Oretanos

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Historia

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  • Oretanos

  • Captulo 1

    Iberos

    Los iberos[1] o beros fue como llamaron los antiguos escritores griegos a las gentes del levante y sur de la pennsulaibrica para distinguirlos de los pueblos del interior, cuya cultura y costumbres eran diferentes. De estos pueblos es-cribieron Hecateo de Mileto, Herdoto, Estrabn o Rufo Festo Avieno, citndolos con estos nombres, al menos des-de el siglo VI a. C.: elisices, sordones, ceretanos, airenosinos, andosinos, bergistanos, ausetanos, indigetes, castelani,lacetanos, layetanos, cossetanos, ilergetas, iacetanos, suessetanos, sedetanos, ilercavones, edetanos, contestanos, oretanos,bastetanos y turdetanos.Geogrcamente, Estrabn y Apiano denominaron Iberia al territorio de la pennsula ibrica.

    1.1 HistoriaAunque las fuentes clsicas no siempre coinciden en los lmites geogrcos precisos ni en la enumeracin de pueblosconcretos, parece que la lengua es el criterio fundamental que los identicaba como iberos desde el punto de vista degriegos y romanos, puesto que las inscripciones en lengua ibrica aparecen a grandes rasgos en el territorio que lasfuentes clsicas asignan a los iberos: la zona costera que va desde el sur del Languedoc-Roselln hasta Alicante, quepenetra hacia el interior por el valle del Ebro, por el valle del Segura, gran parte de La Mancha meridional y orientalhasta el ro Guadiana y por el valle alto del Guadalquivir.Desde el punto de vista arqueolgico actual, el concepto de cultura ibrica no es un patrn que se repite de formauniforme en cada uno de los pueblos identicados como iberos, sino la suma de las culturas individuales que a menudopresentan rasgos similares, pero que se diferencian claramente en otros y que a veces comparten con pueblos noidenticados como iberos.

    1.1.1 Referencias histricasLa primera referencia que se tiene de los iberos es a travs de los historiadores y gegrafos griegos. Curiosamente,los griegos tambin llamaban iberos a un pueblo de la actual Georgia, conocido como Iberia caucsica, con los que,sin duda, no tienen ningn parentesco. Al principio, los griegos utilizaron la palabra ibero para designar el litoralmediterrneo occidental, y posteriormente, para designar a todas las tribus de la pennsula. Tambin llamaban Iberiaal conjunto de sus pueblos.Las primeras descripciones de la costa ibera mediterrnea provienen de Avieno en su Ora maritima, del viaje de unmarino de Massalia mil aos antes (530 a. C.):

    La mayor parte de los autores reeren que los iberos se llaman as justo por este ro,[2] pero no poraquel ro que baa a los revoltosos vascones. Pues a toda la zona de este pueblo que se encuentra juntoa tal ro, en direccin occidente, se la denomina Iberia. Sin embargo el rea oriental abarca a tartesios ycilbicenos.Avieno, Ora maritima.

    Apiano habla de pueblos y ciudades, aunque ya haban desaparecido en su poca. Tambin describe la parte ms

    2

  • 1.1. HISTORIA 3

    Pebetero contestano hallado en la necrpolis de Lucentum (o Akra Leuk), conjunto arqueolgico del Tossal de Manises (provinciade Alicante). Actualmente en el Museo Arqueolgico de Alicante.

  • 4 CAPTULO 1. IBEROS

    occidental de Andaluca. Estrabn hace una descripcin de esta zona basndose en autores anteriores, y se reerea las ciudades de la Turdetania, como descendientes de la cultura de Tartessos. En general, autores como Plinio elViejo y otros historiadores latinos se limitan a hablar de pasada sobre estos pueblos como antecedentes de la Hispaniaromana.Para estudiar a los iberos, se ha recurrido, adems de a las fuentes literarias, a las fuentes epigrcas, numismticas,y arqueolgicas.

    1.1.2 Origen de los iberos

    A pesar de que estos pueblos compartan ciertas caractersticas comunes, no eran un grupo tnico homogneo yaque divergan en muchos aspectos. No se sabe detalladamente el origen de los iberos, aunque hay varias teoras queintentan establecerlos:

    Una hiptesis sugiere que llegaron a la pennsula ibrica en el periodo Neoltico, y su llegada se data desde elquinto milenio antes de Cristo al tercer milenio antes de Cristo. La mayora de los estudiosos que adoptan estateora se apoyan en evidencias arqueolgicas, antropolgicas y genticas estimando que los iberos procedande las regiones mediterrneas situadas ms al este.

    Otros estudiosos han sugerido que pueden tener su origen en el norte de frica, aunque se trata de una hiptesisdiscutida. Los iberos inicialmente se habran asentado a lo largo de la costa oriental de Espaa y, posiblemente,ms adelante se propagaron por parte de la pennsula ibrica.

    Otra hiptesis alternativa arma que formaban parte de los habitantes originales de Europa occidental y loscreadores/herederos de la gran cultura megaltica que surge en toda esta zona, posiblemente, una teora respal-dada por estudios genticos. Los iberos seran similares a las poblaciones celtas del primer milenio antes deCristo de Irlanda, Gran Bretaa y Francia. Posteriormente (segn la interpretacin ms tradicional), los celtascruzaran los Pirineos en dos grandes migraciones: en el IX y el VII siglo a. C. Los celtas se establecieron ensu mayor parte al norte del ro Duero y el ro Ebro, donde se mezclaron con los iberos para conformar el grupollamado celtbero.

    1.1.3 Origen y extensin de los protoberos

    Los supuestos lmites mximos de la expansin bera habran llegado desde el medioda francs hasta el Algarveportugus y el norte de la costa africana.[3]

    Sin embargo, con posterioridad, los pueblos celtberos ejercieron inuencia sobre otros pueblos del interior de lapennsula. Esta inuencia se aprecia en la llegada del torno de alfarero a muchas zonas de la meseta norte de lapennsula, sobre todo a los pueblos limtrofes del valle del Ebro, e incluso a algunos ms alejados como arvacos,pelendones o vacceos.Los iberos fueron, en denitiva, los diferentes pueblos que evolucionan desde diferentes culturas precedentes haciauna serie de estructuras proto-estatales, vindose ayudados en dicha evolucin por la inuencia de fenicios, primero,y luego de griegos y pnicos, que traern consigo elementos de lujo que ayudarn, como bienes de prestigio, a ladiferenciacin interna de los diversos grupos sociales.

    1.2 LenguaLa lengua ibera es una lengua paleohispnica que est documentada por escrito, fundamentalmente, en signario iberonororiental (o levantino) y ocasionalmente en signario ibero suroriental (o meridional) y en alfabeto greco-ibrico.Las inscripciones ms antiguas de esta lengua se datan a nales del siglo V a. C. y las ms modernas a nales del sigloI a. C., o principios del siglo I d. C.Los textos en lengua ibera se saben leer razonablemente bien, pero en su mayor parte son incomprensibles, puestoque la lengua bera es una lengua sin parientes sucientemente cercanos que sean tiles para la traduccin de textos.

  • 1.2. LENGUA 5

    1.2.1 Vascoiberismo

    El vascoiberismo es una hiptesis de trabajo sobre la estructura y parentesco logentico del idioma ibero, que en suversin extrema pretenda traducir los textos en lengua ibera a travs de la lengua vasca. Sin embargo, las diversaspropuestas de traducciones basadas en el euskera no han resultado consistentes gramaticalmente, ni permiten traducirlas inscripciones. Una de las principales crticas a los traductores vascoiberistas es que el ibrico interpretado a laluz de sus traducciones no parece tener una gramtica regular reconocible, existiendo slo similitudes de forma conel lxico del vasco. Hoy en da esta visin identicativa extrema no cuenta con respaldo acadmico.Sin llegar a la identicacin plena entre lenguas, muchos estudiosos de la lengua ibera reconocen ciertas anidadesentre la lengua ibera y la lengua vasca, o ms correctamente, con su variante ms antigua, la lengua aquitana, hasta elpunto que para algunos, estas anidades ya seran sucientes para armar que pertenecen a la misma familia. Estasanidades, sin embargo, son interpretadas por muchos autores como una inuencia de tipo sprachbundms que comouna muestra de parentesco logentico real.

    1.2.2 Extensin y variantes

    La lengua ibera, en sus diferentes variantes, se hablaba en la amplia franja costera que se extiende desde el sur delLanguedoc-Roselln hasta Alicante, y penetraba hacia el interior por el valle del Ebro, el valle del Jcar, el valle delSegura y el alto valle del Guadalquivir hasta el ro Guadiana como lmite noroeste. Las inscripciones en lengua beraaparecen sobre materiales muy variados: monedas de plata y bronce, lminas de plomo, cermicas ticas, cermicasde barniz negro A y B, cermicas pintadas, dolas, nforas, fusayolas, estelas, placas de piedra, mosaicos, etc. Es, condiferencia, la lengua paleohispnica con ms documentos escritos encontrados, unos dos millares de inscripciones,que representan el 95% del total.

    1.2.3 Escrituras

    La escritura ibrica constituye uno de los principales testimonios del desarrollo cultural con personalidad propia delos iberos. Se conocen tres tipos de escrituras paleohispnicas: la escritura del suroeste, la meridional y la ibricalevantina. Adems se escribi lengua ibrica con alfabeto jnico, prcticamente slo en territorio contestano, comolo testimonian algunos plomos encontrados en la Serreta de Alcoy, gratos sobre cermica procedentes de la Isletade Campello (ambos en Alicante) y el plomo de El Cigarralejo (Mula, Murcia). La escritura ibrico-levantina es lamejor conocida, y fue descifrada en los aos 20 por Manuel Gmez Moreno.Sin embargo, hasta la fecha, no ha sido posible su traduccin, por lo que no es posible entender lo que dicen los textos.Es una escritura de tipo mixto, silbica y alfabtica, que posiblemente procede de una escritura ms antigua de origenfenicio o chipriota. El descubrimiento de gratos en cermica procedentes de yacimientos tartsicos como el Cabezode San Pedro, en Huelva, con una cronologa entre mediados del siglo IX y mediados del siglo VIII AC, sugieren quela adopcin de la escritura meridional y del SO se produjo de forma temprana, lo que explicara la introduccin deformas arcaicas del alfabeto fenicio, utilizadas con anterioridad al siglo VIII a. C. Este alfabeto sera adaptado a lalengua tartsica, con la introduccin de signos silbicos, dando origen al primitivo signatario paleohispnico y queser el origen de la escritura del SO utilizada en las estelas tartsicas. La escritura meridional se utiliz en la AltaAndaluca y en el sureste, incluida la Contestania, persistiendo hasta poca romana temprana.Esta escritura fue posteriormente adaptada a la lengua ibrica posiblemente en el territorio de la Contestania dandoorigen a la ibero-levantina (que se escribe de izquierda a derecha, al contrario que la meridional), conviviendo conla escritura meridional y la ibero-jnica, y desde all se extendi al resto del territorio ibrico. El hecho de que enContestania se documente la utilizacin de tres formas de escribir la lengua ibrica (escritura meridional, levantinae ibero-jnica), sugiere a algunos autores (J de Hoz, ver referencias) que sera en este territorio donde se produjo laaparicin de la escritura ibrica levantina a partir de la meridional.Los procesos de intercambio comercial facilitaron la extensin de la escritura levantina por el arco mediterrneo y elvalle del Ebro (junto a otras manifestaciones culturales como la cermica ibrica), donde fue utilizada para escribirceltbero en el siglo I a. C. (ejem., bronces de Botorrita procedentes de Contrebia Belaisca y alfabeto monetal), ycuando prcticamente ya no se utilizaba en su lugar de origen. En la Contestania y en la Edetania encontramos textosescritos en plomo (La Serreta, La Bastida de las Alcusas, ste en escritura meridional) y sobre cermica (San Miguelde Liria), principalmente. Es posible que se utilizaran otros soportes (madera, papiro, pieles) de los que no quedatestimonio. Una pregunta interesante se plantea en relacin con qu estratos sociales conocan y utilizaban la escritura.Parece probable una aplicacin relacionada con prcticas religiosas y comerciales. Es posible que las clases dirigentes

  • 6 CAPTULO 1. IBEROS

    la utilizaran como mtodo de control de mercancas (gratos en cermica indicadores de origen, destino, o poseedor),sin descartar prcticas de tipo mgico relacionadas con determinados cultos, como sugiere su presencia en depsitosvotivos (como en el plomo de Amarejo) y santuarios, as como en cermica, y de tipo funerario (estelas, como la deSinancas).La romanizacin hizo que la utilizacin de la escritura ibrica fuera desapareciendo de forma paralela a una progresi-va latinizacin. En algunos lugares como Sagunto o el valle del Ebro perdur hasta poca republicana, desapareciendoprcticamente su uso en torno al siglo I a. C. Una relevante excepcin la constituye el fragmento de sigillata con ins-cripcin bilinge procedente del Tossal deManises, depositado en el MARQ. No obstante, algunos autores sospechanque pueda tratarse de una falsicacin en tanto que, si bien la pieza es antigua, la inscripcin podra no serlo ya quese hunde en algunos descorchados de la pieza.

