paz a los hombres amados por él! Lc 2,14

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¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él! Lc 2,14

ADVIENTO

LECTIO DIVINA - CICLO B

PREPARACIÓN ESPIRITUAL

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Envía tu Espíritu Creador y renueva la faz de la tierra.

Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su divino consuelo.

Por Cristo nuestro Señor. Amén

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Mc 13,33-37

33 «Tengan cuidado y estén prevenidos porque no saben cuándo llegará el momento. 34 Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela. 35 Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana. 36 No sea que llegue de improviso y los

encuentre dormidos. 37 Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: “

¡Estén prevenidos!”». Palabra del Señor

El trozo bíblico corresponde al final del capítulo 13 del evangelio según san Marcos, conocido como “discurso escatológico”. El autor con un lenguaje profético-apocalíptico y con la mirada puesta en el presente de la misión y en el final de la historia, busca alentar la fidelidad de las comunidades cristianas en un Jesús que, en Jerusalén, está a punto de sufrir la pasión y ser crucificado.

Jesús utiliza una breve parábola –comparación- sobre los “servidores fieles” para hablar sobre el fin de los tiempos, su segunda venida, juicio final, fin del mundo, o parusía.

La expresión verbal “estén prevenidos” abre y cierra el trozo, repitiéndose una vez más en el medio (vv.33.35.37),

“La Lectio Divina es

el ejercicio ordenado de la

escucha personal de la Palabra”

(C. M. Martini)

LECTURA - ¿Qué dice el texto?

1° DOMINGO

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MEDITACIÓN - ¿Qué me/nos dice el texto?

con la intención subrayada de que “velar, vigilar, esperar, estar preparados, despiertos y fieles” sean las actitudes básicas del cristiano.

En este primer domingo de adviento la espera nos asoma al acontecimiento del nacimiento de Jesús y la vigilancia nos despierta para no estar dormidos cuando nuestro Dios y Señor nazca en nuestros corazones.

¿Qué cosas hoy nos distraen y ocupan más que la venida del Señor?

¿Qué “esperas” nos inquietan y mueven, y qué “esperas” nos adormecen y aburren?

¿Sabemos esperar o a veces nos desesperamos porque las cosas no salen como quisiéramos?

¿Qué excusas ponemos hoy para seguir en nuestras superficialidades y no querer cambiar?

Gracias Señor porque nos buscas, nos amas y no te cansas de hacerlo.

En este Adviento, ven a nuestro corazón con más fuerza, ayúdanos a ordenar nuestras vidas, y a quitar aquellas cosas superficiales y tonterías que nos distraen.

Haz que seamos sinceros contigo. Danos la fuerza para cumplir con los buenos propósitos de

esta Navidad. Que seamos signos de esperanza para el mundo. Amén

ORACIÓN - ¿Qué le digo/decimos al texto?

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ACCIÓN – ¿En qué me/nos compromete el texto?

Nos comprometemos a abrir nuestro corazón al amor del Señor para que de verdad nazca en nuestras vidas.

Nos comprometemos a “estar prevenidos” para que nada ni nadie nos distraigan o impidan vivir en fidelidad este tiempo del Adviento.

2° DOMINGO

Mc 1, 1-8

1 Comienzo de la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo

de Dios. 2 Como está escrito en el libro del profeta Isaías: “Mira, yo envío

a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino. 3 Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos”, 4 así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. 5 Toda la gente de Judea y todos los habitantes de Jerusalén acudían a él, y se hacían bautizar en las aguas del Jordán, confesando sus pecados. 6 Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo: 7 «Detrás de mi vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. 8 Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo». Palabra del Señor

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El v.1 es como el título de la obra del evangelista, indicando las claves de lectura de todo el evangelio:lLa expresión “comienzo” señala no sólo el inicio de algo

sino fundamentalmente una nueva etapa en la historia de salvación (Nuevo Testamento).lEl “evangelio” es buena nueva, es una noticia alegre,

siempre detrás del relato hay un mensaje de salvación.lEl centro del evangelio es la persona de JESÚS (Dios

salva), nombre puesto por José (historicidad), quien es presentado aquí como el Mesías/Cristo (ungido) y el Hijo de Dios (divinidad), dos títulos cristológicos esenciales en la estructura literaria y teológica de todo el relato de Marcos.

