P Klaren Haya Mariategui

  • Upload
    wimce

  • View
    76

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

/X/ El desafo populista, 1919-1945 315

Maritegui, Haya y la Nueva IzquierdaCon el exilio del activista Haya en 1923, el liderazgo de la izquierda peruana y su centro de gravedad intelectual pasaron a la figura de Jos Carlos Maritegui, quien acababa de regresar de un exilio de cuatro aos en Europa. En 1919 haba aceptado un estipendio del gobierno para viajar al extranjero, una medida tomada por Legua ostensiblemente para retirar a uno de los crticos ms prominentes de su nuevo gobierno. Pars fue la primera parada de Maritegui, donde qued embriagado con su contacto inicial con la cultura y la poltica europeas de ese entonces.

De Pars viaj a Italia, donde habra de permanecer durante la mayor parte de su exilio, en parte porque su clima benigno era bueno para su delicada salud. En Roma conoci y contrajo matrimonio con Anna Chiappe y se convirti en un agudo observador de la poltica italiana, como lo reflejan sus Cartas de Italia, que relatan el ascenso del fascismo, la desintegracin de la izquierda italiana y la fundacin del Partido Comunista italiano. Al mismo tiempo lea, entre otros, a Benedetto Croce, Karl Marx y Georges Sorel. Reunido en Gnova con otros tres peruanos en 1922, Maritegui y sus compatriotas decidieron formar la primera clula comunista peruana.

El periodista brillante, joven y autodidacta emprendi as la misin fundamental de su vida: desarrollar el movimiento obrero en el Per y formar un partido marxista, pues fue en Europa donde Maritegui intensific su compromiso poltico con el socialismo y el marxismo revolucionario. Es ms, toda su experiencia europea sirvi para ampliar su visin del mundo, ponindole en contacto con las principales corrientes polticas e intelectuales de la poca. Al mismo tiempo, Europa le dio al joven marxista una perspectiva singular desde la cual ver los problemas del Per y de Amrica Latina. Como dijera, descubrimos, al final, nuestra propia tragedia, la del Per. Para nosotros el itinerario europeo ha sido el mejor, el ms tremendo descubrimiento de Amrica (citado en Vanden 1986: 120). Por ltimo y como

316 Peter Klarn

sealase Basadre, gracias a su estada en Europa, Maritegui dio el paso de periodista a terico y pensador.

De regreso en Per en noviembre de 1923, la casa de Maritegui en la Calle Washington conocida como el rincn rojo, en el centro de Lima, pas de inmediato a ser una colmena discursiva de los universitarios, activistas obreros, polticos e intelectuales ms prominentes del pas. Aqu surgi su inclinacin por iniciar el dilogo comunal y el debate polmico, algo que posteriormente caracterizara a su notable revista Amauta, fundada en 1926. Adems de llevar esta efervescencia intelectual a sus clases en las UPGP, Maritegui se lanz nuevamente al periodismo.

Sin embargo, aproximadamente a un ao de su regreso al Per volvi a enfermar, experimentando al parecer una recurrencia de la forma de tuberculosis que sufra desde la infancia, lo que hizo necesario amputarle la pierna derecha. Ahora confinado permanentemente a una silla de ruedas, Maritegui sali de una depresin temporal para dedicarse apasionadamente a la escritura, la lectura y la investigacin. Su primer libro, titulado La escena contempornea, se public en 1925 y recibi reseas sumamente favorables, y un ao ms tarde emprendi una empresa editorial que le brindara una fama duradera como editor de Amauta, que en quechua quiere decir sabio o profesor inca.Amauta fue una revista de comentarios polticos y literarios que contena una amplia gama de temas, todos ellos orientados a la perspectiva socialista del editor. Entre los contribuyentes se contaban no solamente las estrellas progresistas de la generacin de 1919, sino tambin figuras mundiales como Henri Barbusse, Miguel de Unamuno y Diego Rivera. La fama de Amauta alcanz dimensin continental e incluso lleg al otro lado del Atlntico, a Europa. En palabras de Maritegui, la revista habra de ser la voz de un movimiento y de una generacin (citado en Walker 1986: 84).