    1.3 Inuencia de los ujos culturales en la cultura beraEl origen del sustrato cultural local que ejerci inuencia en los iberos se remonta, cuando menos, al primer Neolticomediterrneo: la cultura agro-pescadora de la cermica impreso-cardial, que se extendi desde el Adritico hacia occi-dente, inuyendo intensamente en los aborgenes paleolticos y asimilando toda las regiones costeras delMediterrneooccidental en el V milenio a. C.Hacia el 2600 a. C. se desarrolla en Andaluca oriental la civilizacin calcoltica, que se aprecia en los yacimientosde Los Millares (Almera) y Marroques Bajos (Jan), estrechamente relacionados con la cultura portuguesa de VilaNova y quizs (no probado) con alguna cultura del Mediterrneo oriental (Chipre).Hacia 1800 a. C., esta cultura se ve sustituida por la de El Argar (bronce), que se desarrolla independientemente yparece estar muy inuida en su fase B (desde 1500 a. C.) por las culturas egeas contemporneas (enterramientos enpithoi).Hacia 1300 a. C., coincidiendo con la invasin del noroeste peninsular por los celtas, El Argar, que bien pudo habersido un estado centralizado, da paso a una cultura post-argrica, de villas forticadas independientes, en su mismombito. Tras la fundacin deMarsella por los focenses (hacia 600 a. C.), los iberos reconquistan el noreste a los celtas,permitiendo la creacin de nuevos establecimientos griegos al sur de los Pirineos.A las comunidades establecidas al nal de la edad del bronce se las considera sustrato indgena al hablar de la culturabera. Bsicamente hay cuatro focos: El Argar, la cultura del BronceManchego, la del Bronce Valenciano y los camposde urnas del Noreste.

    1.4 Relaciones con otros pueblosEl rea de cultura predominantemente ibrica abarcaba todo el litoral mediterrneo, desde la actual Andaluca hastael sur francs, incluyendo parte del valle del Ebro. Experimentarn inuencias fenicias y, posteriormente, griegas atravs de los contactos con las colonias que fueron estableciendo en zonas estratgicas de la costa mediterrnea y elsur atlntico de la pennsula.

    1.4.1 Pueblos peninsulares no ibricosGran parte del occidente, norte y centro peninsular pertenece a una cultura no ibrica, de pueblos asentados enpoca paleoltica y mesoltica; desde el siglo VIII a. C. se aadirn grandes contingentes de inmigrantes celtas que,paulatinamente, se asentarn en la meseta y en las zonas costeras atlnticas. Sern inuenciados por las culturas feniciay griega, indirectamente, a travs de sus relaciones con los pueblos beros.[4]

    1.4.2 FeniciosLa antigua Iberia fue objeto de los intereses comerciales de los fenicios, pueblo de tradicin marinera que, segn loshistoriadores clsicos, hacia el siglo IX a. C.[5] fund su primera colonia ultramarina en el Atlntico, al otro extremodel Mediterrneo,Gdir (Cdiz) por su valor estratgico (dominio del paso del Estrecho) y comercial (riquezasminerales de la regin de Huelva). Tambin fundaron otras colonias, principalmente en el suroeste peninsular, comoToscanos (Torre del Mar), Malaka (Mlaga), Sexi (Almucar) o Abdera (Adra), en Almera.

  • 1.4. RELACIONES CON OTROS PUEBLOS 7

    Mediante el trueque de productos manufacturados por materias primas, monopolizaron el comercio de metales eimpulsaron la industria del salazn. Hay constancia de explotaciones mineras en la pennsula de metales (oro, plata yestao), en la zona de Ro Tinto, y en otras de la provincia de Huelva. Estas explotaciones aportaron riqueza, no sloa los fenicios, tambin a las caciques de la zona, habindose encontrado varios tesoros en algunas necrpolis de lapoca. No hay noticias de grandes revueltas ni guerras.

    1.4.3 Griegos

    La colonizacin griega tuvo dos objetivos: comerciales y el paliar el problema demogrco de las polis griegas. Di-vulgaron el alfabeto y el uso de la moneda. Tambin practicaron intercambios con los nativos, de vino, aceite ymanufacturas (cermicas, bronces) por materias primas (oro, plata, plomo, cereales, esparto y salazones). Los grie-gos focenses, procedentes del Asia Menor, fundaron asentamientos en la costa nordeste mediterrnea, comoMassalia(Marsella); posteriormente Rhode (Rosas), en el golfo de Rosas y Emporion (Ampurias), en la pennsula; tambinposibles ncleos comerciales, ms o menos estables, como Hemeroscopio, Baria, Malaka, y Alonis.[nota 1]

    1.4.4 Cartagineses

    Los cartagineses[6] eran un pueblo de origen fenicio que se estableci en Cartago Qart Hadat (en el actual Tnez). Seindependizaron de la metrpolis cuando Tiro declin bajo el poder asirio. Con su inmejorable situacin estratgica,en medio del Mediterrneo, lider a todas las colonias fenicias de occidente, entre estas, las factoras de Iberia, queenviaban plata, estao y salazones.A raz de la enorme deuda que contrajeron con Roma en la Primera Guerra Pnica, Cartago emprendi la conquistade las regiones mediterrneas de la pennsula ibrica para crear un nuevo imperio cartagins; Amlcar Barca desdeCdiz, su nica plaza, comenz la invasin del valle del ro Betis, cuyos reyezuelos se entregaron por la fuerza o ladiplomacia, unindose al ejrcito invasor. Las nuevas prospecciones colmaron de plata las arcas cartaginesas y despusde nueve aos de guerra, haba conseguido para Cartago la plata y los mercenarios de Iberia. Amlcar muere el ao229 a. C. en una escaramuza contra los oretanos.Su yerno, Asdrbal, continu su labor aunque utilizando una poltica de alianzas con los reyes ibricos; se fund laciudad de Qart Hadasht (Cartagena) y se estableci un tratado con los romanos jando en el ro Ebro los lmites deinuencia de los dos imperios. Los cartagineses se aduearon de todo el sur de la pennsula, desde el Levante hastael golfo de Valencia y puede que dominasen tambin el territorio de los oretanos. Asdrbal muere asesinado el ao221.Anbal Barca (Anbal), con solo 25 aos, es elegido nuevo general por su ejrcito; invade el territorio de los olcades ypenetra en los territorios de la meseta central al ao siguiente, ocupando las ciudades de Toro y Salamanca; pagadoslos tributos, emprende regreso a Cartago Nova con numerosos rehenes, siendo atacado por un ejrcito en coalicinde carpetanos, vacceos y olcades, a los que derrota junto al Tajo. El ataque a la ciudad de Sagunto desencadena laSegundaGuerra Pnica que concluye con la derrota de Anbal, el declive del poder cartagins y la conquista romana dela pennsula ibrica. Durante esta poca destacaron Istolacio, y su hermano Indortes, generales celtas de los ejrcitosmercenarios (Diodoro 25. 10).

    1.4.5 Conquista romana

    Roma decidi conquistar la pennsula ibrica por la gran cantidad de recursos que posea y su valor estratgico.El proceso conquistador dur cerca de doscientos aos y se hizo en varias etapas: los Escipiones (218197 a. C.)ocuparon la franja mediterrnea, el valle del Ebro y el del Guadalquivir, aunque no sin dicultades. Despus, con-quistaron la Meseta y Lusitania (Portugal). Los guerreros beros preferan la muerte a tener que entregar sus armas.Los pueblos que habitaban estas zonas, ofrecieron gran resistencia, como los guerrilleros lusitanos con Viriato ylos numantinos con jefes celtberos como Retgenes Caraunio (App. Iber. 93). Posteriormente (29 a 19 a. C.) so-metieron a los cntabros, dominando as toda la pennsula, aunque la violenta resistencia requiri la presencia delemperador Augusto. Hispania fue dividida administrativamente en provincias romanas y se convirti en fuente dematerias primas con destino a la capital de Imperio romano.

  • 8 CAPTULO 1. IBEROS

    1.5 La sociedad ibera y su organizacin socialAunque los textos clsicos hablan de unas formas de gobierno muy homogneas simplicacin debida a motivospropagandsticos, la mayora de la comunidad cientca estima que hubo formas de gobierno mucho ms hetereo-geneas y complejas. [7]

    ... los iberos, amantes de la libertad, que no aceptaban un jefe, sino a lo sumo en caso deguerra y por corto tiempo, ... Adolf Schulten [8]

    La sociedad ibera estaba fuertemente jerarquizada en varias castas sociales muy dispares, todas ellas con una perfectay bien denida misin para hacer funcionar correctamente una sociedad que dependa de ella misma para mantenera su ciudad.[cita requerida]

    La casta guerrera y noble era la que contaba con ms prestigio y poder dentro de estas.[cita requerida] Aparte de las armas,poseer caballos otorgaba tambin gran prestigio y reejaba poder, nobleza, y formar parte de la clase ms pudiente.Tambin tenan gran importancia la casta sacerdotal,[cita requerida] en la que las mujeres, como se observa en los tmulosfunerarios, eran el vnculo de la vida y la muerte. Las sacerdotisas gozaban de gran prestigio, ya que eran las queestaban en continuo contacto con el mundo de los dioses, aunque tambin haba hombres que desarrollaban una tareamstica, prueba de ello son los sacerdotes lusitanos, que lean el futuro en los intestinos de los guerreros enemigos.Otra de las castas era la de los artesanos, apreciados porque de ellos salan los ropajes con los que se vestan yresguardaban del fro, los que elaboraban calzado, los que modelaban vasijas en las que guardar agua y alimentos y,sobre todo, por ser los que les hacan, a medida, armas y armaduras con las que se distinguan de las otras castas msbajas.Finalmente estaba el pueblo llano, gente de distintos ocios que se dedicaban a los trabajos ms duros.

    1.5.1 Indumentaria iberaLos iberos se vestan con telas de distintas calidades, segn su poder econmico.

    Guerreros: Segn los textos antiguos, la prenda ms habitual era un vestido de tela, como la de los romanos,con el ribete en rojo.

    Sacerdotisas: Las sacerdotisas eran quizs las que ms adornos tenan. De ellas vienen la mantilla y la peineta,con la que se solan cubrir la cabeza y el cuerpo, un ejemplo de ello es la Dama de Elche, y los moos que hoyse pueden ver en Castelln.

    Otras prendas de vestir: Otra prenda muy valorada, era el sagum, una capa de lana, que protega del duro fro.Otra de las prendas que an existen hoy, es una tela que a modo de diadema utilizaban los guerreros pararecogerse el pelo. Su calzado era unas alpargatas, que se ataban a la pierna y el pie, en el invierno se cubranlos pies ya las piernas con unas botas de piel y pelo de animal.

