Poemas para el 8 de marzo

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1 14 oc o,o oc 2012 2

Introduccin Este recital de poesa lo hemos preparado con mucho cario pensando en nosotras,las mujeres, las de aqu, las conocidas, las desconocidas, las de otros pases. Lo dedicamos a todas aquellas que no pueden leer estos poemas porque no se lo permiten, porque ellas no existen en sus comunidades, en sus pases, a aquellas que han sufrido y sufren la violencia de gnero. Reivindicamos con esto el derecho a ser persona, a expresarnos libremente. Hemos elegido para ello a dos poetas, una nicaragense, Gioconda Belli, y otra compatriota nuestra, murciana, Vega Cerezo, porque las dos retraran admirablemente el alma femenina. Acabamos con el entraable poema que Mario Benedetti dedica a una compaera de trabajo. Deseamos que te guste la seleccin que hemos realizado y esperamos que los disfrutes. Recibe un cordial saludo y un fuerte abrazo de todas nosotras. 3 Gioconda Belli (Managua, Nicaragua, 9 de diciembre de 1948) es una popular escritora nicaragense. Entre sus obras se destacan Lnea de fuego y La mujer habitada. Comenz a escribir poesa, siendo premiada por sus poemas en 1970. Se opuso a la dictadura del general Somoza. Esto le vali verse obligada a emprender el exilio rumbo a Mxico y Costa Rica. Fue durante aos refugiada poltica. Desde 1970 fue militante revolucionaria del Frente Sandinista de Liberacin Nacional FSLN, organizacin clandestina y perseguida cuyo objetivo era la eliminacin del rgimen de Somoza. Tras su final ocup cargos en el nuevo gobierno revolucionario. Destaca como autora de poesa y de novela. Primero con obras poticas como Lnea de Fuego, Truenos y Arco Iris y De la costilla de Eva. Ms tarde, en 1988, public una exitosa novela, titulada La mujer habitada. Su libro Sobre la grama le gan en 1972, el premio de poesa ms prestigioso del pas en esos aos, el Mariano Fiallos Gil de la Universidad Nacional Autnoma de Nicaragua. En 1978, obtuvo el prestigioso Premio Casa de las Amricas (Cuba) en el gnero poesa por su libro Lnea de Fuego. Belli dej todo cargo oficial en 1986 para dedicarse a escribir su primera novela. Entre 1982 y 1987, public tres libros de poesa: Truenos y Arco Iris, Amor Insurrecto y De la costilla de Eva. Estos libros han sido publicados en varios pases, entre ellos, Espaa. En 1988, Belli public su primera novela La Mujer Habitada, que fue muy aclamada por la crtica. Traducida a varios idiomas, obtuvo varios premios en diferentes pases. En 1990, se public la segunda novela, Sofa de los Presagios, en 1996, Waslala, ambas traducidas a varios idiomas. Gioconda public tambin un cuento para nios: El Taller de las Mariposas, que se public tambin en alemn, holands e italiano y en 1998, otro libro de poemas, Apogeo. En enero de 2001 apareci su libro El Pas bajo mi piel, un testimonio-memoria de sus aos en el sandinismo. Fue publicado, simultneamente, en alemn, holands e italiano.Se cas en 1987 con Charles Castaldi con el que tiene una hija, Adriana, nacida en 1993. De dos matrimonios previos, tiene tres hijos: Maryam (1969), Melissa (1973) y Camilo (1978). 4 La cantante catalana Carme Canela graba un disco con algunos de sus poemas de madurez en clave de jazz. En febrero del 2008 publica su novela El infinito en la palma de la mano, la cual fue merecedora del Premio Biblioteca Breve 2008 de la editorial espaola Seix Barral y el Premio Sor Juana Ins de la Cruz de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Su ltimo libro es El pas de las Mujeres (2010) en el que habla de un mundo gobernado por mujeres. Vega Cerezo. Nacida en Murcia, en noviembre del ao 1970. Diplomada en Biblioteconoma y Documentacin por la Universidad de Murcia, actualmente ultima sus estudios de Periodismo. Compagina su trabajo con dos de sus pasiones, su familia (Juan, Roco e Ivn) y la literatura. Ganadora de la V Edicin del Certamen de Cuentos Villa Condal de Cifuentes (Gualdalajara) en la categora de adultos con su relato "Bienvenido a California". Ha escrito varios artculos para el Diario Lnea Local de Alhama. En febrero de 2007 participa en la creacin de la Revista Socio-cultural Entrelneas de la que, adems de fundadora, ha formado parte del equipo de redaccin, publicando, durante dos aos, varios artculos de investigacin, entrevistas y la columna de opinin "La isla de los valientes". Su primer libro, el poemario La sirena dormida fue presentado en La Palma a todos los talleres Bazar de letras de la Universidad Popular de Cartagena. De l hemos rescatado varios poemas para este certamen. 5

