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Capítulo II Oración desde la experiencia de fragilidad

Oración desde la experiencia de fragilidad · Los dones del Espíritu le pertenecen al Cuerpo de Cristo. Si Él me regala alegría, mi tarea es traducirla en los pequeños pasos

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Capítulo II

Oración desde la experiencia

de fragilidad

ORACIÓN DESDE LA EXPERIENCIA DE FRAGILIDAD

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41. Acepto esta humillación Amigo y Señor Jesús:

Te ofrezco de nuevo este humillante sentimiento de angustia e inseguridad al enfrentarme a la clase de hoy y a las tres jornadas del viernes, sábado y domingo. Ex-perimento la sensación de no saber qué voy a decir y un pésimo juicio de mí mismo, como si fuese un embaucador y farsante.

Acepto esta humillación.Quiero deshacer todos los fantasmas, pero no logro

quitar la angustia.Dame, Jesús, tu Espíritu de verdad, de sencillez y de

gozo evangélico.El bien lo haces Tú y no yo.Gracias, Señor.

Esteban

Cartas a Jesús

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42. Te ofrezco este sentimiento de inseguridad

Señor Jesús:

Te ofrezco, al comenzar este día, este sentimiento de inseguridad y angustia.

Sé que no hay causa proporcionada. Sólo el temor de tener que hacer clases y de no encontrar expresiones de respuesta. Los sueños de esta noche han sido angustiosos. Yo no los recuerdo: sólo me queda la huella dolorosa.

Tuyo soy. Renuevo mi voluntad de servirte, y pido tu Espíritu Santo, para que me mantenga en la decisión de amarte con alegría y gratitud.

Acepto la disminución de mis facultades y me entre-go a tus manos.

Tuyo soy. Bendito seas, porque todo es para tu glo-ria. Gracias por todo.

Esteban

ORACIÓN DESDE LA EXPERIENCIA DE FRAGILIDAD

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43. Quiero mostrarte esta tensión de temor

Querido Hermano y Amigo:

Gracias por este nuevo día, por la dulzura del tiempo al amanecer. Gracias por ser el día de mi patrono San Esteban.

Quiero mostrarte mis sentimientos del momento: esta tensión de temor, de inseguridad tonta. Siempre es lo mismo: he preparado el curso que voy a dar a las hermanas; he hecho lo que podía hacer y, sin embargo, no puedo dejar de sentir esta inseguridad, como si fuese a quedar en blanco, dejando frustradas las expectativas de los que me han de escuchar.

Aumenta, Señor, mi fe. Quiero ser servidor de tu pala-bra y no dueño.

Quiero estar disponible para que Tú actúes por mí, más que por sabiduría o elocuencia mía. Aumenta mi fe. Tuyo quiero ser.

Dame, Jesús, el don de tu Espíritu Santo.19 Me doy cuenta de que no me atrevo a pedírtelo desde

toda mi persona. Tú dijiste: «Ustedes no saben pedir».20 ¿No será esto lo que me pasa? Es una especie de incredulidad, como si este don, que es lo mejor de lo mejor, estuviera fuera de la lista. Si Tú lo ofreces para hacer con nosotros lo que Tú personalmente hiciste con tus apóstoles, ¿cómo somos tan insoportablemente creídos y tontos, y no lo pedimos?

Enséñame a pedirlo. Dispón Tú mi corazón para que lo haga de verdad, aceptando todas las consecuencias.Gracias, Jesús, mi Señor y Amigo.

Esteban

19 Alusión al texto de Lucas 11, 13.

20 Alusión al texto de Marcos 10, 38.

Cartas a Jesús

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44. Hoy quisiera ayudar a mis hermanos

Señor,

Te doy gracias por este nuevo paso en tu servicio.Mi más grande deseo es que Tú seas más querido

y más presente a estas queridas parejas. Que tu Espíritu Santo haga nacer un gran deseo de unidad y una voluntad de perdón y comprensión mutua.

