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EDICIÓN 1.065 DOMINGO 14 DE ABRIL DE 2013 MANIZALES - COLOMBIA creación y vida Tres tiempos de cadencia latinoamericana Las bestias del sur salvaje y el otro país William Walker y la República de Sonora Sobre las obras completas de Baudilio Montoya

PAPEL SALMON 14 DE ABRIL

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PAPEL SALMON 14 DE ABRIL

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EDICIÓN 1.065 domingo 14 DE ABRIL DE 2013 MANIzALEs - CoLoMBIA

creacióny vida

Tres tiempos de cadencia

latinoamericana

Las bestias del sur salvaje y el otro país

William Walker y la República

de Sonora

Sobre las obras completas de Baudilio Montoya

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2 | |3MÚSICA| domingo 14 DE ABRIL DE 2013 domingo 14 DE ABRIL DE 2013 |MÚSICA

Crónica de la pasión del artista entre su público y el escenario. Una manifestación inmensa de la grandeza musical andina. El apoyo a lo propio como respaldo a la cultura.

Luis F. Molina Papel Salmón

El recital de América Mestiza Dúo estaba programado para que comenzara justo a las 6:30 de la tarde del lunes pasado. A esa hora, una fila de unas 25

personas permanecía fuera del auditorio Hernando Aristizábal Botero de Confa-miliares, en plena calle 50 con carrera 25 de Manizales.

Mientras los espectadores aguardaban afuera del teatro, Yuly Perdomo e Ignacio Ramos practicaban con sus instrumen-tos musicales para ofrecer a su público el mejor y más sonoro recital de música colombiana y latinoamericana. Pasadas

Relato de un concieRto de música y usanza andina

tres tiempos de cadencia latinoamericanalas 6:30 p.m., las puertas del recinto se abrieron para que aquellos amantes del pasillo, del choro o del landó, se acomo-daran y se diera inicio a la gala musical.

La magia de entrar a un teatro y espe-rar el inicio de la función se sentía en mu-chos asistentes al concierto. La ansiedad que trae la música se agudizó cuando la platea se veía prácticamente llena desde la entrada.

Antes del conciertoQuienes ya esperaban atentos en sus

asientos el comienzo del concierto de América Mestiza lograban escuchar los sonidos que emitían los instrumentos de este dúo tras bambalinas. El tono de la flauta traversa delataba que Ignacio ya estaba en ritmo y forma para presentarse con su compañera ante un teatro que ya tenía casi la mitad del aforo.

“Los nervios son algo que nunca de-ben desaparecer, porque si se van, tam-bién se pierde la magia. Es como el pri-

mer beso: uno está nervioso, pero quiere y tiene esa agitación de sentir”, narró con emoción Yuly Perdomo.

Los asistentes al evento ya hojeaban el programa que estaban próximos a es-cuchar y disfrutar. Muchos aguardaban con ansias el concierto, mientras que otros iban por primera vez a explorar esa música que no gusta de ser enfrascada en el cliché. La idea de este concierto era que propios y extraños se reunieran en la intimidad que ofrece la atmósfera mu-sical, en especial cuando es de carácter presencial.

Sobre los temores y las ilusiones antes de pasar a saludar en un inicio a su públi-co de la noche, Ignacio Ramos comentó: “empiezan los nervios, la inseguridad, porque uno no está habituado a este tipo de espacios. Comienza todo poco a poco a transformarse en una cuestión, no de ansiedad, sino de expectativa, de mostrar el trabajo, socializarlo y pensar en el des-empeño que uno va a tener”.

Con corazón y mente se prepara este dúo. Se desean recíprocamente los mejo-res éxitos y la mejor de las noches antes de abrir el telón y comenzar con su inter-pretación magistral de la música andina.

en el recitAlYuly e Ignacio iniciaron su concierto.

Abrieron su presentación con un bam-buco del maestro Lucho Vergara titulado “Vivir Cantando”. Terminado este núme-ro sintieron el primer aplauso de la no-che seducir sus oídos. Ahí se presentaron formalmente ante el auditorio que alegre contemplaba la majeza de los instrumen-tos musicales andinos convertidos en ar-monía rítmica.

Entonaron chacareras, choros y más. Cantaron también un bolero. Incluso, Ignacio se dio la libertad de exponer con sus instrumentos una composición sen-timental de su autoría conocida como ‘Samita’.

El concierto y el programa eran re-sultado de horas y días de ensayo. Los cantos y las correcciones sobre la marcha estuvieron a la orden del día para poder llevar a escena los arreglos de canciones como, “Un poco más”, del maestro Álva-ro Carrillo, o el bambuco “El tolimense”, de Gentil Montaña.

Al fondo del escenario, sobre tres tol-dos blancos y azules, pegaban intensa-mente los reflejos de las luces que tam-bién componían el espectáculo y que se acompasaban con la guitarra y el canto de Yuly y con los sonidos de la flauta tra-versa de Ignacio.