    1.5.2 El guerrero iberoSu carcter fue descrito por los griegos, quienes se fascinaron por unos soldados que se lanzaban al combate sin miedoalguno y que resistan peleando sin retirarse an con la batalla perdida,[cita requerida] los guerreros a los que se referaneran mercenarios iberos reclutados por los griegos para sus propias guerras.

    1.5.3 EconomaNo sabemosmucho sobre la agricultura ibrica, pero s lo suciente como para deducir su importancia econmica. Delestudio de una buena cantidad de piezas del utillaje agrcola halladas en los poblados del rea valenciana, dedujo E.Pl que se haba llegado en ste, como en otros edicios, a una especializacin adecuada, dndose con la herramientajusta que en muchos casos ha llegado hasta nuestros das.La agricultura que se practica es la de secano, siendo los cultivos fundamentales el cereal, el olivo y la vid, para laque est atestiguada ya en el siglo VI la obtencin de excedentes con destino a su comercializacin, as como las

  • 1.6. ARTE IBRICO 9

    leguminosas (garbanzos, guisantes, habas y lentejas). Y por otra parte, se conocen diversas especies frutales, entre lascuales destaca el manzano, el granado y la higuera.Tuvieron tambin cierta importancia determinados cultivos industriales, especialmente el lino en Saitabi (Jtiva).Tenemos ampliamente documentada la industrializacin del esparto, especialmente en el Campus Spartarius, al nortede Cartagena, con multitud de aplicaciones, entre las cuales sobresalen los cordajes para la navegacin.Respecto a la ganadera, no parece haber tenido un papel predominante, salvo quiz en regiones especcas, limi-tndose al papel habitual complementario de la agricultura. S es necesario sealar la importancia de ciertas especiescomo el caballo, utilizado en la caza y la guerra y probablemente smbolo de determinado estatus social en cuantoque da acceso a estas actividades. Tambin debi tenerse en gran estima al buey y de la abundancia de ganado bovinonos hablan las frecuentes menciones del sagum o manto de lana ibrico en las fuentes romanas.La caza, parece haber tenido una cierta importancia, segn se deduce de su frecuente representacin en la cermicapintada, aunque quiz ms como actividad social que econmica. El jabal debe haber sido la pieza reina, aunquejunto a l se cazan igualmente crvidos y varias especies menores.

    1.6 Arte ibricoEl arte ibrico posee sus mejores manifestaciones en obras escultricas de piedra y bronce, madera y barro cocido.Ofrece gran variedad regional con rasgos culturales de cada zona que se distribuye en tres zonas bien diferenciadas:Andaluca, la zona de Levante y el Centro peninsular.

    1.6.1 Escultura

    La escultura ibrica aparece en torno al 500 a. C. y constituye una de las manifestaciones ms importantes de lacultura ibrica en la que conuyen inujos mediterrneos (griegos y fenicios principalmente) y autctonos. Desde losprimeros descubrimientos se han planteado entre los especialistas diversas hiptesis respecto a su origen.Las diferentes inuencias se ven reejadas en las obras, algunas de estilo ms orientalizante (PozoMoro), con posiblesinujos sirio-hititas, y otras de aspecto ms jnico (Cerrillo Blanco, Porcuna), con algunas evocaciones del artechipriota y etrusco.

    1.6.2 Pintura

    La pintura ibrica no rene la perfeccin y el inters que ofrece la escultura, pero tampoco deja de tener su importanciaan prescindiendo de que muchas interesantes pinturas de las llamadas prehistricas pueden datar de las edades delbronce y del hierro y sean, por lo mismo, verdadera y propiamente obras de arte ibricas. Fuera de ellas, la pinturaibrica se reduce a decoraciones de numerosas vasijas y de algn muro de cmaras sepulcrales. Su mayor antigedadse atribuye al siglo VI a. C. como puede inferirse por comparacin con los restos de cermica griega con los cuales sehalla, a veces confundida la ibrica y, sin duda, que sta fue siguiendo a travs de las civilizaciones pnica y romanallegando quiz hasta la invasin de los brbaros.

    1.6.3 Cermica

    Con la introduccin del torno rpido por los fenicios en el siglo VIII a. C. se produce un cambio en la fabricacin dela cermica en el mundo indgena, lo que permite el desarrollo de una de las manifestaciones ms caractersticas dela cultura ibrica.Etapas de la cermica ibrica, segn Ruiz-Molinos:

    Ibrico I (600/580540/530 a. C.), protoibrico, orientalizante nal. Vasos trpodes, vasos con asas triples,formas de barniz rojo y nforas fenicias.

    Ibrico II (540/530450/425 a. C.), ibrico antiguo. Urnas de orejeras (Oral), vasos con borde de cabeza denade, decoracin con bandas. Asociada con cermica griega de origen masaliota o de Emporiton, y cermicasticas de guras rojas.

  • 10 CAPTULO 1. IBEROS

    Ibrico III (450/425350/300 a. C.), ibrico inicial-pleno. Diversicacin de formas y motivos. Cermica debarniz rojo-ibrico en el Levante y Andaluca. Apogeo de la cermica tica de guras rojas. Al nal (350300a. C.) se produce un corte brusco de las importaciones de cermica griega.

    Ibrico IV (350/300175/150 a. C.), Ibrico pleno-tardo. Mximo desarrollo de la diversicacin. Aparicindel estilo de Liria-Oliva. Las decoraciones son variadas e incluyen escenas con guerreros, de recoleccin, acti-vidades textiles, caballeros, danzantes, msicos, animales, etc. Su nal coincide con la aparicin de la cermicacampaniense y el nal de la segunda guerra pnica.

    Ibrico V (175/15060 d. C.), Ibrico tardo. Vinculada a las producciones romanas (campaniense A y B,sigillata). Estilo de Azaila, continuacin del Elche-Archena.

    Ibrico VI (60 d. C.siglo II/III d. C.). Produccin marginal con estilo ibrico en poca romana.

    1.7 ReliginLa religin es un tema poco conocido de la cultura ibrica, pero en los ltimos aos se han producido importantesavances en el conocimiento e interpretacin de muchos hallazgos. Las fuentes fundamentales son los materiales ar-queolgicos, y los escasos escritos. Entre los materiales ms relevantes estaran los exvotos de bronce, terracota ypiedra, la cermica y otros objetos como falcatas votivas.

    1.7.1 Animales sagradosPoco se sabe del mundo de los dioses de los iberos, lo poco que se conoce es gracias a escritos de antiguos historiadoresy lsofos, y a algn que otro resto arqueolgico. De lo que s se tiene constancia, es que animales como los toros,lobos, linces, o buitres, formaban parte de este mundo, ya fuese como dioses, smbolos, vnculos con el mundo mortaly sus 'espritus, o el mundo divino.El toro representara la virilidad y la fuerza. El lince estaba vinculado al mundo de los muertos. Los buitres llevabanlas almas de los guerreros muertos en las batallas al mundo de los dioses. No se sabe mucho ms, ya que ha perduradoescasa informacin sobre estos asuntos.

    1.7.2 EnterramientosLos iberos utilizaban el rito de la incineracin, conocido gracias a los fenicios o a los pueblos transpirenicos queintroducen la cultura de los campos de urnas.Las cenizas eran guardadas en urnas cinerarias de cermica con forma de copa, con tapa y sin decoracin. Otrastenan forma de caja con patas terminadas en garras, con tapadera y decoracin de animales. Las urnas se introducanen fosos excavados en tierra junto con un ajuar funerario. Los beros, para sealizar el lugar de la tumba, construantmulos de variadas dimensiones, aunque haba enterramientos mucho ms elaborados para las clases sociales msaltas.Se han hallado tmulos con recipientes cermicos a los pies de la difunta, como la Dama de Baza que est sentada enuna especie de trono alado, o Dama de Elche que guarda y protege los restos y el ajuar funerario. En otros tmulosse depositaban las armas del difunto, al que se incineraba y se introduca en una vasija de cermica ornamentada. Enalgunos funerales se peleaba sobre la propia tumba hasta la muerte, como en el entierro de Viriato.Hace unos 9.500 aos, las ltimas comunidades de cazadores-recolectores que ocupaban la Pennsula Ibrica co-menzaron a enterrar de forma sistemtica en cementerios, un hbito que se vincula a la progresiva sedentarizacinde estas sociedades y a un cambio signicativo en la relacin de sus territorios con las actividades econmicas. Lanecrpolis ms antigua de la peninsula ibrica, se haya en Oliva (Valencia)[9]. Los restos tinen una antigedad deentre 9500 y 8500 aos.

    1.7.3 SantuariosSe han identicado lugares de culto como santuarios urbanos, algunos de los ms importantes localizados en la Con-testania y rea de inuencia como el Santuario de la Serreta (Alcoy), famoso por sus terracotas, el Santuario del Cerro

  • 1.8. ASENTAMIENTOS 11

    de los Santos (Albacete), el templo urbano de La Alcudia (Elche), los templos de la Isleta (Campello), el santuariode la Luz (Verdolay, Murcia), el santuario de El Cigarralejo (Mula, Murcia), el Santuario de Coimbra de BarrancoAncho (Jumilla, Murcia) y el santuario de La Encarnacin (Caravaca, Murcia). Tambin se han identicado espaciossacros como el santuario domstico de El Oral (S. Fulgencio, Alicante), o el de la Bastida de les Alcuses (Mogente,Valencia) y depsitos votivos como el encontrado en el El Amarejo (Bonete, Albacete), o el posible santuario deMeca (Ayora, Valencia).Otra caracterstica es el empleo de grutas o cavernas a modo de santuarios, en los que se depositaban pequeasestatuillas, llamadas exvotos, como ofrenda votiva a alguna deidad. Estas guras son tanto de mujeres sacerdotisascomo de hombres guerreros, a pie o a caballo, otras estn sacricando algn animal con un cuchillo, o mostrando surespeto con las manos en alto, o con los brazos abiertos.

    1.8 AsentamientosLas zonas que mejor se conocen son las del Alto Guadalquivir y del ro Segura, donde se distinguen tres tipos depoblados:

    los pequeos asentamientos, situados en zonas llanas y que carecan de forticacin; los recintos forticados, estructuras de dimensiones reducidas con fuertes defensas que solan estar en zonasaltas.

    los grandes poblados u oppida, centros que controlaban una regin o un territorio, donde se situaban los distritospoblados en llano y sus recintos forticados. Son las capitales mencionadas por Estrabn.

    1.8.1 Las ciudadesLas ciudades iberas podan estar construidas junto a cerros, en lugares estratgicos, controlando las vas de paso, loque les daban una importante ventaja frente a los enemigos; solan estar circundadas por muros de piedra y adobe,sobre los que se disponan torres de vigilancia y las puertas a la ciudad. Los asentamientos construidos en llano nuncaestaban amurallados y tenan una funcionalidad econmica, agrcola y ganadera.[10]

    La mayora... no fueron concebidos para rechazar asedios formales que nunca vendran, no sloporque las forticaciones ejercieran un efectivo papel militar disuasorio tambin, sino porque elatacante no tendra ningn inters en asediar la ciudad. Un asalto rpido o por sorpresa a una granja,bien; una entrada en tropel por una puerta abierta cuando se persegua a un enemigo en huida, de acuer-do... pero un asedio prolongado carecera de sentido en la forma ibrica de entender la guerra... msvaldra volver a saquear los campos y buscar la sorpresa la primavera siguiente.Fernando Quesada Sanz[11]

    Las casas de las ciudades solan ser de planta rectangular, hechas de adobe sobre una base de piedra, a modo decimientos, de una sola planta y, algunas veces, dos; las cubiertas tenan una estructura de madera y recubrimientovegetal.

