PAC3. Teoría de la Educación. NOTA A. German.docx

8/10/2019 PAC3. Teoría de la Educación. NOTA A. German.docx

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Teoría de la Educación Social PAC 3. EDUCACIÓN Y POLÍTICAConsultora: Mar Rosàs Tosas Germán Daniel López Gutiérrez

1

El pes relatiu d’aquesta PAC a l’Avaluació Contínua és del 40%. En la seva

correcció es valorarà de forma global: La capacitat d’anàlisi crítica dels textos que es treballaran. 9,5

La capacitat argumentativa i reflexiva entorn dels diferentsposicionaments educatius. 9

El domini de la terminologia i la precisió conceptual 9,75

La capacitat de comparació entre els textos proposats. 9

La correcta expressió gramatical i sintàctica, i sense faltesd’ortografia. Cal tenir present que l’expressió escrita és unacompetència bàsica de l’assignatura. Es pot suspendre la PAC si escometen errades ortogràfiques i gramaticals en la redacció del’exercici. 9,5

La recerca de documentació bibliogràfica pertinent i adequada al temaa desenvolupar.8,75

Cites correctes dels textos llegits i utilitzats per reforçar el vostrediscurs. A l’apartat de Recursos d’Aula trobareu la Guia de CitesBibliogràfiques de la UOC. 9,5

Para empezar a desarrollar el vínculo entre educación y política tenemos que

partir de la premisa que la educación es política. No caben ambages cuando

estamos hablando del vehículo que trata de establecer el futuro de la sociedad

y distribuir el poder mediante los roles sociales que asigna. La educación,

entonces, es una estrategia política que a largo plazo se convierte en clave

para el desarrollo económico y social del país. Este inmenso poder causa

continua discusión por los importantes intereses que genera, ya que la

educación, lejos de ser un instrumento neutro, conlleva “explícita o

implícitamente, una finalidad, una intencionalidad; y responde a una posición

¿Cómo creéis que en la actualidad se vincula Educación

y Política?

“ La política no es la búsqueda de un ideal y tampoco el

estancamiento en la tradición. Es una actividad viva, adaptable,

flexible y conciliadora. La política es la forma de gobierno de las

sociedades libres”. (Crick, 2001: 61)

“Ser ciudadano democrático significa gobernar, por lo tanto, el ideal

de la educación democrática consiste primero en ser gobernado

para luego gobernar ”. (Gutmann. 2001: 17)

Comment [MRT1]: Molt bon treball. Ben

argumentat, ben escrit, ben estructurat, interess

Felicitats!

Nota: A




2

ideológica, política, económica y social, la de la clase dominante, la de los

grupos de poder a los cuales favorece” (Martínez, N. 2010)1. Preguntas como:

¿es un derecho o un privilegio? o ¿al servicio de quién?, forman parte de la

lucha de poder y de la evolución que la educación ha ido sufriendo a lo largo de

las últimas décadas.

Son necesarias unas pinceladas históricas que nos ayuden a situarnos en lo

que ahora es, en lo que era y en lo que debería ser , si atendemos a los

intereses de los mercados o a los de justicia, integración y cimentación social.

Gracias a los movimientos estudiantiles de finales de los 60 del siglo pasado,

se logra el cambio conceptual (al menos de forma aparente) de universidad de

élites al de universidad de masas. Se consigue que a partir de esos años la

educación no sea un derecho o un factor hereditario de condición social y abra

sus puertas a la universalidad de aquellos que sean más capaces

intelectualmente. La educación se entiende, por lo tanto, como un bien que se

adquiere y que cualquier individuo con capacidades puede asumirlo, intentando

mitigar las enormes desigualdades que existían en función de la procedencia

social y que, de esta manera, se convertían en una espiral de perpetuación

clasista. Que el hijo del campesino siga en el campo mientras que el hijo del

burgués estudie no hace más que mantener el estatus de cada capa social. Si

entendemos la educación como el medio para la preparación del individuo y

como forma de unidad social, de construcción de una sociedad que se base en

la igualdad de oportunidades, esto debía cambiar. El contexto socioeconómico

en aquella época se basaba en el liberalismo, surgiendo “como consecuencia

del cambio estructural en el modelo de crecimiento de los países

industrializados (…) generando un nuevo tipo de organización social,

productiva y capitalista” (Ferré X. y Solé, J., 2010: 9) cuya fórmula radicaba en

encumbrar a los mercados como auténticos motores económicos y de

progreso, pero con un poder limitado a la hora de las exigencias o injerencias y

críticas sociales y gubernamentales. Quiere decir, entonces, que pese a todo,

el liberalismo tiene un resquicio en el que puede aceptar críticas y adaptarse

sutilmente a ellas. Y ahí, en ese resquicio, se dio lugar el significativo aumento