En los asientos, unos asistentes mi-raban fijamente los instrumentos, otros cerraban sus ojos para internarse fugaz-mente en el clímax de las melodías y al-gunos llevaban celosa cuenta y control del programa musical que había prepa-rado el dúo a raíz de la invitación que les hizo el área cultural del Banco de la Re-pública para que estuvieran en gira con su música y composiciones por varios teatros y auditorios del país.

América Mestiza Dúo, nombre toma-do por el libro del escritor William Ospi-na, había preparado doce intervenciones para la noche de ese lunes, algunas con canciones y otras meramente acústicas. Fue así que, entre bambucos y meren-gues, joropos y huaynos, pasillos y lan-dós, cuando el reloj marcó las veinte ho-ras, el recital terminó.

“Un concierto es entrega. General-mente nosotros no pensamos en que

viene un tema complejo para la parte ins-trumental o complicado de cantar. Mira-mos un todo, un todo como concierto. Esa expectativa se transforma en frescura, en complicidad, en encontrar con la mirada al que está disfrutando, con el que está cerrando los ojos, con el que está llevan-do el tiempo. Eso lo centra a uno mucho como intérprete, porque realmente no es tanto el intérprete ni el oyente; es la músi-ca la protagonista allí”, comentó Ignacio Ramos.

Como ocurre en la mayoría de concier-

Yuly Perdomo.

tos o recitales, el público se mantuvo en sus asientos esperando que les fuera en-tregada otra pieza musical. Yuly e Igna-cio decidieron volver a cantar “La estrella azul”, su huayno preferido del maestro Peteco Carabajal y con ello cerrar deci-sivamente su presentación en la ciudad.

Terminado, una larga tanda de aplau-sos sirvió para agradecer por su esfuerzo y dedicación musical y por la pasión con la que ofrecieron el concierto a ese público.

“Una cosa que disfruto de este proyec-to es escuchar a Ignacio cantar. A pesar

de que él no se considera cantante, me parece que lo hace muy bien y desde que fue cómplice de cantar conmigo fue una parte que ponderó más este amor que sentimos a través de la música”, puntua-lizó Yuly Perdomo.

después de lA función Una vez puestos los instrumentos a

descansar sobre sus bases y trípodes, esta pareja de esposos bajó del escenario a la platea del auditorio para saludar a los presentes y también para promover el disco que han grabado con varias de sus canciones. Los artistas independientes viven para compartir con las personas y expandir su herencia cultural, apartados del ostentoso mundo de la farándula y el entretenimiento de masas.

La mayoría de los asistentes se acercó a este matrimonio para congratularlos por su recital, comprarles su grabación o simplemente para que les firmaran el programa del concierto y guardar con ello el recuerdo físico de una hora y quin-ce minutos de magistral interpretación de música andina.

“Es la satisfacción del deber cumplido, de haber ensayado para un evento y de saber que la gente se va feliz y ojalá tuvie-ra oportunidad de repetirlo. Ese aplauso

que los artistas dicen que es la mejor re-compensa, realmente sí lo es, pero es el sentimiento con el cual el aplauso se pro-duce”, manifestó Ignacio.

Por su parte, Yuly comentaba: “todo se resume en gratitud. Gratitud con Dios, gratitud con nosotros mismos de poder realizar este proyecto”. Su cara, termi-nado el concierto, era un fiel reflejo de la complacencia, regocijo y orgullo del de-ber cumplido luego de haber entregado parte de su ser a una audiencia que des-conocía hasta el momento del recital.

Las luces bajaron y el teatro ya esta-ba silente y vacío, después de albergar una sesión de melodía andina, armonía propia que, como calificó Ignacio, “son sonidos que dicen en gran medida que somos nosotros. Yo tengo en mis manos la interpretación de un instrumento que tiene mucha tradición europea, pero con él estoy haciendo música tradicional que me pertenece y que les perteneció a mis abuelos. Esa música dice algo de mí y por eso la entrega es total”.

El turno ahora será para otras ciuda-des de Suramérica. La intención de Amé-rica Mestiza Dúo es llevar la esencia mu-sical de la región como muestra del gran patrimonio cultural que albergan los paí-ses andinos América Mestiza Dúo.

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Instrumentos autóctonos que toca durante su presentación América Mestiza Dúo.

Ignacio ramos interpretando la flauta traversa.

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|54|COMPIL ACIÓN| |COMPIL ACIÓNdomingo 14 DE ABRIL DE 2013 domingo 14 DE ABRIL DE 2013

Hugo Hernán Aparicio Papel Salmón

La Red Alma Máter, entidad con-formada por universidades ofi-ciales del Eje Cafetero, Tolima, y Tuluá (Valle del Cauca), envuelta desde años atrás en líos jurídicos

como actuante en convenios interinstitu-cionales –en lenguaje llano, contratista del Estado con el mismo Estado, eludiendo normas obligantes para la empresa priva-da-, para ejecución de obras y proyectos de variedad inverosímil, no se le podría acusar de producir libros malos.