Me siento algo tenso y afligido por la muerte de Mario21 y con un sentimiento de malestar y culpabilidad por el exceso de actividad estas dos semanas, actividades que me han sido pretexto para no estar concentrado en mi oración y no haber dejado tiempos tranquilos. Me hace vivir tironeado por el tiempo. Hoy quisiera ayudar a mis hermanos, dejando de lado toda tensión y preocupación excesiva en mi participación.

Ayúdame también a comprender que el testimonio de la pareja es siempre más importante que el mío para estos matrimonios.

Esteban

21 Se refiere a la muerte del padre Mario Illanes Mahuzier (1995), ex Provincial de la Congregación y ex Consejero General de la misma.

ORACIÓN DESDE LA EXPERIENCIA DE FRAGILIDAD

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45. Aparta mi corazón de los halagos

Jesús Señor y hermano:

Acepto con toda mi fe este nuevo día.Deseo ser fiel a Ti y a tu misión.No permitas que sea cómodo en mi trabajo. Me

cuesta enfrentar a los padres de familia del Saint George. Dame amor por ellos, particularmente por los más indife-rentes y aparentemente creídos. Dame un corazón cercano para comunicarles tu Buena Noticia. No permitas que me busque a mí mismo, mi fama. Te presento, Jesús, mis tontas vanidades, mis anhelos secretos de ser considerado vigente, activo y buen comunicador. Aparta mi corazón de los halagos y también de mis temores.

Dame la confianza de saberte conmigo; lleno de tu Espíritu. Quiero vivir este día reconciliado con todos. Quiero ser tu amigo. Ayúdame a ser gratuito. Siento un gozo tranquilo al saberme contigo. Amén.

Esteban

Cartas a Jesús

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46. Abre mi corazón tan incrédulo

Jesús, Amigo mío,

«Que ellos tengan en sí mismos mi alegría enteramente colmada».22

¿Cómo me siento al escuchar estas palabras que Tú me diriges?

¿Por qué me cuesta tanto creer que tu gran anhelo es verme lleno de alegría?

En el fondo, es porque eso me parece demasiado bello como para ser verdad para mí.

Me da mucha pena reconocer mi falta de confianza. Veo tan claramente que es una falta de Fe. Entre creer a tu palabra tan clara, y creer a mi impresión psicológica de ser poca cosa y malo, prefiero mi impresión subjetiva. ¡Qué orgullo tonto el mío!

Perdóname y afirma mi fe, quiero creerte. Tú me has mostrado con hechos cuánto me quieres.

Qué maravilloso que Tú le pidas al Padre que Él nos guarde «en su nombre».

Cuando yo hago un encargo y digo «hazlo en mi nombre» parece que estuviera diciendo «en todo lo que tiene de mejor y más significante mi persona».

El Padre me «guarda» como si yo fuera un tesoro especial-mente querido para Ti.

Abre, Jesús, mi corazón tan incrédulo. Me gusta esta ale-gría colmada de saberme estimado y querido por Ti.

Ahora me siento tan lleno de paz al pensarlo.Señor, yo quiero conservar y comprender esta alegría, hoy.

En agradecimiento de tanto que me das, voy a tratar de ser más comunicativo de alegría con mis hermanos.

Esteban

22 Cita de Juan, 17, 13.

ORACIÓN DESDE LA EXPERIENCIA DE FRAGILIDAD

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47. Mi deseo es no vivir replegado sobre mí mismo

Señor y amigo Jesús:

Reconozco en mí una alegría serena muy diferente a los gozos momentáneos y puntuales. Se parece a la con-dición que reina en una familia bien lograda: es un fondo grato que penetra todo: la relación de personas, la vivienda misma, los acontecimientos diarios. Es como el aspecto cálido de la paz habitual. La experimento como un tener gusto de vivir. A pesar y más allá de mis limitaciones y las de los demás.

Por eso, sinceramente, nunca o casi nunca tiendo a acusar a los demás cuando las cosas se vuelven difíciles.

Yo creo fallar en mi alegría interior respecto a los demás, cuando me la guardo para mí y no la dejo irradiar. Hay algo de autosuficiencia y avaricia espiritual.

