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Departamento: Agronomía Título: Evaluación del manejo de la técnica de aplicación de plaguicidas en la Empresa Agropecuaria “Valle del Yabú” Autor: Alexander León Gómez Tutor: Ing. Juan Miguel Álvarez Mederos , junio 2019

plaguicidas en la Empresa Agropecuaria “Valle del Yabú”

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Departamento: Agronomía

Título: Evaluación del manejo de la técnica de aplicación de

plaguicidas en la Empresa Agropecuaria “Valle del Yabú”

Autor: Alexander León Gómez

Tutor: Ing. Juan Miguel Álvarez Mederos

, junio 2019

Title: Evaluation of the handling of the pesticide application technique in the Agricultural Company "Valle del Yabú"

Author: Alexander León Gómez

Tutor: Ing. Juan Miguel Álvarez Mederos

Department: Agronomy

, june 2019

Este documento es Propiedad Patrimonial de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las

Villas, y se encuentra depositado en los fondos de la Biblioteca Universitaria “Chiqui

Gómez Lubian” subordinada a la Dirección de Información Científico Técnica de la

mencionada casa de altos estudios.

Se autoriza su utilización bajo la licencia siguiente:

Atribución- No Comercial- Compartir Igual

Para cualquier información contacte con:

Dirección de Información Científico Técnica. Universidad Central “Marta Abreu” de Las

Villas. Carretera a Camajuaní. Km 5½. Santa Clara. Villa Clara. Cuba. CP. 54 830

Teléfonos.: +53 01 42281503-1419

Pensamiento

"Dañada la tierra, dañadas las plantas, contaminado el aire y desaparecidos los

animales, solo sabremos una cosa: que termina la vida y empieza la lucha por la

imposible supervivencia"

Fidel Castro

Dedicatoria

A:

Mi familia quienes con sus sacrificios me han apoyado en todo momento.

Agradecimientos

A:

Mi familia en general, por inspirarme en el desarrollo de este trabajo.

Mi tutor, por ofrecerme su ejemplo y sabiduría.

Todos los profesores que contribuyeron con mi formación profesional.

La Revolución cubana, por brindarme la posibilidad de formarme como profesional.

Resumen

La investigación se realizó con el objetivo de evaluar los principios básicos del empleo

de la técnica de aplicación de plaguicidas en la Empresa Agropecuaria “Valle del

Yabú”, situada en la Carretera a Sagua km 4½, municipio de Santa Clara, provincia de

Villa Clara, durante el período comprendido de 2017 al 2019. Los métodos utilizados

para la elaboración del trabajo fueron la consulta de la bibliografía existente, además de

las inspecciones realizadas a aplicaciones de campo, logrando dar una visión de las

dificultades que se observan actualmente en la aplicación de dicha técnica. Se precisa

que no basta solo con la existencia de una fuerte estructura científica y recursos

materiales en el país, si no se observan estrictamente las normas vigentes para esta

actividad. Los resultados obtenidos permitieron constatar, que aún se cometen

infracciones en la realización de aplicaciones de plaguicidas relacionadas con la no

realización de los muestreos previos y posteriores a la aplicación para determinar los

índices de infestación de patógenos y plagas, se utiliza el mismo esquema de boquillas

para todas las fases fenológicas del cultivo, no se chequean las descargas individuales

de las boquillas, es deficiente el registro del historial de campo, ocurren violaciones en la

calibración, no se utilizan todos los medios de protección humana, además de la falta de

conocimientos teóricos sobre el tema. Se confeccionó un instructivo técnico con el fin

de brindar la información técnica necesaria que debe recibir el operario fitosanitario

para lograr una correcta aplicación de plaguicidas.

Palabras claves: boquillas, calibración, plaguicidas, técnica

Summary:

The investigation was carried out with the objective of evaluating the basic principles of

the employment of the technique of pesticides application in the Company Agricultural

Valley of the Yabú", located in the Highway to Sagua km 4½, municipality of Santa Clara,

county of Villa Clara, during the understood period of 2017 at the 2019. The methods

used for the elaboration of the work were the consultation of the existent bibliography,

besides the inspections carried out to field applications, being able to give a vision of the

difficulties that you/they are observed at the moment in the application of this technique.

She is necessary that it is not enough alone with the existence of a strong scientific

structure and material resources in the country, if they are not observed the effective

norms strictly for this activity. The obtained results allowed to verify that infractions are still

made in the realization of plaguicidas applications related with the non-realization from

the previous and later samplings to the application to determine the indexes of pathogen

infestation and plagues, the same outline of mouthpieces is used for all the phases

phonological of the cultivation, not you chequean the individual discharges of the

mouthpieces, it is faulty the registration of the field record, they happen violations in the

calibration, all the means of human protection are not used, besides the lack of theoretical

knowledge on the topic. A technical instructive was made with the purpose of the

necessary technical information that the operative plant protection should receive to

achieve a correct plaguicidas application toasting.

Key words: mouthpieces, calibration, pesticides, technique

Índice

1. Introducción ................................................................................................................................. 1

2. Revisión bibliográfica ................................................................................................................ 3

2.1. Plaguicidas. Consideraciones generales ...................................................................... 3

2.2. Técnica de aplicación de plaguicidas ............................................................................ 4

2.3. Equipos que se utilizan en la técnica de aplicación de plaguicidas ..................... 5

2.4. Formulaciones ...................................................................................................................... 5

2.5. Tratamientos para el empleo de la técnica de aplicación de plaguicidas, en

bandas y dirigidos ...................................................................................................................... 6

2.6. Empleo de equipos en diferentes tipos de siembra ................................................... 6

2.7. Esquemas para tratamientos según el porte de los cultivos .................................. 7

2.8. Consideraciones para el empleo adecuado de la técnica de aplicación de

plaguicidas .................................................................................................................................... 8

2.9. Boquillas y sus partes ........................................................................................................ 9

2.10. Partes por las que está compuesta una asperjadora (Anexo1) .......................... 10

2.11. Normas para el manejo seguro de la técnica de aplicación de plaguicidas ... 13

2.12. Elementos de protección personal ............................................................................. 14

3. Materiales y métodos ............................................................................................................... 16

3.1. Evaluación del estado técnico de las asperjadoras ................................................. 16

3.1.1. Evaluación de las boquillas que se utilizan ............................................................ 16

3.2. Cumplimiento de los procedimientos para la calibración de medios de

aplicación .................................................................................................................................... 16

3.3. Características climáticas en el período de evaluación .......................................... 17

3.4. Evaluación de la elección de los productos atendiendo a las normas técnicas

........................................................................................................................................................ 17

3.5. Manejo y uso seguro de plaguicidas............................................................................ 18

4. Resultados y discusión ........................................................................................................... 19

4.1. Evaluación del estado técnico de las asperjadoras ................................................. 19

4.1.1. Evaluación de las boquillas que se utilizan ............................................................ 20

4.2. Cumplimiento de los procedimientos para la calibración de medios de

aplicación .................................................................................................................................... 21

4.3. Características climáticas en el período de evaluación .......................................... 23

4.4. Evaluación de la elección de los productos atendiendo a las normas técnicas

........................................................................................................................................................ 25

4.5. Manejo y uso seguro de plaguicidas............................................................................ 27

4.6. Realización del instructivo técnico para un empleo adecuado de la técnica de

aplicación de plaguicidas ....................................................................................................... 29

5. Conclusiones ............................................................................................................................. 31

6. Recomendaciones .................................................................................................................... 32

7. Bibliografía .....................................................................................................................................

8. Anexos .............................................................................................................................................

1

1. Introducción

La lucha contra las plagas se ha desarrollado como un proceso continuo y paralelo, que

ha marchado acorde a las tendencias tecnológicas, económicas y sociales de las

diferentes épocas que se han sucedido, con un vertiginoso auge con posterioridad a la

II Guerra Mundial, en que surgió el paradigma de la Revolución Verde, sobre la base

de aumentos productivos sostenidos a través de tecnologías de producción intensivas,

mecanizadas y con grandes volúmenes de insumos, principalmente energía y

agroquímicos (Delgado et al., 2018).

Este modelo de agricultura favoreció el desarrollo de los plaguicidas y su tecnología de

aplicación, que ha sido la tendencia predominante de la Sanidad Vegetal en el ámbito

mundial, la cual se ha arraigado con tanta fuerza que aun en la actualidad, a pesar de

que se conocen y se han practicado diversas alternativas, muchos agricultores y

profesionales agrarios tienen la percepción de que para la lucha contra las plagas es

necesario el empleo de un producto (plaguicidas) como única opción, y aunque

actualmente esto es lo predominante no se deben obviar las demás medidas del manejo

agroecológico (Contreras y Zapata, 2012).

En la mayoría de los debates sobre agricultura y ruralidad se arriba a la conclusión de

que a nivel mundial la agricultura se encuentra en una crisis, motivada principalmente

por los impactos negativos y la alta dependencia de los plaguicidas sintéticos, entre

otras causas; sin embargo, en muchos lugares se observan experiencias que

demuestran que resulta posible obtener producciones agrícolas mediante alternativas

sostenibles para el manejo de los problemas de plagas, siempre que se otorgue

participación a los agricultores y técnicos o extensionistas y este ha sido el gran reto

para los centros científicos y las universidades de la región en los últimos años (Bedmar,

2011).

Tiene una importancia capital el adecuado uso de la técnica de aplicación de

plaguicidas con los principios técnicos que rigen esta actividad para el proceso de

control de plagas, enfermedades y arvenses (Figueroa y Pérez, 2012).