Por el contrario, cada fruto de su sello editorial muestra impecable factura -di-seño, materiales, diagramación, impre-sión-, y sustanciosos contenidos literarios. Cóndores no entierran todos los días, de Gustavo Álvarez Gardeazábal, Risaralda, de Bernardo Arias Trujillo (Premio Litera-turas del Bicentenario –Mincultura – 2010) y, Cuentos del Tolima, Antología crítica, a cargo del Grupo de Investigación en Lite-ratura de la Universidad del Tolima (Pre-mio Internacional de Cuento Juan José Manauta en Argentina – 2011), preceden al tomo, Obra Poética 1938-1963 de Baudi-lio Montoya – Estudio, edición y notas, ob-jeto de esta reseña, realizado el 2012 bajo la dirección del poeta, narrador, ensayista y profesor de la Universidad del Quindío Carlos Alberto Castrillón, con el aporte de la bióloga Cindy N. Cardona Claros y del periodista-escritor Ángel Castaño Guz-mán, egresados de la misma institución.

Seis libros, entre los años 1938 y 1963, publicó en vida el poeta calarqueño, bajo su personal supervisión y elección de con-tenidos (Lotos, 1938 - Canciones al Viento, 1945 – Cenizas, 1949 – Niebla, 1953 - Antes de la Noche, 1955 - Murales del Recuerdo, 1963). Se basa en ello el Profesor Castrillón para considerar los 402 poemas resultan-tes como el corpus poético de Montoya, desechando de plano la incidencia de eventuales reliquias inéditas, engave-tadas, o textos sueltos divulgados en su tiempo, ahora sepultos. El producto del esfuerzo de edición y del equipo académi-co autor de las extensas notas del prefacio, es un libro más que pulcro de 765 páginas, y portada policroma con la imagen de, Al final de la calle, óleo sobre tela de la artis-ta Lina María Muñoz Velasco.

Yace allí la obra poética de Baudilio Montoya acompañada de agudas notas críticas, biográficas e informativas, a dis-posición de lectores e investigadores. Es obvio el propósito de hacer posible y es-timular con su edición completa, la indis-pensable relectura de una obra más citada que objetivamente conocida; primer paso para asignarle justo sitial en la literatura regional y nacional.

Nunca poeta alguno con etiqueta re-gional en Colombia, país otrora afecto al oropel del verbo, se ha visto cubierto en simultánea de gloria popular y flaca esti-ma por parte de la academia y del colegaje literario, tras deficientes y fraccionadas lecturas, como Baudilio Montoya. Afir-

sobRe las obRas completas

Releyendo a Baudilio

Sobre el voluminoso trabajo editado por la Red Alma Máter. Serie de Clásicos Regionales. Montoya fue considerado el poeta del pueblo y es más el mito que pesa sobre él que la trascendencia lograda. Versos.

mación sustentada en informes y reseñas periodísticas, notas sociales, artículos pre y post mortem publicados entonces en medios de reducido alcance, algunos re-cientemente compilados por Juan David Zambrano y Mayra Sarmiento en el libro, Lecturas críticas de la obra de Baudilio Montoya – Biblioteca de autores Quindia-nos – 2011.

Además de una pretendida anemia conceptual y estética, de extemporanei-dad en formas y referentes, sus autores vieron en la afinidad afectiva con oyen-tes y lectores del común, en su solitaria y consuetudinaria bohemia, en supuestos indicios de “fascinación satánica”, mo-tivos de recelo cuando no de reproche; rasgos excluyentes, a doctos juicios, de las cumbres del Parnaso. Actos públicos, eventos de multitudes: coronaciones de reinas, competencias deportivas, grados académicos, efemérides, celebraciones fa-miliares, en su parroquial Calarcá, sin la presencia del entrañable personaje, de su exuberancia versificadora en los estrados, eran impensables. Canal de expresión co-lectiva, la voz de Baudilio, por demás ca-rente de gravedad, pródiga en cambio en efluvios, música y ritmo, interpretó como ningún artista de la palabra, ni antes ni después, el alma popular desde insólitas tribunas, observando con rigor los esen-ciales poéticos. Epítetos, a cual más inge-niosos, a cual más eufemísticos, entre la ponzoña del ditirambo, se intentan aun para caracterizar a Montoya, opacando la presencia en él del poeta con todas sus letras; poeta en íntegra acepción. Bardo errante, popular, vernáculo, aeda etílico, último rapsoda, juglar, trovador veredal, motes distractores que porfían en velar su mérito, consignados en vida y después de su desaparición, en cuanta referencia o comentario escrito aluden al maestro de escuela y poeta de La Bella.