Mario Benedetti. Poeta y novelista uruguayo nacido en 1920. Recibi la formacin primaria y secundariaen Montevideo y a losdieciocho aos se traslada Buenos Aires, donde residi varios aos.En 1945 form parte del famososemanario Marcha donde colabor como periodistahasta 1974. Ocup el cargo de director del Departamento de LiteraturaHispanoamericana en la Facultad de Humanidades y Cienciasde la Universidad de Montevideo. Desde 1983 se radic en Espaa permaneciendo aqu la mayor partedel ao. Obtuvo el VIII Premio Reina Sofa de Poesay recibi el ttulo de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Alicante. Su vasta produccin literaria abarca todos los gneros, incluyendofamosas letras de canciones, cuentos y ensayos,traducidos en su mayora a varios idiomas. De su extensa obra se encuentran entre otros, la novela Gracias por el fuego, El olvido est lleno de memoria,y los poemarios, Inventario Uno e Inventario Dos. Falleci en Montevideo en mayo de 2009.

6 De noche, la esposa aclara No. No tengo las piernas de la Cindy Crawford. No me he pasado la vida en pasarelas, desfiles de modas, tostada bajo las luces de los fotgrafos. Mis piernas son anchas ya llegando a la cadera, y a pesar de mis mltiples intentos por ponerme trajes aerbicos y tirarme en el suelo a sudar, no logro que pierdan esa tendencia a ensancharse, como pilares que necesitaran jugoso sustento. No. No tengo la cintura de la Cindy Crawford ni ese vientre perfecto, liso y ligeramente cncavo, con el ombligo deslumbrante en el centro. Alguna vez lo tuve. Alguna vez presum de esa regin de mi anatoma. Fue antes de que naciera Camilo, antes de que el decidiera apresurarse a nacer y decidiera entrar al mundo de pie; antes de que la cesrea me dejara cicatriz. No. No tengo los brazos de la Cindy Crawford tostados, torneados, cada msculo fortalecido con el ejercicio indicado, las pesas delicadamente balanceadas. Mis brazos delgados no han desarrollado ms musculatura que la necesaria para marcar estas teclas, cargar a mis hijos, cepillarme el pelo, gesticular discutiendo sobre el futuro, abrazar a los amigos. No. No tengo los pechos de la Cindy Crawford, anchos, redondos, copa B o C. Los mos nunca han sido muy lucidores en los escotes, an cuando mi madre me aseguraba 7 -madre al fin- que los pechos, as separados, eran los pechos griegos de la Venus de Milo. Ah! Y la cara, la cara de la Cindy Crawford, ni se diga. Ese lunar en la comisura de la boca, las facciones tan en orden, los ojos grandes, el arco de las cejas, la nariz delicada. Mi cara, por la costumbre, ha terminado por gustarme: los ojos de elefante, la nariz con sus ventanas de par en par, la boca respetable, despus de todo sensual. Se salva el conjunto con la ayuda del pelo. En este departamento s puedo aventajar a la Cindy Crawford. No s si esto pueda servirte de consuelo. Por ltimo y como la ms pesada evidencia, no tengo el trasero de la Cindy Crawford: pequeo, redondo, cada mitad exquisitamente delineada. El mo es tenazmente grande, ancho, nfora o tinaja, usted escoja. No hay manera de ocultarlo y lo ms que puedo es no tenerle vergenza, sacarle provecho para leer cmodamente sentada o ser escritora. Pero decime: Cuntas veces has tenido a la Cindy Crawford a tus pies? Cuntas veces te ha ofrecido, como yo, ternura en la maana, besos en la nuca mientras dorms, cosquillas, risas, el sorbete en la cama, un poema de pronto, la idea para una ventura, las premoniciones? Qu experiencias te podra contar la Cindy Crawford que, remotamente, pudieran compararse con las mas, qu revoluciones, conspiraciones, hechos histricos, tiene ella en su haber? Modestia aparte: Ser su cuerpo tan perfecto capaz de los desaforos del mo, 8