Walker identifica tres grandes temas en las pginas de Amauta y en los restantes escritos de Maritegui, reunidos y publicados en sus Siete ensayos de interpretacin de la realidad peruana (1928). Ellos son el indigenismo, el marxismo y el nacionalismo. El indigenismo incorporaba un contenido diverso y heterogneo que iba desde la defensa de la cultura y la sociedad indias tanto del pasado como del presente a la integracin de los indgenas a la nacin y las causas subyacentes de su explotacin y discriminacin. Si bien este movimiento haba florecido en las provincias (Cuzco, Puno, Trujillo y Arequipa), as como en Lima, su impacto en la capital qued reforzado, como dije, por el gran influjo de inmigrantes llegados del interior durante el Oncenio.

Como mostrase el historiador de la literatura Antonio Cornejo Polar, la parte ms importante de la produccin literaria y artstica indigenista de Lima fue efectuada por integrantes de la clase media baja provinciana residentes en la capital,

IX / El desafo populista, 1919-1945 317

muchos de los cuales contaban con vnculos familiares en el interior. En esta perspectiva, el indigenismo constitua una seria crtica de la sociedad peruana formulada por jvenes intelectuales provincianos, quienes denunciaron a la arrogante y explotadora clase gamonal que dominaba sus pueblos y regiones natales. Estos intelectuales provincianos no solamente llevaron a la capital una nueva perspectiva simpatizante con los indios, sino que su radicalismo se intensific con la recepcin hostil y discriminadora que sufrieron por parte de la tradicional elite europeizada de la ciudad.

Maritegui propuso una versin andina del socialismo como receta para los problemas peruanos:

El socialismo ordena y define las reivindicaciones de las masas, de la clase trabajadora. Y en el Per las masas la clase obrera son indias en sus cuatro quintas partes. Por lo tanto, nuestro socialismo no ser peruano o no ser siquiera socialismo si no se solidariza principalmente con las reivindicaciones indgenas (Maritegui, citado en Walker 1986: 83).Para Maritegui, el Per era un pas subdesarrollado, principalmente agrario, integrado por una poblacin cuya mayora estaba ubicada en el interior rural andino y con un sector industrial y una clase obrera pequeo y relativamente dbil. De este modo, en las pginas de Amauta Maritegui incluy una amplia gama de temas indigenistas: el pasado incaico, la condicin india y su lucha actual. Segn Flores-Galindo, sin la expresin de los poetas y ensayistas indigenistas, y sin los levantamientos campesinos del sur, el marxismo de Maritegui habra carecido de una caracterstica esencial: su desafo al progreso, esto es su rechazo de una visin lineal y eurocntrica de la historia (citado en Walker 1986: 83).

El ltimo tema de la obra de Maritegui la preocupacin que defina a la generacin de 1919 era el anlisis acerca de la forma en que el Per, un pas geogrficamente fragmentado, tnicamente diverso y dividido en clases, poda consolidarse a s mismo como nacin. En este debate sobre la cuestin nacional desarrollado en la dcada de 1920, que puede seguirse sin dificultad en las pginas de Amauta, particip pronto la derecha en la persona de Vctor Andrs Belaunde (1883-1966), quien cuestion varias de las afirmaciones hechas por Maritegui en los Siete ensayos.

Nacido en Arequipa, en el seno de una familia de clase media a fines de la Guerra del Pacfico, Belaunde estuvo sumamente influido por el ethos socialmente ms fluido, democrtico y regionalista de la Ciudad Blanca, que contrastaba marcadamente con la oligarqua de la costa norte o la sierra sur seorial. Asimismo, fue un catlico devoto al haber quedado embebido con las tradiciones catlicas de su familia y su ciudad y su educacin de bases religiosas. Luego de graduarse en la Universidad de San Marcos en 1901, donde fue influido por el positivismo, Belaunde tuvo una distinguida carrera en la enseanza y la diplomacia. En 1914

318 Peter Klarn

fue aclamado por una conferencia pblica que diera en San Marcos, titulada La crisis presente. En esta conferencia y en sus escritos expona su idea de que la regeneracin del pas estaba en manos de la clase media, criticaba la explotacin de los indios y peda su proteccin por parte del Estado. Fue exiliado en 1921 por ser un abierto crtico de Legua.

