estrategia nacional, es necesario ir hasta el extremo en la organizacin de los medios y repartir loscrditos de los ejrcitos, no en funcin de tradiciones honorables —hoy dra rebasadas —

sino en funcin de las misiones de nuestros ejrcitos en nuestra estrategia global, y se—gn la prioridad de dichas misiones.

(1) La Comisin, el Parlamento y el Gobierno han seguido este deseo votando o aceptando la encomienda de M. Le Theule, Presidente de la ComisiSn de Defensa Nccional, invitando al Gobierno a entregar en las secretarras de la Asamblea Nacionol y del Senado, antes dci 15 de abril de 1965, un informe de ejecuci6n de laley-programa de 20 diciembre 1 964.

Este informe haría aparecer, aparte del balance general global, las revisioneso modificaciones aportadas a las previsiones iniciales y precisaría, en líneas generoles, el programa de equipo para el período 1 968—1 969.

Page 42: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

CUADRO

STUACION DE LA FLOTA FRANCESA EN 1 .968

No comprendidos los buques en construccrSn o en terminoci&, y los buques portuorks

CATEGORIA TIPO DE BUQUE

a

A 12 de Enero de 1 .968

Armados oen armamento

Nimero

b

En reserva•

Nmero

c

1. Grandes buques de combate:— Portaviones3— Porto—heIcpteros1—Cruceros(1)2

2. Buques de escolto:— Destructores1 7— Fragatas rápidas5— Fragatas1• Ayisos8— Patrulleros14

3. Submarinos:— TipO Narval6— Tipo Arethuse4— Tpo Dophrse9— Gymriote (2)1

4. Dragaminas:- Oce&cos8- Costeros41—DeRada4

5. Guardacostas:— Lonchas de vigilancia5— Guardacostas1

(1) Uno de los cuales, el De Grasse5, transformado en buque de mando paro

(2) Submarino experimental.

.

3

7307

el C.E.P.

6. Buques de desembarco:- Transporte de barcazas de desembarco (1)2— Buques de desembarco de carros (2)7— Ingenios y barcazas de desembarco (3)12— Buques ogregodos (4)4

7. Buques auxiliares:- Buques de experimentoc6n4— Buques nodrzo de submarinos1— Buques de apoyo logTtico(5)5— Buques olmacn (6)1— Buques bases (6)5— Buqués hidr6grafos (7)8— Petroleros de escuadro2— Petroleros (8)7- Transportes de opro4sionornfento (9)5

(1) Afectos al C.E.P (5) De los cuales 2 afectos al C.E.P.(2) De los cuales 5 afectos al C.E.P (6) Afectos al C.E.P.(3) De los cuales 5 ofectos al C.E.P (7) De los cuales 1 afecto al C.E.P.(4) Afecto al C.E.P (8) De los cuales 5 aFectos al C.E.P.

(9) Afectos al C.E.P.

Page 43: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

3 Previsone c crnomenfc rnruc!& er 1968

3.1 Aumentos

SUFFREN— Buq* deeperimentucon 1ENRI PONMC— Transporte de barcazas de desembarco ‘ORAGE”- E D 1 C 9071.

3.2 DSmnUCiOnCS

L S T FOUDRE— L S T ODETO

4.— Estado de avancey prevsknes de entrada en sevco de 1o huquo en construccino terminaCiOfl0

Designaci6fl

Fragata

or eta cornt Avsc Transporte de aprovisiorcmiefltC •*cron ....... Q00)SC0O0S

2 Submarinos “Le Redoutable”,o...o,g.o.,o

Para memoria 2 corbetas tipo C—67 sern puestasrn en servicio hacia 1972

Porcontaie de Fecha prcvsto determnaci6n entrada en servicio

1969

1971

1 969

631 066

i9711970

1 970/1 971 1 969—1 970 y entra

Sltuackin ceronava francesa en 1 968

2020

3

en cstfl1ero

(BRO 1150 Atkntic 28ASM P2V7 Neptuno ,.o0o0o4m0 2i

( BR. 1 050 AUz0 ., 0 , . 64A S M Emborcaoa 32i Supe Frelon 4

( Etendard IV M 53Asoltoembarcada IV 19

Caza embarcada .0U00 F SE Crusador

HeIicpteros A 5 M . t. s s i 4’1-lelic6pieros Asalto... . .

Escuelas Servidumbres1 52

Page 44: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

CUADRO II

ESTIMACION DE LA� NECESIDADES PRECISAS PARA DESEMPEÑAR

LOS DOS ASPECTOS DE LA MIS IOÑ DE DISUASION

N3mero y fipo de buÚes o aeronaves

Fuerzó dé Fuerzas dédisuasi6n acci6n exterior

—...-...E oTIPO DE BUQUES . .O.ILE O.•’-:-E : _ 0U ‘. rT5 — —. • .—

.- ... a ..