brioso, gentil, conocedor de noches sin maana, de maanas sin noche, sabio explorador de todos los rincones de tu geografa? Pensalo bien. Evalu lo que te ofrezco. Cerr esa revista y ven a la cama. Gioconda Belli MENOPAUSIA No la conozco pero, hasta ahora, las mujeres del mundo la han sobrevivido. Sera por estoicismo o porque nadie les concediera entonces el derecho a quejarse que nuestras abuelas llegaron a la vejez mustias de cuerpo pero fuertes de alma. En cambio ahora se escriben tratados y, desde los treinta, empieza el sufrimiento, el presentimiento de la catstrofe. El cuerpo es mucho ms que las hormonas. menopusica o no, una mujer sigue siendo una mujer; mucho ms que una fbrica de humores o de vulos. Perder la regla no es perder la medida, ni las facultades; no es meterse cual caracol en una concha y echarse a morir. Si hay depresin, no ser nada nuevo; cada sangre menstrual ha trado lgrimas y su dosis irracional de rabia. No hay pues ninguna razn para sentirse devaluada. Tir los tampones, las toallas sanitarias. 9 Hac una hoguera con ellas en el patio de tu casa. Desnudate. Bail la danza ritual de la madurez. Y sobreviv como sobreviviremos todas. Gioconda Belli NO ME ARREPIENTO DE NADA Desde la mujer que soy, a veces me da por contemplar aquellas que pude haber sido; las mujeres primorosas, hacendosas, buenas esposas, dechado de virtudes, que deseara mi madre. No s por qu la vida entera he pasado rebelndome contra ellas. Odio sus amenazas en mi cuerpo. La culpa que sus vidas impecables, por extrao maleficio, me inspiran. Reniego de sus buenos oficios; de los llantos a escondidas del esposo, del pudor de su desnudez bajo la planchada y almidonada ropa interior. Estas mujeres, sin embargo, me miran desde el interior de los espejos, levantan su dedo acusador y, a veces, cedo a sus miradas dereproche y quiero ganarme la aceptacin universal, ser la "nia buena",la "mujer decente" la Gioconda irreprochable. Sacarme diez en conducta con el partido, el estado, las amistades, mi familia, mis hijos y todos los dems seres que abundantes pueblan este mundo nuestro. En esta contradiccin inevitable entre lo que debi haber sido y lo que es, he librado numerosas batallas mortales, batallas a mordiscos de ellas contra m -ellas habitando en m10 queriendo ser yo misma- transgrediendo maternos mandamientos, desgarro adolorida y a trompicones a las mujeres internas que, desde la infancia, me retuercen losojos porque no quepo en el molde perfectode sus sueos, porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y vulnerable, que se enamora como alma en pena de causas justas, hombres hermosos, y palabras juguetonas. Porque, de adulta, me atrev a vivir la niez vedada, e hice el amor sobre escritorios -en horas de oficina- y romp lazos inviolables y me atrev a gozar el cuerpo sano y sinuoso con que los genes de todos mis ancestros me dotaron.No culpo a nadie. Ms bien les agradezco los dones. No me arrepiento de nada, como dijo la Edith Piaf. Pero en los pozos oscuros en que me hundo, cuando, en las maanas, no ms abrir los ojos, siento las lgrimas pujando; veo a esas otras mujeres esperando en el vestbulo, blandiendo condenas contra mi felicidad. Impertrritas nias buenas me circundan y danzan sus canciones infantiles contra m contra esta mujer hecha y derecha, plena. Esta mujer de pechos en pecho y caderas anchas que, por mi madre y contra ella, me gusta ser. Gioconda Belli 11 Y DIOS ME HIZO MUJER Y Dios me hizo mujer, de pelo largo, ojos, nariz y boca de mujer. Con curvas y pliegues y suaves hondonadas y me cav por dentro, me hizo un taller de seres humanos. Teji delicadamente mis nervios y balance con cuidado el nmero de mis hormonas. Compuso mi sangre y me inyect con ella para que irrigara todo mi cuerpo; nacieron as las ideas, los sueos, el instinto. Todo lo cre suavemente a martillazos de soplidos y taladrazos de amor, las mil y una cosas que me hacen mujer todos los das por las que me levanto orgullosa todas las maanas y bendigo mi sexo. Gioconda Belli LOS CUARENTA Recuerdo a mi madre despotricando contra el pie de foto de un peridico de Managua: Anciana de 43 aos muere atropellada por un camin. No les bastaba con que hubiera sufrido la muerte deca-encima la insultan tachndola tan joven- de anciana. Mi madre, por ese tiempo,tendra la misma edad. Y deca no sentirse vieja. 