Con los años he ido encontrando un apetito de so-ledad y un gozar el tiempo para mí, para mis lecturas, mis preparaciones de temas para retiros o, simplemente, para perder el tiempo en silencio. Me doy cuenta de que yo fallo en mi alegría, cuando soy poco abierto en la comunidad y ahorro mi tiempo.

Reconozco en mí, como un regalo de Dios, una ac-titud habitual de «querer hacerlo todo más fácil»... En eso descubro que el «don» gratuito del Espíritu camina en la misma dirección que mi natural espontáneo.

Es difícil discernir hasta qué punto evitar lo conflic-tivo y hacer fáciles las cosas es una defensa egoísta o un amor al prójimo.

Mi deseo es no vivir replegado sobre mí mismo. Me parece que el Señor me invita a caminar decididamente en

Cartas a Jesús

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esta dirección de generosidad y salida de mí mismo. Los dones del Espíritu le pertenecen al Cuerpo de Cristo. Si Él me regala alegría, mi tarea es traducirla en los pequeños pasos cotidianos.

A estas alturas de mi edad, yo creo que, casi sin pretenderlo, estoy viviendo una forma especial de aceptar la muerte como cercana, sin perder la alegría y serenidad. Comprendo que la situación actual de mi salud ya es el co-mienzo de la recta final. Sentir el anuncio en mi organismo y en los exámenes, como el scanner, en realidad no ha sido muy conmovedor.

Me siento muy dispuesto a aceptar todo lo que pueda traer esto de ser un enfermo viejo que se va incapa-citando.

Te agradezco, Señor, la gracia de no perder la paz y de seguir teniendo este sabor de alegría.

Esteban

ORACIÓN DESDE LA EXPERIENCIA DE FRAGILIDAD

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48. Ayúdame a no sentirme superior a nadie

Jesús, mi amigo,

Vine a este Fin de Semana queriendo cumplir tu voluntad, Señor.

Reemplazar a Pancho aquí es una aventura difícil por encontrarme muy cansado. Espero lograr amar un poco más a estas parejas.

Te doy gracias por la sencillez de la gente, por su anhelo de mejorar su unión de pareja.

Ayúdame a no sentirme superior a ninguna de las personas que están aquí.

Gracias, Jesús. Soy tu amigo. Ayúdame a ser sincero.

Esteban

Cartas a Jesús

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49. Noto en mí una falta de ilusión

Señor y amigo Jesús:

Noto en mí una falta de ilusión en la búsqueda de tu presencia. ¡Como que los resortes estuvieran vencidos! Sé por la fe que este decaimiento no puede provenir de parte tuya.

Tú siempre eres y sigues siendo el que me amas hasta el extremo de entregar la vida por mí, hasta la última consecuencia. Por tu resurrección la entrega en la cruz sigue tan actual y presente ahora como en el momento his-tórico del Calvario. Tiene que haber una falta de mi parte.

Veo que no basta entregar un tiempo medido a la oración: es necesario abrirte un espacio interior de dedica-ción.

Dame el don de tu Espíritu; así podré estar disponi-ble para amarte en cada momento, como tú lo quieres. Gracias Jesús.

Esteban

ORACIÓN DESDE LA EXPERIENCIA DE FRAGILIDAD

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50. Perdóname esta inmadurez Jesús, amigo y Señor:

Un aspecto que me cuesta abrir a mis hermanos de comunidad es lo referente a mi salud. Noto que quisiera manejar yo solo lo que afecte a mi salud, y creo que esa actitud se debe a un deseo de indiferencia, y a una defi-ciencia en mi renuncia a la acción: temo que por cuidar mi salud, me controlen los compromisos con la intención de defenderme.

Me sorprendo creyéndome dueño de mi actividad, y temeroso de que Tú me sustraigas de ella. Hay también un temor a desaparecer de la escena, al no ser hombre activo. Perdóname esta inmadurez.

Intelectualmente comprendo que debería estar total-mente desprendido, pero no he logrado el desprendimien-to del corazón. Te amo, Señor y quiero ser tuyo enteramente.