¿Pierde el norte la reseña con la emoti-va digresión? No se crea. De entrada, an-tepuesto lo anterior, a la vista el resultado del trabajo del equipo editorial, la esme-rada labor de acopio y revisión con apego a las versiones originales para deleite de lectores entusiastas y análisis académico, es ya vindicativa. No se agota ahí lo plau-sible. En esclarecedor prefacio, Castrillón, Cardona y Castaño, guían al lector por el periplo existencial y creador de Baudilio, precisan datos biográficos básicos, con-textualizan época y entorno, el escenario rural-semiurbano donde transcurrió su vida, el transcurso de su labor docente y poética, posibles lecturas antecedentes, su incursión en actividades cívicas, po-lítico-administrativas, como columnista en periódicos regionales, y autor, bajo seudónimos, de versos humorísticos re-lativos al anecdotario comarcal, donde utilizaba a discreción, recurriendo a la parodia, a la ironía y la mordacidad, su poder versificador.

El estrecho seudointelecto juzgó con dureza la poesía de Baudilio; la miró con desdén. Sus argumentos: para aquella época la rima, la silva y el soneto eran formas muertas; el vendaval romántico y el huracán modernista habían fenecido; desde las primeras décadas del siglo XX -manifiesto de Breton y sus amigos inclui-do- las poéticas vanguardistas, antípodas del poema baudiliano, marcaban nuevos rumbos estéticos en Europa y América; su temática no era coherente con las preocu-paciones del momento histórico; el apego al bucolismo comarcal, a la denuncia social inane… Fue inevitable además para sus cen-sores, tachar de fatua su corona-ción pública, confundir el com-portamiento social del artista con el contenido de la obra. Cas-trillón y su equipo se encargan de poner las cosas en su sitio y llamarlas por su nombre, de afinar y precisar conceptos. Nada concede más dignidad ni enaltece tanto una obra intelectual que hacerla obje-to de estudio desprovisto de prejuicios.

Sugestivo colofón, el mi-nucioso examen a versiones “corregidas” con posterio-ridad a la desaparición de Montoya, en ediciones pós-tumas en las cuales la ar-bitrariedad de los editores hizo de las suyas en detri-mento de los textos origi-nales. Queda establecido un hito de partida para nuevos proyectos de in-vestigación que abran interrogantes, que ex-ploren, que indaguen, en el ámbito humano y literario del entra-ñable calarqueño, quindiano; del poeta Baudi-lio Montoya

Portada del libro que compila la obra completa de Baudilio Montoya.

motivo

Yo tengo, Amada, en medio de la umbríaque asiste la humildad de unos senderos,entre los florecidos jazmineros,como un ensueño, la casita mía.

donde llegan balando su alegríaen un tropel de nieve mis corderos,mientras charla alegres los jilguerosa los fulgores últimos del día.

Ven conmigo si quieres, y extasiadosmiraremos el “sol de los venados”cuando tienda sus gasas por las lomas,y con mis manos en tus manos puras,te enseñaré las íntimas ternurasque saben en la tarde mis palomas.

Soledad

Ah, soledad de mi vidaperdida en su cementerio,soledad de este fastidioque siempre me está mordiendopara que sienta el dolorque conoció Prometeo.

Soledad, soledad mía,soledad de mis recuerdos,soledad del corazónque ya es un pájaro ciego,tú me haces bella la vidaque nutre el mal de mi tedio.

Ignorado entre la turbade este mundo que no entiendo,alumbras piadosamentela noche de mi destierro,clareando sobre el abismodonde están en su silenciolos venturosos amoresque para siempre se fueron.

Ya ves cómo estoy de solo,soledad que me estás viendo,solo como un barco rotoen un mar sin linderos.En veces pienso, mirandola oscuridad de mi cielo,que a mí me sigue tambiénla maldición de Ashaverus...

Mas yo he de parar asísin decir a nadie un ruego,repitiendo la canciónde mi sentido soberbio;yo estaré solo hasta siemprecon el fastidio que llevo,porque es bello estar bien solocuando uno se está muriendo.

muchacha del Quindío

Muchachita campesina,flor de mi tierra quindiana,que tienes olor de pomasy dulce sabor de cañay de piñas que maduranal borde de la quebrada.

Tienes el mismo primor de los lirios de la estancia,y el contenido fecundode tentación y de graciaque se encuentran en las mazorcasque crecen en la labranza.

Niña de miel y de aromas,orgullo de mi comarca,tú eres sencilla lo mismoque el sueño breve del albay hermosa cual los bambucosque se oyen en mi montaña.

Por eso, porque eres linday suavemente encantada,te doy la queja que saletemblando de mi palabra:

- Muchacha de mi Quindío,no me atormentes el alma.

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Baudilio Montoya.

Así lucía el libro Murales del recuerdo.

