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I ENCUENTRO INTERNACIONAL DE EDUCACIÓN
Espacios de investigación y divulgación.
29, 30 y 31 de octubre de 2014
NEES - Facultad de Ciencias Humanas – UNCPBA
Tandil – Argentina
I.1. Políticas universitarias, instituciones y territorios
Políticas de tratamiento de la diversidad en el ingreso y primer tramo a las
carreras de la UNLP. El caso de la Facultad de Informática.
Carrera, María Cecilia (CIS-IDES/CONICET y FAHCE-UNLP)
Felipe, Celeste (FAHCE-UNLP-)
Testa, María Georgina (FAHCE-UNLP-)
2
Introducción
El presente trabajo se enmarca en el proyecto de investigación denominado “Políticas de
inclusión y de abordaje de la heterogeneidad y la diferencia en el tramo de ingreso y
primer año de carreras de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata. Las
perspectivas y prácticas de los actores intervinientes”, perteneciente al Programa de
Incentivos a los docentes investigadores, que se encuentra en etapa inicial.
Nos proponemos aquí poner en discusión los lineamientos centrales del proyecto, las
preguntas que guían nuestra indagación y una primera descripción del panorama
empírico. Con ello buscamos plantear una serie de problemáticas y discusiones referidas
a la implementación y desarrollo cotidiano de políticas universitarias que apuntan al
tratamiento de la diferencia y la heterogeneidad entre los estudiantes. Nos referimos a
estudiantes que ingresan y transitan los primeros años de algunas carreras de Ingeniería
de la UNLP, caracterizados por su diversidad social, cultural y por trayectorias
educativas disímiles y desiguales, producto de un sistema educativo fragmentado y
estratificado en cuanto a la apropiación de conocimientos.
Las políticas que nos proponemos analizar intervienen tanto en el plano curricular
(seminarios integradores, talleres de escritura o y/o lectura, entre otros) como co-
curricular (por ejemplo tutorías, clases de apoyo, horarios de consulta y otras estrategias
no incluidas en los trayectos obligatorios).
Tal como indica el título del proyecto, nos interesa hacer foco en las perspectivas y
prácticas de los actores que intervienen en el día a día de la vida institucional y de la
implementación de las políticas. Si bien pretendemos sistematizar las prácticas de
diseño e implementación de medidas curriculares y pedagógicas dirigidas a la atención
de la heterogeneidad y tendientes a la promoción de actitudes favorables a la diversidad
procuramos, sobre todo, comprender el modo en que los actores clave del sistema con
funciones de gestión, docencia, asesoramiento, tutoría, entre otros, median el desarrollo
de las políticas para gestionar las diferencias, resignificando las mismas, incluso
reorientando su sentido. Entendemos que el modo en que tales sujetos - a partir de sus
concepciones y posicionamientos- asumen la cuestión de la heterogeneidad es un factor
crucial que condiciona la realización de las políticas de inclusión, pudiendo operar
3
favorable o desfavorablemente en el proceso de albergar las diferencias en las aulas
universitarias que tales medidas están llamadas a afrontar.
Así, nos proponemos abordar las diferentes estrategias, acciones y percepciones de los
actores universitarios en el marco del ingreso y el primer año a las carreras de Ingeniería
de las Facultades de Informática, de Ciencias Agrarias y Forestales y de Ingeniería de la
Universidad Nacional de La Plata (UNLP), para elucidar de qué modo instituciones
específicas afrontan el problema de albergar a estudiantes diversos en lo social, cultural
y educativo en el marco de la universidad de masas.
Para esta presentación, tomaremos el caso de la Facultad de Informática, en una primera
aproximación a su historia, características particulares y cultura institucional, haciendo
referencia breve a algunas estrategias que se implementan en la institución, como el
Programa de Tutorías y los cursos de ingreso a las carreras. En este primer trabajo, no
buscamos realizar análisis que den lugar a conclusiones sino abrir la indagación,
formulando preguntas que posibiliten avanzar en la construcción de nuestro objeto de
conocimiento.