Esteban

Cartas a Jesús

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51. No quiero poner obstáculos

Amigo y Señor Jesús:

Te pido la gracia profunda de tu Espíritu Santo para reconocer con verdadera humildad que me parezco a la tierra tuya que vio tantas maravillas y no se convirtió. «¡Ay de ti!», me dices, como a Corozaín. Y a Cafarnaún: «¿Acaso crees que serás elevado al cielo?» 23

Ayúdame. Reconozco mi tendencia a olvidar dema-siado fácilmente mis pecados. Quiero ser de tus amigos y darte alegría. Quiero dejar que obres en mí sin poner obstáculos.

¡Todo te ha sido dado por el Padre! Amén.

Esteban

23 Cita de Mateo 11, 21-23.

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52. No quiero que mi silencio sea una máscara

Señor Jesús,

No quiero que mi silencio sea una máscara.No quiero ahogar las palabras de mi corazón.No quiero amarrar mi lengua con cadenas de temor,

para esconder mi rostro verdadero.Anhelo que en mi silencio sea yo mismo delante de

tu rostro oculto. Por eso mi silencio no tiene reposo: no hay noche para mí, tu presencia no da tregua.

La mano que oculta el Rostro de Dios, no es de la Muerte; es la mano poderosa y santificadora del mismo Dios.

Ese silencio no pertenece al mundo de las tinieblas. Es el otro lado de la luz.

Señor, soy un rey destronado; pero para ser tu hijo reencontrado.

Gracias.

Esteban

Cartas a Jesús

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53. Me avergüenza sentir mi corazón acorazado

Señor Jesús, amigo:

Los sentimientos que más me cuesta compartir con mis hermanos de comunidad son los de cierta frialdad o indiferencia afectiva ante la pobreza y dolor de la gente.

Me veo actuando a favor de los que sufren y me veo proclamando la urgencia de servirlos y amarlos como a los preferidos tuyos.

Pero me temo que mi amor a ellos me deja frío y distante.

Me avergüenza sentir mi corazón acorazado.No estoy conforme con sólo cumplir el deber de

ser solidario: quisiera ser más vulnerable y sentirlos como sentiría la desgracia de alguno de mis parientes cercanos.

Me sorprendo dando limosnas o haciéndoles favo-res: pero me duele no sufrir la «urgencia» de comulgar más íntimamente con ellos.

Tú que tienes un corazón siempre tan sensible a nuestras miserias, dame la gracia de alegrarme con los que se alegren y de sufrir con los que sufren.

Tuyo,

Esteban

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54. ¿Qué cambios haré para que Tú seas el Centro de mi vida?

Señor,

¿Qué cambios haré para que Tú seas más nítidamen-te el Centro de mi vida?

Veo que la calidad de mi oración, tan necesaria para hacerte el Centro, está siendo afectada por frialdad e in-atención.

Necesito recuperar el cuidado por la Lectio Divina de la Escritura.24

Veo que he estado descuidado y desordenado con-tentándome con la lectura de los textos del Breviario y de la Misa.

Tomo la resolución de reemplazar la lectura de San Mateo y seguir con las epístolas de Pablo de aquí hasta Febrero, tratando de preparar mejor esta lectura con algún apoyo de exégesis. El otro cambio estará en la línea de disminuir los compromisos de Fin de Semana.

Reservaré Febrero y Marzo, para dedicarlos a la Parroquia. Tomaré compromisos en Abril y Mayo. No tomaré en Junio y Julio.

Esteban

24 Esta forma de orar con la Biblia, Lectio Divina, es conocida también como Lectura orante de la Palabra.

Cartas a Jesús

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55. Me cuesta mucho hoy hacer silencio Jesús, amigo y Señor:

Me cuesta mucho hoy hacer silencio interior para escucharte. Tal vez se debe a los sentimientos de temor por tener que predicar a sacerdotes.25 Te agradezco me des la fuerza de tu Espíritu.

Esteban

25 Un cierto rasgo de timidez del Padre Esteban se manifestaba de diversas maneras; una de ellas se expresa en esta dificultad para predicar a sacerdotes. Pese a ello, a fuerza de virtud, predicó una gran cantidad de retiros a sacerdotes y religiosos.