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|76 | |HISTORIAdomingo 14 DE ABRIL DE 2013 domingo 14 DE ABRIL DE 2013CINE|

Una mirada crítica a esta película, que estuvo nominada a los Óscar. La tragedia del Katrina va a sumar a la que ya tienen habitantes que viven en condiciones deplorables en los Estados Unidos. Ojo.

Jorge Abel Carmona Morales* Papel Salmón

El sureste de los Esta-dos Unidos es otro mundo, es un mun-do de poblaciones diversas: afrodescen-

dientes, latinos, personas de tez

Las bestias del sur salvaje y el otro país

gráfico. El primero es el direc-tor Benh Zeitlin y el segundo su protagonista Quvenzhané Wallis. Ambos aparecen como talentos que vale la pena seguir apreciando porque seguramen-te, con la película, se inicia una importante carrera para el me-dio artístico mundial, especial-mente si tenemos en cuenta el impulso de garantía que cons-tituye la nominación para un premio Óscar en Hollywood.

La promoción de nuevos va-lores no es nada nuevo para la industria de ese espectáculo fíl-mico que se arroga los criterios estándares con los cuales se juz-ga el cine contemporáneo. Ese es el caso de la niña, que para el momento del rodaje contaba con seis años de edad.

Los niños se han convertido en un pretexto para cautivar al público, recreando historias a través de su mirada, como si el tiempo se hubiese detenido bajo la inocencia de sensaciones y pensamientos que ennoblecen el cine y despertando sensible-rías que atrapan a todo tipo de público. Películas como Padre padrone, Pelle el conquistador y el Silencio de Bergman, im-brican adecuadamente al niño o a los niños como parte de una historia. Su aparición como

personaje es precisamente un factor más de la calidad estética que una obra nos trae. Lastimo-samente, la actitud comercial de los productores gringos llena las pantallas de una cantidad desproporcionada de infantes, herederos de toda la esquema-tización histriónica de las pelí-culas que elaboran en Estados Unidos, con el fin de adorme-cer a los espectadores con los melodramas trasnochados que proliferan a lo largo y ancho del planeta cinematográfico.

Un ejemplo de eso lo pode-mos encontrar en Hombre en llamas o En busca de la felici-dad, para solo citar algunas de las más precarias producciones. No obstante, es admirable que los niños con esas edades ya es-tén desarrollando la proxemia, la tranquilidad y las facultades que requiere el hermoso arte de la representación actoral, pues, en el fondo, ellos son el producto fabricado de padres, profesores, directores y productores que componen el medio cinemato-gráfico y que promueven los nuevos valores, armando de paso el imaginario social, en el que la manera como una comunidad se ve, es un aspecto fundamental de su crecimiento como país.

Las bestias del sur salvaje cuenta la historia de una fami-lia, el padre de raza negra y su pequeña hija, quienes viven en la ciudad de New Orleans, en medio de casuchas construidas en las costas orientales de los Es-tados Unidos. La pobreza mate-rial y los niveles de alcoholismo están perfectamente articula-dos a un paisaje que se muestra avasallante, que amenaza des-bordarse por los misterios de la naturaleza. Y es un evento me-teorológico devastador, hiriente y formativo a lo que nos hemos visto sometidos por el universo: el huracán Katrina, el que sirve de background a la historia, que

transcurre en la imaginación de la niña que se inventa jabalíes gigantes para paliar un poco la desgarradora vida cotidiana que lleva con su padre. El miedo que la envuelve es el que tendría cual-quier pequeño, el que supone el posible abandono de su padre para siempre, y por ello, se hace necesario agarrarse de cualquier cosa para mantener la esperanza, la ilusión vuelta narración en la desventurada situación en la que se encuentra.

Por momentos, la historia parece perderse en un mundo imaginario que se muestra for-zadamente junto con las escenas que acontecen en el mundo real. La vieja combinación de histo-ria y ficción es desbordada por el exceso de la última. No obs-tante, es necesario resaltar que algunos planos y algunas se-cuencias tienen una belleza que conmueve, sobre todo cuando apreciamos algunos interiores, iluminados con luces de colores amarillas que contrastan con la oscuridad y el movimiento de hombres y mujeres afrodes-cendientes sobrepasados por el dolor de no ser nadie, o de ser ciudadanos estadounidenses en el país más rico del mundo, pero condenados a la miseria de un sur profundo, aquel que se los traga paulatinamente sin esperanza de ayuda alguna.

Quizás la Academia de artes y ciencias cinematográficas de los Estados Unidos haya lavado sus culpas con la nominación de esta película. Sin embargo, esta no es un producto que haya que des-cartarse por ello, sino que como obra debe valorarse en su justa medida, teniendo en cuenta que corresponde a un debut fílmico.