Las políticas de atención de la diversidad y las perspectivas y prácticas de los
actores en la universidad
El tema que nuestro proyecto propone indagar emerge de la preocupación por la
inclusión efectiva de los sujetos que ingresan y transitan los primeros años de algunas
carreras de Ingeniería de la UNLP. La política de ingreso irrestricto a la universidad
pública, recuperada en la inmediata post-dictadura, consolidó un modelo institucional
masivo y diverso en la composición matricular, aunque no exento de dificultades para
concretar la democratización efectiva del conocimiento a todas las carreras,
particularmente a aquellas especialidades que poseen ciclos curriculares iniciales
estructurados en torno a materias como Matemática, Química y Física, entre otras. En
años recientes, se han agregado nuevas variables producto de cambios operados en la
enseñanza media, especialmente la extensión de la obligatoriedad a este tramo y de
políticas conexas (de bienestar estudiantil, económicas, etc.) creadoras de un público
cada vez más heterogéneo demandante de ingreso a la universidad y frente al cual, por
un lado, las fórmulas clásicas de organización académica, curricular y pedagógica se
4
ven desbordadas y, por otro, los agentes educativos muestran distintas actitudes y
posturas ante la complejidad resultante.
La problemática del ingreso y permanencia de los estudiantes en los primeros años
forma parte de la política universitaria nacional desde hace unos años. Entre los
primeros antecedentes en la UNLP puede mencionarse la creación, en los años 80, de
asesorías pedagógicas en las Unidades Académicas, con funciones de orientación
estudiantil estructuradas a partir de la demanda individual y del diagnóstico de
dificultades. También sobresale la promoción de acciones de equiparación de
oportunidades bajo la forma de clases de apoyo, horarios de consulta, entre otros, en el
marco de las estrategias de ingreso, entendidas como acciones regulares a desarrollar
por las Unidades Académicas e incluidas en el presupuesto. Más recientemente, entre
fines del siglo XX y principios del siglo XXI, desde el nivel central de la UNLP se han
desarrollado acciones de diversa índole para atender la problemática del ingreso y la
permanencia, tales como planes de difusión de carreras, becas, bienestar estudiantil,
programas de tutorías, modalidades de ingreso flexible o mediadas por nuevas
tecnologías de la comunicación, buscando optimizar la articulación entre la enseñanza
media y la universidad o bien dirigidas a la contención, acompañamiento y apoyo
educativo a los ingresantes.
Si bien estas estrategias se implementan desde hace varios años y ya forman parte del
escenario académico1, no es menos cierto que el tema de la equidad en el acceso al
conocimiento y la inclusión de estudiantes distintos al público universitario tradicional
sigue siendo motivo de controversias y no resulta igualmente asumido por diversos
actores clave del sistema, incluso por quienes tienen funciones específicas para hacer
efectiva la incorporación de estos sujetos a la universidad. Entendemos que tales
perspectivas - entre las que es usual encontrar explicaciones que endilgan el fracaso en
los primeros años al perfil y hábitos del estudiante, a los déficits de la enseñanza
secundaria y a un conjunto de variables externas al docente universitario y su modalidad
de enseñanza- condicionan las posibilidades de éxito de las estrategias de inclusión y el
impacto de las medidas y programas que se implementan.
Desde nuestro punto de vista, las políticas de inclusión y de abordaje de la
heterogeneidad y la diferencia sostenidas por las instituciones universitarias responden a
una construcción propia. De este modo, reconocemos que los modelos educativos se
estructuran sobre una matriz particular de condiciones sociales, culturales, económicas y
5
políticas y, en tal sentido, resulta pertinente indagar de qué manera las configuraciones
histórico-sociales particulares de las Facultades permiten la construcción e
implementación de determinadas políticas de ingreso y permanencia las cuales, a su vez,
suponen un determinado proyecto de universidad que puede resultar consistente o no
con los lineamientos generales que la propia institución da a nivel central.
La literatura especializada (Bourdieu y Passeron 2003; Perrenoud, 1990) ha puesto de
manifiesto que la diversidad y heterogeneidad de la población estudiantil que aspira a
integrarse a las carreras universitarias constituye una variable clave en el éxito y el
fracaso académico posterior a su ingreso. En efecto, esos resultados académicos son el
producto de una construcción social que está estrechamente vinculada con el capital
social, económico, cultural y lingüístico incorporado de acuerdo a la procedencia social
de los estudiantes. Estos trabajos procuran explicar las desigualdades a través de una
compleja trama de interacciones entre los condicionantes económicos y culturales y las
prácticas del sistema educativo.