ORACIÓN DESDE LA EXPERIENCIA DE FRAGILIDAD

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56. Me siento muy cansado Señor,

Me siento muy cansado. Te ofrezco el esfuerzo de quedarme en vela para las confesiones. Acepta este peque-ño sacrificio por las parejas. Gracias, Jesús, Amigo, Señor, Maestro, Luz de mi vida, Puerta por donde entro al Padre; Camino, Verdad y Vida.

Esteban

Cartas a Jesús

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57. Una vez más experimento tu llamada Señor y amigo Jesús:

Una vez más experimento tu llamada.Me invitas a orar, a ser hombre de contemplación.Descubro que al querer responderte, me vienen

dudas acerca de mi limpieza de intención: ¿es verdadera-mente por amarte más, dar más gloria al Padre, o es pri-mordialmente una ambición de crecer, de caminar hacia la perfección?

Esa ambigüedad interior entre buscar tu interés o el mío, me duele y me avergüenza.

El área en que más me cuesta comunicarme con mis hermanos de comunidad ha sido acerca de mi voto de celibato.

Tal vez el pudor o el temor de ser mal comprendido, me ha hecho caminar bastante solo en este aspecto que tiene tanta resonancia en la profundidad de mi ser.

El haber conservado la castidad desde niño ha crea-do en mí una fuerza de dominio sobre mí mismo, que me hace sentirme sustancialmente fiel a mi compromiso como religioso.

Pero eso no impide que la libido se haga presente con diferente fuerza y madurez en las diferentes etapas de mi vida.

He sentido lo duro de la renuncia y he vivido esos momentos de lucha, guiándome solo, barajando los goles a mi manera, sin someter mis situaciones al conocimiento de los demás.

Algunas veces he sentido la nostalgia de ser libre como los laicos casados. En la imaginación y sentimiento he sentido el voto

ORACIÓN DESDE LA EXPERIENCIA DE FRAGILIDAD

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como una cadena...Pero esos sentimientos dolorosos no me han dura-

do. Son pasajeros y no me hacen vacilar en las decisiones tomadas.

Al contrario me ayudan a vivir el celibato como amor a Dios y al prójimo, un amor que está llamado a crecer.

Tuyo,

Esteban

Cartas a Jesús

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58. Temo haber llegado a una cierta rutina

Señor,

Me duele reconocer mi frialdad de sentimientos.Me parece que nací con mucha capacidad de sensibi-

lidad.La he derivado a lo superficial, a lo artístico, a la poe-

sía; pero me he enfriado respecto a las personas.Temo haber llegado a una cierta rutina en el cum-

plimiento de deberes que se me han ido haciendo cada día más fáciles. Ya no tienen ni secretos ni novedades. Tienen la cuota de amor de una cierta fidelidad.

¿Cómo redescubrir el fuego para no caer en la maldi-ción de los tibios? Mi tendencia espontánea es culparme y contentarme con el reproche que me hago a mí mismo.

Ahora el Señor me convida a la verdadera audacia, que es pedir su Espíritu y confiar en el Espíritu. Él hace nuevas todas las cosas. Es el Espíritu de Jesús que se entre-ga por amor y lo lleva más allá de la Cruz.

Tú me dices: «déjate querer por mí; y cree que es posible que yo te ame gratuitamente; no te condenes, pues yo no te he condenado»...

Resucítame, Jesús.

Esteban

ORACIÓN DESDE LA EXPERIENCIA DE FRAGILIDAD

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59. Te ofrezco mi cansancio Jesús amigo y Señor:

Me siento algo cansado. Quiero vivir este día ofre-ciéndote mi cansancio y poniéndole buena cara a los trajines del día.

Gracias por el don de la vida y el regalo de la Fe.