12 Yo la miraba con un poco de sospecha. A los veinte, los cuarenta suenan remotos y ciertamente a xido y decrepitud; cunto engao pueden encerrar los nmeros! Cuando me veo forzada a decir mi edad, soy la primera que duda que el nmero de aosme corresponda. Despus de juventudes de angustia, s quin soy, lo que quiero y el precio que estoy dispuesta a pagar por conseguirlo. Me pregunto si, obligadas a temerel medio de la vida, pasemos por alto el momento de equilibrio de la balanza: el instante mgicoen que los astros de la vida se alinean y, equidistantesel pasado y el futuro, 13 nos tornamos leves, aladas prestas a danzartan solo por el inefable placer demovernos y saber que cada movimiento nos pertenece. Se me ocurre que hay que correr la voz: mujeres cuarentonas, unos! Vmonos de nuevo al bosque y a la luz de la luna bailemos otra vezlas danzas paganas de las antiguas y sabias brujas. Gioconda Belli 14 POEMA DEDICADO A UNA NIA Escucha nia: Cuando te alaben llamndote bella, o te humillen llamndote fea, no escuches a nadie. Slo quieren encerrarte en el espejo de una soledad diferente. T debes vivir, no debes agradar, la belleza est dentro de la vida. Cuando te leen Caperucita Roja, te quieren mostrar el miedo de escoger por ti misma el camino. Estate atenta, nia, los verdaderos lobos son todos aquellos que matarn tu libertad. Cuando te leen Blanca Nieveses para convertirte en sirvienta, aunque sea de un hombre tonto y enano. Reblate, nia.Es humillante servir si no es un gesto recproco. Cuando te lean la Bella durmiente te estn inyectando un potente veneno para frenartus ideas, as, cuando seas mayor, un hombre sin muchos problemas ser dueo de tu cerebro. No te duermas, niaTu inteligencia les da miedo, por eso te llaman tonta. Pero, cuando te dicen que eres inteligente, no te fes demasiado, nia, quieren quizs intentar que aceptessus posturas interesadas. Cuando te dicen que eres dulce y buena, ponte en guardia, quieren decir que te tienen en el bolsillo y controlan los latidos de tu corazn. 15 Eres dulce o te han domesticado ? Cuando te dicen que eres pulida y ordenada, pobre nia, estas ya enmohecida, han hecho de ti una estatuita que no se ensucia porque no se mueve. Cuando te ensean a vivir triste, prueba la locura, nia. El dolor es una realidad que se debe afrontar cuando se presenta, no un valor sobre el cual edificar la vida. Sobre nuestras vidas infelices demasiados hombres han vivido de renta. La felicidad es el mayor desafo. Quin cree ya que es una utopa?

M Teresa dAmeo MUJER IRREDENTA Hay quienes piensan que he celebrado en exceso los misterios del cuerpo la piel y su aroma de fruta. Calla, mujer! me ordenan No nos aburras ms con tu lujuria Vete a la habitacin Desndate Haz lo que quieras Pero calla No lo pregones a los cuatro vientos. Una mujer es frgil, leve, maternal; en sus ojos los velos del pudor la erigen en eterna vestal de todas las virtudes. 16 Una mujer que goza es un mar agitado donde slo es posible el naufragio. Cllate. No hables ms de vientres y humedades. Era quizs aceptable que lo hicieras en la juventud. Despus de todo, en esa poca, siempre hay lugar para el desenfreno. Pero ahora, cllate. Ya pronto tendrs nietos. Ya no te sientan las pasiones. No bien pierde la carne su solidez debes doblar el alma ir a la Iglesia tejer escarpines y apagar la mirada con el forzado decoro de la menopausia. ...Me instalo hoy a escribir para los Sumos Sacerdotes de la decencia, para los que, agotados los sucesivos argumentos, nos recetan a las mujeres la vejez prematura la solitaria tristeza el espanto precoz a las arrugas. Ah! Seores; no saben ustedes cunta delicia esconden los cuerpos otoales cunta humedad, cunto humus cunto fulgor de oro oculta el follaje del bosque donde la tierra frtil se ha nutrido de tiempo. Gioconda Belli 17 REGLAS DE JUEGO PARA LOS HOMBRES QUE QUIERAN AMAR A MUJERES MUJERESEl hombre que me ame deber saber descorrer las cortinas de la piel, encontrar la profundidad de mis ojosy conocer lo que anida en m, la golondrina transparente de la ternura. II El hombre que me ame no querr poseerme como una mercanca, ni exhibirme como un trofeo de caza, sabr estar a mi lado con el mismo amor conque yo estar al lado suyo. III El amor del hombre que me ame ser fuerte como los rboles de ceibo, protector y seguro como ellos, limpio como una maana de diciembre. 