    1.9 Yacimientos arqueolgicos Alarcos Cabezo de Alcal Castellet de Bernab Cerro de las Cabezas Cigarralejo

  • 12 CAPTULO 1. IBEROS

    Ciudad iberorromana de Basti, donde se encontr la Dama de Baza Ciudadela ibrica de Calafell Grao de Castelln La Guardia de Jan Iponuba Iniesta La Torre Seca Llano de la Consolacin Monastil Poblado ibrico del Cerro de la Cruz Puig Castellar Puente Tablas Salaria Sant Sebasti de la Guarda Santuario ibrico de Castellar (Jan) Tolmo de Minateda Ullastret La Alcudia

    1.10 Notas[1] Las fuentes literarias mencionan tres colonias griegas en el sureste de la pennsula ibrica: Hemeroscopio, Alonis y Akra

    Leuk. Tradicionalmente se han localizado en Denia, Benidorm y Alicante, aunque con pocas bases reales, hasta que, apartir de los aos 50 del siglo pasado, los arquelogos muestran su escepticismo debido a la falta de hallazgos griegos en lazona artehistoria

    1.11 Referencias[1] Segn la prosodia y la etimologa latinas, la forma original sera ibero, sin embargo, segn la Real Academia Espaola,

    bero es asimismo correcta para referirse a dichos pueblos y su lengua.

    [2] El Tinto-Odiel. La homonimia con el Ebro en s, con los iberos e Iberia, es una confusin, producida por etimologa popular,a partir de la relacin rebo-(H)ibero (Ro del Erebo), y por acumulacin de datos sintetizados en estos pocos versos. Oramartima.

    [3] La Espaa protohistrica

    [4] La Espaa prerromana

    [5] Segn los historiadores clsicos ca. 1100 a. C., aunque no hay ningn hallazgo arqueolgico anterior al siglo VIII a. C.

    [6] El imperialismo cartagins

    [7] Bermejo Tirado, Jess: Breve historia de los beros (2007) pg. 120. Ed. Nowtilus. ISBN 9788497633536

    [8] Schulten, Adolf: Tartessos (1979) pg. 212. Espasa Calpe S.A. ISBN 8423914712

  • 1.12. BIBLIOGRAFA 13

    [9] [http://www.csic.es/bases-de-datos?p_p_id=contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet&p_p_lifecycle=1&p_p_state=maximized&p_p_mode=view&p_p_col_id=column-3&p_p_col_count=2&_contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet_struts_action=%2Fcontentviewer%2Fview&_contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet_nodeRef=workspace%3A%2F%2FSpacesStore%2F53f06aff-4360-4722-91b6-ae41d9ebad5a&_contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet_gsa_index=false&_contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet_title=Noticias&contentType=news csic

    [10] Los iberos

    [11] Quesada Sanz, Fernando: Gladius XXI, 2001, p. 152.

    1.12 Bibliografa BELTRN, M. (1996): Los iberos en Aragn, Zaragoza. BERMEJO TIRADO, Jess: Breve historia de los beros. Ediciones Nowtilus S.L., 2007. ISBN 84-9763-353-9. ESCACENA, J. L., 1987: El poblamiento ibrico en el Bajo Guadalquivir, Iberos. Actas de las I Jornadas sobreel Mundo Ibrico (1985), Jan, pp. 273299.

    MOLINOS, M. et al. (1998). El santuario heroico de El Pajarillo (Huelma, Jan). Jan, Universidad de Jan.ISBN 84-89869-36-7.

    PELLN, J. (2006), beros de la A a la Z. La vida en Iberia durante el primer milenio antes de Cristo, Espasa,Madrid, 2006

    PRESEDO, F., 1980: Los pueblos ibricos, Historia de Espaa Antigua. I. Protohistoria, Madrid. RUZ, A. yMOLINOS, M. (1993). Los iberos. Anlisis arqueolgico de un proceso histrico. Barcelona, EditorialCrtica. ISBN 84-7423-566-9.

    Sagvuntvm, papeles del laboratorio de arqueologa de Valencia, Extra-3, Ibers. Agricultors, artesans i comer-ciants, Universitat de Valncia, 2000.

    SANMART, J.; SANTACANA, J. (2005): Els ibers del nord, Barcelona. SANMART, J. (2005): La conformacin del mundo ibrico septentrional, Palaeohispanica 5, pp. 333358. SCHULTEN, Adolf. Hispania: Geografa, etnologa e historia. UNTERMANN, J.: Monumenta linguarum Hispanicarum, Wiesbaden. (1975): I Die Mnzlegenden. (1980): II

    Die iberischen Inschriften aus Sdfrankreich. (1990): III Die iberischen Inschriften aus Spanien. (1997): IV Dietartessischen, keltiberischen und lusitanischen Inschriften.

    1.13 Vase tambin Arte ibrico Campaniense Celtberos Idioma ibero

    1.14 Enlaces externos

    Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre los iberos. Commons La cultura ibrica en el Museu de Prehistria de Valncia David Martnez Chico (2008): La Moneda Ibrica: Origen y Evolucin.

  • 14 CAPTULO 1. IBEROS

    Amigos de los Iberos de Jan. Revista de Estudios Ibricos Los iberos Epigrafa ibrica Mapa con la distribucin de lenguas en Iberia, ca. 250 a. C. Mapa etnolgico de Iberia, ca. 200 a. C. (en portugus) Enlaces a sitios web relacionados con los iberos, Universidad de Jan Somnus. Desarrollo de Almedinilla. Iberos en Crdoba

    Este artculo contiene material escrito o grco procedente del sitio web www.contestania.com, con permiso desu propietario.

  • 1.14. ENLACES EXTERNOS 15

    Guerrero de la doble armadura (siglo V a. C.), procedente del yacimiento arqueolgico del Cerrillo Blanco (Porcuna, Jan).

  • 16 CAPTULO 1. IBEROS

    La lengua ibrica en el contexto de las lenguas paleohispnicas.

  • 1.14. ENLACES EXTERNOS 17

    Las escrituras ibricas en el contexto de las escrituras paleohispnicas.

    Reproduccin del plomo de Ullastret, nales del siglo IV a. C.

  • 18 CAPTULO 1. IBEROS

    Zonas de inuencia de Cartago y Roma antes de la Primera Guerra Pnica.

  • 1.14. ENLACES EXTERNOS 19

    Jinete ibero del siglo III a. C. Parte del Grupo A del llamado Relieve de Osuna (Sevilla, Espaa). M.A.N., Madrid.

  • 20 CAPTULO 1. IBEROS

    El guerrero de Mogente.

  • 1.14. ENLACES EXTERNOS 21

    Oso de Porcuna (Jan), M.A.N., Madrid.

  • 22 CAPTULO 1. IBEROS

    Kalathos ibrico decorado. Cueva del Cabuchico (Azuara, Zaragoza), siglo I a. C. Museo de Zaragoza.

  • 1.14. ENLACES EXTERNOS 23

    Caja funeraria ibera hallada en Galera.

  • 24 CAPTULO 1. IBEROS

    Tmulo ibrico en el Cabezo de Alcal.

    Vista del poblado de San Cristbal, en Mazalen (Teruel).

  • 1.14. ENLACES EXTERNOS 25

    Mapa de la montaa Pea del Moro en Sant Just Desvern (Barcelona).

  • Captulo 2

    Oretania

    Situacin de Oretania en la Pennsula Ibrica sobre las provincias actuales.

    La Oretania fue una regin y cultura ibera, que en poca posterior, en el siglo VII a. C. presenta inujos celtberosreejados en los restos de cermica que llegara hasta ellos fruto del comercio con esta regin, que abarcaba la partesuboriental de la Meseta (en torno a las ciudades actuales de Montiel, Valdepeas y Almagro) y la zona oriental deSierra Morena (en torno a las ciudades actuales de Linares, beda/Baeza, La Carolina). La regin comprendera lamitad meridional de la provincia de Ciudad Real, la parte centro-septentrional de la provincia de Jan, y la reginoccidental de la provincia de Albacete.Los enclaves prerromanos oretanos eran fortalezas de colina (oppidum, en la prctica autnticas ciudades-estado, quedeban organizarse en confederaciones en momentos de crisis a un Rey superior. Aparece mencionada en distintasfuentes clsicas (Estrabn, Polibio y Ptolomeo); narrando la fuerte resistencia de los oretanos contra los cartaginesesAmilcar Barca y Asdrubal el Bello; hasta que Anbal Barca logr casarse con la princesa Himilce y unir la Oretaniaa sus posesiones (vase: oretanos).En la regin septentrional, la Oretania Germana, tenan como capital a Oretum u Oretum Germanorum (Grantula

    26

  • 2.1. VASE TAMBIN 27

    de Calatrava) que da nombre a toda la regin oretana y como ciudad populosa--el Cerro de las Cabezas(Valdepeas),cuyos habitantes suponan el 1% de la poblacin de toda la Pennsula Ibrica. Tambin destacaban: Gemella Ger-manorum (Almagro), Larcurris (Alarcos) perteneciente al trmino municipal de Ciudad Real, as como MentesaOretana (Villanueva de la Fuente) como los ncleos urbanos ms importantes.Orissia (actual trmino de Vilches) era la ciudad principal de la parte meridional, que dio nombre al pueblo orissio,hasta que fue exterminada por los romanos (90 a. C.). Despus, la capital de la regin fue Cstulo (Linares), y otrasciudades importantes eran Tugia (Martos), Toya (Peal de Becerro), Ipolca (Porcuna), Iliturgi, (Mengbar), Iltiraka(beda), Orongi (Jan)... Destaca la riqueza minera de la zona, que estimul el comercio con los fenicios y los car-tagineses. Posteriormente se convirti en uno de los centros de aprovisionamiento de Roma, a las que proporcionabaminerales y aceite. La zona estuvo poco romanizada, pero se potenci como en ningn otro lugar de Hispania lacreacin y el mantenimiento de vas de comunicacin con el n de favorecer la salida de sus productos.

    2.1 Vase tambin Oretanos Cstulo Salaria Cerro de las Cabezas beros

  • Captulo 3

    Oretanos

    Los oretanos (en latn oretani) fueron un pueblo prerromano que habitaron las tierras que van desde Sierra Morenahasta la cuenca del Anas (actual Guadiana) (ver artculo: Oretania), correspondiente a las actuales provincias deCiudad Real y noreste de Crdoba, oeste de Albacete y al sur la provincia de de Jan, ms all del Saltus Castulonensis(era llamado as al antiguo limes o frontera entre las provincias romanas de Hispania Citerior e Hispania Ulterior).

    3.1 Historia

    Yacimiento arqueolgico de Oreto y Zuqueca, cerca de Grantula de Calatrava

    La ciudad ms grande de la Oretania era Cstulo. Sus gentes, nativas de Sierra Morena y del borde de la meseta sur,controlaban una zona con grandes poblaciones de ms de 10 hectreas de extensin como Sisapo (La Bienvenida),Lacurris o Larcuris (Alarcos - Ciudad Real) o el Cerro de las Cabezas (Valdepeas), as como amplios territorios

    28

  • 3.1. HISTORIA 29

    Pueblos prerromanos de la pennsula ibrica.

    de penillanura y sus vas de comunicacin. Han pervivido algunos nombres de sus rgulos o reyezuelos, como porejemplo Orissn, nico guerrero que consigui derrotar a los cartagineses en Helik con una curiosa estratagema(vase Muerte de Amlcar Barca). Al menos en poca tarda, pudieron estar bajo el dominio de un nico soberano, loque explicara el matrimonio de Anbal con la princesa oretana Himilce, hija del rey de Cstulo, Mucro. La intensaiberizacin de los oretanos se produce ya en poca orientalizante, a juzgar por sus cermicas. Sus santuarios sonlos ms ricos del mundo ibrico. En Alarcos han aparecido estelas con guras zoomorfas y exista un arte de grancalidad al servicio de las elites renadas y poderosas, como lo indican las cermicas, los bronces y los mismos tesorosargnteos, tan frecuentes en la zona de Sierra Morena. Y en Castellar (Jan), han sido hallados en el importantesantuario de la Cueva de la Lobera ms de 3000 exvotos ibericos.Pero el inters principal del mundo oretano se centra en su papel intermediario en los procesos de transculturacinocurridos en estas tierras por la transmisin de elementos culturales y tnicos entre turdetanos, bastetanos, contestanos,carpetanos, vetones, lusitanos y celtas. Si por una parte explican su temprana y profunda iberizacin, por otra seceltizaron intensamente. As se explican algunas confusiones histricas como:

    Que la ciudad de nombre cltico Mirbriga (cerca de Capilla, Badajoz) sea considerada por Plinio el Viejocomo trdula y por Ptolomeo en una ocasin turdetana y en otra oretana

    La confusin entre dos Mentesas limtrofes, como son la Oretana y la Bastetana)[1] omitida y mencionadarespectivamente por Plinio y Ptolomeo, ambas con topnimo de dos pueblos distintos, pero ubicados en laOretania, lo que ofrece otra muestra ms del complejo mosaico tnico de estas zonas.