El mesianismo es la idea central de todo el Antiguo Testamento, la esperanza de una rehabilitación espiritual y de un liberador personal. Los vv.2-3 recuerdan la profecía que anuncia los tiempos mesiánicos, aunque se le atribuye a Isaías, la primera parte (2b) está tomada de Ex 23,20 y Mal 3,1 y la segunda parte (3) es de Is 40,3. El camino tiene aquí sentido de éxodo-liberación y el desierto de conciencia y preparación.

Los vv.4-6 nos presentan a Juan Bautista como el ángel-mensajero, cuya forma de vestirse y de alimentarse, lo identifican como un profeta (Zac 13,4).

La palabra “bautismo” significa “sumergir”. Por el bautismo, los pecados del varón o la mujer son sumergidos, purificados en el agua, y así pueden levantarse y cambiar de vida. El bautismo de Juan prepara para el encuentro con Jesús, el Cristo, como un acontecimiento definitivo para una vida nueva.

Los vv.7-8 dejan bien en claro el papel profético de Juan y el papel mesiánico de Jesús. Juan sólo puede bautizar con agua (exteriormente), Jesús bautizará en Espíritu Santo, y este bautismo exige un cambio desde adentro.


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¿Cómo aceptamos la Buena Nueva que nos trae Jesucristo? ¿Somos mensajeros de buenas noticias con nuestros hermanos? ¿Qué hemos hecho con el bautismo del Espíritu Santo en nuestra vida? ¿Cómo sentimos nuestro compromiso cristiano de trabajar y entregarnos al servicio de nuestra comunidad? ¿Qué cosas tenemos que cambiar y que todavía las seguimos cultivando?

A cada intención respondemos: Ayúdanos a cambiar Señor

lQue nos alejemos de los caminos equivocadoslQue dejemos de preocuparnos por cosas superficiales y

efímeraslQue nos alejemos de todo lo vano e inútillQue reconozcamos a Jesús como el Hijo de Dios

Concluimos cantando: “Bautízame Señor con tu Espíritu” o haciendo alguna oración al Espíritu Santo.

Hoy este evangelio nos compromete, a vivir la Navidad con esperanza. También nos compromete a tomar conciencia sobre el valor de la conversión. Comenzaremos a preparar nuestra confesión personal que haremos antes de Nochebuena.




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Lc 1,26-38

26En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27 a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. 28 El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». 29Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. 30 Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. 31 Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; 32 él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, 33 reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin». 34 María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?». 35 El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño

será Santo y será llamado Hijo de Dios. 36 También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era

considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, 37 porque no hay nada imposible para Dios». 38

María dijo entonces: «Yo soy la esclava del Señor, que se haga en mí según

tu palabra». Y el Ángel se alejó.

Palabra del Señor

8DICIEMBRE

“Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin” 1,31-33.


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Concebir, dar a luz y poner el nombre, son tres verbos que señalan tres acciones en el proceso completo de la maternidad natural, así lo entendía el pueblo judío en aquellos tiempos. En efecto, el ser humano debía ser engendrado, nacer, y ser reconocido por un nombre propio que le otorga identidad, a la vez que es el acto de reconocimiento de los padres. Por esto, habitualmente, el padre le daba el nombre, como sucede en el evangelio según san Mateo, donde es José quien tiene que poner el nombre: “Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados” (Mt 1,21).

Lo curioso aquí es que el nombre viene dado por Dios, no es una elección de los padres. El nombre afirma la identidad y misión del niño: Jesús, que significa “Dios salva”, en Él, Dios recapitula toda la historia de la salvación en favor de los hombres. (CATIC 430; 2666).