Habrá que seguir la carre-ra del director con un sentido crítico para que su talento no se desperdicie siendo cooptado para dirigir producciones que malogren su trabajo. Y habrá que mirar la evolución de la pequeña actriz, una estrellita que nos muestra el caudal de talento que tienen los Estados Unidos en cuanto a actores se refiere. Las bestias del sur sal-vaje se encuentra en el umbral que une o separa, dependien-do de la perspectiva, ese cine de contenidos estereotipados y ese cine independiente. Tal vez la película sea más bien un hí-brido que habrá que juzgar con el tiempo cuando ambos perso-najes hayan evolucionado en el mundo del cine

[email protected]

blanca; pobres, ricos, ciudada-nos de clase media; es un mun-do de paisajes farragosos y as-fixiantes, de pantanos y playas paradisíacas como recuerdos de gestas conquistadoras de espa-ñoles, franceses e ingleses; es el mundo del trópico que parece al-bergar algunas vergüenzas para la nación estadounidense siem-pre acostumbrada a vanagloriar sus estados como una defensa acérrima de su territorio.

En ese contexto discurren los acontecimientos de la película Las bestias del sur salvaje, es-trenada el año anterior.

En ella debutan dos perso-najes para el mundo cinemato-

Alfredo Cardona Tobón* Papel Salmón

Desde los primeros años como nación independiente un vasto sector de la población de los Estados Unidos de América soñó con el “Destino Mani-fiesto” que le señalaba su expansión

desde el océano Atlántico hasta el Pacífico inclui-dos los territorios hispanoamericanos poblados por gente que consideraban de razas inferiores.

Las antiguas colonias inglesas compraron La Florida a España, La Luisiana a Francia, anexaron Texas en 1840 y California en 1845 e invadieron los territorios de Colorado, Arizona, Nuevo Méjico, Nevada, Utah y partes de Wyo-ming, Kansas y Oklahoma; es decir el 55% de México.

los intereses de los estAdos sureños de lA unión

A mediados del siglo XIX dos grandes blo-ques buscaban la supremacía en la Unión Ame-ricana: los estados del norte industrializados y opuestos a la esclavitud y los del sur con eco-nomía agrícola y recalcitrantemente esclavistas.

Para fortalecer sus posiciones, los sureños ur-dieron la anexión de otros estados con la táctica empleada en Texas y en California, donde comu-nidades anglosajonas se incrustaron, y una vez fortalecidas con la inmigración, independizaron los territorios y se unieron a los Estados Unidos. En este sentido fue notable la acción de Los Ca-balleros del Círculo Dorado, la Asociación de los Hacendados del Sur y la Liga de los Derechos del Sur con intereses al sur del río Gila y con ambicio-nes incontroladas sobre nuevos territorios.

Con el apoyo del Círculo Dorado el 16 de oc-tubre de 1853 el filibustero William Walker con medio centenar de hombres reclutados en los muelles de California se embarcó con rumbo a la península de Baja California; el pretexto era la defensa del puerto de Guaymas amenazado por los indios apaches; pero la realidad era otra: se buscaba separar la vasta extensión de Sonora y Baja California para agregarlo a los Estados Unidos como otro estado esclavista.

Walker se internó en el mar de Cortés, des-embarcó en la población de La Paz en la costa este de Baja California y el 3 de noviembre de 1853 proclamó una Baja California libre, sobe-rana e independiente. Poco pudieron hacer los mejicanos ante los invasores; el comandante Francisco del Castillo se refugió en San Diego y Antonio María Meléndez inició una guerra de guerrillas que con el correr de los meses minó la moral de los invasores en medio de una tierra desértica y solitaria.

La tropa de Walker reforzada por doscientos cincuenta voluntarios llegados de San Francisco tuvo que moverse de un lado a otro bajo la fé-rrea disciplina impuesta por Walker; las racio-nes comenzaron a menguar y al final la tropa solo vivía de bananos y de pescado. Los mero-deos en busca de alimentos se multiplicaron al igual que los enemigos que no perdían ocasión para asesinar a los invasores.

William Walker y la República de sonora

Sin el aliciente de tierras fértiles, ni el oro ni las riquezas, se fueron desvaneciendo los sueños de la tropa; en una tórrida noche tres filibusteros intentan desertar, pero Walker los sorprende e inmisericordemente los manda fu-silar. El 10 de enero de 1854 los norteamericanos retroceden a la ensenada de Todos los Santos y en las ruinas de la misión de San Vicente se pro-clama la república de Sonora que comprende, además, el territorio de Baja California.

Walker persiste en su aventura confiado en el apoyo de los Estados Unidos, pero la ayuda no llega; pues el presidente Franklin Pierce intere-sado en la compra de la extensa zona de La Me-silla y otros territorios mejicanos, se ha compro-metido a controlar el paso de los apaches por la frontera y a no inmiscuirse en los conflictos del vecino país. Pierce considera a Walker y a sus filibusteros como transgresores de las leyes de los Estados Unidos y los invasores, sin comida y acosados por los habitantes de Baja California emprenden un largo recorrido por las sierras del Gigante y de San Pedro Mártir, traspasan la frontera y se entregan a las autoridades nor-teamericanas, que en un juicio de ocho minutos declaran inocente a William Walker.