S • IÑ-.- 1. E . . . . ... . . ..•. . . 4 4 : 4Portaviones................ 2 2PortoheUc6pteros .. .. .... .‘. 2 2Fragatas •....*....t-

16 10 4 4 34Avisos..... 8

Buques do guerra de minas . . .- 12 . . 50Submarinos (de caza)........ ‘ . 4 13Aviacuon de asalto ........ : 40 0Aviaci6nAS.M,,pésada.... 20 15 35Hé-U-epteros pesados, A.S.M. ; 12 . 12HeI’i-c6pteros medios A.S’.M.. 32 32 8 8 80Buques—bases........ ....‘... ; . ..;S. IJ . L.E. . . . . . . . . 2 2Buquesdo apoyo Iogístiço ... 2 . 8 • 10Buques hidr6grafos y-oceano — 4

graficos •...Buques cnfibos ........... 6 6

Page 45: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

CU

AD

RO

III

DIS

TR

IBU

CIO

N D

E L

OS

BU

QU

ES

PO

R P

ER

I000

S D

E E

DA

D E

N D

ICIE

MB

RE

DE

197

0

BU

QU

ES

S.N

.L.E

.P

orta

vion

esP

orto

—he

lic6p

tero

sF

raga

tas

yC

ruce

ros

Esc

olto

sC

orbe

tas

A’,i

sos

Esc

olta

sB

uque

s de

guer

ra d

e m

inas

Buq

ues

anfi

bios

Buq

ues

logr

stiç

osS

.N.C

.S

.N .

C.

ci&

sico

sO

ceoo

grlc

os1i

drog

raos

tone

loj._

3_o

En

con

stru

cd&

r(2)

(3)

(3

)

(

4)

(

1)

(1 ?)

Men

as d

e c

inco

atto

s(1)

(

2)

0

)

(

1)

(

2)

(

2)

(

1)

De

dnc

oodi

.zat

tos2

8

4

5

9

3(1

)

(

2)

(

2)

(

2)

Ms

de

die

z a

Pto

s1

2

35

9

7

2

1

0(3

enre

(44

enre

— -

serv

o)

serv

o)

____

____

___

____

_ _

____

____

____

_

T o

t o

3

2

2

4

38

12

10

2

7

8

(1 ?)

2

1

5

Leye

ndas

(X

) B

uque

s cuy

a c

onst

rucc

i&s

ha

sido

dec

idid

a a

titu

lo d

el p

erim

ero

o s

egun

do P

.L.T

.

1. L

as fe

chas

que

se

tom

an e

n c

onsd

erac

i6n

son

las

de s

u en

trad

o o

ret

irada

del

ser

vici

o a

ctiv

o. P

ara

los

buqu

es c

ompr

ados

a lo

mar

ina

mer

cant

e y

tran

sfor

mad

os la

eda

d, s

e c

uent

a o

part

ir d

e lo

Fec

ho d

e s

u en

trad

o e

n s

ervi

aio

des

pués

de

su

tron

sfor

mac

in.

2. N

o s

e tie

nen

en c

uent

a lo

s b

uque

s bas

e ni

los

de e

xper

imen

toci

6n n

i lo

s de

apr

ovis

iona

mie

nto

del

C.E

.P.

3. L

a co

nstr

ucC

in d

el S

.N.C

. (

El R

ubi

debÇ

a com

enza

r en

196

8. E

l m

inis

tro

ha

dec

idid

o r

etar

dar

la p

uest

o en

qui

lla.

El

asun

to e

stc

en

est

udio

.

Page 46: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

CUA[)RO IV

EVOLUCION DEL pARQUE DE AERONAUTICA NAVAL 1970 - 1976

(Teniendo en uenta un porcentaje normal de atribuci&i)

Existencia a fines de 1 970 Previsioe5 de final do servicio Programas de reemplazo prevktcs

A SM pesada:38 AtlonticPasado 198022P2V76en1971

6 en 19721 0 en 1973

A 5 M embarcada: Comienzo de la retirada de ser60 Alizasvicio final de 1971 — Termi

naci6n o final de 1976 — Quedan 14 aparatos a fines de 1975

12 Super Frelon (1)Asalto embarcado::45 Etendard IVMComienzo de lo retirado de ser JAGUAR;

mtad d 1972. — 60 a5alto15 EtendardExtinci& a fines de 1975. 20 escuela

— no esta estudiada por 1 flotilla de altoel momento ninguna en 1974versi&1 de reconoci — 1 flotilla de oaltomiento en 1975

— primeros entrcgos en 1 escuadrilla escueenero 1974 loen 1975Constitución de 1 flotilla de asalto

en 1976

Caza embarcada; Comienzo de la retirada de ser Estudios en curso sobre los prograrnc% posibles32 Cn,sodervkio 1974 — Extirsci6n ci mi de avienes G.V.

tad de 1976 — una sola flotiliooperati’la a partir de 1973 (2).