La actividad de Sanidad Vegetal descansa en una amplia infraestructura de carácter

técnico-científico y material, que va desde la existencia de un instituto de

investigaciones de esta rama, donde se investiga el comportamiento de los organismos

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perjudiciales, se crean las metodologías de control de los mismos con la participación

de científicos de alta calificación (Figueroa y Pérez, 2012).

Existen estructuras provinciales sustentadas en Laboratorios y Estaciones de

Protección de Plantas que monitorean todo el proceso de control. El país invierte

anualmente millones de dólares en la adquisición de plaguicidas de probada eficiencia

y en medios de aplicación.

Los aspectos antes señalados conducen a declarar como problema de la

investigación: se aprecian insuficiencias en la técnica de aplicación de plaguicidas que

limitan su efectividad en el manejo de los cultivos en la Empresa Agropecuaria “Valle

del Yabú”.

Para dar respuesta al problema de la investigación se define como hipótesis: El uso

de una adecuada técnica de aplicación será definitoria para lograr una eficiente

aplicación de plaguicidas, lo que contribuye a un buen estado fitosanitario.

Para comprobar la hipótesis de la investigación se determina como objetivo general:

Evaluar los principios básicos del empleo de la técnica de aplicación de plaguicidas en

la Empresa Agropecuaria “Valle del Yabú”.

El cual se desglosa en los siguientes objetivos específicos:

1. Determinar las principales deficiencias en el empleo de la técnica de aplicación de

plaguicidas en la Empresa Agropecuaria “Valle del Yabú”.

2. Evaluar el manejo de la técnica de aplicación de plaguicidas y su relación con las

variables climáticas.

3. Elaborar un instructivo técnico con los principios teóricos que rigen el empleo de la

técnica de aplicación de plaguicidas.

3

2. Revisión bibliográfica

2.1. Plaguicidas. Consideraciones generales

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la

Alimentación (FAO, 2016), un plaguicida o producto fitosanitario, es cualquier sustancia

o mezclado sustancias, que se utiliza para prevenir, controlar o destruir una plaga.

Las plagas pueden ser vectores de enfermedades humanas o animales; especies no

deseadas de plantas o animales que causan perjuicio a la producción, elaboración,

almacenamiento, transporte o comercialización de alimentos, productos agrícolas,

madera y productos de madera o alimentos para animales (FAO, 2012).

Dentro de los plaguicidas se incluyen los productos que pueden administrarse a los

animales para combatir insectos, arácnidos u otras plagas en o sobre sus cuerpos; las

sustancias usadas como reguladoras del crecimiento de las plantas, defoliantes,

desecantes, agentes para reducir la densidad de fruta o para evitar su caída prematura;

y a las sustancias aplicadas a los cultivos antes o después de la cosecha para evitar el

deterioro durante el almacenamiento y transporte (Astorga y García, 2014).

El uso de plaguicidas modernos en la agricultura y en la salud pública, se remonta al

siglo XIX. La primera generación de plaguicidas estuvo constituida por compuestos

altamente tóxicos, tales como arseniato de calcio, arseniato de plomo, cianuro de

hidrógeno, caldo bordelés y azufre, usados a partir de 1860, para controlar hongos,

insectos y bacterias. Debido a su elevada toxicidad dejaron de aplicarse, y fueron

reemplazados por plaguicidas de segunda generación, los compuestos orgánicos

sintéticos (Zacharia, 2011).

El primer compuesto sintético de importancia fue el DDT (dicloro difenil tricloroetano),

sintetizado por el científico alemán Ziedler en 1873. Sin embargo, su uso como

insecticida fue descubierto en 1939 por el suizo Paul Müller, lo que le permitió acceder

al Premio Nobel de Medicina. Debido a su bajo costo y efectividad para controlar plagas,

y al rápido aumento observado en el rendimiento de los cultivos, su uso se extendió

rápidamente por el mundo. Además, tuvo numerosas aplicaciones no agrícolas, en el

control de agentes transmisores de enfermedades, desde la eliminación de piojos en

los soldados en la Segunda Guerra Mundial, previniendo el tifus hasta el control del

mosquito causante de la malaria (FAO, 2012). A pesar de los buenos resultados

4

iniciales del uso de plaguicidas, y del incremento en los rendimientos, se notaron

efectos deletéreos en el ambiente y en la salud de las personas. Esto fue atribuido a la

alta actividad biológica y a la toxicidad, tanto aguda como crónica de los productos

fitosanitarios, por lo que pueden ser denominados como biocidas, ya que tienen el

potencial de dañar a otras formas de vida, además de la plaga (Zacharia, 2011).

2.2. Técnica de aplicación de plaguicidas

De nada vale el conocer bien la biología de un insecto o un ácaro, seleccionar

correctamente el producto y escoger el momento más favorable para realizar el

tratamiento, si cuando se van a aplicar los productos químicos no se realiza

adecuadamente. Es posible que el grueso de los fallos que normalmente se originan en

los tratamientos se deba, más que todo, a deficiencias en la técnica de aplicación.

Los principios cardinales que deben regir en la correcta aplicación de los plaguicidas,

son los siguientes (Bernardo et al., 2010):

Primero: Poner en contacto el producto con el organismo.

La más esmerada atención se debe concentrar en el cumplimiento de este primer

principio, ya que todos los insecticidas y acaricidas modernos matan por contacto.

Aquellos insectos y ácaros que no sucumban al primer impacto del tratamiento, irán

muriendo después por las distintas vías indirectas de agresión que proporcionan los

insecticidas: por ingerir hojas envenenadas, por succionar savia emponzoñada, por

reptar sobre superficies donde existan residuos del producto o por respirar los gases

tóxicos que algunos de ellos expiden.

Segundo: Que el producto dosificado se distribuya uniformemente en el área

dada.

Es de suma importancia, porque si este segundo principio no se cumple, se cometen

de manera automática errores en la dosificación con consecuencias funestas para el

tratamiento. Si la repartición del insecticida se realiza en menor área, se gastan los

recursos innecesariamente; si por el contrario, se distribuye en un área mayor, es

posible que la plaga no muera, pudiendo llegar a crearse un insecto resistente.

Los efectos de una mala aplicación repercuten de manera parecida en la aplicación de

fungicidas, acaricidas o herbicidas. En el caso de los herbicidas las consecuencias

pudieran llegar a ser peores, ya que dosis más bajas que las recomendadas no

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matarían las malezas indeseables al cultivo, y un exceso de ellas podría dañar

irremediablemente la plantación (Gordo, 2015).

Los factores que intervienen de manera directa en una buena técnica de aplicación, son

los siguientes: seleccionar el equipo conveniente para cada caso concreto, elegir el tipo

de portaboquillas o aguilón adecuado para cada caso, el tipo de boquilla y número de

ellas por surcos, determinar el volumen de la solución final que hay que aplicar, la

máquina debe estar calibrada y funcionar correctamente, utilizar la aspersión tan fina

como sea posible y utilizar surcos rectos y distancia de camellón invariable (Fernández,

2014).

2.3. Equipos que se utilizan en la técnica de aplicación de plaguicidas

Según Blanco y Gamarra (2013) dentro de los equipos que se utilizan para la aplicación

de plaguicidas se encuentran:

Mochilas de espalda

Motomochilas

Espolvoreadoras

Asperjadoras

De arrastre (Halada por tractor)

De aguilón (montado sobre tractor)

Turboasperjadoras

2.4. Formulaciones

Polvos humedecibles

Emulsiones concentradas

Concentrados solubles

Granulados

Las formulaciones prácticamente no tienen mayor incidencia sobre la propia aplicación,

pero si sobre la preparación del caldo respectivo. Con polvos humedecibles hay que

preparar primero y cuidadosamente una premezcla que después se añade al agua para

formar el caldo de aplicación (Fernández, 2014).

6

Se entiende que los polvos humedecibles requieren, durante la preparación del caldo

como la propia aplicación una mejor agitación que otras formulaciones. Para la

calibración de un equipo de aplicación de gránulos, siempre hay que trabajar con el

gránulo que se debe aplicar, no puede ser cualquier granulado ni un material inerte. A

diferentes concentraciones de una misma sustancia activa sobre el mismo material

inerte dan en la calibración diferencias no aceptables, esto se aplica tanto para

aplicaciones terrestres como aéreas (Peñafiel, 2001).

2.5. Tratamientos para el empleo de la técnica de aplicación de plaguicidas, en

bandas y dirigidos

UNICOOP (2015), para un tratamiento en bandas con equipos tractorizados

recomienda:

Realizar el tratamiento junto con la siembra, lo que requiere un equipo de

aplicación montado sobre una sembradora.

Disponer de un equipo de aplicación especial y dirigible (2 operadores), que

abarque exactamente un ancho de trabajo de la sembradora que se utilice para

la siembra.

Para tratamientos dirigidos:

Aplicar herbicidas entre hileras o surcos y sin asperjar las hojas u otras partes

del cultivo.

Aplicar herbicidas en cultivos de vianda y hortalizas, ya sea en forma de pre-

emergencia de las malezas y del cultivo.

Aplicar bien con mochilas o con equipos tractorizados provistos con mangueras

y lanzas.

2.6. Empleo de equipos en diferentes tipos de siembra

Surco sencillo o en hileras

El cultivo se puede pasar surco por surco o hilera por hilera, ya sea con un equipo

portátil o con un equipo tractorizado y con boquillas pendulares o previstas con

mangueras y lanzas (manitos para hileras).

Surco doble

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Muchas veces no se puede pasar ni con mochila ni con boquilla pendular entre los dos

surcos juntos. Se debe efectuar una aspersión lateral o por encima, que cubra bien los

dos surcos en ambos lados.