  • 30 CAPTULO 3. ORETANOS

    Mar Mediterrneo

    OC

    ANO

    ATL

    NTI

    CO

    BRACAR

    ISEURB

    ILEUN

    IGRO

    VIHELLEN

    I

    CILENI

    PRES

    TAMA

    RCI

    SUPE

    RTAM

    ARICI

    NERI

    ARRO

    TREB

    AE

    AR

    RO

    NI

    COPORI

    AD

    DO

    VIVA

    RR

    INA

    MA

    RIN

    I

    CIB

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    CI

    EGI

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    ION

    ES

    BAEDI

    SEURRICallaec

    i

    BIBALI

    LEMAVI

    LOUG

    EI

    INTERAMICICOELERNI

    LIMICIEQUAESI

    QUARQUERNITAMAGANI

    CALADUN

    I

    CALL

    AECI

    AEBO

    COSI

    BANIE

    NSES

    PAESICI SELINI

    SUPERATII

    GIGURRI

    ZOELA

    E

    LANCIE

    NSES

    BAED

    UNEN

    SES

    Astures

    TAMARICIMORE

    CANI

    Cantabri

    ORCE

    NOME

    SCI

    CONC

    ANI

    AURI

    NICO

    NISC

    I

    Turmodigi

    Aut

    rigon

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    ristii

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    Berones

    Vascon

    es

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    ni

    Vaccaei

    PELENDONES

    AREVACILUSONES

    TITTIBELLI

    TURBOLETAE

    OLCADES

    LOBETANI

    Celtiberi

    Ilerge

    tae

    AR

    ENO

    SIOS

    ANDOSINICERETANI

    BERGISTAN

    I

    CESSETANILA

    YETA

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    AUSETANI

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    SEDETANI

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    Edetani

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    CALONTIENSES

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    TurdetaniCounei

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    Oretani

    Basteta

    ni

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    ani

    CILBICENI

    CELTI

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    PUNICI

    Gadir Malaka

    SexsAbdera

    BariaCarthagoNova

    AkraLeuke

    Ebusus

    Emporion

    Rhode

    Iberia antes de la conquista cartaginesaen torno al 300 a. de C.

    Grupos lingsticosTurdetanosTartsicos (residual)

    Celtas

    Iberos

    Aquitanos (Protovascos)

    Indoeuropeos (preceltas)

    Grupos etnogeogrficos:Turdetani Grupos principales

    MANTESANI Comunidades secundarias

    Principales colonias:Fenicias / Cartaginesas Griegas

    Idiomas en la pennsula ibrica en el 300 A.C.

    Lo mismo se deduce de la referencia de Plinio a que los celtas de la Beturia, que corresponde a las mismastierras, procedan de celtberos de Lusitania.

    Tambin existe cierta confusin con la ciudad de Laminium, calicada por Ptolomeo como carpetana cuando,independientemente de dnde se la site, debi ser oretana.

    Por ltimo, Plinio denomina a la ciudad epnima como Oretum Germanorum, lo que parece conrmar lapresencia de elementos clticos inltrados por estas zonas en pocas diversas aunque probablemente tardas, atravs del pastoreo, la minera, el empleo de mercenarios y, nalmente, como clase dominante.

    A partir de esta situacin se podra decir que existan dos Oretanias:

    Una, al sur de Sierra Morena, de etnia bera pura, con capital en Cstulo. Otra, al norte, con ms inuencia de los Oretanos Germanos (Oretani Germani), de inuencia cltica.

    Sierra Morena, ms que una frontera, era una lnea montaosa de encuentro que una ambas etnias gracias a laexistencia de numerosos santuarios en sus proximidades que obligaban a peregrinar a la zona. Las fuentes clsicas yadiferenciaban dos Oretanias: Plinio el Viejo citaba: Oretani qui et Germani cognominantur (N.uh. 3, 25, ya citadoarriba). Polibio tambin distingua entre estas dos Oretanias, haciendo referencia a unos oretanos ibricos al sur deSierraMorena. Ptolomeo asimismo lo mencionaba hablando de una Oretania Germnica al norte (2,6,58). Igualmentecabe destacar que estos mismos autores clsicos han incluido el territorio que comprendera la Oretania dentro de lospueblos celtberos, por ejemplo en este pasaje de Estrabn 3, 2.11:

    Pasando la Idubeda se llega en seguida a la Celtiberia, que es grande y desigual, siendo su mayor partespera y baada por ros, ya que por esta regin va el Anas

  • 3.1. HISTORIA 31

    Familias lingsticas de la Pennsula Ibrica antes de la romanizacinC1: Galaicos / C2b: Brcaros / C3: Cntabros / C4: Astures / C5: Vacceos / C6: Turmogos / C7: Autrigones-Caristios / C8: Vrdulos/ C9: Berones / C10: Pelendones / C11: Belos / C12: Lusones / C13: Titos / C14: Olcades / C15: Arvacos / C16: Carpetanos / C17:Vetones / C18-C19: Clticos / C20: Conios / L1: Lusitanos / I1: Ceretanos / I2: Ilergetes / I3: Lacetanos / I4: Indigetes / I5: Layetanos/ I6: Ilercavones / I7: Sedetanos / I8: Edetanos / I9: Contestanos / I10: Oretanos / I11: Bastetanos / I12: Turdetanos / G21: Galos /G1: Griegos / P1: Fenicios/Cartagineses / B1: Bereberes.

    En este mismo pasaje se hace referencia a que dicho ro naca en la Celtiberia (el ro Anas, Guadiana), nace cerca delas Lagunas de Ruidera.Posidonio haca igualmente referencia a que el ro Anas y el Tagus (Tajo) discurran por Celtiberia:

    Los Pirineos separaran Galia de Iberia y Celtiberia, regin por la que discurren el Anas y el Tagus (5,35).

    Aqu tambin se incluira a los carpetanos como un pueblo celtbero. El historiador Gregorio Carrasco aade inclusoque los Oretanos podran ser una parte importante de Celtiberia, puesto que en la ya famosa cita de Plinio el Viejohay algunos elementos que tendran que estudiarse ms a fondo: Oretani qui et Germani cognominantur, caputqueCeltiberiae. Para Carrasco ese caputque Celtiberiae sera en realidad caput quae Celtiberiae, es decir, caputquesera una contraccin de caput quae con el n de ahorrar espacio, puesto que a lo largo del texto existen muchas mscontracciones y supresiones de letras, ya que el texto original no se conserva y lo que nos queda son dos transcripciones

  • 32 CAPTULO 3. ORETANOS

    de los siglos IX y X, con lo que el texto cobrara sentido y su traduccin sera: Oretanos a los que se apoda Germanos,cabeza de Celtiberia.El territorio de esta Oretania Germnica sera el comprendido al norte de Sierra Morena, en las provincias de CiudadReal, noreste de Badajoz y oeste de Albacete; en cambio, la bera quedara al sur de Sierra Morena.La capital de los oretanos iberos sera Cstulo (cerca de la actual Linares), mientras que la de los oretanos ger-manos sera Oretum Germanorum (Grantula de Calatrava), siendo otras ciudades importantes Gemella Germano-rum (Almagro), Mirbriga (Capilla), Lacurris (Alarcos, cerca de Ciudad Real), Sisapo (La Bienvenida), Laminium,Mentesa Oretana (Villanueva de la Fuente), Mentesa Bastia (La Guardia de Jan), Aurgis o Puente tablas (Jancapital),Baikol,Bailn. Iltiraka (beda), Obulco, (Porcuna), Toya (Peal de Becerro), Cerro del Pajarillo (Huelma)etc.De la gran ciudad del Cerro de las Cabezas en Valdepeas (Ciudad Real) no se ha logrado descifrar de qu ciudad setratara, aunque su importancia es enorme ya que se calcula que su poblacin supona el 1.% de toda la de la PennsulaIbrica y adems nunca lleg a ser romanizada o arabizada.Los oretanos (orissos en griego) vencieron al cartagins Amlcar aproximadamente en el ao 230 a. C., cuando estabasitiando Helik (ciudad de ubicacin desconocida; se baraja la hiptesis de Elche de la Sierra entre otras). Himilce,hija del rgulo oretano de Castulo, se cas con Anbal para sellar un pacto entre oretanos y pnicos, en el contextodel tratado del Ebro entre romanos y pnicos.

    3.2 Vase tambin Oretania Cerro de las Cabezas Oretum Cstulo Toya Princesa Himilce beros

    3.3 Referencias[1] Flrez, Enrique (1766)

    3.3.1 Bibliografa Flrez, Enrique (2011) [1766]. Espaa Sagrada. Tratado 17:De la Iglesia deMentesa. Espaa Sagrada (TeatroGeogrco-Histrico de la Iglesia de Espaa). Tomo 7: DE LAS IGLESIAS SUFRAGANEAS ANTIGUAS deToledo (2 edicin).

    3.4 Enlaces externos http://descargas.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01383842022571639979024/022031.pdf?incr=1 Mapa de los Pueblos Pre-Romanos de Iberia (circa 200 AC) http://hispanismo.org/showthread.php?t=483

  • Captulo 4

    Cstulo

    Cstulo (del latn Castulo, y ste del ibero Kastilo;[1] en griego clsico ,[2] Kastaln) es el nombre de unaantigua e importante ciudad ibera, capital de la Oretania. Sus ruinas se ubican en el municipio espaol de Linares, aunos 5 km al sur de su ncleo urbano. Su acceso se realiza a travs de un desvo debidamente sealizado en la carreteraJA-4102 (Linares-Torreblascopedro). En sus inmediaciones se erige en la actualidad un Centro de Interpretacin parala recepcin de visitantes, junto con un aparcamiento.

    4.1 LocalizacinLa ciudad iberorromana de Cstulo se encuentra localizada en el Alto Guadalquivir, en la provincia de Jan, en lasestribaciones de SierraMorena, congurndose como nexo de unin con la meseta peninsular. Plinio el Viejo la utilizacomo marca para denir parte de las dimensiones de Hispania.[3][4] Se emplaza en una de las terrazas de la margenderecha del ro Guadalimar, habindose estudiado vestigios del asentamiento tanto en las laderas como en una mesetaamurallada ubicada en los cerros de Plaza de Armas y de La Muela, a unos 300 msnm, controlando un mbito visualextenso que domina la vega del ro.

    4.2 HistoriaUna de las caractersticas que denen el territorio de Cstulo es su ocupacin ininterrumpida desde nales del IIImilenio a. C. hasta el siglo XV,momento en el que se abandona la ciudad, producindose la ruptura de una continuidadurbana que ha favorecido la conservacin de los valores patrimoniales hasta la actualidad.