Helic6pteros:ASM 35 HSSExtinciOfl en 1973.

Transportes de asalto:1 5 PSSExtinc’ en 1973.

Al servicio de escuelas:Una centena de aviones an—

SiguasRetirad°5 de servicio escalono— Norte 262 — Continuaci6n del programa de -

8’Alouette IInadas tre 1972 —1975. un total de 35 aparatos.20 Alouette IIIAlrededor de 10 Norte 262.

(1) El 12 de julio de 1 967 debÇa ser 6levada una opci6n sobre 6 aporatos Operativos suplementarios. Actual —

mente, ante lo demanda de la D.T.C.A.,SudAYi0cjfl estudia lo posibilidad de traslcdar en un oo la fecha de vencimiento de esta opci. —

(2) Estos datos tienen en cuenta la ya tomada de comprar a los Estados Unidos uno decena de avionesde un nuevo tipo y la compra en 1970 de una decena de turborreactores (15 M F), apsreci&1 que tiene porobjeto prolongar la octividod de los “Crusader”.

Page 47: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

C U

A D

R O

’y

ESC

UE

M/:’

. D

E U

N TERCER

PROGRAMA

A

LA

RG

O P

LA

ZO

Nrn

ero

y tipos

Paratenerencuenta3S.N.L.E......

3 S.N.C. •.. . .. .....

15 Corbetas •

•t•

•..........

•.• • •••.

•......

*a.,.

6 Avisos

1 PortaheIc6pteros..4............................

3 Oceanogrficos

2 Buques Iogrsticos

................•..‘.

2 Buques anfibios

40 Buques de guerra de minas •.........

. . . . ..

Modernizcici6n

P.A. y “Colbert”

. . . . . .

. .. ..

.5...

. ..

50 HeIicpteros

(corbetas

y servidumbres)

80 Jaguors

S

S...

••••••

....

....

....

Interceptores

Diversosyrecambuos

•.

...,..

......

......

......

S••

*

Obs

erva

c ¡

on e

s

El

cos

te d

e re

aliz

acin

de

este

pro

gram

e

sta

actu

alm

ente

est

imad

o en

12,

5 m

il m

illon

es d

e

fran

cos

1 96

7, o

sea

, un

pre

supu

esto a

nual

de

2,5

mii

mill

ones

de

fran

cos.

Page 48: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

CU

AD

RO

VI

EV

OLU

CIO

N N

IJM

ER

ICA

PR

OB

AB

LE D

E L

A F

LOT

A B

RIT

AN

ICA

DE

196

7 -

198

0

Des

igno

ci

6 n

1967

1969

(Nav

tos

de

com

bate

)

1970

971

1 97

219

7319

7419

7519

761

977

1978

1979

1980

1968

Fue

rzas

de

disu

oss5

nS

.N.L

.E.

(P

olai

is)

2

3

4

4

4

4

4

Fue

rza

de

seg

urid

adG

rand

eses

colta

s0

8

12

16

16

16

16

1

6

16

16

1

6

16

16

16

S/M

nuc

lear

es (

N)

o D

iese

l (D

)0

4 N 5

N -

1- 2D

6N

.4. 3

D 7

N -

4- 2D

8N

-4-

ID

9N

9N

9

N

9N

9N

9

N

9N

J

9N

Tot

al0

1

2

19

25

25

25

25

2

5

25

25

2

5

25

25

25

Fue

rzo

de

man

iobr

aP

orta

vion

es(1

) 5

(2

) 4

(3

) 3

(4)

3

(

4) 2

(4)

2

(4) 2

(

4) 2

(4) 2

(4

) 2

(4) 2

(4

) 2

(4) 2

(4

) 2C

ruce

ros

por

tahe

lk6p

tero

s A

SM

0

(5)

1

(6) 2

(

7) 3

(7) 3

(

7) 3 (

7) 3

(7)

3

(7) 4

(7

) 3

(8) 3

(9

) 3 (

10) 3

10

) 3D

estr

ucto

res

lanz

amis

iles(

11)6

(11

)7

(11

)8

(

2)8

(

13)9

(

13)9

(14)

10

(15)

12

14

16

1

8

20

22

24

Esc

olta

s y

des

truc

tore

s87

75

75

67

67

70

73

70

71

71

70

75

78

81S

/M n

ucle

ares

de

caz

a3

1

0

0

0

0

0

1

2

3

4

5

6

7

5/M

Die

sel m

oder

nos2

0

21

2

1

21

21

21

21

2

1

21

21

2

1

1

8

16

15

Tot

al

12

1

109

1

09

102

1

02

105

1

09

10

9

113

1

16

11

8

123

1

27

132

Fue

rza

anf

ibio

Gra

ndes

por

tohe

lic6p

tero

s (

24.0

00 t)