Otro grupo de estudios, reseñados por Ana María Ezcurra (2011b), destaca que las
causales de esos resultados académicos también anidan en el plano institucional: la
autora sostiene que las instituciones no sólo son un factor causal, sino que configuran un
condicionante primario, decisivo para el desempeño académico y la permanencia en el
sistema universitario. Señala también que este estatus primario corresponde sobre todo a
la enseñanza, en un sentido amplio, y en especial a las aulas, es decir, a las experiencias
académicas cotidianas. A través de la recuperación de investigaciones realizadas en
diversos contextos, Ezcurra (2011b) demuestra que aquel estatus primario es cada vez
más reconocido, revelado y validado por un cuerpo de estudios sólido y creciente, que
circunscribe como objeto de análisis ciertas mejoras de la enseñanza, por lo regular de
orden institucional, y certifica sus impactos benéficos y críticos en los alumnos.
Asimismo, y siempre en el terreno institucional, Ezcurra (2011b) menciona que desde la
década de 1990, diversos trabajos fundan otra hipótesis: que los docentes en el aula
ejercen un rol crítico, que conforman el factor institucional dominante, mayor que
cualquier otro en materia de logros estudiantiles.
Diversidad y desigualdad en la universidad de masas
6
El tema de investigación que estamos planteando debe ser comprendido a la luz del
fenómeno de la masificación y la deserción en la Educación Superior que se produjo en
Argentina a mediados del siglo XX. El fenómeno es analizado en la literatura como un
"pasaje de la universidad de elite a la universidad de masas", motivado por la gran
demanda de estudios en este nivel (Krotsch, 2001). Hasta ese momento, las
universidades recibían un número limitado de jóvenes, que habían logrado completar la
escuela secundaria y reunían ciertos patrones comunes de formación y pertenencia
social. Pero esta relativa homogeneidad se rompe con la incorporación de otros sectores
sociales al nivel. Chiroleu (1998) sostiene que estas nuevas incorporaciones,
heterogéneas tanto en su formación como en su origen social, no fueron debidamente
atendidas en las universidades, las cuales no produjeron cambios acordes a las
características del nuevo público, en el sentido de que no realizaron reformas
estructurales ni ajustes en sus presupuestos universitarios para acompañar dicha
expansión (Marquis, 2006 en González y Claverie, 2007).
En Argentina el ingreso directo, caracterizado por el pasaje desde el segundo al tercer
nivel con el sólo requisito del título secundario, ha prevalecido en las etapas de
gobiernos y universidades democráticos y los regímenes de exámenes de ingreso con
vacantes limitadas predominaron en los períodos de gobiernos militares (Costa de Paula,
2011). Sin embargo, algunos autores sostienen que con la creciente masificación del
nivel, las instituciones comenzaron a introducir mecanismos de control del acceso
(García Guadilla, 1991 en Chiroleu, 1998).
En América Latina se produjo, a fines de los años 80, un ascenso sustancial de la
matrícula en Educación Superior, una tendencia que aumentó a mediados de la década
de 1990. El Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el
Caribe (IESALC) de la UNESCO, indica que entre 1994 y 2006 la población de este
nivel mostró una tasa de crecimiento del 125.6%, concentrándose en el grado (95.8%) y
en instituciones públicas (66.6%, sin considerar a Brasil) (IESALC, 2006 citado por
Ezcurra, 2011c). Siguiendo a la misma autora (2011c), los datos citados permiten
comprender que la masificación constituye una tendencia estructural, intensa y global,
que además persistirá. Sin embargo, la CEPAL también advierte una deserción mucho
mayor en franjas de clases en desventaja – de ingresos más bajos. De este modo, indican
que en la educación terciaria los avances en materia de conclusión del nivel han
involucrado una escasa parte de los jóvenes de menores recursos, beneficiando casi
7
exclusivamente a los estratos altos y medios (CEPAL, 2007). Ezcurra (2011c) sostiene
que aquel ciclo extraordinario de masificación, que abre el ingreso a franjas de
población antes excluidas, comporta otra tendencia estructural: altas tasas de deserción.