En nidos

Es una aplicación que se realiza con mochilas. Si se utiliza un equipo tractorizado con

mangueras y lanzas se debe avanzar muy lentamente para poder realizar una buena

aplicación, por lo que el equipo es poco rentable.

En canteros o camellones, o en el fondo del surco

Es más fácil realizar una aplicación en cultivos sembrados en canteros o camellones.

Se transita con más facilidad cualquier equipo de aplicación y se logra asperjar bien el

cultivo lateralmente y hasta de abajo para arriba. Es más difícil aplicar en cultivos

sembrados en el fondo del surco, lo que dificulta mojar bien las partes inferiores de las

plantas y el tránsito de equipos de aplicación, hasta para un trabajador caminar con

mochila puede ser bien problemático (Massaro, 2004).

2.7. Esquemas para tratamientos según el porte de los cultivos

Existen dos esquemas para la técnica de aplicación de plaguicidas: La manito y

boquillas pendulares (Figura 1).

Figura 1. Esquemas de boquilla

Fuente: (FAO, 2006)

Al aumentar boquillas, manteniendo la presión y la concentración del caldo, se aplica

cada vez más caldo y a su vez más producto fitosanitario, proporcionalmente como va

creciendo el cultivo. Tiene la ventaja que no hay que mover las lanzas de aplicación, lo

que lleva a una cobertura más uniforme y por lo tanto a un mejor control del agente

dañino (FAO, 2006).

8

2.8. Consideraciones para el empleo adecuado de la técnica de aplicación de

plaguicidas

Se debe tener en consideración los siguientes aspectos (Burgos, 2015):

Aplicar en el momento oportuno

Con una cobertura óptima

La cantidad necesaria de un producto dado

Las tres palabras doradas son:

Momento oportuno (timing)

Cobertura

Dosificación

Se puede agregar tres palabras doradas más:

Caudal

Tamaño de gotas

Manejo seguro de los pesticidas

Una aplicación de pesticidas se justifica, si esta produce un aumento de la cosecha que

cubre más que los costos de la aplicación y de los productos aplicados. O sea, una

cantidad definida de pesticidas debe reducir la población de los parásitos o de las malas

hierbas por debajo de un límite mínimo de daños. Una lucha contra insectos o malezas

por debajo de dicho límite resulta completamente antieconómica, ya que no influye

sobre la cosecha (Massaro, 2005).

El punto más importante para una aplicación exitosa es la elección del momento

oportuno (INTA, 2010).

Entre más gotas hagan impacto por área, mejor será la efectividad. Este principio básico

se aplica para insecticidas, herbicidas y fungicidas. Sin embargo, el efecto de la

cobertura puede ocultarse si se aplican productos sistémicos o en el caso de

aplicaciones de herbicidas en pre-emergencia (Portuondo, 2007).

Por lo que:

Gotas pequeñas = cobertura buena

Gotas grandes = cobertura mala

9

El volumen de aplicación, litros por hectáreas (L/ha) no tiene influencia sobre los

resultados biológicos. La cantidad de agua (por ha) se puede considerar solamente

como vehículo que facilita la distribución del producto para lograr la cobertura requerida

sobre la superficie. Los parámetros de la aplicación tienen que ser elegidos de tal forma

para que produzcan una cobertura de más 20 gotas por centímetros cuadrado (cm2)

sobre el suelo, el cultivo o las arvenses.

Aplicaciones foliares con productos no sistémicos tienen que producir una cobertura de

unas 70 gotas/cm2 sobre la superficie. La eficacia de una aspersión puede también

depender del lugar (anverso/reverso de la hoja, vaina foliar, punto vegetativo) donde las

gotas tienen que llegar. Sin embargo, la regla general de 20 gotas/cm2 en la superficie

no solo es la fórmula más fácil para evaluar una aplicación, sino también es bien

acertada para las prácticas en el campo (Portuondo, 2007).

2.9. Boquillas y sus partes

La parte principal de una boquilla es la boca, existen varios tipos de bocas, las cuales

pueden proporcionar diversas cantidades de flujo, tamaños de gotas y distribuciones de

aspersión. Una boquilla completa se compone de filtro cambiable, cuerpo rayado, boca

de la boquilla cambiable y rosca (Rodríguez y Tarelli, 2015).

Para las aplicaciones terrestres se pueden usar diferentes tipos de boquillas (Tabla 1).

Tabla 1. Tipos de boquillas

Tipos de boquillas

Patrón de aspersión Dispersión del caldo Tamaño de gotas

Cono hueco

fino

Abanico plano

mediano

Abanico plano uniforme

mediano

Abanico plano lateral

grueso

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Flood Jet

grueso

Para los herbicidas, la boquilla apropiada es de abanico plano y para los fungicidas e

insecticidas es la de cono hueco.

La diferencia entre boquillas de abanico plano y cono hueco radica en la variación de

tamaños de las gotas, ya que, para igual cantidad de flujo y presión, con la boquilla de

abanico plano se obtiene mayor variación de tamaños de las gotas que con la boquilla

de cono hueco. Las aplicaciones mediante boquillas de abanico plano disminuyen la

deriva del caldo de aspersión, la cual puede acarrear, en el caso de herbicidas,

consecuencias fatales en los cultivos colindantes (Rodríguez y Tarelli, 2015).

Se debe escoger siempre la boquilla con el mayor ángulo de aspersión (hasta 110°),

pues produce un traslape mejor, si las boquillas están montadas en una barra (de

tractor) que está sujeta a vaivenes (Boglani et al., 2002).

2.10. Partes por las que está compuesta una asperjadora (Anexo1)

Tanque

El tanque contiene de 200-600 litros para equipos montados sobre tractor, está

fabricado de plástico o fibra de vidrio, acero (para equipos de aspersión sobre

remolques), la escala (indicador de contenido) está elaborada para lograr una lectura

fácil del contenido, el orificio de relleno con tamiz es grande y profundo para obtener un

cierre perfecto, el filtro tiene 50 mallas por pulgada como mínimo, el orifico de aireación

en caso contrario se produce vacío (por lo general en el cierre del tanque). En los

tanques de más de 1000 litros de capacidad se colocan tabiques de separación

perforados para evitar el balanceo del caldo (Gil y García, 2011).

Bomba

La bomba está compuesta por el cilindro, el pistón, el eje motriz o árbol de impulsión

(con excéntrica y biela), la válvula de aspiración y presión y la cámara de aire (presión).

La bomba funciona correctamente cuando al retroceder el émbolo de la misma, se

levanta la válvula de aspiración, el caldo de pulverización es pos aspirado, con lo cual

se llena el cilindro de la bomba. Al avanzar el émbolo, éste ejerce presión sobre el caldo

de pulverización aspirado en dirección del canal de presión, durante este proceso se

11

eleva la válvula de presión, simultáneamente baja la válvula de aspiración a su lugar de

alojamiento y cierra el canal de aspiración al paso del caldo. Por encima del canal de

presión, se sitúan una o dos cameras de aire, comprimido por el líquido, lo que reduce

los impulsos de presión de la carrera del émbolo (Gil y García, 2011).

Este tipo de bomba tiene las ventajas de ser muy robusta, de larga vida y reducido

desgaste. Es la única clase de bomba que proporciona una presión y potencia alta y

constante, aunque se pueden señalar desventajas como su elevado precio de costo, su

peso y tamaño. Es importante señalar que el agua sucia y las formulaciones pueden

afectar su buen funcionamiento debido a la abrasión sobre émbolo y cilindro

(Rodríguez, 2015).

Sistema de agitación

El sistema de agitación es hidráulico con boquilla agitadora, el cual parte del líquido de

aspersión impulsado por la bomba, retorna al tanque a través de los conductos del

agitador hidráulico y del retorno. Este flujo de retorno provoca una agitación constante

del caldo de aspersión en el tanque e impide así la sedimentación de los productos. Es

importante que los orificios de salida del tanque estén siempre por debajo del nivel del

líquido para evitar la formación de espuma en el tanque. Las dimensiones del retorno y

del agitador hidráulico deben ser tales que puedan llevar de retorno al tanque la

capacidad total de la bomba, lo cual ocurre cuando la bomba funciona con la llave

cerrada (Rodríguez, 2015).

El efecto de agitación en el tanque es mejor cuando mayor sea la cantidad del líquido

de aspersión retornado (Blanco y Gamarra, 2013), para ello se debe de tener en cuenta

retornar el 50 % del líquido de aspersión necesario en la barra de pulverización (30 %

de la capacidad total de la bomba) cuando se trate de aplicaciones a alto volumen y

retornar más del 100 % de la cantidad necesaria en las barras de pulverización (mínimo

50 % de la capacidad total de la bomba) en el caso de aplicaciones bajo volumen. Se

estima que un retorno del 5 % del contenido del tanque proporciona una buena

agitación.

Válvula reguladora de la presión

La válvula reguladora de la presión está dispuesta en el sistema de aspersión detrás de

la bomba, regulando la presión escogida para las boquillas de aspersión. Actúa de

12

manera que el caldo de pulverización en exceso sea retomado al tanque, la válvula se

cierra por una membrana con una bola. Cuando la presión del caldo de aspersión

encuentra la bola de la válvula o la membrana; mantenidas en el asiento de la válvula

por medio del muelle de la válvula y del tornillo de la misma, se eleva aquel si la presión

del líquido es mayor que la del muelle de la válvula. Así queda libre el paso para el

caldo de aspersión hacia el retorno y el líquido fluye de vuelta al tanque (Benítez y

Bárcenas, 2011).