18 IV El hombre que me ame no dudar de mi sonrisa ni temer la abundancia de mi pelo, respetar la tristeza, el silencio y con caricias tocar mi vientre como guitarra para que brote msica y alegra desde el fondo de mi cuerpo. V El hombre que me ame podr encontrar en m la hamaca donde descansar el pesado fardo de sus preocupaciones, la amiga con quien compartir sus ntimos secretos, el lago donde flotar sin miedo de que el ancla del compromiso le impida volar cuando se le ocurra ser pjaro. VI El hombre que me ame har poesa con su vida, construyendo cada da con la mirada puesta en el futuro. 19 VII Por sobre todas las cosas, el hombre que me ame deber amar al pueblo no como una abstracta palabra sacada de la manga, sino como algo real, concreto, ante quien rendir homenaje con acciones y dar la vida si es necesario. VIII El hombre que me ame reconocer mi rostro en la trinchera rodilla en tierra me amar mientras los dos disparamos juntos contra el enemigo. IX El amor de mi hombre no conocer el miedo a la entrega, ni temer descubrirse ante la magia del enamoramiento en una plaza llena de multitudes. Podr gritar -te quiero- o hacer rtulos en lo alto de los edificios proclamando su derecho a sentir el ms hermoso y humano de los sentimientos. 20 X El amor de mi hombre no le huir a las cocinas, ni a los paales del hijo, ser como un viento fresco llevndose entre nubes de sueo y de pasado, las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron separados como seres de distinta estatura. XI El amor de mi hombre no querr rotularme y etiquetarme, me dar aire, espacio, alimento para crecer y ser mejor, como una Revolucin que hace de cada da el comienzo de una nueva victoria. Gioconda Belli MEMORIA DE SIRENA Tu mirada y mi mirada no son iguales. T miras el futuro con memoria de pasado 21 y yo lo recibo sin saber mi pasado de memoria. Solo algunos gestos, algunas voces, algn paisaje pero no, no me s mi pasado de memoria. de recitarlo se me hizo aburrido y lo olvid. As. Sin ms. Y a veces me lo cuentas y celebro reencontrarme con l, tan nuevo, tan inesperadamente nuevo Vuela por la cocina enredado en los olores de tus ollas hasta llegar a m. Los que son y no fueron y el que es y no fue, se mezclan sin querer. Salgo de tu cocina con otro pasado que no es ni el mo, ni el tuyo; otro distinto. Tengo por defecto el abandono de mi memoria; por rutina, la fantasa y por costumbre, tu cocina. 22 Ya ves, _por fortuna_ a ti nunca te cambiar. Nadie guarda con tanta ternura mis olvidos, la vida que arrastro, mis ojos de ayer, de anteayer, del ao pasado. Nadie como t. Ni siquiera yo. Vega Cerezo ZARPAZOSA veces los das estn repletos deesquinas y yo me arao con todas. Vega Cerezo EL MERCADO DE LOS JUEVES No son pequeos olvidos, ni es mi mala memoria cuando voy a la plaza y llego sin los tomatesque tanto te gustan,ni los melocotones dulces que tomas despus de cenar. Es solo que esta semanano deseo quererte y que te asalte mi ausencia al abrir la nevera. Vega Cerezo 23 POLIEDROS Cuando escriba poemas a escondidas todo era perfecto. Yo imaginaba y la mano esculpa palabras redondas. Ahora que los leo buscando tu aprobacin, no s muy bien qu son. Vega Cerezo HAGAMOS UN TRATO Compaera,usted sabe que puede contarconmigo,no hasta doso hasta diez,sino contarconmigo. si alguna vezadvierteque la miro a los ojosy una veta de amorreconoce en los mos,no alerte sus fusiles,ni piense qu delirio!A pesar de la vetao tal vez porque existe,usted puede contarconmigo.24 Si otras vecesme encuentrahurao sin motivo no piense qu flojera!Igual, puede contarConmigo.Pero, hagamos un trato,yo quisiera contarcon usted, es tan lindosaber que usted existe,uno se siente vivo.Y cuando digo esto, quiero decir contar,aunque sea hasta dos,aunque sea hasta cinco,no ya para que acudapresurosa en mi auxilio,sino para sabera ciencia ciertaque usted sabe que puedecontar conmigo. Mario Benedetti