Según Chiroleu (2009), nuestro país podría inscribirse en lo que se denomina modelo
universal de acceso a la educación superior. Sin embargo, según un estudio reciente de
la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU), la tasa de deserción en el conjunto de
nuestro sistema universitario alcanzó el 60% en 2007 y la tasa de graduación es cercana
al 20%. Para el caso de la UNLP, en 2010 se registraron cerca de 23.000 ingresantes,
pero al mismo tiempo, la cantidad de egresados en ese mismo año fue de 5.600
estudiantes2. Los altos índices de abandono ponen en cuestión la eficacia de las políticas
de democratización de la Educación Superior en general, y de la universidad pública en
particular, ya que este propósito debería traducirse en mayores niveles de permanencia
de todos los sectores sociales. Ezcurra (2011c) sostiene que el fenómeno de la
masificación de la educación superior en América Latina se ha llevado a cabo por medio
de una "inclusión excluyente", por lo que tal fenómeno no puede confundirse con su
democratización.
En nuestro país, el análisis de los sistemas de admisión a la universidad pública ha sido
objeto de estudio por una buena cantidad de investigaciones. En los últimos años los
modos de selección en Argentina se han diversificado, por un lado complejizando las
categorías y la diferenciación entre la selección explícita e implícita. La primera hace
referencia a la criba que se produce en el momento de la admisión, y la segunda a
aquella que es diluida a lo largo de la formación universitaria, con mayor concentración
en los primeros años del trayecto (García Guadilla, 1991; Sigal 1993).
Estos análisis ponen en tela de juicio la hipótesis del ingreso irrestricto como modelo de
retención. Los autores destacan la heterogeneidad que caracteriza a las modalidades de
admisión adoptadas en el sistema universitario nacional, sustentada en la libre adopción
que poseen los centros académicos en el momento de definir una política de ingreso.
Hay coexistencia de modalidades eliminatorias e irrestrictas, con una tendencia más
fuerte hacia las primeras que a las segundas. Los autores sostienen que estamos ante un
sistema "exigente" de admisión, más cercano a la selección explícita que a la implícita.
Para comprender esta variabilidad institucional, es preciso considerar que la LES,
sancionada en 1995, por primera vez pretendió regular y articular los subsistemas
universitarios y no universitarios dejando en manos de cada institución la autonomía
8
para establecer el régimen de admisión, permanencia y promoción de los estudiantes. En
ese marco regulatorio cada institución que posea más de 50.000 estudiantes puede
establecer su propia política de ingreso y se otorga la posibilidad de que cada Facultad
establezca su propio régimen de admisión. La UNLP queda comprendida entre tales
instituciones, lo que ha dado lugar a la co-existencia de sistemas de admisión muy
disímiles que abarcan desde los que plantean un examen "selectivo" así como otros que
se basan en cursos introductorios y/o nivelatorios con requisitos de asistencia.
Entre las estrategias para abordar las dificultades que entraña la transición entre la
escuela secundaria y la universidad y, particularmente, las emergentes del tránsito entre
el ingreso y el primer año de carrera, sobresalen las tutorías que, en general, son formas
de intervención periféricas que acompañan el desarrollo curricular. En Argentina, el
Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) impulsa, a partir de 2011, la implementación
de un Sistema Nacional de Tutorías en las universidades públicas, que cubre el tramo de
ingreso y los primeros años. En la UNLP, las distintas Facultades desarrollan líneas de
acción tendientes a lidiar con la heterogeneidad, que se expresan en programas de
orientación académica y personal de los ingresantes y estudiantes de los primeros años
focalizando las dificultades relativas a la inserción y permanencia. Entre ellas se
destacan las desarrolladas por iniciativa propia o bien las enmarcadas en programas de
calidad derivados de la evaluación y acreditación de las carreras3. En términos
generales, estas estrategias han buscado favorecer la integración efectiva y la
apropiación de pautas de estudio y aprendizaje acordes a las exigencias del nivel
universitario, promover el conocimiento de la dinámica institucional y de la enseñanza
con miras a favorecer la participación en la vida académica, así como desarrollar el
seguimiento y apoyo compensatorio de aquellos estudiantes que muestran dificultades
de orden conceptual y metodológico. También han procurado desarrollar acciones
pedagógicas tendientes a compensar las diferencias de orden cultural, cognitivo,
actitudinal, etc. resultantes de la participación de los sujetos en circuitos educativos
previos de desigual calidad.