¿Quién fue WilliAm WAlker?Este hombre de modales finos nació en el es-

tado de Tennesse el 8 de mayo de 1824. De nota-ble inteligencia y gran ambición, Walker cursó medicina y derecho y complementó sus estu-dios en Europa donde aprendió varios idiomas.

Se radicó en California donde ejerció el pe-

riodismo y se enfrentó a políticos corruptos. Con el correr de los meses Walker se convirtió en un héroe local y en un instrumento de la cau-sa sureña; defendió la esclavitud y creyó ciega-mente en el Destino Manifiesto de los Estados Unidos. No se destacó por su valor, pues nunca combatió directamente, ni por sus dotes milita-res: era un oportunista que soñó con imperios y con integrar a Centroamérica y lo que quedaba de Méjico a los Estados Unidos.

otro intento fAllidoUn año después del fracaso de Walker en Baja

California, el aventurero Henry A. Crabb, ca-ballero del Círculo Dorado y amigo íntimo de Walker, desembarcó en Sonora con cien hom-bres en otro intento por apoderarse de Sonora y sumarlo a los estados del sur. En Hermosillo, capital del Estado, lo recibieron como libertador del pueblo y lo invitaron junto con su fuerza a un banquete público. Los confiados filibusteros se sentaron alrededor de una larga mesa dejando las armas en una pared cercana; apenas habían principiado a gustar los manjares, una multitud de mejicanos se apoderaron de las armas, los hicieron prisioneros y la mañana siguiente los fusilaron a todos, inclusive al coronel Crabb.

William Walker, por su parte, continuó sus aventuras en Nicaragua, donde alcanzó la pre-sidencia de la república, sumió al país en una sangrienta guerra y murió el 12 de septiembre de 1860 a manos de un pelotón hondureño

*http://www.historiayregión.blogspot.com

De cómo se forma una nación. Un territorio inhóspito que se intentó anexar por la vía de las armas a los Estados Unidos. Un hombre que defendió un territorio y murió en otro. Internacional.

Mapa de los estados de Sonora y Baja california en Mexico

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|director NICoLás REstREpo EsCoBAR | EDItoRA GLoRIA Luz áNGEL EChEvERRI|DIsEño vIRGILIo LÓpEz ARCE|cIrcuLA cOn LA PATrIA TODOS LOS DOMIngOS |crA 20 nO.46-35. TeL 878 1700 |IMPreSIón: eDITOrIAL LA PATrIA S.A |e-MAIL: [email protected]

domingo 14 DE ABRIL DE 2013PUBLICACIONES|

impRe(CI)siones

en estanteRÍa

Camilo Gómez Gaviria Papel Salmón

El 15 de marzo pasado, en el Auditorio Tere-sa Cuervo del Museo Nacional en Bogotá, el Ministerio de Cul-

tura celebró el lanzamiento del Año Soledad Acosta de Samper. 2013 marca el centenario de la muerte de esta autora del siglo XIX, una de las primeras que tuvo el país. Aunque poco leída en la actualidad, este año pro-bablemente servirá para revivir el interés de los lectores por la

El centenario de una escritora decimonónicaobra de una importante figura de las letras nacionales. Algu-nos de sus escritos, hasta hace relativamente poco, ni siquiera se habían vuelto a editar y parte de su obra aún está necesitada de ver la luz después de un si-glo de olvido.

El interés por su trabajo se volvió a dar en el ámbito académico, tan sólo a partir de la década de 1980, gracias a la crítica feminista que em-pezó a tomar fuerza en aquel entonces. Soledad Acosta, en vida, escribió textos narrati-vos y fue autora de una amplia obra como historiadora. Sin

embargo, una de las cosas que más llama la atención hoy es su mirada sobre el papel de la mujer en una época en la que ésta ni siquiera era ciudadana y mucho menos tenía acceso al mismo grado de educación que la población masculina. La temática de la situación de la mujer no sólo está presente en su obra narrativa; la trató también, por ejemplo, en tex-tos como Aptitud de la mujer para ejercer todas las profesio-nes, una Memoria presentada en el Congreso Pedagógico Hispano-Lusitano-Americano reunido en Madrid en 1892.

En el lanzamiento, Carolina Alzate, profesora asociada de la Universidad de los Andes, pre-sentó una conferencia. Ella es hoy una de las mayores inves-tigadoras de la obra literaria de Soledad Acosta de Samper en el país. Uno de los logros de Alza-te en el campo de la investiga-ción sobre la obra de Soledad Acosta, fue la edición del libro Diario íntimo y otros escritos de Soledad Acosta de Sam-per. El diario es un escrito de carácter muy particular, pues nos muestra lo que eran la vida y pensamientos de una joven bogotana a mediados del siglo

XIX. Este diario estuvo guarda-do en la biblioteca del Instituto Caro y Cuervo en la hacienda Yerbabuena (sede del instituto en Chía) hasta que fue redescu-bierto casi por casualidad por el grupo de investigación del que hacía parte Alzate y publicado en el 2004.