Manómetro

El flujo de salida (descarga) depende de la presión del caldo de aspersión en las barras

de aspersión. El manómetro indica si se dispone en las boquillas de la presión deseada

correspondiente. Los manómetros deben ser amortiguados con glicerina y provistos de

una escala de fácil lectura de 1-10 bar. Deben adaptarse siempre a la presión máxima

de trabajo posible, ya que ningún dispositivo de aspiración de retorno garantiza de

forma segura una sobrecarga o un exceso de presión sobre el instrumento. Los

aspersores, montados sobre tractores pueden estar previstos de un medidor de flujo,

tal como el que llevan algunos aviones, el cual permite la lectura directa del

correspondiente flujo. La relación entre presión y flujo (descarga) se debe determinar

mediante ensayos, el cálculo numérico no da siempre resultados fiables. Si se cambian

las boquillas, esta relación varía lo cual obliga a contrarrestar la misma (Rodríguez,

2015).

Llave de estrangulamiento

La llave de estrangulamiento o llave de cierre posee las siguientes posiciones de

mando: (Gordo, 2015)

Cerrado

Aspersión con la parte izquierda de la barra

Aspersión con la parte media de la barra

Aspersión con la parte derecha de la barra

Aspersión con toda la barra

Llenado con el dispositivo de aspiración

El manómetro y la llave de estrangulamiento deben estar situados de forma que estén

siempre a mano y a la vista del conductor del tractor (equipo).

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Tipos de filtros

Existen diferentes tipos de filtros, como:

Filtro del inyector

Filtro de relleno

Filtro de aspiración

Filtro de presión

Filtros de las boquillas

Este sistema de filtración debe estar dispuesto de forma tal que la apertura de malla del

inyector y de los tubos de relleno hasta el filtro de la boquilla sea cada vez más pequeña

(Gordo, 2015).

2.11. Normas para el manejo seguro de la técnica de aplicación de plaguicidas

Gomer (2011) determinó las siguientes normas para el manejo seguro de la técnica de

aplicación de plaguicidas:

Antes de la aplicación

Se debe almacenar el producto en un lugar seguro, fresco y bien ventilado, ordenar por

categorías toxicológicas teniendo en cuenta las incompatibilidades químicas, hay que

leer cuidadosamente la etiqueta del producto y constatar los plazos recomendados

entre la última aplicación y la cosecha (para el caso de cultivos). Se deben revisar los

equipos de aplicación y los empaques donde se encuentre el plaguicida, emplear los

elementos de protección personal adecuados. Las mezclas se han de preparar en un

lugar ventilado y restringido con el uso del equipo de protección recomendados. Es

importante evitar todo tipo de contacto con la mezcla y medir y pesar con cuidado el

plaguicida. Al llenar el tanque se debe realizar con cuidado para evitar derrames. En el

momento de su aplicación es necesario retirar a personas y animales domésticos del

área que se va a aplicar y señalizar. Los operarios que van a aplicar el plaguicida deben

estar previamente capacitados. Hay que evitar el envase de plaguicidas en recipientes

de bebidas o alimentos y es importante planear muy bien la cantidad a preparar y a

aplicar a fin de no generar residuos (Malarín, 2004).

Durante la aplicación

Se debe evitar las horas más calientes del día para hacer la aplicación y aplicar lejos

de fuentes de ignición. Es imprescindible utilizar los elementos de protección

14

recomendados. Se debe aplicar de tal manera que el viento aleje la nube de aspersión

del operario (para el caso de cultivos), no permitir que los niños o personas no

entrenadas manejen o apliquen los plaguicidas, evitar destapar boquillas obstruidas

soplándolas con la boca. En caso de interrumpir el trabajo, mantener el equipo fuera

del alcance de los niños. Es importante señalar las áreas de fumigación para advertir a

personal externo sobre el peligro (Malarín, 2004).

Después de la aplicación.

Se deben respetar los tiempos de reingreso y la señalización. No se debe ingresar hasta

que se dé la orden correspondiente. Es importante lavar el equipo de aplicación interior

y exteriormente, así como la ropa y elementos de protección sin contaminar acuíferos.

Al terminar, hay que guardar los sobrantes bien tapados y en un lugar seguro para su

disposición ecológica. El operador se tiene que bañar completamente, incluyendo el

cuero cabelludo con agua y jabón (Malarín, 2004).

2.12. Elementos de protección personal

Los elementos de protección personal son un complemento de todo control que debe

realizarse antes de enfrentarse al riesgo, como es, la capacitación, la supervisión, el

cumplimiento de las normas de manejo adecuado, el autocuidado, los controles

ambientales y administrativos. Una vez que se han normalizado los procesos, el

elemento de protección ejerce su función de manera realmente efectiva y tanto su

selección como su mantenimiento y correcto uso, son puntos críticos en la conservación

de la vida y la salud (García y Rodríguez, 2012).

El uso de los elementos de protección personal es indispensable para la manipulación

de todo tipo de plaguicidas, como norma general nunca se debe trabajar con ropa de la

calle para evitar la contaminación con las sustancias químicas (Rozas, 1995).

El manejo de plaguicidas comprende las actividades desde el mismo proceso de

producción, procesos industriales, de síntesis, formulación y experimentación, manejo

de residuos, transporte, almacenamiento, distribución, pesaje, dosificación y aplicación

de los productos. Los elementos de protección deben seleccionarse según los riesgos

de cada caso. La operación de dispensación o mezcla, debe hacerse en un área muy

ventilada y con extracción. Durante esta operación se recomienda tener a la mano

15

materiales absorbentes, debido al riesgo de salpicaduras o derrames y por ende la

contaminación del medio ambiente (Malarín, 2004).

16

3. Materiales y métodos

El trabajo se realizó en la Empresa Agropecuaria “Valle del Yabú”, situada en la

Carretera a Sagua km 4 ½, municipio de Santa Clara, provincia de Villa Clara, durante

el período comprendido de 2017 al 2019, se evaluaron 13 aplicaciones de plaguicidas:

nueve en la papa (Solanum tuberosum L.), tres en tomate (Solanum lycopersicum L.) y

uno en frijol (Phaseolus vulgaris L.).

Las asperjadoras que se utilizaron para la investigación fueron Tusa (tanque de 2300

L) y Jacto (tanque de 2000 L).

3.1. Evaluación del estado técnico de las asperjadoras

Para la realización de las actividades de campo se tuvo en cuenta el funcionamiento y

el estado de las 12 asperjadoras, así como el manejo de las mismas, evaluando sus

partes como: el tanque, las bombas de pistón que se comprobaron sus partes

principales (cilindro, pistón, eje motriz, válvula de aspiración y presión, cámara de aire),

el funcionamiento del sistema de agitación, válvula reguladora de la presión,

manómetro, llave de estrangulamiento y si cuenta con todos los filtros (Fernández,

2014).

3.1.1. Evaluación de las boquillas que se utilizan

En siete de las asperjadora se evaluaron las boquillas que se utilizaban según el

producto a aplicar y se comparó con lo que refieren las normas (Fernández, 2014).

3.2. Cumplimiento de los procedimientos para la calibración de medios de

aplicación

Para comprobar la descarga de las boquillas se empleó el método de un minuto, que

consiste en (Massaro, 2004):

1. Poner en el tanque 200 L de agua aproximadamente.

2. Ajustar la aceleración del tractor.

3. Poner la bomba en funcionamiento y ajustar en el manómetro la presión de

aspersión deseada.

4. Controlar si todas las boquillas funcionan bien.

5. Usando un recipiente, medir durante un minuto el flujo de cada boquilla (con una

variación admisible de ± 5 %). Las boquillas que no cumplan esta condición se

deben reemplazar. Al promediar la entrega del total de las boquillas, se deben

17

desechar aquellas que se vayan de este promedio con el rango permisible

indicado.

Para determinar la calibración de las asperjadoras se empleó el método de ajuste del

volumen de caldo de aspersión deseado por hectárea (ha), el cual consiste en

(Massaro, 2004):

1. Poner la marcha correspondiente.

2. Conducir el tractor en el campo que se va a tratar por exactamente un minuto;

atendiendo a la presión y marcha sin variar estos parámetros (velocidad y

presión constantes).

3. Medir la distancia recorrida en metros.

4. Cálculo del flujo total (f) por minuto según la fórmula:

(1)

Donde:

d= distancia recorrida en metros

r= ancho de la franja de aspersión (número de boquillas por distancia entre ellas)

a= volumen de aplicación deseado (L/ha)

3.3. Características climáticas en el período de evaluación

Durante el período de desarrollo de la investigación fueron registrados los días que se

evaluaron las aplicaciones, teniendo en cuenta los siguientes parámetros: la velocidad

del viento en metros por segundos (m/s) y la temperatura media en grados (ºC), los

cuales fueron obtenidos de la Estación Agrometeorológica del Yabú 78343.

3.4. Evaluación de la elección de los productos atendiendo a las normas

técnicas

La evaluación de los productos utilizados se realiza atendiendo a dos aspectos (Gordo,

2015):

1. Si el producto utilizado era el recomendado por la norma técnica atendiendo al

organismo a controlar.

2. Aspecto físico de los productos y enmucificaciones o disección de los mismos en

dependencia de que fueran líquidos o polvos humedecibles.

f = r. d. a

1000

18

3.5. Manejo y uso seguro de plaguicidas

Para determinar este parámetro, se tuvo en cuenta las normas de manejo adecuado de

la técnica de aplicación de los plaguicidas, que son: antes, durante y después de la

aplicación. Evaluando la organización y limpieza de los almacenes de estos productos

y el uso correcto de los medios de protección de los técnicos (Malarín, 2004).