    4.2.1 OrigenLos orgenes del asentamiento se remontan al Neoltico Final, periodo en el que se desarrollaron sociedades aldeanasligadas a una economa agraria incipiente (Cultura de los Silos) y que se constatan en los estratos arqueolgicosinferiores de la ciudad iberorromana. Los momentos previos al Neoltico se documentan en los alrededores de lameseta, pudiendo adscribirse al Paleoltico Medio.No ser hasta el II milenio a. C., durante la Edad del Bronce Medio, cuando el espacio de Cstulo aparece comoun centro destacado en toda la regin de Sierra Morena, ligado a la explotacin minera de sus ricos lones y a laactividad metalrgica del cobre, el plomo y la plata. Las investigaciones recientes sobre los orgenes de la metalurgiaen las estribaciones meridionales de Sierra Morena han revalorizado el papel de Cstulo como centro capital de laregin desde un momento temprano, en el que se detectan contactos culturales con las comunidades metalrgicas delsureste (cultura argrica), a la vez que se producen cambios importantes en la organizacin social, relacionados conla especializacin de la actividad minera.El Bronce Final est bien documentado en el territorio de Cstulo, a travs del poblado de La Muela. ste se extiendedesde la ladera suroriental del cerro del mismo nombre hasta la margen derecha del ro Guadalimar, coincidiendo conla lnea del ferrocarril, y constituye un espacio abierto al ro en el que se localizan diferentes lugares de habitacin entrelos que destaca el denominado templo-palacio de LaMuela, edicio de los siglos VIII-VI a. C. que podra identicarse

    33

  • 34 CAPTULO 4. CSTULO

    con un palacio aristocrtico, lo que nos habla ya de una gran complejidad social.[cita requerida] Esta etapa del Bronce Finalmuestra a Cstulo como un centro avanzado en la periferia de la denominada clsicamente como cultura tartsica,que ejerce como receptor primario de los intereses mineros griegos y fenicios en el Alto Guadalquivir.

    4.2.2 Etapa ibrica

    Semis acuado en Cstulo con posterioridad al ao 214-212 a.C.

    As de Cstulo de los siglos II al I a.C.

    La quiebra de estas relaciones con el Bajo Guadalquivir en el siglo VI a. C., junto con la introduccin de la tecnologadel hierro frente a la del bronce, origina la aparicin de la cultura ibrica regional. En los siglos VII y VI a. C. surgeuna aristocracia local que, una vez consolidada, protagonizar un proceso histrico propio expresado en cambios

  • 4.2. HISTORIA 35

    en el patrn de asentamiento y en el modelo urbanstico. Es en este momento cuando el poblado de La Muela setraslada a la cima del cerro homnimo, dando origen al emplazamiento histrico de la ciudad, surgiendo el oppidumde Cstulo, un recinto amurallado adaptado a los contornos de la meseta. La visin actual de la murallas se caracterizapor la impronta de remodelaciones posteriores a la etapa ibrica; el lienzo conservado en la cima del cerro y en laladera norte fue excavado parcialmente en la dcada de 1970, evidenciando la realizacin de derribos de anterioresforticaciones y conservndose una potencia de 1,5 metros, con aparejo de bloques de piedra desbastada y trabadacon barro, quedando reforzada la estructura con bastiones cuadrangulares en los puntos de inexin del trazado.Intramuros, el sitio constituye en este momento histrico el principal ncleo de poblacin de la Oretania, siendo eloppidum indgena ms extenso de la Pennsula, contando con ceca donde acuaba moneda propia.[1] Varios son lostestimonios clsicos que hacen referencia a la ciudad y sus ms nclitos personajes, destacando el protagonismo deCstulo en la Segunda Guerra Pnica como aliada de Cartago, establecindose alianzas matrimoniales entre ambassociedades, como el matrimonio de Anbal con la princesa indgena Himilce, segn narran las crnicas.No obstante, el conocimiento arqueolgico de este perodo no est an completo, conocindose de forma aisladagracias a los restos localizados bajo las construcciones romanas. Slo a travs del mundo funerario la cultura ibricaen Cstulo se encuentra mejor estudiada. Las excavaciones en las necrpolis de Casa Blanca, Baos de La Muela,Los Patos, Estacar de Luciano, Cerrillo de los Gordos, Los Higuerones, Puerta Norte, Molino de Caldona y Estacarde Robarinas han completado el estudio de las prcticas funerarias ibricas en Cstulo, desde el siglo IV a. C. hastael I d. C., observndose una pervivencia del rito de incineracin hasta mediados de este siglo I, cuando empiezan adocumentarse las primeras inhumaciones. Las tumbas suelen encontrarse agrupadas en torno a una principal, en laque el ajuar suele destacar por la presencia de objetos exticos, que actan como elemento de prestigio, lo que seinterpreta como una extrapolacin al mundo funerario de las relaciones de dependencia clientelar mantenidas en vidaen el seno de los grupos aristocrticos.

    4.2.3 Etapa romana

    Termas romanas de la Villa del Olivar.

    Las relaciones con Cartago se rompen en el momento en que la aristocracia local suscribe un pacto con Escipin, enrepresentacin de la Repblica romana, en los ltimos aos del siglo III a. C. Desde entonces, la ciudad adquiere la

  • 36 CAPTULO 4. CSTULO

    condicin de libre e inmune, pudiendomantener las instituciones de gobierno tradicionales a cambio de la admisin deuna guarnicin romana, y de la eventual aportacin de tropas. Comienza aqu el proceso de romanizacin de la ciudad,que culmina probablemente en poca imperial, cuando Cstulo se convierte en municipio de derecho latino.[5] Deesta fase se conservan en supercie vestigios de algunas de las grandes obras pblicas que se realizaron. En el extremonoroccidental del cerro de La Muela se observan los depsitos principales de distribucin de agua a la ciudad, quellegaba a travs de un acueducto del que todava se aprecian sus pilares al norte de las murallas. Al sur de estascisternas se distingue una hondonada semicircular, acotada en un lado por machones de mortero, que debi ser elasiento de las gradas del teatro. Desde el actual Cortijo de Santa Eufemia en direccin al castillo, el espacio se salpicade puntos de distribucin del caudal de agua a las distintas zonas de la ciudad.Otro espacio a destacar en la impronta romana de la ciudad es la denominada villa urbana del Olivar, ubicada en elespacio central y hacia el este de la meseta amurallada. Consta de una serie de habitaciones de poca altoimperial,posiblemente de uso pblico, relacionadas con unas termas, entre las que destacan el hipocaustum y varios patios dedistribucin, uno de ellos con una fuente central que conserva el pavimento original de opus spicatum.Estas instalaciones de la villa urbana del Olivar fueron utilizadas hasta poca tardorromana, cuando se realizaron unaserie de remodelaciones especialmente visibles que introdujeron distintas estancias absidadas, que parecen implicaruna transformacin de la villa como extremo oriental del foro de la ciudad, posiblemente asociado a necesidadesreligiosas. En este momento se observa cmo la ciudad ya ha comenzado a despoblarse, inicindose su abandono,siendo muestra de ello la aparicin de inhumaciones intramuros sobre estratos de los siglos I y II.Fuera de la meseta, la ocupacin romana del territorio de Cstulo no se cie exclusivamente a la captacin de agua oal rea de necrpolis, siendo patente en lugares como Torrubia, donde se sita una importante villa romana localizadajunto a lo que parecen los restos de la Va Augusta, eje de comunicacin principal de la Hispania romana y que unala ciudad con el Bajo Guadalquivir y el noreste de la pennsula.

    4.2.4 Etapa medieval

    Castillo de Santa Eufemia.

    El abandono del cerro de La Muela queda patente a partir del perodo islmico, durante el cual slo se conocenrestos aislados sobre el lugar de la ciudad romana, situndose un ncleo de poblacin en el cerro de Plaza de Armas,donde se erige una fortaleza, el denominado castillo de Santa Eufemia. De este contexto temporal, cuando el sitio deCstulo aparece reejado en las fuentes como Qastuluna, slo se conserva visible la torre central de la fortaleza, de

  • 4.3. INVESTIGACIN Y EXCAVACIN 37

    planta rectangular y construida en argamasa, as como algunos fragmentos del lienzo de la muralla exterior, del quese conservan los restos de seis torres.De la etapa de ocupacin de la Qastuluna islmica destaca un sitio localizado al norte de la zona arqueolgica, en elparaje del Fontanar, ocupacin que segn el conocimiento arqueolgico actual podra traducirse en el ncleo urbanoms importante de esta poca, con evidencias que se inician en poca emiral.En el siglo XIII Cstulo fue conquistada por Fernando III el Santo durante la campaa de Baeza, pasando a formarparte del concejo de esta ciudad, hasta que a mediados del siglo XIV pas a la jurisdiccin de Linares.

    4.2.5 Etapa modernaDurante el siglo XV se procedi a la demolicin de las defensas del castillo de Santa Eufemia y de los restos deedicios que an quedaban en pie para que no sirvieran como refugio de bandidos y salteadores de caminos, y sehicieron dos intentos fallidos por repoblar el lugar, que qued denitivamente abandonado. Poco tiempo despus seerigi la ermita de Santa Eufemia, que permaneci en pie hasta el siglo XVIII, cuando las tierras de Cstulo fueronrepartidas entre varios vecinos de Linares, siendo hoy imperceptible el rastro de dicha ermita.

    4.2.6 Etapa contemporneaLos siglos XIX y XX muestran la ciudad y su territorio adscritos a un espacio rural, en el que se ubican cortijosy caseros dispersos que integran elementos reutilizados de Cstulo, constituyendo inmuebles de evidente valor ar-queolgico y entre los que destacan ejemplos como el Cortijo del lamo.

    4.3 Investigacin y excavacinCstulo aparece mencionada en el el Diccionario de Pascual Madoz:[6]

    Una ciudad tan poderosa y clebre se halla reducida hoy al cortijo de Cazlona, residuo de su antiguonombre. El Ilm. Sr. D. Francisco Prez Bayer visit este sitio, en el viaje que hizo a Andaluca hacia1782, y dice: que a la derecha del ro Guadalimar hay un molino que se llama de la Caldona. Desdeeste molino comienza a elevarse un mediano collado y como a un tiro de bala se divide en dos, quedistan entre s unos 100 pasos, dejando en medio un pequeo arroyo (San Ambrosio). En el collado dela derecha se eleva una gran torre de hormign y alrededor hay otras dos torres y ruinas y cimientos deotras que muestran haber habido all recinto de ciudad o fortaleza. En el collado de la izquierda hay unaermita de Santa Eufemia, bastante capaz, con su atrio y una pequea hospedera. Toda esta ermita pordentro y fuera y el atrio estn encastrados de inscripciones romanas y en la circunferencia de la ermitahay una selva de trozos de columnas y capiteles, festones y volutas de varios rdenes, lisas, estriadas devarios bustos y tamaos... Restos de un antiguo esplendor que incluso en nuestros das han desaparecido.