La rplica de Belaunde a Maritegui apareci en La realidad nacional, publicada en 1930 como un contrapunto cristiano a la exgesis marxista de los Siete ensayos. Belaunde coincida con el anlisis de Maritegui en una serie de puntos, tales como la influencia perniciosa de Lima y de la oligarqua nortea en el desarrollo del pas, la necesidad de una descentralizacin poltica y econmica, y la importancia de la religin en la vida peruana. Por otro lado, criticaba al autor de los Siete ensayos el hecho de haber polarizado los legados hispano e indio del pas, alabando lo indgena sobre lo mestizo y reduciendo el problema del indio exclusivamente a la tierra y a su solucin va la colectivizacin. Los problemas peruanos, sostena, no se fundaban nicamente sobre las clases, sino tambin sobre la cultura y lo racial, y las prcticas religiosas catlicas entre los nativos no eran nicamente superficiales, contraproducentes y superfluas, sino una fe profundamente enraizada espiritualmente.

En cambio, Belaunde defendi enrgicamente a la Iglesia y su proyecto histrico de convertir y proteger a los indios, as como al legado catlico e hispano del pas. Al mismo tiempo, desde su perspectiva, la sntesis producida por la fusin de ambas razas conformaba la base a partir de la que unificar al Per, en especial en trminos psicolgicos y espirituales. Es ms, el problema indgena poda resolverse a travs de la educacin, una reforma agraria limitada (la expropiacin de las haciendas improductivas) y, tal vez, la creacin de cooperativas, que estaban ms cerca de las tradiciones comunales andinas. En lneas generales, el Per necesitaba alcanzar una fusin de lo mejor de la cultura y la poltica occidentales con su contraparte en las tradiciones catlicas medievales y corporativas. En suma, Belaunde propona para el Per una suerte de socialdemocracia y corporativismo, no un colectivismo sovitico o un capitalismo oligrquico.

Entretanto, Legua prosegua con su versin de la construccin nacional centralizando el poder del Estado; ampliando su alcance mediante un ambicioso programa de construccin vial; y estimulando el flujo del comercio, el capital, la pericia y la cultura extranjeras, la norteamericana en particular. Por ejemplo, entre 1924 y 1928 el Per recibi ms de $130 millones en prstamos, diez veces ms que en el lustro anterior.

Aunque ya antes el gobierno de Legua haba luchado para persuadir a los prestamistas internacionales de que abrieran sus bolsillos al Per, ahora los bancos de Nueva York, rebosantes con el capital de los Dorados Aos Veinte, comenzaron a competir furiosamente para colocar prstamos en toda Amrica Latina. Prestaron

IX / El desafo populista, 1919-1945 319

fondos para financiar la construccin de nuevos ferrocarriles, obras de irrigacin, sanidad y, ms controvertidamente, para la cuestionable prctica de cancelar la deuda interna (reemplazndola por otra externa), cuyo pago por s solo requera considerables cantidades de divisas extranjeras, creando as problemas para el futuro. Dos de los bancos ms grandes de los EEUU, J. y W. Seligman y el National City Bank, acicateados por las evaluaciones favorables referentes a la estabilidad econmica peruana y estimulados por el Departamento de Estado, colaboraron en la colocacin de $100 millones en prstamos al Per entre 1927 y 1928. Los bancos dejaron de lado toda prudencia e ignoraron las advertencias del presidente del Banco de Reserva del Per, entre otros, generando una autntica danza de millones.

Este torrente de prstamos extranjeros coincidi con el ingreso de importaciones extranjeras y el incremento en el consumo de las emergentes y cada vez ms prsperas clases medias urbanas, las cuales asimismo adoptaron los valores y la cultura extranjera. En Lima, por ejemplo, proliferaron los cafs exticos, las carreras y apuestas de caballos y el deporte exclusivo del golf, al igual que numerosos colegios secundarios bilinges como el anglo-peruano, donde los hijos de los acomodados y los nuevos ricos aprendan el ingls y los valores estadounidenses o britnicos. El resultado de esta orga de consumo extranjero fue una reaccin inevitablemente nacionalista, a menudo anti-estadounidense, que ganaba fuerza a medida que transcurra la dcada.

Por ltimo, los decididos esfuerzos de Legua por resolver una serie de duraderas y sensibles disputas fronterizas contribuyeron a una creciente crtica nacionalista de su rgimen. Por ejemplo, el Tratado Salomn-Lozano de 1922, que fij el ro Putumayo como la frontera norte con Colombia, pareca favorecer a dicho pas y fue extremadamente impopular en el Per. Igualmente contenciosa era la enconada disputa por la disposicin final de las provincias de Tacna y Arica, que Chile haba tomado del Per durante la Guerra del Pacfico. Cuando en 1925 se anunci un acuerdo entre ambas naciones para celebrar un plebiscito en las provincias disputadas que decidiera su destino, la reaccin nacionalista fue tal que se desat una huelga general, un motn de los universitarios y el ataque de una turba a la embajada de los EE.UU., en protesta por la mediacin norteamericana en la disputa.

