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Trabajo sobre el documental la isla de plástico
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SOPA DE
PLSTICO
Grado en Ciencias Ambientales Fabricacin Sostenible Roberto Taibo Nez 2014/2015
Confrontacin
de
intereses
Uso
generalizado
de plstico
Modelo
econmico
Envases y usos
marinos no
biodegradables
Fomento de la
tecnologa del
petrleo
Nuevas
tecnologas ms
sostenibles
Fomento del
consumismo Dependencia del
plstico
Sobrepesca
Informacin,
formacin,
divulgacin y
concienciacin
Mayor cantidad
de residuos
plsticos
Superacin de
la capacidad
de tratamiento
de residuos
Mala praxis
Obsolescencia
programada y
cultura de usar y
tirar
Legislacin
suave
Proteccin de
las Reservas
de la Biosfera
Sistemas de
transporte
naturales
Globalizacin
de los residuos
plsticos
Efectos
negativos
sobre la salud
Toda la problemtica del uso del plstico comienza cuando se desarrolla una tecnologa y se
aplica sin tener en cuenta sus consecuencias, en este caso con el descubrimiento por parte de
la comunidad cientfica de las propiedades del petrleo y como la tecnologa de los ltimos 100
aos ha evolucionado en torno a este recurso fsil introducindola en el mercado. Una de las
lneas de mercado del petrleo son los plsticos, material extremadamente verstil, pues es
moldeable, ligero, estable y lo ms importante, barato. Los fabricantes de envases rpidamente
le encontraron utilidad a este material, pues sus propiedades le conferan innumerables
utilidades. As se generaliz su uso, contagiando a los distribuidores de alimentos, los cuales,
como empresa, vieron en este material una fuerte reduccin de sus costes. Ambos agentes
(distribuidores de envases y de alimentos) como empresas, basan sus acciones segn las leyes
de otro factor importante, el mercado capitalista, tratando de reducir costes para generar ms
beneficios con el dinero ahorrado con el cambio de producto, y que an encima promueve el
consumo de los ciudadanos, creando una rueda de crecimiento sin fin perfecta, que para
mejorarla an ms, las empresas, en su afn por cumplir las leyes del mercado, introdujeron la
obsolescencia programada, es decir, le pusieron fecha de caducidad a sus productos, para que
el ciudadano tuviese que volver a adquirir un nuevo producto, haciendo as que la rueda del
crecimiento girase an ms rpido Pero no todo poda ser tan fantstico.
Los productores de envases no repararon que sus envases tan estables supondran un problema
medioambiental a gran escala debido a su alta estabilidad. Los distribuidores de alimentos
tampoco repararon en que como agente que est en contacto de los ciudadanos, estos
productos se distribuiran con una velocidad increble, adems de emplear estrategias de venta
en el empaquetado de los productos, que contribuyen an ms a su uso. Estos dos agentes, han
actuado irresponsablemente, pues han primado sus intereses sobre los comunes, pero quizs
no porque sean malas personas, sino porque el mercado les obliga a ello, un mercado que va en
contra de la moderacin y no internaliza los costes de las acciones de los agentes que en l
participan. Adems de haber cado en la irresponsabilidad de primar sus intereses sobre los
comunes, tambin han cado en una irresponsabilidad diacrnica debido a la estabilidad del
plstico, pues los plsticos sobreviven a muchas generaciones, convirtindose en algo
insostenible.
Todo esto ha sido potenciado por parte de una Administracin pblica pasiva ante la
problemtica del plstico, el cual no es nuevo. Se conoce desde hace dcadas pero aun as, las
administraciones, quienes tienen la potestad de establecer regulaciones al respecto, han
actuado despreocupadamente pues la proliferacin de este tipo de empresas brindaba muchos
puestos de trabajo, directa e indirectamente, los cual mantena la poblacin contenta y eso
afecta positivamente al partido poltico que controla las administraciones. Una vez ms nos
encontramos ante una predileccin de satisfacer intereses propios y una falta de
responsabilidad, pues una mayor implicacin de las administraciones, les hubiera permitido
informarse mejor respecto a materiales o acciones alternativas, sin que esto repercutiese en el
nmero de empleos.
Continuando la cadena de movimiento del plstico, llegamos a los ciudadanos, una de las
grandes victimas (sin olvidarnos de los ecosistemas) de todos los agentes anteriores. Por un lado
sufren las consecuencias de un mercado que fomenta el consumismo, apoyado por los medios
de comunicacin y la publicidad vertida en ellos en conjunto con la obsolescencia programada
y la cultura de usar y tirar, lo cual los lleva a producir ms residuos. Por otro lado se vuelven
responsables de la problemtica, muchas veces no a propsito, sino debido a la opacidad que
existe en el mercado. Aunque son ciudadanos tambin, he querido separar a los profesionales
del mar que se dedican a la pesca, estos tambin sufren las consecuencias del mercado
consumista, que los presiona a extraer ms pescado, facilitndoles su labor con nuevos artilugios
de pesca ms eficientes y resistentes, como las redes de nylon. Aunque son ciudadanos, actan
como una empresa, pues quieren lograr la mayor cantidad de peces posible, para as conseguir
la mayor cantidad de beneficio posible, pero no se dan cuenta de que esta rueda de consumo,
de seguir girando, terminar con su medio de vida debido a la sobrepesca y el agotamiento de
los caladeros. Tambin el vertido incontrolado de estos usos de pesca y residuos de los
ciudadanos, contribuye a la problemtica, pues muchas especies animales terminan
ingirindolos o quedando atrapados en ellos, ambos casos contribuyen a la muerte del
espcimen. Pero no solo los animales y los ecosistemas sufren los efectos salubres, pues las
cadenas de transporte de los ecosistemas (corrientes marinas, viento, migraciones, etc.) van a
contribuir en la internacionalizacin del problema. Una vez ms, los contravalores se repiten:
Exceso, insostenibilidad, irresponsabilidad diacrnica, desidentificacin planetaria.