La Facultad de Informática de la UNLP
La Facultad de Informática es la más joven de la UNLP. Se creó en junio de 1999 y fue
un proyecto impulsado desde el Departamento de Informática que dependía de la
9
Facultad de Ciencias Exactas. No obstante su juventud como Facultad, las disciplinas y
carreras asociadas a la computación tienen presencia en la UNLP desde la década del
’60, con la carrera de Calculista Científico. En los ’80 la disciplina tomó impulso, a
partir del incipiente grupo de Investigación en Informática nucleado en el LAC
(Laboratorio de Investigación en Computación) creado en 1984.
La titulación de Licenciado en Informática, una de las primeras titulaciones de grado de
5 años que existieron en las Universidades Nacionales, se aprobó en 1986 todavía como
parte de la Facultad de Cs. Exactas.
En la actualidad, la Facultad ofrece 4 carreras de grado: Analista Programador
Universitario, de corta duración; Licenciatura en Informática y en Sistemas; e Ingeniería
en Computación, ésta última en gestión compartida con la Facultad de Ingeniería. En
conjunto se matriculan anualmente en esta Facultad aproximadamente 800 alumnos. El
ingreso a todas las carreras, excepto a Ingeniería en Computación, se estructura a partir
de dos alternativas: a distancia o presencial; en el primer caso se requiere la aprobación
de los módulos correspondientes y en el segundo caso sólo se requiere cumplir con el
80% de asistencia. Los módulos del ingreso son: Expresión de problemas algorítmicos,
Conceptos de organización de computadoras, Matemática 0 y Talleres de Inserción a la
Vida Universitaria.
Uno de los objetivos de nuestro proyecto de investigación es conocer qué medidas de
política institucional y curricular y acciones pedagógicas ponen en marcha las
instituciones seleccionadas para el estudio, tendientes a regular y optimizar el ingreso, la
permanencia, el buen desempeño y éxito en las trayectorias educativas de estudiantes
ingresantes y noveles. Por ello prestamos atención al programa de tutorías de pares que
implementa esta Facultad desde 2009, financiado primero con fondos del Programa de
Apoyo a la Enseñanza en Ciencias Exactas, Naturales e Ingeniería (PACENI) y, desde
2012, con fondos propios. Las tutorías son cubiertas por alumnos avanzados y se
enfocan a la contención y orientación académica en relación a trayectos posibles,
elección de materias y preparación de exámenes finales. Desde 2012 se incorporó
además, la tutoría para estudiantes de segundo año de las carreras a partir de indicadores
de desempeño que evidencian que se trata de un tramo problemático.
En esta Facultad4, los tutores se caracterizan por ser pares, es decir, estudiantes que
“tutorean” a estudiantes. Esto es una construcción deliberada que se manifiesta en todas
10
las fuentes consultadas, para generar cercanía y confianza en los estudiantes, y alejar al
tutor de la figura del profesor inalcanzable.
Es importante destacar que las tutorías abarcan a todas las carreras de la Facultad,
excepto a la de Ingeniería en Computación. Tanto los agentes como las fuentes
consultadas manifiestan esta particularidad, que se constituye en un dato llamativo para
nuestra investigación y suscita algunos interrogantes: ¿qué problemáticas y necesidades
buscan atenderse con este proyecto y por qué no se implementa en la carrera de
Ingeniería? ¿En qué aspectos difiere esta carrera del resto que se dicta en la Unidad
Académica? ¿Entienden los actores institucionales involucrados en la gestión del
proyecto que las características y necesidades de los estudiantes en cada carrera de la
Facultad difieren? ¿Cuál es el estudiante supuesto sobre el que trabajan los docentes
universitarios del ingreso y de los primeros años en la carrera de Ingeniería y en las
demás?
Las carreras de Ingeniería son objeto de estudio de este proyecto, por lo que nos interesa
hacer foco en este caso, en la carrera de Ingeniería en Computación, que es la más
nueva en la Facultad. La primera cohorte es del año 2010 y, por ser una carrera de cinco
años de duración, aún no posee egresados. Ha tenido dos planes de estudio, uno del año
2008, y una renovación en 2011 que rige en la actualidad. Para obtener el grado de
Ingeniero en computación, los estudiantes deben cumplimentar una Práctica Profesional
Supervisada de 200 hs., y para comenzarla deben tener al menos veinte asignaturas
aprobadas.