Aunque el plebiscito jams se llev a cabo, una reunin casual de diplomticos de ambos pases a bordo de una nave camino a una conferencia interamericana, tuvo como resultado la reanudacin de las negociaciones y un inesperado acuerdo final. Segn el Tratado de Lima de 1929, las provincias en disputa se dividieron entre los dos pases, Tacna para Per y Arica para Chile, conjuntamente con $6 millones e instalaciones portuarias para el Per en la baha de Arica. La solucin de compromiso del rgimen de Legua irrit nuevamente a los nacionalistas, entre ellos a Maritegui, quien manifest su indignacin en las pginas de Amauta.

320 Peter Klarn

Mientras Maritegui infunda a las pginas de su revista los progresistas temas nacionalistas, indigenistas y marxistas de la poca, tambin la usaba como un foro a partir del cual organizar a la clase obrera. Tal vez por este motivo, o por haber publicado un nmero de Amauta dedicado al tema del imperialismo, la revista fue cerrada y Maritegui arrestado en junio de 1927 por las autoridades, acusndosele fraudulentamente de conspirar en un supuesto complot para derrocar al gobierno. Sin embargo, la protesta internacional de prominentes intelectuales logr su libertad luego de seis meses, y a comienzos de 1928 se permiti reiniciar la publicacin de Amauta.

Ese mismo ao marc una importante ruptura entre Maritegui y Haya de la Torre, cada uno de los cuales buscaba adaptar y moldear el marxismo a la realidad peruana en su propio estilo. Haya haba sido exiliado despus de encabezar la lucha contra el intento de Legua de consagrar el Per (y en consecuencia a su rgimen) al Sagrado Corazn de Jess en 1923. Luego de detenerse brevemente en Panam y Cuba, donde hizo fuertes declaraciones antileguistas y antiimperialistas, Haya lleg a Mxico, donde vivi durante un tiempo gracias a un estipendio del Ministerio de Educacin, dirigido por el solidario Jos Vasconcelos.

Al ao siguiente, Haya proclam la formacin de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), un movimiento continental de jvenes dirigido contra la expansin del imperialismo norteamericano. El 7 de mayo de 1924, ante una asamblea de la Federacin Nacional de Estudiantes de Ciudad de Mxico, el joven Haya, de veintinueve aos de edad, desenroll la bandera roja del APRA, estampada con el mapa dorado de Amrica Latina o Indoamrica, como le gustaba llamarla. Esto ltimo expresaba su fuerte sentir indigenista, moldeado por su infancia cerca de las encantadas ruinas precolombinas de Chan-Chan, y un viaje al Cuzco en 1917 que le abri los ojos, y esto en un pas en el cual el indigenismo, bajo la gida de Vasconcelos, se haba convertido en la poltica rectora oficial despus de la revolucin de 1910. Al anunciar la formacin del APRA en Mxico, Haya tambin identificaba implcitamente a su incipiente movimiento con los ideales de la revolucin mexicana.

Dos aos despus de formar el APRA en Mxico, Haya present el programa oficial del movimiento en un artculo publicado en el Labour Monthly (1926), titulado Qu es el APRA?. En l esboz los posteriormente clebres cinco puntos del aprismo: la accin contra el imperialismo yanqui, la unidad poltica de Amrica Latina, la nacionalizacin de tierras e industrias, la internacionalizacin del canal de Panam y la solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidas del mundo.

Entretanto, el joven peruano viaj a Inglaterra, en donde se dirigi a los alumnos de la Universidad de Oxford y luego a la Unin Sovitica, donde asisti al Congreso Mundial de la Juventud Comunista, que se llevaba a cabo conjuntamente con el Quinto Congreso Mundial de la Tercera Internacional. Sus viajes en

IX / El desafo populista, 1919-1945 321

este momento, al igual que durante todo su exilio, fueron respaldados financieramente por una benefactora estadounidense llamada Ana Melina Graves, con quien trab amistad mientras trabajaba como profesor en el Colegio Anglo-Peruano de Lima. En Rusia, Haya aprendi bastantes cosas que le seran tiles para desarrollar sus ideas y tcticas polticas. Qued impresionado por la imponente figura de Len Trotsky, no slo como intelectual sino como hombre de accin, as como por el fervor con el cual la juventud rusa abrazaba al comunismo, casi como una fe religiosa con fuertes resonancias msticas y morales. Haya posteriormente intentara uncir del mismo modo las energas religiosas de los peruanos, expresadas a travs de la Iglesia y en ciertas formas religiosas populares, a sus propios fines polticos y los de su Partido Aprista.