Procesamiento estadístico

Los datos fueron ordenados y tabulados en el software Microsoft Office Excel 2013.

Para el procesamiento estadístico se utilizaron los paquetes de programas

STATGRAPHICS Centurión XV.II. Soportado sobre Microsoft Windows 8 Enterprise ©

2012. Después de comprobar los supuestos de homogeneidad de varianza y

normalidad se aplicó la prueba de ANOVA simple para comparación de medias y para

determinar las diferencias estadísticas se utilizó la prueba (HSD) de Tukey con un nivel

del 95,0 % de confianza.

Para determinar las diferencias entre la calibración real y la planificada después de

comprobar los supuestos de homogeneidad de varianza y normalidad se aplicó la

prueba de t-student para comparación de medias.

Los datos para evaluar el estado técnico de las asperjadoras, las condiciones de

almacenamiento y los medios de protección fueron procesados mediante la prueba de

Chi-cuadrado y el análisis de comparación de proporciones para determinar las

diferencias entre tratamientos.

19

4. Resultados y discusión

4.1. Evaluación del estado técnico de las asperjadoras

Durante la realización de la investigación se pudo corroborar el estado técnico de las

asperjadoras teniendo en cuenta sus partes (Figura 2). Todos los parámetros están en

el rango adecuado para su uso, no obstante la bomba, el manómetro, la llave y la válvula

de presión son los que se encuentran en el estado técnico óptimo para ser utilizado,

resultados que coinciden con lo expresado por Cano y Roldán (2015).

Figura 2. Estado técnico de las partes de la asperjadora

Se utilizó en todas las evaluaciones el mismo esquema de boquillas para todas las fases

fenológicas del cultivo, cuando lo correcto, según Moreno (2006), es variarlo en función

de las distintas fases. Al no variar el esquema de acuerdo a la fenología del cultivo se

produce lo siguiente: en fenologías tempranas es suficiente solo una boquilla por

encima del surco. Al utilizar el esquema total se aplica innecesariamente a las calles

con el consiguiente gasto del producto. Cuando el cultivo llega a su fase de desarrollo

Análisis Gráfico de Medias para proporciones

Con Límites de Decisión del 95%

TanqueSistema de Agitación

BombaManómetro

FiltroLlave

Válvula de presión

0.67

0.77

0.87

0.97

1.07

1.17

Proporció

n

LDS=1.11

LC=0.89

LDI=0.67

20

final, se necesita un esquema con boquillas que apliquen también por los laterales y al

no existir, quedan partes de la planta desprotegidas, lo que trae como consecuencia la

exposición a los agentes dañinos. Acerca de los esquemas de aplicación, se hace

necesario que en la medida que avanza el estado fenológico del cultivo se vayan

cambiando los mismos para que se logre una cobertura adecuada.

Según Villalba y Hetz (2010) el estado de desarrollo del cultivo y el estado fenológico

son variables importantes. La deposición y la uniformidad de las aplicaciones de

productos agroquímicos están directamente relacionadas con las características de las

plantas, tanto de las hojas como de sus formas. Cuanto mayor sea el índice de área

foliar, menor será la cantidad de pérdidas.

En el 46,15 % de las aplicaciones (seis de las 13 aplicaciones) se detectaron problemas

de limpieza de las asperjadoras, donde se observó restos de productos de aplicaciones

anteriores. Además, en sentido general las asperjadoras se mostraban sucias

exteriormente. Al respecto Boglani et al. (2002) señalan que es necesario realizar una

limpieza general de los medios después que se realice la aplicación.

4.1.1. Evaluación de las boquillas que se utilizan

Para la aplicación de los herbicidas residuales se utilizó la boquilla de cono hueco y

debía haberse empleado la de abanico, que es la indicada para estos productos, ya que

las gotas son más gruesas, por lo tanto son menos propensas al arrastre por deriva.

Utilizar una boquilla de pulverización inadecuada o que no funcione correctamente

puede conducir a una aplicación excesiva o insuficiente del producto. Según

(UNICOOP, 2015) una aplicación excesiva puede constituir un derroche de

agroquímicos o ser costosa y una aplicación insuficiente puede conducir a una

reducción en el rendimiento o a la necesidad de realizar una nueva aplicación.

La selección de las boquillas es importante para adecuar el equipo al tipo de aplicación

deseada, con el fin de optimizar el resultado biológico y la capacidad de la máquina

(Boller y Schlosser, 2010).

Villalba y Hetz (2010) refieren que la deriva es definida como el movimiento del

producto en el aire durante y después de la aplicación, dentro y fuera del lugar de

aplicación, sin implicar necesariamente cambios de estado. En consecuencia, el

agroquímico no alcanza el objetivo y contamina el ambiente.

21

Las pérdidas al ambiente pueden continuar desde la superficie de las hojas de los

cultivos por el proceso de volatilización. Por lo tanto, es erróneo considerar como deriva

la cantidad de producto que se pierde sólo al momento de la aplicación. En

evaluaciones de campo Villalba y Hertz (2010) observaron una mayor cantidad de

deriva en herbicidas con mayor presión de vapor.

Ferro (2017) manifiesta que los agroquímicos pueden originar daños sensibles por

sobredosis, al solaparse el arrastre con la aplicación realizada.

4.2. Cumplimiento de los procedimientos para la calibración de medios de

aplicación

Al evaluar la descarga individual de las boquillas, en siete asperjadoras, se comprobó

que había boquillas con desviación por encima de 5 %, cuyo número osciló desde un

9,37 % a 31,25 %, lo cual influyó negativamente sobre la uniformidad de la cobertura y

por consiguiente sobre la cantidad de producto aplicado en esas franjas de acción

(Figura 3), resultados similares fueron obtenidos por Urzúa (2015).

FAO (2001) manifiesta que cuando se mide la tasa de flujo de boquillas reales es

aconsejable probar por lo menos una boquilla de cada sección de la barra y promediar

el total. Las boquillas deberían reemplazarse cuando su descarga de líquido aumente

un 5 % por encima de la descarga del catálogo a una presión dada o la variación entre

boquillas de la misma barra exceda del 10 %.

Figura 3. Porcentaje de desviación de la descarga de las boquillas

31,25

21,87

15,63

25

18,75

9,37

18,75

0

5

10

15

20

25

30

35

1 2 3 4 5 6 7

% d

e d

esvia

ció

n

Evaluaciones

22

Al evaluar la descarga de las 33 boquillas en cada asperjadora (7) se determinó que

solo las máquinas 4 y 6 estaban en el rango promedio de 1,5 L/min con diferencias

significativas respecto a las asperjadoras 2, 3 y 5 (Figura 4). EEUU (2007) refiere que

la capacidad nominal de una boquilla es de 1,5 L/min (0,4 gPM), calculada a 2,8 bar.

Figura 4. Determinación de las descargas de las boquillas por asperjadora

(a, b, c, d) barras con letras no comunes difieren por (HSD) de Tukey para p≤ 0.05

En ambos tipos de asperjadoras la calibración real es superior a la planificada. Los

valores promedios de calibración planificada y real respectivamente, fueron superiores

en la asperjadora modelo Jacto con diferencias significativas respecto a la asperjadora

Tusa (Tabla 2)

1,42 ab

1,28 bc

1,09 d

1,5 a

1,26 c

1,53 a1,42 ab

0

0,2

0,4

0,6

0,8

1

1,2

1,4

1,6

1,8

1 2 3 4 5 6 7

Des

ca

rga d

e l

as

bo

qu

illa

s

(L/m

in)

Asperjadoras

23

Tabla 2. Gasto de solución final promedio por asperjadora

Asperjadora Calibración planificada

(L/ha)

Calibración real (L/ha)

Jacto 375 a EE 12.1543 382,5 a EE 16.2893

Tusa 230 b EE 15.3741 250 b EE 20.6045

a y b medias con letras no comunes en una misma columna difieren por prueba de t-student

para p ≤ 0.05

Urzúa (2015) refiere que para lograr una calibración de la máquina es necesario

establecer una comprobación periódica de la calibración para evitar la aplicación de una

dosis sub-letal o un exceso de producto.

Figueroa y Pérez (2012) expresan que calibrar una asperjadora es asegurarse que con

el equipo que se tiene, se va a aplicar la cantidad de plaguicida recomendada por el

técnico o por la etiqueta; además de garantizar la cantidad de agua adecuada para que

el plaguicida quede bien esparcido y así tener como resultado un buen control.

FAO (2001) señala que el equipo de aspersión debe ser calibrado al principio de cada

estación después que este haya sido reparado, a continuación del cambio de las ruedas

del tractor o cuando se hayan instalado nuevas boquillas.

4.3. Características climáticas en el período de evaluación

De acuerdo con López y Villalba (2013), la velocidad máxima del viento tolerable es de

4 m/s, de las 13 evaluaciones realizadas, en ocho la velocidad excedía a este límite,

con el consiguiente efecto de la deriva del caldo de aspersión (Figura 5).

Es cierto que la velocidad del viento ejerce un efecto negativo sobre la calidad de las

aplicaciones, pero la solución de este problema transita por algo que se cree en

extremo, difícil de ejecutar, pues habría que detener la aplicación cuando el viento

exceda los 4 m/s y reanudarla cuando baje esa velocidad. Se pudiera pensar en

aplicaciones nocturnas, pero se conoce lo difícil que resulta en la práctica trabajar en

este horario.

24

Figura 5. Efecto del viento sobre la deriva del caldo de aspersión.