La Facultad de Informática entró en proceso de acreditación de carreras de grado en el
año 2010 y, como mencionamos arriba, es el año en que se implementa por primera vez
la carrera de Ingeniería. Por lo tanto quedó exenta de dicho proceso, pero nos parece
relevante retomar algunas cuestiones relativas a las medidas de política institucional,
curricular y pedagógica que manifiesta llevar adelante el área de Ingreso de dicha
institución en su documento de autoevaluación presentado a la CONEAU en ese
momento:
"A partir de la creación de la Facultad de Informática, con su primer ingreso en el año
2000, se creó una Comisión Asesora del HCA, y una Dirección, dependiente de la
Secretaría Académica, que se encarga de los temas referidos al mismo. Desde el año
2002 el curso se compone de tres asignaturas (…), las cuales articulan con las materias
11
de primer año de la carrera. Históricamente estas modalidades de acercamiento a la
disciplina se han acompañado con distintas acciones tendientes a la adecuación a la
vida universitaria y la transición desde el nivel medio. Se ha logrado construir una
estrategia de ingreso sólida en cuanto a los contenidos y articulación hacia la vida
universitaria y se siguen ensayando nuevas estrategias de acercamiento y difusión
hacia los futuros aspirantes".
En dicho documento, también se mencionan estrategias tendientes a articular con el
nivel medio del sistema educativo, a través fundamentalmente de la difusión de carreras,
planes de estudio y mecanismos de ingreso.
En el caso del ingreso a la carrera de Ingeniería en computación aparece una diferencia
notable respecto de las otras carreras: el curso y posterior examen de admisión son de
carácter eliminatorio. Es decir, requiere de aprobación obligatoria para ingresar al
primer año. A tono con el planteo del problema de investigación que presentamos, las
preguntas que surgen refieren a cuáles son las representaciones de los actores
institucionales (gestión de la carrera, profesores, estudiantes, autoridades de la Facultad)
respecto de los estudiantes de esta carrera en particular y sus diferencias con los
estudiantes de las otras carreras de la Facultad.
Al mismo tiempo, el breve panorama empírico que hemos expuesto aquí nos da lugar a
la formulación de otros interrogantes que habilitan a la futura indagación: ¿cómo
participa la carrera de Ingeniería de la dinámica institucional cotidiana (en aspectos
como la gestión de la carrera y el desarrollo de actividades académicas) de la Facultad?
¿Qué aspectos de esa participación pueden explicarse a partir de la gestión compartida
con la Facultad de Ingeniería? ¿Qué influencia tienen las características de la gestión del
ingreso y el primer tramo de las demás carreras de la Facultad de Ingeniería en el
desarrollo de la carrera de Ingeniería en Computación y las representaciones y prácticas
de sus actores?
Nuestro interés radica en desentrañar cómo significan diversos actores institucionales
(docentes, autoridades, estudiantes) las características de las diversas carreras, así como
de sus estudiantes y docentes; y, sobre todo, buscamos comprender sobre qué supuestos
acerca de la educación superior, los sujetos educativos legítimos de este nivel y la
intervención pedagógica descansan medidas como el programa de tutorías en un caso y
el ingreso eliminatorio en el otro.
12
Reflexiones finales
En el desarrollo del trabajo, fuimos presentando un problema de investigación centrado
en las políticas universitarias que recuperan la problemática de la diversidad, el ingreso
y la permanencia de estudiantes de carreras de Ingeniaría en la UNLP, y sobre todo en
las perspectivas y prácticas de actores institucionales que dan vida a esas carreras y a la
universidad.
Si bien recuperamos varias investigaciones que sistematizan y ponen en común líneas
de política institucional relacionadas con el ingreso, orientación y acompañamiento del
tramo inicial de las carreras, podemos afirmar que no es tan habitual encontrar
indagaciones que se focalicen en comprender cómo tales políticas son interpretadas y
mediadas por actores académicos y, por ende, resignificadas y contestadas en sus
orientaciones.
Asimismo, realizamos una aproximación general a las estrategias implementadas en la
UNLP, y nos centramos en el caso de la Facultad de Informática. Allí destacamos
ciertos nudos de la vida institucional que nos proponemos analizar, preguntándonos
nuevamente por las maneras en que diversos actores significan y practican las políticas
relacionadas con el ingreso y el primer tramo de la carrera de Ingeniería en
Computación.