Al final, aunque tom prestados liberalmente algunos elementos del marxismo-leninismo, Haya decidi permanecer independiente del comunismo internacional y controlar su propio movimiento indoamericano. La ruptura con la Tercera Internacional lleg en 1927, en el Congreso Antiimperialista de Bruselas. All rehus firmar una declaracin que condenaba todo imperialismo, en base a su creencia de que ste era la primera y no la ltima etapa del capitalismo. Segn Haya, esta inversin de la doctrina marxista-leninista era necesaria porque los pases subdesarrollados necesitaban adquirir las inversiones, capacidades y tecnologas que les permitiran avanzar a la siguiente etapa del capitalismo, que entonces abrira el camino para la gran transformacin socialista. Semejante hereja ideolgica result ser un anatema para Mosc y provoc al ao siguiente la ruptura con Maritegui a causa de sus diferentes concepciones acerca de cul era la lnea revolucionaria correcta para el Per.

La ruptura se precipit con el anuncio hecho por Haya camino a casa en enero de 1928, desde Mxico, de su candidatura a la presidencia del Per como jefe de un nuevo partido llamado el Partido Nacionalista Libertador, que supuestamente ya operaba en el Per. Adoptando el viejo slogan anarquista de tierra y libertad, la nueva agrupacin peda la unin de todos los pueblos trabajadores, esto es una alianza transclasista de trabajadores, campesinos, intelectuales y clases medias. Tambin asumi un programa radical y antioligrquico que inclua la propiedad de la tierra para quien la trabajara, la abolicin de las leyes que favorecan al gamonalismo (el gobierno por parte de jefes y oligarcas locales), el antiimperialismo y la independencia econmica.

Al llegar a Lima las noticias sobre el nuevo partido, ste fue rotundamente condenado por Maritegui, quien lo vio como una jugada oportunista de un puado de intelectuales, sin ninguna raz o arraigo en las masas, para promover las ambiciones polticas de Haya. De hecho, Maritegui lo asemejaba a la vieja poltica criolla conspiradora, asociada con el antiguo rgimen que l y la izquierda condena

322 Peter Klarn

ban y esperaban eliminar. Pero las crticas de Maritegui a las tcticas de Haya no se detenan aqu, sino que pasaban a mostrar profundas discrepancias ideolgicas.

La concepcin que Haya tena del Per se plasm en una compilacin titulada Por la emancipacin de Amrica Latina: artculos, mensajes, discursos, 19231927, publicada en Buenos Aires en 1927. Haya vea al Per como un pas esencialmente feudal, dominado por la clase terrateniente de los gamonales y con una dbil base industrial, de modo tal que ni una burguesa nacional, ni tampoco el proletariado, se haban desarrollado lo suficiente. El capitalismo no se estaba desplegando internamente, sino que era ms bien llevado al Per por la expansin mundial del imperialismo. En consecuencia, el problema fundamental del pas era nacional antes que de naturaleza clasista. Esto es, el imperialismo extranjero oprima una amplia gama de clases, en particular a las capas medias que justamente ahora comenzaban a redefinir la nacin. De este modo, la variable crucial en toda futura transformacin revolucionaria era, para Haya, el nacionalismo y no la lucha de clases, tal como l crea que haba sido el caso en la Revolucin Mexicana y en la formacin del Kuomintang de Chiang-Kai-Shek, en China.

Para Haya, el socialismo no era posible inmediatamente en el Per. Ms bien deba estimularse el imperialismo, la primera etapa del capitalismo, que llevaba el capital y las inversiones necesarias, pero su impacto opresivo y negativo poda suavizarse con lo que Haya llamaba el estado antiimperialista. Un estado tal sera capaz de negociar los trminos de la expansin capitalista en el Per, de modo que los factores productivos necesarios progresaran, pero no a expensas de las clases populares. A partir de su experiencia en Trujillo, Haya vio que a diferencia de la clase obrera en las industrias azucarera, minera y petrolera, que en general tena los mejores salarios de todo el Per, las clases medias eran particularmente vulnerables a las distorsiones y al impacto absorbente producido por las corporaciones extranjeras.