Entre los factores meteorológicos que afectan la deriva, el que tiene mayor impacto es

la velocidad del viento. El aumento de la velocidad del viento aumenta la deriva. Por lo

tanto, es importante efectuar los trabajos de pulverización durante las horas del día

relativamente calmas. Generalmente, temprano por la mañana y al atardecer son las

horas más tranquilas y cuando las velocidades del viento exceden 5 m/s, se debe

suspender la pulverización (UNICOOP, 2015)

FAO (2001) refiere que debe considerarse la velocidad del viento, ya que las gotas de

rociado pueden ser transportadas fuera del área tratada y hacia cultivos adyacentes

susceptibles o a las fuentes de agua. Las velocidades del viento entre 1 y 2 m/s se

consideran generalmente ideales para tratamientos.

Durante las evaluaciones realizadas se pudo observar que las temperaturas oscilaron

entre 22 y 28 º C (Figura 6), lo que es aceptable. Estos resultados coinciden con López

y Villalba (2013) quienes expresan que el momento más idóneo para la realización de

las aplicaciones es en horario de la mañana.

0

1

2

3

4

5

6

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13

Velo

cid

ad d

el vie

nto

m/s

Evaluaciones

25

Figura 6. Temperatura predominante en el momento de las aplicaciones

UNICOOP (2015) refiere que cuando las temperaturas son superiores a 25 ºC y la

humedad relativa es baja, las gotas pequeñas son más propensas a derivarse, debido

a los efectos de la evaporación.

López y Villalba (2013) manifiestan que una temperatura alta combinada con humedad

relativa baja reducirá el tamaño de las gotas de rociado por medio de la evaporación y

así se aumentará el riesgo de deriva.

FAO (2001) refiere que la temperatura puede afectar el comportamiento del producto.

La actividad puede ser lenta y reducida a bajas temperaturas, mientras que con

aplicaciones llevadas a cabo con temperaturas altas se puede causar una quemazón

del cultivo.

4.4. Evaluación de la elección de los productos atendiendo a las normas técnicas

Se comprueba que en las evaluaciones de papa (Tabla 3), de tomate (Tabla 4) y de

frijol (Tabla 5) se eligió el producto correcto para el control del organismo nocivo en

cuestión. Estos resultados coinciden con Muñoz (2011).

Bécquer (2007) refiere que las cantidades aplicadas dependen del cultivo, lo que está

vinculado con el predominio y la importancia del tipo de plaga en cada cultivo o

actividad.

0

5

10

15

20

25

30

35

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13

Tem

pera

tura

º C

Evaluaciones

26

FAO (2001) manifiesta que los operarios de equipos de aspersión deben recibir

adiestramiento adecuado antes de manipular y aplicar plaguicidas. El adiestramiento

debe ser impartido por un proveedor reconocido y los cursos son ofrecidos por la

agricultura, fabricantes de equipos de aspersión y la industria química.

Tabla 3. Productos utilizados en la papa

Nombre

comercial

Nombre

técnico

Dosis Tipo Aplicación

1 Mancozed 2 kg/ha Fungicida Phytophthora

infestans

2 Antracol

Orius

Propineb

Tebuconazol

2 kg/ha

0,5 kg/ha

Fungicida

Fungicida

Phytophthora

infestans

Alternaria sp.

3 Mancozed

Orius

Tebuconazol

1,5 kg/ha

1 kg/ha

Fungicida

Fungicida

Phytophthora

infestans

Alternaria sp.

4 Mancozed 2 kg/ha Fungicida Phytophthora

infestans

5 Clortosip Clorotalonilo 2,5 kg/ha Fungicida Alternaria solani

6 Antracol Propineb 2 kg/ha Fungicida Phytophthora

infestans

7 Mancozed 2,5 kg/ha Fungicida Phytophthora

infestans

8 Antracol

Orius

Propineb

Tebuconazol

2 kg/ha

0,5 kg/ha

Fungicida

Fungicida

Phytophthora

infestans

Alternaria sp.

9 Gesapax +

Gesagard

2+2 kg/ha Herbicida Pre-emergente

27

Tabla 4. Productos utilizados en el tomate

Nombre comercial Dosis Tipo Aplicación

1 Antracol 2,5 kg/ha Fungicida Phytophthora infestans

2 Yaba 2,5 kg/ha Fungicida Phytophthora infestans

3 Mancozed 2,5 kg/ha Fungicida Phytophthora infestans

Tabla 5. Productos utilizados en el frijol

Nombre comercial Dosis Tipo Aplicación

1 Flex 2 L/ha Herbicida Post- emergente

4.5. Manejo y uso seguro de plaguicidas

En el 63,53 % de las aplicaciones (ocho de las 13 aplicaciones) no se tuvo en cuenta

el momento óptimo para aplicar el fungicida, pues el índice de la enfermedad estaba

avanzado, lo que obliga a aplicar dosis más altas con el consiguiente encarecimiento

del costo de la aplicación, estos resultados coinciden con Bécquer (2007).

En el 53,84 % de las aplicaciones (siete de las 13 aplicaciones) no existía el historial de

campo o estaba desactualizado. No se realizan los muestreos previos y posteriores a

la aplicación para determinar los índices de infestación de patógenos y plagas. Por lo

tanto no se puede calcular la efectividad técnica de los tratamientos, dependiendo solo

de lo apreciado por la observación, lo que da origen a que no se tengan los elementos

precisos de la intensidad del ataque, de los agentes dañinos y lo que es peor, no se

conozca posteriormente con exactitud la efectividad del control que ejercieron los

productos.

Silveira et al. (2018) refieren la importancia de contar con datos sobre superficies

cultivadas, tipo y épocas de cultivos. Además de disponer de información puntual sobre

el uso de plaguicidas dañinos para la salud.

Perdomo et al. (2016) señalan que la no existencia o desactualización de los historiales

de campo trae por consecuencia que no se puede llevar un récord de la evolución de

la incidencia de plagas y enfermedades, ni el control que se ejerció sobre las mismas,

así como, el costo de producción de las aplicaciones.

28

Para el manejo y uso seguro de la técnica de aplicación de plaguicidas se tuvo en

cuenta que el almacenamiento del producto fuera en un lugar seguro, fresco y bien

ventilado, que los empaques correspondieran con el producto. De los tres indicadores

evaluados en los 13 almacenes, solo la limpieza está por debajo del 70 % (Tabla 6), por

lo que se pudo constatar que las condiciones eran favorables y reunían los requisitos

necesarios para un adecuado almacenamiento según Rodríguez et al. (2014).

Tabla 6. Condiciones del almacén (n=13)

Muestra Proporción

Seguridad 0,85

Limpieza 0,69

Organización 0,77

Al valorar el empleo de los medios de protección se pudo comprobar que solo en el 84

% de las evaluaciones usaron camisa, con diferencias significativas respecto al uso de

otros medios de protección, que según los operadores no cuentan con ellos como es el

caso de los sombreros impermeables, las máscaras, botas, por lo que están expuestos

a riegos de intoxicación (Tabla 7).

Tabla 7. Medios de protección que cuentan los operadores

Muestra Proporción

Gafas 0,15 b

Máscara 0,15 b

Camisa 0,84 a

Pantalón 0,15 b

Guantes 0,15 b

Botas 0,15 b

(a, b) proporciones con letras no comunes en columna difieren por prueba de Chi-Cuadrada

para p ≤ 0.05 (n=13)

29

Rodríguez et al. (2014) y Silveira et al. (2018) expresan que el impacto que los residuos

de plaguicidas causan sobre la salud de los seres humanos, el riesgo dependerá en

gran medida de la magnitud y frecuencia de la exposición, de la toxicidad de la

sustancia, así como de la vulnerabilidad de subgrupos poblacionales, principalmente

niños y mujeres, a dichos compuestos. El impacto en la salud en población no expuesta

ocupacionalmente a plaguicidas resulta por la exposición crónica a pequeñas

cantidades de estos compuestos. Estos efectos se denominan de “largo plazo”, ya que

pueden tardar años en manifestarse clínicamente.

4.6. Realización del instructivo técnico para un empleo adecuado de la técnica de

aplicación de plaguicidas

Se ofrece un instructivo técnico que le permitirá al operario fitosanitario conocer lo

novedoso que en materia de ciencia y técnica rige la técnica de aplicación de

plaguicidas, lo que propiciará un control más efectivo de los organismos dañinos, así

como, un uso racional de los productos fitosanitarios (Anexo 3).

El instructivo técnico se titula: “Instructivo técnico para un empleo adecuado de la

técnica de aplicación de plaguicidas”, tiene como objetivo, recopilar la información

necesaria sobre los principios básicos que rigen el empleo de la técnica de aplicación

de plaguicidas que debe recibir el operario fitosanitario, la cual se encuentra dispersa

en varios documentos y ello dificulta en gran medida su utilización.

Está compuesto por tres capítulos:

El Capítulo I se titula: Consideraciones generales sobre la técnica de aplicación de

plaguicidas, donde se describen las características fundamentales de la técnica de

aplicación de plaguicidas, así como, los principios cardinales que deben regir su

correcta aplicación.

El Capítulo II se titula: Cálculo de plaguicidas, donde se describe la metodología a

seguir para obtener la dosis adecuada para la aplicación del plaguicida, realizando la

conversión de ingrediente activo (i.a) a producto comercial (P.C) mediante su cálculo.

El Capítulo III: Calibración de los equipos de aplicación de plaguicidas, se describe todo

lo relacionado con los métodos de calibración de los equipos de aplicación de

plaguicidas.