    Las investigaciones, prospecciones y excavaciones llevadas a cabo en el yacimiento se desarrollaron ininterrumpida-mente desde 1969 hasta 1983 (destacando los trabajos de Jos Mara Blzquez), y despus ms espordicamente,hasta 1991, fecha en que cesaron por cuestiones administrativas ajenas al proceso de investigacin. A partir delao 2011, con la creacin del Conjunto Arqueolgico de Cstulo,[7] y a travs del proyecto de investigacin ForumMMX,[8] se han retomado las excavaciones arqueolgicas que han sacado a la luz restos de edicaciones pbli-cas, concretamente un posible templo de poca imperial del siglo II[9] que cuenta con muros estucados con motivosgeomtricos[10] y un pavimento de mosaico en un gran estado de conservacin.[11] El mosaico, denominado Mosai-co de los Amores por sus descubridores, mide 12 por 6 metros[12] y muestra motivos geomtricos alrededor de dosescenas mitolgicas en el centro, el juicio de Paris y el mito de la diosa Selene y Endimin; el mosaico se completacon motivos animales y alegoras de las cuatro estaciones,[13][14] y puede ser contemplado on-line despus de serfotograado en alta resolucin.[15]

    Tambin se han hallado dos lucernas, en la zona identicada como el mercado, que presentan el smbolo de la menor,lo cual podra indicar la existencia de una comunidad juda en Cstulo durante esta etapa;[16] y una monumentalescultura de un len de piedra de 1,20 por 0,90 metros y una tonelada de peso, que estara situada, presuntamentejunto a otra similar, anqueando un acceso septentrional de la ciudad que pudo haber estado en funcionamiento desdela dominacin cartaginesa hasta principios del siglo I.[17][18] Otros hallazgos destacables son una gran cisterna de poca

  • 38 CAPTULO 4. CSTULO

    Mosaico de los Amores, descubierto en 2012.

    altoimperial y un conjunto de fragmentos de vidrio tallado,[19] pertenecientes a una patena del siglo IV que muestrauna de las primeras representaciones de Cristo.[20][21] Realizada en vidrio de tonalidad verdosa, la patena mide 22 cmde dimetro y 4 cm de altura, conserva el 80% de su volumen y muestra mediante la tcnica del esgraado a un Jessimberbe y de cabello rizado al estilo alejandrino, que sostiene una cruz gemada en la diestra y las Sagradas Escriturasen la izquierda, y que est anqueado por dos apstoles, posiblemente Pedro y Pablo. La escena se enmarca entre dospalmeras, una alegora tradicional del ms all en la iconografa cristiana; tambin aparecen un crismn y las letrasalfa y omega.[22]

    4.4 Referencias[1] www.tesorillo.com. Cecas ibricas meridionales. Consultado el 21 de abril de 2012.

    [2] Polibio. Libro X, captulo 38, seccin 7. Historiae (en griego). Theodorus Bttner-Wobst sobre L. Dindorf, ed. Leipzig:Teubner, 1893. Consultado el 5 de mayo de 2012.

    [3] Plinio el Viejo H Naturalis, libro 3, 17

    [4] Plinio el Viejo H Naturalis, libro 3, 29

    [5] Plinio el Viejo H Naturalis libro 3, 25

    [6] Madoz, Pascual (1845-1850). Diccionario geogrco-estadstico-histrico de Espaa y sus posesiones de Ultramar. Madrid:La Ilustracin. p. 253. Consultado el 23 de abril de 2012.

    [7] La Junta declara Conjunto Arqueolgico la ciudad ibero-romana de Cstulo y el Museo de Linares. 20minutos. 19 deenero de 2012. Consultado el 23 de abril de 2012.

    [8] Frum MMX plantea cinco nuevas zonas de excavacin que abran ventanas a Cstulo. Ideal.es. 10 de enero de 2012.Consultado el 11 de julio de 2012.

  • 4.5. ENLACES EXTERNOS 39

    [9] Donaire, Gins (19 de enero de 2012). Cstulo saca a la luz el esplendor de sus teselas. El Pas. Consultado el 23 de abrilde 2012.

    [10] Donaire, Gins (19 de agosto de 2011). Hallado en Cstulo un mosaico de un templo imperial romano. El Pas. Consul-tado el 23 de abril de 2012.

    [11] Descubren en Cstulo (Jan) un mosaico romano en excepcional conservacin. Ideal de Jan. EFE. 9 de julio de 2012.Consultado el 10 de julio de 2012.

    [12] Sola, Ana (5 de mayo de 2013). El Mosaico de los Amores de Cstulo se abre al pblico digital. Ideal de Jan. EFE.Consultado el 6 de mayo de 2013.

    [13] Descubren en Cstulo un mosaico de gran calidad y en perfecto estado. linares28. 31 de agosto de 2012.

    [14] Donaire, Gins (30 de agosto de 2012). Cstulo, un libro abierto de arte romano. El Pas Andaluca.

    [15] El Mosaico romano de Los Amores abierto desde hoy a los internautas. eldiario.es. EFE. 13 de mayo de 2013.

    [16] Nuevos restos relacionan Cstulo con la comunidad juda. eSefarad (publicado originalmente en Diario Jan). 5 de mayode 2012. Consultado el 6 de agosto de 2012.

    [17] Hallan en Cstulo una estatua de un len ibero-romano de una tonelada de peso. eldiario.es. 28 de noviembre de 2013.Consultado el 28 de noviembre de 2013.

    [18] Descubierta en el yacimiento de Cstulo la escultura de un len ibero-romano. El Pas. 28 de noviembre de 2013.Consultado el 28 de noviembre de 2013.

    [19] Soriano, Mariela (16 de agosto de 2014). En el corazn de Cstulo. Diario Jan. Consultado el 29 de septiembre de2014.

    [20] G. Corral, Miguel (1 de octubre de 2014). Hallan en Linares una de las primeras representaciones de Cristo. El Mundo.Consultado el 1 de octubre de 2014.

    [21] Garca Solano, Juan Jos (1 de octubre de 2014). Una de las primeras imgenes de Cristo, descubierta en Linares. DiarioJan. Consultado el 1 de octubre de 2014.

    [22] Donaire, Gins (1 de octubre de 2014). La patena del Cstulo ms cristiano. El Pas. Consultado el 1 de octubre de 2014.

    Este artculo es una obra derivada de la disposicin relativa al proceso de declaracin o incoacin de un Biende Inters Cultural publicada en el BOJA N. 77 el 20 de abril de 2012 (texto), que est libre de restriccionesconocidas en virtud del derecho de autor de conformidad con lo dispuesto en el artculo 13 de la Ley dePropiedad Intelectual espaola.

    4.5 Enlaces externos

    Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Cstulo. Commons Cstulo. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes Cstulo, ciudad oretana Resea sobre el yacimiento de Cstulo con fotografas Panormica 360 del yacimiento arqueolgico de Cstulo. Banco de imgenes del Patrimonio Cultural. InstitutoAndaluz del Patrimonio Histrico

    Mosaico de los Amores en GigaPan

  • Captulo 5

    Cerro de las Cabezas

    Vista parcial de una de las partes cosolidadas de la excavacin arqueolgica del Cerro de las Cabezas en las proximidades deValdepeas (Ciudad Real) en Espaa.

    El Cerro de las Cabezas es un yacimiento arqueolgico de origen bero-oretano, situado a unos 8 km al sur de laactual ciudad de Valdepeas, en la provincia de Ciudad Real (salida 208 de la A-4 sentido sur, sin sealizacin ensentido norte). El yacimiento se encuentra sobre un monte de aproximadamente 800 metros de altura, y abarca lazona comprendidad entre la cima y la falda este, zona que ha sido ligeramente daada por la construccin de la autovadel Sur o A-4, que une Madrid con Andaluca.El lugar estuvo habitado desde el siglo VI al II a. C. La excavacin se comenz por la base del cerro. Se trata deuna ciudad amurallada, de la que se conservan ntegramente los cimientos de las casas y los zcalos de la murallaexterior, hechos con grandes bloques de piedra que encajan perfectamente unos con otros. Por encima de losmismos selevantaran los muros propiamente dichos, hechos de adobe, que han desaparecido. La situacin en su emplazamientose debe a razones estratgicas por el control de la ruta entre el valle del Guadalquivir y la planicie de la Meseta Sur.

    40

  • 5.1. YACIMIENTO Y CENTRO DE INTERPRETACIN 41

    5.1 Yacimiento y centro de interpretacinLas excavaciones arqueolgicas realizadas han revelado gran cantidad y riqueza de restos de alfarera con dibujosllevados a cabo mediante tcnicas de estampillado, utensilios metlicos de uso domstico,aceite, vino...En octubre de 2010 se hallaron en la que tuvo que ser la calle principal, los restos de dos cadveres de nios decapi-tados. Se cree que pudo ser un sacricio humano para fundar la ampliacin de la ciudad hacia el ro.Junto al yacimiento, se encuentra el centro cultural de interpretacin con material audiovisual y maquetas.

    5.2 Enlaces externos La Ciudad Ibrica del Cerro de las Cabezas (Turismo de Castilla-La Mancha) Centro de Interpretacin del Cerro de las Cabezas (Turismo de Castilla-La Mancha Web del Cerro de las Cabezas del Ayuntamiento de Valdepeas Web del Cerro de las Cabezas (Compromiso de Calidad Turstica) Web de Patrimonio Histrico de Castilla-La Mancha sobre el yacimiento Valdepeas. La zona de culto hallada en el Cerro de las Cabezas data del siglo VI AC Yacimiento Arqueolgico Cerro de las Cabezas El Cerro de las Cabezas, punto estratgico del comercio entre la pennsula Ibrica y las culturas griega ycartaginesa

    Noticia relacionada: 25 aos luchando por defender y conservar el patrimonio

  • Captulo 6

    Yacimiento arqueolgico de Oreto yZuqueca

    Parte central del yacimiento. Al fondo, el Cerro de los Obispos

    El yacimiento arqueolgico de Oreto y Zuqueca es un enclave con restos pertenecientes a diferentes pocas, fun-damentalmente ibrica, romana, visigoda y rabe.El yacimiento se enmarca en Grantula de Calatrava, una localidad perteneciente a la Provincia de Ciudad Real. Enconcreto, se halla a aproximadamente 4 kilmetros al sur de la localidad, a tan solo 100 metros del ro Jabaln, en elmarco de la ermita de Nuestra Seora de Oreto y Zuqueca, de la cual toma su nombre. Geogrcamente hablando ladisposicin es inmejorable, pues, adems del ro, al sur cuenta con una pequea aglomeracin de cerros de no muchaaltura, lo cual permite que existan buenas vas de comunicacin con el rea andaluza.

    42

  • 6.1. GEOGRAFA 43

    6.1 GeografaEl yacimiento como tal consta de tres partes diferenciadas. Al oeste se encuentra Cerro Dominguez, donde sonperfectamente visibles en sus laderas las diferentes terrazas que se corresponden con los restos existentes. La partecentral, en llano, est dominada por la actual ermita, en torno a ella puede visitarse la intervencin arqueolgicamusealizada realizada en los ltimos aos. Finalmente, al este, se encuentra el Cerro de los Obispos, de forma cnica.El conjunto del yacimiento, si bien poco explorado, podra superar fcilmente las 25 hectreas de extensin.

    6.2 Excavaciones

    El yacimiento se ha acondicionado para hacer ms fcil la visita.

    Las excavaciones arqueolgicas del yacimiento comienzan en el ao 1996. Algunas estructuras ya eran visibles, comola Ermita, y al ir a realizar unas obras de cara a consolidarla y mejorar su conservacin se hallaron restos romanos-de entre los que destaca una pila bautismal paleocristiana del siglo IV- y una necrpolis visigoda. As, se realiz unaserie de excavaciones de urgencia enfocadas en este sentido.En el ao 2000 se retoman las excavaciones, y desde entonces se producen de manera regular en aos venideros. Deeste modo aparecen los primeros hallazgos musulmanes en ese mismo ao. En la siguiente campaa se hallaron dife-rentes restos, aunque fundamentalmente unos baos rabes. Ya en 2002, se siguieron consolidando esas estructuras,y se siguen produciendo hallazgos en la necrpolis, llegando a niveles iberorromanos.En la campaa de 2003 se empiezan a realizar trabajos de cara a convertir el yacimiento en un enclave tursticoperfectamente visitable, aunque se siguen excavando algunas zonas -en especial el hammam rabe-. En 2004 selocaliza una posible villa tardorromana, y muchas estancias visigodas.La campaa de 2005 resultara decisiva desde el punto de vista de la musealizacin, pues est enfocada bsicamente acrear los itinerarios tursticos, consolidar y embellecer los restos ms visibles y establecer una serie de explicacionesque hagan ms provechosa la visita. As, en verano de 2006 el yacimiento abrira sus puertas.