El niño es Hijo de Dios, e hijo de David, es divino y humano. Como afirma Pablo, recordando las primeras elaboraciones cristológicas sobre la identidad de Jesús de Nazaret que iban percibiendo los cristianos después de la resurrección: “referente/o a su Hijo, nacido del semen de David según la carne, constituido Hijo de Dios con poder según el espíritu de santidad, por la resurrección de los muertos, Jesucristo nuestro Señor” (Rom 1,3-4).

María dijo entonces: “Yo soy la esclava del Señor, que se haga en mí según tu palabra” (1,38).

Esclavo/a es una persona que no dispone de sí, otro dispone de él. No es semántica de alienación, sino de disponibilidad, de misión. María es esclava de Dios, le pertenece, su respuesta es una total entrega a su voluntad.

El verbo, que en latín se traduce por “fiat” (hágase), corresponde al verbo griego en modo optativo y expresa, por lo tanto, un anhelo o deseo gozoso, y no una simple aceptación. Se trata de una expresión de gozo y de confianza

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que embarga el alma de María y que se corresponde con el saludo del ángel: “Alégrate, llena de gracia”.

En este “hágase” de María, esta condensado el “sí” de la alianza. De esa respuesta depende la salvación de la humanidad, pues significa la libre colaboración a la voluntad divina. Dios pide el sí del ser humano, necesita la libertad de esa criatura para poder hacer realidad su reino, que no se basa en el poder exterior, sino en la libertad.


- María, la joven de Nazaret, nos dice que el Adviento es una muy buena oportunidad para encontrarnos con Dios, con el proyecto de amor que él ha pensado y querido para cada uno, para encontrarnos con nosotros mismos, y con nuestros hermanos.

- María, la llena de gracia, llena del Espíritu Santo, del poder del Altísimo, nos dice que no temamos, que abramos nuestro corazón al evangelio salvador de su Hijo.

- María, la esclava del Señor, nos invita a responder con total disponibilidad y entrega, y a renovarnos en el servicio y la comunión fraterna.

- María, madre de la esperanza, nos dice que en esta espera demos sentido a toda nuestra vida mirando con valor y optimismo el futuro, compartiendo el anuncio de la alegría de la Navidad con quienes no han experimentado a Dios-Amor.

- María, la madre de Jesús, nos recuerda que el Nombre de su Hijo, contiene la presencia que significa, Dios salva. Jesús es el resucitado, y cualquiera que invoque su Nombre acoge al Hijo de Dios que le amó y se entregó por él.


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Señor, gracias por darnos a María como madre y modelo de nuestra vida. Contemplar su gozo, su docilidad y aceptación, su humildad, nos motivan a exclamar con gozo: aquí estamos Señor, débiles, inseguros e infieles, pero llenos de alegría por saber que con tu gracia, las cosas pueden y van a cambiar. Amén

Este evangelio nos compromete a dejarnos purificar por el Señor para que nuestra fe esté fuerte; a ser menos incrédulos, obstinados y confiar en el Nombre del que nace: JESÚS.



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Jn 1,6-8.19-28

6Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. 7 Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. 8 El no era luz, sino el testigo de la luz. 19 Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: «¿Quién eres tú?». 20 El confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: «Yo no soy el Mesías». 21 «¿Quién eres, entonces?», le preguntaron: «¿Eres Elías?». Juan dijo: «No». «¿Eres el Profeta?». «Tampoco», respondió. 22 Ellos insistieron: «¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?» 23 Y él les dijo: «Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el

profeta Isaías». 24 Algunos de los enviados eran fariseos, 25 y volvieron a preguntarle: «¿Por qué bautizas, entonces, si tú no eres el Mesías, ni

Elías, ni el Profeta?». 26 Juan respondió: «Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no

conocen: 27 él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia».