Esteban

Cartas a Jesús

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60. Me he sentido avergonzado Amigo Jesús,

Al escuchar la parábola del servidor perdonado en lo mucho, y que no es capaz de perdonar a su hermano en lo poco, me he sentido desagradado de mí, avergonzado.26

Cuando pienso cómo perdonas Tú, constantemente...Yo sé que es absurdo medir mis pecados por catálo-

go de libros de moral.Así lo hacía antes y todavía mi ser de fariseo tiende

a hacerlo de la misma manera.Lo grueso de mis pecados tiene que medirse por la

falta de correspondencia a tu amistad. El desamor ha sido mi inmenso pecado. Y cada vez que peco concretamente, es ese inmenso peso de amor lo que yo desprecio y olvido.

Y Tú me perdonas.Si yo miro por qué no perdono, o por qué no logro

sacar de mí sentimientos de mala voluntad contra algunos (militares, políticos), es porque en ellos veo atropellados grandes ideales.

¿No pasa algo parecido con el Señor?Él tiene grandes ideales sobre mí y sobre nosotros.

Lo grave de mis culpas es no hacer caso de esos ideales del corazón de mi Amigo. Y Él me perdona.

Ayúdame a perdonar, a comprender, a amar mucho como Tú amas.

Esteban

26 Alusión a texto de Mateo 18, 23-35

ORACIÓN DESDE LA EXPERIENCIA DE FRAGILIDAD

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61. Se me encogió el corazón pensando en ellos

Jesús amigo,

Te escribo desde la Iglesia de los Carmelitas en Chi-llán. Pasé al convento mientras hacía hora para el tren de regreso a Concepción. ¡Qué inmenso y desolado conven-to! Todo lúgubre, e inconmensurable soledad y oxidación. La empleada me dice que sólo viven aquí dos Padres.

Jesús, se me encogió el corazón pensando en ellos.No es posible, pienso, vivir en estas condiciones

absurdas sin volverse enfermo.¿Por qué todavía pensamos en separar tanto lo sen-

sible y material de lo espiritual?Esto es feo y en toneladas de fealdad. No tiene ni la

simplicidad de lo pobre ni lo estimulante de lo austero en un marco apto para la vida interior.

Pero, Jesús, quería conversarte de esta visita a Chi-llán. Alegría de ver contenta a mi hermana monja. Toda la comunidad muy acogedora conmigo. Estuve visitando a Pancho Cox, el Obispo. Muy deferente y cariñoso. Alojé en casa del Vicario. Hoy, alegría de concelebración en una población con el Obispo y otros sacerdotes.

Inauguración de la casa de las Ursulinas allí. Misa con mucha vida y sentido de fiesta.

En la misa, el Obispo me presentó con extraordina-rio cariño.

Gracias, Señor, por todo esto.

Cartas a Jesús

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La tarde fue muy latosa: almuerzo con todas las religiosas de la diócesis y búsqueda y espera de pasaje de regreso a Concepción.

Amigo Jesús, contigo quiero estar este rato de ado-ración, olvidándome de todo.

Tu amigo,

Esteban

ORACIÓN DESDE LA EXPERIENCIA DE FRAGILIDAD

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62. Todavía estoy preocupado de mí mismo Jesús,

Todavía veo que estoy preocupado de mí mismo.Las faltas que cometo al caminar me irritan contra

mí mismo: es que me apeno de verme afeado, tal vez más que verte ofendido.

¿Es todo ese ser vanidoso que hay en mí el que no he logrado dejar de lado?

Teóricamente deseo estar entregado y abandonado en Ti, arriesgando todo; también, el futuro eterno.

Pero creo que es por ahí que me falta.Y yo, por mí, no soy capaz de percibirlo en lo con-

creto. Necesito el Espíritu Santo tuyo.Te doy gracias por la alegría sana de haber estado

con Amalia y mis hermanas en Chillán.27

Quiero renovar mi entrega y volver a ser fiel a esta oración de cada mañana.

Esteban

27 Se refiere a su hermana Amalia Gumucio Vives, ya fallecida, religiosa sacramentina, que en ese tiempo se encontraba en Chillán Viejo fundando un nuevo convento.

Cartas a Jesús

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63. Mi impresión de un año gris Amigo y Señor Jesús,

Una mirada general sobre este año me deja la impresión de un año gris.