1 Citado en la Editorial de la Revista de Educación “Diálogos” núm. 5, pág. 3.




3

de estudiantes que provenían de cualquier clase social, factor denominado de

masas y de democratización de la enseñanza, y que duraría en este país con

alrededor de 30 años de crecimiento. Pero no nos engañemos, sigue siendo un

mito educativo y un sueño social el lograr que la educación sirva para el

progreso individual y colectivo y para preparar a los individuos al mercado

laboral sin distinción de tu origen social, pues el denominado plan oculto seguía

así, oculto. Lejos de desaparecer, el sistema educativo está orientado a la

formación estipulada y controlada por el gobierno para garantizar el éxito del

sistema que ellos capitanean.

La educación de masas no acaba de ser útil en aquellos momentos y se refleja

con un dato incuestionable: la altísima tasa de paro juvenil no decrece y la

universidad es entendida como inadecuada para afrontar este problema. Es

necesario un cambio de rumbo, pero lejos de llevarse a cabo reformas

necesarias para su solución y para mejorar la calidad de enseñanza, las

reformas vienen de la mano de la evolución del sistema liberal al neoliberal. Si

antes explicaba que los mercados eran el guía espiritual del liberalismo, ahora

va más allá. El neoliberalismo rechaza cualquier tipo de injerencia o crítica a su

sistema y doblega cualquier interés al que necesiten los mercados económicos

bajo el dogma de que es éste el buen camino, no existen otras soluciones ni

alternativas posibles.

En el texto de Concha Fernández2 encontramos el claro motivo por el que la

educación es política, y no es otro que la primera se entiende como

imprescindible para perpetuar y sostener el sistema político, a la vez que puede

ser una amenaza que hay que controlar. Esto en sí supone un peligro para el

propio sistema, pues aunque es necesario que la sociedad evolucione

intelectualmente para garantizar las necesidades empresariales, se debe hacer

con extremo cuidado para conseguirlo sin que dejen de ser dóciles y sumisos al

propio sistema. Ahora, el plan oculto sale del cajón para iluminar sin titubeos.

El neoliberalismo, capitaneado inicialmente por Ronald Reagan y Margaret

Tatcher allá por los años 80 del siglo pasado, y facilitado en gran medida

gracias a la caída del comunismo, iba acomodándose en todos los países

2 Concha Fernández Martorell es doctora y catedrática en filosofía.




4

capitalistas y dotando de inmenso poder a las empresas. Es más, el

neoliberalismo entiende la propia sociedad como una empresa en todos y cada

uno de sus aspectos. Ahora, el mercado manda y lo que exige es que la

enseñanza debe adecuarse y reformarse para satisfacer sus necesidades, por

lo que la política de los mercados logra imponerse a la política del bien común

con una rapidez que solo se entiende en un mundo globalizado y gracias al

mensaje propagandístico tan bien diseñado desde las nuevas tecnologías

como soporte de expresión y “adoctrinamiento cultural” (Ferré, X. y Solé, J.

2010: 19). La información, como fuerza productiva juega un papel decisivo

como variable imprescindible que condiciona política y educación, como

aseguran (Ferré, X. y Solé, J. 2010: 13), “quién tiene la información tiene el

poder económico, como condicionador de la toma de decisiones políticas”.

Cualquier persona que posea una mente abierta e inquieta y la posibilidad de

adquisición de conocimientos (al menos en mi caso) no dudaría en alinearse

con los planteamientos de Concha Fernández, que cuestiona los males que

acechaban a la enseñanza, como el bajo rendimiento, fracaso escolar o

pobreza en cuanto a la adquisición de conocimientos, y los revela como

variables que el propio sistema había permitido y facilitado para imponer el

cambio neoliberal que el mercado exigía. El objetivo pedagógico se diluye

mientras se consolida el objetivo del rendimiento económico y eficiencia al

sistema capitalista. Ahora, son necesarias las personas mentalmente flexibles,

que sepan adaptarse, sin necesidad de una formación tan específica. Se

produce la fabricación del conocimiento en serie, como si de una cadena de

montaje se tratara y se diseñan los estudios en función de las necesidades

productivas de las empresas (básicamente en esto consiste el plan oculto del

llamado Plan Bolonia de reforma de la enseñanza en las universidades).