Respecto a las plantas de reciclaje, implantadas para paliar el acumulamiento de los residuos
plsticos, potenciadas y fomentadas como medida porque son las que mejor se adoptan al
modelo econmico consumista respecto a otras alternativas (Reduccin, revalorizacin,
reutilizacin, reparacin, etc.) se han visto asfixiadas con el aumento de residuos que reciben,
lo cual las lleva a caer en la mala praxis y derivar parte de los residuos que reciben a vertederos
controlados e incontrolados. Se hace evidente que con estas actuaciones caen en el contravalor
de la irresponsabilidad.
Afortunadamente, cierta parte de los ciudadanos se han dado cuenta de la problemtica,
algunos por s mismo y otros ayudados por otros agentes incluidos que, aunque anteriormente
se han descrito como productores de efectos negativos, tambin tienen la posibilidad de
funcionar positivamente, como la comunidad cientfica que tambin capaz de investigar el
alcance del problema, realizar modelos de prediccin y aportar luz sobre posibles modos de
actuacin para luchar contra la invasin de los plsticos. Otro agente que tambin est
funcionando ambiguamente, son los medios de comunicacin, al igual que se usan para
fomentar el consumismo, tambin se pueden usar para difundir la informacin necesaria para
que el ciudadano comprenda que est ocurriendo y a la vez facilitar la divulgacin de las
actividades que se estn llevando a cabo para que los ciudadanos participen. La comunidad
educativa es fundamental para lograr hacer entender, especialmente a los nios, que son los
que sufrirn en mayor medida los efectos de la actual sociedad de usar y tirar. Estos nios tienen
la mente abierta a todo, no como los adultos, que muchos han asociado el ecologismo como la
insignia de un determinado color poltico, con el cual, si no son afines, lo ignoran. Estos nios
podrn hacer ver a sus padres que sus actitudes no son las correctas.
Pero no solo se trata de educar a los nios, una persona aprende continuamente a lo largo de
su vida, y si aplicamos ponencias sobre colectivos como los profesionales del mar, quizs les
hagamos ver que de seguir actuando como lo estn haciendo, todo lo que conocen hasta ahora
se acabar, incluso comprometiendo su medio de vida. Toda esta divulgacin ha calado entre la
poblacin, pues el nmero de gente que se compromete con el medioambiente est
aumentando considerablemente, y cada vez surgen ms asociaciones ecologistas y grupos
dedicados a confrontar a los intereses de las empresas ms contaminantes. Todo esto no se ha
escapado a los ojos de la poltica y han dedicado esfuerzos tambin para contentar a esta parte
de la poblacin mediante el nombramiento de reservas de la biosfera, espacios protegidos, etc.
Muchos de los reacios a la promocin de este tipo de lugares han visto como la situacin, tanto
econmica y social, junto con la ecolgica, han mejorado, lo cual no lo esperaban, por puro
desconocimiento. Tambin ha habido iniciativas por parte de las empresas para reducir la
cantidad de plsticos, como la eliminacin de las bolsas de plsticos de muchas grandes
superficies- Aun siendo muy efectivas, es desconsolador que esta iniciativa siga teniendo races
econmicas, pues eliminando las bolsas, las empresas reducen costes, y si el cliente no dispone
de un medio para transportar su compra, se le vende la bolsa, el negocio es perfecto adems
siendo utilizado como un lavado de imagen para las propias empresas de cara a los ciudadanos.
Por otro lado la comunidad cientfica ha dedicado sus esfuerzos a lograr tecnologas ms limpias
y eficientes, ya que nos vemos abocados a ello, pues vivimos en un planeta finito y ha
contribuido mediante la publicacin de diversos artculos, a lograr un mayor conocimiento y
compresin de como las nuevas tecnologas son el siguiente paso a tomar, pero mientras al
mercado le siga funcionando la tecnologa del petrleo, todo seguir prcticamente igual, pues
el coste de cambio an se considera muy alto.
Desde mi humilde punto de vista, el concepto econmico consumista est demasiado
enquistado en la sociedad, y arrancarlo de ella es prcticamente imposible. De las pocas
opciones que nos quedan, aunque ninguna ser la que encuentre la solucin perfecta, pues
podr solventar algunos, pero es probable que de esta solucin se deriven otros, es fomentar la
investigacin y el uso de envases biodegradables, como el shrilk acrnimo que se origina de
las palabras Shrimp (gamba) y silk (seda), que pone nombre a un biopolmero con todas las
propiedades del plstico, ms la de ser biodegradable. Este tipo de materiales podran suponer
un gran avance en la lucha contra la acumulacin de plsticos a lo largo del mundo sin perder
puestos de trabajo y reduciendo la dependencia tecnolgica del petrleo paulatinamente. Otro
mtodo para ayudar a reducir el nmero de envases que empleamos sera el poder rellenar
aquellos envases de productos que no sean ingeridos, como por ejemplo aquellos destinados a
la higiene de la piel y el pelo, mediante dispensadores. Y para terminar, definitivamente terminar
con productos que supongan tal despropsito como las mquinas de caf que funcionan con
cpsulas de caf.