30

En sentido general, el instructivo orienta al operario fitosanitario, para que cada día el

resultado de su trabajo reporte mayores beneficios y la calidad de la aplicación se

mantenga en un nivel superior.

31

5. Conclusiones

1. Las principales deficiencias en el manejo de los plaguicidas en la Empresa

Agropecuaria Valle del Yabú son el uso de boquillas inadecuadas, la calibración de

las asperjadoras, la no disponibilidad de historiales de campo y la pérdida del

momento oportuno para la aplicación de los productos.

2. No se tiene en cuenta la velocidad del viento, ni se realizan muestreos antes ni

después de las aplicaciones, lo que afecta la efectividad de los plaguicidas.

3. La empresa no dispone de todos los medios de protección para la aplicación de

plaguicidas, lo que pone en riesgo la salud de los operadores

4. El instructivo técnico propuesto brinda la información necesaria para el manejo de

los plaguicidas.

32

6. Recomendaciones

1. Efectuar un seminario con técnicos y operadores fitosanitarios para capacitarlos en

la técnica de aplicación de plaguicidas, utilizando el instructivo técnico elaborado.

2. Divulgar la investigación en eventos científicos en la Empresa Agropecuaria “Valle

del Yabú”.

7. Bibliografía

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el noroeste de México. Revista Internacional de Contaminación Ambiental.

Bécquer, A., 2007. El control de la calidad de los plaguicidas en Cuba.

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Cano, R y Roldán, G., 2015. Máquinas para la aplicación de plaguicidas: nuevos

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8. Anexos

Anexo 1. Partes por las que está compuesta una asperjadora

Anexo 2. Correcto uso de los medios de protección

Anexo 3

Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas

Facultad de Ciencias Agropecuarias

Carrera: Agronomía

Instructivo técnico para una adecuada técnica de aplicación de plaguicidas

Autor: Alexander León Gómez

Tutor: Ing. Juan Miguel Álvarez Mederos

Santa Clara, 2019

Índice:

Introducción: ------------------------------------------------------------------------------ 1

Capítulo I: Consideraciones generales sobre la técnica de aplicación

de plaguicidas. ---------------------------------------------------------------------------- 2

1.1 Métodos para evaluar la aplicación ---------------------------------------------- 3

1.2 Definición de aspersión ------------------------------------------------------------- 3

1.3 Cuestiones fundamentales sobre la técnica de aplicación de

plaguicidas ---------------------------------------------------------------------------------- 6

Capítulo II: Cálculo de plaguicidas------------------------------------------------- 8

Capítulo III: Calibración de los equipos de aplicación de plaguicidas- 10

Bibliografía

1

Introducción

El instructivo técnico constituye una valiosa herramienta que le permitirá al operario

fitosanitario conocer lo novedoso que en materia de ciencia y técnica rige la técnica de

aplicación de plaguicidas, lo que propiciará un control más efectivo de los organismos

dañinos, así como, el uso racional de los productos fitosanitarios (Delgado et al., 2018).

El presente instructivo técnico tiene como objetivo, recopilar la información necesaria

sobre los principios básicos que rigen el empleo de la técnica de aplicación de

plaguicidas que debe recibir el operario fitosanitario, la cual se encuentra dispersa en

varios documentos y ello dificulta en gran medida su utilización.

El capítulo inicial describen las características fundamentales de la técnica de aplicación

de plaguicidas, así como, los principios cardinales que deben regir su correcta

aplicación.

En un segundo capítulo se describe la metodología a seguir para obtener la dosis

adecuada para la aplicación del plaguicida, realizando la conversión de ingrediente

activo (i.a) a producto comercial (P.C) mediante su cálculo.

En un tercer capítulo se describe todo lo relacionado con los métodos de calibración de

los equipos de aplicación de plaguicidas.

En sentido general, el autor se ha esforzado por presentar todo lo que el operario

fitosanitario debe tener en sus manos, para que cada día el resultado de su trabajo

reporte mayores beneficios y la calidad de la aplicación se mantenga en un nivel

superior.

2

Capítulo I: Consideraciones generales sobre la técnica de aplicación de

plaguicidas

El término plaguicida abarca los ingredientes activos en cualquier forma, independiente

o en qué grado han sido formulados para su aplicación. El término se asocia a

materiales destinados a matar o controlar plagas (insecticidas, funguicidas, herbicidas,

entre otros)

Las plagas pueden ser vectores de enfermedades humanas o animales; especies no

deseadas de plantas o animales que causan perjuicio a la producción, elaboración,

almacenamiento, transporte o comercialización de alimentos, productos agrícolas,

madera y productos de madera o alimentos para animales (Benítez y Bárcenas 2011).

De nada vale el conocer bien la biología de un insecto o un ácaro, seleccionar

correctamente el producto y escoger el momento más favorable para realizar el

tratamiento, si cuando se van a aplicar los productos químicos no se realiza

adecuadamente. Es posible que el grueso de los fallos que normalmente se originan

en los tratamientos se deba, más que todo, a deficiencias en la técnica de aplicación.

Los principios cardinales que deben regir en la correcta aplicación de los plaguicidas,

son los siguientes (Bernardo et al., 2010):

Primero: Poner en contacto el producto con el organismo.

La más esmerada atención se debe concentrar en el cumplimiento de este primer

principio, ya que todos los insecticidas y acaricidas modernos matan por contacto.

Aquellos insectos y ácaros que no sucumban al primer impacto del tratamiento, irán

muriendo después por las distintas vías indirectas de agresión que proporcionan los

insecticidas: por ingerir hojas envenenadas, por succionar savia emponzoñada, por

reptar sobre superficies donde existan residuos del producto o por respirar los gases

tóxicos que algunos de ellos expiden.

Segundo: Que el producto dosificado se distribuya uniformemente en el área

dada.

Es de suma importancia, porque si este segundo principio no se cumple, se cometen

de manera automática errores en la dosificación con consecuencias funestas para el

tratamiento. Si la repartición del insecticida se realiza en menor área, se gastan los

3

recursos innecesariamente; si por el contrario, se distribuye en un área mayor, es

posible que la plaga no muera, pudiendo llegar a crearse un insecto resistente.

Los efectos de una mala aplicación repercuten de manera parecida en la aplicación de

fungicidas, acaricidas o herbicidas. En el caso de los herbicidas las consecuencias

pudieran llegar a ser peores, ya que dosis más bajas que las recomendadas no

matarían las malezas indeseables al cultivo, y un exceso de ellas podría dañar

irremediablemente la plantación (Gordo, 2015).

Los factores que intervienen de manera directa en una buena técnica de aplicación,

son los siguientes: seleccionar el equipo conveniente para cada caso concreto, elegir

el tipo de portaboquillas o aguilón adecuado para cada caso, el tipo de boquilla y

número de ellas por surcos, determinar el volumen de la solución final que hay que

aplicar, la máquina debe estar calibrada y funcionar correctamente, utilizar la aspersión

tan fina como sea posible y utilizar surcos rectos y distancia de camellón invariable

(Contreras y Zapata, 2012).

1.1 Métodos para evaluar la aplicación (Blanco y Gamarra, 2013).

Cada aplicación puede ser evaluada por dos métodos diferentes:

Evaluación física, que consiste en la cobertura y depósito de sustancia activa

en el blanco.

Evaluación biológica, que consiste en medir el grado de reducción de una

población adversa, el grado de daño y por último la evaluación de la cosecha.

La eficiencia de una aspersión depende de muchos factores:

Tamaño de gotas

Volumen de aplicación

Poder de retención

Concentración

1.2 Definición de aspersión.

Una aplicación exitosa se pude definir: aplicar en el momento oportuno, con una

cobertura óptima, la cantidad necesaria de un producto y en el blanco (Cano y Roldán,

2015).

Las tres palabras doradas son:

Momento oportuno (timing)

4

Cobertura

Dosificación

Se pudieran agregar tres palabras doradas más:

Caudal

Tamaño de gotas

Manejo seguro de plaguicidas

Pero antes de cada aplicación se tiene que aclarar un punto de importancia capital:

La rentabilidad de la aplicación

Una aplicación de medios biológicos o plaguicidas solo se justifica si produce un

aumento de la cosecha que cubre los costos de la aplicación y de los productos

aplicados, con otras palabras: una cantidad definida de productos deberá reducir la

población de los parásitos o de las malezas por debajo de un límite mínimo de daños.

Una lucha contra insectos, enfermedades o malezas por debajo de dicho límite resulta

completamente antieconómico, ya que no influye sobre la cosecha (Astorga y García,

2014).

El momento oportuno

El punto más importante para una aplicación exitosa es la elección del momento

oportuno: en el caso de las plagas, es cuando estas están en sus primeros instantes,

en el caso de enfermedades debe ser en el momento que se observan las primeras

manchas o de forma preventiva cuando las condiciones meteorológicas o de fenología

del cultivo aconsejan aplicar, o existen condiciones de acuerdo a un pronóstico. En el

caso de las malezas debe ser, cuando aún no han emergido las mismas, en el caso

de herbicidas pre-emergentes y en los primeros momentos después de la germinación

cuando son pos-emergentes (Astorga y García, 2014).

La cobertura

Para obtener buenos controles con una aspersión, tiene el grado de cobertura sobre

el blanco con gotas individuales. Mientras más gotas hagan impacto por área, mejor

será la efectividad. Sin embargo, el efecto de la cobertura puede ocultarse si se aplican

productos sistémicos o en el caso de aplicaciones de herbicidas pre-emergentes

(Bedmar, 2011).