Como dijimos, no buscamos aquí llegar a ninguna conclusión, sino abrir la indagación.
Algunos de los aspectos que nos proponemos desentrañar son: por qué el Programa de
Tutorías no se ofrece a la carrera de Ingeniería, siendo un programa destinado a todas
las Universidades, Facultades y Carreras como un modo de favorecer la inclusión y
retención de alumnos. Otro aspecto se relaciona con la dinámica particular de gestión
compartida de esta carrera, entre la Facultad de Ingeniería y la Facultad de Informática. La
tercera cuestión tiene que ver con la existencia de un ingreso eliminatorio y restrictivo, a
diferencia de la estrategia de ingreso desarrollada para el resto de las carreras de la Facultad de
Informática.
En última instancia, nuestra búsqueda se orienta a conocer qué discursos y posiciones
político-pedagógicas articulan y sustentan las diversas estrategias para el ingreso y el
primer año en las diferentes carreras de esta Facultad y cómo se expresan prácticamente
esos posicionamientos. De esta manera, sostenemos que podremos acceder a
13
comprender las maneras en que las representaciones y prácticas de los actores dan
sentido propio a las políticas relacionadas con la inclusión y el tratamiento de la
diversidad, construyendo al mismo tiempo a la universidad pública.
Bibliografía
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cultura. Buenos Aires: Siglo XXI.
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Lamarra y Costa De Paula. Buenos Aires: Eduntref.
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democracia es más que un problema de "ingresos". Los Polvorines: Universidad
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Polvorines: Universidad Nacional de General Sarmiento.
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Algunas hipótesis y conceptos clave”. En La democratización de la Educación Superior
14
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objeto de investigación. Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos
Aires.
-Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe.
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2000-2005. La metamorfosis de la educación superior". Caracas: Autor.
-Krotsch, P. (2001) Educación Superior y Reformas Comparadas. Cuadernos
Universitarios Nº 6. Buenos Aires: Ediciones Universidad Nacional de Quilmes.
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el 7 de Agosto de 1995 (Decreto 268/95). Publicada el 10 de agosto de 1995, Boletín
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-Perrenoud, P (1990) La construcción del éxito y fracaso escolar. Madrid: Ediciones
Morata.
-Sigal, V. (1993) “El acceso a la educación superior. El ingreso irrestricto: ¿una
falacia?” Revista Desarrollo Económico. N° 33, Vol. 133.
-UNESCO (2009) Global Education Digest 2009. Comparing education statistics
across the world. Montreal: Autor.
Otras fuentes:
Sitio de la Facultad de Informática: http://www.info.unlp.edu.ar/
Sitio de la Universidad Nacional de La Plata: http://www.unlp.edu.ar/
1 Al respecto, pueden mencionarse: el Programa de Apoyo y Orientación para la permanencia del alumno,
implementado desde 2007, con el objeto de disminuir los niveles de deserción y desgranamiento que se
registran en los primeros años del nivel universitario. La experiencia se orienta a reforzar los contenidos
académicos de Biología, Matemática, Física y Química y también de Práctica de Lectura y Comprensión
de Textos Académicos, de estudiantes que no logran superar los cursos de nivelación, de los que
presentan dificultades en primer año y los que no han iniciado las cursadas. También el Programa Vení a
15
la Universidad que estimula el ingreso informado a través de la difusión de los requisitos, la oferta
académica, facilidades económicas y propuestas de contención, apoyo y servicios para los estudiantes. 2 Fuente: Estadísticas de la UNLP 2011, www.unlp.edu.ar 3 Nos referimos al Proyecto de Mejoramiento de la Enseñanza en Agronomía (PROMAGRO), el Proyecto
de Mejoramiento de la Enseñanza en Carreras de Ingeniería Forestal, Ingeniería en Recursos Naturales e
Ingeniería Zootecnista (PROMFORZ) y el Programa de Mejoramiento de la Enseñanza en carreras de
Ingeniería (PROMEI), implementados en la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales y la de Ingeniería,
respectivamente. 4 Las diferentes Unidades Académicas de la UNLP llevan adelante los proyectos de tutorías en función de
estilos de los grupos de trabajo, culturas institucionales, problemáticas y demandas diversas,
concepciones socio-pedagógicas disímiles, etc.