2

2

2

2

2

2

2

2

2

2

2

2

2

2

Gra

ndes

T.D

.C2

2

2

2

2

2

2

2

2

2

2

2

2

2

Not

o. —

En

est

e cu

adro

se

han

alin

eado

art

ifici

alm

ente

las

fuer

zas

brit6

nica

s e

n fu

erza

s de

seg

urid

ad y

fuer

zas

de m

anio

bra

por

o ha

cer

resa

ltar

que

los

ingl

eses

ten

—dr

6n d

e to

dos

form

as e

l nm

ero

mfn

imo

de

unid

ades

sus

cept

ible

s de

est

ar d

edic

adas

a la

seg

urid

ad d

e su

s 4 S

.N.

L.E

seg

in la

s es

timac

ione

s fr

ance

sas y

que

dis

pone

npo

r o

tra

par

te d

e fu

erza

s su

plem

enta

rios

muy

abu

ndan

tes

para

lo a

cci6

n e

xter

ior,

per

o ta

mbi

6n p

ara

ref

orza

r la

seg

urid

ad.

De

hech

o la

s fu

erza

s es

taci

onad

as p

erm

ane

ntem

ente

en

Gra

n B

reta

ña s

on m

uy s

uper

iore

s a

las

enum

erad

as a

qur b

ajo

el e

prgr

afe de

Fue

rzas

de

segu

ridad

.

(flV

icto

rious

, C

enta

ur,

Her

mes

, Eag

le,

Ark

Roy

al(2

) V

icto

rious

, H

erm

es,

Eag

le,

Ar$

Roy

al(3

) H

erm

es,

Eag

le,

Ark

Roy

al(4

)Eag

le,

(43

.000

t) y

Ark

Roy

al (

43.0

00t)

mod

erni

zado

s(5

) B

lack

ref

orm

ado

(6)

Bla

ck,

Lio

n(7

) B

Iacl

c, L

ion,

Tig

er(8

) L

ien,

Tig

er 4

pro

totip

o d

e nu

evos

cru

cero

s ta

nzam

slie

s y

por

tohe

lic6p

tero

s

(9)

Tig

er -

4- 2

nue

vos

cruc

eros

lanz

amis

iles

y p

orta

helic

6pte

ros

de

7.0

00(1

1) C

lase

‘Cau

nty’

(1 2

) La

cla

se “

Cou

nty”

est

6 c

ompl

eto

(1 3

) El

tipo

82

entr

a e

n se

rvic

io(1

4) E

l pr

otot

ipo

de

los

nuev

os D

DG

se

inco

rpor

o o

lo fl

ota

(15)

A p

artir

de

este

año

2 D

DG

del

tipo

pre

cede

nte

entr

an e

n se

rvic

io c

ada

año.

Page 49: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

CUADRO VII

(1)

—NOTAS— 1 . —La curva (1) tiene en cuenta unasconstrucciones decididas a título del22 Plan a largo plazo.

No comprende los buques del C.E.P.(buques—base de servicio) que fuera deedad o sin ¡nters militar, no podrn serrecuperados por la Marina.

2.,— Lo curva (II) tiene en cuenta unos S.N.L.E.en terminaci& o ya objeto de una decisin. El“RUBIS” (5.000 T) primero de nuestros submarinos nu —

cleares de caza, cuya construcci6n ha sido rechazada,no figuro en esta curva.

65 66 67 68 69 70 71

millares de toneladas

72 73 74 75 76 77 78 79 80 A í os

II. SubmarinosNuclearesLanzadoresdeIngenios

(jI),’

65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 Años

N.B.— La ejecuchn de un 3& P.L.T. tendrra por efecto volver a elevare1 tonelaje dela Flota en 1980 a 260.000 toneladas.

EVOLUCIONDELTONELAJEDELAFLOTA

millares de toneladas DE1965o1980

Tonelaje de las fuerzas de seguridad y deacCi6fl exterior

(comprendidos los buques log(sticos, perono comprendidas las unidades portuariasde servicio)

300

290

280

270

260

250

240

230

220

210

3025201510

5

Page 50: Por Raymond BousQuET; - DialnetCESEDEN PUESTO DE LAMÁRli’A EN LA ESTRATEGIA NACIONAL Por Raymond BousQuET;(“Revue Maritime”, núrn.250, enero y febrero 1968)Mayo, 1968 DOLETIN

Ecco

/000

CUADRO VIII

cpQ

(fl’/th4AfS Of Q’4NCO$).55. Z 55000

400a

.300o

V4R/4C/O,yf$ DF ¿05 C1DFL J7flJLOJ ‘V

(;s,sg - f$67)i0000

ooo

ZV7,%

f46,

/859 /NQ/96/ 7.962 /965 1.964 7168 1966 /967