5

Se cumple un principio general:

Gotas pequeñas=buena cobertura

Gotas grandes= mala cobertura

La cobertura que se puede obtener en el campo, dependen altamente de las

condiciones climáticas como viento, turbulencias y humedad relativa (Bedmar, 2011).

Ventajas de gotas pequeñas:

Más efectivas contra insectos pequeños

Mayor penetración en el cultivo

Mayor densidad de gotas/cm2

Más posibilidades de alcanzar el envés

Desventajas de gotas pequeñas:

Son más propensas al arrastre por el viento

Se evaporan más rápido

VMD= Parámetro de aspersión:

Diámetro volumétrico mediano de las gotas

Ejemplo: 1 boquilla que entrega 1 L/min y tiene un tamaño de gotas VMD= 150ų

Tabla 1 Clasificación de Aspersión por tamaño de gotas

VMD (micras ų) Tipo de Aspersión

< 50 ų Aerosol

51 a 100 ų Neblina de Aspersión

101 a 200 ų Aspersión Fina

201 a 400 ų

>400 ų

Aspersión media

Aspersión grueso

Por lo tanto, los parámetros de la aplicación tienen que ser elegidos de tal forma para

que produzcan una cobertura de más de 70 gotas por cm2 sobre el blanco que puede

ser el suelo, el cultivo o las malezas. Las aplicaciones foliares con productos no

sistémicos tienen que producir una cobertura de unas 100 gotas por cm2 sobre el

blanco (Astorga y García, 2014).

6

La dosificación

La dosificación es extremadamente importante, pues de ella depende que el área

tratada reciba la cantidad requerida de medios biológicos o plaguicidas químicos. Para

lograr una dosificación adecuada, se requiere una correcta calibración del equipo de

aspersión.

1.3 Cuestiones fundamentales sobre la técnica de aplicación de plaguicidas (Astorga

y García, 2014).

Descarga o gasto: es la cantidad de solución final que sale por la boquilla en la

unidad de tiempo o área.

La descarga es directamente proporcional a la presión del equipo.

La descarga es directamente proporcional al diámetro del orificio de la placa de

remolino.

Una cámara de poca profundidad origina descargas pequeñas. A medida que

se va profundizando la cámara, la descarga va aumentando.

El espesor o la profundidad del orificio del disco no tiene efecto alguno sobre la

descarga de la boquilla.

En las boquillas de cono, el orificio de salida está perforado en una chapilla que

se sitúa delante de la cámara de remolino y se sujeta con una tapa rascada.

La descarga de una boquilla cónica está en razón directa con el orificio de salida

y aumenta con el cuadrado del diámetro. Es decir, que si se cambia la chapilla

2 por la 4, se habrá aumentado la descarga cuatro veces.

El tamaño de las gotas que se produce en una boquilla de cono es inversamente

proporcional a la raíz cuadrada de la presión. O sea, si se divide la presión entre

4(reducción de 12 atm a 3 atm) el promedio del diámetro de gotas se multiplica

por 2.

Luego, el efecto más significativo de un aumento de presión es una atomización

más fina. El efecto de aumento en la presión es elevar el número de gotas en

los rangos más pequeños a expensas de los grupos de gotas grandes.

Desde un punto de vista puramente físico la división de un líquido en pequeñas

gotas (atomización o aspersión) no tiene otro propósito que el de aumentar la

7

superficie de dicho líquido, fenómeno semejante a la acción de reducir un sólido

a partículas pequeñas.

8

Capítulo II: Cálculo de plaguicidas

En la aplicación de un plaguicida biológico o químico se busca distribuir uniformemente

en un área determinada (se toma como referencia 1 ha) una cantidad de producto

determinado.

La cantidad de producto a aplicar en 1 ha es lo que se llama dosis de aplicación y se

expresa en kg o litro/ha. Generalmente se expresa en kg o litro de ingrediente activo

(i.a)/ha, aunque a veces se expresa en kg o litro de producto comercial (P.C).

O sea, si la dosis de aplicación de un producto es 2 L/ha, quiere decir que en esa área

se deben distribuir uniformemente los 2 litros de ese producto, utilizando como

vehículo de aplicación el agua.

¿Por qué se expresa generalmente la dosis en ingrediente activo (i.a) y no en producto

comercial (P.C)?

La razón es que en un mismo i.a puede ser formulado a diferentes concentraciones

según el fabricante y por lo tanto, si se expresa la dosis en producto comercial se

incurriría en errores.

Ejemplo: El ingrediente activo la cipermetrina puede aparecer en las siguientes formas:

Sherpa CE 25

Titán CE 20

Cybor PH 40

Gavametrina CE 10

Como se observa, aparece en el mercado a diferentes % de concentración.

Si se aplica 1 kg/ha de Sherpa al 25 %, se estará haciendo llegar al cultivo 250 g/ha

de i.a. pero si se aplica 1 kg/ha de Cybor 40 % se estará haciendo llegar 400 g/ha de

i.a.

¿Cómo se convierte la dosis de ingrediente activo (i.a)/ha a producto comercial

(P.C)/ha?

Ejemplos:

Se recomienda realizar una aplicación de fungicida Mancozeb PH 80 a una dosis de

2,4 kg i.a/ha. ¿Cuál será la dosis de producto comercial a utilizar?

9

i.a. PC

80. 100

2,4. X. X= 3 kg/ha de producto comercial (PC)

10

Capítulo III: Calibración de los equipos de aplicación de plaguicidas

La tendencia y desarrollo en la tecnología de aplicación de plaguicidas tiene en

consideración los siguientes aspectos:

Mejora de la eficiencia operacional de los equipos de aplicación

Nuevas tendencias de aplicación, procurando los tratamientos con mucho

menos volumen de aplicación por unidad de área.

Confinar el tratamiento al objetivo de la aplicación.

¿Qué es calibrar un equipo?

Consiste en regular un equipo de aplicación de manera tal que entregue la cantidad

deseada de solución final por unidad de área (se utiliza la hectárea)

Los elementos esenciales a tener en cuenta en la calibración son:

Velocidad de traslación del equipo

Presión de trabajo

Tipo de boquillas

Los métodos de calibración son:

Método de 1 minuto

1. Poner en el tanque 200 litros de agua aproximadamente

2. Ajustar la aceleración del tractor

3. Poner la bomba en funcionamiento y ajustar en el manómetro la presión de

aspersión deseada

4. Controlar si todas las boquillas funcionan bien

5. Usando un recipiente, medir durante un minuto el flujo de cada boquilla (con

una variación admisible de +-5 %). Reemplazar las boquillas que no

cumplan esta condición. O sea, al promediar la entrega del total de boquillas

desechar aquellas que se vayan de este promedio con el rango permisible

indicado. Esta operación se debe realizar en cualquier método de

calibración utilizado.

Ajuste del volumen de caldo de aspersión deseado por hectárea

1. Poner la marcha correspondiente

11

2. Conducir el tractor en el campo que se va a tratar por exactamente un

minuto; ateniéndose a la presión y marcha sin variar estos parámetros

(velocidad y presión constantes).

3. Medir la distancia recorrida en metros

4. Cálculo del flujo total (f) por minuto según la fórmula:

f = r. d. a

1000

Donde:

d= distancia recorrida en metros

r= ancho de la franja de aspersión (número de boquillas por distancia entre ellas)

a= volumen de aplicación deseado (L/ha)

Ejemplo:

Distancia recorrida en 1 minuto= 118 m (d)

Número de boquillas= 22

Separación de las boquillas= 0,44 m

Ancho de franja: 22x0.44= 9,7 m (r)

Cantidad propuesta de caldo= 400 L/ha

Flujo total = 118 x 9,7 x400

10 000

= 45,8 l/min

Flujo =

45,8 = 2,1L/boquillas

Boquillas 22

Con este resultado se ajusta la cantidad de flujo por boquilla manejando la presión del

equipo.

12

La calibración arrojó que se requiere una entrega por boquilla de 2,1 L por minuto para

realizar una aplicación con 400 L/ha de solución final por hectárea con la marcha y

presión elegidas.

Método práctico para conocer el volumen de aplicación por hectárea.

Determinación del volumen de aplicación por ha y la cantidad de producto por carga

del tanque:

Controlar el funcionamiento de las boquillas por lo establecido en los puntos 1

y 2 del método de un minuto del ejemplo anterior.

Llenar parcialmente el tanque de aspersión con agua y señalar el nivel

Marcar la posición de las ruedas del equipo en el suelo

Medir 250 metros en el campo (valor ‘’d’’)

Poner la marcha correspondiente

Recorrer con el equipo asperjando la distancia medida (250 m). La aceleración,

la presión de aspersión y la marcha según lo establecido previamente deben

permanecer invariables

Por medio de un recipiente llenar de nuevo con agua el tanque del equipo hasta

la señal hecha anteriormente y medir y anotar la cantidad que se ha rellenado.

El equipo se sitúa en igual posición como al llenarlo por primera vez.

Repetir por lo menos dos veces lo realizado en los puntos anteriores; entonces

calcular la cantidad media de agua asperjada (valor ‘’b’’).

Calcular el ancho de trabajo del equipo, éste se obtiene al multiplicar el número

de boquillas por la separación entre boquillas ( en metros) (valor ‘’r’’)

Calcular el volumen aplicado según la fórmula:

Volumen(L/ha) =

10 000. b(L)

d(m) .r (m)

Ejemplo:

b= 80 litros

d= 250 m

Cantidad de boquillas= 30

13

Distancia entre boquillas= 0,45 m

Entonces, ancho de trabajo (r) = 30 x 0, 45= 13,5 m

Volumen de solución final por ha:

=

10 000. 80(L) =237L/ha

250(m) .13,5(m)

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