La concreción del nuevo sistema educativo se basa en el cambio del modelo

administrativo al modelo flexible empresarial para la obtención de rendimiento,

de lucro económico y de puesta en el mercado. Laval 3 nos explica claramente

qué es lo que esto quiere decir, y no es otra cosa que la regulación, por un

lado, de que los alumnos y sus familias escojan las universidades “en función

3 Christian Laval (1953) es un investigador francés de la historia de la filosofía y de la sociología en la

Universidad de París X Nanterre.




5

de la calidad o la imagen de las escuelas” (Laval, C. 2005: 4), así como éstas

pueden escoger a los alumnos en función de su expediente académico para

aumentar esa imagen, produciéndose así una innegable jerarquización de

instituciones educativas. Mientras que en las de mejor marca tienen mayor

probabilidad de obtener mejor rendimiento y tratar con clases favorecidas, las

de peor marca deben conformarse con alumnos con peor expediente y con

estudiantes procedentes de clases más desfavorecidas. No hace falta ser

ducho en la materia para darse cuenta que estas medidas no sólo son

diametralmente opuestas a la democratización de la enseñanza, sino que nos

llevan a “un apartheid invisible y temible entre escuelas de ricos y escuelas de

pobres (…)” (CERI4, 1994)5.

Los efectos sobre la estructura de los centros educativos se centran en una

figura de poder, solitaria e independiente de órganos y asambleas colegiadas.

Estos nuevos directores deben esforzarse en complacer las directrices del

mercado y en satisfacer a sus clientes, a gestionar los recursos económicos

cada vez más sesgados y a aumentar la competitividad. Con todo ello, los

profesores -antaño piezas clave y ahora obstáculos- están mal pagados,

desmotivados y saturados de trabajo, lo que inevitablemente nos conduce a la

precarización de la enseñanza.

Lo peor de todo es que este modelo político neoliberal aplicado en la

enseñanza se está imponiendo en toda Europa cuando en los EEUU llevan ya

20 años de experiencia y con resultados más oscuros que claros, además de

no tener en cuenta la inexistencia de tejido empresarial suficiente que pueda

absorber este conocimiento productivo.

Desde mi punto de vista, y lo comparto con Montserrat Galcerán, encuentro

que el concepto “universidad económicamente sostenible” pueda ser

beneficioso, qué duda cabe. Pero me siento radicalmente en contra de

supeditarla al afán de beneficio, llegando incluso a modificar los propios

contenidos educativos, alejándose y desvirtuándose el concepto pedagógico

inherente a la escuela. Está claro entonces que es necesaria una profunda

4 CERI (Centre d'études et de recherches internationales) es un Centro de Investigación de la OCDE.

5 Citado en Laval, C. (2005: 5)




6

reforma que devuelva a la enseñanza los valores educativos de, al menos, los

años 70 del siglo pasado.

La educación necesita alejarse del neoliberalismo y de las doctrinas del

mercado y someterse a una política educativa activa, para volver a ser el eje

del modelo del desarrollo. En definitiva, reorientar las políticas y volver al

derecho individual educativo, tal y como asegura Moisés Wasseman6 (2010) “el

Estado no puede asegurarle a cada ciudadano que va a ser doctor o

profesional, pero sí el derecho a una oportunidad igualitaria de acceso”. Volver

a la democratización de los conocimientos y a la democratización de la gestión

de los centros educativos por el bien común, ya que es evidente y constatable

que este sistema no es adecuado.

Y sintiéndolo por el neoliberalismo, critico abiertamente y sin complejos su

sistema -no sólo educativo sino global- por injusto e ineficaz. Volver a la

democratización de la enseñanza no sería posible sin que la sociedad volviera

a tomar las riendas de la democracia en todos y cada uno de los aspectos,

para dejar de ser autómatas programados por un sistema despiadado,

interesado en que seamos productivos y consumidores pero sobre todo dóciles,

sin capacidad crítica y por lo tanto emancipadora. Un sueño, quizás, difícil de

entrever pero lo suficientemente importante y grandioso como para poder

intentarlo.

.

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6 Moisés Wasserman es bioquímico colombiano y rector de la Universidad Nacional de Colombia desde

2006 a 2012.

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