Junto a un sector estatal fuerte, Haya propona la cooperativizacin de las agroindustrias, como el azcar, y un sector privado dirigido por una industria y un comercio nacionales. La base poltica del estado antiimperialista de Haya sera un frente popular, o una alianza pluriclasista de campesinos, trabajadores, intelectuales y la clase media. Haya pensaba que el liderazgo de dicha alianza provendra de esta ltima, no slo porque era ms numerosa y estaba mejor educada, sino porque la clase obrera segua siendo minscula y era culturalmente retrgrada.

Maritegui, de otro lado, vea el Per en una forma esencialmente distinta. l crea que el capitalismo se haba desarrollado lentamente en el Per desde la era del guano. El imperialismo en su etapa monoplica no solamente contribua a este avance, sino que adems era la causa fundamental de lo que l llamaba la condicin semicolonial del Per. La nica forma de derrotar el colonialismo y el

IX/ El desafo populista, 1919-1945 323

imperialismo era, no mediante la construccin de algn estado antiimperialista, como pensaba Haya, sino adoptando el socialismo.

Otra discrepancia resultaba an ms importante: Maritegui rechazaba la idea de que la transformacin del Per pudiese ser liderada por la pequea burguesa, un papel que l crea que nicamente la clase obrera poda asumir. Segn Meseguer, se basaba para ello en su experiencia europea, donde pudo apreciar cmo la postura revolucionaria de la clase media degeneraba en la base poltica del surgimiento del fascismo. En cuanto a los sectores medios expandidos en el Per durante el Oncenio, Maritegui los perciba fundamentalmente como vidos consumidores del imperialismo, tanto material como culturalmente, a duras penas la base con la cual construir o liderar un movimiento de liberacin nacional. Por ltimo, l crea que eran demasiado heterogneos como para desarrollar la solidaridad de clase necesaria para llevar a cabo una revolucin verdaderamente socialista. nicamente la clase trabajadora, definida en forma amplia como los obreros y campesinos, autnticamente enraizados en la cultura nacional y organizados en su propio partido socialista podran, segn l, desarrollar la unidad y la conciencia requeridas para llevar a cabo tan grandiosa transformacin. En el Per, los vagos contornos de semejante vanguardia obrero-campesina se encontraban ya en el sector minero, cuyos salarios atraan a los emigrantes campesinos para trabajar en las minas, y donde muchos de ellos eran eventualmente proletarizados en una fuerza laboral permanente.

Haya y otros apristas que intentaban fijar una posicin autnticamente nacionalista en la izquierda peruana, atacaron las ideas de Maritegui como excesivamente tericas y europeizadas. Sin embargo, como sealan Burga y FloresGalindo (1978: 192), l no era dogmtico en absoluto en su adopcin del marxismo y el comunismo. Consideraba, ms bien, que la tarea era casar el marxismo con las condiciones histricas singulares de los Andes, integrando las ideas del indigenismo y basndose en la experiencia colectivista implcita en el pasado incaico peruano (el ayllu, por ejemplo), as como en la lucha por la jornada de las ocho horas y los levantamientos campesinos e indgenas de Atusparia y Rumi Maqui. Esta fusin creativa de la experiencia andina y el marxismo hizo que Maritegui entrara en conflicto con la estricta ortodoxia comunista de la Tercera Internacional.

La ruptura final entre Haya y Maritegui lleg en 1928. La precipit un editorial del nmero de septiembre de Amauta, en el cual Maritegui esboz sus diferencias con Haya y aprovech la oportunidad para redefinir abiertamente los objetivos y fines de la revista como clasistas y como un rgano socialista. Este desplazamiento coincidi con la fundacin, en 1928, del nuevo Partido Socialista del Per, que se adhiri a la Tercera Internacional (habindose suavizado sus conflictos previos con ella) y busc solidificar sus vnculos con el movimiento obrero. Bajo la direccin de Maritegui, el nuevo partido inici la unificacin de los trabaja

324 Peter Klarn

dores en un sindicato autnticamente nacional, la Confederacin General de Trabajadores del Per. Sin embargo, el creciente activismo de Maritegui presion an ms su precaria salud, que comenz a deteriorarse rpidamente a medida que la dcada de 1920 llegaba a su fin. Falleci el 16 de abril de 1930, a los treinta y cinco aos de edad, al parecer por una infeccin con estafilococo mientras se le trataba en el hospital.