28 Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán donde

Juan bautizaba. Palabra del Señor

3° DOMINGO

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El tercer domingo de Adviento tiene dos puntos de reflexión: la afirmación de la presencia de los tiempos mesiánicos y la exhortación a la alegría que proviene de esta certeza.

Para el primero, tendremos en cuenta el testimonio-misión de Juan Bautista. El autor del evangelio quiere señalar expresamente la diferencia y distancia que hay entre Jesús y Juan Bautista. En efecto Juan afirma que no era la luz, el Mesías, ni Elías, ni el Profeta que esperaban. “Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor”, les dice, e indica claramente que el que viene detrás de él es superior, “yo no soy digno de desatarte la correa de su sandalia”.

“Mesías, Elías y Profeta” eran imágenes tradicionales con las que Israel representaba la salvación de Yahvé, y Jesús asume totalmente estos rasgos.

Para el segundo punto, la liturgia en sus oraciones, nos invita a la alegría y el gozo en la espera del Señor, la antífona de entrada nos anima: “Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense” Flp 4,4.

-Ser testigos de la luz: Juan testigo de la acción amorosa de Dios con su pueblo nos invita a testimoniar nuestra fe desde una experiencia vital y amorosa con el Señor. Él es un enamorado de Dios, un testigo que ha presenciado la promesa cumplida desde la alianza.

Hoy nos renueva en nuestra vocación de decirle al mundo que ya no hay noche, sino luz, el pecado no prevalece ni



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tampoco la muerte. Dios nos ama y se ha hecho hombre. Esta buena noticia llena nuestro corazón de alegría y esperanza.

-Yo soy la voz que grita: Juan no es él el Mesías y no quiere ser personaje principal. Busquemos sólo la gloria de Dios, para ello tenemos que anonadarnos, enterrar nuestro egoísmo y afán de protagonismo o sobresalir, y dejar a Dios ser Dios en lo más profundo de nuestro corazón. No podemos dejar de gritar que Dios existe.

- En medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: nuestra vida humana se mueve desde la esperanza sobre todo cuando estamos todavía en un tiempo de pandemia muy difícil y doloroso. Como cristianos depositamos toda nuestra esperanza en el Señor que vive aquí y ahora en medio de nosotros y que actúa como liberador de los pobres y más necesitados.

- Allanen el camino del Señor: tenemos que quitar todos obstáculos que hoy nos impiden preparar bien esta Navidad.


Gracias Señor, porque nos recuerdas que tú eres la luz, que brillas en las tinieblas, que aunque a veces experimentemos soledad, silencio, ingratitud y oscuridad, tenemos la certeza de tu presencia que nos fortalece y anima.

Que sepamos vivir la alegría de saber que estás en nuestro corazón, la alegría de que contigo ya no hay miedos, ni a la muerte, ni a la oscuridad, ni al dolor, porque tú eres la felicidad plena.

Haz que en nuestros desiertos laborales, familiares o de comunidad, tengamos la valentía para anunciar tu Palabra, ser tus testigos y la humildad de hacerlo todo para gloria tuya. Amén


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Nos proponemos a que la Palabra de Dios (Biblia) ilumine nuestras casas.

Nos empeñaremos en ser testigos de tu infinito amor en la compartida alegría de vivir.

Nos comprometemos a quitar los obstáculos que hoy impiden nuestro encuentro con Cristo.

4° DOMINGO

“El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: ¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo” (1,28).

Éste es un versículo clave para María y toda la humanidad. La presencia del mensajero sagrado, su saludo invitándola a la alegría, la expresión “llena de gracia”, y la confirmación de la presencia de Dios en ella, invitan a un profundo momento de silencio contemplativo para tomar conciencia del gran misterio que está por acontecer.