Sé que este sentimiento de opacidad viene de mí y no de las situaciones. Tal vez lo más marcado es una actitud más profunda de humildad. Me siento más auténticamente en la cola de los pecadores. Me han humillado mucho mis pecados.

Sin saberlo yo, me había fabricado inconscientes supe-rioridades espirituales.

Mis caídas me han hecho ver mi pobreza.Ésta, tal vez, haya sido la forma que Tú has tenido para

acogerme. Junto con este valor veo que también en mí se ha producido una especie de incredulidad. Como si me costara aceptar que Tú me perdonas y me acoges. Es muy real en mí el fariseísmo. Como convicción tengo muy claro que Tú nos aco-ges por tu misericordia y compasión; pero me cuesta vivirlo. Es como si yo mismo me condenara, como si no quisiera que tu mano me levante.

En algunos momentos mi oración ha sido muy sincera, me he dado cuenta que lo que más necesito es el don de tu Espíritu. Él es el único que puede «disponerme» para creer y confiar en Ti. No es cuestión de pensarlo más o de quererlo voluntariosamente.

Ven Tú, Señor. Tócame y tu amor se iluminará en mí.Deseo tanto tu mirada transformadora.Gracias por todo lo que me has dado debajo de esta

atmósfera gris.Dame tu Santo Espíritu.Él me dará ojos de verdad para reconocerte.

Esteban

ORACIÓN DESDE LA EXPERIENCIA DE FRAGILIDAD

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64. Te agradezco esta experiencia de mi fragilidad

Jesús:

Te agradezco esta experiencia de mi fragilidad.¡Qué cambiante soy! Quiero aceptar con amor y

paciencia esta impresión de inestabilidad que no tiene fundamento.

Quiero servirte igual.Quiero orar como en los días buenos.Te pido por las parejas que he visto esta semana

y por aquellas con las que estaré en el Fin de Semana de Chillán. Te pido por cada persona.

Creo que eres Tú el que sales a su camino.Te doy gracias por mi soledad.Haz que no se me convierta en un sentimiento

egoísta.Renuevo mi consagración a Ti.

Esteban

Cartas a Jesús

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65. Pensar en tu cercanía

Señor y amigo,Qué bueno es poder empezar este día conversando

contigo.Mis sentimientos más profundos y velados siguen

siendo la inseguridad y desamparo.Pero pensar en tu cercanía, en tu fidelidad, me da

mucha paz, sin dejar de sentirme sufriendo.Quiero poder orar de verdad.

Esteban

ORACIÓN DESDE LA EXPERIENCIA DE FRAGILIDAD

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66. Me siento algo tenso o miedoso Amigo y Señor Jesús:

Qué bueno es poder enfocarme en Ti al empezar el día.

No pasa nada especial.Me siento algo tenso o miedoso porque faltan sólo 6

días para que llegue Rafael y mis hermanas.Es una aventura y un riesgo, esto de viajar y vivir en

un país extraño para personas de edad.Deseo con todo el corazón entregarte a Ti, con con-

fianza, todo lo que pueda suceder.He tenido, también, sentimientos depresivos, al ver

que no puedo dar algo más profundo e interesante a las hermanas.28 Son jóvenes. Significan el futuro y la felicidad de muchas, y me parece que todo lo que les doy es superfi-cial y de poco valor.

Perdóname lo que hay de desconfianza debajo de estos sentimientos.

Por otra parte, te agradezco la paz que me das y esta aceptación de lo que soy.

Ahora vamos a salir de paseo con las hermanas.Que sea para gloria tuya.Asísteme con tu Espíritu Santo.Llévame, ocúpame, dispón de mí.Amén.

Esteban

28 Durante los años del régimen militar, el Padre Esteban se reunió con su hermano Rafael Agustín y otros familiares que vivían en el exilio, en la casa que las Hermanas de los SSCC poseen en la ciudad de Medellín, Colombia. En esta oración alude al encuentro familiar ya inminente, y a la vez a aquellas charlas o conferencias que esta-ba entregando a las Hermanas de los SSCC de Colombia.