¿Cuántos secretos más guar-dará la obra de Soledad Acosta de Samper? De seguro, tratán-dose de una autora tan prolífica —y todavía, poco conocida— aún habrá sorpresas aguardan-do, no solamente a los inves-tigadores, sino también a los lectores en general

Mónica Quintero Papel Salmón

Tal vez el pequeño Prín-cipe le presentó la oveja a la flor y se domestica-ron los tres. Tal vez la oveja no creció y siguió

siendo perfecta para la caja que el aviador le dibujó, aunque fue-ra malo para el dibujo porque le quitaron todas las intenciones cuando tenía seis años. Tal vez se hicieron amigos y la crespa esa le ayuda al Príncipe a remojarla.

Porque después de esa vez que el niño de cabellos de oro “cayó dulcemente, como cae un árbol”, no se ha vuelto a ver, aunque la historia se ha leído en el mundo completo.

Es posible que El principito no haya crecido, pese a que han pasa-do 70 años desde esa primera vez que se hizo libro. Que se publicó. Era martes. También 6 de abril. Año 1943. Antoine de Saint-Exu-péry, el piloto de guerra y escri-tor, vivía en Nueva York. Esa fue la primera ciudad del pequeño Príncipe.

En ese entonces no fue tan bien recibido. Muchos esperaban una declaración sobre la guerra y en cambio llegó el cuento. Mu-chos quedaron decepcionados y

70 años lejos del asteroide B612cuando se murió Antoine, un año después (1944), cuando viajaba en su avión para hacer una nueva misión y no regresó jamás, no tenía el éxito apabullante que alcanzó. Que tiene todavía.

“El Principito es un libro que si-gue vigente por la temática que trata. Su contenido filo-sófico y social es aplicable a la socie-dad. Se puede tra-bajar con públicos de diferentes edades”, explica Na-talia Duque, líder de proyecto de la Fundación Taller de letras Jordi Sierra i Fabra.

Lo leen niños y lo releen gran-des. Se le mira y analiza desde diferentes posibilidades. “Es un libro que tiene diferentes momen-tos y varias lecturas. Cuando niña lo leí como un cuento de un perso-naje y después más grande me en-contré con otras sorpresas y otros significados”, dice Ana María Ja-ramillo, especialista en literatura.

Un personaje que enamora,

que ha saltado del libro a los cómics, a la televisión, a las imágenes, a los boto-nes para llevar, a los collares, a las pul-seras, a un mundo de posibilidades. A más libros. Al pen-samiento.

“Es una herra-mienta para buscar un pensamiento crí-tico -, señala César Cano, promotor de lectura de la funda-ción Ratón de biblio-teca- y mostrar esto de las relaciones so-ciales, de la pregun-

ta de para qué estar vivos, del estar en una sociedad”.

Una historia que se lee una vez y no se olvida. “Creo que todos quería-mos encontrar un zorro”, recuerda Marcela Cataño, una lectora. Poder ver una oveja en una cajita con hue-cos y encontrarla perfecta o ser capa-ces de ver que eso no es un sombrero sino un elefante en una boa.

El cuerpo del Principito no fue en-contrado. Quizá está en su planeta. El de Saint-Exupéry tampoco. Quizá está donde el pequeño Príncipe, celebran-do los 70.

mAndAmientos hoyEl escritor y filósofo

Fernando Savater, invi-tado a la edición 26 de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, llegará para presentar, entre otras obras, “Los diez manda-mientos del siglo XXI”.

En este trabajo el pen-sador español actualiza los diez mandamientos analizándolos a la luz de las ideas del siglo XXI, analizando preguntas como: ¿Qué vigencia tie-nen los diez mandamien-tos? ¿Siguen siendo una guía ética y moral para la sociedad occidental a pe-sar del paso del tiempo y del cambio radical de la vida y las costumbres? Pocos filósofos son capaces de explicar con sencillez y claridad las grandes cuestiones que afec-tan a la historia de la humanidad como este código de diez mandatos divinos inscritos en las tablas de la ley que un día llevó Moisés a su pueblo.

Fernando Savater, filósofo agnóstico, analiza con ele-gante ironía los diez mandamientos acercándolos al punto de vista de hoy sin apartarse de la realidad y sin olvidar las cuestiones que les interesan a todos. La obra recorre uno a uno los mandamientos, desde el “no mata-rá” hasta el adulterio y su explicación histórica, pasando por el examen del acto de robar o el deber de honrar a los progenitores.

Editorial: DebateTítulo: Los diez mandamientos del siglo XXIAutor: Fernando SavaterPáginas: 184