¡Alégrate “jaire”! Este anuncio de la alegría es un eco renovado de las promesas mesiánicas de los profetas a la Hija de Sion, a Jerusalén, por la llegada del Mesías (Is 12,6; Sof 3,14-18; Jl 2,21-


Lc 1,26-38

Proclamar el Evangelio de la página 7, ya que es el

mismo para este 4º Domingo

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27; Zac 2,14-15; 9,9-10). Las invitaciones al gozo espiritual resuenan en todo el

evangelio de la infancia, especialmente en el anuncio angélico a los pastores de Belén y en la visitación de María a Isabel.

Llena de gracia “Kejaritomène”. Es un saludo original que sólo recibe María. Se trata de un título que la define como una criatura especial a los ojos de Dios, que la privilegia con la plenitud de la gracia, cumpliendo en ella el plan eterno de Dios, de brindarnos su vida plena en Cristo (Ef 1,3-14).

En la Biblia, cuando Dios llama a una persona, suele cambiarle el nombre. El nombre que Dios le da a María, “llena de gracia”, sintetiza admirablemente quién es ella y cuál es su misión. Ella es la criatura “toda gracia” por excelencia, que recibió la gracia más grande, convertirse en la madre del Hijo de Dios, y cuya misión será dar al mundo al autor de la gracia e interceder para que nos conceda todas las gracias necesarias para alcanzar la salvación.

El Señor está contigo. A igual que con Moisés (Ex 3,12; 33,12-17; Dt 2,7; 31,8), Josué (Jos 1,5.9.17; 3,7), Gedeón (Jc 6,12.16), David (1Sam 17,37) que necesitaban la presencia de Dios para cumplir la misión encomendada, ahora María, bendecida sobreabundantemente: “llena de gracia”, está plena de Dios.

La expresión señala, también, la promesa del Em/manu/el, con/nosotros/Dios, que anuncia el profeta Isaías (Is 7,14), y que Mateo actualiza en su evangelio (Mt 1,23).


¿Llega a nosotros el anuncio de Dios? ¿Entra en nuestra vida, le hacemos espacio en nuestro corazón? ¿Somos cristianos alegres? ¿Somos capaces de llevar la esperanza a quienes han sufrido la enfermedad o la muerte en esta pandemia? ¿Experimentamos el gozo de sentirnos amados y mimados por Dios a pesar de las dificultades o problemas?


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Tenemos la garantía de la presencia del Emmanuel con nosotros para siempre, hasta el fin del mundo (Mt 28,20). ¿Lo experimentamos así, o nos quejamos porque parece que Él no está con nosotros?


Que a ejemplo de María, oyente y creyente, tengamos la valentía de responder al llamado con un sí alegre y confiado a la voluntad del Padre. Respondemos: “Ven Señor Jesús”lQue la paz de tu nacimiento inunde los corazones de

aquellos que hacen la guerra.lQue tu luz Señor, ilumine a quienes están perdidos en las

adicciones.lQue tu presencia acompañe a las personas que están lejos

de sus familias o están solas. lQue tu poder fortalezca a quienes no tienen fe y esperanza.lQue tu Palabra reconforte a quienes han sufrido de cerca el

dolor de la enfermedad o la muerte en esta pandemia.


Como María, escucharemos y aceptaremos lo que hoy quieres decirnos el Señor.

Como María, en esta Navidad abrimos el corazón con disponibilidad y docilidad.



Subsidio pastoral elaborado por los alumnos del año Propedéutico del Seminario Pedro Ortiz De Zárate, Diócesis de Jujuy, en los talleres virtuales de “Lectio Divina”, y por los laicos de la Capilla de La Transfiguración del Señor y de la Parroquia Santa Rita, Arquidiócesis de Salta, en los talleres presenciales guiados por el Pbro.

Lic. Néstor Aramayo. Octubre - Noviembre 2020. Dándole gracias al Señor por tantas bendiciones recibidas en estos tiempos, ponemos a disponibilidad este material, que puede ser usado o reproducido, total o parcialmente, sólo solicitamos se cite la autoría correspondiente.

Correcciones y sugerencias de contenido o de

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