  • 44 CAPTULO 6. YACIMIENTO ARQUEOLGICO DE ORETO Y ZUQUECA

    6.3 Restos materiales

    Horno de cal.

    Los restos del yacimiento son, desde el punto de vista histrico, difciles de separar, pues al encontrarse diferentesniveles de ocupacin superpuestos es frecuente encontrar estructuras de habitacin con diferencias cronolgicas devarios siglos pegadas muro con muro.Los restos ms visibles, si se quiere ms importantes, son varios. En primer lugar hay una imponente necrpolis -delas ms voluminosas de la Pennsula Ibrica- que alberga gran cantidad de restos romanos, visigodos y rabes. Hayvarias tumbas de fosa, y diversos enterramientos que ayudan a comprender los usos funerarios de esta pocas.Por otro lado, la estructura ms visible -y la cual fue el origen de las excavaciones- es una ermita, la cual da nombreal yacimiento. En la actualidad su interpretacin ofrece dudas desde el punto de vista historiogrco, pues no solo sesolapa con parte del conjunto funerario sino que su planta parece tener continuidad espacial. Esto supone una ciertareutilizacin del espacio sagrado a travs de las pocas.Durante las campaas de excavacin un de las estructuras que ms estudiada ha sido es el hamman rabe, es decir,los baos. Se han encontrado canalizaciones, y se han podido constatar estructuras de cara a integrar aguas calientesy fras. Por otro lado, se ha encontrado un horno para quemar cal, con restos de ese material.Tambin hay documentadas un gran nmero de estructuras habitacionales, de diferentes pocas.

    6.4 MusealizacinLa zona en la que se enmarca el yacimiento es un rea de inters turstico desde el punto de vista arqueolgico.Son muchos los yacimientos que se pueden encontrar, destacando el que protagoniza este artculo y el Cerro de laEncantada.La puesta en valor del funcionamiento se ha llevado a cabo estableciendo un conjunto de pasarelas metlicas porencima del yacimiento. Inclusive, en la parte central hay una suerte de atalaya que permite ver, de manera global, el

  • 6.5. REFERENCIAS 45

    yacimiento desde un punto de vista privilegiado.

    6.5 Referencias

    6.5.1 Bibliografa GARCS TARRAGONA, A. M. y ROMERO SALAS, H., Algunas notas antropolgicas de la necrpolis deOreto-Zuqueca, 2002.

    GARCS TARRAGONA, A. M., ROMERO SALAS, H. y FUENTES DOMNGUEZ, A., Yacimiento ar-queolgico de Nuestra Seora de Oreto-Zuqueca (Grantula de Calatrava)", en Investigaciones arqueolgicasen Castilla La Mancha, 2004, pp. 307-324.

    DONOSO GARCA, S. y RIPOLL VIVANCOS, P.J.: Zuqueca, en Del nombre de las cosas: Grantula deCalatrava. Ensayo de toponimia. Ciudad Real, 2004.

    GARCS TARRAGONA, A.M. y RIPOLL VIVANCOS, P.J.: De Sikka a Zuqueca, en X Congreso Inter-nacional de Caminera Hispnica. Madrid, 2010

    6.5.2 Enlaces Referencia al yacimiento en Arqueologiamedieval.com Referencia al yacimiento en Lacomarcadepuertollano.com Artculo en lnea, De Sikka a Zuqueca: Un topnimo caminero de Oreto, de Ana M. Garcs & Pedro Ripoll. Yacimiento Arqueolgico de Nuestra Seora de Oreto - Zuqueca (Grantula de Calatrava) Foto area

  • Captulo 7

    Salaria

    Tambin conocida como Ubeda la Vieja o San Julin, en poca romana Colonia Salaria, (a veces slo llamada Sliren algunas fuentes), es un enclave arqueolgico, a 15 km o dos leguas al sudeste de beda, sobre uno de los estribosde su clebre loma, en la orilla derecha del Guadalquivir. Cerca del sitio donde por la opuesta mrgen desemboca elro Jandulilla, se elevan las ruinas de fuerte poblacin antigua, con el nombre ms reciente de San Julian por la ermitamedival que hubo ybeda la vieja como ms se la conoce hoy da, y antiguamente conocida como Iltiraka (ciudadde buen cobijo) en la lengua bera; marca el lugar los grandes restos de murallones, capiteles, frisos donde hubo allciudad romana, en otro tiempo rica y oreciente.Las ruinas estaran enclavadas en territorio de la provincia romana tarraconense, y en la regin de los Oretanos,distando por el lado del Poniente ocho leguas del arco de cuatro frentes llamado Jamojones de Cstulo, principio ylmite de la Btica. La ciudad bera era la capital de una ciudad-estado que dominaba todo la actual loma de Ubeday todo el valle del Jandulilla, hasta Huelma. Con Roma, su inuencia y jurisdiccin se aument a toda la Oretania, yfue habitada por algunos patricios romanos del ms alto rango.Provincia, territorio, jrisdiccion, situacin estratgica, caminos romanos, ruinas y una lpida legitima y expresiva,deciden resueltamente, que beda la vieja o San Julian es la colonia Salaria. Salaria se levant sobre Iltiraka ocupandoun sitio militar importantsimo, siendo llave del Guadalquivir, prximo a la va Pretoria que desde Cstulo por Tugia,Frxinum, Hctara, Morum y Elicroca, se diriga a Carthago Nova, enclavada en un punto estratgico entre los saltoscastulonense y tugiense. De hecho, se trata de una de las once colonias romanas que haba en toda la Tarraconense.Era una de las pocas ciudades con el privilegio de tener una ceca en todo el sur peninsular. De hecho, las monedasde Iltiraka son muy cotizadas por los coleccionistas. Otra de las palabra que suelen aparecer en sus monedas es slir,que signica plata en bero, quiz de ah que los romanos la llamaran Salaria.Las ruinas corren de norte sur en una considerable extensin; y en ambos extremos debieron estar las principalespuertas de la ciudad, pues son los sitios por donde hoy ms fcilmente se puede penetrar en el interior del recinto.Subsisten el esqueleto de sus torres y antiguos muros hasta bien entrado el siglo XIX: por donde quiera se encuentranladrillos, mrmoles despedazados, fragmentos de lindos vasos saguntinos, grandes capiteles toscanos de 35 centme-tros de alto, y en n, no pocos restos de elegantes esculturas. Dentro del permetro de la dudad se ve una alberca demampostera, no lejos del paraje en que la antigua muralla corre en una extensin de ms de 46 metros de largo,elevndose hasta la altura de seis, reparada por los rabes en alguna parte.La secuencia cultural que ofrece la estratigrafa del yacimiento, as como los restos que se pueden recoger en supercie,abarca desde un momento nal de la Edad del Cobre pasando por un momento argrico, perteneciente a la Edad delBronce hasta el Bronce Final-Hierro Antiguo. La gran mayora de los restos son iberos y romanos.Con sus despojos se labraron los ms de los cortijos inmediatos y la puente ancha sobre el Guadalquivir (PuenteViejo).

    7.1 Enlaces externos

    46

  • 7.2. BIBLIOGRAFA 47

    7.2 Bibliografa Baena del Alczar L. (2003). Semblanza de D. Manuel Gongora y Martnez (1822-1884) y sus estudios sobre

    arqueologa clsica. Malaga: Baetica 25. pp. 335 p. ISBN 02125099 |isbn= incorrecto (ayuda).

  • Captulo 8

    Castillo de Toya

    Toya (Tugia, para los romanos) es actualmente una pequea aldea, perteneciente al municipio de Peal de Becerro,en la provincia de Jan (Espaa), situada a unos 5 km del ncleo principal en direccin hacia Jdar, cuyos orgenesse remontan a poca bera. En este lugar, de importante poblamiento en la antigedad, existen dos construccionesdeclaradas Bien de inters cultural. La primera de ellas, es la Cmara Sepulcral ibrica. En dicha cmara funerariase encontr la Bicha de Toya, que es una escultura bera que se encuentra actualmente en el Museo ArqueolgicoNacional de Madrid. La otra construccin, es el Castillo de Toya, declarado Bien de Inters Cultural conforme aldecreto de 22 de abril de 1949.

    8.1 Descripcin

    Los restos del castillo se reducen, en la actualidad, a una nica torre, de gran tamao, construida conmateriales de aca-rreo, de origen ibrico y reformado romano, abundantes en la zona, con inscripciones y fragmentos de bajorrelieves.Tiene planta cuadrada, de 11,5 m de lado. Su altura apenas sobrepasa el nivel de la arcada de la planta baja, por loque no es posible saber su envergadura original. Se perciben vestigios de ventanas o saeteras. El interior de los muros,de unos 2,20 m de grosor, es un relleno de calicanto, y el espacio interior est dividido en dos estancias por un muro.Existen algunos restos adicionales en su entorno, como vestigios de muros y viviendas, adems de una fuente y unaljibe, claramente medievales. Algunos autores han sealado un posible origen califal, aunque la posicin recientees atribuir su construccin a poca berber, siendo el aadido de sillares y mampuesto reciclados incluso posterior,cristiano del siglo XIII.[1]

    Como curiosidad, Jimena Jurado[2] asegura que esta torre ya exista en poca romana y que Claudio Tolomeo lallamaba Tuia.

    8.2 Historia

    El primero en mencionar el Castillo de Toya es el gegrafo Al-Idrisi, y las primeras fuentes cristianas (1224), hacenreferencia a su destruccin por Fernando III de Castilla. Tras la creacin del Adelantamiento de Cazorla, en 1231,Toya pasa al Arzobispado de Toledo.Entre 1295 y 1312, las sucesivas campaas de los nazares contra Quesada, hacen que la fortaleza cambie de manosvarias veces. En 1378, Enrique II de Castilla ordena al concejo de Cazorla que Toya sea entregada al de beda, aquien se haba concedido el seoro de las tierras de Quesada.En el siglo XVII ya es un despoblado.

    8.3 Referencias

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  • 8.3. REFERENCIAS 49

    8.3.1 Notas[1] Eslava Galn: op.cit., pag.119

    [2] Jimena Jurado, Martn de: Catlogo de los obispos de las iglesias catedrales de Jan y Baeza y anales eclesisticos desteobispado, Madrid, 1654, citado por Eslava Galn

    8.3.2 Bibliografa Eslava Galn, Juan: Los castillos de Jan, Ediciones Osuna, Granada, 1999, ISBN 84-89717-41-9 Valdecantos Dema, Rodrigo. Castillos de Jan: Descubre el pasado de una tierra fronteriza, ISBN 84-95244-00-0

    Olivares Barragn, Francisco. 'Castillos de la Provincia de Jan. C.S.I.C. Jan, 1992, ISBN 84-87115-10-1

  • Captulo 9

    Himilce

    Himilce fue una princesa ibera, hija del rey Mucro de Cstulo (prximo al actual Linares), que fue entregada enmatrimonio en el siglo III a. C. al general cartagins Anbal para sellar la alianza entre Cstulo y Cartago al comienzode la Segunda Guerra Pnica. No obstante, el avance de la guerra en contra de los cartagineses propici que Cstuloabandonase la alianza situndose al lado de Roma, recibiendo privilegios al trmino de sta por parte de los romanos.Se encontraba en el santuario de Auringis (actual Jan) cuando conoci a Anbal, con quin se cas en la primaveradel 221 o 220 a C. en el templo de Tanit en Qart Hadasht (Cartagena). Muri estando su esposo en campaa en lapennsula itlica. Fue enterrada en Cstulo, donde le erigieron una estatua funeraria, la que probablemente hoy seerige en la plaza del Populo de Baeza.El poeta Silio Itlico en su Pnica (Lib. III) narra la boda Himilce con Anbal. Tuvieron un hijo, Aspar. Tambinescribe que quiso evitar la guerra con Roma y, ya declarada, acompaar a su marido a Italia, pero Anbal se neg yla dej en Cartago, ciudad en la qu